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)_&alzberg; por qué la s revo­

q u e s están condenadas a
generar en ciraiila. S ó lo el
*^qulFmo es capaz de liberar
uja hum anidad. Fed erica
■jntscny: Ideas y figuras. Si-
* 0 Radowitszky. Puyol: No-
q al viento.- J . P. ValU :
iniciación Ideulógica.-
^•1 R e fle jo s del pensam iento
^ a n o en In g laterra. Anar-
v ei-adualismo.- Roberto
• le iib ro n e r: E stá por acla-
el m ás grande m isterio de
."literatura m undial: la obra
^ a k e s p e a r e . T e je riu a : Di-
^ ^ io n e s científicas. L a de-
• - quím ica con tra el fuego
q e r a lid a d e s .-fh a r ie s Rcbe,'.:
Congreso Intern acio n al
^«obots, Fugen R elg is: Tes-
p jfita para la juventud.—
(, '1 G ustavo C harpentier —
1 R yiier; La G recia L ib erta-
H istoria y crítica ) Folletón
enc-uadernable

L ffie n á u a l

P R E C IO ; 8 0 F R S .
Ayuntamiento de Madrid
NUESTRA PORTADA
/VM W W W W V

Simón RADÜWITSZKY
N a c ió Sim ón R a d o w ltszky en E k a le rin o s la v (U k ra n ia ), el año 1 8 9 0 .
C o n ta b a , pues, al m o rir, 6 5 años, d e los cuales pasó 2 1 en e l p r e ­
s id io d e U s u h a ia . en la T ie rra d e l F u e g o , te r r ito r io a rg e n tin o , b a jo un
clim a c a p a z d e a rru in a r la salud más robusta.
L o q u e fu e ro n estos 21 años d e luchas y d e s u frim ie n to s constantes,
n a d ie p o d rá sa b e rlo ja m á s. Sin e m b a rg o , e llo s n o c o n s ig u ie ro n d e s tru ir
ni la m o ra l, ni la fe , ni la ju v e n tu d d e alm a d e S im ón, Si b ie n a rru i­
n a ro n su c u e rp o , m ora m e n te , n in g u n a m e lla h ic ie ro n en é l.
P o r dos veces in te n tó fu g a rs e , en c o n d icio n e s te rrib le s . U n a de
ellas c o n s ig u ió lle g a r hasta la c o rd ille ra a n d in a , d o n d e fa p o lic ía c h i­
lena le d e tu v o , te n ié n d o le a m a rra d o en un b a rc o boca a rr ib a , hasta
qu e la p o lic ía a rg e n tin a fu é p o r é l, re in te g rá n d o le a U su h a ia , d o n d e ,
después d e s o m e te rle a p a liz a s b á rb a ra s , le tu v ie ro n tr e in ta meses a
p a n y agu a .
Esta es la v id a d e l h o m b re q u e h o y « C E N IT » se h o nra d e s p id ié n -
d o con la e m o c 'ó n y e l fe r v o r q u e su p e rs o n a lid a d e x c e p c io n a l
m erecen.
H o m b re s com o S im ón R a d o w ltszky re p re se n ta n el te so ro v ita l del
a n a rq u is m o , id e a l q u e n a d a ni n a d ie p o d rá d e s tru ir p o rc u e lle v a e n sí
m ism o el fe rm e n to d e las g ra n d e s a b n e g a c io n e s , d e los g ra n d e s h e ro ís­
mos, d e los g ra n d e s esfuerzos creadores,

« C E N IT » se asocia d e to d o corazón al d o lo r in te rn a c io n a l d e la
c o le c tiv id a d lib e ría ria , q u e , con S im ón R a d o w ltszky, p ie rd e un v a lo r
h u m a n o y un c o m p a ñ e ro d itíc ilm e n ie s u s titu id le .

R E V IST A MENSUAL
DE SO C IO LO G IA , CIEN CIA Y L IT E R A TU R A
S ecretaria de R ed acció n ; Ped erica M ONTSENY.
Colaboradores: Jo sé P eirats, Felipe Alaiz,
Vladím iro Muñoz, Eusebio C. C arbó, Adolfo
Hernández, B e n ito M illa, EYelio G . Fon taura.
J Ruiz, H erbert Read, Hem D ay, j . C annona
B lan co, Cam pio Carpió, Eugen Relgis, Ugo
Fedeli, H éctor R . S ch u jm an , J . M, Puyol,
Angel Sam b lan cat, Dr. Pedro V allina, Luce
Fab bri, J . Capdevila, G . Esgleas, O sm án De.siré,
Doctor Ju a n L azarte. R en ée L a m b e r e t ,
A. Prudhom meaux.
Precios de suscripción: F ran cia, 204 francos
trim estre: E xterior, 240 francos.
Número suelto, 80 francos.
Paqueteros, 15 por 100 de descuento a p artir
de cinco ejem plares.
G iros: nCNT», hebdom adaire. C .C F . 1197-21,
4, rué B elfo rt. T O U LO U SE (H aute-G aronne).

Ayuntamiento de Madrid
^£¥ISTiA ¡0£ 5 0 C ]Q i© © l| \ , C I£í^C lá Y iriTEfiiXTDfi^X
Año VI T o u lo u se . M a rz o 1956 53

P c rq u É lasrEvolidD nES

Esíár (o rd E rad as —
SOLO EL A N A R Q U IS M O
a degenerar en tiranía es capaz de liberar
a la humanidad
T R A V E S d e la h isto ria, vemos cóm o la
es ral. E s incontestable que ta l íu é el destino de los
hum anidad íu é siem pre en busca de la
felicid ad ; sin cesar se h a lanzado al pueblos e n el pasado, p ero es igualm ente cierto, 7 pode­
asalto de todas la s B a stilla s ; sin cesar m os afirm arlo, considerándolo de c a p ita l im portancia que
noy son conocidas la s causas que h a n producido y con­
se h a visto arro jad a h acia otras form as
de explotación y de opresión. No h a tin ú an produciendo la s derrotas revolucionarias v el
sabido en co n trar todavia la form a de estan cam iento d e toda te n ta tiv a de liberación, ahogada
organización que le asegurase el desen­ e n fo rm as nuevas de esclavitud y de desgracia colecUvas.
volvim iento individual y el d isfru te de t a que acabam os de señ alar, de orden
la s riquezas por ella producidas. Des­ so tío ló ^ co , es parecido a todos los que h an permitido
pués de cada fortaleza conquistada, otras aparecían al a la civilización m oderna avanzar de form a ta n im nre-
r a a l d e la n ita . Después de cada revolucióji, surgían las s lo n ^ t e en todos los dom inios d e la s cien cias exactas
minorías privilegiadas apropiándose el monopolio del Po- y iisira s. S in los conocim ientos de Newton y de Galileo
“®r e Instaurando un régim en de clase. s e n a inconcebible la técn ica moderna. S in e l descubri­
Cada vez que los con flictos alcan zan su paroxism o y m iento de los sabios fran ceses, sobre la s descomposiciones
que el orden social e stalla, el pueblo, lleno de alegría sucesivas del uranio, gracias a l neu trón que la s desen­
y de esperanza, se pone a b a rre r la s Instituciones que cadena, la ^ e r g ía atóm ica sería hoy aü n u n a m etafísica
e condenaron a la esclavitud. P ero desde que se tra ta S in estos ^ e n s o s descubrimientos, la hum anidad no
e con struir la nueva sociedad, u n a m inoría de revolu- hu biera podido n i sabido ja m á s organizar la civilización
«o n arlo s profesionales se interpone y detlenevel impulso t ie n d a .™ conocim iento, no hay con-
^reador del pueblo, im poniéndole instituciones sociales
decretadas por un poder cen tral, A cada m om ento de ia Y s i este ejem plo del conocim iento nos h a perm l-
n m o ria. eran d o u n a fo rm a social caduca íu é barrida, W o h eg ar a a edad ató m ica, ¿por qué el conocim iento
rgleron o tras clases que se apoderaron del Estado para ^ o l ó g l c o de la organización social no h a de perm itirnos
Convertirse e n los dueños del nuevo orden. m rasn*' exactitu d la s causas de la m iseria
Asi, en esta cad ena ininterru m pid a de con flictos y de nTa i’ tae su e te rn a servidum bre y la ausen­
cia la felicid ad y de la libertad? Todo lo oue h asta
p e r r a s , es el pueblo tra b a ja d o r, el cam pesino, los que
evan el duro fardo de la m iseria y de la pobreza; los hoy h a sido m cho para explicar el origen del m al, no
Hue re stan dominados, explotados, envUecidos por todas era e n re a lira d exacto, m ás que en la p a rte que consti-
« s form as sociales existen tes h a s ta nuestros días toye el análisis y la c ritica de los regím enes cap italistas,
D lrlase que u n círculo m aldito le condena a dar vuel- a t o es asi, en lo que resp ecta a B ab eu f, a B lan qu l, a
t Z . ®ternam ente en to m o a su propia desgracia, sin 1 "Jta® hablam os del m arxism o (puesto que éste
« i c o n ^ ja m é s una salid a. A p rim era vista, el observa- tien e la pretensión de hacerlo m ejo r que sus predece­
sores) digamos que desde que se le Interroga sobre su
seria fácilm en te llevado a creer que no hay
uQa h a cia un mundo m ás hum ano, m ás clem en te que program a, sobre la estructura de su orden social, nos
'•■‘-e que conocemos. Digamos, sin embargo, que esto no sentim os sorprendidos a l en co n trar la m ism a fatalid ad
del circu lo m aldito recreando las m ism as condiciones de

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1776 CENIT

m iseria y de desgracia hum ana que en la soL.edad pre­ m aldito, ia recaída de cada revolución e n la opresión,
cedente. , la búsqueda dei n eu tró n sociológico que d esintegrará la
A sí pues, nu estra introducción sobre el eterno fracaso raíz del m al de que la hum anidad sufre, son otros tan tos
de la Revolución se encuentra integralm en te verificada dilem as cuya solución aún no se h a encontrado.
en el sistem a sod o li^ ico m arx ista y aú n de m an era m ás Q ue h ay a habido teóricos que h a n Intentado rehacer
grave, y a que él h a inventado fo n n a s absolutam ente la sociedad, pero conservando a l Estado, Institución b ár­
nuevas de explotación y servidumbre, que vacían a l so­ b ara, es Inconcebible. Cabe preguntarse cóm o se puede
cialism o de su, su stan cia lib ertarla y e®nerosa. obtener un cam bio e n la condición hu m ana, cuando el
Cualesquiera que sea el sistem a social — y es Infinito Estado se h a salvado de todas la s ru in as y se introduce
el núm ero de ellos — en todos se e n co n trará el germen en la s nuevas .condiciones de vida. He aquí u n a an títesis
de nrifl. nueva clase que s e impone tard e o tem prano, evidente y con trad ictoria que prueba que, fu e ra del pen­
aprovechando las guerras exteriores o interiores y que sam iento anarquista, ninguna otra teo ría social, por ad­
deviene a si la capa d irigente de la sociedad nueva. m irable que parezca, h a adquirido el verdadero conoci­
Aunque los fm idadores de teorías sociales con frecuen­ m iento del hombre.
cia estuviesen profundam ente penetrados de un senti­ Que se m e perdone si digo «fuera del anarquism o»;
m iento de ju sticia , llenos de generosidad y de com pa­ no es seguram ente p o r vanidad ni por a fá n publicitario
sión a n te los sufrim ientos del pueblo, no podían evitar, que a si lo expreso. P ero es u n a verdad que, apartandc
sin embargó, la incorporación, en su sistem a político (por todo preju icio, debe ser estudiada p ara convencerse a si
fa lta de un m ás vasto conocim iento del papel verdadero mismo.
del E stad o ), del principio d e autoridad, del principio del M as an tes de abordar el pensam iento anarquista, que­
gobierno y d el je f e supremo, y. a l adoptarlos como prin­ da todavía por decir algu nas p alabras a c e rca de las Ideas
cipios fundam entales, o rien tab an la revolución h a cia el ru d im en tarias que sobre la sociedad y su organización se
fracaso, h a cia la regresión de todas las libertad es que tien en, p articu larm en te en lo que concierne a l socialismo.
solem nem ente afirm aban querer Instaurar. E l socialism o es u n descubrim iento de la razón de La
Que llevasen con ellos a la nueva sociedad el estatism o; m ism a im portan cia que todos los demás descubrimientos.
que incorporasen a su nueva m oral institu ciones casi Todo descubrim iento, Im plica previam ente una observa­
análc^as a aquellas heredadas del pasado, prueba, de ción sin cera que conduzca a l conocim iento del objeto. El
m an era evidente y absoluta, que todos los teóricos lla­ m ism o proceso debe observarse en lo que resp ecta al
mados revolucionarlos no h a n descubierto el neu trón so­ socialismo.
ciológico que produce la desagregación sucesiva de estas Cuando la cien cia h a ce posible u n descubrim iento, éste
instituciones, eternizando, pese a la revolución, la degra­ nos enriquece con un conocim iento nuevo. S in eníbaigo,
dación y la explotación del hom bre por el hombre, ningún descubrim iento sería posible, si procedíam os con
S e es revolucionarlo porque el m arco del orden esta­ los prejuicios adquiridos por la educación. Todo nuevo
blecido se nos h a ce estrecho y pesado. S e es revolucio­ conocim iento presupone ideas nu evas; ya q ue el socialis­
n ario por la con ciencia que tenem os de nuestro derecho m o debe encarnar, en el dominio social, el descubrimien­
a la libertad , de nu estro derecho a n o som etem os a una to de un orden basado sobre la ju sticia y la libertad , no
autoridad que lim ita y racio n a esta libertad ; e n conse­ puede u tilizar el principio de autorid ad sí quiere ser un
cu encia, el prim er re fle jo m en tal y psíquico se dirige descubrim iento revolucionarlo.
co n tra el gobierno que obliga y nos im pone una m an era Siem p re y en todos partes, se avanza audazm ente en
de pensar y de conducim os con traria a esta consciencia la teoría, cuando se t r a ta de tran sfo rm ar la s condiciones
revolucionaria; es por ello por lo que aspiram os ardiente­ m orales y sociales del hom bre; pero siem pre y en todas
m ente a acelerar la dem olición de toda autoridad guber­ partes, nos detenem os espantados a n te ¡a dem olición del
nam en tal, p a ra ab rir nu estra vida social h a c ia nuevos E stad a. E s el solo Dios de los tiem pos bárbaros que se
horizontes. h a conservado In tacto , y no teniendo la hum anidad un
Pero, ¡aten ció n !, estando todo ju stificad o e n nu estra conocim iento objetivo del papel del gobierno, persiste en
actitu d de rebeldes con tra el capitalism o, pronto se com ­ acep tarlo co.mo u n a Institución n atu ral. L legam os aqui
prueba que fa lta , e n cam bio, u n conocim iento fundam en­ al corazón del problem a de la trag ed ia hu m ana, y a que.
ta l sobre la organización de u n a nueva com unidad de en tre o tros conocim ientos m enos conocidos, ocupan un
hom bres,' de la que estén definitivam ente excluidos los prim er plano la autoridad y el Estado. E n este aspecto,
errores dei pasado. Y si este conocim iento existe, encon­ los an arq u istas son los verdaderos precursores de una
trarem os en todas ia s teorías, absolu tam ente en todas, verdad y de un conocim iento absolutam ente revolucio­
el eterno principio de discrim inación im puesto fatalm en te narlos,
por la autoridad gubernam ental y por la supervivencia Pueden dem ostrar, después de h ab e r estudiado a fondo
del r a i m e n jerárq u ico y de coacción que engendra la e l papel histórico del Estado, que la hum anidad puede
continuidad del Estado e n u n régim en social nuevo. vivir y organizarse sin él. M ás aú n : K ropotkine h a de­
Cuando exam inam os los resultados de la Revolución rusa, m ostrado de fo rm a incon testable que la hum anidad no
dirigida por la concepción m arxista, se co n stata la jus- podrá ja m á s realizar u n a verdadera revolución, m ientras
teza de n u estra observación. los hom bres no hayan aprendido a prescindir del Estado:
L a vida representa la im agen m ás p erfecta del movi­ toda revolución que lo m an tenga, volverá a llevam os a
m iento perpetuo y del cam bio constante, ta n to desde el las m ás n e fa sta s form as de esclavitud,
punto de v ista de nuestros conocim ientos que desde el EAiede com pararse a los anarquistas con los alquim istas
punto de vista social. S e ría, pues, esencial, que nos plan, de la Edad M edia, que fueron los guardianes del cono-,
teásem os la s i l e n t e pregunta: cim iento científico; sin ellos n o hubiéram os visto proba­
¿E l Estado, en ta n to que Institución, puede ser valable blem ente la civilización moderna. De u n a fo rm a análoga,
e incluso ju stificad o en u n a sociedad socialista que quiere los anarquistas son lo s depositarlos de u n a civilización
realizar un orden social d el que, efectivam ente, todas verdaderam ente hum ana y lib e rta rla ; y com o los alqui­
la s clases h ay an desaparecido? m istas del pasado, v ictim as d e la Ignorancia y del fana­
plantead o el problem a como nosotros lo planteam os, tism o religioso, los anarqu istas hoy son v ictim as de ca­
ello nos p erm itirá descubrir que los conocim ientos sobre lum nias e inquisiciones.
la evolución social son extrem adam ente rudim entarios. P a ra todos aquellos que no se h a n tom ado la molestia
I/ » prim eros aspectos señalados a l com ienzo d e este a r­ de estu diar el anarquism o y no conocen su teo ría y sus
ticulo, vuelven a evidenciarse con Insistencia. E l círculo Ideas m ás que de una m anera deform ada, la Ideología

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CENIT 1777
lib ertarla no rep resen ta m ás que im a utopía o algo peor
com o punto de partid a de todas las relaciones y de todas
No se dice que el anarquism o es, a n te todo, una suma
de conocim ientos éticos, históricos y sociales sobre la ¡&s actividades sociales y políticas. L a dignidad y la In­
desgraciada condición del hom bre, llevando en si los violabilidad de la persona h u m ana siendo la esencia y
medios de lib erarle de e sta desgracia. í»or el contrario, ^ p r i n c ip io conductor del anarquism o, es lógico que el
E rtad o n o pueda ser recreado, readm itido en el pensa­
re® “ t e * ideal, com o la Iglesia cató lica ahogaba todo m iento anarquista.
descubrim iento que h a c ía p eligrar su predominio
P ero esto no tien e Im p ortancia; dígase lo que se quiera E l anarquism o representa, pues, esta fuerza renovadora
sobre el anarquism o, la realidad es que con tin ú a siendo que puede a b rir posibilidades Inm ensas en la realización
uno de los m ás form idables descubrim ientos del espíritu de condiciones de vida social donde el hom bre encuentre
la e n te ra g a ra n tía de su desarrollo m oral y m aterial
f t u ^ n o , y aunque debiera verse siem pre calunm iado y
deformado, conquistaría a l fln la adhesión y la sim patía Cuando se o b je ta que el anarquism o n o en cu en tra eco
de Ja hum anidad, com o toda verdad im perecedera En ^ los hom bres, a ello respondemos que el valor de una
suma, p ara llegar cu anto an tes a lo esencial de nu estra Idea no se m ide con cifras, pues lo que cuenta, p a ra nos­
dem ostración, digam os fran cam en te que la cuestión de otros, es la con ciencia de conocer los medios ú tiles para
tóbw sí el anarquism o es u n a utopia o no, im porta poco, Ulserar a los hom bres del circulo m aldito y fa ta l; m e­
desde el In stan te que representa el conocim iento re a l de dios que podrian destru ir las causas que h a ce n nu estra
vida ínso{)ortable y sangrienta.
JM M ciales. Y . en virtud de este conocim iento, lo
utópico d eja de te n e r la significación d e algo m ás' allá P o r ello, nosotros, los anarquistas, oponemos a este
de la realidad. Im p orta poco a l sabio del laboratorio que ^ rio d o de la histo ria m arcado por u n a pérdida del sen­
re p s tra todos los d etalles concernientes a u n o b jeto en tim ien to de la libertad, la autonom ía espiritual y social:
estudio, ten er el conocim iento to ta l del m ism o- nunca oponemos a l totahtarlsm o, a l aplastam ien to d el indivi­
se pregunta si sus conclusiones están en discordancia duo por los partid os políticos basados sobre la d e e a
w n la que se llam a el esp íritu re a lista ; cuando encuentra s u m is l^ y la asfixia de sentido critico, la to lerancia,
un terreno de aplicación, está firm em ente convencido de la lib ertad de la p alab ra, y e l federalism o de los grupos
a l cen tralism o estatal,
que, u n a vez el conocim iento adquirido, él le conducirá
• su realización. ^ conclusión, podemos afirm ar que la cien cia social
n ^ a r q u is m o es algo parecido; tien e el conocim iento y la filosofía anarquista h a n destruido el m ito m üenario
^ o l ó g í c o del prc«reso social y puede m odificar funda- de u n a autoridad suprem a, de un je fe ilum inado, de un
E stad o proyidOTclal, la leyenda del padre de los pueblos,
K d 'i ñ d S c r •' “ y h M adm itido y reconocido, por su búsqueda y sus des-
c u to im i^ to s , que ninguna sociedad gozará de bienestar
No obstante el anarquism o n o es solam ente u n a teoría
^ la sociedad fu tu ra, y es exacto decir que n o s o tn » y de felicidad, en ta n to que perduren la religión y la
autoridad, e n ta n to que el hom ber continúe entregado
í o e i t e l f “^“^ r o s ta s h a s ta en el caso de que el sistem a
en cuerpo y alm a a u n Estado, servilm ente, cediéndole
te® cam biar. ESto lo pensam os, no como
m ^ f e s t a c ló n de u n a f e estúpida y ciega en el anarquis­ s ^ derechos n atu rales a disponer de sí mismo, E n pose­
sió n de este conocim iento m aravilloso, el anarquism o
mo t e sino porque pensamos propaga el principio ético y social de u n a verdadera
que la actitu d an arq u ista es valable p ara el hom bre indi-
Uberaclón; el anarqu ista representa el tipo p erfecto del
S id S te p a ra m illones de hom bre Ubre. ^
Lo que d iferencia a l anarquism o de las o tras doctrinas
revolucionarlas, es que tom a a l hom bre com o cen tro ; D. SALZBERG
(T rad ucción: F , M.)

