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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGIA

CATEDRA: Sociología del Conocimiento


Profesor Titular: Lic. José M. Carelli
Alumno: Ricardo Gonzalez

TRABAJO MONOGRÁFICO

Tema: ¿Cómo se produce el condicionamiento social del conocimiento?

INTRODUCCION
El problema que se intenta dilucidar se plantea en torno, de los interrogantes que
sugieren, la discusión y el pensamiento de la sociología del conocimiento.

En este sentido, se esbozan aquí los siguientes interrogantes: ¿Cómo se produce


el condicionamiento social del conocimiento?, del cual se desprende, ineludiblemente la
necesidad de indagar y comprender como en sociedad, vamos construyendo eso que
llamamos saber, y ¿por qué percibimos la realidad de una manera y no de otra?, ¿cómo
es posible que – frente a lo que parece igual, unos y otros perciban, (o percibamos) cosas
tan distintas?

El mundo en que vivimos a diario, -el mundo cotidiano-, es en realidad el mundo


que experimentamos y percibimos, aquel que concebimos como “el mundo”, resultado de
nuestros sentidos, o es tan solo lo que advertimos de él, aquello de lo cual nos percatamos
y reconocemos como mundo, dado que se nos presenta de una forma tan usual y común
a nuestro entendimiento, que parece naturalmente dado, y no advertimos, más que aquello
para lo cual estamos predispuestos a reconocer y entender, que a modo de preconceptos
nos vienen dado. Impartidos desde la sociedad misma en la que vivimos y nos
desarrollamos, al tiempo que compartimos formas comunes de aprender y comprender
ese mismo mundo ya preconcebido y resignificado.
Es aquí entonces donde cabe preguntarse -en cuanto a (nuestra idea) la
concepción que tenemos (o mejor dicho que nos hacemos) del “mundo”- ¿Qué
relación existe entre el conocimiento, naturaleza y sociedad?, ¿cómo se configura
esa idea?, y ¿qué fuerzas la condicionan?, en tanto que subordinan nuestra forma
de mirar el mundo, - y el modo en que nos relacionamos con él -, y también las
formas en que nos relacionamos con él-, como así también los interrogantes que
nos planteamos, respecto de ese “mundo” y nuestra existencia dentro de él.

Así mismo, podemos plantearnos al respecto, ¿Qué relación tiene y qué


papel juega la cultura, en la que nos hemos desarrollado como sociedad y como
grupo humano? - nuestro barrio, nuestra comunidad – solo por mencionar aquellos
ámbitos más inmediatos a nuestra cotidianidad-, considerando que vivimos en un
mundo cada vez más extenso y resignificado en la pluriculturalidad de hoy en día.
La globalización cultural y el desarrollo a escala planetaria de las nuevas
tecnologías en el ámbito de la comunicación son un ejemplo de ello, y de cómo se
han redefinido las fronteras del mundo.

Siguiendo esta línea de razonamiento no podríamos dejar de inferir en


nuestras consideraciones la importancia, y el rol fundamental que ejerce la
historia, - es decir la época que nos ha tocado vivir- y ¿cuánto esto influye en
nuestra idea y percepción del mundo.

En suma, podríamos recapitular entonces nuestra pregunta, de la siguiente


forma ¿cómo se va construyendo nuestra visión del mundo y de nosotros mismos?,
en razón de las fuerzas que emanan del contexto socio-histórico, y que
condicionan nuestro pensamiento, en dirección a la construcción que hacemos del
mundo, y por tanto de nosotros mismos, - o bien cabe preguntarnos ¿Cómo se
elaboran en nuestro pensamiento las formas de conocimiento a partir de las
condiciones sociales y culturales, en tanto vivimos una realidad históricamente
determinada?
DESARROLLO

Para enfrentar estos interrogantes y en la búsqueda por alcanzar un análisis que


contemple los puntos más destacados del vasto desarrollo teórico elaborado al respecto,
a través de los enfoques y aspectos que nos brindan diversos abordajes posibles, podemos
considerar que al menos existen dos perspectivas de análisis posibles, a saber: una que
podríamos llamar crítica y otra, que podríamos denominar comprensiva. La primera nos
remite a la idea de conocimiento. – saber, como una forma de ocultar la realidad, de
deformarla, de modo que se nos presentan como naturales e inmutables, unas formas de
vida social, que no son sino, formas de dominio de una sobre otras, que contribuyen a
deformar la realidad. - ocultando sus propias contradicciones-, de modo tal que el mundo
se nos presenta, se nos revela, totalmente invertido, como verdadero e inalterable. La
segunda desenfoca esta dimensión del conocimiento como engaño, para centrarse más
bien, en cómo los diferentes grupos sociales, las diferentes culturas, los distintos
momentos históricos constituyen sus formas de saber: científico, político, simbólico,
filosófico, etc. y las formas elementales del saber con las cuales, elaboramos a diario
nuestra vida cotidiana.

