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f i l i a l Ksgleas: L a iglesia y

Ram ón S e n d e r: Los
y los días, H alldor K.
¡•toess. Prem io Nóbel 1955
Is c a r: Igualdad y Liber-
R oberto das Neves: Vidas
• “iplaies. Tom az da P onseca,
^ • n a z da Fo n seea: L os hu-
^ ts. G erm án A'rciniegas;
J pluma aje n a. O tra vez Pa-
- André Proudhom m eaux:
clentifism o a la tecn o cia-
Profiréor Sam u el V elasce y
Cuestiones pedagógi-
r La educación de la niñez.
^ « e r ic a Montseny. Cuentos
^ noche. Los juegas del
.Adolfo H ernández: Dla-
Diálogos de todos los
- J . Pérez G uzm án: L as
t ^ e d a s m ortales. - Vladim ir
Poi- los cam inos de la
Han K yn er: L a Gre-
Líbertaria (H istoria y cri-
' Folletón encuadernable.

“o i i f a c H íte n A u a l

P R E C IO ; 80 F R S .

Ayuntamiento de Madrid
NUESTRA PORTADA

m
P o r P a b lo P IC A S S O

El Picasso s u rre a lis ta , d e cu a d ro s in c o m p re n s ib le s , en los q u e sólo


a p a re c e c la ro e l d e sd é n a n te la o p in ió n d e un m u n d o q u e n e ce sitó la
e x tra v a g a n c ia p a ra re c o n o c e r el m é rito d e un artista v e rd a d e ro , ha
hecho o lv id a r a l Picasso re a lis ta y d e m o le d o r d e la p rim e ra hora y de
la hora b u e n a .

N u e stra p o rta d a re p ro d u c e hoy u n o d e los cuadros d e ese Picasso,


d e s c o n o c id o para los unos y o lv id a d o p o r los otros. Y este será, sin
e m b a rg o , el Picasso q u e pasaré a la p o s te rid a d , p o rq u e en é l a p a re c e n
los valores e ternos y esenciales d e l A rte d e to d o s los tie m p o s .

La e xp re sió n p a té tic a d e este s e m b la n te d e m u je r; la in d e c ib le


triste za d e estos o jos y los rasgos a to rm e n ta d o s d e estas fig u ra s , sólo
p u e d e n com pararse con los q u e re c o g ió G o y a e n cuadros in m o rta le s.
Es a lg o a lu c in a n te y m a g n ífic o , im a g e n v iv ie n te d e l d o lo r h u m a n o , d e
la m iseria. M is e ria social y fis io ló g ic a . Este c u a d ro nos re ve la el Picasso
re v o lu c io n a rio , el g ra n Picasso g u e la so cie d ad a h o g ó , fo rz á n d o le a la
d e fo rm a c ió n d e l A rte , para a tra e r su a te n c ió n y c o n q u is ta r la g lo ria ,
P e ro causa p la c e r d e s e n te rra r al a rtis ta y al h o m b re , s e p u lta d o s p o r
e l m e rc a n tilis m o y la e s tu p id e z d e l m u n d o m o d e rn o .

R E V IS T A .MENSUAL
DE SO C IO LO G IA , CIENCIA Y L IT E R A TU R A
S e cre ta ria de R ed acción ; Fed erica M ONTSENY,
Colaboradores: Jo sé P eirats, Felipe Alaiz,
Vladím iro Muñoz, Eusebio C. Carbó, Adolfo
Hernández, B en ito M illa, Evelio O, Fon taura
J Ruiz. H erbert R ead , Hem Day, J . Carm ona
'Blanco, Campio Carpió, Eugen Relgis, ügo
Fed eli, H éctor R . S ch u jm an , J . M, Puyol
Angel Sam b lan cat, Dr. Pedro V allina, Luce
Fabbri, J . Capdevila, G . Esgleas. Osm án Desiré
D octor Ju a n L azarte, R en ée L a m b e r e t ,
A. Prudhom meaux.
P recios de suscripción: F ran cia, 204 francos
trim estre; E xterior, 240 francos.
Número suelto, 80 francos.
Paqueteros. 15 por lOO de descuento a partir
de cinco ejem plares.
G iro s: ((CNT», hebdom adaire. C.C.P U 97-2I
4, rué B elfo rt, T O U LO U SE (H aute-G aronne).

Ayuntamiento de Madrid
K£¥ISli\ S O C IO lO S Iá . C I£ N O á ¥ lIT S k A n k A
Año VI T o u lo u s e , Febrero Í956 N “ 62

LA IGLESIA Y ESPAÑA
«P or eso el obispo tien e que ocuparse tam ­
bién del orden público y social, e n u n a fe ­
cunda y arm oniosa inteligencia con el poder
civil, p ara el bien y el progreso de la socie­
dad.»
(P alabras d el mismo representante del Pon­
tífice Rom ano.)

« S i recuerdo ah o ra estas tristes vicisitudes


que se cernieron sobre B arcelo na e n im a
hora trág ica p ara España, es p ara reafirm ar
que l a Iglesia M adre de todos, h a perdonado
y a a sus perseguidores y estrech a a los arre­
pentidos en un abrazo de bondad.»
(P alab ras de M gr, A ntoniutti.)
«Perm itidm e que os diga que hay otros
motivos p ara am aros y deberos gratitu d. Vos
estuvisteis en tre nosotros en los m om entos
difíciles de la Cruzada- Y sé cuánto h icisteis
y el agradecim iento que siempre os tuvo el
Cardenal Gomá, d el que yo era entonces obis­
po auxiliar.j)
(P alab ras del obispo D r. Modrego Casaus
R íg id a s a l rep resentante del R om ano Ponti-
nce M gr. A ntoniutti.)
De E l Corteo C atalán, 26-1-1956.
EL ALMA DE LA R E A C C IO N poÜtic^ sobre todo en la península Ibérica, con intromisión
cada día más activa en el seno de la sociedad civil. Por tal
L a fuerza reaccionaria más activa y más temible de cuan­ motivo en Argentina sostuvo a Perón y luego chocó con él
tas se mueven en España contraria al espíritu liberal, humanis­ Hoy, en tierra española, choca con Falange, su concurrente
ta y progresivo es la Iglesia Católica Romana. Es y h a sido be- en la carrera de los totalitarismos absorbentes. L a Iglesia no
'Rerante en las contiendas civiles. No ha renunciado al poder admite cim petencias. Cuerpo extraño a España, necesita tener­
temporal ni aun formando cuerpo aparte del Estado. D e éste la controlada en absoluto para mejor dominarla. E l choque
^ m in a aotualmente los principales resortes. E l poder no es con Falange no se hace más estridente porque los ladinos
raneo en España; es la Iglesia. E lla actúa en consejera y conseieros vaticanos no consideran todavía propicia la hora
R e c to ra , Siempre ha apoyado al dictador dictado. Entre Su Aparentando ser más «democrática» que Falange la Iglesia
^ tid a d .y e l Caudillo han sido cruzados mensajes cordiales, Romana e n España se prepara a dirigir en lo que esté a su
lenen ellos raíces de simpatía y d e afinidades mucho más alcance las evoluciones necesarias que abran un lento periodo
«Oresivas y profundas que las entrevistas y apretones de de tram ición hacia la Monarquía. L a batalla, la Iglesia la
^ n c » de Franco con el D u ce y con el Führer desapareci- ha perdido espintual y inoralmente. Nada puede rehabilitar-
Los dictadores pasan. L a Iglesia Católica Rom ana fuer- la a ,los o|c» del pueblo. Pero quiere seguir asegurándose, a
* totalitaria secular, queda. E n España, como en Portugal, pesar de todo, el predominio temporal indirecto.
e n Argentina y en otros lugares, su ambición habrfa
La Iglesia en España, más que en parte alguna, que en
“O constituir un Estado teocrático. L a Iglesia es una fuerza
la propia Italia, es romana, cesárea. Para ella no reza el.- «No

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1752 CENIT

matarás». Su lema es el exterminio. L a guerra al infiel. La ias casas de centenares de eclesiásticos españoles, si hay un
desaparición física de los herejes. E l grillete al espiritu. La crucifijo y un breviario, no falta una pistola, un fusil, un
desarticulación de todo el mecanismo anímico que permita arma homicida. Igual en los conventos, arsenales armados.
al hombre ser dueño de su propia personalidad, de sí mismo, Pero al pueblo no se le h a podido hacer entrar la religión
y a la sociedad regirse sin tutela. Cruzadas e Inquisición con sangre ni a ciistazos, utilizando los crucifijos para abrir
resumen su técnica en suelo español, ayer y hoy. Las pala­ las cabezas.
bras d e «perdón», en boca de la Iglesia son un ultraje a las L a inquietud de la Iglesia en España aumenta al consta­
tumbas de los caídos por la libertad. Bem anos podria invo­ tar que la juventud que quiso moldear, atraerse, tenerla su­
carse como testimonio irrecusable. La carta de adhesión del jeta, se le va; se le rebela. «La juventud a c tu ¿ , ha confe­
Episcopado español a la Cruzada expresa magistralmente todo sado públicamente Fernández Cuesta, tiene el mismo espí­
el fondo reaccionario de las jerarquías eclesiásticas españo­ ritu que tenían los sublevados del 19 de julio».
las.
L a clase estudiantil española, en escuelas superiores e iirs-
Mientras predomine la Iglesia en la sociedad civil española titutos, considera al catolicismo como fomentador de la hipo-
el pensamiento liberal y toda manifestación libertaria encon­ wesía, como opuesto al progreso científico, a l desarrollo de
trarán feroz oposición. las ciencias y de las artes.
Ni en las mismas cárceles y presidios la Iglesia, con todo
J E R A R Q U IA S D O M IN A D O R A S y disponer de los más eficaces resortes inquisitoriales, ha
llegado a imponerse ai espíritu de los «herejes», que siguen
Las jerarquías eclesiásticas españolas están imbuidas de un fieles a las propias convicciones y creencias. Los ha vejado,
espíritu dominador. Se creen herederas de los cruzados de humillado, martirizado, recurriendo a todos los procedimien­
la fe. Los cancerberos d el catolicismo. Ignacio de Loyola si­ tos, valiéndose de sus servidores, instrumentos de un fana­
gue inspirándoles. E l Sacro Imperio mundial calóliep romano tismo cruel; no ha conseguido domeñarles.
oonstituye su sueño vesánico. S e sienten tocadas de ia Gra­ Pero la Iglesia no renuncia. No suelta nunca su presa.
cia para llevar sus hazañas adelante, hacia las conquistas de- Transige y se adapta a las circunstancias, mas persiste en
linitivas de un mundo que se Ies escapa cada día más. Las sus objetivos fijos d e dominación.
jerarquías eclesiásticas actúan como casta dirigente, recibien­ España sigue siendo para ella una de las colonias más pre­
do la inspiración y las consignas de la Internacional vatica­ ciadas, jc^a engarzada a la corona del Sacro Imperio Ponti­
na, guía y mentora de las más vastas operaciones que repre­ ficio. L a quiere toda para ella. Por eso se opone encarni­
sentan intervención efectiva en la vida de los pueblos. Elias, zadamente Umbién a la introducción de las iglesias concu­
no sólo están divorciadas del pueblo, al que no aman, sino rrentes evangélicas. H ará lo imposible con el Caudillo o
del propio clero llano, que también es reseco de alma eu ge­ con una Monarquía, para que la libertad de cultos no sea
neral. Por un Jacinto Verdaguer, lleno de bondad evangélica, entronizada.
como San Francisco de Asís, hay diez curas trabucaires, be­ E l Cardenal Gomá h a sido un «benemérito» de la Iglesia.
licistas. Problam ente intervienen en ello causas biológicas, « E l Caudillo ha ofrecido a Dios la Espada de la Victoria».
telúricas, psíquicas, elementos constitucionales atávicos y ad­ Y todo la Iglesia lo codicia no para España, sino para Roma.
quiridos.
A la casta eclesiástica española, como a la militar, le inte­
resa por encima de todo conservar sus prerrogativas y privi­
legios. E stá esencialmente metalizada. L a religión es para
ellos una empresa mercantil, una industria. Las duras cali­
ficaciones del gran poeta lusitano Guerra Junqueiro; «Pa^
yasos d e la Cruz», nunca han estado mejor aplicadas come
al histrionismo de las actuales jerarquías eclesiásticas que
contribuyen a sostener el inmoral tinglado franquista.
A dichas jerarquías, pese a lo que manifiesten los padres
Herrera, les importa muy poco el reparar las injusticias so­
ciales, restablecer siquiera algo de sentimiento evangélico
que haga menos alucinante la situación de la inmensa ma­
yoría de desheredados que constituyen la población española
explotada y doliente, hoy e n dia reducida a la condición eco-
irómica más miserable de todas las de Europa. L as frases de
caridad de algunos obispos responden aún a una preocupa­
ción interesada, tienen un fondo especulativo; tienden a que
amainen tormentas que se preven y que van incubando el
circulo fatal de las violencias, engendradas éstas siemnre poi
la rapacidad, la avaricia, la crueldad y el despotismo de
los de arriba-

IN Q U IE T U D E S DE LA IG L E S IA

Los más perspicaces mentores de la Iglesia se dan cuenla


del fenómeno español: el pueblo siente indiferencia religiosa,
más que indiferencia, asco y odio hacia magnates reliciosos,
los tonsurados jerárquicos que escarnecen con sus ostenta­
ciones la miseria, los curas capitaneadores de la Cruzada,
los .alentadores de los exterminios de herejes y de las fa­
milias de herejes. E l pueblo intuye en la Iglesia al enemigo.
E l auxiliar del Poder. E l cómplice de éste. No ignora que
en España, donde h a encendido tres guerras civiles, la Igle­
sia es belicosa. E stá organizada en milicia de combate. En

Ayuntamiento de Madrid
CENIT
1753

No hay «pa­
tna» para ella, por mas que sus huestes en España se digan rado en su universalidad Y definiéndose en catolicismo mi-
hoy «nam nales», no la ha habido nunca. Dios, la ReJi- cióÑ empresas políticas de domina­
ción universal de mas vasta envergadura.
S / / ’/ , PO' de todo. Así, por ios si-
Juzgada su ap^ ición por algunos como el acontecimiento
de l o í l m w ' M verdaderos Renacimientos
de los pueblos. No obstante, no faltará quien loe el sentido mas trascendental de los siglos, por hombres de elevados sen-
eterno de la misión de la Iglesia m ilitante; «No se encuen- co™ ^ o lk far«"l° í l * ” Ryner, por ejemplo, ha sido execrado
con palabras lapidarias: «Todo lo que hay en mí de noble
2sail eV d e°W r acontecimiento más colo-
que el de las Cruzadas; no .se encuentra tampoco ins- ¿ ““ ano—dice este— rechaza al catolicismo...»
a/ a “ .después de su aparición histórica, gana
S S / ‘l i r R T T ^ ® milita­
re» di|o Balmes. L a undécima Cruzada y las legiones f/ ¿ o / / T T No es un pr^d^ct/
m ^ s o b r ^ a s . h itltó a n ^ y Jas mehallas marr/quíes im ^ rn - ^ to rto n o . E s un producto de importación. Se introduce co-
Ht/ven appvando el alzamiento de los acaudillados, cons- . . . advenedizo, como cuerpo extranjero extraño a k
tuyen un e,empIo de esta «colosal belleza... dedicada a mu- autentica España. Antes que cristiana España es de hecho
tüar, a convertir en cadáveres los hijos más capaces más ma- “ m i r d r r i J a ''p T dionisiaca. Lo es po/
^08 e imumisos, más libres y abnegados de un pueblo dig- s / f m L hffi» t P P ' su mar. por
devastándolo de uno a otro confín a d nutjorem gloria de de T s Z f T T misticismo ardiente
flc k™ ,de la Cruz y de una Teresa de Jesús. Lo
h lZ ó T -«n ninguna emoción es bajo la Inquisición. Sigue siéndolo en su mayoría de po-
« l e1“
£ “ ■5 - - 7 ,7 “ ÍO .™ .y e•»
n —
nuestros mismos
tro . m i - m o días
." !!
ESPAÑA NO ES C A T O L IC A ROMANA > ' • ‘■■'P
p 1 1 1 ^ éjawja c?i ira»iüs umco iiecho car-
ne. según la leyenda, en Jesucristo, hacia el Poder, es más
s id n " !ffL " ? L a religión católica no ha ^ e r te que todos los decálogos y que todas las leyes. E n las
s ^ o abrazada por el pueblo. L e ha sido impuesta L e es
ilustradas impera el escepticismo en materia
S ” en i , ? “ V ^ r o n mayoria, es indi- ///,!? ?■ P“ 'M v en ien cia y comodismo se acepte
de re'>fflosa. a pesar de seguir gran parte seguir k com ente de la tradición impuesta.
líeos manera tradicional y rutinaria los ritos cató- Nada de común hay entre el pueblo y la Iglesia Católica
Ts d / "co del español llano es superficial. No
*‘do en sus orígene.s ni Los metodistas, protestantes, reformados,
durante siglos enteros cnstianos ni católicos.
cualquiera secta religiosa, hallaráp en el español tipo la mis-
P o p íS e r v i / - V ’ historiadores, k s clases W f l ,! ’ I « a en materia religiosa. L a fobia al infiel, al
krtnhÑ s®“0 del politeísmo tradicional o del hereje, a cobija una minoría de casta, que es k que la pre­
retichismo pnmitivo».
dica e impone. E s la milicia vaticana, romana, S
vií^íeÑto ' ““ P'ido una misión en el desenvol- panola, o española romanizada k que da permanencia a k
R iC de l í n "? ? - T t H“ “ roidad. Pero esta nueva reli- imposición religiosa, invadiendo fodos los tenenos y se
d/ ? u tri¡/ to / encomien, apoya en el poder civil o militar, o bien, más expeditiva
da su tnunfo a la toleranaa y a k caridad; la vieja religión
d V y dirige al César, al Rey,
S iri/ o ’^e ® y a los p a tib Jo s. Cóns-
i n S í l °F f .t P '« E s t a d o dentro del Estado domi-
®“ o roete mano a instituciones y
KrirtTfl’n/c ■ ^1 ro®' A “ ás guste, y que haaendas. E s poder espiritual, w IíH co y económico. Tiene
l^ s ü M o s e infieles sean igualmente considerados», es lo que
•misión, función y aspiración totalitarias.
" ’r mantenido la más cerril info-
Io/ i ? Hogueras y multiplicado
f de W ? sembrado el luto en millares
^ hogares españoles. pracHcando las más odiosas y feroces P O D E R E S Y M O N O P O L I O S V A T IC A N IS T A S
rt/d'^d ' / “ “ ‘«adoras. E s la que no admite la !i-
Ttad de cultos, la que hace cerrar k s capillas de k s igle- E n e! <¿ama español la Iglesia romana juega un panel
is protestantes, k que quiere en toda escuela y hogar un Piincipal, E lla está a k cabeza de la re a cci'ó n .'^ S isto m á S
citiio. la que pretende empapelar judicialmente a un ciu- mente dinge la Cruzada permanente contra la herejía- k
_^ano cudquiera cuando no s e descubre al paso de un:i pensamiento libera], k emancipación del espí-
" “ Lraste no puede ser mayor, Lafuente no la ntu , ia inteipretaeion libertaria de la vida, la justicia social
rebasando al patemalismo. la libertad como conquista efec­
La coacción del medio ecle.siástico sobre el ciudadano cs- tiva sm el beneplácito de la bendición tonsurada.
C L f l P/roanente en España. Las clases cultas, k sufren. La razzia contra la corriente del liberalismo en la Esna-
K od Pa'm nato; los jornaleros; ks ña catolizada, es pem an ente. Ataca a las personas físicas a
toda ? “ m-a! V efectivo es aplicado a / t .‘f Se mete con ios hombres y con as
« a la ew ala s o c d . E n k s aldeas sobre todo hallan la instituciones. Los elimina o d en ib a recurriendo a todos b/
^ nera mas cruel de asfixiar al hombre de tendencia libe- procedimientos cuando no se someten a su férula. L os co-
loca siempre al margen de k ley, si no se doblegan porque
eclestácflt, i u se someten a k férula
^ esiástica. Aquellos que no rinden tributo público y noto- para ella la ley es la catoUcidad. A pesar de ello el p !n -
o a ios tonsurados locales, árbitro.s de familias y de hoga- ‘‘Herol ha sido domeñado en España. Masa-
Vai’io 0^” •'’* s“ existencia es una odisea, un cal- h £ ls l/L ‘« . . ‘leroies modernos en suelo español, los
y permanente, cuva honda tragedia sólo es liberales los republicanos. los socialistas, los cenetistas los
anarquistas, los réprobos que no doblegaron la cerviz sien-
«ón fl/ S - española. Reli-
eiero t " P®"“- ®ó“ »vale a imposición. Y el objetivo del do españoles y sintiéndose todos hombres enteros, no han
podido ser an.auikdos, Y las nuevas generaciones ¡os f e ?
C pi ¿o°nn a r cuerpos y almas. r “ " ‘f' “ « « . atar. mentos irreductibles del liberalismo, k s te n d "!tí/ ; l!L r t a
naa urepnnubles ren d en . Una n u e v a Cruzada de hoy
^do v r 'e / ” e r d f **” 'stad io avan- ya no es posible en España. Por eso k Iglesia se apresura
culturas, del pén­
enlo filosófico, dei desarrollo espiritual humano conside- a asegurar sus luievas posiciones estratégicas.
E s para defendió principalmente intereses vaticanistas en