Ayuntamiento de Madrid
1778 CENIT

mmm
ONOCI a Síinóit en España. E s decir, le co­ sobre todos los dem ás hom bres y sobre tod as las cosas
nocí físicam ente. M oralm ente, h a cia m a­ de la vida, su m irada generosa, su ju ic io elevado. Jam ás
chos años que le conocía. S u figura heroica vé lo b ajo , lo m alo, lo ruin de los hom bres. V é lo m ejor
h a b ia m ecido muchos de m is sueños Ju­ y se obstina en' verlo, aunque se equivoque.
veniles, en ese periodo de la vida e n que A sistía a nuestros Plenos, siem pre callado, slempne ob
la acción nos a tra e con m ás fuerza que el servando. Y nunca decia n ad a. Pero algunas veces, en
pensam iento. cen tránd ole e n la S e cre ta ria de C ultura y Propagandk:
£1 Radowitszky conocido a trav és de en la que estaba entonces Ism a el M artí otro argén-
nu estra Prensa, de ias cam pañas In tern a­ glno — hablábam os. Y’o le preguntaba. Y Sim ón me
cionales h ech as a fav or de su liberación, con testaba. S u Juicio, claro, lúcido, u n ía a la discreción
era el ejecu to r del teniente coronel F alcó n , el hom bre u n a profunda con ciencia de los problem as, de la s posi
d e energía indom able que por dos veces in te n tó fugarse bilidades y de las imposibilidades. Recuerdo que pa.sé
de U suhaia, el terrib lé presidio argentino a donde iban horas escuchándole, s in interrum pirle, d ejándole mani
a p a ra r todos los m uertos en suspenso; esto «s, todos los te starse con su voz len ta, arrastran d o la s silabas, bus­
que, condenados a m uerte e n un p a ís que te n ia abolida cando a veces la s palabras que expresasen m e jo r sa
la p en a cap ital, eran s in em bargo enviados a m orir a pensam iento sin h e rir a nadie. Y escuchándole mucha*
las tierras inhosp italarias de uno d« los m ás espantosos veces com prendí cosas y revisé posiciones. E n cuantos
presidios del mundo, M ucho peor que la G u ayan a y la m om entos m e d ije :
Cayena de los fran ceses, que el Sin g-Sin g de los am eri­ — ; Sim ón lo vé cla ro esto, m ás claro que nosotros!
canos, que los antiguos presidios de A frica d« los espa­ Pero jam ás apareció u n a c ritic a , u n ataque, una Inter
ñoles. pretación torcida de una actitu d a trav és de sus juiclta
Rabia de Sim ón lo que la P ren sa h ab ia publicado sobre é l; en estos diálogos, que, m ás que diálogos, e ra n un monó­
de su vida en la T ie rra de Fuego, donde llegó a ser el logo de Sim ón consigo mismo. Y o m e lim itaba a escu­
ídolo de todos los presos por su altruism o Incesante, por ch arle pensar e n voz alta.
su esp iritu solidarlo, por su gran nobleza m oral, que lo­
graron im ponerse h asta a los crim inales m ás empeder­
nidos.
Cuando le vi por prim era vez; cuando vi su cuerpo E staba enferm o, muy enferm o. De E'suhaia salió herid*
anguloso, su sem blante dem acrado, Iluminado por dos de m uerte, con una lesión pulm onar producida por bu
ojos de u n a clarid ad extraordinaria, ojos d e un gris huni- privaciones, por la m iseria orgánica, por los malos tratos
noso, llenos de in fin ita bondad y de dulzura indecible, No es, sin embargo, de e sta lesión de lo que hai muerto
perm anecí un in sta n te com o sobrecogida. Aquel e ra S i­ Es un ataque cardiaco lo que le h a llevado a la tumba
m ón Radowitszky, el fabuloso Sim ón Radowitszky, arra n ­ V'ivia com o un p á ja ro . De n ad a. Y lo poco que tenia
cado a la m u erte por la m ás herm osa y ten az m an ifes­ aú n lo distribuía e n tre los dem ás. Recuerdo que en aquo
tació n d e solidaridad internacion al que h a jalonad o la ilos días — 193S estab a yo em barazada de m i hU*
historia de las luchas sociales y políticas de .América y G erm inal. Cuando Sim ón podía alcan zar un bote de Icrb*
de Europa. condensada, se lo llevaba a A laria, diciéndole con sigilo:
P a ra m uchos, .Simón sólo fué unu m ás de los com pa­ -E s te bote entrégaselo a Fed erica. Lo necesita tai*
ñeros venidos de la A rgen tina a In teg rarse a los cuadros que yo. Y o no m e atrevo a dárselo.
ideológicos de España, a com partir con nosotros los ava- ¡Pobre Sim ón! H ubiera preferido que esa leche la be­
tare s de la lu ch a y la fiebre de la s realizaciones. En b iera él. Pero devolverle el bote, rechazándole, le hubiri*
medio incluso de los intelectuales, de ios m ilitan tes des­ representado un desaire tan grande, que ja m á s m e atre**
tacados, que pronto ocuparon puestos de im portan cia en a hacerlo.
CVimités y en Comisiones,, Sim ón, modesto, silencioso, Cuando le veia traslúcido, a fuerza de estar delgado
pasó inadvertido. deslizándose como u n a som bra por los corredores de
Como en Cam ilo B e m e ri, su obsesión e ra ir a l frente. C asa C.N.T.-F..\.I. u n a piedad y una tern u ra Indecibk*
Y a l fre n te se fué. A lli estuvo varios m eses; luego b a jó acon go jaban m i alm a.
a B arcelo n a, cuando la m ilitarización y e l c a rá cte r cada E ra el símbolo vivo del renunciam iento absoluto
dia m ás acentuado de guerra como todas las guerras, le aras de u n a idea. Hombres a d , vidas a ri, sólo se
hizo perder ilusiones y entusiasm o. Pero no ae quejaba, cu en tran hoy en el anarquism o. S i nos param os a refl*'
no protestaba, no criticaba. No era orador n i escritor. xio nar un poco sobre esta existen cia, nos aparece!^
E ra un hom bre inteligen te, dotado de criterio propio, que aureolada de contornos ta n sobrehum anos, que apeo**
ateso raba un profundo buen sentido. E ra un hom bre tan podremos concebirla.
rico espiritualm ente, que en lugar de re s ta r a los demás, Diez y nueve años te n ía cuando a ju stició a l teníeol^
les enriquecía constantenrente con la proyección propia, coronel F alcó n , convirtiéndose « i el intérp rete de
Es d ecir: el hom bre mezquino, pequeño m oralm ente, em­ protesta y de un m artirologio popular, del que sólo ^
pobrece, empequeñece cuanto juzga y cu anto to ca . El los países de A m érica podemos en co n trar otro ejemp**'
hom bre grande m oralm ente, bueno y noble, proyeclls Precisa conocer la histo ria de las luchas sociales en

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1779

A rgentina, p ara explicarnos su gesto,, cóm o ese m ucha­


aprendido a observar y a reflexio n ar mucho. M ultitud
cho soñador y duJce se convirtió en ejecu tor de un
verdugo. de cosas que p arecían sim ples, él la s veia e n toda aa
com plejidad, sin escapársele ningún m atiz. Como era
B a rre t, G hiraldo, G abriela AlistraJ, en sus comienzos,
modesto, tímido, reconcentrado, n u n ca h ab lab a de nad a
Florencio Sánchez, todos los poetas y escritores de van­
y m enos de s í mismo. E ra preciso en co n trarle en un,
guardia, h an hablado de la gran m iseria de los agros
m om ento de locuacidad, Uevarle insensiblem ente hacia
am ericanos, de la explotación In icu a de los inm igrantes
el terren o de la confianza y de la confidencia, p a ra que
y de los n ativ o a Loa gobiernos de la s d iferentes repúbli­
se descubriera y m ostrase h a s ta dónde su espíritu
cas am ericanas — y A rgen tina n o fu é Jamási u n a excep­ p ercibía y penetraba.
ción, apesar de su d esarrollo ind u strial y de su barniz
E n todos los años del Exilio, sólo de tiem po en tiem po
/ civilización m ás avanzada _ n o h an sido m ás que
tuvimos n o ticias de él. Y iv ia en M éjico con nom bre sn-
los testaferros de u n a burguesía feudal, acostum brada a
puesto, tem iendo que ese terrib le apellid o: Radowitszky.
tra ta r a ios hom bres com o esclavos. Falcó n fu é el perro
Ie cerrase m uchas puertas. P ero siguió actuando entre
de presa de e sta burguesía, ahogando en sangre uno de
el m ovim iento español, fiel a sus am igos de siem pre y
los m ovim ientos huelguísticos que hicieron, en el pasado,
a su lin e a Ideal d e siempre. S i calló a n té tod as la s des­
la gloria y la fuerza de la F.O .E.A .
viaciones, im puestas por necesidades y fatalid ad es que
Radowitszky e ra un m uchacho ukraniano refugiado en
nos encerraban dentro de un circu lo in fe rn al no por
.Argentina huyendo de la s persecuciones desencadenadas
eso la s aceptó ja m á s como buenas. P ero n o la s criticó
en R u sia después de 1905. De a lm a ard iente, en un»
nunca, dejando tiem po a l tiem po y confiando siem pre en
epcwa en que el anarquism o flo ta b a en el am biente mun­
lo que debía producirse; en la recuperación id eal d e un
dial, abrazó nu estras ideas con la m ism a n atu ralid ad que
m ovim iento guiado por el corazón y el in stin to d e una
respiraba. C ontaba sólo quince años, cuando tomó parte
m ayoría id ealista y consciente.
activa en la prim era revolución rusa, salvando la vida
Su m u erte priva a la hum anidad de uno de sus m ás
oe m ilagro y traslad ánd ose a la. A rgentina. I.Iegó a llí en
puros valores. No h ab rán acom pañado su cadáver mul­
un m om ento e n que la F.O .E .A . era la orgabtización
titudes llorando a l héroe, n i a l semi diós, n i a l hom bre
obrera m ás Influ yente y m ás preponderante. Ingresó en
providencial. P ero no h a b rá habido un com pañero en
ella, aportándole su entusiasm o y su voluntad. Cuando
México, n o h a b r t un com pañero en A rgen tina, e n F r a n ­
la represión se produjo, su alm a eslava se revolvió de
c ia ni e n E spaña que, a l sab er su fin, n o h a y a sentido
horror y de indignación a n te U s victim as y a n te los vic-
acon gojarse su a lm a y que no haya despedido a Sim ón
Mmarios. H erir a F alcó n e ra h e rir a l Poder y e ra h e rir
Radowltszky con la m ás pura y la m ás tiern a de las
al feudalism o económico responsable de la m asacre, vic. emociones.
wrioso de la lu ch a desigual c Inm isericorde. Y Rado­
NI aú n m uerto, el recuerdo de Sim ón d e ja de s e r confe
witszky. solitario, m agnífico de fe y de abnegación, e je ­
solador y dulce. D e éi em an aban siem pre serenidad y
cuto a l execrable instrum ento de la s fuerzas que som etían
paz, equilibrio y cordura, bondad y m esura. El e ra la
a explotación y m iseria a l proletariado argentino.
e x trañ a conjugación de virtudes raram en te reunidas en
Fu é la condena, en medio de la efervescencia popular;
un m ism o hom bre. Y él era, sobre todo, la Imagen m is­
'u e U su haia y los largos años de encierro y de foroejeo
m a del anarquista, ta l com o puede concebirlo la m ente
Porque n i por un in sta n te cefó la F.O .B .A . e n su cam ­
hu m ana, elevando a l anarquism o a la categ oría de Ideal
pana por la liberación de Radowltszky, reivindicaaido
de vida y de actitu d a n te la vida. Del anarquista^ en lo
plenamente su gesto. S e sucedieron los regím enes d icta­
que el anarqu ista tiene de encarnación de lucha, de
toriales en la A rgentina. Ju sto , U ribiiro, por fln Penan
grandeza, de ética, de sacrificio, de fe en la hum anidad
con etap as in term iten tes de libertad social y p o lítica
y de entreg a a u n a causa. E n lo que ia p alab ra an ar­
^ rov och ad as por la s organizaciones obreras. E n una de
quista expresa de virtudes individuales y de solidaridad
W a s etapas se consiguió la libertad de Radowltszky. Y con la especie.
^ d ow itszky , que h ab ia pasado en el presidio los m e­
E n lo que la A narquía e n ca m a , com o dignidad del
jores años de su vida; que habia conocido los m ás in­
hom bre y como Ideal infinito de la H um anidad en tera.
humanos sufrim ientos, cu y a a lm a »e h ab ía tem plado en
De Sim ó n muchos d ecían:
«I yunque é|(i todas las pruebas y de todos los dolores,, — E s un m ístico.
oo tuvo reposo, ta n pronto estalló la revolución e n Es- Y o pensaba;
w n a , h a sta in tegrarse a ella. S in condición alguna,
— No. E s un hom bre de u n a hiunanidad por veifir,
« d ig n a de él y de nosotros, sin ped ir a cam bio m ás que
« gloria de coronar su vida, m uriendo, si e ra preciso, Como existen hoy prim itivos, e xisten tipos avanzados
de hum anidad superior. Como hay hom bres que viven
••urque el ideal an arq u ista viviese y se realizase.
estadios d e conciencia propios de épocas ya pasadas,
otros viven adelantándose de siglos a la evolución media
fie la especie.
Los anarquistas, los verdaderos anarquistas, son hom­
! flue le I n f^ g im o s muchos desengaños; que
bres que viven hoy, realizando anticip ad am ente el tipo
we nosotros vivió h o ras muy am argas. P ero nunca hum ano de m añana.
quejó y siem pre tuvo u n a explicación y u n a excusa
P A R * TODO. De anarquistas, d e verdaderos anarquistas, no hay m u­
chos, aunque sean y h ay an sido numerosos los que como
No tenia u n a gran cu ltu ra Ubresca, apesar de que ta l se adjetiven.
toa leído b a sta n te y con ocía a fondo nuestros teóricos
Sim ó n e ra esto, en cuerpo y e n alm a, e n realidad y en
nuestras ideas. Pero h ab ía vivido m ucho y conocía aún sueño: ÜN A N A RQ U ISTA . “ y en
a fondo que la s teorías, U s realid ad es del hom bre
ue la vida, y en su existen cia de solitario, h ab ia
F e d e rica M O N T S E N Y

T Z A Z /1 ORtre otros, y s e p u b licarán en e l n ú m ero próxim o)


T ? T í ^ T " ‘ T ’ ‘ ^ co n fesió n d e B aku n iM , p o r Fritz B r ^ h e r .
T a m p o c o h em o s p o d id o p u U icar e l acostu m brad o «C u en to d e la N och e» , d e F e d e r ic a M ontseny.

Ayuntamiento de Madrid
1780 CENIT

jKOTICIA
al %)iento
E l hombre naco para morir d e tos c o rred o res: e n e l seg u n d o, P ed ro L u is d e G á lv ez y
sin que le hayan conocido. L ó p e z , q u e e n clásico d e l sig lo X V II escrib ía y vivia. P e-
d rito e n e l fren te, lu ch a n d o , y P ep ito en P atern a, estu d ian ­
GCETH E. d o p a ra in gen iero. L o s p a d res o c u p a b a n la h a bitació n 21.
p e r o ten ían a lq u ila d a ta m b ién la 22, c o n tantos lib ro s en
O M IE N Z O e s te trabajo e n O rán, e l 14 d e jun io cajon es, q u e e r a d ifíc il p en etra r e n ella . E n e l m esón q u e ­
d e 1944, a lo s cin co años, tres m ese s y d ie z ddias
ó e l a u to r d e «N egro y A zul» e l 2 0 d e m arzo d e 1939:
d e m i sa lid a d e E sp a ñ a h u y en d o d e F ran co. y Nio p artí a A lican te en e l tran sporte m ilitar q u e é l m ism o
r o b é n i m a té : es c rib í con tra e l fascism o , y e s io d o ; m e p roporcion ase.
m i d elito to han p a g a d o otros c o n la cid a; y o c in e
a e s ta p a rte d e l A frica p a ra salv arm e d e la m u erte. D e to ­ M ov ería a tos falan gistas co n tra e l p o e t a la excitación
d o s m od o s, m i relo j s e para co n frec u en cia : m ás p ro n to O d e « E l C a b a llero A u daz», sien d o su ficien te p a r a q u e lo fu ­
m á s ta rd e n o h a b rá relo jero q u e lo com pon ga, silaran : a m en o s d e a c a b a r lo an tes, y a l sa b e rlo l o s é M ario
C a rretero o fr en d ó le detritu s p o r coron a. ¿ P ren diéron le en el
C o rrió p o r a q td la nu eva, y a v ieja (d a ta d e los prim eros P arad or d e l R in cón o d ó n d e? ¿D e d ia o d e n o c h e? ¿Dormía
tiem p o s d e n u estra estad a e n ca m p o s d e con cen tración ) d e e n a q u e lla co m a alta, m uy d e p o sa d a, o e n a q u e lla m esita
q u e h a b ía n sid o fu siiad o s e n E sp añ a e l b u en p o e ta F é lix b a ja escrib ía versos? ¿Q ué d ijo él? ¿Q ué h izo T eresa? So­
P ared es, e l g ra n p o e t a lu á n P érez d e M uro y e l m ag n ifico b r e to d o, ¿cóm o m urió e s te h om b re?
p o e t a P ed ro L u is d e G álvez. N o ten g o, h a sta hoy, la p ru eb a
d e ello. Q uise e m b a rc a r c o n los tres y e m b a r q u é solo, en T res com pañ eros, tres am igos q u e h u b ie s e q u er id o arran­
e l « S tam brook», c o n m ás d e tres m il criaturas. F é lix a c a ­ c a r a la garra d e la fie ra fascista. E l « S tam brook», q u e car­
b a b a d e p u b lic a r un lib ro d e versos, p o r cu yo títu lo n a d a g ó h a sta la chim in ea, p a rtió sin e llo s (1).
m ás er a fu sita b le: «B ajo la z a rp a d e la fie r a fascista» (an ­
d a b a p o r la s ram as), lu á n term in a b a d e en terrar a su h ija y L a v er d a d so b r e P edro L u is d e G álvez (« siem p re la ga­
e l d o lo r no le p erm itía reaccio n a r (n e fe lib a ta d e suyo). P e­ rra d e ta calu m n ia a l cu ello» ), e s o e s e s te lib ro. Si p o r ten er
d r o L u is c o n fia b a e n e l espíritu d e su p a d r e d o n P ed ro d e u n v a lo r in tim o—e l único—d e b o ocu ltarlo a la estam p a, el
G á lv ez y T eu lé, y e n V alen cia, e n e l p a ra d o r d e l R in cón tie m p o to d ecid irá : c a s o d e v er la luz, sirva co m o punto
d e jé le . H izo m en o s c o n la p lu m a G a r d a L o r c a y lo m ata­ d e pa rtid a p a ra u n estu d io m ás p ro fu n d o a c e r c a d e l poeta:
ron. D e s d e q u e l e í e l a le g a to q u e e n e l p e r ió d ic o «M adrid» d a to s su ficien tes brin d o a l escritor sin preju icios. P o rq u e es
p u b licó « E i C a b a ller o A udaz» co n tra e l c é le b r e sonetista, una rea lid a d co m p r o b a d a q u e e l p reju icio G á lv ez («siem pre
tem í p o r su vida. T estig o m e e s T ere sa E sp ild o ra d e q u e la g arra d e la calu m n ia a l c u ello » ) existe.
n o p u d e a c a rrea rle a t b a rco . Ig n o ro e l p a ra d ero d e tan su­
b lim e m u jer p a ra p regu n tarle y salir d e d u d as, p u esto q u e 17 d e en ero d e 1948, p o r la n o ch e. A oiío d e q u e hay para
tos in form es q u e d e m i h erm a n a ten go— «no está nuis en m i un a ca rta d e E spañ a, d e M álaga, e n e l d o m icilio d e un
V alencia»— justifican m is sospechas.
am ig o, y q u e es d e T ere sa E spildora. V oy d e un. vu elo, con
e l p en sam ien to en la m u jer d e l p o eta , d e s b o c a d o e l corazón,
E t m esón, e n la c a lle d e la C erd a , c e r c a d e la L o n ja y c ieg o , an helan te, em ocion ad isim o. T en ia razón mi herm ana:
d e l M erca d o C en tral, ca si a la v er a d e la B olsería. P araje «N o está m ás e n V alencia». ¡N i en e l m u n do! Su f i e l com»
d e antaño. D e p a r e n p o r e l portón , c a p a z p a ra e l r o d a je p a ñ era m e lo com u n ica. P ed ro L u is d e G á lv ez f u é fusUadá
d e un a g a lera , ca rro s y talabartes: m oza q u e s a c o e l co rra l e n Y eserías (M adrid) e l 30 d e abril d e 1940, a las cin co d e
en los pies, y m o z o rin n ú m eros q u e en la p a r e d lle v a las la m adru gada. ¡D em asia d o cierto y... d e m a sia d o inhumano'.
cu en tos d e ía p a ja y la c e b a d a : e l tra jin ero y et co sa rio, y
e l v en d ed o r a m b u la n te: belitres, rod aballos, cap ig orron es—
un so lo p ic a r o v er d a d e ro — ; e l d e la b lu sa añ u d a d a a l ex- PUYOL
^em o, q u e a n d a a l trato y e n lid es d e gitan ería a los nietoí
d e F a ra ó n av en taja. D os pisos, c o n sus cu artos a lo largo
(1) E n 1946 supe que Muro y Paredes estén vivos.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1781