Ambas perspectivas atraviesan las diferentes respuestas que se han ensayado en


torno al conocimiento como construcción social. Al tiempo que constituyen una
herramienta útil y necesaria de análisis, tanto para estudiar la influencia que ejerce la
ideología, en la cosmovisión de nuestra existencia, como para comprender el modo en
que los grupos sociales constituyen simbólicamente su realidad y su existencia dentro de
ella.

Una concepción sociológica del hombre

A partir de este marco, nos encaminamos hacia una primera aproximación,


a nuestro objeto de estudio – el conocimiento social del conocimiento- para lo cual
consideramos oportuno desarrollar, en este trabajo una concepción sociológica del
hombre considerado como una unidad biológica – socia1, donde coexisten de
modo inseparable e integrados estos dos niveles – biológico y social- que

1
José, Casas. «Sociologia del Conocimiento.» Sociologia del Conocimiento. digital. FACSO - UNSJ. Rivadavia, San Juan:
Secretaria de Extención. Facultad de Arquitecrura Urbanismo y Diseño, 2008 .
configuran nuestra existencia, en tanto que uno (nivel social) ejerce su influencia
transformadora sobre el otro (nivel biológico), donde si bien existe cierto grado
de complementariedad entre ambos, en cuanto que lo biológico (orgánico e
inorgánico) constituyen la base para el desarrollo del nivel sociocultural, es en
este último -supraorgánico2- una superación de lo meramente biológico, orgánico
e inorgánico.

Este aspecto, - supraorgánico – constituye el punto central para la


existencia humana y su desarrollo en términos sociológicos, que se desprende ya
de la evolución natural, a la cual están subordinados los demás seres inferiores al
hombre, para elevarse por sobre su constitución natural, pero ya desde las
transformaciones sociales y construcciones culturales que el mismo genera
(capacidades, aptitudes y aprendizajes), y que se transmiten de una generación a
otra mediante prácticas y aprendizajes colectivos, que imprimen su impronta en la
conciencia y pensamientos de los hombres, y se expresan en todas sus
representaciones simbólicas – orales y escritas- creando y reproduciendo en este
proceso su propia realidad que lo impulsa en su devenir histórico y social.

Sobre las determinaciones naturales, donde rige la selección natural – de


las leyes inmutables y ahistóricas- sobrevienen las determinaciones sociales donde
rige la determinación de los factores sociales3 - de las nuevas leyes dinámicas e
históricas-, que condicionan la instancia de la conciencia y del pensamiento
socialmente construido y elaborado por los hombres. Podemos precisar entonces
nuestra concepción de hombre, considerando su esencia eminentemente social,
como el conjunto de las relaciones sociales, que lo posicionan en ambos extremos
de ese proceso, como productor y al mismo tiempo como producto de sus propias
relaciones sociales.

2
José, Casas. «Sociologia del Conocimiento.» Sociologia del Conocimiento. digital. FACSO - UNSJ. Rivadavia, San Juan:
Secretaria de Extención. Facultad de Arquitecrura Urbanismo y Diseño, 2008 .

3
Childe, Gordon. Socilogia del Conocimiento. Buenos Aires: Galatea Nueva Visión, 1975.
El proceso de construcción de conocimiento

Es a partir de estas consideraciones que podemos ya adentrarnos en el análisis más


sustancioso de nuestro tema, y avanzar ahora en el estudio del proceso de conocimiento.

El hombre como sujeto de conocimiento (sujeto cognoscente) se apropia


del mundo -de su mundo, de su contexto – a partir de las relaciones que entabla
con él, que en su objeto de conocimiento (objeto cognoscente), del cual necesita
apropiarse para conocerlo, para actuar en él, para transformarlo y transformarse
así mismo4, en un proceso de retroalimentación (feedback) con el medio. El
conocimiento es entonces resultado de la relación que surge entre sujeto y objeto.
Lo que aprehendemos del mundo se transforma, se objetiva e incorpora a nuestro
mundo de significaciones como parte constituyente de él.

