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El Poder Judicial de la Nación (PJN) es uno de los tres poderes que conforman

la República Argentina y es ejercido por la Corte Suprema de Justicia (CSJN) y


por los demás tribunales inferiores que establece el Congreso en el territorio de
la Nación.
Está regulado en la sección tercera de la segunda parte de la Constitución de la
Nación Argentina. La designación de los jueces inferiores la realiza el presidente
de la Nación con acuerdo del Senado, sobre la base de una terna integrada por
candidatos seleccionados en concurso público por el Consejo de la Magistratura,
órgano de composición multisectorial, a quien le corresponde el control directo
de los jueces y la administración del Poder.

Las atribuciones del poder judicial

1- Administrar justicia:

Como interprete máximo de las leyes internas de una nación, el poder judicial
vela como el guardián de la legislación vigente y debe administrar justicia de
manera equitativa, e impartir y ejecutar normas.

2- Aplicar la ley
El poder judicial es el responsable de aplicar imparcialmente las normas que
expresan la voluntad popular, por lo que una de sus atribuciones es la aplicación
e interpretaciones de las leyes, garantizando así un estado de derecho. La
consecuencia de esto es impartir justicia.

3- Ordenar el régimen judicial


Las resoluciones del poder judicial deben ser acatadas por todos los tribunales
menores dentro de un territorio determinado, por lo que las conclusiones de
este estamento ordenan el régimen judicial de una sociedad.

4- Atestigua el funcionamiento del estado


Son funcionarios del poder judicial los que dan fe del nombramiento de todos
los responsables del estado, en su rol de certificar si se ajustan a la ley para
poder ocupar esos cargos de privilegio.
5- Controlar la legalidad
Como responsables del cumplimiento de la ley, el poder judicial debe someter a
todos los poderes públicos al cumplimiento efectivo de las leyes, sin excepción.
También el poder judicial debe respetar este mandato.
Además, debe controlar la legalidad en todas las actuaciones administrativas de
una sociedad.

6- Garantizar derechos
Otras de las atribuciones de este estamento es ofrecer a todas las personas,
sobre las que tiene jurisdicción, una tutela y un cuidado efectivo de los derechos
legítimos.
En caso de que alguien esté siendo vulnerado en su libertad y derechos, es el
poder judicial el que debe asegurar un tratamiento justo.
En este sentido, debe aclararse que en sus resoluciones sólo puede hacer
interpretaciones diferentes para casos determinados, pero nunca modificar una
ley general del estado sin el acuerdo con los otros dos poderes.

7- Colaborar en la creación y modificación de nuevas leyes


La facultad de la creación de un marco legal es responsabilidad primaria del
poder legislativo, sin embargo, el judicial debe ofrecer su asesoramiento
desinteresado y profesional para una efectiva confección de las normas.

8- Establecer impuestos
El poder judicial tiene la atribución de regular los impuestos para la importación
y exportación de bienes y servicios entre países, pero también dentro de las
fronteras.

9- Coparticipación
Es el poder judicial el responsable de asegurar la distribución de los fondos del
Estado, obtenidos a través de los impuestos, y su reparto equitativo entre sus
distritos.

10- Fijar límites


Las fronteras externas e internas son una atribución de este estamento
gubernamental, que debe fijar los límites tanto con otros países como entre sus
distritos entre sí.
11- Legislar los tratados internacionales
Esta es una atribución que comparte con los otros dos poderes del estado, en la
cual debe aprobar o anular los tratados internacionales.

12- Responsable de las cárceles


El poder judicial debe ejercer jurisdicción exclusiva en el régimen interno de las
cárceles, en las que se cumplen las condenas dictadas por la justicia ante el
incumplimiento de la ley.

13- Aprobar la introducción de tropas


Tanto para el ejercicio interno como externo, la movilización de tropas militares
debe estar aprobada por el poder judicial.
Es este estamento el que permite que delegaciones internacionales ingresen en
su territorio, o dicta la movilización de las fuerzas propias hacia otro terreno.