Sobre iniciación ideológica


— IV — tiva de M ussollni. E sta b a term in an tem en te descartado el
derecho de huelga. Los con flictos e ra n som etidos a l arbi­
tr a je de los Com ités P aritario s, oiganlsm os m ixtos per­
ARA los novicios que éram os algunos, el m an entes form ados a paridad por patronos y obreros, en
golpe de fuerza d el 13 de septiem bre de el seno de los cuales el delegado del M inisterio del T ra ­
1923 representaba una solución de continui­ b a jo e je rc ía la fu n ción d irim en te de calidad. P o r razones
dad. Cualquiera que fuese la realid ad en de principios rechazábam os los ladrilleros esta legislación
la s cárceles y e n el exilio, y e n la penosa del Estado. Algunos com pañeros de la v ie ja guardia In ­
ta re a de la clandestinidad, p ara el ciu­ flu ía n poderosam ente en nu estra decisión. E n tre estos
dadano com ún u n a época quedaba atrás. hay que c ita r a Pedro MasSonl, A l a prestigiosa figura
A m edio cam ino de la etapa d ictato rial de este com pañero ju n tá b a se la aureola de su m artirio.
hechos y nom bres p arecían ya cubiertos Herido gravem ente, com o hem os señalado, d uran te la
con la p átin a del tiem po. Conservo dos época del pistolerism o, curó m alam ente. H erencia de sua
im presiones d istin tas sobre el fenóm eno: d e renu ncia o herid as era su pierna anquilosada y un brazo defectuoso.
fatalism o la prim era; de le n ta incorporación a la lucha M assoni, estrecham ente vlgl'ado pof la policía, tra b a ja b a
la segunda. «¡A h o ra vam os a saber lo que es u n a d icta­ penosam ente en el oficio a l abrigo de los com pañeros. L as
dura!», d ecíanse a b a jo cuerda loa que sabían de los aires condiciones del tra b a jo a d estajo que caracterizab a a
que soplaban en Ita lia .
nu estra profesión perm itían esta obra solidaria. L a fa b ri­
L a d ictadura n o fué, sin em baído, lo que los m ás fa ta ­ cación del ladrillo se realizab a a b ase de concesiones he­
listas se prom etían, Podríam os decir que los que iban a ch as por el p atrón a ciertos com prom isarios obreros. E l
su frirla em pezaron por concederle m ás Im portancia que p atró n no se entrom etía e n la form a de realizació n del
los propios encargados de ap licarla. L as v íctim as tom a­ tra b a jo a d estajo, que se efectu aba por grupos que capi­
ron m ás en serlo su papel que los mismos victim arios, tan eab a el titu la r del «destajo». «Burgueses con blusa»
p t a m o s a punto de afirm ar que este curioso fenóm eno llam ab a M assoni a los d esta jista s que abusaban de sus
tra b a jó com o ningún otro en p erju icio del régim en. ES funciones, casos estos m uy frecuentes. E l d e sta jista es­
poríble que de h ab er tropezado éste con u n a resistencia ta b a potestado p ara alqu ilar a su vez a l grupo de tra b a ­
enérgica, soportable, lejo s de m enguar su fu ria, com o fué jad o res que necesitab a p a ra re alizar su concesión, a
el caso, se hubiese soliviantado. N aturalm ente, nos guar­ quienes pagaba personalm ente a títu lo de Jo m alw o s. A
daremos de e xtrem ar deducciones a l respecto. NI podrla- su vez, el «d estajista» devengaba del p atrón sus haberes
mos propiciarlas com o tá c tic a s en parecidas experiencias. estipulados a ta n to por m illa r de ladrillos. E sta autono­
P or otra p a rte no creem os que t a l actitu d obedeciese a m ía del «d estajo» perm itía en los m ejores casos, que no
^ t l c a ninguna. F u é m ás bien u n a aprensión in stin tiv a e ra n raros, proporcionar empleo a com pañeros arrojad os
Posiblem ente d esarm ara aquella actitu d a los dictadores al pacto del ham bre por la burguesía. Algunos de estos
y a lla n a ra el proceso de descomposición de la d ictadura n o e ra n del oñclo, com o íu é el caso de A rturo P ere ra y
U na cosa es por lo m enos cierta. Q ue cuando empezaron otros que encontraron refugio en tre los ladrilleros en los
a Insinuarse la s prim eras em bestidas co n tra el régim en m alos tiem pos de la dictadura.
ancontraron a éste desgastado e Incapacitado p ara toda D e e sta clase de favorecidos e ra el com pañero N„ que
reacción positiva. L a contraofensiva an tid lclato rlal se hubo de ju g a r un im portan te papel en m i Iniciación defi­
m splró no poco de esta con statación de las debilidades nitiva. L as treguas de descanso las aprovechaba este
«el régim en. Ja m á s se h a dado e n Espafla u n caso ta n com pañero en fu rtiv as lectu ras de folletos, libros y perió­
^ 060, bufo y grotesco como el ofrecido por el mismo dicos. T a n av arien ta devoción despertó m i curiosidad. A
dictador e n pleno caso de la dictadura. No h a b ia sector mis preguntas Insinuantes con testab a N, con sobrias expo­
ae opinión que rep rim iera sus burlas. E l arrogante autor siciones repletas de referen cias históricas, cultu rales e
ae m anifiesto m arcial d el 13 de septiem bre h ab la caldo Ideológicas. Lo m ás notorio de nu estras conversaciones
a ia condición de hazm erreír del pueblo antes del lustro y lo que quizás m e llevara a provocarlas, e ra la delicada
No queremos a te n u a r la dureza de los ram alazos deí o c a u ta actitu d de N. en n o m an ifestar designio alguno
régim en n i ech ar e n olvido casos p aten tes de heroica de proselitism o. S e lim itaba a sa tisfa ce r m i curiosidad
re s ite n c ia . L a d ictadura no fué. n i m ucho m enos, una
dejándom e siem pre llevar la Iniciativa, N unca se adelan­
paz M tavlana. P ero la verdadera resistencia se creció por
tab a a m is preguntas, y sus respuestas, tíem p re sobrias
mism a algo m argin al a la salsa consplrativa, que si la
en ton o cariñoso y persuasivo, no d elataban el menor
oubo no fu é en ningún caso decisiva.
asom bro de pedantería. C on trariam ente, con fesaba sus
MI nuevo con tacto con el m ovimiento confederal se
hum ildes conocim ientos. R eb asaba N. m i edad d e unos
proaujo en 1926. Em pezaron a tom ar cuerpo entonces las
^ a n lz a c lo n M profesionales según el p atró n oficial. L os yo a la sazón 17 bien cumplidos.
C ierto día oüe decir, con estupor, que todavía Ib a a la
f i l e r o s fuim os los m ás recalcitran tes a plegam os a las 6SCU^JS.
«ag en cias de la d ictadu ra e n m ateria social. E sta s exi­
—¿Cómo así, ta n m a y o r ? -le d ije sin sa lir de mi
gencias qu en an ser u n calco de la innovación corpora­ asombro.

Ayuntamiento de Madrid
1782
CENIT

1 . t e esperaba esta reacción m ía, m e explicó


con el m ism o tono afable que Iba a u n a escuela noctu rn a IteL® t e l te h a cía estragos en tre nos-
en ia que con cu rrían mozos y mozas de su edad y aún h tete' t e a tr a ía como u n im án a las m ultitudes
m ayores. Que el m aestro e ra como un herm ano mayor h a c ia el circo de los estadios. E r a aquella la edad de oro
p ara todos ellos. Que adem ás de la labo r pedagógica de de los diosw con calzón corto. P a ra la s m asas expulsadas
ra tin a , In ^ lr a d a en los principios racion alistas, se enta- de los sm dicatos, de la s asam bleas, m ítines y huelgas la
vida m onótona de la d ictadura n o o frecía otras com­
n. t e u “ ^ ^ v ersacio n es sobre los diversos v arian tes de pensaciones.
la cu ltu ra. Que los alum nos se tu teab an e n tre ellos y
con el m aestro sm m enoscabo del respeto m utuo Q ue los L a circu nstan cia desfavorable a que m e h e referido íué
domingos celebraban excursiones en el cam po Ubre en la a u s e w la de m i nuevo amigo. ESte m e reveló un día
su propósito de m arch ar a F r a n c ia ;
ias que se prodigaban los juegos, los ejercicio s musoáí-
lares y las lecturas. —M e veo obligado a partir. No quiero ser soldado
— ¿ Y abandonas a sí a tu fam ilia?
¿ Y «jugáis», tam bién, con las m u ch ach as?—insinuaba
yo m aliciosam ente, —P eor es ser soldado, m atar, asesinar a hom bres v m u­
je re s por orden de los Jefes. E so s hom bres y m u je r 4 son
—^ la s m uchachas—rep licaba N. muy serlo—no vemos
tam bién m i fam ilia. Todo soldado es un posible asesino
nM otros a la hem bra. Y si ocurre enam orarse la cues­
Al despedirse N. puso en m is m anos todo su acoplo de
tió n se resuelve, e n los m ejo res o peores casos que el
folletos y revistas. P u é su prim er acto directo de prose-
am or p re sm ta , sin imposiciones, sin cera y librem ente. No
utismo. Fig u rab an e n tre los papeles los clásicos folletos
quiere decir solam ente que sin introm isión de curas v
ju eces. , ^ de propaganda, de E líseo Reclus, de K ropotkin, y algunos
ejem plares de «La R ev ista B lan ca».
^ g j m t é a m i am igo algunos d etalles sobre la tan
T ard é aú n mucho tiem po en decidirm e. P ero la suerte
M lg im l escuela, lu g ar en que se hallaba enclavada y hom-
estab a echada, ü n buen día tuvo lugar u n emotivo diá­
te in rf ^ “P ™ ta d o su respuesta logo en la escuela racio n alista de la calle de A lcolea e n ­
cuando le a ta jé im paciente,
tr e el m aestro, Ju a n Roigé, y m i propia m ad re:
^ ¡ Y a sé! c a lle de A lcolea. 80; el profesor ,se iiam s
—T engo u n h ijo que es cosa perdida. N unca pudieron
eon él los m aestros...
—E fectivam ente—con te stó asom brado N.— . ¿CSómo
S9>u65? —Comprendo, com pañera, pero por el m om ento
—De n iñ o h a b ía que Uevarlo atado, y au n con esas
—H e Ido a esa_ escuela d e pequeño durante unas pocas con tin ú a burro a los 17 años.
sem anas. Aprendí m ucho eu ella. Los policías detuvieron
—L o siento, com pañera, pero están com pletos los pu­
un día a l m aestro y todo se acabó. Orei que lo h a b ite n
m atado. ¿Luego vive todavía? pitres. Puedes d eja r la s señas y tend ré en cu enta su
caso. A hora, y a ves. es Imposible,
— detuvieron solam ente ccm o ta n ta s veces. Hegui-
— Y o sé bien que es el suyo un caso perdido. A su edad
ra n s in duda deteniéndole en adelante, pero la obra con­
tinua. Y a lo sabes. m is am biciones n o son m uchas, s a b e le er y lee algo y
con que aprendiera a escribir y algim as cuentas... L o ne-
Aquella revelación m e d ejó perplejo. Desde el tiempo
cesaxio p a ra que pueda escribirnos cuando Inerese e n el
le ja n o de la clausura de aquella escuela, a la que asistí cuartel.
de niño, pese a m is sinceros esfuerzos n o h ab ía podido
—T e conform as con poca cosa, pero por el mom ento
n acer buenas m igas con ninguna escuela y con ningún T e n paciencia.
m aestro. L as escuelas nocturn as, a la s que h a b ía que
—Lo va a sen tir m uy de veras... E s la p rim era vez que
eoncuiTY después de u n a jo rn a d a de duro tra b a jo no
m e pide ir a la escuela, s i h u biere v ísta con qué entu-
eran m ás que pasatiem pos. E Sta con statació n acabó un
siasm o m e d ijo : «Sabes, madre, a l m aestro de la escuela
día con m i pacien cia. Y pese a los reproches de m i madre
«regionallsta» no lo m ataron,,, y e stá en la m ism a escuela
deserte u n a vez m ás de esos centros de enseñanza noc­
en que yo Iba de pequeño.,. ¿Recuerdas que lo llevaron
tu rn a cuyos profesores, liando cigarrillos y contando chis­
tes, robaban nu estro dinero y tiempo los guardias? Pues vive. U n am igo m e lo h a d icho V ete
a h ab larle, es la ún ica en que yo iría,,,», ¡ s i que lo va
L a revelación d e N. n o podía llegar m ás a propósito d sen tir!
S in em bargo m edió u n a circu n stan cia desfavorable en el
D e los ojos del m aestro asom ó en tre lágrim as esta
p r ^ s o m om ento e n que ib a yo m ascando m is últim as resolución:
te te f te ® « a n provocadas por ciertos — ¡Cómo! ¡V ino aquí de pequeño! No hablem os m ás
M b lto s que de u n tiem po largo h ab ía ido adquiriendo
^ la época w a yo hom brecito ganado por el am biente com pañera; que venga m añ an a mismo. S e sen ta rá aouí
a m i lado, en m i propia mesa...
de la juventud m ás corrien te: baües, noviazgos efím eros
y tím idas frecuentacion es a lugares «non sanctos». La
J. P . V A L L S

Ayuntamiento de Madrid
CENIT
1783

REFLEJOS DEL PENSAMIENTO LIBERTARIO EN INGLATERRA

ANARQUISMO Y GRADUAIISMO
3 U ^ N T E estos últimos años, se ha desam>-
llado una acütud entre los anarquistas, al s ir r i/ f ^ fe"**® relativamente elevado de las ma-
menos en este país, de desconfianza en la T ' ro'" paradóíicamente. que le
idea de una revolución en el sentido gene­ ^ o m p an a; el crecimiento del Estado protector y edtrcación
ralmente aceptado y de aceptación de la p ^ luveles e s p e c íe o s y funciones en sucesión jerárquica
idea de k evolución gradual hacia la socie-
dad libre.
E sto h a sido expresado desde hace liem -
g rid /f
Ifl v T T compañeros que confían en
influencia liberadora de la educación progresiva, y ponen a Z T ^ / « e n d o en este ambiente, es fácil olvidar de
Z generación, y S no. en i f ^ m u! Ñ fp Z ! ‘'®' roundo, las cosas soq
Z Z iZ / parecida a la de los T I t ia ? ro Euram érica, Afri-
d ^ “ desechaban como «generación per- tJ Y. ®” Países europeos, aún no se
b W / ? y que, inevrta- m ? T T progreso material. ¿Y pode-
lemente bajo una educación autoritaria, se habían foqado S ' T ' T T f '^“ ® estos paí-
cT Z protegerse de la molesUa del po! m/s n„ ® ‘'® arg u m en ta y
contacto con cualquier influencia que pudiera perturbar su
_ ngida personalidad.
5S™bX? “O"' P"«i“ ” ■Pll-á»
E n la misma vena se halla la posición adoptada por los La mayoría d e los anarquistas estarán de acuerdo en que
revolucitmanos individuales» que esperan que los individuos una sociedad anarquista sólo puede ser establecida firm e v
e emancipen ellos mismos de las ideas y principios capi­ permanentemente en una base ampliamente mundial. Para
talistas y de la sociedad autoritaria, para crear por sí mis- 1 ro este caso, nuestra inter-
pretación del anarquismo debe adaptarse a las condiciones,
SSad" “ 8 *'■
r i m u n i) ^ apropiados de lucha de todo
^ t a s tres posiciones tienen mucho de común, dando im­
portancia com o dan (y con razón) a la necesidad de un cam - M e parece completamente inútil formarse una opinión so­
tao social empezando por el individuo. Pero de ese concepto bre el progreso social, o más aún, sobre la revolución social,
que se adapte a las condiciones de la democracia de O cci­
Z T T / a m i parecer es
menos saludable, y ésta es la del repudio {e m c l!s o hosti- dente, pero que sea completamente inaplicable e n los re­
gímenes toUhtarios que galopan sobre medio mundo, y en
S ! s o c ta T y ° atrasados; atrasados, es decir, e n ambos
E1 desaxrdlo es b a s tó t e lógico. S i creemos que la genera- SCTtidos, técm cam ente y en organización política y exne-
n presente es incurable debido al funesto efecto de la últi- nencia. Para los anarquistas esto significa, como yo lo v ! !
una renuncia al internacionalismo. E sto les conduce a la
d esn r?d ‘^* r 7 influencia autoritaria, entonces de esto se
prende que todo lo mtentado en esta generación (es decir, 7 socialistas,
e s í/ i “ gamzación social para la sociedad libre)', un sentido u otro, han llegado a confun-
m t fracaso, debido a la naturaleza misma del S ( ¿ f tal,¿>roia con los regímenes nacionales que no pue-
material humano disponible. Igualm ente la opinión del «re- tZ T Z T tle esos regímenes. L os L r -
^ ucionario individual» implica la exclusión de la lucha so- í. u los paises democráticos atados como se
. casi por las mismas razones y lo más que se puede ha- hd lan ti^ o s a la máquina parlamentaria, Henen opiniones e
es la protesta o demostración individual, 2 c ! r í r : t r ‘“ '" ^ - “ ronfines d e e !a d e :o !
pensamiento, com o he dicho, se ha
Ex //// f ° T recientes en este pais y en América, p a ? “e?a 7 1 / 7 ®°®“ ‘ “ ta que so b r^
tauv ! r ’f 1 “ roñes d e medio ambiente para ello. Es E sta obra flc' Ñ ’* ^ internacional comunista.
tes PI ®" Ie''8ntamientos populares en estos paí- Q u Í ¿ o rr de los pueblos del mundo por­
que sólo trasciende las fronteras nacionales para servir los
9 “ ' 8 ' ‘^8 realizado; la intensa in-
«'stnahzactón y desarrollo de las comunicaciones y diver-
una alternativa de tiranía o m ito y de hecho tiende a des-

Ayuntamiento de Madrid
1784 CENIT

v iai las ideas levolucionarias que puedan existir, por cana­ una creencia e n una élite y a un desprecio por «las masas»
les reaccionarios. Los partid ;» cotnpnistas, aun cuando ten­ que es desastroso desde el punto de vista anarquista.
gan intereses íuera de los regímenes nacionales, estos inte­ Esto no es decir que yo creo o que alguna vez he creído
reses son dañinos para ia causa de la revolución social, se en la glorificación de los trabajadores. D e hecho, aquellos
míre en el sentido que se quiera. que han sostenido en un período o en otro la concepción
Pero todos los demás partidos—digamos en este país— , del papel mesiánico histórico del proletariado, son los que
que se llam an socialistas, son completamente inútiles por lo han llegado a desilusionarse; p ero si nunca nos hemos hecho
que respecta, por ejemplo, al pueblo español. Ellos no tie­ ilusiones, jamás podemos llegar a desilusionamos. Los tra­
nen nada que ofrecer que pueda ser aplicable allá. N i tam­ bajadores están tan sujetos a prejuicios, convenciones y po­
poco pueden ofrecer nada para muchos de los pueblos que siciones equivocadas com o lo está la clase media (de don­
he mencionado antes. E s verdad que mientras más apagado de los trabajadores toman la mayor parte de sus ideas), y.
sea el socialismo, m ejor será la posibilidad de expresión. tal vez, mucho más sujetos a la ignorancia debido a la
Pero esto significa simplemente que mientras más lejos vaya falta de una amplia educación, la cual, pese a todo, por muy
el socialismo del anarquismo, más aceptación tendrá, hasta Insidiosa que a menudo sea, ofrece la oportunidad para que
que se alcancen las perversiones del socialismo, que son se desarrolle un pensamiento lógico. E s decir, la habilidad
bolchevismo y fascismo, los credos dominantes en medio de so pesar las ideas, argumentar lógicamente, pensar en
mundo. un sentido abstracto,-ser objetivo.
E l socialismo, por tanto, derrota a sus propios medios por Esto, claro está, no tiene nada que ver con la inteligen­
sus propios métodos. Y m i punto de vista es d e que el anar­ cia. Existe tanta inteligencia natural en la cabeza de los
quismo hará lo propio si intentamos hacer que nuestra in­ trabajadores como en la de los patronos. L o que les ha sido
terpretación del mismo se ajuste a las condiciones imperan­ usurpado, es la oportunidad de desarrollar esta habilidad
tes en un pais cualquiera. Poner nuestra fe en la educación para usar esa inteligencia. La educación a que están su­
libre, en e l análisis del carácter o en la revolución indivi­ jetos los hijos de la clase trabajadora, es una educación
dual, puede parecer razonable e n una democracia liberal calculada que les adapta para una función específica en
como la de Gran Bretaña (e incluso en una democracia anti­ nuestra sociedad de d ase, la desesperación de nuestros com­
liberal CMQO la de América), pero si tomamos la perspec­ pañeros que dicen, en efecto, «los trabajadores son incura­
tiva mundial (y como anarquistas no podemos tomar otra) bles». es un tributo al proceso de educación y organización,
entonces hemos de buscar la forma de establecer escuelas y a la habilidad o capacidad de nuestros gobernantes de
progresivas en Africa del Sur bajo el Decreto de Educación asegurar su continuación e n el Poder por medios que su-<
de B antu; de montar clínicas reiehianas en la España c a ­ perficialmente pueden ser progresivos.
tólica y de ver cuál sería el destino de un hombre en re­ Existe un factor, no obstante, que ninguna educación ui
belión en la Unión Soviética. organización, ni ninguna manipulación por los gobernantes
del mundo, puede alterar. Y ese es la dependencia de \a
sociedad al mundo del trabajo. Nada, excepto la automatiJ
II zación cwnpleta, puede variar esta situación, e incluso en­
tonces, no de una forma radical, ya que las máquinas, que
Porque yo haya subrayado lo que creo ser limitaciones, han de reemplazar a los trabajadores humanos, se nos dice,
en lo que respecta a la aplicación mundial, de la educa­ tienen que ser fabricadas y manipuladas por los obreros. La
ción progresiva, de la psicología reichiana o de la revolu­ automatización es un arma de dos filos para los industria­
ción individual, esto no quiere decir ni por un momento listas, y puede ser empleada contra ellos justamente, «u n o
que yo sea contrario a estos experimentos o a que los anar­ la educación universal que los reformadores del siglo pasado
quistas pierdan tiempo y energías en ellos. Al contrario, me pensaron seria una fuerza emancipadora, ha sido usada, co­
satisface muchísimo el oir que los anarquistas amplían sus m o hemos visto, contra el pueblo en interés de sus patronos.
ideas, practicándolas en lodos los terrenos de la actividad Así, brevemente, nos apercibimos d e la tenue naturaleza
humana. de las reformas y progreso, esto es desde el punto de vista
A lo que soy contrario es a la hostilidad que a menudo anarquista. Nadie puede negar los progresos técnicos qui­
se emplea hacia otras posiciones, justamente apropiadas al se han realizado durante durante los últimos cíen años; pero
anarquismo, por algunos de esos que, al abrazar un aspecto ¡qué prosperidad tan ambigua ha sido éstal E s maravilloso
de nuestra lucha, parecen pensar que ellos tienen un mo­ que un niño agonizando pueda ser salvado por medio de
nopolio del método único de emancipación y progreso. sueros o por medio de un grupo raro de sangre tiafdo por
Las ideas del anarquismo son aplicables en todos los sen­ el aíre al aeropuerto más próximo y desde allí escoltado
tidos de la vida diaria. Los mismos principios de libertad por la policia hasta los pies de la cama. Pero los mismos
para los niños y en las relaciones sexuales se aplican a los medios técnicos son usados para transportar altos explosivos
talleres y a los campos; los mismos principios e n que el a una ciudad pobladisima y al arrojarlos, aniquilar tal v e t
individuo basa su rebelión, sólo pueden ser salvaguardados a cientos de niños en perfecta salud.
para él—esto es, sin lucha perpetua y martirio—cuando és­ Hemos apuntado infinidad de veces e n estas mismas co­
tos son abrazados por la comunidad que le rodea. lumnas (Freedom) la discrepancia que existe entre el pro­
E n otras palabras, el éxito de la emancipación individual greso material y e l progreso social. E ste es un asunto en
depende de la emancipación social. E sta es una concep­ e l que el anarquismo tiene una importancia especial, porque
ción socialista y anarquista bastante vieja—no podemos ser nosotros nunca hemos adoptado el punto ^e vista marxista
libres mientras otros perm anecen encadenados— , pero el de que la industrialización (introducida no importa por qué
desarrollo de la actitud que he discutido ha sido, me temo, medio) debe preceder a la sociedad de clases, que el pro­
el producto de una impaciencia ante «las masas» y una d e­ letariado industrial es la vanguardia de la revolución mun­
cisión a « lanzarse solo» que muy fácilm ente conduce a dial, que hemos de pasar por el desanoUo histórico de feu­