El conocimiento es el reflejo del mundo externo socialmente aprehendido,


mediado por las formas y estructuras de conocimiento, que son modos de conocer, que
revisten un carácter eminentemente social y determinan las acciones de los hombres
frente al mundo, por ende, sus acciones se corresponden – necesariamente- con ese mundo
al que pertenecen y al cual refieren y resignifican en su pensamiento y en su praxis.

Podemos inferir entonces que el concepto de conocimiento considerado


aquí es un concepto extenso, -amplio y profundo- en el sentido que se refiere a
todas las formas en que se configura el conocimiento, tanto el científico formal,
como las comprendidas bajo formas de saberes cotidianos y empíricos, las que
asumen la forma de mitos y creencias populares, los sentimientos y pensamientos
que nos imprime el medio social, son nuestras representaciones y cosmovisiones
el resultado de la interacción con el mundo y con los demás hombres. Cualquiera
que sea el origen o la fuente de conocimiento, es este siempre resultado de

4
José, Casas. «Sociologia del Conocimiento.» Sociologia del Conocimiento. digital. FACSO - UNSJ. Rivadavia, San Juan:
Secretaria de Extención. Facultad de Arquitecrura Urbanismo y Diseño, 2008 .
relaciones sociales, todo conocimiento es producción social, determinado por la
realidad y la estructura histórico-social de la cual emana toda existencia humana.

Cabe destacar aquí dos perspectivas posibles del conocimiento, en un


sentido amplio todo conocimiento y existencia humana no puede ser sino social,
en cuanto que el individuo vive y conoce en un contexto social, pero así mismo,
en un sentido más específico el conocimiento está vinculado con toda la situación
histórica social en la cual se manifiesta5. Pertenecer a un determinado contexto
social, supone “una particular visión del mundo y una peculiar configuración de
pensamientos y sentimientos” 6.

El concepto de cultura en la construcción del conocimiento

El concepto de cultura es central para responder nuestro problema, del


condicionamiento social, el conocimiento y su proceso, dado que una cultura es
un factor, un principio condicionante de pensamiento y sentimientos, al tiempo
que, ella misma está condicionada por los factores sociohistóricos dentro de los
cuales acontece para un grupo o sociedad determinado.

La cultura opera como un tamiz a partir del cual se filtran todos nuestros
saberes, representaciones y sentimientos. Son los patrones culturales, propios de
un grupo, de una comunidad, aquello que denominamos “nuestro acervo cultural”,
lo que condiciona las diversas maneras de observar el mundo, a través de las cuales
elaboramos nuestros esquemas referenciales y valorativos de la vida social, que le
dan sentido a nuestras expresiones, ideas y cosmovisiones, acordadas y aceptadas,
en tanto y en cuanto somos integrantes de una cultura, que le da consenso y
legitimidad, a dichos esquemas en un medio socialmente compartido.

En este sentido -la cultura- es un factor condicionante que nos permite


comprender, conocer, en la medida en que nos define como “un pueblo”, “una
comunidad diferente” de otra, es el distintivo que nos brinda un marco de

5
Izzo Alberto, (1969) “Sociología del conocimiento”. Cap1. Pg 3
6
Werner, Stark: Citado en Izzo Alberto, op cit. Pg 8
referencia con nuestros semejantes y un parámetro que estructuran nuestros
pensamientos y comportamientos dentro de un contexto socialmente determinado.

Conocimiento y conciencia – las fuerzas motoras

Es válido plantearnos en esta instancia de análisis, respecto de las fuerzas


que ponen en movimiento la sociedad, partiendo de la siguiente idea: toda
sociedad es en su conjunto, una totalidad en constante cambio y transformación,
por lo tanto operan en ella fuerzas dinámicas que la empujan, la mueven la dirigen,
y que además no son el resultado de motivaciones o intereses individuales, sino
que son fuerzas sociales, verdaderos motores de cambio y transformaciones
7
históricas , que resultan de la actividad humana por ella determinada y
transformada constantemente.

La característica de esas fuerzas es el grado de independencia que poseen respecto


de la conciencia (psicológica) de los individuos, ante los cuales reviste una suerte de
carácter natural, que opera como fuerzas de naturaleza que sustentan nuestras vidas, ya
no como fuerzas dinámicas, socioculturales, sino como fuerzas cristalizadas y eternas
(fetichizadas). Es decir que se presentan a la conciencia en forma invertida despojándola
de todo carácter humano preexistente en ellas, lo socialmente construido. Para presentarse
trastocadas, de forma inversa como naturalmente construida.

