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INTRODUCCIÓN
El 1 de julio de 1858, en la Sociedad linneana de Londres, se anuncia la teoría de la evolución
de las especies por medio de la selección natural a partir de unos textos conjuntos de los
naturalistas Charles Darwin y Alfred Russel Wallace. Había nacido la biología moderna.
El artículo no causó una sensación inmediata aquél día, pero marcaría un antes y un después
en la historia de la biología. Pero entonces Darwin se apresuró a publicar El origen de las
especies en diciembre de 1859, que esta vez sí originó una gran protesta popular (Bowler,
2008). Lejos de pensar que el más famoso naturalista se había apropiado de su idea, Wallace
defendió sin rencor las ideas de Darwin frente a la comunidad religiosa y científica. Existían
escritores de la época, de la rama más teológica conservadora, que veían las ideas
darwinianas como un ataque al cristianismo, al Creador en la naturaleza narrado en el propio
génesis de la Biblia. No obstante, había teólogos liberales como el novelista inglés Charles
Kingsley que interpretaron la selección natural como un instrumento del diseño divino (2017,
Diciembre 7). Asa Gray, botánico estadounidense más importante del siglo XIX, mantuvo
largas discusiones teológicas con Darwin, quien distribuyó su obra en defensa de la evolución
teísta, titulada La selección natural no es inconsistente con la teología natural (Milles, 2001).
Entre los partidarios más acérrimos de la evolución estaba T. Huxley, el anatomista más
brillante de la segunda mitad del s. XIX, quien planteó un enfrentamiento radical entre religión
y ciencia luchando contra las autoridades del clero para liberar a la ciencia de dogmas
religiosos (2017, Diciembre 7).
Mientras A. Gray y C. Lyell buscaban la reconciliación de la evolución con la fe, surgían críticas
científicas de autores que defendían teorías alternativas de la época como el lamarckismo y,
sobre todo, la ortógenesis o tendencia de un organismo a desarrollar un determinado carácter
previamente definido en su evolución, es decir, una forma de evolución rectilínea en la que
se sucedía variaciones en un mismo sentido acentuando la forma morfológica precedente
(Hofter, 1959). No fueron menores los ataques proveniente de los defensores del
creacionismo de Georges Cuvier avaladas por el fijismo del gran naturalista sueco Carl Linneo.
Las críticas a la evolución por selección natural fueron numerosas, pero se pueden resumir en
cuatro principales objeciones: i) los mecanismos de la herencia: había científicos que
sostenían que una variación favorable en un individuo se diluiría en muy pocas generaciones
tras cruzarse con los individuos normales de la misma especie; ii) la ausencia de tipos
intermedios entre una especie y otra porque el registro fósil era muy escaso; iii) la función de
los tipos intermedios, por la cual, debía explicarse la utilidad de las adaptaciones primitivas y
caídas en desuso en el ritmo gradual de la evolución de las especies; iv) la falta de tiempo, la
evolución de las especies, tal como la planteaba Darwin, necesitaba mucho tiempo y no se
ajustaba con la edad de la Tierra estimada por aquella época (100-400 millones de años)
(Ciencia y Religión, 2009).
A pesar de los devenires históricos y controversia social que entrañó la divulgación de la teoría
de la selección natural por Darwin y Wallace, pasaría inadvertido las diferencias
fundamentales en el marco general de sus explicaciones entre ambos naturalistas. La obra de
cada uno de los autores pudo estar influenciada por las convicciones personales e ideario
particular de cada uno en aquella época. Darwin estaba notablemente influido por la visión
preponderante en la ciencia británica de inicios del s. XIX como la teología natural que
manifestaba que la naturaleza era obra de un Creador Diseñador. Con el tiempo, y tras su
viaje alrededor del mundo entre 1831 y 1836 en el Beagle, intuyó la idea de la selección
natural tras estudiar las diferentes especies de pinzones en las islas Galápagos que le
convencieron de la evolución y le apartó de las creencias del dogma religioso. Por el contrario,
Wallace fue en sentido contrario, ya que, desde sus inicios fue un convencido naturalista
ajeno a teorías teológicas. Sin embargo, desarrolló una conversión hacia una visión teísta y
creyó que la naturaleza era el producto de una “inteligencia suprema”. Estas posturas
ideológicas de ambos autores pudieron haber tenido un impacto en la interpretación y
justificación de sus propias propuestas para argumentar la teoría de la evolución por selección
natural. Con tal motivo, el objetivo de este trabajo fue determinar las diferencias esenciales
en la conclusión de sus propias teorías evolutivas, así como, comparar las distintas
argumentaciones que hacen cada autor hasta llegar a proponer dichas teorías.