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1785

dalismo-capitalismo-socialismo-comunisnio, o cualquiera otra cia política en el pequeño, y más «fundamentalista» partido


de las equivocaciones de esa falsa ciencia.
socialista; pero no han reconocido la esterilidad esencial de
E n una palabra, nosotros nunca hemos atado el progreso Su posición.
social al progreso económico o al proceso histórico, y hasta
P or desgracia, la ’ g an a que la democracia social y su fuer­
el momento el desarrollo de la historia, desde los tiempos za política tiene sobre sus ¡deas, los ha hecho impermeables
de Marx, ha justificado nuestros puntos de vista en vez de
a la posición anarquista, con su rasgo predominante de exal­
los suyos. E l progreso hacia una sociedad libre no va a
tación d e la responsabilidad individual y la importancia dada
ser firm e evolución generada por e l ciego proceso histórico
al desarrollo orgánico dentro de la sociedad, opuesto al
visible en su curso indeclinable. E l progreso social resul­ desarrollo político. Lo cual es una gran lástima, pues existe
tará de los esfuerzos de aquellos hombres y mujeres que
una crisis real entre los socialistas de G ran Bretafia produ­
sienten fuertem ente ia necesidad de trabajar por él. Sus es­ cida por el propio éxito del Partido Laborista al alcanzar el
fuerzos tropezarán con la resistencia en todas sus etapas, de
Poder en 1945 y poner su política en práctica, por el cre­
aquellos que no quieren ver progreso alguno, con e l re­
ciente parecido entre el Estado de la Unión Soviética, el E s­
sultado de que su trabajo sólo alcanzará su objetivo poco a
tado imperialista y e! Estado capitalista, y la estólida nega­
poco. Pero todavia existe gradualismo y gradualismo.
tiva del elector inglés a pensar en términos diferentes del
de los dos partidos políticos de tumo.
D e hecho, el socialismo ha terminado, y los socialistas de
III
creencias más progresistas o revolucionarias se habría podido
esperar verles moverse en dirección libertaria, anarquista o
L o que corrientem ente ,se entiende por gradualismo, es
anarcosindicalista, si no fuera por el hecho de que las orga­
el picadillo expuesto por el Partido Laborista. Digo picadi­
nizaciones políticas tienden a corromper a sus miembros de
llo porque yo no recuerdo haber visto una declaración hecha
tal forma que éstos se convierten en amargados o apáticos
por ese partido bosquejando un objetivo final o principio.
o marchan por canales más seguros hacia la derecha, cuan­
E s obvio de que cuando una sociedad anarquista sea es­ do dejan el partido.
tablecida, el movimiento anarquista com o un grupo distinto
(E s interesante ver, desde luego, cóm o aqueDos que en
de individuos dentro de la sociedad desaparecerá: a) por­
un partido han sido los militantes de «acción a toda costa»,
que su tarea de propaganda y preparación habrá sido com­
«prácticos», tienden a convertirse en el tipo apático de «no
pletada; b) porque desde el momento en que todo el mundo
vale la pena», cuando aparece la desilusión, mientras que
será anarquista en la práctica, sus miembros serán integra­
aquellos que han sido los más puritanos y los más agresivos
dos a la sociedad completamente y no habrá nada que los
contra e l teformismo, van directamente al campo reformista
distinga como grupo del resto de la misma. Pero en el Par­
cuando su Dios falla finalmente.)
tido Laborista, o, mejor dicho, en su conducta o modo de
Cabe entonces discutir qué cantidad de gradualismo se
producirse, no hay nada que nos haga creer de que él pue­
halla introducido en el anarquismo. L a clase de gradualismo
da considerarse nunca e n vía de desaparición.
que hemos venido considerando hasta ahora (en efecto, el
L o mismo que las Trades Unions se creen a si mismas
fabianismo, sociedad formada por los W ebb, B . Shaw, W a-
rasgo permanente de la sociedad—lo que quiere decir que
Uas y otros jóvenes socialistas de finales d el siglo pasado,
•1 capitalismo es una forma permanente de la sociedad tam­
que se proponía establecer el socialismo de una forma gra­
bién— , el Partido Laborista asimismo parece emprender un
dual, pero sin violencia), es evidente que no tiene nada de
tien continuo y gradual de la eliminación de las anomalías
común con el anarquismo. H e dicho ya, sin embargo, que
del capitalismo (aunque prácticam ente vemos lo contrario)
los esfuerzos de aquellos hombres y mujeres que desean el
Para mejorarlo de tal forma que todas sus contradicciones
progreso social, obtendrán éxito sólo de una forma gradual.
*ean eliminadas y los conflictos de clases sublimados, con
Luego si yo veo venir la sociedad anarquista gradualmente,
Una autoridad directiva eternamente conduciendo los asun­ ¿en qué difiere ésta del gradualismo fabiano?
tos de la nación.
E n primer lugar, yo no veo un movimiento que d é im­
Que esto, de hecho, es imposible s e realice fuera de un
pulso, aunque sea lento, desde arriba, hacia una sociedad
po de mundo «1984» (se refiere el autor a la sátira de G.
no gubernamental. Esto quiere decir que los movimientos
'^r'vel]) es sin duda la razón del por qué el Partido Labo­
que yo considero de significación por conducir a un sentido
rista nunca io ha dado por escrito. E l se limita simplemente
anarquista, son aquellos que vienen de abajo, del pueblo.
* los hechos del día, buscando algo en los afios de elec-
Esos que yo llamo «orgánicos» en vez de políticos.
^ n e s que sea diferente a lo de sus oponentes los Torys.
Está claro que existe una gran laguna entre e l estado pre-
los Torys hoy dia son gradualistas lam- Mnte d e la sociedad humana y la anarquía mundial. Para
>én y e l resultado del gradualismo de los dos partidos es
ir de aquí alli hace falta andar muchísimo y en el camino
ambos se han encontrado en medio de la calle voci-
hay multitud de escollos. D e la primera cosa que hemos de
^ a n d o que los unos son más gradualistas que los otros. Con
estar seguros es de que conocemos perfectamente la direc­
resultado que, por lo que concierne a las poderosas má­
ción en que queremos movemos y después que cada paso
quinas políticas, el progreso social en Gran Bretafia se va q ue demos sea en esa dirección.
parando. E l curso d el mejoramiento gradual en forma de
S i queremos una sociedad sin gobierno, por ejemplo, no
político o gubernamental de arriba abajo se
nos moveremos e n esa dirección si hacemos algo que refuet-
^^cíiendo tan gradual que sus progresos se hace casi
^ p osible poderlos notar. ce al gobierno. Una sociedad sin autoridad centralizada, con­
sistirá en una multitud de grupos en ejercicio, compuestos
^ No obstante, desgraciadamente, esta es la clase de gra-
de individuos capaces de tomar decisiones y darles solución
hsrao que atrae a muchos individuos de creencias pro-
dentro del grupo. Todo lo que podamos hacer para debilitar
® ro# anarqkstas. me apresuro a agregar, al gobierno y fortalecernos nosotros mismos, nos prepara a
c más bien a aquellos socialistas que adquirieron ccmcien-
nosotros y a aquellos que nos rodean para poder lom ar de­

Ayuntamiento de Madrid
1786 CENIT

cisiones y darles solución dentro del grupo; por ese camino industrias productoras y distribuidoras, e l derecho a poner
vamos en buena dirección. Cada vez que alentamos a un se­ ideas en práctica es a veces muy d iffd l de conseguir, dando
mejante a eludir la responsabilidad que la autoridad le im­ lugar casi siempre a una lucha industrial larga y dura. Pues
pone y a que se convierta en una persona sociabnenie res­ es aqui precisamente donde los de arriba pueden ser gol­
ponsable, hemos hecho lo posible para colocarlo en la di­ peados en la parte que más les duele, en el bolsillo, y por
rección recta. U n pedacito de la sociedad se ha movido ha­ consiguiente debe espetarse una resistencia grande.
cia la anarquía. Por lo tanto, mi opinión es que la difusión d e las ideas
Esto producirá inevitablemente un progreso gradual, y la anarquistas será un proceso gradual, pero que muchas ve­
educación progresiva y e l análisis del carácter pueden jugar ces conducirá a explosiones sociales, las cuales, en algunos
su parte liberadora. Pero el mismo papel puede jugar una casos, alcanzarán el título de revolución; que el proceso edu­
militancia actuando e n la industria con la misión de decir a cativo y de agitación debe ser llevado a cab o e n lodos lo.s
los trabajadores que deben reclam ar una responsabilidad en terrenos, por aqueOos capaces de hacerlo; que no debe con­
las decisiones que afectan al proceso de la producción, re­ siderarse a ninguna generación com o «perdida»; y que nin­
conociendo que la producción social no puede funcionar más gún terreno de la actividad debe ser considerado como su­
que a través de los grupos de obreros y que, por consiguien­ perfino. Que debemos conservar nuestras ideas con toda su
te, las fonnas de organización que crean la cooperación y la complejidad y amplitud, a fin de ver k posibilidad de apli­
armonía, deben ser estimuladas. carlas en otros paises, pues ellas, al fin y al cabo, encierran
E n todos los campos de la actividad humana, existe una la solución para los pueblos de todo el mundo, y sólo pue­
forma anárquica de hacer las cosas y otra forma de hacerlas den florecer .e n uno con la ayuda d e los demás.
en el sentido autoritario. Empujamos en la verdadera di­ E l anarquismo es una filosofía muy vasta, sus perspectivas
rección cuando estimulamos la una y combatimos la otra. de muy largo alcance, los horizontes que abre demasiado
Muchos trabajadores hacen éso sin dane cuenta por un mo­ amplios, pata reducirlos a cualquier aspecto. Al mismo tiem ­
mento de que aquél es el sentido anárquico, pues es muy po, la voz del anarquismo es, para cada individuo, personal
frecuente e n la vida que la forma de obrar anárquicamente y directa. E l anarquismo ofrece métodos y objetivos lo mis­
sea el camino más viable de hacer k s cosas, incluso hoy. mo para los revolucionarios individualistas que para los mi­
Los anarquistas que trabajan en ese campo deben dar em­ llones de anarco-sihdicalistas. No perdamos ninguna batalla
puje a las acciones que encierren cualquier tendencia li­ por negligencia.
bertaria, uniéndolas a otras similares e n otras ocupaciones
y mostrando cóm o el anarquismo presenta una filosofía com­ Traducción; J, R.
P. s.
prensible, de acuerdo con los descubrimientos prácticos del
campo de los trabajadores. E s te artículo s e h a p u b lic a d o e n « F reed om » d e L on d res.
E n este sentido, los obreros especializados y técnicos L o rep rod u cim os, p o r q u e é l re fle ja un es ta d o d e o p in ión d e l
pueden jugar una parte vital en la difusión de las ideas li­ an arqu ism o britán ico y p o r otra p a r te afirm a un a m uy p o n ­
bertarias. pero no debe olvidarse que en el reino de las d e r a d a e in telig en te a ctitu d p erson al N. de la B.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1787

Está por aclararse el más grande misterio


de la Literatura mundial:

L a obra de Shal^espeare
U no d e tos en ig m as literarios m ás apasion an tes d e io d o s k es p e a r e , lo q u e m otivó, d e s d e h a c e siglos, q u e s e d u dara
los tiem pos, e l d e la v er d a d e ra p erso n a lid a d d e W illiam q u e ju e r a e l autor d e las obras q u e s e le atribuyen. C alvin
S h a k esp eare, p u e d e q u e d a r a cla ra d o c o n e l p erm iso o to rg a ­ H o jfm a n , e l escritor n eoy orkin o d e d ic a d o d e s d e h a c e vein ­
d o a l escritor n eoy o rq u in o C alvin H offm an , p a ra abrir la te a ñ o s a d esen trañ ar e l m ás g ra n d e m isterio d e la literatura
tu m ba d e sir T h om as W alsin gham , p ro tecto r d e l fa m o so p o e ­ m u n dial, so stien e q u e p e s e a to d o s lo s lib ro s escritos so b re
ta in g lés C h risto p h er M arlow e, a q u ien m u ch o s criticas li­ S h a k esp eare, lo s d atos ex a cto s y co m p r o b a d o s c a b e n e n una
terarios h a n señ a la d o c o m o e l v er d a d e ro au tor d e las o b ra s o d o s págin as. L o q u e S h a k esp ea re escrib ió , seg ú n H offm an ,
d e l m á s g r a n d e g en io literario q u e h a p ro d u c id o e l id io m a es lo q u e los eru ditos c re en q u e é l escribid, lo q u e revela
inglés. H o ffm a n h a c e c o m o v ein te años q u e co n a p a sio n a d o la a b so lu ta fa lta d e d a to s ex actos. A l otorgarse, seg ú n infor­
tesón s e d e d ic a a in v estig acion es relacion ad as c o n e l asunto, m es ca b leg r á fic o s, p erm iso a H o ffm a n p a ra a b rir la tum ba
y c r e e q u e M arlow e, q u e p o r a teísm o e s ta b a a m en a z a d o d e sir T h om as W alsingham , p ro tecto r d e l p o e ta in g lés Cris-
d e ir a la h o g u er a , « d esap a reció » e n un asesin ato sim u lad o; to p h e r M arlow e, se c r e e q u e p o d ría d esen trañ arse e l m iste­
y o pin a q u e W alsin gham a y u d ó a hu ir y lu eg o tuvo e n su rio, p u e s d e a p a r ec er m an uscritos d e las o b ra s d e S h a k es­
ca sa o c u lto a M arlow e h asta su m u erte, a y u d á n d o le a escri- p e a r e en d ich a tu m ba se co m p r o b a r á q u e M arlow e f u é e l
h ir y p u b lica r sus o bras, c o n e l n o m b re d e S h a k esp e a r e, a cto r au tor d e las m ism os. A qu i p u b lica m o s la seg u n d a p a r te d el
y em p resa rio teatral. C o m o n u n ca a p a reciero n las o b ra s m a ­ estu d io q u e s o b r e e l ap asio n a n te te m a a p a r e c ió en la revista
nuscritas a tribu id as a S h a k esp eare, H o ffm a n o p in a q u e no «E squ ire», en d ic ie m b r e d e 1954.
e s n ad a re m o to q u e a lg u n o s o to d o s d e esos m an u scritos se E l m isterio d e la p a tern id a d d e las o b ra s cu m b res d e la
h a llen e n la fumha d e sir T h om as W alsin gham , q u e h a o b - literatura e n inglés, atribu idas a W illia m S h a k esp e a r e, está
t m id o p erm iso p a ra abrir, tras largos años d e in ú tiles g es­ en su a p o g e o . Según las in v estig acion es d e h s m ás ücuciosos
tiones. L a in v estig ación d e v ein te a ñ o s q u e lle v a h a cien d o historiadores, rep asad a s du ran te v ein te a ñ o s p o r e l escritor
F o ffm a n , y q u e c a d a v ez m ás le co n v en ce d e ta certid u m ­ n eoy o rq u in o C alvin H offm a n , S h a k esp ea re n u n ca f u é a la
b r e d e su tesis so b r e q u e M arlow e fu é e l v er d a d e ro autor es c u e la ; y es in adm isible, p a ra él, q u e h u b iese log rad o la
d e las o b ra s m áxim as d e la literatura in glesa, p u e d en h a ­ m s ta cultura d e q u e h a c e g a la en ¡as o b ra s q u e l e son atri­
c e r c a m b ia r e l curso d e la historia si son con firm ad as ah ora bu id as y qu e, seg ú n H offm a n , escrib ió e l p o e ta C ristopher
p o r et éxito.
M arlow e. E l m isterio q u izá s e a c la re cu an d o s e a b r a la tum ­
b a d e sir T h om as W alsin gham , e n cu yo a ta ú d c r e e H offm a n
H a sid o la fa lt a d e d a to s concreto.^ s o b r e W illiam S ha­ hallar los m anuscritos d e las obras, q u e nunca aparecieron .

E l 30 d e mayo d e 1503 amaneció tranquilamente en el Frizer; el segundo, Nicholas Sketes, solía actuar como gan­
pueblecito de Deptford, Inglaterra, a pocas millas del cora­ cho de Frizer cuando no trabajaba por cuenta propia; el
zón de Londres. E n el Támesis, la fabulosa carabela «Gol- tercero, adúltero y agente secreto del Gobierno, se llamaba
<len Hind», de sir Francis Drake, estaba anclada, convertida Robert Poley, d e pésimos antecedentes; y el cuarto que in­
en centro turístico y había atraído tantos visitantes, entre tegraba el grupo, era un joven cuyo nombre unas veces se
ellos a la misma reina Isabel, que ¡a cabina del capitán fu é pronunciaba M arlin o Morley o Mario, pero a quien cono-
transformada en salón donde se servían refrescos. Los ha­ cenws com o Christopher Marlowe, el más grande y renom­
bitantes de Deptford se levantaron aquella mañana, felici­ brado poeta, dramaturgo y genio literario h a su la apari-
tándose una vez más por e l hed ió d e que la peste, que es­ Ción d© W illiam Shakespeare.
taba azotando a Londres, no hubiera tocado aün a su co­ Los cuatro se encaminaron a una casa pequeña, sin duda
munidad, y preparándose para otro gran aflujo de curiosos. una taberna, situada en la ribera de D ^ tfo rd , cuya pro­
P or esa razón se dió poca importancia a la llegada de pietaria era Eleanor Bull, d e quien la historia no nos dice
cuatro hombres, tres d e ellos d e reputación dudosa. E l pri­ nada, Una vez allí, a eso d e las diez d e la mañana, delibe-
mero, de daga ai cinto, ladrón de levita y espía, era Ingram laron, y, según el último informe del fiscal WÜliam Danby;

