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CONTRATO GRACE

El presidente del Perú Andrés A. Cáceres, bajo cuyo primer gobierno se firmó el Contrato Grace.

El Contrato Grace, llamado también contrato Aspíllaga-Donoughmore (por haberlo firmado Ántero
Aspíllaga y Lord Donoughmore), fue suscrito el 25 de octubre de 1888 entre el gobierno peruano y
el Comité Inglés de Tenedores de Bonos de la Deuda Externa del Perú, por el cual esta entidad
liberaba al Perú del pago de dicha deuda, a cambio de la entrega de la administración de sus
ferrocarriles por 66 años, entre otros concesiones. Se denominó Grace, pues el representante de
los bonistas ingleses y redactor primigenio del proyecto de contrato fue Michael P. Grace, un
hombre de negocios de origen irlandés. Fue sometido a su aprobación al Congreso de la República,
abriéndose un amplio e intenso debate sobre sus ventajas y desventajas para los intereses de la
nación. Durante varios meses se fue prorrogando su aprobación en el parlamento, por obra de una
minoría parlamentaria combativa, hasta que el gobierno hizo vacar a estos congresistas y nombrar
a otros, logrando finalmente la aprobación en octubre de 1889. Los bonistas ingleses crearon la
compañía The Peruvian Corporation para la explotación de los ferrocarriles peruanos.

Índice

1 Contexto

2 El proyecto de convenio de Michael Grace

3 Los opositores

4 Aceptación oficial de la propuesta de Grace

5 El contrato Araníbar-Tyler

6 El contrato Aspíllaga-Donoughmore

7 Debate en el Congreso y aprobación

8 Contenido

9 Creación de la Peruvian Corporation

10 Ventajas y desventajas

11 Véase también

12 Bibliografía

13 Enlaces externos
Contexto

Después de la guerra con Chile e iniciado el proceso de Reconstrucción Nacional, el Perú se vio
frente a una cuantiosa deuda externa proveniente de los empréstitos de 1869, 1870 y 1872, que
llegaba a la enorme suma de 51 millones de libras esterlinas, lo cual, obviamente, resultaba
imposible de pagar pues equivalía en varias veces todo el presupuesto de la República. Los
acreedores amenazaron con requisar al Perú sus exportaciones, si es que el gobierno peruano no
se avenía a transar un acuerdo. Urgía pues, buscar una salida. Por otro lado, el estado de deterioro
de los ferrocarriles hacía necesaria la llegada de fuertes capitales para restaurarlos y construir
otros.

El proyecto de convenio de Michael Grace

Michael P. Grace, empresario de origen irlandés con intereses en los negocios guaneros y
ferroviarios en el Perú.

A fines de 1886, el negociante irlandés Michael P. Grace (representante de la Casa Grace), en


nombre de los acreedores extranjeros reunidos en un "Comité Inglés de Tenedores de Bonos de la
Deuda Externa del Perú", presentó al gobierno de Andrés A. Cáceres el proyecto de un convenio
para cancelar la deuda peruana. La propuesta era que el Estado peruano entregara a los
acreedores todos sus ferrocarriles y obras ferroviarias por 75 años, así como tres millones de
toneladas de guano, dos millones de hectáreas en la selva central, el privilegio de explotar las
minas de cinabrio en Santa Bárbara - Huancavelica, la explotación del petróleo en Piura, además
de la concesión del libre uso de los muelles a donde llegaban los ferrocarriles, incluida la libre
navegación por el lago Titicaca, y 33 anualidades de 80.000 libras esterlinas. El gobierno vio con
buenos ojos este proyecto, pues permitía el restablecimiento del crédito del Perú en el exterior,
así como la inyección de importantes capitales para la restauración de los ferrocarriles y la
construcción de otros. El inconveniente más notorio, y que naturalmente acarrearía la crítica de la
ciudadanía, era la entrega de los ferrocarriles a una compañía extranjera, pero una medida como
esta se consideró justificada, teniendo en cuenta que tales ferrocarriles habían sido construidos
con el dinero de los préstamos de 1869, 1870 y 1872.