14- Disponer de la intervención federal


Ante la necesidad de que el Estado tenga que ejercer su poder interventor sobre
alguna distrito, el poder judicial debe decidir la legalidad de esa acción.
Si este estamento establece que no puede llevarse a cabo, una intervención es
considerada una violación de los derechos, por lo cual es ilegal y por tanto
irrealizable.

15- Garantizar la gobernabilidad


Ante una situación acéfala del poder ejecutivo, el poder judicial debe garantizar
la gobernabilidad a través de la misión de sus funcionarios, sin excepción.
Dependiendo de la legislación de cada país, la posibilidad de ejercer las
atribuciones de otro poder varían, pero en todos los casos es el responsable de
que haya un estado de derecho vigente.
Art. 116.- Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la
Nación, el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos
regidos por la Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en
el inciso 12 del artículo 75; y por los tratados con las naciones extranjeras; de las
causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros;
de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la
Nación sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias;
entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes
provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano
extranjero.
Art 117.- En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación
según las reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los
asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y en los
que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente.
Art 118.- Todos los juicios criminales ordinarios, que no se deriven del derecho
de acusación concedido a la Cámara de Diputados se terminarán por jurados,
luego que se establezca en la República esta institución. La actuación de estos
juicios se hará en la misma provincia donde se hubiera cometido el delito; pero
cuando éste se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el Derecho de
Gentes, el Congreso determinará por una ley especial el lugar en que haya de
seguirse el juicio.
Art 119.- La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas
contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El
Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará
de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes
de cualquier grado.

Corte Suprema de Justicia de la Nación


La Corte Suprema de Justicia de la Nación es el máximo tribunal de justicia del
país. La Corte tiene competencia originaria sobre determinadas materias que se
encuentran reguladas en el artículo 117 de la Constitución, entre ellas las
referentes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros y también los juicios
entre provincias argentinas. Con competencia originaria se alude a que cualquier
caso judicial que contenga esos elementos deberá ocurrir directamente a la
Corte Suprema como órgano judicial decisor.
También es última instancia decisoria por vía de apelación (a través de
un recurso extraordinario federal), si el caso suscitare una cuestión federal, que
traiga aparejada la necesidad de decidir en un conflicto suscitado entre dos
leyes de igual o diferente rango o respecto de tratados internacionales
La Corte Suprema es presidida por uno de los ministros del tribunal con el título
de "Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación" el cual es
secundado por un Vicepresidente. Según lo establecido por el
artículo 79 del Reglamento para la Justicia Nacional, el presidente y el
vicepresidente son electos por la mayoría absoluta de los ministros y duran en
sus funciones tres años.
Artículo 79. El Presidente de la Corte Suprema será elegido por mayoría
absoluta de votos de los ministros del Tribunal. Durará tres años en el ejercicio
de sus funciones y será reemplazado sucesivamente por los demás ministros por
orden de antigüedad. Si el Presidente de la Corte Suprema se hiciere cargo del
Poder Ejecutivo de la Nación con arreglo a la ley de acefalía, el plazo fijado en el
párrafo precedente se prolongará hasta su cesación en el desempeño de la
Presidencia de la Nación.
Los magistrados pueden ser removidos de sus cargos por juicio político, por mal
desempeño, delito en el ejercicio de sus funciones, crímenes comunes (art. 53
C.N.), o mala conducta (art. 110). Para ello la Cámara de Diputados debe
aprobar el inicio del juicio y acusarlos ante el Senado que es el cuerpo que
finalmente toma la decisión de declararlo culpable y removerlo, o considerarlo
inocente y mantenerlo en el cargo.