Ayuntamiento de Madrid
1788
CENIT

«EstuWerwi juntos lodo el tiempo, almorzaron, y, después


tor de minas sobre los removidos cimientos de una man­
de ta b é r comido, salieron sigilosamente, y pasearon por el
sión inglesa,- y que. finalmente, lo ha lanzado contra un
¡Mdín anexo a la susodicha casa, hasta las dieciocho horas
mmo de m / feten cia y a veces mofa, que hubiera disua-
del propio día, y luego regresaron del citado jardín... y ce­
naron en mutua compañía». / d o a un hombre menos apasionado y sincero, haciendo
tommar la cosa en un extraño em pate ante la indomable
Después de cenar, Marlowe se retiró a descansar a su
¿ g u ra del canómgo Lum b, de la iglesia d e San Nicolás, en
Jiabitacion, m ientras los otros tres, tal com o nos d ice el dic­
la pequeña aldea inglesa de Chislehurst
tamen del fiscal, se sentaron en un banco a una mesa, el
E n la actualidad, a los cuarenta y cinco años, aun más
uno jim to al otro, vueltos de espaldas a la cama donde re­
mtensamente que nunca de genio dramático, Calvin H off­
posaba Marlowe. Ingram Frizer era el de en medio, en tan­
man esta en posición d e hacer historia literaria. L a inci­
to que Poley y Skeres se apretujaban contra él. A poco, se
piente sospecha que nació en Ü en 1936 h a madurado hasta
m ia ó una disputa, y Frizer y Marlowe «se cruzaron frases
convertirse en una apasionada convicción; y si esa apasio­
injunoMs por causa de que no podian entenderse sobre el
nada convicción es comprobable, Calvin Hoffman, solitario
pago de cierta pequeña suma, es decir, sobre la cuenta
erudito que gnta en e! desierto, habrá confundido a las
que allí les cobraban». L a daga de Frizer se le cayó del illas de los ortodoxos.
an to tó n ante la acometida de Marlowe, Furioso eí poeta
L a incipiente sospecha comenzó cuando Hoffman se sor-
la desenvainó y golpeó con ella a Frizer. probablemente eon
p ^ d i ó ante el asombroso paralelismo entre e l vigoroso es­
el mango, causándole heridas superficiales e n la cabeza. En
tilo de M wlowe y las elevadas frases de otro famoso es­
d eiem a propia, Frizer le sujetó e l brazo, y «en aquella riña...
critor inglés, W illiam Shakespeare. Hoffm an hizo unas cuan­
con la daga antes dicha, evaluada en doce peniques, le in-
lin ó d citado Christopher, en aquel sitio y hora, una herida tas observaaones a! azar, por ejemplo, que Shakespeare'so­
lamente una vez habia usado la frase: «Rose-Cheek’d Ado-
mortal sobre el ojo derecho, de cinco centim etros de pro­
ms», e Igualmente Marlowe. L as notas crecieron hasta con­
fundidad y de dos y medio de anchura, d e cuya herida mor­
v e rtir é en un volumen y la sospecha hasta convertirse en
tal el ^ t e s dicho Christopher Marlowe, en aquel siUo y
una firm e convicción.
flora, falleció instantáneamente».
L a tesis de Hoffman es que las obras de Shakespeare no
L a reina Isabel se encontraba a unas doce millas d e Dept-
han sido escritas por W illiam Shakespeare. Com o todo el
lord, y e l pueblo, por esta razón, estaba dentro de su ju-
nsdicción y dependía de su soberanía, W illiam Danby, el mundo sabe, tal teoría no es nueva. O ian d o menos media
riscal de la corona, fu é designado para investigar los hechos. de substitutos de Shakespeare han sido sostenidos
on diversos grados de persuasión y sinceridad: Edward de
Acudió a la casa d e la señora Bull y allí tomó nota de las
fe ere, el talentoso conde Oxford; Francis Bacon, el gran­
circunstancias que rodearon al crimen, e hizo mención del
hecho de que Frizer, no tan sólo no huyó, sino que alegaba dioso genio filosófico de su tiempo; la condesa de Pembro-
legibma defensa, permitió que el cadáver fu era identificado he, la umca candidata a un Shakespeare fem enino, «otro
por los presentes y metió a Frizer en la cárcel. Marlowe fué mbre llamado W illiam Shake^ eare», y todavía algunos
mas, L as termas van de lo sublime a lo ridículo. Freud, por
enterrado el pnm ero d e junio, en la fosa común, teniendo
^ r único epitafio el registro vicarial d e la iglesia d e D epl- ejemplo, estuvo tan intrigado con la posibilidad de la tesis
'ord : «1. de junio de 1593. Christopher Marlowe, muerto oxtordiana, que llegó a formular un comentario (Oxford tu-
por Francis Frizer». E l nombre Francis fué notoriamente un '0 una historm h ^ le te s c a ). Por otra parte, los baconianos
error. E l vicano no supo que hubo en dicha inscripción otro han p r o c l a in ^ el hallazgo d e un anagrama, e n el Primer
error de tremendas proporciones... tofoho de Shakespeare, que descifra la leyenda d e la vida
de Bacon, Un anagrama basado e n diferencias tipográficas
D e esta suerte se esfumó el genio literario más promete-
que sólo son perceptibles, a las parciales miradas de ¡os
/ i r y de rnás altos vuelos, en Inglatena, hasla el año 1593 l^accnianos.
Y es aqui donde interviene Calvin Hoffman, trescientos cua­
renta y tres años después, para iniciar una de las más emo­ 1 abundantes teorías sobre quién escribió las obras
cionantes y fantástícas historias detectivescas, de todos los de Shakespeare no han sido meramente el producto de men­
tiempos, en el campo de la literatura universal. tas extraviadas o ansiosas d e publicidad. Por el contrario,
Calvm Hoffman, en 1938. cuando inició sus pesquisas las teorías s e basan todas ellas e n algunos obcecados e in­
era un joven rechoncho, rubio y peludo, de hablar nervioso quietantes dalos relativos al propio W illiam Shakespeare
>• rápido y con una gran pasión por el teatro, A los quince L T 7 d e estos mismo/
años, seducido por Hollywood, extravió su camino, ofuscado / sobre m í escritorio, «Una vida
por sus aspiraciones de adolescente. Luego, habiendo deci- de W ilham Shakespeare», por J . Q. Adams, Consta de qui-
“ do que su interés radicaba más bien en escribir obras tea- ^ roatro páginas, y, sin embargo, los datos
tratas que en actuar en ellas, regresó a Nueva York a es- acerca d e Shakespeare podrían ser resumidos e n una o dos
cn b ir y a estudiar inglés y a los clásic-os. e n la Universidad de las mismas. E l libro, como la mayoría de las biografías
de Colombia, Y asi fu é cómo, un atareado día, cuando Hoff- de Shakespeare, está lleno d e «Puede suponerse que . v
man se hallaba ensimismado en el acto d e crear, cavó en río d em o s ciertomente conjeturar...» Pero los conocimíen-
sus manos un ejem plar de las obras de Marlowe. existentes sobre Shakespeare son asombro-
^ e n t e esc^os. Como comprobación, hasta 1593, cuando
Aquel acontecimiento imprevisto inició a Hoffman en una T T ^ publicada, con una dedicatoria fir-
saga que lo lia tenido ocupado casi constantemente durante ? í» . ! Shakespeare, lo que sobre él sabemos
J e c ^ o años; que lo h a llevado lo mismo a polvosas hi- es exactamente esto y nada más; Nació d e gente burguesa
bhotecas, que a una cacería de gansos en Dinam arca; que de A / T ^ bautizado el 26 de abril
de 1564. S e casó el 2 7 d e noviembre d e 1582, Fu é padre
da k T criminales y cortesanos al ano siguiente y otra vez (gemelos) en 1585. Y eso es
de la época isabelina y lo ha impelido a oscilar un d e te c
absolutamente todo lo que sabemos de W illiam Shakespea­

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1789

re, hasta que su nombre apareció en 1593. (Se le m ite al


(erra, en aquella época apenas si tenía algunos centenares
lector escéptico al libro «W illiam Shatespearée», de sir Ed- de libros, y éstos eran considerados tan preciosos, que se
mund Chambers, Oxford Clarendon Press, 1930, dos volú­ mantenían bajo llave y a veces se encadenaban a los libre­
menes, o a cualquier biografía erudita que trate de esta ros. No había bibliotecas públicas, ni libros baratos fácil­
materia.)
mente adquiribles. Los libros eran raros y costosos para co­
D e lo que ocurrió después no sabemos mucho. Tenemos leccionar. Y cuando Shakespeare h É o su testamento, un tes­
informes d e sus varias compañías teatrales y de sus par­
tamento terriblemente complicado, en el que al lado de su
ticipaciones e n los famosos teatros «Globe» y «Blackfriat»; segunda m ejor cama, legada a su esposa, distribuyó sus ro­
tenemos informes de sus comparecencias en los juzgados
pas, pequeñas sumas y objetos caseras a diversos beneficia­
como testigo y com o litigante; queda constancia d e la com­ rios, no hizo mención de ningún libro o manuscrito. Sin
pra que hizo de una casa y terrenos; tenemos su testamen­ embargo, si él hubiera tenido su propia biblioteca, segura­
to y la fech a de su m uerte; tenemos sus obras.
mente ésta hubiera sido una d e sus más preciosas posesiones.
Pero aún sus obras no contienen pruebas directas del E s p)or esto que Hoffm an empezó a preguntarse cómo
autcff, no hay manuscritos de la pluma de Shakespeare; así Shakespeare adquirió sus conocimientos. ¿Dónde aprendió a
es que, por «obras de Shakespeare», entendemos aquellos leer en griego y latín, «el poco latín y escaso griego», que
con el nombre de Shakespeare en la página que contiene B en Jcmson le acredita? Y si él apenas leía e n latín y grie-
el título. L a mayoria de ellas no fueron impresas sino go, ¿cómo adquirió familiaridad con Ovidio, Lucano y Plau-
hasta siete afios después de la muerte de Shakespeare, en
to, el último d e los cuales no podia «inseguirse traducido
el Primer Infolio, publicado en 1623, y es d é hacerse notar
al inglés, en su tiempo, no obstante que es la fuente de
que. de las treinta y seis obras del Infolio, sólo ocho ha­
«La Comedia de las Equivocaciones»? Los eruditos shakes­
bían sido previamente publicadas, y algunas de éstas sin que
perianos no lo saben. Leam os un fragmento de la obra de
fueran atribuidas a ningún autor. Además, ciertas obras que
sir Edmundo Chambers, relativo a la cuestión que nos ocu­
aparecieron después del Primer Infolio, han sido atribuidas p a: «Estas son preguntas necias para las que no tengo res­
a su pluma, mientras otras, publicadas antes d e su muerte,
puesta. No sabenros que tuviera biblioteca propia. Muchos
con el nombre completo en la página del título, no lo han volúmenes ostentan su firm a y se trata mayormente de fal-
sido.
siflcacícmes... No podemos decir dónde fueron acopiados (sus
L a mayoría, d e los shakesperianos autorizados atribuyen conocimientos)... Que haya quizás confundido a la mayoría
a otros autores colaboración, por lo menos e n algunas obras de los lectores, esa es la característica de Shakespeare. C ier­
.de Shakespeare; d e hecho, algunos admiten la colaboración tamente nosotros no pensamos qüe los prácticos habitantes
en ocho obras. D e aquí resulta que «lo que Shakespeare de Stratford fueran patanes, pero las maneras de una ciu­
escribió» consiste, en último análisis, en lo que los eruditos dad provinciana no son propiamente las de una Porcia. Pro­
creen que él escribió, método d e juzgar perfectamente res­ bablem ente la verdadera explicación escapa, una vez más,
petable, pero carente en absoluto d e certidumbre. a nuestra percepción...»
E n segundo término, Hoffm an encara el embrollo de- la
P or lo tanto, los datos conocidos acerca d e W illiam Sha­
geografía. U n grupo numeroso de las obras d e Shakespeare
kespeare nos dicen solamente que fu é hijo de pueblerinos
se desarrolla en Italia, con un conocimiento tal de la geo­
de la clase m edia; que se casó y que fu é padre; que fué
grafía que implica familiaridad. L os puntos geográficos, la
actor y litigante; q u e gozó d e una posición desahogada; y
localÉaclón de las montañas a la espalda o la izquierda
que murió. Tam bién nos dicen que las obras en prosa y
de los personajes, a la salida de alguna población, las ru­
poemas de maravillosa profundidad y aliento, no logrados tas de viaje, todo ello, es difícil de atribuir a un hombre
hasta entonces en la lengua inglesa, fueron impresas bajo
que. hasta donde sabemos, nunca abandonó a Inglaterra y
su nombre, juntam ente con algunce otros trabajos que «no
no tuvo a su alcance sino ios mapas más rudimentarios. Se
ameritwi serias consideraciones». ¿Es esto suficiente para
acostumbra decir que sus conocimientos geográficos son ru­
determinar incontestablem ente al autor? Podría ser, pero dimentarios también y que éste es un dato favorable a la
más bien pensamos que no, por algunos embarazosos datos
autenticidad de Shakespeare. Shakespeare, por ejem plo, ha­
negativos. He aquí algunas de las muchas interrogaciones ce embarcar a su Próspero en Milán e inventa viajeros que
que han provocado en otros eruditos, además de Calvin van de Verona a Milán por agua. Ridiculo, por supuesto,
Hoffman, e l escepticiano y la duda.
excepto que recientes investigaciones han demostrado que
Primeramente; ¿cómo le fué posible a Shakespeare adqui­ en la época isabelina se ib a de Verona a Milán principal­
rir su inigualable penetración, vocabulario y sabiduria? No mente siguiendo el curso del río Adigio, y que Milán poseía
solamente poseyó y manejó uno de los más grandes arse­ una red de canales que permitían embarcarse desde la ciu­
nales de palabras de que tengamos noticias, sino que son dad.
notables sus profundos conocimientos, incluyendo una ter-
Pero algo ha intrigado más a Hoffman que el asunto de
niinología legal de considerable perfección, dominio de te­
la geografía, Sabemos que algunas de las obras de Shakes­
mas médicos, una erudición profunda en farmacología y
peare deben haber sido escritas a partir de 1590. Sin embar­
una espontánea familiaridad con los usos cortesanos y no­
go. cuando en un tiempo Kyd, Nashe, Peele, Marlowe O ia p -
nes maneras. ¿Pudo WiUiam Shakespeare, hijo d e un tra­
man y demás, se referían constantemente unos a otros, ¡nin­
ncante de Stratfcwd, tener acceso a tales círculos? Quizás,
guno mencionó a W illiam Shakespeare hasta 15931 E n toda
« asistó a la Universidad. Pero él no concurrió a Ules cen­
la literatura de la época sólo hay una referencia especula­
aos educativos, y (no hay registro de su nombre en las lis­
tiva al nombre de Shakespeare, en el testamento literario
tos detalladas) ni siquiera hay constancia de su inscripción
te «Giotsworth of W it» (1), publicado en
•n una escuela primaria. Entonces, ¿se autoeducó por la
1592), donde critica sin malicia a .Marlowe y a otros dia-
ectura? Pero, ¿dónde adquirió los libros? L a Universidad de
maturgos, y luego, en una línea, parodiando un pasaje de
^am bndge, con una d e las mejores bibliotecas de Ingla-
E im que V I, despelleja a un advenedizo que se cree el úni-

Ayuntamiento de Madrid
1790
CENIT

DIVULGACIONES CIEN TIFICAS

X
LA OEFEDSA O U IIG A GOflíBA EL FUE60.-SEIEBAIIDADES
E S D E los m á s rem otos tiem p o s d e la p reh is­ esp ecta cu la r d d fu eg o . L a com b u stión e s esen cia lm en te una
toria fu é siem p re e l fu e g o p a ra e l h o m b re rea cció n qu im ica , una co m b in a c ió n en tre d o s cu erp o s e n ta
o b je to d e v en era ció n y d e tem or. C a si to ­ c u a l uno es im p rescin d ib le: e l oxigen o. C u an to m ás in ten sa
d a s las relig ion es lo ad oran d e u n m o d o m ás s e a la rea cció n , m ás «viva» será la com bu stión .
o m en o s esotérico. A si p o r e je m p lo e n tos E je m p lo d e u n a co m b u stió n len ta e s ía o x id a ción d e l h ie ­
R tg -V ed d a la relig ión e s c a si un a ex p lica­ rro q u e d a la h erru m b re (óxido d e h ierro h id ra ta d o ) e n un
ción c ien tífica d e l o i fe n ó m e n o s d e la natu ­ es ta d o a m b ie n te h ú m ed o . L o e s asim ism o la respiración ,
ra lez a n o b ie n com p ren d id os. E l fu e g o «Ag-
tran sform ación d e la h em o g lo b in a e n o x ih em o g lob ín a, la nu­
(A gnus p a ra los cristianos n o e s m ás q u e trición (glúcidos, prótidos, lípidos, etc...) o x id a ció n d e l ca r­
e l «H T JO » d e Z a v is tri~ el brillan te—(Z eu s, D eu s, D ios), es
b o n o y d e l h id róg en o d e los alim en to s ex h a la n d o v ap or d e
d e c ir e l fu eg o , e s e l a lm a cen a m ien to d e la en erg ía sotar q u e ag u a y C 0 2 .
n o p u e d e a rd er sin e l con cu rso d e Vayu— e l A ire—(p s ije
L a s com b u stion es len tas n o p resen tan p elig ro alg u n o y en
q u e tos cristianos trad u jeron p o r Espiritu). T o d o e s t o n o s d a
co n secu en cia c a rece n d e in terés e n e l p r o b le m a q u e nos
una ex p licació n c ien tífic a d e l origen d e l d o g m a d e la T ri­ ocu pa.
nidad, T rim orii. E l fu e g o es a d o r a d o asim ism o p o r e l cris-
Líis com b u stion es «vivas» o b ru ta les d e c u erp o s c o m b u s­
tw m sm o c o m o lo atestig u an la « clerical tonsura», cu ito in-
tib les c o n e l oxigeno, están siem p re a c o m p a ñ a d a s d e f e ­
R r e c t o d e l sol, y la ex p licació n d e l ¡.N .R .I ^ jg n e i N atiira
n ó m en o s en erg éticos: en erg ía m ecá n ica, lu m ín ica, calorífica
R en n ovatu r I n t e g r a - { l a N atu raleza se R en u ev a In teg ra m en ­ etcé tera . ' ’
t e c o n e l F u ego).
C u an to m ás afin id ad tien e un c u erp o c u a lq u ie ra p o r e l
E l fu e g o en m an os d e las vestales, e n m an os d e l h o m b re ox íg en o tanto m ás fá c il s e r á la com bu stión .
m odern o, o lo q u e e s lo m ism o la en erg ía ca lo rífera , e s un cuerpos m u y á v id o s d e ox ig en o p o d em o s citar
■altado p o ten iisim o . P ero cu an d o éste n o p u e d e se r d o m in a ­ e l m r ó g e n o , e l fó s fo ro , e l so d io , e l p o tasio , e l m agn esio,
d o , e s un en em ig o im p ia ca b ie , d ev a sta d or, lo q u e ex p lica e l alu m inio, e l c a rb o n o , e l azu fre, etc ., etc.
et horror q u e h a e p e r c id o y e je r c e e n los p u e b lo s prim itivos, E l a R ú d r íd o ca rb ó n ico (C 0 2 ), lo s silicatos, los b oratos,
en lo s an im ales y h a sta en e l h o m b r e «civilizado». lo s fo sfa to s, lo s iu n gstaios, etc., so n rig u rosam en te incomr*
Un d iccio n a rio cu alq u iera n o s defin irá e l fu e g o c o m o e l bu stibles.
d esarrollo sim u ltán eo d e ca lo r y d e luz p ro d u cto d e la co m ­ E n tre lo s cu erp o s co m p u esto s to d a s las co m b in acio n es d e
bu stión d e cierto s cu erp os. S e d efin e asi ion só lo e l a sp ec to a e í C y d e l H claro e s tá so n p a rticu la tm en te in flam ables,
h idrocarbu ros, a lifá iico s (gasolina, p etróleo s, etc.) a a ro m á ­
ticos (b e n z en o y derivados).
Un liq u id o e s tanto m á s in fla m a b le cu an to m ás volátil sea.
Una fo r m a m u y p articu lar d e la co m b u stió n e s la lla m ad a
co «sliake-stene» en el país. Los eruditos se han asido a
« com b u stión espon tán ea», q u e ca racteriza un c ier to núm ero
« t a sola rrferencia a algo concerniente al nombre de Sha- d e productos.
k ^ e a r e antes d e 1593, sin hacer caso del hecho evidente
D e lo p re c ed e n tem en te d ic h o rela tiv o al proceso intim o d e
sobre el que Hoffman insiste, de que «shake-scene» era úni­
la com bu stión , p o d em o s n otar q u e e l ox ig en o e s e l fa c to r pri-
camente un epíteto común,, conveniente a cualquier actor
rm r d ia l y n ecesario en e l fe n ó m e n o d e ¡a com bu stión . C o m ­
que pudiera conmover apasionadamente al público. E n esta
b a tir e l fu eg o , consiste esen cia lm en te e n frenar o en parar
sutil argumentación está basada la leyenda de Shakespeare
co m p leta n K M e ¡a rea cció n qu im ica, e s d ecir, aislar e l co m ­
b u stib le d e l com bu ren te.
R o b e rto L, H E lL B R O N E R S e p u e d e lleg a r a ta l restdtado, y a s e a , SEPA RA N D O los
(Continuará.)
c u erp o s d e la re a c c ió n ( e l ox íg en o) p o r m e d io d e un esp eso
tapiz de espuma quimica o física.
(1) R E FR IG E R A N D O los cu erp o s e n com b u stión con agua o
Traducción literal: «Cuatro Peniques de Ingenio». n ie v e ca rb ó n ica (C 02).