Ayuntamiento de Madrid
1754 CENI T

España, que r o supo salvaguardar la Monarquía borbónica,


C A P IT A L Y T R A B A J O A S O M E T E R
que se desencadenó la última Cruzada.
L a Iglesia hace política. Y mueve sus peones a hacerla. L a Iglesia quiere incrementar su capital. Asegurar los
Se aferra al poder temporal. Acapara los bienes terrenales. sueldos a sus legiones, proiiíerarlos, del mismo modo que
E n España tiene el brazo militar bafo su control. Los es­ pretende ejercer tutelaje sobre el Poder, el Estado; impe­
padones ie son fieles y adictos. dir que nadie pueda gobernar, administrar contra su volun­
Posee un poder económico formidable. Bancos poderosos, tad omnímoda.
empresas importantes le son tributarias, De los bienes raíces, £1 articulo X IX del Concordato, dispone;
suelo y subsuelo, acapara gran porción,. M aneja buena parte “!•— L a Iglesia y el Estado estudiarán d e común acuerdo
de la industria, del comercio, d e las riquezas del país. Va­ ia creación de un adecuado patrimonio eclesiástico que ase­
rones católicos adictos le sirven de testaferros. España sa­ gure una congrua dotación del culto y del clero.»
crificó a la Iglesia el Imperio, y la Iglesia continúa sacrifi­ «... 3.— E l Estado, fiel a la tradición nacional, concederá
cando a España. Percibe actualmente una de las partidas anualmente subvenciones para la construcción y conserva­
más importantes del presupuesto del Estado. ción de templo parroquiales y rectorales y seminarios; el fo­
Domina la Universidad. Tutela toda la Enseñanza. Y lo mento de las Ordenes, Congregaciones, etc.»
explota por su cuenta. E incluso pretende tener también la España será convertida en un criadero y semillero de cu­
facultad de extender ella títulos universitarios. ras con pupilaje a cuenta del erario nacional, además de
Se opondría ferozmente a toda enseñanza laica. FraiKisco haberse concedido a la Iglesia las máximas prerrogativas de
Ferrer fu é fusilado en M ontjuich por haber tenido la osa­ explotación, sobre la que toda investigación queda prohibida
día de fundar la Escuela Moderna. de antemano.
Interviene la Iglesia en todas las manifestaciones de la Pero la Iglesia tiende también en España a dominar al
vida pública y social, directa o indirectamente. No renuncia trabajo. P or eso se preocupa de tener el control de los Sin­
a ningún negocio y juega con todas las barajas. Hidra de dicatos. Y no bastándole la presencia de asistentes eclesiás­
cien cabezas, anónima, fría y metalizada d e corazón, por ticos en éstos, sabiendo el papel importantísimo que ju e­
haber perdido toda sustancia cristiana primitiva, extiende sus gan en la vida moderna los obreros organizados, sobre todo
tentáculos por todas piartes. en regímenes en que los sindicatos son sometidos a la fé­
L as ventajas de la Cruzada ha podido asegurárselas en rula totalitaria, quisiera desbancar al poder jerárquico que
España con Franco a base d el Concordato mejor que lo viene ejerciendo el Partido Unico, la Falange. Hoy la F a ­
hizo el Vaticano eon Mussolini en el Tratado de Letrán. lange le estorba a la Iglesia en e l terreno político y social,
D e 1851 a 1931, establecido entre Pío I X e Isabel II, exis­ en el terreno sindical.
tía un Concordato que delimitaba las relaciones del Estado Sin renunciar a la formación posterior de Sindicatos Ca­
con la Iglesia. No es éste e l que le interesaba reivindicar tólicos, le tiene más cuenta a la Iglesia apoderarse d e los
al Vaticano, Su contribución a la Cruzada debía tener otro, Sindicatos Verticales, filtrarlos, que no crear y desarrollar
premio, e n detrimento de la soberanía española. Son los bie< aquéllos, etapa también prevista. E l Sindicato Católico no
nes espirituales, morales y materiales efectivos los que a le ofrece la penetración masiva inmediata de los sindicatos
ella se interesa asegurar. verticales. No obstante, no descuida el fom entar en el cam­
E l primer artículo del Concordato firmado entre Pío X II po principalmente, ya desde hace tiempo, las Hermandades
V Franco el 28 de agosto de 1953, estipula: Católicas.
«La Religión Católica, Apostólica, Romana, sigue siendo Responsable de la Cruzada, cóm plice de la miseria y de
la única de la nación española.» la explotación de la clase trabajadora española, viendo el
L a exclusividad, pues, le es otorgada. Concesión sin res­ absoluto despego de ésta hacia la Iglesia, trata de congra­
tricciones. ciarse ahora ella, de presentarse como defensora de sus rei­
Para m ejor asegurarla, el articulo IV del actual concordato vindicaciones, desde el punto de vista «humano y cristiano».
establece: E s siempre el secular juego malabar e hipócrita. L a táctica
«E l Estado español reconoce personalidad juridica y la actual vaticanista en España, es reconciliar la Iglesia con
plena capacidad de adquirir, poseer y administrar toda clase el pueblo, empeño vano por la idiosincracia misma del cato­
de bienes a todas las instituciones y asociaciones religiosas licismo y porque el pueblo hispano intuye bien que las po­
existentes en España a la entrada en vigor del presente Con­ siciones d e las jerarquías católicas son especulativas y fal­
cordato, constituidas según el derecho canónico; en particu­ tas de sinceridad.
lar a las diócesis con sus instituciones anejas, a las Ordenes Son las promociones jóvenes y sobre todo las masas obre­
V Congregaciones religiosas, las sociedades de vida común ras objeto de la preocupación constante y preferente de I*
y los' institutos seculares de perfección cristiana canónica­ Iglesia. España, después de Italia Pontificia, es la primer*
mente reconocidos, sean de derecho pontificio o de derecho fortaleza a defender e n Europa para el Vaticano.
diocesano, a sus provincias y a sus casas,» Estos días el Sumo Pontífice se h a dirigido por radio *
«... 3.— L a gestión ordinaria y extraordinaria de los bie­ sus feligreses de las aldeas rurales españolas, que han par­
nes pertenecientes a entidades eclesiásticas o asociaciones ticipado a los ejercid os espirituales, por radio también, coo
religiosas y la vigilancia e inspección de dicha gestión de ocasión d el IV Centenario de «San» Ignacio d e Loyola. El
bienes, corresponderán a las autoridades competentes de la espíritu ignaciano es el que prima en el Episcopado espa­
Iglesia.» ñol. Espadas e hisopos a diestra y siniestra movidos ímp#"
L a Iglesia tiene, pues, carta blanca com o empresa capita­ rativamente, con todos los ardides y astucias, con brutal®’
lista a título m is favorecido. Sus bases fuertes son de más acometidas o movimientos estratégicos envolventes y refi­
rendimiento que las de las bases americanas establecidas por nados con el objetivo único de predominio por encima
el pacto yanquifranquista. E l capitalismo vaticanista des­ todo. Nada debe haber para esas legiones ávidas de con­
arrollado, continuará, como toda la acción d e la Iglesia agu­ quista y de poderío más alto que la Cruz, más omnipoient®
dizando aun más e n el futuro el drama d e España, ¡Qtué que la Iglesia, que sueña siempre en avasallar Estados Y
lejos están los tiempos d e Carlos I I I y de la expulsimi de pueblos.
los jesuítas; ¡os de M endÉábal y de las desamortizaciones «Desde el momento que hay pobres, desde el momeot»
de bienes I Capitales inmensos acumulados y en explotación que la clase trabajadora no ha conseguido la justa val<w*-
en España asegurarán al Vaticano más vastas zonas de con­ ción de su traBajo, el catóLco no puede estar tranquilo», E*
trol, de influencia y de dominio. dicho en Barcelona Mgr. Antoniutti. jesuíticamente.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1755

«L a fusta valoración del trabajo»; un leltm otlf de propa­ L as soluciones de recambio las ha ido aplicando, mientras
ganda de la que la Iglesia quiere hacerse la abanderada en demolía baluartes de libertad, royéndolos o atacándoles fe­
e l actual viraje de habilidades, para escamotear la verda­ rozmente, la Iglesia, en sus evoluciones estratégicas ofen­
dera libertad, la justicia social. s iv a y defensivas, en España. Una de ellas ha sido en estos
E l órgano váticanista en la prensa de la ciudad condal, últimos veinte años la Cruzada y Franco- Ahora, discreta­
en la que jamás las masas obreras han tenidoi simpatía por mente, apadrina la transición hacía una Monarquía impreg­
la Iglesia ni por Falange, comenta, prepara el terreno y da nada fuertem ente de espiritu teocrático. A ninconada ésta, si
la consigna, expresándose asi: « E l Nuncio precisó que la una situación de hecho liberal y republicana fuerte determi­
Acción Católica tiene el deber de preparar dignamente el naran la raresión y conciencia popular, jugaría la carta de la
pensamiento católico, de infundir el espíritu cristiano en to­ Dem ocracia Cristiana. No es la primera vez en la Historia,
das las instituciones y de dar a conocer y poner en práctica que el catolicismo m ilitante, el jesuitismo aguerrido, se pre­
la doctrina social d e la Iglesia. Planteó, pues, un programa senta com o defensor de la «democracia» y de la teocracia
de acción. a la vez. E l super-jesuitísmo del OPUS D E I, nuevo engen­
«... E l lugar de la Acción Católica está en la Sociedad, dro del espiritu inquisitivo romanizado en España, mueve ya
en la calle, en el am biente, pero preparado a fondo su m¡- sus legiones, las despliega en vastos campos de operaciones;
tilante e n e l conocimiento del pensamiento del Papa, en el enfoca sus baterías, precisa, en los sombríos y siniestros con­
estudio en las fuentes seguras de la Iglesia y b ajo la guia ciliábulos, sus planes, ante las situaciones nuevas previsi­
de sus maestros.» bles. Resistir, durar y perdurar, para seguir dominando todo,
E l programa de acción hace tiempo que lo aplica la Igle­ mucho o poco, según las oposiciones y obstáculos que en­
sia en España. cuentra, es siempre el objetivo inmediato del catolicismo,
Franco podría caer—habría caído ya— si la Iglesia lo hu­ universalmente avasallador.
biera abandonado; e l Caudillo de noa Cruzada de la que
fu6 instrumento, podria desaparecer y podria también que­ L a España auténtica no es dócil ni domeñable. L a nueva
dar desarticulada Falange: mientras quedara en pie, intac­ realidad española no conseguirá dominarla la Iglesia, por
to, e l Poder de la Iglesia Católica Romana, en España el ágil y astuta que sea en sus movimientos. Hay una E s­
totalitarismo permanaceria. E l programa de acción d e la paña nueva, enraizada en una España con espiritu d e li­
Iglesia, el que ha venido aplicando en tierra hispana con­ bertad y de independencia jamás fenecidos, que emerge brio­
quistada ha sido ese. sa por encima de grilletes y de ruinas, de cruces y d e pa­
tíbulos. E s ella la d e las grandes esperanzas. E s la España
que quiere ser hogar libre, acogedora de todas las creen­
cias, en la que fieles e infieles, creyentes o ateos, ortodo.xos
R E A L ID A D E S M A S F U E R T E S Q U E L A IG L E S IA
e impíos hallen ía tolerancia dentro d e la realización vi­
viente d e un nuevo orden libertario e n gestación. E sta será
Hay, no obstante, realidades que la Iglesia n o puede do-
la obra del Pueblo español.
Diinat. L a vida, el individuo y la sociedad con sus tenden­
cias libres, es más fuerte que la voluntad impositiva de las
minorías esclavizadoras. Los absolutismos son antinaturales. G e rm in a l E S G LE A S

Ayuntamiento de Madrid
1756
CENIT

LCS LIELCS ¥ LCS CIAS

Halldor K. Laxness, Premio Nobel 1955


UCHOS d e nosotros h em o s le íd o cu an d o éra­
in trospección liríca, la filo so fía fo r m a l y la religión . F u é c a ­
m o s a d o les cen te s «H an d e Islan d ia» , d e Víc-
tó lic o ferv ien te en un m on asterio a lem á n d e L u x em bu rg o, y
tor H u g o, y es e s a to d a n u estra b a s e cu l­
PRO d esp u és surrealista ap asio n a d o y c o m b a tien te e n P a­
tural e n relaciém co n a q u e lla isla bru m osa
rís. T o d o esto a n tes d e 1926, e s d ecir, cu an d o L axn ess tenia
y se p ten tr io n a l P a rece g u e V íctor H ugo, n o m a s d e veinticu atro años.
cu an d o escrib ió es a p rim era n o v ela suyo
E n P aris ad v irtió q u e la rev olu ción in ferio r surrealista
ta m p o co s a b ia gran co sa s o b r e la p a tria d e
s o b r e la b a s e d e la ex altación d e l m u n d o o n írico (form as y
su terrib le h éroe.
norm as d e l su eñ o) p o d ia y d e b ía se r c o m p a tib le co n algu na
T I añ o p a sa d o, a l se r o torg a d o e l Prem io
c la se d e revolu ción ex terior y d escu b rió e l M editerrán eo,
N o b d R ie r o n los p erió d ico s q u e la A ca d em ia d e E sto colm o
e s d ecir, d escu b rió e l com u nism o, co m o h a b ia n h e c h o por
h a b ia d u d a d o en tre H em in w ay y H alld or K iljan Laxness.
R u e l lo s d ia s ta m b ién otros extran jeros p o eta s m en o res, com o
Y y o m e p reg u n té en ton ces, c o m o cu al, q u ién sería e s e a fo r­
J d s t á n T zara, o m ayores, c o m o C ésa r V aü ejo. E l « c h o lo .
tu n ado p o stu la n te q u e h a b ía es ta d o a pu n to d e recib ir la
V altejo, co m o le d e c ía n su s co m p a triota s p eru a n o s cariñ o­
m ds a lta co/Magrací<5n literaria.
sam en te. L o s peru an os gustan d e red u cir at dim inu tivo los
B u sq u é su n o m b re e n u n a b ib lio te c a universitaria. E ra un
a p ellid o s d e los am igos. A l m en os y o lo h e o íd o en tre ellos
a u tor d e l q u e n o h a b ia n ad a trad u cid o a l es p a ñ o l (q u e yo a m enu do.
su piera) y tal v ez ta m p o co a l fra n cés. P ero si a l inglés, por
L ax n ess h a seg u id o f i e l d e s d e a q u e lla é p o c a a es a id e o ­
c u y os estad io s literarios h a b ía p a sa d o sin gran p en a n i glo-
log ía N o s é Si h a es ta d o algu na v ez e n R usia. En lo q u e
ria. Y a l a lem á n an terior a H itler. Y a los id io m a s esca n ­
yo h e le id o d e é l o s o b r e é l n o h e v isto alu sión algu na a
dinavos. n atu ralm en te. Isla n d ia p e r te n e c e a e s e gru po cu l­
tural. es a c la s e d e visilos frec u en tes e n tos añ o s J925-35. Laxness
e s h R u n o d e lo s q u e grifan e n su rin cón d e Islan d ia las
T u v e ía im p resió n a l h o je a r e l prim er lib r o d e q u e era
con sign as d e M oscú co n un a f e m ás ca rbo n a ria , disciplin ada
L axn ess un escritor in conform ista, d ific il y un p o c o fronito-
y elo cu en te. Sin d u d a algu na L ax n ess e s e l ú n ico escritor
nan te, p er o co n v er d a d e ro talen to. E sa c la s e d e ta len to q u e si
d e v erd ad ero talen to y d e reson an cia m u n d ial q u e tienen
en cu en tra o casio n es d e m an ifestarse d e un m o d o insistente
h o y tos rusos fu era d e Rusia.
n os h a c e p en sa r e n e l «genio». D e m om en to, y ley en d o aqu i
L a A cad em ia d e S u ecia h a d em o stra d o u n a fa lt a d e p re­
y allá algu n as p ág in as su eltas, lo m ás ev id en te er a q u e L a x ­
ju icios y un sen tid o d e justicia a d m irables. P o rq u e la ver­
n ess tenia, si no g en io , p o r lo m en o s «m al gen io».
d a d es q u e L axn ess p o d rá es ta r e q u iv o c a d o políticam en te,
L e í en to n ces y h e re le íd o a h o ra « In d ep en d en t P eople»,
p er o es u n n ovelista originaí, nuet'o y— tínica ta c h a q u e yo
q u e e s c o n sid era d a la o b ra m ás ca ra cterística d e su estilo
l e pon dría— ex a sp era d am en te in conform ista. U n h o m b re de
y d e su m en te y ta m b ién la m ás c e r c a d e su p ro p ia vida
ta len to iiíerarío e s natural q u e s e a in co n form e, p er o la exas­
(¡a m ás au tobiográfica). M e p u se a leerla y n o p u d e d eja rla
p era ció n qu ita a su in co n form id a d una gran p a r te d e la e fi­
h asta el final, a p esa r d e q u e e s un nutrido v olu m en en
ca cia . E l q u e tien e razón n o n ecesita g ritar tan to. Y no
cu arto n o m en o r d e qu in ien tas págin as. E s un lib ro ex ce len te
d e un a u to r d e p rim er orden . d e ja d e s e r extraño q u e sea m o s n osotros (los escritores d d
cá lid o y A T R A B IL IA R IO M editerrán eo) los q u e ec h e m o s en
D e sus o b ra s y d e lo q u e h e leid o en los p o c o s artículos
fa lta la seren id ad y ta armonía intórfor en un escritor, no
c n t iR s q u e h a b la n su scitado e n e s te país an glosajón extrai­
s ó lo n órd ico, sino d e Isla n d ia, q u e e s y a ta ú ltim a esencia
g o ¡os sigu ien tes d a to s biográficos: n a ció e n 1902, e n una
d e l Septentrión. (D etrás d e ellos y a n o q u ed a n sino los IC E ­
a ld e a q u e se llam a L ax n ess d e la q u e to m ó su n o m b re li- B E R G S y ¡os elefa n tes tnarinos).
teran o. Sus p a d res eran ca m p esin o s m odestos. L a ca p ita l d e
Su catolicism o y su v iraje at com u n ism o d eja ro n huellas
Islandia e s R eykjavik. En es a ciu d a d transcurre la m ayor
p a rte d e la o b ra d e Laxness. m em o ra b les en un lib ro ex a ltad a m en te d e v o t o q u e q u e se
titula «B ajo la M ontaña Sagrada» (1924) a l q u e su ced ió otro
E n 1920. ci jo v e n L axn ess es ta b a ya en carrilad o d e un
d en ig ran d o a l catolicism o b ajo e l titulo d e « E l gran tejedor
m o d o vertigin oso e n la literatura. L a p o esía m od ern ista tu
d e C.’asímir» (1927). T res años desp u és, e n 1930, lan zó a tos
c o n ta b a co m o un o d e los suyos. Salió d e Islan d ia y anduvo
i'uatro horizon tes su d ecla ra ció n d e f e — y d e guerra stali-
p o r E u rop a en am o ra d o d e ios libros d e S trin dberg y d e
n aide. C o m o d ecía , e s e l ú n ico escritor q u e h a b ien d o entra­
U ndset. E l p rim ero, n eurótico, a m ig o d e N ietzsche, h o m b re
d o e n la co rrien te m o.tcovita en a q u e l p er io d o , sig u e hoü
d e o b sesio n es y d e resp lan d ores sú bitos, in n ovador atrevido
liet a las consign as d e M oscú. ¿L ealtad? ¿O bstinación? ¿De-
en e l tea tro escan d in av o, y e l seg u n d o, n a cid o e n D in am ar­
l.illdad? C o m o d ic e C am ús, m u chos h o m b res s e refu gian e ”
c a p ero transplantado a Cristiania, novelista n oru ego q u e o b ­
e l c a m p o p ro teg id o y a la m b ra d o d e M oscú p a ra liberarse
tuvo et P rem io N o b e l tam b ién , e n 1928. E l versátil y a p a ­
d e l d e b e r in telectu al d e la reb e ld ía . ( L a d e L axn ess es sáfe
sion ad o jo v en L axn ess cu ltivó su cesivam en te en E u ropa la
unu ri-beídia moral). L a d eclaración d e guerra la hizo I - " '

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CENIT 1757

IGUALDAD Y LIBERTAD <1)

N actitu d p atética hay intelectuales, cuyo hom bre de hoy se libre del peligro de perder la f e en la
m enester consiste en divagar, que se la ­ in n a ta «aristocracia del espíritu» (? ).
m en tan de estos tiem pos «m aterialistas» A n te esta monserga, ei sentido de la libertad es an ár­
en que la técn ica de los ad elantos m ecá­ quico (no au to ritario ), o es u n continuo gregarism o, un
nicos plantea la posibilidad de la igual­ tópico de que se valen todas la s escuelas a u to ritarias para
dad económ ica p ara que todas las clases ten er encendido el entusiasm o popular que ellas saben
sociales se íu iid an en la ún ica clase de dom eñar a su an to jo interesan do para explotarlo en pro-
productores útiles y consumidores racio ­ glo beneficio de d octrinas e intereses no biológicos sino de
nalistas, en que sea posible una conviven­ clase, partido y sumisión.
cia sin derroches, sin caprichos fa n tá s ti­
cos y sin el con traste del otro lado que C ad a uno in terp reta a su modo los fenóm enos de la
ofreec la absurda m iseria en esa existencia en que se natu raleza: los aristó cratas de la inteligen cia se singu­
debaten los m enestercsos que pululan en el mundo civili­ larizan especialm ente en su clam or por conservar y acre­
zado de las contradicciones. cen tar la libertad ab stracta. Pero lo hacen así porque
M anejando sofism as m uy bien pergeñados, una brillan­ suelen e sta r a cubierto de las penurias del tra b a jo fo r­
te pléyade de escritores consagrados por la prostituida zado o forzoso y se com placen en el deporte de los juegos
opinión pública no sale de su asom bro aristo crático al in telectuales que no conducen precisam ente a la solución
ver acentuarse la ten d en cia igu alitaria que h a ría vivir a del problem a de ¡a convivencia arm ónica social. Y ésta
los hom bres e n paz, ya que toda gu erra de sentido econó­ ja m á s será posible en tre priviegiados y degradados. La
m ico hab ría term inado en u n a sociedad que sólo tend ría sociedad será igu alitaria, s in clases, o seguirá siendo un
un interés biológico com ún a la especie. cam po de batalla. Y no se alarm en los que viven satis­
Por desconocim iento del sentido v ital genuino, los se­ fechos e n u n mundo de iniquidades y tem en perder su per­
ñores de la cu ltu ra libresca de repetición se Indignan sonalidad en otro desnivelam iento económico. L as reglo­
an te la aspiración h u m an ista de que todos los hom bres nes heladas donde se desenvuelve eso que ellos denominan
y todas las m u jeres puedan sa tisfa ce r sus necesidades «libertad del espíritu» no pueden ser con tam inad as pw
esenciales, sus idealism os y sus Inquietudes de expansión,
de cam bio, que sólo puedei lograrse en el ám bito d e la
libertad.
M as e sta libertad no se conjuga con proposiciones de­ (1) Inspirados en «Cosas y G entes», por Salv ad or de
m ocráticas, ni tam poco con dictaduras proletarias, u M adariaga, en «Cuadernos» del Congreso por la Libertad
otras. Ambas corrien tes, que se estrellan en choques fu­ de^la C ultura (N.“ 15 - 1955). E l autor declara que n o h a
riosos, n o h a ce n vislum brar la Igualdad universa! de posi­ Intentado h acer una rép lica a todos los puntos expuestos
bilidades p ara todo hom bre digno de serlo por sí y an te por el escritor, ya que concuerda con algunos; y menos
si. P or el contrario, ellas fo rm an y fom en tan por todos ech ar som bras sobre la é tica de su personalidad, como
les medios el gregarism o, el concepto político de m asas podria suponerse si, por exceso de susceptibilidad, se in­
y el rapaz sentido de dirigentes Imbuidos de esa fam osa terpretasen de m ala Intención algunas ásperas expresiones
g ra d a m etafísica que Ies h ace creerse videntes, profetas de e sta divagación in telectu al, que sólo es un modo de
y, sobre todo, pedagogos del rebaño que debe seguir el ver, eon todo el respeto que m erece Salvador de M ada­
cam ino trazado por sus lucubraciones, a fln de que «el riaga.

'lesí en un lib ro d e en say os titu lado «E l L ib ro d e l P ueblo» h a blar sin sa b e r lo q u e van a d e c ir y gritan m á s d e lo d e ­
(1930). T itu lo anticom un ista, p u e s q u e en tre e llo s ¡a n oción b id o . P ero Laxness d ic e siempre cosas su bstan ciales. Si a l­
d e «pu eblo» e s in correcta, p o liticam en te h a blan d o, y só lo la gun a v e z s e c e en peligro, recu rre a l fo lk lo r e en can tad o r d e
usan en un sen tid o d em a g óg ico . su pais, c o m o a q u e l ten or q u e , d esp u és d e un a n o ta falsa
A lgo ü e to d o es o h e h a lla d o en « In d ep en d en t P eople» e n la ó p e r a y v ien d o q u e la c a tá s tro fe s e a c e r c a b a , a lz ó ln
(dos volú m en es: 1934-35) lib ro to rm en toso y realm en te tre­ voz h a c ia e l p a lc o r e a l y gritó: «¡V iva e l Heyl».
m endo, con un fo n d o y conjun to d e co m p en sacion es fo lk ló - A qu i e l rey e s e l p u eb lo . P or ío m en os estétic a m en te hu
tiías. T od a s las fo r m a s d e in con form id ad co n d en ad a s p o r la H on do.
literatura inglesa y am erican a (incluida e l in cesto) a p a recen E n defin itiva, L axn ess es h ijo d e o c cid en te. ¿En q u é co n ­
esas t'áginas c o n un a firm eza , un a seg u rid a d y un a con- siste to tnujuaí? E n q u e escrib e, n o d en tro d e la so cied a d ,
l.n uidad a e c e r a s nórdicas, es d ecir, in a fe c fa b le s p o r las cir­ sino c l m arg en d e ella. Su sen tid o m oral a fu er z a d e ser
cunstancias. H ay m u ch a in flu en cia p sico ló g ica d e S iridberg a je n o a la realid ad , resu lta tan d iscu tib le y ocasion alm en te
(gen tes d e v id a interior m alsan a y p erson ajes torturados por tan fa ls o c o m o e l d e pu ritan o d e Boston. E s e l antipuritano
k in trospección ) y d e l n ovelista noru ego a l q u e alu día an­ sectario—e s d ecir, pu ritan o a su vez— . P referim os a los es­
tes. M ás q u e com u n ista es L axn ess un anarquista, e n e l sen ­ critores cu yo sen tid o m oral e s un a p a rte activa d e la re a ­
tólo aristocrático d e los círcu los in telectu ales d a n eses, su e­ lid a d e n ¡a q u e viven . E scrib ien d o c o m o escrib e, Laxness
cos y noruegos. Su estilo es un p o co lengu araz y en u n re­ n o p o d ria c ic ír en la Rusia d e sus am ares.
gistro d em a siad o alto, co m o las per.tomis q u e em p iez a n u
R am ón S E N D E R

Ayuntamiento de Madrid
1758 CENIT

el Iwdor anlm alesco del rebaño. E n esas reglones, que la


Im aginación acep ta, cada uno puede desplegar sus apti­ lan por la fuerza de los elem entos cósm icos que las dis­
tudes de evasión terrestre. M as ésta es m om entánea y se gregan o las conglom eran, aquel m aravilloso sér dotado
refiere a «ratos perdidos» muy dignos de sentido recrea­ ¡ que lleg a a la s supuestas «cum bres m etaflsi-
tivo propio del hom bre, quien tien e que vivir siempre la ^ b M ta l» ^ u regirse por la in iciativ a que vive de
en la tierra «deleznable», su(jeto a los perentorios apre­
m ios de sus m ecanism os flslolí^ieos en que todos somos Sólo los enajenad os ideaUstas tien en la visión de una
g u a ira , m al que nos pese. E n tal posición, todos debería­ evolución selectiva, ya que se creen privilegiados por un
mos tam bién con tribuir a l bien estar gen eral y afianzarlo d e fin o ciego, a l que Individualm ente consideran de cate ­
goría, la que establecen la s ascensiones del hom bre
fl® fuerzas que conspiran secularm ente
con tra él y form an el monstruoso paraslUsm o so d a l que I T T <1® su existen cia p rim aria h a s ta los
M diversifica e n el abrum ador núm ero de profesiones no íi? / , /I ® a te u rd a civilización. Y afirm an dogmá-
y a m u tiles sino p erju diciales para u n a sociabilidad de ? ''ra® hum ana obedece a cuatro ideales:
norm as racio n alistas que ja m á s podrían cristalizarse en D e s l ^ l d a d , Selección, CaHdad, E xcelencia. P a ra discer­
d etrim ento del desarrollo del Hombre en su unidad vital n ir estas proposiciones, que se dan com o verdades incon-
L os m agníficos vuelos de l a Inteligen cia no d an dere- c u ^ , serla preciso ap o rtar muchos ejem plos y ellos nos
d arían el reverso de e sta afirm ación quizá bien Intenclo-
chos sobre los que no saben o no pueden elevarse. El
a rtista , el poeta, el m aestro, el sabio especializado podrán n / f f ’f 1 ‘ropregnada de m isticism o y de e g o latría; se
« e e r e e s e r ^ superiores, pero nad a podrán cre a r en la li ^ c o ro p o b a d ó n lógica de que siendo evidente
^ á c t i c a universal si el vulgo no reconoce sus m éritos ®''®® hu m ana, an tes de que la especie haya
p t o s «senorw d el espíritu» viven en la ficción, pues en f ™ probable to ta l crecim iento, p or co n traste se
« a p h ítu w 'Naturaleza no reconoce n i ((Señores» ni S llr fX evolución que se compone
sótó de asaltos y sobresaltos e n el caos del mundo
S u je to s, com o los demás, al estím ulo social, e n el que 1, /flfl <1® la unidad de
la e ^ e c le y si como elem ento pertu rbad or en lo social-
se b ^ n I p jerarqu ías del poder, del dinero y de la va-
iñd ad endiosada, creyéndose selectos, se Indignan ante i l f l T fl" '® " ® fl“ ® subsisten y persis­
una posible Iguadad económ ica y m a n e ja n el cetro de t o ? ( I f t .P ? ''® !; autoritarios. Jo s m andones y
í m eternos valores... supuestos y no efectivos. E xclam an U T l A E fic ie n c ia ; la Calidad se agrupa en la
que no puede ser lo m ism o el que Se h a quem ado las ^ r^ r h lm h r A " ^ " * se trad uce en explotación del hom bre
M ja s p a ra saber algo, o el que n ace dotado de gracias p r e l hom bre, y la E xcelencia es la pretensión, con sin-
« c e p c io n a le s y puede d esarrollarlas, y el que se dedica de Regar a ser dioses sobre esta tierra
p .b la d a (le diablos, e n que l a lucha e n tre el bien y el
'tro p o s , el / / / i? ? « e n e tregua y en la que el hom bre perece sin
cuidado de las m áquinas que Industrializan la civilización
que dan vida higiénica a la s m onstruosas ciudades v haceii / efectivo, m ecido a veces por la s ilusorias espe­
ran zas de efím eras glorias
posible q p la m ugre, la podre y la s deyecciones n<^ lo
invadan todo con peligro endémico. ® y " “ O estigm as de
Quienes afirm an las c a t^ o r ia s del talen to o d el tra ­ len gu aje trad icional abstruso, la conclusión se proyecta
bajo p ara reclam ar mayor bien estar sobre el sufrim iento ^ y >08 diablos no
de los p eor dotados tien en cerebro de m ercan ch lfles y ® im aginación fa n tá s tic a del
hom bre, que es un degenerado, que n o sabe expresarse
e l com ercio de la prostitución con c k n d a d . que todo lo confunde, que su r a X n / k
1 valores averiados tien en precio.
Y total, lo h acen p ara satisfacer el estúpido sibaritism o L “ e j ' ' "JN sus sem ejan tes oue
en que se regodean los rico s sin meollo y es la aspiración c lv i^ / to i *® em botada por los excesos de la
com ún de la s gentfcs adocenadas. fi/ ifl? A ^ ® encerrado en el circulo de sus
^ de sus m itos, repitiendo m onótonam ente los
ingeniero como el pocero, el a rtista m km os conw ptos ab stracto s de sus predecesores.
/ fi/ ? i y *«dM podrían d isfru tar Igualltaria-
d Jn rM tiiH ? rom per ese cerco au to ritario de
? l T ro“ P<1o puesta en actividad por d esp e stlg lo p ara divisar su horizonte b io lte ico nerecerá
la té cn ica aplicad a racion alm ente a la ob ra vital, ^ la angustia de su im potencia p a ra r e a l S lo que
S e rá m u y bella esta im agen del mundo en que se a fir­ razón puede vislum brar libertariam ente.
m a que «el hom bre, por su actividad creadora, difiere de
la s cosas, pues m ien tras éstas se h acen In ertes y se igua­ COSTA IS C A R
B uenos A ires, X ir-55.

p o r» un d e s a rro llo Ín te ll!tu á " l" y * * c i^ fu ra T r e lib e * ^ !! H u m a n id a d n u e v a í p e rsp e ctiva s


p o r lo q u e crea y a n im a en la v ^ d ^ S o la m e n te p o r i r n ^ L ro ^
d e lo tra n s m itid o p o r h e re n c ia v p o n e fu e rA ría tora ■ i ^ o s a rro lla , se su p e ra e l e s p íritu
lo n u e vo , d e s tru y e lo v ie jo e in s o s te n ib le v a b re el I " * '- * ’ sociales d e l p a sa d o . A l c o n stru ir
p e n d ie n te d e l d e s e n v o lv im ie n to d e las e n e r a í lt c e a d L " f !i p o r eso está
la d ic ta d u ra , q u e a sp ira sie m p re a ^ m ^ t e r S /raA « P ro xim a rse a sus o b je tiv o s . P ero
nos q u e los q J e le p a r e c i r i r O n i c o s b u e lo s a ! . f d e te rm in a d a y n o so p o rta más ca m i-
e s p íritu re v o lu c io n a rio y o p rim e a los hom bres v a I destruye- la e n e rg ía c re a d o ra d e l
Que pie nsa y o b ra p o r to d o s Y sofoca aTí en L J V Í ^^® ' ' ' ’ ® P ro v id e n c ia p o lític a
P o r eso la d ic ta d u ra nunca es e l v e h íc u lo d « I i" " ‘’ ®vas perspe-ctivas d e l d e s a rro llo social,
v o lu c iú n q u e co m ie n za ^-no sie m p re eí h e ra ld o d e la c o n tra rre -
R O D O LFO ROCKER.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1759

^ id a á eiempLateá

TOM AZ DA FO N SEC A
A C E cin cu en ta añ os, un jo o e n p rep aráb ase
v en cid o d e q u e e i m ayor es to r b o p a ra la em a n cip ació n d e
p a ra salir, d en tro d e p o c o s m eses, d e l S em i­
los p u e b lo s resid e en ías religion es—e n to d a s las religion es—
nario d e C oim bra, co m o s a c e r d o te « Ja Santa
ya n o d e jó un so to m om en to, e n d isp a ra r las s a eta s d e su
M ad re Ig reja » , cu an d o la d u d a fecu n d a n te,
crítica con tra las m entiras religiosas, y p a rticu larm en te con­
insin uándose, p o r m ed io d e algu n os libros
tra e¿ negro y m ás terrib le ba stió n d e l fan atism o y d e la
in clu idos e n e l In d ex , le p en etró e n e l es­
in toleran cia: la Ig lesia c a tó lica , e n cu y o s e n o m ald ito s e gesta
píritu. D u d a qu e. ap artá n d o le d e la c re en ­
y nu tre e l fascism o. E l p rim er Ubro d e T om az d a F o n seca ,
cia en D ios, co n d u cía le, p o c o d esp u és, a tos
q u e tan gran éxito literario a lca n z ó e n Portugal, s e titu ló «El
p ó rticos d e u n a n u e c a f e : la f e en e l h o m ­
E v an g elio d e u n Sem inarista», e n d o n d e re p ro d u ce e l autor
b r e , la f e e n e l p u eb lo , la f e en un a v id a lib re, o l m arg en
e n fa c s ím il la ca rta d e E lise o R eclu s y n os d e s c r ib e tas p e ­
d e lo s d o g m a s e Im posturas d e lo s fa riseo s religiosos.
rip ecia s d e íu ro ca m b o les ca fu g a d e l S em in ario d e C oim bra,
T om az d a F o n s ec a (asi s e U am aba el jo v en d e q u ien os
y la a rriesg ad a v id a q u e llev ó, p o r algú n tiem p o, p o r valles
h a b lo ) p en só en to n ces h a c e r co m o e l protagon ista d e la n o ­
y m on tes p re d ic a n d o a l p u e b lo h u m ild e d e las a ld e a s la
v ela d e Z ola «Paris», q u e a c a b a b a d e leer: seg u iría la c a ­
insu rrección con tra e l D io s d e las Ig lesia s. N u m erosos fu e ­
rrera eclesiástica , se ria o b is p o y, un ¡día, d e s d e lo a lto d e l
ron lu eg o su s libros, co n fer en cia s y a rtícu los d e p eriód icos,
p u lp ito d e u n a c a ted ra l im p on en te, a n te e l esp a n to g en eral
siem p re co n la m ism a in ten ción : d esen m ascarar a l T artufo
d e tos c lér ig o s y tas b ea ta s, d esg arra ría tos h á b ito s , d e s p r e ­
clerica l, o co m o d e c ía V oltaire, «¡aplastar a l in fam e!» Su obra
ciaría la h o stia sag ra d a, b la sfem a r ía con tra Je h o v á , y en un a
« S erm on es d e la M ontaña» fu é , en el g én ero d e sus obras,
fra se, abjuraría d e ¡a religión , q u e a traición le fu e r a in ocu ­
to d a s re p le ta s d e ironías co n tra la su perstición relig iosa, la
lad a en su o scu ro c e r e b r o d e biso ñ o aldean o.
q u e m ay o r éx ito alcan zó, ten ien d o la hon ra d e se r tradu­
A ntes, sin em b a rg o , d e ejec u ta r su plan, resolv ió seguir
cid a a varios idiom as.
la a p recia ció n d e E lise o R eclu s— u n o d e lo s g e ó g r a fo s m ás
g ran d es d e to d o s tos tiem p o s y un o d e los precu rso res d et
anarquism o—esc rib ién d o le. E l s a b io r e b e ld e le resp o n d ió a
vu elta d e c o rre o , d e s d e F ran cia, co n su lum in osa y n o b le
M enos fe liz q u e e l Brasil, q u e logró reg resar a l régim en
co h eren cia d e siem p re, co n e s a c o h ere n te le a lta d a fos prin-
‘‘‘pícw, p o r la c u a l s e v en g aron los m ás fan á tico s d e su d o c ­ d em o crá tico d e p ren sa y d e critica, continú a e l p o b r e Por-
trina, co n d en á n d o lo p o r su p a rticip a ción e n la C om u n a d e tugal g im ien d o en ca d en a d o p o r e l rég im en fascista, im p ed id a
su ju ven tu d d e pen sar ju e r a d e ios cá n o n es eclesiásticos.
París, co h ere n cia y lea lta d q u e n u n ca co m p ren d erá n los h ip ó ­
critas jesu ítas, n i sus m od ern o s discíp u los los com u nistas A ta, c o m o su ced ió e n e l B rasil, du ran te e l con su lad o d e-
nioscovitas: «H erm ano, si, co m o d ices, jJerd isfes ta f e en la q u in ce a ñ o s, h a y un d ictad o r, A ntonio d e O liveira Solazar
q u e, s ie m p r e em p u jan d o, p o r d etrás d e l ta b la d o en d o n d e se
Iglesia c a tó lic a y a c a b a s d e a b ra z ar una n u ev a creen cia ,
rep resen ta la fa r sa d e ta « d em o cra cia orgánica» (asi llam a
jp o r q u é titu b eas en ¡tomar la ú n ica actitu d dign a d e un
n om bre q u e s a b e p ra cticar y c o m p ren d er sus d e b e r e s d e S olazar a su régim en ), m u ev e e l jesu itism o tas cu erd a s d e
la tiranía. P or e s o , los lib ro s d e F o n s e c a n o p u e d en se r alli
tcattad h a cia t í m ism o y h a c ia sus sem eja n tes? A ban don a in-
reed itad o s. P or m u ch o m en os, a p en a s p o rq u e n o con ten ía
tn ediafam en te e l sem in ario y v e a p red ic a r a l p u e b lo d e los
una r e fe re n c ia elo g fo sa al d icta d o r d e S an ta C o m b a D áo
vam pos y d e las ciu d a d es tu n u ev a f e y n u estras com u n es
(e s e m isógin o fr a ile sin sotan a, q u e en las c en a s l e gira, en
verdades, P erm a n ecer e n las h u estes d e la ig le sia , un d ía
vez d e sangre, a g u a b e n d ita d e las sacristías), n i u n o oración
tnás, só lo seria p ro p io d e u n h ipócrita, o d e u n c o b a r d e , y
"o q u iero h a c erte la o fe n sa d e co n sid erarte asi. ¡R o m p e, a N u estra S eñ ora d e F á tim a (e s a cau d alosa fu e n te d e la c r e ­
d u lid a d p ú b lico , e n d o n d e e l T artu fo c ler ica l ¡len a su barril),
in m ed iatam en te, 13 sotan a, y pa rte a ilum inar la con -
fu é m i últim a o b ra , «Mi libro» («O M eu L ibro»)— trabajo
viencia d e l p u e b lo esclavizado!»
sin fin alid ad p o litica ni religiosa, p ero d e ex p osicion es m é­
T om az d a F o n s ec a sigu ió e l co n sejo d é l s a b io so ciólo g o:
d ico -p ed a g ó g ic a s exclu sivam en te, ju zg ad o co m o tal d e in te­
‘‘"o n o ch e, h u y ó d e l sem in ario, c o n un a escalera d e cu erd a
ré s p ú b lico p o r e l ben em érito Instituto Posteur d e L isb oa ,
j a e é l m ism o p a c ie n tem e n te fa b r ic ó , y s e fu é, p o r m on tes y q u e su b sid ió la ed ición — co n fiscad o p o r o rd en d e la R ea l
wíes, p erseg u id o p o r la p o licia (en a q u ello s ígnormniosoi
M esa Censoria saíazarista. Id én tico d estin o tu co , en tre m u­
empos d e la m on arqu ía, e n q u e e l E sta d o vivía, e n Portu-
ch o s otros, ta m b ién la «H istoria d e Portugal», tra b a jo d e
co m o n u ev a m en te hoy, a m a n c e b a d o co n la Ig lesia ro- p ro fu rR a eru d ición y d e n o ta b le sen tid o d e in terpretación
nuina, es ta b a p ro h ib id o h u ir d e un seminario) h a m b rien to y
histórica, d e A ntonio Sergio, uno d e los m ás brillan tes e s ­
vio. p red ican d o e l ev a n g elio d e la lib era ció n hum ana. C o n ­
píritus d e l m undo in telectu al co n tem p o rá n eo . En Portugal