Para ser miembro de la Corte Suprema se requiere:

● Ser abogado de la Nación con un mínimo de ocho (8) años de ejercicio de la


profesión de abogado.
● Cumplir los requisitos para ser senador nacional (artículo 55 de
la Constitución Nacional —CN—): tener la edad de treinta (30) años, haber
sido seis años ciudadano de la Nación. (artículo 55 CN).
● Cumplir con el requisito del Decreto № 222 del 19 de junio de 2003. 2
● El nombramiento de los jueces de la Corte Suprema es una facultad
compartida entre el Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional. El proceso
para hacerlo está establecido expresamente en la Constitución Nacional,
en el inciso 4 del artículo 99, referido a las atribuciones del Poder
Ejecutivo. Allí se establece que el presidentedesigna al candidato y el
Senado, con una mayoría especial de dos tercios de los miembros
presentes, debe convalidarlo en una sesión pública. Cumplido los dos
requisitos y antes de asumir sus cargos, deben jurar cumplir con la
Constitución, ante el presidente de la Corte (art. 112).
En 2003 el presidente Néstor Kirchner sancionó el Decreto Nº 222/03,3
reglamentando el inciso 4 del artículo 99, que la asigna al presidente la facultad
para nombrar a los jueces de la Corte. El decreto establece un procedimiento
público con participación y control ciudadano, para preseleccionar a los
candidatos, que debe realizarse antes que el presidente elija al candidato de su
preferencia.
El 15 de diciembre de 2015 el presidente Mauricio Macri designó por decreto,
sin cumplir con el Decreto Nº 222/03 y sin acuerdo del Senado, a dos jueces
supremos en comisión y por un período limitado (Carlos Fernando
Rosenkrantz y Horacio Daniel Rosat). El presidente argumentó que estaba
haciendo uso de la facultad que le confería el inciso 19 del art. 99, de la
Constitución, que le permite "llenar las vacantes de los empleos, que requieran
el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de
nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura". La
decisión fue criticada severamente por personalidades y asociaciones de los más
diferentes ámbitos.4 Inicialmente Macri insistió en designar a los jueces sin
intervención del Senado,5 pero luego reconoció el error y remitió las
designaciones a la cámara alta para completar el procedimiento constitucional.
En estos dos casos no se aplicó el Decreto N.º 222/03.
Los jueces de la Corte Suprema duran en su cargo hasta los 75 años (art. 99, inc.
4, párrafo 3º), mientras tengan buena conducta. Llegados a esa edad, el
presidente y el Senado, pueden mantener a los jueces por un plazo adicional de
cinco años, siguiendo el mismo proceso establecido para el nombramiento. La
extensión quinquenal puede repetirse indefinidamente (art. 110 C.N.).

Tribunales Inferiores
Son aquellos que, en la respectiva organización jerárquica y piramidal de los
sistemas judiciales, ocupan el grado inferior. Esta clasificación se hace desde un
punto de vista administrativo y no atendiendo al ejercicio de la función
jurisdiccional. Generalmente son tribunales unipersonales.
Tribunales unipersonales: Son aquellos cuyas resoluciones son dictadas por un
solo juez. Se llaman Juzgados

¿Cómo es el proceso por el que se designa a un juez ?

Un procedimiento que va desde la primera selección hecha por el Consejo de la


Magistratura, la elección del Poder Ejecutivo y la aprobación del Senado.

La relevante participación del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) en la elección de


los jueces está establecida desde hace más de un siglo y medio. Ya desde
la Constitución Nacional de 1853, el PEN posee, entre sus atribuciones, el
nombramiento de “los magistrados de la Corte Suprema y de los demás
tribunales federales inferiores, con acuerdo del Senado.”

Luego de la reforma constitucional de 1994, se estableció la incorporación del


Consejo de la Magistratura, órgano que tiene “a su cargo la selección de los
magistrados y la administración del Poder Judicial”, como una forma de
descentralizar la elección. El proceso se completó con la ley 24.937 de 1999, que
reglamentó específicamente lo estipulado en la Constitución.