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1791

IN H IB IE N D O e l ox ig en o (catálisis n egativa) d e - lo s cu er­


cien tejn en le asim ism o e l e m p le o d e l a g u a pu lverizada y m o-
p o s en com b u stión p o r m ed io d e p o lv o extintor, n ie v e ca r­
jad ora, para d isip a r e l p o lv o d e c w b ó n e n las g a lería s d e
bón ica. o v a p o r es d e tetracloru ro d e ca rb o n o o b ien se a
las m inas, id e a q u e d esg ra cia d a m en te n o h a re ten id o la a ten ­
D ^ U Y E N D O e l ox ig en o co n v a p o res in ertes; a g u a pu lveri­ ción , creo.
z ad a , brom u ro d e m etilo, tetracloru ro d e ca rbo n o , an hídrido
ca rbó n ico , etc., etc.
L A ESPU M A Q U IM IC A
E n con secu en cia, varios p u e d en se r los m éto d o s e m p lea ­
d o s p a ra la exH nción y en g en era l éstos varían seg ú n la na-
tu raleza d e l fu eg o . E s qu izá s la esp u m a qu ím ica, e l m ás an tigu o p ro c ed i­
m ien to q u ím ico d e extin ción , y a q u e s u e m p le o rem o n ta a
N o o lv id em o s sin e m b a rg o q u e existen fu e g o s con tra los
p rin cip ios d e sig lo e n S. P etersbu rgo, d o n d e fu é p aten tizada.
c u a les estam o s tod av ía c a si c o m p leta m en te d esa rm a d o s. En
D esd e en to n ces só lo se h a h e c h o q u e m ejorarla, p er o e l fu n ­
e fe c to , h a y cu erp o s tan á v id o s d e l oxígen o q u e n o s ó lo to ­
d a m en to sig u e sien d o e l m ism o.
m an e l d e l a ir e a m b ie n te sin o q u e ta m b ién lo h a c en asim is-
C on siste éste, en la m ez c la d e d o s d isolu cion es, una b á ­
m o d e l co m b in a d o in tím am en te e n la fórm u la d e ios otros
sica y la otra á cid o . E xisten d o s c la s e s d e es p u m a qu ím ica,
cuerpos. Así p o r ejem p lo , en la com b u stión d e cierto s m e ­
la lig era y la es p esa seg ú n sean d e b id a s a la re a c c ió n d el
ta les c o m o e l m agn esio, e l alu m inio, etc., q u e d es co m p o n en
á c id o su lfú rico, o d e l su lfa to alu m ín ico resp ectiv a m en te, con
e l a g u a o e l C 0 2 , lo q u e agrava g ra n d em en te e l p ro b lem a
e l b ica rb o n a to sódico.
O tros cu erp o s c o m o la n itrocelu losa y e l c elu lo id e , tien en su-
H e a q u i la seg u n d a rea cció n ia más utilizad a: ( S 0 4 ) 3AL2,
jK ie n te ox íg en o e n su m o lécu la p a r a p o d e r pasa rse d e l atm os­
fé r ic o y sin éste continu ar la com bu stión . 18 H 20 + 6 CO SN aH 3 S 0 4 N a 2 + 6 C 0 2 + 2 A l (O H )3 tó
q u e n o s d em u estra q u e h a y d esp ren d im ien to d e a n h íd rid o
V em os, p u es, q u e e l fu e g o , un o en si, p u e d e s e r m uy d i­
ca rbó n ico , ex ce len te a g e n te extintor.
v erso en cu a n to a sus m o d a lid a d es.
L a d iso lu ció n b á sica , es d e c ir , e l b ic a rb o n a to s ó d ic o es
C o n v en cion alm en te s e d iv id e e l fu e g o e n cu atro clases se­
ad icio n a d o d e estab iliza d ores d e esp u m a co m o e l regaliz
gún su n a tu r a le ^ , lo q u e p er m ite estu diar m ás fá c ilm e n te
por ejem p lo , lo q u e d a c u erp o a la esp u m a y le p e r m it e d e
e l p ro d u cto extin tor m á s a p ro p ia d o p a ra co m b atirle. resistir m ejo r a l fu eg o .
Fuegos secos, d e origen v eg etal, p a p el, tejid os, etc.
L a esp u m a q u ím ica s e e m p lea so b r e to d a en lo s fu e g o s
Fuegos grasos d e o rig en an im al o m ineral, líq u id os in fla ­
d e n atu raleza g rasa (h id rocarbu ros p esad o s). S o b re h s sol­
m ables, h idrocarbu ros, a c eites, etc.
ven tes h id ró filo s (a lco h ol, ceton as, esteres, etc.), la esp u m a
Fuegos de origen eléctrico d e b a ja o a lta tensión, alterna ordin aria c a r e c e d e eficacia.
O continua.
L a esp u m o a p a g a g racias a l aislam ien to d e l co m b u ren te
l u l i d i T e t T ’^ lt ? ^ ^ P^’ductos qu ím icos, m etales, nitratos, c e- d e l co m b u s tib le d e b id o a l e s p e s o tapiz co n q u e s e c u b r e la
su p erficie d e lo s cu erp o s en com bu stión .
Seria n e ces a r io h a c er u n estu d io particular, d e ta lla d o y
exten so p a ra c a d a u n o d e tos a g en tes ign ífu gos a fin d e dar
una ¡d ea b r e v e p er o p re c isa d e lo q u e s e a c a d d un o d e és-
E SP V M A F IS IC A O M EC A N IC A
E ste tra b a jo saUUia d e los lim ites d e e s te s o m ero estu-
d io y d el ca rá cter d e e s ta p u b lica ción . P or con sigu ien te, h a ­
L a esp u m a fís ic a es o b te n id a a partir d e un liq u id o em ui-
rem os tan s ó lo un m uy su cinto b o s q u e jo d e ellos.
m r g en era lm en te a b a s e d e p ro teín a s a n im a les o v eg etales.
C o n m t e , pu es, e n m ez cla r e n un a m an g a a p ro p ia d a provis­
ta d e un sistem a d e aspiración , el em u lsor y e l agua lo q u e
E L A G U A . E L A G U A P U LV E R IZ A D A
p r o d u c e un a abu n d an te esp u m a a la sa lid a d e la b o ca m a n ­
ga. S e estim a q u e p o r térm in o m ed io cin co litros d e em u l­
E l agua h a sid o y sig u e sien d o e t a g en te extintor rmfe
sor p u e d en p ro d u cir un m etro c ú b ic o d e esp u m a q u e s e c a ­
tm iversal y co m u n m en te c o n o c id o y u tilizado. L a m ay o r p a r­
ra cteriz a p o r su co m p a ctid ad , su a d h ere n cia y p o r su ex­
lo d e los P arqu es d e B o m b e ro s están e q u ip a d o s ca si total-
c ele n te resisten cia a l fu eg o .
m en te aún e n la a ctu a lid a d co n las clásica s m an gas d e rie-
go d e gran presión . L a esp u m a fís ic a sirve p a ra co m b atir to d a cla se d e fu eg o s
d e h id ro carb u ros y so lv en tes po la res (a lco h oles, a ld eh id o s,
D e b e e l a g u a ^ p o d e r ign ifu go a su extraordin ario crUor ceton as, etc., et.)
E specifico a b so rb ie n d o a si u n n ú m ero en o rm e d e ca lo ría s a
L o s em u lsores s e o b tien e n h id rolizan d o restos v eg e ta les o
ft" /uego cu alqu iera. P or o tra p a rte, e l refrig era m ien to co n
a n im ales, espin as, huesos, cu ern os, etc., q u e d a n a l c a b o d e
E a g u a d e la m asa en com bu stión , m ás e l v a p o r d e a g u a
d iv ersas y c o m p leja s o p era cio n es e l liq u id o esp u m an te c o ­
9Ue e l fu e g o p ro d u ce , cre a una z o n a d e in h ibición d e o ii-
n o c id o c o n e l n o m b re d e em ulsor.
p u o q u e h a c e q u e ésta s e a d e gran efica cia so b r e to d o en
Wí fu e g o s d e n atu raleza seca. ' U s in stalacion es fija s d e p ro tecció n c o n tra e l in cen d io, d e
»nás im p ortan cia e n las g ra n d es refin erias d e p e tr ó le o , son
E l oguo fin am en te pulverifiada y a d icio n a d a d e p rod u ctos las c o n c e b id a s p a ra la esp u m a física q u e p ro teg e asi miUo­
o o o c í ^ con e l n o m b re d e «mojadores», los c u a les tienen n es d e litros d e gasolin a p o r ejem p lo.
p a ríic u la n d a d d e d u m m u if g ra n d em en te la ten sión 'su p er-
l ^ a l d e la m ism a perm itiérid ola a si p en etrar y m oja r casi
••stantáneamente, h a c e q u e s e a ésta e l m ejor, o e l ú n ico
A N H ID R ID O C A R B B O N IC O O N IE V E
^ E n te extin tor en los fu e g o s d e p a ja , d e b a la s d e a lg o d ó n i
C A R B O N IC A (C 0 2 )
w f o d e carbón , etc., etc. T a m b ién s e p u e d e utilizar e s te agua
^ eficacia en los fu e g o s d e h id rocarbu ros p esad o s. Un
E l a n h íd rid o ca rbó n ico , gas ca rb ó n ico o bió x id o d e ca r­
d ico fra n cés, e n sus tesis d e la S o rb on a p reco n iz a b a re-
b o n o a b u n d a en la n atu raleza e in terv ien e en la constitu­

Ayuntamiento de Madrid
1792 CENIT

ción d e l a ire a tm o sférico . E s un gas in erte, q u e n o e s ni defin idas. E s é s te un co m p lejo p r o b le m a q u e e s c a p a p o r c o m ­


c o m b u s tib le ni co m b u ren te. E s in o d oro, in saboro e in coloro, p le to a las p reten sion es d e esta so m era en u m eración .
d e m ay o r d en sid a d q u e e l a ir e (1,53) p r o p ie d a d im p o rta n ­ D ig am os so lam en te q u e e l p o lv o extin tor s e p resen ta co m o
tísim a e n .ta n to q u e a g e n te extintor. Ya q u e a si p u e d e aislar un p o lv o ex trem a d a m en te fin o y m óvil, lo q u e p erm ite q u e
y q u ed a r e l tiem p o su ficien te p a ra p ro v o ca r la ex tin ción s o ­ a so p ro y ecció n se fo r m e u n a n u b e extintora. A- titulo d e
b r e e l fu e g o q u e s e a p liq u e. S e liq u id a con la c ilid a d a 0° C. ejem p lo p o d em o s d e c ir q u e 1 0 kg. d e p o lc o extin tor o rd i­
a la p resión d e 34,3 a tm ó sferas y a — 10° C . ca si a l a p r e ­ n ario p u e d en a p a g a r m ás d e 200 litros d e a c e it e e n com ­
sión a m b ien te. Sos con stan tes crítícas so n + 31°C. p a ra la bu stión e n una su p erficie d e m ás d e 10 m 2.
tem peratu ra, y 7 7 a tm ó sfera s p a ra la presión . Gracias a la E l p r o c e s o d e ex tin ción p o r m ed io d e l p o lv o e s tá m a l ex ­
fa c ilid a d c o n q u e s e liq u id a e s p o r lo q u e s e le p i e f ie r e c o ­ p lic a d o y s e a d m ite q u e s e o d e b id o a u n fe n ó m e n o aríti-
m o a g en te extintor a l n itrógen o, otro gas in erte. E l a n h íd ri­ oifgeno o d e catálisis negativa.
d o ca rb ó n ico n o e s v en en o s o p e r o cu arid o su p ro p o rció n E x isten p o lv o s e s p ec ia le s p a ra fu e g o s d e m eta les, y éstos,
e n e l a ire es su p erior a l 2 0 p o r c ie n to m a ta p o r asfixia, p o r ­ so n a b a s e d e p o lv o s d e g rafito co n v en ien tem en te tra tad o y
q u e im p id e q u e e l a n h íd rid o ca rb ó n ico d e la sa n g r e s e d e s ­ ta m b ién d e cloruro sólido- P ero estos p o lv o s n o son d e una
p ren d a y la h em o g lo b in a d e la m ism a fije e l ox ig en o d e l e fica cia in con testab le.
aire.
E l p o lc o extin tor ñ o transm ite la elec tr ic id a d . P or otra
L a expan sión bru ta l d e l a n h íd rid o ca rb ó n ico co m p rim id o
p a rte e s co m p leta m en te inoperante en los fu e g o s «secos».
e n la b o te lla c o n o c id a co n el n o m b re d e nieve caibónica' a
la tem p eratu ra d e — 78“C. y q u e s e su b lim a len ta m en te en
e l aire. 1 k g . d e C 0 2 co m p rim id o ex p an sion ad o b ru scam en ­
LO S H A LO G E N A D O S
t e a 0°C., a la p resión d e 760 m m . d e m ercu rio, d a 506 li­
tros d e gas.
S e c o n o c e co n e l n o m b re d e h a lo g en ad o s a los líq u id os o
L a ex p e rien cia d em u estra, q u e si la expan sión e s a d ia b á ­ g a ses e n la fórm u la d e lo s c u a les ex iste un o o v a rios h a ló ­
tica, 1 k g . d e C 0 2 co m p rim id o a 15°C. d a 450 g . d e n iev e g en os. Estos son cuatro: flú or, c lo ro , b r o m o y y o d o. S e a d ­
ca rb ó n ica a — 7S»,5 C.
m ite q u e cu an to m ayor se a e l n ú m ero a tó m ic o , m ás g ra n d e
Todas estas p ro p ie d a d e s h a c en d e l C 0 2 un a g e n te extin­ e s su efica cia so b r e e l ju e g o ; d es g ra cia d a m e n te la tox icid ad
to r ex ce len te , q u e p u e d e o p e r a r la extinción: y e l p re cio aum entan en e l m ism o sen tido.
por la refrigeración brutal a b so rb ie n d o 86 calorías E l tetracloruro de carbono (C C14) e s e l h a lo g en a d o q u e
gran des d e la tem p eratu ra a m b ien te;
d e s d e h a c e m ás tiem p o s e h a e m p le a d o . A un h o y s e utiliza
por el efecto antioxígeno, a bu n d a n tem en te c o m o a g e n te eiíín ío r. E s u n liq u id o in co­
por el efecto de la presión en h s fu e g o s d e g a ses loro, in co m b u stib le n atu ralm en te, d e u n o lo r «sui generis»
b a jo p resión , y
(sem eja n te a l clorofo rm o) d e d en sid a d 1,6 q u e h ierv e a 76°C.
por efecto d e aislamiento de oxígeno d e l a ire an ibien te. a la p resión a tm o sférica . Una co n cen tra ción d e v a p o res d e
S e p recon iza e l C 0 2 s o b r e to d o e n los lo ca les cerra d os C C 14 d e 200 g./m 3. con fieren a e s te ú ltim o un b u e n p o ­
n o m uy v en tila d os, c o n o b je to d e co n cen tra r e l m áx im o d e d e r extintor. S e co n g ela a —23° C . S e e m p lea s o b r e fu eg o s
C 0 2 en e l fnisriio v olu m en . A l a ire lib re y e n u n a g ra n c o ­
d e h id ro carb u ros y s o b r e fu eg o s d e n atu raleza eléc trica , y a
rrien te d e a ire, s e r in operan te.
q u e n o c o n d u c e ésta. E l in co n v en ien te m ay o r e s e l d e p ro ­
S e e m p le a s o b r e to d o e n tos fu e g o s d e su p er fic ie d e ti- d u cir p o r pirogeración , e n co n ta cto d e p a r e d e s m etá lica s en ­
q u id o s in fla m ab les.
tr e 600 y 800° C . gas fó s g e n o o cloru ra d e c a rb o n ilo (C12CO ),
A ctu alm en te s e p r o y e c ta utilizar e l C 0 2 e n fo r m a d e n ie­ g a s d e c o m b a te c o n o c id o p o r su toxicidad. E s p o r con si­
v e ca rb ó n ica p ro y ecta d a d e s d e a v ió n e n g ra n d es m asas e n g u ien te im p rescin d ib le a irea r b ien los lo c a les d o n d e s e h a y a
la atm ó sfera, a l o b je to d e d isip ar la bru m a y la n ie b la d e u tiliz a d o e l C C I4.
las pistas d e aterriz aje d e los a eró d ro m os. E l 0 0 2 asi uti­
lizado ro m p ería e l fa ls o eq u ilib rio a m b ie n te d e sobrefu sión ,
co n d en sa n d o en fo r m a d e ííucía fin a , p o r eje m p lo , las m i­ E L BRO M U RO D E M E T IL O (C IJ3 Br)
cro scó p ica s g o ta s d e a g u a e n su spen sión q u e con stitu yen la
n ieb la ; 500 g. d e n ie v e ca rb ó n ica p u e d en p ro v o ca r 100.000 E s un o d e los a g en tes extintores d e m á s efica cia . Sus v a ­
to n ela d as d e a g u a en fo r m a d e lluvia. p o res m ez cla d o s a l a ire a m b ie n te en ta p ro p o rció n d e 2 por
c ien to e n v olu m en , e s d e c ir 90 glm 3, h a c en e l a ire incom -
bu ren te.
E L P O LV O E X T IN T O R
E s un liq u id o in odoro, in coloro, q u e h ierv e a 4° C . y
s e co n g ela a —93° C, a la p resió n a tm o sférica . N o co n d u ce
E s uno d e los p ro ced im ien to s a ctu a lm en te m ás e m p le a ­ la electricid a d . 1 k g . d e C H 3 Br. liq u id o , p ro d u ce a 0° C-
d o s p o r su gran efica cia so b r e ios fu e g o s d e líq u id o s co m ­
240 litros d e gas. Es un gas eminentemente tóxico en s í sin
bu stibles.
ie n e r e n cu en ta lo s p ro d u cto s d e su p iro g en a ción . Una pro­
E l p o lc o extin tor ord in a rio está con stitu ido a b a s e d e b i­ p o rción en e l a ire a m b ie n te d e 0,2 a 0,4 p o r c ien to d e CHS
ca rbo n a to s ó d ic o fin am en te pu lv erizad o. E l gran p ro b lem a B r. p u e d e p ro v o ca r la m u erte d e u n a p er so n a e n m en os d e
d e tos fa b ric a n tes d e p o lv o s extin tores e s e l d e o b te n e r un 30 m in u tos p o r disolu ción d e l b u lb o r a q u íd e o y m asa en ­
p o lv o h id r ó fo b o q u e flo t e so b r e e l agua sin d eja rse m oja r y c efá lica .
d é gran m ovilidad. A e s te e fe c to e l b ica rb on ato s ó d ic o (so ­ D eb ie ra estar p ro h ib id a su v en ta e n tan to q u e a g en te ex­
lu b le y m uy h ig roscóp ico) es tra tad o esp ecia lm en te c o n p ro ­
tintor, y a q u e su e m p leo rep resen ta un v er d a d e ro peligri>
du cto s h id ro fu g an tes c o m o los esícarafo» m etá lico s y flu id i­ p a ra la v id a hum ana.
fic a d o co n o tra v a ried a d d e p ro d u cto s y e n p ro p o rcio n es m uy D igam os ta m b ién q u e e l CH S B r. p u e d e d a r en contacto

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1 79 3

P R m m C O N G R E S O lIN TERIN IÁCIIO N ÁIL

d&

taU eres a u tom áticos y la d e los «robots» e n n u estra éo cie-


IN S T A L A R UNA F A B R IC A S IN O BR E R O S Z tJÑ T rÑ ” ° ^ T ‘ ' ‘" ta ' * d o cu m en ta d a s in-
f R - ^ i o n e s y d e con trov ersias ap asio n a d as, q u e refleja b a n
YA N O E S UNA A V EN T U R A
las g ra v es p reo cu p a cio n es d e un porv en ir próxim o

I I IG N O d e h s tiem p os/ U n co n g reso d e «robots»,


e l p rim er co n g reso in tern acion al d e «robots»,
h ro.
• * »

"ta'’ ^ cu estion es q u e p la n tea ¡a «fá-


ta®'"' M argóte, In glaterra, e n la segu n - b r R a sin o b rero s» n o p re o c u p a b a n a n a d ie; tan lejan as p a re
■ ! W l)> d a q u in c en a d e junio. A p es a r d e n o h a b e r
c m n ~ h a d ec la ra d o u n o d e los o rg an izad ores d e l congreso.
h e c h o ru ido, su im portan cia e s c o n sid e ra b le lo
m ism o d e s d e e l p u n to d e v ista técn ico, q u e d e s d e e l p im to eco n ó m ico , fin an ciero y sin d ica lista s e a p a ­
sion a p o r ellas. T o d o e s n u evo e n e s te d om in io, d o n d e s o h
• a c vista social. C re en algu n os, q u e e s te co n g reso h a sid o
ta ex p e n e iK ia n os d ic ta r á n u estra lin ea d e co n d u cta T od o
R r a e l p o rv en ir d e la « fá b rica sin o brero s» , h q u e se r á la
Crniferencta d e G in eb ra, e n a g o s to próxim o, p a ra la utUiza- u ta i q u e con stru yen los «robots» q u e
cton d e l á to m o p a cifico . R R e l tra b a ja d o r R e s e p reg u n ta co n angustia, si n o v a ­
m o s a q u ita rle d efin itiv a m en te su p a n cu otid ian o. N osotros
C o n v o cad o p o r la S o c ie d a d d é In g en iero s C iv iles d e I n ­
g laterra, reu n ió a lo s con stru ctores d e «robots» d e varios i JÑ Ñ Ñ T r ii 7 " tai «roboU », a u n q u e se a n d e lo s m ás
p a íses y m á s e s p ec ia lm en te d e In glaterra, F ran cia y A lem a­
n ia; sus in gen ieros, fin an eieros, lo m ism o q u e a so ció lo g o s
,Z ¿L X ” '*•' •'
y rep resen tan tes d e sin d ica tos o b reros. L o s d e b a te s p ú b lic o s d e e s te co n g reso d e M árgate.
du raron cu atro dias. L o s g ran d es p ro b lem a s fin an cieros e c o ­ u n á n im e l e / ’ f /Ü », co n clu sio n es son
nóm icos, so cia les y hu m an os q u e lev an ta la lle g a d a d e los negocios. E l añ o ú ltim o éstos
tem w n d er ro c h a r en orm es ca p ita les en lo q u e c r e ía ser

d e a le a c io n es ligeras (aíuminío, m ag n esio) e n com bu stión ,


cu yo p r e c io e s a ctu a lm en te p ro h ib itiv o (d e l o rd en d e 1 500
•com puestos alu m in o-org án icos in fla m a b le s esp on tán ea m en te.
fra n co s e l k g .)
A ctu alm en te s e in ten ta reem p la z a r e l C C 1 4 y C H S Br
H én os, p u es, a l térm in o d e u n a su cinta reseñ a d e le q u e
por otros h a h g e n a d o s o m ez cla s d e h a h g e n a d o s tan e fic a ­
san et f u c R y d e tos p rin c ip a les a g e n te s d e extinción.
c es co m o tos p r e c e d e n te s y d e to x icid a d m u ch o m enor.
N o q u is h r a term inar, sin señ a la r h s d iv ersos dispositivos
C item os e n p rim er lu g ar e l dorobrometano, m on oclo ro -
d e d e te c c ió n d e in cen d io, b a sa d o s los un os e n célu la s ra d io ­
OTometano o brom u ro-cloru ro d e m etilen o (C H 2BrC t), liq u i­
activ as d etecto ra s d e hu m os p recon iza d ores d e in cen d io, otros
d o p e s a d o d e d en sid a d 1,8, in coloro, lím pido, d e o d o r a d u l­
en la elev a ció n bru sca d e la tem peratu ra, etc., etc .- tod os
z ad o , cu yo punto d e eb u llició n e s d e 67,S‘C . y cu y a con­
estos sistem as d e d ete c c ió n p u e d en estar co n ec ta d o s co n dis­
f l a c i ó n s e sitúa a — 86«C. F u é e m p le a d o p o r lo s a lem a n es
p o sitiv o s a u to m á tico s d e alarm a y d e ex tin ción p o r m ed io d e
du ran te la últim a g u erra y es u n a g e n te ex tin tor d e la e f i ­
los d iv ersos m éto d os y a señ alados. E s a sí c o m o está n p ro ­
c a c ia d e l brom u ro d e m etilo a p ro x im ad a m en te y muu p o c o
tóxico. teg id o s la m ay oria d e los n avios im p ortan tes, a l ig u a l a u e
las f a n d es refin erias d e p etr ó leo s y p ro d u cto s q u ím icos, ¡v i-
E xisten otros a g en tes extintores c o m o e l b ro m o fo rm o o
ta n d o d e esta num era m u ch as ca tástrofes, y s o b r e t o d o sa l­
' ‘b ro m o m eta n o (C H B rS) y ú ltim a m en te tos p ro d u cto s co­
var la v id a hum ana, q u e e s o d e b e ser. e n resu m id as cu en ­
n ocid os co n e l n o m b re d e «Freons» algu n os d e e llo s co m o
tas. e l o b je t o fu n d a m en ta l d e to d a in v estig ación d e e s te g é-
e l trlblu oro m on ob ro m o m eta n o (C B rFS) com u n m en te llam ado n eio.
'F r e o n J 3 B l» d e ex c e len te s p ro p ied a d es extintoras. p ero
T E J E R IN A

Ayuntamiento de Madrid
1794 CENIT

«una av en tu ra pasajera». H an b a sta d o d o s o Ires ex p erien ­ na, e s so m etid o a dieciséis o p era cion es e fe c tu a d a s p o r b r a ­
cias p a ra destruir su escep ticism o. z o s m ecán icos. A l fin d e la ca d en a , s e en cu en tra una caja
L a instalación d e « fáb ricas sin obreros» ex ig e e n e fe c to d e v elo cid a d es. C a d a m áq u in a-h erram ien ta n o tien e sino un
en orm es ca p ita les. E s te crecim ien to d e c a p ita les d e b a s e es so lo m ovim ien to.
la ley d e c a d a trastorn o indu strial d e s d e h a c e sig lo y m e ­ L a s ca d en a s p a ra lela s d e s e m b o c a n a u n a d é c im a d e s e ­
dio. L a u tilización d e l v a p o r f u é m á s co sto sa q u e la d e la g u n d o en los ta lleres d e m on tado. B razo» m ecá n ico s co n d e ­
fu erza h u m an a o m ecán ica. P ero e l ren dim ien to s e rev eló d o s articu lados, e s c o g e n las p iez a s q u e s e u n en , atornillan
ta m b ién m ás gran de. E l m ism o fe n ó m e n o s e re p ro d u ce cu an­ o s e su eld an a u tom áticam en te. E l c o c h e a pu n to d e m arch a
d o la elec tr icid a d a p a r ec e. Y lo m ism o s u c e d e a h o ra c o n la s a le d e las ca d en a s sin in terven ción d e l h o m b re. L a p ro ­
en erg ia atóm ica. Sus em p resa s so n g ig an tesca s y h a n asus­ d u c c ió n d e L o n g b rid g e h a d u p lica d o e n un a ñ o , sin d e s ­
ta d o a los h o m b res d e n eg o cio s sin en vergadu ra. P ero los p id o n i a u m en to d e l p erson al. Una sem a n a d e trabajo er a
resu ltados o b ten id o s e n la p ro d u cció n so n tan co n sid erab les n e ces a r ia a u n a fá b r ic a en tera e n 1910, p a ra p ro d u cir un
q u e e s ta h ip o te c a p u e d e co n sid erarse c o m o levan tada. L a s o lo co ch e. E n 1955, e l m ism o c o c h e , n ecesita e l trabajo d e
fá b r ic a sin o b re ro s v iv e las m ism as vicisitu des. M uchos h o m ­ cu atro o b re ro s y m ed io e n e l mismo tiem p o. E s p reciso co n ­
b r es d e n e g o c io s d u d a n aún e n interesarse. Sin em ba rg o , fe s a r q u e esta rev olu ción industrial, q u e a c a b a d e em p ezar,
F o r d e n A m érica, A ustin e n In glaterra, h a n am o rtiza d o en e s la m ás g ra n d e d e to d o s ios tiem pos.
m en os d e u n a ñ o c a p ita les co lo sa les in vertidos e n su s ta ­
lle res autom áticos.
E i a u m en to d e p ro d u cció n , la dism in ución d e a ccid en tes, L a R é g ie R en au lt, en los a lr ed ed o re s d e Taris, to m a b a
red u cid o s a ínfim as p rop orcion es, son lo s p rin cip a les e le m e n ­ p a rte e n e l C on greso d e M árgate. Su d e le g a d o h a an u n cia­
tos d e e s ta rá p id a am ortización . V erenuis en seg u id a q u e
d o q u e su em pT R a h a b ia en tra d o e n e l cam in o d e í<i a u to ­
n o h a y eco n o m ía s o b r e las salarios obreros, a u n q u e p a rez ca m atización y d i ó a los con gresistas ¡os prim eros resu ltados
p arad oja. F o r d o b lig a a sus ad v ersarios q u e n o q u ería n la (te la ex p erien cia en curso. R en au lt a g ru p a e n F ran cia o n ce
já b r ic a au tom ática, a segu ir su ejem p lo, sí q u iere n sosten er
fá b ric a s y su s 55.0000 o b re ro s con stru yen c a d a d ía 950 a u to ­
la co m p eten cia . L o s ex p erto s c re en q u e el au tom atism o d e m óv iles, d e lo s c u a les 500 d e 4 C V . H a in stalado e n sus ta ­
las fá b r ic a s será co sa h e c h a d e a q u i a u n os tres años. L a lleres d e B illancourt, en la s m árg en es d e l S en a, u n a ca d en a
industria au tom óvil a lem a n a p rep a ra la «robotización » (auto­ d e c ie n robots-tran sportables, q u e s e a lin ean s o b r e u n k iló ­
m atism o). L a s fá b rica s inglesas d e rad ios autom atizan unas
m etro. U no d e estos «robots» fa b r ic a é l solo, 35 carters p o r
d esp u és d e otras.
hora. E l tra b a jo s e e fe c tú a p o r 105 instrum entos au tom áti­
E n los E sta d o s Unidos, e l m ovim ien to d e «autom atism o» cos, co n tro lad o s p o r 2 8 pu estos. C e r c a d e 200 re lev o s y 14
to m a e l a s p e c to d e u n a v er d a d e ra revolución. L a s ven tajas k iló m etros d e c a b le asegu ran la transm isión d e ¡a corrien te
d e eq u ip o s a u to m á tico s han au m en ta d o e l 2 J 0 p o r cien to
eléc tr ica a las m áqu in as-herram ien tas articu ladas. S olam en te
d e s d e e l añ o últim o p a ra alcan zar la cifra fan tástica d e d o c e d o s o b re ro s d irig en e s ta m áq u in a d e 34 m etro s d e longitud.
m il m illon es y m e d io d e fra n co s suizos. U na fá b r ic a «robot» Su p a p e l c(m siste en serv irse d e cierta s lám p aras p a ra a c ­
p ro d u ce a h o ra a v io n es e n serie. Para fin es d e l añ o 1955, la tu ar s o b r e boton es.
industria p etro lera h a b rá a u m en ta d o la au tom atización en O tros «robots» esp era n su torno p a ra en trar en e l circuí-
e l 70 p o r c ien to d e su s p rodu ccion es.
to. U no p ro d u cirá un a b o m b a aspiran te p a ra a c e it e c a d a 55
* * »
segu n dos, o tro u n g rifo c a d a cin co segu n dos. E n su fá b r ic a
L o s con gresistas d e M árg ate han sid o in vitados a visitar d e F lin s, en N orm andia, R en au lt a c a b a d e in stalar la p in ­
ta fá b r ic a sin o b re ro s d e la firm a Austin, en L o n g b rid g e. tura a u to m á tica d e l infen'or d e la carrocería. P ero F o r d y
cerca d e Birmingtvin. E sta fá b r ic a p ro d u ce sin intervención Austin ejec u ta n y a a u tom áticam en te tod as ¡as pinturas. R e ­
hu-nutna 18 m od elo s d ife r e n te s d e autos. E s la fá b r ic a a u to ­ nault p ien sa q u e con segu irán asi una eco n o m ía d e varios
m ática m ás p erfe ccio n a d a , jun to c o n la d e F o r d e n D etroit. m tíes d e m illon es p o r añ o, co sa q u e l e perm itirá—d ic e —
Et lam in ado em b u tid o p o r una m áq u in a n o s d a la ca rro ­ dism inuir sen sib lem en te e l p r e c io d e coste.
cería e n un b lo q u e. L a s ru edas, ejes, d in am os, carters, f a ­ P ero, ¿ qu é e s d e lo s obrero s? ¿Q ué p ien san d e esto los
ros, tom illos, tuercas, etc., s e p ro d u ce n p o r ca d en a s p a ra ­ sindtcaíistas? E s lo q u e v erem os e n e l cu rso d e esta in ­
lelas. sin o b reros, av an zan d o a intervalos d e m en o s d e un form ación ...
m itim etro. Una c a d e n a con stru ye p a rtien d o d e b lo q u e s d e
a cero , to d a s la s p iez a s d e un m otor. O tra lo m on ta. Un C h a r le s R E B E R
b lo q u e d e a c ero m o ld ea d o , p u esto a l com ien zo d e un a c a d e ­ Traducción Pérez Guzmán. (CoiKinuoré.)

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1795

Testimonio para la iuventud


(1 )

...y p a r a m i h ijo , A le ja n d r o

— I _ — ¿Q ué h a s traíd o contigo?
N ada podia m ostrarles, el cam in an te : ni piedras pre-
ciosas, ni joyas, ni anillos y brazaletes de oro, ni esta-
ríB O u n a vez... pero no.,, ei cuento es de
tm u as de dioses y ta'ism an es, ni siquiera un m ontón de
nu estros düas... Un joven p artió por e:
cu ietes de banco, un cuaderno de cheques o títulos de
ancho mundo, asi com o se van todos ios
la s sociedades anónim as de petróleo, de fábricas, de m i­
jóvenes; con el corazón pletórico de sue­
n as o florestas, nad a de lo que se pueda ver, pesar, p al­
ños y nostalgias, con ia m ente atorm en­
par, cobrar o negociar en 1-a B olsa. Y los hom bres lo
tad a por Interrogantes. P artió , desde
m irab an con desprecio, con asom bro o con leve com­
_ luego, con sus fuerzas que deseaban des- pasión.
encadenarse, con sus anhelos que debían — [L es t r a je la VERDA D!
con vertirse en hechos. Desconociendo to­
Y los que sabían que la m e n tira se h a lla en ¡a base
davía a los hom bres y la s grandes re a li­ de ia s relaciones hum anas, se re ía n a carcajad as
dades del mundo, recorrió paises, pueblos, continentes. — ¡L e s t r a je la CIENCIA!
Esto es, luchó consigo m ism o y, a menudo, con los que
S e re ían los que sab ían que la ignorancia es sagrada
le rod eaban: tra b a jó p ara el p an de cad a día. cayó, se
que la nqu eza y la esclavitud b ro tan de la incu ltu ra
levantó, m arch ó ad elan te, siem pre m ás lejos, afrontando com o los hongos de la podredumbre
las m ontañas del OrguUo, salvando los precipicios de las — ¡L es tr a je la J U S n c i A !
Negaciones, atravesando las cam piñas fecundas pero tam ­
S e re ían los que sabían que la ju sticia es el nom bre
bién los bosques llenos de m isterios y peUgros, contem ­
ironico o cínico de la in ju sticia , d el robo y d el homicidio
plando el universo estrellado después de los días de can í­
cu la y cansancio. legal, de la tira n ía en nom bre de la nación o de alguna
divinidad.
_Y el ca m in an te d e ja b a a trá s p aís tra s país, añ o tras — ¡L e s tr a je la PAZ!
año. Vivia su vida, com o c a si todos los jóvenes, acum u­
_ Y la s ca rca ja d a s irresistibles de los fa b rica n tes de cá­
lando su experiencia: sabid uria y fe, a cam bio del tra ­
nones y gases m ortíferos resonaban, m ezcladas eon las
b ajo , de los pensam ientos y los ideales que desparram aba
de los fanáticos, de los fetich istas del Estado, del Orden
— Igual que el sem brador — en tre los hom bres, sin es­
o de la Revolución. ¡S í! L os idólatras de la Revolución
perar la cosecha. A vanzaba con sus cargas Internas, con
se convirtieron, ellos tam bién, en esclavos de la guerra
la m irad a apuntada h a cia la s visiones del porvenr.
— ¡L e s tr a je los im perecederos Ideales de la hum ani­
Y después de años y decenios, h e ahí que el peregrino, dad!
que íu é u n a vez joven, se en cu en tra de rep en te e n el pais
Y la s risas estallaron nuevam ente, despiadadas; los
de donde partió. E s tá asom brado, está alegre pero tam ­
ideales se olvidan, se pierden o son falsificados y ente­
bién algo angustiado. Porque se olvidó de u n a sola cosa-
rrados, finalm ente, b a jo algu nas flo res herm osas
de que la tie rra es redonda, que el círcu lo de la vida — ¡L e s tr a je la JU V EN TU D !
vuelve, despiadadam ente, a su comienzo... S I, cada exis­
L a s risas dism inuyeron un poco, v acilantes enti-e
tencia se realizase devorándose a si m ism a, som etida a
asom bro y m ofa, ¿Dónde está la juventud? ¿E3i este
las grandes fatalid ades, trib u ta ría a la m u erte; ella
cuerpo enclenque? ¿ E li este rostro dem acrado? ¿ E n esto'
triun fa, sin em bargo, por sobre la Nada si cree y lucha
ojos que no brillan, triu n fan tes, que a nadie desafian
y se consagra a la vida y a sus sem ejantes.., Y , de re­ irónica o sarcásticam en te?
greso a su país, el viajero h a sido rodeado por parientes
P ero algunos jóvenes adivinaron, por fin, la juventud
y amigos, por p ap an atas e indiferentes, por la gente
del v iajero que volvió e n tre los suyos: está allí en el
práctica, a stu ta o habilidosa, por los afortunados, los
corazón que se sustentó con todos los sen tim ien to s con
escépticos y los desdichados de la vida. Todos h an querido
todas la s esperanzas hu m an as; e stá allí, e n la m ente
ver lo que tra jo consigo, después de h ab er dado vuelta
que abarcó los p aisajes d el mundo, que a fro n tó la s ore
a l mundo, qué h a logrado él después de ta n to s años de
empeños. guntas de la conciencia, los m andam ientos m orales lo '
lam ados de lo s ideales. E n este cam in an te sencillo ' con
Y el v ia je ro se quedó de píe, fre n te a todos, simple
as m anos v acías p alp ita algo de la s realidades espiri­
sonriente. Quizá, su sonrisa e ra un poco m ás am arga El tualizadas del universo y d e la humanidad.
estaba lo m ism o, ta l com o partió. Quizá, su cuerpo era
Y e sa juventud — que él desparram ó en sueños y lu­
un poco encorvado b a jo la s cargas invisibles. Y uno des­
chas. en el in cesan te esfuerzo de realizarse a s i mismo
pués del otro le preguntaban;
e bien y lo bello — esa juventud, etern a com o la vida
pw siste en el hom bre que regresó e n tre los suyos He
(1) Introducción a un libro de ensayos, en prepara­
aW la verdadera victoria hu m ana; la de conservar 'en si
ción, titulado El espíritu activo.
m ism o la juventud, pese a la desconfianza, a todo lo

Ayuntamiento de Madrid
1796
CENIT

m algastado, a los desengaños, a la s negaciones. M an te­


greso, e n Viena, cuando la palabra e ra a llí todavia Ubre:
nerle m ediante el anhelo de conocerse y la superación
personal; eso significa solidaridad con la hum anidad y
con I b vida de todas p artes y de siem pre. Ju v en tu d que «Creo en ti, juventud, que apenas abandonaste la cuna
sabe esp erar y c re a r; que tran sfo rm a la esp erlencia de cuando los pueblos lucharon ciegam ente, hundiéndose en
la locura sangrienta. H as respirado ese a ire lleno de los
sus antepasados e n energía com bativa, la ciencia en h e ­
chos, la idea en acción, hedores de m illones d e sacrificados, de la pólvora explo­
¡L es t r a je el AM OR! añad ió el v iajero. P u es ¿qué siva y del polvo levantado por gigantescos derrumbes.
sería la juventud sin el am or? P ero h as recibido tam bién, de u n a vez, cu al u n a heren-
ciQ, todos los descaibrimientos y la s enseñanzas de una
Iteo lo com prendieron los jóvenes, pero sólo algunos lo
a e n c ia que se dejó, sin embargo, p ro fan ar por los capi­
s.n tlero n plenam ente, sólo algunos que se quedaron en
ta n e s de la m atanza, No crees ya e n los elem entos que
la som bra de su rin có n Ignorado, esperando el retom o
del le ja n o c a m in ó t e , S I, u n solo ser hum ano, quizá, en can taro n a la in fa n c ia de tus padres, porque el auto­
móvil, e l avión, la rad io, la televisión h a n realizado los
com prendió y sin tió a la vez que el don supremo de la
« m ila n o s» soñados por los antepasados que tran sm itían
vida es el am or, con stan te a u n en el abandono u olvido
sus noU cias m ediantes la s fogatas, desde u n a cúspide de
perdonando a los extraviados y a los crueles salvando’
m on taña a otra... T u s nervios vibran a l unísoino con los
en Ja gran cruz del reconocim iento, de esa com unión que
dolores del mundo, con sus odios y sus esperanzas, con
está plasm ando u n a nueva existen cia con la vida de
a revolución universal. T u m ente se apodera de las
aquel que, en breve, va a d estram arse en la s ap ariencias
ilim itad as de la creación. Ideas en vuelo alrededor del p laneta. T u s brazos y tus
pies se mueven con destreza e n ia s com peticiones de­
— ¡Ju v entu d , Am or, L ibertad ! ¿Qué o tra cosa podía
anhelar, qué o tra cosa puedo ofrecer? se d ijo el viaiero portivas Cerebro y m úsculo. Sensación crud a, inm ediata,
que volvió e n tre los suyos. y m e tafísica nebulosa. A rribism o jad e an te e indolencia
que se da aires de d esei^ añ o y cansancio... S in embargo,
Y se re tiró en la celda de su tra b a jo de cada día
en esa soledad poblada de los espíritus de los que lega­ creo e n tí, juventud, porque contigo es el porvenir, con
sus espejism os m agniflcos, L as fieras del Apocalipsis pue­
ro n a los hom bres los tesoros im palpables del recto pen­
sar, del bien y de lo bello, los vivos tesoros de la fe que den galopar e n la luz sanguinolenta, pero los altos hor­
vencerá, finalm ente, la s pasiones devastadoras, suscita­ nos del tra b a jo y los laboratorios de la C iencia, los esta­
dios y los anfiteatros de ia sociedad del porvenir se vis­
das por odio, ignorancia, in to leran cia e insaciable ansia
de dominación. lum bran en el horizonte, diáfanos, fan tasm ales, esperando
tu s m anos todavía lim pias, t u energía que debe afro n tar
- II — 1 ^ negaciones y subyugar los peligros de la m uerte m e­
d ian te nuevas creaciones...»
...He a h í que m i cuento te rm in a : sin la apoteosis de
la recom pensa, sin la tristeza del E clesiastés, sin el jú ­ 'fs a la n d o a m i tu rno el precioso regalo que
recibí de p a rte del solitario de VUlen!uve, e n tos Alpe/
bilo de aquel que quiere em briagarse en el torbellino de
la s ilusiones. F in aliza s in coronas de laureles, y sin co­ altiv os y g rav w : de R o m ain RoUand, en cuyo hogar hice
ro nas fúnebres. Sim plem ente, com o la vida m ism a que M to, u n a tard e de otoño, com o en los re fi^ lo s de tan-
nunca se ag o ta y continúa a través de otros seres siem­ o tras luces espirituales que brillan e n la noche de la
pre a través de otros, nueva E o ad M edia que p arece haber descendido por sobre
Europa. P ero y a h e buscado la Europa del m añ a n a, entre
¿Quizá, queréis absolutam ente im a conclusión? e s la
IM ru m as de las guerras nacionales y clvUes. de la s cri-
m l ^ a que la de m i «Parábola del hom bre de hoy», es­
c rita h ace m ás de veinte años, en plena gu erra m undial sis económ icas y p olíticas, y h e encontrado esas h ojas
M ás exactam en te: d uran te la gu erra de 1914 a 1918, cu an­ w, brotan en tre la s piedras, tos retoños de
tos futu ros árboles que extend erán sus ram as por pnHm»
do los hom bres e ra n segados com o los trigales e n la
de los residuos de tos viejos errores y horrores.
locura colectiva, sacrificados a cie rta s deidades ilusorias
F o r aquel entonces el peregrino — que se encontraba
en algu na p arte, e n un rincón del p laneta, e n la ciudad «¡N o separéis n u n ca el pensam iento d e l a acción!»
de Yassy, gloriosa y h arap ien ta, agobiada de penurias v — proclam a R o m ain R ollan d en su m e n s a je __ . M i ince-
ep uem ias — se hizo la m ism a pregunta. Y la respuesta ^ Juventud es u n llam am iento a la
del buscador d e paz y fratern id ad h a sido ésta: ^ e r g la . N ingún tiem po la reclam a m ás. E sta época es
fl *1® devastaciones, pero es po-
«...C onstantem ente él lu ch a y crea, c r e e en sf mismo tr a t e y fecu nd a. D estruye y renueva. No ea é sta la hora
y en sus herm anos enceguecidos. G rita su verdad y eleva ri! ^ ®®‘‘ ° ® ^ E sta es la hora
sus hechos — e l trib u to de su existen cia — b a jo la s e te r­ de subiTM laa m angas de la cam isa y disponerse a luchar
nas arm onías, V / i!®®®' ^ ®‘ '°® H a te d e Ja c o b con el
« T ra b a ja , tra b a ja , trab aja... ^ g e l . Y d urará h a s ta que h ay a aparecido ia au rora del
« Y no s e pregunta si lleg ará al final o si triu n fará
Fo iqu e e slá realizando su ideal de un in sta n te a otro ^ « ...y el A ^ e l d ijo : «D éjam e, pues y a h a llegado la
gesto tras gesto, p alab ra tra s p alabra, S u Ideal crece au rora del día». Pero d ijo Ja c o b : «No te d eja ré hasta
que n o m e hayas bendecido»..,
como s fu era un ser vivo, en su propio cuerpo,., A través
ue él vive, desde aho ra, la venidera arm on ía de todos los « ^ t o n c e s d ijo el A ngel: «Has luchado con Dios y con
los hom bres y h as sido el m ás fuerte».
hom bres que h a n vencido su salvajism o, aq jlran d o a su-
p erw se a s í mismos, h a cia u n a perfección siem pre más 'eueroos que lu ch ar con Dios y
lúcida y m ás am ante». ‘ “ ®®‘ ®® antiguos, con tos dioses
hom icidas y moribundos, y con los m illones d e espíritus
P o r aquel entonces, igual que hoy día. sin ojos que les sirven ciegam ente. Tenem os que fundar
Y ¿qué puedo d ecirte ahora, directam ente, a t í Juven­ nuevos dioses y u n a hum anidad. No podremos lograrlo
tud que, hurgando e n la s a lfo rja s del cam in an te cuyo lfl , ® ® Intensa energía y de un total
cuento e s c u c h a r e h a ce poco, h a s encontrado algo para sacrificio. ¡D ios sea toado! No d ejarem os de obrar ¡Viva
u , sabiendo m ostrar a otros tam bién los tesoros ocultos'i la acción- ¡ Y viva la paz, h ija de la acclónT»
Te repito la s palabras dirigidas a la ju veltu d e n u n con­
Asi hablaba otrora el verdadero R o m ain RoUand, en

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1797

1930. Y h e a h í como las an to rch as p asan de u n a mano


m onios de m i paso sobre e sta tierra. Los mios, y los de
a otra. No tenem os m iedo a las neblin as dei odio, a los
cada hom bre... Y , sin em bargo, dejadm e que m e retire
preclpios d e la m en tira, a los ventisqueros de. la s neg a­
e n la celda de m i tra b a jo . E l artesan o n o acab ó con su
ciones. Los que llevan la luz saben que el crim en está
ta re a . T odavia tien e que pag ar el tribu to de eu existen cia:
en acecho, con sus m áscaras hip ó critas y bestiales; pero
te deudor a sus antepasados, pero puede convertirse tam ­
saben tam bién que otras m anos se apod erarán de las
bién en acreedor d e los que vendrán. S o lam en te él sirve
sagradas an to rch as de la vida, las de la ju ventu d del plenam ente a l p resente — la actualid ad cread ora; sola­
am or y de la libertad.
m e n te a sí é l sirve a sus sem ejantes, a la hum anidad —
que n o es un m ito, sTno u n a realid ad individualizada
— ni — Y h e a h í m i oración de todos los dias:
Creo en u n a fuerza su p rem a: la del E sp íritu creador-
"(F. debem os decir a los escépticos que se creen m i ru ta h a c ia el corazón de los hom bres, de las cosas
realistas, a los prudentes que se creen clarividentes, a
y del mundo, m e la abro siem pre, paso a paso, m ediante
IOS hom bres prácticos que se Im aginan que es posible
ia intuición racionalizada, y ésta no es m ás que amor
esquivarse de los im perativos de la conciencia h u m an a clarividente y perseverante;
que se puede ju g a r y brom ear con la vida — con esa vida
n o m e som eto sino a im solo im perativo: el de m i oro-
trem endam ente se rla — y que se puede eng añar la muer- p ía c o n cie n cia ;
®“ P*retlclones, sortilegios o dogmas opreso­ todas m is aspiraciones se resum en en una sola- el
res? Sólo les decim os; L leg ará el día del G ran Ju icio. conocim iento de si mismo;
No el Ju icio del «m ás allá», sino el que surge inespera­
y no conozco m ás que un medio de elevación : el auto-
dam ente en nosotros, con su luz, e n cada uno de nos­ períeccioam iento.
otros, y nos p regunta a cad a uno:
E s d ecir: ¡esculpir m i propia estatuat
— ¿Qué h ic iste con las heren cias legadas por ta n ta s
S e atribu y e a los A lejan drinos e sta asom brosa sen ten ­
generaciones de pensadores y luchadores, de creadores e
c ia : «Q ue cad a cual m odele su propia estatua»..
Idealistas? ¿Cómo las conservaste en ti, cómo la s a n i­
No voy a oscurecer con pedantescos com entarios esta
m aste en tu corazón y e n tu m ente? ¿ Y cóm o h as acre-
centado estas heren cias?.,. expresión p lá stica de una verdad prim ordial. No h e en­
contrado todavía (enunciada con m enos p alabras, v en
S I, este día llega p a ra cada hom bre, m ás tard e o m ás
fo rm a m ás p ^ e c t a como belleza y acto ) sem ejan te fo r­
tem prano Y e stá bien si llega pronto, lo m ás pronto,
m ulación d e la divinidad hu m ana. E s en vano, empero
y n o e n la h o ra definitiva de la m uerte, cuando los m ás
que queram os grab arla sobre los templos. L a in terp reta­
ya no pueden con testar, perdidos e n la s nieblas de las ción vulgar serla: orgullo, adoración de s í m ism o
desesperanzas o e n las an sias del rem ordim iento. í s t e
P ero aquel que h a sentido, en el corazón y en el cere-
día re llam a G n o th i seu to a: ¡Conócete a tí m ism o! M an­
bro, el d o to - agudo com o el cincel que desprende frag ­
dam iento pronunciado e n tiem pos rem otos, y no ta n sólo
5- A 7 "
Surgió, no form ulado todavía, y h a s ta in-
prim er hom bre que se levantó en dos
m entos d el duro bloque de la V oluntad; aquel que h a sen­
tido cóm o crece y se f i ja - e n é l m ism o la estatu a de su
propia hum anidad, cin celad a con el esfuerao de cada
p es, llevó la m an o a su fre n te y clavó su m irada, como
in sta n te —, aquel va a estrem ecerse oyendo estas p ala­
f^ cm a d o , en ios ilim itados reinos celestes: en los de la
bras m U enarlas de los A lejan drinos, y tend rá, quizá, la
etern a evolución, del In cesan te esfuerzo por la nerfec-
c ito , a través de los siglos y la s generaciones. m l ^ a sensación que ten d ría u n a esta tu a que se anim a
^ 0 e s lo que m e atrevo en decir a todos y, sobre todo, bres** ” pedestal, avanzando e n tre los hom -
la juventud: —L e s traigo la juvenutd y el amor, testi­
E u g a n R E L G IS

Ayuntamiento de Madrid
1798 CENIT

Gustavo CHARPENTIER
1^
V STA V O C h a rp en tier, e l m ú sico b ien conocido m a n í f i e j m su sen tim ien to. G ruñ en «¡Viva R a v a ch o L .I» «¡Vi-
como a u to r d e «Luisa», a c a b a d e m orir a los v a Vail(ant..!y> «/V iva E m ilio H enry...!»
96 años.
P ero a l fo r o , un a v o z c la m a ¡a lib era ció n q u e ven drá. E lla
C o n esta o casión , los d iario s h a n re c o rd a d o
la c la m a sin p a la b ras. S on sim p lem en te u n a s notas... L ola...
q u e er a d e o rig en m o d e sto y q u e e n su juven­ laía-la... ¿Pero cu ál es e s te aire? E ra un a ír e m uy co n o cid o
tud, e n Tourcoing, d ó n d e su fa m ilia ¡oren esa s e re fu g ió d e s ­
e n ia é p o c a e n los m e d io s anarqu istas. E r a e l a ire d e l «Pa­
p u és d e la gu erra d e 1870, tr a b a jó e n un a fá b r ic a d e h ila ­
d r e D u ch én e» , ca n ción p u b lic a d a e n e l « P ére P einará» y
dos. E x trem a d am en te d o ta d o p a ra la m úsica, fu n d ó un a so ­ d e l q u e R a v och o l, a n te la in dign ación y e l d e s p e c h o d e la
c ie d a d filarm ón ica en tre sus co m p a ñ ero s d e tra ba jo. P oco
bu rgu esía, c a n tó urui estrofa, e n M ontbrisson, m archan do
d esp u és, siguió lo s cu rsos d e l C on servatorio d e H ile . L o s
h a c ia e l su p licio. E l ritm o, e n e s ta v o z can tan d o en e l fo r o
estu R o s d e l jo v en C h a rp en tier eran tan n o ta b les, q u e la es ta b a c o m p leta m en te tran sform ado. P ero e l a ire con tin u a­
m u n icip alid ad d e T ou rcoin g le c o n c e d ió un a b e c a q u e le b a sien d o e l m ism o.
p er m iiiera tra sla d arse a P aris y segu ir a ü i los cu rsos d el
E sto s d o s trozos fu e r o n ejec u ta d o s d o s d o m in g o s segui­
CoTtsercotorio. T uvo a M assard c o m o p ro feso r d e violón , a
o s e n 1895 e n e l C o n cierto C olon n e. S e a c a b a b a d e salir
P essard c o m o p r o fe s o r d e h a rm on ía y, fin alm en te, a M asse-
d e la s e n e d e a ten ta d o s a la d in am ita. E l g o b iern o in ter­
n et, c o m o p r o fe s o r d e con trap u n to y fu go.
vino, « p o n ien d o orden » e n estas a u d icion es. E d u a rd o C o ­
Una can tata, «D idon», le v a lió e l P rem io d e R o m a en
lon n e, q u e re cib ía u n o su b v en ción d e l E sta d o p a ra div u l­
1887. E lla f u é eje c u ta d a e n B ru selas e n 1889. V o lv ió d e
gar a los jó v e n es m ú sicos, f u é in v itad o a n o segu ir e je c u ­
R o m a co n tas «Im presion es d e Italia» , brillan te m e z d a d e
ta n d o es ta s o bras. E llas n o fu er o n rep resen tad a s d e n u evo
n aturalism o y d e sen tim en ta lid a d q u e o b tu v o numerosas
¡am ós. H oy e s im p o sib le en con trar e n la v en ta p ú b lica la
a u d icio n es e n e l C on cierto C olon n e, así c o m o « L a v id a d e
partitu ra d e estas d o s p iezas. P ero ella s e en cu en tra e n la
un p o eta » , sin fon ía-d ram a e n c u a tro p artes, y las « S eries d e R ib lio tec a d e l C onservatorio.
o iq u esta» . P ero u n a d e ¡as p ro d u ccio n es m ás característi-
P ese a to d o , G ustavo C h a rp en tier co n serv ó las m ism as
c<K d e l a m en ta lid a d a n arqu izan te d e C h a rp en tier fu e r o n tas
ten d en cias. «Luisa» f u é a l p rin cip io rech a z a d a p o r ¡a O pera,
« im p resio n es falsas» p a ra o rq u es ta y c a n to q u e tu vieron d o s d o n d e s e ju z g a b a im p o sib le llev ar a la e s c en a un o b r e r o en
au d icio n es e n e l C o n cierto C o lo n n e e n i693. S e trata d e
tra je d e tra b a jo co n sid eran d o q u e ello n o e r a lírico. F u é
d o s p o esía s d e P au l V erlaine, rela ta n d o su estan cia e n la
a l f m a c e p ta d a e n la O p era C óm ica, y o b tu v o un éxito fo t-
c á rcel d e B ru selas d es p u é s d e su a le n ta d o con tra R im bau d.
m t d M e ... C h a rp en tier escribió , s ie m p r e d en tro d e la m ism a
L a prim era, titu lad a « L a V ela d a R oja», e s d e un a m úsica
ten d en cia , u n d ra m a lírico e n cin c o actos, «Julián» q u e
ex trem oR im en te realista y s e a d a p ta m uy es trec h a m en te a
Iu é rep resen tad o en la O pera C ó m ica e n 1918, p er o q u e no
la p o esía . E n la seg u n d a, « L a R o n d a d e los com pañ eros»,
d e «Luisa». R ec o rd em o s asim ism o q u e en
C h a rp en tier p o n e a l d es cu b ie rto sus v erd a d ero s sen tim ien ­
1900, C h a rp en tier fu n d ó e l «C onservatorio P op u lar M im i
tos. Un recita n te ca n ta tas cin co estro fa s d e la p o esía d e
tin so n » . q u erien d o ¡lev ar a los tra b a jad o res a l eran a rte m u ­
V erlaine. E stá en e l in terior d e la cá rcel. E s la h o ra d el sical.
p a s e o d iario y los p rision eros d a n vueltas en red on d o:
F u é, e s cierto , e leg id o p a ra la A c a d em ia d e B ella s A rtes
en reem p la z am ien to d e su m aestro M asseñ et. E s esto qu izá
«Vacilando sobre su fémur un a d e b ilid a d . P ero aú n a la e d a d d e n ov en ta años, C har-
Debilitado p e n tie i s e c o m p lR ía e n d ecir: « R eivin dico so b r e to d o la
A lo largo del muro o b r a q u e h e escrito a partir d e m i estan cia e n la villa M é-
L oco de claridad», uecU ».

D e v ez en cu an d o los p rision eros (e l co ro ) in tervien en y Traducción: F . M. A. C.

Soom , c i™ , : C V IL L E M A B . T o ¡,lo u „

Ayuntamiento de Madrid
D i AYER Y DI

"N ifcs íe aza^]a(^E”


C a n cio n e s d e lu n a y fra g u a .
P o r el o liv a r c a n ta n d o
van los niños d e azabache
d e l « R o m a n c e ro G ita n o » ...
iQ u é p e n a la p e n a a c u e lla
q u e va p re n d id a en sus labios!
P ena d e noches p a jiza s
y d e lirio s fracasados...
D e m a d ru g a d a s rem otas.
D e v ie jo s cauces ca lla d o s.
iP e n a d e b ro n c e y d e ensueños
d e los rom ances g ita n o s!
V a n los niños d e azabache
p o r el o liv a r c a n ta n d o .
— íA y , ¿ d ó n d e e stán, F e d e rico ,
las espadas d e tus nardos?
¿Y a q u e lla s niñas am argas
con m a n to n c illo s b o rd a d o s
q u e h acían, d e corazones,
c o lla re s y a n il'o s b la n cos?
íA y !. ¿ d ó n d e está, F e d e ric o ,
a q u e l p o lis ó n d e nardos
con q u e la luna lunera
d is fra z ó su a m o r hum ano?
¿Y fus g ita n o s d e c o b re ,
tu m o n tu ra v tu c a b a llo
y las am a p o la s rotas
d e tus des la b io s c a lla d o s?
— IA y !, ¿ d ó n d e e stán, F e d e ric o ?
P o r el o liv a r c a n ta n d o
van los niños d e aza b a ch e
d e tus rom ances g ita n o s ...

C. VEG A ALVA REZ

Ayuntamiento de Madrid
Servicio de Libreria de la C. N. T. de España en el Exilio
Floiesla de leyendas heroicas espa­ JU AN D E V A L D ES.— «Diálogo de tivas». Prólogo y notas de J. María Sa-
ñola». vC-^mpiiadas por Ramón Menén­ la lengua». Prólogo y notas de José F. laverria.
dez Pidal.) Rodrigo, el último godo. Montesinos.
Tomo I. SALAS B A R B A D IL L O .— «La pere­
C R IST O B A L D E C A S T IL L E JO ,— grinación sabia» y «E l sagaz Estacio,
Z O R R IL LA .—Poesías. Prólogo y «Obras». Tomo I I I . Prólogo v notas de marido examinado». Prólogo y notas de
ias de Narciso Alonso Cortés. Jesús D cm ineuez Bordona. Francisco A. de Icaza.
M E L E N D E Z V A L D ES.— P © e s í a s. ALONSO V A L D E S.— «Diálogo de las M ORATIN .— Teatro («La comedia
Prólogo y notas de Pedro Salinas. cosas ocurridas en Roma». Prólogo y llamada Eufemia»). Prólogo y notas de
GARCIA G U T IE R R E Z . — Venganza notas de José F . Montesinos. J. Moreno Villa.
catalana y Juan Lorenzo, Prólogo y no­ M A TEO ALEM AN ,— «Guzmán de
tas de José R, Lomba. JUAN LA CUEVA-— «E l infama­
Alfarache». Tomo III. Prólogo y notas dor», «Los siete in firte s de Tara» y
JUAN PA BLO FO R N E R .— Exequias de S. Gili Gaya, «E l ejemplar poético». Prólogo y notas
de la leneua castellana. Prólogo y no­ C R IST O B A L D E C A S T IL L E JO .— de Francisco A. de Icaza.
tas de Pedro Sainz Rodríguez. «Obras». Tomo IV , Prólogo y notas de FERN ANDEZ PER E Z D E GUZ­
F E IJO O .— T eatro crítico universal. Jesús Domínguez Bordona. MAN.— «Generaciones y semblanzas».
Tomo III. Prólogo y notas de Agustín B R E T O N D E L O S H E R R E R O S.—
Millares. Prólogo y notas de Jesús Domínguez
Teatro. Prólogo y notas de Naiciso Bordona-
L O P E D E VEGA .— Poesías líricas. Alonso Cortés.
Tomo I. Prólogo y notas de José F . M A TEO A LEM AN .— «Guzmán de
Montesinos. L IB R O S D E O RIEN TA CIO N
Alfarache». Tomo IV. Prólogo > notas
C A LD ERO N D E LA BARCA.—Au­ ID EO L O G IC A
de S. Gilí Gaya.

I tos sacramentales. Tomo I. Prólogo y


notas de Angel Valbuena.
M IRA D E A M ESC U A — Teatro. To­
mo I, Prólogo y notas de Angel Val-
C o lecció n d e «C lásicos castellan os»
(antiguos clásico s « L a Lectu ra»)
a 375 fra n co s e l volu m en
«E l Proletariado M ilitante», de An­
selmo Lorenzo. Dos tomos, 180 frs.
«El Apoyo Mutuo», de Kropotkine,
huena. 200 frs.
Floresta de leyendas heroicas espa­ «E tica», de Kropotkine. 100 frs.
C A S T IL L O SO L O R Z A N O .-«L a Gar­
ñolas. Tomo II. Prólogo y notas de Ra­ «E l Pueblo», de Anselmo Lorenzo,
duña de Sevilla y anzuelo de las bol­
món Menéndez Pidal. 175 francos.
sas». Prólogo y notas de Federico Ruiz
C R IS T O B A L D E C A S T IL L E JO .— Morcuendo.
Obras Tom o 1. Prólogo y notas de Je­ Giros y pedidos a Roque Llop, 24,
E S P IN E L .— «Vida de Marcos de
sús Rodríguez Bordona. rué Ste-M aithe. París (X). C,C P. Pa­
Ouiegón», Tomo I. Prólogo y notas de
M A TEO ALEM AN .— Guzmán de Al­ rís 3308-09,
Samuel Gili y Gaya.
farache. Tomo I. Prólogo y notas de B E R C E O .— «Milagros de Nuestra Se­
S. Gili y Gaya. ñora». Prólogo y notas de Antonio G.
CALDERON ' D E LA BA RC A — Au­ Solalindo.
tos sacramentales. Tomo II. Prólogo y LARRA.— «Artículos de costumbres».
notas de Angel Valbuena. Tomo I. Prólogo y notas de José R.
L O P E D E VEGA .— «Poesías líricas». Lomba.
Tomo II. Prologo y notas de José F. SAAVEDRA FA JA RD O .— «República
Montesinos. literaria». Prólogo y . notas de Vicente
SAAVEDRA FA JA RD O .— .Idea de Garcia Diego.
uu príncipe político cristiano». Tomo I. E SP R O N C E D A .-«P o esías» y «E l es­
Prólogo y notas de Vicente García de tudiante de Salamanca», Prólogo y no­ ítie:
Diego. tas de J. Moreno Villa.
LARA.— «Artículos politicos y socia­ F E IJÓ O .— «Teatro critico universal».
les». Tomo I I I . Prólogo y notas de Tomo I. Prólogo y notas de A. Milla­
Narciso Alonso Cortés. res.
QUINTANA.— «Poesias». Prólogo y FERN A N D O D E L PU LG A R.— .Cla­
notas de Narciso Alonso Cortés, ros varones de Castilla». Prólogo y no­
C R IS T O B A L D E C A S F I L L E J O .- tas de Jesús Domínguez Bordona.
«Obras». Tomo I I. Prólogo y notas de E SPRO N C ED A .— «El D iablo Mun­
J. Domínguez Bordona. do». Prólogo y notas de J. Moreno Villa.
JUAN V A LERA .— «Pepita Giménez». E S P IN E L .— «Vida de Marcos Obre­
Prólogo ynota s de Manuel Azafia. gón». Tomo II y último- Prólogo v no­
SAA VEDRA FA JA R D O .— «Idea de tas de Samuel Gili y Gaya.
"11 príncipe cristiano». Tomo II.JáozD LARRA.— «Artículos de crítica lite­
un principe politico cristiano». Tomo II. raria y artística». Tomo II. Prólogo y
l’tóliigo y notas de G ard a de Diego. notas de José Lomba.
M IRA D E A M ESCU A .—Teatro. To­ F E IJO O -— «Teatro crítico universal».
mo II, Prólogo y notas de Angel Val- Tomo II. Prólogo y notas de Agustin
buena. Millares.
M A TEO A LEM AN .— «Guzmán de MONCADA.— «Exposición de los ca­
Alfarache». Tomo II. Prólogo y notas talanes y aragoneses contra turcos y
de S. Gili Gaya. griegos». Prólogo y notas de S. Gili y %
«Floresta de leyendas heroicas espa­ Gaya.
ñolas». Tomo II. Prólogo y notas de SAN JU AN D E LA C R U Z — «El
El libro que deben leer
Ramón Menéndez Pidal. cántico espiritual». Prólogo y notas de
F E IJO O .— «Cartas eruditas». Prólogo Matias M artínez de Burgos.
y nota» de Agustín Millares. Q U EV ED O .— «Obras satíricas v fes­ todos los estudiosos
Ayuntamiento de Madrid

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