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ANALISIS DEL CONCEPTO DE “FELICIDAD”

Toda persona quiere ser feliz; pero para llegar a serlo,


habría que empezar por saber qué es la felicidad.
Jean Jacques Rousseau.

Nos podemos encontrar con una gran variedad de explicaciones que se refieren a
la “felicidad”, por ejemplo para los sociólogos sería: “el grado según el cual una
persona evalúa positivamente la calidad de su vida tomada en conjunto”, para
algunos parece ser que la felicidad es simplemente una “impresión ocasional,
fugaz cuya intensidad y duración varían según la disponibilidad de los bienes que
la hacen posible”. Según Comte, “podemos llamar felicidad a todo espacio de
tiempo en que la alegría parece inmediatamente posible” 1. Pero, ¿acaso será un
estado duradero? ¿es posible incrementar esa duración?; Para San Agustín la
felicidad es “la alegría que nace de la verdad”. Para Kant, la felicidad “debe ser
racional e independiente de toda inclinación personal”, para Marx consiste en
realizarse mediante el trabajo; Aristóteles escribía: “sobre la naturaleza de la
felicidad, no nos ponemos de acuerdo, y las explicaciones de los sabios y del
vulgo no coinciden. En el budismo existe un término denominado sukha, el cual
se refiere a un estado de bienestar que nace de una mente excepcionalmente
sana y serena; vinculado a la comprensión de la manera en que funciona nuestra
mente y depende de la forma de interpretar el mundo, pues, si bien es difícil
cambiar éste, en cambio es posible transformar la manera de percibirlo; Así, ellos
ponen especial énfasis en la eliminación de toxinas mentales como el odio la
obsesión etc. Que envenenan la mente2. “No hay un camino a la felicidad: la
felicidad es el camino.” Buda Gautama. “El secreto de la felicidad no se encuentra
en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de
menos”. Sócrates. Para el filósofo griego la felicidad no viene de recompensas
externas o reconocimientos, sino del éxito interno. Al reducir nuestras
necesidades, podemos aprender a apreciar los placeres más simples. “El hombre
que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los
demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”. Esto es “conocerse a uno
mismo” Platón. “Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso,
estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estas viviendo el presente”. Lao Tzu.
“Es el sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia ha sido
superada”. Friedrich Nietzsche, el filósofo nihilista nos dice que cuando
comprobamos que hemos superado aquello que nos oprimía, es cuando somos
1 Comte, André, La felicidad, desesperadamente, Paidos, Barcelona, p. 80. En línea:
https://docs.google.com/viewer?
a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxldGljYXllZHVjYWNpb25wb2xpdGljYXxneDo2MWI3MDY4NDY1
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2 Ricard, Matthieu, En defensa de la felicidad, Urano, Barcelona, 2003, pp.15-24.


felices. “Felicidad es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre
tiene singular vocación”. José Ortega y Gasset. Para este filósofo y ensayista
madrileño la felicidad se produce cuando coinciden lo que él llama “nuestra vida
proyectada”, que es aquello que queremos ser, con “nuestra vida efectiva”, que es
lo que somos en realidad.
¿Habría una realidad, conocimiento y verdad aproximada sobre la felicidad?; El
escritor Rabindranat Tagore nos dice: “Tomamos por permanente lo que es
efímero, y por felicidad lo que no es sino fuente de sufrimiento: el ansia de riqueza,
de poder, de fama y de placeres obsesivos”, al respecto, el escritor francés
Nicolas de Chamfort comenta: “El placer puede apoyarse en la ilusión, pero la
felicidad reposa sobre la verdad” 3. Derivado de todo esto, se podría decir que hay
un universo mental basado en la idea falsa que nos hacemos de la realidad; por lo
tanto, un gran obstáculo para la felicidad sería la representación y no la realidad.

