LA OBRA DE REFERENCIA DEFINITIVA

T he R oyal H o r t ic u l t u r a l S o c ie t y

NCICLOPEDIA DE
ARDINERIA
T h e R oyal H orticultural S o ciety

NCICLOPEDIA DE
ARDINERÍA

DIRECTOR
CHRISTOPHER BRICKELL

grijalbo
grupo grijalbo-mondadori
 Directora de la edición Jane Aspden
Directora artística Ina Stradins
Jefe de edición Kate Swainson
Jefe de edición artística Lynne Brown
Editores Claire Calman, Alison Copland,
Annelise Evans, Helen Partington, Jane Simmonds
Colaboradores editoriales Jackie Bennett, Carlyn Burch,
Judith Chambers, Joanna Chisholm, Allen Coombes,
H eather Dewhurst, Angela Gair, Lin Hawthorne, Jonathan Hilton,
Katie Joh, Jane Mason, Ferdie M cDonald, Andrew Mikolajski,
Christine M urdock, Teresa Pritlove, Lesley Riley
Director editorial Jackie Douglas
Director de arte Gillian Shaw
Diseño Gillian Andres, Johnny Pau, Vicky Short, Chris W alter
Colaboradores de diseño Rhonda Fisher, Bob Gordon,
Sally Powell, Steve Wooster
Fotografía Peter Anderson (con Steve G orton y M atthew Ward)
Pruebas Anne-Marie Dorenbos (con Peter Bainbridge, Mark Lamey,
los equipos de Dorling Kindersley y de RSH Wisley)
Asistentes Diana Mitchell, Reg Perryman
Ilustración Karen Cochrane, Simmone End, Will Giles,
Vanessa Luff, Sandra Pond, John W oodcock (con Andrew Farmer,
Aziz Kahn, Liz Peperall, Barbara Walker, Ann W interbotham)
Búsqueda de ilustraciones Sue Mennel, asistida por Ginny Fitzgerald
Maquetación y diseño Cooling Brown Partnership, Icon Associates,
Johnny Pau, Debbie Rhodes, asistidos por Melanie Tham
Producción Hilary Stephens
Indice Dorothy Frame
Agradecimiento especial al equipo de Royal Horticultural Society
de Wisley G arden, Surrey y Vicent Square, Londres
Edición de la versión española Julia d ejo d ar
Traducción Irene Saslavsky
Asesoría técnica en jardinería Caries Herrera
Copyright © 1994 Dorling Kindersley
Copyright © 1994, 2004, G rupo Editorial Random House M ondadori, S.
Travessera de Gracia, 47-49. 08021 Barcelona

Impreso en ShenZhen (China)

 P rólogo
u r a n t e las ú l t im a s d o s o t r e s d é c a d a s el resurgir de la jardinería como actividad para el

D tiempo libre ha sido muy pronunciado y, con el aumento del interés y la aparición de los centros
de venta de plantas, la demanda de información sobre la jardinería práctica y las plantas de jardín se ha
desarrollado con mucha rapidez.
La Real Sociedad de Horticultura tiene, como parte de los objetivos de su Estatuto, el deber de
«promover el interés por la práctica y la teoría de la horticultura en todas sus ramas». Gran parte de
esta divulgación de conocimientos tiene lugar a través de la exhibición de plantas, la demostración de las
prácticas relativas a las plantas, y la aportación de consejos a los jardineros en los Jardines de la RSH,
situados en Wisley, condado de Surrey, y en Rosemoor, condado de Devon; además —y esto resulta de
suma importancia—, la sociedad goza de una larga tradición en la producción de excelentes
publicaciones, cuyo fin es ayudar a alcanzar su meta, que consiste en aumentar el interés y el
conocimiento por los jardines y la jardinería.
La Enciclopedia de Plantas y Flores de la Real Sociedad de Horticultura, publicada por Dorling
Kindersley en 1989, en estrecha colaboración con la RSH, ya ha proporcionado una importante fuente de
información acerca de las más de 8.000 plantas que los jardineros, a escala mundial, pueden cultivar. El
éxito de Plantas y Flores no sólo ha creado un inmenso interés por las plantas que podemos cultivar en
nuestros jardines, sino también una sed de conocimientos acerca de cómo cultivarlas.
Este volumen complementario, la Enciclopedia de Jardinería de la Real Sociedad de Horticultura,
abastece aquella demanda y ha sido diseñada para proporcionar consejos —de un modo claro, práctico y
autorizado— acerca de cómo cultivar, mantener y aumentar virtualmente cualquier conjunto de flores,
frutas u hortalizas que los jardineros deseen cultivar. La jardinería implica tanto el arte como la práctica
y, además de las instrucciones paso-a-paso incorporadas, incluye un asesoramiento acerca de cómo
utilizar y ubicar las plantas en su emplazamiento más apropiado en los jardines.
Sin embargo, el enfoque principal consiste en las técnicas prácticas para el cultivo de plantas de todo
tipo. La información concreta y precisa acerca de las técnicas y las prácticas del cultivo ha sido
proporcionada por una gama de autores con conocimientos especializados y se ha visto sumamente
incrementada y clarificada con la inclusión de más de 3.400 fotografías, así como más de 360
ilustraciones magníficamente dibujadas. La Enciclopedia ha sido cuidadosamente diseñada para abarcar
los principales conjuntos de plantas en una secuencia lógica: las ornamentales, las frutales y las
hortalizas, proporcionando, además, una cobertura detallada de la tierra y del clima, de las pestes y las
enfermedades, del control de las malezas, y también de las herramientas y del equipo necesarios para
llevar a cabo las tareas. Cada capítulo sobre las plantas está estructurado de un modo similar con el fin
de abarcar la preparación de la tierra, la plantación, el cuidado rutinario, la poda (en el caso de que sea
apropiada), y la propagación, así como la manera de situar las plantas en un jardín para obtener los
efectos y los resultados óptimos.
Una obra de esta naturaleza incluye a muchas personas especializadas —autores, editores, creadores
gráficos, fotógrafos y muchos otros— y, si se desea alcanzar el éxito, ello requiere inevitablemente un
grado de cooperación extraordinario. Asegurarse de que cada pieza ocupe el lugar correspondiente en el
complejo rompecabezas, que finalmente emerge como el libro acabado, es una tarea impresionante, y
siento un gran agradecimiento hacia todos aquellos cuya inmensa paciencia y cuya meticulosa atención
por el detalle han hecho posible esta publicación, particularmente la responsable de la edición, Jane
Aspden, cuyos esfuerzos para llevar a cabo este proyecto han sido incansables.
La Enciclopedia, al igual que su predecesora, tiene el propósito de proporcionar a los jardineros
—por grande o limitada que sean sus experiencias y conocimientos— una fuente de referencia
continuada acerca de la mejor manera de proyectar sus jardines y cultivar las plantas con el fin de
obtener el máximo placer para la más estimulante y satisfactoria actividad en tiempo de ocio.
Christopher Brickcll
Director General, Real Sociedad de Horticultura
Londres, 1992
 C o n ten id o
P rólogo CÓMO UTILIZAR ESTE LlBRO 8

Primera parte: Creación del jardín

— i — ---- 8 ----
P l a n i f i c a c i ó n y D i s e ñ o 12 E l J a r d ín d e R o c a s i 89
Casas Alpinas 214

A r b o l e s O r n a m e n t a l e s 32
Coniferas Enanas 38 P l a n t a s B u l b o s a s 217
Jardinería Artística 52 Tulipanes y Narcisos 224
Cercados y Mamparas 60 Dalias 226
Lirios 243
3
'A r b u s t o s O r n a m e n t a l e s 63 ---- 1 0 ----
Fucsias 92 E l J a r d ín A c u á tic o 244
W Nenúfares 248
---- 4 ---- Acuarios 249
E n r e d a d e r a s 94
Clemátide 108 11
C actu s y otras S u cu len ta s 262
----- 5-----
E l J a r d ín d e R o s a s ii6 12
E l C ésped 276

P e r e n n e s 137 ---- 13----

Hierbas, Bambúes, Juncias y Juncos 144 E l J a r d ín d e H ie rb a s 291
Iris 146
Plantas Tapizantes 150 ---- 14 ----
Helechos 158 E l H u e r t o 291
Claveles y Clavellinas 160
Jardinería de Flores Silvestres y de Prados ---- 15----
Geranios 170 E l J a rd ín F r u ta l 359
---- 7 ---- ---- 16----
A n u a l e s y B i e n a l e s 172 E l J a rd ín In te rio r 430
Guisantes de olor 178 Bromelias 436
Orquídeas 442
Segunda parte Mantenimiento
del jardín
i
H e r r a m ie n t a s y e q u ip a m ie n t o
In v e rn a d e ro s y m a rc o s
3 Jardinería Ornamental, Mamparas, Arbustos Ornamentales
E s tr u c t u r a s y s u p e rfic ie s
El c lim a y e l j a r d í n
Protección con tra las H eladas y el V iento 520
----- 5
-----
S u e lo s y f e r t i l i z a n t e s
P rin c ip io s d e p ro p a g a c ió n
P ro b le m a s d e la s p la n ta s
8 Deni Brown El Jardín de Hierbas
B o t á n ic a b á s ic a
R e c o r d a t o r io s e s t a c io n a l e s
G lo sa r io d e v o c a b lo s
Í n d ic e 591
R e c o n o c im ie n t o s
458
C olaboradores
474 Tom Wrighl Planificación y Diseño de Jardines
Jim Gardiner Árboles Ornamentales, Conteras Enanas,
John Wright Fucsias
492 Caroline Boisset Plantas Trepadoras
Raymond Evison Clemátide
Michael Gibson El jardín de Rosas
514 Roy Cheek Perennes (con Graham RiceJ, Tapizado del Suelo
Mervyn Feesey Hierbas, Bambúes, Juncias y Juncos
Jack Elliot Iris, Plantas Bulbosas, Tulipanes y Narcisos
Larry Barlow Crisantemos
Ha/el Kcy Helechos, Geranios
522 John Garbally Claveles y Clavellinas
Arthur Hellyer Anuales y Bienales
Bill Maisham Guisantes de Olor
Kath Drydcn y Christophcr Grcy-Wilson El Jardín de Rocas
535 (con John Warwick), Casas Alpinas
Rogcr Aylett Dalias
Bill Baker Lirios
Petcr Robinson El Jardín Acuático, Nenúfares, Acuarios
545 Clive Inncs Cactus y otras Suculentas, Bromélides
John Hackcr El Césped
Joy Larckomb El Huerto
578 George Gilbert El Jardín de Frutales
Don Tindall Hortalizas Tiernas y Frutales
Deenagh Goold-Adams El Jardín de Interior
(con Arlhur Haywood-Cosla, Hidrocultivo)
581 Alee Bristow Orquídeas
Peter McHoy Herramientas y Equipamientos, Invernaderos y
585 Marcos, Estructuras y Superficies
Michael Pollock El Clima y El Jardín
Irevor Colé Protección contra las heladas y el viento
648 Tony Kcndle Suelos y Fertilizantes
Keith Loach Principios de Propagación, Botánica Básica
Pippa Greenwood y Andrew Halslcad Los problemas de las
Plantas feon David Pycraft, Malezas)
Cómo Utilizar este Libro

C Nombres de plantas
lara, concisa y fácil de usar, La Enciclopedia de al lector a elegir las plantas correctas y sirve como fuen­
Jardinería de la Real Sociedad de Horticultura te de referencia rápida.
es la perfecta biblioteca horticultural de referencia. Pro­ La Primera Parte: Creación del Jardín es una guía
porciona una información detallada de cómo crear y completa para el diseño de jardines y todos los aspec­ En general, a las plantas se les atribuye su nom­
diseñar un jardín atractivo y presenta una amplia gama tos del cultivo y del cuidado de las plantas, incluyen­ bre botánico. Sin embargo, en el caso de algunas
de técnicas horticulares que se aplican a plantas tanto do la poda y la propagación. La Segunda Parte: Man­ plantas —incluidas las hortalizas, las frutas y las
ornamentales como útiles. tenimiento del Jardín le ayuda a elegir el equipo y los hierbas— se optó por atribuirles su nombre co­
Escrita para gustar tanto al aficionado como al jar­ materiales de jardinería, proporciona una guía prácti­ mún antes que el botánico. Para averiguar el nom­
dinero experimentado, el texto está pródigamente ilus­ ca para la construcción de un armazi n para las plan­ bre botánico de estas plantas, consulte el índice.
trado con fotografías a lodo color e ilustraciones que tas, y coloca las plantas en el contexto de su medio am­ El índice incluye los nombres botánicos y los
presentan ideas de diseño, proyectos de plantación y biente físico. Un glosario y un índice amplios hacen comunes de todas las plantas mencionadas.
técnicas prácticas. Listas de plantas ilustradas ayudan que este libro sea fácil de usar y de comprender.

Primera Parte: Creación del Jardín

Los capítulos de la Primera Parte abarcan todo lo E structura d e los C a p ít u l o s
que necesita saber para seleccionar y cultivar plantas con
éxito. Cada capítulo está dedicado bien a un grupo dife- E n c a b e z a m ie n t o s d e S e c c ió n
ferente de plantas —por ejemplo, Á rb oles O r n a m e n t a ­ Todos los capítulos se dividen en
les y P la nta s T r e p a d o r a s — , bien a una zona del jar­ secciones que abarcan «Diseño»,
dín, como E l ja r d ín d e H ierbas o E l ja r d ín A c u á t ic o . «Preparación de la tierra y plantación»,
Todos los capítulos están estructurados de un modo «Poda y Guía», y «Propagación». Los
similar a fin de que los lectores puedan familiarizarse Preparación y plantación del suelo
encabezamientos están claramente
rápida y fácilmente con el lugar donde encontrar la in­ destacados al principio de cada sección
formación que necesiten. Cada capítulo tiene seccio­ y en el filete superior.
nes relativas al diseño (utilizando el grupo de plantas P lantas T repa d oras
específico), así como a la preparación de la tierra y el
plantado, el cuidado habitual, la propagación y, don­
de corresponda, la poda y la guía. Algunos capítulos F il e t e S u p e r io r
tienen otras secciones a propósito del tema en cues­ Los títulos del filete superior le ayudan
tión: por ejemplo, E l j a r d ín d e H ie r b a s contiene un a encontrar la sección del libro que
índice de las hierbas comunes, mientras que E l Cés­ desee. El título de la página de la
p e d tiene una sección relacionada con el establecimien­ izquierda contiene el nombre del
to de un césped. capítulo; el título de la derecha lleva el
Los capítulos relacionados con las hortalizas y los nombre de la sección.
frutales tienen, al principio, una sección general, en
que se describen las técnicas comunes a todas las hor­ E n c a b e z a m ie n t o s d e C a p ít u l o s
talizas y los frutos, y que tiene la misma estructura que Indica de qué grupo de plantas o zona
los restantes capítulos. A continuación hay artículos del jardín trata el capítulo. Contiene
sobre hortalizas y frutas individuales, agrupadas se­ una introducción breve que
gún su tipo. Dentro de estas agrupaciones, los artícu­ proporciona una información general
los están ordenados por su nombre botánico. acerca del grupo de plantas.
----------

Artículos especiales
La Primera Parte de la enciclopedia incluye cierto F il e t e d e
número de artículos breves centrados en un grupo R e c u a d r o
específico de plantas o áreas de interés, por ejem­ Un filete alrede­
plo, G e r a n io s , J a r d in e r ía O r n a m e n t a l y C asas dor de un artícu­
A l p in a s y M a r c o s . A causa de la importancia que lo especial lo des­
tienen para el jardinero, cada uno de estos temas taca del capítulo.
goza de una cobertura separada dentro de un artí­
culo especial. Los recuadros incluyen explicaciones F o t o g r a f ía s D r
de las técnicas específicas referidas a aquel grupo P l a n t a s
de plantas; por ejemplo, el artículo sobre H e l e c h o s Indican la gama
muestra cómo criar plantas nuevas desde las espo­ y los tipos de
ras, mientras que el artículo de las O r q u íd e a s le ex­
plica cómo cultiva y propagar este grupo especial plantas ca el
que abar­
artículo.
de plantas.
Los recuadros de artículos acompañan al capítu­
lo más íntimamente relacionado con los mismos: el S u g e r e n c ia s d e
artículo sobre C l e m á t id e aparece en el capítulo so­ P l a n t a c ió n
bre P l a n t a s T r e p a d o r a s , mientras que el del G u i ­ El texto y las fo ­
s a n t e d e O lor se encuentra en el capítulo sobre las tografías sugieren T é c n ic a s
A n u a les y las B ie n a l e s . Todos los recuadros de ar­ el modo de crear Las técnicas específicas relativas al tema del recuadro del artículo están
tículos aparecen en las páginas de Contenidos. una presentación. explicadas en el texto y en las secuencias paso-a-paso de las imágenes.
Los E l e m e n t o s
Propagación de begonias tuberosas
I l u s t r a c io n e s
E p íg r a f e s
Los epígrafes informan
acerca de qué hacer.
I l u s t r a c io n e s
Las ilustraciones muestran el
alcance de la poda con
respecto a la planta entera.
Los grises indican las partes
de la planta que deben ser
eliminadas. Las zonas verdes
y marrones trazan el aspecto
de la planta después de
podada y guiada.
M arcas d e C o r te y
Las marcas rojas muestran
dónde cortar. Las zonas de
color verde claro muestran los
brotes antes de ser guiados, y
las flechas de color rojo
muestran dónde sujetarlas.
I n s e r c io n e s
Las inserciones son detalles
de la ilustración que
muestran un síntoma o un
corte de poda. Unas líneas
apuntan al lugar apropiado
en la ilustración.
Los epígrafes explican
qué hacer.
de una P á g in a S e c u e n c ia s P a s o - a - p a s o
Las secuencias paso-a-paso
muestran como llevar a
cabo una técnica en etapas
P r o t a c a c i ó n a f a r ti r d e H o i a s
C u a d r a d o s u t H o ja s fáciles de seguir. Cada una
tiene un encabezamiento
claro y epígrafes de cada
paso que explican lo que
hay que hacer.
M é t o d o A l t e r n a t iv o
Una o más fotografías en
un recuadro coloreado
dentro de una secuencia
explican un método
alternativo al principal.
de T exto
Un recuadro de texto
comprende un texto y unas
imágenes, relacionadas con
una planta especifica o con
una técnica no explicada en
E s q u e je s d c B a m
el texto de página.
Las fotografías insertas
I Cotwfur lai i t o «
proporcionan un primer
' m i f n n f u n W n ir < » m iio < de l¡
cm. r tw 101 tirrtnwi j miri Ht ti
ivptrfnttdthUttnt A V ju í ymyvf.v plano más detallado o
muestran un paso «antes» y
«después».
L is t a s d e P l a n t a s
de P oda y G u ía Enumeran las plantas a las que aplicar ciertas
técnicas. Van comentadas y tienen una clave.
IV)da dc i rapadoras
Cómo proyectar su jardín
Para inspirarse y obtener unos consejos prácticos acerca
dc cómo diseñar su jardín, diríjase al primer capítulo
de la Primera Parte: P r o y e c t o y D is e ñ o d e J a r d i ­
n e s , que lo guiará a través del procedimiento en eta­
pas sencillas. Este capítulo también está repleto dc ideas
y de pautas relacionadas con la agrupación de las plan­
tas y los estilos de jardín.
Para obtener información acerca de cómo incorpo­
rar un tipo de planta específico en su jardín, observe
la sección dc diseño al principio dc cada capítulo. Éste
proporciona unas sugerencias específicas con proyec­
tos para esquemas de plantado y le muestra cómo com­
binar plantas diferentes con eficacia. Sin embargo, cada
jardín es único, y muchos contienen zonas problemá­
ticas, tales como sitios expuestos y áreas secas y som­
breadas. Para éstas existen numerosas sugerencias de
cultivo en las «guías para Cultivadores» al final dc la
sección de diseño de cada capítulo. Las listas dc plan­
tas en las secciones de «Preparación del suelo y plan­
tado» proporcionan ejemplos de plantas que conven­
gan a tipos específicos de suelos.
Cómo cultivar
y cuidar su jardín
Este libro incluye información relativa al cultivo y man­
tenimiento de las plantas de su jardín, desde tareas sen­
cillas y rutinarias, tales como el desarraigo de la ma­
leza y el riego, hasta técnicas más especializadas.
Cómo encontrar la información relativa a una técnica
Para encontrar una información general acerca de las
técnicas que se aplican a un grupo de plantas en par­
ticular, mire en la sección correspondiente de cada ca­
pítulo; por ejemplo, para averiguar cómo se podan los
rosales, mire en la sección «Poda y guía» de E l J a r ­
d ín d e R o sa s .
A veces hay plantas que necesitan un tratamiento dis­
tinto de otras del mismo grupo. En tales casos, la in­
formación acerca de la técnica especifica se propor­
ciona dentro de la sección pertienente. Por ejemplo,
plantar campanillas de invierno «en lo verde» está in­
cluido en P l a n t a s B u l b o s a s «Preparación del suelo
y plantación». Si no está seguro de dónde mirar, con­
sulte el índice.
Cómo encontrar información
acerca dc una planta o de un grupo de plantas
Al principio de cada capítulo existe un esbozo de los
tipos de plantas que abarca; por ejemplo, P l a n t a s B u l ­
b o sa s no sólo incluye bulbos, sino también tallos bul­
bosos, tuberosas y rizomas.
Para una información general acerca de un grupo
de plantas principal, consulte el capítulo o el recuadro
de artículo pertinente. Para un consejo más específico
acerca dc una planta en particular, consulte el índice.
Remisiones
Las remisiones lo conducen a una información
adicional acerca de un tema. Se refieren tanto al
texto como a las imágenes. Una remisión relati­
va a un capítulo entero va en mayúsculas: véase
E l J a r d ín A c u á t ic o , pp. 224-261; una relacio­
nada con una sección o con una subsección de
un capítulo entre comillas: véase «Cuidado ha­
bitual», pp. 72-74. Las remisiones relativas a ilus­
traciones o a listas de plantas van en cursiva: Plan­
tado de un árbol frutal, p. 365.
Segunda Parte: Mantenimiento del Jardín
La segunda parte de la enciclopedia comprende capí­ E q u ip a m ie n t o s y E structura s del J a r d ín
tulos relacionados con el equipamiento del jardín y con
el medio ambiente de éste —toda la información de E n c a b e z a m ie n t o d e S e c c ió n
fondo necesaria como suplemento de la Primera Parte. Como en la Primera Parte, R ecuadro de
los capítulos de la Segunda / S e g u r id a d
Los recuadros grises
Equipamiento del jardín Parte están divididos
en secciones principalesy'
.
ofrecen consejos acerca
con encabezamiento. ' de las precauciones al
Las pautas relativas a la elección y uso de los acceso­ usar herramientas o
rios de jardinería se proporcionan en el capítulo rela­ productos químicos.
tivo a las herramientas. El capítulo relativo a los in­
vernaderos y marcos proporciona información acerca S e l e c c ió n d e
de cómo elegir y construir un invernadero y cómo apro­
vechar al máximo el espacio disponible. También ad­ capítulos
vierte acerca de cómo asegurarse de que el invernade­ pertinentes incluyen
ro proporcione el medio ambiente necesario. El capítulo ilustraciones de
relativo a las estructuras y superficies muestra cómo equipamientos de
construir muros, pérgolas y lechos en saliente, para jardinería para
crear, por ejemplo, un armazón para el jardín; y da mostrar la gama
cuenta de la variedad de materiales disponibles. disponible.

El medio ambiente del jardín S e c u e n c ia s P a so - a - pa so

El medio ambiente del jardín tiene un efecto directo Unas secuencias fotográficas
sobre la salud y el vigor de las plantas que crecen en demuestran cada etapa de la
él. El capítulo relativo a la tierra y los fertilizantes ex­ construcción y están
plica cómo cultivar y mejorar la tierra, y el relativo al acompañadas de epígrafes
Clima y el Jardín explica el efecto que el clima tiene daros que explican todo lo
sobre las plantas y cómo aprovechar al máximo el mi- necesario para llevar a cabo
croclima de su jardín. S e l e c c ió n d e M a t e r ia l e s la técnica con éxito.
En el lugar adecuado, se
Principios de propagación ilustra con fotografías la
gama de materiales
disponibles para un
Este capítulo expone lo básico de la propagación y ex­ proyecto concreto.
plica por qué ciertas plantas se propagan mejor a tra­
vés de un método específico, de modo que el jardine­
ro comprenda mejor los procedimientos que conlleva. P roblem as d e las P lantas S u b t it u l a d o
Proporciona el principal síntoma visible. Los problemas con
E n c a b e z a m ie n t o P r in c ip a l síntomas parecidos bajo éste van agrupados conjuntamente.
Problemas de las plantas Indica una zona de la planta donde los
síntomas son más visibles. Un problema
El capítulo relativo a los problemas de las plantas le que afecta a las raíces de la planta puede
ayuda a identificar las causas de los problemas en el de lasun
tener artículo en la sección «Problemas
jardín, tales como plagas, enfermedades, trastornos y habitualmentesi los
hojas»
en
síntomas se manifiesta!
las hojas.
malezas, y explica cómo controlarlas o prevenirlas. E n c a b e z a m ie n t o d e u n a
Adopta un planteamiento sintomático, y está dividi­ E ntrada
do en secciones, cada una relativa a la parte de la planta Proporciona el nombre
que podría estar afectada. de la plaga, enfermedad,
T exto o desorden fisiológico.
El texto de cada
Referencia rápida artículo presenta una \ Tijeretas
lista de las plantas '
El capítulo relativo a la botánica básica proporciona más comunmente V Plañías
Pl: afectadas Arbustos,

ii
\pperennes
c y anuales, habi-
una explicación breve de la constitución de una plan­ afectadas, los síntomas Ylalmente dalias, crisante­
ta para ayudar al jardinero a comprender los princi­ más visibles, la causa mos y clemátides. También
albaricoques y melocotones.
pios en los que se basan las técnicas prácticas expues­ del problema, e Síntomas Las hojas jóvenes
b iíd lN lM taw * J ( VI

tas en otra parte del libro. información acerca de están comidas en verano.
El glosario proporciona definiciones concisas de los cómo controlarlo. Los tomas. Véase p. 561 para otros sín­
términos utilizados en la enciclopedia. Un gráfico de re­ controles incluyen Causa Las tijeretas (Forfí­
Tijeretas adultas
cordatorios estacionales informa a simple vista de qué tratamientos químicos cula auricularia), insectos
es necesario hacer en el jardín y cuándo. Mantiene la y orgánicos, y medidas amarillo marrones de 15
mm de largo con un par de . SÍNTOMA
misma estructura que los capítuios de la Primera Parte, preventivas. Al final pinzas curvadas. Comen de Las fotografías muestran la plaga y
de modo que el lector pueda dirigirse al capítulo y a del capítulo hay una noche y se ocultan de día. los daños que causa.
la sección pertinente para obtener detalles completos. lista de los productos Control Coloque tiestos in­
vertidos, rellenos de paja o
El amplio índice ayudará al lector a encontrar las químicos con los heno, sobre cañas entre las R e m is io n e s
plantas o las técnicas en el libro. Éste incluye tanto los nombres de los plantas susceptibles; las ti­
jeretas las Utilizan como re- Hojas comidos
i Si no halla la causa aparente de
nombres comunes de las plantas como los botánicos. Si productos más fugios diurnos, de los que pueden ser retiradas y des­ los síntomas de su planta, vea los
los números de las páginas están en cursiva, indican corrientes truidas. O rocíe al atardecer con permethrin, pirimi- artículos del recuadro gris al final
que una imagen del tema aparece en aquella página. disponibles. phos-methyl o HCH. de la página.
 P r im e r a P arte

REACIÓN DEL
ARDÍN
Cómo diseñar su jardín, seleccionar,
cultivar y propagar las plantas, y exhibirlas
para su mejor aprovechamiento
 P l a n ific a c ió n y C r ea c ió n
del J a r d ín
LGUNOS DE LOS jardines más bellos pueden tener la
apariencia de no haber sido diseñados en absoluto, sino
que, sencillamente, parecen haber crecido de manera es­
pontánea: tapices opulentos de colores, texturas y formas en una
armonía aparentemente natural. Sin embargo, esto puede ser un
engaño, ya que la cascada fortuita de un rosal trepador, o el des­
pliegue perezoso de una mata de lavanda sobre un sendero, a me­
nudo se debe casi en la misma medida a la previsión del jardinero
que a la naturaleza. Ya sea informal y alegremente caótico, o ele­
gante y formal, un diseño de éxito es, habitualmente, el resultado
de una planificación cuidadosa. Existe una gran diferencia entre
un jardín en el que las plantas y los elementos están arreglados
caprichosamente y otro que, aun siendo aparentemente natura­
lista, está en realidad bien controlado, de modo que todos los ele­
mentos obran en conjunto para crear un esquema coherente y
atractivo. La planificación es la clave para la creación de un jar­
dín hermoso: aquel que posea un sentido de unidad y de estilo,
de equilibrio y de proporción, en armonía con su entorno y, tal
vez como característica principal, que resulte un lugar relajante,
un deleite para los sentidos, y una panacea para la mente.

Planificación del jardín

js KSB

A
l crear o diseñar un jardín, la me­
ta principal consiste en proveer un
espacio particular que satisfaga las ne­
cesidades y los gustos de aquellos que
lo utilizarán. En muchos aspectos es lo
mismo que diseñar el decorado interior
de una casa: los tres factores principa­
les son los aspectos prácticos del empla­
zamiento, las funciones que se propone
cumplir, y el gusto personal —en otras
palabras, lo que existe, lo necesario y lo
deseado. Tanto el diseño de un jardín
como el diseño de un interior están tam­
bién influenciados por cierta cantidad
de variables, tales como el tamaño, el ca­
rácter, y la época a la que pertenecen el
jardín o la casa.
Sin embargo, a diferencia de una casa,
un jardín no permanece estático, inclu­
so de una semana a otra; en realidad,
este elemento de cambio y sorpresa es
la esencia de la jardinería. Ciertas plan­
tas pueden resultar espectaculares en una
estación y pasar inadvertidas en la si­
guiente. Incluso después de creado el
jardín, será necesario un proceso de di­
seño continuo para adaptarlo y realzarlo
a medida que se desarrolla.
I.a importancia de la planificación
Aunque gran parte del placer de la jar­
dinería deriva de efectos imprevistos,
una planificación a fondo es esencial
para asegurar un diseño coherente. La
determinación de, al menos, la estruc­
tura básica del jardín sobre el papel, pre­ A b u n d a n c ia I n fo r m a l
vio a efectuar algún cambio, ayuda a El encanto de este jardín informal se debe más a un destacando así el brillante colorido de las plantas. La
prevenir errores costosos. Por supuesto diseño sólido que a la casualidad. Un sencillo sendero gama de colores, rosa y malva, se aviva con audaces
que es posible efectuar algunas altera- dirige la mirada hacia más allá de los campos, pinceladas de rojo, amarillo y blanco.

E l e m e n t o s d e D is e ñ o F o r m a l e s b ie n E q u il ib r a d o s
Las formas rectas y geométricas de un seto recortado y la elegancia clásica
de una estatua complementan el gran estanque circular con su plantación
discreta de lirios y nenúfares.
ciones menores con posterioridad, pero
la colocación de los elementos a largo
plazo, tales como los patios, las pare­
des y los árboles, deberían estar resuel­
tos previamente. Planifique el jardín
como un todo, en vez de abordar las di­
D is e ñ a r un J a r d ín segú n tu s
D is e ñ o d e B a jo M a n t e n im ie n t o
Un pavimento duro facilita el cuidado del césped y
conjuntos, plantadas con arbustos de bajo
mantenimiento, árboles pequeños y plantas tapizantes.
ferentes partes poco a poco; esto facili­
tará una sensación de continuidad, de
manera que los elementos individuales
no resulten meramente interesantes por
sí mismos, sino que resulten efectivos
vistos en conjunto.
N e c e s id a d e s
La planificación debería ser un pro­
cedimiento lógico para crear un diseño
que combine lo funcional y lo deseable
con lo realista. Tanto el presupuesto
como el diseño pueden determinar qué
cantidad de trabajo —si ello es así— em­
prenderá uno mismo. Si se trata senci­
llamente del cultivo, del sembrado o de
la colocación de losetas de hierba y plan­
tación, es posible que se sienta capaz de
emprenderlo. No obstante, los trabajos
de nivelación y de construcción, tales
como la construcción de muros de con­
tención, terrazas, estanques y patios, re­
quieren experiencia y habilidad. Como
estos elementos son permanentes, y los
errores, costosos de rectificar, es mejor
emplear una ayuda profesional si no se
posee habilidad para la construcción
(véase también E s t r u c t u r a s y S u p e r ­
f ic ie s pp. 492-513).
También es necesario decidir si una
ayuda resultará necesaria para el man­
tenimiento de rutina, una vez ya esté es­
tablecido el jardín. Es posible planifi­
car un jardín para que requiera poca
conservación.
Cambios en un jardín
existente
En la mayoría de los casos, la planifi­
cación implica la modificación de un
jardín ya existente antes que la creación
de uno completamente nuevo; y existen
varias razones para desear volverlo a
diseñar.
Después de una mudanza, es posible
que desee cambiar una parte o la tota­
lidad del diseño del jardín existente para
satisfacer preferencias personales. Es po­
sible que el trazado o el carácter de un
J a r d ín d e A l t o M a n t e n im ie n t o
Aquí aparece una gama de plantas más variada, con frutales, hortalizas,
plantas en recipientes, y trepadoras sobre espalderas, que requieren cuidadosa
atención y una conservación regular durante todo el año.
jardín se adapten para amoldarse a usos
distintos, tales como proveer unas zo­
nas de juego, el espacio para los frutales
y las hortalizas, o una mayor intimidad.
Si el jardín requiere un nivel de man­
tenimiento elevado, puede resultar ne­
cesario adaptar su estilo, con el fin de
reducir la cantidad de trabajo que im­
plica. Con menos frecuencia, un jardín
demasiado enmarañado o abandonado
podría requerir la restauración o reno­
vación de ciertos elementos para rees-
tablecer su diseño original (véase tam­
bién «La restauración de jardines
antiguos e históricos» p. 31).
Estimación inicial
Resista la tentación de apresurarse: si se
enfrenta a una maraña estilo jungla de
árboles sobresalientes, arbustos abando­
nados y malezas, podría parecer senci­
llo excavar todo el jardín y comenzar
otra vez, pero es mejor proceder con
cautela. El desorden podría ocultar al­
gunas plantas interesantes o útiles que
deberían conservarse. La inclusión de
uno u dos especímenes más desarrolla­
dos dentro de un jardín nuevo propor­
ciona una estructura alrededor de la cual
se puede diseñar el esquema de planta­
ción, y también ayuda a contrarrestar un
aspecto inacabado.
Permita que las ideas acerca del nue­
vo diseño del jardín se desarrollen gra­
dualmente, a fin de incorporar lo me­
jor de los elementos heredados, antes
que imponer una imagen preconcebida
al emplazamiento. Dentro de lo posible,
conviva con el jardín tal como está du­
rante un año civil, anotando cualquier
elemento que valga la pena conservar,
tal como un seto crecido que proporcio­
ne un refugio valioso de los vientos do­
minantes, o un arbusto que, en invier­
no, ilumine un rincón apagado con una
exhibición de bayas atractivas.
Durante este período inicial se pueden
proporcionar unos colores y un interés
adicionales por medio de contenedores,
plantas anuales o bienales a medio de­
sarrollar, y enredaderas de crecimiento
rápido, guiadas sobre una espaldera. Las
tareas rutinarias de mantenimiento, ta­
les como la poda de las ramas muertas
o dañadas por los árboles y arbustos, el
segado del césped, la eliminación de las
malezas perennes, y el recortado de los
setos, deberían ser llevadas a cabo como
de costumbre para mantener el jardín en
buenas condiciones.
La creación de un nuevo
jardín
Crear un jardín en un emplazamiento
de «campoverde» nuevo (uno que no ha
sido previamente cultivado como jardín)
puede resultar intimidatorio, pero tam­
bién debería constituir un desafío esti­
mulante. Al haber menos construccio­
nes impuestas por elementos ya
existentes en el jardín, se dispone de una
mayor libertad para seguir los dictados
de la imaginación. Sin embargo, es im­
portante diseñar el jardín en relación
con su emplazamiento y tener en cuen­
ta el tipo de suelo y el clima.
Tipos de jardín
Existe un estilo de jardín que conviene
a cada personalidad; para algunos, una
huerta productiva resulta una prioridad;
para otros es más importante una zona
para recibir invitados o un lugar aisla­
do para relajarse. Los ejemplos siguien­
tes muestran tipos de jardín comunes.
Jardín familiar Habitualmente de dise­
ño bastante formal, este tipo de jardín
proporciona un lugar seguro para el jue­
go de los niños, además de zonas para
orlas de flores, frutales y hortalizas, y
un patio o una terraza.
J a r d ín U r b a n o y d e P a t io
Un amplio entarimado conforma un inusual patio escalonado con un
esquema sesgado y dinámico. Las plantas han sido escogidas por su bajo
mantenimiento y su follaje atractivo y arquitectónico.
J a r d ín F o r m a l
A b ie r t o
Este jardín está
rodeado por una
estructura de setos
altos, lo que hace de él
un lugar silencioso e
íntimo. Un banco
ornamental
proporciona un sólido
centro de atención y
un lugar desde el cual
disfrutar de los
parterres rosas y
blancos, densamente
plantadas con
Nicotiana muy
perfumada, Buddleia
blanca, y majestuosas
Cleome.
Jardín campestre Probablemente cuente cio para cultivar algunos frutales y hor­ ta útil trazar un esbozo rápido del em­
con un trazado informal y contenga mu­ talizas. plazamiento del jardín. Tome nota de la
chas plantas interesantes y poco comu­ Santuario protegido y aislado Donde la posición de la casa y de otros elemen­
nes; también podrá incluir algunas zo­ intimidad es prioritaria o donde el jar­ tos fijos, tales como los límites; después,
nas salvajes o de conservación, y un dín está abierto a la vista, o se asoma distribuya las zonas para los macizos,
elemento acuático. El mantenimiento de a panoramas desagradables, este tipo de los parterres, un césped, estanque, pa­
este tipo de jardín podría requerir un ele­ diseño con valla suele incorporar una tio, o cualquier otra cosa requerida.
vado grado de experiencia horticultural. pérgola o glorieta y muchas plantas tre­ Donde sea necesario, deje espacio para
Salón exterior formal Con construccio­ padoras. elementos fijos puramente funcionales,
nes tales como un palio, paredes bajas, tales como un depósito de abono o un
escalones, y tal vez un estanque eleva­ Trazado de un esbozo cobertizo de herramientas, alejados de
do, este estilo de jardín pueda disponer En la etapa preliminar de diseño rcsul- la casa u ocultos a la vista.
de muchas plantas en contenedores,
pero pocas plantaciones más, y proba­
blemente carezca de césped. Habitual-
mente requiere un mantenimiento míni­
mo. Este estilo formal es adecuado para ¿Macizo formal o regulado
pequeños jardines urbanos.
Jardín abierto Este tipo de jardín, situa­ del jardín delantero?
do posiblemente en un terreno inclina­
do delante de la casa, requiere general­
mente poco mantenimiento y resulta
ideal para el recreo pasivo, con buenas
vistas de los alrededores. Puede estar
construido sobre terrazas y tener espa­
Orla mixta
Terraza árboles,
arbustos,
P l a n if ic a c ió n d e lo s C o m p o n e n t e s d e i . J a r d ín
Realice un gráfico sencillo de todos los elementos que piensa incluir
en el jardín, bosquejando su ubicación con respecto a la casa y a
otros elementos fijos, así como respecto a los límites exteriores.
Valoración del
emplazamiento
Antes de pasar a la próxima etapa de
planificación, evalúe el emplazamiento
concienzudamente. El examen debería
detallar factores tales como el clima y
el tipo de suelo, ya que este tipo de in­
formación resulta inestimable al decidir
sobre el drenaje, la protección, qué plan­
tas cultivar, y dónde emplazarlas.
Consideraciones climáticas
Es útil averiguar las cifras de las lluvias
anuales, las temperaturas y las horas de
sol, al igual que los detalles de cualquier
tipo de influencia climática, tales como
las zonas de escarcha. El emplazamiento
geográfico también puede tener impor­
tancia: por ejemplo, un emplazamien­
to en lo alto de una colina, a 150-200
m sobre el nivel del mar, puede tener una
temperatura varios grados inferior a los
de otros sitios cercanos pero bajos, de
modo que la estación del crecimiento
podría ser posterior. Los jardines ciuda­
danos son habitualmcnte más cálidos y
están más protegidos que los de las zo­
nas rurales. Los jardines costeros están
expuestos a vientos cargados de sal, pero
las temperaturas son menos extremas
que tierra adentro.
Además, se debe tener en cuenta el
microclima: tome nota de la dirección
a la que mira el jardín y cuáles son las
zonas más soleadas y sombreadas de
Calle con tráfico
O
U5
Sol por las mañanas
Fresco
Cálido,
buen drenaje
Turbulencia
del viento
húmedo y pesado
A la vista
de los vecinos Ventoso
y vísta mala
0
P la no d e l M ic r o c l im a d e l J a r d ín
Valore las condiciones, los elementos del emplazamiento y las plantas
correctamente: por ejemplo, un estanque ha de estar en el sitio más húmedo,
y las especies que prefieren el sol, en el sitio más cálido.
E f e c t o s d e P l a n t a c ió n
A CORTO Y LARGO PLAZO
Es posible crear un
efecto de plenitud y
abundancia con rapidez
utilizando perennes que
crezcan deprisa
entremezcladas con
anuales para rellenar
huecos y proporcionar
bastante color; pero, a
largo plazo, tal esquema
puede requerir un
mantenimiento mayor
(derecha). Un diseño
más estructurado, en un
marco esculpido de
árboles, arbustos y
setos recortados, tardará
mucho más tiempo en
alcanzar la madurez
(extrema derecha).
una estación a otra y en distintos mo­ y la fuerza del viento. Es posible que dez (pH) del suelo; puede ser de arcilla
mentos del día; por ejemplo, la sombra también haya trozos húmedos y secos y pesada; ligero y arenoso; gredoso o lo­
de un árbol deciduo es más densa a fi­ puntos fríos y calientes; nada de esto es doso; o turboso y ácido. El tipo de sue­
nales de la primavera y del verano. necesariamente malo, pero todos afec­ lo afecta el drenaje, a la clase de plan­
Algunos rincones del jardín pueden tan el tipo de plantas que prosperarán. tas que se pueden cultivar, y a la
estar protegidos, mientras que otros pue­ Intente aprovechar los microclimas di­ facilidad de las tareas de cultivo, tales
den estar expuestos y necesitados de pro­ ferentes que concurren dentro del mis­ como el cavar y el plantar.
tección si se pretende utilizarlos por mo jardín, cultivando plantas que dis­ En los viveros resulta fácil obtener
completo, dependiendo de la dirección fruten de las condiciones dadas, en lugar equipos de alquiler para la determina­
de intentar criar especies inapropiadas. ción del pH del suelo, aunque la presen­
Véase «Microclima», p. 519. cia de ciertas plantas también podría
proporcionar un indicio aproximado:
Arbol Suelo por ejemplo, los rododendros, las hor­
xistente/ A menos que planifique la creación de tensias, los brezos y los helcchos gene­
l sombra un jardín «duro», mayormente pavi­ ralmente prosperan en tierras ácidas.
mentado o de gravilla, es esencial ave­ Para más detalles, véase «Acidez y al­
riguar el tipo, la textura y el nivel de aci­ calinidad», p. 523.
Casa
Sitio cálido/seco
Pleno sol,
Suelo bajo,
Árbol
xistentel
Ventoso v sombra
Buena vista
P l a n t a c ió n p a r a Z o n a s H ú m e d a s y S o m b r ía s
Examine el tipo de suelo antes de seleccionar las plantas. Un emplazamiento
húmedo y sombreado proporciona un medio ambiente perfecto para
Hermosas azul-verdosas y estriadas y para las bellas e intensas iris sibirica.
El emplazamiento del jardín
Al diseñar un jardín, considérelo en el
contexto de su ambiente circundante, an­
tes que aislado. Puede estar ubicado en
una terraza o en un emplazamiento su­
burbano con panoramas buenos y ma­
los, por ejemplo, o estar en una posi­
ción elevada con buenas vistas, pero que
necesita protección del viento.
Ahora es posible trazar un plano más
detallado, mostrando los panoramas
buenos y malos, la dirección de los vien­
tos dominantes, y una indicación del si­
tio donde podría ser necesaria una pro­
tección adicional. Otro factor a tener en
cuenta es el ruido; si no es alto, una
plantación densa de perennes, o unos só­
lidos bancales de tierra, pueden ser de
ayuda. Un enfoque más sencillo, y a ve­
ces igualmente efectivo, es el de crear un J a r d ín d e b a jo M a n t e n im ie n t o
elemento de diversión con una fuente o Una estructura de materiales duros,
una cascada. árboles y arbustos forma un diseño
eficaz y de bajo mantenimiento.
Aspectos del plantas herbáceas perennes es menos va­
mantenimiento riable, ciertas plantas, por ejemplo las
peonías ( Paeonia) y los Acantus, viven
Todos los jardines, incluso los informa­ muchos años; otras, tales como los del­
les o los silvestres, necesitan cierto cui­ finios y el flox, tienen vidas más cortas.
dado y ciertas atenciones para mante­ Al planificar un jardín, tenga en cuen­
nerse en buen estado. Antes de decidir ta las velocidades de desarrollo de los
sobre un diseño, sea realista en cuanto componentes, necesarias para alcanzar
a la cantidad de trabajo y energía que un aspecto bien definido. Las estructu­
está dispuesto a invertir: si quiere que ras tales como pavimentos, pérgolas o
el mantenimiento sea mínimo, opte por A p r o v e c h a n d o al m á x im o lo s E l e m e n t o s N a t u r a l e s muros tienen un efecto inmediato; un
un estilo de jardín que no exija una ru­ Una plantación informal integra los elementos naturales del emplazamiento césped adquiere un aspecto presentable
tina constante de segar, recortar, esta­ con eficacia, dando lugar a un jardín silvestre espléndidamente plantado. muy rápidamente si se lo cría a partir
car, desarraigar la maleza y limpiar para de losetas, pero llevará más tiempo si se
que resulte atractivo. Calcule de cuánto lo siembra a partir de semillas; algunas
tiempo y cuánta ayuda dispondrá o po­ Expectativas a largo y a (Quercus) pueden vivir más de 200 años, plantas herbáceas, arbustos y setos al­
drá aportar para conservar su buen as­
pecto y compárelo con los regímenes de corto plazo mientras que algunos cerezos floridos
(Prunus) y abedules (Betula) pueden de­
canzan la madurez en cinco años. Al­
gunos jardineros más pacientes podrían
mantenimiento necesarios para la ma­ caer después de sólo 50 o 60 años. Esto planificar con vistas a una escala tem­
yoría de los jardines. Existen períodos también se aplica a los arbustos. En ge­ poral de diez años, incluyendo algunas
especialmente atareados: la primavera y Habitualmente, los árboles son las plan­ neral, cuanto más rápido sea el creci­ plantas de crecimiento lento, mezcladas
el principio del verano, por ejemplo, de tas mayores y las que gozan de vida más miento de un árbol o arbusto, más cor­ con aquellas que alcanzan la madurez
modo que una ayuda supiementaria larga, pero algunas especies pueden vi­ ta puede resultar su vida efectiva. más rápidamente, pero que son más
puede resultar necesaria. vir mucho más que otras: los robles Aunque la expectativa de vida de las efímeras.
E f e c t o s d e P l a n t a c ió n
A CORTO Y LARGO PLAZO
Es posible crear un
efecto de plenitud y
abundancia con rapidez
utilizando perennes que
crezcan deprisa
entremezcladas con
anuales para rellenar
huecos y proporcionar
bastante color; pero, a
largo plazo, tal esquema
puede requerir un
mantenimiento mayor
(derecha). Un diseño
más estructurado, en un
marco esculpido de
árboles, arbustos y
setos recortados, tardará
mucho más tiempo en
alcanzar la madurez
(extrema derecha).
Creación de un diseño

U
na vez. comprobados el tipo de Si han quedado zonas grandes de es­
suelo y las condiciones climáticas, combros o de subsuelo remanentes de
se debería llevar a cabo un estudio más
obras de construcción, pueden ser uti­ Pi no .
detallado del emplazamiento. Evalúe lizadas
el con provecho para formar la
estado en que se encuentra cualquier base de un jardín de gravilla o de lade­ Camino Planta, lo f existente
construcción o plantas existentes dentro ra de guijarros, antes que emplear tiem­ set 0 6 6 n ¿ \
del jardín, para decidir si habría que in­ po y esfuerzo para excavarlos y reem­
cluirlas en el nuevo diseño del jardín, y plazarlos por tierra buena. Este tipo de
mida el emplazamiento para proporcio­ emplazamiento proporciona condiciones nuevo
narse un plano de base. ideales para las plantas que prefieren un
terreno muy drenado. La ventaja de un
jardín de gravilla o de ladera es que, una
Aprovechamiento de las vez establecidos, frecuentemente requie­
ren un mantenimiento mínimo (véase
características naturales también E l J a r d ín d e R o c a s , «El le­
cho de guijarros», p. 192).
Terraza pavimentada

Opere siempre con las condiciones de

partida, utilizando los elementos natu­
rales del emplazamiento como parte del
diseño. Las pendientes, bancales y cam­
Evaluación de los Jarclj n de
bios de nivel podrían ofrecer lugares elementos existentes frutos
para la construcción de terrazas, muro huerto
de retención, macizos escalonados, co­ Confeccione una lista de las plantas lon­
rriente de agua, o jardín de rocas, así gevas del jardín, identificándolas don­
como proporcionar buenos panoramas de ello sea posible. Anote el estado de
del jardín. Se pueden utilizar plantas ta­ los árboles, arbustos, setos y plantas pe­
pizantes silvestres y bulbos para cubrir rennes, y también las del césped, y cal­ Árboles
bancales umbríos y proporcionar color. cule en qué medida necesita podar y re­ |nuevos
Las zonas con problemas de drenaje novar. Después calcule los tamaños floridos
o de humedad constituyen un buen ho­ actuales y eventuales de los árboles y ar­
gar para las plantas amantes de la hume­ bustos.
dad. Estas zonas resultan a veces difíci­ Haga una lista aparte de todos los ele­
les (y costosas) de drenar, con que utilize mentos «duros» del jardín, tales como
plantas adaptadas a estas condiciones. patios, muros, senderos, invernaderos, D ib u ja r e l P l a n o a E s c a l a
Si existe un gran trozo de suelo húme­ estanques y pérgolas. Indique la com­ Plano a escala del jardín, con límites, estructuras existentes y otros
do, puede haber lugar para sauces or­ posición de estas estructuras, su condi­ elementos que piense conservar y agregue después los nuevos elementos elegidos.
namentales (Salix) y alisos (Alnus), con ción y su aspecto.
prímulas de candelabro {Prímula), al­ Al preparar el plano del jardín, esta
gunas calilla, y otras plantas pequeñas información le ayudará a decidir qué
y amantes de la humedad alrededor de plantas tendrá que cambiar de lugar o
Hacer un plano a escala
éstas (véase también E l J a r d ín A c u á ­ cuáles eliminará, y qué elementos «du­ A menos que los cambios propuestos
t ic o , «Jardines pantanosos», p. 245). ros» mantendrá o modificará. sean mínimos, dibuje un diagrama a es­
cala del emplazamiento como plano bá­
sico, sobre el que se podrán trazar di­
versos diseños. Estos podrán ser muy
diferentes en cuanto al estilo, al espa­
cio dispuesto para cada elemento y al
sentido de la proporción, pero confec­
cione cada uno sobre un plano a escala
para que tenga una base real.
Medición del emplazamiento
Primero mida los límites del terreno, uti­
lizando una cinta métrica de gran lon­
gitud. Si el emplazamiento tiene forma
irregular, divídalo en pequeños sectores
con puntos fijos precisos y mida cada
sector individualmente. Alternativamen­
te puede contratar un agrimensor para
que prepare un plano a escala.
Puede utilizarse un plano existente
—tal vez uno que forme parte de la es­
critura de la casa—, aunque éstos sue­
len ser inexactos, y pueden incluir sólo
los limites del jardín y la posición de la
casa.
Cambios de nivel
A p r o v e c h a n d o a l M á x im o los E l e m e n t o s N a t u r a l e s Si en el emplazamiento existen conside­
Una plantación informal integra los elementos naturales del emplazamiento rables cambios de nivel, indíquelo en el
con eficacia, dando lugar a un jardín silvestre espléndidamente plantado. momento de la agrimensura, ya que el
Seto
divisorio!
Arbustos-
nuevos
floridos
existente
istanque
nformal
diseño nuevo podría tener que incorpo­
rar ciertos elementos para dar cabida al
declive. En un jardín con una inclina­
ción acentuada, puede resultar necesaria
la construcción de terrazas o muros de
retención. Es conveniente conservar una
inclinación suave en dirección opuesta
a la casa, ya que facilita el drenaje del
césped o del patio junto a la casa.
Preparación del primer plano
Pase las medidas del emplazamiento al
papel para crear un plano a escala bá­
sica del jardín; debería incluir todos los
límites, junto con cualquier elemento
que desee conservar del jardín existen­
te, tales como árboles, arbustos, sende­
ros y muros. Si realiza varios diseños di­
ferentes con fines comparativos, dibuje
cada uno sobre papel vegetal pegado en­
cima de este plano a escala, de modo
que los detalles puedan cambiarse con
facilidad sin volver a dibujar el contor­
no original.
Bosqueje los elementos de diseño que
considere esenciales, pero sea realista en
cuanto a lo que pueda darle cabida en
el jardín; de otro modo, el diseño po­
dría resultar incoherente y confuso. Evi­
te incluir demasiadas estructuras del jar­
dín o árboles potencialmente grandes en
un terreno relativamente pequeño, ya
que entorpecerían el diseño.
Elección del estilo
de diseño
Existen muchas variantes de estilo que
proporcionan un potencial para la crea­
ción de un diseño único; el gusto per­
sonal puede resultar el factor de deci­
sión principal. Algunas personas
prefieren mucho espacio abierto; otras,
un jardín más secreto y dividido; pue­
den existir zonas simétricas y formales,
o formas irregulares y fluidas. Es posi­
ble crear efectos notablemente diferen­
tes, según se utilicen formas de lados
rectos o curvas, con tal de mantener un
diseño bien proporcionado.
Hay algunos principios básicos de di­
seño a observar, sea cual fuere el estilo.
El equilibrio y la armonía son muy im­
portantes: intente incluir elementos que
se complementen entre sí, y con el em­
plazamiento general, para crear un todo
coherente. También hay que considerar
la escala y las proporciones; esto puede
resultar bastante difícil en el caso de una
composición viva como lo es un jardín,
ya que las plantas cambian de tamaño
y de forma a lo largo de una serie de es­
taciones. Tenga siempre en cuenta las al­
turas, extensiones, hábitos, y las tasas
de crecimiento eventuales de las plantas,
antes de incluirlas en el diseño. Relacio­
ne las plantas entre sí y con los elemen­
tos contiguos, tales como muros y sen­
deros (véase también «Relaciones de
altura y de escala», p. 22).
Las vistas o los centros de atención
también podrán ayudar a obtener un
contenido y definición mayores; en prin­
cipio, lo mejor es calcularlos en el em­
plazamiento mismo antes de incorporar­
los al diseño. Al igual que con todos los
elementos, es posible que sean necesa­
rios algunos ajustes ai delinear final­
mente el esquema en el suelo.
D e t e r m in a c ió n d e la
F o r m a y e l E s t il o
Jardines de tonos y
estilos radicalmente
diferentes se han creado
dentro de la misma
estructura. El primero
(derecha) está basado en
unos principios de
diseño rectilíneo de
líneas rectas y bloques
que le proporcionan
regularidad y
formalidad, dirigiendo la
atención sobre cada
elemento distinto dentro
de la estructura.
Contrastando con éste,
el jardín de la extrema
derecha utiliza un diseño
curvilíneo suave, con un
estilo mucho más fluido
e informal.
Perspectiva y proporción zá con un centro de atención como, por
ejemplo, un espécimen de árbol. Éste no
nes debería depender del jardín: una es­
paldera con una arcada desplazada del
debe ser demasiado alto para que no se centro proporciona una división pro­
Manipulando la perspectiva aparente y altere la perspectiva. Alternativamente, nunciada; en cambio, una orla que in­
la proporción, es posible lograr que el considere la posibilidad de exagerar la vada el eje longitudinal crea una inte­
jardín parezca más corto y ancho, o más perspectiva (véase debajo). rrupción menos pronunciada.
largo y angosto. Haga que un jardín pa­ En un jardín largo y angosto, la inte­ Los colores también pueden afectar a
rezca más larga estableciendo un eje lar­ rrupción de la perspectiva mejora a me­ la sensación de distancia: los colores fuer­
go y después acentuándolo. Sitúe plan­ nudo las proporciones aparentes, y tam­ tes y cálidos acortan la perspectiva, ya
tas altas en primer plano, pasando a bién lo hace más misterioso, invitando que parecen adelantarse; los colores más
otras más cortas a lo largo del eje, qui­ a explorarlo. La elección de las divisio­ fríos y neblinosos parecen retroceder.

Trampantojo
Es posible diseñar un jardín de modo
que su forma resulte alterada visual­
mente y hacer más agradables sus
proporciones aparentes. En el primer
diseño, a la derecha, la urna del fon­
do tiene el mismo tamaño que la co­
locada en primer plano, mientras que,
en el jardín del centro, se ha coloca­
do en el fondo una urna con la mis­
ma forma, pero más pequeña, sugi­
riendo que el jardín es más largo de
lo que realmente es. Esta imitación de
la perspectiva natural crea una impre­
sión de longitud, reforzada por el res­
to del diseño: el sendero se hace más
angosto en el fondo del jardín, árbo­
les sucesivamente más pequeños re­
troceden en la distancia, e incluso el
seto es más corto, en la parte poste­
rior, para reforzar la ilusión. En el ex­
tremo derecho, el jardín parece más P e r s p e c t iv a C o r r ie n t e P e r s p e c t iv a E x a g e r a d a I n t e r r u p c ió n d e la L o n g it u d
corto y más ancho al colocar elemen­ Este diseño no altera el tamaño ni la Sendero estrecho y árboles Las divisiones parciales acortan la
tos separadores a intervalos y a lo perspectiva aparente del jardín. decrecientes alargan el jardín. perspectiva de un jardín largo.
largo.
Confección del plano señale las diferentes zonas por medio de
definitivo cordeles y estacas para indicar las pro­
porciones y el tamaño de los elementos.
Al alcanzar esta etapa, será necesario
Ahora es posible reunir lodos los ele­ casi con seguridad hacer ajustes en el
mentos dentro del rompecabezas que emplazamiento, de modo que pruebe al­
proporcionará el diseño definitivo. Di­ gunas variaciones. Una vez haya com­
buje este plano de ejecución a escala, de probado que los tamaños y las propor­
manera precisa, sobre papel cuadricu­ ciones de los elementos y las zonas se
lado, utilizando números o símbolos complementan correctamente, incorpó­
para los diversos elementos. Indique la relas al diseño.
extensión de los árboles y los arbustos Al diseñar macizos y orlas, marque
de manera precisa para asegurarse de sus contornos en el plano principal, pero
que tengan suficiente espacio en relación elabore el plano detallado de plantación
a otras plantas y elementos. A veces los por separado, preferentemente a mayor
planos sobre el papel pueden parecer escala (véase p. 20). Sólo será necesario
poco satisfactorios al transferirlos al te­ dibujar la estructura y las plantas indi­
rreno, de modo que, antes de preparar viduales con precisión.
el diseño definitivo del emplazamiento,
E l J a r d ín A c a b a d o
El plano de diseño final (derecha) está hecho a escala, con cada elemento claramente
indicado; el jardín acabado (abajo) hace un buen uso de los elementos naturales
al emplazamiento e incorpora, asimismo, consideraciones prácticas.
I Pino existente
2 Urnas elevadas sobre pedestales
plantadas con geranios y Helichrysuni
3 Orla baja de lavanda algodonera
(Santolina chamaecyparissus)

4 Gravilla de color cálido para la entrada 23 Abedul plateado (Betula papyrifera)

y el sendero hacia el jardín
22 Patio construido de lajas premoldeadas con
5 Arbustos de bajo contenedores para plantas individuales y anuales
mantenimiento 21 Orla mezclado de arbustos y caducos
para proporcionar atractivo
todo el año

20 Fatsia japónica siempreverde

6 Cobertizo
prefrabricado para
guardar herramientas

7 Tierra en caja
de madera
8 Cerezo ornamental 19 Manzano
(Prunus ‘Shirofugen’) silvestre
existente
(Malus)
9 Gama de color discreta para macizo 18 Magnolia stellala
con hierbas, clavellinas (Dianthus)
y otras plantas aromáticas 17 Deutzia longifolia
10 Jardín de hortalizas, 16 Estanque informal con nenúfares,
incluyendo hortalizas de ensalada rodeado de lirios y otras plantas
amantes de la humedad
II Arcada hacia el huerto, cubierta de 15 Pyrus calleryana ‘Chanticlecr’
clemátide y rosales trepadores
14 Manzano silvestre (Malus ‘Profusion’)
12 Jardín frutal, incluyendo bayas comestibles, 13 Seto bajo de boj (Buxus semper»irens)
frambuesas y otros frutos blandos para rodear el huerto
 Planos de la plantación No necesitan ser obras de artes; consi­
ga dibujar un plano de plantado sim­
Planificación de la obra también deberían quitarse, si pueden re­
sultar dañadas por los trabajos de cons­
Una vez determinado el discfio básico ple y realista, e incluya otros elementos Antes de embarcarse en la construcción trucción, y colocarlas de nuevo. Lo me­
del jardín, es posible proseguir con una inmediatamente contiguos o relaciona­ y el cultivo, prepare un programa para jor es trasladarlas al principio de la
planificación más detallada, incluyen­ dos con la plantación: por ejemplo, un que la desorganización en el emplaza­ primavera o del otoño, pero si se las
do la decisión sobre exactamente qué cobertizo que tendrá plantas trepadoras miento sea mínima: las operaciones más mueve en invierno se pueden conservar
plantas se cultivarán y dónde ubicarlas. guiadas a los costados. sucias y más elaboradas, tales como la apiladas durante dos o tres semanas an­
El estudio del emplazamiento habrá per­ Al emplazar las plantas, asigne un es­ construcción de un patio o de un muro, tes de volver a colocarlas (véase «Alma­
mitido tomar nota de cualquier planta pacio suficiente para que cada una pue­ se llevan a cabo en primer lugar. cenado de las losetas», p. 282). No qui­
existente que merecería ser incorporada da desarrollarse hasta alcanzar la má­ Operaciones como sembrar, plantar, te las losetas en verano.
en el nuevo diseño. Si existen árboles, xima altura y extensión verosímiles. Esto trasplantar, o colocar losetas de césped, Trabajos de construcción nuevos Si ello
arbustos y setos útiles a conservar, pero resulta especialmente importante para deberían ser emprendidas en la época es posible, complételos antes de cultivar
en malas condiciones, deberían ser po­ los árboles y arbustos, porque suelen apropiada; de otro modo, las plantas tal o plantar. Compruebe la ubicación de
dados y alimentados para renovarlos. conformar el «esqueleto» principal y vez no sobreviviesen: el otoño, el invier­ todas las tuberías (gas, agua, etc.) para
Es mejor dibujar los planos de plan­ permanente del diseño (véase también no, o el principio de la primavera, po­ asegurarse de no dañarlas.
tación separadamente y a mayor escala. «Principios de plantación», pp. 21-26). drían ser las mejores épocas. Los traba­ Cultivo del suelo Deshágase de todos
jos de construcción es mejor empren­ los escombros, deshechos o matorrales.
O rla M e z c l a d o derlos en verano o en otoño, cuando Si el suelo ha sido aplanado por alguna
máquina o por pisadas, cultívelo en pro­
Un detalle de la orla mezclado a partir del plano principal muestra cómo un existe una posibilidad menor de que las
fundidad (véase «Cavado sencillo», p.
limitado aspecto de color crea un efecto armonioso. Los arbustos proporcionan malas condiciones climáticas afecten a
525, y «Cavado doble», p. 526). La pri­
altura y estructura, en tanto los perennes realzan el diseño, formando una muestra lastas
operaciones. Planifique primero es­
etapas. mavera o el principio del verano es la
equilibrada. mejor época, ya que es posible dejar el
Plan de operaciones suelo barbechado durante algún tiem­
Artemisia absinthium Clemátide Clemátide Elementos duros existentes Repare o po y quitar cualquier maleza (véase
«Lambrook Silver» «Hagley Hybrid» «John Huxtable» renueve las estructuras existentes del jar­ «Malezas», pp. 572-577). Elimine, asi­
-vk- dín en cualquier época del año, en tan­ mismo, cualquier tocón o raíz, ya que
to lo permitan las condiciones cli­ podrían fomentar la aparición del hon­
Budleya máticas. go de la miel (p. 565). La preparación
davidii Deutz
tantissima Plantaciones existentes Si hace falta, de los suelos antes de la plantación pue­
«Slack knighv» ícanthiui Pyracantha
•
í iinct» proteja cualquiera de las plantas que de­ de conllevar la incorporación de mate­
Escallonia
X Watereri . K o 5 e ¿ see conservar en su posición actual para ria orgánica bastante descompuesta, la
yple b\oeeo\ evitar cualquier daño causado por los eliminación de piedras, y la fertilización
trabajos de construcción. Elimine las y el rastrillado de la tierra, hasta obte­
?aeom la plantas no deseadas. Durante la estación ner una capa labrada fina. Efectué esto
.«Ballerina inactiva, saque cualquiera de las plan­ justo antes de plantar, o unas semanas
tas requeridas a otro lugar, trasplánte­ antes.
las, o cúbralas con tierra temporaimente. Plantaciones nuevas y céspedes Lo me­
Losetas de césped existentes Si las lo­ jor es efectuarlo en otoño, aunque tam­
Sedum/ Artem isia setas de césped se encuentran en un es­ bién resulta satisfactorio en primavera.
spectabile absintium Phlox tado aceptable y se debe cambiar la for­ Llene macizos, orlas y contenedores de
«Autumn «Lambrook paniculata ma del césped o su posición, quítelas y acuerdo con los planos detallados. Co­
Joy» Silver» Veronica Geranium Cinereum trasládelas lo antes posible (véase «Tras­ loque losetas o siembre semillas de hier­
var. subcanlescens lado de losetas», p. 283). Las losetas ba según la necesidad.
Bases para la plantación
plantas son el elemento más por el atractivo de sus flores, follaje, for­
as
L importante de un jardín, ya que ma, frutos, o corteza. Las plantas vis­
determinan el estilo, carácter, aromas,tosas, pero de poca duración, pueden re­
y los efectos cambiantes de una estación
a otra y de año en año. Son la esencia
viva de la jardinería, y ofrecen una po­
tencial enorme para ¡a creación de un
diseño individual y agradable.
Algunos paisajistas modernos de jar­
dines prefieren el concepto de «salón ex­
terior», utilizando un gran número de
elementos duros, tales como muros, sen­
deros, pavimentos, patios y grava. En es­
tos jardines continúa habiendo muchas
oportunidades de utilizar plantas de ma­
nera interesante, pues resultan esencia­
les para equilibrar y suavizar los elemen­
tos duros, y deberían incluirse como
partes integrales del diseño más que
como un toque cosmético final.
La mayoría de los jardines están di­
señados de manera que exista un equi­
librio entre las plantas y el paisaje duro,
o bien utilizando plantas como elemento
dominante e incluyendo estructuras du­
ras limitadas, cuidadosamente entremez­
cladas con el jardín a fin de proporcio­
nar centros de atención o satisfacer fines
prácticos.
Diseño de la plantación
Existen infinitos modos de cultivar y
combinar las plantas decorativas, y hay
muchos miles de plantas de fácil obten­
ción con las que trazar un esquema. En
un jardín pequeño es particularmente di­
fícil decidir qué plantas hay que incluir.
A menor cantidad de plantas utilizables,
mayor debe ser el valor que cada una
proporcione para dar el máximo interés
P lantación E n m a r c a d a
Un diseño geométrico
delineado por senderos y
setos bajos de boj
(Buxus sempervirensy
crea una estructura
permanente para un
plantado mixto y algo
informal de arbustos
bajos y perennes. El uso
limitado del color
confiere una sensación
de continuidad, mientras
que los toques brillantes
de blanco y amarillo se
destacan correctamente
contra un fondo
predominante verde,
añadiendo toques de luz
a la plantación, pero
conservando la
tranquilidad del jardín.
sultar tentadoras, pero es poco probable
que merezca la pena incluirlas.
Decidirse acerca de un tema o de un
concepto de diseño de la plantación re­
sulta provechoso como base para la se­
lección y el emplazamiento de las plan­
tas. Las siguientes categorías de esti­
los de plantación proporcionan algunos
ejemplos.
Plantación formal o regulada
Este tipo de plantación resulta apropia­
da para proporcionar un tema sencillo,
simétrico y arquitectónico, con límites
y setos divisorios recortados con preci­
sión. Es posible incluir macizos, nudos
o parterres, con plantaciones bien equi­
libradas y controladas dentro de los ma­
cizos, utilizando colores, formas y tex­
turas limitadas (véase también «Jardines
formales, p. 29; «Jardines de nudos» y
«Parterres», p. 31). Es necesaria una dis­
ciplina considerable tanto en el diseño
como en el mantenimiento de este esti­
lo. Si se divide un jardín amplio, resul­
taría apropiado tratar sólo una de las
secciones de este modo.
Plantación enmarcada
Este estilo, a veces utilizado en jardines
grandes, también es fácil de modificar
para emplazamientos más pequeños. El
principio consiste en crear una estruc­
tura claramente definida por medio de
setos, cercas o muros; habitualmente, las
zonas intermedias entre éstos están di­
vididas por una red de senderos senci­
lla, y a veces formal, que definen un
marco para la plantación. El diseño es
estructurado y ordenado, pero posibili­
ta diseños de plantación muy diferentes
dentro del marco.
Habítualmente se utiliza un tema para
cohesionar la plantación: tal vez plan­
tas aromáticas y hierbas; o rosas anti­
guas y, debajo, clavellinas o violas. Tam­
bién podría resultar eficaz un colorido
restringido, o crear un jardín estacional
que contenga plantas interesantes en pri­
mavera o en invierno.
El término «plantación enmarcada»
también describe el uso de un contra­
fondo o marco vivo para destacar un ele­
mento especial, un grupo de plantas, un
árbol o arbusto individuales, o un pa­
norama distante; por ejemplo, unos es­
calones o el principio de un sendero po­
drían estar enmarcados por arbustos
regulares y recortados; o por coniferas
rectas para formar pilares vivos. Una
vista encantadora e incitadora a otra
parte del jardín, o al mundo exterior, po­
dría realzarse creando efectos de «ven­
P l a n t a c ió n L ib r e
Un alegre conjunto de plantas da a este jardín informal espontaneidad y
abundancia. Los frescos azules del Eryngium y de las Campanula contrastan
con el naranja y amarillo del Helenium y del Hemerocallis.
tana» en un seto o una mampara, con
el fin de ofrecer una sorpresa dentro de
un espacio que, en otras circunstancias,
está cerrado.
Plantación libre y enmarcada
Este estilo permite que la plantación flu­
ya más libre y naturalmente que en los
esquemas regulados o enmarcados. En­
cantador y desestructurado, a veces in­
cluso un poco caótico, la plantación li­
bre puede combinar una amplia gama de
plantas de un modo atractivo e infor­
mal. Mientras que los aspectos relativos
al equilibrio y a la uniformidad son in­
cidentales, debería existir una sensación
opulenta de profusión; y el efecto de la
totalidad debería ser armónico, tanto en
el color como en la forma. Estos jardi­
nes raramente resultan fáciles de admi­
nistrar, y generalmente son creación de
jardineros avezados que disponen del
tiempo y de las ganas suficientes para el
cultivo de amplias colecciones de plantas.
Contrafondos de jardín
Tanto los límites de un jardín como cual­
quier división interna frecuentemente no
están aprovechados en el diseño, pero
sus materiales, tamaño y carácter afec­
tan el tono general; setos, mamparas,
muros o cercas pueden ser utilizados
como contrafondos, tal vez como con­
traste para plantaciones, o para bancos
ornamentales o estatuas. Intente utili­
zar texturas, colores y estilos comple­
mentarios: por ejemplo, mientras que un
seto recortado de tejo puede realzar a
la perfección una figura de piedra clá­
sica, una cerca de madera de alerce re­
sultaría inapropiada.
Setos y mamparas
Además de resultar prácticos para bor­
dear o dividir el jardín, los setos y las
mamparas de plantas forman barreras
ornamentales vivientes y proporcionan
contrafondos atractivos; por ejemplo,
las flores blancas o pálidas o el follaje
se destacan especialmente contra un seto
verde oscuro de ciprés espeso (Cupres-
sus) o de tejo (Taxus baccata). Los ban­
cos, urnas y estatuas también se realzan
eficazmente emplazados dentro de un
nicho y en un seto bien recortado.
Los setos siempreverdes son contra­
fondos excelentes para orlas de arbus­
tos o herbáceas y para destacar plantas
individuales, pero algunas plantas uti­
lizadas para setos tienen raíces muy fi­
brosas y extendidas y podrían entrar en
competencia con plantas cercanas en
cuanto a humedad y nutrientes. La den­
sidad de crecimiento es particularmen­
te importante si la finalidad del seto con­
siste fundamentalmente en servir de
contrafondo a un elemento ornamental.
Los arbustos floridos o de bayas (por
ejemplo, las rosas o los espinos albares)
también pueden ser utilizados, especial­
mente en jardines informales, con el fin
de proporcionar límites o divisiones vi­
suales. El crecimiento es habitualmen­
te menos espeso que el de un seto tradi­
cional.
Los setos pueden tardar varios años
en arraigar y necesitan más manteni­
miento que los muros o las cercas, pero
el interés que proporcionan en términos
de textura, color y forma es inaprecia­
ble. La mayoría son longevos y, por lo
tanto, resultan a menudo elementos más
permanentes que las cercas (véase tam­
bién S e t o s y M a m p a r a s , pp. 60-62).
Muros
Aunque costosos de construir, los mu­
ros de piedra o de ladrillo proporcionan
unos límites excelentes para jardines y
ofrecen un campo de acción considera­
ble para la jardinería «vertical». La al­
tura y el aspecto de un muro determina
habitualmente lo que puede cultivarse
sobre, o contra, él. Las plantas que cre­
cen bien sobre un muro que mira al sur
generalmente no convienen a uno que
mira al norte.
Al elegir trepadoras, asegúrese que el
P l a n t a c ió n d e C o n t r a f o n d o
Un muro de ladrillos sostiene aquí la magnífica pincelada púrpura de una
clemátide, que forma una animada bóveda encima del banco del jardín.
color de las flores o del follaje armoni­
ce correctamente con el del muro. Los
muros de ladrillo rojos o amarillos real­
zan correctamente a ios verdes, rojos os­
curos, azules, púrpuras y blancos, mien­
tras que los muros blancos o grises
pálido acentúan los rosas, amarillos, ro­
jos y azules.
Los tipos de hiedra (Hederá) dorados
o plateados pueden iluminar muros os­
curos o lóbregos, y resultan ideales para
tales emplazamientos. Aunque no debe­
rían dañar los muros en buenas condi­
ciones, no se recomiendan para muros
en mal estado, ya que sus raíces aéreas
frecuentemente cuartean el cemento.
Para más información, véase P l a n t a s
T r e p a d o r a s , pp. 94-115.
Algunos muros, incluso aquellos no
adornados con plantas, especialmente
los antiguos y erosionados, forman con­
trafondos atractivos y puede resultar
conveniente dejar descubierta una cuarta
parte o la mitad.
Cercas
Allí donde sea necesario un límite físi­
co inmediato, el cercado puede ser la
mejor solución. Relativamente baratas
y fáciles de instalar por lo general, las
cercas existen en una gama amplia de al­
turas y estilos, y se pueden utilizar para
conferir el tono del jardín o acentuar­
lo. Las vallas tejidas de zarzas resultan
atractivas en un ambiente informal y ru­
ral; un cercado blanco de estacas que­
da bonito alrededor de un jardín de
campo; las verjas de hierro forjado son
acordes con la formalidad de un jardín
ciudadano elegante. Es mejor recubrir
las cercas puramente utilitarias con tre­
padoras o enredaderas.
Espalderas
Las espalderas de cuadros o de rombos
pueden ser utilizadas contra una cerca
o un muro como soporte de plantas; si
es lo bastante sólida, se puede utilizar
sola siempre que esté bien sujeta. Ésta
es una buena opción cuando son nece­
sarias una mampara o una división que
no cieguen la luz ni oculten un panora­
ma atractivo.
Relaciones de altura
y de escala
Al decidir acerca de un esquema de
plantación, tenga en cuenta la altura y
la forma de la planta, tanto en relación
a otras plantas como a la escala y al ta­
maño de la zona; así, un jardín peque­
ño parecería apiñado un árbol grande
como un castaño de Indias (Aesculus),
mientras que una especie de menor ta­
maño, como un serbal (Sorbus aucupa-
ria), resultaría más proporcionado.
E s t r u c t u r a y M asa
Propuesta escultural para realizar un cuadro de formas abstractas y masas
texturadas por medio de una variedad de arbustos y coniferas.
Las asociaciones adecuadas de plan­
tas dependen a menudo de una escala
armoniosa; un conjunto de muchas
plantas diferentes, todas ellas de alturas
muy distintas, puede parecer no plani­
ficada y descoordinada. Además, debe­
ría existir alguna variación para que el
esquema no parezca limitado. Incluso a
pequeña escala, como en un jardín de
rocas, tenga en cuenta cómo combinar
arbustos enanos y coniferas con plan­
tas de rocas tapizantes y suavizantes para
crear variación e interés a través de re­
laciones de altura y escala, a la vez que
las proporciones resulten bien equilibra­
das entre sí. Estas plantas parecen in­
significantes si se las agrupa con espe­
cies más grandes, y pueden pasar
fácilmente desapercibidas.
Las orlas perennes y de arbustos se
disponen según su altura (la más alta,
atrás, y las más bajas, delante), de modo
que todas se vean con claridad. Sin em­
bargo, tal esquema parece menos formal
si la regularidad se interrumpe en dos
o tres lugares, tal vez incluyendo una
planta alta en medio. En tal caso, debe­
rían elegirse plantas que permitan una
vista más allá de ellas, como un árbol
estrecho del tipo del tejo de columna
(Taxus baccata ‘Fastigiata’), o una plan­
ta de follaje aéreo y de filigrana, tal
como el hinojo (Foeniculum vulgare).
Plantación estructural
Cierto número de plantas tienen un im­
pacto arquitéctonico o escultural consi­
derable —algunas gracias a sus hábitos
de crecimiento naturales, otros por su
follaje, tallos o flores. Existe una gran
variedad de formas y efectos, que van
desde la masa baja y desparramada de
un junípero prostrado (Juniperus com­
munis ‘Prostrata’) hasta las espigas de
flores rectas y majestuosas y las ar­
queantes hojas, parecidas al vilano del
cardo, del Acanthus spinosus.
Las plantas estructurales suelen uti­
lizarse solas, como centro de atención,
pero también son eficaces como parte
de la estructura de diseño. Colocando
una planta estructural al final de una
orla se consigue un apartado nítido,
mientras que un par de ellas ubicadas
a ambos lados de un sendero o de un
portal actúan como marco destacado.
Las plantas arquitectónicas resultan ex­
celentes para vincular visualmente la
casa (u otro elemento duro) con el jar­
dín —las formas esculturales, pero vivas,
abarcan la transición de materiales du­
ros a plantaciones blandas. Incluir al­
gunas plantas de formas potentes dentro
de un esquema no estructurado e infor­
mal coadyuva a proporcionar un foco al
diseño y contrasta correctamente con las
suaves líneas de una plantación blanda.
Con plantas caducas o herbáceas, pla­
nifique el esquema de modo que otros
elementos o plantas proporcionen una
función similar durante los meses de in­
vierno; un grupo de sanguiñuelos (Cor-
nus alba) de corteza roja podrían plan­
tarse junto aun grupo de Gunnera ma-
gellanica, de modo que los sanguiñue­
los se conviertan en un elemento espec­
tacular una vez decaídos los Gunnera.
Plantas individuales
Las plantas cuyas formas son especial­
mente bellas, o aquellas de flores, folla­
je, frutos o tallos muy atractivos, se cul­
tivan mejor rodeadas del espacio
suficiente para verlas y apreciarlas in­
dividualmente. Emplázelas de modo que
constituyan puntos focales desde la casa,
terraza o césped. En jardines amplios,
dichas plantas se pueden agrupar de a
tres o cuatro para obtener un impacto
E spécim en
La forma escultural, el follaje y las
panículas de una Yucca gloriosa
hacen de ella un espécimen ideal.
I m it a c ió n d e l a N a t u r a l e z a
Las plantas amantes de la humedad, como las prímulas de candelabro y las
Anthericum liliago de flores blancas, se adecúan a un terreno acuático.
más audaz. También se pueden destacar
algunas plantas cultivándolas en conte­
nedores ornamentales.
Plantación en grupos
Aunque las plantas individuales pueden
utilizarse solas o como parte de un es­
quema, se obtiene un efecto mucho más
audaz y más armónico plantándolas en
grupos o montones, especialmente si son
plantas pequeñas. Esto evita el efecto
confuso que podría proporcionar la
plantación «puntual» de muchas plan­
tas individuales diferentes. Cultivar un
grupo de plantas ¡guales juntas propor­
ciona un impacto más fuerte, especial­
mente a distancia, y acentúa cualquier
colorido planificado. Generalmente, los
grupos presentan un aspecto mejor al
plantarlos en números impares de tres,
cinco o siete plantas, lo que evita un as­
pecto rígido.
También se pueden utilizar, de modo
informal, grupos de plantas de follaje
vistoso u otras características notables
para dividir o proteger eficazmente unas
zonas de un modo menos estricto que
con setos.
Asociaciones de plantas
naturalistas
La manera en que las plantas están com­
binadas es una parte importante del di­
seño de jardines. Existen muchas agru­
paciones conocidas de éxito, pero, como
que hay tantas plantas disponibles, que­
dan por probar muchas combinaciones
de color, textura y forma.
Al decidir qué plantas se colocarán
juntas, tenga en cuenta cómo crecerían
de forma natural, de modo que tanto la
agrupación como la selección resulten
apropiadas. Imitar asociaciones de plan­
tas en la naturaleza tiene dos ventajas
importantes. En todo hábitat natural o
seminatural se han desarrollado asocia­
ciones de plantas que se entremezclan
correctamente en diferentes capas o
agrupaciones. Estas comunidades de
plantas están adaptadas al suelo y al cli­
ma o microclíma locales, y prosperan en
las mismas condiciones de crecimiento.
Además, la gama de plantas que pros­
peran puede estar afectada por otros fac­
tores; por ejemplo, los pastizales abier­
tos, ondulantes y gredosos (downs)
dejados sin pastar, serán invadidos por
arbustos y árboles, y las plantas de los
pastizales decaerán rápidamente.
En la naturaleza, los monocultivos de
una sola especie ocurren pocas veces, y,
en algunos suelos y hábitats, la variedad
es sumamente amplia. Cualquier tierra
desnuda es rápidamente colonizada por
la flora local. Se pueden hallar diferen­
tes capas de vegetación en el mismo te-
F orm as y
C ontrastantes
Las plantas de follaje
de formas y aspectos
diferentes han sido
combinadas para crear
un diseño interesante
pero equilibrado. Las
lanzas rectas de los Iris
laevigata ‘Variegata’
destacan eficazmente
contra las hojas
redondeadas y enormes
de una Hermosa
‘Buckshaw Blue’ y
contra las formas
abiertas y el follaje
dividido
horizontalmente de un
Hcracleum
mantegazzianum.
rreno. La capa más elevada es la de los
árboles; bajo ésta se hallan los arbus­
tos, y a veces las trepadoras, mientras
que las plantas herbáceas y los bulbos
conforman la capa inferior (véase tam­
bién «Plantación en capas», p. 26). Tal
plantado en capas es fácilmente imita­
ble utilizando especies nativas y exóticas.
Los jardines silvestres contienen en su
mayoría plantas indígenas para fomen­
tar la existencia de pájaros, insectos y
otra fauna, pero el uso de algunas plan­
tas exóticas apropiadas y algunas de cul­
tivo, seleccionadas entre especies conve­
nientes, aumentarán el interés y la
calidad de la plantación, especialmente
en otoño e invierno.
Aspecto y forma
Para crear un diseño vivo y satisfacto­
rio es fundamental la plantación y agru­
pado de las plantas para aprovechar su
aspecto y forma. Cada planta posee una
forma natural y una silueta de creci­
miento que puede cambiar al crecer y
madurar. Algunas también se pueden
podar para desarrollar una forma de cre­
cimiento diferente, de modo que resul­
te eficaz dentro de un diseño en parti­
cular; así, al podar una zona para
obtener brotes jóvenes coloreados en los
sauces {Salix) para la exhibición inver­
nal. Los aspectos y las formas de plan­
tas jóvenes en un vivero o en un centro
de jardinería pueden no proporcionar
una pista confiable de su forma adulta,
o sea, que es una buena idea observar
especímenes más adultos en jardines o
parques.
La combinación de plantas con aspec­
tos y formas diferentes proporciona in­
finitas posibilidades para la invención de
esquemas interesantes y bien equilibra­
dos. Al proyectar, observe siempre la
forma de crecer de la planta, además del
follaje, flores y otros elementos. Los as­
pectos y las formas elegantes son espe­
cialmente importantes para la plantación
de individuos.
Muchos arbustos y plantas perennes
tienen un aspecto redondo, formando
montículo, lo que puede ser contrasta­
do con formas diferentes —tales como
un árbol columnar o plantas tapizantes
postradas— para darle mayor interés.
Los arbustos de tallos desnudos pueden
ser utilizados con plantas bajas y tupi­
das delante para ocultar la base. Las de
contornos redondos y formas de creci­
miento espesas son más apropiadas para
los esquemas de tapizado ondulantes.
Muchos arbustos herbáceos y plantas
bulbosas proporcionan aspectos y for­
mas notables, con un follaje llamativo
y espigas floridas durante el crecimien­
to, pero en invierno, cuando decaen, tie­
nen poco interés. El problema se puede
resolver colocando una planta siempre
verde cerca para proporcionar un atracti­
vo permanente (véase también «Atrac­
tivo permanente», p. 25).
Color
El color más llamativo, pero a veces más
bien pasajero de las plantas, proviene de
C o l o r R e s t r in g id o
Los colores son aquí limitados para crear un efecto relajante, mientras que
las agrupaciones de plantas tranquilas subrayan la informalidad.
R o m p e r la s R eg l a s d e la L u z
Este esquema de rododendros rojos y lupinos rosados (Lupinos) y amapolas
gigantes (Papaver) demuestran cómo es posible saltarse las reglas con éxito.
las flores, con sus tonalidades y mati­
ces. Sin embargo, las flores no son la
única fuente de color, ya que el follaje
es a menudo decorativo, mientras que
muchas plantas tienen tallos, cortezas,
bayas o pericarpios atractivos que pro­
porcionan interés en otoño o invierno.
Las preferencias de color responden
a gustos personales, pero existen pautas
generales a tener en cuenta. El espectro
del color se puede dividir en dos gamas:
los azules y los amarillos. Las gamas
azules incluyen los blancos azulados, los
blancos rosados, el magenta, el fucsia,
los rojos carmesí, los azules y los púr­
puras. La gama amarilla incluye los
blancos cremosos, los marfiles, los rosa
salmón, los rojos escarlata, los naran­
jas y los amarillos.
Las asociaciones entre ambas gamas
generalmente resultan armónicas, pero
la mezcla de colores dentro de una mis­
ma gama puede tener un éxito menor.
Dentro de la gama azul, por ejemplo,
los rosas y los rojos pueden chocar en­
tre sí, mientras que, tomando un color
de cada gama, tales como el azul y el
E fecto de L uz
A pleno sol, las plantas de colores intensos, como la lavanda (Lavandula) y el
Nerium oleander, provocan un impacto deslumbrante.
amarillo, y mezclándolos, se obtienen
buenos resultados. Sin embargo, existen
excepciones; por ejemplo, los azules y
los malvas se combinan bien en gene­
ral. Restringir los colores ayuda a crear
un esquema atractivo; si se utiliza una
gama de colores amplia el resultado pue­
de resultar desarticulado y remilgado.
En todas las plantaciones relaciona­
das con el color, la luz es un factor im­
portante: en los países en los que la luz
es suave y más bien azulada, resulta efi­
caz destacar los colores pastel, como los
rosas, lilas y azules grisáceos; donde la
luz es más fuerte y más brillante, como
en los paisajes mediterráneos o califor-
nianos, los colores más cálidos tendrían
un impacto mayor que los pálidos, que
con frecuencia parecen lavados a la luz
del sol. Por otra parte, un atrio o terra­
za umbrías podrían avivarse por medio
de los rosas salmón, naranjas, rojos y
amarillos, mientras que un patio cálido
y soleado podría parecer más fresco uti­
lizando grises, azules y blancos.
También es posible utilizar un color
intenso para dirigir la mirada hacia un
elemento en particular, mientras que los
azules y grises suaves destacan menos y,
por lo tanto, parecen alejarse. A veces
este efecto resulta útil para crear una
sensación de distancia ilusoria: por
ejemplo, plantando rosas rojas en la par­
te delantera y hierbas azul-verdosas en
la parte posterior del jardín puede ha­
cer que parezca más largo (véase tam­
bién «Perspectiva y proporción», p. 18).
Textura
La textura está proporcionada en gran
parte por el follaje, pero otros elemen­
tos, tales como los frutos y cortezas, y
el efecto de la silueta de una planta,
aportan texturas interesantes. Al agru­
par plantas diferentes, tenga en cuenta

C o ntr astes d e T e x t u r a
Las pequeñas ramas plumosas de la
Chamaceyparis pisifcra ‘Filifera
Aurea’ y el follaje suculento de una
Euforbia charadas sub. wulfenii
conforman un contraste vistoso.
el efecto de juntar sus diversas texturas
e intente lograr efectos de contraste; por
ejemplo, las frondas en filigrana de un
grupo de hclcchos destacarían agrada­
blemente entre las hojas serradas de una
hermosa.
Atractivo permanente
Muchos jardines alcanzan su máximo
esplendor en verano, con esquemas co­
loridos apoyados, sobre todo, en plan­
tas herbáceas. En general, éstas resultan
sin embargo poco interesantes el resto
del año, y un plan de plantación que ge­
nere un atractivo permanente probable­
mente proporcione mayor placer. Los ar­
bustos, árboles y setos tienen un valor
inestimable para establecer una estruc­
tura duradera, mientras que la inclusión
de variedades de bulbos y plantas her­
E fectos I n v e r n a l e s
Los colores brillantes de los sanguiñuelos rojos y amarillos (Cornus alba
‘Sibirica’ y C. stolonifera ‘Flaviramea’) exhiben su mejor aspecto en invierno.
báceas proporciona colorido y texturas P r im a v e r a
cambiantes en las distintas estaciones. Las cabezas orgullosos
de los tulipanes
Primavera coloridos y rayados
Los bulbos resultan excelentes para aportan una riqueza de
aportar color al jardín en la primera par­ color a las orlas en
te del año, desde las blancas campani­ primavera, mientras que
llas de invierno (Galanthus) de finales las etéreas flores azules
de la estación hasta los brillantes aza­ del nomeolvides
franes y narcisos de la primavera; mu­ (Myosotis) aportan un
chas de ellas, como los tulipanes, flore­ interés adicional a ras de
cen hasta el verano. Los bulbos se suelo.
pueden cultivar junto con plantas tapi­
zantes para proporcionar interés una vez
muerto el follaje de los mismos. Trepa­
doras de floración primaveral, tales
como Clematis armandii, pueden cul­
tivarse ascendiendo por un árbol deci­
duo de follaje ligero a fin de agregar co­ V erano
lor mientras el árbol está brotando. Una rosa antigua de
jardín alcanza su
Verano máximo esplendor en
En verano, la mayoría de las plantas her­ verano, sus flores de un
báceas presentan su mejor aspecto, con magenta profundo
una amplia gama de especies con las que complementan la gama
crear un tapiz rico en colores. Éstas in­ de color rosa, malva y
cluyen las perennes, que proporcionan azul. Las perennes, tales
interés año tras año, y las anuales y bie­ como las cebollas
nales, por ejemplo las amapolas (Papa- decorativas (Allium), los
ver) y los guisantes de olor (Lathyrus resistentes Geranium, y
odoratus), para mayor variedad y como los lirios, acaban de
relleno entre plantas establecidas. El fo­ completar el diseño de la
llaje de algunas plantas bulbosas, tales estructura de arbustos.
como el Eremurus y las cebollas deco­
rativas (Allium), comienza a declinar
antes de que las plantas florezcan. Es­
tos bulbos deberían plantarse detrás de
las plantas herbáceas de floración tar­ O toño
día, de modo que sus hojas queden Unos repollos
ocultas. decorativos con hojas
rosadas y verdes añaden
Otoño un color suave, mientras
Los bulbos de floración otoñal, los ar­ que el follaje amarillo
bustos de bayas y las coniferas enanas oro de las rosas ilumina
tienen, todos ellos, interés en otoño. Mu­ la orla. Los elementos
chos árboles y arbustos de follaje atrac­ estructurales de la
tivo, tales como los tonos ardientes de espaldera pintada y la
muchos arces japoneses (Acer palma- Euphorbia comienzan
tum y A. japonicum), resultan especial­ ahora a destacar más.
mente espectaculares en dicha estación.
I n v ie r n o
A l decaer las perennes,
el esquelete del diseño
adquiere importancia:
los tallos desnudos de la
rosa, la audaz forma de
cono de los acebos
jaspeados de oro (Ilex),
las cabezas tocadas por
las escarcha de la
Euphorbia, y el arco
destacado de la
espaldera.
Invierno
Aunque es considerado un período apa­
gado en el jardín, el invierno es una épo­
ca en la cual muchas plantas presentan
unos follajes, flores, frutos, corte/a o ta­
llos atractivos. Si existe el espacio sufi­
ciente, se puede dedicar una zona del
jardín a las plantas que tengan interés
en invierno, tal vez situadas donde pue­
dan verse desde la casa. Los árboles y
los arbustos de cortezas ornamentales
proporcionan unos elementos estructu­
rales, además de color y textura; así, el
lustroso tronco color caoba de un Pru-
nusserrula. Plantas tapizantes siempre-
verdes o brezos de floración invernal
pueden cultivarse en la parte delantera
de una orla para proporcionar un colo­
rido invernal suplementario.
Plantación escalonada
El principio de la plantación escalonada
es lograr una continuidad y un equilibrio
de color, forma y textura en la misma
zona. Esto refleja los hábitats naturales
donde las plantas crecen en proximidad,
pero que a veces tienen ciclos de vida di­
ferentes, por lo cual se reduce la com­
petencia por la humedad, el alimento y
la luz. Un buen ejemplo natural es un
bosque de campánulas, donde las cam­
pánulas florecen al final de la primave­
ra y declinan antes de que los helcchos,
las zarzas y las dedaleras hayan alcan­
zado su desarrollo completo. Esta inter-
plantación o plantación escalonada se
puede imitar utilizando asociaciones de
plantas cultivadas; por ejemplo, unos
abedules de tronco blanco (Bernia) po­
drían conformar el escalón de árboles,
a cuya sombra ligera se podrían plan­
tar arces japoneses (Acer) o sanguiñuc-
los (Corrtus) como escalón de arbustos.
A sus pies se podrían plantar hermosas
o helechos y, como éstas no brotan hasta
finales de la primavera, se las podría in-
terplantar con bulbos de primavera.
En menor escala, es posible continuar
con los mismos principios utilizando ar­
bustos individuales rodeados de alfom­
bras de plantas tapizantes y bulbos. Los
árboles de copas frondosas, tales como
las hayas (Fagus), o de hoja perenne
como los acebos (llex), proyectan una
sombra profunda y dificultan el creci­
miento de las plantas a sus pies.
Espaciado de plantas
Al diseñar un esquema de plantación,
deje espacio suficiente entre planta y

A g r u p a c ió n df . C o n t e n e d o r e s
A l agrupar contenedores por alturas, se logra un efecto audaz desde un
vistoso Ncrium oleander, en la parte posterior, hasta un alhelicillo Lubularia
mar¡tima) en la parte anterior, conforman una transición entre la casa y el jardín.

planta de modo que puedan desarrollar­

se completamente; si están plantadas de­
masiado cerca, pronto necesitaría alige­
rarlas para evitar el amontonamiento.
Sin embargo, en ciertas ocasiones se
pueden plantar muy juntas para propor­
cionar un elemento de diseño en parti­
cular, tal como un jardín de nudo.
Las distancias y el espacio de la planta­
ción también dependen del suelo, de las
condiciones climáticas, y del período de
maduración de la especie o del cultivo du­
rante el desarrollo del esquema. Las plan­
tas jóvenes son menos costosas que las
más adultas de la misma especie o culti­
vo, que proporcionan un impacto más in­
mediato, pero pueden transcurrir varios
años antes de que la plantación parezca
adulto. La decisión acerca de cuáles plan­
tar depende del presupuesto disponible.
Por regla general, situar las plantas
muy cerca una de la otra y el uso de
plantas de crecimiento rápido crea un
impacto considerable a corto plazo, pero
a largo plazo resultará necesario una
mayor cantidad de poda, mantenimiento
y renovación. Un equilibrio entre plan­
tas de crecimiento rápido y de crecimien­
to lento produce los mejores resultados;
una manera de desplegar un gran inte­
P l a n t a c ió n e s c a l o n a d a rés inicial es llenar los huecos con «re­
La bóveda pequeña y el follaje ligero de una Robinia pseudoacacia ‘Frisia’ llenos» ocasionales, tales como anuales
permite que muchas plantas crezcan a sus pies; las dedaleras (Digitalis) y las y bulbos coloridos, mientras las otras
Crambe cordifolia no limitan el crecimiento de las perennes. plantas se van estableciendo.
La jardinería en
contenedores
Existen muchas posibilidades de incluir
contenedores con plantas en un jardín,
especialmente en terrazas, patios y es­
calones, donde aportan cambios de ni­
vel atractivos y suavizan la rigidez. Los
contenedores forman centros de interés
estructural y pueden ser utilizados: in­
dividualmente, para destacar especíme­
nes de plantas; en parejas, para enmar­
car una vista o unos escalones; o en
pequeños grupos, para relacionar la casa
con la terraza y el jardín.
La mayoría de las plantas se pueden
cultivar en contenedores: las plantas de
macizo o los bulbos se cultivan frecuen­
temente de este modo, mientras que una
plantación más permanente de arbustos,
árboles y coniferas proporciona un in­
terés a largo plazo. Incluso se pueden
plantar trepadoras en contenedores jun­
to a un muro.
Los contenedores existen en una am­
plia gama de tamaños y formas. Elija
aquellos que se complementan con los
materiales y el carácter de la casa, así
como con la plantación; un boj recor­
tado (Buxus) se vería perfectamente real­
zado por una elegante artesa de piedra,
pero medio barril de madera resultaría
menos apropiado.
Estilos de jardín
casi no existen límites en J a r d ín R u r a l
A
unque
la gama potencial de los diseños Una mampara
productiva de judías
de jardines, varios estilos clásicos y na­
turales lian sido una inspiración para los verdes escarlatas
jardineros durante siglos y pueden ayu­ combina con eficacia lo
dar a planear y combinar los distintos funcional con lo
elementos para la creación de un dise­ ornamental, mientras
ño bien enfocado y consistente. que unas estructuras de
También puede resultar eficaz la com­ cañas sostienen guisantes
binación de dos o más estilos, tal vez di­ de olor (Lathyrus
vidiendo el jardín en «habitaciones» odoratus) que pueden ser
más pequeñas a través de setos orna­ cortados para la
mentales o espalderas. Incluso en una decoración interior.
zona muy pequeña, los contrastes de es­
tilos podrían proporcionar un cambio
de estilo interesante: las líneas sólidas y
limpias de un estanque moderno y re­
gular podrían realzarse con una orla de
contrafondo repleta de rosales trepado­ sobrante para cultivar más plantas. El ra o moteada, permiten que una mayor cerca de un arroyo selvático, prosperan
res antiguas y anuales atractivas. Sin em­ jardín estaba típicamente dividido por gama de plantas crezcan a sus pies, de las prímulas (Prímula vulgaris) y mu­
bargo, planifique la conexión de zonas senderos de tierra apisonada, bordeados modo que, generalmente, se los prefie­ chos helechos, mientras que las dedale­
o la yuxtaposición de estilos diferentes de piedras, azulejos, caracolas o grupos re a las coniferas y a otros árboles de co­ ras (Digitalis) toleran las condiciones se­
con mucho cuidado para evitar un efecto de flores, tales como los pensamientos pas frondosas (véase también «Planta­ cas y umbrías que se encuentran bajo
discordante. La mejor manera de lograr ( Viola x wittrockiuna). Se cultivan una ción escalonada», p. 26). las copas de los árboles. Existen una se­
una mezcla de estilos formales e infor­ gran variedad de plantas, a veces muy Cultivar otras plantas, además de ár­ rie de arbustos, como rododendros y ar­
males es a través del plantado enmar­ perfumadas: rosas antiguas ondulando boles, facilita la creación de un atracti­ ces japoneses (Acer), que crecen bien en
cado (véase p. 21). sobre las coles, lirios Madonna ( Lilium vo permanente y proporciona un des­ emplazamientos selváticos umbríos y,
candidum) junto a caléndulas (Calén­ pliegue de diferentes alturas. Se pueden como también conforman una transi­
dula), mientras que altas malvarrosas plantar, diseminados, los resistentes ci­ ción entre los bulbos bajos, las peren­
Jardines informales (.Alcea rosea) y girasoles (Helianthus an-
nus) podían enmarcar una puerta.
claminos y campánulas (Hyacinthoides
non-scriptus) para formar pinceladas de
nes y los árboles elevados, ayudan a
crear un esquema de plantación intere­
y naturalistas En tanto resulta posible recrear un color, mientras que algunos miembros sante y bien equilibrado.
jardín campestre tradicional con efica­ decorativos de la familia de las ortigas Las especies de crecimiento rápido, ta­
Estos estilos de jardín, como su nom­ cia, el mantenimiento necesario es con­ (por ejemplo, Lamium maculatum) re­ les como los alisos (A!ñus) y los sauces
bre indica, tienden generalmente a no siderable, y las plantas que le son pro­ sultan atractivos como tapizantes. En (Salix), proporcionarán una bóveda de
exhibir líneas sólidas, simétricas, rígidas, pias no proporcionan, en general, un emplazamientos húmedos, por ejemplo árboles con bastante rapidez, pero po-
u ordenadas; resultan típicos en ellos las gran interés en otoño e invierno. Sin em­
formas más fluidas y menos reguladas, bargo, muchos de sus principios apor­
al igual que una plantación controlada. tan ideas valiosas para los jardines mo­ Ü K im
A menudo se incluyen grupos de plan­ dernos, y pueden ser imitadas o adap­
tas en macizos y orlas desbordantes, tadas por convenir a emplazamientos es­
como aparecen en los jardines campes­ pecíficos, mientras que ciertas plantas
tres, mientras que, si se desea un efecto y elementos típicos se utilizan para crear
más naturalista, el diseño de la planta­ un efecto relajado y campestre dentro
ción puede resultar más sencillo. de un esquema.
El concepto de un jardín silvestre im­ Los senderos de ladrillos, cantos ro­
plica el cultivo de especies nativas en dados o gravilla son prácticos a la vez
asociaciones y grupos naturales, imitan­ que apropiados al estilo, mientras que
do lo mejor de la naturaleza, pero con­ un borde de lavanda (Lavandula) pro­
servando cierto control. Dejando senci­ porciona llores perfumadas, tanto en el
llamente que un jardín se vuelva silvestre exterior como para el secado, junto con
no se logra el mismo efecto: tiende a ser un follaje siempreverde y atractivo. Un
desordenado, en vez de agradablemen­ arco rústico de madera es un elemento
te relajado y fluyente. Un cierto grado ideal para sostener trepadoras perfuma­
de mantenimiento es necesario para un das, tales como rosas o madreselvas (Lo­
jardín naturalista, pero su efecto debe­ nicera), y unas orlas repletas de peonías
ría ser discreto. Utilice las característi­ (Paeonia), lupinos (Lupinus), alhelíes
cas naturales del emplazamiento en la amarillos (Cheirantus) y clavellinas
mayor medida posible, desarrollando un (Dianthus) recrean una sensación de
jardín selvático, una pradera de flores abundancia incontrolada.
silvestres, o un santuario, para atraer al­
guna fauna silvestre. Jardines selváticos
Un jardín selvático debería ser un lugar
Jardines campestres pacífico y protegido, basado en una
En el pasado, los jardines campestres agrupación natural de árboles, y (al vez
eran primordialmente utilitarios, con los con una plantación adecuada, al pie de
frutales, las hortalizas, las hierbas, las los mismos, de arbustos, plantas herbá­
ñores y los arbustos apiñados en un es­ ceas y bulbos. Árboles tales como el ro­ J a r d ín S il v e s t r e
pacio muy pequeño. Los céspedes eran ble (Quercus), el abedul plateado (Be- Las especies silvestres, tales como la alta y rosada hierba del sauce
poco frecuentes, ya que se consideraba tula péndula) y el cerezo salvaje (Prunus (Epilobium) y la salicaria amarilla (Lysimachia punetata), prosperan en este
que era mejor utilizar cualquier espacio avium), que proyectan una sombra lige­ rincón naturalista, refugio atractivo para la fauna.
drían proyectar una sombra demasiado
densa para que prosperen muchas plan­
tas selváticas. Las especies de crecimien­
to más lento, tales como el pino esco­
cés (Pinus sylvestris), el roble rojo
(Quercus rubra) y el cerezo salvaje (Pru­
nas avium) proporcionarán un recubri­
miento más satisfactorio.
Si el emplazamiento ya está parcial­
mente arbolado, puede resultar necesa­
rio despejar zonas para claros y plan­
tas bajas, eliminando matorrales y
retoños indescados; o podando la copa
de los árboles. Es mejor dejar las plan­
taciones espesas en los bordes del em­
plazamiento, ya que proporcionan una
valiosa protección del viento, aunque
puede recortarse.
Si se dispone de mucho espacio, es po­
sible crear un jardín silvestre nuevo, pero
la paciencia es esencial: aunque se plan­
ten grandes emplazamientos, un bosque
verdadero tarda algunos años en esta­
blecerse. Se necesita una superficie mí­
nima de 1.000 m2, aunque, en una es­
cala menor, algunos grupos de abedules
(Betula), arces (Acer) u otros árboles de
follaje ligero proporcionarán la sombra
suficiente como para cultivar una serie
de flores silvestres, tales como Anemo­
ne nemerosa, Trillium, y campanillas de
invierno (Galanthus).
Al establecer un bosque silvestre en
un emplazamiento abierto es mejor
mantener despejada la zona alrededor
de los árboles, de modo que durante los
dos primeros años pueda desarrollarse
entrando en la menor competencia po­
sible con otras plantas.
Es mejor disponer el acceso al jardín
a través de senderos informales creados
a partir de materiales sueltos, tales como
astillas de corteza, agujas de pino o, si
el emplazamiento tiende a la humedad,
gravilla local. Lo más apropiado para el
ambiente de un jardín informal son los
senderos serpenteantes, ni muy anchos
(excepto con fines de mantenimiento) ni
sobresalientes.
Jardines de fauna silvestre
y de conservación
En muchas zonas, el hábitat natural de
la flora y la fauna está siendo erosiona­
do y resulta atractiva la idea de propor­
cionar un refugio para la fauna en el jar­
dín. Cualquier jardín con una gama de
plantas amplia atraerá algunos anima­
les y pájaros, pero cultivar mayor varie­
dad de plantas proporcionará mejores
condiciones a una fauna diversa.
La meta principal de este estilo de jar­
dín debería ser la de proporcionar tan­
to hábitats como alimentos; si se prefie­
re, éstos se pueden seleccionar para
atraer a animales específicos; por ejem­
plo, los setos de espino (Crataegus) son
emplazamientos adecuados para que
aniden los pájaros, mientras que los ár­
boles y arbustos de bayas son una fuente
de alimentos en invierno. La inclusión
de un estanque debería atraer a muchas
especies silvestres, tales como pájaros,
ranas, tritones, libélulas, y otros insectos.
T e r r e n o s S il v e s t r e s S o m b r e a d o s
La bóveda de árboles deciduos proporciona las condiciones correctas para
muchas plantas amantes de la sombra y un refugio fresco para el verano.
Praderas
Hace cierto tiempo los pastizales y las
praderas abundantes en flores silvestres
eran comunes en el campo, pero ahora
se vuelven cada vez más infrecuentes, y
el interés por los jardines de pradera ha
aumentado en consecuencia. Es impor­
tante elegir plantas apropiadas para el
emplazamiento, estableciendo y mante­
niéndolas correctamente para que su
A g u a e n e l J a r d ín
Este estanque delicioso conforma la pieza central de una
zona informal apartada de la estructura regulada que se
vislumbra al fondo, enmarcada por un seto recortado. La
apariencia sea la deseada. Resulta fácil
desarrollar un jardín de pradera de ma­
nera satisfactoria en tierras relativamen­
te pobres, porque la mayoría de las es­
pecies de los prados prefieren estas
condiciones antes que los suelos más ri­
cos y fertilizados de los jardines.
Muchas flores silvestres de la prade­
ra son perennes que persisten una vez es­
tablecidas en un hábitat apropiado y co­
superficie calma y reflectante del agua es atractiva por sí
misma, mientras que el margen del estanque proporciona
un lugar ideal para las hermosas y las Rodgersia.
rrectamente administrado. A veces se re­
comiendan unas mezclas de «anuales de
campo de maíz» para los jardines de
praderas, pero no siempre resultan apro­
piadas, ya que necesitan una tierra cul­
tivada con regularidad y pronto mori­
rían en un prado. Para más información,
véase J a r d in e r ía d e fl o r e s silv estr es
Y PRADERAS, p. 169.
Jardines acuáticos
El encanto del agua resulta especialmen­
te fascinante para cualquier jardinero:
un estanque posee una tranquilidad in­
herente, mientras que un arroyo ofrece
los placeres suplementarios del sonido
y del movimiento. Si incorpora un ele­
mento acuático dentro del esquema del
jardín, asegúrese de que el diseño sea
congruente con el resto del jardín y con
la casa.
En un jardín formal o regulado, un
estanque simétrico de bordes precisos re­
sulta generalmente apropiado. También
se podrían incluir un surtidor, una fuen­
te, o una cascada escalonada, para aña­
dir un cambio de nivel interesante, así
como cierto movimiento. Un estanque
más naturalista, con una forma curva
e irregular, resultaría deseable en un em­
plazamiento informal; la mejor mane­
ra de suavizar o disimular el borde es
a través de plantas amantes de la hume­
dad y piedras atractivas.
Dado un espacio suficiente, es posi­
ble guiar un arroyo o un curso de agua
hasta el estanque, pasando por encima
de piedras o cantos rodados y creando
una vista y un sonido agradables. Es me­
jor utilizar piedras o pizarra locales, si
se pretende construir un elemento acuá-
tico que se funda correctamente con el
paisaje natural.
Para más información sobre diseño,
construcción y plantado, véase E l j a r ­
dín d e A g u a , pp. 244-257.
Patios y atrios
Estos jardines de superficie dura, y ge­
neralmente encerrados, resultan ideales
en las ciudades, en las que el espacio
destinado al jardín es restringido y re­
sulta difícil establecer y mantener un cés­
ped correctamente. Es posible crear un
jardín incluso en una superficie peque­
ña. Para lograr el mejor efecto, el dise-
flo debería ser sencillo, y no habría que
caer en la tentación de introducir dife­
rentes elementos y plantas.
Además de proporcionar una zona
para sentarse fuera y comer informal­
mente —si el clima lo permite—, un pa­
tio puede ser utilizado como emplaza­
miento para exhibir una gran variedad
de plantas en contenedores, incluyendo
bulbos, alpinas, hierbas, árboles peque­
ños, arbustos, rosales y frutales. Alrede­
dor de un patio o de un atrio, también es
posible plantar macizos sobresalientes con
trepadoras o rastreras derramándose so­
bre el borde y suavizando el efecto rígi­
do de los materiales duros. Asegúrese de
que los materiales elegidos sean apro­
piados con el carácter y estilo de la casa.
Al diseñar un patio, tenga en cuenta
cuáles son las partes del emplazamien­
to soleadas o umbrías en las diferentes
horas del día y, de acuerdo con ello, pla­
nifique zonas para sentarse por las ma­
ñanas o por las tardes. La sombra pro­
yectada por los árboles y edificios
adyacentes variará durante el transcur­
so del año, dependiendo de la densidad
del follaje presente y de la inclinación
de los rayos solares.
Una mampara o espaldera protecto­
ras, cubiertas por trepadoras decorati­
vas, parras, o incluso judías verdes en
Paho C errado
Una mesa y un asiento, enmarcados por Cupressus alabra recortados y
plantas de follaje, conforman este jardín de un patio.
J a r d ín e n T e r r a z a
Macizos elevados de
madera y tiestos de
terracota han sido
plantados con arbustos
comunes, plantas
tapizantes y anuales
brillantes, tales como
begonias de hojas
cobrizas, para avivar
esta terraza. La espaldera
de dibujo a cuadros
imita el diseño de las
ventanas, relacionando el
interior con el exterior.
verano, proporcionarán alguna protec­
ción contra el viento, además de intimi­
dad. Con el mismo fin, es posible utili­
zar árboles en tiestos como protecciones
móviles. Es posible aumentar la intimi­
dad y la sombra incluyendo una pérgo­
la o glorieta, que también proporcionará
una estructura decorativa para sostener
una madreselva ( Lonicera) aromática y
colorida, rosas y clemátides.
A menudo, los cambios de nivel re­
sultan útiles para el desarrollo eficaz de
un espacio compacto; es posible realzar
unos escalones por medio de tiestos o
cultivando trepadoras a lo largo de un
pasamanos o una reja. Si el patio es vi­
sible desde una ventana superior, asegú­
rese de que la totalidad del diseño tam­
bién resulte agradable vista desde arriba,
ya que los jardines pequeños suelen te­
ner un aspecto de mosaico que resulta
particularmente atractivo desde lo alto.
En un jardín de patio o de atrio, la
iluminación artificial resulta práctica y
atractiva. Es posible utilizarla de mane­
ras diversas, por ejemplo, para proyec­
tar la sombra de un árbol o de una es­
tatua contra un muro de ladrillos, o para
¡luminar una planta arquitectónica y lla­
mativa desde atrás; en un estanque, ilu­
mine la lluvia fina desde abajo; o ilu­
mine la superficie del agua para
disfrutar de los reflejos nocturnos.
Jardines de terraza y halcones
Muchas de las consideraciones relativas
a los patios se aplican a los jardines de
terraza y a los balcones, aunque éstos
están más expuestos al viento y al sol.
Generalmente es prioritario un diseño
y una plantación de bajo mantenimien­
to, y es importante también el peso de
los contenedores; si existen restricciones
de peso, es preferible utilizar contene­
dores de plástico o de fibra de vidrio en
lugar de terracota o piedra. De modo si­
milar, si resulta necesario un entarima­
do adicional, elija materiales livianos.
Si el jardín está expuesto a vientos
fuertes, unas espalderas o mamparas só­
lidas proporcionarán protección tanto
para las personas como para las plan­
tas, aunque también podrían obstruir las
vistas. Cualquier mampara que se utili­
ce deberá estar correctamente fijada a
estructuras permanentes del techo por
razones de seguridad. Los balcones es­
tán generalmente más protegidos que los
jardines de terraza, y también es posi­
ble proporcionarles sombra desde arri­
ba. Aproveche todo el espacio disponi­
ble, adosando ménsulas y repisas
resistentes a la pared de la casa para sos­
tener tiestos y artesas con plantas ras­
treras, o cultive trepadoras a lo largo de
una espaldera ornamental (véase «Jar­
dinería en contenedores», p. 26).
Jardines formales
o regulados
Desde la sencillez de un césped, acen­
tuando por un único macizo, hasta la
complejidad de un parterre intrincado,
es posible diseñar muchos tipos de jar­
dines formales. Por más sencillos que
sean, los diseños formales son elegan­
tes y ordenados, equilibrados y bien pro­
porcionados, y poseen a menudo un tra­
zado potente o simétrico.
Los elementos característicos com­
prenden céspedes muy bien segados,
senderos rectos, setos y plantas orna­
mentales que han de ser, cuidadosamen­
te podadas, orlas definidas por setos ba­
jos o plantas ribeteadoras, panoramas
enmarcados y puntos focales, macizos
regulares en bloques de colores intensos,
y también, ocasionalmente, parterres y
jardines de nudos.
Los jardines formales requieren un
mantenimiento muy preciso y regular,
así como mucho trabajo. Cuanto más
uniforme sea el diseño, tanto más des­
tacará cualquier fallo por pequeño que
sea.
Jardines clásicos y de
estilo italiano
Los jardines formales que existieron en
la Grecia y Roma antiguas fueron la ins­
piración de los espléndidos jardines pa­
laciegos y rurales de Italia y Francia en
los siglos XVII y XVIII. Las caracterís­
ticas esenciales de estos jardines son sus
potentes diseños arquitectónicos y simé­
tricos, que imitan fielmente la propor­
ción y escala del edificio que rodean y
realzan.
Los jardines italianos están a menu­
do emplazados en lugares elevados o
prominentes, con jardines de terrazas y
escaleras que conducen a caminos lar­
gos y sombreados, a fuentes, cascadas
y canales. En un clima mediterráneo cá­
lido, el efecto refrescante del agua o de
las avenidas o bóvedas de árboles —ge­
neralmente, perennes— son parte del
placer que proporcionan estos jardines.
Sobre las terrazas podrían haber dise­
ños de parterres con macizos de flores
en volutas, rodeados de boj, y obeliscos
y pirámides ornamentales emplazadas
simétricamente. Sin embargo, el color se
limita generalmente al verde oscuro de
las plantas, a los colores pálidos de la
piedra y la gravilla, y a las aguas «blan­
cas». Otros elementos típicos son las es­
tatuas, balaustradas, y urnas o vasijas
bien proporcionadas, destinadas al cul­
tivo de cítricos o de plantas decorativas.
Muchos de estos elementos pueden
ser incorporadas al diseño de jardines
contemporáneos para crear una sensa­
ción elegante, formal y de calma orde­
nada. Incluso en una superficie más re­
ducida, la atención cuidadosa a la
escala, proporción, equilibrio y armo­
nía perceptibles en los jardines clásicos
pueden imitarse para crear un diseño
sencillo y eficaz.
Influencias orientales
En China, el diseño de jardines es un
arte antiguo que se remonta a unos 3000
años. Los jardines eran creados por sa­
bios y filósofos como lugares tranqui­
los y sublimemente pacíficos para la
contemplación y la meditación. Los ele­
mentos, sencillos y simbólicos, reflejan
el vasto y soberbio panorama chino de
montañas, rocas, cascadas, valles verdes
y lagos. En un recinto cerrado, la inclu­
sión de algunos elementos pequeños y
a escala menor, especialmente las rocas,
resultan suficientes para sugerir estas es­
cenas distantes. Los senderos serpentean
o zigzaguean a fin de revelar vistas y pa­
noramas de modo gradual, mientras que
unos puentes empinados sobre las aguas
permiten observar peces o reflejos. Con
frecuencia, las miradas hacia el exterior
desde estos jardines secretos se produ­
cían a través de formas al estilo de «agu­
jeros de cerradura» en los muros, per­
mitiendo que la imaginación volase
fuera del jardín hacia estos paisajes to­
mados en préstamo.
La plantación es discreta y limitada;
E l e g a n c ia C lá sic a
Los escalones
enmarcados, el uso
controlado del color y
las plantas ornamentales,
cuidadosamente
recortadas y emplazadas,
demuestran cómo un
planteamiento clásico se
puede adaptar a un
jardín moderno.
Destacar los escalones a
un lado del sendero y
mezclar los distintos
materiales duros han
servido para suavizar la
formalidad del diseño.
D is e ñ o F o r m a i .
Llamativo tanto por su simplicidad como por su simetría, este jardín formal
es un ejemplo espléndido de la naturaleza domesticada por el arte.
cada árbol o arbusto del jardín tiene un
significado o un lugar simbólico en la
totalidad de la composición. Aunque
China posee una de las floras más ricas
y naturales del mundo, en los jardines
tradicionales chinos sólo se encuentra
una gama relativamente pequeña, fun­
damentalmente a causa de que estos jar­
dines fueron concebidos por artistas,
poetas y estudiosos, más que por botá­
nicos o personas interesadas por las
plantas.
Los jardines japoneses fueron imita­
dos de los chinos hace unos 1200 años,
y tienen su fuente de inspiración en los
montes, lagos c islas del Japón. La di­
ferencia con los chinos es que poseen
plantaciones más ricas y espesas de ár­
boles y arbustos, con formas cuidado­
samente cortadas y reducidas, grupos
simbólicos de piedras talladas, gravillas
o arenas rastrilladas, que rodean «islas»
cercadas y farolas de piedra. A lo largo
de los siglos se desarrollaron tres tipos
de jardines orientales. El primero es el
jardín plano, que contiene los más sen­
cillos elementos de arena o gravilla ras­
trilladas, una piedra vertical o plana, y
un bambú. El segundo es el jardín seco,
que consta de montículos y piedras den­
tro de conductos y canales secos, y que
se parece más a una composición chi­
na. El tercer jardín oriental es el de co­
lina y agua, también llamado jardín del
té, que comprende un paisaje completo
de colinas, una corriente de agua y pi­
nos, y otros árboles entre rocas, además
de un lago.
Unos sencillos edificios son elemen­
to esencial de los jardines chinos y ja­
poneses, junto con casas de té, pabello­
nes y templos destinados, en todos los
casos, al reposo, la observación y la con­
templación.
E st il o J a p o n é s
El agua relajante, los senderos serpenteantes, el color estrictamente limitado,
y las vistas y elementos semiocultos de este jardín, son característicos del
tono y del estilo de muchos jardines orientales.
Aunque resulta difícil reproducir es­
tos jardines orientales dentro de un jar­
dín moderno, se pueden copiar algunos
de los principios de su diseño: el equili­
brio, la sencillez, el simbolismo y la cal­
ma son los elementos que podrían re­
sultar eficaces en algunos diseños de
jardines. El uso imaginativo de materia­
les duros y agua debería porporcionar
la inspiración para el diseño del jardín
más pequeño, mientras que, a gran es­
cala, la idea de esculpir el paisaje pue­
de ser una ayuda al planificar panora­
mas de jardín.
Macizos formales o regulados
Los macizos formales, con sus grupos
ordenados de plantas coloridas, ha per­
dido popularidad en favor de los esti­
los más informales, pero sus audaces
conjuntos de color tienen un impacto in­
mediato y vivido. Con frecuencia se in­
cluyen flores de colores intensos —e in­
cluso contrastantes— unas al lado de
otras, pero las combinaciones de colo­
res deberían elegirse cuidadosamente, de
manera que el uso de demasiadas tona­
lidades contrastantes no oculte la visión
del conjunto. Intente limitar la gama de
las plantas utilizadas a sólo tres culti­
vos o colores, utilizando un marco for­
mal para crear un despliegue llamativo
que también resulte relativamente fácil
de plantar y conservar (véase también
A n u a l e s y B ien a les «Esquemas de ma­
cizos formales», p. 174).
Muchas de las plantas tradicional­
mente utilizadas son anuales o semi-
resistentes. Comprar un gran número de
éstas puede resultar costoso, pero la ma­
yoría se cultiva fácilmente a partir de se­
millas y esquejes. Las perennes, los bul­
bos y algunos arbustos proporcionan
una estructura de fondo de esquema de
plantado, y también ayudan a extender
el período de interés.
Jardinería ornamental
Durante más de 2000 años, el arte y ofi­
cio de la jardinería ornamental ha sido
practicado en los jardines: con tiempo,
paciencia y las plantas adecuadas, es po­
sible producir «esculturas vivientes» sin
que sea necesaria una gran habilidad.
En los jardines formales, la jardine­
ría ornamental se utiliza para añadir al­
tura, forma e interés escultural; colum­
nas, pirámides y espirales correctamente
recortadas son utilizadas para propor­
cionar acentos verticales y realzar la si­
metría y la proporción de un diseño.
Una única pieza ornamental conforma
un centro de atención sólido, mientras
que varios arbustos y árboles recortados
pueden proporcionar al jardín unas pie­
dras angulares o una estructura bien de­
finida, como contraste a una plantación
más informal y desestructurada.
Es mejor utilizar formas sencillas y
geométricas, tales como conos o esfe­
ras, si se requieren elementos ornamen­
tales para un jardín clásico o formal. Las
formas más imaginativas, tales como pá­
jaros y animales u objetos, e incluso pie­
zas de ajedrez, que agregan un toque
vivo y divertido, podrían resultar apro­
piadas en jardines tanto formales como
informales según su estilo, pero resul­
tarían poco apropiados en un jardín con
un emplazamiento naturalista o silvestre.
Generalmente, las mejores plantas
para tales fines son perennes, espesas y
de crecimiento lento: el tejo (Taxus bac-
cata) y el boj (Buxus) son ideales, y pro­
porcionan interés durante todo el año.
Las hiedras (Hederá) también se pueden
recortar y guiar por encima de marcos,
dándole formas apropiadas. Para más
detalles, véase J ardinería ornamental ,
pp. 52-53.
Jardines de nudos
Gozaron de una popularidad especial
durante el siglo XVI, y adoptaban el as­
pecto de franjas entretejidas y dibujos
abstractos que contenían arenas colorea­
das, gravilla o plantas, delimitadas y en­
marcadas por setos bajos. Con frecuen-
P arterre
El diseño intrincado y decorativo de los setos de boj bajos y entrelazados,
que contienen macizos de dalias rosadas y rojas, recrea el efecto
deliberadamente pulcro y a medida de un parterre clásico.
U n J ardín O rnamental
Arbustos que forman espirales elevadas, rectángulos y esferas agregan un
interés escultórico a este jardín formal, subrayando la simetría de su diseño.
cia reflejaban los nudos y dibujos de cin­ malezas que aparezcan en la superficie
tas de los bordados y de los decorados de gravilla deberían ser elim inadas a
cenitales de yeso ingleses de las épocas m ano, ya que un herbicida podría d a­
isabelina y Tudor. Para apreciar los de­ ñar los setos de raíces poco profundas.
talles, es mejor observar los jardines de
nudos desde arriba, y deben ser diseña­ Parterres
dos para poder ser vistos con facilidad Frecuentemente confundidos con los
desde una terraza elevada o una ventana. jardines de nudos, los parterres son de
Dado un emplazamiento apropiado y mayor escala, y consisten en macizos de
un terreno nivelado y bien drenado, no flores más o menos planos y uniformes
es difícil crear un jardín de nudos, cuyo que conforman unos dibujos decorati­
mantenimiento resulta bastante fácil. vos dentro de un particular diseño. A ve­
Los dibujos han de ser sencillos, o el di­ ces estos diseños son muy ambiciosos y
seño podría resultar ineficaz y dificul­ complicados, con dibujos de volutas llo­
tar el mantenimiento. Algunos plantas ridos o temas simbólicos. Generalmen­
apropiadas incluyen el boj enano (Teu- te los contornos están formados por se­
crium chamaedrys) y la lavanda algo­ tos bajos de boj, y después las zonas
donera (Santolia chamaecyparissus). Si entre los setos se rellenan con gravillas
utiliza plantas en vez de gravillas colo­
readas para rellenar las zonas entre los
setos, seleccione las que combinen con Restauración de jardines antiguos e históricos
la escala y el carácter del nudo; las plan­
tas bajas generalmente resultan conve­ Si se recrea o se restaura un jardín an­
nientes, aunque también pueden tenerse tiguo, el grado y la naturaleza de los
en cuenta plantaciones menos frecuen­ trabajos sufrirán una gran variación,
tes, tal vez utilizando suculentas, tales dependiendo del tamaño, condición
como los puerros (Sempervivum). Las y carácter de éste. Además de exami­
nar el emplazamiento y valorar las
condiciones de los elementos princi­
pales en presencia (véase «Valoración
del emplazamiento», p. 15), intente
investigar la historia y el desarrollo
del jardín.
Es recomendable una aproxima­
ción cautelosa: la observación del jar­
dín durante un año ayudará a esta­
blecer una idea del esquema de
plantación original, además de faci­
litar la determinación acerca de qué
plantas se deberán podar o renovar y
cuáles habrá que reponer. El limpia­
do de senderos, escalones y otros ele­
mentos duros cubiertos por plantas
también ayudará a revelar la estruc­
tura original del diseño. Los trabajos
en el emplazamiento deberían respe­
tar cualquier elemento conservado del
jardín original. Podrían haber sobre­
vivido algunas plantas inusuales, ta­
les como algunas excepcionales rosas
de tonos distintos, plantas de macizos
compactas y coloreadas, o plantas de
discretos tonos pastel.
También se pueden incluir arbus­
tos perennes, recortados en forma de
pulcras pirámides o globos, además de
otras formas regulares de tejo y boj re­
cortado.
Si diseña un parterre en un jardín mo­
derno, asegúrese que su escala se corres­
ponde con el tamaño de la casa o de la
terraza adyacente.
Jardines hundidos
Los cambios de nivel, aún los compa­
rativamente pequeños, proporcionan
elementos interesantes en un jardín, y
un jardín hundido bien trazado puede
aportar una sensación de espacio y aven­
tura, además de añadir otra dimensión
al diseño.
Los jardines hundidos tradicionales
eran generalmente cuadrados o rectan­
gulares, encerrados entre muros y rodea­
dos por hierbas sobresalientes o sende­
ros pavimentados, de modo que
pudiesen ser observados desde lo alto.
La disposición era típicamente sencilla
y geométrica, con macizos de flores di­
vididos por una estructura geométrica
de senderos y caminos, tal vez con un
elemento escultural central, como una
fuente o un reloj de sol.
Como que son más bajos que el res­
to del jardín, los jardines hundidos es­
tán protegidos a menudo, y son muy ín­
timos, mostrando un aspecto secreto y
como de santuario que resulta particu­
larmente relajante y atractivo. Las hier­
bas, los rosales y los macizos formales
se adecúan especialmente bien a los jar­
dines hundidos.
antiguas, o cultivos de rododendros.
Es posible que existan algunos árbo­
les viejos que se podrían conservar
por medio de una prudente cirugía,
pero si están enfermos o son peligro­
sos deberían eliminarse (véase «Cor­
tar un árbol», p. 45) y, si resultase
apropiado, reemplazarlos.
A veces, los setos exageradam ente
crecidos pueden ser reducidos cuida­
dosam ente para renovarlos (véase Sk-
tos y M amparas , pp. 60-62). Si den­
tro de un viejo jardín de nudos o
parterre quedasen setos de boj aban­
donados, éstos también pueden ser re­
novados en caso de no ser dem asia­
do viejos o crecidos, pero no
responden bien a un podado severo;
si existe alguna duda acerca de su su­
pervivencia, es m ejor replantar.
Si dentro del diseño original que­
dasen zonas de césped o de losetas,
éstas pueden ser restauradas. Hace
más de un siglo, se utilizaron losetas
de césped de buena calidad para es­
tablecer céspedes y, si estos aún exis­
ten, es posible que respondan correc­
tamente.
 r
2
A rboles O rnam entales
ÁS QUE CUALQUIER otra planta, los árboles con­
fieren una sensación de permanencia y madurez a un
jardín y lo conectan con el paisaje exterior más amplio.
Agregan altura, estructura y centros de atención escultóricos a un
diseño, mientras que sus características siluetas a gran escala for­
man un contraste atractivo con las líneas más suaves de las de­
más plantaciones. Existe una enorme variedad de árboles, distintos
tanto en aspecto y form a como en el color y la textura del follaje,
las flores y la corteza. Cada uno tiene un atractivo específico, des­
de la oscura y puntiaguda columna de un ciprés hasta los ardientes
colores otoñales de un arce japonés, o el tronco moteado de ca­
nela de un Eucalyptus. Los árboles se pueden cultivar de muchas
maneras: en un emplazamiento informal, un agrupamiento silvestre
de avellanos y abedules plateados —rodeados de bulbos— resul­
ta muy efectivo, mientras que, en un jardín formal, una avenida
de hayas cobrizas o de tilos entrelazados resulta adecuadamente
elegante. Algunos árboles —tales como los magnolios— quedan
mejor emplazados individualmente como elemento del jardín.

Diseñar con árboles

L
os árboles ornamentales son cul­ —generalmente, pero no siempre— tie­ vas, y seleccionarlos y emplazarlos son pecto del jardín, y también su altura, ex­
tivados por la belleza de sus flo­ nen un tronco único, y los segundos decisiones de diseño fundamentales. tensión y tasa de crecimiento, resultan
res, corteza o frutos decorativos, más—por ejemplo, las lilas (Syrínga)—, tie­ Cuanto menos árboles tengan cabida en igualmente importantes. Una vez elegi­
que para cosechas comestibles o made­ nen troncos múltiples, aunque a veces un jardín, más importante resultan una do un árbol, el proceso de diseño se pro­
ra. Sin embargo, muchos árboles fruta­ alcancen tamaños de árbol. elección y un emplazamiento cuidado­ longa con la elección de dónde plantarlo
les ostentan flores hermosas y algunos sos; en un «jardín de un solo árbol» es­ (véase «Elección de un emplazamiento
ornamentales, tales como el manzano tos puntos resultan cruciales con respec­
silvestre (Malus), producen abundantes Elección de árboles to al éxito del diseño. Es obvio que el
de plantación», p. 39). Los centros de
jardinería tienen una gama limitada de
cosechas de frutos para confitar. La di­ aspecto general y las características es­ los árboles ornamentales más popula­
ferencia entre los árboles y los arbustos Por lo general, los árboles son las plan­ peciales de un árbol son importantes, res; los viveros especializados, algunos
también es poco clara; los primeros tas de jardín más costosas y más longe­ pero la adecuación al suelo, clima y as­ con servicio de compra por correo, ofre­
cen una selección más amplia.
Las alturas varían entre alrededor de
un metro, en el caso de algunas conife­
ras enanas, hasta los imponentes 90 m
de una secoya (Sequoia). Las tasas de
crecimiento varían entre los 2,5 cm o
menos por año para las coniferas ena­
nas hasta I m o más para algunos ála­
mos (Poputus). Un árbol joven en un vi­
vero denota poco o nada de su tamaño
potencial, y algunas especies, sobre todo
las coniferas, incluyen tanto árboles de
cultivo minúsculos como gigantes. Eli­
ja los árboles de cultivo cuidadosamente
y, si le ofrecieran sustitutos, asegúrese
de que convengan a sus necesidades.

Árboles como elementos

A rb o les e n el J a r d ín
Los contornos arquitectónicos de los árboles
confieren estructura a un jardín. En un jardín
amplio es posible agrupar varios árboles para crear
un poderoso impacto de color y forma, como en este
arreglo informal de arces (Acer) y otros árboles
caducifolios.
de diseño
Los árboles crean un fuerte impacto vi­
sual, al igual que los elementos paisa­
jísticos duros. También ayudan a formar
la estructura permanente de un jardín,
alrededor de la cual se articulan los ele­
mentos más provisionales.
Los árboles pueden utilizarse como
estatuas vivientes (véase «Arboles indi­
viduales como centros de atención», p.
33): un emplazamiento sencillo y con­
trastante realzará un árbol utilizado de
C e r c a d o d e l E s p a c io E s p é c im e n
Las frondas arqueadas Los árboles
de las palmeras son particularmente
utilizadas como atractivos, o con una
elementos estructurales forma bonita, quedan
para cercar y delinear bien emplazados solos
una zona donde tomar para que destaquen
asiento. Crean una dentro del esquema. Este
mampara frondosa y espino rosado doble
fresca que conforma una (Crataegus laevigata)
división menos rígida exhibe unas hermosas
que un muro o una flores que se pueden
verja. disfrutar desde todos los
ángulos, y constituye
además una piedra
angular del diseño.

este modo. Un árbol de follaje pálido que los de estructura irregular y de ra­
aparecerá vistoso contra un seto de tejo mas separadas tienen un encanto natu­
verde oscuro (Taxus baccata), por ejem­ ralista. Los árboles de formas cónicas
plo, mientras que el trazado invernal y o piramidales tienen un efecto escultu­
audaz de las ramas desnudas destaca ral, mientras que los árboles llorones os­
muy bien contra un muro pintado de tentan una silueta más suave. de 30 años, el árbol posee una copa ele­ Árboles individuales o
blanco.
Utilizados estructuralmente, los árbo­
Tenga en cuenta cuánto tarda el ár­
bol en desarrollar su silueta caracterís­
gante y redondeada.
Donde el espacio lo permite, la com­ especímenes como centros
les también sirven para definir o cerrar
un espacio. Una hilera o grupo informal
tica: en algunos casos pueden tratarse
de décadas; por ejemplo, el Prunus
binación de árboles de aspectos contras­
tantes puede crear un aspecto dinámi­
de atención
de árboles pueden marcar los límites de ‘Kanzan’ se cría de un modo rígido en co, pero plantar muchos árboles de Un árbol individual se cultiva solo, y así
una propiedad, separar una parte del su juventud, con ramas en ángulos in­ aspectos diferentes puede llegar a pro­ logra desarrollarse y exhibir su belleza
jardín de otra, o subrayar un sendero. cómodos; sin embargo, más adelante, las ducir un efecto algo melindroso y des­ natural al completo sin entrar en com­
Un par de árboles podrían actuar como ramas comienzan a arquearse, y después coordinado. petencia con otros árboles. Dependien­
marco verde de un panorama distante
o formar un arco viviente a través del
cual penetrar en el jardín. Form as de Á r b o les
Aspecto y forma
El aspecto y la forma de un árbol son
tan importantes como su tamaño —tan­
to marcando el espíritu y el estilo como
respecto a las consideraciones prácticas
de espacio. Algunos árboles, tales como
muchos cerezos decorativos (Prunus)
son pequeños y encantadores, mientras
que otros, tales como los cedros (Ce-
drus), son majestuosos y monumenta­
les. La mayoría pueden ser formales o
informales, según el emplazamiento y el E x t e n d id a P ir a m id a l C ó n ic a
tratamiento. Los Klius typliina tienen Prunus americana Carpinus betulus Pseudotsuga
una forma arquitectónica llamativa, ‘Fastiagata’ rnenziessi var. glauca
ideal para un jardín pavimentado mo­ (Carpe común) (Abeto azul Douglas)
derno, mientras que las frondas ar­
queantes de muchas palmeras confieren
opulencia a atrios e invernaderos. Los
serbales (Sorbus aucuparia) y los ace­
bos (llex) son árboles típicos de los jar­
dines rurales ingleses; los arces japone­
ses (Acer palmatum) y el gran Salix
matsudana ‘Tortuosa’ son apropiados
para los jardines orientales; las especies
nativas resultan ideales para los jardi­
nes silvestres.
Los árboles angostos y rectos, tal
como el Malus tschonoskii, resultan
apropiados para jardines pequeños, pero
tienen un aspecto formal y casi artifi­
cial. Los árboles de copas redondas o L lo ro sa D e C opa R ed ondea da A rqueante C olum nar
extensas parecen más informales, pero Salix caprea ‘Kilmarnock’ Malus Archontophoenix Acer rubrum
proyectan una sombra mayor y ofrecen (Sauce Kilmarnock) ‘Magdeburgensis’ alexandrae ‘Columnare’
una mayor protección de la lluvia, difi­ (Manzano silvestre) (Palma Real) (Arce rojo)
cultando la plantación al pie, mientras

C o lo r y T e x t u r a d e i . F o l l a je
El follaje otoñal de un árbol caducifolio está realzado por la masa
azul-verdosa de una conifera, creando un cuadro de color, textura y forma.
do del clima, un sauce llorón (Salix x
sepulcralis ‘Chrysoeoma’), un sangui-
ñuelo florido (Cornus florida), varios
cerezos decorativos (Prunus), y las pal­
meras, tales como Howea y Phoenix,
son árboles individuales populares. Elija
un árbol del tamaño correcto con res­
pecto a su emplazamiento: los árboles
individuales minúsculos parecen perdi­
dos en un jardín vasto, y los de gran ta-
C o lor a p a r t ir d e F l o r e s
Las grandes flores de una Magnolia
campbelli var. mollicomata destacan
contra las ramas desnudas del árbol.
maño resultan abrumadores en espacios
cerrados. Los árboles individuales, es­
pecialmente en jardines formales, están
colocados tradicionalmente en el centro
del césped. Sin embargo, el emplaza­
miento de un espécimen a un costado
puede añadir una sensación de informa­
lidad y vivacidad a un esquema y des­
cubrir, asimismo, un panorama a lo lar­
go del jardín. Otras opciones incluyen
plantar un árbol individual al costado
de un portalón o de un acceso al jardín,
o al principio o final de unas escalina­
tas, para marcar la transición de un es­
pacio a otro en el jardín.
Plantar un espécimen en medio de
una extensión de gravilla o de plantas
tapizantes, tales como la hiedra (Hede­
rá) o el perifolio (Vinca), proporciona
un contraste complementario para un
árbol individual. En una orla mixta uti­
lice un árbol como piedra fundamental,
alrededor de la cual construir el color y
la forma de los grupos de plantas circun­
dantes. Un árbol individual podría re­
flejarse en un estanque de jardín, o real­
zarse por una estatua o un banco pin­
tado de blanco a sus pies, de modo que
cada elemento subraye a los restantes.
Agrupamiento de árboles
Si el espacio lo permite, considere plan­
tar tres o más árboles juntos en grupos
informales de especies iguales o diferen­
tes. Un grupo de árboles también gene­
ra un marco más sustancial, a modo de
cortina, que un solo árbol a un lado —o
a ambos— de un panorama. Grupos de
árboles grandes, tales como los robles
(Quercus) o las hayas (I-'agus), resultan
centros de atención de gran escala, tal
como están ejemplificados en los pai­
sajes de Capability Brown, el gran pai­
sajista inglés de jardines del siglo XIX.
En climas más cálidos, unos conjuntos
de palmeras de troncos desnudos tam­
bién resultan notables aisladas, planta­
das entre hierba, o interplantadas con
especies más bajas o de tallos múltiples.
A menor escala, un grupo modesto
de árboles caducifolios de follaje lige­
ro, tales como los álamos temblones
(Populus trémula) o los arces (Acer),
pueden formar la espina dorsal de un
jardín silvestre en miniatura. La sombra
moteada y la tierra frondosa resultan
perfectas para las campánulas (Hyacint-
hoides non-scriptus), los narcisos y las
prímulas (Primula vulgaris).
En grupos informales es posible plan­
tar los árboles más próximos unos de
otros que la extención potencial combi­
nada de sus copas. El resultado puede
ser un crecimiento elevado, estrecho o
asimétrico, pero también puede ser agra­
dablemente informal, con las ramas
mezcladas entre sí formando un atrac­
tivo trazado contra el cielo.
Elementos de interés
Aunque los árboles se valoren por sus
cualidades arquitectónicas, también pro­
porcionan interés a través de elementos
específicos, tales como flores, follaje,
bayas y corteza. Emplace un árbol de
modo que sus características atractivas
resulten realzadas (véase también
«Atractivo permanente», p. 35).
I n t e r é s a p a r t ir d e
C o r t e z a y T a llo s
El llamativo esqueleto
blanco de un abedul
plateado (Betula utilis
var. jaequemontii)
confiere un relieve
brillante al jardín en la
tristeza del invierno,
mientras que su silueta
audaz crea un poderoso
centro de interés en el
diseño de la plantación a
lo largo de todo el año.
Hojas
Con respecto al mero volumen y a la du­
ración, las hojas son, con mucho, el ele­
mento más importante. Su aspecto, ta­
maño y color ofrecen una infinita
variedad, desde el follaje delicado, do­
rado y helechoso de una Gleditsia tria-
canthos ‘Sunburst’, hasta las grandes
hojas arquitectónicas de las palmeras,
tales como la Phoenix. La textura de la
superficie afecta a la manera en la que
se refleja la luz, y las hojas lustrosas
agregan un toque brillante. La densidad
de la copa varía de opaca a aérea, un
factor importante con respecto al plan­
tado al pie y en torno al árbol.
Los árboles de follaje coloreado o es­
triado, tales como el Cercis canadensis
‘Forest Pansy’ rojo-púrpura, o las ho­
jas bordeadas de blanco de un Acer ne­
gando ‘Variegatum’, proporcionan una
masa de color que contrasta paticular-
mente bien con árboles de hojas verdes.
Algunas hojas, como las del Eucaly-
ptus, son agradablemente aromáticas,
mientras que otras, como las de un ála­
mo temblón, vibran a la menor brisa,
agregando el placer suplementario del
sonido.
Flores
Las flores poseen una presencia pasaje­
ra, pero memorable, y fluctúan entre la
modestia y la opulencia. Las flores de
otoño, invierno y principios de prima­
vera resultan especialmente valiosas para
proporcionar un despliegue cuando las
demás plantas proporcionan un interés
menor.
El color de las flores debería comple­
mentarse con el esquema principal. Las
flores pálidas se destacan contra hojas os­
curas, mientras que las oscuras destacan
mejor en un emplazamiento pálido. Al
guiar trepadoras —tales como las clemá-
tides o los rosales— sobre árboles adul­
tos es posible ampliar el despliegue floral.
 La fragancia es un dividendo adicio­
nal, que fluctúa entre el perfume sutil
e invernal de una Acacia dealbata has­
ta el aroma intoxicante y veraniego de
un franchipaniero (Plumería rubra var.
actttifolia). Un lugar protegido resulta
ideal para las flores y el aroma, mien­
tras que el cultivo de un árbol al lado
de un sendero o un patio facilita el dis­
frute de su aroma.
Frutos, bayas y vainas
Estos pueden rivalizar o superar a las
flores en cuanto a belleza, variando en­
tre los frutos tipo fresas rojo brillante
de un Arbutus y las manzanas silvestres
amarillas de un Malus ‘Goldcn Hornct’,
hasta las vainas escultóricas de un mag-
nolio. En los climas cálidos, los árboles
como los limoneros o las higueras pue­
den estar cargados de frutos atractivos.
Ciertos árboles, tales como los ace­
bos (llex), necesitan una polinización
cruzada para producir frutos; otros sólo
fructifican cuando son adultos o cuan­
do existen las condiciones climáticas
adecuadas. Los pájaros se sienten ten­
tados por ciertas bayas decorativas, ta­
les como las del serbal (Sorbus aucupa-
ria), y pueden arrancarlas apenas
maduradas, pero puede elegir árboles de
bayas menos atrayentes. Pida consejo a
los empleados del vivero.
Corteza y ramas
1.a corteza proporciona interés de color
y de textura, especialmente en invierno.
Las opciones incluyen el brillo sedoso
y rojo caoba de un Prunus serrula, la
corteza de blanco fantasmal del Betula
utilis var. jacquemontii, y el Eucaliptus
niphophila de aspecto exótico, con su
corteza como la de una pitón: verde, gris
y blanco-cremoso.
El sauce escarlata (Salix alba ‘Britzen-
sis’) tiene ramas jóvenes escarlata-
anaranjadas, que brillan al iluminarlas
desde atrás, y el sauce dorado (S.a. var.
vitellina) tiene brotes de un amarillo
opulento. Estos árboles de crecimiento
rápido se deben podar regularmente
para que produzcan brotes nuevos, ya
que éstos ostentan el color más inten­
so. Algunos árboles producen cortezas
llamativas sólo al alcanzar la madurez;
otros poseen un buen colorido cuando
son jóvenes.
Atractivo permanente
Las plantas que cambian de carácter con
las estaciones confieren un ritmo vivaz
al jardín. Con una selección y planifi­
cación cuidadosa, instrumente su des­
pliegue en relación a la aparición del fo­
llaje, flores, frutos, bayas y vainas,
yendo y viniendo contra una estructura
permanente de ramas y corteza. Plan­
tando árboles que florecen sucesivamen­
te, tales como el ciclamor (Cercis sili-
quastrum) en primavera, Catalpa
bignonioides en verano, Euchryphia x
nymansensis al principio del otoño, y
Con frecuencia, el invierno es consi­
A r b o les de C o r t e z a s D e c o r a t iv a s derado como una época desolada, pero
este es el momento en el que muchos ár­
boles destacan más efectivamente, con
mÉ- poca cosa en el jardín que compita con
ellos. Es en invierno cuando el esqueleto
fe ? ; o silueta del árbol se hace más notable
y genera el mayor impacto escultórico.
gums
m El color y la textura proporcionadas
._ m por las coniferas y las perennes de ho­
jas anchas pueden ser utilizadas para
Acer capillipes Eucalyptus Betula ulitis ver. complementar y suavizar el aspecto ar­
dalrympleanu jacquemontii quitectónico «duro» de los árboles
caducifolios cercanos, mientras que las
cortezas de dibujos, texturadas o despe­
llejadas, añaden un punto de interés su­
plementario. Algunas coniferas, tales
como ciertos cedros japoneses (Crypto-
meria japónica), tienen un follaje que
adopta atractivos tonos bermejos en in­
vierno.
Árboles para jardines
Acer griseum Acer pensylvanicum Prunus serrula pequeños
Para los jardines pequeños, los árboles
Prunus subhirtella ‘Autumnalis’ en in­ proporcionan los árboles resulta espe­ que no alcancen una altura mayor de 6
vierno, se mantiene un atractivo conti­ cialmente bienvenido, ya sea por las ho­ m son los más adecuados. Puede haber
nuado, mientras que el centro de aten­ jas que cambian del verde al amarillo, lugar sólo para un árbol (véase «Arbo­
ción varía al cambiar las estaciones. naranja y rojo hasta el marrón, o por les individuales como centros de inte­
Algunos árboles proporcionan interés las motas de color brillante de los fru­ rés», p. 33), de modo que los que pro­
durante todo el año por su follaje siem- tos o bayas. Los miembros decorativos porcionan interés durante más de una
preverde o por su aspecto agradable. de las Rosaceae, especialmente los de la estación son especialmente valiosos. Un
Los árboles caducifolios ofrecen el especie Cotoneaster, Crataegus, Malus manzano silvestre japonés (Malus flo ­
mayor campo de acción para aprovechar y Sorbus, incluyen muchas especies, cul­ ribunda), por ejemplo, produce una
los cambios estacionales, especialmen­ tivares e híbridos que ostentan un des­ multitud de pimpollos carmesíes, luego
te en primavera, cuando muchos cere­ pliegue atractivo en otoño; en algunos flores rosa pálido o blancas, y, finalmen­
zos ornamentales (Prunus) están cubier­ casos, los frutos permanecen en el ár­ te, pequeños frutos rojos o amarillos so­
tos de pimpollos hermosos, y en otoño, bol a lo largo de todos los meses de in­ bre ramas arqueantes.
en que muchos arces (Acer) tienen fo­ vierno. El aspecto de un árbol caducifolio sin
llaje de colores brillantes. Por otra par­
te, los árboles simpreverdes proporcio­
nan una sensación de continuidad más
que una de cambio. Con la selección y
la plantación de una mezcla de árboles
perennes y caducifolios se proporciona
un interés duradero al jardín, que cam­
bia con las estaciones, creando un efec­
to más dinámico que estático.
Primavera y verano
En primavera, las hojas y los pimpollos
emergentes llevan vida nueva a las ra­
mas de los árboles deciduos. Algunos
—como el Sorbus aria ‘Lutescens’— po­
seen un follaje nuevo particularmente
bonito. Al cubrirse de hojas completa­
mente, los árboles adquieren sus contor­
nos característicos, mientras que sus co­
pas proporcionan manchas de color y
texturas llamativas, al igual que sombra.
A finales de primavera y verano, las
flores, cuyos colores y formas varían en­
tre las cadenas amarillas y rastreras del
Laburnum hasta las rectas candelas cre­
ma o rosa-rojizo del castaño de Indias
(Aesculusj, agregan color e interés su­
plementario para aligerar el efecto es­
peso de la multitud de hojas.
Á r b o l p a r a u n J a r d ín P e q u e ñ o
Otoño e invierno La estatura modesta de esta Robinia pseudoacacia ‘Frisia’ la convierte en una
En otoño, cuando la mayoría de las elección adecuada para un jardín pequeño. Su follaje aéreo ilumina el muro
plantas herbáceas declina, el color que y permite que otras plantas crezcan a sus pies.
hojas resulta particularmente importan­
te en un jardín pequeño, ya que el ár­
bol puede estar desnudo durante seis
meses cada año y visible desde todas las
ventanas que dan al jardín. Una buena
elección incluye Rhus typhina , higuera
(Ficus carica), y Pyrussalicifolia ‘Pén­
dula’. Ninguno posee flores vistosas pero
todos tiene un bonito follaje y siluetas
invernales de carácter.
Los árboles de muchas espinas o pin­
chudos, tales como el espino (Crataegus)
y los acebos (Hex), quizá no convengan
a un jardín muy pequeño, ya que pue­
den restringir el acceso por ambos la­
dos, mientras que los tilos (Tilia) que re­
zuman un néctar pegajoso no deberían
emplazarse inclinados sobre una zona
para sentarse. Si piensa plantar al pie,
elija un árbol de follaje ligero y raíces
profundas, ya que a las plantas peque­
ñas les resulta difícil competir, por ejem­
plo, con las raíces poco profundas de un
cerezo ornamental (Prunus).
Árboles para avenidas
Utilizadas fundamentalmente en empla­
zamientos formales, las avenidas depen­
den de la uniformidad y el espaciado de
los árboles para conseguir un efecto ma­
jestuoso. Cuanto más larga y recta sea
la avenida, mayor será el impacto que
tendrán sobre el paisaje, el ritmo y la
sombra de los árboles. Los árboles de­
berían emplazarse de modo que conduz­
can la mirada hacia un elemento nota­
ble o un centro de atención; a menudo
se utilizan árboles grandes a cada lado
de un camino para delinear la ruta ha­
cia la casa. Los árboles de bosque lon­
gevos, tales como las hayas (Fagus) y los
castaños de Indias (Aesculus), son uti­
lizados en las avenidas, mientras que las
coniferas podrían resultar más llamati­
vas en un diseño contemporáneo.
P a seo I n fo r m a l
Los cerezos en flor
proporcionan altura y
estructura a un jardín
plantado de manera
informal y libre, a la
vez que complementan
el carácter del
emplazamiento. La
exhibición primaveral
deI arco dirige la
atención hacia arriba y
fuera de los bordes,
que a su vez se
llenarán,
convirtiéndose en el
centro de interés, al
marchistarse los
pimpollos.
A v e n id a E n t r e l a z a d a F o r m a l
En este amplio jardín formal las hileras de tilos entrelazados dirigen la vista
hacia los dos arcos que enmarcan el paisaje, relacionando jardín y panorama.
También es posible crear avenidas in­
formales, tal vez guiando los árboles de
manera que formen un arco sobre un ca­
mino. El espaciado puede ser menos rí­
gido que el de una avenida formal para
evitar un aspecto estático. Los árboles
como el mostellar (Sorbus aria) o el li­
gustro chino siempreverde (Ligustrum
lucidum) resultan particularmente ade­
cuados para jardines más pequeños.
Guiado para lograr un efecto
Los árboles pueden entrelazarse para
crear un aspecto de formalidad elegan­
te. Las ramas del costado se guían para
encontrarse en líneas horizontales y pa­
ralelas, y se recortan o entretejen, las res­
tantes, para crear una mampara vertical.
Las hayas, tilos (Tilia), carpes (Carpi-
nus) y plátanos (Platanus) son árboles
tradicionalmente indicados para el en­
trelazado y, en los jardines frutales, los
manzanos y perales emparrados son una
variación de esta técnica. El desmocha­
do implica el podado regular y completo
de la copa hasta reducirla a tocones cor­
tos que producen ramas densas y delga­
das y una única bola de follaje apreta­
do; así se alcanza un efecto formal, pero
artificial, que resulta útil en las zonas
urbanas donde una copa natural proyec­
taría una sombra excesiva o impediría
el tráfico. Algunos sauces (Salix) son fre­
cuentemente desmochados o podados a
ras de suelo por lo coloreado de sus vás-
tagos jóvenes y resultan apropiados en
emplazamientos naturalistas.
Á rboles en
C ontenedores
Los árboles pequeños
plantados en
contenedores resultan
útiles para
proporcionar color,
vitalidad e interés
escultórico a un patio,
terraza o balcón. En
un pavimento sencillo
se exhibe un llamativo
arce japonés (Acer
palmatum ‘Dissectum
Atropurpureum’) en
una jardinera.
Árboles para mamparas
y cinturones de protección
La plantación de árboles a gran escala
puede proteger edificios y caminos,
amortiguar el ruido y proporcionar pro­
tección contra el viento y las heladas.
Una hilera única y recta de álamos de
Lombardía (Populus nigra italicaV de
crecimiento rápido a menudo se planta
para ocultar cosas desagradables a la vis­
ta, pero su gran altura y su forma dac­
tilar tienden a subrayar lo que intentan
ocultar. Grupos mezclados de árboles
perennes y caducifolios, cultivados más
sueltos y separados, resultan general­
mente más naturales y eficaces. Los se­
tos son la forma de protección más tu­
pida y compacta, y su tamaño puede ser
controlado (véase, pp. 60-62).
Los árboles multitudinarios logran fil­
trar el viento, reduciendo el daño poten­
cial con más eficacia que las barreras só­
lidas, que frecuentem ente crean
remolinos a sotavento.
Árboles en contenedores
Plantar árboles en tiestos o tinas gran­
des amplía su potencial de diseño. En
jardines de terraza, patio o atrio, el
modo más rápido de crear una sólida
apariencia es plantar una serie de árbo­
les en contenedores, lo que añade altu­
ra y estructura al diseño.
Utilice árboles en grandes tiestos o ti­
nas para enmarcar una entrada rodea­
da de pavimento duro o para flanquear
unos escalones amplios; estas posicio­
nes son especialmente adecuadas para
la jardinería ornamental (véase J a r d i ­
n e r ía O r n a m e n t a l , pp. 52-53). Los
árboles demasiado delicados para inver­
nar fuera se pueden cultivar en conte­
nedores, exhibirlos fuera en verano, y
trasladarlos a un lugar libre de heladas
ante la proximidad del tiempo frío. Las
anuales y las plantas delicadas, tales
como las petunias, fucsias o mastuerzos
rastreros (Tropaeolum), pueden incluirse
dentro del contenedor para proporcio­
nar interés y color estacional, o bien la
hiedra (Hederá) como tapizante per­
manente.
Guía de árboles para el jardinero
E m plazam ientos E x pu e s t o s Follaje gris
Arboles que (oleran emplazamientos Cedrus atlantica f. glauca
no protegidos o ventosos; aquellos Chamaecyparis lawsoniana
marcados íL no son apios para ‘Pcmbury Blue’
emplazamientos costeros Cupressus glabra ‘Pyramidalis’
Acer pseudoplatanus Eucaliptus coccifera *
Betula pendula 4.., B. pubescens 4L E. pauciflora
Tsuga mertensiana f. argentea
Crataegus x lavellei, C. monogyna
Fraxinus excelsior
Laburnum (cspccics y cultivares) Corteza decorativa
Picea abies 4 L, P. sitchensis ¿ Acer capillipes, A. davidii
Pinus contorta, P. nigra, A. griseum, A. grosseri var. hersii,
P. sylvestris A. palmatum ‘Scnkaki’
Quercus robur A. pensylvanicum (y otros lipos)
Salix alba A. ‘Silver Vein’
Sorbus aria, S. aucuparia (y cultivares) Arbutus x andrachnoides,
A. menziesii
P olución d e l A ir e Betula albo-sinensis var.
septentrional,
Arboles que toleran el aire contaminado B. ‘Jermyns’, B. pendula,
Acer platanoides (y cultivares) B. utilis var. jaequemontii
A. pseudoplatanus (y cultivares) Eucalyptus dalrympleana
A. saccharinum (y cultivares) E. niphophila, E. pauciflora
Aesculus hippocastanum Myruts luma
Alnus cordata, A. glutinosa Pinus bungeana
Betula pendula Prunus maackii ‘Amber Beauty’
Carpinus betulus (y cultivares) P. serrula
Calalpa bignonioides Salix acutifolia ‘Blue Strcak’,
Corylus colurna S. alba ‘Britzensis’
Crataegus S. daphnoides, S. x sepulcralis
Fraxinus ‘Erythroflexuosa’
Gingko biloba Stewartia pseudocamellia
Ilex x ahaclerensis
Magnolia grandiflora Dos o m ás E s t a c io n e s
Malus
Populus de In terés
Pyrus Todo el año
Robinia
Acacia dealbata *
Pyrus calleryana Arbutus x andrachnoides, A. menziesii
‘Chaniiclcer’ Betula albo-sinensis var.
septentrionalis, B. ermanii,
B. ‘Jermyns’, B. utilis var.
Salix jaequemontii
Sophora japónica * Eucalyptus fiáfolia *
Sorbus aria, liex x altaclerensis ‘Golden King’
S. aucuparia, S. intermedia Magnolia grandiflora
Taxus boccata, T. x media
Invierno/Primavera
Acer negundo
I nterés I n v e r n a l
Flores decorativas Primavera/Otoño
Amelanchier lamarekii
Acacia dealbata *
Magnolia campbelli (y otros tipos) Crataegus x lavallei ‘Carrieri’
Prunus mume, P. subhirteUa Malus ‘Crittenden’, M. ‘Golden
‘Aulumnalis’, P.s. ‘Autumnalis Hornct’
Rosea’ Prunus ‘Okame’, P. sargentii
Sorbus scalaris
Follaje dorado
Chamaecyparis lawsoniana Verano/Otoño
‘Lanei’, C.l. ‘Slewartii’, Catalpa bignonioides
Cladrastis lútea
x Cupressocyparis leylandii Cornus kousa, C. k. var. chinensis
‘Castlewellan Gold’ Eucryphia glutinosa
Cupressus macrocarpa ‘Goldcrest’ Fagus sylvatica ‘Dawyck Gold’
Juniperus chinensis ‘Aurea’ Liriodendron tulipifera
Pinus sylvestris ‘Aurea’ Stewartia pseudocamellia
Thuja plicata ‘Zcbrina’ Tilia tomentosa ‘Petiolaris’
Otoño/Invierno Laburnum x watereri ‘Vossii’
Acer capillipes, A. davidii, Magnolia ‘Elizabeth’,
A. griseum, A. palmatum M. x loebneri ‘Merrill’,
‘Senkaki’, A. pensylvanicum M. salicifolia
‘Erythrocladum’ Malus ‘Dartmouth’, M. floribunda,
Stewartia pseudocamellia M. ‘Golden Hornet’
M. tschonoskii £>
Melia azedarach
Á r b o les p a r a C o n t e n e d o r e s Phoenix dactylifera * §
Pinus halepensis $
Acacia dealbata * Prunus - numerosos incluyendo
Chamaedorea * P. ‘Okame’, P. ‘Pandora’,
Chamaerops hum ilis * P. ‘Spire’, P. subhirtella,
Citrus medica # P. x yedoensis
Cordyline australis * Pyrus calleryana ‘Chanticleer’,
Cupressus macrocarpa P. salicifolia ‘Pendula’
‘Goldcrest’, C. sempervirens Robina pesudoacacia ‘Frisia’ §
Ficus benjamina «* Sorbus aria (algunos tipos)
S. aucuparia (algunos tipos)
5. cashmiriana,
S. commixta ‘Embley’
, S. vilmorinii
Stewartia pseudocamellia
Vitex agnus-castus
Ficus benjamina
'Variegata'
E s p e c ím e n e s
llowea # Abies magnifica, A. procera
Jacaranda mimosifolia * Acer pensylvanicum,
Juniperus scopulorum ‘Skyrocket’ A. pseudoplatanus, A. rubrum
Lagerstroemia indica * Aesculus hippocastanum
Laurus nobilis Alnus cordata
Olea europaea Betula ‘Jermyns’
Phoenix * B. pendula ‘Dalccarlica’
Prunus ‘Amanogawa’ Cedrus
P. ‘Kiku-shidarc’ Eucalyptus coccifera * ,
Raph is $ E. dalrympleana
Sabal # Fraxinus oxycarpa ‘Raywood’
Taxus baccata ‘Standishii’ Liquidambar styraciflua
Washingtonia #
Á r b o l e s p a r a J a r d in e s
P equeños Liriodendron tulipifera
Ix)s marcados Q pueden alcanzar 6
m o más de altura
Acer capillipes, A. griseum
A. palmatum, A. p. ‘Senkaki’, Liriodendron
A. ‘Silver Vein’ tulipifera
Amelanchier lamarekii Livislona *
Arbutus x andrachnoides Magnolia campbelliii
Betula albo-sisnensis var. M. c. ‘Charles Raffili’
septentrionalis í>, B. ermanii í>, Metasequoia glyptostroboides
B. pendula £>, Nothofagus procera
IIP. ‘Dalccarlica’ B. utilis Nyssa sylvatica
var. jaequemontii * Phoenix #
Catalpa bignonioides ‘Aurea’ Picea breweriana, P. omorika
CercidiphyUum japonicum <£> Pinus nigra, P. radiata,
Cercis siliquastrum P. silvestris, P. wallichiana
Cinnamomum * Platanus x hispánico
Cornus kousa Roystonea *
Crataegus laevigata ‘Paul’s Salix x sepulcralis ‘Chrysocoma’
Scarlet’, C. x lavallei ‘Carrierei’ Sequoiadendron giganteurn
Eucalyptus niphophila $ Tilia ‘Petiolaris’, T. platyphyllos
Eucryphia x nymansensis Tsuga heterophylla
‘Nymansay’ $ Zelkova carpinifolia
Fagus sylvatica ‘Dawyck Gold’ £
Gleditsia triacanthos ‘Sunburst’ <?> C la v e
Grevillea robusta # § # No resistente al frío
C on i feras E n a n a s

Coniferas enanas
a s coniferas enanas, muy aprecia­ y cultivares de crecimiento lento; a ve­
L das por la facilidad de su mante­ ces, las así llamadas coniferas «enanas»
nimiento, resultan particularmente apro­son, sencillamente, variantes de árboles
piadas para el pequeño jardín moder­grandes de crecimiento lento. La iden­
no, ya sea cultivadas en macizos tificación de las coniferas jóvenes pue­
compactos o en contenedores. Los co­ de resultar muy difícil, ya que su folla­
lores van desde el oro opulento hasta los je juvenil es a menudo muy diferente al
verdes brillantes, los azules pálidos y los de la planta adulta. Al comprar, controle
plateados; los aspectos incluyen los de que el nombre de las plantas sea correcto
tipo globo, piramidales, y las formas del­ para evitar la introducción de plantas
gadas tipo aguja. Crecen de maneras di­ que rápidamente excederán su espacio
versas, incluyendo tipos rastreros o re­ correspondiente; si tiene dudas, hágase
dondeados, erectos o llorones; y la aconsejar por el vendedor.
variación en la textura del follaje va des­
de los suaves y plumosos hasta los es­
pesos y pinchudos. Mediante una pla­ Diseños con coniferas
nificación cuidadosa, esta rica variedad
de colores, formas y texturas puede pro­
enanas
porcionar interés durante todo el año. Las coniferas enanas resultan apropia­ R e a l c e d e C o n if e r a s
Para detalles del cultivo, cuidado ruti­ das para una serie de localizaciones en Para exhibir coniferas enanas con mayor provecho, agregue brezos para
nario y propagación, véase Á r b o le s O r ­ el jardín. Se las puede plantar indivi­ obtener brillantes pinceladas de color en el jardín a lo largo de todo el año.
n a m e n ta le s , pp. 39-43. dualmente para conformar un elemen­
to, o de forma colectiva, creando una
faja de colores; y pueden utilizarse, asi­ Plantas individuales o especímenes nencia y generan una estructura para
Selección de las plantas mismo, para complementar otras plan­ Algunas de las coniferas de crecimien­
to lento resultan adecuadas como plan­
otras plantas. Es posible utilizar el re­
pertorio completo de colores, texturas
tas o para tapizar. Los jardines de ro­
Al elegir coniferas destinadas a un es­ cas y de brezos, y los contenedores, son tas individuales. Las de formas exten­ y aspectos, pero tenga cuidado de no ele­
pacio pequeño, resulta importante reco­ ubicaciones excelentes para el cultivo de didas, por ejemplo, podrían utilizarse gir plantas que se hagan demasiado
nocer las verdaderas enanas, las especies todos los tipos de coniferas enanas. para suavizar los bordes de un paisaje grandes o dominantes. Las especies y
duro, mientras que las especies colum- cultivares más pequeños, tales como Ju-
narcs crean un centro de atención. niperus communis ‘Compressa’, resul­
G am a de C o n íf e r a s E n a n a s tan ideales para los paisajes minúsculos
Plantación agrupada de los macizos compactos y en relieve,
Si el espacio lo permite, un grupo de co­ y también en jardineras.
niferas enanas puede convertirse en un
elemento muy atractivo. La gama de co­ Tapizado del suelo
lores de las coniferas también sirve para Muchas coniferas enanas constituyen un
destacar ciertas zonas en diferentes épo­ tapizado excelente, ya que ahogan las
cas del año; los azules y los plateados, malezas sea formando matas densas,
por ejemplo, ofrecen el aspecto más her­ como el Juniperus horizontalis y sus
moso a la fría luz invernal, mientras que cultivares, sea creciendo y extendiéndose
los dorados y los verdes tiene una apa­ para excluir la luz bajo su copa. Algu­
riencia fresca en primavera. nos enebros Pfitzer resultan especial­
Los terrenos inclinados y los banca­ mente útiles para cubrir bocas de acce­
les, que a veces resultan difíciles de plan­ so o pavimentos de cemento (véase
tar con eficacia, pueden convertirse en T a p iz a d o d e S u e l o s , pp. 150-151).
elementos paisajísticos llamativos plan­
tando grupos audaces de coniferas ras­
treras. Una vez que las plantas han sido
establecidas, estas áreas, frecuentemente
problemáticas, son fáciles de mantener
y están más o menos libres de malezas.
Asociaciones con otras plantas
Las coniferas enanas se asocian bien con
otros grupos de plantas de característi­
cas similares. A menudo se las utiliza
como componentes de jardines de bre­
zos para ampliar la temporada de inte­
rés y para proporcionar un contraste de
color y de forma con el follaje princi­
pal y las variantes de color de los culti­
vares Calluna, Daboecia y Erica. Otras
plantas complementarias comprenden
Cytisus, Genista, Cistus, y las especies
de rosàcea y cultivares más pequeños.
Picea pungeus Chamaecyparis obtusa Juniperus scopulorum E s p é c im e n P l a n t a d o
‘Montgomery’ ‘Nana Aurea’ ‘Skyrocket’ Jardines de rocas Ideal corno centro de atención, el
En los jardines de rocas, las coniferas tejo dorado (Taxus baccata ‘Aurea’)
enanas proporcionan un aire de perma- posee un follaje dorado todo el año.

Preparación y plantación del suelo
vez plantado, un árbol puede E le c c i ó n d e Á r b o le s
U
na
permanecer en su sitio durante dé­ Á r b o l e n C o n t e n e d o r
cadas o incluso siglos, de modo que re­
sulta esencial proporcionarle las mejoresB u e n
condiciones para su crecimiento. Tanto E je m p l a r
el clima como el tipo de suelo y la can­
tidad de luz y de protección disponibles
afectan al crecimiento de un árbol, de
modo que tenga en cuenta todos estos
factores al decidir su ubicación. Una
preparación y un plantado cuidadosos,
al igual que un cuidado posterior, resul­
tan vitales para ayudar al árbol a esta­
blecerse y desarrollarse correctamente.
Consideraciones
climáticas
Antes de elegir un árbol, controle que
prosperará respecto de las variaciones de
temperatura, la lluvia y los niveles de hu­
medad del emplazamiento. Los factores
locales específicos, tales como vientos
fuertes en un emplazamiento expuesto
en la cima de un monte, también debe­
rían intervenir en su elección. Incluso
dentro de una misma especie, algunas
variedades de cultivares podrían resultar
más apropiadas a ciertas condiciones, de
modo que una planta podría prosperar
y otra no: hay varios cultivares de Mag­
nolia grandiflora, por ejemplo, que to­
leran temperaturas mínimas que varían
entre los —12° C hasta los 6o C.
En las zonas sujetas a heladas de pri­
mavera, elija árboles que broten tardía­
mente, ya que las heladas dañan frecuen­
temente los brotes jóvenes. En las zonas
frías, es posible plantar en el exterior ár­
boles no completamente resistentes, pero
podrían necesitar protección contra he­
ladas durante el invierno (véase P r o t e c ­
ción c o n tr a H e l a d a s y V ie n t o , pp.
520-521), y deberían plantarse en un em­
plazamiento protegido. Si cultiva espe­
cies delicadas o tropicales en zonas tem­
pladas, manténgalas cubiertas o cultí­
velas en contenedores, de modo que se
puedan colocar en el interior en invierno.
Los árboles rara vez se desarrollan co­
rrectamente en las regiones donde las
lluvias anuales son inferiores a los 250
mm, y la mayoría prefiere una cantidad
cuatro veces mayor. Sin embargo, mu­
chos árboles no necesitan riego, excep­
to recién plantados, ya que obtienen
agua suficiente a través de la lluvia y, en
algunas zonas, de la espesa calina que
se condensa sobre su follaje.
Elección de un
emplazamiento
de plantación
Al plantar un árbol, intente elegir la po­
sición más adecuada dentro del jardín,
porque el microclima puede variar con-
P r e p a r a c i ó n
bien
equilibrado
B uen
E je m p l a r
E je m p l a r P o b r e
Raíces muy
pobladas, apiñadas
siderablcmente de un lugar a otro. Ase­
gúrese que el emplazamiento elegido
proporcione una cantidad adecuada de
luz y protección: muchos árboles de ho­
jas grandes, por ejemplo, prosperarán
en un sitio protegido y parcialmente
sombreado, pero podrían no desarrollar­
se correctamente en un emplazamiento
expuesto, donde el follaje estaría suje­
to a vientos fuertes y altos niveles de luz.
En las zonas costeras, elija un empla­
zamiento de plantación protegido, ya
que los vientos cargados de sal y hume­
dad marítima (incluso a algunos kiló­
metros tierra adentro) podrían abrasar
el follaje y dañar los brotes de crecimien­
to. Sin embargo, algunos árboles tole­
ran condiciones costeras (véase «Guía de
árboles para el jardinero, p. 37) y po­
drían plantarse como rompevientos para
ayudar a proteger otras a plantas más
vulnerables de los vientos fuertes.
De modo similar, si se plantan árbo­
les en una ladera, tenga en cuenta que
los árboles delicados tienen una pro­
babilidad mayor de prosperar planta­
dos a media altura, donde generalmen­
te hace más calor y existe más protec­
ción que en la parte superior o en la
inferior (véase también «Áreas de he­
y P
Á r b o l d e R a íc e s D e s n u d a s
B uen
E je m p l a r Sistema de raíces
desplegadas,
Raíces fibrosas uniformemente
E je m p l a r P o b r e
Sistema de
raíces bien
establecido
Raíces en ______
«palo de hockey»,
desiguales
E je m p l a r P o b r e
Raíces
totalmente
retorcidas
ladas y daños por heladas», p. 515).
Es mejor no plantar árboles demasia­
do cerca de muros o edificios; de otro
modo, durante su juventud, los árboles
podrían sufrir por la reducción de la luz
y la humedad como resultado del efec­
to «sombra de lluvia». Además, las raí­
ces fuertes y fibrosas de algunos árbo­
les, por ejemplo los álamos (Populus)
y los sauces (Salix), podrían dañar las
cañerías y los cimientos de los edificios
al desarrollarse. Sin embargo, es posi­
ble plantar especies delicadas cerca de
un muro cálido; allí se beneficiarán del
calor conservado en el muro y, de este
modo, se los puede cultivar en una zona
donde no sobrevivirían en condiciones
más expuestas.
Al elegir un emplazamiento, asegúrese
que los árboles no interfieran con cables
y tuberías aéreas o subterráneas, que po­
drían obstruir los árboles o resultar da­
ñadas por éstos.
Selección de un árbol
Los árboles pueden comprarse cultiva­
dos en contenedores, con las raíces des­
nudas o de cepellón, aunque las coní-
l a n t a c i ó n del S uelo
Á rbol d e C epellón
Bu en
E je m p l a r
X CUPRESSOCYPARIS
L E Y L A N D II firme
con el recubrimiento
intacto
feras y las palmeras no se consiguen, ge­
neralmente, con las raíces desnudas. Se
pueden comprar en una variedad de ta­
maños y etapas de madurez, desde plan­
tones hasta árboles semiadultos. Los ár­
boles jóvenes tienden a establecerse más
rápidamente que los más viejos, mien­
tras que estos últimos generan un impac­
to fuerte e inmediato en el jardín, pero
resultan más costosos. Sea cual fuere el
tipo que elija, compruebe que el árbol
tenga las raíces y el crecimiento superior
sanos y vigorosos, sin rastros de plagas,
enfermedades o daños. Tanto las ramas
como las raíces deberían estar bien de­
sarrolladas y equilibradas alrededor del
tallo.
Árboles cultivados en contenedores
Son de fácil obtención, y pueden com­
prarse y plantarse en cualquier época del
año; generalmente, los árboles cultiva­
dos en contenedores son más costosos
que los especímenes de tamaño compa­
rable con raíces desnudas o de cepellón.
Este es el mejor sistema de compra si se
trata de árboles que no se establecen con
facilidad al ser trasplantados, tales como
las magnolias y los Eucalyptus, porque
las raíces sufren menores molestias. Los
árboles exóticos y menos comunes se
venden, generalmente, así.
Antes de comprar un árbol, retírelo,
si es posible, de su contenedor a fin de
observar las raíces con claridad: no com­
pre un árbol en un tiesto que tenga un
montón de raíces congestionadas, o uno
que tenga raíces gruesas que salgan de
los agujeros de drenaje, ya que podrían
no establecerse correctamente: si el sis­
tema de raíces no es estable y no está
bien anclado, el árbol adulto será pro­
penso a inclinarse con el viento. Del mis­
mo modo, si la tierra no permanece pe­
gado a la raíz de cepellón al retirar el
árbol del contenedor, no lo compre, ya
que su sistema de raíces no está suficien­
temente establecido. Asegúrese que el
contenedor sea lo bastante grande en re­
lación al árbol: como guía, el diámetro
del contenedor debería medir, al menos,
una sexta pate de la altura del árbol. Un
árbol alto, cultivado en un contenedor
pequeño, seguramente se verá dañado
por la pequeñez del tiesto.
También es importante la tierra del
tiesto: los árboles cultivados en contene­
dores con compuestos basados en tierras
se establecen con mayor rapidez en terre­
nos abiertos que aquellos cultivados en
otros compuestos, ya que necesitan una
menor adaptación a la tierra circundante.
Arboles de raíces desnudas
Los árboles vendidos con las raíces des­
nudas, que casi siempre son caducifo-
lios, se cultivan en terrenos abiertos, y
después se retiran virtualmcntc sin tie­
rra alrededor de las raíces. Es esencial
comprarlos mientras están inactivos,
preferentemente en otoño o a principios
de primavera; es poco probable que so­
brevivan si se los compra y planta cuan­
do ya tienen hojas. Los fresnos (Fraxi-
nus), los álamos (Populus), y muchos
árboles resáceos, tales como los man­
zanos silvestres (Malus), se venden con
frecuencia con las raíces desnudas.
Asegúrese de que el árbol que elija
tenga raíces bien desarrolladas, extendi­
das de forma pareja en todas las direc­
ciones. Un cierto número de raíces pe­
queñas de alrededor de 2-5 mm de
diámetro es una buena señal, ya que in­
dica que han sido recortadas mas o me­
nos cada año, una técnica que promue­
ve un crecimiento sólido y un sistema de
raíces vigoroso. Examine las raíces para
comprobar que no están dañadas ni en­
fermas, y que no aparezcan rastros de
sequedad que podrían haber sido cau­
sados por exposición al viento. No com­
pre árboles con raíces tipo «palo de hoc­
key», en las que todo el crecimiento se
manifiesta de un solo lado: éstos no se
establecerán correctamente.
Arboles de cepellón
Estos árboles también se cultivan en te­
rrenos abiertos pero, al retirarlos, las raí­
ces y la tierra pegada se envuelven con
arpillera o con una malla con el fin de
contener el cepellón y evitar que se se­
quen. Los árboles caducifolios de más
Estacado
Puesto que el sistema de raíces de un
árbol recién plantado requerirá una
o más estaciones de crecimiento para
anclarlo firmemente en la tierra, el es­
tacado contra vientos fuertes puede
resultar inicialmente necesario. La es­
taca deberá ser clavada en la tierra a
unos 60 cm de profundidad para que­
dar totalmente firme. Después de dos
o tres años, el árbol debería estar su­
ficientemente establecido como para
retirar la estaca. El sistema de soporte
elegido depende del árbol, del empla­
zamiento propuesto y de las preferen­
cias personales.
Tradicionalmente, se utilizaba una
estaca alta y vertical, colocada del
lado del viento dominante y suficien­
temente larga como para alcanzar E s t a c a i. a r g a E staca C o rta
hasta casi debajo de la copa. Hoy se Clave una sola estaca antes del Una estaca corta permite cierto
prefiere una estaca corta, ya que per­ plantado. Ate el árbol a la estaca movimiento al tronco; colóquela
mite que el árbol se mueva al viento con dos amarres almohadilladas o de modo que sobresalga sólo
con naturalidad. con hebilla y separador. unos 50 cm del suelo.
Con árboles de tallos flexibles, ta­
les como los manzanos silvestres, uti­
lice una estaca alta el primer año des­
pués plantarlo, córtela hasta un nivel
inferior al segundo, y retírela al ter­
cer año.
Para los árboles cultivados en con­
tenedores y los de cepellón, sería pre­
ferible una estaca baja dirigida hacia
el viento dominante, ya que se la pue­
de clavar, evitando el cepellón, incluso
después de plantar el árbol. Alterna­
tivamente, coloque dos o tres estacas
verticales a distancias iguales alrede­
dor del árbol y fuera de la zona ocu­
pada por el cepellón.
En emplazamientos ventosos, o
para árboles de más de 4 m de altu­
ra, clave dos estacas verticales al plan­
tar, una de cada lado del cepellón,
como soporte. Los árboles grandes se E s t a c a in c l in a d a Dos E s t a c a s
sujetan a menudo por medio de cuer­ Una vez plantado, puede Fije dos estacas en posición
das atadas a estacas bajas. Al cubrir incorporarse una estaca baja e opuesta y asegúrelas al árbol con
las cuerdas con trozos de manguera inclinada. Colóquela en el suelo o a amarres de goma resistente.
o de cinta blanca, se hacen más visi­ un ángulo de 45°, en dirección al
bles y ayuda a evitar que las perso­ viento dominante.
nas tropiecen con ellas.
T en sores d e C u erd a
Como sostén fuerte,
utilice tensores de
cuerda sujetos a
estacas bajas con una
inclinación de 450
respecto aI árbol.
Coloque los tensores
en espacios regulares
alrededor del árbol y
átelos a las estacas con
pernos de ojo o en
«U», que podrá ajustar
cuando sea necesario
(véase detalle, extrema
derecha). Almohadille
los tensores con tubo
de goma para evitar
daños (véase detalle).

Ligaduras para árboles
Las ligaduras para árboles deberían
ser seguras, de larga duración, y ca­
paces de albergar la circunferencia del
árbol, durante el crecimiento, sin cor­
tar la corteza. Existen varias ligadu­
ras patentadas disponibles en el co­
mercio, o se pueden hacer con malla
de nylon o tubos de goma. Para evi-
Ligadura de H ebilla y
Separador
Pase la ligadura por el separador
rodeando el árbol y de nuevo
hacia atrás; abróchelo tenso, pero
no dañe Ia corteza.
de 4 m de altura y muchos perennes, es­
pecialmente las coniferas y palmeras de
más de 1,5 m, suelen venderse así.
Compre y plante los árboles de cepe­
llón mientras estén inactivos, en otoño
o al principio de la primavera, siguien­
do el mismo criterio que con los árbo­
les de raíces desnudas y los cultivados
en contenedores. Compruebe que el ce­
pellón sea firme y que la envoltura esté
intacta antes de comprar: si aparece al­
gún indicio de sequedad o de daño en
las raíces, es menos probable que el ár­
bol se establezca correctamente.
Plantones, trasplantes y esquejes
Los plantones de hasta un año de edad
generalmente sólo se encuentran en vi­
veros especializados. Los trasplantes son
plantones o esquejes que han sido tras­
plantados en el vivero y que tienen hasta
cuatro años. Se convierten en plantas ro­
bustas y frondosas, y habitualmcntc mi­
den entre 60 cm y 1,2 m. Es posi ble que
el vivero anote la edad y el tratamiento
I n c lin a d o
Si la plantación se
retrasara, incline el
árbol: primero prepare
una zanja y después
coloque el árbol dentro
de ella. Incline el árbol
de manera que el tronco
se aguante. Cubra las
raíces y la base del
tronco con tierra
desmenuzable y húmeda
y no deje resecar las
raíces.
tar que la estaca dañe la corteza, uti­
lice un separador, o forme un ocho
con una ligadura acolchada y clávela
a la estaca. Si utiliza dos o tres esta­
cas, asegure el árbol a las estacas con
tiras de goma o de plástico fuertes.
Si sostiene un árbol grande con cuer­
das, utilice alambre o nylon.
L ig a d u r a d e G o m a
Si utiliza una ligadura de goma o
de plástico sin hebilla, clávela a la
estaca para evitar daños a la
corteza por fricción.
adecuado de un modo abreviado: «1 +
1» indica un plantón que ha permane­
cido un año en un semillero y después
fue trasplantado durante una estación
más; «1 c 1» denota que las raíces fue­
ron recortadas (véase «Árboles de raí­
ces desnudas», p. 40) después del pri­
mer año y que permaneció in situ
durante uno más. Los esquejes son re­
toños individuales de un aspecto de lá­
tigo, que se venden según su altura; ge­
neralmente miden 1 o 2 m y habrán sido
trasplantados al menos una vez.
Árboles ramifieadores
Estos árboles poseen una sóla guía prin­
cipal, con una extensión de ramas late­
rales o «plumas» que llegan hasta el sue­
lo. Habrán sido trasplantados al menos
una vez, y generalmente miden entre 2
y 2,5 metros.
Árboles estándar y grandes
Los árboles estándar miden aproxima­
damente 3 m, y han sido podados para
Arbol colocado
en ángulo
Tierra húmeda
desmenuzable
crear un solo tallo sin ramas laterales
desde unos 2 m del suelo. Los árboles
estándar con guía central son similares
Á r b o l e s q u e P r e f ie r e n
a los plumosos, pero tienen un trozo de S u e l o s Á c id o s
tallo limpio en la base, mientras que los A bies
árboles estándar con copa de ramas han Arbutus menziesii
sido podados para tener un centro des­ Cercidiphyllum japonicum
pejado. Los árboles de 2,1 m de altura Cornus nuttallii
con un tallo despejado son semiestán- Cryptomeria
dar, mientras que los de 3,5 m de altu­ Embothrium coccineum
ra son estándar seleccionados. Los ár­ Fagus grandifolia
boles más grandes, disponibles en vi­ Magnolia acuminata,
veros especializados, incluyen los están­ M. campbellii
dar extra gruesos, que miden 5 m, y (y cultivares)
los semiadultos, que miden entre 5 y
12 metros. Magnolia
campbellii
Cuándo plantar
Los árboles cultivados en contenedores Michelia #
se pueden plantar en cualquier época del Oxydendrum arboreum ¥
año, excepto durante una sequía o he­ Picea (mayoría de especies)
lada, mientras que los de hoja caduca Pseudolarix amabilis
y raíces desnudas deberían plantarse a Pseudotsuga
mediados de otoño o primavera (evitan­ Rhodoleia championii *
do períodos de heladas). Plante peren­ Sciadopitys verticillata
nes resistentes y caducifolios resistentes Stewartia
con raíces carnosas a mediados de oto­ Styrax japónica
ño o mediados y finales de primavera; Tsuga heterophylla
y plante los semiresistentes a mediados
de primavera. Es mejor plantar los ár­ Á rboles q u e to lera n
boles de cepellón a principios o media­ S u e l o s m u y A l c a l in o s
dos de otoño o a mediados o finales de Acer campestre, A. lobelii,
primavera; si son caducifolios, podrían A. negundo (y cultivares),
plantarse en invierno, si no hace dema­ A. platanoides (y cultivares)
siado frío. La plantación en otoño per­ Aesculus
mite que las raíces de un árbol se esta­ Carpinus betulus
blezcan antes de la llegada del invierno. Cedrus libani
Sin embargo, en las regiones frías, la Cercis sUiquastrum
plantación en primavera podría permi­
tir que los árboles se establezcan con Chamaecyparis
mayor éxito. Si se planta en invierno, el lawsoniana (y cultivares)
suelo puede levantarse a causa de las re­ Crataegus
petidas heladas, de modo que debe rea­ X Cupressocyparis
firmarse después del deshielo. leylandii (y cultivares)
Cupressus glabra
Inclinado Fagus sylvatica (y cultivares)
Lo mejor es plantar los árboles lo antes Fraxinus excelsior, F. ornus
posible después de haberlos comprado. Juniperus
Si es inevitable una demora mayor, in­ Malus
troduzca el árbol en posición inclinada Morus nigra
en un lugar protegido y mantenga la tie­ Ostrya carpinifolia
rra húmeda. Phillyrea latifolia
Pinus nigra
Populus alba
Preparación del suelo Prunus avium ‘Plena’
P. sargentii
Preparando el emplazamiento con an­
terioridad, se permite que la tierra se , 4
asiente y reduce el tiempo entre la com­ Prunus
pra y la plantación. Elija un emplaza­ sargentii
miento bien drenado; uno que esté mal
drenado necesitaría ser mejorado antes
de plantar (véase «Mejora del drenaje,
p. 529). Arranque todas las plantas de Pyrus
la zona inmediata para eliminar la com­ (especies y
petencia por los nutrientes y el agua del Robinia (especies y cultivares)
suelo, después cave la tierra por parti­ Sorbus aria (y cultivares)
da doble, incorporando material orgá­ Taxus baccata (y cultivares)
nico en la zanja inferior (véase «Cava­ Thuja
do doble», p. 526). Tilia tomentosa
La mayoría de los árboles requiere
una profundidad de tierra de 50 cm has­ C lave
ta 1 m para crecer correctamente. ♦ No resistentes
Plantación de árboles
Una vez que el emplazamiento haya sido
preparado, cave el agujero para plantar,
que debe medir dos o tres veces más que
el cepellón del árbol, dependiendo de si
el árbol está cultivado en contenedores,
si es de raíces desnudas, o de cepellón.
Si lo efectúa por anticipado, vuelva a re­
llenarlo con tierra suelta hasta plantar
el árbol, para que la tierra conserve el
calor. Mezcle la tierra removida con ma­
teria orgánica bien descompuesta y, si
planta en primavera, alrededor de 110
g de fertilizante de acción lenta. Remue­
va los lados y la base del agujero con
una horca para aflojar la tierra circun­
dante, permitiendo que las raíces se ex­
tiendan con más facilidad; esto resulta
particularmente importante con tierras
pesadas y pegajosas. Si utiliza una sola
estaca, clávela en el agujero un poco des­
plazada del centro, antes de plantar el
árbol, para asegurarse de no dañar des­
pués el cepellón (véase también «Esta­
cado, p. 40).
Árboles cultivados en contenedores
Primero moje completamente la tierra
del contenedor; si está muy seco, intro­
duzca el contenedor en agua durante
media hora o hasta que la tierra esté hú­
meda. Después retire el contenedor, cor­
tándolo si resultara necesario, cuidan­
do de no dañar las raíces. Extraiga las
raíces suavemente con los dedos o con
una horca pequeña para estimularlas a
crecer dentro de la tierra circundante;
esto es esencial con una planta que es­
tuvo aprisionada por el tiesto. Si hubie­
sen raíces rotas o dañadas, recórtelas en
esta etapa con unas podaderas. Es im­
portante comprobar que la profundidad
de plantación sea la correcta: si se planta
un árbol a demasiada profundidad, las
raíces podrían no recibir el oxígeno su­
ficiente y su crecimiento podría hacer­
se más lento o incluso podría morir; si
se planta demasiado superficialmente,
las raíces podrían secarse. Coloque el ár­
bol en el agujero y localice la marca de
la tierra: una marca oscura, cerca de la
base del tronco, que indica el nivel de

Á rboles q u e p r e f ie r e n P l a n t a c ió n d e u n Á r b o l en C ontenedor
S u elo s A r en o so s Marque el área
Abies grandis del agujero a
Acacia dealbata # cavar —unas 3 o 4
Acer negundo (y cultivares) veces el diámetro del
Agonis flexuosa # cepellón del árbol.
Banksia serrata # Elimine cualquier
Betula pendula (y eultivaress) maleza o césped y
Castanea sativa excave el agujero a
Celtis australis una profundidad una
Cercis siliquastrum vez y media mayor
Cupressus glabra que la medida del
Eucalyptus ficifolia * cepellón.
Gleditsia triacanthos
Juniperus Escarifique los costados del
Larix decidua agujero con una horca. Mezcle
Melia azedarach la tierra removida con materia
Nothofagus obliqua orgánica descompuesta.
Phoenix canariensis *
Pinus pinaster, P. radiata
Quercus ilex
Schinus molle #
Tabebuia chrysotricha #
Thuja occidentalis
(y cultivares)

Tabebuia
chrysotricha

Á rboles q u e t o l e r a n
S uelo s a r c illo so s Si utiliza una estaca, clávela Ponga el árbol de costado y
Acer platanoides (y cultivares) en el agujero, en el centro y a destílelo fuera deI tiesto.
Castanospermum australe * barlovento. Agregue hasta un Extraiga tas raíces suavemente sin
Crataegus laevigata 20 % de la materia orgánica y de romper el cepellón y elimine
(y cultivares) mezcla de la tierra al agujero. cualquier maleza de la tierra.
Fraxinus
Juglans nigra
Malus
Malus
‘Cowichan’

Metasequoia
glyptostroboides
Populus
Pterocarya fraxinifolia
Pyrus calleryana
‘Chanticleer’
Quercus palustris, Q. robur
6
Salix Sostenga el árbol al costado de Vuelva a rellenar alrededor de! Recorte tallos dañados,
Taxodium distichum la estaca y extienda las raíces. árbol con más mantillo y vástagos laterales largos y
Coloque una caña a través del materia orgánica. Compacte, ramas inferiores. Ponga «mulch» a
C lave
agujero para comprobar la pisando, alrededor del árbol en 5-7 cm de profundidad alrededor
♦ No resisterne
profundidad de plantación. Agregue etapas, remueva ligeramente con la deI árbol.
o quite tierra. horca y riegue bien.
la tierra cuando el árbol crecía en el vi­
vero. Coloque una vara a través del agu­
jero al costado del tallo y agregue o quite
tierra de debajo del cepellón si resultara
necesario, de modo que la marca de la
tierra quede al mismo nivel que la vara.
Vuelva a llenar el agujero, afirman­
do la tierra por etapas para eliminar bol­
sas de aire; tenga cuidado de no apre­
tar demasiado en tierras arcillosas, ya
que esto podría compactar el suelo c im­
pedir el drenaje. En tierras arenosas, una
zanja poco profunda ayuda a canalizar
el agua hasta las raíces. Por el contra­
rio, en tierras arcillosas, un amontona­
miento leve alrededor del tallo alejará
el agua del cepellón.
Pode ligeramente el crecimiento supe­
rior para equilibrarlo con el sistema de
raíces (véase «Poda de configuración»,
p. 48) después asegure el árbol a la es­
taca con una o más ligaduras (véase «Li­
gaduras para árboles», p. 41). Riegue
concienzudamente y aplique una mez­
cla espesa de «mulch» (mezcla de estiér­
col y paja) para conservar la humedad
de la zona donde se desarrollarán las
raíces.
Arboles de raíces desnudas
Prepare el emplazamiento del mismo
modo que para los árboles criados en
contenedores, asegurándose de que el
Protección del tallo
En muchas regiones resulta necesario
proteger los árboles jovenes del daño
causado por conejos y otros anima­
les comedores de corteza. Rodee el ár­
bol con una barrera de tela metálica
o de alambre tejido, fijado con varias
varas o estacas, o coloque un guarda-
árboles patentado alrededor del tron­
co. Existen muchos tipos disponibles
en los centros de jardinería, que com­
prenden protecciones en espiral y en­
volventes, hechas de plástico flexible,
así como de plástico o de tela metá-
A B C D
Proteja la corteza de árboles recién plantados de los daños causados por
animales con una barrera de tela metálica o red fijada al suelo con cañas
(A), un protector de árboles rígido y de plástico (B), un protector de tallos
de goma o plástico fuertes (C), o una protección de plástico en espiral (D).
agujero de plantación sea lo suficiente­
mente amplio como para que las raíces
del árbol se extiendan completamente;
recorte cualquier raíz dañada hasta lo
sano. Si utiliza una sola estaca, clávela
ligeramente desplazada del centro del
agujero y extienda las raíces dentro del
agujero y alrededor de la estaca. Corri­
ja la profundidad de la plantación si re­
sultara necesario; después vuelva a relle­
nar el agujero parcialmente y sacuda el
tallo hacia arriba y hacia abajo con sua­
vidad para acomodar la tierra alrededor
de las raíces. Afirme la tierra en etapas,
cuidando de no dañar las raíces. Final­
mente, riegue el árbol abundantemente y
cubra la zona circundante con «mulch».
Arboles de cepellón
El método para plantar árboles de ce­
pellón es muy parecido al utilizado para
plantar los cultivados en contenedores.
Sin embargo, el agujero de plantado de­
bería medir el doble de anchura que el
cepellón o, en tierras pesadas y arcillo­
sas, el triple de anchura. Coloque el ár­
bol en el agujero a la profundidad co­
rrecta, y después retire la arpillera o la
malla que envuelve el cepellón. Si utili­
za una estaca inclinada o dos estacas,
una a cada lado del cepellón, clávelas
en esta etapa; deberían apoyarse firme­
mente contra el cepellón sin atravesarlo.
lica resistentes. También existen guar­
da-árboles de malla de plástico degra­
dable en alturas desde 60 cm hasta
2 m.
En emplazamientos expuestos, ta­
les como laderas de colinas, se pue­
den utilizar protectores de árboles
para ayudar a que las plantas y los es­
quejes jóvenes arraiguen correcta­
mente; estas estructuras de plástico
degradable miden hasta 1,2 m de lar­
go y entre 8 y 15 centímetros de
ancho.
En las tierras pesadas y arcillosas, re­ después del plantado, es importante pro­
sulta posible mejorar el drenaje plantan­ porcionar una buena cantidad de agua
do de manera que la parte superior del a los árboles, especialmente durante las
cepellón asome ligeramente por encima épocas de sequía.
del nivel de la tierra y cubriendo la par­ Mantenga la zona circundante libre de
te expuesta con 5-7 cm de tierra desme­ hierba y malezas, y cúbrala con «mulch»
nuzada, dejando un espacio de 2,5-5 cm regularmente (véase «Cuidados rutina­
alrededor del tallo. rios», pp. 44-46).
Algunos árboles necesitan una protec­
Cuidado ulterior ción suplementaria contra las heladas y
Durante los primeros dos o tres años el viento.
P lantar un Á rbol con C epellón
I 2
Cave un agujero de Incline el árbol hacia un
plantación dos o tres veces lado y enrolle el tejido debajo
mayor que el diámetro del del cepellón, incline el árbol hacia el
cepellón. Mezcle la tierra retirada otro lado y retire cuidadosamente el
con materia orgánica bien tejido. Vuelva a rellenar el agujero,
descompuesta, coloque el árbol en compacte y riegue bien.
el agujero y desate la envoltura.
Plantado de árboles en
Los contenedores resultan excelentes
para exhibir árboles en un patio, para
árboles delicados que necesitan res­
guardase en invierno, y para las es­
pecies que prefieren un tipo de suelo
distinto del existente en el jardín.
Utilice un contenedor cuyo diáme­
tro mida entre un sexto y un cuarto
de la altura del árbol, con una pro­
fundidad de una vez y media al me­
nos la circunferencia del cepellón.
Esto proporciona una temperatura
bastante regular a la tierra, y es una
buena reserva de humedad; también
proporciona el espacio suficiente para
el desarrollo de las raíces. Asegúrese
de la existencia de agujeros de drenaje
para evitar la anegación.
Preparación del contenedor
Si vuelve a utilizar un contenedor, ce­
pille el interior con agua para elimi­
nar organismos causantes de enferme­ Introduzca la estaca dentro de la
dades. Cubra todos los agujeros con tierra y plante el árbol de manera
trozos de tiesto y agregue una capa que la marca de la tierra esté a
de al menos 2,5 cm de trozos de ties­ 4-5 cm bajo el borde.
to o grava gruesa. Después agregue
abono con una base de mantillo para de plantado, afirme el árbol correc­
contenedores, enriquecido con ferti­ tamente y revista la superficie de la
lizante de acción lenta. Si planta un tierra con una capa de «mulch» or­
árbol corriente, clave una estaca en la gánico o de arena de 2,5 hasta 4 cm
tierra antes de plantarlo. de espesor para ayudar a conservar
la humedad y evitar que la mezcla se
Plantación compacte. Después riegue bien, uti­
Prepare el árbol y compruebe la pro­ lizando aguas blandas o de lluvia para
fundidad de plantación para árboles en las especies que rechacen la cal. Co­
contenedores (véase p. 42). Después loque el contenedor sobre ladrillos.
Á rboles O r n a m e n t a l e s

Cuidados rutinarios
cantidad de mantenimiento que ximadamente 50-75 1 por m2 de agua tienda el «mulch» hasta la «línea de go­ de las raíces, y rebaja la pérdida de hu­
L
a
necesita un árbol depende funda­ por árbol cada semana en zonas cálidas teo» (el suelo bajo el borde exterior de la medad de la superficie del suelo. En ge­
mentalmente del género, microclima,duplicar la cantidad, si el tiempo es seco. copa); una zona de 3 a 4 m de diámetro neral, se utilizan materias orgánicas ta­
tipo de suelo y emplazamiento. La ma­Una vez bien arraigados, la mayoría de es apropiada para un árbol más grande. les como la corteza pulverizada, ya que
yoría requiere riego, alimentación y una los árboles sólo necesitarán un riego. Los fertilizantes artificiales se aplican también resultan atractivas. El plástico
zona libre de malezas durante los pri­ generalmente en primavera. Esparza el negro también es eficaz, pero no utilice
meros años para arraigar correctamente; fertilizante alrededor de la base del ár­ láminas de plástico transparente, ya que
también hay que revestir la superficie de
los árboles plantados en contenedores
Fertilización bol en una proporción de 50 g por m2
o mézclelo con el abono e introdúzcalo
el calor se transfiere rápidamente al sue­
lo y podría dañar las raíces superficia­
y, ocasionalmente, cambiarlos de ties­ Todos los árboles se benefician de la ali­ en pequeños agujeros excavados a 2 m les. Si el árbol necesita ser alimentado,
to. Además, algunas veces resultan ne­ mentación, particularmente en tierras de distancia entre cada uno alrededor de generalmente sólo se utilizan los
cesarios otros procedimientos, tales bajas en nutrientes y durante los prime­ la línea de goteo. Como alternativa, apli­ «mulch» ricos en nutrientes.
como la eliminación de chupones o el ros años después de ser plantados. Los que un fertilizante líquido patentado al­ Es mejor aplicar los «mulch» en pri­
control de las plagas o enfermedades; árboles más viejos requieren general­ rededor del árbol. mavera, pero, si el suelo está húmedo,
mientras que en ciertas circunstancias, mente alimentación sólo en ocasiones. Si no prosperan, los árboles planta­ se pueden extender en cualquier momen­
por ejemplo, si un árbol no prospera, la Los árboles cultivados por sus flores y dos en zonas de hierbas podrían nece­ to, salvo durante las heladas o la sequía.
mejor solución podría ser cortarlo o frutos requieren más potasa y fosfato sitar alimento todos los años. La hier­ Aplique el «mulch» en una zona entre
trasplantarlo. que aquellos cultivados por su follaje, ba entre el tronco y la línea de goteo se 30 y 40 cm mayor que el sistema de raí­
que necesitan más nitrógeno. puede eliminar a mano o con produc­ ces del árbol. Renueve la capa de
Los fertilizantes orgánicos, tales como tos químicos, y luego se aplica un «mulch» cada uno o dos años debajo
Riego el estiércol bastante descompuesto, o el «mulch» rico en nutrientes. de los árboles jóvenes.
abono, se aplican habitualmente como
La mayoría de árboles necesita mucha «mulch»: en otoño, o durante cualquier
agua para crecer bien, especialmente en época libre de heladas durante la esta­ Aplicación del «mulch» Desarraigar la maleza
suelos ligeros y arenosos o si fueron ción inactiva, extienda el «mulch» en
plantados dentro de los dos o tres años una capa de 5-8 cm alrededor del árbol, La aplicación del «mulch» evita la pro­ La zona debajo de la copa de un árbol
anteriores. Como guía general, durante manteniendo libre la zona alrededor del liferación de las malezas, reduce el efecto debría mantenerse libre de malezas y
el período del crecimiento aplique apro­ tronco. Al alimentar un árbol joven, ex­ de las temperaturas extremas alrededor hierbas, ya que esto asegura que las raí-

Mantenimiento de árboles en contenedores R e v e s t id o

Los árboles plantados en contenedo­
res requieren generalmente un riego
y una alimentación más frecuente que
aquellos plantados en espacios abier­
tos, ya que la pequeña cantidad de tie­
rra dentro de la que crecen sólo pue­
de conservar una cantidad limitada de
reservas y nutrientes. Durante la épo­
ca cálida y seca podrían necesitar dos
regados diarios. Aplique anualmen­
te una capa superficial de «mulch» de
astillas de corteza o materia similar
encima del abono para ayudar a man­
tener la humedad. Además, revista la
superficie de la tierra cada primave­
pode cualquier tallo muerto, dañado,
débil o desordenado para rejuvenecer
el árbol y asegurar que produzca un
crecimiento sano y vigoroso.
Cada tres a cinco años, renueve la
tierra del tiesto o cambie el árbol de
tiesto, preferiblemente a uno más
grande. Para efectuarlo, retire primero
el árbol cuidadosamente del contene­
dor, después extraiga las raíces, recor­
tando hasta un tercio de cualquiera
que sea grande y rugosa. Empape el
sistema de raíces si está seco, luego
vuelva a colocar el árbol en tierra fres­
ca (véase «Plantación de árboles en

ra, antes del crecimiento. Esto com­
prende reemplazar parte de la tierra
antiguo con uno nuevo, enriquecido
con fertilizante. Al mismo tiempo
R e n o v a d o d e l T ie st o
1 2
tiestos», p. 43). Utilizando un desplantador Vuelva a llenar el contenedor
Si utiliza el mismo contenedor, lá­ o las manos, retire cualquier con tierra nueva, mezclado
velo antes de introducir el árbol y el «mulch» y los 5 cm superiores de con fertilizante de acción lenta.
abono nuevo. tierra. Riegue y añada «mulch».

I
Ponga el árbol
de costado
cuidadosamente y,
sosteniendo el tallo y
el cepellón con una
mano, extráigalo del
tiesto golpeando la
base con firmeza.
Retire cualquier
material de revestido
o de «mulch».

2
Con una horca, extraiga las
raíces con suavidad, retirando
parte de la tierra antigua.
Recorte cualquier raíz larga.
Vuelva a colocar el árbol de
manera que la tierra mueva
llegue a la marca del suelo. Compacte
con los dedos, riegue y añada «mulch».
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

nes de tallo como de raíz: un chupón de

E lim in a c ió n de C h upones
Utilizando podaderas, corte los
chupones lo más cerca posible
del tronco y rebaje la superficie
con un cuchillo; borre cualquier
crecimiento apenas aparezca.
E l im in a c ió n d e
V astagos d e A g u a
tallo es un vástago que aparece justo de­
bajo del punto de unión del injerto so­
bre el rizoma de un árbol injertado; un
chupón de raíz es el que se desarrolla di­
rectamente desde las raíces. Los chupo­
nes de una planta injertada podrían al­
canzar un tamaño mayor que la parte
más alta, e incluso reemplazarla al cabo
de algunos años, de modo que predo­
minaría la especie de patrón en vez del
cultivar injertado.
Los árboles particularmente vigoro­
sos o que tiene raíces cerca de la super­
ficie de la tierra, tales como los álamos
(Populus) y los cerezos ornamentales
(Prunus), podrían formar chupones de
raíz si el sistema de raíces está dañado.
Éstos pueden utilizarse para la propa­
gación, pero resultan un incordio si apa­
recen en céspedes o senderos.
Corte o arranque los chupones lo más
cerca posible de la base, si es necesario
cavando hasta el punto donde el chupón
se une a la raíz.
Vástagos de agua
Los vástagos epicórmicos o de agua pue­
den crecer directamente del tronco, con
frecuencia alrededor de las heridas cau­
sadas por la poda. Suprímalos con los
dedos o el pulgar apenas aparezcan, o
recórtelos hasta la base y suprímalos
cuando vuelven a aparecer.
Talado de un árbol
El talado de los árboles, que puede
emprenderse en cualquier época del
año, es una operación que requiere
destreza y, a veces, resulta potencial­
mente peligrosa; si el árbol mide más
de 5 m de altura, la tala debería em­
prenderla un cirujano de árboles.
Asegúrese de que el árbol no esté su­
jeto a una orden de conservación y,
si se encuentra en una linde, de que
le pertenece legalmente.
Asegúrese de que existe el espacio
suficiente como para que el árbol cai­
ga con seguridad y de que hay una vía
de escape en ángulo recto a la línea
de caída propuesta para que pueda
apartarse.
Generalmente, un árbol se corta en
etapas. Primero, elimine cualquier
rama grande en secciones (véase «Eli­
minación de ramas», p. 47); después,
corte el resto del tronco, extrayendo
una cuña de madera del lado hacia
el que desea que caiga el árbol, y efec­
túe otro corte del lado opuesto del ta­
llo. Entonces, el árbol podrá empu­
jarse en la dirección deseada. Si tala
un árbol grande, ate cuerdas alrede­
dor del tronco para guiar la caída.
Es mejor retirar el tocón, pero si no
resultase práctico puede tratarlo con
productos químicos; si se lo deja pu­
drir podría atraer el hongo de la miel
(p. 569), que podría extenderse. Ex­
cave el tocón y cualquier raíz grande
con una pala. Las raíces resistentes
deberían cortarse con un hacha. Si el
tocón es grande, podría ser necesario
contratar a un operario para serrarlo
o extraerlo con una grúa.
Alternativamente, corte el tocón a
ras de suelo y rocíe la superficie del
corte con una solución patentada de
sulfamato de amonio. Espere al me­
nos 12 semanas antes de plantar en
los alrededores.

Recorte hasta la base con
podaderas cualquier vástago de
agua que pueda crecer a través-
de la corteza o que brote en los
bordes de una herida donde se
haya eliminado una rama.
ces fibrosas de alimentación no necesi­
tan competir por el agua o los nutrien­
tes. Si el crecimiento de un árbol es ex­
cesivamente rápido, conservar o plantar
hierba a su alrededor ayuda a reducir el
vigor en la competición por el agua y
el alimento.
Es posible utilizar algunos herbicidas
alrededor de los árboles porque no afec­
tan a las raíces. La aplicación del
«mulch» debería hacer innecesario el de­
sarraigo de la maleza. Para tratamien­
to de malezas, véase «Malezas», pp.
573-577.
Chupones y vástagos
de agua
Los chupones y los vástagos de agua
desviarán los nutrientes de los vástagos
Heladas y viento
Los árboles pueden resultar dañados por
vientos fuertes, y las heladas severas po­
drían afectar a las plantas jóvenes, de
modo que hay que proporcionarles pro­
tección, tal como un rompevientos. Los Extraiga una cuña aserrando
rompevientos pueden ser artificiales, horizontalmente hasta la base
tales como los vallados, o naturales, del corte en ángulo. Retire la cuña
como los setos (véase también «Cómo para asegurar que el árbol caerá
funciona un rompevientos», p. 519). en la dirección correcta.
El suelo que rodea los árboles recién
plantados puede levantarse por las he­ Practique un corte en ángulo
ladas; si esto ocurre, vuelva a afirmarlo del lado hacia el que caerá
después del deshielo para que las raíces con el árbol con una profundidad
no se sequen. Para más información, de poco más de 1/3 del diámetro
véase P r o t e c c ió n e n c o n t r a la s h e ­ del tronco y a I m del suelo.
l a d a s y el v ie n t o , pp. 520-521.
Problemas de los árboles
La falta de vigor es un indicador de con­
fianza de que el árbol tiene problemas.
Además de comprobar si existen plagas
o enfermedades, asegúrese de que el ár­
bol no ha sido plantado demasiado pro­
fundamente o que las raíces y tallos no
han sido dañados. Las plagas más co­
munes son los áfidos (p. 550) y los áca-
ros araña roja (p. 550), mientras que el
hongo de la miel (p. 569) es la enferme­

principales del árbol si se los deja desa­
rrollar incontroladamente. Elimínelos
apenas aparezcan.
Chupones de tallo y de raíz
Un árbol puede producir tanto chupo­
dad más dañina que afecta —y a me­
nudo mata— a una gran variedad de ár­
boles. Para reducir el riesgo, mantenga
los árboles correctamente alimentados
y conservados, y la zona circundante li­
bre de malezas y escombros.
3
Practique el corte final del Retire el tocón cavando una
lado opuesto del tronco, justo zanja ancha a su alrededor,
encima de ¡a base de! corte de la aflojando las raíces con una
cuña. Cuando el árbol comience a horca o una pala, y extrayéndolo
caer, empújelo, si fuera necesario, con una polea o excavándolo.
en la dirección correcta.
Trasplante de un árbol
Lo mejor es preparar el árbol con un año
de antelación antes del trasplante, ya que
esto aumentará considerablemente sus
posibilidades de volver a arraigar. A me­
nos que el árbol sea bastante joven, po­
dría resultar difícil de trasplantar y no
adaptarse bien; si midiese más de 2,5 m
podría resultar difícil de establecer en su
nueva posición. Puede necesitarse la
ayuda de un especialista para trasplan­
tar los árboles grandes.
Preparación
A principios de otoño del año anterior
al trasplante programado, mientras la
tierra aún está tibia y las raíces del ár­
bol crecen activamente, marque el diá­
metro óptimo del cepellón del árbol: al­
rededor de un tercio de su altura. Cave
una zanja de unos 30 cm de ancho y 60
cm de profundidad, justo fuera de la
zona marcada, y mezcle la tierra retira­
da con grandes cantidades de materia
orgánica bien descompuesta.
Utilizando una pala afilada, recorte
el cepellón cuanto sea posible para cor­
tar cualquier raíz grande y gruesa. Esto
estimulará el crecimiento de raíces fibro­
sas «de alimentación», que ayudarán al
desarrollo y crecimiento del árbol des­
pués del trasplante. Después vuelva a co­
locar la mezcla de tierra y materia or­
gánica en la zanja.
Levantamiento del árbol
Trasplante el árbol el siguiente otoño
(véase «Cuándo plantar», p. 41) atan­
do, primero, las ramas al tronco cuida­
dosamente para protegerlas y para
aumentar el área de trabajo alrededor
del árbol.
Cave una zanja justo al lado de la que
cavó el año pasado, y de dimensiones
parecidas, y retire gradualmente la tie­
rra sobrante con una horca hasta que el
cepellón haya adquirido un tamaño y un
peso manejables; por otra parte, tenga
cuidado a fin de no dañar las raíces fi­
brosas.
Corte después cualquier raíz debajo
del cepellón para separarlo por completo
de la tierra que lo rodea.
Envuelva el cepellón con toda garan­
tía en arpillera o plástico; esto lo sos­
tendrá y evitará que las raíces se sequen
mientras quita el árbol del agujero y lo
traslada a su nueva posición.
Replantado
Ahora, el árbol puede ser replantado en
su nuevo emplazamiento (véase Planta­
do de un árbol de cepellón, p. 73). Has­
ta que esté bien arraigado, sostenga el
árbol con tirantes de cuerda (véase «Es­
tacado», p. 40) y manténgalo bien re­
gado y con «mulch».
Si resultara imposible plantarlo inme­
diatamente, cuídelo igual que si se tra­
tara de uno recién comprado (véase In­
clinado, p. 41).

C óm o T r a s p l a n t a r un Á rbol J o ven
Prepare el árbol a
trasplantar con un
año de anticipación.
Para trasplantar,
comience atando las
ramas al tallo
principal para
protegerlas de daños
mientras trabaja
alrededor del árbol.
Después,
permaneciendo fuera
del área del cepellón, Retire con cuidado la tierra T Corte por debajo del
cave una zanja de unos alrededor del cepellón con una cepellón con una pala y
30 cm de ancho y horca, quitando pequeñas cantidades recorte con podaderas cualquier
60 cm de profundidad para evitar dañar las raíces. raíz incómoda saliente.
alrededor del árbol.

Enrrolle un trozo de arpillera Incline el árbol hacia el otro Recubra por completo el Indine el árbol hacia un lado
(o de plástico) e inclinando el lado con cuidado y tire de la cepellón con la arpillera. Sujétela y deslize dos tablones por
árbol para levantar una parte del arpillera hasta el lado opuesto; firmemente con una cuerda para debajo a modo de rampas. Coja
cepellón, deslice la arpillera por ahora el cepellón debería estar en el mantener el cepellón intacto la cuerda alrededor del cepellón y
debajo. centro de la arpillera. mientras mueve el árbol. deslice el árbol sobre la rampa.
Lleve el árbol Q Fije tirantes de
8emplazamiento.
hasta el nuevo cuerda al árbol
recién trasplantado y
Sosteniendo las asegúrelas a estacas
cuerdas, introduzca inclinadas en el suelo
el árbol dentro del para proporcionar un
agujero preparado y soporte. Riegue bien el
desenvuelva el árbol, después extienda
cepellón invirtiendo un «mulch» espeso de
el procedimiento de unos 10 cm de espesor
los pasos 4-5. Retire encima del suelo para
cualquier maleza del conservar la humedad
cepellón y vuelva a y eliminar malezas.
plantar el árbol hasta
la marca de tierra.
Poda y guía
n podado y guiado correcto ayu­ minarse para lograr un crecimiento bien C orte T allo
U
de un
da a mantener la salud y el vigor equilibrado. Tenga cuidado de no impe­
de un árbol, regula su aspecto y tama­
dir el hábito natural de crecimiento de
ño y, en algunas instancias, mejora susun árbol a través del podado, salvo si de­
cualidades decorativas. Es importante sea producir un aspecto o forma espe­
podar los árboles jóvenes correctamen­ cíficas, tales como un enrejado. Una
te para desarrollar una estructura de ra­ poda intensa produce un crecimiento vi­
mas espaciadas con regularidad; poste­ goroso, mientras que una superficial
riormente, la mayoría requiere un sólo produce un crecimiento limitado.
podado mínimo. Resulta importante efectuar los cor­
El grado de poda y guiado dependen tes del podado con precisión para mi­
del tipo de árbol y del efecto deseado: nimizar el daño al árbol. Si recorta un
se requiere relativamente poco para pro­ tallo, corte justo por encima de un bro­
ducir un árbol bien equilibrado, mien­ te sano, un par de brotes, o un vástago
tras que la creación de una avenida en­ lateral que apunte hacia el lado de cre­
trelazada de ramas entretejidas requiere cimiento deseado; por ejemplo, si entre­
bastante más trabajo y experiencia. saca tallos apiñados, recorte hasta un Brotes A lternados B rotes o puesto s
brote o vástago que crece hacia el exte­ En los árboles de brotes alternados, En árboles de brotes opuestos, un
Cuándo podar rior para que no roce con otro tallo corte limpio e inclinado justo corte limpio y recto justo encima de
Es mejor podar la mayoría de árboles mientras crece. No corte ni demasiado encima de un brote dirigido hacia fuera. un par de brotes sanos.
caducifolios mientras están inactivos, a lejos del brote —que deja un tocón que
finales del otoño o en invierno; también se convierte en un punto de entrada para
se los puede podar en otros momentos, las enfermedades—, ni demasiado cer­ efectúe un corte sesgado a 3-5 mm por ras. Para ramas más gruesas, elimine pri­
salvo a finales de invierno o principios ca, ya que podría dañar el brote. encima del brote, de manera que la base mero la mayor parte del peso, recortan­
de primavera, cuando muchos árboles Al podar un árbol con brotes opues­ del corte esté al mismo nivel que la parte do la rama parcialmente al menos a 30
«sangran» (rezuman savia) si se los cor­ tos, efectúe un corte recto con podade­ superior del brote del lado opuesto del cm del tronco; después, un poco más
ta. Todos los arces (Acer), castaños de ras justo por encima de un par de bro­ tallo. allá, sierre completamente desde arriba.
Indias (Aesculus), abedules (Betula), tes; en árboles de brotes alternados, Si poda una rama por completo, corte Si no se recorta, la rama podría que­
nogales (Juglans) y cerezos (Prunus) justo fuera del cuello de la rama— la pe­ brarse a medio cortar, arrancando la
sangran copiosamente, incluso al final D ó n d e C o r t a r queña hinchazón de la rama donde se corteza y dejando paso, por consiguien­
de su período inactivo; pódelos en ple­ une al tronco. Aquí se formará el callo te, a las infecciones.
no verano, después de que haya madu­ que, finalmente, cubrirá la herida. Nun­ Para eliminar el tocón restante, recór­
rado el crecimiento. lx>s perennes requie­ ca corte a ras del tallo principal, ya que telo justo debajo del cuello de la rama
ren poco o podado o casi ninguno, salvo esto daña la zona de protección natural y después corte completamente desde
la eliminación de las ramas enfermas o del árbol, haciéndolo más vulnerable a arriba.
muertas a finales del verano. las enfermedades. En las ramas muer­ Si le cuesta localizar el cuello, corte
tas, el cuello puede extenderse un poco a través del tocón a poca distancia del
a lo largo de la rama, pero sigue siendo tronco, cortando de forma inclinada ha­
Principios de podado importante cortar fuera de éste. cia el exterior.
Si el ángulo entre la rama y el tronco
es muy agudo, podría resultar más fá­
La primera etapa del podado de un ár­ cil cortar a través del tocón desde la par­
bol consiste en eliminar cualquier par­
te muerta, enferma o dañada, y de cor­
A l eliminar lina rama, hay que hacerlo
con cuidado para no dañar el cuello:
Eliminación de una rama te de abajo.
No aplique pintura para heridas, ni
tar los vástagos débiles o desordenados. primero eliminar la mayor parle de Si elimina ramas enteras de menos de 2,5 vendajes: no está claro que aceleren el
Después evalúe la estructura restante y ésta con dos cortes, luego el tocón cm de diámetro, efectúe un único corte proceso de curación ni que prevengan de
decida qué ramas deberían podarse o eli­ de la parte exterior del cuello. con una sierra de podar o con podade- las enfermedades.

C ortar una R am a

1 Con una sierra de podar, corte
i la rama de abajo arriba a 30
cm del tronco y un cuarto de su
diámetro para que la corteza no se
desgarre si la rama se quiebra.
Practique el segundo corte
a otros 2,5 cm más allá del
tronco, aserrando la rama desde
arriba. El corte inferior se cerrará,
facilitando el aserrado.
Retire el tocón restante
practicando dos cortes ulteriores.
Primero haga un pequeño corte
desde abajo, justo fuera del cuello
de la rama.
Efectúe el corte final justo
fuera del cuello de la rama e
inclinando algo la sierra hacia
fuera. Sierre limpiamente desde el
corte superior hasta el inferior.
Podado de formación
Los árboles jóvenes se benefician del
podado de formación, ya que este ase­
gura que desarrollen una estructura,
fuerte y bien equilibrada, de ramas re­
gularmente espaciadas. La forma más
sencilla comprende la eliminación de las
partes muertas, dañadas o enfermas, al
igual que culaquier rama débil o cruza­
da. La poda de formación también se
puede utilizar para determinar la forma
del árbol joven mientras crece: por ejem­
plo, un árbol joven en forma de pluma
puede ser podado a lo largo de los años
para conformar uno estándar, o guia­
do sobre un muro a modo de enrejado.
El alcance de la poda depende tanto
del tipo de árbol seleccionado como de
la forma requerida al alcanzar la madu­
rez. Al igual que con todos los tipos de
podado, se debe cuidar de no estropear
las características de crecimiento del
árbol.
La poda de los árboles tropicales jó­
venes resulta particularmente importan­
te, ya que la tasa de crecimiento es muy
rápida y la circunferencia de los tallos
principales y de las ramas se desarrolla
muy rápidamente; si han sido podados
correctamente durante los primeros años
después de su plantados, es posible de­
jarlos crecer naturalmente. Por otra par­
te, la mayoría de las perennes se conver­
tirán en especímenes de buen aspecto sin
apenas mantenimiento; el podado se re­
duce generalmente a la eliminación de
tallos muertos, dañados o cruzados, y
de los laterales mal dispuestos.
La poda de formación de los árboles
ornamentales de jardín depende del tipo
de árbol comprado o requerido. Los ár­
boles en forma de pluma poseen una
guía central única y ramas laterales a lo
largo de todo el tallo. Los estándar con
una guía central tienen un tallo despro­
visto de ramas en la base, mientras que
los estándar de copa ramificada también
tiene un tallo desprovisto de ramas, pe­
ro la guía está eliminada para favorecer
el crecimiento de ramas laterales vigo­
rosas —como puede observarse habi­
tualmente en muchos cerezos japonese
(Prunus).
Árboles ramificados
Estos árboles pueden podarse con sen­
cillez para realzar su aspecto natural, o
pueden ser podados más exahustivamen-
te para convertirlos en árboles estándar.
A veces, este proceso también ocurre por
si solo. Aunque muchos árboles ramifi­
cados conservan sus ramas inferiores, és­
tas mueren en algunas especies y el ár­
bol se convierte en uno estándar con
guía; en otros también desaparece el do­
minio de la guía, convirtiéndose así en
estándar de copa ramificada.
El primer guiado es bastante sencillo,
sin tener en cuenta el hábito eventual del
árbol. Primero, elimine cualquier vásta-
go que compita, dejando una guía única;
después retire cualquier rama lateral dé­
bil o mal colocada, de modo que la es-
P odado y G u ia d o de Á r b o les J ó v e n e s
Á rbol E stá n d a r
c o n G u ía
Recorte los
laterales hasta la
mitad
Recorte los
laterales a ras de
tronco
A ño 1
Elimine los vastagos apiñados y En el tercio inferior del árbol,
cruzados y corte cualquier rama recorte los laterales a ras de
lateral pequeña, endeble o mal tronco; en el tercio medio, hasta
ubicada para lograr un ramaje la mitad. Elimine cualquier guía
bien equilibrado. débil o rival.
A rbol E stá n d a r de C o p a R a m if ic a d a A rbol L lorón
Recorte
la guía
central
Elimíne
cualquier
vastago mal
ubicado que
estropee la
forma. Recorte los laterales
Elimine ramas __
inferiores y del tronco principal
vastagos de agua
Elimine laterales cruzados y cualquier Corte las ramas cruzadas o verticales que
desarrollo en el tercio inferior del árbol. estropeen la simetría del árbol. Elimine
Recorte la guía hasta un brote sano. lodo desarrollo del tronco principal.
tructura de las ramas alrededor del tallo cio superior, pero elimine cualquier vás-
principal sea regular y bien equilibrada. tago recto y vigoroso que pueda formar
otra guía que compita.
Árboles estándar con guía A finales de otoño o principios de in­
Los esquejes ramificados se pueden po­ vierno, recorte los laterales podados a
dar a lo largo de dos o tres años para ras del tallo principal. Repita este pro­
conformar un árbol estándar; a menu­ cedimiento cada dos o tres años para
do se utiliza una técnica llamada «plu­ formar un árbol con un tallo libre de ra­
meado», ya que canaliza alimento al ta­ mas de aproximadamente 1,8 metros.
llo principal, que se hace más grueso y
más robusto. Inicialmcnte, pode un es­ Árboles estándar de copa ramificada
queje ramificado para eliminar cual­ Para configurar un árbol estándar de
quier otra guía o rama lateral débil que copa ramificada, guíelo inicialmente
compita. Luego, en el tercio inferior del como uno estándar con guía para obte­
árbol, rccortc todas las ramas a ras del ner la longitud de tallo libre deseada.
tallo principal; en el tercio medio, reduz­ Luego, a mediados o finales de otoño,
ca las ramas a la mitad; no pode el ter­ recorte la guía hasta un brote o vástago
A ños 2 y 3
Siga con el proceso de podado,
eliminando completamente los
laterales inferiores y recortando
hasta la mitad los laterales del
tercio medio del árbol.
Corte los vástagos
verticales hasta
un brote
descendente.
Recorte los
desarrollos
cruzados, que
rocen o estén
apiñados.
fuerte y sano, dejando una estructura de
cuatro o cinco ramas laterales bien ubi­
cadas. En esta etapa, elimine también
cualquier lateral cruzado o apiñado y
cualquier otro que estropee el equilibrio
de la estructura de las ramas.
En años subsiguientes, pode el árbol
tanto como sea necesario para mante­
ner la copa bien equilibrada y con una
parte central abierta; elimine cualquier
vástago vertical que pudiera convertir­
se en una guía nueva y recorte cualquier
rama a ras del tallo lo antes posible. Es
posible formar algunos estándar de copa
ramificada recortando la copa (o efec­
tuando injertos en ella) como en los ár­
boles estándar llorones (véase p. 49).
Árboles estándar llorones
Un árbol estándar llorón se forma in­
jertando una o dos púas de un cultivar
llorón en una planta estándar que ten­
ga un tallo limpio de alrededor de 1,8 m
de largo. Esto se conoce como recorte
de copa o injerto de copa, una técnica
utilizada generalmente en árboles fru­
tales (véase «Recorte de copa», p. 383),
pero también para fresnos llorones (Fra-
xinus excelsior ‘Péndula’), el sauce de
Kilmarnock (Salixcaprea ‘Kilmarnock’)
y gran cantidad de otros ornamentales
llorones. Una vez que los injertos hayan
prendido, se forman unas ramas jóve­
nes y colgantes.
Es mejor reducir la poda a la elimi­
nación de las ramas verticales o cruza­
das, al igual que cualquier otra que
arruine la simetría de la totalidad de la
estructura. Aunque generalmente se eli­
minan todas las ramas verticales, per­
mita que algunos tallos verticales se de­
sarrollen naturalmente, ya que después
suelen crecer hacia abajo, produciendo
hileras de ramas lloronas. Si aparecie­
sen brotes en el tallo principal, elimíne­
los apenas aparezcan.
Árboles enrejados y guiados
en abanico
La meta tanto del enrejado como del
guiado en abanico es la creación de una
red atractiva de ramas en un solo pla­
no, podando y guiando un árbol joven
a lo largo de varios años. Estas técnicas
se utilizan ocasionalmente para cultivar
árboles ornamentales contra verjas o
muros, pero, generalmente, están asocia­
das con el cultivo de árboles frutales.
Las épocas de poda varían de acuer­
do con la especie seleccionada: por
ejemplo, una Magnolia grandiflora, que
florece desde mediados hasta finales de
la primavera, debería podarse al prin­
cipio del crecimiento, en primavera,
mientras que una Acacia dealbata de­
bería podarse inmediatamente después
de haber florecido. Para instrucciones
completas del esquema de podado, véase
Ei. J ard ín F ru ta l , «Enrejado», p. 382,
y «Abanico», p. 393.
Poda de árboles Poda de árboles
caducifolios establecidos perennes establecidos
Una vez que un árbol caducifolio esté
bien arraigado, la necesidad de una poda
ulterior es escasa. Es mejor encomen­
dar la poda principal de un árbol adul­
to a un arborista o cirujano de árboles,
ya que la tarca requiere destreza y resulta
peligrosa y, si no está bien realizada,
puede estropear el árbol.
En muchos árboles de copa ramifica­
da ésta se vuelve apiñada al hacerse
adultos, limitando las cantidades de aire
y luz de las ramas centrales. Elimine los
vástagos y ramas que crezcan hacia
adentro y que estropean el equilibrio de
la estructura.
Si un árbol es demasiado grande para
E l im in a c ió n de una G u ía
R iv a l
Pode una guía
rival
practicando
un corte
limpio en su
base,
cuidando de
no dañar la
guía restante.
su localización, no intente limitar su ta­
maño recortando cualquier crecimien­
to nuevo cada año; este podado tipo
«corte de pelo» produce un racimo api­
ñado de vástagos durante cada estación,
estropeando el aspecto natural del ár­
bol y reduciendo la producción de flo­
res y frutos. El tratamiento correcto es
el mismo que para la renovación de ár­
boles viejos (véase p. 45).
Si la guía está dañada, elija un vásta-
go fuerte cerca de lo alto del tallo prin­
cipal y oriéntelo en vertical como guía
de reemplazo. Ate el vástago elegido a
una caña o estaca asegurada en la par­
te alta del tallo principal y pode cual­
quier vástago que pueda potcncialmente
competir. Una vez que el vástago se haya
convertido en un crecimiento fuerte y
dominante, se puede retirar la caña.
Si un árbol desarrolla dos o más guías
que compiten entre sí, elimine todos los
vástagos, salvo el más fuerte. El ángulo
muy agudo que se forma entre guías ri­
vales es una fuente de debilidad estruc­
tural y, ante vientos fuertes, el árbol po­
dría partirse en dos por ese punto. Es
posible que se desarrollen vástagos vi­
gorosos y rectos en árboles jóvenes de
copas ramificadas; si no se eliminan, és­
tos se convertirán en guías competido­
ras y es importante eliminarlos por com­
pleto apenas sea posible.
Los perennes de hojas anchas necesitan
un podado mínimo. Con tal que los ár­
boles tengan una guía establecida y que
se haya eliminado cualquier lateral mal
colocado durante su juventud, sólo re­
sulta necesario eliminar las partes muer­
tas, dañadas o enfermas.
Las coniferas sólo necesitan un poda­
do básico una vez arraigadas, salvo
cuando se las cultiva como seto (véase
S et o s y M a m p a r a s , pp. 60-62). En al­
gunos pinos (Pinus), abetos plateados
(Abies) y piceas (Picea), el brote termi­
nal de la guía puede m.orir; si esto ocu­
rriera, oriente el lateral mejor ubicado
como guía de reemplazo (véase arriba)
P reparar una G u ía N u e v a
Reemplace una guía
dañada situando un
vastago fuerte en
forma vertical. Sujete
una caña al extremo
del tallo principal y
ate el vastago a la
caña. Pode la
antigua guía dañada.
Retire la caña una
vez que la nueva
guía domine y crezca
con fuerza.
y recorte cualquier vástago recto que Poda de árboles
compita.
Las palmeras arraigadas no requieren plantados en contenedores
ningún podado, aparte de la eliminación
de las hojas muertas, que deberían re­ Se debería podar los árboles plantados
cortarse a ras del tallo principal. en contenedores anualmente —siguien­
do los mismos principios que en otros
Poda de raíces árboles— para regular su aspecto y su
Si un árbol arraigado crece vigorosa­ tamaño, y mantener una estructura só­
mente, pero produce muy pocas flores lida y equilibrada de ramas regularmente
y frutos, la poda de las raíces ayudará espaciadas.
a retrasar el crecimiento y estimulará un
florecimiento y una fructificación
mayores.
Al principio de la primavera, cave una
zanja justo fuera del alcance de la copa.
Poda de «coppice» y
Después pode cualquier raíz gruesa has­ desmochado
ta el borde interior de la zanja, utilizan­
do una sierra de podado, unas podade­ El podado «coppice» consiste en podar
ras o un podador. un árbol de forma regular a ras del sue­
Retenga cualquier raíz fibrosa en el lo, con el fin de alentar el crecimiento
borde interior de la zanja, vuelva a re­ de vástagos de base fuertes. El desmo­
llenar con tierra y afirme. chado consiste en podar un árbol a ras
Para más detalles, véase E l J a r d ín del tallo principal o de su estructura de
F r u t a l , «Podado de raíces», p. 370. Si ramas, estimulando la aparición de vás-
después parece inestable, en alguna me­ lagos nuevos en este nivel. Tradicional-
dida puede ser necesario sostener el ár­ mente, ambas técnicas se practicaban
bol con estacas o tirantes de cuerda (véa­ para el acopio regular de leña o de ta­
se «Estacado», p. 40). llos elásticos para cestos y verjas. Hoy
Para podar raíces de los árboles en se utilizan en jardines para realzar el co­
contenedores, véase «Mantenimiento de lor y tamaño de las hojas o el color de
árboles cultivados en contenedores», los tallos decorativos, o bien para redu­
P- 44). cir el tamaño de un árbol.
C ó m o P o d a r e n « C o p p ic e »
El podado en «coppice» se puede
utilizar para reducir un árbol,
agrandar sus hojas, o realzar el color
de sus tallos.
Utilice cizallas para
recortar todos los tallos
hasta 7 cm del tronco;
no corte la base de madera
hinchada del árbol.
Poda de «coppicc» P o d a d o d e u n Á r b o l E s t a b l e c id o y D e s m o c h a d o secciones (véase «Cortar una rama», p.
Los árboles deberían podarse con este Pode los vástagos 47).
sistema a finales del invierno o princi­ cada 1-2 años a Después de renovado, alimente el ár­
pios de primavera; sin embargo, algunos finales de invierno bol por medio de un «mulch» con es­
sauces cultivados por sus tallos colorea­ o principios de tiércol bien descompuesto y, en prima­
dos o cubiertos de pelusilla pueden po­ primavera hasta vera, aplique fertilizante al suelo deba­
darse a mediados de primavera, justo 1-2 cm de la jo de la copa durante dos o tres años.
antes o un poco después de que los bro­ cabeza El podado intenso podría estimular el
tes crezcan nuevamente. Recorte todos desmochada crecimiento de vástagos laterales; si se
los tallos a ras de la base, dejando la ma­ tallo principal a apiñasen, entresaque algunos, dejando
dera hinchada de base sin podar, ya que fin de obtener una estructura bien equilibrada. Se de­
allí se formará todo el crecimiento vástagos nuevos berían eliminar todos los chupones y
nuevo. la primavera vástagos de agua apenas aparezcan (véa­
Utilizando podaderas o se p. 45).
Desmochado siguiente. Las
cizallas, recorte los tallos Renovación de árboles con un
Para crear un árbol desmochado, plan­ ramas árboles
nuevas de
como este antiguos hasta su base,
te un árbol corriente joven y de copa ra­ Salix alba var. cuidando de no dañar la podado «corte de pelo»
mificada (véase p. 48). Cuando el tron­ vitellina tiene un cabeza ensanchada. Los árboles cuyo crecimiento nuevo ha
co haya alcanzado los 2 m o la altura colorido muy sido recortado anualmente producen un
deseada, pode las ramas hasta una dis­ intenso. racimo apiñado de vástagos sobre ramas
tancia de 2,5 a 5 cm del tronco princi­ nudosas, pero sin la estructura equilibra­
pal a finales de invierno o principios de da de un mocho verdadero. Tal podado
primavera. Esto provoca la aparición de «corte de pelo» resulta desagradable y
una multitud de vástagos que se desa­ reduce la aparición de flores y frutos.
rrollan desde lo alto del tallo cortado. mocho se haya establecido. Después, cualquier época del año, salvo al prin­ Para corregirlo, entresaque primero los
Pode estos vástagos anualmente (o cada pode cada uno o dos años y entresaque cipio del crecimiento primaveral; sin em­ tocones nudosos en las puntas de las ra­
dos años) para alentar el crecimiento de los vástagos cuando sea necesario. Si se bargo, para la mayoría de árboles —y mas principales. Recorte la mayoría de
más vástagos jóvenes de la cabeza en­ desarrollasen demasiadas cabezas ensan­ especialmente para aquellos que produ­ vástagos jóvenes de los tocones restan­
sanchada del tallo. Entresáquelos si se chadas, elimine algunas por completo. cen mucha savia— tales como los cas­ tes, dejando sólo uno o dos, y recorte
apiñan. Elimine los vástagos que bro­ taños de Indias (Aesculus) y los abedu­ éstos en una tercera parte; repita este
ten del tronco apenas aparezcan. les (Betula), el mejor momento es a procedimiento en las siguientes tres o
Para crear un mocho con una estruc­
tura de ramas principal, permita que el
Renovación de árboles finales de otoño o principios de invier­ cuatro estaciones para desarrollar un há­
no. Pode los cerezos de flor (y otros Pru- bito de crecimiento más natural.
árbol desarrolle un sistema de ramas viejos nus) a principios de verano para redu­
bien equilibrado a la altura deseada. A cir el riesgo de la aparición de la hoja Cirujanos de árboles
finales de invierno o principios de pri­ Los árboles que han crecido más allá de plateada (véase p. 551). Para podar, renovar o eliminar árboles
mavera, pode las ramas hasta una lon­ lo que conviene a su situación, o que La primera etapa consiste en eliminar grandes, es aconsejable consultar con un
gitud de 2 m. Recorte los vástagos se­ han sido abandonados, deberían elimi­ todas las partes muertas, enfermas o da­ cirujano de árboles cualificado. La es­
cundarios resultantes cada dos a cinco narse o reemplazarse para devolverles su ñadas. Después pode cualquier rama cuela horticultural o la asociación de ar­
años —según la especie— hasta que el plena salud y vigor. La renovación exi­ cruzada o apiñada, y también las que boriculture más próximas podrían pro­
ge un cuidado y una experiencia consi­ estropeen el equilibrio de la estructura. porcionarle una lista de consultores y
derables, y es recomendable consultar Es mejor efectuar una renovación exa- operarios aprobados, que cumplan con
Á rbo les p a r a « C o p p ic e » con un cirujano de árboles experimen­ hustiva cada dos o tres años, permitien­ los requisitos normales de las prácticas
y D esm och ado tado. En algunos casos, un árbol puede do una recuperación gradual, porque de trabajo seguras y que sean técnica­
ser demasiado viejo y potencialmente una poda drástica podría debilitar seve­ mente competentes.
Acer pensylvanicum peligroso de renovar, de modo que es ramente —o incluso matar— un árbol Antes de pedir un presupuesto, deci­
‘Erythrocladum’ mejor reemplazarlo. en malas condiciones. Si necesita elimi­ da exactamente cuáles son los trabajos
Corylus avellana La renovación se puede emprender en nar cualquier rama grande, córtela en necesarios.
‘Contorta’ |
Eucalyptus R e n o v a c ió n d e u n Á r b o l
E. globulus ¡fc 4-
E. gunnii 4-
E. pauciflora
Populus candicans
‘Aurora’

Populus x canadensis
‘Serótina Aurea’
P. candicans ‘Aurora’
Salix acutifolia ‘Blue
Streak’, S. alba
‘Britzensis’,
S. a. var. sericea,
S. a. var. vitellina,
s. daphnoides ‘Aglaia’
S. irrorata J,
S. x sepulcralis
‘Erythro flexuosa’
Tilia platyphyllos (cultivares)
Toona sinensis ‘Flamingo’
A ño 1 A ños 2 y 3
C lave Elimine cualquier parte muerta, enferma o dañada, A l año siguiente, entresaque el desarrollo nuevo
# No resistente y cualquier rama cruzada o que roce contra otras originado tras la poda inicial y elimine todo vastago
X Sólo «coppice» estropeando el equilibrio de la estructura. de agua. Si fuese necesario repita al año siguiente.
Árboles entrelazados C r e a c ió n d e la E structura
A ño i
Los árboles entrelazados o entretejidos Clave una hilera de estacas en
son aquellos con tallos desnudos, plan­ el suelo con una separación
tados en una o más hileras, con las ra­ de 2,2-2,7 m. Fije listones
mas guiadas hori/.ontalmente para en­ verticales sólidos a las estacas
trelazarse, generando un «muro» regular y, luego, listones horizontales
y en relieve de follaje cuando las hojas a 60 cm de separación para
han aparecido (véase «Árboles para ave­ formar la estructura. Plante
nidas», p. 36). Los carpes (Carpinus) y un árbol joven ramificado o
los tilos, tales como Tilia platyphyllos corriente al lado de cada
y T. ‘Euchlora’, resultan excelentes plan­ estaca.
tados en avenidas entrelazadas, ya que
se los puede podar con precisión y, en
el término de cuatro o cinco años, de­ Doble cualquier Pode los laterales
sarrollarán un eficaz aspecto de seto. Es lateral adyacente difíciles de sujetar.
mejor utilizar árboles jóvenes de tallos a los listones Recorte hasta el
elásticos. horizontales y tallo principal
Construcción de la estructura sujételo en ellos cualquier rama que
Hasta que los árboles hayan arraigado sin forzar crezca por debajo
es necesario guiarlos dentro de una es­ excesivamente. del listón
tructura. Primero —utilizando una es­ horizontal inferior.
taca para cada árbol a plantar— monte
una hilera de estacas sólidas de 2,5 a 3
m de altura a distancias iguales. Una vez A ño 2
clavadas en el suelo a una profundidad A finales del verano siguiente,
de aproximadamente 60 cm a 1 m, de­ sujete cualquier rama no
berían alcanzar la altura requerida con guiada a la estructura para
respecto a las ramas más bajas: alrede­ rellenar huecos y pode los
dor de 2 m o más, si deben permitir que laterales dejando dos o tres
las personas paseen por debajo. Sujete brotes para estimular el
una estructura secundaria de listones de crecimiento de vástagos
madera y cañas sólidas para crear la al­ laterales nuevos.
tura general deseada.
Guiado inicial
Plante un árbol joven al lado de cada
estaca a finales de otoño o principios de
primavera. Elija árboles lo bastante al­ Una vez que la Pode los laterales
tos como para que sus laterales puedan guía sea lo bastante atrasados hasta un
guiarse sobre la estructura. Recorte cual­ alta, dóblela sobre vástago lateral
quier pluma inferior que aparezca más el listón horizontal fuerte para
abajo del último listón horizontal y pode superior de la estimular el
cualquier sublateral que no pueda suje­ estructura y crecimiento de
tarse con facilidad. Si es suficientemente sujétela a él. ramas nuevas.
alto, es posible doblar la guía de forma
horizontal y sujetarlo, o se la puede de­
jar crecer durante una estación ulterior M a n t e n im ie n t o A n u a l
antes de orientarla.
Sujete todas las ramas
Guiado ulterior incómodas o desordenadas
A finales del siguiente verano, entrete­ para mantener el efecto de
ja cualquier rama no guiada dentro de entrelazado y recorte los
la estructura y recorte cualquier lateral laterales para estimular el
largo para estimular un nuevo crecimien­ crecimiento nuevo y una
to. Los sublaterales que crezcan en án­ estructura de ramas espesa.
gulo recto a las ramas se pueden suje­
tar a lo largo de las cañas. Continúe Recorte los tallos
desarrollando un efecto de seto en es­ incómodos que
taciones subsiguientes, sujetando ramas crezcan fuera de ¡a
y recortando laterales para estimular la estructura para
aparición de unos vástagos nuevos y un conservar un
crecimiento espeso. aspecto agradable y
Una vez que los árboles entrelazados bien guiado.
estén completamente establecidos y las VERANIEGA
ramas se hayan entretejido, se puede des­ Sujete los tallos no
montar la estructura. Mantenga un cre­ Continúe sujetando Pode cualquier guiados y corte los
cimiento saludable y espeso eliminando tallos nuevos a la lateral que crezca laterales largos
cualquier parte muerta, dañada o enfer­ estructura; en una dirección dejando 2 o 3 brotes.
ma, así como los laterales que crezcan compruebe incómoda para Pode los tallos que
hacia afuera con fuerza; suprima vás­ ligaduras viejas y estimular el crezcan con fuerza
tagos nuevos en los tallos principales reemplace donde crecimiento de más fuera de la estructura.
apenas aparezcan. sea necesario. vástagos laterales.
Jardinería ornamental
l ser una forma de guiado y po­
A
dado de árboles y arbustos para
crear formas atractivas y audazmente ar­
tificiales, la jardinería ornamental ha
sido popular desde la época romana.
Utilizada tradicionalmente para crear as­
pectos fuertemente arquitectónicos y
geométricos en los jardines formales, ha
sido desarrollada hasta comprender pá­
jaros, animales y elementos poco comu­
nes e incluso caprichosos, taies como gi­
gantescas piezas de ajedrez.
Diseñar con jardinería
ornamental
Es posible utilizar diferentes estilos de
jardinería ornamental para generar una
variedad de efectos. Las esculturas vi­
vientes e imaginativas expresan un esti­
lo personal y agregan un toque de hu­
mor o de extravagancia. Al utilizar la
jardinería ornamental para formas geeo-
métricas, tales como conos, obeliscos y
columnas se proporciona un elemento
estructural y potente a un diseño. Este
tipo de jardinería ornamental puede ser
válido tanto en jardines formales —tal
vez enmarcando un panorama o forman­
do una avenida— como en los informa­
les, formando contraste para realzar las
plantaciones menos estructuradas.
En algunos jardines puede resultar
adecuado tratar una parte del extremo
superior del seto ornamentalmente, re­
cortándolo para formar uno o dos pája­
ros, esferas o cubos, por ejemplo.
P l a n t a s p a r a J a r d in e r ía O r n a m e n t a l
Taxus baccata (tejo) Buxus sempervirens
(boj)
Taurus nobilis (laurel) Ligustrum ovalifolium
(ligustro)
Plantas para la
jardinería ornamental
Las plantas usadas en la jardinería or­
namental requieren un crecimiento es­
peso y elástico, hojas pequeñas, y la ca­
pacidad de recuperarse rápidamente del
recortado. Las perennes, tales como el
tejo (Taxus baccata), el boj (Buxus) y
la Lonicera nítida, resultan ideales en un
clima templado. El Cupressus semper­
virens se puede guiar para amoldarse a
diseños geométri eos, pero sólo prospera
en climas cálidos. El laurel (Laurus no-
bilis), el acebo (llex) y muchas otras pe­
rennes pueden ser utilizadas, pero es más
difícil guiarlas.
Las hiedras (Hederá) son muy adap­
tables, y es fácil guiarlas trepando por
un marco; alternativamente, se pueden
tomar varios esquejes de una planta exis­
tente para que crezcan a lo largo de una
estructura almohadillada de musgo.
Hex aquifoliurn ‘Crispa
Aurea P id a’ (acebo)
Hederá helix
‘ivalace’ (hiedra)
cesitan unas varas como guías. Para lo­
grar otras formas, sujete una estructu­
ra construida de malla tejida o de alam­
bres individuales, atados a estacas
clavadas en el suelo, al costado del prin­
cipal grupo de vástagos. Sujete los ta­
llos a la estructura de alambre y después
pellizque los brotes.
Guíe brotes nuevos dentro de la es­
tructura para rellenar cualquier hueco
hasta que rodeen el perímetro. El creci­
miento variará en las distintas partes de
la planta, dependiendo de la dirección.
C ómo C rear
u n D is e ñ o
S e n c il l o
G u ia H ie d r a s o b r e
de
E ntram ado
Emparede una capa de musgo de I cm
de espesor entre dos trozos de tela
metálica, fíjela y déle la forma
deseada. Colóquela en posición y ponga
hiedras alrededor del entramado.
Diseños complejos
Para crear diseños complejos de jardi­
nería ornamental, construya una estruc­
tura base de materiales sólidos, tales
como el alambre de cercado resistente.
Luego se puede entretejer malla de alam­
bre o alambre de poco espesor para crear
una forma más precisa. Las varas de jar­
dinería también resultan útiles como
ayudas temporales para el desarrollo y
la conformación de una estructura. Un
cordel embreado resulta útil para suje­
tar vástagos a una estructura.

Creación de una figura

Es mejor crear la mayoría de los dise­
ños de la jardinería ornamental a par­
tir de una estructura-guía, aunque la
mayoría de las figuras sencillas pueden
cortarse a mano alzada.
Diseños sencillos Si utiliza una A l año siguiente Cuando la planta
Utilizando plantas jóvenes, seleccione el planta joven construya lina guía tenga el aspecto
S e n c il l e z E l e g a n t e tallo o los tallos que formarán el núcleo (aquí, un boj) para de cortado de cañas y deseado, recorte con
Esle elemento ornamental en forma del diseño; éste puede consistir en un una forma geométrica, alambre, colóquela sobre tijeras cada año para
de espiral complementa la estatua solo vástago o en varios, que después se corte la form a de la la planta y corle según conservar un
clásica cercana, y su tiesto cuadrado extienden. La forma más sencilla de rea­ planta a ojo. el modelo. contorno neto.
imita el pedestal de la misma. lizar es un cono, y para éste sólo se ne­

P ájaro R e c o r t a d o
En jardinería ornamental, las formas
tradicionales continúan siendo las
más populares. Este delicioso pájaro
está sentado sobre su nido observando
los jardines circundantes.
Guiado de tallos
Los tallos pequeños guiados sobre un
marco crecen rápidamente y, por lo tan­
to, resulta necesario un trabajo conside­
rable para sujetar los brotes nuevos du­
rante el período de crecimiento. Sujete
los brotes mientras son jóvenes y elásti­
cos, comprobando las ligaduras anterio­
res para asegurarse de que no se han
roto, ni que se rocen entre ellos, o que
impidan el crecimiento de los vástagos.
Si ha usado estacas en la estructura,
asegúrese de que siguen firmes y que no
se hayan partido, roto o doblado. Si son
defectuosas, reemplázelas con nuevas.
Recortado con tijeras
La jardinería ornamental requiere un re­
cortado mucho más preciso que el de los
setos normales. Tómese tiempo —es­
pecialmente al principio del conforma­
do de una pieza ornamental— para cor­
tar las ramitas cuidadosamente hasta ob­
C ómo C r ea r un D is e ñ o C o m pl e jo
Construya estructuras para
grandes elementos ornamentales
a partir de materiales sólidos.
Recorte con tijeras una planta
joven (aquí, un tejo) según
convenga para mantenerlo dentro
de la estructura.
tener la forma deseada. No corle dema­
siado en un solojugar, ya que podría es­
tropear la simetría del diseño durante
toda una temporada hasta que aparez­
ca el crecimiento joven de reemplazo.
Incluso si tiene buen ojo para confi­
gurar plantas, resulta sensato el uso de
niveles, plomadas y cualquier otra ayu­
da disponible para la comprobación de
la exactitud de un corte. Corte siempre
desde lo alto de la planta hacia abajo
y del centro hacia afuera, recortando
ambos lados al mismo tiempo para con­
servar una simetría equilibrada. Las pie­
zas ornamentales redondeads son más
fáciles de producir y mantener que aque­
llas de aspectos angulares y geométricos,
y a menudo pueden corlarse a mano al­
zada. Para lograr una forma esférica, re­
corte primero la parte superior de la
planta y después corte un canal hacia
abajo alrededor de la circunferencia, de­
jando un anillo. Después debería cor­
tarse un anillo ulterior a 90°, dejando
cuatro cuartos precisos para componer.
Las piezas ornamentales geométricas
de superficies planas y bordes inclinados
o en ángulo recto son díficiles de for­
mar y mantener con éxito, y es necesa­
rio abordarlas con un recortado seguro
y preciso para lograr una forma bien de­
finida. Resulta mejor recortar tales dise­
ños geométricos utilizando guías suje­
tadas a cañas para conservar la simetría.
Cuándo recortar
Una vez establecido, un elemento orna­
mental requerirá frecuentes recortes ru­
tinarios durante el período de crecimien­
to. El tiempo entre recortes dependerá
de la tasa de crecimiento. Un diseño
en boj, geométrico e intrincado, podría
necesitar recortarse en intervalos de cua­
tro a seis semanas. Recorte cuando cual­
quier crecimiento nuevo resulte despa­
rejo.
A l crecer la planta y llenar el
entramado, recórtela una vez por
año siguiendo el contorno de la
estructura y eliminando vástagos
para estimular un crecimiento
frondoso.
D is e ñ o s A r q u it e c t ó n ic o s
Estas formas complejas y abstractas necesitan un recortado frecuente, pero
configuran una notable pieza central, con sus formas imitando la cascada.
Si no es necesario un acabado perfec­
to durante todo el año, dos recortes du­
rante la época de crecimiento resultan
generalmente suficientes para lograr un
efecto razonable, dependiendo de la
planta utilizada. El tejo, por ejemplo,
sólo necesita un recorte al año; el boj
(dependiendo del cultivar), generalmente
necesita dos, y Lonicera nitida, tres.
Recorte las plantas en el momento
apropiado del año. No recorte arbustos
después de principios de otoño, ya que
los vástagos jóvenes producidos después
del primer recorte necesitan madurar su­
ficientemente para soportar las bajas
temperaturas invernales. En climas cá­
lidos, donde el crecimiento puede ser
casi continuo, será necesario recortar re­
gularmente durante todo el año.
Cuando sea adulta, la planta
formará un arbusto espeso y
cubrirá la estructura.
Se necesita un recortado regular
para conservar el contorno preciso
del diseño.
Cuidados de rutina
El arrancado de la maleza, el riego y la
adición de «mulch» resultan esenciales
en medida semejante a la de los arbus­
tos de formas libres (véase p. 72). Sin
embargo, es importante aplicar dos o
tres dosis de fertilizante equilibrado a ra­
zón de 60 g por m2 durante el período
de crecimiento.
Cuidados invernales
En las regiones de nevadas frecuentes,
cubrir las piezas ornamentales con ma­
lla ayudará a prevenir la rotura de las
ramas bajo el peso de la nieve. Retire la
nieve de cualquier superficie plana, ya
que podría dañar la estructura.
Reparaciones y renovación
Si una guía, una sección o una rama de
la pieza ornamental se ha dañado o rolo,
recórtelo limpiamente con podaderas.
Manipule los vástagos próximos, suje­
tándolos para rellenar los huecos.
Si las plantas ornamentales han que­
dado sin recortar durante uno o dos
años, un recortado metódico debería res­
taurar la forma original durante la es­
tación. Si la pieza ornamental ha esta­
do abandonada durante años y la forma
se ha perdido, se debería efectuar un po­
dado severo durante la primera prima­
vera para restaurar el contorno, segui­
do de dos o tres períodos de recortado
más preciso.
Abrasado y extinción
El follaje de algunas perennes puede re­
sultar abrasado en inviernos duros y mo­
rir. El follaje dañado pronto se cubrirá
de nuevo brotes en primavera, pero re­
córtelo donde resultase desagradable a
la vista, cuidando de seguir el contor­
no de la pieza ornamental. Si los vásta­
gos no rellenan el hueco, puede que exis­
ta un problema en las raíces.
Á rboles O r n a m e n t a l e s

Propagación

L
os árboles pueden propagarse par­ jes se pueden introducir en terreno abier­
tiendo de esquejes, semillas, aco- to o, para árboles que no se enraizan con E s q u e je s de M adera D ura de A r r a ig o L e n t o
daduras o injertos. Los esquejes proba­facilidad, dentro del medio más estable
blemente sean el método de propagación de una cajonera.
más común, ya que resulta bastante sen­ Los esquejes de árboles de arraigue fá­
cillo y proporciona plantas nuevas con cil, tales como los sauces (Salix), se pue­
relativa rapidez, mientras que el cultivo den introducir directamente en una zan­
de árboles a partir de una semilla o del ja, mientras que aquellos de arraigue
acodado es fácil, pero muy lento. Los más difícil, tales como una Metase-
jardineros aficionados utilizan el sistema quoia , deberían introducirse en un le­
de injerto con poca frecuencia, porque cho de arena y después trasplantarlos a
cultivar plantas nuevas con este método una zanja a principios de la primavera
requiere una experiencia considerable. siguiente. En ambos casos, haga una

2
Las diferentes especies de árboles pue­ zanja estrecha con un lado vertical, de Para especies que no arraigan Introduzca los manojos de
den propagarse desde la semilla, pero los manera que los esquejes queden rectos fácilmente (aquí, esquejes en un lecho de arena
híbridos y cultivares raramente resultan mientras sale la raíz. La profundidad de Metasequoiaj, atar los esquejes en y póngalos en una cajonera
tal como se esperaba. Los métodos de la zanja dependerá del tipo de planta re­ manojos. Impregne el extremo de durante el invierno. En primavera,
propagación vegetativos, tales como los querida: para árboles de tallos múltiples polvo hormonado de arraigo. póngalos por separado en una
esquejes, el acodado y los injertos pue­ debería medir 2,5 cm menos que el lar­ zanja a propósito en el exterior.
den ser utilizados tanto para los híbri­ go de los esquejes; para árboles de un
dos y cultivares como para las especies; solo tallo, debería medir lo mismo que
sin embargo, es preciso un cierto cuida­ los esquejes, de modo que el brote su­ Preparación e introducción de zamiento a fin de estimularlos a echar
do en la selección de las plantas para ob­ perior apenas quede cubierto y la falta esquejes raíces. Coloque los esquejes contra el
tener éxito. de luz inhiba la aparición de los restan­ Seleccione el esqueje justo después de lado vertical de la zanja a la profundi­
tes brotes. la caída de las hojas: elija vástagos fuer­ dad correcta y vuelva a rellenar con tie­
Para obtener los mejores resultados,
Esquejes de madera dura cave la zanja en tierra desmenuzable y
tes y vigorosos del crecimiento de la es­
tación en curso y retírelos, cortando jus­
rra. Después afírmela con suavidad y
riegue abundantemente.
bien drenada; en tierras pesadas y arci­ to por encima de un brote o de un par Para las especies de arraigue difícil,
Es posible propagar muchos árboles ca- llosas, agregue un poco de arena grue­ de ellos en el empalme entre el creci­ ate los esquejes en pequeños manojos
ducifolios a partir de esquejes de ma­ sa a la base. Si prepara varias zanjas, há­ miento actual y el de la estación ante­ con cordón y después introdúzcalos en
dera dura o inactiva. Al principio del galas a 30-38 cm de distancia en terreno rior. Recorte los esquejes como en la un lecho de arena (véase p. 544) dentro
otoño, prepare la tierra para los esque­ abierto, o a unos 10 cm dentro de una ilustración y sumerja los cortes de base de una cajonera durante el invierno an­
jes mientras aún está tibia. Los esque­ cajonera. en un polvo hormonado para el enrai- tes de ser trasplantados.
E sq u e je s de M adera D ura de C r e c im ie n t o R á p id o

2 4
Meta la pala en la tierra de Elija tallos fuertes y rectos Elimine todas las hojas. Introduzca los esquejes en la
forma vertical y presione con brotes sanos (derecha); Acorte los esquejes hasta unos zanja a 10-15 cm de distancia
hacia delante para formar una evite los blandos, larguiruchos, o 20 cm: corte sesgado encima del y a una profundidad correcta,
zanja con un lado plano de unos dañados (izquierda). Elimine 30 cm brote superior y horizontal debajo según se requiera un árbol de uno
19 cm de profundidad. del tallo por encima de un brote. del brote inferior. o varios tallos.

P r o f u n d id a d de P lantado
Á rb o les d e T allos
M ú l t ip l e s
Introduzca los
esquejes dejando
sobresalir 2,5-3 cm
por encima de la
superficie.
Á rboles d e un

5 6
S o lo T a llo Compacte la tierra alrededor Retire los esquejes arraigados
El brote superior de los esquejes, rastrille la el otoño siguiente. Luego
debería estar justo superficie y etiquete. Deje un coloque individualmente en
debajo de la espacio de 30-38 cm entre cualquier tiestos o trasplante a su posición
superficie. hilera ulterior y ésta. final en terreno abierto.
Cuidados ulteriores
Etiquete los esquejes y déjelos hasta el
próximo otoño. En invierno, el suelo
puede levantarse por las heladas; si esto
ocurriera, reafirme la tierra alrededor de
los esquejes. Para otoño, los esquejes de­
berían estar bien arraigados y entonces
podrán trasplantarse individualmente en
terreno abierto o en contenedores, según
las necesidades. Si permanecieron den­
tro de una cajonera, témplelos en pri­
mavera y, luego, trasplántelos al exterior;
a la primavera siguiente, colóquelos en
tiestos o llévelos hasta su ubicación de­
finitiva en terreno abierto.
Esquejes semiadultos
Muchas coniferas, al igual que ciertas
perennes de hojas anchas, tales como
Magnolia grandiflora y Prunus lusita-
nica, se pueden propagar fácilmente a
partir de esquejes semiadultos. Éstos se
cortan a finales de verano o en otoño
de tallos virtualmente adultos, es decir
cuando son más gruesos y duros (véase
A rbustos O r n a m e n t a l e s , «Esquejes
semiadultos», p. 84).
Selección de esquejes
Prepare un medio apropiado para el
arraigue dentro de una caja cerrada a
21° o en una cajonera. Dicho medio de­
bería consistir en partes iguales de are­
na y turba (véase también «Compuesto
corriente para esquejes», p. 534). Utili­
zando un cuchillo afilado corte esque­
jes sesgados de vástagos laterales sanos,
incluyendo una astilla de madera endu­
recida del tallo principal. Alternativa­
mente, corte esquejes de 10-15 cm de lar­
go de guías o vástagos laterales, y
recorte, justo debajo de un nodulo, con
podaderas o un cuchillo afilado.
En los esquejes de coniferas, elija
guías o vástagos laterales característicos
de la planta madre, ya que los vástagos
de las coniferas tienen pautas de creci­
miento bastante variables. En las coni­
feras de crecimiento lento (enanas), la
selección de los esquejes resulta parti­
cularmente importante; algunas plantas
podrían producir vástagos revertidos o
no característicos, pero utilice única­
P repa r a c ió n d e u n E s q u e je S e m im a d u r o
Corle un vastago de
10-15 cm de largo de una
guía o de un vastago
lateral y recorte justo
debajo de un nodulo.
Elimine las hojas
inferiores (aquí, de
Chamaecyparis obtusa
‘Nana Aurea’) y, si es
blando, elimine el
extremo. Efectúe un
corte poco profundo de
unos 2,5 cm de longitud
e impregne de polvo
hormonado de arraigo.
mente los que son característicos de lo
que desea propagar.
Preparación e introducción de esquejes
En ambos tipos de esquejes, corte la pa­
reja inferior de hojas con un cuchillo fi­
lado y reduzca las hojas restantes a un
tercio o a la mitad para reducir la pér­
dida de humedad; si los extremos del es­
queje son blandos, elimínelos. Para es­
timular el arraigo de los esquejes, utilice
la punta del cuchillo para practicar dos
cortes verticales poco profundos de unos
2,5 cm de largo en los lados opuestos
de cada esqueje hasta la base. Alterna­
tivamente, practique un corte mayor con
un cuchillo a lo largo de cada esqueje
y retire, asimismo, una astilla de corte­
za. En ambos casos, sumerja el corte de
base, incluyendo el longitudinal, dentro
de polvo hormonado para arraigar.
Utilizando un almocafre, introduzca
la tercera parte inferior de cada esqueje
en el medio de arraigo, cuidando de de­
jar el espacio suficiente entre los esque­
jes para que no se superpongan, lo que
permitirá que el aire circule libremente
a su alrededor. Después afirme el abo­
no, riegue abundantemente con una so­
lución que contenga fungicida, y
etiquete.
Cuidados posteriores
Controle los esquejes periódicamente,
regándolos sólo para evitar que se se­
quen. Retire cualquier hoja caída ape­
nas aparezca, ya que podría pudrirse y
diseminar enfermedades entre los esque­
jes. Si se producen heladas, deberían ais­
larse las cajoneras con arpillera o un ma­
terial similar.
Si los esquejes se mantienen en una
caja cerrada con calefacción de base, de­
berían arraigarse para principios de pri­
mavera. Los esquejes en cajoneras se de­
jan generalmente hasta el otoño
siguiente, aunque es preferible dejarlos
en la cajonera durante un segundo in­
vierno y colocarlos en tiestos en la pri­
mavera siguiente.
Durante el verano, rocíe los esquejes
con frecuencia para evitar que se sequen
y controle cualquier plaga o enfermedad
que pudiera desarrollarse. Si los esque­
jes están expuestos a la luz fuerte y di­
recta del sol corren riesgo de abrasarse
y podría resultar necesario sombrearlos;
aplique una pintura de sombreado para Á r b o l e s s u s c e p t ib l e s d e
invernaderos o coloque un material som­ PROPAGAR POR ESQUEJES
breante encima del marco (véase p. 484).
Una vez los esquejes han arraigado, re­ Madera dura
tírelos cuidadosamente con una horca Cordyline *
y trasplántelos en tiestos individuales, Ficus *
después témplelos (véase p. 543) antes Metasequoia glyptostroboides
de volver a plantarlos en otro tiesto o Morus
en terreno abierto. Los esquejes arrai­ Platanus
gados dentro de una cajonera pueden Populus
templarse mientras se encuentran en ella
levantando la tapa de la cajonera duran­
te períodos cortos y, luego, más largos.
Proporcióneles alimento líquido y des­
pués colóquelos en tiestos o trasplánte­
los fuera.
Semiadultos
Austrocedrus V
Calocedrus V
Esquejes de madera tierna Chamaecyparis V
Cinnamomum # V
Este método de propagación resulta ade­ x Cupressocyparis V
cuado para algunos cerezos decorativos Cupressus V
(Prunus) y algunas otras especies de ár­ Distylium racemosum V
boles, aunque se utiliza con mayor fre­ Drimys winteri
cuencia en arbustos. Los esquejes de ma­ Eucryphia x nymansensis
dera tierna se toman en primavera de las ‘Nymansay’
puntas del crecimiento rápido de los vás­ Eucryphia x
tagos nuevos y, generalmente, son de fá­ nymansensis
cil arraigo. Sin embargo, se marchitan 'Nymansay’
con rapidez, de modo que resulta vital
prepararlos e introducirlos lo más rápi­
do posible después de ser retirados de Grevillea *
la planta madre. lex
Juniperus V
Preparación c introducción de esquejes Ligustrum lucidum
En primavera, antes de cortar los esque­ Magnolia grandiflora V
jes, prepare contenedores llenándolos Metrosideros escelsa * ,
con tierra adecuada y afirme justo has­ M. robusta * ,
ta debajo del borde. Tome los esquejes M. umbellata #
de las puntas de los tallos recién creci­ Michelia # V
dos, cortando por encima exactamente Nothofagus dombeyi
de un brote o de un empalme de hoja Podocarpus, algunas * , V
utilizando podaderas o un cuchillo afi­ Prunus lusitanica
lado. Quercus Hex V,
Para reducir cualquier pérdida de hu­ Q. myrsinifolia V,
medad, sumerja inmediatamente los es­ Q. semecarpifolia V
quejes en agua o colóquelos en un saco Thuja V
de plástico transparente y séllelo. Has­ Thujopsis V
ta una pequeña pérdida de humedad di­ Trochodendron
ficultará el desarrollo de nuevas raíces. aralioides V
Prepare los esquejes reduciéndolos Tsuga V
con un cuchillo afilado a unos 6 cm de Weinmannia *
longitud y cortando justo debajo de un
nodulo de hoja. Elimine las hojas infe­ Madera tierna
riores y sumerja la base de cada esque­ Acer cappadocicum
je en polvo hormonado de arraigo para Betula
estimularlo a echar raíces. Introduzca Catalpa
los esquejes dentro de los tiestos con tie­ Celtis occidentalis
rra, etiquételos y riegue con una solu­ Cotinus coggygria
ción de fungicida diluida. Eucryphia lucida
Para estimular un arraigo rápido, co­ Ginkgo biloba
loque los contenedores dentro de una Halesia
unidad de rociado o una caja cerrada a Koelreuteña paniculata
21°-24° C, prcfcriblmcntc con calefac­ Lagerstroemia, algunas *
ción de base, y riegue con fungicida una Liquidambar styraciflua
vez a la semana para protegerlos con­ Metasequoia glyptostroboides
tra la descomposición y las enferme­ Prunus
dades. Ulmus
Una vez arraigados, los esquejes pue­
den templarse gradualmente antes de C lave
trasplantarlos con cuidado a tiestos in­ & /Vo resistente
dividuales. V Utilice esquejes con estaca
Cultivo de árboles a
partir de semillas
Las especies de árboles pueden propa­
garse a partir de semillas, ya que sus
plantones generalmente mantienen las
características precisas de la planta ma­
dre; los híbridos y cultivares pocas ve­
ces resultan como se esperaba. Cultivar
un árbol a partir de una semilla es un
procedimiento relativamente sencillo; sin
embargo, es un método lento si el árbol
se cultiva principalmente por sus flores,
ya que éste tardará varios años hasta al­
canzar el tamaño de floración.
Extracción de semillas
Primero debería retirarse la envoltura
protectora que tienen algunas semillas.
El método varía según el tipo de envol­
tura. La envoltura de las semillas aladas
se puede eliminar frotándolas entre el
pulgar y un dedo. Algunas piñas se de­
sintegran naturalmente, y entonces es
posible separar las escamas. Coloque las
piñas de pinos y abetos en un saco de
papel y manténgalas en un lugar tibio
y seco hasta que se abran las escamas
de la pifia y déjelas caer dentro de un
saco; sumerja las piñas de cedro en agua
caliente hasta que se abran las escamas.
El sistema para extraer semillas de
frutos o de bayas depende de su tama­
ño y tipo de pulpa. Los frutos grandes,
tales como las manzanas silvestres (Ma-
lus), se pueden cortar extrayendo las se­
millas. Remoje los más pequeños, tales
como los de Sorbus, en agua caliente
durante varios días; las semillas viables
se hundirán. Elimine la pulpa y vuelva
a remojar hasta que se pueda retirar la
semilla y pelar todo resto de pulpa.
Almacenado
Una vez extraída la semilla, séquela si
fuera necesario y colóquela en un saco
de plástico sellado y etiquetado. Si pien­
sa plantar la semilla al cabo de pocos
días, guárdela a temperatura ambiente;
para un almacenado más prolongado,
consérvela en el estante superior de la
nevera.
S ie m b r a en C ontenedores
Siembre semillas finas (aquí,
Sorbusy en tierra para
semillas, asegurando un esparcido
parejo; no levante la mano para
evitar que las semillas reboten.
L im p ie z a de S e m illa s P u l po sa s
1
Retire la pulpa de la semilla
con los dedos. Sumérjala en
agua caliente durante 1-2 días. Una Sembrar la semilla fresca o
vez el revestimiento carnoso guardarla en una bolsa de plástico
reblandecido y cuarteado, escurrir en la nevera no más de unas
el agua.
Interrupción del período
inactivo de las semillas
Algunas semillas poseen un periodo na­
tural de inactividad para evitar la ger­
minación en condiciones climáticas ad­
versas, que amenazarían la superviven­
cia de los plantones; dicho periodo debe
superarse antes de que la semilla germi­
ne. Existen diversos tipos de inactividad,
algunos combinados entre sí, que varían
según las especies: lo más habitual es
que la inactividad se logre a través de
una envoltura dura y espesa, que evita
que el agua sea absorbida, o por un in­
hibidor químico, que retrasa la germi­
nación hasta que exista un cambio de
temperatura significativo. En la mayo­
ría de los casos, la inactividad se puede
interrumpir desgastando la envoltura de
la semilla o enfriándola.
Escarificación
Antes de sembrar semillas con una en­
voltura impermeable, escarifíquelas para
permitir la germinación: a las semillas
grandes de envolturas especialmente du­
ras, tales como las del roble (Quercus),
se les puede practicar un corte pequeño
con un cuchillo afilado o limar una par­
te de la envoltura para que penetre la hu­
2 3
Sostenga un cedazo con
tierra para semillas sobre la
bandeja, golpee hasta que las
semillas estén cubiertas con tierra
tamizada.
Hacer saltar la capa restante y
secar la semilla con un trapo.
medad; las semillas más pequeñas que
no son cortables con facilidad, tales
como las de los pinos, pueden sacudir­
se en una jarra revestida de papel de lija,
o parcialmente llena de arena áspera, o
bien limarlas individualmente con una
lima de uñas. Las semillas de legumino­
sas (por ejemplo, Acacia y Robinia) se
dejan sencillamente en un contenedor
con agua caliente durante 24 horas, a ra­
zón de tres partes de agua por una de
semilla.
Estratificación
La inactividad de las semillas de los ár­
boles de climas templados se supera en­
friándolas o «estratificándolas». Se las
puede plantar en el exterior para que se
enfríen durante el invierno o, para ma­
yor seguridad, estratificándolas artifi­
cialmente, almacenadas en una nevera.
Si enfría semillas, primero mezcle con
vermiculita humedecida, sutituto de tur­
ba, o turba. Colóquelas dentro de un
saco de plástico transparente, después
selle el saco y póngalo en la nevera. Con­
trole la semilla regularmente a través del
saco sin abrir; debería plantarse apenas
aparezcan rastros de germinación.
El tiempo de enfriamiento necesario
Cubra las semillas sembradas
con una capa de 5 mm de
arena para horticultura. Etiquete
y riegue las semillas, utilizando
una regadera de roseta fina.
varía considerablemente: como pauta a
seguir, muchas especies caducas requie­
ren alrededor de seis a ocho semanas de
enfriamiento a 0,5-1 °C de temperatu­
ra, mientras que las coniferas sólo ne­
cesitan alrededor de tres semanas. Al­
gunas semillas sólo germinan después de
ser plantadas y una vez que cesa el en­
friado. En tales casos, siembre lotes de
semillas a intervalos: por ejemplo, des­
pués de cuatro, ocho y doce semanas de
enfriamiento, ya que esto debería ase­
gurar la germinación de, por lo menos,
algunas semillas.
Sembrado de semillas en contenedores
Este es un modo sencillo de cultivar un
número pequeño de plantones. Antes de
sembrar, limpie profundamente cual­
quier superficie de trabajo y los conte­
nedores para evitar la contaminación de
plagas y enfermedades existentes en la
tierra. Primero llene hasta el borde los
tiestos, cacharros o bandejas con com­
puesto para semillas.
Las semillas grandes, o aquellas que
producen raíces primarias largas, tales
como los robles (Quercus), deberían
plantarse a 8 cm de distancia entre sí en
bandejas semilleras o paquetes profun­
dos, o bien en tiestos individuales de
unos 10 cm de profundidad. Apretan­
do en una tabla, introduzca las semillas
dentro de la tierra suelta y, luego, cú­
bralas hasta su altura propia con tierra
y presione hasta unos 5 mm por debajo
del borde (véase p. 57).
Siembre las semillas muy grandes
—por ejemplo, las del castaño de Indias
(Aesculus)— individualmente en tiestos
de 10-15 cm. Introduzca la semilla den­
tro de tierra compacta, de modo que la
parte superior quede al descubierto.
Las semillas pequeñas —por ejemplo,
las de Sorbus— se pueden esparcir de
forma pareja o, si son lo bastante gran­
des, introducirlas individualmente den­
tro de tiestos o bandejas con tierra com­
pacta. Después convendría cubrirlas
apenas con tierra tamizada, seguido de
una capa de arena fina de 5 mm de
espesor.
Después del plantado, riegue todas las
4
Una vez que los plantones
sean suficientemente grandes,
trasplántelos con suavidad a
tiestos individuales, cuidando de
no aplastar tallos y raíces delicados.

P lan tad o de una S em illa
G ra n d e
1
Presione las semillas grandes
y las de raíz primaria larga
dentro de tierra no compactada
en tiestos individuales.
Cubra con abono.
El plantado en tiestos
2 profundos permite que la
raíz primaria (vease detalle) de
cada plantón (aquí, Quercusj se
desarrolle sin restricciones.
semillas completamente desde arriba y
etiquételas. Coloque el contenedor den­
tro de una cajonera o en un invernade­
ro, dentro de una caja cerrada de pro­
pagación, o debajo de una hoja de
vidrio. Es mejor conservar las especies
de climas templados a 12°-15° C de tem­
peratura, y las de clima cálido o tropi­
cal a 21°, para estimular la germinación.
Una vez que las semillas germinen con
éxito, rocíelas periódicamente con un
fungicida para evitar la enfermedad de
los almácigos (véase p. 564)
Trasplantado en agujeros preparados
Cuando los plantones sean lo bastante
grandes como para cogerlos de las ho­
jas, trasplántelos para que tengan ma­
yor espacio donde crecer. Esto puede
efectuarse golpeando los costados del
contenedor para aflojar el abono y, a
continuación, levantando y trasplantan­
do los plantones a tiestos individuales.
Alternativamente, retire todas las semi­
llas y la tierra del contenedor en forma
conjunta, a fin de separar los plantones
con el mínimo daño para las raíces. Des­
pués de trasplantar, compacte la tierra
alrededor de los plantones con suavi­
dad y luego nivele golpeando el tiesto
con suavidad sobre la superficie de tra­
bajo.
Cuidados ulteriores
Riegue y etiquete los plantones y man­
téngalos fuera de la luz directa del sol
a una temperatura similar a la nece­
saria para la germinación hasta que
arraiguen.
Temple gradualmente durante varias
semanas, alimentando regularmente y
rociando con fungicida. No riegue de
más, pero asegúrese de que la tierra no
se reseque. Una vez templados, se los
puede plantar en el exterior si no hay pe­
ligro de heladas.
Sembrado de semillas en el exterior
Si está cultivando una gran cantidad de
plantones, es posible sembrar en un se­
millero exterior; con este método, los
plantones requieren una atención menos
frecuente y su crecimiento es menos li­
mitado que para los plantados en con­
tenedores, si bien es necesario preparar
un semillero especial. Dentro de lo po­
sible, efectúelo algunos meses antes de
plantar, cavando la tierra a 25 cm de
profundidad (véase «Cavado único», p.
525) e incorporando materia orgánica y
arena gruesa. Mantenga el suelo libre de
malezas.
Cuando esté preparado para sembrar,
rastrille el suelo exahustivamente; lue­
go, disemine las semillas pequeñas o
plante las mayores individualmente.
(Para información sobre la profundidad
del sembrado, véase «Plantado de semi­
llas en contenedores, p. 56). Rastrille las
semillas ligeramente, cubra el semillero
de modo uniforme con una capa de
0,5-1 cm de granos de arena y compac­
te con un prensador. Si el suelo estuvie­
ra mínimamente seco, riegue completa­
mente; etiquete con el nombre de la
planta y la fecha de plantación.
En los emplazamientos expuestos, es
posible que los plantones jóvenes nece­
siten protección por medio de una ma­
lla rompevientos (véase p. 521) o de una
campana flotante (véase p. 490). Si las
semillas están bien separadas, las enfer­
medades no deberían constituir un pro­
blema, y los plantones pueden seguir
creciendo in situ durante 12 meses an­
tes de ser trasplantados. Riegue los plan­
tones cuando sea necesario y controle
con regularidad por si conviniese un tra­
tamiento contra alguna plaga, tal como
el pulgón verde (véase «Afidos», p. 550)
y los ácaros araña roja (p. 550).
Acodado
El acodado puede utlizarse para propa­
gar tanto híbridos y cultivares como es­
pecies. En algunas plantas, este méto­
do de propagación ocurre de manera
natural cuando una rama baja arraiga
en el suelo; si ello ocurre, el tallo puede
retirarse de la planta madre y cultivar­
se. El acodado aéreo, en que el vástago
A c o d a d o S e n c il l o
Corte una lengüeta a 30-45 cm de Vástago
distancia detrás de un vástago vigoroso vigoroso .
o elimine un anillo angosto de corteza
en este punto. Rocíe el corte con polvo
hormonado de arraigo y estaquille el
vástago dentro de
un agujero poco
profundo. Sujete el
vástago a una caña
de soporte y vuelva
a rellenar el
agujero. Lengüeta
permanece en el aire, se puede utilizar tuarlo, haga primero una manga de plás­
para árboles sin ramas bajas. tico cortando la punta sellada de un saco
La ventaja del acodado es que el ta­ de plástico, luego deslízela a lo largo del
llo acodado necesita muy poca atención tallo hasta que envuelva el corte, y ate
mientras se desarrollan las raíces. Sin el extremo inferior con cordel o cinta ad­
embargo, es un método lento. hesiva. Humedezca algún medio de
arraigo bien aireado (tal como musgo
Acodado sencillo esfagnáceo, o una mezcla a partes igua­
Prepare la planta madre un año antes les de sustituto de turba o turba y perli-
del acodado: a finales de invierno o ta) y úselo para mantener abierta la len­
principios de primavera, pode una rama güeta; agregue más cantidad de medio
baja para estimular el crecimiento de alrededor del tallo por dentro de la man­
vástagos jóvenes nuevos que arraiguen ga y selle la punta.
con facilidad. A principios de primave­ Si el acodo ha arraigado para la si­
ra del año siguiente, seleccione un vás­ guiente primavera, corte el tallo de la
tago fuerte y efectúe un corte pequeño planta madre, retire la manga y plante
a 30-45 cm de la punta. Espolvoréelo en un tiesto; si no hubiera arraigado, de­
con polvo hormonado para arraigo a fin bería dejarse en su lugar durante un año
de estimular la aparición de las raíces. más.
Agregue bastante mantillo de hojas o al­
guna materia orgánica similar —además
de granos de arena ásperos— a la tierra
S em illa s d e Á r b o l
en que el vástago toca el suelo y esta­ que
quíllelo dentro de un agujero poco pro­ REQUIEREN
fundo, sujetándolo a una caña vertical. E s t r a t if ic a c ió n
Rellene el agujero y compacte la tie­
rra correctamente, dejando el extremo Acer, algunas
del vástago expuesto; después riegue Betula
completamente y, si fuese necesario, pro­ Carya
teja el vástago con tela metálica de los Fagus
conejos y otros animales. Después de Sorbus
unos 12 meses, compruebe si el vástago
ha arraigado; si es así, sepárelo de la Á r b o les A c o d a b l e s
planta madre y plántelo en un tiesto o
en el exterior; si no ha arraigado, déje­ Acodado sencillo
lo en su sitio y compruébelo un mes Cercidiplhyllum
después. Chionanthus retusus
Corylus
Acodado aéreo Davidia
El principio del acodado aéreo es el mis­ Dipteronia
mo que el del acodado sencillo, salvo Eucryphia
que el vástago acodado arraiga por en­ Halesia
cima del suelo antes que en él (véase Hoheria lyallii
también Acodado aéreo de un arbusto, Laurus
p. 89). En primavera elija un tallo fuer­ Magnolia campbellii,
te que haya madurado el año anterior M. grandifora,
y elimine cualquier hoja hasta una dis­ M. hypoleuca
tancia de 30-45 cm detrás del extremo
que crece. Prepare el tallo, bien cortan­ Magnolia
do una lengüeta de 5 cm en la corteza, hypoleuca
a 22-30 cm detrás de la punta, bien eli­ Acodado aéreo
minando un anillo de corteza de 6-8 mm Ficus *
de ancho del tallo en este punto; en am­ Magnolia campbellii,
bos casos, cepille el corte con polvo hor­ M. grandiflora
monado de arraigo.
Rodee el tallo cortado con un medio C lave
de arraigo húmedo y séllelo. Para efec­ # No resistente
Injertos
Las plantas injertadas, a diferencia de
los esquejes, tienen la ventaja de con­
tar con un sistema de raíces desarrolla­
do, de modo que se establecen con re­
lativa velocidad. Parte de un tallo (el
injerto) tomado de la planta a propagar
se une al patrón compatible de otra, ge­
neralmente del mismo género. En algu­
nos casos, el patrón podría proporcio­
nar una característica deseable —tal
como un hábito de crecimiento particu­
lar, o una resistencia elevada a la enfer­
medad— a la planta resultante.
Los sistemas de injertos comprenden
el injerto de escudete, el brotado de as­
tilla, el de cuña apical, el acoplado ba-
sal (o empalme), y el de plantón-y-
lengüeta. Para detalles del acoplado ba-
sal y del de plantón-y-lcngüeta, véase
P r in c ip io s d e p r o p a g a c ió n , p. 542.
Compruebe que las púas y las lengüe­
tas sean compatibles; si fuera necesario,
consulte en un vivero especializado.
Injerto de escudete
Esta es la técnica de injerto más común
utilizada para árboles decorativos; para
el injerto se utiliza un tallo de un año
de edad y se injerta al costado del in­
jerto preparado. Generalmente se efec­
túa justo antes de que aparezcan las ho­
jas, a mediados o finales de invierno,
aunque para los arces (Acer), a veces tie­
ne más éxito el injerto veraniego.
Prepare los porta injertos con un año
de antelación, plantando en otoño plan­
tones de uno o dos años en tiestos y co-
locádolos en un marco abierto. Alrede­
dor de tres semanas antes del injertado,
llévelos a un invernadero fresco para
obligarlos a crecer suavemente. Manten­
ga los patrones secos, especialmente los
de aquellos árboles que «sangran» sa­
via, tales como los abedules (iVe/ulci) y
las coniferas, ya que la savia excesiva po­
dría impedir la unión adecuada con los
injertos.
Para las púas, reúna tallos fuertes de
un año del árbol a propagar; dentro de
lo posible, deberían tener un diámetro
parecido a los tallos del patrón. Acór­
telos hasta 15-20 cm, cortando justo en­
cima de un brote o de un par de éstos
y colóquelos en un saco de plástico en
la nevera hasta que esté dispuesto o dis­
puesta a injertar. También puede recor­
tar la punta del crecimiento de los pa­
trones hasta unos 5-7 cm, o deje algo
del crecimiento encima del injerto y re­
córtelo por etapas más adelante (véase
«Cuidados posteriores, p. 59).
Prepare los patrones y los injertos, un
par cada vez, con cortes compatibles.
Resulta importante unir el patrón y la
púa apenas cortados; si se los deja re­
secar mínimamente, es posible que ello
impida una unión adecuada. Si es más
estrecha que el patrón, alinie un borde
para asegurar que un lado al menos de
la capa de cámbium quede unida. Fije

Ä rboles I n je r t a b l e s P r o p a g a c ió n de Á rboles por I n je r t a d o de E scud ete

Injertado de astilla
Crataegus
Laburnum
Magnolia
Malus
Prunus
Pyrus
Sorbits

1
Aesculus indica
Acorte la púa hasta 15-25 cm, Utilizando un cuchillo afilado, Comenzando desde la punta del
‘Sydney Pearce’
cortando justo encima de uno o 2
efectúe un pequeño corte
dos brotes. Coloque en un saco de hacia abajo y adentro a unos 2,5
3 rizoma, efectúe un corte
sesgado ligeramente hacia dentro
plástico y refrigérelo hasta que esté cm de la parte superior del hasta encontrar la punta interior
Injerto de cuña apical listo para injertar. rizoma. del primer corte. Retire la astilla
Aesculus resultante.
Catalpa
Cercis
Fagus
Injerto de escudete
A bies Crecimiento visible
Acer través de los brotes.
Betula
Carpinus
Cedrus
Cupressus
Fagus
5
Corte verticalmente hacia Efectúe un corte poco profundo
Fraxinus
Ginkgo
4 arriba con el cuchillo desde el y sesgado de 2,5 cm de largo
Gleditsia primer corte inferior. Esto deja hasta el extremo; haga un corte
Larix un corte plano a un costado del corto e inclinado en el extremo
Magnolia rizoma (véase detalle). por el lado opuesto (véase detalle).
Algunas
Picea
Pinus 8 semanas
más tarde,
Prunus si el injerto
Robinia ha prendido,
Sorbus los brotes de
la púa
mostrarán
Robinia seriales de
pseudoacacia crecimiento.
‘Frisia’
Elimine todos
los chupones
que pudieran

6
Ajuste la base de la púa dentro Pinte las superficies de corte
Esqueje y lengüeta del corte del rizoma (véase 7 externas tanto del patrón como
aparecer en el
patrón o
Fraxinus detalle). Comenzando por la de la púa con cera de injerto. evitarán el
Gleditsia punta, envuelva ¡a unión con Además, encere la punta de la púa si crecimiento de
Robinia cinta de injerto para asegurarlo. ha sido recortada. la púa.
la púa en la posición correcta con plás­
tico transparente, cinta de injertar o una
tira elástica, y después encere todas las
superficies exteriores de corte para re­
ducir la pérdida de humedad. Para con­
sejos sobre los cuidados posteriores, véa­
se a la derecha.
Brotado de astilla
Utilizado generalmente para los árbo­
les frutales, también resulta un método
bueno para propagar las plantas de la
familia de las Rosáceas, como el man­
zano silvestre (Malus ). En este método,
la púa incluye un único brote del que se
desarrollará el crecimiento nuevo, y la
planta injertada permanece en el exte­
rior en lugar de hacerlo en un tiesto.
Durante el invierno establezca uno o
dos plantones de uno o dos años, o unos
esquejes de madera dura, en terreno
abierto con el fin de obtener patrones.
A mediados de verano elimine cualquier
rama lateral a 45 cm de la parte inferior
del tallo. Para las púas (o palos de bro­
tes) elija vástagos vegetativos (que no
florecen) que tengan un diámetro simi­
lar a los patrones del crecimiento adul­
to de la estación en curso.
Luego se preparan y se juntan los ri­
zomas y las púas. Si es positivo, el in­
jerto debería prender después de algu­
nas semanas; entonces puede retirarse la
cinta o ligadura y el brote debería co­
menzar a hincharse. Para cuidados pos­
teriores, véase a la derecha.
Injerto de cuña apical
Este sistema de injertado es parecido al
de escudete, salvo que la púa se coloca
directamente encima del rizoma. A me­
diados de invierno, reúna algunos tallos
del crecimiento de la estación anterior
de la planta a propagar e introdúzcalos
en el suelo de forma inclinada. A fina­
les de invierno o principios de primave­
ra, retire y lave plantones de un año para
obtener los patrones y después recórte­
los hasta 5 centímetros por encima de
las raíces.
Practique un corte vertical de 2,5-3
centímetros a lo largo del centro de cada
patrón.
Corte la base de cada púa en cuña e
introdúzcalas en el extremo del rizoma;
deje el extremo del corte de la púa ex­
puesto. Sujete y coloque la planta injer­
tada en un tiesto; después siga los con­
sejos de cuidado posterior que se
explican más abajo (véase también A r ­
b u s t o s O r n a m e n t a l e s , «Injerto de
cuña apical», p. 91).
Cuidados ulteriores
Los árboles caducos deberían conservar­
se en el invernadero a 10°, mientras que
las coniferas, las simpreverdes de hoja
ancha y los árboles injertados en vera­
no deberían conservarse en una caja ce­
rrada en un medio húmedo a 15°. El in­
jerto debería prender en pocas semanas,
y luego aparecerá un crecimiento nue­
vo en la púa. Elimine cualquier chupón
que aparezca debajo de la unión, ya que
éstos crecen a partir del patrón.
Después de seis a diez semanas, tem­
ple las plantas injertadas. Si no se pro­
cedió a recortar durante el injertado, re­
corte el crecimiento superior del rizoma
para asegurar que el vástago nuevo crez­
ca derecho.
A mediados de verano, recorte el ri­
zoma justo hasta encima de la unión y,
a continuación, sujete el vástago nuevo
a una caña de soporte.
Alternativamente, es posible recortar
el patrón justo hasta encima de la unión
a finales de primavera. Una vez que ha­
yan comenzado a crecer con fuerza, co­
loque los árboles injertados en tiestos o
trasplántelos posteriormente a terreno
abierto.

P r o p a g a c ió n d e Á r b o l e s por Brotado de A stilla

1
Seleccione y
corle ¡a púa
(aquí, un Malus,/
eligiendo un vástago
largo y vigoroso de
una rama adulta de
la estación en curso.
Debería tener brotes
bien desarrollados y
el espesor
aproximado de un Corle la madera blanda y
lápiz. 2extremo
elimine todas las hojas del
del vástago.

Utilizando un cuchillo
3 afilado, corte 2 cm más abajo
de un brote sano, introduciendo
la hoja a 5 mm de profundidad en
un ángulo de unos 45 °.
Comience a efectuar un
segundo corte a unos 4 cm
por encima del primero hasta
encontrarlo, cuidando de no
dañar el brote.
5 6
Retire la astilla con el brote Para preparar el patrón, corte
con el índice y el pulgar para todos los vástagos y hojas de
mantener la capa de cámbium limpia. los 30 cm inferiores del tallo; es
Colóquelo en un saco de plástico más fácil hacerlo con los pies
limpio para evitar que se seque. separados sobre el rizoma.

