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La Fuerza Del Perdón Libera Tu Potencial

Texto: Mateo 9:2-8 “Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una


camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: ¡Ánimo, hijo; tus pecados
quedan perdonados! Algunos de los maestros de la ley murmuraron entre ellos:
¡Este hombre blasfema! Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: ¿Por
qué dan lugar a tan malos pensamientos? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados
quedan perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepan que el
Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, se dirigió
entonces al paralítico: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y el hombre
se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la multitud se llenó de temor, y
glorificó a Dios por haber dado tal autoridad a los hombres”
Reflexión:
Un ejercicio que todo seguidor de Jesucristo debe practicar, manifestar
y extender a otros es el poder del perdón. En esta oportunidad no
vemos a Jesús sanando por medio de una declaración, sino que vemos
a Jesús sanando por medio del perdón. La Biblia relata cómo gente le
criticó no por el hecho de haber sanado a un hombre sino de haberlo
perdonado. La Biblia no detalla los motivos por el cual el hombre llegó a
ésta condición pero si resalta el milagro ocurrido al ser borrados sus
pecados, el resultado fue: “…y el hombre se levantó y se fue a su
casa” (Mateo 9:7). Aquel paralítico desde una condición de incapacidad
física pasó a tener sanidad en su vida, no sabemos el cómo o quién lo
puso en esa condición pero sí sabemos que hizo que el panorama de su
vida cambiara.
El perdón es liberación para nuestras vidas y nos abre las puertas de
los cielos. El perdón no es para los demás, es para nosotros. No es un
acto de buena fe extenderlo o recibirlo, es cambiar el panorama de
nuestra vida o de los ambientes. Por ejemplo, en un hogar donde falta
perdón abundará la amargura y esto es un hogar paralítico. En un
ambiente de trabajo donde no hay relaciones sanas tendrás relaciones
disfuncionales e improductivas. El hombre de nuestra historia pasó de
ser un incapaz a ser un capaz. El perdón nos cambia de ser incapaces
a ser capaces. En personas, hogares, negocios, ciudades o países
donde no haya perdón estará latente la maldición de la incapacidad. El
hombre de la historia, una vez que el perdón lo sanó regresó a su casa.
Cuando se recibe perdón, se extiende y se manifiesta en los
ambientes, se libera el potencial y tendremos la capacidad para
traer orden, bendición, multiplicación y cambios en nuestros
lugares asignados.

Declaración de fe:
Padre, en este día declaró que el perdón es un fruto que abunda en mi
vida a diario. Que libero mi vida de marcas e incapacidades producidas
por heridas de un pasado hechas por personas o situaciones y que
aprendo a recibir perdón anulando así mis incapacidades y liberando
mi potencial. Declaro que extiendo perdón a mis prójimos, que tengo el
poder de perdonar y así de liberar a otros para que hagas tu perfecta
voluntad y tu propósito cumplido en los lugares donde tú me permitas
entrar y con las personas que me permitas tratar.

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