2. C. DARWIN
2.1. Las influencias sobre Darwin
En el siglo XVIII, James Hutton, un naturalista escocés, propuso que el cambio geológico
ocurría gradualmente por la acumulación de los pequeños cambios producidos por los
procesos que ocurren actualmente pero operando sobre largos periodos de tiempo. La idea
de Hutton se popularizó en el siglo XIX gracias al geólogo Charles Lyell, quien era amigo de
Darwin. Las ideas de Lyell sobre el cambio geológico gradual tendrían un papel muy
importante en el pensamiento de Darwin sobre la evolución biológica gradual.
Otro pensador que influyó fuertemente sobre Darwin fue Thomas Malthus. A Malthus le
interesaba el crecimiento de las poblaciones humanas y escribió acerca de los factores que
en última instancia limitan el crecimiento exponencial de las poblaciones humanas, como las
enfermedades y la cantidad limitada de alimentos. Sus ideas fueron cruciales para hacer que
Darwin se diera cuenta de que la mayoría de las poblaciones naturales producen más
descendientes de los que su entorno puede soportar, de forma que solo una parte de ellos
puede sobrevivir y reproducirse.
2.2. Evolución
Darwin propuso que las especies cambian con el tiempo, que las especies nuevas provienen
de especies preexistentes y que todas las especies comparten un ancestro común. Este
modelo indica que cada especie tiene su propio conjunto de diferencias heredables en
relación con su ancestro común, las cuales se han acumulado gradualmente durante periodos
de tiempo muy largos. La repetición de los eventos de ramificación, en los que las nuevas
especies se desprenden de un ancestro común, produce un "árbol" de muchos niveles que
une a todos los seres vivos.
Darwin se refirió a este proceso, en el que los grupos de organismos cambian en sus
características heredables a lo largo de generaciones, como "descendencia con
modificaciones". Hoy en día, lo llamamos evolución.
- Se produce más descendencia de la que puede sobrevivir. Los organismos son capaces
de generar más descendientes de los que su medio ambiente puede soportar, por lo
que existe una competencia por los recursos limitados en cada generación.
- La selección natural actúa sobre la variación heredable existente. Para que la selección
natural actúe sobre una característica, debe haber distintas variedades de ese rasgo
en la población. Lo que no sabía Darwin era de donde provenía la variación heredable.
A diferencia de Darwin, Wallace abrazó el naturalismo desde sus inicios en la década de 1840,
como mecanismo para explicar la transformación de las especies. Era un gran autodidacta, de
curiosidad insaciable. Sus principales influencias fueron exploradores naturalistas como
Alexander von Humboldt, el propio Darwin y William Henry Edwards, cuyas crónicas movieron
a Wallace a comenzar sus exploraciones y desarrollar sus teorías.
Probablemente, fue Darwin el que más influyó sobre su visión naturalista ya que tenían una
estrecha relación con respecto al estudio de la evolución se refiere. Ambos se mandaban
correspondencia acerca de sus nuevos descubrimientos, abriéndole nuevos puntos de vista
respectivamente acerca de su visión de la evolución.
Una de las más importantes fue la hipótesis de que la selección natural podría dar lugar al
aislamiento reproductivo de dos variedades al formarse barreras contra la hibridación, lo que
podría contribuir al desarrollo de nuevas especies. La selección natural, produce una
esterilidad selectiva a aquellos individuos que están divergiendo de su especie origen de
manera que no pueden reproducirse con esta. Esta idea también se aplica a aquellos híbridos,
que resultan ser menos aptos para que no puedan generar descendencia. Este aislamiento
reproductivo actuaría como una barrera biológica frente a la separación de dos especies.
Otra de las hipótesis más aclamadas de Wallace fue la tendencia de las especies domésticas a
volver a la variedad parental: según Wallace, para los estudios evolucionistas, no debían
tenerse en cuenta las especies domesticas debido a que eran especies anormales que estaban
sujetas a una mayor tendencia a volver a la forma de la variedad parental.