De esta manera, el Presidente nombra a los jueces de los tribunales inferiores a


la Corte Suprema, en base a una terna presentada por el Consejo de la
Magistratura. Luego se requiere el acuerdo del Senado para el elegido, con dos
tercios de los presentes.

El Consejo está integrado por trece miembros, que se dividen entre jueces,
legisladores (de la mayoría y primera minoría), abogados, un representante del
Ejecutivo, y otro del ámbito académico y científico. De la selección se encarga
la Comisión de Selección de Magistrados, compuesta por 8 de los mencionados
miembros.

La conformación de la terna “se inicia con el llamado a concurso público por


parte del Consejo de la Magistratura. El concurso consta de tres etapas: un
examen escrito y oral; una evaluación de antecedentes y entrevistas
personales”, como indica el documento “Los jueces subrogantes en el Poder
Judicial de la Nación”, elaborado por la Asociación por los Derechos Civiles
(ADC).

Luego del examen escrito y de la evaluación de antecedentes se elabora el orden


de mérito provisorio, que puede ser impugnado por los postulantes y revisado
por una Subcomisión elegida por sorteo. Para la entrevista personal ante la
Comisión, son convocados como mínimo, los primeros seis puntajes, y
posteriormente se elabora un dictamen con los resultados y el nuevo orden de
mérito.

Requisitos para ser juez

Primera Instancia

➢ Ser argentino
➢ Tener veinticinco años de edad como mínimo
➢ Abogado/a con 4 años de graduado/a y especial versación jurídica
➢ Haber nacido en la Cuidad Autónoma de Bs As o acreditar una residencia
inmediata no menor a 3 años
Segunda Instancia (Camara y Tribunal Oral)
➢ Ser argentino/a
➢ Tener treinta años de edad como mínimo
➢ Abogado/a con 6 años de graduado/a y especial versación jurídica
➢ Heber nacido en la ciudad autónoma de Bs As o acreditar una residencia
inmediata no menor a 3 años

Justicia federal
De acuerdo al artículo 116 de la Constitución de la Nación Argentina,
corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos
por la Constitución, y por las leyes nacionales, salvo los casos que corresponden
a la justicia provincial; y por los tratados internacionales; de las causas
concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de las
causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación
Argentina sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias;
entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes
provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra
un Estado o ciudadano extranjero.
Dichas causa deben resolverse únicamente ante el foro federal. Actuando, en tal
situación, la Corte Suprema de Justicia como tribunal de apelación, si fuese el
caso.
Justicia Provincial
Cada una de las provincias de Argentina, basándose en la autonomía reconocida
por la Constitución nacional en su artículo 5, establece la administración y
organización de la justicia ordinaria dentro de su territorio. Es por ello que en
Argentina hay una organización judicial distinta en cada una de las provincias.
Dicha organización es creada de acuerdo a cada una de las constituciones
provinciales.
Cada provincia regula su sistema procesal, dictando sus propios códigos de
procedimiento, aunque aplican -con diferencias de criterio adecuadas a las
condiciones sociales, económicas o culturales locales- el mismo derecho de
fondo o material. Así, con veinticuatro diferentes normativas procesales,
siempre se aplica el mismo Código Civil, Comercial, Penal, derecho
Supranacional, Tratados internacionales, etc. Siendo deseable que en la
aplicación lejos de perpetuarse arquetipos o conceptos inducidos por la
industria editorial concentrada en Buenos Aires, se realicen análisis jurídicos que
atiendan la diversidad socio cultural de las regiones de la República Argentina.
Algunas provincias siguen líneas de organización más cercanas a la jurisdicción
federal, otras siguen líneas que suelen calificarse de "más progresistas" como
ser: proceso penal bilateral, investigación a cargo de la Fiscalía, jurados mixtos y
populares -según la gravedad del delito-. Mayor inmediación y simplificación de
las formas para hacer una justicia más accesible al público. Es aleatorio si el
procedimiento es oral o escrito, en todo caso, siempre los valores a los cuales
arribar son la simplicidad para el justiciable y la accesibilidad.
La mayoría de las justicias provinciales están divididas en Juzgados de Paz,
Juzgados de Primera Instancia, Cámaras de Apelaciones y un máximo tribunal
provincial, cuyo nombre varía según la jurisdicción. A modo de ejemplo,
encontramos la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, la Suprema Corte de
Justicia de Buenos Aires o el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos.
En cuanto a accesibilidad, la República Argentina en su jurisdicción nacional -el
ámbito federal- como en sus jurisdicciones locales -cada provincia como entidad
independiente- tienen asegurados sistemas de Defensa Pública gratuita. De
modo tal que, si bien imperfectamente, cuando menos el acceso a la justicia
esté garantizado a pesar de las carencias económicas. A diferencia de otros
países, donde se encarga a abogados particulares como carga pública -turno de
oficio- si no a los más nóveles abogados dentro de empresas jurídicas, los
Ministerios Públicos de la Defensa están formados por profesionales
rigurosamente seleccionados sobre la base de su sapiencia técnica y capacidad
personal para desarrollar el rol -no es suficiente con saber Derecho para ser
litigante, y menos aún Defensor Público-. Esta es una de las mayores notas
democráticas del sistema judicial de la República.