Ayuntamiento de Madrid
1760 CENIT

continú a a m o rd a z a d a la P renso, clau su rados los cen tros lib e ­ alu m n os, ya, en su m ayoría, p ro feso res, q u e lo am aban . N o
rales y p erseg u id o to d o cu an to n o g o za d a la b e n d ic ió n d e silen ciem o s tam p oco, p a ra m ostrar q u e n o son injustificados
\a Iglesia.
n uestros recelo s qu e, ta m b ién n o h a m u ch o , el p ro feso r Ai-
f.
m eld a Poiwi, ex jesu íta, q u e tuviera, c o m o T om az d a F o n -
N o h a m u ch o s e e d itó e n e l B rasil ( l ) ta tercera ed ició n s e c a , e l v a lo r d e ro m p er e l fu e g o co n tra la o rd en siniestra,
au torizada p o r e l autor d e «Sermones d e la M ontaña». D igo p u b lica n d o un a d e tas o b ra s q u e m á s ru id o cau só y m ayor
au torizad a p o r q u e a l m argen d e los d er ec h o s d e au tor, a p a ­ n ú m ero d e ed icio n es a g ota d as fuuo, e n los ú ltim os tiem p os
reciero n ta m b ién en e l B rasil tres otras ed icio n es, to d a s sin e n P ortugal, « L ib erta d , C ien cia y R eligión » {« L ib erd a d e,
m en ció n d e autor, m á s O m en o s m u tiladas y c o n e l titulo C ien cia y Reiígíao») co n e l su btitu lo d e «Cartas a l C ar­
m od ifica d o . Una d e e lla s s e p re sen ta b a co n e l n o m b re d e d e n a l C erejeíra » , a p a r ec ió m isteriosam en te a sesin ad o e n el
«S eres d e l a M ontaña» y la últim a q u e surgió, h a c e n u ev e tú n el ferrov ia rio d e R ossio, en L isb o a . L o s jesu ítas n o p er­
donan.
a ñ os, lo h izo c o n e l titulo d e «H istoria tétrica {irrefu table)
d e l C atolicism o», osten tan do e n las to p a s e l n o m b r e d e un P ero m i sep tu a g en a rio am ig o, cu ya en te r e z a jo v en sigue,
tal E d u a rd o F e r r e ir a d e O tiveira, q u e m u tiló la o b ra , re­ aú n h o y , co n los m ism os en tusiásticos a m o res p o r la L ib e r ­
d u c ié n d o la a m en o s d e 200 páginas. S egún n os d e c la r ó el tad , co m o cu an d o e r o m ozo, n os insistió p a ra q u e re ed itá ­
p ro p io ed ito r d e la m eta m o rfo s ea d a o b ra d e T om az d a F o n - sem o s la obra , esto ica m en te d isp u esto a arrostrar, c o n la s e ­
se c a , e s a ed ició n , d e varios m illares d e ejem p lares, s e a g o tó ren id a d d e u n A polon io d e T ian a (2), co n tra e l fan atism o
rá p id am en te, e n p o c o s m eses, sien d o los m ejo res clien tes los u ltram on tan o d e los tiran os d e Porfugaí, e l p elig ro . ¡S e hizo,
p u es, su volu ntadi
p ro p ios curas. In d ica m o s e s te po rm en o r m en o s p o r e l d e s e o
d e señ a la r e l f e o p ro ced im ie n to d e d ic h o ed ito r, q u e para H a c e p o c o m ás d e u n siglo, fu é d e s d e a q u i, d e s d e las
reca lca r la n e c es id a d d e la p resen te ed ició n , c o n insistencia tierras brasileñ as, c o n P ed ro I (IV d e P ortugal) q u e p areció
recla m a d a p o r m illares d e lecto res re sid en tes e n Portugal, q u e el fu e g o d e la lib er ta d re g resa b a a la v ieja Lusitania,
B iasil y A m érica d e l N orte. a m o rd a za d a p o r las hordas fa iid ic a s d e D . M igoei, et rey
frailu n o. O jalá q a e la n u ev a ed ic ió n d e « S erm on es d e la
A n tes d e d ecid irn os nosotros a reed ita r los « S erm on es d e
Montaña» se a un a rco n te (3) q u e d e estas m ism as playas,
la M ontañ a», p rim era o b r a d e la se rie q u e la E d ito ria l «G er­
d e d o n d e p a rtiero n tas h u estes d e l re y lib erta d o r, a y u d e o
m inal» s e p r o p o n e d a r a luz, con/esaraos q u e n o s sen tim os
llev a r a P ortugal la lla m a a b ra sa d o r a d e las id e a s d e re­
c o n apren sión p o r los riesgos q u e expon dría a l au tor en P or­
d en ción , q u e red u z can a cen izas las cu erd a s q u e m antienen
tugal q u e , n o h a m u ch o a p es a r d e su s seten ta a ñ o s b ien
a l p u e b lo eu n iqu izad o p o r los esb irros d e ta Santa In qu i­
son ad os y d e los lazos d e fa m ilia , q u e lo ligan a Saíazar,
sición y p ren d a fu e g o a ta lú g u b re ba stiíla d e Salazar.
estuvo algu n os m eses en las c á rc ele s d e l m o d ern o Santo O fi­
M is d e s e o s son q u e ta m b ién e l Brasil a p r o v e c h e la p re­
c io fascista, d e d o n d e f u é a rran cad o p o r los esbirros h a c ia los
s e n te ed ición . A l escrilHr estas lin eas, ten g o d ela n te d e mi
ca m p o s d e su a ld e a natal, e n M ortagua (B eira Alta). Y no
e l d istico qu e, tantas v ec e s, l e í e n la v ieja «L an lern a» d el
d e b e m o s o lv id a r q u e , p o r o rd en d e la C o m p a ñ ía d e Jesú s,
b rav o lu ch a d or tib eria rio E d g a r d L eu n ro th , d e S an Pauto (4)
q u e qu ería v er se lib r e d e l ter rib le h er eje, Salazar o rd en ó el
q u e , d e n u ev o, alli p u b lica e l vibran te sem an ario «A P le­
c ier re d e la E scu ela N orm al d e C oím bra, e n d o n d e e l v iejo
b e » ; «O et B rasil m ata a la C o m p a ñ ía d e le s ú s o la C om ­
m aestro d e las b a rb a s pa triarcales ejercía , co n la ju ven tu d
p a ñ ía d e Jes ú s m ata a l Brasil».
p eren n e d e su espíritu optim ista d e p a g an o en a m o ra d o d e
la V ida y d e la N atu raleza, y c o n su figu ra d e A p o lon io d e R o b e rto das N E V E S
T ian a, u n a fa scin a ció n in v en cib le s o b r e e l espíritu d e sus
(A daptación ca stellan a d e V ladim ir M uñoz.)

Notas de] traductor: «Origen da Vida» (1912).


(1) «Sermones da Montanha» (Edizao Brasileira atualiza- «Memorias do Careere» (1919).
da). Editora «Germinal». Salxa Postal 142. Lapa. Río de «Musa Paga» (1921).
Janeiro (Brasil). 1948. E sta obra de 352 páginas, puede ad­ «Historia da CivilÉagao» (relacdonada con la «Historia
quirirse también en « A Plebe» (Edgard Levenroth. C.P. de Portugal.) (1922, 1929).
5739, Sao Paulo) y Agao Direta (Prof. José O iiicica, rúa Bue­ «Cartas espirituaís»— «A M ulhet e a Igreja»— (1922).
nos Aires, 147. A, 2.“ Rio de Janeiro). «Ensino laico» (1923).
(2) Filósofo pitagórico, muerto en 97. P.C. «As Congregagoes e oi Ensino» (1924).
«G uena Junqueiro»— «Como ele Escrevia» (1924).
(3) Arconte. Primer magistrado de las repúblicas griegas.
«Erro de Origem»— «Transformismo religioso»— (1925).
Ningún «arconte» o ningún «magistrado» puede, por su esen­
«Santa Clara-A-Velha- de Coimhra» (1926).
cia dominista, set causa o símbolo de la libertad.
«Coimbra» (Enciclopedia Pela Iinagem) (1929).
(4) Q ud ad interior del Brasil, la más populosa dei país. «Questáo Romana» (colaboración de Brito Camacho) (1930).
«No Rescaldo de Lourdes» (1932).
B IB L IO G R A F IA « Santo Condestavel». «Novas alegagoes do Cardeal D*#'
bo» (1932).
«Dcff e Vida», poesía (1902).
<-A Igreja e o Condestavel» (1933).
«Evangelho dum Seminarista» (1903). '
«O Pulpito e a Lavoura» (1947).
«Deserdados» (prefacio de G. Junqueiro) (1909). «Aguas Novas».
«Sermoes da Montanha» (1909, 1912, 1948).
«A Cotovia» (Scenas da vida rustica).
«Cartilha Nova» (1912, 1915).
«Novas do Calcanhar do Mundo».

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1761

LOS i m
Ore
E scu ch a d m e, vosotros, p u e b lo m ío, cuyo
c o ra zó n es m i ú n ica ley.
ISA IA S, 51.7.

U E B L O ! Hoy aún, como hace veinte, com o ba-


R e p ^ a que lo que sucede con tu querer y con tu sentir,
I ■■ quiroentos siglos, e l mayor empeño de los sucede también con tu haber. Así esa tierra que trabajas, ese
I tiranos es apartarte de la verdad, conserván-
grano que siembras, ese pan que recoges, ese vino que co­
I dote preso de la más afrentosa ignorancia, s e c h a , esos árboles que plantas, la propia m ujer que amas,
g Ahora, como entonces, hay una casta maldita
los hijos mismos que criastes, no te pertenecen como crees.
que te impide el derecho de ser libre, procu­
Tú, que fuistes el obrero valeroso, el a lm a m ater de esa pu­
rando esconderte de la razón y la justicia, haciendo de tu
jante florescencia, eres en todo y siempre el viejo siervo que
sentir y de tu querer lo mismo que tú haces, en e l alambi­
recibe las órdenes de mil araos, que se multiplican y rena­
que, con el ferm ento de la uva que quieres destilar: com-
cen, com o en la primavera las hojas verdes. Propiedad, rega­
rrimirlo.
los, esperanzas, progreso y bienestar, todo para tí se resume
Pero una cosa, en fin, debe animarte. E s que a tu alre­
en este único derecho que te queda: el de morir. Más que
dedor, ya todo canta y fraterniza. D e todas partes surgen
el esclavo, porque es la bestia ciega, gimiendo bajo la carga
voces que te gritan el ser lib re; voces armoniosas, profun­
que los tiranos y los cínicos amontonan aún, riéndose d e su
das, que juntamente nos convidan a descender en la noche
posición sobre tus hombros descamados.
de tu dolor, en donde manos criminales te sumergieron, para
Pues bien: es preciso que levantes la frente y tires afuera
.que ninguna luz te iluminase. E s porque tus ansias tanto
el pesado fardo que te envilece. ¿Cómo has de hacerlo? Pro­
claman, que vengo hacia ti. E sta es m i mano; ¡abiertal Este
curando tener la conciencia de tu posición y del camino que
es mi brazo; ¡arribal Y ahora escucha. debes seguir.
Quiero enseñarte aquello que nunca los jefes, religiosos o
Porque tú, siempre arrodillado en la miseria, entre el aza­
laicos, quisieron que supieses. Poique, com o verás en breve,
dón y el arado, comiendo el pan negro y bebiendo el agua
tanto la Iglesia com o el Estado, ha mucho que formaron
maloliente, tal com o los perros sedientos; tú, que duermes
u p , viviendo amancebados, bajo los misterios de esa reli-
en ranchos como las fieras del monte, comiendo mal, como
p ó n fatídica, origen de tu inmensa, trágica miseria. Esos je ­
animal inmundo, sin cultura, sin derechos, sin tierra ni hogar
tas tienen en la vida este doble fin: explotarte y rebajarte.
propio; tú asi no eres hombre. Porque para juzgarte hom­
Como al rebaño siempre batido y conformado.
bre. tienes que ser libre, y eres el más explotado de los es­
Unos y otros, para m ejor esclavizarte y cautivarte, llaman
clavos. No eres tampoco pueblo, porque para serlo, tienes
virtud a tu trabajo, bendición de Dios a tu sufrir. Y piden
que ser soberano, y tú eres apenas la cabeza vacia de un
que redobles el esfuerzo, que luches, que mueras, pero que
vencido, el cordero hambriento, que agoniza entre un reba­
Ko pases de la pobreza, sola virtud y sola bendición— según ño sumiso y fustigado.
*. ® II’ de io6 cielos. Y así te conducen a la ignoran- Pueblo llamamos nosotros aquel que marca rumbos y ven­
cia y a la miseria, volviéndote infeliz y despreciable.
ce. Y tú no orientas, eres mandado; no vences, eres ven­
Pero, si te quieren asi deforme y desgraciado, es para que
cido. Y no orientas ni vences, poique no sabes orientar ni
ejor sepas callar y obedecer, soportando eon mayor resig-
vencer. E res fuerte apenas bajo el fardo; eres libre apenas
^ c io n la dureza de tus inmensos infortunios. T e quieren de- para el dolor. Con todo tu no nacistes para ese fin. T ú , que
ormado y sumiso, para que no puedas ni sepas erguir tu
formastes el solar donde vivimos, le conquistastes la inde­
techo contra ellos, siempre que a tu puerta golpean, hoy
pendencia, le vencistes las batallas y le ganastes la riqueza
pura llevar el pan de tu mesa, mañana el sosiego de tu ho-
q ue ya tuvo y aún, tiene; que le abristes los caminos, irri-
sut; después la inocencia d e tus hijas y, por fin, y siempre.
gastes los campos, sembraste* las florestas, construiste* los
Unica razón de ser de tu vida: la esperanza de ser libre,
acueductos, erguistes los puentes, edificastes las ciudades y
asi, tú, que pensabas ser alguien, no eres al final cosa
para él descubristes y exploraste* los océanos—eres e l único
«‘güna, visto que ni tú mismo eres.
que vives fuera de él, lejos de su cariño, huérfano de su
amor. T e erguistes ahí hasta ser madre fuerte y fecunda;
hicistes de él un imperio de riquezas, un lar de campos
(Pueblo de los campos! Medita un poco sobre tu destino.
siempre fértiles, de montes siempre verdeantes— y hoy eres

Ayuntamiento de Madrid
1762 CENIT

CON PLUMA AJEN A QTRA VEZ PAPINI


OMA-— Una semana sí, otra no, aparece en el lento. Verle hoy, con toda la lucidez de su imaginación y
«Corriere de la Sera», de Milán, una cola­ de su inteligencia, amarrado entre una cárcel de músculos
boración de Giovanni Papini. Son siempre tiesos, de huesos contraídos, es cosa tremenda.
dos columnas de notas, escritas e n un estilo Cuando publicó «E l Diablo» ya avanzaba a la condición
lleno de frescura, de gracia y de inteligen­ en que hoy se encuentra: peto el libro, que para mi, y en
cia. Me atrevería a decir que a todo lo lar­ lo general para la critica, no ha sido su obra feliz, a pesar
go de la contradictoria y desafiante obra de del clamoroso éxito editorial, no tuvo reseñas favorables. Pa­
Papini nunca se leyeron antes páginas tan pini mantuvo con él, simplemente, el clima polémico que
finas y transparentes. Como es natural—por­ lia sido la razón de su vida. Pero e n las notas que está pu­
que Papini es Papini— , él escribe de todo y sobre todo. So­ blicando ahora, y con su último libro en que empieza a re­
bre el paisaje, sobre la muerte de Einstein, sobre el libro cogerlas, otra vez recobra tal prestigio, que la critica se ha
que Bargellini acaba de publicar del bandido Domenico T i- tomado en un clamoroso homenaje a su inteligencia. Ya no
i)urzi. E n Italia, donde el milagro se produce silvestre, la hay reservas. Produce estupor que pueda dictar con una
aparición de estas notas de Papini ha acabado por producir \oz que debe vencer las más grandes dificultades físicas pata
estupefacción. Papini es un hombre hoy tan enfermo, que abrirse paso por entre unas cuerdas vocales duras, por entre
otro, en sus condiciones, estaría retirado. E l cuerpo se le una lengua que no obedece, páginas llenas de color, d e vida,
ha venido petrificando al extremo de que no le quedan en imágenes frescas de su infancia, que le vuelven a la noche
actividad sino el corazón, el cerebro y el estómago, Casi no clara de su mente e n vela.
oye, casi no ve, casi no puede hablar. Sólo su hija logra en­ Su hija toma la pluma y comienza a poner en limpio
tenderle, y es ella quien le lee y escribe. el anuncio de mayo, que Papini va dictándole con sonidos
Yo conoci a Papini en plena vitalidad, hace cosa de ocho que sólo ella comprende- Y escribe:
aflos, y desde entonces siempre he ido a visitarlo cuando «Avanzada y nuevo triunfo del retardado sol. Gloria del
llego a Florencia. E ra entonces un espectáculo verle en su celeste, del rosa, del oro. La tierra se siente amada y se en­
tertulia intima de los domingos polemizar eon vivacidad y trega en la voluptuosa tentación de la luz. Consume abril?
energia de un mozo universitario sobre todos los temas di­ claro y aireado, sus últimos dias; pero todas las criaturai
vinos y humanos, siempre audaz, provocativo, desafiante. que se afirman en la tierra, desde el tallo delicado del nar­
Para muestra, el articulo contra la América Latina que na­ ciso hasta el rugoso tronco del castaño, esperan, llaman, in­
ció de uno de aquellos combates que él suscitaba sin otro vocan la furia creadora de mayo... Los blandos brotes s®
propósito que el d e obrar de animador, como reactivo vio- ensanchan, las hojas nuevas se abren, las turgentes gema*
cada vez crecen más, pero esto es sólo el ensayo de la vis-
pera, el trepidante prólogo de una fastuosa y festiva jonW'
da nupcial— L a naturaleza indolente, y al mismo tiemp®
el primero entre los desheredados de ese lar. Esclavo de la impaciente, parece una m ujer en fio ? del regodeo y del or­
última manada, eres ahora. gullo, que sabe que es amada y espera, de mañana en ma­
¡Triste cosa para contar y ser recordada!
ñana, la llegada de aquel que ha de hacerla toda suya».
¡Pueblo escarnecido! ¡Yérguete y marcha!
L a página que ha dictado sobre la muerte de Einstein
E s ya hora para que termines con tu martirio. Las prisio­
es hermosa en su dramática interpretación, en su ironía-
nes en donde gimes y las cadenas que tienes, es justo y ne­
Muestra cómo el sabio que detestaba el nacionalismo, el in'"
cesario que un brazo fuerte las pulverice y un fuego puro
perialismo, e! racismo, el militarismo, lodo lo que divide *
haga erguir de sus cenizas, tu lar verdadero.
los estados y contrapone a los grupos, soñaba en la con­
¡Fuego de vida y amor! Puédase liansm itir. tan vivaz co­
cordia de todas, en la confederación de las naciones, en 1*
mo mi corazón... Fuego sin humo y sin rescoldos, pueda sur­
paz eterna y universal. Pero Einstein, dice Papini, conocú
gir como m i Razón, pata llenar de bendiciones la tierra don­
la física y las matemáticas infinitamente m ejor que la ps'"
de nací y aprendí a ser libre.
tología humana y la historia de los pueblos. Fu é te.stíg®
Y poique dicho fuego armoniza, luz del sentimiento, no
de las peore.s guerras, tuvo que emigrar de su patria y
lo apagues, pueblo, avívalo m e j» , porque te renovará, te dará
lipendiar al propio país donde nació su gloria. Y ver que
vida y fe, para que asi puedas vencer el dolor que le acon­
grande descubrimiento llevaría a la amenaza de la destruc­
goja y la profunda miseria que te roe.
ción universal. «No hubiera sido un genio auténtico, si
E sa otra vida tan diferente, debes conquistarla, afin que
hubiese llevado, él mismo, en el pecho, hasta el final. •
merezcas la tranquilidad que aspiras, y sobre todo, la L i­
cuervo de la infelicidad».
bertad que dignifica a los hombres y ha de iluminar la Tie­
Y as!, escribiendo sin tener manos, viendo sin tener o ¡^
rra entera.
dictando sin tener lengua, Papini va haciendo la mejor
Tom az d a F O N S E C A sus obras.

(Adaptó del portugués V. M.) G e rm ú n A R C IN IE G A S

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1763

D[L (lENTKISMO O LO TE(N (RI)tl 0 9

A gran idea de finales del siglo X IX , la idea del clusión de la existencia del cuchillo, del tenedor, etc. Pero
gobierno por la ciencia— tan querida por Au­ nadie h a pensado en la diversidad d e los gustos y de las
gusto iCompte, Ernesto Renán y M arcelino B er- normas de conducta y en constatar que hay diversas gen­
thelot— está ya discretamente eclipsada y sólo tes a las que gusta el melón y otras a las que no gusta;
evoca sonrisas conmovidas. Los hombres de a unos les es nocivo y a otros saludable.
buen sentido saben hoy que, si hay una ética «Tecnológicamente, e l cuchillo para cortar el melón y el
de la ciencia, no existe una ciencia de la ética. melón son hechos el uno para el otro; precisa, pues, usar
Un postulado moral es una simple profesión de lo máximo de su armonía pre-establecida», afirman los nue­
fe. D e lo q u e es nada permite deducir lo q u e vos legisladores de la eficiencia.
d e b e ser. Pretender extraer una norma de conducta d e un A
simple ju icio sobre la realidad, es trampear con la lógica.
E l mundo cognoscible no fija ningún fin a la conciencia hu­ L a tecnocracia se envanece de diversas finalidades inma­
m ana; es lo inverso lo que se produce. nentes de ese género, por suponer una axiología implícita y
Sin embargo, muchos hombres se inquietan ante la idea una valorístiea «funcionalistas». «La simple búsqueda de la
d e fundar un orden de la ciudad sobre el c r e d o personal eficacia o de la novedad técnica, crea la belleza involuntaria,
provisorio y reconocido como tal; ¿acaso no hay una infini­ fatal e indiscutible», afirma, y no solamente la belleza, sino
dad de tales c re d o s posibles y la autoridad constitutiva de también la utilidad, la verdad, la justicia, etc. Así, ante cier­
toda sociedad formada, no se encuentra irremediablemente tos dibujos de máquinas, vehículos o proyectiles (cuya «efi­
quebrantada por la libertad de elección que supone la tole­ cacia» negativa consiste en aniquilar masivamente a la hu­
rancia, de pensamiento y de hecho, en relación con las expe­ manidad) hénos forzados a inclinarnos, en homenaje a la «fi­
riencias voluntarias y múltiples? A falta de la Ciencia con nalidad inmanente» del objeto: y, por un recoveco imprevisi­
una gran C, que se h a negado a facilitar las bases d e una ble, no habremos escapado a la teocracia científica unitaria,
ortodoxia política, se recurre entonces a esos sucedáneos que gratuita y obligatoria más que para sucumbir en manos de
son la Historia y la Técnica, la una substituyendo a la otra, su «erzalz», la tecnocracia. ¡L a eficiencia, la tecnicidad, se
según las necesidades de la sofística autoritaria. convierten en un valor y en un fin en sí, los sólos umver­
L a historia, como estudio conjetural de los hechos únicos salm ente evidentes e inteligibles, sin que nos esté permitido
del pasado, o como investigación crítica de los posibles la ­ preguntar para qué la eficiencia es humanamente eficaz!
tentes a través de la suma ínfima de los posibles realizados, «Tecnicidad», una palabra moderna e impresionante para
no se presta de buen grado a legitimar, por un «diktat» uni­ una muy vieja realidad; e l Knou>-how, el «savoir faíre», la
tario y ortodoxo, una canalización totalitaria de las creencias habilidad.
)' de las voluntades humanas en un sentido determinado. No Pretender que se haga de la habilidad la virtud suprema
obstante, si se erige la Historia en sistema cerrado, atribu­ y e l árbitro de las sociedades, es lo específico de la tecno­
yéndole gratuitamente la materialidad y la inercia m ecáni­ cracia.
cas, ¿puede presentarse com o ley «impuesta» por ella e «in­ Pero es evidente que una tal concepción conduce a ha­
violable» la extrapolación de ciertos fenómenos estadísticos cer «eficazmente» no importa qué, no importa dónde, por no
groseros y luego exclamar, con ciertas probabilidades de set importa qué; a h a c er por h a cer, sin otro criterio ni sanción
escuchado; Desgraciados, los que os creéis libres de prose­ que esta especie de «arte por el arte» transpuesto al plano
guir en vuestras preferencias íntimas por la libertad, ¿qué ha­ de la industria. Tanto parece normal que el punto de vista
céis ahí? ¿No veis que intentáis falsear y obstaculizar el cur­ del técnico, del «hombre de los medios», sea tomado en con­
so natural, irreversible y necesario, de la historia? sideración en función de los fines ideales y de las necesida­
Y, a su vez, entra en acción la Técnica. D e la acumula­ des materiales que se expresan en la sociedad, cuanto parece
ción en el curso de los diez, veinte o cien últimos años, de absurdo entregar al técnico la autoridad social, ta dictadu ra,
ciertos medios materiales en determinados lugares del globo, confiándole, com o simples elementos destinados a unirse a su
se pretende deducir las finalidades inmanentes que estos m e­ arsenal de materiales (a ese vasto almacén de accesorios que
dios suponen e imponerlos arbitrariamente a todo el univer­ es hoy el de los «Tiempos modernos» de Chaplin) el conjunto
so. D e la existencia de las rajas de melón, Bem ardino de de los intereses no técnicos en la sociedad; los del produc­
Saint-Pierre, d e idílica memoria, sacaba la consecuencia, por tor, los del consumidor, del filósofo, del legislador, por ejem-
“la moral de la naturaleza», de que debía ser comido en fa­ blo, asi como todos los valores irreductibles al funcionalis­
milia; a su vez <1a moral de la técnica» saca la misma con­ mo tecnocrático.

Ayuntamiento de Madrid
1764 CENIT

E l técnico no tiene otra misión que la de un administra­


tion ; de social-relation s, de person n al m an ag em en t, etc. El
dor de teatro: legitimamente, no es ni el autor de la obra,
desenvolvimiento vertiginoso del aparato llamado de pro­
ni el escenógrafo, ni el autor, ni el espectador, ni el critico.
ducción y del de la propaganda, en el sentido más amplio
Una sociedad equilibrada sólo puede fijarle su tarea, ase­
de la palabra, ha engendrado, desde los comienzos de la his­
gurarle cierta autonomía, controlar su trabajo y extraer de
toria contemporánea—,«n el cruce de los siglos X V III y
él las lecciones pertinentes; no puede, en ningún caso, ab­ X IX — una tendencia de los expertos, en una época particu­
dicar todos sus derechos y funciones en sus manos.
larmente confusa y dividida sobre el problema de los va­
lores y de los fines, a cesar de considerarse com o consejeros
y como empleados, para reivindicar el título de alcalde (sino
Mas he aquí que, después d e Bum ham, anunciando ayer
de dueño) del palacio. L a h a bilid a d , e n la incertidumbre del
en un libro brillante, pero engañoso («The Managial Révo-
«¿qué hacer»? aspira naturalmente a su independencia y por
lution»). el «Ser de los organizadores», un autor mucho m e­
esto, coloca la primacía d el «hacer» sobre todas las motiva­
nos brillante y no menos «igañoso, Alfred Frisch, proclama
ciones y las finalidades posibles. H acer grandes cosas, en el
en 1954 el inevitable advenimiento de la tecnocracia, ¿Este
sentido «de poner en obra grandes medios» se convirtió en
advenimiento resulta im bien o un mal? Rehúsa juzgarlo: el
una ambición para todos aquellos que no se contentaban,
fenómeno se produce y su utilización es cuanto se puede
como el abaye Siéyes, con «durar»; y las medias vueltas de
razonablemente proponer. L a tecnocracia es «compatible»,
los prácticos que, entre 1789 y 1815, sirvieron a tantos le -
según él, con las formas políticas más diversas, con las más
gímene.s com o «la Historia sacó de la nada», marcaron las
opuestas ideologías, y el tecnócrata, considerado en estado
lineas d e un pragmatismo— digamos la palabra, de un nihi­
puro, no es ni un productor ni un pensador; no es un téc­
lismo— que sólo dejaba subsistir un criterio; e l éxito, en el
nico, no es un experto, no es un «industrial» e n e l sentido
sentido napoleónico de la palabra. Stendhal y Balzac han
saint-simoniano de la palabra; ni un planificador, ni un «ma­
sido los testigos de las consecuencias de esta barbarie, como
nager», ni un candidato al ejercicio del poder político en
lo son nuestros novelistas y nuestros dramaturgos de hoy,
nombre de la eficiencia particular de ciertos métodos.
y el saintsimonismo ha intentado consagrar, com o hoy el
¿Qué es, pues, en suma? Frisch evita cuidadosamente ilus­
comunismo, la idea de un ejército humano en el que cada
trar su definición por completo negativa con ejemplos con ­
miembro pudiese decir, como Hernani; «Yo soy una fuerza
cretos, eon precedentes históricos, con no importa qué que
que marcha».
pueda prestarse a una controversia sería. Su tecnócrata es
¿A dónde van hoy nuestros modernos técnicos de la ne­
un ser razonable, una idea platónica, del cual él únicamente
gociación. de la propaganda, de la popularidad, d e la in­
posee ia visión directa y sin duda genial. E n cuanto a nos­
dustrialización, del manejo de las mayorías parlamentarias e
otros, nos vemos reducidos a discutir sobre sombras que se
incluso— último o muy viejo hallazgo— de la «esperanza»?
perfilan, apariencias irrisorias, sobre el muro de la caverna.
No lo sabemos; Fritsch no nos lo dice y quizá ni ellos mis­
Qúe nos esté permitido, sin embargo, suponer que, en su
mos lo saben. Su pragmatismo parece hecho, ante todo, con
esencia, la Tecnocracia se opone naturalmente a todas las
la pereza de afrontar prácticam ente los problemas (e incluso
otras «cracias», tales com o la soberanía de los «mejores», la
de pensar en ellos).
del «pueblo», la de «uno solo» que son de carácter esen­
No hay siempre un buen Dios para los borrachos, y antes
cialmente político; y también a la d e las leyes y ritmos de
se echa a perder la salsa que se la mejora, cuando se cree
la naturaleza (fisiocracia) que forma el cuadro de toda es-
que la buena cocina consiste en m eter dentro d e la cazuela
cología verdadera. D etrás d e todas esas nociones de Poder,
«mucho de todo» para ver lo que resulUrá. Y ésta parece
se esconden, por lo demás, realidades psicológicas de natura­
ser la receta umversal de los señores tecnócratas, bajo el
leza más o menos «religiosa», expresándose con fórmulas del
pretexto de que «no se hacen tortillas sin romper huevos».
tipo V o i P ópu li, V ox D ei. L a soberanía de la técnica, es al
C reer que todo nos está permitido, porque se cree todo
mismo tiempo la divinización d e la técnica, el hecho de
posible, he aquí a lo que habrá cínicam ente llevado el de­
tomar a los medios como fines.
lirio de la voluntad de potencia, inspirado a los cerebros
A débiles por un siglo o dos de revolución industrial— des­
L os hechos capitales que han permitido la formulación (y, tructora de todas las reservas energéticas del globo y de las
hasta cierto punto, el establecimiento) de la nueva cra cia, fuerzas más íntimas de la humanidad. Nuestros sinarquis-
parecen ser, en primer término, la interpretación materialista tas son modernos Diafoírus, «cuyo cielo se enorgullecía de
de la historia (en el sentido marxista o, más exactamerrte contemplar las hazañas y del que la tierra se apresuraba a
cubrir las derrotas».
quizá, en el sentido de un marxismo vulgarizado, separado
de su contexto y adoptado de fonna difusa por los cuadros Remitámoslos a la confesión de Stalin, que, inquietándose
industriales y administrativos com o ideología propia); y, en (episódicamente) d e las hecatombes campesinas del primer
segundo lugar, la transformación del empirismo político in­ plan quinquenal, decía: «Nuestros éxitos se nos han subido
tuitivo en un código bastante preciso de recetas, ligadas al a la cabeza».
uso generalizado de las técnicas modernas, que han recibido A n d ré P R O U D H O M M E A U X
en América los nombres característicos de m ass-com m u n ica- Traducción: F . M.

Es se gu ro q u e un to p o no ha p o d id o jam ás c o n c e b ir un á g u ila — José M A R T I,

El socialism o es la o rg a n iia c ié n d e la lib e rta d . — H é c to r D E N tS .

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1765

C U E S T IO N E S P E D A G O G IC A S

La educación de la niñez
D O nn tjufor a m erican o q u e la ed u cació n no m an era, a son reirle o reñ irle, etc. R odem os, p o r tan to, p on er
term in a nu nca. E s cierto, p e r o ¿cuándo d e ­ en p rá ctica nuesíras teorías ed u cacio n a les, ten ien d o p resen te
b e em p ez a r? N o p o c o s au tores afirm an q u e q u e p a ra e l niñ o e l m ejo r g esto nuestro,' la m á s in sign ifican ­
lu ed u ca c ió n h a d e co m en z ar y a en el clau s­ t e p a la b ra, es u n a en señ an za. Si nu estra a ctitu d es ed u ca ­
tro m atern o. N osotros, sin lleg a r o ta l ex tr e­ tiva, p o r tirán ica q u e s e a la so c ied a d , n o p o d r á destruir
m o, atirm am os ro tu n d am en te q u e la ed u ca ­ nuestra o bra , y m u ch o menos p o d rá im p e d im o s q u e d em o s
ción h a d e d a r co m ien zo e l d ia m ism o en to d a la lib er ta d q u e p o d em o s otorgar a n u estro h ijo ; n o p o ­
q u e n a c e el nifio. A fin d e prepararn os a d rá im p e d ir e n m an era alg u n a q u e le en señ em o s a pen sar
realizar sem eja n te co m etid o , h em o s d e e m ­ p or sí m ism o, a p o n er sus a c to s d e a cu er d o c o n sus id ea s;
p ez a r p o r «olvidar». P ortarse d e un a m an era ra cion al es c o ­ q u e h a g am os d e é l un a in dividu alidad.
sa sen cilla q u e n o ex ig e estu d io algu n o; p o r e l contrario, P ara lograr esto d e b ^ s to m a r la co stu m b re, d e s d e e l pri­
d em a n d a d e ¡os p a d res un o lv id o a bso lu to d e lo s preju icios, m er d ía , d e c o n c e d e r a l niñ o cu an to p u e d a se rle co n ced id o ,
teorías absu rdas y con ven cion alism os q u e u n a ed u c a c ió n d e ­ n eg án d ole, e n ca m b io , co n en erg ía e n vu estra resolu ción ,
lic tu o s a y la h er en c ia d ep o sita ron e n ellos. E s p reciso q u e p er o sin m ostraros violen tos n i iracun dos, a q u ella s cosas a
h s p a d res q u e qu ieran ed u ca r p er fe c ta m en te a su s h ijo s s e ­ los q u e e s im p o sib le a c c e d e r o q u e son co m p leta m en te irra­
p a n arrojar lejo s d e sí, o lv id á n d o lo s p o r co m p leto , los co n ­ zon ab les. M ás a d elan te, cu an d o lleg u e a la e d a d d e c o m ­
c ep to s religiosos, patrióticos, m orales y sociales. N o ignora­ p ren d eros, ex p licarle e t p o r q u é n o p o d éis d a rle esas cosas.
m o s q u e esta rea liz a ció n es dificilísim a, p o rq u e so n en gran S ed b e n é v o lo s p a ra co n las fa lta s q u e p u e d a c o m e te r ; o b ­
n ú m ero las p erso n a s qu e, h a b ien d o h g r a d o deslig a rse d e nu­ servarte, p ro cu rad c o m p ren d er sus in ten cion es, p er o n o ie
m erosos preju icios, n o s e p u ed an lib ra r p o r c o m p le to d e l riñáis n i le pegu éis.
p e s o d e es a m on tañ a d e id e a s y m éto d o s miíenarios. N o o b s ­ l'o d o s los p a d res q u e tu vieron varios h ijo s y le s o b se r­
tan te, e s p reciso realizar un esfu erzo ; ten em os e l d e b e r d e varon, n o ignoran q u e e l niño, a partir d e las tres sem a ­
h a cerlo en b e n e fic io d e l niño y d e la h u m an id ad futura. E l nas, co m p r en d e cu án d o p u e d e o blig ar a su m a d r e o a tos
cu erp o y el espíritu d e l niño son b la n c a cer a q u e nosotros q u e l e ro d ea n a so m eterse a su volu n tad, gritan d o o lloran­
p o d em o s m od ela r. Si nuestra resp o n sa b ilid ad fr e n te a ellos do. Si sa b é is q u e e s tá b ien , n o h a g áis ca so d e sus gritos y
es, p o r e s te m otiv o, en orm e, n o d e b e m o s o lv id a r ta m p o co llantos. C u an d o s e can se s e dorm irá. N o o s so m etá is a .su
q u e en ningún m om en to n os e s tá p erm itid o m e ter es a cera ca p rich o , p e r o n o soju zgu éis a é l a l cuesfro. ,
en un m olde. C o m o q u iera q u e n o ex iste un lim ite d ete rm in a d o en tre
N o s e c r e a q u e ia ed u c a c ió n d e un hijo, au n q u e ta rea d e la ed u c a c ió n fiM ca y la m oral, n o p o c a s d e ¡as fa lla s o erro ­
resp on sab ilid ad , se a a l g o dificilísim o. R eq u ier e firm eza y res q u e s e c o m eten con tra e l cu erp o d e l n iñ o, s e reflejan
constancia, p e r o n o es terrib le ni su p erio r a nuestras fu e r ­ m ás ta rd e en su es ta d o m en ta l o en su ca rá cter. L a reg u ­
zas. N o d e b e m o s d e ja m o s con d u cir a extrem os d e ninguna larid a d e n ¡as teta d as y e n las com id as, e l su eñ o a d ecu a d o ,
ín d o le; ni ex cesiv a se v erid a d n i ex cesiv a d esp reo cu p ación . una lim pieza m in u ciosa y u n a h ig ie n e g en era l a bso lu ta n o sólo
H em os d e con sagrar o este c o m e tid o to d a ta aten ción , p ero Serán fa c to r e s d e b u en a salu d p a ra e l n iñ o, sin o q u e e je r c e ­
d e b e m o s h a c erlo c o n tran q u ilid ad d e espiritu y co n la firm e rán una in flu en cia b e n eficio sa so b r e su d ic h a futura. L o s ni­
voluntad d e vigilarnos a nosotros m ism os corxstaniem ente. ños n orm ales g u e viven e n un m ed io a m b ie n te h ig ién ico no
T od os los p a d res son c a p a c e s d e e d u c a r d e b id a m e n te a sus son jam ás irritables n i en ferm izos.
hijos p o r p o c o q u e s e lo p rop on g an y ten gan e n cu en ta to E s d e b e r d e lo s p a d res, a d em á s, d e d e ja r q u e e l niñ o se
q u e en estas púginos ex p licam os. Y no s e argu ya q u e a causa ex p an sion e a su s a n ch as c á m o y cu an to q u iere. C laro q u e
d e su p o c a instrucción n o p u ed en , n i q u e ¡as ley es l e im p i­ e llo e s co sa d ificil. P ero p r o b a d d e p er m a n e c er tranquilos,
d en d es en v olv erse co n in d ep en d en cia, etc., etc. N a d a d e ello a u n q u e e l n iñ o h a g a algún d isp arate. S o b re to d o, n a d a d e
tien e valor, tratán d ose d e ¡a ed u ca c ió n d e los p eq u e ñ o s—no gritos ni golp es.
d e ¡a instrucción, d e la cultura, q u e e s cosa distinta y pos­ H ay a lg o e n q u e los p a d res d eb iera n p o n er e s p e c ia l em ­
terior— p o rq u e en n u estra ca sa , p o r h u m ild e q u e s e a , p o d e ­ p eñ o, y es e n no d eja r q u e to d o e l m u n d o c o ja e n braz o s y
m os h a c er la q u e q u eram os y realizar en ella la so c ied a d b e s u q u e e a l niño. A parte d e las razon es h ig ién icas q u e lo
id e a l p o r q u e su spiram os: p o d em o s instaurar p a ra los n u es­ acon sejan , existen otros m otiv os d e o rd en m oral. E s o d e gu e
tros un v er d a d e ro rég im en d e lib erta d . N ad a ni nadie es c a ­ to d o s s e crean c o n d e r e c h o s o b r e el c h ic o , lo cojan , lo b a ­
p az d e o b lig a m o s a h a b la r d e nuestro hijo d e d eterm in ad a lan ceen , le hagan cosqu illas: o b ien lo llev en a la ventana