Y por último, la lucha contra el ambiente y no contra individuos de la misma especie. Muchos
otros naturalistas de la época, y sobre todo Darwin, defendían que la selección natural
derivaba más de la lucha de individuos en una especie que de estos contra el ambiente.
Wallace fue uno de los primeros en dar ese punto de vista.
4. Conclusiones
A pesar de que las ideas de la selección natural y de la evolución de ambos científicos eran
bastante afines, una de las diferencias fundamentales entre ambos naturalistas fue el marco
general de sus explicaciones.
Darwin en sus dos obras principales, El origen de las especies (1859) y El origen del hombre
(1871), dio prioridad a la variación espontánea y a la selección natural para explicar la
evolución, pero admitió la posibilidad de que otros mecanismos pudieran funcionar, como la
herencia de caracteres adquiridos. Por su parte, Wallace se reafirmó una y otra vez en que la
selección natural era el único mecanismo válido para explicar multitud de fenómenos
naturales, e incluso sociales. Su obra, Darwinismo (1889) es el mejor ejemplo de este
convencimiento (Ruiz y Rodríguez, 2013)
Una de las principales diferencias entre las hipótesis de Darwin y Wallace fue el tema del
aislamiento reproductivo, el cual resulta indispensable para la formación de nuevas especies.
Darwin defendía que la selección natural no favorecía el desarrollo de la esterilidad, y por
tanto defendía que la separación geográfica de las especies era la única razón por la que se
formaban nuevas especies. En cambio, Wallace consideraba que la esterilidad era resultado
de la selección natural. Considero que el desarrollo de la esterilidad de los individuos más
aptos para el medio frente a los otros menos aptos generaría un efecto barrera, como la
barrera geológica que defendía Darwin. Hoy en día sabemos que esto es realmente así, y se
conoce como efecto Wallace (Aquí falta poner la referencia…)
Otra diferencia clave entre el trabajo de Darwin y Wallace fue la comparación entre especies
domesticas y naturales. Darwin considero las especies domésticas y naturales como especies
similares, mientras que Wallace consideraba a las especies domesticas como especies
anormales debido a que, según él, en estas especies, las tendencias de las variedades de
especie tendían a volver a la forma parental. Según Wallace cualquier variedad de especie
surgida de una especie doméstica, ya fuese una mejoría en sus capacidades o un
empeoramiento, tenía las mismas posibilidades de sobrevivir y por tanto realizo sus
argumentos tan solo en las variaciones de especies naturales. El punto de vista de lucha entre
individuos que mantenía Darwin frente al de lucha contra el ambiente que mantenía Wallace
también fue un punto de discrepancia entre ambos (Aquí falta poner referencia…)
Como podemos ver, son muchas las diferencias entre ambos autores, posiblemente el único
punto en común entre Darwin y Wallace fue la enorme coincidencia de llegar juntos en un
momento específico a una idea similar. Al final, las visiones evolutivas de Darwin y de Wallace
son dos propuestas con elementos originales cada una, fundamentadas en distintas visiones
del mundo, pero también con algunas influencias en común. Por ejemplo, ambos tienen en
común los viajes que realizaron, que se consideran como el inicio de la biogeografía, sobre
todo por las aportaciones de Wallace, y las lecturas de ambos de obras del geólogo Charles
Lyell y del economista Thomas Malthus. Pero es cierto que buscaron explicar un mismo
fenómeno, la transformación de las especies (Ruíz y Rodríguez, 2013).
Referencias bibliográficas
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https://culturacientifica.com/2013/05/02/charles-darwin-y-alfred-russel-wallace-iguales-
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3. Hofter, J. (1959): “Orthogenesen von Foraminiferen”. Neues Jahb. Geol. Pal.
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4. Miles, Sara Joan (2001), «Charles Darwin and Asa Gray Discuss Teleology and
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8. Connie Rye. (2013). Biology. OpenStax; Rice University.
9. Ruiz, R. y Rodríguez, J.M. Publicado: 16 de Noviembre de 2013 y recuperdado de
http://web.ecologia.unam.mx/oikos3.0/index.php/oikos-historico/numeros-anteriores/2-
wallace-y-darwin