Las ciencias cognitivas y la psicología se preguntan: ¿Nacemos con


predisposiciones variables a la felicidad y a la desgracia?, ¿hasta qué punto es
posible modificar nuestros rasgos caracteriales y engendrar un sentimiento de
satisfacción duradero?, ¿Cuáles son los factores mentales que contribuyen a esa
transformación? Todo esto a llevado a hacer considerables esfuerzos de
investigación en 70 países. Ruu Veenhoven ha contabilizado y comparado no
menos de 2475 publicaciones científicas sobre la felicidad 4. También ha habido
una serie de debates científicos que se preguntan: ¿Se impone la herencia
genética a los demás factores psicológicos, sobre todo a los relacionados con los
acontecimientos de la primera infancia, con el entorno y con la educación?. Al
respecto algunos trabajos de investigación realizados con gemelos criados por
separado, han revelado que, en lo que se refiere a la cólera, la depresión, la
inteligencia, la satisfacción de vida, el alcoholismo, las neurosis, y muchos otros
factores, presentan rasgos psicológicos comunes; y en cuanto a hijos adoptados,
se parecen mucho más, a sus padres biológicos (que no los han criado) que a sus
padres adoptivos (con los que han crecido). Así el estudio de cientos de casos a
llevado a Tellegen5. Y a sus colegas a afirmar que la felicidad posee una
probabilidad de poder heredarse del 45 % y que nuestros genes determinan
alrededor del 50 % de la varianza de todos los rasgos personales examinados.

3 De Chamfort, Nicolas, Máximas, pensamientos, caracteres y anécdotas, Península, Barcelona, 1999.

4 Veenhoven, Ruu, Bibliogrhapy of Happiness. RISBO, Studies in Social and Cultural Transformation, Erasmus
University Rotterdam, Holanda, 1993. Véase asimismo el artículo del mismo autor “progres dans la
compréhension du bonheur”, Revue Québécoise de Psychologie, 18, 1997, pp.29-79. En el que se utilizan los
recursos del Banco Mundial de Datos sobre la Felicidad ( World Database of Happiness), situado en la
Universidad Erasmus de Rotterdarm (Departamento de Sociología). A una parte de estos estudios se puede
acceder a través del sitio www.Eur.nl/fsw/research/happiness.

5 Tellegen, A. y otros; Personality similarity in twins reared apart and together, Journal of Personality and
Social psychology, 54, 1998, pp. 1031-1039. Citado en: Ibíd: Ricard, Matthieu, En defensa de la felicidad,
p.255.
Matthieu Ricard en su libro “En defensa de la felicidad” nos menciona en el
capítulo de “la sociología de la felicidad”, que la felicidad aumenta con la
implicación social y la participación en organizaciones benéficas, la práctica del
deporte y de la música; que las personas casadas o que viven en pareja son casi
el doble de felices que los solteros, viudos o divorciados que viven solos; que la
felicidad tiende a ser mayor en las personas que gozan de buenas condiciones
físicas. Que el ver la televisión, produce un aumento mínimo del bienestar, pero en
cuanto a los que la ven mucho, son menos felices, probablemente porque la
mediocridad y la violencia de los programas inducen a un estado depresivo. La
excitación y el placer ocasionados por la multiplicación y la intensificación de las
estimulaciones sensoriales, de las diversiones ruidosas, chispeantes, frenéticas y
sensuales, no pueden reemplazar una paz interior y alegría de vivir. El Psicólogo
Daniel Goleman nos dice que la “inteligencia emocional” diferencia de manera
significativa a las personas felices de las desgraciadas; y es definida como la
capacidad para percibir correctamente los sentimientos de los demás y tenerlos en
cuenta, así como para identificar de forma lúcida y rápida nuestras propias
emociones. En este mismo capítulo se hace referencia a que una persona
extravertida es socialmente más apta para combatir las circunstancias difíciles ,
mientras que la que no se siente a gusto consigo misma experimenta una
ansiedad creciente que casi siempre se traduce en problemas afectivos y
familiares, así como en fracaso social. Por otro lado, las personas que fomentan
una dimensión espiritual, les ayuda a marcarse un objetivo en la existencia dado
que gozan y viven los valores humanos6.

¿Podría decirse que la ética, es una ciencia de la felicidad? Desde el punto de


vista de las leyes de causa y efecto que rigen las consecuencias de nuestros
actos, sería importante tomar conciencia de la felicidad y del sufrimiento que
producimos, tanto de hecho como de palabra y de pensamiento. Dado todo lo
anterior expuesto observamos que entra en juego la sabiduría, y es precisamente
esta la que permite distinguir los pensamientos y los actos que contribuyen a
alcanzar la felicidad auténtica de los que la destruyen 7.

6 Ibíd; Ricard, Matthieu, En defensa de la felicidad, pp.255-263.


7 Ibíd; Ricard, Matthieu, En defensa de la felicidad, p289.

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