Ayuntamiento de Madrid
1766 CENIT

p a ra q u e v ea la luna cu an d o a p en a s p u e d e distingu ir lo «iguales» a l p a d re s e d e b e e l q u e tantos y tantos d escen -


q u e le ro d ea , n o p ro d u ce e n e l niño o tro e fe c to q u e e l d e d ien tés d e h o m b res d e avan zada, d e teorizan tes y au n d e
ex cita rle los n e rc ío s y d esp erta r e n su ce r e b r o sen sacion es lu ch a d ores d e vanguardia, n o só lo n o hayan seg u id o e l c a ­
d esa g ra d a b les q u e ejercen , m á s ta rd e, p ern iciosas influencias. m ino d e sus progen itores, sino q u e s e co m p o rten c o m o v er­
N ad ie d e b e p asear, cosqu illear ni z aran d ear a l p eq u e ñ o . So- d a d ero s reaccion arios, an ulando la la b o r y los esfu erzo s pn-
lam en te los p a d res han d e tom arlo en brazos, y aú n muy iernof. E s te b o ch o rn o so S spectácu lo s e d e b e , in d iscu tib le­
p o c o tiem p o. P oco s b e so s y ex clam acion es cariñosas. L a m a ­ m en te, a un a d efic ie n te ed u cació n . T a m b ién e s d e b id o , en
yor d em o stra ción d e ca riñ o e s d eja rles e n lib er ta d y n o p e ­ gran p a rte, a l h e c h o in con trovertible d e q u e la m u ltitu d d e
garles. E s n ecesario q u e lo s a d u ltos s e d esp ren d an d e su «m ititantes», ex cesiv am en te o cu p a d o e n h a c e r prop ag an d a,
eg o ísm o y d e je n q u e e l niñ o «viva su n a cien te vida». en p rep arar la rev olu ción y e n m u ltitu d d e co sa s p o r e l es­
il tilo, o lv id an q u e tien en fa m ilia : m u jer e hijos, A lgunos sien ­
l ie m o s d ic h o e n o tra p a rte q u e e l n iñ o n o h a d e se r ed u ­ ten tan ta prisa por co n q u ista r la « so cied a d id ea l» q u e ni si-
c a d o seg ú n la v olu n tad d e lo s p a d res p a ra q u e s e a esto o quiero d irigen ¡a p a la b ra a sus niños, p reo cu p a d o s exclusi­
a q u ello , o b ie n p a ra q u e p ien s e d e tal m an era. N o h a y error v a m e n te p o r un program a d e a cció n , o p o r e l m ejo r m éto d o
m ás fu n esto . E l niñ o a m a la lib er ta d y rep u d ia ¡os m oldes. a em p lea r p a ra q u e lo s o b rero s s e a filie n a un «ista» d e t e r ­
B asta q u e é l s e v e a o b lig a d o a. realizar u n a co sa o im p elid o m in ado. N o jugaron c o n su s h ijos, n o co m p a rtieron sus in ­
a p en sa r seg ú n tal o cu al m éto d o para q u e é l ten g a d eseo s q u ietu d es in fan tiles, n o su p ieron h a c e r s e a m ar p ro fu n d a m en ­
d e h a c e r lo contrario. Sin em b a rg o , existen in fin idad d e pa- t e d e ellos, y e l fru to d e tal co m p o rta m ien to e s q u e su p ro ­
dzcs— la m ay oria d e ellos— , au n e n los ca m p o s lla m a d o s d e p io hijo en g rosa e l n ú cleo d e en em ig o s d e la so c ie d a d id e a l
avan zada, q u e q u iere n ed u ca r a sus h ijo s so m etién d o les a q u e q u ería im plantar. E llo constituye, in d u d ab lem en te, una
su id e a , lo c u a l n o d e ja d e se r con traprodu cen te.
v erd a d e ra tra g ed ia p a ra e l h o m b re cu y o p e c h o está h en ch id o
E m p eñ a rse e n q u e e l niño s e a un in conform ista, un r e b e l­ d e n o b les an h elos e id ea le s, p er o cu an d o la d iferen cia d e
d e o un revotu cíon ario y ed u c a r le en e s l e sen tid o , o b lig á n ­ p en sam ien to s e m an ifiesta e s y a d em a sia d o ta r d e p a ra r e m e ­
d o le a a p ren d er d e m em oria fra ses son oras o him n os r e v o ­ diarla.
lucionarios, n o p u e d e p ro p o rcion ar otros resu ltados q u e el P or tanto, e s n ecesario record ar q u e , si d e s e a m o s q u e nu es­
d e h a c e r n a c er e n e l niño u n a viva a v ersión h a c ia esa s m is­ tro h ijo a m e tas id ea s q u e sustentam os, ten em os et d e b e r
m as id ea s q u e q u ería m os in cu lcarle. Y lo m ism o s u c e d e en d e h a c er q u e n os a p rec ien a nosotros. D eb e m o s se r niñ os a
otros ó rd en es d e la v id a. A sí, e l ú n ico d e b e r d e tos padres su lad o , in teresam os en sus cosas, m ostrar a ten ció n en sus
v erd ad era m en te «avanzados», q u e d e s e e n v er a su s h ijo s en ex p lica cio n es; en u n a p alabra, a c e r c a m o s a su a lm a para
las filas d e los in n ov ad ores, re sid e en s a b e r a y u d a rle a q u e
q u e é l s e co m p e n e tr e co n n u estro pen sam ien to. Y p o r en c i­
s e d esen v u elv a lib rem en te y lle g u e a se r «él m ism o». Si n u es­ m a d e to d o, vivam os e n ca sa n u estras ideas. Ningún m éto d o
tras id e a s so cia les so n justas, e s lóg ico q u e e l niñ o ed u c a d o p ersu a d e n i s e d u c e tanto c o m o e l p o n er e n p rá ctica lo q u e
en u n p lan d e U bertad y d e au tod escu brim ien to, la s c o m ­
pen sam os. T od o s los serm on es d irig id o s a l h ijo serán in efi­
partirá in teg ram en te e incluso las su perará. Y si esto su ced e,
c a c e s si n o van a co m p a ñ a d o s d e ejem p lo s vivos. R ea licem o s
n o n os escan d alicem os. ¿Qué m ay o r orgu llo p u e d e sen tir un
en e l h og ar—den tro d e lo p o sib le— nuestros id ea le s, y los
p a d re q u e v er có m o e l h ijo av an za un p a so m ás e n e l p ro ­ h ijo s serán in d iv id u alid ad es libres.
g reso id eo ló g ico ?
T al v ez a e s te fo r m id a b le erro r d e q u erer h a c er a los hijos P ro fe s o r S am uel V E L A S C O Y L L A M A S

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1767

C L C N T C S CE CA NCCCE

jueg-&Á deL adfiívi&t


¿Q ué h aces a h í plantad o?— d ijo e l viejo, deteniéndose lado del m uchacho. V alien te p ara el tra b a jo , sin ningún
d elante del mozo. vicio, ejem p lar m agniñco d« u n a raza sana, Ies parecia
L a noche ib a cayendo. E sa luz difusa de los atard ece­ partido nad a despreciable p ara no im p orta qué m u ch a­
res de otoño extend íase por los c a m p o s , dando ch a, por ricos que fuesen sus padres.
tonalidades dulces a todas las cosas. L a s estrellas empe­ — No encontraréis yerno m ejor, n i m ás cabal, n i m ás
zaban a parpadear, venciendo de los últim os resplandores trab ajad o r — le decían a l padre de M a r in a . ¿Q ué im ­
d'zl sol moribundo. p orta que sea español? De buenos y d e m alos los hay en
Rl m uchacho quedó un m om ento sorprendido, sin sa­ todas partes.
ber qué decir. E ra un adolescente espigado, robusto y Tozudos, apoyados por miem bros de la fam ilia que pen­
fu erte, llevando muy bien unos diez y seis añ os que pare­ saban en M arina p ara sus h ijo s, a fln) d« co n cen trar él
c ía n veinte. capital hereditario, los padres seguían prohibiendo a su
— Pues... espero... h ija la frecu entación de R a fa e l, persiguiéndoles y hosti­
—¿A quién esperas? ¿A la M arina? gándoles.
Los ojos del m uchacho centellearon,
—¿Le in teresa a usted m ucho saberlo?
M ás de lo que crees. Porque estoy dispuesto a av isar a
sus padres. S a b e s bien que no quieren que habléis. No eran m ás que dos niños que se am aban y que ju n ­
¿ Y qué v a usted a g a n a r con este papel de entrom e­ tos descubrían e l am or. S in que nadie Ies hubiese puesto
tido? trab as, durante m ucho tiem po, a pesar de la precocidad
Pues voy a g an ar que n o h ag áis u n a b arrabasad a tú, im puesta por el con tacto de la natu raleza, la vida ruda
y la m ocosa. No sois m ás que dos niños. Alás to v aliera dei cam po, el espectáculo de los anim ales y e l envicla-
ir a los cursos de noche de la escuela que pasártelas m iento d e la cam p iñ a fran cesa, no h u bieran traspasado
correteando d etrás de eUa. ese estadio de los juegos d el amor, a través d el cu al sus
S i m e ia d ejasen ver de d ía y a la luz d el sol. n in ­ sentidos ib an despertando lentam ente.
guna necesidad tend ría de esp erar la noche. Y y a puede, Parai ellos, aún las c ita s que se daban no ten ían otro
si quiere, decírselo a su p ad re: aunque la encierren con. objeto que corretear por e l riachuelo, desnudos de pi
siete llaves. la veré cuando m e d ará l a gana. y piernas, cogiendo berros ju n to s o cazando ran as. Algu­
— M ucha lengua tienes p ara ta n pocos años. n a s veces se sen tab an e l u n o ju n to a l otro, con la s m a­
— M e h ace usted perder los estribos. ¿E s que n o ha nos cogidas, besándose con timidez y con inocencia.
sido usted n u n ca joven n i h a tenid o novia ja m á s? E'ueron los otros, los que Incluyeron e l olor m alsano del
El v iejo se ale jó refunfuñando. pecado e n lo que, h a s ta entonces, no h a b ía sido m ás que
Aquellos am ores de M arin a y R ^ a e l e ra n la com idilla pura am istad, lim pia de todo impulso sensual.
de todo el pueblo. E l e ra un m uchacho refugiado, hijo* Como n o podían verse de día, con stan tem ente vigila­
de españoles que tra b a ja b a n a inedias una hacienda. E lla dos por c ie n ojos inquisitoriales — los de todos los en e ­
era la h ija d el m ás rico propietario del lugar. Sus am o­ migos d e R a fa e l en el pueblo, sumados a I a fam ilia .
res em pezaron desde niños, cuando los dos acud ían a la em pezaron a encontrarse p o r la s noches.
escuela del pueblo. F ila e ra robusta, espigada, precoz­ E lla, cuando toda la casa dorm ía, descalza, saltaba
m ente m ujer. El a los cato rce años parecía y a un hom­ por una v entana b a ja e ib a a reunirse con él en la gran­
bre, atlético, fu e rte , in fatig ab le. Los padres de ella se ja , Y d uran te h o ras rodaban sobre el heno, em briagán­
emperraron, ta n pronto se dieron cu en ta dcl idilio. dose con su perfume, sintiend o encenderse su sangre al
- -¿ U n e x tra n je ro , h ijo de refugiados políticos, por s i : . mutuo contacto, con la complicidad, de la soledad, de la
fuera poco, casarse con nu estra h ija única? ¡Ja m á s! luna, de los p ájaros que can tab an , de los palomos a rn i-
S i los tiem pos hubiesen sido otros, h ab rían encerrad o llándose.
^ la pequeña en un convento. Hoy ya e ra m ás dlflcit. F a ta lm e n te, Jugando, jugando, los juegos fueron hacién ­
l”ero la golpeaban, cuando sab ían que se h a b ía detenido dose m enos inocentes, E n el mozo, exasperado, u n a idea
'u n R a fa e l; la vigilaban de cerca. De hecho, todo el po- de hom bre fué generando.
'b lach o tomó partido por aquellos am ores. L a toayoría, — No quieren d árm ela porque soy e x tra n je ro y pobre.
" n el espíritu conservador propio de todos los agros, por Ehies m e ia tend rán que d ar a la tuerza.
tradición y por chovinism o, apoyaba a los padres. Hubo E ran los dos vírgenes e Inexpertos, D el am or sólo sa­
Una m inoría b a sta n te num erosa — en la que se, contaba bían lo que les decia su in stin to y lo que veianj h a c e r a
' I alcalde del pueblo — que se colocó decididam ente al los anim ales. Pero la obscuridad de la g ra n ja , eO lecho

Ayuntamiento de Madrid
1768 CENIT

muHido del heno, saturado de m i! perfumes, el calo r de — Me pondré bajo la salvaguardia de o tras personas,
las noche de ju nio y julio, ;d e cu án tas Ideas nuevas les p ara que ustedes no puedan in te n ta r nad a con tra m i
enriquecieron: y mi hijo,
Jugando, jugando, fueron recorriendo en poco tiempo - -¡T e vamos a desheredar!
toda la gam a de sensaciones que Ies ib a descubriendo el — ¿C reen ustedes que m e im porta algo su fortu n a? P re­
cam ino de la revelación suprem a. Cuando llegaron a ella, fiero R a fa e l por encim a de tod as la s cossa.
¿qué y quién podia detenerles? E l dram a de aquellos am ores con trariad o s; aquella pa­
A la necesidad de la s alm as, que solo en la com pañía sión In fan til m adurada y ya granad a, empezó a aureolar
la una de la otra se sen tían con ten tas, se unid la n ece­ a R afael y M arina de un halo novelesco, Fu eron Romeo
sidad violenta de la carne. Los dos e ra n sensuales, p re­ y Ju lie ta rústicos, g aje de luchas de intereses y de ideas,
coces, dotados de u n a anim alidad poderosa y san a. Todo en las que ellos eran ajen o s e inocentes.
en ellos e ra in stin to. L a voz de la n atu raleza hablaba' lin o s les criticab an despiadadam ente; otros les defen-
con ta l potencia que todas ias dem ás voces eran ahoga- d 'a n con pasión. H asta la castellan a del pueblo llegó la
gas. Conveniencias, prejuicios, intereses, ¿qué eran para histo ria de aquel idilio. Era u n a m u jer y a e n trad a en
aquella fuerza que em an aba inconsciente y soberana de años, que h ab ia sido en su juventud herm osa y cuya vida,
lo m ás profundo de si mismos? según decían, fu é agitad a y aventurera. B a ila rin a en su
M arina sufría en silencio todas las palizas. Con ta l que mocedad, un conde se enam oró de ella y la adquirió »
ie d ejaran las noches libres, ¿qué le im portaba e sta r m e­ cam bio de un m atrim onio. Pero dentro y fu e ra de él, la
dio encerrad a d e dia? R a fa e l sólo vivía pensando e n la dam a siguió siendo muy libre de vida y de pensam iento,
hora en que el sol se pondría, e n que laa som bras iría n U n día, regresando ñ larin a del pueblo estab a ya
extendiéndose por los cam pos, en que la g ra n ja acogería b astan te avanzado su em barazo y se notaba a simple
una vez tnás sus transportes. vista — se encontró con la señora del castillo , que re­
gresaba en un lando descubierto.
Hizo parar la dam a a l coche, y llam ó a .Marina.
— ¿ Y bien, pequeña, cóm o ván tu s asuntos? ¿D asarm aii
El día cu que la madre se dió cuenta de que la chica, tus padres? — le preguntó sonriendo. ¿T e d c ja iá n casar
que acababa de cum plir quince años, estab a en cin ta, el con R afael?
cielo pareció desplomarse sobre su cabeza. ^— No lo sél ni me importa.. Con ta l que pueda irm e a
- . ^Miserables! ¡G u arros! ¡Lo habéis hecho adrede para vivir con él y con mi h ijo , es todo lo que deseo.
obligam os a autorizar el casam iento! P ero n t au n a si lo La señora la contem pló un m om ento, enternecida. Por
conseguiréis, ¿CreéLs acaso que vamos a consentir que su m ente debieron pasar recuerdos, im ágenes d e un pa­
todos nuestros bienes vayan a p a ra r a m anos de esos sado ya lejano. Sus ojos se hum edecieron ligeram ente y
rojos, que quién sabe los crím enes que h ab rán cometido alargando la mano acarició los rizos negros d e M arina.
en E spañ a? ¡Ja m á s , oyes, jam ás consentirem os que te — ¡Pobre pequeña!... E n fin, no te quejes. E stás vivien­
cases con él! Y tú irás a d ar a luz a la M aternidad, do los días m ejores de tu vida...
donde d ejarás ese retoño d el diablo, p ara que reviente o Luego u n a sonrisa m aliciosa entreabrió sus labios, que
crezca fu e ra de ti. M ás ad elante, cuando esa locura t<- aún guardaban, en su lín ea delicada y arm oniosa, re­
haya pasado, y a en con trarás un hom bre cabal p ara c a ­ cuerdo de la g racia y e l frescor de an tañ o:
sarte com o Dios m anda. — ¿ Y cómo lo habéis hecho, pícaruelos? ¡S I no sois más
Alarina se irguió a n te su padre con los ojos cen tellean­ que dos criatu ras! ¡vSi estáis en edad de ju g ar!
tes.
— Pues... a si lo hem os hecho, señora __ m urm uró Ma­
— ¡Ah, eso si que no, padre! A la M aternidad no iré
rin a, en tre confusa y divertida — . L o hem os hecho... ju ­
yo y si voy a ella, de a lli sald ré con m i hijo. gando..,
— ¡C állate! ¿Q uién eres tú, perdida, p ara im poner con­
diciones.
F e d e rica M O N T S E N Y

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1769

DIAGRAMA

DIAL06DS DE TODOS IOS TIEOlPOS


O PTIM ISTA .— Todo parece indicar, querido escéptico, que
razón- Extraña palabra que entraña el conocimierilo de! «yo»
el mundo olvida los devaneos gueneros y, percatado de la
y su relación con el tiempo y el espacio, ¿La razón? Hablo
aterradora grandeza de las armas recién descubiertas, opta
con los lenguajes primigenios que má.s sem ejaban sonidos
por la «convivencia» y la «coexistencia», elevando estas pa­
guturales; bronco l)albuceo el del alborear de la tazón. Pos-
labras— un poco extrañas a jergas humanas— a los altares de
teri^ormente Jué el arameo, el sánscrito, cl siriaco, el parsi, el
la Paz, por encima d e razones políticas, estratégicas y mo­ nublo, el egipcio. Fué en griego com o se cnconUÓ con un
rales, que suelen ser, a fin de cuentas, sinrazones.
conlhcto— ya intuido por el chino, el indostano y el persa—
donde lo libre se enfrentaba con lo esclavo, sumiendo al es­
E SC E P T IC O .— Sí, veo que el mundo acalla el espíritu bé­
píritu en dudas: y, después, cuando el latín se impuso a las
lico, pero doy en vena de razonar— esta angustiosa y persis­
lenguas dispares pero señeras en su tiempo; las etruscas, car­
tente mania de pensar—s í la civilización será tan civilizada,
taginesas y egipcias, para codificar la grandeza de un impe­
como para admitir «coexistencias» con razones de vivir dis­
n o — a la postre polvo—donde el conflicto volvió a surgir.
tintas y, además, si la historia que une los pueblos merced
Y asi, hasta la sucesión do los siglos y la aparición de los
a adelantos insospechados en esta era atómica y electrónica,
lenguajes actuales, tan terriblemente flexibles que, lo mismo
permitirá balanzas de poder, que atentan contra la Humani-
ensalzan la libertad, como la tiranía. Y, por si fuera poco, se
dad en un aspecto fundamental: el hombre.
ajetrean las grandes figuras de la ficción en cu ad ránd olas-
O PTIM ISTA .— ¿El hombre...? Y, qué puede significar esa muclms veces— en casilleros impropios de su grandeza.
célula ínfima, diminuta, tan sin trascendencia. E l gregaris- Así, nuestro Sr. D. Quijote, manchego de nacimiento,
nio ha hecho mella en su estructura y debemo.s felicitam os es elevado por ios truhanes de las cofradías d e la fe, a un
de! terror colectivo estatal, que facilita un desenlace feliz: sitial de sus preferencias, al dar en decir que. el espigado y
paz precaria, pero paz al fin. armado caballero—d e vivir en estos azarosos tiempos— anda­
n a con camisa azul, yugo y flechas, como todo un «cruzado»
E SC E P T IC O .— Olvidas, o m ejor dicho pretendes olvidar, falangista. ¡M altrecha andara su magra estampa y su noble
para justificar tu optimismo conformista, que esa catadura espíritu si tal aconteciera! No recuerdan que él liberó a ios
ínfima es la creadora de todo este retablo, tan parecido al galeotes, además de hazañas sin cuento, que no viene a cuen­
ue Maese Pedro, tan lleno de ilógica grandeza—porque la to mencionar, Aunque no estaría de más esa extraña cuar­
grandeza es ilógica— . F íja te bien; la Naturaleza crea al hom- teta de Cervantes, cuando refiriéndose a España dice con én­
nre y ésta a la Humanidad, para que, a su vez, ésta mini­ fasis patético:
mice a ese creador; minimizar la célula es aterrador puesto
que significa despreciar la base de la estructura orgánica y ¿Será posible que
aquí surge el meollo de esta dramática situación: Todos los continuo sea...
•iementos que desprecian su origen, mueren por consunción, Esclava de naciones extranjeras?
puesto que violan las reglas naturales por las cuales fueron ¿Y que un pequeño tiempo yo no vea
creados. La Humanidad corre ese gran peligro; olvidar sus D e libertad, tendidas mis banderas?
luentes. E stá deshumanizándose, al tiempo que reverdece su
'•limosidad, o lo que es lo mismo; busca una explicación, O P T IM IST A .— ¿La razón, dices.,.? Su vida es azarosa; su
stn base que atenúe esle drama. porvenir -incierto. Yo quisiera soñar como tú y si tal inten­
niñez. tara podría creer en un mundo de continente más noble que
el mencionado. Si procurara abstraerme veria la escena te­
O PTIM ISTA .— Touterias. E l progreso material acerca los rrestre en el devenir... ¡Aqui está...! y ¡as armas fueron
l'ueblos. Televisión, refrigeración, transporte a propulsión o tan terribles qne vencieron las barreras de ia intolerancia
'etro-impulso (com o se dice en la actu.alidad); esferas celes- con su lógica aplastante e inundaron de pavor a los propios
w de invención humana, futura conquista de los espacios guerreros. Y, fué entonces, cuando, amedrentado el Estado
rielares, ¿Es esto deshumanización o glorificación de la y temeroso de la potencia de sus propios resortes, proclamó
®riirpe humana..,? ¿No sigue acaso su marcha la razóu...? la era de la paz y la convivencia. El ser combativo que lleva
te el hombre se aprestó a luchar contra e! reto constante
E SC EP TIC O .— (No le contesta; se queda absorto y entra
de Id NTaturaleza. L a lógica de los hechos se impuso y ter-
ft un soliloquio, que el optimista escucha en silencio). ¿La
juinadas las rencillas mundiales, el objetivo fué el Síderío.