8
Efectúe dos Coloque la astilla
cortes en el con el brote del
patrón, de manera «labio» del patrón
que coincidan con corlado, de manera que
los de la astilla con las capas cámbicas de ¡a
brote para que el astilla y del patrón
patrón pueda unirse encajen cuanto sea
a la astilla. Retire la posible (véase detalle).
astilla resultante, Sujete la unión
cuidando de no tocar fuertemente con cinta de
la superficie del corte injertado. Si el injerto
9
Recorte el patrón
del tallo (véase prende, el brote justo encima de la
detalle). comenzará a hincharse y unión a la primavera
desarrollarse; entonces se siguiente; el brote
puede retirar la cinta. surgirá como guía.
Setos y mamparas

L
os setos y las mamparas, tanto los
formales como los informales,
pueden tener un papel importante
cuanto a la estructura y el carácter de
un jardín, así como una diversidad de
usos prácticos.
Usos prácticos
La mayoría de los setos, ya sean infor­
males y abiertos, o formales, sólidos y
recortados, son plantados con fines uti­
litarios para trazar límites, proporcionar
abrigo y sombra, y proteger el jardín.
Sin embargo, resulta posible combinar
lo útil con lo bello.
Barreras vivientes
En tanto que barreras vivientes, los se­
tos pueden tardar algunos años en de­
sarrollarse pero, si están mantenidos co­
rrectamente, a menudo son preferibles
a las verjas porque proporcionan textu­
ra, color y forma. La mayoría de las
plantas utilizadas para setos son longe­
con un seto de 1,5 m de ancho, la velo­
cidad del viento se reduce en un 50 % P lantas para S e t o s I n fo r m a l e s
ena 7,5 m de distancia del seto; en un 25 %
a 15 m, y en un 10 % a 30 m. El abrigo
proporcionado por un seto es inapre­
ciable, especialmente en los jardines
ventosos, donde incluso las plantas re­
sistentes podrían sufrir daño de los ven­
tarrones o vientos fuertes.
Barreras de sonido
Los setos pueden contribuir a reducir el ryracantha Fuchsia magellanica Fscallonia
ruido filtrando los sonidos inoportunos. ‘Golden Charmer’ ‘ I.angleyensis’
A este respecto, uno de los tipos más efi­
caces es una «barrera medioambiental»
verde con un sólido núcleo de tierra. Un
tejido horizontal de cornejo (Salix vi-
minalis) se entreteje con estacas verti­
cales y el núcleo se llena de tierra para
formar una barrera. El cornejo arraiga
al núcleo de tierra, y el crecimiento su­
perior y lateral se poda a intervalos hasta
el muro tejido.
Garrya elliptica
llex aquifolium Rosa
Setos ornamentales ‘Madame Briot’ ‘Roseraie de l’Haji’ ‘James R o o f

vas y, si se las mantiene correctamente, Para realizar los setos es posible utili­
proporcionarán barreras eficaces y vir­ zar una multitud de plantas de tamaños, Formal o regulado lo pulido y controlado. Frecuentemen­
tualmente impenetrables durante mu­ colores y texturas diversas caducas o pe­ El tejo (Taxus baccata) produce un seto te se observan setos formales bajos en
chos años. rennes, formales e informales, con flo­ excelente, con tal que se cuente con seis parterres y jardines de nudos. Varias for­
res y frutos. La mezcla de las especies o siete años para que se desarrolle. Un mas de boj (Buxus sempervirens) espe­
Abrigo
caducas y perennes, seleccionadas por seto de x Cupressocyparis leylandii crece cialmente ‘Suffruticosa’, son amplia­
Los setos son rompevicntos excelentes, sus flores y follaje, crea un mosaico vi­ con mucha rapidez y debe recortarse al mente utilizadas, al igual que Santolina
pues filtran el aire en rápido movimiento viente. menos dos veces al año para mantener­ y Lonicera nitida. Los setos de tapice-
y reducen el impacto causado por la tur­
bulencia cuando el viento golpea con­
tra un objeto sólido, un muro o una ver­
ja. La porosidad de un seto varía de una S e to s R e c o r t a d o s F o r m a l e s
especia a otra y de una época a otra del P lantas pa ra Setos D is t a n c ia d e A ltura P e r ío d o s d e R e c o r t a d o R espon d e a
año; así, un seto de tejo perennes recor­ P lantado A decuada R e n o v a c ió n
tado (Taxus baccata) será considera­
blemente menos poroso que un seto de SlEMPREVERDE
hayas caducas (Fagus sylvatica) duran­ Buxus sempervirens (boj) 30 cm 30-60 cm Dos/tres veces, en período de sí
te el invierno. Dentro de un ideal del crecimiento
50 % de porosidad, se ha calculado que, Chamaecyparis lawsoniana 60 cm 1,2-2,5 m Dos veces en primavera y a No
Ciprés Lawson - Mayoría de pero puede ser mayor principios de otoño
cultivares, salvo tipos enanos
x Cupressocyparis leylandii 75 cm 2-4 m pero hasta Dos/tres veces, en período de No
(Ciprés leyland) 6m crecimiento
Escallonia 45 cm 1,2-2,5 m Inmediatamente después de florecer Sí
llex aquifolium (acebo) 45 cm 2-4 m A finales de verano Sí
y cultivares
Lavandaula (lavanda) 30 cm 45-90 cm F.n primavera y después de florecer No
Ligustrum (Ligustro) 30 cm 1,5-3 m Dos/tres veces, durante el Sí
período de crecimiento
Lonicera nitida 30 cm 1-1,2 m Dos/tres vcccs, durante el Si
periodo de crecimiento
Taxus baccata (tejo) 60 cm 1,2-4 m pero Dos veces, en verano y otoño Sí
puede alcanzar 6 m
Thuja plicata ‘Fast igiata' 60 cm 1,5-3 m En primavera y a principios de otoño No
C a d u c ik o l io s
Berberis thunbergii 45 cm 60 cm-1,2 ni Una vez, en verano Sí
Carpinus bet idus (carpe) 45-60 cm 1,5-6 m Una vez, entre mediados y Sí
C o lo r t o d o e l A ñ o finales de verano
Los cultivares de x Cupressocyparis Crataegus m onogyna (espino) 30-45 cm 1,5-3 m Dos veces, en verano y otoño Sí
leylandii producen contrastes dentro i'agus sylvatica (haya) 30-60 cm 1,2-6 m Una vez, a finales de verano Sí
de un seto mixto de coniferas.
ría o de mosaico combinan numerosas Preparación del suelo
plantas compatibles dentro del mismo
seto para proporcionar efectos visuales y plantado
cambiantes a lo largo del año. Las es­
pecies utilizadas comprenden Taxus bac- Los setos son un elemento permanente
cata, llexaquifolium, Carpíñus be tutus del jardín. Por lo tanto, resulta suma­
y Fagas sylvatica. mente importante preparar el emplaza­
La mezcla de especies perennes y ca­ miento antes de plantar y abonar la su­
ducas proporciona un contrafondo in­ perficie del suelo cada primavera con un
teresante y colorido a lo largo del año. fertilizante bien equilibrado y con
Las especies utilizadas deben tener ta­ «mulch». La preparación del suelo y las
sas de crecimiento similares; de otro técnicas de píantación son las mismas
modo dominarían las de crecimiento ex­ que las de árboles y arbustos (véase pp.
cesivamente vigoroso. 39-43 y pp. 69-71). La anchura del sue­
lo preparado necesario será de 60 a 90
Informal centímetros.
Los setos informales combinan cualida­ El espaciado para la mayoría de las
des prácticas y decorativas. Aunque no plantas para setos es de 30-60 cm: véa­
resultan adecuadas para crear diseños se los gráficos abajo. Si se requiere un
estrictamente formales, pueden resultar E l e g a n c ia F o r m a l seto de 90 cm o más, plante una hilera
muy decorativos y proporcionar, asimis­ El dibujo simétrico de los setos enanos en varios tonos de verde enmarca los doble escalonada, con espacios de 90 cm
mo, protección y abrigo eficaces. Mu­ senderos de ladrillo y dirige la atención sobre una escultura ornamental. dentro de las hileras y de 45 cm entre
chas de las plantas utilizadas en estos lí­ hileras. Las plantas para todos los se­
mites informales producen flores y tos enanos, parterres y jardines de nu­
frutos atractivos, o ambas cosas a la vez,
confiriendo color y forma al jardín.
Elección de plantas u bayas, elija plantas que sólo deban po­
darse una vez al año. El momento del
dos deben estar a 10-15 cm de distancia.
Integre cuidadosamente los diferentes Antes de elegir especies para setos, ten­ podado resulta crítico; de otro modo, la
fondos de color en el diseño general. Co- ga en cuenta sus eventuales alturas, ex­ exhibición de flores o frutos de la si­ Poda y guía
toneaster lacteus, Berberís darwinii o tensiones y velocidad de desarrollo, y guiente estación podría estropearse.
Forsythia son utilizadas a menudo; los asegúrese de que las especies elegidas La elección de especies perennes o ca­ El guiado inicial para un seto formal re­
rosales arbustivos híbridos y otras espe­ son resistentes en la zona climática y ducas es parcialmente una cuestión de sulta crucial para promover un creci­
cies también pueden configurar setos be­ adecuadas al tipo de suelo característi­ gusto, pero tenga en cuenta que las pe­ miento parejo desde la base del seto has­
llos e informales. La mayoría de los co del jardín. rennes y las coniferas proporcionan un ta el extremo. Resulta esencial una
bambúes de fuerte crecimiento son ade­ Las plantas para setos formales deben rompevientos espeso y a prueba de vien­ atención cuidadosa al podado durante
cuados para zonas donde la humedad poseer un hábito de crecimiento espeso to a lo largo del año, ofreciendo así una los primeros dos o tres años.
del suelo sea elevada y haga falta un fil­ y tolerar un recortado intenso. Para se­ protección que podría ser decisiva en in­
tro para el viento. tos informales cultivados por sus flores viernos severos. Poda y formación tempranos
La mayoría de las plantas caducas, es­
S etos I n fo r m a l e s y F l o r id o s pecialmente aquellas con un hábito de
crecimiento frondoso y de ramas bajas,
P lanta p a r a C a r a c t e r ís t ic a s D is t a n c ia d e A ltura C uándo P odar necesitan recortarse un tercio al plantar­
S eto O rnam entales P lantado A decuada se, lo mismo que la longitud de sus fuer­
Se m pr e v e r d e tes ramas laterales. Durante el segundo
invierno, vuelva a recortar alrededor de
Berberis darwiniii Flores amarillas, bayas púrpura 45 cm 1,5-2,5 m Inmediatamente después un tercio de su longitud.
de florecer
Coloneaster lacteus Flores blancas, frulos rojos 45-60 cm 1,5-2,2 m Después de la aparición
de frutos
Escallonia Flores blancas, rojas o rosadas 45 cm 1,2-2,5 m Inmediatamente después de
P l a n t a c ió n e n H il e r a s
florecer I n d iv id u a l e s y D o bles
Garrya elliptica Candelillas grises, verdes, rojas 45 cm 1,5-2,2 m Inmediatamente después
o amarillas de florecer
Ilex aquifolium Flores blancas, bayas 45-60 cm 2-4 m A finales de verano
Lavandula Flores púrpura, follaje gris 30 cm 0,6-1 m Después de florecer
Pyracantha Flores blancas, bayas rojas 60 cm 2-3 m Para podado, véase p. 81
C a d u c if o m o s
Berberis thunbergii Mores amarillo pálido, frutos 30-38 cm 1-1,2 m Después de florecer, si
rojos, follaje de otoño rojo necesita ser controlado
Crataegus m onogyna Flores fragantes blancas, 45-60 cm 3m En invierno, elimine vástagos P l a n t a c ió n I n d iv id u a l
bayas rojas seleccionados vigorosos Las plantas para setos se
Corylus avellana Candelillas amarillas 45-60 cm 2-5 m Después de florecer colocan en una hilera individual
Forsythia x intermedia Flores amarillas 45 cm 1,5-2,2 m Después de florecer, a 30-60 cm de distancia entre sí.
‘Spectabilis’ elimine tallos viejos
Fuchsia magellanica Flores a/ul/rojo, bayas negras 30-45 cm 0,6-1,5 m En primavera, elimine
tallos viejos
Potenlilla fruticosa Mores amarillo brillante 30-45 cm 0,6-1,2 m En primavera
Prunus spinosa Flores rosa pálido o blancas, 45-60 cm 2,5-4 m En invierno, elimine vástagos
(cullivarcs) follaje rojo y púrpura vigorosos seleccionados
Rosa ‘Nevada’ Flores fragantes color crema 60 cm 1,5-2 m En primavera, elimine
ramas delgadas
P l a n t a c ió n en H il e r a D o b l e
Rosa ‘Roseraie Flores fragantes carmesíes 45 cm 1,5 m En primavera, elimine
de l’Hay’ ramas delgadas Para un seto más denso y
Ribes sanguineum llores color rosa intenso 30-45 cm 1,5-2 m Después de florecer elimine
amplio, plantar a 90 cm entre
‘Rcy Eduardo VII’ vástagos seleccionados sí, en hileras dobles.
 P oda d e fo r m a c ió n
A ntes d e P odar
Seto (Lonicera nítida^ necesitado
de un podado de formación.
D e spu é s d e P o d a r
Recorte los
laterales hasta la
mitad y pode las
guías hasta la
altura requerida
para estimular un
crecimiento
frondoso. Riegue,
alimente y añada
« mulch» si fuera
necesario.
Para la formación de plantas de cre­
cimiento fuerte y para aquellas con un
hábito de crecimiento vertical, tales
como el ligustro (Ugustrum) y el espi­
no (Crataegus), recórtelos hasta 15-30
cm del suelo a finales de primavera, se­
guido de un recorte ulterior de los late­
rales a finales de verano. Durante el
segundo invierno o a principios de pri­
mavera, recorte intensamente, eliminan­
do al menos la mitad del crecimiento de
la estación anterior.
Incluso a partir de esta etapa tempra­
na, los costados del seto deberían cor­
tarse en un ángulo más o menos obli­
cuo, con la base como punto más am­
plio. Un seto en forma de «A» aplana-
R ec o r t a d o de S eto s
R e c o r t a d o c o n C iza lla s
Para asegurar que la parte superior
del seto se corte plana y a nivel, las
hojas de la cizalla paralelas al
contorno del seto.
C ómo F orm ar un S eto
1
Tienda una cuerda tensa y
nivelada entre dos palos
verticales como guía para el
extremo superior del seto y corte
a lo largo de la cuerda.
da o una punta ligeramente curvada es
menos vulnerable a la nieve o a los vien­
tos fuertes.
La nieve caerá rápidamente a lo lar­
go de los lados de un seto en forma de
huso; los vientos fuertes o los ventarro­
nes resultarán desviados por sus lados
inclinados, causando un daño mínimo
a las plantas.
Una punta plana se logra cortando a
lo largo de un escantillón o de un cor­
dón tirante entre dos cañas. También es
importante el uso de una guía al cortar
setos bajos, puesto que las desigualda­
des pueden aparecer mirando desde arri­
ba como a la altura de los ojos. Una vez
logrados el tamaño y la inclinación, en
las estaciones subsiguientes sólo será ne­
cesario recortar para mantener el seto
correctamente.
Las coniferas y muchas perennes son
utilizadas ampliamente para el cultivo
de setos.
En la mayoría de los casos, los late­
rales sólo se podan los primeros años,
especialmente durante el segundo año,
que es cuando se procede a la forma­
ción, permitiendo que el vástago apicu-
lar crezca hasta alcanzar la altura desea­
da antes de recortarlo.
R eco r ta d o co n C o rta d o ra d e Setos
Al utilizar una cortadora eléctrica,
mantenga ¡a hoja paralela al seto y
efectúe amplios movimientos de
barrido.
Recorte una plantilla con la 'J Una vez alcanzado el final del
forma requerida. Coloque la J seto retire la plantilla, postes y
plantilla sobre el seto y corte cuerdas. Recorte el extremo del
siguiendo el contorno de la seto cuidadosamente.
plantilla.
F o r m a c ió n d e S eto s C a rpe
Haga los extremos más
angostos para desviar
vientos fuertes y nieve.
En zonas de grandes
nevadas, los setos
deberían acabar en
punta para evitar que la
nieve se deposite y cause
daños.
Mantenimiento de un seto Renovación
Un seto formal necesita un recorte re­ Una cierto número de especies para se­
gular para conservar la forma: en la ma­ tos, señaladamente el carpe (Carpinus),
yoría de los casos, el seto debería recor­ la madreselva (Lonicera) y el tejo (Ta-
tarse dos veces al año, en primavera y xus baccata), responden bien a la reno­
a finales de verano. La mayoría de los vación, incluso donde los setos han sido
setos formales se recortan con cizallas abandonados y están sobrecrecidos.
o con una recortadora eléctrica. Utilice Para obtener los mejores resultados, los
un escantillón o un cordón como guía setos caducos deberían renovarse en in­
al recortar el seto. vierno, y los siempreverdes, a mediados
Los setos informales también necesi­ de primavera.
tan un podado regular para conservar Si conviniese un podado drástico, de­
la forma. Elimine crecimientos mal dis­ berían cortarse los lados alternativos en
puestos y recorte dentro de los límites estaciones subsiguientes. Para que la re­
requeridos. Los setos con flores o fru­ novación tenga éxito es sumamente im­
tos sólo deben podarse durante la esta­ portante alimentar y aplicar «mulch» las
ción adecuada (véase Setos informales plantas en la estación anterior a la poda,
y florecidos, p. 61). y repetirlo después de recortar.
C ó m o R e n o v a r u n S e t o S o b r e c r e c id o
En un seto caducifolio
abandonado,
recorte el
crecimiento a ras
de los tallos
principales sólo
de un lado,
recortando el
otro lado como de
costumbre (derecha).
Un año después, si
el crecimiento ha
sido vigoroso, recorte
el crecimiento del
otro lado hasta los
tallos principales
(extrema derechaI.
 3
A rbustos O rnam entales
por su característica ar­
p r e c ia d o s p o r lo s ja r d in e r o s
quitectónica y su interés a largo plazo, los arbustos resul­
tan excelentes como esqueleto del diseño de la plantación.
En una orla mixta proporcionan una solidez y substancia agrada­
bles, equilibrando los placeres más suaves y transitorios propor­
cionados por las plantas herbáceas. Agrupar arbustos perennes
y caducos permite crear una exhibición eficaz a lo largo de todo
el año con un mantenimiento relativamente bajo. Además de una
diversidad de aspectos y formas, los arbutos poseen una magnífi­
ca variedad de elementos: desde las hojas brillantes y palmeadas
de una Fatsia japónica o las frondas sumamente perfumadas de
una lila, hasta las bayas a modo de cuentas de las pyracanthas
o los tallos blancos y espectrales de un Rubus biflorus, existe un
arbusto adecuado para cada jardín.

Diseño con arbustos

L osleñosos
arbustos son plantas de tallos
que, típicamente, producen
una estructura de ramas desde la base,
a diferencia del tronco único caracterís­
tico de la mayoría de los árboles. Sin em­
bargo, la división entre arbustos y ár­
boles no es rígida, ya que algunos
arbustos (tales como las fucsias) se pue­
den guiar como árboles corrientes de
tronco único y existe cierto número de
árboles con tallos múltiples. De un
modo similar, la diferencia de escala no
resulta una demarcación clara, ya que
algunos arbustos son más grandes que
algunos árboles.
Ya sea en sentido estricto, ya en sen­
tido lato, la palabra «arbusto» abarca
una enorme selección de plantas, ade­
cuadas a jardines de cualquier tamaño
y estilo. Se han reunido especies de mu­
chas partes del mundo que han dado lu­
gar a numerosos cultivares e híbridos de
valor decorativo.
Elección de arbustos
En el jardín, los arbustos resultan ina­
preciables por muchas razones; tal vez
la más importante de todas es que con­
fieren forma y solidez al diseño y pro­
porcionan una estructura. Sin embargo,
están lejos de ser una pieza clave mera­
mente funcionale, ya que también po­
seen una serie de cualidades ornamen­
tales, incluyendo flores fragantes y
coloridas, follaje perennes o veteado,
frutos atractivos, y tallos coloreados o
bien proporcionados.
Estos atributos decorativos ejercen
una gran influencia en cuanto a la elec­
ción de las plantas. Sin embargo, exis­
ten unas consideraciones prácticas a te­
ner en cuenta al decidir qué arbustos
cultivar. La compatibilidad con las con­
P l a n t a c ió n I n f o r m a l
En este jardín, una agrupación de arbustos, con un acebo estriado (Ilex
aquifolium), el ardiente Euonymus alatus, y una elevada Acsculus parviflora,
proporciona una exhibición de colores y formas contrastantes.
diciones de crecimiento dadas o adap­
tadas resulta esencial (véase «Adecua­
ción al emplazamiento, p. 64), mientras
que la altura y extensión de un arbusto
también determinan si es o no adecua­
do para un jardín y dónde es mejor em­
plazarlo.
Forma y tamaño
En cuanto al tamaño, los arbustos va­
rían entre los enanos, tales como los ta­
pizantes Penstemon newberry de sólo
15-20 cm de altura, adecuados a un jar­
dín de rocas, hasta plantas mucho más
voluminosas de 5-6 m de altura, tales
como algunos de los hermosos rododen­
dros perennes.
Los arbustos tiene muchas formas y
hábitos diferentes, que comprenden los
redondeados, arqueantes y verticales.
Algunos —como, por ejemplo, la Yuc-
ca gloriosa, con su ramillete explosivo
de hojas en forma de espada y sus pa­
nículas verticales de llores— merece la
pena cultivarlos exclusivamente por su
forma.
Otros, como, por ejemplo, Chaeno-
meles japónica, tienden a arrastrarse y
presentan mejor aspecto guiadas sobre
un muro.
Arbustos como elementos
de diseño
Al seleccionar arbustos, tenga presente
cómo se asociarán con el resto de la
plantación y con otros elementos estruc­
turales cercanos, tales como la casa o el
patio. Si han de formar parte de la es­
tructura de diseño, los arbustos de silue­
tas distintivas y esculturales resultan ge­
neralmente muy adecuados —por
ejemplo, el aspecto desplegado, en for­
ma de olas, del Juniperus squamata
‘Blue Carpet’, o la masa audaz y verti­
cal de una Mahonia x media. Piense
en ellas como formas abstractas que
pueden utilizarse individualmente o
combinadas para la creación de un es­
quema equilibrado de formas contras­
tantes y complementarias.
Plantación de base
A menudo, los arbustos son utilizados
como plantación de base para relacio­
nar la casa con el jardín, formando una
transición entre los contornos rígidos del
edificio y las formas y texturas más sua­
ves de las plantas de las orlas y el césped.
Este tipo de plantación resulta eficaz
al utilizarlo para marcar la entrada a la
casa; grupos simétricos o hileras de ar­
bustos, por ejemplo, podrían flanquear
el camino o ¡a puerta, o un macizo in­
formal y curvado podría rodear un sen­
dero sinuoso hasta la puerta.
Diseñe la plantación de manera que
complemente el estilo, color y escala del
edificio. Los arbustos perennes se eligen
con frecuencia por su exhibición conti­
nuada pero, especialmente en un empla­
zam iento inform al, la inclusión
de plantas caducifolias crea una varie­
dad de interés más amplia, al mismo
tiempo que proporciona masa y es­
tructura.
Adecuación al
emplazamiento
Para asegurar que los arbustos prospe­
ren y proporcionen placer durante un
período extenso, es esencial invertir en
plantas que prosperen en las condicio­
nes específicas de su jardín. Incluso en
un jardín pequeño, estas condiciones de
crecimiento varían a menudo conside­
rablemente. Ya que existen tantos arbus­
tos a elegir, no hay necesidad de culti­
var plantas inadecuadas para el
emplazamiento elegido.
Tipos de suelos
La característica del suelo debería ser la
primera cosa a tener en cuenta; en mu­
chos casos, se la puede mejorar para am­
pliar la gama de plantas que pueden cul­
tivarse con éxito. Es particularmente
importante convertir los suelos pesados
en más abiertos, y los de drenaje fácil
y ligeros, en más retentivos de la hume­
dad; también conviene moderar cual­
quier acidez o alcalinidad excesivas que
puedan constituir un problema.
Sin embargo, una plantación de éxi­
to debe tener en cuenta el carácter im­
plícito del suelo. Hasta en condiciones
relativamente extremas, existe una cier­
ta cantidad de plantas entre las cuales
elegir: por ejemplo, a los sanguiñuelos
A r b u st o s R e c o m e n d a d o s
Rhododendron Camellia x
‘Home’ ‘Donalion’
Eucryphia milliganii Gaultheria shatlon
Khododendron Pernettya mucronata
wardii ‘Wintertime'
(Cornus) y los sauces (Salix) les agrada
el suelo húmedo, mientras que las reta­
mas (Cytisus/genista), la lavanda (La­
vandula) y los Phlo/nis prosperan en
suelos bien drenados. Generalmente, los
rododendros y otras plantas ericáceas re­
quieren condiciones ácidas; pero mu­
chos arbustos prosperan en suelos alca­
linos, como Deutzia, Hypericcum y
Philadelphus.
Aspecto y microdima
También debería tenerse en cuenta la
preferencia de una planta por el sol o
la sombra. Las amantes del sol, tales
como Cistus, se encogerán y desordena­
rán si no se las planta a pleno sol, pero
muchos arbustos toleran e incluso pre­
fieren algo de sombra. Los últimos re­
sultan a menudo ideales para jardines
de ciudades donde, en lugar de la luz
moteada, filtrada a través de las copas
de los árboles, tiende a haber contras­
tes agudos entre el sol pleno y la som­
bra profunda proyectada por los edifi­
cios adyacentes.
Otro factor a tener en cuenta es la re­
sistencia de los arbustos. La temperatu­
ra, la altitud, el grado de protección, el
aspecto y la distancia del mar afectan
a la gama que es posible plantar. El mar
tiene una influencia moderadora sobre
la temperatura, pero los vientos carga­
dos de sal podrían dañar muchas plan­
para S u e l o s Á c id o s
wiUiamsii Erica x wiUiamsii
‘P.D. Williams’
Vaccinimi! parvifolium
Zenobia pulverulenta
C r ia r P l a n t a s e n la s C o n d ic io n e s C o r r e c t a s
La sombra ligera de la bóveda de los árboles y el suelo ácido resultan ideales
para estas matas de rododendros. Los colores contrastantes han sido
mezclados audazmente para crear una espectacular avenida de color.
tas en jardines cerca de la costa. Sin em­
bargo, existen arbustos (tales como la
mayoría de Escallonia y Genista) que se
benefician de los climas suaves y sopor-
lan un rociado salado. Aquellas plantas
que se encuentran en los límites de re­
sistencia de la zona, y que tal vez sucum­
bieran si se las cultiva en un jardín abier­
to, podrían prosperar con más facilidad
como especímenes guiadas correctamen­
te en un sitio protegido.
Atractivo permanente
Al seleccionar arbustos tenga en cuen­
ta el interés estacional que proporcionan
y si es continuo, como el caso del folla­
je perenne, o es transitorio, como la
irrupción de flores en verano. Frecuen­
temente resulta mejor situar un arbus­
to con un breve período de esplendor
cerca de alguno que haga lo propio poco
tiempo después, con el fin de crear una
exhibición cambiante, pero sin interrup­
ciones.
Primavera
Además de hojas nuevas, los arbustos
que florecen en primavera son aprecia­
dos por el color y la vitalidad que apor­
tan a principios de año. Combínelos
para proporcionar interés durante la es­
tación —desde los Salix has lata ‘Wer-
hanhnii’ tempranos, con sus candelillas
gris plata a modo de brote sobre tallos
púrpura oscuros, hasta los fragantes ra­
cimos blancos y rosados de flores de
Daphne x burkwoodii ‘Somerset’ a fi­
nales de primavera.
Verano
La selección de arbustos que florecen en
verano es inmensa, y también es mejor
combinarlos para conformar una exhi­
bición continua. Arbustos inestimables,
tales como Potenlilla ‘Elizabeth’ y
Syringa microphyUa ‘Superba’, merecen
un cultivo extenso, ya que su período de
floración se extiende desde finales de
primavera hasta principios de otoño.
Otoño
Esta es la estación en la que muchos ar­
bustos caducifolios realmente se desta­
can, y su follaje colorido proporciona
un espectáculo llamativo. Los arbustos
de interés otoñal incluyen Euonymus
alatus —con sus hojas de un rojo
intenso— y los diversos cultivares de Co­
linas coggyriu de follaje amarillo, rojo
o púrpura. También resulta interesante
el color proporcionado por las bayas, ta­
les como los racimos amarillos de Pyra-
cantha ‘Golden Dome’ o los brillantes
frutos rojos de Cotoneaster ‘Cornubia’.
Invierno
Los arbustos son componentes vitales en
el jardín invernal y ofrecen una varie­
dad opulenta de elementos. El follaje pe­
renne probablemente contribuya más
que ningún otro, al proporcionar masas
audaces de color y textura. Sin embar­
go, las flores también toman parte, sus­
ceptibles de selección entre la escultu­
ral Mahonia japónica de ramos extensos
y amarillos hasta las delicadas llores ro­
jas de Hamamelis x intermedia ‘Dia-
ne’, mientras que otros arbustos aromá­
ticos, tales com o Viburnum x
bodnantense, resultan apropiadas. Los
arbustos de tallos decorativos, tales
como Cornus slolonifera ‘Flaviramea’,
de vástagos llamativos de color verde
lima, son menos comunes.
Orlas de arbustos
Una de las maneras más satisfactorias
de utilizar arbustos en el jardín es cul­
tivándolos por sí mismos en una orla.
Es posible hacer una selección dentro de
la amplia gama disponible adecuada al
suelo, clima y emplazamiento, lo que

D iseño para u n a O r l a d e A r b u s t o s
Este plano incluye plantas que proporcionan interés en otoño e invierno a
través del follaje, flores, aspecto y bayas. Se
han combinado plantas de hábitos de
crecimiento diferentes para crear un diseño
equilibrado, avivado por los contrastes.
proporcionará color y atractivo perma­
nente a lo largo del año. La meta es la
creación de un diseño equilibrado, te­
niendo en cuenta el aspecto, forma, al­
tura y extensión de cada arbusto, así
como sus características decorativas y
cualquier cambio estacional en su
aspecto.
La plantación puede depender casi
por completo de una mezcla de textu­
ras y colores del follaje, pero también
pueden participar otros elementos. In­
cluya arbustos con aspectos interesan­
tes y otros de tallos o bayas coloridas
para mantener el interés a lo largo del
O rla d e C o lo r es R e s t r in g id o s
Aquí, un esquema de color donde predominan los amarillos, los oros, y el
verde brillante, crea un efecto alegre y soleado con arbustos perennes y
caducos, como saúcos (Sambucus), coniferas doradas y Euphorbia.
año. No caiga en la tentación de depen­
der de las flores, ya que su exhibición
puede resultar llamativa, pero transito­
ria. Sin embargo, por medio de una se­
lección cuidadosa, es posible mantener
una sucesión extensa de flores en una
orla de arbustos.
Es posible considerar algunos arbus­
tos como plantas a largo plazo, mien­
tras que otros tienden a hacerse adultos
y decaer con rapidez. Al planificar una
orla, espacíe los arbustos duraderos para
que no necesiten un aligeramiento ni un
podado drástico para contenerlos una
vez se han hecho adultos. También se
D i s e ñ o
pueden plantar arbustos de crecimien­
to rápido, pero deberían ser aligerados
apenas amenacen comprimir el espacio
básico ocupado por los arbustos.
Inicialmcntc resulta posible interplan­
tar perennes herbáceas, anuales y otros
plantas, de manera que, a corto plazo,
la orla de arbustos podría tener la mis­
ma composición que una orla mixta.
Una plantación tupida que comprenda
plantas tapizantes podría resultar útil
para mantener a raya las malezas, aun­
que resulta aconsejable añadir «mulch»
para reducir las malezas y la pérdida de
agua mientras las plantas arraigan.
Orlas mixtas
El concepto de una orla mixta consiste
en combinar una estructura de planta­
ción de arbustos con una variedad de
plantas herbáceas para cosechar el be­
neficio de ambas. Su ventaja principal
es que los arbustos proporcionan un in­
terés a largo plazo —a veces, a lo largo
de todo el año— así como un contra­
fondo para una serie de otras plantas.
Puesto que los arbustos confieren altu­
ra y estructura, hay menos necesidad de
cultivar perennes altas, que necesitan un
estacado, que si se trata de una orla her­
bácea tradicional.
Es posible diseñar una orla mixta ade­
cuada a diversos emplazamientos. Si
está al costado de un muro, la planta­
ción podría comprender una combina­
ción de arbustos guiados y de otros en
la parte posterior, así como trepadores,
mientras que otras plantas se disponen
en nichos poco definidos entre los ar­
bustos de la parte delantera. En un ma­
cizo aislado, se utilizan habitualmente
con A r b u s t o s
1 Pyracantha coccínea
2 Pyracantha ‘Mohave’
3 Hamamelis mollis
4 Garrya elUptica ‘James Roof’
5 Viburnum x bodnantense
6 Perovskia atriplicifolia ‘Blue Spire’
7 Daphne bholua
8 Viburnum tinus ‘Price’
9 Euonymus fortunei ‘Silver Queen’
10 Jasminum nudiflorum
11 Daphne mezereum
12 Erica carnea ‘Vivellii’
13 Ceratostigma willmottianum
14 Lonicera fragrantísima
15 Sarcococca confusa
16 Cotoneaster ‘Autumn Fire’
17 Caryopteris x clandonensis
‘Arthur Simmonds’
18 Skimmia japónica ‘Fragrans’
19 Skimmia japónica subsp. reevesiana
los arbustos para conformar un núcleo
irregular en el centro, rodeado de otras
plantas en grupos o montones.
El cuidado de una orla mixta resulta
a veces más complejo que el de una orla
de arbustos, porque las diversas plantas
tienen necesidades diferentes. Sin em­
bargo, es uno de los modos más efica­
ces de reunir las extensas características
de muchos grupos distintos de plantas.
Arbustos individuales
o especímenes
Los arbustos especialmente atractivos
—tal vez por su bello aspecto, o por una
característica tal como flores o follaje
llamativos— resultan mejor plantados
como especímenes, emplazados de
modo que puedan ser vistos desde dis­
tintos ángulos.
Arbustos adecuados
Ya que un arbusto cultivado de este
modo se destaca claramente dentro de
un jardín, resulta importante que su as­
pecto justifique esta posición destaca­
da. Los arbustos de siluetas bien forma­
das son especialmente adecuados, tales
como el espeso cono simétrico de Picea
glauca var. albertiana ‘Cónica’, aunque
un arbusto florido como Camellia ja­
pónica ‘Mathotiana’ también configu­
raría un notable centro de atención.
El interés a largo plazo del arbusto
también debe responder al valor que se
le confiere. Esto puede no ser un pro­
blema en un jardín grande, ya que una
exhibición relativamente corta, pero
magnífica, puede ser suficiente. Pero,
por otra parte, un arbusto que ocupe un
sitio privilegiado en un jardín pequeña
necesita justificarse ofreciendo color y
forma a lo largo del año, o poseyendo
más de una fase interesante —por ejem­
plo, una de flores y otra de buen follaje
otoñal.
Emplazamiento de un espécimen
Al decidir dónde emplazar un espécimen
de arbusto, asegúrese que su tamaño sea
el adecuado en relación con la posición
que ocupe en el jardín y que mantenga
una buena relación con el diseño del
conjunto. La mejor ubicación es fre­
cuentemente la que ocupa el centro de
atención de la vista desde una ventana
principal de la casa o en el cruce de dos
vistas. El contrafondo es tan importan­
te como el arbusto; generalmente, tex­
tura y colores uniforme, como los pro­
porcionados por un seto perenne o la
faja verde de un césped, ofrecen el real­
ce más complementario. Sin embargo,
existe un campo de acción para expe­
rimentar con la posición de los arbustos
individuales, especialmente en combina­
ción con otros elementos del jardín, ta­
les como un estanque que genere atrac­
tivos reflejos. Antes de plantar, calcule
aproximadamente el efecto del tamaño
y la ubicación del arbusto dentro del di­
seño, sustituyéndolo por cañas de la mis­
ma altura y del mismo ancho.
Arbustos de muro
Un excelente emplazamiento para una
orla es al pie de un muro cálido y pro­
tegido; aunque a veces tienda a ser más
bien seco, si las plantas se riegan ade­
cuadamente, las condiciones resultan
apropiadas para muchos arbustos que,
de otro modo, podrían ser demasiado
delicados.
El guiado de arbustos sobre un muro
suele ser la mejor opción para arbustos
poco firmes, tales como Forsythia sus-
A r h u sto s g u ia d o s s o b r e M u r o s
Al guiar un arbusto como esta
pyracantha contra un muro, se
destaca su exhibición de rojas bayas
ornamentales.
E s p é c im e n d e A r b u s t o
A principios de primavera y a finales de verano, tas están revestidas suntuosamente de flores, pero su aspecto
hileras extendidas de Viburnum plicatum ‘Mariesii’ refuerza su valor todo el año.
pensa, que crece de manera enredada a como los terraplenes escarpados difíci­ Color
menos que se sostenga. Para ciertos ar­ les de cultivar; los arbustos como Ma- Los efectos más audaces dados por el
bustos es la mejor manera de exhibir sus honia repens y los cultivares de Euony- color de las hojas, tales como el amari­
elementos decorativos, tales como las mus fortunei crecen bien, incluso en las llo de Choisya ternata ‘Sundance’, el
bayas anaranjadas o rojas de las pyra- zonas poco prometedoras y umbrías, de­ rojo del crecimiento joven de algunas
canthas. Algunos arbustos resistentes,
tales como Chaenomeles —que también
bajo de los árboles. Pieris, o el verde salpicado de blanco de
Euonymus fortunei ‘Silver Queen’, se
se pueden cultivar sin guiar—, quedan pueden utilizar de un modo muy pare­
bonitos guiados sobre un muro. Follaje cido al color de las flores.
A veces el guiado no es necesario: los
arbustos como el mirto (Myrtus) se pue­ La solidez y la continuidad estacional Aspecto y textura
den plantar sencillamente al pie de un de un jardín dependen en gran medida Existen otros atributos del follaje de los
muro para que se beneficien del calor del follaje. En particular, los arbustos arbustos que se pueden aprovechar para
y la protección. Otros arbustos, tales perennes sostienen el jardín a lo largo ornamentos. Las hojas grandes o de for­
como Buddleja crispa, necesitan del de todo el año. Las hojas de los arbus­ mas nítidas —como las de Falsía japó­
guiado para florecer correctamente. tos caducifolios —desde su crecimien­ nica— resultan particularmente llama­
to primaveral hasta sus hojas en o to ñ o - tivas, y los cambios de textura —del liso
ofrecen períodos de interés más largo y lustroso al mate y fieltrado— también
Arbustos enanos y que la mayoría de las flores. proporcionan contrastes satisfactorios.
tapizantes
Plantar arbustos bajos —tales como
muchos Hebe o Daphne blagayana— en
contenedores facilita disfrutarlos de cer­
ca, además de proporcionar estructura
e interés a largo plazo en el esquema de
plantación. A gran escala, utilice arbus­
tos bajos para equilibrar las formas con­
trastantes, redondeadas y rectas en los
macizos y orlas.
Estos arbustos también resultan exce­
lentes donde se necesita un interés a ni­
vel del suelo; los cultivares de Helian-
themum y una gran variedad de brezos
coloridos (Calluna, Daboecia y Erica)
alegran la parte delantera de una orla
mixta o suavizan los bordes duros de un
sendero.
Las de crecimiento relativamente rá­
pido pueden utilizarse como tapizantes
(véase pp. 150-151). Los arbustos tapi­ T a p iz a n t e C o l o r id o
zantes presentan una de las mejores Para crear un colorido efecto de «patchwork» utilice arbustos bajos
soluciones para emplazamientos, tales armónicos y contrastantes, como estos brezos.
 D is e ñ o con A r b u s t o s

Flores F l o r e s C u l t iv a d a s
po r su A rom a
arbusto único en un tiesto bonito podría
resultar un centro de atención más lla­
Desde las flores minúsculas de muchas Es mejor cultivar los mativo que, por ejemplo, una escultura
retamas (Cytisus/Genista) hasta las arbustos aromáticos al para jardines. Los arbustos cultivados
grandes y pesadas panículas de las lilas costado de un sendero en contenedores podrían introducir una
(Syringa), existe una diversidad impre­ o de un patio para nota más formal de un modo sencillo:
sióname de flores de arbustos. disfrutar de su como pareja, flanqueando unos escalo­
perfume más nes o una arcada, o más elaboradamen­
Color y forma fácilmente. Esta te, creando una estructura geométrica o
Los arbustos poseen flores de todos los suavemente perfumada una avenida.
colores, cada uno en infinitas varieda­ Carpenteria californica
des; por ejemplo, los tonos del rosa van también se beneficia Selección de plantas
desde el blanco rosado de Syringa yun- del calor y de la Los arbustos más adecuados son los que
nanensis hasta el carmesí de Rhododen­ protección del muro. poseen un interés estacional más prolon­
dron ‘Hinodegiri’. gado. Los buenos ejemplos para el cul­
A veces, lo que atrae es la masa de flo­ tivo en contenedores comprenden las ca­
res, como en el caso de los espesos raci­ melias perennes y los rododendros, que
mos azules de Ceanothus o los ramos continúan siendo atractivos incluso des­
de flores amarillas tipo estrella de las pués de caídas las flores. Por sus efec­
forsythias, mientras que otros arbustos tos valiosos de follaje, tenga en cuenta
—tales como las flores exquisitas, pero el delicado Chamaerops humilis, que
de poca duración, de Paeonia suffru- tiene abanicos tipo palmera, grandes y
ticosa— seducen por la suntuosa belle­ lustrosos; y las coniferas, con su amplia
za de sus flores individuales. gama de colores y texturas.
En un jardín grande importa poco El follaje caduco puede variar entre
que el momento estelar de una planta que las de arbustos caducifolios, tales llos apiñados, o emplace un único es­ primavera y otoño, y, en el caso de los
sea breve; pero, en uno pequeño, esto como Viburnum opulus, se ven contra pécimen bonito contra un fondo senci­ arces japoneses (Acerpalmatum), que­
puede ser un inconveniente considera­ un fondo cambiante de follaje otoñal al llo. Imagínese los tallos rojo brillantes da un dibujo intrincado formado por ta­
ble, o sea, que cabe considerar la for­ que siguen sus tallos desnudos en in­ de Cornus alba ‘Sibirica’ realzados por llos delicados cuando todas las hojas
ma y el follaje de una planta si su des­ vierno. una pared blanca y lisa, o el esqueleto han caído. Los arbustos como Spiraea
pliegue floral es breve. Las bayas anaranjadas y rojas son co­ blanco-tiza de Rubus biflora por una japónica ‘Goldflame’, con sus hojas de
munes, pero existen otros colores, des­ oscura. colores llamativos y sus cabezas de flo­
Aroma de el amarillo de Cotoneaster ‘Roth- La delicada tracería de tallos finos es res rosadas, tienen a menudo un aspec­
Mientras que el atractivo de algunas flo­ schildianus’ hasta el bonito rosado de a menudo ignorada, a menos que esté to bonito cultivados en un contenedor.
res consiste principalmente en su color Pernettya mucronata ‘Scashell’. realzada por un colorido vivido, pero los
y forma, las aromáticas confieren una No olvide que en algunas especies de aspectos inusuales y los vástagos con Ventajas prácticas
dimensión distinta al jardín. Las flores arbustos las flores masculinas y feme­ muchas espinas o retorcidos propor­ Una de las ventajas de cultivar plantas
pueden ser llamativas, y también deli­ ninas aparecen en plantas separadas, de cionan un interés adicional. Los tallos en contenedores es que las plantas deli­
ciosamente perfumadas, como lo son modo que la fructificación satisfactoria extrañamente retorcidos de Corylus ave­ cadas, tales como Nerium oleander y las
muchos Philadephus, o como las minús­ sólo se logra cultivando plantas mascu­ llana ‘Contorta’ y los de Salix x ery- palmeras, pueden emplearse para dar al
culas flores de Sarcococca, con un as­ linas y femeninas en proximidad. throflexuosa los convierten en curiosi­ jardín un aire mediterráneo o subtropi­
pecto menos llamativo, pero que perfu­ dades interesantes para colocar contra cal en verano, y después trasladarlas a
un muro sencillo o contra plantas con un sitio protegido en invierno. También
man el jardín a mediados de invierno.
Corteza y tallos un hábito de crecimiento más conocido. es una manera excelente para incluir ar­
Muchos arbustos cultivados por sus bustos que, de otro modo, no tolerarían
En invierno puede resultar muy llama­ tallos requieren una poda regular por­ el suelo del jardín: por ejemplo, con
Bayas tiva la silueta desnuda de los tallos. Ade­ que la leña nueva es la que ofrece un agua sin cal y abono ericáceo, es posi­
más de su sencillez escultórica, algunos, efecto mayor (véase «Arbustos de «cop­ ble cultivar camelias y rododendros en
Los arbustos de bayas resultan valiosos como los sanguiñuelos (Cornus), tienen pice» y desmochados, pág. 79). tiestos en zonas calizas.
para mantener el colorido desde finales un colorido intenso, mientras que otros,
de verano hasta el invierno y para atraer Salix irrorata por ejemplo, están cubier­
pájaros al jardín. En las siempreverdes, tos por una atractiva pelusilla blanca Arbustos en contenedores
tales como las pyracanthas, las bayas azulada.
brillantes enmarcadas por follaje verde Agrupe algunos arbustos del mismo Muchos arbustos se adaptan bien a la
crean un atractivo contraste, mientras tipo para alcanzar el beneficio de sus ta­ vida en un contenedor, a condición de
que se los riegue regularmente. Cultiva­
T allos O r n a m e n t a l e s dos de esta manera, resultan elementos
Un grupo informal de decorativos y versátiles. Utilícelos como
sanguiñuelos de estatuas vivientes para dar formas vigo­
corteza roja (Cornus rosas y como estructura para destacar
alba) forma una otras plantaciones. Un arbusto perenne
atractiva llamarada de o una conifera pequeña conforman una
color, elevándose desde excelente pieza central dentro una tina
un masa desplegada de o contenedor durante todo el año, y es
Euonymus fortunei posible complementarla por medio de
estriadas. bulbos, en primavera, y anuales rastre­
ras y coloridas, en verano.
Un arbusto cultivado en contenedor
resulta particularmente valioso en un
jardín pequeño y pavimentado. Se lo
puede emplear solo —como espécimen
aislado— o combinado con una exhibi­ C u l t iv o e n C o n t e n e d o r e s
ción cambiante de otras plantas en con­ Un brillante Nerium oleander da
tenedores. En un jardín más amplio, un color a una zona adoquinada.
Guía de arbustos para el jardinero
E m p l a z a m ie n t o s E x p u e s t o s A r b u st o s d e M u r o F l o r e s A r o m á t ic a s
Sarcococca
Arbustos que toleran emplazamientos Abelia, algunos # Itookeriana Abeliophyllum distichum
expuestos o ventosos; los marcados ■á_ Abutilón, algunos * var. digyna Buddleja alternifolía
no son adecuados para Acacia dealbata * Camellia sasanqua
emplazamientos costeros. Azara, algunos # Choisya ‘Aztec Pearl’, C. ternata
Arctostaphylos uva-ursi 4- Buddleja crispa Clethra alnifolia ‘Paniculata’
Bupleurum fruticosum Catlistemon, algunos * Colletia armata ‘Rosea’
Calluna vulgaris (y cultivares) Camellia, algunos * Ilex aquifolium Cytisus battandieri
Cassinia fulvida Ceanolhus, algunos # Lonicera pileata m Daphne bholua, D. blagayana
Cistus, algunos # Cestrum, algunos # Mahonia aquifolium D. cneorum, D. odora
Cordyline # Chaenomeles Osmanthus, algunos * Elaeagnus
Cotoneaster (especies enanas), Colquhounia Rubus tricolor Erica lusitanica
C. horizontalis Daphne bholua Sarcococca Hamamelis mollis ‘Pallida’
Eldeagnus commutala Fremontodendron Skimmia Lonicera x purpusii ‘Winter
Erica carnea (y cultivares) ¡tea ilicifolia Vinca Beauty’, L. standishii
Escailonia Pyracantha Luculia gratissima *
Euonymus fortum i Solanum crispum ‘Glasncvin’, Magnolia sieboldii,
(y cultivares) S. jasminoides * Dos o m ás E s t a c io n e s M. x - thompsoniana
Fuchsia magellanica de Interés Mahonia japónica
(y cultivares) Osmanthus delavayi
P o l u c ió n d e l A ir e Todo el año Philadelphus (muchos)
Arbustos que toleran aire Acacia baileyana * Pittosporum tobira
contaminado Ardisia japónica * Rhododendron auriculatum,
Aucuba Convolvulus cneorum R. ‘Countess of Haddington’# ,
Gaultheria shallon Berberís Elaeagnus x ebbingei ‘Gilt Edge’ R. edgeworthii * ,
Genista, algunos # Buddleja davidií Euryops acraeus R. ‘Fragrantissima’ * , R., Ghent
Griselinia, algunos * Camellia japónica (y cultivares) Lavandula stoechas hybrids, R., Loderi group,
Halimodendron Italodendran Cornus stolonifera Ozothamnus ledifolius R. luteum, R. occidentale (e
Hebe, algunos # Cotoneaster híbridos), R. ‘Polar Bear’,
Hippophüe rhamnoides Elaeagnus Invierno/Primavera R., Rustica hybrids, R. viscosum
Ilex aquifolium Euonymus japonicus Berberís temolaica Sarcococca
Lavatera Fatsia japónica Corylus avellana ‘Contorta’ Viburnum (muchos)
Olearia, algunos * Fuchsia magellanica (y cultivares) Salix irrorata
Ozothamnus, algunos # Garrya
Phormium Ilex x altaclerensis, 1. aquifolium Primavera/Verano
Prunus spinosa íL Leycestería, algunos * Calycanlhus occidentalis '
Pyracantha Ligustrum Pieris ‘Forest Flame’
Rhododendron
luteum
Rhamnus alaternus Lonicera pileata
Rhododendron ponticum áL Magnolia grandiflora Primavera/Otoño
Salix Mahonia aquifolium Cornus ‘Eddie’s White Wonder’
Senecio, algunos * Philadelphus
Spartium Phillyrea F o l l a je A r o m á t ic o
Salix Verano/Otoño Caryopteris
Spiraea Cirus ‘Meyer’s Lemon’ *
Tamarix Spiraea Prostanthera *
Ulex Viburnum Cornus mas ‘Variegata’ Ruta graveolens
Yucca, algunos * Cotínus coggygria ‘Fíame’ Santolina
Cotoneaster conspicuus Skimmia x confusa
S om bra Seca Dipelta yunnanensis
Emplazamientos Protegidos Arbustos que toleran sombra seca Hydrangea quercífolia
A r b u st o s
Aucuba ‘Snowflake’
Arbustos que prefieren Lonicera korolkowíi
emplazamientos protegidos Cornus canadensis A r q u it e c t ó n ic o s
Abelia floribunda * Daphne laureola Myrtus communis var.
tarentina Agave #
Abutilón, algunos * Euonymus fortunei, E. japonicus Ara lia elata ‘Aureo-variegata’
Acer palmation (cultivares) Fatsia japónica Chamaerops *
Ardisia * Fledera, algunos * Cocos *
Banksia * Ilex aquifolium Cordyline *
Besehornería # Pacliysandra Cycas revoluta *
Bouvardia * Dracaena *
Brachyglottis * Som bra H úm eda Eriobotrya japónica
Citrus * Neillia thibetica Howea *
Coprosma * Arbustos que toleran sombra Phlomis chrysophylla Jubaea *
Datura * húmeda Pyracantha Pandanus #
Dendromecon rigida * Aucuba Rosa ‘Frau Dagmar Hastrup’, Plioenix #
Euryops pectinatus # Buxus sempervirens R. moyesii ‘Geranium’ Phormium
Musa basjoo # Camellia japónica Sabal #
Nerium # Cornus canadensis Otoño/Invierno Yucca, algunos *
Rhododendron maddenii (y Daphne laureola Arbutus unedo
subsección), R. vireya Euonymus fortunei, E. japonicus Berberís temolaica C lave
(secciones) * Fatsia japónica Cornus mas ‘Variegata’ # No resistente al frío
 P r e p a r a c i ó n y P l a n t a c i ó n del S uelo

Preparación y plantación del suelo

la mayoría de jardines, es posi­ S e l e c c ió n d e u n A r b u s t o
E
n
ble cultivar una amplia gama de A r b u s t o s e n C o n t e n e d o r e s A r b u s t o s q u e p r e f ie r e n
arbustos incluso si el suelo no es el ideal. E je m pl a r P o bre
El suelo ideal es de tierra negra, bienB u e n E je m p l a r S u e l o s A r e n o so s
drenada, pero que retenga la humedad. Desarrollo superior Tallos escasos y de Berberís empelrífolia
ramilas que muestran
Al mejorar el drenaje de los suelos hú­ vigoroso y bien equilibrad< desarrollo escaso Calluna vulgaris (y cultivares)
medos, y agregando mantillo, la estruc­ Ceanothus thyrsiflorus (y
tura y las propiedades retentivas de hu­ géneros)
medad de los suelos secos aumenta en Cistus x cyrpius
gran medida la gama de arbustos que Raíces apiñadas
se pueden cultivar. También resulta po­
sible modificar la acidez o la alcalini­ Cistus x
cyprins
dad —otro factor que limita la gama de
plantas cultivables.
A pesar de lo importantes que pue­ R e n o v a c ió n d e u n E je m p l a r P o b r e
dan ser estas mejoras, el suelo del jar­ Extraiga las raíces
dín seguirá tendiendo naturalmente a ser apiñadas y recorte Cytisus scoparius (y cultivares)
húmedo o seco, pesado o ligero, ácido cualquiera Erica arborea var. alpina,
o alcalino. Los mejores arbustos para su que sea muy larga o E. cinerea (y cultivares)
jardín son aquellos adecuados a las con­ esté dañada Fuchsia magellanica (y
diciones disponibles. P rostanthera cultivares)
CUNEATA Genista linctoría
\ Sistema de raíces Hakea lissosperma
Selección de arbustos fibroso y bien
establecido
Halimodendron halodendron
Helianthemum
Los arbustos se pueden comprar direc­ Helichysum, algunos *
tamente en centros de jardinería, vive­
A rbusto d e C epelló n Lavandula, algunos *
ros, y en los sitios no especializados, B u e n E je m p l a r Olearia, algunos #
como supermercados. Algunos viveros Ozothamnus, algunos *
Estructura de ramas Phlomis
también venden arbustos por correo; las bien equilibrada
plantas se envían durante el período de y pareja La envoltura está Phormium
inactividad. Se venden en contenedores, intacta, no partida Spartium junceum
con raíces de cepellón o desnudas. ni dañada Tamarix
Los arbustos a la venta deberían es­ Ulex europaeus
tar etiquetados con exactitud, ser sanos, Yucca gloriosa
no dañados, y estar libres de plagas y
enfermedades. Si los compra directa­ A rbu sto s q u e T o lera n
mente, revise las plantas concienzuda­
mente y elija un ejemplar de ramas dis­ S u e l o s A r c il l o so s
tribuidas en forma pareja a ras de suelo Controle que I Amelanchier
o, en el caso de arbustos corrientes, a el cepellón Aralia O
la cabeza de un tallo limpio que tenga sea firm e Aronia arbutifolia
la altura deseada. Los arbustos vendi­ Aucuba
dos en la atmósfera seca y cálida de los Berberís O
supermercados tienen una vida de estan­
tería corta. Los proveedores de confian­ Chaenomeles x
Desarrollo vigoroso superba
za pueden dar una garantía de un año y sano, libre de ‘Nicoline’
para reemplazar el arbusto si la etique­ daños o enfermedades.
ta no coincide con la planta o si muere
dentro del primer año, a condición de Chaenomelex x superba O
que haya recibido el cuidado adecuado. el sistema de raíces —si está bien esta­ po durante el período de inactividad y Citrus #
blecido— debe conservar todo o la ma­ se venden con las raíces desnudas. La Clethra alnifolia O
Arbustos en contenedores yor parte de la tierra del tiesto. Rechace época de comprar estos arbustos de raíz Cornus alba ‘Sibirica’ O
Los arbustos generalmente se venden plantas con un sistema de raíces poco de­ desnuda se extiende desde el otoño hasta Cotoneaster o
como ejemplares cultivados en contene­ sarrollado y las de raíces oprimidas (con la primavera. Para evitar el resecado, ge­ Forsythia
dores: éstos varían entre tiestos rígidos raíces que sobresalen del contenedor), neralmente son enterrados en la tierra Garrya
y sacos de plástico. La mayoría de los ya que éstas pocas veces crecen bien. hasta ser vendidos. Antes de comprar, Hippophae
arbustos vendidos de este modo han sido Una de las mayores ventajas de los ar­ controle que los arbustos de raíz desnu­ Kalmia latifolia
cultivados en contenedores durante toda bustos cultivados en contenedores es que da tengan un sistema de raíces de desa­ Lonicera, algunos *
su vida. Algunos son cultivados en el se los puede comprar y plantar en cual­ rrollo parejo y fibroso. Mahonia x media grupo O
campo y después colocados en tiestos quier momento, salvo si existen tempe­ Philadelphus
durante la estación previa a la venta para raturas extremas o sequía. Los arbustos Arbustos de cepellón Pyracantha
prolongar el período posible de venta. colocados en tiestos se pueden plantar Estos arbustos, generalmente disponi­ Salix caprea O
Es difícil diferenciarlos, aunque aque­ en invierno sin correr riesgo, pero en bles en otoño o a principios de prima­ Sambucus racemosa O
llos cultivados en contenedores general­ otras épocas es posible que se establez­ vera, han sido cultivados en suelo abier­ Taxus
mente tienen un sistema de raíces me­ can con lentitud, salvo que tengan un to, y después retirados con tierra Tetrapanax papyriferus *
jor establecido (a menudo visible a tra­ sistema de raíces bien establecido. alrededor de los cepellones; el cepellón Viburnum opulus o
vés de los agujeros de drenaje del tiesto). se envuelve en arpillera o malla. Las co­
Dentro de lo posible, deslice el arbus­ Arbustos de raí/, desnuda niferas se venden con frecuencia de esta C lave
to fuera del contenedor; las raíces de­ A veces algunos arbustos caducifolios manera. Controle siempre que la envol­ ® No resistentes
berían tener extremos blancos sanos y de propagación fácil se retiran del cam- tura esté intacta. O Tolera suelos anegados
Cuándo plantar
La época para plantar arbustos de raíz
desnuda o de cepellón se extiende des­
de otoño hasta primavera y también es
la época óptima para plantar los arbus­
tos cultivados y los colocados en ties­
tos. Plantando en otoño se permite que
el sistema de raíces se establezca mien­
tras el suelo sigue estando tibio, de ma­
nera que el arbusto debería crecer con
vigor antes del tiempo seco del próximo
verano.
Es posible plantar durante el invier­
no siempre que sea templado, pero no
plantado de un arbusto individual y, pre­
P lantar A rbu sto M uro
feriblemente, todo el macizo. un de
Las mejoras épocas para el cultivo del
suelo son a finales de verano y en oto­
ño. Primero quite o elimine todas las
malezas, teniendo especial cuidado de
eliminar las perennes (véase «Malezas»,
pp. 573-577). Practique un cavado do­
ble (véase p. 526), incorporando una
capa de 8-10 cm de materia orgánica
bien descompuesta en la zanja inferior.
Si esto resultara impracticable, introduz­
ca grandes cantidades de materia orgá­
nica en los 30-45 cm superiores del sue­
lo. Agregue fertilizante si resultase

cuando el suelo está helado. Las raíces
no se extienden en suelos muy fríos y
se corre el riesgo de que se congelen y
mueran.
La mayor desventaja de plantar en
primavera es que puede tener lugar un
crecimiento superior antes de que las raí­
ces estén establecidas y, si se produce un
intervalo temprano de tiempo seco, es
posible que sea necesario regar para ayu­
dar a las plantas a sobrevivir.
Preparación del suelo
Muchos arbustos son potencialmente
longevos, de modo que el suelo debe ser
preparado concienzudamente antes del
adecuado (véase «Nutrientes del suelo
y fertilizantes», pp. 530-531).
Cómo plantar
El agujero de plantado para un arbus­
to debe ser lo suficientemente grande
como para que quepa el cepellón. Para
las plantas cultivadas en contenedores
o de cepellón, practique un agujero dos
veces más ancho que el cepellón, o tres
veces más ancho si planta en suelo arci­
lloso. Para los arbustos de raíz desnu­
da, el agujero debe ser lo suficientemen­
te grande como para que las raíces de
la planta se extiendan por completo. El
agujero también debe ser suficientemen­
I 2
Cave un agujero a 22 cm de
la pared. Plante el arbusto
(aquí, una pyracantha) y ligue la
caña de soporte a un alambre.
te profundo como para permitir plan­
tar el arbusto al mismo nivel que tenía
dentro del contenedor o en suelo abier­
to. Esto se indica por la marca de la tie­
rra: una marca oscura cerca de la base
del tallo. Un caña atravesando el agu­
jero de plantado proporciona una guía
útil de la profundidad necesaria. El tra­
tamiento de un arbusto en tiesto depen­
de del nivel de desarrollo del sistema de
raíces al extraer la planta del mismo. Si
Afirme la tierra. Fije cañas de
bambú laterales a la caña central
y a los alambres para sostener los
vastagos laterales y fijarlos (véase
detalle).
la tierra se desprende, plante igual que
para un arbusto de raíz desnuda; si no
se desprende, trátelo como uno cultiva­
do en contenedor. Retire la arpillera o
la malla que envuelve el cepellón des­
pués de introducirlo en el agujero. Al
volver a llenar el agujero, sacuda una
planta de raíz desnuda suavemente para
que la tierra se acomode. Afirme la tie­
rra en etapas, pero no compacte las ar­
cillosas.

P lantado de un A r b u s t o C u l t iv a d o en C ontenedor

Cave un agujero dos veces más
Ide unancho que el cepellón (aquí,
Viburnurn). Mezcle ¡a tierra
con material orgánico. Remueva la
base y caras del agujero.
i Colocando una mano sobre la
< tierra y alrededor del arbusto
para sostenerlo, deslice el arbusto
fuera del contenedor con cuidado.
Coloque en el agujero preparado.
Coloque una caña para controlar
que el nivel del suelo es el
mismo de antes. Si fuera necesario,
ajuste la profundidad de plantación
agregando o quitando tierra.
Vuelva a rellenar alrededor
del arbusto con la mezcla de
tierra y materia orgánica,
afirmando en etapas para evitar la
formación de bolsas de aire.

6
Pode cualquier
leña enferma o
dañada hasta un
desarrollo sano, y
recorte cualquier tallo
que crezca hacia
dentro o cruzado hasta
un vástago o brote que
crezca hacia fuera.
Retire también tallos
débiles o
desordenados, o los
Una vez llenado el agujero que estropeen el
Riegue a fondo; agregue
con la mezcla de plantado,
afirme con cuidado alrededor del
equilibrio del arbusto. 7descompuesto,
«muich» de tierra bien
o corteza
arbusto con el talón o la mano. pulverizada, a 5-7 cm de hondura
y 30-45 cm de ancho.

Para mejorar el drenaje alrededor de
los arbustos plantados en tierras arcillo­
sas, plante el arbusto un poco por enci­
ma del nivel del suelo y amontone tie­
rra alrededor de la parte expuesta de
cepellón hasta alcanzar la marca de la
tierra. En suelos arenosos, plante el ar­
busto dentro de un hueco ligero para ca­
nalizar agua alrededor de las raíces. Rie­
gue el arbusto y añada «mulch».
Plantado de arbustos guiados sobre
un muro
Algunos arbustos se pueden guiar sobre
alambres fijados a un muro o verja.
Plántelos igual que los arbustos autoes-
tablcs, a 22 cm al menos del muro, de
modo que sus raíces no estén dentro de
la sombra de lluvia, e incline la planta
hacia el muro. Sostenga el tallo princi­
pal y los laterales con cañas, que des­
pués se sujetan a los cables (véase tam­
bién «Arbustos de muros», p. 80).
Estacado
Los arbustos no necesitan generalmen­
te estacado, salvo los ejemplares gran­
des y de raíces apiñadas por un tiesto,
además de los estándares. Los primeros
—que idealmente no deberían ser se­
leccionados— necesitarán, casi con se­
guridad, alguna clase de sostén al me­
nos los dos primeros años, hasta que sus
raíces comiencen a extenderse y se vuel­
ven estables.
El mejor método para cualquier ar­
busto con ramas cerca del nivel del sue­
lo es sostenerlo con tirantes fijados a tres
estacas, espaciados regularmente en un
círculo de alrededor de 1 m con el ar­
busto como centro. Para evitar daños a
la corteza, cubra los tirantes donde to­
quen las ramas con goma o con un ma­
terial similar (véase también Á r b o l e s
O rn a m en tales , «Estacado», p. 40).
Para los arbustos estándar, introduz­
ca la estaca en el agujero antes de plan­
tar para evitar daños al sistema de raí­
ces. La punta de la estaca debería estar
Plantar arbustos en contenedores
El período principal para plantar ar­
bustos en contenedores es a finales de
verano o en otoño, aunque los arbus­
tos cultivados en contenedores se pue­
den plantar en un tiesto decorativo en
casi cualquier época.
Elija un contenedor de tamaño
adecuado para el arbusto. Al tras­
plantar un arbusto, el nuevo contene­
dor debería medir alrededor de 5 cm
más de ancho y de profundidad que
el anterior. Si el contenedor ya ha sido
utilizado, lave la superficie interior a
fondo.
Los contenedores pesados deberían
ubicarse antes de plantar. Colóquelos
sobre ladrillos o bloques para que dre­
nen libremente. Coloque trozos de
tiesto sobre los agujeros de drenaje y,
P r e p a r a c i ó n y P l a n t a c i ó n del S uelo
E staca d o de un A rbu sto E stá n d a r A r b u st o s q u e r e q u ie r e n
S u e l o s Á c id o s
Andromeda
Arbutus (la mayoría de csp.)
Arctostaphylos, algunos *
(algunas esp.)
Calluna
Camellia, algunos
Camellia x
williamsii
‘Wilber Foss’
Clethra, algunos *
Cornus canadensis
Corylopsis (la mayoría)
Desfontainia spinosa
Enkianthus
2
Clave una estaca en el agujero Si la profundidad es correcta,
algo desplazada del centro; vuelva a Henar y afirme. En Erica (la mayoría de esp.)
ésta debería llegar justo debajo suelo de drenaje Ubre, form e un Fothergilla
de la cabeza del arbusto después hueco alrededor del arbusto para liakea, algunos *
de plantarlo junto a ella. conservar humedad. Fije el tallo Hamamelis
con una ligadura adecuada. Kalmia
Leucothöe
Magnolia (la mayoría de esp.)
Menziesia
justo debajo de las primeras ramas. Fije los costados y la punta de la planta. Otra Pernettya
el tallo a la estaca utilizando una liga­ medida consiste en rociar las plantas con Philesia magellanica *
dura patentada con espaciador, o una un antitranspirante para reducir el rese­ Pieris
ligadura casera en forma de ocho, para cado. Aplique una película fina a am­ Rhododendron, algunos ifc
evitar el roce. bos lados de las hojas. (la mayoría de esp.)
Un «mulch» aplicado alrededor de la Styrax officinalis
base ayudará a proteger las raíces de he­ Telopea speciosissima #
Protección de arbustos ladas. Es mejor aplicar el «mulch» du­
rante los períodos templados, cuando el Vaccinium
recién plantados suelo está tibio y húmedo. Zenobia pulverulenta
En zonas de nevadas fuertes, los ar­
Los arbustos recién plantados pueden re­ bustos perennes especialmente delicados A rbu sto s q u e to ler a n
secarse o sufrir daño a causa del frío si podrían necesitar una protección adicio­ S u e l o s m u y A l c a l in o s
no se los protege. Los perennes de ho­ nal. Lo mejor es proporcionarlo por me­ Aucuba japónica (y cultivares)
jas anchas y las coniferas en lugares ex­ dio de una jaula de madera y malla de Berberis darwinii
puestos resultan particularmente vulne­ alambre. Quite cualquier acumulación Buddleja davidii (y cultivares)
rables. de nieve de inmediato. Para los arbus­ Buxus
Una mampara de arpillera o de ma­ tos semiresistentes o delicados podrían Ceanothus impressus
lla reduce considerablemente la fuerza resultar necesarias unas medidas más ex­ Chamaerops *
secante del viento. Construya una es­ tremas (véase P rotección contra H e ­ Choisya ternata
tructura sólida de madera a 30 cm a bar­ ladas y V iento , pp. 520-521).
lovento del arbusto que necesite protec­ Al retirar el aislante en primavera, Cistus, algunos #¡
ción. Fije la arpillera —o la malla— al controle que no existan plagas ni enfer­ Cotoneaster, todos
marco con chinchetas. Estas deberían medades, que podrían haberse benefi­ Cytisus, algunos $
extenderse al menos 30 cm más allá de ciado de la protección invernal. Deutzia
Euonymus
Forsythia
Hebe, algunos #
Hibiscus, algunos *
después, agregue una capa de 2,5 cm de Hypericum, algunos *
material de drenado como, por ejemplo, Ligustrum
gravilla gruesa. Lonicera, algunos # -
Una mezcla con una base de tierra ne­ Nerium oleander ■
gra —rica en nutrientes— es mejor que Philadelphia
uno con base de turba, que sólo contie­ ‘Dame Blanche’
ne limitados nutrientes agregados. Los Philadelphus
arbustos tienden a permanecer dentro de Phlomis fruticosa
sus contenedores durante años, y cual­ Potentilla (todas las especies
quiera que haya sido cultivado con una arbustivas)
base de turba necesitará alimento fre­ Rosa rugosa
cuente. Además, las mezclas con una Rosmarinus
base de turba se resecan más rápidamen­ Syringa
te que los de tierra negra. Emplee un Viburnum tinus
abono ericáceo para los rododendros y Vitex agnus-castus
otras plantas que no acepten la cal, o Si planta en contenedores, Yucca aloifolia *
para obtener flores azules en las horten­ asegure que la tierra esté al
sias. Asegúrese que la marca de la tie­ menos 4 cm más abajo del borde C lave
rra esté al mismo nivel que el suelo. para agregar «mulch» y regar. # No resistente at frío
A r b u st o s O r n a m e n t a l e s
Cuidados rutinarios
as siguientes pautas de manteni­
L miento son aplicables en términos Los arbustos, en especial los podados re­
generales, aunque no todos los arbus­
gularmente, se alimentan en general con
tos tienen las mismas necesidades. Los
recién plantados requieren regado y fer­
tilizado, mientras que los plantados en
contenedores deberían revestirse y cam­
biarse de tiesto periódicamente. Ade­
más, puede resultar necesario eliminar
capítulos, chupones y malezas, y con­
trolar plagas y enfermedades.
Riego
Los arbustos establecidos sólo necesitan
riego después de una sequía prolonga­
da, pero los ejemplares jóvenes podrían
necesitar un riego regular. Riegue alre­
dedor del arbusto, empapando la tierra.
No riegue a menudo ni ligeramente, ya
que esto favorece el crecimiento de raí­
ces cerca de la superficie.
Las raíces poco profundas hacen que
los arbustos sean vulnerables a las se­
quías. El mejor momento para regar es
al atardecer, cuando la evaporación es
mínima.
Fertilizar y agregar
«mulch»
La mayoría de los arbustos se beneficia
de aplicaciones regulares de fertilizan­
tes orgánicos o inorgánicos, disponibles
en formas diversas.
El agregado de «mulch» con abono
bien descompuesto y voluminoso ayu­
da a que el suelo conserve la humedad
y, si es rico en nutrientes, mejora la fer­
tilidad del suelo.
También modera las temperaturas ex­
tremas alrededor de las raíces e inhibe
las malezas.
C óm o E l im in a r C h u p o n e s
E l im in a c ió n d e C h u p o n e s
Arranque o corte el chupón
(aquí, de Hamamelis^ en la
base; si lo arranca, pele la
herida dejando un corte limpio
(véase detalle).
Fertilizantes
fertilizantes de acción lenta, y el mejor
momento de aplicarlos es a principios
de primavera. Algunos de estos fertili­
zantes sueltan sus nutrientes sólo cuan­
do las temperaturas son lo suficiente­
mente altas como para que las plantas
puedan absorberlos. Una tasa de apli­
cación corriente es 60 g por m2.
Los fertilizantes en polvo resultan úti­
les a corto plazo para incrementar el cre­
cimiento en primavera. Los fertilizantes
líquidos actúan aún más rápido que los
polvos, y deben aplicarse una vez que
la planta está creciendo.
Los fertilizantes en grano o en polvo
deben mezclarse con la tierra en una
zona un poco más amplia que el alcan­
ce del crecimiento superior del arbusto.
En los arbustos de raíces superficiales,
permita que el fertilizante penetre de
manera natural o por medio del riego
para evitar el daño a las raíces con la
horca. La aplicación de fertilizantes pue­
de alterar el nivel del pH del suelo; la
mayoría de los fertilizantes de nitróge­
no inorgánico vuelven el suelo más áci­
do (véase también «Nutrientes para sue­
los y fertilizantes», pp. 530-531).
Agregar «mulch»
Aplique el «mulch» alrededor de los ar­
bustos recién plantados en una zona de
unos 45 cm mayor que el diámetro del
sistema de raíces. El «mulch» que ro­
dea arbustos establecidos debería exten­
derse 15-30 cm más allá de la zona de
crecimiento superior. Un «mulch» de as­
tillas de corteza, de astillas de madera
o de estiércol debería tener 5-10 cm de
profundidad, pero debe estar alejado de
los tallos de la planta. No aplique
«mulch» si hace frío, o cuando el suelo
está seco.
R e c o n o c im ie n t o d e C h u p o n e s
El chupón puede ser
normalmente reconocido por sus
hojas: a la izquierda, la parte
superior de un tallo; a la derecha,
un chupón desde la raíz.
Arrancar la maleza
Las malezas compiten por los nutrientes
y la humedad, de manera que resulta
esencial eliminarlas antes de plantar. La
zona alrededor de los arbustos tapizan­
tes recién plantados necesita ser limpiada
hasta que las plantas sean tupidas para
así evitar la competencia.
Para tratamiento, véase «Malezas»,
pp. 573-577.
Eliminación de chupones
Algunos arbustos injertados, incluyen­
do los rododendros, están expuestos a
producir tumores —o chupones— deba­
jo del injerto, ya sea de los tallos o de
las raíces. Elimine los chupones con el
índice y el pulgar apenas aparezcan: si
fueran demasiado grandes, córtelos lo
más cerca posible del tallo o raíz de la
que crezcan.
Retirarlos tirando de ellos ayuda a eli­
minar cualquier brote de crecimiento
inactivo, pero tenga cuidado en no da­
ñar el tallo ni la raíz. Vigile los rebrotes
ulteriores.
Reversión y mutación
Muchos arbustos estriados se propagan
a partir de plantas de hojas verdes que
han producido ramas muladas, conoci­
das por variantes. De vez en cuando
las ramas de arbustos estriados revier­
ten al follaje original de la planta ma­
dre, o mutan a hojas color crema o ama­
rillo. Puesto que estas ramas suelen ser
más fuertes, tienden a ocupar el espa­
cio de las estriadas y deberían elimi­
narse.
E l im in a c ió n de V a st a g o s
V a s t a g o n o E s t r ia d o
En los arbustos estriados (aquí,
Euonymus fortunei ‘Emerald ‘n’
Gold’J recorte cualquier vastago
liso hasta el crecimiento estriado.
C a p ít u l o s e n
R ododendro
un
Antes de que los brotes nuevos
se desarrollen por completo,
corte cada capítulo muerto de
la base de su tallo. Cuide de no
dañar ningún desarrollo joven.
Eliminación de brotes
Algunos arbustos, incluyendo los rodo­
dendros, las lilas (Syringa), y Kalmia,
se benefician con la eliminación de los
capítulos marchitos —a ser posible an­
tes de que se establezcan las semillas—.
La eliminación de las flores viejas diri­
ge la energía hacia el crecimiento, me­
jorando el potencial de floración de la
próxima estación, pero no resulta esen­
cial para la salud de un arbusto.
Para evitar el daño al crecimiento nue­
vo, elimine los capítulos apenas las flo­
res se marchiten, utilizando los dedos y
el pulgar para arrancar cada uno en la
unión con el tronco. La mayoría se eli­
mina limpiamente, pero cualquier gan­
cho debería cortarse con podaderas.
V a s t a g o R e v e r t id o
Recorte los vastagos revertidos
(aquí, de E.f. ‘Emerald GaietyV
hasta el tallo principal. Si fuese
necesario, elimine todo el tallo.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

Mantenimiento de arbustos en contenedores R e v e s tid o

Los arbustos cultivados en contene­
dores necesitan más cuidados y aten­
ción que aquellos cultivados en sue­
lo abierto, ya que tienen menor acceso
a cualquier humedad y nutrientes dis­
ponibles.
Riego
Aun en tiempos lluviosos, controle la
tierra al menos una o dos veces por
semana, ya que la bóveda formada
por las hojas impide a menudo que
la lluvia llegue hasta ésta. En un cli­
ma ventoso, es probable que las plan­
tas necesiten un riego adicional, ya
que el viento puede ocasionar una rá­
pida pérdida de humedad.
El propio contenedor también afec­
ta la velocidad en la que la tierra se
seca —más rápido en los tiestos de te­
Alimentación
Emplee un fertilizante líquido de acción
rápida dos o tres veces, entre el comien­
zo del crecimiento a principios de pri­
mavera y a mediados del verano, en la
proporción recomendada.
Cambio de tiesto y revestido
Hasta que los arbustos alcancen la ma­
durez, cámbielos cada uno o dos años
en primavera. Cuando son adultos, en
lugar de cambiarlos de tiesto, quite sólo
los 5-10 cm de tierra de la superficie en
primavera y reemplácelo con un nuevo
revestido de tierra nuevo y fertilizante
de acción lenta. Los arbustos de raíces
superficiales podrían resultar dañados,
de modo que deslice la planta fuera del
contenedor, retire tierra de la base y
reemplace con una cantidad menor de

rracota que en los de madera o
tierra enriquecida. El arbusto quedará
plástico—, Al regar, empape la tierra más bajo, dejando espacio para el reves­
concienzudamente hasta que el agua tido. La poda de las raíces podría resul­
drene a través de los agujeros en la tar necesario al cambiar de tiesto si las
base del contenedor. raíces están apiñadas.
C ambio d e T ie s t o d e un A rbu sto
I 2
Si no cambia de tiesto, revista Reemplace con tierra nueva
arbustos en contenedores (aquí, hasta el mismo nivel anterior.
un rododendro) anualmente. Retire Riegue bien y aplique un «mulch»
los 5-10 cm superiores del abono sin de astillas de corteza o arenilla si
dañar las raíces. fuese necesario.

I
Si un arbusto
(aquí, Cestrum
elegansj tiene poco
vigor y parece dese­
quilibrado o dema­
siado grande para su
contenedor actual,
casi con seguridad se
beneficiará de un
cambio de tiesto.

2
Ponga el arbusto de lado;
sosteniendo los tallos principa­
les con una mano, sáquelo del con­
tenedor. Si fuese necesario, meta un
cuchillo de hoja larga entre el abo­
no y el tiesto.
Si las raíces están muy
3dad.apiñadas, sáquelas con suavi­
Elimine tierra, musgo o ma­
lezas. Pode una cuarta parte de
las raíces fibrosas en dos tercios
del largo.

6
Deje 2,5-5 cm de
espacio debajo
del borde del conte­
nedor para permitir
el riego y el revesti­
do. Pode cualquier
desarrollo muerto,
dañado o de ramitas,
y elimine cualquier
gancho dejado por
tallos rotos (véase
detalle). Si resultase
necesario, pode para
crear una estructura
de tallos equilibrada.

Coloque trozos de terracota
4 sobre los agujeros de drenaje
del tiesto y cubra con tierra. Aco­
mode la planta dentro del tiesto,
extendiendo las raíces de modo
parejo.
5
Agregue más tierra alrededor
de las raíces, afirmando suave­
mente en etapas hasta que la tierra
alcance el mismo nivel sobre la plan­
ta que en el tiesto anterior.
Traslado de un arbusto
establecido
Una selección y emplazamiento cuida­
dosos deberían hacer innecesario el tras­
plante de un arbusto, aunque a veces pu­
diera resultar deseable o inevitable. En
términos generales, cuanto más joven
sea, más probabilidades tendrá de rees-
tablecerse después del traslado.
Cuándo trasplantar
Es posible retirar la mayoría de los ar­
bustos jóvenes durante el período de
inactividad. Los arbustos establecidos,
con un sistema de raíces voluminoso, de­
berían retirarse con una pelota de tierra
alrededor de las raíces antes del trasla­
do (el otoño es la mejor época).
Formación de un cepellón
La mayoría de veces es mejor formar un
cepellón para un arbusto, de manera que
el daño a las raíces resulte mínimo. Pre­
pare la nueva posición de plantación an­
tes de retirar el arbusto.
Cave una zanja alrededor del arbus­
to inmediatamente más allá del alcance
de sus ramas. Corte las raíces leñosas,
pero deje las fibrosas intactas. Use una
horca para aflojar la tierra alrededor del
cepellón y para reducir su tamaño. Des­
pués corte por debajo con una pala y re­
corte cualquier raíz primaria leñosa con
podaderas.
Una vez que haya liberado la raíz, des­
lice arpillera u otro material similar por
debajo, inclinando el arbusto de un lado
a otro con cuidado para no aflojar la
tierra. Sujete la arpillera firmemente al­
rededor del cepellón, retire el arbusto del
agujero y trasplántelo. Retire la arpille­
ra antes de trasplantar.
El arbusto requiere el mismo trata­
miento que uno plantado por primera
vez, pero podría tardar más en volver a
arraigar (véase p. 71).
Problemas de los arbustos
Las plantas tienen menos tendencia a su­
cumbir a los ataques de plagas o enfer­
medades si las condiciones de crecimien­
to y los cuidados son los adecuados.
Muchos problemas se originan por un
mal drenaje, falta de humedad, un plan­
tado demasiado profundo, un compac­
tado del suelo excesivo o la exposición
a tempera turas extremas en un empla­
zamiento inadecuado.
Daños físicos
Las heridas causadas por una poda de­
sigual, un corte mal colocado, o una po­
da en una época incorrecta, podrían per­
mitir el establecimiento de hongos. Esto
también podría ocasionar la muerte de
ramas o vástagos desde el extremo ha­
cia el tallo. Las heridas mecánicas en la
corteza, tallos o raíces —causadas por
cortadoras de césped— también permi­
ten la entrada de enfermedades.
Plagas y enfermedades
Al envejecer, los arbustos pierden el vi­
gor y se vuelven más propensos a las pla­
gas y enfermedades. Sólo en contadas
ocasiones merece la pena salvar los ar­
bustos viejos o enfermos que han perdi­
do su vigor. Éstos deberían reemplazarse.
Las plagas y enfermedades que con
mayor probabilidad podrían afectar a
los arbustos son los pulgones (p. 550),
los ácaros de la araña roja (p. 550), la
«quemazón» (p. 553), el hongo de miel
(p. 559), la descomposición de tallos por
Phytophthora (véase «Descomposición
de raíces por Phytophthora », p. 558) y
el moho polvoso (p. 550). Manténgase
alerta a los indicios de un problema, que
comprenden rayas y cambios de color en
el follaje, hojas colgantes, pérdida de ho­
jas, crecimiento distorsionado, y desa­
rrollo de hongos.
Mantenga una buena higiene en el jar­
dín, ya que minimizará las posibilida­
des de establecimiento de plagas y en­
fermedades. Elimine la leña enferma o
muerta, quemando la enferma, y man­
tenga el suelo alrededor del arbusto li­
bre de escombros, como frutos viejos,
por ejemplo.
Heladas y viento
Existe una gama amplia de arbustos
resistentes disponibles, y muchos jardi­
neros optan por confiar en éstos en lu­
gar de arriesgarse a perder los ejempla­
res más delicados. Si cultiva arbustos
que están en el límite de la resistencia
para aquella zona, merece la pena adop­
tar los métodos adecuados de protec­
ción contra heladas y viento (véase pp.
520-521).
Los arbustos cultivados en contene­
dores resultan más vulnerables a las tem­
peraturas extremas que aquellos cultiva­
dos en jardines abiertos. En las zonas
donde las temperaturas descienden bajo
cero sólo ocasionalmente, es posible de­
jar invernar la mayoría de los arbustos
resistentes cutivados en contenedores al
aire libre (salvo los que tienen raíces de­
licadas, como las camelias). Sin embar­
go, en zonas más frías, traslade los ar­
bustos dentro, a sitios donde las
temperaturas diurnas sean alrededor de
los 7-13° o más, según las especies.

T r a s p l a n t e d e u n A r b u st o
Por medio de
una pala, marque
un círculo alrededor
del arbusto hasta
donde alcancen sus
ramas (aquí, Ilex
aquifolium ‘Golden
Milkboy’/ Si fuera
necesario, ligue tallos
colgantes o envuelva
el arbusto en arpille­
ra para evitar daños.

2 3
Cave una zanja alrededor del Siga retirando tierra
círculo; después, afloje ¡a tierra cuidadosamente en torno al
alrededor del cepellón con una horca. cepellón para reducir su tamaño y
Cuide de no dañar raíces fibrosas. peso.

5 6
j Corte debajo del cepellón con Enrolle un trozo de arpillera.
una pala, cortando raíces le­ Incline el arbusto hacia un lado y
ñosas si fuera necesario para se­ desenrolle la arpillera debajo del ce­
pararlas de la tierra circundante. pellón. Incline hacia el otro lado y
desenrolle el resto de la arpillera.
Sujete la arpillera alrededor del Retire la arpillera y vuelva a
cepellón firmemente. Retire el ar­ plantar el arbusto en el nuevo
busto del agujero y trasporte hasta la agujero preparado con la marca
nueva ubicación. de la tierra al mismo nivel ante­
rior. Afirme, riegue bien y agre­
gue «mulch».

Poda y guía
arbustos, especialmente D ó n d e C o r t a r
A
lgunos
los perennes de crecimiento com­
pacto, como Sarcococca, resultan plañ­
ías atractivas casi sin podar. Podrían re­
querir poco más que la eliminación de
la leña muerta, dañada o enferma. Si no
se los trata, perderían su buen aspecto
y podrían afectar a la salud de toda la
planta. Sin embargo, muchos arbustos
necesitan una poda —o una combina­
ción de poda y guia— para alcanzar su
máximo potencial decorativo.
Metas y efectos
de la poda y guia
La necesidad más común es una poda
de formación que genere un arbusto vi­
goroso y de buen aspecto. Muchos ar­
bustos también requieren un régimen de
poda regular para mantener o destacar
las características decorativas de sus flo­
res, frutos, follaje o tallos. El momen­
to oportuno de esta poda —que a me­
nudo puede ser crítico— varía según el
hábito de crecimiento y el efecto de­
seado.
La poda también puede ser un modo
de devolver a plantas sobrecrecidas o
abandonadas un crecimiento saludable.
Que merezca la pena rescatar un arbus­
to, depende del juicio de cada uno. A
veces resulta mejor reemplazar un arbus­
to que requiera un recortado regular
porque es demasiado grande para el es­
pacio disponible.
Los arbustos cultivados como jardine­
ría ornamental o como setos requieren
un podado especializado desde su eta­
pa de formación. Para más información
véase J a r d in e r ía O r n a m e n t a l , pp.
52-53 y S etos y M a m p a r a s , pp. 60-62.
En la guía, el jardinero tiene un pa­
pel activo dirigiendo el crecimiento de
las plantas. La mayoría de los arbustos
cultivados al aire libre no necesitan nin­
guna clase de guiado. Sin embargo,
aquellos cultivados sobre soportes re­
quieren normalmente una combinación
de poda y guia para la formación de una
estructura de ram as bien espa­
ciada.
Principios de la poda
y guia
Normalmente, la poda estimula el cre­
cimiento. El vástago terminal —o bro­
te de crecimiento— es a menudo domi­
nante, inhibiendo por medios químicos
el crecimiento de brotes o vástagos por
debajo de él. La poda que elimina las
puntas de los tallos afecta el mecanis­
mo de control, y su resultado es un de­
sarrollo más vigoroso de los vástagos in­
feriores y de los brotes de desarrollo.
P o d a y G uí a
Guiado
En un tallo, el crecimiento de brotes y
\
vástagos inferiores también se puede
modificar por medio del guiado. Permi­
tiendo que un tallo crezca verticalmen­
te, los vástagos inferiores tienden a cre­
cer de forma débil. Sin embargo, en el
caso de los tallos guiados de un modo
más horizontal, los vástagos y brotes in­
feriores crecen con más vigor. Guiando
ramas cerca de la horizontal, puede
aumentar de manera sustancial la can­
tidad de flores y frutos que un arbusto
V astag os O pu esto s V astag os A lter n a d o s C o r t e S esg ad o es capaz de producir. Los arbustos guia­
Pode tallos de brotes
opuestos justo por
Pode justo hasta
encima de un brote o
Incline el corte de manera dos sobre muros deberían sujetarse a so­
que el punto inferior esté portes al desarrollarse el crecimiento. Al
encima de un par de
brotes fuertes, con un
vastago, practicando
un corte sesgado y
opuesto a la base del madurar y volverse más leñosos, los ta­
brote, y la parte superior, llos son menos flexibles, y resulta más
corte preciso. limpio. por encima de éste. díficil guiarlos con éxito.
Poda intensa o ligera de «mulch». En primavera, cuando el Poda de formación
El podado intenso estimula un creci­ suelo está un poco más tibio, aplique un
miento más vigoroso que el ligero; hay fertilizante de j s o general al principio La meta de la poda de formación es ase­
que tener esto en cuenta al corregir el de la estación del crecimiento, a razón gurar que un arbusto posea una estruc­
aspecto de un arbusto desequilibrado. de 120 g por m2 y agregue «mulch» tura de ramas bien espaciadas a fin
La poda intensa de un desarrollo vigo­ hasta 5-10 cm de profundidad con ma­ de desarrollarse según su hábito natu­
roso estimula frecuentemente un desa­ teria orgánica bien descompuesta. ral. La cantidad de podado de forma-
rrollo más fuerte aún. Pode intensamen­
te el desarrollo débil, y pode el fuerte P oda de F o r m a c ió n
sólo ligeramente.
Después de plantar un arbusto joven (aquí, un PhiladclphusJ, elimine
Cómo podar cualquier tallo muerto, dañado o débil, y también los cruzados o apiñados,
Las heridas de la poda, al igual que otras para formar una estructura bien equilibrada con un centro abierto.
que el arbusto pueda sufrir, son posibles
puntos de entrada para las enfermeda­
des. El riesgo se reduce utilizando he­
rramientas afiladas y practicando cor­
tes correctamente ubicados y limpios.
Los tallos con brotes de crecimiento
dispuestos alternativamente o en espi­
ral deberían cortarse justo encima de un
brote que apunte en la dirección de cre­
cimiento deseada —por ejemplo, un
brote que mire hacia fuera y que no se
cruzará con otro vástago al desarrollar­
se. Emplee un corte sesgado, comenzan­
do del lado opuesto a un brote de creci­
miento sano e incline el corte para que
acabe ligeramente más arriba del brote.
Si el corte está demasiado cerca, el bro­
te podría morir; si está demasiado lejos,
el tallo podría morir desde el extremo.
En los arbustos de brotes en pares
opuestos, practique un corte recto a tra­
vés del vástago justo por encima de dos
brotes sanos. Ambos brotes se desarro­
llarán, generando un sistema de ramas
ahorquillado.
En el pasado, la utilización de una
pintura para cortes de podado fue acon­
sejada frecuentemente a los jardineros,
pero hoy en día la investigación sugiere
que las pinturas para cortes no son, en
general, un modo eficaz de controlar en­
fermedades y, en algunos casos, inclu­
so podrían alentarlas. Pode vástagos Pode los tallos débiles, Elimine también tallos
Si solo poda, no estimulará un desa­ cruzados o apiñados o los largos y incómodos que estropeen
rrollo nuevo vigoroso. Los arbustos re­ hasta un brote dirigido desordenados, hasta la la forma de la planta,
novados o recortados regularmente se hacia fuera y, si fuese base. dejando una estructura
benefician del alimento y del agregado necesario, hasta la base. de ramas pareja.
 P o d a d o M ín im o d e A r b u s t o s C a d u c if o l io s
A r b u sto s C a d u c if o l io s inmediatamente después de que haya florecido, pode
q u e n e c e s it a n u n cualquier leña muerta, latios débiles y desarrollo apiñado
P o d a d o M ín im o para conservar una estructura equilibrada y abierta en
arbustos como *
Amelanchier Hamamelis. v .««
Aronia
Buddleja globosa
Caragana
Chimonanthus
Clethra * (especies caducifolias)
Cornus alternifolia ‘Argentea’
Corokia, algunos #
Corylopsis , 'X
Daphne
m e z e r e u m ^ lT B S s

Daphne
(especies caducifolias)^H bJM
Decaisnea
Disanthus
Enkianthus
Eucryphia í
(especies caducifolias)^’' ^ »
Fothergilla
Hamamelis
Hoheria (especies caducifolias)
Lindera, algunos *
Poncirus
Plelea Recorte cualquier
Pterostyrax vastago débil, mal
Rhamnus (especies caducifolias) formado o
Viburnum (especies caducifolias) desordenado hasta los
tallos principales.
A r b u sto s C a d u c if o l io s
verano después de florecer y que, en ge­
q u e d e b e r ía n P o d a r s e neral, florecen sobre la leña de la esta­
e n P r im a v e r a ción previa; y aquellos que tienden a
Abutilón, algunos # producir chupones.
Aloysia Dos factores importantes son el gra­
Buddleja davidii do en que los arbustos producen creci­
Caryopteris x clandonensis miento de reemplazo y la edad de la leña
Ceanothus ‘Autumnal Blue’, que produce ñores.
C. ‘Gloire de Versailles’
Ceraiostigma willmotlianum
Colquhounia
Cotinus
Datura #
Forsythia
Fuchsia (cultivares resistentes)
Hibiscus syriacus
Hydrangea Pode cualquier latió
Hypericum, algunos * muerto o dañado hasta
Indigofera F4 un crecimiento sano o, Pode los tallos del
Lavatera VTá si fuese necesario, desarrollo del año
Lavatera hasta la base del anterior hasta 2-4 brotes
assurgeniiflora arbusto. de la teña más vieja
para estimular nuevos
vástagos floridos.
Leycesteria, algunos #
Perovskia
Prunus triloba
Salvia, algunos # Por medio de
Sorbaria podadores, recorte
Spiraea douglasii, algunos tallos
S. japónica principales hasta la
Tamarix ramosissima base para conservar
Zauschneria una estructura abierta. Utilizando podaderas,
recorte cualquier desarrollo
débil o de ramitas hasta
C lave
♦ No resísteme
la base del arbusto.

Podado mínimo
Los arbustos que no producen desarro­
llos vigorosos desde la base o desde las
ramas inferiores requieren poco poda;
la necesidad principal consiste en elimi­
nar la leña muerta, enferma o dañada,
y recortar el desarrollo cruzado o débil
justo después de que florezca. Muchos
requieren una poda de formación. Ali­
mente y agregue «mulch» en primave­
ra. Los arces japoneses —y otros pro­
pensos a sangrar copiosamente, si se los
poda en primavera— deberían podarse
a mediados o finales del verano.
Podado en primavera
Si se dejan sin podar, los arbustos ca-
ducifolios que florecen sobre el desarro­
llo de la estación en curso tienden a aba­
rrotarse, y la calidad de la floración se
deteriora. Podados en primavera, gene­
ralmente producen vástagos vigorosos
que florecen en verano o a principios de
otoño. Acorte también los tallos flori­
dos en otoño para minimizar el efecto
del viento.
Algunos arbustos grandes, tales como
el Ceanothus caducifolio, desarrollan
una estructura leñosa. En su primera
primavera, pode ligeramente el tallo
principal de los arbustos menos fuertes
y, durante la segunda, reduzca el desa­
rrollo de la estación anterior a la mitad.
En los años siguientes, pode intensa­
mente a finales de invierno o principios
de primavera, dejando sólo de uno a tres
pares de brotes del desarrollo de la es­
tación anterior. Pode las ramas estruc­
turales a alturas ligeramente diferentes
para estimular la producción de flores
en todos los niveles. En los ejemplares
maduros, elimine una parte de la leña
más vieja como parte de la poda anual,
para evitar el abarrotamiento.
Algunos sub-arbustos, por ejemplo
Perovskia, podrían formar una base le­
ñosa que permite podarlos intensamente
hasta alcanzar una estructura de 15-30
cm de altura. Recorte el desarrollo de
la estación anterior en primavera, dejan­
do uno o dos brotes.
Es mejor podar algunos arbustos exa-
hustivamente en primavera, tales como
Prunus triloba, que florecen a finales
de invierno o principios de primavera so­
bre leña producida en la estación ante­
rior, tratándolos del mismo modo que
otros arbustos de este grupo. Durante la
primera primavera después de plantar,
acorte los tallos principales hasta la mi­
tad para formar una estructura de base.
Después del florecimiento de los años
siguientes, recorte todo el desarrollo, de­
jando dos o tres brotes sobre los tallos
estructurales. En las zonas donde el de­
sarrollo anual se ve limitado por vera­
nos frescos, sólo recorte un tercio de los
vástagos a ras de suelo, y los otros, a
15-30 centímetros.
Aplique fertilizante justo después de
podar a todos los arbustos de este gru­
po. A mediados de primavera, agregue
«mulch» a la zona que equivalga a la
extensión del arbusto antes de podar.
Podado de
Buddleja davidii
Como que es muy vigorosa, Buddle­
ja davidii requiere un podado de for­
mación más drástico que la mayoría
de los demás arbustos que florecen
sobre leña nueva. En la parte poste­
rior de una orla —donde se requiere
una planta alta— pode dejando una
estructura leñosa de 90-120 cm de al-
Utilizando cizallas,
recorte algunos
espolones leñosos para
aclarar un desarrollo
apiñado y producir
una estructura abierta
y equilibrada.
Hortensias
La poda de las hortensias (salvo las
especies trepadoras, tales como
Hydrangea anómala subesp. petiola-
ris) se divide en tres grupos.
El primero (por ejemplo, H. pani-
culata) florece a partir de mediados
de verano sobre el desarrollo de la es­
tación en curso, y debería tratar es­
tas plantas de la misma manera que
a los demás arbustos que requieren un
podado intenso en primavera (véase
pág. 76).
A principios de la primera prima­
vera posterior al plantado, elimine to­
dos los tallos salvo dos o tres vigoro­
sos, podándolos hasta un par de
brotes sanos alrededor de 45 cm del
suelo. Si el arbusto está plantado en
un lugar expuesto, y donde las tem­
peraturas veraniegas no madurarán
ios tallos lo suficiente como para re­
sistir inviernos muy fríos, pode justo
encima del nivel del suelo. Aplique un
fertilizante de acción rápida a razón
de 120 g por m2 y agregue un
«mulch» de 10 cm de espesor en un
círculo de 60 cm alrededor del arbus­
to. A principios de primavera de los
años siguientes, recorte el desarrollo
del año anterior dejando uno o dos
pares de brotes de desarrollo fuertes.
Después alimente y agregue «mulch».
El segundo grupo, que comprende
hortensias «cabeza de mocho» y «go­
rro de encaje» (H. macrophylla), tam­
bién florecen desde mediados de ve­
rano, pero sobre vástagos de la esta­
ción de desarrollo previa. Pode Iigera-
tura. Sin embargo, en otra posición po­
dría no necesitar más de 60 cm de altura.
En la primera primavera después del
plantado acorte los tallos principales
hasta la mitad o las tres cuartas partes,
podando hasta un par de vástagos o bro­
tes. Elimine los desarrollos que no sean
tallos principales. Entre principios y me-
mente las plantas jóvenes a principios
de primavera, eliminando el crecimien­
to ralo y de ramitas, y cualquier capítu­
lo viejo. Una vez que la planta esté es­
tablecida y tenga tres o cuatro años,
elimine parte de la leña más antigua a
principios de primavera. Elimine los ta-
ilos de más de tres años y acorte los de­
En primavera, pode todos los tallos floridos
y también el desarrollo
débil o dañado, y
recorte parte de
leña vieja
base.
P oda y G uía
diados de primavera de los años si­
guientes, recorte el desarrollo de la es­
tación anterior y acorte el desarrollo
nuevo desde la base.
Para evitar el abarrotamiento, pro­
ceda a eliminar una o dos de las ra­
mas más antiguas como parte del po­
dado anual.
Utilizando podaderas,
recorte todos los
vastagos principales
que florecieron el año
anterior hasta 1-3
brotes de la leña vieja.
más que hayan florecido en la esta­
ción anterior, recortando hasta un par
de brotes fuertes a 15-30 cm de la
base. Después alimente y agregue
«mulch». Otras especies, tales como
//. aspera y algunos géneros relacio­
nados, sólo requieren un podado mí­
nimo en primavera.
Recorte la leña muerta
hasta un desarrollo
sano, o hasta la base,
si fuese necesario.
Pode los tallos
florecidos con un corte
recto en un vigoroso par
de brotes de desarrollo.
Arbustos que se podan en verano
después de florecer
Muchos arbustos caducifolios que flo­
recen en primavera o a principios de ve­
rano florecen sobre leña de la estación
de desarrollo anterior. Algunas veces las
flores aparecen sobre la leña del año pa­
sado, como en Chaenomeles y en las
forsitias, por ejemplo. Otros arbustos
producen las flores sobre desarrollos la­
terales cortos, producidos a partir de la
leña del año pasado —por ejemplo
Deutzia, Philadelphus y Weigela.
Sin una poda regular que estimule el
crecimiento de desarrollos jóvenes y vi­
gorosos cercanos al nivel del suelo, mu­
chos arbustos de este grupo tienden a
llenarse de ramitas, a veces se vuelven
más pesados arriba que abajo, y se de­
teriora la cantidad y calidad de la flo­
ración. Eliminando los capítulos mar­
chitos, también evita que los arbustos
gasten energías en la producción de se­
millas.
Al plantar un arbusto de este grupo,
elimine cualquier crecimiento débil o da­
ñado y recorte los vástagos principales
hasta uno o dos pares de brotes sanos
para estimular el desarrollo de una es­
tructura fuerte. Si se produjeran flores
durante el primer año, pode apenas ha­
yan florecido. Recorte los vástagos flo­
recidos hasta uno o dos pares de brotes
y elimine cualquier desarrollo débil.
A r b u sto s q u e d e b e r ía n
P odarse en V er a n o
d espu és d e F lo r ec er
Buddleja alternifolia
Calycanthus
Chaenomeles
Cotoneaster (esp. caducifolias)
Deutzia
Dipelta
Exochorda
Hotodiscus discolor
Jasminum humile
Kolkwitzia
Magnolia
x soulangeana,
M. stellata
Neillia
íhibelica
Neillia
Philadelphus
Photinia villosa
Rhododendron (esp.
caducifolias)
Ribes sanguineum
Rubus deliciosus, R. ‘Tridcl’
Spiraea x arguta,
S. prunifolia,
S. thunbergii
Stephanandra
Syringa
Weigela
Después de podar, agregue fertilizante, P o d a d e A rbu sto s e n V er a n o
m ezclando ligeram ente y añada Después de la floración, aquí la Weigela, recorte los
«mulch» alrededor del arbusto. vástagos floridos y elimine los tallos muertos y
En los años subsiguientes efectúe el delgados. Pode algunos tallos principales viejos.
mismo procedimiento inmediatamente
después del florecimiento. Aunque es de­
seable recortar la leña florecida hasta los
brotes más fuertes, no se adhiera a esta
regla de un modo rígido, ya que tam­
bién resulta importante mantener un as­
pecto bien equilibrado. Alimente y agre­
gue «mulch» de costumbre después de
podar.
Al madurar, las plantas podrían re­
querir una poda más drástico para esti­ (Jjk
mular el crecimiento. Después del ter­
cer año, se pueden recortar hasta una
quinta parte de los tallos más antiguos
hasta 5-8 cm de distancia del suelo.
Siga estas pautas según su propio jui­
cio, ya que una poda exahustiva en ejem­
plares jóvenes de algunos arbustos de
este grupo (por ejemplo, las forsitias)
puede tener como resultado unas formas
incómodas y poco naturales.
Otros arbustos de este grupo —espe­
cialmente si se los cultiva como autopor-
tantes y no contra un muro— requieren
poca poda. Chaenomeles, por ejemplo,
crece naturalmente en forma de ramitas,
con numerosas ramas que se cruzan, y
los ejemplares maduros necesitan poca Elimine hasta una Elimine el tallo débil, Siga eliminando tallos
poda. Sin embargo, la poda de las púas
estimulará un florecimiento mayor (véa­ quinta parte de la leña de ramita o desordenado débiles o cruzados para
se E l J a r d ín F r u t a l , «Poda de púas», más vieja a 5-8 cm del hasta la base, justo formar un arbusto
p. 378), acorte las púas y los vástagos suelo. sobre el suelo. equilibrado.
laterales dejando de tres a cinco hojas P o d a d o d e u n A r b u s t o C a d u c if o l io d e C hupones
a mediados de verano.
Se debe tener un cuidado especial al Pode todos los tallos florecidos en un arbusto
podar arbustos como las lilas (Syringa), caducifolio de chupones (aquí, KerriaJ, la mayoría
que crecen durante la floración. Los vás­ hasta la mitad, el resto casi hasta el suelo. Elimine
tagos nuevos que se forman bajo las flo­ cualquier desarrollo débil, muerto o dañado.
res podrían resultar dañados fácilmen­
te al cortar los capítulos viejos, lo que
llevaría a reducir la floración del año si­
guiente.
Arbustos floridos con
hábitos de chupón
Algunos arbustos cultivados por sus flo­
res producen flores sobre leña del año
anterior, pero la mayor parte de su cre­
cimiento nuevo es a ras de suelo. Estos
arbustos se extienden a través de chu­
pones, y deben podarse de un modo di­
ferente a los que forman una estructu­
ra leñosa permanente.
Después de plantar, pode los arbus­
tos de chupones eliminando los desarro­
llos débiles, pero conserve los tallos vi­
gorosos y sus vástagos laterales. Al año
siguiente, inmediatamente después de
florecer, elimine cualquier tallo débil,
dañado o muerto, después recorte cual­
quier tallo florecido exahustivamente Pode los tallos
hasta uno o dos brotes. florecidos hasta la Recorte la mitad de los
A partir del tercer año, recorte anual­ mitad, recortando tallos florecidos hasta
mente desde una cuarta parte hasta la hasta vástagos nuevos 5-8 cm del suelo. Corte,
mitad de todos los tallos florecidos, a fuertes. asimismo, hasta el suelo
una altura de 5-8 cm sobre el nivel del cualquier vástago
suelo y pode otros hasta la mitad para muerto o dañado.
conseguir vástagos de reemplazo vigo­
rosos. Después de podar, alimente y
agregue «mulch».

Arbustos de «coppice»
y desmochados
Cierto número de arbustos eaducifolios
cultivados por el valor decorativo de sus
tallos u hojas requiere una poda seve­
ra en primavera. L.a mayoría de éstos
florece sobre vástagos de la estación an­
terior pero, cuando se cultivan por sus
tallos o sus hojas, se sacrifican sus fio-
res. El método de podado severo em­
pleado en estos arbustos es esencialmen­
te una adaptación de los métodos
tradicionales para controlar árboles y ar­
bustos con el fin de obtener una exis­
tencia constante y renovable de leña para
cestería, leña para quemar y materiales
para esgrima. En el sistema de «coppi­
ce», los arbustos y árboles se recortan
regularmente casi a ras del suelo. El des­
mochado consiste en recortar el creci­
miento cada año para obtener una es­
tructura permanente de uno o varios
tallos.
Cortar arbustos tales como Cornus
alba en «coppice» asegura una existen­
cia permanente de vástagos jóvenes, que
tienen un colorido más llamativo que la
leña más vieja y resultan efectivos en in­
vierno. En los arbustos como Sambu-
cus racemosa ‘Plumosa Aurea’, que se
cultivan por su follaje, una poda severa
tiene como resultado, generalmente, la
aparición de hojas más grandes. Justo
al comenzar el crecimiento, a principios
de mediados de primavera, pode en
«coppice» los arbustos vigorosos como
Salixalba ‘Britzensis’ (sin. S. a. ‘Cher-
mesina’) podando todos los vástagos
hasta 5-8 cm del nivel del suelo. Puede
resultar preferible variar la altura del re­
corte de los tallos para evitar un efecto
rígido y uniforme. Los arbustos más dé­
biles, tales como Cornus alba ‘Sibirica’,
se pueden recortar menos severamente
podando en «coppice» sólo un tercio o
la mitad de los tallos. Después aplique
un fertilizante de acción rápida y agre­
gue «mulch» copiosamente, cubriendo
un círculo de 60 cm de radio alrededor
del arbusto.
Los arbustos guiados para tener uno
o más tallos principales limpios se re-
A rbusto e n « C o p p ic e » p o r sus
En los arbustos de
tallos coloreados (aquí,
un cultivar de Cornus
stolonifera> recorte
todos los tallos
severamente hasta 5-8
cm de la base antes de
que comience el
crecimiento primaveral
(véase detalle). Aplique
fertilizante alrededor
del arbusto para
estimular nuevo
desarrollo y después
agregue «mulch». Se
estimula la aparición
de tallos nuevos
vigorosos.
D e s m o c h a d o d e u n E u c a l ip t u s
Establezca una
estructura recortando
un arbusto joven con
uno o más tallos
principales (abajo).
Cada primavera
recorte el desarrollo
anterior hasta 5-8 cm
de la estructura o de
la base, ya que un
Eucaliptus puede
regenerarse desde el
suelo (derecha).
cortan —o se desmochan— hasta este
sistema de tallos en cada estación. Du­
rante el primer año, la meta de la poda
es establecer la estructura; después de
plantar, antes de que comience el creci­
miento en primavera, recorte una plan­
ta joven para formar un arbusto corrien­
te con un solo tallo de 30-90 cm de largo.
Alternativamente, deje tres, cinco o siete
tallos, según el tamaño de la planta re­
querida y el espacio disponible en el jar­
dín. Aplique fertilizante de efecto rápi­
do y agregue «mulch» alrededor del
tallo (o tallos), como en los arbustos de
«coppice».
Durante la primera estación de creci­
miento de la planta, reduzca el número
de vástagos que crezcan desde abajo, de­
jando sólo cuatro o cinco, eliminar to­
dos los superfluos y cualquiera que se
desarrolle en la parte baja del tallo prin­
cipal. Siga con este procedimiento du­
rante los dos años siguientes; esto per­
mitirá que el tallo principal se haga más
T allos I n v e r n a l e s
grueso para poder soportar un creci­
miento superior más denso. En la pri­
mavera del segundo año y en las subsi­
guientes, reduzca los desarrollos del año
anterior hasta un brote a 5-8 cm por en­
cima de la estructura (véase también
Desmochado de un eucaliptus, arriba).
Si necesita un ejemplar mayor, pode sólo
la mitad o un tercio de los tallos. Ali­
mente y agregue «mulch».
Arbustos perennes
El método adecuado para podar y guiar
la mayoría de los arbustos perennes de­
pende del tamaño que deban alcanzar
al madurar. Sin embargo, todos los pe­
rennes en los que se observe que las ra­
mas mueren desde los extremos después
de un invierno particularmente duro, de­
berían tratarse del mismo modo, sin te­
ner en cuenta el tamaño.
A mediados de primavera, pode toda
la leña muerta hasta donde el arbusto
comienza a regenerar y entresaque los
vástagos nuevos si están apiñados o cru­
zados. Si un arbusto no da señales de
vida después de mediados de primave­
ra, practique un pequeño corte para ob­
servar si existe algo de leña verde viva
debajo. Algunos arbustos podrían per­
manecer inactivos durante todo un pe­
ríodo de crecimiento.
Arbustos pequeños hasta 'JO centímetros
Los arbustos perennes bajos se pueden
dividir en dos grupos principales, cada
uno requiriendo una técnica de podado
distinta. El primer grupo comprende al­
gunos arbustos de vidas relativamente
cortas que florecen profusamente, a con­
dición de recortarlos cada año y que
no sean demasiado adultos. Los ejem-
P oda y G uía
A r b u sto s p a r a « C o p p ic e »
y D esm och a do
«Coppice»
Cornus alba ‘Aurea’,
C.a. ‘Elegantissima’,
C.a. ‘Flaviramea’,
C.a. ‘Kesselringii’,
C.a. ‘Sibirica’,
C.a. ‘Spacthii’,
C.a. ‘Variegata’
Corylus
maxima
‘Purpurea’
Corylus maxima ‘Purpurea’
Cotinus coggygria,
C. ‘Grace’
Hydrangea paniculata
‘Floribunda’
H.p. ‘Grandiflora’,
H.p. ‘Unique’
Rubus biflorus,
R. cockburnianus,
R. thibetanus
Salix alba ‘Britzensis’,
S. daphnoides,
S. irrorata
Sambucus racemosa ‘Plumosa
Aurea’
Desmochado
Cornus stolonifera
Eucalyptus, algunos *
Salix acutifolia
C la v e
# No resistente
píos de éstos comprenden la lavanda
(Lavandula), la lavanda de algodón
(Santolina chamaecyparissus), y la ma­
yoría de los brezos (Calluna, Daboecia
y Erica), pero no los brezos de árbol.
En general, resulta mejor reemplazar es­
tos arbustos más o menos cada diez
años. También reemplace plantas que
han quedado sin podar durante varios
años, ya que se vuelven débiles y largui­
ruchas y pocas veces florecen o se rege­
neran con éxito.
A mediados de primavera, emplee po­
daderas o tijeras de jardín para elimi­
nar cualquier desarrollo débil o vásta-
go florecido en los arbustos recién
plantados. Esto asegurará que el desa­
rrollo nuevo se genere desde los vásta­
gos de base en el centro de la planta. A
mediados de primavera, durante cada
año subsiguiente, elimine los capítulos
viejos, así como cualquier vástago muer­
to, dañado o enfermo. Algunos brezos
poseen un follaje invernal atractivo y a
éstos, así como a otros perennes, se les
elimina los capítulos en otoño. Sin em­
bargo, en zonas muy frías existe un ries­
go de que las ramas mueran desde los
extremos después de la eliminación de
los capítulos en otoño y, por esta ra­
zón, el podado normalmente se retrasa
hasta mediados de primavera. Después
de podar, aplique fertilizante de acción
lenta a razón de 60 g por m2 y un
«mulch» a una profundidad de 5 centí­
metros.
El segundo grupo comprende arbus­
tos de crecimiento lento, tales como co-
toneaster enapos y hebes. Éstos requie­
ren menos podado que los del primer
grupo, y la razón principal para podar­
los consiste en eliminar raíces muertas,
dañadas o enfermas a mediados de pri­
mavera. Sin embargo, no es necesaria la
eliminación de capítulos.
Arbustos perennes medios,
de hasta 3 metros
La mayoría de los arbustos perennes de
tamaño medio requieren, una vez esta­
blecida una estructura bien equilibrada
una poda mínima. Este principio se apli­
ca a Berberís darwinii, camelias, Ese-a­
lloma, Hibiscus rosa-sinensis, y muchos
rododendros.
A principios de primavera, justo an­
tes de que comience el crecimiento, eli­
mine cualquier vástago débil o cruzado
como también cualquiera que pueda
afectar a la simetría y el equilibrio del
arbusto. Alimente y agregue «mulch».
La poda subsiguiente se limita en gene­
ral a eliminar el crecimiento irregular,
restringir el tamaño y dar a la planta una
forma adecuada según su ubicación en
el jardín. Emplee podaderas o cizallas
para eliminar todo o parte de las ramas
seleccionadas.
Los arbustos que florecen en invier­
no o primavera, tales como Berberís
darwinii y Viburnum tinus, deberían
podarse inmediatamente después de flo­
A r b u sto s PERENNES
que T o leran u n a P oda
Severa
Aucuba
Berberís darwinii
Buxus
Choisya ternata
Citrus *
Escallonia ‘Donard Seedling’
Euonymus fortunei,
E. japonicus
Hibiscus rosa-sinensis *
Ilex x allaclerensis,
I. aquifolium
Ligustrum japonicum
Lonicera nitida, L. pileata
Nerium oleander *
Phillyrea
Prunus laurocerasus,
P. lusitanica
Rhododendron ponticum,
R. Subsection Triflora (incl.
R. augustinii)
Santolina
Sarcococca humilis
Taxus
Viburnum tinus
C lavk
♦ No resistente
recer. Pode otros que florecen a partir
de mediados de verano —tales como
Escallonia— eliminando leña vieja a
principios de primavera o cortando ta­
llos florecidos a finales de verano. Es
mejor podar un Hibiscus rosa-sinensis
—que florece desde primavera hasta
otoño— a principios de primavera. Ali­
mente y agregue «mulch» a arbustos po­
dados en primavera después de podar,
pero los podados a finales de verano no
deberían alimentarse ni agregar «mulch»
hasta la primavera siguiente, ya que cual­
quier desarrollo nuevo y tierno resulta­
ría vulnerable a las heladas del invierno.
Arbustos grandes, de más de 3 metros
Los rododendros grandes y otros peren­
nes elevados requieren poca poda, pero
a muchos hay que darles forma cuan­
do son jóvenes para crear una estructu­
ra bien equilibrada. Pode las plantas jó­
venes a principios de primavera o
después de que las flores se hayan mar­
chitado.
La meta del podado es, aquí, la de es­
timular el crecimiento de un arbusto de
centro abierto con ramas bien espacia­
das. Elimine todas las ramas débiles o
cruzadas y alimente y agregue «mulch»
después de podar. El podado regular se
limita en general a retirar la leña muerta,
dañada o enferma. Algunos perennes
grandes, tales como el laurel (Prunus
laurocerasus), también se pueden utili­
zar como setos (véase pp. 60-62).
Palmeras
Requieren poco o ningún podado, sal­
vo la eliminación de las hojas muertas.
Sin embargo, ciertas palmeras de rizo­
ma, por ejemplo Chamaedorea, pueden
resultar invasoras, en cuyo caso los ta­
llos no deseados deberían eliminarse a
ras de suelo en primavera.
La Cordyline tipo palmera sólo nece­
sita podado si sufriera daños por hela­
das, o si se requiere un ejemplar tupido
y de muchos tallos. Una vez aparecido
el crecimiento nuevo, recorte las hojas
dañadas justo hasta encima de los vás-
tagos recién formados. Alimente y agre­
gue «mulch». Para crear un ejemplar de
ramas múltiples, elimine la punta del de­
sarrollo antes que éste comience en pri­
mavera, después alimente y agregue
«mulch».
Arbustos de muros
Existen tres razones para cultivar arbus­
tos contra un muro. Primero, en zonas
propicias a las heladas, algunos resul­
tan demasiado tiernos para el jardín
abierto, pero prosperan si se los cultiva
al abrigo de un muro cálido. Segundo,
el guiado de arbustos —incluso algunos
tipos resistentes, como las pyracanthas—
sobre un muro posibilita acomodar
plantas para las que, de otro modo, po­
dría no haber espacio suficiente. Terce­
ro, algunos arbustos son naturalmente
reptantes (por ejemplo, Ceslrum ele-
gans) y, por lo tanto, requerirán alguna fuera con el fin de estimular la apari­
clase de sostén. Resulta importante guiar ción de vástagos laterales cortos cerca
y podar todos los arbustos de muros des­ de la estructura. Elimine por completo
de las primeras etapas para que presen­ cualquier lateral que crezca hacia el
ten un aspecto compacto y «bien vesti­ muro o la verja y cualquier vástago que
do», y produzcan muchos vástagos crezca hacia afuera en una dirección in­
florecidos de manera regular. Cuando correcta. La meta debería ser la creación
guíe arbustos de muros, proporcione de una pulida «alfombra» vertical de fo­
una estructura a la cual sujetar el creci­ llaje para cubrir el espacio disponible.
miento. Para guiar árboles frutales so­
bre un muro se emplean espalderas, ma­ Poda rutinaria
llas o alambres horizontales en espacios En la segunda estación y en las subsi­
regulares (véase p. 364). Plante arbus­ guientes deberían formarse unos latera­
tos resistentes en otoño y semiresisten- les floridos. Después de florecer, recor­
tes en primavera. te los vástagos florecidos hasta 7-10 cm
Las recomendaciones para la poda de distancia de la estructura principal.
de arbustos autoportantes también se Esto estimula el desarrollo de laterales
aplican a los ejemplares correctamente floridos nuevos, que proporcionarán la
guiados, pero se necesita un cuidado exhibición de la próxima estación. Siga
mayor para la guia y poda de formación. sujetando los vástagos de la estructura;
Resulta vital sujetar los vástagos a me­ corte los laterales que apunten hacia fue­
dida que crecen y recortar sublaterales ra y elimine aquellos que crezcan hacia
que crezcan en dirección opuesta al dentro o estén mal alineados. No cortc
muro. arbustos de muros después de mediados
de verano, ya que esto podría reducir los
Guiado y podado de formación vástagos floridos del año siguiente; ello
Durante la primera estación de creci­ resulta especialmente importante en el
miento, oriente la guía y los laterales caso de Ceanothus y de muchos arbus­
principales formando una estructura; tos semiresistentcs siempreverdes que, de
pode cualquier lateral que crezca hacia otro modo, podrían producir crecimien-
P o d a d e A rbu sto s P e r e n n e s
Después de florecer, pode los arbustos siempreverdes (aquí,
Prunus lusitanica) eliminando leña dañada o
muerta y recortando
tallos florecidos,
así como todo
lo que sea
incómodo o
que dañe
la
forma.
Recorte los tallos Recorte los tallos que Elimine la leña muerta
florecidos hasta uno crezcan incómodos o dañada hasta un
principal. Elimine los hasta brotes bien desarrollo sano o, si
cruzados y apiñados. ubicados, sanos y que fuera necesario, hasta
crezcan hacia fuera. la base.
P oda y G u ia d e u n A r b u st o d e M u r o J o v e n P o d a d e u n A r b u s t o d e M u r o E st a b l e c id o
En el primer año, pode el arbusto (aquí, una Pode las plantas adultas para establecer una
pyracantha) para construir una estructura estructura de tallos bien equilibrada y, en los
equilibrada, ligando los tallos principales. En años arbustos con bayas, para exhibir éstas. A finales
subsiguientes, ligue el desarrollo nuevo en de verano, elimine los vástagos que crezcan hacia
primavera; a mediados de verano, recorte los fuera y, salvo en aquellos cultivados por sus
vástagos para formar una «alfombra» vertical; bayas, recorte los vástagos establecidos para
elimine el desarrollo muerto, dañado o de ramitas. estimular un crecimiento denso. El arbusto de la
ilustración es una pyracantha.
Utilizando podaderas, Corte los vastagos
recorte cualquier tallo jóvenes, dejando
débil o de ramita, así 2-3 hojas desde la
como la leña muerta o base para poner al
dañada. descubierto las
bayas maduras.

Recorte cualquier tallo

que crezca hacia fuera
hasta 7-10 cm de la
estructura a mediados
de verano.
tos blandos expuestos a daños causados
por las heladas. Alimente y agregue
«mulch» a arbustos guiados sobre mu­
ros anualmente, en primavera, para
mantener un crecimiento fuerte y sano.
Arbustos como las pyracanthas, que
se cultivan tanto por sus flores como por
sus frutos y bayas, necesitan un poda­
do ligeramente modificado. Los vásta-
gos florecidos no se recortan, sino que
se dejan para que desarrollen frutos.
Corte cualquier lateral que se desarro­
lle, dejando dos o tres hojas en la base
al hincharse los frutos para que estén ex­
puestos a más luz y maduren correcta­
mente. Se pueden recortar los viejos
racimos de frutas al crecer desarrolla­
dos nuevos.
Los arbustos de muros que florecen
en verano y otoño, incluyendo algunos
Ceanothus, deberían guiarse igual a la
descripción anterior, pero deben podarse
según florezcan sobre la leña de la esta­
ción anterior (véase «Arbustos podados
en verano después de florecer», p. 78)
o sobre la de la estación en curso (véase
-«Podado en primavera», p. 77).
Arbustos reptantes
También requieren un guiado cuidado­
so para contener sus vástagos flexuosos.
En algunos, tales como la semiresisten-
te Cestrum elegans —que produce flo­
res sobre laterales cortos o vástagos ter­
minales a finales de verano—, los
vástagos florecidos pueden eliminarse o
recortarse hasta convertirse en desarro­
llos bajos, fuertes y horizontales en pri­
mavera. Otros florecen en verano, prin­
Controle y reemplace
cualquier ligadura rota,
utilizando cuerda de
jardinero en forma de
ocho para volver a
sujetar el tallo. A finales de verano,
controle y reemplace
cipalmente sobre desarrollos laterales, las ligaduras donde sea
que deberían recortarse después de flo­ necesario; en
recer hasta 7-10 cm de largo y que a me­ primavera, ligue los
nudo producirán otros sublaterales que vástagos nuevos.
florecen en la misma estación. En pri­ Utilice podaderas para
mavera, estos laterales se vuelven a re­ recortar cualquier leña
cortar hasta 7-10 cm y florecerán en P oda d e C eanothus muerta o dañada hasta
verano. Inmediatamente llegar a un desarrollo
después de florecer, sano.
recorte, dejando dos o
Arbustos ornamentales tres hojas, los vastagos
nuevos de un
en abanico Ceanothus que florece
en primavera. Ligue
Algunos arbustos, tales como los melo­ los vastagos nuevos y
cotones decorativos (por ejemplo, Pru- recorte los que crezcan
nuspérsica ‘Klara Meyer’), son adecua­ hacia fuera.
dos para guiarlos como árboles frutales
en forma de abanico. En la primera pri­
mavera después de ser plantados, recorte
la planta a 38-45 cm por encima de la G u ia d o d e u n A r b u st o e n A b a n ic o
unión del injerto, conservando dos o tres
vástagos fuertes. Guíe los vástagos so­ Este abanico fPrunus mume ‘Beni-shi-dareV ha sido guiado para
bre cañas fijadas a alambres horizon­ desarrollar una estructura de ramas bien equilibrada como en un frutal.
tales.
Hacia finales de la estación de desa­
rrollo, elimine el vástago central si con­
servó tres fuertes; si conservó cuatro, es­
pacíelos para formar un abanico. En
invierno, reduzca todos los vástagos a
la mitad.
En la siguiente estación de desarro­
llo, seleccione dos o cuatro vástagos nue­
vos de cada tallo; sujete cada uno de és­
tos a una caña atada a los alambres.
Después, a mediados de verano, elimi­
ne los restantes vástagos. Para detalles
completos, véase E l J a r d ín d e F r u t o s ,
«Abanico», p. 393.
Guía y poda de
arbustos estándar
Algunos arbustos, por ejemplo las fuc­
sias y Buddleja alternifolia, pueden cul­
tivarse como estándar. La altura del ta­
llo varía según el vigor de la planta y el
efecto deseado. Para detalles del guia­
do de una fucsia estándar, véase pág. 93;
para la poda de un rosal estándar, véa­
se pág. 128.
Para guiar un arbusto como Buddle­
ja alternifolia, sujete un tallo fuerte a
una caña durante la primera estación de
crecimiento. Recorte todos los vástagos
laterales dejando dos o tres hojas, y al­
gunas cerca del extremo del tallo. Al cre­
cer éste siga recortando. Cuando el ta­
llo limpio alcance la altura deseada,
detenga el vástago terminal para estimu­
lar la formación de una cabeza. A prin­
cipio de primavera del año siguiente,
acorte las ramas en 15 cm. Conserve dos
o tres vástagos de cada cabeza. Alimente
y agregue «mulch». En adelante, pode
igual que para otros arbustos poda­
dos en verano después de florecer (véa­
se pág. 78).
Poda de raíces
A veces se podan las raíces para estimu­
lar el crecimiento superior de los arbus­
tos vigorosos y con el fin de que florez­
can con más libertad; los ejemplares
injertados que producen un follaje pro­
fuso, pero pocas flores o frutales, se be­
nefician podando las raíces.
A principios de primavera, cave una
zanja de 30-60 cm de profundidad alre­
dedor del arbusto, con una circunferen-
R e n o v a c ió n D r á s t ic a
cia un poco mayor que la extensión del
crecimiento superior. Emplee podado-
res o un serrucho para recortar las raí­
ces gruesas y leñosas; como pauta, acór­
telas en una medida igual a la mitad del
radio de la zanja. No pode las raíces fi­
brosas. Controle la extensión ulterior
de las raíces introduciendo pizarras u
hojas de policarbonato alrededor de
la circunferencia de la zanja (véase
Limitar la extensión de un bambú ,
pág. 145). Después de volver a llenar,
agregue «mulch» a la zona dentro de la
zanja.
La poda de las raíces se emplea a me­
nudo para el control de arbustos culti­
vados en contenedores. Es mejor efec­
tuarlo al cambiar el tiesto del arbusto.
Acorte una quinta parte de las raíces le­
ñosas en un cuarto y recorte las demás
para que quepan cómodamente en el
tiesto. Vuelva a colocar el tiesto utilizan­
do tierra nueva, agregando fertilizante
de acción lenta, y riegue concienzu­
damente.
Renovación
A veces se pueden renovar arbustos vie­
jos, enmarañados o sobrecrecidos a tra­
vés de una poda drástica. Los arbustos
que responden bien producen, en gene­
ral, un desarrollo nuevo desde la base.
No merece la pena el intento de salvar
un arbusto muy enfermo. Algunos ar­
bustos no toleran una poda drástica; si
tiene dudas respecto a cualquier arbus­
to en particular, escalone un programa
de poda intensa a lo largo de un perío­
do de dos o tres años.
Renueve los arbustos caducifolios, ta­
les como las lilas, depués de florecer o
cuando están inactivos; para los peren­
nes, tales como Viburnum tinus, retra­
se la renovación hasta mediados de pri­
mavera.
Renovación de arbustos
viejos o sobrecrecidos
Elimine todos los tallos débiles y cru­
zados y acorte los principales hasta
30-45 cm del nivel de suelo, aseguran­
do que quede una estructura equilibra­
da. Aplique fertilizante de acción lenta
a razón de 120 gr por m2 y agregue
«mulch» a la zona alrededor del arbus­
to a una profundidad de 5-10 cm. Rie­
gue concienzudamente a lo largo del
verano.
Durante la siguiente estación de de­
sarrollo, debería aparecer un conjunto
de vástagos desde debajo de los cortes
de los tallos principales. Conserve sólo
de dos a cuatro de los más fuertes de
cada tallo para proporcionar la nueva
estructura de ramas. En arbustos ca­
ducifolios, elimine los vástagos super-
fluos durante la época inactiva. En los
R e n o v a c ió n G r a d u a l
Renueve arbustos caducos después de florecidos, y los perennes a mediados
de primavera. Recorte desde una tercera parte hasta la mitad de los tallos
principales más viejos (aquí, en un Dentzia) hasta casi
el nivel del suelo y elimine los tallos muertos
y de ramitas. Durante
los próximos
uno o dos años,
recorte los
restantes
tallos
principales.
perennes, hágalo a mediados de prima­
vera.
En la estación de desarrollo siguien­
te puede aparecer algún desarrollo se­
cundario en el sitio en donde se han cor­
tado vástagos. Elimínelos.
Renovación escalonada
Un método alternativo y menos drás­
tico consiste en escalonar la poda a
través de dos o tres años. Pode los ca­
ducifolios después de florecer, y los
perennes a mediados de primavera. Po­
de la mitad de los tallos más viejos
hasta 5-8 centímetros de distancia del
suelo.
Donde sea posible, recorte los tallos
que quedan hasta la mitad para obtener
nuevos y vigorosos vástagos de reempla­
zo. Aplique un fertilizante de acción len­
ta, riegue bien y agregue «mulch». En
la misma época del año siguiente, repi­
ta el proceso con los demás tallos vie­
jos. A partir de entonces, pode el ar­
busto según sus características de creci­
miento y florecimiento.

Recorte la mitad de los Corte la mitad de los Pode los tallos

Un arbusto que genera desarrollo nuevo desde la base (aquí, una lila) se tallos hasta 5-8 cm de tallos más viejos hasta cruzados, que rocen o
puede renovar mientras esté inactivo si es caduco y, a mediados de la base. Elimine los alcanzar vástagos estén apiñados, hasta un
primavera, si es siempreverde. Recorte todos los tallos principales hasta 30-45 más viejos y los que nuevos y vigorosos, y brote o un tallo que no
estropeen el aspecto elimine cualquier pueda desarrollar otro
cm del suelo. Elimine los chupones cortándolos desde la base. del arbusto. desarrollo débil. vástago cruzado.
Propagación
xisten muchas maneras de propa­
E garnuevas:arbustos para obtener plantas Perovskia.
a través de esquejes, sembran­ Los esquejes de leña blanda se obtie­
do semillas, acodando, dividiendo e in­
jertando. Muchas plantas pueden pro­
pagarse sencillamente a través de
esquejes y, a diferencia de las semillas,
que pueden reproducirse de forma va­
riable, este sistema puede utilizarse para
cultivares, híbridos y variantes.
El sembrado de semillas es sencillo y
poco costoso, pero como sistema resul­
ta lento para producir plantas con tama­
ño suficiente para florecer. Algunos ar­
bustos pueden dividirse y otros se
pueden acodar —un método que con­
siste en estimular el arraigo de tallos que
todavía forman parte de la planta madre.
El injerto consiste en la unión de un
tallo de la planta que se desea propagar
con el patrón de una planta compatible.
Generalmente no se utiliza, ya que re­
quiere una habilidad mayor que en otros
métodos, pero es el sistema más adecua­
do para ciertos arbustos.
Esquejes de leña blanda
Esta técnica resulta adecuada para cul­
tivar diversos arbustos, principalmente
A rbustos con E s q u e je s de
I 2
En primavera, elimine los
vástagos jóvenes no florecidos
(aquí, de Hydrangea paniculataj
con 3-5 pares de hojas. Selle
dentro de un saco opaco de
plástico y mantenga a la sombra
hasta prepararlos.
4 5
Riegue los esquejes con una
solución fungicida, después
etiquete y coloque en un
propagador. Mantenga la
temperatura a I8°-2I°C.
los caducifolios, por ejemplo Fuchsia y
nen en primavera a partir de los extre­
mos de tallos de crecimiento rápido
cuando éstos hayan alcanzado una lon­
gitud de 6-8 cm. Los esquejes tienen una
base blanda y mayor capacidad de arrai­
gue que aquellos tomados de leña más
madura.
Preparación de esquejes
Corte los esquejes por la mañana tem­
prano. Elija vástagos saludables, flexi­
bles y de un solo tallo, y séllelos dentro
de un saco de plástico. Prepare los es­
quejes lo antes posible después de cor­
tar: corte los esquejes justo debajo de un
nodulo y elimine las hojas inferiores.
Utilice un abono para esquejes consisten­
te en una mezcla a partes iguales de sus­
tituto de turba (o turba) y perlita o arena
gruesa. Introdúzcalos en la tierra con un
almocafre. Riegue, aplique un fungici­
da para minimizar el peligro de descom­
posición, etiquete y coloque en una uni­
dad de rociado o en un propagador.
Cuidados ulteriores
Los esquejes de leña blanda se marchi­
tan con rapidez si no se conservan en
M adera Blanda
Reduzca cada esqueje hasta
8-10 cm, cortando recto justo
debajo del nodulo (véase talle).
Corte las hojas inferiores.
Una vez arraigados, temple los
esquejes; después, retire del
tiesto, separándolos con cuidado.
una atmósfera húmeda, y los cuidados C o r t e d e E sq u e je s
posteriores resultan muy importantes.
En la medida de lo posible, elimine las
de L eña V erde
hojas caídas diariamente y aplique un
rocío fungicida una vez a la semana.
Una vez arraigados, temple los esque­
jes y trasplante a tiestos individuales o
conserve en los contenedores. Si los con­
serva dentro de la tierra para esquejes,
proporcione una alimentación suple­
mentaria cada dos semanas durante la
estación de desarrollo y coloque en ties­
tos los esquejes arraigados de forma in­
dividual a la primavera siguiente.
Esquejes de leña verde Seleccione y prepare esquejes
de leña verde (aquí, de Philadelphus^
a finales de primavera, cuando
Casi todos los arbustos propagables a dejan el desarrollo
través de leña blanda, también se pue­ y los nuevos tallos son
den propagar a partir de leña verde. Cor­ más firmes.
te esquejes de leña verde —o bien no­
dales o de estaca— (véase pág. 85) de
vástagos vigorosos a finales de prima­
vera, cuando tienen una base ligeramen­ practique un corte recto con un cuchi­
te leñosa y firme. Siga el método utili­ llo afilado justo debajo del nodulo. Eli­
zado para los esquejes de leña blanda, mine la cola en un esqueje de estaca. Im­
empleando la misma mezcla en el tiesto. pregne los esquejes de polvo de arraigo
Si los esquejes miden más de 8-10 cm, hormonado e introduzca en la tierra.
elimine las puntas blandas y corte las Riegue con una solución fungicida an­
hojas inferiores. En un corte nodal, tes de colocar en una unidad de rocia-
A r b u st o s P r o pa g a b l e s
p o r E s q u e je s d e l eñ a
B landa/ de L eña V erde
Abelia, algunos #
Abutilón, algunos#
Aloysia, algunos#, áfc
Boronia #
Calluna
Caryopteris
Ceanothus, algunos #
(caducifolias)
Ceratostigma, algunos * é
3
Introduzca los esquejes en Cestrum # áfe
tiestos preparados con abono Cotoneaster (caducifolias)
para esquejes, asegurando que las Cytisus, algunos #
hojas no se toquen entre sí. Daboecia
Daphne x burkwoodii
Enkianthus
Erica
Forsythia
Fuchsia, algunos *
Genista, algunos *
Halesia
Hydrangea áfe
Kolkwitzia
Lagerstroemia * áte
Lan tana # é
Lavatera M
Nandina
Perovskia
Philadelphus
6
Trasplante los esquejes Potentilla
separados en tiestos Viburnum (caducifolias)
individuales y afirme. Riegue,
etiquete y mantenga en una C lave
ubicación sombreada hasta que * No resistentes
estén bien establecidos. áfe Sólo esquejes de leña blanda
 do o en un propagador. Elimine las ho­
P r o p a g a c ió n p o r E s q u e je s S e m im a d u r o s jas caídas diariamente y aplique fungi­
Entre mediados y cida una vez a la semana.
finales de verano, Una vez arraigados, temple los esque­
jes y trasplante o cultive en el contene­
elija para los esque­ dor original. En este último caso, ali­
jes vástagos sanos mente con regularidad durante la
del desarrollo de la estación de crecimiento y trasplante la
estación en eurso. Se­ primavera próxima.
pare de la planta ma­
dre (aquí Ilcx x alta-
clerensis ‘Goldcn
King’) justo encima Esquejes semimaduros
de un nodulo. Debe­ Muchos arbustos perennes y algunos ca-
rían ser semimadu­ duci folios se pueden propagar por me­
ros. Recorte cada dio de esquejes semimaduros, incluyen­
vástago lateral hasta do algunos como Aucuba y Choisya,
10-15 cm, cortando difíciles de propagar a partir de esque­
justo debajo de un jes de leña dura.
nódulo.
Esquejes adecuados
Los esquejes se cortan entre mediados
y finales de verano, y a veces hasta prin­
cipios de otoño. Elija vástagos de la es­
tación en curso que sean firmes y leño­
sos en la base, pero de puntas blandas.
A diferencia de los esquejes de leña
blanda, deberían ofrecer cierta resisten­
cia al doblarlos. Algunos arbustos se
propagan por medio de variantes de la
técnica empleada para los esquejes se­
mimaduros, tales como los de mallete
(vease pág. 85) o esquejes de brotes de
2
Elimine los váslagos laterales Corle el extremo blando de hojas (véase pág. 85).
del tallo principa!. Recorte cada cada esqueje y retire el par de
vástago lateral hasta 10-15 cm, cor­ hojas inferiores, cortando a ras Preparación del medio arraigante
lando justo debajo de un nodulo. del tallo. Antes de recoger los esquejes de la plan­
ta madre, llene contenedores suficientes
del tamaño adecuado —o un propaga­
dor (equipado con calefacción de ba­
se)— con tierra para tiesto adecuada:
utilice corteza de pino fina o una mez­
cla a partes iguales de sustituto de tur­
ba (o turba) y grava o perlita.
Preparación de esquejes
Los esquejes se pueden recoger con es­
taca (véase pag. 85) o como nodales. Los
esquejes de estaca deberían medir 5-7
cm, recortados hasta una estaca corta
en la base; los esquejes de nódulo de­
4 5
Estimule el arraigo hiriendo Impregne la base de polvo de berían medir 10-15 cm, tomados de guías
el esqueje: corte un trozo de arraigo hormonado; introduz­
corteza de 2,5-4 cm de longitud ca en tierra para esquejes en un o de vástagos láterales y cortados con
de un lado de la base con propagador o en tiestos dentro de un cuchillo afilado justo debajo de un
cuidado. una cajonera. nódulo.
En los esquejes de nódulo y de esta­
ca, elimine las puntas blandas. En am­
6
Una vez bien bos casos, elimine el par de hojas infe­
arraigados, retí­ rior, y en las plantas de hojas grandes
relos con cuidado y reduzca el tamaño de éstas a la mitad
plante individual­ para evitar la pérdida de humedad.
mente. Temple gra­ Un paso optativo consiste en prepa­
dualmente antes de rar la base de los esquejes practicando
seguir cultivando un corte poco profundo a un costado;
en sus tiestos o en las plantas de arraigue difícil, tales
trasplantando en el como Daphne sericea, este corte debe­
exterior. ría ser más profundo, retirando también
una astilla de corteza.
Colocación en tiesto
Impregne la base de los esquejes —com­
prendiendo todo el corte en esquejes con
corte— en hormona para arraigar, an­
tes de emplear un almocafre para intro­
ducirlos en la tierra preparada, o bien
directamente en un propagador o en
contenedores. Deje un espacio de apro­
ximadamente 8-10 cm entre un esqueje
y otro y asegure que sus hojas no se su­
perpongan, ya que esto podría generar
condiciones de estancamiento en la que
prosperan los hongos de la tierra des­
compuesta. Afirme la mezcla alrededor
de los esquejes. Etiquete cada contene­
dor y riegue concienzudamente con una
solución fungicida para protegerlos de
las enfermedades que pudren por el pie
(véase pág. 568).
Temperatura correcta
Inverne los esquejes en contenedores, en
una cajonera o en un invernadero. Para
aquellos introducidos directamente en
un propagador, la temperatura de base
debería mantenerse a 21° centígrados.
Cuidados ulteriores
Examine los esquejes periódicamente
durante el invierno, retirando las hojas
caídas de inmediato. Riegue la tierra si
éste presentase señales de resecamiento,
tales como un ligero encogimiento des­
de los bordes del contenedor. Si los es­
quejes se invernan en una cajonera, ésta
podría necesitar alguna clase de aisla-
ción como una cubierta de arpillera o
de alfombra vieja para protegerlos de
daños por heladas.
Los esquejes conservados en una ca­
jonera o en un invernadero sin calefac­
ción necesitarán, con toda seguridad,
otra estación de crecimiento dentro de
sus contenedores antes de arraigar sa­
tisfactoriamente. Mantenga la cajonera
cerrada, salvo en días muy templados.
El cristal debería mantenerse limpio y
libre de condensación, ya que el alto
contenido de humedad del aire de la ca­
jonera proporciona las condiciones idea­
les para que ocurran infecciones a tra­
vés de hongos. A finales de primavera
y principios de verano, abra la tapa gra­
dualmente durante períodos cada vez
más largos para templar los esquejes
arraigados.
Si resultara necesario, proteja los es­
quejes de los rayos directos del sol, cu­
briendo el cristal con un material som­
breante adecuado.
A lo largo de la estación de desarro­
llo, aplique fertilizante líquido cada dos
semanas a todos los esquejes semima­
duros. Examine regularmente, retiran­
do todo lo que sea débil o muestre in­
dicios de enfermedad.
Trasplantado
Los esquejes invernados en un propaga­
dor deberían haber arraigado a princi­
pios de primavera, ya que el calor de
base ayuda a acelerar el desarrollo de las
raíces.
Controle que exista un crecimiento
fuerte en las raíces antes de trasplantar.
Sáquelos de sus contenedores, separe
cada esqueje con cuidado, y ponga en
tiesto individualmente, o piante —eti­
quetados con claridad— al aire libre.

Esquejes de estaca
Los esquejes de estaca, que pueden
obtenerse de tallos de leña verde,
semi-madura o dura, son vástagos la­
terales vigorosos del desarrollo de la
estación en curso. Cada esqueje se
corta con una «estaca» de leña vieja
en la base, en la que están concentra­
das las hormonas de crecimiento que
ayudan al arraigo.
Los esquejes de estaca resultan par­
ticularmente adecuados para un cier­
to número de arbustos perennes,
como Pieris y algunas azaleas (Rodo-
dendron), para los caduci folios de ta­
llos medulosos o huecos —tales como
Berberís y Sambucus—, y para aque­
1 2
Arranque vaslagos laterales
sanos del desarrollo en curso
(aquí, sobre Prunus laurocerasus
‘SchipkaensisV con una estaca de
corteza.
Si algunos esquejes, en vez de arraigar
formaron un callo, rasque parte de éste
para estimular el arraigo y vuelva a in­
sertar en la tierra.
Si están bien desarrollados, los esque­
jes cultivados en una cajonera se pue­
den plantar en otoño o conservarlos en
una posición protegida al aire libre o en
una cajonera hasta la primavera. Des­
pués se los pone en tiesto individualmen­
te o se los planta.
E squejes de T a ló n
Retire un tallo del año anterior y
corte encima de cada vástago lateral
y 2,5 cm por debajo de éste.
Reduzca a 10-13 cm de largo y
elimine las hojas inferiores.
a la leña más vieja. Resulta particular­
mente adecuado para muchas Espirea
y Berberís caducifolios, que producen
A r b u st o s P r o pa g a b l e s
p o r E s q u e je s
llos de tallos de leña verde como las vástagos laterales cortos sobre las ramas
retamas (Cytisus/Genista). principales. S e m im a d u r o s
Seleccione como esquejes los vás­ A finales de verano, retire un tallo del Andromeda
tagos laterales sanos característicos de desarrollo de la última estación de la Arctostaphylos
la planta madre. Arranque el vásta- planta madre y corte en varios segmen­ Aucuba V
go cuidadosamente del tallo principal, tos que contengan, cada uno, vástagos Azara, algunos # , V
despegando una pequeña tira de cor­ laterales vigorosos de desarrollo nue­ Berberís, algunos * , V
teza al mismo tiempo. Evite rasgar la vo. Si el talón tiene más de 5mm de diá­ Baronia # V
corteza del vástago principal, ya que metro, corte a lo largo. Después trate Brachyglottis #
podría quedar expuesto a las infeccio­ igual que para vástagos semimaduros Bruckenthalía
nes. Corte la estaca con un cuchillo (p. 84). Bupleurum V
afilado y después siga la técnica em­ Callistemon * V
pleada para los de leña verde (véase Ksquejes de brotes de hojas Camelia, algunos *
p. 83), semimadura (véase pág. 84), El esqueje de un brote de hoja se toma Cantua * V
o los de leña dura (véase a la derecha), de tallos semimaduros y comprende un Carmichaelia, algunos * , V
según la madurez de cada tallo. trozo corto de tallo con una hoja y un Carpenteria V
brote de hoja. Cassinia V
En comparación con los esquejes de Cassiope V
tallo, los de brote de hoja hacen un uso Ceanothus, algunos # , V
mucho más económico del material de Colletia V
la planta madre. Este método de propa­ Coprosma * V
gación es el más utilizado para las ca­ Corokia,
melias. algunos * ,
A principios de verano o a principios
de otoño, elija un vástago vigoroso del
desarrollo de la estación en curso con Cotoneaster
‘Firebird’
hojas sanas y brotes bien desarrollados.
Utilizando un cuchillo afilado o poda­
deras, corte el tallo justo encima de cada Cotoneaster
hoja, luego practique un corte de 2 cm Cytisus, algunos * , V
debajo del pecíolo, a fin de dividir el vás­ Daphne
Con un cuchillo afilado, tago en varios segmentos. Deutzia
corte la «cola» en la base del No resulta necesario tratar los esque­ Drimys
esqueje antes de introducir en jes de brote de hoja con polvo hormo- Elaeagnus V
abono para esquejes. nado de arraigo antes de poner en ties­ Escaltonia V
to, pero se puede hacer un corte en la Garrya V
base para acelerar el arraigo. Introduz­ Gordonia * V
ca dentro de contenedores con tierra Greviltea * V
Ksquejes de talón para esquejes y trate igual que los esque­ Griselinia, algunos * V
Un esqueje de mallete —que se toma de jes semimaduros (véase pág. 84). Hibiscus rosa-sinensis #
tallos semimaduros— es un vástago ma­ Para ahorrar espacio en la cajonera Ilex, algunos #
durado del desarrollo de la estación en o propagador, enrolle cualquier hoja ¡tea ilicifolia V
curso, pegado a un trozo de leña de la grande y sujete con cintas de goma; una Leptospermum, algunos * , V
estación anterior, con un tocón en for­ caña introducida en medio de una hoja Leucothóe V
ma de talón en la base. Los esquejes de enrollada proporcionará un sostén su­ Magnolia grandiflora V
talón se utilizan con frecuencia para la plementario, ayudando a anclarlo con Mahonia
propagación de arbustos de tallos me­ firmeza en la tierra. En arbustos como Nerium * V
dulosos o huecos, porque los hongos de Mahonia, corte las hojas compuestas Olearia, algunos * , V
descomposición tienden a afectar menos por la mitad.
P r o p a g a c ió n por E s q u e je s de B rotes de H o ja s
Olearia
phlogopappa
Philadelphus
Pholinia V
Pieris V
Pittosporum, algunos *
Pyracantha
Prunus (especies
siempreverdes) V
Rhododendron V
Skimmia V
1 2
Elija vástagos semimaduros Retire una astilla de corteza Viburnum
(aquí, de Camellia japónica/ de 5 mm de largo en la base Weigela
Haga un corte recto a 2 cm por de cada esqueje (véase detalle).
debajo de cada hoja y otro justo Introduzca los esquejes en la C lave
encima. tierra con las hojas apenas visibles * No resistente
encima de la superficie. V Con una estaca
 Esquejes de leña dura
A r b u sto s P r o p a g a b l e s
po r E s q u e je s d e Un modo fácil de cultivar muchos ar­
bustos caducifolios y perennes es a partir
L eñ a d u r a de esquejes de leña dura. Utilice desa­
A triplex halimus rrollos completamente maduros y vigo­
Aucuba japónica rosos de la estación en curso, recogidos
Buddleja desde finales de otoño a principios de
Buxits invierno. Recoja los esquejes de arbus­
Cornus alba, C. stolonifera tos caducifolios justo después de que
Cotoneaster x watereri caigan las hojas.
Deutzia x elegantissima
‘Rosealind’, D. longifolia, Preparación del suelo
D. x rosea, D. scabra Es mejor arraigar esquejes en un maci­
Forsythia zo preparado o en contenedores conser­
Hypericum x moserianum vados en una cajonera, pero también se
Ligustrum ovalifolium los puede introducir en un macizo al aire
Philadelphus libre.
Prepare el macizo a finales de vera­
no o principios de otoño, primero cul­
Deutzia
longifolia
tivando el suelo hasta que esté desme-
‘Veitch»’ nuzable, y después cavando una zanja
con una cara plana de 12-15 cm de pro­
fundidad. Para estimular el arraigo, co­
loque una capa de arena gruesa de 2,5-5
Ribes cm de espesor en el fondo de la zanja;
Rosa rugosa esto es esencial en el caso de suelos pe­
Rubus sados. Deje un espacio de 38 cm entre
Ruta graveolens
Salix
cada zanja.
Sambucus
Spiraea
Preparación de esquejes
Corte los esquejes en trozos de 15 cm
Symphoricarpos de largo, cortando en la parte superior
Tamarix justo encima de un brote o de un par
Viburnum (caducifolias) de brotes; en los perennes, corte por en­
Weigeta cima y por debajo de las hojas. Recoja
esquejes de estaca de tallos medulo-
P r o p a g a c ió n POR
sos (véase pág. 85). Retire todas las hojas
hasta un tercio de la base de los siem-
preverdes y corte las hojas grandes por
la mitad. Trate el corte de la base con
hormonas de arraigo. Si retira una tira
de corteza cerca de la base, podría esti­
mular el arraigo de los esquejes difíciles.
Introduzca los esquejes en contenedo­
res con abono para esquejes. Alternati­
vamente, coloque contra la cara verti­
cal de la zanja preparada, a 15 cm de
distancia en suelo abierto, o en una ca­
jonera a 10 cm de distancia. Deje que
asomen 2,5-5 cm del esqueje. Vuelva a
rellenar la zanja y afirme los esquejes.
Cuidados ulteriores
Si el suelo se levanta a causa de las he­
ladas, compacte alrededor de los esque­
jes. Durante la estación de desarrollo,
mantenga el macizo sin maleza y bien
regado. Los esquejes en cajonera arrai­
gan generalmente llegada la siguiente
primavera. Temple antes de poner en
tiesto o plantar. Los de suelo abierto no
deberían moverse hasta el próximo oto­
ño y después deberían trasplantarse a su
lugar definitivo.
Esquejes de raíz
Los arbustos que se pueden propagar a
partir de esquejes de raíz comprenden
Aesculus parviflora, Aralia, Cleroden-
drum, Myrica, Rlius y Xanthorhiza sim-
plicissima. Retire una planta joven
mientras esté inactiva y saque la tierra
de las raíces. Si no fuese posible, des­
cubra una parte del sistema de raíces.
Corte las raíces jóvenes de más de 5 mm
rra ligeramente e introduzca cada uno
a 5 cm de distancia, con el extremo ses­
gado hacia abajo. Compacte la tierra de­
jando que sobresalga el extremo plano
de cada uno. Cubra con 3 mm de gravi-
11a y riegue. Este riego puede resultar su­
ficiente hasta que los esquejes se desa­
rrollen; una humedad excesiva podría
pudrirlos.
Cuidados ulteriores
Los esquejes arraigarán en diez sema­
nas al aire libre y en ocho semanas en
una cajonera o en un invernadero fres­
co. Bajo cristal, los esquejes producirán
vástagos en cuatro a seis semanas si se
los mantiene a 18°-24 °C. Los esquejes
de arbustos de crecimiento rápido debe­
rían volver a ponerse en tiesto apenas
arraigados. Es posible dejar otros esque­
jes de raíz dentro de sus contenedores
durante otros 12 meses; aplique un ali­
mento líquido una o dos veces al mes.
Después, ponga en tiesto individualmen­
te o plante en semilleros.
Cultivo de arbustos a
partir de semillas
Cultivar arbustos a partir de semillas es
sencillo y económico. En los géneros cu-
E x t r a c c ió n d e S em illa s
d e Bayas

I
Para los de diámetro cerca del tallo principal.
esquejes elija Conserve en arpillera húmeda o en un
vástagos fuertes, saco de plástico hasta que se puedan
sanos y maduros preparar.
del desarrollo de
este año (véase Preparación de esquejes
detalle izq.); evite Primero, retire y descarte las raíces la­
tallos débiles y terales fibrosas; después, haga un corte
delgados (centro), recto sobre una raíz no dañada en el ex­
y leña más vieja tremo donde se cortó de la planta. Haga

1
(derecha). un corte sesgado en el extremo opuesto Aplaste las bayas (aquí,
de la raíz. Los esquejes deberían medir pyracantha) entre el índice y
5-15 cm, de modo que es posible prepa­ el pulgar, eliminando la mayor
rar varios de la misma raíz. Cuanto más parte de la pulpa exterior. Lave
frío sea el medio de arraigo y cuanto en agua tibia.
más delgada sea la raíz, tanto más lar­
go deberá ser el esqueje; los esquejes que
deban arraigar al aire libre deberían me­
dir al menos 10 cm. Espolvoree cada es­
queje con fungicida, pero no con polvo
de arraigue, ya que éste tiende a inhibir
la producción de vástagos.
Introducción de esquejes
En suelo abierto, resulta posible intro­
ducir Aralia y otros arbustos que se re­
producen con facilidad a partir de es­

2 3
Elimine las hojas caducas y quejes de raíz. En el caso de los que

corte la leña blanda de la
punta. Corte el tallo en trozos de
15 cm de largo, impregnando los
extremos de polvo hormonal de
arraigo.
Introduzca los esquejes en
tiestos preparados con tierra
para esquejes, dejando visibles
2,5-5 cm. Etiquete los tiestos y
coloque en cajonera.
2
Seque las semillas con un
arraigan con más dificultad, es preferi­ trapo y coloque dentro de un
ble un medio ambiente controlable. Pre­ saco de plástico transparente con
pare contenedores con tierra para esque­ un poco de arena gruesa;
jes suficientemente grandes como para manténgalo refrigerado hasta
introducir varios esquejes. Afirme la tie­ sembrar.
yas especies hibridicen con facilidad, uti­
lice únicamente semillas producidas por
una polinización controlada.
Recolección y limpie/u de semillas
Recolecte las cápsulas de semillas o los
frutos cuando estén maduros. Extraiga
la semilla, luego limpie y seque antes de
sembrar o almacenar. Sumerja los fru­
tos pulposos en agua tibia o aplaste, de
manera que la semilla pueda extraerse
con más facilidad. Recolecte las semi­
llas finas juntando cápsulas enteras, pre­
ferentemente cuando ya se hayan vuel­
to marrones. Coloque las cápsulas en un
saco de papel y mantenga a tamperatu-
ra ambiente hasta que se abran.
Almacenado de semillas
El tiempo que una semilla resulta via­
ble depende de la especie y de las con­
diciones de almacenamiento. Las acei­
tosas no se conservan bien, y deben
plantarse poco tiempo después de ser re­
colectadas. La viabilidad de las semillas
se puede prolongar si se las almacena a
3-5°C de temperatura.
Interrupción del estado inactivo
de las semillas
Las semillas de ciertos arbustos tienen
una forma de inactividad que impide
que germinen en condiciones adversas.
Esta inactividad se puede interrumpir
artificialmente mediante la escarifica­
ción o la estratificación (véase también
P rin cipio s d e P r o p a g a c ió n , «Cómo
vencer la inactividad», p. 535).
Para permitir la entrada del aire y la
humedad en semillas de cáscara dura
como las peonías (Paeonia), escarifique
haciendo un pequeño corte en la cásca­
ra con un cuchillo o lijando un poco an­
tes de plantar. Las semillas de cáscara
dura demasiado pequeñas para cortar se
pueden frotar con papel de lija. Se pue­
de estimular la germinación de algunas
semillas sumergiendo durante algunas
horas bien en agua fría (por ejemplo,
Camelia y Piltosporum), bien en agua
caliente —pero no hirviendo— en el
caso de Caragana y Coronilla. Esto
ablanda la cáscara dura, permitiendo la
emrada de agua y el comienzo del pro­
ceso de germinación.
Las semillas que requieren un período
de congelación están estratificadas. Ape­
nas haya recogido las semillas, coloque
una capa de trozos de tiesto en el fondo
de un contenedor que tenga agujeros de
drenaje y disemine las semillas entre dos
capas de arena mezcladas con sustituto
de lurba (o turba). Coloque el contene­
dor al aire libre o en una cajonera.
La primavera siguiente, cuando algu­
nas de las semillas hayan germinado, se
las puede separar y sembrar de forma
espaciada. U s de ciertos arbustos resis­
tentes, como algunas especies de Vibur­
num, podrían requerir un congelado ul­
terior en una nevera.
La refrigeración de semillas resisten­
tes podría producir resultados más es-
peranzadores. Mezcle las semillas con
vermiculita húmeda, sustituto de turba
o turba, luego selle en un saco de plás­
tico transparente y refrigere. El perío­
do de congelación varía de una especie
a otra pero, cuando hayan germinado,
retire y plante.
Sembrado de semillas en contenedores
Habría que sembrar la mayoría de las
semillas en otoño; sin embargo, las semi­
llas de arbustos delicados, que en las zo­
nas templadas germinan bajo cristal, de­
berían sembrarse en primavera. Limpie
todos los contenedores, utensilios y su­
perficies. Emplee tierra para semillas
corrientes, pero, para aquellas que no
toleran la cal, emplee tierra ericácea.
Siembre las semillas grandes una por
una. Rellene un tiesto o una bandeja con
tierra y compacte suavemente antes de
quitar la tierra sobrante. Vuelva a com­
pactar con una tabla de modo que el
nivel quede 1 cm más bajo del borde
del tiesto o bandeja. Siembre las semi­
llas a 5 cm de distancia entre cada una,
después afírmelas de un modo parejo
dentro de la tierra. Cubra con una ca­
pa de 5 mm de tierra tamizada y otra
de 5 mm de gravilla limpia. Etiquete y
feche cada contenedor y riegue las se­
millas. También es posible plantar mu­
chas semillas de tamaño mediano con
este método, pero la separación entre el
borde y la tierra debería ser de 5-8 mm.
Cubra las semillas con tierra tamizada
y 5 mm de gravilla limpia. Coloque ma­
lla metálica sobre el contenedor para
proteger los plantones de los animales
pequeños. Al sembrar semillas finas,
compacte la tierra a 5 mm de distancia
del borde. Riegue y deje drenar antes de
sembrar, desparramando las semillas
cuidadosamente sobre la superficie. No
cubra las semillas ni las riegue desde
arriba.
Cuidados ulteriores para plantones
en contenedores
Después de sembrar, coloque los conte­
nedores en un propagador, un inverna­
dero o una cajonera. Las especies tem­
pladas necesitan una temperatura entre
12-15°C; las de climas cálidos y tropi­
cales prefieren 21°. En el caso de semi­
llas plantadas en primavera bajo cristal,
se debería mantener una temperatura de
12-15°C. Examine los contenedores con
semillas regularmente y riegue cuando
resulte necesario. No riegue nunca se­
millas finas desde arriba; coloque el con­
tenedor en un tanque de agua poco pro­
fundo durante poco rato, de modo que
el agua sea absorbida por capilaridad.
Cuando las semillas hayan germinado,
rocíe ocasionalmente con fungicida.
Trasplantado en agujeros preparados
Una vez que sean suficientemente gran­
des, extraiga los plantones. Golpee el
costado del contenedor para aflojar la
tierra, o retírela junto con los plantones
y sepárelos, tocando las raíces lo menos
posible.
Transfiera a tiestos limpios o a semi­
S ie m b r a de S em illa s en C ontenedores
1 2
Siembre las semillas Cubra las semillas con una
uniformemente sobre una capa fina de tierra y agregue
bandeja con tierra para semillas otra de gravilla de 5 mm de
tamizado, golpeando desde un espesor. Etiquete y coloque en
papel doblado. cajonera hasta que germinen.
3 4
Cuando los plantones sean Traslade los plantones a
suficientemente grandes para tiestos individuales, o
manipular, retire cuidadosamente introduzca 3 en uno de 13 cm.
sosteniendo por las hojas. Después de formarse el segundo
par de hojas, ponga en tiesto
individualmente.
lleros con abono para esquejes, nivela­
do pero no compactado. S em illa s d e A r b u st o s
Practique un agujero en la tierra c in­ q u e R e q u ie r e n
troduzca el plantón. Nivele la tierra gol­ T r a t a m ie n t o E s pe c ia l
peando la superficie del contenedor y
afirme, etiquete y riegue. Hasta que los Estratificación
plantones se establezcan, coloque los Amelanchier
tiestos fuera de la luz directa del sol, a Cotoneaster
una temperatura similar a la de la ger­ Euonymus
minación. Hippophae
Viburnum (algunos)
Sembrado de semillas al aire libre
Los semilleros al aire libre resultan úti­ Escarificación
les para sembrar grandes cantidades de Camellia, algunos *
semillas que no requieran atención dia­ Paeonia
ria. Antes de sembrar, prepare el semi­
llero con seis meses a un año de ante­ Remojo
lación. Arbutus
En otoño, rastrille el suelo hasta con­ Camellia, algunos *
vertirlo en una capa labrada fina. Siem­ Caragana
bre las semillas en hileras a 45 cm de dis­ Coronilla, algunos *
tancia entre una y otra, plantando las Cytisus, algunos #
medianas y las grandes individualmen­ Piltosporum, algunos *
te a 10-15 cm de distancia, y esparza las
finas. Sembrado de semillas tiernas
Cubra las grandes y las medianas con Acer palmatum
una capa de 0,5-1 cm, pero deje las fi­ Daphne
nas al descubierto. Luego coloque una Kalmia
capa de 0,5-1 cm de gravilla encima del Rhododendron, algunos *
semillero.
Afirme la gravilla con una tabla de C la ve
afirmar y etiquete las hileras. ♦ No resistente
 Cuidados ulteriores para arraigo. Entre finales del otoño siguien­ Acodado aereo
A rb u sto s P r o pa g a b l e s plantones al aire libre te y principios de primavera, prepare Esta técnica resulta especialmente ade­
por A co da d o Proteja los plantones del viento con ma­ el suelo alrededor del tallo a acodar cuada para arbustos cuyas ramas difí­
lla 50 % permeable, y, de las heladas, para que quede desmenuzable. Agregue cilmente alcanzan el nivel del suelo.
S en c ill o con placas opacas. Si la distancia entre grava y tierra negra si el suelo fuera En primavera, seleccione un tallo de
Andromeda las semillas es correcta, las enfermeda­ pesado. un año, fuerte y sano, que haya madu­
Aucuba des no deberían atacarlas, pero el pul­ Conserve las hojas del extremo del rado. Corte los vástagos laterales y las
Carpenteria gón verde (véase «Afidos», p. 550), los vástago elegido, pero elimine las restan­ hojas, dejando el tallo limpio detrás de
Cassiope ácaros araña roja (p. 550) y los ratones tes y cualquier vástago lateral. Lleve el la punta. Haga un corte sesgado en el
Chaenomeles (p. 556) podrían causar problemas. tallo a ras de suelo y marque el suelo al­ tallo y espolvoree con hormona de
Chionanthus Si el espaciado es el correcto, es po­ rededor de 22-30 cm detrás de la punta arraigo.
Corylopsis sible dejar los plantones en el semillero del tallo. En este sitio cave una zanja Corte la parte sellada de un saco de
Daphne blagayana hasta el otoño siguiente; en ese momento poco profunda para el tallo. Practique plástico negro u opaco de unos 22 x 18
Disanthus hay que ponerlos en tiestos o trasplan­ un corte pequeño en la parte del tallo cm. Métalo en el tallo como si fuera una
Elaeagnus commutata tarlos a un semillero separado. que será estaquillado en la zanja, es de­ manga y sujete el extremo más alejado
Epigaea cir, a unos 30 cm detrás de la punta, bien de la punta en desarrollo atando el saco
Erica con un corte sesgado, o eliminando un firmemente alrededor del tallo con cin­
Fothergilla Propagación por acodado anillo de corteza. Espolvoree el corte con
hormona de arraigo y después estaqui­
ta aislante, rafia o cuerda.
Gaultheria forrestii * Humedezca una mezcla de arraigo
Illicium, algunos El acodado es un método para propa­ lle el tallo dentro de la zanja con un bien aireada, compuesta por musgo es-
Kalmia gar arbustos en el cual se estimula un alambre doblado, inclinando la punta fagnáceo o una mezcla a partes iguales
Laurus tallo a desarrollar raíces antes de sepa­ hacia arriba y sujetando a una caña. de perlita y sustituto de turba (o turba),
Magnolia rarlo de la planta madre. La caída y el Vuelva a llenar la zanja y afirme la tie­ de modo que esté mojado, pero no em­
Osmanthus, retoñado —técnicas que se emplean rra, dejando la punta expuesta. papado. Apriete la mezcla húmeda den­
algunos * comercialmente— son variantes del aco­ Mantenga húmeda la zona alrededor tro del saco alrededor del corte del ta­
Rhododendron, dado. del acodo a lo largo de la estación de llo y selle el extremo superior. No mueva
algunos * desarrollo. Para otoño, el acodo debe­ el saco durante una estación completa.
Skimmia Kalmia Acodado simple ría haber arraigado. En la primavera si­ Durante la primavera siguiente, con­
Stachyurus, algunos * latifolia Con este método resulta posible propa­ guiente, controle que se haya formado trole que el acodo haya arraigado. Si es
Syringa gar muchos arbustos caducifolios y pe­ un buen sistema de raíces antes de se­ así, corte inmediatamente debajo del
Vaccinium corymbosum rennes. En otoño o primavera, alrede­ parar el acodo de la planta madre; des­ punto de acodo. Retire el saco y extrai­
dor de 12 meses antes del acodado, pode pués, ponga en tiesto o plante en el jar­ ga las raíces. Pode cualquier desarrollo
C lave una rama baja de la planta madre para dín. Si no ha arraigado, o sólo hay unas nuevo en el tallo acodado hasta una hoja
* No resistente estimular el desarrollo de vástagos vi­ pocas raíces, mantenga junto a la plan­ o un brote de la leña vieja. Ponga en
gorosos, que tienen mayor capacidad de ta madre durante otra estación. tiesto empleando una tierra corriente o
uno ericáceo, según convenga. Etique­
te y coloque el acodo en un invernade­
ro fresco o en una cajonera, hasta que
P r o p a g a c ió n de un A rbu sto por A c o d a d o S im p l e la planta joven esté bien establecida. Si
no se han desarrollado raíces, o sólo al­
gunas pocas al retirar el saco, vuelva a
sellarlo y déjelo en su lugar durante va­
rios meses más. Después efectúe el pro­
cedimiento antes descrito.
Acodado de extremos
Algunos arbustos, sobre todo especies
e híbridos del género Rubus, arraigan
fácilmente desde los extremos de los ta­
llos y pueden propagarse de este modo.
En primavera, seleccione un vástago vi­

1 2
Elija un tallo joven, flexible,
y que crezca cerca del suelo.
Lleve hasta el suelo y marque su
posición con una caña a 22 cm
detrás de la punta.
En el punto marcado, cave un
agujero en el suelo preparado de
8 cm de profundidad, con una cara
ligeramente inclinada donde el tallo
se une a la planta madre.
3
Elimine los vástagos laterales
y las hojas del tallo elegido.
En la parte de abajo del tallo,
donde toque el suelo, corte una
lengüeta de corteza.
goroso de un año y elimine la punta que
crece para estimular vástagos laterales.
A finales de primavera, cultive el suelo
alrededor del vástago. Mezcle con ma­
teria orgánica y arenilla si el suelo es
pesado.
A mediados de primavera, cuando el
desarrollo del extremo sea ligeramente
firme, lleve el tallo a ras de suelo y mar­
que la posición del extremo. En ese pun­
to, cave una zanja de 7-10 cm de pro­
fundidad con una cara vertical y la otra
inclinada hacia la planta madre. Esta­
quille el extremo creciente en el fondo
de la zanja ccrca de la cara vertical por
medio de grapas de alambre en forma
de «U». Rellene la zanja, afirme ligera­

4 5
mente y riegue.

Aplique una hormona de
arraigo al corle del tallo.
Estaquille el tallo con alambre
doblado, de modo que la
superficie de corte permanezca en
contacto con el suelo.
Doble suavemente la punta del
tallo en forma vertical y fije a la
caña con una ligadura. Llene el
agujero con más tierra. Afirme
ligeramente con los dedos
y riegue.
6
Una vez arraigado (véase
detalle), retire el tallo acodado
y separe de la planta madre,
cortándolo cerca de las raíces
nuevas y jóvenes. Ponga en un
tiesto el acodo o plántelo.
A finales de otoño deberían haberse
desarrollado plantas bien arraigadas.
Corte éstas en el punto en el que el ta­
llo arqueado entra en la zanja. Retire los
acodos arraigados y ponga en tiesto o
 R etoñado
A co da d o A é r e o de un A r b u st o
Cubra los vástagos con tierra que
drene libremente, agregando más a
1 2
Elija un tallo sano y Deslice una manga de plástico medida que crezcan. Los vástagos
horizontal del crecimiento del encima y a lo largo del tallo; arraigarán, y se pueden separar en
año anterior. Corte las hojas y los selle y fije el extremo inferior de otoño y poner en tiesto.
vastagos laterales dejando un la manga al tallo con cinta
tallo limpio de 22-30 cm de largo. adhesiva. vuelva a plantar al aire libre. (Véase tam­
bién Acodado de extremos, p. 411.)
Caída
Empleando esta técnica, la planta que­
da casi enterrada. Se la utiliza para cul­
tivar arbustos enanos, tales como rodo­
dendros y brezos de crecimiento poco
elevado (Erica, Daboecia, Calluna), a
partir de plantas madres que se han
vuelto dispersas.
Durante la estación inactiva, entresa­
3 4
Repliegue la manga. Corte en Empape dos manojos de
que las ramas de las plantas que posean
diagonal 4 cm a una musgo esfagnáceo en agua, una masa de tallos apiñados para per­
profundidad de 5 rnm, en el exprima suavemente. Empuje el mitir que los demás tallos tengan un
sentido del crecimiento. Aplique musgo dentro del corte, contacto suficiente con el suelo para de­
polvo de arraigo. manteniéndolo abierto. sarrollar raíces una vez enterrado. Antes
de que comience a crecer —pero después
que haya pasado el riesgo de que pene­
tren las heladas—, cave un agujero su­
ficientemente grande como para enterrar
la planta, dejando visibles sólo los ex­
tremos de las ramas. Si el suelo es pesa­
do, agregue arenilla y materia orgánica.
Retire la planta madre junto con el ce­
pellón lo más completo posible y déje­
lo «caer» dentro de un agujero prepa­
rado. Cultive el suelo alrededor de cada
tallo, dejando expuesto 2,5-5 cm de cada
extremo. Afirme el suelo y etiquete.
Mantenga el suelo húmedo en verano y,
5 6
Vuelva a colocar el plástico Siga rellenando la manga en otoño, retire la tierra alrededor de la
sobre el corte. Rellene con con musgo hasta 5 cm del planta cuidadosamente para controlar
cuidado con más musgo extremo abierto. Cierre éste y fije el arraigo. Separe cualquier vástago
humedecido, de manera que éste con cinta adhesiva. arraigado de la planta madre y ponga
rodee el tallo completamente. en tiesto o plante, etiquetando con cla­
ridad. Si el arraigo no se hubiera pro­
ducido, vuelva a colocar la tierra y dé­
jela otros 12 meses.
Retoñado
Aunque se utilice fundamentalmente
para cultivar rizomas de árboles fruta­
les, el retoñado también se puede utili­
zar para la propagación de arbustos or­
namentales caducifolios, tales como
sanguiñuelos (Cornus) y lilas (Syringa)
a partir de plantas no injertadas.
En primavera, plante un acodo arrai­
7 8
La manga sellada estimula el Una vez que el acodo haya gado u otra planta joven, etiquete y siga
arraigo, reteniendo la arraigado, retire la manga y cultivando durante una estación más.
humedad. Manténgala en el lugar corte el acodo debajo de las Recorte el tallo hasta una distancia de
durante una estación de raíces. Ponga en un tiesto o 8 cm del suelo y aplique un fertilizante
desarrollo por lo menos, para que plante el arbusto nuevo (aquí, un equilibrado a razón de 120 g por m2.
crezcan raíces nuevas. rododendro) al aire libre. Cuando los vástagos resultantes de este
A r b u st o s P r o pa g a b l e s
po r A codado
A éreo
Citrus *
Ficus, algunos #
Hamamelis
Kalmia latifolia
Magnolia
Rhododendron, algunos *
A r b u st o s P r o pa g a b l e s
por R etoñado
Amelanchier
Cotinus coggygria (y cultivares)
Hydrangea arborescens,
H. paniculata
Prunus glandulosa
Ribes
sanguineum
Ribes
Salix
Stephanandra
C la v e
♦ No resistente
tallo (o retoño) midan 15 cm, introduz­
ca tierra desmenuzable —enriquecida
con materia orgánica— entre los vásta­
gos y entiérrelos. Agregue arenilla si el
suelo es pesado. Al crecer los vástagos,
siga amontonando tierra hasta enterrar
22 cm de cada uno de los vástagos. En
tiempo seco, mantenga la tierra húmeda.
En otoño, quite la tierra suavemente
con una horca hasta el nivel del suelo
inmediatamente después de la caída de
las hojas, dejando los vástagos arraiga­
dos expuestos. Córtelos y ponga en ties­
to o plante. A condición de mantener los
retoños fertilizados, el procedimiento se
puede repetir anualmente y se puede em­
plear el mismo retoño para propagación
en los años subsiguientes.
Acodado francés
Este método de propagar arbustos es un
tipo de retoñado, y resulta adecuado
para aumentar el surtido de arbustos ca­
ducifolios, tales como los sanguiñuelos
(Cornus alba, C. stolonifera) y Cotinus
coggygria.
En primavera, plante un acodo arrai­
gado o una planta joven, etiquete y cul­
tive durante una estación más. Luego,
durante la estación inactiva, recorte el
retoño hasta 8 cm del suelo. En la pri­
mavera siguiente, aplique un fertilizan­
te equilibrado a razón de 60-120 g por
metro cuadrado.
En el otoño siguiente, elimine todos
los tallos salvo los cinco mejores; acor­
te los extremos de éstos para que todos
sean de igual longitud. Clave cada tallo
en el suelo con grapas de alambre en
«U», extendiendo las ramas de modo
parejo alrededor del retoño madre. En
primavera, cada brote a lo largo del ta­
llo debería abrirse al mismo tiempo.
Cuando los vástagos nuevos de los ta­
llos estaquillados midan 5-8 cm de lar­
go, retire las estaquillas y cultive el sue­
lo alrededor del retoño m adre,
incorporando fertilizante equilibrado a
razón de 60-120 g por m2. Vuelva a es­
paciar los tallos de forma pareja, dejan­
do caer dentro de una zanja de 5 cm de
profundidad. Estaquille cada tallo y cu­
bra con tierra, dejando los extremos de
los vástagos expuestos. Al desarrollar­
se, entierre los vástagos nuevos, dejan­
do sólo 5-8 cm, hasta que el montón de
tierra mida 15 cm de altura. Riegue en
tiempo seco. Después de caídas las ho­
jas, retire cuidadosamente la tierra al­
rededor de los vástagos nuevos con una
horca hasta dejar los tallos horizonta­
les expuestos. Córtelos a ras del retoño
central. Luego corte los tallos para se­
parar los trozos arraigados. Ponga en
tiesto o plántelos en el jardín y etique­
te. Se puede utilizar el mismo retoño
para producir nuevos acodos.
División
La división es un sistema sencillo para
aumentar la cantidad de arbustos pro­
ductores de chupones. Los adecuados
comprenden Ruscus, Kerria, Gaullheria
y Sarcococca. Los arbustos deben cre-
A r b u sto s de C h u po n es
q u e se p u e d e n D iv id ir
Amelanchier canadensis
Andromeda
Aronia
Aster albescens
Berberís buxifolia
Buxus sempervirens
Cassiope hypnoides
Ceratostigma ptumbaginoides
Clerodendrum bungei
Cornus alba,
C. canadensis,
C. stolonifera
Cornus canadensis
Danae racemosa
Diervilla lonicera
Erica
Euonymus fortunei
Gaullheria, algunos *
Itea virginica
Kerria
Mahonia repens
Menziesia ciliicalyx
Paxistima
Pernettya
Polygala, algunos *
Rhus, algunos #
Ruscus aculeatus
Sarcococca
Spiraea japónica (cultivares)
C lave
♦ No resistente
cer sobre su propia raíz, no injertados
sobre un rizoma.
Retire la planta del suelo antes de co­
menzado el desarrollo de primavera.
Rompa la masa en sectores, conservan­
do aquellos que tengan vástagos vigo­
rosos y raíces bien desarrolladas. Pode
cualquier raíz dañada y reduzca el de­
sarrollo superior en un tercio para re­
ducir la pérdida de agua a la mitad.
Vuelva a plantar las divisiones al aire li­
bre y riegue en tiempo seco. Alternati­
vamente, retire una raíz con chupones
cortándola de la planta madre y replan­
tando al aire libre.
En algunos arbustos, incluyendo
Rhus, se puede estimular la aparición
de chupones cavando profundamente al­
rededor de la planta madre en verano o
en otoño. Esto daña las raíces y estimula
que los brotes adventicios produzcan
chupones en primavera. Estos chupones
arraigados se pueden poner en tiesto o
plantar.
Injertos
Esta técnica se utiliza para unir dos
plantas de manera que crezcan juntas
como una sola. Una parte, llamada púa,
se toma de la planta a propagar, y pro­
porciona el desarrollo superior de la
planta nueva, mientras que la otra par­
te, llamada patrón, proporciona el sis-
P r o p a g a c ió n de A r b u st o s
1 2
Retire una raíz con chupones
sin mover ¡a planta madre.
Controle que existan raíces
fibrosas en la base.
3 4
Recorte la raíz principal hasta
las raíces fibrosas y divida los
chupones de modo que cada
trozo tenga sus propias raíces.
Recorte el crecimiento superior a
la mitad.
tema de raíces. El patrón y la púa de­
ben ser compatibles, y normalmente
pertenecen a la misma especie o a unas
íntimamente relacionadas.
El injertado es una manera importan­
te de propagar arbustos de arraigo difí­
cil, o cuya reproducción exacta a partir
de semillas es difícil. Utilizando patro­
nes seleccionados resulta posible aumen­
tar el vigor, la resistencia a las enferme­
dades y la tolerancia a condiciones de
cultivo específicas de una planta, y, a ve­
ces, controlar su pauta básica de creci­
miento.
Entre las muchas variantes de esta téc­
nica en particular, tres utilizadas amplia­
mente son las de sillín, de escudete y en
cuña apical. En todos los casos, los ri­
zomas y las púas deben unirse inmedia­
tamente después de ser cortados, y la su­
perficie de corte debe mantenerse
iimpia.
Injertado de sillín
Esta técnica de injertado se utiliza pre­
dominantemente para propagar especies
perennes de rododendros y de híbridos,
utilizando, por lo general, Rhododen­
dron poní¡cum como rizoma. Alrededor
de un mes antes de injertar, a finales de
otoño o principios de primavera, tras­
lade el patrón dentro de un invernade­
ro a una temperatura de 10-!5°C.
A finales de invierno, o justo a prin­
cipios de primavera, seleccione el ma-
p o r d iv is ió n d e C h upones
Elimine la raíz larga con
chupones cortando cerca de la
planta madre. Compacte la tierra
alrededor de la planta madre.
Vuelva a plantar los chupones
en suelo abierto dentro de
agujeros de plantado preparados.
Afirme ¡a tierra alrededor de los
chupones y riegue. (La planta aquí
utilizada es Gaultheria shallon/
terial para púas para que esté listo para
injertar. Las púas deberían medir 5-13
cm, y han de recogerse a partir de vásta­
gos de un año —vigorosos y no floreci­
dos— de la planta a propagar. Si sólo hay
vástagos con brotes de flores, elimine és­
tas. Etiquete las púas y almacene den­
tro de un saco de plástico en la nevera.
Elija un patrón de tallo recto del gro­
sor de un lápiz y recorte hasta 5 cm de
la base, efectuando un corte recto a tra­
vés del tallo con podaderas. Luego, uti­
lizando un cuchillo, efectúe dos cortes
inclinados formando una «V» inverti­
da en la punta del patrón. Prepare la
púa haciendo dos cortes inclinados igua-
ies, de manera que su base —el sillín -
encaje cómodamente en la punta del
patrón.
Asegure que los dos sectores del in­
jerto encajen bien, y luego ate el patrón
y la púa con cinta de injertar. Recorte
cualquier hoja muy grande por la mi­
tad para reducir la pérdida de humedad.
Etiquete y coloque la planta injertada
en un propagador, protegida de la luz
directa del sol. Controle el regado y la
higiene de la planta diariamente y rocíe
una vez a la semana con una solución
fungicida. Normalmente, la unión se
produce después de cuatro o cinco
semanas.
Una vez que la púa comienza a cre­
cer, retire la cinta y temple la planta in­
jertada de un modo gradual, abriendo
el propagador durante períodos cada vez
más largos cada día. Si se mantiene la
planta injertada dentro del tiesto origi­
nal a lo largo de una estación, aplique
un alimento líquido una vez al mes.
Injertado de escudete
Esta técnica de injertado es utilizada
para propagar una variedad de arbus­
tos, tanto perennes como caducifolios.
La mayoría de los injertos de escudete
se efectúa a finales de primavera, pero
los caducifolios, tales como Hamame-
lis, también se pueden injertar en verano.
Elija plantones de uno a tres años que
sean compatibles con la planta a pro­
pagar para obtener patrones adecuados.
Los tallos deben tener el grosor de un
lápiz. Alrededor de tres semanas antes
del injertado, lleve el patrón a un inver­
nadero. Riegue poco, de modo que el
patrón no interrumpa el período inac­
tivo demasiado pronto, ya que los mo­
vimientos vigorosos de la savia podrían
impedir un injertado positivo. Si injer­
ta en verano, utilice plantones de dos
años para los patrones, manteniéndolos
bastante secos durante un mes.
Tanto para el injertado en verano
como para el de invierno, prepare y una
las púas y los patrones del mismo modo.
Justo antes de insertar, recoja vásta­
gos vigorosos de un año que tengan algo
de leña madura para utilizarlos como
púas. Deberían tener el mismo grosor
que los patrones sobre los que se injer­
tarán. Si se produjera un retraso, etique­
te las púas y coloque dentro un saco de
plástico en la nevera.
 I n je r t a d o S il lín
de
Elija vástagos vigorosos no
florecientes del desarrollo del
año anterior de ¡a planta a
propagar (aquí, rododendro) como
púas.
4 5
Efectúe unos cortes
inclinados compatibles en la
púa (véase detalle), acortando
hasta 5-13 centímetros.
Al injertar, corle primero la púa a
15-20 cm de largo, o a 10-12 cm para las
magnolias. Efectúe un corte inclinado
en la base de la púa de 2,5-4 cm de lar­
go, despúes déle la vuelta y efectúe un
pequeño corte en forma de cuña del otro
lado. Reduzca el tallo del patrón en 30
cm. Haga dos cortes en el patrón, co­
menzando a 8 cm del suelo, sacando una
astilla de leña y dejando un corte que
encaje con el de la púa.
Junte los patrones y las púas de ma­
nera que las capas de cámbium encajen
lo mejor posible y, si resultara necesa­
rio, sólo de un lado en el caso de patro­
nes y púas de anchos diferentes; sujéte­
los firmemente con cinta de injertado.
Etiquete la planta injertada y coloque
en un propagador a una temperatura de
10-15“C. Riegue regularmente y aplique
fungicida una vez a la semana.
La unión debería ocurrir en cuatro a
cinco semanas. Temple la planta injer­
tada durante las cuatro semanas siguien­
tes, después retire del propagador y cul­
tive en un invernadero fresco.
Cuando la púa crezca, recorte gra­
dualmente el tallo del patrón; al final de
la primera estación de crecimiento, de­
bería estar recortado todo el patrón que
quede por encima de la unión de injer­
2
Prepare
un
elegido del
mismo diámetro
de la púa,
recortándolo
hasta 5 cm de
su base.
Coloque la púa encima del Fije la púa con cinta de
patrón de madera para que injertado o rafia. Recorte las
encajen. Si la púa es demasiado hojas muy grandes por la mitad.
estrecha, coloque de manera que un Deje la planta injertada dentro de
lado de la capa de cámbium se junte un propagador hasta la unión.
con la del patrón.
tado. Durante la primera estación, reti­
re la ligadura inicial y, si el crecimiento
es rápido, reemplace con una única li­
gadura de rafia.
Recorte el rizoma justo encima de la
unión en las plantas injertadas en vera­
no. Reemplace la ligadura original por
una pequeña alrededor de la unión, ya
que la púa tiene tendencia a despegarse
del rizoma. Sostenga la guía con una
caña después de volver a poner en ties­
to. Para más detalles, véase Propagación
ele árboles por injerto de escudete, p. 58.
Injertado en cuña apical
El injertado en cuña apical o injertado
hendido es una técnica relativamente di­
recta, y resulta adecuada para la propa­
gación de ciertos arbustos, que com­
prenden Caragana, Hibiscus, y lilas
(Syringa).
A mediados de invierno, colecte ta­
llos de un año vigorosos para utilizar­
los como púas. Coloque en un saco de
plástico claramente etiquetado y alma­
cene en la nevera para retrasar el desa­
rrollo.
También a mediados de invierno, se­
leccione plantones de un año de arbus­
tos compatibles para utilizarlos como
patrones. El patrón y la púa deberían
A r b u st o s q u e P u e d e n
se r I n je r t a d o s
Sillín
Rhododendron, algunos *
(numerosos
híbridos y especies)
Escudete
Acer palmatum (cultivares)
Aralia elata ‘Aureovariegata’
Arbutus unedo (cultivares)
Camellia reticulata,
C. sasanqua
3
Con un cuchillo afilado, Caragana arborescens
corte el rizoma inclinado Coloneaster x ‘Hybridus
hacia arriba, de modo que el Pendulus’
extremo tenga la forma de una Daphne bholua, D. petraea
«V» invertida ligeramente Hamamelis
redondeada. Magnolia
Pittosporum eugenioides
‘Variegatum’ #
Prunus glandulosa
Rhapiolepis
Hibiscus
sinosyriacus
‘Lilac Queen1
Cuña-apical
Caragana arborescens
‘Walker’
6
Daphne arbuscula
Hibiscus, algunos *
Syringa
C la v e
# No resistentes
tener el grosor de un lápiz. Inmediata­ La unión de la púa y el patrón debe­
mente antes de injertar, retire el patrón ría tener lugar dentro de cinco a seis se­
y lávelo. Corte el tallo de modo horizon­ manas. Retire la cinta o rafia cuando
tal, alrededor de 2,5 cm por encima de exista una unión firme. Ponga las plan­
las raíces. Practique un corte vertical de tas del semillero en un tiesto y temple
2,5 cm a lo largo del centro del tallo del gradualmente. Cultive las plantas duran­
patrón. te otro año en una cajonera antes de
Retire las púas de la nevera y elija una plantar al aire libre.
con brotes sanos de un diámetro simi­
lar al del patrón. Recorte haciendo un I n je r t a d o en C u ñ a A pic a l
corte horizontal justo por encima de un
brote sano o de un par de ellos, y otro
similar 15 cm más abajo. Para formar
la cuña, efectúe un corte largo y sesga­
do hacia la mitad de la base de la púa
y otro similar del otro lado.
Meta la púa dentro del corte prepa­
rado en el patrón. Si la púa fuera más
angosta que el rizoma, alinie un borde
de la púa de manera que quede nivela­
do con otro del patrón. Sujete con cin­
ta o con rafia húmeda. Si utiliza rafia,
pinte los bordes de unión con cera para
injertado para evitar la pérdida de hu­
medad y selle la punta de la púa. O bien
ponga en un tiesto las plantas injerta­ Haga un corte vertical en el patrón.
das o introdúzcalas en tierra dentro de Corte la base de la púa en forma de
un semillero. Etiquete y luego coloque «V» con dos cortes hacia abajo y
dentro de un propagador a 10°-15°C. La empújela dentro del patrón. Fíjelos
temperatura más elevada estimulará una juntos, ponga en un tiesto y coloque
unión más veloz. en un propagador.
Fucsias
L as fucsias son plantas de una gran
adaptabilidad, y se cultivan por
sus hermosas flores colgantes, que van
desde tubos delgados y modestos hasta
flores dobles de dos colores con péta­
los característicos inclinados hacia atrás.
Es posible utilizar todas las especies y
cultivares en esquemas de macizos ve­
raniegos o cultivarlas en contenedores;
muchas de ellas son lo bastante resisten­
tes como para ser utilizadas en planta­
ciones permanentes. Las que crecen rec­
tas se pueden guiar como las estándar
u otros patrones formales, mientras que
los cultivares rastreros tienen buen as­
pecto plantados en cestas colgantes o en
jardineras de ventanas. Los viveristas
han producido una vasta gama de híbri­
dos entre resistentes y ligeramente tiernos.
La mayoría de ellas no soporta el sol
intenso ni la temperatura cálida de los
invernaderos; en las zonas frías, muchas
necesitarán protección en invierno.
Propagación
Las fucsias crecen con facilidad a par­
tir de esquejes, y las plantas así propa­
gadas casi siempre son mejores que las
cultivadas a partir de semillas. Si las
plantas tienen vástagos adecuados no
florecidos, se pueden tomar esquejes en
cualquier época del año. Si se los corta
a principios de primavera, pueden con­
vertirse en plantas de exposición a fina­
les del verano; si son de finales del ve­
rano, se pueden invernar los esquejes en
un invernadero para que florezcan a fi­
nales de primavera. Los extremos elimi­
nados también arraigarán.
Cultivar plantas nuevas a partir de es­
quejes de raíces es un procedimiento len­
to que sólo sirve cuando la cabeza de
una planta muere por causa de la hela­
da (para más detalles, véase «Esquejes
de raíz», p. 86).
C óm o G u ia r una F u c sia de
1 2
Cuando un esqueje de fucsia
haya desarrollado tres juegos
de hojas, elimine la punta de
crecimiento. Esto estimulará la
producción de vástagos laterales
en la parte inferior del tallo.
E sq u e je s P unta
S e c c ió n
d e T a llo
Tallo cortado
justo por
encima y por
debajo de un
juego de hojas
E s q u e je d e u n a
S o la H o ja
Tallo cortado en
vertical para retener
una sola hoja.
Los esquejes pueden tomarse en
cualquier momento del año de
puntas de crecimiento, al detener la
planta, o a partir de hojas.
Esquejes de leña verde
Corte el tallo debajo de un nodulo jun­
to con la punta y tres juegos de hojas.
Elimine los dos de más abajo y proce­
da igual que para los demás arbustos
(véase p. 83).
Para obtener varios esquejes, corte un
vástago joven en trozos, cada uno con
un grupo de hojas y I cm de tallo por
encima o por debajo de éstas. Estas
muestras pueden partirse para obtener
esquejes de una sola hoja, a condición
de que el brote del eje de la hoja no esté
dañado. Proporcione calor en la base
para acelerar el arraigo, especialmente
M a ta
Unas semanas después,
cuando se hayan desarrollado
algunos vástagos laterales, elimine
el juego de hojas superior de cada
vástago lateral para estimular una
ramificación ulterior.
F u c s ia s R e s is t e n t e s y T ie r n a s
F. ‘Celia Smedley’ F. ‘Estelle Marie’
Crece derecha. Para Crece derecha. Macizos
guiar como estándar. de verano.
Semiresistente. Semiresistente.
F. ‘While Ann’ F. ‘Thalia’
Crece derecha. Para Crece derecha. Macizos
guiar como estándar. veraniegos. Sensible a
Semiresistente. las heladas.
a principios del año. Mantenga una at­
mósfera húmeda, pero deje que el aire
circule libremente.
Una vez arraigados, trasplante den­
tro de tiestos con 6 cm de tierra y ali­
mente semanalmente con un fertilizan­
te líquido rico en nitrógeno. En las
primeras etapas, no utilice alimentos con
alto contenido en fosfatos o potasa.
Vuelva a poner en tiestos de 13 cm
cuando las raíces alcancen la parte ex­
terior de la bola de tierra. Utilice tierra
con base de sustituto de turba o turba
que tenga buen drenaje. Plante en el ex­
terior después de la última helada.
3 4
Siga eliminando las puntas de
crecimiento de los nuevos
vástagos laterales a medida que se
desarrollen.
F. ‘Lady Thumb’
Crece flexible. Para
guiar como estándar en
miniatura.
F. fulgens
Crece derecha. Frutos
comestibles pero ácidos.
Sensible a las heladas.
Guia
La manera más común de guiar fucsias
es en matas o en estándares. Es posible
crear abanicos y entrelazados del mis­
mo modo que con los árboles frutales
(véase p. 382, y «Melocotones», p. 393).
Fucsias de matas
Comience a guiar las matas apenas las
plantas jóvenes desarrollen tres juegos
de hojas. Para formar una mata, deten­
ga el extremo que crece para estimular
la aparición de dos a cuatro vástagos
laterales. Cuando éstos hayan desarro-
Deje de eliminar vástagos
laterales cuando la planta
haya adquirido un aspecto
simétrico. Las plantas flexibles
podrían requerir un estacado.
 C ómo G u ia r una F u c s ia E s t á n d a r
1 2
Cuando el esqueje mida
15 cm, elimine los vastagos
laterales si aparecen en los ejes de
las hojas.
liado dos juegos de hojas, detenga los
vástagos hasta que la planta sea suficien­
temente tupida.
Cada detención aumenta el número
potencial de flores, pero retrasa el flo­
recimiento. Para que éste se produzca en
el momento de la exposición, detenga
por última vez 60 días antes de la expo­
sición en el caso de cultivares individua­
les, 70 días para las scmidoblcs, y 80 días
antes para las dobles.
Fucsias estándar
Para guiar una estándar, deje crecer el
extremo de una planta joven y espere a
que aparezcan los vástagos laterales.
Después elimine todos éstos, pero no las
hojas del tallo principal. Sujete el tallo
a una caña a intervalos para sostener la
planta.
Continúe hasta alcanzar el largo de­
seado para el tallo principal. Los largos
de tallo reconocidos para una estándar
son: «estándar miniatura», menos de
25 cm; «cuarto de estándar» 25-45 cm;
«medio estándar» 45-75 cm, y una «es­
tándar completa» alcanza los 75-107
centímetros.
Ahora deje desarrollar un juego ul­
terior de tres hojas, después elimine la
punta. El guiado corresponde al mismo
sistema de detención que para una mata.
Llevará 18 meses para lograr una es­
tándar completa, y unos seis meses para
una de cuarto o de miniatura.
Cultivo de fucsias
en contenedores
Las fucsias crecen bien en tiestos y ces­
tas colgantes y, si están bien cuidadas,
florecerán poco después de haber ido
plantadas hasta las primeras heladas.
Póngalas donde reciban sombra duran-
Continúe Cuando el estándar
haciendo esto para 3
alcance la altura
obtener un tallo largo deseada, deje que
y recto. Sujete la
produzca 3 juegos de
planta a una caña. hojas más y elimine la
punta de desarrollo.
te una parte del día. Elija sólo un culti­
var por contenedor, ya que cultivares di­
ferentes crecen en proporciones diferen­
tes. La mezcla de fucsias con otras
plantas también proporciona una posi­
tiva exhibición.
Planificación
Emplee tres buenas plantas para un ces­
to, o medio cesto, de 24 cm de diáme­
tro, y un mínimo de cuatro para uno de
30 cm, y más para uno mayor. Para lo­
grar una planta rastrera, elija plantas jó­
venes y tupidas cuyo crecimiento haya
sido detenido varias veces.
Para reducir la necesidad de un ali­
mento adicional regular, utilice un abo­
no corriente o patentado, ya que ambos
incorporan fertilizantes que son de ac­
ción lenta.
C esta C o l g a n t e
Rodee el interior de una cesta con
musgo esfágnico y rellénela con
tierra. Coloque un pequeño tiesto
con grava a la mitad de la
profundidad de la cesta para
distribuir el agua alrededor de las
raíces. Plante fucsias pequeñas 45°
hacia afuera.
4
Elimine las puntas
de los vástagos
laterales que se forman
en la parte superior del
tallo para que sigan
ramificando.
Cuidados rutinarios
Riegue suficientemente como para man­
tener el suelo húmedo, pero no empa­
pado —al menos una vez al día para ces­
tos colgantes, cada pocos días para
tiestos de plástico. Nunca deje los ties­
tos en platos con agua.
Las fucsias en cestos colgantes se be­
neficiarán de un alimento líquido a fi­
nales de verano. Las fucsias resistentes
de jardín requieren un revestido de fer­
tilizante general o de harina de huesos
después de la poda primaveral y otra vez
en verano. Las plantas adultas no requie­
ren una alimentación regular, pero apli­
que un alimento líquido rico en potasa
cuando comiencen a florecer.
Los gorgojos de viña (p. 549), el pul­
gón verde (véase «Afidos», p. 550), la
mosca blanca (p. 550), los ácaros de ara­
ña roja (p. 550) y el moho gris/ Botry-
tis (p. 550) pueden causar problemas. Al
primer indicio de roya (p. 552), elimine
ias hojas infectadas y rocíe con un fun­
gicida sistèmico.
Invernada
Recoger algunos esquejes a principios de
otoño resulta una buena idea como un
seguro contra los daños por heladas. Las
estándares siempre deben protegerse en
invierno.
Fucsias resistentes
En las zonas de otoños fríos, agregue
«mulch» a las fucsias con una mezcla
de paja, hierbas o corteza por encima
de su copa. Incluso si las plantas que­
dan recortadas por las heladas, produ­
cirán vástagos desde la copa como una
planta herbácea. No pode antes de co­
menzar el recrecimiento en primavera;
después, recorte a ras del suelo.
5
Una vez que la cabeza se
haya rellenado, las hojas del
tallo caerán por sí solas o se las
puede eliminar con cuidado.
Fucsias no resistentes
A finales de otoño, traslade las fucsias
que sufran por las heladas a un sitio pro­
tegido. Si se mantienen a una tempera­
tura mínima de 8 °C, podrían seguir flo­
reciendo a lo largo del invierno.
Si no hay un invernadero disponible,
coloque las fucsias tiernas de semillero,
las estándares y otras fucsias guiadas en
lugares libres de heladas. Retire y pon­
ga en tiesto las plantas de los macizos
exteriores. Elimine las puntas y las ho­
jas verdes, y mantenga todas las plan­
tas inactivas durante el invierno, no del
todo secas, y lo más frescas posible.
En primavera, sacuda las raíces para
liberarlas de tierra, ponga en tiestos un
poco más pequeños y pode concienzu­
damente.
Riegue y estimule el crecimiento nue­
vo rociando la leña ligeramente.
In v e r n a d o d e u n a
F u c s ia R e s is t e n t e
Las fucsias resistentes han de
dejarse in situ durante el
invierno. En zonas muy frías,
cubra la base con helechos; las
ramas desnudas proporcionarán
protección contra las heladas.
En primavera, pode las ramas
hasta brotes nuevos fuertes
cerca del suelo.
 4
P lantas T repadoras
L constituyen uno de
as t r e p a d o r a s l e ñ o s a s y h e r b á c e a s
los grupos de plantas más versátiles, proporcionando un
gran campo de acción para el diseño imaginativo dentro
del jardín. Cultivados con soportes, ya sea contra la pared de la
casa o sobre pilares y pérgolas autoportantes, las plantas trepa­
doras aportan un fuerte elemento vertical a los esquemas de plan­
tado. No sostenidas, sus ramas se desparraman frondosamente,
agregando color, textura y horizontalidad a las plantaciones; ade­
más, algunas funcionan eficazmente como tapizantes, ahogando
las malezas. Si se les permite reptar hacia arriba a través de otras
plantas elevadas, las trepadoras pueden extender la estación de
interés y utilizarse para entretejer otros elementos de color y tex­
tura del diseño del jardín. Tal vez una de sus mayores ventajas
sea su potencial para vestir elementos del jardín poco atractivos,
ya sean verjas o muros, tocones, dependencias u otros edificios
del jardín. Muchas de las más populares también son aromáticas,
y sus tallos elevados y de gran alcance producen flores muy fra­
gantes para perfumar el jardín.

Diseño con trepadoras

R esu lta posible realzar jardines U n a E n t r a d a F lo r a l
de cualquier tamaño o aspecto por En este patio elegante,
medio de plantas trepadoras. Algunas, una Bougainvillea une
como las especies Lapageria y Passiflo- una serie de arcadas
ra, se cultivan por la exquisita belleza con sencillez. El
de sus flores; otras, por ejemplo Loni­ espectáculo brillante di;
cera perictymenum, son igualmente sus brácteas vistosas
apreciadas por su fragancia. Muchas son armoniza bien con el
apreciadas por su follaje elegante, que muro cocido por el sol
puede proporcionar interés todo el año que la sostiene. En
en el caso de las perennes o un color jardines libres de
opulento y espectacular en otoño, como heladas, es una de las
en el caso de las especies de Partheno- trepadoras más
cissus y Vilis coigneliae. Incluso sin vigorosas y frondosas.
hojas, su aspecto elegante y su forma
frecuentemente arquitectónica realzan
los severos contornos invernales de los
elementos paisajísticos duros. Un nú­
mero significativo de trepadoras portan
frutos o bayas que resultan atractivas
tanto para el jardinero como para la
fauna.
En sus hábitats naturales, las trepa­
doras utilizan varias técnicas para tre­
par a través de plantas huésped con el
fin de alcanzar la luz. En los jardines
resulta posible aprovechar los soportes
naturales —y aquellos construidos a
propósito— para adecuarlos al modelo
de desarrollo particular de la planta se­
leccionada.

Métodos de trepar se adhieren a cualquier superficie que

y soportes
Algunas trepadoras son autoadherentes,
fijándose a sus soportes o bien por raí­
ces aéreas (raicillas adventicias), como
en el caso de las hiedras (Hederá esp.)
o por puntas de zarcillas adhesivas como
en el caso de la enredadera de Virginia
(Parthenocissus quinquefolio). Estas
ofrezca el apoyo suficiente, compren­
diendo muros y troncos de árbol, y no
requieren un soporte adicional, salvo du­
rante las primeras etapas, cuando nece­
sitan la guía de una caña, cuerda o alam­
bre hasta que logren establecer un
contacto seguro. Las trepadoras de raí­
ces aéreas también son muy adecuadas
utilizadas como tapizantes.
Las especies entrelazantes enrollan sus
tallos en espiral alrededor de su sopor­
te —en el sentido de las agujas del reloj
o al revés— según sus características
anatómicas y morfológicas. Por ejem­
plo, tanto Lonicera perictymenum como
Manettia influía se enrollan en el senti­
do de las agujas del reloj, mientras que
Ceropegia sandersonii y Wisteria sinen­
sis lo hacen al revés. Todas las especies
entrelazantes requieren un soporte per­
manente, generalmente proporcionado
por una espaldera o alambres. También
es posible cultivarlas subiendo por los
tallos y ramas de una planta huésped só­
lida (véase también «Cultivo de trepa­
doras a través de otras plantas», pág. 96)
Algunas trepadoras, como las clemá­
tides y los mastuerzos (Tropaeolum), se
fijan a los soportes a través de tallos de
hojas ondulados. Muchas otras son tre­
padoras de zarcilla que se enrollan al­
rededor de su soporte por medio de zar-

D iseño de J a r d ín
Enmarcando un busto
formal, Humulus
lupulus ‘Aureus’ ayuda
a realzar un llamativo
centro de atención en
este jardín. Sus hojas
frescas verde lima
tienen un encanto
propio.
cillas sensibles al contacto, que son con
frecuencia hojas u hojillas modificadas,
como en el caso de Bignonia capreola-
ta y en el guisante de olor (Lathyrus
odoratus); con vástagos axilares en Pas-
siflora, o vástagos terminales, como en
las hiedras. En el caso de Parthenocis-
sus, las zarcillas desarrollan discos ad­
hesivos en las puntas una vez en contac­
to con un soporte.
Las trepadoras ascendentes, reptantes
y colgantes, tales como las especies de
Bougainvillea, Quisqualis indica, y el
jazmín de invierno (Jasminum nudiflo-
rum), producen largos tallos arquean­
tes que sólo se fijan de un modo suelto
—si es que lo hacen— a sus soportes.
Estas plantas requieren un ligado a una
estructura de alambres o a una espalde­
ra. Otra opción es dejarlas desparramar­
se sobre muros y riberas para lograr un
efecto menos formal. Las plantas de este
grupo también se utilizan como tapi­
zantes.
Algunas especies —incluyendo los ro­
sales trepadores y algunas especies de
Rubus— están equipadas con espinas
ganchudas que les ayudan a reptar con
naturalidad a través de las plantas hués­
ped. Si no se las cultiva a través de otras
plantas, éstas necesitan ligarse a sopor­
tes sólidos.
Emplazamiento y aspecto
Algunas trepadoras prefieren una ubi­
cación soleada con las raíces a la som­
bra para alcanzar su máximo potencial,
aunque otras requieren un sitio más fres­
co. Otras son menos exigentes y, prefi­
riendo un lugar soleado, sin embargo
toleran la sombra; las especies de Part-
Iwnocissus y Schizofragma sólo son dos
ejemplos entre muchos.
En los climas frescos, las trepadoras
no resistentes podrían necesitar la pro­
tección de un muro mirando al sur. Sin
D is e ñ o con T r e p a d o r a s
do o camuflando el soporte. Muchas ticales u horizontales. Unos paneles de
proporcionan un colorido intenso, mien­ follaje angostos, extendidos hacia arri­
tras que otras ofrecen un contrafondo ba, pueden aumentar la altura de un edi­
más difuso y sutil a todo el diseño del ficio visualmente. Por otra parte, unos
jardín. Se puede realzar la mayoría de paneles de plantas más anchos, que sólo
los edificios a través del efecto suavizan­ crezcan hasta el primer piso, harán que
te de una trepadora cultivada contra sus un edificio alto y angosto parezca más
muros. Del mismo modo, los muros y ancho.
las verjas del jardín se convierten en ele­ Para este propósito, las plantas más
mentos decorativos, revestidas por plan­ adecuadas comprenden a la mayoría de
tas de flores y follaje. las especies de hiedra y otras trepado­
ras de raíz autoportantes, tales como
Realzar un edificio Hydrangea anómala subesp. petiolaris
Antes de plantar, valore los méritos ar­ y Schizophragma integrifoliunr, éstas
quitectónicos de un edificio y utilice las forman opulentos paneles de follaje que
plantas para realzar sus mejores aspec­ pueden podarse para lograr la forma
tos. Se puede complementar un edificio adecuada.
bien diseñado con trepadoras de impac­ En un emplazamiento más relajado e
to visual fuerte, por ejemplo aquellas informal, es posible combinar trepado­
con follaje de forma y colorido distin­ ras vigorosas para obtener una profu­
tivo o con flores espectaculares. Actini- sión de flores y fragancias: el follaje ver­
dia kolomikta —con sus hojas de pun­ de oscuro y las flores blancas de
tas blancas o rosadas y sus flores blancas Ciernalis armandii, junto a las flores ro­
en forma de copa— es una de las tre­ jas y amarillas intensamente perfuma­
padoras más espectaculares para este das de Lonicera x americana, combi­
fin. nan bien con muchas especies de rosales
embargo, existen numerosas trepadoras Utilizando trepadoras también se pue­ trepadores, tal vez con guisantes de olor
resistentes que funcionan perfectamen­ de hacer más atractivo un edificio me­ anuales (Lathyrus odoratus) cultivadas
te sin ninguna clase de protección. nos agradable visualmente. Es posible a través de éstas. Esta combinación re­
utilizar paneles regulares de plantas para sulta particularmente eficaz alrededor de
Emplazamientos soleados o protegidos interrumpir extensiones amplias de mu­ una ventana o puerta, donde se puede
En las zonas templadas, un muro pro­ ros lisos, y también podrían servir para apreciar mejor tanto las flores como los
tegido ofrece un microclima adecuado mitigar o exagerar las líneas fuertes ver­ aromas.
para cultivar trepadoras no resistentes
o de flores exóticas. Tanto Lapageria ro­
sea como la pasionaria común (Passi-
flora caerulea) prosperan en esta ubica­
ción si tienen protección en invierno; el
calor reflejado por el muro ayuda a ma­
durar la leña de manera que las plantas
son más capaces de soportar las tempe­
raturas invernales frías.
El mismo muro ofrece protección
contra heladas de diversos grados. Si es
probable que ocurran heladas durante
la época del florecimiento, evite plantar
tales trepadoras en una ubicación don­
de los pimpollos estén expuestos al sol
de la mañana temprana, ya que los pim­
pollos a menudo resultarán dañados por
el deshielo rápido. Es posible plantar
plantas herbáceas amantes del sol al pie
de las trepadoras como ayuda para con­
servar sus raíces frescas.
Emplazamientos frescos o expuestos
Las trepadoras vigorosas resistentes son
las más adecuadas para los muros som­
breados que miran al norte y para los
expuestos a vientos fríos, por ejemplo,
algunas madreselvas, y muchas hiedras
en particular. En un emplazamiento
muy sombreado utilice hiedras de hoja
verde; las de hojas estriadas o amarillas
prefieren más luz y son propicias al daño
por heladas.
Trepadoras sobre muros,
edificios y verjas
Guiadas sobre muros y edificios, las U na P anta lla In form a l
plantas trepadoras producen un impacto Estas clemátides y rosales trepadores amarillas están entretejidas entre
visual inmediato, ya sea complementan­ alambres proporcionando una atractiva mezcla de colores.
Encubrir con trepadoras
Para camuflar velozmente una depen­
dencia, muro o verja poco atractivas se
pueden utilizar las trepadoras más vigo­
rosas. Utilice plantas como Clematis
montana por la masa de flores blancas
y cremosas que produce a finales de pri­
mavera; o hiedra rusa (Fallopia auber-
tii, sin. Polygonum aubertii), que pro­
duce un encubrimiento denso con
rapidez, combinado con panículas de
minúsculas flores blancas a finales de
verano. Tanto F. aubertii como F. bald-
schuanica son conocidas como hiedras
de un minuto por kilómetro por una
buena razón: son extremadamente ram-
pantes, y por lo tanto hay que empla­
zarlas con mucho cuidado, ya que des­
bordarán a sus vecinas aunque éstas sean
razonablemente vigorosas. También re­
quieren un podado severo y regular para
su control.
Las hiedras resultan más adecuadas
en sitios en los que se requiere un re­
cubrimiento a lo largo de todo el año.
Como otra opción, utilice una com­
binación de plantas caducifolias y pe­
rennes; las hojas siempreverdes fina­
mente cortadas de Clematis cirrhosa,
por ejemplo, proporcionan un realce
perfecto en verano para las flores sua­
ves y rosadas de un rosal trepador ‘New
Dawn’.
Trepadores sobre pérgolas
y pilares
Las pérgolas, los pilares y otras estruc­
turas hechas a propósito permiten ob­
servar las trepadoras desde todos los án­
gulos y, además, aportan elementos
estilísticos fuertes a la estructura del jar­
dín. Pueden utilizarse para agregar al­
tura a un jardín plano. Según los mate­
riales utilizados, pueden ser formales y
So por te N atural
Las flores escarlatas de
Tropaeolunt speciosum
se vuelven aún más
intensas por el
contrafondo opulento
verde intenso
proporcionado por un
seto de tejo (Taxus
baccata).
elegantes, o informales y rústicos. Si es­
tán bien diseñados, pueden resultar muy
atractivos sólo parcialmente cubiertos
por plantas. Sin embargo, deben ser lo
suficientemente fuertes como para so­
portar el a veces considerable peso de
tallos y follaje, y además deberían ser
durables, ya que las plantas necesitarán
el soporte durante muchos años.
Pérgolas
Las pérgolas o glorietas festoneadas por
trepadoras no sólo proporcionan una
zona umbría para sentarse en el jardín,
sino que también confieren una sensa­
ción de reclusión e intimidad a un em­
plazamiento abierto. Las plantas más
adecuadas son aquellas que despliegan
su máximo esplendor durante el mo­
mento del día o de la estación particu­
lar en la cual la estructura se utiliza con
mayor frecuencia.
Si el uso más frecuente de una glorieta
es en los atardeceres de verano, las plan­
tas adecuadas podrían comprender el
jazmín común (Jasminum officinale),
Lonicera perielymenum ‘Graham Tho­
mas’, o el rosal trepador ‘Mme Alfred
Carrière’, todas de flores bellamente per­
fumadas y de colores pálidos que des­
tacan a la luz evanescente. Para obtener
sombra en verano, utilice trepadoras de
hojas grandes, tales como Vitis coigne-
tiae (que también ofrece unos colores
otoñales espléndidos) o V. vinifera' Pur­
purea’, cuyas hojas jóvenes color clare­
te se vuelven púrpura oscuro al madu­
rar. Alternativamente, utilice la apiñada
exhibición floral de Wisteria sinensis
‘Alba’ como bóveda veraniega. Las flo­
res de esta planta son muy efectivas cul­
tivadas sobre pérgolas flanqueando sen­
das. Sin embargo, asegúrese de que los
travesaños sean suficientemente altos
para que no resulte necesario agachar­
se para evitar las flores.
Para un interés invernal, plante pe­
rennes como la hiedra o, en zonas tem­
pladas, Lardizabala biternata no resis­
tentes. Otra opción es utilizar plantas ca­
ducifolias, como las especies de
Celastrus o Wisteria, cuyos tallos des­
nudos adoptan hermosas características
esculturales en invierno.
Pilares
Para agregar un elemento vertical fuer­
te a una orla mixta o herbácea, las es­
pecies de trepadoras tales como las cle­
mátides o Passiflora pueden cultivarse
a lo largo y alrededor de pilares. Tam­
bién tenga en cuenta los pilares para
marcar un eje o un centro de atención,
A s o c ia c ió n d e P l a n t a s
Las hojas en forma de corazón de Vitis coignetiae contrastan de modo
llamativo por su forma y textura con las de Euonymus fortunei ‘Silver Queen’.
C u l t iv o s o b r e
P érgolas
Wisteria sinensis ‘Alba’
es la elección ideal para
una pérgola sobre un
sendero. A principios de
primavera produce una
masa de flores blancas
fragantes, que cuelga en
guirnaldas, esparciendo
su perfume a ¡a altura
adecuada para
apreciarlo.
tal vez en una esquina de una orla o don­
de el jardín cambia de nivel. Una hilera
de pilares en la parte posterior de un ma­
cizo de flores —o a lo largo de un
sendero— pueden eslabonarse por me­
dio de cadenas o cuerdas, guiando las
trepadoras a lo largo de éstas.
Un poste sólido envuelto en paneles
de malla ofrecerá un soporte adecuado
para una trepadora perennes o servirá
como elemento temporal. Si cultiva una
planta caducifolia, que significa que el
pilar será visible en invierno, compre una
espaldera en forma de obelisco o de co­
lumna ya confeccionada que, descubier­
ta, resultará atractiva.
m m

Cultivo de trepadores a
través de otras plantas
En la naturaleza, muchas trepadoras cre­
cen a través de otras plantas, y esto es
un hábito que puede copiarse muy pro­
vechosamente en el jardín —aunque las
trepadoras no deberían ser demasiado
vigorosas con respecto a los huéspedes.
Planifique siempre las combinaciones de
colores con cuidado antes de plantar, te­
niendo en cuenta flores, frutos y folla­
je; la trepadora puede complementar o
contrastar con el huésped cuando éste
despliegue su mayor atractivo, o puede
ampliar el período de interés.
Las trepadoras adecuadas para culti­
var a través de arbustos incluyen híbri­
dos de Clematis viticella y aquellas cle­
mátides de flores grandes que se re­
cortan cada año. También resulta un
método útil para el cultivo de la mayo­
ría de las trepadoras anuales y de Tro-
paeolum speciosum, cuyos tallos y cuyas
flores rojas y ardientes despliegan su me­
jor aspecto sostenidas por otra planta.
Para cultivarlas a través de árboles, las
especies vigorosas, tales como Ampelop-
sis brevipedunculata var. maximowiczii
o Schizopliragma hydrangeoides produ­
cen hermosas combinaciones de flores,
frutos y follaje. Alternativamente, inten­
te mezclar las flores en cascada de Rosa
filipes ‘Kiftsgatc’ con los ramos blan­
cos o rosados de Clematis montana.
Ambas producen tallos fuertes enrollan­
tes que reptan con rapidez sobre las ra­
mas de un árbol.
Trepadores como
tapizantes
Algunas trepadoras, especialmente las
de raíces aéreas, o aquellas de hábitos
ascendentes, rastreros o reptantes, pue­
den cultivarse sin soporte para produ­
cir fajas de tapizante. Resultan parti­
cularmente efectivas si se las deja des­
parramarse sobre una ribera inclinada
o colgar sobre una pared, donde fre­
cuentemente arraigarán en el suelo al pie
del muro.
Las trepadoras que se sujetan por me­
dio de zarzillas adhesivas, tales como las
de la especie Partltenocissus y las tre­
padoras de raíz, resultan extremadamen­
te eficaces para suprimir malezas al cul­
tivarlas como tapizantes. Sin embargo,
tenga cuidado al emplazar estas plan­
tas, porque si existiera otra planta cer­
ca que pudiese servir de soporte podría
resultar desbordada. Para evitarlo, eli­
ja especies menos vigorosas o cambie las
otras plantas de sitio para que la trepa­
dora pueda extenderse.
También pueden utilizarse trepadoras
enrollantes como tapizantes, a condición
de que sus vástagos se extienden de for­
ma pareja sobre el suelo; si fuese nece­
sario, se pueden utilizar ganchos de
alambre para mantener los vástagos en
T a p iz a n t e s
Cultivares de Clematis viticella ‘Abundance’ y ‘Etoile Violette’ forman una
alfombra de color, con brezos (Erica) como huéspedes.
su sitio. Las flores grandes e intensamen­
te coloreadas de Clematis ‘Ernest Mark-
ham’ y C. ‘Jackmanii’ resultan muy
efectivas a ras de suelo, al igual que las
flores escarlatas de Tropaeolum spe­
ciosum.
Trepadores coloreados
Los efectos de color varían según los ni­
veles de luz en las diferentes partes del
jardín. En un lugar soleado, los colores
brillantes o intensos —que absorben la
luz— destacan más que aquellos más
pálidos. Por otra parte, éstos pueden pa­
recer desteñidos bajo una luz fuerte,
pero podrían iluminar con éxito un es­
pacio opaco; el mejor resultado se ob­
tiene cultivándolas en las partes del jar­
dín que se contemplan con mayor
frecuencia por la noche.
Combinaciones de color
El cultivo de trepadoras diferentes
—juntas o con otras plantas— añade
una mayor dimensión a las combinacio­
nes de color. Las trepadoras resultan es­
pecialmente útiles para entretejer los di­
ferentes componentes de color de un
esquema de plantación, creando efectos
brillantes a partir de colores comple­
mentarios o armonías más sutiles con
colores más estrechamente relacionados.
Flores cultivadas por su color
Las trepadoras tienen flores con colo­
res de todo el espectro, desde el violeta
profundo de Clematis viticella ‘Etoile
Violette’ pasando por el escarlata bri­
llante de Campsis radicans hasta el
suave blanco cremoso de Araujia seri-
cofera. Sin embargo, muchas de las
D is e ñ o con T r e p a d o r a s
vuláceo de color violeta-azulado pálido,
resultan más adecuadas para esquemas
de plantación de tonos más sutiles.
Follaje y frutos cultivados por su color
Utilice ias hojas de las trepadoras, así
como sus flores: un uso habilidoso del
follaje puede producir efectos hermosos,
los tonos de las hojas proporcionarán
contrastes suavizantes y equilibrarán el
color intenso de las flores. Humulus lu-
pulus ‘Aurcus’ tiene hojas amarillas que
casi parecen de oro colocadas contra un
fondo oscuro.
Aún más llamativa es Actinidia ko-
lomikta , que tiene hojas salpicadas de
rosa y blanco cremoso. Las hiedras es­
triadas son casi igual de llamativas y,
como son perennes, ofrecen una exhi­
bición todo el año.
Otras trepadoras poseen frutos casi
tan coloridos como sus flores: entre és­
tas destacan los frutos de Akebia quí­
nala (violáceos), la ligeramente poco re­
sistente a las heladas Billardiera
longiflora (frutos violeta-azulados o
blancos) y Celastrus orbien latus (frutos
verdes, luego negros, que se parten en
dos, mostrando un interior rojo con se­
millas amarillas).
trepadoras de colores más intensos son
de origen tropical y no siempre son re­
sistentes en las zonas templadas.
Las trepadoras con flores de colores
intensos tienen un aspecto audaz y ex-
Atractivo a lo largo de las
huberante, pero requieren un emplaza­ estaciones
miento cuidadoso para no resultar abru­
madoras. Las de colores más suaves, Para un atractivo permanente a lo lar­
tales como la Clematis montana ‘Eliza- go del año, proyecte un esquema de
beth’ rosada, o la Codonopsis convol­ plantación en el que distintas trepadoras
C o l o r e s C o m p l e m e n t a r io s
Un viejo muro de piedra ofrece un emplazamiento natural para trepadoras.
Éste tiene una discreta estructura de alambre, alrededor de la que se enrollan
clemátides y Humulus lupulus ‘Aureus’ de hojas doradas.
E fe c t o s d e F o l l a je
Aclinidia kolomikta es
una trepadora caduca
de follaje poco común
y muy decorativo;
muchas hojas tienen
pinceladas de blanco o
rosa en las puntas. En
verano, también
aparecen flores
pequeñas en forma de
copa.
se suceden al avanzar las estaciones. Esta
técnica puede aplicarse a trepadoras que
se cultivan juntas o en partes separadas
del jardín para que siempre exista algún
punto de atención.
Primavera y verano
Muchas trepadoras exhiben su mejor as­
pecto en primavera y verano. Clematis
macropetala, que florece temprano, jun­
to a Loniceraperidymenum ‘Serótina’
—que alcanza la cima a mediados de
verano— son una combinación extrema­
damente efectiva. Cuando desaparecen
las flores de la clemátide quedan unas
esponjosas cápsulas de semillas que
aumentan la belleza de las flores tubu­
lares, perfumadas como una madresel­
F o lla je O t o ñ a l
Este despliegue llamativo de colores otoñales lo producen las hojas carmesí
de Parthenocissus tricuspidata junto al follaje rojizo de Vitis coignetiae.
va, y a menudo continúan la exhibición
a través del otoño y, a veces, incluso en
invierno.
Color otoñal
Algunas trepadoras ofrecen un esplen­
doroso colorido otoñal: las hojas de cor­
tes profundos y a veces arrugadas de
Parthenocissus tricuspidata son tal vez
las más espectaculares de todas, volvién­
dose escarlata, carmesí, y el más profun­
do borgoña antes de caer.
Atractivo invernal
Las trepadoras que florecen en invier­
no son pocas y, en general, no resisten­
tes; una rara excepción es el jazmín de
invierno (Jasminum nudiflorum), que
T repa d oras A nuales
Lablab purpurcus se
cultiva a menudo
como anual para un
recubrimiento rápido
en verano. Este tronco
de árbol viejo y
arrugado presta su
soporte a los tallos
enroscados y a las
flores tipo guisante,
rosadas y púrpuras.
produce unas flores amarillas y delica­
das, incluso sobre una pared orientada
al norte. La ligeramente tierna ./. pol-
yanthum produce una profusión de flo­
res en un sitio protegido, y Clematis cir-
rhosa florece en todas las zonas en
épocas libres de heladas.
Las perennes de follaje inusual tam­
bién ofrecen interés en invierno. Las hie­
dras son las más versátiles, ya que la ma­
yoría son resistentes. Algunas también
están audazmente estriadas: las colori­
das Hederá helix ‘Buttercup’ y ‘Gold-
heart’ resultan buenos ejemplos. Otras
se cultivan por la forma de sus hojas:
la hiedra pata de ave (H. h. «Pedata»)
de hojas en forma de pala de ave, y
‘Parsley Crested’, con hojas arrugadas
en los bordes, son dos plantas de folla­
je de mérito.
Trepadores aromáticos
Las trepadoras perfumadas, tales como
la tropical Beaumontia grandiflora y el
guisante de olor (Lathyrus odoratus) tie­
nen un atractivo especial. Plante los gui­
santes cerca de puertas o ventanas para
disfrutar de su aroma al máximo. Si las
planta en una orla, ubíquelas cerca del
borde exterior.
Algunas desprenden su fragancia a
horas específicas; las especies de jazmín
(Jasminum) son más perfumadas por la
noche, de modo que su mejor emplaza­
miento es en una glorieta, o cerca de una
terraza o patio utilizado al atardecer.
Trepadores anuales
Las trepadoras anuales y las tratadas
como anuales en climas frescos-
templados, tales como Eccremocarpus
scaber y Pueraria lobata, resultan espe­
cialmente útiles para lograr efectos a
corto plazo. Las anuales proporcionan
una manera excelente de introducir cier­
ta variedad en los esquemas de planta­
ción, ya que puede cambiarlas cada año.
También puede utilizarlas para rellenar
huecos en la orla hasta que las plantas
más permanentes se hayan establecido
bien.
Trepadores en
contenedores
Las trepadoras en contenedores pueden
guiarse del mismo modo que aquellas
cultivadas en suelo abierto; si el sopor­
te está fijado al contenedor, se puede
mover la planta cuando se desee. Algu­
nas trepadoras de crecimiento menos
elevado, como Clematis macropetala,
también pueden cultivarse sin soporte
—plante éstas en contenedores altos
para que sus tallos cuelguen graciosa­
mente hasta el suelo. Las hiedras resul­
tan adecuadas para cultivar de esta ma­
nera, pero necesitan un podado regular
una vez establecidas.
En jardines de espacio limitado tam­
bién pueden cultivarse trepadoras ram-
pantes en contenedores, tales como las
especies de Wisteria y Bougainvillea. Su
desarrollo se verá un tanto impedido, pe­
ro será necesario podarlas severamente.
Para mantenerlas sanas también habrá
que cambiarlas de tiesto regularmente.
Los contenedores resultan especial­
mente adecuados para las especies de
trepadoras menos resistentes, que nece­
sitarán protección en invierno, tales
como Hardenbergia comptoniana y Se­
necio macroglossus ‘Variegatus.’ Al co­
mienzo de las heladas de otoño, senci­
llamente lleve los contenedores al
interior o a un invernadero con calefac­
ción, volviendo a sacarlas la primavera
próxima.
Guía de trepadoras para el jardinero
M uros m ir a n d o al
Trepadoras que pueden cultivarse
contra muros mirando al norte
Agapeles * (algunas esp.)
Akebia quínala
Allemanda cathartica *
Arislolocliía elegans #
Berberidopsís corallina
Cissus *
Clematis, algunas *
Clerodendrum thomsoniae *
Clytostoma callístegioides *
Codonopsís convolvuláceo
Dioscorea discolor *
Epipremnum *
Hardenbergia *
Hederá, algunas #
Hoya *
Humulus tupulus
Hydrangea anómala subesp.
petiolaris
Kadsura japónica
Lapageria rosea #
Lathyrus latifolius
Lonicera x americana,
L. x brownii, L. x heckrottii,
L. sempervirens,
L. x tellmanníana
Mitraría coccínea #
Monstera deliciosa *
Parthenocissus, algunas #
Philodendron #
Pileostegia víburnoides
Stigmaphyllon cílialum #
Syngonium podophyllum *
Tetrasligma voinierianum *
Tropaeolum speciosum
Vilis coignetiae
P olución d el A ir e
Trepadoras que toleran aire
contaminado
Campsis radicans
Clematis, algunos *
Fallopia, sin. Polygonum
Clematis
‘Elsa Spath’
Hederá, algunos #
Hydrangea anomala
subesp. petiolaris
Parthenocissus, algunas #
Vilis, algunas *
Som bra
Trcpadoras que toleran somhra
Asierantliera ovala
Euonymus fortunei y variantcs
Fallopia, sin. Polygonum
Humulus lupulus
Parthenocissus Iricuspidata
Strongylodon macrobotrys #
N orte F lores F ra ga n tes Epipremnum * Antigonon leptopus *
Anredera cordifolia * Gynura * Aristolochia elegans #
Beaumontia grandiflora * Hardenbergia * Clematis, algunas *
Clematis armandii, C. montana Hederá, algunas # Clytostoma callístegioides *
Hoya auslralis * , H. carnosa * Hibbertia scandens # Cobaea scandens *
Jasminum officinale, Holboellia *
J. polyanthum # Hoya *■ Cobaea
Lathyrus odoratus Jacquemontia # scandens
Lonicera esp. (no L. sempervirens Kennedia * f. alba
ni L x tellmanníana), algunas * Lapageria *
Quisqualis indica * Lardizabala #
Solandra maxima # Macfadyena #
Mandevilla * Epipremnum aureum *
Merremia * Fallopia, sin. Polygonum
Stephanotis Monstera * Humulus lupulus
floribunda Mussaenda * Kennedia rubicunda *
Mutisia, algunas * Macfadyena unguis-catí #
Pandorea * Passiflora caerulea # ,
Pileostegia P. manicala *
Stephanotis floribunda * Podranea * Periploca
Trachelospermum Pyrostegia # Philodendron scandens *
Wisteria Rhoicissus # Plumbago auriculala *
Semele * Pyrostegia venusta *
Senecio confusus * , Quisqualis indica #
T repa d o r a s para S. macroglossus # , Stigmaphyllon cilialum *
C ontenedores S. mikanioides * , S. tamoides * Strongylodon macrobotrys * ,
Solandra * Thladiantha dubia
Asarina erubescens # Staunlonia Vitis vinifera
Bougainvillea * (pode severamente) Stephanotis *
Cissus # (algunas espp.) Stigmaphyllon *
Clematis alpina, C. macropeiala Stronglylodon * T r epa d o r a s A nuales
Dioscorea discolor * Syngonium #
Epipremnum * Tecomanthe # Asarina erubescens #
Gynura aurantíaca * Convolvulus tricolor
Tecomaria *
Hardenbergia ♦ Tetrasligma * Eccremocarpus scaber #
Hederá helix Ipomoea * (algunas esp.)
Trachelospermum Labial) purpureus *
Jasminum officinale, Wattakaka
J. polyanthum # Lathyrus odoratus
Lapageria rosea • Mikania scandens *
Monstera deliciosa # T repadoras q ue pu ed en Quisqualis indica *
Philodendron * (algunas esp.) C u l t iv a r s e a t r a v é s o Thunbergia alala *
Senecio macroglossus Tropaeolum peregrinum *
‘Variegatus’ * sobre o tra s P lantas
Steplianotis floribunda # Bomarea caldasii *
Streplosolen jamesoníi * Bougainvillea * T r epa d o r a s H erbáceas
Syngonium * (algunas esp.) Bomarea caldasii *
Tetrasligma voinierianum * Camarina canariensis #
Thunbergia alala # Bomarea Codonopsís convolvuláceo
Wisteria (pode severamente) caldasii Humulus lupulus
¡Mthyrus grandiflorus, L. latifolius
T repad o ras P eren n es Thladiantha dubia
Allemanda * Tropaeolum speciosum,
Anemopaegma * Cetastrus T. tricolorum * , T. tuberosum *
Anredera # Clematis, algunas #
Codonopsís convolvuláceo
Araujia * Humulus lupulus
Argyreia # T r e p a d o r a s T a p iz a n t e s
Lonicera, algunas #
Asteranthera Mutisia, algunas # Asteranthera
Beaumontia # Clematis, algunas *
Berberidopsis Tropaeolum peregrinum * Hederá, algunas #
Calceolaria pavonii # T. speciosum
Vitis coignetiae Kennedia #
Calochone * Wisteria sinensis Parthenocissus *
Cissus # Pileostegia
Clerodendrum splendens * , Plumbago auriculala #
C. thomsoniae * T repado ras de Tecomaria #
Clytostoma # Trachelospermum
Combretum grandiflorum # D e s a r r o l l o R á p id o
Decumaria sinensis * Allemanda cathartica *
Dioscorea discolor * Ampelopsis C lavf.
Distictis * Anredera cordifolia * ♦ No resislenles
P la n t as T r e p a d o r a s
Preparación y plantación del suelo
unas condiciones de creci­
D
adas
miento ideales, las trepadoras
ofrecen recompensas duraderas, así que
asegúrese siempre de que se adecúen co­
rrectamente al tipo de suelo en el que
están plantadas. Las trepadoras rara vez
prosperan en condiciones excesivamen­
te húmedas o secas. Unas pocas, tales
como Agapeles y Mitraría, no toleran
condiciones alcalinas; otras, como las
ciématides, prosperan en suelos alcali­
nos, pero también crecen bien en todos
los suelos, salvo los muy ácidos. Muchas
trepadoras son vigorosas y requieren
muchos nutrientes, de modo que cave
y fertilice el suelo concienzudamente an­
tes de plantar (véase también «Nutrien­
tes para suelos y fertilizantes», pp.
530-531).
Al plantar trepadoras, resulta impor­
tante utilizar un soporte correcto. Elija
uno que acoja bien las eventuales altu­
ra, extensión y vigor de la planta con fa­
cilidad.
Tipos de soporte
Los tres principales tipos de soportes uti­
lizados son: paneles de espaldera de ma­
dera o de plástico, malla de plástico o
de alambre, y alambres (generalmente
cubiertos de plástico) tensados entre ar­
mellas o clavos inoxidables. Para las
T r e p a d o r a s DE H ä b it o
V lGOROSO
Actinidia chinensis
Akebia quinata
Beaumontia grandiflora #
Bougainvillea #
Cissus *
Clematis montana
Distictis buccinatoria *
Disticlis
buccinatoria
^ chos en la parte superior y bisagras en
Fallopia aubertii
Ipomoea horsfalliae *
Mandevilla *
Parthenocissus quinquefolio,
P. tricuspidata
Passiflora, la mayoría &
Pelrea volubilis #
Solandra maxima **
Solanum wendlandii #
Tetrastigma voinierianum *
Vilis coignetiae
Wisteria sinensis
C lave
♦ No resínenle
anuales o para las trepadoras herbáceas
Métodos de trepar
puede resultar adecuado el uso de cuer­
da para la horticultura o alambre refor­
zado, si los soportes se reemplazan cada Las trepadoras se sujetan a los sopor­ tallos de hojas, así como zarzillas en­
año. Asegúrese de que todos los sopor­ tes de varias maneras. Muchas tienen roscantes.
tes estén bien fijados antes de plantar. raíces aéreas que se fijan fácilmente Las trepadoras ascendentes y rep­
No utilice grapas de metal en forma de a superficies verticales sin soporte. tantes, como la Bougainvillea, pro­
«U» para fijar los tallos de cualquier Otros métodos, todos mediante so­ ducen tallos largos que deben ligarse
planta a su soporte: las plantas crecen portes, incluyen tallos enrollantes y a intervalos regulares.
más que estas grapas velozmente y los
tallos podrían constreñirse y morir desde
el extremo.
Elija un soporte que equivalga al ta­
maño y fuerza de la trepadora. Si no es
suficientemente sólido para una trepa­
dora vigorosa, podría desbordarse con
rapidez y eventualmente derrumbarse.
Para todas las trepadoras enrollantes los
soportes más confiables son las espal­
deras, y también sirven para las rampan-
tes si se las liga. Los alambres o la ma­
lla de alambre son soportes adecuados
para las trepadoras de zarcillas. R a íc e s A é r e a s T a l l o s d e H o ja s Z a r c il l a s E n r o l l a d a s
Si el soporte no ha de ser una estruc­ La hiedra (Hederá) es Las clemátides trepan Passiflora se sujeta a
tura permanente, utilice trepadoras que una aulo-trepadora. por sus tallos de hojas. través de sus zarcillas.
sean herbáceas (Lathyrus grandiflorus
y L. Latifolius, por ejemplo) o, cada
año, corte a ras de suelo los híbridos y T á leo s E n r o s c a d o s
Akebia teje sus tallos
cultivares de florecimiento tardío de de-
mutis viticella o utilice trepadoras anua­ en espiral alrededor
les como Ipomea hederacea. Al cultivar del soporte.
plantas contra una espaldera plana auto-
portante o un pilar, tenga en cuenta que
las trepadoras crecen hacia la luz y sólo
producen flores a un lado del soporte,
de modo que ubique las plantas para
ofrecer su exhibición donde puedan con­
templarse mejor.
Espalderas y malla
Para que el aire circule libremente, fije Fijado de un panel de espaldera a un muro
un panel de espaldera o malla a poca
distancia del muro o verja y asegure que Para montar un soporte de espaldera, primero su­
la base de la estructura esté a unos 30 jete listones de madera verticales de al menos 5 cm
cm del suelo. de espesor al muro y a la espaldera. Esto permite
En algún momento, los muros proba­ suspender la espaldera separada del muro, permi­
blemente requieran mantenimiento (re­ tiendo que el aire circule libremente. Después se fija
sanado, pintado o aplicación de una la espaldera a los listones de modo permanente con
capa de enlucido): donde resulte posi­ tornillos (derecha); sin embargo, esto restringe el
ble, fije la espaldera y la malla con gan­ acceso a la pared. Utilizando ganchos y bisagras
(abajo) permite bajar la planta y el soporte en caso
la inferior, o ganchos en ambas partes. necesario. Colgando la espaldera de los listones,
Entonces se puede bajar toda la planta tanto en la parte superior como en la inferior, per­ Uso d e L is t o n e s
del muro o, si sólo se utilizan ganchos, mite retirarla del muro completamente. Atornille la espaldera
puede bajarla y acostarla sobre el suelo a listones gruesos.
mientras repara la pared.
Espaldera
Alambres fijada en la
Los alambres se tienden horizontal o parle
superior
verticalmente entre armellas o clavos con gancho
inoxidables. Al igual que con paneles de y armella
espalderas, los alambres deberían estar
a 5 cm de la superficie del muro o verja
y mantenidos rectos para evitar que se
comben; ajuste las armellas con pinzas
o coloque tensores en intervalos de 2 m. Uso d e G a n c h o s y B isa g r a s
Deje 30-45 cm de espacio entre cada Para permitir el acceso a la pared para
alambre. fe .__Bisagra conservación, sujete los listones a la pared y la
El alambre horizontal más bajo (o la ^ en la espaldera. Fije bisagras en la parte inferior del
base de uno vertical) debe estar a 30 cm base panel con ganchos en la parte superior.
del nivel del suelo.

C ómo S e l e c c io n a r T r e p a d o r a s
B u en E j e m p l a r
Tallos
fuertes
y vigorosos
M a dreselva
Broies
(L o n ic e r a )
sanos
E je m p l a r
P obre
Desarrollo débil
con brotes
dañados
Compra de trepadoras
Las trepadoras generalmente se venden
cultivadas en contenedores, aunque al­
gunas, como las rosas trepadoras, se
venden con raíces desnudas. Elija una
planta sana con una estructura de vás-
tagos fuertes bien equilibrada y recha-
Plantado de trepadora en un contenedor
Elija un contenedor suficientemente
grande como para acomodar la tre­
padora durante al menos dos estacio­
nes. Los tiestos de cemento, piedra o
terracota son más estables que los de
plástico. Los poco profundos no son
adecuados. Si la trepadora ha de per­
manecer en el exterior en invierno, eli­
ja un tiesto a prueba de heladas.
La mezcla del tiesto debería rete­
ner la humedad, pero también ha de
drenar libremente; utilice mezcla para
1 2
Coloque trozos de tiesto en el
fondo del tiesto para ayudar
a drenar y entierre el soporte en
el fondo con abono.
P r e p a r a c i ó n y P l a n t a c i ó n del S uelo
nas asomen; si éste fuera el caso, la plan­
B u k n E je m p l a r ta está bien arraigada. Rechace las plan­ T r epa d o r es q u e T oleran
tas que tengan raíces fuertemente enro­ S u elo s A r e n o so s
lladas alrededor del cepellón o que
tengan un montón de raíces surgiendo Adlumia fungosa
de los agujeros de drenaje, ya que éstas An redera cordifolia *
Raíces fuertemente
raras veces crecen satisfactoriamente. A sariña #
enrolladas alrededor
Bomarea andimarcana *
Ceropegia # (sólo esp.)
Plantación al aire libre Clianlhns puniceus *
Ercilla volubilis
Gloriosa superba *
Las trepadoras no del todo resistentes
(como Solanum críspum y S. jasmínoi- Ipomoea *
des) deberían plantarse en primavera de
manera que estén bien establecidas an­
tes del primer invierno. Las trepadoras
perennes y herbáceas se establecerán con Kennedia
E je m p l a r mayor rapidez plantadas en primavera rubicundu
P obre cuando el suelo se está calentando, pero
también pueden plantarse en otoño en
una ubicación protegida o si el clima es Kennedia rubicunda
templado. Todas las otras trepadoras Merremia tuberosa *
cultivadas en contenedores pueden plan­ Mutisia oligodon
tarse en primavera, otoño o cualquier Parthenocissus, algunas #
Raíces visibles otra época del año a condición de que Passiflora, la mayoría #
y sanas pero el suelo no esté helado ni anegado. Du­
no enrolladas (algunas esp.)
rante las épocas secas del verano el plan­ Periploca graeca
tado no resulta recomendable, pero si Petrea volubilis *
fuese inevitable riegue la planta diaria­ Solanum wendlandii #
ce cualquiera que presente indicios de
infección por plagas o enfermedad. Las
mente mientras persisten las condicio­
nes de sequía.
Streptosolen jamesonii #
plantas de raíz desnuda deberían poseer T r epa d o r a s q ue T o leran
abundantes raíces fibrosas bien desarro­ Ubicación de la planta S u e l o s A r c illo so s
lladas, proporcionadas al desarrollo su­ Los muros y las verjas sólidas generan
perior. En el caso de plantas criadas en su sombra de lluvia propia, de modo que Aristolochia durior
tiestos, invierta el tiesto y controle que las plantas guiadas sobre éstas deberían Campsis
los extremos de las raíces jóvenes ape­ plantarse al menos a 45 cm de distan- Celastrus scandens
Clematis, algunas * (la mayoría)
Distictis #
Euonymus fortunei
‘Silver Qucen’
Hederá, algunas #
tiestos con una base de tierra negra; o Humulus lupulus ‘Aureus’
una mezcla de 2 partes de sustituto de Hydrangea anómala
turba (o turba) con I parte de arena ás­ subesp. petiolaris
pera. Complemente con un fertilizante Lathyrus latifolius
de acción lenta: mezcle con la tierra se­ Lonicera, algunas »1*
gún las indicaciones del fabricante. Exis­ (algunas esp.)
ten paneles de espaldera para tiestos con
dos «patas» en la base. Clave éstas en Parthenocissus
trícuspidata ‘t.owe¡i’
la tierra antes de plantar para evitar el
daño a las raíces de la planta. Sujete el
extremo de la espaldera a un muro o ver­ Parthenocissus,
ja para mantenerlo firme. algunas #
Passiflora,
Vitis coignetiae
Wisteria
T repadoras que
R e q u ie r e n S u elo s Á c id o s
Agape tes * (varias esp.)
Asteranthera ovata *
Beaumontia grandiflora *
Berberidopsis corallina
Billardiera # (sólo esp.)
Kennedia *
Lapageria rosea #
Lardizabala biternata *
Mitraria coccínea '*■
3 alSujete
Plante la trepadora al mismo los vastagos principales
nivel que en el tiesto original. soporte y riegue Mutisia, algunas # (algunas esp.)
Llene con abono, dejando 5 cm concienzudamente para acomodar
libres debajo del borde. las raíces. C lave
# No resistente
eia del soporte. De este modo reciben
normalmente la cantidad de lluvia su­
ficiente como para cultivarlas sin riego
adicional una vez establecidas. Un pi­
lar o una espaldera autoportante 110 pro­
duce la misma densidad de sombra de
lluvia, de modo que la distancia de plan­
tación puede ser de sólo 20-30 centí­
metros.
Si está cultivada a través de otra plan­
ta, la trepadora competirá con la plan­
ta huésped por alimento y humedad;
para minimizarlo, plante la trepadora de
manera que sus raíces estén lo más ale­
jadas posible de las del huésped. Si el
huésped tiene raíces profundas y el suelo
es de una profundidad suficiente, plan­
te la trepadora bastante cerca del tallo
principal del huésped. Sin embargo, si
el huésped tuviese una masa de raíces
de rizoma o poco profundas, plante la
trepadora a 45 cm de la extensión prin­
cipal de las raíces. Es posible utilizar una
caña sujeta a la planta huésped —in­
troducida justo detrás del tallo princi­
pal de la trepadora— para guiar ésta ha­
cia aquélla en ángulo.
Preparación del sucio
Elimine todas las malezas de la zona de
plantación y, si resultase necesario, uti­
lice un herbicida sistèmico para matar
T repadoras que
t o l e r a n S u elo s
m u y A lc a lin o s
Actinidia kolomikta
Akebia quínala
A mpelopsis brevipedunculata
Asarina antirrhiniflora
Campsis x tagliabuana
‘Mme Galen’
Celastrus scandens
Clematis, algunas * (cultivares)
Eccremocarpus scaber *
Fallopia aubertii,
F. baldschuanica
Hederá, algunas *
Hydrangea anómala d plantar trepadoras de raíz desnuda, véa­
subesp. petiolaris
Laihyrus
grandtflorus
Jasminum officinale,
J. polycanthum #
Lathyrus grandiflorus,
L latifolius
Lonicera, algunos # (algunas esp.)
Partlienocissus tricuspidata
Passiflora caerulea #
Schizophragma integrifolium
Solanum crispum
Trachelospermum jasminoides
Vitis, algunas *
K'isteria sinensis
C lave
♦ No resisterne
malezas perennes; después mezcle con Los vástagos de las reptantes no auto- ficie del suelo rodeando la planta con
materia orgánica voluminosa. Esto me­ portantes deberían sujetarse al soporte una capa de 5-7 cm de «mulch» en un
jorará la retención de agua y la fertili­ en intervalos regulares con las ligaduras radio de unos 60 cm, lo que redundará
dad de suelos arenosos y aligerará la tex­ apropiadas. Para más información, véa­ en beneficio de las raíces, al retener la
tura de suelos arcillosos pesados. Mezcle se «Guiado de trepadoras establecidas», humedad y permitir que se establezcan
cuidadosamente con un relleno de fer­ p. 106). por sí mismos.
tilizante de acción lenta a razón de 50-85 Además, el «mulch» impide la germi­
gramos por metro cuadrado. Riego y «mulcli» nación de malezas que competirían con
El agujero de plantación debería me­ Riegue la trepadora recién plantada con­ la trepadora recién plantada por los nu­
dir al menos dos veces el diámetro del cienzudamente, después cubra la super­ trientes y la humedad.
contenedor en el que se cultivó la tre­
padora para permitir que las raíces se
extiendan dentro de la tierra preparada. P lantado de T repad ora C ontra un M uro
Sin embargo, esto podría resultar impo­
sible si se estimula la trepadora para que
crezca a través de un árbol o arbusto,
en cuyo caso cave un agujero lo suficien­
temente grande como para acomodar el
cepellón y deje bastante espacio para
que las raíces se extiendan.
Cómo plantar
Antes de retirar la planta del tiesto, ase­
gúrese de que la tierra esté húmeda: rie­
gue la planta suficientemente como para
que el cepellón esté mojado por com­
pleto y después deje escurrir al menos
una hora.
Retire la capa superficial de tierra Fije un soporte a 30 cm por Empape el cepellón. Colóquelo
para eliminar las semillas de las male­ encima del suelo y a 5 cm del en el agujero a 45", ponga
zas y después invierta el tiesto, sujetan­ muro. Cave un agujero a 45 cm una caña al través. Extienda
do la planta con cuidado al deslizaría del muro. Afloje la tierra del las raíces en dirección opuesta
hacia afuera. fondo y agregue tierra. a! muro.
Si las raíces han comenzado a enro­
llarse dentro del tiesto, extraiga con cui­
dado. Cualquier raíz dañada, muerta o
sobresaliente debería recortarse hasta el
perímetro del cepellón.
Coloque la planta como para que el
cepellón esté justo a nivel del suelo. Sin
embargo, es mejor plantar las clemáti­
des a más profundidad (véase Plantar
una clemátide, p. 109). Las trepadoras
injertadas (como es el caso de la mayo­
ría de las glicinas) deberían plantarse
con la unión del injerto 6 cm por deba­
jo del nivel del sucio. Esto estimula el
arraigue de la púa y reduce la aparición Rellene alrededor de la planta Suelte los tallos de la estaca
de chupones en el porta injerto. y afirme y nivele el suelo; no centra! y elija 4 o 5 vástagos
Para información acerca de como han de quedar bolsas de aire fuertes. Introduzca una estaca por
alrededor de las raíces y la planta vástago y únalo al alambre
se «Plantación de un rosal de mata», pá­ ha de estar firme. inferior. Sujete los vástagos.
gina 123.
Llene el agujero con tierra y luego
afirme la planta y riegue bien. Introduz­
ca cañas en la base de la planta y fije
al soporte. Extienda los vástagos prin­
cipales en abanico y sujete a las cañas
individualmente y al soporte mismo (si
alcanza) para guiarlas.
No estropee los tallos sujetándolos de­
masiado fuerte. Elimine el desarrollo
muerto o dañado y recorte los vástagos
desordenados.
Las trepadoras de zarcillas se fijan a
un soporte con facilidad, pero es posi­
ble que los vástagos requieran un guia­
do suave y algunas ligaduras antes de es­
tablecerse de un modo firme. Las Recorte con podaderas Riegue concienzudamente
trepadoras enrollantes fijan sus vástagos vástagos débiles, dañados o (aquí, Jasminum mesnyi/
a un soporte en poco tiempo en la di­ irregulares hasta el tallo central Cubra el suelo circundante con
rección natural del desarrollo (como las para establecer la estructura «mulch» profundo para retener
agujas del reloj o al revés), pero también inicial para las trepadoras. humedad y evitar malezas.
podrían requerir una ligadura inicial.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

Cuidados rutinarios
P ara conservar un crecimiento
sano es necesario alimentar las tre­
padoras anualmente y mantener húme­
do el suelo alrededor de la base. Las tre­
padoras cultivadas en contenedores
requieren un revestido y cambio de tiesto
regulares, y el riego adecuado es esen­
cial. Una eliminación regular de capí­
tulos ayuda a prolongar el florecimien­
to. Las plantas también requieren
protección de plagas, enfermedades y,
si fuesen no resistentes, de las heladas.
Alimentación
Durante las dos primeras estaciones, ali­
mente trepadoras en primavera con un
revestido de 50-85 g de fertilizante equi­
librado. A partir de aquí, aplique un fer­
tilizante de acción lenta anualmente.
Riego
Durante períodos secos, riegue las tre­
padoras una vez por semana. Empape
concienzudamente alrededor de la base
de la planta; aplique un «mulch» de 5-7
cm encima de toda la zona de las raíces
para evitar el resecado.
Eliminación de capítulos y ligaduras
Donde sea posible, elimine capítulos al
marchitarse las flores. Esto permite que
la planta concentre esfuerzos en produ­
cir flores nuevas en lugar de frutos o se­
millas. Si éstos se requieren por moti­
vos decorativos, elimine sólo una cuarta
o una tercera parte de los vástagos flo­
recidos. Ello resultará suficiente para es­
timular una continua exhibición de flo­
res. Ligue los vástagos nuevos al desa­
rrollarse, mientras aún sean flexibles, y R ecorte de T repad o ras
recorte las plantas sobrecrecidas a me­
dida que sea necesario (véase «Poda y
guia», pp. 104-107).
Plagas y enfermedades
Controle cuidadosamente que no exis­
tan plagas o enfermedades y trate cual­
quier planta afectada como se recomien­
da en P r o b l e m a s d e la s P l a n t a s , pp.
545-547.
Protección de trepadoras
no resistentes
En invierno envuelva con una cubierta Pode una trepadora (aquí, Hederá
protectora la base y el desarrollo supe­ colchica ‘Sulphur H eart’) que haya
rior de las trepadoras no resistentes cul­ crecido fuera de su ámbito
tivadas al aire libre (véase P r o t e c c ió n recortando con podaderas. Disponga
c o n t r a H e l a d a s y F r ío , pp. 520-521). los tallos irregularmente.

Mantenimiento de trepadoras cultivadas en contenedores

En un clima seco, las trepadoras cul­ R enovado del R e v e s t id o de T r e p a d o r a C u l t iv a d a en C ontenedor
tivadas en contenedores podrían re­
querir uno o dos riegos al día. Si hay
probabilidad de heladas, pueden tras­
ladarse al interior o introducirse en
tierra en una parte protegida del jar­
dín. Durante el año, una trepadora
cultivada en contenedor consume la
mayor parte de los nutrientes del abo­
no del tiesto. El revestido (es decir, la
capa superior del abono y el «mulch»
que hubiera) debería, por lo tanto, re­
novarse anualmente. Al regar, los nu­
trientes nuevos penetrarán y colma­

2 3
rán gradualmente la tierra por debajo. En primavera o a principios de Reemplace la tierra descartada Para ayudar a conservar la
El traslado a un contenedor más gran­ verano, rasque y elimine los con una capa de abono nuevo, humedad durante los meses de
de resulta necesario para todas las tre­ 2,5-5 cm superiores de tierra del mezclado con un poco de fertilizante verano, cubra la tierra del
padoras —salvo las de crecimiento contenedor. Cuide de no tocar raíces de acción lenta. Afirme suavemente contenedor con un «mulch» ligero
muy lento— utilizando abono nuevo superficiales de la trepadora ni del para eliminar bolsas de aire. Asegure y decorativo, por ejemplo,
cada tres o cuatro años. Las plantas plantado acompañante. que el nivel de Ia tierra es el mismo cáscaras de coco o astillas de
de florecimiento primaveral deberían de antes. Riegue bien. corteza.
cambiarse de tiesto en otoño; las
otras, en otoño o primavera.
C ambio d e T ie s t o d e T r e p a d o r a C u l t iv a d a e n C o n t e n e d o r
j Cada 3-4 años
cambie el tiesto de
trepadoras cultivadas
en contenedores (tales
como esta hiedra
estriada) para evitar
que las raíces se apiñen
(véase detalle).
Empape bien la tierra,
después deslice el
cepellón fuera del
contenedor.
Extraiga las raíces
-t y recorte las más
gruesas en un tercio.
Deje las raíces fibrosas
intactas y conserve la

mayor cantidad de
tierra posible alrededor
de éstas.
4
Pode el desarrollo superior en Asegure que el nivel de
un tercio y elimine tallos plantación final sea el mismo
muertos o dañados. Ponga en un que antes. Introduzca un triángulo
tiesto con tierra fresca y húmeda, de cañas y sujete los vástagos
agregando fertilizante de acción principales firmemente pero no
lenta a los 2,5-5 cm superiores. demasiado apretados.
P la ntas T r e p a d o r a s

Poda y guía
los primeros años se poda plantas podrían dejar de florecer ade­ y antes de que la leña sea demasiado ma­

D
urante Utilización de las herramientas correctas
para construir una estructura cuadamente; y, además, algunas de las La mejor herramienta para la mayoría dura, porque resulta imposible doblar
fuerte para una planta, para estimular trepadoras más vigorosas podrían inva­ de los tipos d^ poda es un par de poda­ tallos endurecidos sin dañarlos.
un crecimiento vigoroso de leña produc­dir plantas cercanas o dañar techos, ca­ deras bien afiladas. A finales de verano o a principios de
tiva y sana, y para facilitar el guiado so­ nalones y maniposterías. Se puede com­ También resultan útiles los podado- primavera, después de la plantación ini­
bre el soporte. El guiado debería tener binar el guiado con el podado para res de mango largo, especialmente en el cial, una vez que haya pasado cualquier
como meta dirigir un número elegido de lograr la estructura y el aspecto más de­ caso de los tallos más gruesos, y las ci­ peligro causado por heladas severas, re­
tallos principales fuertes, por encima y seables para la planta. zallas pueden utilizarse donde deba eli­ corte cada vástago lateral hasta un bro­
a través de un soporte, mientras estos minarse una gran cantidad de desarro­ te adecuadamente ubicado cerca del ta­
aún sean flexibles con el fin de crear una Dónde cortar llo muerto o débil (véase «Cómo podar llo principal, sujetando los vástagos
forma atractiva. Deberían cortarse los tallos 2-3 mm por una madreselva», p. 107). podados al soporte.
Algunas trepadoras, por ejemplo las encima de un brote grueso. Elija un bro­ De éstos crecerán varios tallos fuer­
vides rusas (l-'allopia aubertii y /•.' bald- te correctamente orientado en la direc­ tes durante la siguiente estación, de los
schuanicá) producen una masa de pe­ ción en que se requiere un vástago nue­
queños vástagos, además de tallos prin­ vo. Luego, mientras se va desarrollando
Poda y guia cuales se desarrollará la estructura de la
planta. Éstos deben ligarse cuando se de­
cipales, y es necesario sujetarlos durante el brote, puede ligarse para llenar la es­ de formación sarrollen, igual que antes.
el guiado inicial para conservar el aspec­ tructura o para reemplazar un vástago Al año siguiente, recorte cada tallo y,
to requerido. viejo. En la época de la plantación, y cuando posiblemente, la guía, hasta un brote que
Sin embargo, las trepadoras vigoro­ Efectúe cada corte de poda limpia­ la planta comienza a crecer, el guiado apunte en la dirección en la cual se guia­
sas resultan a menudo difíciles de guiar mente con podaderas afiladas, en un án­ consiste en ligar los vástagos más fuer­ rá el tallo.
después del primer año, y es mejor de­ gulo ligeramente inclinado hacia fuera tes al soporte para lograr una estructu­ El resultado será el desarrollo de vás­
jarlas crecer libremente; sólo restrínja­ con respecto al brote. Esto asegura que ra equilibrada. Durante el período de tagos vigorosos con los que extender la
las si crecen más allá de su espacio co­ el agua de lluvia no se estancará alrede­ crecimiento un cierto guiado resultará estructura principal. Ligue todos los ta­
rrespondiente. dor del brote, estimulando una posible necesario para asegurar que los tallos o llos con cuidado y recorte cualquier otro
infección. zarcillas blandos y enrollantes se fijen vástago hasta dos brotes del tallo más
La ubicación del corte es importan­ a su soporte, mientras aún sean flexibles cercano.
Principios básicos te: un corte demasiado cerca del brote
podría dañarlo y uno demasiado lejos P odado de P r im a v e r a
El podado rutinario es esencial para cul­ dejará, en cambio, un tocón que muere
tivar casi todas las trepadoras estable­ desde la punta y que podría dejar paso Las trepadoras, tales como Solanum crispum, han de ser podadas en el
cidas con éxito. Sin este control, las a enfermedades. invierno anterior o a comienzos de primavera.
P o d a y G u ia d e F o r m a c ió n
Para establecer una estructura fuerte y sana para una trepadora, comience la
poda y el guiado lo antes posible después de plantar, a finales de invierno o
principios de primavera. La planta es, aquí, Jasminum nudiflorum.

Retire vástagos
cruzados. Use
podaderas afiladas y
corte justo encima de
un brote sano.

Elimine todo el Elimine vástagos y Para estimular el

desarrollo apiñado, tallos débiles o florecimiento, recorte
Para un desarrollo Elimine el desarrollo Sujete todos los junto con vástagos dañados por heladas, vástagos laterales hasta
nuevo fuerte, pode apiñado del centro vástagos al soporte con cruzados y aquellos recortando hasta la 5-6 brotes sanos con un
vastagos laterales de la planta. cuerda horticultura!. más débiles que leña viva y sana. corte inclinado encima
hasta un brote bien compitan. del brote.
ubicado.
Poda de trepadoras P o d a d e P r in c ip io s d e V e r a n o
establecidas Las trepadoras que florecen sobre los vástagos maduros del año previo, T repad o ras q ue F lorecen
tales como Jasminum beesianum, deberían so b r e el D e s a r r o l l o d e
La época del año para el podado de tre­ podarse inmediatamente después la E s t a c ió n e n C u r so
padoras establecidas depende de su há­ de florecer para permitir
bito de floración. Algunas florecen so­ que se desarrollen A n redera cordifolia #
bre los vástagos de la estación en curso vástagos nuevos Antigonon leptopus s*
u, ocasionalmente, sobre vástagos pro­ antes del Bignonia
ducidos a finales de la estación de de­ invierno. Billardiera longiflora #
sarrollo del año anterior. Dichas trepa­ Campsis
doras se podan generalmente a finales de Clematis, algunas #
invierno o principios de primavera —an­ (cultivares de flores grandes)
tes de que se desarrollen los brotes nue­ Clerodendrum thomsoniae *
vos— y florecerán más tarde durante la Clianthus #
misma estación sobre vástagos nuevos. Clytostoma *
Otras trepadoras florecen sobre los Distictis #
vástagos maduros del año anterior. És­ Eccremocarpus scaber #
tos deberían podarse inmediatamente Ipomoea $
después de florecer, para permitir que Lapageria #
vástagos nuevos crezcan y maduren an­ Lonicera, algunas
tes del invierno, que son los que lleva­ Mandevilla #
rán las flores de la próxima estación. Al­ Mikania *
gunas trepadoras de floración temprana Mu lisia decurrens
producirán una segunda cosecha de flo­ Parthenocissus, algunas *
res más adelante —si se las poda sufi­ Pileostegia viburnoides
cientemente temprano. Plumbago #
Normalmente, no resulta difícil esta­ Podranea #
blecer la diferencia entre los vástagos del Polygonum aubertii
primer y del segundo año: los del pri­ Pyrostegia venusta *
mero siguen siendo flexibles y general­
mente verdes, mientras que los del se­
gundo son grises o marrones. Los Solarium
crispum
vástagos de más de dos años tienen una
corteza distintiva, generalmente oscura,
y son duros y leñosos. Solanum crispum,
Elimine siempre toda la leña muerta S. jasminoides *
o dañada al podar y cualquier desarro­ Stephanotis #
llo apiñado y de ramitas. Recorte los ta­ Streptosolen #
llos que hayan crecido más allá del es­ Thladianlha, algunas #
pacio correspondiente de la planta, tanto Recorte vástagos Elimine toda la leña Donde exista un Thunbergia gregorii #
para conservar el aspecto como para florecidos, podando muerta o dañada, desarrollo apiñado, Vigna caracolla *
controlar el desarrollo excesivo. hasta uno vigoroso cortando limpiamente elimine vástagos Vilis, algunas *
Para métodos de podar una clemáti­ más abajo. hasta un vástago o débiles.
de, véase pp. 109-110. tallo sano.
T repadoras que crecen
s o b r e el D e sa r r o l l o d e
Poda de Wisteria (glicina) la E s t a c ió n A n t e r io r
Las glicinas ( Wisteria) podrían ser re­ en lugar de verticalmente. Los brotes de corte los desarrollos largos y los la­ Actinidia, algunas *
nuentes a florecer a menos que se re­ las flores se producen sobre espolones terales más cortos. Deje sin podar Allemanda cathartica *
duzcan severamente los vástagos del cortos, y el objeto del podado es esti­ sólo los tallos necesarios para exten­ Aristotochia, algunas
verano, vigorosos y llenos de hojas, mular a estos espolones a crecer a lo lar­ der la estructura y guíelos. A media­ Beaumontia *
y que la energía de las plantas sea des­ go de las ramas estructurales de una dos de invierno, recorte los vástagos Bougainvillea #
viada hacia la producción de llores. planta establecida. El método más sen­ con espolones podados en verano, de­
También mejora la floración si los ta­ cillo consiste en llevar a cabo una poda jando dos o tres brotes y reduciendo Bougainvillea
llos principales se guían horizontal en dos etapas. A finales de verano, re- a 15 cm cualquier desarrollo. ‘ Miss Manila’

Clematis montana
Decumana sinensis #
Hoya *
Hydrangea
Jasminum, algunas #
Pandorea jasminoides *
Passiflora, la mayoria *
Schizophragma
Solandra maxima *
Streptosolen jamesonii *
Strongylodon *

1 2
A finales de verano,
restrinja el desarrollo de
vástagos frondosos y vigorosos
para estimular el desarrollo de
brotes nuevos el año próximo.
Recorte vástagos largos hasta In v ie r n o
Wisteria
15 cm, dejando 4-6 hojas. Corte Vuelva a podar vástagos acortados
alejado del último brote, ya que en verano. Reduzca a 8-10 cm,
éstos se dañan con facilidad. dejando sólo 2-3 brotes. C lave
& No resistente
P o d a d e P r in c ip io s d e I n v ie r n o
Al podar trepadoras a principios de invierno, resulta fácil valorar la estructura de la
planta y sujetar cualquier desarrollo nuevo. Esta trepadora es Schisandra glaucescens.
Entresaque tallos
apiñados, eliminando
vástagos débiles y
cruzados.
Elimine la leña muerta,
podando hasta la base
del tallo si fuese
necesario.
Trepadoras siempreverdcs
Pode las trepadoras sicmpreverdes a
principios de primavera, después de pa­
sado el peligro de las heladas y cuando
las plantas estén a punto de comenzar
a crecer. Las trepadoras sicmpreverdes
cultivadas por sus flores, además de por
su follaje, producen flores sobre la leña
de la estación anterior, de modo que re­
trase la poda de éstas hasta después de
florecer. En ambos casos, sencillamen­
te elimine la leña muerta o dañada y cor­
te las raíces dispersas.
Poda de principios de invierno
Las trepadoras podadas al menos una
vez durante la estación anterior podrán
podarse otra vez en invierno para orde­
Poda de Bougainvillea
La Bougainvillea es rampante y flo­
rece con seguridad podada o no. Pode
entre mediados de invierno y princi-
pos de primavera para controlar la
I I
Pode vástagos irregulares
hasta 2,5-5 cm de los tallos de
la estructura principal.
nar su aspecto (véase ilustración, arri­
ba). Esto resulta particularmente útil en
el caso de las plantas caducifolias, cu­
yas estructuras son más fáciles de valo­
rar cuando las ramas están desnudas. No
elimine la leña madura, que llevará las
flores de la próxima estación. Si se esti­
mulan plantas podadas en invierno du­
rante períodos templados, los vástagos
jóvenes nuevos podrían dañarse por las
heladas posteriormente. Pode éstos en
primavera.
Las vides ornamentales (Vitis) debe­
rían podarse a principios de invierno,
cuando las plantas están inactivas y los
cortes de la poda pueden practicarse sin
riesgo de «sangrado» (o pérdida de sa­
via). Si se cortan los tallos en primave­
planta. Acorte vástagos laterales de­
jando algunos centímetros sobre el ta­
llo principal, pero conserve todos los
necesarios para extender la estructura.
Corte limpiamente, cerca de un
2 brote sano. Los brotes producirán
un desarrollo nuevo pronto.
ra, cuando la savia surge, «sangran»
abundantemente; esto es difícil de de­
tener y debilita las plantas. (Para la poda
de vides de uva, véase pp. 402-406.)
Guia de trepadoras
establecidas
Las trepadoras que se sujetan por me­
dio de sus raíces aéreas necesitan muy
poco guiado, salvo en los primeros años,
hasta que se hayan formado suficientes
raíces aéreas para sostener la planta. Eli­
Guiado de trepadoras sobre pérgolas y pilares
Para lograr una distribución de cre­
cimiento parejo sobre pérgolas y pi­
lares, sujete los tallos principales a lo
largo de la estación de desarrollo, ex­
tendiéndolos para rellenar cualquier
hueco. Para estimular la floración en
la parle inferior del tallo, guíe vásta­
gos laterales de especies enrollantes al­
rededor de su soporte en una forma
Gute vástagos sueltos sobre
el soporte en la dirección de
desarrollo natural y sujete.
Sujete vástagos
nuevos, espaciando
para producir una
estructura equilibrada.
Para estimular la
floración, pode todos
los vástagos laterales
dejando 5 brotes.
ja los tallos nuevos más fuertes cada año
durante la estación de desarrollo, antes
de que se vuelvan duros y leñosos, y guíe
para continuar con la estructura bási­
ca. Siga la forma del espacio correspon­
diente y permita que el tallo guía se ex­
tienda en línea recta hasta alcanzar la
altura requerida. Sujete todos los tallos
firmemente al soporte en intervalos re­
gulares por medio de ligaduras torcidas
de plástico o ligaduras para vides. Ase­
gure que las ligaduras son lo suficiente­
mente tensas para evitar que el viento
fuerte agite los tallos y rocen con el so­
porte; sin embargo, no debería restrin-
regular, asegurando que éstos sigan la
dirección natural de desarrollo: en el
sentido de las agujas del reloj o a la
inversa. Después de la estación de flo­
ración, elimine cualquier vástago en­
fermo o dañado y pode el tallo prin­
cipal y todas las guías. Esto
estimulará un desarrollo lateral fuerte
al año siguiente.
2
A finales de verano, recorte
todos los tallos guía en un tercio
para estimular el desarrollo lateral.

gir el desarrollo de los tallos de la plan­
ta. Será necesario aflojar las ligaduras
periódicamente a medida que los tallos
se hagan más gruesos.
Renovación de una
trepadora vieja o
abandonada
Las trepadoras sin podar —o aquellas
que no han sido guiadas— a menudo se
convierten en una masa de tallos enre­
dados y leñosos y producen pocas flo­
res. Se las puede podar severamente para
rejuvenecerlas.
La mayoría de trepadoras tolera una
poda hasta cerca de la base o hasta ta­
llos de la estructura principal, pero una
planta medio enferma podría no sobre­
vivir a este tratamiento.
En este caso, es preferible reducir el
tamaño de la planta de un modo gra­
dual a lo largo de dos o tres años, jun­
to con el alimentado anual.
En el caso de una planta que se pode
hasta su base, corte todo el desarrollo
existente a principios de primavera hasta
30-60 cm del suelo. Para estimular un
desarrollo nuevo rápido, aplique un re­
vestido de fertilizante equilibrado a ra­
zón de 50-85 g por m2. Empape la
zona de las raíces en agua y agregue
«mulch».
Guíe todo crecimiento nuevo igual
R en o v a c ió n d e u n a T r e p a d o r a A b a n d o n a d a
Una trepadora abandonada (aquí Cclastrus orbiculatus) puede renovarse gradualmente
a lo largo de dos o tres estaciones, podando concienzudamente cada primavera.
Retire, en lo posible,
todo el desarrollo
apiñado.
Elimine vástagos
débiles, de rain ¡tas o
dañados, dejando
sólo los fuertes.
Cómo podar una madreselva
Las madreselvas trepadoras (Lonice­
ra) requieren una poda escasa para
florecer profusamente pero, abando­
nadas, tienden a desarrollarse como
una masa de tallos delgados y enre­
dados que tienen flores y follaje sólo
en la parte superior de los vástagos.
Para renovar una madreselva en es­
tas condiciones, pode severamente
desde principios a mediados de pri­
mavera, al comienzo de la estación de
desarrollo.
Pronto crecerán vástagos nuevos
que deberían guiarse para proporcio­
nar una estructura equilibrada.
Si no fuese necesaria una poda tan
severa, es aún posible renovar la plan­
ta eliminando vástagos y tallos muer­
tos y dañados bajo el desarrollo nue­
vo y joven.
Use cizallas en lugar de podaderas
para mayor rapidez.
que se practica para las trepadoras re­
cién plantadas.
La renovación a lo largo de dos o tres
años resulta más difícil (véase abajo)
porque los tallos a menudo se enredan.
En primavera, elimine la mayor parte
posible del crecimiento apiñado, después
corte uno de cada dos o tres tallos prin­
cipales hasta su base. Desenrede el de­
Recorte tallos viejos
en un tercio o hasta
la mitad con
podadores de mango
largo, conservando
los más vigorosos.
P oda y G uía
P o d a d o d e R e n o v a c ió n M é t o d o O p c io n a l
Si la planta está muy sobrecrecida, Si fuese innecesaria una poda tan
recorte todos los tallos con podado- severa, elimine lodo el material
res de mango largo hasta 30-60 cm muerto debajo del crecimiento
del nivel del suelo. nuevo.
sarrollo superior de los tallos cortados nuevo y sano, alimente, riegue y agre­
con suavidad. Si algunos vástagos resul­ gue «mulch», como en el podado hasta
tasen dañados, elimínelos una vez que la base.
los tallos principales podados y su de­ Guíe los nuevos vástagos basales para
sarrollo superior hayan sido eliminados. rellenar huecos, asegurando que no se
Elimine cualquier vástago débil y torci­ enreden con algunos viejos. A la prima­
do —ya que éstos no florecerán de un vera siguiente, repita el procedimiento
modo satisfactorio— y cualquier leña y alimente, riegue y agregue «mulch» a
muerta. Para estimular un desarrollo la planta.
T r e p a d o r a s q u e se P u e d e n
C o r t a r a ra s d e S u e l o
Allemanda catliartica #
Anredera cord¡folia *
Antigonon leptopus *
Arislolochia, algunas *
Campsis x tagliabuana
Clematis, algunas *
(mayoría de esp.)
Clerodendrum thomsoniae #
Clytostoma callistegioides *
Disliclis buccinaloría *
Lonicera, algunas #
(mayoría de esp.)
Macfadyena unguis-cali *
Manellia cordifolia
M. inflata *
Passiflora x caponii
‘John Innes’
Passiflora, mayoria *
Pelrea volubilis *
Polygonum auberlii
Pyrostegia venusta *
QuisquaUs indica #
Solandra maxima *
Elimine también toda Solarium, algunas *
la leña muerta o Stiginaphyllon ciliatum #
enferma. Pode hasta Strongylodon macrobolrys *
un brote sano Thunbergia #
utilizando podaderas C lave
afiladas. # No resistente
Clemátides
as clemátides se adecúan a casi to­ Dónde criar clemátides Grupos de clemátides
L das las vistas y variedad de climas.
Ofrecen el período de floración más lar­Es posible elegir clemátides adecuadas
go de todas las trepadoras, presentan­a casi cualquier situación del jardín. Las
Las clemátides pueden dividirse en tres
grupos principales, basados en su tiem­
do especies o híbridos que florecen du­ especies y cultivares vigorosos que flo­ po de floración y su hábito.
rante casi lodos los meses del año, recen en primavera resultan ideales para El grupo 1 se compone de las espe­
muchos de ellos con cápsulas plateadas vestir y camuflar construcciones, verjas cies de florecimiento temprano y sus cul­
de semillas que aparecen después del flo­ y muros poco agradables, o para reptar tivares —además de los grupos de Al­
recimiento. sobre viejos troncos de árboles, tocones pina, Macropetala y Montana—, que
Tienen hábitos diversos, que varían y glorietas, agregando color e interés a florecen directamente sobre los tallos
desde plantas herbáceas como C. inte- elementos opacos. maduros de la estación previa. El gru­
grifolia y C. recta, que forma matas, Las clases menos rampantes pueden po 2 comprende los cultivares tempra­
hasta desparramados sub-arbustos como guiarse sobre espalderas y pérgolas o nos de flores grandes, que florecen so­
C. x jouiniana, así como las trepado­ caer en cascadas sobre terrazas; a nivel bre tallos cortos de la estación en curso,
ras más conocidas. del suelo, las especies más delicadas se que surgen de la leña madura de la es­
Las flores de clemátides también pre­ desparramarán y sus flores podrán apre­ tación previa. A veces los grupos 1 y 2
sentan una amplia gama de colores y ciarse mejor. son conocidos como clemátides de flo­
formas, desde los atractivos ramos de Algunas clemátides se adecúan al cul­ recimiento sobre «leña vieja». El gru­
campanas delicadas color marfil de C. tivo en contenedores, en patios o —en po 3 comprende las especies de floreci­
rehderiana y las lámparas doradas pul­ el caso de las no-resistentes— bajo cris­ miento tardío, los cultivares de flores
posas y exóticas de C. tangutica, hasta tal. Otras tienen un gran potencial de grandes y los tipos herbáceos, que flo­
las flores sencillas, pero de colorido opu­ cultivo a través de plantas huésped recen sobre el desarrollo de la estación
lento, de C. vilicella y sus muchos hí­ —árboles, trepadoras y arbustos fuer­ en curso.
bridos, pasando por las formas más tes—, proporcionando una prolongada
complejas de las clemátides de flores estación de interés, una pincelada de co­ y
Especies cultivares de
grandes como C. ‘Proteus’ y C. ‘Vyvyan lor, o creando asociaciones de plantas floración temprana
Pennell’. inusuales y encantadoras. Las especies simpreverdes y poco resis­
tentes de floración temprana y sus gé­
neros son originarias de regiones de cli­
C l em á tid e ma cálido, y es mejor cultivarlas
G rupo 1 protegidas en las zonas de heladas in­
tensas. Entre las perennes más resisten­
tes están la vigorosa C. armandii y la
más pequeña C. cirrhosa. Ambas se
desarrollan mejor en un emplazamien­
to dirigido hacia el sur o el sudoeste,
y resultan efectivas cultivadas a tra­
vés de otras plantas guiadas sobre
paredes.
Los grupos de Alpina y Macropetala
C. alpina C. macropetala resisten temperaturas invernales muy ba­
‘Francés Rivis’ 'Markham’s I’ink’ jas y resultan ideales para cultivar a tra­
vés de árboles y arbustos bien guiados
en cualquier situación. No las cultive a
G rupo 2
través de rosales trepadores u otros ar­
bustos que requieren podas anuales, ya
que las clemátides casi no necesitan re­
cortado. Son adecuadas a emplazamien­
tos expuestos, como las esquinas de edi­
ficios mirando al nordeste, pero también
son soberbias plantas de contenedores
para patios —y pueden guiarse sobre
cualquier soporte.
Los miembros del grupo Montana son
C. ‘The President' C. ‘Henrvi’ C. ‘Nelly Moser’ completamente resistentes y vigorosos,
trepando hasta una altura de 7-12 m. Es­
G rupo 3 tas plantas cubrirán muros y glorietas,
y resultan efectivas cultivadas a través
de coniferas o viejos árboles frutales que
hayan sobrepasado el período más pro­
ductivo, pero podrían dañar el follaje de
las perennes por su desarrollo rampan-
te y denso.
Cultivares tempranos de flores grandes
C. ‘lirnest Markham’ C. Mackmanil’ C. vilicella ‘Mmc
Son totalmente resistentes a las heladas
Julia Correvon’
y alcanzan una altura de 2,5-4 m. Los
cultivares más compactos, como C.
‘Edith’, que normalmente son los prime­
ros en florecer, resultan ideales para con­
tenedores. Es mejor cultivar los cultiva­
res dobles y semidobles y aquellos que
florecen a mediados de verano, produ­
ciendo flores muy grandes, a través de
las ramas de otros arbustos y árboles
guiados sobre muros, donde sus flores
estarán protegidas de vientos fuertes o
lluvias intensas. Es mejor plantar los
cultivares de flores más pálidas —de ra­
yas rosadas o malvas— en sitios som­
breados, donde sus flores servirán para
aclarar una pared oscura y no se deste­
ñirán. Para las situaciones soleadas, son
mejores las rojo profundo y las púrpu­
ra, porque desarrollan un mejor color
al sol.
y
Especies cultivares de
florecimiento tardío
Este grupo de clemátides incluye los cul­
tivares tardíos de flores grandes como
C. ‘Jackmanii’, C. vilicella de flores pe­
queñas y sus híbridos, y toda una gama
de especies con sus formas, incluyendo
las clemátides herbáceas. Los tipos Jack­
manii resultan soberbios cultivados a
través de rosales trepadores, rosales ar­
bustivos y arbustos de tamaño medio,
tanto perennes como caducifolios, ya
sean autoportantes o guiados sobre un
muro. En particular, los híbridos de C.
vilicella son excelentes para cultivar a
través de plantas tapizantes, especial­
mente los brezos que florecen en vera­
no o invierno (Calluna, Daboecia y
Erica).
Entre los otros miembros de este gru­
po, C. x jouiniana es un tapizante ideal,
y las minúsculas flores tipo tulipa de C.
texensis y sus cultivares presentan un
buen aspecto cultivados sobre un con-
trafondo de siempreverdes bajas. Las vi­
gorosas C. orientalis y C. tangutica re­
quieren un muro o árbol grande donde
puedan crecer sin restricciones y exhi­
bir sus muchas flores y sus vaporosas
cápsulas de bayas. C. heracleifolia var.
davidiana —y otras especies herbá­
ceas— no trepan, y deberían cultivarse
en orlas mixtas o herbáceas; C. integri-
folia se asocia bien con rosas de mata
de flores arracimadas.
Preparación del suelo y
plantación
Al usar clamátides vigorosas para ves­
tir espalderas o pérgolas, antes de plan­
tar asegure que la estructura de soporte
sea fuerte y sólida. De un modo simi­
lar, al cultivar clemátides a través de ár­
boles viejos, las ramas deben ser sufi­
cientemente robustas para cargar con el,
a veces considerable, peso. En el caso de
las clemátides cultivadas a través de
otras plantas huésped, resulta esencial
que el vigor de ambas sea parejo para
que el huésped no quede desbordado.
Asegure también que el podado reque­
rido por ambas sea compatible.
La mayoría de las especies de trepa­
doras pueden emplazarse parcialmente
a la sombra o al sol, con tal que las raí­
ces estén frescas y sombreadas. Plante
arbustos poco elevados debajo o plán­
telas del lado sombreado del árbol hués­
ped o del muro. Las especies herbáceas
prosperan en una ubicación soleada.
Para cultivar clemátides en un patio, use
un contenedor de 45 cm de diámetro por
45 cm de profundidad.
La mayoría de las clemátides prospe­
rarán en suelos ricos, fértiles y bien dre­
nados, especialmente si éstos son neu­
tros o ligeramente alcalinos. Las especies
perennes como C. tangutica y C. orien-
lalis no deberían cultivarse en suelos que
estén mojados durante los meses de in­
vierno, ya que tienen raíces finas y fi­
brosas que se pudrirían rápidamente.
Los detalles del plantado son los mis­
mos que para otras trepadoras (véase
«Preparación del suelo y plantación»,
pp. 100-102), salvo que deberían plan­
tarse a 5 cm más de profundidad de lo
normal para estimular el desarrollo de
brotes de base bajo el nivel del suelo.
Cuidados rutinarios
Mantenga los ejemplares recién planta­
dos bien regados hasta que estén bien
establecidos y agregue «mulch» a las es­
pecies trepadoras y herbáceas anualmen­
te, en primavera, con tierra de jardín o
estiércol bien descompuesta.
El desarrollo nuevo joven es muy sus­
ceptible al daño causado por babosas (p.
548) a principios de primavera. Las cle­
mátides son propensas al ataque de áfi-
dos (p. 550), y los cultivares de floreci­
miento tardío y flores grandes podrían
quedar afectados por el moho polvoso
(p. 550). El marchitamiento de las cle­
mátides —una condición causada por
C o n tr a ste d e C o l o r
Las clemátides son
excelentes plantas de
acompañamiento y
pueden cultivarse a
través de tina
variedad de plantas
huéspedes, creando
una exhibición
inusual. Aquí, los
pétalos brillantes de
C. viticella ‘Venosa
Violacea’ presentan
un contraste
atractivo contra el
verde de Junípera
sabina var.
tamariscifolia, sobre
la que repta.
P la n t a c ió n de una C lem á tid e
Plante las clemátides a 5 cm más de
profundidad que el nivel de plantado
del semillero para estimular la
aparición de brotes bajo tierra y
evitar la marchitación.
un hongo— puede atacar a las clemáti­
des de flores grandes recién plantadas
(véase p. 569).
Poda y guia
Las necesidades del podado varían para
cada grupo, de modo que controle siem­
pre antes de recortar. Si se las poda in­
correctamente, podría eliminar la leña
del florecimiento.
Poda y guia inicial para
todos los grupos
Las clemátides trepan por medio de zar-
zillas de tallo de hojas que se sujetan por
sí mismas al soporte. Es necesario guiar­
las para que alcancen su soporte, y el de­
sarrollo nuevo tendrá que sujetarse du­
rante la primavera y verano. Ligue justo
debajo de un nodulo (o de un brote del
eje de una hoja) y espacíe los tallos de
un modo parejo sobre el soporte, dejan­
do espacio suficiente para que crezca el
desarrollo nuevo.
En el guiado y podado inicial, las cle­
mátides requieren cuidados especiales.
Si quedan sin guiar, las plantas produ­
cen frecuentemente uno o dos tallos que
miden 15-18 m y después un crecimien­
to largo y enredado que deja la base des­ G r u p o 1 - E s p e c ie s d e
nuda. Para evitarlo, todas las clemáti­ F l o r a c ió n T e m p r a n a
des recién plantadas deberían podarse
severamente durante la primera prima­ C. alpina y cultivares
vera después de ser plantadas. C. armandii y cultivares
A menos que la planta ya tenga tres C. cirrhosa
o cuatro tallos creciendo desde la base,
recorte todos los tallos justo encima de
un par de brotes de hojas —fuertes y Clematis
sanos— a 30 cm por encima del nivel armandii
del suelo. Si a principios de primavera
dicha poda severa no produce tres o cua­
tro tallos suplementarios, vuelva a po­
dar los tallos nuevos dejando 15 cm jus­
to hasta encima de un par de brotes de
hojas sanos. C. macropetala y cultivares
C. montana y cultivares
Grupo 1 C. montana
Muchas de estas clemátides vigorosas re­ var. grandiflora
quieren poca poda regular, si es que re­ C. montana
quieren alguno, especialmente si, recién var. rubens
plantadas, se recortan concienzudamen­
te. Si resultase necesario restringir el ta­
maño u ordenar el crecimiento enreda­
do, debería podar después de la
floración. En este momento también
pueden eliminarse los tallos muertos, da­
ñados o débiles. El desarrollo nuevo ma­
durará a finales de verano y en otoño, Tallo de flores
ofreciendo flores a la primavera siguien­ que crece
te. Cualquier dcsarroilo excesivo puede directamente
reducirse y sujetarse en otoño, pero ten­ desde el tallo
ga en cuenta que esto reducirá la flora­ maduro de la
ción. C. armandii, que produce una
masa de flores sobre tallos colgantes,
estación
anterior.
puede entresacarse anualmente para evi­
tar el apiñado; recorte hasta vastagos jó­
venes bien ubicados, inmediatamente
después de la floración.
P o d a d e C l e m á t id e s d e l G r u p o 1
Los tallos maduros de clemátides del Grupo I Recorte vástagos
producen tallos de flores para la siguiente dañados hasta un
estación; pode después de florecidas sólo si la par de brotes sanos
planta está sobrecrecida. o hasta el tallo
principal.
Elimine tallos apiñados
o que hayan crecido más
allá del espacio
disponible, recortando
hasta el origen.
Grupo 2 Flores sobre tallos dado con los tallos —a veces que­ E s q u e je s e n t r e N o d u l o s
Las flores solitarias grandes se produ­ de la estación bradizos— nuevos y suaves. Espacíe en
cen sobre tallos cuyos largos varían en­ .en curso forma pareja y sujete a intervalos re­
tre 15-60 cm que surgen de los tallos ma­ gulares.
duros de la estación anterior. Pode estas También deben podarse las clemáti­
plantas a principios de primavera, an­ des que crezcan sobre un huésped o una
tes de comenzar el nuevo desarrollo. planta tapizante, como los brezos. A fi­
Elimine los tallos muertos, débiles o nales de otoño, retire el desarrollo ex­
dañados, y recorte los sanos hasta jus­ cesivo para mantener la planta y el hués­
to encima de un par de brotes de hoja ped ordenados y menos propensos a
fuertes. Éstos producirán la primera co­ daños causados por vientos. A finales
secha de flores. A finales de verano, este de otoño, retire todo el desarrollo supe­
grupo también producirá una serie de rior, dejando 30 cm de las clemátides
flores más pequeñas sobre los vástagos cultivadas sobre brezos que florecen en Haga esquejes de 5 cm de largo
nuevos. Hoja de invierno antes de su florecimiento. cortando justo encima de un nodulo
la estación y a 3,5 cm debajo de éste. Retire una
anterior hoja de cada esqueje.
P o d a d e C l e m á t id e s d e l G r u p o 2 Propagación
Las clemátides del Las especies de clemátides pueden pro­
grupo 2 florecen G r u p o 2 - C u l t iv a r e s
sobre los tallos de pagarse a través de semillas sembradas T em pra n o s de F lores
la estación en en otoño e invernadas en un invernade­
ro frío o una cajonera (los cultivares no G randes
curso, así que
pode a principios se reproducen propiamente a partir de
las semillas). El número de cultivares se
c.c.
‘Barbara Jackman’
‘Carnaby’
de primavera antes incrementa a partir de leña blanda o se-
del desarrollo. mimadura (véase p. 537); la división
c. ‘Daniel Deronda’
(véase p. 451) o los esquejes de base (véa­
se p. 166) se utilizan para los tipos her­
báceos.
Resultan preferibles los esquejes in­
ternodales de leña blanda o semimadu-
ra a los nodales. Córtelos en primave­
ra, justo encima de un nodulo y corte Clematis
‘Vyvyan Pennell’
el tallo dejando 2,5-5 cm debajo del no­
dulo. Elimine un par de hojas a 1 cm C. ‘Edinburgh’
Recorte tallos viejos Antes de que del nodulo. Reduzca el resto de las ho­
hasta un par de brotes jas a la mitad y recorte el tallo encima C. ‘Eisa Spath’
fuertes. El desarrollo a comience el C. ‘General Sikorski’
desarrollo nuevo, del nodulo, dejando I cm. Unte la base C. ‘Henryi’
partir de éstos recorte todos los con polvo de arraigo hormonado. Arrai­
producirá las flores de gue en un propagador cerrado con ca­ C. ‘Lasurstern’
esta estación. tallos dañados hasta C. ‘Marie Boisselot’, sin.
su origen o hasta el lefacción en la base. Temple las plantas C. ‘Mme Le Coultre’
nivel del suelo. nuevas gradualmente (véase p. 543) an­ C. ‘Mrs. N. Thompson’
tes de plantar las clématides jóvenes en Nelly Moser’
el exterior en primavera. Niobe’
Grupo 3 The President’
Las flores producidas por este grupo se P o d a d o d e C l e m á t id e s d e l G r u p o 3 Vyvyan Pennell’
encuentran sobre los tallos del desarro­ Las clemátides
llo de la estación en curso. Pode a prin­ del grupo 3 G r u p o 3 - E s p e c ie s y
cipios de primavera, antes de comenzar producen flores C u l t iv a r e s d e F l o r a c ió n
el nuevo desarrollo. Elimine todos los sobre el
tallos de la estación anterior hasta un desarrollo de la T a r d ía
par de brotes de hoja justo encima de estación en curso; C. ‘Bouchaud’
la base del desarrollo de la estación pre­ pode a principios C. ‘Albany’
via, es decir, a 15-30 cm por encima del de primavera C. ‘F.rnest Markham’
suelo. Al aparecer el desarrollo nuevo, antes del
sujete a su soporte o huésped. Tenga cui- desarrollo nuevo.
Clematis
‘Perle d’Azure’

C. florida y cultivares
Tallos______ C. ‘Gipsy Queen’
florecidos c. ‘Hagley Hybrid’
sobre nuevo c. ‘Jackmanii’
desarrollo c. ‘Lady Betty Balfour’
de la estación Corle justo encima del par de
en curso. brotes inferiores fuertes de cada c. ‘Pcrlc d’Azure’
tallo a 15-30 cm por encima del c. tangutica y cultivares
nivel del suelo. Haga un corle recto c. ‘Ville de Lyon’
con podaderas afiladas, asegurando c. viticella y cultivares
de no dañar los brotes.
Propagación
trepadoras son propagables a de plantas, tales como Celastrus. Algu­
as
L partir de semillas, de esquejes de nas trepadoras producen plantas nuevas
tallo o de raíz, o por acodado. A me­de forma natural a través del auto-
nudo también se propagan las Wisteria
por injerto (para más información, véase
A rboi .es O r n a m e n t a l e s , «Injertado»,
p. 58).
En cuanto al costo, la propagación a
partir de semillas es la más eficaz para
la producción de un gran número de
plantas; también es el único método
práctico de aumentar el número de
anuales y el más fácil para las trepado­
ras herbáceas. Sin embargo, los híbridos
y cultivares raras veces se reproducen
propiamente a partir de semillas y, por
lo tanto, es aconsejable propagarlos a
través de sistemas vegetativos, tales
como los esquejes. Además, cultivadas
a partir de semillas, las plantas leñosas
podrían tardar varios años en alcanzar
el tamaño de floración.
La propagación de esquejes de tallos
tomados de leña blanda o semimadura
se puede realizar con éxito en el caso de
casi todas las trepadoras y resulta el me­
jor método para los cultivares selectos.
La propagación a partir de esquejes de
leña dura sólo se aplica normalmente a
las vides ( Vitis); los esquejes de raíz se
pueden utilizar para un pequeño número
Sem bra d o de S em illa s
Coseche semillas de la planta
(aquí, clemátide) cuando
estén maduras. No es necesario
eliminar «colas» vaporosas.
acodado. Si sólo se requieren unas po­
cas plantas, tanto el acodado sencillo
como el de serpentina son métodos di­
rectos para la propagación de trepado­
ras difíciles de cultivar a partir de es­
quejes.
Propagación de trepadoras
a partir de semillas
La mayoría de las especies produce se­
millas viables sin dificultad. Sin embar­
go, en el caso de las plantas no comple­
tamente resistentes, es necesario un
verano largo y cálido para que las semi­
llas maduren por completo. Para obte­
ner semillas de plantas unisexuales de es­
pecies como Aclitiidia chinensis y
Celastrus, se deben cultivar juntas plan­
tas de ambos sexos para asegurar que se
polinicen entre ellas.
El sexo de los plantones se desconoce
hasta que alcanzan el tamaño de flora­
ción. Sin embargo, para algunas plantas
existen clones femeninos y masculinos
designados y vegetativamente propa­
2 Siembre dispersando bien, en
un cacharro preparado u otro
contenedor con tierra para semillas agregue una capa de gravilla fina
afirmada, húmeda y arenosa. y etiquete. Ponga afuera en un
macizo de arena o cajonera.
gados, como en el caso de Aclidinia chi­
nensis. Para plantar y sembrar trepado­
ras anuales, véase A n u a l e s y B ie n a l e s ,
pp. 180-186.
Preparación de la semilla
En el caso de ciertas trepadoras, resul­
ta necesario remojar las semillas en agua
antes de sembrarlas: las de Hardenber-
gia deberían dejarse en agua durante 24
horas, y las de Lapageria, durante 48.
Es posible interrumpir el período de
inactividad de semillas de corteza dura
a través de un período de frío. Es'o se
logra introduciéndolas en la nevera du­
rante seis-ocho semanas (para más in­
formación, véase P r in c ip io s d e P r o p a ­
g a c ió n , «Estratificación fría», p. 536).
Sembrado
Si siembra semillas en un tiesto de te­
rracota, primero cubra los agujeros de
drenaje con trozos de tiesto (esto no es
necesario en el caso de tiestos de plásti­
co, bandejas para semillas o cacharros
planos) y llene el tiesto, cacharro o ban­
deja con abono para semillas estándar,
afirmando con una tabla para asegurar
que no hayan bolsas de aire ni espacios.
Las semillas más grandes deben espa­
ciarse de modo parejo; apriete suave-
Cubra las semillas con una
3
capa fina de tierra arenosa,
mente dentro de la tierra y después cu­
bra hasta su altura propia con una capa
de tierra tamizada o, mezclado con una
pequeña cantidad de gravilla horticul­
tural fina. Mezcle las semillas muy pe­
queñas con un poco de arena fina y seca
para poder sembrarlas de modo parejo
y no apiñadas; no es necesaria una capa
suplementaria de tierra.
Etiquete el tiesto y riegue con un ro­
cío fino. Después, coloque una pelícu­
la de plástico transparente o un cristal
encima del contenedor (alternativamen­
te, agregue una capa delgada de gravi­
lla fina) para evitar que la tierra se
reseque.
Las semillas de ciertas trepadoras
como Mutisia y Thladiantlia necesitan
calor artificial para germinar si se las
cultiva en climas frecos y, por lo tanto,
deben colocarse en un propagador a
13-I6°C. Cobaea, si se la cuitiva como
anual, debería plantarse a finales de in­
vierno sometida a calor, de modo que
las plantas jóvenes estén bien desarro­
lladas cuando se las plante en el exte­
rior. La mayoría de las demás semillas
deben conservarse en un lugar cálido
alejado del sol directo. Sin embargo, las
trepadoras resistentes, tal como la ma­
yoría de Clematis, germinan mejor en
condiciones frías: introduzca los conte­
nedores en una cajonera al aire libre.
Trasplante individual
Apenas hayan salido los plantones, re­
tire el cristal o la película de plástico, si
los ha utilizado. Cuando se hayan for­
mado la primera pareja de hojas autén­
ticas (las primeras hojas del plantón po­
drían variar significativamente de las de
una planta adulta), trasplante los plan­
tones individualmente dentro de tiestos
pequeños. Sin embargo, si fuesen muy
pequeños, es mejor utilizar una bande­
ja, trasplantando en hileras separadas
por el ancho de una hoja.
Examine la base del tiesto o bandeja
en intervalos frecuentes; apenas las raí­
ces sean visibles a través de los aguje­
ros de drenaje, vuelva a cambiar de ties­
to. Los plantones germinados en un
medio ambiente frío deberían seguir cre­
ciendo en condiciones más cálidas y pro­
tegidos.
Plantación exterior
Plante los plantones en el exterior cuan­
do estén bien establecidos. Las trepado­
ras''de crecimiento rápido, tanto las
anuales como las perennes, pueden plan­
tarse en el sitio donde florecerán. Si las
heladas son probables, y las trepadoras
no del todo resistentes, plante bajo una
campana para protegerlas o retrase la

5
plantación hasta que haya pasado todo
4 6
Después de germinados, Cuando hayan desarrollado el Siga cultivando los plantones
trasplante los plantones: primer par de hojas legítimas, hasta que estén bien peligro posible de heladas.
afloje un terrón con una espátula, coloque los plantones establecidos. Entonces estarán Las trepadoras de crecimiento rápido
retire y vuelva a plantar individualmente en tiestos con tierra preparados para plantar en su deberían cambiarse de tiesto cada vez
individualmente, sosteniendo las húmeda. Etiquete y coloque en ubicación definitiva. que las raíces aparezcan en la base del
hojas con suavidad. cajonera. tiesto. Durante la primera estación, cul-
 tive en un lugar protegido o en un se­ clemátides son la excepción a esta regla: Colocación en tiestos
T r e p a d o r a s P r o pa g a b l e s millero. En todos los casos, proporcio­ los esquejes deben ser intranodalcs, de­ Generalmente, los esquejes tardan entre
p o r E s q u e je s d e ne cañas para sostener las plantas y jando un pequeño trozo de tallo deba­ cuatro y ocho semanas en arraigar, aun­
mantenga húmeda la tierra de las plan­ jo del nodulo —véase «Propagación», que las madreselvas (Lonicera) pueden
L eña Bla n da tas criadas en tiestos. p. 110.) tardar más. Coloque en tiestos en mez­
Alternando # Los esquejes de leña blanda resultan cla estándar con base de tierra negra.
Anemopaegma * particularmente vulnerables a las pérdi­ Como opción, use una mezcla de dos
Antigonon * Propagación a partir de das de agua; coloque inmediatamente partes de sustituto de turba (o turba) por
A sarina *
Ceropegia * esquejes de leña blanda dentro de un saco de plástico transpa­
rente para retener la humedad.
una parte de arena; como ésta no con­
tiene nutrientes, aplique un alimento lí­
Clemalis, quido o foliar cada dos semanas.
algunas * La leña blanda es la parte más joven y Preparación e introducción de esquejes Los esquejes recogidos en primavera
más verde del tallo, y se produce de un Elimine las hojas de la tercera parte in­ deberían estar listos para plantar en oto­
modo continuo en la punta. Recoja es­ ferior de los tallos con un cuchillo afi­ ño; los recogidos más tarde deberían in-
A Hernando quejes de madera blanda a finales de lado e impregne la base de los esquejes vernarse protegidos y plantados fuera la
calhatica primavera o principios de verano, poco de polvo fungicida para evitar que se pu­ próxima primavera, una vez pasado el
‘Hendersonii’ tiempo después de comenzado el desa­ dran. Los esquejes de leña blanda arrai­ peligro de heladas. En zonas frías, to­
rrollo nuevo y antes de que los tallos ha­ gan con facilidad y no necesitan un tra­ dos los esquejes no resistentes deberían
Clerodendrum, yan comenzado a endurecer. Prepare un tam iento con polvo de arraigo. invernar en un sitio libre de heladas,
Clitoria * tiesto, cacharro o bandeja y llene casi Introduzca los esquejes en la tierra, de­ templados gradualmente la primavera si­
Codonopsis hasta el borde con tierra para esquejes jando la hoja o el par de hojas inferior guiente y plantados fuera cuando haya
Convolvulus, algunas * y afirme. asomando sobre la tierra. Etiquete los pasado el peligro de heladas.
Crypioslegia # esquejes y humedezca con un rocío fino.
Disliclis * Corle de esquejes Coloque en un propagador, cubra las
Hederá, algunas * Corte trozos de tallo de 15 cm de largo,
cortando encima de uniones de hojas o
bandejas con hojas de cristal o fije sa­
cos de plástico transparente encima de
Propagación a partir de
Hibbertia *
Hydrangea de nodulos en la planta madre. Después los tiestos con cinta elástica. Mantenga esquejes semimaduros
Ipomoea * corte la base de cada esqueje inmedia­ los esquejes bien iluminados y controle
Lonicera, algunas * tamente debajo de cada nodulo. (Las diariamente que no se resequen. Recoja esquejes semimaduros de vásta-
Manettia *
Mikania *
Parthenocissus, algunas * P r o p a g a c ió n a P a r t ir de E s q u e je s de L eña B landa
Periploea
Schisandra
Schizophragma
Senecio
macroglossus
‘Variegatus’

Senecio, algunas *
Solanum, algunas *
Sollya *
Strepiosolen *
Thladiantha, algunas #
Thunbergia #
2
Llene un tiesto de 13 cm Seleccione trozos de 15 cm de los Haga un corte recto en el
Tropaeolum, algunas #
Wisteria
con tierra húmeda estándar.
Retire el sobrante para nivelar lo
extremos de desarrollo blandos
de vastagos sanos (aquí, Solanus
3
tallo de cada esqueje dejando
10 cm justo debajo de una unión
superficie y afirme ligeramente. crispum). Coloque los esquejes en un de hojas. Elimine las hojas
T r e p a d o r a s P r o pa g a b l e s saco de plástico transparente. inferiores a ras de tallo.
p o r E sq u e je s
S em im a d u r o s
Actinidia, algunas *
A gapetes *
Akebia
Ampélopsis
Anemopaegma #
Araujia *
Arislolochia, algunas #
Asieranthera
Beaumonlia *
Berberidopsis
Berchemia
Billardiera *
Bougainvillea *
Campsis
5
Impregne cada esqueje de Riegue con un rocío fino, Después de arraigados, plante
Celasirus
Cissus #
4dos polvo fungicida. Introduzca
o tres en cada tiesto, con las
etiquete y coloque el (o los) 6
en tiestos individuales.
tiestos en un propagador o sacos de Manténgalos húmedos rociando
hojas inferiores justo encima del plástico transparente llenos de aire. ligeramente con un rociador.
C lave
abono. Los esquejes no deben
♦ No resistente tocarse entre sí.
P ro pa g a c ió n a p a r t ir de
E squejes S e m im a d u r o s P r o p a g a c ió n a p a r t ir d e E s q u e je s de L eña D ura T r e p a d o r a s P r o pa g a b l e s
E jem pla r E je m p l a r e s p o r E s q u e je s
B u en o P o bres S e m im a d u r o s ( c o n t .)
M a dreselva
(L o n ic e r a ) Clematis, algunas #
Clianthus *
Clytostoma #
Decumaria *
Dioscorea *
sano Distictis #
leñoso Ercilla
Euonymus

1 2
Retire un tallo sano del Corte zarcillos y vástagos L-'altopia, sin. Potygonum
desarrollo de la estación en laterales. Corte del tallo en Hardenbergia *
\ Desa- Y Leña curso, cortando justo encima de trozos con un corte sesgado por Hederá, algunas *
rrollo T(lema-
un brote. No utilice nuevos encima del brote y recto en la base.
«Talón» o blando j siado Hoya #
.
y débil ma­ desarrollos demasiado maduros ni Jacquemontia #
% estacacortada blandos y nuevos.
dura Jasminum, algunas #
Kennedia *
Seleccione esquejes sanos de 10-15 Lonicera, algunas *
cm de longitud y corte justo debajo
de un nòdulo. Algunos esquejes
presentan un pequeño «talón» o estaca
de corteza en la base (ver detalle).
Macfadyena *

Mandevilla
x amabiíis
A
Conviene cortarlo antes de usar.
Mandevilla *
gos sanos desde mediados de verano a Manettia *
Pele la leña exterior de cada Mitraría *
principios de otoño. Prepare un tiesto
o cacharro con abono para esquejes hú­ 3haciaesqueje con un corte limpio
abajo para exponer la capa
Mu lisia, algunas *
medo, así como para esquejes de leña Paederia
blanda. Seleccione trozos de 10-15 cm de cámbium (véase detalle). Pandorea *
de leña no completamente endurecida, Passiflora, la mayoría *
cortando encima de uniones de hojas o Petrea #
de nodulos. Después corte las bases has­ Pileostegia
ta justo debajo de un nodulo, igual que Plumbago #
para los de leña blanda. Podranea *
Otra opción consiste en cortar limpia­ Pyrostegia *
mente a través de la base de un vástago, Quisqualis *
donde se une a la planta madre. Algu­ Sarmienta *
nos esquejes arraigan con mayor facili­ Schisandra
dad cortados con una «estaca», separan­ Schizophragma
do el vástago de la planta madre suave­ Senecio, algunas #
mente; el vástago se desprende con un Sotandra *
pequeño trozo de corteza —o «esta­ Solanum, algunas *
Stauntonia

ca»— en la base. Recorte la estaca de
cada esqueje y trate con polvo hormona-
do de arraigo antes de introducir en la
tierra y etiquetar. Después coloque el
tiesto o cacharro en un propagador. Los
esquejes semimaduros tardan entre ocho
y doce semanas —o más— en arraigar.
Cuando los esquejes hayan arraigado,
coloque en tiestos, empleando tierra
para tiestos estándar y siga cultivando
en una cajonera una vez re-establecidos.
Los esquejes arraigados deberían estar
listos para plantar fuera en sus ubica­
ciones definitivas a la primavera siguien-
le, una vez templados.
Propagación a partir de
esquejes de leña dura
Recoja esquejes de leña dura en otoño
y a principios de invierno, de vástagos
sanos que se han vuelto leñosos duran­
te la estación de desarrollo. Por medio
de podaderas, elimine un trozo de tallo,
cortando justo encima de un brote. Cor­
te los vástagos laterales y después divi-
4 Introduzca los esquejes en
abono con gravilla dejando
asomar los brotes superiores.
Etiquete, riegue y coloque en
cajonera.
da el tallo en trozos de 5-8 cm, utilizan­
do un corte sesgado por encima de un
brote en la punta y uno recto en la base.
Otra opción consiste en recoger esque­
jes más largos con dos o más brotes.
Para estimular el arraigo, haga un cor­
te en la base retirando una astilla de ma­
dera con un cuchillo afilado. La aplica­
ción de polvo de arraigo en el corte
puede acelerar el mismo en trepadoras
de arraigo difícil, pero no siempre es ne­
cesario si se escojen tallos adecuados en
la estación adecuada.
Introducción de esquejes
Prepare un tiesto o cacharro con tierra
para esquejes de drenado fácil (agregue
un poco de arena o gravilla a la tierra),
y llene casi hasta el borde, humedecien­
do bien. Introduzca los esquejes alre­
5
Cuando los esquejes hayan
arraigado bien, coloque en
Stephanotis *
Stigmaphyllon #
tiestos individuales. Estaque si Tecoma #
fuera necesario y siga cultivando Tecomanthe *
antes de plantar fuera. Tecomaria *
Thunbergia *
Trachelosperm um
dedor del borde del tiesto a 5 cm de dis­ Triperygiurn
tancia entre cada uno. Introduzca los es­ Wattakaka
quejes hasta dos terceras partes de su
longitud, dejando visibles sólo los bro­
tes superiores. Afirme la tierra, etique­ T r e p a d o r a s P r o pa g a b l e s
te los tiestos, riegue los esquejes y colo­ p o r E s q u e je s
que en una cajonera para invernarlos. de L eña D ura
Otra opción consiste en introducir los
esquejes directamente dentro de una ca­ Actinidia kolomikta
jonera o en una zanja en una zona pro­
tegida del jardín (véase Á r b o l e s O r n a ­
Bougainvitlea *
Lonicera, algunas #
m e n t a l e s , «Esquejes de leña dura», Parthenocissus,
algunas #
p. 54). Los esquejes de leña dura toma­
dos de plantas no totalmente resisten­ Vitis, algunas #
tes deberían invernarse en un sitio libre
de heladas.
Los esquejes de leña dura pueden tar­ Ac tinidia kolomikta
dar varios meses en arraigar, pero la ma­
yoría deberían estar listos para colocar C lavk
en tiestos o trasplantar a mediados de # No resisten le
la primavera siguiente. Coloque dentro
de un tiesto con tierra estándar o siga P r o p a g a c ió n a p a r t ir d e E s q u e je s de R a íz
cultivando en un lugar protegido antes
de plantarlos fuera el siguiente otoño.

Esquejes a partir de raíces

Algunas trepadoras, especialmente Ce-
lastrus y Solanunt, pueden propagarse
a partir de esquejes de raíz, recogidos
desde finales de invierno hasta princi­
pios de primavera.
Recolección de esquejes
Cave un agujero a 45-60 cm de la base
de la planta para descubrir raíces de al­ Cave un agujero bien Corte trozos de raíz con Lave las raíces y corte en trozos
rededor de I cm de grosor; éstas ofre­
cen el mejor material para esquejes. Re­
separado de la base de la
planta, descubriendo algunas
podaderas. Los trozos deben ser
de I cm de grosor, y, al menos, de
3horizontal
de 4-5 cm con un corte
en el extremo y oblicuo
tire secciones de raíz de hasta 20-30 cm 10 cm de largo. en la base (véase detalle)
de largo, según los esquejes que requie­
ra. Haga un corte recto a través de la
parte superior de la raíz (la que está más
cerca de la planta) y corte la base de la
raíz en ángulo. Coloque el material en
un saco de plástico transparente.
Preparación e introducción
de los esquejes
Lave los trozos de raíz para eliminar la
tierra, luego corte en trozos más peque­
ños y elimine los laterales fibrosos. Haga
un corte horizontal en la punta y uno
inclinado en la base. Introduzca los es­
quejes con el corte inclinado hacia abajo
dentro de un tiesto lleno de mezcla para

el arraigo, compuesta de partes iguales
de sustituto de turba (o turba) y arena.
Espacíe cada 7 cm, con los extremos so­
bresaliendo ligeramente. Cubra con una
capa de 1 cm de arena. Humedezca la
tierra concienzudamente, etiquete el ties­
to, y coloque en una cajonera o propa­
gador. Mantenga la tierra húmeda.
Templado y colocación en tiestos
En primavera aparecerán brotes cerca de
la punta del esqueje. Colóquelos en ties­
tos individuales a principios de verano
y temple gradualmente, aplicando un
alimento líquido o foliar de vez en cuan­
do. Sujete a estacas al desarrollarse. Las
4 5
Introduzca cada esqueje en
sentido vertical, dejando
asomar los extremos justo por
encima de la superficie de la
tierra.
plantas nuevas pueden plantarse en su
posición permanente el próximo otoño.
Trepadoras de
autoacodado
Muchas trepadoras tiene vástagos col­
Cubra con una capa de I cm de
arena. Riegue, etiquete y coloque
en una cajonera.
gantes que arraigan naturalmente en su
punto de contacto con el suelo. Un vás-
tago autoacodado puede retirarse y cor­
tarse de la planta madre a fianles de oto­
ño o principios de primavera. Elija un
acodo de aspecto sano y bien arraiga­
do que tenga un desarrollo nuevo y fres­
co. Retire con cuidado y corte. Recorte
el vástago acodado, conservando única­
6
Una vez que los esquejes
estén bien arraigados y los
vastagos jóvenes midan 2,5 cm,
plante en tiestos individuales.
mente el trozo o trozos de tallo que ten­
ga raíces nuevas y brotes. Elimine las ho­
jas que crezcan cerca de la raíz. Coloque
los acodos arraigados individualmente
en tiestos con una mezcla estándar de
tierra para esquejes, consistente en sus­
tituto de turba (o turba) y arena a par­
tes iguales y riegue bien. Como alterna­
tiva, si el acodo está bien desarrollado,

P r o p a g a c ió n de P lantas A u to a co d a d a s

1 4
Seleccione un vástago bajo Separe el vástago de la planta Corte el vástago en segmentos, Vuelva a plantar cada
arraigado en el suelo y retire
la parte arraigada con una horca.
madre (aquí una hiedra, Hederá
helixj, cortando entre nodulos con
3raícescada uno con un sistema de
sano y desarrollo nuevo y
segmento de vástago arraigado
en un tiesto con tierra o en su
podaderas. vigoroso. Elimine las hojas inferiores. ubicación definitiva.
con raíces fuertes y vigorosas y vásta-
gos, puede plantarlo inmediatamente en P r o p a g a c ió n por A c o d o S e n c il l o T repadoras que pueden
su posición definitiva. A codarse

Acodado sencillo Autoacodahles

Asteranthera
Celaslrus
Los vástagos largos y colgantes que pro­ Ficus pu mila *
ducen las trepadoras pueden propagar­ Hederá, algunas*
se con frecuencia por acodado sencillo
si no arraigan naturalmente. Se efectúa Hederá helix
un corte en un vástago y se estaquilla ‘Atropurpúrea’
dentro del suelo; esto lo induce a arrai­ Hoya *
gar en un nodulo, proporcionando una Hydrangea

1 2
planta joven. Elija un vástago joven y bajo Haga un corle sesgado en la Mitraría*
Los acodos de muchas trepadoras es­ (aquí, Akebia quinata). Elimine parte de abajo del vástago Monstera deliciosa*
taquilladas en primavera desarrollarán las hojas para proporcionar un tallo para formar una « lengüeta» en el
sistemas de raíces fuertes en otoño, mo­ limpio detrás de la punta. centro del tallo. Parthenocissus, algunas#
mento en el que se los puede separar de Periploca
la planta madre. Sin embargo, debería Philodendron *
acodarse Akebia, Campsis y Vitis a fi­ Scindapsus*
nales de invierno porque, si se corta los Tecomaria*
acodos en primavera, éstos «sangran» Trachelospermum
savia y tienden a no arraigar. Tripterygium
Vigna*
Preparación del suelo
Si el suelo circundante es pobre, mezcle Acodado sencillo
Actinidia, algunas*
con un poco de abono orgánico al me­ Akebia
nos un mes antes del acodado. Alterna­ lieaumontia #
tivamente, llene un tiesto con tierra e in­ Cissus *
troduzca en el suelo en el sitio donde Ercilla
estaquillará el acodo. Humulus
Utilizando un pincel limpio, Estaquille el vástago
Realización del acodado
3 pinte con polvo hormonado 4preparada
firmemente en la zona Lapageria *
Elija un vástago o tallo no florecido de arraigo y sacuda suavemente con grapas de alambre.
fuerte y vigoroso suficientemente largo para eliminar sobrantes. Cubra con 8 cm de Lonicera
para colgar sobre el suelo. Corte las ho­ x americana
jas y los vástagos laterales de la sección
de tallo a acodar con el fin de obtener Lonicera, algunas*
un trozo limpio de 30 cm detrás de la Mandevilla
punta del vástago. Monstera *
Doble el tallo suavemente hasta alcan­ Mucuna*
zar el suelo y, para estimular el arraigo, Mutisia, algunas*
haga un corte inclinado con un cuchi­ Passiflora, la mayoría*
llo afilado en la parte de abajo del ta­ Pileoslegia
llo, cerca de un nodulo. Para la mayo­ Podranea*
ría de trepadoras, aplique polvo de Schizophragma
arraigo hormonado en el corte; sin em­ Solarium, algunas*
bargo, las vigorosas, como Wisteria, no Strongylodon*
lo requieren. Tecomanthe*
Estaquille el tallo al suelo con firme­ Thunbergiu*

za por medio de trozos de alambre en
forma de «U» y cubra con una capa de
tierra de hasta 8 cm. Sujete el extremo
del tallo acodado a una estaca para que
permanezca recto.
Separación del acodo arraigado
En otoño, cuando los vástagos y raíces
nuevas han crecido de la parte enterra­
da del tallo, puede separar el acodo
arraigado de la planta madre y colocarlo
en un tiesto o plantar afuera. Acorte el
tallo viejo antes de volver a plantar y co­
loque una estaca al costado de la plan­
ta nueva. Si el acodo está plantado en
un tiesto, debería invernar en una cajo­
nera. Durante primavera y verano, apli­
que un alimento líquido o foliar en in­
tervalos regulares. Vuelva a colocar en
tiestos cuando sea necesario, antes de
templar gradualmente y plantar fuera en
su posición definitiva durante el otoño
siguiente.
5
Corle el vastago acodado cerca Plante el acodo en un tiesto Vitis amurensis, V. coignetiae
de la planta madre el verano U de 13 cm con tierra estándar o Wisteria
siguiente. Retire con una horca y en su ubicación definitiva, riegue
recorte el tallo antiguo. y etiquete. Acodado de serpentina
Ampélopsis
Campsis
Celastrus
Propagación por acodado de serpentina Ciernalis, algunas*
Fallopia, sin. Polygonum
Holboellia *
Doble un vástago colgante cuidado­ Kennedia*
samente hasta el suelo preparado y
elimine hojas y vástagos laterales.
Haga varios cortes cerca de nodu­
los, dejando al menos un brote entre Parthenocissus
cada incisión. tricuspidata
Aplique polvo de arraigo y estaqui­
lle las secciones con cortes, igual que Parthenocissus,
en el acodado sencillo. Separe las algunas*
plántulas en otoño, cuando se hayan Sarmienta *
formado raíces en cada corte. Sepa­ Schisandra
re el tallo viejo de las plantas nuevas Pueden producirse varias plantas
antes de replantar y estacar. nuevas por acodado de serpentina. Cl.AVK
Estaquille los acodos con grapas. * No resísteme
 E l J a r d ín
jardineros y poetas han
esde antes d e la é po c a r o m a n a
reverenciado el rosal como la reina de las plantas floridas
por la extraordinaria belleza de sus flores. La familia de
los rosales ofrece una gama extraordinaria en el colorido de las
flores, en su aspecto y perfume, ya sea la pureza sencilla de la rosa
salvaje, el encanto suave y apostelado de una rosa antigua de jar­
dín, ya el brillo enjoyado de las híbridas modernas. En cuanto
de R osas
a su hábito de desarrollo, su altura y su follaje, pocas plantas son
tan variadas y versátiles como la rosa. Es posible vestir todo el
jardín de flores de rosas, desde la delicadeza de un pequeño rosal
de tiesto hasta la masa espumosa de un gran rosal trepador. Cul­
tivada a solas en el esplendor de un jardín form al o elevando la
calidad de la profusión de una plantación mixta, los rosales resu­
men la gloria de un jardín en un día de verano.

Diseño con rosales

a sea eligiendo cultivar antiguas rosas en las regiones cálidas y templa­ fin de observar la mayor cantidad posi­ proveedores de los rosales menos co­
Y rosas de jardín por la gracia de su das, aunque algunas se adaptan bien a
hábito, follaje y aroma, o rosas moder­
regiones subtropicales o frías. En climas
ble de rosales en tales condiciones. Há­
galo a lo largo de un período de tiempo
munes.
nas por su larga estación de florecimien­ cálidos, pueden florecer continuamen­ para poder valorar los hábitos, alturas Fragancia
to y sus flores vistosas, la diversidad de te a lo largo de todo el año. eventuales, salud, vigor, fragancia, co­ Desde siempre, las rosas se valoran por
la familia de las rosas posibilita encon­ lor y resistencia al sol, continuidad de su perfume; la mayoría de las antiguas
trar una planta para casi cualquier par­ florecimiento y todas las características especies de jardín y algunas modernas
te del jardín y crear cualquier estilo y Elección de los rosales deseables de un buen rosal. poseen perfumes encantadores y diver­
talante de plantación, ya sea de un cla­ La mayoría de las asociaciones nacio­ sos, con rastros de clavo, almizcle, miel,
sicismo discreto o de una informalidad La cantidad de cultivares de rosales es nales de rosas publican listas dando de­ limón, especias, e incluso té, además de
lujuriosa. desconcertante, y cada año se añaden talles de dónde pueden comprarse espe­ la «verdadera fragancia» a rosas. No re­
Los rosales son plantas adaptables unas nuevas a la lista. Antes de hacer cies de rosas y cultivares provistas por sulta fácil ser específico con respecto al
que crecen, afortunadamente, en casi to­ una selección final merece la pena visi­ los viveros miembros, lo que a veces aroma de las rosas, ya que su carácter
das las partes del mundo. Son más vigo­ tar algunos jardines establecidos, con el resulta inestimable para localizar a los e intensidad pueden variar en gran me­
dida según la hora del día, el aire, la hu­
medad, la edad de la flor y la «nariz»
de cada uno de los jardineros; algunos
encontrarán fragante a algún cultivar en
particular, otros no.
En la mayoría de los casos resulta ne­
cesario acercarse bastante para olerías;
la mejor manera de disfrutarlas es plan­
tadas cerca de una puerta o ventana
donde su aroma podrá flotar dentro de
la casa en los atardeceres veraniegos, al­
rededor del patio o a lo largo de un sen­
dero o en una ubicación protegida del
jardín. Otras, especialmente muchas de
las trepadoras sobre árboles, están tan
perfumadas que pueden embriagar todo
el jardín.
Color de las flores
Las rosas modernas poseen casi todos
los colores del espectro, desde pasteles
pálidos hasta los rojos y amarillos auda­
ces y brillantes. La rosa azul continúa
siendo materia de leyendas, a pesar del
uso de la palabra «azul» en cultivares
como ‘Bluc Moon’, que, en realidad, es
lila pálido. Las rosas antiguas de jardín
van desde el blanco, pasando por el más
pálido de los rosa encarnado, rosa in­
E n c a n t o A n t ig u o tenso, carmesí y violeta, hasta el púrpu­
Las flores abiertas y desparramadas de los arbustos mezclan con perennes en un tema de colorido sutil, ra; muchas tienen rayas rosas y blancas
de rosales antiguos de jardín, que comprenden creando un ambiente frondoso e informal en un o blancas y púrpura. La mayoría coor­
‘Constance Spry’, ‘Céleste’ y ‘Cerise Bouquet’ se ambiente íntimo. dina bien entre sí y con otras plantas,
 D i s e ñ o c o n R o s a s

pero al combinar demasiados colores proporcionan color por otros medios

brillantes —por ejemplo, bermellón bri­ para extender la estación de interés. Las Formas de R osas
llante con rosa cereza— podría crear un Alba y muchas de las de especies (véase
efecto discordante. Plante rosas blancas abajo) tienen un follaje agradable, des­
o de colores pastel entre grupos de co­ de un verde-gris suave hasta un verde-
lores más intensos para moderarlos y azulado profundo y lustroso, haciéndo­
evitar que desentonen. las atractivas aun cuando el arbusto no
está en flor. El follaje verde brillante de
Formas de flores las Rugosa posee una textura arrugada Plana Abierta, l)c copa Abierta, F.n punta Tipo Kn forma de urna
La gran familia de las rosas comprende (o rugosa) y, plantadas como setos, ofre­ generalmente de sencilla a «Híbrida Té» Tipo «Híbrida
una gran variedad de formas de flores, cen un buen contrafondo para otros sencilla o semi- completamente semi o Té», clásica,
desde las sencillas flores individuales de plantados. Las hojas de algunas espe­ doble, con pétalos doble, pétalos completamente curvada y de
la especie hasta las flores elegantemen­ cies son de color púrpura-ciruela, co­ casi planos. curvados hacia doble, de centros extremo aplanado,
te enrolladas de las modernas y la com­ mo en R. glauca, mientras que el folla­ fuera desde el altos y estrechos. desde semi a
plejidad tipo repollo de muchas de las je de algunas, como R. virginiana, ad­ centro.
antiguas. quiere colores vividos del atardecer en
Las principales formas de flores ilus­ otoño.
tradas en esta página dan una idea ge­
neral de sus formas en el estado ópti­ Escaramujos decorativos o espinas
mo (que, en algunos casos, puede ser Las Rugosa con flores individuales o se­
antes de que estén totalmente abiertas). midobles también desarrollan escaramu­
Las flores pueden ser sencillas (4-7 pé­ jos rojo brillantes y decorativos al final Redondeada Roseta Plana, Roseta en cuartos Pompón Pequeña,
talos), semidobles (8-14 pétalos), dobles de la estación de floración. También al­ Doble o doble o Plana, doble o redondeada, doble
(15-20 pétalos), o completamente dobles gunas de las de especies, como R. tno- completamente completamente completamente o completamente
(más de 30 pétalos). yesii y sus híbridos, producen escaramu­ doble, de pétalos doble, de muchos doble, de pétalos doble, con masas
jos decorativos en otoño, que van desde del mismo tamaño pétalos confusos de confusos de pétalos
sobrepuestos en distintas medidas, repartidos en pequeños; flores
Color del follaje el naranja y amarillo, pasando, a través forma de cuenco. ligeramente cuartos. arracimadas.
Además de producir una bonita exhibi­ de tonos de rojo, hasta un púrpura ne­ superpuestos.
ción floral, algunos grupos de rosales gruzco.

Clasificación de las rosas

Existen alrededor de cien rosas de es­
pecies que aparecen de un modo na­
tural, además de muchos híbridos na­
turales silvestres pero, después de 2000
años de ser cultivadas como orna­
mentales, los cultivares alcanzan aho­
ra a ser millares. El linaje de casi to­
das está tan mezclado —después de
muchos siglos de cultivos casuales e
indiscriminados, antes de que se com­
prendiera la polinización cruzada co­
rrectamente y se conservasen registros
apropiados— que resulta imposible
clasificarlas con precisión.
Los límites entre grupos estableci­
dos se ha difuminado; por ejemplo,
el tamaño de las flores de los arbus­
tos de flores arracimadas se ha visto
aumentado por cruzamientos con ro­
sales de flores grandes. De un modo
similar, la hibridización de rosas mi­
niatura con arbustos de flores arra­
cimadas ha llevado a los recientemen­
te desarrollados arbustos enanos de
flores arracimadas, de un tamaño in­
termedio.
Denominación de categorías de rosas
En 1979, la Federación Mundial de
Sociedades de Rosas decidió que
nombres largamente establecidos ta­
les como «Híbridas Té» y «Floribun­
da» habían perdido su significado ori­
ginal a causa de la hibridización y
acordaron adoptar una clasificación
nueva para esclarecer los grupos, con
el fin de comprenderlos mejor.
La nueva clasificación conserva la
mayoría de los nombres de grupos
tradicionales. Los dos cambios que
afectarán a jardineros con mayor pro­
babilidad son la sustitución de los nom­
bres «arbusto de flores grandes» por
«Híbrida Té» y «arbusto de racimos de
flores» por «Floribunda». En 1987, la
Federación Mundial adoptó la catego­
ría «arbusto enano de flores arracima­
das» por rosas «patio». Los grupos
principales son los siguientes, con los
nombres de las clasificaciones previas
entre paréntesis.
Rosas modernas de jardín
Éstas se describen en sucesión según su
hábito de desarrollo.
Arbusto de flores grandes (Híbrida
Té) Arbustos verticales de florecimien­
to repetido, flores grandes a razón de
una por tallo, o en racimos pequeños,
en verano-otoño.
Arbusto de flores arracimadas (Flori­
bunda) Arbustos verticales de floreci­
miento repetido, con mejor continuidad
de florecimiento que los de flores gran­
des; las flores más pequeñas aparecen
sobre grandes ramos o racimos en vera-
no-otoño.
Arbusto enano de flores arracimadas
(Rosa Patio) Similar a las de arbusto
de flores arracimadas, pero con un de­
sarrollo más pequeño y pulido.
Miniatura Minúsculas contrapartidas
de los arbustos de flores grandes y arra­
cimadas.
Tapizantes Rosales de crecimiento
bajo o desparramado; algunas florecen
en verano; otras rosas de florecimiento
repetido lo hacen en verano-otoño.
Trepadoras Trepadoras de vástagos
largos y fuertes y flores grandes indivi­
duales o en pequeños racimos. Algunas
sólo florecen en verano, pero la mayo­
ría son de florecimiento repetido y lo ha­
cen en verano-otoño. Las trepadoras
comprenden un pequeño grupo (p. ej.
‘Albertine’) cuyo hábito es entre trepa­
dora y enredadera. Se las solía clasifi­
car como enredaderas, pero, en 1987, la
Royal National Rose Society las recla-
sificó y deberían considerarse como tre­
padoras.
Enredadera Rosas trepadoras vigoro­
sas de vástagos largos y flexibles que lle­
van flores pequeñas en grandes racimos,
sobre todo a principios de verano.
De arbusto Un grupo muy variado,
imposible de clasificar, que abarca des­
de cultivares bajos que forman matas
hasta arbustos muy extensos y matas gi­
gantes de flores arracimadas.
Rosas antiguas de jardín
Alba Grandes y de ramificación libre,
con racimos de flores que aparecen a
mediados de verano, follaje abundante.
Bourbon Extremadamente vigorosas y
abiertas, total o parcialmente de flora­
ción repetida, fragantes flores dobles, a
menudo tres por racimo, en verano-
otoño.
China Arbustos entre pequeños y me­
dianos, desarrollo en ramitas y aéreo,
flores pequeñas, principalmente dobles,
individualmente o en racimos en verano-
otoño.
Damasco Arbustos abiertos con raci­
mos sueltos de flores muy fragantes,
principalmente en verano.
Callica Arbustos bastante densos, que
producen flores intensamente colorea­
das, a menudo tres por racimo, en ve­
rano.
Almizcle híbrido Arbustos vigorosos
de floración repetida, follaje abun­
dante y flores fragantes, principal­
mente dobles, portadas en racimos,
verano-otoño.
Perpetuas híbridas Arbustos vigo­
rosos, a veces de floración repetida,
de flores portadas individualmente o
de a tres en verano-otoño.
Musgo Arbustos poco ordenados,
con un desarrollo velludo tipo mus­
go en los tallos y cálices; florece en
verano.
Noisette Rosales de floración repe­
tida, trepadoras que portan racimos
grandes de flores, de una fragancia
ligeramente especiada, en verano-
otoño.
Portland Versión vertical densa,
pero de mayor floración, de la rosa
Bourbon.
Provence (Centifolia) Arbustos más
bien resuellos y espinosos, flores fra­
gantes en verano.
Sempervirens Rosas trepadoras
semi-perennes, flores numerosas a fi­
nales de verano.
Té Arbustos y trepadoras de flore­
cimiento repetido, flores sueltas, ge­
neralmente dobles, con una fragan­
cia especiada.
Rosas de especies
Las rosas silvestres, o de especies, y
los híbridos de especies (que compar­
ten la mayoría de las características
de ambas especies madre) son, prin­
cipalmente, arbustos grandes y ar­
queantes que portan una efusión de
flores individuales de cinco pétalos en
primavera o a mediados de verano, y
escaramujos decorativos en otoño.
 D iseñ o p a r a u n J a r d ín d e R osas F o r m a l
Este diseño crea un emplazamiento discreto en el que
disfrutar de la belleza clásica de las rosas. Setos
formales de tejo encierran unos macizos de rosales
arbustivas apiñadas, de oros pálidos e intensos y
R. sericea subesp. omeiensis (sin. R.
omeiensis pteracantha) tiene espinas
grandes y chatas que, de jóvenes, brillan
de un rojo rubí con el sol detrás.
Emplazamiento en el
jardín
Uno de los emplazamientos mejores
para los macizos de un jardín de rosas
es un césped verde y liso, pero los tonos
sutiles grises y miel de un pavimento de
piedra pueden resultar igual de atracti­
vos. Un sendero de ladrillos dulcifica­
do por el tiempo podría complementar
unos rosales a un lado, especialmente
uno de tonos pálidos y suaves. Sea cual
fuere el material, evite los dibujos mul­
ticolores que podrían entrar en compe­
tencia con los rosales. La grava, aunque
de apariencia y textura agradables, po­
dría ser laboriosa de mantener, ya que
pronto aparecen las malezas y las pie­
dras pueden dispersarse o desaparecer
en el suelo.
Para enmarcar un macizo de rosas
pueden utilizarse plantas de orla. Un tra­
dicional seto de boj resulta un límite for­
mal, pero se puden utilizar muchas otras
plantas informalmente, en especial las
de follaje verde-gris o gris-plata. Ana-
phalis triplinervis var. intermedia (sin.
A. nubigena) con hojas lanudas en for­
ma de lanza, o las formas más enanas
de lavanda, resultan adecuadas, como
también nébeda (Nepeta), si hay espa­
cio para que se desparrame sobre el
sendero.
Muchas de las especies e híbridos de
Geranium, en particular aquellas de flo­
res azules, resultan especialmente atrac­
tivas, c incluso es posible cultivar rosas
que convergen en un gracioso rosal reptante en el
centro. Unas rosas estándar rojas realzan la plantación
con un contraste audaz de color y forma entre la
simplicidad geométrica del recinto.
en miniatura —de colores contrastantes
o complementarios— del lado soleado
del macizo.
Jardines formales de rosas
El modo más popular de cultivar rosas
es en un jardín formal, dedicado a ex­
hibir la excelsitud de las rosas en maci­
zos cuyas formas deben reflejar la ele­
gancia clásica de la planta. En general,
se utilizan arbustos grandes o de llores
arracimadas y estándares como plantas
de macizo permanentes, agrupadas en
bloques de color. El desarrollo más bien
vertical y tieso de muchos arbustos se
presta a la formalidad del macizo y tien­
de a no mezclarse tan bien con otras
plantas, aunque es posible plantar al pie
de los rosales en forma atractiva (véase
p. 119).
Los macizos de rosas pueden diseñar­
se de cualquier forma y tamaño: cuadra­
dos, oblongos, triangulares o redondos;
al borde de senderos o avenidas podrán
ser estrechos y tipo cinta. Antes de crear
macizos nuevos, dibuje un plano y ex­
perimente con diferentes formas y dis­
posiciones, con el fin de decidir cuál es
el mejor diseño para el emplazamiento
elegido. No los haga demasiado anchos
para no dificultar el acceso al rociado,
el agregado de «mulch» y la poda.
Si mezcla cultivares de rosas en el mis­
mo macizo, plante no menos de cinco
o seis del mismo cultivar juntos en un
orden regular para obtener sustanciales
masas de color; no todos los cultivares
alcanzan el zénit de floración al mismo
tiempo. Un jardín plantado con varian­
tes de un tema de color, por ejemplo ro­
sas pálidos e intensos con un toque de
blanco, crea un efecto armonioso más
agradable que introduciendo una mul­
titud de colores.
Al plantar, tenga en cuenta las varia­
ciones de las alturas de los diferentes cul­
tivares. Elija cultivares de alturas más
o menos uniformes para un macizo en
zonas abiertas.
Un macizo de rosas cuyo fondo es un
muro o seto resulta más atractivo sí los
rosales de la parte delantera son más ba­
jas que las de atrás.
Pueden utilizarse rosas estándar para
dar altura a cualquier esquema de ma­
cizo. Colocando un estándar sencillo en
el centro de un macizo redondo —que
imite la forma de la rosa— creará una
simetría elegante, mientras que varios
estándares colocados a intervalos de
1,5 m a lo largo de la parte central de
un macizo largo ayudan a interrumpir
la uniformidad.
Plantaciones informales
Es posible aprovechar el encanto de las
rosas en una amplia gama de esquemas
de plantado, en especial con plantas her­
báceas y otros arbustos. De la multitud
de rosas de arbusto, miniatura, trepado­
ras y tapizantes de tamaño y hábitos va­
riados, se pueden elegir las adecuadas
para cualquier emplazamiento del
jardín.
Los rosales combinan bien con otras
plantas; por ejemplo, las rosas miniatura
dan color en verano y altura a una plan­
tación de plantas de rocas, que florecen
principalmente en primavera; y una ta­
pizante cubrirá una ribera con llores fra­
gantes. Probablemente, la creencia de
que las rosas no se mezclan con otras
1 Yew (Taxus baccata)
2 Rosa ‘Golden Showers’
3 R. ‘Suffolk’
4 R. ‘Korresia’
5 R. ‘Amber Queen’
6 R. ‘Harkuun’
7 R. ‘Margaret Merril’
8 R. ‘Swany’
plantas proviene de la época en que mu­
chos cultivares eran grandes y desgar­
bados y no se adecuaban a los esque­
mas de macizos de aquel tiempo. Se las
cultivaba en jardines cerrados y separa­
dos para proporcionar flores para la
casa.
Sin embargo, hace tiempo que se ha
reconocido que no es necesario criarlos
de forma aislado.
Rosales con plantas herbáceas
El cultivo en macizos u orlas junto a
plantas herbáceas realza la belleza de la
rosa en flor y proporciona interés cuan­
do está inactiva. El hábito de desarro­
llo de muchos rosales arbustivos, tales
como las livianas y aéreas rosas China
o las laxas y abiertas Damasco, se ade­
cúan perfectamente a la profusión ca­
sual de una plantación informal, al mis­
mo tiempo que confieren altura y
estructura.
Las extensiones opacas de flores y fo­
llaje, por ejemplo la nube de pequeñas
flores blancas de Crambe cordifolia, son
las que mejor complementan las flores
vistosas de las rosas en verano. En otras
épocas del año, utilice plantas de flora­
ción más espectacular o las de follaje
siempreverde para extender la estación
y ocultar los tallos desnudos de las rosas.
Muchas plantas pueden realzar una
plantación de rosales. Las altas lanzas
de las dedaleras púrpura (Digitalis pur­
purea), las blancas Lilium regale, u otras
azucenas blancas o rosas, que aparecen
en una plantación de lujosas rosas de
jardín antiguas, ofrecen un contraste lla­
mativo, tanto por su hábito de desarro­
llo como por sus flores.
Rosas con oíros arbustos
Tanto las rosas de arbusto como las de
especies se combinan bien con oíros ar­
bustos, a condición de recibir la suficien­
te luz solar. Proporcionan flores abun­
dantes y hermosas para contrastar con
el follaje de otros arbustos que florecen
en primavera, a veces a lo largo de todo
el verano.
Muchos de estos rosales tienen un fo­
llaje casi perenne y escaramujos colo­
reados en otoño (véase «Escaramujos de
rosa o espinas», p. 117).
Además de las Gallicas, rosales arbus­
tivas más pequeñas, la mayoría de las
Damasco, las Portland y muchos culti­
vares modernos de altura similar, ofre­
cen una avanzadilla excelente para cual­
quier plantación de arbustos.
Los rosales de ramas largas, tales
como las densamente floridas ‘Scarlet
Fire’ o ‘Complicata’, con sus flores de
un rosa intenso, podrán reptar y avivar
un opaco arbusto perenne. Las trepado­
ras adornarán el follaje de un árbol o
convertirán uno muerto en un elemen­
to espectacular.
Los colores suaves de las rosas anti­
guas resultan atractivos junto a sub­
arbustos que combinen flores azules con
follaje verde-gris, tal como Caryopteris
x dandonensis, el follaje etéreo de Pe-
rovskia atripiicifoüa, algunos cultivares
de Hebe, y, asimismo, la mayoría de las
lavandas.
Plantación al pie de un
macizo de rosales
La exhibición en un macizo de rosas
puede realzarse y extenderse más allá de
la estación de florecimiento, cultivando
plantas de raíces poco profundas entre
las rosas. Una amplia gama de plantas
tapizarán el suelo y ofrecerán un con-
F l o r e s y F o l l a je
Rosales ricamente coloreados, colocadas como joyas al pie de hierbas de
follaje elegante color verde-gris y los tonos dorados de la grava.
E s t ii .0 I n f o r m a l
Unas rosas grandes,
que incluyen
‘Penelope’ en la parte
delantera, revisten las
paredes del fondo con
una fragante masa de
color veraniego y
realzan plantas como
Campanula, espuelas
de caballero y otras
perennes en una orla
mixta baja de azules
fríos y blancos.
trafondo de colores, texturas y formas
contrastantes. Las violetas (Viola) son
unas de las favorilas: los cultivares blan­
cos, azul suave y malva se complemen­
tan bien con las rosas. Sin embargo, to­
das las plantas tapizantes dificultan el
agregado de «mulch». Tenga cuidado de
no pisarlas al rociar un macizo de ro­
sas especialmente ancho.
Al interplantar, tenga en cuenta las al­
turas eventuales de las plantas acompa­
ñantes y plante evitando que al madu­
rar se oculten entre sí o a los rosales.
El verde-amarillento de Alchemilla
mollis, las cabezas rosadas y blancas de
Armería marítima, y las especies resis­
tentes y desparramadas de Geranium,
también ofrecerán una exhibición bonita
bajo los rosales. Los bulbos primavera­
les avivan los macizos de rosales, des­
nudos a principios de año: intente plan­
tar narcisos Chionodoxa blancos o azu­
les, campanillas de invierno blancas y Cada macizo para éstas últimas de­
blancas y estrelladas Tulipa turkestani- bería medir 45-60 cm de ancho. Colo­
ca, para crear, de este modo, un centón que estándares miniatura a lo largo del
alegre de colores. macizo superior de la terraza para lla­
El único inconveniente es su follaje, mar la atención y use algunas de las ta­
que muere y que tiene un aspecto desor­ pizantes más pequeñas y delicadas para
denado hasta que no es eliminado y que derramarse sobre los muros. Esta clase
podría dificultar el mantenimiento del de terrazas resultan ideales para rodear
macizo. un jardín hundido.
Muchas hierbas fragantes perennes
son buenos acompañantes para rosales:
utilice lavanda de algodón (Santolina
chamaecyparíssus), varios tomillos
Plantas individuales
(Thymus) o salvias (Salvia) —las de tipo o especímenes
culinario o cualquiera que tenga hojas
atracativas y estriadas. Los rosales siem­ Un rosal plantado en solitario se con­
pre presentan un buen aspecto contras­ vierte en un elemento individual boni­
tadas con el follaje plateado de helechos to, tal vez sobre un césped o para mar­
perennes, como Artemisia gnaphatodes car un centro de atención en un jardín,
y A. frígida , o Stachys byzanlina (sin. a condición de que sea excepcional en
S. Ianata) gris y en forma de mata, de su tipo; cualquier defecto sería inmedia­
hojas lanudas. tamente apreciable. Utilizadas así, las es­
tándar lloronas son especialmente lla­
mativas. Éstas se forman injertando un
cultivar de enredadera sobre un tallo de
Terrazas
Es posible utilizar terrazas en una lade­
ra empinada para convertir un empla­
zamiento difícil en un llamativo escapa­
rate para rosas. Proporcionan zonas lo
bastante planas para plantar y retienen
la humedad que las rosas requieren, ade­
más de crear llamativas gradaciones de
altura y perspectiva. Los muros de las
terrazas ofrecen el mejor aspecto si se
los construye de ladrillo gastado o pie­
dra suavizada por el tiempo. Plante ro­
sas de arbusto en los macizos de las
terrazas y plante las replantes y lapizan­
tes para que se derramen sobre los mu­
ros de retención, creando cortinas de
flores.
Los macizos en terrazas más peque­
ñas también resultan ideales para el cul­
tivo de rosales en miniatura. Es mucho
más fácil apreciar la belleza y el perfu­
me de sus flores minúsculas si están si­ E s p l e n d o r I n d iv id u a l
tuadas un poco por encima del nivel del Una estándar ‘Littlc While Pct’
suelo. ofrece un bonito centro de atención.
 1,5 o 2 m de longitud, de modo que sus R e t ir o V e r a n ie g o demasiado rígida y vertical para un arco,
vástagos largos y flexibles, cargados de Una rosa de aunque se adecuaría a los soportes de
flores en verano, cuelguen en derredor enredadera madura en pilares de una pérgola elevada.
hasta el suelo. flor transforma esta La rosa Bourbon ‘Zéphirine Drouhin’,
Generalmente, florecen durante un glorieta de espalderas que tiene flores rosadas y se reproduce
período limitado, a menos que utilice un en un elemento bien, es una antigua predilecta para cul­
estándar injertado de una rosa remon­ llamativo que es tivar sobre arcos y pérgolas, ya que es
tante tapizante. íntimo y aéreo a la la única trepadora perfumada y sin es­
las trepadoras cultivadas como están­ vez. La bóveda florida pinas, aunque es propensa al moho.
dares proporcionarán una profusión de llena el aire de
flores a lo largo de todo el verano, pero deliciosos perfumes y
su desarrollo rígido no produce el mis­ proporciona un refugio
mo efecto de cascada que las estándar fresco y frondoso para Setos y mamparas
lloronas. disfrutar las vistas del
Muchos de los rosales arbustivos más jardín. de rosales
grandes, con su hábito gracioso y ar­
queante, su follaje casi perenne y sus flo­ Elegidos cuidadosamente, los rosales
res abundantes, resultan una elección podrían ser una de las plantas más co­
obvia para plantar como especímenes en loridas y atractivas para un seto o una
jardines de mayor tamaño. ‘Nevada’, mampara. Algunas, por ejemplo R. ru­
que puede alcanzar 2 x 2 m o incluso gosa y sus híbridos, pueden formarse
más, está atiborrada de flores cremosas podando suavemente en invierno para
a principios de verano y otra vez a fi­ convertirlas en setos tupidos, pero man­
nales. Otras, particularmente las de es­ teniendo el contorno natural del arbus­
pecies y sus híbridos, como ‘Frühling-
sgold’, no florecen dos veces.
Muros, glorietas neles, arcos y trípodes de metal plasti- to. Ningún rosal es completamente pe­
renne, y pocas proporcionan una
En un jardín pequeño, donde el es­ y pérgolas ficado, disponibles en el mercado. Aun­
que los soportes de metal puedan no re­ mampara que ofrezca intimidad todo el
año, aunque las espinas la vuelven vir­
pacio para plantas floridas es limitado, sultar tan bonitos como los de palos
utilice rosas remontantes que florecen La mayoría de las especies trepadoras y rústicos, tienen una vida mucho más lar­ tualmente impenetrable. Para más deta­
todo el verano y hasta bien entrado el de enredadera son muy vigorosas y, a ga y pronto quedan ocultos, una vez que lles, véase S e t o s y M a m p a r a s , pp.
otoño, tales como la muy perfumada mediados de verano, producen una ex- el rosal guiado sobre ellos esté estable­ 60-62.
‘Roseraic de l’Hay’. Las más pequeñas, huberancia de flores. Pueden vestir es­ cido. Los arcos rústicos, incluso los re­ Los rosales de almizcle híbridos, ta­
como ‘Chinatown’, que tienen monto­ tructuras tales como muros, glorietas y cubiertos, se pudren a nivel del suelo. les como la adamascada ‘Buff Bcauty’,
nes de flores doradas con toques de ro­ verjas, disfrazar elementos poco agra­ Se pueden plantar otras trepadoras, crecen convirtiéndose en una mampara
sado, y ‘Sally Holmes’, de flores blan­ dables, o realzar la exhibición veranie­ como las clemátides o los arbustos de espesa y espinosa de hasta 2 m de altu­
cas grandes, apiñadas por encima del ga en el jardín. Asegúrese de utilizar un pared, para que crezcan a través de un ra, cubierta de flores fragantes todo el
follaje, no son suficientemente grandes rosal que alcance una altura eventual rosal, para complementar las flores y ex­ verano —si su imprcdccible desarrollo
para plantar individualmente, pero son que cubra la zona sin sobrecrecer. tender la estación de florecimiento; las natural se limita guiando sobre alambres
muy bonitas plantadas en grupos indi­ Las enredaderas y trepadoras pueden de flores azules resultan especialmente horizontales o verjas de eslabones. Si de­
viduales de a tres. guiarse sobre una serie de cenadores, tú­ efectivas. Algunos de los rosales arbus­ sea bordear un sendero con una orla de
tivos más vigorosos, particularmente los rosales, utilice cultivares verticales, ya
Bourbon, también son trepadores bajos que las de desarrollo impredecible po­
excelentes para un pilar o un muro drían impedir el paso.
pequeño. En un jardín pequeño es preferible un
seto de rosales arbustivos llevados de llo­
Enredaderas res arracimadas. En general, son plan­
Las enredaderas tienen vástagos más fle­ tas verticales de poca extensión lateral
xibles que las trepadoras y resulta más y, plantadas en dos hileras escalonadas
fácil guiarlas a lo largo de estructuras
complejas, como pérgolas, arcos y es­
palderas, formando una gran masa de
vástagos florecidos. Sin embargo, guia­
das sobre muros, podrían volverse mo­
hosas por una mala circulación del aire.
Para cubrir una pérgola larga, utilice
una de las vigorosas enredaderas blan­
cas de flores pequeñas, como ‘Bobbie
James’, pero recuerde que pueden alcan­
zar 10 m o más y desbordarán una es­
tructura pequeña.
Para lograr un efecto pintoresco, in­
tente guiar rosales a lo largo de cade­
nas o cuerdas suspendidas entre sopor­
tes, creando grandes fajas de flores.
Trepadoras
Los vástagos rígidos de las trepadoras
resultan más fáciles de podar que los de
las enredaderas, y decoran bien muros
y verjas. Muchas de las trepadoras mo­
dernas menos robustas pueden cultivarse T onos O toñales
A rco O rna m en tal sobre pilares o como arbustos autopor- Los escaramujos rojos y brillantes de
Las flores anticuadas, opulentas y rosadas de Rosa ‘Bantry Bay’ festonean tantcs con un gran efecto. La ‘Aloha’ ro­ esta rosa de especies contrastan con
este arco rústico formando un marco decorativo contra el fondo. sada tiene un perfume hermoso pero es su follaje amarillento.
S eto s D e c o r a t iv o s
Rosa Gallica
‘Versicolor’,
popularmente conocida
como Rosa Mundi, es
una de las más
antiguas disponibles, y
tiene pétalos
inusualmente rayados.
Configura un seto
informal atractivo que
florece
abundantemente en
verano, creando una
encantadora cinta de
color y
proporcionando un
contraste agradable
con las altas y
pinchudas malvarrosas
(Alcea). Las flores rosa
intenso del seto
muestran una reversión
a la planta madre, R.
gallica, var. oficinalis.
(véase Distancias de plantación para un
seto de rosas, p. 123), los cultivares co­
mo la ‘Anne Harkness’, de un amarillo
albaricoque, forman rápidamente una
bonita mampara de 1,2 m de altura. Al­
gunos rosales antiguos de jardín de cre­
cimiento menos largo, como ‘Charles de
Mills’, tienen un follaje atractivo y for­
man setos de una altura similar, pero
sólo florecen a mediados de verano. Sin
embargo, su vulnerabilidad al moho
aumenta con una plantación densa.
Una manera deliciosa de separar par­
tes del jardín consiste en plantar rosa­
les trepadores o de enredadera sobre
mamparas decorativas, que se forman
construyendo estructuras de madera
abiertas de la altura deseada.
Existen espalderas de madera prefa­
bricadas, pero asegúrese de que sean re­
sistentes, ya que deberán soportar un
peso considerable y durar unos cuantos
años.
Rosales tapizantes
Algunos rosales de desarrollo poco ele­
vado se desparraman sobre el suelo con
facilidad, formando un denso tapiz de
flores. Pueden servir para contener el
motivo de un macizo o como una orla
rústica bonita y rampante, al igual que
para disimular un elemento desagrada­
ble —como una tapa de registro— o
pueden reptar a lo largo de una ribera
empinada difícil de cultivar.
Algunos cultivares introducidos más
recientemente, como los ‘Red bells’,
cubren el suelo muy bien aunque, con
1-1,2 m de altura se vuelven demasiado
altas para ser verdaderas tapizantes y no
florecen más de una vez. Otras adecua­
das a espacios pequeños son ‘Rosy Cus­
hion’, o las que llevan nombres de con­
dados ingleses.
Las enredaderas como ‘Grouse’ y
‘Pheasant’, ambas de flores pequeñas
rosadas y follaje lustroso, resultan tapi­
zantes maravillosas, pero su vigor las
hace inadecuadas para un jardín peque­
ño. Crecen espontáneamente a lo largo
del suelo, arraigando y cubriendo muy
densamente, pero necesitan un control
estricto para no extenderse demasiado.
T a p iz d e F l o r e s
Este rosa! tapizante ‘Max Graf’ enmascara una zona de tierra desnuda
con una deliciosa profusión de elegantes flores abiertas.
U n a F ie s t a M ó v il
Las exquisitas flores
rosa pálido del rosal
miniatura ‘Surrey’ se
realzan elegantemente
con la forma sencilla
del contenedor de
terracota sobre un
muro bajo al borde de
una terraza.
Si posee un jardín de rosas hundido,
de muros bastante bajos, las rosas como
‘Nozomi’ o ‘Raubritter’, plantadas en
los bordes superiores, tienen el desarro­
llo bajo y extenso correcto para formar
cascadas de flores sobre los muros.
Se ha prestado mucha atención al de­
sarrollo de rosas tapizantes, pero algu­
nos cultivares vendidos bajo esta guisa
son, sencillamente, arbustos de desarro­
llo bajo y bastante extenso. Pocas veces
son lo suficientemente densos, para in­
hibir malezas, y en invierno pierden las
hojas, permitiendo la entrada de aire y
luz y, por lo tanto, la germinación de
aquéllas.
Rosales en contenedores
En los jardines tipo patio, donde la su­
perficie está generalmente pavimentada
y hay pocos o ningún macizo, las rosas
son inapreciables por sus colores y su
fragancia veraniegos. Muchos tipos de
contenedores resultan adecuados, a con­
dición de que estén en una posición que
reciba sol al menos la mitad del día. Eli­
ja cultivares modernos tupidos y com­
pactos, ya que los larguiruchos, de ta­
llos desnudos, no tienen buen aspecto.
Si agrupa buen número de rosales en un
contenedor, asegúrese de que sea lo su­
ficientemente grande como para espa­
ciar los rosales en vistas al desarrollo
futuro.
Incluso las trepadoras bastante vigo­
rosas podrían —por medio del soporte
de un muro— cultivarse en tinas o ba­
rriles cortados por la mitad. Deberían
plantarse y guiarse al igual que otros ro­
sales trepadores, pero, puesto que los
nutrientes en los contenedores se ago­
tarán con rapidez (y las rosas serán di­
fíciles de cambiar de tiesto), requerirán
una alimentación regular.
Las rosas miniatura son ideales para
cultivar en jardineras, tinas y tiestos
grandes, solas o con otras plantas. Prue­
be cultivares como ‘Baby Masquerade’,
cuyas flores abundantes varían entre el
amarillo y el rosa hasta el rosa rojo, el
naranja brillante ‘Fire Princess’, o ro­
sas de arbusto enanas de flores arraci­
madas, como la de suaves colores
albaricoque-mclocotón ‘Sweet dream’,
que tienen un aspecto particularmente
bonito en una jardinera construida den­
tro de un muro bajo, rodeando uno o
dos lados de un patio o terraza.
Incluso puede utilizar una pila vieja
para exhibir rosales miniatura, con la
condición de que tengan por lo menos
de 20-25 centímetros de profundidad
para permitir el desarrollo de las raíces
de los rosales.
Los rosales cultivadas en contenedo­
res no se ven necesariamente reducidas
al cultivo en patios. Pueden llevar co­
lor a otras zonas pavimentadas, como
el centro de un jardín de hierbas, los al­
rededores de un estanque, e incluso un
jardín de azotea.
Preparación y plantación del suelo
necesidades bá­ se las alimenta con grandes cantidades rior es poco profunda, cave hasta 60 cm vares que desee. Muchas de las antiguas
S
a t is f a c ie n d o sus
sicas, el cullivo de rosas en un jar­ de materia orgánica al plantarlas y agre­ de profundiad al plantar y reemplace sólo se obtienen a través de viveros es­
dín no rcsulla difícil. Son plantas flori­gar «mulch». Los grupos de Rosa ru­ parte de la creta con materia orgánica. pecializados, o por correo, si no están
das de vida relativamente larga, degosa y R. pimpinellifolia prosperan en Para más información acerca de cómo situados en las cercanías. Tenga en cuen­
modo que merece la pena tomarse el terrenos arenosos. No son más que ge­ cambiar la acidez del suelo, véase «Cul­ ta que las fotos de los catálogos no siem­
tiempo y el esfuerzo de elegir un empla­ neralizaciones, ya que, incluso entre las tivo del suelo», pp. 524-527. Si fuese po­ pre reflejan el color de la flor, ni es po­
zamiento adecuado, preparar el suelo rosas modernas, pueden existir grandes sible, prepare el suelo con tres meses de sible valorar la calidad de la planta antes
correctamente, seleccionar cultivares diferencias entre cultivares: en suelos po­ anticipación antes de plantar para per­ de que llegue, aunque, con un vivero de
apropiados, y plantar los rosales con co­ bres, ‘Grandpa Dickson’ y ‘Alpine Sun- mitirle reposar. confianza, esto no debería ser un pro­
rrección. set’ sufren, pero ‘Peau Douce’, ‘The Ti­ blema. Cuídese de las «ofertas» que a
mes’ y otras prosperan por medio de Suelo enfermo de rosales veces salen en la prensa, ofreciendo ro­
alimento y humedad suplementarios. En Los rosales nuevas no prosperan plan­ sas de macizo o de seto baratas, ya que
Emplazamiento y aspecto ciertas circunstancias, algunos patronos
pueden constituir una ayuda: R. cani­
tadas en un macizo en el que ya hubo
otras plantadas durante dos o más años,
podrían ser de poca calidad.
Los viveros del Reino Unido en gene­
na tolera, y a veces crece bien en ellos, ya que siempre sucumbirán a la «enfer­ ral utilizan R. ‘Laxa’ como patrón, ya
Todas las rosas necesitan un emplaza­ suelos pesados y fríos. medad de las rosas» (véase «Enferme­ que tiende a tener pocos chupones y
miento abierto al sol y protegido de vien­ dad del replantado/enfermedad del sue­ prospera en suelos húmedos. Para los
tos fuertes, con buena circulación de aire lo», p. 569): parece que las finas raíces que quieran injertar sus propias rosas,
y suelo fértil. No prosperan en sombras
profundas, bajo árboles, apretujadas Calidad del suelo de alimentación de los rosales nuevos
son más propensas a ser atacadas que
pueden comprarse patrones (véase tam­
bién «Hibridización», pp. 134-135).
por otras plantas, o en sucios «enfermos aquellas más duras y viejas que ya cre­
de rosas» (véase derecha) o anegados. Los rosales prosperan en la mayoría de cen en el macizo. Rosales de raíz desnuda
Para alcanzar estos requerimientos es suelos, pero prefieren condiciones lige­ Si sólo reemplaza uno o dos rosales Los proveedores por correo, las tiendas
posible mejorar la mayoría de los sue­ ramente ácidas, alrededor de 6,5 de pH. en un macizo establecido, cave un agu­ y los supermercados venden rosales de
los erigiendo rompevientos o drenando Si tiene dudas, utilice un equipo para jero de al menos 45 cm de profundidad raíz desnuda, a veces empaquetadas en
suelos pesados y mojados (véase Sue­ medir la acidez del suelo. Uno que re­ por 60 cm de ancho c intercambie el sue­ plástico. Éstas se encuentran en un es­
los y F e r t il iz a n t e s , «Mejora del dre­ tenga el agua, pero que esté bien drena­ lo por uno de una parte del jardín don­ tado semi-inactivo o inactivo, y sus raí­
nado», p. 529). Si planta rosales en tie­ do, es el ideal. Elimine siempre las ma­ de no hayan crecido rosales durante va­ ces están limpias de tierra. A condición
rra adecuada en macizos en relieve lezas al preparar el suelo, evitando que rios años. Puesto que es un trabajo de no haberse resecado en tránsito y de
podría resolver el problema de suelos no los rosales jóvenes tengan que compe­ ímprobo para un macizo entero, empla- plantarlas apenas sea posible, deberían
adecuados. Valore cuidadosamente el tir con aquéllas por alimento, humedad ze el macizo en otro lugar o haga este­ establecerse de manera satisfactoria.
emplazamiento de plantación antes de y nutrientes. rilizar el suelo por un especialista. Al comprar un rosal de raíz desnuda
elegir un cultivar: la enorme variedad de en una tienda, examínela con cuidado.
la familia de las rosas proporciona plan­ Mejora del suelo Si el ambiente en el que fue conservada
tas que toleran toda una gama de con­ Es posible mejorar el drenaje de suelos
diciones. La mayoría de los rosales mo­ arcillosos, la retención de agua de los Selección de rosales es demasiado cálido, el rosal se reseca
o crece prematuramente, produciendo
dernos no prosperan en tierras cretáceas, arenosos, y el nivel del pH de los alcali­ vástagos blanquecinos y delgados, que
pero casi todas las antiguas de jardín nos, incorporando mucha materia orgá­ Hasta cierto punto, el dónde y el cómo mueren generalmente después de plan­
crecen bien en condiciones alcalinas si nica. En los gredosos, si la capa supe- comprará rosales dependerá de los culti- tada. No compre rosales que presenten
tales síntomas.
S e l e c c ió n d e R osas Sanas
R o s a l d e R a íz D e s n u d a R osa l en C ontenedor R o sa l E s t á n d a r Rosales cultivados en contenedores
Las rosas cultivadas en contenedores
E je m pl a r B u e n o E je m p l a r Vastagos fuertes pueden plantarse en cualquier momen­
Bueno y sanos de to, salvo en períodos de sequía prolon­
distribución gada o cuando el suelo está congelado.
Muchos centros de jardinería y provee­
dores cortan las raíces de los rosales no
vendidas, colocándolas en contenedores
para venderlas posteriormente; antes de
comprar una en un contenedor, controle
que no haya sido colocada en un tiesto
recientemente, sosteniendo la planta por
Unión de Desarrollo superior el vástago principal y sacudiendo con
brote fuerte fuerte y bien suavidad. Si no está firmemente arrai­
equilibrado gada y se mueve dentro de la tierra, es
Tallo probable que no haya sido cultivada en
Abono Estaca aquel contenedor.
Buena húmedo recto Aquellos proveedores cuyas priorida­
red de des son la producción rápida y conve­
raíces E je m p l a r E je m p l a r
fibrosas P obre P obre niente, tienden a seleccionar rosales que
quepan en contencdorrcs de tamaño es­
tándar, en lugar de elegir las mejores y
Ÿi n mayores plantas. Éstas son aceptables a
condición de no tener un desarrollo en­
Mancha negra m J
clenque y gozar de buena salud. Cuíde­
los como rosales de raíz desnuda en
Sistema Hojas caídas desequilibrada cuanto al almacenado y plantación. Si
de raíces con un hubieran raíces que crecen fuera del ties­
poco Maleza --- solo lado I l 1
to a través de los agujeros de drenaje,
desarrollado extraiga la planta del tiesto y controle

D is t a n c ia s P lantado
de
R o sa les d e S e t o
para u n
A ltas
Plante las rosas en una
hilera a 1-1,2 m de
distancia, de modo que
al madurar las ramas
se entremezclen
formando un seto
atractivo.
R o sa les d e A r b u s t o
M odernos
Para obtener un seto
más tupido, plante los
rosales escalonados en
dos hileras a 45-60 cm
de distancia.
que las raíces no estén enrolladas alre­
dedor del cepellón, señal de que ha re­
basado el contenedor y ha permaneci­
do dentro de éste durante demasiado
tiempo.
Selección de un rosal sano
Ya sea de raíz desnuda o cultivada en
contenedor, la planta debería poseer al
menos dos o tres vástagos fuertes y fir­
mes y una red de raíces sana, propor­
cionada al desarrollo superior. En las
cultivadas en contenedor, cualquier fo­
llaje debería ser vigoroso. Si compra una
trepadora, controle que los vástagos
sean sanos y de al menos 30 cm de lon­
gitud. Elija un rosal estándar con una
cabeza equilibrada, ya que es probable
que se la vea desde todos los ángulos;
un tallo recto es el mejor, pero uno li­
geramente torcido también resulta
aceptable.
Preparación para plantar
Siguiendo ciertos principios sencillos en
la etapa de plantar, tales como ob­
servar unas distancias de plantación co­
rrectas, una manipulación de las raíces
cuidadosa, y proporcionando apoyo
adecuado donde resulte necesario, evi­
ta problemas con los cuidados rutina­
rios ulteriores. Retrase el plantado si el
suelo está demasiado mojado, helado,
o demasiado seco, para que las raíces
puedan adaptarse con facilidad.
Cuándo plantar rosales de raíz desnuda
Es mejor plantar las de raíz desnuda jus­
to antes o al principio de su período
inactivo, a finales de otoño o principios
de invierno, para aminorar el choque del
trasplante. En las zonas de inviernos se­
veros puede ser mejor plantar a princi­
pios de primavera. Plante lo más rápi­
damente posible después de comprar. Si
hubiera algún retraso, tal vez por un
tiempo inadecuado, inclínelos en el suelo
con las raíces enterradas en una zanja
poco profunda (véase A r b o l e s O r n a ­
m e n t a l e s , Inclinado, p. 41). Otra op­
P r e p a r a c i ó n
Seto R osas
de
ción consiste en almacenarlas en un si­
tio fresco libre de heladas y mantener
las raíces húmedas.
Cuándo plantar rosales cultivados
en contenedores
Pueden plantarse en cualquier momen­
to del año, dadas unas condiciones cli­
máticas adecuadas. Las cultivadas en
contenedores —a diferencia de las de raí­
ces desnudas— pueden dejarse en el ex­
terior dentro de sus contenedores duran­
te tres semanas o más, a condición de
regarlas adecuadamente. Aunque fuesen
resistentes a las heladas, no se arriesgue
a exponerlas a heladas prolongadas, ya
que las raíces en los contenedores po­
drían sufrir algún daño en condiciones
muy frías.
Espaciado de rosales de macizo
En éstas, el hábito de desarrollo deter­
mina las distancias de plantación. Uno
muy compacto dificulta el agregado de
«mulch», el riego y la poda, y podría
generar aire estancado, permitiendo que
se extiendan el moho y los hongos «pun­
to negro» rápidamente. Un cultivar an­
gosto y recto requiere menos espacio
para un desarrollo sano que uno laxo y
desparramado y, por lo tanto, soporta
una plantación más compacta. Plante
los arbustos a una distancia de 45-60 cm
y a 30 cm del borde del macizo.
Si planta al pie de rosales modernas
o de las de especies muy grandes, deje
más espacio, alrededor de 75-120 cm, se­
gún su tamaño ulterior y hábito de de­
sarrollo. Espacíe las miniatura a 30 cm
de distancia, según la extensión varia­
ble y la altura final de éstas.
Espaciado de rosales para setos
Al formar un seto, el tamaño y el hábi­
to de desarrollo del cultivar elegido de­
termina la posición de las rosas. Para ob­
tener un desarrollo uniformemente
tupido, plante rosales para setos altos
como ‘Penelope’ y ‘Goden Wings’ —
que alcanzan 1,2 m o más— en una sola
hilera y plante rosales arbustivos moder­
nos, como ‘Alexander’, en dos hileras es­
calonadas.
y P
Plantar un rosal
arbustivo
La primera etapa antes de plantar el ro­
sal es la preparación de la planta. Si las
raíces de una de raíz desnuda parecen
secas, empape la planta dentro de un
cubo de agua durante una hora, hasta
que la superficie de la tierra parezca hú­
meda. Si el cepellón estuviera envuelto
en plástico o arpillera, retire con cuida­
do. Retire la tierra suelta, extraiga las raí­
ces con suavidad y pode todas las da­
ñadas y también los vástagos; en las de
raíz desnuda, elimine los brotes y los es­
caramujos y la mayoría de las hojas.
Haga un agujero de plantación lo bas­
tante ancho como para acomodar el ce­
pellón o las raíces, y lo bastante profun­
do como para que, una vez plantada, la
unión de brotes esté a 2,5 cm debajo del
nivel del suelo, o a 1 cm para las minia­
tura. Se puede reconocer la unión del
brote con facilidad: es un bulto en la
base de los vástagos, donde el cultivar
ha sido injertado en la plantación.
Agregue una mezcla de plantado con­
sistente en mezcla de jardín, tierra y un
C ómo P la ntar una R o sa
Elimine el desarrollo enfermo
o dañado. Corte vástagos
cruzados y tallos delgados o
dispersos en la base para darle
una forma equilibrada. Recorte
raíces gruesas en un tercio.
3
Coloque la rosa en el centro
del agujero y extienda las
raíces de forma pareja. Coloque
una caña a través del agujero
para controlar que la unión del
brote esté a 2,5 cm por debajo de!
nivel del suelo.
l a n t a c i ó n del S uelo
poco de polvo de huesos en el fondo del
agujero de plantado. Coloque el rosal en
el centro del agujero y controle que la
profundidad de plantación sea correcta.
Si las raíces de un rosal de raíz desnuda
apuntan todas en la misma dirección,
coloque el rosal cerca de una de las ca­
ras del agujero y extienda las raíces en
abanico. Luego llene el agujero con la
tierra extraída, sacudiendo un poco la
planta para permitir que la tierra se afir­
me alrededor de las raíces o del cepellón.
Afirme el rosal con los pies, pero no
demasiado firmemente. Utilice el dedo
en vez del talón para aplicar la presión
adecuada, especialmente en el caso de
suelos pesados que podrían compactarse.
Cuide de no dañar los vástagos. Etiquete
y riegue abundantemente, pero no agre­
gue «mulch» hasta la primavera siguien­
te (véase «Mulch» para rosales, p. 125).
Plantar un rosal
trepador o de enredadera
Guíe las trepadoras cultivadas contra
una pared a lo largo de alambres hori-
de R a íz D e s n u d a
Cave el agujero en un
macizo preparado y, con una
horca, mezcle un cubo de tierra
con abono orgánico un puñado de
polvo de hueso o fertilizante
equilibrado en el fondo del
agujero.
Llene el agujero de tierra,
afirmando con las manos en
etapas para asegurar que no
queden bolsas de aire entre las
raíces. Apisone el suelo
circundante ligeramente. Rastrille
y riegue bien.

C óm o P la n t a r u n R osa l T r e p a d o r
Coloque el rosa!
en el agujero de
plantación inclinada
hacia la pared en un
ángulo de 45 °, de
modo que los
váslagos lleguen
hasta el alambre de
soporte inferior.
Apoye una caña
sobre el agujero para
controlar la
profundidad de la
plantación.
zontales, a 45 cm de distancia entre sí
y sujetadas por armellas o clavos fuer­
tes clavados en la superficie. Si los la­
drillos o la manipostería de una pared
fuesen muy duros, taladre agujeros para
las armellas con una broca de 4,7 mm.
Mantenga los alambres a 7 cm de la pa­
red para permitir la circulación del aire y
evitar enfermedades. Una enredadera tie­
ne tallos más flexibles que una trepadora
y puede guiarse sobre una espaldera de
bisagras plegadiza, de modo que pueda
mantenerse la pared sin dañar el rosal.
El suelo cerca de un muro tiende a es­
tar seco, ya que está en la sombra de llu­
via y la manipostería absorbe humedad
del suelo. Plante a 45 cm del muro, don­
de el suelo está menos seco y donde el
agua de los canalones no goteará sobre
la planta.
Prepare el suelo y el agujero de plan­
tado y recorte el rosal igual que uno ar­
bustivo. Coloque la planta inclinada ha­
cia la pared en un ángulo de 45° y
extienda las raíces en abanico hacia el
suelo húmedo. Si fuese necesario, guíe
los vástagos a lo largo de cañas clava­
das en el suelo, pero mantenga cada
caña alejada de las raíces para no da­
ñarlas.
Después de rellenar y afirmar, al igual
que para las de arbusto, sujete los vás­
tagos a los alambres de soporte con li­
gaduras de plástico o arpillera o con las
pequeñas tiras de plástico para sujetar
rosales. Cuide de no ajustar demasiado
las tiras alrededor de los tallos, ya que
debe quedar espacio para que crezcan
los vástagos.
En esta etapa, no pode los vástagos
principales de una trepadora: espere has­
ta la próxima estación de desarrollo an­
tes de podar ligeramente y dispóngase
a esperar uno o dos años antes de que
el rosal comience a trepar. Durante el
primer año, mantenga las raíces concien­
zudamente regadas y no apiñadas por
otras plantas para que se establezca.
Plantar una enredadera junto
a un árbol
Plante el rosal que haya de reptar sobre
un árbol a barlovento de éste, de mane­
ra que los vástagos jóvenes y flexibles
de ella se inclinen hacia y alrededor del
árbol. Cave un agujero de plantación a
1 m del tronco por lo menos para
aumentar la cantidad de lluvia que lle­
ga a las raíces de la rosa. Guíe todos los
vástagos nuevos hacia el árbol sobre ca­
ñas inclinadas, con sus extremos atados
al tronco e introducidas justo detrás del
rosal. Si planta de este modo en algún
límite, tenga en cuenta que las flores cre­
cen hacia la dirección del sol más intenso
y son visibles desde la misma.
Plantar un rosal
estándar
La mayoría de los viveros hacen brotar
sus rosas estándar sobre patrones de
Utilice cañas para guiar los
váslagos más cortos hacia los
alambres. Sujételos a las cañas
o alambres con tiras de plástico.
Rosa rugosa, que tienden a generar chu­
pones, aunque algunos están experimen­
tando con otros patrones. Para mante­
ner los chupones al mínimo, no plante
el rosal a más profundidad que la mar­
ca del suelo: si planta a mayor profun­
didad estimulará el desarrollo de chu­
pones. Si fuese necesario, corte la capa
más superficial de las raíces, de modo
que la inferior no esté a demasiada pro­
fundidad.
C ómo P lan tar un R osa l E s t á n d a r
■ Coloque la estaca dentro del
agujero de modo que el tallo
del rosal quede en el centro. Clave
la estaca para que el extremo esté
justo debajo de la cabeza del rosal.
Un estándar requiere una estaca del
lado del viento dominante para soste­
nerla. Pinte toda la estaca con un pre­
servante no tóxico para plantas y deje
secar. Antes de colocar el rosal, intro­
duzca la estaca con mucha firmeza den­
tro del agujero de plantado para evitar
el daño a las raíces y la aparición de chu­
pones. Coloque el rosal al costado de la
estaca y controle que ésta llegue hasta
justo debajo de las hojas inferiores; si
fuese necesario, ajuste la altura de la es­
taca. Utilice una caña o el mango de un
rastrillo para asegurar que la marca del
suelo esté al mismo nivel que éste.
Vuelva a llenar y afirme el suelo, al
igual que para un rosal arbustivo. Suje­
te el tallo a la estaca con dos ligaduras
para rosales —éstas deberían incorpo­
rar un tope para evitar que la estaca roce
el tallo—, pero no las ajuste completa­
mente antes de que la planta se haya
afirmado en el suelo. Al aumentar el
diámetro del tallo, deberá aflojar las li­
gaduras, al menos una vez durante la es­
tación de desarrollo.

Plantación de rosales en contenedores

Para rosales arbustivos, el contenedor
debería medir 30-45 cm de profundi­
dad, o 23-35 cm para las miniatura,
para permitir el desarrollo de las raí­
ces. Coloque una capa de trozos de
tiesto en el fondo, sobre los agujeros
de drenaje, y llene con tierra para ties­

2 3
tos estándar, con una base de tierra Apoye una caña sobre el Utilice una ligadura de rosas
negra. Plante los rosales del mismo agujero para controlar la (véase detalle) justo debajo de
modo —y a la profundidad correc­ profundidad, usando la antigua la cabeza del rosal y otra en el
ta— que las de arbusto (véase p. 123). marca de suelo como guía. Llene medio del tallo para sujetar el
Cuide de espaciarlas correctamente. et agujero y afirme. rosal a la estaca. Elimine váslagos
débiles o cruzados.

Cuidados rutinarios
L
os rosales requieren un cuidado re­
gular para producir plantas sanas
y fuertes que resistan las plagas y enfer­
medades. La atención prestada a la fer­
tilización, al riego, al agregado de
«mulch», y al mantenimiento en gene­
ral, será premiada con una bonita exhi­
bición a través de toda la estación.
Fertilización
Los rosales absorben mucho alimento y
rápidamente agotarán hasta a un maci­
zo bien preparado y rico en nutrientes.
Muchas sales minerales esenciales se li­
xivian fuera del suelo durante las lluvias,
especialmente en el caso de suelos lige­
ros. Para que las rosas prosperen, reque­
rirán una alimentación regular de una
mezcla de nutrientes equilibrada (nitró­
geno, fosfatos y potasio) y de microele-
mentos. Existen muchos fertilizantes
adecuados para rosas patentados, la ma­
yor parte en forma de gránulos o pol­
vos. Para información de cómo mane­
jar las deficiencias de nutrición
específicas, véase P r o b l e m a s d e la s
P la n ta s , pp. 545-577.
Después la poda en primavera, y
cuando el suelo esté húmedo, esparza un
pequeño puñado de fertilizante o 25-50
g alrededor de cada rosa. Azadone o ras­
trille ligeramente, mezclando con la tie­
rra, pero alejado de los tallos. Repita la
aplicación un mes después de mediados
de verano, cuando los rosales desarro­
llen una segunda floración. No aplique
un alimento general más tarde, porque
esto estimula un desarrollo blando en
otoño, expuesto a las heladas. Sin em­
bargo, un revestido de sulfato de pota­
sio, aplicado a razón de 75 g por m2 a
principios de otoño, protegerá vástagos
tardíos ayudando a que maduren.
El alimentado foliar (rociar las hojas
con alimento líquido, evitando tocar las
raíces) sólo se requiere para obtener flo­
res y hojas extra-grandes en los ejempla­
res para exposición. Sin embargo, en el
caso de una sequía prolongada o en sue­
los cretáceos, puede resultar de ayuda:
en ambas instancias, los rosales podrían
tener dificultades para alimentarse a tra­
vés de las raíces.
Fertilizado de rosales en contenedores
Los rosales en contenedores agotan los
nutrientes la tierra con rapidez. Com­
pense esta pérdida revistiendo cada año
con un fertilizante equilibrado y con una
alimentación foliar uno o dos veces, du­
rante la estación de desarrollo, para
mantener un crecimiento fuerte.
Riego
Los rosales necesitan mucha agua para
un desarrollo sano, especialmente las
Chupones y cómo manejarlos
Los chupones son vástagos que cre­
cen debajo de la unión del brote, di­
rectamente del patrón sobre el cual ha
sido injertado el cultivar.
En general, los chupones son más
angostos y de un verde más claro que
los del cultivar, a menudo con espi­
nas de color y forma diferentes, y las
hojas pueden llegar a tener siete o más
hojillas.
Elimine los vástagos de chupones
apenas aparezcan. Esto evitará que el
patrón gaste energía en el desarrollo
del patrón a expensas del cultivar. Al­
gunos patrones producen chupones
con mayor facilidad que otros, espe­
cialmente si han sido plantados a una
profundidad incorrecta. También es­
timulará la producción de chupones
el daño a las raíces, causados por he­
ladas severas o cualquier corte acci-
E l im in a c ió n de un C hupón
[ Con una paleta, rasque la
tierra con cuidado para
descubrir la punta del patrón.
Controle que el vástago
sospechoso surja por debajo de la
unión del brote.
recién plantadas. Un riego demasiado
escaso y demasiado frecuente puede re­
sultar contraproducente, ya que estimula
el crecimiento superficial de las raíces
y la competencia por el agua y la luz;
en su lugar, riegue con un cubo lleno de
agua para empapar el suelo concienzu­
damente alrededor de las raíces.
Los rosales son plantas de raíces pro­
fundas y prosperan incluso en veranos
largos y secos y en condiciones de cuasi-
sequía, especialmente las bien estable­
cidas. En tales condiciones, las flores po­
drían ser más pequeñas y abrirse muy
rápidamente. Los pétalos también están
expuestos al abrasado del sol. No rie­
gue con mucho sol durante el período
de floración, ya que podría estropear las
flores.
Riegue las de contenedores en días al­
ternos, e incluso a diario, si el tiempo
es muy seco y cálido.
C u i d a d o s R u t i n a r i o s
dental de azadas u otros implementos,
o a través de una estaca.
Tire del chupón para separalo del pa­
trón: esto eliminara cualquier brote inac­
tivo que podría existir en el punto de
unión con la raíz. No lo corte, ya que
equivale a podarlo y sólo estimularía un
desarrollo más vigoroso.
Sin embargo, a veces podría ser ne­
cesario cortar un chupón, en el caso de
que se originase debajo del rosal, y si
arrancarlo pudiera significar dañar o re­
tirar el rosal.
Los vástagos sobre el tallo de una rosa
estándar también son chupones, ya que
el tallo es parte del patrón. Generalmen­ E l im in a c ió n d e u n C h u p ó n d e
te tienen hojas opacas verde oscuro, que u n R o sal E s t á n d a r
son típicas de los patrones de Rosa Arranque cualquier chupón que
rugosa. crezca sobre el tallo (véase
Arranque o corte del tallo con un cu­ detalle) sin romper la corteza.
chillo.
en un R osal de A r b u st o
C ómo C r ec e un C h upó n
2patrón.laConmano,
un guante para proteger
arranque el chupón del
Vuelva a llenar el agujero y
El chupón (derecha) crece
directamente desde el patrón.
Si sólo se lo recorta a ras de
afirme con suavidad. suelo volverá a crecer, desviando
más energía de la rosa.
Erradicación de malezas dentro de lo posible, quemando; nunca
los deje sobre un montón de tierra, ya
Al arrancar malezas, no remueva el sue­ que las enfermedades presentes podrían
lo alrededor de la base para evitar dañar sobrevivir e infectar otras plantas.
las raíces. Controle las malezas anuales a
mano o con una azada y aborde las ma­
lezas perennes persistentes con un her­
bicida de contacto (véase P r o blem a s d e «Mulch» para rosales
la s P l a n t a s , «Malezas», pp. 573-577).
También ayude a controlar malezas agre­ Una capa de 8 cm de «mulch» aplicada
gando «mulch» (véase abajo) o plantan­ a principios de primavera, después de la
do tapizantes de raíces poco profundas. poda y alimentación, ayuda a sofocar
las semillas de malezas y a mantener ni­
veles de humedad elevados y tempera­
turas parejas en el suelo. El estiércol de
Higiene establo bien descompuesto es un
«mulch» ideal, ya que proporciona mu­
Las hojas caídas no recolectadas, los res­
tos de podas, y otros restos de plantas
chos de los nutrientes que necesitan las
rosas, pero si resulta difícil obtenerlo, las
infectadas, pueden extender enfermeda­ astillas de corteza o las cáscaras de coco
des entre los rosales. Recolecte y destru­ son alternativas satisfactorias. Véase
ya tales materiales regularmente, S u e l o s y F e r t il iz a n t e s p. 532.
Eliminación de capítulos
El objeto de la eliminación de capítu­
los, es decir, la eliminación de flores
marchitas, es estimular el desarrollo más
temprano posible de nuevos vástagos jó­
venes a lo largo de la estación de flora­
ción. Una vez que un rosal ha sido fer­
tilizado se marchita con rapidez y,
abandonados sobre la planta, podría re­
trasar la aparición de vástagos nuevos
debajo del antiguo racimo de flores.
En algunos rosales se forma una cáp­
sula de semillas o un escaramujo, y esto
desviará energía para producir más flo­
res; retire las flores muertas con regula­
ridad, a menos que requiera escaramu­
jos para fines decorativos. En otoño,
aunque algunos rosales sigan florecien­
do, deje de eliminar capítulos para evi­
tar la estimulación de nuevos desarro­
llos blandos, que quedarían dañados
por las heladas.
Traslado de rosales
Un rosal puede trasladarse a casi cual­
quier edad, pero, cuanto más vieja, ma­
yor será el riesgo de que no se establez­
ca correctamente. No resulta difícil
trasladar los de tres o cuatro años, pero
no se arriesgue a plantarlos en macizos
de rosas viejos (véase «Suelo enfermo
de rosas», p. 122). Las raíces de los más
viejos son gruesas y se extienden profun­
damente, y también poseen una menor
cantidad de raíces finas de alimentación,
esenciales para reestablecer la planta.
Si las circunstancias lo permiten, sólo
traslade durante el período inactivo y
siempre a un macizo bien preparado.
Primero afloje la tierra cortando por to­
dos lados con una pala a 25 cm por lo
Vástagos ciegos
Estos se desarrollan sin un pimpo­
llo en el extremo. Desvían la ener­
gía de la planta al igual que un chu­
pón (véase «Chupones y cómo
manejarlos», p. 125) conque pode
cualquiera que aparezca.
Recorte el vastago ciego hasta
la mitad para alcanzar un brote
que apunte hacia fuera. Si no
apareciera ningún brote, corte
hasta el tallo principal.
C ó m o E l im in a r C a p ít u l o s de un
A r b u sto s d e F lo r es A r r a c im a d a s
Corte primero la flor central
del racimo para estimular el
florecimiento de otros brotes.
menos del cepellón. Introduzca una hor­
ca bastante alejada del centro de la plan­
ta y retire junto con una buena pelota
de tierra y tocando las raíces lo menos
posible; en tierras ligeras utilice una
pala, ya que la tierra tiende a despegar­
se de las raíces. Recorte las raíces rugo­
sas y envuelva el cepellón en plástico o
arpillera para evitar que se resequen an­
tes de trasladar la planta a su nuevo em­
plazamiento. Riegue inmediatamente
después de plantar y de forma regular
hasta que esté establecida.
Recorte de otoño
Los vientos fuertes del invierno podrían
aflojar las raíces de los rosales, deján­
dolas expuestas a daños por heladas.
Para evitarlo, acorte los arbustos altos,
de flores grandes, o de flores arracima­
das, en otoño.
Protección contra
el invierno
En climas templados, los rosales sólo ne­
cesitarán protección en inviernos muy
severos. En suelos pesados, la tierra
compactada podría formar un pequeño
canalón alrededor de la base del tallo y
llenarse de agua que se congela posterior­
mente. La expansión del agua cuando se
congela podría dañar la unión del bro­
te —la parte más vulnerable del rosal.
En climas muy extremos, los invier­
nos severos podrían matar la planta si
110 se la protege; las que sobrevivan ten­
drán que desarrollar un crecimiento nue­
vo cada año y tendrán una estación de
florecimiento muy breve.
Los rosales arbustivos modernos,
R osal
Cuando todas las flores se hayan
marchitado, elimine todo el
racimo, cortando hasta un brote
emergente o un vastago
completamente formado.
grandes y de flores arracimadas pueden
tolerar temperaturas de —10° hasta
—12°C durante una semana más o me­
nos si se amontona tierra sobre la coro­
na. Envuelva las coronas de las estándar
con helechos o paja, sujetadas ligera­
mente con cuerda. En temperaturas más
frías, proporcione una mayor protección
o elija rosales que soporten fríos extre­
mos. Las resistentes entre —20° y
—23°C comprenden rosas Bourbon,
China y Provence, Rosa californica y R.
wicharaiana. En las zonas donde la tem­
peratura cae por debajo de los —30°,
cultive rosas Alba, Damask y Gallica,
y algunas de las de especie, tales como
R. foelida y R. palustris. Algunas ro­
sas como R. virginiana, R. blanda,
R eco rte O toñal
A rb usto s d e F lores G r a n d es
Recorte los tallos de flores
marchitas hasta un brote que
apunte hacia fuera o un vastago
formado.
R. canina, R. glauca y R. rugosa sobre­
viven a temperaturas de —37°C. Para
instrucciones completas acerca de la pro­
tección de rosas, véase P r o t e c c ió n c o n ­
t r a H e l a d a s y V ie n t o , pp. 520-521.
Plagas y enfermedades
Los áfidos, (p. 550), el «punto negro»
(véase «Manchas de hojas de bacterias
y ronchas», p. 552), muerte de rosas des­
de el extremo (p. 569), moho polvoso (p.
550) y royas (pp. 552 y 557) son proble­
mas habituales; rocíe como precaución
si fuese necesario. Examine los rosales
con regularidad y controle enfermeda­
des o plagas de inmediato.
Entre mediados y fines de
A ntes
otoño, recorte los rosales
arbustivos de flores grandes
de más de 75 cm de alto
para que no las agite
el viento.
D espués
Reduzca todo el arbusto
a la mitad o a un tercio
cortando todos los vástagos
por encima de un brote.
Poda y guía
objeto de la poda es acelerar el C o r t e d e P o d a d o

E
l
proceso natural del desarrollo de Coloque la hoja C orte C orte P o d a d e u n R osal
vástagos nuevos, vigorosos y sanos endelgada de la C orrecto In c o r r ec to A r b u s t iv o R e c ié n
reemplazo de los viejos y débiles, pro­
ducir un aspecto atractivo y un desplie­ podadera justo por Corte
gue de flores óptimo. Si guia una plan­ encima de un sesgado
ta sobre soportes estimula la producción brote. Cuide de no justo
de vástagos naturales floridos y dirige alejado demasiado
hacerlo encima
el desarrollo nuevo a un espacio dado. de dejardel un
brote o del brote
La severidad de la poda depende del tipo gancho, porque i
de rosal; sin embargo, ciertos principios enfermedad podría*
se aplican a todas. penetrar en el tallo
y causar su muerte Médula
Principios básicos de la desde el extremo. Si Corte
esto ocurriera, 5 mm
Manca sana
poda de rosales recorte el vastago por encima
hasta alcanzar leña del brote Corte demasiado
alejado del brote
Resultan esenciales unas podaderas afi­ buena y sana. causando muerte Pode hasta 8 cm por encima del
ladas de buena calidad; también son úti­ desde el extremo nivel del suelo. Recorte hasta
les unos podadores de mango largo y un brotes que apunten hacia afuera
serrucho de podar de dientes finos para desarrollo debajo del corte y el vásta-
retirar tocones leñosos y vástagos grue­ go podría morir desde el extremo. Des­
Poda de rosales después y elimine el desarrollo dañado
por heladas.
sos. Utilice guantes protectores sólidos pués de un invierno muy severo, recor­ de la plantación
para todas las tareas. te vástagos dañados por heladas en pri­
mavera, hasta alcanzar un brote sano; Casi todos los rosales recién plantados cultivados en suelos con pocos nutrien­
Cómo podar si los inviernos siempre son severos, deberían podarse severamente para es­ tes es preferible una poda menos severa
Haga siempre un corte limpio y sesga­ pode los rosales en primavera, inmedia­ timular el desarrollo de sistemas vigo­ y un abonado regular.
do por encima de un brote que apunta tamente después de retirar la protección rosos de raíces y vástagos. La excepción
en la dirección del desarrollo del vásta- invernal. Contrariamente, en un clima a la regla son las trepadoras —sólo pode
go nuevo. Generalmente apunta hacia tan cálido como para que los rosales flo­
fuera, pero en el caso de un rosal largo rezcan casi sin interrupción, pode en los
ligeramente, y para mejorar el aspecto,
durante el primer año, eliminando vás­
Poda de rosales
y desparramado podría apuntar al cen­ meses más frescos para inducir la inac­ tagos débiles, dañados o muertos. En las arbustivos modernos
tro si éste necesita rellenarse. Si no se ob­ tividad y darles un período de descan­ estándar, elimine todo el desarrollo
serva un brote inactivo, corte hasta la so artificial. muerto, débil o cruzado. Para los rosales Las rosas modernas florecen sobre el de­
altura apropiada y recorte cualquier to­ sarrollo de la estación en curso, de modo
cón que se desarrolle más tarde. que deben podarse bastante severamente
Elimine siempre los vástagos muertos P o d a d e u n R osa l a r b u s t iv o de F lores G ra nd es para estimular la aparición de vástagos
o moribundos, recortando hasta alcan­ Pode el rosal severamente, nuevos y fuertes y una buena exhibición
zar una médula blanca sana, incluso si en otoño o primavera, de ñores.
ello significa podar hasta casi a ras de cortando el desarrollo
suelo. Elimine todo desarrollo cruzado improductivo, y Rosales arbustivos floridos de flores
que pueda impedir el crecimiento de vás­ reduzca los vástagos grandes (Híbridas Te)
tagos principales o aquellos delgados y principales para Elimine completamente vástagos muer­
de ramitas (es decir, los tipo cerilla que formar una tos, de ramitas, enfermos o delgados.
sólo tienen una o dos hojas). Esto con­ estructura fuerte Por medio de podadores de mango lar­
centrará la energía en los vástagos más y equilibrada. go, elimine tocones de podados previos
vigorosos y productivos y permite una que —aunque sanos— no hayan produ­
buena circulación del aire, ayudando a cido un desarrollo nuevo que valga la
prevenir las enfermedades. pena; tampoco mejorarán durante la si­
A menudo se recomienda la aplica­ guiente estación.
ción de pintura para heridas a los cor­ Entresaque vástagos débiles o cruza­
tes importantes producidos después de dos del centro del arbusto, dejando una
la poda a fin de evitar la penetración de estructura bien equilibrada y permitien­
esporas de enfermedades e insectos ta­ do la circulación del aire.
ladradores de la médula. Sin embargo, En el caso de los rosales plantados de
no existen pruebas de la eficacia de este un modo compacto en macizos, no re­
tratamiento. Si se poda correctamente, sulta tan importante producir una es­
el corte desarrollará un sello natural, ha­ tructura equilibrada como en el de aque­
ciendo innecesaria la pintura para llos especímenes que pueden contem­
heridas. plarse desde todos los ángulos.
En climas templados, con respecto a
Cuándo podar la exhibición en general, deberían recor­
Pode los rosales cuando están inactivos tarse los vástagos principales hasta 20-25
o semiinactivos, es decir, entre la caída cm, pero en zonas muy templadas pue­
de las hojas en otoño y la abertura de den corlarse dejando hasta 45-60 centí­
los brotes en primavera. A veces es ne­ Elimine el desarrollo Elimine la leña Pode los vástagos metros.
cesario podarlas durante el período de apiñado, de ramitas o muerta y ta dañada o principales hasta Para lograr flores de una calidad correc­
desarrollo activo, pero ello tiende a fre­ débil. enferma. 20-25 cm del nivel del ta para la exhibición, recorte los vásta­
narlo severamente. No pode durante las suelo. gos principales severamente, dejando
heladas, ya que podría dañar el brote de sólo dos o tres brotes.
Rosales arbustivos de flores
arracimadas (Floribundas)
Al podar este tipo de rosas, corte la le­
ña improductiva como en el caso de las
de arbusto de llores grandes (véase
p. 127).
En cultivares más pequeños, reduz­
ca los vástagos laterales en un tercio;
y en dos tercios en cultivares más al­
tas, como ‘Fred Loads’. Recorte los vás­
tagos principales dejando 30-38 cm,
pero reduzca los de los cultivares más
altos en un tercio de largo. No los pode
más severamente, a menos que los cul­
tive para exhibirlos, ya que esto reduce
el número de flores de la próxima es­
tación.
Rosales enanos de flores arracimadas
Estas son versiones más pequeñas de las
de arbusto de flores arracimadas y de­
ben podarse en otoño o primavera, si­
guiendo los mismos principios.
Rosales miniatura
Existen dos métodos distintos de podar
rosales miniatura. El más sencillo de los
dos consiste en prestarles una atención
mínima: elimine vástagos muertos des­
de el extremo, entresaque, ocasional­
mente, los vástagos de aquellos cultiva­
res que producen un enredo tupido de
ramas desordenadas, y acorte vástagos
vigorosos que puedan desequilibrar toda
la planta.
El segundo método consiste en tratar
las plantas como si fuesen miniaturas de
flores grandes o de arbusto de flores
arracimadas. Elimine todo el desarro­
llo, salvo los vástagos más fuertes, y
después recorte en un tercio. Este mé­
todo es satisfactorio en el caso de culti­
vares grandes importados que no se
adaptan a sus nuevas condiciones con
facilidad.
Estas plantas se beneficiarán del es­
tímulo suplementario de un podado se­
vero, y producen un desarrollo nuevo
fuerte.
P o d a d e u n R o sa l a r b u s t iv o d e F l o r e s A r r a c im a d a s Estándares llorones
En otoño o Generalmente, estos rosales se forman
primavera, elimine el a partir de cultivares de enredaderas de
desarrollo flores pequeñas, injertadas sobre tallos
improductivo y pode estándar especialmente largos, de alre­
dedor de 1,5 m. Los vástagos flexibles
los vastagos laterales. cuelgan y sólo requieren una poda limi­
Reduzca los vástagos tada: elimine la leña vieja florecida
principales según la cuando las flores marchiten, dejando in­
altura del cultivar. tacto el desarrollo de la estación en
curso.
Poda de rosales
arbustivos y antiguos
Aunque su hábito de desarrollo varíe
mucho, la mayoría de los rósales moder­
nos y antiguos de jardín florecen sobre
leña de más de dos años. Deberían po­
darse ligeramente, dejando intacta la
Elimine leña cruzada leña florida. Si se las deja desarrollar en
o apiñada y el forma natural, muchas de ellas florecen
desarrollo de ramilas durante años sin ninguna poda formal.
o débil. Para mantenerlos sanos, sólo es necesa­
rio eliminar la leña muerta, enferma, da­
ñada o débil.
A pesar de esto, una poda ligera ayu­
daría a aumentar la cantidad y calidad
de las flores.
Pode ligeramente los rosales arbusti­
vos adultos y que florecen más de una
vez cada invierno con el fin de renovar­
las, recortando algunos de los desarro­
Pode toda la leña Pode los vastagos Reduzca los vástagos llos principales hasta su base. Esto esti­
dañada o enferma principales hasta laterales 1/3 a 2/3 mula la producción de vástagos de base
hasta un brote sano. 30-38 cm del suelo. cortando hasta un brote. nuevos y fuertes, que florecerán el si­
guiente verano. Todos los vástagos se
reemplazarán a lo largo de un período
Poda de rosales estándar vástagos en un tercio para que todos ten­
gan, aproximadamente, la misma lon­
de renovación de cuatro años y, con un
fertilizado regular, los arbustos perma­
La mayoría de los estándar se generan gitud. Resulta especialmente importante necerán sanos y florecerán abundante­
a partir de cultivares de arbusto de flo­ lograr una cabeza equlibrada que mues­ mente durante muchos años. Trate los
res grandes o arracimadas, o de rosas pe­ tre un aspecto atractivo desde cualquier rosales que no floreceri más de una vez
queñas de arbusto, que hayan brotado ángulo. Si la cabeza estuviera desequi­ de un modo similar, pero pode inmedia­
sobre un tallo recto y no ramificado, ge­ librada, pode los vástagos del lado más tamente después del florecimiento.
neralmente de l,l-l,2m de altura. Pode espeso en menor medida para que no Puede practicar un podado anual de
igual que para los equivalentes de rosa­ produzcan tanto desarrollo nuevo como renovación en el caso de las rosas Ru­
les arbustivos o mata, recortando los los del lado menos espeso. gosa, China e Híbridas de almizcle.

C óm o P o d a r un R osa l M in ia t u r a P oda de un R o sa l E s t á n d a r
A ntes
Los rosales miniatura producen un
desarrollo apiñado de ramilas
(izquierda). Vástagos sobrecrecidos
desde su base las desequilibran.
D espués
Se han eliminado el
desarrollo de ramilas y la
leña dañada, y los brotes
vigorosos han sido
recortados hasta
la mitad (abajo).

A ntes
En primavera, pode un rosal estándar
para evitar que la planta se desarrolle
demasiado en el extremo y para
mantener una cabeza florida de
aspecto parejo.
D espués
Se ha eliminado toda la leña muerta o
dañada y los tallos cruzados, dejando
vástagos sanos. Los principales se
redujeron en 20-25 cm, y los laterales, en
un lerdo.
 P o d a d e u n R osal G a l l ic a
A lo largo de la estación de
floración, corte el rosal para
mantenerlo sano. Recorte
vástagos laterales, leña
improductiva y algunos
vástagos más antiguos para
estimular el desarrollo
nuevo.
Elimine el desarrollo
de ramitas y elimine
flores muertas hasta el
vastago principal.
En rosales adultos,
elimine hasta un
cuarto de los vástagos
antiguos en la base.
P o da d e R o sa les A l b a , P r o v e n c e , D a m a sk y M u sg o
Pode después de la floración, recortando tanto los vástagos
principales como los laterales. Si fuese necesario,
vuelva a podar a finales del verano
para eliminar los vástagos
demasiado Iargos que
se hayan desarrollado.
Reduzca los
vastagos
principales
viejos y
leñosos
entre un
cuarto y un
tercio.
F in a les de V erano
Recorte los vastagos
demasiado largos y
elásticos en un tercio.
Poda de rosales
Rosas gallica
Muchas de éstas producen una masa en­
redada de vástagos de ramitas que de­
bería entresacarse de forma regular para tapizantes
mejorar la circulación del aire. Después
de florecidas, acorte sólo los vástagos La mayoría son rosas modernas de
laterales y elimine la leña muerta o en­ desarrollo poco elevado y desparra­
ferma. Para conservar un aspecto puli­ madas, de modo que pode para re­
do, recorte suavemente las rosas Galli- novarlas al igual que las de arbusto.
ca utilizadas en setos. Siga el contorno Algunas, en su mayoría relaciona­
natural y no intente darles aspecto de das con Rosa wichuraiana (una en­
seto formal, ya que esto eliminaría mu­ redadera), reptan a lo largo del sue­
chos de los vástagos laterales sobre los lo, arraigando a medida que lo
que se producirán las flores del año si­ llevan a cabo para evitar que sobre­
guiente. pasen el espacio disponible.
Rosas de especies
Una gran parte del encanto de estas ro­
sas aparece en sus vástagos arqueantes,
que, en el segundo año y en los subsi­
guientes, poseen flores en toda su exten­
sión, a menudo sobre vástagos laterales
cortos. Para establecer una equilibrada
estructura de desarrollo nuevo y fuerte
es necesario una poda de formación. A
partir de aquí, no requieren un podado
ulterior, salvo la eliminación de la leña
muerta, dañada o enferma, a menos que Pode los vastagos hasta bien
se vuelvan demasiado tupidas o produz­ adentro de la zona a tapizar,
can pocas flores, en cuyo caso efectúe cortando hasta un brote que
una poda de renovación igual que para apunte hacia afuera.
ios principales, en las de arbusto que no florecen más de
dos tercios. Elimine una vez. A finales de verano, recorte cualquier
leña muerta, La poda severa estimula un desarro­ vástago vigoroso y demasiado largo, que
enferma o débil. llo vegetativo fuerte, pero pocas flores podría agitarse con el viento y dañar las
hasta el segundo año. Si el arbusto se raíces.
vuelve asimétrico, vuelva a darle forma
después de florecido y recorte todos los Rosales Bourhon e Híbridas Perpetuas
vástagos demasiado largos. Generalmente florecen más de una vez,
de modo que pódelas —al igual que los
Rosas Alba, Provence, híbridos parcialmente derivados de Rosa
Damask y de Musgo rugosa— a principios de primavera,
Después de florecidas, reduzca tanto los como a las de flores grandes de arbusto
vástagos principales como los laterales. 4véase p. 127), pero más ligeramente.
Estaquillado de rosas
Esta técnica es un modo eficaz, pero
suelo, a alambres tendidos entre es­
largo, para aumentar la producción taquillas, o a un marco de alambre
de flores en rosas Bourbon e Híbri­ bajo, colocado alrededor de la plan­
das Perpetuas, que tienden a desarro­ ta. Pode vástagos laterales del vásta­
llar vástagos largos y poco elegantes, go estaquillado dejando 10-15 cm.
con flores sólo en los extremos. En Esto tiene el mismo efecto que el
vez de podar los vástagos a finales de guiado horizontal de los vástagos de
verano o en otoño, dóblelos con sua­ las rosas trepadoras y de enredadera
vidad, teniendo mucho cuidado de no (véase p. 130) y, durante la estación
romperlos. Estaquille en el suelo con siguiente, produce un montículo ar­
firmeza. Otra opción consiste en su­ queante, cubierto de una gran canti­
jetar los extremos a estaquillas en el dad de vástagos laterales floridos.
Seleccione vástagos largos que no florezcan y pode
los extremos blandos. Doble cada uno suavemente y
f ije al suelo con
firmes de
alambre (véase
detalle).
Pode los
vastagos
laterales en un
tercio de su
longitud.
Rosales trepadores y
de enredadera
Estos rosales requieren una poda menor,
pero un guiado regular anual. Ninguna
de las dos son autoportantes y, guiadas
de modo incorrecto, podrían no florecer
copiosamente y también quedar desnudas
por la base. Algunas de arbusto, que de­
sarrollan vástagos largos en ángulos in­
cómodos, como algunas de las Híbridas
de Almizcle, también pueden guiarse so­
bre muros, verjas u otros soportes para
logra una exhibición efectiva.
Rosales trepadores
Durante el primer año —y en el segun­
do, a menos que se hayan desarrollado
excepcionalmente— no pode las trepa­
doras, salvo para eliminar el desarrollo
muerto, enfermo, débil o de ramitas.
Nunca pode variantes trepadoras de ro­
sales arbustivos (aquellos con la pala­
bra «trepadora» antes del nombre del
cultivar, por ejemplo ‘Trepadora Shot
Silk’) durante los dos primeros años, ya
que podrían revertir a la forma arbusto
si se las recorta severamente demasiado
temprano.
Sin embargo, comience a guiar ape­
nas los vástagos nuevos sean suficien­
temente largos como para alcanzar los
soportes; guíe hacia el costado, a lo largo
de soportes horizontales, para estimu­
lar la floración. Donde no sea posible,
como en una zona estrecha entre una
puerta y una ventana, elija un cultivar
a medio camino entre una trepadora y
un arbusto alto. Muchas de éstas flore­
cen adecuadamente a partir de la base
de la planta sin ninguna guia especial:
hay ejemplos como ‘Golden Showers’,
‘Joseph’s Coat’, y también algunas de
las Bourbon más vigorosas.
Muchos trepadores poco podados flo­
recen bien durante años, salvo la elimi­
P o da y G u ia d e u n R o sa l d e E n r e d a d e r a A d u l t o
Después del primer año, pode afinóles de verano, apenas finalizado elflorecimiento,
eliminando leña muerta, enferma o débil. Después guíe los vástagos nuevos.
^ A
- **>
Recorte los
vástagos
laterales
dejando entre
2 y 4 brotes o
vástagos
sanos.
P o d a d o y G u ia d o d e u n a R osa T r e p a d o r a
Dos años después del plantado, limítese a cortar los desarrollos
improductivos. A partir del tercer año, pode en otoño luego de la floración.
Reduzca vastagos
laterales en 2/3 o
15 cm, cortando sobre
un brote que apunte
hacia afuera.
Ate todos los vastagos
nuevos a un alambre
Elimine desarrollos enfermos, horizontal a lo largo de
muertos o con ramitas, cortando 15-20 cm; los vastagos
hasta leña sana o vastago principal. no han de entrecruzarse.
nación del desarrollo muerto, enfermo Rosales de enredadera riores, pode más concienzudamente para
o de ramitas. Pode en otoño, después de Al igual que los trepadores, los de en­ mantener la estructura. Desate todos los
florecer. Deje los vástagos principales redadera florecen satisfactoriamente du­ vástagos de sus soportes y, dentro de lo
fuertes sin podar, a menos que excedan rante unos cuantos años sin una poda posible, acuéstelos sobre el suelo. No
el espacio correspondiente, en cuyo caso formal. Producen mucho más desarro­ corte más de entre un tercio y un cuar­
acorte de manera adecuada. En otro llo desde la base que la mayoría de los to de los vástagos más viejos y gastados
caso, acorte sólo los vástagos laterales. trepadores y, si no se las guía con cui­ hasta el nivel del suelo, dejando los nue­
Guíe todo el desarrollo de la nueva es­ dado, crecen hasta convertirse en una vos y algunos más viejos —pero toda­
tación sobre los soportes mientras sea maraña de vástagos inmanejables, cuyo vía vigorosos— para sujetar y formar
flexible. resultado es una mala circulación del una estructura equilibrada.
Podría resultar necesario una poda de aire, lo que estimula la aparición de en­ Elimine toda la leña verde de los ex­
renovación, si la base del trepador se fermedades y dificulta extremadamen­ tremos de los vástagos principales y re­
vuelve muy desnuda. Recorte uno o dos te el rociado. corte los laterales. Recorte todos los de­
de los vástagos principales más viejos Pode las enredaderas a finales de ve­ sordenados que crezcan más allá del
hasta 30 cm por encima del nivel del sue­ rano. Durante los dos primeros años, re­ espacio disponible o que estropeen el as­
lo para estimular el desarrollo de nue­ duzca la poda, recortando sólo todos los pecto general del rosal. Sujete los vás­
vos vástagos fuertes y reemplazar los vástagos laterales hasta unos 7,5 cm de tagos para estimular la floración sobre
más viejos. Repita en la medida de lo un vástago fuerte; también elimine la los nuevos y cortos que se desarrollarán
necesario en años subsiguientes. leña muerta o enferma. En años poste­ a lo largo de los principales.
Guiad» sobre arcos, pilares,
pérgolas y árboles
Los rosales trepadoras y los de enreda­
dera pueden guiarse sobre pilares, arcos
o pérgolas. Enrolle los vástagos princi­
•
pales alrededor de los montantes para
estimular la formación de vástagos flo­
ridos más abajo. Guíe los vástagos con
cuidado en la dirección de su desarro­
llo natural, antes de que maduren y se
endurezcan. Esto resulta vital en el caso
de las trepadoras de vástagos tiesos y se-
mirígidos. Sujete utilizando cuerda o li­
gaduras de plástico para rosales; éstas
son fáciles de desanudar cuando se poda
o de aflojar al desarrollarse los vásta-
gos. Una vez que los vástagos principa­
les alcancen la parte superior del sopor­
te, pode con regularidad para controlar
la rosa.
Un exceso de laterales demasiado lar­
gos podría estropear el aspecto de un
rosal de pilar, pero un mero podado adi­
cional pronto lo remediará. En prima­
vera, recorte los laterales, dejando tres
o cuatro brotes o 15 centímetros.
 P r o p a g a c i ó n

Propagación

E
s posible propagar rosales a través Preparación del macizo para esquejes me y riegue el suelo alrededor de los es­ trasplante los rosales jóvenes a sus po­
de tres sistemas principales: por Elija un emplazamiento abierto para el quejes. En períodos de sequía, vuelva a siciones permanentes; si aún no fueran
medio de esquejes, haciéndolas brotarmacizo, preferentemente uno protegido regar; después de heladas —que podrían lo bastante grandes, déjelas desarrollarse
sobre un patrón, o a partir de semillas. del sol del mediodía. Efectúe un cava­ aflojar las raíces en el suelo—, rea­ un año más.
Los esquejes son el sistema más fácil, do único en la zona requerida, afirme fírmelo.
pero el que más se demora: para que la y rastrille para obtener una superficie Otra opción consiste en arraigar es­
planta nueva se establezca hay que espe­ pareja.
rar tres años, salvo en el caso de los rosa­
quejes de leña dura en tiestos profun­ Esquejes semimaduros
dos de tierra ligera y arenosa. Introduzca
les miniatura. Para el sistema de brotado Introducción de esquejes los tiestos en arena o en tierra en un em­ En zonas sujetas a inviernos severos, los
hacen falta patrones crecidos anterior­ Practique una serie de agujeros para plazamiento exterior sombreado y rie­ esquejes semimaduros pueden tener más
mente, pero, en general, produce plantas plantar profundos por medio de una gue a conveniencia. En el caso de los es­ éxito que los de leña dura. A finales de
más fuertes y vigorosas. Muchos rosales caña o una espátula y echc en el fondo quejes de rosales miniatura, podría verano, después de florecer, seleccione
de especies (Rosa glauca, por ejemplo) de cada uno un poco de arena gruesa resultar más adecuado cultivarlos en sa­ vástagos laterales todavía verdes. Corte
pueden cultivarse fácilmente a partir de para mejorar el drenaje. Otra opción cos o tiestos, dentro de una cajonera o trozos de 15 cm, cortando por encima
semillas. Para producir nuevos cultiva­ consiste en cavar una zanja estrecha de invernadero. de un brote donde el vástago comienza
res, cruce rosales híbridos con otros hí­ la misma profundidad y echar arena en a volverse leñoso y elimine las puntas
bridos —o, a veces, con los de especies. la base. En suelos ligeros y arenosos, Desarrollo de esquejes blandas. Prepare esquejes de 10 cm de
basta con clavar una pala en la tierra ver­ Durante el otoño debería desarrollarse largo, siguiendo el mismo procedimiento
ticalmente a lo largo de una línea cen­ un callo en la base de cada esqueje, del que para los de leña dura. Introduzca
tral, moviendo hacia delante y atrás para que surgirán las raíces en primavera.
Esquejes de leña dura ensanchar la abertura. Una vez arraigadas, las plantas jóvenes
dentro de tiestos profundos con tierra
arenosa (partes iguales de sustituto de
Introduzca los esquejes en vertical deberían desarrollarse con fuerza, pero turba, o turba, y arena). Cubra los ties­
La mayoría de rosas son propagablcs a dentro de los agujeros o de la zanja, de­ si se formasen brotes de flores durante tos con sacos de plástico —o colóque-
partir de esquejes de leña dura, en par­ jando sobresalir alrededor de un tercio. el verano, elimínelos para que la planta los en un propagador para evitar que
ticular algunos cultivares estrechamen­ Debería insertarlos suficientemente se­ pueda dedicar la energía a la producción pierdan humedad— en un sitio fresco
te emparentados con las especies silves­ parados de modo que, una vez arraiga­ de un desarrollo vegetativo nuevo. Al y protegido de heladas. En primavera,
tres, como los rosales de enredadera. Los dos, puedan retirarse individualmente otoño siguiente, si son lo bastante gran­ plante los esquejes arraigados en el ex­
esquejes de rosas miniatura arraigan tan sin tocar los esquejes adyacentes. Afir­ des, es decir, alrededor de 23-30 cm, terior, en un macizo de vivero.
fácilmente y se desarrollan con tanta ve­
locidad que, comercialmente, se las pro­
paga con este sistema. Las de arbusto C ó m o P r o p a g a r R osas a P a r t ir d e E s q u e je s d e L e ñ a D u r a
de flores grandes de linaje complejo no
arraigan con tanta facilidad y no adquie­ Seleccione un
ren el tamaño suficiente para ser comer­ vastago sano y
cializadas antes de dos o tres años, de maduro del grosor de
modo que pocas veces están disponibles un lápiz (aquí,
sobre sus propias raíces. ‘Dreaming SpiresV
Una de las ventajas de las rosas cul­ florecido en verano y
tivadas a partir de esquejes es que no que mida 30-60 cm.
tienen un patrón diferente y, por lo tan­ Retire, cortando en
to, no producen chupones. Las desven­ ángulo, justo por
tajas incluyen una pérdida del vigor, en encima de un brote
el caso de algunos cultivares (aunque que apunte hacia
esto podría resultar útil para las minia­ afuera. Prepare los
tura), y una tendencia a un desarrollo esquejes eliminando
vigoroso, pero no florido, en los prime­ las hojas y la leña
ros años, especialmente en el caso de las blanda. Haga trozos de 23 cm,
especies. cortando en ángulo por
En muchos climas, las rosas de esque­
encima del brote superior y recto
je de leña dura son las más recomenda­ por debajo del inferior. Unte la
bles, pero el arraigo con éxito es varia­ base con polvo de arraigo.
ble; por lo tanto, es mejor disponer de
muchos esquejes para contrarrestar los
posibles fracasos.
Preparación de esquejes
A principios de otoño, seleccione el ma­
terial para esquejes a partir del desarro­
llo de la estación en curso. Elimine los
capítulos viejos y coloque los vástagos
en un saco de plástico para evitar que
se resequen. Prepare los esquejes cortan­
do las hojas y acortando hasta 22 cm de
longitud. Eliminar las espinas facilita­
rá su manejo. Humedezca la base de
cada esqueje, impregne con polvo de
5
arraigo hormonado y sacuda para eli­
Haga una hilera de agujeros Introduzca un esqueje en cada Un año después, retire cada
de plantación de 15 cm de agujero: asegure que llegue al esqueje arraigado con una
minar el sobrante. Utilice trozos de ta­ profundidad y a la misma fondo y que 15 cm de esqueje estén horca manual, sin dañar las raíces.
llo más cortos para esquejes de minia­ distancia. En suelos pesados, enterrados. Afirme el suelo, riegue y Plante en un macizo o ponga en
tura, que sólo necesitan medir 5-10 cm ponga arena gruesa en el fondo etiquete los esquejes. una cajonera.
de longitud. (2,5 cm de profundidad).
C óm o R e a l iz a r un I n je r t o B rote en un
Injerto de brotes
El proceso de brotado implica unir el
material de dos rosas distintas con el fin
de combinar las virtudes de ambas. Un
brote inactivo (la púa) del desarrollo su­
perior de una planta —generalmente ele­
gida por su despliegue— se introduce
debajo de la corteza y justo por encima
de las raíces de un patrón, normalmen­
te un rosal de especies o un clon especí­
fico, que se selecciona por su vigor y re­
sistencia. Pueden utilizarse patrones
diferentes para adecuarlos a las condi­
ciones del suelo o clima, o para estimu­

1
Seleccione un vastago
florecido de 30 cm, con 3-4
brotes. Corte inclinado por
encima de un brote que apunte
hacia afuera sobre la planta madre.
Sostenga la leña de brote con
los brotes hacia abajo.
Introduzca la navaja. Retire el
brote junto con una «cola» de 2,5
centímetros.
Sosteniendo la púa por la
3 cola entre el pulgar y el
índice, elimine cuidadosamente el
material áspero y leñoso detrás
del brote, arrancándolo.
lar el desarrollo vigoroso de la púa.
Klección de un patrón adecuado
Se utilizan muchos patrones para ade­
cuarlos a condiciones variantes: la resis­
tente y vigorosa Rosa mulliflora es am­
pliamente utilizada como patrón, en
particular donde los inviernos son fríos;
también resulta adecuada para suelos
pobres, aunque las plantas que hayan
brotado sobre éste no son longevas. R.
canina produce plantas resistentes, y es
popular en zonas de inviernos severos
o en suelos pesados, pero produce co­
piosos chupones; la trepadora carmesí
‘Hucy’ (en un tiempo conocido)
como ‘Shafter’, usada como rizoma) se
utiliza con mayor frecuencia en los ca­
sos en que el período de inactividad es

Usando el lado no afilado de
!a navaja, retire las espinas
del tallo del patrón, limpiando un
trozo de 4 cm de largo.
Sostenga la púa por la cola
e introdúzcala detrás de las
solapas de corteza del patrón,
deslizándota hasta que el brote
quede firme, justo debajo del
palo cruzado de la «T».
R osales E s t á n d a r
Injerte tres brotes alrededor del tallo (izquierda).
Recorte el rizoma en primavera justo por
encima de los vástagos nuevos (derecha).
Cortando justo como para
atravesar la corteza, haga una
incisión en «T»: el corte horizontal
de 5 mm, y el vertical, de 2 cm de
largo.
Q Con la navaja, recorte con
cuidado el sobrante de la cola
por encima de la «T», siguiendo la
línea del corle horizontal. No dañe
leña debajo de la corteza. Descarte
la cola.
R o sa l e s A r b u s t iv o s
Si injerta un rosal
arbustivo, introduzca
sólo uno o dos
brotes, a espacios
regulares alrededor
del tallo, sobre el
rizoma (véase
detalle). En
primavera, recorte et
rizoma justo encima
de los vástagos
nuevos._____________
(
Introduzca la punta ahusada
de la navaja para brotes
debajo de las solapas de la «T» y
separe, descubriendo la capa
interior blanca de cámbium.
Fije estrechamente ligadura
de goma alrededor de la zona
injertada con un alfiler y del lado
opuesto al brote. Esto une
firmemente la púa y el rizoma.
más corto. El clon seleccionado ‘Laxa’
ha reemplazado en gran parte a la ma­
yoría de patrones comerciales, ya que ac­
túa con fiabilidad en la mayoría de los
suelos y condiciones climáticas, casi no
tiene espinas, es fácil de utilizar para el
brote y rara vez produce chupones.
Cualquier proveedor de patrones —o un
vivero local— deberían ser capaces de
aconsejar acerca del mejor patrones a
utilizar para las condiciones de cultivo
locales.
Se pueden obtener patrones a partir
de rosas de seto vivo, pero su calidad es
poco confiable, y es mejor utilizar rizo­
mas de características de crecimiento
más uniformes.
Plantación de patrón
Plante éstos en otoño en un macizo de
vivero, a 30 cm de distancia entre uno
y otro y 75 cm entre hileras. En el caso
de los rosales arbustivos, las púas se in­
troducen en el punto donde los vásta-
gos y las raíces se unen (el «cuello»), de
modo que, para facilitar el brote, plan­
te los patrones en un ángulo de 45°, con
la punta de la raíz justo encima del ni­
vel del suelo. Amontone tierra encima
de la base de los vástagos para mante­
ner la corteza húmeda y flexible en el
punto de inserción de la púa. Los pa­
trones estándar deben seguir creciendo
hasta alcanzar 2-2,2 m, y se deben eli­
minar los brotes para obtener un tallo
recto y desnudo.
Cuándo practicar injerios de brotes
El brote debería efectuarse entre media­
dos y finales de verano, preferentemen-

te en tiempo fresco y lluvioso, cuando
el aire no sea demasiado seco. Si el tiem­
po ha sido muy seco en los meses pre­
cedentes al brote, riegue los patrones re­
gular y concienzudamente. Esto asegura
que la savia fluya con libertad, evitan­
do que la leña se reseque, de manera que
se pueda retirar la corteza de la leña sin
dañarla. También resulta importante la
rapidez, con el fin de evitar que la leña
tanto de la púa como del patrón se re­
sequen antes de unirlas.
Puede utilizarse una navaja para bro­
tes, con una sola hoja de forma espe­
cial y una punta ahusada afilada (véase
«Navajas de jardín», p. 463), pero una
navaja de horticultura común también
resultará adecuada. Cualquiera que uti­
lice para los brotes debe mantenerse es­
crupulosamente limpia y afilada.
Selección de la leña de brotes
Prepare púas a partir de vástagos bien
madurados, que tengan brotes de desa­
rrollo inactivos bien formados a lo lar­
go de sus axilas de hojas. Estos vásta­
gos se conocen con el nombre de leña
de brotes. Elimine las hojas y sus tallos;
otra opción consiste en dejar los tallos
como «asas» para la posterior introduc­
ción de los brotes. Coloque la leña de
brotes en un saco de plástico para evi­
tar que se reseque antes de utilizarla.
Preparación de la púa
Sostenga un trozo de leña de brotes in­
vertido y, justo desde encima de la base
de un brote, use la navaja de brotes para
extraer el brote junto con una cola fina.
Este trozo de corteza en forma de escu­
do, que mide 2,5 cm de largo, dentro del
cual está contenido el brote de desarro­
llo, se conoce como púa. Elimine la pe­
queña astilla de médula detrás del bro­
te: si no la eliminara, evitaría que el
brote se una al patrón, o que «prenda»
en él. Resulta difícil hacerlo sin dañar
el brote si el escudo ha sido cortado a
demasiada profundidad del vástago. La
base del brote debería hacerse visible
bajo la forma de un pequeño tumor
circular.
Preparación del patrón
En el caso de un rosal arbustivo, elimi­
ne la tierra del cuello del patrón, elimi­
ne las espinas y limpie el cuello. Con la
hoja de la navaja para brotes, haga un
corte en forma de «T» en el cuello, pe­
netrando en la corteza sin cortar la leña,
ya que esto causaría daños.
Injerto del brote en el patrón
Con el lado no afilado de la navaja, pele
la corteza cortada del rizoma hacia atrás
con cuidado, cuidando de no dañar la
corteza ni la leña debajo de ésta. Colo­
que la púa en posición dentro de la «T»,
empujando suavemente de manera que
ésta mire hacia arriba. Corte lo que que­
de visible de la cola y, si fuera necesa­
rio, el tallo de la hoja. Para mantener
el brote en su sitio, utilice rafia húme­
da o una ligadura especial de goma anu­
dada, bien separada del brote, y conser­
ve las piezas de la corteza estrechamente
cerradas para evitar la pérdida de hume­
dad. La ligadura de goma se ajusta fá­
cilmente con un alfiler y no inhibe el de­
sarrollo del brote, ya que pronto se
descompone. A veces resulta recomen­
dable introducir dos púas, una enfren­
te de la otra sobre el patrón, para pro­
ducir un desarrollo equilibrado de
vástagos a mayor velocidad, pero raras
veces se practica comercialmente, salvo
para las rosas estándar.
Recorte del patrón
Si la púa prende con éxito, el brote se
hinchará con rapidez y producirá un vás-
tago, en general a la primavera siguien­
te. Una vez desarrollado el vástago, eli­
mine el desarrollo del patrón por encima
de la púa. Si el vástago necesitara un so­
porte, sujete a una caña, pero, en gene­
ral, esto no resulta necesario.
Injerto por brote de un
rosal estándar
El brote sobre un patrón estándar se
efectúa cerca del extremo superior de un
tallo a la altura deseada, en general
1,1-1,2 m; los estándares llorones gene­
ralmente han de brotar un poco más
arriba, a 1,5 m aproximadamente. In­
troduzca dos o tres brotes alrededor del
tallo para lograr una cabeza equilibra­
da de forma pareja. Si utiliza patrones
de Rosa canina, introduzca los brotes
dentro de desarrollos laterales espacia­
dos de forma regular, cerca del tallo
principal. Es más corriente colocar tres
brotes alrededor del tallo principal de un
patrón de R. rugosa, escalonados ver-
ticalmcnte.
Acodado de rosales
Cualquier rosa que tenga vástagos lo
bastante largos y flexibles para doblar­
los y estaquillar en el suelo puede pro­
pagarse con éxito a través del acodado
sencillo.
A finales de primavera, después de
florecido, elija un vástago de leña sana
y madura y quite algunas hojas para ob­
tener un trozo de tallo limpio. Mezcle
el suelo con turba o sustituto de turba
en el lugar de acodo y estaquille el vás­
tago dentro del suelo preparado para es­
timular el arraigo. A la primavera si­
guiente, separe el acodo arraigado de la
planta madre, cortando el vástago jus­
to detrás de las raíces y plante en su lu­
gar definitivo para que siga creciendo.
Los rosales trepadores y de enredade­
ra son ideales para acodar, aunque si se
las planta en macizos angostos a lo lar­
go de un muro, podría no haber una
zona suficientemente grande de suelo
descubierto para estaquillar los vástagos,
en particular si hay otras plantas crecien­
do alrededor de la base del rosal. Mu­
chos rosales arbustivos, tales como Da-
mask, Provence, Bourbon, y la mayoría
C ó m o A c o d a r R osales
Haga un corle de 2,5 cm en
la parle de abajo de un
vastago largo y maduro pero
flexible. Unte el corle con polvo
de arraigo hormonado y
después mantenga abierto con
una cerilla (véase detalle).
de las Alba y de especies, son adecua­
das para acodar, ya que poseen un há­
bito de desarrollo laxo y tienden a te­
ner más suelo descubierto alrededor de
la base, dentro del cual pueden introdu­
cirse los vástagos.
Los rosales arbustivos modernos,
como ‘Chinatown’, que de hecho son ro­
sas muy altas de flores arracimadas, tie­
nen vástagos bastante rígidos, de modo
que guíelos horizontalmcnte mientras
aún sean jóvenes y flexibles para prepa­
rarlos para acodar. lx>s cultivares de ro­
sas tapizantes se prestan a este tipo de
propagación. Los vástagos de algunas
de ellas, tales como ‘Pheasant’ o ‘Grou-
se’, arraigan en el suelo espontáneamen­
te; separe de la planta madre y plante.
U)s rosales modernos, grandes y arra­
cimados, que se encuentran en la ma­
yoría de los jardines, por lo general tie­
nen un hábito de desarrollo demasiado
rígido y vertical para un acodado de éxi­
to, y deberían extenderse a través de es­
quejes. Sólo algunas de desarrollo laxo
y extendido, como ‘Europeana’, pueden
extenderse con facilidad a través del
acodado.
P r o p a g a c ió n de R osa les por
A finales de otoño o
principios de primavera, elija
un chupón bien desarrollado.
Rasque la tierra, descubriendo la
base. Separe del rizoma con la
mayor cantidad de raíces posible.
P r o p a g a c i ó n
Coloque el vastago dentro de
un pequeño hueco en tierra
preparada y estaquille con
firmeza con un aro de alambre.
Cubra con tierra, afirme y sujete
el extremo del vastago acodado a
una caña corta.
Propagación por división
Si una rosa crece sobre sus raíces pro­
pias, un método de propagación fácil
consiste en tomar chupones arraigados
y plantarlos fuera. La mayoría de las ro­
sas de viveros están injertadas en patro­
nes, de modo que los chupones proven­
drán del patrón y no del cultivar que
haya brotado sobre éste.
Algunas especies cultivadas a partir
de semillas y otras cultivadas a partir de
esquejes producen chupones de un
modo natural. Durante el período inac­
tivo, separe los chupones arraigados de
la planta madre y plante fuera, en un
macizo de vivero o en ubicaciones per­
manentes. Plantado rosas arbustivas de
brote a veces estimula los vástagos de
cultivares a producir raíces (de hecho,
una forma de acodado). Trate estos vás­
tagos de chupón como chupones arrai­
gados.
Los rosales que producen chupones
profusamente, como los cultivares de
Rosa pimpinellifolia, R. rugosa y algu­
nas rosas Gallica, se propagan con fa­
cilidad de este modo.
D iv isió n
Prepare un agujero lo
bastante ancho y profundo
para las raíces. Plante el
chupón de inmediato y riegue y
afirme la tierra. Acorte los
vástagos en 20-30 centímetros.
 Propagación de rosales
C u ltiv o d e R osa les
d e sd e S em illas
desde semillas
A diferencia de los cultivares, los rosa­
les de especies son autofértiles y y pue­
den cultivarse a partir de semillas, del
mismo modo que otros arbustos. Aun­
que en general no hay semillas disponi­
bles en los comercios, es fácil extraer­
las de las rosas maduras del jardín. Los
rosales híbridos no resultan auténticos
cultivados a partir de semillas, de ma­
nera que, en general, se las propaga por
injerto de brotes (véase p. 132).
padres —en particular, el número de sus
cromosomas y su estructura— resulta
importante para el cultivo.
Los cromosomas son las partes de las
células de las plantas que controlan la
herencia de las características a través de
los genes. Los rosales pueden tener dife­
rentes números de cromosomas, aunque,
en cada caso, el número particular por
célula siempre es un múltiplo de siete.
C óm o H ib r id iz a r u n R osal
P r e p a r a c i ó n d e l S e m ille r o
La mayoría de las de especies tienen 14
(diploide), 28 (tctraploide), 42 (hexaploi-
de) o 56 (hexaploide) cromosomas.
Cuando dos rosas se han cruzado por
polinización, unos cromosomas equiva­
lentes de los padres se ordenan en pa­
res, que después se fusionan y cuentan
como uno en el número de cromosomas
del nuevo cultivar. La mayoría de las ro­
sas de jardín son tetraploides, y dos te-

1
Corte un escaramujo
maduro de la planta madre.
Extraiga las semillas
individuales con el dorso de la
navaja.
Extracción y sembrado de semillas
En otoño, cuando los escaramujos de las
rosas están hinchados y maduros, extrai­
ga las semillas y estratifique en una ne­
vera antes de sembrar (véase «Cómo in­
terrumpir la inactividad», p. 535). La
estratificación —la simulación de cam­
bios naturales de temperatura— es ne­
cesaria para todas las semillas de las ro­
sas de especies.
Siembre las semillas en bandejas, pa­
quetes o tiestos individuales, que debe­
rían tener al menos 6 cm de profundi­

Guarde las semillas en una
2húmeda
bolsa de plástico con turba
o símil, y conserve dos
o tres día a tamperatura
ambiente. Tenga 3-4 semanas en
nevera.
1 2
dad. Si utiliza una bandeja, coloque las Elija una flor inmaculada Retire los pétalos, comenzando
semillas encima de la tierra a 5 cm de (aquí, ‘Princess Michael of por los exteriores. Alcance el
distancia y cubra hasta su propia pro­ Kent’> que no haya desplegado centro gradualmente, cuidando de no
fundidad con una capa de arenilla o gra­ los pétalos por completo y que dañar los estigmas al descubrirlos.
villa. Después deje la bandeja o paque­ no ha sido aún polinizada.
te en una cajonera para protegerla de
ratones y otros animales. Las semillas
podría tardar un año en germinar. Tras­
plante los plantones a contenedores in­
dividuales apenas se hayan formado las
primeras hojas de rosa auténticas; el pri­
mer par de éstas —las de semilla— son
ovaladas, a diferencia de las típicas. Hay
que tener cuidado en la manipulación
de los plantones, ya que en esta etapa
del desarrollo son muy frágiles.
Siga cultivando los plantones jóvenes
en la cajonera hasta que se establezcan
en sus tiestos. Después temple quitán­
dolos de la cajonera durante el día. Una

Siembre las semillas
3 individualmente en abono
arenoso: I parte de abono por
una parte de sustituto de turba.
Cubra con gravilla y ponga en
cajonera.
Cuando los plantones
4 tengan el primer par de
hojas auténticas, trasplante
individualmente a tiestos de 5
cm llenos de abono con base de
tierra negra.
3 4
vez aclimatados, pueden conservarse en Con pinzas o tijeras Examine la rosa con una lente
el exterior y colocarse en tiestos a me­
dida que sea necesario hasta que sean
pequeñas, retire los estambres
alrededor de los estigmas y todos
los fragmentos de estambres o
de aumento para que no queden
fragmentos que podrían pudrirse y
permitir que hongos de descomposición
suficientemente grandes como para
plantarlos fuera. pétalos. entrasen en el escaramujo.
Hibridización
Los nuevos cultivares de rosales se crean
a través de la hibridización, un proce­
dimiento en el cual un cultivar o espe­
cie se poliniza cruzado con otra y las se­
millas nuevas se siembran y se siguen
cultivando. El objetivo es la creación de
una rosa nueva que herede la mejores ca­
racterísticas de ambos padres.
Elección de los padres
La mayoría de rosas son de linaje mix­
5
Haga un cono de papel,
to, de manera que es imposible prede­
cir los resultados de la hibridización, y
cerrando el extremo
P a so O p c io n a l
Coloque una bolsa de plástico
firmemente. Sosteniendo los limpia y seca alrededor de la flor,
las posibilidades de producir un culti­ sépalos hacia atrás, cubra la flor fijando con una ligadura sólida para
var de calidad son pocas. El conocimien­ con el cono y sujete con firmeza proteger de insectos polinizadores.
to de las características genéticas de los alrededor del tallo.

traploides unidos en una fusión seme­
jante producen otra rosa tetraploide. Sin
embargo, un diploide (14) cruzado con
un tetraploide (28) da como resultado
7 + 14 cromosomas, o sea, un total de
21 (tripolide) en la nueva rosa. Ya que
éste no es un número par, quedan siete
cromosomas sin otros comparables con
los cuales unirse. A menudo, los tripo-
lides son estériles y tienen poco o nin-
P r e p a r a c ió n d e la P o l in iz a d o r a
6 7
Elija lina flor inmaculada, no
abierta del todo (aquí,
‘Peaudouce’/ Corte el tallo de la
flor en ángulo por encima de un
brote.
8 9
Cuando la flor se haya abierto
y partido las anteras, enseñando
el polen, retire todos los pétalos.
P o l in iz a c ió n del S e m il l e r o
Descubra el semillero y frote
los estigmas con las anteras de
la polinizadora. Los granos de polen
se pegarán a los estigmas pegajosos
del semillero.
gún uso para el cultivo. En los casos en
que se conoce la cantidad de cromoso­
mas, se consigna en la edición más re­
ciente de Rosas Modernas (Sociedad
Americana de Rosas para la Autoridad
Internacional de Registro de Rosas).
Esta publicación también registra el pe-
digrí de un gran número de rosas. La he­
rencia no es el único factor que influye
en la selección de plantas madres. Al-
Coloque la flor elegida en
agua y conserve en el interior,
libre de insectos, hasta que se
abra después de una noche.
V humedad, plagas de insectos y enferme­
Las anteras descubiertas ahora
estarán preparadas para soltar
sus minúsculos granos de polen.
Vuelva a colocar el cono
protector sobre el semillero y
sujete con firmeza. Etiquete el rosaI
con los nombres del semillero y de
la polinizadora y deje madurar.
gunas híbridas son buenos padres poli-
nizadores (masculino), pero son padres
semilleros (femenino) pobres y vicever­
sa. Algunos son completamente no-
fértiles y otros casi lo son, y en las ro­
sas de muchos pétalos, tales como Pro-
vence, una parte de éstos pueden ocu­
par el lugar de los estambres, de modo
que queda poco polen disponible para
hibridizar. El cruce de una rosa de una
sola floración con una que florece más
de una vez puede ser un problema si la
cantidad de floraciones es una de las ca­
racterísticas deseadas, ya que la prime­
ra generación oriunda de un cruce se­
mejante siempre es de una floración. Se
necesita al menos un cruce más antes de
que floración repetida aparezca en el
vástago.
Esta es una simplificación de una
cuestión muy compleja ya que hay mu­
cho de casual en la crianza de rosas. Por
más científico que sea el enfoque, el re­
sultado es bastante impredecible. Como
principio general, elija como padres los
cultivares más sanos disponibles y co­
mience con lo que tal vez sea el cruce
más fácil de todos, aquel entre dos cul­
tivares diferentes de rosales arbustivas
de flores arracimadas.
Control del medio de cultivo
Salvo en climas libres de heladas, utili­
ce rosas cultivadas en tiestos dentro de
un invernadero, ya que esto siempre per­
mite un mayor control de temperatura,
dades, y ofrece más posibilidaes para
que los escaramujos maduren en forma
correcta. Resulta esencial mantener re­
gistros precisos: después de haber hecho
los cruces, identifique todos los tallos
de flores cuidadosamente con una eti­
queta fechada, sobre la cual estarán ano­
tados los nombres de ambas plantas ma­
dres, primero el nombre del semille­
ro, por ejemplo, ‘Anne Harkness’ x
‘Memento’.
Preparación de la planta madre para
semillas (semillero)
Primero seleccione una flor de la rosa
que haya elegido como semillero, en la
etapa en la que comienza a abrirse, pero
antes de que los insectos puedan alcan­
zar los estambres del centro y contami­
narlos con polen ajeno. Retire los pétalos
y estambres con cuidado (etrasculación)
y asegúrese de que no queden tejidos que
después podrían llegar a pudrir el esca­
ramujo.
Sujete un cono de papel o un saco de
plástico sobre la flor y deje que madu­
ren los estigmas durante uno o dos días.
Preparación de la planta
polinizadora padre
Corte la flor que será la polinizadora,
que debería estar en la misma etapa que
la semillero. Coloque la polinizadora en
un vaso de agua y proteja de los insec­
tos hasta que las anteras suelten los mi­
núsculos granos anaranjados de polen,
generalmente el día después de ser cor­
P r o p a g a c i ó n
tadas. Los estigmas del semillero debe­
rían empezar a exudar una secreción pe­
gajosa, que indica que están preparados
para recibir el polen. Arranque los pé­
talos de la polinizadora, dejando intac­
tas las anteras.
Polinización del semillero
Retire la cubierta protectora y frote los
estambres de la polinizadora contra los
estigmas del semillero; sus secreciones
pegajosas ayudan a que el polen se pe­
gue a los estigmas. Vuelva a cubrir la
flor polinizada y etiquete el tallo.
Otro método consiste en cortar las an­
teras de la polinizadora, colocarlas en
un contenedor pequeño y limpio, como
una caja de píldoras de plástico, etique­
tado con el nombre de la rosa, y alma­
cenar en condiciones frescas y secas has­
ta que los granos de polen sueltos sean
visibles en la caja. Con un pincel fino,
pinte el polen de la caja sobre los estig­
mas del semillero. Si efectúa más de un
cruce con rosas diferentes, asegúrese de
que el pincel esté completamente limpio
entre cada operación, preferentemente
con alcohol metílico o quirúrgico. Si el
cruce no ha prendido con éxito, el esca­
ramujo nuevo se marchitará rápidamen­
te. Si ha tenido éxito, los sépalos comen­
zarán a levantarse y el escaramujo se
hinchará; una vez que ello resulte evi­
dente, retire el cono o saco de protec­
ción para permitir que el escaramujo
crezca.
El escaramujo seguirá hinchándose;
normalmente tarda dos meses y medio
en madurar, según el clima. Al madu­
rar, el escaramujo cambia el color ver­
de por el rojo, el amarillo y, posiblemen­
te, el marrón rojizo, segúna cada rosal
individual.
Cosecha y sembrado
Retire el escaramujo maduro de la plan­
ta y extraiga las semillas con cuidado.
Siembre y cultive las semillas (véase «Ex­
tracción y sembrado de semillas», p.
134).
Sin embargo, las semillas resultantes
de la hibridización pueden sembrarse sin
un período de estratificación.
Selección
Es probable que los plantones florezcan
durante el primer año —a menudo, al
cabo de pocas semanas en un inverna­
dero—, pero sólo en el segundo año las
flores serán más o menos típicas del nue­
vo híbrido y será posible juzgar si debe
conservarlo y desarrollarlo o des­
cartarlo.
Los plantones nuevos prometedores
pueden hacerse brotar sobre un patrón
(véase «Injerto por brotes, p. 132) cuan­
do posean tallos del grosor suficiente,
es decir, alrededor de 5 mm. Sin embar­
go, incluso para los hibridizadores más
expertos, esta etapa resulta un desafío,
ya que no resulta fácil detectar fallos
hasta que una selección haya sido culti­
vada a modo de prueba durante algu­
nos años.
Rosas de exposición
u e d e resultar muy gratificante
P participar en una exposición flo­
ral de su localidad y, con el tiempo, en
una exposición de horticultura ciudada­
na o del condado. Los niveles más ele­
vados de competición requieren a me­
nudo más tiempo y dedicación de la que
dispone el jardinero medio.
Las reglas para la exhibición de rosas
varían según el país, dependiendo de los
requerimientos de las asociaciones de ro­
sas nacionales y locales. La familiariza-
ción con tales reglas resulta importan­
te, tanto para los exhibidores como para
los jueces, de modo que contacte con su
asociación local antes de participar.
Cultivo de rosas para
exposiciones
Cultive varios arbustos del mismo cul­
tivar para asegura una amplia selección
de las mismas flores. Algunos cultiva­
res de arbustos tienen tan buen aspecto
en el jardín como en las estanterías de
una exposición, a condición de que es­
tén bien cuidadas en el jardín y de que
E l im in a c ió n de P im po llo s
d e R osal
R osal d e F l o r e s G r a n d e s
Apenas sean lo bastante
grandes, elimine todos los
pimpollos laterales, dejando que
siga creciendo el principal.
R osal d e F l o r e s A r r a c im a d a s
Elimine el pimpollo central
joven de los racimos más
pequeños para floración uniforme.
S o m b r e r o s C h in o s
Para proteger una flor de exposición
de la lluvia o daños, introduzca una
caña o estaca con un «sombrero
chino» junto al tallo de la rosa y
sujételo a la estaca.
se mantenga el follaje libre de enferme­
dades. Pode cultivares de un modo se­
vero para obtener un número limitado
de vástagos fuertes con sólo ocho o nue­
ve flores por estación, de las cuales ele­
gir flores para la exhibición. Mantenga
un desarrollo vigoroso aplicando ferti­
lizante suplementario. Los brotes de los
rosales se eliminan frecuentemente para
que produzcan flores de calidades de ex­
posición. Elimine los nuevos brotes la­
terales de los rosales de flores grandes,
de manera que el brote principal se de­
sarrolle con fuerza. Eliminando la flor
central de los rosales de flores arracima­
das garantiza que todas las otras se
abran más o menos al mismo tiempo.
Algunas flores resultan dañadas por
la lluvia, y las reglas de exposición per­
miten el uso de protectores individua­
les o «sombreros chinos», que son co­
nos de plástico fijados a cañas. Sin
embargo, no resultan esenciales en modo
alguno, y 110 son fáciles de utilizar en
arbustos con grandes racimos de flores.
Selección de flores
En las exposiciones, la elección del mo­
mento oportuno es esencial. Una flor de
un arbusto de flores grandes debería de
estar sólo tres cuartas partes abierta en
el momento del juicio, y un racimo de
flores arracimadas debería de tener la Alambre de
mayor cantidad posible de flores abier­
tas, aunque los estambres no tendrían florista
para colocar
que haber ennegrecido aún. Las flores tallos
tendrían que ser de un tamaño prome­
dio en el caso de un cultivar. También
es importante un follaje bonito y sano.
Preparación para una
exposición
Al principio, el expositor novato debe­
ría restringir a tres por exposición las F lo r es E s t á n d a r
clases en las que competirá. Corte alre­
dedor del doble de rosas —de tallos de
al menos 30 cm de largo— de las que
competirán, la noche anterior a la ex­
p a r a E x po s ic ió n
R o sa l d e F l o r e s G r a n d e s
‘V a l e r ie M a r g a r e t ’
hibición. Elimine las hojas y espinas in­ Pétalos
Centro —.____ firmes e
feriores e introduzca en cubos llenos de a^ ° y "7 7 * \—■inmaculados
agua fría hasta el cuello de las flores. cónico
Mantenga en un sitio fresco toda la
noche.
No se amilane si sus flores sufren da­
ños climáticos. A los demás les ocurri­
rá lo mismo. Si debe transportarlas,
mantenga cada flor o racimo separados
para no dañarlos.
Pétalos
indemnes, de exteriores de
buen tamaño repliegue parejo
Escenificación de las flores
R o sa l d e F l o r e s A r r a c im a d a s
Una vez llegado a la exposición, obten­ ‘H a n n a h G o r d o n ’
ga sus tarjetas de la clase en las que pa- Pétalos Contorno
ticipará del secretario de la exposición firmes e
y lleve sus rosas directamente a la mesa
donde serán exhibidas. Utilice vasos o
cuencos lo más sencillos posible. Esce­
nificar las flores siempre lleva más tiem­
po del esperado, pero adquirirá mayor
velocidad y habilidad con la experiencia. Flores
Arregle las llores de forma simétrica, totalmente
colocando cualquiera que sea mayor en abiertas
la parte delantera para que se note me­ Estambres
marchitos
nos. Las flores deben estar juntas, pero
no tocarse; una buena combinación de Hojas Color bueno
colores podría ganar un punto suple­ limpias, indemnes, y fresco
mentario. Corte las flores de racimos de buen tamaño
marchitas si no dejan tallos cortados a
la vista o huecos. Utilice un pincel para Al disponer las flores, controle que
acuarela para quitar insectos o polvo y sean conformes al catálogo, por ejem­
quite restos de herbicida con un algo­ plo: «Una flor de tres cultivares de una
dón húmedo. Si fuese necesario, «arre­ rosa de arbusto de flores grandes en un
gle» las flores grandes colocando con vaso»; si no fuera exacto, se juzgará
suavidad los pétalos que estén un poco como N.C.C (No Conforme al Catálo­
desplazados en la posición correcta. No go). Coloque la tarjeta de clase y otra
cambie la posición de los pétalos dema­ con la lista de cultivares delante del vaso.
siado, ya que las flores excesivamente Elimine los restos y llene los vasos de
«arregladas» podrían perder puntos. agua.
E q u ip o p a r a i ,a E x p o s ic ió n R osas
de
Vaso sencillo Bloque de oasis
para el arreglo
Ligaduras Cuchillo para
de alambre cortar
para sostener
tallos
Algodón
para limpiar
hojas
Regla
para medir Plan de ex-
tallos posiciones
Tarjeta de
entrada
Ligadura de
suave para impedir que Tarjeta para
las flores se abran Pincel suave Tijeras para corlar ■diversos
durante el traslado limpiar pélalos flores marchitas
 6
P erennes
los colores del arco iris, una so­ vegetales, o cultivadas como tapizantes o en contenedores. Hay

C
o n flo r e s de to d o s
berbia gama de formas y texturas y, a veces, aromas en- flores para todos los gustos, desde delicadas Glysophila hasta sun­
cantadores, las perennes tienen una bien merecida popu­ tuosas peonías y espuelas con espigas, y algunas aún desarrollan
laridad. Su diversidad las hace adecuadas para todo los tamaños
cápsulas de semillas atractivas. El follaje alcanza desde las fron­
y tipos de jardín, mientras que su fiabilidad hace de ellas una du­ das tipo encaje de muchos helechos hasta las hojas como para­
radera fuente de placer. Para muchas personas, una orla herbá­ guas de algunas especies de Gunnera. Las perennes pueden crear
cea en pleno florecimiento es el epítome de la belleza de un jar­ variedad incluso en jardines muy pequeños, o las mayores pecu­
dín, pero las perennes resultan igualmente efectivas en orlas mixtas, liaridades en uno grande, proporcionando una paleta virtualmente
interplantadas con arbustos, anuales, bulbos, e incluso frutales y ilimitada con la que crear un jardín tan perfecto como una pintura.

Diseño con perennes

perennes son plantas no leño­ jor cultivar las plantas altas y elegantes
L
as
sas que viven durante dos o más individualmente, o en la parte trasera de
años. La mayoría son herbáceas, mu­una orla, para dar elevación y estructu­
riendo en otoño hasta el nivel del sue­ra al diseño de la plantación.
lo, algunas hasta una base leñosa, y Algunas perennes, tales como muchos
emitiendo un desarrollo nuevo en pri­ claveles y clavelinas (Dianthus) y alhe­
mavera. Algunas, como Hélleborus ni- líes de perfume dulce (Maithiola), me­
ger, son siempreverdes y, por lo tanto, recen ser cultivadas sólo por su fragan­
poseen una presencia invernal valiosa. cia, ideales para macizos en relieve o
La mayor parte del despliegue perenne maceteros de ventanas. Otras perennes,
ocurre en verano, pero algunas flores, especialmente Sedum speclabile, algu­
como Liriope muscari e Iris unguicu- nos alhelíes amarillos (Cheiranthus) y
laris, avivan el jardín en otoño e invier­ muchas hierbas tienen flores que atraen
no, mientras que Helleborus orientalis a las abejas y a las mariposas.
y Pulmonaria dan la bienvenida a la pri­ Al igual que para todas las plantas,
mavera. al elegir perennes para un esquema de
plantación asegúrese de que sean ade­
cuadas para las condiciones de cultivo
dadas, tales como el suelo del jardín, el
Elección de perennes microclima y el aspecto. Es mucho más
probable que las flores prosperen en una
Mucho más que cualquier otro grupo de situación correcta y que en general, ne­
plantas, las perennes poseen una inmen­ cesiten un mantenimiento menor que las
sa variedad de aspectos, formas, colo­ que han de luchar por sobrevivir en una
res, texturas y aromas. Aunque a menu­ ubicación inadecuada (véase también
do se las valore más por sus flores, «Emplazamiento y aspecto», p. 147).
muchas tienen un follaje atractivo
—desde las hojas acanaladas y enrolla­
das de las hermosas, o las fajas tipo es­
pada de los lirios, hasta el fino trazado Orlas herbáceas
de los hinojos (Foeniculum valgare). En
general, el follaje dura más que las flo­ La forma más habitual de plantar pe­
res, de manera que elegir las perennes rennes es en una orla herbácea, que se
de hojas decorativas ayuda a alargar la remonta a finales de la época victoria-
estación de interés, un factor particular­ na. Tradicionalmcnte, las orlas herbá­
mente importante en jardines pequeños. ceas consistían en terrenos largos y rec­
La altura de las perennes varía entre tangulares, habitualmente enmarcados
la reptante Lamium maculatum de sólo por una extensión de césped verde. Es­
10-15 cm de altura hasta las escultura­ taban llenas sólo de perennes que flo­
les cortaderas argentinas (Cortaderia se- recen en verano y a principios de oto­
lloana), que miden 2,5 m o más. Las pe­ ño, escalonadas según la altura: las más O r i .a P e r e n n e
rennes tapizantes de desarrollo bajo son cortas delante, y las más altas, detrás. Las flores de colores ardientes, como las Kniphofia de cabeza de atizador, las
ideales para la delantera de las orlas o Las plantas características de la orla iban Achillea amarillas y las Echinacea purpurea rosadas, están realzadas por el
para contenedores, mientras que es me­ desde las margaritas shasta (Chrysan- follaje gris-plata de dos cultivares de Scnccia
O rlas F o r m a l e s
En este jardín formal,
un tradicional sendero
de césped divide un
par de orlas anchas y
rectas. Las plantas
están dispuestas según
su altura, con plantas
bajas, como Sedum
spectabile, en la parte
delantera. Aunque las
dos orlas no son un
reflejo mutuo,
numerosas plantas son
usadas en ambas para
obtener un efecto
armonioso y
equilibrado.
themum x superbum), Scabiosa y flox
—tradicionalmcntc en jardines rústicos
informales, por su encanto y bonitos
colores— hasta las majestuosas y esplén­
didas formas de Hemerocallis y Aga-
panthus, que constituyen agregados ele­
gantes a una orla formal.
En el pasado, según el tamaño y el es­
tilo del jardín, una única orla podría te­
ner por detrás un muro, verja o seto,
mientras que un par de ellas podían
flanquear un sendero, permitiendo una
fácil apreciación de su color y perfume.
En general, las orlas herbáceas mo­
dernas son de escala más modesta que
las victorianas, pero siguen aprovechan­
do algunas de las mismas ideas de un
modo eficaz. Para lograr un enfoque tra­
dicional y formal, distribuya las plan­
tas en grupos grandes y distintivos de un
solo tipo de planta. Si se desea un efec­
M a c iz o M ix t o de I sla para ten er C o l o r a lo l a r g o d e las E s t a c io n e s
1 Lamium maculaiuni ‘White Nancy’,
interplantada con Scilla siberica
‘Atrocoerulea’
2 Iris foetidissinia ‘Variegata*
3 Pulmonaria saccharaia
4 Heuchera cylindrica ‘Grccnfinch’
5 (¡alanihas ‘Atkinsii’
6 Festuca glauca
7 Phormium tenax ‘Sundowner’
8 Anaphalis margaritacca, sin. A.
yedoensis
9 Limonium latifolium ‘Blue Cloud’
10 Acanthus mollis
11 Heuchera ‘Palace Purple’
12 Euphorbia amygdaloides susp. robbiae
13 Oenothera tetragona ‘Fireworks’
14 Narcissus ‘February Gold’
15 Liberila grandiflora
16 Bergenia ‘Ballawley’
17 Ophiopogon planiscapus ‘Nigrescens’,
intcrplantada con Galanthus ‘Magnet’
to más fluido e informal, mezcle plan­
tas que se derramen unas sobre otras.
Esto le permitirá crear impresionantes
pinceladas de color y textura, de bordes
menos definidos.
Si una estación de interés larga resul­
ta particularmente importante, tal vez
donde la plantación se vea muy limita­
da, además de perennes podría ser pre­
ferible incluir, arbustos y bulbos en la
orla (véase «Orlas mixtas», derecha). Sin
embargo, en un jardín grande, podría
haber espacio para incluir una orla tra­
dicional puramente herbácea, presentan­
do una plantación invernal y primaveral
sustancial en otro sitio para proporcio­
nar un interés estacional continuo.
Ciertamente, en verano las orlas her­
báceas ofrecen una exhibición deslum­
brante, cuando el jardín es más utiliza­
do y disfrutado, pero a menudo resultan
Este macizo de isla, aquí en primavera, comprende perennes y bulbos para proporcionar
color desde principios de primavera hasta otoño. Se incluyen plantas altas y esculturales
para aumentar la altura del centro y proporcionar un impacto poderoso a! macizo.
18 Sedum spectabile ‘Brilliant’
interplantada con Crocus lommasinianus
19 Lamium macula turn ‘Roscum’
20 Achillea ‘Moonshine’
21 I beris sempervirens ‘Snowflake’
22 Chionodoxa forbesii, sin C. luciliae
dc jardines
menos atractivas en otras épocas del
año. Pero siempre tienen razón de ser si
el placer obtenido de su belleza relati­
vamente poco duradera es mayor que el
período inactivo entre un despliegue
anual y el siguiente (véase también «Di­
seño de macizos y orlas», p. 139).
Macizos de isla
A diferencia de las orlas, los macizos de
isla —rodeados de césped o de pavi­
mento— pueden verse desde todos la­
dos, de modo que el diseño de la plan­
tación debería ser efectivo desde un
cierto número de ángulos. Los esquemas
de macizos de islas incluyen a menudo
una mayoría de plantas seleccionadas
por su hábito resistente, enano o com­
pacto, ya que éstas no requieren estaca­
do. Al igual que las orlas, los macizos
dedicados exclusivamente a plantas her­
báceas presentan el aspecto más esplén­
dido en verano; para obtener un desplie­
gue más duradero, interplante las pe­
rennes con una variedad de bulbos y, tal
vez, un par de arbustos. Los macizos de
isla geométricos, redondos, cuadrados
o rectangulares, se adecúan a un empla­
zamiento informal; en un jardín formal
—o uno cuyo terreno sea suavemente
ondulado— resultan más adecuados los
macizos un poco curvados. Intente evi­
tar formas complicadas y curvas estre­
chas, ya que son incómodas de mante­
ner y podrían empobrecer la plantación.
En jardines pavimentados, los maci­
zos de isla elevados resultan atractivos
y proporcionan mejores condiciones
para cultivar una amplia gama de pe­
rennes en jardines donde el suelo es po­
bre o está anegado. Su altura permite
cuidar las plantas sin agacharse dema­
siado, un factor importante en el caso
de jardineros impedidos o ancianos.
Orlas mixtas
Como su nombre sugiere, las orlas mix­
tas pueden contener una combinación
de árboles pequeños, arbustos, trepado­
ras, bulbos anuales y bienales, además
de perennes. Proporcionan las mayores
oportunidades para crear un interés a lo
largo del año e imaginativas asociacio­
nes de plantas. A diferencia de las or­
las exclusivamente herbáceas, los esque­
mas mixtos bien planificados podrían
formar un despliegue atractivo a medi-
O r l a s M ix t a s
Los tulipanes coloridos
proporcionan interés
en primavera, mientras
que los arbustos como
la Spiraea, de hojas
doradas, y la masa
escultórica de
Euphorbia charadas
subesp. wulfenii,
añaden color y forma
desde la primavera
hasta el otoño,
ampliando el período
de interés más allá del
estallido veraniego de
las especies de
Gcranium y otras
perennes.
da que las estaciones progresan desde el
otoño hasta la primavera.
La cantidad de espacio otorgada a
cada planta varía según los gustos. Una
orla mixta con un predominio de peren­
nes y sólo algunas plantas no herbáceas
necesita, generalmente, un mantenimien­
to mayor que una con una alta propor­
ción de arbustos y un número menor de
perennes. Es posible lograr un esquema
variado que ofrezca interés a lo largo de
todo el año utilizando arbustos en un
tercio o en la mitad de la plantación, in­
cluyendo una buena selección de siem-
preverdes.
Una orla mixta recién plantada podría
requerir grandes grupos de bulbos,
anuales y bienales para llenar huecos en­
tre los arbustos y las perennes, pero és­
tos pueden disminuir gradualmente
cuando las últimas se establezcan y al­
cancen un tamaño adulto.
Diseño de macizos
y orlas
Al diseñar un esquema de plantado, los
principios son bastante similares, ya sea
para una orla mixta o herbácea, ya para
un macizo de isla. Los aspectos de al­
tura, masa, textura, interés secuencial,
forma y color son, lodos ellos, factores
variables, aprovechables para lograr
unos efectos de diseño en particular. La
imaginación y el gusto personal influi­
rán inevitablemente en los esquemas de
plantación, pero existen algunas pautas
básicas a seguir.
Principios generales
Las orlas herbáceas pueden diseñarse en
varios estilos, de modo que fijen o sub­
Forma y C o l o r A p iñ a d o s
Plantar en grupos audaces crea un impacto fuerte: las hojas redondeadas
de una Ligularia frente a las espadas puntiagudas de una Crocosomia roja.
rayen el carácter y el tono de un jardín. la frescura e individualidad de un dise­ grupos de un solo tipo, en lugar de plan­
En un jardín formal, las orlas rectas con ño. A condición de que no sean dema­ tar ejemplares aislados. Plantando en
un colorido restringido tienen un aspec­ siado tupidas o extensas, algunas plan­ grupos de números impares, con las
to elegante y ordenado, mientras que, en tas altas emplazadas hacia la parte plantas ubicadas casualmente y no en hi­
un jardín informal, unas formas irregu­ delantera de la orla rompen la monoto­ leras, establecerá un efecto fluido y de
lares o curvas, con un enfoque de plan­ nía, mientras que, variando la ubicación aspecto natural. Cuanto más pequeña
tación más relajado y libre, complemen­ de las plantas más bajas y más altas, sea la planta, más grande debería ser el
tarían el diseño de la totalidad. ayudará a crear un efecto suavemente grupo: las especies e híbridos de Berge­
El tamaño de orlas y macizos puede ondulante al observar el diseño desde un nia tienen buen aspecto en grupos de
variar pero, cuanto más ancho sea el em­ costado. tres, mientras que es mejor plantar el re­
plazamiento del jardín, más grande de­ Por lo general, cuanto más ancho sea pollo de San Patricio (Saxífraga x ur-
bería ser el macizo o la orla. El tamaño el macizo u orla, tanto más altas podrán bium) en grupos de siete o más. Sin em­
y la forma deberían estar en proporción ser las plantas; plantas muy altas en una bargo, la enorme Gunnera manicata es
a la casa y a otros elementos cercanos, orla angosta podrían tener un aspecto lo bastante llamativa para plantarla in­
tales como un patio. En general, para incómodo, y el ángulo desde las más al­ dividualmente, al igual que los arbustos
que tenga impacto dentro de un esque­ tas hasta las más bajas podría ser exa­ de tamaño medio y grandes en una orla
ma de plantado, y para crear un efecto geradamente empinado. mixta (véase «Plantación de especíme­
escalonado bien equilibrado, el ancho nes», p. 142).
mínimo para un macizo u orla es de 1,5 Plantar en grupos Las plantas de contornos fuertes,
metros. Para lograr un impacto mayor, reúna como Kniphofia caulescens, con sus flo­
Al planificar qué plantas incluir en la plantas pequeñas y de tamaño medio en res verticales como cabezas de atizador,
orla y su mejor ubicación, recuerde de­
jar el espacio suficiente para que éstas
se extiendan al desarrollarse y madurar,
teniendo en cuenta sus diferentes tasas
de crecimiento. Si utiliza plantas culti­
vadas en contenedores, colóquelos en
sus posiciones correspondientes de
acuerdo con su esquema y haga los ajus­
tes en esta etapa antes de plantarlas.
Altura
En general, coloque las plantas altas en
la parte posterior de una orla que mire
al frente, progresando hacia las más cor­
tas en la parte delantera para crear un
efecto escalonado en la que ninguna
queda oculta tras otra. En un macizo de
isla, coloque las más altas en el centro
y las más pequeñas en el borde.
Sin embargo, esta regularidad formal
puede resultar inadecuada en muchos P l a n t a c ió n A m o n t o n a d a
jardines, y el ocasional toque anárqui­ Las Rosa moyesii carmesíes y las Thalictrum flavum amarillas hacen
co puede contribuir en gran medida a contrapunto con el púrpura de Salvia nemorosa y nébeda (Nepeta).
T exturas
A r m o n io sa s
Una mezcla de plantas
de flores etéreas y
plumosas, corno
Astilbc, Lylhrum
virgatum, Filipéndula
palmata, y altas y
amarillas Ligularia
stenocephala, forman
una satisfactoria
mezcla de texturas.
resultan efectivas plantadas en grupos
más pequeños que las de formas menos
distintivas, como la plumosa Aster eri-
coides. Intente plantar, asimismo, gru­
pos de tamaños diversos.
Forma
Las perennes tienen formas y siluetas
muy diferentes, comprendiendo las ver­
ticales, redondeadas, arqueantes, y las
que se extienden horizontalmentc. Yux­
taponga grupos de plantas de formas
contrastantes para crear una serie de vi­
ñetas que se acumulan en un macizo u
orla. Las espigas delgadas de las espue­
las o de Eremurus actúan como gran­
des y coloridos signos de admiración vis­
O rla F r esc a
Unos tranquilos azules, verdes y blancos se combinan para dar un esquema plácido
ideal para las condiciones frescas de un emplazamiento húmedo y semisombreado.
tas contra los cojines espumosos y nu­
bosos de Gypsophila paniculata o
Crambe cordifolia.
Algunas plantas tienen dos alturas y
poseen su propia forma contrastante: un
ejemplo bonito es Rheum palmatum
‘Atrosanguineum’, que crea un estrato
horizontal de hojas rojo-violáceas que
alcanza los 90 cm de altura, encima de
la cual aparecen las plumas rosa-humo
de flores minúsculas.
Textura
En tanto las flores y tallos contribuyen
a la textura de un esquema de planta­
ción, es el follaje el que proporciona el
impacto mayor. Incluso visto desde le­
Fo rm as C o ntrastad as
Este conjunto de
plantas de follaje
destaca las diferencias
de formas y textura. El
dentado e
impresionante follaje
de Rheuni palmatum
del fondo contrasta
con las hojas en forma
de corazón de
Ligularia dcntala y las
fajas suavemente
arquedadas de una
hierba decorativa.
jos, éste tiene las mayores posibilidades
de crear contrastes llamativos y armo­
nías sutiles. Las hojas finas de Coreop­
sis verlicillata o el follaje tipo cabello
de Argyranthemum ‘Chelsea Girl’ son
muy delicados, mientras que las hojas
grandes e individuales de Hostasiebol-
diana var. elegans crean un efecto audaz
y de textura.
La textura también se ve afectada por
la superficie de las hojas, ya sea el fo­
llaje mate y de cera de Sedum speclabi-
le, las lustrosas y correosas hojas de Ber­
genia purpurascens, o la textura lanuda
de Lychnis coronaria.
Al igual que con la forma, yuxtapo­
ner grupos de plantas de texturas con­
trastantes crea interés: las hojas plisadas
y plumosas de Alcltemilla mollis con­
trastarían bien con los tallos espinosos
y el follaje dentado de Eryngium. Las
perennes tapizantes, como las especies
y cultivares resistentes de Géranium y de
Ajuga reptans, resultan especialmente
útiles como realce bajo para otras plan­
tas y para rellenar los huecos del esque­
ma de plantado, completando el tapiz
de textura (véase T , pp.
a p iz a n t e s
150-151).
Color
El uso del color en los macizos y orlas
puede ser tan audaz y experimental o tan
sutil y discreto como se quiera. Los es-
1 Yucca Jlaccida ‘Ivory’
2 Aster turbinellus
3 Ferula communis
4 Veronica virginica f. alba
5 Cynara cardunculus
6 Iris sibirica
7 Amsonia labernaemontana,
syn. A. su lie¡folia
8 Aster thomsonii ‘Nanus’
9 Dicentra spectabilis f. alba
10 Tradescantia ‘Osprey’
11 Astrantia major var. involucrata
12 Eryngium x oliverianum
13 TiareUa cordifolia
14 Veronica ‘Crater l ake Blue’
15 Alclwmilla mollis
16 Platy codon grand if lorus
O rla C á l id a
En una ubicación cálida y soleada, un esquema de color que
comprende rojos vividos y amarillos
muestra un aspecto espectacular.
quemas pueden basarse en un solo co­
lor, como el famoso jardín blanco de
Slssinghurst en Kent, Inglaterra, o en
bandas de color limitadas, como por
ejemplo varios tonos de rosa y rojo, cre­
ma y amarillo, o azul y malva. Para lo­
grar un esquema más audaz y contras­
tante, mezcle combinaciones llamativas
de rojos y azules o amarillos y púrpu­
ras. Ix)s diseños multicolores ofrecen un
campo en el que crear efectos muy di­
ferentes, dependiendo de si están ¡imi­
tados al uso de tonos pastel, a los in­
tensos, o a una esplendorosa mezcla de
ambos.
Resulta relativamente fácil planear un
esquema monocromático basado en el
blanco, ya que muchas plantas tienen
formas blancas o follaje complementa­
rio gris o plateado, pero plantéese sua­
vizar el efecto incluyendo otros colores
pálidos. El blanco y el rosa pálido, el
crema y el gris son inestimables para avi­
var una orla umbría o en un cmplaza-
D e s p l ie g u e E x t e n d id o
Las cabezas de semillas
opulentas y marrones
de Sedum spectabile
pueden dejarse sin
cortar para
proporcionar interés a
finales de otoño e
invierno, después de
que las hojas
suculentas hayan
muerto.
miento oscuro, como una orla con un
seto de tejo por detrás. También pueden
utilizarse estos colores para crear una
zona de descanso entre colores intensos
o contrastantes. Al contrario, los colo­
res «calientes» destacan mejor al sol bri­
llante.
Los esquemas dorados o amarillos
son cálidos, especialmente bienvenidos
en primavera u otoño. Agregando una
o dos chispas de color contrastante, lo­
grará conferir vitalidad a un esquema de
color limitado.
Al planificar coloridos, tenga en
cuenta que el color del follaje es tan im­
portante como el de las flores. Las ho­
jas de estrías blancas o crema de plan­
tas como Hosta cripula pueden realzar
un esquema blanco, o el follaje dorado
de Filipendia ulmaria ‘Aurea’, un esque­
ma amarillo. En general, el follaje do­
rado adquiere mejor color al soi, y el
blanco a la sombra ligera, pero unas
condiciones climáticas muy cálidas y se­
cas podrían abrasar las hojas amarillas.
Las plantas de follaje plateado y gris
tienden a desarrollarse bien en macizos
cálidos y soleados, compensando los co­
lores «calientes» de las perennes, como
los áster silvestres (Aster), Gaillardia y
Cosmos.
Interés estacional
En una orla mixta resulta posible pla­
near una sucesión de coloridos que cam­
bien a lo largo de las estaciones. Una
plantación primaveral y alegre podría
comprender el amarillo de las prímulas
(Prímula vulgaris) y de Doronicum, y
el azul pálido de lirios y Pulmonaria,
entremezclado con jacintos de penacho
(Muscari) y narcisos. El verano trae con­
sigo la libertad de elección, a partir de
una paleta más variada de colores ex­
plosivos, combinando plantas subtropi­
cales de colores vividos con los tonos
más sutiles y los rojos y rosados cálidos
de las rosas.
La estación de despliegue de las pe­
rennes acaba con los colores ardientes,
intensos y otoñales de crisantemos, da­
lias, girasoles (Helianthus), Rudbeckia
y Kniphofia.
La planificación de macizos y orlas
conlleva coordinar el momento de des­
pliegue de cada planta, de modo que
una exhibición siga a la próxima y las
flores marchitas pasen desapercibidas,
eclipsadas por otras plantas cercanas
que florecen.
Un esquema que mantenga un atrac­
tivo continuado requiere una planifica­
ción previa, pero es fácil corregir la ma­
yoría de errores cambiando cualquier
planta «ofensiva» de lugar cuando aún
sea joven.
1 Kniphofia caulescens
2 Salvia fulgens
3 Euryops peclinalus
4 Canna indica
5 Mimulus aurantiacus
6 Penslenton ‘Garnet’
7 Hedychium gardnerianum
8 Cosmos atrosanguineus
9 X Venidio-arctotis ‘Apricot’
10 Forma amarilla de Calceolaria, series Bikini
11 Iris ‘Early Light’
12 Osteospermum ‘Buttermilk’
13 Hemerocallis ‘Stella d’Oro’
14 Gazania uniflora
15 Verbena peruviana
A veces es posible alargar el efecto de
una planta o grupo en particular culti­
vando otra a su lado que proporcione
una sensación similar. Por ejemplo, las
espigas de flores azul intenso de Delp-
hinium ‘Blue Nile’ podrían ser precedi­
das por Aconitum carmichaelii var. wil-
sonii, y si ésta última se planta delante;
quedará oculto el follaje amarillo de las
espuelas.
Para ocultar huecos incómodos u ho­
jas que se marchitan, intente plantar pe­
rennes como lupinos (Lupinus) —que
mueren pronto— junto a plantas como
Physostegía, que se desarrollan más
tarde.
En orlas mixtas, los bulbos son espe­
cialmente útiles para proporcionar co­
lor a finales de invierno y primavera,
cuando las perennes comienzan a cre­
cer. De un modo similar, el desarrollo
nuevo de las últimas enmascarará el fo­
llaje marchito de los bulbos, una vez que
sus flores se hayan acabado. Las hojas
negro-púrpura de Ophiopogon planis-
capus ‘Nigrescens’ o el follaje púrpura
verdoso suave de Viola labradorica
‘Purpurea’ son excelentes realces para las
campanillas de invierno (Galantlius), y
siguen siendo interesantes una vez muer­
tas las campanillas.
Las perennes alcanzan la cima en ve­
rano, creando un efecto opulento y lle­
no, pero al comenzar a marchitarse en
otoño resulta valioso el despliegue de los
arbustos, ya que mantiene el aspecto y
la estructura del diseño, además de con­
tribuir con el color tanto como con la
textura.
La inclusión de arbustos caducos de
atractivo follaje otoñal, como Cotinus,
y los de bayas brillantes, como muchas
E stilo I n fo r m a l
Las plantas esparcidas,
como las
Helianthcmum rosadas,
suavizan los bordes de
los escalones de piedra
en un jardín rústico e
informal, mientras que
plantas más
escultóricas, como la
Hermosa ‘Tilomas
Hogg’ estriada, y la
arqueada y dorada
Carex elata ‘Browles’
Golden’, añaden interés
estructural.
pyracanthas, ayudará a desviar la aten­
ción de las perennes cuando se produz­
ca la muerte de su follaje.
Existen pocas perennes conocidas por
su atractivo invernal, pero algunas, co­
mo Bergenia y muchos heléboros (He-
lleborus), suavizan el efecto fuerte crea­
do por una estructura de arbustos, con­
trastando con la masa de un arbusto
siempreverde o con las formas arquitec­
tónicas de un caducifolio.
Jardines rústicos
Los jardines rústicos tradicionales son
una espléndida mezcla de plantas: hier­
bas: rosales trepadores anuales, fruta­
les y vegetales, además de perennes. En
el pasado, los hacendados cultivaban
plantas ellos mismos y producían peren­
nes encantadoras, como pensamientos
(Viola x wittrockiana), prímulas aurí­
cula (Prímula aurícula), y clavelinas per­
fumadas (Dianthus).
Las plantas típicas comprenden peo­
nías (Paeonia), lupinos (Lupinus) y es­
puelas, mientras que las llores silvestres
dobles, extra grandes, o de colores poco
comunes, también son especialmente
adecuadas.
A menudo se prefieren las plantas an­
ticuadas que se remontan a épocas del
siglo pasado y anteriores, pero se las
puede combinar con formas y cultiva­
res modernos si se quiere lograr un es­
quema variado.
Perennes en jardines
silvestres
El bosque silvestre caduco proporciona
abrigo, sombra ligera y suelos ricos en
humus para muchas perennes. Un bos-
quecillo de abedules (Betula) y otro de
árboles caducifolios de follaje ligero pro­
porcionarán un emplazamiento adecua­
do para ciertas plantas amantes de la
sombra; emplace las perennes donde no
hagan de competir excesivamente con las
raíces de los árboles.
Agrupe plantas de un tipo en mon­
tones, entremezcladas en los bordes o en
grupos sólidos, para imitar la escala del
emplazamiento. Los helechos, en parti­
cular, prosperan en un emplazamiento
boscoso y añaden interés arquitectóni­
co cuando son plantados en pinceladas
audaces.
Algunas de las perennes más encan­
tadoras son las pequeñas plantas del
bosque que anuncian la primavera. Las
campanillas de invierno (Galanlhus■), las
prímulas (Prímula vulgaris), las anémo­
nas del bosque (Anemone nemorosa) y
Ranunculus ficaria proporcionan color
e interés mientras la bóveda, allá en lo
alto, sigue sin hojas. Combine con bul­
bos del bosque y arbustos amantes de
la sombra.
En la sombra fresca y seca del bos­
que, cultive perennes tapizantes, como
el exquisitamente perfumado lirio del va­
lle (Convallaría majalis), sello de Salo­
món (Polygonatum), con sus flores
blanco perla colgantes, y Pulmonaria ,
que tiene un follaje que presenta un
atractivo dibujo.
Plantación de
especímenes
En zonas grandes de césped o grava, las
perennes majestuosas de formas arqui­
tectónicas o de follaje escultural, como
Acanlhus spinosus, pueden emplazar­
se como especímenes o plantas indivi­
duales con el fin de crear un efecto lla­
mativo. En jardines más pequeños, un
especimen de perenne, rodeado de tapi­
zantes bajas, servirá como centro de
atención en el lugar en que una orla se
proyecta sobre el césped o pavimento
duro, o en un rincón del jardín donde
se encuentran dos orlas. Las hojas so­
bresalientes y en forma de espada, y los
tallos arqueantes de flores rojo ardien­
te, de Crocosomia ‘Lucifer’ tienen un as­
pecto espectacular surgiendo del mar
plateado de ortigas muertas (Lamium
maculatum ‘White Nancy’ o ‘Beacon
Silver’).
Por su interés a lo largo de todo el año
resultan excelentes las perennes siempre­
verdes, como Phormium tenax, mien­
tras que las plumas altas y etéreas de las
cortaderas argentinas (Corladeria se-
lloana) pueden dejarse sin cortar para
proporcionar un elemento importante a
través del otoño e invierno. Otras peren­
nes de despliegue más breve también
constituyen especímenes espectaculares
gracias a su forma, flores o follaje, va­
riando entre los elevados y afelpados ta­
llos de Verbascum olympicum hasta las
grandes hojas de Gunnera manicata, o
las magníficas flores rosadas de Paeo-
nia ‘Sarah Bernhardt’. Al marchitarse en
otoño, puede resultar conveniente colo­
car cerca otro elemento —como un ar­
busto cultivado en contenedor— para
ofrecer interés durante el período de
inactividad.
El mejor realce para especímenes es
un contrafondo sencillo, como un seto,
muro o trozo de césped, para que nada
distraiga del impacto que ofrecen (véa­
se también P l a n ific a c ió n y D ise ñ o d el
J a r d ín , «Especímenes o plantas indivi­
duales» p. 23).
P er e n n e s en
C ontenedores
Un tiesto de terracota
sencillo y desgastado
es el realce ideal para
una dorada
Hakonechloa macra
‘Aureola’.
Cultivo de perennes en
contenedores
Las perennes resultan bien tanto en con­
tenedores, dentro de un palio pavimen­
tado, atrio, balcón o jardín de azotea,
como en macizos abierto u orlas. Cul­
tivarlas de este modo también permite
incluir plantas no resistentes que deben
protegerse en invierno y aquellas otras
que requieren un tipo diferente de sue­
lo que el del jardín.
En general, los contenedores tienen
mejor aspecto agrupados y no disper­
sos alrededor del jardín, y las plantas se
benefician, así, del microclima favora­
ble generado por el grupo.
Las perennes siempreverdes en conte­
nedores, tales como Bergenia purpuras-
cens y Líriope muscari, pueden exhibir­
se todo el año, pero es mejor plantar las
perennes herbáceas junto a un arbusto
siempreverde para alargar la estación de
interés.
Especímenes
o plantas individuales
En una zona pavimentada, un grupo de
un solo tipo de perennes en un conte­
nedor grande puede actuar como plan­
ta individual o especimen.
Las perennes de follaje o flores escul­
turales, como Agapanlhus y Hosta sie-
boldiana , resultan particularmente
atractivas dentro de contenedores ade­
cuados, y pueden dejarse crecer duran­
te años.
Plantación mixta
Experimente con plantaciones mixtas en
una jardinera amplia, combinando di­
ferentes tipos de perennes, como la ta­
pizante Slachys byzantina ‘Silver Car­
pe!’, cultivares brillantes y de hojas
redondas de Bergenia, y Euphorbia
amygdaloides ‘Purpurea’, de color bor-
goña.
Sin embargo, la combinación de mu­
chas perennes diferentes tiende a un as­
pecto abigarrado y poco efectivo, ade­
más de resultar difícil de mantener,
porque las plantas más vigorosas abru­
marán a las más débiles.
Guía de perennes para el jardinero
E m pl a z a m ie n t o s E x pu e s t o s Euphorbia amygdaloides F l o r es A r o m á t ic a s Lunaria rediviva
Perennes que toleran emplazamientos Geranium, algunas # Centranthus ruber Papaver orientale
expuestos o ventosos; la planta Helleborus foetidus, H. orientalis Convallaria majalis Physalis alkekengi
marcada no es adecuada para Iris foetidissima Cosmos atrosanguineus # Typha
emplazamientos costeros Luzula sylvatica ‘Marginata’ Diantlius ‘Brympton Red’,
Ophiopogon, algunas * D. ‘Old Clove Red’
Agapanthus, algunas * Saxífraga umbrosa, S. x urbium P l a n t a s A r q u it e c t ó n ic a s
Anaphalis Symphytum grandíflorum Dictanmus albus Acanthus hungaricus, A. mollis
Anemone hupehensis 4- Tellima grandiflora ‘Purpurea’ Dracocephalum moldavicum Angelica archangelica
Artemisia absinthium Vinca minor Filipéndula ulmaria A rundo donax ‘Variegata’ *
Centaurea dealbata, C. hypoleuca Viola labradorica, V. odorata Galium odoratum Bergenia ‘Ballawley’
Centranthus ruber Hosta plantaginea var. grandiflora Cortaderia selloana
Eryngium variifolium Iris gramínea Crambe cordifolia
Euphorbia charadas Som bra H úm ed a Oenothera odorata Cynara cardunculus, C. scolymus
Festuca glauca Perennes que prefieren sombra Paeonia lactiflora Foeniculum vulgare
Kniphofia caulescens húmeda Petasites fragrans Gunnera manicata
Lavatera marítima, L. thuringiaca Phlox paniculata Helleborus argutifolius
Limonium latifolium Astílbe simplicifolia Viola odorata ‘Czar’ Heradeum (puede ser invasora)
Phlomis russeliana Astrantia major Hosta sieboldiana var. elegans
Phormium cookianum, P. tenax Bergenia Ligularia dentata ‘Othello’
Sedum spectabile, S. telephium Brunnera macrophylla F lo r es p a r a c o r t a r
Stachys byzantina Convallaria majalis f Lysichiton americanus
Yucca filamentosa, Y. flaccida Gentiana Alstroemereia Melianthus major #
asclepiadea Aquilegia Miscantlius sinensis
Aster, algunas * Phormium tenax
P o lu c ió n d e l A ir e Hemerocallis Astrantia Rheum palmatum ‘Atrosanguineum’
Perennes que toleran aire
‘Marion Vaughn’ Centaurea Rodgersia
contaminado Cephalaria
Hemerocallis Delphinium, algunas #
Aconitum napellus P e r e n n e s d e C r e c im ie n t o
Aquilegia vulgaris Hosta
Kirengeshoma palmata
\ Dicentra
Doronicum R á p id o
Bergenia cordifolia Ligularia przewalskii Erigeron
Dicentra eximia, D. formosa Gypsophila Artemisia lactiflora
Euphorbia amygdaloides Peltiphyllum peltatum Aruncus sylvester
Platycodon Helenium Arundo donax ‘Macrophylla’ #
Geranium endressii Polygonum bistorta ‘Superba’ Helleborus, algunas *
Helleborus niger, H. orientalis Kniphofia, algunas * Campanula lactiflora
Hemerocallis Prímula bulleyana, P. florindae, Centaurea macrocephala
P. japónica, P. pulverulenta Monarda Cephalaria gigantea
Heuchera Rodgersia aesculifolia, R. pinnata Paeonia
Hosta Phlox, algunas # Crambe cordifolia
Iris Thalictrum
Trillium grandíflorum, T. sessile Prímula, algunas *
Lamium Rudbeckia Cynara cardunculus
Leucanthemum x superbum Scabiosa
Libertia grandiflora Interés Invernal Solidago
Polemonium Stokesia
Polygonatum, Flores decorativas Verónica
algunas * Bergenia ‘Ballawlcy’, B. cordifolia Cynara cardunculus, C. scolymus
Pulmonaria Doronicum Euphorbia characias
Rudbeckia laciniala
Euphorbia amygdaloides F lo r es p a r a S e c a r Ferula communis
‘Goldquelle’ subsp. robbiae, E. charadas Filipendula rubra
Helleborus argutifolius, H. niger Acanthus spinosus Galega x hartlandii
Iris unguicularis Achillea Gunnera manicata
Rudbeckia Pulmonaria Alchemilla mollis Helianthus
Sedum spectabile, Ranunculus ficaria Anaphalis Kniphofia caulescens, K. uvaria
S. telephium Aruncus dioicus Lavatera cachemiriana, L. maritima
Sisyrinchium striatum Hojas decorativas Astilbe Ligularia stenocephala
Smilacina racemosa Arum italicum ‘Marmoratum’ Catananche Macleaya cordata
Symphytum Bergenia ‘Ballawlcy’, 11. cordifolia Cynara Malva alcea var. fastigiata,
Thralictrum Euphorbia amygdaloides Echinops bannaticus, E. ritro M. moschata, M. sylvestris
Tiarella subesp. robbiae, E. charadas Limonium, algunas * Miscanthus
Veronica gentianoides, V. spicata Festuca glauca Phlomis russeliana Phormium tenax
Helleborus argutifolius Rodgersia Rheum palmatum ‘Atrosanguineum’
S om bra S e c a Heuchera ‘Palace Purple’ Sedum spectabile, S. telephium Romneya coulteri
Iris foetidissima ‘Variegata’ Solidago Rudbeckia laciniata ‘Goldquelle’
Perennes que toleran sombra seca Lamium maculatura ‘Chequers’ Salvia confertiflora «fc, 5. sclarea
Acanthus mollis Liriope muscari ‘Variegata’ C á ps u l a s d e S em illa s var. turkestanica, S. uliginosa *
Aconitum carmichaelii, A. napellus Ophiopogon planiscapus Silphium perfoliatum
Anemone hupehensis, A. x hybrida ‘Nigrcsccns’ D e c o r a t iv a s Solidago canadensis
Aquilegia vulgaris Phormium (cvs) Acanthus Thalictrum flavum
Dicentra Stachys byzantina ‘Silver Carpet’ Eryngium
Digitalis grandiflora, D. lútea Tiarella polyphylla Festuca glauca C lave
Epimedium Vinca (cvs estriados) Iris foetidissima ♦ No resistente
Hierbas, bambúes, juncias y juncos
plantas poseen una variedad mientras que las hierbas de desarrollo
E
sta s
de formas elegantes y arquitectó­ poco elevado proporcionan un contraste
nicas que, combinadas con tallos ar­en la parte delantera de la orla. No eli­
queantes o verticales, inflorescencias
ja hierbas reptantes vigorosas, como
plumosas y cápsulas de semillas sutil­ Plialaris arundinacea var. pida, porque
mente coloreadas, ofrecen un despliegue es probable que abrumen cualquier
magnifico, ya sea agrupadas, ya como planta adyacente más débil. Es más fá­
especímenes o en orlas. cil manejar las hierbas de penachos, que
A veces se confunden las hierbas con crecen lentamente a partir de una coro­
otras plantas ornamentales similares, es­ la central.
pecialmente los juncos y las juncias, Algunas se adecúan a zonas pavimen­
pero cada una pertenece a familias se­ tadas, como Molinia caerulea subesp.
paradas y distintas. caerulea ‘Variegata’; para un hueco cá­
lido y soleado en el palio, utilice la más
elevada Helictotrichon sempervirens, de
La familia de las hierbas hojas delgadas y azules, verticales y rí­
gidamente radiales. Para un especimen
Las hierbas verdaderas (las de la fami­ en un césped, una buena elección son
lia Gramineae) casi siempre tienen ta­ las especies de Cortaderia, que tiene al­
llos redondos y huecos, con nodulos só­ tos e inclinados penachos a finales de
lidos regularmente distanciados: los verano o Miscanthus, de inflorescencias
bambúes perennes de tallo leñoso (sub­ más delicadas. Al borde del agua, las es­
familia Bambusoideae) son buenos pecies como Glyceria aqua tica ‘Varié-
ejemplos por la natural oquedad de sus gata’ —que despliega formas atractivas H ie r b a s O r n a m e n t a l e s
cañas. Las hojas de hierba se extienden y estriadas— proporcionan reflejos in­ Los colores sutiles y cabezas plumosas de muchas hierbas, como Cortaderia
en dos hileras a partir de una vaina, que teresantes. selloana y Miscanthus, forman un despliegue llamativo pero informal.
puede partirse o pelarse hacia atrás. Las La mayoría de las hierbas prefiere ple­
flores de las hierbas aparecen en paní­ no sol, una posición abierta y suelos
culas, racimos o espigas. bien drenados, pero que conserven la Bambúes los. Los juncos del bosque fesp. Luzu­
humedad. Un suelo muy fértil estimu­ Los bambúes son especímenes ideales la) ofrecen el mejor aspecto usadas
Hierbas lará el follaje a expensas de las flores. con tallos siempreverdes y leñosos de fo­ como tapizantes en zonas boscosas um­
Tienen hábitos y colores muy diversos. Algunas especies, sobre lodo las muy al­ llaje bonito y contornos arquitectónicos. brías.
Las características arquitectónicas de las tas, como Phragmiles australis, necesi­ Algunas especies florecen con regulari­ Algunas juncias, como por ejemplo
hierbas más altas las convierten en ele­ tan suelos húmedos y crecen bien a lo dad, pero la mayoría no lo hacen duran­ Carex elata ‘Aurea’ y C. oshimensis
mentos llamativos en la orla herbácea, largo de riberas. te muchos años. ‘Evergold’, de atractivos follajes dora­
Los bambúes necesitan mucho espa­ dos o estriados, también ofrecen boni­
cio, ya que alcanzan los 4 m de altura tos contrastes en la orla.
Secado de hierbas con fines decorativos con una extensión arqueante de 6 m, y
a menudo se extienden con rapidez. Las
Los juncos del bosque prosperan en
la semisombra, pero también toleran
cañas tardan alrededor de tres años en condiciones abiertas.
Las hierbas secas son ideales para la su uso decorativo, corte las hierbas madurar, aunque Phyllostachys nigra Aunque las juncias se encuentren con
decoración de interiores. Sus formas cuando la inflorescencia esté bien de­ desarrollará la belleza completa de sus mayor frecuencia en hábitats húmedos,
audaces y colores neutrales resultan sarrollada pero no abierta y, luego, tallos, negros y lustrosos como el éba­ en general toleran bien los emplazamien­
efectivos, junto a otras flores secas ponga a secar en un florero — 110 de­ no, en el segundo año. Una vez estable­ tos más secos, salvo las especies aman­
más coloridas o solas. Para asegurarse masiado apiñadas— en un sitio seco cidos, los bambúes crecen con fuerza en tes de la humedad, como Carex acula
de que exhiban el mejor aspecto para y fresco. la mayoría de suelos y, en las zonas tem­ y C. riparia.
pladas pero ventosas, forman excelen­
tes mamparas, setos o rompevientos.
Muchos son tropicales, pero un núme­
ro considerable es resistente en las zo­
nas templadas.

Juncias y juncos
Las juncias (familia Cypcraceae) tienen
tallos de tres lados, sólidos y medulo­
sos. Las hojas envuelven estrechamen­
Corte la hierba, te el tallo, surgiendo de cada lado de a
aquí Miscanthus tres: el corte transversal es tipo acor­
sinensis deón, y es difícil partirlas o pelarlas ha­
‘Silberfcder’, cia atrás.
justo antes de La familia de las Juncaccac contiene
florecer. Después dos géneros cultivados, Juncus y Luzu-
de algunas semanas, la, conocidos habitualmente como jun­ E je m p l a r p a r a C é s p e d
los capítulos se cos. En los Juncus, las hojas son cilin­ El aspecto sólido y las plumas altas
abrirán. dricas al corte transversal, y tienen una y graciosas de las cortaderas
médula sólida; en Luzula, las hojas son argentinas (Cortaderia selloana) son
planas y, generalmente, bordeadas de pe­ adecuadas como especímenes.
 L im ita r el C r e c im ie n t o
1 Cave una zanja de 20 cm de
I ancho a 30 cm de la base del
terrón. Cave más profundo que
las raíces de la planta.
Cultivo rutinario
En general, la mayoría de las hierbas or­
namentales requieren poco cuidado, a
condición de cultivarlas en emplaza­
mientos adecuados y correctamente pre­
parados. En su mayoría, las juncias y
¡os juncos deben tratarse como hierbas.
Preparación del suelo
En suelos secos, incorpore mucha ma­
teria orgánica o fibrosa para asegurar
una adecuada conservación de la hume­
dad, pero éstas no deberían ser ricas en
nutrientes. En las zonas templadas y
muy lluviosas, las hierbas subtropicales
y de zonas muy secas requieren un sue-
io profundo y arenoso con un drenaje
excelente. En invierno, un revestido de
esquirlas alrededor de la corola ayuda
a dispersar la humedad superficial que,
combinada con las heladas, puede ma­
tar las plantas de regiones altas y de zo­
nas cálidas. Hay que alimentarlas raras
veces, pero un revestido de silicato de
calcio ayuda a proporcionar fuerza de
tensión a los vástagos de bambú.
Recorte de C o rta dera s
A r g e n t in a s
A principios de primavera, recorte
el follaje muerto y los tallos flori­
dos lo más posible sin dañar el de­
sarrollo nuevo. Use guantes protec­
tores fuertes y podaderas.
del Ba m bú
2
Introduzca una barrera hecha
de material resistente, como
un plástico rígido, llene la zanja y
afirme el suelo.
Recortado o quemado
Elimine los capítulos de las hierbas
anuales después de florecidas para evi­
tar la autoinseminación, pero no lo haga
en el caso de las perennes, ya que los co­
lores apergaminados de la inflorescen­
cia marchita son, a menudo, una parte
de su atractivo invernal.
Recorte el desarrollo viejo y desorde­
nado cuando las hierbas comienzan a
marchitar. A principios de primavera, re­
corte la planta a ras de suelo para esti­
mular el desarrollo de un follaje vigo­
roso. Las hierbas de climas cálidos
deberían recortarse en primavera, ya que
el follaje viejo ayudará a proteger las co­
rolas de las heladas invernales.
Las especies de cortaderas argentinas
(Cortaderia selloana) y Miscanthus pue­
den recortarse por medio de una gua­
daña o de cizallas. En zonas templadas,
hágalo en otoño y, en las más frías, en
primavera. Utilice guantes sólidos al ma­
nipular las cortaderas, ya que las hojas
tipo serrucho tienen bordes afiladísimos.
Otra opción es quemarlas, pero esto re­
quiere una quema controlada durante
una época seca. Tenga siempre a mano
un tubo de goma o un cubo con agua
para apagar las llamas que amenacen
con quemar la corola de la que saldrá
el desarrollo nuevo.
Ocasionalmente, los bambúes resis­
tentes pueden sufrir daños por heladas,
pero en general se recuperan velozmen­
te en primavera, a condición de que llue­
va bastante.
A diferencia de la mayoría de bam­
búes, una o dos especies enanas, como
Pleioblastus viridistriatus, se desarro­
llan mejor recortadas anualmente has­
ta 15 cm del nivel del suelo para produ­
cir follaje nuevo y fresco.
Limitar el crecimiento de los bambúes
Los sistemas de raíces de los bambúes
a veces son extremadamente fuertes, in­
vasores y difíciles de erradicar. Sin em­
bargo, es posible contener masas esta­
blecidas cavando una zanja de al menos
la profundidad de una pala alrededor de
la masa, recortando después las raíces
e introduciendo una barrera alrededor
de éstas.
Propagación P r o p a g a c ió n d e B a m b ú es
Las hierbas perennes pueden propagarse p o r D iv isió n d e R izo m a s
por semillas o por división (véase P e ­
r e n n e s , «Semillas», p. 162). Las anua­
les se incrementan a través de semillas
sembradas en otoño o primavera, según
la época de floración deseada.
Semillas
Recolecte las semillas cuando estén com­
pletamente maduras, es decir, cuando la
inflorescencia esté seca y esponjosa y re­
sulte fácil arrancar la semilla de la espi­
ga. Si siembra en tiestos pequeños o
bandejas celulares, podrá seguir culti­ Cave alrededor del terrón
vando sin tocar las plantas jóvenes. La para descubrir los rizomas ex­
germinación es rápida si se planta ape­ teriores con vástagos nuevos. Se­
nas hayan madurado las semillas, pero pare éstos de la planta madre.
los plantones jóvenes necesitan cierta
protección de las heladas.
División
Las hierbas que forman masas se incren-
mentan con facilidad por división sen­
cilla en otoño o primavera. Muchos jar­
dineros prefieren la división en
primavera, cuando el desarrollo nuevo
resulta visible.
Para incrementar las especies rizoma-
tosas, retire la masa y corte el rizoma
en trozos, asegurando que cada uno ten­ Corte los rizomas, cada uno
ga al menos un punto de desarrollo. Cui­
de de no dañar las raíces finas. Intro­ con al menos un vástago, en
duzca los trozos en tiestos individuales trozos. Espolvoree las superficies
llenos de una tierra de drenaje libre y cu­ de corte con polvo fungicida.
bra los rizomas hasta su profundidad
original. Conserve fresco y húmedo, y
con buena iluminación —pero no en el
sol directo—, hasta que las plantas jó­
venes se hayan establecido. Véase «Di­
visión de perennes», p. 164.
Trasplante de bambúes
El mejor momento para trasplantar y di­
vidir bambúes es en primavera, justo
cuando surgen los vástagos. Trasplante
cuando hayan anunciado lluvias: si el fo­
llaje se deja secar y marchitar —lo que I Coloque cada trozo en
ocurre con mucha rapidez—, es poco tiestos, con el rizoma justo
probable que el trasplante sobreviva. Ro­ debajo de la superficie del abo­
cíe las plantas divididas con agua abun­ no y los vástagos descubiertos.
dante y con regularidad hasta que se es­ Afirme y riegue.
tablezcan.
P ro pa g ad o d e H ie r b a s
R e c o l e c c ió n de S em illa s p o r D iv isió n
Recolecte las semillas de hierbas
anuales cuando la inflorescencia Recorte el follaje, dejando 15-20
esté completamente abierta. cm. Retire el terrón y divida con
Arranque las semillas maduras las dos manos o con dos horcas.
de cada espiga. Coloque cada una en tiestos de
15 cm con abono arenoso.
L irios

Lirios
l género Iris incluye algunas cic­ Los lirios oncocyclus son oriundos de
E las plantas floridas más hermosas. zonas con pocas lluvias veraniegas, y re­
Sus flores intrincadas ofrecen un opu­quieren la protección prestada por una
lento espectro de colores, así como tex­casa alpina o marco en los climas suje­
turas satinadas o aterciopeladas. Se pue­ tos a lluvias veraniegas. Tienen flores
L ir io s R iz o m a to so s y B ulbo so s

den elegir especies para ubicaciones hermosas, grandes y, a veces, extrava­

diversas, que varían desde jardines sil­ gantes, pero sus requerimientos son exi­
vestres y de rocas, riberas y pantanos, gentes y no resultan fáciles de cultivar.
hasta orlas herbáceas. Desde un punto Necesitan un suelo fértil, bien drenado
de vista botánico, Iris se divide en sub­ y pleno sol, además de un período seco
géneros, secciones y series; las necesida­ e inactivo después de florecer. Cultiva­
des culturales de estas divisiones varían das en tiestos, necesitan tierra rica en nu­ /. ‘Hold print' /. ‘Carnaby’ I. innom inaia
y conforman una clasificación horticul­ trientes, bien drenado, y preferentemente (con aristas) (con aristas) (Pacific Coast)
tural práctica. alcalino.
Si fuese necesario, cambie de tiesto
Cuidados rutinarios y propagación antes de comenzar el desarrollo, a prin­
Las especies pueden propagarse en oto­ cipios de primavera. Cuando el follaje
ño o primavera por división de acodos se marchite después de florecer, deje de
o rizomas, o por semillas, en otoño (los regar y mantenga secos los rizomas
cultivares con nombre, por división). mientras están inactivos. Vuelva a regar
en primavera.
Los lirios regelia, con sus estándares y
pétalos horizontales de aristas, están em­
Lirios rizomatosos parentados con los onoeyelus y tienen /. ‘Geisha Gown' /. bucharica I. ‘Joyce’
necesidades de cultivo similares, aunque (Japonés) (Juno) (Reticulata)
Los lirios de este grupo tienen rizomas resultan más fáciles de cultivar. Algunas
como raíces de rizoma, con hojas en for­ especies, como I. hoogiana, pueden cul­
ma de espada distribuidas en un abani­ tivarse en el exterior, dados un buen dre­
co de base. Desde un punto de vista bo­ naje y un emplazamiento cálido y seco Lirios sin aristas spuría— se adecúan a orlas herbáceas
tánico, se dividen en subgéneros y series, en verano. El grupo de los Regeliocyclus Los lirios de este grupo no tienen péta­ soleadas en tierras de buen drenaje; to­
pero, con fines horticulturales, íos gru­ (híbridos de Regelia x Oncocyclus) se los horizontales con aristas, pero gene­ leran condiciones más secas que los si­
pos principales se dividen en lirios de cultiva en el exterior con más facilidad. ralmente tienen crestas. La mayoría tiene berianos.
arista, con cresta y sin arista. las mismas necesidades de cultivo que
Lirios de cresta los de aristas, pero algunas prefieren
Lirios de arista Se trata de lirios que tienen crestas en suelos más pesados.
Caracterizado por una «arista» de nu­ vez de aristas. Los lirios de la Costa del Pacífico, un Lirios bulbosos
merosos pelos a lo largo del centro de Los lirios Evansia se encuentran habi­ grupo que comprende I. innominala e
los pétalos horizontales, este grupo com­ tualmente en bosques húmedos. Las es­ /. lenax, son útiles para cortar. Se han Los órganos de almacenamiento de es­
prende los lirios comunes cultivados en pecies más grandes, como I. confusa y producido muchos híbridos buenos y de tos lirios son bulbos, a veces de raíces
jardines, además de muchos cultivares /. japónica, no son completamente re­ floración opulenta, excelentes para cul­ gruesas y carnosas. Los subgéneros com­
e híbridos, que, en su mayoría, florecen sistentes y, en suelos ricos de tierra ne­ tivar en suelos ácidos ricos en tierra ne­ prenden lirios Reticulata, Juno y
a principios de verano. Adecuados para gra, necesitan una ubicación protegida, gra, al sol en zonas más frescas, y a la Xiphium.
cultivar en orlas mixtas, resultan fáci­ con un poco de sombra en climas cáli­ sombra en las más cálidas. Otros, de
les de cultivar al sol en suelos alcalinos, dos. Las especies más pequeñas, como grupos que requieren condiciones simi­ Lirios Reticulata
ricos y de buen drenaje; muchos tam­ /. cristata e I. gracilipes, resultan idea­ lares, comprenden: I. mbsouriensis, que Los lirios Reticulata son bulbos enanos
bién toleran suelos más pobres y som­ les para plantar en huecos turbosos en tolera mejor los suelos alcalinos; /. ver­ resistentes que florecen temprano. Pre­
bra parcial. un jardín de rocas sombreado. tía e I. prismática ; e I. setosa, que tole­ fieren una ubicación soleada en suelos
ra mejor el sol. bien drenados, ácidos o alcalinos, o pue­
Los lirios acuáticos son un grupo de ele­ den cultivarse dentro de tiestos en un
gantes plantas amantes de la humedad marco para bulbos.
que prosperan al borde de estanques, en
jardines pantanosos, o en suelos ricos Lirios Juno
y permanentemente húmedos. Com­ Los Junos requieren condiciones simi­
prenden I. laevigata, I. pseudacorus, I. lares a los Oncocyclus, y también son di­
ensata /'sin. I. kaempferí), I. Jülva, I. fíciles de cultivar. Las especies vigoro­
versicolor e /. ‘Fulvala’. Todos necesi­ sas, como 1. bucharica e I. magnifica,
tan las mismas condiciones húmedas, crecen bien en emplazamientos cálidos
pero puede ser difícil establecerlos. exteriores.
Los lirios siberianos tienen hojas an­
gostas y flores de formas hermosas, de­ Lirios Xiphium
licadamente dibujadas. Este grupo com­ Comprenden los lirios de colorido bri­
prende I. chrysographes, I. clarkei, I. llante, tales como los holandeses, ingle­
forestii e I. sibirica. Es fácil cultivarlos ses y españoles, que a menudo se culti­
en orlas en suelos ricos que no se rese­ van para cortar las flores. Cualquier
quen y se adecúan especialmente a sue­ suelo alcalino, bien drenado y soleado,
los ribereños muy húmedos. Las flores resulta adecuado.
cortadas tiene buena duración. En zonas frías retire los bulbos en oto­
E l e g a n c ia I n fo r m a l Los lirios Spuria tienen follaje angosto, ño para invernarlos en un sitio que esté
Las flores coloridas de los lirios Siberianos (azules y blancos) y I. pseudacorus tipo caña, y flores elegantes. Los Spu- libre de heladas. Vuelva a plantar en la
(amarillo) proporcionan un centro de interés al costado de un estanque. rias —/. orientalis, I. gramínea e I. primavera siguiente.
 P r e p a r a c i ó n del S uelo y P l a n t a c i ó n

Preparación del suelo y plantación

perennes herbáceas son origina­ drenaje; si una gran parte del suelo per­ S e l e c c ió n d e P e r e n n e s
L
as
rias de muchas regiones, con con­ manece anegado en tiempos lluviosos, E je m p l a r B u e n o E je m p l a r e s P o b r e s
diciones muy variables de sucios y cli­será necesario instalar tuberías de desa­
ma, de manera que ya sea el emplaza­ güe o desaguaderos (véase S u e l o s y L u p in o
miento protegido o expuesto, fértil o F e r t il iz a n t e s , «Drenaje», p. 529).
pedregoso, siempre habrán plantas que Desarrollo
prosperarán en él. Es mejor seleccionar Limpieza del emplazamiento superior
plantas que prosperen en las condicio­ Antes de plantar, retire todas las male­ débil y leñoso
nes de cultivo dadas y no que deban lu­ zas del emplazamiento, ya que una vez Sistema de
char contra la naturaleza. establecidas las otras plantas resultará Desarrollo raíces poco
difícil erradicar las malezas, en particu­ superior desarrollado
lar las perennes. Si el suelo está infesta­ fuerte
Emplazamiento y aspecto do de malezas, trate toda la zona con y sano
un herbicida adecuado durante la esta­ Tierra seca
Al decidir qué plantas cultivar, tenga en ción previa a la plantación. Si sólo hay
cuenta el clima, aspecto y tipo de sue­ algunas malezas perennes, puede retirar­
lo, además de la cantidad de sol, som­ las con una horca al preparar el suelo
bra y protección que recibe el emplaza­ en invierno.
miento en diferentes momentos del día Durante la primera estación de desa­ Tierra Musgo y
y de estación en estación. La sombra rrollo elimine cuidadosamente todas las húmeda malezas
proyectada por árboles caducifolios es malezas perennes con una horca apenas que crecen en
la tierra
más densa a finales de primavera y ve­ aparezcan o trate con un herbicida sis­
rano, cuando los árboles tienen hojas. tèmico, cuidando de no dañar las peren­
Las diferentes zonas del jardín pro­ nes recién plantadas. Las malezas anua­ Raíces Raíces
porcionarán condiciones de desarrollo les se pueden rociar con herbicida o establecidas
variables: una orla encarada al sur es eliminar con una horca antes de plan­ y vigorosas
ideal para plantas que prosperan al sol, tar en el emplazamiento.
como las uñas de gato, mientras que un
emplazamiento mirando al norte o de­ Mejora de la estructura y fertilidad del
bajo de un árbol es mejor para las es­ suelo Selección de plantas ta ha estado dentro del tiesto durante
demasiado tiempo o que puede estar pri­
pecies amantes de la sombra, como las Se pueden mejorar todos los suelos agre­ vada de nutrientes o que el abono está
hermosas, a condición de que puedan gando tierra negra o materia orgánica La mayoría de las perennes se venden mal drenado, en cuyo caso las raíces de
mantenerse húmedas. bien descompuesta, como tierra o mez­ cultivadas en contenedores, pero a ve­ la planta pueden estar podridas o
El suelo al costado de un muro, ver­ cla; esto aumenta la capacidad de reten­ ces también hay plantas de raíces des­ muertas.
ja o seto es generalmente bastante seco ción de agua en suelos ligeros de drenaje nudas, disponibles desde otoño a prin­ Dentro de lo posible, retire la planta
a causa de la sombra de lluvia pero, ya libre y ayuda a abrir la textura de los sue­ cipios de primavera, cuando están del contenedor y examine las raíces: no
que también tiende a ser cálido y prote­ los pesados y arcillosos. También mejora inactivas. Al seleccionar plantas, busque elija una planta con una masa de raíces
gido, es una buena ubicación para plan­ su fertilidad. Antes de plantar (preferen­ ejemplares sanos y vigorosos, sin rastros enredadas o una con raíces grandes sur­
tas no totalmente resistentes. temente con algunas semanas de anti­ de muerte desde los extremos, u hojas giendo de los agujeros de drenaje. Las
cipación), aplique una capa de 5-10 cm anormalmente coloreadas, que podrían raíces deben estar suficientemente esta­
Cambio de condiciones de materia orgánica bien descompues­ indicar una falta de nutrientes. Si com­ blecidas para retener la mayor parte de
Especialmente en jardines pequeños, ta sobre el emplazamiento, después ras­ pra plantas herbáceas al principio de la la tierra al retirarla del contenedor. En
puede resultar necesario adaptar algu­ trille o roture, mezclando con la parte estación de desarrollo, controle que ten­ el caso de plantas que crezcan dentro de
nos elementos para crear condiciones de superior de la tierra. Permita que ésta gan vástagos fuertes: las plantas con al­ sacos de plástico flexible, controle que
cultivo adecuadas a una gran gama de se asiente antes de plantar. A condición gunos brotes gordos y sanos son mejo­ el desarrollo de las raíces sea correcto,
plantas. Los suelos pesados y anegados de que el suelo sea fértil y rico en tierra res que las que tienen muchos débiles. palpando a través del saco.
pueden drenarse, o también cultivar las negra, en general no es necesario el uso Es fácil eliminar dos o tres malezas Al comprar plantas de raíz desnuda,
plantas en macizos en relieve o en con­ de fertilizantes al plantar perennes, aun­ que crezcan en la tierra, pero no com­ asegúrese de que el sistema de raíces es
tenedores, mientras que los suelos más que podrían requerir alimento en esta­ pre plantas cultivadas en contenedores fuerte, que no se ha resecado y que los
ligeros se beneficiarán agregando mate­ ciones subsiguientes (véase «Fertiliza­ con malezas perennes, musgo o hepáti­ vástagos jóvenes no estén ya marchi­
ria orgánica. Se puede reducir la som­ ción», p. 155). cas. Éstas indican a menudo que la plan­ tándose.
bra de los árboles podando con cuida­ Plante lo antes posible después de
do, y proporcionar protección por comprar, protegiendo las plantas de la
medio de arbustos, setos o cortavientos D iv isió n d e P la n t a s G r a n d e s pérdida de humedad envolviendo en
(véase también P r o t e c c ió n c o n t r a plástico o papel de diario mojado has­
H eladas y V ie n t o , pp. 520-521 y Se­ ta que estén listas para plantar.
tos y M a m a pa r a s , pp. 60-62).
División de plantas grandes
p Al comprar plantas de raíces fibrosas,
K elija ejemplares grandes de vástagos sa-
Preparación del suelo k ' nos que puedan dividirse antes de plan-
k tar, en lugar de ejemplares más peque­
El suelo ideal para la mayoría de las ños y baratos.
plantas perennes es una tierra negra y Divida la planta separándola con las
fértil, bien drenada, pero adecuadamen­ manos o con dos horcas espalda con es­
te húmeda. Utilice un equipo patenta­ palda, cuidando que cada división dis­
do para averiguar la acidez o alcalini­ A l comprar perennes fácil mente Separe la planta con suavidad, ponga de su sistema de raíces propio
dad del suelo, porque esto determina divisibles, busque plantas creando varios segmentos y que retenga la mayor cantidad posi­
parcialmente el tipo de plantas que pros­ grandes con varios vástagos pequeños con raíces propias. ble de tierra alrededor de las raíces (véa­
perarán en él. fuertes (aquí, Aster tongolensis). Conserve bastante tierra alrededor se también «División de perennes», p.
También es importante controlar el de las raíces. 164).
P e r e n n e s q u e p r e f ie r e n
Cuándo plantar
P l a n t a c ió n de P erennes c u l t iv a d a s e n C ontenedores
S uelo s A r en o so s Las perennes cultivadas en contenedo­
Acanthus spinosus res pueden plantarse en cualquier mo­
Achillea mento del año cuando el suelo esté cul­
Atchemilla tivable, pero las mejores estaciones son
Armería la primavera y el otoño. Plantando en
Asphodeline lútea otoño facilitará que las plantas se esta­
Centranthus ruber blezcan con rapidez antes del invierno,
Dianthus, algunas * ya que el suelo aún está lo bastante ti­
bio para estimular el desarrollo de raí­
Echinops ritro
ces, pero no tenderá a resecarse.
‘Vcitch’s Blue’ En zonas frías, el plantado primave­
ral es mejor para perennes no comple­
tamente resistentes, o para las que les
disgustan las condiciones húmedas,

I
como Kniphofia, Schizostylis, Lobelia En una base preparada, cave Infiltrar la tierra en el tiesto
Echinops cardinatis y Scabiosa caucasica. Esto un agujero l/i veces más antes de extraer la planta
Eryngium tripartitum asegura su total establecimiento antes del ancho y hondo que el cepellón. (aquí, un Aster/
Gaillardia x grandiflora (cultivares) primer invierno.
Globularia Los ejemplares de raíz desnuda debe­
Limonium latifolium rían plantarse en primavera u otoño,
Nepela x faassenii aunque algunas, como las hermosas, po­
Origanum vulgare ‘Aureum’ drán trasplantarse con éxito durante la
Papa ver orientale estación de desarrollo.
Romneya coulteri
Sedum, algunas #
Sempervivum
Sisyrinchium, algunas * Plantación de perennes
Plante las perennes en suelos prepara­
P erennes q ue T oleran dos, cuidando de colocarlas a la profun­
didad correcta (véase abajo): es mejor
S uelo s A r c il lo so s plantar las que son propensas a pudrir­
Aruncus dioicus se desde la base por encima del nivel del Rasque suavemente los 3 cm Compruebe que la corola de
Astilbe
Bulomus o
suelo para permitir drenar el exceso de
agua.
superiores de tierra para
suprimir maleza o semillas de
4 la planta esté a la
profundidad correcta al plantar y
Caltha O maleza. Desenrede con cuidado rellene alrededor del cepellón.
Cardamine pratensis Plantas cultivadas en contenedores las raíces por los lados y la base Afirme y riegue a fondo.
Dodecatheon Primero cave un agujero para plantar, del cepellón.
Eomecon después riegue la planta concienzuda-
Filipendula ulmaria ‘Aurea’
Gunnera manicata O
Hemerocaltis
Hosta
Profundidad de plantado
Houttuynia
Lobelia cardinalis, L. fulgens * SlSYRINCHIUM Aunque es mejor plantar la mayoría de perennes al mismo
Lysichiton O STRIATUM nivel del suelo que el que tenían dentro del contenedor, hay
Lysimachia, algunas # un cierto número que se desarrolla mejor plantado a ma­
Lythrum yor o menor profundidad. Algunas prefieren un emplaza­
Mimutus guttatus O miento elevado y bien drenado, mientras que otras prospe­
A ster ran en condiciones más húmedas y profundas.
Myosotis scorpioides o
Peltiphyltum pehatum H e r m o sa P olygonatum
Phormium
Polygonum
Pontederia O

Primula
hulleyana

Primula bulteyana,
P. ftorindae, P. rosea
Ranunculus ficaria,
R. flammula o
Rheum
Rodgersia P l a n t a c ió n a N iv e l P l a n t a c ió n E l e v a d o P l a n t a c ió n a p o c a P l a n t a c ió n P r o f u n d o
Sagittaria, algunas # del Suelo Plante las plantas que P r o f u n d id a d Plante las perennes de
Schophutaria auriculata Hay que plantar a la tienden a pudrirse por ¡a Plante perennes que sistemas de raíces
Trollius mayoría de las perennes base, y las estriadas que requieran un medio tuberosos con las corolas
de manera que la corola tienden a revertir, con tas ambiente húmedo con las a 10 cm por debajo de la
C lave de la planta esté al corolas un poco por corolas a 2 cm por superficie.
♦ No resistente mismo nivel que el suelo. encima del nivel del suelo. debajo del nivel del suelo.
O Tolera suelos anegados
 P r e p a r a c i ó n del S ue lo y P l a n t a c i ó n

mente y retire del contenedor, cuidan­ prosperan en el jardín abierto —ya sea T raspla nte de P la n ton es
do de no dañar las raíces. Para ayudar porque son demasiado 110 resistentes o P e r e n n e s q u e R e q u ie r e n
a la planta a establecerse con rapidez, porque el tipo de suelo resulta inade­ S u elo s Á c id o s
afloje los lados y la base del cepellón cuado.
con cuidado, especialmente si ha sobre­ Si cultiva plantas diferentes en un solo Anigozanthos tnanglesii #
crecido el tiesto, extrayendo las raíces contenedor, cuide de elegir las que pros­ Cypripedium reginae
con la mano o con una horca. Coloque peren en condiciones similares. Darlingtonia
la planta a la profundidad adecuada Al elegir un contenedor, asegúrese de
dentro del agujero preparado, vuelva a que es lo bastante profundo y ancho Anigozanthos
llenar con tierra y afirme. Afloje la su­ para permitir que las raíces de la planta manglesii
perficie del suelo con una horca y rie­ se desarrollen correctamente. Para lograr
gue concienzudamente. un equilibrio bonito entre ellas, tenga en
cuenta qué aspecto tendrán las plantas Drosera, algunas *
Plantas de raíz desnuda elegidas cuando estén completamente Nepen thes #
Para evitar la deshidratación, plante las maduras en relación al contenedor. Las Pinguicula, algunas
perennes de raíz desnuda lo antes posi­ plantas altas, en contenedores profun­ Retire los plantones con tierra en Sarracenia flava *
ble después de haberlas comprado. Pre­ dos y angostos, y las pequeñas en gran­ torno a las raíces para no romper el Trillium
pare un agujero al igual que para las cul­ des y anchos, podrían quedar despro­ cepellón. Plante fuera y riegue bien. Uvularia
tivadas en contenedores, extienda las porcionadas.
raíces de forma pareja, controle la pro­
fundidad de plantación e introduzca tie­ P erennes que
rra entre las raíces al afirmar. Riegue Plantación en contenedores T o l e r a n S uelo s
bien.
Si usa un contenedor pesado, tal pero impedirá que la tierra se disuel­ m u y A lc a lin o s
Trasplantado de plantones como una urna de piedra, una jardi­ va y llene la base, tapando los aguje­ Acanthus spinosus
autosembrados nera de plomo, medio barril de ma­ ros de drenaje. Achillea filipendulina
Algunas perennes, como Aquilegia y las dera o un gran tiesto de terracota, ubí- La mayoría de las tierras para ties­ ‘Gold Píate’
dedaleras (Digitalis), producen regular­ quelo antes de llenar y plantar, ya que tos son adecuados, aunque las plan­ Aconitum
mente plantones auto-sembrados, que después resultará muy incómodo de tas amantes del ácido deben plantar­ Anchusa
pueden trasplantarse a otro semillero o mover; los contenedores de plástico se en uno ericáceo. Para la mayoría Anemone hupehensis,
a otra posición dentro del jardín. son mucho más livianos, pero son de las plantas resulta adecuada la tie­ A. x hybrida
Antes de retirar los plantones, prepare menos estables y, con vientos fuertes, rra común que contenga un fertilizan­ Anthyllis
agujeros de plantación adecuados, es­ podrían caer. Coloque el contenedor te de acción lenta; las que requieren Bergen ia
paciando para permitir el desarrollo de sobre bloques o ladrillos para permitir un drenado suplementario (como Se- Berkheya, algunas #
las plantas. Después retire cada plantón el drenaje. dum o Achillea), prefieren tierra que Brunnera
con una paleta, cuidando de conservar Asegúrese que el contenedor ten­ contenga arenilla o gravilla suple­ Campanula lactiflora
la mayor cantidad posible de tierra al­ ga agujeros de drenaje en la base o mentaria. Catananche
rededor de las raíces y vuelva a plantar en los lados para evitar el anegado. Antes de plantar, ordene las plan­ Centranthus
de inmediato. Afirme y riegue concien­ Cubra los agujeros con una capa de tas sobre la tierra para asegurar que Clematis heracleifolia,
zudamente. Sombree las plantas en tiem­ 5-8 cm de trozos de tiesto o piedras tengan el espacio suficiente para de­ C. recta
po soleado y riegue regularmente hasta y agregue una capa de material fibro­ sarrollarse. Plante al igual que para Coronilla varia
que se establezcan. so, por ejemplo, tepes invertidos o fi­ perennes en suelo abierto, y mantén­ Corydalis lutea
bra de corteza de coco; esto permiti­ galas bien regadas hasta que se esta­ Dianthus
rá que el agua se filtre libremente, blezcan. Doronicum
Macizos elevados Eremurus
Eryngium, algunas *
y de turba Penstemon
‘Rich Ruby’
Galega
Geranium pratense
Estos macizos se usan a menudo para Heuchera
‘Palace Purple’
Gypsopliila paniculata
cultivar plantas amantes del ácido en un Helenium
jardín de suelos alcalinos o para propor­ Artemisia Helleborus, algunas *
cionar un macizo bien drenado en sue­ Hendiera
los pesados y arcillosos. Es mejor plan­ Kniphofia, algunas *
tar plantas que sólo prosperan en suelos Linaria purpurea
ácidos dentro de un macizo elevado lle­ Linum narbonense
no de tierra ericácca (véase también E l Lychnis chalcedonica
J a rd ín d i : R o c a s , «Macizos en relieve», Paeonia
p. 193 y «Macizos de turba», p. 192). Salvia nemorosa
Agregue una capa profunda de ma­ Saponaria
terial de drenaje grueso (tal como ladri­ Scabiosa
llos rotos) en la base: resulta ideal que
esté a un tercio de la profundidad del
macizo. Cubra con una capa de mate­
rial fibroso y rellene con tierra negra an­ Scabiosa caucasico
tes de plantar. ‘Clive Greaves’

Sidalcea
Contenedores Stachys, algunas

1
Agrupe las plantas mientras Algunos meses después, las Verbascum
Además de ser un modo muy atractivo estén en sus tiestos para de­ plantas se habrán desarrollado Veronica spicata
de exhibir plantas, el cultivo de peren­ terminar espaciado y distribución. y crecido, formando un despliegue
nes en contenedores proporcionará una Plante, afirme y riegue bien. atractivo. C lave
oportunidad de incluir plantas que no ♦ No resistente
Tapizantes
el suelo con un denso ta­ Selección de mantener, requeriendo sólo un podado
C
u b r ir nus’; y los tomillos reptantes de poca al­
piz de plantas floridas o de folla­
je es una técnica de plantado reciente, tapizantes y alimentado anual. Elija plantas a lar­
go plazo que se mantengan sanas duran­
tura, como Thymus praecox y sus cul­
tivares, atraen a las abejas.
diseñada primordialmente para reducir te cinco a diez años o más. Finalmente,
la tarea de la eliminación de maleza en­ Elija plantas atractivas y vigorosas, que busque especies, cultivares y formas que
tre las plantas ornamentales. Muchas ta­ cubrirán con rapidez el espacio corres­
pizantes también son decorativas por de­ pondiente con un desarrollo denso y tu­
proporcionarán un follaje de hábito in­
teresante y atractivo, además de flores Combinación de plantas
recho propio, agregando tanto manchas pido, sin volverse demasiado invasoras. y frutos.
bonitas de color y texturas contrastan­ Tendrían que ser perennes, ya sea per­ Las tapizantes de varios colores, textu­
tes como unificando las zonas entre maneciendo por encima del nivel del ras y formas pueden combinarse para
plantas más grandes y otros elementos suelo a lo largo de todo el año —ofre­ constituir elementos del jardín por de­
del jardín. ciendo un aspecto «siempreverde»—, o
Una vez establecidas, las tapizantes bien volviendo a surgir y desarrollándo­
Ventajas y usos de las recho propio o proporcionar un lazo de
unión atractivo entre elementos de un
ahogarán a la mayoría de plantones de se con rapidez en primavera. Las anua­ tapizantes diseño.
malezas que intentan crecer bajo su bó­ les y bienales no son adecuadas, salvo
veda quitándoles la luz, además de como relleno estacional mientras el ta­ Además de reducir la necesidad de eli­ Contrafondo para bulbos
entrar en competencia por agua y nu­ pizante se establece. De modo similar, minar la maleza, la tapizante reduce la Un tapiz bajo de plantas es un excelen­
trientes. En terrenos incultos, éste es fre­ las plantas no resistentes —que pueden evaporación de los suelos expuestos y de te contrafondo de bajo mantenimiento
cuentemente un proceso natural; se lo ser buenas tapizantes en condiciones li­ drenado libre. Una plantación tupida de para bulbos y, a diferencia de las hier­
puede imitar en el jardín para la crea­ bres de heladas— sólo tienen un valor siempreverdes resistentes a las sequías, bas, no necesitará un segado al marchi­
ción de esquemas de plantación integra­ temporal en climas fríos. como Cislus x corbariensis o C. x tarse el follaje de los bulbos. Vinca mi-
dos y bonitos, que requieren muy po­ Las tapizantes deben elegirse adecua­ skcanbergii, de flores rosadas, y también nor ‘Atropurpúrea’, de hojas verde
cos cuidados posteriores. das a su ubicación: mojada o seca, som­ la mayoría de los cultivares de romero oscuro y flores púrpura, ofrece un con­
breada o soleada. Deben ser fáciles de (Rosmarinus) y lavanda (Lavandula), traste soberbio para unos narcisos blan­
sombrearán el suelo y lo mantendrán cos, como Narcissus ‘Portrush’ o ‘Tha-
fresco, mientras que sus hojas, al des­ lia’.
P la n ta s T a p iz a n t e s O r n a m e n t a l e s componerse lentamente, servirán de De un modo similar, Lysimachia
«mulch». nummularia ‘Aurea’ ofrece un buen real­
Los terraplenes inclinados —sujetos ce para los azafranes, como el blanco
a la erosión del viento y la lluvia— pue­ ‘Snow Bunting’ o el cobrizo y amarillo
den plantarse con tapizantes como Ju- ‘Zwanenburg Bronze’.
niperussquamata ‘Blue Carpet’, Coto-
neasler dam meri o Hypericum Alfombra tapizante
calycinum. Su hábito bajo y extendido, Se puede crear un efecto «patchwork»
follaje siempreverde, y chupones vigo­ combinando plantas tapizantes bajas de
rosos y acodos arraigados, se combinan diferentes colores y tamaños de hojas.
Hasta fortunei Ilouttuynia cordata I.amium maculatum para formar un tapizado estable que pre­ Las hojas largas y lustrosas de Ajugu
'Aurea margínala’ ‘Chamaelcon’ ‘Bcacon Silvcr’ viene la erosión. reptans ‘Atropurpúrea’ son realzadas
Plante a 30-45 cni Plante a 30-45 cm Plante a 20-30 cm En jardines abiertos, las tapizantes ar­ por las opacas, en forma de corazón, de
de distancia. de distancia. de distancia. bustivas siempreverdes sirven como de­ Tiarella cordifolia.
marcadores de límites de poca altura. En primavera, ambas contrastan be­
También atrapan basura arrastrada por llamente con la roja Epimedium x ru-
el viento debajo de las ramas, que pue­ brum . Cuide de no plantar las de de­
de quitarse fácilmente utilizando un ras­ sarrollo lento y hojas pequeñas cerca de
trillo. especies vigorosas de hojas grandes, que
En un jardín con fauna silvestre, el ta­ podrían ahogarlas.
pizante sirve para atraer abejas y mari­
posas: la mariposa azul común desova Color en rincones
sobre el tapiz de follaje —bajo y Las tapizantes que prosperan en la som­
tupido— de Lotus corniculatus ‘Ple- bra permanente resultan útiles para avi-
Tanacetum densum Tiarella cordifolia Epimedium x youngi-
Plante a 15-20 cm Plante a 30 cm anum ‘Nivcum’
de distancia. de distancia. Plante a 30 cm
de distancia.

Erica carnea Vinca major Cotoneaster

‘Deccmbcr Red- ‘Varicgata1 horizontalis
Plante a 30 cm Plante a 60 cm Plante a I m
de distancia. de distancia. de distancia. A lfom bra T e x t u r a d a
Un enebro enano vigoroso, Juniperus squamata ‘Blue Carpet’, proporciona
una mata desplegada de color y textura de 3 m de ancho.

P la n ta r a través d e P l á st ic o N e g r o
Meta los bordes del plástico
en el suelo con una pala, y
efectúe cortes en forma de «X»
con un cuchillo para las plantas.
Introduzca una planta a
través de cada corte con una
paleta. Afirme el suelo alrededor
de las raíces y riéguelas.
var los rincones oscuros: contraste ho­
jas invernales rojo intenso, audaces y
brillantes de Bergenia ‘Ballawlcy’ con
las de textura rugosa y bordes cremosos
de Symphytum x uplandicum ‘Varic-
gatum’. Se puede proporcionar un con­
traste ulterior a través de las hojas pe­
queñas verde oscuras y estriadas de oro
de Euonymus fortunei ‘Gold Spot’.
Una bóveda inferior
Las tapizantes no siempre son de desa­
rrollo bajo; muchos de los arbustos más
elevados suprimen malezas a sus pies
con eficacia. Los arbustos resultan par­
ticularmente útiles, ofreciendo un recu­
brimiento de mediana altura, o como
bóveda inferior debajo de los árboles.
Cotoneaster conspicuus, de bayas escar­
lata brillante, Prunus laurocerasus ‘Otto
Luyken’, de hojas lustrosas verde oscu­
ro, y también Falsía japónica ‘Variega-
ta’, de hojas profundamente lobuladas
bordeadas de blanco, cubren el suelo
adecuadamente y ofrecen interés, inclu­
so en invierno.
Plantación
Preparar el suelo concienzudamente re­
sulta esencial; antes de plantar, el suelo
debe estar libre de malezas, especialmen­
te de aquellas reptantes y perennes que
Ims plantas con una serie de
váslagos (aquí, Bergen iaj
pueden dividirse en terrones más
pequeños, con brotes sanos y
raíces.
4
Aplique un «mulch»
decorativo encima del plástico
con una profundidad mínima de
5 centímetros.
después resultarán difíciles de erradicar
del tapizado tupido establecido. Esto se
logra eliminando la maleza a mano o
por medios químicos, o utilizando un
«mulch» de sábana.
Existen diversas maneras de plantar
una tapizante para asegurar un recubri­
miento rápido: plante a las distancias re­
comendadas para la especie o cultivar,
según el caso, y cubra el suelo con un
«mulch» ligero; plante a las distancias
recomendadas, a través de un «mulch»
consistente en una sábana resistente a las
malezas de plástico negro; o plante más
Agregado de «mulch» a tapizantes
Cuando las tapizantes han sido nue­
vamente plantadas a la distancia co­
rrecta, el suelo entre éstas seguirá
desnudo.
Hasta que las plantas comiencen a
extenderse sobre el área que las rodea,
resulta aconsejable aplicar un
«mulch» en los huecos que las ro­
dean.
Esto ayudará a mantener el suelo
húmedo y evitará que tenga lugar el
desarrollo de malezas. Con este fin,
resulta ideal un «mulch» de astillas
de corteza, aplicado a 5 cm de pro­
fundidad.
densamente de lo acostumbrado para
proporcionar un recubrimiento más
rápido.
Para la mayoría de las plantas, el es­
paciado aconsejable es justo por deba­
jo de la extensión aproximada de un
ejemplar maduro.
Para calcular el número de plantas ne­
cesarias, mida el terreno y después di­
vida por la extensión total de la planta
elegida. Un área de 8 m2, plantada con
bergenias separadas por 60 cm, reque­
riría alrededor de 30 plantas.
La elección del método dependerá del
tipo y costo de las plantas, el clima y las
condiciones del suelo, y cuánto tiempo
esté dispuesto a esperar el resultado fi­
nal. Las plantas de crecimiento rápido
—y en condiciones favorables y adecua­
damente separadas— cubrirán en gene­
ral en un espacio de dos a tres años.
El crecimiento se ve afectado por mu­
chos factores variables, pero si las plan­
tas están espaciadas a dos tercios de la
distancia normal, deberían unirse en 18
meses o dos años.
Por supuesto que se requieren más
plantas, pero algunas pueden aumentar­
se introduciendo esquejes en sus ubica­
ciones definitivas, a poca distancia en­
tre sí (véase abajo).
Propagación
por esquejes
Algunas tapizantes, como Euonymus
fortunei, Hypericum calycinum y las
hiedras (Hederá) pueden propagarse a
partir de esquejes de leña dura, intro­
ducidos directamente en sus ubicaciones
definitivas a través de agujeros, en un
«mulch» de sábana de plástico negro.
En otoño, cuando el suelo sigue tibio
y húmedo, recoja esquejes de 15-20 cm
de largo y elimine las hojas de los dos
tercios inferiores del tallo. Haga aguje­
ros en el plástico con una espátula e in­
troduzca los esquejes, dejando un ter­
cio expuesto.
Para lograr un cubrimiento rápido, es­
pacíe a la mitad de la distancia normal.
En general, arraigan con mucha rapidez,
Para conservar humedad entre las
plantas nuevas (aquí, Erica
carnea/ aplique un «mulch»
ligero de J cm de profundidad.
y las plantas jóvenes se desarrollan ve­
lozmente en primavera, sin que las ma­
lezas compitan con ellas.
Poda
la mayoría de las tapizantes casi no ne­
cesita un podado regular, aunque mu­
chas plantas arbustivas se benefician de
un recortado ocasional para mantener­
las compactas. Retire el follaje muerto
de las herbáceas.
Algunas plantas requieren una aten­
ción más regular. Las especies y culti­
vares de Vinca producen a menudo vás-
tagos largos, correosos y desordenados.
Corte casi hasta la base con podaderas
a finales de invierno o muy a principios
de primavera. Pronto aparecerán vásta-
gos nuevos, que producirán un desarro­
llo más compacto y llenarán los huecos.
Santolina tiende a abrirse después de
un año o dos, mostrando su centro. Po­
dando severamente en primavera se es­
timulará un desarrollo nuevo rápido,
pero podría dejarlas con un aspecto des­
nudo durante un tiempo. Una buena
manera de evitar este problema consis­
te en podar un tercio del total.
Después de algunos años, Hypericum
calycinum se vuelve desordenada, con
ramas débiles y delgadas. Recorte las
plantas anualmente a principios de pri­
mavera, con cizallas, un cortador de hilo
de nylon o una cortadora de césped flo­
tante, antes del desarrollo.
P oda de T a p iz a n t e s
S a n t o l in a
Recorte hasta los tallos
principales leñosos, justo
encima del lugar donde aparece
el desarrollo nuevo.
H y p e r ic u m C a l y c in u m
En primavera, recorte
severamente los vástagos de la
estación previa.
C r i s a n t e m o s

Crisantemos

L
os colores opulentos y las formas el tipo y el orden de los pétalos y de los
lozanas de sus capítulos hacen que flósculos dentro de los capítulos, así
el crisantemo de los y de las floristas sea
como por la estación de florecimiento.
popular para desplegar en el jardín, Los crisantemos forman naturalmente
como flores para la casa, y para expo­ una cantidad de capítulos sobre el mis­
siciones. mo tallo; que se conocen como «ra­
mos». Los crisantemos «desbrotados»
se forman eliminando —en una prime­
Clasificación de los ra etapa— los brotes laterales de los del
tipo ramos, lo que deja un único brote
crisantemos terminal que produce un capítulo mu­
cho más grande.
El crisantemo de los y de las floristas Los crisantemos de florecimiento tem­
deriva de cierto número de especies del prano lo hacen desde finales de verano
este asiático y tiene un origen híbrido hasta principos de otoño, y se cultivan
complejo. Como resultado de estos cru­ en el exterior. Los crisantemos de flore­
ces se han desarrollado una gama de ti­ cimiento tardío se cultivan en tiestos en
pos de flores diferentes agrupadas según el exterior durante el verano después se
colocan en un invernadero, donde flo­
recen desde otoño hasta finales de in­
vierno. Los procedimientos del cultivo
son los mismos para ambos tipos, pero
los cultivados para exposición reciben
mayor cuidado y atención.
principios de invierno, incorporando
gran cantidad de materia orgánica. No
es necesario preparar suelos ligeros hasta
principios de primavera, aplicando el
material orgánico a principios de vera­
no como «mulch».
Antes de plantar en el exterior a fi­
nales de primavera, introduzca cañas a
45 cm de distancia entre cada una (pue­
de sujetarse una caña partida a la parte
superior para sostener un cultivar alto,
si fuese necesario). Plante cada crisan­
temo junto a una caña, con el cepellón
apenas cubierto por una capa de tierra
poco espesa. Sujete el tallo de cada plan­
ta a la caña. Riegue concienzudamente.
T ipo s de C a p ít u l o s
«Detención»
Poco tiempo después de plantadas (para
averiguar el momento preciso, consulte
un catálogo de cultivadores), es necesa­
rio «detener» las plantas. Esto consiste
en eliminar los extremos del desarrollo
para estimular la aparición de vástagos
iaterales, que finalmente darán las flores.
Cuando los laterales midan 8 cm, re­
dúzcalos hasta obtener el número nece­
sario: cuatro laterales por cada tallo
principal deberían ser suficientes para
un despliegue general en los cultivares
cultivados como ramos, mientras que,
para las plantas desbrotadas y las de ex­
posiciones, se requieren cuatro o seis.
de C r is a n t e m o s

Crisantemos de
florecimiento temprano E ncorvado R ecurva do R e c u r v a d o (en pa r t e )
Se pueden encargar crisantemos de flo­ C . ‘Alison Kirk’ C . ‘Primrose West C . ‘Rose Yvonne
ración precoz de un proveedor especia­ Capítulos totalmente Bromwich’ Arnaud’
lista de confianza para su expedición en dobles, con pétalos Capítulos totalmente Capítulos totalmente
primavera. Para asegurarse de elegir los encorvados estrechamente dobles de pétalos dobles con pétalos
colores correctos, es mejor observar las unidos a la corola. recurvados tocando el parcialmente recurvados
plantas cuando florecen o escogerlas de tallo. y contorno pinchudo.
un catálogo ilustrado.
Una vez establecidas en el jardín, hay
que marcar las plantas que crezcan vi­
gorosamente y produzcan flores buenas
y sanas a fin de poder utilizarlas para
ia propagación de plantas nuevas a par­
tir de esquejes.
Preparación del suelo y plantación
Los crisantemos de floración precoz re­ I n t e r m e d io (F o r m a l ) I n t e r m e d io ( I n f o r m a l ) C en tro de A ném ona
C r isa n t e m o s d e R a m o
quieren un emplazamiento bastante so­ C . ‘Skater’s Waltz’ C. ‘Orcen Satin’ C . ‘Pennine Oriel’
leado y protegido. Prefieren un suelo Capítulos totalmente Capítulos totalmente Capítulos individuales
Los crisantemos (aquí, C . ‘Wendy’J bien drenado y ligeramente ácido, con
forman un ramo de modo natural si dobles de pétalos dobles con pétalos con un disco abovedado
un pH de 6,5. La mayoría de los suelos ligeramente encorvados encorvados y pétalos planos, a veces
se permite que los laterales deben prepararse a finales de otoño o
desarrollen vastagos laterales. y forma regular. irregularmente. en forma de cuchara.

P om pon I n d iv id u a l C uchara
C. ‘María’ C . ‘Rytorch’ C . ‘Pennine Jewel’
Capítulos totalmente Capítulos con discos Capítulos individuales
dobles y densos con centrales protuberantes con flósculos tubulares.
C r isa n t e m o s « D e s b r o t a d o s »
flósculos tubulares de y cinco hileras de Los pétalos se abren por
pétalos planos y flósculos de pétalos las puntas formando
Éstos (aquí, ‘Hazy Days’J se forman eliminando todos los brotes de flor redondeados. planos. una cuchara.
salvo uno por cada lateral, produciendo flores grandes e individuales.

Alrededor de un mes después de la de­
tención, aplique un revestido ligero de
fertilizante equilibrado, a razón de 70 g
por m2, cavando y regando. Para esti­
mular un desarrollo fuerte, repita una
vez al mes. Elimine vástagos laterales de
los costados apenas aparezcan, de ma­
nera que toda la energía de la planta se
concentre en los laterales.
«Desbrote»
Siete u ocho semanas después de la «de­
tención», corte los laterales para obte­
ner capítulos del tamaño y distribución
requeridos. Un brote principal, o api­
cal, rodeado de vástagos laterales, de­
bería de aparecer en el extremo de cada
lateral.
Si sólo se requiere una flor por tallo,
elimine todos los vástagos laterales de
cada costado. Entonces los brotes api­
cales podrán desarrollarse sin impedi­
mentos y cada lateral llevará una única
flor (el «desbrote»). Para obtener un
ramo de capítulos pequeños y de tama­
ño regular, elimine sólo el brote apical;
esto permitirá el desarrollo de todos los
vástagos laterales y producirá un ramo
de flores.
«D espu n te» y
E lim in a ció n d e L a t e r a l e s
«D espun te»
Cuando el esqueje mida 15-20
cm de altura, elimine I cm de la
punta para estimular laterales.
E l im in a c ió n d e L a t e r a l e s
Sobrantes
Dos meses más tarde, elija 2 o
3 laterales espaciados de manera
pareja y elimine los demás.
« D esbrote»
Una vez que los brotes laterales
alrededor de cada uno de los
apicales tengan pequeños tallos,
elimínelos para desarrollar sólo
el central.
Cuidados rutinarios
Mientras los brotes se desarrollan, rie­
gue regularmente y aplique un alimen­
to líquido equilibrado a intervalos de
una semana o diez días. Debe interrum­
pir el alimento justo antes de que los
brotes se coloreen para que las flores no
se ablanden y se vuelvan propensas a
daños.
Invernado
En climas suaves y libres de heladas, se
pueden invernar crisantemos de flora­
ción temprana en el suelo y recortar sus
tallos sólo en primavera. En climas tem­
plados, es mejor retirar las plantas y al­
macenarlas. Después de florecer, y an­
tes de las primeras heladas, corte los
tallos dejando 22 cm y elimine todos los
vástagos. Al almacenarlas, conserve las
plantas etiquetadas para poder indenti-
ficarlas el año siguiente.
Retire las plantas, lave las raíces y al­
macene las cepas (rizomas) en grupos de
seis u ocho en una caja poco profunda,
llena de abono con una base de tierra
negra. Asegúrese que la tierra esté lige­
ramente húmedo y que las cepas estén
enterradas a poca profundidad. No las
riegue: manténgalas casi secas para evi­
tar el riesgo de que se pudran. Coloque
los contenedores en una cajonera libre
de heladas o en un invernadero frío du­
rante un par de meses.
Lleve los rizomas en cajones a un
invernadero a mediados de invierno,
riegue y mantenga a una temperatura de
7°C. Pronto producirán vástagos
jóvenes.
Recolección de esquejes
Tome esquejes cuatro o seis semanas
después de que los vástagos jóvenes ha­
yan aparecido y descarte la planta ma­
dre. Elija vástagos de nudos estrechos,
cerca de la base del tallo, que tengan un
desarrollo blando pero firme, y corte
con un cuchillo o arránquelos. Recorte
dejando 4 cm justo debajo de un nodu­
lo. Impregne la base de cada esqueje en
C r i s a n t e m o s
In v erna d o
1
Después de florecidos, Forre una caja de 10 cm de
recorte los tallos, retire la
planta (aquí se utiliza una
2coloque
profundidad con papel y
las plantas con los tallos
planta joven) y lave las raíces. verticales sobre una capa de 2,5
Corte las raíces desordenadas, cm de tierra húmeda. Rellene con
dejando un cepellón del tamaño más abono y afirme; almacene la
de una pelota de tenis. caja en un lugar fresco e iluminado.
hormona de arraigo, introduzca en tie­ «Despunte» y «desbrotado»
rra para esquejes estándar y después co­ Detenga las plantas a mediados de ve­
loque los tiestos en un propagador, pre­ rano; producirán los brotes de flores des­
ferentemente con calor basal de 10. El pués de 10-12 semanas. Desbrote y eli­
arraigo tiene lugar después de dos o tres mine vástagos laterales al igual que en
semanas (véase también Cómo propa­ los crisantemos de floración temprana.
gar a partir de esquejes de tallo de base,
p. 166). Cuidados rutinarios
A principios de otoño, lleve los tiestos
Cuidados ulteriores a un invernadero fresco y mantenga la
Una vez arraigados, traslade los esque­ temperatura a 10 °C. Si fuese necesario,
jes del propagador a condiciones lige­ el invernadero debe sombrearse, de
ramente más frescas durante una sema­ modo que la temperatura se mantenga
na, después plante en grupos de seis a
ocho por tiesto o caja, llenas de tierra
de tierra negra. Si sólo hubiera unos po­
cos, coloque en tiestos individuales. Rie­
gue bien, pero después manténgalos se­
cos durante algunas semanas en
condiciones libres de heladas. Controle
regularmente que no haya plagas ni en­
fermedades y trate según corresponda
(véase P r o b l e m a s d e la s P l a n t a s , pp.
545-577). Después de un mes, traslade
las plantas a una cajonera y temple gra­
dualmente; proteja de heladas severas y
proporcione una amplia ventilación.
Crisantemos de
florecimiento tardío
Los crisantemos de interior o «tardíos»
se cultivan en tiestos, pero las necesida­
des de cultivo son similares a los de ño-
ración precoz.
Plantado
A finales de primavera, se pueden co­
locar las plantas en tiestos con mezcla
de tierra negra y estacados, como en el
caso de cultivares de floración tempra­
na. En un clima ventoso, se pueden su­
jetar las estacas entre alambres tendidos,
con el fin de mantenerlas verticales. Co­ R a m o d e F l o r e c im ie n t o T a r d ío
loque los tiestos al aire libre durante Los crisantemos de ramo de interior
todo el verano en un lugar soleado y (aquí, C. ‘Win’/ cultivados sin
protegido. Riegue bien y no deje nunca regulación diaria, deberían
que la tierra se reseque por completo. desarrollar 6 o 7 capítulos por tallo.
C r i s a n t e m o s
baja. Siga alimentando con fertilizante
líquido equilibrado hasta que aparezca
el color de las flores.
Invernado
Recorte las plantas después de la flora­
ción, dejando 22 cm. No es necesario
retirar las cepas; conserve en sus tiestos
en un invernadero o cajonera frescos a
5 °C y bien iluminados durante un mes.
Después provoque el desarrollo a una
temperatura de 7°C para que produzcan
vástagos para esquejes a finales de in­
vierno, alrededor de cuatro a seis sema­
nas más tarde.
Recolección de esquejes
Tome esquejes y arráiguelos en un pro­
pagador, al igual que para los crisante­
mos de floración temprana. Los esque­
jes de cultivares de ramos de floración
tardía no necesitan arraigar hasta prin­
cipios de verano.
Una vez arraigados, trate igual que
para los cultivares de floración tempra­
na. A finales de primavera, cuando las
raíces de las plantas hayan llenado los
tiestos, cámbielos a sus tiestos definiti­
vos. Utilice tiestos de 24 cm para los cur­
vados hacia dentro y los tipos únicos;
tiestos de 25 cm para los intermedios y
reflejados. Emplee una mezcla para ties­
tos de tierra negra con fertilizante de ac­
ción lenta adicional. Antes de la coloca­
P r o t e c c ió n de F lo r es para
Cuando las flores comienzan a
abrirse, envuelva cada una con
un saco de 15 x 15 cm de papel a
prueba de grasa, sujeto con una
ligadura retorcida y de 7 a 10 días.
P r o t e c c ió n d e u n a
H iler a d e F lo r es
Construya un ((invernadero»
temporal de madera y techo
de plástico (no cierre los
lados). La estructura debe
medir 2,2 m en el vértice
y 2 m en los aleros.
La inclinación permite que
se escurra la lluvia, pues
resulla importante conservar
húmedo el suelo alrededor
de las plantas.
ción final en tiestos, estaque los culti­
vares altos y los de capítulos grandes.
Cultivo de flores para
exposición
Las flores cultivadas en el exterior para
exposición requieren protección contra
los elementos. Las flores blancas o ama­
rillas pueden cubrirse con sacos especia­
les a prueba de grasa de varios tamaños.
Antes de cubrirlos, rocíe o espolvoree los
brotes para eliminar plagas. Las flores
desarrolladas pesan, y se debe tener cui­
dado de sostener los tallos para que los
capítulos no se quiebren a causa de vien­
tos fuertes.
Las flores de otros colores, y todas las
reflejadas particularmente grandes, los
ramos y las plantas cultivadas en hile­
ras estarán mejor protegidas por medio
de una estructura especial, como un in­
vernadero pequeño de lados abiertos.
Es posible adelantar o retrasar el pe­
ríodo de floración de los cultivares de
interior regulando los periodos de luz y
oscuridad. Se puede adelantar la forma­
ción de brotes (que requieren alrededor
de 10 horas de oscuridad continua) su­
primiendo la luz del día, o retrasarla,
alargando la diurna con luz artificial.
E x p o s ic io n e s
El brote debería haber alcanzado
la etapa «pincel» mostrando
apenas el color. Retire el saco y
reemptaze por uno de 30 x 30
centímetros.
Los crisantemos de floración tardía tres o cinco flores por florero. Una flor
para exposiciones pueden someterse a única se presenta en el centro y en la par­
extensas horas de oscuridad durante tres te superior del florero, sostenida con pa­
semanas con el fin de estimular la apa­ pel. Un grupo de tres se presenta con dos
rición de brotes en la fecha requerida. flores detrás y una ligeramente más baja
Esto se logra oscureciendo el invernade­
ro por completo durante al menos 14 ho­
por delante, o una detrás y dos ligera­
mente más bajas por delante. Cinco flo­
ras por la noche o, si sólo se cultivan res han de mostrarse invariablemente
unas pocas plantas, colocando sacos de con tres capítulos en arco por detrás y
plástico negro encima de plantas indi­ dos un poco más bajas por delante.
viduales. Todas las flores del florero deberían
tener un tamaño y aspecto lo más pare­
Preparación pura la exposición cido posible. Si existiera cualquier va­
Las flores para exposición se cortan riación entre las flores, presente las de
completamente abiertas o virtualmente mejor contorno atrás y coloque las de
abiertas; inmediatamente después, se su­ centros mejor desarrollados delante.
mergen los tallos en agua profunda du­ También existe una categoría de dijes
rante 24 horas. (plantas enanas que producen cientos de
Las diferentes categorías de exhibición flores en forma de estrella) que se pre­
serán generalmente para ramos de una, sentan en floreros de 30 cm o mayores.
F lores para E x p o s ic io n e s
E ncorvada
Con extremo RControlando
amo
la luz diurna, los ramos
sin aplanar de floración tardía deben desarrollar
Totalmente
redonda por tallo.
C . ‘ D o r r id g e
D ream ’ parejos
G r a n d e s p l ie g u e , R e c u r v a d a
i . los i Centro
Fresca hasta IL/ y claro, no
extremos de, , »
ftósculos
C . ‘R y f l a s h ’
C . ‘L il a c Ancho y profundidad
P r in c e ’ en proporciones
iguales
C . ‘M o r n in g S t a r ’
C r is a n t e m o s E n c a n t o
Estas son plantas enanas, que llevan una masa de flores individuales,
cada uno de 2,5 cm de diámetro. Las flores en forma de estrella
cubren densamente cada planta, formando una cabeza redonda.

Cuidados rutinarios
A unque la mayoría de las peren­
nes prosperan con un manteni­
miento exiguo, ciertas tareas rutinarias
ayudan a conservar su aspecto atracti­
vo y sano durante el período de desa­
rrollo. Es necesario un alimentado y re­
gado ocasional, y el suelo circundante
debe mantenerse libre de malezas. Ade­
más, si se eliminan capítulos muertos y
se las recorta, muchas perennes produ­
cen flores y un desarrollo ulterior, mien­
tras que la división ocasional aumenta
su vigor. Las perennes altas y frágiles o
las de capítulos pesados también nece­
sitarán estacarse, especialmente en jar­
dines expuestos.
Riego
La cantidad de agua requerida por una
planta depende del clima, emplazamien­
to y especie individual; a condición de
cultivarlas en condiciones adecuadas, las
perennes establecidas requieren en gene­
ral poco o ningún regado adicional. Si
durante la estación de desarrollo exis­
tieran largos períodos de sequía, riegue
adicionalmcnte para mantenerlas tur­
gentes. Si se marchitasen o muriesen des­
de el extremo por falta de agua, normal­
mente se recuperarán por completo
después de lluvias intensas o se volve­
rán inactivas hasta la siguiente estación.
Las plantas jóvenes requieren agua su­
ficiente para establecerse, pero no las rie­
gue una vez que crezcan satisfactoria­
mente, salvo en tiempos muy secos. Es
mejor regar al atardecer, cuando el agua
se evapora más lentamente de la super­
ficie del suelo y el sol ya no es tan in­
tenso como para abrasar las hojas
mojadas.
Fertilización
En suelos bien preparados antes de plan­
tar, pocas perennes requerirán más de
un revestido anual de polvo de hueso o
de un fertilizante de acción lenta equi­
librado, preferentemente aplicado a
principios de primavera, después de la
lluvia.
Si las condiciones fueran secas, pri­
mero riegue el suelo concienzudamen­
te, después mezcle el fertilizante con la
tierra con una horca. Impida que el fer­
tilizante toque las hojas, ya que podría
abrasarlas. Las plantas cultivadas prin­
cipalmente por su follaje, como Rheum
y las hermosas, se beneficiarán de un ali­
mento líquido durante la estación de de­
sarrollo.
Si la planta no crece bien a pesar de
estar en un emplazamiento adecuado,
examine con cuidado para ver si ha sido
atacada por plagas o enfermedades y
tráteles adecuadamente. Un follaje que
se vuelve amarillo prematuramente po­
dría indicar ciertos problemas de drenaje
o la falla de ciertos nutrientes. Si un dre­
naje y alimentación adecuados no me­
joran la condición de la planta, envíe
una muestra de suelo para ser analiza­
da en un laboratorio. Esto determinará
cuáles son los elementos que faltan (véa­
se también «Nutrientes del suelo y fer­
tilizantes», pp. 530-531).
Agregado de «mulch»
Un «mulch» anual de materia orgáni­
ca, como mezcla de hongos marchitos
o de astillas de corteza, ayuda a su­
primir la pérdida de humedad del suelo
y mejora su estructura. Aplique el
«mulch» cuando el suelo está húmedo,
en primavera u otoño, extendiendo una
capa de 2,5-5 cm de profundidad alre­
dedor de las corolas de las plantas (véase
también S u e l o s v F e r t il iz a n t e s ,
«Mulch», p. 532).
Arrancado de maleza
Dentro de lo posible, mantenga siempre
los macizos y orlas libres de malezas, ya
que éstas compiten con las plantas de­
corativas por la humedad y los nutrien­
tes. Plantar al pie con tapizantes adecua­
das (véase T a p iz a n t e s , pp. 150-151) o
agregar «mulch» en primavera, ayuda
a reducir los problemas causados por las
malezas anuales.
Todos los plantones que aparezcan a
través de semillas llevadas por el viento
deben eliminarse a mano antes de que
puedan establecerse.
Si después del cultivo inicial aparecie­
ran malezas perennes, extraiga cuidado­
samente con una horca. Normalmente,
en ese momento resulta imposible apli­
car un herbicida sistèmico porque, para
que fuese eficaz, debería aplicarse cuan­
do las malezas hayan alcanzado el má­
ximo desarrollo, en general al alcanzar
la etapa de floración.
En este punto es casi imposible evi­
tar rociar las plantas ornamentales al
mismo tiempo.
Si las raíces de una maleza perenne
han crecido a través de una planta de la
orla, extraiga la planta a principios de
primavera, lave las raíces y extraiga la
maleza con cuidado.
Despúes vuelva a plantar la planta de
la orla, asegurándose de que no queden
partes de la maleza en el emplazamien­
to original. No utilice el azadón alrede­
dor de las perennes, ya que podría da­
ñar las raíces superficiales y los vástagos
emergentes.
Para más información sobre el con­
trol de malezas, véase P ro b lem a s d e las
P l a n t a s , «Malezas», pp. 573-577.
C u i d a d o s
A p l ic a c ió n de «M ulch»
Elimine las malezas y aplique una
capa de 2,5-5 cm de «mulch» al
suelo húmedo; no dañe los vástagos
jóvenes de esta peonía.
Mejora de la floración
Para aumentar el número o el tamaño
de las flores, o para alargar la estación
de floración, es posible recortar ciertas
plantas perennes durante el desarrollo
de una o dos maneras.
Aclarado
Aunque en primavera la mayoría de las
herbáceas producen muchos vástagos vi­
gorosos, algunos podrían ser débiles y
delgados; si éstos se retiran al principio
de la etapa de crecimiento, la planta de­
sarrollará un número menor de vásta­
gos más fuertes que, generalmente, pro­
C ómo A clarar y « D espu n ta r» P erennes
A clarado
Aclare vástagos jóvenes (aquí, un
flox) cuando no midan más de un
tercio de la altura final. Elimine
un vastago de cada tres,
cortando los más débiles en la base.
r u t i n a r i o s
ducen flores grandes. Cuando la plan­
ta haya alcanzado un tercio o un cuar­
to de su altura final, elimine o recorte
los vástagos más débiles. Esta técnica de
expurgado puede emplearse con éxito
con las espuelas, los fiox y los áster sil­
vestres (Aster).
«Detención»
En las perennes que producen vástagos
laterales se puede aumentar la cantidad
de flores, como en las especies y culti­
vares de Helenium y Rudbeckia, elimi­
nando o «deteniendo» el extremo de de­
sarrollo de cada tallo, lo que también
produce un desarrollo más fuerte y evi­
ta que la planta se vuelva demasiado alta
y desordenada. Debe efectuarse la de­
tención cuando la planta haya alcanza­
do un tercio de su altura final y, en este
caso, se eliminan 2,5-5 cm de cada vás-
tago con los dedos o se corta con poda­
deras justo encima de un nodulo para
estimular el desarrollo de los brotes de
las axilas superiores de los vástagos.
Las plantas individuales dentro de un
grupo pueden detenerse de cuando en
cuando para producir una estación de
floración más larga. Para más informa­
ción acerca de cómo producir una me­
nor cantidad de flores de mayor tamaño,
véase D a l ia s , «Detención y desbrota­
do», p. 226.
Eliminación de capítulos
A menos que necesite cápsulas de semi­
llas decorativas o que deba recolectar se­
millas para el cultivo de plantas ulterio­
res, elimine las flores cuando comiencen
a marchitar. Así podrán desarrollarse
vástagos floridos ulteriores, alargando
la estación de florecimiento.
« D espun te»
Cuando los vástagos (aquí, de un
Aster,) midan un tercio de la altura
final, «detenga» eliminando 2,5-5
cm del extremo para estimular un
crecimiento más arbustivo.
 R ecorte para E s t im u l a r
E spuelas
Después de florecer, cuando sean
visibles nuevos vastagos en la
base, recorte los tallos viejos a
ras de suelo.
En algunas perennes, como las espue­
las y los lupinos (Lupinus), recortar los
tallos viejos hasta la base al marchitar­
se las primeras flores estimulará el de­
sarrollo de vástagos nuevos, producién­
dose un segundo despliegue de flores
más adelante.
Recortado
Las perennes arbustivas, como las mar­
garitas semiresistentes (Argyranthemum
frutescens, sin. Chrysanthemum frutes-
cens), deben podarse anualmente a prin­
cipios de primavera: recorte los tallos
principales con podaderas, reduciendo
la planta alrededor de la mitad del ta­
maño anterior.
De este modo se eliminarán todos los
vástagos de ramitas improductivos y es­
timulará el desarrollo de vástagos fuer­
tes que producirán flores a lo largo del
verano y otoño.
Limpieza otoñal
En otoño, una vez que las perennes ha­
yan dejado de florecer, recorte los vás­
tagos hasta la base y elimine todos los
tallos y hojas muertas o marchitas, así
como cualquier maleza de pulir los ma­
cizos y orlas.
El desarrollo superior de plantas no
completamente resistentes puede dejarse
a lo largo del invierno para proporcio­
nar protección a la corola contra las he­
ladas; el desarrollo superior muerto se
elimina en primavera.
Algunas perennes, como Sedum spec-
tabile, y muchas hierbas, tienen un fo­
llaje o capítulos que siguen siendo atrac­
tivos incluso cuando son marrones, y
éstos pueden dejarse sobre las plantas
hasta principios de primavera para ofre­
cer una decoración invernal.
la F l o r a c ió n
F lox
Recorte la parte central de los
capítulos cuando las flores se
marchiten para estimular la
floración de los laterales.
Trasplantado de perennes
establecidas
Si desean cambiar el esquema de plan­
tado, es fácil trasplantar la mayoría de
perennes. Dentro de lo posible, trasplan­
te durante el período inactivo, a finales
de otoño o al principio del desarrollo en
primavera. Las plantas que rechazan las
condiciones frías y mojadas, como
Kniphofia y las que no son no comple­
tamente resistentes, deben trasladarse en
primavera una vez que el suelo se haya
calentado para estimular un rápido de­
sarrollo. Algunas plantas longevas, par­
ticularmente las peonías (Paeonia) y los
heléboros (Helleborus), se resienten por
el movimiento y una vez trasplantadas
tardarán dos o más años antes de vol­
ver a establecerse. Sólo debería retirar­
las si fuese necesario propagarlas.
C ortar en O toño
En otoño o primeros de invierno,
corte tallos muertos (aquí, de
RudbeckiaJ a ras de suelo o justo
hasta encima del desarrollo nuevo.
Estacado
Las perennes frágiles y altas podrían
requerir estacas para sostenerlas, es­
pecialmente en lugares ventosos. In­
troduzca las estacas al principio de la
estación, ya que el estacado resulta
más difícil y hay más posibilidades de
dañar la planta cuando está más de­
sarrollada. Clave las estacas profun­
damente en el suelo, a fin de poder
levantarlas en etapas a medida que la
planta crezca.
En el caso de las espuelas —y otras
perennes de tallo único— use cañas
fuertes, que midan dos tercios de la
altura final del tallo; clave una esta­
ca firmemente en el suelo en la base
de cada vástago, procurando no da­
ñar las raíces. Fije el tallo a la estaca
con ligaduras de cuerda en forma de
ocho a medida que crezca.
Para sostener plantas de muchos ta­
llos, es más fácil utilizar cierto núme­
ro de cañas colocadas en círculo al­
rededor de la planta a intervalos.
E s t a c a d e A n illa
Estaque las plantas bajas que dan
matas (aquí, peonía) la estaca a
medida que la planta crezca.
C a ñ a I n d iv id u a l
Estaque las plantas de un solo
tallo (aquí, una espuela) cuando
midan 20-25 cm de altura. Sujete
el tallo sin forzar.
Envuelva las cañas con cuerda a un
tercio o dos tercios de la altura de la
planta. Las plantas que forman ma­
tas como las peonías (Paeonia) tam­
bién pueden sostenerse con un dispo­
sitivo patentado, tales como las
estacas de anilla o de eslabón o so­
portes caseros similares, hechos con
malla de alambre de galga grande su­
jetada a las estacas. Los tallos crecen
a través del soporte y acaban ocul­
tándolo.
Existen dos sistemas bastante disi­
mulados de estacar. Clave varios ta­
llos de avellano o de guisante en el
suelo junto a los vástagos jóvenes y
doble hacia dentro en ángulo recto,
formando una «jaula» eficaz, que
pronto será cubierta por la planta al
crecer ésta. Otra opción consiste en
introducir una estaca sólida en el cen­
tro de un pequeño grupo de plantas
o tallos, formando ligaduras radiales
hasta cada tallo.
E s t a c a s d e E sl a b ó n
Para las plantas más altas, como
Aster, clave estacas de eslabón en
el suelo.
C ír c u l o s d e C a ñ a s
Rodee las plantas de tallos débiles
(aquí, Centaurea^ con un cordel
enrollado alrededor de cañas
partidas para sujetarlas.

Prepare el emplazamiento nuevo
como para plantar y cave un agujero de
tamaño adecuado. Extraiga la planta,
conservando la mayor cantidad posible
de tierra alrededor del cepellón. Es me­
jor dividir la planta en esta etapa (véa­
se «Retirado y división», abajo). Elimine
las malezas del cepellón a mano, después
vuelva a plantar las divisiones como
para las perennes cultivadas en conte­
nedores (p. 148), afirmando y regando
bien.
Traslado de plantas durante la estación
de desarrollo
A veces puede resultar necesario mover
una planta en pleno desarrollo; las plan­
tas adultas son difíciles de trasplantar
y deben tratarse con cuidado en caso de
que el traslado resultase esencial en esta
etapa.
Para minimizar el estrés causado a la
planta, sumérjala en agua durante va­
rias horas después de extraerla. Después
recorte el desarrollo superior hasta 8-12
cm de la base y coloque en un tiesto con
tierra de buena calidad.
Conserve la planta en un lugar fres­
co y sombreado, rociando diaria, pero
ligeramente, hasta que aparezcan indi­
cios de desarrollo sano y nuevo, después
vuelva a plantarla en la posición nueva
y preparada.
Mantenimiento de perennes en contenedores
Las perennes plantadas en contene­
dores requieren más cuidado que las
plantas en suelo abierto, ya que tie­
nen reservas limitadas de alimento y
agua. Durante la estación de desarro­
llo, asegúrese de que la tierra no se
reseque: en períodos secos y caluro­
sos puede ser necesario el riego dia­
rio. Las raíces deben estar siempre hú­
medas pero no mojadas. Controle
que el agua pueda drenar a través del
contenedor.
Además de sofocar malezas, el
agregado de «mulch» ayuda a reducir
la evaporación; si utiliza un «mulch»
orgánico tipo astillas de corteza,
reemplace periódicamente al dividir
o cambiar de tiesto.
Cada uno o dos años, en primave­
ra u otoño, divida las plantas y vuel­
va a plantar las partes más vigorosas,
utilizando tierra nueva, de otro mo­
do agotarán el nutriente disponible
con rapidez y se volverán demasiado
grandes para el contenedor. Si utili­
za el mismo contenedor, lave el inte­
rior concienzudamente antes de re­
plantar, o coloque en uno más grande.
Antes de cambiar de tiesto, recorte las
raíces de las arbustivas perennes en
una cuarta parle.
En zonas frías, coloque las plan­
tas semiresistentcs en el interior en
otoño, manteniéndolas protegidas
hasta que pasen las heladas (véase
P r o t e c c ió n c o n t r a V ie n t o y H e ­
la da s , pp. 520-521).
Almacenaje de plantas
Las perennes pueden almacenarse du­
rante el invierno o si el replantado se
atrasase: por ejemplo, trasplantando a
un jardín nuevo después de una mudan­
za. Las plantas deben retirarse en esta­
do inactivo y empacarse en cajas con tie­
rra o corteza húmedas para que no se
resequen.
Almacene en un lugar fresco y libre
de heladas.
Retiro y división
Cada dos o tres años, en la medida de
lo posible, deberá retirar, dividir y re­
plantar las perennes cultivadas en orlas
y macizos.
Las especies de desarrollo rápido y vi­
goroso, en particular las que suelen for­
mar matas, como Ajuga y Slachys, po­
drían requerir una división en años
alternos.
Es necesario dividir las plantas que se
han vuelto leñosas, con indicios de
muerte por las puntas en el centro de la
planta, o de aspecto apiñado y que flo­
recen menos abundantemente que en
años anteriores.
Al retirar las plantas, elimine las ma­
lezas del emplazamiento y vuelva a ca­
1 /4 principios de primavera o
en otoño, rejuvenezca las
perennes aclarando y renovando
la tierra.
Plante el contenedor, rellene
con más tierra fresca
alrededor de las plantas y afirme
con los dedos.
C u i d a d o s r u t i n a r i o s
var, incorporando materia orgánica bien
descompuesta o fertilizante, según las P lantas para
necesidades. La división rejuvenece las A l m a c e n a je T e m p o r a l
plantas, las mantiene sanas y controla
un desarrollo que pudiera resultar de­
masiado vigoroso.
A finales de otoño o principios de pri­
mavera, retire la planta, cuidando de no
dañar las raíces, y divida en diversas
porciones, separando con suavidad de
la planta principal.
Descarte el centro viejo y leñoso; cada
división habría de contener determina­
da cantidad de vástagos nuevos y sanos,
así como su propio sistema de raíces Retire las plantas en invierno
(véase también «División de perennes», cuando están inactivas y
página 164). coloque en una caja a medio
Luego cave y fertilice el emplazamien­ llenar de corteza húmeda o
to original en la medida de lo necesario abono. Cubra las raíces con
y vuelva a plantar las divisiones, dejan­ más corteza o abono para evitar
do el espacio suficiente para que pue­ que se resequen.
dan desarrollarse. Otra opción consiste
en replantar las divisiones en suelo pre­
parado en un lugar nuevo. causados por babosas y caracoles (p.
548), pulgones (p. 550), y hrips (p. 551)
y, en el caso de algunas plantas (tales
como los cultivares de Aster novi-belgii),
Plagas y enfermedades infestaciones de moho polvoso o espon­
joso (p. 550), pero pocas vecen son preo­
Las plantas perennes cultivadas en sue­ cupantes. Controle las plantas con re­
los fértiles generalmente no están ex­ gularidad durante la estación del
puestas a enfermedades de hongos, in­ desarrollo y trátelas con una selección
sectos u otras plagas. Puede haber daños de fungicidas adecuada.
Retire las plantas, separando 'J Vuelva a rellenar el
con cuidado y sacuda la tierra contenedor con abono fresco
vieja de las raíces. Descarte ‘A del basta 10 cm del borde. Divida las
abono viejo. plantas sobrecrecidas y ordene.
Finalmente, revista
con fertlilizante y
riegue bien hasta que
la tierra esté
completamente mojada
y el agua se escurra a
través de los agujeros
de drenaje. Estas
plantas son cultivares
de Bergenia,
Pachysandra terminalis
y una hermosa (ahora
inactiva).
Helechos
L os hclcchos se encuentran entre
las plantas de follaje más popu­
lares, agregando textura y ambiente a la
casa o al jardín, donde son particular­
mente efectivos colocados al costado de
riberas o en rincones húmedos y
umbríos.
Cultivo
Los hclcchos resistentes se adecúan al
cultivo en el jardín abierto, mientras que
es mejor cultivar los tropicales no resis­
tentes en el interior de la casa o en un
invernadero.
Helechos resistentes
La mayoría es de fácil cultivo y se ade­
cúa a condiciones sombreadas y húme­
das. Como son muy fuertes, requieren
un cultivo y cuidado mínimos, una vez
establecidos. Salvo Thelypleris oreop-
leris y todas las especies de Blechnum
y Cryptogramma, que requieren suelos
ácidos, los helechos prefieren condicio­
nes desde neutras hasta alcalinas. El sue­
lo del jardín bien cavado, con tierra ne­
gra agregada, se adecúa a la mayoría de
las especies.
Si utiliza plantas de contenedores,
puede plantarlas en cualquier momen­
to. En tiempo seco, riegue regularmen­
te hasta que estén establecidas. Plante
siempre a la sombra o en sombra mo­
teada; algunos géneros, como Dryopte-
ris, toleran condiciones secas si están
bien sombreados, pero casi todos requie­
ren condiciones de humedad para
prosperar.
Muchos helechos, como Alhyrium,
Criptogramma y Osmunda, mueren al
más mínimo contacto con heladas, pero
algunos de los Dryopteris conservan su
follaje hasta bien entrado el invierno. Si
deja los frondes viejos sobre la planta,
éstos protegerán a la corola durante el
invierno, pero debe eliminarlos al desen­
rollarse los nuevos. Todas las especies y
cultivares de Asplenium, Cyrtomium,
Potystichum y Polypodium son buenas
para cultivar en invernaderos fríos, pro-
perando bajo cristal en los climas más
fríos sin necesidad de calor artificial.
Helechos tropicales no resistentes
Los helechos que no resisten las heladas
son plantas excelentes para cultivar en
invernaderos o jardines de invierno, en
tiestos o cestas colgantes. Algunos tam­
bién son buenos para cultivar dentro de C o m p o s ic ió n A c u á t ic a
la casa. La mayoría requiere una tem­ La Mattcuccia prospera en un medio húmedo junto a la corriente y proporciona
peratura invernal mínima de 10°-! 5 o C, un gran contraste de forma y textura con la Rodgersia en primer término.
pero no les agradan las condiciones ca­
lientes y secas y debería protegerlos de
la luz directa del sol; resulta ideal una carbón a cada litro de mezcla y, siguien­ lecho más fácil de cultivar en la casa,
ubicación mirando al norte en un ma­ do las instrucciones del paquete, un fer­ debería estar casi seco antes de regar.
cizo de grava, que pueda humedecerse tilizante equilibrado en grano o en Alimente ocasionalmente con fertilizan­
en tiempos cálidos. polvo. te líquido en el caso de plantas de in­
Los helechos no resistentes se venden El cepellón no debe secarse comple­ terior.
generalmente en tiestos muy pequeños, tamente; conserve la planta dentro del
y debe trasplantarlos a tiestos de 13-15 tiesto en un contenedor exterior imper­
cm, con mezcla sin tierra. Éste se com­ meable, con 3 cm de arena mantenida
pone de 3 parles de sustituto de turba húmeda en la base. A los helechos, en Propagación
—o mezcla para tiestos con turba— y particular las especies de Adiantum , no
2 partes de arena gruesa o perlita me­ les agrada el rociado ni el riego excesi­ Los helechos se cultivan en general a
diana. Agregue una taza de gránulos de vo, y Nephrolepsis, probablemente el he- partir de esporas, pero muchos pueden
P r o p a g a c ió n p o r B u lbillo s
Elija un fronde
inclinado bajo
el peso de los
bulbillos. Éstos
pueden tener
pequeños frondes
verdes. Corte el
fronde madre cerca
de la base. Esta
planta es Asplenium Estaquille el fronde sobre
bulbiferum. abono preparado. Las
nervaduras han de estar planas.

"3 Riegue a fondo, etiquete la

R a n u r a e n las R o c a s
Los frondes en forma de lanzas de la
semisiempreverde Ceterach
officinarum contrastan con la roca
que da sombra y abrigo.
bandeja y coloque dentro
de un saco de plástico. Selle el
saco y deje en un sitio oscuro y
tibio hasta que los bulbillos
hayan arraigado.
4 yRetire las estaquillas de alambre
levante cada bulbillo arraigado
con un cuchillo; si fuese necesario,
separe del fronde madre.
Coloque cada bulbillo
arraigado en un tiesto de 6
cm de mezcla sin tierra. Conserve
en un sitio cálido y luminoso
hasta que las plantas sean lo
bastante grandes para replantar.
propagarse a través de la división o, en
algunas especies, de bulbillos.
Bulbillos
Asplenium bulbiferum —y algunas de
las especies resistentes de Polystichum—
producen bulbillos o pequeñas plántu­
las a lo largo de los frondes. Éstos pue­
den emplearse para la propagación, es­
taquillando la parte del fronde con
bulbillos sobre una bandeja con tierra
para semillas o esquejes. Los bulbillos
pronto producen plántulas arraigadas,
que pueden separarse y plantarse en ties­
tos. Durante la estación inactiva, podría
llevar hasta seis meses que las plantas
nuevas puedan plantarse en el exterior
o colocarse en tiestos.
Esporas
Los helechos no producen flores ni se­
millas, y tienen un modo de reproduc­
ción único en su género. Los frondes tie­
nen en su lado inferior unas cápsulas
pequeñísimas (esporangios), que sueltan
grandes cantidades de esporas polvosas
que, sembradas en tierra húmeda, pro­
ducen pequeños desarrollos (protalos).
Cada protalo posee órganos femeninos
y masculinos: el órgano masculino (an-
teridio) produce espermatozoides, que
nadan a través de la humedad superfi­
cial del protalo para fertilizar la «célu­
la huevo» dentro del órgano femenino
(arquegonio). Después de la fertiliza­
ción, se forma un cigote, que finalmen­
te se convierte en un pequeñísimo hclc-
cho nuevo. Así continúa el ciclo normal
de desarrollo.
El cultivo de helechos a partir de es­
poras puede llevar entre 18 y 24 meses
después del sembrado de las esporas,
hasta plantar el helecho maduro. Reco­
lecte esporas retirando frondes de la
planta madre que estén casi a punto de
soltar sus esporas. Los esporangios ma­
duros son gordos, y su color varía se­
gún las especies; muchos son marrón os­
curo, algunos azul-grisáceo, otros ana­
ranjados. Los inmaduros son planos y
verdes o amarillo pálido. Si fuesen ma­ P r o p a g a c ió n p o r E s po r a s
rrón oscuro y rugosos, probablemente Examine la parte
ya hayan perdido sus esporas. Ponga los inferior de los
frondes sobre una hoja limpia de papel frondes para
y deje en una habitación tibia. Después encontrar uno con
de uno o dos días, las esporas habrán esporangios listos
caído sobre el papel, con un aspecto para soltar sus
como de polvo marrón. Transfiera a un esporas. Corte el
sobre para semillas etiquetado. fronde elegido con
Llene un tiesto de 6 cm con tierra es­ un cuchillo limpio y
tándar para semillas; afirme y alise la afilado y coloque
superficie. Esterilice la tierra, volcando sobre papel blanco
agua hirviendo a través de una toalla de limpio para
papel colocada sobre la superficie has­ recolectar las
ta que el agua salga por los agujeros de esporas. Esta planta
drenaje. Cuando la tierra se haya enfria­ es Adiantum
do, retire la toalla y siembre las esporas fritzluthii.
muy separadas sobre la superficie. Cu­
bra el tiesto o coloque en un propaga­
dor y deje en un sitio cálido y seco, ale­
jado de la luz directa del sol. Para
mantener la superficie constantemente
húmeda, rocíe regularmente con agua ti­
bia hervida. Retire la cubierta cuando
el tiesto esté recubierto de un «musgo»
verde y aterciopelado; si la tierra pare­
ciera seca, humedezca colocando el ties­
to en un bote con agua.
Según las especies, lleva entre seis y
doce semanas para que los protalos jó­
venes cubran la superficie de la tierra. No P repa ra d a P repa ra d a D e m a s ia d o T a r d e
Trasplante levantando pequeños trozos
del «musgo». Espacíe de forma pareja,
con el lado verde hacia arriba, sobre la
superficie de otros tiestos llenos de tie­
rra esterilizada, afirme hacia abajo y ro­
cíe con agua tibia hervida. Cubra los
tiestos con película adhesiva o vuelva a
colocar en el propagador. Al desarrollar­
se los protalos, rocíe todos los días con
agua tibia, hasta que aparezcan unas
plántulas minúsculas. Cuando sean su­ ’w
ficientemente grandes para manipular,
trasplante individualmente a tiestos con
mezcla sin tierra y siga cultivando, cam­
biando de tiesto en la medida necesaria Siembre algunas esporas en ^ Rocíe dos veces por semana
hasta que sean lo bastante grandes para un tiesto con tierra estéril hasta que la superficie esté
plantarlos en el exterior. golpeando desde un trozo de cubierta de «musgo» verde.
papel. Cubra con película Levante terrones pequeños.
adhesiva o coloque en un
propagador.

Divida los terrones en trozos Cuando aparezcan plántulas

i pequeños y afirme
suavemente dentro de tierra
estéril. Rocíe con agua y vuelva a
P la n t a c ió n F o r m a l colocar en el propagador.
La línea limpia y horizontal del boj dorado (parte delantera) proporciona un
fondo perfecto para las formas llamativas de Matteuccia struthiopteris.
tipo hoja, retire con cuidado.
Afirme dentro de paquetes o
tiestos pequeños con tierra húmeda.
Cambie de tiesto cuando hayan
desarrollado pequeños frondes.
Claveles y clavellinas

L
os claveles y las clavelinas perte­ deben cultivarse en un invernadero y flo­ cesario si se las cultiva para exhibirlas « D esbrote»
necen al género Dianthus. Poseen recerán a temperaturas mínimas de en el jardín, pero merece la pena para
flores atractivas, generalmente fragan­I0°-12° C; a 5o C, sólo aparecerán unas lograr flores de mayor calidad. Cuan­
tes, y un follaje siempreverde de color pocas flores en invierno. do los brotes sean lo bastante grandes
verde-grisáceo. Se agrupan según sus há­ Para mantener una buena higiene, eli­ para manipularlos con facilidad, sosten­
bitos de desarrollo, características de las mine todas las hojas muertas u otros es­ ga el frágil tallo principal por el nodu­
flores y resistencia: los claveles de orlas combros de alrededor de las plantas y lo en la base del tallo del brote y tire ha­
arbustivos y verticales y las clavelinas ba­ afirme cualquier planta joven del exte­ cia el costado para retirarlo. Para
jas y extendidas son tanto resistentes rior que haya sido levantada por las producir flores más grandes, deje dos o
como prolíficos. Las clavelinas moder­ heladas. tres brotes por tallo en claveles de dos
nas florecen repetidamente, y son más años, y sólo los de la corola en los de
vigorosas que los cultivares anticuados. Claveles de orla tres años.
I xjs cla v e le s d e flo ra c ió n p e r p e tu a tie ­ Para lograr los mejores resultados, ob­
n e n u n h á b ito s im ila r a lo s d e o r l a , p e ro téngalos de cultivadores especialistas en Clavellinas
n o re s is te n la s h e la d a s ; e n la s c o n d ic io ­ forma de acodos arraigados, en otoño En primavera, las clavellinas están dis­ Para obtener una flor grande sobre
n e s a d e c u a d a s , flo r e c e r á n t o d o e l a ñ o . o primavera. Los acodados tienden a es­ ponibles en contenedores o como esque­ cada tallo de claveles de floración
Las flores pueden ser de un solo co­ tablecerse mejor que los plantados en jes arraigados. Plante igual que los cla­ perpetua, sostenga el tallo con una
lor («uniforme»), de dos o más colores contenedores, en especial plantados en veles de orla, pero espacíe 22-30 cm. Si mano y elimine cada pimpollo salvo
(«ornamental»), o bordeado de un co­ el exterior y en otoño. cultiva clavellinas modernas de floración el de la corola (izq.). En el caso de
lor contrastante («moteado»). Todos los Para preparar el macizo, cave con ca­ repetida a partir de esquejes, elimine los los cultivares de ramo, elimine el
claveles y clavellinas proporcionan flo­ vado sencillo en otoño, incorporando extremos de desarrollo en las plantas jó­ pimpollo de la corola de cada tallo
res cortadas elegantes y duraderas. Los material que forme tierra negra y, a la venes, dejando cinco o seis pares de ho­ cuando aparezca el color (der.).
claveles de orla cultivados en el exterior primavera siguiente, agregue fertilizan­ jas; esto estimulará un hábito arbusti­
proporcionarán un acopio de flores que te equilibrado con una horca en la fe­ vo. En general, la eliminación de
aumenta a lo largo de tres años. Elija cha sugerida por el fabricante. Riegue extremos no resulta necesaria en el caso prarse en primavera y están listas para
flores con siete nodulos en los tallos para las plantas jóvenes antes de plantar en de las clavellinas anticuadas. ser colocadas en tiestos de 15 cm, con
estimular la aparición de vástagos late­ el exterior, a 38-45 cm de separación en tierra de base de sustituto de turba. Rie­
rales fuertes en la parte inferior. suelo húmedo. Afirme y asegúrese de Claveles de floración perpetua gue concienzudamente y sostenga por
que las hojas inferiores estén justo en­ Es mejor obtenerlas como esquejes medio de cañas de 1,2 m.
cima de la superficie del suelo. Estaque arraigados o en contenedores, en prima­ Detenga algunos vástagos laterales un
Cultivos generales las plantas altas con cañas o ramas. Rie­ vera o a principios de verano. Si cultiva més después de colocados en tiestos, con
gue bien durante el primer mes después esquejes arraigados, rompa los extremos el fin de estimular el desarrollo y flora­
Los claveles y clavellinas de orla prefie­ de plantar; una vez establecidas, sólo ne­ de desarrollo una o dos semanas después ción. Desbrote gradualmente a lo largo
ren un emplazamiento soleado y venti­ cesitarán un regado en tiempo muy seco. de colocados en tiestos, para inducir la de varios días, de manera que el cáliz
lado y un suelo bien drenado, con un Los claveles de orla son de naturale­ aparición de desarrollos axiales (rotu­ (la envoltura verde de los pétalos) no se
pH de 6-8, pero crecerán en cualquier za arbustiva, de modo que no requieren ras); entonces la planta se describe como parta. Sólo deje el brote de corola y co-
sitio, salvo en los mojados o sombrea­ la eliminación de vástagos. El desbro­ «detenida y rota». Tales plantas con tres ioque una tira para cálices sobre el bro­
dos. Los claveles de floración perpetua tado de las plantas de un año no es ne­ o cinco vástagos laterales pueden com- te. Para obtener un ramo de flores, sólo
retire el brote de corola.
Sólo riegue las plantas al secarse la
tierra, preferentemente por la mañana
« D espu n te» y « R u ptu ra » temprano. Alimente con fertilizante lí­
quido equilibrado, primero cada quin­
ce días y después cada semana, a me­
diados de verano, para lograr un buen
despliegue de flores. A finales de oto­
ño, cambie por un alimento mensual
en potasio para obtener un follaje
fuerte y siga a limentando a lo largo del
invierno.
En primavera, coloque las plantas de
un año en tiestos de 21 cm. Después es­
parza una cucharada de té de piedra ca­
liza molida sobre la superficie, para evi­
tar que la tierra se vuelva agria a causa
el riego constante. Un mes después,
vuelva a alimentar las plantas del modo
acostumbrado según la estación de de­
sarrollo.

C l a v e l e s d e F l o r a c ió n
P erpetua
Sujete aros de alambre a
una caña individual para
sostener los tallos de
claveles cultivados a
cubierto (aquí, Dianthus
‘Manon’).
C l a v e l e s d e O r la
Coloque una caña cerca
del centro de la planta
(aquí, Dianthus ‘Richard
PollakV para sostenerlo.
Sujete los tallos a la
caña con cordel o aros
de alambre.
Plagas y enfermedades
I 2
Dos semanas después Un mes después,
de colocar un esqueje corte o arranque
arraigado de clavel de los extremos de Los claveles y clavellinas de jardín son
floración perpetua en un algunos laterales del las más propensas a infestaciones de
tiesto, cuando tiene 8 o mismo modo (véase orugas (p. 549), pulgones (p. 550), thrips
9 pares de hojas, elimine detalle), dejando 5 o 6 (p. 560), manchas de hongo en las ho­
o arranque los 3 o 4 nódulos en cada uno. jas (p.552) y royas (p. 550). Controle
.pares superiores. pulgones, ácaros araña roja (p. 550) y
thrips en el invernadero; en invierno,
para evitar la aparición de enfermeda­
des fúngales, utilice humos y polvos in­
secticidas y fungicidas en vez de rocíos.
Propagación
Los claveles y clavellinas sólo producen
un despliegue bonito durante dos o tres
años, de manera que la propagación re­
sulta vital para mantener existencias. La
mejor manera de cultivar clavelinas y
claveles de floración perpetua es por
acodo. Todos los Dianlhus pueden cul­
tivarse a partir de semillas ( véase Pe­
ren n es , «Semillas», p. 162), pero no re­
sultan legítimas, salvo algunas especies.
En general, las plantas cultivadas a par­
tir de semillas florecen el primer año,
ofrecen flores excelentes el segundo, y
luego comienzan a deteriorarse.
Las plantas destinadas a las exposi­
ciones se descartan pasado un año, por­
que las flores de los años subsiguientes
son de menor calidad. En el caso de
plantas prósperas, tome esquejes o pro­
pague por acodo antes de descartar.
Esquejes
Tome esquejes de clavellinas en verano.
Elija vástagos sanos con cuatro o cinco
pares de hojas y arranque limpiamen­
te. Corte el par de hojas inferior, justo
encima de una unión. Introduzca los es­
quejes a 4 ern de distancia entre sí en
bandejas o tiestos con arena áspera y
limpia, o una mezcla de sustituto de tur­
ba y arena o perlita, a partes ¡guales.
Mantenga las hojas separadas de la mez­
cla de arraigo. Coloque en un propaga­
dor en un lugar bien iluminado y rocíe
ligeramente todos los días durante las
primeras dos semanas. Los esquejes de­
berían arraigar después de tres o cua­
tro semanas; introduzca individualmente
dentro de tiestos con 6 cm de tierra es­
tándar y después siga cultivando en una
cajonera o invernadero.
Si se proporciona un calor basal de
P r e pa r a c ió n de E s q u e je s
articulación J— Corte bajo
articulación
Seleccione vástagos no floridos de
nodulos estrechos. Elimine el par de
hojas inferior y recorte limpiamente.
También resultarán viables los
esquejes de tallo en gancho.
A codado de C l a v eles de O rla
Afloje la tierra alrededor de
la planta hasta una
profundidad de 7,5 cm, mezcle
con partes iguales de sustituto de
turba húmedo y arena, y afirme.
Elija algunos vástagos laterales
bien espaciados y no floridos y
elimine todas las hojas, salvo los
4 o 5 pares superiores.
20 °C, se pueden tomar esquejes de cla­
veles de floración perpetua en cualquier
momento. Elija vástagos axilares fuertes
—desarrollados después de recoger las
flores— y prepare al igual que para las
clavelinas. Sumerja la base de cada uno
en agua y después en polvo de arraigo
hormonado, y plante en bandejas o ties­
tos con abono estándar para arraigo.
Después trate igual que las clavelinas.
Acodado
Propague los claveles de orla después
que hayan florecido, acodando las plan­
tas de un año. Haga un corte en los ta­
llos de vástagos no florecidos para esti­
mular la producción de raíces nuevas;
después clave los vástagos dentro del
sucio preparado que rodea las plantas.
Si fuera necesario, sujete el extremo con
hojas del vástago acodado a una esta­
ca, de manera que quede casi vertical y
el corte permanezca abierto dentro de
la tierra; esto también impedirá la for­
mación posterior de tallos deformados.
Una vez que los vástagos acodados ha­
yan arraigado, separe de la planta ma­
dre y plante en el exterior para que flo­
rezcan el año siguiente.
Para la propagación de plantas de ex­
posición dentro de sus tiestos, retire un
anillo de tierra de 2,5 cm de ancho y 8
cm de profundidad de la superficie al­
rededor de la planta y sustituya con una
mezcla de partes iguales de sustituto de
turba y arena; después acode la planta
alrededor del borde del tiesto. En invier­
no, una vez que los acodos hayan arrai­
gado, introduzca individualmente en
tiestos de 6 cm llenos de abono de sus­
tituto de turba.
Cuando las raíces alcancen la super­
ficie de la tierra, coloque en tiestos de
15 cm, dejando el cepellón a ras de la
superficie de la tierra, de manera que las
hojas no lo toquen y no se pudran. Afir­
me la tierra hasta 2,5 cm por debajo del
borde del tiesto. Otra opción consiste en
introducir dos acodos en un tiesto de 21
2 3
Perfore cada tallo con un Introduzca la lengüeta de cada
cuchillito afilado, justo debajo vástago dentro de la tierra
del nodulo con las hojas más bajas. preparado y estaquille con un
Corte hacia abajo hasta el próximo alfiler de acodo. Rocíe la zona de
nodulo, sacando la hoja del arraigo ligeramente para
cuchillito por el costado debajo de mantenerla húmeda. Después de
éste para formar una lengüeta (véase cinco o seis semanas, separe y
detalle). retire los acodos arraigados.
Coloque en tiestos o plante fuera.
cm. Sujete a cañas de 1 m de altura y tar que éstos se abran. Por otra parte,
riegue concienzudamente; después rie­ no elimine nunca los pimpollos de las
gue sólo cuando la tierra se reseque. clavellinas. Seleccione las plantas entre
aquellas bien regadas —a principios del
Flores de exposición día o a finales de la tarde— 48 horas an­
tes de la exhibición. Corte los tallos con
un corte sesgado justo encima de un no­
Las clavellinas y los claveles de floración dulo y coloque en agua hasta el cuello
perpetua se cultivan al igual que en en un sitio oscuro y fresco, libre de co­
«Cultivos generales» (página opuesta), rrientes de aire.
pero los claveles de orla se cultivan ge­
neralmente en un invernadero ilumina­
do y bien ventilado, para proteger las C in t a s para C á lic es
flores. En verano, el invernadero debe
estar bien ventilado, sombreado y rocia­
do con frecuencia.
Preparación para una exposición
Cuando comiencen a formarse los pim­
pollos de los claveles y clavellinas, ali­
mente en intervalos de diez días con un
fertilizante líquido equilibrado, hasta
que aparezca el color; después sólo ali­
mente una vez con alimento rico en po­
tasa. Apenas los claveles posean pimpo­
llos suficientemente grandes, hay que Cuando un brote se colorea,
eliminarlos; hágalo a lo largo de varios rodee con un anillo de alambre
días para evitar el «stress» de las plan­ blando o con una goma (izq.)
tas. Envuelva el resto de los pimpollos para evitar que se parta y forme
con tiras para cálices, con el fin de evi­ una flor desordenada (der.)
F lo r es p a r a E x p o s ic io n e s D ia n t h u s ‘ H a n n a h
Una flor adecuada I n i: iS E ’ Flor fresca
muestra todas las y limpia
características de su Contorno
clase y no revela circular
plagas ni
enfermedades. Las
cintas para cálices o
un cáliz partido
invitan a la
descalificación.
Borde Colores bien
moteado definidos
claro y parejo Pétalos espaciados de
forma pareja d ia n t h u s ‘G r e y D o v e ’
P e r e n n e s
Propagación
E varias maneras de propa­
x is t e n
S em illas P e r e n n e s q u e gar perennes herbáceas. Si se re­
R e q u ie r e n u n quiere un gran número de plantas, el me­
jor sistema es cultivarlas a partir de se­
T r a t a m ie n t o E s p e c ia l millas. Para el cultivo con éxito de
plantones se requiere poca experiencia,
Estratificación
Aconitum
Adonis amurensis
pero este método sólo sirve en general
para la propagación de especies más que
Campanula, algunas * para cultivares.
Meconopsis En el caso de muchas perennes, el sis­
Prímula, algunas # tema más fácil y sencillo de propagar­
las es dividiendo en trozos separados,
Escarificación pero otras se cultivan mejor a partir de
Anlhyllis semillas o por medios vegetativos, tales
Baplisla como los esquejes y, con menor frecuen­
Galega cia, los injertos. Deben utilizarse méto­
Lupinus dos vegetativos para la propagación de
la mayoría de los cultivares con nombre.
Lupinus
‘The Chatelainc’
Semillas
Sembradas cuando son frescas
Meconopsis El cultivo de plantas a partir de semi­
Prímula, algunas # llas es un sistema sencillo y barato para
el propagado de muchas perennes pero,
Empapadas salvo algunos cultivares con nombre
Arum, algunas # (por ejemplo, Aquilegia ‘Crimson
Baptísia Star’), ¡a mayoría de estos últimos no
Euphorbía, algunas * crece legítimamente a partir de semillas.
También la mayoría de las especies
muestra alguna variación en sus hábi­
P erennes que F lo recen a tos y en el color de sus flores, de mane­
ra que, si junta semillas, hágalo siem­
pa r t ir d e S em illas d e n t r o pre de las plantas con las mejores
d e los d o s A ñ o s características de floración y desarrollo.
Las semillas de las perennes de flora­
Alchemilla ción temprana —que maduran sobre la
Anemone
planta entre principios y mediados de
Aquilegia verano— germinan generalmente con ra­
Aster, algunas *
pidez si se las planta apenas hayan ma­
Astrantia durado, produciendo plantas jóvenes
Campanilla, algunas *
que pueden invernarse con éxito al aire
Catananche libre o en una cajonera. Pero, en el caso
Centaurea
de la mayoría de las perennes, siembre
Delphinium las semillas inmediatamente después de
Cuphea * cosechadas en otoño para que germinen
Gaura
Gazania #
a principios de la primavera siguiente.
Si las almacena en condiciones frescas
Linaria y secas, la mayoría de las semillas ger­
Lobelia, algunas * minarán bien sembradas en primavera.
Lychnis Las semillas de plantas herbáceas, ta­
Malva les como las peonías (Paeonia) y los he-
léboros (Helleborus), en general perma­
necen inactivas durante bastante tiempo,
Meconopsis a menos que se proporcione condicio­
granáis nes adecuadas o se interrumpa la inac­
‘Branklyn’
tividad, induciendo la germinación. Al­
gunas requieren una exposición
Meconopsis temporal al frío o a la luz, mientras que
Osteospermum, algunas otras están rccubicrtas de cáscaras du­
Papaver ras que debe ablandar a través de la es­
Polemonium
Prímula, algunas # carificación o sumergiendo en agua an­
Salvia, algunas * (no las tes de sembrar (véase también P r in c i ­
p io s d e P r o p a g a c ió n , «Cómo vencer la
esp. abus ti vas) inactividad», p. 535).
Scabiosa
Sidalcea
Silene, algunas # Tratamiento pre-germinativo
Verbascum de las semillas
Las semillas que requieren un período
ClAVK de frío para interrumpir su inactividad
♦ No resálenles pueden sembrarse al aire libre en otoño
o invierno (véase también Sembrado de
semillas que requieren un enfriado, p.
163), o colocarse en la nevera durante
algunas semanas antes del sembrado, en
primavera. Este método de interrumpir
la inactividad es adecuado para muchos
géneros, incluyendo Aconitum, Adonis,
Campanula y Prímula. Las semillas de
algunas plantas, como Gentiana ascle-
piadea, requieren un período de expo­
sición a la iuz para germinar con éxito.
Escarificado y empapado
Cierto número de perennes, en especial
las Leguminosae de la familia de los gui­
santes, tienen semillas de cáscaras du­
ras que impiden una germinación rápi­
da y pareja. Justo antes de sembrarlas,
escarifique frotando con papel de lija o
practicando un pequeño corte con un
cuchillo afilado para permitir que ab­
sorban agua y germinen.
Otra opción consiste en ablandar las
cortezas duras sumergiendo en agua ca­
liente —pero no hirviendo— durante
12-24 horas; esto permite la absorción
del agua y el comienzo de la germina­
ción. El empapado es adecuado para un
cierto número de perennes, como Arum,
Baptisia y Euphorbia. Una vez empa­
pada, hay que sembrar la semilla de in­
mediato.
Inactividad doble
Las peonías y Trillium requieren nor­
malmente dos períodos de frío para ini­
ciar la germinación de tanto vástagos
como raíces. El desarrollo de raíces de
la semilla germinante ocurre durante la
primera estación, pero los vástagos no
aparecen por lo general antes de que las
semillas se sometan a un segundo perío­
do de frío, en general durante el invier-
Recolección de semillas
Recolecte las semillas al madurar: sa­
cuda fuera de las cápsulas o sujete las
cápsulas de semillas en pequeños ra­
mos y envuelva en sacos de papel ca­
beza abajo para que las semillas cai­
no siguiente. Siembre en contenedores
en otoño del modo habitual.
Siembra de semillas en
contenedores
A menos que requiera un gran número
de plantas, lo más fácil es sembrar se­
millas en contenedores. Una bandeja de
plástico puede albergar entre doscientas
o trescientas semillas, mientras que in­
cluso un tiesto grande y cuadrado alcan­
zará para sembrar 50 semillas, depen­
diendo del tamaño. Los tiestos cuadra­
dos pueden acomodarse en hileras y pro­
porcionan un área de tierra mayor que
ios redondos del mismo ancho.
Ya sea utilizando bandejas o tiestos,
coloque una capa de trozos de tiesto o
arena gruesa en el fondo de cada uno
para el drenaje y llene con tierra para
semillas. Si los plantones jóvenes han de
conservarse en los tiestos durante más
de un tiempo corto después de germi­
nar, a menudo son preferibles las male­
zas con base de tierra negra en lugar de
turba. Apriete la tierra alrededor de los
bordes con suavidad, después nivele la
superficie y afirme, dejando 1 cm debajo
del borde del contenedor.
Siembra
Siembre las semillas muy espaciadas, de­
jando alrededor de 5 cm de distancia en­
tre una y otra; si las siembra muy api­
ñadas, las plantas resultantes serán
delgadas y débiles y tenderán a pudrir­
se por el pie (véase p. 564). Las semillas
finas y las que requieren luz para ger­
minar, como algunas gencianas (Gentia­
na), pueden dejarse descubiertas o re-
gan dentro de los sacos. Asegúrese de
que las semillas estén completamen­
te secas antes de almacenar en sacos
de papel o sobres limpios, etiqueta­
dos y fechados.
Recolecte cápsulas de
semillas maduradas
(aquí, de
Meconopsis^ cuando
se vuelvan marrones.
Sacuda las semillas
fuera de cada
cápsula sobre un
papel y almacene en
un sitio fresco y seco
hasta plantarlas.
 P r o p a g a c i ó n

cubrirse con una capa fina de tierra ta­

mizada y después afirmarlas con un C u l t iv o de P lantas a p a r t ir d e S em illa s
prensador.
Cubra las semillas más grandes, como
las de las peonías, con una capa de 5 cm
de abono tamizado.
Cuidados ulteriores
Etiquete los contenedores con el nom­
bre de la semilla y la fecha del sembra­
do, después riegue por medio de una re­
gadera de roseta fina, cuidando de no
desplazar las semillas. Si siembra semi­
llas pequeñas, otra opción consiste en
colocar los contenedores en una bandeja

1
con agua, dejando que absorban la hu­ Llene un tiesto de 13 cm con Con un papel limpio y Cubra las semillas con una
medad suficiente como para humedecer
la tierra; este método evita que las se­
tierra para semillas húmeda.
Afirme hasta I cm debajo del
doblado, esparza las semillas
(aquí, de Chrysanthemum x
3 capa fina de tierra tamizada.
Etiquete y riegue sin desplazar las
millas sean arrastradas por el agua. Im­ borde con un prensador. supcrbunV sobre la tierra. semillas.
pida la evaporación cubriendo los con­
tenedores con cristal o una película de
plástico y coloque en una cajonera o in­
vernadero.
En días soleados, proporcione algu­
na sombra con papel o malla para som­
breado. Una vez que las semillas co­
miencen a germinar, retire la cobertura
y reduzca el sombreado.
Introducción de los contenedores en un
macizo exterior
Si en otoño o invierno los contenedo­
res han de colocarse en el exterior sin
protección climática, con el fin de ven­
cer la inactividad de las semillas, agre­

gue un capa de gravilla encima de éstas.
Esto evitará que sean arrastradas por la
lluvia intensa y, hasta cierto punto, pre­
viene el desarrollo de musgos y hepáti­
ca en la superficie de la tierra. Cubra el
contenedor con malla de alambre fina
para proteger las semillas de roedores y
pájaros.
4 5 6
Cubra con cristal o plástico Trasplante los plantones a Cuando los plantones se
transparente para conservar la tiestos; los tiestos degradables conviertan en plantas
humedad. Coloque en una permiten el plantado fuera pequeñas con un buen sistema de
cajonera hasta que los plantones directo. Manipule los plantones raíces, plante fuera o coloque en
desarrollen dos pares de hojas. por las hojas. tiestos.
P l a n t a c ió n de S em illa s que R e q u ie r e n E n f r ia m ie n t o

2
Introduzca los contenedores en un Etiquete los tiestos
macizo exterior de arena, ya que esto con el nombre de la
proporcionará unas condiciones estables semilla y la fecha de
para la germinación. sembrado y riegue
Una vez germinadas las semillas y concienzudamente.
aparecidos los plantones, coloque los Después introduzca los
contenedores en una cajonera y cuide los tiestos en un macizo de
plantones al igual que los cultivados con arena en el exterior para
una protección. estimular la
germinación.
Trasplantado

Una vez que los plantones hayan adqui­
rido el tamaño suficiente como para ma­
nipularlos, es decir, después de forma­
dos el primer o segundo par de hojas
legítimas, se los puede trasplantar. Es­
pacíe entre 30-40 semillas en bandejas
semilleras o trasplante a contenedores
individuales.
Lo último es recomendable para plan­
tones cuyas raíces no toleren mucho mo­
vimiento. Otra opción consiste en tras­
plantarlos a módulos (bandejas con
compartimientos). Debe emplearse una
buena mezcla de tierra negra en todos
los casos.
Riegue concienzudamente, etiquete y
coloque en una cajonera o invernadero
fresco hasta que se establezcan. Después
puede seguir cultivando en tiestos indi­
viduales o plantarlos fuera en su sitio
I
En otoño, siembre las semillas
ligeramente en tiestos con
tierra, después cubra con una
capa fina de tierra y revista con
gravilla fina._____________________
definitivo, una vez que hayan alcanza­
do el tamaño suficiente.
Siembra al aire libre
Si necesita muchas plantas, puede resul­
tar más conveniente sembrar en el exte­
rior. Prepare un espacio en suelo fértil
y bien drenado, eliminando todas las
malezas y cultivando el suelo hasta ob­
tener una capa fina y desmenuzable.
Utilizando una línea o un escantillón,
haga una hilera para semillas, emplean­
do una azada o una azada para cebo­
llas, o bien la punta de una etiqueta
grande.
La profundidad de la hilera depende
del tamaño de la semilla a sembrar: 0,5
cm es adecuado para semillas pequeñas,
mientras que las grandes requieren una
de 1 cm al menos de profundidad. Si
debe trasplantar los plantones mientras
aún son jóvenes, separe las hileras 10-15
cm; si las ha de seguir cultivando en hi­
leras, deje 15-22 centímetros entre cada
hilera.
Siembre las semillas pequeñas a 0,5
cm de distancia y las grandes, como las
de las peonías, a 2,5 cm o más.
Después de sembrar, cubra las hileras
con una capa fina de tierra por medio
de un rastrillo y etiquete cada hilera con
el nombre de las semillas y la fecha. Rie­
gue con cuidado, evitando arrastrar la
tierra.
Para más detalles, véase A nuales
y B ienales, Sembrado en hileras, p. 181.
División de perennes
Este método es adecuado para propa­
gar muchas perennes de rizoma exten­
dido y muchos vástagos que crecen des­
de la base. Además de ser un modo de
aumentar las existencias, en muchos ca­
sos la división rejuvenece las plantas y
las mantiene vigorosas, porque pueden
eliminarse las parles viejas o improduc­
tivas (véase también «Retiro y división»,
p. 157).
Algunas perennes pueden dividirse
sencillamente separando partes de la
planta a mano o utilizando dos horcas
espalda con espalda; es mejor separar
plantas de raíces carnosas con una pala
o un cuchillo.
Cuándo dividir
Divida la mayoría de las plantas cuan­
do están inactivas, a finales de otoño o
principios de primavera, pero no en
tiempo extremadamente frío, húmedo o
seco, ya que estas condiciones podrían
dificultar el nuevo establecimiento de la
planta.
Antes de dividirlas, es mejor dejar las
perennes de raíces carnosas hasta el fi­
nal del período inactivo en primavera.
Este es el momento en el que sus brotes
comenzarán a crecer, lo que indicará las
zonas de desarrollo más vigorosas y, por
C ómo P ro pa g a r P er en n es
1
Retire la planta a
dividir, cuidando
de introducir la horca
lo bastante alejada de
la planta para no
dañar las rafees.
Sacuda para eliminar
tierra sobrante. Esta
planta es un
Helianthus.
3 Divida
la planta en trozos
más pequeños con las manos,
conservando sólo los segmentos
sanos y vigorosos, cada uno con
varios vástagos nuevos.
lo tanlo, la mejor manera de dividir la
planta.
Preparación
Primero retire la planta a dividir aflo­
jando el suelo que la rodea, cuidando
de no dañar las raíces y levantando sua­
vemente con una horca.
Sacuda para eliminar la mayor can­
tidad posible de tierra suelta de las raí­
ces y quite las hojas y los tallos muer­
tos para poder observar los mejores
puntos de división. Esto también permi­
tirá ver cuáles son las partes sanas de la
planta a conservar y cuáles las viejas e
improductivas a descartar.
Elimine la mayor parte de la tierra de
las raíces y corolas de las plantas de raíz
carnosa, lavando con agua, para que
puedan verse claramente todos los bro­
tes y 110 correr peligro de dañarlos al
dividir.
Plantas de raíces fibrosas
Introduzca dos horcas de mano espal­
da con espalda cerca del centro de la
planta, de manera que los dientes estén
juntos y ios mangos separados; después
empuje hacia adelante y hacia atrás con
suavidad para que los dientes vayan se­
parando la planta en dos porciones más
pequeñas.
Repita este procedimiento con cada
po r D iv isió n
4
Recorte el desarrollo superior
antiguo y vuelva a plantar las
divisiones a la misma profundidad
que antes. Afirme, y riegue
concienzudamente.
pedazo para dividir la planta en más sec­
ciones, cada una con algunos vástagos
nuevos.
Las plantas que tienden a formar te­
rrones leñosos o que tienen raíces sóli­
das y gruesas deberían cortarse con un
cuchillo o una pala; asegúrese de que
cada trozo tenga al menos dos brotes de
desarrollo o dos vástagos. Elimine el de­
sarrollo viejo, débil y, a veces, leñoso del
centro de la planta; las partes que tie­
nen raíces sanas y vástagos nuevos tien­
den a estar en el perímetro.
Las perennes de corolas sueltas y ex­
tendidas y de muchos vástagos, como
los áster silvestres (Aster), son fáciles de
dividir con las manos o con dos horcas.
Sencillamente separe tallos individuales
que crezcan en el borde de la corola, de
manera que cada uno tenga su sistema
de raíces propio.
Plantas de raíces carnosas
Puede resultar necesario dividir las plan­
tas de raíces carnosas y sólidas —como
Rheum — con una pala, ya que resulta­
ría difícil separar la corola con dos
horcas.
Después de dividir la planta, dejan­
do los brotes de desarrollo claramente
visibles, separe cortando con una pala,
cuidando de dejar dos o más brotes en
cada trozo.
Separe las plantas con centros
leñosos cortando la corola
con una pala.
M é t o d o A l t e r n a tiV O
!# “ — — *
Divida las plantas herbáceas
de raíces fibrosas (aquí,
HemerocallisJ utilizando dos
horcas espalda con espalda.
Después recorte limpiamente cada
trozo con un cuchillo, descartando el
material viejo y leñoso y las raíces da­
ñadas o podridas.
Las plantas con varias corolas entre­
lazadas, tales como Arthropodium, y las
hierbas decorativas con penachos tam­
bién pueden dividirse utilizando dos
horcas espalda con espalda.
Replantado y cuidados ulteriores
Después de dividir, espolvoree las super­
ficies cortadas con un fungicida adecua­
do (véase P r in c ip io s d e P r o p a g a c ió n ,
«Cómo se forman las raíces», p. 538).
Vuelva a plantar las divisiones cuanto
antes.
Es importante que no se resequen, de
División de hermosas
Debe dividir las hermosas grandes
y de rizomas fuertes con una pala.
Incluya varios brotes en cada divi­
sión y recorte las partes dañadas
con un cuchillo. Las hermosas de
rizoma más suelto y carnoso se
pueden separar a mano o con hor­
cas espalda contra espalda; cada
división debe tener al menos un
«ojo» o vástago.
R a íc e s D u r a s y F ib r o s a s
Divida la corola con una pala;
cada segmento debe incluir
varios brotes en desarrollo.
Divida plantas pequeñas y las
de rizomas flojos partiendo el
terrón con las manos.
 P r o p a g a c i ó n

modo que, si el replantado se atrasara En general, las divisiones deberán re­

un par de horas, sumerja las plantas en
agua durante un momento; después co­
loque en un saco de plástico sellado en
un lugar fresco y sombreado hasta que
pueda replantarlas.
Si vuelve a plantar trozos grandes de
inmediato, éstos aún podrán desplegar
flores durante la misma estación, aun­
que los tallos serán un poco más cortos
que los de las plantas que estén más es­
tablecidas.
Es mejor cultivar las divisiones más
pequeñas en un semillero o en tiestos du­
rante una estación para que se esta­
blezcan.
plantarse a la misma profundidad que
la planta original, pero es mejor plan­
tar las que tienden a pudrirse por la ba­
se un poco por encima de la superfi­
cie del suelo a fin de mantener las co­
rolas libres de agua excesiva (véase tam­
bién «Profundidad de plantación»,
p. 148).
Al replantar, asegúrese que las raíces
estén bien extendidas en el agujero de
plantación y la planta afirmada. Riegue
las divisiones recién plantadas concien­
zudamente.
Cuide de no dejar las raíces expues­
tas al regar.
División de peonías P e r e n n e s D ivisibles
Achillea
Hay que dividir las peonías con es­ Aconitum
pecial cuidado, ya que les desagra­ Adenophora
da que las trasplanten y tienden a Anemone hupehensis
volverse a establecer despacio. Para Arum, algunas #
obtener los mejores resultados, re­ Aster, algunas #
tire y divida hacia finales del pe­ As tilbe
ríodo inactivo a principios de pri­ Astrantia
mavera, cuando pueda ver clara­ Bergenia
mente los brotes de desarrollo ro­
jos e hinchados. Corte la corola en
segmentos, cada uno con algunos
brotes, cuidando de no dañar las
raíces gruesas y carnosas. Aster novae-
angliae ‘Harrington’s Pink’

División de plantas rizomatosas Buphthalmum

Campanula, algunas *
Divida las plantas de rizomas grue­ Centaurea dealbata
sos, como Bergenia y los lirios rizo- Clematis (herbácea)
matosos, separando el terrón en tro­ Coreopsis verticillata
zos con las manos, cortando después Crambe cordifolia
el rizoma en segmentos, cada uno con Doronicum
uno o más brotes (véase derecha). Los Epilobium
bambúes tienen rizomas fuertes que Galega
forman terrones densos con rizomas Geranium, algunas *
cortos o tienen rizomas largos y ex­ Helenium
tendidos; divida los primeros con una Helianthus
pala o dos horcas espalda con espal­ Retire la planta a principios Helleborus orientalis
da; corte los últimos en segmentos de primavera, cuando haya

1
con podaderas, cada uno de los cua­ Retire la planta a dividir brotes de desarrollo sanos sobre
les debe tener tres nodulos o articu­ (aquí, un lirio), introduciendo la corola. Corte en segmentos, Helleborus
laciones (véase también H ie r b a s , la horca lejos de los rizomas para cada uno con varios brotes. orientalis
B a m b úes , J u n c ia s y J u n c o s , p. 145). evitar dañarlos. Hemerocallis
Heuchera
Hosta
Iris (rizomatosas)
Kniphofia, algunas *
Lia tris
Lobelia cardinalis, L. fulgens
*
Lychnis
Lysimachia
Lythrum
Nepeta
Oenothera fruticosa
Ophiopogon, algunas #

2
Espolvoree los segmentos Paeonia

2 3
Sacuda el terrón para Descarte rizomas viejos, divididos con fungicida Phormium
eliminar tierra sobrante. Con luego separe los rizomas para evitar infecciones y Physostegia
las manos o una horca, parta el nuevos y jóvenes del terrón, y podredumbre. Polemonium
terrón en trozos manipulables. corte los extremos. Pulmonaria
Rheum
Rudbeckia
Salvia nemorosa, S. pratensis
Saponaria
Scabiosa caucasico
Schizostylis
Sedum spectabile
Sidalcea
Smilacina
Solidago
Slachys byzantina
Symphytum
Tanacetum coccineum
Thalictrum
Tradescantia x andersoniana

4 3
Espolvoree las zonas cortadas Plante los rizomas a una Plante fuera los segmentos
con fungicida. Recorte raíces
largas en un tercio. Para lirios,
5separación.
distancia de 15 cm de
Han de estar
divididos a 20 cm de
distancia entre cada uno. Los
Trollius
Veronica
corte las hojas con dos ángulos semienterrados, y sus hojas y brotes deben asomar a la
inclinados, dejando 15 cm para brotes deben ser verticales. superficie. Afirme bien. Cl.AVK
evitar que las agite el viento. Afirme y riegue. # No místenles
P r o p a g a c ió n de P erennes por M e d io de de E xtrem os de T allo s

1 2
Elija trozos de leña blanda
de 7-12 cm de largo de los
extremos de vastagos sanos. Esta
planta es un cultivar de
Penstemon.
Recorte la parte inferior de Introduzca los esquejes Cuando los esquejes
cada esqueje justo debajo de un
nodulo con un corte recto,
alrededor del borde de un tiesto 4 arraiguen, retire con suavidad
de 15 cm con tierra para esquejes y y coloque en tiestos individuales
reduciendo a 5-7 cm. Elimine el par riegue. Cubra con saco de plástico de 10 centímetros.
de hojas inferiores. sostenido por cañas.

P e r e n n e s P r o pa g a b l e s
Esquejes de punta de tallo En días cálidos, sombree los esque­ deberían volverse a introducir y cuida-
jes con papel de diario, malla de som­ darse como antes hasta que hayan
po r E s q u e je s Este sistema de propagado es el más uti­ breado patentada u otro material semi- arraigado.
d e T allo lizado para plantas herbáceas perennes traslúcido para evitar que las hojas se
difíciles de dividir con éxito y para cul­ abrasen o marchiten. Debe retirar el
Extremo tivares que no se desarrollan verdadera­ sombreado lo antes posible para que re­
Anisodontea *
A retot is *
mente a partir de semillas. Se pueden to­
mar esquejes en cualquier momento de
ciban mucha luz.
Examine diariamente, retirando hojas
Esquejes de tallo de base
Argyranthemum * la estación de desarrollo, a condición de muertas y material infectado. Riegue Este tipo de esqueje es el adecuado para
Calceolaria integrifolia # que existan vástagos adecuados. para conservar la tierra húmeda, pero plantas herbáceas que producen rami­
Cuphea * Elija extremos fuertes y desarrollados no mojada. lletes de vástagos nuevos en la base du­
Dianthus, algunas ¡fc sin brotes de flores, rechazando todos Después de dos o tres semanas, de­ rante la primavera. Los esquejes cortos
Diascia los delgados, débiles, larguiruchos o berían producir raíces y pueden plantar­ y basales de estas plantas, de tallos hue­
Epitobium canum dañados. se en tiestos individuales. Los que no ha­ cos o medulosos, como los de los lupi­
Erysimum Si la introducción de los esquejes tu­ yan desarrollado raíces en este punto, nos (Lupinus) y las espuelas, además de
Euryops, algunas # viera que atrasarse, coloque en bolsa de
Felicia, algunas # plástico sellado para evitar la deshidra-
Gazania * tación.
Helichrysum petiolare * C óm o P ro pa g ar a p a r t ir d e E s q u e je s de T a llo de B ase
Lavatera Preparación e introducción
Lotus bertlielotii * de los esquejes
Malvastrum * Recoja esquejes con podaderas o un cu­
Mirnulus aurantiacus # chillo afilado, cortando a través del ta­
Oenothera missouriensis llo justo encima de un nodulo. Recorte
Osteospermum, algunas * los esquejes justo hasta debajo de un no­
dulo y elimine después las hojas del ter­
Osteospermum cio inferior.
‘Buttermilk’ Introduzca los esquejes en tiestos o
bandejas con tierra para esquejes ade­
Parahebe cuado y afirme con los dedos.

I 2
Tome esquejes cuando los Elimine las hojas de base de
Pelargonium *
Penstemon, algunas * Tv Deje espacio suficiente entre esqueje
y esqueje, de manera que las hojas no vástagos (aquí, de
Chrysanthemurn) midan 3,5-5 cm,
cada esqueje y efectúe un
corte recto en inferior.
Phygelius se toquen y el aire circule libremente.
Salvia, algunas * Esto inhibirá que se pudran por el pie cada uno con un pequeño trozo
Scrophularia auriculata (página 564). de leña de base.
Sphaeratcea *
Trifotium pratense Cuidados ulteriores
Verbena * Riegue los esquejes con una regadera de
Viola, algunas # roseta fina y rocíe con fungicida para re­
ducir el riesgo de infecciones y podre­
Hasales dumbre.
Anthemis tinctoria Es importante conservarlos dentro un
Chrysanthemum, algunas * alto nivel de humedad para que no se
Delphinium, algunas # marchiten, de manera que, dentro de lo
Lupinus posible, conserve en una unidad de ro­
Monarda cío o en un propagador.
Otra opción es cubrirlos con una tien­
da de plástico o un saco; éstos deben
4
Anthemis Introduzca los esquejes Una vez los esquejes
tinctoria sostenerse con cañas o alambres para dentro de un tiesto con tierra arraigados, sepárelos,
‘E.C. Buxton’ que no toquen las hojas, ya que la con­ para esquejes húmeda. Coloque en conservando la mayor cantidad de
densación que se forma sobre el follaje un propagador o saco de plástico tierra posible. Coloque en tiestos
puede estim ular la formación de para estimular el arraigo. individuales.
hongos.
 P r o p a g a c i ó n

los de tejido suave, podrán arraigar con
éxito a partir de vástagos fuertes toma­
dos de plantas a mediados de primavera.
Si fuese necesario, las plantas a pro­
pagar pueden retirarse y cultivarse en
tiestos o bandejas, dentro de un inver­
nadero tibio, con el fin de estimular la
producción de vástagos basales con ma­
yor anterioridad que si las plantas se de­
sarrollasen al aire libre. Entonces los es­
quejes habrán arraigado y las plantas
jóvenes se establecerán más temprano en
la estación. Las plantas de las que se han
obtenido los esquejes podrán volverse a
plantar entonces en el jardín.
Preparación e introducción
de los esquejes
Elija vástagos fuertes cuyas primeras ho­
jas acaben de desplegarse y, por medio
de un cuchillo afilado, retire lo más cerca
de la base que sea posible; incluya par­
te del tejido basal leñoso en el esqueje.
No utilice vástagos que estén huecos ni
dañados.
Recorte las hojas inferiores de los es­
quejes, impregne de polvo de arraigo
hormonado e introduzca en tierra para
esquejes individualmente o no, en un
tiesto o bandeja. Afirme, riegue concien­
zudamente, y deje drenar los contene­
dores antes de colocarlos en una cajo­
nera o propagador.
Alternativamente, cubra cada conte­
nedor con un saco de plástico transpa­
rente, sostenido por arcos de alambre
clavados en la tierra. Aparte los esque­
jes del sol directo para evitar que las ho­
jas se abrasen o marchiten.
Cuidados ulteriores
Controle los esquejes de cuando en
cuando, eliminando cuanto antes el fo­
llaje muerto o descompuesto para evi­
tar la podredumbre.
Asegúrese en todo momento de que
la tierra esté húmeda, pero no mojada,
y seque la humedad excesiva de la cu­
bierta de plástico.
Los esquejes deberían arraigar des­
pués de un mes, y luego podrá plantar
en tiestos individuales, llenos a partes
iguales de tierra negra, arena y sustitu­
to de turba o turba.
Esquejes de raíz
Este es un método útil para la propaga­
ción de perennes de raíces carnosas y
gruesas, como Verbascum y cultivares
de Papaver orientale. También es la úni­
ca manera de cultivar plantas nuevas y
sanas a partir de cultivares de flox de
orlas afectados por angilulas. Como las
angilulas aparecen en el desarrollo su­
perior del flox afectado, pero no en las
raíces, se pueden lograr plantas sanas sin
angilulas a partir de coger esquejes de
raíz.
Este método no se utiliza para los cul­
tivares de flox de hojas estriadas, por­
que las plantas resultantes sólo tienen
hojas verdes lisas.
Al cortar las raíces, cuide de no da­
ñar la planta madre y vuelva a plantar
recto apenas haya cortado los esquejes.
Los de raíz tienen mayor éxito tomados
cuando la planta está en el período inac­
tivo, generalmente en invierno.
Preparación
Retire una planta sana y fuerte y lave las
raíces para poder observarlas con clari­
dad. Elija las jóvenes, vigorosas y bas­
tante gruesas, ya que éstas tienden a pro­
porcionar plantas nuevas mejores que
las débiles y delgadas o viejas, torcidas
y leñosas.
Corte las raíces jóvenes muy cerca de
la corola y vuelva a plantar la planta
madre.
Si propaga plantas de raíces gruesas,
como Acanlhus, Anchusa, Romneya y
Verbascum, elija raíces del grosor de un
lápiz y corte en trozos de 5-10 centíme­
tros de largo.
En el caso de las perennes de raíces
delgadas, corte en trozos de 7-12 cm, de
manera que haya bastante alimento al­
macenado para los esquejes.
Corte cada segmento de manera que
la parte superior (la más cercana al ta­
llo) tenga un corte recto y la inferior (la
más cercana al extremo de la raíz) uno
sesgado; esto facilita introducir los es­
quejes correctamente. De la parte supe­
rior se desarrollarán vástagos, y de la in­
ferior, raíces.
Elimine las raíces fibrosas antes de in­
troducir los esquejes.
Introducción de esquejes
Después de preparar los esquejes, espol­
voree con fungicida para evitar que se
pudran.
A continuación introduzca vertical-
mente, con el corte recto hacia arriba,
en tiestos o bandejas con abono para se­
millas, a una profundidad de una vez y
media su longitud; los extremos deben
estar a nivel de la superficie.
Cubra los tiestos con una capa de are­
na o gravilla fina, etiquételos y colóque-
los en una cajonera o un propagador.
No los riegue hasta que no comiencen
a arraigar.
Una vez que se hayan desarrollado los
vástagos, coloque en tiestos individua­
les con tierra adecuada.
Las plantas de raíces más delgadas,
como Anemone hupehensis, A. x
hybrida, Campanula, flox y Primula
denticulata, a menudo se tratan de un
modo ligeramente diferente, ya que sus
raíces podrían ser demasiado delgadas
para introducir verticalmente.
Coloque los esquejes horizontalmente
sobre la superficie de los tiestos o ban­
dejas de tierra afirmada y cubra a con­
tinuación con más tierra.
Después, trate al igual que para los
esquejes estándar.

C ómo P r o pa g a r P e r e n n e s a p a r t ir d e E s q u e je s de R a íz P e r e n n e s P r o pa g a b l e s
a p a r t ir d e E sq u e je s
d e R a íz
Acanthus
Anchusa azurea
Anemone hupehensis,
A. x hybrida
Arnebia
Campanula, algunas *
Catananche caerulea
Echinops

3
Retire la planta (aquí, Acorte las raíces y corte en Introduzca los esquejes en
AcanthusJ en estado inactivo trozos de 5-10 cm. Corte recto en agujeros en un tiesto con Catananche
caerulea ‘Major’
y lave las raíces. Seleccione raíces el extremo superior e inclinado en el tierra para esquejes húmeda y
del grosor de un lápiz y corte con inferior (véase detalle). afirme. La parte superior estará ai
cuchillo cerca de la corola. mismo nivel que la tierra. Erodium,
algunas *
Eryngium,
M é t o d o O p c io n a l para algunas *
Gaillardia
R a íc e s D elg a d a s Geranium, algunas *
Gypsophila
Limonium latifolium
Mertensia
Morisia
Papaver orientale
Phlox decussata, P. suhulata
Primula denticulata
Pulsatilla vulgaris

5
Revista los tiestos con gravilla Cuando hayan desarrollado Romneya
4 gruesa, etiquete y coloque en vástagos jóvenes, coloque en Coloque los esquejes cortados Trollius
cajonera hasta que arraiguen. tiestos individuales llenos de abono de forma horizontal sobre Verbascum
para esqueje con base de tierra abono húmedo afirmado.
negra. Riegue y etiquete (véase Cubra con tierra y afirme. C la v e
detalle). ♦ No resistente
Injerto
Aunque los injertos están habitualmcnte
más vinculados a árboles y arbustos, al­
gunos cultivares de Gypsophila panicu-
lata, por ejemplo ‘Flamingo’ y ‘Bristol
Fairy’, se propagan por injerto. Ello se
debe a que no arraigan con facilidad a
partir de esquejes, de modo que el in­
jertado es la única manera de aumen­
tar las existencias. Este sistema debería
producir plantas vigorosas de buen de­
sarrollo.
Preparación de la planta de la púa
Retire las plantas del cultivar a propa­
gar en otoño, coloque en tiestos y con­
tinúe cultivando en un invernadero fre-
co. Esto estimulará la producción de
vástagos jóvenes y vigorosos antes de lo
habitual —entre mediados y finales de
invierno—, que es el momento óptimo
para injertar.
Preparación de los patrones
Para los patrones, utilice plantones de
uno o dos años de Gypsophila panicu-
lala que deben ser retirados y prepara­
dos entre mediados y finales de invier­
no. Elija raíces del grosor de un lápiz
por lo menos y de 7-10 cm de largo, cor­
tando recto en el extremo y sesgado en
la base.
Recorte las pequeñas raíces laterales
y descarte las fibrosas que crezcan so­
bre el patrón. Luego, coloque las raíces
preparadas en un saco de plástico sella­
do para conservar la humedad en ellas
mientras prepara las púas.
Es importante que no se sequen las
superficies cortadas, ya que ello podría
impedir la unión adecuada entre el pa­
trón y la púa.
Selección y preparación
de los patrones
Para los patrones, elija vástagos jóvenes
y fuertes de 3-7 centímetros de largo y
separe de la base de la planta.
Los extremos inferiores deben cortarse
en cuña.
Unión de patrones y púas
Primero prepare el patrón, practicando
un pequeño corte vertical de 1 cm de
profundidad en el extremo superior. Co­
loque en un tiesto individual de tierra
para esquejes.
Después introduzca la púa, recortan­
do más si fuera necesario, de manera
que el extremo inferior encaje en el corte
del patrón preparado.
Sujete firmemente la púa y el patrón
unidos con rafia o cinta plástica.
Alternativamente, las plantas pueden
ser colocadas en un tiesto después de in­
jertadas. En ambos casos, riegue con­
cienzudamente y deje drenar los tiestos.
Coloque las plantas injertadas en un
propagador o unidad de rociado, pre­
ferentemente con calor en la base, o cu­
bra cada uno con una bolsa de plástico
transparente, sostenida por cañas o
alambres; asegúrese de que no toque las
hojas porque la condensación en el in­
terior de la bolsa podría pudrirlos.
Fije la bolsa en su sitio con una tira
elástica alrededor del tiesto.
Cuidados ulteriores
Examine las plantas injertadas con re­
gularidad, asegurándose de que la tie­
rra no se reseque.
Riegue desde abajo, cuando sea ne­
cesario, introduciendo los tiestos en una
P r o p a g a c ió n p o r I n je r t o
1
Primero seleccione y
prepare el patrón.
Corte un trozo de raíz
recta y sana de / cm de
grosor y 9 cm de largo
de la planta madre
(aquí, Gypsophila
paniculata/
Con un cuchillo afilado, Para la púa, seleccione un
3dehaga una incisión vertical
I cm de profundidad en la
4 vastago vigoroso de 3-5 cm de
grosor y 3-7 cm de largo. Recorte el
parte superior del patrón.
6
Para sujetar la púa
firmemente, sujete la zona
injertada con rafia o cinta
adhesiva. Etiquete y riegue
concienzudamente.
bandeja con agua, retire las bolsas de
plástico y proceda a rociar las plantas
Una vez que el desarrollo nuevo sea
visible en cada planta injertada y que la
con agua. unión sea firme, podrá retirar la ligadura
Los injertos deberían pegarse bastante de rafia o plástico.
rápidamente y las raíces nuevas apare­ Una vez estén bien establecidas, co­
cerán después de cuatro a seis semanas; loque las plantas en tiestos con tierra es­
entonces puede retirar las plantas injer­ tándar y siga cultivando en un inverna­
tadas del propagador o saco de plásti­ dero fresco o cajonera. Luego plántelas
co y conservar en condiciones frescas, fuera a principios de verano, en un ma­
pero libre de heladas, hasta que se de­ cizo de semillero o en su ubicación de­
sarrollen vástagos nuevos. finitiva.
2
Elimine raíces fibrosas y
recorte raíces laterales hasta el
patrón dejando I cm. Corte recto
en el extremo superior e inclinado
en el inferior.
5
Introduzca el patrón dentro
de un tiesto de 6 cm con tierra
para esquejes y afirme. Introduzca
extremo inferior en forma de una la parte inferior de la púa dentro
cuña que encaje dentro del corte del del patrón con cuidado, ajustando
patrón. bien.
Cubra la planta
7plástico
con un saco de
sostenido
por cañas o alambres
para que no toque la
planta. Deje en un
sitio luminoso y
cálido a cubierto,
hasta que el injerto
haya prendido
y haya señales de
desarrollo nuevo.

Jardinería de flores silvestres y de prados
jardinería de flores silvestres sur­ ped corto y plantas bajas como gencia­
a
Lservar
ge, en parte, por el deseo de con­ nas (Gentiana acaulis) y espiguillas de
especies nativas amenazadas pormontaña (Soldanella montana), que
la erosión de sus hábitats naturales; aun­
que estos hábitats no sean exactamente
reproducibles, el cultivo incluso de una
pequeña zona de flores silvestres contri­
buye a su conservación y atrae a una se­
rie de insectos (a menudo benéficos) y
otra fauna al jardín.
A menudo la creación de una zona de
flores silvestres es la mejor manera de
utilizar una parte del jardín que no se
presta al cultivo convencional, tal vez
porque es demasiado abierta, inclinada
o seca, o porque tiene un suelo pobre.
Jardines de flores silvestres
Los hábitats de las flores silvestres son
muy diversos, pero comprenden prados
y praderas ricas en llores (véase p. 279),
prados alpinos, trigales, tierras panta­
nosas y monte (véase p. 27).
Al planear una zona de flores silves­
tres, valore el emplazamiento, teniendo
en cuenta el clima, tipo de suelo y dre­
naje, y el grado de sol, sombra y pro­
tección. Las condiciones de desarrollo
determinarán qué plantas prosperarán
y tendrán un aspecto natural en el em­
plazamiento.
Un lugar abierto y soleado —de sue­
lo bien drenado— es ideal para un pra­
do con escabiosa común (Knaulia ar-
vensis) y galio (Galium verum) o para
una zona de trigales con amapolas (Pa-
paver) y acianos (Centaurea cyanus); un
emplazamiento más expuesto podría ser
adecuado para un prado alpino, con cés­
P lantas que F lorecen en D is t in t o s H á b it a t s
Leucanthemum vulgäre Geranium pratense
(prado) (prado)
Caltlia palustris Galantlius nivalis
(pantano) ‘Flore Pleno’
(bosque y prado)
J a r d i n e r í a
110
serán dañadas por el viento. Los suelos
anegados o húmedos pueden utlizarse
como jardín de pantano (véase p. 245),
con plantas como reina de los prados
(Filipéndula ulmaria).
Observe la flora silvestre local, ya que
ésta le indicará qué especies cultivar,
pero nunca tome flores de la naturaleza.
También puede incluir alguna plantas no
locales que disfruten de las mismas con­
diciones de desarrollo y que sean acor­
des con el estilo de la plantación.
Variación estacional
Según el emplazamiento y las plantas
elegidas, se puede planificar el desplie­
gue principal para una estación en par­
ticular o para ampliar a lo largo de un
período más largo. Un hábitat boscoso
favorece plantas que florecen en prima­
vera porque la bóveda de los árboles fil­
tra más luz que en tiempos posteriores.
Los prados están en su cima en verano,
pero tienen interés durante más tiempo,
desde los narcisos de primavera, como
Narcissus pseudonarcissus, hasta aza­
franes que florecen en otoño (Colchi-
cum autumnale y Crocus speciosus).
Establecimiento de un
jardín de prado
Es mejor establecer este tipo en suelos
de baja fertilidad, usando una mezcla
de hierbas finas, como agrostidas
(Agrostis) y cañuelas (Festuca), que no
Chelitlonitim iiiajus
‘Flore l’leno’
(bosque y setos vivos)
F.rythronium
dens-canis
(bosque y prado alpino)
de F lo res S i l v e s t r e s y de P rados
O r l a d e F l o r e s S il v e s t r e s
Muchas especies florecen profusamente en tos jardines, ofreciendo un
despliegue atractivo y una rica fuente de néctar para los insectos.
invadirán las plantas floridas. Las flo­ tación. En años subsiguientes, corte las
res de prado típicas comprenden las pe­ zonas con flores primaverales, dejando
rennes, como petirrojas (Lychnis flos- 8 cm después de que pierdan las semi­
cuculi) y los farolillos de racimo (Cam­ llas. Siga cortando cada tres semanas o
panula glomerata). Existen varias mez­ una vez a finales de verano. Los prados
clas de semillas disponibles, que se ade­
cúan a diferentes emplazamientos y
que florecen en verano pueden segarse
o cortarse con guadaña hasta finales de
tipos de suelos. primavera, pero después debe dejarlos
hasta principios de otoño, cuando las
Siembra y plantación flores hayan perdido las semillas. Reti­
Elimine las malezas perennes vigorosas, re las hierbas cortadas después de cada
como las romazas (Rumex) y diente de siega.
león (Taraxacum officinale), con un her­
bicida desplazado. Después retire toda
la turba y la capa superior de tierra fér­
til para su uso en otro sitio. Cultive el
suelo finamente, afirme a pisotones o
con rodillo y rastrille ligeramente. A
principios de otoño o en primavera,
siembre las semillas de las flores silve-
tres (con arena fina para lograr una dis­
tribución pareja) a razón de 4 g por
m2, o según lo aconseje el proveedor.
Si establece flores silvestres en un pra­
do existente, como, por ejemplo, un
huerto, reduzca la fertilidad del suelo a
lo largo de uno o dos años, cortando el
césped con regularidad y retirando la
hierba cortada.
Después introduzca plantas cultivadas
en tiestos, utilizando un pequeño plan­
tador para bulbos a fin de extraer pe­
llas de turba.
Mantenimiento
El primer año, mantenga el césped a 5-8 P l a n t a c ió n R ib e r e ñ a
cm, retirando lo cortado para conservar La fragante Hesperis matronalis,
baja la fertilidad del suelo; trate las ma­ alimento para las orugas de la
lezas perennes perniciosas puntualmen­ mariposa de alas con extremos
te. No cuente con flores la primera es- naranjas, coloniza suelos húmedos.
Pelargonios

L
os pelargonios son, en su mayo­ dores, donde mejor se exhiben sus flo­
ría, plantas no resistentes, siem- T ip o s d e P e l a g o r n io s res sobre tallos colgantes. También pue­
preverdes, perennes y de origen sudafri­ de plantarlas desparramadas sobre los
cano. Al introducirlas en Gran Bretaña, bordes de un macizo en relieve o de un
se les dio el nombre común de geranio, muro.
por su semejanza botánica con las es­
pecies resistentes herbáceas del genero Hojas aromáticas
Geranium, que se cultivaba habitual­ Los pelargonios de hojas aromáticas tie­
mente en Europa en aquel tiempo. Este nen pequeñas flores delicadas de cinco
nombre común sigue siendo utilizado pétaios y un follaje aromático por el
ampliamente, aunque casi todas las que, generalmente, se las cultiva. Son ex­
plantas llamadas geranios pertenecen al Z onal R ecia H o ja s de H ie d r a celentes plantas de interior y de inver­
género Pelargonium. P. ‘Dolly Varden’ P. ‘Purple Emperor’ P. peltatum ‘Amethyst’ nadero, y en climas templados pueden
Hojas redondeadas, con Hojas profundamente Plantas colgantes de cultivarse en el exterior en verano y oto­
una zona más oscura y dentadas y flores hojas lobuladas y flores ño, en contenedores o como plantas de
flores sencillas o dobles. amplias en forma de desde sencillas a dobles. macizos.
Tipos de pelargonios trompetilla.

Los pelargonios pueden dividirse en cin­

co grupos, según sus características prin­
cipales.
Los grupos son: zonal, enanas y mi­
niaturas zonales, regias, con hojas de
hiedra, y con hojas aromáticas.
Zonal
Estos pelargonios tienen hojas redon­
deadas, generalmente dibujadas con una
zona oscura distintiva, y flores sencillas,
semi-dobles y dobles. Algunos cultiva­
res no tienen esta zona, y otros tienen
hojas estriadas doradas o plateadas, o
tricolores.
En los climas templados, crecen bien
en el jardín abierto, y resultan ideales
paa los macizos de verano, ya que flo­
recen continuamente desde principios de
verano a finales de otoño. También pros­
peran en jardineras, cestas colgantes y
contenedores. Las zonales se adaptan
con facilidad a las condiciones de desa­
rrollo en invernaderos o jardines de in­
vierno.
P. ‘Dolly
Varden’
P. ‘Lady
Plymouth’
H o ja s A r o m á t ic a s
P. ‘Royal Oak’
Plantas con flores pequeñas, a menudo irregulares y
cultivada por sus hojas fragantes.
Enanas y zonales miniatura
Las enanas zonales miden 13-20 cm, son
arbustivas y producen muchas flores.
Son excelentes plantas para jardineras
de ventanas y para tiestos desplegadas
en invernaderos y jardines de invierno,
la s miniatura zonales tienen hojas y flo­
res más pequeñas que las enanas zona­
les, y no miden más de 13 cm. Son plan­
P. ‘Frank
Headley’
P. ‘Mrs
Quilter’
C ontenedores
Plantando una
combinación de
zonales y de tipos
de hojas aromáticas,
proporcionará un
follaje atractivo
un despliegue largo
de flores decorativas.
Z ona E nana
P. ‘Timolhy Clifford’
Plantas arbustivas de
floración abundante,
similares a las zonales,
de 20 cm de alto.
tas muy floríferas, que tienen flores do­
bles y sencillas en una gran gama de co­
lores, y sus hojas son verdes o verde-
negruzcas.
En años recientes, se han desarrolla­
do las zonales híbridas F1 y F2, que se
cultivan a partir de semillas y se utili­
zan principalmente en macizos. Tienen
flores sencillas y están disponibles en la
misma gama de colores que los cultiva­
res propagados vegetativamente.
Regias
Son pelargonios pequeños y arbustivos,
de hojas redondeadas y muy serradas y
flores anchas en forma de trompetilla,
a menudo de colores exóticos.
Se las puede cultivar en el jardín
abierto, pero en los países templados
se las usa con mayor frecuencia co­
mo plantas de interior, de invernade­
ro o de jardín de invierno, ya que las
flores se estropean con facilidad con la
lluvia. En climas más cálidos, donde
se las puede plantar en el exterior per­
manentemente, forman espléndidos ar­
bustos floridos que florecen casi todo
el año.
Hojas de hiedra
Estos pelargonios colgantes tienen ho­
jas redondedas lobulares tipo hiedra, y
flores similares a las zonales, disponi­
bles en una gran gama de colores. Se las
usa en cestas colgantes y otros contene-
Alimento y riego
Todos los pelargonios, especialmente los
de contenedores, necesitan un alimen­
to líquido de alto contenido en potasa,
como el fertilizante para tomates, a lo
largo de todo el verano. Esto les ayuda
a seguir produciendo muchas flores de
alta calidad sin volverse demasiado ho­
josas.
Los fertilizantes ricos en nitratos pro­
ducen demasiadas hojas a expensas de
las flores, y no deben utilizarse. Los cul­
tivados en contenedores deben regarse
a intervalos regulares apenas se seque la
superficie de la tierra.
Invernado
Los pelargonios deben conservarse a sal­
vo de las heladas, excepto P. endliche-
rianum , una especie rara y resistente,
oriunda de Türquía. En los climas tem­
plados, las plantas cultivadas en el ex­
terior se pueden conservar para replan­
tar la próxima estación, llevándolas a un
lugar protegido antes de las heladas. Re­
tire las plantas antes de las primeras he­
ladas, sacuda para eliminar la mayor
cantidad posible de tierra de las raíces,
recorte las raíces y los tallos y elimine
las hojas que queden.
Para almacenarlas, use una caja de
madera o de cartón fuerte de caras pro­
fundas y efectúe algunos pequeños agu­
jeros de drenaje en el fondo. Rellene la
caja a medias con abono para tiestos o
semillas para conservar vivas las plan­
tas, pero que contiene insuficiente ali­
mento como para que se desarrollen vi­
gorosamente durante el período de
almacenado.
Prepare los tocones preparados (plan­
tas viejas) en la caja, de modo que es­
tén juntas pero sin tocarse. Rellene con
más abono alrededor de cada tocón y
afirme en etapas, acabando a ras de la
superficie de la caja.
Riegue concienzudamente y deje la
H ábitos C o n t r a s t a d o s lumínicas son buenas y el tiempo sigue
Use pelargonios templado. Elija vástagos sanos y fuer­ T o m a d e E s q u e je s
colgantes con hojas de tes (no floridos, si son de una regia o
hiedra para volcar de hojas aromáticas), cortando justo en­
sobre el borde de un cima de la tercera articulación debajo del
contenedor. Harán un extremo de desarrollo. Recorte cada uno
bonito contraste con justo hasta debajo de la articulación in­
las formas verticales en ferior y elimine seguidamente las hojas
el centro. inferiores.
Introducción de esquejes
Elija el tamaño del tiesto según el nú­
mero de esquejes: uno de 13 cm podrá
contener hasta cinco esquejes. Llene el
tiesto con abono para esquejes o semi­
llas estándar, afirme y coloque el tiesto
en un contenedor con agua, hasta que Elija un vastago sano y
la superficie de la tierra esté húmeda. corte el tallo recto justo
caja en el exterior durante un día para
que drene. Vuelva a regar sólo durante
Propagación a partir Retire y deje drenar. Introduzca los es­
quejes, apretando con suavidad para eli­
encima de la tercera articulación
el invierno si se resecan mucho. Alma­ de esquejes minar bolsas de aire en sus bases. No
bajo el extremo de desarrollo.
cene la caja en un sitio bien iluminado los riegue aún.
y libre de heladas. Si no hay calefacción Es fácil propagar pelargonios a parlir de
disponible, proteja en tiempo muy frío esquejes, y el sistema utilizado es el mis­ Cuidados ulteriores
con diarios, sacos o mediante una al­ mo para todos los tipos. Coger esque­ Coloque el tiesto en un lugar ilumina­
fombra vieja. jes es un método barato para producir do y tibio, pero no directamente al sol.
A mediados de invierno aparecerán plantas nuevas y permite que la planta Una semana después de introducirlos,
vástagos nuevos sobre los tocones; és­ vieja siga floreciendo fuera en el jardín riegue desde abajo (véase arriba). Vuelva
tos pueden usarse como esquejes a prin­ hasta la llegada de las primeras heladas, a regar una semana o diez días después,
cipios de primavera. prolongando así el despliegue. momento en que deberían arraigar. Si
Alternativamente pueden colocarse los riega desde arriba, podrían sufrir de
los tocones en tiestos individualmente Selección de esquejes moho gns/Botrytis u otras enfermeda­
y seguir cultivando para plantar luego, Aunque se los puede tomar a partir de des de pudrimiento por el pie. No use
en el exterior, en las primeras etapas del la primavera, el momento mejor es a fi­ propagadores ni las cubra con plástico
verano. nales de verano, cuando las condiciones por las mismas razones. Con una navaja, elimine
Permita que el aire circule siempre li­ hojas de cada esqueje,
bremente. Apenas hayan arraigado dejando dos en el extremo
In v e r n a d o
(cuando aparezcan hojas nuevas) colo­ superior. Elimine flores o brotes.
que en tiestos individuales de 6 centí­
Retire las metros.
plantas antes
de las primeras
heladas y sacuda
para eliminar la
Cultivo de híbridos
tierra sobrante. F1 y F2 a partir de semillas
Recorte los tallos,
dejando 10 cm y Los híbridos Fl y F2 a partir de semi­
elimine las hojas. llas resultan difíciles de reproducir para
Recorte las raíces el novato, ya que requieren un medio
dejando 5 cm. ambiente especial. En países cálidos, flo­
recerán a partir de semillas después de

Llene una caja a medias con
15 cm de abono para semillas.
Coloque las plantas sin tocarse.
Rellene con abono; después,
riegue y deje drenar.
Almacene en un sitio libre de
3los vástagos
heladas hasta que aparezcan
nuevos y coloque en
tiestos. Use los vástagos nuevos
para tomar esquejes en primavera.
3
seis meses, pero en los más fríos pue­ Recorte la base de cada uno
den tardar hasta 15 meses. Para acortar justo hasta debajo de la
este período, los viveros comerciales cul­ articulación inferior efectuando
tivan a partir de plantones a altas tem­ un corte recto.
peraturas —y con iluminación artifi­
cial— durante 14 horas por día o duran­
te 5 meses en invierno. También tratan
las plantas con compuestos para dismi­
nución a fin de conservar un hábito
compacto y lograr un florecimiento
temprano.
Siembra de las semillas
Siembre a principios de verano (véase
A n u a i .e s y B ie n a l e s , «Siembra en ban­
dejas, p. 182). Cuando los plantone mi­
dan 15 cm, elimine los extremos de cre­
cimiento para estimular un desarrollo
arbustivo.
Haga agujeros de 2,5 cm de
4 profundidad en tiestos con
Siga cultivando como plantas para in­ abono húmedo. Introduzca los
vernadero fresco a lo largo del invierno esquejes y afirme.
y primavera para que florezcan al vera­
no siguiente.
 7
A nuales
y B ien a les
se consideran tradicionalmente una chas de estas plantas florecen abundantemente a lo largo de se­

L
a s a n u a l e s y b ie n a le s
manera rápida y económica de lograr color en el jardín. manas o meses. El jardinero podrá utilizar esta profusión de co­
Sin embargo, limitar a ello su uso es ignorar la vasta ga­ lor para crear infinidad de dibujos en macizos, con plantas plani­
ma de follaje, fragancia, textura y estatura que ofrecen. Sus usos
ficadas para florecer una tras otra. Mientras que las anuales y
son tan variados como sus atributos: pueden avivar cualquier jar­ bienales se utilizan con mayor frecuencia para adornar macizos
dín en unos cuantos meses o, como flores secas o cortadas, trans­ y contenedores, algunas variedades de hábitos reptantes o trepa­
formar el interior del hogar. Las anuales y bienales también per­ dores resultan particularmente atractivas cultivadas subiendo a lo
miten experimentar en el jardín, cambiando los esquemas de color largo de un soporte o desplegadas profusamente sobre el perfil
y los efectos durante una estación. Aunque son de vida corta, mu­ de una ladera.

Diseño con anuales y bienales

a palabra «anual» describe una

L planta cuyo ciclo completo de vida

—desde la germinación, pasando por la
producción de semillas, hasta la muer­
te— tiene lugar en el espacio de un año.
Las que resisten las heladas se llaman
anuales resistentes; las que no, se deno­
minan semi-resistentes y deben cultivarse
bajo cristal y plantarse en el exterior
cuando haya pasado el peligro de
heladas.
Las «bienales» requieren dos estacio­
nes de desarrollo. Durante la primera
producen hojas, después invernan y flo­
recen al año siguiente.
Algunas perennes no resistentes resul­
tan más vigorosas y producen una flo­
ración más abundante tratadas como
anuales o bienales.

Orlas de anuales
Las orlas o macizos completos dedica­
dos a las anuales producen efectos co­
loridos. Son ideales en jardines nuevos,
donde pronto ofrecen un despliegue vi­
brante; las anuales también se utilizan
como elementos en jardines esta­
blecidos.
Pueden cambiarse varias veces duran­
te la misma estación, para crear desplie­
gues diferentes.
Efectos de color
Las orlas de anuales más eficaces sue­
len ser las que aprovechan una gama de
colores limitada: rojos y naranjas vi­
brantes, rosas y púrpuras apagados, azu­
A n u a l e s d e F l o r e c im ie n t o V e r a n ie g o
Despliegue exuberante con los colores intensos de las Schizanthus, masas sueltas de Lobelia y petunias. Los
balsaminas (cultivares de Impatiens), hermosos ramos de
les y malvas suaves. Planifique la planta­
ción como una amplia pincelada de co­
lor, eligiendo tonos que armonicen unos
al lado de los otros. Los grises, verdes
y blancos son útiles para proporcionar
un descanso de los rojos y azules más
vibrantes. Muchas anuales, como los an-
tirrinos, violetas (Viola x wittrockiana)
pelargonios y las fucsias añaden opulencia.
y las petunias se presentan en muchos Forma y textura
colores, lo que facilita la elección de una Las composiciones de orlas se realzan
planta en particular. por la textura de las hojas o la totalidad
Un macizo dedicado al cultivo de flo­ del aspecto de las plantas, tanto como
res blancas tiene un aspecto fresco, pero por el color. Coloque plantas con tex­
las plantas de follaje verde evitan que pa­ turas de hojas o flores contrastantes en
rezca frío. No sustituya los cremas por grupos adyacentes. Se apreciarán mejor
los blancos. sus diferentes características. Se ignora
 dii en la parte delantera. En el caso de ciño (Ricinus communis), otra perenne asegure que las plantas florezcan al mis­
las de altura intermedia, yuxtaponga que prospera en climas frescos, tratada mo tiempo.
grupos de alturas diferentes para lograr como una anual semiresistente ofrece un Para un despliegue primaveral, selec­
una variación. Ello produce una infor­ aspecto atractivo por sus hojas verdes cione alelíes amarillos (Cheiranthus),
malidad ondulante. o púrpura bronceadas. Las columnas ar­ no-mc-olvidcs (Myosotis), violetas (Vio­
Combine plantas que prosperen en bustivas, verde brillante, tipo columnas la x wittrockiana), prímulas (Prímula
condiciones similares. Por ejemplo, los de la anual Kochía scoparía f. trichoph- vulgaris) y primaveras.
cultivares o especies de Nícotiana, que ylla contrastan bien con esquemas co­ En verano y a principios de otoño, la
tienen ramos sueltos de flores perfuma­ loridos, mientras que algunos cultivares gama de plantas que florecerán es mu­
das tubulares sobre tallos largos, se com­ de Coleas ofrecen una gama de colores cho más amplia y permite hacer infini­
binan bien con las formas bajas y com­ de follaje: rojos y púrpuras, amarillos tas combinaciones.
............. pactas de las balsaminas /'cultivares de y verdes. Las petunias han sido tan diversifica­
t■' ' ; ••'.'i? '-X.Y."' ■ ’•'•ÚjX Impatiens), pues ambas prefieren, gene­ Otras plantas de follaje colorido com­ das que puede usarlas solas para crear
ralmente, emplazamientos frescos y prenden ‘Ruby Chard’ (un cultivar de esquemas de color elaborados. Seleccio­
'Vini sombreados. Beta vulgaris) de tallos rojo intenso y ne entre las estriadas de contrastes auda­
rectos y los repollos ornamentales ('for­ ces, las de un solo color intenso o las
______ Plantas de follaje mas de Brassica oleráceo), de follaje de tonos sutiles, solas o combinadas. Si
Existen varias anuales que se cultivan bajo y discreto color rosado, verde o es posible, elija híbridos que no se es­
por el follaje, para que armonice o con­ blanco. tropean con la lluvia.
U na A lfom bra d e C o l o r V e r a n ie g o traste con el color brillante de las flores Tagetes también ofrece una gama de
El atractivo de este bello despliegue y para aumentar las texturas de maci­ Despliegue estacional colores amplia, del crema al naranja
de anuales semiresistentes y zos y orlas. Planifique la plantación de manera que profundo y rojo caoba y los capítulos
resistentes destaca de los colores La Senecio marítima, con sus hojas los períodos de floración de las anuales varían desde las maragaritas individua­
suaves del muro del fondo. gris plata, se cultiva a partir de semillas coincida lo más posible, para evitar que les de Tagetes signata hasta los grandes
con facilidad. Aunque a menudo se la aparezcan huecos. globos de los cultivares africanos.
trata como una anual semiresistente, es, Para proporcionar interés a lo largo Las caléndulas francesas (Tagetes pa-
con frecuencia la forma y textura de las en realidad, una perenne y puede con­ de un período extenso, use anuales que tula), de capítulos individuales y dobles,
anuales, pero aumentan el carácter de servarse durante años si se la protege de florezcan sucesivamente; en el caso de despliegan un opulento colorido rojo o
la plantación, ya sea con las delicadas las heladas. Un grupo de plantas de ri- combinaciones de colores específicas, caoba.
flores de Nigella, la pinchuda Salvia o
la profusa informalidad de la flor del U n a O r la A n u a l
huevo-pasado-por-agua (Limanthes
douglasii). Una planta valiosa es el maíz Se puede dedicar una orla completa a anuales, bienales y marítima) que suaviza la parte delantera. El follaje
ornamental (Zea mays ‘Japónica Mul­ otras plantas de vidas cortas. En este diseño se han arquitectónico de la planta de ricino (Ricinus
ticolor’), de hojas estriadas, flores con aprovechado los distintos hábitos de desarrollo de la communis) es un centro de atención que contrasta con
penachos y mazorca de semillas multi­ trepadora Cobaea scandens y del alhelicitlo (Lobularia los aspectos más informales de las flores.
colores.
Si se incluye una variedad de tama­
ños y aspectos ello agregará interés al
esquema.
Elija las formas tipo margarita de
Gaillardia, los discos clorados de los gi­
rasoles (Helianthus annuus), las cam­
panas grandes de las petunias, los pe­
nachos plumosos de Celosía cristata o
los pequeños pompones de las marga­
ritas dobles (Bellis perennis), o la ma­
zorca de flores dobles (Tanacetum part-
henium, blanca doble).
Agrupación de plantas
Las anuales despliegan su mejor efecto
plantadas en grandes grupos de un solo
cultivar que ofrece audaces bloques de
colores. Las plantas individuales po­
drían quedar aisladas y debilitar la es­
tructura.
Siembre en áreas irregulares, de ma­
nera que, al madurar, el efecto sea el
mismo que los montones intermezcla-
dos de las perennes en orlas herbáceas
tradicionales.
Los aspectos y tamaños de los grupos
deben variar para crear un aspecto 1 Tropueolum majus 13 Calendula ‘Orange King'
natural. 2 Eccremocarpus scatter 14 Arctotis stoechadifolia var. grandis
Si una orla ha de verse desde una di­ 3 Cobaea scandens 15 Gypsopliila ‘Covent Garden White’
rección quizás un sendero o césped, o 4 Chrysanthemum ‘Primose Gera’ 16 Rudbeckia ‘Marmalade’
tiene un seto o una verja por detrás, gra­ 5 Digitalis purpurea f. alba 17 Echium ‘Blue Bedder’
dúe las plantas según la altura. Plante 6 Ricinus communis 18 Eschsclioizia ‘Monarch Art Shades'
las más altas, como las malvarrosas (Al- 7 Lavatera trimestris ‘Mom Blanc' 19 Dimorpliotheca, Sunshine Hybrids
8 Centaurea cyanus 20 Lobularia maritime ‘Snow Crystal’
cea), Amaranthus y los girasoles en la 9 Tagetes pattila ‘Naughty Marietta’ 21 Lobelia 'Crystal Palace’
parte posterior, y las especies bajas, 10 Salvia farinacea 22 Convolvulus ‘Royal Ensign’
como Ageratum, alelicillos dulces (Lo- 11 Nicotiana alata ‘Lime Green’ 23 Tagetes 'Golden Gem’
bularia marítima) y Phlox drummon- 12 Nigella damascena ‘Miss Jekyll’ 24 Ageralum ‘Blue Danube’
E sq u e m a F o r m a l p a r a M a c iz o s
Perfectos para colorear un dibujo preexistente, los pelargonios escarlata y las
caléndulas doradas (Caléndula) configuran vividos paneles monocromáticos.
Su desarrollo arbustivo puede servir
como tapizante colorido.
Esquemas de macizos formales
La variación de color, aspecto y tama­
ño, así como la uniformidad del desa­
rrollo de muchos cultivares modernos de
anuales ofrecen la oportunidad de crear
despliegues desde primavera hasta el
otoño.
Uno de los atractivos de las anuales
es la intensidad de color que se logra
cuando un único cultivar de desarrollo
bajo y florífero se agrupa en un maci­
zo, mezclando las plantas individuales.
Una alfombra escarlata de pelargonios
o Salvia splendens ofrece un despliegue
vivido en un césped fresco y verde. Los
diseños pautados de anuales de colores
diferentes producen efectos audaces si­
milares.
El hábito de desarrollo tupido y la flo­
ración continua de muchas anuales las
convierten en candidatas ideales para los
diseños complejos y formales. Existe
una amplia gama de cultivares enanos
e intermedios disponible.
Las plantas podrán servir para agre­
gar color a dibujos contorneados por la­
drillos, grava u otros materiales arqui­
tectónicos.
Las anuales resultan excelentes para
nudos y parterres, donde pequeñas plan­
tas siempreverdes, como boj (Buxus), to­
millo (Thyme) o lavanda (Lavandula) se
recortan para crear contornos perma­
nentes.
Varíe los esquemas de color con las
estaciones: una plantación invernal de
violetas que continúa en primavera pue­
de preceder a uno veraniego a base de
zinias enanas.
Otra opción es usar anuales, biena­
les y otras plantas temporales para crear
diseños que se plasman en el uso de co­
lores y formas contrastantes. Un contor­
no constituido por plantas bajas for­
mando matas de un solo color ayudará
a definir un dibujo y contener las plan­
tas en su interior. El blanco siempre pro­
U n a O r la M ix t a
porciona un borde claro y preciso: mar­ Las anuales y bienales generan un opulento efecto de tapiz plantadas entre
garitas dobles (Bellis perennis) en pri­ las perennes. Las altas Verbascum amarillas bienales, girasoles dorados y
mavera, alelicillos dulces (Lobulaña ma­ caléndulas están entretejidas con acianos azules y Cosmos rosados.
rítima) o Lobelias blancas en verano. El
relleno podrá ser de flores de formas
más sueltas e irregulares, como los an-
tirrinos. ble en términos de color, textura, esta dicional, donde toda ciase de plantas,
ción de interés y diseño. Las anuales y comprendiendo incluso hortalizas o ver­
bienales merecen un lugar en cualquier duras, se disputan alegremente el es­
Orlas mixtas esquema de plantación permanente, pacio dentro del mismo terreno infor­
donde se las puede sembrar cada año o mal.
Una orla mixta compuesta de perennes, dejar que se auto-siembren. Utilizadas como realce entre perennes
anuales, arbustos y bulbos es una de las Si elige esto último, producirán efec­ y arbustos, las anuales y bienales avivan
delicias del jardín. Con tal mezcla de tos informales y una profusión de flo­ ías orlas establecidas. Podrá mezclar
plantas, ofrece la mayor variedad posi­ res parecida a las del jardín rústico tra­ Clarkia (sin. Godetia), Cosmos, Esclt-
A nuales en O r la s M ix ta s
1 Onopordum acanthiuni
2 Papa ver orientale
3 Paeonia ‘Sarah Bernhardt’
4 Papaver somniferum
5 Digitalis purpurea cvs
6 Bergenia cordifolia ‘Purpurea’
7 Monarda didyma ‘Croftway Pink’
8 Ornithogalum narbonense
9 Dianllìus ‘Mrs Sinkins’
10 Allium giganteum
11 Dicentra formosa
12 Viola tricolor
En este macizo, las anuales (representadas por las dedaleras aparecen majestuosamente sobre las masas
zonas grises del diagrama) han sido plantadas entre las intermezcladas de las perennes. La plantación está
perennes y los bulbos para rellenar huecos y punteado por amapolas de opio rojo brillantes y, en la
proporcionar un interés suplementario y hermosas parte delantera, la delicada Viola tricolor se esparce sobre
pinceladas de brillantes colores a lo largo de de los el sendero. El rosa púrpura de la Viola complementa el
meses veraniegos. El escultural cardo escocés gris rosa de las peonías ‘Sarah Bcrnhardt’, las dedaleras de un
verdoso y las altas espigas púrpura y blanco de las púrpura opulento y la profusión de Monarda didyma.
scliolzia y amapolas del maíz (Papaver
rhoeas) para obtener esquemas de tonos
cuidadosamente coordinados. Incluyen­
do anuales floridas como Amaranthus
cutíalas carmesíes y Nicotiana ulula, o
cultivares de begonias escaratas, pelar­
gonios y Verbenas, dará realce a una
orla «roja» con un marco de follaje
púrpura.
En una orla mixta, las anuales y bie­
nales auto-sembradas pronto se convier­
ten en un elemento permanente, unifi­
cando la plantación e introduciendo una
agradable inconstancia.
A principios de verano, Nigella da-
mascena forma una bruma de color, lle­
nando huecos y uniendo las flores con
las hojas nuevas de las plantas que flo­
recen más tarde.
Los tallos altos de ciertas bienales,
como Verbascum y las dedaleras (Digi­
talis), agregan una informalidad rústi­
ca a una orla formal.
Plantas arquitectónicas
Ciertas plantas destacan por sus boni­
tas hojas, la forma de sus flores y sus
hábitos de desarrollo llamativos.
Las anuales o bienales con tales ca­
racterísticas arquitectónicas podrán ser
elementos clave en una orla mixta. És­
tas logran su mayor impacto al comple­
mentar —más que dominar— otras
plantas cercanas.
Las grandes hojas axilares y grises y
los tallos de flores altos y ramificados
del cardo de Escocia (Onopordum
acanthium) crean un elemento central
estatuario en una orla con otros tipos
de plantas con follajes plateados.
Las espigas floridas de las dedaleras
de la serie Excelsior y las consueldas
(Consolida) se elevan graciosamente so­
bre las demás. Las flores de formas bc-
A nuales T a p iz a n t e s
Balsaminas (cultivares de Impatiens) en colores contrastantes forman una
alfombra de intensos colores a la sombra fresca de árboles o arbustos.
llas, como las de Cleome, también lla­ A n u a l e s C o l g a n t e s
marán la atención. Este mastuerzo
Las plantas cultivadas por su follaje Tropacoleum ‘Hermine
tienen asimismo un papel arquitectóni­ GrasshoP anual de
co. En orlas grandes, las hojas palmea­ aspecto derramado,
das verdes o púrpura de los ricinos (Ri- hermosas hojas y
cinus communis) agregan textura, al flores dobles
igual que las hojas audaces de los repo­ duraderas, no necesita
llos ornamentales (formas de Brassiea plantas acompañantes
oleráceo). para constituir un
atractivo centro de
atención dentro de un
decorativo contenedor
Anuales y bienales de terracota.
como relleno
Por crecer rápidamente y ser baratas de
cultivar, use anuales y bienales para re­
llenar los huecos que existan, bien por
una planta fallida o entre perennes in­
maduras y arbustos recién plantados en
una orla nueva.
Siembre semillas donde las plantas de­
ban florecer, eligiendo cultivares con una Para evitar abrumar, sin embargo, sus
gama de color y tamaño adecuados para colores delicados y modesta estatura, eli­
conservar el esquema de plantación per­ ja anuales de escalas similares, tales
manente. como Viola tricolor, Lobelia erinus y
Al final de la estación, plante malva­ Portulaca.
rrosas (Cheiranthus) dentro de los mis­
mos huecos por su follaje invernal y flo­
res primaverales.
Pueden ser interplantadas alfombras Anuales y bienales
multicolores de violetas que florecen en
invierno (Viola x willrockiana), prímu­
como tapizantes
las (Prímula vulgaris) o primaveras con Es posible el uso de algunas anuales y
bulbos de floración primaveral, como bienales como tapizantes temporales,
narcisos, jacintos, o tulipanes de flora­ para crear manchas de color en espacios
ción tardía. desnudos. Existen las adecuadas a la
Hasta que se hayan establecido las al­ sombra y al sol, a suelos pobres y ricos.
pinas, los huecos de un jardín de rocas Los cultivares de un solo color de los ale-
podrán llenarse con anuales amantes del licillos dulces (Lobularia marítima) o
sol que disfruten de las mismas condi­ carraspiques anuales (Iberis) podrán ser­
ciones. vir para tapizar densamente un sitio so­
leado; para uno sombreado, servirán los
cultivares de balsaminas (Impatiens),
donde su desarrollo extenso y flores con­
tinuas y coloridas cubrirán el suelo con
rapidez.
Para conseguir una calidad más tex-
turada además de colores vivos, siem­
bre amapolas del maíz o Eschscholzia\
ambas se extienden rápidamente. Tam­
bién resulta un buen tapizante el uso de
cultivares de Convulvulus tricolor, azul,
púrpura o rosado, o mastuerzos rojos,
naranjas o amarillos, algunos de hojas
estriadas.
Trepadoras
y colgantes
Las anuales y bienales vigorosas, que
trepan y cuelgan con rapidez, podrán
transformar una extensión de un muro
o de una verja con una colorida corti­
na de follaje y flores, tejer un biombo
para dar intimidad o embellecer una es­
tructura.
Muchas anuales poseen hojas boni­
tas además de flores atractivas y algu-
ñas, como los guisantes de olor (Lath-
yrus odoratus), ofrecen el placer adicio­
nal de su aroma (véase G u is a n t e s d e
O lo r , pp. 178-179).
Las plantas de hábitos trepadores o
colgantes resultan valiosas en sitios de
poco espacio, como patios y balcones,
donde usan el espacio vertical además
del suelo.
También se pueden cultivar muchas
anuales trepadoras en tiestos, y resultan
ideales para amueblar jardines nuevos,
suavizar superficies monótonas y disfra­
zar o distraer un panorama que se con­
sidere poco atractivo.
Las trepadoras exhuberantes que se
enroscan y visten arcos, pérgolas y otros
elementos estructurales, como lpomoea
y otros cultivares enrollantes del mas­
tuerzo o perennes semi-resistentes como
Cobaea scandens, de grandes flores
acampanadas púrpuras o blanco verdo­
sas, servirán para proporcionar abun­
dancia de flores veraniegas, acompaña­
das de trepadoras perennes más
permanentes.
Para crear efectos decorativos con ra­
pidez, cultive Thunbergia alata o Rho-
dochiton atrosanguineum, una planta
interesante de curiosas flores tubulares
púrpura intenso que tiene cálices marrón
oscuro.
Las trepadoras anuales también resul­
tan efectivas cultivadas a través de plan­
tas huésped, como la hiedra (Hederá) o
las coniferas.
Use la enrollante anual Tropaleum pe­
regrinan!, que tiene hojas verde pálido
lobulares y llores con flecos amarillo
brillante.
Otra buena elección es la semiresis-
tente Eccremocarpus scaber, que trepa
a través de zarzillas y florece mucho
tiempo, en ramilletes de flores tubula­
res amarillas, naranjas o rojas entre ho­
jas pequeñas y pinnadas.
Para obtener una mampara densa y
frondosa, plante judías españolas escar­
latas (Phaseolus coccineus), de delica­
das flores escarlata y que posee, además,
la ventaja adicional de que sus bayas son
comestibles.
Anuales
en contenedores
Un tiesto, un barril o una jardinera,
cualquier contenedor es un potencial
centro de atención en un jardín y las
plantas cultivadas en ellos constituyen
un elemento llamativo. Las híbridas
anuales F1 y F2, con su hábito de desa­
rrollo parejo y flores de colores consis­
tentes, se cultivan para proporcionar
despliegues uniformes y extensos. La
mayoría de las anuales pueden usarse en
contenedores, solas o como complemen­
to de otras.
El aspecto, estilo y material del con­
tenedor puede elegirse para jugar un pa­
pel importante en la exhibición o estar
subordinado a la plantación.
P l a n t a c ió n V e r t ic a l
Los cestos colgantes y las jardineras transforman un muro desnudo. Plantas
colgantes, como el pelargonio de hojas de hiedra, se derraman alcanzando las
anuales verticales y arbustivas para formar una cortina de color continuo.
Una urna hermosa o una jardinera de
piedra elegante podrá velarse con briz­
nas de follaje, mientras que uno más
funcional puede disimularse con hojas
y flores colgantes.
de la gama
Aumento
La gama de anuales adecuadas a con­
tenedores o macizos de patio puede ser
mayor que para jardines abiertos, ya que
la protección de los edificios adyacen­
tes a menudo permite el cultivo de plan­
tas poco resistentes para emplazamien­
tos más expuestos.
Tenga en cuenta el sol, el viento y la
sombra antes de decidir qué plantas hay
que cultivar.
Las anuales se despliegan a lo largo
de todo el año. En primavera y a prin­
cipios de verano, los cultivares de vio­
letas de floración invernal, prímulas y
cultivares de primaveras continúan ofre­
ciendo color cuando prosperan en ties­
tos protegidos.
También son ideales los emplazamien-
C o m p o s ic io n e s d e J a r d in e r a s
Este colorido discreto crema, azul y verde mezcla begonias y violetas con
Lobelias colgantes, hiedra y Lysimachia nummularia.
tos en patios protegidos pero soleados
para el cultivo de petunias, gazanias,
zinnias y balsaminas (cultivares de Im-
patiens), que conservan sus colores a lo
largo del verano.
Selección de cultivares
Los cultivares de hábitos compactos re­
sultan útiles porque resisten mejor en los
emplazamientos ventosos y no necesitan
soportes.
Elija cultivares enanos y medianos de
antirrino en vez de altos; y pelargonios
enanos o de macizos con flores múl­
tiples.
Los pelargonios de hojas de hiedra,
que tienen un período de floración ex­
tenso, podrán cultivarse a partir de se­
millas como anuales semi-resistentes,
mientras que los híbridos nuevos de un
hábito intermedio entre mastuerzos col­
gantes y arbustivos comprendiendo las
series Sensation, Breakaway y Multi-
bloom, se pueden cultivar a partir de se­
millas y son ideales para contenedores.
Las gazanias crecen bien en cestos col­
gantes o contenedores situados en sitios
soleados, donde despliegan sus capítu­
los coloreados a pleno sol. Los heliot ro­
pos son valiosos alrededor de la casa,
en contenedores cerca de una ventana
o puerta, donde podrá apreciarse su
perfume.
Los alhelíes (Matthiola) tiene carac­
terísticas similares, especialmente la se­
rie Ten Week, en verano, y las East Lot­
hian y Brompton en las estaciones de
otoño y primavera.
Cestas colgantes y jardineras
de ventanas
Las plantas de hábito colgante son idea­
les para cultivar en cestas y jardineras
de ventana y se pueden crear despliegues
efectivos mediante una masa de follaje
y flores.
Las que mejor funcionan son las pe­
tunias reptantes, las Lobelia erinus col­
gantes de la serie de las Cascade, y los
cultivares de Verbena x hybrida, dispo­
nibles en una gama amplia de colores,
con rojos y escarlatas puros además de
púrpuras intensos, carmesíes y blancos.
Los pelargonios colgantes y reptantes
Fl y F2, renovados anualmente a partir
de semillas, también son una buena elec­
ción a estos efectos (véase P e l a r g o n io s
pp. 170-171).
Anuales para cortar
y secar
Muchas anuales proporcionan excelen­
tes flores cortadas para la casa. Si tiene
espacio en su jardín, merece la pena cul­
tivar varias flores para cortar, ya sea in­
tegradas en orlas o sembradas en zonas
separadas.
Los cultivares más altos son especial­
mente adecuados; elija entre antirrinos,
acianos (Centaurea cyanus), y alhelíes
y Gypsophila.
Los guisantes de olor (Lathyrus odo-
ratus) son buenos para flores cortadas
y llenan la casa de perfume; si corta flo­
res de forma regular, las plantas conti­
nuarán floreciendo durante muchas se­
manas.
Las consueldas (Consolida) también
sirven para cortar y son igualmente
atractivas tanto si son frescas como si
se prefieren secas.
Muchas anuales son aptas para cul­
tivar y para secar como flores «siempre­
vivas» destinadas a la decoración inte­
rior a lo largo de todo el año; compren­
den Helichrysum, Limonium y Ama-
ranthus caudatus.
Otras, como las lunarias (Lunaria) y
Nigella, se cultivan por el efecto de sus
cápsulas de semillas decorativas.
Las hierbas anuales, como Panicum
capillare, merecen la pena cultivarse por
sus cápsulas de semillas plumosas.
Guía de anuales y bienales para el jardinero
E m plazam ientos Mallliiola, Series, Brompton Panicum violaceum T r epa d o r a s A nuales
E xpuestos M„ Series East Lothian Pennisetum vUtosum Vcase lista pá¡>. 99
M., Series Ten-week Salvia hormium
Anuales y bienales que toleran Nicoziana alata # , N. x sanderae * Setaria glauca #
emplazamientos expuestos o ventosos (algunos cvs) Stipa pennata P l a n t a s d e T ie sto
Borago officinalis Primula, algunas # Anuales adecuadas para cultivar a
Calendula Reseda odorata partir de semillas como plantas (de
Centaurea cyanus Viola x wittrockiana P l a n t a s A r q u it e c t ó n ic a s invernadero) de tiesto
Cheiranthus Alcea rosea, sin Althaea rosea
Chrysanthemum cannatimi, Antirrhinum, algunas *
C. coronarium, C. segetum F lo r es p a r a C o r t a r A triaran thus caudal us * , Begonia semperflorens #
Clarkia A. tricolor * Campanula pyramidalis
Dianllius harbatus, D. chinensis Agrostemma githago ‘Milas’ llrassica oleráceo ‘Cabbage Capsicum * (cultivares de frutos
Ecliium vulgare Antirrhinum # (cvs altos) Cherry Sundae’ (FI), ornamentales)
Eschscliolzia Calendula B.o. ‘Kale Red and White Centaurea moscliata
Glaucium flavum Callistephus * (cvs altos) Peacock’ (FI) Coleus *
Iberis amara, I. umbellata Cenlaurea cyanus Cleome hassleriana * Exacum affine #
Lavatera irimestris Cheiranthus cheiri Digitalis purpurea Humea elegans *
Limnantlies Chrysanthemum carinatum # , Helianthus animus Impatiens walleriana *
Linum grandiflorum C. coronarium, C. segetum cultivares altas)
Lobularia maritima Consolida ambigua Ostgeospermum *
Lunaria Coreopsis Series Pelargonium * (híbrido de Fl y F2)
Malcolmia Cosmos * Petunia #
Malope trífida Dianthus barbatus, lleliantlnis Prímula malacoides # ,
Oenothera biennis Series D. Giant Chabaud annuus P. obconica * , P. sinensis #
Papaver rltoeas, P. sommiferum Series D. knight Psyllioslachys suworowii *
Petunia * Gaillardia pulchella Salpiglossis *
Rudbeckia hirta (híbridos) Gilia capitata Schizanthus *
Gomphrena globosa # Senecio x liybrídus # (cultivares)
Gypsophila elegans Kochia scoparia f. tricliophylla * Tliunbergia alata #
Rudbeckia Helianthus annuus, Onopordum acanthium Torenia fournieri *
hirta
H., Series Colour Fashion Ricinus comunis * Trachelium caeruleum *
Helipterum # Salvia sclarea var. turkestanica Trachymene coerulea, sin
Lathyrus odoratus Silybum marianum Didiscus coeruleus *
Salvia horminum Limonium sinualum # Verboscum bombyeiferum,
Tagetes signala * Lunaria annua V. densiflorum
Vaccaria hispánico Zea mays ‘Gracillima Variegata’ # , P e r e n n e s C u l t iv a b l e s
Malihiola, Séries Brompton Z.m. ‘Japonica Multicolor’ # com o A nuales
M., Series East Lothian
S ombra S eca M. incana, M., Scries Ten-week Antirrhinum, algunas *
Moluccella laevis * Argemone mexicana #
Anuales y Bienales que toleran Nigella damascena P lantas C o lgantes pa r a
somhra seca Papaver nudicaule, C ontenedores Antirrhinum majus,
Digitales purpurea P., Scries Summer Breeze Ageratum *
Series Princess

Mallliiola bicornis Psyllioslachys suworowii # Arctotis stoechadifolia

S ombra H ú m e d a
Anuales y Bienales que prefieren
somhra húmeda
Impatiens walleriana &
Mallliiola bicornis
Mimulus —selecciones de semillas
que incluyen:
M., Calypso Series *
Ai., Malibn Series *
Oenotliera biennis
Prímula vulgaris
Viola x wittrockiana
F lores A r o m á t ic a s
Centaurea moschata
Dianthus, Series Giant Chabaud
D. cliinensis
Exacum affine *
Heliotropium, algunas *
Humea elegans *
Lailiyrus odoralus
Lobularia marítima
Rudbeckia hirta (Hibridos) Begonia semperflorens * ,
Salvia horminum B. ‘Non-Stop’ *
Xeranthemum annuum * Bidens ferulifolia # Begonia semperflorens *
Zinnia * Bracliycome iberidifoüa Browallia speciosa *
Convolvulus tricolor Cobaea scandens #
Gazania * Coleus *
F l o r es p a r a S e c a r Heliotropium, algunas * Coreopsis, Series Early Sunrise
Impatiens walleriana # Eccremocarpus scaber *
Ageratum # Lobelia erinus * Gazania *
Amaranthus # Osteopermum ‘Starshine’ (y otras Gomphena globosa #
Avena sterilis selecciones de semillas) * Heliotropium arborescens *
Briza máximo, B. minor Pelargonium ‘Breakaway’ * , Hesperis matronalis
Caléndula P. ‘Multibloom’ * , Impatiens walleriana #
Celosía * P. ‘Sensation’ # , P. ‘Summer Mimulus, Series Malibu * (y otras
Centaurea cyanus Showers’ * (y otras series selecciones de semillas)
Clarkia Fl y F2) Nierembergia rivularís *
Consolida ambigua Petunia * Pélargonium # (todas las
Gomphrena globosa # Senecio * selecciones de semillas Fl y F2)
Helipterum * Tropaeolum majus (semicolgantcs Ricinus communis #
Hordeum jubatum cultivares), T.m. ‘Empress of Salvia farinacea * , S. splendens #
Lagurus ovatus India’, Senecio cineraria *
Limonium sinualum # T.m., Series Gleam Verbena x hybrida *
Lonas * T.m., Scries Whirlybird
Moluccella laevis * Verbena x hybrida * C lave
Nigella Viola x wittrockiana ♦ No resistente

ill
Guisantes de olor
L
os guisantes de olor (Lathyrus das. Los cultivares de seto alcanzan los
odoratus) llevan el apodo de «rei­ 90 cm; estos incluyen las series Jet Set
nas de las anuales» por sus hermosasy ‘Knee-Hi’. Los tipos enanos, como las
flores, maravillosa fragancia y largo pe­ series Snoopy (sin zarzillas) y ‘Bijou’
ríodo de floración. Guiadas a lo largo crecen bien en cestos colgantes, conte­
de «wigwams», pilares o cañas, propor­ nedores y jardineras.
cionan despliegues extensos y coloridos.
Cultive entre perennes o arbustos o
como contribución decorativa al jardín
de vegetales.
Tipos de guisantes de olor
Los más conocidos son los cultivares de
Spencer y Grandiflora, que trepan so­
bre una estructura de sostén por medio
de zarzillas de hojas. Los cultivares de
Spencer de flores grandes pueden alcan­
zar 2-3 m de altura, según las condicio­
nes de desarrollo; los cultivares de Gran­
diflora tienen flores más pequeñas
«anticuadas», pero son más perfuma-
G u is a n t e s de O lor A n t ig u o s
Los guisantes de olor antiguos están
más cerca de la especie que la
mayoría de los cultivares modernos.
Tienen flores pequeñas, de colores
delicados y muy perfumadas.
G u is a n t e s de O lor E n a n o s
Estos guisantes de olor alcanzan los
90 cm de altura y casi no requieren
sostén. Son ideales para despliegues
coloridos en orlas o para plantar en
tinas.
G u is a n t e s de O lo r de A rbu sto
S o p o r t e s d e P a l it o s
Los palitos son el
soporte tradicional
para los guisantes de
olor. Introdúzcalos
Cultivo de guisantes a cuando los plantones
estén plantados en el
partir de semillas exterior, inclinando
los palitos hacia el
centro de la masa
En zonas relativamente templadas se
puede sembrar en otoño, y a fines de in­ para darle una
vierno en las de inviernos más fríos. El estabilidad adicional.
procedimiento es idéntico en ambos ca­
sos. Proteja las plantas y plantones de
los ratones.
Siembra
Las semillas de los guisantes varían en­
tre beige pálido y negro. Para ayudar a
la germinación, corte las más oscuras
con un cuchillo afilado, retirando un
trozo pequeño de cáscara opuesta al ojo.
No empape las semillas de los guisan­
tes, ya que tienden a pudrirse. Trate con
un poco de solución fungicida para se­
millas.
Siembre en bandejas semilleras, cajas
para raíces o tiestos (una, dos o (res se­
millas por tiesto) o en tubos especiales
para guisantes de 5cm de diámetro y
15 cm de alto. Emplee una mezca sin tie­
rra con 20 % de gravilla agregada o tie­
rra de semillas estándar.
Las semillas oscuras germinan bien en
abonos húmedos, pero las pálidas re­
quieren uno apenas humedecido. Cubra
los tiestos con cristal y conserve a 15 °C.
Cuando aparezcan los plantones, colo­
que en una cajonera.
Cambio de tiesto A n il l a s de A lam bre «W ig w a m »
Las semillas sembradas en bandejas re­ Los guisantes de olor de arbusto Un «wigwam» de cañas sujetas en
quieren ser trasplantadas y colocadas in­ se pueden cultivar a lo largo de el extremo también proporciona
dividualmente en tiestos cuando las anillas de alambre sujetas a varias un soporte sólido. Un plantón al
plantas midan 3,5 cm. Llene tiestos de cañas de bambú. I m s plantas costado de cada caña es suficiente
6 cm —o tubos para guisantes— con crecerán a través de los alambres, para proporcionar una densa
una tierra similar al del sembrado. Eli­ ocultándolos. masa de flores.
mine los extremos de las raíces y colo­
que en tiestos.
Elimine los extremos de desarrollo en Templado de plantas sembradas cle el suelo con un fertilizante equilibra­
plantas sembradas en otoño cuando és­ en primavera do a razón de 85 g por m2. Para obte­
tas midan 10 cm. Detenga plantones Esta operación exige mayores cuidados, ner los mejores resultados, efectúe ca­
sembrados en primavera en el primer par ya que las plantas son más pequeñas y vado doble o haga zanja en otoño.
de hojas. el desarrollo es más blando que en las Agregue estiércol descompuesto al ban­
plantadas en otoño. Mantenga la cajo­ co inferior.
Invernado de plantas sembradas nera ventilada, pero cierre las luces si Plante los guisantes sembrados en
en otoño amenazan heladas y proteja bien con es­ otoño en el exterior a mediados de pri­
Mantenga la cajonera abierta el mayor teras si las heladas fuesen fuertes. mavera, y los sembrados en primavera
tiempo posible durante heladas ligeras, a fines de ésta. Coloque las plantas a 23
para templar las plantas. En heladas más cm de distancia, detrás y a un costado
fuertes, por debajo de los —2 °C, cie­ del sostén, con el vástago inferior a ni­
rre la cajonera y aísle con estera. Du­ Plantación vel del suelo. Riegue en tiempo seco y
rante lluvias intensas, mantenga las lu­ cuando aparezcan los pimpollos. Apli­
ces de la cajonera abiertas, para ventilar. Los guisantes prosperan en emplaza­ que alimento líquido dos o tres veces en
Controle los pulgones (p. 550) y aplique mientos abiertos y soleados y en suelos intervalos de 15 días, a partir de media­
un alimento líquido diluido a fines de bien drenados y ricos en tierra negra. dos de verano. Elimine capítulos para
invierno. Tres semanas después de plantar, mez­ estimular una floración continua.
 G uia I n ic ia l de C ordones
Después de fijar los alambres
y postes, introduzca cañas de
2,2 m de altura a 23 cm de
separación en un ángulo ligero a
lo largo de la hilera, y sujete a
los alambres con grapas en «V».
Al mismo tiempo, elimine o
corte todos los laterales para
concentrar la fuerza en el vastago
principal.
Guisantes de olor
de arbusto
En general, se permite que los guisan­
tes de olor se desarrollen en forma de
arbustos. Sujete las plantas con ramitas
de guisantes, cañas, espalderas o mallas.
Las cañas y las ramitas se agrupan en
círculos, estilo «wigwam» o en hileras.
Una hilera doble de ramitas y cañas tiene
que estar bien sostenida, preferentemen­
te con alambres y un poste en cada ex­
tremo. Sujete las plantas jóvenes a sus
soportes con anillas de alambre; después
requieren poco ligado. Deje crecer los
laterales, que producirán más llores so­
bre tallos cortos.
Guisantes de olor
en cordones
Los guisantes guiados formando cordo­
nes producen flores de máxima calidad
y, en general, los expositores los culti­
van de este modo.
Provisión de soportes
En cada extremo de una hilera, clave un
A codado de C ordones
1
Cuando los
guisantes de olor
alcancen una altura
de 1,2-1,5 m, o el
extremo de las cañas,
están preparados
para ser acodados.
Esto les dará más
espacio para seguir
creciendo y
floreciendo.
Dos semanas después de
plantar los guisantes de olor
jóvenes, seleccione el vastago más
fuerte y sujete a la caña con una
anilla de alambre bajo un nodulo
de lioja.
Siga eliminando los laterales
y zarzillas y los tallos floridos
con menos de 4 brotes.
Desate las plantas de las Sujete el extremo del vástago
cañas con cuidado y tiéndalas a una caña nueva más allá a
sobre el suelo. Si las plantas están lo largo de la hilera, de manera
poste con un travesaño de 45 cm cerca
en hileras dobles, trabaje con una
por vez.
que alcance los 30 cm a lo largo
de la caña.
de la punta, a 2 m del nivel del suelo.
Tienda dos alambres paralelos entre los j Si fuera
travesaños. Coloque cañas de 2 m, necesario, repila
—espaciadas a 23 cm— apoyadas con­ para la segunda
tra los alambres en un ángulo ligero y hilera de plantas. Se
sujete con grapas en «V». Las hileras de­ continuarán
ben ser de norte a sur. produciendo flores
Guiado inicial
sobre el nuevo
desarrollo,
Deje establecer las plantas durante dos estimulado por el
semanas. Después elimine los vástagos acodado.
más débiles, dejando el más fuerte de
cada planta (éste puede no ser el más lar­
go, que podría ser desordenado). Guíe
el vástago a lo largo de la caña, sujetan­
do con rafia, plástico o anillas en cada
nodulo. Elimine laterales y zarcillas
cuando aparezcan. Cuando se formen
tallos floridos, elimine todos los que ten­
gan menos de cuatro brotes.
Acodado
Cuando las plantas alcanzan el alambre
superior, debe desatarlas y guiar a lo lar­
go de una caña nueva más allá en la hi­
lera. Aproveche en un día cálido, cuan­
do las plantas no tienen demasiada
savia. Después seguirán creciendo y flo­
reciendo durante varias semanas.
A n u a l e s y B i e n a l e s

Siembra y plantación

E
la s p la ñ ía s m á s fá c ile s d e
Anuales y bienales resistentes y semiresistentes
ntre
A n u a les y B ie n a l e s c u ltiv a r a p a r t i r d e s e m illa s se e n ­
q u e P r e f ie r e n S u e l o s c u e n tr a n la s a n u a le s y b ie n a le s .
También pueden obtenerse en forma Las anuales completan su ciclo vital tes sólo toleran un frío limitado y
A r en o so s de plantones o plantas jóvenes en vive­ en un año, mientras que las bienales mueren o quedan muy dañadas con
Anchusa capensis ros o centros de jardinería y ofrecerán requieren dos. Desde un punió de vis­ las heladas; hay que conservarlas a
Argemone mexicana * un despliegue instantáneo de color en ta horticultural, las anuales y biena­ 13°-21°C para que germinen y se es­
Brachycome ¡beridifolia una orla o en un contenedor exterior o les se denominan resistentes y semi- tablezcan.
Calendula cyan us interior. resistentes. Las anuales resistentes Hay que sembrar las bienales resis­
Chrysanthemum segetum soportan las heladas y por tanto se las tentes antes de mediados de verano,
Clarkla amoena puede plantar temprano en terreno para que se establezcan bien al llegar
Coreopsis linctoria
Eschscholzia californica Compra de semillas abierto y estarán bien establecidas an­
tes que las anuales más propensas a
el invierno. Invente las bienales semi-
resistentes en un invernadero fresco
Claucium flavum las heladas. Las anuales semiresisten- o en una cajonera aislada.
Helichrysum bracteatum # Compre siempre semillas nuevas conser­
Impatiens, algunas # vadas en condiciones frescas. La viabi­
La valera t rimestris lidad de las semillas de especies diferen­
Limnanthes douglasii tes es muy variable; mientras que brados líquidos —las semillas se agre­ tar (véase p. 183). Esto es útil en el caso
Limonium sinuatum * algunas —como las leguminosas— pue­ gan a una pasta de modo que quedan de plantas con semillas muy pequeñas,
Linaria maroccana den seguir siendo viables durante unos en suspensión y, por tanto, homogénea­ como las begonias, difíciles de germinar
Lobularia marítima cuantos años conservadas frescas y se­ mente esparcidas. Luego, la mezcla se para muchos jardineros. Se las envía en
Mentzelia lindleyi cas, la mayoría comienza a deteriorar­ exprime a lo largo de una hilera prepa­ pequeñas tinas de plástico para mante­
Oenthera biennis se al cabo de un año, especialmente al­ rada. Es importante no dejar que la nerlas lo más frescas posibles.
macenadas en sitios templados y mezcla se seque. Si se las trasplanta a 4-5 cm de dis­
Papaver rhoes, húmedos. Las que están dentro de pa­ Ambos métodos distribuyen las semi­ tancia entre cada una dentro de las 24
Scries Shirley quetes sellados de aluminio duran va­ llas de forma homogénea, lo que requie­ horas de su llegada, generalmente cre­
rios años; una vez abiertos éstos, se de­ re un aclarado menor que en las semi­ cerán tan bien como las germinadas en
terioran. llas sembradas a mano. casa.
Papaver rhoeas, Series, Shirley En el caso de muchas anuales y algu­ También existen plantones que ya es­
P. somniferum nas bienales, existen semillas híbridas F1 Compra de plantones pequeños tán bien establecidos en pequeñas cuñas
Portulaca grandiflora & y F2; éstas producen plantas vigorosas Algunos vendedores de semillas dispo­ de tierra, preparadas para colocar en
Rudbeckia hirta y legítimas de características de desarro­ nen de semillas de algunas plantas que tiestos individuales o para plantar en
Schizanthus * llo y floración homogéneas, y son las germinan con menos facilidad en la eta­ bandejas compartimentadas.
Tagetes * ideales para el jardinero que busque la pa en que la cobertura de la semilla se Debe seguir su cultivo en un inverna­
Tropaeolum majus uniformidad, pero en la mayoría de los ha partido y comienzan a surgir raíces dero sin calefacción o en cajonera o en
Verbascum bombyciferum jardines, las semillas bien producidas y y hojas de semilla. un alféizar soleado hasta que alcancen
Verbena x hybrida * de polinización abierta son igualmente En general, se las siembra sobre ja­ la etapa del plantado exterior. Son mu­
satisfactorias y ofrecen plantas con al­ lea de agar y se envían dentro de un con­ cho más baratas que las plantas para
A n u a l e s y B ie n a l e s q u e gunas variedaes. tenedor de plástico sellado. Los planto­ macizos.
nes sanos deben tener raíces nuevas y
T oleran S uelos m uy Semillas en forma de pella e imprimadas húmedas y hojas de semilla; rechace las
Es posible recubrir semillas con pega o
A lc a lin o s
Ageratum houstoníanum s*
pella, formando una bola lisa. Ello per­
mite manipularlas de forma separada,
que tengan hojas verde pálido o estén
apiñadas. Siembra
Antirrhinum majus * La jalea contiene el alimento y hume­
para espaciarlas de un modo más homo­ dad necesarios para alimentar la plan­ Dónde y cuándo plantar anuales depen­
Calendula officinalis géneo en contenedores o suelos abier­ ta algunos días, pero transfiera las se­ de de cuándo se requiere que florezcan
CaUistephus chinensis * tos. millas germinantes a las condiciones de y de la temperatura que necesitan para
Cheiranthus clieiri Si se siembran las semillas recubier­ desarrollo adecuadas lo antes posible, germinar.
Cosmos tas a la distancia correcta para el culti­ para que los plantones tengan luz sufi­
Dianthus, algunas # var correspondiente, no requieren acla­ ciente para el desarrollo. Anuales resistentes
Gomphrena globosa * rado; por ello, aunque son más caras, Se pueden adquirir plantones de cul­ Siémbrelas donde deban florecer cuan­
Humea elegans * se necesita una cantidad menor. tivares seleccionados cuando hayan de­ do el suelo tenga al menos 7 °C, en pri­
Lavatera trimestris Debe regar concienzudamente des­ sarrollado al menos un par de hojas mavera. Si se las planta en lotes sucesi­
pués de sembrar, para asegurar que la auténticas y estén listas para trasplan­ vos hasta mediados de verano, las
Lavatera humedad necesaria para la germinación anuales resistentes ofrecen un despliegue
trimestris penetre el recubrimiento lo antes posi­ veraniego extenso.
‘Silver Cup’
ble. En general, las semillas rccubicrtas Algunas, si se las planta in situ en oto­
sólo existen en el caso de los híbridos C o m p r a d e S em illa s ño, germinan y producen pequeñas
Limonium sinuatum * F1 y F2. y P lantones plantas que invernan satisfactoriamen­
Lobularia maritima Las semillas imprimadas han sido tra­ te en el exterior y florecen a fines de pri­
Mattinola, Series, Brampton tadas para germinar apenas sembradas. C in t a s mavera o principios de verano del año
M. incarta Son útiles para especies y cultivares de siguiente.
Salvia horminum germinación difícil. Los carraspiques (Iberis), las calén­
Tagetes * dulas (Caléndula) y las amapolas (Pa­
Tropaeolum, algunas * Cintas de semillas y «eles paver) son algunos ejemplos.
Ursinia anthemoides * Las cintas de semillas son liras solubles C u ñ a También pueden piantarse las semi­
Xeranthemum annuum * tipo tisú, con semillas implantadas en llas de anuales resistentes en tiestos o
Zinnia # espacios regulares. Las cintas se colocan bandejas y plantarlas fuera en sus ubi­
en la base de una hilera y después se cu­ caciones definitivas a fines de otoño o
C lave bren con una capa fina de tierra. Se pue­ invernarías en cajonera para plantar en
♦ No resísteme den comprar equipos de gel para sem- primavera. Esta práctica resulta útil en

A nuales a E x h ib ir
« in s it u »
Agrostemma
Anchusa capensis
Borago officinalis
Centaurea cyanus, C. moschatu
Clarkia
Collinsia bicolor
Consolida ambigua
Cynoglossum amabile
Eschscholzhia californica
Eschscholzia
californica
Gilia capitata
Gypsopliila elegans
Limmanthes douglasii
Linaria maroccana
Linum grandiflorum
Malcolmia maritima
Malope trífida
Mentzelia lindleyi
Papaver rhoeas, P. somniferum
Pliacelia campanularia
Scabiosa atropurpúrea
Silene coeli-rosa
jardines de tierra arcillosa, que tarda en
calentarse en primavera.
Bienales resistentes
La mayoría se pueden sembrar en el ex­
terior, desde fines de primavera hasta
mediados de verano. El momento ópti­
mo varía según lo que se cultive: los no-
me-olvides (Myosotis) crecen con velo­
cidad, de modo que no plante hasta pa­
sada la mitad de la primavera, mientras
que los farolillos (Campanilla médium)
requieren más tiempo para desarrollar­
se y deben plantarse a fines de invierno
o principios de la primavera.
En otoño pueden trasplantarse las
plantas jóvenes a su ubicación final o,
si no están apiñadas, en la próxima pri­
mavera. La floración precoz reduce el
despliegue primaveral, de modo que eli­
mine los pimpollos que se formen du­
rante la primera estación.
S em bra d o a V o leo
Prepare el suelo rastrillando
hasta desmenuzar. Esparza las
semillas ligeramente sobre la zona
preparada, a mano o desde el
paquete.
Anuales y bienales semiresistentes
En regiones frías, siembre semillas de D ib u jo de O rla s A n u a l e s
anuales semi-resistentes en contenedo­
res durante la primavera, a temperatu­
ras de I3°-2I °C, según el género en par­
ticular. Las bienales semiresistentes se
pueden sembrar en las mismas condicio­
nes a mediados de primavera.
En climas más cálidos, plante las
anuales y bienales semi-resistentes direc­
tamente en el exterior, una vez que la
temperatura del suelo sea la óptima para
: . ' - - -
la germinación. ...v. :
Las perennes no resistentes a las he­ * ii■
'•
ladas, como las balsaminas (cultivares /
de Impatiens), gazanias y algunas espe­
cies de Lobelia pueden cultivarse a par­
tiré de semillas, al igual que las anuales
semi-resistentes. Otras perennes no re­ Esparza grava o arena sobre el A l principio, los plantones
sistentes (como Argyrantlieum y Osteos- suelo o marque con un palo, podrán parecer ralos, pero se
permum) pueden tratarse como biena­ demarcando zonas entrelazadas entremezclarán a medida que
les semi-resistentes: propague a través de para sembrar semillas. crezcan.
esquejes tomados en otoño, inverne en
condiciones libres de heladas, luego
plante fuera a principios de primavera
para que florezcan a lo largo del vera­ control del equilibrio de los colores, al­ paradas y en forma homogénea en la su­
no (véase P e r e n n e s , «Esquejes de ex­ turas y hábitos de cada una de las dife­ perficie del semillero y rastrille ligera­
tremos de tallo», p. 166). rentes plantas a usar antes de proceder mente para cubrirlas.
a la siembra. Etiquete y riegue la zona con una re­
gadera de roseta fina.
Siembra a voleo
Siembra en suelo abierto Este método se adecúa a las anuales que
producen raíces primarias profundas,
Siembra en hileras
Las semillas sembradas en hileras pro­
Existen dos métodos para sembrar en el como Clarkia, Gypsophila y amapolas ducen plantones en filas rectas a inter­
exterior in situ: al voleo y en hileras. En (Papaver)-, es mejor plantarlas donde valos regulares, por lo que es fácil dis­
ambos casos, primero hay que preparar hayan de florecer, porque resulta difícil tinguirlos de los de malezas, distribuidos
un semillero. Cave el suelo a una pala trasplantarlas. Esparza las semillas se­ de forma casual. Al principio los plan-
de profundidad, después rastrille y afir­
me. No siembre en suelo demasiado rico,
ya que estimulará el desarrollo de ho­ S em brado en H il er a s
jas en detrimento de las flores.
En los suelos de nutrientes escasos, se
puede aplicar un revestido de fertilizan­
te equilibrado a razón de 70 g por m2
con una horca antes de sembrar (véase
«Nutrientes del suelo y fertilizantes»,
p. 530-531).
Antes de sembrar una orla, prepare
un plano mostrando la ubicación de
cada cultivar, utilizando las zonas som­
breadas para cultivar los que toleren
sombra.
2
Marque la zona para cada cultivar Usando una línea de hilo Esparza varias semillas al
con grava o una caña, para facilitar el como guía, practique un mismo tiempo en forma
surco de 2 ern de ancho con una homogénea a lo largo de la
azada. hilera.
O p c ió n A l t e r n a t iv a
2 enRastrille la zona ligeramente
ángulo recto para cubrir
Si las semillas están
recubiertas, coloque
Vuelva a cubrir con tierra la
hilera de ayudado de un
las semillas, tocándolas lo menos individualmente en la base rastrillo sin desplazar las semillas.
posible. de la hilera. Tras etiquetar la hilera, riegue
con roseta fina.
 espaciado adecuado y riegue ligeramente
A n u a les y b ie n a l e s E x purgado de P lantones para asentar las raíces.
A u t o -I n se m in a d a s Muchas anuales y bienales esparcen
las semillas libremente, produciendo a
Anuales y Bienales que se auto- menudo masa densas de plantones; és­
inseminan gcnuinamente o con tos deben aclararse con cuidado, de­
variaciones menores jando la distancia adecuada, de mane­
Agrostemma ra que las plantas jóvenes conservadas
Angelica archangelica puedan desarrollarse sin encontrar com­
Antirrhinum majus petencia.
Borago officinalis
Calendula officinalis
Centaurea cyanus Siembra en tiestos
Chrysanthemum segetum
Clarkia amoena o bandejas
Collinsia bicolor
Digitalis purpurea Generalmente, las anuales semiresisten-
Eschscholzia californica P l a n t o n e s I n d iv id u a l e s G ru po s de P lantones tes se siembran en contenedores, para
Hesperis matronalis Apriete a ambos lados del Retire grupos de plantones (aquí, que puedan desarrollarse a cubierto y
Limmanthes douglasii plantón a conservar (aquí, clavel del Japón, Dianthus plantarse como plantas jóvenes en con­
Linaria maroccana consuelda, Consolida ambigua) barbatus) con bastante tierra diciones favorables. Las anuales resisten­
Lobularia maritima mientra arranca los no deseados. alrededor de las raíces si ha de tes pueden plantarse en contenedo­
Lunaria annua Reafirme y riegue. replantarlos. Afirme los que res que permanezcan en el exterior y se
Malcomía queden. trasplantará los plantones a su lugar de
Mysotis floración cuando haya espacio sufi­
Nigella damascena ciente.
Oenothera biennis tones parecen regimentados pero, una var los plantones más fuertes y lograr Los tiestos, semilleros, bandejas de se­
Omplialodes linifolia vez entresacados, formarán un planta­ un espaciado regular. Para minimizar el millas y paquetes son todos contenedo­
Onopordum acanthium, do denso e informal. daño a un plantón conservado, al extraer res adecuados, según la cantidad de se­
0. arabicum Por medio de la punta de una paleta los sobrantes afirme la tierra con los millas a sembrar y el espacio que
Papaver rhoeas, P. somniferum o del extremo de una azada, marque hi­ dedos. requieran. Los tiestos degradables tam­
Platystemon californicus leras de poca profundidad separadas en­ Si fueran muy tupidos, extraiga en te­ bién resultan útiles para los plantones
Silene armería tre sí por 8-15 cm, según el tamaño fi­ rrones, conservando bastante tierra al­ difíciles de trasplantar, ya que se puede
Silybum marianum nal de las plantas. Siembre de manera rededor de las raíces; intente no tocar plantar el tiesto entero sin tocar las
homogénea y ligera, esparciendo o co­ los demás. Algunas bienales como los raíces.
locando a lo largo de cada hilera a la nomeolvides (Myosotis) y las lunarias
profundidad adecuada para las anuales (Lunaria) germinan con facilidad y, si Siembra de semillas
que siembra; después vuelva a cubrir las siembra donde deben florecer, debe Llene el contenedor elegido con tierra
cuidadosamente con la tierra desplaza­ expurgarlas adecuadamente: los no­ estándar para semillas y presione lige­
da, con un rastrillo o azada. Etiquete meolvides a 15 cm y las lunarias a 30 ramente en los bordes para evitar la for­
cada hilera y riegue bien con regadera cm entre planta y planta. mación de bolsas de aire. Para asentar
Tanacetum parthenium de roseta fina. Las aclaradas pueden servir para re­ la tierra golpee el contenedor contra una
Tropaeohtm majus llenar zonas ralas causadas por sembra­ superficie dura y después afirme el ni­
Vaccaria hispánico Aclarado dos o germinaciones irregulares, o pue­ vel de la tierra, de manera que la super­
Verbascum En general, para evitar el apiñamiento de trasplantarse para usar en otros sitios ficie quede debajo del borde del conte­
Viola (muchas esp.) hay que aclarar los plantones. Hágalo del jardín. nedor. Riegue con roseta fina y deje
cuando el suelo esté húmedo y el tiem­ Para trasplantar, elija los plantones drenar una hora.
po templado, cuidando de conser­ más sanos y fuertes, después replante en Siembre las semillas esparcidas lige­
ramente sobre la superficie, dando gol-
pecitos al paquete de semillas o desde
Protección y soportes de plantones una hoja de papel para esparcir de for­
ma homogénea.
Para las anuales de tallo fino o las al­ Las semillas grandes o las recubicrtas
tas resulta necesario un soporte. In­ pueden sembrarse individualmente en
troduzca ramitas delgadas dentro del paquetes compartimentados o espacia­
suelo alrededor de las plantas; los so­ das en bandejas y cacharros. Las muy
portes deben ser un poco más cortos pequeñas son más fáciles de plantar
que la altura final de las plantas, para mezcladas con un volumen similar de
que queden ocultos cuando las plan­ arena fina; ello produce una distribución
tas alcancen el tamaño adulto. Éstos más regular.
también protegerán los plantones de Cubra las semillas hasta su profundi­
daños causados por roedores o dad propia con tierra tamizada; después
pájaros. riegue ligeramente, con el fin de no mo­
Otra opción consiste en tender ma­ ver las semillas ni la superficie de la
lla de alambre —de una galga no ma­ tierra.
yor a 2,5 cm— sobre el semillero, do­ Las semillas tipo polvo, como las de
blando las puntas de manera que no las begonias, deben quedar descubier­
toque los plantones. Sujete firmemen­ S o p o r t e d e R a m it a s P r o t e c c ió n y S o p o r t e d e tas y hay que regarlas desde abajo: co­
te al suelo con un alfiler de alambre Se pueden clavar palitos o ramitas A lam bre loque cada contenedor en agua hasta el
o un palito. delgadas en el suelo y entre los Proteja plantones (aquí, borde hasta que la superficie de la tie­
Las plantas crecen a través de la plantones. Las anuales altas (aquí, Eschscholzia) con malla de rra esté húmeda.
malla y cubren la red al alcanzar la una consuelda, Consolida ambigua) alambre tejido, doblado para No las deje empapar durante dema­
madurez. crece hasta ocultar el soporte. formar una jaula. La malla siado tiempo, ya que el anegado causa­
sostendrá los plantones. rá que se pudran antes de germinar o es-
 S iem bra en B a n d e ja
Llene la bandeja con tierra
para semillas estándar y
nivele con tabla de prensar hasta
I cm por debajo del borde.
Coloque un cristal o plástico
transparente sobre la bandeja
para conservar una humedad
homogénea.
timulará enfermedades de plantones
(véase «Pudrirse por el pie», p. 564).
Para conservar una humedad homo­
génea cubra con cristal o plástico trans­
parente; no permita que éste roce la su­
perficie de la tierra porque ello puede
perturbar a las semillas.
Coloque en un propagador o sobre un
banco de invernadero y sombree con
malla fina o papel de periódico si reci­
biera sol directo. Apenas germinen los
primeros plantones, retire la cubierta.
Mantenga éstos bien iluminados y la tie­
rra húmeda hasta que estén listos para
trasplantar.
Trasplantado
Los plantones cultivados en bandejas o
recipientes deberán trasplantarse a con­
tenedores más grandes antes de que se
apiñen, ya que se debilitan privados del
suficiente espacio y luz. Ello se conoce
por trasplantado y permite que los plan­
tones continúen desarrollándose hasta
estar listos para ser plantados lucra en
el jardín.
Llene los contenedores nuevos de abo­
no con una base de tierra negra y afir­
me para eliminar bolsas de aire. Para
plantones individuales resultan ideales
los tiestos de 6 cm o los paquetes de
plástico compartimentados; para varias
plantas puede utilizar tiestos, cacharros
y bandejas más grandes.
Para trasplantar, golpee el contenedor
con plantones contra una mesa o ban­
co para aflojar la tierra y retirarla in­
2
Esparza las semillas
ligeramente sobre la superficie
del abono para lograr una
cobertura homogénea.
£, Si la bandeja está
directamente al sol, sombree
con malla. En cuanto comience la
germinación, retire el cristal y la
malla.
tacta del contenedor. Después sostenga
cada planta con suavidad por las hojas
de semilla, para evitar daños al follaje,
tallos o extremos de desarrollo, y afloje
con una espátula u otro instrumento pe­
queño. Cuide de no dañar las raíces.
Después retire cada planta de la tierra
con cuidado, conservando un poco del
abono húmedo alrededor de las raíces
para asegurar que el desarrollo no se
verá impedido al replantar los plantones.
Con una espátula, haga agujeros en
el abono a 4-5 cm de distancia entre sí
e introduzca un plantón en cada uno.
Asegure que todas las raíces están cu­
biertas de tierra; después afirme con los
dedos y nivele la tierra.
T ra spla n ta d o dentro de un
1 2
Cuando el tamaño de los
plantones (aquí, Tagetes,/
permite su manejo, golpee la
bandeja para aflojar la tierra.
' í Cubra las
semillas con una
capa, del mismo
espesor que las
semillas, de tierra
tamizado húmedo.
Riegue ligeramente.
S ie m b r a e n T ie st o s D e g r a d a b l e s
Llene un tiesto degradable de
5 cm con tierra para semillas
estándar hasta I cm del borde.
Siembre tres semillas sobre la
superficie; cubra ligeramente
con tierra y riegue. Una vez
germinadas, pueden dejarse sólo
dos. Se plantará todo el tiesto
en el exterior cuando las
plantas jóvenes se hayan
desarrollado.
Semillas con necesidades especiales
y de pelargonios requieren 21°-24 °C
Algunas semillas requieren condicio­
nes especiales para germinar con éxi­ para germinar: escarifique las de pe­
to. Las semillas de begonia, Coleus largonio antes de sembrar (véase «Es­
y balsamina (Impatiens) necesitan luz carificado y empapado», p. 162). Ac­
y prefieren una temperatura constante tualmente se pueden adquirir semillas
de 21 °C. pre-cscarificadas.
Las prímulas prefieren la luz, pero Las semillas de Molucella germi­
exigen temperaturas no superiores a nan con dificultad a menos que ha­
20 °C. Algunas semillas, que com­ yan sido estratificadas: se coloca la
prenden Phacelia, violetas (Viola x bandeja de semillas en una nevera du­
wittrockiana) y otras Viola, deben rante un par de semanas antes de lle­
germinar a oscuras. var a temperaturas de 18°-2I °C du­
Las semillas de Thunbergia alata rante dos o tres semanas más.
Separe los plantones con Trasplante cada plantón dentro
cuidado, tomándolos por sus de una sección individual de
hojas de semilla. Conserve bastante un paquete. Afirme la tierra
tierra alrededor de las raíces. alrededor de cada uno con el dedo
o una espátula, y riegue.

Anuales en tiestos
Muchas anuales son excelentes plan­
tas para tiestos. Trasplante plantones
jóvenes a bandejas divididas o ties­
tos individuales y, apenas las raíces
hayan llenado el contenedor, transfie­
ra cada plantón a uno más grande con
abono de tierra negra. El tamaño del
tiesto varía según las especies o cul­
tivares y el momento del sembrado.
Coloque plantas sembradas a fines de
verano en tiestos de 9 cm durante el
invierno —cuando el desarrollo es
lento— y transfiera después a los con­
tenedores finales: de 13 cm o de
15 cm, o mucho más grandes en el
caso de trasplantar grupos de 3 a 5
plantas por contenedor. Trasplante las Muchas anuales (aquí, Schizanthus)
anuales sembradas en primavera di­ sirven para un despliegue colorido
rectamente dentro de sus contenedo­ temprano en un invernadero
res o tiestos definitivos. fresco en primavera.
Una vez lleno cada contenedor, rie­
gue con roseta fina para asentar el abo­
no alrededor de las raíces. Aumente la
humedad de los plantones cubriendo el
contenedor con plástico transparente
mientras los plantones se reestablecen,
pero asegure que el plástico no toque las
hojas.
Después vuelva a colocar los planto­
nes en las mismas condiciones de desa­
rrollo anterior.
Si los plantones están preparados para
plantar fuera pero ello se retrasa a cau­
sa de una helada tardía, coloquclos en
un contenedor mayor para asegurar que
el desarrollo no se interrumpe o el éxi­
to a largo plazo se malogre.
Las semillas sembradas individual­
mente en paquetes o al voleo no necesi­
tarán un trasplantado y pueden templar­
se antes de plantarlas fuera.
Templado
Todas las anuales semiresistentes culti­
vadas bajo cristal —o en cualquier otro
medio controlado antes de plantarlas en
el exterior— necesitan un aclimatado
gradual a las condiciones del exterior.
T e m pla d o
POLITÚNF.I.
Coloque anuales semiresistentes
(aquí. Tagetes) en un politúnel.
Levante los lados para ventilar
cuando sea necesario.
La meta es templarlas, reduciendo su de­
pendencia del calor y protección artifi­
ciales sin exponerlas a cambios me­
dioambientales que podrían causar
daños.
El templado se realiza con mayor fa­
cilidad en invernaderos y cajoneras. Seis
o siete semanas antes de plantar los
plantones en el exterior, traslade a una
parte más fresca del invernadero durante
una semana. Después coloque en una
cajonera cerrada; aumente la ventilación
poco a poco al mejorar las condiciones
del exterior, prescindiendo finalmente
por completo de la luz de la cajonera (la
tapa) durante los últimos días, a menos
que estén anunciadas heladas.
Controle las plantas, observando
cualquier indicación de que el cambio
de temperatura es demasiado rápido:
podría interrumpirse el desarrollo o las
hojas podrían amarillear. Un termóme­
tro de máximas y mínimas introducido
en la cajonera registra los extremos de
temperatura diarios, y los partes meteo­
rológicos proporcionarán avisos de
cambios.
Otros equipos ideales para el templa­
C a jo n e r a
También puede colocar plantones
en una cajonera que dejará
abierta a intervalos
progresivamente más largos.
do comprenden marcos vidriados, cu­ por completo. Las distancias de planta­
yas tapas pueden retirarse por comple­ do normales varían entre 15-45 cm, se­
to en condiciones favorables, y campa­ gún el hábito de los cultivares o espe­
nas o politúneles, que podrán levantarse cies cultivadas.
o reemplazarse en la medida de lo ne­ Verifique que las plantas estén a la
cesario. Otra opción consiste en colocar misma profundidad que dentro del con­
las plantas en el exterior en lugares res­ tenedor, después afirme la tierra alrede­
guardados, protegiéndolas (generalmen­ dor de la base del tallo, sin aglomerar
te sólo será necesario por las noches) con demasiado.
plástico u otros recubrimientos, soste­ Después de plantar, desmenuze la tie­
nidos por marcos de madera o bambú. rra con suavidad por medio de una hor­
A menos que el tiempo sea malo, debe ca. Para asentarlas, riegue las plantas
retirar las protecciones durante el día, concienzudamente con regadera de ro­
para asegurar que las plantas siempre re­ seta fina, para no arrastrar la tierra de
ciban la luz y ventilación suficientes. las raíces.
Plantación exterior
Una vez pasado el peligro de heladas,
plante plantones semiresistentes en el ex­ P lan tad o en S uelo
terior. Ello resulta particularmente im­ A b ie r t o
portante en el caso de las plantas me­
nos resistentes, como begonias y Salvia
splendens.
A condición de haber sido templadas,
algunas anuales semiresistentes tolera­
rán condiciones frescas, pero no frías,
durante períodos cortos.
Antes de plantar fuera, prepare el ma­
cizo (véase «Sembrado en suelo abier­
to», p. 181), riegue concienzudamente
y deje drenar durante una hora. Para re­
tirar una planta de su tiesto, invierta éste
sosteniendo el tallo con ambos dedos,
después golpee el borde contra una su­ Separe el paquete y retire
perficie dura para aflojar el cepellón. Se­ cada plantón con cuidado
pare paquetes o bandejas divididas para (aquí, Tagetes) con el cepellón
retirar cada plantón sin dañar los cepe­ intacto.
llones.
Si las plantas están en bandejas sin di­
visiones, sostenga éstas firmemente con
las dos manos y golpee un lado contra
el suelo para aflojar la tierra. Después
deslice el contenido hacia fuera en un
solo bloque. Separe las plantas indivi­
duales con los dedos, conservando la
mayor cantidad de tierra posible alrede­
dor de las raíces o retire cada planta con
una espátula, cuidando de no dañar las
raíces.
Practique un agujero lo bastante gran­
de para acomodar el cepellón. Espacíe
de manera que las hojas apenas se to­ Coloque cada planta en un
quen cuando las plantas se desarrollen agujero para acomodar el
cepellón, asegurando que la
planta esté al mismo nivel que
D esarrollo del P r im e r A ñ o en el contenedor.
Durante el primer año, bienales Vuelva a colocar la tierra
como las adnéforas sólo producen alrededor de las raíces y
un desarrollo vegetativo (de hojas). afirme con suavidad para que
Las flores se desarrollan al siguiente no queden bolsas de aire.
verano. Riegue la zona.
C ómo C o m pr a r A n u a l e s
P l a n ta s p a r a M a c iz o s Desarrollo Plantar en contenedores
B uen
compacto
vigoroso Utilice anuales o bienales cultivadas Coloque trozos de tiesto en la base
E jem pla r en contenedores para lograr un des­ para cubrir los agujeros de drenaje y
E je m p l a r
Pobre
pliegue inmediato en contenedores or­ llene con mezcla de tierra negra. An­
namentales. Florecerán a lo largo de tes de plantar, riegue las plantas bien.
la estación sin desbordar el conte­ Retire cada una de su tiesto, extraiga
nedor. las raíces con suavidad, después co­
Planifique su posición con cuida­ loque en su lugar correspondiente en
follaje do, situando las colgantes a los cos­ el contenedor. Afirme la tierra alre­
verde tados o delante y las más altas hacia dedor de cada una y riegue abundan­
sano atrás o en el centro. temente.

P e t u n ia s
larguiruchos
Riegue las
y desnudos Hojas muertas plantas elegidas
concienzudamente y
A nuales C u l t iv a d a s en C ontenedores decida cómo
B uen disponerlas antes de
E jem plar comenzar a plantar
E je m p l a r el contenedor. En
P obre este arreglo se han
utilizado begonias,
Desarrollo fuerte Lobelia y balsaminas
y arbustivo (cvs de Impatiens/

Brotes
sanos en Llene la
desarrollo jardinera con
tierra húmeda hasta
la mitad o las tres
B a lsam ina cuartas partes.
(c v s d e I m p a t ie n s ) y amarillentas Invierta cada tiesto y
sostenga cada planta
al deslizarse fuera el
«Detención» o eliminación macizos, orlas y contenedores, y además cepellón. Extraiga las
Durante el desarrollo de las anuales jó ­ puede ser necesario si no dispone de un ratees con suavidad.
venes, algunas podrían requerir una de­ invernadero para cultivar anuales semi-
tención o eliminación, para estimular­ resistentes a partir de semillas. Además,
las a desarrollar laterales y un hábito aunque las semillas de muchas anuales
arbustivo. No detenga plantas como sólo pueden comprarse mezcladas, ge­
antirrinos o alhelíes (Matlhiola), de neralmente los cultivadores comerciales
vástagos terminales fuertes, ya que és­ logran obtener colores separados, pro­
tos desarrollan las espigas de flores porcionando a los jardineros una gama Con una mano
principales y también producirán desa­
rrollos laterales en forma natural duran­
mucho más amplia de plantas con las
que planificar el esquema de sus
3 retire la tierra y
te el verano, continuando el despliegue macizos. coloque la planta en
floral. su lugar de manera
La detención se efectúa eliminando el Control de calidad de plantas que el cuello esté a
extremo de desarrollo de una planta jo­ para macizos I cm por debajo del
ven. Incluso en el caso de anuales de ra­ Las plantas jóvenes y fuertes, con vás­ borde de la jardinera.
mificación natural, puede resultar nece­ tagos equilibrados, de nodulos cortos y
sario en el caso de que algunas plantas follaje sano, son las que tienen mayo­
en un macizo produzcan vástagos más res posibilidades de establecerse y dar
fuertes que otras. Si se requiere un há­ los mejores resultados.
bito de desarrollo homogéneo, detenga Las plantas deben tener un sistema de
las plantas altas cuando alcancen cinco raíces bien desarrollado, pero no apiña­
o seis articulaciones, eliminando el ex­ do ni enredado. No compre plantas cuya
tremo de cada vástago largo hasta la al­ rosales esté scca ni con follaje amarillen­ Plante las plantas
tura requerida.
La detención atrasa la producción de
to o enfermo ya que, aunque general­
mente seguirán creciendo, no se estable­
4afirmerestantes; después
suavemente
flores, de manera que no debe efectu- cen correectamcnte y producen pocas alrededor de éstas,
rase si se prefiere una despliegue tem­ flores. especialmente a los
prano. Las semiresistentes para macizos se costados y en las
venden en varias etapas desde plantones esquinas para no dejar
hasta planta florecida, con frecuencia bolsas de aire. Agregue
bastante antes de la fecha en la que se
Plantas de macizo las puede plantar sin problemas en el ex­
más tierra húmeda si
fuese necesario y nivele
terior. la superficie antes de
Ahorrará tiempo comprando anuales y Asegúrese de disponer de condiciones regar concienzudamente.
bienales más maduras para plantar en adecuadas a cubierto para seguir culti-
vando si fuese necesario. Controle que
estén templadas si las plantará fuera de
inmediato.
Aclimate los plantones lentamente,
hasta que haya pasado el peligro de he­
ladas; una exposición repentina a hela­
das o incluso a vientos fríos podrían ma­
tarlas, puesto que pudieran haber sido
cultivadas en invernaderos con calefac­
ción. Después podrá plantarlas en el ex­
terior.
Plantación y soporte de trepadoras
anuales
Las trepadoras anuales deben plantar­
se en lugares donde puedan trepar con
naturalidad a través de un arbusto o un
árbol pequeño o bien guiadas sobre una
verja, muro o alguna otra clase de
soporte.
Si una anual enroscante debe crecer
a través de un arbusto, coloque en el pe­
Plantación de anuales según un diseño
Antes de comenzar la plantación en
un macizo u orla, reúna todas las
plantas para el macizo y conjúntelas
sobre el plano. Coloque las plantas
—todavía en sus contenedores— en
sus posiciones aproximadas encima
del suelo preparado, con el fin de ase­
gurar que el macizo no estará apiña­
do ni quedará ralo. Entonces es el mo­
mento de hacer los ajustes finales de
las posiciones de las plantas: una vez
en tierra, será demasiado tarde. Con­
serve algunas como reserva por si mu­
riesen otras.
Plante los
plantones con
cuidado,
manipulando éstos lo
menos posible.
Afirme la tierra
alrededor de cada
uno. Complete una
sección de plantado
antes de pasar a la
siguiente.
Riegue concienzudamente
sección por sección, de
manera que los primeros
plantones no se sequen mientras
planta los restantes.
rímetro del arbusto, del lado en el que
recibirá la mayor cantidad de luz, con P l a n t a c ió n E x t e r io r de A nuales T repadoras
una caña guiando los vástagos princi­
pales dentro de la planta huésped, si fue­
se necesario.
Si quiere que la trepadora crezca so­
bre una verja o en una extensión de
muro, proporcione un soporte que re­
sulte adecuado a su hábito de desarro­
llo (véase P la n t a s T r e p a d o r a s , «Tipos
de soporte», p. 100). Plante a 30 centí­
metros de la base del muro o verja para
que las raíces obtengan la humedad su­
ficiente.
Las trepadoras enroscantes pueden
cultivarse también sobre un «wigwam» P la n ta d o al C o sta d o d e u n So po rte con C añas
o «tienda india» de varias cañas, suje­ A n f it r ió n Un trípode sirve de soporte para
tadas cerca del extremo superior; prime­ Las anuales enroscantes, como anuales enroscantes (aquí,
ro clave las cañas en el suelo firmemen­ Ipomoea, deben plantarse a Thumbcrgia alataj. Sujete un
te y plante algo más allá de éstas, 20 cm deI tallo del anfitrión. plantón a cada una de las cañas.
sujetando a continuación los plantones
jóvenes a las cañas.
Antes de plantar,
dibuje el diseño de
todo el macizo.
Comience desde el
centro y siga hasta el
borde; o desde Ia parte
posterior del macizo
hasta la anterior.
Utilice una tabla para
apoyar las rodillas de
manera que no aplaste
el suelo en exceso.
/ A l completar
cada sección de
la plantación, recorte
los vástagos dañados,
desparejos o
desordenados para
compactar las masas
de plantas.
Mientras los
plantones se
establecen, mantenga el
macizo bien regado.
Elimine el follaje
dañado o descolorido
que podría estropear el
despliegue y, si algunas
plantas fallaran,
reemplace para llenar
el hueco.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

Cuidados rutinarios
n general, las anuales requieren Riego, alimentación
E escaso mantenimiento, ya que tie­
y supresión de maleza
nen una vida relativamente corta. Sí ne­
Anuales para cortar o secar
cesitan un riego regular durante las se­ Las flores frescas o secas de muchas tes de que se coloreen, para que con­
quías, en especial si crecen en Las anuales y bienales jóvenes planta­ anuales y bienales son decorativas en serven su forma una vez secas. Corte
contenedores y debe eliminar capítulos das en el exterior deben regarse de for­ el interior. Coseche flores «siempre­ flores frescas cuando los pimpollos se
para prolongar la floración. Las altas ma regular con una regadera o rociador, vivas», como Xeranthemum, Helip- coloreen. Sumerja los extremos de
pueden necesitar estacado al plantar —o empapando el macizo concienzudamen­ terum y Limonium cuando están semi amapolas de lslandia (Papaver nudi-
pronto después de plantadas— para evi­ te. Una vez establecidas, riegue sólo du­ abiertas; después cuelgue cabeza aba­ caule) en agua hirviendo, para sellar­
tar que se caigan por efecto del viento rante sequías prolongadas. jo en un lugar tibio y bien ventilado. las y evitar burbujas de aire que evi­
o de su propio peso. Cuando el follaje Si el suelo está bien preparado, las Corte capítulos de Helichrysum an- tan la absorción del agua.
comienza a marchitarse, después de la anuales rara vez requieren una alimen-
floración o a fines de la estación, debe­ tacción suplementaria. Cuando se desa­
ría retirarlas. rrollen los pimpollos, puede agregar un
fertilizante líquido a suelos muy pobres.
Las bienales podrían beneficiarse de una
Soporte d e A n u a l e s alimentación ligera, pero sólo las desti­
T repadoras nadas a exposición requieren un alimen­
tado regular.
Las condiciones exageradamente ricas
producen desarrollo vegetativo a expen­
sas de las flores.
Mantenga las anuales y bienales libres
de malezas, ya que éstas compiten por
luz, agua y nutrientes. Arranque las ma­
lezas a mano mientras aún son peque­
ñas y elimine plantones auto-sembrados
del mismo modo, si no los requiere o
fuesen demasiado numerosos.
Corle las flores para secar Muchas flores siemprevivas
(aquí, statice, Limonium pueden secarse colgadas cabeza
sinuatumj cuando las cabezas abajo en grupos, sujetas con hilo
Soportes comienzan a abrirse. Corte
sesgado lo más cerca posible de la
suave o rafia. Una vez secas, puede
cortar cualquier tallo sobrante para
Muchas de las anuales y bienales tienen base del tallo. adecuar el arreglo.
tallos delgados y se benefician de cier­
to sostén. Utilice pequeñas ramas arbus­
Al plantar trepadoras (aquí, tivas o palitos en el caso de plantas que
Eccremocarpus scaberj cerca de un alcancen lm al madurar. Cuando sólo dor y sujetando las cañas con hilo sua­ Algunas anuales de enredadera que
muro o verja, sujete sobre alambre midan algunos centímetros, introduzca ve: los soportes quedarán ocultos por las no se enroscan ni desarrollan zarcillas
de hierro o una espaldera. Ate los los palitos dentro del suelo a su alrede­ plantas al desarrollarse. Las muy altas, necesitarán atarse a sus soportes. Suje­
tallos al soporte mientras sigan dor, de manera que crezcan a través de como las malvarrosas (Alcea) o los gi­ te los estándares con hilo suave y siga
flexibles. estos, que pronto quedarán cubiertos y rasoles (Helianthus), pueden requerir un ligando ocasionalmente para conservar
desaparecerán. estacado individual. Clave la caña en el la forma de la planta.
S oporte d e A n u a l e s A ltas Se pueden sostener las anuales altas suelo donde sea menos visible y, al de­ Las anuales que se enroscan y las de
en contenedores introduciendo algunas sarrollarse la planta, sujete el tallo a in­ zarcillas podrían necesitar un guiado
cañas alrededor del borde del contene- tervalos. ocasional.

Las plantas en jardineras, cestas col­

Sujete anuales altas como
Salpiglossis clavando cañas en la
tierra alrededor del tiesto y
enrollando cordel en torno a las
cañas.
gante u otros contenedores necesitan
poco mantenimiento, salvo un riego
ocasional y un eliminado de capítu­
los para conservar el despliegue. Con­
trole diariamente, tanto en tiempo hú­
medo como seco, para asegurar que
la tierra sigue húmeda (pero nunca
anegada) y elimine capítulos al mar­
chitarse las flores. Cuando una planta
deje de florecer, retire del contenedor,
tocando las otras lo menos posible,
y reemplace con una de maduración
posterior. Para mantener el despliegue Agregue abono nuevo y
Las bienales resistentes pueden in­ atractivo, elimine los húmedo y llene los huecos con
vernar en el exterior; si existe la pro­ capítulos de las flores. Cuando plantas nuevas o bulbos que
babilidad de que las plantas sufran las plantas dejen de florecer, continuarán el despliegue. Afirme
daños por las heladas, coloque el con­ retírelas, cuidando de no dañar con suavidad y riegue
tenedor a cubierto. las raíces de las restantes. concienzudamente para ayudar a
establecer las plantas nuevas.
E l im in a c ió n de C a p ít u l o s
Elimine los capítulos al marchitarse,
cortando cerca de la base del tallo.
Las plantas (aquí, pensamientos)
producirán flores nuevas durante un
tiempo.
Eliminación de capítulos
En muchos casos, se puede ampliar la
estación de floración de las plantas —y
mejorar su aspecto— eliminando inme­
diatamente los capítulos marchitos o
muertos; ello evita que la planta produz­
ca semillas y su energía sirve para pro­
ducir más flores. Elimine las flores mar­
chitas con el pulgar y el índice, que­
brando los tallos limpiamente; en el caso
de tallos más duros, o donde haya peli­
gro de dañar la planta al eliminar los ca­
pítulos, utilice tijeras o podaderas
afiladas.
No elimine capítulos en los casos en
los que las semillas o los frutos forman
parte de las características decorativas
de la anual o bienal —como, por ejem­
plo, en el caso de las lunarias (Lunaria),
Hibiscus trionum y el maíz ornamen­
tal (Zea mays).
Tampoco lo haga en el caso de que
las semillas se requieran para cultivar la
planta otra vez durante la próxima es­
tación.
Algunas anuales y bienales, como las
amapolas (Papaver) no producen más
flores después de la eliminación de ca­
pítulos.
R eserv a de S em illa s
Se pueden recolectar semillas
cuando las cápsulas (aquí,
Nigella) se hayan secado sobre
papel secante o de periódico y
hayan soltado las semillas.
Reserva de semillas L im p ie z a O t o ñ a l
R ecorte d e P erennes
Es fácil recolectar semillas de muchas d e V id a C o r t a
anuales para plantar al año siguiente.
Pero a menudo sólo merece la pena re­
servar las semillas de las anuales y bie­
nales que se mantienen legítimas, como
Nigella o las lunarias, ya que las semi­
llas de la mayoría de los cultivares ob­
tenidos en el jardín no producirán plan­
tas que posean flores o hábitos
característicos similares a los de las plan­
tas madres.
Elimine los capítulos de las plantas
con flores pobres para que no se formen
semillas ni se recolecten más tarde para Cuando las anuales hayan dejado de
su sembrado en la próxima estación. Es florecer, afloje la tierra alrededor de
improbable que tales semillas produzcan las raíces con una horca y después
plantas con flores de calidad. un rastrillo y convierta en compost o
Hasta cierto punto, los plantones queme las plantas viejas.
auto-sembrados tienden a variar sus ca­
racterísticas y calidad, pero a pesar de
ello, podrían producir plantas bastante anuales, como las violetas (Viola x wit-
| No todas las cápsulas de
semillas maduran al mismo
aceptables. Generalmente, los cultivares trockiana) y las primaveras, pueden re­ tiempo. Retire los tallos
distintivos de Eschscholzia, las dedale­ tirarse y plantarse en otro sitio, donde florecidos antes de que las
ras de la serie Excelsior (Digitalis), los crecerán y florecerán durante varios cápsulas maduren por completo.
alhclicillos dulces (Lobularia marítima), años. Otras —como los alhelíes amari­
las caléndulas (Calendula), los nomeol­ llos (Cheiranthus) y los antirrinos— po­
vides (Myosotis), y muchas otras anua­ cas veces crecen tan bien como el pri­
les y bienales, presentan variantes en el mer año, de manera que en general, no
color de las flores y características di­ merece la pena conservarlas.
ferentes de la planta original. Las perennes no resistentes, como las
Cuando las cápsulas de semillas se begonias y las balsaminas (cultivares de
vuelven marrones y comienzan a partir­ Impatience), pueden retirase y colocarse
se, recorte y extienda sobre bandejas fo­ en tiestos a fines de verano, para conti­
rradas con papel en un sitio cálido y nuar floreciendo en la casa, invernade­
seco, hasta que estén completamente se­ ro o jardín de invierno. Las malvarro­
cas. Extraiga las semillas y elimine el res­ sas (Alcea) y otras perennes de vida
to. Empaquete, etiquete y almacene en corta pueden recortarse en otoño y con­
condiciones secas y frescas hasta sem­ servarse, ya que a veces sobreviven du­
brarlas. rante varias estaciones, aunque la cali­
dad y el vigor se deteriorará. Conserve
algunas plantas de las nuevas cepas de
pelargonios F1 y F2 en un jardín de in­
Limpieza del macizo vierno o invernadero libre de heladas,
2
ya que generalmente sobrevivirán Las perennes de vida corta,
En otoño, una vez acabado el desplie­ —mantenidas bastante secas— y flore­ como las malvarrosas,
gue floral, retire y convierta en compost cerán otra vez al año siguiente. También podrán dar flores durante varias
todas las plantas moribundas después de Eccremocarpus scaber sobrevivirá du­ estaciones si las corta después
recolectar las semillas requeridas. Que­ rante años en lugares protegidos en el de florecer.
me las enfermas para que no infesten el exterior.
jardín. Las perennes cultivadas como
Plagas y enfermedades
Las plagas que tienden a afectar las
anuaies y bienales —en su etapa de plan­
tones y también cuando son más
adultas— son los caracoles y las babo­
sas (p. 548), los pulgones (p. 550) y las
orugas (p. 549); también pueden atacar­
las las royas (pp. 552 y 557) y otros pro­
blemas funginos (véase «Manchas fun-
ginas de hojas», p. 552). Los fungicidas
pueden prevenir o controlar estas enfer­
medades, pero con frecuencia poco se
2 3
Una vez seca la cápsula, puede hacer más alia de eliminar y que­ Corte cada tallo en la base
sacuda las semillas hacia mar las plantas muy afectadas. Los con cuidado, asegurándose
fuera y retire cualquier resto. plantones jóvenes cultivados a cubierto de que el nuevo desarrollo
Almacene en un sobre etiquetado pueden sufrir la podredumbre por el pie producido durante la estación
en un lugar seco a temperatura (p. 568) —un grupo de enfermedades de crecimiento no resulte
constante y fresca. portadas por el suelo que hace que las dañado.
plantas se pudran y caigan.
 E l J a r d ín
plantas de jardín crecen
lg u n a s d e la s m ás h e r m o s a s
en las cadenas montañosas del mundo y se han adap­
tado con éxito a una sorprendente diversidad de hábitats
especializados. Éstos van desde nichos elevados en la roca hasta
laderas cubiertas de guijarros, y desde el césped corto y escaso
que constituyen los prados alpinos hasta las opulentas hierbas de
los prados de las altitudes más bajas. Las plantas alpinas y de jar­
dines de roca proporcionan un jardín rico en hermosas especies,
que conserva el encanto de las flores silvestres no superadas por
de R ocas
el arte del hibridizador. A menudo despliegan gran número de flo ­
res atractivas, en una gama inigualada de colores claros como jo ­
yas. Algunas de estas plantas están adaptadas a ambientes muy
específicos y, por lo tanto, podrían constituir un desafío hasta para
el más experimentado de los jardineros; pero muchas otras son
poco exigentes y receptivas, y crecerán con facilidad en un em­
plazamiento adecuadamente preparado en el jardín abierto y re­
compensarán con creces el tiempo y la atención suplementarios
dedicados a sus necesidades de cultivo.

Diseño de un jardín de rocas

as alpinas son plantas que crecen
L aneagrande árboles,
altura por encima de la lí­ Las alpinas pueden ser plantas leñosas,
aunque el término tam­caducas o siempreverdes, o desarrollar­
bién se utiliza para designar una vasta
gama de plantas de jardín de rocas de
desarrollo bajo, incluyendo muchos bul­
bos, cultivables con éxito a alturas rela­
tivamente bajas. Su aspecto diminuto y
su hábito gracioso las hacen adecuadas
para ser agrupadas juntas en coleccio­
nes fascinantes de brillante colorido.
Un J a r d ín d e R o c a s b ie n P r o v is t o
Este jardín de rocas está tachonado con una gama de
diversas plantas alpinas, desde Dianthus de desarrollo
Alpinas verdaderas
se a partir de bulbos, cebollas o tubér­
culos —existen muy pocas alpinas anua­
les. Son característicamente resistentes,
adaptadas para sobrevivir en climas ex­
tremos y compactas: pocas miden más
de 15 cm. En su hábitat montañoso na­
tural, el hábito enano o rastrero de las
alpinas reduce su resistencia al viento y
bajo y saxifragias en la parte anterior, hasta los arbustos
enanos Genista, Helianthemum y Potcntilla al fondo.
les ayuda a resistir el tremendo peso de
la nieve en invierno.
En las regiones alpinas, durante la es­
tación del desarrollo, las plantas están
expuestas al sol intenso y al aire fcsco
en movimiento constante. Su costumbre
de formar cojines o matas y sus hojas
pequeñas —carnosas, pilosas o
correosas— las protegen de la pérdida
de humedad en vientos fuertes y sol ca­
liente. Los edelweiss (Leontopodium al-
pinum) tienen toda la superficie cubierta
de pelos lanudos, que ayudan a conser­
var la humedad, mientras que las hojas
de las siemprevivas mayores (Sempervi-
riím) tienen un tejido carnoso que re­
tiene la humedad.
Aunque la mayoría de las alpinas está
adaptada a temperaturas extremas, po­
cas resisten una humedad constante de
las raíces en invierno o condiciones ve­
raniegas húmedas y cálidas.
En sus hábitats de origen, a menudo
crecen en suelo pobre, falto de nutrien­
tes y con un contenido en materia or­
gánica bajo pero que permite un drena­
do rápido. La mayoría desarrolla un
sistema de raíces extenso para buscar nu­
trientes y humedad.
Plantas de jardín de rocas
Las plantas de rocas son aquellas que
crecen lentamente, de estatura relativa­
mente baja, con escala adecuada para
cultivarlas en jardines de rocas. Com­
prenden árboles enanos y arbustos, que
resultan muy útiles plantadas como mar­
co (contrafondo), y muchas otras que
no necesariamente provienen de regio­
nes alpinas.
Algunas plantas de rocas, como Ar­
mería marítima, se originan en hábitats
costeros, mientras que muchos bulbos
miniatura son oriundos de soleadas la­
deras mediterráneas. Junto con las al­
pinas verdaderas, comparten la necesi­
dad de suelo bien drenado y, por lo
tanto, son adecuadas para plantar jun­
to con las alpinas.
Dado que muchas alpinas verdaderas
florecen en primavera y a principios de
verano, las de jardín de rocas resultan
valiosísimas si son de floración tardío,
pues sirven para alargar la estación de
interés.
Plantas alpinas y de roca
en el jardín
El [amaño habitualmente restringido de
las alpinas y de roca hace que quepan
muy bien dentro de los límites del pe­
queño jardín moderno. Pocas otras
plantas son tan pulidas y compactas y
ello permite cultivar un buen número de
especies e híbridos en un lugar relativa­
mente pequeño.
Plantas que se adaptan a un jardín
Muchas especies alpinas —y sus culti­
vares más vistosos— son poco exigen­
tes en cuanto a sus necesidades de cul­
tivo y se adaptan con facilidad a los
jardines abiertos.
Presentan una profusión de hábitats
y aspectos, desde pequeñas plantas que
forman almohadillas hasta otras que se
extienden en matas; algunas de las al­
pinas más fáciles florecen hasta bien en­
trado el verano, casi siempre ofrecien­
do flores abundantes.
Los cultivares de desarrollo bajo de
Aubrieta, flox y Verónica forman ma­
tas de colores claros y brillantes al flo­
recer y pueden ser utilizadas para fes­
tonear orlas, suavizando las líneas rectas
de éstas.
Alpinas especiales
Otros géneros alpinos, como la aretia-
na Androsace y las tupidas saxifragias,
que forman almohadillas, tienen nece­
sidades especiales, en particular un suelo
U n a L l a m a r a d a d e C o l o r V e r a n ie g o
Las flores rojo brillante de Scdum spurium y
Helianthemum, derramándose sobre el afloramiento
rocoso, contrastan con los tallos y hojas verde grisáceas
P lantar en el J a r d ín A b ie r t o
Daphne x burkwoodii ‘Somerset’ tiene una profusión de flores rosa pálido,
volcadas sobre una orla mixta y entremezcladas con las plantas a ambos lados.
muy bien drenado y una protección de
la humedad excesiva en invierno. La ma­
yoría también requiere mucho sol, pero
sus raíces deben estar frescas; las espe­
cies boscosas que crecen a menor altu­
ra suelen preferir una sombra moteada
y necesitan suelo húmedo y ácido. Los
colores ricos y variados y las formas di­
ferentes de muchas plantas especiales
podrán disfrutarse en el jardín, a con­
dición de que exista un buen drenaje y
un aspecto adecuado. La mejor mane­
ra de satisfacer estas necesidades es cul­
de Dianthus y Hebe pinguifolia ‘Pagei’ del fondo.
El follaje fresco y verde de las plantas circundantes
proporciona un contrapunto claro y fresco.
tivarlas alejadas del suelo del jardín en
ambientes cuidadosamente construidos
y controlados y utilizando tierras o mez­
clas de buen drenaje, preparados con
gravilla.
Algunas alpinas requieren protección
y raíces frescas, y los jardines de rocas
y los huecos en muros de piedra o la­
drillo son un modo ideal de cultivar es­
tas plantas y exhibirlas con mayor ven­
taja en un panorama que las dote de un
aspecto natural.
En emplazamientos más formales, o
si el espacio fuera limitado, los macizos
en relieve y las jardineras o pilas cons­
tituyen alternativas atractivas, especial­
mente si están hechas de materiales que
complementen los elementos duros pre­
viamente existentes.
Las jardineras y pilas autoportantes
también permiten introducir color a al­
turas variables y en superficies duras,
como patios y senderos.
El jardín de rocas
Una ladera soleada orientada al sur o
al sudoeste resulta un emplazamiento
ideal para los afloramientos pedregosos
de un jardín de rocas. Los bien construi­
dos emulan las formaciones naturales de
éstas y constituyen elementos vistosa­
mente atractivos. Imitan en lo posible
el hábitat natural de las plantas alpinas,
generando las condiciones en las que és­
tas prosperan —la tierra bajo las rocas
proporciona el curso de raíces fresco, hú­
medo pero bien drenado del que dis­
frutan.
Planificación de un jardín de rocas
Para lograr el mayor impacto visual se
debe construir a la mayor escala posi­
ble que permita el emplazamiento. En
la medida de lo posible, elija un empla­
zamiento inclinado, abierto y natural,
que proporcionará un buen drenaje. Una
serie de afloramientos rocosos con hon­
donadas en medio de ellos resultará muy
efectiva, especialmente si también in­
cluye arroyuelos y estanques en el di­
seño.
Un emplazamiento soleado agradará
a la mayoría de las plantas de roca, aun­
que aquellas que prefieran la sombra
pueden cultivarse en huecos más frescos
y umbríos en la cara norte de rocas
grandes.
Una colocación cuidadosa de las ro­
cas en la fase de la construcción (véase
p. 199) ofrecerá una amplia gama de zo­
nas para plantar y nichos rocosos para
satisfacer las necesidades de muchas
plantas alpinas diferentes.
Elección de plantas
Varias especies alpinas, como Gentiana
verna, con sus llores azul intenso en pri­
mavera, prefieren huecos profundos con
tierra bien drenada y arenosa, mientras
que la formadora de matas Polygonum
affme ‘Donald Lowndes’ prospera en te­
rrazas más amplias entre estratos de
roca. Los híbridos de cotiledon de l.e-
wisia y de Saxífraga ‘Tumbling Walers’,
que posee cascadas de flores blancas so­
bre rosetas de follaje incrustadas de cal,
se encuentran más a gusto dentro de las
ranuras estrechas de las caras de piedra
verticales.
Planifique el esquema de la planta­
ción de manera que incluya la mayor va­
riedad estacional posible. Los bulbos
alpinos, como Crocus laviegatus ‘Fon-
tenay’ e Iris histríoides ‘Major’ ayuda-
U n J a r d ín de R ocas E sca lo n a d o
A fines de primavera una colección de alpinas y
plantas de rocas proporciona color abundante y
variedad en las formas. Algunos arbustos
siempreverdes enanos y bulbos de
temprana ampliarán
la estación de interés.

1 Draba rigida
2 Anchusa caespilosa
3 Saponaria x olivana
4 Morisia monanthos
5 Dianthus alpinus
6 Androsacearnea
7 Gentiana verna
8 Celmisia walkeri 20 Antliyllis man tana
9 Pulsatilla vulgaris 21 Crocus ‘Cream Beaut i’
10 Saxifraga 22 Euryops acraeus 32 Hebe canterburiensis
‘Southsidc Seedling’ 23 Iris ‘Joyce’ 33 Campanula cochleariifolia
11 Berberis x stenophylla 24 Viola ‘Haslcmere’ 34 Phlox douglasii ‘Crackerjack’
‘Corallina Compatta’ 25 Picea mariana ‘Nana’ 35 Origanum ‘Kent Beauty’
12 Linum perenne 26 Narcissus minor 36 Daphne cneorum
13 Physoplexis comosa 27 Diascia rigescens 37 Phlox ‘Camla’
14 Helianthemum 28 Cyclamen count subsp. 38 A nd rosace lanuginosa
‘Wisley Primrose’ coum y count ‘Album’ 39 Gypsophila cerasiioides
15 Parahebe catarraciae 29 Galanthus nivalis 40 Crocus dalmaticus
16 Helianthemum ‘Wisley Pink’ ‘Scharlockii’ 41 Aubrieta ‘Joy’
17 Armeria juniperifolia 30 Narcissus ‘TSte-i-tele’ 42 Aethionema grandi/lor urn
18 Chriastophyllum oppositifolium 31 Juniper us communis 43 Euphorbia myrsinites
19 Aquilegia alpina ‘Compressa’ 44 Iberis sempervirens

ran a dar vida al jardín en invierno o

principios de primavera y Cyclamen he-
derifolium y Sternbergia lútea añaden
interés en otoño. Para obtener color a
lo largo del año, incluya algunas siem-
preverdes, como la enana Chamaecypa-
ris obtusa ‘Nana Pyramidalis’ y Juni-
perus comunis ‘Compressa’ y arbustos
enanos como Hebe buchananii ‘Minor’.
Se puede añadir textura y estructura
a la plantación usando especies con ho­
jas o tallos inusuales y de altura y as­
pecto variados.
Una textura de hojas contrastante
puede ser especialmente llamativa: plan­
tas audaces, carnosas y que forman ro­
setas sirven para destacar las hojas y flo­
res delicadas y plumosas de las especies
de Pulsatilla y una combinación de al­
pinas reptantes y almohadilladas con va­
rios arbustos enanos o árboles, ofrece
un gran interés visual.
Las hojas plateadas en forma de es­
pada de Celmisia coriáceo contrastarán
bien con plantas formadoras de matas,
como Polygala calcarea ‘Bulley’s Va­
riety’, con flores azul intenso a fines de
primavera y principios de verano y Cam­
panula cochleariifolia, con ramilletes de U n T a p iz de C olores
flores tipo campanilla blancas o azules Un despliegue llamativo en el que los abundantes colores arbustos siempreverdes y las coniferas enanas, que
en verano. y formas variadas de las alpinas se funden con los forman el entramado de este atractivo jardín de rocas.
U n M a c iz o d e T u r b a
Es mejor cultivar las alpinas que prefieren suelos ácidos y condiciones boscosas húmedas en
un macizo de turba construido expresamente. Emplace en una zona parcialmente sombreada
del jardín, tal vez cerca —pero no debajo— de un árbol de follaje ligero para que las plantas
reciban sombra moteada una parte del día.
1 Cyathodes colensoi
2 Hucquetia epipactis
3 Arctostaphylos uva-ursi
J í í > '- v © / ' T T \ ‘Point Reyes’
4 Rhododendron ‘Curlew’
5 Anemone nemo rosa
=^=- ^ ‘Robinsoniana’
6 Trillium grandifiorum
7 Erythronium ‘Pagoda’
8 Betula nana
9 Dryas octopetala
10 Narcissus bulbocodium subesp.
bulbocodium
11 Jeffersonia dubia
12 Phlox ‘Chatahoochee’
13 Dodecatheon ‘Red Wings’
14 Dicentra cucullaria
15 Celmisia coriacea
16 Phlox divaricata subesp.
laphamii
17 Trillium erect urn
18 Gentiana septertifida
19 Erythronium hendersonii
20 Phyllodoce empetriformis
21 Daphne arbuscula
22 L ilium mackliniae
23 Erythronium oregonum
24 Gentiana acaulis
25 Salix reticulata
26 Salix x boydii
27 Polygala cliamaebuxus
28 Phyllodoce caerulea
29 Galanthus nivalis ‘Lutescens’
30 Nomocharis pardanthina
31 Erythronium ‘White Beauty’
32 Anemonella thalictroides
33 Cassiope ‘Edinburgh’
34 Rhodohypoxis ‘Douglas’
35 Anemone x lipsiensis
36 Hepatica nobilis var. japonica
37 Cassiope lycopodioides
38 Trillium rivale
39 Scilla siberica ‘Atrocacrulca’
40 Polygonatum hookeri
41 Corydalis solida
‘George Baker’
42 Rhodothamnus chamaecistus
43 Rhodohypoxis ‘Margaret Rose’
44 Narcissus cyclamineus
45 Cyclamen purpurascens
46 Calceolaria
‘Walter Shrimpton’
47 Saxifraga oppositifolia
48 Linnuea borealis
49 Gentiana sino-ornata
50 Vaccinium vitis-idaea
‘Minus’
51 Andromeda polifolia
‘Compacta’
52 Gaultheria cuneata
53 Polygala chamaebuxus var.
grandiflora
54 Phlox stolonifera ‘Ariane’
55 Lithodora diffusa
‘Heavenly Blue’

Laderas pedregosas
En las laderas de las montañas, el des­
gaste natural de los afloramientos de
roca produce una masa de pequeñas pie­
dras y rocas quebradas. Éstas albergan
muchas plantas que requieren mucha
humedad en las raíces durante su desa­
rrollo, pero que crecen mejor a través de
una capa relativamente seca de 15 cm
de pedregullo. Las habitantes de estas la­
deras están entre las alpinas más hermo­
sas y merece la pena el cuidado suple­
mentario necesario para cultivarlas.
El macizo de ladera pedregosa
El macizo de ladera pedregosa intenta
recrear el hábitat natural sumamente es­
pecializado de las plantas. Se trata de
un macizo profundo, preferentemente
inclinado, con fragmentos sueltos de
roca de diversos tamaños, mezclado con
una tierra adecuada (véase p. 200). Tam­
bién pueden construirse en emplaza­
mientos llanos, elevado con respecto al
nivel del suelo, para ayudar al drenado
y transformándose de hecho en un ma­
cizo elevado especializado (véase p. 193).
Los habitantes de dichos macizos en
general forman matas o almohadillas de
follaje tupido y muchos tienen tantas
flores pequeñas y brillantemente colo­
ridas que ocultan las hojas casi por com­
pleto. El fondo neutro de piedras peque­
ñas ofrece un realce ideal para las tex­
turas y colores opulentos de este tipo de
plantación.
Las plantas especiales, como Vilalia-
na primuliflora, Anchusa caespilosa y
Myosotis alpeslris prosperan en estos te­
rrenos. Otras plantas de jardines de ro­
cas, más fáciles de cultivar, también
aprecian las condiciones de un macizo
de ladera pedregosa. Algunas especies,
como Achillea clavennae y Artemisia
glacialis, se cultivan sobre todo por su
follaje plateado, que aporta un fresco
contraste para colores más intensos. Va­
rias especies, incluyendo Androsace car­
nea subesp. laggeri, que produce una
masa de flores rosadas a principios de
verano, se auto-inseminan naturalmen­
te. Las minúsculas flores azules en for­
ma de campanilla de Campanula coch-
leariifolia también aparecen alrededor
del jardín, pero pueden convertirse en
un incordio si entran en competencia
con especies menos robustas.
Integración del macizo de ladera
pedregoso
Donde exista espacio disponible, se pue­
de integrar uno o más macizos de lade­
ra pedregosos con un jardín de rocas en
un solo emplazamiento, formando un
diseño audaz y unificado y proporcio­
nando una amplia gama de hábitats. Un
fondo de rocas grandes rodeado por ma­
cizos de ladera resulta particularmente
efectivo. Otra opción consiste en incluir
huecos con mezcla de macizo de ladera
para acomodar a los habitantes de ma­
cizos que requieren un buen drenado al­
rededor de sus cuellos. Dianthus haema-
tocalyx, por ejemplo, es una clavelina
densa, cuyos pétalos de un rosa profun­
do tienen la parte inferior de un inusual
color ante; puede beneficiarse de una su­
perficie de suelo de piedras sueltas y
secas.
El efecto visual de un macizo de la­
dera se realzará incorporando unas
cuantas rocas grandes, cuidadosamen­
te situadas. Después puede permitir que
algunas plantas circunden la base o crez­
can por encima para suavizar los con­
tornos.
Macizos de turba
No siempre resulta fácil acomodar den­
tro del jardín las plantas alpinas que re­
quieren suelo ácido o un ambiente bos­
coso. Las plantas amantes del ácido,
como Arctostaphylos, gencianas Cassio­
pe y la mayoría de las especies de Vac­
cinium sólo prosperan en suelos de pH
bajo, y las plantas boscosas prefieren
condiciones húmedas y sombreadas y
suelo hojoso y rico en tierra negra. Los
macizos de turba especialmente cons­
truidos son una manera excelente de
proporcionar un medio de desarrollo
húmedo y ácido y, emplazadas en una
sombra moteada, imitan las condicio­
nes boscosas, ampliando la gama de es­
pecies cultivables.
Emplazamiento y materiales
Los macizos de turba pueden construirse
bien como elementos individuales del
jardín o como extensiones de uno de ro­
cas. La cara sombreada y orientada al
norte del jardín de rocas ofrece condi­
ciones ideales.
No emplace un macizo de turba de­
bajo de árboles, ya que el goteo de agua
trás las lluvias podría pudrir las plan­
tas. Para obtener los mejores resultados,
el macizo debería estar al sol una parte
del día.
Tradicionalmente, el medio ácido de
un macizo de turba se basaba en turba
de musgo, que tiene un pH naturalmente
bajo, buena ventilación y una excelente
retención de agua.
 Teniendo en cuenta la preocupación sombra y son lo bastante pequeñas para
actual con respecto a las reservas de tur­ cultivar en un macizo en relieve sin abru­
ba naturales, deberían utilizarse abonos mar a las demás.
alternativos, basados en moho de ho­ Para una orientación más soleada, eli­
jas o fibra de coco, que tienen caracte­ ja especies tupidas de Dianthus , como
rísticas similares. ü. alpinas y D. ‘Bombardier’ y Erinus
alpinus ‘Doctor Haenle’ colgando del
muro de retención.
Macizos elevados Muros
En los jardines pequeños, los macizos
elevados hacen un uso muy económico Los muros de jardines pueden modifi­
del limitado espacio. Los macizos ele­ carse, si fuese necesario, para ofrecer ex­
vados estrechos son un elemento limí­ celentes emplazamientos para alpinas y
trofe útil y atractivo en jardines más plantas de jardín de rocas. Los muros
grandes. de macizos en relieve y aquellos de re­
El aspecto formal de los macizos ele­ tención en una ladera inclinada pueden
vados se funde con el diseño de muchos modificarse del mismo modo.
jardines modernos y, en las zonas don- Dentro de lo posible, deje nichos, hue­
dees difícil obtener las rocas adecuadas cos y grietas entre los ladrillos o las pie­
o son demasiado caras, un macizo ele­ dras durante la construcción, de forma
vado es un buen sustituto de un jardín que pueda plantar cuando el muro esté
de rocas. acabado.
Dado que el drenaje en los macizos
elevados es completamente independien­ Klección de plantas
te del suelo, estas estructuras son útiles Las plantas más adecuadas son las que
en jardines de suelo mal drenado (como forman matas y almohadillas, como U n M a c iz o E l e v a d o B a jo
los pesados, húmedos y arcillosos) que Acanlholimon glumaceum, que for­ Aquí, un macizo alpino elevado flanquea un costado de un sendero angosto
resultan inadecuados para cultivar al­ ma almohadillas siempreverdes recu­ de piedra. Las plantas atraen la vista a lo largo de éste e incitan al visitante
pinas. biertas de flores rosadas en verano o hacia el césped abierto más a! fondo.
Además, las dimensiones de dichos
macizos pueden planificarse para dar ca­ U n M u r o d e P ie d r a s S e c a s
bida a una estructura protectora que
permitirá el cultivo de las especies que Las grietas en un muro de piedras secas proporcionan condiciones ideales para una variedad de plantas colgantes y
requieren protección en inviernos húme­ extensas, ya que el drenado entre las piedras es bueno. Las plantas también disfrutan de una recorrido fresco para
dos, sin restringir la circulación de aire. las raíces. .. ( ,.
Para construir un macizo elevado pue­
den utilizarse diversos materiales, como
ladrillos o piedras secas y traviesas de
madera. Para más información, véase
E str u c tu r a s y S u p e r f ic ie s , «Macizos
en relieve», p. 507.
Plantación en macizos elevados
Si son grandes pueden dividirse en zo­
nas separadas y usar diferentes abonos
en cada uno, adecuados a las diversas
plantas.
Se pueden colocar rocas dentro de la
tierra para proporcionar texturas con­
trastantes y nichos verticales para las
plantas que lo requieran.
Los rectangulares presentan aspectos
diferentes, lo que permite plantar aque­
llas plantas de necesidades diferentes en
nichos orientados hacia el sol o la som­
bra.
Además de cultivar plantas dentro del
macizo, los muros pueden diseñarse in­
corporando nichos para plantar, al igual
que en aquellas usadas para las especies
colgantes.
Elija las que tengan un atractivo per­ 1 Genista sagittalis 10 Penstemon newberryi 18 Erodium corsicum
manente al progresar las estaciones. Las 2 Anacyclus depressus f. Iiumilior 19 Polygonum
rosetas tupidas y siempreverdes de 3 He/ichrysum selugo 11 Erinus alpinus vacciniifolium
Haberlea rhodopensis producen en pri­ 4 Lintim flavum 12 Gypsophila repens 20 Arenaria purpurascens
mavera ramos de flores en forma de em­ 5 Chrysanthemum ‘Dorothy Teacher’ 21 Tropaeolum
budo y en verano les siguen las Aquile­ hosmariense 13 Armería juniperifolia polyphyllum
6 Onosrna albo-roseum 14 Sedum kamtschaiicum 22 Arenaria montana
gia flabellata, una alpina que forma 7 Campanula ‘Variegatum’ 23 Saponaria ocymoides
matas y flores azules con aspecto de ‘Birch Hybrid’ 15 Tunacetum argen teum 24 Jovi barba hirta
campanillas y pétalos aflautados, cada 8 Achillea x kellereri 16 Acanlholimon glumaceum 25 Sedum acre
uno con una espuela corta. 9 Saxifraga ‘Tumbling 17 Sedum spalhulifolium 26 Sedum obtusatum
Ambas plantas prefieren la semi- Waters’ ‘Cape Blanco’
Dianthus deltoides y otras clavellinas al­
pinas.
las plantas que tienden a pudrirse por
el cuello, como las especies de Lewisia
y Ramona, se adecúan al cultivo en mu­
ros, ya que las raíces disfrutan de las
condiciones frescas y el buen drenaje
proporcionado por las rendijas. La col­
gante siempreverde Asarina procum-
bens, con sus flores blanco cremosas,
parecidas a las bocas de dragón y la ar­
bustiva Penstemon newberryi f. humi-
lior, que lleva una profusión de flores
sobre ramas suavemente arqueadas,
también resultan ideales para colocar so­
bre los muros.
Muros de piedra seca
Éstos ofrecen mucho espacio para que
penetren los sistemas de raíces de mu­
chas plantas de rocas y también permi­
ten un buen drenaje. Se pueden utilizar
muros autoportantes sencillos o dobles
para dividir el jardín y, eligiendo las
plantas con cuidado, forman elementos
muy atractivos.
Los extremos superiores bien drena­
dos de los muros de piedras secas ofre­
cen un lugar ideal para las plantas que
forman matas, como Glysophila repens
o Saponaria ocymoides, ya que ambas
caen en atractivas cascadas a lo largo del
muro.
Las rosetas extendidas y pulidas de las
saxigrafias y las siemprevivas (Semper-
vivum) pueden puntear la superficie y,
al usar ambas caras del muro, podrá cul­
tivar a un tiempo las amantes del sol y
de la sombra.
Artesas y pilas
Las pilas y artesas antiguas, utilizadas
para alimentar animales, constituyen
atractivos contenedores para las plantas
de rocas; infortunadamente, son caras
y díficiles de encontrar. Pero existen al­
ternativas ideales y baratas: las jardine­
ras de piedra artificial o de hipertoba y
las pilas vidriadas, recubicrtas con di­
cho material (véase p. 202).
las artesas y las pilas sirven como ele­
mentos decorativos en patios o en terra­
zas y zonas con gravilla en jardines más
amplios.
Plantar en artesas
Las especies alpinas más pequeñas a ve­
ces son las más intrincadas. Debería uti­
lizar Antennaria dioica ‘Minima’y otras
alpinas compactas y plantas de roca.
Procediendo a una sciccción cuidado­
sa, se puede generar una comunidad de
especies enanas y de crecimiento lento
para formar un jardín de rocas en mi­
niatura.
Introduzca algunas coniferas peque­
ñas, como Chamaecyparis obtusa
‘Nana Pyramidalis’ o Juniperus com-
munis ‘Compressa’, y árboles enanos,
como Ulmus parvifolia a modo
de plantas de estructura y, para el cen­
tro y la parte anterior de la artesa, elija
U n a C o l e c c ió n d e J a r d in e r a s A l p in a s
Una colección de jardineras constituye un elemento atractivo. Algunas
grandes albergan árboles enanos y arbustos, y plantas alpinas más pequeñas.
tras, como Campanula zoysii, Diantlius
alpinus o IX microlepsis. Se pueden
agregar arbustos miniatura para propor­
cionar formas y colores contrastantes a
lo largo del año.
Cultivo de plantas en otros
contenedores
Si elige contenedores para complemen­
tar otros elementos duros del paisaje,
como muros y senderos, aportarán un
elemento de cohesión a la totalidad del
diseño del jardín. Los contenedores pro­
porcionan la posibilidad de cultivar al­
pinas en un jardín pequeño y también
sirven para bordear senderos y esca­
linatas.
Klección de plantas
Los contenedores sirven especialmente
para el cultivo de las especies miniatu­
ra y permiten que las plantas, como la
minúscula Primula scotica, con flores
púrpuras de ojos dorados, sea aprecia­
da y cultivada en un lugar donde estará
abrumada por sus vecinas más grandes
y vigorosas.
El agrupado de varios contenedores
proporcionará una buena oportunidad
para ampliar colecciones dedicadas a
plantas de un solo género, que prospe­
ran es condiciones similares.
Se logra una estación de interés lar­
ga, plantando al pie de plantas de de­
sarrollo bajo y que forman matas —co­
mo Raoulia australis y Globularia
cordifolia— bulbos enanos de floración
a fines de invierno, como Narcissus as-
turiensis o Iris reticulata y sus muchos
cultivares.
Elección de un contenedor
La gama de contenedores adecuados
para alpinas y de jardín de rocas es enor­
me. Asegure que el contenedor tiene dre­
naje adecuado.
Si utiliza una tierra adecuada, riegue
con regularidad y mantiene las plantas
correctamente, cualquier contenedor ser­
virá con buenos resultados.
Los tiestos grandes y las tinas de te­
rracota son adecuadas para una colec­
ción pequeña de las alpinas más minús­
culas, especialmente para las que
cuelgan del borde del tiesto, como Sile-
ne schafta.
Los contenedores pequeños resultan
ideales para las alpinas compactas y de
desarrollo lento, como Androsace cha-
maejasme y Sempervivum aracnoi-
deum, que proporcionarán un desplie­
gue a lo largo de varios a ñ o s, antes de
que empiecen a desbordar el tiesto.
Los antiguos sombreretes de chime­
nea son elementos hermosos, plantados
con especies de Sedum o Sempervivum.
Incluso las jardineras de ventana pue­
den ser un emplazamiento atractivo para
una plantación alpina.
U n C o n t e n e d o r In u s u a l
Para las especies de
plantas de rocas y
alpinas pueden utilizarse
diferentes tipos de
contenedores. Aquí, una
parte de un tronco de
árbol hueco ha sido
plantado con Sedum
spathulifolium ‘Cape
Blanco’, apreciado por
sus pequeños racimos de
minúsculas flores
amarillas sobre las
rosetas de hojas verde
plateado.
La casa alpina
En la naturaleza, muchas alpinas pasan
el período inactivo aisladas por una pro­
funda capa de nieve, que las protege de
un exceso de agua, vientos secantes fríos
y heladas duras; las temperaturas bajo
ia capa de nieve varían entre 0o y —0o
centígrados.
En jardines a menor altitud, donde las
condiciones son muy diferentes, las al­
pinas más exigentes deben protegerse
con cristal.
Una sencilla campana abierta puede
ser suficiente para algunas, pero un in­
vernadero especialmente diseñado —o
casa alpina— (véase I n v e r n a d e r o s y
C a jo n e r a s , «Casa alpina», p. 477) am­
plia en mucho la gama de plantas culti­
vables y permite que el jardinero entu­
siasta intente cultivar las que representan
mayores desafíos.
Uso de la casa alpina
Ésta albergará una amplia gama de las
alpinas más selectas en condiciones cui­
dadosamente controladas. Se puede
mantener la estación de interés a io lar­
go de los primeros meses del invierno,
cuando escasea el color del jardín abier­
to. El interés aumenta rápidamente a
principios de primavera, cuando flore­
cen la mayoría de las alpinas verda­
deras.
Si la colección también comprende ar­
bustos enanos, bulbos, coniferas y he-
lechos, habrá algo que llame la atención
a lo largo de todo el año.
Aunque en general se enfatiza el uso
de plantas no adecuadas para cultivar
en el exterior, muchas alpinas menos exi­
gentes, e incluso plantas robustas lo bas­
tante resistentes a las heladas tempranas
de primavera y la lluvia, pueden culti­
varse a la perfección en la casa alpina
(véase también C a sas A l p in a s y C a jo ­
n e r a s ), pp. 214-216).
Guía de plantas de rocas para el jardinero
E m plazam ien tos E x pu e s t o s Hepatica nobilis, Haberlea rhodopensis (sombra) Armería juniperifolia
H. transsilvanica Lewisia, Híbridos de cotiledón Bolax gummifera
Plañías de rocas que toleran empla­
Hylomecon japonicum L. tweedyi CaUianthemum anemonoides
zamientos expuestos o ventosos
Iris cristata Onosma táurico Campanula raineri, C. zoysii
Antennaría dioica Meconopsis cámbrico Potemonium pulcherrimum Daphne arbuscula, D. cneorum,
Campanilla portenschíagianu Primula, algunas # (muchas Ramonda myconi (sombra) D. petraea ‘Glandiflora’
Carlina acaulis especies y cvs.) Saxifraga callosa, S. cochlearis, Dianthus, algunas #
Cliiastophyllum oppositifolium Sanguinaria canadensis S. longifolia, S. paniculaia Draba bryoides, D. polytricha
Crepis incana Shortia uniflora Silene vulgaris subesp. maritima Edraianthus diñaríais,
Dryas octopetala Stylophorum diphyllum ‘Flore Pleno’ E. graminifolius
Erígeron karvinskianus Trillium Erinacea anthyllis
Eryngium, algunas Gentiana acaulis,
Euphorbia myrsinites J a r d in e s d e L a d e r a s P l a n t a d o e n J a r d in e r a s G. verna var. angulosa
Hebe, algunas # , P edregosas Anchusa caespitosa Globularia meridionatis, G. repens
Helianlhemum Androsace (esps. pequeñas y cvs.) Haberlea rhodopensis
Limonium bellidifolium Acantholimon glumaceum Antennaria dioica ‘Minima’ Leontopodium otpinum, L. nivale
Pierocephalus perennis Aethionemo pulchellum, Arenaria purpurascens Lewisia (algunas esps. e híbridos)
Sedum, algunas * , A. ‘Warley Rose’ Origanum (algunas esps. e híbridos)
Alyssum montanum Asperula suberosa
Sempervivum Dianthus alpinus, D. freynii, Oxalis adenopliylla,
Silene vulgaris subesp. marítima D. glacialis O. enneaphylla, O. ‘Ione Hecker’
Verónica spicata Dryas octopetala ‘Minor’ Papaver burseri, P. miyabeanum
Edraianthus pumilio Paraquilegia anemonoides
P olución d el A ir e Gentiana saxosa, G. verna Primula aurícula, P. marginóla
var. angulosa Ramonda myconi
Plantas de roca que toleran aire con­
Helianthemum oelandicum Saxífraga cotylédon, S. longifolia,
taminado
Linum suffruticosum subesp. S. panicidata,
Aubrieta salsoides ‘Nanum’ S. ‘Tumbling Waters’
Aurinia saxatilis myosotis rupicola Sempervivum
Campanilla garganica, Omphalodes luciliae * Silene acaulis
C. poscharskyana Oxalis enneaphylla Verbascum ‘Letitia’
Erinus alpinas Androsace lanuginosa, Paraquilegia anemonoides
Euphorbia, algunas A. sarmentosa, Petrophytum liendersonii
Sedum, algunas # , ¿h. A. sempervivoides Phlox subulaia A r b u st o s E n a n o s
Sempervivum Dianthus alpinus, D. anatolicus, Primula farinosa, Berberís x slenophylla ‘Corallina
D. echinacea P. marginala Compacta’
Erinus alpinus Betula nana
Sombra S ec a Gypsophila aretioides Chamaecyparis obtusa ‘Intermedia’
Plantas de roca que toleran Hutchinsia alpina Saxifraga Cryptomería japónica ‘Vilmoriniana’
sombra seca Linaria alpina sancta Daphne cneorum, D. retusa,
Ajuga pyramidalis, A. reptans Papaver burseri, D. sericea
Dianthus carthusianorum, P. miyabeanum, 3 A. > Dorycnium hirsutum
D. deltoides P. rhaeticum Erinacea anthyllis
Diascia cordata, D. ‘Ruby Field’ Sempervivum Europs acraeus
Silene acaulis Saxífraga, algunas # (muchas Genista delphínensis
Erodium guttatum Viola cornuta ‘Minor’, V. jooi esps. y cvs.)
Genista sagittalis Sedum caulícola Hebe buchananii ‘Minor’
Gypsophila dubia, G. repens Soldanella alpina, S. montana Helichrysum coralloides
Helleborus, algunas # G r ie t a s y P a v im e n t o s Thymus serpyllum ‘Minus’
Lamium maculatum Vitaliana primuliftora
Saponaria ocymoides Aubrieta deltoidea (muchos cvs)
Waidsteinia ternata Aurinia saxatilis
Campanula cocleariifolia, P l a n t a d o en T oba
C. portenschíagianu Helichrysum
coralloides
Erinus alpinus Androsace (esps. pequeñas y cvs.)
Erodium chamaedryoides Campanula piperi, C. zoysíi
ÌValdsteinia Geranium sanguineum var. striatimi Draba mollissima, D. polytricha
ternata Globularia cordifolia Edraianthus pumilio
Mentila requienii Paraquilegia anemonoides llex crenata ‘Mariesii’
Onosma albo-roseum, O. echioides Pliysoplexis comosa Juniperus communis ‘Compressa’
Pratia pedunculata Potentina nitida Picea abies ‘Clanbrassiliana’,
Scabiosa graminifolia Saxífraga, algunas * (muchos tipos, P. a. ‘Gregoryana’, P. glauca
Sombra H ú m e d a Thymus, algunas »1« especialmente las Kabschias)
Viola cazorlensis, V. delphinantha var. albertiana ‘Cónica’
Plantas de roca que pretieren Potentilla ‘Nana Argentea’
sombra húmeda
G r ie t a s e n M u r o s Salix x boydii
Adonis amurensis M a c iz o s E l e v a d o s Sorbus reducto
Cassiope Antirrhinum glutinosum, A. molle Thymus membranaceus
Cyclamen hederifolium, Aurinia saxatilis ‘Citrina’ Aethionema ‘Warley Rose’
C. purpurascens Campanula portenschíagianu Androsace C lave
Dapne blagayana Erinus alpinus Antirrhinum molle, A. sempervirens # No resistente
Galax apliylla Globularia cordifolia Aquilegia discolor, A. flabellata ^ . Especies soto de Jardín de rocas.
E l J a r d í n de R ocas

Construcción, preparación del suelo y plantación

varios métodos de cultivo Adquisición de las plantas
E
x is t e n C ó m o S e l e c c io n a r P l a n t a s A l p in a s
de plantas alpinas en jardines. E je m p l a r P o b r e
Plantarlas en un jardín de rocas es elCon una selección de plantas cuidado­ E je m p l a r B u e n o
S a x if r a g ia
más conocido, aunque esto pueda ocu­sa, el jardín de rocas debe considerarse Desarrollo
par mucho espacio. Para un despliegue como un elemento que ofrecerá interés desequilibrado
más pequeño, las laderas pedregosas, los a lo largo del año. Antes de comprar y débil
macizos elevados y de turba y las grie­ cualquier planta, consulte un manual Desarrollo
tas de los muros pueden resultar elemen­ para averiguar cuál es la gama proba­ de aspecto Malezas en
tos muy atractivos. Si el espacio es aún ble, adecuada a un tipo particular de sano y compacto la tierra
más limitado, también sirven las jardi­ ubicación referidas al clima, suelo y si­
neras, pilas y contenedores para un buen tuación general. Visite jardines de rocas
despliegue alpino. establecidos en parques y jardines bo­
tánicos —además de viveros especiali­ x m
zados— para valorar los méritos de di­
versas plantas según sus necesidades. Tierra libre ]
P la n ta s d e R o c a s q u e El aspecto, forma y color de frutos, ta­ de malezas ¡
R e q u ie r e n S u e l o s Á c id o s llos y follaje y el hábito general pueden
ser tan importantes como las propias Raíces
Arctostaphylos alpinas flores.
Cassiope enrolladas dentro
Corydalis cashmeriana, del tiesto
Dónde adquirir plantas f
C. flexuosa Las plantas pueden conseguirse en mu­
Cyananthus chos lugares, incluyendo centros de jar­
Epigaea repens dinería y viveros especializados. agujeros de drenaje. No compre ningu­ se reproducen excesivamente. Evite in­
Galax urceolala Las agencias no-especializadas a me­ na cuyas raíces asomen por encima de troducir tales problemas eligiendo con
Gentiana sino-ornata nudo venden una gama limitada de cul­ la tierra, pues sin duda estarán apiñadas. cuidado.
Glaucidium palinatum tivares coloridos y especies de cultivo fá­ El desarrollo superior puede conti­
Haberlea rhodopensis cil; éstas podrían formar grandes masas nuar sano después de que el sistema de
Kahnia angustifolia, que abrumarán a las plantas más deli­
K. poli/olia ‘Microphylla’ cadas del jardín de rocas.
raíces se haya dañado o muerto; verifi­
que que tenga unas raíces sanas, desli­ Emplazamiento de un
Leiophyllum buxifolium
Leucopogon fraseri
El jardinero de viveros experimenta­
do podrá aconsejarle acerca de las más
zando fuera del tiesto y examinando el
cepellón.
jardín de rocas o una
Leucotlióe keiskei
Linnaea borealis
adecuadas para una localización en par­
ticular, y a menudo tiene un despliegue
A veces hay especies grandes dispo­ ladera pedregosa
nibles, pero salvo que se las siga culti­
Lithodora diffusa de macizos con plantas adultas. Éstas vando correctamente —con una aten­ Para ambos es importante un buen em­
Menziesia ciliicalyx indicarán el tamaño, extensión y hábi­ ción cuidadosa al riego— podrán tardar plazamiento, porque las alpinas requie­
Mitchella repens to finales de las distintas plantas y son más en establecerse que las más peque­ ren luz y buen drenaje para prosperar.
Epigaea gaultherioides muy valiosas en la etapa de planifica­ ñas y vigorosas. También debería integrarse bien con el
Ourisia eaespitosa, ción. Dichas viveras especializadas tam­ Elija plantas lo más libre de malezas resto del jardín. Antes de comenzar a
O. coccínea, O. ‘Loch Ewe’ bién aconsejarán sobre abonos y provee­ posible. Antes de plantar, rasque la su­ construir, dibuje un plano aproximado,
Paris polyphylla dores de rocas. perficie de gravilla o tierra para elimi­ mostrando la relación del macizo o la­
Pernetlya El cultivador especialista ofrecerá una nar las semillas de malezas. dera con el resto de los elementos del
gama mucho más amplia y también La introdución de malezas como la jardín.
aconsejará detalles sobre el cultivo, lo hierba perla (Sagina procutnbens) y el Una ladera puede integrarse en un jar­
que resulta muy útil para los que son berro amargo piloso (Cardamine hirsu­ dín de rocas o puede construirse como
principiantes. ta) causa problemas ya que, una vez que elemento separado.
La demanda de plantas raras o poco están establecidas, son difíciles de erra­
frecuentes significa que a veces los pro­ dicar. Selección del emplazamiento
Phyllodoce veedores generales tienen existencias de Algunas plantas vendidas para culti­ Elija uno abierto y soleado, alejado de
caerulea plantas que es mejor dejar a los espe­ var en jardines de rocas, como algunas árboles que lo sombreen; éstos gotean
cialistas, ya que podrían resultar inade­ de las cebollas ornamentales (Allium), sobre las plantas y pierden las hojas en
Phyllodoce caerulea cuadas para el jardín de rocas de térmi­
P. glanduliflora, no medio. E m p l a z a m ie n t o de un J a r d ín d e R o c a s
P. nipponica Estas plantas son atractivas, pero tam­ Suelo
Pieris nana bién caras y difíciles de cultivar. Supo­ inclinado Límite de sombra
Polygala chamaebuxus, nen un estimulante desafío pero sólo Límite de la sombra mañanera proyectada
P. vayredae compre después de recibir consejo so­ de la tarde proyectada por el seto
Primula booihii, bre su cultivo. por plantas cercanas
P. edgeworthii,
P. gracilipes, Selección de plantas alpinas
P. sonchifolia Elija las que tengan follaje sano y com­
Pyrola rotundifolia pacto y que no presenten señales de pla­
Rhododendron (esps. y gas o enfermedades ni de falta de rie­
cultivares enanas) go. No compre las de desarrollo
Sanguinaria canadensis amarillento o débil, ya que ello indica
‘Multiplex’ que han tenido una mala iluminación.
Shorlia soldanelloides Las etiquetas deben llevar el nombre de
Soldanella villosa la planta, además de detalles de la flo­
Tanakaea radicans ración y de los requerimientos de culti­ Construya un jardín de rocas en suelo inclinado dentro de lo posible para
Vaccinium delavayi, vo. No deben tener raíces apiñadas y és­ asegurar un drenaje intenso. Elija un sitio abierto a pleno sol, alejado de las
V. myrtillus, V. uliginosum tas deben asomar apenas a través de los raíces y ramas sobresalientes de árboles y arbustos grandes.
otoño, lo que también puede ahogar las
plantas o crear una atmósfera húmeda
que, frecuentemente, las pudre. Sus raí­
ces también competirán con las de las
plantas por humedad y nutrientes. No
emplaze un jardín de rocas o una lade­
ra pedregosa en un sitio propenso a las
heladas o en uno expuesto a vientos fríos
y secantes.
Uno inclinado es el ideal para un jar­
dín de rocas; tendrá un drenaje excelente
y los afloramientos artificiales de rocas
parecerán más naturales y proporciona­
rán huecos y aspectos donde cultivar di­
versas plantas.
Los emplazamientos planos presentan
mayores dificultades —las laderas prc-
degosas (véase p. 201) o los macizos en
relieve (p. 204) resultan mejores para ta­
les emplazamientos.
Es mejor conservar una sensación de
espacio, emplazando el jardín de rocas
o la ladera dejando un panorama dis­
tante tras ellos.
En los jardines pequeños y encerra­
dos, es posible ocultar las verjas y mu­
ros limítrofes que se elevan detrás del
jardín de rocas con trepadoras adecua­
das. Planifique desde el principio la in­
clusión de elementos acuáticos, como un
arroyuelo o estanque.
En los grandes jardines de rocas los
senderos o piedras para pisar son indis­
pensables para permitir el acceso y fa­
cilitar la conservación.
Realización de un elemento con
aspecto natural
Es mejor emplazar los jardines de roca
y las laderas pedregosas donde se fun­
dirán con una zona de plantación infor­
mal del jardín: en una ladera, sobre una
terraza o como un afloramiento natu­
ral en una zona con arbustos. Si deben
estar junto a un césped, sitúelos de for­
ma que no interfieran con el cortado del
césped y de sus bordes. Es improbable
que tenga un aspecto natural si los co­
loca junto a elementos como orlas her­
Tipos de piedra
la toba es una excelente elección para
el jardín de rocas, porque su natura­
leza blanda y porosa permite cultivar
plantas en las cavidades de la super­
ficie y en grietas entre las piedras.
También es buena la arenisca de as­
pecto desgastado y natural y también
la piedra caliza (si la consigue de se­
gunda mano).
A r e n is c a
Estratos naturales P la n ta s d e R o c a s q u e
P r e f ie r e n S u elo A ren o so
Las rocas sedimentarias, como la gre­
Acaena caesiiglauca,
da o la piedra caliza, existen de for­ A. microphylla
ma natural en capas distintivas —o Achilea x Kelleren
líneas de estratificación— claramen­ Aethionema ‘Warley Rose’
te visibles. Éstas pueden partirse con Arabis ferdinandi-coburgi
facilidad para su uso en jardines de ‘Variegata’
roca. Arenaria montana
Las rocas sedimentarias que se dan Armeria juniperifolia
en la naturaleza siempre presentan lí­ Artemisia schmidliana ‘Nana’
neas de estratificación en la misma di­ Ballota pseudodictamnus
rección; es importante colocar las pie­ Cytisus x beanii
dras en un jardín de rocas simulando Dianthus carthusianorum,
el mismo tipo de efecto, si no podrían D. deltoides
parecer artificiales. L ín e a s N a tu r a les d e E str a tific a c ió n Erodium guttatum
Gypsophila repens
Helianthemum
báceas, macizos plantados u otras zo­ difíciles de usar, tardan años en desgas­ Iberis saxatilis
nas de plantación formal, como el jar­ tarse y pocas veces tienen un aspecto na­
dín de frutales o la huerta. tural.
Si el jardín principal es más bien for­ También se pueden usar otros mate­ Lewisia,
mal, es mejor cultivar alpinas en un ma­ riales, como la pizarra, pero resultan di­ Cotyledon
cizo en relieve rectangular (véase p. 204) fíciles de fundir con el paisaje. Hybrids
en vez de intentar integrar la naturale­
za informal de un jardín de rocas den­ Adquisición de piedras
tro del diseño. En la medida de lo posible, visite can­ Lewisia, Cotyledon
teras locales para examinar las rocas y Hybrids
elegir trozos adecuados, asegurando que Linum suffruticosum
no sean demasiado grandes para mani­ Onosma echioides, O. taurica
Selección de las piedras pularlos. Elija piedras en una gama de
tamaños diferentes, ya que ello facilita­
Phlox bifida
Saponaria ocymoides
rá la construcción de un afloramiento Sedum, algunas #
En la medida de lo posible, utilice pie­ de aspecto natural. Sempervivum
dra local para la construcción del jar­ A veces los centros de jardinería dis­
dín de rocas para que armonice con el ponen de una gama de piedras, aunque
paisaje del entorno y disminuya el cos­ a veces la selección de tamaño y aspec­ P lantas de R ocas que
te de transporte. Ello puede ser difícil, to es reducida. T oleran Suelo muy
sin embargo, en las regiones donde las A l c a l in o
existencias de rocas naturales sean limi­ Arenisca
tadas o donde la piedra local sea ina­ Las rocas más adecuadas son las diver­ Aethionema
decuada. sas areniscas, en las que las capas natu­ Alyssum
No use rocas blandas y de desgaste rá­ rales son claramente visibles. Una de sus Anemone magellanica
pido, como greda o esquisto, ni tampo­ grandes ventajas es que pueden partir­ Aubrieta
co las ígneas, duras y lisas sin estratos, se con facilidad. Campanula, algunas *
como basalto y granito. Las piedras du­ Chrysanthemum hosmariense
ras sin estratificaciones son baratas pero Piedra caliza Dianthus, algunas *
Algunos tipos de rocas, especialmente Draba
las piedras calizas lavadas por el agua, Erysimum lielveticum
están amenazadas en sus ambientes na­
turales y, por razones de conservación,
Geranium funeri
Gypsophila repens
no deberían usarse. A veces se encuen­ Helianthemum
tran de segunda mano, desgastadas y Leontopodium alpinum
procedentes de viejas canteras, pero no Linaria alpina
compre las recién sacadas de la cantera
ni las arrancadas de su paisaje natural
o de muros de piedra. Origanum
‘Kent Beauty’
Toba
También conocida por el nombre de Origanum
T oba «hueso de caballo viejo», la toba es una Papaver burseri,
roca porosa y caliza que se forma como P. miyabeanum
depósitos alrededor de manantiales mi­ Pulsatilla
nerales. Está llena de bolsas de aire y su Saponaria ocymoides
peso ligero la hacc fácil de transportar Saxifraga, algunas *
y manipular. Sedum, algunas * (sólo esps.)
Se pueden taladrar huecos para plan­ Sempervivum (sólo esps.)
tas en su superficie, relativamente blan­ Silene schafta
da. Ello proporciona condiciones idea­ Thymus caespititius
les para muchas plantas que requieren
un buen drenaje, pero es cara y difícil C lave
P ie d r a c a l iz a (K e n t is h R a g ) de encontrar. ♦ No resistente
C ómo P r epa r a r el E m p l a z a m ie n t o y C olocar la s P ie d r a s
Cubra los
tepes
invertidos con
23-30 cm de tierra
de drenaje rápido.
Antes de
comenzar a
colocar las
piedras, utilice
estacas y una
cuerda para
Coloque una capa de 15 cm Cubra el montón con tepes señalar ¡a forma
de escombros gruesos, como invertidos para evitar que la de cada
ladrillos rotos, sobre el tierra sea arrastrada a la capa de afloramiento
emplazamiento, formando un escombros de la base. principal de rocas.
montón.
Use una
palanca para
colocar las piedras
grandes en su
posición definitiva.
Asegúrese de que
las piedras estén
bien a f irmadas,
introduciendo
piedras o ladrillos
más pequeños por
Con una pala, excave huecos debajo.
Rellene debajo y entre las
T para cada trozo grande de piedras con tierra del
piedra para estabilizarlas una vez jardín, comprobando que
colocadas. cada piedra esté firme.
Construya cada Q Cuando todas las
afloramiento piedras estén
del mismo modo. colocadas, rellene
Apisone el suelo alrededor con más
alrededor de las tierra del jardín para
piedras con enterrarlas hasta un
suavidad (véase tercio de su
detalle) para profundidad,
eliminar bolsas de asegurando una
aire y asegurar que estabilidad total.
cada piedra esté Rastrille el suelo
firmemente entre las rocas para
asentada. que no se compacte.

Agregue una \ Una vez

capa de tierra completado, el
especialmente jardín de rocas debe
preparada a la parecer lo más
superficie del natural posible.
jardín de rocas y También debe ofrecer
alrededor de cada una variedad de
piedra. Use una aspectos y huecos
mezcla a partes para plantar para
iguales de tierra crear ambientes
negra, mezcla de adecuados a tipos de
jardín o moho de plantas diferentes.
hojas y arena
aguda o gravilla.
Preparación del
emplazamiento para un
jardín de rocas
Nunca intente construirlos en suelo hú­
medo, ya que las rocas pesadas lo com­
pactarían y dañarían su estructura; ello
impide el drenaje y causa problemas al
establecimiento y desarrollo de las plan­
tas. Si el emplazamiento tiene hierbas,
corte el césped con cuidado y conserve
para su uso posterior al construir el jar­
dín de rocas.
Eliminación de malezas
Elimine todas las perennes del empla­
zamiento y, si estuviera junto a árboles
o arbustos, elimine todos los chupones
que éstos hayan producido. Las male­
zas perennes son muy difíciles de erra­
dicar de un jardín de rocas establecido,
de manera que en esta etapa resulta esen­
cial excavarlas o eliminarlas con un her­
bicida. Rocíe toda la zona con un her­
bicida desplazado, varios meses antes de
comenzar la construcción, para matar
las raíces profundas de las malezas pe­
rennes y eliminar la vegetación de la
zona.
Drenaje
Asegure que el emplazamiento, en espe­
cial si es plano, esté bien drenado y, si
fuera necesario, instale un desagüe u
otro sistema de drenaje (véase S u e l o s
v F ertilizan tes , «Mejora del drenado»,
p. 529). Ello es importante en suelos pe­
sados y arcillosos. No se limite a cavar
agujeros profundos: actuarán como su­
mideros en los que el agua prcmancce-
rá, a menos que los conecte a una zan­
ja de drenado. El drenado mejorará si
eleva el jardín de rocas por encima del
nivel del suelo. El drenaje generalmen­
te no resulta problemático en emplaza­
mientos inclinados, aunque puede re­
querir una zanja de drenaje en la parte
más baja.
Si el drenaje del suelo es bueno, sólo
cave el suelo y elimine malezas peren­
nes. Después consolide, pisando con
suavidad, para evitar eventuales hundi­
mientos; rastrille la superficie para con­
servar una buena estructura del suelo.
Construcción de un jardín
de rocas
Para visualizarlo terminado, haga un
modelo a escala aproximado, usando
policstireno o pequeñas piedras para re­
presentar los afloramientos rocosos. Use
tipos de piedras diferentes y sitúe en va­
rios niveles, uniendo por medio de gru­
pos de rocas fronterizas y pequeñas
zonas de laderas pedregosas. En empla­
zamientos grandes, construya varios
afloramientos de rocas, unidos por hon­
donadas o macizos de laderas, e incor­
pore elementos acuáticos, si lo desea. Le
ayudará dibujar los contornos deseados
con un tubo de goma. Intente lograr un
efecto natural, con cimas y valles en mi­
niatura a lo largo de las líneas de estra­
tificación naturales. Planifique la plan­
tación teniendo en cuenta la extensión
final y el vigor relativo de las plantas.
Una vez que el diseño sea satisfactorio,
podrá comenzar la construcción.
Construcción de la base
Coloque una capa de 15 cm de escom­
bro grueso, ladrillos rotos, piedras, las­
tre, grava angulosa o ripia. Cubra con
una capa de tepes invertidos si dispone
de ellos: impedirán que la tierra del jar­
dín de rocas obstruya la capa de drena­
je de la base, sin inhibir el drenaje nor­
mal. Si no dispone de tepes, use una
lámina de polipropileno, perforada a in­
tervalos para permitir que el agua dre­
ne a través de ella.
Adquiera tierra negra o lleve tierra
buena desde otra parte del jardín, ase­
gurando que contenga la menor canti­
dad de malezas posible: ésta será la capa
superior del jardín.
Una tierra especialmente preparada y
muy bien drenado (véase p. 200) debe­
ría utilizarse para rellenar los espacios
Cómo plantar durante la construcción
Para proporcionar un hueco fresco y
bien drenado para plantas de rocas y
alpinas, plántelas entre dos capas de
piedra durante la construcción. Co­
loque las plantas en la tierra, junto
a una piedra que ya haya quedado fi­
jada y agregue un poco de tierra al­
rededor de las raíces, afirmando con
suavidad.
Proteja las plantas con listones de
madera al colocar la siguiente piedra
sobre la anterior, formando un hue­
co para plantar. Entonces podrá re­
tirar los listones y afirmar la siguien­
te piedra.
Agregue más tierra alrededor de las
plantas y rellene con tierra antes de
revestir.
Cuando la segunda piedra
D esté colocada, retire los
listones. Asegúrese de que la
piedra es estable, afirmándola
dentro del suelo.
entre las piedras donde crecerán las
plantas.
Colocación de las piedras
La roca es pesada y rugosa, de manera
que lleve guantes y zapatos protectores.
Use rodillos para mover las rocas gran­
des y disponga que la entrega de piedras
se efectúe lo más cerca posible del em­
plazamiento. Para la manipulación de
rocas grandes podría necesitar un apa­
rejo, además de una pata de cabra de
acero como palanca para los ajustes fi­
nales. Primero defina la situación de las
rocas más grandes para evitar desplaza­
mientos innecesarios.
En primer lugar seleccione las rocas
grandes que actuarán como «piedras an­
gulares»: las rocas dominantes a partir
de las que se desarrollará cada aflora­
miento.
Primero sitúe la más grande y colo­
que las demás de manera que la estrati­
ficación fluya con naturalidad, confor­
m ando los afloram ientos en las
direcciones deseadas.
Luego podrá usar otras piedras gran­
des, que actuarán como angulares sub­
sidiarias para ampliar los afloramientos.
Use bastante cantidad de rocas para que
Coloque las plantas contra una
piedra firme. Las corolas deben
mirar hacia fuera, y las raíces
reposar contra la cara de la roca.
Agregue tierra y afirme.
Rellene alrededor de las piedras
t con tierra negra, enterrando
hasta un tercio de su profundidad.
Agregue tierra preparada alrededor
de las raíces y afirme con suavidad.
los afloramientos parezcan naturales,
dejando el espacio suficiente para plan­
tar. Controle el progreso visualmente al
construir. Si las rocas utilizadas tienen
líneas de estratificación, asegure que to­
das tengan una dirección y unos ángu­
los iguales.
Debe colocar las rocas de manera que
proporcionen la gama más amplia de
oportunidades para plantar. Si empal­
ma dos rocas, creará las grietas angostas
en las que prosperan una variedad de
plantas.
Donde el espacio lo permita, un jar­
dín cuidadosamente planeado y escalo­
nado producirá unas cuantas bolsas am­
plias entre las rocas, para plantar.
Entierre las rocas hasta un tercio de
su volumen e incline un poco hacia
atrás. Ello asegura la estabilidad y per­
mite que el agua se escurra de la roca
dentro del macizo, en lugar de sobre las
plantas situadas debajo. Póngase de pie
encima de las rocas para asegurar su es­
tabilidad.
Al colocarlas, rellene los espacios para
plantar con tierra preparada y afirme.
Después podrá disimular cualquier as­
pecto extraño de las rocas plantando con
cuidado.
Coloque listones de madera
encima de las piedras entre
las plantas, de manera que pueda
colocar la segunda piedra sin
aplastar las plantas.
5
Agregue una capa de 2,5 cm
de esquirlas de piedra, grava
o gravilla como revestido para
mejorar el drenaje superficial y
crear un acabado natural y
atractivo.
Suelos para jardines Hasta cierto punto se pueden adap­ lizada, 1 parte de sustituto de turba (o dregosa dentro de la mezcla. En zonas
de rocas y macizos tar las tierras corrientes de jardín para
cultivar la mayoría de las plantas de ro­
turba) y I parte de arena áspera o gra­
vina. Los materiales ricos en tierra ne­
secas, esta proporción puede reducirse
a dos partes; o utilice una mezcla más
de ladera pedregosa cas y alpinas, agregando sustituto de tur­
ba (o turba) y/o arenilla, pero se requie­
gra aseguran la retención de la hume­
dad, mientras que la arena o gravida
retensiva de 2 partes de tierra negra, 2
de moho de hojas, 1 de arena rugosa y
En la naturaleza, muchas alpinas y plan­ ren grandes cantidades de arenilla para asegura un buen drenaje. 4 de esquirlas de piedra.
tas de rocas crecen en «tierra» funda­ proporcionar el drenaje rápido que ne­
mentalmente compuesta de grava y frag­ cesitan las especies más sensibles a la hu­ Mezcla para ladera perdregosa Mezcla especial
mentos de rocas, en general con ciertas medad, como las cultivadas en macizos Aquí, las plantas requieren una tierra de Algunas alpinas selectas, como las es­
cantidades de escombros ricos en tierra de ladera. muy buen drenaje. Use una mezcla igual pecies de la minúscula Androsace , que
negra, que retiene la humedad. Tal me­ a la estándar, pero en proporciones di­ forma matas, y las saxifragias, requie­
dio de cultivo está extremadamente bien Mezcla estándar ferentes: 3 partes de gruesas de grava o ren una tierra de muy buen drenaje. Es­
drenado y es importante que los maci­ Para la mayoría de las plantas de jardi­ piedra (no arena) en vez de 1. Para pro­ tas plantas son generalmente oriundas
zos y jardines se parezcan a aquella en nes de roca resulta adecuada una mez­ ducir un abono de mayor drenaje, de altitudes elevadas, donde los niveles
la medida de lo posible. cla de 1 parte de tierra de jardín esteri- aumente la proporción de materia pe- de nutrientes del suelo son bajos. Use
una mezcla de 2 o 3 partes de esquirlas
o grava por 1 de tierra negra o de moho
C óm o P l a n t a r un J a r d ín de R ocas de hojas (o de sustituto de turba o
I Antes de turba).
plantar,
riegue todas las Plantas amantes del ácido
plantas y deje Para éstas, use una mezcla de 4 partes
drenar. Para de moho de hojas sin cal, sustituto de
controlar la turba (o turba), corteza convertida en
disposición de la tierra o mantillo de helecho, por 1 par­
plantación, te de arena gruesa. En un suelo que sea
coloque los alcalino, el cultivo de plantas en bolsas
tiestos sobre la de mezcla ácida sólo resulta eficaz a cor­
superficie del to plazo, a causa de la inevitable filtra­
macizo, teniendo ción de cal, que pronto las matará. Cul­
en cuenta la tivar estas plantas en macizos de turba
altura y extensión Retire cada planta del tiesto es una solución mejor (véase p. 206).
finales de las aflojando el cepellón para
plantas. estimular la extensión de tas
raíces. Elimine el musgo y tas
malezas antes de plantar. Plantación de un jardín
de rocas
Casi siempre se adquieren las plantas al­
pinas y de rocas en tiestos y se las pue­
de plantar en cualquier momento del
año, aunque es mejor no plantarlas
cuando el suelo está muy húmedo o he­
lado, o durante épocas muy secas o
cálidas.
Riegue todas concienzudamente an­
tes de plantarlas y deje drenar. Coloque
las plantas en sus posiciones definitivas
mientras aún están en sus tiestos, para
| Con una paleta, cave un Rellene alrededor de la planta Revista la tierra con tener una idea del aspecto final. Haga
agujero lo bastante grande con tierra y afirme con una capa de grava o gravitla, entonces cualquier cambio y ajuste las
como para acomodar el cepellón. suavidad, comprobando que no introduciendo una pequeña distancias de plantado, calcuiando el de­
Deslice la planta dentro del haya bolsas de aire entre et cantidad alrededor deI cuello de sarrollo rápido y vigoroso de algunas.
agujero y etiquete. cepellón y la tierra. las plantas. Deslice cada una fuera del tiesto y eli­
mine malezas del abono. Examine las
raíces y el desarrollo superior por si hu­
E l J a r d ín d e biera plagas o enfermedades y trate, si
Rocas A cabado fuera necesario, antes de plantar (véase
Las plantas P r o b l e m a s d e l a s P l a n t a s , pp.
crecerán pronto, 545-577).
produciendo un Haga un agujero para plantar con una
jardín de aspecto paleta o una horca, asegurando que el
acabado y agujero es lo bastante grande para aco­
atractivo. modar las raíces. Afloje el cepellón, co­
loque la planta en el agujero y afirme
la tierra. La planta debe tener el cuello
ligeramente por encima de la tierra, de­
jando espacio para un revestido de gra­
Siga plantando del mismo va o astillas.
V modo hasta que el jardín esté Cuando todas las plantas estén colo­
completo. Controle que toda la cadas, riegue concienzudamente. Man­
zona esté revestida y riegue tenga húmedas hasta que estén estable­
concienzudamente. cidas y comiencen a crecer. Si al
plantado le siguiera un período seco, rie-
P la n ta ció n e n u n M a c iz o de
A veces, las plantas
alpinas cultivadas en
tiestos tardan en
establecerse en estos
macizos. Al plantar,
retire la mayor parte
de la tierra en torno a
las raíces y extienda
éstas en la mezcla del
macizo. Ello estimulará
la rápida extensión de
las raíces. Mantenga
bien regado hasta que
aparezca el desarrollo
nuevo.
gue en intervalos semanales hasta que
las raíces hayan penetrado en la tierra.
Después no habrá necesidad de regar,
salvo durante una sequía.
Plantar en grietas
Es difícil establecer las alpinas y las
plantas de roca en grietas y por ello re­
quieren un cuidado especial. Es mejor
plantarlas durante la construcción, aun­
que no siempre es posible. Si planta en
las grietas de un jardín establecido, uti­
lice un utensilio pequeño, como una es­
pátula, para hacer el agujero para
plantar.
Utilice esquejes jóvenes y arraigados,
de raíces vigorosas. Si sólo dispone de
plantas cultivadas en tiestos, recorte el
cepellón y el desarrollo superior antes
de plantar. Coloque una piedra peque­
ña dentro de la grieta y un poco de tie­
rra encinta, después introduzca las raí­
ces con la espátula, de manera que la
planta mire hacia fuera. Agregue más
abono alrededor de la planta y afirme;
coloque una piedra pequeña encima del
cepellón para sostenerlo.
C ómo P l a n t a r una G r ie t a V e r t ic a l
Prepare la grieta retirando la
tierra vieja y cualquier
escombro con una espátula o una
cucharilla. Coloque una piedra
pequeña en la base de la grieta.
L a dera P edregosa
Cuidados ulteriores
Para proteger las alpinas nuevas de los
pájaros, utilice mallas u otros impedi­
mentos. Reafirme periódicamente las
plantas que se hayan aflojado, agregue
más tierra si fuese necesario. Etiquete las
plantas o conserve un plano de la planta­
ción, registrando los nombres en el mo­
mento de plantar; actualice al agregar,
reemplazar o cambiar de lugar las plantas.
Construcción de un
macizo de ladera
pedregosa
Prepare el emplazamiento al igual que
para un jardín de rocas, instalando un
drenado artificial si fuera necesario (véa­
se S u e l o s y F e r t il iz a n t e s , «Mejora del
drenaje», p. 529). Los emplazamientos
inclinados están bien drenados natural­
mente, pero en los planos es mejor ele­
var los macizos un poco por encima del
nivel del suelo para que drenen mejor,
Agregue una capa de 2,5 cm de
tierra buena, gravilla gruesa y
moho de hojas. Deslice las raíces
de la planta dentro de la grieta
(aquí, Campanilla!
retenidos entre muros bajos, troncos o
viejas traviesas de ferrocarril, al igual
que ios macizos en relieve (véase p. 204).
Los macizos de ladera deben tener
30-40 cm de profundidad; la mitad de
ésta debe ser de escombros mezclados
—como para los de roca— y la parte su­
perior de mezcla para macizos de lade­
ra (véase p. 200). Delimite el emplaza­
miento con cuerda o tubo de goma y,
en zonas de hierbas, retire el césped.
Asiente los escombros y recubra con te­
pes delgados invertidos o una hoja de
polipropileno, perforada para permitir
un drenado correcto.
Acabe de cubrir el macizo con una
capa de 15 cm de mezcla para macizos
de ladera y afirme pisando con suavi­
dad. Riegue y deje asentar, luego relle­
ne las zonas que puedan haberse hun­
dido con mezcla para macizos de ladera,
antes de rastrillar la superficie con una
horca pequeña.
Plantación de un macizo
en una ladera pedregosa
Establecer plantas en un macizo de la­
dera pedregosa puede resultar más difí­
cil que en un jardín de rocas, ya que la
tierra de drenado fácil tiende a secarse
antes de que las plantas se hayan esta­
blecido. Las claves del éxito son el cui­
dado durante la plantación y un riego
concienzudo.
Los sistemas de raíces bien desarro­
llados de las alpinas cultivadas en ties­
tos tienden a no penetrar con facilidad
dentro de la tierra arenoso de un maci­
zo de ladera, de manera que sacuda para
eliminar casi toda la tierra, (especial­
mente si es de base de turba) de las raí­
O Cubra las raíces con otra capa
de 2,5 cm de tierra. Para fijar
la planta, ponga una piedreáta
inclinada hacia la cara de la roca
encima de la tierra.
ces. Mantenga las raíces desnudas hú­
medas. Coloque la planta en un aguje­
ro para plantar y extienda las raíces, re­
llenando con mezcla para macizos de
ladera. Revista con esquirlas de piedra
y riegue inmediata y concienzudamente.
Las mezclas para estos mazicos son
de drenado fácil, así pues riegue las
plantas jóvenes con regularidad hasta
que se establezcan. En sus hábitats na­
turales, los habitantes de estos macizos
tienen sistemas de raíces profundas y ex­
tensas, con el fin de buscar agua y nu­
trientes; por ello, una vez establecidas,
sobrevivirán durante mucho tiempo sin
riegos.
Revestido de jardines de
roca y macizos de ladera
pedregosa
Cuando termine de plantar, revista el
jardín de rocas o de macizo de ladera
pedregosa con esquirlas de piedra, are­
nilla o grava. Estos revestidos deben ser
lo más parecidos posible a la roca utili­
zada para la construcción.
El revestido tiene una serie de venta­
jas: proporciona un engarce agradable
para las plantas y se funde mejor con
las rocas que el suelo desnudo, crea un
drenaje especialmente bueno alrededor
de los cuellos de las plantas, inhibe el
desarrollo de malezas, conserva la hu­
medad y evita que la superficie del sue­
lo se compacte después de lluvias o rie­
gos intensos.
La capa de revestido en un jardín de
rocas debe ser de al menos 2,5 cm, mien­
tras que en un macizo de ladera puede
alcanzar 2-15 cm de profundidad, según
las plantas que se cultive; para la ma­
yoría, una capa de 2-3 cm es suficiente.
Agregue más plantas,
espaciadas al menos en ¡0
cm. Cubra las raíces de la última
planta con tierra y riegue la grieta
para asentar la tierra.
Jardineras, pilas y otros
contenedores
Las plantas alpinas y de jardín de rocas
tienen un aspecto particularmente atrac­
tivo cultivadas en jardineras y pilas, aun­
que la mayoría de los contenedores re­
sultan adecuados, a condición de
permitir un drenaje correcto y ser a
prueba de heladas. Elija la ubicación al
principio, ya que, una vez llenos, son di­
fíciles de trasladar. Se pueden colocar
rocas dentro de los contenedores, para
crear el efecto de un jardín de rocas en
miniatura; hágalo antes de plantar. Se­
leccione la tierra adecuada para las plan­
tas a cultivar y elija las que tienen tasas
de desarrollo similares.
Tipos de contenedor
Las antiguas artesas de piedra para ani­
males y las pilas de piedra han sido uti­
lizadas tradicionalmente para cultivar al­
pinas y plantas de rocas, pero son
escasas y caras. También se utilizan con
frecuencia las pilas vidriadas, recubier-
tas de hipertoba o las jardineras hechas
de este material o de piedra artificial, y
también los tiestos y tinas grandes de te­
rracota. Todas deben tener agujeros de
C óm o H a c e r una J a r d in e r a
Necesitará dos cajas para
hacer la jardinera, una algo
mayor que ¡a otra. Pinte las
superficies de las cajas con
aceite para evitar que la
hipertoba se pegue.
Cubra la superficie de la
hipertoba con plástico hasta
que la mezcla sea firme (suele
tardar una semana). Fije el
plástico con un peso y proteja la
jardinera de las heladas.
drenaje para asegurar que el agua salga
con facilidad a través de la tierra. Si re­
quiere agujeros suplementarios, éstos
deben medir al menos 2,5 cm de diáme­
tro; si la base del contenedor no fuera
plana, practique los agujeros en el punto
más bajo.
Kecubriinienlo de pilas vidriadas
Las pilas profundas, vidriadas y de fon­
dos planos pueden adoptar el aspecto
de contenedores de piedra con facilidad,
recubriendo con hipertoba. Asegure que
ésta esté limpia y seca antes de recubrir­
la, después lije la superficie con un cor­
tador para azulejos o vidrio: facilitará
que la hipertoba se adhiera a la pila.
Haga la hipertoba con una mezcla de
1-2 partes de sustituto de turba tamiza­
do (o de turba esfagnácea), 1 parte de
arena gruesa o grava fina y 1 parte
de cemento. Agregue el agua suficiente
para formar una pasta espesa. Aplique
al exterior de la pila y también en el in­
terior, hasta bien por debajo del nivel
último de la tierra. Aplique a mano (lle­
ve guantes); debe tener 1-2 cm de espe­
sor. Rasque la superficie para que se pa­
rezca a la piedra. Cuando se haya secado
por completo, trás aproximadamente
una semana, frote la superficie con un
de H ip e r t o b a
Coloque una capa de 2,5 cm de
mezcla de hipertoba en el
fondo de la caja más grande y
ponga malla de alambre sobre
dicha capa y alrededor de los
lados. Agregue otra capa de hipertoba.
6 8
Cuando la hipertoba se haya
afirmado, retire las maderas
que recubren la jardinera. Si la
hipertoba se hubiera adherido a la
caja, desarme ésta con cuidado con
un martillo y un escoplo.
P ila V id r ia d a con
H ip e r t o b a
Las pilas vidriadas cubiertas con
hipertoba son buenos contenedores.
cepillo de alambre y pinte con perman­
ganato de potasa o estiércol líquido para
estimular el desarrollo de algas, musgos
y liqúenes, que le conferirán un aspec­
to más natural.
Jardineras de hipertoba
Se pueden construir jardineras de hiper­
toba completas, si fuera necesario. Pre­
pare la mezcla como para recubrir pero
aumente la proporción de arena y gra­
va a tres partes, para obtener una mez­
cla más sólida.
Clave varios tarugos gruesos
en el alambre y la base de
hipertoba para formar los
agujeros de drenaje de la
jardinera.
La superf icie de la hipertoba
estará lista y recta; para darle
un aspecto más natural, raspe el
exterior de la jardinera con un
cepillo de alambre o papel de lija
grueso para volver áspera ¡a
superficie.
Utilice dos cajas de madera que que­
pan una dentro de la otra, dejando
5-7 cm de espacio entre cada una. Co­
loque la más grande sobre bloques, de
manera que pueda levantarla una vez
acabada; vuelque dos capa finas de hi-
pertoba dentro de la base, con malla de
alambre fuerte entre ambas y paralela
a las caras verticales.
Clave estacas o tarugos gruesos a tra­
vés de la hipertoba para crear agujeros
de drenaje. Introduzca la caja más pe­
queña dentro de la mayor, poniendo una
malla entre ambas, y rellene el espacio
con mezcla, apretando para eliminar
bolsas de aire.
Cuando el hueco esté lleno, cubra la
jardinera con plástico durante al menos
una semana mientras la mezcla se asien­
ta y, si fuera necesario, proteja de las he­
ladas. Cuando la mezcla endurezca re­
tire las cajas y los tarugos. Si éstas no
se deslizaran fuera con facilidad, intro­
duzca un escoplo y golpee cuidadosa­
mente con un martillo pequeño hasta
aflojar.
Raspe la superficie de la jardinera con
un cepillo de alambre y pinte con una
capa de estiércol líquido o permanga-
nato de potasa para estimular el desa­
rrollo de algas.
Coloque la caja más pequeña
4hipertoba,
centrada sobre la base de
asegurando que la
malla metálica vertical esté entre
ambas cajas. Llene el hueco con
mezcla de hipertoba.
Retire la caja más pequeña
con un martillo y escoplo si
fuera necesario. Para estimular
el desarrollo de algas y musgos,
pinte el exterior con estiércol
líquido.
hmplazamicnto de contenedores
Para la mayoría de las plantas resul­
ta ideal un lugar abierto, con sol al me­
nos una parte del día. No sitúe conte­
nedores en sitios ventosos a menos que
cultive plantas sólidas, ni en céspedes,
ya que resulta difícil mantenerlos. Evi­
te las laderas, que causan inestabilidad
y coloque los contenedores lo más cer­
ca posible de un grifo o un tubo de
goma.
Levante los contenedores del suelo
hasta unos 45 cm de altura; así podrá
ver las plantas con comodidad y el agua
drenará con facilidad. Pilares de piedra
o ladrillo en las esquinas proporciona­
rán un soporte estable y sólido. Éstos de­
ben soportar el peso del contenedor sin
peligro de inclinarse y no deben obstruir
los agujeros de drenaje.
Los que tengan un solo agujero de
drenaje deben inclinarse para que el
agua sobrante drene fuera.
Colocación de rocas y toba
En las jardineras y pilas se puede utili­
zar virtualmente cualquier tipo de roca.
Éstas confieren altura y permiten una
profundidad de mayor. Unas cuantas
grandes son mejores que muchas pe­
queñas.
Los nichos y las cavidades también
servirán para llevar plantas, especial­
mente si se utiliza toba dura. Su peso li­
gero y la facilidad con la que se pueden
practicar agujeros en ella la hacen ideal.
Las raíces se extienden a través de la roca
porosa, que está bien ventilada pero
también retiene agua.
Sea cual fuere el tipo de roca que uti­
lice, entierre entre un tercio y la mitad
de cada piedra en la tierra para asegu­
rar su estabilidad.
Llenado del contenedor
La mayoría de las plantas de rocas pros­
peran en tierra estándar para tiestos, pre­
ferentemente con un agregado de ma­
terial de drenaje. Agregue 6-9 mm de
esquirlas de piedra al tercio del volumen
y mezcle con un poco de fertilizante de
acción lenta.
Las plantas amantes del ácido nece­
sitan tierra sin cal, con un agregado de
astillas de granito o arenisca. Cubra los
agujeros de drenaje con tiestos rolos o
gasa de alambre y llene un cuarto a un
tercio de la parte inferior del contene­
dor con materiales, grava gruesa o es­
quirlas de piedra.
Agregue una capa de sustituto de tur­
ba (o turba) o tepes invertidos delgados.
Rellene con tierra ligeramente húmeda
y afirme con suavidad.
Coloque trozos de roca o toba sobre
la tierra y afirme al llenar el contene­
dor. Sitúe rocas formando grietas y ni­
chos, proporcionando caras tanto solea­
das como en sombra, para adecuarse a
plantas diferentes y agregue trozos más
pequeños para simular un jardín de ro­
cas a pequeña escala. Riegue concien­
zudamente y deje drenar por completo
antes de plantar.
Plantado
Elija plantas compactas de desarrollo
lento que no invadirán a sus vecinos,
agotando los nutrientes con rapidez. No
plante demasiadas y plante otra vez ape­
nas se vuelva apiñado (véase p. 208)
Coloque las plantas cultivadas en con­
tenedores —aún dentro del tiesto— so­
bre tierra —o haga un plano del esque­
ma de la plantación. Efectúe agujeros
de tierra, deslice las plantas fuera del
tiesto y afloje los cepellones. Coloque
las plantas en los agujeros, llene con tie­
rra y afirme.
Después riegue concienzudamente y
C ómo P lantar una J a r d in e r a A l p in a
i Si planta en loba, taladre
agujeros de 2,5 cm de ancho,
7 cm de hondo y a no menos de
10 cm uno de otro. Sumerja la
toba en agua durante una noche.
A Siga llenando con tierra y
a f irme bien, dejando 5 cm de
espacio para revestir y regar.
Introduzca un poco de tierra en
los agujeros de la toba para plantar.
Riegue la tierra
7la jardinera
concienzudamente y revista
con una capa de
2,5-5 cm de grava gruesa o
astillas de piedra.
agregue una capa de revestido para fa­
cilitar el drenaje intenso, usando astillas
o grava que se complemente con la roca
utilizada.
Plantado dentro de toba
Si cultiva plantas en rocas de toba, use
un taladro o un martillo y un escoplo
y haga agujeros a 10-12 cm de distancia
entre ellos. Deben tener 5-7 cm de pro­
fundidad y 2,5 cm de diámetro, inclina­
dos a 30°-45° en superficies oblicuas o
rectos en las horizontales. Empape la
toba, después coloque un poco de are­
na aguda en cada agujero y agregue un
Coloque malla de alambre fina
en el fondo, cubra los agujeros
de drenaje con tiestos rotos;
agregue 10 cm de gravitla gruesa.
5 Lave las ratees de las plantas
y deslícelas en los agujeros de
plantado. Esparza tierra dentro de
los agujeros, afirme y coloque Irocitos
de roca alrededor de las plañías.
L a J a r d in e r a A c a b a d a
Helianthemum
oelandicum subcsp.
alpestre
Saxifgraga
cotyledon
Oxalis
‘Ione
Hecker’
Saxifraga
cochlearis
‘Minor’
Phlox
douglasii cv
Oxalis
enneaphylla
‘Minutifolia’
poco de tierra. Use esquejes jóvenes
arraigados —o plantas pequeñas, ya que
arraigarán con facilidad. Lave las raíces
antes de plantar; deslice dentro del agu­
jero con una espátula pequeña o un lá­
piz y esparza tierra hasta llenar el agu­
jero. Asegure que el cuello de la planta
esté enterrado y no sobresalga del agu­
jero. Afirme la tierra e introduzca pe­
queños trozos de toba alrededor de las
plantas para sostenerlas. Riegue con­
cienzudamente y mantenga la toba hú­
meda hasta que las plantas se establez­
can. En tiempo seco y caluroso, empape
la toba regularmente.
Llene la jardinera parcialmente
con abono húmedo y gravitla
por etapas. Coloque la toba en su
lugar, enterrando al menos
1/3-1/2 para que quede firme.
Coloque los tiestos sobre la
tierra; controle que la
disposición y el espaciado sean
satisfactorios, plante y afirme.
Riegue a fondo.
Sisyrinchium
Penstemon
pinifolius
Sempervivum
arachnoideum
Draba
aizoides
Talinum
okanoganense
Saxifraga
paniculata
Dianthus
‘1.a Bourboulc’
Muros
C ó m o C o n s t r u ir un M uro de R e t e n c ió n de P ie d r a s S e c a s
Las alpinas y las plantas de jardín de ro­
cas pueden cultivarse en las grietas de
muros de piedras secas, incluso en los
muros de retención de macizos elevados
y laderas inclinadas. Las plantas colgan­
tes tienen un aspecto particularmente
eficaz.
Para detalles de cómo construir un
muro, véase «Muros de piedras secas»,
p. 506.
Dentro de lo posible, planifique la
plantación en muros antes de comenzar
a construir. Lo más práctico es dejar ni­
chos de plantado a intervalos en el muro, M a r c a d o d e los C im ie n t o s C o l o c a c ió n d e la s P ie d r a s R e l l e n o e n t r e P ie d r a s
plantando una vez concluida la cons­ Cave una zanja de 38 cm de Incline las piedras hacia atrás y Mientras construye, llene grietas
trucción. profundidad; llene con 25 cm de hacia abajo para dar estabilidad y entre las piedras con abono de
También es posible colocar las plan­ escombros y coloque una piedra para que el agua alcance el abono. tierra negra, moho de hojas y
tas durante el proceso de construcción. sólida encima. gravilla o arena.
Esto da resultados excelentes, ya que se
pueden situar en los niveles deseados y
asegura un buen contacto entre las raí­ Rellenado con abono Plantado do nuevo y afirme para eliminar bolsas
ces y la tierra detrás del muro. Plantan­ Para llenar las grietas de plantado en los Elija plantas que crecerán bien en el as­ de aire. Puede resultar beneficioso in­
do durante la construcción también fa­ muros, deberá usar la mezcla siguiente: pecto y condiciones disponibles en el troducir pequeñas cuñas alrededor de
cilitará la eliminación de bolsas de aire 3 partes de tierra negra (o tierra de jar­ muro. Use plantones o pequeños esque­ los cuellos de las plantas, para sostener­
y afirmará las raíces. dín esterilizada), 2 partes de sustituto fi­ jes arraigados, que podrá introducir en las y evitar que la tierra se afloje.
También puede plantar dentro de mu­ broso de turba o turba y 1-2 partes de las grietas con facilidad. Riegue concienzudamente desde la
ros existentes, pero primero tendrá que arena aguda o gravilla. Retire la tierra vieja de las raíces e in­ parte superior del muro y rocíe con re­
retirar un poco de tierra con una espá­ Para las plantas que cultivará direc­ troduzca dentro del muro con una es­ gularidad hasta que se establezcan. Des­
tula o una cucharita. tamente dentro del muro, utilice gravi­ pátula o lápiz. pués de varios días, rellene las parles
Use plantas jóvenes o esquejes con lla, arena o esquirlas de piedra suple­ No intente embutir las raíces en un es­ hundidas con abono suplementario.
raíces, ya que cabrán en las grietas con mentarias, ya que esto asegurará un pacio demasiado pequeño para no da­ Examine las plantas periódicamente y
facilidad. buen drenaje. ñar las plantas. Esparza abono húme­ afirme las que se hayan aflojado.

C óm o P l a n t a r en un M uro de P ie d r a s S e c a s
Macizos elevados
Se puede cultivar una amplia gama de
alpinas en éstos, tanto en los propios
macizos como en los muros de re­
tención.
El diseño del macizo debe estar en ar­
monía con la casa y el jardín. Según las
necesidades de las plantas elegidas, se
puede emplazar al sol o a la sombra.
Llene con tierra bien drenada, adecua­
do a las plantas (véase p. 200).
Si fuese necesario, proteja en invier­

I 2 3
Si planta en un muro ya Use plantones o pequeños Afirme las plantas dentro de la no con plástico o cristal, colocado so­
existente, controle que haya esquejes arraigados. Coloque tierra e introduzca más tierra bre el macizo.
una cantidad adecuada de tierra sobre la parte plana de una piedra en la grieta para sostener las
en las grietas para sostener las y deslice las raíces en la grieta con plantas. Afirme con los dedos.
plantas. una espátula. Emplazamiento
En el caso de la mayoría de plantas al­
pinas y de rocas, los macizos deben em­

5
Cuando haya plazarse en sitios soleados, alejados de
colocado todas la sombra proyectada por árboles o edi­
las plantas, riegue ficios y verjas.
desde arriba del Emplace el macizo elevado a la som­
muro o con bra sólo si cultivara plantas boscosas u
rociador. otras que requieren condiciones más
Manténgalas frescas y sombreadas.
húmedas hasta que Para facilitar la siega del césped, un
se establezcan y macizo elevado debe rodearse con pa­
vuelva a afirmar vimento o ladrillos, colocados justo por
las que se aflojen. debajo del nivel del césped.
Junto a las Los macizos elevados que se constru­
Sempervivum hay yen para jardineros mayores o incapa­
En el caso de plantas más dos saxifragias.
grandes, saque un poco de citados deben tener un acceso para si­
tierra de la grieta. Deslice las llas de ruedas y los macizos tener un
raíces en los agujeros y agregue ancho y una altura que permitan un cui­
más tierra, sosteniendo la planta. dado y visualizado fácil.
En ios emplazamientos donde resul-
imposible la construcción de un maci­
zo de ladera sobre el suelo, a causa del
drenaje pobre, éste puede colocarse en­
cima de la superficie de uno en relieve
(véase p. 201).
Materiales y diseño
Los macizos en relieve pueden construir­
se a partir de piedra, ladrillo, antiguas
traviesas de ferrocarril o cualquier otro
material adecuado y atractivo. La pie­
dra es el más costoso; los ladrillos o tra­
viesas de segunda mano son más bara­
tos y fáciles de utilizar.
El macizo puede tener casi cualquier
forma, pero debe armonizar con el di­
seño general del jardín. Los rectangu­
lares son los más comunes. La altura
ideal es de 60-75 cm, aunque uno esca­
lonado también resulta bonito y puede
ser más adecuado en espacios limitados.
No debería medir más de 1,5 m de an­
cho para permitir un acceso cómodo: el
centro debe estar al alcance de la mano,
para permitir arrancar la maleza desde
todos los lados.
Los grandes podrían requerir un sis­
tema de irrigación; instale cañerías de
agua y entradas, antes de llenar los ma­
cizos con tierra.
Construcción
Los muros de retención para macizos
elevados deben ser verticales; en gene­
ral resulta suficiente un espesor de un la­
drillo. Se construyen igual que uno con­
vencional y puede pegarse con morte­
ro, pero deben dejarse pequeños espa­
cios entre los ladrillos para la
introducción de plantas. También debe
haber agujeros en la base, para el dre­
nado. Para más información, véase Es­
t r u c t u r a s y S u p e r f ic ie s , «Macizos en
relieve», p. 507).
Los macizos elevados también pueden
tener muros de retención de piedra. Si
los construye sin mortero, debe inclinar­
los ligeramente para proporcionar esta­
bilidad (véase «Muros de piedras secas»,
p. 506).
Los muros de piedras secas consumen
mucho tiempo, ya que hay que elegir
cada piedra y colocarla con cuidado. Se
pueden dejar grietas grandes para plan­
tar con alpinas. Si utiliza traviesas de
madera, el plantado en grietas resulta
imposible.
Tierra para macizos elevados
Use una mezcla de 3 partes de tierra ne­
gra (o tierra buena de jardín esteriliza­
da), 2 partes de sustituto de turba grueso
y fibroso (tal como moho de hojas áci­
do o tierra de jardín) o turba y 1-2 par­
tes de gravilla o arena aguda.
Para las que requieren condiciones
ácidas, use tierra negra sin cal y gravi­
lla. Para cultivar plantas que necesitan
tipos de suelo diferentes, divida el ma­
cizo con láminas de plástico para man­
tenerlas separadas y llene cada una con
la tierra adecuada.
Preparación del macizo elevado
Llene la tercera parte con grava gruesa,
piedras o escombros, Después coloque
una capa de tepes invertidos o sustituto
de turba (o turba) fibroso por encima,
para evitar que el material de drenaje se
obture. Llene con tierra preparada, que
debe llenar todos los rincones y afirmar­
se al tiempo que se llena. Incorpore un
fertilizante de acción lenta. Siempre se
asienta un poco, de manera que riegue
concienzudamente y espere dos o tres se­
manas. Rellene zonas hundidas con tie­
rra antes de plantar.
El agregado de rocas dará el efecto de
un jardín de rocas en miniatura y real­
zará el aspecto. Coloque trozos de roca
de varios tamaños dentro del abono para
proporcionar emplazamientos para una
gama de plantas diferentes. Varios tro­
zos de roca agrupados como aflora­
mientos resultarán más eficaces que al­
gunos esparcidos.
Plantación y revestido
Realize un plano de la plantación o co­
loque las plantas sobre la superficie para
ver cómo quedarán. Resultarán ideales
las coniferas enanas, los arbustos, alpi­
nas que formen matas y almohadillas y
algunos de los bulbos más pequeños. Se­
leccione plantas que den interés a lo lar­
go del año. Plante como en el caso de
los jardines de rocas (p. 200), con plan­
tas colgantes cerca de los bordes; tam­
bién puede plantar dentro de las grie­
tas en los muros de retención, al igual
que para los de piedras secas (véase p.
204).
Después de plantar, revista con esquir­
las o gravilla gruesa, similar a las rocas
utilizadas. Mezcle una capa de I cm del
revestido alrededor de las plantas y de­
bajo de sus cuellos. Esto tiene un aspec­
to bonito, reduce malezas y conserva la
humedad. Riegue el macizo regularmen­
te hasta que las plantas se establezcan.
Protección invernal
A muchas alpinas les desagrada la hu­
medad invernal excesiva, incluso en las
condiciones bien drenadas de un maci­
zo elevado. Se las puede proteger con
campanas o láminas de plástico o de
cristal. Use ladrillos o marcos de alam­
bre para sostener las láminas. Sujete la
cobertura o podría arrancarla el viento.
Esta protección debe colocarse a fi­
nes de otoño y retirarse la primavera si­
guiente. Si ha de cubrir todo el macizo,
construya una estructura de madera
para sostener un techo de vidrio o plás­
tico.
Las plantas deben estar bien ventila­
das, para quedar lo más secas posible,
de manera que no cubra los lados de la
estructura protectora.

U n M a c iz o A l p in o e n R e l ie v e
En un macizo en relieve se puede cultivar una gran variedad de plantas alpinas, tanto en el
macizo como en las grietas de los muros de retención. Si incluye rocas, éstas proporcionarán
aspectos soleados y de sombra, adecuados a las necesidades de plantas diversas.
1 Androsace lanuginosa 34 Saxifraga opposilifolia 43 Vitaliana primuliflora
2 Saponaria x olivana 35 Corydalis solida ‘George Baker’ 44 Daphne cneorum
3 Origanum ‘Kent Beauty’ 36 Cyananihus microphyUus 45 Lewisia, Cotyledon Hybrids
4 Cytisus ardoinii 37 Phlox stolonifera ‘Ariane’ 46 Raoulia australis
5 Daphne petraea ‘Grandiflora’ 38 Soldanella alpina 47 Phlox bifida
6 Anchusa caespitosa 39 Ranunculus alpestris 48 Androsace villosa
7 Glohularia meridionalis 40 Calceolaria ‘Walter Shrimpton’ 49 Lewisia ‘George Henley’
8 Pensiemon pinifolius 41 Genliana saxosa 50 Ramonda myconi
9 Dianlhus alpinus 42 Edraianthus pumi!io 51 Arenaria balearica
10 Androsace carnea subsp.
laggeri
11 Edraianthus serpyllijolius
12 Saxifraga scardica
13 Helichrysum selago
14 Morisia monanthos
15 Anacyclus depressus
16 Erinacea pungens
17 Saxifraga ‘Southside Seedling’
18 Saxifraga burseriana
19 Phlox ‘Camla’
20 Androsace pyrenaica
21 Saxifraga grisebachii
‘Wisley Variety’
22 Parnassia palustris
23 Draba rigida
24 Euryops acraeus
25 Dianlhus ‘La Bourboule’
26 Androsace carnea
27 Daphne arbuscula
28 Bolax gummifera
29 Pensiemon newberryi
f. humilior
30 Dianlhus pavonius
31 Gen liana verna
32 Sagina boydii
33 Saxifraga ‘Jenkinsiae’
 C óm o P l a n t a r un M a c iz o
Use un eespacio libre de
malezas perennes y elimine las
anuales. Marque los contornos
con palitos y haga «escalones» de
75 cm de ancho.
Cuando todas
las terrazas
estén llenas, deje
que la turba se
asiente durante
varios días. Riegue
el macizo con
regularidad durante
este período para
conservar la turba
húmeda y rellene
con más abono, si
fuera necesario,
antes de plantar.
Macizos de turba
Los macizos de turba proporcionan con­
diciones ideales para una gran gama de
plantas amantes del ácido y boscosas.
En jardines de suelos alcalinos, siempre
debe aislar los macizos de turba del sue­
lo con un revestimiento de plástico o de
goma butílica para que la cal no pe­
netre.
Tenga en cuenta las necesidades de las
plantas al decidir el emplazamiento de
un macizo de turba y construya de ma­
nera que se funda con el resto del jar­
dín. No es necesario usar turba pura, ya
que existen sustitutos de turba acídicos.
Se pueden cultivar plantas en la super­
ficie y en las grietas del muro para lo­
grar un arreglo bonito.
Emplazamiento
Elija uno que reciba sol y sombra mo­
teada, idealmente encarado en dirección
opuesta al sol directo. Resultará adecua­
da una zona al lado de un jardín de ro­
cas, sobre una ladera o junto a un edi­
ficio. Los situados a pleno sol en
emplazamientos expuestos pierden hu­
medad rápidamente y requieren riegos
frecuentes. La sombra densa de árboles
resulta inadecuada y las raíces cercanas
de éstos pronto agotarán la humedad y
de T urba
Empape la turba. Haga una
zanja poco profunda en la base
del escalón inferior y coloque un
muro de bloques inclinados hacia
dentro. Empalme y afirme.
los nutrientes. Tampoco son adecuados
los emplazamientos anegados y las bol­
sas de heladas.
Materiales y diseño
Se pueden usar bloques de turba para
construir los muros del macizo, aunque
actualmente hay menos turba disponi­
ble a causa de la preocupación conser­
vacionista. Otros materiales adecuados
son los troncos y las traviesas.
Se pueden disponer los materiales es­
calonados sobre una ladera, creando un
efecto de terraza. Los escalones pueden
ser rectos o curvos, pero es importante
que la estructura acabada tenga un as­
pecto natural. En emplazamientos pla­
nos, los macizos pueden construirse con
muros de retención, de un modo simi­
lar a los elevados.
Construcción del macizo
Delinee la forma del macizo con cuer­
da o tubo de goma. En suelos calizos,
coloque una lámina de plástico o goma
butílica para aislarlo del suelo y evitar
las filtraciones de lima o greda a la tie­
rra. Amontone la tierra bajo la lámina
para que escurra el agua sobrante, con
una capa de arena en la superficie para
evitar que las piedras dañen la lámina.
Introduzca los bordes en una zanja ro­
deando el macizo.
Si utiliza bloques de turba, debe em­
Llene las terrazas hasta lo alto
de los bloques con 2 partes de
turba (o similar), 2 de tierra ácida
(con fertilizante de acción lenta)
y I de arena o gravilla fina sin cal.
E l M a c iz o A c a b a d o
Plante el macizo con
plantas de jardín de
roca amantes del ácido
y arbustos compactos
de desarrollo lento.
Riegue a menudo para
mantener los bloques
húmedos, sobre todo
durante el primer año.
Revista con astillas de
corteza para conservar
humedad y eliminar
malezas.
paparlos en agua y después dejarlos dre­
nar antes de construir los muros o te­
rrazas del macizo. Para construir terra­
zas en un emplazamiento inclinado,
coloque los bloques, troncos o traviesas
en posición vertical en forma escalona­
da. Afirme en el suelo para que queden
estables y rellene con tierra acídica.
Si construye un macizo con muros de
retención, coloque la primera capa de
bloques, traviesas o troncos dentro de
un zanja poco profunda de 7 cm alre­
dedor del perímetro. Incline los troncos,
bloques o traviesas de manera que los
bordes interiores estén un poco más ba­
jos que los exteriores. Esto confiere una
ligera inclinación al muro y refuerza la
estructura. Coloque hileras sucesivas
(hasta un máximo de tres) encima de la
primera, de manera que la unión de cada
par caiga encima de la mitad del bloque
inferior. Ensamble los bloques firme­
mente y clave cañas afiladas de forma
vertical entre éstos en intervalos frecuen­
tes para sostenerlos. Si lo desea, deje es­
pacios para plantar especies adecuadas
entre los bloques.
Relleno de macizos de turba
Una tierra adecuada para éstos se com­
pone de 2 partes de sustituto fibroso de
turba o turba de musgo, 2 partes de tie­
rra negra ácida y fibrosa (preferiblemen­
te esterilizada y con fertilizante inclui­
M é t o d o A l t e r n a t iv o
Coloque los bloques de turba
horizontalmente. Clave cañas a
través de éstos para que no se
muevan.
do) y 1 parte de arena o gravilla sin cal.
Los sustitutos de turba comprenden la
fibra de coco, tierra de jardín bien des­
compuesta y tamizada y moho de ho­
jas, si retienen el agua. Controle el pH
de lodos los materiales de la mezcla del
abono y no utilice ninguno con un pH
superior a 7, ya que ello indica alca­
linidad.
Llene el macizo con tierra, afirman­
do suavemente con los pies. Riegue con­
cienzudamente y espere varios días para
que se asiente.
Antes de plantar, rellene las zonas
hundidas con más tierra.
Plantación y revestido
Prepare un plano detallado o disponga
los tiestos sobre la tierra. Coloque las
plantas colgantes en grietas en los mu­
ros y los arbustos pequeños en el maci­
zo para proporcionar centros de interés.
Use arbustos que se arrastren y especies
reptantes para disimular las junturas en­
tre los bloques.
Plante al igual que para los jardines
de rocas (véase p. 200) e introduzca plan­
tas en las grietas, al igual que para los
muros (véase p. 204).
Afirme todas las plantas y riegue con­
cienzudamente. Revista el macizo con
astillas de corteza y riegue regularmen­
te durante la primera estación después
de plantar.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

Cuidados rutinarios
cuando las alpinas y las de Revestido
A
un
roca estén establecidas, resulta R e n o v a c ió n del R e v e s t id o
esencial cuidarlas regularmente. Los ma­
El tipo utilizado para alpinas y plantas
cizos, jardineras y pilas deben estar li­
bres de malezas y limpios. Aunque las de jardín de rocas depende de las que
plantas generalmente no requieren sue­ cultive, aunque debería ser lo más pa­
los ricos en nutrientes, debe alimentar­ recido posible a las rocas y piedras de
las de vez en cuando y regar cuando el los macizos. El revestido utilizado en
suelo esté seco. jardineras, pilas o macizos en relieve
Los revestidos —que mejoran el dre­ también debe armonizar con los muros
naje alrededor de los cuellos de las plan­ de retención y el contenedor.
tas, suprimen el desarrollo de malezas En la mayoría de los casos resulta ade­
y reducen la evaporación— deberían re­ cuada la gravilla gruesa o las esquirlas
ponerse de vez en cuando. de piedra, pero nunca utilice astillas de
Las alpinas y las plantas de rocas se piedra caliza para plantas que odian la
benefician de la eliminación periódica cal. En el caso de las cultivadas en ma­
de leña, hojas y flores muertas y deben cizos de turba, un revestido de astillas
mantenerse recortadas. Debe replantar de corteza lo complementará.
las jardineras, pilas y otros contenedo­
res apenas aparezcan apiñados. Controle Renovación de revestidos Retire el revestido viejo y un Revista el macizo con una
que no haya infestaciones de plagas o De vez en cuando debe renovar los re­ poco de abono (véase detalle). capa nueva de gravilla gruesa
enfermedades de manera rutinaria y tra­ vestidos, ya que la gravilla o las astillas Rellene alrededor de las plantas o grava; añada un poco alrededor
te en la medida necesaria. En tiempo de piedra son arrastradas gradualmen­ con abono nuevo (véase p. 200). y debajo del cuello de las plantas.
frío o húmedo puede resultar necesario te por el agua, especialmente en lade­
proteger algunas plantas. ras, y la corteza tiende a descomponer­
se y mezclarse con la tierra. Controle
que no haya zonas ralas a través de la
estación y rellene si fuera necesario. En rante las sequías, empape la zona con­ Recortado y podado
Eliminación de la maleza otoño preste mucha atención a los re­
vestidos, para asegurar que el suelo esté
cienzudamente.
No riegue en condiciones muy frías Las alpinas y las de jardín de rocas re­
Al plantar, el uso de tierras estériles de­ bien cubierto en invierno y evite que se ni durante el calor diurno: los mejores quieren un recortado periódico para
bería minimizar los problemas con las compacte por lluvias intensas. Vuelva a momentos son a principios de la maña­ conservar un aspecto natural y compac­
malezas, al menos durante los primeros controlar en primavera y rellene. Al mis­ na y a fines de la tarde; empape ocasio­ to y un desarrollo sano, además de res­
años. Intente siempre eliminar las ma­ mo tiempo puede aplicar un fertlizante nalmente en lugar de regar de forma fre­ tringirlas dentro de su espacio corres­
lezas apenas aparezcan, en todo caso an­ de acción lenta. cuente y escasa. pondiente.
tes de que florezcan y produzcan se­ Si a una profundidad de 3-5 cm la tie­
millas. rra estuviera seca, riegue concienzuda­ Poda de plantas leñosas
Si se establecieran malezas perennes mente hasta que el agua haya alcanza­ Para mantener sanos los arbustos y las
do las raíces. Durante un verano término perennes leñosas de un jardín de rocas,
y fuese difícil eliminarlas, pinte el follaje
cuidadosamente con herbicida translo- Riego medio, ello sólo será necesario dos o debe eliminar la leña enferma, dañada
cado, que se transmite a las raíces y las Las plantas establecidas que crecen en tres veces, pero en los muy secos po­ o muerta. Controle las plantas con re­
mata. Para más información, véase P r o ­ jardines de roca o macizos de ladera pe­ dría resultar necesario con mayor fre­ gularidad y pode limpiamente con po­
b lem a s d e P l a n t a s , «Control de male­
cuencia. daderas o tijeras afiladas.
zas», p. 573. dregosos arraigan profundamente den­ Un podado severo resulta innecesario,
Al suprimir la maleza, utilice un ex­ tro más
del suelo y, en general, no requieren
agua que la de las lluvias. Pero du-
Riego en contenedores, macizos
y
porque los arbustos enanos crecen des­
pacio y no desbordan sus emplazamien­
tirpador manual de tres púas para aflo­ elevados bajo cubierta
Las plantas alpinas y de jardines de roca, tos durante muchos años. Al podar, in-
jar y ventilar el suelo compactado alre­
dedor de plantas jóvenes. cultivadas en contenedores, macizos ele­
vados, pilas y jardineras, en cajoneras
A rrancar la M aleza y en las casas alpinas, requieren un rie­ D esarrollo M u er to
go más regular, ya que el suelo se rese­
ca con mayor velocidad que en jardines
Alimentación de rocas o en los macizos de ladera pe­
dregosos.
Si la tierra original ha sido correctamen­ Si se cultivan conjuntos de plantas es­
te preparada e incluye fertilizante de ac­ pecializadas, es preferible regar las jardi­
ción lenta, las zonas con plantaciones neras y pilas a mano, para proporcionar
nuevas no deberían requerir alimenta­ a cada una de ellas la cantidad de agua
ción durante unos años. Después de un adecuada. Esto lleva tiempo, especial­
tiempo, el desarrollo de las plantas co­ mente si debe regar varios contenedores.
menzará a detenerse y la floración será Las que se cultivan en tiestos dentro
más escasa. Ello se remedia introducien­ de casas alpinas y cajoneras deben re­
do alrededor de las plantas un revesti­ garse individualmente. Si sumerge los
do de polvo de huesos cada primavera, tiestos en astillas de piedra o grava, rie­
combinado con fertilizante de acción gue éstos y el material circundante. Al­
lenta. gunas plantas alpinas tienen follaje sen­
Otra alternativa consiste en retirar el Arranque maleza alrededor de sible al agua y por lo tanto les desagrada En primavera, pasado el peligro de
revestido y una capa de 1 cm de tierra plantas jóvenes con un cultivador de el riego desde arriba; si este fuera el caso, heladas, elimine las partes muertas
con cuidado de la superficie del maci­ tres púas, que aflojará y ventilará el con regar la mezcla en la que se sumer­ desde el extremo, recortando
zo, reemplazando con tierra nueva y un suelo. Retire el revestido y vuelva a ge el tiesto debería proporcionar la hu­ cuidadosamente hasta el desarrollo
revestido ulterior de gravilla. colocarlo. medad suficiente. sano con podaderas o tijeras afiladas.
E l im in a c ió n de R o set a s
M uertas
I I
Para eliminar rosetas
muertas de plantas como
una saxifragia, extraiga éstas
con un cuchillo afilado sin
tocar el resto de la planta.
Revista el suelo expuesto:
evitará la formación de
malezas en los huecos hasta que
la planta produzca un
desarrollo nuevo.
R ecortado d espu és
d e la F l o r a c ió n
1
Recorte los tallos (aquí,
HelianthcmunV hasta la
mitad del largo para estimular
un desarrollo nuevo y sano.
Las plantas seguirán
compactas y darán una
buena cosecha de flores al año
siguiente.
R e n o v a c ió n de un M a c iz o A l p in o
Las plantas que se extienden
con rapidez (aquí, Paronychia
kapela subesp. chionaeaj podrían deben recortarse a fondo. Asegúrese
ahogar las plantas cercanas menosde que las plantas cercanas tengan
vigorosas. Recorte en primavera. bastante espacio para desarrollarse.
tente mantener el aspecto natural de la
planta, especialmente en el caso de las
coniferas enanas.
Eliminación de flores y follaje muertos
Elimine éstas con regularidad, además
de las cápsulas de semillas no requeri­
das, con un cuchillo afilado, podaderas
o tijeras.
Levante las pequeñas alpinas a mano,
con pinzas si fuese necesario, para eli­
minar flores y hojas muertas. Recorte
rosetas muertas de plantas como las sa-
xifragias cuidadosamente; no las arran­
que a mano, podría dañar las restantes
rosetas sanas.
Los cultivares y especies de Heliant-
hemum, requieren un podado anual con
podaderas después de florecer: recor­
te los tallos a la mitad del largo para es­
timular el desarrollo, que florecerá el
año siguiente. Géneros como Arabis,
Plantar de nuevo una artesa alpina
Las plantas en contenedores necesi­
tan ocasionalmente ser plantadas de
nuevo cuando los nutrientes de la tie­
rra se han agotado. Riegue a fondo
antes de extraer las plantas. Separe la
tierra y sustituya con una mezcla
tris
cristaía
csp. <lc Hetianlliemum
Excave o arranque terrones de
plantas invasoras. Las desordenadas
Aubrieta y Aurinia también se benefi­
cian de un podado anual severo (después
de florecer) que ayuda a mantenerlas
compactas y con flores abundantes. Las
plantas podrían volver a florecer si se
las recorta antes de que produzcan se­
millas.
Plantas invasoras
Deben recortarse las plantas excesiva­
mente vigorosas y las viejas que comien­
cen a invadir a sus vecinas a principios
de primavera. Las que forman matas
pueden arrancarse con las manos, otras
tendrá que retirarlas con una horca pe­
queña. Sostenga las contiguas y vuelva
a afirmar las que se aflojen accidental­
mente. Elimine o recorte, dejando una
zona limpia alrededor de todas las res­
tantes para que puedan desarrollarse sin
impedimentos. Las plantas severamen­
te podadas deben revestirse con un fer-
fresca adecuada (v. p. 200) que con­
tenga un fertilizante de absorción len­
ta. Elimine raíces y desarrollos supe­
riores antes de devolver la planta al
contenedor; tenga en cuenta su even­
tual exposición y revista con grava.
de Heüanthemum
Ramonda
myconi
Agregue un fertilizante
equilibrado al macizo, antes de
colocar una capa de revestido
nuevo a la superficie de la tierra
alrededor de las plantas.
tilizante equilibrado para estimular un
desarrollo fuerte y nuevo.
Protección invernal
Las plantas en jardineras, pilas y maci­
zos en relieve, y algunos bulbos, podrían
requerir protección de la humedad in­
vernal. Utlice una hoja de vidrio apoya­
da, una campana abierta o, en casos de
zonas más amplias, una luz de cajonera,
que dará protección desde arriba sin in­
hibir la circulación del aire. Asegure que
los recubrimientos están firmes o suje­
tos con pesos. Se puede proporcionar
una cierta protección contra el frío, co­
locando una capa de ramas de siempre-
verdes o de pinos encima de las plantas.
Control de plagas
y enfermedades
Existen pocos problemas serios que afec­
ten a las alpinas y de jardín de rocas,
pero puede ser necesario controlar al­
gunas de las plagas y enfermedades más
comunes. A menudo, una higiene regu­
lar básica es suficiente para controlar la
mayoría de los problemas. Los pulgo­
nes (p. 550) tienden a producir proble­
mas si las alpinas se cultivan en suelos
demasiado ricos, que producen un de­
sarrollo blando y laxo.
Un revestido grueso alrededor de las
plantas tiende a desviar babosas y ca­
racoles, pero cierto control sigue sien­
do necesario, particularmente para al­
pinas selectas, como Campanula zoysii,
susceptible al ataque de dichas plagas.
Controle insectos como las hormigas (p.
570), que excavan bajo las plantas que
forman almohadillas. Impida que los
pájaros toquen los ejemplares recién
plantados cubriéndolos con mallas.
Las enfermedades fúngales podrían
establecerse con velocidad en las casas
alpinas y cajoneras (véase pp. 214-216).

Propagación
uchas alpinas y plañías de jar­
M dína partir
de rocas pueden propagarse y las peonías (Paeonia), requieren pe­
de semillas, aunque algunas
ríodos alternados de frío y calor para
plantas son estériles y no las producen.
Además, los cultivares rara vez crecen
genuinos a partir de semillas, y deben
incrementarse por otros medios. Otros
métodos consisten en tomar esquejes (de
varios tipos) y en la división.
Semillas
La propagación a partir de semillas es
el mejor modo de producir grandes can­
tidades de plantas. Ya que muchas al­
pinas florecen a principios de primave­
ra, existen semillas disponibles a
mediados de verano y puede sembrar de
inmediato. La germinación es general­
mente rápida y habrá plantones fuertes
antes del invierno. Las sembradas en
otoño podrían permanecer inactivas
hasta primavera; si germinasen, inver-
ne en cajoneras. A veces puede ser me­
jor almacenar semillas durante el invier­
no y sembrar en primavera , aunque las
de vida corta deben sembrarse apenas
maduren.
Recolección y almacenado
Recoleccionc cuando las cápsulas ma­
duren. Retire mientras sigan pegadas a
los tallos y coloque en sacos de papel
(no de plástico) para secar. Introduzca
en sobres las que podrían partirse al se­
car. Almacene en un sitio fresco, venti­
lado y seco.
La mayoría de las alpinas tienen cáp­
sulas de semillas de las que se pueden
extraer éstas, frotando entre los dedos.
Las frutas carnosas deben aplastarse y
dejar secar sobre un papel.
Separe las semillas de los detritos ta­
mizando o recogiendo con los dedos
cuando estén secas. Coloque en sobres
sellados y etiquetados y sitúe éstos en
un contenedor estanco en un sitio fresco.
Tratamiento pre-sembrado
Las semillas de cáscara dura necesitan
un tratamiento especial antes de poder
absorber agua. Escarifique cortando la
cáscara con un cuchillo afilado o lijan­
do con una lija. En algunos casos, si em­
papa las semillas durante 12-24 horas,
acelerará su capacidad de absorción.
Las de cáscara dura de plantas leño­
sas de jardín de rocas no responden al
mero escarificado; también requieren
una exposición al frío (estratificado).
Durante el invierno, almacene en cajas
de arena húmeda durante dos o tres me­
ses y siembre en primavera; o siembre
las semillas en tiestos con tierra para se­
millas y conserve en congelador o ne­
vera dentro de sacos de plástico sella­
dos durante varias semanas, antes de
introducir los tiestos en el suelo en el ex­
terior hasta que las semillas germinen.
P r o p a g a c i ó n
Algunas semillas, como las de Trilium lla. Riegue concienzudamente con roseta
fina y coloque en un sitio ligeramente
sombreado hasta que los plantones se
S em illa s d e P la n ta s
R o c a p a r a S em b r a r
de
germinar con éxito. establezcan. Riegue cuando sea necesa­
rio. Cuando las raíces sean visibles a tra­ F r e sc a s
Siembra vés de los agujeros de drenaje, cambie Anemone
Utilice tiestos limpios de arcilla o plás­ de tiesto. Codonopsis
tico y coloque trozos de tiesto sobre los Las semillas de germinación lenta a Corydalis
agujeros de drenaje. Una tierra com­ veces germinan de un modo capricho­ Cyclamen (esps. alpina)
puesta por partes iguales de sustituto de so y si sólo aparecieran algunos planto­ Dodecalheon
turba (o turba) y perlita resultará ade­ nes, trasplante apenas sean lo bastante Hepático
cuado —o utilice abono para semillas grandes para manipularlos. Toque la tie­ Meconopsis
de tierra negra, mezclado con la misma rra restante lo menos posible y cubra con
revestido nuevo. Vuelva a colocar en la
Primula (esps. alpina)
cantidad de perlita o arena aguda. Lle­ Pulsatilla
ne los tiestos y afirme la tierra. Golpee cajonera por si germinasen más semillas. Ranunculus (esps. alpina)
para sembrar las semillas pequeñas de
forma homogénea y espacie las grandes
a mano, cubriendo con tierra a su mis­
ma profundidad. S em brado de S em illa s
Mezcle las semillas finas con arena
plateada fina antes de sembrar, pero no
cubra con más tierra.
Después de sembrar, cubra todas las
semillas —menos las finas— con una
capa de 5-10 mm de arenilla o ripia de
5 mm de diámetro, para evitar musgos
y hepáticas y proteger de lluvias y rie­
gos intensos.
Etiquete los tiestos y póngalos en
agua a la mitad de su altura, procedien­
do a retirarlos cuando la tierra superfi­
1
cial se humedezca. Mantenga éste hú­ Llene un tiesto con partes Las semillas pequeñas (aquí,
medo en todo momento. iguales de tierra para semillas 2homogénea
Lewisia> se esparcen de forma
sobre la tierra.
y arena horticultural. Afirme
Germinación suavemente para nivelar y Espacíe semillas más grandes a
Su velocidad dependerá del tipo y edad eliminar bolsas de aire. mano.
de la semilla y de cuándo se la siembra.
Algunas tardan meses y hasta años en
germinar.
Para las de la mayoría de las alpinas,
un sitio fresco y protegido en el exterior
resulta ideal. Introduzca los tiestos en
arena húmeda, con el fin de conservar
una temperatura homogénea y reducir
la necesidad de riego. Cuando aparez­
can plantones, traslade el tiesto a una
cajonera.
Se puede acelerar la germinación ex­
poniendo los tiestos a un calor suave a
principios de primavera, pero no las ex­
3 Cubra las semillas con una
capa fina de tierra y después 4 Trasplante plantones cuando
tengan dos hojas genuinas
ponga a temperaturas elevadas. revista con gravilla para (véase detalle). Retire con
protegerlas y evitar el desarrollo cuidado, tocando sólo las hojas.
Trasplantado y cambio de tiesto de musgo. Riegue y etiquete.
Trasplante los plantones cuando midan
5-10 mm de alto y después de que se ha­
yan formado dos hojas legítimas. Gol­
pee para eliminar la tierra y separe los
plantones. Manipule sólo por las hojas
o los cotiledones para evitar daños a ta­
llos y raíces.
Coloque en tiestos de arcilla o plásti­
co individualmente o en paquetes de
módulos, utilizando mezcla de tierra ne­
gra de baja fertilidad, mezclada con la
misma cantidad de gravilla.
Llene el contenedor, asiente la tierra
y practique un agujero para las raíces.
6
Ponga el plantón en el agujero, llene con Llene tiestos con partes iguales Revista con gravilla, riegue y
de mezcla de tierra negra y coloque los plantones en
tierra y afirme ligeramente. gravilla. Coloque los plantones sombra ligera. Cambie de tiesto
Revista plantones en tiestos individua­ individualmente y afirme con cuando las raíces llenen el actual.
les con una capa de 5-10 mm de gravi­ espátula.
P l a n ta s d e R o c a
P r o pa g a b l e s a p a r t ir
E sq u eje s
Leña blanda
Adenophora
Anchusa caespilosa
Anthemis
Asyneuma
Aubríela (esps. y cultivares)
Campanula, algunas * (esps.
y cultivares)
Aubrieta deltoidea
‘Argenteo-variegata’
Cassiope
Daphne jasminea
Dianthus, algunas *
Dionysia
Draba
Eriogonum ovalifolium
EriophyUum ¡animan
Gypsophila arelioides,
G. repens
Penstemon, algunas *
Polygala, algunas *
Prímula (esps. alpinas)
Phlox, algunas # (esps. y cvs)
Silene acaulis
Viola, algunas * (esps. y cvs)
Viola
‘Jackanapes’
l iñ a Verde
Aubríela (esps. y cvs)
Aurínia
Cassiope
Erodium, algunas *
Geranium, algunas *
Esquejes de leña dura
de y de leña blanda
Los de leña blanda se toman de vásta-
gos hojosos no florecidos, de una plan­
ta durante su desarrollo activo, general­
mente en primavera.
Los de leña verde se toman principios
de verano, cuando el desarrollo se hace
más lento; aunque son un poco más ma­
duros que los de leña blanda, requieren
el mismo tratamiento.
Toma de esquejes
Tome a principios de la mañana, cuan­
do los vástagos están completamente
turgentes. Para los de leña blanda, se­
leccione vástagos jóvenes y fuertes que
sean blandos y flexibles, sin rastros de
leñosidad o dureza; los de leña verde
pueden estar comenzando a endurecer
en la base.
Deben medir 2,5-7 cm y debe cortar­
los con un cuchillo afilado. Coloque in­
mediatamente dentro de una bolsa de
plástico para evitar la pérdida de hume­
dad y que se marchiten.
Introducción de esquejes
Corte la base de cada uno con un cu­
chillo afilado por debajo de un nodulo
(articulación de la hoja) y elimine las ho­
jas inferiores.
Elimine los extremos de los vástagos
blandos, en especial si hay indicios de
que se marchitan.
Llene tiestos con tierra para esquejes
estándar y practique agujeros con una
espátula pequeña. Introduzca cada uno
dentro de la tierra hasta la mitad del lar­
go, de manera que la hoja inferior que­
de encima de la superficie.
Etiquete y riegue con una solución
fungicida, después coloque en un pro­
pagador con calor basal suave o dentro
de una unidad de rociado. O selle en sa­
cos de plástico.
Mantenga bien iluminados pero fue­
ra del sol directo, ya que de otro modo,
la temperatura del aire y de la tierra pue­
y temple con cuidado antes de plantar
en el exterior.
Esquejes de leña
semimadura y madura
Los esquejes semimaduros se toman en­
tre mediados y fines de verano de vás­
tagos no florecidos del desarrollo de la
estación en curso; éstos ofrecen resisten­
cia al intentar doblarlos y deberían co­
menzar a endurecerse en la base. Los de
leña madura se toman de plantas siem-
preverdes a fines de verano y otoño,
cuando la leña haya madurado por
completo.
Toma de esquejes
El largo de éstos varía según cada plan­
ta entre 1 cm hasta 4 cm o más. Separe
de la planta madre con cuchillo afiiado
o podaderas. Haga un corte limpio de­
bajo de un nódulo y elimine los extre­
mos blandos.
Retire las hojas inferiores y sumerja
el extremo en polvo de arraigue hormo-
nado. O tome esquejes con una «esta­
ca» y recorte ésta con un cuchillo afila­
do para eliminar ganchos.
Colocación en tiestos
Los esquejes pequeños arraigan mejor
E s q u e je s de L eñ a Bla n da
en tiestos con abono de arraigue, cubier­
tos con 1 cm de arena fina. Haga agu­
jeros en la arena e introduzca los esque­
jes a un tercio o la mitad del largo.
Etiquete, riegue con fungicida y coloque
en un propagador en un invernadero
fresco. Examine de forma regular por si
existieran enfermedades. Riegue escasa­
mente y, al comenzar el desarrollo, apli­
que alimento líquido diluido.
Si se toma un gran número de esque­
jes, puede introducirlos en una cajone­
ra con drenaje basal. Rastrille la tierra
de la cajonera y agregue una mezcla de
1 parte de sustituto de turba (o turba)
y 1 parte de gravilla; cubra con 2,5 cm
de arena.
Después de introducirlos, riegue y cie­
rre la cajonera. Abra en tiempo templa­
do. Si hay peligro de heladas, aísle la ca­
jonera.
La siguiente primavera, cuando los es­
quejes hayan arraigado, vuelva a colo­
car los que están dentro de una cajone­
ra en tiestos con partes iguales de tierra
para tiestos y gravilla —o plante fuera
en un macizo semillero, pero sólo des­
pués de pasado el peligro de heladas.
Riegue bien.
Siga cultivando, manteniendo los
arraigados húmedos y protegidos del sol
directo. Aplique un alimento líquido du­
rante la estación de desarrollo. Trasplan­
te a sus lugares definitivos en otoño.

I 2
de aumentar demasiado y los esquejes En primavera, elija vastagos Recorte la base y las hojas
se marchitarían. jóvenes no floridos (aquí, inferiores y extremos blandos.
Semimadura
Elimine los enfermos o muertos con Gypsophila repens) y tome En un tiesto con tierra húmeda
Cassiope esquejes de 2,5-7 cm de largo. introduzca los esquejes hasta la
Claylonia pinzas, ya que podrían infectar a sus ve­
Clemalis alpina, cinos sanos. Rara vez necesitará regar­ Coloque en bolsa de plástico. mitad de su longitud.
C. x cartmanii ‘Joe’ los antes de que arraiguen. Mire si hay
Convolvulus boissieri, desarrollo nuevo y controle el arraigue
C. sabalius tirando con suavidad. Una vez bien
Daplwe arraigados, coloque en tiestos.
Diascia
Erica, algunas # Colocación en tiestos
Erinacea anthyllis Riegue los esquejes arraigados y desli­
Hebe, algunas * (esps. ce fuera del tiesto. Separe con cuidado
y vs.) antes de colocar en tiestos individual­
Helianthemum mente, utilizando partes iguales de tie­
rra y gravilla.
Revista con una capa de 1 cm de gra­
Helianllienium villa aguda. Riegue concienzudamente
‘Fire Dragon’ y vuelva a colocar en el propagador,
Riegue y etiquete los esquejes.
manteniendo fuera del sol directo. Man­
tenga bien regados. 3 Ponga el tiesto en una bolsa 4 losUnaesquejes
vez arraigados, ponga
en tiestos
C la ve Una vez que haya aparecido el desa­ de plástico sellado; mantenga individualmente, sosteniendo sólo
® No resistente rrollo nuevo, coloque en una cajonera bien iluminado pero sin sol por las hojas, revístalos, riegue y
directo. etiquete.
 P r o p a g a c i ó n

Esquejes de hojas de la planta, al nivel del suelo o justo

Este método es adecuado para plantas
de hojas carnosas, como Haberlea, Ra-
monda y Sedum.
Con un cuchillo afilado, corte hojas
sanas, fuertes y relativamente jóvenes del
tallo de la base. Prepare tiestos con una
mezcla a partes iguales de tierra para
esquejes estándar y arena; introduzca
cada uno en un ángulo de 45°, de ma­
nera que la tierra lo sostenga apenas.
Envuelva cada tiesto en una bolsa de
plástico, y cuando aparezcan las plán­
tulas, coloque individualmente en
tiestos.
Esquejes de base
por encima. Se los toma principalmen­
E s q u e je s B a sa les
P lantas d e R oca
te en primavera, pero también puede ha­ Primula P r OPAGABLES A PARTIR DE
cerse en verano o en otoño. marginata
Utilice tierra patentada bien drenada, E s q u e je s ( c o n t .)
o una mezcla de partes iguales de tierra Semimaduras (coni.)
negra y sustituto de turba (o turba) con Helichrysum selago
2 partes de gravilla. Llene los tiestos con Lepidium nanum
tierra y afirme. Lewisia
Recorte la base de cada esqueje lim­ Linum arboreum
piamente, por debajo de un nodulo.
Asegure que la base no sea hueca. Eli­
mine las hojas inferiores e introduzca la
base en polvo hormonado.
Introduzca entre un tercio y la mitad
de cada tallo dentro de la tierra, sin que
las hojas toquen el suelo. Riegue bien En Polygala
y coloque los tiestos en un propagador
o cajonera cerrada y sombreada. El
primavera,
tome esquejes
chamaebuxus

arraigue tarda entre tres y seis semanas, de 5-7 cm de largo Lithodora diffusa
Algunas plantas, como Prímula margí­ después de lo cual puede colocar en ties­ con hojas nuevas y tallo corto. Origanum amanum,
nala y sus cultivares, se pueden propa­ tos individuales o en hileras dentro de Recorte la base y elimine las hojas O. rotundifolium
gar a partir de esquejes de base. Éstos semilleros —o en cajonera— para seguir inferiores, introduciendo los esquejes Parahebe catarractae
se toman de vástagos jóvenes en la base cultivando. a la profundidad indicada. Phlox ‘Chatahoochee’,
P. subulata (y cvs)
Selección del material para esquejes Polygala
Rhododendron (esps. y cvs)
Veronica
Seleccione siempre tallos u hojas fuer­
tes y sanos para todos los tipos de es­
quejes, que no muestren indicios de
plagas o enfermedades. Debe usar
vástagos no florecidos en desarrollo
activo. Dryas
Salvo en el caso de los esquejes ba- octopetala
sales, no tome esquejes de la base de
ninguna planta, porque esta parte
puede ser más débil que otras. No Leña madura
tome todos de la misma zona de la Dryas
planta madre, ya que podría quedar Juniperus communis
despareja. S e m im a d u r a L eña V erde ‘Compressa’
Después de tomar los esquejes, co­ (Flox) (Pico de cigüeña) Rosa
loque inmediatamente en una bolsa Entre mediados y Tome esquejes de Salix
de plástico limpio para evitar pérdi­ fines de verano, los extremos
das de humedad. Muchos arraigarán seleccione vástagos blandos de Roseta
con facilidad introducidos en tiestos apenas endurecidos vástagos nuevos a Androsace
con abono de esquejes con gravilla pero no leñosos. principios de Armería juniper ¡folia
agregada. O use arena para la horti­ Retíre trozos de 3 cm verano. Retire Azorella trifurcóla
cultura. Introduzca a las profundi- y recorte a trozos de 2,5-7 cm, Bolax gummifera
daes indicadas. I centímetro. y recorte a I cm. Draba
Helichrysum milfordiae
Jovibarba
Saxífraga, algunas * (esps. y cvs)
Sempervivum (esps. y cvs)

Sempervivum
tectorum

Hoja
R o seta L eña M adura H o ja Haberlea
(Saxifragia) (Rosácea) (Sedo) Jancaea,
Entre principios y A fines de verano y Durante la estación syn. Jankaea
mediados de en otoño, seleccione de desarrollo, escoja Lewisia (esps. e
verano, seleccione vástagos nuevos y hojas maduras que híbridos)
rosetas nuevas. tome esquejes de no estén dañadas, Prímula graeilipes
Córtelas I cm 2,5 cm de largo. cortando las Ramonda
debajo de las Corte dejando I cm seleccionadas. Sedum, algunas *
hojas. Corte limpio por debajo de la Recorte limpiamente
en la base. base de las hojas. en la base. C la v e
# No resistente
División Cierto número de éstas tienden a morir
desde el centro. Éstas pueden dividirse E s q u e je s del « Irlandés»
Se pueden propagar muchas plantas al­ para rejuvenecerlas, replantando sólo los
pinas y de jardín de rocas por división trozos más jóvenes y vigorosos.
y, en algunos casos, éste es el único sis­
tema práctico para aumentar las existen­ Cuándo dividir
cias si raramente se producen semillas Es mejor dividir la mayoría de las plan­
o la planta es estéril. tas a principios de primavera, cuando
Las que son especialmente adecuadas comienza el desarrollo nuevo; no las di­
para dividir comprenden las especies vida en tiempo frío o helado, ni cuan­
formadoras de matas, que producen una do el suelo está anegado o helado.
masa de raíces fibrosas y las que forman También puede dividir a principios de
masas con ramilletes de vástagos sepa­ otoño, lo que permite la formación de
rables con facilidad. raíces nuevas cuando el suelo aún está
tibio. Si se auguran inviernos duros, pue­
de ser más segura la división en prima­
vera, ya que se dispone de una estación Retire los vastagos Coloque en tiestos
P lantas d e R o ca completa para establecerse. Algunas arraigados junto a la base individualmente. Coloque
P r OPAGABLES a PARTIR DE plantas, como las prímulas y Meconop­ de la planta (aquí, Verónica^ tierra con gravilla en un tiesto,
E s q u e je s « I r is h m a n » sis deben dividirse inmediatamente des­ con un cuchillo afilado. Elimine introduzca el esqueje y agregue
pués de florecer, cuando entran en un laterales y raíces desordenadas más tierra. Afirme suavemente,
Achillea ageratifolia período de desarrollo vegetativo fuerte. (véase detalle). riegue y revista.
Arenaria montana, Hay que regar bien después de replan­
A. purpurascens tar, hasta que estén establecidas por
Gentiana acaulis, G. verna completo. lado, con el fin de producir una canti­ lugares definitivos. Pero si las plantas
Primula auricula (y cvs) dad de trozos pequeños con raíces sa­ son particularmente valiosas o las divi­
P. marginata (y cvs) Cómo dividir nas y brotes de desarrollo. Debe descar­ siones muy pequeñas, para mayor segu­
Silene Retire las plantas y sacuda para elimi­ tar el centro leñoso y más viejo. ridad coloque en tiestos y después en
Veronica peduncularis nar la tierra. En el caso de las grandes, Si 110 vuelve a plantar o colocar en una cajonera y siga cultivando antes de
Viola cornuta (y cvs) introduzca las púas de las horcas espal­ tiestos de inmediato, envuelva en bolsas plantar en el exterior. Utilice 1 parte de
da con espalda dentro del centro del te­ de plástico o arpillera húmeda y alma­ mezcla para tiestos de tierra negra de
rrón; haciendo palanca, separe en dos cene lejos del sol directo. Las divisiones baja fertilidad y 1 parte de gravilla —o
P la n t a s d e R o c a s mitades. Separe éstas más pequeñas con de la mayoría de las resistenetcs pueden una mezcla sin cal para las amantes del
D iv isib les las manos o corte con un cuchillo afi­ volver a plantarse de inmediato en sus ácido. Si vuelve a plantar en el exterior,
Achillea ageratifolia practique agujeros lo bastante grandes
Alche milla alpina, para que las raíces puedan extenderse
A. ellenbeckii por completo. Afirme y riegue bien.
C ómo P ro pa g a r por D iv is ió n Mantenga el suelo húmedo hasta que se
Allium sikk¡mense hayan establecido.
Antenna ria dioica
Arenaria montana
Artemisia schmidtiana ‘Nana’
Campanula carpatica,
C. cochleariifolia
Chiastophyllum oppositifolium
Esquejes «Irishman»
Gentiana acaulis, Éstos son esencialmente vástagos late­
G. sino-ornata rales ya arraigados. El tomillo y otras
reptantes de rocas producen este tipo de
Gentiana
sino-ornata
esqueje. La técnica resulta de especial
utilidad para aquellas con rizomas le­
ñosos que no se dividen con facilidad
Primula allionii —o para las que producen acodos.
Sagina subulata ‘Aurea’ Las plantas de raíces f ibrosas Usando horcas manuales Antes de tomar los esquejes, aparte
Viola cornuta pueden dividirse y volverse a
plantar, originando otras nuevas.
2dividaafloje la masa de raíces y
el terrón en trozos. Si
la tierra superficial, descubriendo la base
de la planta madre. Corte trozos arrai­
P la n t a s d e R o c a Retire un terrón de la planta fuera necesario, corle trozos con gados con un cuchillo filoso y coloque
madre y sacuda la tierra. un cuchillo. en tiestos con partes iguales de mezcla
P r o pa g a b l e s a p a r t ir de de tierra negra de fertilidad baja y de
E s q u e je s d e R a íc e s gravilla. O plante en el exterior, en un

3
Las plantas sitio fresco y protegido del jardín hasta
Anacyclus depressus deben tener un que se establezcan.
Carduncellus rhaponticoides buen sistema de
Centaurea pindicola raíces. Vuelva a
Gentiana lutea plantar fuera en
Meconopsis delavayi sus lugares
Morisia monanthos
Papaver lateritium
definitivos,
afirmando
Esquejes de raíz
Plilox mesoleuca alrededor de las Un número limitado de alpinas y plan­
Primula denticulata raíces. Agregue tas de jardín de rocas, como Morisia
Pulsatilla revestido y riegue monanthos y Prímula denticulata, se
Roscoea cautleoides concienzudamente pueden propagar a partir de esquejes de
Weldenia candida * con roseta fina. raíz. Tome éstos de las raíces de aspec­
to más sano o bien a fines de otoño o
C lave en invierno, cuando las plantas están
sfc No resisterne inactivas.

Selección de material
Elija una planta fuerte y sana y retire
del suelo. Seleccione vastagos jóvenes y
vigorosos y corte de la planta madre. De­
ben medir 5 cm de largo. Seccione las
raíces con un corte recto en el extremo
(más cerca del tallo de la planta) y cor­
tes sesgados en la parte inferior (más
cerca de las raíces). Lave en agua tibia
y vuelva a plantar el rizoma madre de
inmediato o, si está viejo y desordena­
do, descarte.
Introducción de esquejes
Use tiestos de al menos 10 cm de pro­
fundidad. Coloque trozos de tiesto so­
bre los agujeros de drenaje y encima de
éstos, una capa de 2,5 cm de mezcla de
tierra negra de baja fertilidad. Llene los
tiestos con arena lavada y afirme. Haga
varios agujeros de plantado en cada uno,
alrededor de los bordes.
Introduzca los esquejes en los aguje­
ros, con los bordes rectos hacia arriba
y los extremos a nivel de la arena. Los
esquejes de plantas con raíces delgadas
y nervudas pueden colocarse planas so­
bre la superficie de la tierra. Revista con
gravilla fina. Etiquete, riegue concien­
zudamente y coloque en una cajonera
sobre una capa de gravilla o grava —o
en un propagador. Cierre las cajoneras
en tiempo frío; de lo contrario, deje que
se ventilen libremente.
Riegue los tiestos cuando aparezca el
nuevo desarrollo. Cuando los vástagos
nuevos crezcan con fuerza, controle que
los esquejes hayan arraigado antes de
cambiar de tiesto: extraiga suavemente
para examinar las raíces.
Colocación en tiestos de esquejes
arraigados
Deslice los esquejes fuera de los tiestos
y separe con cuidado. Coloque en ties­
tos de manera individual, usando mez­
cla para tiestos de tierra negra de ferti­
lidad baja, mezclado con igual cantidad
de arena. Puede usar sustituto de turba
(o turba) mezclada con arena. Revista
los tiestos con 1 cm de arena aguda o
gravilla. Riegue y luego coloque en el ex­
C ó m o E x t r a e r R o se t a s
| Extraiga las corolas vivas
de las plantas formadoras de
rosetas (aquí, Prímula denticulataj
con un cuchillo afilado, dejando
visibles los extremos de las raíces.
C ó m o P r o p a g a r E s q u e je s
1
A fines de otoño o invierno,
retire cuidadosamente una
planta sana (aquí, Prímula
denticulata/ mediante una horca
pequeña, con un sistema de raíces
bien desarrollado.
Prepare trozos de raíz de
5 cm de largo, cortando recto
en la parte más gruesa (más cerca
de la planta madre) e inclinado
en el otro extremo.
terior, lejos del sol fuerte. Deje hasta que
se establezcan las plantas nuevas y rie­
gue según sea necesario.
Extracción de rosetas
Las plantas que crecen con velocidad o
forman rosetas, como Prímula dentícu­
lo/a, pueden propagarse insiíu a media­
dos de invierno, a partir de esquejes de
2
Espolvoree las raíces con polvo
fungicida (véase detalle) para
protegerlas del moho y los hongos. terrón con una horca pequeña o
Cubra ligeramente con arena una paleta. Cuide de no dañar las
horticultural puntiaguda. raíces nuevas.
P r o p a g a c i ó n
de R a íz
2
Lave las raíces,
eliminando la
tierra; seleccione raíces
sanas para los
esquejes. Con un
cuchillo afilado, corte
las rafees elegidas cerca
de la corola de la
planta.
5
4casielIntroduzca una capa de tierra en
fondo de un tiesto; llene hasta
el borde con arena aguda.
Cubra la arena con I cm de
gravilla. Riegue y etiquete;
después coloque el tiesto en un
Introduzca los esquejes con el corte propagador o sobre un banco en
recto al nivel de la superficie de la el invernadero.
arena.
raíz, extrayendo las rosetas con un cu­ en plantas individuales pequeñas con
chillo afilado, exponiendo el extremo del vástagos y raíces vigorosas, procedien­
rizoma. Seleccione rosetas de desarro­ do a efectuarlo con las manos o con un
llo fuerte y espolvoree el extremo de las cuchillo afilado.
raíces con polvo fungicida para evitar el Coloque las plantas jóvenes en ties­
moho gris/Botrytís (véase p. 557); cu­
bra los tiestos con una capa fina de are­
tos para seguir cultivando, usando par­
tes iguales de tierra para tiestos y arena
na aguda horticultural. horticultural.
Pronto deberían aparecer vástagos en Riegue concienzudamente y coloque
cada vértice de las raíces. Cuando los fuera en un sitio sombreado. Mantenga
vástagos midan 2,5-5 cm, estarán pre­ húmedo y plante fuera cuando las raí­
parados para retirar. Separe los terrones ces hayan llenado los tiestos.
Cuando aparezcan vástagos Divida el terrón en plantas
nuevos de las raíces, levante el
4 individuales, cada una con un
vástago y raíces bien desarrolladas.
Coloque en tiestos usando partes
iguales de tierra para tiestos y arena.
Casas alpinas y cajoneras
u n q u e algunas alpinas de gran­ Uso de una casa alpina
A des alturas crecen bien en el jar­
dín abierto en climas templados, a con­
Una casa alpina es un invernadero sin
dición de satisfacer sus necesidades es­
pecíficas de situación y suelo, la mayoría calefacción, en general con bancos ele­
actuará mucho mejor cultivada a cubier­ vados, diseñada para cultivar y exhibir
to. Muchas alpinas florecen a finales de alpinas y plantas de rocas en condicio­
invierno y a principios de primavera nes controladas. A menudo, la mitad de
cuando, si se las deja en el exterior, sus la casa se utiliza para cultivarlas y la otra
flores delicadas podrían dañarse a cau­ para exhibirlas. Otra opción consiste en
sa de un tiempo inclemente, comidas por cultivarlas en cajoneras (adyacentes o
babosas o caracoles o picoteadas por muy cercanas a la casa alpina) y llevar­
pájaros. las temporalmente a la casa para exhi­
Dentro de una casa alpina, las plan­ birlas cuando presentan el mejor
tas están al abrigo de las lluvias inver­ aspecto.
nales, frío, vientos secantes o heladas
duras, además el peligro de la mayoría Exhibición de las plantas
de plagas. Ello permite cultivar una Las exhibiciones pueden ser de las plan­
gama mucho más amplia de alpinas y tas en sus tiestos, sencillamente coloca­
plantas de rocas, ya sea en tiestos o en das sobre andamios o, más habitualmen­
macizos a ras del suelo o en relieve, pro­ te, metidas hasta el borde en una capa D e s p l ie g u e e n C a sa A l p in a
porcionando un despliegue atractivo y de arena. Ello conserva las raíces fres­ Una amplia gama de plantas de roca se pueden cultivar en tiestos y
duradero. cas y húmedas y reduce las fluctuacio­ desplegar vistosamente en bancos de arena elevados en una casa alpina.
nes de temperatura, mientras que per­
mite una irrigación fácil de plantas a las
que les disgusta el riego superior. Unos pre evite las hondonadas, donde el aire se secos en el período inactivo, o para
macizos de exhibición, especialmente frío provoca bolsas de heladas y también plantas que no toleran las condiciones
construidos, son una alternativa atrac­ los lugares ventosos y expuestos. Inten­ muy cálidas que pueden producirse en
tiva. Cree jardines de rocas en miniatu­ te situarla donde combine con otros ele­ verano. Las cajoneras incorporan una
ra dentro de la casa alpina, ya sea a la mentos del jardín, tal vez utilizándola luz superior que deberá abrirse cuan­
altura de la cintura, donde los andamios como centro de atención. Para más in­ do sea necesario, para proporcionar una
son suficientemente fuertes para sopor­ formación acerca de invernaderos, ven­ buena ventilación; una cajonera de luz
tar el peso, o a nivel del suelo. Éstos pue­ tilación, sombreado y presentación, véa­ holandesa estándar es adecuada, pero
den contener algunos plantados perma­ se I n v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s , p p . 483, existen otros tipos disponibles. Las lu­
nentes además de zonas de arena o de 484 y 487. ces pueden retirarse en verano, pero
tierra arenosa en el que sumergir plan­ deben mantenerse en su lugar si la ca­
tas diferentes, según la estación. Puede jonera contuviera bulbos inactivos.
incorporar y plantar rocas de toba livia­ Las plantas que no toleran el sol vera­
nas para realzar este tipo de exhibición. Utilización de cajoneras niego directo pueden protegerse cu­
briendo la cajonera con material de
Emplazamiento de la casa alpina Éstas deben situarse cerca de la casa al­ sombreado (véase I n v e r n a d e r o s y C a ­
Elija uno firme y nivelado, en lo posi­ pina, donde servirán para proteger una jo n e r a s , «Mallas y tejidos», p. 484). Los
ble alejado de la sombra proyectada por gama de plantas selectas oriundas de cli­ tiestos de una cajonera generalmente es­
Uso d e u n a C asa A l p in a árboles, verjas, muros o edificios altos. mas extremos —como zona de «des­ tán inmersos en un material tipo arena
Una parte de la casa puede usarse Un cmplazamienro sobre el eje norte-sur bordamiento» o de almacenamiento— de construcción lavada, encima de una
para cultivar plantas jóvenes sobre es el ideal, pero cualquier situación so­ cuando las plantas no florecen. Son muy capa de escombro, para dar buen dre­
macizos de ladrillos. leada y abierta resultará aceptable. Siem­ útiles para bulbos, que deben mantener­ naje.

C u id a d o de A l p in a s y B ulbos E n a n o s d espu és d e F lorecer

A l p in a s e n el I n t e r io r
Después de florecer, las alpinas
que requieren un régimen de
regado cuidadoso (aquí, subesp.
de DionysiaJ deben sumergirse en
arena.
A l p in a s e n el E x t e r io r
Las alpinas que toleran climas
veraniegos variables, como las
saxifragias, pueden sumergirse en
cajoneras abiertas después de
florecer.
B u l b o s e n e l I n t e r io r P r o t e c c ió n d e A l p in a s F l o r id a s
Tiestos con bulbos enanos (aquí, Las alpinas a punto de florecer
lirios,/ que han dejado de florecer pueden cultivarse en cajoneras en
pueden mantenerse secos el exterior, antes de llevarlas a la
sumergidos en arena o grava casa alpina para su exhibición.
debajo de los andamios.
Alpinas en tiestos man almohadillas son muy sensibles al
agua que se forma alrededor de sus cue­
primavera y en verano, cuando crecen
con fuerza; los bulbos deben cambiar­
Plantar en macizos
El cultivo de alpinas en tiestos asegura llos, de manera que, además de revestir se durante su período inactivo. Plante Éstos pueden estar al nivel del suelo o
la satifacción de sus necesidades espe­ con gravilla, introduzca pequeñas cuñas al mismo nivel que en el tiesto anterior, en relieve, a 1 m de altura. Uno en re­
ciales de riego, abono o alimentación. de roca debajo de las almohadillas, para añada tierra fresca y afirme y luego agre­ lieve permite cuidar y observar las plan­
evitar que toquen la superficie. gue una capa de revestido nueva. tas con mayor facilidad y resulta espe­
Tiestos de plástico y arcilla Riegue bien después del cambio, co­ cialmente útil para jardineros mayores
Aunque los de plástico son adecuados Cambio de tiesto locando el tiesto en al menos 2,5-5 cm o incapacitados. El andamiaje debe dre­
para el cultivo de alpinas y conservan Cuando una planta haya desbordado su de agua, hasta que la superficie de la tie­ nar bien y estar sólidamente construi­
la humedad, los de arcilla son más atrac­ tiesto, transfiera cuidadosamente a otro rra se humedezca. Después retire para do para soportar el peso del macizo
tivos —lo que resulta importante si las más grande, tocando el cepellón lo me­ evitar el riesgo de que las raíces se (véase también I n v e r n a d e r o s y C a jo ­
plantas han de exhibirse. La tierra en los nos posible. Cambie las herbáceas en pudran. n e r a s , «Macizos elevados», p. 486).
de plástico se seca más lentamente, así
que cuide de no regar demasiado. Lim­
pie y esterilice todos los tiestos antes de C a m b io de T ie st o de una S a x if r a g ia
usarlos: los esterilizantes basados en so­
luciones diluidas de hiperclorito de so­
dio resultan adecuados, pero no use los
de base de alquitrán.
Tierras
Todas las alpinas requieren una tierra
que permita un buen drenaje y se bene­
ficiarán de una capa de tiestos rotos en
el fondo de los de arcilla, o una de gra-
villa en los de plástico, ya que incluso
las plantas amantes de la humedad no
toleran estancamientos.
La mayoría de las especies se desarro­

I 2 3
lla bien en mezclas de tierra negra, mez­ Las raíces de esta saxifragia Elija un tiesto una medida Disponga los trozos
clada con igual cantidad de gravilla. Las asoman por el agujero de mayor que aquel en el que cuidadosamente sobre el
de hábitats alpinos elevados, como la­ drenaje. La planta tiene raíces crece la planta. Úse trozos de tiesto agujero de drenaje. Después
deras pedregosas y grietas en la cara de apiñadas y debe cambiarse de y gravilla para proporcionar cubra con una capa de grava.
las rocas, como las especies de Andro- tiesto. drenaje en la base.
sace y otras plantas que forman almo­
hadillas, requieren una mezcla menos
fértil y de mayor drenaje para conser­
var su hábito pulido y natural. En tie­
rras ricas, se tornan rápidamente blan­
das y frondosas y más propensas al
ataque de plagas y enfermedades. Para
éstas, use una mezcla de hasta 3 partes
de gravilla por 1 de mezcla de tierra ne­
gra. Coloque las plantas en estas «mez­
clas escasas» cuando son jóvenes, ya que
podrían no adaptarse con facilidad si se
¡as cultiva en un medio más fértil.
Una serie de especies, generalmente
de hábitats boscosos, o las que se dan

4 5 6
en bolsas ricas en tierra negra dentro de Retire la planta del tiesto, Cubra los trozos de tiesto del Esparza el revestido de grava
los rocosos, como Haberlea y Ramon- golpeando la base para tiesto mayor con tierra; coloque sobre la superficie de la
da, prefieren tierra bien drenada, rica en aflojar el cepellón; extraiga las la planta para que el cuello esté al tierra, cuidando de meterlo bajo
materia orgánica. Para éstas, una mez­ raíces para estimular que otras mismo nivel que en el original y el cuello de la planta para
cla de 1 parte de mezcla de tierra negra nuevas penetren dentro de la rellene con tierra. mantenerla bien drenada.
y gravilla, con 2 partes de moho de ho­ tierra fresca.
jas, sustituto de turba o turba, será ade­
cuado. Cuide de controlar las necesida­
des individuales de cada planta antes de
seleccionar la tierra adecuada, y asegu­
re que para las que odien la cal, ningu­
no de los ingredientes la contenga.
Revestidos
Después de plantar en los tiestos (véase
derecha) revista con una capa de esquir­
las de piedra o gravilla, para realzar el
aspecto de la planta, mantener su cue­

7 8 9
llo bien drenado y evitar el desarrollo Coloque el tiesto en un Retire el tiesto y coloque sobre Sumerja la planta en arena,
de musgos y hepáticas. Utilice uno ade­ recipiente con agua y déjelo una capa de arena en una en una cajonera o macizo
cuado a las necesidaes del pH de la plan­ hasta que la superficie de la tierra cajonera, donde el exceso de para seguir cultivándola.
ta, por ejemplo astillas de piedra caliza y la grava aparezca húmeda. humedad drenará con facilidad.
para las amantes de la cal o gravilla gra­ Ello evitará que se pudran las
nítica para las que la odian. raíces.
Algunas alpinas pequeñas que for­
Q u it a r H o ja s M u e r t a s
Utilice regularmente pinzas pequeñas
para eliminar hojas marrones o
marchitas de las plantas alpinas,
como esta Campanula pilosa.
Utilice tierra compuesta por 3 partes
de tierra negra (o tierra buena del jar­
dín, esterilizada), 2 partes de sustituto
de turba grueso (o turba) y dos partes
de arena aguda o gravilla. Agregue ro­
cas para formar un jardín de rocas en
miniatura. La toba es especialmente útil,
porque es liviana, retiene la humedad y
se pueden cultivar plantas dentro de ella.
Plante alpinas en el macizo, pero evite
las especies invasoras y productoras de
semillas abundantes, deje algunos hue­
cos para sumergir una sucesión de ejem­
plares estacionales, cultivados en tiestos.
Cultive helechos y otras especies aman­
tes de la sombra debajo de un macizo
en relieve.
Mantenimiento rutinario
Como las alpinas tienen unas necesida­
des de desarrollo específicas, requieren
bastante atención durante la estación del
desarrollo. Las que se cambian de ties­
to de manera regular, rara vez requieren
un alimento suplementario, pero si usa
fertilizantes, asegure que sean bajos en
nitrógeno: un alimento rico en nitróge­
no producirá un desarrollo blando y
frondoso no característico de las alpi­
nas y propenso a las plagas y enfer­
medades.
Ventilación
Las superficies de ventilación deben ocu­
par al menos un 25 % del área del cris­
tal, ya que la meta consiste en propor­
cionar la mayor ventilación posible en
todo momento. En primavera y en ve­
rano, las luces y la puerta del inverna­
dero pueden quedar abiertas permanen­
temente, a menos que haya vientos
fuertes o lluvias intensas. Utilice una
pantalla de malla de galga fina sobre
ventilación y puertas, con el fin de evi­
tar que penetren los gatos y los pájaros.
Durante las lluvias y vientos intensos,
cierre las huecos de ventilación del lado
del que llueve para evitar el goteo sobre
el follaje y reducir corrientes fuertes, que
podrían dañar el follaje y las flores. Du­
rante ventarrones fuertes, es mejor ce­
rrar las ventilaciones y la puerta.
En invierno, abra las ventilaciones por
completo (a menos que esté ventoso, llu­
vioso, o que nieve), pero cierre antes del
anochecer para conservar el calor resi­
dual. Durante tiempos muy fríos, per­
mita que la temperatura interior de la
casa aipina se eleve gradualmente antes
de ventilar; en días soleados, abra las
ventilaciones cuanto antes, para evitar
que la temperatura suba con demasia­
da rapidez. En tiempo húmedo y nebli­
noso, especialmente en zonas de alta
contaminación atmosférica, cierre la
casa por completo para evitar que pe­
netre el aire frío y húmedo y utilice un
ventilador de aire fresco para conservar
la circulación.
Temperatura
Desde fines de primavera hasta el oto­
ño, será necesario sombrear durante el
tiempo soleado, para evitar abrasar el
desarrollo nuevo y tierno y para ayudar
a reducir la temperatura. No use un
sombreado intenso, ya que éste podría
provocar el blanqueo y la «atracción»
despareja de las píantas hacia la luz dis­
ponible.
En tiempos muy calurosos, humedez­
ca el suelo de la casa para reducir la
temperatura y mantener la humedad at­
mosférica; al atardecer, puede humede­
cer las plantas con un rociado de agua
fresca.
Durante fríos intensos, debe usar la
calefacción para evitar que los tiestos se
congelen y el mejor es un sistema que
no produzca humos o humedades exce­
sivas (véase I n v e r n a d e r o s y C a jo n e ­
r a s , «Calefacción», p. 482).
Higiene
Elimine el follaje muerto y las flores
marchitas con regularidad, con el fin de
evitar ataques fúngales. Controle las
plantas para evitar plagas y enfermeda­
des y trate cualquiera de inmediato (véa­
se P ro b lem a s d e P la n ta s , pp. 545-577).
Para minimizar el riesgo de enfermeda­
des, conserve siempre limpio el suelo de
la casa y asegure que los cristales están
P r e p a r a c ió n de P lantas para
I 3
Use arena fina y un cepillo Rellene el revestido. Para esta
de alambre o un estropajo Dionysia aretioides se utiliza
para limpiar la parte exterior de grava gruesa; pero podrá utilizar
los tiestos de arcilla. Así esquirlas, gravilla o pinocha, según
eliminará las algas o manchas la planta.
de cal.
limpios para que las plantas reciban la
mayor cantidad de luz posible. T r a sl a d o de P la n ta s
Riego
Riegue con regularidad a lo largo de
toda la estación, especialmente en días
soleados de verano y de primavera,
cuando la pérdida de humedad es rápi­
da. Si se deja secar las plantas entre rie­
gos, el desarrollo podría reducirse mu­
cho y los pimpollos se marchitarían. En
el caso de tiestos colocados sobre anda-
mios, riegue desde arriba, pero evite sal­
picar el follaje. Los que están sumergi­
dos absorben humedad del material
circundante, pero pueden requerir un
riego adicional en períodos cálidos. En
el caso de plantas con follajes sensibles
a la humedad, riegue el material en el
que están sumergidas. Al aproximarse
el otoño, reduzca el riego cuando las
plantas se preparan para la inactividad.
Durante el invierno es necesario man­
tener las alpinas secas, pero no tan se­ A l trasladar plantas frágiles
cas como el polvo (en el caso de los ties­ (aquí, Fritillaria uvavulpisj haga
tos sumergidos, el medio circundante
debería estar apenas húmedo al tacto). un «trípode» con cañas
partidas, ligadas con cuerda en
Mantenimiento invernal el extremo y sujete los tallos.
Un intervalo de tiempo seco y claro a
fines de invierno es un buen momento
para almacenar las plantas en una ca­ malezas, plagas y enfermedades. Exami­
jonera y limpiar la casa alpina (véase ne las plantas para eliminar hojas muer­
I n v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s , «Mante­ tas, descoloridas o malformadas y las
nimiento rutinario», p. 491). Limpie o flores marchitas y retire cuidadosamente
vuelva a llenar los macizos de arena o con pinzas pequeñas.
gravilla y renueve las etiquetas. Después Debe limpiar los tiestos de arcilla con
transfiera los tiestos a la casa. un cepillo de alambre. Otra opción con­
siste en usar dos tiestos: introduzca el
ejemplar con su tiesto dentro de uno
mayor y cubra el borde interior con re­
Exposición vestido. Renueve todos los revestidos con
materiales adecuados al hábitat natural
El día de la exposición, las alpinas de­ de la planta; después vuelva a etiquetar.
ben estar en su mejor momento. Sin im­ Sostenga las plantas altas y frágiles con
portar la perfección de la planta, ésta trípodes de cañas partidas. Riegue las
perderá puntos si está pobremente pre­ plantas concienzudamente el día antes
sentada en un tiesto que no esté impe­ de la exhibición y deje drenar antes de
cablemente limpio, o si los revestidos son ampaquetar para el transporte. Lleve re­
poco espesos y muestran un desarrollo vestido suplementario para renovar el
de algas. Elimine todas los rastros de que pudiera perderse en el camino.
E x p o s ic ió n
2
Ponga etiquetas nuevas.
Sitúe los tiestos en una
bandeja sujetándolos con papel
de periódico; aporte revestido
suplementario para rellenos de
último momento.
 9
P lantas B ulbosas
narciso dorado que proclama la llegada
esde e l a le g r e
de ¡a primavera hasta el ciclamen, heraldo del otoño,
las plantas bulbosas anuncian los cambios de las estacio­
nes con despliegues espléndidos de flores. Algunas poseen un fo ­
llaje elegante, mientras que otras son valoradas por su fragancia,
pero son sus flores las que las hacen esenciales. Ofrecen una am­
plia variedad de colores y formas, desde brillantes tonos prima­
rios hasta delicadas gamas de pasteles, desde la alta majestuosi­
dad de los gladiolos hasta las delicadas campanillas de liláceas.
Los bulbos llevan vitalidad a las plantaciones más permanentes
del jardín, formando dibujos audaces en un macizo formal, lle­
nando los detalles de una orla mixta, proporcionando una pince­
lada de color a un contenedor, o creando puntos de luz bajo los
árboles o entre las hierbas.

Diseño con bulbos

cultivo de bulbos es una mane­
E
l
ra fácil de avivar el jardín con des­
pliegues decorativos, a menudo extrava­
gantes y a veces aromáticos. Los bulbos
cultivados en jardines están dominados
por los resistentes favoritos, como los
crocos, ciclámenes, narcisos, jacintos y
tulipanes, de los que existe una inmen­
sa variedad, tanto de especies como de
cultivares. Muchos bulbos no resisten­
tes también merecen un lugar en el jar­
dín, incluyendo la estrellada Ixia, Spa-
raxis de espigas llamativas y sueltas, y
la ardiente Tigridia.
la característica clave de los bulbos es
proporcionar interés visual durante una
sola estación, permaneciendo inactivos
e invisibles el resto del año. Con una pla­
nificación cuidadosa, esto puede ser una
ventaja que convierta a los bulbos en
inapreciables como plantas de orla, ade­
más de ser ideales para aclimatarlos en­
tre hierbas o cultivados en contenedores.
En muchos jardines, es posible dejar­
los que se incrementen de manera na­
tural de un año a otro, mientras su fo­
llaje moribundo queda oculto por el
desarrollo de las herbáceas o los arbus­
tos, que proporcionan un atractivo per­ Uso E f ic a z d e B u l b o s e n u n a O r l a M ix t a
manente. Muchos bulbos, incluyendo Los globos oscuros púrpura rosados de Allium proporcionando un fuerte acento de color y forma entre
los populares crocos, narcisos y campa­ sphaerocephalon imitan el colorido de esta orla mixta, perennes herbáceas de varios tonos de rosa.
nillas de invierno (Galanthus), se pro­
pagan con gran velocidad en la mayo­ en invierno —cuando la mayor parte del los bulbos están entre las plantas de jar­ incluso los descritos como «amantes del
ría de los emplazamientos. Los bulbos jardín está inactiva—, los bulbos tem­ dín más fáciles de cultivar. Hoy día exis­ sol», son felices a la sombra ligera pro­
también pueden retirarse después de flo­ pranos, como los rosados Cyclamen ten numerosas especies y cultivares dis­ yectada por muros, arbustos o espalde­
recer y volver a plantarlos cada año para coum , los diminutos Iris histrioides ponibles que prosperan en todos los ras cercanas. También la sombra seca es
dejar espacio a otras plantas estaciona­ ‘M ajor’ azul intenso y las blancas cam­ aspectos, salvo en la sombra profunda. soportada por la mayoría de los ciclá­
les, lo que los hace especialmente con­ panillas de invierno, pueden cultivarse Muchos de los bulbos actualmente menes resistentes. Aquellos de flores
venientes para jardines pequeños o es­ en el exterior y forzar el desarrollo de cultivados provienen de un clima medi­ blancas o pálidas parecen casi lumino­
pacios reducidos. otros en el interior. Los bulbos que flo­ terráneo, de modo que hay que cultivar­ sos a una luz tenue, de manera que ofre­
recen en verano o en otoño son a me­ los en emplazamientos soleados y pre­ cen un aspecto muy efectivo cultivados
Estaciones de interés nudo más grandes y de formas y tonos fieren los veranos secos y cálidos, en un emplazamiento sombreado.
La estación principal de los bulbos es más exóticos que los de primavera. aunque una gran gama de ellos prospe­ Sea cual fuere el emplazamiento, los
desde principios de primavera hasta ra en regiones de lluvias veraniegas. bulbos presentan el mejor aspecto plan­
principios de verano, pero muchos otros Dónde cultivar bulbos Los bulbos que crecerían normalmen­ tados en grupos de la misma especie o
florecen en el exterior o a cubierto en Si tienen el suelo que requieren bien dre­ te en zonas boscosas prosperan en som­ cultivar, ya sea rozando otras plantas,
otro momentos del año. Para dar color nado para desarrollarse y florecer bien, bras ligeras y húmedas. Muchos otros, ya formando un único océano de color.
 Tipos diferentes de plantas bulbosas
En este libro, la palabra «bulbo» se re­
fiere a todas las plantas bulbosas, com­
prendiendo tallos bulbosos, tubérculos y
rizomas, además de los verdaderos bul­
bos. Las palabras «tallos bulbosos»,
«tubérculo» y «rizoma» se utilizan sólo
en su sentido estricto. En todas las bul­
bosas, una parte de la planta se hincha,
transformándose en un órgano que al­
macena alimento, que permite que la
planta sobreviva en el estado inactivo o
en condiciones inadecuadas para el de­
sarrollo.
B ulbo (Hyacinlhoides hispánico) Bulbos
Los bulbos verdaderos se forman a par­
tir de hojas carnosas o bases de hojas,
y con frecuencia consisten en anillos
concéntricos de escamas, sujetas a una
lámina basal. Las escamas exteriores
forman a menudo una piel protectora
seca, como en el caso de los narcisos,
lirios Reticulata y tulipanes. En el caso
de algunas especies de azucenas (LUium)
y Fritillaria, las escamas están separa­
das y no se forma una piel protectora.
Las azucenas Juno son poco comunes,
pues tienen una raíz de almacenaje hin­
chada debajo del bulbo.
Tallos bulbosos
Los tallos bulbosos se forman a partir
T allo B u l b o so (Gladiolus ‘PerkyV de las bases hinchadas de los tallos, y
Macizos formales los jacintos y los tulipanes, a causa de
sus fuertes aspectos esculturales; en ge­
Los bulbos contribuyen valiosamente a neral, las flores más grandes y llamati­
los despliegues formales en macizos. Los vas de los bulbos híbridos se adecúan
que florecen en primavera son ideales mejor a una posición formal dentro del
para plantar en grandes masas dentro de jardín. Plante en bloques de color, cada
un macizo, que más tarde estará ocupa­ uno de un solo tipo de bulbo, o en gru­
do por anuales en verano, ya que se los pos mixtos que florecen en momentos
puede retirar y conservar durante la es­ diferentes, para proporcionar un largo
tación de inactividad. Los clásicos son despliegue de coior a lo largo de la pri­
D e sfile d e C o l o r e s
Hileras escalonadas de
tulipanes desfilan a lo
largo de este macizo
formal en bloques
audaces y brillantes de
color contrastante,
creando un
contrapunto enérgico
con la formalidad
tranquila del jardín.
Túlipanes blancos están
diseminados entre los
de colores más
intensos para evitar
estridencias.
T ubérculo (Dalia ‘Monk MarcV
R iz o m a (Iris ‘White City V
mavera. Los bulbos pueden llenar el ma­
cizo por completo o pueden combinar­
se con otras plantas de flores en colo­
res contrastantes o complementarios,
como no-me-olvides (Myosotis) de un
intenso color azul, o ardientes alhelíes
(Cheiranthus).
También existe un campo para una
plantación formal efectivo con bulbos
que florecen en verano o en otoño: Gal-
tonia, con sus espigas elegantes verdes
o blancas, o los cultivares más compac­
tos de los gladiolos, especialmente los
grupos de Primulinus o Butterfly, de as­
pecto notable plantados en grandes blo­
ques junto a violetas azul púrpura o
cualquier otro tapizante similar. Los hí­
bridos Headbourne de Agapanthus, con
sus capítulos grandes azules y blancos,
combinan bien con las graciosas flores
rosadas de Nerine bowdenii.
Orlas mixtas de herbáceas
y arbustos
Los bulbos rellenan la plantación per­
manente de una orla con una alegre va­
riedad de colores estacionales. Unos
montones sueltos pueden fundirse con
el esquema general o llamar la atención
con pinceladas de color. Los arquitec­
tónicos, como Crinum x powellii, con
sus grandes trompetas blancas o rosa­
das, puntúan el flujo de una orla con
son reemplazados por nuevos tallos cada
año. Son comunes en la familia de las
iridáceas, que comprende los crocos,
gladiolos, Romulea y Watsonia; en gene­
ral, tienen una piel formada por las lá­
minas del año anterior. En las liliáceas y
familias relacionadas, se las encuentra
en géneros como Brodiaea y Colchicum.
Tubérculos
Tubérculo es una palabra aplicada a mu­
chas plantas con tallos y raíces hincha­
das, a veces de formas irregulares, que
sirven para almacenar alimento. A me­
nudo está mal aplicado, por ejemplo a
las raíces tipo tubérculo —en realidad,
rizomas— de Anemone blanda y a los
largos rizomas delgados de A. nemorosa
(por motivos de conveniencia, aquí se
las incluye a ambas como «plantas bul­
bosas»). Los tubérculos verdaderos de
varios tipos se encuentran en Coryda-
lis, en algunas orquídeas, como Dac-
tylorrhiza, en especies de ciclámenes y
en Ranunculus asialicus, cuando son lo­
bulares o aparecen en ramilletes.
Rizomas
Los rizomas son tallos hinchados, gene­
ralmente bajo tierra y más o menos ho­
rizontales, que se encuentran entre las
iridáceas, especialmente los lirios, y en
las liliáceas.
un llamativo contraste de altura y for­
ma. Cultive algunos bulbos a través de
tapizantes bajas, de modo que sus flo­
res parezcan flotar por encima de la
mata de follaje. Para una orla rústica
más informal, elija bulbos de especie,
pues los híbridos ornamentales podrían
parecer fuera de lugar.
Plantaciones mixtas que florecen
en primavera
Plantar bulbos en una orla mixta alar­
ga la estación de floración y proporcio­
na color fresco y brillante desde finales
de invierno hasta principios de verano.
Antes de que las perennes herbáceas y
los arbustos caducos comiencen a cre­
cer y extenderse, ofrezca vida a la parte
delantera de la orla con las especies más
pequeñas de los narcisos, los lirios Re­
ticulata azul pálido u oscuro, y las co­
pas doradas de los acónitos de invierno
(Eranthis hyemalis).
Plante estrelladas alfombras de Ane­
mone blanda, Chionodoxa y Scilla bi­
folia, o montones amarillo pálido de las
especies e híbridos de narcisos enanos,
debajo de arbustos de floración tempra­
na, como Corylopsis, forsitia y hama-
melis (Hamamelis), para complementar
su despliegue.
Más avanzada la primavera, se pone
de una gama mucho mayor de bulbos
y plantas más grandes, como los narci­
sos altos, las especies de Fritillaria (por
ejemplo, la F. pérsica púrpura negruz-
Uso d e B u lb o s e n u n a O r l a M ix ta
En esta orla se ha plantado una variedad de bulbos
entre arbustos y perennes herbáceas, creando un
macizo que cambia de tono con las estaciones.

L a O r la e n P r im a v e r a
La orla de arbustos y
perennes comienza a
desarrollarse y los
bulbos adquieren
importancia. Grupos
informales de narcisos y
tulipanes llenan la parte
delantera de la orla con
colores frescos y limpios,
creando una escena
brillante.

L a O r i .a e n V e r a n o
En la orla adulta, los
bulbos más altos se
abren paso a través de la
plantación de base,
proporcionando
contrastes agradables de
altura y aspecto. Los
colores ricos y las
formas intrincadas de
los bulbos como Allium,
Crinum, Galtonia y
azucenas (Lilium) crean
opulencia en la orla
veraniega.

1 Campanula lactiflora 8 Allium giganleum 17 Euphorbia polychroma

‘Prichard’s Variety’
2 Prunus glandulosa ‘Alba Piena’
3 Echinacea purpurea
‘Robert Bloom’
4 Crinum x powellii
5 I.ilium regale
6 Galtonia candicans
7 I.ilium ‘Bright Star’
9 Tulipa ‘White Triumphator’
10 Aster frikart ii ‘Mònch’
11 Fritillaria imperialis ‘Lutea’
12 Knautia macedonica
13 Agapanthus ‘Dorothy Palmer’
14 Tulipa ‘West Point’
15 Salvia nemorosa ‘May Night’
16 Narcissus ‘Actaea’
18 Osteospermum jucundum
19 Narcissus ‘Thalia’
20 Viola ‘Haslemere’
21 Narcissus ‘Hawera’
22 Geranium ‘Johnson’s Blue’
23 Diascia vigilis

co y la majestuosa F. imperialis), o los
tulipanes, pueden usarse en grupos ac­
cidentales para dar altura entre los ar­
bustos y las perennes.
Plantados mixtos para florecer
en verano o en otoño
En verano, cierto número de bulbos aña­
den belleza al jardín. Aunque a veces se
los considera de importancia secunda­
ria, muchos bulbos que florecen en ve­
rano y en otoño son de hecho lo bas­
tante altos y robustos como para resal­
tar entre las perennes en flor y ofrecen
una gama deslumbrante de colores y
flores.
A principios de la estación, pruebe
Camassia leichtlinii ‘Alba’, con sus pe­
nachos de flores blanco cremosas, gla­
diolos intensos, Triteleia laxa (sin. Bro-
diaea laxa) por sus ramilletes sueltos
púrpura azulados, y los globos audaces
escarlatas de TUlipa sprengeri.
Entre mediados y finales de verano,
siga con Allium aflatunense, de gran­
des globos púrpura, ramos arqueantes
rojo ardiente o amarillo de Crocosmia,
azucenas (Lilium) amantes del sol, y
después, las espigas rosadas, blancas o
rojas de Schizostylis. En jardines más
cálidos, Eucomis verde blancuzco, con
sus capítulos como piñas, aportan un to­
que exótico a la orla.
En otoño, continúa el despliegue con
las trompas fragantes y rosadas de
Amaryllis belladonna, los brillantes em­
budos amarillos de Sternbergia lútea o
S. sicula, o a través de las formas blan­
cas y azules de los crocos que florecen
en otoño.
Aclimatación de bulbos
Dejados intactos, nuchos bulbos se mul­
tiplican, formando grandes pinceladas
de color. Al aclimatarse de este modo,
dan interés a zonas del jardín que, de
no ser así, no estarían ocupadas por
plantas florecidas. Las especies —de co­
lores y formas más delicadas que la ma­
yoría de los cultivares— crean un efec­
to natural plantadas en grandes grupos
informales.
Plantación con especímenes arbóreos
Los bulbos acompañan perfectamente
a los especímenes arbóreos de raíces pro­
fundas y copas ligeras y caducifolias.
Use bulbos que florecen en primavera
y en otoño para conformar un tapizan­
te decorativo cuando los árboles tienen
pocas hojas que intensifiquen la som­
bra. En primavera, el suelo bajo el ár­
bol es húmedo y soleado, ideal para ané­
monas, crocos, narcisos y Scilla. Los
ciclámenes resistentes de otoño, de fo­
llaje plateado y moteado y pétalos sua­
vemente plegados, toleran las condicio­
nes veraniegas y la sombra ligera.
Las flores de los bulbos complemen­
tan los hábitos de un árbol con efica­
cia. Los bulbos de flores blancas refle­
jan las flores blancas de los cerezos
ornamentales (Prunus), las formas pre­
cisas de los crocos imitan las formas de
cáliz de las flores del magnolio, y los de
flores colgantes, el hábito de un árbol
llorón.
Utilice cultivares enanos para aclima­
tar la zona bajo un árbol o arbusto re­
cién plantados, pues los bulbos que se
multiplican con velocidad, tales como
los narcisos, reducen el alimento dis­
ponible.
Emplazamientos boscosos
Los bulbos son inestimables plantados
en grandes manchas de color para real­
zar la belleza del bosque caducifolio.
E n c a n t o B o sco so
Resistentes Cydamen coum y crocos en tonos pálidos y profundos de rosa,
lila y violeta colonizan un bosque, arremolinadas alrededor de la base de los
árboles con un despliegue de color cuando están desnudos.
B u lb o s c o m o P u n t o s d e L u z
Pinceladas sueltas de tulipanes no resistentes llevan colores brillantes a esta
orla mixta y contrastan con el follaje suave y amontonado de las perennes.
Muchos gozan con las condiciones bos­
cosas, fundiéndose con otras plantas del
área, como helechos, heléboros (Helle-
borus) y primaveras.
Plante bulbos para obtener una suce­
sión de formas, alturas y colores con­
trastantes, con variaciones sutiles en los
esquemas de colores, para reflejar el
tono tranquilo del bosque. Campanillas
de invierno (Galanthus) y las especies
de ciclamen en rosados y malvas ofre­
cen una combinación llamativa, mien­
tras que pinceladas de Scilla y Chiono-
doxa agregan tonos azules. Los jacintos
españoles (Hyacinthoides hispánico,
sin. Scilla campanulata), o muchos de
los más rampantes jacintos de pena­
cho (Muscari), proporcionan pinceladas
de azul, blanco y rosa, junto con peque­
ñísimos ramos de mugueto (Convalla­
ria majalis). Todas éstas pueden colo­
nizar zonas bastante considerables, una
vez establecidas. Los jacintos ingleses
(Hyacinthoides nonscriptus) deben
plantarse solos porque son muy inva­
sores.
U n a P l a n t a c ió n
N atural
Montones naturales
extendidos de
Colchicum byzantinum
de floración otoñal
emergen de una mata
de verdor, exhibiendo
sus flores estrelladas.
El musgo aterciopelado
verde oscuro en la base
del árbol proporciona
un realce atractivo a
las brillantes flores
púrpura rosadas.
Plantación entre hierbas
Los bulbos son capaces de transformar
la hierba —ya sea una ladera, un cés­
ped o un prado entero— en una alfom­
bra alegre de color otoñal o primaveral,
que se amplía año tras año. Los bulbos
deben ser de especies robustas que re­
sistan la competencia de las raíces de la
hierba.
Muchos de los bulbos más grandes
ofrecen su mejor aspecto entre la hier­
ba, donde su follaje, marchitándose des­
pués de florecer, se destaca menos.
Plante los bulbos los de floración tem­
prana entre la hierba segada a partir de
la primavera, de modo que sus hojas
tengan tiempo de marchitar antes de
cortar aquélla. Los de floración tardía,
como las orquídeas terrestres (Dact-
ylorrhiza), pueden cultivarse con hier­
bas y flores silvestres en «prados» que
no se siegan hasta mediados o finales
de verano. Los que florecen en otoño co­
mienzan a desarrollarse y florecen an­
tes de la estación habitual de segado, de
manera que hay que dejar la hierba sin
cortar hasta después de finales de vera­
no. Alternativamente plante bulbos en
zonas irregulares pero definidas, de ma­
nera que sea posible segar alrededor de
ellos.
Los narcisos son la selección clásica
para plantar entre la hierba, y una gama
considerable —especialmente las espe­
cies e híbridos más robustos— pueden
plantarse de este modo. Muchos crocos
se desarrollan bien entre la hierba, don­
de están protegidos hasta cierto punto
de ratones y ardillas. Se logra un efecto
más delicado con las campanillas col­
gantes de las campanillas de verano
(Leucojum aestivum) y las fritilarias de
cabeza de serpiente (Fritillaria melea-
gris), que tiemblan suavemente entre la
brisa.
Algunos de los bulbos más pequeños
se desarrollan bien donde la hierba es

menos robusta, especialmente en zonas
de sombra parcial: el Crocus tommasi-
niartus púrpura, las especies de Chiono-
doxa, algunas especies de narcisos (p. ej.
Narcissus cydamineus), especies de Sa­
lla, y las campanillas de invierno, pros­
peran en estas condiciones.
Una zona aclimatada con bulbos en
los alrededores de un jardín ofrece una
transición armoniosa entre los macizos
de un jardín formal y los prados de hier­
bas del campo circundante, combinan­
do elementos de ambos.
Bulbos con alpinas
Puesto que la mayoría de alpinas llore-
ce a finales de primavera, prolongará la
estación plantando bulbos en jardines
de rocas o en macizos de turba. El há­
bito y las flores verticales y las hojas tipo
lanza de los bulbos hacen un buen con-
U n E m p l a z a m ie n t o A l p in o
La extraña belleza de las flores tipo
campana de Fritillaria acmopetala
goza de un realce mayor en un
jardín alpino.
E spectá cu lo
P r im a v e r a l
Los crocos aclimatados
en flor cubren este
césped de vividos
rosas, violetas,
púrpuras y amarillos.
Están plantados en
grandes pinceladas de
un solo tono,
entremezclados para
formar un mar de
color. Las campanillas
de invierno (Galanthus)
proporcionan puntos
de luz. blancos.
traste con el hábito bajo, extendido y de
mata de la mayoría de las alpinas, ade­
más de agregar una mayor variedad de
aspectos. Elija bulbos enanos con flo­
res delicadas para complementar el ca­
rácter de las alpinas y plante algunos que
crezcan completamente y eleven la plan­
tación con alpinas. Evite las alpinas for-
madoras de matas, que agotan el suelo
alrededor de los bulbos, privándolos de
alimento.
En el jardín de rocas
Muchos bulbos más pequeños, en espe­
cial las especies más difíciles, para las
que el drenaje severo es importante,
prosperan en jardines de roca, al sol o
parcialmente sombreados. Los enanos
quedan bonitos plantados en huecos en
las rocas o contrastando con el revesti­
do de gravilla del macizo, que también
evita que sus flores delicadas se enloden
durante las lluvias. Si planta alpinas
muy pequeñas, no use las especies de
bulbos más altos, que parecerían despro­
porcionados junto a sus vecinas.
Bulbos en jardineras
Las viejas jardineras de piedra son un
emplazamiento atractivo para una co­
lección de bulbos enanos y las alpinas
más pequeñas, donde sus encantos di­
minutos se apreciarán de cerca. Los bul­
bos se benefician del suelo arenoso y
bien drenado, y es fácil darles el riego
cuidadoso que requieren.
Para conservar las proporciones del
despliegue, cultive las especies más pe­
queñas y sus híbridos menos robustos;
los bulbos de multiplicación rápida po­
drían abrumar a las alpinas. Cultive las
especies de l-'ritillaria más pequeñas, ya
sea las púrpura marrones F. michailovs-
kyi o la de cuadrículas verdes F. whit-
tallii.
Los Rhodohypoxis son excelentes
para jardineras, y producen flores estre­
nadas rojas, rosadas o blancas a lo lar­
go de la mayor parte del verano. Man­
D is eñ o con B ulbos
tenga los bulbos húmedos durante la grandes sobre hojas en forma de flecha,
estación de desarrollo y, ocasionalmente, prosperan en los márgenes de los estan­
aplique un alimento líquido. El género ques. Tanto la fritilaria cabeza de ser­
de las Cyclamen comprende especies piente como la campanilla de verano
adecuadas para jardineras en primave­ (Leucojum aestivum) crecen natural­
ra y en otoño, con gamas que varían en­ mente en los prados húmedos, de modo
tre el blanco puro y el púrpura rosado que disfrutan de un emplazamiento hú­
más profundo. medo o de macizos alrededor de es­
tanques.
En un macizo de turba Otro bulbos que realzan los jardines
Un jardín de turba, con sus macizos es­ acuáticos son los magníficos Iris ensa­
calonados, «muros» de bloques de tur­ ta fsin. /. kaempferi) rojo púrpura y Die-
ba y una tierra compuesta fundamen­ rama pendulum, con sus ramos como
talmente por moho de hojas o de turba, bastones floridos, aunque ambos prefie­
proporciona condiciones perfectas para ren suelo húmedo pero bien drenado.
los bulbos «boscosos» más enanos,
plantados solos o con arbustos ericáceos
o alpinas. Pruebe Corydalis ambigua,
de flores bonitas color púrpura azula­ Bulbos en contenedores
do, o Scoliopus bigelovii, de flores con
venas púrpura tipo orquídea, entre otras. El cultivo de bulbos en tiestos ornamen­
La elección está determinada hasta cier­ tales, jardineras y otros contenedores
to punto por el grado de sombra. ofrece un despliegue variado y especta­
cular a lo largo de toda la estación. Una
selección cuidadosa alargará la estación
Bulbos para asociar con hasta comprender el final del invierno,
además de la primavera y verano. Plan­
jardines acuáticos te una única especie o cultivar en cada
contenedor para proporcionar un efec­
Algunos bulbos prosperan en condicio­ to uniforme y homogéneo, y después
nes húmedas y poco drenadas y propor­ agrupe los contenedores para formar
cionan algunas de las flores más llama­ una masa de color.
tivas para cultivar junto al agua. Sus Coloque tiestos de bulbos de flores
formas y colores fuertes crean reflejos fragantes (por ej., jacintos o narcisos Ta-
agradables; plante en montones, para zetta) cerca de la entrada de la casa para
contrastar con la superficie plana y su total apreciación. Los tiestos utiliza­
abierta del agua. Diversos y bellos lirios dos para bulbos de primavera servirán
rizomatosos y las calas (Zantedeschia más tarde para plantas que florezcan en
aethiopica), con sus espatas blancas y verano: cuando los bulbos se marchiten,
B u l b o s e n T ie s t o s
Los bulbos más
grandes resultan
excelentes para cultivar
en contenedores. Aquí,
Liliutn regale
proporciona un centro
de interés en este
grupo de tiestos,
dispuestos en niveles
diferentes y en
tamaños graduados
para llevar la vista
hacia arriba. Las
grandes trompetas
blancas de las
azucenas combinan
con los pelargonios
blancos y los tonos
terracota, conformando
una composición
atractiva, en armonía
con la pared de piedra
natural y el verdor
detrás de ellas.
retire y plante en el jardín (o almacene)
y reemplace con anuales o perennes no
resistentes.
Algunos de los bulbos más grandes
son lo bastante llamativos como para
plantarlos solos en contenedores. Las
azucenas altas (Lilium), o las formas de
Crinum x powellii, blancas o rosadas,
son particularmente efectivas. Cualquier
especie o híbrido de Agapanthus pro­
porciona una estación larga de flores lla­
mativas. Otra opción consiste en agru­
par varios de diversas alturas y colores
en un contenedor grande.
Jardineras
Al plantar en jardineras, elija bulbos
más pequeños, proporcionados al tama­
ño del contenedor. Resultan excelentes
para plantar en capas debajo de otras
plantas a fin de aprovechar un espacio
limitado; los bulbos atraviesan la super­
ficie de la plantación, creando un con­
traste de altura y formas agradable. La
mezcla de bulbos con violetas de flora­
ción invernal ( Viola x wittrockiana) y
hiedras (Hederá), seguidas de perennes
y anuales colgantes no resistentes, ofrece
un despliegue de colores prolongado.
Bulbos a cubierto
El cultivo de los bulbos a cubierto in­
crementa la gama que se puede cultivar,
comprendiendo muchas especies raras
Bulbos para cortar
Muchos bulbos poseen flores que
pueden cortarse para la casa, ya que
sus flores bien proporcionadas, y a ve­
ces solitarias, sobre largos tallos las
hacen especialmente adecuadas para
arreglos florales. Algunas tienen per­
fumes intensos que pueden llenar una
Schizostylis Crocosmia
coccínea ‘Sunrise’
Zanledeschia aetliiopica Nerine bowdenii
‘CrowborouRh’
que necesitan un cuidado especial. En
regiones templadas o frías, se pueden
cultivar bulbos no resistentes, que no so­
brevivirían en el jardín sin protección.
En regiones de lluvias veraniegas, resulta
el sistema más práctico para cultivar mu­
chos de los bulbos de especies que se cul­
tivan corrientemente, porque requieren
un período seco de descanso veraniego.
Se pueden plantar en tiestos, en un ma­
cizo de invernadero, y también en una
cajonera.
Esto permite un control más fácil del
medio ambiente local para satisfacer las
necesidades individuales de una gama
amplia, ya sea un período de secado ve­
raniego, ya una protección de frío, llu­
via o heladas invernales excesivas.
Bulbos en tiestos
El cultivo de bulbos en tiestos permite
cultivar a cada uno en las condiciones
que más se adecúan a las necesidades in­
dividuales, en especial cuando se culti­
van pequeñas existencias de bulbos poco
comunes.
Los tiestos pueden trasladarse con fa­
cilidad desde el exterior a la protección
de cajoneras o invernaderos cuando sea
necesario; o del invernadero al jardín de
verano, para disfrutarlos cuando flo­
recen.
El cultivo en tiestos en un invernade­
ro sin calefacción permite el cultivo de
muchas especies, que, de otro modo, casi
no son resistentes en climas templados.
habitación y son más duraderas si las
flores se recogen antes de alcanzar la
madurez. Algunas, como los narcisos,
son tan vigorosas y prolíficas que pue­
den cortarse sin dejar huecos en el des­
pliegue.
Los gladiolos son excelentes para cor­
Narcissus
'Cheerfulness'
Alstroemeria,
Híbridos Liglu
Muchas provienen de Africa o de Amé­
rica del Sur, con una excitante diversi­
dad de flores en colores opulentos, como
Watsonia, con sus tupidas espigas rosa
profundo y rojas. Para disfrutar de los
no resistentes, como Gloriosa, y Vellhei-
mia, que florece en invierno, es necesa­
ria la protección de un invernadero li­
bre de heladas. Inverne otras especies y
cultivares no resistentes, como begonias,
Can na o Crinum, en un invernadero
fresco y lleve al exterior cuando florez­
can para realzar el despliegue del jardín
en verano.
Si lo desea, puede cultivar bulbos a
la sombra y acondicionar la tierra co­
rrespondiente para el cultivo de peque­
ños bulbos «boscosos», incluyendo Tri­
llium rivale, que posee pétalos moteados
de rosa y blanco; u orquídeas terrestres
no resistentes, como las especies de Ca­
lamite, de abundante floración.
Los jardineros que posean una casa
alpina podrán agregar cierta altura y
pinceladas de color al despliegue inter­
calando tiestos con bulbos enanos de
primavera entre las plantas. El medio
ambiente dentro de una casa alpina es
especialmente adecuado para bulbos
poco comunes o no resistentes (por ej.,
Narcissus cantabricus blanco hielo o Te-
cophilaea cyanocrocus azul brillante).
Macizos de invernadero
Los bulbos no resistentes se pueden
plantar directamente fuera en macizos
tar, y se utilizan de este modo con fre­
cuencia, ya que los cultivares más altos
son difíciles de ubicar en una orla en el
exterior.
Las bonitas y maravillosamente per­
fumadas fresias son los únicos bulbos
no resistentes —o semiresistentes— que
Dalia Freesia ‘Everett’
‘Early Bird’
Tulipa ‘Clara Butt’ Allium gigameum
de invernadero preparados, en vez de
tiestos, para lograr un despliegue más
natural y vigoroso. Pueden combinarse
en un macizo mixto con otras plantas
que florecen en verano cuando los bul­
bos están inactivos. Elija plantas que to­
leren un período seco que coincida con
el que requieren los bulbos, o que pue­
dan sumergirse en tiestos de plástico y
regarse sin que la humedad alcance a los
bulbos circundantes.
Pueden utilizarse plantas extendidas
y amantes del calor, como Osteosper-
mum, o gazanias y muchas otras de fo­
llaje plateado, y después retirarlas o re­
cortarlas severamente cuando los bulbos
comienzan a desarrollarse. Las Bro-
diaea, Calochortus y Triteleia, de flo­
ración tardía, prolongan aún más la es­
tación de floración: agrupe, pero riegue
separadamente. Los bulbos de desarro­
llo veraniego, como Eucomis, algunas
especies de Gladiolus, y las especies no
resistentes de Nerine, no requieren una
plantación intercalada.
Cajoneras para bulbos y macizos
en relieve
La expresión «cajonera para bulbos» se
refiere en general a un macizo en relie­
ve dedicado sólo a bulbos; se lo cubre
con una cajonera o luces holandesas en
verano, durante el período natural de
descanso de los bulbos, y también en in­
vierno, para protegerlos de las lluvias ex­
cesivas que podrían pudrirlos. También
habitualmente se cultivan a cubierto
para proporcionar flores cortadas.
Tienen una larga estación de floración
en invierno, pero, como plantas de
tiestos, son un tanto desgarbadas y
necesitan estacado, por lo que es me­
jor cortarlas para interior.
Gladiolus ‘Tesoro’
I.iliu m ‘Enchantment’
una cajonera podría cubrir sencillamen­
te los bulbos en tiestos sumergidos en
un macizo de arena. Tales cajoneras pue­
den hacerse más atractivas usando pie­
dra para construir los lados.
Las cajoneras para bulbos son la me­
jor alternativa a una casa alpina como
lugar de cultivo para especies no resis­
tentes o exigentes, sin la restricción de
las raíces propias de los tiestos, y gene­
ralmente son utilizados por los entusias­
tas o los coleccionistas. Este método de
cultivo se adecúa a la mayoría de los bul­
bos, salvo aquellos acostumbrados a al­
gunas lluvias en verano, como las espe­
cies «boscosas» y de alta montaña.
Algunas especies de crocos, narcisos,
Fritillaria y tulipanes, lirios Juno y Re­
ticulata, y las especies más difíciles de
Brodiaea y Zigadenus, suelen tener me­
nos éxito como plantas de jardines abier­
tos en climas templados.
Cultivo forzado de bulbos
Una buena manera de llevar color y fra­
gancia al interior durante el invierno y
a principios de primavera es el cultivo
forzado de bulbos en tiestos. Se los con­
serva en un sitio oscuro y fresco duran­
te algunos meses antes de llevarlos has­
ta la luz para estimular una floración
más temprana que la natural. Todos los
Hippeastrum, de flores gigantescas y
exóticas, los jacintos perfumados y los
narcisos resultan adecuados. Algunos re­
sistentes, como los crocos, podrían abor­
tar sus flores si se los fuerza con excesi­
va rapidez. Un sistema menos brutal
consiste en cultivarlos a cubierto en ties­
tos y después llevarlos al interior una o
dos semanas antes de su floración na­
tural en el jardín, de manera que el ca­
lor los estimule a florecer.

Guía de plantas bulbosas para el jardinero

E m p l a z a m ie n t o s E x pu e s t o s Som bra Seca Cyrtanthus purpureus * Rhodohypoxis
Bulbos que toleran Bulbos que toleran sombra seca Dierama, algunas # Romulea, algunas * (algunas esps.)
emplazamientos expuestos o Freesia # Scilla, algunas *
ventosos Anemone nemorosa Galtonia Sternbergia lútea, S. sicula
Arum italicum ‘Pictum’ Gladiolus, algunas # Thlipa (esps. enanas)
Anemone Cyclamen coum, Iris, Híbridos Dutch, Zephyranthes candida
Chionodoxa C. hederifolium, C. repandum I. latifolia, I. xiphium Zigadenus
Colchicum Galanthus nivalis (formas) Ixia #
Crocus Hyacintlioides non-scriptus Lilium
Cyclamen, algunas * Ranunculus ficaria (cvs) Narcissus B u lb o s p a r a C a s a s A lp in a s
Fritillaria (esps. enanas) Nerine, algunas * Albuca *
Galanthus Ornithogalum, algunas # (esps. Anemone (algunas esps.)
Ipheion Som bra H úm eda más altas) Anomatheca
Iris reticulata (cvs) Bulbos que prefieren sombra húmeda Ranunculus asiaticus # (formas) Arum, algunas * (algunas esps.)
Muscari, algunas * Sparaxis # Babiana #
Oxalis, algunas * Anemone apennina, A. blanda, Tulipa
A. ranunculoides Bellevalia
Arisaema, algunas # (mayoría de Watsonia # Biarum
esps.) Zantedeschia, algunas # Bongardia chyrosogonum
Arum italicum Bulbocodium vernum
Oxalis
depressa Cardiocrinum P l a n t a s A r q u it e c t ó n ic a s Calochortus
Corydalis (algunas esps.) Colchicum (esps. pequeñas)
Eranthis Allium Christophii, Crocus
Erythronium A. giganteum Cyclamen, algunas *
Scilla, algunas * Canna * Fritillaria (mayoría de esps.)
Sternbergia tutea Fritillaria camschatcensis, Cardiocrinum giganteum
Triteleia F. cirrhosa, F. roylei Gagea, algunas *
Galanthus Crinum x powellii Galanthus
Tulipa (esps. enanas) Fritillaria imperialis Habranthus, algunas *
Ipheion uniflorurn Lilium (mayoría de esps. y cvs.)
Leucojum aestivum, L. vernum Hippeastrum, algunas * (esps.
P r o t e c c ió n d e u n M u r o Lilium (algunas esps.) enanas)
Bulbos que prefieren la protección J a r d in e s d e R oc a s Moraea huttonii
de un muro Litium Bulbos adecuados para plantar en
Agapanthus, algunas # (mayoría hansonii jardines de rocas Iris (esps. enanas)
de esps.) Albuca humilis # Leontice
Alstroemeria (salvo híbridos Ligtu) Allium (esps. enanas) Leucocoryne *
Amaryllis belladonna Anemone (algunas esps.) Leucojum (algunas esps.)
Anomatheca laxa Narcissus cyclamineus, Bellevalia (algunas esps.) Merendera
Belamcanda chinensis N. triandrus Brodiaea (esps. más pequeñas) Moraea, algunas # (algunas esps.)
Bloomeria crocea Nomocharis Bulbocodium vernum Muscari, algunas # (algunas esps.)
Eucomis Notholirion Colchicum (esps. pequeñas) Narcissus (esps. enanas)
Fritillaria persica Scilla bifolia Bulbocodium vernum Ornithogalum, algunas * (esps.
Gladiolus * (esp. no resistente) Trillium Colchicum (esps. pequeñas) enanas)
Gynandriris sisyrinchium Tulipa sylvestris Corydalis (algunas esps.) Oxalis, algunas # (algunas esps.)
Habranthus, algunas # Crocus Pancratium, algunas *
(algunas esps.) Cyclamen (esps. resistentes) Pinellia
Hippeastrum advenum F lores pa r a C o rta r Fritillaria (muchas esps.) Rhodohypoxis
Ixia # Agapanthus, algunas * Gagea, algunas # (algunas esps.) Romulea, algunas #
Lycoris squamigera Allium (algunas esps.) Ipheion Scilla, algunas *
Moraea spathulata Alstroemeria (esps. más altas y cvs) Iris (esps. enanas) Sternbergia
Nerine bowdenii Amaryllis belladonna Leucojum (algunas esps.) Tecophilaea
Scilla peruviana Anemone, Series De Caen Merendera Tulipa (esps. enanas)
Sparaxis * A., Series Muscari, algunas * (esps. no invasoras) Zephyranthes, algunas #
Sternbergia lutea, S. sicula Camassia Narcissus (esps. enanas e híbridos) Zigadenus
Tulbaghia, algunas # Clivia # Ornithogalum, algunas * (esps. enanas)
Watsonia # Crinum, algunas * Oxalis, algunas * (algunas esps.) C lave
Zephyranthes candida Crocosmia Puschkinia # No resistente
Tulipanes y narcisos
L
os tulipanes y narcisos son muy va­
lorados por las pinceladas auda­
ces de color que confieren al jardín
primavera. Cultive juntos en una orla
mixta, para alargar la estación de flo­
ración: algunos narcisos florecen muy
temprano, mientras que muchos tulipa­
nes duran hasta fines de primavera. Los
tulipanes son excelentes para macizos u
orlas, mientras que muchos narcisos son
especialmente adecuados para naturali­
zar entre hierbas. Las formas enanas son
ideales para jardines de roca, casas al­
pinas o contenedores.
T u l ip a n e s e n u n a O r l a P r im a v e r a l
Los tallos verticales fuertes y las pulidas copas de las flores de los tulipanes,
proporcionan altura y estructura, y vivos colores, a una orla primaveral.
Tipos de tulipanes
Los tulipanes comprenden una impresionante gama
de formas de flores, desde las copas individuales y
rectas de los de una sola flor hasta los pétalos frun­
cidos y retorcidos de los tulipanes papagayo y las
flores abiertas y dobles de las formas con llores tipo
peonías. Están disponibles en la mayoría de los co­
lores, salvo el azul, desde el blanco más puro hasta
el púrpura más profundo, con tonos de rojo, ama­
rillo y carmesí. Muchos de los tulipanes enanos tie­
nen hojas de dibujos atractivos.
D obles y P a pa g a y o
T. 'Peach Rlnssnin' T. ‘Kstella Rijnveld’
Doble, temprano Papagayo
Tulipanes
enEste género diverso y versátil está clasi­
ficado horticulturalmente en 15 divisio­
nes, basadas en las formas de las flores,
pero pueden agruparse convenientemen­
te por estación de floración y uso en el
jardín.
Tulipanes precoces
Los tempranos de una sola flor tienen
llores clásicas en forma de copa, algu­
nas con pétalos rayados, ruborosos u or­
lados. Los dobles tempranos tienen flo­
S e n c il l a s
Tulipa ‘Dawnglow’
Híbrido Darwin
E s p e c ie s E n a n a s
T. tarda
Especie enana
res duraderas abiertas en forma de bol, Muchos tienen follaje de dibujos atrac­
a menudo moteadas u orladas en colo­ tivos. Las especies enanas resultan idea­
res a tono. Tradicionalmente usados les para contenedores, macizos elevados
para cortar, en macizos formales o como y jardines de rocas.
festones de orlas, muchos también pue­ Tulipa sprengeri y T. sylvestris tole­
den cultivarse en tiestos en el interior. ran una sombra ligera y se naturalizan
En esquemas informales, sus contornos entre hierbas finas.
elegantes contrastan bien con plantas de­
cumbentes o extendidas. Cultivo y propagación
La mayoría prospera en suelos fértiles,
Tulipanes de media estación bien drenados y ricos en tierra negra, en
Este grupo comprende los Triumph, con el sol y protegidos y, en condiciones
sus flores sencillas y cónicas, y los hí­ ideales, algunos cultivares persisten año
bridos Darwin, de flores opulentas y co­ tras año. Pero es mejor considerar a la
lorido intenso, a menudo con una man­ mayoría como plantas anuales para ma­
cha satinada en la base y anteras oscuras cizos, retirando después de florecer o
y aterciopeladas. Ambos tipos son fuer­ descartando (si estuvieran enfermos) o
tes, robustos y notables por su resisten­ replantando hasta que marchiten. Raras
cia climática.
Tulipanes tardíos
Éstos presentan algunos de los colores
más vibrantes y las formas más intrin­
cadas. Incluyen los graciosos tipos de
flores estilo azucena, los extravagantes
y vividos tulipanes papagayo, Viridiflo-
ras teñidas de verde y Rcmbrandts plu­
mosos de rayas exuberantes. Los de flo­
res tipo peonías son adecuados para los
jardines rústicos. Todos resultan efecti­
vos cultivados informalmente entre ta­
pizantes verde oscuro o gris o en esque­
mas de macizos formales.
Especies enanas e híbridos
Los híbridos compactos Kaufmanniana
producen sus flores de colores brillan­
tes muy a principios de primavera, mien­ C u l t iv o e n C o n t e n e d o r e s
tras que los algo más altos Fosteriana Los tulipanes «West Point»
y Greigii florecen un poco más larde. despliegan aquí sus vistosas flores.
T. ‘Queen of Nighl’ T. ‘Spring Green’
Sencilla, tardía Viridi flora
e H íb r id o s
T. ‘Dreamhoal’ T. ‘Giuseppe Verdi’ T. ‘Greuze’
Híbrido Greigii Híbrido Kaufmanniana Sencilla, tardía

P r o l o n g a c ió n d e l a E s t a c ió n d e
F l o r e c im ie n t o
Tulipanes y narcisos juntos ofrecen
color continuado de primavera a
verano.
veces florecen bien el segundo año, pero
replantados en otoño, podrían volver a
alcanzar el tamaño de floración después
de dos años.
Los tulipanes enanos generalmente
prefieren suelos abiertos y gredosos y
pleno sol; sólo retire y vuelva a plantar
si se apiñan. Propague por medio de
acodos (véase p. 237) o, en el caso de
las especies, por semillas (véase p. 238).
Los tulipanes son propensos al fuego de
Tipos de narcisos
Los narcisos proporcionan una gran variedad de as­
pectos y formas, desde los híbridos pequeños y ex­
quisitos de Cydamineus, con sus pétalos inclinados
hacia atrás, hasta los altos narcisos trompones y las
formas dobles más vistosas. Los desarrollos moder­
nos comprenden los tipos corola partida y collarc-
te. Además de las flores amarillo brillante caracte­
rísticas, los cultivares comprenden los de flores
pálidas amarillo cremoso o de brillantes pétalos blan­
cos y copas naranja ardiente.
S en cillos
u
N. ‘Passionale’ N. ‘Fortune’
Copa grande Copa grande
tulipanes (véase p. 553) y otros proble­
mas de los bulbos (véase p. 236).
Narcisos
Cultivados por sus alegres flores de pri­
mavera, los narcisos (Narcissus) están » ¡ ¡ ¡ p - . '. •
entre los bulbos de cultivo más fácil y
satisfactorio. Horticulturalmente se di­
viden en 12 grupos, basados en la for­
ma de las flores.
Narcisos en contenedores
La mayoría puede cultivarse en tiestos,
si éstos son bastante profundos para cu­
brir el bulbo una vez y media su propio
largo. Los Tazzetas, con ramilletes de
hasta 12 flores perfumadas, se cultivan
bajo cristal o en tiestos, para florecer de
final de otoño a principios de primave­
ra. Los híbridos fragantes de los junqui­
llos también son útiles como plantas en
contenedores para la decoración interior.
Las especies pequeñas, como N. canta-
bricus y N. romieuxii, florecen a princi­
pios de año en una casa alpina.
Narcisos en el jardín A c l im a t a c ió n d i : N a r c is o s k n t r e H ie r b a s
Útiles para macizos formales de prima­ En un jardín informal o silvestre se pueden cultivar narcisos entre la hierba,
vera y para ofrecer interés temprano en llevando color a un rincón oscuro o al suelo debajo de un árbol.
orlas mixtas, los narcisos están entre los
más fiables para naturalizar: rara vez diciones bien drenadas, húmedas y lige­ nera después de plantar y lleve a un in­
hace falta retirarlos de orlas o entre hier­ ramente alcalinas. Prosperan al sol o en vernadero frío 12-16 semanas más tar­
bas. Aún las especies diminutas, como sombra ligera y moteada. Plante los bul­ de. Una vez formados los pimpollos, el
N. cydamineus y N. minor, prospera­ bos a 12-15 cm de profundidad a fines florecimiento puede adelantarse elevan­
rán en turba fina. Los enanos resultan de verano o a principios de otoño. Cuan­ do la temperatura con suavidad, pero no
ideales para los jardines de rocas y ma­ do los bulbos han sido naturalizados en­ por encima de los 13° C.
cizos en relieve algunas, como N. ro­ tre hierbas, no corte el follaje viejo hasta Propague por acodos (véase p. 237)
mieuxii, N. ‘Téte-á-téte’ y N. ‘February cuatro o seis semanas después de flore­ o por astillado (véase p. 241); también
Gold’, florecen a principios de año. cidos. Los bulbos en tiestos deben cul­ puede cultivar híbridos y especies nue­
tivarse en condiciones frescas, con mu­ vas a partir de semillas (véase p. 238).
Cultivo y progagación cho aire fresco. Las temperaturas Los narcisos pueden verse afectados por
Los narcisos se desarrollan en casi cual­ superiores a los 7°-10° C abortarán las angilulas de narciso (p. 567) y moscas
quier tipo de suelo, pero prefieren con­ flores. Coloque los tiestos en una cajo­ de bulbos (p. 567).
E s p e c ie s E n a n a s e H íb r id o s
Narcissus triandrus N. Romieuxii N. ‘Jumblie’ N. ‘Pride of Cornwall’
Especies enanas Especies enanas Híbrido cydamineus Tazclla
D o b les
N. ‘Ambcrgate’ N. ‘Irene Copeland’ N. 'Tahiti'
Copa grande Doble Doble
Dalias
dalias florecen desde mediados neral cultivadas anualmente a partir de el tamaño de las flores: miniatura me­ P l a n t a c ió n T ubérculos
L
as de
de verano hasta las primeras hela­ semillas (véase A n u a i .e s y B ie n a l e s , nos de 15 mm; pequeñas 115-70 mm;
das, proporcionando colores brillantes«Sembrado en tiestos o bandejas», p. medianas 170-220 mm; grandes 220-260
en el jardín durante varios meses. Son182), son adecuadas para plantar en mm y gigantes, de más de 260 mm.
plantas no resistentes a las heladas. Se contenedores. Los capítulos de las da­
pueden cultivar en varios tipos de sue­ lias tiene una diversidad de pétalos en
los, siempre, que sean fértiles y bien dre­ una amplia gama de colores, desde el Cultivo
nados, y son excelentes plantas de orlas. blanco al amarillo brillante, pasando
Si las cultiva para exhibir o como flo­ por rosas y rojos hasta el púrpura. Las dalias prosperan en suelos bien dre­
res para cortar, es mejor plantarlas en Las dalias se clasifican según el tama­ nados y fértiles, con un pH de 7. Pre­
hileras en macizos especialmente prepa­ ño y forma de los capítulos. Los deco­ pare el suelo a principios de año. Nece­
rados. Las enanas para macizos, en ge­ rativos y tipo cactus se subdividen por sitan mucho alimento: cave y mezcle un
revestido rico en estiércol o abono para
jardines; después agregue polvo de hue­
sos a razón de 125 g por m2, dejando Clave una estaca de 1 m en un
T ipo s de F lo r es de D alias el macizo con un cavado grueso para agujero de plantado. Coloque tierra
que las heladas puedan romper el suelo. alrededor del tubérculo de manera
que la base de los vastagos nuevos
Dónde y cuándo plantar esté a 2,5 cm bajo tierra.
Las dalias pueden plantarse como plan­
tas cultivadas en tiestos, como tubércu­
los inactivos o como esquejes arraiga­ base del tallo. Riegue a fondo. Las plan­
dos de tubérculos. Las plantas con hojas tas producirán un tubérculo a fines de
son preferibles a los tubérculos, ya que otoño; éste puede retirarse y guardarse
en general son más vigorosas. Los tu­ para replantar en primavera.
S e n c il l a A ném ona C ollarette bérculos inactivos pueden plantarse di­
D. ‘Yellow Hammer’ D. ‘Comet’ D. ‘Eastcr Sunday’ rectamente, unas seis semanas antes de Plantación de tubérculos
Capítulos de 8-10 Capítulos Un único disco amarillo las últimas heladas; las que tienen ho­ Los tubérculos inactivos pueden plan­
f/ósculos anchos completamente dobles de estambres en el jas no deben plantarse hasta que las he­ tarse directamente en la orla antes de las
rodeando un disco con uno o más anillos centro, con un collar de ladas hayan pasado.
central abierto. de flósculos aplanados flósculos pequeños entre últimas heladas. El suelo se prepara
en forma de rayo, los estambres y los Elija un emplazamiento abierto y pro­ como para las cultivadas en tiestos. Pre­
rodeando flósculos más flósculos exteriores más tegido, que no esté sombreado. Inmedia­ pare un agujero de plantado de 22 cm
cortos y tubulares. grandes. tamente antes de plantar, revista con de ancho y 15 cm de profundidad, co­
sangre, pescado y hueso a razón de 125 loque el tubérculo en el agujero y cubra.
g por m2, bien mezclado con el suelo. Marque la ubicación del tubérculo con
Sujete las plantas jóvenes a estacas para una caña partida etiquetada, colocada
sostenerlas mientras se desarrollan. al lado: indicará la posición exacta del
tubérculo al introducir la estaca de sos­
Plantación de dalias cultivadas en tiestos tén. Tarda unas seis semanas en produ­
Al plantarlas, debe colocar cañas a las cir un vástago sobre la superficie del
distancias adecuadas. Para las que mi­ suelo.
den 120-150 cm de altura hay que dejar
A zucena de A gua D e c o r a t iv a Bola 60-90 cm de distancia entre cada una, Plantación de esquejes arraigados
D. ‘Vicky Crulchl'ield’ D. ‘Frank Hornsey’ D. ‘Wootton Cupid’ y las que miden 90-120 cm a 60 cm de Los tubérculos establecidos pueden se­
Como indica su Completamente doble. Capítulos redondeados distancia. Riegue dentro de sus tiestos guir cultivándose en el invernadero o ca­
nombre, estos capítulos Los flósculos tienen con flósculos en espiral. y deje drenar. Plante con cuidado, evi­ jonera para proporcionar esquejes (véase
parecen lirios de agua y pétalos dobles, abiertos en Los pétalos están tando tocar el cepellón, y afirme con «Propagación», p. 227). Píame los es­
tienen flósculos anchos los extremos, encurvados enrollados hasta la suavidad, dejando un ligero hueco en la quejes arraigados en el exterior, después
y planos. a todo lo largo, planos y mitad. de pasado el peligro de heladas. Al de­
ligeramente torcidos.
S e l e c c ió n de P lantas sarrollarse, riegue las plantas modera­
damente; para retener humedad, aplique
«mulch» de estiércol o abono bien des­
compuesto, cuando las plantas alcancen
los 30-38 cm de altura. No aplique de­
masiado «mulch» cerca de la base, ya
que podría estimular la descomposición
de los tallos.
En caso de utilizar hierba cortada
convertida en compost, asegúrese de que
no haya sido tratada previamente con al­
P om pó n C actus S e m i -C a c t u s guna clase de herbicida selectivo.
D. 'Small World’ IX ‘Majeslic Kerkradc’ D. ‘S o D a in ty ’
Similar a las dalias bola Completamente doble, Completamente doble. «Despuntado» y «desbrotado»
pero mucho más de pétalos estrechos y Los flósculos en rayos Cuando las dalias hayan alcanzado los
pequeña, con un puntiagudos, recurvados tienen pétalos 38 cm de altura, detenga las plantas, eli­
diámetro máximo de 52 o encanillados, o rectos puntiagudos, rectos o
mm y más globular; los o encurvados. encurvados, de bases minando los extremos de desarrollo para
pétalos están enrollados anchas y recurvados. A l plantar una dalia cultivada en estimular laterales. Introduzca dos ca­
en toda su extensión. tiesto o un esqueje arraigado en el ñas más para hacer un soporte triangu­
exterior, elija plantas jóvenes con un lar y sujete los vástagos cada 15 centí­
sistema de raíces robusto y follaje sano. metros.

« D e t e n c ió n »
Cuando la planta mida
alrededor de 38 cm, elimine
el vastago central para
estimular el desarrollo de laterales.
Cuando la planta tenga
6-8 laterales, elimine los dos
pimpollos superiores. Sujete los
tallos a estacas.
El número de vástagos que se permi­
te desarrollar debe depender del tama­
ño de las flores deseado. Para obtener
flores gigantes o grandes, deje 4-6 vás­
tagos por planta; para las medianas y
pequeñas deje 7-10.
Para producir flores de alta calidad,
elimine la pareja de pimpollos que se
forma en las axilas de la hoja, detrás del
pimpollo terminal.
Elimine al menos dos pares de dichos
brotes laterales (de ala); cuando se tra­
ta de flores gigantes, conviene eliminar
tres pares de brotes.
E l im in a c ió n de B rotes
Elimine los brotes laterales (de ala)
que crecen debajo del brote terminal
de cada planta joven, de manera que
el pimpollo que quede se convierta
en una flor más grande.
Alimentación veraniega
Entre cuatro y seis semanas después de
plantar, alimente con fertilizante rico en
nitrógeno y potasa, o en forma de gra­
nulos o por aplicaciones semanales de
fertilizante líquido, como alimento ra­
dical o foliar.
Al desarrollarse los pimpollos, una
cantidad suplementaria de potasa en el
fertilizante produce tallos fuertes y buen
color de flores, especialmente para los
rosas y los lilas, muy importante en el
cultivo para exhibiciones.
El desarrollo del tubérculo a fines de
verano y principios de otoño se estimu­
la acortando la duración del día. Duran­
te este período, proporcione una aplica­
ción dividida de sulfato de potasa y
superfosfatos, según indique el fabrican­
te. Evite el contacto con tallos y hojas,
ya que puede causar el abrasado.
Plagas y enfermedades
Las dalias se ven afectadas especialmen­
te por pulgones (p. 550), thrips (p. 551),
ácaros de araña roja (p. 550) y tijeretas
(p. 548). Éstos se pueden controlar ro­
ciando con regularidad.
Retire y queme las plantas infestadas
por virus.
Retirado y almacenado
de tubérculos
Cuando el follaje haya enegrecido por
las primeras heladas de otoño, recorte
los tallos, dejando 15 cm. Levante y lim­
pie la tierra de los tubérculos, recorte las
raíces finas y trate con fungicida. Co­
loque cabeza abajo durante algunas se­
manas, para asegurar que no quede hu­
medad en los tallos y hojas.
Etiquete y empaquete en cajas de ma­
dera con vermiculita, fibra de corteza de
coco o similar. Almacene en sitio seco,
fresco y a prueba de heladas. Examine
regularmente durante el invierno; si se
desarrollase moho o se pudrieran, recor­
te con un cuchillo limpio y afilado y es­
polvoree las superficies de corte con
azufre.
CÓMO PROPAGAR ESQUEJES BASALES
A finales de invierno, fuerce
los tubérculos de! invernadero.
Tome esquejes cuando los vástagos
jóvenes tengan 2 o 3 pares de hojas
cada uno.
R e t ir a d o y A lm acenado
Corte los tallos a 15 cm del
nivel del suelo. Afloje el suelo
y retire los tubérculos. Elimine el
exceso de tierra.
3 seCuando los tallos
hayan secado,
coloque en un sitio
fresco y libre de
heladas y cubra con
una capa de astillas
de corteza.
Manténgalos secos
hasta la primavera.
Propagación
Divida los tubérculos establecidos en
primavera. Primero provoque el desarro­
llo en un invernadero o cajonera. Intro­
duzca con suavidad en una bandeja con
tierra, rocíe con agua y conserve tibio
y húmedo. Al desarrollarse los vástagos,
divida el tubérculo en trozos con un cu­
chillo afilado, asegurando que cada tro­
zo tenga al menos un vástago. Coloque
cada uno en un tiesto con tierra.
También puede forzar los tubérculos
a fines de invierno a 15°-18° C. Cuan­
do los vástagos midan 7,5 cm, tome es­
quejes de base, corte en un nodulo, y
arraigue en un propagador con calor ba-
Retire cada vástago con un
cuchillo, junto a un trozo
delgado o estaca, del tubérculo
madre. Elimine las hojas de la base
de cada esqueje.
2
Almacene los tubérculos cabeza
abajo durante unas 3 semanas
en un sitio libre de heladas para
que los tallos sequen por completo.
sal. Siga cultivando bajo cristal y tem­
ple antes de plantar en el exterior.
Exposición de dalias
Corte las flores con un cuchillo afilado
por la mañana o al atardecer, aseguran­
do que el largo del tallo sea proporci-
nado a la flor.
Al ir a ser expuestas, las flores deben
estar siempre bien desarrolladas y con
pétalos sin daños. Lea el programa y
presente el número correcto de tallos, en
un florero, con las llores mirando ha­
cia fuera.
Introduzca los esquejes en un
3Coloque
tiesto con tierra húmeda.
en propagador o saco de
plástico para que arraiguen. Después
individualmente en tiestos.
Preparación del suelo y plantación
mayoría de las bulbosas tienen C ó m o E l e g ir
L
a
largos períodos inactivos bajo tie­ E je m p l a r e s B u e n o s
rra después de florecer y no requieren
demasiada atención durante buena parte
del año. Sin embargo, las etapas inicia­ T u l ip á n
les, elegir buen material, preparar el sue­
lo y plantar los bulbos correctamente,
contribuyen significativamente al éxito
a largo plazo del cultivo de bulbos.
Adquisición de bulbos
Existe una variedad considerable en la
calidad y el tamaño de los bulbos dis­
ponibles comercialmente, de manera que
examinic con cuidado antes de comprar­
los. Se venden distintos tipos en diferen­
tes épocas del año; compre siempre
cuando sean lo más frescos posible. Se­
leccione aquellos adecuados al empla­
zamiento de plantación: la mayoría pre­
fiere el sol, algunos la sombra y otros
se naturalizarán entre la hierba.
Conservación
La conservación de bulbos en la natu­
raleza es de suma importancia y existen
reglas estrictas que gobiernan la impor­
tación. En la medida de lo posible, con­
trole que la existencia de bulbos en venta
en viveros y centros de jardinería han
sido obtenidos a partir de bulbos culti­
vados, en lugar de existencias silvestres.
Bulbos secos
La mayoría de los bulbos se venden se­
cos durante el período inactivo. Com­
pre lo antes posible, antes de que co­
miencen a crecer; la mayoría de los
narcisos produce raíces a fines de vera­
T allos B u lbosos T u bércu lo s Sanos
y
A n e m o n e R a n u n c u l o id e s
Tubérculos
firm es y gordos
E r y t h r o n iu m
OREGONUM
I r is A u c h e r i
(G r u p o J u n o )
Tubérculos
Raíces de almacenamiento firm es y gordos
carnosas e intactas
B ulbos
J a c in t o
Indicios
de enfermedad
no y la mayoría de los que florecen en
primavera comenzarán a crecer a prin­
cipios de otoño. Los crocos de floración
otoñal y las especies e híbridos de Col­
chicum se benefician especialmente de
una plantación temprana: los viveros es­
pecializados los venden a mediados de
verano.
Es mejor comprar y plantar los que
florecen en otoño a fines de verano. Si
se los conserva secos durante demasia­
do tiempo, los bulbos tienden a deterio­
rarse; tendrán un período de desarrollo
más corto y tardarán en recuperarse y
florecer de manera satisfactoria; mejor
compre y plante apenas estén disponi­
bles. Algunos bulbos secos, en general
los que se desarrollan en verano, como
C yclam en
Raíces bien
desarrolladas
Sustituto
de turba
o envoltura
de turba
húmedas
N a r c is o
( d e u n a n a r iz )
Galtonia, los gladiolos y Tigridia están
a la venta en primavera.
Al comprarlos, asegúrese de que sean
sanos y firmes, con puntos de desarro­
llo fuertes y ninguna zona blanda o en­
ferma, ni indicios de daño por insectos.
Los bulbos mucho más pequeños que el
promedio de su tipo y los acodos de bul­
bo no producirán flores la primera es­
tación.
Los lirios Juno son poco comunes al
contar con raíces permanentes de alma­
cenamiento debajo del bulbo; si están
rotas, no los compre, ya que no se de­
sarrollarán satisfactoriamente. Los tu­
lipanes deben tener la piel intacta, de
otro modo serían vulnerables a las en­
fermedades.
Campanillas de invierno
«verdes»
Raíces
vigorosas
Compre campanillas de invierno
«verdes» (es decir, con hojas) des­
pués de florecidas (justo cuando las
hojas comienzan a amarillear por
las puntas). Los bulbos secos, aun­
que más baratos, a menudo no se
establecen bien. Los viveros espe­
ciales tienen campanillas verdes,
sujetadas o empaquetadas en cor­
teza húmeda o material similar.
N a r c is o
( n a r iz d o b l e )
Bulbos húmedos
Aunque la mayoría de bulbos pueden al­
macenarse secos, algunos se conservan
mejor en corteza un poco húmeda, sus­
tituto de turba o materiales similares.
Esto se aplica en especial a algunas es­
pecies amantes de la sombra, como Ery-
thronium, Anemone nemorosa y 7b-
llium, que normalmente crecen en zonas
boscosas húmedas.
Al comprar tubérculos de ciclamen,
busque los de raíces fibrosas conserva­
dos en corteza húmeda o que están
arraigando en tiestos. Los que tienen raí­
ces sanas se establecen con mucho más
facilidad que los tubérculos secos y, aun­
que son más caros, son una compra más
ventajosa.
Bulbos cultivados en tiestos
A menudo, se venden tiestos con bul­
bos en desarrollo, y frecuentemente flo­
recidos, en los viveros y centros de jar­
dinería. En general, son bulbos que no
fueron vendidos durante la inactividad
y que han sido colocados en tiestos. Se
desarrollan satisfactoriamente y se los
puede plantar enseguida, sin tocar las
raíces. También puede conservarlos en
tiestos hasta que florezcan y luego plan­
tarlos como bulbos secos después que
se hayan marchitado. Son más caros, sin
embargo, que los secos.
Influencia de los distintos
tipos de suelos
Los bulbos crecen en una gama de sue­
los, hábitats y climas en todo el mun­
do; las condiciones en las que aparecen
en la naturaleza indican sus necesidades
de cultivo. La mayoría de los resisten­
tes provienen de climas tipo mediterrá­
neo y prosperan en un emplazamiento
cálido y soleado, en suelos bien drena­
dos que se calientan rápidamente en pri-
mavera y se secan en verano. Algunas
especies toleran suelos pesados que es­
tán húmedos durante el período de de­
sarrollo, a condición de que en verano
se sequen por completo. Si el suelo es
moderadamente fértil y rico en tierra ne­
gra, muchos bulbos se multiplican año
tras año por semillas o vegetativamen­
te. La mayoría prefiere suelos casi neu­
tros o ligeramente alcalinos.
Un buen drerraje resulta vital, ya que
la mayoría de los bulbos son propensos
a pudrirse, mientras están inactivos, si
el suelo está mojado y mal ventilado. Al­
gunos surgen en la naturaleza, en hábi­
con éxito en suelos de drenaje muy es­
caso, primero debe instalar un sistema P lantado de B u lbo s en el E x t e r io r
de drenaje. Necesitará incorporar arena
gruesa o grava a razón de 1 o 1 y medio
cubos por m2 en todo el área de plan­
tado para que haya una diferencia sig­
nificativa.
La estructura del suelo también me­
jora —y por ende el drenado— a través
de la incorporación de materia orgáni­
ca bien descompuesta. Para más infor­
mación, véase «Estructura del suelo y
contenido de agua», p. 526.
Zonas umbrías

tats ribereños o pantanosos, y prosperan
en suelos húmedos o permanentemente
mojados que no se resecan en verano.
Suelos ligeros
Los suelos ligeros o arenosos se calien­
tan generalmente con rapidez en prima­
vera y proporcionan el buen drenaje que
requiere la mayoría de los bulbos, aun­
que a menudo son deficientes en nu­
trientes y tierra negra. Cave e incorpo­
re buenas cantidades de tierra de jardín
o estiércol bien descompuesto y, a prin­
cipios de primavera, revista con fertili­
zante equilibrado, aplicado en la propor­
ción recomendada por el fabricante.
Simpere agregue estiércol en menores
cantidades para bulbos plantados para
evitar enfermedades o daños químicos.
Si utiliza estiércol fresco, incorpórelo al
menos tres meses antes de plantar. Los
suelos más fértiles y arenosos se bene­
fician de la incorporación de materia or­
gánica, pero el revestido con fertilizan­
te es innecesario durante el primer año.
En jardines de roca, incorpore grava
gruesa, mezclada con un tercio al me­
nos de los 30 cm de la superficie para
obtener el drenaje suplementario que re­
quieren la mayoría de bulbos enanos.
Sucios pesados
Los suelos de arcilla pesados requieren
generalmente mucho trabajo para me­
jorar el drenado; para cultivar bulbos
P r o f u n d id a d d e
P l a n t a c ió n C o r r e c t a
O pala. También pueden ser plantados in­
La profundidad del plantado
depende del tamaño del bulbo.
Plántelo a una profundidad
2-3 veces mayor que su
longitud.
Los bulbos amantes de la sombra cre­
cen espontáneamente en hábitats bosco­
sos, pero también en cualquier sitio um­
brío, a condición de que el suelo esté
correctamente preparado: debe ser rico
en nutrientes y humus, y retener asimis­
mo la humedad.
Antes de plantar, incorpore bastante
moho de hojas u otro material orgáni­
co, como estiércol bien descompuesto o
tierra para jardines.
Los bulbos «boscosos» amantes del
ácido prosperan en los jardines de tur­
ba, donde por lo menos la mitad del sue­
lo está compuesta de moho de hojas,
sustituto de turba o turba.
Momento para plantar
Los bulbos secos deben plantarse lo an­
tes posible después de adquiridos. Si han
estado almacenados a lo largo del invier­
no (véase «Retirado, secado y almace­
nado», p. 235), plante al final del pe­
ríodo inactivo, antes de que comiencen
a desarrollarse.
Los cultivados en tiestos pueden plan­
tarse después de ser adquiridos durante
toda la estación de desarrollo, o conser­
vados en sus tiestos hasta que marchi­
ten y plantados seguidamente al igual
que los secos. Plante los de floración ve­
raniega —incluyendo los que florecen a
finales de verano— a cubierto, y los ver­
des entre principios y mediados de pri­
mavera.
Plantación exterior
Es mejor plantar varios bulbos en un
mismo agujero grande, cavado con una
dividualmente. No haga un contorno de
la plantación —ni un espaciado— simé­
trico, ya que presentaría un aspecto poco
natural y, si uno o dos bulbos fallasen,
dejarían huecos desagradables.
En un jardín de rocas, retire todo el
revestimiento antes de plantar bulbos y
vuelva a colocarlo después.
Profundidad de plantación y espaciado
Plante los bulbos a una profundidad dos
o tres veces mayor que su longitud (a
más profundidad en suelos livianos que
en pesados) y a dos o tres anchos de dis­
tancia entre cada uno. Retire tierra has­
2
Cave un agujero grande y plante
los bulbos (aquí, tulipanes)
con los extremos de desarrollo
hacia arriba, separados por al
menos dos veces su ancho y largo.
^ Apisone el suelo plantado
con la parte de atrás de un
rastrillo. Evite pisar la superficie
del suelo, ya que podría dañar los
extremos de desarrollo.
ta la profundidad correcta, incorpore un
poco de polvo de huesos con una horca
e introduzca los bulbos.
Ocasionalmente, resulta difícil iden­
tificar la «parle superior» de un bulbo,
especialmente en el caso de los tubércu­
los de ciclamen, que no tienen raíces. La
parte superior es, generalmente, más
plana que la inferior, o a veces es cón­
cava. Los tubérculos de Corydalis pue­
den ser casi redondos, pero normalmen­
te hay algún indicio del desarrollo de los
vástagos en la parle superior. Si resul­
tara imposible asegurarse, plante el bul­
bo de lado.
Vuelva a llenar, desmenuzando cual­
quier terrón. Afirme con suavidad, para
no dejar bolsas de aire alrededor de los
bulbos.
Bulbos verdes
Si transfiere bulbos de otro jardín, po­
dría ser necesario plantarlos verdes si el
espacio fuese limitado y los bulbos se
retiran todos los años para dejar espa­
cio para otras plantas, o si planta cam­
panillas de invierno que hayan sido ad­
quiridas verdes.
Use una paleta o una espátula para
hacer agujeros espaciados aleatoriamen­
Espacie los bulbos al azar;
una vez estén en posición,
cubra con tierra a mano
suavemente, para evitar moverlos
o dañarlos.
B u lbo s P l a n t a d o s
I n d iv id u a l m e n t e
Plante cada uno en agujeros
separados a la profundidad
adecuada. Retire la tierra
preparada con una paleta y
después afirme con suavidad.
te, lo bastante anchos como para exten­
der las raíces, y plante cada bulbo indi­
vidualmente, al mismo nivel que antes.
Este nivel está indicado por el cambio
de color entre el desarrollo superior ver­
de y las bases cloróticas de hojas verde
amarillentas que estaban bajo tierra.
Después de plantar, riegue concienzu­
damente.
P lantar en Verde
Plante el bulbo (aquí una campanilla
de invierno) en un agujero ancho y
profundo para extender las raíces a
la misma profundidad anterior.
Cubra con tierra y afirme.
 C óm o P l a n t a r u n C ic l a m e n de R a íc e s D e sa r r o l l a d a s
Elija un suelo
rico en moho de
hojas y tierra negra,
o prepárelo con
materia orgánica por
debajo de la
profundidad del
agujero para plantar
para estimular el
crecimiento de las
raíces. Deje asentar
uno o dos días y
haga un agujero
profundo para
plantar el tubérculo
con las raíces Plante el tubérculo de manera ^ Afirme el suelo alrededor
extendidas por que su superficie superior esté del tubérculo con los dedos,
debajo. visible justo a ras de suelo. Rellene con el punto de desarrollo apenas
con tierra alrededor de las raíces, expuesto. Cubra ligeramente
cuidando de no dañarlas. con un «mulch» suelto.

Bulbos cultivados en tiestos
Los bulbos adquiridos como plantas cul­
tivadas en tiestos pueden plantarse como
los secos después de que se hayan mar­
chitado. Al plantar, haga un agujero lo
bastante grande como para alojar el ties­
to entero a fin de poder plantar el con­
tenido intacto.
P l a n t a r B u lbo s G r a n d e s
i Limpie los
bulbos (aquí,
narcisos) eliminando
cubiertas exteriores
flojas y raíces viejas.
Desparrame los
bulbos al azar sobre
la zona de plantación
y asegúrese de que
estén separados por
al menos su propio
ancho.
Coloque una pizca de polvo
de huesos, mezclada con un
poco de tierra de la cuña, dentro
de cada agujero e introduzca un
bulbo, comprobando que el extremo
de desarrollo esté hacia arriba.
Si los bulbos quedan apiñados en el
tiesto, extraiga las raíces de la base an­
tes de plantar para estimular la penetra­
ción en el suelo. Si crecen en tierra con
basa de turba, conserve a cubierto du­
rante el invierno. De otro modo, la tur­
ba actúa como una esponja y los bul­
bos inactivos se pudren dentro de la
tierra.
entre H ie r b a s
4fin deDesmenuce la parte inferior de
la cuña por encima del bulbo, a
cubrirlo completamente con
tierra suelta. Después vuelva a
colocar el resto de la cuña encima
del bulbo.
Plantar tubérculos
y tallos bulbosos durante
el desarrollo de raíces
Es mejor plantar cierto número de es­
pecies «boscosas», como los ciclámenes,
cuando crecen sus raíces en lugar de ha­
cerlo cuando son bulbos secos, ya que
Haga un agujero individual
para cada bulbo para retirar
un círculo de césped y una cuña
de tierra de unos 10-15 cm de
profundidad.
Vuelva a colocar la tapa de
césped y afirme con suavidad,
cuidando de no dañar el extremo
de desarrollo. Rellene huecos con
más tierra.
se establecerán más rápidamente. Tam­
bién es más probable que florezcan du­
rante la primera estación después de ser
plantados; los tallos bulbosos secos o los
tubérculos son mucho menos confiables
al respecto. Plantando en esta etapa del
desarrollo también elimina el problema
de diferenciar entre la parte superior y
la inferior de los tallos bulbosos o tu­
bérculos. Incorpore bastante moho de
hojas o materia orgánica al suelo antes
de plantar para crear las condiciones hú­
medas y ricas en tierra negra que requie­
ren los bulbos «boscosos»; de otro
modo, no prosperarán.
Profundidad de plantación y espaciado
Calcule el espaciado y la profundidad
de plantación para tallos bulbosos y tu­
bérculos del mismo modo que para bul­
bos secos (véase «Plantación exterior»
y Profundidad de plantación y espacia­
do, p. 229), pero deje espacio adicional
para las raíces.
Los ciclámenes son poco comunes, ya
que crecen silvestres cerca de la super­
ficie del suelo, de modo que no plante
los tubérculos a demasiada profundi­
dad, o podrían no florecer. Asegúrese
que sus extremos estén al mismo nivel
que el suelo circundante. Pueden plan­
tarse más estrechamente, pero deje un
espacio de al menos su propio ancho.
Plantación
Plante los tallos bulbosos o tubérculos
individualmente o agrupados. Es impor­
tante que el agujero sea lo bastante an­
cho y profundo como para albergar las
raíces. Extiéndalos dentro del agujero,
ya que esto ayuda a que la planta se es­
tablezca con mayor rapidez. Rellene y
afirme bien para evitar las bolsas de aire.
Los extremos de los tubérculos de ci-
clamcn pueden dejarse expuestos o, si
lo prefiere, ligeramente cubiertos por un
«mulch» flojo. Use moho de hojas o, si
el macizo ya está revestido, gravilla
gruesa.
 P l a n t a r B u lbo s P e q u e ñ o s
Con una pala o un tiracantos
curvo, corte una «H» en el
césped. Corte hasta el fondo para
asegurar que penetra el suelo por
debajo.
Presione los bulbos (aquí,
crocos) dentro de la tierra
suavemente y no dañe los puntos
de desarrollo. Espacíe al azar al
menos a 2,5 cm de distancia.
P l a n t a r B u lb o s P e q u e ñ o s
Clave una horca dentro del
césped hasta la profundidad
adecuada e incline hacia uno y
otro lado. Repita en el resto de
la zona de plantado.
Aclimatación entre
hierbas
Para aclimatar bulbos entre la hierba,
primero corte ésta lo más corta posible.
Una plantación casual tiene un aspecto
más natural que uno regulado o formal;
esparza los bulbos a mano por encima
de la zona elegida y plante donde cai­
gan, asegurándose que estén a una dis­
entre H ie r b a
Corte por debajo del césped y
doble las solapas, exponiendo
el suelo desnudo debajo. Cuide de
no romper o resquebrajar el césped.
Rasque la parte inferior del
césped con una horca pequeña
para aflojar la tierra a fin de que
los bulbos puedan penetrarla con
facilidad.
con una H orca
Mezcle bien un poco de polvo
de huesos con tierra de jardín.
Deje caer un poco de esta mezcla
en el fondo de cada agujero con
una espátula o cucharita.
tancia de al menos su propio ancho.
Cave agujeros con una paleta o use un
plantador de bulbos; este instrumento
útil extrae cuñas de tierra hasta una pro­
fundidad de 10-15 cm y es muy adecua­
do para los bulbos mayores.
Controle que todos los agujeros ten­
gan una profundidad correcta y que los
bulbos estén colocados en la dirección
correspondiente antes de introducir y
volver a colocar el tepe.
A c l im a t a c ió n e n t r e
H ie r b a s
A llium moly
Anemone apennina,
A. blanda (mayoría cvs.)
Camassia
Chionodoxa forbesii
Colchicum autumnale,
C. speciosum
Crocus
pulchellus
Con una horca pequeña, \j Jé
afloje el suelo hasta al menos
7 cm de profundidad, mezclando Crocus biftorus, s\ / /
con un poco de polvo de huesos C. chrysanthus,
a razón de 15 g/m 2. C., Híbridos Duich,
C. flavus, C. nudiftorus,
C. ochroleucus,
C. pulchellus, C. speciosus,
C. tommasinianus
Dactylorrhiza fucltsii,
D. macúlala
Eranthis hyemalis
Erylhronum dens-canis,
E. revolutum,
E. ‘White Beauty’
Fritillaria meleagris,
F. pyrenaica
Galanlhus caucasicus,
Vuelva las solapas de G. etwesii, G. nivalis
césped a su posición; no Gladiolus communis subesp.
desplace los bulbos ni dañe el byzantinus
césped. Afirme a lo largo de las Hyacinthoides hispánico
uniones. Leucojum aeslivum,
L. vernum
Muscari, algunas *
Narcissus
‘Fortune’
Narcissus (algunas esps. enanas
y la mayoría de las grandes)
N. bulbocodium,
N. cyclamineus, N. nanus,
N. obvallaris, N. poeticus,
N. pseudonarcissus,
N. pumilus, N. triandrus
Ornithogatum nulans
Coloque un solo bulbo en Puschkinia scilloides
cada agujero, con la punta Scilla bifolia, S. siberica
de desarrollo hacia arriba, Tulipa sprengeri
enterrado a dos veces su propio
largo. Cubra con tierra. C lave
No resistente
Plantar grupos grandes de bulbos librado o polvo de huesos. Coloque los
bulbos de manera aleatoria a no menos
entre la hierba
Es más fácil y lleva menos tiempo plan­ de su ancho de distancia. Vuelva a co­
tar muchos bulbos pequeños, como los locar el césped y afirme a mano o pre­
crocos, levantando una sección de cés­ sionando ligeramente con la parte pos­
ped y plantando un grupo de bulbos en terior de un rastrillo.
ia tierra, debajo de éste, en lugar de ha­ También puede utilizar una horca de
cerlo individualmente. Afloje el suelo púas gruesas, practicando una serie de
debajo del césped, ya que podría estar agujeros, e incline ésta de un lado a otro
compactado; con una horca pequeña, para ensanchar los agujeros, de mane­
incorpore un poco de fertilizante equi­ ra que los bulbos se acomoden con fa-
B ulbos q u e R e q u ie r e n un C ó m o P l a n t a r B u lbo s en T ie sto s
P e r ío d o d e D e sc a n so P r e p a r a c ió n d e
Extremo de desarrollo T ie st o s d e A r c il l a
Anemone biflora, hacia arriba
A. tscliernjaewii
Bellevalia (algunas esps.)
Bongardia

Calochortus (sólo esps.)

Colchicum (mayoría de esps.) Antes de plantar bulbos en un
Corydalis (algunas esps.) tiesto de arcilla, coloque un
Crocus (algunas esps.) trozo —o varios, según las
necesidades de drenaje de la
1 2
Cyclamen algunas * (algunas esps.) Plante los bulbos (aquí, Cubra los bulbos con abono
Gladiolus, algunas * narcisos) a una profundidad hasta 1 cin por debajo del borde. planta — encinta del agujero
Iris, Grupo Onocylcus de dos veces su propio largo y Revista con gravilla (véase detalle) de drenado en la base del tiesto.
Leontice una del ancho. y etiquete.
Leucocoryne *
Merenderà (mayoría de esps.)
Moraea # (esps. de desarrollo cilidad. Debe introducir las púas a una tituto de turba o turba, 3 partes de gra­ Elección de tiestos de arcilla o plástico
invernal) profundidad tres veces mayor que el lar­ villa gruesa y 4 partes de tierra negra; I.os bulbos pueden plantarse en tiestos
Narcissus atlanticus, go de los bulbos: 7 cm para los crocos. después agregue un fertilizante básico o de arcilla o de plástico. Los de arcilla son
N. cantabricus, N. marvieri, Repita aleatoriamente en toda la zona un poco de polvo de huesos a razón de un poco más difíciles de encontrar, pero
N. romieuxii, N. rupicola, plantada a fin de lograr un aspecto na­ 25 g por cada 5 litros y, salvo para las resultan más adecuados para bulbos que
N. watieri * tural. Antes de plantar cada bulbo, mez­ plantas que rechazan, cal para jardines no toleran una humedad excesiva, por­
Pancratium, algunas * cle un poco de polvo de huesos con tie­ a razón de 25 g por cada 18 litros. Mez­ que la tierra se seca con mayor rapidez
Ranunculus rra e introduzca en cada agujero; cle suficiente tierra como para crear un después del riego que en los de plásti­
asiaticus * después, revista toda la zona con más macizo para bulbos de al menos 30 cm co. Estos se usan ampliamente y resul­
Narcissus
tierra preparada. de profundidad, con una capa de 5 cm tan perfectamente satisfactorios, a con­
watieri de tierra bien descompuesta, o estiércol, dición de que se los llene con abono de
Romulea, algunas * Tierras para bulbos por debajo.
Una tierra similar resulta adecuada
buen drenaje; riegue con menor frecuen­
cia que en el caso de los de arcilla.
(sólo esps.)
Tecopliilaea cyanocrocus
a cubierto para la mayoría de los bulbos en tiestos
u otros contenedores. Si emplea tierra-
Para las plantas que requieren condi­
ciones húmedas, como sucede con los
Tigridia * Es posible preparar una buena mezcla patentada, agregue gravilla o arena grue­ bulbos «boscosos», el mayor poder de
para bulbos con la cantidad necesaria sa —al menos, un tercio del volumen— retención de los de plástico es especial­
C lave de tierra negra y buen drenaje, para su porque estos abonos no están a menu­ mente valioso.
# No resistente uso en cajoneras e invernaderos, de la do suficientemente bien drenados para Si utiliza los de arcilla, coloque dos
manera siguiente: mezcle 2 partes de sus­ su uso con bulbos. o tres trozos sobre los agujeros de dre­
Los «boscosos» cultivados en conte­ naje; esto no es necesario en el caso de
nedores requieren tierra bien drenada, los de plástico, a condición de que la tie­
Tiestos de rejilla con materia orgánica adicional rica en
nutrientes; por ejemplo una mezcla de
rra tenga un buen drenaje. Un trozo de
zinc perforado evita que los gusanos pe­
Los bulbos cultivados en macizos a bulbos que contenga el mismo abo­ 2 partes de tierra negra, 3 de moho de netren en el tiesto.
cubierto se plantan a menudo en ties­ no que los tiestos. Más tarde podrá hojas y I de gravilla.
tos de rejilla, lo que permite plantar retirar los bulbos del macizo sin to­ Plantar bulbos en tiestos
diferentes tipos de bulbos apretada­ car sus vecinos. Otra opción menos Los bulbos han de plantarse en tiestos
mente, sin mezclarlos ni restringir sus conveniente consiste en separar gru­ Plantar en tiestos a la misma profundidad que aquellos
plantados en el exterior (véase «Profun­
raíces.
Plante los bulbos en los tiestos, eti­
pos de bulbos en macizos introdu­
ciendo azulejos o trozos de pizarra y a cubierto didad de plantación y espaciado», p.
quete y sumerja en un macizo para entre ellos. 229). Esto podría no ser posible en el
Es fácil cultivar la mayoría de bulbos en caso de los bulbos mayores, en cuyo
tiestos a cubierto porque pueden defi­ caso asegúrese que cada uno tenga al
P l a n t a r en nirse las condiciones de desarrollo espe­ menos 2,5 cm de tierra húmeda por de­
T iesto s d e R e jil l a cíficas para la planta. Se emplean tie­ bajo del tiesto.
Plante bulbos en rra adecuadas para los distintos tipos de Plante bulbos que hayan alcanzado el
los tiestos de rejilla bulbos y se puede proporcionar el cui­ tamaño de floración a una distancia de,
del modo habitual. dado estacional correcto, como un pe­ al menos, su propia anchura. Si planta
Sumerja los tiestos ríodo veraniego de secado, riego inver­ una mezcla de bulbos más grandes jun­
etiquetados en un nal restringido, o inmersión en un to con acodos más pequeños, espacíe los
macizo de bulbos macizo. que estén florecidos a mayor distancia
hasta el borde, de El mismo control es posible al culti­ y reparta los acodos pequeños entre
manera que la var bulbos plantados en un macizo de ellos.
tierra justo los invernadero o cajonera; el sistema de Cubra con tierra, dejando espacio
cubra. Escalone las plantar a cubierto es el mismo que para suficiente para un revestido y afirme
hileras para los cultivados en el exterior (véase bien. Revista el tiesto con una buena
economizar espacio. «Plantación exterior», p. 229). capa de gravilla horticultural, que ayu-

M a c iz o de I n m e r s ió n
Sumerja los tiestos etiquetados hasta
los bordes en un macizo de arena o
cajonera. Compruebe con regularidad
que la tierra no se reseque.
da a conservar la humedad y realza el
aspeclo del tiesto. Etiquete con el nom­
bre de la planta, fecha de plantado y ori­
gen. No requiere regado hasta que la tie­
rra esté casi seca. Cuando las raíces
comienzan a desarrollarse, vuelva a
regar.
Inmersión de tiestos
Después de plantar, conserve los tiestos
en invernadero frío o cajonera. Los bul­
bos en tiestos son más susceptibles a los
daños por heladas que los del jardín; en
inviernos severos, los tiestos en un in­
vernadero sin calefacción pueden con­
gelarse por completo. Protéjalos sumer­
giendo en un macizo de arena gruesa o
gravilla, mezclada con el suficiente sus­
tituto de turba como para que la gravi­
lla no caiga dentro del agujero al retirar
el tiesto.
Alternativamente, proporcione un mí­
nimo de calor en períodos muy fríos. Es
importante sumergir los bulbos en ties­
tos de arcilla en verano, ya que se rese­
can rápidamente, pero también es acon­
sejable para los de plástico a fin de evitar
el recalientamiento.
Cultivo de jacintos en agua
Se puede efectuar un cultivo forzado
de jacintos en agua en vasos especial­
mente diseñados para un bulbo, con
la base justo a nivel del agua. Colo­
que un bulbo dentro del vaso en una
habitación fresca —apartado del
sol— y mantenga el nivel del agua
hasta la base misma del bulbo. Pro­
duce raíces con rapidez, que crecerán
en el agua.
Espere a que los brotes de flores co­
miencen a colorearse antes de trasla­
dar el jacinto arraigado a una habi­
tación cálida y bien iluminada.
Entonces se desarrollan los vástagos
floridos y producen flores. Después
de florecer, descarte el bulbo, ya que
es improbable que produzca un buen
despliegue para el año siguiente.
Plantar en contenedores
ornamentales
Los bulbos pueden plantarse en tinas,
jardineras, tiestos de patio, o en cual­
quier contenedor ornamental limpio, y
con la suficiente cantidad de agujeros
de drenaje en la base para permitir que
el agua salga con rapidez. Coloque una
capa de trozos de tiesto, u otro material
de drenaje, de al menos 3 cm de espesor,
en el fondo del contenedor. Eleve del
suelo con ladrillos o «pies de tiesto» es­
peciales. Esto evita que se acumule agua
en la base y, si el tiesto es de cerámica
o terracota, protege contra las heladas.
Cambie la mezcla con tierra negra rica
en moho de hojas o muy arenosa, para
adecuarla a diferentes tipos de bulbos.
Debe ser de buen drenaje o podría ane­
garse, y los bulbos, pudrirse. Introduzca
con el mismo espaciado y profundidad
como en los tiestos estándar (véase
p. 232). No presione los bulbos dentro de
la tierra demasiado firmemente, ya que
podría comprimir la tierra justo deba­
jo de las raíces e impedir su desarrollo.
Bulbos para el cultivo
forzado
Algunos bulbos se pueden plantar en re­
cipientes y conservar en la oscuridad
para inducirlos a una floración tempra­
na. La mejor manera de efectuar un cul­
tivo forzado en la mayoría de otros bul­
bos para el interior de la casa es
plantando en bols ornamentales, del
mismo modo que en el caso de los ties­
tos (véase p. 232), y llevarlos al interior
cuando florezcan. Es mejor exhibir los
tiestos de bulbos en una habitación fres­
ca, con una temperatura apenas mayor
que la del invernadero o cajonera don­
de fueron cultivados. En condiciones
más cálidas, los tallos floridos crecen de­
masiado rápido y presentan un aspecto
extraño, y las flores no duran tanto
como en condiciones frescas. Vuelva a
Llene el vaso con agua hasta el
«cuello» y coloque el bulbo en la
parte superior, justo encima del
agua. Deje en un silio fresco. A l
desarrollarse las raíces, rellene
con más agua.
P r e p a r a c i ó n del S uelo y P l a n t a d o
B u lb o s como A t r a c t iv o P e r m a n e n t e
Para proporcionar un despliegue de flores durante un período
prolongado, elija dos o más tipos de bulbos que florezcan en épocas
diferentes durante la estación y plántelos juntos en el mismo contenedor.
Coloque los de floración temprana y tardía en capas, cada uno a una
profundidad de aproximadamente el doble de su propio largo. Disponga
al azar y no en hileras para lograr un efecto informal.
llevarlos al invernadero o cajonera de Hippeaslrum
bulbos apenas se marchiten las flores. Los híbridos de flores grandes de Hip-
peastrum son muy populares como
Jacintos plantas floridas de interior. Los centros
El bulbo más popular para cultivo for­ de jardinería y las tiendas los suminis­
zado es el jacinto perfumado. Se pue­ tran junto con tierra adecuada, listos
den comprar bulbos especialmente pre­ para plantar en tiestos y cultivar en una
parados y, si los trata adecuadamente, habitación iluminada y cálida, hasta que
florecerán a mediados de invierno.
Compre los bulbos de jacinto a prin­
dejen de florecer. Es más fácil conser­
var los híbridos de Hippeaslrum año
cipios de otoño y plante en cuencos lle­
nos de fibra para bulbos bien humede­
tras año si se los cultiva durante la ma­
yor parte del año en un invernadero, lle­
cida. Plante apretadamente pero sin que vándolos sólo a la casa cuando florecen.
se toquen entre sí, con sus extremos de
desarrollo justo encima de la superficie.
Coloque los bulbos recién plantados en
un sitio fresco y oscuro: un armario ce­ F o r z a d o d e J a c in t o s e n
rrado en una habitación fresca resulta­ un C ontenedor
rá adecuado. Esto estimula el desarro­
llo de los tallos de florecimiento antes
que las hojas y permite que los sistemas
de raíces se establezcan bien. Manten­
ga la fibra para bulbos apenas húmeda,
regando con cuidado entre los bulbos si
ésta comenzara a secarse.
Deje los cuencos en la oscuridad du­
rante 8 semanas, o hasta que los vástagos
nuevos midan 4-5 cm; los brotes de flo­
res emergentes, apenas visibles entre los
extremos de las hojas amarillo verdosas,
1
deben apenas comenzar a colorearse. Ponga un poco de fibra
Una vez alcanzada esta etapa, lleve a para bulbos húmeda en el
un sitio iluminado, pero no al sol direc­
to. No retire los cuencos del sitio oscu­
fondo. Coloque los bulbos y
llene con más fibra, dejando las
ro antes de esto; de otro modo, las ho­ corolas apenas visibles. Deje en
jas crecerán con mucha rapidez, un sitio oscuro y fresco.
oscureciendo las flores, una de las prin­
cipales causas de desencanto en el caso
de bulbos cortados. Una vez expuestas
a la luz, las hojas adquirirán su color
verde natural al crecer las plantas y co­
menzar a florecer.
Narcisos
Muchos narcisos, como Narcissus ‘Pa­
per White’, pueden cultivarse en fibra al
igual que los jacintos. Pero requieren
más luz y debe colocarlos en un alféi­
zar soleado apenas aparezcan los vás­ Cuando las espigas de flores
tagos en la superficie de la tierra. Si la
luz es inadecuada, los narcisos se diri­
2 sean visibles entre las hojas
gen hacia la luz y crecen demasiado al­ pálidas, lleve el contenedor a
una luz brillante e indirecta.
tos, con lo que requerirán un estacado.
P lantas B ulbosas

Cuidados rutinarios
el medio ambien­ Fertilización R e c o r t e d e B u lbo s e n t r e cluya bulbos de floración tardía, como
P
r o p o r c io n a n d o
te correcto, los bulbos no requie­ No alimente bulbos entre hierba de ma­ H ie r b a t r a s F l o r e c e r orquídeas resistentes, retrase la siega
ren mucho mantenimiento. Si florecennera regular, especialmente con fertili­ hasta mediados o finales de verano,
escasamente, la razón más probable eszante nitrogenado, porque éste aumen­ cuando haya muerto todo el follaje.
el apiñamiento: esto tiene fácil remedio ta el vigor de la hierba a expensas del
dividiendo y volviendo a plantar en un bulbo.
emplazamiento diferente. Los bulbos no Si se requiere un alimento (en el caso
son propensos a las plagas o enferme­ de narcisos que no florezcan, por ej.),
Bulbos en orlas y en
dades, pero, si éstas aparecen, deben utilice un fertilizante rico en potasa zonas boscosas
controlarse con rapidez. para estimular la producción de flores.
El nivel de mantenimiento requerido por
bulbos cultivados en orlas mixtas o zo­
Bulbos entre hierbas Eliminación de capítulos
Una eliminación regular de capítulos nas boscosas depende de si están pen­
marchitos alarga la estación y mejora el sados para que sean «rellenos» tempo­
Los bulbos que se aclimatan entre hier­ vigor de los bulbos, evitando que gas­ rales o permanentes.
bas no requieren tanta atención como ten energía en una producción no desea­ lx)s permanentes requieren poco man­
aquellos plantados en otro sitios del jar­ da de semillas. Después de florecer, pe­ tenimiento hasta que los bulbos quedan
dín, pero el correcto momento de siega llizque los tallos debajo de las cápsulas Deje los montones de bulbos (aquí, apiñados, que es cuando debe retirarlos
es muy importante. Una eliminación de de semillas. narcisos) plantados entre la hierba y dividirlos (véase p. 235).
capítulos regular y un alimentado oca­ Si éstas deben cosecharse, o dejadas hasta que las hojas amarilleen. Si el suelo está bien preparado, no es
sional ayuda a que se conserven sanos para que se inseminen naturalmente, Después recorte con cizallas a ras de necesario alimentar durante el primer
y proliferen durante años. deje algunas para que maduren sobre la suelo al cortar el césped. año pero, una o dos veces por estación,
una aplicación de fertilizante bajo en ni­
trógeno y rico en potasa —que alienta
Estacado planta y después corte los tallos a ras de la floración en lugar del desarrollo de
suelo. las hojas— (véase S u e l o s y F e r t il iz a n ­
t e s , «Tipos de fertilizante», p. 530) es­
Algunos bulbos de tallos delgados re­ dos en grupos, coloque cañas de bam­ Cuándo segar timulará un buen despliegue en años
quieren una estaca. Estaque estas bú del lado interior de los tallos para Si cultiva bulbos de floración tempra­ subsiguientes.
plantas apenas sean lo bastante altas que queden ocultos por las plantas na, como narcisos, no corte la hierba Los bulbos requieren una humedad
como para sujetarlas con una ligadu­ desarrolladas. hasta al menos seis semanas después de adecuada durante el período de desarro­
ra; vuelva a sujetar cuando apenas ha­ Introduzca las estacas alejadas de florecidos, o hasta que el follaje amari­ llo, especialmente en zonas boscosas, y
yan alcanzado su altura final y estén la base de los tallos para no dañar los llee. Si cultiva bulbos que se multipli­ puede ser necesario regarlos si hay una
a punto de florecer. Si están planta- bulbos. can por auto-inseminación, 110 siegue prolongada sequía temprana. Elimine
antes de que las cápsulas de semillas se capítulos a la manera de los que crecen
hayan despojado de todas ellas —en ge­ entre hierbas.
neral, tres semanas después de que las El cuidado de las plantaciones tem­
hojas comienzan a extinguirse. porales es el mismo que el del primer
Los bulbos que florecen en otoño, año para los permanentes. Retire los bul­
como Colchicum, comienzan a desarro­ bos para almacenar al final de la esta­
llarse antes del final de la estación de sie­ ción de desarrollo.
ga. Cuando aparezcan los primeros ex­
tremos de los vástagos floridos o de las Eliminación de hojas muertas
hojas, siegue con las hojas del cortador Después de que los bulbos de la orla de­
de césped lo bastante altas como para jen de florecer, permita que las hojas
evitarlas; deje de segar cuando los vás­ mueran por completo antes de elimi­
tagos sean demasiado altos para evitar narlas.
las hojas de la segadora. No «ordene» las hojas, atándolas
Sostenga una planta alta Cuando se formen los En un prado de flores silvestre que in­ mientras aún están verdes, porque esto
(15 cm) y de un solo tallo, pimpollos, sujete el tallo a la
como un gladiolo, con una caña caña justo debajo de los E l im in a c ió n de C a p ít u l o s C u á n d o C o s e c h a r S em illa s
de bambú. Sujete el tallo a la pimpollos para evitar que el tallo
caña con cordel o rafia. se quiebre cuando éstos se abran.

E sta c a d o d e B u lbo s en G ru po s
Para plantas como
azucenas, que
crecen en
montones, coloque
una o más cañas en
el centro del
montón. Sujete los
tallos circundantes
a cada caña con
una lazada en ocho Salvo que las semillas se utilicen Si precisa semillas, no elimine
para evitar que los para la propagación, recorte con capítulos hasta que la cápsula de
tallos rocen las podaderas todos los tallos floridos semillas (aquí, Fritillaria^ se vuelva
cañas. muertos de los bulbos dentro de la marrón y comience a partirse, señal
orla (aquí, AlliumJ a ras de suelo. de que ya está madura.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

reduce su capacidad de fotosíntesis y de

almacenaje de energía en el bulbo, en C ó m o D iv id ir un T e r r ó n A p iñ a d o
preparación para la siguiente estación de ^ '1
desarrollo y, por lo tanto, el bulbo pierde
vigor. También hacc que mueran prema­
turamente.
Retirada y división de bulbos apiñados
Si los bulbos adultos florecen menos que
el año anterior, el deterioro se debe ge­
neralmente al apiñado. Esto puede no
resultar obvio, salvo que los bulbos apa­
rezcan en la superficie, como es el caso
de Nerine.
Retire terrones apiñados durante la es­
tación inactiva, antes de que comience
el desarrollo de las raíces. Separe los te­
rrones en bulbos individuales y vuelva
a plantarlos en grupos irregulares. In­
troduzca individualmente a una profun­
didad dos o tres veces mayor que su al­ Cuando los bulbos plantados Divida el terrón de bulbos Descarte bulbos enfermos.
tura y a una distancia de dos o tres veces en el exterior se apiñan, (aquí, Nci incJ a mano, en Limpie los buenos con cuidado,
su anchura. Plante pequeños acodos o levante todo el terrón con una terrones más pequeños y después retirando la piel suelta, para volver
bulbillos entre los que hayan alcanzado horca cuando mueran las hojas. en bulbos individuales. Elimine el a plantarlos, si cabe, individualmente
el tamaño de floración. Cuide de no dañarlos. material muerto o dañado. en suelos recién preparados.
Otra opción alternativa consiste en
cultivarlos en tiestos o en un «macizo
semillero», en una cajonera o en el jar­
dín, del mismo modo que para planto­
nes de dos años (véase «Cuidado de
sarrollo, en especial durante sequías, y
alimente con regularidad con fertilizante
florecen en primavera se haya extingui­
do naturalmente; después, retire, limpie Bulbos en cajoneras
plantones», p. 238). rico en potasa y bajo en nitrógeno. y almacene en un sitio fresco y seco du­ y macizos en relieve
Si, al retirarlos, los bulbos no estu­
vieran apiñados, sino que se deterioran
Si se requieren semillas, coseche las
cápsulas cuando estén maduras; después
rante el verano. Vuelva a plantar en un
contenedor con tierra nueva a principios cubiertos
y ya no prosperan, examine para ver si elimine las hojas muertas para mejorar de otoño para su exhibición en la pri­
existen plagas o enfermedades (véase p. el aspecto del macizo y evitar enfer­ mavera siguiente. O, si necesita el con­ Los bulbos cultivados en cajoneras o a
236). medades. tenedor para exhibirlo en verano, trans­ cubierto requieren un tratamiento simi­
Si no hubiera una explicación evidente fiera los bulbos mientras aún estén lar después de ser plantados que los en
del fracaso, vuelva a plantar en un sitio «verdes» a un macizo suplementario y orlas (véase p. 234), pero requieren cui­
diferente, bien drenado y con suficien­ Bulbos en contenedores deje que se extingan antes de retirar, lim­ dados especiales de riego y alimen­
te luz y nutrientes. También puede cul­
tivar en tiestos en un invernadero o ca­ en el exterior piar y secar al modo acostumbrado.
Las especies que florecen en prima­
tación.
Retire las cubiertas de los macizos en
jonera hasta que se repongan. vera, como crocos, narcisos y jacintos, relieve o cajoneras durante la estación
Durante su desarrollo, no deje secar los también pueden trasplantarse directa­ de desarrolio, pero vuelva a colocarlas
Retirado, secado y almacenado bulbos en contenedores y alimente con mente al jardín para aclimatarlos. Al­ si el tiempo fuese excesivamente frío o
Los bulbos plantados temporalmente en regularidad con fertilizante rico en po­ macene los que florecen en verano en un lluvioso. Mantenga los bulbos regados
macizos u orlas deben dejarse in si tu tasa para estimular la aparición de flo­ sitio fresco y seco durante el invierno y en períodos secos. Cuando la mayoría
hasta que el follaje comience a amari­ res. Espere hasta que el follaje de los que vuelva a plantar en primavera. comience a extinguirse, vuelva a colo-
llear.
Después, retire, limpie y disponga so­
bre una bandeja para secar y almacene C ó m o R e t ir a r , S e c a r y A l m a c e n a r B u lbo s
en sacos de papel (no de plástico), en
un sitio seco, hasta la siguiente estación
de plantación. Si hubiera rastros de una
enfermedad fungal, espolvoree con fun­
gicida. Alternativamente, retire duran­
te el desarrollo, poco tiempo después de
florecer, o al morir el follaje, y vuelva
a plantar inmediatamente en otra parte
del jardín, de manera que puedan extin­
guirse con naturalidad.

Bulbos enanos en el jardín

de rocas o macizo elevado
Los principios de cuidados rutinarios

para bulbos en orlas también se aplican
a las especies enanas, cultivadas en ma­
cizos elevados o jardines de rocas. Mu­
chos de los menos comunes tardan en
multiplicarse y no se apiñan durante va­
rios años. Manténgalos razonablemen­
te húmedos durante la estación de de­
2
! Cuando las hojas se vuelvan Retire la tierra de los bulbos y Coloque los bulbos sobre una
amarillas, alrededor de un cualquier piel suelta o 3 bandeja de alambre sin que se
mes después de florecer, retire los escamada. Corte o arranque toquen y deje secar durante una
bulbos (aquí, tulipanes) con cuidadosamente el follaje muerto. noche. Después espolvoree con
suavidad con una horca. Coloque Descarte los que muestren indicios fungicida y guarde en sacos de
en tiestos etiquetados para no de daño o enfermedad. pape! limpios y claramente
confundir las diferentes plantas. etiquetados.
P lantas B u l b o sa s
car las cubiertas hasta el principio de la
siguiente estación de desarrollo.
Mejore el vigor de los bulbos, alimen­
tándolos una vez que los nutrientes de
la tierra original se agoten. Al desarro­
llarse los bulbos, use un fertlizantc gra­
nulado, esparcido sobre la tierra, o apli­
que un alimento líquido cada dos o tres
semanas. Al finalizar la estación, apli­
que un alimento rico en potasa y po­
bre en nitrógeno para estimular la flora­
ción.
Bulbos en tiestos
a cubierto
Los bulbos que requieren un verano cá­
lido y seco y un período de desarrollo
en primavera e invierno se desarrollan
bien en un invernadero sin calefacción
o fresco, donde pueda controlar el ali­
mento, riego y secado según sus nece­
sidades. Mantenga dichos bulbos se­
cos desde que las hojas se extingan hasta
que comience su período de desarrollo,
a finales de verano o principios de
otoño.
Durante la estación de desarrollo, em­
pape los tiestos cuando estén casi secos,
pero cuide de no anegarlos, especial­
mente en invierno. Riegue suplementa­
riamente durante el desarrollo hasta que
florezcan, reduzca el riego poco a poco
hasta que las hojas se extingan. No deje
que algunos bulbos resistentes, como los
crocos de zonas montañosas o algunos
bulbos «boscosos», se sequen por com­
pleto; mantenga la tierra ligeramente hú­
meda durante el verano.
Los bulbos como Galtonia, de zonas
de lluvias intensas, como África y Amé­
rica del Sur, deben regarse con regula­
ridad para que sigan creciendo durante
el verano; después, estarán en condicio­
nes de secarse durante el período inac­
tivo en invierno.
Renovación de la tierra
Al cambiar la capa superior de tierra de
un tiesto con bulbos, se les proporcio­
na los nutrientes suficientes para un año
ulterior. Antes de que comiencen a cre­
cer, rasque la tierra vieja, descubriendo
la parte superior de los bulbos. Si están
sanos y no apiñados, cubra con tierra
nueva y húmeda, del mismo tipo que ya
existía. Separe y cambie de tiesto a los
apiñados o, si son resistentes, plante
fuera.
Cambio de tiesto
Los bulbos pueden conservarse dentro
del mismo tiesto durante varios años,
pero finalmente se apiñan y hay que
cambiarlos de tiesto; esto se nota por­
que no florecen bien y por un follaje de
poco tamaño o enfermo. Al final de la
inactividad, cambie los bulbos de ties­
to para estimular el desarrollo; los más
grandes, individualmente, como en el
primer tiesto y en tierra similar (véa­
se «Plantar en tiestos y a cubierto»,
p. 232). Plante bulbos pequeños o bul-
billos entre los adultos —o coloque en
tiestos separados (véase «Cuidado de
plantones», p. 238).
A principios de primavera, cambie de
tiesto a los no resistentes, inactivos en
invierno, cuando comience el desarro­
llo nuevo.
Fertilización
Si conserva los bulbos dentro del mis­
mo tiesto durante varios años, alimén-
teloscon regularidad a lo largo de la es­
tación de desarrollo, en riegos alternados
con un alimento líquido que contenga
fertilizante bajo en nitrógeno y rico en
potasa.
La alimentación suplementaria no es
necesaria si se los cambia de tiesto o si
reemplaza la capa superior de la tierra
todos los años.
Cuidado de bulbos forzados
Cuando estén preparados para llevar a
la luz, colóquelos (v. p. 233), según sus
necesidades, en un alféizar sombreado
o en una habitación fresca y luminosa.
Los bulbos toleran condiciones ligera­
mente más tibias cuando los brotes de
flores están bien formados. Gire el cuen­
co de cuando en cuando, si los vástagos
C a m b io de T ie st o de B u lbo s A p iñ a d o s
1
Retire un poco de tierra
del tiesto para examinar los
bulbos (aquí, narcisos). Si están
apiñados, cambie de tiesto.
3acodosdeSepare
suavemente los pares
bulbos o terrones con 4 frotando
grandes en bulbos pulgar para eliminar las pieles
individuales con las manos.
se dirigen hacia la luz, y mantenga la tie­
rra húmeda.
Los bulbos forzados están general­
mente en mal estado después de que ha­
yan florecido. Descarte o plante en el
jardín, donde, finalmente, después de
dos o más años, volverán a florecer en
la estación normal.
Los híbridos de Hippeaslrum forza­
dos se conservan en buenas condiciones
año tras año si son replantados después
de florecer en tierra rica y bien drenada
dentro del mismo tiesto. No riegue des­
de principios de otoño hasta mediados
de invierno, y cambie de tiesto si estu­
vieran apiñados.
Problemas de los bulbos
A veces los bulbos no florecen y se les
conoce como «ciegos». En una masa es­
tablecida de tiempo atrás, este proble­
ma es causado por el apiñado, de ma­
nera que retire y plante por separado en
suelo nuevo (véase «Retirada y división
de bulbos apiñados», p. 235). Otra cau­
sa posible es la falta de riego durante el
desarrollo.
Los ciegos recién plantados tal vez no
han sido almacenados correctamente o
2
Vuelque el contenido
del tiesto y retire los
bulbos de la tierra.
Descarte el material
muerto o los bulbos con
señales de enfermedad o
plagas.
Elija sólo los bulbos sanos,
con el índice y el
sueltas exteriores.
pueden no estar del todo maduros. Iris
danforcliae, especies de FritiUaria, como
/-.' recurva o /•.' Ihunbergii, y algunos
otros, no florecen con regularidad, ni si­
quiera en la naturaleza, y se los descri­
be como «de floración tímida». No los
excave, a menos que parezcan poco sa­
nos o apiñados, ya que, en última ins­
tancia, podrían florecer si no los toca.
Puede resultar de ayuda plantarlos a
gran profundidad, ya que impide que se
dividan en bulbillos.
Plagas y enfermedades
Durante el desarrollo, controle que no
aparezcan síntomas de plagas y enfer­
medades y trate los problemas apenas
aparezcan. Al plantar, propagar o cam­
biar de tiesto los bulbos inactivos, exa­
mine y destruya los que están muy
afectados.
Los bulbos tienden a sufrir enferme­
dades fúngales o por descomposición,
incluyendo la mancha de tinta (p. 567),
que afecta severamente a los lirios Reti-
culata. Los narcisos pueden sucumbir a
las moscas del narciso (véase «Moscas
de bulbos, p. 567). A veces los pulgo­
nes (p. 550) infestan los bulbos y oca­
sionan la extensión de virus (p. 553). Los
ácaros araña roja (p. 550) afectan a ve­
ces a los bulbos cultivados a cubierto.
5
Vuelva a plantar en un tiesto
con tierra para bulbos fresca
y húmeda. Introduzca a una
profundidad de dos veces el largo
y espacíe a dos veces el ancho de
cada bulbo.

Propagación
uchos bulbos se multiplican de
M forma natural, formando acodos
o bulbillos alrededor del bulbo, y pue­
den propagarse separando éstos del bul­
bo madre. Los que no se dividen solos
pueden multiplicarse cortando en trozos
y tratándolos como bulbos nuevos. Al­
gunos se propagan por otros medios ve­
getativos, como el escamado o la extrac­
ción. La propagación a través de semillas
proporciona existencias más grandes,
pero los bulbos pueden tardar varios
años en florecer.
División de bulbos
Durante la estación de desarrollo, mu­
chos bulbos se multiplican formando
acodos a partir del bulbo madre, en ge­
neral dentro de la piel protectora. Separe
cada uno o dos años, y plante fuera o
coloque individualmente en tiestos. Si
los deja, podrían apiñarse y tardar más
en alcanzar el tamaño de floración. Los
acodos pueden ser pequeños y numero­
sos, como en algunas especies de
Allium, o más grandes y en menor can­
tidad, como narcisos y tulipanes.
Otros pueden formar bulbillos en la
axila de las hojas, como las azucenas
<Lilium) y algunas especies de Calochor-
lus, o formar bulbillos alrededor de la
base del bulbo; ambos sirven para la
propagación. (Algunas azucenas, como
algunas especies e híbridos americanos,
son rizomatosas. Colóquelas en tiestos
en posición horizontal, para seguir cul­
tivando uno o dos años, antes de plan­
tar en el exterior.)
Propagación a partir de acodos
Algunos bulbos, como Crinum, pueden
multiplicarse retirando y dividiendo un
terrón. Arranque los acodos de la planta
madre con suavidad o corte la lámina
basal en el punto en el que están pega­
dos al bulbo más grande. Limpie de
cualquier material suelto o de tierra y
espolvoree las superficies de corte con
fungicida.
Vuelva a plantar los bulbos más gran­
des en el jardín en un grupo bien espa­
ciado. Coloque los más pequeños en
tiestos por separado o introduzca varios
en un tiesto o bandeja profunda. Con­
serve durante una o dos estaciones en
invernadero frío para proseguir el desa­
rrollo; después, plante en el exterior.
Propagación a partir de bulbillos
y bulbilos
Los bulbos cultivados a partir de bul­
billos florecerán generalmente uno o dos
años antes que los cultivados a partir de
semillas. Al cambiar de tiesto, retire los
bulbillos en torno a la base del bulbo
madre e introduzca en hileras en ban­
dejas. Utilice tierra para esquejes bien
drenada, con un poco de fertilizante de
CÓMO PROPAGAR BULBOS A PARTIR DE
En primavera, antes de
comenzar el desarrollo activo,
retire un terrón de bulbos (aquí,
Crinurn) con una horca. Sacuda
para eliminar la tierra sobrante y
separe con las manos.
acción lenta agregado. Espacíe los bul­
billos en la bandeja al igual que las se­
millas (véase «Sembrado de semillas»,
p. 238) y cubra con una capa de 2,5 cm
de tierra. Etiquete y siga cultivando en
un sitio sombreado del jardín. Conser­
ve la tierra húmeda; si utiliza tiestos de
arcilla, sumerja en macizos para conser­
C ó m o p r o p a g a r G l a d io l o s
1
Cuando la
planta termine de
florecer y el follaje
comience a
extinguirse, retire el
tallo bulboso con
una horca pequeña.
Deben haberse
desarrollado tallos
bulbosos pequeños
alrededor de la base
del tallo bulboso.
Almacene todos los
tallos bulbosos en un
sitio fresco y seco
durante el invierno.
A finales de invierno o a
principios de primavera
arranque los tallos bulbosos
pequeños, que deberían separase
con facilidad del tallo madre.
P r o p a g a c i ó n
2 3
Elija un bulbo grande con Prepare tiestos de 15 cm con
varios acodos bien desarrollados. tierra húmeda y arenosa.
Limpie éstos de tierra y separe del Introduzca un único acodo en
bulbo madre, cuidando de conservar cada tiesto y cubra con 2,5 cm de
cualquier raíz. abono. Etiquete y riegue.
var la humedad. En adelante, trate los tallo bulboso. Retire del tallo bulboso
bulbillos como en el caso de las semi­ madre y trate como a los bulbillos. Plan­
llas (véase p. 238). Los bulbilos pueden te también en hileras en suelo bien dre­
retirarse y tratarse de la misma manera. nado y fértil, o en una cajonera en zo­
nas frías o en un macizo semillero.
Pequeños tallos bulbosos de gladiolo Pueden dejarse hasta que florezcan, dos
Los gladiolos forman frecuentemente o tres años más tarde, y después retirar
pequeños tallos bulbosos en la base del y plantar en sus lugares definitivos.
a p a r t ir d e T allo s B u lb o so s B u lb o s D iv isib les
Acodos
Allium (algunas esps.)
Alslroemería
Arum, algunas #
Crinum, algunas *
Crocus
Galanthus
Iris, grupo Juno
/., grupo reticulata
(algunas esps.)
Leucojum
Lilium
Muscari, algunas *
(algunas esps.)
Narcissus
Nerine, algunas *
Ornithogalum,
algunas #
Tulipa
Gladiolus
4Deliveranee’
Bulbillos
Allium (algunas esps.)
Fritillaria acmopetala,
F. crassifolia, F. pudica,
F. recurva, F. thunbergii
Iris, grupo Reticulata (alg. esps.)
Muscari, algunas * (alg. esps.)
3
Llene una bandeja a medias
con tierra húmeda y arenosa. Bulbilos
Introduzca los tallos con las Gladiolus (esps. e híbridos)
puntas de desarrollo hacia arriba
y a 2,5 cm. Llene con más tierra, C lave
nivele, afirme y etiquete. # ;Vu resísteme
P la ntas B u lb osa s
Bulbos a partir de semillas
Este sistema de propagación produce
una gran cantidad de bulbos que inicial­
mente están libres de virus (salvo aque­
llos transmitidos específicamente por las
semillas), a diferencia de lo que ocurre
con la división, que transmite cualquier
enfermedad presente en el bulbo a las
plantas jóvenes.
Si se parte de semillas, la mayoría tar­
da entre tres y cinco años para alcanzar
el tamaño de floración. Algunos, como
Cardiocrinum, mueren después de flo­
recer, pero se pueden recolectar sus se­
millas y sembrar cada año para asegurar
una sucesión ininterrumpida de plantas
sanas, que madurarán y proporcionarán
flores en cada estación de desarrollo.
C óm o P r o p a g a r B u lb o s a p a r t ir d e
Prepare el tiesto: llene hasta
I cm del borde con tierra
para semillas patentada y una
cuarta parte de arena gruesa.
Afirme bien con prensador.
Con un tamiz,
esparza tierra fina
sobre la semillas, justo
lo suficiente como para
ocultarlas.
Revista el tiesto con al menos
I cm de gravilla gruesa,
agregándola con cuidado para no
desplazar el abono ni las semillas.
Recolección de semillas
Las cápsulas de semillas de la mayoría
de los bulbos aparecen sobre los tallos
de floración viejos, pero algunas plan­
tas, sobre todo los crocos y los lirios
Reticulata, forman cápsulas a ras de sue­
lo o justo por encima, y son díficiles de
ver.
Observe cuidadosamente las cápsulas
que maduran cuidadosamente para des­
cubrir indicios de que están a punto de
partirse, ya que la semilla puede caer con
mucha rapidez. Retire cuando comien­
cen a volverse marrones y partirse. Ex­
traiga las semillas lo antes posible. Al­
gunos bulbos, como Corydalis, sueltan
las semillas cuando las cápsulas aún son
verdes; corte y almacene en sacos de pa­
pel hasta que suelten las semillas. Deje
S em illa s
Siembre de forma
homogénea, golpeando el
paquete abierto, sosteniéndolo
cerca de la superficie de manera
que la semilla (aquí, Fritillaria^
no salte hacia fuera.
Etiquete el resto y póngalo en
un sitio sombreado al
exterior. Introduzca el tiesto en
arena húmeda y riegue para
conservar el abono húmedo.
secar sin calor artificial y guarde hasta P lantones d e B ulbo s
el sembrado en paquetes de papel eti­ en u n A ño
quetados, en un sitio fresco, ventilado
y seco. No use sacos de plástico, ya que
guardan la humedad y las semillas po­
drían pudrirse.
Cuándo sembrar
El método siguiente es adecuado para
la mayoría de los bulbos resistentes que
florecen en primavera, como Fritillaria,
narcisos y tulipanes. El mejor momen­
to es a principios de otoño, pero si las
semillas están disponibles antes, siem­
bre inmediatamente. La germinación
debe ocurrir a principios de primavera. A finales de la estación de
desarrollo, los plantones de un año
Tierra de semillas para bulbos (aquí, de Fritillaria meleagrisj a
Emplee tierra para semillas patentado menudo no son lo bastante robustos
de tierra negra, agregando una cuarta para cambiar de tiesto. Deje morir el
parte de arena gruesa, si la tierra no tie­ follaje y no riegue.
ne aspecto arenoso. Se puede hacer un
abono de tierra negra adecuado con 2
partes de tierra negra estéril, 1 parte de
sustituto de turba y media parte de are­ can con mucho vigor. No es esencial ali­
na muy gruesa o perlita tamaño semi­ mentar los plantones durante la prime­
lla, agregando superfosfato a razón de ra estación de desarrollo, pero se forman
25 g por cada 18 litros y cal a razón bulbos más grandes si se alimentan con
de 25 g por cada 18 litros. También pue­ regularidad durante la segunda. Emplee
de usar tierra patentadas que contengan un alimento líquido patentado como
sustituto de turba, pero sólo contienen para los tomates, pero diluido a la mi­
nutrientes suficientes para un año. tad de lo recomendado por el fabricante.
Sembrado de semillas Retirar plantones de tiestos
Se pueden emplear tiestos de arcilla o Después de que los bulbos de plantones
plástico, pero es más fácil mantener una hayan cumplido dos estaciones de de­
humedad adecuada en los de plástico. sarrollo, o una, en el caso de los muy
Si usa uno de arcilla, coloque trozos de vigorosos, coloque en tiestos contierra
tiesto sobre los agujeros de drenado. Lle­ recomendada para los bulbos adultos
ne con tierra y afirme antes de sembrar (véase «Tierra para bulbos a cubierto»,
difusamente sobre la superficie. Espa­ p. 232). Después de que el follaje se haya
cíe bulbos de semillas grandes y planos, extinguido por completo, cerca de fina­
como los de Fritillaria o tulipanes, a un les del período inactivo, vacíe todo el
ancho de semilla de separación, y las se­ contenido del tiesto. Separe los bulbos
millas más pequeñas y redondas a 5 mm jóvenes, limpie y coloque en tiestos con
de distancia entre cada una. Timize un tierra fresca y húmeda para que comien­
poco de tierra para cubrir las semillas, cen el desarrollo. Es mejor cultivarlos
para que no queden visibles, y después en tiestos durante dos o tres años hasta
cubra con una capa generosa de gravi- que sean lo bastante grandes como para
lla de pedernal o grava de acuario. Eti­ establecerse en el exterior con éxito.
quete los tiestos con el nombre de la
planta, origen y fecha. Colóquelos en Conservación de plantones en tiestos
un lugar sombreado en el jardín o su­ Los bulbos de plantones pueden seguir
mérjalos en una cajonera de arena, y cultivándose en tiestos y plantarse fue­
consérvelos húmedos. ra junto con la tierra para no tocar las
raíces. Cambie un tiesto completo de
Cuidado de plantones plantones de un año a un tiesto más
Cuando los plantones hayan germina­ grande y alimente con regularidad du­
do, lleve los tiestos a plena luz en un in­ rante el segundo año mientras se desa­
vernadero o cajonera. Manténgalos hú­ rrollan. Si son lo bastante grandes al fi­
medos hasta que muestren indicios de nal de la estación, plante todo el tiesto
extinguirse y entonces deje de regar. Los de bulbos jóvenes en el jardín mientras
plantones de bulbos que no son natu­ están inactivos —o justo a principios del
ralmente secos en verano, ni siquiera du­ desarrollo. Alimente suplementariamen­
rante el período de inactividad, como te después de plantar para evitar cual­
ciertas especies de Crocus de zonas mon­ quier retraso de la floración. Si son de­
tañosas, deben conservarse ligeramen­ masiado pequeños, conserve dentro del
te húmedos. Vuelva a regar a principios tiesto y alimente con regularidad durante
de otoño o apenas haya un desarrollo un año más.
nuevo, y mantenga los tiestos regados
hasta que el desarrollo se extinga. Especies «boscosas»
Deje la mayoría de bulbos durante Muchos bulbos amantes de la sombra
dos estaciones de desarrollo antes de crecen mejor en tierra que contenga un
cambiarlos de tiesto, a menos que crez- poco de moho de hojas. Para sem-

P la n t o n e s en T ie sto s
Vuelque todo el contenido
del tiesto con cuidado;
algunos bulbos (aquí, Fritillaria
raddeanaj serán visibles entre la
tierra. Retire todos los bulbos
con cuidado.
Vuelva a plantar los bulbos
2 jóvenes en un tiesto con
tierra para bulbos arenosa y
fresca, a dos veces su propio
largo de profundidad y al doble
de ancho de separación.
brar semillas, emplee tierra de I parte
de moho de hojas esterilizado, 1 parte
de sustituto de turba o turba y 1 parte de
tierra negra esterilizada, además de 1
parte y media de arena gruesa horticul­
tural o perlita tamaño semilla.
El desarrollo de la mayoría de estos
bulbos es lento, como en el caso de Ery-
thronium y Trillium. Es mejor plantar
toda la bandeja de plantones después de
dos o tres años de desarrollo, dentro de
P la n t o n e s d e B ulbo de
dos A ñ os
Después de dos años, los
plantones de bulbos (aquí,
Colochortus tolmiei) pueden
variar notablemente de tamaño.
un macizo de turba bien preparado, que
cambiar de tiesto regularmente a lo lar­
go de varios años.
Ciclamen
Las semillas de los ciclámenes resisten­
tes germinarán con facilidad sembradas
apenas hayan madurado, generalmente
a mediados de verano. Si usa semillas
secas, empape durante 24 horas antes de
sembrar para ayudar a que germinen.
Siembre como se describe en la página
anterior.
Los plantones crecen generalmente
con fuerza durante el primer año y en­
tonces puede cambiar los tubérculos jó ­
venes a un tiesto con tierra para plan­
tones (véase pág. contigua), mejor
cuando aún están desarrollándose. Para
estimular un desarrollo vigoroso, agre­
gue 1 parte de moho de hojas por 3 de
tierra. En general, los tubérculos se de­
sarrollan bien si planta varios en una
bandeja en vez de hacerlo individual­
mente. Introduzca con las raíces exten­
didas y cubra los extremos con gravilla.
Coloque las bandejas en una cajone­
ra sombreada y siga cultivando un año
más. En la primavera del tercer año,
cambie de tiesto individualmente, usan­
do la misma tierra, y deje hasta que al­
cancen el tamaño de floración. Plante
en el jardín a finales de verano.
Cultivo de azucenas a partir de semillas
Siembre en tiestos de 10 cm de profun­
didad, llenos de sustituto de turba, tur­
ba, o mezcla para semillas tierra negra
o turba, mejor apenas estén maduras (a
finales de verano o principios de otoño).
Siembre ligeramente para evitar la ne­
cesidad de trasplantar, cubra con gravi­
lla fina y coloque los tiestos en cajone­
ra o invernadero frío.
En el caso de algunas azucenas, los
plantones germinan entre dos y seis se­
manas después de plantar. Otras pueden
tardar varios meses. Las semillas de azu­
cena germinan de un modo diferente. En
el caso de las hipogeas, la formación de
raíces ocurre inicialmente; después re­
quieren un período frío para estimular
la producción de hojas. Las semillas de
E x t r a c c ió n de S em illa s de
C ic l a m e n
Coseche las cápsulas a principios de
verano cuando comiencen a partirse.
Sacuda las semillas fuera de la
cápsula y coloque en un cuenco de
agua tibia durante una noche.
P lantado e n el E x t e r io r de
Plante las especies «boscosas»
en el exterior sin separar los
bulbos jóvenes. Invierta un tiesto
de bulbos de dos años (aquí,
Erythronium/ Deslice la masa de
bulbos y tierra hacia fuera.
las azucenas epigeas germinan en gene­
ral (pero no siempre) bastante rápido y
el desarrollo de las raíces y los vástagos
es casi simultáneo.
Inverne los tiestos en una cajonera o
en un sitio protegido en el exterior y des­
pués lleve a un invernadero frío en pri­
mavera. No descarte los contenedores
aunque no aparezcan plantones en el
primer año; la germinación puede tar­
dar dos u ocasionalmente más años, se-
gúna las especies.
Deje los plantones germinados den­
tro de los tiestos durante la primera es­
tación de desarrollo y alimente con lí­
quido de forma regular. O trasplante a
una mezcla de tierra negra cuando ha­
yan desarrollado dos hojas genuinas.
Cambie de tiesto regularmente o traslade
a un macizo semillero hasta que sean lo
bastante grandes como para plantar en
el jardín.
Bulbos no resistentes
Siembre las semillas de los bulbos no re­
sistentes como se describe más arriba,
pero mantenga los tiestos a una tempe­
ratura superior a los 0o C durante el in­
vierno, sumergidos en cajoneras para
bulbos o en macizos a cubierto. Las se­
millas de muchas especies no resisten­
tes, como Hippeastrum, germinan con
mayor velocidad si se emplea calor ba-
sal (proporcionado, normalmente, por
cables que calientan el suelo; véase I n ­
v e r n a d e r o s y C a j o n e r a s , p. 4 8 8 ) y se
mantiene una temperatura de 21° cen­
tígrados.
Si las características de germinación
de una planta son inciertas y hay mu­
cha semilla disponible, siembre la mitad
con calor basal y la otra a temperatu­
ras normales de invernadero. Si la ger­
minación no tuviera lugar entre las seis
y ocho semanas con calor, lleve los ties­
tos a un lugar más fresco. Algunos gé­
neros, como Alstroemeria, germinan rá­
pidamente si a un período caluroso le
sigue uno frío.
Siembre frescas las semillas carnosas
de bulbos como Amaryllis, directamente
P r o p a g a c i ó n
B u lb o s « B o sc o so s »
Plante todo el contenido de
bulbos y tierra, de manera
que la parte superior de la masa
esté a 2,5 cm debajo de la
superficie. Afirme, etiquete y
riegue ligeramente.
desde la cápsula, mientras aún esté ver­
de. Si las deja dentro de la cápsula, las
semillas podrían germinar in situ y en­
tonces debe retirar y sembrar al modo
acostumbrado. Siga cultivando los plan­
tones (véase «Cuidado de plantones»,
p. 238). Los plantones de algunos géne­
ros, como algunas especies de Hippeas­
trum, permanecen en desarrollo activo
durante más de una estación; si es así,
manténgalas húmedas y crecerán hasta
que florezcan sin volverse inactivas.
Semillas de germinación errática
Las semillas de algunos bulbos, como
las de lirios Juno, germinan de un modo
muy errático, a veces a lo largo de va­
rios años. Si después de dos estaciones
sólo han aparecido algunos plantones,
cambie todo el tiesto sin tocar el abo­
no; los de germinación tardía general­
mente aparecen un año después.
Germinación en sacos de plástico
Las semillas de algunos géneros pueden
germinar en sacos de plástico en vez de
tiestos; esto se aplica con mayor frecuen­
cia a las azucenas (Lilium), pero es apli­
cable a la mayoría de bulbos de semi­
llas grandes, como Fritillaria, tulipanes,
y géneros no resistentes, como Hip­
peastrum.
Mezcle las semillas con tres o cuatro
veces su volumen de sustituto de turba
húmedo, turba, perlita o vermiculita. El
medio utilizado no debe exudar agua al
exprimirlo. Agregue un poco de fungi­
cida, coloque la mezcla en sacos de plás­
tico, después etiquete y selle.
En el caso de las semillas que se be­
nefician de un período tibio inicial,
como las especies más pequeñas de Hip­
peastrum, mantenga los sacos a 21° C,
en un armario ventilado o cerca de una
caldera de calefacción central. Cuando
las semillas hayan germinado, trasplante
los plantones a tiestos o bandejas con
tierra para esquejes bien drenada y man­
tenga en condiciones más frescas. Si las
semillas no germinasen después de seis
a ocho semanas, lleve los sacos a una
P l a n t as B u l b o s a s
C óm o E sc a m a r A z u c e n a s
1 2
Limpie el bulbo y retire
y descarte todas las escamas
exteriores dañadas. Arranque seis
escamas buenas lo más cerca
posible de la base.
5 8
Cuando se hayan desarrollado
pequeños bulbillos en las
escamas, retire las escamas si
estuviesen blandas. Si son
carnosas y firmes, déjelas
pegadas a los bulbillos.
cajonera o invernadero fresco hasta que
germinen.
Escamado
El escamado es un sistema de propaga­
ción importante para las azucenas (Li-
lium), pero también puede emplearse
para otro géneros que tengan bulbos
consistentes en escamas, como algunas
especies de Fritillaria. Los bulbos de la
mayoría de las azucenas están compues­
tos por unos anillos de escamas concén­
tricos, sujetos en la parte inferior a una
lámina basal. Si éstas se separan del bul­
bo madre cerca de la base, de manera
que conserven un poco de tejido basal,
pueden desarrollar bulbillos, a menudo
cerca de la base de la escama.
Retire escamas de azucena para pro­
pagar a finales de verano o a principios
de otoño, antes de que comience el de­
sarrollo de las raíces. Retire los bulbos
inactivos y después algunas escamas. En
general sólo necesitará unas pocas, y el
bulbo madre puede volver a plantarse,
floreciendo a la siguiente estación. Si re­
quiere muchas plantas nuevas, escame
todo el bulbo. O, sin retirar los bulbos
madre, retire la tierra circundante y coja
algunas escamas.
Coloque polvo fungicida
en una bolsa de plástico y
agregue las escamas. Sacuda
suavemente para que todas las
escamas queden cubiertas de polvo.
Plante los grupos de bulbillos
individualmente en tiestos
pequeños o en grupos en una
bandeja. Revista los tiestos con
gravilla, etiquete y deje en un sitio
tibio e iluminado.
Seleccione sólo escamas gordas, sin
enfermedades y sin manchas. Si sólo usa
algunas escamas para propagar, espol­
voree con fungicida, después mezcle con
sustituto de turba húmedo y perlita o
vermiculita dentro de un saco de plásti­
co. Selle y coloque en un sitio oscuro y
tibio a 21° C, durante aproximadamen­
te tres meses. Después coloque el saco
en un sitio frío, como una nevera (pero
C óm o P r o pa g a r Bulbos por
1
Retire las escamas exteriores
marrones de un bulbo (aquí,
narciso). Con un cuchillo afilado,
corte las raíces sin dañar la
lámina de base y rebane la nariz.
Retire el fungicida sobrante. Hinche la bolsa, después selle
3 Coloque las escamas recubiertas 4 y etiquete. Almacene en lugar
dentro de otra bolsa conteniendo
una mezcla de mitad sustituto de
turba o turba y mitad perlita.
A la primavera siguiente,
7colocando
temple los bulbos jóvenes
los tiestos en una
cajonera.
no en el congelador), durante seis a ocho
semanas para estimular la producción
de bulbillos. Cuando esto ocurra, llene
algunos tiestos con tierra para esquejes
bien drenada. Introduzca una o más es­
camas con sus bulbillos, de manera que
la parte superior de las escamas quede
justo debajo de la superficie.
Durante el tiempo caluroso, conser­
ve los tiestos en cajonera sombreada o
E scam a d o G em elo
Coloque el bulbo invertido
apoyado sobre el extremo
cortado. Corte hacia abajo a través
de la lámina de base, dividiendo en
pequeños trozos, cada uno con un
trozo de lámina.
tibio y oscuro a 21° C.
En otoño, cuando los bulbos
hayan crecido, retire de los
tiestos y separe. Coloque en
tiestos individuales o plante en su
posición definitiva.
invernadero fresco. Durante el verano,
sumerja los tiestos de bulbos resisten­
tes en una cajonera o en un sitio prote­
gido del jardín. A finales de la primera
estación de desarrollo, separe los bul­
billos y coloque individualmente en
tiestos, dentro de tierra de buen dre­
naje, adecuado para bulbos maduros
(véase «Tierras para bulbos a cubier­
to», p. 232). Siga cultivando en un in-
Divida los trozos en pares de
3 escamas pelando las capas
hacia atrás. Use un escalpelo para
cortar cada par con un trozo de
lámina de base pegada (véase
detalle).

invernadero fresco o cajonera hasta la
próxima primavera, cuando podrá cam­
biar a un contenedor o plantar en su lu­
gar de floración en el jardín.
Otra opción consiste en introducir,
después de espolvorear con fungicida,
las escamas en bandejas con una mez­
cla de 2 partes de vermiculita húmeda,
perlita o sustituto de turba, con 1 parte
de arena gruesa. Conserve húmedas y
sombreadas, mejor en un invernadero ti­
bio a 21° C, durante dos meses. En pri­
mavera, lleve a un sitio fresco para esti­
mular la producción de hojas; entonces
podrá cambiar los bulbillos individual­
mente a tiestos y seguir cultivando du­
rante un año, antes de plantar fuera.
Escamado gemelo
Este método se utiliza para aumentar las
existencias de géneros como narcisos, ja­
cintos y campanillas de invierno (Ga-
lanthus). Corte los bulbos en pares de
escamas, de manera que cada par con­
serve un trozo de la lámina basal. Ase­
gúrese de tener las manos, el cuchillo y
la superficie de corte escrupulosamen­
te limpias, para que ninguna enferme­
dad pueda afectar las escamas cortadas.
Después de espolvorear las escamas ge­
melas con fungicida, trate igual que a
las individuales (véase p. 240).
Corte de bulbos en
secciones
El seccionado no es muy utilizado por
los novatos, pero es un sistema útil para
los bulbos que no se dividen con facili­
dad ni producen semillas; éstos pueden
seccionarse cerca del final del período
inactivo: pueden cortarse partes de la lá­
mina basal o cortar el bulbo a trozos.
Astillado
Muchos bulbos pueden propagarse al fi­
nal de la inactividad, a principios de oto­
ño, cortando en varios trozos o «asti­
llas». El astillado permite una propa­
gación más rápida de aquellos que no-
C orte de B u lb o s para P r o pa g a r
Coja un bulbo grande y sano
(aquí, Cyclamen hederifoliumj
y corte en dos o tres trozos con
un cuchillo limpio. Cada trozo
debe tener al menos un punto de
desarrollo. Espolvoree las
superficies con fungicida.
C óm o P r o pa g a r Bulbos po r
Cuando el follaje se haya
extinguido, retire los bulbos
inactivos y elija un ejemplar sano
y no dañado (aquí, Hippeastrum/
Recorte el extremo de desarrollo y
las raíces, cuidando de no cortar
la lámina de base.
t fr o U L s S L ti
Repita hasta cortar el bulbo
4fungicida
en 16 astillas. Empape en
durante 10-15 minutos,
agitando el contenedor
ocasionalmente. Drene el exceso
de humedad.
se propagan con facilidad por acodos;
también sirve para aumentar las existen­
cias de cultivares nuevos. Los grandes,
como los de narcisos o Hippeastrum,
pueden cortarse hasta en 16 astillas; los
más pequeños de los narcisos, y otros,
como los de campanillas de invierno, se
cortan en 4 u 8 segmentos.
Una buena higiene resulta esencial
para evitar la infección de las astillas a
Deje los trozos sobre una
bandeja de alambre durante
48 horas, hasta que las superficies
de corle formen un callo (véase
detalle). Coloque individualmente en
tiestos con tierra drenada a fondo.
P r o p a g a c i ó n
A s t il l a d o
Corte cada mitad del mismo
2 unaColoque el bulbo encima de
superficie de corte limpia, 3láminamodo, asegurándose de que la
con la lámina de base hacia arriba. de base esté dividida en
Con un cuchillo limpio y afilado, partes ¡guales entre cada trozo.
corte el bulbo en mitades.
5 6
Llene algunas bolsas de plástico Cuando los bulbillos
a medias con 11 partes de
vermiculita, humedecida con 1
aparezcan alrededor de la
lámina de base de las astillas,
parte de agua. Coloque varias
astillas en cada bolsa. Selle con
plante individualmente en tiestos
de 6 cm llenos de tierra para
tiras de goma o plástico. Almacene tiestos de buen drenado. Coloque
en sitio tibio, oscuro y ventilado. en un sitio protegido.
través de sus superficies cortadas. Lle­
ve guantes para protección c higiene, ya B u lbo s
que algunas personas son alérgicas a la P r o pa g a b l e s
savia que rezuman los bulbos al cortar­ p o r A st il l a d o
se. Limpie y esterilice los bulbos con al­
cohol metílico para evitar que se pudran. Erythronium
Use un cuchillo o escalpelo esterilizados Fri tillaria
en alcohol metílico para cortar los bul­ Galanthus Hippeastrum
‘Striped’
bos sobre una superficie limpia y desin­ Hippeastrum,
fectada. Empape las astillas en un fun­ algunas * (esps.
gicida como «benlate» después de e híbridos)
cortar. O espolvoree las superficies con Hyacinthus
flores de azufre. Iris 0
Almacene las astillas en sacos de plás­ Narcissus
tico llenos de vermiculita, en la oscuri­ Neme, algunas #
dad, durante 12 semanas, dejando bas­ Scilla, algunas * i p
tante aire dentro de ellos. Para la Sternbergia
mayoría de géneros, una temperatura de C lavk
20°-25° C da buenos resultados. Sepa­ # No resistentes
re los bulbillos jóvenes que se desarro­
llan sobre las astillas y cultive dentro de
bandejas con tierra para tiestos de buen
drenaje. En general, alcanzan el tama- Crocosmia y Gladiolus, hacen lo pro­
fio de floración en dos o tres años. pio. Estos tubérculos y tallos bulbosos
pueden propagarse cortando en trozos,
Corte de bulbos con extremos a condición de que cada uno tenga un
de desarrollo punto de desarrollo.
Algunas especies de ciclamen, en espe­ Prepare tiestos de 5-6 cm con algunos
cial C. Iiederifolium y C. rohlfsianum, trozos cubriendo el fondo para un buen
forman múltiples extremos de desarro­ drenaje y llene casi por completo con tie­
llo en la superficie de los tubérculos. Los rra bien drenada. Espolvoree los tro­
tallos bulbosos de varios géneros, como zos con fungicida e introduzca indivi-
P la ntas B u l b o sa s

dualmcntc dcniro del abono, con los

puntos de desarrollo hacia arriba. Cubra C ó m o P r o p a g a r J a c in t o s por E x t r a c c ió n con «C uchara»
los tubérculos con más abono. Revista
con gravilla, etiquete y deje en inverna­
dero frío hasta que comienzan a crecer.
Mantenga la tierra suficientemente
húmeda como para alimentar los trozos
hasta que comiencen a crecer.
Siga cultivando con buena luz en una
cajonera y evite el caliente sol veranie­
go. Riegue cuidadosamente, no deje que
las plantas jóvenes se resequen durante
su desarrollo. Plante fuera al siguiente
otoño.
Cortado sencillo Con un cuchillo o una Sumerja las superficies cortadas Riegue ¡a arena ligeramente
Con un cuchillo afilado, practique cor­ cucharita afilada, extraiga la en fungicida y después coloque para mantenerla húmeda.
tes de 0,5 cm de profundidad a través parte interior de la lámina de los bulbos —con las zonas Cuando se formen bulbillos
de una lámina basal; el número de cor­ base del bulbo, dejando intacto el extraídas hacia arriba— sobre una alrededor del borde de la base
tes dependerá del tamaño del bulbo. Es­ borde exterior. Descurte la lámina bandeja con arena. Coloque la extraída, separe de la madre y
polvoree los cortes con fungicida. Con­ de base. bandeja en un armario ventilado. coloque en tiestos.
serve dentro de un saco de plástico con
vermiculita o perlita húmedas y un poco
de fungicida en un sitio tibio.
El corte en la base estimula la forma­
Extracción de jacintos seguir cultivando, al igual que los bul-
bilos (véase «Propagación de bulbilos y
venes que conservan un trozo del tu­
bérculo madre, del que se desarrollan
ción de bulbillos. Cuando se hayan for­ La extracción es una técnica utilizada bulbillos», p. 237), en tiestos indivi­ nuevas raíces. Los esquejes se colocan
mado, introduzca el bulbo cabeza aba­ para el propagado comercial de jacin­ duales. dentro de una bandeja de tierra húme­
jo dentro de tierra arenosa de 1 parte tos. El centro de la lámina basal del bul­ da hasta que arraiguen y después se co­
sustituto de turba por 1 de perlita o are­ bo se extrae y se descarta, la superficie locan en tiestos. Siga cultivando los es­
na gruesa. descubierta se espolvorea con fungicida, quejes arraigados en invernadero tibio
Los bulbillos se desarrollarán por en­
cima del bulbo antiguo. Un año des­
y el bulbo se conserva cabeza abajo, en
condiciones oscuras y tibias. Finalmente,
Esquejes de base hasta que hayan pasado las heladas.
Temple en cajonera y plante fuera a prin­
pués, separe los bulbillos con cuidado, se formarán una serie de bulbillos alre­ A finales de invierno, pueden utilizarse cipios de verano. En primavera, propa­
plante en bandejas y siga cultivando en dedor de la superficie cortada. Enton­ los tubérculos retoñados de algunos bul­ gue begonias tuberosas y gloxíneas (Sin-
un invernadero fresco. ces podrá separarlos del bulbo madre y bos como esquejes basales: vástagos jó­ ningia speciosa) con este método.

Extracción y marcado de Trillium

E x t r a c c ió n d e P untos
Se pueden utilizar varias técnicas de C ó m o P r o p a g a r T r il l iu m s por M arcado d e D e sa r r o llo
cortado para la propagación de los ri­
zomas de Trillium a finales de vera­
no, después de que se hayan extingui­
do las hojas.
Un método que evita retirar la
planta madre consiste en extraer una
cantidad de tierra suficiente como
para exponer los extremos de los ri­
zomas, marcando un corte poco pro­
fundo alrededor del punto de creci­
miento de cada rizoma. Espolvoree
con fungicida y cubra el extremo con Rasque la tierra negra con Con un pincel limpio y suave, Retire el punto de
un revestido de partes iguales de sus­ cuidado para exponer el rizo­ pinte la superficie cortada del desarrollo del rizoma por
tituto de turba y arena gruesa, o con ma. Marque una incisión poco rizoma con polvo fungicida. completo, haciendo un corte
tierra, si es ligera y de buen drenaje. profunda alrededor con un cuchi­ en forma de «cucharita» con
Deberían formarse pequeños rizomas llo afilado y limpio, justo debajo el extremo de un cuchillo lim­
a lo largo de las superficies cortadas del punto de desarrollo. pio y afilado.
y, con el tiempo, hacerse lo bastante
grandes para propagar.
Alternativamente, retire los rizomas
y extraiga sus puntos de desarrollo.
Efectúe «cucharaditas» cóncavas en
vez de cortar a través de la base de
los puntos de desarrollo para asegu­
rar que no quedan trozos de tejido
blando, que podrían pudrirse. Espol­
voree los cortes con fungicida y vuelva
a plantar los rizomas. Deberían for­
marse pequeños rizomas alrededor Cubra el rizoma marcado Un año después, retire la tierra Espolvoree las superficies
del extremo de desarrollo extraído. cuidadosamente con una mezcla negra para descubrir los rizo­ cortadas del rizoma madre
Un año después, descubra los rizo­ de sustituto de turba y arena gruesa mas y retire los jóvenes que se ha­ con fungicida. Vuelva a cubrir
mas, retire los jóvenes y siga cultivan­ a partes iguales hasta el mismo ni­ yan formado. Coloque individual­ con tierra y afirme con
do en tiestos, al igual que para los vel anterior. Afirme suavemente mente en tiestos y siga cultivando. suavidad.
plantones jóvenes. con los dedos.
Azucenas
as azucenas están entre las plan­
L tassas: floridas veraniegas más gracio­ viduales en contenedores, especialmen­
sus tallos altos y delgados llevan flo­te en terrazas y patios. Las de la Div.
res en una enorme variedad de colores
deslumbrantes y formas exóticas. Hay
muchas entre las cuales elegir: más de
80 especies y miles de híbridos, que to­
leran condiciones diferentes y, por lo
tanto, son más fáciles de cultivar.
Clasificación de las
azucenas
Las azucenas se clasifican en nueve di­
visiones diferentes, basadas en su origen,
ascendencia y flores:
Div. I Híbridos de especies asiáticas,
como L. cernuum y L. davidii.
Div. II Híbridos de L. martagón y
L. hansonii.
Div. III Híbridos de L. candidum y
L. chalcedonicum.
Div. IV Híbridos de azucenas de espe­
cies americanas.
Div. V Híbridos de L. longiflorum y
L. formosanum.
Div. VI (Híbridos aurelianos): azucenas
tromponas y cruces de L. henryi.
Div. VII (Híbridos orientales): de espe­
cies japonesas.
Div. VIII Todos los otros híbridos.
Div. IX Todas las especies y cultivares.
Dónde plantar azucenas
Las azucenas son excelentes plantas de
orlas y boscosas, además de soberbias
compañeras de las rosas. Algunas de las
más pequeñas pueden utilizarse para
agregar colorido de verano al jardín de
rocas, cuando la mayoría de las alpinas
han terminado de florecer. Tienen un as­
P r o p a g a c ió n a p a r t ir de
A lo largo de finales de
verano, apenas los bulbilos se
aflojen y maduren, tómelos de las
axilas de las hojas de los tallos de
la azucena arrancando con
cuidado.
pecto espléndido como ejemplares indi­
V
no son resistentes, pero son excelentes
plantas de tiesto para el jardín de invier­
no y el invernadero frío.
Plantado y cuidado
Compre siempre bulbos frescos y plan­
te de inmediato. No compre los secos o
marchitos. La mayoría de las azucenas
crecen bien en una gama de suelos. Las
de la Div. III prefieren suelos alcalinos
y pleno sol; los híbridos de la Div. Vil
deben cultivarse en suelos no calcáreos
o en tierra ericácca en contenedores; los
híbridos de la Div. IV se adecúan me­
jor a condiciones boscosas húmedas.
Plante las azucenas en otoño, a dos ve­
ces y media el largo de los bulbos, en
suelos bien preparados y drenados; L.
candidum sólo requiere 2,5 cm de tie­
rra sobre el bulbo y debe plantarse a fi­
nales de verano. El cuidado rutinario de
las azucenas es similar al de la mayoría
de los bulbos (véase p. 234-236): esta­
que las plantas correctamente, de mane­
ra que sus tallos floridos no se rompan.
Propagación
Las azucenas se propagan con facilidad
por bulbilos de tallo, escamas, semillas
o por división sencilla, en el caso de L.
pardalinum y los híbridos de la Div. IV.
Propague siempre a partir de existencias
sanas.
Bulbilos y bulbillos
Las especies como L. lancifolium (sin.
L. tigrinum), L. bulbiferum y sus híbri­
dos producen bulbilos de tallo en las axi­
B u l b il o s de T allo
2 2
Introduzca los bulbilos en
bandejas con mezcla húmeda
de tierra negra, presionando
suavemente en la superficie.
Cubra con gravilla y etiquete.
Coloque en cajonera hasta que se
desarrollen los bulbos jóvenes.
Formas d e las Flores de A zucena
l.ilium martagón !.. bulbiferum var. !.. monaclelpltum
(flores inclinadas,
perfumadas, en forma
croceum
(en forma de cáliz)
(trompas perfumadas)
de gorro de turco)
I.. chalcedonicum
/.. ‘Connecticut King’ !.. regale
(flores mirando hacia (trompas fragantes (gorro de turco,
perfumadas)
arriba, en forma de mirando hacia fuera)
copa)
las de sus hojas y bulbillos en la base Plagas y enfermedades
de sus tallos de floración antiguos. Re­
tírelos y coloque en tiestos para seguir Las azucenas son especialmente vulne­
cultivando. El siguiente otoño plante rables a diversos virus (p. 553), transmi­
fuera toda la bandeja de bulbos jóvenes tidos por pulgones. Los síntomas visi­
bles son hojas manchadas y torcidas. L.
o coloque individualmente en tiestos.
lancifolium y algunos de sus híbridos
Semillas, escamado y división son portadoras, pero no muestran sín­
Si siembra semillas producirá bulbos vi­ tomas; manténgalas apartadas de otras
gorosos y libres de virus (véase «Culti­ azucenas para evitar infecciones. En
vo de azucenas a partir de semillas», p. condiciones húmedas, de vientos esca­
238), pero es un sistema lento; las azu­ sos, el moho gris/fíotrytis (p. 550) puede
cenas de la Div. V son fáciles de propa­ causar problemas. Los escarabajos de
gar de esta manera. Para más detalles azucena rojos (p. 548) destruyen tallos
véase pp. 237 y 240. y flores.
C u l t iv o d e A z u c e n a s a p a r t ir de B u l b il l o s
Después de florecer, retire el Plante los bulbillos a dos
bulbo y el tallo muerto, veces más profundidad que su
arranque los bulbillos, y vuelva a altura, en tiestos de 13 cm con
plantar el bulbo principal. O deje mezcla para esquejes de tierra
el bulbo dentro del suelo, negra. Cubra con una capa de
cortando el tallo por encima para gravilla, etiquete y coloque en
retirar los bulbillos. cajonera hasta la primavera.
 10
E l J a r d ín A cu á tic o
n e l e m e n t o a c u á t i c o resulta muy atrayente en cualquier dín acuático proporciona hábitats para una gama específica de

U jardín, ya sea un estanque formal agraciado por nenúfares plantas, además de atraer a una gran cantidad de fauna, que pue­
y el resplandor brillante de las carpas doradas, un arro- de comprender tritones, ranas, sapos, libélulas e incluso pájaros
yuelo rodeado de helechos o una charca sencilla reflejando Iaacuáticos.si­ El agua puede ser calmante o excitante: el agua quieta
lueta escultural de un grupo de lirios; hay un estilo adecuado a se valora por sus propiedades reflectantes y su tranquilidad, mien­
cada emplazamiento. Hasta el jardín de atrio más pequeño y si­ tras que aquella en movimiento —ya sea como fuente clásica o
lencioso puede adquirir vida a través del murmullo del agua en como impetuosa cascada— agrega un sonido delicioso y una vi­
movimiento y los reflejos danzantes de luz. La creación de un jar­ talidad dinámica al jardín.

Diseño de un jardín acuático

A
diferencia de cualquier otro ele­
mento del jardín, el agua aporta
un dibujo siempre cambiante de refle­
jos, sonidos y movimiento de particu­
lar encanto. Incluso helada, la superfi­
cie ofrece contrastes de color y textura.
Un estanque es un elemento acuático
popular, pero hay otros: una cascada,
una fuente o una corriente.
Un elemento acuático en un jardín
permite el cultivo de muchas plantas que
110 prosperan en otras condiciones, des­
de el «mordisco de rana» (Hydrocharis
morsus-ranae) flotante y el jacinto de
agua (Eichhornia crassipes) hasta las
prímulas candelabro del jardín de pan­
tano.
Al decidir qué tipo de elemento acuá­
tico crear, tenga en cuenta el tamaño y
estilo del jardín. Si es grande e informal,
una corriente sinuosa puede resultar
efectiva, mientras que en un jardín ciu­
dadano cerrado, una fuente en relieve
puede ser adecuada.
Se puede incluir el agua en un jardín
infantil en forma de una atractiva «fuen­
te de burbujas», en la que el agua sal­
pica por encima de piedras y circula sin
alcanzar profundidad. U n J a r d ín A c u á t ic o N a t u r a l is t a
En un jardín informal o semisilvesire, un arroyo sinuoso altura y color al esquema, mientras que plantados
proporciona una zona frondosa y fresca donde sentarse y marginales de Iris pseudacorus amarillo brillante,
Emplazamiento de un relajarse. Unas nubes de rododendros rosados agregan helechos y juncos enlazan el arroyo y el jardín.
estanque tas sustancias siempre son adversas a la
Una ubicación abierta y soleada, lejos puesto, ya que ello restringiría la gama
Aproveche la característica reflectante de árboles inclinados sobre ella, propor­ vida en el estanque. Dirija desborda­ de plantas cultivables y éstas podrían ne­
del agua emplazando un estanque en el cionará las mejores condiciones en que mientos potenciales hacia un sistema de cesitar protección invernal.
que se refleje un elemento llamativo, poder cultivar la mayoría de las plan­ drenado adecuado. Los terrenos con un
tal vez una planta individual o una es­ tas acuáticas. nivel freático alto pueden causar proble­
tatua.
Colocar una superficie reflectante en
Si piensa emplazar un estanque en un
terreno mojado propenso a estar anega­
mas porque, en períodos muy lluviosos,
la presión del agua inferior puede lle­
Estanques informales
el sitio elegido le ayudará a tener una do, controle que no exista peligro de li­ gar a deformar el revestimiento del es­ En un jardín informal, un estanque hun­
idea de los reflejos que se verán de día xiviación de residuos de fertilizantes o tanque. dido natural puede lucir su mejor aspec­
y al atardecer; observe desde vistas prin­ pesticidas dentro del agua desde huer­ No lo emplace en un hueco propen­ to. En general es de forma irregular y
cipales, visibles desde la casa y el patio. tos o campos de cultivo adyacentes. Es­ so a las heladas ni en un sitio muy ex- curva, bordeado de materiales natura-

U n E sta n q u e F orm a l
Los lirios de agua (Nymphaea) llevan elegancia y color a un estanque
rectangular. Un reloj de sol relaciona formalidad e informalidad.
les, como césped o piedras, para rela­
cionarlo con el jardín. La superficie es
sólo una parle del esquema total: la in­
clusión de plantas ribereñas y amantes
de la humedad alrededor del estanque
—para suavizar u ocultar el contorno
por completo— ayudará a crear un efec­
to frondoso y refrescante.
Estanques formales
Contrastando con el efecto natural de
uno informal, un estanque formal cons­
tituye un elemento mucho más audaz.
Puede ser en relieve o hundido y, en ge­
neral, es de diseño geométrico y regu­
lar. Generalmente, el espacio dedicado
a la plantación es menor que en uno in­
formal, aunque las plantas de flores y
hojas flotantes (p. cj. los lirios acuáti­
cos) a menudo están incluidas; las plan­
tas esculturales, como ciertos helechos,
proporcionan reflejos atractivos, cultiva­
dos al borde del estanque. Una fuente
o un chorro de agua, complementando
el estilo del estanque, pueden constituir
un agregado ornamental atractivo.
Lejos de quedar disimulado, el bor­
de es un elemento importante: puede
consistir en un pavimentado atractivo o,
si se trata de un estanque en relieve, pue­
de ser lo bastante ancho para conformar
un asiento; este tipo de diseño resulta
muy adecuado para los ancianos o los
minusválidos.
En muchos casos, los estanques for­
males están emplazados para formar un
centro de atención llamativo, por ejem­
plo en el cruce principal de senderos o
donde pueden ser observados desde las
ventanas o terraza de la casa.
tuberías similares a los utilizados para
una corriente de agua; la bomba hace
circular el agua desde un estanque o de­
pósito en la parte trasera del surtidor
hasta salir por la «boca».
Arroyos, corrientes de
agua y cascadas
Pocos jardines poseen un arroyo o co­
rriente de agua naturales, pero es posi­
ble crear una corriente circulante, que
se derrame dentro de un estanque o de­
pósito subterráneo. La creación de una
corriente o una cascada es una buena
y atractiva manera de aprovechar los S u r t id o r de A gua T r a d ic io n a l
cambios de nivel del jardín. Puede servir, La piedra envejecida se complementa
en este sentido, para relacionar partes con este surtidor tradicional en un
del jardín, además de ofrecer aspectos jardín de pequeñas dimensiones.
interesantes entre los distintos niveles.
En un jardín informal, una corriente
de agua puede adquirir un aspecto más plantas acuáticas y aquellas amantes de
natural bordeada de rocas o piedras y la humedad, además de unas condicio­
plantas amantes de la humedad, como nes ideales para la fauna.
helechos y lirios.
Las ornamentales de hojas grandes, Jardines de pantano
como Rheum palmatum, son especial­ La creación de un jardín de pantano es
mente valiosas para corrientes construi­ un modo mejor de utilizar terrenos ane­
das a partir de un revestimiento o uni­ gados que luchar contra la naturaleza
dades prefabricadas, ya que ayudan a intentando drenarlos. Mientras que el
Fuentes disimular los bordes. suelo cercano a un estanque artificial tie­
ne pocas probabilidades de ser lo bas­
El estilo y tamaño de la fuente debe con­ tante húmedo para proporcionar condi­
siderarse dentro del contexto del estan­ Zonas de pantano ciones adecuadas para el cultivo de
plantas de pantano, en general un reves­
que y el diseño del jardín. Además de
servir como centro de atención en jar­ y fauna timiento subterráneo conservará sufi­
dines formales, una fuente también re­ ciente humedad.
sulta inestimable para agregar altura a En un diseño naturalista c informal, un Los jardines de pantano proporcionan
un diseño y aportar sonido, movimien­ jardín de pantano constituye un elemen­ un desarrollo fresco a fines de verano,
to y reflejos de luz. Además, son espe­ to atractivo y poco convencional. Gene­ cuando muchas otras plantas muestran
cialmente atractivas iluminadas por las ralmente ubicados al lado de estanques,
los jardines de pantano proporcionan
los efectos de la sequía; sin embargo, la
noches. mayoría de las plantas de pantano se ex­
Una fuente de burbujas o de cantos una transición natural y gradual entre tinguen naturalmente después de las he­
rodados, en las que el agua burbujea so­
bre piedras hasta un pequeño depósito U na C o r r ie n t e d e
subterráneo, tiene un aspecto más infor­ A gua In fo rm a l
mal que una fuente estándar y resulta Una terraza de esclusas
ideal en un jardín frecuentado por niños. formadas por planchas
Además de ser ornamentales, las gruesas de piedra crea
fuentes tienen una función práctica: el cascadas que se
salpicado oxigena el agua y ello es be­ derraman en un
neficioso para los peces. Sin embargo, estanque poco
dado que la mayoría de las plantas acuá­ profundo, revestido de
ticas no prosperan en aguas removidas, cantos rodados. Las
no cultive cerca de una fuente. plantas colgantes como
las hiedras (Hederá),
los arces japoneses
Surtidores (Acer palmatum) y las
prímulas ayudan a
Mientras que una fuente o cascada pue­ interrumpir las líneas
de resultar demasiado grande en jardi­ rígidas de las piedras,
nes promedio, un surtidor proporciona mientras que el
todo el placer del agua corriente en una recorrido sinuoso de la
escala lo bastante pequeña para el más corriente confiere
diminuto de los jardines o jardines de informalidad y encanto
invierno. Existen muchos estilos, desde al esquema.
la clásica cabeza de león o gárgola en
lo alto de un estanque hasta la sencillez
de una caña de bambú oriental, gotean­
do agua sobre piedras.
En general, los surtidores están fija­
dos a un muro, y tienen una bomba y

R e l a c ió n d e l E s t a n q u e c o n e l J a r d ín
Unas piedras sólidas forman un borde práctico y agradable para este
estanque serniformal con plantas de rocas que enlazan con el jardín.
ladas, de manera que no aportan mu­
cho interés en los meses invernales.
Estanques para la fauna silvestre
Un elemento acuático aumenta la varie­
dad en un jardín con fauna silvestre,
ofreciendo un hábitat para aves acuáti­
cas, tritones, ranas y una enorme gama
de insectos. Si se limita a plantar espe­
cies nativas, sólo atraerá más fauna,
aunque muchas plantas nativas pueden
resultar invasoras; incluyendo algunas
ornamentales exóticas creará una opor­
tunidad mayor para convertir el estan­
que en un elemento muy decorativo. Los
estanques informales de fondos fango­
sos y bordes ligeramente inclinados, in­
tercalados con grandes piedras planas,
resultan muy adecuados, proporcionan­
do condiciones ideales para los anfibios.
Jardines acuáticos
en contenedores
En un jardín o patio pequeños —o don­
de una obra de construcción mayor re-
E stanque d e C o n t e n e d o r
Un caldero de metal sellado ofrece el
sitio perfecto para cultivar uno o
dos lirios acuáticos en miniatura,
por ejemplo Nymphaea pygmaea
‘Hclvola’.
sulta impracticable, sigue siendo posi­
ble poseer un estanque a través de de
un contenedor adecuado, como medio
barril revestido y sellado. Un contene­
dor sólo resulta apto para el cultivo de
algunas plantas selectas y recuerde que
los peces no sobrevivirán en él en el ex­
terior, durante el invierno. Si utiliza un
contenedor metálico, debe revestirlo con
pintura de caucho, de otro modo resul­
taría dañino tanto para plantas como
para peces.
Plantas para el jardín
acuático
En cualquier jardín acuático, las plan­
tas son vitales para el esquema. Un fo­
llaje y flores lozanas lo realzan y lo re­
lacionan con el jardín, mientras que
algunas plantas ayudan a mantener el
agua clara y, en el caso de las oxigenan­
tes, buenas condiciones, asimismo, para
los peces.
Las plantas adecuadas para un jardín
acuático comprenden desde las que
prosperan en aguas profundas hasta las
que requieren suelo húmedo sólo en los
extremos de las raíces. En general se
agrupan en seis categorías: oxigenado-
ras, de aguas profundas, flotadoras en
la superficie, marginales, de pantano y
amantes de la humedad.
Oxigenadoras
Las especies de Lagarosiphon major
(sin. Elodea crispa) y Myriophyllum son
ejemplos de oxigenadoras: plantas su­
mergidas de desarrollo rápido, que ayu­
dan a limpiar y oxigenar el agua. En
tiempo soleado, las algas sumergidas
pueden volver verde un estanque nuevo
una o dos semanas después de la insta­
lación. Las oxigenadoras compiten por
las sales minerales disueltas con las que
prosperan las algas y acaban por absor­
ber los alimentos y matarlas, dejando
el agua clara. Las oxigenadoras son
esenciales si pretende tener peces en el
estanque.
Plantas de aguas profundas
Éstas prosperan a profundidades que va­
rían entre los 30-90 cm. Esta categoría
comprende plantas como Aponogeton
e Hydrocleys, y los lirios acuáticos
(Nymphaea) conforman el grupo mayor
(véase pp. 248-249).
Además de su valor decorativo, las
hojas flotantes también ayudan a man­
tener bajo el nivel de algas puesto que
reducen la cantidad de luz que alcanza
a la superficie.
Flotadoras en la superficie
Las flotantes, como Azolla caroliniana
y Trapa natans, cumplen una función
similar a las de aguas profundas, espe­
cialmente durante la fase de estableci­
miento. Es vital impedir que cubran una
superficie demasiado extensa, ya que las
oxigenadoras podrían sufrir si no reci­
ben suficiente luz.
Marginales
Se cultivan en los bordes de los estan­
ques en aguas poco profundas: general­
mente a 7-15 cm, pero a veces hasta a
30 cm de profundidad. Muchas de és­
tas son muy atractivas, como Iris laevi-
gata ‘Variegata’ con abanicos de hojas
estriadas de color verde y crema y flo­
res azul lavanda y, en un estanque in­
formal, son inestimables para interrum­
pir el contorno.
En un estanque para fauna silvestre,
las marginales proporcionan cobijo para
las aves y otras criaturas pequeñas. Al­
gunas especies, como Mentha aquatica
y Verónica beccabunga también ayudan
a oxigenar el agua.
Plantas de pantanos
Las plantas amantes de los pantanos,
como Lysichiton y algunas especies de
Caltha, prosperan en suelos anegados
y toleran una inundación ocasional.
Bajo el encabezamiento de plantas de
J a r d ín d e P a n t a n o
El suelo pantanoso junto a un estanque resulta ideal para plantas como
Primula bulleyana e Iris laevigata. Phormium tenax centra el diseño.
pantanos, los catálogos de los viveros in­
cluyen plantas que crecen en suelos hú­
medos e incluso mojados pero que no
toleran los anegados; al hacer el pedi­
do, asegure que las plantas elegidas to­
leren niveles de agua elevados alrededor
de las raíces.
Plantas amantes de la humedad
Prosperan en suelos que contienen hu­
medad suplementaria sin estar anega­
dos. Comprenden muchas herbáceas pe­
rennes, como Astilbe, Ligularia y Prí­
mula florindae. Todas se asocian bien
con las marginales en las zonas que ro­
dean estanques naturales e informales.
Plantaciones asociadas
Cree un despliegue atractivo y variado,
mezclando plantas de hábitos de desa­
rrollo y alturas diferentes alrededor del
estanque. Para el buen desarrollo del sis­
tema, aplique unos principios de dise­
ño simiiares a los de la plantación del
resto del jardín, con diversidad de for­
mas y aspectos (véase también «Princi­
pios de plantado», pp. 21-26). Emplace
Gunuera manicata p. ej. de manera que
sus grandes hojas en forma de bandeja
se eleven por encima de las espadas so­
bresalientes de Acorus calamus.
Emplee las marginales como realce
para las de aguas profundas o margina­
les profundas —una isla de lirios acuá­
ticos como Nymphaea alba con sus flo­
res de un blanco puro quedaría
bellamente realzada por un grupo de he-
lechos plumas de avestruz (Matteuccía
strulhiopteris).
Las plantas de colores y texturas con­
trastantes proporcionan la posibilidad
de crear combinaciones espectaculares.
Por ejemplo, las espigas floridas rojas
y verticales de Lobelia cardínalis forma­
rían un contraste atractivo con las ho­
jas azul grises en forma de corazón de
Hasta sieboldiana.
Planifique la plantación para proveer
interés consecutivo a lo largo de las es­
taciones. La inclusión de plantas de fo­
llaje siempreverde, como Bergenia, en
los bordes del estanque, proporcionará
una continuidad de formas y colores,
mientras que otros tipos —desde las flo­
res doradas de la hierba centella (Cali­
lla patustris) en primavera, hasta el des­
pliegue veraniego del no-me-olvides—
acuático (Myosotis scorpioides) de deli­
cadas llores azules— servirán para crear
un despliegue estacional cambiante.
Peces
Mientras que la mayoría de los peces de­
corativos viven en armonía con las plan­
tas acuáticas, la inclusión de ejempla­
res de peces de mayor tamaño requiere
ciertas precauciones en el diseño y plan­
tado del estanque. Las oxigenadoras sólo
proporcionan oxígeno a la luz del día y
los peces pueden sufrir estrés durante las
noches cálidas y húmedas, a menos que
les proporcione oxígeno adicional agi­
tando el agua por medio de una fuente.
Si piensa cultivar carpas «koi» gran­
des, recuerde que pueden molestar las
raíces de los lirios acuáticos y otras plan­
tas de aguas profundas, de manera que
cubra el suelo encima de las raíces con
piedras grandes. Los estanques para es­
tos peces deben medir al menos I m de
profundidad y tener caras verticales pro­
yectadas por encima de la superficie,
para impedir que las carpas salten fue­
ra. Las carpas doradas y los arfes son
más fáciles de cuidar, los últimos son pe­
ces decorativos ideales que disfrutan de
aguas poco profundas y se alimentan de
las larvas de insecto presentes. En el jar­
dín de fauna silvestre resultan adecua­
das las especies como las tencas.

Guía de plantas acuáticas para el jardinero

M a r g in a le s p o c o P r o f u n d a s M a r g in a l e s P r o f u n d a s Potamogeton crispus Lytlirum salicaria
(15 ein de profundidad de agua) (30 cm de profundidad de agua) Preslia cervina Osmunda regalis
Acorus gramineus, Acorus catamus, Tillaea recurva Parnassio palustris
A. g. ‘Variegatus’ A.c. ‘Variegatus’ Peltiphyllum peltatum
Alisma parviflora Alisma lanceolatum, Phalaris arundinacea
Calla palustris A. plantago-aquatica A c u á t ic a s F l o t a n t e s Phragmites communis
Butomus umbellatus Polygonum amplexicaide,
Azolla caroliriiana A. filiculoides P. bistorta, P. campanidatum
Calla Cyperus papyrus * Ceratopteris pteroides # Primula alpicola, P. denticulata,
palustris Glyceria maxima ‘Variegata’ Eichhornia azurea, E. crassipes # P. florindae, P. Iielodoxa,
Hottonia palustris Hydrocharis morsus-ranae P. japónica, P. pulverulenta,
Cattila leptosepala, Iris pseudacorus Lemna trisulca
C. pa Iustris, C. p. ‘Alba’, Nelumbo lutea * , N. nucifera ‘Alba P. rosea, P. secundiflora,
C. p. ‘Flore Plena’
L imanan them um lacu nos um P. sikkimensis
Grandiflora’ # , N.n. ‘Alba Limnobium spongia, Rheum alexandrae, R. palmatum,
Carex elata ‘Aurea’, Striata’ * , N.n. ‘Rosa Piena’ * L. stolonifrum
C. penduta, C. riparia Phragmites australis, R.p. ‘Atrosanguineum’
Colocasia esculenta * Phyllanthus fluitans Rodgersia aescuifolia, R. pinnata,
Pa. ‘Variegata’ Pistia stratiotes * R. podophylla
Cotula coronopifolia Pondeteria cordata, P. lanceolata
Cyperus ‘Haspan’ Ranunculus lingua ‘Grandiflora’ Salix alba, S. babylonica,
C. involucratus # , C. longus Saururus cernuus S. daphnoides, S. matsudana
Damasonium alisma Scirpus lacustris, Pislia ‘Tortuosa’
Decodon verticillatus S.l. subesp. tabernaemontani stratiotes Scrophutaria auriculata
Eriophorum angustifolium, ‘Albesccns’, S.l. subsp. ‘Variegata’
E. latifolium t ’ ‘Zebrinus’ Senecio smithii
Houttuynia cordata, Sparganium erectum, Taxodium distichum
U.c. ‘Chamacleon’ (sin. H.c. sin. S. ramosum Riccia fluitans Trollius x cultorum,
‘Variegata’), H.c. ‘Plena’ Tlialia dealbata * , T. gerì¡culata # Salvinia auriculata * , S. natans # T. europaeus,
Hydrocleys nymplioides * Typha angustifolia, T. latifolia Stratiotes aloides T. ledebourii
Iris laevigata, I. versicolor ‘Variegata’, T. stenophylla, Trapa natans
sin. T. laxmannii Utricularia minor, U. vulgaris
Zantedeschia aethiopica Wotffia arrhiza * Trollius
‘Crowborough’ europaeus
Hydrocleys
nymplioides P lantas d e A guas P ro fu n d a s P lantas A m a ntes d e P lantas R ec o m en d a d a s
Aponogeton distachyos P antanos y H um edad p a r a A c u a r io s
Euryale ferox # Alnus glutinosa, A. incana Alternanthera philoxeroides *
Nupliar ad vena, N. lutea Anemone rívularis Anubias barteri *
Nymphaea, algunas# (mayoria de Aruncus dioicus ‘Kneiffii’ Aponogeton crispus *
Juncus effusus, J. e. f. spiralis, esps.) A rundo donax ‘Variegata’
J. e. ‘Vittatus’, J. ensifolius Nymphoides indica, N. pettata Astilbe x arendsii, A. chinensis, A. madagascariensis *
Lobelia paludosa Orontium aquaticum A. simplicifolia Bacopa monnieri
Lysichiton americanus, Victoria amazonica, V. regia Astilboides tabidaris Cabomba caroliniana *
L. camtschatcensis Cardamine pratensis Cryptocoryne ciliata #
Mentha aquatica Cimicifuga americana, Echinodorus bleheri * , E. maior #
Mimulus cardinalis, O x ig e n a d o r a s S u m e r g id a s C. racemosa Hemigraphis altérnala *
M. cupreus, M. guttatus, Callitriclie hermaphroditica, Cornus alba Hygrophila polysperma *
M. ringens sin. C. autumnalis Eupatorium purpureum Ludwigia arcuata #
Myosotis scorpioides, Ceratophyllum demersum Euphorbia palustris Luronium natans
M. s. ‘Mermaid’ Ceratopteris thalictoroides # Filipéndula rubra, F. ulmaria Myriophyllum hippuroides #
Peltandra alba Egeria densa # Gunnera chilensis, G. manicata Potamogeton crispus
Polygonum amphibium Fontinalis antipyretica Hemerocallis (mayoría de esps.) Salvinia natans *
Sagittaria latifolia, S. sagittifolia, Hydrocleys parviflora * Hosta (mayoría de esps.) Utricularia exoleta * , U. vulgaris
S.s. ‘Flore Pieno’ Lagarosiphon major, Iris ensata, I. sibirica Vallisneria gigantea *
Sparganium minimum sin. Elodea crispa Leucojum aestivum
Typha minima Myriophyllum aquaticum, Ligularia clivorum, L. przewatskii C lave
Zizania aquatica * sin. M. proserpinacoides # Lobelia cardinalis, L. fulgens # # No resistente
Lirios acuáticos
copas flotantes elegantes y el
L
as
follaje frondoso de los lirios acuá­
ticos (Nymphaea) son un agregado gra­
cioso a cualquier jardín acuático, ya sea
en un emplazamiento natural y campes­
tre o en un atrio formal de ciudad. Las
formas de las flores varían desde las
abiertas y estrelladas hasta las en for­
mas de copa tipo peonía, de colores que
comprenden desde el blanco o el crema
hasta tonos llamativos rojos, amarillos
e incluso azules. Algunas están realza­
das por hojas púrpura verdosas, mien­
tras que otras tienen un follaje de man­
chas atractivas. Algunas especies poseen
llores muy perfumadas; es mejor culti­
varlas en un estanque en relieve, donde
será fácil apreciar su perfume.
Mientras que la mayoría de los lirios
acuáticos florecen durante el día, algu­
nos cultivares tropicales, como ‘Miss-
souri’ y ‘Red Fiare’ se abren al atarde­
cer —es mejor realzarlas con una
iluminación complementaria, creando
un despliegue audaz al caer la oscuri­
dad. Oriundos de zonas tropicales y sub­
tropicales, estos lirios pueden cultivar­
se en zonas templadas en un estanque
de invernadero o en el exterior en vera­
nos cálidos.
Los lirios acuáticos requieren varias
horas de pleno sol cada día, de otro
modo desarrollan muchas hojas pero
pocas flores, por ello debe cultivarlas en
una parte abierta y soleada del estanque.
También prefieren aguas en calma; si
existiera una fuente o cascada, cultive
los lirios en una posición alejada, para
evitar que se muevan. Las especies tro­
picales en general crecen con más velo­
cidad que las resistentes y requieren una
intensidad lumínica elevada, amplias
existencias de alimento y agua templa­
da a un mínimo de 20°.
Además de ser decorativos, los lirios seen tubérculos gruesos de desarrollo Plante entre fines de primavera y fines
ayudan a mantener limpia el agua, por­ más o menos vertical, y raíces fibrosas de verano de manera que las plantas es­
que sus hojas grandes y extensas gene­ por debajo; los cultivares de N. odora- tén bien establecidas antes del invierno;
ran sombra, ayudando a controlar el de­ ta y N. tuberosa poseen rizomas más lar­ no plante lirios tropicales en el exterior
sarrollo de algas.
P la n t a d o de un L ir io A c u á t ic o T u b e r o so
I 2
Con podaderas o un cuchillo
afilado, recorte las raíces
dañadas o demasiado largas,
dejando 5 centímetros.
Para plantar, utilice contenedores de
L ir io s A c u á t ic o s R e s is t e n t e s y T r o p ic a l e s 30-35 cm de ancho y 15-19 cm de pro­
fundidad, según el tamaño y el vigor del
víV cultivar. O plante en macizos sumergi­
* dos de 30-45 cm de profundidad y 45-60
cm cuadrados.
Prepare la planta recortando las raí­
v m<
v ces largas y eliminando hojas dañadas
. ..
y brotes de flores antiguos. Las hojas
l-i > más viejas hacen que la planta sea más
boyante y difícil de anclar bajo el agua
Nymphaea A/, pygmaea /V. ‘Fire Crest’ y producen poco alimento para la plan­
‘Attraction’ ‘Hclvola’ ta. Serán reemplazadas con rapidez por
hojas nuevas. Al plantar lirios tropica­
les, introduzca un saquito con fertilizan­
te de acción lenta.
Si el contenedor con plantas no resul­
tase demasiado pesado, riegue bien an­
tes de colocar en el estanque, para po­
der rectificar el encogimiento de la
tierra. Baje el cesto hasta su lugar co­
rrespondiente por medio de cuerdas,
como para la plantación en aguas pro­
N. marliacea N. ‘Blue Beauty’ fundas (véase p. 257).
‘Chromatdla’ En un estanque nuevo se pueden co­
locar los contenedores en el fondo an­
tes de llenarlo. Inicialmentc, cubra sólo
con 8-15 cm de agua; si fuera necesario
eleve el contenedor sobre bloques, de
manera que tengan la profundidad de
.1 agua correcta por encima. Al crecer las
plantas, baje el contenedor en etapas
hasta que finalmente se apoye en el fon­
do. Los lirios tropicales pueden plantarse
en la profundidad permanente de inme­
diato, ya que crecen con velocidad y pre­
A1. ‘Esearboucle* A/. ‘Virginalis’ fieren aguas menos profundas que la
mayoría de los cultivares resistentes.
Alimentación
Los lirios acuáticos en general se bene­
Cuidados y cultivo mente cerca de la superficie del suelo. fician de un alimento adicional limita­
do; introduzca un saquito de fertilizan­
La mayoría de los lirios acuáticos po­ Plantación te de acción lenta patentado dentro del
suelo cada seis semanas durante la es­
tación de desarrollo. Éste soltará peque­
ñas cantidades de alimento para plan­
tas sin decolorar el agua ni estimular la
gos y pulposos, que crecen horizontal- antes de pasadas las heladas. producción de algas.
4
Elimine las hojas dañadas o Revista el canasto y llene Afirme la tierra alrededor del
muertas o de tallos rotos. 3
parcialmente con tierra
Conserve las jóvenes y nuevas y los humedecida. Coloque el tubérculo de
tubérculo, asegurando que la
corona quede a 4 cm del nivel de
brotes de flores. manera que la corona esté a 4 cm la tierra.
de! borde.

U n Ja r d ín Flo tante
Las líneas fuertes y rectas de un puente de madera de tablones realza las
hojas tipo plato y las flores coloridas de los lirios de agua.
División
Para conservar un desarrollo sano, di­
vida los lirios acuáticos cuando el follaje
se apiñe en la superficie o cuando las
raíces sobresalgan del contenedor. Corte
trozos de la corona, cada uno con un
vástago joven y fuerte y 15 cm de tu­
bérculo adjunto y vuelva a plantar en
suelo nuevo. Puede descartar la corona
vieja.
Propagación
La mayoría de los lirios acuáticos tube­
rosos pueden propagarse por medio de
esquejes de brote; en el caso de los ri-
zomatosos se puede dividir sus rizomas
(véase p. 260). Algunos pueden cultivar­
se a partir de semillas o separando
plántulas.
Ksquejes de brote
Algunos lirios tuberosos producen vás-
tagos laterales u «ojos» que sirven para
Acuarios
Es fácil cultivar pequeñas plantas tro­
picales sumergidas en el ambiente
controlado de un acuario. Además de
ser atractivas, éstas proporcionan co­
bijo a los peces.
Elija peces pequeños y gregarios,
evitando los que devoren o que pue­
dan perturbar a las plantas. También
aumentará el interés decorando con
rocas y maderas.
Al igual que en un estanque de jar­
dín, se mantiene un buen equilibrio
de la química del agua, logrando los
niveles correctos de luz, temperatura,
existencias y materia orgánica. No co­
loque los acuarios demasiado cerca de
una ventana soleada, ya que una gran
intensidad de luz estimula la apari­
propagar plantas nuevas. Corte los ojos
de las raíces y espolvoree con carbón o
azufre. Introduzca cada esqueje en un
tiesto preparado, revista y sumerja en
agua; deje los tiestos en un invernadero
o cajonera a 15-18 °C. Al crecer, cam­
bie de tiesto y aumente la profundidad
del agua hasta que estén preparadas para
plantar en el estanque la siguiente pri­
mavera.
Semillas
Salvo N. odorata y N. tetrágono , los li­
rios resistentes no producen semillas con
facilidad, pero los no resistentes o los
tropicales producen grandes cantidades.
Antes de recolectar las semillas, encie­
rre las cápsulas que maduran en sacos
de muselina, para evitar que se alejen
flotando. Siembre las semillas resisten­
tes de inmediato, antes de que se sequen;
las de los lirios tropicales deben lavarse
y dejarse secar, después almacene en sa­
cos a temperatura ambiente. Es mejor
sembrarlas en primavera.
Siembre de forma homogénea, aún
ción de algas. Use arena o ripia sin cal
y lavada para cubrir la base del acua­
rio, en una capa de 8 cm de espesor en
la parte delantera y de 10-12,5 cm en la
trasera.
Si calienta el agua hasta alcanzar una
temperatura de 23°-26 °C, por medio de
cables controlados por un termostato
dentro de la arena, podrá cultivar una
amplia gama de plantas. Proporcione
iluminación artificial durante 12 horas
por día; los tubos fluorescentes gro-lux
proporcionan la luz ultra violeta ne­
cesaria.
Para lograr una claridad prístina del
agua, haga circular a través de un filtro
de decantado por medio de una peque­
ña bomba eléctrica.
P r o p a g a c ió n p o r E s q u e je s
Retire la planta
del contenedor y
lave. Con un cuchillo
afilado retire brotes
de desarrollo fuerte
de la raíz, cortando a
ras del tubérculo.
Llene tiestos de 10 cm con
tierra o mezcla para acuáticas,
afirme e introduzca un único
esqueje dentro de ¡a superficie.
Revista con gravilla.
sujetas a sus ampollas gelatinosas, den­
tro de bandejas con tierra para semillas.
Esparza tierra, riegue y después coloque
las bandejas en un contenedor y cubra
con 2,5-5 cm de agua.
Las semillas de lirios resistentes re­
quieren una temperatura mínima de
13 °C para germinar; las de los tropi­
cales 23-27° centígrados.
Cuando los plantones son bastante
grandes para manipular, retire, enjua-
ge y plante en bandejas sumergidas en
5 cm 7,50 cm de agua. Más adelante,
cambie a tiestos de 6 cm en 8 cm-10 cm
de agua. Después de invernar, los tu­
A A D
c u a r io de g u a ulce
Este estanque constituye un buen marco para plantas como Baldellia
ranunculoides, con hojas erectas y ovales, y la plumosa Hygrophila
difformis. Los peces tropicales añaden color y movimiento.
A c u a r i o s
de Brotes
3
Sumerja los tiestos en agua y
conserve en una cajonera o
invernadero, parcialmente
sombreado; plante en el exterior la
siguiente primavera.
bérculos producen plantas jóvenes que
se pueden separar y plantar en otro
tiesto.
Plántulas
Ciertos lirios acuáticos tropicales que
florecen durante el día producen plán­
tulas que se forman y florecen mientras
aún están pegadas a la hoja madre. Tam­
bién puede trasplantarlas a bandejas
poco profundas en agua y después se­
guir cultivando a una temperatura de
15-18 °C; aumente el nivel del agua de
manera gradual, después cambie de ties­
to a contenedores acuáticos.
E l J a r d í n A c u á t i c o

Construcción de estanques y corrientes de agua

D u rante muchos años, los estan­
ques artificiales se construían ge­
neralmente de materiales pesados, como
piedra, cemento o ladrillos. Pero desde
ia llegada del plástico y la fibra de vi­
drio la instalación de un estanque pro­
pio resulta más fácil, como también la
creación de un diseño más naturalista,
si lo desea.
La mejor forma, tamaño y material
para el estanque dependen en gran me­
dida del tamaño y estilo de su jardín,
el método de construcción y el coste. Los
revestimientos flexibles permiten la má­
xima libertad en cuanto a la selección
del tamaño y medida y son ideales si de­
sea un aspecto natural, ya que es fácil
disimular los bordes y el material de re­
vestimiento no llama la atención; es la
mejor opción en el caso de estanques
grandes. Los rígidos y prefabricados son
más fáciles de instaíar, pero sólo exis­
ten en una gama limitada de tamaños
y formas. Mientras que resultan excelen­
tes para estanques pequeños, las unida­
des de tamaño mayor son difíciles de
manipular y no existen tamaños muy
grandes. Los materiales duros, como el
cemento, proporcionan los estanques
más sólidos y duraderos, pero también
rrollo de bacterias o temperaturas extre­
mas. Para revestir un estanque informal, I n s t a l a c ió n d e u n R e v e s t im ie n t o F le x ib l e
especialmente si una parte del material Marque el
queda expuesta al soi, es mejor un re­ contorno del
vestimiento de butilo de 7 mm de espe­ estanque con cordel
sor, de la mejor calidad. y cañas o con un
Los revestimientos de polivinilo son tubo de goma y
bastante sólidos y resistentes al desga­ después comience a
rro y algunos tienen diez años de garan­ excavar el agujero.
tía. Resisten los ataques de hongos y las Forme bancos para
heladas, pero tras varios años de expo­ plantar marginales de
sición al sol tienden a endurecer y par­ 23 cm de ancho y 23
tirse. Suelen ser azules o negros, o bien cm de profundidad,
negros de un lado y beige del otro; se donde sea necesario.
suelen instalar con ia cara oscura hacia
arriba pues los colores oscuros absor­
ben luz y calor y tienen un aspecto más
natural que los claros.
El polietileno es el más barato de to­
dos los revestimientos; se rompe con fa­
cilidad y se agrieta expuesto constante­
mente al sol. En los casos en que se lo
puede proteger de la luz y los daños, re­
sulta económico. Es muy adecuado
como revestimiento para jardines de
pantano, donde queda cubierto por una
capa de tierra.
Medición del revestimiento
Para calcular el tamaño necesario, pri­

son los más difíciles y lentos de cons­
truir.
Existen varios métodos para construir
corrientes de agua. Los revestimientos
flexibles son versátiles y especialmente
aptos para los diseños naturalistas. En
los casos donde la solidez y durabilidad
son más importantes o donde el diseño
comprende una serie de casacadas, las
unidades prefabricadas rígidas resultan
más adecuadas. Los revestimientos y las
unidades rígidas pueden emplearse en
combinación.
Revestimientos flexibles
La mayoría de los estanques de jardín
actuales están construidos empleando
una lámina de revestimiento flexible, de
caucho sintético o plástico, que propor­
ciona una barrera a prueba de agua en­
tre el suelo y el agua. Dichos revesti­
mientos flexibles existen en una amplia
gama de tamaños y pueden cortarse para
adecuarlos a cualquier forma de es­
tanque.
Antes de comprar un revestimiento,
decida el emplazamiento y tamaño del
estanque: si demarca la forma deseada
con cordel y cañas resultará más fácil
controlar el efecto.
El caucho de butilo es el material de
2 3
mero establezca la anchura, profundi­ Compruebe que el agujero Extienda material aislante
dad y extensión máximas del estanque. está nivelado por medio de un para buhardillas de fibra de
El revestimiento debe medir el ancho tablón y un nivel de burbuja. vidrio sobre la base y las caras
máximo del estanque más dos veces su Retire todas las raíces y piedras como acolchado para el
profundidad por la máxima longitud puntiagudas del agujero para que revestimiento. Recorte el material
más dos veces su profundidad. no desgarren el revestimiento. al nivel del borde del agujero.
Agregue 15 cm al largo y ancho para
las solapas de los bordes, que evitarán
las filtraciones. Un estanque que mida | Extienda el
2 m x 2,5 m y 60 cm de profundidad revestimiento
requerirá un revestimiento de 3,5 x 4 sobre el agujero y
metros. coloque pesas en los
bordes. Llene
Instalación lentamente con agua,
Primero extienda el revestimiento aleja­ tirando de los bordes
do de la ubicación definitiva, en lo po­ del revestimiento.
sible al sol, ya que el calor lo hará más Recorte el sobrante,
flexible y fácil de manipular. Señale la dejando una solapa
forma deseada del estanque con cordel de 15 centímetros.
y cañas, un tubo de goma o una cuer­
da, después marque el suelo por dentro
de esta línea. Cave hasta 23 cm de pro­
fundidad, inclinando las caras del estan­
que hacia el interior en un ángulo de
20°; esta inclinación evitará que los la­
dos se hundan, facilitando la instalación
del revestimiento y asegurará que si el
estanque se congela en invierno el hielo
puede expandirse hacia arriba sin cau­
sar daños.
Si cuenta con plantar al margen, corte
un banco de 23 cm de ancho para pro-
pocionar un lugar para plantar adecua­
do y siga cavando ligeramente en ángulo

revestimiento de uso más amplio. Es mu­
cho más resistente que el polietileno o
el polivinilo, con una vida útil de 40-50
años, pero también es más caro. El bu­
tilo es muy flexible y lo bastante sólido
como para no desgarrarse ni deteriorarse
a causa de la luz ultravioleta, el desa­
hasta alcanzar la profundidad deseada
—generalmente 50-60 cm. Controle que
el borde del estanque esté a nivel en todo
el contorno por medio de un tablón rec­
to y un nivel de burbuja, tanto a lo lar­
go del ancho como del largo del aguje­
ro. Esto es muy importante, pues si el
6
Disponga un borde alrededor Las piedras deben sobresalir
del estanque con planchas de del borde unos 5 cm para
pavimento o piedras, asentadas ocultar el revestimiento. No deje
sobre mortero o césped. que el mortero caiga dentro del
Compruebe que las piedras o estanque o tendrá que vaciarlo y
planchas estén niveladas y después volver a llenar.
afirme.
estanque no está nivelado, el agua po­
dría derramarse. Si pone piedras en los
bordes, retire 5 em de tierra a 30 cm de
distancia alrededor del estanque, para
poder asentar las piedras con firmeza.
Una vez excavado el agujero, retire
raíces y piedras agudas que podrían da­
ñar el revestimiento y afirme el suelo.
Para proteger el revestimiento y como
almohadilla, extienda una sabána infe­
rior de acolchado de poliéster o de ais­
lante de fibra de vidrio o una capa de
2,5 cm de arena húmeda dentro del
agujero.
Las sábanas inferiores son preferibles,
pues son estables y duraderas; la arena
podría desplazarse, dejando una parte
del revestimiento expuesto a daños por
piedras no controladas.
Cubra el agujero con el revestimien­
to de manera que el centro toque el fon­
do, dejando una solapa encima de todo
el contorno. Fíjelo alrededor del contor­
no antes de comenzar a llenar el estan­
que con agua lentamente. Con el peso
del agua, el revestimiento se estirará y
hundirá, hasta amoldarse a los con­
tornos.
Si necesita más revestimiento, retire al­
gunas piedras de anclaje y tire de los
bordes, asegurando que está recto, y for­
me pliegues pulidos a los lados si co­
menzara a arrugarse.
Cuando el estanque esté lleno, retire
las piedras que quedan y vuelva a con­
trolar que el borde está nivelado en todo
el contorno; agregue o quite tierra has­
ta que esté nivelado. Recorte el sobran­
te, dejando una solapa de 15 cm en los
bordes, que puede ocultar bajo rocas,
piedras o césped asentados sobre cemen­
to. Las piedras deben asomar un poco
sobre los bordes del estanque para ocul­
tar el revestimiento. Cuide que no cai­
ga cemento al agua; si ocurriera, vacíe
el estanque y vuelva a llenarlo.
Construcción de macizos
de plantación
Si incluye plantas acuáticas vigorosas
dentro de un estanque grande, puede ser
mejor plantarlas en macizos permanen­
tes o contenedores, como tubos de ce­
mento o medios cubos de basura, más
que en cestas de plantado. Estos maci­
zos más grandes permiten una extensión
mayor de las raíces y las plantas altas
tendrán menos posibilidad de desplazar­
se por el viento.
Los macizos pueden situarse en los
bancos del borde o en el fondo del es­
tanque para el cultivo de acuáticas de
aguas profundas.
Se podrán construir muros de reten­
ción de ladrillos con mortero o de blo­
ques de construcción encima del reves­
timiento antes de llenar el estanque,
protegiendo primero el revestimiento
con una tira de sobrantes del mismo.
Debe dejar un ancho y profundidad mí­
nimos de tierra de 23 cm. Aplique se-
M o l d e s P r e f a b r ic a d o s Coloque el estanque en el agujero pre­
Existen estanques de parado y apriete contra el suelo firme­
fibra de vidrio o mente, con el fin de dejar marcada la
plástico forma de la base. Retire el molde y des­
prefabricados, pués excave la zona central más profun­
disponibles en una da que quedó marcada por la base, de­
amplia gama de jando 5 cm de profundidad suplemen­
tamaños y formas. taria en todo el agujero para acoger el
¡m mayoría material protector.
comprende bancos Elimine piedras puntiagudas, raíces y
plantar para plantas escombros del agujero, compacte el sue­
marginales. lo con firmeza y cubra con una capa de
5 cm de acolchado de poliéster, mate­
rial aislante de fibra de vidrio o arena
llador de estanques antes de plantar. En Instalación húmeda. Coloque el molde en su lugar
el caso de un estanque de cemento se Nivele el emplazamiento todo lo posi­ y controle que esté nivelado, de otro
pueden incorporar los macizos durante ble y elimine escombros. Si el molde es modo, el agua quedará en un extremo
la construcción. simétrico, inviértalo y marque el contor­ cuando lo llene.
no con cañas y cordel. En el caso de los Asegure que el molde está afirmado
asimétricos, coloque el molde cara arri­ sobre la capa protectora y después agre­
Estanques prefabricados ba, sosteniendo con.ladrillos si fuera ne­
cesario para que permanezca estable y
gue 10 cm de agua. Vuelva a rellenar los
costados hasta el mismo nivel del agua
Los más fáciles de instalar son los de fi­ a nivel; marque el contorno con cañas con arena o tierra tamizada, compactan­
bra de vidrio o plástico. Existen una va­ largas clavadas verticalmente y un cor­ do la tierra debajo del banco; asegure
riedad de formas y a menudo tienen un del o cuerda. que no quedan huecos y que el estan­
perfil sobre el que puede cultivar plan­ Para cavar una agujero igual al mol­ que está nivelado. Siga con el proceso
tas marginales. de, primero retire la tierra hasta el nivel de agregar agua, rellenar y controlar el
Los prefabricados de fibra de vidrio del banco marginal. Puede conservar la nivel hasta que el estanque esté Ueno.Fi-
son más caros que los de plástico, pero tierra negra para su uso en el jardín, nalmente, afirme el suelo alrededor del
son sólidos y resistentes al clima, y du­ mientras que el subsuelo debe reservar­ estanque y oculte los bordes con cantos
ran al menos diez años. se para rellenar alrededor del estanque. rodados sobre cemento o césped.
I n s t a l a c ió n d e u n E s t a n q u e P r e f a b r ic a d o
Sostenga el
estanque de fibra
de vidrio o plástico
firmemente con
ladrillos para
mantenerlo nivelado
y recto y después
marque el contorno
con cañas largas
clavadas alrededor
del borde. Coloque
un cordel alrededor
de las cañas para
marcar el contorno a
excavar. Excave el agujero 5 cm más
profundo que el molde,
siguiendo el perfil de los bancos y
la base lo más fielmente posible.
Con una tabla dispuesta a lo Elimine raíces y piedras y Llene con agua (aquí, agua
ancho y un metro, compruebe después revista el agujero con de estanque) hasta 10 cm de
que la profundidad es correcta; una capa de arena de 5 cm. Coloque profundidad. Rellene alrededor
use un nivel de burbuja para el molde y compruebe, con una con tierra tamizada o arena.
comprobar que la base es plana. tabla y un nivel de burbuja, que el Afirme. Continúe agregando
molde esté nivelado. agua, rellenando y afirmando.
Estanques de cemento
Al crear estanques formales, la rigidez
del cemento es una ventaja. Es durade­
ro y adecuado a estanques de casi cual­
quier tamaño. Pero su construcción re­
quiere más conocimientos y habilidad
que para instalar un estanque revestido
o prefabricado.
En zonas propensas a largos períodos
de heladas severas, debe construir los de
cemento con las caras inclinadas hacia
afuera en un ángulo de 30°-45°; ello m¡-
niminiza el riesgo de grietas, pues el hie­
lo puede expandirse hacia arriba y afue­
ra al congelarse. Los estanques del
mismo tamaño con paredes verticales
proporcionan un área más amplia de
agua profunda, lo que puede ser impor­
tante si piensa criar peces. La construc­
ción es más laboriosa que en uno de ca­
ras inclinadas, pues el cemento mojado
debe sostenerse con un encofrado de
madera hasta que endurezca (véase
abajo).
Construcción
Al cavar el agujero para un estanque de
cemento, agregue 15 cm a todas las di­
mensiones para compensar el volumen
ocupado por el cemento; si requiere un
banco para plantas marginales, véase
«Revestimientos flexibles, Instalación»,
p. 250. Revista el agujero con lámina de
plástico de galga 500, después extienda
5 cm de cemento sobre la base. Para una
mayor solidez, coloque una lámina de
malla de refuerzo de alambre galvani­
zado sobre la capa y otra capa de 5 cm
de cemento sobre esta última. Cuando
el cemento se haya endurecido ligera­
mente, rasque la superficie alrededor del
borde para proporcionar un agarre fuer­
te a las paredes laterales.
Después de 48 horas, o cuando la base
esté seca, instale un encofrado de ma­
dera vertical a 10 cm de los lados, apun­
talando las esquinas. Empape el enco­
frado con agua, deslice un trozo de
malla de alambre galvanizado entre el
encofrado y las caras del agujero, des­
pués llene con cemento. Si requiere un
baco marginal y amurallado, el encofra­
do deberá ser más alto (véase abajo).
Deje el encofrado durante unos dos días
para que el cemento seque por comple­
to. Para un banco marginal, repita el
procedimiento en dos etapas más, al
igual que para el estanque principal. Re­
tire una faja de tierra alrededor del bor­
de del estanque de 8 cm de profundidad;
asiente una base dura para colocar las
piedras del borde.
Algunos días después, aplique un se­
nador que evite que la cal del cemento
lixivie dentro del agua, dañando las
plantas y peces. Finalmente, llene el es­
tanque de agua y controle la alcalinidad
con un equipo para examinar el pH. Si
es casi neutro (pH7) puede introducir
plantas sin riesgos y, dos semanas más
tarde, peces. Si fuese alcalina, ello pue­
de deberse a aguas corrientes duras o un
sellador ineficaz. En ambos casos, re­
trase la plantación de lirios acuáticos y
plantas marginales durante algunas se­
manas, ya que el pH gradualmente se
volverá más neutro. Las oxigenadoras y
las flotadoras en la superficie general­
mente toleran aguas alcalinas y, por tan­
to, podrá plantarlas antes.
Estanques elevados
Las paredes de los estanques elevados
deben ser lo bastante sólidas como para
resistir la presión del agua; si fuera ne­
cesario, obtenga ayuda profesional. Son
más vulnerables a las heladas que los
hundidos y se requiere una profundidad
mínima de 60 cm para criar peces.
Construcción
La mejor manera de construir estanques
elevados es con paredes dobles, pareci­
das a las de las casa. La pared exterior
puede construirse de piedras para mu­
ros o ladrillos. La interior, que quedará
E sta n q u e E levado
Para este estanque
elevado se han
utilizado planchas
anchas, de manera que
el borde también sirve
de asiento. El patio
adjunto también está
construido en las
mismas planchas para
crear un diseño
armonioso.
oculta, puede construirse de ladrillo o
piedras más baratas. Las paredes deben
estar lo bastante juntas como para unir­
las con ligaduras de alambrada paten­
tadas. La pared interior se cubre con un
revestimiento flexible.
Marque la forma deseada con cañas
y cordel, después construya bases de ce­
mento para las paredes (véase Cómo
construir una base de cemento, p. 504)
de 10-15 cm de profundidad y 38 cm de
ancho. Rastrille la base, retire piedras pe­
queñas y cubra con una capa de arena
fina o acolchado de poliester. Después
construya las paedes dobles, incorporan­
do ligaduras de alambre a intervalos,
para unirlas.
Revestimiento de un estanque de
cemento
El revestimiento puede ajustarse para de­
jar una superficie atractiva de piedra o
ladrillo asomando por encima del agua
sobre la pared interior. Requerirá una su­
perficie de revestimiento suplementaria
(alredeor de 1 m en el ancho y el largo).
Antes de colocar los dos cursos de agua
superiores, ajuste el revestimiento en el
estanque, después, sobre la pared inte­
rior y la cavidad de la pared doble. Lue­
go fije los cursos superiores con cemen­
to, sujetando el revestimiento; lleve
entonces el excedente de revestimiento
alrededor del extremo de los dos cursos
superiores c introdúzcalo debajo del re­
mate. El revestimiento no queda visible
al borde del agua y por tanto no apare­
cerán «líneas de marea» blancas sobre
los revestimientos negros cuando el nivel
del agua baja en verano; también asegu­
ra que no haya filtraciones a través de las
piedras. Recorte el sobrante del revesti­
miento y asiente las piedras de remate
encima de la pared doble con cemento.
Utilización de
revestimiento para
construir una corriente
de agua
Los cursos de agua pueden construirse
para discurrir por encima de pequeños
desniveles o con una corriente mayor
por encima de un declive más entorna­
do, con varias cascadas y un estanque
en el fondo. El curso debe marcarse y
debe tomar nota de la ubicación y la
profundidad de los cambios de altura.
Emplee revestimientos flexibles para lo­
grar un aspecto natural
Si el movimiento del agua es impul­
sado por medio de una bomba, la sali­
da para la corriente, generalmente un es­
tanque colector, debe contener el agua
suficiente para no presentar variaciones

C o n s t r u c c ió n de un E stanque de C em ento de P a r e d e s V e r t ic a l e s
C o n s t r u c c ió n d e u n
E stanque
Revista el área con una
lámina de plástico.
Construya por etapas,
dejando que el mortero
fragüe en cada una.
Asiente la base con
malla de alambre
reforzada entre 2 capas
de mortero. Instale un
encofrado vertical Malla de alambre
apuntalado en las galvanizado
esquinas, ponga malla para C o n s t r u c c ió n d e u n B a n c o M a r g in a l ' c o n P a r e d e s
de alambre entre la piedras Este banco permite un plantado directo. Proceda como antes, haciendo el
pared y el encofrado y del borde encofrado vertical más elevado para retener al menos 23 cm de tierra
eche mortero. (izquierda). Una vez fraguado, aplique mortero a Ia base del banco como
antes y después a la pared exterior del banco. Una vez fraguado, asiente
las piedras del borde dejando sobresalir 5 cm. Selle y llene el banco
marginal con tierra. Plante y luego llene el estanque con agua.
Encofrado
altas de nivel al encender y apagar la
bomba. Una manera disimulada de
crear una salida es a través de un estan­
que colector subterráneo, cubierto por
un revestimiento flexible. Cubra el estan­
que con malla sólida y coloque una capa
de rocas y cantos rodados encima de
ésta; el agua se derrama entre las rocas
dentro de la corriente de agua.
Además del revestimiento flexible, re­
querirá rocas porosas para enmascarar
los bordes de la corriente y crear las cas­
cadas, mientras que piedras o cantos pe­
queños contribuirán a embellecer la
base.
Cantidad de revestimiento necesaria
para el curso de agua
La ruta, dimensión y cambios de nivel
en la corriente son los factores que de­
terminan la cantidad de revestimiento re­
querida.
Si la rula es bastante recta, puede uti­
lizar un trozo de revestimiento. Éste debe
ser del ancho máximo, más dos veces la
profundidad por el largo de la corrien­
te, contando con los cambios de altura
entre la parte superior y la inferior, ade­
más de 15 cm en cada extremo de la co­
rriente, de manera de solapar dentro del
estanque colector y el de la base. Es ma-
jor construir una corriente serpentean­
te de varios trozos de revestimiento, cada
uno solapando al próximo en 15 cm para
evitar pliegues incómodos y sobrantes
excesivos. Al calcular la cantidad de re­
vestimiento requerida tenga en cuenta
dichas solapas.
Construcción
Construya un banco de tierra un poco
mayor que las dimensiones de la corrien­
te de agua, con el punto más alto en el
lugar donde ubicará el colector o la
fuente de agua y el más bajo a un lado
del estanque de base. Después marque
el contorno en el suelo. Comenzando
por la parte más baja, corte escalones
en el banco para formar las cascadas;
las secciones más planas —los «pelda­
ños» de los escalones deben tener una
ligera caída en dirección opuesta a la co­
rriente, para que queden cubiertas de
agua aún cuando ésta esté desconecta­
da. Para el colector, cave un agujero en
la parle superior de al menos 60 cm2 y
40 cm de profundidad. Rastrille el fon­
do y retire las piedras puntiagudas, des­
pués compacte la tierra con la parte pos­
terior de una pala. Extienda una capa
de acolchado de poliester o materila si­
milar por encima de la corriente de
agua. Entonces podrá ajustar el reves­
timiento flexible dentro del canal, dejan­
do unos 30 cm de revestimiento a cada
lado, que después formará las paredes
laterales verticales. Si usa más de un tro­
zo, solape éstos en 15 cm. Coloque el
trozo más elevado solapando el de más
abajo donde haya una caída o una in­
clinación hacia abajo, de modo que el
agua fluya en dirección opuesta a la jun­
ta. Cave un canal al lado de la corrien­
te para la tubería por la cual circulará
agua desde el estanque de base hasta el
recolector (véase Recirculación de agua
en una corriente, p. 254).
Coloque las rocas para formar los es­
calones y los lados de la corriente, or­
denando hasta obtener un agrupado sa­
tisfactorio. Levante el revestimiento de
los lados hasta detrás de las rocas y re­
llene con tierra hasta justo encima del
nivel del agua. Si incluye plantas en los
márgenes, plante en esta etapa en el sue­
lo detrás de las rocas. Para proporcio­
nar mayor estabilidad, fije las rocas con
cemento impermeable.
Construcción de una
corriente de agua por
medio de unidades rígidas
Se pueden combinar unidades modula­
res prefabricadas de distintas maneras
e instalarlas de forma que incorporen
cascadas de alturas diferentes. Es poco
probable que unas unidades sólidas y
trabadas entre sí se muevan en el caso
de que el suelo o la tierra por debajo se
muevan. Se recomienda la instalación
por medio de dos personas, pues los
ajustes finales de nivel podrían reque­
rir levantar la unidad de un lado mien­
tras se rellena con arena por debajo.
Marque la zona con cordel y excave
la corriente de agua para colocar las uni­
dades. Deje una profundidad suplemen­
taria para disponer una capa de arena

C o n s t r u c c ió n de una C o r r ie n t e de A gua con R e v e s t im ie n t o F le x ib l e

Construya un banco de tierra
de la altura deseada y marque
la forma de la corriente. Desde la
parte inferior, forme los escalones
y el estanque.
Siga hacia arriba, colocando
rocas y piedras para
conformar los lados y las caídas
de la corriente. Compruebe que
los lados son lo bastante altos
para evitar que el agua escape.
^ A l terminar, compacte el suelo Coloque el revestimiento Comenzando por la base,
con la parte posterior de la pala. dejando que la parte inferior coloque rocas para formar los
Elimine piedras y revista la corriente solape el estanque. Recorte dejando escalones y meta los bordes del
con un alcochado de poliéster, 30 cm de cada lado. Ajuste a los revestimiento detrás de ellas.
recortando para ajustarlo. contornos del canal. Rellene firmemente con tierra.
Disimule el
extremo de la
tubería con piedras
estratégicamente
colocadas. Acabe la
construcción con un
revestimiento de 2,5 cm
de grava decorativa
alrededor de los
bordes, creando un
emplazamiento natural
y decorativo.
Compruebe que el
agua fluye
Para suavizar los bordes, correctamente y con el
coloque plantas entre las efecto deseado. Ajuste
rocas. Entierre la tubería al lado, la posición de las rocas
dejando que sobresalga por si fuera necesario,
encima del colector. antes de asentarlas con
cemento.
nivelada debajo de aquéllas. Comience
la tarea desde abajo, situando la unidad
inferior de manera que el borde sobre­
salga por encima del estanque de la base,
asegurando que esté nivelada. Retírela
y atornille una placa vertical que deter­
minará la altura de la cascada. Selle con
silicona alrededor de los tornillos. Ins­
tale las unidades trabadas, efectuando
los ajustes finales rellenando o retiran­
do la arena sobrante. Una vez que la pri­
mera unidad esté nivelada, puede agre­
gar un poco de agua para aumentar su
estabilidad.
Las unidades siguientes y el estanque
colector se atornillarán del mismo
modo. Una vez que todas estén atornilla­
das y haya controlado el nivel, llene con
agua parcialmente y rellene los bordes
exteriores con arena. Disimule los bor­
des de la corriente con rocas y plantas.
Circulación del agua
Para lograr la circulación de agua des­
de el estanque inferior hasta el colector,
C o n s t r u c c ió n de una C o r r ie n t e
Marque el perímetro de la
corriente, prepare el estanque
de base, retire la tierra de acuerdo
a la dimensión de las unidades,
dejando espacio suficiente para
una base de arena.
Instale una bomba sumergible
en el estanque principal,
conecte una tubería flexible e
introduzca dentro de una zanja
junto a la corriente. Introduzca el
otro extremo dentro del
recolector.
una ambos con una tubería flexible, ad­
junta a una bomba. Introduzca la tube­ R e c ir c u l a c ió n d e A g u a e n u n a C o r r ie n t e
ría profundamente dentro del recolec­ Coloque una bomba Rocas pura
tor para ocultarla; en este caso, debe sumergible sobre ocultar tubo
instalar una válvula que impida el regre­ bloques en el fondo
so del agua. O puede mantener el extre­ del estanque. Fije un Válvula de
mo de la tubería por encima del nivel tubo flexible; saque no-retorno
del agua y disimularla en el borde del por un costado y Recolector
estanque con una piedra o plancha so­ entierre en una zanja Bomba
bresaliente. Hunda la tubería en una de 25 cm de de
zanja al lado de la corriente, cubriendo profundidad y 7 cm
con trozos delgados de piedra. de ancho, junto al Revestimiento
estanque. Introduzca acolchado
Bombas y filtración el otro extremo Estanque
Existen dos tipos de bombas para jar­ dentro del colector. de base
dines: modelos de superficie y sumer­
gibles. Una bomba sumergible es per­
fectamente adecuada para instalaciones
pequeñas que comprendan una fuente vés del filtro de entrada. Si hace circu­ resultar necesario. Si existe un gran nú­
o una corriente de agua. Las mayores lar agua a través de una corriente, co­ mero de peces o resultara difícil mante­
requieren una bomba montada en ia su­ necte una tubería a la bomba para lle­ ner las plantas sumergidas, un filtrado
perficie, albergada en una cámara sepa­ var agua hasta el colector (véase biológico o físico puede ser necesario.
rada y ventilada.
Si emplea una bomba sumergible, co-
diagrama). Proteja los cables en el ex­
terior con manguitos reforzados y siem­
Existen equipos de filtrado que se ajus­
tan sobre la entrada de agua de las bom­
lóquela dentro del estanque de base, pre incluya un aparato para la corrien­ bas sumergibles, pero las instalaciones
montada sobre ladrillos o bloques para te residual. más amplias podrían requerir un filtro
impedir la absorción de deshechos a tra­ Generalmente, el filtrado no debería biológico.
de A gua con U n id a d e s R íg id a s
Extienda una capa de I cm de Retire la unidad y atornille a Prepare la base para el
arena sobre la base y coloque la una placa que forma la caída. recolector, cubriendo con
primera unidad de manera que Selle las juntas y luego instale la arena. Atornille la base a la parte
sobresalga por encima del estanque unidad, agregando o retirando arena superior de la placa y selle las
base. Compruebe que está nivelada y hasta que esté nivelada. Rellene juntas. Rellene la base con arena
rellene con tierra. detrás de la base de la plancha. para que quede firme y nivelada.
Si lo desea,
coloque piedras
debajo del borde de la
unidad inferior para
ocultar el borde del
estanque. Agregue
plantas en los bordes
para realzar y suavizar
la rigidez. Algunas
unidades tienen bancos
incluidos para
acomodar plantas
marginales. Llene el
recolector con agua y
encienda la bomba.
Rellene la zanja con tierra.
Coloque la placa de
revestimiento de guijarros. Sitúe
piedras alrededor de la corriente y
del estanque, ocultando la entrada
de la tubería que sale del estanque
principal y entra en el recolector.

Plantado y surtido
M que la mayoría de las
ie n t r a s
plantas se cultivan por sus ele­
mentos decorativos, algunas también sir­
ven para conservar la apariencia y la ca­
lidad del agua, reduciendo la producción
de algas (véase «Plantas para el jardín
acuático», p. 246). Existe una gran gama
de contenedores disponibles, que permi­
te flexibilidad al plantar y que facilita
los cuidados rutinarios.
Selección de plantas
acuáticas
Al seleccionar plantas, busque ejempla­
res que tengan un aspecto limpio, fres­
co y vigoroso, cultivadas en tanques li­
bres de algas y lentejas de agua
(Wolffia). Controle que la parte inferior
de las hojas esté libre de los depósitos
gelatinosos de huevas de caracoles o
buccinos y que no haya tiras de maleza
de manta en el follaje. Las plantas en­
vasadas al vacío deben presentar un as­
pecto regordete y verde; si están débiles
y laxas pueden no desarrollarse bien.
Si compra plantas por correo, hága­
lo a través de un proveedor especialis­
ta. Merece la pena pagar un precio algo
más alto ya que es más probable que las
plantas estén limpias y sanas y propa­
gadas en el viviera. Los proveedores de
confianza empaquetarán las plantas con
cuidado para despacharlas el mismo día
en el que fueron retiradas.
Al comprar oxigenadoras para un es­
tanque nuevo, calcule al menos cinco
grupos por metro cuadrado de superfi­
cie de agua. En general, se venden como
racimos de esquejes no arraigados de
23 cm de largo y deben tener una pesa
de plomo en el extremo para mantener­
las ancladas, en el caso de que se suel­
ten después de plantadas.
Ya que las oxigenadoras son extrema­
damente propensas a resecarse, debe
mantenerlas húmedas dentro de una
bolsa de plástico o sumergidas en agua,
antes de plantar en el estanque.
C a n a st o s p a r a P l a n t a r
Existen en varios
tamaños adecuados
a plantas
diferentes. Deben
revestirse todos,
salvo los de malla
muy cerrada.
M a lla E s t á n d a r M a lla m u y C e r r a d a
S e l e c c ió n d e P la n t a s pa r a el
P l a n ta M a rg in a l
E je m p l a r
B ueno
Plañía bien
desarrollada
E je m pl a r
P obre
C altha
P a l u s t r is
Desarrollo débil
Las malezas indican
que la plañía
puede estar apiñada
Contenedores y macizos
para plantar
El modo más conveniente de cultivar
acuáticas es en cestos o canastas espe­
cíficas. Ello facilita retirar y dividiro el
reemplazo de las plantas si fuera nece­
sario y también resultará sencillo cam­
biar su disposición.
Contenedores patentados
Los acuáticos tienen bases anchas para
proporcionar estabilidad en el agua, lo
que es importante en el caso de las mar­
ginales altas o en los bancos angostos.
Los contenedores tienen paredes enre­
jadas abiertas, permitiendo la circula­
ción de agua y gases a través del suelo.
Debe revestir la mayoría con una lámi­
na de polipropileno densa o con arpi­
llera para evitar que la tierra rezume,
aunque también existen unos contene­
dores de malla muy fina que eliminan
la necesidad de revestimiento.
Los canastos y contenedores existen
P l a n t a d o
J a r d ín A c u á t ic o
O x ig e n a d o r a
j^ Íw a t^ ÍB r~ E je m p l a r
W m & Jh t B ueno
POTAMOGETON
C r is p u s
E je m p l a r
P obre
Desarrollo
sano y
vigoroso
Tallos laxos
y cansados
en una gama de tamaños que alcanzan
desde los 28 cm de diámetro, con una
capacidad de 10 litros, aptos para lirios
acuáticos de tamaño medio, hasta 4 cm
de diámetro y 50 mi de capacidad, para
plantar en acuarios. Para los lirios vi­
gorosos también existen tinas circulares
sin enrejado.
Plantar directamente en macizos de tierra
En los estanques de fauna silvestre se
pueden plantar acuáticas directamente
dentro de una capa de tierra en el fon­
do y en bancos marginales. Pero en la
mayoría de los estanques ello no es
aconsejable, ya que las especies vigoro­
sas se extienden con velocidad, ahogan­
do a sus vecinas de desarrollo más len­
to. Además, el entresacado o eliminado
ulterior puede ser bastante difícil.
Macizos permanentes
Una buena solución es la construcción
de macizos o huecos para plantar per­
manentes en la base del estanque y en
los bordes durante la construcción, que
son fáciles de plantar antes de llenar el
estanque (véase también «Construcción
de macizos de plantación», p. 251). Ello
posibilita un aspecto natural y controla
la extensión de plantas.
Plantación
Llene el estanque de agua algunos días
antes de plantar para que la temperatu­
ra del agua alcance la del aire y para que
«madure». Durante este período el agua
del estanque se poblará de microorga­
nismos que difunden impurezas y crean
un medio beneficioso para plantas, pe­
ces y otra fauna de estanques.
Al contrario que la mayoría de las te-
y S u r t i d o
F l o t a d o r a S u p e r f ic ia l
Bueno
Desarrollo
joven y fresco
E je m p l a r
P obre
OIDIS
Desarrollo
dañado
Follaje
viejo
podrido
rrestres, las acuáticas deben plantarse
durante el período de desarrolio activo,
preferentemente entre fines de primavera
y mediados de verano, cuando la tem­
peratura del agua es tibia y hay mucho
sol. Si planta a fines de verano o prin­
cipios de otoño, las plantas tienen poco
tiempo para establecerse antes de extin­
guirse. Los lirios acuáticos tienen que
disponer de tiempo suficiente para aco­
piar reservas de alimento antes del in­
vierno para sobrevivir y desarrollarse en
la siguiente estación.
El medio para plantar
Las acuáticas se desarrollan bastante
bien en tierra negra de jardín, preferi­
blemente un mantillo pesado; dentro de
lo posible, emplee tierra que no haya
sido fertilizada ni mezclada con estiér­
col recientemente. Elimine la materia or­
gánica suelta por tamizado, ya que ésta
flotará o se pudrirá cuando sumerja la
canasta de plantación.
No utilice tierras patentadas indica­
das para plantas terrestres para las acuá­
ticas; además de turba, que tiende a flo­
tar, contienen fertilizantes agregados que
estimulan el desarrollo de algas (véase
p. 258). Todo el fertilizante necesario
consiste en un puñado de polvo de hue­
sos grueso, mezclado con la tierra, en
el caso de un canasto grande. Si tiene
dudas acerca de la conveniencia de la tie­
rra de jardín, emplee tierra para acuá­
ticas preparada, a un proveedor especia­
lizado.
Profundidad de plantación
La profundidad ideal varía, según el tipo
de planta y puede ser diferente inclu­
so dentro de un grupo dado. Las pro­
fundidades de plantación deberían me­
dirse desde la superficie de la tierra den­
tro del canasto o hueco para plantar
hasta la superficie del agua (véase de­
recha).
Es importante no plantar demasiado
profundamente: sin la luz del sol ade­
cuada para la fotosíntesis, la planta mo­
rirá. Al plantar ejemplares jóvenes pue­
de resultar necesario colocar los
contenedores sobre ladrillos o bloques,
para que la planta no quede completa­
mente sumergida. Al crecer éstos, hun­
da los contenedores hasta alcanzar la
profundidad adecuada.
Plantas amantes de
pantanos y humedad
La zona que rodea un estanque natural
es ideal para éstas, pero puede crear las
condiciones de desarrollo correctas jun­
to a un estanque artificial con macizos
especiales.
Marque los macizos, después excave
al menos 45 cm de tierra, eliminando
raíces de malezas perennes, como la gra-
milla colorada. Haga los bordes incli­
nados. Coloque un revestimiento flexi­
ble (una lámina de plástico de galga
gruesa es adecuada) dentro del aguje­
ro, asegurando que el borde superior del
revestimiento acabe justo debajo del ni­
vel del suelo.
Aunque unas cuantas plantas vigoro­
sas y amantes de la humedad toleran
P lantar una P lanta de P antano
Cave un agujero lo bastante
ancho y profundo para
acomodar el cepellón de la planta
en un macizo preparado.
Coloque la planta en el
agujero a la profundidad
correcta; la tierra siempre debe
estar al mismo nivel que en el
contenedor.
suelos saturados, la mayoría crecerán
mejor si practica agujeros en el revesti­
miento, permitiendo que el macizo re­
zume agua lentamente. Este ligero mo­
vimiento de agua a través del suelo
también ayuda a prevenir el estanca­
miento. Cubra los agujeros de drenaje
con grava para que la tierra 110 los
obstruya.
Simplifique el regado en verano su­
mergiendo una tubería rígida perfora­
da dentro del macizo. Bloquee la tube­
ría en un extremo y cubra con una capa
de grava o piedras para evitar que los
agujeros se obstruyan. Ajuste el otro ex­
tremo a un conector de regado, que debe
quedar por encima de la superficie del
suelo.
Vuelva a llenar el macizo con tierra
y después aplique una capa profunda de
«mulch» de materia orgánica pasada
por un tamiz grueso, para evitar la pér­
dida de humedad. No incorpore aditi­
vos voluminosos a través de todo el ma­
cizo, ya que el revestimiento retendrá la
humedad suficiente.
La plantación, mejor en primavera,
se efectúa al igual que en suelos comu­
nes, aunque después debe empapar todo
el macizo a fondo. Las plantas que dis­
frutan de estas condiciones húmedas
crecerán con vigor, de manera que las
especies muy invasoras deben cultivar­
se en contenedores sumergidos, para evi­
tar que abrumen a las otras plantas.
Sosteniendo la planta (aquí,
Caltha palustris^ con una
mano, deslice el cepellón fuera
del contenedor, cuidando de no
dañar las raíces.
Afirme el suelo
concienzudamente con las
manos alrededor de ¡a corona.
Empape toda la zona con agua.
P r o f u n d id a d d e P l a n t a c ió n
Coloque las plantas a la
profundidad adecuada
para la especie, medida
desde la superficie de la
tierra hasta la del agua.
A l plantar lirios de agua
(Nymphaea) jóvenes,
levante los canastos
sobre ladrillos. Bájelos
al crecer las plantas.
Plantas marginales o en macizos de tierra negra y revista con
ripia de guisante; si emplea contenedo­
Fundamentalmente incluidas por sus res, coloque sobre el banco del margen
flores y follaje ornamentales, éstas se o en el fondo del estanque, de manera
cultivan en los bordes del estanque con que las plantas estén a la profundidad
las raíces en agua poco profunda. Los correcta.
estanques ornamentales generalmente
incluyen un banco para acomodar las
plantas marginales, que o bien se pue­
den cultivar en canastos o en huecos di­
Plantas de aguas
rectamente construidos sobre el banco profundas
(véase también «Construcción de maci­
zos de plantación», p. 251). Al igual que las marginales, éstas gene­
La mayoría de las marginales requie­ ralmente se cultivan en contenedores o
ren 8-15 cm de agua encima de sus co­ macizos acuáticos.
ronas; puede ser necesario levantarlas Es mejor plantar la mayoría primero
por medio de ladrillos o bloques para a poca profundidad, para que sus ho­
asegurar que están a la profundidad ade­ jas puedan flotar sobre la superficie y
cuada hasta que se establezcan. Las es­ realizar la fotosíntesis al sol.
pecies más vigorosas, conocidas como Ya sea plantando en macizos o en con­
marginales profundas, deben plantarse tenedores autoportantes, afirme bien
a 30 cm de profundidad o más, o bien las plantas en ei suelo, ya que son bas­
sobre un banco más profundo o en el tante boyantes y pueden líegar a des­
fondo del estanque, lejos de los már­ plazarse.
genes. Plante siempre en tierra húmeda y
Al plantar marginales, tenga en cuen­ empape los contenedores antes de su­
ta su altura, extensión y vigor. Plante las mergirlos en el estanque.
de crecimiento rampantc individualmen­ Un revestido de gravilla pequeña o ri­
te en contenedores, para evitar que aho­ pia de guisante de 2,5 cm impedirá que
guen a las de desarrollo más lento. Si la tierra flote y nuble el agua, y que los
planta en contenedores, asegure siempre peces toquen las raíces.
que existe bastante espacio para el de­ Al sumergir los contenedores en agua
sarrollo de las raíces; para la mayoría de profunda, sujete cuerdas a los lados para
las marginales resulta necesario un con­ formar asas; ello facilita en gran mane­
tenedor de al menos 23 cm de diáme­ ra la ubicación y luego se podrá bajar­
tro. Plante en contenedores preparados los hasta el fondo.
Flotadoras de superficie
En el caso de una plantación nueva,
incluya flotadoras para desalentar la
producción de algas. Cuando las
plantas ornamentales estén más esta­
blecidas, debe retirar algunas de las
flotadoras. En un estanque grande
puede tender una cuerda a través de
éste, para alcanzar las plantas. Las
lentejas de agua son muy persisten­
tes, así que elija plantas menos vi­
gorosas.
Las flotadoras no tienen anclaje, ya
que sus raíces absorben alimento di­ Las flotadoras (aquí, Stratiotes
rectamente del agua. Su posición ini­ aloidesj se pueden colocar sobre
cial carece de importancia porque los la superficie del agua; en tiempo
grupos flotan sobre la superficie im­ cálido se multiplican con
pulsados por el viento. velocidad.

Plantar oxigenadoras
Al plantar en un estanque nuevo, la
incorporación de oxigenadoras es
prioritario. Esto es a causa de que sus
propiedades limpiadoras y oxigenado-
ras son vitales para la salud de los pe­
ces y el contenido de oxígeno del
agua.
Mantenga las plantas mojadas des­
pués de comprar y hasta que tenga
que plantarlas. Incluso durante la-
plantación no deben exponerse al aire
más tiempo de lo estrictamente ne­
cesario.
La oxigenación depende de la es­
pecie, según la época del año y el pH
del agua, así que plante una selección
Provisión de peces
Al igual que las acuáticas, es mejor in­
troducir peces en el estanque durante los
meses más cálidos. En temperaturas más
frescas, los peces se vuelven semi-
inactivos y tienden a ser más propensos
al estrés al ser movidos.
Deje pasar al menos dos semanas des­
pués de plantar antes de introducir pe­
ces a fin de permitir que las raíces se es­
tablezcan.
A menos que exista un filtrado suple­
P la n tas de A guas P r o fu n d a s
Elija un canasto de plantado
para albergar las raíces y
revista con polipropileno de malla
cerrada o arpillera.
Revista el contenedor con una
capa de 2,5 cm de gra villa
lavada o ripia.
de cuatro o cinco especies para asegu­
rar que prosperen el número de plantas
suficiente como para mantener el nivel
de oxígeno correcto a lo largo del año.
Cultive únicamente una especie en
cada contenedor para evitar que las
plantas más vigorosas ahoguen a las más
débiles.
Prepare un canasto para plantar y
efectúe agujeros en el suelo, después in­
troduzca manojos de esquejes en los
agujeros y afírmelos. Cubra el suelo con
gravilla o ripio de guisante, riegue a fon­
do y coloque el canasto en el fondo del
estanque preparado a una profundidad
de 45-60 centímetros.
mentario, un exceso de peces podría es­
timular la producción de algas, que se
alimentan de desechos excesivos. Como
guía, calcule un máximo de 50 cm de
longitud de cuerpo de pez (adulto) por
metro cuadrado de superficie de agua
o 5 por 1000 cm. Es aconsejable apro­
visionar el estanque en dos etapas, in­
troduciendo la mitad de peces entre 8 y
10 semanas antes que los demás. Ello
permite que las bacterias que se alimen­
tan de desechos de peces se multipliquen
hasta una nivel suficiente como para ab­
y M a r g in a l e s
Llene con tierra negra pesada
y húmeda hasta al menos 5 cm de
profundidad. Coloque la planta (aquí,
Aponogeton distachyosj en el centro.
Recorte el sobrante con tijeras.
Sujete «asas» de cuerda en los
bordes opuestos del canasto.
P l a n t a d o
Revisía un canasto y casi
llénelo con tierra húmeda y
afirme. Haga agujeros de plantado e
introduzca manojos de esquejes
(aquí, Lagarosiphon m ajor/
sorber los desechos. Si introduce dema­
siados de una sola vez el agua puede po-
lucionarse y faltará oxígeno para los
peces.
Dejando una fuente o cascada conec­
tada durante la noche proporcionará un
alivio temporal.
En general, los peces se entregan den­
tro de un saco grande de plástico trans­
parente conteniendo un poco de agua e
hinchado con oxígeno; no suelte el pez
directamente dentro del estanque: son
muy sensibles a cambios bruscos de tem­
Añada más tierra hasta I cm
del borde, afirmando la
planta para que quede bien
anclada.
Sostenga el canasto por las
asas y descienda suavemente
sobre los bloques o el banco
marginal. Suelte las asas.
y S u r t i d o
Afirme las plantas. Recorte el
revestimiento sobrante, revista
con 1-2,5 cm de ripia de guisante e
introduzca el canasto en el
estanque.
peratura y es probable que la del agua
sea más fría que la del saco. Deje flotar
sin abrir sobre la superficie, hasta que
la temperatura del agua del saco sea
igual a la del estanque. En tiempo cáli­
do y soleado, sombree el saco con un pe­
riódico.
Deje penetrar un poco de agua del es­
tanque dentro del saco antes de soltar
el pez. No levante el saco para exami­
nar el pez de cerca, ya que esto les oca­
siona un estrés extremo.
Otras criaturas
acuáticas
Además de los peces, puede incluir otras
formas de vida acuáticas dentro del es­
tanque, para que actúen como carroñe-
ros. A menudo se venden los caracoles
carroñeros con este fin y en los Estados
Unidos, los Viviparus maniatus cum­
plen la misma función.
Los caracoles de estanque comunes
tienden a ser más bien un estorbo por­
que comen las hojas de los lirios. Los
mejillones, especialmente el mejillón cis­
ne, son excelentes carroñeros, limpian­
do donde se ha sobrealimentado a pe­
ces decorativos.
Los mejillones requieren aguas pro­
fundas que permanezcan frescas inclu­
so en verano.
P eces en un E stanque
Deje flotar el saco sin abrir hasta
que la temperatura del agua iguale la
del estanque. Introduzca un poco de
agua del estanque en el saco
lentamente, antes de liberar el pez.
E l J a r d í n A c u á t i c o
Cuidados rutinarios
U na buena construcción y empla­
zamiento y un equilibrio correc­
to de agua, plantas y peces mantendrán
el estanque sin problemas, pero ocasio­
nalmente puede requerir reparaciones
estructurales, por ej. si el estanque fil­
tra o queda dañado. También debe con­
trolar las algas y malezas, mientras que
muchas plantas se benefician de una di­
visión periódica.
Reparaciones estructurales
Cualquier pérdida de agua repentina o
persistente indica una filtración. Si un
estanque filtra, es necesario vaciarlo y
revisarlo. Aloje las plantas y peces en un
contenedor adecuado, como una pisci­
na de chapoteo.
1.a mayoría de estanques pueden dre­
narse por medio de una bomba eléctrica
o por un sifón. Primero controle que los
bordes del estanque estén nivelados; el
agua puede derramarse en la parte más
baja. En el caso de una corriente de
agua, apague la bomba y controle el ni­
vel del estanque de base: si fuera cons­
tante, el filtrado está en la corriente.
R e p a r a c ió n de G r ie t a s
Si la grieta fuese muy
delgada, ensanche con
martillo y escoplo.
Llene la grieta con mortero
o un sellador patentado por
medio de una paleta. Deje secar.
R e p a r a c ió n de R e v e s t im ie n t o F le x ib l e para E stanques
j Seque la zona de Aplique cinta Recorte un
revestimiento adhesiva trozo de
dañada y limpie selladora de dos revestimiento y
cuidadosamente con caras encima del apriete, sujetando al
alcohol metílico y un desgarro y deje que adhesivo; compruebe
trapo suave. se vuelva «pringoso». que los bordes estén
pegados.
Revestimientos flexibles hesiva por ambos lados, disponible en
Si el nivel del agua de un estanque re­ proveedores de jardines acuáticos. Éste
vestido baja o el flujo de agua en una sirve para sujetar un trozo de revesti­
corriente disminuye, controle que el bor­ miento de butilo sobre,el agujero. Pue­
de del revestimiento no se ha deslizado de volver a llenar el estanque después de
debajo del agua. Las filtraciones tam­ una hora.
bién pueden estar causadas por aguje­
ros. La manera más sencilla de reparar Estanques y unidades prefabricadas
un revestimiento de butilo es con tela ad­ Si un estanque o unidad de corriente de
agua tienen un soporte inadecuado o el
suelo debajo de éstos no está correcta­
en u n E stanque de C em ento mente consolidado, puede llegar a par­
tirse por el peso del agua. Repare las
grietas con un equipo de reparaciones
de fibra de vidrio, al igual que para ca­
rrocerías y cascos de embarcaciones.
Deje que el compuesto endurezca por
completo, ya que puede ser tóxico en es­
tado fluido. Antes de volver a llenar con
agua, asegure que la base esté firmemen­
te asentada y que la tierra alrededor esté
compactada para soportar la presión del
agua.
En el caso de unidades rígidas traba­
das, controle el sellado alrededor de los
tornillos y vuelva a sellar si fuera ne­
cesario.
Limpie de algas y desechos Kstanques de cemento
la zona circundante con un Las filtraciones más comunes ocurren
cepillo de alambre. a través de grietas generadas por heladas
o por sedimentación. Examine el estan­
que con cuidado, ya que el agua puede
filtrarse incluso a través de grietas dimi­
nutas. Si la grieta es muy fina, en gene­
ral es necesario ensancharla y eliminar
escombros sueltos antes de sellarla con
mortero. Deje secar y pinte con sellador.
Calidad del agua
Una vez establecido el equilibrio entre
plantas y fauna, el agua debe permane­
cer clara sin requerir otros cuidados.
Pero si se producen cambios notables en
la cantidad de peces o plantas o si hay
4
Pinte con un sellador para
estanques para evitar que una irrupción repentina de agua corrien­
cualquier toxina lixivie el agua. te o de inundación, puede alterarse el
equilibrio del agua y aparecer un desa­
rrollo desagradable pero inocuo de
algas.
Algas
Las algas dependen para sobrevivir de
la luz solar, el dióxido de carbono y sa­
les minerales disueltas. Reduzca la can­
tidad de luz que reciben, cultivando
plantas suficientes (lirios acuáticos,
acuáticas de aguas profundas y flotado­
ras) para que sus hojas flotantes cubran
entre 50 y 70 por ciento de la superficie
del agua. La introducción de oxigena-
doras, eficaces para absorber minerales
y dióxido de carbono, ayuda a la inani­
ción de las algas. Además, cuide de re­
ducir la presencia de material orgánico,
retirando flores y hojas muertas y po­
dridas con regularidad.
En un estanque recién plantado o en
uno recién limpiado el agua puede vol­
verse verde a causa de las algas; dicho
problema se resuelve sólo después de un
tiempo corto.
Si el agua está persistentemente tur­
bia, incluso con una población adecua­
da de hojas flotantes y sumergidas, pue­
de ser necesario el uso de un alguicida
o, en aguas muy ácidas, un cambio en
el pH; éste último debe ser gradual, agre­
gando pequeñas cantidades de piedra
caliza desmenuzada una vez a la sema­
na, hasta que el agua se vuelva neutra.
En el caso de un estanque pequeño, con
una superficie de 4 m o menos, no in­
troduzca más de 110 gr de piedra caliza
por aplicación.
Capa de maleza
Una forma filamentosa de alga (Spyro-
gira) en forma de capa de maleza se en­
cuentra a veces en estanques de aguas
que, por otra parte, son claras; si no se
las controla, ahogan las plantas y res­
tringen el movimiento de los peces. Re­
tire periódicamente enrollando sobre un
palo o levantando con un rastrillo; en
casos graves, emplee un alguicida.
E l im in a c ió n de M a leza s
Introduzca un palo en una masa de
malezas (Spirogyra) y enrolle. La
maleza se enrolla sobre el palo y
puede retirarse.
 P elota F lo ta n te
E x pu rg ad o de una O x ig e n a d o r a S o b r e c r e c id a

_______ menudo.
En primavera u otoño,
expurgue las plantas
sumergidas sobrecrecidas, ya sea
«peinándolas» de la superficie de!
agua con un rastrillo o
levantando el canasto y
recortando con un cuchillo a f ilado.
Elimine el material muerto con rapi­
dez, ya que la materia en descomposi­
ción reduce el contenido de oxígeno del
agua.
Limpieza del estanque
Si el agua se mantiene libre de hojas caí­
das y las plantas se recortan con regu­
laridad, sólo habrá que limpiar el estan­
que cada varios años para eliminar la
materia orgánica podrida del fondo.
Después de la limpieza, debe volver a
equilibrar la química del agua cuidado­
samente.
Cuidado de plantas y
control
Las plantas acuáticas no requieren mu­
cha atención, pero una división y un
cambio de tiesto periódicos ayuda a
mantenerlas sanas y atractivas. Su vigor
C a m bio d e T ie st o de una
Las plantas
cultivadas
en contenedores
acabarán por
tener las raíces
apiñadas y
requieren un
aclarado. Las
raíces que
asoman a través
del contenedor
indican que hay
que dividir la
planta y
cambiarla de
2
El expurgado de
las oxigenadoras
evita que se apiñen.
No elimine
demasiadas, ya que
podría dejar la
superficie del estanque
demasiado expuesta al
sol y ello permitiría la
proliferación de algas.
Es mejor expurgar las
oxigenadoras poco y a
general normalmente hace que sea ne­
cesario controlarlas más que estimular­
las, aunque algunos cultivares de lirios
necesitan algún alimento (véase 248).
Aclarado y división
A fines de primavera y principios de oto­
ño aclare o divida las plantas sobrecre­
cidas o que abruman a sus vecinas. Re­
tire las plantas desarrolladas en
contenedores y controle si las raíces es­
tán apiñadas. Si fuera así, retire del con­
tenedor y divida con horcas manuales
espalda con espalda o a mano. Puede
tener que cortar o partir las raíces api­
ñadas o gruesas con una pala o cuchi­
llo. Replante los terrones divididos de
manera individual.
Después de la primera estación de de­
sarrollo, las oxigenadoras sumergidas
pueden sobrecrecer y quedar enredadas
de malezas. En estanques pequeños, re­
sulta fácil entresacar oxigenadoras,
arrancando algunos manojos; en estan­
M
ques más amplios emplee un rastrillo
para arrancar el desarrollo excesivo. O
bien retire el contenedor del estanque y
recorte las plantas hasta la mitad o un
tercio. No expurgue todas las plantas
drásticamente, ya que ello ocasiona un
cambio repentino en el equilibrio del
agua y estimula la producción de algas.
Mantenimiento en otoño
La tarea otoñal más importante es man­
tener el estanque libre de vegetación en
descomposición. Cuando las plantas al
borde del agua comienzan a extinguir­
se, elimine el follaje muerto y en des­
composición con regularidad y pode el
desarrollo suplementario de las sumer­
gidas. Si hay árboles y arbustos cadu­
cos en las cercanías, cubra la superficie
del estanque con una red de plástico de
galga fina para recoger las hojas caídas
En invierno deje flotar una pelota
sobre el agua. Cuando se forme
hielo, vierta agua hirviendo sobre la
pelota, retírela y cubra el agujero
con un saco.
y mantenga en el lugar hasta que los ár­
boles hayan perdido el follaje.
En zonas frías, proteja las plantas no
resistentes retirando del estanque y co­
locando en un cubo de agua en un sitio
libre de heladas para que invernen. Cor­
te las cápsulas de semillas maduras de
las invasoras para evitar que inseminen.
Alimente los peces antes de que entren
en hibernación.
Si hay una bomba instalada, retire del
estanque y limpie completamente.
Reemplace partes desgastadas y alma­
cene en un lugar seco hasta la primavera.
Cuidados de invierno
En invierno puede formarse hielo, atra­
pando el gas metano generado por la ve­
getación sumergida descomponiéndose,
cuyos efectos son potencialmente leta­
les para los peces. El hielo también pre­
siona contra las caras de los estanques
de cemento al expandirse y puede cau­
sar grietas. Si mantiene una pequeña
zona del estanque libre de hielo lo evi­
tará, permitiendo que el metano esca­
pe. Deje flotar una pelota en la super­
ficie o utilice un calentador de estanques
flotante eléctrico.
Plagas y enfermedades
Las plagas son un problema menor en
un estanque con peces porque éstos de­
voran las larvas de los insectos. Cual­
quier infestación se puede limpiar a
mano o lavando las plantas con una
manguera; el uso de rocíos insecticidas
resulta inadecuado para jardines acuá­
ticos y muy tóxico para los peces. A fi­
nes de verano, los pulgones (p. 550) a
menudo atacan las partes aéreas de los
lirios acuáticos y otras plantas, decolo­
rando y pudriendo. Elimine con un cho­
rro de agua o sumerja las hojas 24 ho­
ras por medio de un trozo de arpillera.
Las enfermedades que afectan a las

tiesto. Esta Retire la planta del contenedor
planta es Iris y divida en terrones más
pscudacorus. pequeños, extrayendo las raíces a
mano. Las muy apiñadas pueden
separarse con dos horcas espalda
con espalda.
3
Vuelva a colocar cada planta
en un contenedor separado
Heno de tierra húmeda. Riegue
bien y revista con gravilla o ripia
antes de colocar en el estanque.
Recorte la arpillera sobrante con
tijeras.
acuáticas son relativamente pocas y en
general afectan a los lirios. Una enfer­
medad fungal se conoce por un amari­
lleo o manchado prematuro de las ho­
jas. Si los síntomas persistieran, trate la
planta afectada con fungicida de cobre
en un tanque separado.
E l J a r d í n A c u á t i c o
Propagación
E s posible propagar la mayoría de
las acuáticas, en especial las mar­
ginales, dividiéndolas. También se em­
plean otros métodos, según el tipo de
planta: p. cj. se propagan muchas oxi­
genantes sumergidas y algunas margina­
les reptantes por medio de esquejes,
mientras que una serie de plantas flo­
tantes produce rastreras, plántulas o tu-
riones, que se transforman en plantas
nuevas. Las especies amantes de la hu­
medad que crecen alrededor del borde
de los estanques, así como algunas acuá­
ticas, pueden cultivarse a partir de se­
millas o multiplicarse por división.
Es mejor tomar esquejes y dividir
plantas a principios de verano, cuando
las temeperaturas elevadas y las largas
horas de sol proporcionan condiciones
P l a n ta s P r o p a g a b l e s a
p a r t ir d e E s q u e je s d e
L eña Blanda
Bacopa monnieri
Cabomba caroliniana #
Callitrlche hermaphroditica
Ceratopliyllum demersum
Decodon verlicillatus
Egeria densa *
Hydrilla verticillata
Hydrocleys parviflora *
Hygrophila polysperma #
Lagarosiplion major
Limnopliila lieterophylla
Ludwigia arcuata
Myriophyllum, algunas *
Potamogeton crispus
Tillaea recurva
Trapa natans
P la n tas A c u á t ic a s
D iv isibles
Tubérculos
Aponogeton distachyos
Colocasia esculenta #
Nelumbo nucífera *
Zantedeschia, algunas *
Rizoma
Acorus calamus
Butomus umbellatus
Calla palustris
Caltlia palustris
O c
Cryptocoryne ciliata *
Damasonium alisma
Decodon verlicillatus
Eriophorum angustifolium
C lave
♦ No resistente
excelentes para el desarrollo de plantas
nuevas.
División
Un gran número de plantas marginales
se propaga por división, la técnica a uti­
lizar dependerá tanto del sistema de raí­
ces de la planta como de su pauta de de­
sarrollo.
Para más información, véase «Divi­
sión de perennes», p. 164.
Plantas de raíces fibrosas o reptantes
Las plantas que poseen raíces extensas
fibrosas o reptantes, como Typha lati-
folia, se pueden dividir separando los ri­
zomas. Separe éstos con las manos; si
las raíces están apiñadas, separe con dos
horcas espalda con espalda, haciendo
palanca.
Cada porción dividida debe poseer un
punto de crecimiento (un vástago termi­
nal colocado horizontalmente). Elimi­
ne las raíces marrones viejas y las hojas
muertas.
Recorte las raíces nuevas antes de vol­
ver a plantar en contenedores individua­
les. Nivele el suelo con la base de los vás-
tagos. Afirme y revista ligeramente con
gravilla. Cubra el contenedor con 5-8 cm
de agua.
Se puede dividir Butomus umbella­
tus pero también propagar a partir de
bulbilos que se forman en las axilas de
las hojas. Éstos se separan y después si­
guen desarrollándose individualmente
(véase i .ir io s , Propagación a partir de
bulbilos de tallo, p. 243).
Plantas rizomatosas
En el caso de plantas de raíces rizoma-
tosas sólidas, como los lirios, separe la
masa de raíces y corte en secciones con
un cuchillo afilado, cada uno con al me­
nos un brote y algunas raíces jóvenes.
Corte las raíces largas y recorte el folla-
D iv is ió n de P l a n t a s R iz o m a t o sa s
’
Retire la planta (aquí,
Acorus calam us/ Separe la
masa de raíces con las manos.
Cada trozo debe tener un buen
sistema de raíces y vastagos sanos.
P r o p a g a c ió n por E s q u e je s de M adera
En primavera y verano, corte Con un plantador, haga
brotes jóvenes sanos (aquí, de agujeros en tierra húmeda en
Myriophyllum/ Átelos con una cesta para plantar revestida de
alambre formando manojos de 3 arpillera. Introduzca los manojos
a 6 esquejes de 10-15 cm de de esquejes a una profundidad de
longitud. unos 5 centímetros.
je si fuese necesario. No lo recorte has­ dor en el estanque de manera que las raí­
ta debajo del nivel del agua ya que el te­ ces estén cubiertas por 5-8 cm de agua.
jido superficial recién cortado puede pu­ I>as rizomatosas de tallos reptantes su­
drirse. perficiales, como Calla palustris, pue­
Plante la división en un contenedor den retirarse y dividirse en secciones,
adecuado, afirmando la tierra alrededor cada una con un brote.
de las raíces pero dejando el rizoma casi Vuelva a plantar las secciones indivi­
descubierto. Cubra la tierra con una dualmente, al igual que para las demás
capa de gravilla y sumerja el contene- rizomatosas.
D iv isió n d e R iz o m a s F ibro so s
Retire la planta del
contenedor o levántela
del suelo con una
horca. Introduzca dos
horcas espalda con
espalda dentro del
terrón de raíces y
separe haciendo
palanca, dividiendo la
planta. Recorte y
vuelva a plantar las
divisiones. Esta planta
es Acorus calamus.
Recorte las raíces largas y el Revista un contenedor con
follaje con un cuchillo afilado, arpillera y llene a medias con
dejando entre una tercera parte y la tierra húmeda. Plante cada
mitad de la longitud original. división de manera que el rizoma
quede apenas cubierto por una
capa delgada de tierra.

Esquejes
Es fácil propagar la mayoría de oxige-
nadoras sumergidas por esquejes de leña
blanda tomados en primavera o verano;
este procedimiento también ayuda a
controlarlas. Las plantas oxigenadoras
de desarrollo rápido, tales como Elodea
canadensis o Potamogeton crispus, tie­
nen que ser reemplazadas regularmen­
te por plantas nuevas.
Prepare los esquejes cortando vásta-
gos jóvenes sanos e introduzca en ties­
tos o bandejas de tierra negra y sumer­
ja. Los esquejes pueden introducirse de
manera individual o atados en peque­
ños racimos de seis. Los esquejes de al­
gunas plantas reptantes marginales,
como Mentlia aquatica y no-me-olvides
acuático (Myosolis scorpioides), deben
introducirse individualmente, no en
racimos.
Los esquejes se establecen con velo­
cidad y puede colocarlos en tiestos y
plantarlos en su posición correspondien­
te después de dos o tres semanas.
Rastreras y plántulas
Muchas de las plantas flotantes que son
invasores en los lagos y ríos tropicales
se propagan por medio de rastreras o
plántulas producidas sobre vástagos ad­
venticios largos. El jacinto de agua
(Eichhornia crassipes) y Pistia stratio­
tes pueden poblar amplias zonas acuá­
ticas de esta manera.
En aguas poco profundas, las plán­
tulas jóvenes arraigan con velocidad en
el fango fértil del fondo, absorbiendo
nutrientes frescos y produciendo aún
más rastreras.
Las plántulas pueden ser, sencillamen­
te, separadas y se reemplazan sobre la
superficie para seguir creciendo indivi­
dualmente.
Una forma enana del papiro de pa­
pel egipcio, Cyperus papyrus ‘nanus’
(sin. C. papyrus ‘Viviparus’) forma
plántulas jóvenes en el capítulo. Si do­
bla el capítulo y lo sumerge en un con­
tenedor con tierra y agua, las plántulas
arraigan y se desarrollan; éstas pueden
dividirse y colocarse en tiestos de ma­
nera individual.
Turiones
Algunas acuáticas, p. ej. Hydrocharis
morsus-ranae, producen brotes hincha­
dos, conocidos como turiones, que se se­
paran de la planta madre y sobreviven
al invierno en el fondo del estanque. En
primavera, éstos suben hasta la super­
ficie del agua y se convierten en plan­
tas nuevas.
Los turiones de Hottonia palustris se
desarrollan del fango en primavera, sin
flotar hasta la superficie. Como son di­
fíciles de recolectar, espere hasta que se
P r o p a g a c ió n de R a strera s
1 2
Algunas flotadoras (aquí,
jacintos de agua, Eichhornia directamente sobre la
crassipes,) forman hijuelas. En superficie del agua, sosteniendo
primavera retire los hijuelos de la suavemente hasta que flote
planta madre, cortando el tallo cabeza arriba.
que las conecta.
desarrollen en plantas jóvenes antes de
retirar y plantar en sus nuevas ubica­
ciones.
También puede recolectar turiones en
otoño y almacenarlos en tierra negra en
una bandeja semillera sumergida, cu­
bierta por 15 cm de agua a lo largo del
invierno.
En primavera, cuando los brotes
emergentes flotan hasta la superficie,
pueden ser recolectados y plantados en
contenedores con tierra negra.
Semillas
La mayoría de las amantes de la hume­
dad y algunas acuáticas, comprendien­
do Aponogeton dislachyos, Euryale fe-
rox, Orontium aqualicum, Trapa natans
y lirios acuáticos tropicales (véase Lirios
acuáticos resistentes y tropicales, p. 248)
pueden cultivarse a partir de semillas
maduras recolectadas en verano u otoño.
Conserve las semillas frescas y húme­
das hasta plantar. Si utiliza semillas se­
cas, la germinación se retrasará o las se­
millas pueden dejar de ser viables. Las
semillas de las acuáticas deben cultivarse
en condiciones sumergidas o parcial­
S ie m b r a de S em illa s
1 2
Siembre de manera
homogénea, sacudiéndolas
desde un papel sobre el tiesto
lleno de tierra para acuáticas
afirmado o tierra de jardín
tamizada.
P r o p a g a c i ó n
o P lántulas P l a n t a s A c u á t ic a s
D iv isib les ( c o n t .)
Rizoma (cont.)
Lysichiton
Mentha aquatica
Menyanthes trifoliata
Myosotis scropioides
Nuphar lutea
Peltiphyllum peltatum
Pontederia cordata
Ranunculus lingua
Sagittaria sagittifolia
Coloque los acodos Saururus cernuus
Thalia dealbata #
Typha latifolia
Lysichiton
camtschatcensis
Esquejes
Eichhornia crassipes #
mente sumergidas, similares a su hábi­ Hydrocharis morsus-ranae
tat natural. Al plantar semillas, prime­ Limnanthemum lacunosum
ro prepare contenedores —como bande­ Limnobiutn stoloniferurn
jas o cacharros semilleros— llenos Marsilea quadrifolia
de tierra para acuáticas adecuado o tie­ Pistia stratiotes *
rra negra de jardín tamizada en un ta­ Sagittaria gramínea,
miz de 7 milímetros.
El medio de desarrollo no debe con­
tener fertilizantes, ya que estimulan la
S. sagittifolia ‘Flore Pleno’
Salvinia auriculata *
producción de algas, que ahogarían los S. natans #
plantones que germinan. Stratiotes aloides
Siembre en la superficie del medio de
desarrollo y después cubra con una capa
fina de gravilla, antes de colocar la ban­
deja en un contenedor grande e imper­
meable, como un bol de plástico o un
acuario. Plántulas
Llene el contenedor con agua hasta Aponogeton undulatus *
cubrir la bandeja y déjela sobre un ban­ Azolla caroliniana #
co de invernadero en sombra parcial o boldellia ranunculoides
en un alféizar bien iluminado, a una Ceratopteris cornuta #
temperatura mínima de 18° centígrados. Eichhornia crassipes *
Las semillas han de empezar a germi­ Hottonia palustris
nar la primavera siguiente. Nuphar advena
Cuando aparezca el primer par de ho­ Nymphaea, algunas *
jas legítimas, trasplante los plantones Utricularia exoleta *
cuidadosamente a tiestos individuales y Wolffia arrhiza #
deje inmersos en agua dentro del inver­
nadero un año más. Transfiera las plan­ Cl.AVK
tas al estanque en primavera, cuando el # No resistente
agua se entibie.
Cubra las semillas con una capa Agregue agua poco a poco
delgada de gravilla fina. Después hasta cubrir el tiesto. Coloque
coloque dentro de un cuenco de en un lugar bien iluminado a
plástico amplio. 18° C hasta que germinen.
 11
C actus y otras
Su c u l e n t a s
os c a c t u s y o t r a s suculentas despliegan una variedad
L única de tamaños y aspectos y muchos colores y texturas.
A Igunos son de superficie lisa y gruesa, mientras que otros
tienen espinas curvadas o rectas, a veces coloridas, o están cubier­
tas de pelos sedosos. Sus formas varían entre las rosetas simétri­
cas de Echeveria hasta las Echinocactus gruesas y globulares y las
columnas acanaladas y los candelabros de algunos cactus del de­
sierto. Muchos florecen sólo brevemente y tienen flores grandes
y de colorido brillante, mientras que otros florecen durante pe­
ríodos más largos con flores exquisitas. En los climas frescos-
templados, la mayoría de cactus y otras suculentas se cultivan en
el invernadero o como plantas de interior, pero las especies más
resistentes también proporcionan un bello despliegue en los jar­
dines. En los climas más cálidos, existen posibilidades de crear
un jardín desértico exterior. Cultivados individualmente o agru­
pados para que contrasten sus form as y texturas, la diversidad de
cactus y otras suculentas y su tolerancia a las condiciones secas
los hacen ideales para contenedores en interior y exterior.

Diseño con cactus y otras suculentas

M uchos cactus son oriundos de
las regiones desérticas de Esta­
dos Unidos y México, donde las lluvias
son pocas e intermitentes y existen gran­
des extremos de temperatura. Por el con­
trario, algunos de los cactus más florí­
feros son originarios de los bosques
tropicales lluviosos de América Central
y del Sur. Estas plantas son generalmen­
te epífitas, es decir que crecen sobre
otras, ya sea entrelazadas a través de ár­
boles anfitrión o albergadas en nichos
de las ramas.
Otras suculentas aparecen en una
gama de hábitats mucho más amplia
que la de los cactus y, al encontrarse en
al menos 20 familias de plantas, mues­
tran una gran diversidad de caracterís­
ticas. Sus hábitats naturales compren­
den las regiones semi-áridas de América
Central, Africa y Australasia, además de
los climas más templados y frescos de
Asia, partes septentrionales de Europa
y América.
Características de las
suculentas
Los cactus y otras suculentas muestran
un cierto número de adaptaciones, como
un tamaño de hojas reducido y la pér­
dida de éstas en tiempos muy secos, di­
señadas para conservar agua reducicn-
do'la transpiración. Pero la característica
distintiva común a todas es la presen­
cia de tejido pulposo para conservar el
agua en los tallos, hojas o raíces. Este
tejido es el que permite que almacenen
agua para soportar grandes períodos de
sequía.
Los cactus son fáciles de diferenciar
de otras suculentas por estructuras de­
nominadas aureolas: los crecimientos
tipo almohadilla sobre sus tallos, de los
que se desarrollan las espinas, pelos, flo­
res y vástagos.
Las suculentas pueden dividirse libre­
mente en tres grupos, según la parte de
la planta que contiene el tejido conser­
vador de humedad. Algunos géneros,
por ej. Euphorbia, pueden estar repre­
sentados en más de un grupo. La ma­
yoría de los cactus son suculentas de
tallo, al igual que algunas plantas sucu­
lentas del grupo de las familias de las
Asclepiadáceas y Euforbiáceas. Otras,
comprendiendo Aloe, Echeveria, Lit-
hops y Sedum, son suculentas de hoja.
Las del tercer grupo se conocen por el
nombre de suculentas caudiciformes y
tienen el tejido conservador de agua en
un rizoma hinchado (el caudex), aunque
éste frecuentemente se extiende dentro
del tallo, como en Adenium obesum.
Las plantas de este grupo se encuentran
generalmente entre las familias de las
Apocináceas, Cucurbitáceas y Convol­
vuláceas.
Forma y hábito
Las diversas formas y características de
desarrollo de los cactus y otras suculen­ U n G r u p o N a t u r a i.
tas sirven para crear una gama de efec­ Una colección de suculentas crea un panorama impresionante. Aquí,
tos. Las elevadas columnas de Cleislo- Euphorbia canariensis se eleva sobre Agave americana ‘Variegata’ y A. attenuata.

V a r ie d a d df . F o r m a s
Las hojas fuertes y arquitectónicas de Agave americana (centro) son un buen
contraste para las espigas de flores naranjas de las especies de Aloe
(izquierda) y las hojas verde grises alicaídas del cultivar de Senecio.
cactus strausii generan líneas verticales
fuertes que contrastan con plantaciones
de formas más pequeñas y esféricas en
la parte delantera, como Echinocactus
grusonii o los segmentos aplanados ca­
racterísticos de algunas especies de
Opuntia.
Varias especies son reptantes, lo que
agrega un elemento horizontal al dise­
ño. Carpobrotus edulis , además de es­
pecies de Lampranthus y Ruschia crean
alfombras densas que son excelentes ta­
pizantes.
Las trepadoras suculentas, p. ej. las
especies de Ceropegia woodii y Schlum-
bergera y Rhipsalis, producen cascadas
de tallos u hojas delgadas, que presen­
tan su mejor aspecto en cestas colgan­
tes. Algunas son trepadoras reptantes:
las especies de Aloe ciliaris y Selenice-
S u c u l e n t a s R e s is t e n t e s y S e m ir e s is t e n t e s
Beschorneria Maihuenia poeppigii
yuccoides(semiresistente) (resistente)
Agave filifera Opuntia humifusa
(semiresistente) (resistente)
reus agregan altura a plantados mixtos
sostenidas por espalderas o las ramas de
un árbol.
En los climas cálidos y libres de he­
ladas, los tallos articulados y trepado­
res de las especies de Hylocereus presen­
tan el mejor aspecto cuando se des­
pliegan en desorden sobre muros.
Cactus floridos y otras
suculentas
Éstos a menudo producen flores exqui­
sitas y florecerán regularmente una vez
alcanzada la madurez, aunque ésta pue­
de tardar entre un año y cuarenta. La
mayoría florece de día y algunas flores
Sedum spectahile
'Brilliant’ (resistente)
Sempervivum
montanum
(resistente)
S u c u l e n t a s F l o r id a s
Ferocactus Oroya
setispínus neoperuviana
Strombocactus l.ithops
disciformis pseudotruncatella var.
putmonuncula
individuales perduran varios días. Algu­
nos cactus epífitos son de floración in­
vernal y tienen flores que aparecen su­
cesivamente a lo largo de períodos ex­
tensos.
Pero otras, sin embargo, florecen sólo
brevemente, y sus flores aparecen poco
después del atardecer y se extinguen al
avanzar la noche. Muchos de los cactus
grandes en forma de columna producen
pimpollos que se abren gradualmente
durante el atardecer y se extinguen al
amanecer.
Las flores, a menudo de apariencia
delicada y textura sedosa, son general­
mente muy grandes comparadas con el
tamaño de la planta y la gama de colo­
res ocupa el extremo cálido del espec­
tro, con una profusión de amarillos opu­
lentos, escarlatas cálidos y carmines
vividos.
Cierto número de géneros, en especial
los de la familia de las Mesenbriantemá-
ceas y algunas de las epífitas, tiene flo­
res dulcemente perfumadas.
Algunas especies, particularmente los
miembros de las Agaváceas son mono-
cárpicas, es decir, que mueren después
de haber florecido y haber producido se­
millas.
Con frecuencia, algunos retoños pe­
queños y no floridos se forman alrede­
dor de ía roseta florida y florecen en
años subsiguientes.
Despliegue exterior
Con una selección cuidadosa y un buen
arreglo se pueden cultivar colecciones
bonitas de cactus y otras suculentas en
el exterior, incluso en condiciones más
bien frescas.
Parodia
chrysacanthion
Rebutía
muscula
Pero pocas suculentas toleran una hu­
medad excesiva; incluso las especies re­
sistentes requieren un buen drenaje: és­
tas crecen bien en macizos elevados
donde el agua drena libremente.
Entre las más resistentes se encuentran
Opuntia humifosa, Sedum y las siem­
previvas mayores (Sempervivum), jun­
to a algunas especies de Crassula y Um­
bilicus.
Con un drenado profundo y un buen
caldeado en verano, algunos cactus del
desierto, particularmente ciertas especies
de Lampranthus y Opuntia, resisten sor­
prendentemente las bajas temperaturas,
pero no la combinación de frío y
humedad.
En las zonas templadas de pocas he­
ladas, la gama de plantas se amplía, con
la inclusión de las rosetas espectacu­
lares de Agave americana y sus culti­
vares, A. filifera y Beschorneria yuc-
coides.
Las especies semiresistentes necesitan
un emplazamiento bien drenado, abri­
gadas por un muro cálido y soleado para
mayor protección.
En sitios donde es poco probable que
las temperaturas caigan por debajo de
los 7°-10° C, como en el sur y el sudoes­
te de Estados Unidos y las partes más
meridionales de Europa, existen pocas
restricciones al elegir suculentas para el
exterior.
Plantaciones mixtas
Al cultivar suculentas y no suculentas
juntas, es importante elegir plantas que
tengan necesidades similares de luz, tipo
de suelo y riego.
En jardines libres de heladas, las no
suculentas compatibles comprenden es­
pecies de Fuchsia, Nerium, Gazania y
Rehmannia, todas ellas aptas para pro-
porcionar, a un tiempo, colorido y va­
riedad.
Los bulbos y rizomas de las especies
como Clivia, Cyrtanthus y Sprekelia
también son una buena elección en plan­
taciones mixtos.
En regiones más frescas, las especies
anuales y las plantas que son cultivadas
como anuales, tales como las especies
de Lampranthus y Portulaca grandiflo­
ra, son adecuadas para plantar en el ex­
terior entre grupos de cactus perennes
y suculentas.
Jardines desérticos
En climas áridos, donde las temperatu­
ras pocas veces descienden debajo de los
10° C, es posible cultivar la gama com­
pleta de cactus y otras suculentas en un
jardín desértico, creando un bonito ele­
mento paisajístico.
En lugares de subsuelos muy pesados,
es posible cultivar colecciones de plan­
tas en macizos en relieve con la finali­
dad de asegurar el excelente drenaje que
estas plantas requieren.
Use especies más pequeñas en la parte
delantera del macizo para que su deli­
cada belleza no quede oculta por las
plantas más altas.
Deje el espacio suficiente para que
pueda tener lugar el desarrollo comple­
to de las plantas que forman grupos,
como, por ejemplo, las especies de Eche-
veria, llawortltia y Mammillaria.
Estas especies de desarrollo bajo que
forman racimos florecen en períodos di­
ferentes entre primavera y otoño, pro­
porcionando color durante los meses
más cálidos.
Para una plantación de contrafondo,
resultan ideales los cactus y otras sucu­
lentas columnares y elevadas. Elija, a tal
efecto, plantas como, por ejemplo, Cep-
lialocereussenilis, alta y de tallo único,
Cleistocactus strausii ramificada, o la
forma elevada tipo árbol de Euphorbia
candelabrum.
P la n t a d o M ix t o
Las rosetas pulidas y
los capítulos delicados
de Echeveria
proporcionan un
contraste delicado con
las hojas tipo faja de
Agace filifera (centro),
el punto de atención
de este atractivo
arreglo.
U n J a r d ín D e s é r t ic o
Las ramas de Euphorbia candelabrum equilibran los cactus redondeados y en
forma de columna que completan esta llamativa selección.
Contenedores en el
exterior
La mayoría de los cactus y suculentas
tienen raíces poco profundas y crecen
bien en contenedores. Elija aquellos que
realcen el aspecto y la forma de las plan­
tas: un cuenco amplio y bajo, por ejem­
plo, resulta ideal para el despliegue de
especies de desarrollo bajo y reptante,
mientras que las de formas más marca­
das, como Agave attenuata, resultan
mucho más adecuadas para tiestos o ur­
nas grandes.
Las jardineras resultan particularmen­
te muy útiles para combinar plantas de
hábitos y tamaños harto diferentes, y las
cestas colgantes son adecuadas para ex­
hibir las especies trepadoras y colgantes.
Kleccinn y emplazamiento de las plantas
En regiones frescas, pero donde las tem­
peraturas pocas veces descienden bajo
cero, muchas especies prosperarán en el
exterior colocadas en jardineras y ties­
tos, a condición de estar elevadas sobre
el suelo para que el agua drene con fa­
cilidad.
Una posición cálida y protegida,
como un rincón en un patio o balcón
cubierto, donde es más fácil proteger­
las de la lluvia, resulta ideal.
Las formas tipo follaje de Sedum y
las rosetas pulidas de Sempervivum sir­
ven como contraste con las formas ho­
josas y flores brillantes de las especies
y cultivares de Lewisia o con Echinoce-
reus viridiflorus, de flores verdes, y las
flores escarlatas de principios de vera­
no de Lobivia silvestri. Otras especies,
U n C ontenedor
E x t e r io r
Esta colección de
cactus colgantes,
extendidos y altos y
otras suculentas crea
un elemento decorativo
e inusual.
como Agave parryi, que posee rosetas
simétricas de hojas regordetas verde gri­
ses u Opuntiu potyacantha, con su des­
pliegue brillante de flores amarillas, con­
figuran centros de interés llamativos
cultivadas individualmente en cuencos
amplios.
En climas cálidos existe mucho ma­
yor campo para el cultivo de cactus y
otras suculentas en contenedores en el
exterior.
En tiestos grandes, agrupe las plan­
tas que florecen en períodos diferentes
y tienen follaje de aspectos llamativo:
Aeonium arboreum de hojas púrpura,
Aloe barbadensis, de
flores amarillas y Crassuta falcata de
llores escarlatas, proporcionarán interés
estructural a lo largo de todo el año, así
como flores atractivas durante de los
meses más calidos.
En los sitios donde las temperaturas
no bajan de los 13° C, muchos cactus
enanos, como las especies y cultivares
de Gymnocalycium, Mammillaria y Re­
butía producen despliegues fascinantes
de formas y texturas en cuencos y jar­
dineras en el exterior.
Estas especies enanas y arracimadas
también despliegan colores magníficos,
que perdurarán durante semanas en
verano.
Despliegue interior
El medio protegido del jardín de invier­
no o del invernadero, que permite un
control casi completo de la humedad,
luz, temperatura y agua, ofrece condi­
ciones ideales para una variedad exten­
sa de cactus y otras suculentas: la ma­
yoría de las plantas recomendadas para
cultivar en el exterior en climas cálidos
prosprerarán a cubierto en regiones más
frescas.
Las adaptaciones que han hecho es-
 desarrollarse y florecer correctamente.
Éstos comprenden las especies trepa­
doras de Selenicereus (la más notable
es la especie de Reina-de-la-noche,
S. grandifloras) y varias de las espe­
cies Hylocereus; todas prefieren luz fil­
trada.
Al dibujar los planos para un inver­
nadero o jardín de invierno, combine
grupos de cactus y otras suculentas con
necesidades de cultivo similares para fa­
cilitar su conservación.

U n M a c iz o I n t e r io r
El follaje claro de Agave americana ‘Medio-picta’, realzado por las rosetas de
Orostachyis chanetii, es un buen centro en este macizo de invernadero.
tas plantas para sobrevivir en medio am­
bientes áridos y duros en la naturaleza
también las adecúan a las condiciones
secas y cálidas del hogar con calefacción
central, donde muchas otras no prospe­
rarían.
La variación de sus aspectos y hábi­
tos —y sus bellas flores— aseguran el
interés que estas plantas ofrecen todo
el año y, puesto que las especies dife­
rentes están adaptadas a una varie­
dad de condiciones medioambientales,
se las puede seleccionar para que se ade­
cúen a diferentes lugares dentro del
hogar.
Provisión de condiciones
adecuadas
La gran mayoría de cactus y otras su­
culentas requieren niveles elevados de
luz, calor y buena ventilación para pros­
perar, aunque algunas, en particular las
suculentas de hojas, podrían necesitar
una protección del sol directo para evi­
tar el abrasado de las hojas.
Existe un grupo importante que re­
quiere condiciones sombreadas o al me­
nos una luz filtrada: éstas son las epífi­
tas procedentes de los bosques húmedos
de América central y del sur.
Las epifítas se encuentran entre los
cactus y otras suculentas más floríferas
y son muy eficaces para agregar pince­
ladas audaces de color a rincones um­
bríos del hogar o jardín.
Las más conocidas de este grupo son
los cactus de Navidad (Schlumbergera
bridgesii), Rhipsalidopsis gaertneri y R.
rosea.
Algunas de las más hermosas son los
híbridos logrados al cruzar las especies
de Epiphyllum con las de Echinop-
sis, Heliocereus, Hylocereus y Nopal-
xochia.
Estos híbridos producen flores bellí­
simas a veces fragantes en primavera y
verano, en colores que van desde el blan­
co puro a través del crema, amarillo y
naranja, hasta el rojo y el púrpura más
intensos.
Plantas para el invernadero y el jardín
de invierno
Las plantas para invernadero y jardín de
invierno pueden cultivarse en tiestos o
macizos abiertos, ya sea a nivel del sue­
lo o sobre bancos. Si planta en macizos
abiertos podrá cultivar especies más
grandes e incluso crear un jardín desér­
tico en miniatura.
Durante el desarrollo, muchas espe­
cies de hábitats cálidos requieren clari­
dad, atmósfera bastante seca y una tem­
peratura de 18° centígrados para
desarrollarse por completo todo su po­
tencial de hojas y florecer.
Estas condiciones son más fáciles de
lograr a cubierto bajo cristal que en el
hogar, y muchos cactus crecen y flore­
cen mejor en un invernadero.
Algunas, en especial las especies de
Rhipsalis, requieren niveles bastante al­
tos de humedad (un 80 %) para pros­
perar y casi siempre se desarrollan me­
jor en la atmósfera húmeda de un jardín
de invierno.
Otros grupos que están bien adapta­
dos al invernadero y jardín de invier­
no son los que necesitan espacio para
D e s p l ie g u e d e
In ver n a d ero
El color opulento y las
formas diversas de las
especies de Crassula,
Echeveria,
Echinocactus y
Mammillaria
proporcionan una
hermosa colección de
plantas para un banco
de invernadero.
Cultivo en contenedores
de interior
Si se les proporciona condiciones claras,
cálidas y sin corrientes de aire, es posi­
ble cultivar muhos cactus y otras sucu­
lentas en tiestos interiores.
Emplee tiestos pequeños para plan­
tas individuales o cuencos grandes para
plantar una variedad de especies com­
patibles juntas.
Lleve guantes al manipular plantas
pinchudas como Agave, Aloe y Opun-
tia; sus espinas afiladas se clavan con fa­
cilidad si las roza, causando dolor.
Jardines en cuencos
Los jardines de cuencos resultan espe­
cialmente eficaces para el cultivo en el
interior de especies diferentes de sucu­
lentas con necesidades de cultivo simi­
lares.
Una o dos plantas de hábito vertical,
como los ejemplares jóvenes de Cepha-
locereus, Cleistocactus u otros géneros
tipo columna, proporcionarán el centro
de interés del cuenco. O bien emplee una
suculenta hojosa, como Crassula ova­
la, como planta principal.
Llene el resto del cuenco con plantas
más pequeñas, como Echeveria y
Lithops.
Los cactus muy floridos, como Mam-
miliaria, Notocactus y otros cactus glo­
bulares, también son una buena elección
para plantar en un jardín de cuenco in­
terior.
U n a C esta C o lg a n te
Los tallos y flores gráciles de
Kalanchoe manginii semejan una
cascada a lo largo de una pared.
Cestas colgantes
Las suculentas en cestas colgantes pro­
porcionan despliegues coloridos en la
casa o invernadero. Los cactus colgan­
tes, como Aporocactus flagelliformis y
las plantas suculentas rampantes, tales
como las especies y cultivares de Kalan-
choe, Rhipsalidopsis gaertneri y
Schlumbergera son las más adecuadas
para elegir, ya que caerán atractivamente
por encima del borde de la cesta. Sedum
morganianum y otras especies semiram-
pantes también son efectivas en cestas
colgantes.
Plante las cestas colgantes únicamente
con un solo ejemplar, o emplee varias
especies, con el fin de obtener un arre­
glo armónico pero variado de forma y
textura. En general, las plantaciones no
epífitas requieren mucha luz, pero los
epifítos necesitan condiciones semisom-
breadas o luz clara pero filtrada, de
modo que póngalas en posiciones ade­
cuadas en la cesta.
Guía de cactus y otras suculentas para el jardinero
C o n d ic io n e s H ú m e d a s
rn X T T M P IA X T E C U l T I / n n A C
Haworthia cooperi * ,
----------------------------:
Su cu len ta s q ue toleran
C t t /-* t t í p u t a o a t t f r m r n a \ r
C a c t u s F l o r id o s
P a p t t t

Suculentas que toleran condiciones

H. limifolia # , H. reinwardtii * T e m p e r a t u r a s h a st a o ° c Floración diurna
Jatropha podagrica Aporocactus flagelliformis *
húmedas
Crithmum marílimum Kalanchoe blossfeldiana # Agave americana # , A . lophantha # ,
Lithops bella # , L. dorotheae * A. parryi # , A. utahensis * Astrophytum myriostigma *
Salicornia europaea Lobivia densispinu * , Echinocereus viridiflorus *
Suaeda fruticosa, S. marítima L. jajoiana * , L. pentlandii * , Lobivia silvestri #
Umbilicus intermedius, U. rupestris L. silvestri * Opuntia humifusa, O. hystricina *
MammUlaria bocasana * , Sedum anglicum # , S. cyaneum * , Astrophytum
myriostigma
S o m bra M. compressa * , M. gracilis # , S. dasyphylium,
hi. hahniana # , M. mystax * , S. formosanum * ,
Suculentas que toleran sombra
M. rhodantha * , S. hispanicum * ,
Lewisia, Híbridas de cotiledón M. spinosissima * , S. lanceola!tim
L. leeana M. zeilmanniana * S. rupestre # , S. spectabile
Orostachys chanetti * , Opuntia microdasys # Sempervivum (mayoría de esps.)
O. spinosus * Orbea variegata Umbilicus * (sólo esps.) Echinocereus engelmannii # ,
Rhodiola crassipes Pachypodium geagy * , P. lameri # E. triglochidiatus # , E. viereckii *
Sedurti dasyphylium, S. montanum, Pardoia leninghausii * , Echinopsis aurea * ,
S. rosulatum, S. sediforme, P. mutabilis * S u c u le n ta s q u e to le r a n E. kermesina # , E. multiplex *
S. spectabile, S. ternatum, Rebutia albiflora * , R. aureiflora * T e m p e ra tu ra s h a s ta r c Epicactus *
S. villosum R. Ileiiosa # , R. marsoneri # , Gymnocalycium bruchii #
Sempervivum arachnoideum, Agave attenuata * , A. parviflora *
R. minuscula * , R. senilis * Aloe arborescens # , A. aristata Hatiora salicornioides *
S. ruthenicum Sansevieria trifasciata ‘Hahnii’ Heliocereus speciosus
A. barbadensis * , A. brevifolia * ,
S.t. i.aurcntii’ # A. distans # , A. spinosissima * , var. superbus *
C uencos y J a r d in e r a s Sulcorebutia glomeriseta # , A. variegata * Lobivia famatimensis * ,
S. steinbachii # Bulbine frutescens * , II latifolia # , L. silvestri *
Sol Thelocactus bicolor # , B. mesembryanthemoides * MammUlaria blossfeldiana * ,
Adenium obesum * T. nidulans # Caralluma europaea # M. bocasana # , M. hahniana * ,
Aeonium arboreum * , Carpobrotus acinaciformis # , M. microcarpa # , M. nana * ,
A. nobile * C. edu lis * M. spinosissima # ,
Agave filífera # , A. strida # , Cereus chalybaeus * , C. jamacaru * M. zeilmanniana *
A. victoriae-reginae * (y otras esps. de columna) Matucana aureiflora *
Aloe humilis * , A. longistyla # , Conicosia communis # , C. muirii # Nopalxochia phyllanthoides *
A. rauhii * Thelocactus
bicolor Crassula sarcocaulis * , Opuntia lanceolata * ,
Astrophytum myriostigma * , C. sarmentosa * O. paraguayensis #
A. ornatum # Echeveria cuspidata * , E. elegans * , Parodia brevihamata * ,
Cephalocereus senilis * E. gibbiflora # , E. pubescens * P. graessneri # , P. haselbergii # ,
Cereus forbesii # , C. peruvianus * Echinocereus chloranthus # , P. leninghausii # ,
Cleistocactus strausii * Trichocereus pachanoi # , E. enneacanthus # , P. mammulosa * , P. mutabilis *
Cotyledon teretifolia * , T. pasacana # , T. spachianus # E. pentalophus * Rebutia aureiflora * ,
C. undulata * Gasteria angulata * , G. distichia * , R. marsoneri * , R. senilis *
Crassula falcata * , C. ovata * , G. verrucosa # Rhipsalidopsis gaertneri * ,
C. rupestris # , C. socialis * Sombra parcial
Epiphyllum oxypetalum * Kalanchoe marmorata * , R. rosea *
Echeveria agavoides * , (e híbridas) K. tubiflora # Schlumbergera x buckleyi # ,
E. derenbergii * , E. pilosa * Hoya australis * , H. carnosa * S. trúncala * , S.t. var. delicata *
Echinocactus grusonii # Rhipsalidopsis gaertneri * , Sulcorebutia glomeriseta *
Echinocereus blanckii * , R. rosea * Thelocactus bicolor *
E. pentalophus * Schlumbergera bridgesii * , Weingartia ¡anata *
S. trúncala # (e híbridas)
Kalanchoe Floración nocturna
tubiflora
Cephalocereus senilis #
C esta s C o l g a n t e s Cryptocereus anthonyanus #
Aporocactus flagelliformis * Echinopsis eyriesii #
Ceropegia haygarthii * , C. woodii # Epihyllum cartagense *
Epiphyllum oxypetalum * Eriocereus bonplandii *
(e híbridas) Lampranthus falcatus # , Espostoa Ianata * , E. melanostele *
Echinopsis eyriessi * , Hatiora salicornioides ♦ L. multiradiatus * Haageocereus acranthus # ,
E. multiplex # , E. oxygona # Hoya bella * , H. linearis # , Lewisia, híbridos de cotiledón H. setosus * , H. versicolor *
Espostoa lanata * H. polyneura * Lobivia silvestri * Uarrisia gracilis #
Euphorbia flanaganii, E. milii Kalanchoe jongsmanii # , Maihuenia poeppigii # Hylocereus ocamponis *
E. obesa * K. manginii * , K. pumila # Opuntia exaltata # , O. fragilis # , Pachycereus pringlei *
Eaucaria felina * Rhipsalidopsis gaertneri ¡fc, O. polyacantha * , O. rasiera # , Selenicereus grandiftorus * ,
Eerocactus acanthodes * , R. rosea * O. robusta # , O. subulata * S. macdonaldiae *
F. latispinus # Rhipsalis cereuscula * , Orostachys chanetii * , O. spinosus * Setiechinopsis mirabilis *
Gasteria batesiana * , R. mesembryanthemoides # , Pelargonium acetosum * , Trichocereus fulvitanus * ,
G. liliputana * R. pachyptera # P. ecliinatum # , P. tetragonum # T. spachianus * , T. terscheckii *
Glottiphyllum linguiforme # Schlumbergera bridgesii * , Rosularia modesta *
Gymnocalycium baldianum # , S. trúncala * (e híbridas) Senecio haworthii # , C lave
G. gibbosum * , G. mihanovichii * Sedum morganianum & 5. macroglossus * ífc No resistente

Preparación del suelo y plantación
uchoscactus otras suculen­ S
y e l e c c ió n d e
M tasen condiciones
sólo crecen en forma natural
desérticas o en la selva,E je m p la r B u e n o
pero también proporcionan despliegues
¡lamativos en el exterior en climas más
fríos. Ya sea cultivadas en el exterior o
interior, una tierra bien drenada y espe­
cialmente preparada resulta esencial. Un
emplazamiento soleado y protegido de
las heladas también es necesario para la
mayoría de las especies.
Adquisición de cactus y
otras suculentas
Al comprar cactus y otras suculentas,
elija plantas sanas y sin daños que os­
tenten desarrollo nuevo o brotes de flo­
res. No compre ejemplares dañados o
algo marchitos ni ninguno con segmen­
tos secos, opacos o fláccidos. Rechace
los sobrecrecidos de sus tiestos.
Plantado en un macizo en
relieve o jardín desértico
Los cactus y otras suculentas requieren
condiciones bien drenadas, de manera
que se beneficiarán plantados en maci-
M a c iz o E l e v a d o
Revestimiento Material
drenaje
Base de grava y tierra de drenaje
libre para un macizo elevado.
P l a n t a d o e n u n M a c iz o E x t e r io r
I
Para plantar una
suculenta en el
exterior (aquí,
Espostoa lanataj
humedezca el abono
del tiesto, después
excave un agujero lo
bastante grande para
acomodar el cepellón
en un macizo bien
preparado y drenado.
Deje espacio para el
desarrollo de la
planta y de las
circundantes.
C actus
E s p e c ie s de R e b u t ía
Desarrollo
dañado
zos elevados al menos 25 cm del nivel
del suelo. Para asegurar un buen drena­
je, construya el macizo ligeramente incli­
nado y proporcione una base espesa de
gravilla o trozos de tiesto de al menos
un tercio de la altura total del macizo.
Nunca construya el macizo encima de
una base de cemento u otro material im­
permeable, ya que impediría el drena­
do. Elija un emplazamiento claro y so­
leado, con una temperatura mínima de
5o C. En zonas más frías, proporcione
protección adecuada para las especies no
resistentes (véase P r o t e c c ió n c o n t r a
H e l a d a s y V i e n t o s , pp. 520-521).
Preparación del suelo y de la mezcla
de tierra
Los cactus y otras suculentas en gene­
ral no prosperan en el suelo común del
P r e p a r a c i ó n del
y Su culentas
E je m p l a r B u e n o
Hojas
gruesas y
Formación Desarrollo
pimpollos nuevo y sano
nuevos
E je m p l a r
P obre
E je m p l a r
P obre
C ra ssu la
O vata
Hojas
arrugadas
jardín, porque no está suficientemente
bien drenado; debe ser reemplazado o
suplementado con un medio de desarro­
llo cuidadosamente preparado. Se pue­
de emplear tierra negra de jardín de bue­
na calidad, de un pH de 4-5, como base
para tierra casera. Pero debe esterilizar­
lo primero para matar plagas o semillas
de malezas y para eliminar enferme­
dades.
Prepare la tierra mezclando 2 partes
de tierra esterilizada con 1 parte de sus­
tituto de turba o turba esfagnácca tri­
turada fina o turba de juncias, 1 parte
de arena o gravilla lavada y un poco de
fertilizante de acción lenta.
Si la tierra del jardín fuese alcalina,
utilice una mezcla patentada con base
de tierra negra, mezclado con arena o
gravilla a razón de 3 partes por 1.
2 3
Retire el cactus del tiesto y
coloque en el agujero a la misma
profundidad que antes. Afirme la
tierra alrededor del cepellón.
S u e l o y P l a n t a c i ó n
Manipular cactus
La mayoría tienen espinas agudas.
Al mover o plantar, lleve guantes
o adopte otras medidas pro­
tectoras.
Para manipular cactus espinosos,
como este Ferocactus, rodee la
planta con un papel doblado.
Colocación de la planta
en el macizo
Riegue la planta y retírela de su tiesto
con cuidado. Examine el cepellón por
si existieran infestaciones de plagas o
enfermedades (véase también p. 269)
y trate cualquier infección antes de
plantar.
Excave una agujero de tamaño apro­
piado y coloque la planta de manera que
ia base esté al mismo nivel dentro del
suelo que en el contenedor. Rellene al­
rededor de las raíces con tierra y afir­
me, asegurando que los tallos y las ho­
jas estén por encima del nivel del suelo.
Revista con gravilla para proteger las
plantas de la humedad excesiva y redu­
cir la evaporación de la humedad del
suelo. Deje que las plantas se asienten,
después riegue, primero ligeramente y
Revista con una capa de
5 mm de grava limpia de 3
mm. Riegue después de 2-3 días,
cuando la planta esté asentada.
después aumentando de manera gradual
hasta que las plantas estén establecidas
y produzcan un desarrollo nuevo.
Suculentas en
Plantar en contenedores
Siempre lávelos muy bien antes de usar­ P lantar en un C uenco
los, para eliminar fuentes de infección. Cereus
Coloque una capa de material de dre­ perù viañus
nado (gravilla lavada o trozos de ties­
to) en el fondo, hasta aproximadamen­
te un tercio de la profundidad del
Mammillaria

contenedores contenedor; las jardineras grandes, así

Una colección de cactus y otras sucu­
lentas cultivadas en tiestos, cuencos o
jardineras ofrecen un centro de interés
atractivo en un alféizar o un patio.
Preparación de la tierra
Éste debe ser de buen drenaje y ligera­
mente ácido, con un pH de 4-5. Use una
parte de arena o gravilla por 3 partes de
mezcla con base de tierra negra o 2 par­
como los tiestos profundos en forma de
urna o campana, requieren una base de
al menos 8 cm de grava o trozos de tiesto
para asegurar un drenaje correcto. Lle­
ne el contenedor con tierra hasta I cm
del borde.
Retire la planta del tiesto, descarte el
revestimiento e introduzca dentro del
contenedor nuevo, asegurando que el ce­
pellón está al mismo nivel dentro de la
tierra que en el contenedor original.

tes de mezcla sin tierra.
Para las suculentas epifítas puede ser
necesario una tierra algo menos ácida,
como en el caso de ciertas especies de
Hoya y para los cactus originarios de zo­
nas boscosas, especialmente Rliipsalis y
Schlumbergera.
Mezcle 1 parte de tierra negra (tal
como sustituto de turba, turba esfagná-
cea o mantillo de hojas) con 2 partes de
tierra para tiestos estándar; agregue are­
na o gravilla a fin de asegurar un dre­
naje adecuado.
Elección del tiesto o contenedor
Tanto los contenedores de plástico como
los de arcilla son adecuados para el cul­
tivo de cactus y otras suculentas. La tie­
rra en los contenedores de plástico con­
serva la humedad durante más tiempo
que en los de arcilla, por tanto las plan­
tas requieren menos riego, pero los de
arcilla permiten una ventilación mejor
de las raíces.
1
Afirme y revista con grava o gravilla Seleccione un grupo de Prepare el contenedor
gruesa. plantas de exigencias de colocando una capa de 5 cm
Al plantar varios cactus y otras sucu­ cultivo similares y humedezca la de materiaI de drenado —gravilla
lentas en un solo contenedor, deje el es­ tierra de los tiestos. Arregle el o trozos de tiesto— en la base y
pacio suficiente entre planta y planta grupo colocando los tiestos en cubriendo con una capa de tierra
para que puedan desarrollarse. Para el contenedor, con las plantas de I parte de arena y 3 de mezcla
crear un efecto más natural, puede agre­ más elevadas atrás. para tiestos de tierra negra.
gar rocas o piedras decorativas.
Deje que las plantas se asienten du­
rante un par de días antes de regar; rie­
gue de manera rutinaria (véase p. 269)
sólo cuando las plantas estén bien esta­
blecidas.
Cestas colgantes
Para crear un elemento atractivo y lige­
ramente inusual, plante especies ram-
pantes suculentas en una cesta colgan­
te. Asegure que ésta esté completamente
limpia. Revista las de alambre con mus­
go esfagnáceo o un revestimiento paten­
tado. No la revista con plástico, ya que
éste impide el drenaje. Si utiliza una ces­
ta de plástico que tenga una bandeja de

Elija aquellos contenedores con más
de dos agujeros de drenaje para segu­
rar que el agua drene con velocidad. El
tamaño del tiesto o contenedor debe ser
adecuado al de la planta, pero nunca
debe medir menos de 10 cm; para las es­
pecies de raíces tuberosas, como las de
Witcoxia, es preferible uno de 15 cm de
profundidad.
drenado fija, coloque una pequeña capa
de gravilla o piedrecillas en la base, en
lugar del musgo esfagnáceo.
Llene la cesta con tierra para tiestos
adecuada, sin tocar el musgo o las pie­
drecillas, después introduzca las plan­
tas como en los demás casos. No apiñe
la cesta, ya que la mayoría de las espe­
cies adecuadas tienen un hábito natu-
3
Retire las plantas de sus
tiestos, coloque en el
contenedor y rellene con tierra.
raímente colgante y extensivo; a menu­
do resulta suficiente una sola planta para
llenar una cesta normal. Si requiere un
drenaje adicional, revista con grava o
¡ Revista el contenedor
plantado con una capa de 5
cm de gravilla.
gravilla; deje asentar durante algunos
días antes de regar. Una vez que la plan­
ta esté establecida y muestre desarrollo
nuevo, puede regar rutinariamente.

P la n t a r en u na C est a C o l g a n t e

1 3 4
Revista una cesta colgante Llene la cesta hasta casi el borde Introduzca la planta (aquí, una Espere 2-3 días después de
con una capa de musgo con una mezcla de / parte de SchlumbergeraA extendiendo las plantar antes de regar la cesta
esfagnáceo húmedo. Ésta debe arena por 3 de mezcla para tiestos raíces. Rellene con tierra para que acabada.
medir 3 cm al ser comprimida. de tierra negra. Prepare un agujero no queden bolsas de aire.
en el centro de la cesta.

Cuidados rutinarios
L os cactus y otras suculentas requie­
ren pocos cuidados para prospe­
rar, pero necesitan luz, calor y ventila­
ción adecuadas. Alimente y riegue de un
modo adecuado para cada especie en
particular y examine regularmente, por
si hubiera señales de plagas y enferme­
dades. Cambie de tiesto apenas los so­
brecrezcan para evitar el apiñamiento de
las raíces.
El medio ambiente
correcto
Coloque cactus y otras suculentas en po­
siciones adecuadas a sus necesidades. La
mayoría de las especies requieren sol di­
recto, aunque algunas prefieren sombra
moteada.
La temperatura máxima diurna de­
bería ser de 27-30° C en primavera y
verano, y la nocturna de 13-9° centí­
grados.
Durante la estación inactiva, conser­
ve la mayoría de las plantas a tempera­
turas de al menos 7-10° C, aunque las
especies de las regiones tropicales o
ecuatoriales pueden requerir un ambien­
te más cálido, con una gama de tempe­
raturas mínimas comprendidas entre
13-19° centígrados.
C a m b io d e T ie st o d e S u c u l e n t ,
1
Cuando una
suculenta (aquí, Aloe
arborescens^ ha
sobrepasado su tiesto,
cambie a otro
contenedor de una
medida más grande que_
el anterior. Humedezca
la tierra antes de deslizi
la planta
fuera del tiesto.
4
Coloque algunos trozos de
tiesto y un poco de tierra en
el tiesto nuevo. Sitúe la planta a
la misma profundidad que antes.
Ventilación
Ésta es esencial, aunque los cactus y
otras suculentas no deben exponerse a
corrientes de aire. Para las cultivadas en
invernaderos, puede resultar necesario
el uso de persianas o la aplicación de
pintura de sombreado patentada a la
parte exterior del cristal, en el caso de
que la ventilación fuera insuficiente
como para conservar la temperatura de­
bajo de los 27°-30° C (véase «Sombrea­
do», p. 484). En tiempos excepcional-
mente cálidos, el regado del suelo del
invernadero ayudará a bajar la tempe­
ratura. Ocasionalmente, las plantas cul­
tivadas en el exterior pueden requerir
sombreado en condiciones de calor ex­
tremo.
Riego y alimentación
Sólo riegue cuando las plantas crecen ac­
tivamente (no durante el período inac­
tivo). Para la mayoría de los cactus y
otras suculentas, ello ocurre en verano,
pero las epífitas y las suculentas prove­
nientes de zonas boscosas florecen prin­
cipalmente entre fines de otoño y prin­
cipios de primavera. Durante la estación
inactiva no riegue, salvo que las tempe­
raturas permanezcan elevadas y en ese
Rellene
alrededor del
cepellón con más
tierra. A l agregarlo,
afirme en etapas
para eliminar
bolsas de aire entre
las raíces. Aguarde
hasta que esté
asentada antes de
regar.
C u i d a d o s
caso sólo para evitar la deshidratación
total.
Riego
Durante la estación de desarrollo, hu­
medezca el suelo o la tierra con agua ti­
bia, dejando que casi se seque antes de
volver a regar. Si las plantas se cultivan
en suelos bien drenados, la humedad ex­
cesiva drena rápidamente.
Riegue a la mañana o a fines del día,
ya que las plantas pueden abrasarse si
quedan cubiertas de gotitas de agua al
sol. También puede regar las plantas en
tiestos colocándolos en cacharros poco
profundos llenos de agua, de manera
que ésta moje la tierra pero no loque los
tallos o las hojas. Retire el contenedor
del agua apenas la tierra aparezca hú­
meda, para que drene; las plantas se pu­
drirán si las deja en agua.
Las plantas epífitas y las que requie­
ren condiciones sombreadas deben man­
tenerse húmedas pero no mojadas: un
rociado ocasional conservará un nivel de
humedad razonable.
Alimentación
Durante la estación de desarrollo, ali­
mente los cactus y otras suculentas para
mantener un crecimiento sano y vigo­
roso y estimular la floración. Existen va­
rios fertilizantes patentados, pero un fer-
2
Extraiga las raíces
enrolladas o apiñadas con
cuidado.
iÉÉ®
W'y'
R u t i n a r i o s
tílizantc líquido bien equilibrado, que
contenga todos los nutrientes principa­
les, resultará satisfactorio. Aplique de
acuerdo a las instrucciones del fabrican­
te, en intervalos de cuatro semanas.
Nunca aplique fertilizante en los esta­
dos inactivos o cuando el suelo está seco,
ya que podría dañar los tallos y el fo­
llaje.
Higiene
Los cactus y otras suculentas pueden re­
querir una limpieza ocasional, ya que a
veces se acumula polvo sobre las hojas
o entre las espinas. Durante la estación
de desarrollo, las plantas de interior pue­
den rociarse ligeramente con agua; pue­
de lavar las suculentas en el invernade­
ro o jardín cuidadosamente con una
manguera, siempre que no estén direc­
tamente al sol.
Plagas y enfermedades
Controle los cactus y otras suculentas
de manera regular, por si presentasen
plagas y enfermedades. Las plagas más
corrientes son los cocos (p. 550), los in­
sectos de escama (p. 552), los ácaros ara­
ña roja (p. 550), ios cocos de raíz (véa­
se «Cocos», p. 550) y las moscas sciarid
(véase «Mosquitos de hongos o moscas
sciarid», p. 570).
Las enfermedades de los cactus y
otras suculentas son raras, aunque unas
condiciones de cultivo pobres o un ex­
ceso de nitrógeno en el suelo podría es­
timular la podredumbre negra, que afec­
ta principalmente a los cactus epifíticos
y a las especies de Stapelia. Las plantas
se deforman y pueden morir. No existe
tratamiento: si cabe la posibilidad de que
la planta muera, tome vástagos o seccio­
nes sanas como esquejes y siga cultivan­
do, para reemplazar la planta enferma.
Cambio de tiesto
Los cactus y otras suculentas deben cam­
biarse de tiesto apenas aparezcan las raí­
ces a través de los agujeros de drenaje:
para las especies de desarrollo rápido,
cada dos o tres años. Cambie las de de­
sarrollo lento cada tres o cuatro años.
Siempre riegue la planta antes de cam­
biarla de tiesto para que las raíces no se
resequen.
Retire con cuidado del tiesto original,
examine las raíces por si hubiera indi­
cios de plagas y enfermedades, y trate
si fuera necesario.Elimine las que estén
muertas o deshidratadas y espolvoree
con fungicida. Elija un contenedor de
tamaño mayor que el original y plante,
asegurando que la planta está a la mis­
ma profundidad que antes.
C actus y otra s S u c u l e n t a s

Propagación

L osdencactus y otras suculentas pue­

propagarse a partir de semi­
llas, esquejes de hojas o tallos, por di­
P r o pa g a c ió n a p a r t ir d e S em illa s
visión o injertos. La división y los es­
quejes son los sistemas más sencillos. El I
cultivo a partir de semillas es más lento
y difícil, pero proporciona la oportuni­
dad de obtener variantes seleccionadas
de las especies y cultivar híbridos nue­
vos por polinización manual. El injer­
tado es útil para especies raras e híbri­
dos y para aquellas suculentas de
desarrollo lento, difíciles de propagar de
otro modo.

1 2
Cubra la base del tiesto Llene hasta I cm del borde
Propagación de plantas a con trozos de tiesto y agregue con tierra para semillas 3de nodeRocíeanegar.
ligeramente la superficie
la tierra con agua. Cuide
partir de semillas al menos I cm de grava gruesa húmeda. Esparza semillas finas
mezclada con un poco de carbón. de manera homogénea.
Las semillas de cactus y otras suculen­
tas varían mucho de aspecto y tamaño P o r S em illa G r a n d e
y algunas tienen necesidades específicas.
Algunas semillas finas tardan en germi­
nar, mientras que algunas de las más
grandes tienen una cobertura gruesa (p.
ej. las de varias especies de Opuniia) y
pocas veces germinan salvo estratifica­
das: debe colocarlas en una nevera du­
rante 48 horas.
Siembra
Siembre semillas a cubierto entre fines __
de invierno y fines de primavera. Colo­ Introduzca cada semilla dentro

que una capa de gravilla gruesa, com­
binada con una pequeña cantidad de as­
tillas de carbón, en el fondo de una
bandeja semillcra o un tiesto. Llene has­
ta casi arriba con tierra para semillas,
después alise y afirme ligeramente.
Esparza semillas finas de manera ho­
mogénea, riegue ligeramente y cubra
apenas con arena esterilizada o una mez-
cia de arena y gravilla.
Las semillas más grandes deben intro­
ducirse en la tierra, dejando bastante es­
pacio entre cada una y cubriendo de are­
na gruesa o gravilla.
Coloque las bandejas o los tiestos con
semillas más grandes en agua tibia y deje
Cubra las semillas con un
4 revestido de arena gruesa
esterilizada —sólo se requiere una
capa muy fina.
hasta que se humedezca la superficie de
la tierra, despúes retire y deje drenar el
excedente.
Coloque los contenedores en un pro­
pagador, manteniendo la temperatura a
21° C. O bien selle las semillas en ties­
tos dentro de sacos de plástico transpa­
rente. Conserve en sombra parcial has­
ta que germinen.
5
Etiquete y coloque en bolsa de
plástico. Mantenga en sombra
parcial a una temperatura de 21° C
como mínimo.
Cuidado de plantones
Cuando éstos aparezcan, retire los ties­
tos de los sacos de plástico o del propa­
gador y proporcione ventilación adicio­
nal. Rocíe con fungicida para evitar el
pudrirse por el pie.
Mantenga la temperatura a 21° C,
proporcionando más aire y luz al desa­
rrollarse los plantones.
de la tierra a dos veces su
propia longitud. Espacíe
las semillas a I cm dejando
lugar para su desarrollo.
Trasplante
Después de seis a doce meses (según las
especies), cuando los plantones sean lo
bastante grandes para manipular sin da­
ñarlos, trasplante individualmente a ties­
tos de 6 cm. Prepare éstos con una capa
de trozos de tiesto y llene hasta casi el
borde con tierra húmeda, después afir­
me con suavidad. Retire un grupo de

T r a spl a n t e de P lantones

Cuando los plantones son lo
bastante grandes para
manipular, retire un terrón del
tiesto sin dañar las raíces.
Divida el terrón en plantitas
2 individuales, conservando tanto
abono como sea posible alrededor
de las raíces.
Introduzca cada plantón en un
tiesto con 3 partes de tierra para
cactus y I de arena rugosa.
Mantenga el desarrollo superior
alejado de la tierra.
4
Revista con una capa de
5 mm de grava de 3 mm y
etiquete. No riegue antes de 3-4
días.

plantones y separe con cuidado; plán­
telos de manera individual, revista con
capa fina de gravilla y etiquete cada ties­
to. Mantenga las plantas jóvenes a una
temperatura como mínimo de 15° cen­
tígrados.
Riegue después de algunos días, pri­
mero escasamente, pero después aumen­
te la cantidad gradualmente; pasadas
tres semanas, puede continuar con la ru­
tina de riego normal (véase página 269).
Esquejes de hojas
Algunas suculentas, como, por ejemplo,
varias especies de Crassula y Echeveria,
pueden propagarse a partir de esquejes
de hojas. Estos deben tomarse de la
planta madre en primavera o a princi­
pios de verano, cuando existe mucho de­
sarrollo nuevo.
Elija hojas firmes y carnosas y retí­
relas cuidadosamente de la planta ma­
dre. Sepárelas con un cuchillo afilado
o arránquelas, tirando suavemente ha­
cia abajo, asegurándose de que un tro­
zo pequeño de tallo quede sujeto a cada
una.
Coloque los diversos esquejes sobre
un papel limpio y póngalos en sombra
parcial, a una temperatura de 10° C.
Deje durante un día o dos, hasta que
cada uno haya desarrollado un callo
visible.
Producción de híbridos
Al cultivar cactus y otras suculentas
mezcladas, puede ocurrir una polini­
zación cruzada, es decir que el polen
de las flores de una especie o varie­
dad puede polinizar las de otra, pro­
duciendo un híbrido. Algunas veces,
éstos son mejores que otros tipos cul­
tivados y puede merecer la pena pro­
pagarlos. Pero en general no cabe
conservarlos.
Para asegurar que cultiva plantas
de las características correctas, es ne­
cesario controlar el proceso de poli­
Para producir una serie
de híbridos de semilla
(aquí, de una
Schlumbergera/
espolvoree polen de las
ameras de una de las
flores progenitoras
seleccionadas en los
estigmas del otro
progenitor, utilizando
un pincel fino.
P r o p a g a c ió n a p a r t ir d e
1 2
Retire una hoja sana,
arrancada cuidadosamente de
la planta madre. Debe romperse
en la base junto con un pequeño
trozo de tallo.
Llene tiestos casi hasta el borde con
sustituto de turba fino (o turba) y gra­
villa o arena. Debe introducir cada es­
queje de manera vertical en el tiesto, de
forma que el tallo de la hoja quede in­
móvil en su emplazamiento en la super­
ficie de la tierra.
Afirme éste alrededor del esqueje con
los dedos.
Cubra la superficie con un revesti­
miento ligero de arena o gravilla para
ayudar a mantener los esquejes en po­
sición.
nización. Éste puede servir para más
plantas de la misma especie que conser­
van las características de los padres o
producir retoños híbridos a partir de es­
pecies diferentes (que combinarán las ca­
racterísticas de los progenitores).
Para producir híbridos nuevos, elija
los progenitores (en general especies del
mismo género) intentando combinar las
mejores características (p. ej. forma de
hojas o color de las flores) de ambos.
Para evitar que ocurra la polinización
libre a través de los insectos, antes de que
E s q u e je s de H o ja s
Espere 24-48 horas para que la
herida forme un callo (véase
detalle). Llene un tiesto con partes
iguales de sustituto de turba fino (o
turba) y arena. Introduzca el esqueje
de manera que la tierra sostenga la
base.
Etiquete el tiesto y coloque en som­
bra moteada, asegurando una tempera­
tura regular de 21° C. Mantenga los es­
quejes húmedos regando lodos los días
con agua tibia, empleando un rocío fino
para no dañarlos.
El arraigo tarda poco, normalmente
tiene lugar en unos pocos días. Un par
de semanas después, aproximadamen­
te, de que aparezca el desarrollo nuevo,
plante en tiestos de tamaño adecuado,
llenando con mezcla para tiestos están­
dar tierra negra.
los estigmas parezcan receptivos o las
anteras están listas para abrirse, su­
jete un pequeño saco de papel sobre
las flores a utilizar.
Transfiera a mano el polen desde
las anteras de una de las plantas ma­
dre a los estigmas de la otra, utilizan­
do un pincel fino y suave. Después
vuelva a cubrir la flor polinizada con
un saco de papel.
Muchos cactus y otras suculentas
no son auto-fertilizantes y el polini­
zado cruzado resulta esencial para ob­
tener semillas. Pero si una especie es
auto-fertilizante, cubra las flores con
un saco, (igual que arriba), para evi­
tar la polinización cruzada a través de
los insectos. Para extender el polen so­
bre los estigmas dentro de la flor y
efectuar la autopolinización, general­
mente basta con golpear el saco con
suavidad.
Al madurar, cambiando del verde
al rojo, los frutos se vuelven blandos
y carnosos y pueden soltar semillas.
Si no ocurriera, abra los frutos prac­
ticando un corte, dejando durante 2-3
días en un sitio parcialmente som­
breado pero cálido para que las pul­
pas se resequen.
Después lave la semilla para elimi­
nar la pulpa y seque sobre papel se­
cante antes de sembrar.
P r o p a g a c i ó n
Revista con grava o gravilla
y etiquete. Cuando el
desarrollo nuevo ha estado
creciendo durante 2 semanas
(véase detalle), el esqueje
arraigado está preparado para
plantar en mezcla de tierra negra.
Suculentas que pued en
P r o p a g a r s e a p a r t ir d e
E s q u e je s d e H o ja s
Adromischus cooperi * ,
A. festivus *
Aeonium arboreum *
Begonia incana * , B. venosa #
Colyledon ladismithiensis # ,
C. undulóla #
Crassula ovata * , C. perfoliata *
Dudleya ingens * , D. rigida *
Echeveria agavoides # ,
E. elegans #
Fenestraria aurantiaca #
Gasteña batesiana #
Glottiphyllum linguiforme *
Graptopetalum amethystinum *■
llaworthia attenuata # ,
H. planifolia *
Hoya australis # , H. carnosa #
Kalanchoe beharensis # ,
K. tomentosa *
Lenophyllum pusillum * ,
L. texanum #
Orostachys chanetii
Pachyphylum
oviferum
Othonna dentata
Pachyphylum oviferum #
P. viride *
Peperomia dolabriformis #
Sedum hinlonii,
S. sempervivoides #
Senecio fulgens # ,
S. jacobsenii *
Streptocarpus saxorum *
Thompsonella platyphylla *
Umbilicus chloranthus *
Xerosicyos danguyi *
Cl.AVE
No resísteme
Suculentas q ue pu ed en
Esquejes de tallo y
P r o pa g a r se a p a r t ir d e secciones de tallo
E sq u eje s y S e g m e n t o s Los esquejes de tallo sirven para propa­
d e T allo gar muchas especies de suculentas, com­
Adromischus * prendiendo Euphorbia, Stapelia y la
Aeonium * mayoría de los cactus de columna.
Aporocactus * Tome esquejes de tallos o secciones
Bergerocactus * entre principios y fines de primavera. La
Carallu/na # cantidad y el tipo del material de los ta­
Cephalocereus * llos que se emplea dependen de la plan­
Cereus # ta. Algunos cactus, como Opuntia, con­
Ceropegia # sisten en una serie de almohadillas o
Cleistocactus # secciones redondeadas, que pueden cor­
Cotyledon # tarse con un cuchillo en la articulación
Crassuta # o la base para propagarlos. En el caso
Echeveria * de las que poseen tallos aplanados tipo
Epiphyllum * hoja, como Epiphyllum, practique un
Euphorbia, algunas # corte a través del tallo, retirando un tro­
Greenovia # zo corto.
Heliocereus # Para evitar desfigurar la planta, reti­
Huernia * re una «hoja» completa en el lugar de
Kalanchoe # unión con el tallo principal y trate como
esqueje o corte en varios trozos (véase
abajo). A la mayoría de los cactus de co­
lumna y algunas especies de Euphorbia
Nopalxochia # se les puede retirar una sección del ta­
Opuntia, algunas llo para proporcionar esquejes (véase
Oreocereus * abajo).
Oscuiaria * Todas las Euphorbias y algunas As-
Pachycereus * clcpiadáceas producen un látex lechoso
Pachyphytum * al cortarlas; para detener el flujo, sumer­
Pedilunthus # ja en agua tibia durante algunos se­
Pelargonium # gundos.
Pereskia * Selle el corte en la planta madre sos­
Rliipsalis # teniendo un trapo húmedo contra la he­
Ruschia # rida. Evite el contacto con la savia: pue­
Sarcocaulon * de ser irritante.
Schlumbergera * Deje los esquejes de tallo en un sitio
Sedum, algunas * (algunas csps.) seco y tibio durante 48 horas para que
Selenicereus * se forme un callo, antes de plantarlas en
Senecio, algunas # tierra adecuada.
Stapelia #
Introducción de esquejes
C lave Introduzca un esqueje de tallo en el cen­
* !Vo resistente tro de un tiesto preparado o coloque va­
rios pequeños alrededor del borde. Debe
P r o p a g a c ió n a p a r t ir d e S e c c io n e s A lm o h a d il la
Corte una almohadilla de ) Introduzca el esqueje en un
manera recta a través de la tiesto con partes iguales de
articulación y deje en un sitio sustituto de turba fino (o turba) y
tibio y seco durante 48 horas para arena o grava y etiquete. Una vez
que la herida forme callo (véase arraigado, plante en tierra para
detalle). tiestos estándar.
E s q u e je s T allo
de
2
Recorte el tallo, dejando I cm
(véase detalle). Elimine el par
de hojas inferior si conviniera.
1
Elija un tallo vigoroso y Introduzca cada esqueje
sano (aquí, de Kalanchoe dentro de tierra compuesta a
‘Wendy’/ Haga un corte recto, partes iguales son sustituto de
cortando el tallo tan cerca de la turba fino (o turba) y gravilla o
base como sea posible. arena. Las hojas no deben tocar la
superficie.
introducirlos a la suficiente profundidad misma manera que con las plantas no
como para que permanezcan verticales, suculentas. Aplique ocasionalmente un
pero no demasiado profundamente, ya rocío fino, pero no riegue en exceso,
que la base de los esquejes podría pu­ ya que los esquejes pueden pudrirse.
drirse antes de que los mismos hayan El arraigo suele tener lugar después de
arraigado. Debe retirar las hojas inferio­ dos semanas, aproximadamente, aunque
res de esquejes de tallos de suculentas los esquejes de algunos géneros, como
de hojas legítimas, como las especies de Selenicereus, pueden tardar un mes o
Pereskia, antes de introducirlos, de la más.
Propagación a partir de secciones de tallo
Muchos cactus y otras suculentas se
pueden propagar a partir de una pe­
queña sección del tallo en lugar de
utilizar uno completo. Emplee trozos
de 5-10 cm, según la especie. En el
caso de cactus de columna, retire un
trozo de tallo (abajo) cortando en el
sitio adecuado; en el caso de cactus
de tallos planos tipo hoja, corte el ta­
llo en trozos de manera lateral (dere­ S e c c ió n d e T a llo T ip o H o ja
cha). Después trate cada sección Retire un tallo (aquí, Epiphyllum>
como un esqueje de tallo. y corte en secciones.
I n t r o d u c c ió n d e u n T r o z o d e
T a llo
S e c c ió n d e T a i .i .o
T ip o C o l u m n a
Las secciones del
tallo de los cactus
tipo columna pueden
tratarse como Trozos de
esquejes. lieslo y grava
 P r o p a g a c i ó n

División de retoños D iv is ió n de R etoños q u e fo rm a n T errones Su culentas que pu ed en

Un gran número de cactus y otras su­ P ro pa g a rse po r
culentas que forman terrones, tales D iv is ió n d e R e t o ñ o s
como Conophytum, Mamillaria y Se- Agave, algunas *
dum , pueden propagarse a partir de re­ Aloe *
toños a principios de la estación de de­ Aloinopsis #
sarrollo. Caralluma *
Carruanthus #
Retoños que forman terrones Conophytum #
Retire la capa superior de tierra alrede­ Copiapoa *
dor de la planta madre para descubrir Coryphantha *
la base de los retoños y separe con un Crassula *
cuchillo los que requiera —uno o m á s - Dactylopsls *
de la planta madre. Delosperma #

1 2
Trate las heridas de los retoños con Rasque la superf icie de Introduzca el retoño Dinteranthus #
fungicida, dejando secar durante dos o abono alrededor del retoño. debajo de la superficie de la Dracophilus *
tres días, hasta que se forme un callo. Corte recto a través de la tierra. Éste debe estar compuesto O uvalia #
Coloque los no dañados en tiestos in­ articulación y deje que la herida a partes iguales de sustituto de Ebracteola *
mediatamente. forme callo (véase detalle). turba (o turba) y arena gruesa. Echídnopsis #
Los retoños sin raíces deben colocar­ Echinocereus #
se en tierra compuesta por partes igua­ Echínopsis #
les de sustituto de turba fino (o turba) Epithelantha *
y arena. Si los retoños ya hubieran de­ Erepsia *
sarrollado raíces, utilice tierra estándar. Escobaría *
Emplee contenedores del tamaño ade­ Faitearía *
cuado, con una capa de trozos de tiesto Gasteria #
en el fondo. Coloque en tiestos indivi­ Glottiphyllum *
duales y riegue ligeramente. Greenovia *
Mantenga los esquejes en tiestos en Gymnocalycium *
semi-sombra durante dos semanas, a Hawortltia *
una temperatura mínima de 15° C, y Juttadinteria #
vuelva a regar después de la primera
semana.
Una vez que aparezca el desarrollo

3 4
nuevo, debe cambiar las plantas a tie­ Revista con 5 mrn de gravilla, Cuando aparezca el Lilhops
rra para tiestos estándar y aplicar el rie­ etiquete y coloque en semi­ desarrollo nuevo, cambie a kurasmontana
go normal (véase p. 269). sombra. Riegue pasados 3-4 días. tiesto con tierra estándar,
revistiendo igual que antes. Lilhops karasmontana *
Tubérculos de retoño I.obivia #
Algunas suculentas de raíces tuberosas, Mammiltaria *
como Ceropegia, producen pequeños retoños sin raíces con fungicida y deje Permita que se asienten durante tres Meyerophylum *
tubérculos de retoño alrededor del tu­ formar un callo. Introduzca cada tubér­ o cuatro días y después riegue con re­ Milrophyllum #
bérculo principal de la planta madre. És­ culo de retoño en un tiesto limpio con gularidad con rocío fino. Apenas co­ Orbea *
tos pueden tratarse como si fueran di­ una mezcla a partes iguales de sustitu­ mience el desarrollo y aparezcan algu­ Orostachys #
visiones y seguir cultivando para to de turba (o turba) y arena gruesa. nos vástagos, siga la rutina de riego Parodia *
producir plantas nuevas. Durante la es­ Si tuvieran raíces, coloque directa­ normal (véase p. 269). Pleiospilos #
tación inactiva, retire un poco de tierra mente dentro de tierra estándar. Revis­ Cambie de tiesto a otro con tierra es­ Plerocactus #
para descubrir los retoños y separe de ta con una capa de gravilla fina lavada tándar apenas las plantas jóvenes ten­ Pygmaeocereus *
la planta madre con un cuchillo limpio y etiquete. Coloque en semisombra y gan varios vástagos y ya estén bien es­ Rebutía *
y afilado. Trate las superficies de los mantenga a 18° centígrados. tablecidas. Rhombophyllum #
Sarcozona *
Sedum, algunas *
D iv is ió n de T ubérculos de R eto ñ o Semmanthe *
Sempervivum
N ¡f '» V Stapelia *
Stomatium #
Sulcorebutía #
Tephrocactus
Thelocactus # (unas pocas esps.)
Weingartia #
Wigginsia vorwerkíana #

Wigg'msia
vorwerkiana

1 2
Rasque un poco de tierra
de alrededor del tubérculo
principal y separe los tubérculos
de retoño con cuidado. Retire sin
dañar las raíces (véase detalle).
Trate las heridas con fungicida Revísta con una capa de
y deje formar callo. Si hay
raíces, introduzca en tierra para
3Etiquete,
5 mrn de gravilla de 3 mm.
pero no riegue durante
tiestos, o use partes iguales de varios días.
sustituto de turba fino (o turba) y C lave
arena. # No resistente
Suculentas q ue pu ed en
División de patrones D iv isió n de R iz o m a s
P r o p a g a r s e p o r D iv isió n Muchas especies de Aizoáceas, com o
d el R izo m a
Delosperma y Frithia, algunos cactus
formadores de terrones y los géneros
Agave, algunas como Aloe, se propagan fácilmente por
Aloe * división. Para algunos cultivares de San-
Argyroderma * sevieria, la división es el método más
Caralluma * fiable para conservar el estriado, ya que
Carpobrotus los esqujes de hojas pueden producir
plantas que revierten.
Aloe variegata Divida cactus y otras suculentas que
forman terrones a principios de la esta­
ción de desarrollo.
Delosperma * Retire toda la planta de su tiesto y se­
Duvalia * pare cuidadosamente o corte el rizoma
Faucaria * en varios trozos más pequeños, cada
Fenestraria # uno con un brote o vástago sano y raí­
Frithia * ces bien formadas.

Glottipliyllum # Trate todas las zonas cortadas con
Gymnocalycium * fungicida y coloque cada sección en ties­
Huernia * tos con tierra estándar por separado. Eti­
Mammillaria # quete, riegue y coloque en semi-som-
Rebutía * bra hasta que estén bien establecidas.
Ruschia # O bien corte un trozo del patrón sin
retirar la planta y excave una sección del
Stapelia *
Sansevieria * suelo con una horca manual. Espolvo­
Sulcorebutia * ree las partes cortadas con fungicida y
Titanopsis * coloque en tiestos al igual que para tu­
bérculos de retoño (véase p. 273). Lle­
C lave ne cualquier hueco que quede alrededor
♦ No resistente de la planta madre con tierra estándar
y riegue ligeramente.
I 2
Tome la planta (aquí,
Sansevieria trifasciata/
Divídala en secciones cortando
recto a través del rizoma.
Injerto
Algunos cactus y otras suculentas, es­
pecialmente ciertos miembros de las As-
celepiadáceas, como Edithcolea y Pseu-
dolithos, maduran y florecen con
lentitud cultivadas sobre raíces propias.
Deseche el material viejo y
leñoso y las raíces blandas o
dañadas antes de plantar cada
nueva sección.
Injertando sobre ejemplares establecidos
de especies relacionadas que maduran
más rápidamente, se las puede inducir
a florecer en un lapso relativamente cor­
to. Durante la estación de desarrollo se
injerta el desarrollo superior —o p ú a -
de la planta requerida sobre el patrón

I n je r t o por C u ñ a A p ic a l
Seleccione el
3 material para la
púa y separe de la
planta madre (aquí,
Schlumbergera/
con cuchillo
afilado, cortando
recto a través de un
nòdulo.

1 2
Prepare el patrón cortando
el extremo recto a través del
tallo con un cuchillo limpio y
afilado.
Practique una hendidura
estrecha, en «V», de 2 cm de
profundidad (véase detalle) en el
rizoma.

4 5
Recorte el extremo inferior
de la púa, formando una
cuña estrecha que encaje en la
«V» del patrón.
6
Introduzca la cuña de la púa
dentro de la hendidura del
patrón (véase detalle), asegurándose
de que estén pegadas.
Para fijar la púa dentro del M é t o d o A l t e r n a t iv o
patrón, sujete con espina de Sujete el injerto firme, pero no
cactus, atravesando el injerto. apretado, con rafia.
 P r o p a g a c i ó n

de una de las especies más vigorosas. Se Coloque la planta injertada en som­ bien segura en su sitio; asegúrese de que
pueden emplear tres métodos de injer­ bra parcial a 21° de temperatura. Debe­ las tiras no aprieten demasiado para no S u c u l e n t a s a pt a s
to: injerto por cuña apical, injerto pla­ rían unirse después de algunos días; una dañar la púa. p a r a I n je r t a r
no c injerto lateral. vez unidas, retire la espina o la rafia, es­ Deje la planta injertada en un lugar
polvoreando los agujeros causados por bien iluminado pero no al sol. Manten­ Injerto plano
Injerto por cuña apical la espina con fungicida. ga la tierra apenas húmeda hasta que las Alluaudiopsis *
Los cactus epifítos se propagan por este Cuando aparezca el desarrollo nue­ dos partes se hayan unido (tardan unas Asírophytum *
sistema con frecuencia, con el fin de vo, riegue y alimente al igual que para dos semanas), luego puede retirar los Aus trocad us *
crear una planta erecta «estándar» o tipo las plantas establecidas (véase página elásticos. Aztekium *
árbol. 269). Después, riegue y alimente como para Blossfeldia *
Emplee Pereskiopsis o Selenicereus, las plantas establecidas. Buiningia #
que son fuertes pero delgadas, como Injerto plano Al injertar asclepsias, los tubérculos Discocactus *
patrón. Este método de injerto puede ser utili­ pulposos de Ceropegia o los tallos ro­ Du valia #
Para producir el patrón, tome un es­ zado para propagar variantes con cres­ bustos de Slapelia pueden ser utilizados Editlicoleu *
queje de tallo (véase p. 272) de la plan­ ta: suculentas con mechones de pelos o como patrones. Epithelantha *
ta elegida. Cuando éste haya arraigado cerdas suaves, y también Gymnocaly- En especial, los primeros resultan pa­ Frailea *
y muestre un desarrollo nuevo, está pre­ cium mihanovichii y Lobivia silvestri, trones excelentes para algunas de las as­ Gymnocalycium
parado para emplear como injerto. Re­ ya que a sus plantones puede faltarles clepsias de Arabia o de Madagascar, mihanovichii
bane el extremo y después haga dos cor­ clorofila. que, de otro modo, pueden ser difíciles (y cvs) *
tes inclinados hacia abajo dentro del Los géneros que sirven de rizomas de propagar.
extremo del tallo del patrón para pro­ comprenden Echinopsis, Harrisia, Gymmocalycium
ducir una hendidura estrecha en forma Hylocereus y Trichocereus. Injerto lateral mihanovichii
de «V» de 2 cm de largo. Corte horizontalmente a través del ta­ Este método resulta útil si la púa es de­ ‘Red Hcad’
Seleccione un vástago sano de la plan­ llo del patrón, a la altura requerida. Des­ masiado delgada para injertar dentro del Hoodia *
ta púa y prepare cortando el extremo in­ pués elimine los bordes de la nervadura patrón. Es muy parecido al injertado Lobivia silvestri
ferior en forma de cuña, para amoldarse con un cuchillo para formar un borde por escudete, utilizado para plantas Lophophora *
al corle en el patrón. Introduzca la biselado y elimine las espinas junto al leñosas. Luckhoffia *
«cuña» de la púa dentro del corte, in­ corte. Prepare el patrón cortando el extre­ Maihuenia #
tentando que las superficies de corte Prepare la púa de un modo similar y mo en ángulo oblicuo, y, a continuación, Mammillaria *
concuerdcn lo más posible. Sujete la púa coloque su base sobre la superficie cor­ corte la base de la púa para que coinci­ Mila *
y el patrón o bien introduciendo una es­ tada del patrón. Coloque tiras elásticas da lo más posible con el patrón. Nopalxochia #
pina de cactus dentro del injerto o su­ sobre el patrón de la púa y debajo de Sujete con una espina o con rafia y Notocadus *
jetando con rafia. la base del tiesto para mantener la púa trate como para el injerto plano. Orbea *
Parodia *
Pediocadus *
I n je r t o P la n o Pelecypliora *
I n je r t o L a t e r a l Pseuclolithos *
Si la planta de la Pygmaeocereus *
púa es delgada, Sulcorebutia #
puede injertarse Tavaresia *
sobre un lado del Trichocaulon *
patrón. Practique Turbinicarpus #
un corte en ángulo Uebelmannia *
tanto en la púa
como en el patrón, Aporocactus
una las superficies flagelliformis
de corte y sujete
con espina de Injerto lateral
cactus y rafia. Deje Aporocactus
en sitio bien flagelliformis *

2
Rebane el extremo del patrón Recorte para obtener un borde iluminado a 16" C Cryptocereus *
con cuchillo afilado para ligeramente biselado; sujete el hasta que aparezca Disocadus *■
obtener una superficie plana. tallo sin tocar la herida. el desarrollo nuevo. Lepismium *
(esps. de tallo plano)
Rhipsalidopsis #
Rhipsalis $ (esps. de tallos
redondeados o angulares)
Weberocereus * (esps. de tallo
redondeado)
Wilcoxia *
Schlumbergero
‘Gld Charm’
Injerto por
cuña apical
Hatiora *
Rhipsalidopsis *
Schlumbergera #

4
3 aCorte
el material para Ia púa
través de la base. Bisele el
borde de la púa (detalle) para que
encaje estrechamente en el
patrón.
Strophocadus #
5
Coloque la púa sobre el Ponga el tiesto en sitio
patrón y fije firme, pero no bien iluminado a temperatura Wittiocereus *
estrechamente, con tiras elásticas. mínima de 160 C. Retire los
Etiquete con el nombre de la púa. elásticos al aparecer el desarrollo Cl.AVK
nuevo. ♦ No resistente
 12
E l C ésped
e s d e e l c é s p e d verde y aterciopelado en un jardín for­ agradable de pisar, resistente al desgaste, y porque se lo puede se­

D ma! tradicional hasta el campo minuciosamente segado gar muy corlo sin dañarlo. Algunas otras especies, como la man­
de una zona deportiva o el prado basto bajo una arbole­ zanilla y el tomillo, también pueden utilizarse para los céspedes,
da frutal, existen diferentes tipos de céspedes. Ya sea considerado
pero generalmente son mucho menos resistentes que la hierba.
como una obra sobresaliente de derecho propio, un realce de ma­ Aunque frecuentemente poco valorado y considerado como una
cizos y orlas coloridas, una superficie de juego para niños, o sen­ mera superficie plana para pisar, el césped puede hacer una con­
cillamente un refugio relajante, el césped puede ser una parte del tribución mucho más importante al jardín: sirve para complemen­
jardín tan atractiva como funciona!. Durante siglos, la hierba ha tar las plantaciones, suavizar las superficies duras, separar y defi­
sido elegida para crear céspedes porque es visualmente atractiva, nir elementos distintivos, y unificar el conjunto del jardín.

Creación de céspedes
césped sano y bien conservado mente inclinados. Algunas plantas de to del jardín —con otras plantas, ele­ la, ya que su punto de desarrollo está
U
n
es un elemento atractivo que tam­ hojas anchas, p. ej. camomila (Chamae- mentos y esquemas— de manera que en la base de la planta.
melum nobile), también sirve para crear
bién ofrece una zona despejada en la que forme una parte congruente y unifica-
pascar, jugar y relajarse. Para algunos
céspedes; pero debería considéralas pri­ dora del diseño. Céspedes segados
jardineros el césped es fundamentalmen­ mordialmente como ornamentales, para Las zonas de hierbas segadas compren­
te ornamental, mientras que para otros ser admiradas, más que para utilizarlas den céspedes de alta calidad, utilitarios
su función es importantísima y la du­ extensamente, porque son menos tole­ Hierba y de deportes. Un césped primordial­
rabilidad es la consideración fundamen­ rantes al desgaste que la hierba (véase mente ornamental y de alta calidad re­
tal. Además de estos céspedes formales «Céspedes que no son de hierbas», p. La hierba es la planta más habitualmen­ sulta adecuado donde sea importante un
y utilitarios, la hierba sirven para otras 279). te elegida para los céspedes, porque es aspecto perfecto y homogéneo; aguan­
zonas, como céspedes para deportes o Al decidir el tipo y aspecto del cés­ duradera y en general resulta atractiva ta cierto desgaste pero requiere bastan­
juegos, en huertos y jardines silvestres, ped, además de su emplazamiento, tenga todo el año. También puede cortarse te mantenimiento para conservarlo en
para senderos anchos y bancales suave- en cuenta cómo se relacionará con el res- muy corta de manera repetida sin dañar­ las condiciones originales. Si es proba­
ble que la hierba sufra un desgaste se­
vero —por ejemplo, utilizada como
zona de juegos— opte por un césped uti­
litario; éste también es atractivo pero ad­
mite imperfecciones menores y requie­
re menos mantenimiento.
Las zonas deportivas para tenis de
césped o bolos requieren una superficie
especialmente duradera que pueda se­
garse muy corta.
Para evitar un desgaste adicional, es
mejor emplazarlas separadas del césped
principal.
Hierbas largas y prados
La hierba sin segar o los prados flori­
dos resultan muy seductores como par­
te de un jardín silvestre o de un huerto,
pero dado que las hierbas son relativa­
mente largas, no resultan prácticos para
un césped utilitario. Pero como requie­
re muy poco mantenimiento puede re­
sultar adecuado para una ribera o un
bancal, difíciles de segar.
Los prados floridos prosperan sobre
suelos empobrecidos, suerte que es una
U n C ésped F orm al buena manera de usar una parte del jar­
Aquí, la prístina extensión cortada a ras de un césped plateados y otras plantas complementarias, y una dín donde pocas otras cosas suelen
formal de alta calidad ofrece un realce uniforme para plataforma para realzar un asiento ornamental y tiestos crecer.
una plantación elegante de Agapanthus blancos, Senecio con margaritas (Argyranthemum frutcscens). En jardines informales o semisilves-

T ex tu r a s C o n t r a s t a n t e s
Cree dibujos geométricos en
bajorrelieve y ofrezca definición
o texturas interesantes variando
la altura de la siega.
tres, las bulbosas, como los narcisos, re­
sultan bellas aclimatadas entre hierbas.
Es mejor plantar bulbos en una zona es­
tablecida de hierbas largas o semilargas
que no requiera un segado frecuente,
como en un bancal (véase también
P lantas B u l b o s a s , «Plantado entre
hierbas», p. 220).
Mezcla de hierbas cortas y largas
El uso de hierbas diferentes en diversas
partes del jardín, o variando la altura
del segado, ayuda a definir zonas sepa­
radas y agrega contraste de texturas.
Un sendero muy segado, por ejemplo,
recorriendo un prado florido extenso,
ofrece un cambio llamativo de altu­
ras, colores y textura, y también estimu­
la que las personas utilicen sólo el sen­
dero.
En jardines amplios, tome en consi­
deración tener un césped pequeño y de
alta calidad emplazado cerca de la casa
donde se pueda disfrutar de su hermo-
S e n d e r o s d e H ie r b a
Un sendero de hierba
bien cortada a través
del jardín permite una
vista clara de las
plantas adyacentes;
aquí, un sendero
amplio y recto
contrasta con la
plantación informal de
narcisos y arbustos
e indica la zona de
paseo con claridad.
so aspecto; un sendero o escalones pue­
den conducir a un césped utilitario más
alejado, además de incluir una zona de
hierbas largas y flores silvestres en el ex­
tremo del jardín.
La mezcla de hierbas de esta manera
es tanto práctica como atractiva, ofre­
ciendo áreas de juego, silvestres y orna­
mentales complementarias, pero con­
trastantes; también se reduce el tiempo
de siega, ya que una parte del área re­
quiere poca frecuencia de segado.
Forma y posición
El césped puede ocupar muy bien la
zona más amplia del jardín, de manera
que es importante planificar su forma
y posición cuidadosamente dentro del
contexto total del diseño.
Tenga en cuenta tanto el aspecto prác­
tico como el estético para que el césped
sea placentero de usar, conveniente de
mantener y para que constituya una par­
te realzada e integral del jardín.
Forma
La forma del césped podrá armonizar
con el estilo del jardín o servir para de­
terminarlo. Un esquema simétrico de
céspedes de formas geométricas bordea­
dos por senderos serían elegantes y ade­
cuados para un jardín muy estilizado y
formal. En uno pequeño, una forma
sencilla, como un círculo, resultará vi­
sualmente llamativa y puede ser imita­
da imaginativamente con la introduc­
ción de un estanque circular o un patio
y contenedores llenos de plantas orna­
mentales.
Un diseño curvado e irregular propor­
ciona al jardín una fluidez atrayente,
uniendo los elementos diferentes con un
plano de color homogéneo.
Las curvas amplias y fluidas realza­
rán la plantación de una orla y condu­
cirán las miradas a un centro de aten­
C é s p e d In fo r m a l
El recorrido audaz y curvado de un césped informal flanqueado por un
sinuoso sendero de gravilla y una cinta dorada en una orla adyacente.
ción, como una planta arquitectónica o
una fuente. Procure descartar la creación
de bordes recargados y festoneados o de
ángulos incómodos, ya que distraen del
impacto de una plantación y dificultan
la siega.
Si el espacio lo permite, podría ser
más eficaz tener más de un solo césped:
así, por ejemplo, se pueden relacionar
dos o más formas similares o comple­
mentarias por medio de senderos o
arcadas.
El césped más alejado debería estar
parcialmente oculto para que pueda pro­
porcionar un reflejo intrigante, entrevis­
to a medias, del más cercano.
Funciones del diseño
Además de resultar atrayente por dere­
cho propio, el césped puede cumplir con
diferentes criterios de diseño tanto para
plantas como para elementos duros. Las
zonas de hierba uniformes generan una
unión natural entre elementos dispares,
llevando la mirada de una parte del jar­
dín a otra. Una estatua o árbol indivi­
dual emplazado en un césped ofrece el
máximo impacto visual, ya que la zona
circundante de color liso lo separa de
otros elementos de distracción. En un
césped amplio, uno o dos macizos de
flores o árboles pueden resultar extre­
madamente eficaces si se los ubica para
que interrumpan la extensión verde, pero
resista a la tentación de salpicar toda la
superficie con elementos llamativos:
además de aumentar el tiempo del man­
tenimiento, el efecto total puede pare­
cer abrumador y desarticulado.
La textura y el color uniforme de la
hierba forman un contrafondo neutral
que realza otros plantados satisfactoria­
mente. La superficie plana realza las
plantas más esculturales: la silueta sóli­
da de un árbol tipo columna y el aspec­
to sobresaliente de un arbusto a ras de
suelo, además de la variedad de aspec­
tos, colores y texturas de una orla mix­
ta o herbácea.
Senderos y accesos
Las áreas estrechas de hierba están su­
jetas a un desgaste concentrado y son
difíciles de segar; a causa de esto, los
senderos más estrechos de 1 m son poco
prácticos. Para una ruta utilizada con
frecuencia, como en el caso de la que
va de la casa al cobertizo, instale un sen­
dero duro o piedras para evitar un des­
gaste irregular.
Dentro de lo posible, deje al menos
un lado del césped abierto para permi­
tir el acceso; si sólo existieran una o dos
aberturas extrechas, la hierba podría da­
ñarse en estos puntos.
Bordeado
Al bordear el césped con una faja de pa­
vimento de piedras o ladrillos ayudará
a definir su forma y la de las orlas, y
también tiene ventajas prácticas. Faci­
lita segar hasta los bordes mientras que
evita el riesgo de dañar otras plantas. Se
puede permitir que las rastreras o tre­
padoras sobresalgan por encima de los
bordes, interrumpiendo cualquier aspec­
to rígido, pero sin privar de luz a la hier­
ba bajo éstas. Además puede colocar
contenedores ornamentales sobre este
borde duro como centros de atención o
para proporcionar cambios de nivel in­
teresantes. Alternativamente, puede de­
jar una banda angosta de suelo desnu­
do para facilitar el segado en el borde
de un césped; es particularmente útil si
el césped está junto a un muro o verja,
ya que el césped se puede segar con fa­
cilidad hasta los bordes.
Consideraciones
climáticas
Las hierbas de céspedes se dividen ge­
neralmente en dos grupos, según su to­
lerancia a la temperatura. Las que cre­
cen sobre todo en climas tempíados y
prefieren temperaturas de 15°-24° C,
se conocen como hierbas de estación
fresca, mientras que las que crecen me­
jor en climas subtropicales o tropica­
les, prosperando a temperaturas de 26-
35° C, se denominan hierbas de estación
cálida.
En los países grandes, que abarcan un
cierto número de zonas climáticas, se
puede pedir consejo localmente acerca
de cuáles son las mejores especies de
hierbas a utilizar.
En las zonas templadas, generalmente
no se emplean las hierbas de estación cá­
lida para céspedes, aunque algunas son
cultivables satisfactoriamente, porque se
vuelven marrones en invierno al volverse
inactivas.
Hierbas de estación fresca
Las hierbas templadas o de estación fres­
ca se emplean extensivamente para cés­
pedes en el Reino Unido, Europa del
Norte, América del Norte y otras regio­
nes de clima similar (véase «Zonas cli­
máticas», p. 514).
Las hierbas más comunes de los cés­
pedes de estación fresca son las agros-
tis (Agroslis), las cañuelas (Festuca), las
hierbas de prado (también conocidas
como hierbas azules, Poa) y el ballico
perenne (Lotium perenne).
Las agrostis son de desarrollo bajo y
también las que más toleran un segado
a ras de suelo. Las cañuelas tienen ho­
jas angostas y pueden cortarse bajas;
son bastante duraderas y algunas espe­
cies crecen en suelos pobres. Las hier­
bas de prado son más resistentes al uso,
pero no pueden cortarse a ras y algunas
tienen hojas bastante gruesas. El balli­
co es muy resistente y tolera la mayoría
de los suelos, incluso aquellos de arci­
lla pesada, pero es de textura gruesa y
no ie agrada el segado a ras. 1.a hierba
de prado anual (Poa annua) también se
encuentra en muchos céspedes, pero los
jardineros frecuentemente la consideran
una maleza, ya que grana con rapidez
y forma zonas gruesas entre las hierbas
finas.
Las hierbas de estación fresca se ven­
den generalmente como mezcla de más
¿ D e A l ta C a l id a d o U t il it a r io ?
Las hierbas varían en
aspecto, tasa de
desarrollo y resistencia
al uso: la de alta
calidad (derecha) es de
textura fina; la
utilitaria (extrema
derecha) es mejor para
un césped familiar.
A lta C a l id a d
de una especie, aunque en algunas zo­
nas templadas de América dei Norte la
hierba de prado de tallo liso, también co­
nocida como hierba azul de Kcntucky
(Poa pratensis), se cultiva sola. Pero al
sembrar un césped de especie única, es
habitual mezclar varios cultivares, ya
que esto aumenta la resistencia del cés­
ped a las enfermedades y mejora el co-
ior total (véase también «Elección cul­
tivar adecuado», p. 279).
Hierbas de estación cálida
Estas hierbas aparecen espontáneamente
en las regiones tropicales y subtropica­
les, comprendiendo América del Sur,
África y Asia, en especial la parte me­
ridional de China y, por lo tanto, están
adaptadas para desarrollarse en una am­
plia gama de zonas climáticas.
Las principales hierbas de estación cá­
lida plantadas en céspedes y otras áreas
de uso intenso son las diversas especies
y cultivares de la hierba de Bcrmuda
(Cynodon), la hierba
Stenotaphrum secundatum y las hier­
bas zoysia (Zoysia).
Las hierbas de Bermuda comprenden
la hierba de Bermuda común (Cynodon
dactylon), hierba de Bermuda africana
(C. transvaatensis), hierba de Bermuda
Bradley (C. incomplelus var. hirsutus)
y la hierba de Bermuda Magennis (C.
x magennisii).
Existen tres especies de hierbas zoy­
sia adecuadas para céspedes: la hierba
japonesa para céspedes (Zoysia japóni­
ca), hierba de Manila o hierba de tapiz
japonesa (Z. matrella), y también la
hierba Mascarena (Z. tenuifotia). Las
hierbas zoysia se desarrollan particular­
mente bien en zonas de veranos muy cá­
lidos e inviernos frescos.
Las hierbas de estación cálida gene­
ralmente se cultivan como césped de es­
pecie única, ya que poseen un hábito
reptante fuerte y no se mezclan bien en­
tre sí.
Si se incluyen otras hierbas, tienden
a formar áreas desagradables y distin­
tivas de color y textura diferentes. Las
de estación cálida se vuelven inactivas
y pierden el color a temperaturas por de­
bajo de los 10° C, lo que puede resul­
tar problemático donde las condiciones
son ideales sólo en verano. En estas zo­
nas, se pueden plantar hierbas de esta­
ción fresca, como ballico y cañuelas, en
otoño para mejorar el color del césped
en invierno.
U t il it a r io
Selección de la
hierba adecuada
Antes de seleccionar semillas o césped,
valore la importancia relativa del aspec­
to, durabilidad y necesidades de man­
tenimiento del césped. De la muchas
mezclas de diferentes hierbas disponi­
bles, algunas son especialmente adecua­
das para zonas de mucho uso, mientras
que otras ofrecen colores y texturas
atractivos. Las semillas también deben
adecuarse a las condiciones de cultivo,
tales como el tipo de suelo, el drenaje,
y el grado de sombra.
Céspedes de alia calidad
Para crear céspedes formales de alta ca­
lidad, donde un aspecto perfecto es de
importancia primordial y no se espera
un desgaste intenso, seleccione especies
de hierbas que generen un aspecto de
textura y color uniforme.
Estación fresca Para los céspedes de má­
xima calidad, se emplea una mezcla de
agrostidas y cañudas de hojas delgadas.
Las agrostis de extremo marrón y de las
tierras altas (Agrostis tenuis y A. caste­
llana) se mezclan con las cañuelas de
Chewing y las cañuelas reptantes rojas
delgadas (Festuca rubra var. commuta-
ta y F.r. var. rubra).
Estación cálida Los cultivares de la hier­
ba de Bermuda resultan excelentes para
céspedes de alta calidad. Existen varios
cultivares mejorados que toleran calor,
Z ona s d e J uegos
Si el césped debe incluir
una zona de juegos,
emplee una hierba
especialmente resistente
para evitar que el césped
se desgaste de manera
despareja.
sequía y un uso intenso. Las hierbas zoy­
sia también conforman un césped de alta
calidad, de desarrollo lento.
Céspedes funcionales
Los céspedes destinados a proporcionar
funcionales, básicamente una zona de
juego para niños o un espacio para re­
cibir invitados, necesitan ser relativa­
mente robustos, pero deben ofrecer una
superficie homogénea y atractiva; las
hierbas para este fin no crean general­
mente la textura ni el color perfectos
para un césped de alta calidad, ya que
esto resulta inevitablemente de impor­
tancia secundaria.
Estación fresca Para céspedes durade­
ros, la hierba principal es el ballico pe­
renne; en general, está mezclado con ca­
ñuela roja (Festuca rubra var. rubra),
hierba del prado de tallo liso y agrostis
de extemo marrón o de tierras altas
(Agrostida tenuis, A. castellana). En las
regiones templadas de América del Nor­
te está muy difundido el uso de céspe­
des plantados sólo con hierbas de pra­
do de tallo fino.
Estación cálida Las hierbas de Bermu­
da (véase «Céspedes de alta calidad», iz­
quierda) son lo bastante resistentes para
los céspedes utilitarios, pero requieren
una siega frecuente. La hierba de San
Agustín tiene una textura más fina pero
también es adecuada, en especial para
áreas sombreadas. Para un césped de
mantenimiento bajo, elija hierba de ba­
hía (Paspalum notatum), hierba de ta­
piz (Axonopus) o hierba ciempiés (Ere-
mochloa ophiuroides). Éstas requieren
una siega menos frecuente, pero, como
que tienen hojas de textura gruesa, no
proporcionan un acabado muy atrac­
tivo.
Zonas de juegos y deportes
Las zonas de hierba usadas para jugar
a la pelota o practicar deportes requie­
ren especies y cultivares particularmen­
te resistentes al desgaste. Además, algu­
nos céspedes para deportes deben poder
tolerar un segado muy a ras y tener un
acabado fino con el fin de minimizar el
efecto sobre el recorrido de la pelota.
Estación fresca Una mezcla de agrostis
y cañuelas, al igual que para los céspe­
des de alta calidad (véase p. 278), tole­
ra un cierto desgaste y es adecuado para
áreas como céspedes de croquet,
«greens» para bolos y «greens» de golf;
pero un uso muy intenso pronto dete­
riora las hierbas. Si requiere una super­
ficie más duradera, como para el tenis
sobre hierba, es mejor optar por una
mezcla que contenga ballico perenne
(véase «Céspedes utilitarios», p. 278).
Estación cálida Las hierbas de Bcrmu-
da (véase «Céspedes de alta calidad», p.
278) deberían proporcionar una super­
ficie razonablemente atractiva y durade­
ra. Algunos cultivares toleran el desgaste
mejor que otros, de manera que convie­
ne elegir los recomendados para zonas
de juegos.
Prados floridos
Para las zonas de llores abundantes, use
dentro de lo posible especies de hierbas
locales: además de ser más propensas a
prosperar, no parecerán artificiales ni in­
congruentes (véase también J a r d in e r ía
de F lo res S il v e s t r e s y P r a d o s , p.
169). Generalmente, una mezcla de se­
millas rica en flores cuenta con hierbas
de desarrollo lento y varias especies na­
tivas floridas. La elección de las espe­
cies a sembrar también está afectada por
factores como el clima, tipo de suelo,
humedad de éste, y aspecto; algunas pre­
fieren condiciones extremadamente se­
cas y bien drenadas, mientras que otras
se desarrollan bien en suelos pan­
tanosos.
Estación fresca En general, las agrostis
y cañuelas están incluidas, mientras que
una hierba de vida corta, como el balli­
co italiano ( Lolium multiflorum), se
puede agregar para un tapizado rápido
inicial. Al ser segado, el ballico italia­
no se extinguirá después de dos años,
quedando detrás las hierbas de hojas fi­
nas y las plantas floridas de hojas an­
chas. Algunas especies requieren inver­
nar o un período frío antes de que
germinen, de modo que pueden no apa­
recer durante el primer año después de
sembrar.
Estación cálida En áreas donde crecen
hierbas de estación cálida es difícil cul­
tivar prados de floración abundante;
puesto que las hierbas de estación cáli­
da crecen vigorosamente, las mismas
tienden a sofocar a las plantas en flo­
ración.
Areas problemáticas
Para los céspedes en emplazamientos di­
fíciles, como los umbríos, mojados o se­
cos, elija una mezcla de hierbas diseña­
da específicamente para tales condicio­
nes. Si el problema fuera severo, puede
ser mejor cultivar plantas tapizantes
(véase T a p iz a n t e s , pp. 150-151).
Estación fresca En zonas sombreadas y
mojadas, la hierba, en general, no se
convierte en un césped tupido y vigoro­
so. Pero existen algunas especies más to­
lerantes que otras: la hierba de prado
boscoso (Poa nemoralis) se planta a me­
nudo junto con hierba de prado gruesa
(P. trivialis), aunque ninguna de las dos
sobrevive al segado a ras o a un desgas­
te intenso.
También puede incluir cañuelas, ya
que crecen razonablemente bien en es­
tas condiciones y toleran un segado más
a ras. El fleo de céspedes (Phleum pra-
tensis subesp. bertolonii) a veces se em­
plea en lugar del ballico perenne en zo­
nas húmedas no demasiado sombreadas.
En regiones muy áridas, emplee hier­
bas nativas de tales áreas, como la hierba
de trigo occidental (Agropyron smithii)
que crece de manera natural en las gran­
des planicies de América del Norte, o
también hierba de trigo penachuda de
pista de golf (A. cristatum ), nativa de
las planicies frías y secas de Rusia y Si-
beria. Las hierbas de trigo generalmen­
te producen céspedes de calidad media
a baja; la gramilla colorada (Elymus re­
petís) puede transformarse en maleza en
céspedes que crecen más allá de los 2,5
m de altura.
Estación cálida Para zonas sombreadas, F l o r e s e n t r e H ie r b a s
la Stenotaphrum secundatum es buena La hierba está punteada con ranúnculos (Ranunculus) amarillo brillantes y
elección; también tolera la sal y, por lo las copas vividas rojas, blancas y púrpuras de los tulipanes aclimatados.
tanto, es valiosa para jardines costeros.
Es más gruesa, sin embargo, que las va­ ces se usan otras especies siempreverdes. especialmente adecuado para céspedes.
riadas formas de la hierba de bermuda Éstas comprenden las camomilas (Cha- Cotufa, que tiene hojas tipo helecho,
o zoysia, por lo que, en general, sólo se maemelum nobile), especies de Cotula, es considerablemente más duradera, ya
la emplea en sitios donde las especies Dichondra micrantha, e incluso varias que forma un tapiz espeso de tallos rep­
más finas no prosperan. especies de musgos. tantes; también prospera en condiciones
A diferencia de las hierbas, estas ta­ húmedas. Dichondra crece más exitosa­
pizantes no toleran un desgaste severo mente en zonas cálidas y no sobrevive
Elección del cultivar y continuo, y raramente son la mejor
elección para el césped principal, pero
a temperaturas más bajas de —4o cen­
tígrados.
adecuado pueden servir para zonas primordial-
mente decorativas. Cultive en un patio
Otra opción es la creación de un «cés­
ped de tapicería» con un efecto «patch-
Muchos cultivares de hierbas modernos o jardín de atrio para ofrecer una agra­ work», cultivando juntas una serie de
han sido especialmente cultivados para dable mancha verde, rodeando la base plantas bajas formadoras de matas. Es
proporcionar las calidades valoradas es­ de una fuente, estanque elevado, urna mejor utilizar plantas de desarrollo si­
pecialmente en céspedes, tales como co­ de pedestal o estatua, o junto a un pa­ milar, como los diversos tomillos reptan­
lor homogéneo, resistencia a las enfer­ tio o sendero para reptar por encima de tes (Thymus praecox var. arcticus ‘Coc-
medades, resistencia al desgaste y los bordes y suavizar la rigidez de la su­ cineus’, T. p. var. a. ‘Doone Vallcy’,
desarrollo compacto. Por lo tanto, al ele­ perficie dura. Thymus caespititius, etc.), o, de lo con­
gir semillas de hierbas, compruebe que Las hojas de manzanilla desprenden trario, una especie podría predominar
la mezcla incluya no sólo las especies una fragancia dulce tipo manzana al ser y desequilibrar el diseño original. En
adecuadas (como Festuca rubra var. aplastadas bajo el pie, pero no toleran cuanto a otros céspedes no de hierbas,
commutata), sino también un cultivar un uso intenso; el clon no florido ‘Tre- el uso de céspedes de tapicería no con­
moderno de aquella especie, por ejem­ ncague’ es de desarrollo natural bajo y viene que sea exagerado.
plo ‘Frida’, ‘Lobi’ o ‘Atlanta’. Cada año
se introducen cultivares nuevos, de ma­ CÉSPED DE
nera que consulte con su proveedor acer­ M a n z a n il l a
ca de cuáles son los mejores disponibles La almohadilla suave y
para sus necesidades particulares. La extensa de un césped
mezcla de hierbas no debe contener cul­ de manzanilla
tivares de agricultura; éstos se cultivan proporciona un centro
para producir un desarrollo de las ho­ de atención en un
jas vertical y vigoroso para el pastoreo jardín de hierbas o en
y requieren una siega frecuente. También un patio, suavizando el
tienden a extenderse menos, y no siem­ efecto duro del sendero
pre producen un tapiz denso y uniforme. de gravilla y la
formalidad del reloj de
sol.
Céspedes no herbáceos
Aunque habitualmente los céspedes se
establecen por medio de hierbas, a ve­
E l C é s p e d

Suelo y preparación del emplazamiento

concienzuda preparación del em­ También pueden resultar adecuados Ajuste del pH del suelo tender cantidades grandes sobre el cés­
L
a
plazamiento es la clave para esta­ otros suelos, pero si el suelo no drena En el caso de céspedes nuevos, el pH ped, podría estimular la aparición de
blecer un césped nuevo. Aunque puedabien y es probable un uso intensivo del probablemente no necesite ajustarse, a ciertas enfermedades; emplee sólo una
consumir mucho tiempo y resultar caro,césped, incluso en condiciones húmedas, menos que el uso previo haya dejado el pequeña cantidad y repita al año si­
a la larga es más fácil y barato preparar entonces debe mejorarse el drenaje. emplazamiento en malas condiciones. guiente si fuera necesario. Si no está se­
el emplazamiento correctamente al prin­ Si el mantillo es poco profundo o po­ La mayoría de las hierbas crecen de ma­ guro de lo que debe hacer, hágase acon­
cipio que intentar solucionar problemas bre, puede ser necesario tener que agre­ nera satisfactoria con niveles de pH de sejar en un colegio de agricultura u
más adelante. Los principio generales de gar más mantillo; éste puede provenir de 5,5-7. Las cañuelas y agrostis finas se horticultura o en un servicio de aseso-
preparación se aplican a todos los em­ otras partes del jardín o puede comprar­ desarrollan mejor con pH de 5,5-6,5, ramiento para la agricultura.
plazamientos, pero las decisiones acer­ se, aunque para zonas extensas este úl­ mientras que el ballico perenne, las hier­
ca del drenado, mejora del suelo y rie­ timo es muy caro. bas de los prados y muchas de estación
go dependen del emplazamiento y clima
individuales.
Si el suelo tuviera un contenido alto
de arena y drena demasiado, incorpore
cálida crecen mejor con un pH de 6-7.
En la mayoría de los viveros hay equi­
Nivelado del
materia orgánica bien descompuesta pos disponibles para medir el pH. emplazamiento
para ayudar a la retención de nutrien­ Si el suelo fuese muy ácido (menos de
Limpieza del tes y agua (véase «Estructura del suelo pH5), cave o roture cal dentro del sue­ En los jardines que sólo tienen ondula­
emplazamiento y contenido de agua», p. 526). Pero cui­
de de no agregar demasiado, ya que la
lo: la cantidad exacta dependerá del gra­
do de acidez (véase «Tratamiento con
ciones menores y una capa profunda de
tierra negra, el emplazamiento puede ni­
materia orgánica se pudre con facilidad, cal», p. 531). Después de una semana, velarse rastrillando tierra de las partes
Es importante limpiar el lugar por com­ lo que produce el hundimiento del sue­ aplique fertilizante. Puede agregar cal altas para rellenar los huecos, afirman­
pleto, eliminando las piedras grandes y lo y una superficie despareja. una vez establecido el jardín, pero, al ex­ do a intervalos para consolidar el sue-
los escombros y todas las plantas, inclu­ Después de limpiar el emplazamien­
yendo tocones y raíces. Si el emplaza­ to, excave, roture o labre toda la zona,
miento ya está parcialmente encespeda­ retirando las piedras grandes que apa­ C ó m o N iv e l a r e l S u e l o
do, pero en una condición demasiado recen en la superficie; después, rastrille
pobre para renovarlo, elimine también la tierra para producir un mantillo fino. Afirme bien,
el césped (véase también «Renovación Este desmenuzamiento facilitará el ni­ especialmente en
de un césped abandonado», p. 289). velado posterior, además de reducir el los bordes. Marque
compactamiento y mejorar la estructu­ algunas estacas a la
Erradicación de malezas ra del suelo. Pero, en suelos arcillosos misma distancia de los
Cuide de eliminar todas las malezas pe­ y pesados, el roturado o labrado puede extremos. Introduzca
rennes de rizomas subterráneos o raíces causar un compactamiento debajo de la una hilera de estacas
primarias profundas, como la gramilla superficie que podría impedir el drena­ en el borde del
roja (Elymus repetís), diente de león (Ta­ je; si fuese necesario, desmenuce por emplazamiento. Si
raxacum officinale), romaza (Rumex) y medio de una máquina para desmenu­ estuviese junto a un
la ortiga urticante perenne (Urtica dioi­ zar subsuelos o por cavado doble. Para pavimentado, las
ca), ya que se regeneran con rapidez a más información , véase «Cultivo del marcas deben coincidir
partir de pequeños trozos de raíces o ri­ suelo», pp. 524-527. con la superficie de
zomas. Resulta difícil excavarlas por éste.
completo conque antes de cultivar el Drenaje
suelo, rocíe con un herbicida sistèmico Los céspedes en suelos de drenaje libre Agregue una
y deje que las malezas mueran por el ex­ y los de regiones de lluvias escasas pro­ seguna hilera
tremo completamente, antes de quitar­ bablemente no requerirán drenaje. En paralela de estacas a
las con el rastrillo. Una vez establecido los suelos pesados y arcillosos, el dre­ I m de distancia de
el césped, aún se pueden eliminar las naje se puede mejorar incorporando la primera. Coloque
malezas de hojas anchas por medio de aproximadamente 2 partes de arena a un nivel de burbuja
herbicidas selectivos, pero las malezas una parte de tierra por cavado doble, encima de éstas para
tipo hierba serán más difíciles de elimi­ pero esto resulta caro y laborioso. En los comprobar que están
nar, de manera que resulta razonable el suelos que no son de drenaje libre, es al mismo nivel que la
empleo de un herbicida para limpiar el mejor instalar un sistema de drenaje du­ hilera anterior.
terreno inicialmente. rante la etapa preparatoria para evitar Ajuste las estacas si
Las malezas anuales, tales como Che- intentos continuos y costosos de aliviar fuera necesario.
nopodium album y bolsa del pastor el problema después de que el césped se
(Capsella bursa-pastoris), pueden ser haya establecido.
controladas mediante siega después de El mejor sistema de drenaje para cés­
que la hierba haya germinado. Es pre­ pedes consiste en una hilera de tubos co-
ferible, no obstante, erradicar las male­ iocados en una zanja que ha de ser re­ Repita el
zas anuales antes de sembrar como parte llenada con grava. procedimiento,
de la preparación del emplazamiento. La profundidad ideal y la distancia creando una rejilla
entre los tubos varía de un emplaza­ de estacas, todas al
miento a otro, dependiendo del tipo de mismo nivel.
Preparación del suelo suelo y de las lluvias. Para la mayoría Rastrille el suelo,
levantando hasta la
de sueios de tierra negra que reciben llu­
La tierra ideal para un césped es un vias moderadas, se requiere una tubería marca de las estacas,
mantillo bien drenado y arenoso de una de desagüe cada 5-8 metros. agregando tierra
profundidad de al menos 20 cm, y me­ Los suelos arcillosos más pesados o negra para llenar
jor 30 cm, por encima de un subsuelo emplazamientos en zonas de lluvias in­ huecos. Una vez que
bien estructurado y de drenaje libre. En tensas requerirán tubos de desagüe en el suelo esté
estas condiciones, la hierba desarrolla intervalos más cercanos (véase también nivelado, retire las
raíces profundas, obteniendo agua y nu­ S u e l o s y F e r t il iz a n t e s , «Mejora del estacas.
trientes abundantes del suelo. drenaje», p. 529).
 S u e l o y P r e p a r a c i ó n del E m p l a z a m i e n t o

N iv ela d o d e P r e c is ió n cesiva de estacas se marca más abajo o

Para nivelar el suelo, más arriba para formar una rejilla incli­ P r e p a r a c ió n d e la
establezca primero una nada. Para crear una gradiente de 1:100, S u p e r f ic ie d e l S u e l o
rejilla de estacas haga las marcas sobre cada hilera de es­
previamente marcadas tacas sucesivamente más bajas a 1/100
y clávelas a igual de la distancia entre las hileras. Si incli­
profundidad. Agregue na la ladera del césped hacia la casa, ins­
o retire tierra hasta el tale un desaguadero o sumidero para
nivel de las marcas en evitar que el agua alcance la casa.
las estacas.
Preparaciones finales
lo. Aunque no es esencial que el suelo Emplee un nivel de burbuja —colo­
del emplazamiento
esté completamente nivelado, bultos y cado sobre un tablón recto si fuera ne­ Una vez drenado y nivelado el suelo, se
huecos incómodos pueden causar pro­ cesario para alcanzar todas las h ileras- puede preparar la superficie final para
blemas al segar. En algunos casos, por para que las estacas de la hilera están que el emplazamiento esté preparado
ejemplo, para una dehesa o una zona de todas a la misma altura. Después ajus­ para establecer el césped.
hierba gruesa, resultará suficiente un ni­ te el nivel del suelo para que esté alinea­
velado a ojo. Pero si requiere una super­ do con la marca de cada estaca. Afirmado y rastrillado
ficie completamente nivelada, como en Apisone el suelo de manera homogénea Afirme la superficie
el caso de un césped formal, debe em­ Nivelado sustancial para afirmarlo y para asegurar que no con el pie o con un rastrillo.
plear un método más preciso. Si el emplazamiento requiere un nivela­ quedan partes blandas que después po­ Repita hasta que todo el
do más sustancial o la capa de tierra su­ drían hundirse, dejando el césped vul­ emplazamiento esté bien
Obtención de un nivelado preciso perior fuese poco profunda, primero nerable al escalpado durante la siega. afirmado.
Después de nivelar el suelo por aproxi­ debe nivelar el subsuelo. Para esto, reti­ Puede ser necesario apisonar la zona tres
mación, se puede lograr un nivel preci­ re la capa superior, roture o cave el sub­ veces antes que el suelo esté suficiente­
so clavan estacas en el suelo, todas a la suelo, rastrille, nivele y afirme antes de mente consolidado, pero cuide de no
misma profundidad para formar una volver a colocar la capa superior de tie­ comprimirlo demasiado y no afirme
rejilla. rra en una capa homogénea de unos suelos mojados, porque se compacta­
Comience a partir de un borde recto, 20-30 cm de profundidad. Para evitar rían. Incluso después de afirmado, el
como el de un sendero o patio, o tire una que las zonas rellenadas se hundan más suelo puede asentarse más durante uno
línea tensa con cordel. Después coja una adelante, afirme concienzudamente a in­ o dos años, dejando pequeños huecos.
serie de estacas idénticas y marque cada tervalos, agregando más tierra negra si Nivele aplicando un revestido arenoso
una a la misma distancia del extremo su­ fuera necesario y deje asentar antes de tamizado (véase p. 288).
perior. Comenzando desde el borde rec­ preparar la superficie. Después de afirmar, rastrille concien­
to, clave las estacas en el suelo a inter­ zudamente para formar un mantillo
valos iguales para que las marcas estén Creación de una ladera fino. El suelo debe estar nivelado, sin
todas al nivel que requiere el césped o Si el césped se inclina suavemente en di­ protuberancias ni huecos, y de una tex­
a unos 2 cm por debajo si está encespe­ rección opuesta a la casa o el patio, una tura como de migas finas. Si siembra se­
dado. Agregue una segunda hilera de es­ ladera de césped mejorará el drenado y millas, elimine cualquier piedra de más
tacas y más hileras hasta que el empla­ asegurará que el agua no se filtre en los de 1 cm de diámetro durante el rastri­
zamiento esté cubierto por una rejilla de cimientos. Se emplea un método simi­ llado; si colocara tepes, elimine sólo las
estacas. lar al del nivelado, pero cada hilera su-
2
piedras de más de 2,5 centímetros. Rastrille el suelo creando
Deje descansar el emplazamiento pre­ un mantillo fino y déjelo
C r e a c ió n de una P e n d ie n t e parado durante tres a cuatro semanas para que germinen las malezas.
Decida cuántas hileras de estacas utilizará y para impedir que germinen las semillas Aplique un herbicida y, después
marque las de cada hilera a alturas diferentes, de malezas; cualquier maleza que apa­ de 2-3 días, rastrille las malezas
para lograr el gradiente deseado. Emplee un nivel rezca debe ser eliminada con la azada y no deje raíces.
de burbuja, haga una rejilla de estacas como para o tratada con herbicida de contacto y re­
el nivelado y coloque tierra hasta las marcas. tirada suavemente con el rastrillo dos o
tres días después una vez muertas, cui­
dando de no desbaratar excesivamente
el suelo nivelado.
Fertilización
Unos días antes de haber establecido el
césped y una vez que haya sido prepa­
rada la superficie, aplique fertilizador en
el emplazamiento. Éste debe contener
tres nutrientes principales para asegurar
un buen desarrollo: nitrógeno (N), fós­
I n st a l a c ió n d e u n D e s a g ü e foro (P) y potasio (K).
Los emplazamientos que no han sido
Ubique el desagüe en Tierra negra . fertilizados durante muchos años po­
el punto más bajo, Desnivel opuesto drían ser deficientes en los tres. El fós­
inclinando el suelo a la casa Desagüe al nivel foro es especialmente importante duran­

3
en oposición a la cE más bajo te las primeras etapas de desarrollo. Aplique un revestido de
casa. Excave una Utilice un fertilizante sencillo, como el base de fertilizante
zanja, coloque tuberías superfosfato o, preferentemente, un fer­ compuesto granulado o
en la base y cubra con tilizante compuesto granular o microgra- microgranulado e introduzca
material duro. Agregue nular que contenga los tres nutrientes; ligeramente en la superficie con
tierra negra, encespede Material duro aplíquelo según las instrucciones del fa­ un rastrillo. Espere unos días a
o siembre. Tubería bricante a razón de 150-200 g por m2. encespedar o sembrar.
E l C é s pe d

Establecer un césped

E
x is t e n d iv e r s o s m é to d o s p a r a e s ­
ta b le c e r u n c é s p e d . En e l c a s o d e C ómo E stablecer un C ésped p o r m e d io d e T epes

2
h ie rb a d e e s ta c ió n fre s c a e n z o n a s te m ­
p la d a s , el j a r d i n e r o p u e d e e le g ir e n tr e
Coloque un tablón
s e m b r a r y e n c e s p e d a r; p a r a la s d e e s t a ­
sobre la primera
c ió n c á lid a e n z o n a s tr o p ic a le s o s u b tr o ­
hilera de tepes para
p ic a le s , ta m b ié n p u e d e n e m p le a r s e m é ­
arrodillarse encima de
to d o s d e p r o p a g a c ió n v e g e ta tiv a .
ella. Después tienda la
En general, la siembra es el sistema hilera y con las
más barato, pero puede tardar un año uniones escalonadas,
antes de que el césped pueda ser utili­ como en una pared de
zado intensivamente. El establecimien­ ladrillos. Proceda de la
to a través de métodos vegetativos lleva misma manera para el
más tiempo y es más caro que la siem­ resto del césped.
bra. El encespedado, aunque más cos­ Tienda Ia primera hilera
toso, tiene un efecto visual inmediato y de tepes junto a un borde
el césped puede utilizarse dentro de dos recto de un patio o sendero.
o tres meses; el uso de tepes es aconse­ Coloque cada tepe nuevo
jable si posee animales domésticos que alineado con el vecino.
puedan interferir con los plantones de
hierba antes de que se establezcan.

Encespedado
Existe una amplia gama de tipos de cés­
ped disponibles, comprendiendo el cul­
tivado a medida y el diseñado, el de pra­
do y el de prado tratado, y el de pantano
costero; el tipo a elegir depende princi­
palmente del coste y emplazamiento.
Compre siempre en un vivero fiable o

en un fabricante de céspedes.
Dentro de lo posible, examine el cés­
ped antes de comprar, para comprobar
que se encuentra en buenas condiciones,
de la calidad correcta (véase «Selección
de la hierba adecuada», p. 278) y que
la tierra es un mantillo de drenaje libre
y no arcilla pesada. Compruebe que no
existan malezas, plagas o enfermedades,
ni una cantidad excesiva de barda (la
materia orgánica consistente en hierbas
en descomposición, estolones y rizomas
que se acumulan en la superficie del sue­
lo); pero debe existir la suficiente mate­
ria orgánica para mantener unido el
césped.
Césped diseñad»
El césped diseñado es fácil de obtener
y contiene diferentes hierbas para usos
diversos. Se lo cultiva a partir de los cul­
tivares de hierbas más nuevos y está tra­
tado para verse libre de malezas y en­
fermedades. También existe el césped
garantizado libre de hierba de prado
anual (Poa anima), disponible en los
centros de producción más importantes,
pero a un elevado precio. Si necesita una
cantidad muy importante de césped es­
pecial y está preparado a esperar 18 me­
ses para que se lo cultiven y cosechen,
también puede encargarlo a medida,
pero esto resulta caro.
Césped de prado
El césped de prado generalmente se cul­
tiva con fines agrícolas y, por lo tanto,
es de textura menos fina; puede haber
3
Afirme cada lepe con un
rastrillo para asegurar que no
quedan bolsas de aire o bien
recorra el césped con un rodillo
liviano.
sido sembrado recientemente o cultiva­
do en un prado establecido hace tiem­
po. En general, es el más barato, ya que
puede contener hierbas agrícolas grue­
sas y vigorosas y malezas de hojas an­
chas, como margaritas (Bellisperennis).
Pero la calidad varía mucho, de mane­
ra que resulta especialmente importan­
te comprarlo de un proveedor de con­
fianza para asegurarse que es de una
calidad razonable.
Si las malezas han sido eliminadas
con herbicida selectivo, se lo denomina
césped de prado tratado. Los céspedes
de este tipo tienen un aspecto tosco y re­
quieren una siega más frecuente, pero
son perfectamente adecuados para usos
utilitarios o familiares.
Césped de pantano costero
Considerado en una época el mejor cés­
ped disponible, éste contiene agrostis y
cañuelas de buena calidad. Pero como
crece frecuentemente en estuarios de
ríos, donde existen depósitos de cieno
y arcilla, puede contener un estrato ce­
nagoso, que restringe el drenaje, redu­
ciendo su tolerancia al desgaste. A me­
nudo se prefiere el césped diseñado, que
contiene cultivares nuevos de agrostis y
Aplique un revestido ligero de
tierra tamizada arenosa y
repase con una escoba, llenando los
huecos entre los tepes.
cañuelas de calidad, ya que generalmen­
te se lo cultiva en suelos mejores y es fá­
cil de obtener.
Tamaños de los tepes
Los tepes de alta calidad a menudo se
venden en cuadrados de 30 cm y los de
menor calidad en tiras de 90 x 30 cm.
Los productores más importantes pro­
veen en general tepes de todas las cali­
dades en unidades de 1 metro cuadra­
do de superficie.
A lm acen ado de T epes
Tienda los tepes lo
antes posible; si debe
almacenarlos,
extiéndalos planos con
la parte de la hierba
hacia arriba para que
reciban luz suficiente y
manténgalos regados.
Si no están anunciadas
lluvias, riegue bien los tepes.
Cuide de que permanezcan
húmedos hasta que hayan
arraigado, o podrían encoger y
aparecer huecos.
Almacenado de césped
Es mejor retirar y volver a colocar el cés­
ped en su nueva ubicación el mismo día.
Si existiera un retraso inevitable, colo­
que el tepe plano sobre sábana de plás­
tico, preferentemente en una zona som­
breada y manténgalo regado; en tiempo
seco puede resecarse con rapidez, de
modo que examínelo regularmente.
Si lo deja enrollado, no recibirá luz
suficiente y la hierba amarilleará y, fi­
nalmente, morirá.
Tendido de césped
El césped puede tenderse en cualquier
época del año, salvo durante los perío­
dos largos de temperaturas extremas. Si
es posible, elija un momento en el que
estén anunciadas lluvias en uno o dos
días. El césped debe tenderse sobre suelo
húmedo pero no mojado, para estimu­
lar un arraigo.
Comenzando por el borde del empla­
zamiento, tienda la primera hilera de te­
pes en línea recta. De pie sobre tablas
encima del césped, rastrille el suelo don­
de tenderá la hilera siguiente. Tienda los
tepes alternados, como en una pared de
ladrillos.
No acabe una hilera con un un peque­
ño segmento de tepe en el borde, ya que
podría dañarse y resecarse. Si fuese ne­
cesario, tienda el último segmento en­
tero en el borde y llene el hueco que que­
da con el segmento recortado. Siga
tendiendo hileras hasta que el emplaza­
miento quede cubierto.
Configuración del borde
Cuando haya tendido todo el césped,
corte la forma del borde. En el caso de
uno curvado, coloque un tubo de goma
o una cuerda a lo largo de la curva re­
querida y corte justo por el interior. Para
Recortado del Borde
del C é s p e d
Bo r d e C u r v o
Tienda una manguera o una
cuerda con la forma deseada y
asegure con aros de alambre.
Corle de la manguera adentro.
Bo rd e R ecto
Tienda una cuerda tensa a lo
largo de la línea requerida y
alinee una tabla con ésta.
Después, de pie sobre la tabla,
corte a lo largo del borde.
R e t ir a d o de C ésped para
Corte el césped a retirar en
tiras; introduzca dos cañas
corlas un poco separadas a 30 cm
del borde del césped y coloque
una tabla junto a éstas. Corte de
pie sobre la tabla a lo largo del
borde.
obtener una línea recta, emplee un cor­
del tendido entre dos estacas para mar­
car el borde. Coloque un tablón alinea­
do con esta guía y corte a lo largo con
un tiracantos de media luna o mecáni­
co. Siga cortando a lo largo de la línea
de guía moviendo el tablón hasta cor­
tar todo el contorno.
Cuidados ulteriores
Afirme los tepes con la parte posterior
de un rastrillo o empareje con un rodi­
llo liviano, comprobando que no que­
den bolsas de aire entre los tepes y el sue­
lo. Pero en condiciones húmedas, no
pase el rodillo hasta que los tepes ha­
yan arraigado y estén unidos. Aplique
un revestido ligero con una escoba o un
aplanador entre los tepes para estimu­
lar la extensión de las raíces.
No deje que el césped se seque antes
de que la hierba haya arraigado. Es esen­
cial regarlo concienzudamente para que
el agua alcance el suelo por debajo, de
otro modo los tepes podrían encogerse
en tiempo seco o caluroso, dejando hue­
cos grandes entre cada uno.
Traslado de céspedes
A veces puede resultar necesario retirar
y volver a colocar una zona del césped.
Debe cortarlo y retirarlo en trozos uni­
formes para que encajen con facilidad
una vez vueltos a tender.
Cortado
Primero divida el césped a retirar en ti­
ras de 30 cm de ancho, cortando a lo lar­
go del borde de una tabla con un tira­
cantos de media luna. Coloque la tabla
a 30 cm del primer corte para formar
cada trozo nuevo. Después corle cada
uno en ángulo recto, formando trozos
de 45 cm de largo. O puede alquilar un
levantador de céspedes mecánico; éste
corta el césped a la profundidad y ta­
maño requeridos, y también lo retira.
V olver a T enderlo
Corte cada tira en tepes de
45 cm de largo y corte por
debajo a una profundidad de al
menos 2,5 cm. Para apilarlos,
tiéndalos hierba sobre hierba y tierra
sobre tierra en un sendero o trozo de
plástico.
Retirado
Una vez cortados, levante los tepes con
una pala plana, separándolo cuidado­
samente de las raíces y el suelo. Retire
una cuña de césped junto al primer lepe
a retirar, después introduzca la pala de­
bajo del tepe sin dañar el borde. Corte
por debajo de cada tepe a una profun­
didad de al menos 2,5-3 cm.
Apile los tepes hierba con hierba, tie­
rra con tierra, encima de una superficie
dura.
Establecimiento de un césped no herbáceo
Para crear un césped nuevo de espe­
cies de hoja ancha, como la manza­
nilla (Chamaemelum nobile), prepare
el emplazamiento como para un cés­
ped de hierba, incluyendo un revesti­
do de fertilizante en la base.
Plante ejemplares cultivados en
tiestos, esquejes arraigados, divisio­
nes o plantones en intervalos de 15-30
cm. Puede plantarlos más estrecha­
mente o más separados —cuanto más
cercanos, más rápidamente formarán
un césped y más costosa será la opc-
Plante esquejes arraigados o
divisiones (aquí, manzanilla)
a 15-30 cm de separación en suelo
preparado. Mantenga la zona bien
regada y Ubre de malezas.
Recorte los tepes de manera
que todos tengan la misma
profundidad; coloque cada tepe
boca abajo en una caja preparada
y rebane la tierra que sobrepase
el nivel correcto. Vuelva a colocar
los tepes.
Recortado
Después de retirar los tepes, recorte to­
dos a la misma profundidad por medio
de una caja poco profunda especialmen­
te construida, del mismo tamaño que los
tepes cortados. Deje uno de los lados
más estrechos abierto y cubra el resto de
los bordes superiores con una tira lisa
de metal. Coloque cada tepe cabeza aba­
jo dentro de la caja y retire la tierra so­
brante con un cuchillo afilado, cortan­
do sobre la superficie de la caja.
ración. Mantenga el emplazamiento
bien regado en períodos secos. Una
vez que las plantas hayan cubierto el
emplazamiento, siegue con segadora
rotativa, recortadora de hilo de nylon
o cizallas. Si cultiva manzanilla, es
mejor el uso del cultivar no florido
‘Treneague’, de desarrollo muy bajo.
Se pueden cultivar formas floridas
a partir de semillas, pero entonces re­
quieren un cortc más continuado y los
capítulos muertos pueden tener mal
aspecto.
Después de varias semanas,
cuando las plantas hayan
formado un césped, recorte
ligeramente con un recortador de
hilo de nylon o cizallas.
Siembra
Es mejor sembrar las semillas de hier­
ba en condiciones cálidas y húmedas
para que germinen y se establezcan con
velocidad: en general, el principio del
otoño es la mejor época. También pue­
de hacerlo en primavera, pero el suelo
está más frío que en otoño y las male­
zas compiten más. Se puede sembrar en
verano si hay irrigación disponible, pero,
en condiciones calurosas, los plantones
de hierba jóvenes sufren estrés por ca­
lor y pueden marchitarse e incluso
morir.
Tasas de sembrado
Las tasas de sembrado varían según la
mezcla o especies (véase diagrama más
abajo). Aunque existe cierto margen con
respecto a factores como la reducción de
semillas devoradas por pájaros, es im­
portante no sembrar semillas en canti­
dades mayores o menores de la tasa re­
comendada. Si siembra demasiado poco
podría permitir que los plantones de ma­
lezas tengan espacio suficiente para
competir con la hierba y el césped tar­
dará más en establecerse. Sembrando de­
masiadas semillas puede causar más
problemas, produciendo condiciones
húmedas entre los plantones. Esto esti­
mula el pudrirse por el píe (p. 568), lo
que puede dañar el césped joven con
mucha velocidad, especialmente en
tiempo caluroso y húmedo (véase «Pro­
blemas de los céspedes», pp. 571-572).
Siembra de semillas
Se puede sembrar a mano o, más rápi­
da y homogéneamente, a máquina. Pri­
mero calcule la cantidad de semilla re­
querida multiplicando la superficie del
terreno que se ha de sembrar (en m2)
por la tasa de sembrado recomendada
(la cantidad de semilla por metro cua­
drado). Antes de sembrar las semillas,
sacuda el contenedor para mezclar las
T asas de S ie m b r a
M e zc l a s
Cañuelas y agrostis
Ballico perenne y otras especies
Mezclas ricas en flores (según la mezcla)
E s p e c ie s I n d iv id u a l e s
Agrostis (Agrostis)
Hierba tapizante (Axonopus)
Hierba de bermuda común
(Cynodon dactylon)
Hierba ciempiés (Eremochloa ophiuroides)
Ballico perenne (Lx)lium perenne)
Hierba de Bahía (Paspalum notatum)
Hierba de tallo liso/Hierba a/ul de Kentucky
(Poa pratensis)
semillas a fondo y asegurarse de que las
pequeñas no se asienten en el fondo, lo
que generaría, de ser así, una distribu­
ción despareja de tipos de hierba.
Siembra a máquina
Esta es la mejor manera de sembrar se­
millas de hierba en una superficie am­
plia. Calcule la cantidad correcta de se­
millas para el césped y divida por la
mitad. Para cubrir de manera homogé­
nea, siembre la mitad de la semilla en
una dirección y la otra en ángulo recto
respecto de las anteriores. Se logrará un
borde bien definido tendiendo una lá­
mina de plástico o arpillera en el borde
del emplazamiento, recorriendo éste con
la máquina; esto también evitará la dis­
tribución despareja que ocurre al dete­
ner la máquina ai final de una banda.
Sembrado a mano
Si emplea este sistema, primero divida
el terreno en secciones pequeñas del mis­
mo tamaño con estacas y cordel; esto fa­
cilitará la siembra más homogénea de las
semillas.
Después calcule la cantidad correcta
de semillas para un sector y divida las
semillas por la mitad. Coloque la mitad
de las semillas en una taza pequeña para
facilitar el cálculo de la cantidad para
cada sector.
Siembre un sector por vez, sembran­
do la mitad de las semillas en una di­
rección y, a continuación, la otra en án­
gulo recto con respecto a la primera,
antes de seguir con el siguiente sector.
Cuidados ulteriores
Después de sembrar, rastrille la super­
ficie ligeramente. A menos que estén
anunciadas lluvias, riegue el emplaza­
miento con una regadera rotativa para
céspedes. La germinación ocurrirá a las
dos o tres semanas, según la especie de
hierba, suelo, temperatura del aire y hu­
medad. Proteja de los pájaros cubrien­
do con malla o ramas hasta que los plan­
tones se establezcan.
gr. x m2
25-30
35-40
2,5-5
8-10
8-12
5-8
1,5-2,5
20-40
30-40
10-15
E s t a b l e c im ie n t o de un C ésped
Siembre, con máquina, la
mitad de las semillas en una
dirección y la otra en ángulo
recto con respecto a ella. Defina
el borde con una lámina de
plástico.
V— ,
• '•
2
Después de sembrar,
rastrille la superficie
ligeramente. En condiciones secas,
riegue regularmente para
estimular la germinación.
Riegue regularmente en tiempo seco,
ya que las hierbas jóvenes son muy sus­
ceptibles a las sequías.
Una vez emergidos los plantones, pue­
de afirmar la superficie con un rodillo
liviano (100 kg), aunque esto no es
esencial.
Siega
Cuando la hierba mida alrededor de
5 cm, siegue hasta los 2,5 cm. Para las
primeras dos o tres siegas emplee una
segadora rotativa, porque una máquina
cilindrica con rodillo podría desgarrar
las hojas jóvenes y vulnerables. Después
retire toda la hierba cortada con un ras­
trillo.
Si el césped se sembró a finales de ve­
rano o principios de otoño, continúe se­
gando si fuese necesario hasta finales de
otoño, con el fin de mantenerlo a 2,5 cm
de altura.
Durante la primavera siguiente, dis­
minuya la altura de segado hasta alcan­
zar la deseada, según el tipo de hierba
utilizada (véase también «Frecuencia y
altura del segado», p. 285).
Las hierbas jóvenes son especialmente
vulnerables a daños por el uso, de ma­
nera que intente utilizar el césped lo me­
nos posible durante la primera estación
de desarrollo.
por Sem brado de S em illas
O p c ió n A l t e r n a t iv a
A mano, haga áreas iguales. Pese
semillas suficientes para uno y
esparza la mitad en una dirección
y la otra en ángulo recto con
respecto a ella.
*3 Los plantones tardarán 7-14
días en aparecer. Una vez que
la hierba mida 5 cm, corte con
segadora rotativa, dejando una
altura de 2,5 centímetros.
Propagación vegetativa
Los céspedes cultivados a partir de hier­
bas de estación cálida, o la agrostis rep­
tante de estación fresca (Agrostis stolo-
nifera), que produce estolones y rizomas
vigorosos, también puede establecerse
por medios vegetativos, como el estolo-
nizado, el ramificado, y por esquejes. El
mejor momento del año para la creación
de un césped por estos métodos es a fi­
nales de primavera o principios de ve­
rano, en un emplazamiento preparado
al igual que para sembrar semillas de
hierbas. Llevará alrededor de dos me­
ses para que el material arraigue y se ex­
tienda encima del suelo. En el caso de
plantones de hierbas, el riego regular es
esencial.
Para establecer un césped a través de
la estolonización, extienda estolones de
forma pareja sobre el suelo en la tasa
recomendada por el proveedor, revista
con tierra ligera y arenosa, pase un ro­
dillo y riegue. Para el ramificado, se
plantan estolones y rizomas en aguje­
ros o hileras de 2,5-5 cm de profundi­
dad, separadas por 8-15 cm de distan­
cia, después se afirma y riega. Para
plantar esquejes, se plantan pequeños
trozos de tepe, o esquejes, a intervalos
de 25-45 centímetros.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

Cuidados rutinarios
vez que el césped está bien cuadas. Una cilindrica con rodillo incor­ F r a n ja s S ie g a
U
na de
establecido, requiere un manteni­ porado proporciona el acabado más fino
miento regular para asegurar su saludy crea fajas, pero una rotativa genera
y aspecto atractivo. La cantidad depen­
una superficie perfectamente aceptable
derá del tamaño y tipo, además del em­ para un césped utilitario. El tipo a ele­
plazamiento y el clima. En general, las gir ha de depender del tipo de césped
tareas más frecuentes son la siega y el y del acabado requerido. Para más in­
riego, pero el mantenimiento anual tam­ formación, véase «Segadoras», pági­
bién incluirá tarcas como fertilizar, re­ na 465.
vestir, ventilar y, en los casos necesarios,
controlar los musgos, malezas, plagas Frecuencia y altura
y enfermedades. En el caso de los cés­ de la siega
pedes amplios, el uso de herramientas La frecuencia y la altura de la siega de­
mecánicas o eléctricas, que se pueden al­ penden de una serie de factores, que in­
quilar, facilitan y agilizan las tareas de cluyen el tipo de hierba que se cultiva,
mantenimiento (véase «Herramientas el uso del césped y la época del año, pero
para el cuidado del césped», páginas poco y seguido es una buena regla ge­
466-467). neral a seguir.
Intente no eliminar más de un tercio
del desarrollo de las hojas en cada sie­ F orm a R ecular
Siega ga. Si la hierba es segada esporádica y
drásticamente, luchará por recobrarse
Siegue una franja ancha en cada
extremo para tener espacio donde
Siegue el contorno y después una
franja recta a lo largo del centro.
después de cada siega y la calidad del girar y siegue arriba y abajo en Siegue arriba y abajo una mitad
Además de convertir el césped en un lu­ césped declinará. hileras un poco solapadas. del césped y después la otra.
gar placentero para pasear, un corte re­ En verano, cuando la hierba crece con
gular de la hierba ayuda a crear un cés­ rapidez, será necesaria una siega fre­
ped denso y saludable, con un acabado cuente; en primavera y otoño debe re­ q u ie r e n m á s d e tr e s c o r te s a l a ñ o y n o abajo de una mitad del césped, después
bonito y homogéneo. La siega es más ducir la tasa y, en invierno, un corte oca­ d e b e n s e g a rs e h a s ta q u e la s e sp e c ie s flo ­ regrese al centro y siegue la otra mitad
necesaria durante las condiciones cáli­ sional de las puntas será todo lo rid a s h a y a n p e r d i d o la s s e m illa s a m e ­ de un modo similar.
das y húmedas de principios y finales necesario a realizar. d ia d o s d e v e r a n o (v é a s e J a r d in e r ía d e
de verano; durante las sequías es mejor Los céspedes de mucha calidad pue­ F l o r e s S il v e s t r e s y P r a d o s , p . 169). Segado de céspedes deportivos
no segar o colocar las hojas de la sega­ den segarse incluso hasta los 0,5 cm, Como que se las siega con poca fre­ En las zonas a usar para juegos de pe­
dora a una altura de corte mayor. Re­ pero debe segar con frecuencia —cada cuencia, estas zonas producen muchos lota, como croquet, bolos o golf, varíe
trase la siega en tiempo muy húmedo o dos o tres días en verano— para conser­ más desechos que deben juntarse con un la dirección cada vez que siegue para evi­
helado: la hierba mojada puede obtu­ var su aspecto. rastrillo después de segar. tar que se desarrolle un «grano». Éste
rar la segadora o ésta puede patinar y Deje crecer los céspedes utilitarios se produce porque la hierba crece en una
la siega, durante una helada, daña la hasta una altura un poco mayor, ya que Segado a franjas sola dirección y afecta al recorrido de
hierba. Si siega un césped de calidad, ce­ las hierbas no toleran una siega tan baja; Emplee una segadora equipada con un la pelota.
pille el césped con una escoba, levantan­ también ayudará a proteger la superfi­ rodillo para obtener un acabado a fran­
do las hojas y logrando un corte mejor. cie del desgaste. jas clásico. Si el césped fuese cuadrado Recortes de hierba
Si cepilla el césped por las mañanas ayu­ No es necesario segar todas las zonas o rectangular, primero siegue una fran­ En céspedes de buena calidad, donde se
dará a eliminar el rocío, secando la su­ a la misma altura. Intente segar a dos ja ancha en cada extremo del césped con requiere un acabado perfecto, emplee
perficie y facilitando considerablemen­ o tres alturas en diferentes áreas de hier­ el fin de obtener un espacio para girar. una segadora que recoja recortes de hier­
te la siega. ba para añadir textura e interés al jar­ Después siegue arriba y abajo en fran­ ba al cortar, o bien recoja después con
dín. Por razones prácticas, corte la zona jas rectas, solapando ligeramente la pa­ rastrillo y agregue en capas al montón
Segadoras principal de juegos y paseo hasta una sada anterior para asegurarse de que sie­ de compost. Retirando recortes de hier­
Para la mayoría de céspedes, una sega­ altura de 1-2,5 cm. Conservada a esta ga toda la hierba. ba evitará la producción de lombrices de
dora de cilindro o una rotativa (inclu­ altura, protegerá la superficie del Si el césped fuera de forma irregular, tierra y disminuirá la difusión de la hier­
yendo el tipo flotante) resultarán ade- desgaste. primero siegue todo alrededor de su bor­ ba de prado anual y malezas como la
Siegue la zona debajo de los árboles de. Después, comenzando por el centro verónica.
E l im in a c ió n d e R o c í o con menor frecuencia —cada semana o de un extremo, siegue en linca recta a También podría ayudar a evitar una
dos semanas en verano— a una altura lo largo del centro, eligiendo un objeto acumulación de barda, conservando así
de 5-10 centímetros. o árbol más allá del final del césped y un mejor acabado del césped.
Deje las zonas de hierbas de prados dirigiendo la segadora directamente ha­ Los céspedes utilitarios que contienen
floridos a 10 cm de altura o más; no re- cia éste. Siegue franjas rectas arriba y lombrices de tierra pueden beneficiarse

F r e c u e n c ia y A ltu ra del C orte

I n v ie r n o P r im a v e r a / O t o ñ o V erano
según 2 por
necesidad mes
10 cm - 10 cm
8 cm- 8 cm
6 cm - según 6 cm
Para eliminar la humedad excesiva y 4 cm - necesidad 4 cm 1 por
levantar la hierba antes de segar, según 1-2 por semana
elimine el rocío con una escoba; en 2 cm necesidad 2 cm semana
zonas grandes, arrastre un trozo de
arpillera por encima del césped. A l t a U t il it a r io B asto A lta U t il it a r io B asto A l t a U t il it a r io B a s t o
C a l id a d C a l id a d C a l id a d __________________________
de una capa delgada de recortes dejada
sobre el césped, ya que será reciclada por
las lombrices, devolviendo asi los nu­
trientes de las plantas al suelo. Pero la
mayor parte de los recortes debe juntarse
con el rastrillo, ya que unas cantidades
excesivas dañan el suelo al descom­
ponerse.
En general, es mejor retirar los recor­
tes, reemplazando los nutrientes perdi­
dos por medio de la alimentación.
Diminución de hojas caídas
En otoño e invierno, retire del césped las
hojas caídas rastrillándolas o barrién­
dolas y eliminándolas; una capa de ho­
jas dejada sobre el césped reduce la eva­
poración, y la humedad resultante puede
estimular, por consiguiente, enfermeda­
des de los tepes.
Recortado de los bordes
Después de segar, cree un acabado pu­
lido recortando los bordes del césped
con cizallas para bordes de mango lar­
go, una máquina de recortar bordes me­
cánica o una recorladora con hilo de
nylon con una cabeza ajustable para el
recorte de bordes.
Si los bordes se vuelven irregulares,
recorte una o dos veces al año con un
tiracantos de media luna, cortando con­
tra un tablón para lograr un borde rec­
to; en el caso de céspedes muy amplios,
es más rápido y menos laborioso el em­
pleo de una máquina tiracantos eléctri­
ca para esta tarea.
C orte d el Bo rd e del C ésped
C o r t a d o a M á q u in a
Recorte el borde
periódicamente para
conservar la forma y
crear un acabado
bien definido. Para
céspedes amplios,
emplee una máquina
tiracantos eléctrica:
alinee la cuchilla con
el borde requerido y
guíe la máquina
hacia delante.
R eco rta d o del Bo rd e
Después de segar, recorte la
hierba que sobresalga del borde
con podaderas para bordes de
mango largo; o use un recortador
de hilo de nylon adaptado a
trabajar verticalmente.
E l im in a c ió n de H o ja s
Elimine hojas y desechos caídos con
una escoba o rastrillo. Para los
céspedes grandes, emplee un
barredor o un aspirador de hojas
para acelerar la tarea.
Riego
En general, la hierba es resistente a la
sequía una vez establecida, pero el de­
sarrollo se frena y el césped se vuelve
marrón durante sequías prolongadas.
Para conservar el desarrollo y el color,
resulta esencial regar durante períodos
muy secos. El mejor momento es a prin­
cipios o a finales del día para minimi­
zar la evaporación.
Comience a regar apenas note que la
hierba no vuelve a levantarse al ser pi­
sada —un estado conocido como «hue­
llas del pie». Es vital proporcionar al
Bo rd ea d o a M ano
Si recorta a mano, emplee un
tiracantos de media luna,
cortando a lo largo de una tabla
para obtener un borde recto.
césped la cantidad de agua suficiente;
después de regar, el suelo debe estar hu­
medecido hasta 10-15 cm de profundi­
dad. Un riego superficial estimulará que
las raíces permanezcan cerca de la su­
perficie, haciendo que el césped sea más
susceptible a la sequía. Excave un agu­
jero pequeño para asegurar que el cés­
ped está húmedo hasta la profundidad
requerida; tome nota del tiempo que le
llevó el riego suficiente para que le sir­
va de pauta la próxima vez.
Alternativamente, puede emplear un
medidor de humedad eléctrico, clavado
en el suelo para registrar el nivel de
humedad.
En suelos pesados de drenaje restrin­
gido, es importante no aplicar demasia­
da agua, ya que esto limita la absorción
de oxígeno y sales minerales a través de
las raíces. Si quedaran charcos de agua
sobre el césped después de lluvias o rie­
gos intensos, el césped podría requerir
un drenaje adicional (véase «Mejora del
drenaje», p. 529).
Las zonas de hierba que requieren un
riego regular quedan mejor abastecidas
por un sistema de rociado subterráneo.
Cuando se conecta el agua, la presión
levanta las cabezas rodadoras de bajo
tierra y el agua surge. Cuando se cierra
el agua, las cabezas quedan ocultas bajo
tierra.
Tales sistemas también pueden ser
automáticos, pero son mucho más cos­
tosos que una manguera o un rociador,
perfectamente satisfactorios para la ma­
yoría de céspedes. Para más informa­
ción, véase «Ayudas al riego», páginas
468-469.
Fertilización
Como todas las plantas, las hierbas ne­
cesitan nutrientes para desarrollarse y las
aplicaciones regulares de abono ayudan
a asegurar un césped sano y vigoroso.
La mayoría de los nutrientes para el de­
sarrollo son abundantes dentro del sue­
lo, pero cuatro de ellos, nitrógeno (N),
potasio (K), fósforo (P) y hierro (Fe), se
aplican como suplemento con frecuen­
cia. El que se agrega más habitualmen-
tc es el nitrógeno: se elimina con los re­
cortes y es esencial para producir un
desarrollo ulterior, estimulado por la sie­
ga. La hierba con deficiencias de nitró­
geno tiene un aspecto verde amarillen­
to y le falta vigor.
P e n e t r a c ió n d e l A g u a
Un regado poco
profundo puede
exponer el césped a
sequías (derecha);
aplique bastante agua
para mojar el suelo a
una profundidad de
10-15 cm (extremo
derecha).
La manera más fácil y habitual de
aplicar nutrientes al césped es por me­
dio de fertilizantes; existen productos
tanto orgánicos ccomo artificiales (véase
también «Nutrientes para el suelo y fer­
tilizantes», pp. 530-531). La cantidad
exacta requerida depende de la rapidez
del drenado del agua, cuánta lluvia o
irrigación recibe el césped, si se retiran
o no los recortes, y del tipo de hierbas
cultivadas.
En los suelos arcillosos pesados, ri­
cos en nutrientes y donde las tasa de llu­
via o irrigación son bajas, sólo resulta
necesaria una fertilización leve.
Pero los suelos ligeros y arenosos, bien
regados y que pierden nutrientes con ra­
pidez a través de la lixiviación, requie­
ren cantidades mayores.
Tipos y composición de fertilizantes
Para la mayoría de los céspedes, dos
aplicaciones anuales de fertilizante son
suficientes (véase diagrama, pág. opues­
ta). Aplique uno de primavera/verano
a principios de verano y uno de oto­
ño/invierno después del mantenimien­
to rutinario a principios de otoño. Am­
bos contienen nitrógeno, fósforo y
potasio, pero en proporciones diferen­
tes, porque el nitrógeno, aplicado dema­
siado avanzado el año, puede causar un
desarrollo frondoso y blando y estimu­
lar enfermedades como el moho neva­
do/mancha de Fusarium (p. 571). Elija
un fertilizante que contenga tanto nitró­
geno de acción lenta como rápida; esto
ayuda al césped a «reverdecer» después
de dos o tres días y a permanecer verde
durante varias semanas.
El hierro (Fe), aunque en general no
se emplea solo, es un constituyente de
la arena para céspedes, que se empica
para controlar musgos. Algunos ferti­
lizantes completos también contienen
hierro. Los compuestos de «supresión de
maleza y alimentación» están disponi­
bles para el control de musgos y male­
zas de hojas anchas y fertilizar el cés­
ped en una sola operación. El hierro
oscurece la hierba, haciendo que parezca
más verde, sin estimular su desarrollo.
Es útil en otoño, cuando el césped pier­
de color, pero un desarrollo excesivo no
es deseable.
Cómo aplicar fertilizante
Es esencial aplicar el fertilizante de ma­
nera homogénea para evitar variaciones
del desarrollo y el riesgo de dañar c in­
cluso matar las hierbas.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

C ómo A p l ic a r F e r t il iz a n t e zona medida. Continúe hasta que la tasa para que esté en condiciones óptimas
Pese la cantidad correcta de sea la correcta. para la primera siega de la siguiente es­
fertilizante para Ia zona y divida por tación.
la mitad. Aplique la primera mitad
en una dirección, recorriendo el césped
•vV-'-l : ’r i
i
i
Mantenimiento anual Aireación del césped
en hileras adyacentes pero
.-.i
■: 1 i
i i La ventilación es vital, ya que permite
no solapadas. Aplique : .-I i i
i
Además de las tareas rutinarias, como el desarrollo de raíces profundas, ayu­
la segunda mitad en i segar y regar, se requiere un manteni­ dando al establecimiento del césped y re­
.-."i"1 i
— i— miento regular para conservar el césped duciendo el compactado del suelo. Tam­
ángulo recto 7,-r - " r
i

con respecto a
i
i
ii en un estado saludable y reducir el ries­ bién es importante reducir la barda ex­
la primera. '• •» \ T J)~ go de problemas serios en cuanto a pla­ cesiva, la materia orgánica consistente
->% h / ■ L- gas y enfermedades (véase diagrama, en hojas de hierbas en descomposición,
Interrumpa la '• > W /r [
\ .1 1w i
i
distribución en i abajo). Un programa de mantenimiento rizomas y estolones que se acumulan en
las curvas de i debe comprender la ventilación (inclu­ la superficie. Una cierta cantidad de bar­
los extremos. yendo eliminación de la barda o escari­ da —hasta 1 cm de profundidad— re­
<HL„L m - i
aa8B1.. i k
ficación), fertilizado y control de mus­
gos, plagas y enfermedades (véase «Ma­
sulta benéfica, ya que reduce la evapo­
ración y protege el césped del desgaste.
lezas del césped», p. 290 y «Plagas y en­ Pero en cantidades excesivas, sin embar­
fermedades», p. 290). go, impide que el agua llegue hasta el
Cualquier variación en las cantidades el distribuidor para obtener la tasa co­ También es importante para la salu­ suelo y puede saturarse, interfiriendo
aplicadas se pondrá de manifiesto des­ rrecta. Para calibrar, encuentre prime­ do del césped revestir la hierba, además con el drenaje.
pués de una semana y unas dosis exce­ ro una zona plana y seca de asfalto o de rastrillar o cepillarla de manera re­ La eliminación también estimula el
sivas podrían dejar una zona desnuda. pavimento y marque una zona de 4 m2, gular, para retirar las hojas y otros es­ desarrollo de hierbas, promoviendo un
Aunque se los puede aplicar manual­ por ejemplo con tiza. combros (véase «Eliminación de hojas césped sano y vigoroso.
mente, es más preciso y más fácil ferti­ Regule el distribuidor a la mitad y lle­ caídas», p. 286). Éxisten varia maneras de airear el sue­
lizar a máquina. ne en una cuarta parte. Con la máqui­ Otras tareas que debe realizar una vez lo y eliminar la barda. Éstas compren­
Probablemente, el método más sen­ na, distribuya el fertilizante de la ma­ al año comprenden el recorte de los bor­ den escarificar, hendir, barrenar y
cillo consista en usar una cinta transpor­ nera más homogénea posible por encima des desparejos y la recomposición de zo­ punzar.
tadora o un distribuidor. Éste se empu­ de la zona marcada, como si fuera el cés­ nas del césped dañadas o desgastadas, Pero es mejor no emprender estas ta­
ja arriba y abajo del césped, como si ped, después reúna todo el fertilizante sembrando o colocando tepes nuevos reas en condiciones secas, porque vuel­
segara, pero de manera que cada paso de la zona y péselo. (véase «Reparación de daños del cés­ ven el césped más vulnerable a las se­
linde con el previo, sin sobrepasarlo. Divida este peso por la superficie, en ped», p. 289). El invierno es el mejor quías. En general, el otoño es el mejor
Para asegurar un cubrimiento parejo, es este caso 4 metros cuadrados, para ob­ momento para examinar todo el equi­ momento, ya que las condiciones cáli­
mejor dividir el fertilizante en dos tan­ tener la tasa de aplicación en gramos por po, cuando el césped no requiere tanta das y húmedas permiten que el césped
das y aplicar una en una dirección y la metro cuadrado. atención continuada. se recupere con rapidez de estos proce­
otra en ángulo recto respecto a la Ajuste la máquina y vuelva a contro­ Afile las cortadoras, engrase las he­ sos. Cualquiera que sea la técnica de
primera. lar la tasa de aplicación sobre la misma rramientas y haga revisar la segadora ventilación empleada, primero siegue el
Otra opción consiste en emplear un
distribuidor de disco giratorio para la
aplicación en áreas más amplias, pero
la distribución puede ser despareja. Para P rogram a de M a n t e n im ie n t o A n u a l
reducir el riesgo de una distribución des­ P roceso de P r in c i p io s / M e d ia d o s / P r in c i p io s / M e d ia d o s / P r in c i p io s / M e d ia d o s / I n v ie r n o
pareja, regule la máquina a la mitad de M a n t e n i m ie n t o M e d ia d o s d e F in a l e s d e M e d ia d o s F in a l e s d e M e d ia d o s F in a l e s d e
la tasa de distribución y efectúe recorri­ P r im a v e r a P r im a v e r a de V eran o V eran o d e O toño O toño
dos adyacentes a la mitad de la distan­
cia del ancho de la máquina. Si la dis­ Siega Pase rodillo si Siegue Siegue 1-3 veces Siegue 1-3 veces Suba el corte Ajuste segadora Siegue
tribución alcanza 2 m, por ejemplo, el césped se semanalmentc, por semana por semana cuando baje la a altura de ligeramente si
haga los recorridos a 1 m de distancia. levanta por ajuste segadora según necesidad (suba las tasa de corte invernal hay desarrollo
heladas a altura corte cuchillas en desarrollo nuevo
Después de emplear cualquiera de las de verano periodos secos)
dos máquinas, asegúrese de lavarlas por
completo, porque los fertilizantes son Riego Puede ser Riegue según Riegue bien en Riegue
corrosivos y pueden dañar las partes me­ necesario en necesidad periodos secos ocasionalmente
regiones secas si está seco
tálicas.
Antes de aplicar fertilizante, calibre Fertilización Aplique Fertilizante Aplique
fertilizante veraniego fertilizante
primaveral otoñal
D is t r ib u c ió n D e s ig u a l Ventilación y Escarificación Hendidura y Escarifique y Ventile el césped
escarificación ligera punzado de ventile el césped, si no lo hizo a
áreas sujetas a o barrene para principios de
un alto desgaste retirar la borda otoño
Control de musgos Aplique arena Aplique Aplique Aplique
y maleza para céspedes herbicida herbicida si no herbicida; trate
en vez de lo aplicó a musgo con
alimento principios de arena para
primaveral si verano céspedes
hay musgo
Control de Trate césped Aplique
lombrices, plagas y con lombricida/
enfermedades lombricida pesticida/
fungicida
Otros Corte bordes si Revista después Retire hojas Retire hojas.
Aplique el fertilizante de manera procedimientos es necesario. de renovación caídas Revise
homogénea para que no deje Lleve a cabo otoñal herramientas
manchas en el césped; ya que podría cualquier trabajo
dañar o matar zonas de hierba. de restauración
E s c a r if ic a c ió n
A M á q u in a
Para zonas amplias emplee un
escarificador mecánico o eléctrico.
Mueva la máquina de aquí a allá
como si segara.
A M ano
Arrastre un rastrillo de púas
elásticas a través de césped para
eliminar barda y musgo muerto.
Asegúrese de que las púas se
introduzcan en la superficie.
césped hasta su altura veraniega ha­
bitual.
Después de las tareas, aplique un abo­
no bajo en nitrógeno y evite el uso del
césped durante dos o tres semanas para
estimular su recuperación.
Escarificación
Esta técnica ayuda a eliminar la barda
y permite que el aire penetre en el cés­
ped. Estos procesos son importantes
porque los organismos del suelo que des­
R e v e s t id o
Arena
semifina
Tierra
tamizada
Prepare el revestido
mezclando arena semifina con
tierra, sustituto de turba, turba o
mantillo de hoja. Tamice a través
de un tamiz de malla de 5 mm.
menuzan la barda requieren aire para vi­
vir. En zonas pequeñas, puede escarifi­ V e n t il a c ió n
car a mano, rastrillando el césped vigo­
rosamente.
Como que este es un trabajo pesado,
podría valer la pena alquilar un escari­
ficador eléctrico. Para eliminar la ma­
yor cantidad de barda posible, escarifi­
que en dos direcciones, una a 90° de la
otra.
Debe eliminar el musgo existente an­
tes de escarificar, para que no se extien­
da a otras partes del césped (véase
«Musgo», p. 290).
Hendidura V e n t il a c ió n a M á q u in a H e n d id u r a
Para hender se empica una máquina es­ Para céspedes amplios, use un La hendidura, que requiere una
pecial que penetra dentro del suelo por ventilador mecánico o eléctrico; máquina especial, permite airear
medio de una hojas planas tipo cuchi­ maniobre con movimientos el suelo; empuje la máquina atrás
lla hasta una profundidad de 8-10 cm. ligeramente encabalgados. y adelante sobre el césped.
Las cuchillas cortan hendiduras a tra­
vés de la barda, dejando que el aire pe­
netre en el suelo.
Barrenado
El barrenado elimina la barda, ventila
el suelo y alivia el compactado en una
sola operación.
Una barrena mecánica o manual re­
tira un núcleo de hierba, barda y tierra,
practicando una serie de agujeros a tra­
vés del césped a 10 cm de distancia. Re­
tire los núcleos y luego llene los aguje­
ros con revestido arenoso (véase abajo)
para evitar que se cierren y permitir que Ba rren a d o P unzado
el aire y el agua penetren en el césped. Utilice una herramienta expresa, Para céspedes menores, punce
El barrenado puede llevar más tiem­ maniobrando sistemáticamente a usando una horca de jardín;
po de ejecución que el hendido y el pun­ través del césped levantando hinque la horca recta e inclínela
zado porque el suelo se ve removido y núcleos de hierba y suelo de ligeramente hacia atrás para dejar
no simplemente empujado a los cos­ 0,5-2 cm de ancho. entrar más aire.
tados.
Punzado Revestido parte de sustituto de turba o turba o
Esto permite que el aire penetren el sue­ Inmediatamente después de las tareas de mantillo de hojas. Después de escarifi­
lo, estimulando el desarrollo de raíces; mantenimiento otoñales, aplique un re­ car, aplique el revestido a razón de 1 kg
también alivia el compactado. Emplee vestido, en un día seco dentro de lo po­ por n r, pero si el césped ha sido esca­
una escarpia mecánica o manual o, para sible. Esto ayuda a deshacer la barda, rificado y barrenado, aplique a razón de
zonas pequeñas, una horca de jardín. In­ manteniendo el césped abierto y venti­ 3 kg por metro cuadrado. Compruebe
cline las púas hacia atrás ligeramente lado, rellena los agujeros del barrena­ que el revestido no ahoga la hierba in­
para levantar el césped con suavidad sin do y nivela la superficie. Para la mayo­ troduciéndolo en la tierra con una es­
romperlo. Esto estimula el desarrollo de ría de los céspedes, resulta adecuada una coba o un instrumento para aplanar. El
raíces profundas, creando fisuras en el mezcla arenosa de seis partes de arena aplanado también ayuda a nivelar cual­
suelo. semifina, tres de tierra tamizada y una quier insignificante irregularidad.
Pese ¡a cantidad correcta de O p c ió n A l t e r n a t iv a Emplee una escoba o un
revestido para el césped y Para zonas pequeñas, puede aplicar ¡ instrumento de aplanar para
aplique en un día seco. Para el revestido a mano. Esparza de introducir el revestido en el
céspedes grandes, es mejor usar una manera homogénea con una pala. césped, manteniendo una presión
máquina. pareja y riegue concienzudamente.
 C u i d a d o s R u t i n a r i o s

Aplanado con rodillo
Esto no es esencial, pero si lo efectúa
en primavera ayudará a asentar la super­
ficie después de las tareas de manteni­
miento efectuadas en el otoño anterior
y cualquier levantamiento causado por
las heladas. Puede emplear un rodillo
o una segadora cilindrica; si emplea esta
última, levante las cuchillas para no da­
ñar el césped.
La práctica tradicional de pasar un ro­
dillo con frecuencia es innecesaria, y po­
dría compactar el suelo, especialmente
en el caso de los suelos pesados.
o c u r r e r e p e tid a m e n te , p o d r í a r e s u lta r
n e c e s a rio in tr o d u c ir u n a s u p e rfic ie c o m ­
p le ta m e n te d if e r e n te y m u c h o m á s re s is ­
te n te a l d e s g a s te , c o m o g ra v a o p a v im e n ­
ta d o (v é a s e E s t r u c t u r a s y S u p e r f ic ie s ,
p p . 492-513).
Reparación de un borde dañado
Los bordes dañados en sólo una o dos
zonas pequeñas pueden repararse con
facilidad. Con un tiracantos de media
luna y un escantillón, así como con una
tabla de madera, marque una pequeña
sección de césped que contenga la par­
te dañada.
Corte debajo de la sección de césped
con una pala y empuje hacia el borde
hasta que la parte dañada esté fuera.
Después recorte la parte dañada, ali­
neando el césped con el borde existen­
te. Esto dejará un hueco en el césped que
debe labrar con la horca y aplicar un fer­
tilizante granular o líquido. Después
vuelva a encespedar o agregue un poco
de tierra y vuelva a sembrar con una
mezcla de hierbas adecuada. Comprue­
be que el arreglo esté al mismo nivel que
el resto del césped.
Otra opción consiste en levantar el
tepe, darle la vuelta y volver a colocar-
lo de manera que la parte dañada mire
hacia el interior. Repare el daño ences­
pedando o sembrando, procurando ase­
gurarse de que cualquier tepe nuevo que­
de al mismo nivel que el césped en torno
a él.
Reparación de un trozo dañado
Si existiera un trozo dañado dentro del
césped, primero corte y retire una pieza
de tepe que contenga la parte dañada.
Remueva el suelo con una horca, ferti­
lize y afirme ligeramente.
Tienda un trozo de césped nuevo que
encaje en la parte descubierta, clevan-

Renovación de un C ómo R e p a r a r u n a Z o n a D a ñ a d a
césped abandonado
En algunos casos, un césped abandona­
do puede ser mejorado por renovación;
pero si está invadido de malezas y mus­
go, puede resultar preferible retirar el
césped viejo y establecer uno nuevo en
su lugar.
El mejor momento para iniciar los
trabajos de renovación es en primave­
ra, porque la hierba se desarrollará bien
en primavera y en verano y debería es­

2
tar bien establecida al final de la es­ Por medio de cañas y cordel, Corte por debajo del tepe con Alinee una tabla con el borde
tación. marque una pequeña sección una pala y deslice hacia adelante del césped y corte a lo largo
Un programa de renovación implica de césped de bordes rectos con la hasta que la parte dañada esté más de ésta para eliminar la parte
una serie de procesos que restauran las zona dañada; recorte con allá del borde del césped. dañada con et tepe al nivel del
buenas condiciones del césped. Prime­ tiracantos de media luna. borde.
ro, a comienzos de primavera, siegue la
hierba hasta 5 cm con una segadora ro­
tativa y retire los recortes. Después de S ist e m a
una semana, vuelva a segar, pero esta
vez con una segadora cilindrica ajusta­ A l t e r n a t iv o
da al corte máximo. A lo largo de las
dos semanas siguientes, reduzca la al­
tura del corte gradualmente, hasta que
alcance el nivel correcto. En esta etapa,
alimente el césped con fertilizante gra­
nular o líquido y, dos semanas despúes,
aplique un herbicida. Si quedan zonas
desparejas o desnudas, podrá volver a
sembrar después de dos semanas. A
principios de otoño, airee el césped, re­ Corte un trozo nuevo de tepe Ajuste el nivel del suelo debajo
vista y aplique alimento de otoño. Debe 4 que encaje en el hueco y del tepe nuevo, agregando o Recorte un trozo que
continuar con un programa de mante­ desticelo en el agujero; si es quitando tierra hasta que el trozo contenga la parte dañada.
nimiento regular de manera que el cés­ demasiado grande, recorte hasta nuevo esté al nivel del resto del Gire de manera que la parte
ped se conserve en estado óptimo (véa­ que quepa exactamente. césped. dañada mire hacia adentro y
se «Programa de mantenimiento anual», afirme.
p. 287).

Reparación de daños
en el césped
Si una zona del césped se daña, tal vez
a través de un desgaste desparejo, po­
drá reparala normalmente retirando la
zona dañada y después renovando los
tepes o sembrando. Agregue un poco de

6
Es importante emplear tepes o semi­ Una vez alcanzado el nivel Esparza un poco de revestido mantillo arenoso para que
llas similares al resto del césped; si ig­ correcto, afirme la nueva arenoso encima de la zona la parte dañada esté nivelada
nora cuál es, utilice un trozo de tepe de pieza con la espalda de un reparada, especialmente dentro de con el resto, siembre semillas
una parte menos visible del césped para rastrillo o con un rodillo. las juntas y riegue a fondo. de hierba sobre la parte
reemplazar la zona dañada. dañada y riegue a fondo.
Si el problema del dañado del césped

C óm o R e p a r a r un T rozo D a ñado
Con un tiracantos de media
luna y el borde de una tabla,
corte alrededor de la zona
dañada, después corte por debajo
con una pala y retire.
do o bajando el nivel del suelo si fuera
necesario, para que el nuevo tepe esté al
mismo nivel que el resto del césped y co-
lóquelo en la posición conveniente con
la parte posterior de un rastrillo o con
las manos. Revista y riegue bien la su­
perficie reparada.
Nivelado de un bullo
o hueco
Bultos o huecos pequeños se pueden ni­
velar con facilidad. Primero efectúe un
corte en cruz en la zona afectada y pele
la parte cortada hacia atrás. Para nive­
lar el hueco, remueva el suelo por de­
bajo con una horca, rellene con tierra
negra y, a continuación, afirme lige­
ramente.
En el caso de un bulto, retire la tierra
sobrante hasta que quede nivelada y
afirme. Vuelva a doblar el césped y afir­
me con un rastrillo antes de revestir y
regar.
En céspedes más grandes, puede ser
necesario retirar secciones completas: ni­
vele el suelo por debajo (véase «Nivela­
do del emplazamiento», pp. 280-281), y
después vuelva a colocar el césped en­
cima de la zona original.
N iv e l a d o de un H ueco o Bulto
f Corte en cruz a través del
hueco o bulto en el césped
con tiracantos de media luna; la
cruz debe alcanzar justo más allá
del área afectada.
sm i
Con una horca, rastrille la zona
de tierra ligeramente para
aflojarla y después aplique
fertilizante líquido o granular si
fuera necesario.
! Coloque un tepe nuevo en el
agujero, cortando con un
tiracantos de media luna.
Malezas del césped
Aunque algunas malezas, como la ve­
rónica delgada ( Verónicafiliformis) y las
margaritas (Bellis perennis) pueden te­
ner un aspecto atractivo en céspedes uti­
litarios, en general son indeseables en los
de alta calidad y muy segados. Muchas
malezas de hojas anchas pueden sobre­
vivir en la hierba segada, pero una can-
Doble las secciones de césped
cortado hacia atrás, cuidando de
que no se partan.
Pise el suelo para
consolidarlo y afirme la
superficie antes de volver a
encespedar.
Compruebe que el tepe nuevo
está al nivel del resto del
césped; si fuese necesario, ajuste
el nivel de la tierra de debajo.
Después afirme el tepe y riegue
concienzudamente.
tidad excesiva afectará a la hierba, de
manera que, incluso en un césped utili­
tario, podría necesitar controlarlas. A
menos que recolecte los recortes, inclu­
so la siega puede difundir ciertas male­
zas que arraigan a partir de pequeños
trozos de tallo. En los céspedes peque­
ños, las margaritas y las plantainas
(Plantago) pueden eliminarse indivi­
dualmente a mano, pero, en uno gran­
En el caso de un hueco, rellene
la tierra debajo con mantillo
arenoso de buena calidad; para un
bulto, retire un poco de tierra hasta
que esté nivelado.
de, el sistema m’as sencillo es el empleo
de una mezcla de «supresión de maleza
y alimentación», que puede aplicarse
con un distribuidor de fertilizante o a
mano, según las instrucciones dadas.
Musgo
Casi siempre indeseable, el musgo pue­
de hallarse en céspedes por muchas ra­
zones, que incluyen compactado, drena­
je pobre, fertilidad baja, luz insuficiente,
siega demasiado intensa y pH extrema­
do del suelo; puede ser un problema in­
cluso en los céspedes mejor conservados.
Si el césped se ve afectado por musgo
de manera ocasional, trate con un eli­
minador de musgos químico o con are­
na para céspedes y después retire por es­
carificación (véase p. 288). Si el
problema fuera recurrente, identifique
y corrija las causas posibles; esto podría
implicar la mejora de la aireación, dre­
naje y fertilización y, en suelos ligeros,
un revestido para ayudar a la conserva­
ción de la humedad. Adoptando un pro­
grama de mantenimiento anual, ayudará
a controlar el problema.
Plagas y enfermedades
La mayoría de céspedes de alta calidad
está tratada para eliminar las lombrices
de tierra porque, aunque sus túneles me­
joran la ventilación y la estructura del
suelo, algunas generan pellejos, propor­
cionando sitios ideales para la germina­
ción de semillas de malezas.
Varias enfermedades de tepes, que
comprenden manchas marrones (véase
«Sequía», p. 571), mancha de dólar,
bandas circulares más oscuras, moho ne­
vado/mancha de Fusariurn e hilo rojo
atacan al césped, en particular en paí­
ses calurosos y húmedos; la mancha de
Fusariurn también es un problema en re­
giones frescas y puede aparecer debajo
de la nieve. Cabe que sean necesarios los
rociados preventivos, pero en los climas
más frescos y templados y marítimos
sólo se rocía en casos severos.
| Vuelva a colocar el césped y
afirme ligeramente para
comprobar que está nivelado.
Ajuste el nivel del suelo por
debajo, afirme, revista y riegue
concienzudamente.
 13
E l J a r d ín
solas como elemento ornamental, jun­
a sea c u l t i v a d a s
to a otras plantas en una orla, o en las hileras ordenadas
de un huerto, las hierbas son un agregado inestimable en
cualquier jardín. Siempre fueron apreciadas por sus usos culina­
rios, cosméticos o curativos, pero también son plantas de jardín
altamente decorativas. Aunque pocas poseen flores espectacula­
res o vistosas, muchas están agraciadas con un follaje atractivo
de H ier ba s
y merece la pena el cultivo de casi todas sólo por su fragancia —
desde el perfume fresco y cítrico del toronjil hasta el aroma ani­
sado del hinojo y el dulzón aroma a manzana de la manzanilla.
Su fragancia embriagadora es difícil de resistir y sus flores reple­
tas de néctar tientan a las abejas y mariposas, lo que, sumado al
soñoliento zumbido de los insectos, completa la quietud de un jar­
dín de hierbas.

Diseño con hierbas

l cultivo de hierbas combina las I n f o r m a l id a d
E delicias del jardín de flores con la Estructu ra da
productividad del huerto. Los resultadosEl cultivo de una
son excelentes en aroma y sabor, deco­ profusión opulenta de
rativos y poco costosos de producir. Por hierbas proporciona
definición, una hierba es cualquier plan­ aromas agradables y
ta de usos culinarios o curativos, de ma­ texturas contrastantes al
nera que la gama es sorprendentemen­ jardín. En éste, los setos
te amplia. Las hierbas comprenden enanos recortados
anuales, arbustos, perennes y árboles, y agregan estructura,
no sólo las herbáceas. mientras que los bloques
Desde siempre, las hierbas sirvieron de color de hierbas,
para dar gusto y conservar los alimen­ como el orégano dorado,
tos y, además, para la fabricación de me­ contrastan con el
dicinas y artículos de tocador. También plantado casual del
ha sido siempre importante su atracti­ hinojo plumoso y de las
vo estético y sus cualidades ornamenta­ fresas alpinas bajas.
les, así como su uso práctico, siguen te­
niendo hoy en día el mismo valor.

Hierbas en el hogar
Aunque las hierbas frescas y secas estén
ampliamente disponibles, éstas nunca
poseen el mismo aroma o sabor que las
cosechadas en el propio jardín. Disfru­
te de sus perfumes en el interior, ade­
más del exterior, utilizándolas frescas en
arreglos florales o secas para hacer pe­
betes o para rellenar almohadillas de
hierbas. En todo el mundo, las hierbas
son consideradas inapreciables en la co­
cina para realzar y avivar los manjares,
elevando hasta la comida más sencilla
a los niveles de la liante cuisine. Tam­
bién tienen mucho renombre sus carac­
terísticas curativas y cosméticas: han
sido utilizadas durante miles de años en
medicinas y productos de belleza.
Usos culinarios
Las hierbas recién cosechadas son un in­
grediente importante en varias combi­
naciones clásicas, como la ensalada de
tomate y albahaca, mayonesa de pata­
tas con cebollino francés y «Pimms» con
borrajas. En algunos casos, las flores sir­
ven como decorado comestible: las bo­
rrajas, cebollinos, saúcos y maravillas
son fáciles de cultivar y producen flo­
res atractivas.
Los tallos, como los de angélica para
cristalizar, o las ramas de romero para
las barbacoas, también son fáciles de
cultivar, pero de otro modo son difícil­
mente disponibles. Las semillas aromá-
tricas —o especies— son más fáciles de
obtener, pero también son fáciles y ba­
ratas de cultivar.
Ciertas hierbas, como el toronjil y la
menta peperina, se pueden emplear
como infusión en agua hirviendo para
elaborar una bebida de hierbas, una bue­
na alternativa al té o al café, ya que 110
contienen tanino ni cafeína. La mayo­
ría están compuestas de hojas, flores y
semillas, aunque también se las puede
hacer de hierbas frescas.
Hierbas medicinales
En muchas partes del mundo la medi­
cina herbácea es común y el jardín de
hierbas es una fuente de remedios case­
ros para toda clse de enfermedades: la
menta, por ejemplo, es un anestésico lo­
cal ligero, un antiséptico poderoso y un
remedio para problemas digestivos.
También se las cultiva para convertirlas
en drogas para la industria farmacéuti­
ca. En general, es poco aconsejable el
uso de hierbas con fines medicinales sin
un conocimiento o consejo especia­
lizado.
Preparados cosméticos y perfumados
Cierto número de hierbas tiene resulta­
dos benéficos sobre el estado de la piel
o del cabello y están incluidas en pro­
ductos de belleza: el romero, la manza­
nilla y la menta se utilizan en champúes
y acondicionadores, el tomillo como an­
tiséptico para enjuagues bucales, y la
maravilla y la flor del saúco en locio­
nes para la piel.
Es posible disfrutar de las hierbas aro­
máticas a lo largo de todo el año, con­
vertidas en artículos perfumados de uso
casero, como cajas de perfumes o saqui-
tos de lino. También se las usa comerci-
lamente en perfumería; pero la extrac­
ción de aceites y esencias resulta
demasiado complicada para realizar en
el hogar.
Hierbas en el jardín
La mayoría de hierbas cultivadas hoy en
día son las especies salvajes, pero ya exis­
ten muchos cultivares disponibles, dife­
renciados en su hábito o en el color de
las flores y follajes. Esta diversidad las
hace más valiosas como plantas deco­
rativas para el jardín, mientras que su
perfume y otras características son ge­
neralmente similares, cuando no idén­
ticas, a las especies.
El atractivo de las hierbas reside prin­
cipalmente en su fragancia, la cual, al
contrario que otras plantas, en general
deriva del follaje más que de las flores.
Las hojas desprenden aceites esenciales
al calentarlas o aplastarlas: en un día so­
leado, la fragancia de un jardín de hier­
bas llena el aire.
Algunas tienen flores brillantemente
coloreadas que pueden usarse con mu­
cha eficacia: el naranja de las maravi­
llas (Calendula officinalis), realzadas
por el hinojo bronceado (Foeniculum
vulgare ‘Purpureum’) o el azul brillan­
te de las borrajas ( Borago officinalis)
con el gris plateado del ajenjo (Artemi­
sia absinthium).
Ciertas hierbas tiene fama de benefi­
ciar a otras plantas: algunas plantas de
perfume picante, como el ajenjo leño­
so (Artemisia abrotanum), se conside­
ran como repelentes de insectos aplas­
tadas o en infusión, mientras se dice que
el cultivo de la manzanilla (Chamaeme-
lum nobile) en el jardín aumenta la sa­
lud y el vigor de otras plantas cercanas.
Dónde cultivar hierbas
Al igual que para otras plantas, hay que
cultivar las hierbas en condiciones simi­
lares a su hábitat natural para asegurar
su salud y vigor. Muchas son de origen
mediterráneo, y éstas prefieren general­
mente mucho sol y suelos bien drenados.
Pero algunas toleran un emplazamien­
to húmedo, parcialmente sombreado, a
condición de no estar anegadas o en
sombra densa y permanente. La mayo­
ría de los cultivares estriados y dorados
prosperan en sombra ligera. La menta
de piña (Mentha suaveolens ‘Variega-
H ie r b a s q u e t o l e r a n
S o m bra H ú m e d a
Acedera (Rumex acetosa)
Angélica (Angelica
Archangelica)
Cebollino (Allium
schoenoprasum)
Levistico (Levisticum officinale)
Manzanilla grande (Tanacetum
parthenium, T. p. ‘Aureum’)
Melisa (Melissa
officinalis, M. o, ‘All Gold’,
M. o. ‘Aurea’,
M. o. ‘Variegata’)
Mentas (Mentha)
Perejil (Petroselinum crispum)
Perifollo (Anthriscus cerefolium)
Perifollo oloroso (Myrrhis
odorata)
Raspilla (Aspeada odorata)
Saúco (Sambucus nigra,
S. n. ‘Aurea’
S. n. ‘Marginata’)
Tanaceto (Tanacetum vulgare)
ta’) y formas doradas del toronjil (Me­
lissa officinalis) y la manzanilla grande
(Tanacetum parthenium) conservan me­
jor su color en una ubicación ilumina­
da a la mañana o al atardecer, pero som­
breada al mediodía.
Se pueden cultivar hierbas en una va­
riedad de ubicaciones; la elección depen­
de sobre todo de preferencias persona­
les y conveniencia. Un jardín de hierbas
separado dentro de un diseño atractivo
proporciona un elemento bonito y no re­
quiere mucho espacio, pero puede resul­
tar preferible una zona con hierbas cu­
linarias o en contenedores, al alcance de
la cocina. Algunas son lo bastante de­
corativas como para cultivarlas junto a
otras plantas en un macizo u orla, mien­
tras que es mejor emplazar otras en el
huerto.
Las de uso culinario siempre deben es­
tar alejadas de una posible contamina­
ción por animales domésticos o polucio­
nes callejeras.
Jardines de hierbas
Si hay espacio suficiente, merece la pena
crear un jardín de hierbas separado y
cultivar muchas hierbas diferentes jun­
tas para lograr un impacto fuerte y para
cosechar el beneficio de sus perfumes
combinados en un solo lugar.
Si se las utiliza como elemento espe­
cial, tendrá una gran oportunidad de
crear un dibujo interesante utilizando
bloques de colores contrastantes o com­
plementarios.
Además de ser una manera muy de­
corativa de exhibirlas, facilita la cose­
cha. Tradicionalmente, los jardines de
hierbas han tenido bordes de setos ba­
jos cortados, como el boj (Buxus sem-
pervirens), pero uno menos formal de
hisopo (Hyssopus officinalis) o lavan­
da (Lavandula) también es adecuado.
Macizos y orlas
También se puede cultivar hierbas con
otras plantas decorativas del jardín. Esto
resulta útil si no hay lugar para un jar­
dín de hierbas separado o para hierbas
que son plantas de orla por derecho pro­
pio, como la melisa dorada (Monarda
didymá) y la ruda común (Ruta gra­
veolens).
Las especies de hojas grises tienen un
aspecto particularmente bueno en una
orla plateada o como contraste para
plantas de colores azules, púrpuras o ro­
sados, como la salvia púrpura (Salvia
officinalis ‘Purpurascens’).
Las plantas majestuosas y escultura­
les son valiosas como centros de aten­
ción solas o en la parte posterior de una
orla. Llene los huecos de las orlas con
anuales coloridas, como amapolas (Pa-
paver), borrajas azules y albahaca os­
cura ópalo (Ocimum basilicum ‘Purpu­
rascens’).
Plantar hierbas aromáticas junto a
puertas, senderos y asientos facilita el
disfrute completo de su perfume. Las
bajas y extensivas, como el tomillo sil­
vestre (Tltymus serpyllum), la manza­
nilla de césped (Chamaemelum nobile
‘Treneague’) y la ajedrea reptante (Sa­
tureja spicigera) son adecuadas para jar­
dines de rocas o en grupos grandes, for­
mando un tapiz perfumado. Éstas y
otras más verticales, como el cebollino
francés (Allium schoenoprasum), for­
man un borde poco común y atractivo
para una orla o sendero.
Hierbas en un huerto
En el caso de hierbas culinarias usadas
en grandes cantidades, como el perejil
(Petroselinum crispum), el huerto pue­
de ser el mejor emplazamiento. Este
también puede ser el lugar más conve­
niente para las hierbas de desarrollo rá­
pido, tales como el perifollo (Anthris-
cus cerefolium) y el eneldo (Anethum
graveolens), que se siembran sucesiva­
mente y no se trasplantan con éxito.
Las hierbas pueden ser cultivadas en
hileras rectas entre las hortalizas o como
orla decorativa alrededor del huerto.
Cullivo de hierbas en contenedores
Muchas hierbas crecen bien en contene­
dores. Desde una cesta colgante hasta
un sombrerete de chimenea, casi cual­
quier contenedor es adecuado, a condi­
ción de que tenga agujeros de drenaje
y una capa de material poroso antes de
plantar en él.
En jardines pequeños o en balcones,
todo el jardín de hierbas puede consis­
tir en contenedores, imaginativamente
colocados sobre muros, estantes, esca­
lones y alféizares, además de encima del
suelo. Si el espacio es reducido, el uso
de un plantador de fresas (un tiesto con
bolsillos laterales) ofrece un modo atrac­
tivo y funcional de cultivar diferentes
plantas juntas.
Incluso si tiene una zona separada
para hierbas, o si las cultiva con otras
ornamentales u hortalizas, a menudo re­
sulta conveniente tener uno o dos ties­
tos de las hierbas más comúnmente uti­
lizadas cerca de la puerta.
Algunas de las más indicadas para el
cultivo en contenedores son perifollo,
perejil, cebollinos, orégano compacto
(Origanum vulgare ‘Compactum’), hi­
sopo de roca (Hyssoppus officinalis, su-
M a c iz o d e R u e d a d e C a r r e t a
Este diseño proporciona un método
práctico y decorativo de cultivar una
pequeña gama de hierbas.
J a r d in e r ía e n C o n t e n e d o r e s
Aun en el jardín más pequeño, hay
espacio para cultivar una variedad
de hierbas aromáticas en tiestos.
besp. aristatus) y tomillos (Thymus).
Las plantas grandes, como el romero
(Rosmarinus officinalis) y el laurel (Lau-
rus nobilis), a menudo tienen buen as­
pecto cultivados como ejemplares indi­
viduales en tiestos y tinas. El cultivo en
contenedores de hierbas ligeramente no
resistentes, como el mirto (Myrtus com­
munis), hierbaluisa (Aloysia triphylla)
y el geranio con perfume a rosas (Pelar­
gonium graveolens) resulta convenien­
te porque se las puede llevar al interior
durante el invierno; también son buenas
plantas de invernadero.
Pavimento y patios
Plantar hierbas en los huecos entre las
piedras de un pavimento es una opción
atractiva para las hierbas que prefieren
condiciones bien drenadas, como el to­
millo y la ajedrea reptante; permita que
las plantas se extiendan encima del pa­
vimento, de manera que una pisada li­
gera ocasional pueda desprender su fra­
gancia.
Los patios son a menudo ideales para
exhibir una variedad de hierbas no re­
sistentes mediterráneas que disfrutan del
calor y el abrigo, mientras que se pue­
de agregar un toque exótico incluyendo
plantas como limoneros (Citrus limón),
cardamomo (Eletlaria cardamomum) o
jengibre (Zingiber officinale), cultiva­
dos en contenedores ornamentales.
Macizos elevados
El cultivo de hierbas en macizos eleva­
dos facilita el disfrute de su fragancia
de cerca, además de resultar práctico
para los minusválidos y los ancianos,
proporcionando un acceso fácil para
plantar, cosechar y mantener. Los ma­
cizos elevados deben tener muros de
contención fuertes y no deben medir
más de 75 cm de ancho y ser de una al­
tura cómoda para las tareas (véase tam­
bién E s t r u c t u r a s v S u p e r f ic ie s , «Ma­
cizos elevados», p. 507).
 Los macizos elevados también son
una buena opción en zonas pavimenta­
das contra un muro (pero no sobre la
parte húmeda contra una pared de la
casa) y en cualquier sitio en el que el sue­
lo no drene libremente. Elija hierbas pe­
queñas y compactas para macizos ele­
vados y controle su extensión por medio
de un podado y división regulares.
Diseño de un jardín de
hierbas
Ya sea formal o informal, un jardín de
hierbas debe diseñarse de manera con­
gruente con el estilo del resto del jardín
y la casa.
Al planificarlo, tenga en cuenta los re­
cursos necesarios para el mantenimien­
to: en general, los jardines de hierbas in­
formales requieren m enos obras
estructurales iniciales que los formales,
y los cuidados rutinarios pueden con­
sumir menos tiempo, según las plantas
empleadas y el tamaño y complejidad
del diseño.
También se pueden combinar elemen­
tos de los diseños formal e informal: así,
por ejemplo, un dibujo simétrico de sen­
deros bien definido formará un marco
para un libérrimo plantado de hierbas
de alturas, colores y hábitos diferentes.
Diseños informales
Un diseño informal depende en gran
medida, para su fortuna, de los hábitos
y colores complementarios de las hier­
bas.
Las formas estriadas y las de hojas co­
loreadas, como el orégano dorado (0/7-
gamim vulgare ‘Aureum’) y la salvia
púrpura resultan especialmente efectivos
en tal esquema. Junte plantas de hojas
verdes y doradas, por ejemplo, o las de
follaje plateado y púrpura.
Existe una mayor libertad para el uso
de plantas de diferentes alturas y hábi­
tos que en un esquema formal: es posi­
ble emplear las altas con un efecto 11a-
H ier b a s f. n u n J a r d ín d e P a t io
Avive un patio o atrio y suavize el efecto de los materiales daros plantando
las hierbas directamente dentro de las grietas entre el pavimento o en grava.
J a r d ín d e H ie r b a s F o r m a l
Este esquema bien plantado está dividido por senderos de ladrillo, que
proporcionan una estructura formal para varios macizos geométricos.
mativo sin desequilibrar el diseño ni re­
ducir su impacto y la impresión total de
armonía colorida y abundancia opu­
lenta permite una mayor flexibilidad
para experimentar con combinaciones
audaces.
Diseños formales
Estos diseños se basan generalmente en
dibujos geométricos y están enmarcados
por setos bajos o senderos. Cada peque­
ño macizo generado por el dibujo se
planta con un solo tipo de hierba, ofre­
ciendo bloques audaces de color y tex­
tura. La forma más sencilla es la de una
rueda de carreta asentada en el suelo,
con una hierba diferente plantada en
cada segmento. Éstos tienen un aspec­
to particularmente impresionante vistos
desde arriba, de manera que sitúe el jar­
dín de hierbas en un lugar donde pue­
da ser observado desde una ventana o
ladera. Al elegir las plantas, no incluya
hierbas altas, invasoras o reptantes, que
podrían estropear el diseño una vez de­
sarrolladas completamente.
Un jardín formal con senderos requie­
re mucho trabajo inicial, pero pronto ad­
quiere un aspecto acabado y no necesi­
ta mucho mantenimiento estructural.
Uno que comprenda una estructura de
setos enanos, que requieren un podado
regular, puede resultar bastante más la­
borioso.
Los setos pueden delinear el diseño o
adoptar las formas complejas de un jar-
P l a n if ic a c ió n de un J a r d ín
Existen muchos diseños formales posibles, aunque debe frenar la
imaginación considerando el equilibrio y la proporción. Los esquemas de
rueda de carreta y de tablero de ajedrez son populares, pero los dibujos
geométricos poco comunes también ofrecen muchas oportunidades para
la creación de un elemento llamativo.
din de nudos (véase «Jardines de nu­
dos», p. 31).
Las plantas adecuadas para setos ena­
nos comprenden el hisopo, el camedrio
arbustivo (Teucrium fruticans), lavan­
das, boj y ajedrea de invierno (Sature­
ja montana), plantados a 22-30 cm de
distancia.
Ejecución de un plano
Para confeccionar un plano, primero
mida el emplazamiento y los elementos
circundantes con precisión, teniendo en
cuenta los posibles cambios de nivel.
También tome nota de la sombra pro­
yectada en diferentes momentos del día
y de las estaciones.
Ya sea el jardín formal o informal,
tenga en cuenta que las hierbas han de
estar al alcance de la mano para cose­
charlas convenientemente; en el caso de
macizos u orlas en terrenos abiertos,
proporcione acceso a través de senderos
o pasaderas para no pisar el suelo, que
podría compactarse.
Transfiera las medidas a un papel cua­
driculado, trabajando a escala; de cara
a comparar una serie de diferentes di­
seños, dibuje cada esquema sobre un pa­
pel transparente superpuesto al plano
principal.
Finalmente, decida qué hierbas cul­
tivar, teniendo en cuenta sus necesida­
des de cultivo, hábito, colorido, altura
y extensión eventuales, y las cantidades
que necesitará para cosechar, y, a con­
tinuación, márquelas sobre el plano.
Para proporcionar centros de aten­
ción, también puede incluir en el dise­
ño hierbas en contenedores.
de H ie r b a s F o r m a l
E l J a r d í n de H ie rbas
Guía de hierbas comunes
Cebollino francés de madurar para evitar plan­
tones no deseados. Los tallos
(Allium schoenoprasum)
Perenne resistente, que forma grupos,
de hojas huecas tipo hierba y flores
malva. Buena como ribete bajo para'
orlas. Puede forzarse para su uso en
invierno (véase p. 298). Use las hojas, de
un suave gusto a cebolla, como adorno y
aderezo en ensaladas, salsas, quesos
tiernos y sopas; las flores comestibles
constituyen un agregado decorativo
a las ensaladas.
Cosecha y almacenado Corte las hojas y
flores disponibles para emplearlas frescas.
Para congelar y secar, corte las hojas an­
tes de la floración y córtelas menudas.
Propagación Por semillas sembradas en
primavera (véase p. 162) o por división en otoño
(p. 164).
Especies relacionadas y variantes Existen variantes de
color de flores, altura y sabor; los cebollinos chinos
o de ajo (A. tuberosum) tienen un ligero sabor a ajo
y flores blancas.
Hierbaluisa
(Aloysia triphylla)
Arbusto semiresistente, caduco y
vertical, de hojas ovaladas en punta.
Las heladas pueden cortar las plantas,
pero en general vuelven a crecer
desde la base. Las hojas tienen un
aroma fuerte y limpio a limón y se
emplean en tés de hierbas, postres
y, secas, en cajas de perfume y tés.
Cosecha y almacenado Recoja hojas
durante la estación de desarrollo
para usar frescas o secas.
Propagación Por esquejes de leña
blanda (véase p. 83).
Eneldo
(Anethum graveolens)
Anual resistente de cabezas planas
de flores amarillo verdosas y ho­
jas plumosas verde azuladas. No
plante eneldo cerca de hinojo, ya
que podrían polinizarse cruzadas y
perdería su sabor característico.
Grana rápidamente. Emplee las hojas
o, para obtener un sabor más intenso,
las semillas aromáticas, en sopas,
salsas, ensalada de patatas, encurtidos de
pepino y platos de pescado.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas en primave­
ra y verano antes de la floración. Corte las cápsulas
de semillas en verano, antes de que maduren.
Propagación Por semillas, sembradas en primavera y
a principios de verano (véase p. 180).
Ajenjo
(Artemisia)
Bienal resistente de hojas grandes y divididas y capí­
tulos grandes. Una planta audaz y arquitectónica. A
menos que requiera semillas, retire las cápsulas antes
jóvenes pueden caramelizar­
se; las hojas se emplean en la
cocina, especialmente en
postres de frutas y platos de
pescado.
Cosecha y almacenado Recolecte hojas
frescas en primavera y verano. Corte tallos
jóvenes para cristalizar en primavera o a
principios de verano. Corte las cápsulas de
semillas en verano, cuando maduren.
Propagación Semillas sembradas en oto­
ño (véase p. 180); las semillas pierden via­
bilidad a los tres meses de madurar.
Perifollo
(Anthríscus cerefolium)
Anual resistente, con hojas
verde brillante tipo helecho.
Grana con rapidez en condiciones
calurosas y secas. Las hojas tienen
un sabor fino y sutil, que recuerda el
perejil y el anís. Use las hojas en platos
de huevos, ensaladas, sopas y salsas.
Cosecha y almacenado Recolecte las
hojas antes de la floración. Congele
o seque suavemente para conservar
su sabor delicado.
Propagación Por semillas sembradas en intervalos de
un mes desde primavera hasta principios de otoño no
trasplante. Para su uso en invierno puede sembrarse
en bandejas bajo cristal a principios de otoño.
Rábano rusticano
(Armoracia rusticana)
Perenne resistente de hojas grandes
y rugosas. Las plantas son persistentes
y difíciles de erradicar. Las raíces
sólidas de pulpa blanca tiene un sabor
picante y ralladas se emplean en ensaladas
de col y salsas, especialmente en la salsa
de rábano rusticano. Las hojas jóvenes
se emplean en ensaladas y bocadillos.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas jóvenes
en primavera. Coseche las raíces en otoño
cuando su sabor es mayor o cuando las requiera.
Propagación Por división (véase p. 164) o esquejes de
raíz de 15 cm (p. 167) o por semillas (p. 162).
Artemisa
(Artemisia abrotanum)
Subarbusto resistente siempreverde,
de follaje verde grisáceo finamente
dividido. Sirve para un seto bajo,
podado en verano; también resulta
bonito en orlas mixtas. En climas
frescos, raramente florece. Emplee
las hojas aromáticas en cajas de
perfume y como repelente de in­
sectos.
Cosecha y almacenado Recolecte
las hojas en verano para usar
frescas o para secar.
Propagación De esquejes de leña blanda en verano,
esquejes de estaca semimaduros a finales de verano
o por esquejes de leña dura en otoño
(véase pp. 83-85).
Ajenjo
(Artemisia absinthium)
Subarbusto resistente, caduco, de
hojas gris verdosas profundamente
divididas. Buena como planta para
orlas o setos informales. En primave­
ra, pode dejando 15 cm. Las hojas aro­
máticas son intensamente amargas; se
las empleaba para bebidas alcohólicas,
pero hoy en día se consideran tóxicas. El
follaje resulta atractivo en decoraciones
con hierbas y ramilletes pequeños.
Cosecha y almacenado Recoja el follaje en verano para
usar fresco o seco en arreglos florales.
Propagación Por esquejes de leña blanda en verano
(véase p. 83) o por esquejes de estaca semimaduros
a finales de verano (p. 85).
Variantes ‘Lambrock Silver’ es un cultivar con follaje
gris plata.
Estragón
(Artemisia dracunculus)
Perenne semiresistente de tallos vertica­
les y hojas angostas y lustrosas. En zo­
nas frías puede requerir protección inver­
nal, pero puede forzarse para su uso en
invierno. Las hojas habitualmcnte se usan
en la salsa béarnaise, fines herbes, tár­
tara, en platos de huevo y pollo y para
dar sabor al vinagre.
Cosecha y almacenado Corte ramitas de follaje
durante la estación de desarrollo, dejando dos tercios
del tallo para que vuelva a crecer. Es mejor congelar
las hojas, pero también puede secarlas.
Propagación Por división de rizomas en primavera
(véase p. 165) o por esquejes de extremos de tallo en
verano (p. 166). No hay semillas disponibles: las que
se venden como estragón son la especie rusa.
Especies relacionadas Una más resistente es el estra­
gón ruso (A. dracunculoides), pero, por desgracia, su
sabor es inferior.
Raspilla
(A perú la odorata,
sin. Galium odoratum)
Perenne resistente reptante, de flores
estrelladas blancas que aparecen por
encima de espirales de hojas angos­
tas en primavera y principios de ve­
rano. Es una excelente tapizante en
sombra húmeda. Las hojas secas se
emplean en cajas de perfume y tés
de hierbas.
Cosecha y almacenado En primave­
ra, recolecte las hojas para secar jus­
to antes de que las flores se abran.
Propagación Por división en primavera u otoño (véa­
se p. 164) o por semillas sembradas a principios de
otoño (p. 162), pero pueden tardar en germinar.
Borraja
(Borago officinalis)
Anual resistente y vertical, de fo-
llaje piloso y flores intensamente
azules. Agregue las hojas de sabor
a pepino y las flores a bebidas
(como Pimm’s) y ensaladas. Cris­
talice las flores para usarlas en
decorar pasteles.
Cosecha y almacenado Recoja hojas jó ­
venes y use frescas. Recoja las flores (sin
los cálices) en verano, para usar frescas,
congeladas en cubitos de hielo, o cristalizadas.
Propasación Siembre las semillas desde primavera has­
ta principios de otoño (véase p. 180). Se autoinsemi-
na en suelos ligeros.
Variantes También existe una forma de flores blancas,
B. o. f. alba.
Maravilla
(Calendula officinalis)
Anual resistente arbustiva de flores
naranja brillante. Una planta colori­
da para orlas y contenedores.
Elimine capítulos para prolongar la
floración. Use los pétalos para dar
sabor y colorear el arroz, quesos tiernos
y sopas y para aderezar ensaladas. Pique
las hojas jóvenes en ensaladas. Las secas
sirven para agregar color a las cajas de
perfume.
Cosecha y almacenado Recoja flores abiertas en ve­
rano y retire pétalos para secarlos. Recolecte hojas
jóvenes.
Propagación Por semillas sembradas en otoño o pri­
mavera (véase p. 180). Autosiembra con facilidad.
Variantes Formas de flores dobles con matices de cre­
ma, naranja i bronce están ampliamente disponibles.
Alcaravea
(Caraum carvi)
Bienal resistente de hojas plumosas
y, al segundo año, cabezas planas
de flores blancas diminutas. Las se­
millas aromáticas se emplean en
pastelería, panes, quesos y guisos de
carne como el goulash. Agregue las
hojas a sopas y ensaladas.
Cosecha y almacenado Recolecte las hojas jóvenes y
las cápsulas de semillas maduras en verano.
Propagación Por semillas en otoño (véase p. 180).
Manzanilla
(Chamaemelum nobile)
Perenne resistente, reptante y siempre-
verde, que forma una mata densa de
hojas plumosas, finamente cortadas.
Buena para bordes de sendas y orlas
o entre pavimentados. Puede plantar­
se como césped ornamental (véase p.
283). Emplee las hojas con perfume a
manzanas en cajas de perfume; las
flores aromáticas se usan en cajas de
perfume y tés de hierbas.
Cosecha y almacenado Recoja las ho­
jas en cualquier momento. Recoja las flores en vera­
no, completamente abiertas y seque enteras.
Propagación Por división en primavera u otoño (véa­
se p. 164), o por esquejes de extremo de tallo de vás-
tagos laterales en verano (p. 166).
Variantes ‘Treneague’ es una forma enana e inflores-
cente particularmente adecuada para céspedes y ba­
ches. C.n. var. flore-pleno posee atractivas flores
dobles.
Cilantro
(Coriandrum sativum)
Anual resistente de follaje
dividido y flores pequeñas t*
blancas o malva pálido. Las plantas
tienen un aroma desagradable y no de­
ben cultivarse en el interior. Las hojas
lobuladas inferiores se emplean en
currys, chutneys, salsas y ensaladas.
Las semillas, de sabor dulzón y especia­
do, se usan en panadería, chutneys y
salchichas.
Cosecha y almacenado Recoja hojas jóvenes para usar
frescas o para congelar. Recoja cápsulas de semillas
al madurar.
Propagación Por semillas sembradas en otoño o a prin­
cipios de primavera (véase p. 180).
Comino
(Cuminum cyminum)
Anual no resistente de hojas delica-
cadas y flores blancas o rosa pálido. ,
Requiere calor para que las semillas
maduren. Las semillas aromáticas se
usan en currys, encurtidos de pepi­
nos, yogur y platos de Oriente Medio.
Cosecha y almacenado Recoja cápsu­
las de semillas al madurar.
Propagación Por semillas sembradas a finales de pri­
mavera en una ubicación cálida o a cubierto.
Hinojo
(Foeniclulum vulgare)
Perenne resistente de
hojas finas en filigra­
na y ramilletes de flo­
res amarillas. Una planta
alta y elegante para orlas. Emplee
las hojas y las vainas de éstas por
su sabor a anís en ensaladas y pla­
tos de carne y pescado. Las semillas
se emplean en panadería, platos de
pescado y tés de hierbas.
Cosecha y almacenado Corte las hojas y las vainas
de éstas cuando son jóvenes. Recoja cápsulas de se­
millas al madurar.
Propagación Por semillas sembradas en primavera
(véase p. 162) o por división en otoño (p. 164).
Variantes ‘Purpureum’ es un cultivar color bronce bo­
nito; el hinojo florentino (F. v. var. dulce) se cultiva
como anual para usarlo como hortaliza, (véase p. 350).
Hisopo
(Hyssopus officinalis)
Subarbusto resistente siempreverde, de espigas con flo­
res pequeñas azul púrpura. Adecuado para cultivar
como seto bajo. Las hojas aromáticas se emplean es-
casamente en sopas, platos de judías, es­
tofados, caza y patés.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas en
cualquier momento para usar frescas; re­
coja las jóvenes a principios de verano para
secar.
Propagación Por semillas (véase p. 86), di­
visión (p. 90) o por esquejes de leña blan­
da en primavera (p. 83).
Variantes Existen variedades de flores blan­
cas o rosadas. El hisopo de roca (H. o. su-
besp. aristatus) es una forma enana espe­
cialmente adecuada para contenedores.
Lirio común
Perenne resistente de flores blanco hue­
so y hojas en forma de espada. Plante
de manera que los rizomas estén a pleno
sol. El rizoma grueso es amargo fresco
pero desarrolla un aroma a violetas des­
pués de seco y un almacenado prolonga­
do. Se ralla para emplearlo como fijante
de perfumes en cajas de perfume y saqui-
tos de lino.
Cosecha y almacenado Excave rizomas
de al menos tres años en otoño. Pele,
parta y seque, dejando al menos dos
años antes de rallar.
Propagación Por división de rizomas a fi­
nales de primavera o principios de otoño
(véase p. 165).
Kspecies relacionadas /. pulida también se cultiva
como lirio común de la misma manera.,
Laurel
(Laurus nobilis)
Árbol o arbusto siemprever­
de resistente, de hojas oscu­
ras, correosas y puntiagudas.
Excelente planta de contene­
dores. Puede recortarse para jardi­
nería ornamental o podarse severa­
mente para restringir su tamaño. En
zonas frías puede requerir protección contra vientos
y heladas. Emplee las hojas en bouquet garni y para
dar sabor a caldos, marinadas, salsas, postres de le­
che y platos de carne y pescado.
Cosecha y almacenado Recoja hojas en cualquier mo­
mento para usar frescas. Seque las maduras en verano.
Propagación Por esquejes de estaca semimaduros de
vástagos laterales a finales de verano (véase p. 55) o
por acodado en verano (p. 57).
Espliego
(Lavandula angustifolia)
Arbusto resistente arbustivo siempre­
verde, de hojas angostas gris verdoso y
espigas de flores verticales color mal­
va. Buena para setos bajos. Las flores se
emplean en cajas de perfume, saquitos
de lino, almohadas de hierbas y tés.
También pueden cristalizarse o emplear­
se para aromatizar aceite o vinagre.
Cosecha y almacenado Recoja tallos
floridos en verano y seque al aire.
Propagación Por esquejes de vástagos semimaduros
no floridos en verano (véase p. 84).
Especies relacionadas Existen varias otras especies y
cultivares, cuyos hábitos, follaje, épocas de floración
y color de flores varían. Comprenden cultivares ena­
nos, como ‘Hidcote’ y formas de flores blancas, como
‘Nana Alba’; el espliego francés (L. stoechas), semi­
resistente, tiene flores púrpura.
Levístico
(Levisticum officinale sin.
Ligusticum levisticum)
Perenne resistente de hojas divi­
didas y flores verde pálido;
planta alta adecuada para la
parte posterior de las orlas. Las
hojas tienen un sabor intenso, simi­
lar al apio y la levadura y se emplean
en sopas, caldos y guisos; agregue las
hojas jóvenes crudas a ensaladas. Las
semillas aromáticas se usan en platos de hortalizas y
panadería y se pueden cristalizar las hojas jóvenes.
Blanquee las plantas bajo tiestos en primavera para
usar como hortaliza.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas jóvenes en pri­
mavera para congelar o secar. Recoja tallos jóvenes
en primavera para cristalizar. En primavera corte ta­
llos jóvenes después de dos o tres semanas para blan­
quear, dejando que crezcan los vástagos centrales.
Propagación Por semillas sembradas apenas hayan ma­
durado a finales de verano (véase p. 162) o por divi­
sión en primavera u otoño (p. 164).
Melisa
{Melissa officinalis)
Perenne resistente de hojas ovala­
das dentadas que forma grupos.
Agregue las hojas con perfume a
limón a bebidas, platos dulces y
picantes o como infusión.
Cosecha y almacenado Recoja ho­
jas antes de la floración para se­
car o frescas.
Propagación Por semillas sembradas en primavera (p.
162) o por división en primavera u otoño (p. 164).
Variantes Existen cultivares de estrías amarillas, como
‘Aurea’; cultive en sombra parcial para evitar el abra­
sado de las hojas.
Menta
(Mentha spicatá)
Perenne resistente herbácea, de flo­
res malva diminutas en verano. Pue­
de ser invasora (véase p. 298). Em­
plee las hojas para hacer salsa de
menta, en ensaladas, bebidas o con
patatas o guisantes.
Cosecha y almacenado Recoja las
hojas antes de la floración, congele
o seque o pique e infusione en vinagre.
Propagación Por esquejes de extre­
mo de tallo arraigados en primavera
o verano o por división en primavera u otoño.
Especies relacionadas Existen numerosos cultivares y
especies de follaje y perfume ligeramente diferente. Al­
gunos, como la menta piña (M. suaveolens ‘Variega-
ta’) tienen hojas estriadas. La menta piperina (M. x
piperita) tiene hojas verde púrpura empleadas en tés
de menta y en jarabes y postres, mientras que la men­
ta para agua de colonia (M. x piperita ‘Citrata’) tie­
ne follaje púrpura y es de perfume fino. La menta de
Bowlcs (M. x villosa ‘Alopecuroides’) tiene hojas re­
dondeadas de fresco aroma a menta verde y flores púr­
pura rosado.
Melisa dorada
(Monarda didyina)
Perenne resistente herbácea, con
cabezas de flores rojas en for­
ma de garra en verano. Planta
excelente para orlas en suelos
húmedos. Haga una infusión
de las hojas aromáticas en té
para obtener un aroma «Earl Grey»
y agregue a bebidas veraniegas, en­
saladas, platos de cerdo o cajas de
perfume. Use los bonitos flósculos
para agregar color a ensaladas y cajas de perfume.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas en primave­
ra o justo antes de la floración en verano para usar
frescas o secas. Recoja las flores en verano.
Propagación Por semillas en primavera, esquejes de
tallo en verano, o división a principios de primavera.
Especies relacionadas y variantes Existen cultivares con
flores rojas, rosadas, blancas o púrpuras. M. fistulo­
sa tiene flores color lavanda.
Perifollo oloroso
(Myrrhis odorata)
Perenne resistente herbá­
cea con cabezas de flores
blancas diminutas en vera­
no. Las hojas tipo hclccho,
de sabor anisado, se emplean so­
bre todo en platos de frutas, para
reducir la acidez, pero también pueden agregarse a en­
saladas. La raíz primaria gruesa puede comerse cru­
da o cocida como hortaliza. Las semillas grandes se
agregan a platos de frutas.
Cosecha y almacenado Recoja hojas en primavera y
principios de verano para secarlas. Recoja semillas ver­
des en verano y seque o encurta. Excave raíces en otoño
para usarlas frescas.
Propagación Por semillas plantadas en el exterior en
otoño (p. 163). Se autosiembra con facilidad.
Albahaca
(Ocimum basiUcum)
Anual semiresistente de hojas den­
tadas ovales puntiagudas. En re­
giones frías, debe cultivar albaha­
ca a cubierto o en situaciones cálidas.
Crece bien en tiestos sobre un alféizar
soleado. Las hojas muy aromáticas se usan en en­
saladas, vinagres, pesto y platos de pastas con to­
mate.
Cosecha y almacenado Recoja hojas jóvenes en vera­
no y congele, seque o emplee para aromatizar aceite
y vinagre; o conserve en jarras de aceite.
Propagación Por semillas plantadas al calor a finales
de primavera (p. 181).
Especies relacionadas y variantes ‘Purpurascens’ es un
cultivar bonito de hojas púrpuras y flores rosadas. La
albahaca arbustiva compacta (O. mínimum) es más
resistente pero tiene menos sabor.
Orégano
{Origanum vulgare)
Perenne resistente herbácea, de
flores diminutas blancas o malva
en verano. Para que el sabor se
desarrolle requiere pleno sol y calor.
Las hojas aromáticas se emplean ex­
tensamente en la cocina, en especial
en salsas para pizzas y pastas.
Cosecha y almacenado Recoja hojas para su uso in­
mediato durante la estación de desarrollo. Para secar
o congelar, recoja justo antes de que las flores se abran.
Propagación Por semillas sembradas en primavera (p.
162), división en primavera u otoño (p. 164), o por
esquejes de raíces y tallos no floridos en verano (pp.
166-167).
Variantes Existen varias especies e híbridos, de resis­
tencia, sabor y color de follaje y flores diferente, como
el orégano dorado O. v. ‘Aurcum’). El ‘Compactum’,
de crecimiento lento, resulta ideal para contenedores
y bordeado.
Perejil
(Petroselinum crispum)
Bienal resistente de hojas
verde brilante y crespas y,
en el segundo verano, cabezas planas
de flores diminutas amarillo verdo­
sas. Bueno para cultivar en tiestos.
Emplee las hojas enteras o picadas como aderezo y
en bouquet garni, salsas y platos de huevos y pescado.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas en el primer
año para congelar o usar frescas.
Propagación Por semillas sembradas a intervalos desde
principios de primavera hasta finales de verano.
Variantes P.c. ‘Neapolitanum’ es un perejil de hojas
planas de sabor más intenso.
Anís
(Pimpinella anisum)
Anual semiresistente de hojas profunda­
mente divididas y, a finales de verano,
cabezas de diminutas flores blancas. En
regiones frías requiere una ubicación
soleada y protegida para que las se­
millas maduren. Agregue las hojas a
ensaladas de frutas. Las semillas aro­
máticas se usan en panadería, pastelería
y platos tanto dulces como picantes.
Cosecha y almacenado Recoja hojas inferiores para
su uso inmediato en primavera. Recoja cápsulas de
semillas al madurar en otoño.
Propagación Por semillas sembradas a finales de pri­
mavera en su ubicación definitiva, ya que es difícil tras­
plantarla con éxito (p. 181).
Romero
(Rosmarinus officinalis)
Arbusto resistente siempreverde,
de hojas densas tipo aguja y flo­
res azul pálido en primavera y ve­
rano o, en regiones templadas, to­
do el año. No resistentes con seguri­
dad en zonas frías. Puede cultivarse
como seto informal. Las hojas, de aro-
ma fuerte y resinoso, se emplean en platos de carne,
especialmente cordero y para cajas de perfume y en­
juagues de cabellos. Puede agregar las flores a en­
saladas.
Cosecha y almacenado Recoja hojas y flores para su
uso inmediato. Recoja ramilletes para secar durante
la estación de desarrollo.
Propagación Por semillas sembradas al calor en pri­
mavera (p. 86), esquejes semimaduros a finales de ve­
rano (p. 84), o acodos en otoño (p. 88).
Variantes Existen cultivares con flores de varios tonos
de azul, rosado y blanco. El cultivar vertical vigoroso
‘Miss Jessopp’s Upright’es adecuado para setos; ‘Se­
vera Sea’ tiene flores azul brillante y un hábito ar­
queante enano, ideal para contenedores.
Acedera
(Rumex acetosa)
Perenne resistente vertical de
hojas tipo romaza. Elimine las
espigas de flores para prolongar
la producción de hojas. Proteja
con campanas para provisión
invernal. Las hojas tiernas
jóvenes, de sabor agrio, se
usan en ensaladas, sopas y salsas.
Cosecha y almacenado Hojas jóvenes
antes de la floración para congelar o
usar frescas. Puede congelarse para
emplear en platos cocidos.
Propagación Por división en prima­
vera u otoño (p. 164), o por semillas sembradas en pri­
mavera (p. 162).
Especies relacionadas Las especies de desarrollo poco
elevado, Francesa, de escudo, o acedera de hoja de
adarga (R. scutatus), tienen hojas pequeñas de sabor
delicado.
Ruda común
(Ruta graveolens)
Subarbusto resistente siempre- ^
verde de follaje gris verdoso y
flores amarillo verdoso en vera­
no. Planta excelente para orlas o se­
tos bajos. Si manipula ruda en días
soleados, puede causar una irritación
de la piel. Use las hojas picantes con discreción en
ensaladas, salsa y para aderezar queso cremoso.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas para uso in­
mediato, protegiendo las manos con guantes de goma
en días soleados.
Propagación Por semillas sembradas en primavera (p.
86), o esquejes de vástagos laterales semimaduros a
finales de verano (p. 84).
Variantes Existen cultivares de hojas estriadas crema
y azules, como ‘Variegata’, y la compacta ‘Jackman’s
Bluc’.
Salvia
(Salvia officinalis)
Subarbusto resistente siempre­
verde de follaje verde gris y, en
verano, flores azul púrpura. Planta
excelente para orlas de arbustos y
jardines de rosas. Las hojas
aromáticas se emplean en rellenos,
platos de carne, para
aderezar quesos y en tés de hierbas.
y almacenado Recoja las hojas para usar fres­
Cosecha
cas. Recoja hojas antes de la floración para secar.
Propagación Por semillas sembradas en primavera (p.
86), esquejes de leña blanda en verano (p. 83), o es­
quejes de estaca semimaduros recogidos a principios
de otoño (p. 85).
Variantes Los cultivares comprenden la salvia púrpu­
ra (S.o. ‘Purpurascens’) de hojas de sabor intenso co­
lor púrpura y la semiresistente ‘Tricolor’, de hojas de
márgen blanco y manchas rosas.
Espliego de algodón
(Santolina chamaecyparissus)
Subarbusto resistente siempreverde,
de hojas angostas, divididas, gris
plata en tallos verticales. En vera­
no tiene masas de capítulos de bo­
lones amarillos. Es buena en un se­
to bajo, en especial en jardines de nu­
dos, para proporcionar un color con­
trastante (p. 31). Agregue las hojas aro­
máticas a cajas de perfume y seque las
flores con fines decorativos.
Cosecha y almacenado Recoja hojas para secar en pri­
mavera y verano. En verano, recoja las flores al abrir­
se para secar.
Propagación Por esquejes de vástagos laterales .semi­
maduros a finales de verano (p. 84).
Variantes ‘Lemon Quecn’ es de follaje verde brillante
y flores color crema; el cultivar ‘Nana’ es una forma
enana, de sólo 15 cm de altura.
Ajedrea de invierno
(Satureja montana)
Subarbusto resistente siempreverde f Ts.'trvr'
de flores diminutas rosadas o
blancas y hojas pequeñas y aro­
máticas. Emplee las hojas en pla­
tos de judías y queso.
Cosecha y almacenado Recoja ho­
jas en cualquier momento para usar frescas. Recoja
hojas para secar o congelar al formarse los pimpollos.
Propagación Por semillas sembradas en primavera (p.
86), división en primavera u otoño (p. 90), o por es­
quejes de leña blanda recogidos entre finales de pri­
mavera y principios de verano (p. 83).
Especies relacionadas La ajedrea reptante (S. spicigera)
es una especie baja ideal para contenedores, bordes
y jardines de roca. La ajedrea de verano (S. horten-
sis) tiene flores color lila y un sabor delicado.
Balsamita
(Tanacetum balsamita)
Perenne resistente de flores
pequeñas tipo margarita a fi­
nales de verano y hojas ovala­
das verde grisáceo. Estas tienen
una fragancia de menta-citrus;
use con prudencia en la cocina y
en cajas de perfume.
Cosecha y almacenado Recoja hojas
frescas en primavera y verano para emplear frescas o
secar.
Propagación Por división (p. 164).
Manzanilla grande 5 ' V I
(Tanacetum parthenium,
sin. Chrysantemum
parthenium)
Perenne siempreverde resisten­
te, de hojas verde claro tipo
crisantemo; en verano y oto­
ño está cubierta de flores du­
raderas tipo margarita. Una planta fácil
de cultivar y bonita para orlas y conte­
nedores. Utilice las hojas aromáticas en saquitos para
ahuyentar las polillas. Las flores aromáticas se agre­
gan a las cajas de perfume.
Cosecha y almacenado En verano, recoja las hojas y
flores para secar.
Propagación Por semillas sembradas en primavera u
otoño (p. 162), división en otoño (p. 164), o esquejes
de tallo de base en verano (p. 166). Se autosiembra
con facilidad.
Variantes Existen cultivares que varían de altura y fo­
llaje, de flores sencillas o dobles. La de hojas dora­
das ‘Aurea’ es altamente recomendable.
Tomillo
(Thymus vulgaris)
Subarbusto resistente, siemprever- -
de de desarrollo bajo, de hojas di­
minutas y, en verano, flores lila pá­
lido. Se puede cultivar como borde
para orlas, entre el pavimento y en
contenedores. Agregue las hojas aro­
máticas a bouquet garni, rellenos, sal­
sa, sopas, caldos y platos de carne.
Cosecha y almacenado Recoja las hojas en cualquier
época para consumir frescas. Recoja los extremos flo­
ridos para secar, separando las hojas y flores de los
tallos cuando estén secos. También se pueden intro­
ducir ramitos frescos en aceite o vinagre.
Propagación Por semillas (p. 86) o división en prima­
vera (p. 90), acodos en primavera u otoño (p. 88), o
por esquejes de estaca semimaduros a principios de
verano (p. 85).
Especies relacionadas y variantes Existen muchas es­
pecies y cultivares, cuyas alturas, color de flores y fo­
llaje varían. El tomillo silvestre (T. serpyllum) es una
planta baja que forma matas de flores malva; T. prae-
cox var. arcticus ‘Coccineus’ y ‘Snowdrift’ tienen, res­
pectivamente, flores magenta y blancas, y ‘Doone Va-
lley’ tiene follaje perfumado con dibujos dorados. T.
x citriodorus : hojas con olor a limón y flores lilas;
T. vulgaris ‘Silver Posie’: hojas de bordes plateados.
Jengibre
(Zingiber officinale)
Perenne no resistente caduca de tallos
altos tipo caña y hojas en forma de
lanzas. El rizoma tuberoso grueso es al­
tamente aromático y se emplea en pa­
nadería, conservas, pastelería, chutneys,
salsas y muchos platos orientales.
Cosecha y almacenado Excave los rizomas
jóvenes y pele para usar frescos o conser­
var en jarabes. Para secar, excave el rizoma
cuando las hojas amarilleen.
Propagación Por división de rizomas
cuando comienzan a brotar
(véase página 165).
E l J a r d í n de H ie r b as

Preparación del suelo y plantación

emplazamiento ideal para un
E Plantar hierbas invasoras
l
jardín de hierbas es soleado, abier­
to pero protegido, de tierra entre neu­
tra y alcalina y buen drenaje. Estas con­ Si planta hierbas invasoras, como
diciones se adecúan a las necesidades de menta (Mentha), tanaceto (Tanace-
la mayoría de las hierbas comunes, tum vulgare) o raspilla (Asperula
como espliego (Lavandula angustifolia), odorata, sin. Galium odoratum), en
ajedrea de invierno (Satureja montana), terreno abierto, restrinja su extensión
salvia (Salvia officinalis), orégano (Ori­ cultivando en contenedores hundidos.
ganum vulgare), romero (Rosmarinus Resultan adecuados los cubos viejos,
officinalis) y tomillo (Thymus vulgaris), tinas grandes, c incluso los sacos de
la mayoría oriundos del Mediterráneo. plástico fuertes, aunque generalmente
deberá practicar agujeros de drenaje.
Para obtener los mejores resultados,
Preparación del retire y divida las plantas cada prima­
emplazamiento
I
vera y vuelva a plantar trozos jóve­ Excave un agujero lo bastante Plante la hierba (aquí,
nes y vigorosos en los contenedores, grande como para acomodar un 2 menta), afirmando bien;
usando tierra nueva; si no se vuelven cubo viejo o un tiesto grande. agregue más tierra para ocultar el
Dentro de lo posible, prepare el terreno a aplicar, los nutrientes se agotan con Haga agujeros de drenaje en el borde del contenedor y riegue
por adelantado, preferentemente en oto­ velocidad y las hierbas se deterioran, tiesto, coloque en el agujero y llene concienzudamente. Cada
ño. Primero elimine todas las malezas, volviéndose más propensas a enfer­ con una mezcla de tierra y abono. primavera, vuelva a plantar y a
cuidando de eliminar las perennes per­ medades como la roya. reemplazar la tierra del tiesto.
sistentes, como la gramilla colorada, por
medio de un herbicida si fuese necesario.
Después labre la tierra, dejándola en un
estado inculto a lo largo del invierno.
Hierbas en invierno iluminado, libre de corrientes y heladas,
producen vástagos nuevos a lo largo del
lcfacción durante el invierno, temple gra­
dualmente en una cajonera antes de
A principios de primavera, elimine las Aunque generalmente se las cosecha en invierno que se pueden cosechar con re­ plantar fuera.
malezas que hayan aparecido después, verano y en primavera, se puede exten­ gularidad. Descarte las plantas forzadas Riegue bien antes de plantar, ya que
introduzca material orgánico bien des­ der la disponibilidad de muchas hierbas en primavera o plántelas en el exterior; los cepellones secos son difíciles de hu­
compuesto (como tierra de jardín o de a todo el año. en este último caso, no recoja las hojas medecer una vez bajo tierra. Para evi­
setas) con una horca y rastrille hasta ob­ Sembradas a finales de verano o prin­ hasta pasada una estación para que re­ tar pisar y compactar el suelo de un ma­
tener un mantillo fino y parejo. La meta cipios de otoño, ciertas hierbas, como cobren su vigor. cizo, es mejor estar de pie sobre una
es proporcionar un suelo con buen dre­ el perifollo (Anthriscus cerefolium), el Las hierbas siempreverdes, como la tabla al plantar. Despliegue las hierbas
naje y razonablemente fértil. No se re­ cilantro (Coriandrum sativum) y el pe­ ajedrea de invierno, el tomillo y el ro­ mientras están en sus contenedores se­
comienda el uso de fertilizantes artifi­ rejil (Petroselinum crispum) siguen cre­ mero, pueden recogerse durante todo el gún su plan de plantación y compruebe
ciales ni de estiércol, en especial para las ciendo a lo largo del invierno si se las año, pero limite la cosecha invernal por­ que todas tiene espacio suficiente para
mediterráneas, ya que producen desarro­ proteje de heladas con cajoneras o que no hay un desarrollo nuevo en este desarrollarse según su tasa de desarro­
llos blandos poco aromáticos y poco re­ campanas. momento. llo y su extensión.
sistentes a las heladas. También crecen bien en tiestos colo­ Sea cual sea el tiempo, riegue concien­
Podría tener que mejorar el drenaje cados en un alféizar soleado. zudamente después de plantar para
en los suelos pesados de arcilla (véase
S u e l o s y F e r t il iz a n t e s , «Mejora del
Las perennes herbáceas que se extin­
guen en invierno, como el cebollino
Plantar hierbas en asentar la tierra alrededor de las plan­
tas y proporcionar humedad constan­
drenaje», p. 529); alternativamente, cul­ (Allium schoenoprasum), el estragón
tive hierbas en macizos elevados o en (Artemisia dracunculus) y las mentas
contenedores te para estimular el desarrollo de las
raíces.
contenedores. La mayoría de hierbas to­ pueden forzarse para su uso en invier­ Las hierbas cultivadas en contenedores Después de plantadas, elimine los ex­
lera un suelo ligeramente ácido; pero si no. A principios de otoño, excave las se pueden plantar todo el año, pero el tremos de las hierbas que forman gru­
el pH está por debajo de 6,5, agregue plantas adultas, divida y vuelva a plan­ mejor momento es la primavera, cuan­ pos y recorte las arbustivas para estimu­
un revestido de cal al preparar el suelo tar en contenedores con mezcla de tie­ do se establecen con rapidez. Si han sido lar los vástagos laterales y para que
(véase «Tratamiento con cal», p. 531). rra negra. Si las conserva en un sitio bien conservadas en un invernadero con ca- desarrollen un hábito arbustivo.

C óm o C u l t iv a r H ie r b a s p a r a su U so F r e s c o en I n v ie r n o

2
En un día seco de principios Divida el grupo en trozos
de otoño retire un grupo de
hierbas (aquí, cebollino) del
más pequeños con las manos
o una horca manual. Sacuda para
jardín con una horca. eliminar la mayor cantidad
posible de tierra de las raíces.
Plante los trozos divididos en
3 tiestos o bandejas con tierra;
riegue bien y recorte el desarrollo
superior.
Coloque en un sitio bien
iluminado y libre de heladas.
Una vez que midan 10 cm,
coseche las hojas con regularidad
para mantener un acopio de
desarrollo nuevo.
 P r e p a r a c i ó n del S u e l o y P l a n t a c i ó n

Plantar un jardín de hierbas siguiendo un diseño

Ya sea creando un diseño formal com­
plejo o uno informal sencillo, la pla­
nificación cuidadosa, tanto sobre el
papel como en el emplazamiento, re­
sulta esencial para tener éxito. Con­
feccione los planos con bastante an­
telación: comience en invierno para
plantar en primavera o en el verano
precedente si usted mismo ha de cul­
tivar las plantas.
Como para cualquier plantación,
prepare el suelo concienzudamente,
eliminando todas las malezas y la­
brando hasta obtener un mantillo
fino. Coloque las plantas, aún en
Una vez determinado el diseño y el sus contenedores, para
esquema de plantación sobre el papel, Primero prepare el suelo para plantar. Después, por medio de cordel y comprobar efecto y espaciado. Si
marque el contorno básico del jardín cañas, o gravilla, marque el diseño para el jardín de hierbas, incluyendo emplea grava para los senderos,
de hierbas, además de los senderos, sendas o zonas pavimentadas, en el emplazamiento. clave tablas en los bordes.
en el emplazamiento preparado. Si
debe hacer ajustes en el esquema, há­
galo en esta etapa. Resulta más con­
veniente el uso de hierbas cultivadas
en contenedores, ya que se pueden co­
locar en el suelo con facilidad de
acuerdo con el plano y controlar el
esquema antes de la plantación final.
Si emplea tepes u otro material pe­
sado, como pavimento, ladrillos o
piedras, tiéndalos antes de plantar,
mientras que los senderos confeccio­
nados con materiales más ligeros,
como gravilla, grava o trozos de cor­
teza, pueden tenderse antes o después
de plantar. Al hacer senderos de gra­
villa o grava, proporcione tablas de Una vez listo el diseño, plante Tienda los senderos, agregando Mantenga el jardín de hierbas
contención o azulejos de bordes para las hierbas y riegue; puede grava o gravilla regado y sin maleza. Elimine
evitar que el material se extienda a las preferirse una plantación densa para homogéneamente entre las tablas; los extremos de desarrollo para
plantas en los macizos. lograr el efecto deseado con rapidez. nivele la superficie. estimular uno arbustivo y pode.
D iseñ o para u n J a r d ín de H ie r b a s
15 Perfilloso oloroso (Myrrhis odorata) Este jardín pequeño comprende una gran variedad de hierbas
16 Espliego de algodón (Santolina aromáticas y culinarias; están agrupadas en macizos de colores
chamaecyparissus) restringidos y divididos por senderos simétricos para obtener un
17 Ajedrea reptante (Satureja spicigera) efecto tradicional y formal, suavizado por las agrupaciones
18 Melisa dorada (Melissa informales de las plantas en los macizos.
officinalis ‘Aurea’)
19 Cebollino chino (Allium tuberosum)
20 Lirio común (Iris ‘Florentina’)
21 Borraja (Barago officinalis)
22 Hisopo rosado (Hyssopus officinalis)
23 Salvia púrpura (Salvia officinalis
‘Purpurascens’)
24 Espliego rosado (Lavandula ‘l.oddon
Pink’)
1 Cebollino (Allium schenoprasum) 25 Tomillo común (Thymus vulgaris)
2 Orégano compacto (Origanum 26 Albahaca ópalo (Ocimum basilicum
vulgare ‘Compactum’) ‘Purpurascens’)
3 Melisa dorada (Monarda didyma) 27 Romero (Rosmarinus officinalis)
4 Ajenjo (Artemisia absinthium) 28 Ajedrea de verano (Satureja hortensis)
5 Hisopo (Hyssopus officinalis) 29 Artemisa (Artemisia abrotanum)
6 Tomillo silvestre {Thymus serpyllum) 30 Orégano dulce (Origanum majoranu)
7 Tomillo estriado plateado 31 Balsamita (Tanacetum balsamita)
(Thymus vulgaris ‘Silver Posie’) 32 Manzanilla grande (Tanacetum
8 Orégano (Origanum vulgare) parthenium ‘Aureum’)
9 Menta pi ña (Mentha suaveolens 33 Perifollo (Anthriscus cerefolium)
‘Variegata’) 34 Maravilla (Calendula officinalis)
10 Manzanilla (Chamaemelum nobile) 35 Hinojo bronceado (Foenicilum
11 Acedera de hoja Buckler (Rumex vulgare ‘Purpureum’)
scutatus) 36 Raspilla (Asperula odorata)
12 Estragón (Artemisia dracunculus) 37 Espliego de algodón (Santolina
13 Salvia estriada (Salvia officinalis chamaecyparissus ‘Lemon Queen’)
‘Ictcrina’) 38 Acedera (Rumex acetosa)
14 Perejil ( Petroselinum crispum) 39 Tomillo de limón (Thymus x citriodorus)
E l J a r d í n de H ie r b as

Cuidados rutinarios
vez establecidas, la mayoría rezo; las formas estriadas de orégano,

U
na
de las hierbas requieren pocos menta (Mentha) y melisa (Melissa of­ R eplantado de un T ie st o para F resas
cuidados. El mantenimiento consiste so­ ficinalis) producen follaje nuevo y bri­
bre todo en recortar las plantas en ve­ llante si la planta se recorta severamente
rano y primavera para estimular un de­ poco después de florecer, al extinguir­
sarrollo sano y el pulido de las inactivas se las flores.
durante el invierno. Las que crecen en Debe controlar el desarrollo de las
contenedores necesitan un regado y ali­ hierbas invasoras regularmente: inclu­
mentación rutinarios durante la estación so plantadas en contenedores hundidos,
de desarrollo y también es necesario un producen vástagos superficiales hori­
cambio de tiesto o revestido periódico. zontales que deben eliminarse antes de
El cultivo en las condiciones adecuadas que se extiendan demasiado. Elimine los
debe minimizar los problemas de pla­ vástagos revertidos de las hierbas estria­
gas y enfermedades; entre en acción das apenas aparezcan.
cuando sea necesario (véase P r o b l e m a s
d e la s P l a n t a s , pp. 545-577), pero es­ Eliminación de capítulos y poda
pere una o dos semanas después del tra­ A menos que piense conservar las semi­
tamiento antes de usarlas. llas, elimine los capítulos muertos de la
mayoría de las hierbas para desviar la
Recorte energía a la producción de desarrollo
Las hierbas valoradas por su follaje nuevo. La eliminación de capítulos en
fresco y joven se pueden recortar para anuales como las borrajas (Borago of­

I
producir un acopio regular de hojas. ficinalis) alarga la estación florida. Cier­
Cada primavera, reemplace o Retire las plantas de la parte
Retire los tallos floridos de las acede­ tas hierbas, como la angélica (Angeli­
divida las hierbas en un tiesto superior, saque la tierra y
ras (Rumex acetosa) al aparecer; los ce­ ca archangelica) se auto-siembran
para fresas si han sobrepasado el retire las plantas de los huecos
bollinos (AUium schoenoprasum) y el prolíficamente; éstas pueden convertirse
tiesto o requieren un laterales. Vuelque la tierra
orégano (Origanum vulgare) pueden de­ en un incordio si las deja granar.
rejuvenecimiento. sobrante. Vuelva a colocar el
jarse hasta después de florecer, ya que Elimine los capítulos y pode las ar­
material de drenaje.
las flores son bonitas y útiles como ade- bustivas, como el espliego (Lavandula)
y el tomillo (Thymus), recortándolas li­
geramente con podaderas después de
P o d a d e E spl ie g o florecer. Una poda severa en primave­
ra estimula la aparición de vástagos la­
terales y desarrollo nuevo desde la base;
pero el tomillo es mejor podarlo poco
y frecuentemente durante la estación de
desarrollo.
«Mulch»
Se recomienda la aplicación de «mulch»
sólo en el caso de hierbas establecidas
que prosperan en suelos húmedos, como
la menta y la melisa dorada (Monarda Agregue tierra nueva hasta Agregue tierra alrededor de
didymá). En verano, aplique «mulch» el nivel de los huecos más las raíces y hasta el próximo
después de la lluvia para conservar hu­ bajos. Divida o reemplace las nivel, afirmando bien después de
medad y mejorar el suelo al desmenu­ plantas viejas. Coloque cada cada adición. Riegue la tierra
A finales de verano o zarse. Emplee un «mulch» inorgánico, planta en el interior de un hueco concienzudamente.
principios de otoño, corte como la gravilla, alrededor de las hier­ y extraiga las hojas con suavidad.
todos los tallos floridos secos bas mediterráneas o de las plantas de
con podaderas y recorte los hojas grises en suelos pesados para re­
arbustos ligeramente. ducir el peligro de que se pudran.
Limpieza otoñal bas, como la salvia (Salvia officinalis) contenedores a cubierto y bien ilumina­
El aicance del recortado en otoño de­ y el espliego, varían según la especie y das. Los tiestos a prueba de heladas
pende parcialmente de preferencias per­ el cultivar; compruebe esto al comprar. pueden dejarse en el exterior, pero aís­
sonales. En zonas frías, dejar el follaje le con sacos para proteger sus raíces.
de las perennes herbáceas hasta prima­
vera ayuda a protegerlas contra heladas Cambio de tiesto
y vientos. Elimine las hojas muertas caí­ Hierbas en contenedores Inspeccione periódicamente para con­
das sobre el tomillo y otras hierbas ba­ trolar que las hierbas no están apiñadas.
jas siempreverdes, ya que podrían esti­ Es fácil cultivar a la mayoría de hier­ Controle indicios tales como raíces so­
mular un ataque fúngico. bas en contenedores y requieren poco bresaliendo de la base del tiesto, un re­
mantenimiento; pero son más propen­ secado rápido, follaje pálido, y desarro­
Protección invernal sas a resecarse que las que crecen en te­ llo nuevo débil. Cambie de tiesto
En tiempo frío, las hierbas no resisten­ rreno abierto de modo que, en tiempo durante la estación de desarrollo.
A principios de primavera, tes deben ponerse a cubierto o prote­ caluroso, controle la humedad cada día Si el cambio no fuese practicable, re­
2 recorte 2,5 cm o más de los gidas (véase P r o t e c c ió n c o n t r a He­ y riegue concienzudamente cuando se nueve los 2,5-5 cm de la superficie de
vástagos del desarrollo del año l a d a s y V i e n t o , pp. 520-521). En sequen. Durante la estación de desarro­ la tierra, incoporando materia orgáni­
anterior, asegurando que quede primavera, recorte y vuelva a plantar llo, alimente cada dos semanas con fer­ ca bien descompuesta o fertilizante de
un poco de desarrollo verde. fuera, o propague plantas jóvenes de es­ tilizante líquido. acción lenta. Ello hará innecesario ali­
quejes. La resistencia de algunas hier­ En períodos fríos, lleve las hierbas en mentarlas durante un mes.
 P ropagación

Propagación
a s hierbas pueden propagarse por mejor momento para sembrar, aunque graveolens)— son difíciles de trasplan­
L medio de una gran variedad de mé­ algunas anuales pueden sembrarse a
todos, dependiendo del tipo de plantaprincipios de otoño.
y la cantidad de plantas nuevas desea­
das. El sembrado de semillas es un modo Anuales y bienales
tar con éxito y es mejor plantarlas en sus
ubicaciones definitivas.
La albahaca (Ocimum basilicum) es
una de las hierbas más difíciles de cul­
A co d a d o por
A m o n t o n a m ie n t o

sencillo y barato de cultivar grandes can­ Las anuales resistentes, como la borra­ tivar a partir de semillas. En zonas frías,
tidades de plantas y resulta necesario ja (Borago officinalis) y las maravillas siembre albahaca muy escasamente a fi­
para las anuales y bienales, aunque tam­ (Calendula officinalis), pueden sem­ nales de primavera y conserve a una tem­
bién sirve para otros grupos de plantas. brarse en primavera o —para proporcio­ peratura mínima de 13°. Trasplante los
Los esquejes sirven para propagar varias nar flores a finales de la primavera plantones una vez que sean lo bastante
perennes, así como arbustos y árboles, siguiente— en otoño. Siembre bienales, grandes para manipular y mantenga en
mientras que la división es adecuada como alcaravea (Carum carvi) y angé­ una posición soleada y bien ventilada.
para ciertas perennes y el acodo es un lica (Angelica archangelica) en el exte­ En condiciones frías y húmedas, los
buen sistema para algunas hierbas ar­ rior a finales de verano o principios de plantones de albahaca tienden a pudrirse
bustivas. Para más información acerca otoño para que florezcan el verano si­ por el pie (p. 568) y a sufrir el moho

I
del propagado de especies individuales guiente. Entresaque dos veces los plan­ gris/Botrytis (p. 557). Plante en el ex­ Para estimular el arraigo,
y cultivares, véase «Guía de hierbas co­ tones: una vez después de la germina­ terior una vez pasadas las heladas o, en amontone 7-12 cm de
munes», pp. 294-297. ción, de manera que queden dos o tres veranos malos, cultive en contenedores mantillo arenoso encima de la
en cada posición, y otra vez después de a cubierto. En climas cálidos se puede planta (aquí, tomillo), dejando
dos serrinas, dejando sólo los más sembrar albahaca directamente en semi­ visibles sólo los extremos de los
Cultivo de plantas nuevas fuertes.
Las hierbas poco duraderas y resisten­
lleros en el exterior (véase A n u a l e s y
B ie n a l e s , «Sembrado en el exterior»,
vástagos.
a partir de semillas tes que se emplean en grandes cantida­ página 181).
des, como el perejil (Petroselinum cris-
Es fácil cultivar la mayoría de las hier­ pum), el cilantro (Coriandrum sativum) P eren n es
bas a partir de semillas; éstas pueden y el perifollo (Anthriscus cerefolium ), Si cultiva hierbas perennes a partir de
plantarse en contenedores o, en el caso pueden sembrarse en intervalos de tres semillas, siembre al calor en primavera
de requerir grandes cantidades, en sur­ a cuatro semanas desde principios de y trasplante los plantones para seguir
cos en terreno abierto. También se pue­ primavera hasta principios de otoño. cultivando en tiestos hasta que sean lo
de plantar semillas directamente en las Esto proporciona una sucesión de follaje bastante grandes para templarlos y plan­
grietas entre el pavimento, donde es di­ para cosechar durante todo el año, aun­ tar fuera. Plante y cuide como a los cul­
fícil plantar plantas. Prepare un semi­ que en algunas zonas deberá proteger­ tivados en contenedores (véase página
llero fino para cualquier plantón que los de las heladas con campanas. Las 298).

2
piense trasplantar a contenedores en el hierbas anuales de la familia de las um- Pero la mayoría de los cultivares de Una vez que los tallos
exterior. En general, la primavera es el bilíferas —perifollo y eneldo (Anethum perennes no son legítimos a partir de se­ acodados hayan
millas y deben propagarse por esquejes desarrollado raíces nuevas,
o acodos; la ruda estriada (Ruta graveo­ retire con cuchillo o podaderas.
lens ‘Variegata’) constituye una excep­ Coloque los acodos
S e m b r a d o d e S e m il l a s d e P e r e j il e n C o n t e n e d o r e s ción. Formas no floridas, como la man­ individualmente en tiestos o
zanilla para céspedes (Chamaemelum plante en el exterior.
nobile ‘Treneague’) no puede cultivar­
se a partir de semillas; las plantas nue­
vas deben propagarse por esquejes o di­
visión. H ie r b a s P r o p a g a b l e s
por A codo de

Acodado por A m o n t o n a m ie n t o
Ajedrea de invierno (Satureja
amontonamiento montana)
Ajenjo (Artemisia
Este método es especialmente adecua­ absinthium)
do para propagar arbustos, como sal­ Artemisa (Artemisia
via (Salvia officinalis), romero (Rosma­ abrotanum)
Empape las semillas en agua Una vez que los plantones rinus officinalis), espliego (Lavandula) Espliego (Lavandula
varias horas y séquelas. sean lo bastante grandes para y tomillo (Thymus), que tienden a vol­ angustifolia, L. stoechas)
Desparrame las semillas sobre manipular, retire con cuidado con verse leñosos en la base o centro con
tierra para éstas afirmado. Cubra una espátula, sosteniendo por las poco desarrollo nuevo.
ligeramente con tierra tamizada. hojas y no por los tallos. En primavera, amontone tierra de Salvia officinalis
buen drenaje sobre la base de la planta,
"1 Trasplante los dejando sólo el extremo expuesto. Esto Espliego de algodón
plantones estimula la aparición de raíces en los (Santolina chamaecyparissus,
individualmente a vástagos nuevos, de un modo similar al S. pinnata, S. rosrnarinifolia)
módulos o bandejas retoñado (véase A r b u s t o s O r n a m e n t a ­ Hisopo (Hyssopus officinalis)
de abono afirmado. l e s , página 89). Romero (Rosmarinus
Cuando midan Deje la tierra en su lugar, volviendo officinalis ‘Prostratus’)
alrededor de 5-6 cm, a colocar más cantidad si la lluvia la Salvia (Salvia lavandufdia,
trasplante fuera en arrastrase, hasta que hayan crecido raí­ S. officinalis)
suelo preparado. ces nuevas a finales de verano o en oto­ Tomillo (Thymus cilicicus,
ño. Entonces corte los vástagos de la T. X citriodorus y cv s.
planta madre y trate como esquejes T. vulgaris y cultivares
arraigados. leñosos)
E l J ardín de H ierbas

Cosecha y almacenado
sabor de las hierbas puede va­ invasores y, en el caso de las que se agru­
E
l
riar según las condiciones de de­ pan, como el cebollino (Allium schoe-
sarrollo, la estación y el momento delnoprasum) y el perejil (Petroselinum
día. Como el nivel de aceites esencialescrispum), recoja las hojas exteriores para
fluctúa según la luz y la temperatura, re­ estimular un desarrollo central nuevo.
sulta importante cosechar en el momen­ Sólo emplee follaje libre de daños e in­
to apropiado para asegurar que están en sectos.
su punto óptimo. Existen varios méto­ Se pueden recoger hojas y vástagos en
dos de conservar hierbas a fin de dis­ cualquier momento de la estación de de­
frutar de sus aromas y sabores lodo el sarrollo, pero el mejor momento es an­
año. Para consejos acerca de hierbas es­ tes de florecer. Las siempreverdes pue­
pecíficas, véase la «Guía de hierbas co­ den cosecharse en invierno, pero esto
munes», pp. 294-297. debe ser limitado. Manipule las hojas
aromáticas con suavidad, ya que al
aplastarlas sueltan los aceites esenciales.
Emplee y conserve las hierbas lo antes
Cosecha posible después de cosechadas.
Las hierbas han de cosecharse en un día Recolección de flores, semillas
soleado y seco, después de secado el ro­ y raíces
cío pero antes de que las plantas estén Al cosechar flores, recoja en un día cá­
expuestas al sol caliente, que evapora los lido y seco, cuando están completamente
aceites esenciales. Intente siempre cose­ abiertas. Recolecte semillas cortando
char las hierbas de una manera que ayu­ cápsulas enteras, en verano o a princi­
de a conservar el aspecto y el vigor de pios de otoño, cuando se vuelven ma­
la planta: elija vástagos desordenados o rrones, pero antes de que estén comple­
tamente maduras y comiencen a caer. Se
puede retirar las raíces en cualquier mo­
C o n s e r v a c ió n p o r mento, pero su mejor sabor es en otoño.
S e c a d o al A ir e
Conservación
Los métodos principales para conservar
hierbas son el secado y el congelado.
Además, unas cuantas sirven para dar
sabor a vinagres, aceites o gelatinas,
mientras que algunas se pueden crista­
lizar (caramelizar) para decorar paste­
les y postres.
Conserve las hierbas secas en conte­
nedores de cerámica o cristal oscuro, ya
que la luz acelera el deterioro de sus
aromas.
CONGELADO DE HIERBAS EN CUBITOS DE HIELO
Congele flores de borraja y hojas de menta
de manera individual en bandejas
de cubitos para agregar a
bebidas. Pique hierbas frescas,
como perejil o cebollino, y
coloque en bandeja de
cubitos, agregando una i
cucharada sopera de <3 ^ 1
agua por cucharada *
de hierbas.
pués coloque en un saco de papel o cuel­
gue boca abajo y cubra con muselina
para recoger las semillas cuando caigan.
Conserve en un sitio seco y oscuro para
que maduren; cuando estén secas, reti­
re las semillas y almacene. Las semillas
para sembrar deben conservarse en un
sitio fresco, seco y libre de heladas.
Secado de raíces
Es mejor usar la mayoría frescas, pero
algunas se puede secar y moler. Prime­
ro lave concienzudamente, después pele,
pique o corte en trozos, antes de exten­
der sobre papel absorbente. Seque en un
horno fresco o en un armario para oreo
cálido a 50"-60° hasta que se vuelvan
quebradizas, después aplaste o muela
antes de almacenar.
Secado por congelación
Muchas hierbas de hojas blandas, como
el perejil y la albahaca, conservan su co­
lor y sabor mejor congeladas que seca-
l
i
das. Coloque ramilletes en sacos de plás­
tico etiquetados y congele; una vez con­
gelados, se desmenuzan con facilidad.
Para un almacenado prolongado, blan­
quee antes de congelar, introduciendo
primero en agua hirviendo y después en
agua helada. Seque y congele.
Congelado en hielo
Se puede congelar hierbas en agua para
formar cubitos de hielo; este es un buen
sistema para conservar flores de borra­
ja y hojas de menta para emplear como
agregados decorativos a bebidas, y el
hielo también protege de daños duran­
te el almacenado. Las hierbas para co­
cinar deben picarse antes de congelar,
ya que es difícil hacerlo después. Colo­
que los cubitos en un colador y deje es­
currir antes de emplear.
Klaboración de aceites y vinagres
de hierbas
Muchas hierbas, como estragón, tomi­

1
Recoja vastagos u hojas
sanas y sin manchas (aquí,
salvia) en una mañana seca,
antes de que el calor libere los
aceites esenciales de la hierba.
2
Ale los vástagos en ramos y
cuelgue cabeza abajo en un
sitio tibio; una vez secas, separe
las hojas de los tallos y almacene
en jarros de cristal oscuro.
Secado al aire
No lave las hierbas porque estimulará el
desarrollo de mohos. Seque colgando
boca abajo en un sitio seco y cálido,
como un armario para oreo. Alternati­
vamente coloque flores, hojas o pétalos
en una sola capa sobre una rejilla cu­
bierta de papel, muselina o malla.
Déjelas en un sitio oscuro, cálido y
bien ventilado hasta que alcancen a es­
tar crujientes.
Secado en microondas
Lave y seque suavemente, después colo­
que ramitas u hojas en una sola capa so­
bre papel de cocina. Introduzca en mi­
croondas durante dos o tres minutos,
controlando cada 30 segundos y cam­
biando de lugar para lograr un secado
homogéneo. Enfríe y desmenuce, como
para las hierbas secadas al aire.
Secado de cápsulas de semillas
Corte éstas en verano o a principios de
otoño cuando se vuelven marrones, des-
S e c a d o DE CÁPSULAS
d e S e m il l a s
Cubra las cápsulas con muselina o
un saco de papel, fijado con cordel
o banda elástica, y cuelgue cabeza
abajo en un sitio cálido hasta que
estén secas.
llo, orégano y espliego conservan su aro­
ma en una infusión de aceite o vinagre.
Para elaborar aceite aromático, llene
parcialmente un bote de cristal con la
hierba fresca y rellene con un buen aceite
de poco sabor, como el de girasol, y se­
lle; para un aceite dulce, como el de es­
pliego, use aceite de almendras como
base. Deposite el bote en un sitio solea­
do durante dos semanas y sacuda o agite
diariamente. Cuele y embotelle, colocan­
do una ramita fresca de la hierba den­
tro del bote para identificarlo. Para ob­
tener un sabor más intenso, reemplace
las hierbas y deje dos semanas más. Las
hojas de estragón se conservan en fras­
cos de aceite; las hojas sirven para sal­
sas para pastas y otros platos cocidos y
el aceite para ensaladas.
Los vinagres de hierbas se elaboran de
un modo similar, empleando vinagre de
sidra o vino, pero debe aplastar las hier­
bas ligeramente antes de preparar la in­
fusión. Caliente el vinagre, derrame so­
bre las hierbas, y proceda igual que se
indica más arriba.
 E l H uerto de
H o r ta liza s
a d a v e z h a y más personas que descubren la profunda
satisfacción de cultivar sus propias hortalizas. Lo hacen
por muchas razones: para algunos jardineros, consiste en
el placer ofrecido por una frescura y un sabor que raramente se
encuentran en productos comprados en las tiendas, mientras que
para otros es la posibilidad de cultivar hortalizas exóticas o algu­
nas de las variedades más inusuales que no pueden obtener por
otros medios. Otro motivo, para los que prefieren métodos orgá­
nicos, es el saber que sus productos no están contaminados por
sustancias químicas potencialmente dañinas. Y también hay jar­
dineros convencidos de que un huerto bien cultivado, con sus va­
riedades de colores de follaje y textura, es tan hermoso como una
orla herbácea. La ciencia y los métodos de cultivo modernos, junto
con la excelente resistencia a enfermedades de muchos de los cul­
tivares de hortalizas actuales, permiten que incluso los novatos
en materia de cultivo de hortalizas experimenten la satisfacción
de llevar a la mesa hortalizas de buena calidad sembradas, cuida­
das y cosechadas en su propio jardín.

Diseño de un huerto de hortalizas

e puede crear una zona sana y pro­
S ductiva para cultivar hortalizas en
un jardín de cualquier tamaño, desde
una zona grande y soleada hasta algu­
nos contenedores en un patio. Se las
puede cultivar en una parcela separada
o integradas en un macizo floral.
Unas buenas condiciones de cultivo
resultan imprescindibles si se quiere pro­
ducir hortalizas de calidad. Pero virtual­
mente cualquier emplazamiento puede
ser adecuado, tal vez levantando corta­
vientos si está expuesto, o mejorando la
fertilidad y el drenaje. No se puede rea­
lizar de un día para otro, pero se pue­
den obtener resultados muy satisfacto­
rios después de uno o dos años.

Elección del
emplazamiento
La mayoría de las hortalizas viven vidas
cortas pero mimadas, de manera que la
situación ideal para un huerto ofrece ca­
lor, luz, abrigo y tierra fértil de manti­
llo bien drenada, con una existencia de
agua adecuada. El emplazamiento debe
ser abierto pero 110 expuesto ni sombrea­
do: los árboles proyectan sombra y go­
tean y retiran nutrientes y humedad del
suelo, mientras que las edificaciones
pueden crear sombra y dirigir vientos
dañinos por encima de la parcela.
Protección contra el viento
Este es uno de los factores más impor- Un h u e r t o b ie n d is e ñ a d o
tantes en el cultivo de hortalizas. En la Este huerto próspero está bien diseñado y mantenido con los macizos contienen cultivos diferentes, y una red de
medida de lo posible, evite los empla- eficacia, con un aspecto abierto, pero no expuesto. Todos senderos permite un acceso fácil a cada uno.
E l h u e r t o d e H o r t a l iz a s I d e a l 1 Calabacines 23 Ajos
2 Pepinos 24 Cebollas de bulbo (plantadas en otoño)
Este huerto se muestra en pleno verano. 3 Cordones de tomates 25 Escalonas

Los límites al este y al oeste están 4 Tomates de arbusto 26 Cebollas de bulbo (plantadas en

marcados por mamparas sólidas de 5 Pimientos morrones primavera)

6 Repollos de primavera
malla rompcvicntos para proteger el 7 Coles de verano
huerto. Hacia el norte hay una pared 8 Calabresas
de ladrillos con una orla cálida 9 Coles de Bruselas
orientada al sur en la base. Ésta se 10 Lechugas (como cultivo principal)
emplea para cultivos amantes del sol, 11 Coles de Bruselas púrpura
como tomates o calabacines. El sur está 12 Milamores
27 Cebollas de primavera
28 Puerros (para cosechar en otoño)
29 Verdolaga de verano
30 Puerros (para cosechar en invierno)
31 Verdolaga de invierno
32 Escarola (rizada)
33 Oruga

marcado por hileras de tupinambos que 13 Alcachofas 34 Pak choi

funcionan como seto o rompevientos 14 Habas 35 Lechugas de ensaladera

15 Judías escarlata 36 Espinacas
durante el verano y el otoño. 16 Judías escarlata enanas 37 Patatas (nuevas)
Los tres macizos principales están 17 Acelga suiza 38 Patatas (cosecha principal)
tendidos con el sistema de macizos 18 Guisantes 39 Chirivías
estrechos; miden 1,2 m de ancho, de 19 Judías comunes enanas 40 Rábanos
manera que el centro tiene fácil acceso 20 Betarragas 41 Zanahorias
desde los senderos circundantes. Cada 21 Maíz 42 Apio autoblanqueante

uno está plantado con hortalizas de 22 Verduras mizuna 43 Apio nabo

44 Espárragos
uno de los cuatro grupos de 45 Tupinambos
rotación principales. Desde 46 Ruibarbo
repollos de primavera
maduros hasta plantones de
orugas, los macizos están
planificados para
proporcionar una
sucesión de cultivos.
En el extremo sur del
huerto, los macizos
están
permanentemente
plantados con
hortalizas
perennes, como
ruibarbos y
espárragos.
zamientos ventosos: incluso los vientos
ligeros pueden reducir el rendimiento un
20-30 % mientras que los fuertes a me­
nudo resultan devastadores. Las horta­
lizas en huertos costeros pueden resul­
tar dañadas por el rocío secante salobre
llevado por el viento.
Rompevientos
En lo s ja r d in e s e x p u e s to s d e b e le v a n ta r
ro m p e v ie n to s; d e b e n s e r p e r m e a b le s e n
un 50 «'», p e r m itie n d o q u e el v ie n to s e
filtre, m á s q u e e s t r u c tu r a s s ó lid a s q u e
lo d e sv ía n , c r e a n d o u n á r e a d e t u r b u ­
lencia del o tr o la d o (v é a s e ta m b ié n P r o ­
t ecció n CONTRA HELADAS Y VIENTO, p p .
520-521, y C l im a y e l J a r d í n , «Viento»,
p. 518).
Los rompevientos eficaces pueden ser
bien una barrera viva, como un seto, o
una estructura como una verja o una
mampara cubierta de malla rompevien­
tos. Los setos son bonitos pero tardan
en establecerse, requieren mantenimien­
to, ocupan un espacio considerable y
compiten por nutrientes, agua y tierra;
por lo tanto, sólo son adecuados en jar­
dines bastante grandes. Para más infor­
mación, véase S e t o s y M a m p a r a s , pp.
60-62.
Un rompevientos compuesto de árbo­
les sólo debe considerarse en un jardín
muy grande. En los más pequeños, ver­
jas, vallas o malla rompevientos clava­
da a postes o estacas resultan más
prácticas.
Un rompevientos ofrece protección a
una distancia igual a cinco veces su al­
tura. Un jardín muy expuesto necesita­
ría un rompevientos de unos 2 m de al­
tura. En este caso, las mallas y los postes
deben ser sólidos, ya que estarán suje­
tos a grandes tensiones en vientos fuer­
tes. Otra opción consiste en levantar
rompevientos temporales más bajos en­
tre hileras de plantas o macizos; en es­
tos casos resultan muy eficaces los de
H il e r a s alternas
Si se mantiene la
fertilidad del suelo, se
pueden disponer
hileras de hortalizas
para obtener el
máximo rendimiento,
alternando hileras de
cultivos de desarrollo
rápido y lento (aquí,
diferentes tipos de
lechuga y una gama de
coles). Las lechugas de
desarrollo rápido ya se
habrán cosechado
cuando las coles
alcancen la madurez.
malla sujetos a cañas, de 45 cm de al­
tura espaciados a 3-4 m de distancia.
Si los huecos entre edificios o árbo­
les generan embudos de viento a través
del jardín, construya una barrera que se
extienda 1 m más allá del hueco en cada
dirección. Puede plantar arbustos cadu­
cos o un seto en el hueco, con un rom-
pevientos artificial para proteger las
plantas hasta que se establezcan.
Laderas
Un emplazamiento en una ladera es más
difícil de cultivar que uno plano, y la
erosión después de lluvias intensas pue­
de resultar problemática en laderas muy
inclinadas; ayudará si emplaza los ma­
cizos a través de la ladera. Un emplaza­
miento en una ladera orientada al sur
es una ventaja en climas frescos-
templados, porque se calienta pronto en
primavera. En climas calurosos, emplace
los macizos en laderas orientadas al nor­
te, porque gozarán de un alivio del sol
intenso.
Situación
La orientación de los macizos de hor­
talizas es poco importante en el caso de
cultivos en terrenos abiertos, aunque de­
berá orientar los invernaderos y las ca­
joneras correctamente, para maximizar
su eficacia. Sitúe ios cultivos elevados,
como las judías trepadoras, con cuida­
do: en climas templados, coloque don­
de no tapen el sol a las plantas de ta­
maño enano, y en los más cálidos, úselas
para proporcionar un poco de sombra.
Emplazamientos bajo muros de jardín
En los climas templados y nórdicos, el
suelo al pie de un muro orientado al sur
es un lugar cálido y abrigado que resul­
ta útil para el cultivo de hortalizas de
principios de primavera y fines de oto­
ño y, en verano, las no resistentes aman­
tes del sol, como tomates y berenjenas.
D is p o s ic ió n d e l E s p a c io
Cada elemento ha sido emplazado para ofrecer las mejores condiciones de
desarrollo. El invernadero y la cajonera se han situado de manera que
reciban la mayor iluminación posible, el seto filtra el viento, y plantas altas,
como las judías escarlata, no sombrean las hortalizas más pequeñas.
Mantenga estos macizos fértiles y bien
regados para que el suelo no se reseque.
Los muros orientados al norte sirven
para proporcionar un poco de sombra
a plantas como lechugas y guisantes, que
sufren en temperaturas elevadas.
Conservación de la
fertilidad del suelo
Un mantillo desmenuzable es el ideal
para cultivar hortalizas: es rico en nu­
trientes y alimenta una población de
lombrices de tierra y microorganismos
que desmenuzan la materia orgánica.
Tiene una buena estructura y permane­
ce cultivable incluso en condiciones ad­
versas: no se vuelve pegajoso en tiem­
po lluvioso ni polvoriento en períodos
secos, sino que siempre mantiene una
textura grumosa, de manera que el sue­
lo está bien ventilado; esto es importante
para los organismos vivos y las raíces de
¡as hortalizas. Un suelo ideal está bien
drenado y conserva la humedad a la vez,
y debe ser ligeramente ácido (un pH de
6-6,5). En un suelo de estas caracterís­
ticas, la mayoría de las hortalizas cre­
cen bien y requieren poco alimento su­
plementario.
Tipos de suelos
Las hortalizas pueden cultivarse con éxi­
to en diferentes tipos de sucios. En un
extremo están los porosos y arenosos,
que se calientan con rapidez en prima­
vera y son ideales para cultivos tempra­
nos. Pero los nutrientes son arrastrados
rápidamente, y los cultivos plantados en
ellos a veces requieren alimento suple­
mentario.
En el otro extremo están las arcillas
pesadas. Pegajosos y fríos por natura­
leza (y a veces anegados), los arcillosos
se calientan lentamente, pero son ricos
en nutrientes y, una vez que su estruc­
tura se mejora incorporando materia or­
gánica (y, si lucra necesario, drenaje),
son fértiles y retienen la humedad co­
rrectamente. Los cultivos hambrientos,
como las coles, crecen bien en tierras ar­
cillosas. Para más información, véase
«Suelos y su estructura», pp. 522-523.
En la práctica, la mayoría de suelos
son una mezcla de diferentes tipos y
aunque no solemos partir de suelos per­
fectos, generalmente pueden mejorarse
incorporando materia orgánica de un
modo regular.
Uso de materia orgánica
Los cultivos absorben constantemente
nutrientes del suelo y del material orgá­
nico en descomposición. La fertilidad
debe mantenerse en casi todos los sue­
los, aportando materia orgánica. Las
principales disponibles para jardineros
son los estiércoles (preferentemente con
un alto contenido de paja, pero poco se­
rrín o astillas de madera), abono de se­
tas gastado, algas marinas o abono de
jardín casero.
Una capa de materia orgánica de 8-10
cm de profundidad, aplicada a la ma­
yor parte del suelo una vez al año, de­
bería mantener la estructura y fertilidad.
Puede esparcirse encima de la superfi­
cie o incorporarse a la tierra. Si esparce
la materia orgánica en otoño, la incor­
porarán los gusanos. Ello resulta espe­
cialmente benéfico en el caso de suelos
ligeros, donde las lluvias intensas del in­
vierno pueden arrastrar los nutrientes.
Todo el material orgánico que quede en
la superficie en primavera debe incor­
porarse con una horca.
Este es un «mulch» útil y puede ser­
vir en cualquier momento de la estación
de desarrollo.
Incorpore materia orgánica a suelos
pesados en otoño o en los ligeros en pri­
mavera, repartiendo de modo homogéneo
profundamente dentro del suelo (véa­
se también «Aplicación de “ mulch” »,
p. 312).
Estiércol verde
Esta práctica consiste en cultivar plan­
tas con el fin específico de incorporar­
las al suelo para mejorar su fertilidad.
En el huerto es posible cultivar abono
verde entre cosechas o a lo largo del in­
vierno para aumentar los nutrientes y
evitar que el suelo quede desnudo (véa­
se S u e l o s y F e r t i l i z a n t e s , «Estiércol
verde», p. 531).
Un « P a tc h w o r k » d e C u ltiv o s
Unos macizos cuadrados entre senderos de tierra proporcionan un marco
pulido para hileras de hortalizas manipulables. Esta disposición del macizo
permite cultivar una variedad de cultivos.
H o r t a l iz a s e n u n M a c iz o R edondo
Además de ofrecer un acceso fácil a las hortalizas cultivadas, los macizos
redondos se emplean como parte del diseño del huerto o como unión entre
hortalizas y ornamentales. Aquí, el ruibarbo está rodeado por escarolas, que
pueden sustituirse por otros cultivos anuales en plantaciones sucesivos.
Drenaje Conservación de la estructura del suelo
Que éste sea bueno resulta esencial; pue­ Ésta se destruye con facilidad por da­
de ser necesario tender desagües (véase ños físicos, p. ej. caminando por enci­
S u e l o s y F e r t i l i z a n t e s , «Mejora del ma del suelo o cultivando cuando está
drenaje», p. 529). muy seco o mojado, o por lluvias inten­
En la mayoría de los casos, la incor­ sas golpeando la superficie.
poración de materia orgánica mejora el Si dispone el jardín en macizos angos­
drenaje de manera notable, ya que esto tos (véase «El sistema de macizos», más
estimula las lombrices de tierra que me­ abajo) para reducir la necesidad de pi­
joran la estructura del suelo construyen­ sar el suelo y mantiene la superficie cu­
do una red de túneles de drenaje. bierta de «mulch» de manera permanen­
te (véase «Aplicación de mulch», p. 312)
ayudará a conservar la estructura del
suelo.
Planificación
del huerto
El esquema de un huerto de hortalizas
está determinado por el tamaño, forma
y naturaleza del jardín y las necesida­
des de la casa. La cantidad y selección
de hortalizas a cultivar dependen de las
metas del jardinero.
Éstas pueden ser; lograr el autoabas-
tccimiento, criar hortalizas exquisitas y
cultivares de buen sabor, no obtenibles
localmente, cultivar plantas para conge­
lar, o ahorrar dinero.
Las siguientes son algunas pautas que
indican los principales factores a con­
siderar.
Un espacio para perennes
La mayoría de las hortalizas se cultivan
como anuales en un terreno diferente
cada año.
Las pocas perennes, como los ruibar­
bos, espárragos y alcachofas, deben
agruparse en un macizo permanente en
un extremo del huerto, separadas de las
anuales. Si hay espacio disponible, pue­
de intercalar otras hortalizas de desarro­
llo rápido.
Hortalizas en contenedores
Los jardineros limitados a cultivar en
patios, balcones o terrazas, a menudo
lo hacen en contenedores para propor­
cionar un despliegue bonito y produc­
tivo. Aunque en contenedores es más di­
fícil cultivar hortalizas que flores, sigue
mereciendo la pena el esfuezo. Coloque
los contenedores en senderos y muros
bajos para hacer el mejor uso del espa­
cio disponible y plante cultivares ena­
nos y decorativos. La gama de contene­
dores adecuados comprende tiestos y
tinas de terracota y sacos de cultivo pa­
tentados llenos de tierra.
Cultivo de hortalizas en hileras
Un huerto tradicional consiste en par­
celas rectangulares de varios metros de
ancho, en las que se cultivan hortalizas
en hileras muy separadas. Este método
permite un acceso fácil entre las hileras.
El sistema de macizos
Aunque se siga empleando el esquema
tradicional de parcelas, la tendencia mo­
derna es al cultivo en macizos más pe­
queños y angostos, con las plantas es­
paciadas de manera regular en todas las
direcciones. Esto se conoce por «siste­
ma de macizos». En la práctica, los ma­
cizos pueden ser de cualquier tamaño y
forma: cuadrados, redondos e incluso
en forma de media luna, a condición de
que el centro sea fácilmente alcanzablc
desde el sendero, de manera que el sem­
brado, plantado, cuidado rutinario y co­
sechado pueda realizarse sin pisar el
suelo.
Los senderos entre macizos pueden
ser pavimentados, de ladrillo, de corte­
zas de árbol, piedras, serrín u otros ma­
teriales adecuados.
La ventaja principal del cultivo en ma­
cizos estrechos es conservar la estructura
del suelo utilizando los senderos de ac­
ceso entre macizos en lugar de caminar
sobre estos. Además, se concentra el ma­
terial orgánico y estiércol en las zonas
donde crecen los cultivos, en lugar de
desperdiciarlo en los senderos donde las
plantas no los aprovechan.
Se puede lograr un alto rendimiento
a partir de macizos angostos cultivan­
do plantas en parcelas espaciadas de ma­
nera equidistante, lo que permite apro­
vechar el espacio al máximo y reduce la
competencia entre plantas.
El espaciado homogéneo ayuda a su­
primir la germinación de malezas por
medio de las hojas anchas de las horta­
lizas, que forman una bóveda sobre el
suelo.
Un sitio para hierbas
Por motivos prácticos, es mejor cultivar
hierbas lo más cerca posible de la coci­
na y en sitios de acceso fácil desde los
senderos. Las hierbas compactas, como
perejil, orégano y cebollinos configuran
bordes bonitos para macizos de horta­
lizas; es mejor cultivar las perennes más
grandes, como menta, salvia y romero,
en macizos separados. Para más infor-
mación, véase E l J a r d í n d e H i e r b a s ,
«Dónde cultivar hierbas», p. 292.
Hortalizas en macizos de flores
Como muchos jardines ya no son lo su­
ficientemente amplios como para dedi­
car una zona completa al cultivo de
hortalizas, ha habido una tendencia a
intercalarlas en macizos de llores o plan­
tarlas en grupos de macizos de diseño
atractivo. En la medida de lo posible, se
eligen cultivares de hortalizas por sus ca­
racterísticas decorativas, agrupadas para
desplegar su mayor atractivo.
Esta tendencia se conoce con el nom­
bre de «jardinería de potage» en Euro­
pa y como «jardinería ornamental co­
mestible» en los USA. Existe un gran
campo para el desarrollo de las ideas de
cada jardinero. Las únicas condiciones
para el cultivo de hortalizas en macizos
de flores es asegurarse que la fertilidad
del suelo se mantenga al nivel necesa­
rio para las hortalizas elegidas.
Factores climáticos
La mayoría de las hortalizas sólo crecen
cuando la temperatura diurna media se
eleva por encima de los 6o entre prima­
vera y otoño. La cantidad de «días de
desarrollo» con temperaturas diurnas
adecuadas que se dé entre estas estacio­
nes depende de factores como latitud,
altura y grado de exposición, y general­
mente determina aquello que puede cul­
tivarse en el exterior en cualquier lo­
calidad.
Requisitos de temperatura
A veces se clasifican las hortalizas en
cultivos de estación fresca o cálida, se­
gún sus necesidades fisiológicas, en par­
ticular aquellas relacionadas con la tem­
peratura.
La mayoría de las colcs y las hortali­
zas de tallo y bulbo no soportan calo­
res intensos, mientras que las menos re­
sistentes, como los tomates, se dañan o
mueren en temperaturas muy frías. Se
han desarrollado cultivares de algunas
hortalizas para resistir el frío, y la esta­
ción de desarrollo de muchas puede
alargarse cultivando bajo cubierto (véase
p. 315). Véase hortalizas individuales
para sus requisitos específicos.
Extensión del día
El número de horas de luz, o extensión
del día, varía según la latitud y la esta-
U n D e s p l ie g u e
P r o d u c t iv o
Este ejemplo de
plantado de potaje
combina calabazas que
trepan sobre un arco
portante, con una
profusión de mastuerzos
amarillos y rojos por
debajo. Todas prosperan
en condiciones cálidas y
soleadas.
ción, y los cultivares tienen respuestas
diferentes a la duración del día en dis­
tintas fases del desarrollo.
Las plantas de días cortos sólo crecen
y granan si la duración del día es de me­
nos de doce horas; las de días largos,
sólo si dura más de doce horas.
Esto afecta el momento de la siem­
bra, en especial en las plantas cultiva­
das por sus semillas, como las judías;
otras deben cosecharse antes de que
florezcan. Las cebollas son plantas de
día largo: cuando la duración del día
es de 16 horas o más, dejan de producir
hojas y se comienza a desarrollar el
bulbo.
Cuanto más grande sea el desarrollo
de las hojas, mayor será el bulbo, de ma­
nera que siembre semillas de cebolla a
principios del año, para que la planta
desarrolle la mayor cantidad de hojas
posible antes de que la duración del día
se alargue.
Se han desarrollado cultivares para
duraciones largas, cortas o neutrales.
Más adelante en el capítulo se mencio­
nan ejemplos individuales; lo más segu­
ro es elegir los cultivares recomendados
para su zona.
Rotación
Ésta consiste en un sistema en el que los
cultivos de hortalizas se cultivan en par­
celas diferentes succesivamente en años
consecutivos.
Ventajas de la rotación
El motivo principal para rotar cultivos
es evitar un aumento de plagas y enfer­
medades llevadas por el suelo específi­
cas para un grupo de cultivos. Si cada
año se cultiva el mismo tipo de «culti­
vo huésped» en el mismo suelo, sus pla­
gas y enfermedades aumentan rápida­
mente, y a menudo se convierten en un
problema serio, mientras que en ausen­
cia del huésped se extinguen gradual­
mente.
Algunos de los problemas comunes
del jardín, como varios tipos de angilu-
las (nemálodos) de patatas y tomates,
las raíces deformes que padece la ma­
yoría de las colcs (cruciferas) y la po­
dredumbre blanca de las cebollas, pue­
den disminuir gracias a la rotación.
Hay otras ventajas en rotar hortalizas.
Algunos cultivos, como las patatas, cu-

H o r t a l iz a s e n u n a
J a r d in e r a d e V e n t a n a
Las hortalizas pueden
prosperar en un
contenedor pequeño,
como esta jardinera.
Aquí, lechugas de
raíces poco profundas,
repollos jóvenes,
tomates y fresas han
C o m b in a c ió n d e H o r t a l iz a s y H ie r b a s s'^° e^eS'(j as »» sólo
Jardín informal con hortalizas mezcladas con hierbas. Las judías escarlata trepan su Ví!. °! cu,,nano
sobre un arco; perejil y cebollinos rodean lechugas «de ensaladera» verdes y rojas sino también por sus
en el borde del macizo central y el maíz crece entre el eneldo plumoso. cualidades decorativas.
bren el suelo tan bien que ahogan la ma­
yoría de las malezas, de manera que re­
sulta útil cultivarlas antes de las plan­
tas difíciles de desmalezar, como las
cebollas.
La mayoría de las hortalizas de la fa­
milia de las leguminosas, como las ju­
días y los guisantes, fijan nitrógeno en
el suelo por medio de nodulos sobre sus
raíces, dejándolo disponible para el pró­
ximo cultivo; cultive las hambrientas de
nitrógeno, como coles, patatas o espi­
nacas, después de las leguminosas.
Varias hortalizas, comprendiendo ti­
pos perennes y algunas ensaladas, no
caen dentro de un grupo principal de ro­
tación. Las plantas de ensalada perma­
necen en el suelo poco tiempo y, por tan­
to, resultan útiles para intercalar en
cultivos o rellenar huecos temporales en
macizos. Al igual que las demás horta­
lizas, no las cultive año tras año en la
misma parcela. Es mejor cultivar las pe­
rennes en un macizo permanente pro­
pio y 110 rotarlas. Los grupos principa­
les de hortalizas se mencionan a la
derecha: Rotación de cultivos de hor­
talizas.
Desventajas de la rotación
El punto débil de la teoría de la rota­
ción es que, para ser completamente efi­
caz, ésta debería efectuarse durante un
período mucho más prolongado que los
tres o cuatro años habituales: las infec­
ciones que producen la raíz deforme y
el pudrimiento blanco quedan en el sue­
lo hasta 20 años. Rotaciones de una es­
cala tal están fuera de cuestión en jar­
dines pequeños. Otra desventaja es que,
en la práctica, la distancia entre maci­
zos es a menudo tan pequeña que las
plagas y enfermedades llevadas por el
suelo se extienden de uno a otro con fa­
cilidad.
Planificación de la rotación
A pesar de las desventajas, la rotación
es una praxis razonable y los jardineros
I n t e r c u l t iv o
Lechugas y maíz plantados juntos maduran en tiempos diferentes. Las lechugas
de desarrollo rápido se cosechan antes de que el maíz esté desarrollado del todo.
deben intentar considerarla en su pla­
nificación, cuidando de, al menos, con­ R o t a c ió n d e C u l t iv o s y H o r ta liza s
tinuar un cultivo de un tipo de hortali­ L e g u m b r e s y V a in a s /• ' -\A C ebo lla s
za con uno de otro grupo.
Haga una lista de las hortalizas prin­
cipales que pretende cultivar, indicando Cebollas de bulbo
someramente las cantidades requeridas. Quimbombó Cebollas para encurtir
El cultivo de hortalizas no adecuadas a Chimbólas Cebollas de primavera
las condiciones climáticas dadas es ge­ Judías escaríala Escalonas
neralmente poco satisfactorio, en espe­ Judías de Lim a Cebollas euro/teas '
cial en jardines pequeños. Tampoco tie­ Judías comunes de Gales
ne sentido cultivar las que resultarán Guisantes Cebollas de
manojo orientales
baratas de adquirir cuando su propia co­
Habas
Puerros
secha esté preparada. Haga una lista de
los diversos macizos del huerto. Agru­
A jos \
pe las hortalizas seleccionadas por gru­
Qa
pos de rotación (p. ej. todas las legumi­ C u l t iv o d e S o l a n á c e a s ,
nosas y las de bayas o todas las coles), C o i . es R a íc e s y T u b e r o sa s
además de una categoría variada de hor­
talizas que no pertenecen a los grupos
principales (véase Rotación de cultivos,
derecha). C o l rizada
Coliflores
Pimientos morrones
Planificación mes por mes Repollos Tomates
Haga un diagrama con una columna Coles de Bruselas Solanos
para cada mes del año, y para cada hor­ Brécol púrpura Berenjenas
taliza de su lista, rellene el mes en el que Calabresas Apios
ésta permanecerá dentro del suelo. Re­ Mostazas orientales Apios nabo
cuerde que este período puede acortar­ Brécol chino Betarraga
se cultivando plantas en contenedores,
Pak choi Colocasias
Verduras mizuna
(véase «Sembrado en el interior», p. 311) Repollos chinos
Zanahorias
para trasplantarlas después y alargarse
Boniatos
Komatsuna Chirivías
por algún tipo de protección a princi­ Colirrábanos Salsifí
pios y fines de la estación (véase «Cul­ Rutabagas Patatas
tivo a cubierto», p. 315). Algunos culti­ Nabos
vos se siembran una vez al año (nabos Rábanos
y coles de invierno), pero en el caso de
otras, como lechugas y rábanos, se pue­
den hacer sembrados repetidos para pro­
porcionar existencias continuas duran­
te todo el año.
¿L
Planificación del esquema
Asigne cada macizo a un grupo de ro­
tación de hortalizas distinto y apunte el
cultivo más importante de cada maci­
les de Bruselas se retiran a mediados de
primavera, pueden seguirles las zanaho­
Intercalación de cultivos
zo. Observe su diagrama mes-por-mes rias, lechugas o guisantes. Para obtener un rendimiento óptimo en
c indique un cultivo adecuado para pre­ Calcule que la mayoría de las parce­ una zona específica, combine diferen­
cederlo o seguirlo. Por ejemplo, si las co­ las sólo producirán dos cosechas anua­ tes cultivos de hortalizas en un solo ma­
les. Emplee este plan básico en años si­ cizo. Un grupo de desarrollo rápido,
guientes y traslade los cultivos a macizos como los rábanos, se planta al mismo
diferentes. tiempo que otro de desarrollo lento,
Considere el esquema total sólo como como las chivirías. La máxima eficien­
guía aproximada. Muchos factores —el cia se obtiene con un diseño cuadricu­
clima imprcdecible no es el menor de lado, pero las hileras escalonadas tam­
ellos— están relacionados con el éxito bién dan buen resultado. Las de
o el fracaso de las cosechas. desarrollo rápido hacen un uso casi in­
La clave del éxito consiste tanto en la mediato del espacio disponible, pero al­
flexibilidad como en atenerse estricta­ canzan la madurez antes de que las de
mente al plan. desarrollo lento tengan necesidad del es­
pacio. Asegure que la cosecha a corto
Registros plazo no quede sombreada por las hor­
Cada huerto es único, tanto en su em­ talizas de maduración lenta.
plazamiento como en las necesidades del
hogar al que suministra.
Unos registros detallados de los cul­
tivares cultivados, fechas de sembrado
y plantado, tratamientos, problemas sur­
gidos y resultados, proporcionarán una
guía inestimable para mejorar los ren­
dimientos en estaciones futuras.
 S i e m b r a y P l a n t a c i ó n

Siembra y plantación
sistema más común de cultivar cuidadosamente en un tiesto o bandeja
l
E vegetales es a partir de semillas. semillera. Este método es adecuado si
Existen diversos métodos de sembradola germinación no es fiable o si las se­
S em bra d o en u n Surco
en el exterior o bajo cubierto; emplee el millas requieren temperaturas difíciles de
más adecuado para el cultivar elegido conservar sin un propagador eléctrico. ■
y el espacio disponible. El cuidado en Para que la actividad de las semillas ■

las primeras etapas asegura cosechas
más sanas y productivas. Entresaque o
trasplante los plantones a sus lugares de­
finitivos en un macizo, invernadero o
contenedor antes de que se apiñen.
Elección de semillas
En el pasado, las semillas se vendían
comience temprano, se las puede pre- p ±'4%i
germinar en casa. Esto es útil en el caso
de las que germinan con lentitud en sue­
los fríos y que podrían pudrirse antes
de germinar. Espacie las semillas sobre
toallas de papel húmedo y coloque en
lugar tibio. Mantenga húmedas hasta la
germinación y después siembre cuida­
dosamente en contenedores o en terre­
no abierto. Este método también sirve
para comprobar la viabilidad de semi­

sólo como semillas comunes «desnu­
das», pero ahora también existen prepa­
radas en una variedad de maneras para
facilitar el sembrado y la germinación.
También se venden ya germinadas.
Adquisición de semillas
Compre las de buena calidad, empaque­
tadas al vacío para asegurar la viabili­
dad. Muchos de los mejores cultivares
son híbridos Fl, cultivados cruzando
dos plantas madre seleccionadas. Aun­
que son caros, son muy vigorosos y pro­
ductivos. Las semillas de hortalizas ofre­
cen una gran variedad en cuanto a su
viabilidad: emplee semillas de menos de
tres años, o pruebe con una muestra an­
tes de sembrar.
Semillas preparadas
Las semillas recubiertas están individual­
mente revestidas de arcilla para formar
diminutas bolitas, más fáciles de sem­
brar de manera homogénea que las des­
nudas. Esto facilita la manipulación de
las muy pequeñas, como las de las za­
nahorias. Coloque las rccubiertas en un
surco cuidadosamente, una por una, lo
que ahorra un trasplantado ulterior.
Siembre del modo acostumbrado, pero
el recubrimiento arcilloso debe conser­
varse húmedo hasta después de la ger­
minación.
También existen introducidas y homo­
géneamente espaciadas en hojas de pa­
pel o tiras, que se desintegran dentro del
suelo después de plantadas. La tiras se
colocan en un surco, cubiertas de tierra,
como las semillas normales. La tira pro­
tege en las primeras etapas de germina­
ción y reduce el entresacado.
A veces se venden semillas en una ge­
latina en pequeñas tinas. Alcanzan la
etapa de plantones dentro de la tina; lue­
go se trasplantan a un tiesto o directa­
mente al suelo. Esto ahorra el entresa­
cado inicial.
Semillas pre-germinadas
Éstas se compran y siembran después de
la germinación, al aparecer la primera
raíz. Las pre-germinadas se envían en
pequeños contenedores de plástico; des­
pués el jardinero siembra cada semilla
llas viejas antes de sembrarlas.
Siembra en el exterior
Las hortalizas se siembran in situ, don­
de crecen hasta alcanzar la madurez, o
en un semillero desde el cual se las tras­
planta a sus posiciones definitivas. El
sembrado in situ se emplea para culti­
vos que se cosechan jóvenes, como las
cebollas de primavera y los rábanos, o
para hortalizas que no se trasplantan
bien, como zanahorias y chirivías. La
mayoría de las demás puede plantarse
en macizos, en hileras separadas por 15
centímetros.
Un sembrado con éxito en el exterior
requiere suelos bien preparados y tibios.
En la mayoría de los casos, las hortali­
zas germinan cuando las temperaturas
se elevan más allá de los 7o C, así que
no siembre en suelos fríos. En varios ca­
sos, por ej. en el de las lechugas, la ger­
minación a altas temperaturas no es sa­
tisfacto ria. Se proporcionan las
necesidades de temperatura para la ger­
minación para cada hortaliza en parti­
cular. Se puede medir la temperatura del
suelo con un termómetro para suelos,
pero la mayoría de los jardinero emplean
sus conocimientos propios para valorar
si éste está suficientemente tibio para
que se produzca la germinación.
Preparación del suelo
Antes de sembrar, labre el suelo y ras­
trille la superficie hasta que tenga una
textura fina, eliminando piedras y gran­
des terrones de tierra. Rastrille cuando
no esté ni mojado y pesado ni muy seco.
Si la tierra se pega a sus zapatos, aguar­
de hasta que se haya secado un poco,
pero sin que esté polvorienta.
Si siembra en suelo mojado, colóque-
se sobre una tabla para no dañar la es­
tructura del suelo adyacente. Esto no es
necesario con el sistema de macizos (véa­
se p. 306), ya que se puede sembrar des­
de el sendero circundante.
Pautas para la siembra
Las semillas se siembran a profundida-
2
Marque el surco con estacas y
cordel. Emplee un extremo de
la azada o paleta para hacer el
surco, asegurando que la
profundidad es la correcta para
las semillas.
M é t o d o s A l t e r n a t iv o s
C o n d ic io n e s h ú m e d a s
Si el suelo drena con lentitud o
es pesado, esparza una capa de
arena en el fondo de! surco,
siembre las semillas y cubra.
es diferentes, según su tamaño. A me­
nos que exista una indicación contraria,
siembre las pequeñas, como las de ce­
bollas, a 1 cm de profundidad, las co­
les a 2 cm, guisantes y maíz a 2,5 cm y
las judías a 5 cm. Lo más importante es
no sembra rapiñado, de manera que, en
las primeras etapas, los plantones tam­
poco lo estén. Más abajo se describen
varios sistemas de sembrado; en todos
los casos, es vital conservar la humedad
superficial. En tiempo seco, cubra el sue­
lo después de plantar con plástico o pa­
pel de periódico. Retire la cubierta cuan­
do aparezcan los primeros plantones.
Siembra en un surco
Este es el sistema más común para sem­
brar hortalizas. Marque una hilera con
un cordel y efectúe un canal pequeño y
regular (un «surco») en el suelo a la pro­
fundidad necesaria. Esparza pequeñas
cantidades de semillas a lo largo del sur­
co. Espacie las semillas homogéneamen­
Esparza las semillas escasa
y homogéneamente a lo largo
del surco. Apóyese sobre un
tablón paralelo a! surco para no
compactar el suelo adyacente.
Cubra las semillas sin moverlas.
C o n d ic io n e s S e c a s
En suelos muy secos, riegue el
fondo del surco, después siembre
las semillas e introduzca con
suavidad; cubra con tierra seca.
te o siembre en grupos de tres o cuatro,
entresacando más tarde para dejar uno
sólo. Si siembra in situ, espacie el sem­
brado a la mitad de la distancia reque­
rida para las plantas maduras con el fin
de compensar las pérdidas; si ha de tras­
plantar, la distancia puede ser menor.
Considere este sistema para cultivos de
desarrollo rápido, como los rábanos,
entre los de desarrollo lento, como las
chivirías: los rábanos se recojen antes
de que el espacio lo necesiten las chi­
virías.
Después de sembrar, cubra las semi­
llas con tierra, retirando un poco con
una azada o rastrillo, afirme suavemente
y riegue con roseta fina.
Si siembra en condiciones de hume­
dad, revista el surco con un material li­
viano y seco, como vermiculita, antes de
sembrar. Si las condiciones fuesen muy
secas, riegue el surco antes de sembrar,
introduzca cada semilla dentro del sue­
lo y cubra con tierra seca. Esto retrasa

S ie m b r a en Surco A ncho
I Use una azada para marcar
surcos paralelos de 15-23 cm
de ancho y base plana.
Cubra las semillas con tierra
con la azada. Cuide de
no moverlas.
la evaporación y ayuda a que permanez­
can húmedas hasta germinar.
Surcos anchos
Para las plantas que se cultivan muy jun­
tas, como guisantes, zanahorias tempra­
nas o cultivos de plantones, emplee sur­
cos anchos y planos, cada uno de 23 cm
y de la profundidad necesaria.
Espacie las semillas homogéneamen­
te dentro del surco y cubra con mucho
cuidado.
Semillas grandes
Las semillas de judías y calabazas pue­
den sembrarse de modo individual, co­
locando una en un agujero hecho con
el dedo o una espátula pequeña. Ase­
gure que cada semilla esté en el fondo
y en contacto con la tierra.
Los sembrados de plantas no resisten­
tes, como las calabazas, pueden cubrir­
se con botes de vidrio o botellas de plás­
tico cortadas, que se retiran cuando
aparecen los plantones.
Siembra a voleo
En este método, primero se rastrilla el
suelo para obtener un mantillo fino; des­
pués se esparce la semilla lo más homo­
géneamente posible, bien a mano o
desde un paquete.
Después, rastrille ligeramente para cu­
brir las semillas.
Siembre las semillas a la
distancia correcta.
Proteja de pájaros o animales
cubriendo el surco con malla
de alambra estacada.
Cultivos de plantones
de eortar-y-volver-a-brotar
Muchas hortalizas de hojas o de ensa­
lada pueden sembrarse para cosechar en
la etapa de plantón, cuando son más nu­
tritivas. Una vez cortadas, a menudo
vuelven a brotar, produciendo una se-
guna y tercera cosecha. Este método es
un sistema muy productivo para apro­
vechar una parcela pequeña, y estos cul­
tivos son ideales para sembrar debajo o
entre otros de desarrollo más lento.
S ie m b r a al V o leo
Prepare la zona a sembrar
rastrillando en una sola
dirección, hasta obtener un
mantillo fino. Esparza las semillas
escasa y homogéneamente sobre
la superficie.
Para obtener cultivos de plantones, A clarado de P lantones
siembre a volco o en surcos anchos o hi­
leras separadas por 8 cm; los plantones
no requieren entresacado y a veces es­
tán listos para el primer corte en unas
semanas.
Cultivos en serie
Las hortalizas de desarrollo rápido, cuyo
momento óptimo pasa con velocidad o
granan, como las lechugas, deben sem­
brarse poco y a menudo. Para evitar so­
brantes huecos en las cosechas, espere
hasta que un sembrado haya surgido an­
tes de sembrar el siguiente. Para entresacar plantones
pequeños, corle a ras del suelo de
manera que no altere las raíces de
los demás.
Entresacado
Es necesario entresacar los plantones jó­ Antes de retirar plantas de un semi­
venes para evitar que se apiñen. Entre­ llero, riegue alrededor de las raíces; si
saque en etapas en vez de lodo de una el suelo en que plantará estuviera seco,
vez, para que no queden huecos causa­ riegue ligeramente. Manipule las plan­
dos por plagas y enfermedades; intente tas por las hojas, ya que los tallos y las
dejar un plantón apenas tocando el ve­ raíces son más delicadas. Practique un
cino. Si ha sembrado in situ, siga entre­ agujero algo mayor que las raíces y co­
sacando hasta que los plantones estén loque la planta dentro de éste, rellenan­
a la distancia correcta para las plantas do con tierra de manera que las hojas
maduras. Los muy pequeños deben en­ inferiores estén justo por encima del sue­
tresacarse cortándolos por encima del lo. Afirme alrededor del tallo para an-
nivel del suelo, a fin de no tocar las raí­
ces de las plantas adyacentes. Elimine
los entresacados, ya que su aroma po­ T ra spla n tes P lantones
dría atraer plagas. Los plantones de ce­ de
bollas, coles y lechugas pueden retirar­
se para trasplantarlos, afirmando el
suelo alrededor de los restantes.
Plantación
Plante o trasplante las hortalizas a sus
ubicaciones definitivas lo antes posible,
para que puedan desarrollarse sin im­
pedimentos ulteriores. Las excepciones
son las plantas cultivadas en contenedo­ Retire los plantones conservando la
res o módulos (véase p. 311. No trasplan­ mayor cantidad de tierra posible
te hortalizas de raíz una vez que la pri­ junto a las raíces. Antes de volver a
maria haya comenzado a formarse, ya plantar, coloque los plantones en un
que podría deformarla. saco de plástico transparente para
conservar la humedad.
P r o f u n d id a d d e P l a n t a c ió n
Rastrille ligeramente en Plante los plantones de hortalizas de
ángulo recto a la dirección manera que las hojas inferiores estén
original para cubrir las semillas; justo por encima del nivel del suelo.
después riegue concienzudamente Si planta demasiado alto, descubrirá
con regadera de roseta fina. el tallo, que podría no soportar el
peso del vegetal maduro.

dar la planta. En tiempo caluroso, rie­
gue los plantones y después sombree con
malla fina o conos de papel de periódi­
co hasta que se establezcan. Mantenga
el suelo húmedo durante algunos días
(véase «Períodos de riego críticos», p.
312).
Espaciado
Las necesidades de espacio de las diver­
sas hortalizas es diferente, y éste a ve­
ces determina su tamaño final. Tradicio-
nalmcnte, se las cultiva en hileras a las
distancias recomendadas entre plantas
e hileras.
Se pueden cultivar en espacios equi­
distantes el promedio del espaciado re­
comendado para plantas e hileras; de
manera que las plantas a 15 cm de dis­
tancia, en hileras a 30 cm, pueden cul­
tivarse opcionalmente a 23 cm de dis­
tancia. Probablemente, este método
ofrece los mejores resultados: las plan­
tas comparten aire, tierra, humedad y
nutrientes de manera equitativa y, al ma­
durar, forman una bóveda sobre el sue­
lo que suprime malezas (véase también
«El sistema de macizos», p. 306). Tam­
bién se puede cultivar hortalizas muy
juntas en hileras muy separadas.
Siembra en el interior
Las semillas de hortalizas pueden sem­
brarse en el interior, en un invernadero
fresco o en un alféizar. Ello es de ayu­
da en climas de veranos cortos o fres­
cos, para hortalizas no resistentes y para
las que requieren una estación de desa­
rrollo larga. También es una manera de
producir plantones sanos y vencer pro­
blemas relativos a la germinación, pues
la temperatura es más fácilmente con­
trolable.
Después de germinados, mantenga los
plantones a temperaturas más bajas en
un ambiente espacioso, claro y protegi­
do hasta plantarlos fuera. En los luga­
res donde ello no sea posible, puede ser
más práctico comprar plantas más
maduras.
Bandejas seinilleras
Siembre semillas en un cacharro o ban­
deja semillcra pequeña en abono para
semillas estándar (para más detalles,
véasde A n u a l e s y B ie n a l e s , «Sembra­
do en tiestos o bandejas», p. 182). Cuan­
do los plantones tengan tres o cuatro ho-
jitas, trasplante a una bandeja con
abono para tiestos, a distancias de 2,5-5
cm; manténgalos ligeramente tibios. Co­
loque en un sitio claro, sin corrientes
para que crezcan veloz y homogénea­
mente. Transfiera los más grandes a ties­
tos individuales antes de plantarlos en
el exterior.
Módulos y contenedores pequeños
Los módulos son unidades individuales
o pequeñas células en las que se siem­
bran semillas y se cultivan plantas para
S ie m b r a y T ra spla ntad o
(áÉ)
Llene el módulo con tierra
para semillas y haga un
agujero de 5 mm en cada sección.
Siembre una o dos semillas por
sección. Cubra con tierra y riegue.
plantar directamente en el exterior. Esto
produce plantas de alta calidad que cre­
cen bien: los plantones no tienen com­
petencia y producen un cepellón sano
que apenas se altera al plantarlo en su
lugar definitivo. Pero requieren más es­
pacio y tierra en las primeras etapas que
los plantados en bandejas.
Cultivo de hortalizas en contenedores
En espacios limitados, los contenedo­
res resultan útiles para cultivar hor­
talizas o para ampliar el huerto a zo­
nas pavim entadas. También se
emplean en el invernadero, especial­
mente si el suelo está infestado de en­
fermedades y resultara poco práctico
esterilizarlo o reemplazarlo. Las hor­
talizas requieren un medio de desa­
rrollo más rico y un riego más con­
sistente y concienzudo que las flores,
de manera que es difícil cultivarlas en
contenedores salvo que se las manten­
ga cuidadosamente.
Selección de hortalizas
Las mejores hortalizas para cultivar
en contenedores son plantas compac­
tas de maduración rápida, como le­
chugas, rábanos y betarragas, u hor­
talizas robustas, poco exigentes y
hojosas, como las betarragas de es­
pinaca; también prosperan las horta­
lizas frutícolas, como pimientos mo­
rrones, berenjenas y tomates. Los
cultivos de plantones de maduración
rápida también se desarrollan bien.
Los cultivares enanos son excelentes
ya que no requieren soportes. No em­
plee hortalizas de raíces profundas, de
maduración lenta, muy altas o gran­
des, y de gran alimentación, como co­
les, nabos y apios. Críe las plantas
para contenedores en módulos; siem­
bre los cultivos de plantones de
cortar-y-volver-a-brotar directamen­
te en el contenedor.
Preparación del contenedor
Cuanto más grande sea el contenedor
S i e m b r a
Retire cada planta del módulo.
Haga un agujero para el
cepellón. Ponga la planta en el
agujero, con las hojas inferiores
sobre la superficie. A f irme y riegue.
Existen muchos tipos de módulos dis­
ponibles; los más baratos son bandejas
celulares de plástico o poliestireno. Los
contenedores pequeños comprenden
tiestos de arcilla o plástico y bloques de
tierra compuestos por abono comprimi­
do. Este puede envolverse en malla, que
resulta penetrable por las raíces.
y mayor el volumen de tierra o de com-
post, tanto mejor. Las hortalizas gran­
des y de gran alimentación, como pata­
tas y tomates, generalmente necesitan un
contenedor de 25 cm al menos de an­
cho y profundidad. Para las hortalizas
grandes y de extremos pesados, el con­
tenedor debe ser fuerte y estable.
Un buen drenaje resulta esencial. Si
no hubiese agujeros de drenaje, practi­
que varios de, al menos, 1 cm de diá­
metro en la base; cubra con trozos de
tiesto para impedir que se obturen. En
el caso de sacos de desarrollo, siga las
instrucciones del fabricante; en general,
no se practican agujeros de drenaje ya
lechugas compactas de
Judías enanas maduración rápida
anchas
Contenedor
de plástico para
retener la humedad
y P l a n t a d o
Siembre dos o tres semillas por uni­
dad; después entresaque los plantones,
dejando los más fuertes. En algunos ca­
sos, como para cebollas y puerros, se
siembran y cultivan juntas varias semi­
llas, plantadas fuera en grupo y culti-
hasta que maduren.
Templado
Las plantas cultivadas en el interior de­
ben aclimatarse a temperaturas inferio­
res y al viento antes de plantar en el ex­
terior. Temple en campanas o cajoneras
a lo largo de 10-14 días. Aumente la ven­
tilación gradualmente durante el día y
la noche, hasta que los plantones pue­
den estar en el exterior todo el tiempo.
Propagación vegetativa
Algunas hortalizas se cultivan de un
modo vegetativo, a patir de retoños, bul­
bos, tallos bulbosos, tubérculos o aco­
dos. Esto puede ser a causa de que ra­
ramente granan o, cultivadas a partir de
semillas, varían, o porque la propaga­
ción vegetativa es más rápida. Los de­
talles aparecen bajo las hortalizas indi­
viduales (pp. 317-358).
que permitiría la penetración de en­
fermedades si estuviera apoyado so­
bre suelos infestados.
El abono o la tierra deben ser lige­
ros y aireados, ya que un regado fre­
cuente las compacta. Aligere la tierra
de jardín con abono bien descom­
puesto mezclado con arena gruesa y
turba o sustituto de turba.
En tiempo caluroso y ventoso, los
contenedores se resecan por evapora­
ción a través de la superficie y, si no
son de plástico, por los lados. Para
minimizar este efecto, no los coloque
en sitios expuestos o al pie de un muro
caliente. Revista los contenedores que
no sean de plástico con láminas de
plástico con agujeros de drenaje.
Guisantes sujetos
con varillas
E l H u e r t o de H o r t a l i z a s

Cultivo rutinario
mejores hortalizas se producen ben resecarse; riegue con frecuencia y li­ fundas a la superficie. Elimine las ma­
L
as R ie g o d e H o r t a l iz a s c o n
cuando las plantas se mantienen en geramente. u n R ezum ador lezas para evitar que vuelvan a arraigar.
las condiciones óptimas de desarrollo. Las hortalizas de hoja y de ensalada,
Mantenga libre de malezas y riegue con­como espinacas, acelgas, la mayoría de Minimización del desarrollo de malezas
cienzudamente cuando lo requieran. Se las coles y las lechugas, requieren un rie­ Durante la estación de desarrollo, las
pueden emplear «mulch» diversos para go frecuente para lograr cosechas abun­ malezas se pueden reducir en gran me­
conservar humedad y suprimir malezas. dantes. El período más crítico es entre dida aplicando «mulch» al cultivo (véase
Es necesario mantener el nivel de nu­ diez días y tres semanas antes de alcan­ más abajo) y también cultivando en es­
trientes al desarrollarse el cultivo. zar la madurez; durante este período, pacios equidistantes (véase «Espacia­
pero sólo en condiciones muy secas, do», p. 311). Una vez alcanzado un ta­
aplique un sólo riego muy intenso a ra­ maño razonable, la mayoría forma una
zón de 22 1 por m2. Fuera de este perío­
Riego do, riegue la mitad semanalmente du­
bóveda que desalienta la producción de
malezas.
rante tiempo seco.
La mayoría de los vegetales requiere un El momento crítico para cultivos con Macizos semilleros rancios
suelo razonablemente húmedo; pero la fruto, como tomates, pimientos, judías, Las siembras o plantaciones en prima­
cantidad de agua que necesitan varía, calabacines, pepinos y guisantes, es vera son los más vulnerables con respec­
como también el momento de máxima cuando se forman las flores y se desa­ to a las malezas anuales. En los casos
necesidad de aquella (véase «Períodos rrollan los frutos o bayas. Si las condi­ en que el suelo no ha sido cultivado re­
de riego críticos», más abajo). Un rie­ ciones fuesen secas en este momento, cientemente y pueda estar repleto de se­
go exagerado puede causar una pérdi­ riegue al igual que para los cultivos de millas de malezas, prepare el suelo con
da de sabor en zanahorias y tomates y, hojas (más arriba). No riegue intensa­ anticipación; permita que las primeras
en cultivos de raíz, al desarrollo de ho­ mente antes del período crítico, pues Un rezumador tendido entre hileras malezas germinen y retire con azada an­
jas en detrimento de la raíz. esto produce desarrollo de hojas en de­ de hortalizas asegura que el agua tes de plantar o sembrar (véase también
trimento de los frutos. alcance las raíces de las plantas y S u elo s y F e r t il iz a n t e s , «La técnica del
Cómo regar Los cultivos de raíz, como zanahorias, penetre bien en el suelo. macizo semillero rancio», p. 526).
Resulta más efectivo regar intensa y oca­ rábanos y remolachas, requieren un rie­
sionalmente más que con frecuencia y go moderado durante la estación de de­
ligeramente; pero las plantas muy jóve­ sarrollo. Al principio, riegue a razón de
nes deben regarse ligera y frecuentemen­ 51 por m2 si el suelo está seco. Multi­
te para que nunca se resequen. Un rie­ plique por cuatro cuando las raíces co­
el problema fuese muy serio, emplee her­
bicidas adecuados o ahogue con un
Aplicación de
go ligero se evapora con velocidad, sin mienzan a hincharse, regando cada dos «mulch» opaco, como una alfombra vie­ «mulch»
alcanzar las raíces y estimula un arrai­ semanas si las condiciones secas per­ ja o una lámina de plástico negro grue­
gue superficial en lugar del profundo sisten. sa. La mayoría (salvo las muy persisten­ Un «mulch» es una capa de materia or­
que permite resistir la sequía. tes) morirá si permanecen cubiertas entre gánica o inorgánica tendida sobre el sue­
Dirija el agua hacia la base de cada Minimizar la necesidad de riego seis y doce meses. Mientras cultiva, cui­ lo alrededor de las plantas. Las super­
planta. Riegue al atardecer, cuando la Para conservar la humedad, en especial de de controlar o eliminar las malezas ficies bajo «mulch» requieren un
evaporación es menor, dejando tiempo en zonas secas, labre el suelo profunda­ perennes. cultivado menor o inexistente.
para que las plantas se sequen antes del mente, incorporando bastante material
anochecer. orgánico para mejorar la estructura y Malezas anuales «Mulch» orgánicos
conservación de la humedad y estimu­ Éstas germinan y crecen a gran veloci­ Los «mulch» orgánicos voluminosos
K(|uipos de riego lar un arraigo profundo. dad y se vuleven un incordio si se las agregan nutrientes al suelo y mejoran su
Para regar plantas jóvenes emplee una Mantenga la superficie bajo un deja granar en el huerto. Desmalece cui­ estructura. Pueden ser de estiércoles de
regadera de roseta fina. «mulch» (véase «Aplicación de mulch», dadosamente durante las primeras tres animales bien descompuestos y ricos en
Para el riego general en jardines pe­ más abajo), y controle las malezas, que semanas después de la germinación del paja, tierra de jardines, tierra de setas
queños una regadera será suficiente; en compiten por la humedad. Construya cultivo, cuando la competencia más las gastadas, recortes de césped secos o al­
los más grandes, utilice una manguera rompevientos, que protegerán de vien­ afecta. Arranque a mano o excave su­ gas marinas. No emplee materiales de­
sostenida con las manos, regulando el tos secantes (véase «Protección contra perficialmente con el azadón para evi­ rivados de la madera, como serrín y cor­
agua con un dispositivo en el extremo. vientos», p. 303). En las zonas propen­ tar llevar semillas de malezas más pro­ tezas pulverizadas o astilladas, salvo que
Una elección práctica para huertos es sas a sequías, espacie a mayor distan­
un tubo de goma rezumador o uno po­ cia, de manera que las raíces puedan ex­ C o n s e r v a c ió n d e la H u m e d a d d e l S u e l o
roso, tendido entre las plantas (véase tenderse para absorber humedad de una
también H er r a m ien ta s y e q u ipo s , «Rc- zona más amplia. Las hortalizas, como
zumadores», p. 469). las judías escarlata,
El agua rezuma a través de los aguje­ pierden las flores si el
ros o poros, generalmente regando una suelo alrededor de sus
franja de 30 cm de ancho. La tubería Control de malezas raíces se reseca. Riegue
los cultivos
puede trasladarse con facilidad de cul­ concienzudamente,
tivo a cultivo, y algunos tipos de tubos Un huerto debe estar libre de malezas.
porosos pueden enterrarse a baja pro­ Éstas compiten por agua, nutrientes y después aplique un
fundidad en el suelo. luz, pueden ahogar las plantas y alber­ «mulch» por medio de
gar plagas y enfermedades (véase P r o ­ una horca. El «mulch»
Períodos de riego críticos blem as d e las P la n ta s , «Malezas», pp.
evita la evaporación de
En el ciclo de desarrollo de las hortali­ 573-577). la humedad del suelo y
zas existen períodos en que el agua es también lo aisla,
particularmente benéfica; estos varían Malezas perennes elimina malezas,
según cada hortaliza. En tiempos secos Dentro de lo posible, limpie el huerto protege la superficie de
prolongados, riegue sólo durante estos de malezas perennes antes de cultivar. las lluvias intensas y la
períodos. Excave las de arraigo profundo y las ex­ erosión y reduce el
Las semillas que germinan, plantones tendidas, cuidando de no dejar trocitos daño al suelo al ser
y plantas recién trasplantadas nunca de­ que arraigarán y brotarán otra vez. Si pisado.
tengan dos años de antigüedad, porque
la descomposición absorbe el nitrógeno P lantar a través d e u n «M ulch» de P l á s t ic o blanco y negro
del suelo.
El mejor momento para aplicar los
orgánicos es en primavera y a principios
de verano, cuando el suelo está húme­
do. Conservan la temperatura y niveles
de humedad del suelo una vez aplicados,
de manera que aplique después de que
el suelo se haya entibiado en primave­
ra, pero antes de que comience a rese­
car. No aplique nunca sobre suelos fríos,
mojados o muy secos. Sin embargo, en
zonas de lluvias intensas y sobre suelos
pesados, es mejor aplicar un «mulch»
orgánico en otoño, para que las lombri­
ces lo trabajen.

En la práctica, resulta más fácil apli­
carlos al plantar, regando previamente
si fuera necesario. O bien aplique un
«mulch» a plantones jóvenes, ya plan­
tados y creciendo vigorosamente y de al
menos 5 cm de altura. Un «mulch» pue­
de ser de 2,5-7 cm de espesor o más; ten­
ga como meta uno profundo si desea
controlar malezas.
«Mulch» en pclícula de plástico
Éstos son películas de plástico, blancas,
negras o trasparentes. Según cuáles em­
plee, elevan la temperatura del suelo
para acelerar la cosecha, eliminan ma­
lezas, reflejan calor hacia la fruta que
madura y conservan las hortalizas fru­
tantes limpias y libres de salpicaduras.
Los de película brillante ayudan a fre­
nar las plagas voladoras.
La pclícula negra generalmente se usa
para suprimir malezas, aunque también
eleva la temperatura del suelo. Se pue­
de cultivar patatas nuevas bajo película
negra en lugar de enterrarlas (véase «Pa­
tatas», p. 357).
Las blancas se emplean sobre todo
para reflejar luz y calor sobre frutas en
maduración, como tomates y melones.
Algunas películas tienen la parte infe­
rior negra para suprimir malezas y la su­
perior blanca, para reflejar luz. Estas
elevan la temperatura 1° C más que las
negras. Las transparentes se emplean
mayormente para entibiar el suelo en
primavera o evitar salpicaduras.
Es más sencillo tender las películas
antes de plantar o sembrar. Si lo desea,
primero tienda tubos porosos o rezuma-
dores, después la película sobre el sue­
lo o el macizo a cubrir. Practique hen­
diduras de 7-10 cm en el suelo alrededor
del macizo y ancle el «mulch» introdu­
ciendo los bordes bajo el suelo con una
pala (véase «Mulch en película», p.
532); es más sencillo en macizos ligera­
mente amontonados. Para plantar, haga
cortes en forma de cruz con un cuchi­
llo en la pclícula, practique un agujero
en el suelo debajo de éstos, después des­
lice las plantas en el agujero y afirme.
Siembre semillas grandes, como las del
maíz, haciendo agujeros en el plástico
y metiendo las semillas.
Cuando aparezcan los plantones, guíe
a través de los agujeros para que no que­
den atrapados.
1 2
Excave una zanja alrededor
de ¡a zona a plantar, tienda el
«mulch» con la cara blanca hacia
requeridas y excave un agujero en la en el agujero. Afirme el suelo
arriba y asegure los bordes tierra lo bastante grande como para
firmemente dentro del suelo. acomodar el cepellón de la planta.
Cuando sea necesario, riegue cuida­
dosamente a través de los agujeros para
plantar. La película puede atraer babo­
sas: levante los bordes y retire o emplee
un matababosas patentado.
Alimentación
En suelos de jardín fértiles, a los que se
incorpora bastante materia orgánica de
manera regular, la mayoría de las hor­
talizas crecerá bien sin agregar fertilizan­
te suplementario. Pero como el aumen­
to de fertilidad del suelo lleva varios
años, un alimento suplementario será
necesario en suelos pobres o para corre­
gir deficiencias y, en algunos casos, para
lograr cosechas más abundantes.
Nutrientes para sucios
Las plantas requieren una gama de nu­
trientes; los tres más importantes para
las hortalizas, y que generalmente no
abundan, son fósforo (P), nitrógeno (N)
y potasio o potasa (K). Para más infor­
mación, véase «Nutrientes para suelos
y fertilizantes», pp. 530-53L
Mantenga niveles de fósforo y pota­
sio adecuados por medio de una apli­
cación anual de abono para jardines a
razón de 2-5 kg por m2 o estiércol a ra­
zón de 5,5 kg por m2; o bien emplee
fertilizantes artificiales, como triple fos­
fato o superfosfato (para P) y sulfato de
potasio (para K) en las tasas recomen­
dadas por el fabricante, o aplique en fer­
tilizantes compuestos que contengan N,
P y K.
El potasio se elimina muy lentamen­
te de la tierra, de manera que las reser­
vas duran hasta la estación siguiente. El
fósforo no se pierde por lixiviación, pero
puede «quedar encerrado» en formas in-
solubles, que no llegan a las plantas;
vuelva a aplicar si el análisis del suelo
indica una bajada de nivel. El nitróge­
no lixivia continuamente y debe repo­
Haga cortes en form a de cruz en Retire la planta (aquí, una
el plástico, a las distancias
tomatera) del tiesto y coloque
alrededor del cepellón y riegue.
Estaque si fuera necesario.
ner las reservas con continuidad, agre­
gando materia orgánica (que despren­
de nitrógeno al descomponerse) o ferti­
lizantes artificiales.
Las necesidades de nitrógeno varían
según cada hortaliza. Para más informa­
ción, véase Necesidades de nitrógeno,
p. 314, donde se indica las necesidades
de grupos diferentes empleando un fer­
tilizante con un contenido de 21 % de
N. Por lo tanto, la tasa varía según qué
fertlizante emplee; los nitrogenados
comprenden nitrato de amonio y nitra­
to de potasio.
Aplicación de fertilizantes
Los fertilizantes se venden secos (polvos,
gránulos y bolitas) y como líquidos con­
centrados (véase «Tipos de fcrtlizantes»,
p. 530). Pueden aplicarse bien como re­
vestido de base antes de sembrar o plan­
tar, o como revestido superior para es­
timular el desarrollo (véase «Aplicación
de fertilizantes», p. 531).
Aplique los nitrogenados en prima­
vera, un mes antes de sembrar o plan­
tar; puede agregar cantidades suplemen­
tarias más adelante, durante la estación
de desarrollo. No aplique nunca nitró­
geno en otoño, ya que será arrastrado
por las lluvias antes de plantar la ma­
yoría de las hortalizas. Los de fósforo
o potasio pueden aplicarse en cualquier
momento, a menudo en otoño o, si em­
plea fertilizantes compuestos, al mismo
tiempo que el nitrógeno, en primavera.
Alimentación en sistemas orgánicos
Si necesita alimentación suplementaria
use fertilizantes orgánicos de acción más
lenta. Estos comprenden pescado, san­
gre y polvo de huesos, uno general apli­
cado como revestido de base o superior,
y sangre seca (de acción relativamente
rápida), cuernos y pezuñas (acción más
lenta), que proveen una fuente de ni­
trógeno.
Existen varios alimentos líquidos pa­
tentados, algunos basados en estiérco­
3
les de animales y otros en extractos de
algas marinas. Parece que las últimas
son especialmente benéficas para el de­
sarrollo, aunque sus niveles de nutrien­
tes no sean muy altos. Se aplican por rie­
go o como alimento foliar.
Hortalizas cultivadas
en contenedores
En tiempo seco, la tierra en contenedo­
res se reseca velozmente. Para conservar
la humedad, mantenga la superficie cu­
bierta de un «mulch» de hasta 5 cm de
materia orgánica, piedras o plástico.
Prepárese a regar concienzudamente dos
veces al día.
Puede resultar necesario un alimen­
to ocasional; emplee fertilizante orgáni­
co o líquido diluido, siguiendo las ins­
trucciones del fabricante. Revista el
abono del contenedor en primavera y
cambie por completo cada dos o tres
años, cuando se vuelva compacto y me­
nos productivo.
Plagas y enfermedades
Las plantas sanas pueden resistir los ata­
ques de la mayoría de plagas y enferme­
dades. Por lo tanto, un buen cuidado bá­
sico m antendrá los problemas al
mínimo.
Aprenda a reconocer las más comu­
nes en su jardín y tome las medidas pre­
ventivas adecuadas. Dentro de lo posi­
ble, evite el uso de productos químicos
en el huerto. Aparte de su peligro inhe­
rente y el riesgo de que queden residuos
en el suelo, además de sobre las plan­
tas, pueden matar los enemigos natura­
les de muchas plagas y enfermedades.
Si el uso de controles químicos fuese
inevitable, al menos intente usar produc­
tos orgánicamente aprobados. En algu­
nos casos, puede utilizar un control bio­
lógico: la introducción del enemigo na­
tural de la plaga. Para información ge­
neral y detalles acerca de plagas y
enfermedades específicas, véase P r o b l e ­
m a s d e l a s P l a n t a s , pp. 545-577.
Prácticas sanas
Para reducir el problema de las plagas
y enfermedades, mantenga el suelo fér­
til y bien drenado, incorpore bastante
materia orgánica y rote los cultivos con
regularidad (véase p. 307). Cultive plan­
tas adecuadas al clima, eligiendo, den­
tro de lo posible, cultivares resistentes
o tolerantes a plagas y enfermedades
(véase listas de cultivares recomendados
para hortalizas individuales, pp.
317-358). Siempre compre plantas sanas.
Cultive en módulos y temple plantas cul­
tivadas en el interior. Si cultiva bajo cu­
bierto, use siempre tiestos limpios y tie­
rra esterilizada.
Plagas comunes
Los animales y pájaros que atacan las
hortalizas comprenden conejos, ciervos,
ratones, topos y palomas. En los casos
de ataques persistentes, levante verjas de
alambre o malla alrededor del huerto o
encima de los cultivos, empleando tram­
pas benévolas, y aleje a los pájaros gran­
des con alambres zumbadores y a los pe­
queños con tiras de algodón negras. En
los climas húmedos, las babosas y los
caracoles son las plagas más graves. En
general, se alimentan de noche: recója­
los y elimínelos de noche por medio de
una linterna. Si emplea controles quí­
micos, manipule con cuidado.
Las plagas del suelo, como babosas
y orugas nocturnas, atacan habitual­
mente a las plantas jóvenes, mordiendo
los tallos de las plantas a nivel del sue­
lo. Tienden a ser peores en suelos recién
cultivados. Un excavado concienzudo las
expondrá a los pájaros. Muchas plagas
N e c e s id a d e s d e N it r ó g e n o (e m p le a n d o fe rtliz a n te c o n 21 % d e N )
M uy B a jo B a jo
12 g por m2 25-35 g por m2
Zanahorias Espárragos
Ajos Judías (todas)
Rábanos Apio nabo
Achicorias (todas)
Calabacines
Pepinos
Endibias
Hinojo
Pepinillos
Alcachofas
Colirrábanos
Chayotes
Espinacas de Nueva Zelanda
Quimbombós
Cebollas (todas)
Chirivías
Cacahuetes
Salsifís
(Los guisantes Salsifís negros
no requieren Rutabagas
nitrógeno Tomates
suplementario) Nabos (y cabezas de nabos)
del suelo se alimentan de noche y es fá­
cil atraparlas a la luz de una linterna.
Las plagas del suelo microscópicas,
como las angilulas y los nemátodos, ata­
can a ciertos grupos de plantas, inclu­
yendo las patatas. Rote los cultivos para
evitar que se establezcan y críe los cul­
tivares resistentes disponibles.
Los insectos chupadores, que inclu­
yen diversas especies de pulgones, ade­
más de moscas de la zanahoria, de la col
y thrips o moscas del trueno, dañan una
gama de plantas chupando su savia;
pueden difundir virus durante el proce­
so. El conocimiento de sus hábitos pue­
de prevenir los ataques: por ejemplo,
sembrando más tarde o más temprano.
Emplee trampas amarillas pringosas
para atrapar pulgones, collares (véase
Aplicación de collares a plantones, p.
317) para alejar a las moscas de las raí­
ces de coles, y barreras de película con­
tra las de la zanahoria (véase p. 354). Los
rociados químicos u orgánicos pueden
controlar los ataques.
Diversas clases de orugas atacan a una
gran variedad de plantas. Retire a mano
o emplee el control biológico Bacillus
thuringiensis, o rocíos orgánicos o quí­
micos. Unas mallas finas colocadas en­
cima de las hortalizas evitan que las ma­
riposas adultas o las polillas desoven
sobre las plantas. Los escarabajos pe­
queños, como los mosca, roen las ho­
jas de plantones de coles. Puede contro­
larlos por medio de rociados y proteger
las plantas con mallas. Los escarabajos
grandes, como los de Colorado, plan­
tean serios problemas en áreas afectadas.
Las plagas pueden multiplicarse a
gran velocidad a elevadas temperaturas
bajo cristal. Las más graves son las mos­
cas blancas de invernadero y los ácaros
araña roja; ambas atacan a una amplia
gama de cultivos, y se han vuelto muy
resistentes a la mayoría de los rocíos quí­
micos comunes. Evítelas por medio de
M e d io
45-55 g por m2 70-100 g por m2
Amarantos Betarraga
Berenjenas Coles de Bruselas
Brécol raba Apio
Repollos (para almacenar) Espinacas de Ceilán
Calabresas Puerros
Coliflores Espinaca de Betarraga
Colocasias Melones
Pimientos picantes Acelga suiza
Tupinambos
Coles rizadas
Lechugas
Patatas (nuevas)
Calabazas
Ruibarbo (joven)
Espinacas
Brécol
Maíz
Pimientos
morrones/guindillas
Boniatos
Sandias
Solanos
C r e a c ió n d e c o n d ic io n e s sa n a s d e C u l t iv o
Mantenga los macizos de
hortalizas (aquí de
repollos ornamentales y
zanahorias) y senderos
libres de malezas y
desechos. Retire y queme
el material enfermo.
Riegue y alimente con
cuidado: el exceso puede
causar tantos daños
como la falta.
Entresaque los plantones
temprano para evitar el
apiñamiento y retire lo
entresacado. Estimule la
rápida germinación de
plantas de cultivo casero
sembrando en el interior
si las condiciones del
exterior fuesen adversas.
ventilación máxima y aumento de la hu­ medidas preventivas y una buena higie­
medad. En cuanto note su presencia, in­ ne resultan vitales para evitar esto últi­
troduzca algún tipo de control biológi­ mo. Pueden usarse algunos esprais como
co para reducir su número (véase prevención. Elija cultivares resistentes.
«Control biológico», p. 546). La raíz deforme, que es una infección
del suelo, es uno de los problemas más
Enfermedades comunes graves que afectan a la familia de las co­
Éstas están causadas, sobre todo, por les. Puede ayudar a controlar la infec­
hongos, bacterias y virus. Las plantas ción elevando el pH o aplicando cal
infectadas desarrollan una variedad de (véase «Aplicación de cal», p. 531) y cul­
síntomas que, en algunos casos, sólo las tivando en abono estéril en módulos
desfigura, pero en otros las mata. Las para que sean vigorosas.
enfermedades de pudrirse por el pie, por
ejemplo, infectan, y generalmente ma­ Desórdenes fisiológicos
tan, los plantones jóvenes; excave y que­ Algunos de los problemas experimenta­
me las plantas afectadas. dos en el cultivo de hortalizas pueden
Las enfermedades se extienden con deberse a condiciones incorrectas de cul­
mucha rapidez en condiciones favora­ tivo. El más común es una floración y
bles para su desarrollo y, una vez esta­ granado prematuros, ocasionados por
blecidas, son difíciles de controlar. Las cambios repentinos de temperatura, se­
quías o un sembrado en época incorrec­
ta. La ausencia de fruto puede deberse
a falta de polinización, riego errático o
sequías. Si existe carencia de minerales
A lto M uy A lto en el suelo, las cabezas de las coliflores
110 g por m2 pueden dejar de crecer. Los detalles ul­
teriores se dan en las listas de hortali­
Repollos (primavera, zas individuales (pp. 317-358), con con­
verano, invierno) sejos para la creación de condiciones de
Brécol chino desarrollo sanas.
Repollos chinos
Komatsuna
Mostazas orientales
Pak choi
Ruibarbo (en años de
cortado)
Cultivo bajo cubierto
los climas con estaciones de de­ Desmaleze antes de tender un
E
n
sarrollo cortas se puede aumentar P o l it ú n e l B a jo «mulch» flotante, ya que después son
considerablemente la productividad del difíciles de levantar para el desmalezado.
huerto cultivando plantas bajo cubier­
to en un ambiente protegido durante Películas de plástico perforadas
todo o una parte de su ciclo vital. Cuan­ Éstas están perforadas por diminutas
to más corta la estación de desarrollo, hendiduras o agujeros. Se suelen em­
más eficaz será la protección. plear en las primeras etapas del desarro­
A cubierto, aumenta la temperatura llo. Las desventajas comprenden un ca­
del aire y del suelo y los cultivos están Use aros de alambre clavados al lor excesivo en tiempos calurosos, una
protegidos de vientos fríos. Ello alarga suelo a 90 cm de distancia para protección contra heladas mínima y el
la estación de desarrollo en hasta dos sostener el plástico, sujeto en riesgo de rozar las plantas. Para «des­
meses. La calidad y el rendimiento de cada extremo a una estaca. tetar» plantas, corte la película de plás­
los cultivos mejoran con las temperatu­ Coloque cordeles sobre el plástico tico por el centro unos días antes de re­
ras más elevadas y una protección y sujete en la base de cada aro. tirarla por completo.
mayor.
Se puede emplear la protección para
comenzar a cultivar a principios de pri­ fícil controlar la ventilación, lo que «Mulch» flotantes Películas de malla
Éstas son fuertes y resisten durante va­
rias estaciones. Están bien ventiladas,
mavera y plantar fuera cuando aumente aumenta el riesgo de que aparezcan pla­
la temperatura. Las hortalizas veranie­ gas y enfermedades si las temperaturas Éstos consisten en diversos tipos de pe­ por lo que pueden permanecer encima
gas sem iresistentes, que no madurarían aumentan con rapidez; se pueden cor­ lícula, que incluyen la de plástico per­ de las plantas hasta que maduren. Tie­
en el exterior lo harán a cubierto; en cli­ tar agujeros en verano y pegarlos con forada, la de malla fina y la lanuda o nen poco efecto sobre la temperatura
mas frescos, las berenjenas y los quim- cinta adhesiva en invierno. fibrosa. Pueden tenderse sobre aros ba­ pero protegen del viento. Si los bordes
bombós sólo maduran completamente Debe renovar la película plástica cada jos de politúnel o directamente encima están bien anclados, protegen contra
bajo cubierto. Se puede alargar el perío­ dos años. de cultivos después de sembrar y plan­ muchas plagas de insectos.
do de cosecha invernal de muchas hor­ tar, ancladas en el suelo o sujetadas con
talizas: lechugas, guisantes, coles orien­ Politúneles bajos pesas. Los «mulch» son levantados por Películas lanudas o fibrosas
tales (p. 323) y espinacas dejan de crecer Éstos son baratos, móviles y flexibles; ios cultivos a medida que crecen. Estas películas ligeras, suaves, no teji­
en el exterior, pero siguen creciendo a la película de plástico liviana puede en­ Los flotantes promueven cultivos más das duran en general una estación. Se­
cubierto. rollarse para ventilar y regar. Proporcio­ tempranos y rendimientos más elevados gún el peso, pueden proteger contra he­
Aproveche la protección asegurando nan abrigo contra el viento y son útiles aumentando las temperaturas y prote­ ladas e insectos voladores; son más
que el suelo sea fértil y esté libre de ma­ en la mayoría de huertos, especialmen­ giendo del viento y, además, en algunos permeables al aire y la luz que las de
lezas. Las hortalizas requieren riego su­ te para la etapa final del templado de casos, de plagas de insectos. Todos ofre­ plástico. Se pueden cultivar muchas hor­
plementario a cubierto: aplique «mulch» los plantones y para proteger hortalizas cen una ventilación mejor que las pelí­ talizas bajo película lanuda hasta que es­
donde sea práctico para reducir el rie­ en tiempo inestable de primavera y culas de plástico sin perforar. tén casi maduras.
go. Las plantas que comenzaron a cul­ otoño.
tivarse a cubierto pueden detener el de­ Pero los politúneles bajos están limi­
sarrollo expuestas al exterior de manera tados a causa de su altura y endeblez, E m pleo de « M u l c h » F lota ntes
repentina. Temple gradualmente en los y ofrecen poca protección frente a tem­
casos adecuados. peraturas bajas. También deben estar P e l íc u l a d e
bien anclados en emplazamientos ven­ P l á s t ic o P e r f o r a d a
tosos. Los «mulch»
flotantes se extienden
Invernaderos y Cajoneras de huerto
Al ser relativamente pequeñas, éstas re­
sobre un macizo con
plantones y se
cajoneras sultan particularmente benéficas en los entierran los bordes
huertos en los que no hay espacio para pura que queden
La protección puede consistir en un in­ un invernadero o politúnel. Algunas son flojos y permitan el
vernadero, cajonera o politúnel. Para de­ portátiles. Son fáciles de ventilar y pue­ desarrollo. La película
talles completos, véase I n v e r n a d e r o s den calentarse por medio de cables eléc­ de plástico perforada
y C a jo n e r a s , ,pp. 47 4 -4 9 1 . tricos calentadores del suelo. protege los plantones
Sirven para cultivar y templar plan­ y permite la ventilación
Invernaderos tones; su baja altura limita la gama de
Un invernadero permanente acristalado cultivos, aunque puede retirar sus cober­
ofrece un medio ambiente excelente para turas para permitir que maduren los cul­
el desarrollo. Es fácil de ventilar y, por tivos semiresistentes. Se las puede oscu­
la noche, conserva mejor el calor que la recer para forzar cultivos como la
película plástica. Pueden aumentar las achicoria Witloof y las endibias.
enfermedades del suelo si se cultiva p.
ej. tomates durante varios años conse­ Campanas
cutivos; en ese caso, debe cambiar el sue­ Aunque las individuales sólo cubren una
lo o esterilizarlo, o cultivar en contene­ pequeña zona, colocadas una junto
dores. Las hortalizas no resistentes a otra pueden cubrir una hilera com­
trepadoras podrían requerir sostén. pleta.
Para aprovecharlas al máximo, tras­
Politúneles de acceso libre lade de un cultivo a otro durante una es­
Éstos están construidos en plástico tación; por ej. proteja ensaladas inver­
transparente fuerte colocado sobre so­ nando, comience el cultivo de patatas P e l íc u l a d e M a lla P e l íc u l a L a n u d a
portes de metal. Son más fáciles y ba­ nuevas o judías enanas en primavera, Ésta protege las plantas de plagas Ésta protege contra heladas y
ratos de construir que los invernaderos, después madure melones a mediados de de insectos y daños del viento. desalienta las plagas de insectos.
y trasladables. Sin embargo, resulta di­ verano.
E l H u e r t o de H o r t a l i z a s

Cosecha y almacenado
y cuándo se cosechan las nas, especialmente las de hojas y las co­
C
ómo A lm acena do de R ist r a s
hortalizas, y si se emplean frescas, les, pueden cortarse en diferentes etapas, d e C eb o lla s
almacenadas o ambas cosas, depende dey con frecuencia volverán a brotar, dan­ Trence las hojas de las
sus carcterísticas y del clima. Cuantodo una segunda y tercera cosecha. cebollas para formar
más corta la estación de desarrollo y más ristras. Puede colgarlas
severo el invierno, tanto mayor el incen­ Cosechas de cortar-y-volvcr-a-brotar en el exterior en tiempos
tivo a almacenarlas, ya sea naturalmente Este método es adecuado para hortali­ cálidos para seguir
o congeladas. Para más detalles, véase zas que vuelven a brotar después de una secándose, y después
la lista de hortalizas individuales, pp. cosecha inicial, permitiendo consumir­ llevarlas al interior y
317-358 y Hortalizas fácilmente conge­ las frescas durante un período bastante almacenarlas en
lables, más abajo. largo. Se pueden cosechar como plan­ condiciones libres de
tones o más adelante, cuando estén ma­ heladas.
duras o semimaduras.
Coseche plantones cuando midan 5-10
Cosecha cm de altura, cortando a 2 cm del nivel
del suelo. Algunos, por ejemplo los de
Siga las pautas para cada hortaliza in­ nabo, oruga y berro se pueden cortar y
dividual acerca de cómo cultivar. La ma­ permitir que rebroten varias veces suce­
yoría se cosechan maduras, pero algu­ sivas. Véase también «Cosechas de plan­
tones de cortar-y-volver-a-brotar», p.
310.
V eg eta les q u e se Si al cosechar algunas plantas madu­
C o n g e l a n B ie n ras o semimaduras se las corta dejando
2,5-5 cm volverán a brotar, producien­
Espárragos 1 do más hojas y, en algunos casos, vás- Hortalizas frutícolas ejemplares sanos y sin golpes. Las pa­
Berenjenas I 2 tagos floridos comestibles después de al­ En general, los tomates, berengenas y tatas son susceptibles de helarse; alma­
Betarragas 1 3 gunas semanas (véase «Cultivo de coles pepinos tienen un momento óptimo cene en sacos a prueba de luz, en un lu­
Habas 1 orientales», p. 323). para cosecharlos, aunque también se los gar resguardado de heladas.
Brécol raba 1 Esta técnica es adecuada para ciertos puede cosechar no maduros. Si los al­ Las hortalizas de raíz, como zanaho­
Brécol I tipos de lechugas, endibias, achicorias macenara para consumirlos en invierno, rias y remolachas, pierden humedad con
Coles de Bruselas 1 de terrón de azúcar y acelgas. Resulta es mejor transformarlos en conservas o facilidad; almacene en capas, en cajo­
Calabrcsas 1 útil en climas frescos, en otoño y a prin­ congelarlos. nes con arena húmeda, sustituto de tur­
Zanahorias 1 3 cipios de invierno, pues las plantas tra­ Los pimientos morrones se conservan ba, o turba en un cobertizo o sótano
Coliflores 1 2 tadas así sobreviven a temperaturas más durante muchos meses si se arrancan fresco (véase Almacenado de zanaho­
Coles 1 2 bajas que lo normal y pueden ser pro­ plantas enteras y se cuelgan en lugar rias, p. 354). También pueden almace­
Apio 2 ductivas, en especial a cubierto. seco y libre de heladas. Ciertos cultiva­ narse en montones en el exterior: apile
Brécol chino 1 res de calabazas se pueden almacenar sobre paja y cubra con más y, en zonas
Repollo chino I 2 varios meses. Deje los frutos en la planta frías, una capa de tierra para proteger­
Calabacines 1 hasta que maduren, después recoja y las de las heladas (véase Cómo realizar
Chimbolos 1
Judías comunes I
Almacenado «cure» al sol para endurecer la cáscara, un montón de rutabagas, p. 353).
con el fin de que forme una barrera efi­
Pimientos picantes 1 2 El tiempo durante el que las hortalizas caz ante la pérdida de agua y almacene
Coles rizadas 1 pueden almacenarse depende de las con­ en un ambiente libre de heladas y seco
Colirrábanos I 2 diciones de almacenamiento y de la hor­ (véase también «Calabazas», p. 335).
Judías de Lima 1 taliza o cultivar. Para más detalles, véa­
Chayotes 1 2 se hortalizas individuales. La causa Bulbos A lm acenado de R e po llo s
Espinacas de Nueva Zelanda 1 principal del deterioro después de cose­ Ciertos cultivares de cebollas, escalonas C olorados
Quimbombó 1 chadas es la pérdida de agua; intente evi­ y ajos se conservan durante muchos me­
Chirivías 1 3 tarla. No almacene ejemplares dañados ses. Coséchelas maduras o casi madu­
Guisantes 1 o enfermos porque podrían pudrirse. ras y séquelas al sol (o a cubierto en cli­
Patatas (sólo patatas nuevas Las hortalizas frecuentemente se con­ mas húmedos) hasta que la piel exterior
y pequeñas) I gelan bien; hay que blanquear casi to­ parezca papel. Manipule los bulbos con
Calabaza 2 das, ya sea en agua hierviendo o vapor cuidado para evitar golpes. Cuelgue en
Ruibarbo 2 y enfriando con rapidez antes de con­ ristras trenzadas, en redes o espaciadas
Judías escarlata I gelar. La única excepción son los pimien­ sobre bandejas en condiciones bien ven­
Espinacas 1 tos dulces, que pueden congelarse sin tiladas y libres de heladas (véase tam­
Espinaca de Betarraga 1 preparación inicial. bién «Almacenado de cebollas», p.
Cebollas de primavera 2 345).
Brécol 1 Hortalizas de hojas y coles
Rutabaga 1 2 Éstas, además de varios tipos de coles, Hortalizas de raíz
Maíz 1 como las calabrcsas y la coliflor, tienen Algunas de éstas, como patatas y zana­
Pimientos morrones tan alto contenido de agua que pocas se horias, se cosechan jóvenes y se consu­
Acelga suiza 1 pueden almacenar bien. men no maduras, o se las deja madurar
Tomates I Una excepción es la col de almacena­ y se cosechan y almacenan al final de
Nabos I 2 3 miento invernal, que puede almacenar­ la temporada. Algunas, como las cliiri-
Solanos I se sea colgada en redes o en lechos de vías, son muy resistentes y, salvo en in­
C lave paja, en un cobertizo libre de heladas viernos severos, pueden quedar dentro Coloque los repollos sobre tablones con
1 Blanquear o una cajonera. Varias coles se conge­ del suelo hasta que se las necesite. paja en un lugar fresco, ventilado y sin
2 Cortar en cubitos, rebanar, hacer puré o lan bien: hay cultivares cultivados con Prepare las hortalizas a almacenar heladas. Deje espacios entre cada
picar ese fin. Sólo congele productos de má­ cuidadosamente, retirando todo el folla­ uno para permitir la circulación del
3 Sólo congelar joven xima calidad. je, ya que éste se pudre. Sólo almacene aire y desalentar la putrefacción.

Coles occidentales
comprenden coles rizadas, lerancia a las heladas; la mayoría ofre­
E
sta s
coliflores, coles, coles de Bruselas, ce resultados pobres en temperaturas al­
brécol, calabrcsas, colirábano, rutaba-tas, por ello, cultive en invierno en cli­
gas y nabos. Los cobrábanos, rutabagasmas cálidos. En los tem plados,
y nabos aparecen en las páginas 350,352 proporcionan cosechas a lo largo de casi
y 353 respectivamente. todo el año.
Las coles occidentales son bienales,
pero se las cultiva como anuales por sus Kmpla/amiento para coles occidentales
hojas y raíces, y como bienales por sus Se requiere uno de suelo fértil, bien dre­
capítulos y vástagos. Cada tipo mues­ nado y que conserve la humedad. Rote
tra una variedad considerable y a me­ las coles (véase p. 307) para evitar un
nudo existe una gama de cultivares para aumento de las raíces deformes. Si esto
diferentes estaciones. En general se co­ se convierte en un problema, trate el sue­
cinan, pero algunas se consumen crudas. lo con cal (véase p. 531) para llevar el
Las coles occidentales son cosechas de pH a 6,5-7 y desalentar la enfermedad.
estación fresca, con varios grados de to- La mayoría de las coles occidentales re­
quieren mucho nitrógeno (p. 314), pero
A p l ic a c ió n DE COLLARES no plante en suelos donde haya aplica­
a P la n t o n e s do estiércol recientemente, pues ello cau­
sa un desarrollo frondoso, propenso a
las plagas y menos resistente. Puede apli­
car un revestido de base antes de plan­
tar (véase «Aplicación de fertilizantes»,
p. 313).
Siembra y plantación de coles
occidentales
Éstas prefieren suelos firmes; pueden
plantarse después de una cosecha de
hortalizas anterior sin labrar la tierra.
Siembre insitu, en un macizo semillero
Si las moscas de la raíz de las coles o en bandejas o módulos para trasplan­
son un problema, coloque un collar tar. Si el suelo estuviera infectado por
alrededor de los tallos de cada la enfermedad que deforma raíces, siem­
bre en módulos, transfiriendo a tiestos
plantón. Apóyelo en la tierra para antes de plantar fuera, para que las plan­
evitar que las moscas adultas tas tengan un comienzo sano y tiendan
desoven en la base del tallo.
Coles rizadas (Brassica oleráceo Grupo Acephala)
Cultivadas como anuales o bienales, se­ ancha (como la alta ‘Pentland Brig’) en
gún el tipo, las coles rizadas enanas mi­ general producen hojas a partir de un
den 30-40 cm de altura y circunferencias tallo central Las hojas de todas las ri­
de 30 cm; los tipos altos crecen hasta los zadas y los vástagos que florecen en pri­
90 cm, con circunferencias de 60 cm. Al­ mavera y las hojas jóvenes de las de hoja
gunas americanas se conocen por el ancha se consumen cocidas o crudas.
nombre de «collard». Las de hojas li­ Las rizadas son las más resistentes, al­
sas (como la alta ‘Thousandhead’) y las gunas sobreviven a —15° C; muchas to­
rizadas (como la ‘Frybor’, de tamaño leran temperaturas elevadas. Todas pre­
mediano) y los híbridos rizados de hoja fieren suelos fértiles y bien drenados y
requieren niveles de nitrógeno medios
(véase p. 314).
Siembra, plantación y cultivo rutinario
Siembre las semillas al principio de la
primavera, para cosechas de verano, y
al final de la misma para las de otoño
e invierno. Siempre in situ o en bancos
o bandejas de semillas para trasplantar;
las formas enanas deben espaciarse
30-40 cm, las altas, 75 centímetros.
Abone en primavera las de tipo inver­
nal con un preparado nitrogenado para
estimular el crecimiento.
En inviernos crudos, críe los cultiva­
res enanos en politúneles bajos. Las co­
les no suelen padecer enfermedades ni
Coi. R iza d a infestaciones.
C oles
Calabresa
Coliflor
Coles de
Bruselas
a madurar sin infecciones. Las coles al­
tas, de cabezas pesadas, como las de
Bruselas o el brécol, deben plantarse a
10 cm de profundidad. Entierre el tallo
al crecer, apilando un pequeño montón
de tierra alrededor de éste de una pro­
fundidad de 10 cm; en lugares ventosos,
sujete a una estaca de 1 m.
Plante las coles con firmeza; las ho­
jas inferiores deben estar encima del ni­
vel del suelo. En algunos casos puede va­
riar el espaciado para determinar el
tamaño de la col.
Si los espacios son grandes, se pue­
den plantar plantones de ensalada o rá­
banos en medio.
Cultivo bajo cubierto
Para rizadas muy tempranas no resisten­
tes, siembre semillas a principios de pri­
mavera en hileras separadas 15 cm o en
surcos anchos. Coseche como plantones
grandes o entresaque éstos hasta dejar
7 cm de separación y corte cuando for­
men plantas de 15 cm de altura, dejan­
do que los tocones vuelvan a brotar para
una segunda cosecha.
C o l e s R iz a d a s O r n a m e n t a l e s
Las coles rizadas
ornamentales se
cultivan principalmente
como decoración
invernal del jardín o
para decorar ensaladas.
Las hojas son
estriadas: verde, rojo,
blanco o púrpura.
O cc ide n ta l e s
Repollo de
invierno
Cultivo de coles occidentales
Aplique «mulch» después de plantar
para eliminar malezas. En tiempo seco,
riegue igual que las hortalizas de hojas
(véase «Períodos de riego críticos», p.
312). Aplique fertilizante nitrogenado
durante el desarrollo.
Los escarabajos pulga (p. 548), babo­
sas y caracoles (p. 548), pudrirse por el
pie (p. 548), moscas de raíz de col (p.
564), llaga blanca (p. 550), déficit de
molibdeno (p. 556), y orugas nocturnas
(p. 554) afectan las plantas jóvenes. Las
orugas (p. 549), moscas blancas de la col
(p. 550), cocos (véase «Pulgones», p.
550), raíz deforme (p. 553) y los pája­
ros (p. 561) atacan las plantas en todas
las etapas del desarrollo.
Cosecha y almacenado
Algunos cultivares están maduros siete
semanas después de sembrar, pero pue­
de dejarlos en el suelo bastante tiempo.
Corte las hojas en otoño e invierno para
estimular un desarrollo nuevo.
Recoja los vástagos en primavera,
cuando midan 10 cm, antes de abrirse
las flores. Las rizadas son fáciles de con­
gelar.
 Cultivadas como anuales o bienales, las
coliflores forman cabezas de un tama­
ño promedio de 20 cm de diámetro; las
plantas miden 45-60 cm de altura y se
extienden hasta los 90 cm. Se clasifican
por la estación principal de consumo,
generalmente en invierno (diferencian­
do entre las adecuadas a zonas con he­
ladas o libre de éstas), principios de ve­
rano y verano/otoño, aunque estos
grupos se solapan (véase Tipos de coli­
flores, más abajo). La mayoría de los
tipos tiene cabezas cremosas o blancas,
pero existen unos de sabor distintivo de
cabezas verdes o púrpura. Las cabezas,
y en algunos casos las hojas verdes jó ­
venes que las rodean, se cosumen coci­
das o crudas en ensaladas. Se pueden
cultivar coliflores de cabezas más peque­
ñas, de 5 cm de diámetro, a partir de cul­
tivares de principios de verano.
Las coliflores son cultivos de estación
fresca y en general no crecen bien en zo­
nas de temperaturas veraniegas elevadas.
Varios cultivares son resistentes, pero las
coliflores sólo pueden cosecharse a lo
largo de todo ei año en zonas libres de
heladas en invierno. Para información
sobre suelos y emplazamiento, véase
«Emplazamiento de coles occidentales»,
p. 317; las que invernan requieren una
posición protegida en el exterior, y en
general no se las cultiva hasta la madu-
COLIFLORES
R ecom endadas
Invierno
‘Aprilex’
‘Asmer Snowcap’
‘Vilna’
‘Walcheren Winter Armado
April’
‘Walcheren Winter Maystar’
Principios de verano
‘Alpha Paloma’
‘Montana’
‘White Summcr’
Verano/otoño
‘Autumn Glory’
‘Barrier RceP
‘Barrier Reer
‘Canberra’
‘Plana’
‘White Rock’
Cultivares verdes
‘Alverde’
‘Minaret’
‘Romanesco’
Cultivares púrpura
‘Purple Cape’
‘Purple Queen’
‘Rosalind’
rez a cubierto. Todas requieren un sue­
lo que conserve la humedad, con nive­
les de nitrógeno medios (véase p. 314),
y un pH de 6,5-7,5.
Siembra y plantación
El éxito con las coliflores depende de
sembrar el cultivar correcto en el mo­
mento adecuado y permitir que las plan­
tas se desarrollen con la menor cantidad
posible de trabas a éste (a causa de tras­
plantados o suelos secos, p. cj.). Allí
donde son probables las sequías en ve­
rano, cultive las que forman cabezas en
primavera, que aprovecharán las lluvias
otoñales, o minicoliflores de madura­
ción rápida.
Las principales épocas de sembrado
y el espaciado aparecen en la tabla in­
ferior. En general, se siembra coliflo­
res en módulos, bandejas semilleras o
macizos semilleros para trasplantar,
pero se pueden sembrar in silu y entre­
sacar para obtener el espaciado correc­
to. En general, cuanto más tarde plan­
te, más grande será la coliflor y más
amplio el espaciado necesario. Las se­
millas germinan mejor en temperaturas
de 21° C.
Para un acopio de verano muy tem­
prano, siembre semillas en otoño, en
módulos o bandejas semilleras, después
coloque los plantones en tiestos peque­
ños. Ponga los tiestos en cajoneras ven­
tiladas o bajo campanas en invierno. O
siembre in silu en cajoneras o bajo cam­
panas, entresacando hasta dejar un es­
paciado de 5 cm. Temple plantones an­
tes de plantar fuera en primavera. Para
cosechas tardías, siembre en el interior
con calor suave a principios de prima­
vera y trasplante a tiestos pequeños.
M in ic o l if l o r e s
T ip o s de C o l if l o r
G ru po C u á n d o S em brar
Invierno (zonas libres de heladas] Fines de primavera
Invierno Fines de primavera
Principios de verano Oloño/prineipios de
primavera (bajo cristal)
Verano/otoño Mediados-fin de primavera
P r o t e c c ió n d e cabezas d e C o l ifl o r
En invierno y principios de Curve las hojas sobre la
primavera las cabezas cabeza central, asegurándolas
maduras de los tipos que con cordón suave.
invernan necesitan protección de
las heladas.
Para grupos de verano/otoño e invier­ Plagas y enfermedades
no, siembre el primer grupo en el inte­ Para éstas, véase «Cultivo de coles oc­
rior en bandejas semilleras o módulos, cidentales», p. 317. Las coliflores tam­
0 in silu en cajoneras o bajo campanas. bién son atacadas por los escarabajos del
Puede realizar sembrados sucesivos en polen (p. 561).
un macizo semillero en el exterior o en
módulos para un trasplantado posterior. Cosecha y almacenado
Para obtener minicoliflores, seleccio­ El tiempo entre la siembra y la madu­
ne un cultivar de principios de verano- rez varía entre aproximadamente 16 se­
para sembrarlo en primavera o a prin­ manas en el caso de las de verano/oto­
cipios de verano; siembre varias semillas ño, hasta 40 semanas para las de
juntas a 15 cm de distancia, entresacan­ invierno. Corte las cabezas mientras es­
do hasta dejar un solo plantón cuando tén firmes y prietas. Las minicoliflores
germinen. O bien, cultive plantas en mó­ maduran 15 semanas después de sem­
dulos y plante fuera separadas por 15 bradas y deben recogerse de inmediato,
cm. Para obtener existencias continuas, porque se deterioran con velocidad. To­
efectúe una serie de siembras sucesivas. das las coliflores, en especial las mini,
se congelan bien.
Cultivo rutinario
Las coliflores requieren un regado regu­
lar durante el período de desarrollo. En
condiciones secas, riegue a razón de 22
1 por m2, cada dos semnas. Durante el
invernado, las coliflores requieren poco
nitrógeno al ser plantadas o serán de­
masiado blandas para sobrevivir a las
condiciones más frías.
Se puede aplicar un fertilizante nitro­
genado o un alimento orgánico líquido
en primavera.
Para evitar que las cabezas blancas se
decoloren en tiempo soleado, sujete las
hojas encima de las cabezas. Esto tam­
bién puede efectuarse en invierno y en
primavera para proteger los tipos que in­
venían de los elementos; pero la mayo­
ría de los cultivares modernos tienen ho­
jas que tienden a cubrir las cabezas. C o l if l o r d e C a b e z a P ú r p u r a
C u á n d o P lantar E s p a c ia d o C u á n d o C osechar
Verano 70 cm Invierno/a principios de primavera
Verano 63 cm Principios de primavera
Primavera 52 cm Entre principios y mediados
de verano
Principios de verano 55-63 cm Fines de verano-fines de otoño
 C oles O c c i d e n t a l e s

Repollos (Brassica oleráceo Grupo Capitata)

La mayoría de repollos se cultivan como
anuales. Las plantas generalmente mi­
den 20-25 cm de altura y se extienden
hasta los 70 cm. La cabe/a promedio
mide 15 cm de diámetro.
Se las agrupa según la estación en la
que maduran, aunque existe cierto so-
lapamicnto entre grupos. Las hojas son
verde claro u oscuro, azul verdosas,
blancas o rojas y lisas o rizadas (savoy).
Las cabezas son puntiagudas o redon­
das y de densidad variada. Las verdu­
ras de primavera son o bien cultivares
de hoja suelta o repollos normales de
primavera cosechados antes de que se
forme la cabeza. Las hojas se consumen
crudas y cortadas en ensaladas o coci­
das. También se pueden encurtir. Si son
lo bastante tiernos, los tallos pueden
cortarse en rebanadas finas y consumir
cocidos. Algunos tipos invernales se
pueden almacenar.
Crecen mejor a 15°-20°. No plante en
temperaturas superiores a los 25° C. Los
cultivares más resistentes sobreviven en
temperaturas de —10° C durante perío­
dos cortos. En general, no se los culti­
va a cubierto.
Para un buen desarrollo, requieren
suelos fértiles, conservadores de la hu­
medad y ricos en tierra negra, con un
pH por encima de 6. Los repollos de pri­
mavera, verano y los frescos de invier­
no requieren niveles de nitrógeno muy
elevados, y los de almacenado invernal,
niveles medios (véase p. 314). No revis­
ta los de primavera con revestido de base
R epo l lo s
R ecom endados
Primavera
‘Avoncrest’
‘Dorado’
‘Duncan’
‘Durham Early’
‘Greensleeves’ (sólo verduras)
‘Offenham 1 - Myatt’s
Offcmham Compacta’
‘Prospera’
‘Prospera’ F1
‘Spring Hero’
R e p o l l o s d e P r im a v e r a M a d u r o s
Principios de verano
nitrogenado al plantar, ya que el nitró­ beza; adopte un espaciado más estrecho ‘Hispi’ F1
geno probablemente será arrstrado por para obtener cabezas más pequeñas y vi­ ‘Spivoy’ F1 (savoy)
las lluvias en invierno; en su lugar, re­ ceversa. Se puede colocar un collar al­ ‘Wivoy’ F1 (savoy)
vista en primavera. rededor de los tallos de cada plantón al
trasplantar, para protegerlos de las mos­
Siembra y plantación cas de la raíz de la col (véase Aplicación ‘Wivoy’
Siembre los cultivares elegidos en el mo­ de collares a plantones, p. 317). Asegu­
mento correcto para su grupo (véase Ti­ re que los plantones jóvenes reciban un
pos de repollos, más abajo). Siembre se­ riego suficiente hasta que estén bien es­
millas en macizos semilleros o módulos tablecidos.
y trasplante los plantones a su lugar de­ Para obtener verduras primaverales, Verano
finitivo cinco semanas más tarde. El es­ cultive un cultivar para verduras, espa­ ‘Castello’
paciado adecuado varía según el tipo ciando las plantas a 25 cm o emplee un ‘Derby Day’
(véase tabla, más abajo), y puede mo­ cultivar que forme cabezas y espacie las ‘Minicole’ Fl
dificarse para variar el tamaño de la ca­ plantas a 10-15 cm de separación. Cor- ‘Ruby Ball’ FI
‘Spitifire’

‘Spitfire’

Otoño
‘Autoro’ FI
‘Marner Sepco’
‘Rapier’ FI
‘Winnigstadt’
Invierno (para almacenar)
‘Hidcna’
‘Holland Winter White’
R epollo d e O t o ñ o R epo llo co lo ra d o d e V era n o R epo llo S avoy ‘Jupiter’ FI
‘Polinius’
T ipos de R ep o l l o s Invierno (para consumir frescos)
‘Aquarius’
G ru po (épo ca D e s c r ip c ió n P e r ío d o d e S ie m b r a P r in c ip a l E s p a c ia d o ‘Celtic’ FI
de M a d u r ez) P r o m e d io
Primavera Cabe/as pequeñas, puntiagudas o redondas Fines de verano 30 cm
Verduras de hojas sueltas Fines de verano 25 cm
Principios de verano Cabezas grandes, principalmente redondas A principios de primavera (bajo cristal) 35 cm ‘January King
Hardy Late Stock
Verano Cabezas grandes redondas Principios de primavera 35 cm
Otoño Cabezas grandes redondas Fines de primavera 50 cm
.Invierno (para almacenar) Tipos lisos, de hojas blancas, Primavera 50 cm ‘Ice Queen’ FI (savoy)
blancas de invierno ‘January King Hardy
I,ate Stock 3’
Invierno (consumir frescos) Tipos azules, verdes y de hojas savoy Fines de primavera 50 cm
 C o se c h a d o d e V e r d u r a s
Plante repollos de
primavera a 15 cm de
distancia. Cuando
hayan crecido, pero
antes de que formen
un corazón
compacto, coseche
plantas alternadas,
cortando las bases.
Emplee éstas como
verduras de
primavera.
te jóvenes como verduras sueltas; se pue­
de dejar cada segunda o tercera planta
para que forme corazón si se emplea un
cultivar que forme cabezas.
Cultivo rutinario
Para aumentar su estabilidad, entierre
los repollos de invierno al crecer. Pro­
teja los de primavera bajo campanas o
«mulch» flotante y aplique fertilizante
líquido o revestido nitrogenado en pri­
mavera; alimente los demás durante la
estación de crecimiento. Mantenga hú­
medos durante el desarrollo (véase «Pe­
ríodos críticos de riego», p. 312).
Plagas y enfermedades
Para información sobre plagas y enfer­
medades de los repollos véase «Cultivo
de coles occidentales», p. 317. También
Coles de Bruselas (Brassica oleracea Grupo Gemmifera)
Éstas son bienales cultivadas como
anuales, y su altura varía entre los 35 cm
de las enanas hasta los 75 cm de las al­
tas, con una extensión de 50 cm en am­
bos casos. Las coles de Bruselas se di­
viden, según el momento de madurez,
en grupos tempranos, de mediana esta­
ción y tardíos. Los tipos tempranos tien­
den a ser más pequeños y menos resis­
tentes. Los cultivares F1 modernos son
P i .a n t a d e C o l d e B r u s e l a s e n a n a
de P r im a v e r a
puede darse una plaga de plantones (p.
558).
Cosecha y almacenado
Los cultivares de primavera y verano va­
rían en su capacidad de permanecer en
el suelo en buenas condiciones, una vez
formada la cabeza; los modernos per­
manecen a menudo más tiempo que los
tradicionales. Normalmente, la planta se
excava una vez que la cabeza ha sido
cortada, pero los cultivares de primavera
y principios de verano pueden producir
una segunda cosecha si se corta la ca­
beza dejando 10 cm de tallo en el suelo.
Con un cuchillo afilado, practique una
cruz poco profunda en el extremo del
tallo para estimular desarrollo nuevo. Si
el suelo es fértil y húmedo, se desarro­
llarán tres o cuatro cabezas más.
una mejora de los más antiguos, de po­
linización abierta; dan mejores resulta­
dos en suelos fértiles, tienen menor ten­
dencia a inclinarse (porque tienen un
sistema de raíces más sólido) y produ­
cen retoños más compactos y parejos.
Los retoños prietos que crecen sobre los
tallos se cuecen; también pueden con­
sumirse crudos, rallados en ensaladas.
También son comestibles las hojas ma­
duras de los extremos superiores. Exis­
te un cultivar colorado, menos produc­
tivo pero más sabroso: ‘Rubine’.
Las de Bruselas son coles típicas de
estación fresca; los cultivares más resis­
tentes toleran temperaturas de —10° C.
Sembrados sucesivamente, dan una co­
secha constante desde principios de oto­
ño hasta fines de primavera. Poco an­
tes de plantar, se puede aplicar un
revestido de base general; se requieren
niveles de nitrógeno altos (véase p. 314).
Evite el uso de suelo con aplicación re­
ciente de estiércol, ya que estimula el de­
sarrollo de retoños sueltos y flojos en
lugar de prietos. Para información so­
bre el suelo y emplazamientos véase
CÓMO OBTENER UNA SEGUNDA COSECHA
Para producir una segunda Algunas semanas después
cosecha de verduras, haga un habrán brotado unas cabezas
corte en forma de cruz en el tallo diminutas, listas para una
tras cortar la cabeza del repollo. segunda cosecha.
P r e p a r a c ió n d e R epo l l o s para A lm acenado
Antes de almacenar los .gp
repollos, retire las
hojas exteriores sueltas
o descoloridas con
cuidado sin dañar la . >{p‘
cabeza (véase
inserción). Examine los
repollos regularmente
mientras están
almacenados y elimine
las hojas podridas.
Los repollos para almacenar (cultiva­ portes de tablas o paja sobre el piso de
res blancos de invierno y colorados ade­ un cobertizo o cuelgue en redes. Alma­
cuados) deben retirarse antes de heladas cene las cabezas por encima de los 0o,
severas. Excave con cuidado, elimine las en humedad relativamente alta. También
hojas exteriores sueltas. Coloque en so­ puede almacenar en cajonera, a condi-
E n t e r r a d o d e C oles de
Alrededor de un
mes después de
plantadas fuera,
entierre las coles de
Bruselas rodeando
el tallo con tierra
para aumentar la
estabilidad. En esta
etapa también
puede estacarlas si
estuvieran en un
emplazamiento
expuesto.
«Emplazamiento de coles occidentales», tener una cosecha muy temprana, siem­
p. 317. bre bajo calor suave a cubierto a prin­
cipios de primavera. Siembre en bande­
Siembra y plantación jas o en macizos semilleros para
Siembre en serie de mediados a fines de trasplantar, o in situ en suelo firme; la
primavera, empezando por los cultiva­ mayoría de las de Bruselas no crecen
res de maduración temprana. Para ob­ bien en módulos.

A principios de verano, entresaque o
trasplante con el espaciado requerido,
generalmente cuatro o cinco semanas
después de sembrar. Plante los cultiva­
res enanos separados por 45 cm y los al­
tos por 60 cm. Emplee un espaciado más
estrecho a fin de obtener retoños más
pequeños de tamaño más uniforme, y
uno más amplio para obtener retoños
más grandes que maduran sucesivamen­
te, por lo que pueden recogerse a lo lar­
go de períodos más extensos. Un espa­
ciado amplio también estimula una
buena circulación del aire, lo que man­
tiene las plantas sanas y libres de enfer-
E lim in ació n d e H o ja s
Corle las hojas amarillentas o
enfermas que se desarrollen, ya que
pueden llevar enfermedades fúngicas
que dañarían todo el cultivo. Esto
también mejora la circulación del aire.
Brécoles (Brassica oleráceo Grupo Italica)
Estas plantas bienales grandes alcanzan
alturas de 60-90 cm y se extienden has­
ta los 60 cm. Existen formas púrpuras
y blancas; las púrpuras son más prolí-
ficas y resistentes. Los vástagos floridos
que se desarrollan en primavera se con­
sumen cocidos.
Br é c o i . P ú r p u r a
medades. Plante los cultivares altos pro­
fundamente y entierre los tallos al cre­
cer proporcionando estabilidad suple­
mentaria.
Las coles de Bruselas, con su tasa de
desarrollo baja, pueden intercultivarse
en los primeros meses con hortalizas de
maduración rápida.
Cultivo rutinario
Mantenga los macizos libres de maleza.
Dado que las plantas están muy espa­
ciadas, sólo se requiere un riego suple­
mentario en condiciones muy secas,
cuando deben regarse igual que los cul­
tivos hojosos (véase «Períodos de riego
críticos», p. 312). Si las plantas no cre­
cieran vigorosamente, a fines de verano
se puede aplicar un revestido de fertili­
zante nitrogenado, o alimento líquido
orgánico. Elimine las hojas marchitas o
enfermas de los tallos apenas aparezcan.
Si se desea obtener retoños para con­
gelar, críe un cultivar temprano que ma­
dure en otoño y elimine el extremo de
desarrollo a fines de verano, cuando los
retoños inferiores midan 1 cm de diá­
metro. Entonces todos los retoños ma­
durarán al mismo tiempo.
Plagas y enfermedades
El problema más común son los cocos
(p. 550), que pueden colonizar los reto­
ños individuales, y el moho esponjoso
(p. 550). Para información de otras en­
fermedades que afectan a las coles de
Bruselas, véase «Cultivo de coles occi­
dentales», p. 317.
Cosecha y almacenado
Las coles de Bruselas están listas para
cosechar unas 20 semanas después de
El brécol se cultiva sobre todo en las
islas Británicas, donde se la considera
una de las hortalizas de invierno más re­
sistentes, sobreviviendo a temperaturas
de —12° C. Por ser una hortaliza de ma­
duración lenta, que ocupa el suelo casi
un año entero, ei brécol requiere suelo
C oles O c c i d e n t a l e s
B r é c o l e s F i y d e P o l in iz a c ió n A b ie r t a
Los híbridos
modernos Fl
producen brotes
compactos,
espaciados
homogéneamente y
de tamaño
uniforme. Los
cultivares H íb r id o C u l t iv a r
tradicionales de Fi T r a d ic io n a l
polinización abierta
tienen una tendencia
mayor a producir
brotes abiertos de
tamaños muy variables.
sembradas. Su sabor mejora después de
estar expuestas a alguna helada. Reco­ C o les d e B r u se l a s
ja los retoños inferiores, separando de RECOMENDADAS
la base; los superiores continuarán cre­
ciendo. Si piensa congelarlos, recoja an­ Tempranas
‘Lancelot’
tes de que las hojas exteriores queden ‘Oliver’ Fl
dañadas por el clima invernal; sólo con­ ‘Peer Gynt’ Fl
gele las de alta calidad.
Se puede cosechar los extremos supe­
riores de las coles cortándolos al final ‘Peer Gynt’
de la estación.
Después de cosechar, excave las plan­
tas y quiebre los tallos con un martillo. Media estación
Esto impide el aumento y difusión de ‘Evesham Special’
enfermedades de coles y permite que los ‘Mallard’ Fl
tallos se descompongan a mayor velo­ ‘Roger’ Fl
cidad al utilizarlos como abono.
En zonas de inviernos muy crudos, Tardía
desarraigue la planta entera antes de que ‘Fortress’ Fl
el suelo se congele y cuelgue en un sitio ‘Widgeon’ Fl
fresco y libre de heladas; las coles se con­
servarán frescas durante varias semanas.
fértil y niveles de nitrógeno medios (véa­
se p. 314). Evite sucios poco profundos Br éc o l R ec o m en d a d o
y arenosos y emplazamientos expuestos ‘Minaret’
a vientos invernales fuertes.
‘Nine Star Perennial’
Siembra, plantación y cultivo rutinario
‘Purple Sprouting’
Siembre en primavera, en un macizo se­
millero o en módulos. Trasplante de
principios a mediados de verano, espa­
ciando las plantas 60 cm al menos y
plantando a profundidad para lograr es­
tabilidad. ‘Purple Sprouting’
Pueden requerir un estacado en oto­
ño. Si las palomas del bosque (p. 549)
se comen las hojas, cubra las plantas con
redes durante el invierno. Para más ne­ ‘White Sprouting’
cesidades del cultivo, véase «Cultivo de
coles occidentales», p. 317.
Plagas y enfermedades Cosecha y almacenado
En teoría, el brécol se ve afectado por Recoja los vástagos entre principios y fi­
las plagas comunes a las coles, pero en nes de primavera. Corte cuando midan
la práctica tiene pocos problemas. unos 15 cm, mientras las llores estén
Los escarabajos del polen (p. 561), brotando. Recoja con regularidad para
que atacan a los vástagos fioridos, estimular la producción de vástagos; las
son un problema creciente en algunas plantas pueden rendir durante dos me­
zonas. ses. El brécol se congela bien.
También conocidas como brécol ameri­
cano o italiano, las calabresas se culti­
van como anuales o bienales y produce
una planta compacta de unos 45 cm de
altura y una extensión en torno a los 38
cm. Los cultivares se dividen en tempra­
nos, de media estación y tardíos; los
tempranos son los que maduran antes.
Los híbridos F1 son más productivos
que los cultivares originales. La cabeza
terminal compacta y los jóvenes vásta-
gos laterales se consumen ligeramente
cocidos.
Las calabresas son un cultivo de es­
tación fresca y no deben cultivarse en
áreas con temperatura media superior a
15° C. Las plantas jóvenes toleran al­
gunas heladas, pero podrían dañar las
cabezas jóvenes y embrionarias una vez
comiencen a desarrollarse. Las calabre­
sas requieren un emplazamiento abier­
to, de suelo conservador de humedad
bastante fértil y niveles de nitrógeno me­
dios (véase p. 314).
Siembra y plantación
Siembre sucesivamente desde primave­
ra hasta principios de verano para ob­
tener cosechas en verano y otoño. Los
plantones de las calabresas son difíciles
de trasplantar, así que siembre dos o tres
semillas por vez ¡n situ, o siembre en
módulos y trasplante a suelo húmedo,
alterando las raíces lo menos posible.
Para obtener una cosecha temprana, pri­
mero siembre en el interior; pero éstas
estarán especialmente propensas a dis­
pararse al trasplantar.
Extremos de nabos y brécol raba {Brassica rapa)
Durante siglos se han cultivado coles di­
ferentes para cortar en la etapa inma­
dura y utilizarlas como verduras de ma­
duración rápida. Los dos tipos
actualmente más empleados con este fin
son los extremos de nabos (Brassica rapa
Grupo Rapit'eraj y brécol rapa (Brassi­
ca rapa Grupo Ulilisj, también conoci­
B r é c o l R a pa
C o sech a de C a la b r esa s
Justo antes de abrirse los
pimpollos, coseche la primera
cabeza centra! cortando el tallo.
Las calabresas se desarrollan bien en
espaciados diversos. Para un rendimien­
to óptimo, espacie a 22 cm de distancia
hacia cada lado o a 15 cm en hileras se­
paradas por 30 cm. Un espaciado más
estrecho produce vástagos terminales
menores, que maduran al mismo tiem­
po y son adecuados para congelar.
Cultivo rutinario
Mantenga el macizo libre de malezas.
Las calabresas requieren mucha agua
para producir buenas cosechas: 111 por
m2 cada dos semanas. En condiciones
da como rapa de nabo y por varios nom­
bres italianos, tales como cime di rapa,
rapini y broccolelli.
Se cultivan como anuales o bienales,
de tallos únicos que alcanzan unos 30
cm de altura máxima.
Las hojas, tallos jóvenes y capítulos
de sabor dulzón se consumen cocidas
C a la b r esa s
R eco m en da d as
Tempranas
‘Emperor’ Fl
‘Empcror’
‘Green Belt’
‘Green Comet’ Fl
‘Mercedes’ Fl
Media estación
‘Citation’ Fl
‘Stolto’ Fl
2
Ello estimulará el desarrollo
de vástagos laterales; éstos Tardía
también son cosecliables y ‘Corvet’ Fl
aparecerán más vástagos laterales. ‘Shogun’ Fl
muy secas, riegue como para los culti­ Cosecha y almacenado
vos de hojas (véase «Períodos de riego Las calabresas son coles de maduración
críticos», p. 312). Para estimular la apa­ rápida, listas después de 14-16 semanas
rición de vástagos laterales adicionales de plantadas. La cabeza principal debe
aplique un revestido nitrogenado o ali­ cortarse cuando mida 7-10 cm de diá­
mento orgánico líquido, una vez que las metro, mientras siga firme y antes de que
cabezas terminales se hayan cortado. se abran los pimpollos. Después se de­
sarrollarán vástagos laterales; corte
Plagas y enfermedades cuando midan unos 10 cm. Las calabre­
Sobre plagas y enfermedades de las ca­ sas se congelan bien.
labresas, véase «Cultivo de coles occi­
dentales», p. 317. Los escarabajos del
polen (p. 561) y el moho esponjoso (p.
550) también pueden causar problemas.
como verduras de primavera o crudas en
ensaladas.
Los extremos de nabos y el brécol
rapa son coles de estación fresca. Cul­
tive en primavera y otoño en climas ca­
lurosos, o todo el año si los veranos son
frescos. Todos los cultivares de nabo son
adecuados; el brécol rapa no posee cul­
tivares con nombre propio. Ambas cre­
cen mejor en suelo fértil y húmedo y re­
quieren niveles de nitrógeno entre bajos
y medianos (véase p. 314).
Siembra, plantado y cultivo rutinario
Siembre a volco escasamente o en hile­
ras separadas unos 10 cm. En el caso de
plantas más grandes, entresaque hasta
dejar 15 cm. Para una cosecha tempra­ C a b e z a s d e N a bo s
na en áreas frías, siembre en el interior
a principios de primavera. Las plantas
requieren poca atención subsiguiente. 20-25 cm. Corte a 2,5 cm del nivel del
suelo. En tiempo fresco, las plantas vuel­
Cosecha y almacenado ven a brotar ofreciendo dos o tres cor­
Coseche pasadas 7 u 8 semanas después tes más durante cuatro a cinco semanas.
de sembrar. Realice el primer corte cuan­ Corte mientras los tallos sean tiernos.
do estén hojosas y midan 10 cm, o es­ Consuma el brécol rapa y los extremos
pere hasta que aparezcan los vástagos de los nabos frescos, ya que no se con­
floridos inmaduros y la planta mida servan bien.
Coles orientales
se están introducien­ hasta primavera, aunque dejarán de cre­

A
ctualm ente
do varias coles orientales en Oc­ cer en temperaturas muy bajas.
cidente. Tienen muchas características Las orientales requieren condiciones
en común con las occidentales, pero similares a las aoccidentales (véase «Em­ Repollo chino
tienden a crecer a mayor velocidad y tie­ plazamiento de coles occidentales», p. de hojas sueltas
nen una gama de usos más amplia. En 317), pero como son plantas de desarro­
condiciones adecuadas son altamente llo rápido, hambrientas y sedientas, el
productivas. Se cultivan como anuales suelo debe ser rico en materia orgáni­
o bienales. ca, fértil y conservar la humedad. Nunca
Se las cultiva sobre todo por sus ho­ se desarrollan en suelos pobres y secos.
jas y tallos hojosos, pero también por La mayoría requiere altos niveles de ni­ Repollo chino
sus vástagos floridos jóvenes, de sabor trógeno (véase p. 314). de cabeza prieta
dulzón. La forma y color de las hojas
varía entre las lustrosas y de venas blan­ Siembra y plantación de coles orientales
cas de algunos cultivares de pak choi y Se pueden emplear todos los sistemas NSS\ Pak choi
las verdes y plumosas de las verduras mi- normales de sembrado; si existe el ries­
zuna, hasta el verde púrpura de algunas go de que las plantas granen prematu­ Pak choi
mostazas orientales. Las coles orienta­ ramente, siembre en módulos o in situ.
les son alimenticias, suculentas y riza­ Muchas tienden a granar prematura­
das, de un sabor entre suave y picante. mente cuando los días se alargan, en es­ «Períodos de riego críticos», p. 312). cuando estén semi maduras. Cuando es­
Cocine preferentemente fritas o al vapor pecial si esto se combina con tempera­ También debe aplicar «Mulch». tén completamente maduras, puede co­
o emplee las hojas y vástagos jóvenes turas primaverales bajas. En estos casos, Las orientales suelen padecer las mis­ sechar todas juntas o cortarlas a 2,5 cm
crudos en ensaladas. en latitudes septentrionales, retrase el mas plagas y enfermedades que las oc­ del nivel del suelo, de manera que vuel­
Las coles orientales se adecúan me­ sembrado hasta mediados de verano, cidentales (véase «Cultivo de coles oc­ van a brotar, ofreciendo una segunda co­
jor a climas de veranos frescos e invier­ salvo que haya plantado durante un pe­ cidentales», p. 317). Las de hojas tiernas secha. Los vástagos floridos que se de­
nos templados, aunque existen muchos riodo caluroso o si emplea cultivares con son muy propensas a ataques de babo­ sarrollan naturalm ente de plantas
cultivares adaptados a climas más calu­ resistencia a granar prematuramente; si sas y caracoles (p. 548), orugas (p. 549) maduras también pueden cosecharse an­
rosos. La mayoría soporta heladas lige­ esto supone un problema, cultive las co­ y escarabajos de pulga (p. 548). Puede tes de que las flores se abran.
ras, especialmente cosechadas a medio les orientales como plantones y coseche cultivarlas bajo redes finas para prote­ En Occidente, las orientales general­
madurar, como cultivo de cortar-y- las hojas antes de que las plantas granen. gerlas. mente se emplean frescas, aunque la ma­
volver-a-brotar (véase p. 316). Su tasa de desarrollo rápida las hace yoría se conservarán unos días en la ne­
Algunas, como komatsuna y algunas ideales para cultivar entre hortalizas de Cosecha y
almacenado de coles vera. En Oriente, las hojas se encurten
mostazas, son extremadamente resis­ maduración más lenta, especialmente orientales o secan, y los repollos chinos se alma­
tentes. como cultivo de plantones de cortar-y- La mayoría madura dos o tres meses cenan para tener existencias fuera de la
En climas templados, las orientales volver-a-brotar, cuando su sabor es so­ después de sembradas. Puede cosechar­ estación.
crecen mejor a fines de verano y en oto­ berbio. las en cuatro etapas diferentes, desde
ño. En las zonas en las que las tempe­ plantones hasta la planta madura.
raturas invernales descienden a varios Cultivo de coles orientales En la etapa de plantón, puede cose­
grados bajo cero, se las puede cultivar En general, son de raíces poco profun­ char empleando la técnica de cortar-y-
en invierno a cubierto en estructuras sin das y requieren un riego regular. volver-a-brotar (véase «Cosechado de
calefacción; si las planta a fines de ve­ En condiciones muy secas, riegue al plantar-y-volver-a-brotar», p. 316), o de­
rano, puede cosecharlas desde otoño igual que para un cultivo hojoso (véase jarlas algunas semanas más y cortarlas

Mostazas orientales (Brassica juncea) Brécol chino

Las mostazas son un grupo variado de
anuales y bienales, que forman plantas
grandes de hojas a menudo gruesas. Su
textura puede ser lisa, ampollada o pro­
fundamente rizada (p. ej. ‘Art Green’).
Algunos cultivares tienen hojas púrpu­
ra. Las mostazas son naturalmente muy
robustas y menos propensas a plagas y
enfermedades que las occidentales. Va­
rias, comprendiendo la azul púrpura
‘Miike Giant’, ‘Osaka Purple’ y ‘Xue Li
Hong’ sobreviven a temperaturas de
—10° C. En algunos cultivares, el sabor
característico puede ser picante, volvién­
dose más fuerte al granar. Las hojas se
consumen cocidas, pero también crudas
en ensaladas cuando son jóvenes, o
picadas.
En climas templados, siembre desde
mediados hasta fines de verano, y has­
ta principios de otoño en climas cálidos,
para cosechar desde otoño hasta prima­
vera. Las semillas son pequeñas y se las
planta en suelos poco profundos in situ
o en módulos. Entresaque los plantones
o plante fuera a 15 cm de distancia para
cosechar jóvenes, y a 35 cm para plan­
tas más grandes. Si las planta a cubier­
to en otoño, las plantas serán más tier­
nas, pero granarán más temprano la
siguiente primavera.
Las mostazas orientales maduran en
6-13 semanas, según el cultivar. Corte
hojas individuales según su necesidad.
M o s t a z a O r ie n t a l P ú r p u r a
(Brassica rapa var. alboglabra)
Estas anuales, también conocidas como
coles rizadas chinas, forman plantas só­
lidas de hojas verdes gruesas, que alcan­
zan los 45 cm de altura. Los tallos flo­
ridos gruesos, suculentos y de fino
sabor, que miden 2 cm de espesaor, ge­
neralmente se cocinan.
Toleran temperaturas veraniegas más
elevadas que otras coles y también so­
porta heladas ligeras. En climas cálidos
y templados, siembre desde fines de pri­
mavera hasta fines de verano. Para ob­
tener una cosecha muy temprana, siem­ B r é c o l C h in o
bre a cubierto en primavera para después
trasplantar fuera. Para una cosecha in­
vernal temprana, plante a cubierto en entre hileras. Para obtener plantas más
otoño. En climas frescos, retrase el sem­ grandes y cosechar durante períodos
brado hasta mediados de verano si plan­ más prolongados, espacie a 30 cm por
ta antes podrían granar prematu­ lado. Primero corte el vástago principal,
ramente. al igual que para las calabresas (véase
Siembre in situ o en módulos. En el p. 322); se desarrollarán más vástagos
caso de plantas pequeñas, a cosechar para cosechar más adelante. Las plan­
apenas aparezcan los vástagos floridos, tas grandes tardan entre 9-10 semanas
cultive a 12 cm de distancia y a 10 cm en madurar.
Pak choi
(Brassica rapa var. chinensis)
Esta es una bienal que generalmente se
cultiva como anual y forma una cabeza
suelta de hojas bastante rígidas con ner­
vaduras centrales que se ensanchan des­
tacadamente y se solapan en la base.
Hay muchos tipos; las más comunes tie­
nen nervaduras blancas o verdes, dispo­
nibles como cultivares F1 ‘Joi Choi’
(blancas) y ‘Shanghai Green’ (verdes).
Su tamaño varía entre las bajas, de unos
10 cm de altura, hasta las grandes, de
unos 45 cm. Son suculentas y de sabor
suave y pueden consumirse cocidas o
crudas.
Crecen mejor en temperaturas frescas
entre los 15-20° C. La mayoría de los
cultivares toleran algunas heladas en el
exterior, pero soportan temperaturas
más frías cultivadas a cubierto, como
cultivos invernales tipo cortar-y-volver-
a-brotar. Algunas toleran climas más ca­
lurosos.
En climas templados, siembre semi­
llas a lo largo de toda la estación de de­
sarrollo. Si siembra en primavera, exis­
te cierto riesgo de granado prematuro,
de modo que reduzca estos a cultivos de
plantones de cortar-y-volver-a-brotar.
Siembre in situ o en módulos. El espa­
ciado depende del cultivar y del tama­
ño deseado, variando entre los 10 cm
para cultivares pequeños hasta los 45 cm
para los más grandes. A fines de vera­
no, trasplante pak choi a cubierto para
obtener una cosecha otoñal.
Se las puede cosechar en cualquier
etapa, desde los plantones hasta los vás-
tagos floridos jóvenes de las plantas ma-
Verduras mizuna (Brassica rapa var. nipposinica)
Son anuales o bienales, según las con­
diciones climáticas. Tienen hojas verde
oscuro, lustrosas, profundamente hen­
didas y casi plumosas y tallos delgados,
blancos y jugosos que forman una ro­
seta de hasta 45 cm de diámetro y de 23
cm de altura. Son muy decorativas, en
especial cultivadas como bordes de orla
o en bloque. Las verduras mizuna se
consumen cocidas, o crudas cuando las
hojas se cosechan jóvenes y tiernas.
Son muy adaptables, capaces de so-
V e r d u r a s M iz u n a
P ak C hoi
C o sech a d o de P l a n to n es
Los pak choi pueden cosecharse
como plantones.
Si se cortan a 2,5 cm del suelo,
volverán a brotar.
duras. Las hojas de plantones estarán lis­
tas para cosechar en tres semanas. Corte
a 2,5 cm del nivel del suelo. Volverán a
brotar. Las plantas maduras pueden cor­
tarse a más altura y también volverán a
brotar.
portar tanto temperaturas elevadas en
verano (a condición de que estén en sue­
los conservadores de humedad) y bajas
de hasta —10° C en invierno.
Pueden sembrase durante toda la es­
tación de desarrollo. La resistencia al
granado prematuro es buena y se las
puede plantar en módulos o bandejas
semilleras, in situ o en un macizo para
trasplantar. Para obtener una cosecha
suplementaria no resistente invernal,
siembre a fines de verano y trasplante
a cubierto.
El espacio para plantas pequeñas a
cosechar jóvenes es de 10 cm y hasta 45
cm para las más grandes. Si las corta en
la etapa de plantones, son útiles para in-
tercultivar.
Maduran entre ocho y diez semanas
después de sembradas y se pueden co­
sechar en cualquier momento; las hojas
de los plantones estarán preparadas en
dos o tres semanas (véase «Cosecha y
almacenado de coles orientales», p.
323).
Las plantas son vigorosas, capaces de
volver a brotar varias veces después del
primer corte.
Repollos chinos (Brassica rapa var. pekinensis)
Son anuales y bienales, generalmente
cultivadas como anuales. Tienen cabe­ R epollos C h in o s
zas densas y verticales. Las hojas están R ec o m e n d a d o s
marcadas por nervaduras blancas pro­
minentes y las centrales se solapan en ‘Jadc Pagoda’ F1
la base, como las pak choi. Las de tipo (cilindricos)
barril forman una cabeza gruesa de unos ‘Kasumi’ (barril)
25 cm de altura; las cilindricas, una más ‘Tip top’ Fl
alargada y menos compacta, de unos 45 (barril) i-
cm. El color de las hojas varía entre ver­ m
de oscuro y blanco casi crema, especial­
mente en el centro. También existen unos ‘Jade Pagoda’
tipos muy atractivos de hojas sueltas. De
sabor suave y textura crujiente, son ex­
celentes en ensaladas y ligeramente
cocidas.
Para información sobre condiciones C o se c h a d e
climáticas preferidas, véase «Pak choi» R epo l lo s C h in o s
(izquierda). Sembradas en primavera, la
mayoría de las de cabeza granarán pre­
li
maturamente, salvo que se mantenga
una temperatura de 20-25° C durante las
primeras tres semanas del desarrollo. Es
más seguro retrasar la siembra hasta
principios de verano.
Algunas de hojas sueltas pueden sem­
brarse en primavera. Si comienzan a gra­
nar, trate como cultivos de cortar-y- Coseche repollos chinos
volvcr-a-brotar, aunque las hojas de al­ (aquí un cultivar de hojas
gunos cultivares pueden ser ásperas y pi­ sueltas) cortando a 2,5 cm por
losas cuando jóvenes. encima del suelo.
Siembre en módulos o in situ\ entre­
saque los plantones o trasplante a 30 cm
de distancia. Una buena cantidad de hu­
medad durante el desarrollo es vital. Los
repollos chinos tienen hojas blandas y
son propensos a plagas (véase «Cultivo
de coles orientales», p. 323).
Maduran entre 8 y 10 semanas des­
pués de sembradas y pueden cosechar­
se en eulaquier etapa, ya que responden Tras algunas semanas se
bien a la técnica de cortar-y-volver-a-
brotar, tanto después de cortar la cabe­
2 formarán hojas nuevas que
podrán cortarse. Los tocones
za principal como durante el desarrollo, pueden rebrotar varias veces.
como plantas semimaduras.
Komatsuna (Brassica rapa var. perviridis)
El grupo de las komatsuna, también co­
nocido como mostaza de espinaca, es
muy diverso; sus miembros forman
plantas grandes, productivas, robustas
y sanas, a menudo con hojas lustrosas
de hasta 30 cm de largo y 18 cm de an­
cho. El sabor de las hojas se parece al
repollo, con un toque de espinaca, y se
las consume cocidas o crudas, finamente
cortadas en ensaladas.
Soportan una gama de temperaturas
amplia y sobreviven a —12° C. Algunos
cultivares son adecuados para climas
tropicales.
Estas plantas tienden menos a granar Ko m a tsu n a
prematuramente que la mayoría de las
coles orientales y toleran mejor las se­
quías. Para información del sembrado quier etapa (véase «Cosecha y almace­
y espaciado, véase «Verduras mizuna» nado de coles orientales», p. 323).
(izquierda). Constituyen una cosecha in­ Las plantas maduras podrán cose­
vernal de éxito cultivadas a cubierto. charse ocho semanas después de sem­
Las hojas pueden cosecharse en cual- bradas.

Hortalizas de hoja y ensalada
ste grupo se cultiva por la gran
E variedad de hojas que produce, Si siembra semillas sucesivamente, se
consumibles crudas en ensaladas, o co­evitará cultivos excesivos, todos madu­
cidas. Las hojas recién cortadas son de­
liciosas y muy nutritivas. La gama de co­
lores de las hojas también le da un valor
decorativo. Una elección cuidadosa del
cultivar y las condiciones adecuadas ase­
Amarantáceas (esps. de Amaranthus)
Estas anuales de desarrollo rápido alcan­
zan alturas de unos 60 cm y se extien­
den entre los 30-38 cm. Amaranthus
cruentas, las más comúnmente cultiva­
das como comestibles, tiene hojas ova­
ladas verde claro; la mayoría de los cul­
tivares de las amarantáceas son locales
—comprenden ‘Fotete’, ‘Green Spinach’
y ‘Stubby’. A. tricolor, o espinaca chi­
na, tiene hojas coloradas, verdes o ama­
rillas y flores blanco verdosas; los cul­
tivares comprenden ‘Lal Sag Rouge’,
‘Tampala’, ‘Banerjcc’s Giant’ y ‘Crystal’.
A. caudatus tiene hojas verde pálido y
a menudo se la cultiva como ornamen­
tal por sus flores vividas tipo borla. Las
especies de las amarantáceas también se
conocen como espinacas africanas o de
la India.
Las hojas de las plantas y los brotes
de flores inmaduras se cocinan y con­
sumen al igual que las espinacas.
Son plantas tropicales y subtropica­
les que requieren temperaturas de 22-30°
C con una humedad del 70 % para ren­
dir buenas cosechas.
En climas templados, también pueden
cultivarse en invernaderos o en un em­
plazamiento soleado y protegido. Se re­
quiere un suelo moderadamente profun­
do, bien drenado y fértil, con un pH de
5,5-7 y niveles de nitrógeno entre medio
y elevados (véase p. 314).
Espinacas de Ceylán (Basella alba)
También conocidas como de la India o
de viña, estas perennes de vida corta y
enrolladas crecen hasta los 4 m si se las
sostiene.
La var. alba tiene hojas verde oscu­
ro; la var. rubra tiene hojas y tallos co­
lorados.
Las hojas ovaladas o redondas se con­
sumen cocidas; en general, las bayas
púrpura no se comen.
Es una planta tropical y subtropical
que requiere temperaturas de 25°-30° C.
Las inferiores reducen la tasa de desa­
rrollo, produciendo hojas más pequeñas.
Sin embargo, se producen hojas más
grandes en sombra ligera.
Se requiere un suelo bien drenado y
altamente fértil, con un pH de 6-7,5 y
altos niveles de nitrógeno (véase p. 314).
guran existencias durante todo el año.
rando al mismo tiempo.
Dado el alto contenido de humedad
de las hojas, muchas sólo pueden con­
servarse dos o tres días, pero algunas se
pueden congelar.
A m aranthus C ru en tos
Siembra y plantación
Siembre en el exterior en primavera, una
vez que la temperatura sea lo bastante
elevada, en hileras separadas por 20-30
cm. Entresaque los plantones dejando
10-15 cm de separación, cuando midan
10 cm de altura. Proteja cubriendo con
plástico o campanas hasta que se hayan
establecido.
En zonas frescas, o para obtener una
cosecha más temprana, puede sembrar
semillas en bandejas en un invernade­
ro; trasplante plantones a tiestos de 6 o
Sembrado y plantación
Siembre en bandejas scmilleras o en ties­
tos de 6-9 cm, manteniendo las tempe­
raturas correctas. Cuando los plantones
midan 10-15 cm trasplante a macizos
bien preparados espaiando a 40-50 cm
a ambos lados.
Cultivo rutinario
Sostenga las plantas con estacas o suje­
tando los tallos a una espaldera verti­
cal u horizontal. Mantenga libre de ma­
lezas y riegue cuando sea necesario.
Aplique «mulch» de materia orgánica,
y un fertilizante equilibrado o alimento
líquido cada dos o tres semanas duran­
te la estación de crecimiento. Cuando los
plantones alcancen unos 45 cm de altu­
ra, elimine el extremo de desarrollo para
H o r t a l i z a s de H oja y E n s a l a d a
Lechuga de
cabeza de mantequilla
lechuga de
hojas sueltas
Espinaca
9 cm cuando sean lo bastante grandes Riegue y mantenga una humedad del
para manipular. Trasplante fuera cuan­ 70 %, humedeciendo en tiempo ca­
do midan 7-9 cm, espaciando a 10-15 luroso.
centímetros.
Cosecha y almacenado
Cultivo rutinario Estarán preparadas para cosechar diez
Mantenga los macizos sin malezas y rie­ semanas después de sembradas. Con un
gue con regularidad. Aplique un ferti­ cuchillo afilado, corte vástagos jóvenes
lizante equilibrado o un alimento líqui­ de hasta 10 cm de largo cuando las plan­
do orgánico cada 2-3 semanas. En suelos tas midan 25 cm; producirán más vás­
menos fértiles, aplique un revestido ni­ tagos durante varios meses. Siga cortan­
trogenado y de potasio cada tres sema­ do cuando lo requiera.
nas. Aplique un «mulch» orgánico al­ Es mejor comerlas frescas; o puede
rededor de la base de las plantas para conservarlas hasta una semana a una
conservar humedad y calor. temperatura de 0° C y una humedad del
Cuando midan 20 cm de altura, eli­ 95 por ciento.
mine el extremo de desarrollo para es­
timular vástagos laterales y una cosecha
más abundante.
Plagas y enfermedades
En el exterior pueden estar afectadas por
moho esponjoso (p. 550), moho polvo­
so (p. 550), orugas (p. 549) y pulgones
(p. 550) y, a cubierto, por thrips (p. 551)
y podredumbres por el pie (p. 568).
Cultivo a cubierto
Cuando los plantones midan 7-9 cm,
trasplante a tiestos de 21 cm, sacos de
desarrollo o macizos, espaciando a
38-50 cm. Mantenga a una temperatu­
ra mínima de 22° C. A m a r a n t h u s T r ic o l o r
S o p o r t e s p a r a E s p in a c a s de C e il á n
Las espinacas de Ceilán
pueden sostenerse por
medio de una espaldera
paralela al suelo, a 30
cm de distancia de éste.
Los tallos deben
espaciarse
homogéneamente para
que no apiñen.
estimular la ramificación. Elimine vás-
tagos floridos para estimular la produc­
ción de hojas.
Propague recogiendo esquejes de
10-15 cm; introduzca en tiestos peque­
ños hasta que arraiguen y después tras­
plante, al igual que en el caso de
plantones.
Acelga suiza y espinaca de betarraga [Beta vulgaris Grupo Cicla)
Estas bienales parecidas a la espinaca
pertenecen a la familia de las betarra­
gas. La acelga suiza, también conocida
como betarraga «seakale», forma plan­
tas grandes de hojas lustrosas. Las in­
dividuales pueden medir hasta 45 cm de
largo y 15 cm de ancho. Las nervadu­
ras centrales se ensanchan y forman ta­
llos de hojas de hasta 5 cm de diáme­
tro, blancas, coloradas, cremosas o
rosadas. El color de las hojas varía se­
gún el cultivar, del verde profundo
(‘Fordhook Giant’) al amarillo verdoso
(‘Lucullus’) y verde rojizo (‘Rhubarb
Chard’). Las hojas y las nervaduras cen­
trales se suelen cocinar; éstas últimas re­
A c elg a s S u iz a s d e T a i .i .o B l a n c o
Escarola (Cichorium endivia)
E scarola R e c o m e n d a d a
Rizada (Temprana y verano)
‘Fine Maraichere’
‘Pancaliere’
‘Rul'fec’ 0\v
‘Wallonne’ Ow
Escarola (todos los sembrados)
‘Full Heart Italian’ Ow
‘Golda’
C lave
Ow Invenían a cubierto
Plagas y enfermedades
En general, las espinacas de Ceylán es­
tán libres de plagas y enfermedades.
Pero los nemátodos de nudos de raíz (p.
564) pueden afectarlas y, a cubierto, pul­
gones (p. 550), moscas blancas (p. 550)
y ácaros araña roja de invernadero (p.
550) también pueden causar problemas.
quieren cocción más prolongada y a me­
nudo se las trata como una hortaliza di­
ferente. La espinaca de betarraga, o es­
pinaca perpetua, forma plantas de hojas
más pequeñas de tallos angostos. Se
consume poco cocida o cruda.
Aunque ambas son esencialmente cul­
tivos de zonas frescas, desarrollándose
mejor en temperaturas de 16-18° C, to­
leran temperaturas veraniegas más altas
que las espinacas (véase p. 329), sin gra­
nar prematuramente, y toleran tempe­
raturas invernales de —14° C. Se pue­
den cultivar en una gran gama de suelos
no ácidos, siempre que conserven la hu­
medad y sean fértiles, con mucho ma­
terial orgánico. Pueden estar en el sue­
lo hasta 12 meses, por lo que requieren
niveles de nitrógeno altos (véase p. 314).
Sembrado y plantado
Para obtener existencias continuas, siem­
bre en primavera (las plantas darán co­
sechas hasta fines de primavera del año
siguiente) y otra vez entre mediados y
fines de verano (en el caso de plantas
que se cosechen el siguiente verano).
Siembre las espinacas de betarragas in
silu en hileras con 38 cm de separación
o, para las acelgas suizas, a 45 cm; ex­
purgue plantones temprano a 30 cm. Se
pueden cultivar más juntas en hileras
La escarola es una planta anual o bie­
nal que forma una roseta plana o se-
micrguida de hojas, de 20-38 cm de diá­
metro. Los dos tipos más característicos
son las de hojas rizadas y las de hojas
anchas, pero también existen tipos in­
termedios. Las hojas exteriores son verde
oscuro hasta claro y las interiores más
tiernas amarillo cremoso. Las escarolas
son ligeramente amargas y se las blan­
quea para endulzarlas. Empleada sobre
todo en ensaladas, se las tritura para re­
ducir el amargor o se cocinan.
Las escarolas son un cultivo de esta­
ción fresca que crece mejor en tempe­
raturas de 10-20° C, pero tolera heladas
ligeras en el exterior; los cultivares más
resistentes sobreviven a los —9° C. El
amargor suele aumentar en temperatu­
ras elevadas. Algunos tipos rizados son
bastante tolerantes al calor, mientras que
las tipo escarola tienden a tolerar fríos
más intensos. Si las temperaturas bajan
Cultivo a cubierto
TYasplante plantones a sacos de desarro­
llo o tiestos de 20-25 cm. Elimine los ex­
tremos cuando los plantones midan
unos 30 cm, para estimular la ramifica­
ción, y humedezca con regularidad para
conservar la humedad. Sujete los vás-
tagos en desarrollo.
A c e l g a s S u iz a s d e T a llo C o l o r a d o
más separadas, pero evite apiñarlas, ya
que estimulará el moho esponjoso.
Alternativamente, plante semillas en
bandejas o módulos para trasplantar; la
germinación es rápida. La betarraga de
espinaca se puede sembrar estrechamen­
te para cultivar como plantones de
cortar-y-volver-a-brotar (véase p. 310).
Cultivo rutinario
Las acelgas y las betarragas son natu­
ralmente sanas y vigorosas y requieren
poca atención. Aplique «mulch» orgá­
nico para conservar humedad y evitar
malezas; aplique fertilizante nitrogena­
do o alimento orgánico líquido duran-
más allá de 5° C, existe un riesgo de que
los sembrados primaverales granen pre­
maturamente. Las escarolas dan mejo­
res resultados que las lechugas en los ba­
jos niveles lumínicos de los inviernos
septentrionales, y es un buen cultivo
para invernaderos invernales.
Sobre necesidades del suelo y empla­
zamiento véase «Lechugas», p. 328. En
verano se pueden cultivar en sombra li­
gera; siempre cultive cultivos otoñales en
suelo bien drenado para evitar la des­
composición. Las escarolas requieren
poco nitrógeno (véase p. 314).
Siembra y plantación
Elija cultivares adecuados para cada es­
tación. Siembre a fines de primavera
para una cosecha veraniega o en vera­
no para una otoñal, in silu o en módu­
los o bandejas. Entresaque los planto­
nes o plante fuera a 25-38 cm de
distancia, a mayor distancia para culti­
Cosecha y almacenado
Coseche 10-12 semanas después de tras­
plantar, cortando vástagos terminales jó­
venes de 15-20 cm; ello estimulará el de­
sarrollo de más vástagos. Consuma las
hojas dentro de los dos días de recogi­
das o coloque en la nevera durante al­
gunos días.
te la estación de desarrollo si las plan­
tas no crecen bien.
y enfermedades
Los pájaros (p. 561) pueden atacar a los
plantones. Las manchas fúngicas de ho­
jas (p. 552) y el moho esponjoso (p. 550)
también pueden causar problemas.
Cultivo a cubierto
En climas frescos, acelgas y betarragas
son excelentes cultivos invernales a cu­
bierto. Siembre en módulos a fines de
verano y trasplante a cubierto a princi­
pios de otoño, o siembre las betarragas
de espinaca al voleo para obtener cose­
chas de plantones de cortar-y-volver-a-
brotar. Suelen dar cosechas a lo largo
del invierno y de principios de pri­
mavera.
Cosecha y almacenado
Las hojas pueden cosecharse entre ocho
y doce semanas después de plantar. Pri­
mero corte las hojas exteriores; o cose­
che toda la planta, cortando a 2,5 cm
del nivel del suelo.
Entonces se producirán más hojas
desde la base a lo largo de muchos
meses.
Acelgas suizas y espinacas de betarra­
gas pueden ser congeladas.
vares extensos. Las rizadas pueden plan­
tarse como cultivos de cortar-y-volver-
a-brotar (véase p.310), mejor a fines de
primavera y fines de verano.
Cultivo rutinario
Para blanquear las hojas, elija plantas
casi maduras con hojas secas y blanquee
unas pocas por vez, pues se deterioran
pronto después de blanqueadas.
Para un blanqueo completo in situ,
cubra toda la planta con un cubo. Para
uno parcial, coloque un plato grande o
trozo de cartón sobre el centro. En el
caso de los tipo escarola, sujete las ho­
jas en un manojo. Proteja las plantas de
babosas hasta que estén preparadas para
cosechar, alrededor de 10 días después.
En otoño, las plantas deben retirarse an­
tes de que el tiempo frío las desfigure;
trasplante a cajonera oscurecida o de­
bajo de un estante oscurecido del inver­
nadero, después blanquee al igual que
 para las endibias Witloof (véase más
Bl a n q u e a d o de E scaro la abajo).
Plagas y enfermedades
Las babosas (p. 548) y los pulgones (p.
550) son los problemas más comunes.
Sobre otras plagas y enfermedades que
afectan a las escarolas, véase «Lechu­
gas», p. 328.
Cultivo a cubierto
Las plantas protegidas a cubierto dan
cosechas todo el año. Para cosumirlas
tivo de plantones de cortar-y volver-a-
brotar a cubierto para una cosecha tem­
prana, y a principios de otoño para una
tardía.
Cosecha y almacenado
Coseche entre 7 y 13 semanas después
de sembrar, según el cultivar y la esta­
ción. Corte hojas individuales o toda la
corona, para que la planta vuelva a
brotar.
Las maduras responden bien al
cortar-y-volver-a-brotar (véase «Cultivo

1 2
Asegúrese de que la escarola
esté seca; coloque un plato
encima del centro para blanquear
parcialmente las hojas.
El centro se blanqueará y en invierno y a principios de primave­ de cortar-y-volver-a-brotar», p. 316).
estará listo para cosechar ra, trasplante plantones a principios de Las hojas de escarola no se almace­
después de unos 10 días. otoño desde bandejas o módulos a cu­ nan bien, por lo que se han de consu­
bierto. En primavera, siembre como cul­ mir frescas.

Achicoria (Cichorium intybus)

Existen muchos tipos de achicoria, to­
dos ellos de un gusto ligeramente amar­
go. Casi todas son resistentes y son un
cultivo invernal útil. Sus colores diver­
sos las hacen atractivas para ensaladas,
y algunas también se pueden cocer. To­
das requieren poco nitrógeno (véase p.
314).
Endibia Witloof o belga
De una apariencia similar al diente de
león, estas bienales tienen hojas puntia­
gudas de unos 20 cm de largo que se ex­
tienden hasta los 15 cm. Sus vástagos
hojosos, compactos y blanqueados, ob­
tenidos a través de retirar las raíces, for­
zándolas y blanqueando para volverlas
más dulces, se consumen crudos o co­
cidos. Las hojas verdes también sirven,
pero son más amargas.
A c h ic o r ia
Recom endada
Witloof
‘Normato’
‘Witloof Zoom’ FI
Achicoria colorada
‘Cesare’ (temprana)
‘Red Treviso’
‘Rossano’ (temprana)
‘Verona Palla
Rossa’
Las endibias Witloof crecen mejor a nes podrían causar daños o podrían pu­ en el interior estarán listas en 3-4 se­
15°-19° C. En general, se las fuerza para drirse. En general, las endibias Witloof manas.
su uso en invierno. Cultive en un em­ están libres de plagas y enfermedades. Los tocones pueden volver a brotar,
plazamiento abierto, de suelo fértil, pero Coseche las forzadas en el exterior dando una segunda cosecha de hojas
donde no se haya aplicado estiércol re­ después de 8-12 semanas, cuando midan más pequeñas. Después de cortadas,
cientemente. unos 10 cm de alto, removiendo la tie­ mantenga los vástagos envueltos o en la
Requieren una estación de desarrollo rra y cortando las cabezas a 2,5 cm por nevera, pues verdean y amargan expues­
relativamente larga. Siembre en el exte­ encima del cuello. Las plantas forzadas tos a la luz.
rior in situ en primavera o a principios
de verano, en hileras separadas por 30
cm. Entresaque los plantones, dejando
20 cm. Elimine las malezas; riegue cuan­
F orzado y Blanqueado de A c h ic o r ia
do sea necesario para evitar el reseca­
miento del suelo.
Se puede forzar las endibias Witloof
in situ en suelos ligeros y zonas de in­
viernos suaves. A principios de invier­
no, corte las hojas verdes a 2,5 cm del
suelo. Cubra los tocones con tierra, rea­
lizando un reborde de 15 cm de altura;
las hojas crecerán a través de éste.
Fuerce en el interior si el suelo del
huerto es pesado, si los inviernos fue­
ran severos, o si requiere una cosecha 1 /4 fines de otoño o principios Con un cuchillo afilado,
más temprana. Excave las plantas a fi­
nes de otoño o principios de invierno.
de invierno, retire la planta 2 corte las hojas dejando 2,5
madura. Las hojas centrales cm desde la corona, y corte la
Corte las hojas dejando 2,5 cm y las raí­ podrían estar lo bastante tiernas base de la raíz y las raíces
ces a 20 cm; rechace las muy delgadas. como para consumir. laterales, dejando 20-22 cm de
Las raíces pueden forzarse de inmedia­
to o almacenarlas para forzar varias de
una sola vez sucesivamente durante el
invierno y principios de primavera. Para
almacenarlas, coloque las plantas en ca­
jas, con arena húmeda entre las capas
y conserve en un cobertizo o sótano li­
bre de heladas hasta que las necesite.
Para forzar en el interior, plante va­
rias de las raíces preparadas en un ties­
to o caja grandes, llenas de mezcla o tie­
rra negra, y cubra con un tiesto o caja
invertidas del mismo tamaño. Tape los
agujeros de drenaje para evitar que pe­

netre la luz. Mantenga la tierra húme­
‘Cesare’
da y una temperatura de 10°-I8° C.
También puede plantarlas debajo de un
Pan de aziicar
‘Bianca di Milano’ estante del invernadero o en cajonera.
‘Biondissima di Trieste’ Produzca una zona oscura tendiendo
‘Poncho’ plástico negro sobre aros de alambre o
‘Snowflake’ sujeto a un soporte de madera. Si las
temperaturas suben, no emplee plásti­
co negro en primavera, pues los pulgo­
3
Coloque una capa de mezcla
o tierra de jardín húmedas en
un tiesto de 24 cm. Introduzca
tres raíces recortadas en la mezcla
y a f irme para que permanezcan
verticales; después llene el tiesto
hasta 2,5 cm del borde y afirme,
dejando las coronas expuestas.
Revista otro tiesto con
4 película de aluminio o
plástico negro para cubrir los
agujeros de drenaje y coloque
encima de las raíces para tapar la
luz. Mantenga a IO°-¡8°. Coseche
los chicones 3-4 semanas más
tarde, cortando justo encima del
nivel de la tierra.
Achicoria colorada
Este es un grupo variado de perennes
cultivadas como anuales. La achicoria
colorada típica, también conocida como
radicchio, es una planta de desarrollo
bajo, con hojas exteriores amargas y
colorado-verdosas y un corazón com­
pacto. Se consume cruda en ensaladas
y rallada para reducir el amargor, o
cocida.
Soportan una amplia gama de tem­
peraturas y condiciones del suelo, pero
generalmente se las cultiva para consu­
mir durante los meses más fríos. Los cul­
tivares varían en cuanto a su tolerancia
a las heladas. ’Treviso’ es muy resisten­
te; puede forzarse al igual que las endi-
bias Witloof (véase p.327). Los nuevos
híbridos F1 tienen cabezas más sólidas
que los cultivares tradicionales. Siembre
in situ entre principios y mediados de
verano o en bandejas, para trasplantar.
Plante a 24-35 cm de distancia, según
el cultivar. Trasplante los cultivos plan­
tados en verano a cubierto en otoño.
Ocho o diez semanas después de plan­
tadas, corte hojas o toda la planta. Las
achicorias aguantan mucho tiempo en
el suelo después de madurar; en climas
fríos, proteja con túneles bajos a fines
de otoño para que las plantas desarro­
llen cabezas más sólidas.
Achicoria de terrón
de azúcar
Éstas tienen hojas verdes, formando una
cabeza cónica como la lechuga Cos (ro­
mana), en tamaño y en forma. Las ho­
jas interiores están blanqueadas de
forma natural y tienen un sabor algo
dulzón. Para consumo y necesidades de
suelos, clima y cultivo, véase «Achico­
ria colorada» (izquierda).
Se pueden sembrar en primavera
como cultivo de plantones de cortar-y-
volver-a-brotar (véase p. 310); coseche
los plantones antes de que suba la tem­
peratura, que endurece las hojas. En el
caso de plantas maduras, entresaque
plantones a 25 cm y coseche entre fines
de verano hasta otoño. Toleran heladas
ligeras y dan cosechas invernales culti­
vadas a cubierto. Coseche hojas o cor­
te toda la cabeza cuando esté madura.
Se conservan algunas semanas en con­
diciones frescas, secas y sin heladas.
También puede apilarlas, vueltas hacia
el interior y cubiertas de paja forman­
do montones (véase Cómo formar un
montón de betarragas, p. 353) A c h ic o r ia P a n d e A z ú c a r

Lechugas (Lactuca sativa)

Son plantas anuales de desarrollo bajo;
son de hojas verdes, aunque en algunos
cultivares son coloradas o colorado
verdosas.
Existen varios tipos distintivos. Las
cos (romanas) tienen hojas largas, sus­
tanciosas y de buen sabor, con corazo­
nes bastante sueltos; las semi-cos son
más cortas, de hojas dulces y muy cru­
jientes. Las de cabeza de mantequilla tie­
nen hojas suaves y lisas que forman un
corazón compacto y redondeado; las de
cabeza rizada (conocida como iceberg
cuando se comercializan sin las hojas ex­
teriores) tienen hojas crujientes que for­
man un corazón. Las de hojas sueltas,
caracterizadas por las tipo «ensaladera»,
no forman corazones, son de granado
lento y pueden corlarse durante bastante
tiempo; a menudo, sus hojas son serra­
das y muy decorativas. Son las más nu­
tritivas, y también sirven como cultivos
de plantones de cortar-y-volvcr-a-brotar
(véase p. 310).
La extensión de las lechugas varía en­
tre los 10-30 cm. Las de tipo cos miden
unos 25 cm de largo, otras unos 15 cm.
Se consumen como ensaladas, pero las
hojas exteriores y las más viejas pueden
consumirse cocidas o en sopas.
Son cultivos de estación fresca, que
crecen mejor en temperaturas de 10-20°
C. Para obtener buenos resultados son
esenciales las noches frescas. Algunos
cultivares toleran el calor o las heladas.
La germinación es pobre por encima de
los 25° C; en estas temperaturas, tien­
den a granar con velocidad y pueden
volverse amargas, aunque las de hojas
sueltas tardan más tiempo en granar que
otros tipos.
Cultive en emplazamientos abiertos,
o en sombra ligera en tiempo muy ca­
luroso. Requieren suelos fértiles que con­
serven la humedad y, aunque no están
en ningún grupo de rotación, no debe
cultivarlas en la misma parcela durante
dos años seguidos para evitar el aumento
L echugas
R ecom endadas
Cos
‘Lobjoits Green Cos’
‘Valmaine’
‘Winter Density’
‘Winter Density’
Semi-cos
‘Bubbles’
‘Jewel’
‘Little Gem’
L e c h u g a s d e H o ja s S u e l t a s ( ‘L o llo R o s s a ’) Cabeza de mantequilla
‘Avondefiance’
‘Dolly’1
de enfermedades fúngicas. Requieren ni­ la sombra para que germinen o sem­ ‘Sabinc’
veles de nitrógeno medios (véase p. 314). brando a la tarde, de manera que el pe­ ‘Valdor’ Ow
ríodo crítico acontezca por la noche
Siembra y plantación cuando las temperaturas son más bajas. Hojas sueltas
Debe sembrar cultivares adecuados a la ‘Lollo Rossa’
estación. En climas frescos, para obte­ ‘Marvcl of Four Seasons’
ner existencias lodo el año, simbre en­ ‘Salad Bowl’
tre principios de primavera y fines de ve­
rano, en intervalos de 2-3 semanas. A C o sech a d e L ec h u g a s de
fines de verano o principios de otoño, H o ja s S u e l t a s
siembre cultivares resistentes que inver-
nen en el exterior o a cubierto, para ob­ ‘Salad Bowl’
tener una cosecha de primavera. En cli­
mas cálidos, sólo siembre cultivares
resistentes al calor en verano. Cabc/a ri/ada
En climas frescos, siembre in situ, en ‘Lake Nayah’
una bandeja scmillera o en tiestos y mó­ ‘Malika’
dulos, para trasplantar. Es mejor sem­ ‘Minctlo’
brar in situ en verano, ya que los plan­ ‘Saladin’
tones se marchitan al trasplantarlos, ‘Warpath’
salvo que hayan sido cultivados en mó­
dulos. En temperaturas elevadas, las se­
millas pueden volverse inactivas; tiende ‘Lake Nayah’
a ocurrir varias horas después de sem­ Las lechugas de hojas sueltas pueden
brar y puede vencerse regando después cosecharse cortando a través de las
de sembrar, para enfriar el suelo, colo­ hojas a 2,5 cm del suelo. Deje C lave
cando bandejas semilleras y módulos a rebrotar el tocón. Ow Invenían a cubierto
 Trasplante las lechugas en condicio­
nes húmedas, cuando tengan cinco o seis
hojas, con la base de éstas justo por en­
cima del nivel del suelo. En tiempo ca­
luroso, sombree las plantas jóvenes hasta
que se establezcan. Espacie los cultiva­
res pequeños a 15 cm y los mayores a
30 cm de distancia.
Siembre cultivares resistentes para que
invernen en el exterior in situ o bajo
campanas o en cajoneras; en otoño, ex­
purgue a 7 cm y en primavera, a la dis­
tancia completa.
Los «mulch» flotantes o las campa­
nas, colocadas sobre las plantas en pri­
mavera, mejoran la calidad y ayudan a
que maduren antes.
La mayoría de las lechugas puede cul­
tivarse como plantones de cortar-y-
volver-a-brotar, especialmente las de ho­
jas sueltas, incluyendo los cultivares
europeos tradicionales para «corlar» y
algunos tipos de eos (véase «Cultivos de
cortar-y-volver-a-brotar», p. 310).
Espinacas (Spinacia oleracea)
Estas son anuales de desarrollo rápido,
que alcanzan unos 15-20 cm de altura
y se extienden a 15 cm. Las hojas, alta­
mente nutritivas, son lisas o arrugadas
y redondas o puntiagudas, según el cul­
tivar. Se cosumen ligeramente cocidas o
crudas en ensaladas cuando son jóvenes.
Son de estación fresca y crecen me­
jor a 16°-18° C; también crecen bien en
temperaturas más bajas. Las plantas pe­
queñas y los plantones sobreviven a tem­
peraturas de —9o C. Cultive cultivares
recomendados para la zona; muchas
tienden a granar prematuramente duran­
te días largos (véase «Extensión del día»,
p. 307), especialmente tras un período
frío o en condiciones secas y calurosas.
Los cultivares recomendados que pue­
den emplearse como cultivos de plan­
tones o plantas jóvenes comprenden
‘Jovita’, ‘Norvak’ y ‘Sigmalcaf’. Las es­
pinacas toleran sombra ligera en verano
Espinacas de Nueva Zelanda (Tetragonia tetragonioides, sin. T. expansa)
Las espinacas de Nueva Zelanda son pe­
rennes reptantes semi resistentes, tam­
bién cultivadas como anuales. Son de
hojas gruesas y triangulares de unos 5
cm de largo, con una extensión de 90-120
cm. Las hojas se emplean como las de
espinaca (véase más arriba).
Toleran temperaturas elevadas, inclu­
so tropicales y sequías, pero no las he­
ladas. Crecen mejor en un emplazamien­
to abierto, de suelo razonablemente
conservador de la humedad y fértil, y
requieren poco nitrógeno (véase p. 314).
Generalmente, tienden a granar menos
prematuramente que la espinaca.
Las semillas tienden a germinar des­
pacio; para estimularlas, sumerja en
agua 24 horas antes de sembrar.
Cultivo rutinario
Mantenga los macizos de lechugas sin
malezas. Si el desarrollo fuera lento,
aplique fertilizante nitrogenado o un ali­
mento orgánico líquido. En condiciones
secas, riegue a razón de 2 2 1 por m2 por
semana. El período de riego más críti­
co ocurre entre 7-10 días antes de ma­
durar (véase p. 312). A fines de otoño
o principios de invierno, proteja las le­
chugas con campanas para mejorar su
calidad.
Plagas y enfermedades
Los problemas comprenden mosca ver­
de y pulgones de raíz (véase p. 550), oru­
gas nocturnas (véase p.559), «chaque­
tas de cuero» (véase p.564), babosas (p.
548), virus mosaico (véase «Virus», p.
553), moho esponjoso (p. 550), déficit
de boro (p. 558) y moho gris /Bolrylis
(p. 557); los pájaros pueden atacar a los
plantones (p. 561).
Algunos cultivares resisten a los pul-
y requieren suelos con niveles de nitró­
geno medios (véase p. 314). Sobre nece­
sidades del suelo, véase «Acelga suiza y
betarraga de espinaca», p. 326.
Siembra y plantación
Siembre en estaciones frescas, ya que la
espinaca no germina por encima de los
3 o C. Siembre in situ , colocando semi­
llas individuales a unos 2,5 cm de dis­
tancia entre una y otra, en hileras a 30
cm de distancia. Para obtener cosechas
continuadas, siembre sucesivamente,
después de aparecer los plantones de
sembrados previos. Expurgue pronto, al
igual que para las acelgas (véase p. 326),
a unos 7 cm para plantas jóvenes o a 15
cm para las más grandes.
También pueden cultivarse como
plantones de cortar-y-volver-a-brotar,
para emplear en ensaladas (véase p. 310).
Para lograrlo, siembre a principios de
En climas frescos, siembre a 45 cm de
distancia después de pasadas las hela­
das. O siembre in situ en el exterior des­
pués de la última helada, entresacando
en etapas hasta alcanzar el espaciado de­
finitivo.
Mantenga los plantones sin malezas
(las plantas maduras cubren el suelo, eli­
minando las malezas). Son raros los pro­
blemas por plagas y enfermedades.
Comience a cortar las hojas jóvenes
y los extremos de los tallos 6 o 7 sema­
nas después de sembrar.
Corte con frecuencia para estimular
la aparición de desarrollo nuevo durante
3 o 4 meses.
Debe consumirlas frescas de inmedia­
to o congelar.
P r o t e c c ió n de P lantones do o plantando a principios de prima­
vera en un invernadero sin calefacción,
• • • • bajo campanas o películas lanudas o en
• *• cajoneras. También puede cultivar algu­
..........................................................* • nos cultivares a cubierto en invierno:
tendrá una cosecha a principios de pri­
mavera; para cosechas a mediados de in­
• ........................ ..... ’ vierno se requiere una calefacción suave.
Cosecha y almacenado
Las lechugas de hojas sueltas estarán lis­
. . . .................................... * * tas alrededor de 7 semanas después de
plantar, las de cabeza de mantequilla
Los plantones protegidos con después de 10 u 11 y las eos y de cabeza
película perforada maduran más rizada después de 11 o 12 semanas. Cor­
rápidamente al principio de la estación. te las eos, las cabeza de mantequilla y
las rizadas poco después de madurar
para evitar que granen prematuramen­
gones; otros pueden tolerar el virus mo­ te. Puede conservarlas algunos días en
saico y el moho esponjoso. la nevera. Corte las hojas de las de hoja
suelta algunas por vez, ya que no se con­
Cultivo a cubierto servan bien, o corte 2,5 cm por encima
En climas frescos, se pueden obtener co­ del nivel del suelo, dejando que los to­
sechas de lechugas tempranas sembran­ cones vuelvan a brotar pasadas algunas
semanas.
primavera y principios de otoño a cu­
bierto, y también a fines de verano para
obtener una cosecha que inverne en el
exterior. Para información sobre culti­
vos rutinarios, plagas y enfermedades y
cultivo a cubierto, véase «Acelga suiza
y betarraga de espinaca», p. 326.
Cosecha y almacenado
Corte hojas entre 5 y 10 semanas des­
pués de sembrar en cualquier etapa, des­
pués de que las plantas midan unos 5
cm. O bien corte hojas individuales o
corte las cabezas a 2,5 cm del suelo y
deje que vuelvan a brotar; o retire toda
la planta. En zonas cálidas, coseche
plantas jóvenes, antes de que granen.
Consuma las hojas frescas después de
poco tiempo o almacene congeladas.
E s p in a c a s
C o s e c h a d e E s p in a c a s de N u ev a Z elanda
Corte las hojas jóvenes
y los extremos de los
tallos de las espinacas
de Nueva Zelanda
antes de que se formen
las cabezas de semillas.
Las plantas seguirán
produciendo
desarrollos nuevos que
pueden cosecharse
hasta las primeras
heladas.
E l H u e r t o de H o r t a l i z a s

Hortalizas de ensalada menores

hortalizas menos conoci­ protegidas contra el viento. En climas Naba (rutabaga) de ensalada (Brassica napas)
E
x is t e n
das que vale la pena cultivar para frescos, se puede cultivar la mayoría a
consumir crudas en ensaladas, solas cubierto
o en invierno, para lograr rendi­ Esta anual tiene hojas verde claro de sa­ COSECHADO DE NAPA
mezcladas con otras hortalizas. Se pue­mientos elevados. La mayoría de las bor suave y se la emplea con frecuencia
den cultivar en jardines pequeños o en plantas para ensaladas son de desarro­ como sustituto de la mostaza en com­
contenedores. Las hojas tienen un sabor llo rápido, y producen un desarrollo más presas de mostaza o berros. Es de desa­
característico y son muy nutritivas, en frondoso en suelos ricos en nitrógeno. rrollo veloz, pero más lento que la mos­
especial consumidas jóvenes. Salvo la Es mejor cultivar varias de ellas como taza o el berro. Las hojas se consumen
verdolaga y las escarchadas, toleran he­ cultivos de cortar-y-volver-a-brotar (véa­ crudas como plantones, y las más gran­
ladas ligeras, e incluso temperaturas más se p. 310). No suelen sufrir plagas y en­ des pueden cocerse como verdura.
bajas, cultivadas en suelo bien drenado fermedades. La naba o rutabaga de ensalada tole­
ra temperaturas de —10° C y calor mo­
Berro de tierra (Barbarea verna) derado. Crece en una amplia gama de
suelos. En climas templados, siembre a
Esta bienal de desarrollo bajo tiene una cubierto a principios de primavera y fi­
nes de otoño.
extensión de unos 15-20 cm; también se En el interior, cultive en el alféizar, al
la conoce como berro de tierras altas. igual que la mostaza (abajo, a la iz­
Las hojas lustrosas, de un verde profun­ quierda).
do, tienen un sabor intenso, similar al En el exterior, siembre al voleo o en
berro de agua y se emplean como susti­ hileras y surcos anchos. Realice el pri­ Corle las hojas de la napa para
tuto de éste, ya sea crudo o cocido. Es mer corte después de 10 días; cuando las ensaladas en cualquier etapa, desde
muy resistente, permaneciendo verde en plantas alcancen los 60 cm, corte hojas los plantones hasta medir 7 cm de
invierno. Crece mejor a la sombra, al ca­ pequeñas a lo largo de varios meses. largo. En condiciones adecuadas, son
lor grana con velocidad, volviéndose ás­ posibles hasta tres cortes.
pero y de gusto muy picante. Se lo pue­
de interplantar entre hortalizas más altas
o emplear como borde pulido de Oruga (Eruca vesicaria)
macizo.
Cultívelo en suelos fértiles, conserva­ Esta planta mediterránea de hojas espe­
dores de humedad. Siembre semillas en ciadas se consume en ensaladas; las más
primavera para cosechas veraniegas tem­ viejas pueden cocerse. La oruga también
pranas o a fines de verano, para una oto­ B e r r o d e T ie r r a
se conoce como rucóla, erugala, oruga
ñal e invernadora. En invierno se pue­ mediterránea o roquette. Crece mejor en
de cultivar en invernaderos sin clima fresco en suelos conservadores de
calefacción. Siembre in silu, entresacan­ granen en primavera, se autoinsemi- humedad; en climas frescos, es excelente
do a 15 cm o en bandejas semilleras, narán con rapidez y podrá trasplantar a cubierto en invierno y como cultivo de
para trasplantar. Corte hojas 7 semanas los plantones. Los escarabajos pulga cortar-y-volver-a-brotar. Siembre al vo­
después de sembrar, cuando midan 7-10 (p. 548) pueden afectar las plantas jó­ leo o en hileras, para cosechar como
cm de largo. Si deja algunas para que venes. plantones, o entresaque a 15 cm, para
cosechar más grande. Los plantones es­
tarán listos en 3 semanas. Los escaraba­
Mostaza (Brassica hirta) jos pulga (p. 548) pueden atacar la
oruga. O ruga

Ésta tiene hábitos similares al berro y

se adjunta a éste con frecuencia. Se la
cultiva por las hojas de plantones, de sa­
bor fuerte, que pueden consumirse cru­
das en ensaladas. Es un cultivo de esta­
ción fresca, que grana con gran rapidez
en climas cálidos; sus hojas tienden a
volverse rugosas, cultivada en zonas
muy lluviosas.
En climas templados, los sembrados
en el exterior tienen más éxito en prima­
vera y otoño, sembrados in silu, em­
pleando cualquiera de los métodos
sugeridos para cultivos de cortar-y-
volvcr-a-brotar (véase p. 310).
La mostaza, al igual que el berro, es
una planta útil para cultivar a cubierto
desde otoño hasta primavera. Puede
sembrarse sin tierra, ya sea en un plato
cubierto de papel húmedo colocado en
el alféizar o bien en un brotador; o se
la puede sembrar en una bandeja de tie­
rra para tiestos o tierra negra. Estos
métodos se pueden emplear todo el año.
La mostaza germina a más velocidad
que el berro, de manera que si requiere
ambas juntas, siembre la mostaza dos
M ostaza
o tres días después del berro. Un sem­
brado cada 7 o 10 días asegura existen­
cias permanentes.
Para cosechar la mostaza puede pro­
ceder a corlar los plantones cuando
éstos midan entre 3,5 y 5 cm. Grana mu­
cho más rápido que el berro y normal­
mente sólo proporcionará dos o tres
cortes.
Mastuerzo (Lepidium salivum)
Esta planta de desarrollo rápido se cul­
tiva por las hojas de sus plantones, que
se consumen crudas; también se cono­
ce como mastuerzo de jardín rizado o
de pimienta. Existe una forma de hoja
angosta y otra de hoja ancha. Es un cul­
tivo de estación fresca, moderadamen­
te resistente, que grana pronto en tiem­
po caluroso, salvo sembrado en sombra
iigera. En climas frescos, crece bien a cu­
bierto en invierno. Puede dejar de cre­
cer en temperaturas bajas, pero vuelve
a comenzar cuando éstas suben. Es útil
para interplantar o plantar al pie.
Salvo en zonas muy frescas, es mejor
plantarlo en primavera y a fines de ve­
rano o principios de otoño; evite sem­ M a s t u e r z o d e H o ja A n c h a
brar en tiempo caluroso. O bien siem­
bre sobre papel en un plato colocado en
el alféizar o en un brotador; esto pro­ les o surcos anchos. Corte 10 días des­
porcionará un corte. pués de sembrar, cuando los plantones
Para obtener varios consecutivos, midan hasta 5 cm. Sembrado en tierra,
siembre en bandeja con tierra ligera o se pueden efectuar hasta 4 cortes su­
en el suelo, a voleo, en hileras individua- cesivos.
Verdolaga escarchada (Mesembryanthemum crystallinum)
Cultivadas como perennes en climas cá­
lidos y como anuales no resistentes en
otros, las escarchadas tiene un hábito
reptante, tallos suculentos y hojas grue­
sas y carnosas, cubiertas de ampollas
brillantes. Las hojas y los tallos jóvenes
tienen un sabor refrescante y ligeramente
salado. Se consumen crudas en ensala­
das o cocidas, como las espinacas.
Requieren una posición soleada, en
suelos ligeros y bien drenados. En cli­
mas cálidos, siembre in situ en el exte­
rior; en los frescos, en el interior en pri­
mavera , trasplantando a 30 cm después
de pasadas las heladas. Las babosas (p.
548) pueden atacar los plantones. Pue­
den propagarse por esquejes (véase P e ­
r e n n e s , «Esquejes de extremos de ta­
llo», p. 166). Los primeros cortes de
hojas jóvenes y trozos tiernos de tallos
pueden efectuarse 4 semanas después de
plantar. Coseche regularmente para es-
Verdolaga de invierno (Momia perfoiiata)
Anual resistente de hojas en forma de
corazón y vástagos floridos delicados.
Las hojas, tallos y flores de sabor sua­
ve, ligeramente suculentas, se consumen
crudas en ensaladas. También conocida
como lechuga de minero o claytonia,
prospera en tiempo fresco. Prefiere con­
diciones bien drenadas, pero crece inclu­
so en suelos pobres y ligeros. Una vez
establecida, se autoinsemina pronto;los
plantones invasores son de raíces poco
profundas y fácilmente arrancables.
Efectúe el sembrado principal a fines
de verano para cosechar entre principios
de otoño e invierno en el exterior, y en
primavera para obtener una cosecha ve­
raniega. Cultive al voleo, como cultivo
de plantones de cortar-y-volver-a-brotar,
o en hileras o surcos de 10 cm de ancho;
puede sembrar in situ o en bandejas.
Verdolaga de verano (Portulaca oleráceo)
Estas plantas semiresistentes de desarro­
llo bajo tienen hojas y tallos ligeramente
suculentos, que se consumen crudos o
cocidos. Existen formas de hojas verdes
y amarillas; el tipo verde tiene hojas más
delgadas, es más vigorosa y de mejor sa­
bor, pero la forma amarilla o dorada re­
sulta atractiva en ensaladas. Requieren
un emplazamiento cálido y protegido
con suelos ligeros y bien drenados.
Cultive ya sea como un cultivo de
cortar-y-volver-a-brotar o como plantas
individuales. En climas frescos, siembre
en bandeja a fines de primavera, plan­
tando fuera a 15 cm, pasadas las hela­
das. Efectúe sembrados de fines y prin­
cipios de verano, para obtener una
cosecha de plantones de cortar-y-volver-
a-brotar. En climas cálidos, siembre in
situ a lo largo del verano. Corle los plan­
tones o vástagos de plantas individua­
les unas 4-8 semanas después de sem-
V ERDOI.AGAS
timular un desarrollo ulterior y elimine
las flores. Las hojas y tallos se mantie­
nen frescos varios días.
V e r d o l a g a d e I n v ie r n o
Trasplante o entresaque los plantones a
15-23 cm de distancia. Corte 10 sema­
nas después de sembrar, dejando que las
plantas vuelvan a brotar.
brar. Corte de manera regular, siempre
dejando dos hojas basales, y elimine las
flores.
Las babosas (p. 548) pueden atacar a
las plantas.
Berro de agua (Rorippa nasturtium-aquaticum)
Es una perenne resistente acuática (tam­
bién conocida como Nasturtium offici­
nale), de hojas nutritivas de sabor fuerte,
empleada en ensaladas y sopas. Su há­
bitat natural son los arroyos corrientes
frescos, de aguas ligeramente alcalinas
y 10° C de temperatura.
Arraigue los esquejes colocando en
agua fresca; pronto arraigarán y podrá
plantarlas al borde de un arroyo en pri­
mavera , a 15 cm de distancia. Se pue­
den cultivar en tierra de jardín húme­
da, pero es más fácil en tiestos de 15-
21 cm. B e r r o d e A g u a c u l t iv a d o e n u n
Coloque una capa de gravilla o mus­ T ie s t o
go en cada uno de ellos, llene con tie­
rra rica y coloque sobre un plato con sición protegida bien iluminada. Cam­
agua fresca y limpia. Plante 3 o 4 esque­ bie el agua al menos una vez al día y cor­
jes arraigados en cada tiesto, en una po- te las hojas que requiera.
Diente de león (Taraxacum officinale)
Son malezas resistentes perennes, que se B l a n q u e a d o D ie n t e L eón
extienden hasta los 30 cm. Se cultivan
de
formas silvestres y cultivadas por sus ho­
jas jóvenes, consumidas crudas. Las for­
mas cultivadas son más grandes y tar­
dan más en granar. Las hojas son
ligeramente amargas, pero se dulcifican
blanqueadas. También son comestibles
las flores y raíces. Toleran una gama de
suelos bien drenados.
Siembre en primavera, en bandejas se-
milleras para trasplantar o in situ, es­
paciando a 35 cm. Blanquee sucesiva­
mente a fines de verano, cubriendo las
plantas secas con un cubo grande opa­
co. Coseche las hojas cuando se hayan
vuelto alargadas y amarillo cremosas.
Mueren desde el extremo en invierno, Cuando la planta tenga varias hojas,
pero reaparecen en primavera; continua­ cubra con un cubo de 30 cm de
rán creciendo durante varios años. altura. Coseche las hojas alargadas
amarillo cremosas después de varias
semanas.
Milamores (Valerianella locusta)
Cultivadas para consumir en ensaladas
en otoño e invierno, estas anuales resis­
tentes forman plantas pequeñas de sa­
bor suave. También se las conoce como
lechuga de cordero o mache. Existen dos
tipos: el de hojas grandes y blandas y
el tipo más pequeño y erecto, de hojas
de un verde más oscuro, reputadamen­
te más resistente. Toleran una amplia
gama de suelos. En climas fríos, culti­
ve a cubierto en invierno para obtener
plantas más prolíficas, de hojas más tier­
nas. Es un cultivo útil para intcrplantar
o plantar al pie de hortalizas de invier­
no, como las coles.
Puede cultivarse como cultivo de
plantones de cortar-y-volver-a-brotar o
como plantas individuales. M il a m o r e s d e H o ja s G r a n d e s
Siembre in situ a partir de mediados
de verano, a voleo en hileras o en sur­
cos anchos. Mantenga las semillas hú­ en madurar. Coseche las hojas indivi­
medas hasta que germinen. Expurgue dualmente o corte toda la planta, dejan­
plantones a 10 cm de distancia. Crece do que vuelva a brotar para un segun­
lentamente y puede tardar 12 semanas do corte.
El H uerto de H o r t a l i z a s
Melón rocío
Berenjenas
Hortalizas de frutos y flores de miel

Chayóte Pimientos
de las hortalizas más exó­ lida. En los climas templados, otras,

A
lg u n a s morrones
ticas y suculentas pertenecen al como los chayotes, el maíz y las cala­ Calabacines
grupo de hortalizas de frutos y flores.
bazas, deben germinar en el interior, Tomates
Muchas de ellas —tomates, berenjenas,pero pueden cultivarse fuera hasta que cereza
pimientos y melones—, son oriundas de maduren. Todas requieren una situación Melón
zonas subtropicales o tropicales; en zo­ cálida y protegida para que sus frutos «musk» Tomates
nas más frescas, podría tener que culti­ maduren y para que la polinización ten­ perita
varlas a cubierto o en una ubicación cá­ ga éxito.
Pepino de

Pimientos morrones (Capsicum annuum Grupo Grossum)

invernadero
morrones

También llamadas cápsicos o pimientos

campana, estas anuales tienen un hábi­
to arbustivo y alcanzan los 75 cm de al­
tura, con una extensión de 45-60 cm. En
general, los frutos son oblongos y mi­
den entre 3-15 cm de largo por 3-7 cm
de diámetro; son de color verde, crema,
amarillo, naranja, rojo o púrpura oscu­
ro. Los frutos maduros se consumen
crudos o cocidos, enteros o cortados en
rebanadas.
Son plantas tropicales y subtropica­
les que requieren temperaturas mínimas
de 21° C y una hum edad del
70 °/o-75 »/o. Las temperaturas superio­
res a 30° C pueden reducir la produc­
ción de frutos y causar la caída de flo­
res y pimpollos. En climas templados,
se pueden cultivar fuera en un empla­
zamiento soleado y protegido, a cubier­
to. Se requiere un suelo moderadamen­
te profundo, fértil, bien drenado y con
niveles de nitrógeno medios (véase p.
341).
Siembra y plantación
Siembre las semillas en primavera, en in­
vernadero en bandejas con abono de un
pH de 5,5-7. Trasplante los plantones a
P im ie n t o s M o r r o n e s
R ecom endados
‘Ace’ fi
‘Bell Boy’ F1
‘Californ
‘Canapé’
‘Canape’
‘Carnival’
‘Clio’ FI
‘Early Prolific’ FI
‘Giallo 2000’
‘Giallo
2000’
‘Gold Star’
‘Gypsy’ FI
‘Midnight Beauty’ FI
‘Yellow Bell’ FI
‘Yolo Wonder’
P im ie n t o s M o r r o n e s
tiestos de 6-9 cm y plante fuera 10-12 se­
manas después de sembrar, en macizos
bien preparados, espaciando a 45-60 cm
de cada lado. En climas templados,
cambie los plantones de tiesto y no los
plante fuera hasta que hayan pasado las
heladas.
Cultivo rutinario
Elimine el extremo de desarrollo de las
plantas establecidas para estimular un
hábito arbustivo y estaque los cultiva­
res de más de 60 cm de alto. Riegue re­
gularmente para evitar la caída de ho­
jas y brotes y aplique «mulch» orgánico,
fertilizante equilibrado o alimento líqui­
do cada dos semanas durante la estación
de desarrollo. Si es necesario, proteja las
plantas en el exterior con plástico.
Plagas y enfermedades
Pueden padecer pulgones de maíz (p.
550); a cubierto, también ácaros araña
roja de invernadero (p. 550), moscas
blancas (p. 550), podredumbre del ex­
tremo de las flores (véase «Déficit de cal­
cio», p. 562) y thrips (p. 551).
Cultivo a cubierto
Siembre como arriba, a principios de
primavera. Cuando los plantones midan
8-10 cm, coloque en tiestos de 21 cm o
trasplante a sacos de desarrollo o maci­
zos de invernadero bien preparados. Es­
pacie las plantas más altas a 50 cm como
mínimo y estaque los cultivares más al­
M a d u r a d o d e P im ie n t o s M o r r o n e s
A l madurar, los
frutos cambian
de color, del
verde al rojo,
amarillo o púrpura
oscuro y el sabor se
hace más dulce.
C osech a de P im ie n t o s
tos. Mantenga la humedad y tempera­
tura recomendadas, humedeciendo con
regularidad.
Cosecha y almacenado
Coseche 12-14 semanas después de tras­
plantar y antes de las primeras heladas
si crecen en el exterior. Es mejor consu­
mir algunos cultivares cuando los fru­
tos están verdes, pero otros pueden per­
manecer en las plantas durante 2-3
semanas, hasta que el color se vuelva
amarillo cremoso o rojo. Corte pimien­
tos individuales; podrá almacenarlos en
condiciones húmedas durante hasta 14 Coseche algunos pimientos verdes;
días a 12°-15° C. También podrá alma­ otros pueden dejarse hasta que se
cenar plantas enteras (véase «Hortalizas vuelvan amarillos o rojos. Corte el
frutícolas», p. 316). fruto dejando unos 2,5 cm de tallo.
Guindillas (Capsicum annunm Grupo Longum)
Esta forma de Capsicum annum tiene
frutos puntiagudos de hasta 9 cm de lar­
go. Los cultivares comunes comprenden
‘Chili Serrano’, ‘Hot Gold Spike’, ‘Red
Chili’ y ‘Apache’.
Las plantas se cultivan al igual que los
pimientos morrones (véase más arriba);
sin embargo, las guindillas toleran tem­
peraturas más elevadas. Pueden recoger­
se en cualquier etapa de su desarrollo,
cuando sean de color rojo o verde. Si se
las cultiva en el exterior, deben cortarse
antes de las primeras heladas. G u in d il l a s M a d u r a n d o
El sabor picante aumenta cuanto más
maduras sean y proviene del meollo y
semillas blancas en el interior.
Si el sabor fuera demasiado picante,
pueden descartarse el meollo y las se­
millas.
G u in d il l a s C o l o r a d a s
Pimientos picantes (Capsicum frutescens)
Éstos, también conocidos como pimien­
tos de Cayena, son perennes ramifica­
das que crecen hasta 1,5 m de altura: tie­
nen frutos pequeños y angostos
amarillos, rojos y naranja, que cuelgan
de las ramas o crecen verticales, según
el cultivar. Son muy picantes y se con­
sumen en salsas y para dar sabor en
general.
Son tropicales y subtropicales y no to­
leran las heladas. Espacie a 60 cm en
cada dirección y cultive al igual que los
Sandías (Citrullus lanatus)
Son anuales, tropicales o subtropicales,
de tallos extendidos que crecen hasta los
3-4 m. Los frutos son redondos o alar­
gados, verde o crema, rayados o motea­
dos, y que alcanzan hasta 60 cm de lar­
go; se consumen crudas. Necesitan
temperaturas de 25°-30° C y pueden cul­
tivarse fuera sólo en emplazamientos so­
leados y protegidos, pero también a cu­
bierto. Necesitan suelos bien drenados
de tierra negra arenosa, de niveles de ni­
trógeno medios (véase p. 314) y un pH
de 5,5-7. Incorpore abono bien descom­
puesto y un fertilizante para todo uso
antes de plantar.
Siembra y plantación
Siembre a principios de primavera a cu­
bierto, en bandejas o tiestos de 6-9 cm,
en temperaturas de al menos 22°-25° C.
Temple los plantones cuando midan
10-15 cm.
Plante fuera después de pasadas las
heladas, a 1 m de distancia. Proteja del
viento y el tiempo frío con mamparas
de plástico.
Melones (Cucumis melo)
Estas trepadoras anuales, generalmen­
te guiadas como cordones, alcanzan al­
turas de hasta 2 m, con laterales que se
extienden hasta 60 cm. Los tres tipos
principales son los «cantaloupe», de in­
vierno o «casaba» y «musk» (incluyen-
M elón « M u s k »
pimientos morrones (véase p. 332), aun­
que generalmente requieren más agua.
Normalmente no necesitan estacado.
Suelen requerir un período de desa­
rrollo largo y los primero frutos apare­
cen después de 15-18 semanas de ser
plantadas. Deje madurar por completo
antes de cosechar. Pueden congelarse o
secarse, y almacenar durante varios
meses.
S a n d ia
Cultivo rutinario
Aplique «mulch» para conservar la hu­
medad y un fertilizante equilibrado o un
alimento líquido cada dos semanas has­
ta que los frutos comiencen a desarro­
llarse. Elimine los extremos de desarro­
llo de los vástagos principales cuando
midan 2 m de largo y guíe los laterales
entre otras plantas de la hilera. Para ayu­
dar a la formación de frutos, polinice
do los de rocío de miel). Los melones
cantaloupe son de piel gris verdosa,
gruesa y rugosa con ranuras profundas;
los frutos individuales pesan hasta 750
g. Los de invierno tienen piel amarilla
o amarilla y verde a rayas, lisa, y pesan
hasta 1 kg. Los musk varían de tama­
ño, pero, en general, son más pequeños
que los cantaloupe y los de invierno, y
a menudo llevan dibujos reticulados pe­
queños sobre pieles lisas. Los de invier­
no y algunos cultivares de los cantalou­
pe son adecuados para cultivar en
invernadero.
Los melones son plantas tropicales
que requieren temperaturas mínimas de
18° C para germinar, que se elevan a 25°
C durante la estación de desarrollo. Pue­
den cultivarse en el exterior en empla­
zamientos muy soleados y protegidos,
pero en climas templados se cultivan en
invernaderos o cajoneras. Requieren sue-
P im ie n t o s P ic a n t e s
R ecom endados
‘Cayenne Large Red Thick’
‘Cayenne Long Slim’
‘Hungarian Yellow Wax Hot
‘Red Cherry Small’
‘Super Cayenne’ FI
‘Super Cayenne’
P im ie n t o s P ic a n t e s (« B ic h o s » )
las flores a mano (véase «Chayotes y ca­
labacines», p. 336). Reduzca desarrollos S a n d ía s
sublaterales de los vástagos laterales, de­ R ecom endadas
jando dos o tres hojas después de que
los frutos comiencen a desarrollarse y ‘Black Sugar
coloque una almohadilla de hierba seca Baby’ Fl
o un bloque de madera debajo de cada ‘Dixie Queen’ FI
fruto como protección contra plagas y ‘Dixie Queen’
enfermedades del suelo.
‘Florida Favorite’
Plagas y enfermedades ‘Golden Midget’
Los niveles de humedad superiores al ‘Royal Charleston’ FI
75 % estimulan las enfermedades de las ‘Sugar Jade’
hojas, en particular el moho polvoso (p. ‘Yellow Doll’ FI
550) y el virus de mosaico (véase «Vi­
rus», p. 553). Las plagas probables com­
prenden los pulgones (p. 550), nemáto- cir la humedad y estimular la poliniza­
dos de nudo de raíz (p. 564) y moscas ción a través de insectos.
de la fruta (p. 563).
Cosecha y almacenado
Cultivo a cubierto Coseche 11-14 semanas después de sem­
Las sandías son extremadamente vigo­ brar; las sandías maduras suenan a hue­
rosas y normalmente no se cultivan en co al golpearlas. Pueden almacenarse
invernadero. Pueden cultivarse bajo durante 14-20 días a temperaturas de
plástico a I m de distancia; retire las cu­ 10°-12° C.
biertas durante la floración para redu­
lo bien drenado y fértil, de un pH de
6,5-7, alto contenido de tierra negra y M elones
de nitrógeno (véase p. 314). Agregue un R ecom endados
fertilizante todo uso y abono o estiér­
col bien descompuesto. ‘Alaska’ FI
‘Blenheim Orange’
Siembra y plantación ‘Charentais’
Siembre a cubierto a principios de pri­
mavera en bandejas o tiestos de 6-9 cm ‘Charentais’
(dos semillas por tiesto), eliminando la
más débil si ambas germinan. Después ‘Classic’ FI
de unas 6 semanas, pasadas las heladas, ‘Minnesota Midget’
temple los plantones y plante fuera, es­ ‘No Name’
paciados a 1 m, en hileras a 1-1,5 m de ‘Ogcn’
distancia. Plante cada plantón sobre un ‘Romeo’ FI
montículo y proteja las plantas jóvenes ‘Sweet Dream’
del viento y tiempo frío con túneles de
plástico, hasta que estén establecidas. ‘Sweet Dream’
‘Seethcart’ Fl w
‘Sweet’n’ Early’
‘Venus’
« D e t e n c ió n » de M elones
Deje formar una flor por vastago
lateral y corte el extremo de cada
lateral, dejando 2-3 hojas detrás de
cada fruto en desarrollo.
Cultivo rutinario
Después de que se hayan desarrollado
cinco hojas, elimine cada extremo de de­
sarrollo para estimular la producción de
vástagos nuevos. Cuando estén bien de­
sarrollados, reduzca dejando unos cua­
tro de los más vigorosos. Guíe dos de
cada lado entre plantas adyacentes en la
Pepinos y pepinillos (Cucumis sativus)
La mayoría son enredaderas que alcan­
zan entre 1-3 m de altura; hay pocos cul­
tivares arbustivos compactos. Los fru­
tos inmaduros se consumen crudos,
encurtidos o cocidos en sopas.
Los de exterior, o de arista, son ca­
racterísticamente de piel gruesa y pin­
chuda y miden entre 10-15 cm de largo.
Los cultivares modernos mejorados,
muchos de origen japonés, son más li­
sos y miden hasta 30 cm, con una resis­
tencia mayor al frío y a las enfermeda­
des. Se cultivan principalmente en el
exterior o en cajoneras y son poliniza­
dos por los insectos. Los pepinillos son
pepinos de arista, de frutos cortos y
gruesos de hasta 7 cm, cosechados jó-
S ie m b r a y P l a n t a c ió n
Llene un tiesto de 5 cm
con tierra para semillas hasta
2,5 cm del borde. Coloque 2 o 3
semillas de costado encima de la
tierra, después cubra hasta 2 cm
de profundidad. Riegue
concienzudamente y etiquete.
hilcra. Retire cualquier protección cuan­
do comiencen a florecer, para estimu­
lar la polinización a través de insectos.
Polinice a mano si fuera necesario (véase
«Chayotes y calabacines», p. 336).
Entresaque dejando un fruto por vás-
tago cuando éstos midan 2,5 cm de diá­
metro y detenga todos los sublaterales,
dejando 2-3 hojas detrás del fruto en de­
sarrollo. Elimine los vástagos principa­
les cuando midan 1-1,2 m y también
cualquier otro sublateral. Coloque una
almohadilla de hierba seca, un ladrillo
o un bloque de madera debajo de cada
fruto para proteger de enfermedades del
suelo.
Riegue regularmente y alimente cada
14 días con alimento líquido al desarro­
llarse los frutos, reduzca el riego y la ali­
mentación al madurar los frutos.
Plagas y enfermedades
Los pulgones (p. 550) y el moho polvo­
so (p. 550) pueden causar problemas. A
cubierto, las plantas pueden verse afec­
tadas por los ácaros araña roja de in­
vernadero (p. 550), moho polvoso (p.
venes y generalmente empleados para
encurtir. Los pepinos manzana y limón
son redondeados de piel amarilla y 6 cm
de diámetro. Los europeos o de inver­
nadero son lisos y miden hasta 30 cm.
No necesitan polinizarse para producir
frutos y, si se les poliniza, pueden pro­
ducir frutos amargos e hinchados; use
los cultivares modernos, todos femeni­
nos, para evitar el riesgo de una polini­
zación accidental.
Los pepinos son vegetales de estación
cálida, que crecen mejor en temperatu­
ras promedio de 18°-30° C. No toleran
heladas y la mayoría se dañan a tempe­
raturas por debajo de los 10° C. En la­
titudes septentrionales, los tipo arista
e x t e r io r
Haga un agujero de 30 cm de
profundidad y ancho y llene
con abono descompuesto. Eche
tierra encima, haciendo un
montículo de 15 cm de altura.
Plante el pepino sobre el
montículo. Afirme y riegue.
550), moscas blancas (p. 550) y marchi­
tamiento Verticillium (p. 557).
Cultivo a cubierto
Para cultivar melones en cajonera, plan­
te los plantones individualmente en el
centro. Guíe los cuatro laterales hacia
las esquinas. Al desarrollarse, aumente
la ventilación y reduzca la humedad gra­
dualmente. Una vez que los frutos co­
miencen a formarse, retire las luces, vol­
viendo a colocar por la noche sólo en
tiempo frío. En tiempo caluroso, som­
bree ligeramente.
Los melones pueden cultivarse en in­
vernadero a condición de que la distan­
cia entre la base de la pared lateral has­
ta la arista sea de, al menos, 2 m. Plante
los plantones en montículos bien prepa­
rados (véase «Pepinos y pepinillos», más
abajo). Cultive en cordones sencillos o
dobles, guiando a lo largo de cañas su­
jetas a alambres horizontales hasta la
arista del invernadero.
Espacie a 38 cm de distancia los cor­
dones individuales y a 60 cm los dobles.
También pueden cultivarse en sacos de
pueden producir sólo flores masculinas
a principios de la estación; las femeni­
nas, que se convierten en frutos, apare­
cen después. Cultive en emplazamiento
fértil y protegido, de tierra negra bien
drenada pero que conserve la humedad:
no debe dejar resecar las raíces. Aplique
cal a suelos muy ácidos. Requieren ni­
veles de nitrógeno bajos (véase p. 314).
Rote los cultivos de interior.
Los de tipo de invernadero deben cul­
tivarse en temperaturas nocturnas míni­
mas de 20° C y humedad alta. Nunca
cultive los de tipo arista en el mismo in­
vernadero que los cultivares sólo feme­
ninos, ya que se produciría una polini­
zación cruzada.
Siembra y plantación
Los pepinos son difíciles de trasplantar;
las semillas para las variedades de exte­
rior deben plantarse in si tu después de
las heladas o en tiestos o módulos pe­
queños. Si siembra en el exterior, pre­
pare agujeros de 30 cm al menos de diá­
metro y profundidad, incorporando
bastante estiércol o abono bien descom­
puesto al rellenar. Cubra con unos 15 cm
de tierra con estiércol, en un montículo
pequeño para asegurar un drenaje inten­
so. Coloque las semillas de costado a
unos 2 cm de profundidad, dos o tres
por tiesto o emplazamiento.
Las semillas germinan a una tempe­
ratura del suelo mínima de 20° C. Ex­
purgue cada plantón después de la ger­
minación. En tiestos, las semillas
requieren temperaturas nocturnas míni­
mas de 16° C hasta que los plantones
se planten fuera, alrededor de 4 sema­
nas después de sembrar. Espacie las tre­
padoras a 45 cm; las de tipo arbusto y
cultivo o en tiestos de 24-25 cm en el in­
vernadero.
Para obtener un cordón individual,
elimine el extremo de desarrollo cuan­
do el vástago principal mida 2 m, para
estimular el desarrollo lateral. Detenga
los laterales a cinco hojas más allá de
las flores y los sublaterales a dos. Para
un cordón doble, elimine el vástago prin­
cipal, dejando que se desarrollen dos
verticales; guíe al igual que más arriba.
Sostenga los frutos en desarrollo con re­
des sujetas a la arista.
Para facilitar la polinización, no hu­
medezca durante la floración. Manten­
ga la temperatura a 24° C de noche y
30° C de día.
Cosecha y almacenado
Coseche 10-12 semanas después de sem­
brar. Los melones cantaloupe y musk
tienen un aroma dulce cuando están ma­
duros y los tallos que los sostienen se
parten.
Separe suavemente de los tallos. Al­
macene durante 14-50 días, a tempera­
turas de 10-15° C, según el cultivar.
P e p in il l o
las trepadoras deben espaciarse a 75 cm,
si reptan a lo largo del suelo.
En climas frescos, proteja con cam­
panas o plástico velludo después de
plantados.
Cultivo rutinario
Cultive los trepadores a lo largo de ver­
jas, redes o cañas, o deje que se enro­
llen por encima de cordeles. Elimine el
extremo de desarrollo cuando aparezcan
5 o 6 hojas y guíe los desarrollos más
fuertes resultantes a lo largo del sopor­
te, sujetando si fuera necesario. Cuan­
do alcancen la parte superior, elimi­
ne dejando dos hojas detrás de cada
flor; se desarrollarán laterales con más
frutos.
Al continuar la frutación, alimente
cada 2 semanas con fertilizante rico en
potasio o un alimento orgánico líquido
equivalente. Riegue durante el período
de desarrollo, en especial después de

P epin o s d e A r b u s t o
trasplantar, para que las plantas se es­
tablezcan con rapidez y también durante
la floración y frutación (véase «Perío­
dos de riego críticos», p. 312).
Plagas y enfermedades
Los pepinos pueden verse afectados por
caracoles (p. 548), pulgones (p. 550),
moho polvoso (p. 550), orugas noctur­
nas (p. 559), ácaros araña roja de inver­ P e p in o s y P e p in il l o s
nadero (p. 550), moscas blancas (p. 550), R ecom endados
virus de mosaico de pepinos (véase «Vi­
rus», p. 553) y podredumbre del pie y Pepinos de arista
de la raíz (p. 558). ‘Burpless Tasty Green’ F1
‘Champion’ F1
Cultivo a cubierto
Cultive como al exterior, usando los cul­ ‘Champion’
tivares correctos: mejor si son todos fe­
meninos. Detenga el vástago principal
de cada planta cuando alcance el extre­ Pepinos lisos
mo del soporte y elimine los laterales ‘Brunex’ F1
más allá de la primera hoja. Humedez­ ‘Pepita’ F1
ca invernaderos para controlar plagas.
Cosecha y almacenado Pepinos japoneses
Coseche los pepinos regularmente a par­ ‘Tokyo Slicer’ FI
tir de 12 semanas después de sembrar, ‘Kyoto’
cuando los lados del fruto sean parale­
los y midan 15-20 era de largo. Coseche Pepinillos
pepinillos cuando midan 2,5-7 cm de ‘Bestal’ F1
largo o cuando hayan alcanzado el ta­ ‘Conda’ F1
maño adecuado para encurtir. ‘Hokus’
‘Hokus’
P e p in o s T r e p a d o r e s

Calabazas (Cucurbita maxima, C. moschata, C. pepo)

Este es un grupo de anuales muy diver­
so, también conocido como calabazas de
invierno, de frutos que pesan entre 450
g hasta más de 30 kg. La piel puede ser
lisa, granulosa o de aristas y de color
verde, crema, azul verdoso, amarillo, na­
ranja, rojo o rayada. El color cambia a
menudo al madurar. Su forma varía mu­
cho, pudiendo ser redondas, alargadas,
aplanadas, en forma de cebolla o en for­
ma de turbante. La mayoría son plan­
tas muy trepadoras de hojas inmensas;
algunas son compactas y arbustivas.
Tanto los frutos jóvenes como los ma­
duros se consumen cocidos, ya sea fres­
cos o almacenados. Se pueden consu­
mir los vástagos y las hojas jóvenes
cocidos y las flores crudas o cocidas. Al­
gunos cultivares tienen semillas comes­
tibles.
C a l a b a z a s s o b r e u n T r íp o d e
Sobre necesidades climáticas, del sue­
lo y emplazamiento, véase «Pepinos y
pepinillos», p. 334. Las calabazas nece­
sitan niveles entre medios y altos de ni­
trógeno (véase p. 314).
Siembra y plantación
Puede humedecer las semillas a lo lar­
go de la noche para acelerar la germi­
nación. Siembre al igual que los pepi­
nos (véase p. 334).
Espacie las plantas a 2-3 m de distan­
cia, según el cultivar. Para los cultiva­
res grandes, prepare agujeros de 45 cm
de profundidad y 60 cm de diámetro. Al
plantar, introduzca una caña para po­
der encontrar el centro de la planta si
necesitara regar. Proteja y aplique
«mulch» después de plantar.
Cultivo rutinario
Después de plantar, aplique un revesti­
do de fertilizante general. Puede guiar
los vástagos en círculos sobre el suelo,
con alambres doblados para mantener
los tallos a ras del suelo, o cultivados so­
bre soportes, como trípodes, que deben
ser muy sólidos en el caso de cultivares
vigorosos.
Si sólo requiere unos pocos frutos
grandes, retire todos salvo dos o tres
cuando son jóvenes.
Polinice a mano, al igual que los cha-
yotes (véase p. 336) si fuera necesario.
Las calabazas tienen raíces profundas,
por ello sólo será necesario regar en
tiempo muy seco.
Plagas y enfermedades
Las más serias son las babosas (p. 548),
en las primeras etapas, y los virus de mo­
saico de pepinos (véase «Virus», p. 553).
Cosecha y almacenado
Recorte el follaje que sombree los fru­ C ala baza s R e c o m e n d a d a s
tos para estimular la maduración. Co­
seche 12 semanas después de plantar. ‘Acorn’
Deje los frutos destinados a ser alma­ ‘Buttercup’
cenados en la planta la mayor cantidad ‘Butternut’ FI
de tiempo posible, con el fin de que ma­ ‘Hubbard’
duren: los tallos se rompen y la piel se ‘Hundredweight’
endurece cuando están maduros. Reco­ ‘Queensland Blue’
ja antes de la primera helada, dejando
un tallo largo en cada fruto.
Después de cosechadas, la mayoría de ‘Queensland
los tipos para almacenar deben perma­ Blue’
necer al sol durante 10 días para «cu­
rar», o sea endurecer la piel para que
forme una barrera, retrasando la pérdi­ ‘Red Kuri’
da de agua. Cubra los frutos de noche ‘Spirit’ FI
si amenazan heladas o cure en el inte­ ‘Sweet Dumpling’
rior, a 27-30° C, durante 4 días. ‘Acorn’ ‘Table Ace’
puede almacenarse sin curar. Almace­ ‘Triple Treat’ (semillas comestibles)
ne en un sitio bien ventilado, a 10° C ‘Turk’s Cap’
y con una humedad del 95 %. Pueden
consevarse durante 6-8 meses y, en al­ ‘Swcei
gunos casos, incluso más, según las con­ Dumpling’
diciones y el cultivar.
C u r a d o d e C alabazas
Cuando la calabaza esté
madura, separe de la
planta dejando un tallo
lo más largo posible.
Deje las calabazas al sol
durante unos 10 días
para que la piel se
endurezca.
E l H u e r t o de H o r t a l i z a s

Chayotes y calabacines (Cucurbita pepo)

También conocidos como calabazas ve­
getales, los chayotes son anuales que
reptan varios metros o forman plantas
compactas de 90 cm de extensión. En ge­
neral tienen frutos cilindricos de 30 cm
de largo y 13 cm de diámetro. Los cala­
bacines son chayotes cosechados jóve­
nes; sólo son adecuados los cultivares de
piel tierna. En general, los chayotes son
reptantes, y los calabacines son arbus­
tivos. La piel de los chayotes puede ser
verde, amarilla, blanca o rayada. Los
chayotes de flan tienen frutos aplana­
dos de bordes ondulados; los de cuello
en forma de gancho tienen frutos hin­
chados de cuello doblado. También exis­
ten cultivares de frutos redondos. Los
chayotes espaguetti tienen forma de cha­
yóte pero son de piel dura; su pulpa co­
cida se parece a los espaguettis. En ge­
neral, los frutos se consumen cocidos.
También se puede cocer las hojas jóve­
nes y los extremos de los vástagos; las
flores se consumen crudas o cocidas.
Ambos son cultivos de estación cáli­
da y requieren temperaturas de 18-27°
C. La tolerancia a las heladas, el suelo
requerido y su preparación son los mis­
mas que para los pepinos (véase p. 334).
Requieren poco nitrógeno (véase p. 314).
Sembrado y plantación
Siembre al igual que los pepinos (véase
p. 334) cuando la temperatura del sue­
lo alcance al menos 15° C. Coloque
C o se c h a d e A r b u st o
Polinización manual C hayotes
y C a l a b a c in e s
Los chayotcs y calabacines en gene­
ral son polinizados por insectos, pero R eco m en da d os
en estaciones frías, si los frutos no se Chayotes
produjeran, puede ser necesario po­ ‘All Green Bush’
linizarlas a mano. La flor femenina ‘Butterstick’
tiene un bulto diminuto (la fruta em­ ‘Custard White’
brionaria) detrás de los petalos, que ‘Long Green
le falta a la flor masculina (véase aba­ Trailing’
jo); ello hace que sean fácilmente di- ‘Custard White’
fercnciables.
‘Scallopini’ FI
Para polinizar a mano, coja una ‘Tender and True’
flor masculina, elimine lodos los ‘Tiger Cross’ FI
pétalos y presione contra la flor
F i .o r femenina. O use un pincel fino
M a scu ­ F lo r
F e m e n in a para transferir el polen de los ‘Vegetable
l in a
estambres de la flor masculina a Spaghetti’
F ru ta los estigmas de la femenina.
e m b rio n a ria
‘Tivoli’ FI
‘Zebra Cross’ FI
cada semilla a unos 2,5 cm de profun­ Cosecha y almacenado
didad en suelos ligeros. Siembre in situ Coseche chayotes 7-8 semanas después Chayotes espaguetti
pasadas las heladas, o germine en ties­ de plantar. Algunos chayotes pueden al­ ‘Orangetti’ FI
tos en el interior. macenarse durante algunas semanas, a ‘Vegetable Spaghetti’
Espacie las arbustivas a 90 cm y las condición de mantenerlos a 10° C y bien
restantes a 1,2-2 m. En zonas frescas, ventilados, con una humedad del 95 %. Calabacines
proteja las plantas jóvenes bajo campa­ Los chayotes espaguetti pueden almace­ ‘Ambassador’ FI
nas o «mulch» flotantes. En zonas ca­ narse varios meses. Recoja los calaba­ ‘Brimmer’
lurosas, los «mulch» flotantes protege­ cines cuando midan unos 10 cm de lar­ ‘Cocozelle’
rán contra insectos. Aplique «mulch» go, preferentemente con la flor adjunta, ‘Early Gem’ FI
después de plantar. ya que indica frescura. Coseche frutos ‘Elite’ FI
de los 15 cm superiores del tallo; pron­ ‘Gold Rush’ FI
Cultivo rutinario to aparecerá desarrollo nuevo. Si cose­ ‘Tondo di Nizza’
Las reptantes pueden cultivarse a lo lar­ cha flores, recoja las masculinas antes ‘Zucchini’ FI
go de soportes firmes. También puede de que aparezcan las femeninas.
guiar los vástagos en círculos, usando
alambre doblado para estaquillar los
tallos. C o s e c h a d e C a l a b a c in e s
A fines de la estación, elimine los ex­ Corte los calabacines
tremos de los vástagos. Alimente y rie­ cuando midan 10 cm de
gue igual que los pepinos (véase p. 334). largo, dejando un tallo
corto. Manipule los
Plagas y enfermedades frutos con cuidado,
Al principio pueden atacar las babosas evitando golpearlos. Una
(p. 548); también los virus mosaico de cosecha regular
los pepinos (véase «Virus», p. 553) y los estimulará la producción
escarabajos del polen (p. 561). de más frutos.
Cultivo a cubierto
Sólo es adecuado en climas muy fríos
donde requiera una cosecha temprana.
Emplee cultivares arbustivos.

Alcachofas (Cynara seolymus)

Estas perennes tienen hojas verde grises
y llores tipo cardo. Pueden alcanzar
1,2-1,5 m de altura y extenderse hasta los
90 cm. Se las cultiva por los brotes de
flores púrpura verdosos, que tienen al­
mohadillas carnosas comestibles (los
«corazones») en la base de las escamas
exteriores y la parle superior del tallo
florido; los corazones se cuecen o se en­
curten. Un cultivar de confianza es ‘Vert
de Laon’.
Crecen mejor en climas frescos a
13-18° C y toleran heladas entre ligeras
y medianas. Requieren un emplazamien­
to abierto, pero no expuesto, de suelo
fértil y bien drenado, al que se ha incor­
porado bastante abono o estiércol bien
descompuesto y poco nitrógeno (véase
p. 314).
Siembra y plantación
Las alcachofas se multiplican por divi­
sión. Por medio de un cuchillo afilado,
dos horcas o una pala, divida plantas
sanas y establecidas en primavera; cada
división debe tener al menos dos vásta­
gos, un penacho de hojas y un buen sis­
tema de raíces. Plante a 60-75 cm de dis­
tancia y recorte el extremo de las hojas,
dejando 13 cm. Las alcachofas pueden
cultivarse a partir de semillas en el in­
terior o fuera en primavera, pero los re-
D ivisión de A lcachofas
£>i primavera, retire una planta
establecida y divídala, empleando
dos horcas manuales, una pala o un
cuchillo. Cada división debe tener al
menos dos vastagos y raíces fuertes.
sultados son variables; expurgue o plante
los plantones fuera a las distancias co­
rrectas. En años posteriores, divida las
plantas más productivas paa acumular
unas buenas existencias. Los cultivares
con nombre propio sólo pueden culti­
varse a partir de esquejes divididos. Las
plantas deben reemplazarse cada tres
años para conservar el vigor y el nivel
de cosechas.
Cultivo rutinario
Mantenga la plantación libre de male­
zas y con un buen «mulch» para con­
servar la humedad del suelo. No deje
que las raíces se resequen en verano o
se aneguen en invierno. Si están anun­
ciadas heladas severas, cntierre la base
de cada planta, cubriendo con una capa
gruesa de paja. Retire en primavera.
Placas y enfermedades
Los pulgones de la raíz de las lechugas
(véase «Pulgones», p. 550) pueden crear
problemas.
Cosecha y almacenado
En condiciones favorables, puede cor­
tar algunas cabezas a finales de verano
de la primera estación. En la segunda,
deberían producirse más tallos floridos.
Recoja antes de que las escamas se
abran, cuando los frutos parezcan pe­
sados. Retire la parte pilosa y el tallo an­
tes de congelar; puede encurtir los co­
razones. A lca ch o fa

Tomates (Lycopersicon esculentum)

Estos son plantas anuales en zonas tem­ 10° C y hayan pasado las heladas. Plan­ regar ni alimentar en exceso, ya que po­
pladas y perennes de vida corta en las te cuando aparezcan las flores del rami­ dría reducirse el sabor.
tropicales. El tallo reptante principal de llete inferior. Cordones Ate cordones a las cañas o
los tipos indeterminados (tamaño me­ Cordones Guíe los tipos indetermina­ alambres de soporte durante el desarro­
dio, no-arbustivos) alcanzan más de los dos y semideterminados como cordones, llo y elimine los vástagos laterales cuan­
2,5 m en climas cálidos, con vástagos la­ dejando 38-45 cm entre las plantas en do midan unos 2,5 cm. A fines de vera­
terales vigorosos. Los tipos más bajos hileras individuales a 45 cm de distan­ no, elimine el vástago terminal dos hojas
(semideterminados) y los tipos arbusti­ cia, o en dobles, dejando 90 centímetros. por encima de un ramillete, a fin de que
vos (determinados) dejan de desarrollar­ Tipos arbustivos y enanos Los prime­ los demás frutos maduren antes de las
se antes que los indeterminados; sus ta­ ros reptan sobre el suelo; espacie a 30-90 primeras heladas. En climas frescos, re­
llos acaban en un ramillete de frutos. cm, según el cultivar. Los enanos pue­ tire los soportes al final de la estación,
Los tipos compactos enanos alcanzan den estar a menor distancia. Cubra con doble las plantas in situ hacia abajo so­
hasta 23 em de ancho y de alto. campanas o «mulch» flotantes en las bre paja y cubra con campanas para es­
Los tomates maduros son colorados, primeras etapas. Los arbustivos gozan timular la maduración (véase p. 338).
amarillos, anaranjados, rosados o blan­ T o m a t e s d e A r b u s t o de un buen desarrollo cubiertos por un
cos y en formas redondas, de pera, de «mulch» de plástico (véase «Mulch», p.
ciruela o planos. Los tomates pasa 312).
(Lycopersicon pimpinellifolium) miden da, a temperaturas de unos 15° C, en
I cm de diámetro, los tipo cereza 2,5 cm, bandejas semillcras o módulos. Tras­ Cultivo rutinario
los nervados marmande y los tipo bis­ plante a tiestos de 5-6 cm cuando ha­ Cuando el suelo esté tibio, debe regar
tec gigantes miden hasta 10 cm. Todos yan aparecido 2-3 hojas; proporcione concienzudamente y aplicar «mulch» a
se consumen crudos o cocidos. mucha ventilación, espacio y luz. Tole­ todos los tipos de tomates. En condicio­ T o m a t es
Se desarrollan mejor a temperaturas ran períodos breves de temperaturas ba­ nes secas, riegue scmanalmente, a razón R ecom endados
de 21-24° C, pero no crecen bien deba­ jas si las diurnas suben en compensa­ de 11 litros por planta. Las cultivadas Cordón
jo de los 16° C o por encima de los 27° ción. Temple antes de plantar fuera, en contenedores requieren riego más fre­ ‘Dombito’ F1 (bistec)
C, y no toleran heladas. Necesitan mu­ cuando las temperaturas nocturnas al­ cuente y un alimento suplementario con ‘Gardener’s Delight’ (cereza)
cha luz. En climas frescos, cultive en em­ cancen 7° C o las del suelo al menos fertilizante para tomates. Cuide de no ‘Golden Sunrise’ (amarillo)
plazamiento protegido en el exterior o ‘Mirabellc’
a cubierto; a menudo se cultivan en con­
tenedores. Toleran una amplia gama de G u ia d o d e T o m a t e s d e C o r d ó n
suelos bien drenados y fértiles, con un ‘Mirabelle’
pH de 5,5-7; aplique cal a los suelos muy
ácidos (véase «Aplicación de cal», p.
531). Es necesario rotar los cultivos (véa­ ‘Shirley’ FI
se p. 307). (mediano redondo)
Prepare el suelo introduciendo tierra ‘Sungold’ FI
compuesta a unos 30 cm de profundi­ ‘Super Marmande’ FI
dad, pues los tomates tienen raíces pro­ ‘Tigerella’
fundas y son grandes comedores. Apli­
que fertilizante básico antes de plantar: Arbusto
los tomates necesitan mucho fósforo ‘Ida Gold’

# |
(véase «Nutrientes del Suelo», p. 313), ‘Pixie’
y niveles bajos de nitrógeno (véase p. ‘Plumito’
314). ‘Plumito’

Siembra y plantación
En climas cálidos, siembre in situ en pri­
mavera y expurgue plantones dejando el
espaciado correcto. En climas frescos,
siembre a 2 cm de profundidad entre 6
y 8 semanas después de la última hela-
I En los tomates de cordón,
elimine los vástagos laterales
con regularidad al desarrollarse,
para concentrar la energía en el
desarrollo de los frutos.
2 ll
Cuando el cordón haya
alcanzado la altura requerida
a f ines de verano, elimine el
extremo del vástago principal 2 ‘Sleaford Abundance’ FI
hojas por encima de! ramillete de ‘Tornado’ FI
flores superior. ‘Totem’ FI
T o m a t es q u e M a d u r a n ba jo
En climas frescos, los
tomates seguirán
madurando al final de
la estación si se los
separa de sus soportes,
acostándolos
horizontalmente sobre
un lecho de paja
limpia y seca y
cubiertos por una
campana. Las raíces
quedan en el suelo.
Plagas y enfermedades
Los plantones plantados en el exterior
se ven afectados por la podredumbre por
el pie (p. 564), saltahojas (p. 551), angi-
lulas del quiste de la patata (p. 570) y
plaga del tomate (p. 562). Los tomates
a cubierto, por moscas blancas (p. 550),
virus de mosaico de las patatas (véase
«Virus», p. 553), moho de la hoja del
Solanos (Solanum x burbankii)
Estas anuales crecen hasta alcanzar los
75-100 cm de altura y se extienden has­
ta 60 cm. Se cultivan varios tipos de so­
lanos; todos tienen hojas verde claro
ovaladas y bayas redondas púrpuras de
hasta 1 cm de diámetro.
Las hojas y vástagos jóvenes se con­
sumen al igual que las espinacas. Las
frutas no maduras contienen un alcaloi­
de peligroso, de manera que sólo reco­
ja las maduras y cueza concienzu­
damente.
Los solanos son plantas tropicales y
subtropicales, que necesitan temperatu­
ras de 18°-25° C, con una humedad mí­
nima del 70 °/o. Se los puede cultivar en
el exterior en emplazamientos soleados
y protegidos, pero en zonas templadas
se recomienda el cultivo en inverna­
dero.
Es preferible un suelo fértil y bien dre­
nado, con un pH de 5,5-7 y niveles de
nitrógeno medios (véase p. 314).
B e re n je n a s (Solanum melongena)
Las berenjenas son perennes de vida cor­
ta, normalmente cultivadas como anua­
les; forman pequeños arbustos de 60-70
centímetros de altura y una extensión de
60 centímetros.
Los cultivares difieren sobre todo en
el color, aspecto y tamaño de los frutos,
que pueden ser ovalados, en forma de
pera o redondos, púrpura oscuro, ver­
de amarillento o blanco, y pesar 200-500
g. En general, se consumen en rebana­
das y cocidos.
C a m pa n a
tomate (p. 552), moho gris/tíotrytis (p.
562), déficit de magnesio (p. 555), défi­
cit de boro (p. 558), plaga de plantones
(p. 558), podredumbre del pie y de las
raíces (p. 565) y descomposición del ex­
tremo de las flores (véase «Déficit de cal­
cio», p. 562). Utilice cultivares resisten­
tes a las enfermedades. Un interplantado
de claveles de China puede refrenar las
moscas blancas.
Siembra y plantación
Siembre los solanos en bandejas semi-
llcras en primavera, en el invernadero.
Trasplante los plantones cuando sean lo
bastante grandes para manipular a ties­
tos de 6-9 cm.
Cuando midan 8-10 cm, temple y tras­
plante; espacie a 40-50 cm, dejando 60
cm entre las hileras.
Cultivo rutinario
Los solanos requieren niveles de hume­
dad bastante elevados; aplique «mulch»
y riegue con regularidad. Aplique un
fertlizante para todo uso o un alimento
orgánico líquido cada 10-14 días durante
la etapa el desarrollo.
Elimine el extremo de desarrollo
cuando las plantas midan 30 cm para es­
timular la ramificación, y estaque las
que crezcan más de 60 cm. Mantenga
el suelo libre de malezas.
Las berenjenas son plantas tropicales
y subtropicales; necesitan temperaturas
de 25°-30° C y humedad del 75 %.
Por debajo de los 20° C, el desarro­
llo puede detenerse, aunque muchos
cultivares son cultivables en zonas tem­
pladas en invernaderos o fuera, en em­
plazamientos bastante soleados y pro­
tegidos.
Requieren un suelo profundo, bien
drenado y fértil, y nivel de nitrógeno me­
dio (véase p. 314).
Cultivo a cubierto Sa cos de D e sa r r o llo
En climas frescos se pueden cultivar to­
mates en invernaderos o politúneles. Es­
tos últimos son los mejores, ya que se
los puede trasladar a un emplazamien­
to nuevo. En los invernaderos pueden
desarrollarse enfermedades a menos que
cambie la tierra cada tres años. También
puede cultivar en contenedores o en ani­
llos (las plantas se cultivan en «anillos»,
o sea tiestos sin fondo, llenos de tierra
y apoyados sobre ripia o gravilla); pue­
de injertar cultivares en patrones resis­
tentes a las enfermedades.
Cuando aparezca el primer ramillete,
alimente semanalmcntc con fertilizante
rico en potasio o alimento orgánico
líquido.
Cosecha y almacenado
Recoja los tomates al madurar. Coseche
los arbustivos tempranos 7 y 8 semanas
después de plantar; antes de las prime­ Los tomates pueden plantarse en
ras heladas, estos pueden ser arranca­ sacos de desarrollo, en el exterior o
dos y colgados cabeza abajo en el inte­ en un invernadero. El cultivo en
rior, para que maduren. Coseche los tipo sacos evita que las enfermedades
cordón después de 10-12 semanas. Los llevadas por el suelo infecten las plantas.
tomates se congelan bien.
Plagas y enfermedades
La principal son los pulgones (p. 550).
A cubierto, también los ácaros araña
roja (p. 550) y los thrips (p. 551).
Cultivo a cubierto
Cuando los plantones midan 10-15 cm,
trasplante a sacos de desarrollo o ties­
tos de 21 cm, dejando, al menos, 50 cm
entre las plantas, o trasplante a macizos
de invernadero bien preparados, espa­
ciando a 50-60 cm. Reduzca el nivel de
humedad durante el periodo de flora­
ción para estimular la polinización.
Cosecha y almacenado S olanos
Coseche vástagos 9-11 semanas después
de trasplantar; siga retirando los que mi­
dan 10-15 cm de largo para estimular de­ después de sembrar, cortando racimos
sarrollos laterales. Para producir bayas, con un cuchillo afilado.
no elimine vástagos: permita que las Las bayas maduras pueden alma­
plantas se vuelvan arbustivas y florez­ cenarse durante 10-14 días a 10-15° cen­
can. Coseche los frutos 14-17 semanas tígrados.
Siembra y plantación
En primavera, siembre a cubierto en B e r e n je n a s
abono ligero y un poco ácido (pH de Recom endadas
6-6,5): primero sumerja las semillas en ‘Black Beauty’
agua durante 24 horas para estimular la ‘Black Bell’ F1
germinación. Trasplante a tiestos de 6-9
A
‘Black Prince’ F1
cm. ‘Easter Egg’
En climas cálidos, plante los planto­ ‘Long Purple’
nes fuera en macizos bien preparados
cuando éstos midan 8-10 cm, espacian­
do a 60-75 cm. Elimine los extremos de ‘Easier Egg'
desarrollo para estimular un hábito ar-

B e r e n je n a s
Maíz (Zea mays)
El maíz es una anual que alcanza los
75-170 cm de altura, con una extensión
de 45 cm. Los penachos masculinos y
las mazorcas femeninas aparecen sobre
la misma planta. Las mazorcas son do­
radas, blancas o bicolores (blanco y
amarillo), y se consumen cocidas o cru­
das cuando son jóvenes. Existen culti­
vares «superdulces».
Necesita una estación de desarrollo
larga: 70-100 días sin heladas después de
plantar. Requiere tem peraturas de
16°-35° C, pero la polinización es po­
bre en condiciones calurosas y secas; en
climas cálidos, cultive en emplazamien­
tos abiertos. En los frescos, cultive los
cultivares de maduración temprana en
emplazamientos libres de heladas y pro­
tegidos. E¡> de raíz poco profunda y crece
en una gama amplia de suelos fértiles,
bien drenados y de nitrógeno medio
(véase p. 314).
Siembra y plantación
Las semillas no germinan en tempera­
turas de suelo por debajo de 10° C. En
climas cálidos, siembre in silu en prima­
vera, a 2,5 cm de profundidad y 7 cm
de distancia, entresacando a la distan­
cia correcta después de germinar. Es po­
sible sembrar semillas a través de
«mulch» de plástico. En climas frescos,
siembre en el interior en módulos y plan­
te plantones fuera cuando la tempera­
tura del suelo alcance los 13° C; o siem­
bre in situ después de las heladas. En
suelos mojados, emplee semillas trata­
das, que no se pudran.
Para asegurar una buena polinización
y mazorcas repletas, plante el maíz en
bloques de al menos 4 plantas por lado.
El espaciado medio es de 30 cm; los cul­
tivares más bajos pueden estar más cer­
ca, y los más altos, más separados. En
climas frescos, cubra con campanas o
«mulch» flotantes después de sembrar
bustivo. En climas templados, coloque
en tiestos de 15 cm; plante fuera después
de las heladas. Proteja contra el viento
y las lluvias intensas y temperaturas
bajas.
Cultivo rutinario
Estaque los cultivares que midan más de
60 cm. Mantenga bien regadas, o po­
drían caer las hojas y brotes, y aplique
«mulch» para conservar la humedad.
Aplique fertilizante equilibrado o ali­
mento líquido cada dos semanas durante
el desarrollo.
Pode las plantas adultas para estimu­
lar el desarrollo. Para obtener frutos
grandes, restrinja éstos a 5 o 6 por
planta.
Plagas y enfermedades
Las berenjenas pueden padecer pulgo­
nes (p. 550). A cubierto, también áca-
ros araña roja (p.550), cocos (550), oru­
M a íz P l a n t a d o e n b l o q u e
La misma planta lleva
flores masculinas y
femeninas. Las
masculinas (detalle
arriba) que sueltan
polen, se producen en
penachos de hasta 40
cm de largo en el
extremo de la planta.
Las femeninas (detalle
abajo) son hebras
sedosas bajo las que se
forma la mazorca. Las
hebras son pringosas
con el fin de recolectar
polen. Las flores
femeninas son
polinizadas por el
viento; es preferible
plantar en bloque y no
en hileras para
asegurar una buena
polinización.
o plantar, retirando cuando aparezcan
5 hojas. Los «mulch» de malla fina pro­
tegen las plantas de las moscas «frit»
(Occinelta frit). Los tipos superdulces re­
quieren temperaturas más altas para ger­
minar y crecer, y no deben plantarse jun­
to a otros tipos porque el dulzor
desaparece si se polinizan cruzados. El
mini-maíz se obtiene plantando cultiva­
res tempranos a 15 cm de distancia, co­
sechando cuando las mazorcas midan 7
cm de largo.
Cultivo rutinario
Labre superficialmente al arrancar ma­
lezas, para no dañar las raíces. En zo­
nas expuestas, entierre los tallos a 13 cm
para estabilizarlos.
No hace falta regar, salvo en condi­
ciones muy secas, hasta que comience
la floración, y después, cuando los gra­
gas (p. 549), thrips (p. 551), y moho es­ C o sech a de B e r e n je n a s
ponjoso y polvoso (p. 550).
Cultivo a cubierto
Siembre a principios de primavera, a
20°-30° C. Cuando los plantones midan
8-10 cm, transfiera a tiestos de 20 cm o
sacos de desarrollo y elimine extremos.
Durante el desarrollo, mantenga la tem­
peratura por encima del mínimo re­
querido.
Humedezca el suelo del invernade­
ro para desalentar a los ácaros araña
roja.
Cosecha y almacenado
Coseche 16-24 semanas después de sem­
brar, cuando los frutos ostenten un co­
lor pleno y no estén arrugados. Corte las berenjenas mientras la piel
Corte los tallos cerca del tallo princi­ siga siendo púrpura y brillante; una
pal. Puede almacenar berenjenas hasta vez perdido el brillo, amargarán.
dos semanas en condiciones húmedas y Corle el tallo a, al menos, 2,5 cm del
a I2°-15° C. fruto.
M a íz
R ecom endado
Temprano
‘Butter Imp’ Fl
‘Earliking’ Fl
‘Sunrise’ Fl
‘Sunrise’
Tardío
‘Pilot’ (bicolor)
‘Reward’ F1
‘Silver Queen’
‘Sundance’ FI
Superdulce
‘Butterscotch’ FI
‘Candle’ FI
‘Sweet 77’ FI (tardío)
‘Sweet Nugget’ FI
nos se hinchen. Riegue a razón de 22 1 C o m p r o b a c ió n d e la
por m2. M a d u r a c ió n d e l M a íz
Plagas y enfermedades
Ratones (p. 566), babosas (p. 548) y pá­
jaros son las más serias. Las larvas de
la mosca «frit» atacan la base de los
plantones, causando la muerte y mar­
chitamiento de los extremos en desarro­
llo. Cultive plantones en tiestos o bajo
redes finas, hasta pasada la etapa de 5-6
hojas.
Cosecha y almacenado
Las plantas suelen producir una o dos
mazorcas. Recoja justo antes de consu­ Cuando las hebras se hayan vuelto
mir, ya que el dulzor se deteriora pron­ marrones, retire las hojas y clave
to; los de tipo superdulce conservan el una uña en un grano. Si el líquido
sabor una semana. Se congela bien. que aparece es lechoso, la mazorca
está madura; si es acuoso está verde
y si es pastoso está pasada.
E l H uerto de H ortalizas
Judías comunes
Vegetales de vaina — Judías
escaríala

las hortalizas de este grupo plantas son decorativas además de fun­ Judías comunes

T
odas
producen vainas con semillas. Al­ cionales, y sirven como mamparas o se secas
gunas se cultivan por las vainas, que selas puede guiar sobre arcos. A menudo Guisanles
consumen cocidas, mientras que otrasrequieren condiciones protegidas, a tem­
se cultivan por sus semillas, que se ex­ peraturas específicas para la poliniza­
traen y se consumen cocidas o crudas. ción; por lo general, requieren suelos ri­ Habichuelas Guisantes
Algunas semillas pueden conservarse se­ cos, con materia orgánica agregada «mangetout»
cas; la mayoría puede congelarse. Varias antes de plantar.
Cacahuetes

Quimbombó (Abelmoschus esculentus) Judias

comunes dulces Cacahuetes
pelados

Son plantas anuales no resistentes. Los
cultivares de maduración rápida pueden
alcanzar 1 m de altura y una extensión
de 30-40 cm; los de maduración lenta
(cultivados sobre todo en zonas tropi­
cales) miden hasta 2 m. Las vainas mi-
Q u im b o m b ó
den 10-25 cm y son blancas, rojas o ver­
des. Los cultivares recomendados com­
prenden ‘Clemson Spineless’, ‘Groen
Velvet’ y ‘Tender Pod’. Las vainas no
maduras se consumen como hortaliza
cocida; las maduras pueden secarse y
pulverizarse, sirviendo como aderezo.
En zonas de temperaturas cálidas y
subtropicales, se pueden cultivar en el
exterior sólo en condiciones muy favo­
rables y soleadas. Las semillas sólo ger­
minan por encima de 16° C en el suelo;
para obtener un desarrollo óptimo, se
requieren temperaturas de 20°-30° C
después de la germinación.
La mayoría de los cultivares moder­
nos son de extensión del día neutral (véa­
se «Extensión del día», p. 307).
Plante en suelo bien drenado, incor­
porando bastante materia orgánica. Los
quimbombós requieren un nivel de ni­
trógeno medio (véase p. 314).
Siembra y plantado
Para mejorar la germinación, sumerja
las semillas en agua durante 24 horas an­
tes de sembrar. Cuando la temperatura
del suelo es de 18°-20°, siembre in silu
en hileras separadas 60-70 cm, dejando
20-30 cm entre las plantas. En climas
cálido-templados, siembre a cubierto en
primavera a 20° C o más, en bandejas
o tiestos de 6-9 cm. Cuando los planto­
nes midan 10-15 cm temple y trasplante
a macizos bien preparados, espaciando
como se indica más arriba.
Cultivo rutinario
Estaque las plantas altas y proteja de
vientos fuertes por medio de plástico o
mamparas.
Desmalece por completo, riegue regu­
larmente y aplique «mulch» orgánico
para conservar la humedad. Elimine los
extremos cuando los plantones midan 60
cm para estimular la ramificación.
Aplique un fertilizante todo uso o ali­
mento líquido en intervalos de dos
semanas. No alimente excesivamente
con nitrógeno, ya que retrasará la flo­
ración.
Plagas y enfermedades
Las principales son pulgones (p. 550),
orugas (p. 549), y moho polvoso (p.
550); a cubierto, ácaros araña roja (p.
550), thrips (p. 551) y manchas fúngi-
cas (p. 552).
Cultivo a cubierto
Puede trasplantar plantones a macizos
bien preparados o sacos de desarrollo en
invernadero, espaciando por lo menos
a 40 cm.
Mantenga la temperatura por encima
de los 20° C y la humedad superior al
70 %. Rocíe las plantas cuando sea ne­
cesario, para controlar las plagas y en­
fermedades, y aplique un alimento or­
gánico líquido o un fertilizante todo uso.
Cosecha y almacenado
Se producen entre 4-6 vainas por plan­
ta. Podrán cosecharse 8-11 semanas des­
pués de sembrar, según el cultivar. Se­
pare las vainas de la planta con cuchillo
cuando sean verde brillante; las dema­
siado maduras pueden volverse fibrosas.
Se las puede almacenar en sacos perfo­
rados durante aproximadamente diez
días a una temperatura de 7-10° C.

Cacahuetes (Arachis hypogaea)

Estas anuales no resistentes son oriun­
das de América del Sur. Alcanzan 60 cm
de altura y se extienden a 30 cm los ti­
pos más verticales, cspañolas-Valencia,
o hasta 1 m en el caso de las menos co­
munes, rastreras, tipo Virginia. Los ti­
pos española-Valencia a menudo se di­
viden en españolas, con dos semillas por
vaina y cáscaras marrón claro, y las Va­
lencia, de cuatro semillas por vaina y
cáscaras rojo oscuro. Los tallos de és­
tas últimas son generalmente más grue­
sos que los de las españolas. Las Virgi­
nia tiene dos semillas por vaina y
cáscaras marrón oscuro.
Las flores fertilizadas producen es­
tructuras tipo vástago que penetran en
el suelo, donde los frutos no maduros
se convierten en cacahuetes. Retiradas
de las vainas, las nueces se consumen
frescas o tostadas, o se empican en la
cocina.
Los cacahuetes son plantas tropicales
que requieren temperaturas promedio de
20°-30° C y humedades relativas de
80 %, aunque algunas crecen mejor en
las zonas subtropicales más cálidas. Re­
sulta esencial un emplazamiento libre de
heladas. Las lluvias durante la floración
pueden afectar la polinización de ma­
nera adversa.
Los cultivares de cacahuetes son neu­
trales a la extensión del día (véase «Ex­
tensión del día», p. 307). Son preferi­
bles las tierras negras arenosas y bien
drenadas, con un pH de 5,5-6,5, que
contengan potasio, calcio y fósforo. Re­
quieren poco nitrógeno (véase p. 314).
Siembra y plantado
Siembre las semillas in siiu, retiradas de
las cáscaras, en primavera o cuando las
temperaturas del suelo excedan los 16°
centígrados.
En los climas templados, siembre a
cubierto en bandejas o tiestos de 9 cm,
procurando mantener la temperatura
por encima de los 20° C.
Cuando los plantones midan 10-15
cm, temple y trasplante a macizos bien
preparados. Si siembra o trasplanta di­
rectamente, espacie a 15-30 cm en hile­
ras separadas por 60-70 cm. Si lo con­
sidera necesario, proteja con campanas
o politúneles.
Cultivo rutinario
Entierre las raíces cuando las plantas mi­
dan 15 cm y labre con regularidad, para
que las llores fertilizadas penetren en el
suelo. P lanta d e C a ca h u etes
Elimine todas las malezas y riegue E s p a ñ o l a -V a l e n c ia
concienzudamente en períodos secos.
No riegue durante la floración para no roja de invernadero (p. 550) y moscas
dañar la polinización. blancas (p. 550).
Además, manchas fúngicas en las ho­
Plagas y enfermedades jas (p. 552), podredumbre del tallo y raí­
Pulgones (p. 550), thrips (p. 551) y oru­ ces (véase «Plaga de plantones», p. 558)
gas (p. 549); a cubierto, ácaros araña y virus de roseta (véase «Virus», p. 553).

Cultivo a cubierto
Siembre las semillas como se indica más
arriba. Trasplante plantones cuando mi­
dan 10-15 cm a sacos de cultivo o maci­
zos de invernadero.
Mantenga temperaturas de 20° cen­
tígrados, reduciendo la humedad duran­
te la floración para estimular la polini­
zación.
Chimbolos (Lablab purpureus)
Estas perennes de vida corta, enanas o
trepadoras, también se conocen como
habichuelas jacinto o lablab. Existen cul­
tivares de vainas largas y cortas. Las tre­
padoras pueden alcanzar 4-6 m, mien­
tras que las enanas alcanzan 1 m y se
extienden hasta 60 cm. Las vainas van
desde el verde al púrpura. Las vainas jó­
venes y las semillas maduras se consu­
men cocidas; estas útimas deben cocer­
se concienzudamente. Los plantones
jóvenes cultivados a oscuras pueden
consumirse como brotes tiernos.
Los chimbolos pueden cultivarse en
regiones tropicales o subtropicales, en
emplazamientos muy protegidos y so­
leados.
Requieren temperaturas de 18-30°
centígrados con una humedad mínima
del 70 %; el tiempo fresco puede afec­
tar la polinización de manera negativa,
ya que desalienta a los insectos polini-
zadores. Existen cultivares neutrales a la
extensión del día (véase «Extensión del
día», p. 307).
La mayoría de suelos resulta adecua­
da para los chimbolos, en especial aque­
llos con mucha materia orgánica; un
buen drenaje resulta esencial. Algunos
cultivares se benefician con la aplicación
de superfosfatos. Requieren poco nitró­
geno (véase p. 314).
Judías escarlatas (Phaseolus coccineus)
J u d ía s E s c a r l a t a
Cosecha y almacenado
En el caso de las verticales, coseche las
vainas entre dieciséis y veinte días des­
pués de sembrar y tres o cuatro sema­
nas después para el tipo rastrero. Las de
tipo Virginia, que producen dos semi­
llas por vaina, requieren hasta veinticin­
co semanas entre la siembra y la co­
secha.
CHIMBOLOS
Siembra y plantado
Siembre in silu , en primavera o en
otras épocas del año si hace calor sufi­
ciente.
En zonas templadas, siembre a cubier­
to en bandejas o en tiestos de 6-9 cm a
2,5 cm de profundidad.
Cuando los plantones midan 10-15
cm, temple y trasplante a macizos.
Estas trepadoras perennes se cultivan
como anuales en climas templados y
frescos. Alcanzan más de 3 m de altura
y una extensión de 30 cm; algunos cul­
tivares naturalmente enanos forman ar­
bustos de 38 cm de alto. Tienen flores
rosadas, blancas rojas o bicolores.
Las vainas planas, de más de 25 cm
de largo y 2 cm de ancho, se consumen
cocidas; también se aprovechan las se­
millas no maduras y las maduras secas.
En algunos cultivares es necesario eli­
minar los hilos de las vainas, pues re­
sultan duros.
Son cultivos de zonas frescas o tem­
pladas que no resisten las heladas. Re­
quieren una estación de desarrollo de
100 días libres de heladas y crecen me­
jor a 14°-29° C. En temperaturas más
altas, en especial combinadas con hu­
medad elevada, pueden dejar de produ­
cir vainas, salvo en sombra ligera. En cli­
V e g e t a l e s
Valore el estado de madurez de los ca­
cahuetes desenterrando una o dos vai­
nas; se conservan bien durante varios
meses.
Seque al sol, después retire los caca­
huetes y almacénelos asegurando que las
condiciones sean frescas y secas.
Espacie los cultivares trepadores a
30-45 cm, dejando 75-100 cm entre hi­
leras; espacie los enanos a 30-40 m, de­
jando 45-60 cm entre hileras.
Cultivo rutinario
Sostenga los cultivares trepadores con
estacas de 2 m de altura. Riegue regu­
larmente y aplique «mulch» para con­
servar la humedad. Proteja con mam­
paras de plástico y elimine todas las
malezas.
Aplique un fertilizante todo uso o un
alimento líquido cada 10-14 días hasta
que florezcan. Elimine los extremos de
desarrollo de los cultivares enanos para
estimular un hábito arbustivo; los vás-
tagos de los trepadores deben sujetarse
a estacas.
Plagas y enfermedades
Pulgones (p. 550), thrips (p. 551), oru­
gas (p. 549), nemátodos de nudo de raíz
(p. 564), moho polvoso (p. 550), man­
chas fúngicas de hojas (p. 552) y algu­
nos virus (p. 553) pueden causar pertur­
baciones; a cubierto, moscas blancas (p.
550) y ácaros araña roja de invernade­
ro (p. 550) pueden también afectar a las
plantas como plagas y enfermedades
más corrientes.
mas frescos, elija un emplazamiento
protegido para atraer insectos polini-
zadores.
Son plantas de raíces profundas y re­
quieren suelos fértiles que conserven la
humedad. Prepare el suelo excavando
una zanja de una pala de profundidad
y 60 cm de ancho, incorporando paja
o abono bien descompuesto. Rote las co­
sechas (véase p. 307); requieren bajos ni­
veles de nitrógeno (véase p. 314).
Siembra y plantado
Antes de plantar trepadoras, construya
un sistema de soporte fuerte de palos o
cañas de más de 2,5 m de largo, sujetas
a una caña horizontal o entre ellas, for­
mando un «wigwam».
Existen soportes o torres comerciales
disponibles. También puede enrollarlas
alrededor de mallas de nylon, cuerdas
o alambres estaquillados en el suelo; no
de V aina
Vainas de cacahuetes
Cultivo a cubierto
Trasplante plantones a sacos de cultivo
o macizos en invernadero, espaciando a
50-60 cm por lo menos. O siga cultivan­
do los plantones en tiestos de 21-25 cm
(en los más grandes pueden cultivarse
dos).
Mantenga las temperaturas a un mí­
nimo de 20° C y reduzca la humedad
ventilando durante el periodo de flora­
ción para mejorar la polinización. Los
chimbolos también pueden propagarse
a partir de esquejes de leña blanda (véa­
se P r in c ip io s d e P r o p a g a c ió n , «Esque­
jes de tallos», p. 538), recogidos a prin­
cipios de la estación de desarrollo, que
suelen arraigar con facilidad en altos ni­
veles de humedad.
Cosecha y almacenado
Coseche las vainas jóvenes después de
6-8 semanas de sembrar, cuando estén
completamente desarrolladas, pero an­
tes de que las semillas se desarrollen; las
vainas maduras con semillas pueden co­
secharse después de 10-14 semanas, an­
tes de que se vuelvan fibrosas. Si las
plantas siguen sanas después de la pri­
mera cosecha, recorte los tallos princi­
pales hasta la mitad de su longitud para
estimular una segunda cosecha. Se con­
gelan bien.
J u d ía s E s c a r l a t a
R
ecom endadas
Ksfándar
‘Crusader’
‘Enorma’
‘Liberty’
‘Crusader’
Knanas
‘Gulliver’
‘Hammond’s Dwarf Scarlet’
‘Pickwick’
Sin hilos
‘Desi rèe’
‘Polestar’
‘Red Knight’
se fijan a ellas. Siembre semillas in situ
a 5 cm de profundidad, pasado cual­
quier riesgo de heladas (temperatura mí­
nima necesaria del suelo para la germi­
nación: 12 °C). En zonas más frescas,
siembre las semillas en el interior en ban­
dejas semilleras y temple los plantones
S o p o r t e s J u d ía s
Existen diversas
maneras de sostener
judías trepadoras,
según el espacio
disponible. Las
plantas maduras
ocultarán la
estructura.
W ig w a m Soporte
de M a lla
Cañas de 2,5 m
sujetadas
cerca del
extremo Malla de 10 cm
cuadrados sujet*
a un marco
de palos
Judías de Lima (Phaseolus lunatus)
J u d ía s d e L im a e n a n a s
Judía común (Phaseolus vulgaris)
Estas plantas anuales tiernas tienen for­
mas trepadoras, enanas e intermedias.
La altura y la extensión son las mismas
que las de las judías escarlatas (véase p.
341). Las vainas miden 7-20 cm de lar­
go. Pueden ser redondas, planas o cur­
vadas; el diámetro varía entre el de un
lápiz (para las de tipo encaje) y 2 cm;
pueden ser verdes, amarillas, púrpuras,
antes de trasplantarlos al exterior. Cul­
tive trepadoras en hileras dobles a 60 cm
de distancia entre cada una o en «wig­
wams» circulares, dejando 15 cm de se­
paración entre las plantas. Las arbusti­
vas pueden cultivarse en grupos con el
mismo espaciado. Aplique abundante
Hilera
de Cañas
Cruzadas
Dos hileras de
cañas de 2,5 ni,
cruzadas y
sujetadas a
una barra
horizontal
Son plantas anuales no resistentes y pe­
rennes de vida corta. Algunas son tre­
padoras y otras enanas y ramificadas.
Los cultivares trepadores alcanzan los
3-4 m, los cultivares enanos 90 cm, con
una extensión de 40-50 cm.
Las vainas jóvenes y las semillas adul­
tas se consumen cocidas; las semillas
también se pueden secar o germinar a
oscuras para consumir como brotes.
La judía de Lima es una planta tro­
pical que requiere temperaturas mínimas
de 18° C para germinar; las superiores
a 30° C dificultan la formación de
polen.
En zonas subtropicales o templadas,
sólo se pueden cultivar en el exterior a
pleno sol, usando mamparas o sábanas
de plástico para protegerlas hasta el mo­
mento en que estén establecidas.
Los cultivares de semillas pequeñas
sólo florecen en extensión diarias cor­
tas, de unas 12 horas, pero los cultiva­
rojas, o verdes moteadas de púrpura.
Las vainas amarillas cerosas tiene un sa­
bor excelente y una textura cerosa. Los
tipos varían según la fibrosidad de las
vainas; existen cultivares sin hilos. No
coma nunca las vainas crudas, ya que
las semillas en su interior contienen to­
xinas que primero debe destruir cocien­
do. Consuma las vainas no maduras, las
«mulch» para conservar la humedad
después de la germinación o de plantar
en el exterior.
Cultivo rutinario
Proteja plantones con campanas o
«mulch» flotaptes.
J u d ía s E s c a r l a t a c u l t iv a d a s so b r e
u n «Wigwam»
res de semillas grandes son neutrales. La
mayoría de los cultivares prosperan en
una amplia gama de suelos, pero es pre­
ferible la tierra negra arenosa, con un
pH de 6-7. Requieren niveles de nitró­
geno entre bajos y medianos (véase
p. 314).
Los procedimientos de sembrado,
plantado, cultivo rutinario y cultivo a
cubierto son los mismos que en el caso
de los chimbolos (p. 341).
Plagas y enfermedades
Pulgones (p. 550), thrips (p. 551), oru­
gas (p. 549), moscas blancas (p. 550) y
ácaros araña roja de invernadero pue­
den causar perturbaciones. Las enferme­
dades que más comúnmente pueden pa­
decer pueden incluir moho polvoso (p.
550), manchas fúngicas de las hojas (p.
552) y virus (p. 553).
semillas semimaduras o las secas madu­
ras. Se cultivan cultivares especiales para
secar.
Las condiciones de desarrollo son si­
milares a las de las escarlatas (véase p.
341), pero las semillas requieren una
temperatura mínima de 12° C para ger­
minar; la óptima para el desarrollo es
16°-30° C; los plantones no toleran tem­
Para convertir trepadoras en arbusti­
vas, elimine los extremos cuando las
plantas midan 23 cm de altura. Éstas se
pueden cosechar con toda probabilidad
más tempranamente, pero rinden menos.
El riego es importante cuando apa­
recen los pimpollos y las vainas (véase
«Períodos de riego críticos», p. 312). En
este momento, riegue a razón de 5-11 1
por m2 dos veces por semana.
Plagas y enfermedades
Babosas (p. 548), en las primeras etapas,
escarabajos del polen (p. 561), moscas
de la semilla de judía (p. 570), antrac-
nosis (véase «Manchas fúngicas de ho­
jas», p. 552), podredumbre del pie y de
las raíces (p. 558), plaga de la aureola
(véase «Manchas y manchones bacteria­
nos», p. 552), plaga de plantones (p.
558) y virus (p. 553). Todas estas plagas
y enfermedades relacionadas están en­
tre las más corrientes a las que son sus­
ceptibles las judías.
Cosecha y almacenado
Coseche después de trece a diecisiete se­
manas. Recoja vainas cuando midan al
menos 17 cm y estén tiernas; siga reco­
giendo para prolongar la cosecha. Se
congelan bien.
J u d ía s d e L im a
R ecom en da d as
Trepadoras
‘Challenge’
‘Florida Butter’
‘Wilber’
F.nanas
‘Fordhook 242’ fX <
‘Henderson’
¡y .
‘Fordhook 242’ y-
Cosecha y almacenado
Coseche vainas enteras jóvenes, semillas
maduras unas 12-16 semanas después de
sembrar. Almacene ambas a más de 4°
C a un 90 °/o de humedad durante dos
semanas. También pueden congelarse.
peraturas inferiores a 10" C. Las plan­
tas se autopolinizan y crecen mejor en
suelos ligeros y ricos. Para prevenir el
pudrimiento de las raíces es esencial un
buen drenaje. Incorpore bastante estiér­
col o tierra bien descompuestos al sue­
lo antes de plantar, y siempre rote los
cultivos (véase p. 307). Las semillas pue­
den revestirse con el inoculo de rizoma

adecuado o puede agregar gránulos de
rizobio al suelo al plantar; este trata­
miento estimula el rendimiento corriente
y subsiguiente, alentando la formación
de nodulos de raíz que fijan el nitróge­
no. Las judías requieren bajo nivel de
nitrógeno (véase p. 314).
G erminado p r e v io de
J udías C o m u n es
1 Ponga las judías sobre papel
1 tisú húmedo en una bandeja sin
agujeros de drenado. Mantenga
húmedas, a una temperatura de al
menos 12°.
'J Cuando comiencen a aparecer
L los brotes delicados y antes de
que se vuelvan verdes, plante en
tiestos o siembre directamente en su
lugar definitivo en el exterior.
Guisantes (Pisum sativum)
Éstos son anuales que alcanzan desde
45 cm hasta más de 2 m, de altura, con
una extensión promedio de 23 cm. Las
plantas se sujetan a soportes por medio
de zarcillas; los tipos modernos semi
deshojados son casi autoportantes. Se
agrupan según el tiempo que tardan en
madurar. Los grupos más tempranos son
más enanos y de rendimiento más bajo.
En general, las vainas son verdes, pero
existen cultivares de vainas púrpura.
Las de desgranar se cultivan por los
guisantes frescos; algunas pueden secar­
se. Las petit pois son pequeñas y de sa­
bor fino. Los cultivares de semillas arru­
gadas son más dulces pero menos
resistentes que las de semillas lisas. Las
de vainas comestibles («mangetout»,
guisantes dulces) se consumen antes de
que los guisantes maduren. Las prime­
ras son de vainas planas y se consumen
jóvenes; las dulces de vaina redonda se
consumen semimaduras. Los guisantes
y las vainas suelen cocerse, pero pueden
consumirse crudas. Son cultivo de esta
Siembra y plantación
Se pueden pre-germinar las semillas an­
tes de sembrar. Siembre éstas a 4 cm de
profundidad in situ o en el interior, al
igual que para las judías escarlatas (véa­
se p. 341), y siembre en serie todo el ve­
rano. Sí fuera necesario, caliente el sue­
lo previamente con campanas. Espacie
las trepadoras al igual que las escar­
latas.
Las enanas pueden cultivarse a 22 cm
en hileras escalonadas, para obtener ren­
dimientos altos. En climas fríos, prote­
ja después de plantar con campanas o
«mulch» flotantes.
Cultivo rutinario
Sostenga las trepadoras al igual que las
escarlatas; sujete las intermedias con ra-
mitas. También puede enterrar los tallos
para mantenerlas verticales. Aplique
«mulch» y no deje resecar las plantas
completamente; si las condiciones du­
rante la floración son secas, riegue de
manera suplementaria a razón de 22 1
por m2.
Plagas y enfermedades
Babosas (p. 548), moscas de la semilla
de judía (p. 570), pulgones de raíz y de
judía negra (véase «Pulgones», p. 550)
antracnosis (véase «Manchas fúngales
de hojas», p. 552), podredumbre del pie
y de las raíces (p. 558), plaga aureolada
(véase «Manchas y manchones bacteria­
nos de hojas», p. 552) y virus (p. 553)
pueden afectar a las judías comunes.
Cultivo a cubierto
En climas fríos, las enanas pueden cul­
tivarse en un invernadero o politúnel
hasta alcanzar la madurez, o bajo cam­
panas. Espacie al igual que en el ex­
terior.
G u is a n t e s s e m id e s h o ja d o s
ción fresca, creciendo mejor a 13°-18°
C. Las flores y vainas no toleran hela­
das. Cultive en emplazamiento abierto,
en suelos razonablemente fértiles, bien
drenados y conservadores de la hume­
dad; no toleran suelos fríos y mojados,
ni sequías. Incorpore bastante tierra o
V e g e t a l e s
E nterrado
Plante las judías en
el exterior a 15 cm
de distancia entre
cada una y, una vez
que se hayan
formado varios pares
de hojas, entiérrelas
para sostenerlas.
Cosecha y almacenado
Coseche después de 7-13 semanas. Re­
coja judías jóvenes para consumir fres­
cas o congelar. Para las sin vaina, véase
abajo; almacene en tarros herméticos.
Secado de J u d ía s C o m u n e s
En climas húmedos, arranque las
plantas y cuelgue cabeza abajo en
lugar seco y sin heladas. Ya secas,
retire las vainas y extraiga las judías.
estiércol bien descompuesto antes de
plantar. Debe rotarlos (véase p. 307).
Tienen nodulos fijadores de nitrógeno
sobre las raíces; no requieren nitrógeno
suplementario durante el desarrollo.
Siembra y plantación
Siembre en el exterior apenas el suelo
tenga una temperatura de 10° C. La ger­
minación es más lenta a temperaturas
más bajas. Los primeros sembrados pue­
den hacerse bajo campanas o «mulch»
flotantes, empleando cultivares enanos.
Para obtener cosechas sucesivas, plan­
te a intervalos de 14 días o siembre cul­
tivares de grupos diferentes a la vez, para
que maduren sucesivamente. Evite sem­
brar a mediados de verano en zonas cá­
lidas, ya que las temperaturas elevadas
afectan la germinación. Si siembra uno
de tipo temprano tarde, calcule unas 10
semanas antes de que lleguen las hela­
das, para que las vainas puedan madu­
rar. En zonas de inviernos suaves, siem­
bre cultivares resistentes de maduración
de vaina
J u d ía s C o m u n e s
R ecom endadas
Enanas
‘Aramis’ (red)
‘Chevrier Vert’ (para semillas
y secar)
‘Delinel’ (red)
‘Dutch Brown’ (para secar)
‘Kinghorn Wax’ (vaina acerosa)
‘Loch Ness’ (sin hilos)
‘Pros’ (sin hilos)
‘Purple Qucen’ (vaina púrpura)
‘Purple Teepee’ (vaina púrpura)
‘Tendergreen’ (sin hilos)
‘Purple Podded’
Trepadoras
‘Blue Lake’
‘Marvel of Venice’
‘Purple Podded’
temprana a fines de otoño para dejar­
las invernar. Existe riesgo alto de pérdi­
da a causa de los ratones, pero las su­
pervivientes rinden muy temprano.
Siembre las semillas a 3 cm de pro­
fundidad en pequeñas áreas, para que
las plantas se sostengan entre sí, dejan­
do entre las semillas individuales 5-7 cm.
O realice un surco de fondo plano de
hasta 23 cm de ancho, espaciando a 5
cm (véase «Surcos anchos», p. 310). Los
surcos deben estar separados 60-90 cm,
y más para cultivares altos. También
puede sembrar en hileras dobles a 23 cm,
espaciando las semillas a I centímetro.
Cultivo rutinario
Proteja los plantones de pájaros con re­
des horizontales. Una vez desarrolladas
las zarcillas, retire las redes y construya
soportes: emplee malla de alambre, re­
des para guisantes o brozas a ambos la­
dos del surco. Las semideshojadas y las
enanas requieren menor soporte.
Cuando tengan varias hojas, agregue
«mulch» para mantener las raíces
frescas.
Cuando las plantas florecen y forman
vainas, riegue cada semana (salvo si caen
lluvias intensas) a razón de 22 1 por m2.
Plagas y enfermedades
Grajos (p. 563), palomas (p. 549), poli­
llas de guisantes (p. 563) y thrips de gui­
santes (p. 563) son las más comunes; los
ratones (p. 566) devoran las semillas.
También podredumbre por el pie (p. 564)
y podredumbre del pie y de las raíces (p.
558), plagas de plantones (p. 558) y mar­
chitamiento Fusarium (p. 558).
Cultivo a cubierto
A principios de primavera y fines de oto­
ño puede sembrar a cubierto; cultive gui­
santes enanos, hasta que maduren, bajo
campanas para cosechas tempranas o de
invernar.
Cosecha y almacenado
Coseche los de tipo temprano 11-12 se­
manas después de sembrar, y la cosecha
principal después de 13-14.
Recoja las de vainas comestibles cuan­
do los guisantes no maduros se están
S o p o r t e p a r a G u is a n t e s G u is a n t e s R e c o m e n d a d o s
Tempranos
‘Douce Provence’
‘Early Onward’
‘Feltham First’
‘Hurst Beagle’
Cultivo principal
‘Dark-skinned Perfection’
‘Hurst Green Shaft’
‘Poppet’
‘Tristar’
Cuisantes diilccs y «mangetout»
Cuando los plantones hayan ‘Carouby de Maussane’
desarrollado zarcillos, clave ‘Oregon Sugar Pod’
ramitas de guisantes en el suelo, ‘Sugar Bon’
alrededor del borde exterior de la ‘Sugar Dwarf
parcela (arriba). A l crecer los Sweet Green’
guisantes, las zarcillos se enrollan
alrededor de las ramitas y crecen a
lo largo de éstas (derecha). ‘Sugar
Bon’
f
formando; las de desgranar y las arve­ mal. Todas pueden congelarse. Para al­
jas, cuando las vainas se hinchen. Las macenar vainas en las plantas, véase Se­ ‘Sugar Rae’
de vainas comestibles pueden dejarse cado de judías comunes, p. 343. ‘Sugar Snap’
madurar y desgranarlas de manera nor­

H âbaS (Vicia faba)

Estas anuales también se conocen como
judías fava. Su altura varía entre los 30
cm de los cultivares enanos hasta 1,5 m,
con una extensión promedio de 45 cm.
Las habas están agrupadas según el
tiempo que tardan en madurar. Las vai­
nas anchas miden hasta 2,5 cm de an­
cho y 7-15 cm de largo, con semillas ver­
des, blanco rosadas o blancas, que
miden 2-2,5 cm de largo. Las semillas
inmaduras de las habas, las vainas jó ­
venes y los extremos hojosos de los vás-
tagos, pueden consumirse cocidos. Las
semillas desgranadas se congelan bien.
Las habas son un cultivo de estación
fresca, desarrollándose bien sólo en tem­
peraturas inferiores a 15° C. Algunos
cultivares son muy resistentes; las plan­
tas inmaduras sobreviven a temperatu­
ras de —10° C en suelos bien drenados.
Se han criado algunas adaptadas a tem­
peraturas más altas. Cultive sembrados
de primavera y principios de verano en
un emplazamiento abierto, y sembrados
de otoño para invernar en un emplaza­
miento protegido, en suelos fértiles y con
bastante estiércol incorporado. Rote los
cultivos de habas (véase p. 307). Las
plantas requieren niveles de nitrógeno
bajos (véase p. 314) porque los nodulos
de las raíces fijan el nitrógeno de la at­
mósfera.
Siembra y plantación
Siembre semillas in situ en primavera y
a principios de verano, apenas el suelo
sea cultivable: germinan en temperatu­
ras relativamente bajas. Para obtener
una cosecha temprana, siembre semillas
H abas E nanas
desde fines de otoño hasta principios de
invierno del año anterior —las plantas
sólo deberán medir 2,5 cm antes del in­
vierno. En zonas muy frías siembre se­
millas en el interior en invierno y tras­
plante al exterior en primavera, pasado
el riesgo de heladas.
Siembre las semillas a 4 cm de pro­
fundidad, espaciadas a unos 23 cm de
distancia hacia cada lado. Cultive en hi­
leras dobles, dejando 90 cm de distan­
cia entra las hileras, o espaciadas de for­
ma homogénea en bloques a través del
macizo. Sostenga los cultivares más al­
tos con alambres sujetos a cañas fuer­
tes o palos, colocados alrededor de las
hileras o bloques de plantas. Si es nece­
sario, sostenga los cultivares enanos con
ramitas, al fin de mantener sus vainas
alejadas del suelo. Los cultivos que in-
vernan y los sembrados a principios de
primavera podrán protegerse con cam­
panas o «mulch» flotantes en las prime­
ras etapas del desarrollo.
Cultivo rutinario
No permita que las plantas se sequen;
riegue como para las judías comunes.
Comenzada la floración, elimine los ex­
tremos floridos: estimula la formación
de vainas y combate las moscas negras.
Entierre las plantas que invernan para
protegerlas de los elementos.
Plagas y enfermedades
Ratones (p. 566), grajos (p. 563), palo-
E l im in a c ió n d e E x t r e m o s
Florecidas las habas, elimine el
extremo de desarrollo de cada
planta: eliminará las moscas negras y
concentrará la energía de las plantas
en la producción de habas.
mas del bosque (p. 549), podredumbres
tropicales de raíces (p. 565), moscas ne­
gras (véase «Pulgones», p. 550), la man­
cha de chocolate (p. 553) y las podre­
dumbres de pie y de raíces (p. 558)
pueden afectar a las habas.
Cosecha y almacenado
Coseche las habas sembradas en prima­
vera después de 12-16 semanas y las sem­
bradas en otoño después de 28-35 sema­
nas. Recoja mientras las vainas estén
hinchadas por las semillas y antes de que
se vuelvan correosas. Podrá congelar las
semillas o secarlas al final de la estación,
para consumirlas en invierno, al igual
que las judías comunes (véase p. 342).
H a bas
R ecom endadas
Enanas
‘Bonny Lad’
‘Sutton’
Tempranas
‘Aquadulcc Claudia’ (siembra
sólo en otoño)
‘Express’
‘Red Epicure’
‘Witkiem M ajor’ ‘Witkiem
Major’
Tardías
‘Hylon’
‘Jubilee Hysor’
‘Reion’
(vaina larga)
Hortalizas de bulbo y de tallo
as hortalizas cultivadas por sus
L bulbos o tallos comprenden miem­ bos legítimos. Debe rotar la familia de
bros de la familia de las cebollas, y unlas cebollas como si fuera un sólo gru­
grupo variado de otras plantas que, sal­
vo el hinojo de Florencia, en su mayo­
ría son resistentes y de maduración len­
ta. El apio nabo, el colirrábano y el
hinojo forman tallos hinchados por en-
Cebollas de bulbos (Allium cepa)
Éstas se cultivan como anuales. Los bul­
bos pueden ser planos, redondeados o
de forma larga tipo torpedo. Suelen te­
ner pieles marrones o amarillas y pulpa
blanca, aunque algunas tienen pieles ro­
jas y pulpas rosadas; las hojas alcanzan
los 15-45 cm de largo. Los bulbos ma­
duros y no maduros se consumen cru­
dos o cocidos. Algunos cultivares sirven
para almacenar. Las hojas verdes entre­
sacadas pueden consumirse como cebo­
llas de primavera (véase p. 364).
Las cebollas de bulbo son un cultivo
de estación fresca; tolera las heladas,
pero crecen mejor en temperaturas de
13°-24° C. Al principio del desarrollo
requieren temperaturas frescas. Los cul­
tivares necesitan una extensión del día
diferente para que los bulbos se hinchen;
elija las de tipo día extenso para las zo­
nas septentrionales y las de días cortos
para las meridionales (véase también
«Extensión del día», p. 307).
Cultive en emplazamiento abierto, en
suelo fértil, entre medio y ligero y bien
drenado. Prepare el suelo incorporando
materia orgánica bien descompuesta,
preferiblemente el otoño anterior al
plantado. No plante en suelos a los que
haya incorporado estiércol recientemen­
te. Puede aportar un alimento general
al macizo semillero antes de sembrar.
Requieren poco nitrógeno (véase p. 314).
A l m a c e n a d o d e C eb o lla s en u na
Prepare las cebollas para
almacenar con cuidado.
Rechace las de cuello
grueso (véase derecha).
Cuide de no dañar las
cebollas a almacenar, ya
que eslo estimula la
putrefacción. Coloque en
capas en una caja y
almacene en un lugar bien
ventilado y libre de
heladas.
cima del nivel del suelo, en lugar de bul­
po; sobre los grupos de rotación para
otras hortalizas, véase p. 307. Tanto los
espárragos como el ruibarbo son hor­
talizas perennes que deben plantarse en
macizos permanentes, especialmente
preparados para éstos.
Siembra y plantación
Pueden cultivarse a partir de semillas o
bulbos (pequeños criados especialmen­
te y cosechados no maduros I año an­
tes). Las semillas son más baratas pero
tardan más en desarrollarse. Estos bul­
bos especiales son más fáciles de culti­
var, pero sólo existen para algunos cul­
tivares. Las cebollas de bulbo tienen una
estación de desarrollo larga, particular­
mente si se requieren bulbos grandes o
para almacenar.
En primavera cuando el suelo sea la-
brable, en un macizo semillero firme,
siembre las semillas muy escasamente a
1 cm de profundidad, en hileras sepa­
radas 23-30 cm. Entresaque los planto­
nes en etapas. Para obtener cebollas de
tamaño medio, espacie a 4 cm de dis­
tancia; para cebollas más grandes, en­
tresaque los plantones a 5-10 cm de dis­
tancia entre cada uno.
Para alargar la estación de desarro­
llo en latitudes septentrionales, comien­
ce a cubierto en módulos o bandejas se-
milleras, a temperaturas de 10°-15° C de
fines de invierno a principios de prima­
vera. Temple los plantones cuando ha­
yan aparecido dos hojas y plante fuera
a la distancia adecuada. Puede multi-
sembrar en módulos, con cinco semillas
por sector, plantando cada sección fue­
ra como una unidad, dejando 25 cm en­
C a ja
Puerros Cebollas
Cebollas
de
bulbo
Hinojo
Cebollas coloradas
de bulbo Espárragos Cebolletas
tre cada una (véase también Trasplan­
tado de puerros, p. 347). C e b o lla s d e B u lbo s
Puede sembrar ciertos cultivares en R ecom endadas
verano u otoño, para que invernen, y ob­ Cebollas para cosechar en otoño
tener cosechas más tempranas el año si­ ‘Giant Fcn Globc’
guiente. Ello no es aconsejable donde los ‘Rijnsburger Balstora’
inviernos son muy severos o muy lluvio­ ‘Rijnsburgcr Robusta’
sos, ya que las semillas podrían pudrir­ ‘Sturon’
se antes de germinar. Los cultivares tra­ ‘Stuttgarter Giant’
dicionales, cultivados en verano son
razonablemente resistentes y pueden Cebollas coloradas (consumir
sembrarse in situ a fines de verano, en­ frescas o almacenar)
tresacando a una distancia de 2,5 cm de
separación en otoño y en etapas, hasta ‘Long Red
alcanzar el espaciado final en primave­ Florence’
ra. Las cebollas japonesas, o cebollas ‘l,ong Red
para invernar, también resultan adecua­ Florence’
das para sembrar en esta época; son más
resistentes que las cebollas de bulbo,
pero resultan inadecuadas para almace­ ‘Mammoth Red Onion’
nar. La fecha precisa de sembrado para ‘Red Barón’
éstas es crítica. Siembre en verano, en
la fecha recomendada para la zona, es­ Cebollas tradicionales y japonesas
paciando y entresacando como se indi­ para invernar
ca más arriba. ‘Express Yellow’
‘Imai Early Yellow'’
Cultivo rutinario ‘Kaizuka Extra’
Mantenga el emplazamiento sin male­ ‘Reliance’
zas, especialmente cuando las cebollas ‘Southport Red Globe’
son jóvenes y piten a competir con las
malezas. La cebollas tienen raíces poco Bulbos para plantado en otoño
profundas y requieren poca agua una ‘Unwin’s First Early’
vez establecidas, salvo en condiciones
muy secas. Podrá aplicar un fertilizan­
te nitrogenado o un alimento orgánico
líquido a las cebollas que invenían.
des o lejos del suelo en una bandeja sc-
Plagas y enfermedades millera invertida, para permitir la má­
Moscas de la cebolla (p. 567), moscas xima ventilación.
de la semilla de judía (p. 570), podre­ En condiciones lluviosas, cuelgue en
dumbre blanca de las cebollas (p. 567), un invernadero. Las pieles exteriores y
moho esponjoso (p. 550) y, almacena­ las hojas deben estar secas antes de al­
das, podredumbre del cuello de la cebo­ macenar los bulbos.
lla (p. 567), son problemas comunes. Manipule con suavidad, ya que cual­
quier golpe estimula las podredumbres
Cosecha y almacenado del almacenado. No almacene cebollas
la s cebollas de bulbo sembradas en pri­ de cuello corto; éstas siempre deben con­
mavera tardarán 12-18 semanas en ma­ sumirse antes. Almacene las cebollas ya
durar; las sembradas en verano, hasta 42 sea colgando en redes o trenzadas (véa­
semanas. Arranque o retire cuando las se Almacenado de ristras de cebollas,
requiera para consumir frescas. p. 316) o empaquetadas cuidadosamente
Para almacenar, espere hasta que las en capas en cajas.
hojas se hayan extinguido naturalmen­ Deben conservarse a 0°-7° C y en hu­
te (no las doble a mano), y después de­ medad baja (es decir, menos del 40 °/o).
sarraigue todas las cebollas con cuida­ La vida media de las cebollas alma­
do. En condiciones soleadas, déjelas al cenadas es de 3-6 meses, según el cul­
sol unos 10 días, ya sea colgadas en re- tivar.
Cebollas de primavera
Las cebollas de primavera europeas tra­
dicionales son cultivares de cebollas de
bulbo, aptas para consumir jóvenes,
cuando las hojas verdes miden 15 cm de
largo, con un pedúnculo blanco y un
bulbo diminuto. Un cultivar muy culti­
vado es ‘White Lisbon’. Sobre necesida­
des del suelo, plagas y enfermedades,
véase «Cebollas de bulbo», p. 345. Apli­
que cal en suelos ácidos (véase p. 531).
En primavera, siembre escasamente in
silu, en hileras separadas 10 cm o en fa­
jas de 7 cm de ancho, separadas 15 cm.
Para obtener cosechas continuas, siem­
bre cada tres semanas en verano. Los
cultivares para invernar (p. ej. ‘White
Lisbon Winter Hardy’) pueden sembrar­
se a fines de verano para una cosecha
a principios de primavera; en invierno,
proteja con campanas. Riegue las cebo­
llas en condiciones secas. Las cebollas
de primavera estarán listas para arran­
car después de dos meses.
Escalonas {Allium cepa Grupo Aggregatum)
Estos bulbos, de sabor característico con
forma de cebolla, forman terrones de
unos doce bulbos. Existen formas de
piel amarilla y roja; todas pueden con­
sumirse frescas o almacenar y se con­
sumen crudas o cocidas. Las hojas de
las escalonas jóvenes pueden consumirse
como cebollas de primavera.
Las necesidades de clima y suelo, el
cultivo rutinario y las plagas y enferme­
dades, son las mismas que las de las ce­
bollas de bulbo (véase p. 345). Las es­
calonas son muy resistentes. Compre
bulbos especiales sin virus que midan 2
cm de diámetro. Plante a principios de
primavera o durante el invierno en zo­
Cebollas de Gales europeas (Allium fistulosum)
Estas cebollas son perennes muy resis­
tentes. Tienen hojas huecas de hasta 45
cm de largo y 1 cm de diámetro; crecen
en terrones de 23 cm de diámetro de pro­
medio; las bases de las hojas se engra­
san en y debajo del nivel del suelo. Las
hojas son verdes todo el año, incluso en
temperaturas de —10° C, de manera que
son una hortaliza de invierno útil. Las
hojas y los bulbos diminutos se consu­
men crudas o cocidas.
Las necesidades del clima y suelo, el
cultivo y las plagas y enfermedades son
iguales a las de las cebollas de bulbos
(véase p. 345). Siembre semillas in silu
en primavera o verano, en hileras sepa­
radas por 30 cm. Entresaque los plan­
tones en etapas, hasta que estén a unos
23 cm de distancia o propague dividien­
do terrones establecidos, volviendo a
plantar los sectores exteriores y más jó ­
venes en el mismo espaciado indicado
más arriba. Puede cosechar las hojas 24
semanas después de sembrar; corte las
E n tresacado de C ebo lla s
Si están sembradas de forma tupida,
coseche los plantones dejando 2,5
cm de distancia entre las que deje.
Éstas seguirán creciendo y podrá
cosecharlas a medida que las
necesite.
nas templadas. Plante como los bulbos
especiales para cebollas (véase p. 345),
espaciando a 18 cm de cada lado. Cada
bulbo especial se convertirá en un terrón,
madurando a principios de verano. Para
una cosecha temprana de hojas verdes,
plante bulbos especiales pequeños en
otoño, espaciando en el suelo o en ban­
dejas semilleras a 2,5 cm. Coseche las
hojas verdes cuando las requiera. Para
obtener bulbos de buen tamaño, no re­
coja las hojas; retire los bulbos cuando
el follaje se haya extinguido. Para alma­
cenarlos, seque como las cebollas de bul­
bo (véase p. 345); las existencias de ca­
lidad se pueden almacenar un año.
C eb o l l a s d e G a les
hojas individuales cuando las requiera
o arranque una parte del terrón o el te­
rrón completo.
Los terrones establecidos pueden vol­
verse muy espesos: divídalos cada dos
o tres años. Las cebollas de Gales no se
almacenan bien.
Cebolletas
Estos cultivares de cebollas producen
bulbos pequeños blancos (conocidos
como miniccbollas) en latitudes septen­
trionales, y bulbos más grandes en las
meridionales. Pueden consumirse cuan­
do alcanzan el tamaño de una uña gran­
de, frescas o encurtidas.
Los cultivares incluyen «Barletta» y
«Paris Silver Skin». Prefieren suelo fér­
til, pero toleran uno pobre. Sobre clima,
cultivo y plagas y enfermedades véase
«Cebollas de bulbo», p. 345.
En primavera, siembre semillas in situ
a voleo o en franjas de unos 10 cm de
ancho espaciadas a 1 cm.
Expurgue sólo si requiere cebollas más
grandes.
Coseche después de unas 8 semanas,
cuando haya caído el follaje; consumir
frescas, o seque y almacene como las ce-
bollasde bulbo (véase p. 345) hasta que
las encurta. C e b o lla s p a r a E n c u r t ir
P l a n t a d o d e E sc a lo n a s
Haga un
surco de I cm
de
profundidad.
Introduzca los
bulbos en el
surco a 18 cm
de distancia
entre cada
uno, dejando
que los
extremos se
vean.
E sc a l o n a s
Cebollas orientales ‘Ishikura’ en otoño, e inverne para con­
sumir en primavera. Algunos cultivares,
de manojo como ‘Ishikura’, pueden enterrarse va­
rias veces durante el desarrollo para ob­
Éstas se han desarrollado a partir de las tener tallos blancos largos. Arranque las
cebollas de Gales europeas. Son peren­ hojas jóvenes cuatro semanas después
nes; se cultivan como anuales o biena­ de sembrar.
les, cosechables en cualquier etapa des­
de plantones hasta plantas grandes. Las
plantas maduras tienen tallos gruesos
blancos de 2,5 cm de diámetro y 15 cm
de altura. Todas las partes son comesti­
bles. Existen cultivares para plantar y co­
sechar a lo largo de todo el año y en una
amplia gama de condiciones climáticas.
Sobre necesidades del suelo, véase
«Cebollas de bulbo», p. 345. Siembre se­
millas in silu en primavera y verano, en
hileras separadas 30 cm. Entresaque por
etapas hasta dejar 15 cm de separación,
según el tamaño que requiera. También
puede sembrar semillas en bandejas y
plantar fuera. Siembre los cultivares más
resistentes, como ‘White Evergreen’ o C eb o lla s O r ie n t a l e s A p iñ a d a s
Puerros (Allium porrum)
Éstos son bienales cultivados como
anuales, alcanzando los 45 cm de altu­
ra y 15 cm de diámetro. La parte comes­
tible es un pedúnculo grueso y blanco,
dulce, formado debajo de unas hojas
largas verde azulado. Se la puede blan­
quear enterrándola o plantando a gran
profundidad. Los puerros de pedúncu­
los cortos y gruesos se llaman puerros
de olla. Todos los tipos se consumen co­
cidos, como hortalizas, o en sopas.
Los puerros son cultivos de estación
fresca y crecen mejor a menos de 24°
C, pero toleran temperaturas más altas
si están húmedos. Los cultivares varían
entre tempranos y moderadamente re­
sistentes hasta tardíos y muy resistentes.
Cultive en emplazamientos abiertos, de
suelos fértiles y conservadores de hume­
dad, con bastante abono o estiércol y
fertilizante nitrogenado si el suelo es po­
bre en nitrógeno (necesita niveles eleva­
dos véase p. 314). No plante en suelos
compactados. Rote los puerros (véase
p. 307).
Siembra y plantación
Los puerros necesitan una estación de
desarrollo larga; comience a sembrar
pronto, sembrando sucesivamente a 1
cm de profundidad en un macizo semi­
llero exterior, para trasplantarlos cuan­
do midan 20 cm. O siembre in silu en
Puerros
AjOS (Allium sativum)
Son bienales cultivadas como anuales,
que crecen hasta los 60 cm de altura, con
una extensión de unos 15 cm. Cada uno
produce un bulbo subterráneo de hasta
5 cm de diámetro. Existen formas de piel
blanca y rosada y hay muchas seleccio­
nes disponibles adaptadas a zonas cli­
máticas diferentes. Los ajos se cultivan
sobre todo por sus dientes de sabor in­
tenso que forman el bulbo y que pue­
den almacenarse proporcionando exis­
tencias todo el año; se consumen frescos
S em brado en u n M ódulo
Llene un módulo con abono para
semillas hasta I cm del borde.
Siembre 4 semillas de puerro en cada
uno sobre la superficie. Cubra con
otra capa de tierra y riegue.
hileras separadas 30 cm. Entresaque o
trasplante los plantones cuando tengan
tres hojas, a 15 cm de distancia. Emplee
un espaciado más estrecho si prefiere
puerros más pequeños. Para obtener ta­
llos bien blanqueados, practique aguje­
ros de 15-20 cm de profundidad y pon­
ga un plantón en cada uno, asegurando
que las raíces toquen el suelo del fon­
do. Riegue y eche tierra en los agujeros
al crecer las plantas. Los puerros tam­
bién pueden plantarse planos y blan­
quearlos tapando los tallos con tierra,
5 cm por vez mientras se desarrollan.
Para alargar la estación de desarro­
llo, siembre a cubierto igual que las ce­
bollas de bulbo (véase p. 345). Los pue­
rros crecen bien en módulos, con hasta
cuatro semillas por celdilla. Plante los
plantones en el exterior espaciando a
23 cm.
Cultivo rutinario
Riegue bien hasta que los puerros se es­
tablezcan, y después sólo en condicio­
nes excepcionalmente secas. Mantenga
los macizos sin malezas. Si es necesario,
aplique «mulch» para conservar la
humedad.
Plagas y enfermedades
Angilulas de tallos y bulbos (véase «An-
gilulas», p. 556), moscas de la cebolla
(p. 567), royas (p. 552) y podredumbre
o después de almacenados para sazonar
y pueden comerse tanto crudos como
cocidos.
Los ajos toleran una amplia gama cli­
mática, pero necesitan un período de en­
tre uno y dos meses a 0°-10° C en in­
vierno. Algunas variantes son muy
resistentes; emplee los recomendados
para su zona. Lx)s ajos crecen mejor en
un emplazamiento abierto y soleado, en
suelos ligeros que no necesitan ser muy
fértiles; no cultive en suelos con estiér­
T ra spla ntad o de P uerros
Puede plantar cada sección de un
módulo completa; plante los
terrones a 23 cm de separación.
blanca de las cebollas (p. 567) pueden
causar problemas.
Cosecha y almacenado
Coseche los puerros 16-20 semanas des­
pués de sembrar, pero pueden dejarse en
I n c l in a d o de P uerros
Para almacenar en el exterior, retire
los puerros y apoye contra una cara
de una zanja en forma de «V». Cubra
raíces y tallos blancos con tierra y
afirme. Retire cuando los requiera.
col recién incorporado. Resulta vital un
buen drenaje. Los ajos requieren nive­
les de nitrógeno muy bajos (véase p.
314).
Siembra y plantación
Para plantar, separe del bulbo maduro
dientes individuales de al menos 1 cm
de diámetro. Emplee siempre existencias
sanas y sin virus. Para producir bulbos
grandes, los ajos requieren una estación
de desarrollo larga, de manera que, den­
P l a n t o n e s I n d iv id u a l e s
Trasplante los puerros
sembrados en el exterior a su
ubicación final en agujeros de
15-20 cm de profundidad a
10-15 cm de distancia.
el suelo durante muchos meses. Retire
los que requiera en verano; los cultiva­
res resistentes pueden retirarse durante
todo el invierno hasta la primavera, sal­
vo en climas muy severos. Los puerros
no se almacenan bien fuera del suelo.
P u erros R ecom endados
‘Autumn Mammoth - Argenta’ 1
‘Autumn Mammoth -
Goliath’ e, m, I
‘Autumn Mammoth - Pancho’ e
‘Blauwgroenc Winter -
Alaska’ I
‘Cortina’ m
‘Gennevilliers - Splendid’ c
‘King Richard’ e
‘Swiss Giant - Albinstar’ e, in
‘Swiss Giant - Pancho’ e
‘Tilina’ e
‘Wintra’ I
‘Zorba’ e
Cl.AVE
c Temprano
m Media
estación
I Tardío
tro de lo posible, plante los dientes en
otoño. En zonas muy frías y en suelos
pesados, retrase la plantación hasta prin­
cipios de primavera, o plante en módu­
los en invierno, uno por sección. Des­
pués coloque los módulos en una
ubicación protegida en el exterior para
proporcionarles el período de frío ne­
cesario. Plante fuera, en el suelo, cuan­
do hayan comenzado a brotar, en pri­
mavera.
Plante los dientes verticales, con las
P l a n t a c ió n d e D ie n t e s de
A jo en M ó d u lo s
Plante un diente a 2,5 cm de
profundidad en cada sección del
módulo. Cubra con abono.
Apio (Apium graveolens)
El apio es una planta bienal que alcan­
za los 30-60 cm de altura y una exten­
sión de 39 cm. El tallo de surco tradi­
cional tiene tallos grandes blancos, rojos
o rosados que se blanquean antes de
consumir. Los tipos autoblanqueantes
tienen tallos amarillo cremosos parcial­
mente blanqueados. Los tipos america­
nos verdes tienen tallos verdes. También
existen los intermedios. Los tallos se
consumen crudos o cocidos y las hojas
se emplean como aderezo o adorno.
Al ser un cultivo de climas templados,
el apio crece mejor a 15°-21° C. Según
el cultivar y las condiciones, tolera he­
ladas ligeras; los más resistentes son los
cultivares del tipo surco. Algunos tienen
una resistencia mejorada al granado pre­
maturo. Cultive apios en emplazamien­
tos abiertos, fértiles y conservadores de
la humedad pero bien drenados; aplique
cal a suelos ácidos (véase p. 531). Rote
los apios (véase p. 307), pero no plante
cerca de los nabos ya que ambos son sus­
ceptibles a las moscas del apio. Incor­
pore buenas cantidades de materia or­
gánica bien descompuesta al suelo antes
de plantar. Para apios de surco, prepa-
Blanqueado de A p io s
Collar a prueba
de luz sujeto
con cordel.
Segundo collar,
agregado al
desarrollarse los tallos.
2
1
Cuando el apio mida unos
30 cm de alto, envuelva los
tallos sin apretar con papel
impermeable a la luz, dejando las
hojas expuestas a la luz.
láminas basales planas hacia abajo, a
unas dos veces su propio largo. Espacie
a 18 cm de separación de cada lado o
a 10 cm en hileras separadas 30 cm. Los
bulbos tienden a empujarse hacia arri­
ba al desarrollarse.
Cultivo rutinario
Durante el desarrollo, requieren poca
atención más alia de mantener el maci­
zo sin malezas. Sobre las plagas y en­
fermedades que pueden afectar a los
ajos, véase «Cebollas de bulbo», p. 345.
Cosecha y almacenado
Los ajos tardan 16-36 semanas en ma­
durar, según la variedad y el momento
P l a n t o n e s d e A p io e n B l o q u e
re un surco de 38 cm de ancho y 30 cm
de profundidad en otoño, antes de plan­
tar; abone y rellene con tierra hasta el
nivel del suelo. Los apios requieren ni­
veles de nitrógeno altos (véase p. 314).
Siembra y plantación
Siembre en primavera in situ, después
de pasado el peligro de heladas, o en
bandejas scmilleras o módulos, a 15° C,
no más de 10 semanas antes de la últi­
ma helada pronosticada. Emplee semi­
llas tratadas con fungicida para evitar
A l seguir creciendo los
tallos, puede agregar un
segundo collar para blanquear
el desarrollo nuevo.
de plantado. Desarraigue las plantas A l m a c e n a d o d e A jos
apenas las hojas comiencen a marchi­ Después de
tar, de manera que los bulbos no vuel­ cosechar los ajos,
van a brotar; si esto ocurriera, es más sujete las hojas
probable que se pudran una vez alma­ con rafia o
cenados. trenzadas.
Seque concienzudamente después de Después cuelgue
retirarlos, como para las cebollas de bul­ cada ristra en un
bos (véase p. 345). Manipule los bulbos lugar seco y
cuidadosamente para evitar golpearlos. fresco.
Almacene los bulbos colgados en raci­
mos o trenzas hechas con las hojas se­
cas o coloque sueltos en bandejas con­
servadas en condiciones secas, a 5°-10°
C. Los ajos pueden almacenarse durante
10 meses, según la variedad y las con­
diciones de almacenado.
la mancha de la hoja del apio. Esparza
sobre la tierra o cubra superficialmen­ A p io R e c o m e n d a d o
te, ya que la luz es necesaria para la ger­
minación. No siembre muy temprano; Autoblanqucante
las plantas pueden granar prematura­ ‘Celebrity’
mente si la temperatura cae por debajo ‘Ivory Tower’
de los 10° C. ‘Lathom’s Self Blanching’
Entresaque plantones con 4-6 hojas
legítimas; plante plantones sembrados Zanja
en el interior fuera pasado el riesgo de ‘Giant Pink’
heladas. Rechace los de hojas ampolla­ ‘Giant White’
das. Plante los tipos autoblanqueantes ‘Marline’ (rojo) ^
en bloques a 23 cm de distancia para
aumentar el blanqueo natural. Puede Verde americano
cubrir las plantas jóvenes con campanas ‘Hopkins Fenlandcr’
o película, que debe retirar después de ‘Tall Utah’
un mes. Plante plantones de apio de sur­
co a 38 cm de distancia en hileras indi­ ‘Tall Utah’
viduales. Pueden plantarse en surcos o
planos.
R e t ir o de A pio s
Cultivo rutinario
Los apios requieren un desarrollo homo­
géneo, sin interrupciones causadas por
falta de agua o caídas de temperatura
repentinas. Aplique fertilizante nitroge­
nado o alimento orgánico líquido un
mes después de plantar. Una vez que las
plantas estén establecidas, riegue sema-
nalmente a razón de 22 I por m2.
Para endulzar los tipos autoblan­
queantes, envuelva los tallos con paja
suelta cuando midan 20 cm de altura.
Para blanquear los apios de un surco, Retire las plantas de apio
sujete los tallos con cordel suave y llene autoblanqueantes antes de las
el surco gradualmente, enterrando los ta­ primeras heladas. Quite la paja y
llos al crecer éstos. Si esuvieran planta­ desarraigue la planta con una horca.
dos planos, envuelva los tallos con co­
llares hechos a propósito o tiras de 23
cm de papel grueso opaco cuando las (p. 552) y podredumbre violeta de las
plantas midan 30 cm de alto. Para ex­ raíces (p. 565) son las más comunes.
tender la zona blanqueada, agregue un
segundo collar tres semanas más tarde. Cosecha y almacenado
Cubra los apios de surco con paja o he- Coseche apios blanqueados y verdes
lechos para protegerlos del frío en in­ 11-16 semanas después de plantar, y los
vierno. de surco a fines de otoño.
Corte los tallos antes de que se vuel­
Plagas y enfermedades van medulosos. Antes de que amenace
Babosas (p. 548), moscas del apio (véa­ heladas, retire los apios y almacene las
se «Mineros de hojas», p. 551), moscas plantas en humedad elevada en lugar
de la zanahoria (p. 564), déficit de boro fresco y libre de heladas. Se conserva­
(p. 558), manchas fúngicas de las hojas rán varias semanas.
Apio nabo (Apium graveolens var. rapaceum)
Esla es una planta bienal que alcanza
unos 30 cm de altura con una extensión
de 38 cm. El «bulbo» hinchado en la
base del tallo se cuece o se ralla crudo
para ensaladas. Las hojas sirven de ade­
rezo y adorno.
El apio nabo es un cultivo fresco-
templado, que tolera temperaturas de
hasta —10° C si protege las coronas con
paja. Las plantas toleran sombra ligera
P lantado d e A p io N abo d e sd e
un M ó d u l o a l e x t e r io r
Plante los apio nabos desde un
módulo al exterior cuando midan
8-10 cm y tengan 6-7 hojas. Espacie
las plantas jóvenes a 30-38 cm de
distancia; cuide de no enterrar las
coronas.
E sp árrag o s (Asparagus officinalisj
Los espárragos son perennes y pueden
ser productivos hasta 20 años. Su folla­
je ligero, tipo hclecho, alcanza los 90 cm
de altura, con una extensión de 45 cm.
Se los cultiva por los deliciosos vásta-
gos jóvenes o lanzas que aparecen a tra­
vés del suelo en primavera. Hay plan­
tas masculinas y femeninas; las
femeninas producen bayas. Las plantas
masculinas tienen un rendimiento más
alto; también existen cultivares F1 sólo
P l a n t a c ió n d e C o r o n a s de
Cave una zanja de
unos 30 cm de ancho y
20 cm de profundidad
con una arista central
de 10 cm de altura.
Coloque las coronas de
espárragos sobre la
arista a 38 cm de
separación. Extienda
las raíces
homogéneamente y
cubra con unos 5 cm
de tierra hasta el nivel
de las coronas.
en suelos húmedos. Para necesidades del
suelo, véase «Apio», p. 348; el apio nabo
requiere poco nitrógeno (véase p. 314).
Siembra y plantación
El apio nabo requiere una estación de
desarrollo de 6 meses para que el bulbo
se desarrolle. La germinación puede ser
caprichosa. Siembre semillas en el inte­
rior, mejor a principios de primavera,
en módulos. Si usa bandejas, trasplan­
te plantones a 5-7 cm de distancia o co­
loque individualmente en tiestos peque­
ños o módulos. Temple las plantas
jóvenes antes de plantar fuera cuando
midan unos 7 cm. Espacie a 30-38 cm
de distancia, con las coronas a ras de
suelo, no enterradas.
Cultivo rutinario
Aplique «mulch» después de plantar y
riegue a fondo, en especial en condicio­
nes secas. Puede alimentar las plantas
durante la estación de desarrollo (véase
«Apio», p. 348). Hacia fines de verano,
elimine algunas hojas gruesas exteriores
para descubrir la corona; ello estimula
el desarrollo de los bulbos. Para prote-
jer de heladas, coloque una capa suelta
de paja de 10-15 cm alrededor de las
coronas.
Plagas y enfermedades
El apio nabo puede padecer las mismas
enfermedades que los apios (véase p.
348), pero generalmente es sano.
masculinos muy productivos, fácilmente
disponibles. Los espárragos se consu­
men cocidos.
Los espárragos son un cultivo de es­
tación fresca, que crecen mejor a
16°-24° C, en zonas de inviernos fres­
cos que proporcionan el período inac­
tivo necesario. Elija un emplazamiento
abierto, evitando situaciones expuestas
y bolsas de heladas. Los espárragos to­
leran una amplia gama de suelos mode­
E s pá r r a g o s
C u l t iv o y P r o t e c c ió n de A p io N a b o
1
A fines de verano, al Antes de Ias primeras heladas,
desarrollarse las bases aplique «mulch» de 15 cm de
hinchadas de los tallos, elimine paja alrededor de la base de las
algunas hojas exteriores para plantas para proteger las coronas.
descubrir las coronas.
Cosecha y almacenado
Es posible cosechar apios nabos desde A p io N abo
fines de verano hasta la primavera si­ Recom endado
guiente. Los bulbos pueden consumir­
se cuando miden 7-13 cm de diámetro. ‘Balder’
El sabor mejora y los bulbos se con­ ‘Marble Ball’
servarán más tiempo si los deja en tie­ ‘Monarch’
rra durante el invierno. ‘Snow White’
Donde los inviernos son muy severos,
excave las plantas a principios de invier­
no sin dañar los bulbos; recorte las ho­
jas exteriores, dejando un penacho cen­
tral y almacene las plantas en cajas con
tierra húmeda en un sitio fresco y libre
de heladas.
radamente fértiles, aunque debe aplicar
cal a los suelos ácidos (véase p. 531). Un E spá rrag o s
buen drenaje resulta esencial. No plan­ R ecom endados
te un macizo de espárragos nuevo don­
de ya han sido cultivados ames, porque Tradicionales
pueden persistir enfermedades surgidas ‘Connovcr’s Colossal’
del suelo. Elimine todas las malezas pe­ ‘Giant Mammoth’
rennes del emplazamiento y prepare el ‘Martha Washington’
suelo labrando e incoporando abono o
estiércol. Para mejorar el drenaje, pue­ Cultivares sólo masculinos
de cultivar espárragos en macizos en re­ ‘Angela’
lieve. Tiene pocas necesidades de nitró­ ‘Cito’
geno (véase p. 314). ‘Franklin’
‘Lucullus’
Siembra y plantación ‘Sorbonne’
Los espárragos se cultivan plantando
plantas o «coronas» de un año adqui­
ridas comercíalmente, en primavera. Las ‘Lucullus’
coronas son pulposas y no debe dejar
que se resequen antes de plantar.
Cultive a unos 38 cm de distancia, ya
sea en hileras individuales o dobles, de­
jando 30 cm de distancia entre las hile­ la zanja con tierra gradualmente mien­
ras. Plante las coronas a unos 10 cm de tras crecen los tallos, dejando siempre
profundidad, primero haciendo una 8-10 cm de tallo expuesto.
zanja pequeña con un montículo redon­ El cultivo de espárragos a partir de
deado en el centro a lo largo de la base semillas es más barato pero más incier­
plana. Extienda homogéneamente las to. Siembre semillas a 2,5 cm de profun­
raíces sobre el montículo y cubra con tie­ didad in si ni, en primavera, y entresa­
rra hasta el nivel de la corona. Rellene que dejando 7 cm de distancia. Plante
R e c o r t e d e T allos
d e E s pá r r a g o s
Recorte los tallos en otoño con
podaderas hasta unos 2,5 cm del
nivel del suelo.
Colirrábanos (Brassica oleracea Grupo Gongyloides)
Estas plantas anuales de la familia de
las coles se cultivan por el tallo hincha­
do, o «bulbo», tipo nabo de pulpa blan­
ca que se forma a ras de suelo. Los co­
lirrábanos alcanzan los 30 cm de altura
y 30 cm de extensión. La piel exterior
es verde ( a veces descrita como «blan­
ca») o púrpura. Los bulbos son nutriti­
vos, de sabor agradable y se consumen
cocidos o crudos.
Los colirrábanos son un cultivo de es­
tación fresca, que crecen mejor a
18°-25° C. Las plantas jóvenes tienden
a granar prematuramente a temperatu­
ras por debajo de los 10° C. Sobre ne­
cesidades del suelo, véase «Emplaza­
miento de coles occidentales», p. 317.
Los colirrábanos crecen bien en suelos
ligeros y toleran las sequías mejor que
la mayoría de las coles. Requieren poco
nitrógeno (véase p. 314).
Siembra y plantación
En climas templados, siembre semillas
en el exterior sucesivamente, de prima­
vera a fines de verano, usando los tipos
H inO JO (Foeniculum vulgare
Cultivado como anual, el hinojo dulce
es distinto de la hierba perenne del mis­
mo nombre. Las plantas alcanzan 65 cm
de altura y una extensión de 45 cm. El
«bulbo» aplanado de escamas solapa­
das, de sabor anisado, que se desarro­
lla en la base de los tallos se consume
crudo o cocido. El follaje tipo helecho,
altamente decorativo, se emplea como
aderezo o adorno.
El hinojo dulce tolera una amplia
gama de climas, desde templados a sub­
tropicales. Prosperan en temperaturas ti­
bias y homogéneas, pero las plantas
adultas toleran heladas ligeras. Cultive
en emplazamientos abiertos, en suelos
muy fértiles, bien drenados y conserva­
dores de la humedad, a los que haya in­
los más grandes fuera la primavera si­
guiente. Alternativamente, siembre se­
millas en módulos a principios de pri­
mavera, a 13°-16° C. Los plantones
crecen pronto y pueden plantarse fue­
ra, en ubicaciones permanentes, a prin­
cipios de verano.
Cultivo rutinario
Los espárragos requieren pocos aten­
ción, excepto preservar de malezas los
macizos. Cave a poca profundidad para
mantener libres las raíces. Cuando las
hojas estén amarillas en otoño, recorte
los tallos a unos 2,5 cm sobre el nivel
del suelo.
Plagas y enfermedades
Babosas (p. 548), en las primeras etapas,
y escarabajos (p. 548), en plantas más
púrpura más resistentes para plantacio­
nes tardíos. En climas calurosos, siembre
en primavera y otoño. Siembre in situ,
en hileras separadas 30 cm, entresacan­
do plantones a 18 cm, o espacie las semi­
llas a 25 cm de separación hacia ambos
C ourrá ba no V erde
var. dulce)
corporado buenas cantidades de tierra
negra. El hinojo dulce crece bien en sue­
los ligeros, pero no debe dejar que se re­
sequen. Requiere poco nitrógeno (véa­
se p. 314).
Siembra y plantado
En latitudes frescas septentrionales,
siembre semillas de principios a media­
dos de verano; los cultivares tradiciona­
les sembrados en primaveragrana pre­
maturamente; por ello, para sembrados
tempranos, emplee cultivares modernos
resistentes al granado prematuro. En cli­
mas más cálidos, siembre en primavera
para cosechar en verano y otra vez a fi­
nes de verano para una cosecha otoñal.
El hinojo dulce no se trasplanta bien y
grandes, son las más serias. Una enfer­ C o sech a do de E s pá r r a g o s
medad fúngica producida por la tierra,
la podredumbre violeta de las raíces (p.
565), puede destruir plantas en macizos
establecidos.
Cosecha y almacenado
Deje que los espárragos se conviertan en
una planta fuerte antes de cosecharlos
a mediados de primavera. Los cultiva­
res modernos de buena calidad podrán
cortarse ligeramente en su segunda es­
tación. Al año siguiente, limite el corte
a un período de 6 semanas; después,
puede seguir cortando durante 8 sema­
nas si las plantas se desarrollan bien.
Coseche cuando los espárragos midan
unos 15 cm y sean bastante gruesos. Cuando los tallos midan 12-15 cm de
Corte en ángulo, sin dañar otros espá­ altura, corte cada uno a 2,5 cm por
rragos cercanos. debajo del nivel del suelo.
lados. A cubierto, siembre más tempra­
no con calor suave en bandejas o mó­ COLIRRÁBANO
dulos. Plante los plantones fuera cuan­ R ecom endado
do no midan más de 5 cm. Proteja
cultivos tempranos en el exterior con Tradicional
campanas o «mulch» flotantes. ‘Green Vienna’
‘Purple Vienna’
Cultivo rutinario
Los colirrábanos maduran pronto; du­ ‘Purple Vienna’
rante el desarrollo necesitan poca aten­
ción, salvo eliminar las malezas de los Moderno
macizos. ‘Kolpak’
‘Rowcl’
Plagas y enfermedades
Escarabajos pulga (p. 548), moscas de
la raíz de las coles (p. 564) y raíz defor­ leñosos; los cultivares modernos mejo­
me (p. 564). Véase también «Cultivo de rados siguen siendo tiernos con diáme­
coles occidentales», p. 317. tros de 10 cm.
Deje los cultivos más tardíos en tie­
Cosecha y almacenado rra hasta que amenace heladas severas,
Según el cultivar y la estación, los coli­ ya que el sabor se deteriora una vez re­
rrábanos estarán listos para cortar en­ tirados. En zonas frías, retire en otoño.
tre 5 y 9 semanas después de sembrar. Deje un penacho central de hojas en
Los cultivares tradicionales deben con­ cada bulbo para que permanezcan fres­
sumirse cuando no sean mayores que cos; almacene en cajas de arena húme­
una pelota de tenis, si no, se volverán da hasta 2 meses.
puede granar prematuramente si se lo in­
terrumpe: siembre semillas in situ o en
módulos para trasplantar plantones de
no más de 4 hojas. Espacie los planto­
nes jóvenes a 30 cm hacia cada lado. Los
cultivos tempranos y tardíos pueden pro­
tegerse de las heladas con campanas o
«mulch» flotantes.
Cultivo rutinario
Requieren poca atención. Conserve los
macizos sin malezas. El hinojo dulce
debe conservarse húmedo: riegue bien
y aplique «mulch».
Cuando los bulbos comiencen a hin­
charse, entiérrelos hasta la mitad para
hacerlos más blancos y dulces.
H in o jo

C o se c h a de H in o jo
1
Corle el bulbo del hinojo a
2,5 cm del nivel del suelo.
Deje la base en posición.
Ruibarbo (Rheum x cultorum)
Esta perenne dura más de 20 años en
buenas condiciones. El ruibarbo alcan­
za 60 cm de altura y 2 m de extensión.
Las hojas miden hasta 45 cm de ancho.
Los tallos de hojas verde pálido o rosa
verdoso, que pueden medir hasta 60 cm
de largo, se cosechan jóvenes y se con­
sumen cocidos.
El ruibarbo es un cultivo de estación
templada y no prospera a temperaturas
elevadas; las raíces sobreviven a al me­
nos —15° C. Los cultivares aconsejables
comprenden ‘Champagne’, ‘Timperley
Early’ y ‘Victoria’. Crece en una amplia
gama de suelos, a condición de que sean
fértiles y bien drenados. Antes de plan­
tar, incorpore buenas cantidades de es­
tiércol o abono. Los ruibarbos requie­
ren niveles de nitrógeno medios cuando
son jóvenes y niveles altos cuando son
maduros (véase p. 314).
Siembra y plantación
Los ruibarbos se propagan a través de
«tubérculos»; cada uno consiste en un
rizoma pulposo con al menos un brote.
Miden unos 10 cm de diámetro. Plante
en la estación inactiva, desde otoño has­
F o r z a d o d e R u ib a p ™
Para obtener
cosechas tempranas y
tiernas, cubra los
brotes inactivos
(véase detalle
superior) en invierno
con paja u hojas
dentro de un tiesto
para forzar o
cualquier contenedor
grande que excluya
la luz. La planta
producirá unos tallos
rosados tiernos tras
de algunas semanas
(véase detalle
inferior).
En unas semanas, brotarán
¿ unas hojas plumosas de la
base del tallo.
ta primavera, mejor en otoño. Compre
tubérculos sin virus o separe un tubér­
culo de una planta sana de 2-3 años, una
vez que sus hojas se hayan extinguido,
retirando la planta y cortando a través
de la corona; vuelva a plantar la madre.
En tierras ligeras, plante el tubérculo de
manera que 2,5 cm de tierra cubran los
brotes; en suelos pesados o mojados,
plante dejando los brotes justo por en­
cima del suelo. Espacie las plantas a 90
cm de distancia.
Los ruibarbos también pueden culti­
varse a partir de semillas, pero con re­
sultados variables. Siembre semillas en
primavera a 2,5 cm de profundidad en
hileras de 30 cm de separación, en un
macizo semillero en el exterior. Entre­
saque los plantones a 15 cm de distan­
cia y plante los más fuertes en sus posi­
ciones definitivas en otoño o en
primavera el siguiente año.
Cultivo rutinario
Aplique mucho «mulch» y riegue en
tiempos secos. Revista con abono o es­
tiércol cada primavera y otoño y con un
revestido nitrogenado o alimento orgá­
Plagas y enfermedades
Los hinojos dulces pocas veces sufren H in o jo
plagas o enfermedades. La mayoría de R ecom endado
problemas se deben a falta de agua, tem­
peraturas fluctuantes o trasplantados; ‘Cantino’ Br
todo ello puede causar el granado. ‘Herald’
‘Perfection’
Cosecha y almacenado ‘Sirio’
Coseche los bulbos cuando sean redon­ ‘Sweet Florence’
deados, alrededor de 15 semanas des­ ‘Zefa Fino’ lir
pués de sembrar, o dos o tres semanas
después de enterrados. Arranque ente­
ros o corte a través de los bulbos a 2,5 \lfr
cm del suelo. Normalmente, el tocón
brotará, produciendo pequeñas ramitas ‘Zefa Fino’
\y
de follaje helechoso que sirve como ade­
rezo o decoración. El hinojo dulce no
se almacena bien; consúmalo lo antes C la v e
posible. Br Resistente al granado prematuro
D iv isió n de R u ib a r b o
Descubra la corona. Corte a Replante las secciones a 75-90cm
través cuidadosamente con
una pala, asegurando que hay al
2tierra(bulbos) de separación. Eche
alrededor de cada raíz para
menos un brote en cada sección. que el brote esté encima de la
Incorpore estiércol. superficie. Afirme y rastrille.
nico líquido en primavera. Elimine los C o sech a de R u ib a r b o
tallos floridos.
Se puede forzar el ruibarbo a oscu­
ras, para obtener tallos muy tiernos. A
fines de invierno, cubra las coronas inac­
tivas con una capa de 10 cm de paja u
hojas, y después un cubo grande de al
menos 45 cm de alto; deje en su lugar
durante unas cuatro semanas, hasta que
los tallos sean suficientemente grandes.
Plagas y enfermedades
El hongo de miel (p. 565), la podredum­
bre de corona (p. 569) y los virus (p. 553)
pueden atacar a las plantas establecidas.
Cosecha y almacenado
Coseche en primavera y principios de ve­
rano. En plantas cultivadas a partir de
tubérculos, comience a arrancar poco el
primer año después de plantar; en las
cultivadas a partir de semillas, espere
hasta el segundo año.
En los años siguientes, arranque mu­ Cuando los tallos de ruibarbo estén
cho hasta que la calidad empiece a de­ preparados, pueden cosecharse
teriorarse en verano. Los tallos forzados cogiendo cada tallo por la base y
podrán cosecharse 3 semanas antes que retorciendo, mientras que se
los no forzados. arrancan hacia arriba y afuera.
 Boniato Zanahorias
Hortalizas de raíces y tuberosas
Boniato
hortalizas de raíces son el pi­ también producen semillas comestibles.
L
as
lar del huerto. Como su propio Diversas hortalizas de raíces pueden ser Nabos
nombre indica, la mayoría son cultiva­cultivadas y cosechadas en serie para
das por sus excelentes raíces o tubércu­una provisión regular; muchas son de fá­
los. Unas cuantas, como nabos, betarra­ cil aimacenado, a veces inmóviles en el
gas y colocasias, se consum en, suelo, para usarlas durante el invierno.
asimismo, por sus hojas jóvenes como El salsifí puede ser invernado por sus
verduras; algunos cultivares de rábano pimpollos, que florecen en primavera.

Betarraga (remolacha) (Beta vulgaris subesp. vulgaris) Rutabaga

La betarraga o remolacha es una plan­ Siembra y plantación C o sech a de Betarraga

ta bienal cultivada como anual. Crece
hasta los 15 cm de alto y a una exten­
sión de 12 cm. la raíz hinchada se for­
ma a nivel del suelo y puede ser redon­
da, plana o cilindrica. El diámetro es de
5 cm de promedio y 10 cm de largo en
los tipos largos. La pulpa es normalmen­
te roja, pero puede ser amarilla, blanca
o tener anillos concéntricos rojos y blan­
cos. También la piel puede ser roja, ama­
rilla o blanco sucio. Las raíces, de sa­
bor dulce se consumen cocidas, sea
frescas o almacenadas, pero también
pueden encurtirse. Las hojas jóvenes
frescas se consumen como verduras.
Las betarragas crecen mejor y desa­
rrollan los colores más intensos en tem­
peraturas homogéneas y frescas, ideal­
mente 16° C. Cultive en un emplaza­
miento abierto, de suelos fértiles y lige­
ros y alto contenido de nitrógeno (véa­
se p. 314). Aplique la mitad del nitró­
geno antes de sembrar. Aplique cal a
suelos muy ácidos.
E x pu r g a d o de P lantones
Cuando los plantones de betarraga
hayan producido 3 o 4 hojas,
expurgue los grupos apiñados hasta
alcanzar el espaciado requerido;
elimine hojas verdes de los extremos
sin tocar los restantes plantones.
Las «semillas» de betarraga contienen
cada una un racimo de 2-3 semillas, cu­
yos plantones deben entresacarse tem­
prano. Cultivares como ‘Cheltenham
Mono’ o ‘Monopoly’, han sido cultiva­
dos para producir una sola semilla, o
mono germinal, que requiere muy poco
entresacado.
Para vencer la germinación lenta, su­
merja las semillas en agua durante 30
minutos antes de plantar. Algunos cul­
tivares pueden granar sembrados dema­
siado temprano o en condiciones desfa­
vorables: elija cultivares resistentes al
granado para sembrados tempranos.
En primavera, siembre semilias in situ
en el exterior cuando el suelo sea labra-
ble y su temperatura alcance al menos
7o C. Siembre las semillas a 1-2 cm de
profundidad, con un espaciado determi­
nado por el tipo de betarraga y el tama­
ño requerido. Cultive las betarragas del
cultivo principal a 30 cm de distancia,
entresacando hasta dejar 7-10 cm. Para
encurtir betarragas de 2,5 cm de diáme­
tro, espacie las hileras a 7 cm de distan­
cia, entresacando plantones a 6 cm.
Para cultivos más tempranos, simbre
a principios de primavera bajo campa­
nas, en cajoneras o en el interior en ban­
dejas semilleras o módulos; trasplante
fuera cuando los plantones midan 5 cm.
Siembre 3 semillas monogerminales por
módulo (véase «Módulos y contenedo­
res pequeños», p. 311), entresacando a
las distancias necesarias. Las betarragas
tempranas necesitan bastante espacio:
plante plantones sembrados en el inte­
rior en hileras a 23 cm de separación,
después entresaque dejando 9 cm entre
planta y planta. Para obtener existencias
continuas de remolachas jóvenes, siem­
bre semillas en intervalos de dos o tres
Coja el tallo y arranque la betarraga
del suelo; debería ser fácil de retirar
ya que es de raíz poco profunda.
Evite dañar las raíces, que sangrarán
si las corta.
semanas todo el verano. Siembre los cul­
tivares destinados a ser almacenados a
fines de verano, al menos 10 semanas
antes de las primeras heladas severas.
Cultivo rutinario
Sólo riegue para evitar que el suelo se
seque, 11 1 por m2 cada 2 semanas.
Aplique el resto del fertilizante nitroge­
nado durante el desarrollo activo.
Plagas y enfermedades
Las más comunes son: gorriones (véase
«Pájaros», p. 561), orugas nocturnas (p.
559), pulgones (p. 550), podredum­
bre por el pie (p. 564), manchas fúngi-
cas de hojas (p. 552) y déficit de boro
(p. 566).
Betarragas
R ecom endadas
‘Albins Vercduna'
‘Boltardy’ Br
‘Bull’s Blood’
‘Burpee’s Golden’
‘Burpee’s Golden’
(almacenado bueno) Br
‘Cheltenham Mono’
(aimacenado bueno) Ur
‘Chioggia Detroit - Little Ball’
‘Forono’ (almacenado bueno)
‘Monopoly’
‘Regala’ Br
Cl.AVK
Hr Resistente al granado prematuro
Cosecha y almacenado
Coseche las betarragas en cualquier eta­
pa, desde pequeñas raíces inmaduras de
2,5 cm de diámetro hasta las maduras;
esto ocurrirá entre 7 y 13 semanas des­
pués de sembrar, según el cultivar, la es­
tación y el tamaño requerido. En zonas
templadas, podrá dejar las betarragas en
el suelo durante el invierno, protegidas
por una capa de paja de 15 cm de espe­
sor; pero se vuelven más bien leñosas.
De otro modo, retire antes de las hela­
das severas. Arranque las hojas (si las
corla, causará un «sangrado») y al­
macene las raíces en arena húmeda en
un sitio libre de heladas. Las betarragas
se conservan hasta mediados de pri­
mavera.

Rutabagas (Brassica napus Grupo Napobrassica)

Son bienales de la familia de las coles
que alcanzan una altura de 25 cm y se
extienden a 28 cm. La pulpa de la raíz
es habitualmentc amarilla, pero a veces
blanca, y la piel es generalmente púrpu­
ra, beige o una combinación de ambos.
Las raíces grandes subterráneas, a me­
nudo de forma irregular, que pueden te­
ner 10 cm de diámetro y de largo, son Siembra y plantación
de sabor dulce y se consumen cocidas. Para madurar, requieren una estación de R u ta b a g a s
Este cultivo resistente de estación fres­ desarrollo de 26 semanas. Siembre semi­ Recom endadas
ca crece mejor en suelos ligeros y férti­ llas in situ, desde principios hasta fines ‘Acme’
les de bajos niveles de nitrógeno (véase de primavera, a 2 cm de profundidad en ‘Devon Champion’
p. 314). Sobre clima y necesidades del hileras separadas por 38 cm, entresacan­ ‘Marianne’
suelo, véase «Emplazamiento de coles do temprano y en etapas, hasta que los
occidentales», p. 317. plantones estén a 23 cm de distancia. ‘Marianne’
Cultivo rutinario
Mantenga los macizos libres de malezas
y, si las condiciones son muy secas, rie­
gue a razón de 11 1 por m2.
Plagas y enfermedades
Moho polvoso (p. 550), moho esponjoso
(p. 550), déficit de boro (p. 566) y po­
dredumbre violeta de las raíces (p. 565)
pueden afectar a las rutabagas. Algunos
cultivares resisten al moho. Sobre otras
plagas y enfermedades, véase «Cultivo
de coles occidentales», p. 317.
Nabos (Brassica rapa Grupo Rapifera)
Éstas son bienales de la familia de las
coles, cultivadas como anuales. Las
plantas miden unos 23 cm de alto y se
extienden hasta unos 25 cm. Las raíces
subterráneas se hinchan alcanzando un
diámetro de 2,5-7 cm, y son redondas,
bastante planas o largas. La pulpa es
amarilla o blanca y la piel amarilla,
blanca, rosada o roja. Las hojas jóve­
nes pueden consumirse como verdura (
véase «Cabezas de nabo y brécol raba»,
p. 322). I^s raíces de los nabos se con­
sumen ya sea frescas o almacenadas, ge­
neralmente cocidas.
Los nabos son un cultivo de estación
templada y crecen mejor a 20° C. Son
bastante resistentes y toleran heladas li­
geras. Sobre necesidades de clima y sue­
los, véase «Cultivo de coles occidenta­
les», p. 317. Cultive los nabos en suelos
húmedos, ya que granan prematuramen­
te en condiciones secas. Los tipos tem­
pranos, muchos de los cuales son peque­
ños y blancos, son de desarrollo rápido
y excelentes como cultivo de principios
de primavera y verano; los más resisten­
tes se consumen frescos en verano e in­
Colocasias (Colocasia esculenta)
Estas perennes herbáceas no resistentes
alcanzan I m de altura y se extienden
hasta los 60-70 cm. Las plantas tienen
hojas grandes de tallos largos, verdes o
verde púrpura. Las colocasias, a veces
conocidas como taros, se cultivan por
sus tubérculos grandes e hinchados, que
se consumen cocidos. Las hojas y vás-
Pl.ANTA DE COI.OCASIA
Cosecha y almacenado
Generalmente, las rutabagas maduran
en otoño y, dado que son resistentes,
pueden permanecer en el suelo hasta fi­
nes de año, cuando debe retirarlas con
cuidado para evitar que se vuelvan le­
ñosas; salvo en climas muy fríos, cubier­
tas con una capa de paja estarán sufi­
cientemente protegidas hasta retirarlas.
Almacene las rutabagas en montones en
el exterior o en cajas de madera a cu­
bierto (véase Almacenado de zanaho­
rias, p. 354) hasta cuatro meses.
vierno, y se almacenan. Requieren nive­
les de nitrógeno medios y bajos (véase
p. 314).
Siembra y plantación
Siembre semillas de nabos tempranos en
primavera apenas el suelo se vuelva la-
brable, o a cubierto. Siembre sucesiva-
C osech a de N abos
Coseche nabos arrancando del suelo
por las hojas. No deje que
permanezcan en el suelo demasiado
tiempo ya que se volverían leñosos.
tagos jóvenes también son comestibles
y se consumen como verduras cocidas.
Las colocasias son plantas tropicales
y subtropicales que requieren tempera­
turas de 21°-27° C, con niveles de hu­
medad por encima del 75%. En zonas
templadas, requieren un emplazamien­
to muy protegido y soleado o pueden
cultivarse a cubierto. Las colocasias es­
tán adaptadas a extensiones de días cor­
tas de unas 12 horas (véase «Extensión
del día», p. 307); raramente producen
flores.
Algunas variedades toleran la sombra
ligera. Resulta esencial un suelo conser­
vador de la humedad, porque muchos
tipos de colocasias son sensibles a con­
diciones de suelo secas. Se recomiendan
suelos fértiles de contenido orgánico alto
y un nivel de pH ligeramente ácido de
5,5-6. Las colocasias requieren niveles
de nitrógeno entre medio y alto (véase
p. 314).
CÓMO FORMAR UN MONTÓN DE RUTABAGAS
Elija un emplazamiento
abrigado y bien drenado
y amontone las raíces
encima de una capa de
28 cm de paja, en forma
de pirámide, los cuellos
hacia fuera. Cubra con
una capa de pajas más
largas. En climas J'ríos,
proteja con otra capa de
10 cm de tierra.
mente en intervalos de 3 semanas hasta
principios de verano. Siembre los de tipo
de cultivo principal desde mediados has­
ta fines de verano in situ, a 2 cm de pro­
fundidad. Espacie los tipo temprano en
hileras separadas por 23 cm, entresacan­
do plantones a 10 cm de distancia; es­
pacie los de cultivo principal en hileras
separadas por 30 cm, entresacando a 15
centímetros.
Cultivo rutinario
Mantenga los macizos libres de malezas.
Riegue en condiciones secas a razón de
II 1 por m2.
Plagas y enfermedades
Los escarabajos pulga (p. 548) pueden
afectar a los plantones; otros problemas
son la podredumbre violeta de las raí­
ces (p. 565) y el déficit de boro (p. 566).
Los gorgojos de la agalla del nabo oca­
sionan bultos huecos en las raíces que
pueden confundirse con raíz deforme,
pero no son serios; descarte las plantas
afectadas. Sobreotras plagas y enferme­
dades, véase «Cultivo de coles occiden­
tales», p. 317.
Siembra y plantación
Como raras veces hay semillas disponi­
bles, propague a partir de tubérculos
existentes. Plante tubérculos maduros o
porciones de éstos con brotes inactivos
in situ en macizos bien preparados. Es­
pacie los tubérculos a 45 cm de distan­
cia, en hileras separadas por 90 cm.
Las colocasias también se propagan
por esquejes. Corte la parte superior de
los tubérculos con un corte recto; cada
esqueje debe estar constituido por diver­
sas hojas de 10-12 cm de largo, un pun­
to de desarrollo central y una pequeña
porción de tubérculo.
Plante los esquejes en sus ubicacio­
nes finales con un espaciado como el
mencionado arriba; si la temperatura
fuera inferior a los 21° C óptimos, plante
en tiestos de 21-25 cm con tierra están­
dar y siga cultivando a cubierto hasta
que la temperatura sea lo bastante alta
para trasplantar fuera.
Cosecha y almacenado
Coseche los nabos tempranos después
de unas cinco semanas, los del tipo co­
secha principal después de seis o diez se­
manas. Extraiga antes de que se vuel­
van leñosos. Retírelos antes de las
primeras heladas, después almacene du­
rante tres a cuatro meses en montones
en el exterior, cubiertos de paja.
N abos R e c o m e n d a d o s
‘Golden Ball’
‘Green Top Stone’
‘Manchester Market’
‘Orange Perfection’
‘Purple Top Milan’
‘Snowball’
‘Tokyo Cross’ FI
‘Golden Ball’
Cultivo rutinario
Para su mayor rendimiento, las coloca­
sias requieren agua permanente; rié-
guelas con regularidad. Aplique un
«mulch» orgánico para conservar la hu­
medad y alimente con un fertilizante
todo uso en intervalos de 2-3 semanas.
Mantenga los macizos libres de malezas.
Debe enterrar los tallos de las plantas
una vez que estén establecidas para es­
timular el desarrollo de los tubérculos.
Plagas y enfermedades
Pocas veces son serias en el caso de co­
locasias cultivadas en el exterior, pero
pulgones (p. 550), thrips (p. 551), áca-
ros araña roja (p. 550) y manchas fún-
gicas de hojas (p. 552) reducen el rendi­
miento de los tubérculos. A cubierto, las
colocasias padecen las mismas plagas y
enfermedades que en el exterior; las
moscas blancas (p. 550) también pueden
causar problemas.
Cultivo a cubierto
Propague a partir de tubérculos (véase
p. 553). Cuando hayan arraigado, trans­
fiera a un macizo de invernadero bien
preparado, tiestos de 21-30 cm o sacos
de desarrollo, asegurando que las raíces
se alteren lo menos posible.
Riegue y alimente las plantas con re­
gularidad, manteniendo una temperatu­
ra de 21°-27° C y una humedad de más
del 75 % humedeciendo el suelo. Los tu­
bérculos cultivados a cubierto tienden
a ser más pequeños que los cultivados
en el exterior.
Cosecha y almacenado
Las colocasias tardan en desarrollarse y
alcanzar la madurez. Coseche los tubér­
culos 16-24 semanas después de plantar,
cuando las hojas amarillean y las plan­
tas se extinguen. Retire las colocasias
cultivadas en el exterior cuidadosamente
con una horca; las plantas a cubierto se
pueden retirar con suavidad de sus ties­
tos o sacos de desarrollo. No dañe los
tubérculos ya que esto estimulará la pu­
trefacción.
Los tubérculos sanos pueden almace­
narse 8 -1 2 semanas en una temperatura
de 11°-13° C y una humedad del T u b é r c u l o d e C o l o c a s ia
85 %-90 »/o.

Zanahorias (Daucus carota)

Estas bienales se cultivan como anua­
les. Sus raíces primarias gruesas color
naranja pueden alcanzar hasta 5 cm de
diámetro en el cuello y un largo de 20
cm. Su follaje plumoso verde crece hasta
23 cm, con una extensión de 15 cm. Nor­
malmente, las zanahorias son largas y
ahusadas, pero pueden ser redondas.
Existen muchos tipos: las tempranas ge­
neralmente son pequeñas y delgadas, y
se consumen jóvenes; las del cultivo
Z a n a h o r ia s R e c o m e n d a d a s
Tempranas
‘A msterdam Forcing - Amstcl’
‘Amsterdam Forcing - Amstel'
‘Amsterdam Forcing -
Sweetheart’
‘Early French Frame’ (de raíz
redonda)
‘Nairobi’
‘Early French Frame’
‘Naneo’ FI
‘Nandor’ FI
‘Nantes - Express’
‘Nantes - Tiptop’
‘Parmcx’ (de raíz redonda)
‘Suko’
‘Sytan’
Cultivo principal
‘Autumn King - Vita Longa’
‘Berlicum - Berjo’
‘Camberlcy’
principal son más grandes y se consu­
men frescas o almacenadas. Las zana­
horias se consumen crudas o cocidas.
Las zanahorias son un cultivo de es­
tación fresca y toleran las mismas tem­
peraturas que las betarragas (véase p.
352). Cultive en emplazamiento abier­
to, en suelos ligeros y fértiles. Las de raí­
ces profundas requieren un suelo pro­
fundo y sin piedras. Incorpore mucha
materia orgánica, mejor en otoño antes
de sembrar. El suelo fértil y suelto de
macizos en relieve establecidos es muy
adecuado para cultivar zanahorias.
Haga un mantillo fino con un rastrillo
antes de sembrar. Debe rotar las zana­
horias (véase p. 307). Requieren niveles
de nitrógeno muy bajos (véase p. 314).
Siembra y plantación
Siembre las de tipo temprano in situ en
primavera, apenas el suelo sea labrable
y se haya entibiado hasta 7° C. Puede
sembrar más temprano bajo campanas,
en cajoneras o bajo «mulch» flotantes;
retire éstos después de algunas semanas.
Siembre las de tipo cultivo principal en­
tre fines de primavera hasta principios
de verano. Se puede efectuar un segun­
do sembrado de tipos tempranos a fi­
nes de verano y protegerlos con
campanas.
Siembre las semillas escasamente, a
1-2 cm de profundidad, al volco o en hi­
leras separadas 15 cm. Entresaque za­
nahorias tempranas a 7 cm de distan­
cia; las zanahorias del cultivo principal
deben entresacarse a 4 cm para obtener
zanahorias de tamaño medio, o a más
distancia zanahorias grandes. Las zana-
S ie m b r a E sca sa
P r o t e c c ió n c o n t r a la M o sc a
Rodee la parcela de
zanahorias jóvenes con
una barrera protectora
de 60-90 cm de altura.
La barrera puede ser
de malla fina o
plástico rígido
transparente. Ambos
ayudan a calentar el
suelo del interior.
horias no se trasplantan bien salvo plan­
tadas en módulos: siembre las semillas
de los cultivares de raíces profundas in­
dividualmente; las de raíces redondas,
varias juntas. Las zanahorias de raíz re­
donda sembradas en módulos no requie­
ren entresacado; deben plantarse fuera
en grupos con espaciado mayor que para
zanahorias de cultivo principal.
Cultivo rutinario
Retire las malezas regularmente una vez
que las zanahorias hayan germinado y
hasta que el follaje impida un desarro­
llo ulterior de las malezas. Riegue a ra­
zón de 16-22 I por m 2 cada dos o tres
semanas.
Plagas y enfermedades
Las moscas de las zanahorias (p. 564)
son un problema serio. Entresaque al
atardecer, cortando los plantones a ras
Z a n a h o r ia s J ó v e n e s
d e la Z a n a h o r ia
de suelo y retirando los extremos del em­
plazamiento. Los pulgones de raíz y de
hojas (véase «Pulgones», p. 550), el vi­
rus multicolor enano de las zanahorias
(véase «Virus», p. 553), la podredumbre
violeta de las raíces (p. 565) y el déficit
de boro (p. 566) pueden causar pro­
blemas.
Cosecha y almacenado
Coseche los cultivares tempranos 7-9 se­
manas después de sembrar; los cultiva­
res del cultivo principal después de 10 -11
semanas. Arranque a mano o con una
horca. En suelos bien drenados en zonas
de inviernos templados, las zanahorias
pueden quedar en el suelo en invierno
(véase Protección de chirivías, p. 356).
De otro modo, retire antes de las heladas
severas, corte o arranque el follaje y al­
macene las raíces sanas en cajas en lu­
gar fresco y seco durante hasta 5 meses.
A l m a c e n a d o d e Z a n a h o r ia s

‘Favourite’
‘Cardinal’ Fl
‘Chantenay Red Cored Supreme’
‘Favourite’
‘Liberno’ Siembre semillas a 2,5 cm de distancia, Los cultivares tempranos pueden Arranque el follaje; coloque las
‘Narman’ para que los plantones requieran cosecharse muy jóvenes. Arranque zanahorias sobre una capa de arena
poco entresacado. Las semillas deben en manojo cuando midan 8-10 cm de en una caja. Cubra con más arena y
estar a 1-2 cm de profundidad. largo. siga haciendo capas.
T u p in a m b o s (Helianthus tuberosus)
Éstas son plantas perennes, también co­
nocidas como aguaturmas. Los tubér­
culos de sabor característico miden 5-10
cm de largo, unos 4 cm de diámetro y
la mayoría de los cultivares están llenos
de bultos. Sin embargo, ‘Fuseau’ pro­
duce tubérculos lisos. Las plantas pue­
den alcanzar unos 3 m de altura. Nor­
malmente, los tubérculos se cuecen, pero
pueden consumirse crudos. Los tupi­
nambos crecen mejor en climas templa­
dos y son muy resistentes. Toleran am­
tubérculos lisos
‘Fuseau’
de
tupinambo con
bultos
Boniatos (Ipomoea batatas)
Estas perennes no resistentes se cultivan
como anuales. Tienen tallos reptantes
que alcanzan los 3 m o más si no se los
poda. Los cultivares varían mucho en
cuanto al tamaño de las hojas y tubér­
culos, aspecto y color. Los tubérculos se
consumen cocidos; las hojas, como las
espinacas (véase p. 329).
Los boniatos son plantas tropicales y
subtropicales y requieren temperaturas
de 24“-26° C. F.n climas cálidos necesi­
tan un emplazamiento soleado; en tem­
plados deben cultivarse a cubierto, pero
el rendimiento es menor. La mayoría son
plantas de extensión diaria corta (véase
«Extensión del día», p. 307).
Se requieren tierras negras bien dre­
nadas, arenosas y fértiles con un pH de
5,5-6,5 y niveles medios-altos de nitró­
geno (véase p. 314).
Siembra y plantación
En los trópicos y subtrópicos, plante bo­
niatos al principio de la estación de las
lluvias. En climas cálidos y templados,
plante en primavera. Efectúe aristas de
tierra en relieve a 75 cm de distancia,
después plante los tubérculos a 5-7 cm
de profundidad en la arista, espacian­
do a 20-25 cm de distancia. O recoja es­
quejes de tallo de 20-25 cm de largo de
plantas maduras e introduzca hasta la
mitad del largo, justo debajo del vérti­
ce de la arista.
Los cultivares criados a partir de se­
millas ofrecen cosechas razonables.
Siembre en el interior en bandejas o en
tiestos de 21-25 cm en temperaturas de
al menos 24° C. Cuando los plantones
plias gamas de suelos y requieren nive­
les de nitrógeno medios (véase p. 314).
Pueden servir como mampara corta­
vientos.
Siembra y plantación
Plante los tubérculos apenas el suelo sea
labrable en primavera. Los del tamaño
de un huevo de gallina pueden plantar­
se enteros; corle los grandes en varios
trozos, cada uno con varios brotes. Prac­
tique un surco, plantando a unos 12,5
cm de profundidad y una separación de
30 cm. Cubra con tierra.
Cultivo rutinario
Cuando las plantas midan unos 30 cm,
entierre los tallos hasta la mitad para
proporcionar estabilidad. A fines de ve­
rano, recorte los tallos dejando 1,5 m y
elimine los capítulos al mismo tiempo.
En emplazamientos muy expuestos, sos­
tenga los tallos con estacas. Riegue en
condiciones muy secas. Cuando las ho­
jas amarilleen, corte los tallos por en­
cima del suelo.
midan 10-15 cm, temple y plante en el
exterior.
Cultivo rutinario
Riegue y desmalece con regularidad;
aplique «mulch» para conservar la hu­
medad. Guíe los vástagos para que se
enrollen alrededor de la planta. Aplique
fertilizante multiuso en intervalos de 3-4
semanas hasta que los tubérculos se ha­
yan formado. Proteja del viento.
Plagas y enfermedades
Pulgones (p. 550), orugas (p. 549), ne-
mátodos de nudos de raíz (p. 564), man­
chas fúngicas de hojas (p. 552), marchi­
tamiento de Fusarium (p. 565), plagas
de plantones (p. 558) y varios virus (p.
553) afectan a boniatos plantados en el
exterior. A cubierto, las moscas blancas
(p. 550), thrips (p. 551) y los ácaros ara­
ña roja (p. 550).
E s q u e j e s d e T a l l o p a r a C u l t iv a r a C u b ie r t o
Elija vástagos sanos
y vigorosos y separe de la
planta madre con podaderas.
P lantado
Haga un surco
de 10-15 cm de
profundidad.
Coloque los
tubérculos en el
surco a 30 cm
de distancia,
con el brote
principal
orientado hacia
arriba. Cubra
con cuidado
para no
moverlos.
Cosecha y almacenado
Coseche 16-20 semanas después de plan­
tar. Sólo retire cuando los necesite, ya
que los tubérculos se conservan mejor
en el suelo y cuide de no dañar las raí­
ces. Conserve algunospara volver a plan­
tar o deje algunos en la tierra hasta el
Cultivo a cubierto
Siembre semillas, como se indica más
arriba, trasplantado plantones a maci­
zos o sacos de desarrollo. O recoja es­
quejes e introduzca en tiestos de 15 cm.
Mantenga una temperatura mínima de
25° C y una humedad superior al 70 %,
humedeciendo el suelo del invernadero.
Cuando las raíces se desarrollen, trans­
fiera las plantas a macizos de inverna­
dero o sacos de desarrollo. Riegue con
regularidad y elimine los extremos de de­
sarrollo de los vástagos cuyo largo so­
brepase los 60 cm para estimular la pro­
ducción de vástagos laterales. Mantenga
la temperatura a menos de 28° C y la
zona bien ventilada.
Cosecha y almacenado
Coseche entre doce y dieciséis semanas
después de plantar, cuando los tallos y
hojas amarilleen. Los cultivos a partir
Corte las hojas inferiores y
recorte cada vástago bajo de
un nodulo dejando 20-25 cm.
Entieste y cultive a cubierto.
R ecorte
Hacia fines de
verano, recorte los
tallos dejando unos
1,5 m, de manera que
el viento no dañe las
plantas. Los
tubérculos seguirán
desarrollándose.
año siguiente. De otro modo, retire in­
cluso los tubérculos pequeños, ya que
se vuelven invasores con velocidad. En
climas severos o en suelos pesados, re­
tire a principios de invierno y almacene
en un sótano o en montones en el exte­
rior (véase Cómo formar un montón de
rutabagas, p. 353) durante unos 5 meses.
P l a n t a d o B o n ia t o
de semillas estarán listos tres semanas
más tarde.
Retire los tubérculos con una horca,
sin dañarlos. Para almacenar boniatos,
primero debe curarlos durante 4-7 días
a temperaturas de 28°-30° C y una hu­
medad del 85 °/o-90 % (véase «Calaba­
zas», p. 335). Pueden almacenarse en
bandejas poco profundas a 10°-15° C
durante varios meses.
B o n ia t o s
R ecom endados
‘Centennial’ (pulpa naranja)
‘Eland’ (pulpa naranja)
‘Gem’ (pulpa blanca)
‘Gold-rush ’ (pulpa naranja)
'Jewel' (pulpa blanca)
‘Ne mago Id’ <1*
(pulpa naranja)
C i .avk
R esistente a
nem a lo d o s d e nu do
d e raíz
E l H u e r t o de H o r t a l i z a s
Chirivías (Pastinaca sativa)
Las chirivías son bienales cultivadas
como anuales. La raíz primaria crece
hasta alcanzar los 5 cm alrededor del
cuello y unos 10 cm de largo en los ti­
pos cortos, y hasta 23 cm en los largos.
Las hojas miden unos 38 cm de largo
y 30 cm de ancho. Se consumen cocidas.
Las chirivías son un cultivo de esta­
ción fresca prefieren suelos ligeros y pro­
fundamente cultivados, sin piedras. En
suelos menos profundos, cultive los ti­
pos cortos. Aplique cal a suelos muy áci­
dos y rote los cultivos (véase p. 397). Las
chirivías requieren poco nitrógeno (véase
p. 314).
C h ir iv ía s
R ecom endadas
‘Avonresister’ (corta)
‘Cobham Improved Marrow’
(mediana)
‘Gladiator’ F1 (larga)
‘Tender and Truc’ (larga)
‘White Gem’ (larga)
‘White Spear’ (larga)
• v*VV
‘White Gem’
Rábanos (Raphanus sativus y Raphanus sativus Grupo Longipinnatus)
Existen diversos tipos de rábanos, algu­
nos bienales y otros anuales; todos se
cultivan por sus raíces hinchadas. Los
tipos pequeños y redondos tienen raíces
de hasta 2,5 cm de diámetro; los tipos
pequeños y largos, raíces de hasta 7 cm
de largo. Las hojas de ambos pueden al­
canzar los 13 cm de altura. Los tipos
grandes comprenden los rábanos orien­
tales (Grupo de los longipinnatus), co­
nocidos como «mooli» o «daikon» y los
rábanos grandes de invierno, que inver-
nan. Las raíces de los cultivares grandes
y redondos alcanzan hasta 23 cm de diá­
metro; las de los grandes y largos, 60 cm.
Las plantas alcanzan los 60 cm de altu­
ra y se extienden a 45 centímetros.
La piel de los rábanos suele ser blan­
ca, rosada, roja, negra, amarilla o ver­
de; la pulpa, es blanca. Las raíces pe­
queñas se consumen crudas cuando son
frescas, y las grandes crudas o cocidas,
frescas o almacenadas. Las cápsulas de
semillas inmaduras de cultivares como
‘Münchner Bier’ y las hojas de planto­
nes jóvenes de la mayoría de cultivares
se consumen crudas.
Los rábanos son cultivo de estación
fresca, pero existen cultivares adaptados
a una amplia gama de condiciones de
desarrollo. Algunos mooli y todos los
que invernan toleran las heladas. Culti­
ve en emplazamiento abierto, aunque los
cultivos de mediados de verano toleran
Siembra y plantación
Siembre semillas frescas. Las chirivías
necesitan una estación de desarrollo lar­
ga; deben sembrarse apenas el suelo sea
labrable en primavera, pero no en sue­
los fríos o mojados. Siembre in silu a
2 cm de profundidad, en hileras sepa­
radas 30 cm. Entresaque los plantones
dejando 10 cm para que produzcan raí­
ces grandes o 7 cm en el caso de raíces
pequeñas. Puede interplantar un culti­
vo de desarrollo rápido, como rábanos;
este caso, siembre varias semillas de chi­
rivías en intervalos de 10 cm y entresa­
que, dejando un plantón por grupo.
Para un sembrado más temprano, siem­
bre en módulos con calefacción suave
a cubierto y trasplante antes de que se
desarrolle la raíz primaria.
Cultivo rutinario
Mantenga siempre los macizos sin ma­
lezas. En condiciones secas, riegue como
las zanahorias (véase p. 354).
Plagas y enfermedades
Las chirivías pueden padecer moscas del
apio (véase «Minadores de hojas», p.
551), pulgones de la raíz de lechuga (véa­
se «Pulgones», p. 550) y moscas de la
zanahoria (p. 564). Emplee cultivares re­
sombra ligera. Los rábanos prefieren
suelos ligeros, fértiles y bien drenados,
mejor con estiércol aplicado para culti­
vos previos y niveles de nitrógeno muy
bajos (véase p. 314). Debe rotar los rá­
banos (véase p. 307).
Siembra y plantación
Siembre los tipos estándar en el exterior
durante toda la estación de desarrollo,
comenzando cuando el suelo sea labra-
ble. Para una cosecha continuada, siem­
bre a intervalos de 15 días. Los sembra­
dos tem pranos y tardíos pueden
realizarse a cubierto, empleando culti­
vares de hojas pequeñas criados para
cultivar a cubierto. Retrase el sembra­
do de la mayoría de los mooli orienta­
les hasta el verano, para evitar que gra­
nen prematuramente. Algunos cultivares
resistentes a esta condición pueden plan­
tarse más temprano. Siembre los rába­
nos que invernan durante el verano.
Los rábanos se siembran in situ. Los
tipos pequeños se desarrollan con rapi­
dez y sirven para interplantar (véase
«Chirivías», más arriba). Siembre esca­
samente a voleo, o a 1 cm de profundi­
dad, en surcos separados 15 cm. Entre­
saque los plantones a al menos 2,5 cm
de distancia, no permitiendo que se api­
ñen. Espacie las semillas a 2,5 cm para
no tener que entresacar. Siembre los
grandes a 2 cm de profundidad, en hi­
sistentes al cancro de chirivías (p. 565); vo en climas severos, pueden quedar en
de los recomendados, todos salvo ‘Ten­ el suelo en invierno y retirarlas cuando
der and True’ son resistentes. El déficit las requiera. Las hojas se extinguen en
de boro (p. 566) y la podredumbre vio­ invierno: marque los extremos de las hi­
leta de las raíces (p. 565) pueden ser pro­ leras con cañas, para encontrar las plan­
blemáticas. tas con facilidad para cosecharlas. En
inviernos severos, cubra las hileras con
Cosecha y almacenado 15 cm de paja para evitar que el suelo
Las chirivías maduran en 16 semanas. se congele y facilitar el retirado. Las chi­
Su sabor mejora con las heladas y, sal- rivías jóvenes pueden congelarse.
E ntresem brado P r o t e c c ió n de C h ir iv ía s
Siembre 3 semillas de chirivía cada En climas severos, cubra las plantas
10 cm en un surco, y después con paja o helechos hasta 15 cm de
siembre semillas de rábano entre profundidad. Sujete con aros de
aquellas, a unos 2,5 cm de distancia. alambre y marque cada hilera.
leras a 23 cm de separación, entresacan­
do hasta 15-23 cm, según el cultivar. Los R á ba n o s
pequeños pueden usarse como hojas de R ecom endados
plantones de cortar-y-volver-a-brotar
(véase «Cultivos de plantones de cortar- Pequeños
y-volver-a-brotar», p. 310). ‘Crystal Ball’
‘French Breakfast’
Cultivo rutinario
No deje que los rábanos se sequen. En
‘French Breakfast’
C o se c h a
‘Long White Icicle’
‘Pink Beauty’
‘Red Prince’, sin. ‘Prinz Rotin’
‘Sparkler’
Para sembrar a cubierto
‘Hclro’
‘Robino’
‘Saxa’
‘Black
Spanish
Round’
Mooli
‘April Cross’ FI (granado
lento)
‘Minowase Summer
Los rábanos estarán listos pura Cross’ FI
cosechar unas 3-4 semanas después
de plantar. Si emplea los rábanos Invernantes
para intercultivar, arranque ‘Black Spanish Round’
cuidadosamente sin tocar las raíces ‘Cherokee’ FI
de los demás plantones de la hilera. ‘China Rose’
tiempo seco, riegue cada semana, a ra­
zón de 11 1 por m2; pero el riego exce­
sivo estimulará la producción de hojas
más que de raíces.
Plagas y enfermedades
Los rábanos pueden padecer escaraba­
jos de pulga (p. 548), moscas de la raíz
de la col (p. 564) y babosas (p. 548).
Cosecha y almacenado
Los rábanos pequeños maduran entre
3-4 semanas después de sembrar la ma­
yoría de los grandes; después de 8 -10 se­
manas. Arranque los tipos pequeños
poco tiempo después de madurar, ya que
la mayoría se vuelven leñosos si perma­
necen en el suelo demasiado tiempo. Sin
embargo, los grandes pueden quedar en
el suelo durante varias semanas sin ries­
gos de deterioro. Los que invernan pue­
den permanecer en el suelo hasta que se
los requiera, salvo en tiempos inverna­
les severos o cultivados en suelos pesa­
dos. En estos casos, retire las raíces y al­
macene en cajas de madera con arena
húmeda en un lugar libre de heladas o
en el exterior, en montones, durante tres
o cuatro meses (véase Cómo formar un
montón de rutabagas, p. 353). Si nece­
sita semillas de rábanos para la propa­
gación, deje algunas plantas para que
granen. Coseche las cápsulas mientras
sean jóvenes y verdes, después seque y
recoja las semillas.

Salsifí negro (Scorzonera hispánico)

Esta perenne resistente en general se cul­
tiva como anual. Las plantas alcanzan
90 cm de altura y tienen capítulos ama­
rillos. Las raíces de piel negra y pulpa
blanca miden 20 cm de largo o más y
4 cm de cuello. Tienen un sabor poco
común y se consumen cocidas. Las ho­
jas y vástagos (acelgas) jóvenes de las
plantas que invernan son comestibles, y
los tallos floridos y pimpollos jóvenes
también son deliciosos cocidos. Sobre
necesidades de suelo, clima y abonos,
véase «Zanahorias», p. 354. Un suelo
P lantas d e S a l s if í n e g r o
fértil, profundo y ligero resulta esencial
para que se desarrollen corrcctamenm-
te las raíces. Las necesidades de nitró­
geno son bajas (véase p. 314).
Siembra y plantación
Siembre semillas nuevas in situ en pri­
mavera a 1 cm de profundidad, en hile­
ras separadas 20 cm, entresacando plan­
tones a unos 10 cm de distancia. Riegue
a razón de 161 por m 2 en períodods se­
cos. Para el cultivo rutinario, véase «Za­
nahorias», p. 354. Las plagas y enfer­
medades rara vez afectan a los salsifíes.
Cosecha y almacenado
La raíz necesita, al menos, cuatro me­
ses para desarrollarse. Pueden permane­
cer en el suelo a lo largo de todo el in­
vierno (véase Protección de cliirivías, p.
356), o se retiran y almacenan en cajas
en condiciones frescas. Comience a re­
tirar las raíces en otoño y continúe en
primavera. Si no fuesen más gruesas que
un lápiz, deje que las demás raíces de
las plantas engorden y coseche el oto­
ño siguiente.
Para obtener acelgas, cubra las plan­
tas con 13 cm de paja u hojas a princi­
pios de primavera. Las hojas jóvenes
blanqueadas atravesarán esta capa. Cor­
te cuando midan unos 10 cm de largo.
Para obtener pimpollos, deje algunas
raíces en el suelo durante el invierno, sin
cubrir; éstas florecerán la primavera si­
guiente o a principios de verano. Reco­
ja los pimpollos sin abrir, con unos 8 cm
de tallo.
R a íc e s d e S a lsifí
Salsifí (Tragopogon porrifolius)
Es una bienal resistente con flores
púrpura y se las conoce como ostra
vegetal o planta de ostras, a causa de
su sabor. Es parecida al salsifí negro
en cuanto a su apariencia y uso, y tie­
ne las mismas necesidades en cuanto
al clima, suelo, cultivo cosecha y al­
macenado. Las raíces de los salsifíes
deben consumirse en su primer in­
vierno.
Si las raíces invernan, los
pimpollos pueden consumirse la
siguiente primavera; recójalos con
tallos cortos, preferiblemente de
mañana al abrirse.
R a íc e s d e S a l s if í n e g r o

Patatas (Solanum tuberosum)

Las patatas son perennes no resistentes
que crecen hasta unos 60 cm de altura,
con una extensión similar. Existen nu­
merosos cultivares de patatas que des­
pliegan una enorme variación en cuan­
to a sus tubérculos subterráneos.
Un tubérculo maduro típico mide
unos 7 cm de largo y 4 cm de ancho, con
una piel blanco rosada o blanca y pul­
pa blanca, pero hay cultivares de pulpa
amarilla y azul, que a menudo se em­
plean en ensaladas. Las patatas se con­
sumen cocidas, frescas o almacenadas.
Las patatas son un cultivo de estación
fresca, que crecen mejor a 16°-18° C. Ni
las plantas ni los tubérculos son resis­
tentes a las heladas. Según el cultivar,
necesitan una estación de desarrollo de
90-140 días libres de heladas. Se dividen
en el grupo de las nuevas, nuevas segun­
das y cosecha principal, según el número
de dias que necesitan para madurar. Las
más tempranas se desarrollan con más
rapidez, pero rinden menos. Las pata­
tas requieren al menos 500 mm de llu­
vias o riego durante la estación.
Cultive patatas en un emplazamien­
to abierto, sin heladas; necesitan suelos
fértiles y bien drenados, de al menos 60
cm de profundidad, ricos en materia or­
gánica. Aunque toleran una amplia
gama de suelos, prefieren los ácidos con
un pH de 6 .
Las patatas son propensas a varias
plagas y enfermedades llevadas por el
suelo, por ello debe rotar los cultivos
(véase p. 307). Prepare bien el suelo, in­
corporando mucha materia orgánica.
Antes de plantar, puede incorporar un
fertilizante todo uso.
Las patatas nuevas requieren niveles
de nitrógeno medios; las de la cosecha
principal requieren mucho nitrógeno
(véase p. 314).
Plantación Bro ta d o d e P atatas
Cultive cultivares recomendados para la S e m il l e r a s p a r a P l a n t a r
zona. Plante tubérculos pequeños («pa­
tatas semilleras») cultivadas especial­
mente y sin enfermedades. En latitudes
septentrionales de estaciones de desarro­
llo cortas las patatas (especialmente las
nuevas) brotan en el interior, para que
comiencen a desarrollarse 6 semanas an­
tes de plantar. Coloque los tubérculos
en una bandeja poco profunda, con los
ojos, o brotes, hacia arriba, con una ilu­
minación homogénea en una habitación
fresca pero sin heladas. Es más fácil
plantar cuando los brotes miden unos
2 cm de largo, pero se pueden plantar Para que las patatas semilleras
brotes de cualquier largo. Si desea ob­ broten, coloque en una bandeja en
tener patatas nuevas grandes, sólo deje una única capa, con el extremo de la
tres brotes por planta, eliminando los patata que tenga más «ojos» hacia
demás. De otro modo, cuantos más bro­ arriba. Almacene en lugar claro, sin
tes por tubérculo, más alto el rendi­ heladas y bien aireado hasta que los
miento. brotes midan 2 cm de largo.
 Plante en el exterior cuando ya no
exista riesgo de heledas y una vez que
la temperatura del suelo alcance los 7o
C. Realice surcos de 7-15 cm de profun­
didad o agujeros individuales y coloque
los tubérculos verticales, con los ojos o
brotes mirando hacia arriba, cubriendo
con al menos 2,5 cm de tierra. Plante
patatas nuevas a 35 cm de distancia, en
hileras separadas por 43 cm, las nuevas
segundas y las de la cosecha principal
a 38 cm de separación, en hileras sepa­
radas 68 cm y 75 cm respectivamente.
En zonas frescas, cubra las patatas
nuevas con campanas, láminas de plás­
tico transparente o «mulch» en pelícu­
algunos días. También puede plantar pa­
tatas nuevas bajo de una película de P la n ta do d e P atatas
plástico negra, que excluye la luz y hace
innecesario el enterramiento; no es re­
comendable para patatas de cosecha
principal, ya que dificulta el regado.
Tienda el plástico encima del suelo, su­
jete los bordes y plante las patatas a tra­
vés de cortes en forma de cruz en el plás­
tico. O plante las patatas, cúbralas con
el plástico, practique cortes y extraiga
los tallos cuando las plantas comiencen
a empujar el plástico.
A veces, las patatas crecen de ojos,
plantones o plántulas. Éstos se plantan
en bandejas semilleras y se transfieren

I 2
la flotantes (véase p. 315). Cuando apa­ al exterior después de templadas, pasa­ Haga un surco de 7-15 cm de Cubra los tallos con tierra
rezcan vástagos, corte agujeros en la do el riesgo de heladas. profundidad con una azada. cuando el follaje mida unos
película y extraiga el follaje con cuida­ Si planta patatas de cosecha 23 cm de alto. La tierra evita que
do. Retire la película flotante un mes Cultivo rutinario principal, coloque a 38 cm de los tubérculos que se desarrollan
más tarde, primero cortando a lo largo Si amenazaran heladas después de apa­ distancia con los brotes hacia cerca de la superficie se vuelvan
del centro para que las patatas se acli­ recidas las hojas, cubra de noche con arriba. Cubra una vez plantadas. verdes e incomestibles.
maten a condiciones más frescas durante una capa ligera de paja o papel de pe­
riódico. Normalmente, las plantas se re­
cuperan de daños ligeros causados por
P atatas R ec o m en d a d a s heladas. Salvo plantadas bajo plástico M é t o d o A l t e r n a t iv o
Nueva negro, las plantas deben enterrarse para
‘Arran Pilot’ evitar que los tubérculos superficiales se
‘Epicure’ vuelvan verdes e insípidos y, a veces, in­
‘Foremost’ cluso tóxicos. Cuando las plantas midan
‘Maris Bard’ unos 23 cm de altura, cubra los tallos
‘Pentland Javelin’ con tierra con una azada hasta unos 13
‘Premiere’ cm de altura. Puede hacerlo.
En condiciones secas, riegue las pa­
tatas nuevas cada 12 días, a razón de 16
I por m2. Retrase el riego de las pata­
tas de la cosecha principal hasta que las
‘Kondor’ jóvenes tengan el tamaño de canicas —
compruebe el tamaño de los tubérculos
retirando un poco de tierra debajo de la
Nueva segunda planta—; después efectúe un riego de al

2
menos 22 1 por m2. Durante el desarro­

I
‘Estima’ Para plantar bajo plástico Una vez cortados los tallos,
‘Kondor’ llo, puede aplicar alimento líquido or­ negro, desenrrolle éste y f ije podrá retirar el plástico y
‘Marfona’ gánico o un revestido nitrogenado. enterrando los bordes. Haga un las patatas aparecerán sobre la
‘Nadine’ corte en cruz donde plantará superficie listas para cosechar.
‘Stroma’ Plagas y enfermedades cada patata. Coloque cada una
‘Wilja’ Orugas nocturnas (p. 563), caracoles (p. a 10-12 cm de profundidad
548), angilulas del quiste de la patata (p. debajo de cada corte.
570), milpiés (p. 548), enfermedad de la
Cultivo principal col (p. 568) y podredumbre violeta de
‘Ailsa’ la raíz (p. 565) pueden causar proble­
‘Cara’ mas. Sobre la plaga de las patatas (ade­ valece, corte los tallos a fines de verano C o sech a d e P atatas
‘Desiree’ más de cultivares resistentes) y otras pla­ y queme el follaje; retire las patatas 2
‘King Edward’ gas y enfermedades que la afectan véase semanas más tarde.
‘Kingston’ «Problemas de tubérculos de patatas», Retire las patatas para almacenar en
‘Maris Piper’ p. 566. un día seco y soleado y deje al sol du­
‘Pentland Squire’ rante dos horas; después almacene en la
‘Romano’ Cosecha y almacenado oscuridad en sacos de papel en un lu­
‘Sante’ Coseche patatas nuevas cuando se abran gar fresco y sin heladas. Proporcione
las flores, o justo antes. Las patatas de­ una protección suplementaria si amena­
bajo de plástico negro pueden cosechar­ zan heladas.
se levantando el plástico: deberían es­ También puede almacenar las patatas
'Pink Fir Apple’ tar encima de la superficie. en el exterior, en montones bien aisla­
Para ensaladas Deje las patatas sanas de la cosecha dos (véase p. 353) o en un sótano; las
‘Belle de Fontenay’ principal en tierra el mayor tiempo po­ nuevas pueden congelarse. Para tener
‘Linzer Delicatesse’ sible; en otoño, corte los tallos de cada patatas nuevas para consumir en invier­
‘Charlotte’ planta a 5 cm del suelo y deje las pata­ no, plante algunos tubérculos a media­ En otoño, corte los tallos
‘Pink Fir Apple’ tas otras 2 semanas, para que las pieles dos de verano y cubra con campanas en limpiamente con un cuchillo, justo a
‘Rattle’ se endurezcan, antes de retirarlas. otoño. ras de suelo. Deje las patatas en la
En zonas de veranos cálidos y lluvio­ tierra durante 2 semanas más antes
sos, donde la plaga de las patatas pre­ de retirarlas.

Salsifí (Tragopogon porrifolius), véase Salsifí, p. 357

 15
E l H uerto
F rutal
placeres de la jardinería consiste en la satis­ permite obtener una variedad aún mayor. En un jardín grande
n o d e lo s

U facción de cultivar, cosechar y saborear frutos frescos se puede dedicar una zona exclusivamente al cultivo de frutos —ya
frescos propios. Un huerto frutal puede ser muy decora­ sea en un despliegue form al con h ileras de árboles, arbustos y ca­
ñas, bordeadas por abanicos guiados o cordones, o bien en un
tivo, además de productivo: algunas plantas tienen flores fragan­
tes y atractivas o un bonito follaje; en muchos casos, los mismos huerto informal. Si el espacio es limitado, incorpore los frutos a!
frutos son tanto ornamentales como comestibles, desde el brillo resto del jardín, tal vez festoneando un macizo con fresas alpinas o
claro de las cerezas hasta la pelusa aterciopelada de los melocoto­ cultivando una vid sobre una pérgola; incluso en un jardín pequeño
nes. En la mayoría de zonas se puede cultivar una amplia gama de patio, podría haber espacio suficiente para cultivar uno o dos
de frutos, mientras que, en las regiones frías, el cultivo a cubierto árboles cítricos en tiestos, así como manzanas o peras bien guiadas.

Planificación de un huerto frutal

r a d ic io n a l m e n t e , los frutos han sultan tanto ornamentales como una
T ocupado un lugar prominente en fuente de cosechas frescas. Una plani­
el jardín y hoy, con una amplia gamaficación y selección cuidadosa de culti­
de cultivares y muchos árboles de fru­vares y métodos de guiado posibilitan
ías enanos disponibles, ideales para un la existencia de frutas frescas a lo largo
jardín promedio, el cultivo de frutales de varios meses y, si existe espacio para
ha aumentado en popularidad. Siempre almacenar disponible, los productos de
habrá algunos frutales que prosperarán un huerto frutal pueden disfrutarse todo
en las condiciones climáticas y de culti­ el año.
vo dadas, aunque la mayoría prefiere Si en las zonas frías existe alguna pro­
buena tierra negra y una ubicación so­ tección a cubierto, la gama de frutales
leada. En los climas cálidos pueden cul­ cultivables es aún más amplia. Se pue­
tivarse una amplia gama de frutales en den obtener cosechas confiables de me­
el exterior, aunque algunos que requie­ locotones, nectarinas, higos, uvas o fru­
ren períodos de inactividad fríos antes tos menos resistentes cultivando plantas
de florecer generalmente no tendrán en un invernadero, aunque se requiere
éxito. bastante espacio para cada árbol. Si se
En lugares donde sólo son necesarios los cultiva en el exterior, muchos de es­
algunos frutales, el jardinero podría pre­ tos frutales requieren protección y
ferir cultivarlos dentro del jardín orna­ abrigo.
mental más que en un huerto especiali­
zado; muchos frutales son adecuados
para cultivar como ejemplares indivi­
duales en un césped. O, si el espacio fue­ La gama de frutales
ra muy limitado, la mayoría de los fru­
tales pueden cultivarse en contenedor, Los diferentes grupos de frutales pue­
sea autoportante o contra un soporte. den dividirse en categorías según su ta­
Sin embargo, si planea cultivar gran­ maño, su hábito de desarrollo y de fru-
des cantidades de plantas, es mejor crear tación y su resistencia a las heladas.
una zona de frutales separada dentro del Los frutos de árboles (frutos superio­
jardín; esto posibilita el cultivo de fru­ res) comprenden las manzanas, peras e
tales con necesidades similares agrupa­ higos. El término comprende tanto los
dos, y protegerlos contra daños produ­ frutos de pomo (aquellos que tienen un
cidos por heladas o pájaros. Ello es corazón con semillas, como las manza­
posible incluso en un jardín pequeño, a nas, peras y nísperos) como los frutos
condición de elegir patrones adecuados de hueso (los que contienen carozos,
y de guiar los árboles cuidadosamente. como las cerezas, melocotones y cirue­ M e l o c o t o n e r o g u ia d o c o n t r a u n M u r o
Cultivados en forma aparrada, de aba­ las), al igual que algunos otros frutos, Un muro soleado de jardín mirando al sur es ideal para acoger un melocotonero
nico o en cordones alrededor de las or­ como las moras y los palosantos. guiado en form a de abanico, proporcionando condiciones de maduración
las de un jardín, los árboles frutales re­ La palabra «vid» se emplea para des- cálidas y abrigadas y una cosecha abundante en un espacio limitado.
cribir las trepadoras leñosas y frutantes,
como las uvas y los kiwis; en algunos
países, el término sólo se aplica a Vitis
vinifera, la uva.
La categoría de frutos blandos com­
prende los de arbusto, los de cañas y las
fresas, que son herbáceos. Los de arbus­
to son naturalmente arbustivos; forman
un arbusto compacto, aunque también
pueden guiarse para que adopten otras
formas. Las grosellas negras, las rojas,
las blancas y las uvas espina son los fru­
tos de arbusto más cultivados. Las plan­
tas descritas como frutales de caña pro­
ducen vástagos tipo caña que llevan los
frutos: las frambuesas, las zarzamoras
y las bayas híbridas, como las moras
grandes y oscuras, pertenecen a este
grupo.
La mayoría desarrolla sus cañas du­
rante una estación, llevan frutos sobre
éstas la próxima y producen cañas nue­
vas que frutarán el año siguiente.
Ciertas plantas frutales no toleran las
heladas y requieren temperaturas tem­
pladas y subtropicales para desarrollarse
y madurar; éstas pertenecen a la cate­
goría de las no resistentes y comprene-
den los citrus, granadas, piñas, tomates
de árbol e higos chumbos. Algunos tam­
bién son frutos de árbol, pero aquí se
han agrupado con los no resistentes
dada su necesidad de temperaturas cá­
lidas uniformes.
Los frutos secos comprenden todas las
plantas que producen frutos con una
cáscara exterior dura alrededor de un
meollo comestible, por ejemplo avella­
nas, almendras y nueces de pecán.
F orm as de Á rbo les
A r b u sto E stándar
A h u sad o C ordón
P ir á m id e
F rutos para Z onas
l ib r e s d e H e l a d a s
Los naranjos gozan de
un buen desarrollo en
regiones cálidas y
libres de heladas, como
en los países
inedilerráneos, África
del Sur y California. A
menudo producen dos
cosechas por año y
pueden llevar flores al
mismo tiempo que
madura una cosecha
de naranjas anterior.
Formas no restringidas
y formas guiadas
Muchos frutos, en especial los de árbol
y, en menor grado, las vides y algunos
frutos blandos, pueden guiarse para
adoptar distintos aspectos. Al decidir
qué formas cultivar, considere el espa­
cio disponible, la facilidad relativa para
cosechar y el grado de poda y guia re­
querido para producir una planta que
M e d io
A b a n ic o
P ir á m id e e n a n a
ofrezca buena cosecha. En el caso de ár­
boles frutales, la elección del patrón
también determinará su tamaño final
(véase «Patrones y tamaño de los árbo­
les», p. 363).
Con la técnica correcta, los árboles y
arbustos frutales pueden guiarse casi de
cualquier modo. El principio consiste en
guiar vástagos jóvenes para que adop­
ten el aspecto requerido mientras son
flexibles; así, las ramas conservarán este
aspecto gracias a una poda regular y
básico.
Formas no restringidas de árboles
Éstas se desarrollan, con un podado li­
mitado, de forma similar a un árbol na­
tural; comprenden el árbol tipo arbus­
to, el estándar, el medio estándar y el
ahusado.
Los tipo arbusto y los ahusados son
más compactos que los estándar y me­
dio estándar y se adecúan a jardines pe­
queños.
estándar Un árbol tipo arbusto tiene un tron­
co de hasta 90 cm de altura, ramificado
en la tercera parte superior. Tiene un
centro abierto, que permite a las ramas
recibir el máximo de luz y espacio. Los
árboles tipo arbusto son de un tamaño
entre pequeño y mediano, es decir
1,5-4 m.
El medio estándar es similar al tipo
arbusto pero el tronco mide 1-1,5 m y
la altura total es de 4-5 m. El tronco es­
tándar tiene una forma similar, pero el
tronco mide 1,5-2,2 m y la altura total
es de 5 m o más.
El ahusado es un árbol pequeño que
alcanza unos 2 ,2 m de altura, con ramas
guiadas en forma radial desde la rama
principal en un ángulo abierto. Tiene
menos ramas que otras formas menos
podadas, pero cada rama se poda para
que sea lo más productiva posible. La
rama inferior generalmente está a 45 cm
del nivel del suelo.
Formas guiadas
Algunos árboles y arbustos frutales son
aptos para cultivar en formas guiadas
(o restringidas). Éstas comprenden cor­
dones, abanicos y parras. Requieren un
guiado inicial cuidadoso y después se
mantienen con una poda veraniega re­
gular para restringir el desarrollo vege­
tativo, una poda invernal mínima. La
mayoría requiere alambres de sostén, su­
jetos a postes autoportantcs o a un muro
o verja. En climas cálidos, a veces se pre­
fieren las formas guiadas contra muros
en el caso de frutas como los meloco­
tones, porque los frutos reciben una can­
tidad anual máxima de sol y se benefi­
cian del calor reflejado por el muro.
Todas las formas guiadas son ideales
para jardines pequeños, ya que posibi­
litan el cultivo de una variedad de fru­
tos en un espacio limitado. Para guiar
las formas restringidas, suele emplear­
se plantas vírgenes, injertadas en rizo­
mas enanos.
Un cordón se limita a un sólo tallo de
1,5-2 m de largo, revestido de espolones
frutantes, a fin de producir un rendi­
miento elevado en un área pequeña. Ge­
neralmente está plantado en un ángulo
de 45°, pero también se puede cultivar
vertical u horizontalmente. Se emplea
habitualmente para manzanas y peras,
pero también es útil en el caso de las
uvas espina y las grosellas rojas y blan­
cas. Los cordones dobles (a veces llama­
dos «U»), triples o múltiples pueden for­
marse podando una planta virgen para
que forme dos o más tallos paralelos.
Los cordones de más de un tallo suelen
guiarse de manera vertical.
Un abanico se guía con las ramas
principales radiadas en forma de aba­
nico a partir de un tronco corto de 24
cm y es adecuado para frutos de árbol
cultivados contra muros y verjas.
La parra se guía con pares iguales de
ramas horizontales, extendidas a inter-
C o r d o n e s G u ia d o s
Los cordones de manzano
aprovechan una verja, mientras que
las fresas alpinas festonean la orla.
valos regulares a partir de un tallo cen­
tral. Cada rama está revestida por espo­
lones frutantes cortos. El número de pa­
res de ramas varía, dependiendo del
espacio y del vigor del árbol. Este mé­
todo es muy adecuado para manzanas
y peras cultivadas contra muros o verjas.
A diferencia de las otras formas no
guiadas, la pirámide es autoportante; sus
ramas se abren radialmente desde un
tronco central, con una forma pirami­
dal que se conserva con un podado ve­
raniego regular, a fin de producir árbo­
les de tamaño pequeño y medio.
Las pirámides enanas son similares,
pero se cultivan sobre un patrón más
enano.
Integración de frutales en
el plano de un jardín
Los frutales pueden cultivarse solos, ya
sea en una zona separada o mezclados
con otras plantas ornamentales; la elec­
ción depende del gusto personal, el es­
pacio y la gama de frutales a cultivar.
Calcule el impacto que los frutales com­
pletamente desarrollados tendrán sobre
las plantas adyacentes o circundantes.
La planificación y el emplazamiento son
particularmente importantes porque la
P lano d e u n H u e r t o d e F r u t o s G r a n d e
Una parcela grande de II x 17 m, proporciona espacio
para una gama de frutales. Aquí, los cultivares elegidos
de manzanos y perales darán cosechas durante un
período extenso; los frutos blandos se han agrupado
mayoría de los frutales son plantas a lar­
go plazo que requieren buenas condicio­
nes permanetes para prosperar y ofre­
cer buenas cosechas a lo largo de
muchos años; además, salvo algunos
frutos, como las fresas, pocas veces re­
sulta práctico ni vale la pena el trasplan­
tarlos a otras posiciones.
Kl huerto de frutos planificado
Si se requiere una gama de frutos dife­
rentes, mejor cultivar las plantas juntas
en una sola área.
Al planificar un huerto frutal, tenga
en cuenta las condiciones de desarrollo
preferidas por cada tipo de planta y las
distancias de plantado recomendadas;
por ejemplo, emplace los árboles fruta­
les altos donde proyecten la menor som­
bra posible sobre los arbustos más pe­
queños adyacentes. También asegure que
el espacio dispuesto para cada planta es D iv is o r O rnam kntal
suficiente para que se desarrolle natu­ Las parras de manzano forman una atractiva mampara proporcionando un
ralmente hasta alcanzar su tamaño despliegue de flores primaverales seguido de frutos bonitos en otoño.
adulto.
Las plantas con necesidades de culti­
vo similares pueden agruparse para sim­ para frutos) o del daño causado por el mo y ocupan relativamente poco
plificar operaciones prácticas, como la viento (con un rompevientos). espacio.
aplicación de fertilizantes: por ejemplo, Para obtener una orla ornamental, ro­ Al planear la ubicación de los fruta­
las grosellas rojas y las uvas espina ne­ dee el huerto de frutos con una hilera les (en especial manzanas, peras, cere­
cesitan más potasio que otros frutos. de árboles guiados; los cordones o las zas dulces y algunas ciruelas) recuerde
Agrupar las plantas también facilita el pirámides enanas resultan muy adecua­ que un cultivar autoestéril debería em­
protegerlas de los pájaros (con una jaula dos porque requieren un soporte míni­ plazarse junto a un cultivar con el que
para facilitar el mantenimiento. Los melocotoneros y
uvas menos resistentes prosperan en un invernadero.
1 Manzana ‘ Discovery’ (sobre ‘ M 6’/‘ MM106’ ) 10 Pera ‘ Onward’ (sobre ‘ M em brillo A ’ ) 20 Frambuesa ‘Autumn Bliss’
2 Manzana ‘ Epicure’ (sobre ‘ M 6’/‘ MM106’ ) 11 Pera ‘ Concorde’ (sobre ‘ M em brillo A ’ ) 21 Cereza ácida ‘ M orello’
3 Manzana ‘ St Edmund’ s Pippin’ 12 Pera ‘ Doyenné du Com ice’ 22 Frambuesa ‘ Mailing Jewel’
(sobre ‘ M 6’/‘ MM106’ ) (sobre ‘ M em brillo A ’ ) 23 Frambuesa americana (sin espinas)
4 Manzana ‘ Sunset’ (sobre ‘ M 6’/‘ MM106’ ) 13 Pera ‘ Joscphine de Malines* 24 Bayas «t a y »
5 Manzana ‘ C o x ’s Orange Pippin’ (sobre ‘ M em brillo A ’ ) 25 Zarzamora ‘ Merton Early’
(sobre ‘ M 6’/‘ MM106’ ) 14 Grosella negra ‘ Boskoop Giant’ 26 Uva ‘ Black Hamburgh’
6 Manzana ‘Ashmead’s Kernel’ 15 Grosella negra ‘ Ben Lom ond’ 27 Melocotón ‘ Peregrine’
(sobre ‘ M 6 7 ‘ MM106’ ) 16 Grosella negra ‘ Ben Sarek* (sobre ‘ St Julien A ’ )
7 Ciruela ‘ Czar’ (sobre ‘ Pixy’ ) 17 Grosella roja ‘ Red Lake’ 28 Fresa ‘ Elsanta’
8 Ciruela ‘ Victoria’ (sobre ‘ Pixy’ ) 18 Uva espina ‘ Careless’ 29 Cereza dulce ‘ Stella’ (sobre ‘ C olt’ )
9 Ciruela damasceno ‘ Prune’ (sobre ‘ Pixy’ ) 19 Uva espina ‘ l^veller’ 30 H igo ‘ Brown Turkey’
se producirá una polinización cruzada
(véase «Requisitos de la polinización»,
p. 364), o producirá pocos o ningún
fruto.
Para muchos frutos existe gran varie­
dad de cultivares que maduran en mo­
mentos diferentes; ello posibilita la pla­
nificación de una succesión de frutos
que se pueden cosechar de manera re­
gular, mejor que una única cosecha ex­
cesiva. Algunos frutos, como manzanas
y peras de maduración tardía, pueden
almacenarse durante períodos extensos;
si requiere unas existencias permanen­
tes, debe dedicarles más espacio que a
cultivares de maduración precoz.
Frutos en un jardín pequeño
Existen diversas maneras de aprovechar
el espacio de un área limitada para el
cultivo de frutos, para que proporcione
un rendimiento alto y constituya un des­
pliegue atractivo. Siempre que sea po­
sible, elija árboles injertados en patro­
nes enanos (véase p. 363) y use métodos
de guiado que aprovechen el espacio
existente. Guíe árboles y frutos blandos,
como grosellas y uvas espina, como cor­
dones contra el muro de la casa o del
jardín mejor que como arbustos, ya que
los cordones ocupan menos espacio para
un rendimiento similar que los abanicos
o las parras. Cultive una vid sobre una
pérgola sólida o un arco ornamental
como parte del diseño del huerto. Los
frutos de caña también pueden guiarse
de varias maneras, dependiendo del es­
pacio. Las fresas pueden cultivarse en sa­
cos de desarrollo verticales sujetas a una
estaca, verja u otra estructura.
Si sólo hubiera lugar para un único
árbol es esencial elegir un cultivar auto-
fértil (véase «Compatibilidad de la po­
linización», p. 363). También vale la
pena elegir plantas con una estación de
cosecha larga, salvo que exista mucho
espacio para almacenar y congelar.
Plantación mixta
En un jardín, sobre todo, ornamental o
donde hubiera poco espacio para un
huerto de frutos específico, podrá plan-
F rutales en una
O rla
La forma compacta y
redondeada de un
limonero cargado de
frulos realza un
plantado informal,
proporcionando un
contraste agradable
con el despliegue
colorido de rosas y
margaritas dobles.
H u er to d e F rutos P eq u eño
Esta zona pequeña y cercada alimenta 17 cultivares de
frutales, con cosechas abundantes desde principios de
verano y a lo largo del otoño. La parcela sólo mide
4 x 9 m, con una verja de 2 m rodeándola; un cuidadosa
tar frutos entre las demás plantas. Uno
o más árboles frutales constituirán ele­
mentos bonitos sobre el césped o culti­
vados en contenedores en una terraza o
patio soleados. Los cordones de fruta­
les y las pirámides enanas son eficaces
utilizados como división decorativa,
proporcionando una mampara poco co­
mún y productiva, con bonitas flores en
primavera y frutos que maduran desde
fines de verano hasta otoño. Se pueden
cultivar formas guiadas de arbustos o ár­
boles encima de casi cualquier estruc­
tura del jardín, como una pérgola, ver­
ja o cobertizo, a condición de que la
situación sea adecuada.
Cuando plante frutales junto a orna­
mentales, asegure que las necesidades de
las plantas sean compatibles. Por ejem­
plo, si los frutos deben protegerse de los
selección de cultivares y rizomas, junto a un correcto
guiado de los árboles permite acomodar una amplia
gama de frutales. Los cordones de perales y manzanos
dan cosechas abundantes en un espacio muy limitado.
1 Cereza dulce ‘ Stella’ (sobre ‘ C olt’ )
2 Pera ‘ Beth’ (sobre ‘ Membrillo C ’ )
3 Pera ‘ Concorde’ (sobre ‘ Membrillo C ’ )
4 Pera ‘ Doyennc du Comice’ (sobre ‘ Membrillo
5 Frambuesa ‘ U o ’ (de frutación veraniega)
6 Ciruela ‘ Victoria’ (sobre ‘ Pixy’ )
7 Frambuesa ‘Autumn Bliss’
(de frutación otoñal)
8 Melocotón ‘ Rochester’ (sobre ‘ St Julicn A ’ )
pájaros con redes, esto podría impedir
el desarrollo de las plantas circundan­
tes y el aspecto del sitio. También debe
asegurarse de que los rocíos para los ár­
boles frutales no dañen plantas orna­
mentales adyacentes.
Las fresas se cultivan con frecuencia
entre otras plantas, ya sea en huerto de
hortalizas o —un empleo popular de las
fresas alpinas— a lo largo de una orla
o un macizo en relieve.
Elección del emplazamiento
Es ideal un lugar soleado y protegido,
donde las plantas producirán frutos de
buena calidad y sabor. Aquellos con
sombra ligera también son aptos pero
proporcionan una cantidad menor de
horas de madurado: es mejor usarlos
para el cultivo de frutos blandos o cul­
tivares de manzanas, ciruelas, y peras de
maduración precoz. Las plantas en una
ladera mirando al sur producirán cose­
chas antes que en otros sitios pero, como
florecen más temprano, están más ex­
puestas a sufrir daños por las heladas.
Cutivo contra soportes
Los muros, pérgolas, verjas y arcos son
emplazamientos ideales para el cultivo
de árboles guiados, especialmente si es­
tán expuestos al máximo de sol. Estas
estructuras optimizan espacio, permi­
tiendo que los frutos se desarrollen y
maduren bien; aquellos guiados sobre
un soporte también son más fáciles de
proteger contra pájaros que los en un
huerto abierto. El muro o verja debe ser
lo bastante alto para acomodar los fru­
tos elegidos: 1,2 m es suficiente para
9 Uva espina ‘Careless’
10 Uva espina ‘Leveller’
11 Grosella blanca ‘White Grape’
C’) 12 Grosella roja ‘Red Lake'
13 Manzana ‘Epicure’ (sobre ‘M9’)
14 Manzana ‘Lord Lambourne’ (sobre ‘M9')
15 Manzana 'Sunsct' (sobre ‘M9’)
16 Grosella negra ‘Ben Sarek’
17 Cereza ácida ‘Morcllo’ (sobre ‘Colt’)
frutos blandos o manzanas o peras guia­
das como parras, pero para manzanas,
peras, cerezas, ciruelas o melocotones
guiados en abanico, una altura y exten­
sión de 2 m o más son necesarias. Las
pérgolas y arcos probablemente propor­
cionan una altura suficiente, pero ase­
gure que hay bastante espacio disponi­
ble para que las plantas se extiendan al
hacerse adultas. La estructura debe po­
der soportar cultivos pesados, incluso en
vientos fuertes.
Heladas y viento
Evite emplazamientos propensos a he­
ladas porque tanto las flores y brotes ce­
rrados como las frutas pequeñas pueden
sufrir daños por heladas. El aire más
frío se rccoje donde el suelo es más bajo
y una bolsa fría se formará en el fondo
de un valle o al pie de un huerto incli­
nado. Las zonas sombreadas quedan cu­
biertas por las heladas más tiempo que
las soleadas —la duración de éstas a ve­
ces es tan crítica como su dureza.
La exposición al viento desalienta los
insectos polinizadores, la regularidad de
las cosechas disminuye en gran medida.
Los vientos fuertes también dañan los
cultivos. Los emplazamientos con co­
rrientes, por ejemplo entre edificios, no
son recomendables, pero un rompevien-
tos adecuado y bien emplazado puede
resultar eficaz, desviando o filtrando el
viento para mejorar las condiciones. Los
árboles o arbustos grandes son preferi­
bles a las barreras sólidas, ya que filtran
el viento que de otro modo se arremoli­
naría por encima de la barrera, dañan­
do las plantas al otro lado (véase tam­
bién E l C l im a y e l J a r d í n , «Cómo
funciona un rompevientos», p. 519).

Un A rco de C ordón
Los fruíales guiados como cordones verticales sobre una serie de arcos
proporcionan un elemento arquitectónico atractivo, además de abundantes
cosechas de frutos. La estructura debe ser lo bastante sólida como para
soportar el peso de los árboles cargados de frutos en otoño.
Cultivo de frutos
a cubierto
Los cultivos oriundos de climas cálidos,
como melocotones, nectarinas y uvas,
son ideales para cultivar en invernade­
ros en climas más frescos, pero se requie­
re habilidad y atención a los detalles
para mantenerlos en buenas condicio­
nes y obtener cosechas satisfactorias. Si
piensa cultivar frutos junto a otras plan­
tas en el mismo invernadero, asegure que
sus necesidades de temperatura, hume­
dad y ventilación sean compatibles. Re­
sulta importante que el invernadero ten­
ga la mayor cantidad posible de
respiraderos laterales y superiores para
proporcionar un flujo de aire libre. En
cuanto a plantar en terreno abierto, el
suelo debe ser fértil y bien drenado para
que las plantas prosperen.
Cierto número de frutos no resisten­
tes, como tamarillos y granadas pueden
cultivarse bien a cubierto; en climas tem­
plados a menudo se cultivan como plan­
tas decorativas ya que pocas veces ofre­
cen cosechas abundantes, incluso bajo
cristal.
Frutales guiados
También pueden tratarse de la misma
manera a los frutos de árbol y los blan­
dos aptos para guiar, cultivados en un
invernadero. Compruebe que existe es­
pacio suficiente para que el cultivar se­
leccionado se desarrolle y alcance su ta­
maño adulto, y asegure que los sopor­
tes para guiar la planta de la manera ele­
gida estén en su sitio antes de plantar.
Frutales en tiestos
Las plantas de fresas cultivadas en ties­
tos individuales en un invernadero o
bajo una campana producirán frutos
maduros antes que las cultivadas en el
exterior, con lo que se prolongará la es­
tación frutante si emplea ambos méto­
dos de cultivo. Los árboles frutales no
resistentes, como los cítricos pueden cul­
tivarse en tiestos colocados en el exte­
rior en verano y vueltos a cubierto en
invierno.
Cultivo de frutos en
contenedores
El cultivo en contenedores es útil para
cultivar frutos en espacios limitados.
Coloque los tiestos en emplazamientos
soleados y protegidos; pueden emplearse
en zonas pavimentadas, como patios,
para proporcionar elementos ornamen­
tales además de cosechas de frutos. Tam­
bién es un modo de controlar el desa­
rrollo de las raíces, y, por tanto el vigor
de plantas como los higos que (sobre
todo en climas templados) pueden pro­
ducir un desarrollo vegetativo a expen­
sas de la cosecha.
La mayoría de los frutos pueden cul­
tivarse con éxito en un tiesto grande, me­
dio barril o un contenedor similar con
un diámetro de al menos 30 cm. Las fre­
sas pueden cultivarse individualmente en
tiestos de 10 cm o en plantadores para
fresas (tiestos con bolsillos de plantado
laterales). Los frutos requieren cuidados
más regulares en contenedores que en te­
rreno abierto, en particular riego y ali­
mento, porque los sistemas de raíces es­
tán restringidos y se secan con facilidad.
Cómo decidir qué
plantas cultivar
Ya sea planeando un huerto de frutos
completo o eligiendo dos o tres árboles,
es vital elegir plantas que prosperarán
en las condiciones climáticas y de suelo
dadas sin desarrollarse demasiado con
relación al espacio disponible.
Compruebe la compatibilidad de po­
linización de los diferentes cultivares an­
tes de decidir cuáles cultivar (véase «Re­
quisitos de la polinización», p. 364). La
selección también debe estar relaciona­
da con la cantidad de frutos que desee
cosechar y el momento de la cosecha.
Patrones y tamaños de árboles
El tamaño de los árboles depende mu­
cho del patrón en el que está injertado.
Elija patrón del vigor adecuado para la
zona de plantado o espacio de guiado
disponible. Los manzanos cultivados so­
bre patrones enanos, como ‘M27’ o
‘M9’, por ejemplo, probablemente resul­
tarán adecuados para la mayoría de los
jardines; su tamaño relativamente pe­
queño facilita la poda, el rociado y la
cosecha. Si necesita un árbol grande, se­
leccione uno cultivado sobre un patrón
más vigoroso. Para más detalles, véase
pp. 364 y 375.
Compatibilidad de la polinización
La mayoría de cultivares de manzanas,
peras, cerezas dulces y algunas ciruelas
no son autofértiles de manera satisfac­
toria, por lo que deben plantarse cerca
de uno o más cultivares adecuados del
Bóveda de U vas
Una vid prospera en la
atmósfera cálida pero
bien ventilada de un
jardín de invierno o un
invernadero. Debe
evitar que los racimos
que maduran sean
abrasados por el sol.
mismo fruto que florezcan más o me­
nos al mismo tiempo, para que los in­
sectos puedan efectuar una polinización
cruzada en todos los árboles. Por ejem­
plo, los cultivares de manzanas, como
‘Cox’s Orange Pippin’, ‘Bramley’s Seed-
ling’ y ‘Lord Lambourne’ deben plan­
tarse juntos para que todos se polinicen
cruzados. Al planear un huerto de fru­
tos, tenga en cuenta la cantidad míni­
ma de árboles necesaria para que tenga
lugar la polinización y situé los cultiva­
res compatibles unos junto a otros para
asegurar cosechas satisfactorias.
Tamaño y momento de la cosecha
Dentro de los límites del espacio dispo­
nible, la cantidad de frutos requeridos
determinará la de plantas que deben ob­
tenerse, sin olvidar que los rendimien­
tos de las cosechas varían de un año a
otro. La cantidad de espacio para con­
gelar disponible decidirá el tamaño del
cultivo a manipular. Intente equilibrar
las cantidades de cultivares de madura­
ción precoz, mediana y tardía de cada
fruto cultivado, proporcionar para exis­
tencias permanentes a lo largo de un pe­
ríodo extenso antes que una cosecha bre­
ve y excesiva.
Las manzanas y peras de maduración
precoz no se conservan más de uno o
dos días no cultive una cantidad mayor
a la que pueda consumir; rápidamente:
uno o dos cordones que proporcionen
2-5 k por árbol serán suficientes. Si dis­
pone de mucho espacio de almacenado,
plante una proporción elevada de culti­
vares de maduración tardía, cuyos fru­
tos pueden almacenarse varios meses.
Las ciruelas tienden a producir cose­
chas excesivas y las frutas deben consu­
mirse pronto, salvo que las congele o
conserve.
Al decidir si planta cultivares de ma­
duración precoz o tardía, tenga en cuen­
ta los factores climáticos: por ejemplo,
las manzanas o peras de maduración tar­
día no son una buena elección en zonas
de veranos cortos o si el emplazamien­
to propuesto fuera sombreado: no ha­
brá tiempo ni sol suficiente para que la
fruta madure por completo.
E l H u e r t o F r u t a l
Emplazamiento, preparación del suelo y plantación
prosperar, todos los frutos puede darse en muchos tipos de suelos.
P
ara
requieren suelos fértiles, bien dre­ Mejore la estructura del suelo (véase
nados y con buena estructura. Por tan­«Estructura del suelo y contenido de
to, antes de plantar frutales, elija y pre­agua», p. 526) e instale un sistema de
pare un emplazamiento adecuado para drenado si es necesario (véase S u e l o s y
que proporcione las condiciones nece­ F e r t il iz a n t e s , «Instalación de desa­
sarias.
Preparación del
emplazamiento
Prepare el emplazamiento unos dos me­
ses antes de plantar. Antes de preparar
el suelo, retire las malezas, especialmente
las perennes (véase P r o b l e m a s d e la s
P l a n t a s , «Malezas», pp. 573-577).
Tipos de suelo
Un suelo de tierra negra es ideal y pro­
duce rendimientos elevados de frutos de
buena calidad. Los sucios arcillosos pue­
den producir cosechas muy buenas con
drenaje adecuado, pero tardan en calen­
tarse en primavera; por tanto, el desa­
rrollo y la cosecha podrían producirse
más tarde. En suelos arenosos, las plan­
tas comienzan a crecer antes, ya que el
suelo se calienta pronto en primavera,
pero el calor se pierde con la misma ra­
pidez, lo que genera mayor riesgo fren­
te a las heladas; los suelos arenosos tam­
bién son propensos a la sequía y
generalmente menos fértiles que otros,
de manera que la calidad y el sabor de
los frutos cultivados en éstos pueden ser
inferiores a los cultivados en suelos más
fértiles.
En los sucios gredosos, la clorosis in­
ducida por la cal, cuasada por deficien­
cias de manganeso y hierro (véase p.
355) puede ser grave, haciendo que las
hojas de las plantas amarilleen y afec­
tando la calidad y el rendimiento de los
frutales de un modo negativo. En casos
extremos, será imposible cultivar cier­
tos frutos de modo satisfactorio; en par­
ticular, peras y frambuesas sufren mu­
cho. El empleo de hierro alivia el
problema, pero un tratamiento regular
puede ser necesario y es costoso. Una
aplicación anual de «mulch» de estiér­
col de granja y tierra ayudan, propor­
cionando algunos de los microelemcn-
tos necesarios.
Mejora del suelo
En el caso de frutos blandos, incorpore
buenas cantidades de estiércol o tierra
de jardín descompuesto para mejorar la
retención de agua y la fertilidad. Al pre­
parar para plantar frutales de árboles no
utilice fertilizantes salvo que el suelo sea
muy pobre e infértil, ya que podría pro­
ducir un desarrollo blando excesivo en
lugar de leña frutante.
Problemas de drenaje
Aunque un drenaje pobre es más pro­
bable en suelos pesados y arcillosos,
A d q u is ic ió n A r b o les F r u t a l e s
de
A rbol de R a íz D e s n u d a A r b o l C u l t iv a d o en C ontenedor
gües», p. 529). En lugares donde no pue­
da instalar desagües, plante los frutales
en macizos en relieve (véase E s t r u c t u ­
r a s y S u p e r f ic ie s , «Macizos en relieve»,
p. 507).
Ajuste del nivel del pH
El suelo con un nivel de pH de 6-6,5 es
ideal para todos los frutos, salvo para
los mirtilos rojos, que requieren suelo
ácido con un pH de 4-5,5. Los suelos
con un pH inferior a 5,8 necesitan una
aplicación de cal (véase p. 531). Si planta Raíces vigorosas
en suelos con un pH mayor a 7, revista y sanas que no
regularmente con sulfato de amonio y se han apiñado
aplique un «mulch» de abono ácido ni han
para reducir el pH. sobrecrecido
el tiesto
Preparación del soporte para un árbol
o arbusto frutal guiado
Si ha de guiar un árbol o arbusto con­ ponibles todo el año, pero las de raíz las no son confiablemente autofértiles.
tra un soporte sólido, como un muro o desnuda sólo a fines de otoño e invier­ Para producir una buena cosecha, los
verja, sujete alambres horizontales pa­ no, cuando las plantas están inactivas cultivares autocstériles deben sufrir una
ralelos al soporte con armellas y un ten­ y pueden retirarse sin peligro. Rechace polinización cruzada a través de otro
sor para mantener los alambres tensos las plantas con un sistema de raíces api­ cultivar del mismo fruto. Un cultivar po-
al desarrollarse los frutos. Las armellas ñado, ya que rara vez se desarrollan linizador resulta suficiente, pero algunas
deben mantener los alambres a 10-15 cm bien. Al comprar plantas de raíz desnu­ manzanas y peras deben cultivarse cer­
del muro para permitir que el aire cir­ da, asegure que éstas no se hayan rese­ ca de otros dos cultivares para que to­
cule alrededor de las ramas y hojas de cado y elija plantas con raíces primarias dos los árboles rindan bien.
la planta. El espaciado de los alambres y fibrosas equilibradas. Para que ocurra la polinización cru­
variará según el tipo de frutos cultiva­ Seleccione árboles frutales sanos y de zada, deben solaparse los períodos de
dos. Si emplea un soporte consistente en desarrollo vigoroso y, si tienen uno o dos floración de los diferentes cultivares. Por
postes con alambres autoportante, fije años, con laterales bien espaciados. Exa­ tanto, los cultivares se dividen en gru­
los alambres firmemente a los postes. mine las plantas con cuidado y no com­ pos de floración, desde precoces hasta
Antes de plantar, sujete cañas de bam­ pre ninguna que exhiba indicios de in­ tardíos, indicados por números bajo las
bú a los alambres en los ángulos ade­ festaciones de plagas, daños o anotaciones individuales de cada fruto.
cuados y sujete las plantas jóvenes para enfermedades, o aquellas faltas de vigor. Los cultivares para la polinización cru­
comenzar el procedimiento del guiado. zada deben pertenecer al mismo grupo,
Requisitos de la polinización o al anterior o posterior. Un cultivar del
La mayoría de frutos blandos y algunos grupo 3, por ejemplo, es compatible con
de árbol son autofértiles, es decir pro­ los de los grupos 2, 3 y 4.
Compra de plantas ducen frutos sin necesitar la proximidad Sin embargo, ciertos cultivares de al­
de un cultivar polinizante y, por tanto, gunos frutos no se polinizan cruzados,
Elija frutales que prosperarán en las pueden cultivarse de manera individual. aunque florezcan al mismo tiempo. En
condiciones de su jardín. Compruebe Sin embargo, las manzanas, peras, casi el caso de las cerezas dulces y las peras,
que el tamaño final de la planta o ár­ todas las cerezas dulces y algunas cirue- éstos están clasificados en grupos de in­
bol cabrá en el espacio disponible y que compatibilidad, indicados en las listas.
existe espacio suficiente para guiarlo en P a t r ó n Si tiene dudas, hágase aconsejar. Algu­
la forma deseada. Antes de decidir qué Es posible identificar nos cultivares de cereza dulce poliniza­
cultivar comprar, tenga en cuenta las ne­ la unión de injerto rán a todos los demás cultivares que flo­
cesidades de la polinización. recen al mismo tiempo; estos se conocen
A menudo, los viveros especializados entrepor el patrón y la como polinizadores universales.
en frutales son los proveedores más fia­ púa un
retorcimiento notable
bles. Ofrecen una amplia gama de cul­ del tallo a 10-30 Selección de patrones
tivares viejos y nuevos y también le de la marca del cm Muchos cultivares de frutos de árbol a
aconsejarán en cuanto a patrones ade­ suelo, especialmente la venta han sido injertados en un pa­
cuados. En todos los casos posibles, en el caso de árboles trón compatible, ya que no se crían le­
compre frutales garantizados libres de frutales jóvenes gítimamente a partir de semillas y tam­
enfermedades. recientemente poco a partir de esquejes de un modo
Es mejor comprar plantas jóvenes, ya propagados. Al consistente. El patrón controla el tama­
que éstas se establecerán antes y podrá plantar, asegure que ño y la tasa de desarrollo del árbol adul­
formarlas y guiarlas s-gún sus necesi­ la unión del injerto to, mientras que la púa determina el cul­
dades. Las plantas están disponibles con esté tivar de los frutos producidos. Algunos
las raíces desnudas o en contenedores; nivelpor del
encima del
suelo. patrones tienen efectos reductores (úti­
las cultivadas en contenedores están dis­ les en jardines pequeños) c inducen una
frutación precoz. Algunos patrones son
resistentes a ciertas enfermedades.
Selección de árboles frutales
Los frutales jóvenes pueden adquirirse
en diversas etapas de desarrollo; elija el
más adecuado con respecto al aspecto
definitivo del árbol. Los árboles vírgenes
(con vástagos laterales) tardan al menos
un año más que otras formas en ser
guiados y dar frutos. Los árboles vírge­
nes de un año con vástagos laterales son
populares entre los criadores experimen­
tados ya que aquellos posibilitan el guia­
do más precoz posible. Los árboles de
dos años dan fruto rápidamente y los
buenos ejemplares son fáciles de guiar.
Los árboles guiados de tres años son
más caros y más difíciles de volver a es­
tablecer.
Plantar en terreno abierto
Las plantas cultivadas en contenedores
pueden plantarse en cualquier época sal­
vo cuando el suelo está congelado o ane­
gado, o durante una sequía. Plante plan­
tas de raíz desnuda desde fines de otoño
hasta primavera mientras están inacti­
vos; empape bien las raíces antes de
plantar. En períodos de heladas, incli­
ne temporalmente en suelo húmedo li­
bre de heladas, hasta que las condicio­
nes para plantar mejoren.
Plantar árboles frutales
Si planta varios árboles, mida el empla­
zamiento y marque las posiciones de
plantado con cañas. Excave un agujero
para cada árbol, un tercio más ancho
que su sistema de raíces; afirme la base
y amontone tierra en el fondo.
Introduzca una estaca en el agujero
a 7-8 cm del centro, teniendo en cuenta
el aumento de la circunferencia al cre­
cer el árbol. La altura de la estaca de­
penderá del aspecto del guiado del ár­
bol (para más detalles, véase los frutos
individuales). Los frutales sobre patro­
nes cmpequeñecedores requieren estaca­
do permanente; retire la estaca de los
que crecen sobre otros patrones después
de tres años. Coloque el árbol en el agu­ P lantar en C ordones
jero, asegurando que la marca del sue­
lo en el tallo está a nivel del suelo y ex­
tienda las raíces. No cubra la unión entre
el patrón y la púa, pues estimulará el
arraigue de esta última y se perdería la
influencia del patrón.
Rellene en etapas con tierra mientras
otra persona sostiene el árbol en posi­
ción vertical, sacudiendo suavemente
para que la tierra se asiente alrededor
de las raíces. Afirme la tierra; cuando
el agujero esté casi lleno, desmenuce la
tierra alrededor de los bordes para ob­
tener una firmeza homogénea en una su­
perficie mayor. Afirme y nivele la zona C ontra una V e r ja
y sujete el árbol a la estaca con una li­ Fije alambres a 10-15
gadura de plástico blanda y flexible, con cm de distancia de la
una almohadilla firme entre árbol y es­ verja para permitir el
taca para evitar el roce. Proteja el árbol desarrollo de los
de conejos y otros animales con malla
de alambre.
E n T e r r f . n o A b ie r t o
Espacie los árboles a 75 cm de distancia
árboles y estimular
una buena circulación
Los frutales plantados contra un (arriba). Sujete una caña en un ángulo de 45° del aire. Plante los
muro o verja deben situarse a 15-22 cm a alambres horizontales (izquierda abajo) árboles a 15-22 cm de
de distancia del soporte, con las ramas tendidos entre postes sólidos. Sujete cada la verja.
inclinadas ligeramente hacia el interior. árbol firmemente a una caña (derecha abajo).
Esto asegurará que las raíces están den­
tro de un suelo de buena calidad y per­
mite el engrasamiento futuro del tronco.
P lantar un A rbu sto F r u ta l
Plantar frutos blandos y parras
Los frutos de caña y arbusto se plantan
como los árboles frutales, pero no re­
quieren estacado. Plante sólo hasta la
marca del suelo: una plantación más
profundo inhibirá el desarrollo. En el
caso de parras, haga el agujero para
plantar lo bastante grande como para
que las raíces se extiendan por comple­
to y guíe las parras contra un soporte.
Plantar contenedores Excave una agujero lo Rellene el agujero con tierra;
bastante grande para acoger apisone la tierra con
Antes de plantar, riegue la planta joven. las raíces del árbol extendidas. suavidad, asegurando que no
Utilice mezcla húmeda de tierra negra, Coloque una caña a través del queden bolsas de aire entre las
dejando 2,5 cm entre la superficie de la agujero para comprobar que el raíces. Rastrille el suelo
mezcla y el borde del tiesto para regar. nivel del suelo circundante es el ligeramente para nivelar la
Riegue tras plantar y mantenga la mez­ mismo de la marca del suelo del superficie.
cla hasta que comience el desarrollo, tallo.
después riegue regularmente.

P la n t a r un Á rb o l F r u t a l

Excave un agujero un tercio
más ancho que el sistema de
raíces del árbol. Clave una estaca
a 45 cm de profundidad a unos 7
cm del centro del agujero.
Amontone la tierra en la base
del agujero y coloque el árbol en
el centro. Con una caña, compruebe
que la marca del suelo del tallo esté
a nivel con la superficie.
Extienda las raíces del árbol;
rellene el agujero con tierra
gradualmente. Afirme asegurando
que el árbol está bien anclado y no
existen bolsas de aire entre las raíces.
Sujete una hebilla y
espaciador al extremo de la
estaca y al árbol, para que la
almohadilla esté entre el tallo y la
estaca (véase inserción) y ajuste.
E l H u e r t o F r u t a l
Cuidado rutinario
mayoría de frutales requiere un C ó m o E n t r e s a c a r F r u t o s
L
a
mantenimiento regular para asegu­
rar su salud y la producción de cosechas
de alta calidad. Las operaciones de ru­
tina varían según el tipo de fruto, las
condiciones de desarroilo y la estación.
Entresacado de frutos
Para proporcionar frutos de buen lama-
ño y calidad alta, el entresacado de fru­
tos es necesario para algunos frutos de
árbol, en especial las manzanas, peras
y ciruelas. También evita que las ramas
se quiebren, asegurando una distribu­
ción equilibrada de los frutos. Además,
el entresacado evita una producción bie­
nal (a la que son propensos algunos cul­
tivares) es decir, una cosecha abundan­
te un año y escasa el siguiente.
Inicialmentc, entresaque a mano o
con tijeras para eliminar frutos defor­
mes; más tarde, vuelva a entresacar para
dejar suficiente espacio para que los fru­
tos se desarrollen y reciban sol y aire
para madurar. Los detalles de cómo y
cuándo entresacar se detallan en cada
fruto.
Fertilización, aplicación de
«mulch» y riego
Aplique estiércol y fertilizantes cuando
sea necesario, observando el desarrollo
del cultivo; la decoloración de hojas po­
dría denotar una insuficiencia de nu­
trientes. El riego generalmente será ne­
cesario en veranos secos y calurosos; un
sistema de regado por goteo (véase p.
469) emplea el agua de la manera más
eficaz.
Cuidado de frutales
A principios de primavera, aplique
«mulch» de estiércol o abono a árboles
recién plantados o a los que no prospe-
F e r t il iz a c ió n de Á r b o les F r u t a l e s
Con un cordel y
una estaca,
marque una zona
circular alrededor
del árbol,
ligeramente más
allá de la
extensión de las
ramas. Esto
indica dónde
debe aplicar el
fertilizante: por
encima del
alcance total de
las raíces del
árbol.
Es necesario entresacar algunos
frutos para obtener fruta de un
buen tamaño y calidad; si no se los
entresaca, los frutos generalmente
son pequeños y de sabor pobre.
Elimine los frutos enfermos y
2 deformes, después reduzca el
resto, dejando al menos 5-8 cm de
separación según el tipo de fruto.
ren. Antes compruebe que cualquier
problema no esté causado por plagas o
enfermedades; si lo fuera, trate como se
recomienda en P r o b l e m a s d e P l a n t a s ,
pp. 545-577. Una vez que los árboles al­
cancen el tamaño de floración, aplique
un fertlizante equilibrado a razón de
105-140 g por m 2 a principios de prima­
vera. No alimente en exceso, en especial
con nitrógeno; podría producir un de­
sarrollo blando y propenso a las enfer­
medades.
Si se requiere un nutriente en parti­
cular, emplee fertilizantes específicos:
sulfato de potasio para corregir la defi­
ciencia de potasio; nitrato de amonio
para la deficiencia de nitrógeno; super-
fosfato para la de fósforo. Aplique en
primavera, a razón de 35 g por m2, sal­
vo el superfosfato que se aplica normal­
mente al triple de esta tasa cada tres o
cuatro años. Corrija la deficiencia de
magnesio (p. 555) rociando el follaje con
una solución de sales de Epsom después
de la floración. En casos graves, repita
el tratamiento después de tres semanas.
También pueden ocurrir otras deficien­
cias, en especial de manganeso y hierro
(p. 555). Si aparecieran —lo que resul­
ta menos frecuente— deficiencias de
zinc, cobre u otros elementos, consulte
con un especialista.
Aplique los fertilizantes de modo ho­
mogéneo en un área que abarque algo
más de la extensión de las ramas. Si los
árboles se cultivan entre hierbas, siegue
con regularidad y deje las hierbas cor­
tadas in situ; se descomponen y devuel­
ven los nutrientes al suelo, ayudando a
evitar la deficiencia de potasio.
Cuidado de frutos blandos
En primavera, aplique regularmente un
«mulch» de estiércol putrefacto de co­
rral. Emplee fertilizantes como para los
frutos de árbol; los nutrientes esencia­
les son el nitrógeno y el potasio. Apli­
que fertilizante en toda ia zona; en el
caso de las frambuesas, extienda el fer­
tilizante a al menos 60 cm a cada lado
de la hilera. En el caso de las fresas, in­
corpore abono antes de plantar.
Frutos en contenedores
Aunque las mezclas para tiestos con una
base de tierra negra contienen nutrien­
tes, las plantas deben alimentarse duran­
te la estación de desarrollo para reem­
plazar los nutrientes consumidos; suelen
faltar el nitrógeno y el potasio. Las plan­
S o po r te d e R amas C argadas
Sujete varios trozos
de hilo de nylon a un
palo central fijado al
tronco principal.
Emplee un clavo
para evitar que el
hilo se deslice a lo
largo del palo.
Sujete cada rama
cargada de frutos
con al menos un
hilo, (alejado de los
frutos) para
sostenerla.
tas frutales en contenedores requieren un
riego más frecuente que las plantadas en
terreno abierto. Compruebe el estado de
la tierra con regularidad —al menos una
vez por día en tiempos calurosos y
secos— y conserve húmedo.
Cada invierno, los árboles frutales y
arbustos en tiestos deben revestirse o
cambiarse de tiesto. Para revestir, elimine
los 2,5 cm superiores de tierra con una
horca manual y reemplace con abono
nuevo. En la medida de lo posible, cam­
bie la planta de tiesto en inviernos al­
ternos. Retire la planta de su contene­
dor y elimine una parte de la tierra vieja
del cepellón, rascando con una horca
manual o un palo de madera. Corte las
raíces gruesas, cuidando de no dañar las
fibrosas y coloque en un contenedor
más grande y limpio (véase también
«Plantar en contenedores», p. 365).
Estacas y ligaduras
Examine estacas y ligaduras tanto de los
frutales autoportantes como de los guia­
dos con regularidad. Cuando las almo­
hadillas o las ligaduras estén débiles o
gastadas, el árbol podría rozar contra
la estaca y desarrollarse el cancro Nec-
tria (p. 568) en las manazanas o el can­
cro bacteriano (p. 569) en los frutos de
carozo. Examine la base de la estaca:
ésta podría pudrirse y caer, junto con
el árbol, en vientos fuertes, particular­
mente antes de cosechar un cultivo
abundante. En el caso de árboles guia­
dos, asegure que las ramas no estén de­
masiado apretadas a cañas o alambres,
ya que esto restringirá el desarrollo; aflo­
je si fuera necesario.
Soporte de ramas
Los frutos de árboles que se cultivan sin
guiar podrían requerir un soporte para

las ramas cuando el árbol esté muy car­
gado de fruta, incluso cuando éstas han
sido correctamente entresacadas. Si sólo
estuvieran afectadas un par de ramas,
coloque soportes en forma de horque­
tas o sujete con cuerdas a ramas más só­
lidas. Si hay varias ramas sobrecargadas,
fije una estaca sólida al tronco o a la es­
taca principal y sujete una cuerda a cada
rama y al extremo de la estaca; esta téc­
nica se conoce como «estacado de las
fiestas de mayo».
Protección de las plantas
Los árboles frutales y arbustos necesi­
tarán una protección contra climas ad­
versos o heladas con rompevientos o ais­
lamiento. También pueden necesitar
protección contra pájaros y animales.
Protección contra el viento
Conserve los rompevientos (véase p. 519)
correctamente, para que sigan siendo
eficaces, y pode las barreras naturales,
como árboles o arbustos si se volvieran
ralos, estimulando un desarrollo arbus­
tivo. Compruebe que los postes que sos­
tengan mallas rompevientos o verjas es­
tén fijos y repare si fuera necesario.
Protección contra heladas
La mayoría de daños por heladas está
causado por heladas primaverales que
matan o dañan los brotes, flores o fru­
tos pequeños durante la noche. Las he­
ladas invernales severas podrían partir
las cortezas y ocasionar la muerte des­
de el extremo, pero en zonas con tem­
peraturas bajas habituales, seleccione
cultivares criados para tolerar estas con­
diciones. Deberían existir pocos proble­
mas en las regiones subtropicales; si fue­
ra necesario, cubra los árboles pequeños
con película de poliéster o sábanas teji­
das de polipropileno.
Las heladas muy ligeras no ocasionan
daños severos: el punto de peligro gene­
ralmente se da a —2o. La duración de
la helada suele ser más importante que
solo la temperatura: —3o durante un
cuarto de hora causará muy poco o nin­
gún daño, mientras que si dura más de
tres horas podría ocasionar pérdidas sus­
tanciales.
Si se anuncian heladas, proteja fresas,
arbustos e incluso árboles pequeños con
cortinas viejas, arpillera o capas de pe­
riódicos, cubriendo la planta por com­
pleto y atrapando aire tibio debajo. Re­
tire las protecciones cada día una vez
que la temperatura alcance más de 0 “.
Para más información, véase P r o t e c ­
c ió n c o n t r a H e l a d a s y V ie n t o , pp.
520-521.
Protección contra pájaros
En invierno, los herrerillos y pinzones
dañan los brotes de frutos, alimentán­
dose de los centros nutritivos de los bro­
tes y descartando las escamas exterio­
res. Este daño es mucho más serio que
C u i d a d o R u t i n a r i o
la pérdida de frutos maduros, porque teger árboles frutales grandes, aunque de que se hayan ocasionado daños ex­
despoja ramas enteras de forma perma­ aquellos guiados contra soportes pue­ tensos (véase P r o b l e m a s d e l a s P l a n ­
nente, haciendo necesaria una poda se­ den envolverse sujetando redes al sopor­ t a s , pp. 545-577). Si sospechara la exis­
ria para volver a obtener vástagos jóve­ te. La malla de las redes debe ser lo bas­ tencia de enfermedades víricas (pp. 553
nes, que no darán fruto durante dos tante pequeña como para excluir pájaros y 563), hágase aconsejar profesional-
estaciones o más. La mejor protección diminutos. Proteja una parcela de fre­ mente para asegurar que se trata de este
consiste en colocar redes sobre los ár­ sas con una jaula baja temporal. problema; las fresas, frambuesas, zarza­
boles o arbustos. Si se anuncia nevadas, moras, grosellas negras y las frambue­
sostenga la red o retire temporalmente, sas americanas son muy vulnerables. La
porque el peso de la nieve sobre la red
podría dañar las ramas bajo ella.
Control de plagas, única solución práctica es excavar los
ejemplares afectados junto con las raí­
Los frutos en maduración también de­ enfermedades y malezas ces y quemarlos; de otro modo, el virus
ben protegerse de los pájaros; las zonas se extenderá a otras plantas.
pequeñas pueden cubrirse temporalmen­ Examine las plantas una vez a la sema­ También es esencial el control de las
te con redes, pero en el caso de zonas na si existen indicios de problemas cau­ malezas. Elimine los plantones de ma­
amplias es preferible construir una jaula sados por plagas y enfermedades; po­ lezas y aplique «mulch» para inhibir la
germinación de semillas de malezas. Las
para frutos. No resulta practicable pro­ drá tratarlas en una etapa precoz antes
malezas perennes deben excavarse o tra­
tarse apenas aparezcan. Para más deta­
P r o t e c c ió n contra daños de P á ja r o s y A n im a l e s lles, véase «Malezas», pp. 573-577.
D e s p e l l e ja d o de Brotes
Los que arrancaron
brotes de las ramas en
el invierno causan daños Plantas a cubierto
que llevan a leña
desnuda En los climas frescos-templados será ne­
improductiva. cesario cultivar algunos frutos a cubier­
to. Esto comprende todas los frutos no
resistentes y algunos otros que, o bien
C u b r ir F e s a s con R ed es tienen flores vulnerables a daños por he­
Proteja los frutos ladas de primavera, o requieren un pe­
levantando un marco de 1,2 ríodo de maduración extenso, por ejem­
m de alto, cubriendo con plo los melocotones y muchas uvas de
red de 2 cm de malla y maduración tardía.
sujetando. Asegure la base En climas subtropicales, los árboles
para que pájaros y ardillas frutales rara vez se cultivan a cubierto,
no puedan introducirse. pues los únicos problemas climáticos
existentes son períodos excepcionalmen-
tc frescos y lluvias intensas, los cuales
son tolerados por la mayoría.
Es mejor cultivar las plantas que de­
J aula para ben estar a cubierto todo el año en in­
F rutos vernaderos; los politúneles de acceso no
Los arbustos son muy útiles porque resulta difícil
frutales o los mantener los niveles de temperatura y
árboles frutales de ventilación adecuados (véase también
pequeños pueden I n v e r n a d e r o s y C a j o n e r a s , «Elección
protegerse por de un invernadero», pp. 476-479).
medio de una Debe tener un cuidado especial para
jaula construida mantener la libre circulación del aire al­
con soportes rededor de las plantas cultivadas en in­
metálicos, vernadero para desalentar enfermedades
cubiertos por que podrían estar ocasionadas por el
redes de alambre aumento de humedad y calor. Los alam­
o de plástico. bres de sostén para frutos guiados de­
ben estar a al menos 30 cm de distancia
del cristal o plástico del invernadero.
Controle cualquier plaga o enfermedad
P r o t e c c ió n d e del modo recomendado en los artículos
Á r b o l e s G u ia d o s sobre frutos de árbol individuales. Para
Los árboles más detalles acerca de frutos cultivados
guiados sobre en invernadero, véase «Podado a cubier­
alambres de to», p. 370.
sostén pueden El cultivo de frutos no resistentes (por
protegerse con ejemplo, guayabas, granadas y olivas) en
una red de malla contenedores posibilita llevarlos a cu­
de 2 cm fijada al bierto cuando resulte necesario. En zo­
extremo y nas frescas, coloque fuera en una ubi­
sujetada cación soleada las plantas no resistentes
firmemente al cultivadas en tiestos en primavera, y
soporte. vuelva a llevar a cubierto en otoño. In-
verne las plantas cultivadas en inverna­
dero a una temperatura de al menos
10°-15°.
E l H u e r t o F r u t a l

Poda y guía

L
os árboles y arbustos frutales ne­ so y aumentado y pocos o ningún fru­ El podado veraniego es esencial para
cesitan un podado regular y en to, pues pocos brotes de frutos logran frutos de árbol guiados, vides, grosellas D ó n d e p r a c t ic a r u n
muchos casos una poda, para dar unadesarrollarse. Esto resulta muy dañino y uvas espina. Esto reduce su vigor y los c o r t e d e po d a
buena cosecha. El grado y método ne­ en plantas que ya son vigorosas. Un po­ contiene dentro del espacio restringido
cesarios dependen del aspecto deseado dado escaso conduce a ramas apiñadas que ocupan; también concentra las ener­
y de la época de frutación y el hábito, que recibirán menos sol, esencial para gías de la planta en la producción de fru­
así como del tipo de fruto. Por ejemplo, que los frutos maduren. Las ramas tam­ tos. Muchos frutales no resistentes se po­
una poda relativamente escasa es nece­ bién pueden rozarse, lo que conlleva el dan inmediatamente después de la
sario para producir un árbol tipo arbus­ riesgo de enfermedades, como el cancro frutación.
to, de centro abierto, mientras que una Nectario (p. 568). El podado demasia­
poda y guiado formativo y extenso son do ligero de un árbol joven puede con­
necesarios para un abanico o una parra, ducir a una producción excesiva que po­
para producir una red simétrica de ra­ dría limitar el desarrollo del árbol e Cómo podar
mas correctamente guiadas. incluso que las ramas se quiebren por
sobrecarga. Al decidir el alcance de la poda, siem­
pre tenga en cuenta el vigor tanto del
Metas de la poda vástago individual como del árbol com­
pleto. El desarrollo vigoroso debe po­
y guiado Cuándo podar darse ligeramente; esto generalmente im­ C o r t a r d e ja n d o u n B ro te
plica ci entresacado completo de un Corte encima de un brote en
Inicialmente, los árboles y arbustos jó ­ El momento de la poda depende tanto porcentaje de vástagos y dejar el resto ángulo de 45°, inclinando el
venes deben podarse y guiarse formati- del tratamiento específico como del tipo sin podar. Pode el desarrollo débil más corte en dirección opuesta al
vamente para obtener el aspecto desea­ de fruto. En los procedimientos de po­ a fondo, pero antes asegúrese que nin­ brote. No corte demasiado
do (como un cordón, por ejemplo) y dar aquí descritos y bajo los frutos in­ guna enfermedad, como los cancros, cerca, dañaría el brote, ni
para desarrollar una pauta fuerte y equi­ dividuales, el «año uno» se refiere a los está produciendo la debilidad. demasiado lejos o el tallo
librada. En el caso de plantas estable­ primeros doce meses después de plan­ podría morir por el extremo.
cidas, la meta de la poda consiste en tar, el «año dos» a los doce meses si­ Dónde cortar
mantener la salud y el aspecto de la guientes, etcétera. Es importante podar siempre hasta justo
planta y asegurar una buena cosecha de Una poda invernal es una práctica es­ encima de un brote sano y hacer un cor­
frutos. tándar en manzanos, perales, membri­ te limpio; si corta entre dos brotes o deja
lleros y nísperos, en parras y en arbus­ un extremo serrado podría causar la
Poda tos de grosellas rojas, blancas y negras, muerte desde el extremo y aumentar la
Consiste en la eliminación de ramas y uvas espinas y mirtilos rojos. Una poda vulnerabilidad a las enfermedades del
vástagos no deseados, ya sea porque es­ de árboles de frutos de hueso no guia­ vástago. Si elimina un vástago o rama
tropean la pauta de la planta o porque dos (ciruela, cereza, melocotón, necta­ por completo, corte hasta el punto de
son inproductivas. Un podado correc­ rina y albaricoque) debe retrasarse has­ origen, pero deje el borde de la corteza
to conserva una estructura abierta y no ta primavera en el caso de árboles y el collar de la rama intactos, en vez
apiñada para que la máxima cantidad jóvenes, o hasta el verano en el caso de de cortar al ras del tallo madre.
de luz solar alcance la fruta que madu­ los establecidos, para minimizar el riesgo Para evitar que la rama o la corteza
ra y para simplificar el rociado y la co­ de infección por hoja de plata (p. 551). se desgarren antes de completado el cor-
secha. También comprende la elimina­
ción de leña vieja, enferma, dañada o
no fructífera. P oda In correcta C o r te ha sta u n V astago d e
R eem plazo
En plantas jóvenes, la poda puede P o d a E scasa Igual que cuando corta dejando
combinarse con el guiado para obtener Un árbol podado ligera un brote, corte en ángulo
un aspecto particular; los vástagos no o irregularmente inclinado en dirección opuesta
deseados se eliminan por completo; re­ desarrollará vástagos al vástago de reemplazo.
corte los conservados para estimular la apiñados que no
producción de vástagos laterales. Las recibirán la suficiente luz
plantas, árboles y arbustos de cultivo se como para que los
podan para estimular un crecimiento y frutos maduren. Las
producción de frutos óptimo. ramas también podrían
rozarse, aumentando el
Guiado riesgo de contraer ciertas
La selección y la sujeción de vástagos enfermedades.
para la creación de un aspecto específi­
co, se conoce como guiado. Los aspec­
tos más cercanos a la forma natural, P o d a E x c e s iv a
como el arbusto, requieren un guiado Si un árbol frutal se
menor que, por ejemplo, un abanico, poda en exceso, ello
que se produce a través de una selección, estimulará el desarrollo
espaciado y sujeción precisos de vásta­ de una masa de vástagos
gos individuales sobre una estructura vigorosos vegetativos.
portante de cañas y alambres. Éstos producirán pocos
o ningún brote de frutos,
R e c o r t a d o h a sta la R am a
P r in c ip a l
Podados excesivos y escasos y la cosecha será pobre. Haga un corte limpio, dejando
No pode en exceso ni escasamente; ello el collar de la rama intacto
restringe la frutación y podría estimu­ (inserción, arriba); el árbol será
lar la aparición de enfermedades. Un menos susceptible a
podado severo y repetido tiene como re­ enfermedades y la herida cura
sultado un desarrollo vegetativo vigoro­ con rapidez (inserción, abajo).
 P oda y G uía

te, primero corte por debajo, antes de
E l im in a c ió n de una R ama acabar cortando por encima. Corte has­
ta el origen o hasta una rama sana bien
situada como reemplazo adecuado. No
deje un tocón: el extremo cortado mo­
rirá en lugar de sanarse. Reccorte los
bordes no pulidos con un cuchillo.
Hábitos de frutación
sin vastagos laterales), debe recortarse
dejando un brote después de plantado;
la altura dependerá de la forma del guia­
do. Esto estimula el desarrollo de vás-
tagos laterales. Cuando éstos se desarro­
llan el árbol, ahora de dos años de edad,
es equivalente a uno virgen con plumas.
La poda de configuración continúa du­
rante los primeros dos o tres años, has­
ta obtener el aspecto deseado.

La manera de podar una planta depen­

I
Haga el primer corte con un serrucho podador a unos 30 cm de
distancia del tronco. Sierre por debajo en ángulo recto con respecto
a la rama, serrando hasta un cuarto del grosor.
de de sus hábitos de frutación. Por ejem­
plo, los cerezos dulces forman frutas so­
bre espolones en leña de dos años o más;
debe conservar muchos de los vástagos
viejos. Sin embargo, los cerezos ácidos
frutan sobre vástagos de un año; al po­
dar, deje la mayor parte de los vástagos
jóvenes, pero elimine la leña vieja e im­
productiva.
Guiado para dar forma
Un árbol joven suele adquirirse como
«virgen con plumas» (un árbol de un
año con vástagos laterales). La poda ini­
cial consiste en elegir qué vástagos con­
Guiado para aumentar
la fertilidad
Es posible ajustar el vigor y la fertilidad
de ¡os vástagos subiendo o bajando al­
gunos laterales escogidos, o, en el caso
de cordones oblicuos, todo ci árbol. Los
desarrollos horizontales son más férti­
les que los verticales; si sujeta un late­
ral más horizontalmente, éste produci­
rá más frutos. Si un lateral fuese más
fértil que otro y se necesitan más vásta­
gos laterales, al elevarlo estimulará el de­
sarrollo vegetativo. Para un árbol o ar­
busto establecido, la poda es más
importante que el guiado; incluso en un

3
Comience el A l hacer el servar, acortándolos en la medida nece­ árbol sin guiar, los vástagos menos fér­
2 segundo corte en corte final, no saria y elim inando vástagos no
deseados. Si un árbol joven se compra
tiles o desequilibrados pueden sujetar­
se en verano para aumentar su rendi­
la superficie superior dañe la corteza del
de la rama, algo más extremo de la rama como tallo virgen (un árbol de un año miento.
alejado del tronco que el primer ni el collar en la base. Si fuera
corte. Sierre a través de la rama; si necesario, comience a corlar P oda para F orm ar un Á rbo l con P lu m a s
se quiebra, la corteza sólo quedará desde abajo y corte desde arriba I n v ie r n o , A ñ o i In v i e r n o , A ñ o i
arrancada hasta el primer corte. para completar. Para producir Hacia el siguiente
«plumas» (vástagos invierno, debería

4
Recorte los bordes laterales) vigorosas haberse producido
con un cuchillo. La zona sobre un árbol cierto número de
expuesta sellará rápidamente vástago virgen, vástagos laterales
si la corteza y el collar están recorte con un corte nuevos bajo el
intactos. Esto también inclinado por encima corte de podado.
reduce el riesgo de de un brote a la
enfermedades que altura requerida.
entran a través de la
herida. No aplique
pintura para heridas;
podría sellar una
infección existente en
el interior.

G u ia d o sobre C añas

1 2 3
Puede alterar el vigor de los laterales Baje un lateral joven y vigoroso junto con su A fines de verano, puede volver a colocar
de un árbol guiado ajustando el ángulo del caña, a principios de verano para reducir su las ramas en sus posiciones originales;
guiado. Esta técnica corrige un desarrollo vigor; eleve un lateral para estimular un desarrollo deberían ser de un largo más parejo.
desigual a ambos lados del mismo árbol. rápido. Vuelva a sujetar las cañas a los alambres.
Limitación del vigor
excesivo
[.os árboles extremadamente vigorosos
que producen un desarrollo vegetativo
rápido a expensas de su rendimiento po­
drían beneficiarse del podado de las raí­
ces. Sólo en el caso de las manzanas y
peras, el anillado de la corteza (véase p.
377) también puede emplearse como úl­
timo recurso para limitar el vigor; no
debe utilizarlo con frutos de hueso ya
que podría matarlos. Ambos métodos
inducirán la formación de brotes de fru­
tos; los efectos benéficos en floración y
frutación se observarán después de uno
o, posiblemente, dos años.
Poda de raíces
Es posible podar las raíces de los árbo­
les a cualquier edad, pero sólo cuando
están inactivos. Al podar las raíces de
un árbol joven, primero retírelo, exca­
vando a su alrededor, después retire cui­
dadosamente la tierra alrededor de las
raíces fibrosas, sin dañarlas. Recorte al­
gunas raíces gruesas; vuelva a plantar el
árbol firmemente y estáquelo.
Las raíces de los árboles más grandes
deben podarse in situ, podando un lado
del sistema de raíces un invierno y com­
pletando el otro lado uno o dos años
más tarde. Para realizar esta tarea, ex­
cave una zanja de 45 cm-1,2 m de an­
cho, según el tamaño del árbol, descu­
briendo las raíces principales. Éstas
deben cortarse y retirar un trozo de cada
una; vuelva a llenar la zanja, afirme y
aplique «mulch». En algunos casos de­
berá estacar el árbol para sostenerlo has­
ta que vuelva a ser completamente
estable.
Poda a cubierto
Pode y recorte las ramas y vástagos de
las plantas cultivadas en invernadero, de
manera que no toquen las superficies
acristaladas o de plástico, porque po­
drían ser abrasados por el sol y el desa­
rrollo se vería limitado o dañado. Un
podado regular permite que mayor can­
tidad de luz alcance los frutos en desa­
rrollo: les ayudará a madurar.
Renovación
Si un árbol es demasiado viejo para dar
frutos correctamente y tiene un tronco
y ramas gravemente enfermos o podri­
dos, debe excavarlo y quemarlo. Sin em­
bargo, si el tronco y las ramas principa­
les están sanas y el árbol está sólo
apiñado, podrá rejuvenecerlo por medio
de una poda de renovación, seguido por
un cuidado ritinario correcto.
Las tareas de renovación deben llevar­
se a cabo en primavera o verano en el
caso de los frutos de hueso, y en invier­
no en el de frutos de pomo como man­
P o d a d o d e R a íc e s
Marque la
p a r a m e jo r a r la F r o t a c ió n
posición de una
zanja alrededor del
árbol con un cordel
y una estaca. La
zanja debe estar a la
misma distancia todo
alrededor del árbol,
debajo de la
extensión total de las
ramas.
Excave una zanja alrededor
del árbol, siguiendo la línea
marcada; debe medir al menos 45
cm de ancho y unos 60 cm de
profundidad.
Emplee una horca para Corte cada raíz leñosa a ambos Rellene la zanja con tierra,
retirar tierra de alrededor de lados de la zanja con un afirme y cubra la zona con
las raíces gruesas en la base de la serrucho podador, descartando el «mulch» orgánico para conservar
zanja, sin dañar las fibrosas. trozo central; no pode las fibrosas. humedad y ayudar a que el árbol se
reestablezca. Estaque si es necesario.
zanas, peras y otros. Elimine las ramas
muertas, dañadas o enfermas o tan ba­ R e n o v a c ió n de un Á rbol d e s c u id a d o
jas que, cargadas de frutos, se arrastran
sobre el suelo. También elimine las api­
ñadas o cruzadas, ya que sombrearán los
frutos en desarrollo y, si frotan unas
contra otras, pueden volverse propensas
a enfermedades como los cancros. En
el caso de un árbol vigoroso, es aconse­
jable escalonar la poda a lo largo de más
de un año; una poda demasiado severa
en una única ocasión induciría un de­
sarrollo vegetativo aún más vigoroso.
Realizado el entresacado inicial, una
poda más precisa, como la poda de es­
polones, podrá llevarse a cabo (como la
poda rutinaria en los artículos sobre fru­
tales individuales).
2
| Elimine las ramas apiñadas, Las ramas dañadas o
Existen inhibidores químicos para li­ cruzadas o que rozan, afectadas por una
mitar la reaparición de brotes de agua dejando penetrar aire y luz, enfermedad, como un cancro
alrededor de los cortes; las pinturas para cortando hasta su origen o hasta (ilustrado arriba) deben
heridas no son recomendables, ya que un sublateral vigoroso que mire eliminarse por completo o
podrían encerrar cualquier infección que en la dirección adecuada. recortarse hasta un vástago sano.
hubiese dentro.

Cosecha y almacenado
frutos de cultivo casero
M
ucho s
pueden consumirse durante mu­
cho tiempo si están correctamente
sechados y almacenados. Mientras que
la mayoría saben mejor frescas, algunas
conservan bien su sabor incluso tras un
almacenado prolongado. Para detalles
sobre cosecha y almacenado de frutos
específicos, véase los artículos indivi­
duales referidos a cada uno.
Cosecha
Es mejor cosechar los frutos a consu­
mir frescos cuando están completamente
maduros. Los frutos para almacenar se
cosechan más temprano, cuando están
desarrollados pero no completamente
maduros y siguen siendo firmes. Ya que
no todos los frutos de una planta ma­
duran al mismo tiempo, en general es ne­
cesario cosechar a lo largo de un perío­
do y esto proporciona una sucesión de
existencias frescas.
En el caso de frutos de árbol, como
manzanas o peras, compruebe su ma­
durez sosteniendo un fruto con la mano
y después levantando y retorciendo con
suavidad. Si está maduro, el fruto se des­
prenderá con facilidad junto con el ta­
llo; si no, deje un día o dos más.
Al cosechar, descarte cualquier fruto
dañado, enfermo o golpeado ya que se
infectarán y pudrirán con rapidez, con­
tagiando a los demás frutos alma­
cenados.
Los frutos blandos deben recogerse
completamente secos; si no, muchos
pueden pudrirse, salvo que los consuma
A lm acenado de M anzanas
1 2
Envuelva cada fruto
en papel a prueba de grasa
para evitar la podredumbre y
conservar en buenas condiciones.
Coloque cada fruto
3 envuelto
sobre la
parte plegada en una
caja de madera de
listones u otro
contenedor bien
ventilado y almacene en
sitio fresco.
de inmediato. En el caso de fresas, fram­
buesas, zarzamoras y bayas híbridas es
recomendable una recogida regular, al
co­
menos cada dos días.
Siempre cuide de no dañar la planta
al cosechar: arrancando los frutos con
rudeza por ejemplo. Algunos tipos,
como cerezas, uvas y mangos, deben
cortarse para evitar daños accidentales.
Almacenado
Existen varias maneras de conservar los
frutos para su uso futuro, comprendien­
do almacenado en frío, congelado y con­
fitado; el método más adecuado depen­
de del tipo de fruto. Algunos como
manzanas, albaricoques e higos, que tie­
nen un contenido de ácido y azúcar ele­
vado, también pueden secarse en el hor­
no a 120°-140°, pero esto es díficil de
llevar a cabo con éxito en el hogar.
Al preparar frutos para almacenar,
C o n g e l a c ió n d e F r u t o s
Blandos
Extienda frutos blandos,
como fresas, sobre bandejas
sin tocarse; después congele.
Una vez congeladas, pueden
empaquetarse en
contenedores adecuados y
conservarse en el congelador
hasta que las requiera.
Envuelva el fruto con el papel
cuidadosamente, sosteniendo
sin apretar para no aplastarlo.
C o s e c h a
manipule con cuidado para evitar gol­
pearlos. Siempre almacene cultivares di­
ferentes en contenedores distintos, libres
de aromas o residuos que podrían con­
taminar los frutos.
Almacenado en frío
Las manzanas y peras pueden almace­
narse varias semanas —incluso meses en
condiciones apropiadas: frescas, oscu­
ras y ligeramente húmedas. Otros fru­
tos de árbol, como los limones, también
pueden almacenarse de este modo, aun­
que habitualmente no se conservan por
períodos tan largos: la mayoría de los
frutos secos se conservan en buen esta­
do durante meses. Los frutos blandos no
pueden almacenarse de este modo. La
temperatura y el grado de humedad ade­
cuados varían según cada fruto, pero de­
berá almacenar la mayoría en bandejas
de tablillas y cajas para que el aire cir­
cule con libertad. Algunos cultivares de
peras y manzanas tienden a marchitar­
se y es mejor conservarlos en un saco
S is t e m a A l t e r n a t iv o
y Mirtilos Sk
Almacene los frutos de
cultivares que se marchitan con
rapidez en un saco de plástico.
Haga varios agujeros en el saco
antes de llenarlo con no más de
3 k de fruta y selle.
y A l m a c e n a d o
de plástico transparente. Examine los
frutos envueltos con regularidad y reti­
re los que enfermen.
Congelado
Resulta ideal para la mayoría de frutos
blandos, salvo fresas, y para ciertos fru­
tos de árbol. Los pequeños, como las
frambuesas, se congelan enteros, mien­
tras que se obtienen mejores resultados
picando o cortando los frutos grandes,
como las manazanas, en cubitos, a fin
de asegurar un congelado completo y
homogéneo. Elimine los tallos (y las
«coletas» de las grosellas) y congele fru­
tos enteros extendidos en bandejas. Una
vez congelados —después de 2-4
horas— pase los frutos a cajas o sacos
de plástico, eliminando todo el aire po­
sible, y mantenga congelados hasta con­
sumir. Las fresas y algunos frutos de ár­
bol blandos, como las ciruelas, se hacen
puré antes de congelar.
Conservado al natural y embotellado
Todos los frutos blandos y algunos de
árbol, como albaricoques y ciruelas da-
macenas, pueden conservarse al natural.
En la mayoría de casos se emplea el fru­
to entero, mientras que es mejor tami­
zar algunos, como uvas o zarzamoras,
utilizando sólo el zumo para confeccio­
nar jalea dulce.
Los cítricos, las piñas y la mayoría de
frutos de hueso, como las cerezas, pue­
den embotellarse con almíbar y alcohol
(como ron, brandy, o eau de vie) si se
desea conservarlos. Las cáscaras de los
cítricos también pueden confitarse o se­
carse para su empleo en repostería.
F r u t o s q u e se C o n g e l a n
B ie n
Manzanas SI
Albaricoques SI
Zarzamoras y todas las bayas
híbridas Sk
Grosellas negras Sk
Cerezas (ácidas) Sk
Cerezas (dulces) Sk
Ciruelas Damacenas Sk (con y
sin carozo)
Ciruelas verdal Sk
Uvas espina Sk
Uvas Sk
Nectarinas SI
Melocotones SI
Ciruelas Sk, SI
Frambuesas Sk
Grosellas rojas Sk
Grosellas blancas Sk
C lave
Sk Elimine tallos (y carozos donde
corresponda)
SI Elimine carozos o semillas y corle y
monde si fuera necesario
E l H u e r t o F r u t a l

Propagación
Injerto de brote
L
os frutos de árbol (salvo los hi­ sor. Corte un brote de un vástago ma­ la astilla de brote sobre la leña descu­
gos) se propagan a partir de injer­ duro de la planta púa (el palo del bro­ bierta del patrón, de manera que las ca­
tos; higos, vides y muchos frutos blan­Tanto el injerto de astilla como el en for­ te) del desarrollo de la estación en cur­ pas de cámbium estén en contacto es­
dos, por medio de esquejes, aunque si ma de «T» se emplean para aumentar las so e injerte en una incisión en el patrón. trecho. Sujete bien la astilla de brote
la Phylloxera (véase p. 401) fuese un pro­ existencias de árboles frutales. Son mé­ sobre el patrón. Cuando el brote y el ri­
blema, las vides deben injertarse. Algu­ todos de propagación económicos, ya Propagación por injerto de astilla zoma se hayan unido, el brote comen­
nos frutales producen vástagos, acodos que se produce un árbol nuevo a partir brotada zará a hincharse y podrá retirar la liga­
o chupones que pueden producir plantas de un único brote. El injerto debe efec­ Elija un palo de brote sano y retire un dura. El siguiente invierno, recorte el
nuevas. Se pueden cultivar frutos no re­ tuarse a mediados de verano, usando brote (la astilla de brote) sin dañar la patrón por encima del brote injertado
sistentes y frutos secos a partir de semillas; como patrón una planta establecida, con capa de cámbium. Retire un trozo pe­ para estimular el desarrollo de un vás­
los resistentes raras veces son legítimos. un tronco de al menos 1 cm de gro­ queño de corteza del patrón y coloque tago fuerte del injerto en primavera.

I n je r t o B r o t a d o de A stilla

1 2
Elija un vastago vigoroso de Sostenga el palo de brote Para retirar una astilla de brote, Haga otra incisión 4 cm más
la leña madura de la estación y, con un cuchillo limpio y 3 corte el palo de brote a 2 cm por 4 arriba que la anterior. Corte
en curso como palo de brote; afilado, rebane el extremo blando y debajo de un brote. Practique un hacia abajo por detrás del brote
debe tener el grosor de un lápiz y elimine todas las hojas para obtener corte a 5 mm de profundidad, con la hacia la primera incisión, sin
brotes bien desarrollados. un trozo de tallo limpio. hoja en un ángulo de 45 °. dañar el brote.

5 6
Retire la astilla de brote, Para preparar el patrón, de pie Haga un corte poco profundo
sosteniendo por el brote para con las piernas abiertas sobre la 7 en el rizoma. Retire un trozo
mantener limpia la capa de planta, elimine todos los vástagos y de corteza para descubrir la capa
cámbium. Coloque la astilla en hojas de los 30 cm inferiores del de cámbium (véase inserción),
un saco de plástico para que no tallo con un cuchillo afilado. dejando un «labio» en la base.
se seque. No toque la leña descubierta.

Astilla de brote
situada sobre
el rizoma

Ponga la astilla de brote
8 sobre el labio de corteza
preparado, acodada si es
necesario, para que las capas
expuestas de cámbium de la
astilla y del patrón se toquen.
9 n
Sujete la astilla de brote al A fines del invierno En verano se
patrón con tela adhesiva siguiente, elimine la parte desarrollará un vástago a
plástica. Cuando la astilla se haya superior del patrón. Corte con partir del brote injerto; el árbol
unido al patrón, retire la tela con podaderas por encima del brote nuevo estará en la etapa de
cuidado tras de algunas semanas. injerto con un corte sesgado. vástago virgen (véase «Selección
de árboles frutales», p. 365).
 P r o p a g a c i ó n

Propagación por injerto de brotado en
forma de «T»
En esta técnica, el patrón y el brote de
la púa se preparan de modo similar al
del injerto brotado de astilla, salvo que
se practican dos cortes en el patrón, for­
mando una «T». Esto permitirá levan­
tar ligeramente la corteza del patrón e
introducir el brote de la púa por deba­
jo. Si retira el brote de la púa junto a
un tallo de hoja, podrá manipularlo con
mayor facilidad; se retira este tallo an­
tes de sujetar el brote al patrón. Recor­
te el patrón al siguiente invierno. Para
que esta técnica tenga éxito, la corteza
del patrón debe poderse levantar con fa­
cilidad: en tiempos secos, riegue los pa­
trones durante dos semanas antes de
practicar un injerto en «T».
Injerto de acoplamiento
Este es un método habitual de injertar
para frutos de árbol. Puede emplearse
como alternativa al injerto de brote, pero
generalmente resulta mejor con frutos
de pomo que de hueso. Utilice patrones
bien establecidos que hayan sido plan­
tados bien el año anterior o, preferible­
mente, dos inviernos antes de llevar a
cabo el injertar.
La púa debe tener al menos tres bro­
tes y debe recogerse a mediados de in­
vierno de un vástago sano del desarro­
llo de la estación anterior. Incline en el
suelo hasta que esté lista para injertar.
A fines de invierno o principios de pri­
mavera, prepare el patrón cortando el
extremo del tallo y eliminando los vás-
tagos laterales. Con un corte sesgado,
rebane un trozo de corteza pequeño del
extremo del tallo restante; efectúe otra
incisión poco profunda en la capa de
cámbium, para crear una lengüeta.
Recorte la púa dejando tres o cuatro
brotes; después, con una incisión sesga­
da, rebane un trozo pequeño de corte­
za cerca de un brote pero del lado opues­
to a aquél. Efectúe una incisión poco
profunda ulterior, que encaje en la efec­
tuada sobre el patrón y enganche la len­
güeta resultante encima de la del patrón.
Asegure que ambas capas de cámbium
estén en contacto, después sujete el in-

I n je r t o de A c o p l a m ie n t o
Br o t a d o e n fo r m a d e «T»

I 1 2 3
Como púa, seleccione un A mediados de invierno, Junte 5 o 6 púas. Elija un A fines de invierno o
vástago maduro del desarrollo retire vástagos de leña dura emplazamiento bien drenado y principios de primavera,
de ¡a estación y elimine las vigorosos del árbol púa. Corte protegido e incline en el suelo para prepare las púas antes de la
hojas. Retire un brote cortando oblicuamente trozos de unos 22 mantenerlas húmedas e inactivas, a apertura de los brotes. Corte el
por debajo (véase inserción). cm, por encima de un brote. 5-8 cm sobre la superficie del suelo. extremo de cada patrón a 20-25
cm del suelo.

2 5
Haga un corte en form a
de «T» en el patrón a unos
22 cm del suelo y separe las
solapas de corteza.
Separe los vástagos del
4 patrón con un cuchillo
afilado, después haga un corte
inclinado de 3,5 cm hacia arriba,
a un lado, para recibir la púa.
6
Haga un corte de I cm de Retire las púas, elimine el
profundidad a un tercio del largo desarrollo blando de los
para descubrir la capa de cámbium, extremos y recorte dejando 3 o 4
formando una lengüeta en la cual brotes. Corte un trozo de corteza
insertar la púa (véase inserción). detrás de un brote a unos 5 cm
de ¡a base.

Coloque el brote detrás de
3 las solapas de la corteza,
recortando la parte superior al
nivel que el corte horizontal del
patrón.
Sin tocar la superficie de
7 corte con la mano, corte la
capa de cámbium (véase
inserción) para encajar la
lengüeta en el patrón.
Sitúe la púa en la lengüeta del
8 patrón (véase inserción, arriba).
Guíese por los aros de ¡a capa de
cámbium (inserción, abajo)
asegurando que las superficies
encajan.
9
Sujete la púa y el patrón con
cinta de plástico. Cuando las
superficies de corte comiencen a
formar callo, retire la cinta
cortando hacia abajo.
jerto con firmeza. Retire la ligadura
cuando se haya formado un callo alre­
dedor de la unión del injerto. Para la pri­
mavera, los brotes sobre la púa habrán
comenzado a crecer. Elija el vástago me­
jor desarrollado (y elimine los demás)
para formar un árbol virgen con latera­
les (véase «Selección de árboles fruta­
les», p. 365).
Esquejes
Para propagar ciertos frutos pueden
usarse esquejes de leña blanda, leña dura
y brotes de hojas. El material de los es­
quejes debe seleccionarse de una plan­
ta madre sana que proporciona cosechas
regulares.
Esquejes de leña dura
Se pueden propagar los higos, uvas y
grosellas (blancas, rojas o negras) y las
uvas espina a partir de esquejes de leña
dura, habitualmcnte recogidos en otoño.
Seleccione un vástago bien madura­
do del desarrollo de la estación en cur­
so y elimine las hojas y el extremo blan­
do. Elimine algunos o la mayoría de los
brotes, según el fruto a propagar, y corte
el extremo y la base. La preparación y
el largo de los esquejes varía ligeramen­
te; los detalles se proporcionan en los ar­
tículos de frutos individuales.
E sq u eje s de L eña D ura
1 2
Excave una zanja estrecha de
15 cm de profundidad. Si el
suelo es muy arcilloso, esparza un
desarrollo de la estación en
curso (aquí, de una higuera). Retire
poco de arena en el fondo de la trozos de al menos 30 cm, cortando
zanja para mejorar el drenaje. al ras del tallo principal.
Los esquejes
lardarán varios
meses en arraigar.
Hacia fines de la
siguiente estación de
desarrollo deberían
haber desarrollado
un crecimiento nuevo
y vigoroso.
Si el suelo está bien cultivado y no es
demasiado pesado, podrá introducir los
esquejes en una zanja angosta en terre­
no abierto. Sin embargo, si el suelo fuera
pesado, introduzca los esquejes en un
tiesto con tierra húmeda arenosa. Los
esquejes deberían estar preparados para
trasplantar uno o dos años después.
Esquejes de leña blanda
Las guayabas, granadas, tamañitos y
mirtilos rojos se propagan a partir de es­
quejes de leña blanda (en los climas lo
bastante cálidos para que la leña sea su­
ficientemente madura, los mirtilos ro­
jos pueden propagarse a partir de esque­
jes de leña dura). Recoja los esquejes a
mediados de verano y coloque en ties­
tos con tierra para esquejes (véase
p. 418). Temple las plantas jóvenes an­
tes de trasplantar a sus lugares perma­
nentes.
Esquejes de brote de hojas
Las existencias de zarzamoras y de ba­
yas híbridas pueden incrementarse a par­
tir de esquejes de brote de hojas (véase
p. 412). Recoja los esquejes a fines de
verano: retire trozos de tallo cortos, cada
uno con un brote y una hoja; introduz­
ca en tierra con los brotes por encima
de la superficie. Una vez arraigados, los
esquejes pueden colocarse en tiestos o
plantarse fuera.
Elija un tallo maduro del Elimine todas las hojas y el
extremo blando del desarrollo de
cada esqueje; después acorte,
dejando unos 23 cm: corte en ángulo
en el extremo y recto en la base.
Vástagos, acodos
y chupones
Algunos frutales desarrollan vástagos,
acodos y chupones, que arraigan a partir
de nodulos de tallos aún unidos a la
planta madre. El proceso puede apro­
vecharse para incrementar las existencias
de frutales.
Vástagos
Las fresas (pero no todas las fresas al­
pinas) desarrollan tallos horizontales
reptantes —o vástagos— que arraigan
al entrar en contacto con el suelo y que
pueden emplearse para la propagación.
Al desarrollarse los vástagos, extienda
de manera homogénea. Permita que
arraiguen y después retire y corte (véa­
se p. 410).
Acodos
Las zarzamoras y las bayas híbridas pue­
den propagarse a partir de acodos, aun­
que algunos híbridos tardan en arraigar.
Se estimula el arraigue del extremo de
un vástago, estaquillándolo en el suelo
o en un tiesto con tierra húmeda (véase
«Acodo de extremos», p. 411). Un año
después, cuando el extremo haya arrai­
gado y producido un desarrollo nuevo,
puede separarse de la planta madre y
trasplantar a su posición permanente.
3
6
En otoño, después
de la caída de las
hojas, retire los
esquejes arraigados
con cuidado,
envolviendo las raíces
en plástico para evitar
que se resequen.
Transplante a sus
posiciones definitivas y
siga cultivando.
Chupones
Los frutales de caña establecidos, como
las frambuesas, producen chupones que
en general se cortan con la azada. Si los
conserva, los chupones arraigados pue­
den retirarse y cortarse en otoño, cuan­
do las plantas están inactivas y el suelo
aún tibio. Trasplante los chupones arrai­
gados directamente a sus lugares defi­
nitivos (véase Propagación a partir de
chupones, p. 414). Higos, avellanas y f¡-
libertos también desarrollan chupones:
si tiene buenos sistemas de raíces, corte
con una pala y vuelva a plantar del mis­
mo modo.
Semillas
La propagación a partir de semillas es
el método habitual para aumentar las
existencias de muchos frutales no resis­
tentes, incluyendo aguacates (véase p.
462), guayabas y papayas.
Las fresas alpinas son uno de los po­
cos frutos que pueden cultivarse a par­
tir de semillas (véase p. 410). Las ave­
llanas, filibertos, nueces y castañas
dulces también pueden cultivarse a par­
tir de semillas con éxito, aunque los cul­
tivares elegidos por la calidad de sus fru­
tos deben propagarse de un modo
vegetativo. Para detalles, véase «Culti­
vo de árboles a partir de semillas», p. 56.
Coloque los esquejes en la
4 zanja, espaciando a 10-15 cm
de distancia, enterrando dos
tercios de los tallos. Afirme y
etiquete.
Frutos de árbol
L
os frutos de este grupo, también
llamados «frutos superiores», son
las formas de mayor desarrollo en
huerto de frutos. Pueden dividirse en
dos categorías principales: «frutos de
pomo», como las manazanas y las pe­
ras, que tienen un meollo que contiene
pepitas; y «frutos de hueso», como las
cerezas y los albaricoques, que tienen un
hueso central duro. También hay cier­
tos otros frutos, dentro de este grupo,
que no encajan en ninguna de las dos
categorías, como los higos, las moras y
los palosantos.
El cultivo de frutos de árbol es una
empresa a largo plazo que requiere una
planificación cuidadosa. El tamaño y el
aspecto o forma del árbol es una consi­
deración importante. Si permite que se
desarrollen naturalmente, muchos fru­
tales se harían demasiado grandes para
el jardín promedio. Sin embargo, se han
desarrollado formas más pequeñas so­
bre patrones enpequeñecedores; los fru­
tales también pueden guiarse y podarse
Manzanas (Malus sylvestris var. domestica)
Las manzanas son uno de los frutos re­
sistentes más cultivados; tanto los cul­
tivares de postre como los culinarios
ofrecen grandes variedades de sabores
y texturas.
El tamaño de los árboles puede redu­
cirse considerablemente ahora que los
cultivares empequcñecedores están am­
pliamente disponibles, lo que permite
cultivar cierto número de manzanas di­
ferentes en jardines pequeños, donde an­
tes sólo habría habido lugar para un ár­
bol grande. Los manzanos pueden
guiarse para adoptar casi cualquier for­
ma. Las formas en cordones, abanicos
y parras resultan muy útiles para culti­
var contra muros y verjas.
La selección de cultivares abarca pe­
ríodos de maduración que van de me­
diados de verano fines de invierno; los
frutos pueden almacenarse hasta media­
dos de primavera, en condiciones ade­
cuadas. Existen cultivares y patrones ap­
tos para la mayoría de los climas, incluso
aquellos con inviernos severos. Para que
florezcan, los árboles deben pasar al me­
nos 900 horas a temperatutas de menos
de 7o: los requisitos de enfriamiento. Las
manazanas no se cultivan bien en regio­
nes tropicales o subtropicales, porque no
reciben el enfriamiento adecuado.
Emplazamiento
y plantación
Al plantar, asegure que cada árbol ten­
ga espacio suficiente para desarrollarse
hasta alcanzar su tamaño final. Elija el
tamaño más adecuado (determinado en
como abanicos, parras o cordones y cul­
tivarlos planos contra muros o verjas,
elposibilitando su cultivo aun en el espa­
cio más pequeño.
Otro factor a tener en cuenta es la
cantidad de árboles requeridos. Muchos
frutales son autoestériles y, para produ­
cir fruto, necesitan al menos otro árbol
del mismo tipo que actúe como polini-
zador. Incluso los árboles autofértilizan-
tes proporcionan cosechas más abun­
dantes si hay otros polinizadores cerca.
Algunos frutos de árbol, como los hi­
gos, requieren una estación de desarro­
llo larga y calurosa y son difíciles de cul­
tivar en climas frescos; el cultivo a
cubierto proporciona protección y me­
jora el sabor y tamaño de los frutos.
Una vez el frutal elegido y plantado,
es importante adoptar los métodos co­
rrectos de poda. Una poda correcta no
sólo desarrollará una estructura fuerte
de ramas, sino que estimula y mantie­
ne unas cosechas óptimas durante mu­
chos años.
gran medida por el patrón) para su jar­
dín. En la mayoría de casos, necesitará
más de un manzano para la polini­
zación.
Emplazamiento
Para obtener buenas cosechas perma­
nentes un emplazamiento soleado y pro­
tegido es esencial. Los muros destina­
dos a frutos guiados no deben ser
sombreados; mejor si están a pleno sol.
Para jardines sombreados o los de zo­
nas con veranos cortos y temperaturas
frescas, elija cultivares de maduración
precoz. Donde se den heladas tardías,
elija cultivares de floración tardía para
evitar daños.
Las manazanas pueden cultivarse en
la mayoría de suelos bien drenados,
dada una preparación adecuada (véase
«Preparación del emplazamiento», p.
364). Cuanto más empequeñecedor sea
el patrón, más fértil debe ser el suelo.
Patrones
La elección del patrón depende del ta­
maño de árbol requerido y del tipo de
suelo. Los rizomas de manzana llevan
prefijos M o MM (Mailing y Mailing
Merton respectivamente, los centros de
investigación donde se desarrollaron los
patrones). Existe una amplia gama de
Membrillos
patrones disponibles, desde ‘M27’, que
es muy empequeñecedor, hasta el extre­
madamente vigoroso ‘M25’. Para jardi­
nes normales, el ‘M9’ se recomienda
para árboles enanos, ‘M26’ para los ma­
yores y ‘MM106’ para los de tamaño
medio (véase Distancias de plantado , p.
376). Los cultivares cultivados sobre
‘M27’ frutarán a los tres años de ser in­
jertados; requieren buenas condiciones
de cultivo para dar cosechas abundan­
tes. En de suelos pobres, emplee un pa­
trón más vigoroso para compensar: si
requiere un árbol enano, emplee
‘MM106’ en lugar de ‘M9’ o ‘M26\ El
vigor del cultivar elegido también deter­
mina el tamaño del árbol adulto. Los
cultivares triploides también desarrollan
un tamaño mayor que los diploides (véa­
se más abajo); emplee un patrón más
empequeñecedor para un triploide que
para un diploide para obtener un árbol
de un tamaño similar.
Polinización
Ningún manzano es confiable y estable­
mente autofertilizante: los diploides de­
ben plantarse junto a un segundo culti­
var compatible; los manzanos triploides,
que no polinizarán otros cultivares, re­
quieren dos cultivares compatibles para
polinizarlos. Los cultivares se dividen en
grupos de floración según el momento
en la que ésta ocurre; un cultivar de uno
de los grupos puede ser polinizado cru­
zado por otro del mismo grupo o por
uno del grupo anterior o posterior si las
épocas de floración se superponen (véa­
se también Manzanas de postre reco­
mendadas. p. 376 y Manzanas culina­
rias recomendadas, p. 377). Algunos
cultivares son incompatibles: de los enu­
merados en las pp. 376 y 377, ‘Coxe’s
Orange Pippin’ no polinizará ‘Kidd’s
Orange Red’ o ‘Suntan’ y viceversa. Si
duda sobre la compatibilidad, busque
consejo en un vivero especializado.
Plantación
Plante los árboles de raíces desnudas
cuando están inactivos, mejor en oto­
ño con el suelo tibio; pueden plantarse
hasta fines de invierno (salvo cuando
hiele), pero mantenga húmedos en pri­
mavera para que se establezcan bien. Los
árboles cultivados en contenedores se
plantan en cualquier momento, salvo
que el suelo esté helado o muy caliente;
riegue antes de plantar para que las raí­
ces estén húmedas. Con la marca del
suelo como guía, plante cada árbol a la
misma profundidad que la original (véa­
se también Plantación de un árbol fru ­
tal, p. 365). Si piensa guiar el árbol, fije
soportes y alambres antes de plantar
(para detalles, véase bajo formas indi­
viduales de árboles). El estacado al plan­
tar es esencial para árboles no guiados
y debe ser permanente en los de patro­
nes cmpcqucñccedorcs.
La distancia de plantado (véase p. 376)
depende de la forma de guiado y del vi­
gor de patrones y cultivares elegidos.
M a n z a n a s d e M esa
R ecom endadas
‘George Cave’
Tempranas
‘Beauty of Bath’
Fg2, Sb
‘Discovery’ Fg3, Ib
‘Epicure’ Fg3, Sb, ☆
‘George Cave’ Fg2, Sb
‘Iris Peach’ Fg2, Tb, ☆
‘Katy’ Fg3, Sb
‘Tydcman’s F.arly Worcester’
Fg3, Tb
Media Eslacion
‘Charles Ross’ Fg3, Sb
‘Cox’s Orange Pippin’ Fg3, Sb, ☆
‘Egrcmont Russet’ Fg2, Sb, ☆
‘Ellison’s Orange’ Fg4, Sb
‘Fortune’ Fg3, B, Sb, ☆
‘Golden Delicious’ Fg4, Sb
‘Greenslecves’ Fg3, Sb
‘James Grieve’ Fg3, Sb
‘Jester’ Fg4, Sb
‘King of the Pippins’ Fg5, Sb
‘Lord Lambourne’ Fg2, Tb
‘Mother’, sin. ‘American
Mother’ Fg5, Sb, ☆
‘Ribston Pippin’ Fg2, T, Sb, ☆
‘St Edmund’s Pippin’ Fg2, Tb, ☆
‘Spartan’ Fg3, Sb
‘Sunset’ Fg3, Sb, ☆
‘Worcester Pearmain’ Fg3, Tb
‘Worcester
Pearmain’
Tardías
‘A shmead’s Kernel’ Fg4, Sb, ☆
‘Chivers Delight’ Fg4, Sb
‘Claygate Pearmain’ Fg4, Sb, ☆
‘Cornish Gillyflower’ Fg4, Tb, ☆
‘D’Arcy Spice’ Fg4, Sb, ☆
‘Duke of Devonshire’ Fg4, Sb
‘Fiesta’ Fg3, Sb
‘Gala’ Fg4, Sb
‘Idared’ Fg2, Sb
‘Jonagold’ Fg4, T, Sb, Vg
‘Jupiter’ Fg3, T, Sb, Vg
‘Kidd’s Orange Red’ Fg3, Sb, ☆
‘Laxton’s Superb’ Fg4, B, Sb
‘Orleans Reinette’ Fg4, Sb, ☆
‘Pixie’ Fg4, Sb, ☆
‘Rosemary Russet’ Fg3, Sb
‘Sturmer Pippin’, Fg3, Sb
‘Suntan’ Fg5, T, Sb, Vg, ☆
‘Tydeman’s Late Orange’ Fg4,
Sb, ☆
‘William Crump’ Fg5, Sb, ☆
‘Winston’ Fg4, Sb
Cuidado rutinario D is t a n c ia s de P lantado
Programe el mantenimiento regular para Form a del R izo m a D is t a n c ia e n t r e D is t a n c ia
asegurar la salud de los árboles y una
buena cosecha. Alimente y aplique un A rbol A rboles ENTRE HILERAS
«mulch» periódicamente. Para segurar Arbusto ‘M27' l.2-2m 2m
una buena cosecha deberá entresacar ■M9’ 2.5-3m 3ni
flores y frutos como tareas anuales.
Controle en los árboles los signos de pla­ ■M26’ 3-4.75m 5m
gas, enfermedades y daños causados por ‘MMI06’ 3.5-5.5m 5.5m
estacas y ligaduras. Medio estándar ‘MMI1I’, ‘M25’ 7.5-9m 7.5-9m
Estándar 'MMIIP, 'M25' 7.5-l0.5m 7.5-10.5m
Entresacado de flores y cosechas (o plantón cangrejo)
bienales
Ciertos cultivares, como ‘Laxton’s Su- Ahusado *M9’ es ‘M26’ (y 2-2.2m 2.5-3m
triploides en ‘M27’)
perb’ producen cosechas abundantes en
años alternos, con pocas o ninguna flor ‘MMI06’ 2-2.2m 3.5m
y frutos en los años intermedios. Esto Cordón como arbusto 75cm 2m
se conoce como cosecha bienal. Abanico/parra ‘M9’ 3m
El entresacado de flores lo corrige
ampliamente; consiste en eliminar nue­ ‘MM106’ 4.75m
ve de cada diez racimos de flores, de­ ‘MM11P 5.5m
jando intacta la roseta de hojas jóvenes Pirámide enana ‘M27’ l.2m 2m
circundantes. Entonces el árbol produ­
cirá una cosecha moderada en lugar de ‘M9’ o ‘M26’ I.Sm 2-2.2m
una abundante y sus recursos se canali­ ‘MM106’ 2ni 2.2m
zan en la producción de brotes de fru­
tos para el año siguiente que, de otro
modo, no hubiera producido frutos. En Fertilización, riego y aplicación y ‘M26’, producen pocas raíces prima­
los árboles grandes, en los que resulta­ de «mulch» rias y por tanto requieren un estacado
ría impracticable entresacar flores en Riegue los árboles en períodos secos y permanente para proporcionar un so­
todo el árbol, la cosecha bienal puede cálidos, aplique fertilizante y un porte y compensar por la falta de
corregirse entresacando las flores de al­ «mulch» cuando sea necesario (véase anclaje.
gunas ramas. «Cuidado de frutos de árboles», p. 366).
Si los árboles de cosecha normal co­ Si el desarrollo es pobre, aplique sulfa­ Plagas y enfermedades
menzaran a producir cosechas bienales, to de amonio en primavera (35 g por Las plagas comunes que causan proble­
puede deberse a la pérdida de flores por m2). mas son pájaros (p. 561), avispas (p.
heladas y, por ende, de la cosecha. Esto 563), polillas de Cydia pomonella (p.
| puede inducir una cosecha excesiva al Estacas y ligaduras 563) y ácaros araña roja (p. 550). Las
año siguiente. El árbol puede no tener Examine las estacas y ligaduras con re­ enfermedades de las manzanas com­
recursos suficientes para desarrollar bro­ gularidad para comprobar que no rocen prenden escaras (p. 562), moho polvo­
tes de frutos para el tercer año y se pone las cortezas de los árboles y que las li­ so (p. 562), podredumbre marrón (p.
en marcha una tendencia bienal. Las gaduras no estén flojas; ajuste si es ne­ 562), carozo amargo (véase «Deficien­
plagas o enfermedades que causen un cesario. Los árboles cultivados sobre pa­ cia de calcio», p. 562) y cancro Necta­
retroceso un año pueden tener un efec­ trones empequeñeccdores, como ‘M9’ rio (p. 568).
to similar.
Entresacado de frutos
El entresacado es esencial en el caso de E ntresacado de M anzanas
cosechas abundantes; mejora el tama­
ño de los frutos, su calidad y su sabor,
y evita que las ramas se quiebren. En los
árboles jóvenes, las cosechas demasia­
do abundantes exceden los recursos del
árbol y atrasan el desarrollo de brotes
nuevos. Se pueden entresacar los frutos
pequeños parcialmente, pero es más sen­
cillo realizar la tarea a principios de ve­
rano, después de la «caída de junio»,
cuando el árbol pierde frutos imperfec­
tos e infértiles de manera natural.
Utilice podaderas para eliminar el fru­
to central (o «Rey») de cada racimo, que
a veces es deforme; después elimine las
frutas dañadas. Hacia mediados de ve­
rano, vuelva a entresacar los racimos de

C lave
Kg Grupo de floración (los números
indican el periodo de floración)
T Triploide (no apio como polinizador)
B Cosecha bienal
Sb Cosecha en espolones
Tb Cosecha en los extremos o parcialmente
Vg Desarrollo vigoroso
☆ Sabor excelente
manera que quede un fruto bueno por
racimo. Los frutos de los cultivares para
postres deben estar espaciados a 10-15
cm de distancia y los de cultivares culi­
narios a 15-22 cm; estas distancias pue­
den variar según el cultivar individual
y el tamaño requerido del fruto.
I 2
Si el manzano lleva una Elimine una cantidad
cosecha abundante, el entresa­ suficiente de frutos pequeños
cado es esencial. Después de la (en especial los deformes o muy
«caída de junio», que es normal, pequeños) dejando unos 10-15 cm
los frutos restantes requerirán entre cada uno y un solo fruto
otro entresacado si la cosecha si­ pequeño por racimo.
gue siendo abundante.
Técnicas de poda
y guía
Los manzanos producen flores y frutos
sobre vástagos de 2 años y más y en es­
polones cortos producidos sobre leña
más vieja. Los vástagos de 2 años lle­
van tanto brotes de frutos grandes como
brotes de desarrollo más pequeños. Los
brotes de frutos producen racimos de
flores y luego frutan; los brotes de de­
sarrollo se convierten en brotes de fru­
tos para el año siguiente o en vástagos
laterales o espolones frutantes. Los vás­
tagos de 1 año también pueden llevar
brotes de frutos, pero florecen más tar­
de que aquellos sobre leña más vieja.
Los cultivares con frutos en los extremos
de los vástagos producen menos espo­
lones (véase abajo).
Una vez la estructura de ramas se haya
establecido, los árboles guiados deben
podarse (sobre todo en verano) para
mantener su aspecto, limitar su desarro­
llo y estimular la producción de brotes
de frutos. Los árboles no guiados requie­
ren una poda moderada en invierno para
estimular el desarrollo de frutos para la
próxima estación y para mantener una
estructura abierta y equilibrada para
ofrecer buenas cosechas y frutos de
calidad.
Br o t e s d e F r u t o
y Br o t e s d e D e s a r r o l l o
Brote de
de sa rro llo
En la leña de dos años y más, se
forman grandes brotes de frutos. Los
más pequeños son de desarrollo y
suelen estar sobre leña de un año.
A n il l a d o de C orteza
Pase cinta alrededor del
tronco como guía para hacer
2 cortes paralelos. El anillo
medirá 3 mm-l cm de ancho,
según edad y tamaño del árbol.
M ella y M uesca
M u esca
Para debilitar el desarrollo de los
brotes, haga una muesca en la
corteza debajo del brote, hasta la
capa de cámbium.
Productores de frutos en los extremos
y en los espolones
Los cultivares difieren en la manera de
llevar la mayoría de sus frutos. Los de
extremos llevan la fruta en o cerca de los
extremos de los vástagos; los de espo­
lones los llevan a lo largo del vástago so­
bre espolones de articulación corta, de
los que se desarrolla un crecimiento nue­
vo cada año.
Los que llevan los frutos en los extre­
mos no son fácilmente guiados en for­
ma de cordones, parras o abanicos, por­
que en cada vástago hay leña desnuda
no productiva que limita la capacidad de
producción del árbol. Cultive en formas
estándar, medio estándard o de arbus­
to; una vez establecidos, sólo requieren
un podado de renovación (véase p. 378).
Muescas y cortes
A veces puede ser necesario corregir el
equilibrio de la estructura de ramas de
un árbol guiado; esto se logra a través
de muescas, lo que debilita el desarro­
llo de un brote en particular, o a través
de un corte, lo que lo fortifica. Los cor­
tes también sirven para estimular la pro­
ducción de vástagos laterales en trozos
desnudos de tallos.
Las muescas y cortes son más efica­
ces en primavera, cuando la savia está
surgiendo. Practique una muesca o una
2
Haga cortes paralelos a través
tanto de la corteza como de
la capa de cámbium. Retire la
anilla de corteza con la parte no
afilada del cuchillo.
M ella
Para estimular el desarrollo del
brote, haga una mella a través de
la corteza hasta la capa de
cámbium, encima del brote.
insición pequeña con un cuchillo debajo
de un brote para inhibir su desarrollo;
haga un corte encima para incrementar
su vigor y estimular un desarrollo nuevo.
Anillado de la corteza
En manzanos y perales excesivamente vi­
gorosos (pero no en frutos de hueso) que
producen cosechas no satisfactorias, el
anillado de la corteza servirá como úl­
timo recurso para limitar el desarrollo
vegetativo y estimular una producción
de frutos mayor. A fines de primavera,
elimine una anilla estrecha de corteza de
alrededor del tronco hasta la capa de
cámbium, a una altura similar a 1 m del
suelo. Esto reducirá el flujo de nutrientes
y hormonas hacia las raíces, de manera
que se concentren en la parte superior
del árbol. Debe efectuar el anillado con
cuidado o el árbol podría morir. Prime­
ro mida el ancho del anillo, que no debe
medir más de 3 mm en un árbol peque­
ño, aumentando a no más de 1 cm en
el caso de un árbol muy grande; después
rasque el anillo con un cuchillo. Corte
a través de la corteza y la capa de cám­
bium y elimine la corteza dentro del ani­
llo hasta la leña dura alrededor de todo
el anillo. Selle la herida inmediatamen­
te con varias capas de cinta adhesiva im­
permeable —debe cubrir la herida sin to­
car la capa de cámbium.
Envuelva el anillo con cinta
impermeable para cubrir la
herida pero sin tocar la capa de
cámbium. Retire la cinta cuando
la herida haya curado.
M a n z a n a s C u l in a r ia s
R ecom endadas
Tempranas
‘Early Victoria’, sin. ‘Emneth
Early’ Fg3, B, Sb
‘George Neal’ Fg2, Sb, ☆
‘Grenadier’ Fg3, Sb
‘I^ord Grosvcnor’ Fg3, Sb
‘Lord Sufficld’ Fgl, Sb, ¿r
Media estación
‘Arthur Turner’ Fg3, Sb
‘Bismarck’ Fg2, Sb
‘Blenheim Orange’ Fg3, T, Sb,
Vg, ☆
‘Cox’s Pomona’ Fg4, Sb
‘Golden Noble’ Fg4, Tb, ☆
‘Lord Derby’ Fg4, Sb
‘Norfolk Beauty’ Fg2, Sb
‘Peasgood Nonsuch’ Fg3, Sb, ☆
‘Rev. W. Wilks’ Fg2, Sb, ☆
‘Royal Jubilee’ Fg5, Sb
‘Warner’s King’ Fg2, T, Sb
Tardías
‘Annie Elizabeth’ Fg4, Sb
‘Bountiful’ Fg3, Sb, ☆
‘Bramlcy’s Seedling’ Fg3, Tb,
T, Vg
‘Crawley Beauty’ Fg7, Sb
‘Dumclow’s Seedling’, sin.
‘Wellington’ Fg4, Sb, ☆
‘Edward VII’ Fg6 , Sb
‘Edward
‘Encore’ Fg4, Sb, ☆
‘Howgate Wonder’ Fg4, Sb, Vg
‘Lane’s Princc Albert’ Fg3, Sb
‘Monarch’ Fg4, B, Sb, ☆
‘Newton Wonder’ Fg5, B, Sb, Vg
‘Woolbrook Russet’, Fg4, Sb
Cl.AVK
Fg G ru p o d e flo ra c ió n (lo s núm eros
in d ica n e l p e río d o d e flo ra c ió n )
'I' T rip lo id e (n o a p io co m o p o lin o z a d o r)
B C o secha b ien a l
Sb C o secha en espolones
Tb C o secha en exirem o s o parcialm ente
Vj* D e sa rro llo vigoroso
vY S a b o r excelente
 La herida debería haber cicatrizado
en otoño; entonces podrá retirar la cin­
ta adhesiva impermeable. Para el año si­
guiente, el árbol deberá producir muchas
más flores y en consecuencia, una co­
secha de frutos mucho más abundante
porque la reacción de cualquier planta
herida es reproducir.
Poda invernal
Existen tres técnicas principales para el
podado de invierno, todas las cuales es­
timulan un desarrollo nuevo. La poda
y entresacado de espolones sólo debe lle­
varse acabo en cultivares que producen
muchos espolones, no en los que pro­
ducen frutos en los extremos. La po­
da de renovación resulta adecuado
para arbustos altos y delgados y para to­
dos los que producen frutos en los ex­
tremos, además de cultivares vigorosos
que resultarían excesivamente estimula­
dos por una poda severa. Una poda re­
gular es adecuado para cultivares que
son de una naturaleza muy vigorosa, en
especial los triploides como ‘Bramley’s
Seedling’, ‘Blenheim Orange’ y ‘Jo-
nagold’.
Podría resultar necesario variar el gra­
do y el tipo de poda de un año a otro,
según la extensión del desarrollo, la can­
tidad de frutos producidos y la edad del
árbol.
Poda de espolones: consiste en recor­
tar las ramas guía y los laterales jó ­
venes, con el fin de estimular el desa­
rrollo de sub-latcralcs y espolones fru­
tantes. El alcance de la poda requerida
depende del vigor del árbol: cuanto ma­
yor sea el vigor, tanto menor deberá ser
la poda, ya que la poda estimula el de­
sarrollo.
Acorte las ramas guía de árboles vi­
gorosos sólo en algunos brotes, pero en
los más débiles, acorte hasta un tercio,
para estimular la formación de sub-
iatcrales nuevos. En el caso de árboles
más robustos, los vástagos de hasta 15
cm pueden quedar sin podar.
Entresacado de espolones: es necesa­
rio al madurar un árbol, para evitar que
los frutos se vulevan apiñados. Si no los
entresaca, los espolones se enredan y
producen frutos de inferior calidad.
Cuando los sistemas de espolones se
vuelven apiñados, elimine más leña vieja
en lugar de la joven. Después de un
tiempo puede ser necesario serrar siste­
mas completos de espolones para dejar
espacio para el desarrollo de otros más
jóvenes.
Poda de renovación: implica el recorte
anual de una cierta cantidad de vásta­
gos frutantes más viejos hasta la base,
con el fin de estimular el desarrollo de
leña nueva y joven. Mantenga el centro
de un árbol tipo arbusto abierto podan­
do el desarrollo vigoroso que cruce o
sombree otros laterales, de manera que
todas las ramas estén bien espaciadas.
Sólo pode un poco del extremo de las
ramas guía y ninguno en árboles vi­
gorosos.
Poda regulan/adora: consiste en eli-
Poda de Invierno
P oda de E spo lo n e s ENTRESACADO DE ESPOLONES
1 2
Recorte laterales jóvenes Pode el desarrollo de la Los sistemas de espolones de árboles
dejando entre 3 y 6 brotes estación en curso, que crece más viejos pueden volverse
del desarrollo corriente, según sobre ramas guía, entre un demasiado densos. Entresaque
el vigor del vastago. cuarto y un tercio. eliminando espolones débiles y los
que estén debajo de las ramas.
P oda de R e n o v a c ió n P o d a R e g u l a r iz a d a
Este árbol posee un
desarrollo apiñado;
corrija eliminando las
ramas cruzadas o que se
toquen y entresacando
los subía ¡erales o
laterales apiñados.
Pode una buena parte de los
vástagos más viejos que ya
han frutado (izquierda). Esto
estimulará el desarrollo de
vástagos nuevos (derecha).
minar vástagos y, a veces, trozos largos
de ramas grandes que están apiñadas o P o d a d e V e r a n o (S istem a L o r e t t e M o d if ic a d o )
cruzadas, en particular en el centro del
árbol, para mantener abierto el sistema Pode cuando el
de ramas. Elimine la leña vieja para de­ tercio más bajo del
jar sitio para vástagos nuevos. No pode desarrollo nuevo se
el extremo de las ramas guía. haya vuelto leñoso.
Poda veraniega
Éste se lleva a cabo para mantener los
árboles guiados en su espacio correspon­
diente. Implica eliminar una gran parte
del desarrollo nuevo cada verano, para
ralentizar el desarrollo vegetativo.
Sistema Lorette modificado: es el mé­ Corte laterales
todo estándar de poda veraniega en cli­ tallos principales A ntes de P odar
mas templados con veranos frescos e im- hasta 3 hojas sobre
predecibles. Se lleva a cabo una vez que el ramillete basal.
los vástagos jóvenes se hayan vuelto le­
ñosos en la base. Los laterales vírgenes
(nuevos) que miden más de 2 2 cm de lar­
go, creciendo directamente desde el ta­
llo o una rama principal deben reducir­
se, dejando tres hojas por encima del
racimo basal. Pode los vástagos latera­
les que surgen de espolones y laterales Corte laterales
ya existentes, dejando una hoja por en­ dejando 1 hoja.
cima del racimo basal. Siga podando D espués d e P o da r
de este modo al madurar los vástagos.
Para evitar que vástagos laterales o de­
sarrollos secundarios crezcan detrás del
corte de podado, deje unos pocos vás­
tagos más largos sin podar; sujete estos
vástagos firmemente a otras ramas de
una manera aproximadamente horizon­
tal, con el fin de que la savia fluya ha­
cia abajo. No acorte ninguno hasta des­
pués de la frutación. luego, a mediados
de otoño, recorte los vástagos de desa­
rrollo secundario dejando un brote.
Sistema Lorette completo: debe em­
plearse en climas más cálidos. Pode los
laterales nuevos, dejando unos 5 cm, re­
pitiendo el proceso a intervalos a lo largo
del verano. Acorte los laterales dejando
2 cm una vez que la base se haya vuelto
leñosa. A fines de verano, pode los de­
sarrollos secundarios del mismo modo.
Arbusto
El arbusto de centro abierto —o de for­
ma de copa— es relativamente fácil de
mantener; es ideal para jardines gran­
des con mucho espacio.
Poda de configuración
Comience por un árbol virgen de abun­
dantes plumas; los laterales formarán las
primeras ramas. Después de plantar,
cuando el árbol está inactivo, recorte la
guía hasta un lateral fuerte a 60-75 cm
del nivel del suelo, dejando al menos dos
o tres laterales correctamente espaciados
debajo de éste radiando hacia fuera
como los rayos de una rueda. Estos for­
man la base del sistema de ramas; acorte
en dos tercios del largo, cortando hasta
un brote mirando hacia arriba. Elimi­
ne todos los demás laterales.
Si emplea un tallo virgen o un árbol
virgen con plumas que tiene pocos o nin­
gún lateral adecuado, recorte el guía en
invierno hasta un brote fuerte a 60-75
cm de la base; después efectúe un pe­
queño corte debajo de los dos brotes su­
periores; esto limitará su desarrollo y es­
timulará el desarrollo de vástagos a
partir de los brotes inferiores. Elimine
los laterales no deseados por completo.
A fines del verano siguiente, deberían
haberse desarrollado tres o cuatro late­
rales fuertes y sanos, produciendo una
planta equivalente a una virgen con
plumas.
El verano siguiente debería desarro­
llarse un crecimiento fuerte. Si un late­
ral crece más rápido que los demás, su­
jete de manera casi horizontal para
ralentizar su desarrollo. Elimine los vás­
tagos débiles y los que crezcan hacia
abajo o hacia el interior.
El segundo invierno, seleccione algu­
nos desarrollos bien espaciados que sur­
jan de los laterales originales para incre­
mentar la estructura de las ramas y
acorte hasta la mitad, cortando hasta
brotes que miren hacia fuera. Si alguno
no fuese necesario para la estructura,
acorte dejando cuatro o cinco brotes y
elimine complctamemote los vástagos
M anzano en forma de A rbusto
A ñ o i, P o d a In v e rn a l A ño , P o d a d e In v ie rn o
Pode el guía
2
Los sublaterales no
hasta un lateral necesarios para formar
elegido, ramas secundarias deben
dejando 2 o 3 podarse dejando 4 o 5 brotes.
laterales fuertes
debajo de éste.
Recorte dos
tercios de cada
uno de los
laterales hasta roae guias (le ramas y
un brote sublaterales bien
mirando hacia situados hasta la mitad,
arriba. Elimine hasta alcanzar brotes
todos los ~ !rando hacia fuera.
laterales
restantes.
A rbu sto e s t a b l e c id o , p o d a d e E spo lo nes en I n v ie r n o
Pode los guías de ramas
vigorosos, dejando dos
Recorte los vástagos
tercios del desarrollo de la laterales jóvenes que
estación previa. Los guías de
ramas más débiles deben crezcan a partir de
ramas permanentes,
acortarse en dos tercios. dejando 5 o 6 brotes
para formar espolones.
que crucen el centro abierto. Al seguir A rbu sto e s t a b l e c id o , P oda d e r e n o v a c ió n e n I n v ie r n o
creciendo el segundo verano, elimine los
vástagos vigorosos verticales que dese­
quilibren el aspecto del árbol. Para el ter­
cer invierno, la estructura final de las ra­
mas debería estar establecida, Recorte una parte de
consistente en ocho o diez ramas prin­ los vástagos frutantes
cipales, además de varias subsidiarias. más viejos hasta su
base para estimular un
Poda rutinaria
desarrollo de reemplazo.
Una vez que la estructura está estable­
cida, sólo será necesario un podado in­
vernal (véase p. 378) para los arbustos; sublateralesEntresaque
apiñados,
la poda necesaria dependerá de la can­
tidad de desarrollo que haya producido dejando el centro
el árbol y de si los frutos se producen del árbol abierto.
en el extremo o en los espolones. El pri­
mero requiere una poda de renovación.
Los de espolones requieren una poda y
entresacado de éstos.
1,2-1,35 m —en el caso de un medio El siguiente invierno, elimine todos los
estándar— o 2 -2 ,2 m para un estándar, layterales y recorte el guía hasta la altu­
Estándar y medio se requieren dos o tres años de poda y ra deseada, ya sea para un estándar o
estándar guiado. Después de plantar uno virgen
con plumas o un tallo virgen, sujete el
un medio estándar; si el árbol no hubiera
alcanzado la altura deseada, siga culti­
vástago guía a una caña y, en invierno, vando durante un tercer año. Deberían
Hay pocos jardines lo bastante grandes recorte bien los laterales dejando 2,5 cm. desarrollarse diversos laterales debajo
como para albergar un árbol estándar En primavera y verano, recorte las plu­ del corte; seleccione y conserve tres o
o medio estándar, pero resultan buenos mas periódicamente, dejando algunas cuatro laterales bien espaciados para
ejemplares individuales en los sitios don­ hojas; esto ayudará a engrosar el tallo formar la estructura principal de las ra­
de existe suficiente espacio. principal. Repita el procedimiento el se­ mas. Después guíe como para un arbus­
Para producir un tallo limpio de gundo año. to de centro abierto (más arriba).
 La poda del árbol es la misma que
para un arbusto, pero el desarrollo será
mucho más vigoroso porque el árbol
está injertado sobre un patrón vigoro­
so o muy vigoroso. Lleve a cabo un po­
dado regular del árbol establecido; sólo
será necesario un podado severo si el ár­
bol no crece bien.
Árbol en forma de huso
Un árbol en forma de huso se guía para
que adopte la forma de pirámide o cono,
hasta una altura de 2 ,2 m; una vez esta­
blecido, necesita un podado de renova­
ción y otro para mantener la forma.
Se han desarrollado diversas varian­
tes del arbusto ahusado, pero la meta
fundamental es mantener las tres o cua­
tro ramas inferiores dominantes, elimi­
nando vástagos que, de otro modo, se
desarrollarían en el centro del árbol.
Cualquier vástago que se desarrolle en
una parte más elevada del árbol se deja
frutar y luego se poda bien, para ser
reemplazado por un desarrollo nuevo.
I’oda de configuración
Plante uno virgen con plumas fuerte,
sosteniendo con una estaca de 2 m. Re­
corte el guía en invierno, dejando alre­
dedor de 1 m —o justo hasta el lateral
más elevado— si éste fuera más alto. Se­
leccione tres o cuatro laterales espacia­
dos de manera homogénea que estén a
unos 60-90 cm de la base. Pode cada la­
teral hasta la mitad, dejando un brote
sano que mire hacia abajo y elimine to­
dos los demás laterales.
Si el desarrollo es fuerte, sujete todos
los laterales verticales hacia fines del pri­
mer verano, con el fin de suprimir el de­
sarrollo y estimular la frutación del ár­
bol. Si el desarrollo es débil, no es
necesario sujetar los laterales verticales
hasta el siguiente verano.
Sujete los laterales con cordel fuerte,
fijado a estacas de madera o de metal
en forma de ganchos clavados en el sue­
lo en ángulo alrededor del árbol. Si uti­
liza estacas de madera, clave una grapa
en forma de «U» en el extremo de cada
una de manera que pueda fijar un cor­
del en ésta. Sujete cada cordel a la rama
de forma que la incline en un ángulo de
30“. Posiblemente, las ramas largas de­
berán sujetarse en dos lugares.
Elimine los vástagos excesivamente vi­
gorosos que crezcan hacia arriba a par­
tir del tallo principal o de los laterales;
no intente sujetarlos ya que podrían
romperse. Guíe el tallo central vertical­
mente, sujetándolo a la estaca.
El segundo invierno después de plan­
tar, acorte el guía central en un tercio
del desarrollo nuevo, cortando hasta un
brote situado en el lado opuesto del
corte de poda efectuado el invierno an­
terior. Esto ayuda a mantener un tallo
recto. Asegure que los cordeles no im­
pidan el desarrollo de los vástagos su­
jetados; una vez que los desarrollos se
hayan endurecido, permaneciendo en
una posición más o menos horizontal,
nes de verano y elimine los que sean de­
masiado fuertes.
Cordones
retire los cordeles. El verano siguiente, Un árbol virgen con plumas puede
sujete algunos de los vástagos vertica­ Poda rutinario guiarse como cordón oblicuo sobre
les y elimine completamente todos los A partir del cuarto o quinto año, es ne­ alambres sujetos a postes o a un muro
que fueran excepcionalmente vigorosos cesario una poda de renovación (véase o verja. Espacie tres alambres horizon­
o estén demasiado cerca del tallo prin­ p. 378) en invierno: acorte una parte de tales a unos 60 cm de distancia; el alam­
cipal o que desequilibren la estructura la leña vieja que ya ha frutado. Algu­ bre inferior debe estar a 75 cm del sue­
de las ramas. nos vástagos, particularmente los de la lo. Fije los alambres a 10-15 cm de
Para el tercer invierno, los laterales parte superior del árbol, deben podar­ distancia del muro o verja para permi­
ubicados más altos sobre el árbol debe­ se severamente hasta el tronco para es­
rían haberse desarrollado y deberían ha­ timular el desarrollo de vástagos de
tir que el aire circule libremente. Sujete
una caña a los alambres en un ángulo
berse sujetado, formando hileras ulte­ reemplazo. Si el guía central es muy vi­ de 45°, luego plante uno virgen con plu­
riores de ramas. Deberían ser casi goroso, puede recortarse un poco hasta mas junto a ésta (véase p. 365) y sujete
horizontales, ya que esto estimula la fru­ un lateral más débil que lo reemplazará; el tallo principal a la caña.
tación temprana y no deben sombrear concentrará el vigor en las ramas inferio­
las ramas de la estructura inferior si pue­ res y ayudará a conservar la forma pira­ Poda de configuración
de evitarlo. midal, permitiendo que mayor cantidad En el invierno inmediatamente posterior
Durante el tercer verano, cuando el ár­ de luz alcance los frutos. En verano, al plantado, acorte todos los vástagos la­
bol ha de producir frutos por primera siga recortando cualquier vástago dema­ terales que midan más de 10 cm de lar­
vez, sujete vástagos nuevos elegidos a fi- siado vigoroso y muy vertical. go, dejando tres o cuatro brotes. En el
M anzano A husado
A ñ o i, P o d a d e In v ie rn o A ño i , P oda de Verano
Pode el guía con un
corte inclinado justo
encima de un brote
apto a alrededor de I
m del suelo.
Recorte 3 o 4 laterales Corte los laterales o
fuertes hasta la mitad, sublaterales vigorosos
hasta un brote mirando mirando hacia arriba
hacia abajo. hasta la base.
A ño 2 , P o d a d e V eran o A r b u st o A h u s a d o e s t a b l e c id o , P oda de I n v ie r n o
Repita la poda
de verano igual
que el del año
I, eliminando
desarrollos
verticales.
Recorte, dejando I Pode los sublaterales
brote, las ramas de las 4 ramas
superiores grandes permanentes
y viejas con inferiores
podaderas. si fueran
improductivas,
cruzadas o
crecieran hacia
dentro.
caso de cultivares de frutación en los ex­ C ordón de M anzano
tremos, acorte el guía en un tercio; no A ñ o i, P o d a d e In v ie rn o A ño i , P oda de V erano
intente una poda ulterior del cordón.
A partir del primer verano, pode los Recorte los laterales Cuando las bases de
vastagos nuevos desde mediados a fines de más de 10 cm los vástagos se hayan
de verano, una vez que la base se haya de largo, dejando 3 vuelto leñosas, pode
vuelto leñosa. Como no todos los vás- o 4 brotes. No el desarrollo nuevo,
tagos maduran al mismo tiempo, siga pode los laterales dejando 3 hojas.
podando a lo largo de varias semanas. más cortos.
Emplee el sistema Lorette modificado o
completo (véase «Podado veraniego», p.
378). El momento de podar depende del
clima y del sistema empleado. Recorte laterales
dejando
Poda rutinaria 1 hoja.
La poda invernal es esencial para evitar
el apiñamiento: reduzca los sistemas de
espolones sobrecrecidos y elimine los
apiñados completamente. Si el cordón
no produjera los suficientes laterales
bien espaciados, acorte el guía en un
cuarto de su largo para estimular un de­
sarrollo fuerte.
Una vez que un cordón se haya exten­
dido más allá del alambre superior, baje
un poco su ángulo de desarrollo para
proporcionar espacio para que el guía
se extienda. Cuando alcance el alambre
superior, recorte dejando una hoja de C ordón e s t a b l e c id o , P oda de I n v ie r n o C ordón e s t a b l e c id o , P oda de Verano
desarrollo nuevo a fines de primavera.
O, si el guía fuera vigoroso, recorte a fi­
nes de primavera hasta un vástago late­
ral adjunto al alambre superior para li­ Entresaque espolones
mitar su crecimiento. cuando se apiñen en
Pode según el sistema Lorette comple­ , cordones más viejos.
to o modificado; en el caso de un cor­ Cuando las bases
dón establecido, ello implica recortar de los laterales se
vástagos laterales dejando una sola hoja. hayan vuelto
leñosas, recorte el
Cordón doble desarrollo nuevo,
Un cordón doble generalmente se culti­ dejando 1 hoja.
va de un modo vertical, pero puede cul­
tivarlo en ángulo si lo desea. Los vírge­ Recorte
nes con plumas y los tallos vírgenes laterales vírgenes
pueden guiarse como cordones dobles. dejando 3 hojas.
El procedimiento es similar en cada
caso, salvo que los tallos vírgenes deben
formar laterales antes de que se pueda
comenzar a guiarlos (véase «Conforma­
ción de un cordón doble», derecha).
Si emplea uno virgen con plumas,
pode el guía dejando dos vástagos late­
rales de igual vigor, uno a cada lado, al­
rededor de 24 cm del nivel del suelo;
Conformación de un cordón doble
efectúe en invierno, después de plantar. Para guiar un vástago virgen en for­
Sujete los vástagos laterales a cañas en ma de cordón doble, recorte el árbol
un ángulo de 35°. Guíe el desarrollo nue­ recién plantado, dejando unos 24 cm
vo hacia arriba en verano, mientras siga del nivel del suelo durante el primer
siendo flexible, dejando al menos 45 cm invierno, dejando un brote fuerte a
entre los brazos verticales de la «U»; ambos lados debajo del corte. Para el
después, cada brazo se trata como un verano siguiente, cuando se hayan
cordón único. producido los vástagos nuevos, suje­
te los dos superiores a cañas en un án­
Abanico gulo de 45°, bajando a uno de 30°
más adelante en la estación. Cuando
los extremos de estos vástagos estén
Un muro o verja es un sosporte ideal separados por más de 45 cm, guíe ha­
contra el que cultivar un manazano en cia arriba sujetando a cañas ver­
forma de abanico; seleccione un culti­ ticales.
var creciendo sobre un patrón empeque- Una vez conformada la forma en
ñecedor, de manera de quepa cómoda­ «U» básica del cordón doble, ambos
mente en el espcio disponible. Fije brazos verticales deben podarse al
alambres de sostén horizontales a unos igual que un cordón individual.
15 cm de distancia,comenzando a 38 cm
del nivel del suelo. El desarrollo inicial
de la estructura es el mismo que para los
melocotones (véase p. 393); una vez es­
tablecido, debe podarse según el siste­
ma Lorette modificado (véase p. 378),
tratando cada brazo al igual que un cor­
dón único. Esto estimula el desarrollo
de espolones frutantes a lo largo de cada
brazo.
Parra
Para lograr este aspecto, uno o más pa­
res de vástagos opuestos se guían en án­
gulos rectos al tallo principal, sobre
alambres de sostén separados por 38 cm.
Una parra generalmente tiene dos o tres
M anzano A parrado
A ñ o i, P o d a d e I n v i e r n o
Después de plantar,
recorte un guía
virgen hasta por
encima del primer
alambre con un
corte sesgado por
encima de un brote
que tenga 2 brotes
fuertes debajo.
A ño 2 , P o d a d e In v ie rn o
hileras, pero pueden haber más en ár­
boles de suficiente vigor y si hay espa­
cio para albergarlos. Si emplea un tallo
virgen, la primera hilera de ramas pue­
de guiarse a la altura requerida con ma­
yor facilidad.
Poda de configuración
Después de plantar un tallo virgen, pode
el guía hasta un brote situado encima
del alambre inferior. El verano siguien­
te, guíe el vástago superior de manera
vertical, para formar un nuevo guía; al
desarrollarse los dos laterales más fuer­
tes debajo de éste, sujete cada uno a una
caña en un ángulo de 45° para confor­
mar la primera hilera de ramas. Corte
todos los vástagos inferiores, dejando
dos o tres hojas. Sujete los laterales de
A ño i, P oda de Verano
Sujete el guía central a
una caña vertical al
crecer y desarrollarse.
Pode ambos brazos
horizontales de la primera
hilera hasta un brote sano
la primera hilera en sus posiciones ho­
rizontales hacia fines de la primera es­
tación de desarrollo. Si los dos brazos
principales se desarrollasen de modo no
homogéneo, baje el vástago mas vigo­
roso para limitar su desarrollo y levan­
te el vástago más débil para inducir un
vigor mayor. Una vez que ambos estén
equilibrados, sujete en sus posiciones
horizontales (véase también Guiado so­
bre cañas, p. 369).
El invierno siguiente, elimine comple­
tamente los laterales que se hayan de­
sarrollado, salvo los brazos principales.
Para crear la segunda hilera, primero
busque dos brotes fuertes que estén a
unos 38 cm por encima de la primera
hilera, después recorte el guía central
hasta el brote por encima de éstos. Acor­
- principales, dejando
A ño 2 , P o d a d e V eran o
Sujete los vástagos de extensión de
la primera hilera y los vástagos en
desarrollo de
te cada brazo de la primera hilera en un
tercio, hasta un brote que mire hacia
abajo; si el desarrollo es muy vigoroso,
no pode el brazo.
El brote hasta el que se recorta cada
brazo producirá un vástago que debe
guiar horizontalmente durante el segun­
do verano después de plantar. Recorte
los demás sub-laterales según el sistema
Lorette modificado (véase p. 378). Se
formará el segundo par de brazos, que
deben guiarse al igual que el primer par.
Repita este procedimiento para obtener
el número deseado de hileras.
Poda rutinario
Una vez que los brazos de la hilera su­
perior están bien establecidos, pode el
guía central en invierno por encima de
Elija dos laterales
principales y sujete
a cañas fijadas a
alambres en un
ángulo de 45°. Más
tarde, éstos se
bajarán a una
posición horizontal.
Recorte los laterales
que se hayan
desarrollado debajo
de los brazos
2 o 3 hojas.
Pode los laterales del tallo
en Iré la primera y segunda
3 hojas.

Para formar la segunda

hilera, corte el guía,
dejando un brote, por encima del
segundo alambre, dejando 2
brotes fuertes debajo de éste.

Recorte los Cuando se vuelvan leñosos,

laterales, salvo los recorte los sublaterales de
dos brazos más de 22 cm sobre las
horizontales, a ras hileras permanentes dejando
del tallo. 3 o 4 hojas. En los años
siguientes, recorte los
sublaterales dejando I hoja.
R ec o g id a
Sostenga la manzana en la mano y
retuerza ligeramente. Si la manzana
se desprende del espolón con
facilidad, está lista para recoger.
esta hilera. Después, la parra debe po­
darse en verano según el sistema Loret-
te modificado o completo (véase p. 378).
Pirámide enana
La pirámide enana es una forma de ár­
bol compacta apta para un jardín peque­
ño o un contenedor. Si crece sobre un
rizoma ‘M27’ o ‘M9’, requerirá estaca­
do permanente; los cultivares que cre­
cen sobre otros patrones requieren 4-5
años de estacado. Para detalles sobre la
poda, véase «Peras: pirámide enana», p.
385.
Después del podado de verano, suele
aparecer un desarrollo secundario. Es­
tos vástagos no deseados inhiben la for­
mación de brotes de frutos; pode dos o
tres semanas más tarde de lo habitual
para ayudar a retrasar su desarrollo si
éste fuese un problema. Si sigue apare­
ciendo un desarrollo secundario, deje
Propagación
Los manzanos pueden propagarse por
injerto de astilla de brote o por injerto
«T» en verano (véase pp. 372 y 373) o
por injerto de acomplamiento a princi­
pios de primavera (véase p. 373). Den­
tro de lo posible, utilice patrones y púas
certificadas.
Sobreinjerto
El injertado por encima es una técnica
empleada para injertar púas de un cul­
tivar seleccionado sobre un manzano o
peral establecido para reemplazar el cul­
tivar original. Esto se efectúa para in­
troducir un polinizador nuevo para los
árboles adyacentes o para probar un
nuevo cultivar; como las raíces y el sis­
tema de ramas ya están establecidos, el
nuevo cultivar debería frutar rápidamen­
te. Existen dos métodos: el recorte de la
copa y el recorte de la estructura.
Recorte de copa
Inicialmente, esto implica recortar la
mayoría de las ramas principales hasta
C ómo efectu ar un I n je r t o
60-75 cm de la horqueta principal en pri­
mavera. Deje algunas de las ramas más
pequeñas sin podar a fin de que actúen
como desviadores de la savia y reducir
el número de vástagos nuevos que pue­
den formarse alrededor de los cortes de
poda. Monde los cortes de las ramas se­
rradas. Se emplean dos o tres púas por
rama, pero sólo se sigue cultivando la
más vigorosa; la presencia de las otras
puede ayudar, inicialmente, a evitar la
aparición de cancros en la superficie del
corte. Éstos pueden injertarse en la cor­
teza o en una hendidura (este último sis­
tema es utilizado raramente por aficio­
nados y no se describe aquí).
Para realizar un injerto de corteza, re­
coja púas inactivas del desarrollo de la
estación previa del cultivar deseado y
prepare con cortes sesgados en los ex­
tremos y cortes ahusados en la base. Re­
corte una astilla de corteza del otro lado
del corte ahusado, para evitar que la cor­
teza se dañe al introducirla en la rama.
Si efectúa injertos de corteza con ramas
de unos 2,5 cm de diámetro, coloque dos
púas, una opuesta a la otra. Las ramas
más grandes pueden acoger tres púas es­
paciadas de un modo homogéneo. Prac­
de C orteza
tique un corte vertical en la corteza de
la rama preparada para cada púa. Le­
vante la corteza con cuidado y deslice
la púa por debajo. Sujete el injerto fir­
memente y selle las superficies de corte
con cera para injertos. El desarrollo de
las púas es rápido y debe soltar las li­
gaduras.
Conserve la púa más vigorosa y reti­
re las demás. A menudo se desarrollará
más de un vástago de la púa seleccio­
nada; permita que la mejor se desarro­
lle sin impedimentos, como base para
la rama nueva. Acorte las demás si fue­
ran menos vigorosas que el vástago con­
servado; elimine por completo si fueran
de igual vigor. El cultivar nuevo debe­
ría comenzar a producir frutos a partir
de 3-4 años. Después pode la rama nue­
va según la forma individual del árbol.
Recorte de la estructura
En este método se conserva la mayor
parte de la estructura de las ramas y se
injertan muchas púas en diferentes par­
tes del árbol. Este sistema es el preferi­
do de los viveristas comerciales ya que
los árboles producen frutos antes que
con el recorte de la copa.

2
uno o dos vástagos sin podar con el fin A principios de primavera, Haga un corte vertical de Con la parte no afilada del
de que actúen como desviadores de sa­ corte la mayoría de ramas 2,5 cm en la corteza de una de 3 cuchillo, separe la corteza de
via (véase «Poda veraniega», p. 378). principales hasta unos 60-75 cm las ramas. Si ésta es de 2,5 cm de la capa de cámbium.
del tronco. Deje 1 o 2 ramas sin diámetro, haga 2 cortes de espaciado
cortar para desviar la savia. parejo, si es mayor, haga 3 cortes.
Cosecha y almacenado
Las manzanas de maduración tempra­
na deben recogerse justo antes de que
maduren por completo o pronto se vol­
verían harinosas. Sin embargo, los cul­
tivares de maduración tardía no deben
recojerse demasiado temprano o los fru­
tos se marchitarían durante el alma­
cenado.
Envuelva los frutos individualmente
en papel a prueba de grasa y, mantenien­
do separados los cultivares diferentes, al­
macene en cajas o cajones en un sitio
fresco (véase p. 371). Los frutos de ár­
boles jóvenes o excesivamente vigorosos

5 6
Prepare púas de 3 brotes de Cuando haya introducido 2 o 3 Aplique cera de injerto a las
se almacenan con menor eficacia que los
de árboles más adultos y, por lo tanto,
4en ellargo, con un corte en ángulo púas en la rama, sujete bien los zonas descubiertas. Una vez
habría que consumirlos primero. Para extremo superior y otro injertos con cordel, enroscado que las púas se hayan unido a la
más información acerca de la cosecha ahusado en la base. Introduzca alrededor de toda la rama para rama, conserve el más vigoroso y
y almacenado, véase p. 371. con el corte ahusado hacia sujetar las púas. retire los demás.
dentro.
E l H u e r t o F r u t a l
Peras (Pyrus communis var. sativa)
Los perales requieren condiciones más
cálidas que los manzanos para dar co­
sechas confiables. Los cultivares de ma­
duración tardía requieren condiciones
secas y cálidas a lo largo de fines de ve­
rano y principios de otoño. Tienen unas
necesidades invernales de enfriamiento
de 600-900 horas a menos de 7°.
Los perales pueden guiarse como los
manzanos; para los jardines pequeños,
las formas más adecuadas son arbusto,
pirámide enana, cordón y parras. Se los
cultiva sobre patrones de membrillo en
lugar de los de peral, ya que éstos pro­
ducen árboles más pequeños. Algunos
patrones nuevos están siendo probados.
P er a s d e M esa
R ecom endadas
Tempranas
‘Beth’ Fg4, Sb,
Beurre d Amanlis *¡>2,
T, Sb
‘Clapp’s Favourite’
Fg4, Sb
‘Dr Jules Guyot’ Fg3, Sb
‘Doyenné d’Eté Fg2, Sb
‘Jargonelle’ Fg3, T, Tb
‘Marguerite Marillat’ Fg2, Sb
‘Williams’ Bon Chrétien’ Fg3,
Igl, Sb
Media estacion
‘Abbé FeteP Fg3, B, Sb
‘Belle Guerandaise’ Fg2, Sb
‘Belle Julie, >Fg3, Sb
‘Bergamotte d ’Esperen’ Fg3, Sb
‘Beurré Dici’ Fg2, T, Sb
‘Beurré Hardy’ Fg3, Sb
‘Beurré Superfin’ Fg3, Sb, ☆
‘Bristol Cross’ Fg4, Sb
‘Calebasse Bose’ Fg4, Sb
‘Comte de Lamy’ Fg4, Sb ’
‘Concorde’ Fg4, Sb
‘Conference’ Fg3, Sb
‘Conference’
‘Cósica’ Fg3, Tb
‘Doyenné Bussoch’
Fg3, T, Sb
‘Doyenné du Comice’ Fg4,
Ig2, Sb, ☆
‘Fertility’ Fg3, Sb
‘Fondante d’Automne’ Fg3, Igl,
Sb, ☆
‘Louise Bonne of Jersey’ Fg2,
Igl, Sb
‘Marie Louise’ Fg4, Sb
‘Merton Pride’ Fg3, T, Sb
C la ve
Fg Grupo de floración (¡os números-
indican el período de floración)
Ij» Grupo de incompatibilidad (las peras
de este grupo no se polinizan entre sí)
T Triploide (no apto como polinizador)
B Cosecha bienal
Sb Cosecha en espolones
Tb Cosecha en extremos o parcialmente
☆ Sabor excelente
Emplazamiento y
Plantación
Los perales florecen antes que los man­
zanos, entre mediados y fines de prima­
vera, y pueden resultar dañados por las
heladas; no son completamente autofer-
tilizantes; para una buena cosecha es ne­
cesaria una polinización cruzada.
Emplazamiento
Los perales requieren un emplazamien­
to cálido, protegido y soleado. El suelo
debe conservar humedad estar bien dre­
nado, especialmente en el caso de árbo­
les que crecen sobre patrones de mem­
brillo (véase abajo); los perales toleran
condiciones más lluviosas que los man­
zanos. Los árboles en suelos arenosos
y pobres producen frutos de sabor in­
ferior, mientras que los que crecen en
suelos poco profundos sobre greda pue­
den sufrir clorosis inducida por la cal,
un problema de nutrición causado por
deficiencia de manganeso y hierro (véase
p. 555). Tales emplazamientos pueden
mejorarse con un «mulch» consistente
en grandes cantidades de materia orgá­
nica y una aplicación ocasional de hie­
rro quelatado y manganeso.
Patrones
Además de producir árboles pequeños,
el cultivo de peras sobre patrones de
membrillo induce una frutación precoz.
El ‘Membrillo A’ es moderadamente
empequeñecedor (similar al ‘M26’ de las
manzanas); el ‘Membrillo C’ es más cm-
pequeñeccdor (similar al ‘M9’ de las
manzanas). Algunos cultivares no se
unen bien a patrones de membrillo y re­
quieren un labrado doble (véase p. 386).
Polinización
Debe asegurar una polinización cruza­
da correcta plantando dos cultivares
compatibles. Algunos cultivares son tri-
ploides y otros son masculinos estériles:
éstos requieren dos polinizadores adya­
centes. Los incompatibles se indican en
las listas de Peras de postre recomenda­
das, a la izquierda y en la p. 385; y en
la lista de Peras de uso culinario, p. 385.
Plantación
Plante peras en otoño cuando el suelo
aún está tibio, o a mediados de invicr-
D is t a n c ia s de P l a n t a c ió n
F orm a d el P atrón
Á rbol
Arbusto ‘Membrillo C’
‘Membrillo A’
Cordón ‘Membrillo A’ o ‘C
Parra ‘Membrillo C
‘Membrillo A’
Abanico Como la parra
Pirámide enana ‘Membrillo C’
‘Membrilo A’
P atrones
4 III
3 ni
2m
I ni
‘Membrillo C’ ‘Membrillo A’
no. Esto permite que los árboles se esta­
blezcan antes de comenzar a desarrollar­
se, lo que ocurrirá pronto en una prima­
vera-templada. Las distancias de plan­
tación (véase abajo) dependen del pa­
trón elegido y la forma de cultivo del ár­
bol (véase «Podado y guiado», derecha).
Cuidado rutinario
El mantenimiento regular es similar al
de los manzanos, comprendiendo el en­
tresacado, alimentación y riego y el con­
trol de las plagas y enfermedades (véa­
se p. 376). Para una información
general, véase pp. 366-367.
Entresacado de frutos
Tras la caída natural de los frutos pe­
queños a mediados de verano o algo des­
pués, entresaque dejando un fruto por
racimo si la cosecha es abundante, pero
dejando dos si fuese más pobre.
Alimentación, riego y aplicación
de «mulch»
Riegue y fcrtilicc los árboles en la me­
dida necesaria (véase p. 366). Es impor­
tante proporcionar una cantidad ade­
cuada de nitrógeno a los perales: en
primavera, aplique revestidos ligeros de
hasta 35 g por m 2 de sulfato de amonio
para mantener los niveles durante la es­
tación de desarrollo. En primavera, apli­
que «mulch» alrededor de los árboles re­
cién plantados.
Plagas y enfermedades
Las peras pueden verse afectadas por pá­
jaros (p. 561), conejos y liebres (p. 570),
avispas (p. 563), pulgones (p. 550), oru­
gas de la polilla de invierno (p 549), que­
mazón (p. 553), jejenes de peras (p. 562),
escaras (p. 553) y podredumbre marrón
(p. 562). Los ácaros de ampollas de la
hoja producen pústulas sobre las hojas.
D is t a n c ia e n t r e D is t a n c ia s
Á rboles ENTRK HILERAS
3,5 m 5,5 m
4,75 m 5,5 m
75 cm 2m
3,5 m
4,75 m
Como la parra
1,2 m 2m
1,5 m 2m
Retire y destruya las hojas afectadas en
verano. Algunos perales, en especial los
‘Conferencc’ pueden desarrollar frutos
partenocárpicos; son de forma cilindri­
ca y pueden aparecer tras una fertiliza­
ción parcial; el fruto sigue creciendo
pero es deforme. Trate proporcionando
un polinizador adecuado y abrigo para
estimular más insectos polinizadores.
Poda y guía
Las necesidades de la poda y sus técni­
cas son como los de los manzanos, pero
los perales toleran un podado más in­
tenso una vez han comenzado a produ­
cir frutos. La frutación se suele produ­
cir sobre leña de dos años y más. En los
perales, la producción de espolones es
más prolífica que en los manzanos; en
árboles establecidos, debe entresacar es­
polones con regularidad. Pocos cultiva­
res de perales producen frutos en los ex­
tremos.
El guiado y la poda para desarrollar
un cordón es similar al de los manza­
nos. En zonas templadas, ambos se po­
dan por el sistema Lorette modificado;
en climas más calurosos, por el sistema
Lorette completo (véase «Manzanas:
poda veraniega», p. 378). Un abanico
se forma de la misma manera que para
los melocotones (véase p. 393) pero, una
vez establecidos, pode como para un
abanico de manzano (véase p. 381). Los
perales se podan dos o tres semanas an­
tes que los manzanos, poco después de
mediados de verano.
Si aconteciera un vigor excesivo a ex­
pensas de la cosecha, realice un poda­
do de raíces (véase p. 370) donde sea
practicable o, como un último recurso,
efectúe un anillado de la corteza.
Arbusto
El guiado y la poda inicial es el mismo
que para los manzanos (véase p. 379).
Varios cultivares de peras (por ejemplo
‘Doyenée du Comice’) tienen hábito de
desarrollo vertical; al podar ramas guía
de estos cultivares, corte hasta un brote
mirando hacia fuera. Los vástagos ver­
ticales deben sujetarse antes de que su
base madure, como parte del procedi­
miento de guiado inicial, para estimu­
lar un ángulo de desarrollo más amplio.
Después del segundo año, la poda de ár­
boles vigorosos debe ser más ligero.
Donde falte vigor, acorte laterales nue­
vos dejando cinco o seis brotes o menos.
Los pocos perales que producen fru­
tos en los extremos (como ‘Jargonelle’
y ‘Joséphine de Malines’) deben sufrir
una poda de renovación como el de los
manzanos productores de frutos en los
extremos (véase p. 378). Los árboles de
espolones establecidos requieren un
buen acortado y entresacado de espo­
lones, y un entresacado ocasional de ra­
mas en invierno.
 Pirámide enana P e r a , P ir á m id e E n a n a
Pode el vástago guía de uno virgen con A ñ o i, P o d a d e In v ie rn o P e r a s d e M esa
plumas después de plantar, a 50-70 cm R e c o m e n d a d a s (C o n t .)
del suelo y acorte los laterales, dejando Recorte el guia en
15 cm; elimine los laterales débiles o ba­ ángulo por Media estación (cont.)
jos. Durante el primer verano, pode el encima de un ‘Onvvard’ Fg4, Ig2, Sb, ☆
desarrollo de extensión sobre los latera­ brote a 50-70 cm ‘Packham’s Triumph’ Fg2, Sb
les —y cualquier lateral nuevo— dejan­ del suelo. ‘Pitmaston Duchess’ Fg4, T, Sb
do cinco o seis hojas hasta brotes que ‘Santa Claus’ Fg4, Sb
miren hacia abajo. Esto estimula un de­ ‘Seckle’ Fg2, Igl, Sb, ☆
sarrollo horizontal y una frutación pre­ ‘ThompsonY Fg3, Sb
coz. Recorte los sublaterales, dejando
tres hojas. El siguiente invierno, pode el Tardías
vástago guía dejando 25 cm del desarro­ ‘Beurré d ’Anjou’ Fg2, Sb
llo nuevo, cortando hasta un brote que ‘Easter Beurré’ Fg2, Sb
se encuentre del lado opuesto del de la Pode cada lateral ‘Glou Morceau’ Fg4, Sb
poda del año anterior. Durante cada año hasta un brote ‘Joséphine de Malines’ Fg3, Ib
siguiente, pode el guía hasta brotes en mirando hacia ‘Olivier de Serres’ Fg3, Sb
lados alternos. Cuando el guía alcance abajo a unos 15 ‘Passe Crasanne’ Fg2, Sb
la altura requerida, pode a fines de pri­ cm del tallo ‘Winter Nelis’ Fg4, Sb,
mavera, dejando un brote del desarro­ principal. ‘Joséphine de Malines’
llo nuevo.
Una vez formada la estructura inicial, P er a s C u l in a r ia s
casi todo la poda se efectúa entre me­ Recorte los laterales
diados y fines de verano, según la esta­ del tallo principal R ecom endadas
ción y la ubicación. Es importante que por completo. Media estación
los vástagos se hayan vuelto leñosos en ‘Beurré Clairgeau’ Fg2, Sb
la base antes de podarlos; por lo tanto,
Tardías
A ño i , P o d a de V erano A ño 2 , P o d a d e I n v i e r n o ‘Bcllissime d ’Hiver’ Fg2, Sb
Pode los laterales ‘Black Worcester’ Fg3, Sb
Pode el desarrollo ‘Catillac’ Fg4, T, Sb
nuevos que se de la estación ‘Double de Guerre’ Fg4, Sb
desarrollen directamente anterior que crece ‘Uvedale’s St Germain Fg2, T, Sb
del tallo principal sobre el guía ‘Vicar of Winkfield’ Fg2, T, Sb
dejando 5 o 6 hojas. dejando unos 25
cm. -------------------------- ‘Catillac’
C la v e
Fg Grupo de floración (los núm.
indican período floración)
Ig Grupo de incomptabilidad (las peras
Recorte los de este grupo no se polinizan entre sí)
Recorte el desarrollo T Triploide (no apto como polinizador)
nuevo de los extremos sublaterales que crezcan Sb Cosecha en espolón
de los laterales a partir de los laterales Tb Cosecha en extremo o parcialmente
principales, dejando principales dejando 3 v Sabor excelente
5'o 6 hojas sobre el hojas. Éstos comenzarán
desarrollo de extensión. a formar espolones
el siguiente verano.

A ño 2 y P o d a R u tin a ria d e V e ra n o P ir á m id e E n a n a e s t a b l e c id a , P oda d e I n v ie r n o

Cuando la guía alcanza la A ntes
altura requerida, pode Los espolones sobre
dejando un brote del la leña más oscura
desarrollo de la estación en la base de este
previa. vástago están
Recorte sublaterales de laterales apiñadas y requieren
o espolones existentes, dejando 1 entresacado.
hoja más allá del ramillete de Recorte los laterales
que crezcan a
partir de las ramas D espués
principales dejando Entresaque
3 hojas. eliminando los
espolones
improductivos o
superpuestos.
Recorte los brotes de
frutos excesivos
Recorte el desarrollo dejando 2 o 3 brotes
nuevo del extremo de espaciados
las ramas permanentes, homogéneamente en
dejando 5 o 6 hojas. cada espolón.
la tarea se extiende a lo largo de tres o
cuatro semanas y algunos vástagos pue­
den no estar preparados para podar has­
ta principios de otoño. No acorte los
vástagos que midan menos de 15 cm de
largo. Recorte las ramas guías dejando
seis hojas de desarrollo nuevo y pode los
sublaterales dejando una hoja por en­
cima del racimo de la base. Cualquier
vástago que surja directamente de las ra­
mas principales deberán acortarse dejan­
do tres hojas. Si se desarrollase un cre­
cimiento secundario, deje algunos
vástagos sin podar, al igual que para los
manzanos (véase «Poda veraniega», p.
378) para desviar la savia.
La única tarca principal en el caso de
la poda de invierno es acortar el guía
central ya descrito además de cierto
acortado y entresacado de los espolones
en años posteriores. Si permite que el sis­
tema de espolones se apiñe, el árbol per­
derá vigor y producirá frutos pequeños
y congestionados.
Cosecha y almacenado
El momento de cosechar es sumamente
importante, especialmente en el caso de
cultivares que maduran a fines de vera­
no y principios de otoño. Si permane­
cieran en el árbol durante demasiado
tiempo, los frutos se vuelven «adorme­
cidos» y marrones en el centro. Cose­
che apenas la piel muestre un cambio del
color básico: de verde oscuro a verde
más claro. Si tiene dudas, coja el fruto
y tuerza suavemente: si se desprende con
facilidad, estará casi maduro y tendrá
Membrillos (Cydonia oblonga)
Los membrillos son frutos cultivados so­
bre todo en regiones templadas. Como
arbustos, alcanzan los 3,4-5 m; también
pueden guiarse como abanicos. Los fru­
tos tiene forma de manzana o pera, y
están cubiertos de una pelusa gris-
blancuzca. Los cultivares más amplia­
mente cultivados son ‘Mcech’s Prolific’
y ‘Vranja’. Los membrilleros tiene nece­
sidades de enfriamiento de 100-450 ho­
ras a menos de 7o C. para florecer.
Emplazamiento y plantación
Los membrilleros requieren emplaza­
mientos soleados y abrigados. En zonas
frías, el abrigo proporcionado por un
muro puede ser beneficioso. Prefeieren
suelos conservadores de la humedad y
algo ácidos; una alcalinidad demasiado
alta ocasiona una clorosis inducida por
la cal.
Normalmente, se emplea el ‘Membri­
llo A’ como rizoma. Los árboles culti­
vados sobre sus propias raíces producen
chupones difícilmente controlables. Ge­
neralmente, los membrillos son autofer-
lilizantes, pero la existencia de polini-
zadores aumenta las cosechas. Si son de
el mejor sabor posible después de algu­
nos días. Si el tallo se rompiera, aguar­
de algunos días más. Como todos los
frutos no maduran simultáneamente, de­
berá efectuar varias cosechas. Los fru­
tos de cultivares de maduración tardía
y aquellos cultivados en climas frescos
deben permanecer en el árbol hasta que
estén maduros o no desarollarán su má­
ximo sabor.
Labrado doble de cultivares de peral
Los pocos cultivares incompatibles
con patrones de mebrillo requieren un
doble labrado: un cultivar compati­
ble tanto con el patrón de membrillo
como con el cultivar de la púa elegi­
do se usa como un «inter-patrón» en­
tre ambos. El interpatrón más amplia­
mente utilizado es ‘Beurrc Hardy’;
también pueden usarse ‘Vicar of
Winkfield’, ‘Pitmaston Duchess’ y
‘Beurré d’Amalis’ para todos los cul­
tivares que requieren un doble labra­
do. Estos comprenden ‘Dr Jules Gu-
y o t\ ‘Souvenir de C ongrés’,
‘Marguerite Marillat’, ‘Williams’
‘Bon Chretien’, ‘Maric Louise’, ‘Pack-
ham’s Triumph’ y ‘Thompson’s’. Se
pueden usar dos métodos de doble la­
brado: el brotado de astilla doble y
el injerto doble.
El brotado de astilla doble impli­
ca llevar a cabo un brotado de astilla
durante dos años seguidos: el primer
año, una púa del inter-patrón se in­
jerta en un patrón de membrillo; el
raíz desnuda, plante los membrillos en
otoño o invierno, o todo el año si están
cultivados en contenedores, espaciando
a unos 4-4,5 m de distancia.
Cuidado rutinario
Las necesidades de cultivo son las mis­
mas descritas bajo «Cuidado de frutos
de árbol», p. 366. Una vez establecidos,
los membrillos requieren poca atención.
Puede ser necesaria una alimentación es­
tándar, particularmente en suelos po­
bres; también pueden resultar necesarios
el riego y la aplicación de un «mulch».
Los membrillos son relativamente fáci­
les de cultivar, pero las manchas fúnga­
les de hojas (p. 552) pueden causar pro­
blemas.
Poda y guiado
Los membrillos frutan sobre espolones
y en los extremos de los desarrollos del
verano anterior. Podrá dejar que los ar­
bustos se conviertan en árboles de va­
rios tallos o podarlos en las primeras
etapas, como los arbustos de manzanas
(véase p. 379), con una estructura de ra­
mas de centro abierto y bien espaciada.
Almacene las peras en condiciones
frescas, colocando en cajas de listones;
110 las envuelva o se decolorará la pul­
pa. Debe acondicionar los frutos de cul­
tivares de maduración tardía antes de
consumirlos: conserve a temperatura
ambiente durante uno o dos días y con­
suma cuando la pulpa ceda a una lige­
ra presión del pulgar cerca del tallo. En­
tonces el sabor debería ser óptimo.
B r o ta d o D oble
Inserte el brote de astilla
5 cm por encima del
primer injerto y en el
lado opuesto; el tallo
resultante crecerá
derecho cuando se
desarrolle el brote.
Elimine el interpatrón
por encima del brote
nuevo cuando el vástago
de púa se haya
desarrollado. Elimine los
desarrollos del interpatrón.
segundo año, una púa del cultivar ele­
gido se injerta sobre el inter-patrón en
el lado opuesto. Este método es el mis­
mo que para el injerto de brotado de as­
tilla (véase p. 372).
Para el injerto doble se siguen los mis­
mos principios. Injerte el inter-patrón
sobre el patrón del membrillo a princi­
pios de primavera, empleando el méto­
do de injerto de acoplamiento (véase p.
La poda para árboles establecidos es
mínimo, con un entresacado ocasional
en invierno del desarrollo viejo y apiña­
do. No pode todos los laterales,ya que
esto elimina demasiados brotes de
frutos.
Cosecha y almacenado
Recoja los frutos cuando su piel cam­
bie del verde al dorado, generalmente a
fines de otoño. Almacene en cajas en lu­
gar fresco, oscuro y bien ventiiado. No
envuelva los frutos: la pulpa de los mem-
M e m b r il l o
Deje una amplia zona
sin hierba alrededor de
los membrillos jóvenes,
para que los árboles
absorban todos los
nutrientes y no los
compartan con la
hierba.
Propagación
El injerto de acoplamiento o de astilla
de brote o en forma de T (véase «Pro­
pagación», p. 372) en general resulta efi­
caz sobre patrones de ‘Membrillo A’ o
‘Membrillo C’. El sobreinjerto también
puede emplearse para cambiar el culti­
var de un árbol existente por otro me­
jor (véase p. 383).
I n je r t o D o b l e
Sigue los mismos
principios que el injerto
de brotado doble: recorte
el interpatrón un año
después de injertado,
una vez que la savia
comience a surgir, e
injerte sobre la púa
requerida. Deje 5 cm
entre los injertos; sitúe
la púa injertada del lado
opuesto al injerto previo.
373). A fines de invierno o principios
de primavera, recorte el inter-patrón
injertado e injerte la púa del cultivar
incompatible sobre el inter-patrón.
Otra opción consiste en injertarlo so­
bre el inter-patrón en verano, a con­
tinuación del injerto del inter-patrón
en primavera. Elimine los vástagos del
inter-patrón pero conserve los de la
púa del cultivar.
brillos almacenados en sacos de plásti­
co se decolorará. Como los membrillos
tiene un aroma intenso, debe almacenar­
los separadamente, para que no conta­
minen otros frutos. A menudo se los
conserva al natural.
Propagación
Los membrilleros se propagan bien por
injertos de brotes de astilla sobre patro­
nes de ‘Membrillo A’ en verano (véase
p. 372) o recogiendo esquejes de leña
dura en otoño (véase p. 374).
NÍSpeFOS (MespHus germanica)
Los nísperos son árboles decorativos y
extensos, de colorido otoñal dorado y
flores blancas o rosado blancuzcas desde
mediados a fines de primavera. Los nís­
peros generalmente se cultivan como ar­
bustos —o como medio estándar si se
requieren ejemplares grandes. Son auto-
fertilizantes y tienen unas necesidades
de enfriamiento de 100-450 horas a me­
nos de 7o C. Los frutos tienen forma de
manzana y son ligeramente aplanados,
con cálices prominentes y correosos. Su
sabor es un gusto adquirido; los frutos
se emplean para hacer conservas al
natural.
N íspe r o s
Madurando
Los pequeños
frutos marrones
maduran en otoño
y miden 2,5-5 cm
de diámetro.
Ciruelas, ciruelas verdal, ciruelas damasceno y amacenas (Prunus domestica)
Se cultivan varios tipos de ciruelos por
sus excelentes frutos. Éstos comprenden:
las europeas (selecciones de Prunus do­
mestica), ciruelas verdales (P. domesti­
ca y P. insititia); ciruelas damasceno,
Mirabelles y amacenas (P. insititia); ci­
ruelas cereza (P. cerasifera) y las cirue­
las japonesas o salicinas (P. salicina, sin.
P. triflora).
Las regiones de clima fresco-templado
son ideales para el cultivo de ciruelas
europeas, verdales y amascenas; en las
regiones más cálidas de primaveras más
adelantadas, el cultivo de las ciruelas ja­
ponesas y las Mirabellle es más amplio.
Todos los tipos de ciruelos prefieren zo­
nas con mucho sol y pocas lluvias. Los
ciruelos cerezo —o «myrobalan»— ra­
ramente se cultivan por sus frutos, pero
son utilizados por sus patrones vigoro­
sos para cierto número de ciruelos fru­
tantes y para algunos árboles orna­
mentales.
Existe una amplia gama de cultivares
diferentes adaptados a climas diversos
y, con los patrones empequeñecedores
disponibles hoy en día, los ciruelos son
ideales incluso para jardines pequeños;
los damascenos en general son árboles
más pequeños que los ciruelos. Las for­
mas compactas del árbol piramidal y del
arbusto enano son muy adecuadas para
jardines pequeños; para obtener los fru­
tos más selectos en climas frescos, cul­
tive árboles guiados en forma de aba­
nico contra un muro cálido y soleado.
Los ciruelos europeos y los damascenos
requieren un enfriamiento de 700-1000
horas a temperaturas inferiores a 7o C,
Emplazamiento y plantación
Es preferible un emplazamiento solea­
do y abrigado, aunque los nísperos to­
leran la sombra parcial. Pueden cultivar­
se en una amplia gama de suelos, salvo
los muy gredosos o mal drenados. Una
humedad adecuada es esencial para ob­
tener un desarrollo fuerte y una buena
cosecha de frutos.
Los árboles cultivados por la calidad
de sus frutos generalmente están injer­
tos sobre patrones de ‘Membrillo A’,
aunque los medio estándar a veces exis­
ten sobre patrones de plantones de pera.
Plante los nísperos entre fines de oto­
y los ciruelos japoneses de 500-900
horas.
Emplazamiento
y plantación
Para que las flores se polinicen los ci­
ruelos requieren un emplazamiento cá­
lido y protegido. Sus necesidades de po­
linización son complejas: algunos
cultivares son autofertilizantes; otros re­
quieren polinizadores adecuados plan­
tados en las cercanías. Asegure un es­
pacio suficiente en el emplazamiento
propuesto para el número de árboles de­
seado, calculando su altura adulta.
Emplazamiento
Todos los ciruelos florecen a principios
de primavera, y los ciruelos cerezo aún
más temprano, de manera que las hela­
das siempre constituyen un riesgo. Por
tanto, es mejor plantar en un emplaza­
miento libre de heladas. Debe proteger
los ciruelos de daños causados por el
viento y también para estimular la apa­
rición de insectos polinizadores.
La mayoría de los suelos son adecua­
dos; evite los muy gredosos o de mal dre­
naje. Los ciruelos cultivados en suelos
pobres y arenosos necesitan alimenta­
ción y riego suplementarios para man­
tener un buen desarrollo y cosechas.
Patrones
Los ‘Pixy’ (empequeñecedores) y ‘St Ju-
lien A’ (moderadamente vigorosos) son
los mejores para ciruelos medianos y pe­
queños de 2,2-4 m de alto. Para árboles
ño e invierno. Espacíe los medio están­
dar a una distancia de 8 m y los arbus­
tos a 4,5 m.
Cuidado rutinario
Las necesidades de cultivo son las mis­
mas que para los manzanos (véase p.
376). Los nísperos pueden padecer oru­
gas devoradoras de hojas (p. 549) y man­
chas fúngales de hojas (p. 552).
Poda y guiado
Guíe un árbol tipo arbusto como los
manzanos (véase p. 379). En los tipo me­
dio estándar, la poda inicial es el mis­
mo que para los manzanos. Una vez la
estructura principal establecida, entre­
saque ramas ocasionalmente en invier­
no para conservar una estructura abier­
ta, eliminando el desarrollo muerto,
apiñado o enfermo.
Cosecha y almacenado
Deje los frutos en el árbol el mayor tiem­
po posible para que desarrollen todo su
sabor. Recoja a fines de otoño cuando
el tallo se separa fácilmente del árbol,
de hasta 4,5 m, elija ‘Myrobalan B’ (in­
compatible con algunos cultivares) o
‘Brompton’ (universalmente compati­
ble). ‘Mariana’ es excelente para ciruelos
japoneses, pero es incompatible con al­
gunos europeos. Los ciruelos tienden a
producir chupones; esto es menos fre­
cuente con los cultivares modernos.
Polinización
Los ciruelos europeos y los damascenos
pueden ser autofertilizantes, parcialmen­
te autofertilizantes o autoestériles. Al­
gunos cultivares muy populares, como
‘Victoria’, son autofertilizantes, pero si
planta polinizadores adecuados en las
cercanías asegurará cosechas más con
D is t a n c ia s de P l a n t a c ió n
F o rm a del P atrón
A rbol
Arbuslo 'Julien A'
‘Brompton’ o plantón
de melocotón
Abanico ‘Julien A’
Pirámide ‘Julien A’ o ‘Pixy’
N ís p e r o s
mejor en tiempo seco. Los frutos son in­
comestibles inmediatamente después de
recogidos y deben almacenarse prime­
ro. Sumerja los tallos en una solución
salada fuerte para evitar que se pudran,
después almacene los frutos con los cá­
lices hacia abajo sobre bandejas de lis­
tones, de manera que los frutos no se
loquen. Consuma cuando la pulpa esté
y marrón.
Propagación
Propague por injerto de brote de astilla
o de «T» (véase pp. 372 y 373), o por in­
jerto de acoplamiento (véase p. 373).
sistentes. Los cultivares no autofertili­
zantes siempre deben tener polinizado-
res adecuados plantados cerca. Los ci­
ruelos cerezo son autofertilizantes.
Algunos ciruelos japoneses son autofer-
tlizantes, pero la mayoría ofrece mejo­
res resultados con un polinizador ade­
cuado cerca. Los cultivares de ciruelos
que no polinizarán ciertos otros están
enumerados en las listas de cultivares re­
comendados (pp. 388 y 389), con deta­
lles de los momentos de floración. In­
fórmese sobre polinizadores para árboles
individuales al comprar.
Plantación
Éste debería estar acabado a fines de
D is t a n c ia e n t r e D is t a n c ia
A rboles ENTRE HILERAS
5-5.5m 5.5m
5.5-7.5m 7.5m
3.5-5m
2.5-4m 4-6m
C ir u ela s y C ir u e l a s
otoño o principios de invierno, ya que
el desarrollo comienza pronto en prima­
de invierno (p. 549). Las enfermedades
usuales comprenden hoja plateada (p.
Poda y guía
V er d a l d e M esa vera. Es mejor sujetar los árboles a es­ 551), cancro bacteriano (p. 569) y la po­ Los ciruelos producen frutos en la base
tacas durante dos años; los que crezcan dredumbre marrón (p. 562). Los árbo­ de los vástagos de un año, como tam­
Recom endadas sobre patrones ‘Pixy’ deben permane­ les infestados por hoja plateada, cancros bién sobre leña de dos años y espolo­
Tempranas cer estacados. Las distancias de planta­ bacterianos y (menos habitual) virus (p. nes. Una vez guiados inicialmente, re­
‘Blue Rock’ Fgl, I, Psf do (véase p. 387) están determinadas por 553) deben excavarse y quemarse. quieren menos poda en las formas no
‘Early Laxton’ Fg3, la forma de árbol y el vigor del patrón. Todos los árboles de frutos de hueso restringidas que los manzanos o pera­
pueden padecer el desorden fisiológico les. En los climas fresco-templados re­
‘Opal’ Fg3, Sf conocido por gomosidad. Los árboles sulta esencial podar en verano (después
‘Stint’ Fg4, Psf Cuidado rutinario que sufren este problema exudan una del guiado) para minimizar el riesgo de
‘Opal’
sustancia gomosa traslúcida de color la hoja plateada (véase p. 551). Los ár­
Alimente y riegue los árboles con regu­ ámbar por el tronco y las ramas, mien­ boles guiados necesitan un podado ve­
Media estación laridad y controle la aparición de pla­ tras que los ciruelos también pueden for­ raniego regular para conservar su aspec­
‘Allgrove’s Superb’ gas y enfermedades. Entresaque los fru­ mar goma alrededor del hueso en el in­ to restringido. Elimine las ramas
Fg3, I, Ss. tos cuando sea necesario. Si hay riesgo terior del fruto. La goma es producida dañadas o enfermas de inmediato, recor­
‘Angelano’ Fg3, Ss, J de heladas primaverales, proteja los ár­ por los árboles como resultado del es­ tando hasta alcanzar leña sana.
‘Avalon’ Fg2, Ss boles en flor bien guiados con arpillera trés ocasionado por una enfermedad,
‘Black Gold’ Fg3, Ss, (véase P r o t e c c ió n c o n t r a H e l a d a s y condiciones del suelo adversas o daños Arbusto
J, ☆ V ie n t o , pp. 520-521). físicos, causados por ejemplo por vien­ A principios de primavera, cuando los
‘Bluetit’ Fg5, Sf tos intensos o una cosecha abundante. brotes comienzan a abrirse, empiece a
‘Cambridge Gage’ Fg4, Entresacado de frutos Si nota la gomosidad, identifique la cau­ guiar uno virgen con plumas recién plan­
I, Psf, ☆ 'Cambridge Gage’ Este es un procedimiento importante, sa y remedíela en lo posible. tado. Seleccione tres o cuatro laterales
para obtener frutos más grandes y para Los pájaros pueden ser problemáti­ homogéneamente espaciados, el más
‘Count Althann’s Gage’ Fg4, reducir el riesgo de que las ramas se cos; si atacan los brotes de frutos, apli­ alto a unos 90 cm del nivel del suelo y
Ss, ☆ quiebren por el peso de demasiados fru­ que redes de malla fina sobre los árbo­ pode dejando un tercio o la mitad, has­
‘Denniston’s Superb’ Fg2, Sf tos. Si la producción es abundante, los les en invierno para evitar daños (véase ta brotes sanos mirando hacia fuera. Es­
‘Early Transparent Gage’ Fg4, frutos pequeños pueden entresacarse también p. 561). tos laterales formaraán la estructura bá-
Sf, ☆ temprano. Una vez formados los hue­
‘Excalibur’ Fg3, Ss sos y acontecida la caída natural de los ClRUELO EN FORMA DE ARBUSTO
‘Goldfinch’ Fg3, Psf frutos, entresaque los frutos restantes
‘Jefferson’ Fgl, I, Ss, i i dejando 5-8 cm de separación entre fru­ A ño i , PODA DE PRINCIPOS DE PRIMAVERA
‘Kirke’s’ Fg4, Ss, ☆ tos pequeños y 8 -10 cm en cultivares Pode 3 o 4
‘Laxton’s Gage’ Fg3, Sf grandes, como ‘Victoria’. Para ello es laterales entre
‘Merton Geni’ Fg3, Psf mejor usar tijeras que podaderas, ya que dos tercios y la
‘Oíd Greengage’ Fg5, I, Ss, ☆ las primeras son más rápidas. mitad, cortando
‘Ontario’ Fg4, Sf hasta brotes
‘Oullins Gage’ Fg4, Sf Alimentación, riego y aplicación mirando hacia
‘Ozark Premier’ Fg3, Ss, J de «mulch» fuera.
‘Stanley’ Fg3, Sf, Cu Los ciruelos requieren mucho nitróge­
‘Utility’ Fgl, Psf no; aplique un revestido de primavera
‘Victoria’ Fg3, Sf, Cu como se indica en «Cuidado de frutos
‘Victoria’ de árbol», p. 366. Aplique un «mulch» Pode el guía hasta
anual de estiércol bien descompuesto o el lateral elegido
Tardías
‘Angelina Burdett’
abono y riegue lo necesario, especial­ superior con un
Fgl, Psf, ☆
mente en períodos calurosos prolonga­ corte en ángulo.
dos. Los ciruelos plantados contra mu­
‘Anna Spatli' Fg3, Psf ros o verjas necesitarán un riego más
‘Ariel’ Fg2, Psf regular que los de terreno abierto. Corte los laterales
‘Bryanston Gage’ Fg3, Ss debajo de los
‘Coe’s Golden Drop’ Fg2, Ss, ☆ Plagas y enfermedades elegidos a ras del
‘Goldcn Transparent’ Fg3,1, Sf, ☆ Los ciruelos pueden ser atacados por co­ tallo principal.
‘Late Transparent’ Fg5, Ss, ☆ nejos y liebres (p. 570), avispas (p. 563),
‘Laxton’s Delight’ Fg3, Psf, ☆ pulgones (p. 550) y orugas de la polilla
‘ Bavay’ Fg2, Sf ☆
‘ Violette’, sin. A ñ o 2 , P o d a d e p rin c ip io s d e P r im a v e r a P oda de un A r b u st o A d u l t o
‘Purple Gage’ Fg3, Psf, -.V
‘Rosa’ Fg3, Psf, J, ☆
‘Severn Cross’ F'g3, Sf
‘Washington’ Fg3, Ss, m
'Coe’s Golden Drop’
Ct.AVK ^ .1 Pode 3 o 4 de los
Fg Grupo de floración sublaterales más fuertes
(el número indica
el período de floración) que se desarrollan de
I Los cultivares de este grupo pueden los laterales de la
ser incompatibles estructura hasta la mitad.
Sf AutofertUizantes
Psí Parcialmente fertilizantes Elimine los
Ss Autoestériles laterales débiles, mal Si los sublaterales estuvieran dañados,
J Japoneses situados o en ángulos muertos o fuesen improductivos (como aquí),
Cu También de uso culinario agudos por completo. recorte en verano hasta el origen o hasta un
■i: Sabor excelente
vástago de reemplazo adecuado.
sica de las ramas. Luego pode el guía,
cortando en ángulo por encima del la­
teral seleccionado más elevado. Recor­
te los laterales por debajo de los selec­
cionados hasta el tallo principal.
A principios de la primavera siguien­
te, elija tres o cuatro de los sublaterales
más fuertes que se han desarrollado en­
cima de los laterales podados y acorte
hasta la mitad. Para lograr una estruc­
tura equilibrada, elimine los laterales dé­
biles o mal colocados y también cual­
quier vástago que crezca a partir del
tallo principal. Ulteriormente, limite el
podado de árboles jóvenes a eliminar en
verano los desarrollos excesivamente vi­
gorosos o mal situados. En el caso de
árboles más viejos, entresaque algunas
ramas en verano para evitar el apiña­
miento y selle las heridas con pintura bi­
tuminosa.
C iru elo E s t a b l e c id o en
P o d a d e P r im a v e r a
Entresaque
los vástagos •-----
laterales
dejando 10
cm de
separación.
Elimine los
vástagos
laterales que
crezcan hacia el
centro del
abanico, o los
mal situados.
P oda de V erano
Sujete los laterales
necesarios para extender
la estructura o para
reemplazar leña vieja.
Si emplea un tallo virgen, pode dejan­ Ahusado
do unos 90 cm. Para la primavera si­ De aspecto similar a un ciruelo en for­ C ir u e l a s C u l in a r ia s
guiente deberían haberse desarrollado ma de pirámide (véase p. 390), el árbol R ecom endadas
laterales y entonces podrá guiarlo al ahusado requiere algo más de espacio
igual que uno virgen con plumas. pero necesita el mismo podado veranie­ Tempranas
go anual. La poda y guiado, igual que ‘Czar’ Fg3, Sf
Medio estándar para los manzanos ahusados (véase p. ‘Early Rivers’ Fg3, I, Psf
Elija tres o cuatro laterales bien espa­ 380); pode a principios de primavera, ‘Pershore’ Fg3, Sf
ciados de uno virgen con plumas; recorte cuando los brotes se abren. ‘Sanctus Hubertus’ Fg3, Psf
el guía justo encima del lateral más ele­ Sujete los vástagos verticales y con­
vado a 1,35 m, después pode cada uno trole la copa retirando los más vigoro­ Media estación
de los laterales elegidos dejando un ter­ sos y conservando los menos vigorosos ‘Belle de Louvain’ Fg5, Sf
cio o la mitad. La poda ulterior de los para que produzcan frutos. Así se con­ ‘Cox’s Emperor’ Fg3, Psf
sublaterales y el guiado para formar una servará la forma cónica. ‘Purple Pershore’ Fg3, Sf
cabeza abierta es el mismo que para un ‘Marjorie’s Seedling'
arbusto. Cuando son adultos, los árbo­ Abanico
les medio estándar son más difíciles de Inicialmente, guíe un ciruelo en abani­ Tardías
controlar que los ciruelos en forma de co al igual que un melocotonero (véase ‘Giant Prune’ Fg4, Sf
pirámide o arbusto, por su mayor p. 393) para obtener ramas principales ‘Marjorie’s Seedling’ Fg5
tamaño. o costillas que se guiarán sobre alambres ‘Warwickshire Drooper’ Fg2, Sf
horizontales. Al guiar el abanico joven,
C ir u e l a s D a m a sc e n a s
A b a n ic o R ecom endadas
Tempranas
‘Mcrryvvcather’ Fg3, Sf
Media estación
‘Bradley’s King’ Fg4, SI
‘Farlcigh’ Fg4, Psf
‘Prune’
Tardías
‘Fogmore Damson’
Fg5, Psf
‘Prune’, sin. ‘Shropshire’
Fg5, Sf, ☆
C la v e
Fg Grupo de floración (el número indica
el periodo de floración)
I Los cultivares de este grupo pueden
ser incompatibles
Sf Autofertilizantes
Psf Parcialmente fertilizantes
Ss A u toestériles
☆ Sabor excelente
Recorte los Recorte los vástagos mal
vástagos laterales orientados o incómodos
no necesarios para hasta vástagos que miren en
la estructura de la dirección requerida o a
ramas permanente ras del tallo.
dejando 5 o 6
hojas.
D espu és de F rutar
En otoño, tras cosechar la
fruta, pode, dejando 3 hojas,
los vástagos laterales acortados
durante el verano hasta 5 o 6
hojas.
conserve algunos vastagos laterales para
rellenar huecos y recorte otros dejando
un brote. Elimine los vástagos muy vi­
gorosos o los que crezcan en un ángulo
incómodo.
En un abanico establecido, en prima­
vera o apenas aparezcan, elimine los vás­
tagos laterales que crezcan hacia el muro
o el interior del centro del abanico. En­
tresaque el resto dejando 10 cm de dis­
tancia y recorte o elimine dejando seis
hojas en verano, salvo que los necesite
para rellenar huecos en la estructura.
Después de cosechar, acorte estos vás­
tagos, dejando tres hojas.
Pirámide
Plante uno virgen con plumas contra
una estaca fuerte y, a principios de pri­
mavera, recorte el guía central hasta un
brote sano a una altura de unos 1,50 m.
Elimine los laterales que crezcan más
C ir u elo en fo r m a d e P ir á m id e
A ñ o i , PODA DE PRINCIPIOS DE PRIMAVERA
Recorte el guia con un corte
en ángulo por encima de un
brote fuerte a alrededor de
1,5 m del suelo.
Pode el resto de los laterales
hasta la mitad, hasta un
brote mirando hacia abajo.
A ño 2 , P o d a d e P r in c ip io s
d e P r im a v e r a
abajo de 45 cm de distancia del suelo.
Acorte el resto de los laterales que mi­
dan más de 2 2 cm de largo a la mitad.
Cuando las bases de los vástagos jóve­
nes se estén volviendo leñosas más ade­
lante en el verano, recorte el desarrollo
de extensión de las ramas principales y
los laterales nuevos (vírgenes), dejando
unos 20 cm; al mismo tiempo, reduzca
los sublatcrales dejando unos 15 cm.
Para comenzar a formar el aspecto pi­
ramidal, recorte las ramas principales y
los sublaterales hasta brotes mirando ha­
cia abajo, de manera que el desarrollo
sea más o menos horizontal. Elimine los
laterales que crezcan verticalmcnte o
sean muy vigorosos. Sujete el guía cen­
tral a la estaca, pero no lo pode hasta
la primavera siguiente; entonces acórtelo
a dos tercios del desarrollo nuevo. Una
vez que el árbol haya alcanzado una al­
tura de unos 2 m sobre un patrón ‘Pixy’
Elimine los
laterales a menos
de 45 cm de
distancia del suelo
por completo.
P ir á m id e e s t a b l e c id a , p o d a d e
Elimine los sublaterales
cruzados o apiñados.
Repita la poda
rutinaria de verano
de ramas principales
y sublaterales.
o 2,5 m sobre uno ‘Julien A’, recorte
el guía central. Sin embargo, debe retra­
sar esta operación hasta fines de prima­
vera, ya que esto reducirá su desarrollo
subsiguiente; recorte hasta un brote a 2
cm de distancia de la leña vieja.
Siga con la poda anual en verano
como se describe previamente, cortan­
do ramas guía hasta brotes mirando ha­
cia abajo y eliminando los vástagos ver­
ticales excesivamente vigorosos, en
especial los que se desarrollen en la parte
superior del árbol, para conservar la for­
ma piramidal.
Se desarrollará un apiñamiento en las
pirámides adultas; en verano, recorte la
leña vieja y mal situada en la medida de
lo necesario.
Conserve el aspecto piramidal contro­
lando las ramas superiores vigorosas o
dominantes.
A ño i , P oda d e V erano
Elimine los laterales
nuevos que formen un
ángulo demasiado agudo
respecto al tallo
principal. No pode
guía central.
Cosecha y almacenado
Para obtener el mejor sabor, deje que los
frutos maduren completamente; para
congelar o conservar al natural, recoja
las frutas maduras mientras sigan fir­
mes. En tiempo lluvioso, coseche los
frutos antes que la podredumbre marrón
o las avispas los estropeen. En condicio­
nes húmedas pueden partirse las pieles
de algunos cultivares. Mantenga los fru­
tos frescos en lugar oscuro y fresco y
consuma después de algunos días.
Propagación
El sistema más habitual es el injerto por
astilla de brote o en forma de «T» (véa­
se pp. 372 y 373); el injerto por acopla­
miento es menos confiable (véase p. 373)
en ciruelos que en manzanos o perales.
ecorte los sublaterales con
n corte en ángulo justo
ncima de una hoja,
ejando 15 cm.
Recorte el desarrollo nuevo
de los extremos de las ramas
principales, dejando unos
20 cm.
Recorte la leña muerta o
improductiva hasta un brote
sano o hasta su origen.
Melocotones y nectarinas (Prunus pérsica y P. p. var. nectarina)
Los melocotones y las nectarinas se cul­ P o l in iz a c ió n M a n u a l P r o t e c c ió n de M elocotoneros
tivan en regiones templadas. Tienen M elocotones
unas necesidades de enfriamiento de R ecom endados *■
600-900 horas a temperaturas debajo de
los 7o C. Para obtener buenas cosechas
son necesarios veranos algo secos y so­
leados; en climas frescos, es posible cul­
tivar melocotones a cubierto. Hay una
gama de cultivares disponibles para cli­
mas diferentes (véase Melocotones re­ ‘Earliglo’ Y ‘üariiglo'
comendados, derecha y Nectarinas reco­ ‘Early Alexander’ Wli
mendadas, p. 392); su pulpa es amari­ ‘Flavorcrest’ W, Y
lla, rosada o blanca. Existen algunos con ‘Iris Rosso’ W, Wh
la pulpa pegada al hueso; otros tienen ‘J. H. Hale’ Y
el hueso suelto. La nectarina es un tipo ‘Maycrest’ VV, Y
de melocotón de piel lisa y requiere un Una vez totalmente florecidos, los ‘Saturne’ P
tratamiento similar, aunque prefiere melocotoneros pueden polinizarse a ‘Springcrest’ W, Y
condiciones de desarrollo más cálidas. mano. En un día templado y seco, ‘Spring Lady’ W, Y
Los melocotones y las nectarinas ha­ utilice un pincel pequeño y suave ‘Suncrest’ W, Y
bitualmente se cultivan bajo forma de ‘Waterloo’ Wli, ☆
arbusto, pero los abanicos son popula­ para transferir el polen de las
res en los climas templados, ya que per­ anteras de una flor a los estigmas de
miten que los frutos reciban el máximo otra. En otoño, tras caer la hoja, proteja Media estación
sol a fin de que maduren. Algunos cul­ el árbol con polietileno abierto en ‘Bonanza’ G d, Y
tivares compactos (enanos genéticos) Polinización los extremos para la ventilación; ‘Crimson Galande’ Wh, ☆
son ideales para cultivar en tiestos. Casi todos los cultivares son autoferti- mantiene secos los brotes e inhibe la ‘Elegant Lady’ W, Y
lizantes. ‘J. H. Hale’ es una excepción, formación de las esporas de la hoja ‘Garden Lady’
‘Glohaven’ W,
Emplazamiento y ya que requiere un polinizador cercano enrollada del melocotonero.
que florezca al mismo tiempo (pida con­ ‘Maria Bianca’
plantación sejo al comprar). En climas lluviosos o llaje en desarrollo de melocotoneros
inciertos, la polinización puede ser ca­ guiados en abanico contra la hoja en­
W, Wh
‘Peregrine’ W'h
Los melocotones florecen a principios prichosa o pobre; esto se mejora a tra­ rollada del melocotonero y de las hela­ ‘Redhaven’ Y
del año y deben protegerse de las hela­ vés de la polinización manual. das, con un colgadizo de polictileno en ‘Rochester’ Y
das; un muro mirando al sur es un em­ invierno y principios de primavera. ‘Royal George’
plazamiento ideal. Plantación
Mejor plante los melocotoneros a me­ Entresacado de frutos Tardíos ‘Peregrine’
Emplazamiento
diados de invierno, ya que el desarrollo Para producir frutos grandes deberá en­ ‘Andross’ W , C , Y
Es necesario mucho sol, en un empla­ comienza temprano. Sujete a una esta­ tresacar. Cuando los frutos pequeños ‘ Barrington’ Y, ☆
zamiento protegido no susceptible a he­ ca los árboles en forma de arbusto du­ tengan el tamaño de avellanas, entresa­ ‘Bellegarde’ Y, ☆
ladas primaverales. En climas frescos se rante dos años. La distancia de planta­ que dejando un fruto por racimo; cuan­ ‘Cresthaven’ W, Y
requiere un muro soleado o un inverna­ ción varía según la forma del árbol y el do tengan el tamaño de una nuez y al­ ‘Dymond’ Y, ☆
dero. Los melocotoneros cultivados en rizoma elegido (véase diagrama, abajo). gunos frutos pequeños hayan caído de ‘Fayette’ W, Y
zonas de lluvias intensas pueden sufrir manera natural, entresaque dejando un
la hoja del melocotón enrollada salvo espaciado de 15-22 cm; en climas cáli­
que se protejan (véase «Cuidado rutina­
rio», derecha). Cuidado rutinario dos espacie a menor distancia.
C lave
W
(id
Requieren clima cálido
Enano genético (bueno en tiesto)
Los suelos profundos, fértiles y algo C Hueso pegado
ácidos (pH 6,5-7) son ideales para cul­ Sobre necesidades de cultivo y mante­ Alimentación, riego y aplicación Y Pulpa amarilla
tivar melocotones. Si los cultiva en sue­ nimiento, véase «Cuidado de frutos de de «mulch» Wh Pulpa blanca
árbol», p. 366. La clorosis provocada En zonas secas, riege para apoyar el de­ I* Pulpa rosada
los arenosos, requieren alimentación y ☆ Sabor excelente
riego suplementarios; los suelos poco por la cal puede conducir a la deficien­ sarrollo y la frutación. Una aplicación
profundos y gredosos a veces ocasionan cia de manganeso/hierro (p. 555), debe
clorosis provocada por la cal. tratarse lo antes posible. Proteja el fo-
Patrones
E n tresacado
El patrón de ciruelo ‘Julien A’ se em­
plea para proporcionar un árbol media­
namente vigoroso; utilice ‘Brompton’ si
desea más vigor. En algunas zonas, se
prefieren los patrones de plantones de
melocotón, usando selecciones vigoro­
sas resistentes a los nemátodos de nu­
dos de raíz.

D is t a n c ia s de P l a n t a c ió n
Fo rm a del P atrón D is t a n c ia e n t r e D is t a n c ia
Á rbol Á rboles ENTRE HILERAS

2
Arbusto ‘Julien A’ 5-5.5m 5.5m A l formarse, entresaque Más tarde, los frutos que
‘Brompton’ o plantón 5.5-7.5m 7.5m
melocotones dejando uno por quedan deberán volver a
de melocotón racimo, retirando antes los frutos entresacarse, a fin de dejar un
que miran hacia un muro o verja. fruto cada 15-22 cm.
Abanico ‘Julien A’ 3.5-5m
 de «mulch» en primavera, cuando el acomodar un alcance de al menos 2,7 nual, p. 391). No rocíe ni humedezca du­
N e c t a r in a s suelo se haya entibiado, ayuda a que éste m. Un suelo fértil y conservador de la rante la estación florida ya que podría
Recomendadas conserve la humedad. Unas cantidades humedad es esencial. Un árbol guiado impedir la polinización; vuelva a comen­
adecuadas de nitrógeno son esenciales debe cultivarse contra alambres de so­ zar cuando las flores hayan caído para
Tempranas para promover un desarrollo nuevo para porte espaciados a intervalos de 15 cm, controlar los ácaros araña roja y el
‘Early Rivers’ ☆ cosechar; el potasio realza la resistencia comenzando a 38 cm del suelo. Fije los moho; deje de rociar y de humedecer
‘Early Sungrand’ W y la calidad de los frutos. alambres a 2 2 cm de distancia del cris­ cuando los frutos comiencen a madurar.
‘John Rivers’ ☆ tal. Para un enfriamiento adecuado en El entresacado de frutos es esencial
‘Spring Red’ W Plagas y enfermedades invierno resulta esencial una buena ven­ para asegurar que éstos se desarrollen
Waygrand’ W Los melocotones pueden sufrir pulgo­ tilación. hasta alcanzar su máximo tamaño (véase
nes (p. 550), ácaros araña roja (p. 550), A principios de primavera, pero no p. 391).
Media estación pájaros (p. 561), tijeretas (p. 548) y ne- demasiado pronto si no hay calefacción
‘Elruge’ ☆ mátodos de nudo de raíz (p. 564); las en­ disponible, reduzca la ventilación para
‘Humboldt’ ☆
‘Independence’
fermedades comprenden la hoja del me­ que el árbol comience a desarrollarse. Poda y guiado
locotonero enrollada (p. 555), cancro Mantenga la temperatura a 8°-10° C du­
W, ☆ bacteriano (p. 569), moho gris/tíotry- rante dos semanas y después eleve has­ Los melocotoneros y nectarineros sólo
‘Lord Napier’ ☆ ‘Elruge’ tis (p. 550) y gomosidad (véase « Pla­ ta 20" C. producen frutos sobre vástagos produ­
‘Stark Red Gold’ W gas y enfermedades», p. 388). Los árboles a cubierto crecen con ra­ cidos el año anterior. Los primeros fru­
pidez; siempre alimente y riegue correc­ tos generalmente se desarrollan tres años
Tardías tamente. Es preferible un riego copioso
‘Pine Apple’ ☆ Cultivo a cubierto ocasional que riegos ligeros y frecuen­
después de plantar. El podado tiene
como meta la estimulación de desarro­
tes. Rocíe el follaje con una jeringa lle­ llo nuevo y vástagos de reemplazo, para
C lave Es mejor guiar los melocotoneros cul­ na de agua tibia y humedezca el suelo conservar una estructura de ramas bien
W Requieren clima cálido tivados a cubierto en abanico, de ma­ del invernadero en días claros. equilibrada y abierta. Existen tres tipos
ví Sabor excelen le nera que los frutos reciban el máximo Polinice los árboles a mano mientras de brotes: los gordos de frutos; los de
de sol. El invernadero debe ser capaz de estén en flor (véase Polinización ma­ desarrollo, pequeños y puntiagudos; y
M el o c o t o n e r o e n fo r m a d e A r b u sto
A ñ o I , PODA DE PRINCIPIOS DE PRIMAVERA A ño i , po d a d e V era n o

Elija 3 o 4 laterales
fuertes. Recórtelos en
dos tercios, hasta un
brote mirando hacia
Recorte los vástagos
laterales debajo de los
laterales principales a Elimine la leña
ras del tallo. improductiva vieja
además de las
ramas apiñadas o
cruzadas.
Recorte los laterales no
deseados hasta el tallo.

AÑO 2, PODA DE PRINCIPIOS DE PRIMAVERA A r b u st o e s t a b l e c id o , PODA DE PRINCIPIOS DE VERANO

Antes de que los Recorte hasta una Elimine los

brotes se abran, cuarta parte de vástagos
Pode los recorte los laterales vástagos florecidos creciendo hacia el
sublaterales y sublaterales más hasta un brote o interior o hacia
débiles fuertes hasta la vástago de reemplazo. abajo.
dejando mitad para formar
unos 10 las ramas
principales.
los triples, con un brote de fruto cen­
tral y dos de desarrollo a los lados. En
las ramas donde requiera un desarrollo
de extensión, pode hasta un brote de de­
sarrollo o, si no hubiera ninguno, hasta
uno triple.
Arbusto
Plante uno virgen con plumas entre fi­
nes de otoño y fines de invierno. A prin­
cipios de primavera, elija tres o cuatro
laterales bien espaciados, el más eleva­
do a unos 75-90 cm del suelo; pode el
guía hasta justo por encima del lateral
más elevado. Pode cada uno de los la­
terales elegidos dejando unos dos tercios
y elimine todos los laterales no desea­
dos. Durante el verano, elimine todos los
vástagos mal situados o bajos que se ha­
yan desarrollado.
A principios de la primavera siguien­
te, antes de que se abran los brotes, eli­
ja laterales y sublaterales fuertes paa for­
mar la estructura básica. Recórtelos
hasta la mitad hasta un brote; pode el
resto de los sublaterales dejando unos
10 cm.
Una vez que el árbol esté bien esta­
blecido, mantenga el centro abierto eli­
minando algunos de los vástagos frutan­
M e l o c o t o n e r o e n f o r m a d e A b a n ic o
A ño i, p o d a d e P rim a v e ra
Elija dos laterales,
uno a cada lado, a
30 cm del suelo
para formar los
brazos principales.
Elimine el guía
justo encima del
lateral más elevado.
Pode cada brazo
dejando 38 cm
hasta un brote
fuerte, para
estimular la
formación de
vástagos laterales o
«costillas».
A ño 2 , p o d a d e p r i n c ip io s d e V e r a n o
AÑO 2, PODA DE
P r im a v e r a
Recorte el desarrollo de
extensión sobre los dos
brazos principales en un
tercio, dejando brotes
fuertes mirando en la
dirección deseada.
tes más viejos cada verano; a veces de­
berá cortar las ramas improductivas.
Abanico
A veces, hay disponibles abanicos par­
cialmente guiados; si compra uno de es­
tos, asegúrese de que ha sido correcta­
mente guiado (como se ilustra abajo).
Un abanico debería desarrollarse a par­
tir de dos ramas guiadas a aproximada­
mente 30 cm del suelo en un ángulo de
40°. El guía central inmediatamente en­
cima de éstas debe haber sido elimina­
do para canalizar vigor de manera ho­
mogénea a ambas ramas. Un abanico
que conserve su guía central largo y po­
sea ramas laterales radiando en ángulo
a lo largo de éste producirá un desarro­
llo excesivo en la parte superior del aba­
nico, dejando la base desnuda.
Poda de configuración
Coloque alambres de sostén como para
un manzano (véase p. 381). Después de
plantar uno virgen con plumas, elija dos
laterales a unos 30 cm del suelo y elimi­
ne el guía por encima de éstos. Pode los
laterales dejando unos 38 cm para for­
mar los primeros dos «brazos» y sujete
a cañas en un ángulo de 40°. Pode los
demás laterales dejando un brote como
reserva hasta que se hayan desarrolla­
do los dos vástagos principales.
En verano, sujete el guía y los latera­
les elegidos a cañas a medida que se de­
sarrollen, para formar las «costillas» de
la estructura. Elija y guíe dos vástagos
homogéneamente espaciados en la parte
superior de cada rama y otro en la par­
te inferior. Elimine los demás vástagos
sobre el tallo, dejando una hoja y los
vástagos mal situados sobre las costillas.
Antes de que se abran los brotes, en la
segunda primavera, recorte el desarro­
llo de extensión encima de los dos bra­
zos principales en un tercio, hasta un
brote fuerte para estimular el crecimien­
to y el desarrollo del abanico.
A principios de verano, siga sujetan­
do los vástagos elegidos que se desarro­
llan; elimine los débiles y los muy vigo­
rosos o que crecen en una dirección
incorrecta.
A principios de la primavera siguien­
te, acorte estas costillas nuevas un cuarto
de su largo. Durante el tercer verano, eli­
ja otros vástagos para completar las cos­
tillas principales —o ramas— del aba­
nico. Cualquier espacio en el centro del
árbol pronto se llenará con los vástagos
laterales. Entresaque los vástagos late­
rales producidos a partir de las ramas
Sujete cada brazo
principal a una
caña fijada a los
alambres en
ángulo de 40°.
Recorte los otros laterales
inferiores dejando I brote.
principales al principio de la estación,
dejando espacios de 10-15 cm; conser­
ve los que sigan el plano del abanico,
pero elimine todos los que estén situa­
dos incorrectamente, creciendo hacia
afuera o hacia el interior del muro o ver­
ja. Sujete ios vástagos conservados; de­
berían producir frutos al año siguiente.
Elimine todos los vástagos solapados de­
jando entre cuatro y seis hojas.
Poda rutinaria
La meta de podar en primavera es el ase­
gurar unas existencias de vástagos jóve­
nes bien situados cada año. En la base
de cada vástago florido que producirá
frutos el próximo verano, generalmente
existen dos brotes o vástagos jóvenes: eli­
mine (desbrote) uno de éstos para evi­
tar que el desarrollo se apiñe. El que
queda producirá frutos el año siguiente.
También puede conservar un segun­
do brote en la mitad del vástago como
reserva, por si el otro se dañara. Des­
pués de cosechar, elimine la leña que ha
frutado y sujete un vástago de reempla­
zo en la base de cada uno de los que han
sido eliminados.
Siga con este procedimiento anual­
mente; conserve dos vástagos de reem­
plazo si dispone de espacio en la estruc­
tura. Sin una poda rigurosa, los meloco­
toneros se vuelven apiñados por leña
vieja que no produce frutos.
A ño i , pod a de Verano
Elija 2 vástagos laterales del
extremo de cada brazo y I por
debajo y sujete a cañas bien
espaciadas fijadas a los
alambres. Elimine los demás
vástagos, dejando 1 hoja.
Guíe los vástagos
laterales en
desarrollo
sujetando a cañas
para extender la
estructura
permanente.
Recorte vástagos
laterales mal
direccionados
hasta su origen;
elimine los que
surjan bajo los 2
brazos principales.
 A ño 3 , p oda d e V eran o
A ñ o 3 , p o d a d e P r im a v e r a Elimine los vústagos A l desarrollarse
Recorte cada una de que se superpongan los restantes
las costillas a las costillas vastagos laterales,
principales en un dejando 4-6 hojas al sujete a cañas
cuarto para estimular desarrollarse. para rellenar la
un desarrollo ulterior estructura; estos
y extender la deben frutar al
estructura. año siguiente.

A ño 3 , p oda d e V eran o

Entresaque vastagos laterales jóvenes

dejando 10-15 cm de distancia eliminando
los no deseados y los que miren hacia el
muro o verja o en una dirección incorrecta.

A b a n ic o e s t a b l e c id o ,
Recorte cada vastago
frutado hasta uno
adecuado de
reemplazo cerca de
su base.
po d a d espu és d e Frutar
Sujete el vastago de
reemplazo para rellenar Cosecha y
el hueco. Estos
vastagos deben estar
Almacenado
repartidos Coseche los frutos bien maduros. Sos­
homogéneamente en téngalos en la mano y presione con el
todo el abanico. pulgar en la parte cercana al tallo. Si la
pulpa «cede», está a punto. Para obte­
ner el sabor óptimo, es mejor comer me­
locotones y nectarinas lo antes posible
tras recolectarlos. Si hacen falta, pue­
den conservarse unos días colocándolos
en un contenedor revestido de tela sua­
ve en lugar fresco.

Propagación
Los melocotones y nectarinas se propa­
gan por injerto de astilla o brote en for­
ma de T (véase pp. 372 y 373) en vera­
no. Los plantones de melocotón verían
de calidad, pero suelen ser vigorosos y
producir excelentes cosechas.

Albaricoques (Prunus armeniaca)

Los albaricoques son más difíciles de
cultivar que otros frutos. No todos los
cultivares prosperan en ciertas zonas
pida consejo al seleccionar árboles. Las
necesidades de enfriamiento para alba­
ricoques es de 350-900 horas a menos
de 7° C y la mayoría de los cultivares
se encuentra en la parte inferior de la
gama. Florecen muy temprano.
Aunque hacen falta veranos secos y
soleados para obtener buenas cosechas,
unas condiciones de sequía pueden oca­
sionar una caída de brotes a fines de la
estación. En climas frescos, es posible
cultivar albaricoques a cubierto o guia­
dos en forma de abanico contra un muro
cálido. En zonas cálidas es popular la
forma arbustiva.
Emplazamiento
y plantación
Debe plantar albaricoques en un empla­
zamiento soleado, sin heladas y prote­
gido a fin de producir buenas cosechas.
En zonas frescas, es esencial cultivarlos
contra un muro soleado o en un inver­
nadero para proteger las flores de las he­
ladas y temperaturas bajas a fines de in­
vierno y principios de primavera.
El suelo más adecuado es la tierra ne­
gra profunda y alcalina. Los albarico­
ques tienden a no prosperar en suelos
arenosos y gredosos. Evite plantarlos en
suelos pesados, en especial en zonas de
inviernos frescos y lluviosos, ya que esto
los puede hacer propensos a morir por
el pie.
Se emplean tanto patrones de plan­
tones de albaricoque como de melocoto­
nes. El patrón de plantón de melocotón
tolera condiciones más lluviosas el de al­
baricoque y produce un árbol más pe­
queño. También el patrón de ciruelo
‘Julien A’ se emplea a menudo; éste es
moderadamente vigoroso.
Los albaricoques son autofertilizan-
tes; en zonas frescas, debe polinizar las
flores a mano.
Plante a fines de otoño o principios de
invierno (véase Distancias de plantación,
p. 395) antes de que se abran los brotes.
Sujete los árboles en forma de arbusto
a estacas durante los primeros 2 años.
 D is t a n c ia s de P l a n t a c ió n se p. 393). En un abanico establecido,
recorte los vástagos jóvenes dejando A l b a r ic o q u e s
Form a d el P atrón D is t a n c ia D is t a n c ia s 10-15 cm de separación al desarrollarse Recom endados
Á rb o l e n t r e Á rboles e n t r e H il e r a s en primavera y elimine los vástagos que
miren hacia abajo, el centro o el inte­ Tempranos
Arbusto ‘St. Julien A’ 5-5.5m (15-18ft) 5.5m (I8ft) ‘Antonio Errani’ W, ☆
rior. Conserve los desarrollos necesarios
Plantón de o 5.5-7.5m (18-241‘t) 7.5m (24ft) para rellenar huecos en la estructura. Re­ ‘Beliana’ VV
melocotón corte los sublaterales dejando 6 hojas si ‘Bella di Imola’ VV
Abanico ‘St Julien A’ 3.5-5m (ll-lSft) no los requiere para rellenar huecos y los ‘Cafona’ W
vástagos laterales dejando 1 hoja, más ‘Early M oorpark’
Cuidado rutinario limpia. Los pájaros (p. 561), tijeretas (p.
548), cancros bacterianos (p. 569), po­
adelante en la estación. Después de fru­ ‘Hemskerk’ ☆
‘New Large Early’
tar, pode dejando tres hojas.
Las necesidades de mantenimiento y cul­ dredumbre marrón, (p. 562) y gomosi­ ‘Priana’ VV
tivo son las mismas que para otros fru­ dad (véase «Ciruelas: Plagas y enferme­ ‘Tyrinthos’ VV
tos de árbol (véase «Cuidado de frutos dades», p. 388) pueden resultar Cosecha Media estación
de árbol», p. 366). problemáticos.
En regiones cálidas, donde las cose­ Recoja la fruta cuando esté bien madu­ ‘Alfred’ 'Hemskerk’
chas abundantes son habituales, es ne­ ra y se desprenda del tallo con facilidad. ‘Boccuccia’ W
cesario el entresacado para contrarres­ Poda y guiado Consuma pronto porque los albarico- ‘Breda’
‘Canino’ VV
tar la producción bienal (véase p. 376). ques frescos no se almacenan bien; tam­
Elimine los frutos pequeños mal situa­ Los frutos se producen en vástagos de bién puede conservarlos al natural, con­ ‘Farmingdale’
dos y lleve a cabo el entresacado prin­ un año y espolones más viejos. La meta gelarlos o secarlos (véase p. 371). ‘Hargrand’ VV, ☆
cipal después de que algunos frutos ha­ de la poda es conservar el aspecto del ‘Mariem’ VV
yan caído naturalm ente y hayan árbol y eliminar leña vieja e improduc­ ‘San Castrese’ VV
comenzado a formarse los huesos. En­ tiva. Si los árboles jóvenes fueran dema­ Propagación
tresaque dejando un único fruto en cada siado vigorosos pueden podarse las raí­ Tardios
racimo, y unos 7 cm entre los frutos. ces (véase p. 370). Pode y guíe un albari- Los albaricoques se propagan por injer­ ‘Bergeron’ W
En zonas frescas, las ramas suelen coque igual que las ciruelas. to de brote de astilla o de «T» (véase pp. ‘Helena du Rousillon’ VV
morir desde los extremos; recorte pronto El guiado inicial de un abanico es el 372 y 373), por medio de rizomas de ‘M oorpark’
las ramas afectadas hasta alcanzar leña mismo que para los melocotoneros (véa­ plantones de melocotón o ‘St Julien A’. ‘Polonais’ VV
‘Portici’ W, ☆
A l b a r ic o q u e EN FORMA DE ABANICO ESTABLECIDO, PODA DE PRINCIPIOS DE VERANO ‘Reale d ’Imola’ W, ☆
Para rellenar Corte o Corte los ‘Rouge du Rousillon’ W, ☆
huecos en la elimine los my- 'i .......... sublaterales ‘Shirpley’s’, sin.
estructura, vástagos no necesarios ‘Blenheim’
sujete vástagos mirando hacia como
laterales jóvenes abajo o hacia vástagos de C lave
cuando su base el muro o rMB
f e reemplazo W Es necesario un clima templado
haya verja. dejando 5 o 6 ☆ Sabor excelente
endurecido. . ' j f -y hojas.

A clarado F rutados

Entresaque los Recorte los

vástagos jóvenes vástagos reducidos
dejándolos a 10-15 a 6 hojas durante
cm de distancia. el verano con
Sujete a los podaderas, dejando
alambres al 3 hojas.
desarrollarse.

Cerezas dulces (Prunus avium)

Los cerezos dulces pueden alcanzar una
altura y extensión de 7,5 m o más y,
como la mayoría de los cultivares son
autoestériles, a menudo son necesarios
dos árboles para producir una cosecha.
Como aún no existen patrones empe-
queñecedores (véase p. 396), los cerezos
dulces se adecúan mejor a un huerto o
jardín grande. Para un jardín de tamaño
medio, elija un cultivar autofertlizante;
idealmente, éste debería ser guiado en
forma de abanico contra un muro o ver­
ja, ya que esto limita su desarrollo y fa­
cilita la protección contra pájaros y llu­
vias inmediatamente antes de la cosecha,
lo que podría causar que los frutos se
partan. Los cerezos dulces tienen unas
necesidades de enfriamiento de 800-1200
horas por debajo de los 7o C. Se consi­
dera que los cerezos Duke son híbridos
entre los cerezos dulces y los ácidos. Su
cultivo no es muy amplio, pero si deci­
de cultivarlos, requieren tratamiento y
espaciado similar al de los cerezos dul­
ces. Algunos cultivares Duke son auto-
fertlizantes y las combinaciones entre ce­
rezos ácidos y Duke son compatibles.
Emplazamiento y plantación
Los cerezos dulces requieren un empla­
zamiento cálido y protegido para pro­
ducir una buena cosecha. Elija bien los
cultivares para asegurar que se polini­
zarán entre sí, debe comprobarlo antes
de comprar los árboles (véase «Necesi­
dades de polinización», p. 364).
 Emplazamiento
Elija un emplazamiento abierto, solea­
do y protegido. Si el cerezo se cultivará
en forma de abanico, el soporte medirá
al menos 2,5 m de altura y 5 m de an­
cho, con orientación soleada; un árbol
cultivado contra un muro frío produci­
rá frutos de sabor y calidad pobres. Es
esencial un suelo profundo, bien drena­
do y de buena calidad, ya que los árbo­
les cultivados en suelos pobres y poco
C er e z a s d u l c e s profundos producen frutos pequeños y
serán menos duraderos.
R ecom endadas
Tempranas Patrones
‘Early Rivers’ Fgi, Igl, Ss, ☆ El ‘Cok’, un patrón semiempequeñece-
‘Waterloo’ Fg2, Ig2, ☆ dor, es adecuado para árboles guiados
en forma de arbusto o abanico en jar­
Media estación dines pequeños. Si hay espacio suficien­
‘Merton Bigarreau’ Fg3, Ig2, ☆ te, se emplea el ‘Mailing F12/1’, que es
‘Mcrton Glory’ Fg2, Up, Ss, ☆ vigoroso. Están a prueba dos patrones
‘Sunburst’ Fg4, Sf empequeñecedores nuevos: ‘Inmil’ y
‘Camil’; aún se desconoce su longevi­
Tardías dad y potencial de cosecha.
‘Bigarreau Gaucher’ Fg5, Up, Ss
‘Lapins’ Fg4, Sf Polinización
‘Merton Favouritc’ Fg2, Ig2 Las necesidades de polinización de los
‘Napoleon Bigarreau’ Fg4, Ig3 cerezos dulces son complejas. La mayo­
‘Noir de Guben’ Fgl, Up, Ss, ☆ ría es autoestéril y caen en grupos dife­
‘Stclla’ Fg4, Sf, ☆ renciados dentro de los cuales cualquier
combinación resulta incompatible. Sal­
_______________________ ‘Stclla' vo que se obtenga un cultivar autoferti-
C lave lizante, es importante elegir una pareja
l'S Grupo de floraciói de árboles de grupos diferentes que flo-
(los números V rezcan al mismo tiempo. Algunos cere­
indican el zos dulces son polinizadores universa­
período de les, es decir que polinizarán cualquier
floración) cerezo que florezca aproximadamente al
Up Polinizador universal mismo tiempo (véase Cerezas dulces re­
Ig Grupo de incompatibilidad comendadas, izquierda).
Ilas cerezas dentro del grupo
no se polinizan entre sí)
Sf Aulofertilizante Plantación
Ss Autoestéril
Sabor excelente
Los cerezos dulces deben plantarse a fi­
nes de otoño si son de raíz desnuda o
en cualquier época si son cultivados en
C erezo en form a de A b a n ic o e s t a b l e c id o , p o d a d eVerano
Sujete los vástagos
Recorte el desarrollo
laterales que necesite nuevo no necesario
para rellenar para extender la
espacios vacíos o
reemplazar leña
estructura del
abanico, dejando 5 o
vieja. 6 hojas.
contenedores. Construya los soportes y
alambres necesarios antes de plantar
plantas guiadas como abanicos. Calcu­
le 5-5,5 m de espacio para árboles guia­
dos como abanico y para los medio es­
tándar.
Cuidado rurinario
No es necesario entresacar los frutos. Se
requerirá poca o ninguna alimentación,
salvo la aplicación de «mulch», descri­
ta bajo «Cuidado de frutos de árbol»,
p. 366. Si el desarrollo es pobre, aplique
sulfato de amonio a la razón estándar
de 35 g por m2. Los cerezos dulces re­
quieren riego concienzudo en condicio­
nes secas, pero un riego repentino en
suelos secos puede causar la rajadura de
los frutos.
Cuando los frutos comiencen a colo­
rearse, proteja de los pájaros colocan­
do redes sobre los árboíes guiados en
abanico. Los árboles en forma de arbus­
to y los medio estándar son difíciles de
cubrir; recoja los frutos apenas
maduren.
Las plagas y enfermedades que más
probablemente afectarán a los cerezos
dulces son pájaros (p. 561), mosca ne­
gra de los cerezos véase «Pulgones», p.
550), orugas de la polilla de invierno (p.
549), podredumbre marrón (p. 562),
hoja plateada (p. 551) y cancro bacte­
riano (p. 569); elimine las ramas que
muestren hoja plateada o cancros bac­
terianos apenas aparezcan.
Poda y guiado
Los cerezos dulces frutan sobre espolo­
nes sobre leña de dos años y más. Los
árboles adultos deben podarse en vera­
no para limitar el desarrollo e inducir
la producción de brotes de frutos. Guíe
y pode los árboles en forma de arbusto
y los medio estándar como los ciruelos
(véase p. 388).
Abanico
Los abanicos de cerezos dulces se esta­
blecen como los melocotoneros (vease
p. 393). Sin embargo, si en uno virgen
con plumas existieran laterales conve­
nientemente situados, podría ser posi­
ble elegir cuatro laterales en lugar de dos
para acelerar el desarrollo del abanico.
Sujete estos laterales a cañas (fijadas a
alambres) que radien a 35°-45“ del ta­
llo. En primavera después de plantar,
pode los vástagos seleccionados dejan­
do 45-60 cm y elimine los demás latera­
les que se hayan desarrollado.
El verano, seleccione dos o tres vás­
tagos bien situados de cada rama y su­
jete para rellenar el espacio disponible;
elimine el resto. Puede podar los extre­
mos de todas las ramas o costillas de los
árboles jóvenes cuando se abran los bro­
tes (nunca antes) para reducir el riesgo
de hoja plateada y cancros bacterianos.
En abanicos más viejos, los espolo­
nes podrán entresacarse o acortarse en
primavera (véase «Poda invernal», p.
378) y las ramas guía podrán podarse
hasta laterales de reemplazo más cortos
para reducir la altura. En verano, recorte
todos los vástagos no necesarios para la
estructura dejando seis hojas, y luego
dejando tres después de la frutación. Los
desarrollos verticales o muy vigorosos
deben sujetarse horizontalmente o eli­
minarse, para evitar que el abanico se
desequilibre.
Cosecha y almacenado
Recoja los frutos cuando estén comple­
tamente maduros junto a los tallos y
consuma o cueza de inmediato. Si piensa
congelarlos recoja cuando estén firmes.
Propagación
Los métodos habituales son: injertos de
brote de astilla o en «T» (véase pp. 372
y 373). Los patrones ‘Colt’ son compa­
tibles con todos los cultivares, igual que
el patrón más vigoroso ‘Mailing F12/I’.
D e s pu é s de Frutar
Después de cosechar, recorte
todos los laterales que fueron
podados dejando 6 hojas a
principios de verano, y deje 3
hojas.
CereZOS ácidos (Prunus cerasus)
Los cerezos ácidos o agrios son mucho
más pequeños que los cerezos dulces y
la mayoría de los cultivares son auto-
fertilizantes, por lo que resultan más
adecuados para los jardines de tamaño
medio. El hábito frutante también di­
fiere: los frutos aparecen principalmente
sobre vástagos de un año producidos el
verano previo. Gcncralcmte, los frutos
no se consumen crudos, pero sirven
para conservas al natural y otros usos
culinarios. Los cerezos ácidos tienen
unas necesidades de enfriamiento de
800-1200 horas a menos de 7o C.
Emplazamiento y plantación Cuidado rutinario
Las necesidades de emplazamiento y
plantación son las mismas que para los
cerezos dulces (véase p. 395), excepto
que los ácidos también crecen bien con­
tra muros o verjas orientados al norte
o al este.
El patrón recomendado, como para
los cerezos dulces y Duke, es ‘Colt’.
Compre cultivares como ‘Morello’ (el
más popular) a un proveedor especia-
C e r e z o Á c id o en form a d e
P o d a d e P rim a v e ra
P atrones
4m '
3m - árboles pequeños, como el arbusto o la
Im
2 m -
-
‘Colt’
lizado, ya que los hay inferiores y me­
nos fértiles. Plante árboles para guiar
como arbustos o abanicos espaciados
4-5 m; para estos últimos provea una al­
tura mínima de apoyo de 2 , 1 m.
En general, las necesidades de cultivo
son las mismas que para los cerezos dul­
ces (véase p. 395). Para estimular la apa­
rición de vástagos de reemplazo jóve­
nes, puede ser necesaria mayor atención
a la alimentación, particularmente con
el nitrógeno, pero no alimente en exce­
so. En las zonas secas, la irrigación es
importante. La aplicación de redes es
A b a n ic o e s t a b l e c id o
esencial para proteger los frutos de los
pájaros (véase p. 367); dado que los ce­ C e r e z a s Á c id a s
rezos ácidos pueden guiarse en forma de R ecom endadas
pirámide enana, pueden cultivarse den­ Tardías
tro de una jaula para frutos. Los cerezos ‘Montmorency’ Kg5, Sf <M „ ,
ácidos se ven afectados por las mismas ‘Morello’ Fg 6 , Sf
plagas y enfermedades que los dulces ‘Nabella’ Kg4, Sf
(véase «Cuidado rutinario», 396). C lave
Fg Fg Grupo florido
Poda y guiado (periodo indicado
por número)
Sf Autofertilizantes
Los cerezos ácidos se podan basados en
un sistema de renovación con el fin de
producir existencias constantes de leña frutos por el poco espacio. Elimine vás­
de un año, sobre la que se producen los tagos mal situados, aclare los otros de­
frutos. Debe eliminar cierta proporción jando 10 cm. Sujételos a alambres al de­
de la leña más antigua cada año. Pode sarrollarse.
los árboles en primavera y verano, ya Conserve uno o dos vástagos desarro­
que esto reduce el riesgo de la hoja de llándose en la parte inferior de cada vás-
plata (véase p. 551). tago frutante. Sujete uno en reempla­
zo del vástago frutante eliminado
Abanico después de cosechar.
Éste se guía igual que un abanico me­ El segundo servirá de reserva. Para
locotonero (p. 393). La poda de reno­ rejuvenecer abanicos más viejos, pode
vación es importante para estimular el hasta vástagos jóvenes sobre leña vieja
desarrollo joven una vez producidos los en primavera y otoño.

Elimine los vastagos

jóvenes que apunten
incorrectamente, Si fuera necesario,
recortando al ras del entresaque los
tallo. vastagos jóvenes
en desarrollo,
separados por
10 cm.

P oda d e V er a n o d espu és d e F rutar

Recorte cada
vástago frutado
hasta uno
adecuado de
reemplazo cerca
de la base.

Sujete los Elimine los

vástagos de vástagos que
reemplazo para apunten
conservar un incorrectamente y
espaciado que no hayan sido
homogéneo. eliminados en
Éstos deben primavera,
frutar al año recortando al ras
siguiente. del tallo.
C e r e z o Á c id o en fo r m a
d e sp u é s d e F r u t a r
de A r b u st o e s t a b l e c id o , p o d a Arbusto
El arbusto se monta al igual que para
Propagación
los melocotoneros. Después de 3-4 años, Los métodos habituales son los injertos
cuando el arbusto esté establecido, el po­ de brote de astilla o de «TV> (véase pp.
dado de renovación es esencial. A prin­ 372-373). Los cultivares son compatibles
cipios de otoño, después de la frutación, con patrones ‘Mailing F12/1’ y ‘Colt’.
elimine una cuarta parte de los vástagos
ya frutados, preferentemente hasta un C o sech a de C e r e z a s A c id a s
vástago de reemplazo, para conservar un
espaciado regular y dejar sitio para el
desarrollo joven que producirá la cose­
cha del año siguiente. Elimine la leña
vieja o no productiva. Si deja de podar,
la frutación decaerá y sólo aparecerá en
el borde exterior del árbol.

Recorte una cuarta
parte de los vastagos
frutados hasta otros de
reemplazo en su base.
Palosantos (Diospyros kaki)
Los palosantos son árboles caducifolios
de desarrollo lento, que alcanzan altu­
ras de 10-15 m y una extensión de unos
10 m. Los frutos generalmente son glo­
bulares y pueden ser amarillos, naran­
ja o rojos cuando están completamente
maduros; algunos cultivares producen
frutos sin semillas.
Es posible el cultivo en el exterior en
zonas subtropicales con temperaturas
mínimas de 10° C, pero unos l6°-22°
C en otoño son preferibles. La mayor
parte de cultivares tienen unas necesi­
dades de enfriamiento bajas, de 100-200
horas a menos de 7° C; además, durante
la estación de desarrollo activa, requie­
ren al menos 1400 horas de sol para fru­
tar con éxito.
Emplazamiento y plantación
Es preferible un emplazamiento solea­
do y protegido; si fuera necesario, pro­
porcione protección con cortavientos. Es
esencial un suelo bien drenado y fértil,
con un pH de 6-7; los árboles adultos
son relativamente resistentes a las se­
quías, pero requieren irrigación si las llu­
vias son insuficientes durante la estación
de desarrollo.
P a lo sa n to
Cada año, corte los
laterales más viejos,
cruzados o
improductivos hasta
vástagos de reemplazo.
Los plantones vigorosos de Diospyros
kaki son adecuados como patrones,
pero se utiliza D. virginiana con mayor
frecuencia para este propósito.
Algunos cultivares de palosanto tie­
nen flores masculinas y femeninas so­
bre el mismo árbol; otros sólo tienen
unas u otras. Los cultivares más culti­
vados sólo tienen flores femeninas: és­
tas producirán frutos sin un polinizado
previo, pero los frutos serán pequeños
y astringentes. Por lo tanto debe culti­
varse un polinizador con flores mascu­
linas en las cercanías. Una proporción
de una planta polinizadora por ocho o
diez plantas femeninas es generalmente
suficiente.
Prepare agujeros de plantado en sue­
lo con bastante estiércol; agregue ma­
teria orgánica y fertilizante de todo uso.
Debe espaciar los árboles a 5 m de dis­
tancia.
Cuidado rutinario
Aplique fertilizante alrededor de los ár­
boles cada tres o cuatro meses, emplean­
do una mezcla de uso general con nive­
les de nitrógeno medios. Conserve la
humedad del suelo aplicando «mulch»
de materia orgánica y riegue con regu­
laridad durante la estación seca. Man­
tenga el suelo alrededor de los árboles
sin malezas. Las principales plagas que
afectan a los palosantos cultivados en
el exterior son trips (p. 551), cocos (p.
550), insectos de escama (p. 552), y las
moscas de frutos (p. 563). Las enferme­
dades habituales que pueden ocasionar
problemas comprenden agallas de coro­
na (p. 559) y antracnosis y otras man­
chas fúngales de las hojas (p. 552).
Si cultiva palosantos a cubierto, las
plagas como ácaros araña roja (p. 550)
y moscas blancas (p. 550) pueden cau­
sar problemas.
Cosecha
Corte los tallos con tijeras, ya que la re­
cogida a mano puede dañar los vásta­
gos y estimular las infecciones. Cueza,
congele o conserve al natural poco tiem­
po después de recoger (véase «Cosecha
y almacenado», p. 371).
Cultivo a cubierto
Si cultiva palosantos en un invernade­
ro, plante en macizos preparados o en
contenedores grandes de un diámetro
mínimo de 35 cm; emplee un abono muy
fértil, incorporando fertilizante de todo
uso de niveles de nitrógeno medios.
Mantenga una temperatura de al menos
16° y niveles de humedad de 60-70 %.
Riegue regularmente durante toda la es­
tación de desarrollo y aplique un ferti­
lizante todo uso cada tres o cuatro
semanas.
Resulta necesario polinizar las flores
a mano para obtener una buena produc­
ción de frutos (véase «Polinización ma­
nual», p. 391). Durante el verano, tras­
lade las plantas en contenedores al
exterior; déjelas fuera hasta el otoño,
cuando sus necesidades de enfriamien­
to estén cumplidas.
Poda y guiado
Los cultivares son de un vigor muy va­
riable. Los cultivares enanos y semiena-
nos en general se guían de un modo si­
milar al de un manzano ahusado (véase
p. 380). Pode los árboles durante los pri­
meros tres años durante la estación inac­
tiva con el fin de formar una estructu­
ra. La poda ulterior debería ser
relativamente ligero: limítelo a la elimi­
nación de ramas cruzadas, apiñadas o
improductivas y al recorte anual de ra­
mas guía hasta alrededor de una tercio
de su desarrollo nuevo.
Cosecha y almacenado
Recoja los frutos cuando estén comple­
tamente maduros. Separe los frutos del
árbol con el cáliz y un tallo corto. Selle
los frutos en sacos de plástico transpa­
rente y almacene a 0° C; deberían con­
servarse en buenas condiciones duran­
te dos meses.
Coseche corlando cada tallo cerca
del lateral sin tirar; podría dañar la
corteza y aumentar el riesgo de
cancros bacterianos.
P a l o sa n t o s
R ecom endados
‘Fuyu’
‘Gailey’ (polinizador)
‘Hachiya’
‘Hanafuyu’
‘Hanafuyu’
‘Hayakume’
‘Jiro’
‘Tamopan’
‘Zenjimaru’ (polinizador)
Propagación
Los palosantos pueden propagarse a
partir se semillas, injertos, esquejes o
chupones arraigados.
Siembre semillas de frutos maduros
en contenedores inmediatamente; si las
mantiene a 28° C generalmente germi­
narán después de dos o tres semanas.
Después de 12 meses, los plantones ofre­
cerán patrones adecuados para injertar.
Manipule los plantones cuidadosamente
al trasplantar. Los cultivares pueden pro­
pagarse por injertos de brotes de astilla
o de «T» (véase pp. 372 y 373) o por in­
jerto de acoplamiento (véase p. 373). Los
esquejes de leña blanda (véase p. 55) re­
cogidos en primavera y sumergidos en
polvo hormonado deben arraigar en una
unidad de rociado con calor basal.
Los chupones arraigados pueden se­
pararse de la base del árbol madre (a
condición de que no haya sido propa­
gado por brote de astilla o injerto). Es­
tablezca en contenedores antes de plan­
tar fuera en su ubicación definitiva.
Higos (Ficus carica)
Los higos son de los frutos más antiguos
cultivados y pertenecen a la familia de
las moráceas. Tienen necesidades de en­
friamiento bajas, de 100-300 horas a
temperaturas debajo de los 7o C. y pros­
peran en zonas con períodos de desarro­
llo largos y calurosos.
Emplazamiento y plantación
Los higos requieren lugares soleados y
un muro o verja para proporcionar ca­
lor y abrigo contra las heladas; éstos de­
ben medir al menos 3-3,5 m de ancho
y 2 ,2 m de alto.
Las higueras prefieren suelos algo al­
calinos, profundos, fértiles y conserva­
dores de humedad, y climas secos y cá­
lidos; condiciones más frescas y
húmedas estimularán un desarrollo ex­
cesivo de cosechas más pobres. Cuan­
do el pH sea menos de 6 , aplique cal al
suelo (véase p. 531).
En espacios limitados, construya un
«foso» de cemento o ladrillo —o una
caja— bajo el nivel del suelo a fin de li­
mitar el desarrollo de las raíces y produ­
cir un árbol más pequeño. El foso debe
medir 60 cm 2 y tener una base que no
sea sólida, sino rellenada con ladrillos
o piedras, hasta una profundidad de 25-
30 cm; proporcionará drenaje e impedi­
rá el desarrollo de las raíces hacia abajo.
En climas frescos, las higueras tam­
bién pueden cultivarse en tiestos en em­
plazamientos soleados y protegidos, y
después trasladados a condiciones frías
pero sin heladas en invierno. Use un
contenedor de 30-38 cm de diámetro,
con agujeros de drenaje y lleno de mez­
cla de tierra negra para tiestos.
No se dispone de patrones específi­
cos y los árboles se cultivan sobre sus
raíces propias. Los cultivares modernos
son autofertilizantes.
Seleccione ejemplares de dos años cul­
tivados en tiestos y plante en invierno,
extrayendo las raíces suavemente de la
bola de tierra antes de plantar. Los ár­
boles no restringidos deben espaciarse
6-8 m; los plantados en foso requieren
la mitad de distancia.
Cuidado rutinario
Para proteger las ramas con higos em­
brionarios de las heladas, sujete una
capa espesa de hclechos o paja alrcde-
U b ic a c ió n de F rutos
Frutos
embrionarios
dor de ellos (véase también P r o t e c c ió n
c o n t r a H e l a d a s y V ie n t o , Abrigo de
arpillera y paja, p. 520). Al mismo tiem­
po, elimine los higos inmaduros del ve­
rano anterior. Podría ser necesario pro­
teger los frutos que maduran contra
pájaros y avispas.
Alimentación, riego y aplicación
de «mulch»
Lo único necesario será la aplicación de
un «mulch» de estiércol bien descom­
puesto en primavera, pero los árboles de
raíces restringidas necesitan nutrientes
suplementarios. Esto puede ser bajo la
forma de un fertilizante equilibrado apli­
cado a razón de 70 g por m2, suplido
en verano por una alimentación líqui­
da ocasional. Evite alimentar las higue­
ras en exceso.
El riego es esencial durante el tiem­
po seco y caluroso, especialmente si las
raíces están restringidas. Las higueras
cultivadas en tiestos requieren un riego
regular a lo largo de la estación de de­
sarrollo. Cada dos años, cambie de ties­
to y pode las raíces.
Plagas y enfermedades
Las higueras en el exterior suelen estar
libres de problemas, pero las avispas (p.
563) y pájaros (p. 561) pueden atacar los
frutos. A cubierto, los ácaros araña roja
(p. 550), cocos (p. 550), moscas blancas
(p. 550), avispas (p. 563), ratones (p.
566) y el cancro Neclria (p. 568) pue­
den causar problemas.
Cultivo a cubierto
En zonas frescas, es posible cultivar hi­
gueras en forma de abanico bajo cris­
tal: producirán cosechas mayores que las
cultivadas al exterior. Contenga las raí­
ces para limitar su desarrollo. Una vez
que éste haya comenzado, riegue regu­
larmente; reduzca el riego al madurar los
frutos para evitar que la piel se raje.
Pode al igual que las higueras cultiva­
das en el exterior; permita que se desa­
rrolle un árbol más abierto para que re­
ciba la mayor cantidad posible de luz.
Poda y guiado
En climas cálidos, las higueras sólo re­
quieren una poda ligera y se suelen cul­
tivar como arbustos. Normalmente, se
producen dos cosechas por estación: una
temprana de higos embrionarios (del ta­
maño aproximado de guisantes peque­
ños) formados a fines de la estación an­
terior, seguidos de la cosecha principal,
que se forma y madura durante el mis­
mo verano. Mientras tanto, se forman
frutos embrionarios ulteriores repitien­
do el procedimiento.
En climas frescos, las higueras se
guían como arbustos abiertos o como
H ig u e r a en form a d e A r b u s t o E s t a b l e c id a
P o d a d e P rim a v e ra
Recorte los vástagos
dañados por heladas
hasta leña sana y
entresaque los que
apunten mal y los
apiñados.
Elimine más
vástagos; en
árboles viejos,
corte ramas
dejando 1 brote
para estimular
desarrollo nuevo.
P oda de V erano
Elimine el
extremo de cada
vástago nuevo
cuando haya
desarrollado 5 o
6 hojas.
abanicos. Sólo la primera cosecha de hi­
gos embrionarios tendrá tiempo de ma­
durar. Elimine los que no maduran para H ig o s R e c o m e n d a d o s
concentrar las energías del árbol en la Tempranos
producción de más frutos embrionarios. ‘Black Ischia’ ☆
‘St John’s’ ☆
Arbusto ‘White Marseilles’ ☆
Compre un árbol con tres o cuatro ra­
mas elevándose unos 60 cm por encima Media estación
del suelo. Pode hasta la mitad de su lar­ ‘Brown Turkey’
go durante el primer invierno para esti­ ‘Brunswick’
mular la formación de otras ramas que ‘Negro Largo’ ☆
establezcan una estructura básica. Los
árboles cultivados en tiestos deben ra- ‘Brown Turkey’
mificar a 38 cm de la base, para que sean Tardíos
compactos pero sin una copa pesada. ‘Bourjasotte Grise’
La poda de los árboles establecidos
varía según el clima. En climas cálidos, C lave
en primavera, acorte las ramas extensi­ ☆ Sabor excelente
vas hasta alcanzar vástagos más verti­
cales y deje algo de desarrollo en el cen­
tro del árbol para proteger la corteza del
jor situados como para los abanicos de
melocotoneros (véase p. 393) y pode los
abrasado solar. En climas más frescos, extremos ligeramente. Pode los árboles
elimine las ramas apiñadas, cruzadas o sin vástagos laterales adecuados, dejan­
dañadas por las heladas; mantenga el do unos 40 cm para estimular un desa­
centro abierto eliminando los vástagos rrollo lateral; el abanico se desarrolla
verticales y podando hasta brotes en la como en los melocotoneros pero con
parte inferior de las ramas. Los trozos más espacio entre las ramas, a fin de de­
de leña desnuda deben recortarse dejan­ jar sitio para las hojas más grandes de
do un brote para estimular desarrollo las higueras.
nuevo. En verano, elimine vástagos o la­ Pode el abanico establecido a princi­
terales nuevos, dejando 5-6 hojas para pios de primavera; elimine leña vieja fru­
estimular la formación de frutos. tada y la dañada por heladas o mal si­
tuada y deje la leña joven. Pode algunos
Abanico vástagos más jóvenes, dejando un bro­
Plante un árbol de dos años con dos o te, para estimular desarrollos nuevos cer­
tres vástagos fuertes. Sujete los dos me- ca de las ramas principales. Si es posi-
ble, sujete los vástagos sin podar para H ig u e r a e n fo r m a d e A b a n ic o es t a b l e c id a
rellenar los espacios vacíos y elimine los P o d a d e P r im a v e r a
demás. A mediados de verano, elimine
los extremos de los nuevos desarrollos,
dejando cinco hojas. Los vástagos nue­
vos resultantes darán frutos embriona­
rios para invernar.

Cosecha y almacenado
Recoja los frutos cuando estén comple­
tamente maduros. Los frutos maduros
tienden a colgar hacia abajo, son muy
blandos y pueden tener ligeras rajaduras
en la piel. Es mejor consumir los higos
frescos, pero también pueden secarse.

Propagación
Las plantas cultivadas a partir de semi­
llas presentan variaciones en la calidad
de sus frutos. Use esquejes de leña dura
de un año, de cultivares seleccionados. Una vez pasadas las Recorte una parte de
Tome esquejes (véase p. 374) de 30 cm heladas, recorte la leña vieja desnuda
de largo e introduzca en suelo prepara­ Corte una parte de
do y drenado. Proteja de las heladas con todos los vástagos los vástagos jóvenes Sujete los vástagos Elimine vástagos dejando un brote o
campanas. También puede propagar hi­ dañados por ésta dejando I brote para homogéneamente apuntando nodulo para
gueras a partir de chupones arraigados, hasta su origen. estimular un espaciados en el incorrectamente estimular desarrollo
cortados de la planta madre y tras­ desarrollo de abanico. hasta su origen o nuevo.
plantados. reemplazo que sublateral bien
producirá frutos situado.
embrionarios.
P oda de V erano

Elimine vástagos nuevos

dejando 5 hojas para
estimular la formación de
frutos embrionarios en las
axilas de las hojas.

Moras (Morus nigra)

Las moras pertenecen a la familia de las
moráceas. las moras negras alcanzan al­
turas de 6 -10 m y se cultivan por sus fru­
tos. Las moras blancas (Morus alba) ge­
neralmente no se cultivan por sus frutos.
Crecen hasta los 3 m. Las necesidades
de enfriamiento son elevadas y los ár­
boles comienzan su desarrollo a fines de
la estación.
Emplazamiento y plantación
Son preferibles los suelos húmedos y
algo ácidos. Generalmente, las moras se
cultivan sobre sus raíces propias y son
autofertilizantcs. Plante entre fines de
otoño e invierno, con una separación de
8-10 m. En zonas frías, plante en pri­
mavera.
Cuidado rutinario
El cultivo es similar al de los manzanos
(véase p. 376). Aplique «mulch» y rie­
gue en tiempos secos. Normalmente, las
moras no sufren plagas ni enfermedades.
Poda y guiado
Las moras se cultivan ya sea como es­
tándar o medio estándar. Sólo pode para
establecer una estructura fuerte de en­
tre cuatro o cinco ramas y después sólo
elimine ramas mal situadas o apiñadas.
Debe podar los árboles cuando estén
completamente inactivos en invierno, ya
que los vástagos y las raíces sangran pro­
fusamente corladas o dañadas entre
principios de primavera y otoño.
Si ocurriese un sangrado, cauterice
las heridas lo antes posible con un ati­
zador caliente u otro instrumento de
hierro.
Cosecha y almacenado
Recoja los frutos completamente madu­
ros a fines de verano —o deje que cai­
gan sobre una superficie temporal ade­
cuada (como una película de plástico)
para conservarlos limpios; consuma
frescos o congele.
Propagación
Las moras pueden propagarse por aco­
do sencillo o aéreo (véase p. 88 ) o por
esquejes de leña dura de 18 cm de lar­
go, recogidos con una estaca (véase p.
85), conocidos como «cachiporras». M orkra N egra
Vides
as vides requieren ubicaciones cá­
L lidas y protegidas para lograr una año y deben podarse cada año, después
fertlización eficaz y para que sus frutosde la frutación, para estimular la pro­
maduren. A este grupo pertenecen las
uvas, las pasionarias y los kiwis. En zo­
nas frescas debería proporcionarles un
medio ambiente protegido; también pue­
den cultivarse bajo cristal. Las vides fru-
ÜVHS (Vitis vinifera)
A través de los siglos, las uvas han sido
tradicionalmente uno de los frutos más
selectos para consumir y para la elabo­
ración de vino. Se considera que la uva
europea (Vitis vinifera) y sus cultivares
son de la calidad más elevada. La uva
americana (Vitis labrusca) tolera climas
más fríos y ha sido hibridizada con V.
vinifera para ampliar la selección de cul­
tivares destinados a uvas de mesa y de
vino en climas más frescos. Existen mu­
chos cultivares aptos para consumir tan­
to como uvas de mesa como para la ela­
boración de vino.
Para madurar, los frutos requieren un
verano seco y caluroso. Las regiones
cálido-templadas son aptas para una
amplia gama de cultivares; muchos se
cultivan bien en climas más frescos, en
emplazamientos protegidos o en inver­
nadero. Las vides pueden estar sosteni­
das por pérgolas, arcos u otras estruc-
tutas adecuadas. Los sistemas de poda
varían: las cultivadas para producir uvas
de mesa se podan a fin de producir me­
nos frutos de calidad más alta; las cul­
tivadas para producir uvas viníferas se
podan para producir la mayor cantidad
de frutos.
Uvas de mesa
En las zonas cálidas es relativamente fá­
cil producir uvas de mesa de alta cali­
dad. En climas más frescos pueden cul­
tivarse contra un muro soleado y cálido
o, preferiblemente, en un invernadero.
Para más detalles del cultivo en inver­
nadero, véase «Cultivo a cubierto», aba­
jo. Las uvas de mesa se dividen gene­
ralmente en grupos «Aguadulce»,
moscatel y viníferos. Las aguadulce son
uvas dulces de maduración precoz; las
moscatel poseen el mejor sabor y ma­
duran en segundo lugar; las viníferas
tienden a tener menos sabor, pero son
de desarrollo fuerte y maduración tar­
día. Las vides generalmente son auto-
fertlizantes y las poliniza el viento.
Emplazamiento
Un emplazamiento cálido, protegido y
soleado, libre de heladas, es el ideal. Las
vides requieren suelos razonablemente
fértiles y de buen drenaje, con un pH
de 6-7,5. Evite plantar en suelos muy fér­
tan sobre tallos flexibles de leña de un
ducción de nuevos vástagos; éstos cre­
cen con rapidez y deben guiarse cuida­
dosamente sobre sus soportes con el fin
de que reciben la máxima cantidad de
aire y luz.
tiles, ya que estimula un desarrollo ex­
cesivo en detrimento de los frutos. Un
drenaje severo resulta esencial, ya que
las uvas 110 toleran los suelos mojados;
si fuera necesario, mejore el suelo o ins­
tale un sistema de drenado (para más de­
talles, véase S u e l o s y F e r t il iz a n t e s ,
«Mejora del drenaje», p. 529).
En climas frescos, las vides cultivadas
contra un muro soleado y cálido ofre­
cen resultados bastante buenos, pero no
son equiparables a la calidad de las cul­
tivadas bajo cristal. Para el cultivo con­
tra muros debe emplear cultivares de
maduración precoz con el fin de obte­
ner frutos de mesa a fines de verano.
Sostenga las vides por medio de alam­
bres horizontales sujetados por armellas
a 2,5-5 cm de distancia del muro.
Las vides se suelen cultivar sobre sus
raíces propias, salvo en las zonas don­
de la Phylloxera constituye un riesgo
(véase «Plagas y enfermedades», dere­
cha); en este caso, obtenga consejo lo­
cal sobre qué patrón utilizar. El uso de
un rizoma también puede ofrecer otras
ventajas, como una mayor tolerancia
frente a un pH elevado o condiciones
mojadas del suelo y control frente a un
desarrollo excesivamente vigoroso.
Plantación
Cultive el suelo a fondo antes de plan­
tar. En suelos pobres o arenosos, inco-
pore tepes invertidos al pie de la zanja
de plantado, agregando estiércol bien
descompuesto o abono; después afirme
el terreno y riegue bien, El suelo junto
a un muro suele ser seco y requiere una
preparación concienzuda, con un agre­
gado de mucha materia orgánica, a fin
de mejorar la conservación de agua.
Plante vides de raíz desnuda en invier­
no, pero las cultivadas en contenedores
podrán plantarse en cualquier estación.
Espacie cordones sencillos a al menos
1 ,2 m de separación y los cordones do­
bles —o en «U»— al doble de distan­
cia; los brazos de los cordones múltiples
deben estar a 60 cm de distancia.
Cuidado rutinario
Riegue a fondo durante la estación de
desarrollo cuando las condiciones son
secas, reduciendo el riego al madurar los
frutos. Tenga un cuidado especial con
uvas cultivadas contra un muro, ya que
podrían hallarse en la sombra de la llu­
Uvas de
mesa negras
Uvas de
mesa blancas
Kiwis
via. Aplique «mulch» para conservar posterior es muy benéfico, en especial
humedad. Una vez que se hayan desa­ si hay poca o ninguna calefacción direc­
rrollado vástagos jóvenes vigorosos, ali­ ta. Los invernaderos con ventilación su­
mente con fertilizante rico en potasio perior y lateral son los mejores.
cada 2-3 semanas; si el desarrollo fuera El suelo debe ser bastante fértil, sin
pobre, alimente con nitrógeno. Deje de malezas y bien drenado, con un pH de
alimentar apenas los frutos comiencen 6-7,5. El sistema de drenado debe estar
a madurar. a 75 cm de profundidad, ya que las vi­
Si emplea el sistema de cordón, sólo des tienen raíces profundas. Plante
conserve un racimo cada 30 cm sobre un como las vides cultivadas en el exterior.
tallo vertical, o vara, para obtener uvas Polinice a mano, golpeando la vara ha­
de la máxima calidad; elimine los raci­ cia el mediodía o tocando por encima
mos intermedios en una etapa tempra­ del ramillete de flores.
na. Entresaque los frutos para obtener
tanto racimos bien formados como uvas
grandes de tamaño homogéneo (y para E ntresacado de U vas
desalentar la producción de moho). Em­
plee tijeras para entresacar uvas y un pe­
queño palo en horqueta a fin de descu­
brir porciones del racimo y entresacar
frutos pequeños del centro. No toque los
frutos, ya que podría estropear su loza­
nía. Algunos cultivares requieren un se­
gundo entresacado al desarrollarse los
frutos.
Plagas y enfermedades
Las vides se ven afectadas por proble­
mas como los insectos de escama (p.
552), gorgojos de uvas (p. 549), avispas
(p. 563), moho esponjoso (p. 550) y Una vez entresacados los
moho gris /Boiryíis (p. 562). A cubier­
to, ácaros araña roja (p. 550), moscas
racimos dejando 30 cm
entre ellos, entresaque los frutos
blancas (p. 550), cocos (p. 550) y moho al hincharse, a fin de aumentar
polvoso (p. 552) también pueden cau­ et tamaño de los granos
sar problemas. individuales y que el aire circule
En climas más cálidos, la Phylloxera entre éstos.
de las vides es una plaga seria. Este in­
secto tipo pulgón ataca las raíces de las
vides europeas; también pueden formar­
se agallas sobre las hojas. El ataque oca­
siona un atrofiado grave y a menudo es
fatal. Hay pocos tratamientos disponi­
bles, aunque el uso de patrones resisten­
tes y de híbridos resistentes de cultiva­
res de uvas americanas ha reducido
mucho su incidencia. Cubra las vides
con redes para protegerlas de los pája­
ros (véase «Protección contra pájaros»,
p. 367).
2
Cultivo a cubierto Use una caña en forma de
En climas frescos, cultive vides en un in­ horqueta y tijeras de vid
vernadero, preferentemente con calefac­ para descubrir el racimo y
ción. También podrá cultivar otras plan­ cortar las uvas no deseadas. El
tas con necesidades similares en el racimo entresacado debe ser
invernadero. En un invernadero colga­ ancho en el extremo,
dizo, el calor proporcionado por el muro ahusúndose en la base.

U vas d e M esa
R ecom endadas
Tempranas
‘Angers Frontignan’ (negra) Vi
‘Aseot Citroncllc’ (blanca) Mu
‘Auvergne Frontignan’ (blanca) Mu
‘Black Frontignan’ (negra) Mu
‘Buckland Sweetwater’ (blanca) Sw
‘Chasselas Rose’ (blanca) Sw
‘Chasselas Vibert’ (blanca) Sw
‘Ciotat’ (blanca) Sw ^ Controle bien la ventilación; manten­
‘Foster’s Seedling’ (blanca) Sw 1
‘Foster’s Seedling’
‘Gamay Hatif’ (negra)
‘Himrod Seedless’ (dorada) SW
‘King’s Ruby’ (negra) Sw
‘Lady Hastings’ (negra) Mu
‘Madeline Royale’ (blanca) Sw
‘Madresficld Court’ (negra) Mu
‘Perlc de Czaba’ (blanca) Mu
‘Primavis Frontignan’ (blanca)
(Mu)
‘Royal Muscadine’ (blanca) Mu
‘St Laurent’ (blanca) Mu
‘Thompson’s Seedless’ (blanca) Sw
Media estación
‘Black Monukka’ (negra) Mu
‘Canon Hall Muscat’ (blanca) Mu
‘Grizzley Frontignan’ (blanca) Mu
‘Gros Colmar’ (negra) Vi
‘Madeira Frontignan’ (negra) Mu
‘Muscat Bleu’ (negra) Mu
‘Muscat Hamburgh’ (negra) Mu
‘New York Muscat’ (blanca) Mu
‘Oliver Irsay’ (blanca) Mu
‘Reine Olga’ (negra) Sw
Tardías
Los cultivares de maduración
tardía maduran en el exterior
sólo en zonas con veranos cálidos
‘Alicante’ (negra) Vi
‘Alicante’
‘Appley Towers’ (negra) Vi
‘Golden Queen’ (negra) Vi
‘Mrs Pearson’ (bianca) Mu
‘Mrs Pincc’s Black Muscat’
(ncgra) Mu
‘Muscat of Alexandria’
(bianca) Mu
‘Syrian’ (bianca) Vi
‘Trebbiano’ (bianca) Vi
C lavk
Sw Aguadulce
Mu Moscatel
V¡ Vinifera
Guíe las vides directamente encima
del muro posterior o plante al pie del
muro de cristal, sobre alambres de so­
porte a 2 2 cm de distancia, o más, del
cristal. En invernaderos autoportantes,
plante las vides en uno de los extremos,
luego guíe hacia arriba y a lo largo del
techo sobre alambres. Para detalles, véa­
se «Cuidado rutinario», p. 401. Debe
emplear una sonda para medir el grado
de humedad del suelo; use agua tibia en
los primeros riegos de la estación.
ga al máximo en invierno a fin de ase­
gurar el enfriamiento invernal necesario
para las vides. A fines de invierno, re­
duzca al mínimo para estimular el de­
sarrollo. Varíe la cantidad de ventilación
según el tiempo para mantener tempe­
raturas homogéneas. Durante la flora­
ción es aconsejable una ventilación li­
gera, y calor adecuado para facilitar la
polinización. Tras la aparición de los
U v a , C o r d ó n I n d iv id u a l
A ño i , p o d a d e I n v i e r n o
A l plantar, recorte
dos tercios del tallo
principal; deje un
brote fuerte casi a
nivel del suelo.
A ño 2 , p o d a d e I n v i e r n o
frutos, es necesaria una buena circula­ Poda y guiado
ción del aire para controlar el moho El método habitual para uvas de mesa
gris /Botrytis y el mildiú. es el desarrollo de cordones individua­
La humidificación del suelo y el ro­ les o dobles («U») o varas, en los que
ciado ayudan a controlar los ácaros ara­ se forman espolones de frutación per­
ña roja; no humedezca en días nubla­ manentes que dan frutos de alta calidad.
dos ni en los períodos de floración o Las vides frutan sobre el desarrollo de
maduración. Labre el macizo con una la estación en curso. Por ello tanto, el
horca a fines de invierno, evitando to­ podado de primavera y verano restrin­
car las raíces; retire 1 cm de la superfi­ ge el desarrollo nuevo a partir de las va­
cie y reemplace con mezcla de tierra ne­ ras, de manera que se desarrolla un ra­
gra. Después del primer riego, aplique cimo de uvas de cada espolón. También
un «mulch» de estiércol bien descom­ limita el desarrollo del follaje lo bastante
puesto o abone alrededor de la base. como para exponer los frutos en desa­
Una vez que los frutos hayan madu­ rrollo al sol, en especial en climas fres­
rado, requieren un «período de acaba­ cos; en los cálidos, evite que el sol abrase
do», durante el cual quedan en vid para las vides. Efectúe la poda invernal an­
alcanzar el máximo color y sabor: cal­ tes de mediados de invierno para evitar
cule 2-3 semanas para ios cultivares pre­ el sangrado de la savia.
coces y más para los de maduración tar­ Cordón único Después de plantar, cuan­
día. Proporcione una buena ventilación, do la vid esté inactiva, acorte el tallo has­
cubriendo las aberturas con redes si los ta un brote fuerte a algunos centímetros
pájaros fuesen un problema. por encima del suelo. En verano, guíe
A ño i , po d a d e V era n o
Elimine sublaterales formados
a partir de laterales dejando
I hoja.
el
guía principal
sujete a la caña.
Recorte cada uno
de los laterales
principales dejando
5 o 6 hojas.
A ño 2 , p o d a d e V e ra n o
Elimine los
sublaterales que se
desarrollan a partir
de laterales,
dejando I hoja.
Elimine
ramilletes de flores
que se forman
sobre los laterales.
Recorte cada
lateral cuando
tenga 5 o
6 hojas.
un vástago guía sobre una caña de bam­
bú vertical y recorte los laterales existen­
tes dejando cinco o seis hojas. Acorte
todos los sublaterales (vástagos que cre­
cen a partir de los laterales) dejando una
sola hoja. Elimine los vástagos que se
desarrollen a partir de la base.
En el segundo invierno, acorte el guía
en dos tercios del desarrollo nuevo has­
ta leña bien madurada y los laterales
hasta un brote; el segundo verano, su­
jete el vástago guía al extenderse. Elimi­
ne los vástagos laterales, dejando 5-6 ho­
jas y los sublaterales dejando una hoja,
como durante el primer verano. Elimi­
ne los ramilletes de flores que se desa­
rrollen; evite que la vid frute antes del
tercer año.
Durante el tercer invierno, acorte el
vástago guía en dos tercios de su desa­
rrollo nuevo y recorte los laterales, de­
jando un brote fuerte, para crear espo­
lones que llevarán los vástagos frutantes.
Poda rutinaria Efectúe una poda ruti­
naria a partir del tercer año. En prima­
vera, permita el desarrollo de dos vás­
tagos sobre cada espolón y elimine los
demás; conserve el más fuerte para fru­
tar y recorte el más débil, dejando dos
hojas, conservándolo como reemplazo
por si el vástago frutante se quebrara.
En verano, al desarrollarse los ramilletes
de flores, conserve los mejores, podan­
do los demás y dejando uno por late­
ral. Detenga los laterales dos niveles más
allá de los ramilletes seleccionados. Eli­
mine los laterales sin flores dejando cin­
co hojas y los sublaterales dejando una.
Cada invierno siga eliminando dos
tercios del desarrollo nuevo de encima
del guía; cuando alcance el extremo del
soporte, recorte anualmente, dejando
dos brotes. Corte los laterales dejando
un brote fuerte. Si los sistemas de espo­
lones se volvieran apiñados a lo largo
de los años siguientes, elimine parte del
sistema con un serrucho para podar o, C o sech a de U vas
si hubiera demasiados espolones sobre d e m esa
la vara, elimine algunos. Los espolones
deben estar a una distancia de 22-30 cm
de separación. Desligue la vara de los
alambres a aproximadamente la mitad
del largo y dóblela hasta que esté casi
horizontal durante algunas semanas en
invierno, a fin de estimular el desarro­
llo homogéneo de vástagos para la pri­
mavera siguiente; entonces vuelva a su­
jetar la vara vertjcalmente.
Cordón doble Éste puede formarse
guiando dos vástagos de manera hori­
zontal durante el primer verano. Pode
cada uno dejando 60 cm el próximo in­
vierno. El año siguiente, guíe las varas
de extensión verticalmente. Éstas forman
dos brazos verticales; pode cada brazo Evite tocar los frutos para no
como si fuera un cordón individual. estropear su lozanía. Corte cada
Cordón múltiple Guíe dos vástagos du­ racimo junto a un «asa» de 5 cm de
rante el primer verano y, en invierno, tallo leñoso de cualquier lado del
pode cada uno dejando 60 cm. Guíe las racimo.

A ño 3 , p o d a d e I n v i e r n o C ordón in d iv id u a l e s t a b l e c id o , p o d a d e V erano
Cuando el guía Si algún lateral no
alcance el i id » frutara, recorte el /
extremo del extremo dejando 5 rT
soporte, recorte el o 6 hojas.

i *
Recorte los laterales
frutantes dejando 2
hojas más allá del
ramillete de flores.
P o d a d e P rim a v er a

Elimine los
Aclare dejando 2 sublaterales que se
Recorte todos los vástagos en cada espolón, Elimine los formen sobre los
vástagos laterales I como lateral principal, ramilletes de flores laterales dejando
hasta el primer otro de seguridad. débiles dejando I I hoja.
brote fuerte. por lateral.
C o r d ó n in d iv id u a l e s t a b l e c id o , p o d a d e I n v ie r n o
Recorte el guía, Corte soltando la C o r d ó n M ú l t ip l e
dejando dos tercios vid y sujete la
del desarrollo mitad superior casi
nuevo. horizontalmente.

Recorte los laterales

dejando un brote Si los espolones se
fuerte. vuelven apiñados, Se puede guiar un cordón múltiple con tantas varas
sierre la leña verticales como permita el espacio disponible. Una vez
sobrante. establecido, cada brazo se podará como un cordón individual.
 varas de extensión horizontalmente y se­ uvas de mesa (para detalles acerca del jes de leña dura o por injertos (véase
U v a s V in íf e r a s leccione un vástago fuerte cada 60 cm sistema Guyot doble, véase «Podado y «Uvas viníferas: Propagación», p. 406
R ecom endadas para guiar de manera vertical, con el fin guiado: sistema Guyot», p. 405). e «Injerto de brotes», p. 372).
de conformar el número de brazos de­
seados. Una vez establecidos, pode cada y almacenado
Uvas viníferas
Tempranas Cosecha
‘Dunkelfelder’ (negra) brazo al igual que un cordón individual. Sujete o elimine una parte del follaje
‘Findling’ (blanca) Métodos de poda alternativos Algunos para que los frutos que maduran reci­
‘Huxelrebe’ (blanca) cultivares no producen vástagos frutan­ ban más sol. Corte racimos maduros de Las uvas para elaborar vino pueden cul­
‘Madeleine Angevine 7972’ tes aptos a partir de los brotes basales la vid junto a un trozo corto de tallo le­ tivarse en zonas de veranos largos, se­
(blanca) Du que quedan después de podar los espo­ ñoso —el «asa»— y coloque en un con­ cos y soleados, con sucios adecuada­
‘Madeleine Sylvaner’ (blanca) Du lones. En tales casos, se conservan tro­ tenedor revestido con material blando, mente húmedos. En climas más frescos,
‘Melón’ (blanca) zos más extensos de leña madura —o para que el fruto no se dañe y su loza­ los cultivares precoces y de media esta­
‘Ortega’ (blanca) Du varas— durante el podado invernal de nía no se estropee. ción dan buenos resultados cultivados
‘Regner’ (blanca) los brotes, a partir de los cuales se pro­ Podrá almacenar los racimos duran­ contra un muro cálido o a cubierto.
‘Reichensteiner’ (blanca) ducirán vástagos con frutos. Durante el te 1-2 semanas a temperatura ambiente,
’Siegerrebe’ (dorada) Du invierno, otras varas se recortan dejan­ cortando un asa más larga y colocándo­ Kmpla/.amiento y plantación
do tres o cuatro brotes para que produz­ la en un contenedor estrecho con agua, La mayoría de suelos de buen drenaje
‘Siegerrebe’
can desarrollos nuevos fuertes como dejando que los frutos cuelguen hacia y con un pH de 6-7,5 son aptos. Elimi­
reemplazo de las varas frutantes viejas. abajo por la parte exterior del mismo. ne las malezas antes de plantar. Los ri­
Media estación
Este procedimiento se repite anualmente. zomas son los mismos que para las uvas
‘Auxcrrois’ (blanca) También pueden emplearse muchos Propagación de mesa (véase «Uvas de mesa: Empla­
‘Bacchus’ (blanca) otros sistemas de renovación para guiar Las vides pueden propagarse por esque­ zamiento», p. 401). Las flores son auto-
‘Dornfelder’ (negra) Du U v a , G u y o t D oble
‘Kcrnling’ (blanca)
‘Léo Millol’, sin. ‘Khulmann’ A ñ o i, p o d a d e In v ie rn o A ño i , pod a d e V erano
(negra) Du
‘Müller Thurgau’,
sin. ‘Riesling Pode los laterales
Sylvaner’ que se desarrollen
‘Rivaner’ dejando 5 hojas.
(blanca) Du
'Müller Thurgau’
A l desarrollarse,
‘Pinol Meunier’, sin. ‘Mcunier’, sujete el guía a una
‘Müllerrebe, ‘Schwarzicsling’, estaca vertical con
‘Wrotham Pinot’ (negra) Después de plantar un nudo flojo en
‘Pinot Noir’, sin. en invierno, recorte forma de ocho.
‘Spátburgunder’ (negra) Ia vid hasta unos
‘Schónburger’ (blanca) 15 cm del suelo,
‘Seibcl 13053’, sin. ‘Cascade’ dejando al menos
(negra) dos brotes fuertes.
Tardía
Los cultivares de maduración Elimine los vástagos
tardía sólo maduran en el exterior que compitan
en zonas con veranos cálidos. desarrollándose
‘Black Hamburgh’, sin. debajo del guía
‘Trollinger’ principal.
(negra) Du A ño 2, p o d a d e In v ie r n o A ño 2 , p o d a d e V eran o

'Black
Hamburgh'

‘Cliardonnay’, sin. ‘Pinol

Chardonnay’ (blanca)
‘Chenin Blanc’ (blanca)
‘Gewürztraminer’ (blanca)
‘Pinot Gris’, sin. ‘Ruländcr’, ‘Grey
Burgunder’ (blanca)
‘Riesling’ (blanca)
‘Sauvignon Blanc’, sin.
‘Sauvignon Jaune’,
‘Sauvignon Fumé’, ‘Blanc Fumé’, Pode el guía hasta
‘Quinechon’ (blanca) unos 38 cm del Deje desarrollarse 3
‘Scheurebe’ (blanca) suelo, justo debajo vástagos principales;
‘Seyval Blanc’, sin. ‘Seyve-Villard del alambre sujete ligeramente a
5276’ (blanca) inferior, dejando 3 Recorte todos una estaca central
o 4 brotes buenos. los vástagos al enrollando hilo
C i .ave ras del tallo. alrededor de los tres
I)u También se consume en mesa y la estaca.
fertilizantes y polinizadas por el viento. Cuidado rutinario un rocío para follaje de sulfato de mag­ Poda y guiado
Antes de plantar, levante una hilera de Elimine las malezas y riegue para esta­ nesio para corregir las deficiencias de Algunos cultivares requieren una poda
postes de soporte. Sujete un alambre a blecer las vides jóvenes en condiciones magnesio (véase p. 555). En años alter­ de espolones (véase «Uvas de mesa:
38 cm por encima del suelo y alambres secas; riegue las vides con frutos sólo en nos, aplique un «mulch» de estiércol —o Poda y guiado», p. 402); otros necesi­
dobles a 75 cm y 1,2 m; cada uno de los tiempo de sequía, ya que el agua exce­ anualmente si el suelo es pobre. El ta­ tan el reemplazo anual de las varas vie­
dobles se enrolla alrededor de los pos­ siva reduce la calidad de las uvas. Pro­ maño de los frutos no afecta calidad del jas para frutar con regularidad.
tes, formando un 8 . Plante vides de uno porcione una aplicación anual ligera de vino, de manera que el entresacado sólo Sistema Guyot Se emplea ampliamente
o dos años en invierno a 1,5-2 m de dis­ fertilizante equilibrado y aplique sulfa­ es necesario en zonas frías, a fin de para las uvas viníferas, pues produce una
tancia, en hileras separadas por 2 m. to de potasio en años alternos. Utilice aumentar los niveles de azúcar. cosecha prolífica en espacios limitados.
A ño 3 , p o d a d e In v ie rn o A ño 3 , p o d a d e V e ran o
Incline los 2 vastagos Recorte los vástagos
laterales más fuertes laterales de los 3
hacia abajo y sujete al vástagos verticales de
alambre inferior, uno a reemplazo dejando I
cada lado. Cuando los hoja.
vástagos se desarrollen a
partir de ellos, guíe
verticalmente.
Elimine el extremo
de cada vástago
vertical dejando 2
hojas por encima del
alambre superior.
Elimine por
completo los vástagos
laterales que se
desarrollen sobre
los laterales
frutantes.
Pode el tercer
vástago central,
Pode estos vástagos dejando al menos 3
dejando 8-12 o 4 brotes buenos
brotes, para que para estimular la Elija 3 vástagos de reemplazo
queden 60 cm de formación de fuertes y después elimine
desarrollo fuerte. vástagos nuevos la todos los vástagos que crecen
estación siguiente. a partir del centro.
G u y o t D o ble E s t a b l e c id o , poda de I n v ie r n o G u y o t D o b le E s t a b l e c id o , P o d a d e V e r a n o
Elimine los extremos de los vástagos frutantes verticales,
dejando 2 hojas por encima del alambre superior.

Corte el vástago
central dejando 3
brotes, que se
transformarán en Corte dejando I
vastagos nuevos hoja cualquier
para guiar el lateral que se haya
siguiente invierno. producido sobre los
3 vástagos verticales
de reemplazo.

Elimine toda la leña

frutada cortando los Incline los dos vástagos apiñados que tiendan Elimine los vástagos
laterales basales restantes a derecha e a oscurecer los frutos laterales
horizontales al ras del izquierda y sujete al primer desarrollados sobre
tallo principal; deje 3 o segundo alambre. Pode los en desarrollo o
exceder las necesidades. vástagos frutantes.
vastagos de reemplazo. extremos dejando 8-12 brotes.
Implica el guiado anual de varas hori­
zontales, a partir de las cuales se guían
los vástagos frutantes verticalmente. En
el sistema Guyot doble, se guían dos va­
ras de cada planta, y en el sistema Gu­
yot individual, sólo una.
Para guiar una vid en el sistema Gu­
yot doble, recorte durante el primer in­
vierno, dejando dos brotes fuertes por
E l im in a c ió n del F o l l a je
Cuando las uvas están
desarrollándose, corle las hojas que
sombreen los frutos que maduran.
No corte demasiadas; podría causar
un abrasado por exceso de sol.
C o se c h a de U vas V in íf e r a s
Se pueden cosechar sencillamente
cortando el tallo con podaderas.
Frutos de kiwi (Actinidia deliciosa)
Los frutos de kiwi, trepadores reptan­
tes caducifolios, se conocían original­
mente como uva espina china. Las vi­
des alcanzan unos 9 m de largo. Las
bayas tienen una piel velluda marrón y
la pulpa verde con semillas negras pe­
queñas.
Durante la estación de desarrollo son
preferibles unas condiciones cálidas y
húmedas y la gama óptima de tempe­
ratura está entre los 5°-25° C. Sin em­
bargo, las plantas inactivas toleran va­
rios grados bajo cero y necesitan
enfriarse durante al menos 400 horas a
menos de 7° C para estimular una bue­
na producción de flores.
encima nivel del suelo. Durante el pri­
mer verano, permita que se desarrolle un
vástago y sujete a una caña vertical o
sobre alambres. Elimine los demás vás­
tagos bajos y recorte los laterales exis­
tentes dejando cinco hojas. Durante el
segundo invierno, recorte hasta debajo
del alambre inferior, asegurando que
queden al menos tres brotes fuertes.
El siguiente verano, deje que se desa­
rrollen tres vástagos fuertes y sujete ver-
ticalmente. Elimine los vástagos bajos.
Durante el tercer invierno, sujete dos de
los vástagos al alambre inferior, uno de
cada lado. Pode los extremos de éstos,
dejando entre ocho y doce brotes; pro­
ducirán vástagos frutantes el siguiente
verano. Recorte el tercer vástago dejan­
do tres o cuatro brotes a fin de produ­
cir vástagos de reemplazo, para que pue­
da repetirse todo el procedimiento. (Para
el sistema Guyot individual, deje que se
desarrollen dos vástagos; sujete uno y
recorte el otro).
Durante el tercer verano, seleccione
tres de los vástagos centrales mejores que
crezcan a patir de la vara y sujete lige­
ramente a un poste o caña central; eli­
mine los vástagos centrales más débiles.
Elimine los vástagos laterales que se for­
men sobre los tres de reemplazo, dejan­
do una hoja. Guíe los vástagos de am­
bos brazos verticalmente a través de
alambres paralelos. Si el desarrollo es
fuerte, permita que se desarrollen algu­
nos racimos sobre éstos. Elimine los ex­
tremos de los vástagos a dos hojas por
encima del alambre superior; elimine los
vástagos laterales de los vástagos fru­
tantes.
Poda rutinaria Durante la poda inver­
nal, elimine toda la leña vieja frutada,
dejando sólo tres vástagos de reempla­
zo. Sujete dos de éstos, uno a cada lado
y pode los extremos como durante el ter­
cer invierno. Pode el tercer vástago de­
jando tres brotes fuertes. El podado ru­
tinario veraniego y el guiado de reempla­
zo es el mismo que el del tercer verano.
Elimine los vástagos apiñados que som­
breen los frutos. Elimine las hojas que
sombreen las uvas 6 semanas antes del
comienzo esperado de la maduración.
Emplazamiento y plantación
Los frutos del kiwi sólo pueden cultivar­
se en el exterior en zonas soleadas y pro­
tegidas, pues, durante el desarrollo, las
plantas son sensibles a condiciones cli­
máticas adversas. El suelo debe ser bien
aireado, profundo y rico en materia or­
gánica, con un pH de 6-7. Incorpore un
fertilizante todo uso en el emplazamien­
to, a razón de 50-110 g por planta.
Los frutos del kiwi son dioicos y las
plantas llevan flores femeninas o mas­
culinas. Para asegurar una fertiliza­
ción adecuada se requiere una planta
masculina por cada ocho o nueve fe­
meninas.
Cosecha E s q u e je s de L eña D ura
Separe los racimos de las vides con po­
daderas; las uvas deben estar completa­
mente maduras y secas.
Propagación
Propague por esquejes de leña dura pre­
parados en invierno al podar, emplean­
do leña de la base endurecida de vásta­
gos de un año. Para plantar en el
exterior, tome secciones de unos 20 cm Corte los tallos en trozos de 20 cm,
de largo, cortando debajo y por encima con un corte inclinado encima de un
de un brote, c introduzca los esquejes a brote en el extremo superior y otro
15 cm de profundidad en suelo arenoso. recto encima de un brote de la base.
A cubierto se puede usar esquejes más Introduzca las dos terceras partes de
cortos de uno o dos brotes. Cultívelos los esquejes en una zanja en suelo
individualmente en tiestos de 9 cm. arenoso.
E s q u e je s del B r o t e S u p e r io r
4
2
1 /4/ podar durante ¡a caída de Divida los tallos en esquejes
la hoja, recorte un trozo largo de 2 brotes, con un corte en
de leña madura del desarrollo de ángulo encima del brote superior
la estación y elimine las hojas o y uno horizontal entre 2 nodulos
zarzillas que queden. bajo el brote inferior. Elimine I
cm de corteza por encima del
corte inferior.
4
Introduzca los esquejes en Una vez arraigados los
3 una mezcla compuesto por 2 esquejes, introduzca
partes de turba, 1 de tierra negra individualmente en tiestos de 10
y I de arena, con el brote inferior cm para seguir cultivando.
encima de la superficie. Etiquete,
riegue y coloque en invernadero.
Eleve un soporte de postes y alambres,
éstos en intervalos de 30 cm. Plante ya R e c o m m e n d e d K iw i
sea esquejes arraigados o plantas injer­ F r u it s
tadas a 4-5 m de distancia, en hileras se­
paradas por 4-6 m, estacando las vides ‘Abbot’ F
hasta que sean lo bastante altas como ‘Allison’ F
para alcanzar los alambres de soporte. ‘Bruno’ F
‘Hayward’ F
Cuidado rutinario ‘Montgomery’ h
Aplique un «mulch» abundante y un ‘Saanichton’ F
fertilizante todo uso rico en fosfato y ‘Tomuri’ M
potasio. ‘Vincent’ F
Riegue con regularidad, sobre todo
durante períodos secos. Mantenga las hi­ C lave
leras libres de malezas. El entresacado F f emale
es generalmente innecesario. M Male
 C ómo so s t e n e r K iw is
Un sistema común es
guiar las plantas en
forma de parra sobre
alambres horizontales
con dos laterales
principales por
planta surgiendo del
tallo principal, con
laterales frutantes
(véase inserción) en
intervalos de unos
50 cm.
Las plantas cultivadas en el exterior
pueden sufrir la podredumbre de las raí­
ces (véase podredumbre de raíces de
Phytophthora, p. 565). A cubierto pue­
den resultar infestadas por trips (p. 551),
insectos de escamas (p. 552) y nemáto-
dos del nudo de las raíces (p. 564). Los
frutos pueden pudrirse por la infección
de los pétalos, que se extiende hasta los
Frutos de pasionaria (esps. de Passiflora)
Las pasionarias son plantas trepadoras,
cuyos tallos individuales alcanzan mu­
chos metros de largo. Los frutos en for­
ma de globo son o púrpuras o amari­
llos cuando están maduros, y pueden
medir hasta 7 cm de diámetro. Las dos
especies que más habitualmente se cul­
tivan por sus frutos son la de frutos
amarillos P. edulis f. flavicarpa y la P.
edulis de color púrpura.
La gama óptima de temperatura para
la pasionaria púrpura es de unos
20°-28° C. La de frutos amarillos pre­
fiere temperaturas de más de 24° C y no
tolera las heladas; las púrpuras pueden
tolerar períodos de heladas breves. Para
un desarrollo satisfactorio se requiere
una humedad entre media y elevada.
Emplazamiento y plantación
Elija un emplazamiento soleado, prote­
gido por rompevientos, si fuera necesa­
rio. Los suelos pueden ser de diversos
tipos, pero deben estar bien drenados y
tener un pH de alrededor de 6 .
Lo habitual es una polinización cru­
zada por insectos, normalmente abejas,
pero en tiempos lluviosos puede ser ne­
cesaria una polinización manual; se ha
descubierto que la polinización manual
aumenta las cosechas de las plantas cul­
tivadas en el exterior.
La pasionarias requieren un soporte
en forma de espaldera de alambre. An­
tes de plantar, introduzca montantes só­
lidos de 3 m de largo, separados por 4
m en ambos sentidos. Una los montan­
tes adyacentes en hileras sujetando con
una o dos lazadas de alambre.
Cuide de preparar los agujeros de
plantado concienzudamente, agregando
materia orgánica y fertlizante todo uso
con nitrógeno a niveles entre medio y al­
tos. Establezca las plantas separadas por
frutos y caen temprano. La extensión de
la enfermedad se debe a la alta hume­
dad. Al caer los pétalos, rocíe las flores
con thiram o un fungicida similar un
control razonable.
Cultivo a cubierto
Esto pocas veces es practicable a causa
del desarrollo extenso y reptante de las
unos 3-4 m de distancia en ambos sen­
tidos o menos, si sólo cultiva unas po­
cas plantas. En general, se plantan las
amarillas a 3 m de distancia.
Cuidado rutinario
Aplique un fertilizante todo uso de ni­
veles de nitrógeno entre medios y altos,
a razón de 0,5-1 kg por planta por año,
preferentemente en revestidos equivalen­
tes en intervalos de tres y cuatro meses.
En primavera, aplique un «mulch» or­
gánico y desmalece y riegue con regu­
laridad durante la estación seca.
Las plagas que afectan plantas culti­
vadas en el exterior y a cubierto son:
moscas de las frutas (p. 563), pulgones
(p. 550), ácaros araña roja (p. 550) y va­
rios insectos de escamas (p. 552). En al­
gunas zonas subtropicales, los nemáto-
dos de los nudos de las raíces (p. 564)
y el marchitamiento Fusarium (p. 558).
La «leñosidad» está causada por el vi­
rus mosaico del pepino (véase «Virus»,
p. 563), que es trasmitido por pulgones.
Como las vides de pasionaria son sus­
ceptibles a los nemátodos y varias en­
fermedades que causan marchitamien­
to, reemplace las plantas cada cinco o
seis años con plantones sanos, esquejes
arraigados o plantas injertadas.
Cultivo a cubierto
Esto resulta posible en zonas templadas,
pero puede que no se produzcan frutos
salvo que se proporcionen las condicio­
nes y temperaturas óptimas; general­
mente es necesaria la polinización ma­
nual. Proporcione soportes de alambre
al igual que para las plantas del exterior.
Cultive las plantas en macizos prepara­
dos o en contenedores grandes de al me­
nos 35 cm de diámetro. Emplee tierra
fértil y bien drenada de alto contenido
plantas; sin embargo, en condiciones ex­
puestas, las plantas cultivadas en el ex­
terior pueden protegerse de vientos y
granizo excesivos con un material plás­
tico ligero para mamparas.
Se pueden cultivar frutos de kiwi en
un politúnel de acceso libre si se tienen
las condiciones medioambientales ade­
cuadas. Los detalles del cultivo y pre­
paración del suelo son los mismos que
para las plantas cultivadas en el exterior.
Poda y guiado
Los cultivos comerciales se suelen criar
sobre una barra en forma de «T» o una
estructura de pérgola superior. Otro sis­
tema empleado es el de guiar plantas en
forma de parra sobre alambres horizon­
tales: en este caso, cada planta posee dos
laterales principales que crecen a partir
del tallo principal y ramas frutantes en
intervalos de 50 cm. Para detalles, véa­
se «Manzanos: Parra», p. 382.
Los frutos sólo se producen en leña
de un año; recorte los vástagos latera­
F r u t o s d e P a s io n a r ia
orgánico e incorpore un fertlilizante
todo uso a la tierra antes de plantar.
Mantenga una temperatura mínima de
2 0 ° y unos niveles de humedad del
60-70 °/o. Aplique alimento líquido o
fertilizante de uso general en intervalos
de un mes y riegue con regularidad.
Poda y guiado
Guíe dos tallos de desarrollo principa­
les a lo largo de los alambres, forman­
do una estructura permanente. Si estos
no hubieran producido laterales cuan­
do midan unos 60-90 cm de largo, eli­
mine los extremos. Permita que los vás­
tagos laterales, sobre los que se
producirán los frutos, cuelguen hacia
abajo al desarrollarse cada primavera.
Pode estos laterales de manera que nun­
ca estén a menos de 15 cm del suelo.
Una vez que la planta se haya es­
tablecido, recorte los vástagos frutados
de la estación en curso cada invierno,
ya que éstos no volverán a producir
frutos.
les frutados durante la estación inacti­
va, dejando entre dos y cuatro brotes.
Cosecha y almacenado
Los kiwis producen frutos 3-4 años des­
pués de plantados. Coseche cuando se
ablanden. Arranque o corte de la rama
junio con el cáliz; conserve en lugar fres­
co. Si los envuelve en plástico, se con­
servarán durante meses a 0o C.
Propagación
Tanto los esquejes de leña dura como los
de leña blanda arraigan con éxito. Re­
coja los de leña blanda en primavera; re­
corte dejando 10-15 cm c introduzca en
tierra para esquejes. Los de leña dura se
recogen a fines de verano; éstos deben
medir 30-40 cm de largo y debe intro­
ducirlos en tierra arenosa (véase p. 374).
Algunos cultivares seleccionados podrán
injertarse sobre patrones vigorosos de
plantones; los sistemas más comunes
son el injerto de brote de astilla y el de
acoplamiento (véase p. 373).
Cosecha y almacenado
Recoja los frutos cuando comiencen a
cambiar de color, del verde al amarillo
o al púrpura. Los frutos deberían estar
maduros 8 -1 2 semanas después de for­
marse, dependiendo del cultivar. Los
frutos pueden almacenarse hasta 21 días
si se los mantiene a temperaturas homo­
géneas de unos 6°-7° C y a un nivel de
humedad constante de 85-90 %.
Propagación
Generalmente se produce por semillas
o cultivando esquejes; las pasionarias
también se propagan por injertos de
brotes.
Se pueden extraer semillas de los fru­
tos completamente maduros y deben fer­
mentar durante tres o cuatro días; des­
pués se lavan y secan. Siembre las
semillas a cubierto en bandejas o ties­
tos de 6-9 cm con tierra para semillas
y mantenga a al menos 20° C de tem­
peratura. Cuando los plantones germi­
nados midan 20-35 cm de altura, tras­
plante al exterior después de templados
o siga cultivando a cubierto.
Debe preparar esquejes de 15-20 cm
de largo e introducirlos en una bandeja
o tiesto llenos de tierra para esquejes.
Aplique calor basal y rocíe para estimu­
lar el arraigue.
Para detalles acerca del injerto de bro­
tes, véase p. 372. Las plantas de injerto
de brote sanas deben trasplantarse a sus
posiciones permanentes cuando midan
unos 15 cm de alto para seguir culti­
vándolos.
Si los nemátodos o las enfermedades
de marchitamiento fuesen un problema,
los cultivares púrpura pueden injertar­
se sobre patrones resistentes. Utilicen
plantones vigorosos del tipo de pasio­
naria de frutos amarillos a este fin.
E l H u e r t o F r u t a l

Frutos blandos

L
os frutos blandos cultivados son lados. La mayoría se desarrollan mejor Zarzamoras Fresas
frutos de arbusto o de caña, salvo en climas frescos. Prefieren suelos fér­ Frambuesas
las fresas, que son perennes herbáceas.tiles, bien drenados y conservadores de amarillas
Los frutos de arbusto comprenden uvas humedad. Un emplazamiento soleado es
espino, mirtilos rojos y grosellas negras, el mejor y proporciona frutos de buena
blancas y rojas. Los de caña compren­ calidad, pero toleran algo de sombra.
den zarzamoras, bayas híbridas y fram­ Casi todos los cultivares son autofertili-
buesas. Todos producen frutos suculen­ zantes. El podado depende de si los fru­ Grosellas
tos que se consumen frescos, conserva­ tos se producen en leña de un año, en coloradas
dos al natural, embotellados o conge­ leña más vieja y espolones o en ambas.
Mirtilos

Fresas (Fragaria x ananasso) Frambuesas

Las fresas son plantas herbáceas de de­

sarrollo bajo que pueden cultivarse en
la mayoría de jardines, sea en el exte­
rior o en contenedores. Hay tres tipos
distintivos de plantas de fresas: de Eru­
tación veraniega, de frutación perpetua
y alpinas.
Las fresas de frutación veraniega pro­
ducen casi todos sus frutos durante un
período intensivo de 2-3 semanas a me­
diados de verano. Algunos cultivares
también dan una cosecha más pequeña
en otoño.
Las fresas de frutación perpetua (eter­
na) ofrecen una cosecha breve en vera­
no, cesan durante unos dos meses y des­
pués producen una sucesión de frutos
en otoño. Su mejor desarrollo se pro­
duce en regiones de climas otoñales,
templados y libres de heladas.
Las fresas alpinas, que se cultivan a
partir de semillas, producen frutos pe­
queños de sabor delicado.
Las variaciones en la extensión del día
(véase E l J a r d ín d e H o r t a l iz a s , p.
307) afectan a la formación de las flo­
res en algunos cultivares. Por lo tanto,
resulta importante elegir las aptas para
la latitud de cada jardín en particular:
más cerca del trópico, por ejemplo, las
temperaturas esenciales para el desarro­
llo y la cosecha se hallarán sólo a gran­
des alturas.
Emplazamiento y plantación
Cultive fresas en lugares donde se pue­
dan hacer plantados nuevos en suelos sin
usar, ya que las cosechas, el tamaño de
los frutos y la salud de las plantas se de­
terioran si se emplea el mismo suelo y
las mismas plantas después del tercer
año. Si hay espacio suficiente, cultive
plantas de uno, dos y tres años sucesi­
vamente, descartando las plantas más
viejas y plantando vástagos nuevos en
suelo fresco cada año.
Emplazamiento
Los emplazamientos soleados y cálidos
dan los frutos de mejor sabor. Los sue­
los arenosos producen las cosechas más
precoces, la tierra negra y las arcillosas
de buen drenaje las más abundantes y
de sabor más fino; los gredosos no dan
buenos resultados. Unas condiciones
algo ácidas, con un pH de 6-6,5 son
ideales. Un buen drenaje es vital para
evitar las enfermedades llevadas por el
suelo. Plantar fresas después de plantar
patatas es arriesgado, ya que el suelo
puede estar infectado por el marchita­
miento Verlicillium (p. 557).
Prolongue la estación de frutación
partiendo los plantados —elija una ubi­
cación cálida y protegida para las cose­
chas tempranas, un terreno abierto y so­
leado para la cosecha principal y un em­
plazamiento menos soleado para los fru­
A d q u is ic ió n d e P l a n ta s
d e F r e sa s S a n a s
tos de maduración tardía.
Hojas Desarrollo homogéneo
sanas verde
Polinización
La mayoría de cultivares son autoferti-
lizantes; el cultivar ‘Pandora’ sólo pro­
duce buena frutación si se plantan va­
rias plantas de un cultivar diferente que
florezca al mismo tiempo en las cer­
canías.
Plantación
La época de plantado de las fresas de­
pende de la zona geográfica. Hágase
aconsejar por un experto si tuviera du­ Planta no Tierra húmeda
das. En regiones fresco-templadas es florecida libre de malezas
mejor plantar a fines de verano y prin­
cipios de otoño, lo que asegurará las co­
sechas más abundantes el verano si­ col de granja bien descompuesto, a me­
guiente. Si planta más tardíamente, nos que existan cantidades abundantes
elimine las flores en primavera a fin de en el suelo después de la cosecha ante­
que las plantas se establezcan antes de rior. En suelos más hambrientos, gredo­
frutar. sos y arenosos, incorpore un revestido
Dentro de lo posible, utilice plantas de fertilizante equilibrado con una hor­
de cepas certificadas y plante en suelos ca, a razón de 105 g por m2, justo an­
frescos, donde no se hayan plnatado fre­ tes de plantar. Espacie las fresas a in­
sas durante al menos tres años. Reem­ tervalos de 45 cm, en hileras ligeramente
place las plantas cada dos o tres años en relieve, separadas por 75 cm, de ma­
y excave y queme las plantas circundan­ nera que el agua de las lluvias se escu­
tes para evitar la extensión de enferme­ rra. Plante con la base de la corona cen­
dades virósicas. Elimine las malezas y tral a nivel del suelo, afirme las plantas
aplique cantidades generosas de estiér- y riegue bien. En emplazamientos hú-

P l a n t a c ió n de F r esa s b a jo u n «M ulch» d e p l á s t ic o

I 2
En suelo húmedo, marque un Excave una zanja angosta a Haga cortes en forma de cruz Meta el plástico alrededor de las
macizo de 90 cm de ancho ambos lados del macizo y, con 3
en el plástico (véase inserción) 4 coronas de las plantas. La
con hilo. Amontone tierra en el una pata, fije los bordes del plástico en intervalos de 45 cm. Plante las hilera de fresas terminada debe
centro y cubra con un trozo de dentro de las zanjas firmemente para fresas a través de los cortes y afirme estar algo elevada, para que la
plástico negro de 1,2 m de ancho. evitar que se vuele. la tierra alrededor de las coronas. lluvia escurra fuera de las plantas.
medos, plante en macizos en relieve (véa­
se E s t r u c t u r a s y S u p e r f ic ie s , «Maci­
zos en relieve», p. 507).
Las fresas también pueden plantarse
a través de sábanas de plástico negro,
que ahogan malezas, conservan la hu­
medad del suelo y estimulan una cose­
cha precoz calentando el suelo. Fije el
plástico firme, después haga cortes de
plantado en los intervalos adecuados.
Cuidado rutinario
Las fresas requieren riego regular. Las
frutas que maduran deben cubrirse con
redes contra plagas y evitar el contacto
con el suelo para mantenerlas limpias.
Elimine vástagos superfluos y malezas
y controle que no existan plagas y en­
fermedades de manera regular. En pri­
mavera, las flores pueden necesitar pro­
tección contra las heladas: dos capas de
papel de periódico son eficaces.
Protección de los frutos
Antes de que los frutos se desarrollen
C óm o M a n t e n e r
L im pia s las F r e sa s
Cuando las fresas estén en flor
o se formen los frutos, coloque
una capa espesa de paja por
debajo y entre las plantas para
evitar que los frutos que
maduran toquen el suelo.
M é t o d o O p c io n a l
Puede colocar esterillas para
fresas alrededor de las
coronas pura proteger los
frutos en desarrollo.
E l im in a c ió n de R a st r e r o s
Elimine los vástagos sobrantes a!
desarrollarse. Corle cerca de la
planta madre, cuidando de no dañar
el resto del follaje.
por completo, coloque paja seca y lim­
pia o esterillas patentadas debajo de és­
tos para evitar salpicaduras de barro; es­
to es innecesario en el caso de plantas
cultivadas a través de plástico. Proteja
los frutos contra los pájaros antes de que
se vuelvan colorados, empleando pos­
tes para sostener las redes para frutos.
Control de vástagos
Elimine los vástagos cuando aparezcan,
salvo que los requiera para formar hi­
leras enredadas (véase «Cultivo a cubier­
to», abajo).
Riego y desmalezado
Riegue las fresas recién plantadas y des­
pués de manera regular durante la esta­
ción de desarrollo, especialmente des­
pués de florecer con el fin de estimular
el desarrollo de frutos de calidad. Rie­
gue las plantas bajo plástico sólo duran­
te tiempo muy seco, regando a través de
los cortes de plantado. Mantenga los
macizos sin malezas.
Plagas y enfermedades
Las fresas pueden ser devoradas por pá­
jaros (p. 561), ardillas grises (p. 563) y
babosas (p. 548), y son vulnerables a
pulgones (p. 550), virus (p. 563) moho
gris /Botrylis (p. 562), manchas fúnga­
les de las hojas (p. 552) y ácaros araña
roja (p. 550). Excave y queme las plan­
tas enfermas o poco desarrolladas. Los
escarabajos de meollo rojo y de fresas
no están muy extendidos, pero son gra­
ves. El meollo rojo es una enfermedad
llevada por el suelo, más presente en sue­
los pesados, que causa la caída y muer­
te del follaje. El único remedio es cam­
biar de emplazamiento. Los escarabajos
de las fresas arrancan semillas de la par­
te exterior de los frutos, estimulando la
putrefacción. Se alimentan de semillas
de malezas; desmalece los macizos a
fondo; controle con bolitas de methio-
carb contra babosas.
Cultivo a cubierto
Las fresas cultivadas en un invernadero
con calefacción frutan hasta un mes an­
R e c o l e c c ió n de F rutos
F r e s a s d e F r u t a c ió n
V e r a n ie g a
R ecom endadas
Tempranas
‘Cambridge Rival’
‘Cambridge Vigour’ K, ☆
‘Elvira’
‘Elvira’
‘Gorella’
Recoja fresas de mesa por el tallo ‘Hedley’
para evitar aplastar la fruta. Las ‘Honeoye’
fresas para mermeladas pueden raniagruena
recogerse sin el tallo.
Media estación
‘Cambridge Favourite’
tes que aquellas cultivadas en el exterior, ‘Elsanta’
pero tienen menos sabor. Establezca vás­ ‘Hapil’ ☆
tagos en tiestos de 6 cm con tierra para
semillas lo antes posible (véase p. 410).
Antes de que las raíces llenen los tiestos,
trasplante a tiestos de 15 cm (con tierra); ‘Elsanta’
conserve las plantas en el exterior hasta
mediados de invierno, protegidas de las
lluvias intensas, después coloque en el
invernadero con el máximo de luz.
Cuando se formen hojas nuevas, man­ ‘Pandora’ Ms
tenga una temperatura nocturna de 7o C ‘Providencc’ ☆
como mínimo y una diurna de 10° C. ‘Red Gauntlet’
Ajuste la ventilación para conservar ‘Royal Sovereign’ ☆
estas temperaturas. Riegue y humedez­ ‘Tamclla’ ☆
‘Teñirá’ ☆
ca el suelo con frecuencia para conser­
var una atmósfera húmeda y reducir el ‘Totem’
riesgo de una infestación de ácaros ara­
ña roja. Aumente la temperatura en Tardías
unos 3o C cuando comiencen a desarro­ ‘Bogota’
llarse ramilletes de flores; durante la flo­ ‘Camdridge Late Pine’ ☆
ración, eleve la temperatura al igual que ‘Domani!’ ☆
antes y deje de humedecer el suelo. Po­
linice las flores a mano con un pincel
suave; efectúe a mediodía en un día cla­ ‘Domanil’
ro. Elimine las flores tardías para mejo­
rar el tamaño de los frutos que maduran.
Para realzar su sabor, disminuya la tem­
peratura cuando comiencen a madurar.
En el caso de plantas cultivadas en el
exterior, las campanas colocadas sobre F r e s a s d e F r u t a c ió n
las plantas a fines de invierno adelan­
tan la maduración unas tres semanas y P er petu a R ecom endadas
los politúneles una o dos semanas (véa­ ‘Aromel’ ☆
se p. 490). Ambos deben ventilarse en ‘Ciento’
días cálidos. Bajo campanas o túneles ‘Ostara’
de plástico se pueden cultivar las fresas ‘Rabunda’
en «hileras enredadas», en las que la dis­ ‘Rapella’
tancia de plantado se reduce a la mitad
para proporcionar las máximas cosechas
posibles. Se pueden conservar los vás­ F r e sa s A l p in a s
tagos para aumentar la densidad del R ecom endadas
plantado. Vuelva al espaciado habitual
después del primer año, eliminando ‘Alpine Yellow’
plantas alternadas; de otro modo, la ca­ ‘Baron Solemacher’
lidad de los frutos se deteriorará y el cui­ ‘Delicious’
dado rutinario se volverá difícil.
C lave
Cosecha y almacenado Ms
R
(Masculina estéril) requiere otro
cultivar como polinizador
Madura a media estación cuando
tiene dos o más años
Coseche las fresas de mesa cuando es­
☆ Sabor excelente
tén completamente maduras, junto con
sus tallos y consuma para disfrutar del
mejor sabor. Recoja fresas para merme­
lada maduras pero firmes. Recoja los
frutos en días alternos y elimine y que­
me los enfermos o dañados. Las fresas
pueden embotellarse o conservarse al na­
tural. Si las congela, los frutos, salvo las
del cultivar ‘Tótem’, pierden su firmeza.
Después de cosechar, limpie el empla­
zamiento y corte el follaje viejo. Apli­
que un fertilizante equilibrado.
Propagación
Cada año, plante dos o tres plantas cer­
tificadas libres de virus a buena distan­
cia de macizos frutantes establecidos.
Controle los pulgones y elimine todas
las flores. Las plantas producirán bas­
tantes de vástagos durante hasta dos
años; entonces vuelva a comenzar a par­
tir de existencias nuevas y certificadas.
Algunos cultivares de frutación perpe­
tua producen pocos vástagos.
E l im in a c ió n d e l F o l l a je
d e sp u é s d e C o s e c h a r
Apenas recogida la cosecha, elimine
el follaje viejo dejando 10 cm de
tallo por encima de las hojas jóvenes
y la corona. Elimine y queme paja,
follaje y desechos de junto a las
plantas para minimizar el riesgo de
plagas y enfermedades.
Zarzamoras y bayas híbridas (Rubus frutícosus y Rubus híbridos^
Los frutos de zarzamoras cultivadas y
bayas híbridas, como frambuesas ame­
ricanas y moras grandes, aparecen so­
bre cañas a fines de verano. Los híbri­
dos se originaron a través de cruces entre
diferentes especies de Rubus o cultivares.
Emplazamiento
Antes de plantar, debe preparar el sue­
lo correctamente y fertlizarlo, al igual
que para las frambuesas (véase p. 412).
Compre las zarzamoras y las bayas hí­
bridas en viveros especializados y, den­
tro de lo posible, elija plantas incluidas
en un esquema de certificación para ase­
gurase de obtener existencias sanas y li­
bres de virus. Los cultivares sin espinas
son menos vigorosos que los pinchudos.
Las zarzamoras y las bayas híbridas son
C ómo p r o p a g a r a p a r t ir d e
I 2
Para producir chupones,
plante plantas certificadas
libres de virus. A l formarse,
extienda alrededor de la planta
madre.
Fresas alpinas
Las fresas alpinas (Fragaria vesca
‘SemperflorensV poseen frutos pe­
queños, fragantes y de sabor dulce,
y constituyen un un festoneado puli­
do y bonito para orlas de flores o par­
F rf .sa A l p in a
todas autofertilizantes, con lo que po­
drá plantarlas individualmente.
Las zarzamoras y las bayas híbridas
requieren una ubicación soleada o par-
cilamente sombreada. No las plante en
emplazamientos expuestos.
Proporcione soportes para las cañas:
son ideales las verjas y muros con alam­
bres horizontales a 30 cm de distancia
entre cada uno.
También puede usar un poste de 3 m
de largo, hundido en el suelo a 60 cm
de profundidad como soporte básico, en
el caso de cultivares vigorosos, construya
una verja de postes y alambre. Ubique
los postes a intervalos de 4-5 m, con cua­
tro alambres horizontales tendidos en­
tre ellos, el más bajo a 90 cm del suelo,
el más alto a 2 m. En suelos livianos y
C h upo nes
Una vez que el chupón haya
arraigado y produzca un
desarrollo nuevo vigoroso, retire por suelo preparado o coloque en
medio de una horca manual sin tiestos para plantar fuera más
dañar las raíces. tarde.
celas de hortalizas. Toleran condiciones
más frescas que la mayoría de las demás
fresas y en verano, en zonas cálidas, pre­
fieren sombra parcial. La estación de
frutación se extiende desde mediados de
verano hasta fines de otoño.
Despues de unos dos años, las plan­
tas se deterioran, de manera que deben
propagarse regularmente a partir de chu-
C ómo p r o p a g a r a p a r t ir d e
1 2
Emplee frutos secos; aplaste
suavemente para que las
semillas se desprendan. Sostenga
los frutos sobre un contenedor
limpio para recolectar las semillas.
arenosos, proporcione un soporte suple­
mentario para los postes de los extre­
mos, sosteniendo con apoyos de made­
ra en diagonal: ayudará a evitar que los
alambres cuelguen bajo el peso de las
Plantación
Plante en invierno; si el clima fuese se­
vero, plante a fines de invierno o prin­
cipios de primavera. En zonas muy frías,
algunos cultivares pueden morir, de ma­
nera que hágase aconsejar localmente.
Plante a poca profundidad, extienda
bien las raíces y afirme el suelo en la
base de las plantas. Espacie los cultivares
más vigorosos a 4-5 m de distancia, y
los menos a 2,5-3 m. Después de plantar,
acorte las cañas dejando 2 2 cm de largo.
3
Corte el chupón arraigado de
la planta madre. Trasplante a
pones o semillas. Para separar semi­
llas de los frutos, deje secar las fre­
sas y aplaste entre los dedos. Siem­
bre las semillas en tiestos con tierra
para semillas estándar y mantenga a
18°-24° C. Trasplante plantones
cuando tengan dos hojas legítimas.
Plante fresas más jóvenes en el exte­
rior a principios de verano.
S em illa s
Llene un tiesto de 6 cm con
tierra para semillas. Esparza
éstas sobre la superf icie, después
cubra con una capa fina de
abono y otra de gravilla fina.
A d q u is ic ió n d e pl a n t a s
d e Z arzam ora Sanas
Caña fuerte y sana
Raíces fibrosas
bien
desarrolladas
 M étodos de G u ia d o Z arzam oras
Recom endadas
Tempranas
‘Bedford G iant’ Rg
‘Himalaya Giant’ Kg
‘Merton Early’
‘Merton Thornless’
'Bedford
Tardías Giant'
‘Ashton Cross’
E n trepa ño A lternado C uerda ‘John Innes’
Guíe cañas nuevas hacia un lado de la planta, Guíe las cañas frutantes en grupos a lo largo de ‘Oregon Thornless’
mientras las más viejas frutan de! otro lado. alambres, para que las cañas nuevas crezcan ‘Smoothstem’
centradas. ‘Thorn free’
B a y a s h íb r id a s
R ecom endadas
Boysenberry
Kings Acre Berry Tayberry
Loganberry
Sunberry Rg
Tayberry
Tummelberry
A b a n ic o E ntrelazado Veitchbcrry
Guíe las cañas frutantes individualmente en forma Entrelace las cañas frutantes entre los alambres
de abanico y las cañas nuevas centralmente. inferiores; guíe las nuevas centralmente y a lo largo C lave
del alambre superior. Kg Desarrollo rampante

P oda de Z arzamoras E s t a b l e c id a s Cuidado rutinario
Las necesidades de mantenimiento,
D e sp u é s d e F r u t a r como para las frambuesas (véase p. 412).
Plagas y enfermedades
Los escarabajos de las frambuesas (p.
562), pájaros (p. 561), moho gris/Botry-
tis (p. 562) y los virus (p. 563) pueden
causar problemas; la resistencia frente
a ellos varía de un híbrido a otro.
Poda y guiado
Las plantas frutan sobre leña de un año:
el guiado debe separar las cañas frutan­
tes de las nuevas en desarrollo. En jar­
dines pequeños, el sistema de cuerdas y
abanicos (véase arriba) es el mejor. Los
métodos alternativos de entrepaño y te­
jido consumen mucho espacio, pero el
tejido es el mejor sistema para plantas
vigorosas. Después de cosechar, elimi­
ne las cañas frutantes a ras del suelo.
Conserve y sujete las cañas que se ha­
yan desarrollado durante la estación en
curso, y elimine todas las débiles o da­
ñadas. En primavera, recorte el extremo
de cada caña si mostrase indicios de
muerte desde el extremo como resulta­
do de las heladas.
Cosecha y almacenado
Recoja los frutos con regularidad; a di­
ferencia de las frambuesas, el tarugo
central queda dentro del fruto recogido.
Si quiere exhibirlos, recoja los frutos
junto al tallo. Puede almacenar zarza­
moras embotellando, conservando al na­
tural o congelando.
Propagación
Para disponer de algunas plantas nue­
vas, emplee el acodo de los extremos

Sujete bien las A codado de E xtrem o

cañas nuevas a los
Recorte las cañas frutadas alambres
a nivel del suelo junto a la horizontales según
base del tallo. el sistema de
guiado empleado.
P o d a d e los E x t r e m o s de T a llo s dañados por H eladas
Examine las cañas
buscando indicios de
daños por heladas a

1
principios de primavera Doble el extremo de un
y, si Juera necesario,
recorte los extremos de
vástago sano vigoroso y
coloque en un agujero de 10 cm
2corteaUnafines
vez arraigado el extremo
de otoño o invierno,
el tallo viejo junto a la
las cañas afectadas hasta de profundidad. Llene el agujero planta joven arraigada para
alcanzar leña sana. con tierra y afirme bien. separarlo de la planta madre.
Ponga en tiestos o trasplante en
primavera.
(véase p. 411). En verano, doble un vás-
tago hasta el suelo y coloque el extre­
mo en un agujero practicado en el sue­
lo. Cubra con tierra y afirme. Cuando
el extremo haya arraigado a fines de oto­
ño o invierno , separe de la planta ma­
dre. Transfirera la planta joven a su po­
sición definitiva en primavera.
Para producir gran número de plan­
tas jóvenes, recoja vástagos de 30 cm de
largo del desarrollo de la estación en cur­
so a fines de verano; de estos coja es­
quejes de brotes de hojas, con una hoja
y un trozo de tallo. Coloque varios es­
quejes en un tiesto de 14 cm o en una
cajonera; deben arraigar después de 6-8
semanas. Temple y plante fuera a fines
de otoño o, si los inviernos fueran seve­
ros, a principios de primavera. Trasplan­
te las cañas jóvenes a sus posiciones de­
finitivas pasado un año.
Frambuesas (Rubus idaeus)
Se han producido varios cultivares de
frambuesas cruzando la frambuesa euro­
pea roja silvestre (Rubus idaeus) con la
frambuesa americana (Rubus idaeus var.
slrigosus) y con la frambuesa negra nor­
teamericana (R. occidentalis).
Las frambuesas son un cultivo de es­
tación fresca, que crece mejor donde
existe mucha humedad. El color de los
frutos varía entre el rojo oscuro y el
amarillo. Existen dos tipos principales
de frambuesas: las de frutación veranie­
ga, que tienen una estación corta de co­
sechado abundante a mediados de ve­
rano y las de frutación otoñal, que
tienen un período de cosecha dilatado
que comienza a fines de verano y con­
tinúa hasta el comienzo de las heladas
invernales.
Emplazamiento y plantación
El emplazamiento requiere una prepa­
ración a fondo antes de plantar, ya que
las frambuesas no dan cosechas abun­
dantes en suelos pobres, especialmente
si compilen con malezas. Las frambue­
sas son autofertilizantes.
Emplazamiento
Plante frambuesas en lugar soleado y
abrigado. Toleran una sombra parcial y,
en zonas cálidas, algo de sombra es ven­
tajoso.
El suelo debe ser rico en tierra negra
y conservador de la humedad, pero tam­
bién bien drenado, ya que las frambue­
sas no toleran un drenaje pobre. Los sue­
los arenosos, gredosos y pedregosos
requieren un revestido anual abundan­
te de tierra negra y un riego regular. Ade­
más, si las frambuesas se cultivan en sue­
los ricos en cal, pueden sufrir a causa
de la clorosis (véase «Deficiencia de
manganeso/hierro», p. 555).
C ómo P ro pa g ar por E s q u e je s de B rote de H o ja s
1 2 3
Elija un vastago sano y Haga un corte a I cm por Ponga 3 esquejes en un
fuerte del desarrollo de la encima de un brote: corte hacia tiesto de 14 cm, con las partes
estación, lomando al menos 30 abajo para retirar el brote y una del tallo en ángulo y los brotes de
cm de tallo con muchos brotes de porción del tallo de unos 2,5 cm de desarrollo encima de la tierra.
hojas bien desarrollados. largo junto con una hoja. Riegue, etiquete y coloque en
cajonera.
Preparación
Elimine las malezas perennes antes de M é t o d o s d e S o p o r t e y G u ia d o
plantar, ya que es muy difícil eliminar­ En espacios limitados, el método de
las después. Prepare un área de al me­ postes y alambre es útil; el de
nos 90 cm de ancho e incorpore bastante alambres paralelos deja más
estiércol descompuesto. espacio a las cañas, pero no es
Construya soportes permanentes. Si adecuado en condiciones ventosas.
construye uno de postes y alambres, cla­ El sistema escandinavo dobla cañas
ve una hilera única de postes sólidos, se­ jóvenes alrededor de sí mismas y
parados por 3 m de distancia. Tienda del alambre; las cañas no se sujetan
tres trozos de alambre o cuerda de nylon ni se podan sus extremos. Este
entre los postes a tres alturas: 75 cm, 1,1 método requiere más espacio que S is t e m a E s c a n d in a v o
m y 1,5 m. Mantenga los alambres o los demás.
cuerdas tensas y sujete las cañas con cor­
del con un «entrelazado continuo» (en­
tretejiendo entre las cañas y los alam­
bres) para evitar que el viento sople las
cañas, desplazándolas a lo largo de la
hilera.
El sistema de alambres paralelos re­
quiere dos hileras de postes, con los pos­
tes espaciados como se indica arriba y
las hileras a 75 cm de separación. Tien­
da dos pares de alambres paralelos en­ P o ste y A lam bres A lam bres P aralelos
tre los postes, uno a 75 cm y el otro a
1,5 m; entrecruce cuerdas sólidas o
alambre entre ellos. Las cañas quedarán
sostenidas por los alambres cruzados y C ó m o P l a n t a r F r a m b u e sa s
no necesitan sujeción.
El sistema escandinavo consiste en
elevar dos hileras de postes, igual que
arriba, a 90 cm de distancia entre hile­
ras y tendiendo un único alambre a lo
largo de cada hilera a 90 cm de altura.
Enrolle las cañas frutantes en los alam­
bres, dejando que se desarrollen cañas
nuevas en el espacio abierto central.
Obtenga cañas certificadas como li­
bres de virus; de otro modo, emplee chu­
pones recogidos de plantas establecidas
1 2
de buena salud y cosechado recono­ Prepare una zanja de 5-8 cm Afirme el suelo alrededor de
cidos. de profundidad en suelo con las bases de las cañas,
bastante estiércol. Plante las asegurando que queden verticales.
Plantación cañas a 38-45 cm de distancia. Pode las cañas dejando un brote,
Plante cañas inactivas en suelo abona­ Extienda las raíces con cuidado y a unos 25 cm del suelo. Rastrille
do en intervalos de 38-45 cm, en hileras rellene la zanja con tierra. ligeramente.
separadas por 2 m. Plante en otoño o
a principios de invierno, ya que de esta ble y sujete las cañas altas para que no C ó m o E l im in a r C h u p o n e s
manera alienta un establecimiento rápi­ sufran daños por el viento. n o D eseados F r a m b u e sa s d e F r u t a c ió n
do de las cañas. Extienda las raíces de Debe cortar todas las cañas de las V e r a n ie g a
forma homogénea a 5-8 cm de profun­ frambuesas de frutación otoñal (véase
didad y afirme con suavidad. Pode las p. 414) a ras del suelo a fines de invier­ R ecom endadas
cañas dejando 25 cm desde el suelo. no. Las cañas nuevas se desarrollarán y Tempranas
después frutarán en otoño. ‘Delight’
En la primavera siguiente, recorte las ‘Glen Clova’ Pv
Cuidado rutinario cañas dejando 15 cm de distancia entre ‘Glencoe’
éstas y el alambre superior, eliminando ‘GlenMoy’ ☆
En primavera, aplique un «mulch» de los extremos dañados por las heladas. ‘Mailing Promise’
estiércol bien descompuesto. Aplique a Elimine las cañas muertas, enfermas o ‘Southland’
ambos lados de la hilera, sin enterrar las apiñadas o cualquiera que crezca a más ‘Sumner’
cañas. Si no hubiera tierra disponible, de 2 2 cm de la hilera.
aplique revestidos regulares de fertilizan­ ‘Mailing Promise’
te equilibrado (véase «Cuidado de fru­
tos blandos», p. 366) y aplique un Cosecha y almacenado
«mulch» de abono o mantillo de hojas
para conservar la humedad. Para conservar al natural y congelar, re­ Si los chupones se apiñan o crecen Media estación
Las flores aparecen demasiado tarde coja los frutos entre firmes y maduros, demasiado lejos de la hilera, como ‘Glen Prosen’ ☆
para sufrir por las heladas, así que no y sólo maduros para el consumo inme­ aquí, retire y separe de la planta ‘MallingJewel’ ☆
necesitan protección. Elimine malezas y diato, cosechando en días alternos. madre. ‘Orion’
riegue regular y concienzudamente. Eli­
mine los chupones que aparezcan a más Tardías
de 22 cm de la hilera principal. P oda al F in a l d e la P r im e r a E s t a c ió n ‘Augusta’
y enfermedades ‘Leo’
Plagas
‘Mailing Admiral’
Los escarabajos de las frambuesas (p. ‘MallingJoy’ ☆
562) y los pájaros (p. 561) son las prin­
cipales plagas. También moho gris /Bo-
Irylis (p. 562), la plaga de espolones/pla­ F r a m b u e sa s d e F r u t a c ió n
ga de cañas (p. 557) y los virus (p. 563). O toñal
R ecom endadas
Poda y guiado ‘Autumn Bliss’
Apenas establecidas las cañas nuevas, ‘Autumn Bliss’
hacia mediados de verano, elimine las
que se acortaron durante la plantación.
Debe eliminar todas las cañas fruta­ ‘Heritage’
‘September’ ☆

1 2
das de las frambuesas de frutación ve­ Hacia mediados de verano, Sujete las cañas más fuertes
raniega después de cosechar. Sujete las corte las cañas viejas de la estación a los alambres ‘Zeva’
cañas nuevas (véase Sistemas de sopor­ acortadas al plantar a ras del de soporte (véase inserción) a!
te y guiado, p. 412), espaciando de ma­ suelo. medir unos 90 cm. Elimine los C lave
nera homogénea a 8 -10 cm de distancia. vástagos débiles y los que crezcan Pv Parcialmente susceptible (no debe
Elimine las cañas dañadas y débiles de plantarse junto ‘Mailing JeweP o
a más de 22 cm de la hilera. ‘Mailing Promisc’)
manera que las restantes reciban la ma­ * Sabor excelente
yor cantidad posible de aire y luz. Do­

F r a m b u e sa s e s t a b l e c id a s , P oda d e s p u é s d e la F r u t a c ió n P oda de P r im a v e r a

I 2
Cuando haya recogido todos Sujete las cañas más fuertes de
los frutos, recorte las cañas la estación en curso a los
frutadas hasta el nivel del suelo. alambres de soporte al medir unos
90 cm de altura, espaciando a 10 cm:
aquí se emplea el método de
enlazado continuo.
3 Adesarrollo,
fines de la estación de Antes de comenzar la estación de
enrolle las cañas desarrollo, corte los extremos de las
más altas sobre el alambre cañas dejando un brote sano. Si
superior y sujete. puede, corte unos 15 cm por encima
del alumbre de soporte superior.
 Separe los frutos del tarugo central y
del tallo; sin embargo, los frutos para
exhibiciones deben recogerse junto al ta­
llo. Elimine y queme los frutos dañados
o enfermos con rapidez, para evitar que
las infecciones se extiendan a los frutos
sanos.
Propagación
A fines de otoño, seleccione chupones
fuertes que crezcan en dirección opues­
ta a la hilera frutante principal y retire
y vuelva a plantar mientras estén inac­
tivos. Asegure que provienen de plan­
tas sanas y de buenas cosechas; si hu­
biera dudas, en su lugar use cañas
certificadas como libres de virus proce­
dentes de viveros especializados.
Grosellas negras (Ribes nigrum)
Las grosellas negras sólo prosperan en
zonas fresco-templadas. Los arbustos
florecen temprano, por ello están ex­
puestos a daños por heladas en empla­
zamientos no protegidos. Frutan a me­
diados de verano. En ciertas partes de
EEUU su cultivo está prohibido porque
albergan una enfermedad tipo roya que
afecta los pinos blancos. Las bayas Jos-
ta, un híbrido de zarzamoras y uvas es­
pina, se cultivan del mismo modo.
Emplazamiento y plantación
El suelo debe estar bien preparado an­
tes de plantar, en las mejores condicio­
nes para la producción continuada de
nuevos vástagos frutantes. Elimine ma­
lezas antes de plantar e incorpore bue­
nas cantidades de estiércol.
Emplazamiento
Elija un emplazamiento soleado, prote­
gido de los vientos fríos; se tolera algu­
na sombra. Si es necesario, proteja las
grosellas negras de las heladas primave­
rales (véase P r o t e c c ió n c o n t r a H e l a ­
d a s y V ie n t o s , pp. 520-521). Las gro­
sellas negras crecen en una gama de
suelos, pero los profundos y conserva­
dores de la humedad son los más aptos;
evite suelos mojados y mal drenados. Es
preferible un p H de 6,5-7; aplique cal
a los suelos muy ácidos (véase p. 531).
Las grosellas negras son autofcrtlizantes.
Plantación
Plante arbustos libres de enfermedades
provenientes de existencias certificadas.
Los arbustos vendidos bajo esquemas de
certificación suelen tener dos años, pero
las plantas de un año provenientes de
existencias libres de enfermedades son
ideales. El plantado a fines de otoño es
preferible, pero las grosellas negras pue­
den plantarse durante todo el invierno.
Manipule las plantas cuidadosamente
P r o p a g a c ió n C h upones
de
Retire los chupones en otoño y
separe de la planta madre. Elimine el
follaje restante. Asegure que los
chupones son sanos y vuelva a
plantar donde requiera existencias
nuevas. Riegue a fondo.
para evitar el daño a los brotes de la
base. Espacíe los arbustos a 1,2-1,5 m
de distancia y dejando la misma distan­
cia entre hileras. Después de plantar, re­
corte todos los vástagos dejando un bro­
te, para estimular un desarrollo nuevo
y fuerte.
Cuidado rutinario
En primavera, aplique un «mulch» de
estiércol bien descompuesto además de
fertilizantes con nitrógeno y potasio a
razón de 35 g por m2. Si no hubiera es­
tiércol disponible, aumente la cantidad
de fertilizante (véase «Cuidado de fru­
tos blandos», p. 366) y aplique un
«mulch» de abono o mantillo de hojas
alrededor de la base de los arbustos para
conservar la humedad del suelo.
Riegue en tiempo seco, pero no cuan­
do los frutos estén madurando: podría
ocasionar que la piel se raje. Cubra los
arbustos con redes para proteger la fruta
que madura de los pájaros.
Plagas y enfermedades
Pulgones (p. 550), ácaros de agalla (p.
A r b u st o d e Z a r z a m o r a
A ño i , P o d a d e I n v i e r n o
Inmediatamente
después de plantar,
recorte todos los
tallos dejando un
brote por encima
del nivel del suelo.
Frambuesas de frutación otoñal
Éstas deben emplazarse en una posi­
ción soleada y protegida, donde las
plantas se establecerán con rapidez y
los frutos deberían madurar lo antes
posible. Los frutos aparecen abun­
dantemente en la parte superior de las
cañas de la estación en curso. Las ne­
cesidades de plantado y cultivo son
las mismas que para las frambuesas
que frutan en verano.
La poda de las frambuesas que fru­ P odado d f. F in e s de I n v ie r n o
tan en otoño se lleva a cabo a fines Antes de comenzar el nuevo
de invierno antes de que comience el desarrollo, recorte las cañas a
desarrollo; todas las cañas frutadas nivel del suelo. En otoño se
se cortan a ras del suelo para estimu­ producirá fruta en las cañas de la
lar la producción de nuevas cañas, nueva estación.
que frutarán en otoño.
559), orugas de la polilla de invierno (p. V á sta g o s N u e v o s y F r u t a d o s
549) y pájaros (p. 561) pueden afectar
las grosellas negras; también moho
gris/Botrytis (p. 562), moho polvoso (p.
562) y las manchas fúngales de hojas (p.
552).
Poda y guiado
Para tener cosechas abundantes es esen­
cial un podado regular. La mayoría de
los frutos aparecen sobre vástagos pro­
ducidos durante la estación anterior. El
podado estimulará el desarrollo de nue­ Vastago nuevo
vos vástagos fuertes. Corte los tallos de­
jando un brote a ras del suelo después
de plantar. Al año siguiente, elimine los Leña oscura
vástagos débiles y los que apunten ha­ frutada
cia abajo. Después, pode los arbustos es­ leña vieja; deje sólo las ramas de las que
tablecidos antes de fines de invierno cor­ se hayan desarrollado vástagos fuertes.
tando hasta la base un tercio de la leña La mayoría de los arbustos rejuvenece­
de dos años y el resto de la leña débil rá bien si los alimenta y aplica un
o vieja. No es necesario podar los ex­ «mulch», pero sacrificará la cosecha de
tremos. Los vástagos nuevos son de un un año. Los vástagos nuevos que se de­
color té pálido, la leña de dos años es sarrollen podrían requerir un entresaca­
de color gris y la leña vieja es negra. do: conserve los más fuertes. Tras unos
Si un arbusto requiere un rejuveneci­ diez años, es mejor reemplazar un ar­
miento, elimine mayor proporción de busto en lugar de rejuvenecerlo.
A ñ o 2 , P o d a d e In v ie rn o
El arbusto
desarrollará 7 u 8
vástagos nuevos
fuertes. Recorte los
débiles o de
desarrollo bajo a
unos 2,5 cm por
encima del nivel
del suelo, para
estimular el
desarrollo de
crecimiento nuevo
a partir de la base.
A rbu sto E s t a b l e c id o , P o d a d e s p u é s d e la F r u t a c ió n
G ro sellas N eg ra s
R ecom endadas
Temprana
‘Boskoop Giant’
‘Laxton’s Giant’
‘Tsema’
Media estación
‘Ben Lomond’
Corte ¡a leña vieja Elimine los
y entre un cuarto y vastagos dañados,
un tercio de los
tallos de dos años
débiles o de
desarrollo bajo,
‘Ben I.omond’ •-
para estimular cortando cerca del ‘Ben More’
desarrollo nuevo. tallo principal. ‘Ben Nevis’
‘Blackdown’
‘Blacksmith’
‘Seabrook’s Black’
E s q u e je s de Leña D ura ‘Wellington XXX’
Cosecha y almacenado
---------------------------------------------------
mirse frescos o almacenados en botellas,
conservados al natural o congelados. Tardía
Las grosellas negras aparecen sobre «es- ‘Amos Black’
trigas» en racimos. Coseche los frutos ‘ Baldwin’
cuando estén maduros y secos pero to­ Propagación ‘Ben Sarek’
davía firmes. Retire todo el racimo, no ‘Ben Tirran’
los frutos individuales, porque podría Las grosellas negras se propagan por es­
dañarlos. Los cultivares de maduración quejes de leña dura (véase p. 374) toma­ ‘Ben Sarek
precoz sueltan sus frutos rápidamente, dos de arbustos sanos en otoño. Con­
pero los cultivares de maduración tar­ serve los brotes de los esquejes para Muy tardía
día conservan los frutos durante mucho estimular el desarrollo de vástagos ba- Introduzca esquejes de 20-25 cm ‘Jet’
más tiempo. Los frutos pueden consu- sales. en una zanja, dejando dos brotes
sin cubrir.
Grosellas rojas y blancas (Ribes sativum)
Las grosellas rojas y las blancas requie­ niveles altos de potasa aplicando sulfa­ A r b u sto d e G r o sella C o lo ra d a
ren clima fresco. Las blancas son sólo to de potasio si fuera necesario (el mu­ A ñ o i , P o d a d e In v ie rn o
una variante de color de las rojas; am­ riato de potasio puede abrasar el follaje).
bas frutan a mediados de verano y re­
quieren las mismas necesidades de de­ Plagas y enfermedades
sarrollo. Cubra las plantas con redes en el invier­
no para evitar que los pájaros dañen los
Emplazamiento y plantación brotes; si resultaran dañados, retrase el
podado invernal hasta antes de que los
brotes se abran, después pode hasta al­
Las grosellas rojas y blancas requieren canzar brotes sanos. Los pulgones (p.
un emplazamiento soleado, pero toleran 550), las larvas de la mosca de sierra (p.
alguna sombra; en climas calurosos, al­ 549), el moho gris/Botrytis (p. 562) y Elimine vástagos Pode cada tallo
guna sombra es necesaria. Proteja las la mancha de coral (p. 569) pueden afec­ laterales que se hasta un brote
plantas del viento para evitar que los ta­ tar las plantas. desarrollen a 10 cm mirando hacia fuera
llos se quiebren, y en temperaturas al­ del suelo, cortando (o hasta un vástago
a ras del tallo: se vertical) dejando
tas, para evitar el abrasado.
Prepare bien el suelo, como para las Poda y guiado formará un pie alrededor de la
grosellas negras (véase p. 414); mejor los corto en la base. mitad de su largo.
suelos más pesados, conservadores de Las grosellas rojas y blancas se cultivan
humedad y bien drenados. En suelos como arbustos de centro abierto, o pue­ A ñ o 2 , P o d a d e In v ie rn o
muy arenosos, puede haber una defi­ den guiarse sobre alambres de soporte
ciencia de potasio. Todos los cultivares como cordones, cordones dobles o aba­
son auto-fertlizantes. nicos. Los frutos se desarrollan sobre es­
Al comprar arbustos jóvenes, asegu­ polones producidos al podar los vásta­
re que provienen de existencias sanas que gos laterales.
den buenas cosechas. No existe un pro­
grama de certificación. Plante en oto­ Arbusto
ño o invierno: espacie los arbustos a Un arbusto de un año debe poseer dos
1,2-1,5 m de distancia, los cordones a 30 o tres vástagos jóvenes fuertes; acórte­
cm y los abanicos a 1,6 m. los a la mitad a fines de invierno. Eli­ Para formar las ramas
mine todos los que se encuentren a me­ permanentes, acorte
nos de 10 cm del suelo para configurar guias y vástagos laterales Recorte los vástagos
Cuidado rutinario un pie corto. dejando la mitad del laterales apiñados
en el centro o
El siguiente invierno, acorte el desa­ desarrollo nuevo,
Para detalles acerca del mantenimiento, rrollo nuevo a la mitad, podando hasta cortando hasta brotes crecidos hacia abajo,
véase grosellas negras (p. 414). Mantenga alcanzar un brote mirando hacia fuera. mirando hacia fuera. dejando I brote.
A r b u sto E s t a b l e c id o , P o d a d e I n v ie r n o dejando un brote. Un cordón doble se
desarrolla guiando dos vástagos en un G ro sella s R o ja s y
ángulo de 30“ con respecto al suelo, B la n c a s R e c o m e n d a d a s
como en los manzanos (véase «Forma­
ción de un cordón doble», p. 381); des­ Temprana
pués, se guían en vertical cuando estén ‘Jonkheervan Tcts’ (roja
a 30 cm de distancia. ‘Laxton’s No.l’ (roja)
‘Jonkheer
Abanico van Tcts’
Las grosellas rojas y blancas se guían al Media estación
igual que un abanico melocotonero (véa­ ‘Red Lakc’ (roja)
se p. 393). Después pode cada rama al ‘Rondom’ (roja)
igual que un cordón. ‘Stanza’ (roja)
‘White Dutch’ (blanca)
Cosecha y almacenado ‘White Grapc’ (blanca)
‘White Versailles’ (blanca)
Coseche las grosellas rojas y blancas ‘White
.
igual que las negras. Las plantas con­ Grape’
Elimine 5-7 cm de Tardía
‘Wilson’s
los extremos de los servan sus frutos maduros más que las
guías para estimular grosellas negras. Puede conservar en bo­ Long Bunch’ (roja)
Pode los vástagos laterales desarrollo nuevo la tellas, al natural o congeladas.
dejando I brote. próxima estación.
Propagación E s q u e je s de L eña D ura
Pode los vástagos laterales que crezcan principal de una planta de un año y guíe
hacia dentro o abajo dejando un brote. contra una caña; pode el vástago hasta Recoja esquejes de leña dura a princi­
Pode los arbustos establecidos recortan­ la mitad y después recorte los demás vás­ pios de otoño. Emplee vástagos jóvenes
do los vástagos laterales hasta dejar un tagos dejando un brote. de 30-38 cm de largo y elimine los bro­
brote y pode los extremos de las ramas En verano, pode los vástagos latera­ tes salvo los 3 o 4 del extremo a fin de
principales. les dejando cinco hojas del desarrollo producir una planta con un tallo corto.
nuevo. Acorte estos vástagos laterales, Introduzca los esquejes en suelo húme­
Cordón dejando uno o dos brotes en invierno y do y fértil, enterrando hasta la mitad;
Los cordones individuales se guían de pode el guía dejando una cuarta parte afirme bien. Una vez arraigadas, trans­
manera vertical. Coloque alambres a 60 del desarrollo nuevo. Cuando el guía al­ fiera las plantas a sus posiciones defi­ Los esquejes deben medir 30 cm.
cm y a 1,2 m del sucio. Elija un vástago cance el extremo de su soporte, recorte nitivas. Sólo conserve los brotes superiores.
C o r d ó n d e G r osella s C o lo r a d a s
A ñ o i , P o d a d e I n v ie r n o A ño i , P oda de V era n o C o r d ó n E s t a b l e c id o , P o d a d e I n v ie r n o
Si el guía llega al
alambre superior,
pode dejando I
brote; si no, pode
dejando una cuarta
parte del desarrollo
del verano.
Recorte el guía Pode los vástagos Recorte todos los
dejando la mitad laterales de la vástagos laterales
de su desarrollo estación en curso dejando I o 2
nuevo para dejando 5 hojas. brotes para
estimular nuevos estimular el
laterales. desarrollo de
espolones nuevos
cerca del tallo
Recorte los
Si existen vástagos vástagos que se
laterales al plantar, desarrollan a
recorte dejando I brote. menos de 10 cm del
suelo hasta su
origen.

Uvas espina (Ribes uva-crispa)

Las uvas espina son fáciles de cultivar;
como las grosellas negras (también son
Ribes), requieren condiciones frescas y,
si las temperaturas veraniegas fuesen al­
tas, un sombreado adecuado. Las fru­
ías maduras son amarillas, rojas, blan­
cas o verdes, dependiendo del cultivar.
Los métodos de cultivo, poda y guiado
son como a los de las grosellas rojas.
Kmplazamienl» y plantad»
Las condiciones de desarrollo y planta­
do son como para las grosellas rojas
(véase p. 415).
Parecería que sólo existe una gama li­
mitada de cultivares disponible, pero los
viveros especializados ofrecen una selec­
ción más amplia. Todos son autolerti-
lizantcs.
Cuidado rutinario
El mantenimiento es parecido al de las
grosellas negras (véase p. 414). Las uvas
espina requieren niveles de potasio al­
tos y una aplicación regular de «mulch»,
con estiércol descompuesto. Los vásta­
gos nuevos de arbustos jóvenes tienden
a quebrase; necesitan protección contra
vientos fuertes. Si la cosecha es abun­
dante, entresaque los frutos a fines de
primavera.
Plagas y enfermedades
Los pájaros (p. 561) pueden causar pér­
didas de brotes: cubra las plantas con
red. Si los brotes han sido atacados, re­
trase la poda invernal hasta que se
abran, y pode hasta alcanzar brotes vi-
vos. Las plantas pueden sufrir moho
polvoso (p. 562), que ataca los extremos
de los vástagos, larvas de las moscas de
sierra (p. 549) y manchas bacterianas o
fúngales de las hojas (p. 552).
I’oda > guiado
Las plantas jóvenes pueden guiarse en
forma de arbusto, cordón o abanico,
como las grosellas rojas. Sin embargo,
algunos cultivares de uva espina, como
‘Leveller’, tienen un hábito decumben­
te natural; para evitar que los tallos lle­
guen hasta el suelo, pode hasta alcan­
zar brotes que miren hacia arriba, en
especial al guiar arbustos jóvenes.
A rbusto d e U v a E s p in a
A ño i, P o d a d e I n v i e r n o
A rbusto E s t a b l e c id o , P o d a R e g u l a d o , I n v ie r n o
A rbusto E s t a b l e c id o , P o d a
dejando I brote a
unos 8 cm de la
base.
Arbusto Sobre la poda inicial, véase gro­
sellas rojas (p. 415); tenga como meta U vas E s p in a
la creación de un arbusto de centro R ecom endadas
abierto sobre un tallo de 10-15 cm de lar­
go. Los arbustos establecidos pueden po­ Temprana
darse por medio de una poda regulado ‘Broom Girl’
o una de espolones en invierno. ‘Golden Drop’
La poda regulada es el método más ‘May Duke’ (roja)
sencillo: elimine el desarrollo apiñado, ‘Invicta’
cruzado y bajo para conservar un desa­
rrollo bien espaciado en el centro del ar­ Media estación
busto; también elimine las ramas viejas ‘Bedford Red’ (roja)
c improductivas y elija vástagos nuevos ‘Careless’ (blanca)
jóvenes para reemplazarlas. ‘Crown Bob’ (roja)
La poda de espolones es más laborio­ ‘Invicta’ (verde) Rm
sa: se acorta todos los vástagos late- Á r b o l E s t á n d a r d e U v a E s p in a
‘Keepsake’ (verde)
‘Langley Gage’ (blanca)
rales hasta un brote adecuado a 8 cm de ‘Leveller’ (amarilla)
las ramas principales. Las ramas guía ‘Whinham’s Industry’
también requieren una poda de sus ex­ (roja)
tremos. ‘Whitesmith’ (blanca)
Estándar Los cultivares guiados como
estándar se injertan sobre patrones de ‘Whinham’s Industry’
Ribes odoratum o de R. divaricatum.
Elija un vástago del patrón y guíe ver­ Tardía
ticalmente, manteniendo los vástagos la­ ‘Captivator’ (roja) Th
terales existentes cortos. Tardará unos ‘Lancashire Lad’ (roja) Rm
tres años hasta alcanzar una altura ade­ ‘Lancer’, sin. ‘Howard’s
Pode lodos los cuada. Cuando el tallo se haya engro­ Lancer’ (verde)
vastagos dejando sado y alcanzado uno 1 , 1- 1 ,2 m de alto, ‘London’ (roja)
entre la mitad y recbrte los vástagos laterales e injerte so­ ‘Lord Derby’ (roja)
tres cuartas parles bre el cultivar seleccionado por medio ‘White Lion’ (blanca)
hasta un brote de un injerto de acoplamiento (véase p.
mirando hacia fuera. 373). Sostenga el tallo con una estaca só­ C lave
lida. El siguiente verano, la púa se de­ Um Alguna resistencia al Mildiú
sarrollará y ramificará de un modo na­ Th Casi sin espinas
tural. El siguiente invierno, establezca
la estructura como para un arbusto y consumir en la mesa maduren sobre el
pode y guíe del mismo modo. arbusto para obtener el mejor sabor,
Cordón y abanico Se guían igual que las protegidos contra pájaros. Los cultiva­
grosellas rojas (véase p. 416); ya estable­ res amarillos, rojos y blancos deben ma­
cidos, pode en verano, reduciendo los durar hasta alcanzar todo su color. Las
vástagos laterales nuevos hasta dejar cin­ uvas espina se congelan bien.
co hojas. En invierno, acorte los vásta­
gos dejando 8 cm y pode los extremos Propagación
Elimine las ramas El arbusto debe de los guías. Recoja esquejes de leña dura en otoño;
más viejas: evita el tener vástagos éstos, en las uvas espina, pueden ser de
apiñamiento y jóvenes, bien Cosecha y almacenado arraigue difícil. Si conserva todos los
mantiene un centro espaciados, Los frutos maduran a mediados de ve­ brotes aumentará las posibilidades de
abierto. mirando hacia rano. Las uvas espinas para cocer deben éxito. Elimine brotes inferiores y vásta­
arriba o fuera. recogerse mientras estén verdes, pero gos laterales. Si no, se desarrollarán chu­
de E s p o l o n e s , I n v ie r n o deje que los cultivares con calidades para pones problemáticos.
E s q u e je s de L eña D ura
I 2
Pode los extremos de En otoño, coja esquejes de Retire los esquejes arraigados
las ramas guía, vástagos jóvenes maduros. el siguiente otoño. Elimine
dejando 3 o 4 brotes Recorte, dejando 30-38 cm, en brotes o vastagos basales que
en el desarrollo nuevo: ángulo por encima de un brote en estén a menos de 10 cm de la
estimula la formación el extremo y recto en la base. base (véase inserción), antes de
de espolones. Meta en una zanja hasta la mitad trasplantar las plantas jóvenes.
del largo.
E l H u e r t o F r u t a l

Mirtilos (Vaccinium corymbosum)

Los mirtilos de gran tamaño se derivan
del mirtilo silvestre americano. Produ­
cen racimos de frutos de un color azul-
púrpura oscuro y nebuloso con una pe-
lusilla gris; su sabor se realza cocidos o
conservados. Requieren un clima fres­
co y húmedo y necesitan 700-1.200 ho­
ras a menos de 7o C y suelos muy áci­
dos (pH 4-5,5). Los mirtilos de gran
tamaño alcanzan 1,3-2 m de altura y son
caducifolios, con flores blancas en pri­
mavera y llamativos colores dorados y
escarlata en otoño.
Los mirtilos ojo de conejo (Vaccinium
ashei) se cultivan de la misma manera
que los del grupo de gran tamaño, pero
toleran suelos menos ácidos y condicio­
nes más secas; principalmente, se culti­
van en Australia y EEUU. Los frutos son
más pequeños y ásperos que los de los
mirtilos de gran tamaño.
Las cosechas, que se efectúan entre
mediados y fines de verano, son poco
abundantes al principio, pero después de
cinco o seis años se pueden obtener co­
sechas de hasta 2 ,2 k de fruta por ar­
busto y considerablemente más en ar­
bustos más viejos. Los mirtilos son auto-
fertilizantes, pero ofrecen mejores cose­
chas cuando dos o más cultivares se
plantan en proximidad.
Emplazamiento y plantación
Los mirtilos requieren un emplazamien­
to soleado, pero toleran un poco de som­
bra. El suelo debe estar bien drenado.
Limpie el suelo de malezas perennes an­
tes de plantar y, si el suelo fuera alcali­
no, corrija incorporando una capa de 15
cm de tierra ácida al suelo existente hasta
una profundidad de al menos 60 cm. O
aplique flores de azufre a razón de
50-120 g por m2.
Los mirtilos también pueden cultivar­
se en tiestos o tinas grandes, de al me­
nos 30-38 cm de diámetro, llenos tierra
ericácea.
Plante desde fines de verano hasta fi­
nes de invierno, espaciando los arbus-
A rbu sto de M ir t il o muy G rande
tos a 1,5 m de distancia. Cubra las raí­
ces con 2,5-5 cm de tierra y aplique un
«mulch» de abono ácido o mantillo de
hojas.
Si cultiva una mezcla de cultivares ob­
tendrá una fertilización mejor y cose­
chas más abundantes.
Cuidado rutinario
Para estimular el desarrollo y la cose­
cha y conservar la acidez, cada prima­
vera aplique un revestido de sulfato de
amonio a razón de 35 g por m2, sulfa­
to de potasa a razón de 35 g por m 2 y
polvo de huesos a razón de 105 g por
m2. Siga aplicando un «mulch» de tie­
rra ácida y riegue con agua de lluvia.
Evite tocar las raíces al desmalezar.
Plagas y enfermedades
Los frutos pueden ser comidos por pá­
jaros; proteja cubriendo los arbustos con
redes (véase «Protección contra pája­
ros», p. 367).
Las demás plagas y enfermedades rara
vez ocasionan problemas.
A rbu sto de M ir t il o E s t a b l e c id o , P o d a d o de I n v ie r n o
Recorte los
vástagos débiles o
no productivos
hasta donde otro
joven y fuerte
pueda reemplazarlo.
estimular el Recorte las ramas
desarrollo de bajas o mirando
vástagos basales hacia abajo hasta
nuevos. su origen o hasta
una rama que
crezca en la
dirección deseada.
Poda y guiado cosechando sólo los maduros, que se se­
Los mirtilos frutan sobre leña de dos o paran con facilidad de los racimos. Los
tres años. Los arbustos nuevos requie­ mirtilos pueden almacenarse bien para
ren poco poda durante dos o tres años; un consumo posterior conservados al
elimine los vástagos débiles para dotar natural, embotellados o congelados.
de una estructura básica sólida.
En adelante, pode para segurar una Propagación
producción regular de vástagos nuevos Recoja esquejes de leña blanda de 10-15
a partir de la base, al igual que para las cm de largo a mediados de verano, su­
grosellas negras (véase p. 414), eliminan­ merja en polvo de arraigue hormonado
do una parte de la leña más vieja cada y después introduzca en un medio de
año. arraigue ácido, mitad turba mitad are­
na. Coloque los esquejes en un propa­
Cosecha y almacenado gador hasta que arraiguen, después tras­
Los frutos maduran durante varias se­ plante a un tiesto más grande. Temple
manas. Recoja los frutos con cuidado, antes de plantar fuera.

M ir t ilo s d e A r b u st o E s q u e je s de L eña Blanda de M ir t il o

G ra nd e R ecom endados
Temprano
‘ßluclta’
‘Bluecrop’
‘Bluetta’
‘Earliblue’
‘Patriot’
Media estación
‘Berkeley’
‘Herbert’
‘Ivanhoe’

1 2 3
Seleccione material de leña Recorte la base de cada Prepare un tiesto con abono
blanda adecuado y tome esqueje debajo de un nodulo con para esquejes ácido. Haga
Tardío
‘Coville’ esquejes de al menos 10 cm de un cuchillo y elimine las hojas del agujeros con una espátula; meta
‘Darrow’ largo. Corte justo encima de la tercio inferior de los esquejes. los esquejes para que las hojas de
‘Goldtraube 71’ articulación de una hoja. Sumerja los extremos en polvo de la base estén por encima del
‘Jersey’ arraigue hormonado. abono. Riegue, etiquete y coloque
en propagador.
 ES

Frutos no resistentes
a mayoría de los frutos n o resis­ calurosos, donde el suelo puede ser fal­
L tentes son originarios de zonas tro­ to de nutrientes, es importante prepa­
picales o subtropicales, donde prospe­rar el emplazamiento adecuadamente
N a ra nja s du lces

ran en las condiciones cálidas y secas antes de plantar: una cantidad suple­
existentes. Salvo las olivas, que deben mentaria de fertilizante de acción len­ A g u a ca te
tratarse para eliminar su amargor, mu­ ta, aplicada a razón de 110-180 g ayu­ L im a s

chos pueden consumirse directamente dará al rápido establecimiento de las

del árbol, o después de almacenados du­ plantas.
rante un período corto en condiciones En los climas fresco-templados, algu­
adecuadas. Los miembros de la familia nos frutos no resistentes pueden cultivar­
de los cítricos que son demasiado áci­ se en contenedores o a cubierto, a condi­
dos para consumir, como los limones y ción de proporcinar la temperatura y ni­
las limas, se cultivan ya sea por su jugo veles de humedad correctos. Aunque los
o para emplear en conservas y merme­ frutos de muchos no maduran de un mo­
ladas. Dado que los frutos 110 resisten­ do consistente a cubierto, sin embargo L im o n es
tes generalmente se cultivan en climas resultan plantas ornamentales atractivas.
M ango

PlñaS (Ananas comosus)

Las pinas son perennes tropicales que
producen frutos terminales, cada uno
compuesto de hasta 2 00 frutos peque­
ños sin semillas. Para obtener los me­
jores resultados, requieren pleno sol y
temperaturas de 18°-30° C, con una hu­
medad del 70-80 %. Los grupos de cul­
tivares comprenden el de Cayena, el Rei­
na y el Español, entre los que el Español
tiene el sabor más dulce.
Emplazamiento y plantación
Elija un emplazamiento soleado, prote­
gido de vientos fuertes. Las piñas tole­
ran una amplia gama de suelos, pero
prefieren tierra negra mediana arenosa,
con un pH de 5-6,5. Plante «hujuelas»
o chupones a unos 30 cm de separación,
dejando 60 cm de distancia entre las hi­
leras, o espaciados a 50 cm en cada
sentido.
Cuidado rutinario
Utilice un fertilizante de uso general con
niveles de potasio medios y altos nive­
les de nitrógeno en intervalos de dos o
tres meses, a razón de 50 g por planta.
Corrija las deficiencias posibles de hie­
rro y zinc rociando con una solución al
2 % de sulfato ferroso o de zinc. