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22 Josep Liuis Camino Roca y Arantxa Coca Vita UNA TEORIA DE LAS EMOCIONES PARA EL ANALISIS TRANSACCIONAL* JOSEP LLUIS CAMINO ROCA Y ARANTXA COCA VILA RESUMEN En el presente articulo se estudia el posicionamiento que el Andlisis Transaccional toma respecto al tipa de emociones existentes en el ser humano y su desarrollo evalutivo y las caracteristicas de éstas. Para ello, previamente se analiza la naturaleza de la aprehensién de la reali- dad que hace el individuo, tomando como referencia los estudios de la Fenomenologta que tanto han influido en la epistemologia del A.T. Se lega a la conclusién de que el ser humano tiene una percepcién emacional, que no sensorial, de los fendmenos y experiencias que vive, dotdndolos de un significado propio y subjetivo. Esta percepcién emacio- nal de la realidad viene determinada por las emociones dominantes en cada individuo y por la percepcién que éste tiene sobre su propia persona 0, lo que es lo mismo, por la decisién emocional que tomé en la infancia. Palabras clave: Andlisis Transaccional, Fenomenologia, percepcién emacional, autopercepcién. ABSTRACT This comunication pretends to study the position of Transactional Analysis respect emotions in the human being and their development. Previously, analyzes the characteristics of reality human perception through the Fenomenological tesis that have been so important for TA. epistemology. It concludes that people have an emotional percepcion and not a sensory one. So, we understand our experiencies through the emotions which dominate in everyone of us and also through the selfper- ception we created in the childhood. Key words: Transactional Analysis, Fenomenological tesis, selfperception. * Esta comunicacién fue presentada en el XII! Congreso Espaiol de Andlisis Transaccional realizado en Barcelona en los meses de junio y julio de! 2006. ** Dr. Josep Lluis Camine Roca, psicdlogo y psicoterapeuta, presidente de ACAT (Associacié Catalana d'Analisi Transactional); Lda. Arantxa Coca Vila, psicopedagoga y psicoterapeuta, vocal de ACAT. NP 85 Afio 2006 Una teoria de las emociones para el Analisis Transaccional 23. INTRODUCCION: No resulta tarea facil acometer en un bre- ve trabajo de investigacion un tema cargado de ambigtiedad como es el de las emocio- nes. Este trabajo consta de dos partes: en la primera se insinda una linea de lo que el AT entiende por emociones, basandonos en la Fenomenclogia, especialmente de Max Scheler y Jean Paul Sartre, como los repre- sentantes mas cercanos a nosotros, dentro de esta filosofia, que tal como ya hemos de- mostrado en otra investigacion, representa -de acuerdo con los trabajos de Beme- el fundamento epistemolégico del AT; en la segunda parte se tratard de la aplicacién de la teoria expuesta en la primera, en relacion al estado del yo y la toma de sus “deci- siones emocionales”. ~PODEMOS ESTABLECER UNA DEFINICION Y CLASIFICACION DE LAS EMOCIONES? Al parecer las emociones no se pueden definir, se trata de vivencias que tan solo podemos describir, por eso preguntamos en el andlisis: gpuedes describirme como te sientes? “La conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo” (Sartre, 1971: 76), para afiadir mas adelante: “Existen, ademas, falsas emociones, que solo son conductas” y “La verdadera emoci6n... va unida a la creencia” (1971: 101 y 103), as- pectos que analizaremos mas. detallada- mente. Nosotros, como analistas de Guiones de Vida, no consultamos “hechos”, sino fend- menos y por fenémeno se entiende aquello que se muestra por si mismo y cuya reali- dad es lo que aparece como fendémeno, es decir, apariencia que hay que describir e in- terrogar. El primer fenémeno humano es la conciencia de existir. Mientras otras corrien- tes psicoldgicas parten de los hechos, noso- {ros partimos de la totalidad global que es el ser humano. Una emocién es, pues, una conciencia capaz de emocionarse y como tal cargada de intencionalidad y significado: el sujeto en situacién, Esta vision total del ser humano es lo que separa al AT de una parcializacién de la conducta humana, de un reduccionismo a hechos y trastornos de conducta, sin una conciencia que los unifique y que constituye el sujeto mismo, una toma de conciencia del Yo, como Adulto responsable de sus actos y, en parte, de sus emociones. Ahora bien, esta conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo, puesto que el sujeto emocionado se halla unido al obje- to emocionante. La emocién es una deter- minada manera de aprehender el mundo e, incluso, de un intento magico de trasformar- lo, por ejemplo, en la emocién de miedo puedo hacer un intento de eliminar el objeto de miedo, de la misma forma que en un es- tado de rabia podemos interrogarnos de esta forma: “gMe parece odioso porque es- toy furioso” 0 “Estoy furioso porque es odio- 80?" (Sartre, 1971: 125). Ciertamente, la conciencia emocional es irreflexiva y espon- tanea, aunque no por ello inconsciente, ya que es consciente de si misma en cuanto se trasciende hacia el mundo entorno y per- cibe su estado de emocién. Una vez confirmada la dificultad de una clara definicin de la emociones, podemos pasar a una clasificacién de las mismas. {De cuantas emociones basicas estamos hablando? ges el afecto una emocién? y glos celos? gqué ocurre con la ansiedad?. Nosotros seguiremos una clasificaci6n reco- nocida, la de Charles Danwin (1984), y una terminologia clasica en la Psicologia. Podemos hablar de diferentes areas de la conducta humana, asi del area intelectiva, del lenguaje, de la psicomotricidad y de la afectividad. Dentro del area de la afectivi- dad podemos distinguir las emociones, como un estado de animo intenso, aunque de corta duracién, con manifestaciones psi- cosomaticas (taquicardia, sudoracién, reac- cién epidérmica, etc.) y los sentimientos, como un estado de dnimo mas tranquilo y més perdurable, sin reacciones psicosoma- ticas manifiestas. Revista de Andilisis Transaccional y Psicologia Humanista 24 Josep Liuis Camino Floca y Arantxa Coca Vila Asi que, hablar de afectividad en vez de amor es un uso inadecuado del término, de la misma forma que referirse a la emocién y/o sentimiento del amor como “conducta de apego”, no deja de ser un reduccionismo ala conducta animal, con exclusion de la it tencionalidad de la conciencia, aunque coin- cida con los primeros afios de la vida del nifio, aquellos en que la conducta es instinti- va y atin no ha hecho aparicién la capaci- dad intelectiva y concienciacién humana, aquella pristina etapa en la que podemos hablar de pensamiento prelégico, por lo ge- neral antes de eclosién del lenguaje. Las emociones basicas son cinco: amor, alegria, rabia, tristeza y miedo, que estudia muy bien Berne, a lo largo de sus obras, y también de forma especial Steiner en La educacién emocional (2002), indicandose la expresién adecuada de cada emocién y la complementacién social que se requiere. El AT. sefiala ademas la diferencia con las emociones inauténticas, por ejemplo: ansie- dad, melancolia, sentimiento de culpa, ago- rofobia 0 exceso de rabia o de tristeza, etc., aparte de la teoria originalmente berniana de la “recoleccién de cupones”. Es decir, existe una clara distincién entre !as emocio- nes auténticas y el resentimiento 0 inautén- ticas y las contaminadas, como es el caso de los celos (amor contaminado de miedo) 0 la envidia (tristeza contaminada de rabia). Algunos autores, siguiendo tal vez sin sa- berlo a Spinoza, incluyen el amor en la ale- gria, reduciendo con ello las emociones ba- sicas a cuatro. En efecto, para Spinoza ‘el amor es una alegria acompafiada por la idea de una causa exterior’. Al respecto Ma- lebranche ya se pregunté si amamos a una fruta que comemos, por el hecho de que nos cause placer. Las emociones se mani- fiestan ante un objeto determinado y son causa de estados emocionales diferentes. El amor que sentimos hacia una persona no se trasforma aunque esa misma persona nos ocasione dolor 0 tristeza en ocasiones, de la misma forma que una persona odiada no cambia nuestra emocién, aunque ocasio- nalmente sea fuente de alegria o de placer. N° 85 Afto 2006 eCOMO TRABAJAR LAS EMOCIONES: EN EDUCACION Y PSICOTERAPIA? Como norma general podemos decir que la tarea del Adulto (profesor tutor 0 terapeu- ta) consiste en impedir que el Padre del es- tado yo de cada uno se inmiscuya y arruine la sana manifestacién de las emociones del Nifio Natural. ‘Ademas podemos establecer cinco pasos que consideramos fundamentals: 1. Faeilitar la descripcién de la vivencia emotiva en cada momento. 2. Proponer opciones de cambio ante una situacién de sobreadaptacién sostenida. 3. Descontaminar al estado Nifio del yo de las emociones inauténticas 0 con- taminadas, con el fin de que recupere conciencia de las cosas, espontanei- dad en la expresién de las emociones e intimidad. (=) <=> Figura 1: Descontaminar el Nifjo Libre de! Sumiso y del Rebelde. 4, Trabajar el Ethos del estado yo Adul- to, para clarificar las “creencias” del Marco Referencial, distinguiendo los que pueden ser prejuicios, fruto de un sistema educativo inadecuado, de los juicios de valor auténticos, que el suje- to desde su Adulto incontaminado de- cidira tener presente. 5. Educar en valores, ya que son éstos los que condicionan los estados emo- cionales de la persona:

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