Ayuntamiento de Madrid
1770 CENIT

Las angustiada? miradas de los telescopios miopes se tro­ D el viejo Otnar también este canto; «Porque si bien se
caron e n agresivos aguijones de cohetes ultra-rápidos que, mira la vida no es más que un inmenso tablero de ajedrez,
poco a poco, fueron perforando la órhita de nuestro planeta cuyos cuadros blancos son los días, y los negros las noches,
para atravesar la d e cuerpos celestes que danzan, con su y en la cual el Destino juega con los hombres como con las
enigma, en el espacio...» ¿Te gusta esla abstracción? No me piezas; los mueve de aquí para allá, y uno por uno van a
negarás que todo ello suena a actual, que no parece tan parar al estuche de la nada-..»
utópico com o las arcadlas imaginadas por Sir Tomás Moro Todo son palabras, querido optimista. A veces creo que
y otros ingenios, en épocas menos propicias. nosotros somos palabras formadas por un extraño vocabula­
Pero, aparte de ello, hay algo que es «hoy». L a vida flo­ rio en busca de su oración.
rece y produce íntimo regocijo sentirse vinculado a ella. La
risa de los niños, las fl(wes, el panorama siempre nuevo de O P T IM IST A (vehemente).—Pero yo he visto morir y no
la Naturaleza, con el variado cortejo de criaturas de toda por mera acción de la Naturaleza. No es el ciclo que se
laya que por ella pululan y, por sobre todo, la actividad des­ cierra, sino la aurora sumiéndose en el abismo. Y ¿por qué?
bordante del hombre; su fe e n el futuro. E n efecto, estudia No ciertam ente por palabras, sino por sentimiento hecho
e l problema d e la desintegración, pero, al mismo tiempo, realidad: sentimiento social. ¿Extraña asociación de pala­
crea los antídotos para ella en peligroso juego de nivelación bras? Quizás aqui completemos ese vocabulario de que me
que, hasta ahora, h a resultado salvador. Fíjate en e l asom­ hablabas. H e visto morir por la libertad y esa muerte no
broso drama de la conquista de un mundo que, en sus prin­ sólo era trasunto de sabias palabras, sino concreción de ellas.
cipios, resultó hostil al primate obstinado y vencedor que Por ello creo e n el mundo; creo e n este tinglado d e la farsa
fué el «homo sapiens». Sacude, pues, tu pesimismo y re­ y en sus soportes más humildes: los tramoyistas de escena
cuerda al siempre joven persa Ornar cuando dice en su «Ru- que hilvanan en e l anonimato los menores detalles del es­
baiyat»: «Khayyám. ¿Por qué lloras tanto por tus pecados? pectáculo; por ellos, impulsores en la sombra; la gracia, el
¿Qué ganas librándote a tal tristeza? Ya que la misericordia ingenio, la sabiduría están transformando constantemente los
no es para los justos y no se despierta sino al ruido de nues­ cimientos de la sociedad que, repudia la soledad orgullosa
tros pecados, ¿por qué gemir? e inútil pata proclamar la grandeza armónica del conjunto.
E S C E P T IC O .— ¡Q ué podría decirte? E l mundo actual es ¿Quienes somos nosotros para creem os dioses? Y no es hu­
una tierra erizada de contadores Geiger y la radioactividad millación ni desprecio a sí mismos admitirlo. Juntos marcha­
que éstos señalan, cada vez en mayor escala, es el movi­ mos en el concierto vita!. Podemos aspirar a solistas, pero
miento del péndulo que, con su marcha monótona, nos apro­ no a orquesta. Podremos así, quizás, tañer la lira infinita del
xima cada vez más a la muerte. espacio, si nos percatamos de nuestra pequeñez; si nos vol­
Bellas palabras m e has dicho. Pero recuerdo las palabras vemos humildes. No hace falta ser deista para percatarse
del Crispín benaventino con su amargo fondo de verdad; de la grandeza cósmica y que nosotros formamos parle de
«Y' ¡quién se atrevería a decir que no es esto todo? ¿No es la misma y sus constantes mutaciones. Y todo ello, el hom­
así la vida, una fiesta en que la música sirve para disimu­ bre puede hacerlo. L o hará.
lar las palabras y las palabras para disimular pensamientos?
Que la música suene incesante, que la conversación se ani­ A d o lfo H E R N A N D E Z
me eon las alegres risas, que la cena esté bien servida....
es todo lo que importa a los convidados.,,» E n México. D .F., enero 1956,

El c a p ita lis m o m o d e rn o se d e s a rro lló e n un tie m p o en q u e Europa se h a lla b a p o litic a m e n te des­


g a rra d a p o r la e v o lu c ió n d e los g ra n d e s estados m o d e rn o s , d e m o d o q u e e l n u e vo o rd e n e conó m ico
tu vo q u e ajustarse en cada pa ís a las fo rm a s e s ta ta le s ya existentes. L a d is g re g a c ió n desastrosa del
te r r ito r io e c o n ó m ic o no fu é causada p o r el c a p ita lis m o : fu é la consecuencia in e lu d ib le d a l d e s m e m b ra ­
m ie n to p o lític o causado p o r la p o lític a d e fu e rz a de los Estados n a cio na le s, g u e te n ía que re p e r­
c u tir n e fa s ta m e n te en las nuevas fo rm a s d e la e c o n o m ía , A o,uí está la v e rd a d e ra ra íz d e l m a l, V ei
q u e la b u s q u e en o tra p a rte , no sa ld rá nunca d e l c írc u lo d e la c e g u e ra m e n ta l, Esto lo e sta b le ció
F ro u d h o n hace c ie n años, c u a n d o g r itó a los o íd o s sordos d e sus c o n te m p o rá n e o s con a p re m io Justa­
m e n te trá g ic o : « E l s ig lo X X a b riré la era d e las fe d e ra c io n e s o la h u m a n id a d se h u n d irá nue vam e nte
en un p u rg a to rio m ile n a rio » , RO D O LFO ROCKER.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1771

DIVULGACIONES CIENTIFICAS

LOS POLVOREDÍlS MOPTOLES


I L polvo que levanta en su trabajo el minero es seis laboratorios estaban afectados a este estudio. L a ma­
mortal. L a demostración de ello no tiene ne- yoría de los países mineros han seguido este camino. Es
I cesidad de ser hecha. Cada año, m ijes de hom­ conveniente señalar de modo particular a la Unión sud-afrl-
bres sucumben atacados por la silicosis. cana, donde la silicosis ha hecho inmensos estragos y donde
I Ved aquí una estadística edificante concer­ una lucha vigorosa ha sido llevada a cabo.
niente a la Alemania O ccidental E n 1951, 5.194 E stas búsquedas han obtenido unas conclusiones que no
casos de silicosis fueron constatados la primera vez; 1.458 son aún completas, pero que en lo más esencial son bien
casos mortales han dado lugar a indemnizaciones. E n el mis­ llevadas.
m o año se han constatado 787 accidentes mortales, que han L a silicosis es debida menos a las partículas de carbón
dado también lugar a indemnizaciones. L a silicosis provoca, que a las de las materias rocosas. E l minero de las minas
pues, actualmente, dos veces más de mortalidad que los ac­ metálicas, el de las galerías de busca, está más sujeto y
cidentes. presenta lesiones más graves que el que pica y trabaja en
Ello no era así antes de la guerra. E n 1937, por ejemplo, la extracción. Se discute incluso para saber si el carbón pue­
y por toda Alemania, sólo hubo 1.543 casos que fueron ob­ de considerarse responsable de la silicosis; en todo caso, su
jeto d e una indemnización, 568 casos mcn-tales, mientras que responsabilidad es venial.
los accidentes mortales sumaban 847. Si se consulta esta E stá establecido, en segundo lugar, que la silicosis deriva
estadística, se concluirá que el número de casos de silico­ de particulas infinitamente pequeñas, cuya dimensión no
sis mortales es, dentro de la República Federal, tres veces pasa de cuatro «micrones» y quizás de dos. L as partículas
más elevado que dentro de la Alemania entera de ante­ mayores, penetran menos profundamente dentro de los pul­
guerra, mientras que el número de accidentes mortales es el mones y son má.s o menos evacuadas con las mucosidades
mismo. pulmonares.
E n Gran Bretaña, el número de casos de silicosis, e n 1951, L a producción de estas particulas infinitamente pequeñas
se h a elevado a más de 3.500, de los cuales en una sola re­ ha sido sin duda siempre, resultado del trabajo e n la roca,
gión minera d el Sud del País de Gales, hubo 1.400. sea cual sea el utensilio empleado. Pero ello ha alcanzado
E sta progresión del m al no es solamente especial « a el mucha más importancia con la mecanización. Los martillos
Ruhr; ella se constata en todos los países; en Francia como y demás utensilios mecanizados, movidos por la fuerza eléc­
t n otras partes. Antes d e la guerra podía parecer suficiente trica y que han tomado el sitio del pico tradicional, atacan
t i indemnizar a las víctimas. Hoy no es suficiente limitarse la roca a una celocídad acelerada y la pulverizan en finas
a ello. E s necesario buscar las causas del espantoso desen­ polvoredas. L a segunda fase de la mecanización, posterior
volvimiento e intentar frenarlo. a la guerra, ha ciertam ente efectuado una agravación del
Hay que reconocer q u e la industria minera ha estudiado peligro. Asi se explica la progresión del mal que la estadís­
to n perseverancia y científicamente las condiciones en las tica alemana pone en evidencia.
tnales la silicosis se producía. E n Francia, el Gobierno ha Que estas conclusiones merecen ser confinnadas y sobre
creado un comité que estudia el problema de las polvare- todo precisadas; que nuevas búsquedas deben ser efectua­
<1as; la C aja Autónoma de la Seguridad Social Minera ha das, incluso por los mismos resultados ya obtenidos, ello es
empezado una campaña de investigación y de propaganda evidente. Pero, desde este ipomento, el mal y sus causas
alrededor de la silicosis. Los «Charbonnages d e France», han han sido determinados. E i momento ha llegado de buscar el
procedido a estudios sistemáticos que han dado su resul­ remedio y de aplicarlo.
tado. L o mismo pasa en diferentes países. E n Alemania, las Los estudios técnicos, afortunadamente, han seguido a las
minas, han creado en Bochum un Instituto de búsquedas investigaciones medicales, habiéndose notado la eficacia de
^ b re la silicosis, mientras que la Universidad de Munster ciertos métodos. L a Oficina Internacional del Trabajo ha re­
ha organizado un Instituto Nacional, E n Inglaterra, una Co- unido una comisión de expertos que h a tenido dos sesiones
misión Especial, ha estudiado el problema en el País de Ga­ en 1950 y 1952, y que tendrá una tercera en 1956.
les y organizado, sistemáticamente la lucha. E n los Estados Estos expertos han formulado ya un plan de recomenda­
Unidos, particularmente en Pensilvania, la Oficina de las ciones completas. Ellas comportan, consejos interesando la
^inas ha seguido, desde 1942, el estudio de la polvoieda- explotación de la Mina, otros que hacen valer el interés de
explotantes, han organizado, bajo la dirección del Ins- ciertas precauciones, pero sobre todo, definen los métodos
fituto de ia antracita, una comisión de silicosis y, en 1952, susceptibles de ser seguidos sistemáticamente. D e una par-

Ayuntamiento de Madrid
1772 CENIT

POR LOS CAMINOS ❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖ ❖

D E LA A N A D D D IA
J .— E l o b je t o d e la an arqu ía es lograr p o r la fEOtemiza- •5.— L a cu ltu rización evolu tiva y progresiuo d e l g én ero h u ­
ción hum ana, la m ay o r su m a d e fe lic id a d terrestre p a ra et m an o, hu sada e n la luz d e la arm on ía so cial, sin d esp ojos,
hom bre. sen ten cias d e m u erte, ven gan zas, a ca lo ra d a s p ro testas y vio­
len cias, gestará et fe liz alu m b ra m ien to d e l a lb a anarquista.
— E stu d ia n d o las o b ra s d e los gran des precu rsores d el
an arqu ism o ¡W arren , T h oreau , G odw in , P rou dhon , Stirner, 6.—L a an arqu ía la p ra cticó C risto, e l q u e p e r e c ió cru cifi­
K ropotkin , M ella, etc.), s e d e d u c e fá c ilm e n te ¡a p r e c e d e n te c a d o y la p id a d o par ¡os d om in istas d e la ' é p o c a , d e cuya
afirm ación. id eo lo g ía em a n cip ad o ra s e b a sa la au toritaria y a bsu rd a re­
L o s arg u m en tos d e los g ra fóm an os a l in con d icion al ser- ligión «cristiana» p a ra m an ten er e l y a c o n o c id o lem a del
c k ío d e l civ ism o dom in ista, s o b r e la «m alevolen cia» d e la arqu ism o: «O diaos lo s u n os a los otros».
anarquía, d escan sa n e n p ila res tan fa ls o s y su sp ectos, q u e se T.— S e en cam in a e l h o m b r e an arqu ista h a c ia e l HOM O
d esp lo m an a n te un sin cero y seren o ex am en d e la cuestión. SA PIE N S d e L in n eo , y s e estan ca e l h o m b r e arqu isto en
— T ie n d e la a n a rq u ía a la d esap a rición d e l bu rgu és y el H O M O B E L IC O S O S d e C alísten es ( o e l H O M O P O L I­
d e l paria, p a ra q u e a m b o s d en p a so a un h o m b r e cu y o n iv el T IC O S d e l autoritario A ristóteles).
cultural p o sib ilite e l fra tem is m o anarquista. S-— L a an a rqu ía e s d iv ersa y m u ltiform e co m o la misma
vida. S eria m a l in terpretarla m ed ia n te un ilateralism os d o g ­
m áticos. P ero un a u n id ad com ú n h erm a n a a to d o s los an ar­
te. el empleo del agua, sea por inyección dentro del macizo, qu istas: la n eg ació n a n te la im p o sición dom in ista, en cu m bra­
sea por inyección o pulverización dentro de los utensilios d a e n la p lu tocracia y la h id ra d e l E sta d o lib e r a l o totalitario.
mecanizados. E l empleo de máscaras, la precipitación de L a arm rquia e s e l ansia d e lib er ta d y d e fratern id ad
as polvoredas en suspensión en el aire, la pertinente venti­ q u e to d o h o m b re llev a d en tro d e su. b o n d a d hum anista.
lación, son también recomendadas.
10. L a an arqu ía es, p o r lo ú ltim am en te d ic h o , im p e rec e­
Estos métodos han sido más o menos aplicados comple­
dera. Ninguno ley o d e c r e to gu bern am en tal, nin gún d o g m a
tamente, a veces con mucha perseverancia v notable compe­
tencia. religioso, ninguna arm a d e los m iliió cta tas arrastrasables, nin­
guna im p o sición dom in ista, p u e d en lograr la fratern ización
No obstante, ellos no han sido aún prescritos por la ma­ hum ana, b a sa d a s c o m o están en la escla v o cra cia social. Y c o ­
yor parte de reglamentos impuestos por las autoridades pú­
m o e l h o m b re d e s e a la arm on ía hum anista, p o d em o s dedu cir,
blicas. Sólo se lim itan a recomendaciones generales y bal-
q u e s ó lo p u d ién d osela o fr e c e r la anarqu ía, é s ta e s p u e s in­
oías, tales com o la que contiene el artículo 34 del regla­ extinguible.
mento francés: «Son tomadas medidas para proteger a los
obreros contra las polvaredas cuya inhalación es peligrosa». I L — L a sa n a y vigorosa filo so fia an arqu ista tien d e a la per­
su asiva expansión y a la p en etra ción p a c ific a d e los cerebros,
Se encuentran aquí o allá, algunas reglas más precisas. E l
em b ru tecid o s p o r m ilen ios d e instinto arqu ista, p ara, cu al el
reglamento federal americana y el británico, señalan la ne­
cesidad de agentes húmedos o mojantes. E l reglamento bel­ sol q u e p o r d o q u ie r s e prodiga, fe c u n d a r c o n la savia vivifi­
ca d o ra . e l generoso p arto h a cia la luz a rm on iosa d e Acracia.
ga impone sea llevada mascarilla. L as precauciones para
evitar el peligro son al igual previstas por e l reglamento ale­ 12.— E l an arqu ista e s u n se r p artid ario d e la so cia b ilid a d
mán. Pero el examen de todos estos textos demuestra que am istosa, d e fe r e n te y h o n esta ; em p er o , h u y e c o m o d e la p es­
las prescripciones son muy insuficientes y, en la mayor par­ te d e l «socialism o» uniform ista, n ivelista, gregario, acérrim o
le del tiempo, inferiores a las medidas practicadas en ge­ en em ig o d e l su bjetivism o libertario.
neral dentro de la.s explotaciones bien llevadas.
13.— L a an a rqu ía es, a n te to d o, u n a sabid u ria ética. E xal­
E ste retardo en la reglamentación sobre las prácticas de- ta y e n n o b le c e a l individu o, célu la b á sica d e l con ju n to hu­
lensivas más modernas no representaría más que un incon­ m an o. N o p a ra con fin arlo e n un «rinconism o» narcisista V
veniente mediocre si la silicosis estuviera en regresión. D es­
eg ólatra, sin o p a ra e n é l ed ific a r un a sa b ia p erso n a lid a d qu e
graciadamente, no es asi aunque es ya una apreciación op-
flo r e z c a co n e l m ás h erm o so d e los fra fem ism o s.
limisla el afirmar que su aceleración ha sido frenada. Mas
;iún se está lejos de dominar el mal, a despecho de la lle­ I^-— H o p u e d e e l an arqu ista o d ia r a l h o m b re, p u es e s su
vada a cabo para ello. ev a n g elio d e am or. C ritica a los «uniform es» q u e e l hom bre
Traducción y recapitulación, s e en fu n d a: lib rea s lacayunas, sotan as eclesiásticas, trajes mi-
litares y p o liciales, etc. P ero n o o lv id a q u e d e b a jo d e esos
J. P E R E Z G U Z M A N trapos la te ta m b ién un c o r a z ^ p ro p en so a en carrilarse pot

Ayuntamiento de Madrid
CENIT
1773

los d erro tero s d e la luz ¡K ropotkin f u é un « p a je d e l e m p e ­


un a sabid u ría d e co n cien cia y n o un p ro b lem a d e existencia.
rador», S ebastián F a u r e d es ertó d e lu sotana, etc.)
15.— Aun si la m a reja d a dom inista lo inunda to d o, e i anar­ 26.— L a igu aldad m en ta l n o existe. N o s e p reten d a , pues,
qu ista s e rep leg a rá h a c ia las ínsulas d e ia lib erta d . V igilará q u e to d o s c a v em o s la tierra: p u es e l m u n do m ás libérrim a
la torm en to d e s d e su «tour d ’iv o ire vivante» (L acaze-D u - siem b ra n e cesita e n ¡as co n cien cia s q u e a lim en ticias sem illas
íh iers dixit) e ilum inará c o n su fa r o las tin ieb la s d e la n e ­ e n los su rcos d e la tierra. Si el pan e s prim ord ial y n ecesa ­
gra n och e. rio, s e a ú n icam en te p a ra alim entarn os d e l pan m en ta l q u e
nos es m ás q u e n ecesario.
l e . — E l «m asism o» re b a ñ ieg o co n e l cu al in icia C haptin sus
«T iem pos M odern os», b u en o es p a ra e l m arxism o eco n o m is­ 27.—L a v id a se r á siem p re una lu cha ética, p a ra op on er el
ta, d en ia g ó g ica m en te o brero la tra y estatolatra. C on fu n dir a l determ in ism o a rm on ioso d e l h o m b re hu m an izado a l d eterm i­
anarqu ism o c o n e s to ú ltim o e s p a d e c e r d efo rm a n te m iopía. nism o ca ó tico d e la n aturaleza. N o im agin ad, p u es, a ia «so­
c ie d a d futura» sin obstácu los. Vn m undo lib re, d e b e r á riem -
LJ- T ie n d e e l a n arqu ista h a c ia la su p eración ética , evi­
p r e ser ren o v ad o p o r la lib ertad .
tando e l c á n c e r d e la « m ejoración econ óm ica» . T od o s los
anarquistas q u e e n v e r d a d fu er o n , v iv ieron y m uy p o b res 2 3 — N o s e trata d e l an iqu ilam ien to d e lo s nn anarqu istas
m urieron. L o s q u e lleg aron a las p lay a s d e la an a rqu ía por ¡tod a «destrucción» e s arquista), p u es sien d o ¡a an a rqu ía un
reclam acion es p ó n ch eseo s, e n cu an to asegu raron e l m en dru go fru to d e la an alítica razón , n a d ie n o ció an arqu ista y, p o r ln
se rajaron c o m o leñ a s e c a o s e d esba n d a ro n c o m o lie b r e a c o ­ ionio, to d o e l m u n do d e b e r ía se r «an iqu ilado»; sin o d e la
sa d a p o r los galgos. lib r e y resp etu osa am istad co n tod os los s e r e s d e id e a s a li­
ñ es o contrarias.
18.— L e jo s d e l p en sam ien to an arqu ista e l o d ia r a l bu rgu és
p o r su eco n ó m ica y d es a h o g a d a posición . N o s e trata d e q u e 29.— D esh a cer n o es sin ón im o d e «destruir». N o s e h a d e
el rico s e vu elva p o b r e , sin o d e q u e to d os, ricos o p o b res, p re ten d e r r e ed ific a r tin m u n do m ejo r co n b a jo s instintos d e s ­
disfru ten d e l b ien es ta r eco n ó m ico . L o q u e e l an arqu ista cri­ tructivos, sin o, m ás b ien , d esin teg ran d o cu ítu ralm en te e l m al
tica en el bu rg u és e s su tiranía eco n ó m ica , fo m en ta d o ra y s o d a l y cu ltivan do am o ro sa m en te e l bien .
p eip etu a d o ra d e la escla v itu d social.
.30.-—L a doctrin a d e l A m or ( o an arqu ía) s ó lo p o d rá flo r e c e r
“m irqu ista e s u n fe r m e n to a -cív ico d e r e b e ld ía in­ e n e l v er g el d e la p a cífica lib er ta d y, d e ningún m o d o cu l­
dividu al y d e r e b e lió n social. C o m o e s so b era n o iniransigen- tivan do las p a sion es d e t o d io social. P ara ir h a c ia e l A m or
te d e su y o fís ic o y m oral, p refiere e n to d o m om en to s e r e l n o s e d e b e n hurgar heridas, s ip o a b rir co ra zo n es co n ta lu­
can i n d ^ t o d e lo s ca m p o s d e q u e n os h a b la T ag o re, a l o b e s o m in osid ad anarquista.
y lustrado m astín en ca d e n a d o , p a ra g u ard ar a la d rid o lim p io,
las m iserakies p o sesio n es d e los ricachos. 31.—S er a n arqu ista n o es estar c eg a d o p o r la pasión , arras­
tra d o p o r e l irreflex iv o error e im p elid o p o r el pavor. Ser
20.—E I aniw quista d e b e se r ed u c a d o y culto. Su escu ela a n arqu ista es se r lib re, p o see r e l u so d e la razón y h allarse
está e n la c a lle y e n la vida. L a m ejo r sa tisfacció n ra d ica en en e l seren o con trol d e tas fa c u lta d es m entales.
tu cultura. Cu/fura a i m argen d e las en señ an zas legisladas
d el civism o m ilitan te, acérrim o d efen so r d e la au toritariam en ­ , o d io h a c ia e l bu rgu és es «odio». H ay q u e cultu-
te instituido. rizar Burgueses (co m o S e m p e re e n V alen cia y con v en certe
hacxa la p ro p a g an d a libertaria). «Asesinar» b u rg u eses e s ser
p u e d e d e s e a r e l an arqu ista q u e e l d o lo r s e c o b ije «m ilico» « n urúform e. L o q u e h a y q u e B arrer e n e l bu rgu és
en n adie. ¡Q u e e l tiran o ec o n ó m ic o s e v u elv a un h o m b r e li- es to n o cion d om in ista y q u e h a c e d e él un. ex p lo ta d o r e c o ­
e y n o un m is era b le s o c ia ll N o s e d e s e a n nu evos ricos, pero n óm ico. y resp eta r su vida, p recioso c o m o to d a vida.
títm poco n u ^ o s p o bres. *
33— E l tiran icidio es un ilu sion ism o: la d esap a rición física
22. L a p er d u r a b le v a lo ra ción d e ia an arqu ía resid e en su d e un h o m b r e n o significa ta d esap a rición d e la tiranía e c o ­
p erm an en te crítica d e la tiranía eco n ó m ica , la s o la rea l y nóm ica. L o q u e hay q u e a b a tir cultural, p a c ífic a y p ro g re­
P erm ten te p o r d o q u ie r eit e l m undo autoritario, n o o b sta n te sivam en te, e s d ic h a tiranía.
°s transitorios c a m b io s d e los co m a n d o s gu b ern am en tales (o
Uranias políticas). F o ra fra seem o s un p o c o : «¿Cuándo s e co m p ren d erá , q u e
en tugar d e em p lea r fu erza s e n destruir, e s m ás ú til a la
23— A n arqu ism o y fan atism o n o p u e d en vivir juntos, ¡.a h u m a n id ad em p learías e n un tra b a jo p rod u cticoi' N o s e d e b e
f o r a d a d e la aruirquia tien e d e p a r e n p a r a b ierta s su s v en ­ p r e te n d e r h a c e r d es a p a re c er d e la so c ied a d a los burgue.ses
e n a s , p a ra q u e p o r e lla s p en etren to d a s las id eo lo g ía s hu- co m o a m icrob io s disolven tes» (Ju an G rave). Y e s to d e B iick-
’^ n a s , afines o contrarias. D e la Ubre con fron tación id eo ló -
n er: « L a lu c h a p o r la v id a d e tod os ¡untos, e n v ez d e la lu­
^‘c a , resu rge siem p re m ás purificada.
c h a d e u n b a n d o d eterm in ad o ; e l am o r universal, en v ez del
^ 2 4 . ~ H a y in d iv id u os q u e p ro p a g a n tal n ivelism o proseíiíís- o d io gen eral».
° lo «dictadu ra d e clase» ) q u e q u isieran em p lea r siem p re el
35.— T oistoi hizo m ás por la an arqu ía q u e tod as las barri­
tro y e l m o ld e. S a b e d lo d e u n a v ez : un an arqu ista siem -
c a d a , ca llejeras d e ia s «revoluciones» violen tas, tim on eadas
I aríg in al en tre los origin ales, un se r lib re en tre
p o r e l o d ,o social. «Por e fe c t o d e las b a la s solam en te, escrib e
lib res y un sin gu lar en tre los singu lares. E n e l jard ín d e
E líseo R eclu s, n o s e reso lv erá nunca ta m ás insignificante
rocía e l h o m b r e n o e s un n ú m ero d e un cu ad ricu lad o o
cuesU ón social. E n la c a b e z a y en los co ra zo n es s e h a d e
‘na cifra d e un a g lo m era d o.
n a cer a n tes ¡a iransformaciónM ,
2S. E l talen to o e l g en io d e l p recla ro an arqu ista siem p re
^ . —A m i juicio, e l m ed io m ás e fic a z q u e p o see n los an ar­
vio m ás a n g u stiad o m aterialm en te q u e e l m era m en te a d ep -
qu istas e s la cu ltu ra ¡p erió d ico, revista, libro, co n feren cia
L o cu al im p orta p o c o si s e e n tie n d e q u e la an arqu ía es charla, etc.)

Ayuntamiento de Madrid
1774 CENIT

37.— D e b id o a q u e la ed u ca c ió n d e ¡a in fan cia e s tá e n m a ­ 44.— M e p a r e c e a m i q u e u n o d e los d e fe c to s q u e hay en


nos d e l dominismo (religión o ínícismo d e E sta d o), los an ar­ e l llam ad o «cam p o anarqu ista» e s la a ten ció n to ta l a l « eco ­
qu istas d e b e n p ro d ig arse e n p ro d e una ed u ca c ió n racion al, nom ism o» y e l cru zarse d e b ra z o s s o b r e la sabid u ría ética.
a n tid og m ática y lib re, d e los niños- Kropotlíirt es c rib ió e n su m o c e d a d « L a C o n q u is t a lie l Pan»,
3S.— L o s o brero s d e b e n en ten d er q u e la an a rqu ía n o es fe n e c ió d ejá n d o n o s u n a in conclusa «E tica», to cu a l no d e ja
«clasista», sin o hum anista. E n su p rog ram a so c ia l n o s e trata d e se r un a le ccio n a d o r ejem p lo.
so lo d e l bien esta r d e la cla se trabajad ora, sin o d e la h u m a­
45.— Si la an a rqu ía n o fu e r a u n a filo so fía d e A m or, e s d e-
n id a d en tera. Si e l an arqu ista critica a las instituciones do-
cir, d e fra tem is m o sin trabas, n o v a ld ría la p e n a e l c o m p e ­
m inistas, v e e n los h o m b res q u e las d efien d en a s e r e s ig n o ­
n etrarse c o n ella. L o s p e o r e s en em ig o s d e la a n a rq u ía son
rantes, p ro p en so s a se r ed u cad o s. P en sad u n m o m en to y o b ­
los sa lv a jes instintos y las id ea s d e ven gan za. L a «violencia»
servaréis c ó m o lo s m ás escla recid o s p en sa d o res d e l an arqu is­
h o m icid a e s u n im pu lso arquista.
m o, e n su m ayoria, p r o c e d e n d e las «clases ricas».
39.—A u n qu e se a ¡a cla se tra b a jad o ra la q u e h a y a a p orta d o 46.—¡Q u e la m iseria ec o n ó m ic a q u e a g o b ia a los hum ildes
n u m éricam en te e l m ayor con tin g en te d e lu ch ad ores, n o s e no se a e l p retex to p a ra h a c er d e e llo s otros « m isera b les m o ­
d e b e c a e r e n ia « obrerolatria». E n e l o d io so c ia l d e c ia s e a rales»! S e p u e d e se r un m isera b le ec o n ó m ic o y p o s e e r gran
clase. N i e n la s lu ch a s exterm in adoras en tre herm an os, q u e riq u ez a ética.
ta les son to d o s lo s se res hum anos.
47.—N o s e d e b e im agin ar q u e u n a «revolucidn» p a rcia l y
40. P en sad q u e h a y «obreros» co n m en ta lid a d dom in isla, p recip ita d a, producxrá la anarquía. S e su ced erán , sin du da,
aspirantes a «m an don es» y a ricos, q u e p o r un m en dru go rev olu cio n es y revolu cion es, q u e s o n in e v ita tie s síntom as
d ev ien en «delatores», etc., y, en tre lo s ricos, h a y se res b o n ­ d e la ev o lu ción hum anista. Y esto n o es n u ev o s o b r e e l p a ­
d a d o so s y com pren sivos. T od o s lo s ricos n o so n «m alvados». p e l: y a R eclu s lo estu d ió e n «E volución, revolución, y e l id eal
L a cu estión con siste en q u e co m p ren d an la an arqu ía ta l cu al anarquista».
e s y n o c o m o n o es. G anar p a ra la cau sa red en to ra a h o m ­
b res, n o im p orta la cía se e c o n ó m ic a d e d o n d e p ro ced a n . 48. E i m u n d o n e cesita d e ed u c a c ió n e ilu stración m a r c o -
hum anista. C u an d o s e a p o s e e d o r d e ella , ni siq u iera la sola
41.—'La sen satez d e ¡a an a rqu ia s e v e e n esta d ecla ra ció n
p a la n ca d e A rqu im ed es será n ecesaria p a ra e l fe liz alu m bra­
d e K ro p o tkin : «D eclarán doos anarqu istas, d e a n tem an o pro­
m ien to d e la anarquia.
clam áis q u e renu nciáis a tratar a los d e m á s cu al n o qu isié-
rais se r tratad os p o r ellos», 49.— L a an a rqu ía será la co ro n a ció n ev o lu tiv a y p a cífica
— E s n e ces a r io q u e s e co m p ren d a q u e l a an a rqu ía no d e los esp era n z a s hum anistas d e lo s se res hu m an os. H acia ella
está e n puertas, lo cu a l q u ie r e d ecir q u e n o h a d e estarlo s e en cam in a, p u es, n u estro len to p ro g reso m oral
nunca. Su a d v en im ien to está e n p ro p o rció n c o n e l desarrollo 50.— E l id e a l hu m anista-an arquista s e en cu en tra claram en ­
so cial hum anista d e l co n g lom erad o hum ano. H oy p o r hoy, t e ex p u esto p o r sus m ejo r es a d a lid es (G od w in , T olstoi, Stir­
oMstimos a la co n tem p lació n d e un a h u m a n id ad satu rad a d e n er, K ro p o tkin , M alato, Proudhon, T u ck er, F a u re, M aiatesta,
dom inism o. P ero la ev o lu ción hum anista p ro sig u e su len to y R o c k e r, etc.) H ay q u e reflexion ar, p u es, s o b r e la s enseñan­
efic a z cam ino.
z a s q u e n o s o fren d an , ev ita n d o lo s «irrespon sables» excesos
48. E l an arqu ista n o s e o bsesion a, p u es, p o r u n a « esp e­ d e los ex a ltad o s qu e, sin q u erer p r o b a b lem en te, so n tam bién
ranza in m ediata». N o s e a p asio n a p o r la ex ig en te « m ejora lo s «en terradores» de- la anarquia. « L a a n a rq u ía es la m ás
ecoiR m ica» . S e es anarqu ista p o r sen sibilidad, p o r ca lm a re­ a lta expresión d e l orden»,..
flexión , por satisfacción propia.
V la d im ir M u ñ o z

S o c é l é G én érale dT m pressíon . 61. ru é d e s A m id o n n ie r s .- L e G éran t : E tien n e G U IL L E M A U . T ou lo u se (H te-G n e.)

Ayuntamiento de Madrid
R Y IDE HOY

La Barca de San Pablo


Kn la barca de Pablo, ex-santo y hoy banquero,
son tan to s los cajo n es con bulas de cruzada,
es tan to el oro en barras. las joyas, el dinero,
el navio es ta n viejo, la carga ta n pesada;

la s m itras de oro fino, los frailes, la s prebendas,


los anillos, la s sedas, la s púrpuras y encajes,
los platos, los cristales, los vinos, la s ofrendas,
los in fan tes de coro, los monagos, los p a je s;

el tropel de canónigos, opulentos, berm ejos,


de arqueros, sacristanes, bedeles, incensarios,
y el damasco, el velludo, los bronces, los espejos,
el syllabus, la curia, la s horcas, los rosarios.

son ta n to s ; y son ta n ta s ias aguas milagrosa.s


que hoy aun causan eí m ás profundo asom bro;
los cardenales y sus queridas herm osas
y el cura S a n ta Cruz eon su trab u co a í hom bro;

ea la org.a pagana, este gran cargam ento,


de tal modo atib orran la b arca ultram ontana,
ta impiedad es ta n brava cuando la ayuda el viento,
el m ar es ta n tem ible, la carga es tan m undana

que la b arca de Dios, antañ o dirigida


por doce galileos descalzos y desnudos;
eUa que atrav esaba las ondas de la vida,
sin m ás faro, Jesú s, que tus dos ojos mudos;

la barca que. a través de toda tem pestad


arbolando en el m ástil su en señ a de Esperanza
conseguía llevar a toda la Cristiandad
a l puerto Ideal de la Bienaventu ranza

hoy, a l peso cruel de su botin tremendo


la barca de la Iglesia, el coloso ay er fuerte,
zozobrará. Dios mío, con pavoroso estruendo;
;que lleva en sus entrañ as, ia causa de su muerte!

G U E B R A JU N Q C E IB O

Ayuntamiento de Madrid
Servicio de líbreria de la C. N. T. de España en el Exilio
Floresta de leyendas heroicas espa­ JUAN D E V A L D ES.— «Diálogo de tivas». Prólogo y notas de J. Maria Sa-
ñolas. (Compiladas por Ramón Menén­ la lengua», Prólogo y notas de José F . laverria.
dez Pidal.) Rodrigo, el último aodo. Montesinos.
Tomo I, SALAS B A R B A D IL L O — «La pere­
C R IST O B A L D E C A S T IL L E JO .— grinación sabia» y «El sagaz Estacio,
Z O R R IL LA .— Poesias. Prólogo y no­ «Obras». Tomo I I I . Prólogo y notas de
tas de Narciso Alonso Cortés. marido examinado». Prólogo y notas de
Jesús Domínguez Bordona. Francisco A, de Icaza.
M E L E N D E Z V A L D ES.— P o e s i a s. ALO N SO V A LD ES.— «Diálogo de las
Prólogo y notas de Pedro Salinas. M O RA TIN .— Teatro («La comedia
cosas ocurridas en Roma». Prólogo y llamada Eufemia»). Piólogo y notas de
GARCIA G U T IE R R E Z . — Venganza notas de José F . Montesinos. J. Moreno Villa.
catalana y Ju an Lorenzo. Prólogo y no­ M A TEO ALEM AN .— «Guzmán de
tas de José R. Lomba. JU AN D E LA CU EVA .— «El infama­
Alfarache». Tomo III. Prólogo y notas dor», «Los siete infantes de Tara» y
JU AN PA BLO FO R N E R .— Exequias de S. Gili Gaya, «El ejemplar poético». Prólogo y notas
de la ienaua castellana- Prólogo y no­ C RISTO BA L. D E C A S T IL L E JO .— de Francisco A. de Icaza.
tas de Pedro Sainz Rodríguez. «Obras», Tomo IV . Prólogo y notas de FE R N A N D E Z P E R E Z D E GUZ­
F E IJO O .— T eatro crítico universal. Jesús Domínguez Bordona. MAN,— «Generaciones y semblanzas».
Tomo I I I . Prólogo y notas de Agustín B R E T O N D E LO S H E R R E R O S,—
Millares. Prólogo y notas de Jesús Domínguez
Teatro. Prólogo y notas de Narciso Bordona.
L O P E D E VEGA-— Poesias líricas. Alonso Cortés.
Tomo I. Prólogo y notas de José F. M A TEO ALEM AN-— «Guzmán de
Montesinos. L IB R O S D E O RIEN TA CIO N
Alfarache». Tom o IV . Prólogo y notas
C A LD ER O N D E LA BARCA.— Au­ de S. Gili Gaya. ID EO L O G IC A
tos sacramentales. Tomo I. Prólogo y
notas de Angel Valbuena. «El Proletariado M ilitante , de An­
C o le c c ió n d e «Cíósieos castellan os»
M IRA D E A M ESCU A — Teatro- To­ selmo Lorenzo. Dos tomos, 180 frs.
(antiguos clásico s « L a Lectu ra»)
mo I. Prólogo y netas de Angel Val- «E l Apoyo Mutuo», de Kropotkine,
a 375 fra n c o s e l v olu m en
buena. 200 frs.
Floresta de leyendas heroicas espa­ «Etica», de Kropotkine, 100 frs.
C A S T IL L O SO L O R Z A N O .-«L a Gar-
ñolas, Tomo II. Prólogo y notas de Ra­ «El Pueblo», de Anselmo Lorenzo,
duña de Sevilla y anzuelo de las bol­
món Menéndez Pídal. 175 francos.
sas». Prólogo y notas de Federico Ruíz
C H ISTO BA L D E C A S T IL L E JO — -Morcuendo.
Obras. Tomo I. Prólogo y notas de Je ­ Giros y pedidos a Roque Llop, 24,
E S P IN E L .— «Vida de Marcos de
sús Rodríguez Bordona. rué Ste-M arthe. París (X), C .C.P,' Pa­
Obregón», Tomo I. Prólogo y notas de
M A TEO A LEM AN .— Guzmán de Al­ rís 3308-09.
Samuel Gili y Gaya.
farache. Tomo I. Prólogo y notas de B E R C E O .— «Milagros de Nuestra Se­
S. Gili y Gaya. ñora». Prólogo y notas de Antonio G.
C A L D E R O N D E LA BA RC A — Au­ Solalindo.
tos sacramentales. Tomo II, Prólogo y LARRA.— «Artículos de costumbres».
□otas de Angel Valbuena. Tomo I. Prólogo >' notas de José R.
L O P E D E VEGA ,— «Poesías líricas. . Lomba.
Tomo II. Prólogo y notas de José F. SAA VEDRA FA JA RDO -— «República
Montesinos. literaria». Piólogo y notas de Vicente
SAAVEDRA FA JA R D O — «Ide» de G arcía Diego.
un principe político cristiano». Tomo I, E SPRO N C ED A .— «Poesías» y «El es­
Prólogo y notas de Vicente García de tudiante de Salam anca». Prólogo v no­
Diego- tas de J . Moreno Villa.
LARA.— «Artículos políticos y socia­ F E IJO O .— «Teatro crítico universal».
les». Tomo III, Prólogo y notas de Tomo 1. Prólogo y notas de A. Milla­
Narciso Alonso Cortés. res.
QUINTANA.— «Poesias». Prólogo y FERN A N D O D E L PU LG A R.— «Cla­
notas de Narciso Alonso Cortés. ros varones d e Castilla». Piólogo v no­
C R IST O B A L D E C A S f l L L E J O .- tas de Jesús Domínguez Bordona.
«Obras». Tomo II. Piólogo v notas de E SPR O N C ED A .— «El D iablo Mun­
J. Domínguez Bordona. do». Piólogo y notas de J. Moreno Villa.
JUAN V A L E R A — «Pepita Giménez . ESPIN EL'.— «Vida de Marcos Obre­
Prólogo ynota s de Manuel Azaña. gón». Tomo I I y último. Prólogo v no­
SAA VEDRA FA JA RD O — «Idea de tas de Samuel Gili y Gaya.
un príncipe cristiano». Tomo II.jáozD LARRA.— «Artículos de crítica lite­
un principe político cristiano». Tomo II. raria y artística». Tomo II. Prólogo y
Prólogo y notas de García de Diego. notas de José Lomba.
M IRA D E A M ESCU A — Teatro. To­ F E IJO O .— «Teatro crítico universal''.
mo II, Prólogo y notas de Angel Val- Tomo II. Prólogo y notas de Agustin
buena, Millares.
M A TEO A LEM AN .— «Guzmán de M ONCADA.— «Exposición de los ca­
Alfarache». Tomo II. Prólogo v notas talanes y aragoneses contra turcos y
de S. Cili Gaya. griego.s». Prólogo y notas de S. Gili y
«Floresta de leyendas heroicas espa­ ^0
ñolas». Tom o II. Prólogo y notas de
Gaya.
SAN JU AN D E LA C R U Z — «El
El libro que deben leer Í6 :
Ramón Menéndez Pídal. cántico espiritual». Prólogo y notas de
F E IJO O .— «Cartas eruditas». Prólogo M atías Martínez de Burgos.
y notas de Agustín Millares. QUE\'F,DO. — Obras satíricas v fes­ lodos los estudiosos

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