Consejo de la magistratura
El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial sancionada por la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara del Congreso,
tiene a su cargo la selección en concurso público de los candidatos a jueces y la
conformación de ternas, de las cuales, el Presidente de la Nación con acuerdo
del Senado, elige al nuevo juez. El Consejo de la Magistratura administra
también el Poder Judicial, supervisa a los jueces y pone en marcha el mecanismo
para su remoción por un Jurado de Enjuiciamiento.
De acuerdo a la Constitución, debe ser integrado periódicamente de modo que
se procure el equilibrio entre la representación de los órganos políticos
resultante de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de
los abogados de la matrícula federal. Debe ser integrado, asimismo, por otras
personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique
la ley.

Juicio por Jurado


Qué son los juicios por jurado

La idea detrás de los jurados es que una persona sea juzgada por sus pares. “En
lugar de que una persona sea juzgada por jueces profesionales, que son en su
gran mayoría hombres de clase media alta, los evalúa un grupo de personas -
que en general incluye igual cantidad de hombres y mujeres- con distintas
trayectorias y sensibilidades”, explicó a Chequeado Andrés Harfuch, miembro
de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y
Sociales (INECIP) y vicepresidente de la Asociación de Juicio por Jurados (AAJJ).

2. Cómo se elige al jurado

Los detalles del funcionamiento del jurado dependen de cada provincia.


En Buenos Aires, por ejemplo, el jurado está constituido por 12 personas y seis
suplentes, en todos los casos con paridad de género. Estas personas son
seleccionadas por sorteo a partir de una lista elaborada por la Justicia electoral
sobre la base del padrón entre todos los ciudadanosmayores de 21 y menores
de 75 años. Algunas personas, como los miembros de fuerzas de seguridad,
funcionarios electos o empleados del Poder Judicial, entre otros, no pueden ser
miembros del jurado.

Cuando se constituye un jurado, se sortea de esta lista a 48 personas que se le


presentan a las partes, Defensoría y Fiscalía, que pueden recusar a los miembros
por posibles conflictos de interés u otras razones. Una vez que se excluyen a los
participantes objetados se vuelven a sortear los nombres para llegar a la
composición final.

La selección es similar en Neuquén, aunque ese Código agrega también que “se
tratará de que, como mínimo, la mitad del jurado pertenezca al mismo entorno
social y cultural del imputado. Se tratará también, en lo posible, que en el panel
de jurados haya personas mayores, adultas y jóvenes”.