Los opositores

Conocida en el Perú la propuesta de Grace, se abrió el debate sobre si convenía para los intereses
de la nación aceptarlo. Una posición surgida entre algunos peruanos era que la deuda debía ser
pagada por Chile, ya que este país se había apoderado de los territorios salitreros y guaneros que
habían sido garantía de los empréstitos de 1869, 1870 y 1872. Sin embargo, de acuerdo al Tratado
de Ancón firmado con Chile y que puso fin a la guerra con dicha nación en 1883, Chile solo se
comprometió a dar a los tenedores de bonos el 50 % del producto del guano en los territorios
cedidos por el Perú, hasta que se agotaran los depósitos guaneros. Por lo demás, el valor de todos
los depósitos de guano no habría bastado para cubrir toda la deuda derivada de los empréstitos
peruanos, por lo que se precisaba buscar una salida realista, para que no siguiera creciendo la
deuda con sus intereses.

José María Químper, el infatigable diputado que se opuso a la ratificación del Contrato Grace.

Entre los opositores al contrato destacó nítidamente José María Químper, antiguo integrante del
Gabinete de los Talentos y entonces diputado por Camaná. Escribió al respecto un folleto titulado
Las propuestas de los tenedores de bonos (1886), donde acusó al gobierno de Chile de ser el
inspirador del contrato; asimismo, sostuvo que el Perú quedaría atados de pies y manos a los
intereses del imperialismo británico y que la cesión de ferrocarriles era excesivamente entreguista,
pues se otorgaba más de lo que se recibía a cambio. Para Químper, Chile era quien debía asumir la
responsabilidad de la deuda peruana, por haberse apoderado de los yacimientos guaneros que
habían sido la garantía de la deuda peruana, posición demagógica que, como era de esperarse, fue
apoyada rápidamente por la mayoría de la población peruana. A lo largo de varias legislaturas,
este personaje entabló una lucha enconada para evitar la ratificación del contrato, siendo una de
sus tácticas alargar los debates mediante larguísimos discursos, uno de ellos de seis horas de
duración.

El escritor José Arnaldo Márquez, a través de su opúsculo La orgía financiera del Perú (que publicó
anónimamente en Santiago de Chile, en 1888), se opuso también al contrato.

Aceptación oficial de la propuesta de Grace

Ante la corriente opositora surgida en el Perú, Grace intentó mostrarse más flexible y presentó un
segundo proyecto por el cual redujo a 66 los 75 años de usufructo de los ferrocarriles, entre otras
atenuantes más.

Estudiada la propuesta por el gobierno peruano, hubo un primer informe favorable emitido por la
comisión integrada por Aurelio Denegri, Francisco García Calderón y Francisco Rosas, no tanto por
considerar que tuviese ventajas, sino porque no encontraban otras alternativas posibles ante la
crítica situación hacendaria. Otro informe positivo fue el del fiscal de la nación, Araníbar, mientras
que el de su antecesor, Manuel Atanasio Fuentes (fiscal interino) fue contrario.
Por fecha del 19 de febrero de 1887, y luego de los estudios y consultas realizados, el gobierno
peruano expidió la resolución suprema donde se aceptaba la propuesta de Grace, con algunas
condiciones. La firmaron el presidente Cáceres y su ministro Manuel Irigoyen.

El contrato Araníbar-Tyler

Para negociar con los tenedores de bonos las bases propuestas por el gobierno peruano, fue
comisionado a Londres José Araníbar, quien se reunió con sir Henry Whatley Tyler, presidente del
comité de tenedores de bonos y con Michael Grace y Gerald Augustus Ollard. Se firmó el llamado
Contrato Araníbar-Tyler (26 de mayo de 1887).

Pero enterado el gobierno chileno de la firma de dicho documento, se opuso a su aprobación,


expresando que objetaría todo pacto que no dejase claramente establecido que Chile no tenía
obligaciones por la deuda peruana aparte de lo claramente explicitado en el Tratado de Ancón. El
gobierno peruano se inhibió entonces de someter dicho contrato a la aprobación del Congreso y a
través de su cancillería expresó al gobierno chileno que en adelante tendría en cuenta lo señalado.

El contrato Aspíllaga-Donoughmore

Un nuevo contrato fue suscrito entre el 5.º conde de Donoughmore, representante de los
acreedores, y el ministro de Hacienda peruano Ántero Aspíllaga, el 25 de octubre de 1888. Ese
mismo mes se instaló el Congreso Extraordinario que empezó a discutir el contrato.

Debate en el Congreso y aprobación

Una minoría de diputados encabezada por Químper inició en el segundo Congreso Extraordinario
de enero de 1889 una obstrucción sistemática contra el contrato, prolongando indefinidamente
los debates. Para esta minoría, el Perú se comprometía a pagar mucho más de lo que en realidad
los bonos o títulos de la deuda valían en el mercado, y que por lo demás, no le correspondía hacer
ese pago. La táctica empleada por esta minoría fue el ausentismo para frustrar el quórum legal. La
mayoría hizo entonces una declaración, dando cuenta a la Nación y al Poder Ejecutivo de la
situación y sosteniendo que los diputados disidentes, al negarse a contribuir con su voto y su
presencia, habían cesado en el ejercicio de sus cargos (14 de febrero de 1889).
Después de algunos titubeos, el gobierno decidió en abril de 1889 considerar vacantes los escaños
de la minoría, convocando además a elecciones parciales en las provincias que representaban esos
diputados. Barrida así la oposición por medio de un cuestionable procedimiento, se reunió el
cuarto Congreso extraordinario, que aprobó con algunas modificaciones de detalle el contrato
Aspillaga - Donoughmore (25 de octubre de 1889).

Contenido

Estas fueron las principales cláusulas del contrato:

A cambio de la liquidación de su cuantiosa deuda externa, el Perú se comprometió a ceder a los


tenedores de bonos de la deuda externa todos los ferrocarriles del Estado por espacio de 66 años.
Estos ferrocarriles eran los siguientes:

Mollendo-Arequipa-Puno-Juliaca-Santa Rosa.

Pisco-Ica

Callao-Chincha

Lima-Ancón

Chimbote-Suchimán

Pacasmayo-Guadalupe

Salaverry-Trujillo-Ascope

Paita-Piura.

Callao-Lima-Chosica-Chilca.

Además de ello, el Estado peruano hacía las siguientes concesiones a los bonistas:

El derecho de exportación del guano existente en el territorio nacional hasta tres millones de
toneladas inglesas, así como el sobrante que quedase del 50 % del guano de islas de Lobos que le
correspondía al Perú según el Tratado de Ancón, una vez que fueran saldadas con parte de ese
monto sus deudas con Chile, por obligaciones y adelantos asumidos por el anterior gobierno de
Miguel Iglesias.

La libre navegación en el lago Titicaca (aunque las naves debían llevar bandera peruana) y la
propiedad de los vapores de propiedad fiscal que navegaran en el lago
El libre uso de los muelles de Mollendo, Pisco, Ancón, Chimbote, Pacasmayo, Salaverry y Paita,
para el tráfico que demandase la construcción y ampliación de las vías férreas.

Por su parte, los tenedores de bonos se comprometían a lo siguiente:

A concluir en tres años el tramo ferroviario de Chicla a La Oroya (ferrocarril central) y en dos años
el de Santa Rosa a Maranganí, y dentro de los dos años siguientes, la línea Maranganí a Sicuani
(ferrocarril del sur).

A construir dentro de seis años un total de 160 km más de cualquier otro ferrocarril.

A reparar y poner en buen estado de servicio dentro de los dos años siguientes todos los
ferrocarriles que recibían.

El gobierno peruano se comprometía a pagar al comité de tenedores 33 anualidades de 80.000


libras esterlinas cada una.

Y finalmente, el comité debía formar y constituir una compañía en Londres, debidamente


registrada, a la que serían transferidas las concesiones, propiedades y obligaciones impuestas al
comité, según el contrato.

Cabe señalar que las concesiones mineras mencionadas en los primeros proyectos del contrato
quedaron eliminadas. En cuanto a las concesiones de tierras de colonización, estas fueron
autorizadas por una ley y una resolución posterior, aunque en la práctica no tuvieron resultados
de importancia.

Entre los tenedores de bonos y los gobiernos de Chile y del Perú se celebró el 8 de enero de 1890
un acta y un protocolo (llamado Elías-Castellón), arreglando todo lo relacionado con el guano de
Tarapacá, directamente afectados en la cancelación de la deuda externa peruana.

Creación de la Peruvian Corporation

Aprobado el contrato, los bonistas ingleses crearon la compañía The Peruvian Corporation y
cambiaron sus bonos, que fueron anulados, por acciones de la misma. En julio de 1890 los
ferrocarriles del Estado peruano pasaron a manos de dicha compañía, por 66 años, según lo
estipulado en el contrato.

Quienes defendieron el contrato Grace sostenían que su vigencia y aplicación haría mejorar y
crecer la red ferroviaria de la nación. Pero lo real fue que la Peruvian sólo dedicó su preocupación
a ampliar las vías Central y del Sur, obra muy importante por cierto, pero descuidó todo el resto de
la gran red ferroviaria que recibió, e incluso, algunas de estas líneas se abandonaron totalmente.
El contrato Grace sería modificado durante el primer gobierno de José Pardo y Barreda en 1905 y
durante el oncenio de Augusto B. Leguía en 1928.

Ventajas y desventajas

Ferrocarril peruano administrado por la Peruvian Corporation tas la firma del Contrato Grace.

La ventaja notoria que logró el Perú con la firma de este Contrato fue la anulación de su cuantiosa
deuda externa proveniente de los empréstitos de 1869 a 1872, que con intereses llegaba a una
enorme suma que en esos momentos resultaba imposible pagar. La recuperación del crédito
externo y del prestigio nacional era entonces de suma prioridad para llevar adelante el proceso de
Reconstrucción Nacional, que por entonces inició el Perú luego de la desastrosa guerra con Chile.
Asimismo, los bonistas asumían la obligación de realizar inversiones, capitales estos que eran muy
importantes para el resurgimiento económico del país.

La desventaja palmaria fue la entrega de toda la red ferroviaria pública a las manos de una
compañía extranjera, primero británica y luego norteamericana. Aquellas vías eran entonces de
vital importancia, pues eran las únicas que conectaban la costa con el interior del país y sus más
importantes centros mineros, teniendo en cuenta que la minería ha sido tradicionalmente la
mayor fuente de divisas del Perú. Prácticamente quedó pues, bajo control extranjero, la mayor
parte de los recursos del país. Ya vimos también que la Peruvian Corporation no cumplió a
cabalidad su compromiso de ampliar la red ferroviaria, ya que dejó en abandono muchas líneas.

Asimismo, siguiendo en el rubro de las desventajas, se ha sostenido con fundamento que en esta
transacción el Perú pagó en demasía, tal como lo dijeron en su momento Químper y sus
partidarios. Años después, el presidente Guillermo Billinghurst, en un mensaje al Congreso
fechado en 1913, aportó cifras tremendamente reveladoras: el valor de los bonos de la deuda
externa peruana, al momento de celebrarse el Contrato Grace, solo llegaba a la cifra de 2.368.832
de libras esterlinas; este monto fue cancelado concediéndoles a los bonistas bienes cuyo valor
superaba ese adeudo en más o menos seis veces, ya que se les pagó con bienes que tenían un
valor sumado de 18.204.628 libras, distribuidos así:

17.013,680 libras, que era el precio de los ferrocarriles entregados,


650.948 libras en dinero efectivo abonado a los acreedores, y

630.000 libras pagados a los acreedores en bonos de la deuda externa chilena.

No obstante, queda en la incógnita si el gobierno de Cáceres pudo haber logrado un acuerdo más
justo y equilibrado con los bonistas, o si en realidad optó por la solución más realista en ese
momento.

Véase también

Historia republicana del Perú

Reconstrucción Nacional

Andrés Avelino Cáceres

Peruvian Corporation

Ántero Aspíllaga Barrera

Lord Donoughmore

Michael P. Grace

Bibliografía

Basadre, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición, corregida y
aumentada. Tomo 8. Editada por el Diario "La República" de Lima y la Universidad "Ricardo
Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.

Chirinos Soto, Enrique: Historia de la República (1821-1930). Tomo I. Lima, AFA Editores
Importadores S.A., 1985.

Contreras, Carlos: La posguerra del Pacífico y la formación del Perú moderno (1883-1933). Tomo XI
de la “Historia del Perú” publicada por la Empresa Editora El Comercio S.A, 2010. ISBN 978-612-
4069-97-0

Fonseca, Juan: Un Estado en Formación (1827-1883). Tomo X de la “Historia del Perú” publicada
por la Empresa Editora El Comercio S.A, 2010. ISBN 978-612-4069-96-3

Orrego, Juan Luis: La República Oligárquica (1850-1950). Incluida en la Historia del Perú. Lima,
Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-35-4

Roel Pineda, Virgilio: Historia del Perú en el Proceso Americano y Mundial. Tomo 4. Independencia
y República. GH Herrera Editores. Lima, 1996.
Guerra, Margarita: Historia General del Perú. La República Aristocrática. Tomo IX. Primera Edición.
Editorial Milla Batres. Barcelona, España, 1984. Depósito legal: B. 22436-84 (XI)

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