Se configuran en fuerzas externas y extrañas al hombre que lo determinan


y que él no puede controlar ni comprender, dado que el carácter ajeno que
presentan, como cosas bajo cuyo control están8, alienando a los hombres que
tienen un conciencia falsa de su propia realidad, que los domina, se encuentran
atrapados subsumidos en una seudo -conciencia, que es una construcción
ideológica, impuesta y cristalizada, en el pensamiento de los hombres, donde las
“cosas”, se imponen de manera tal que en apariencia se presentan, se comportan,
como la esencia de lo real9, negando la verdadera esencia histórico- social de las

7
Luckás, Georg. Historia y conciencia de clase. España: Sarpe, 1985.
8
Op. Cit. (…) “poseen para ellos la forma de movimiento de cosas bajo cuyo control están, en vez de controlarlas ellos mismos”
9
Casas José: Documento de Cátedra, en; Georg Lukács “Historia y conciencia de clase”
conformaciones humanas, que bajo la forma de cosas, configura, esconde una
conformación particular de relación social capitalista, que no es “cosa” sino una
relación de personas mediada por cosas10. Que dominan todas las relaciones y
condiciones de la existencia humana.

CONCLUCIONES

Vivimos bajo un mundo de relaciones humanas, a partir de las cuales


significamos y resignificamos nuestras visiones de él, ahora bien, se trata entonces
de develar el carácter que reviste un tipo particular de relación social. La que se
constituye dentro del modelo capitalista de producción; las relaciones sociales
capitalistas, y así mismo la forma en la que se impone, de manera natural e
insoslayable, ineludible, a nuestra conciencia. Es el mundo socialmente así
constituido, producto de esas fuerzas dialécticas, que lo determinan, de las cuales
el hombre es productor y producto al mismo tiempo, donde la cultura conforma
un factor esencial en el desarrollo de ese proceso de producción de relaciones
social capitalistas. En el cual se haya inserto toda forma de conocimiento,
concebida como una construcción social históricamente determinada.

El proceso de conocimiento en toda formación social, esta necesariamente


sesgado por las estructuras, sistemas y esquemas de aprendizaje que esta
desarrolla, legítimamente incorporados en nuestra cultura, cuyo poder simbólico,
le da sentido y condiciona determinadas formas de comprender y trasformar el
mundo. Así mismo este proceso debe ser entendido, como dialectico, -
contradictorio- donde la conciencia humana no puede aprehender los propios
procesos de los que es parte intrínseca y productora, en tanto estos se presentan
como externos e incomprensibles a la conciencia de los hombres.

Desde otra perspectiva de análisis podemos también inferir que cada grupo
humano en los diferentes momentos del devenir histórico construyen sus propias
formas de conocimiento, que solo son válidas para ese grupo para ese grupo en su
propio contexto histórico- social.

10
Luckás, Georg. Historia y conciencia de clase. España: Sarpe, 1985. Op. Cit. Pg 129
Cualesquiera que sean las líneas de análisis que se intenten abordar, en
búsqueda de una explicación al problema del conocimiento y su carácter social,
creemos desde aquí, la necesidad inexcusable de considerar como premisa
fundamental, la condición social, como esencia de nuestra existencia, a partir de
la cual las sociedades humanas constituyen sus formas de conocimiento, y
desarrollan sus prácticas sociales, que conforman y estructuran a la sociedad
misma y a su producción sociocultural, que legitiman y dan sentido a su devenir
histórico social.

BIBLIOGRAFIA

Alberto, Izzo. Sociologia del Conocimiento. Buenos Aires: Estrada Editores, 1969.
Bourdieu, Pierre. Estructuras mentales y practicas sociales . Buenos Aires: Centro de
Estudios Avanzados Facultad de Filisofía y Humanidades, 1991.
Childe, Gordon. Socilogia del Conocimiento. Buenos Aires: Galatea Nueva Visión,
1975.
Espinosa, Emilo Lamo De. La Sociolobia del conocimiento y de la ciencia. Madrid:
Alianza, 1994.
José, Casas. «Sociologia del Conocimiento.» Sociologia del Conocimiento. digital.
FACSO - UNSJ. Rivadavia, San Juan: Secretaria de Extención. Facultad de
Arquitecrura Urbanismo y Diseño, 2008.
Luckás, Georg. Historia y conciencia de clase. España: Sarpe, 1985.
Peter Berger y Thomas Luckman. La construccion social de la realidad. Argentina:
Amorrortu, 1972.

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