El caso de Córdoba es distinto, el jurado está conformado por ocho ciudadanos


comunes junto con dos jueces profesionales, que acompañan el proceso y la
deliberación. En este caso, se selecciona a 24 ciudadanos y queda constituido
por los primeros ocho que acepten el cargo.

En todos los casos los miembros sorteados pueden excusarse en ciertos casos,
como por ejemplo, problemas de salud.

3. Qué hace el jurado

De nuevo, las atribuciones dependen de lo que establece cada sistema


provincial, pero en términos generales lo que determina el jurado es si existió
el delito y la culpabilidad de la persona. La pena es luego establecida por el
juez, que está presente durante todo el proceso y los guía, explicándoles su rol y
manteniendo el orden y disciplina de las partes durante el proceso.

Durante el proceso el jurado es un mero observador, sin posibilidad de


intervenir en las exposiciones de las partes.

Para declarar culpable a una persona en la Provincia de Buenos Aires 10 de los


12 miembros deben estar de acuerdo y para una condena a prisión perpetua se
necesita la unanimidad. En caso de no llegar a acuerdo se puede declarar
“jurado estanco” y hay una serie de medidas para salir de esa situación.

En Neuquén son necesarios ocho de los 12 votos para declarar la culpabilidad, y


de no lograr esa mayoría se declara al acusado no culpable. El caso cordobés,
como se señaló, participa dos jueces profesionales en la deliberación. Se
necesita también de la mayoría para poder condenar a alguien, y los jueces
profesionales pueden estar en desacuerdo con el jurado: lo que cuenta es haber
alcanzado la mayoría de votos.
Si el jurado declara que la persona no es culpable, esta decisión no puede ser
apelada y la persona queda definitivamente absuelta. Si es declarado culpable,
en cambio, la defensa sí puede apelar y llegar a instancias judiciales superiores.

4. Cuándo se hacen juicios por jurados

En general se utilizan en la Justicia penal para casos de mucha gravedad. En la


Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, está previsto para casos que puedan
tener una condena mayor a 15 años y el acusado puede rechazarlo, es decir que
puede elegir ser juzgado por jueces profesionales.

En la Provincia de Córdoba el jurado popular es obligatorio en los casos de “los


delitos económicos, los hechos de corrupción y los ‘crímenes aberrantes’”, como
violaciones seguidas de homicidio. En Neuquén también es obligatorio cuando la
Fiscalía pide una pena mayor a los 15 años.

5. Algunos pros y contras

Los defensores de los juicios por jurados, como Harfuch, destacan laimportancia
de la participación ciudadana en la Justicia y aseguran que “acerca a los
ciudadanos al ver cómo se aplica en la práctica la Justicia”. Y señalan también
que trae un sentido innato de Justicia al sistema judicial. “Un ejemplo claro de
esto -precisó- es el caso de una chica de 19 años en Córdoba que mató a su
bebé recién nacido. El bebé era resultado de una violación de su empleador, que
abusaba de ella desde que tenía nueve años. Antes de decidir el jurado preguntó
si el violador estaba siendo procesado también, y no, no lo estaba. Entonces,
finalmente la absolvieron, argumentando que ya había tenido suficiente pena”.

“Obliga a los abogados y a los actores del sistema judicial a usar un lenguaje
claro para que todos los ciudadanos lo entiendan, lo cual transparenta al
sistema judicial”, señaló Martín Böhmer, profesor de Derecho de la Universidad
de Buenos Aires y en la Universidad de San Andrés. También señaló
a Chequeado que “obliga a los operadores judiciales a estar presentes y a
trabajar sobre los casos; probablemente ponga en blanco sobre negro la
desidia y las demoras de la Justicia argentina”.

Entre los críticos del sistema de juicios por jurados se objeta que ciudadanos
comunes, no preparados para la administración de Justicia podrían ser
presionados más fácilmente. Del otro lado responden que al multiplicar la
cantidad de personas (12 en lugar de uno o tres) es más difícil presionarlos a
todos, y que los jurados, al no tener una carrera que proteger en el sistema
judicial, tienen menos que perder en caso de fallar contra poderosos.

Otra crítica expresada es que los ciudadanos comunes podrían tender hacia la
“mano dura”, sobre todo porque se tratarán bajo esta modalidad los delitos más
violentos. En la misma línea el ex juez de la Corte Suprema Eugenio
Zaffaroni duda de la posibilidad de que los atenuantes puedan ser tenidos en
cuenta por personas sin formación legal.

En la Argentina no existen estudios públicos sobre este sistema. En el sistema


más antiguo, el cordobés, hasta 2013 se habían realizado 46 juicios por jurados
(acá pueden verse la estadísticas).

En los Estados Unidos, en cambio, se han realizado estudios en distintos


momentos que muestran que en más del 70% de los casos los jueces están de
acuerdo con el jurado, y en la gran mayoría de los desacuerdos los jurados
absolvieron al acusado cuando el juez lo hubiese condenado (en un estudio de
2004 en el 75% de los casos hubo acuerdo, en 6% el juez hubiese absuelto
cuando el jurado condenó y en el 19% restante el jurado absolvió cuando el juez
hubiese condenado).

Ministerio

El Ministerio Público de Argentina es un órgano constitucional bicéfalo


integrado por el Ministerio Público Fiscal, dirigido por el Procurador General de
la Nación y encargado de la acción de los fiscales, y el Ministerio Público de
Defensa dirigido por el Defensor General de la Nación y encargado de la acción
de los defensores oficiales o públicos.2 Los fiscales son los encargados de
defender los intereses públicos en los procesos judiciales, instando la acción
pública, en tanto que los defensores públicos son los encargados de defender los
derechos de las personas perseguidas por los tribunales del país o que, por
alguna circunstancia no pueden ejercer su defensa, como en el caso de los
menores, incapaces o afectados por discriminaciones.
El Ministerio Público Fiscal está dirigido por el Procurador General de la Nación.
El Procurador General de la Nación es el jefe de todos los fiscales que actúan
ante tribunales nacionales, y a la vez, él mismo, es el fiscal ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación. En su función como fiscal de la Corte Suprema,
dirige la tarea de los Procuradores Fiscales ante la Corte Suprema.
El Ministerio Público Fiscal también tiene un cuerpo denominado Fiscalía de
Investigaciones Administrativas, encargada de investigar los posibles actos de
corrupción en el Poder Ejecutivo Nacional.
El gobierno del Ministerio Público de la Defensa se encuentra a cargo desde el
año 2005 de la Defensora General de la Nación, Dra. Stella Maris Martínez. A la
institución le corresponde velar por la garantía de la debida defensa en juicio de
aquellas personas que acceden al servicio de la defensa pública (si se reúnen los
requsitos que exige la ley para su prestación). Se encuentra organizado sobre la
base de distintas especializaciones y cumplen diferentes roles tanto en la esfera
judicial como en la extrajudicial. Asumen la defensa técnica en un juicio civil o
penal; ejercen la tutela de niños y adolescentes huérfanos o en conflicto con sus
representantes legales, o la curatela de las personas declaradas judicialmente
dementes o inhabilitadas; llevan adelante la representación promiscua prevista
en el art. 59 del Código Civil para reasegurar la defensa de los intereses de los
aún llamados "menores e incapaces".

Los requisitos para ser Fiscal


➢ Para ser fiscal se requiere ser funcionario/a de Ministerio Publico Fiscal.
➢ Además, se exige ser ciudadano/a argentino/a tener menos de 25 años
de edad.
➢ Poseer titulo de abogado/a con al menos 4 años de antigüedad y contar
con un mínimo de 4 años de ejercicio efectivo en el país de la profesión
de abogado.

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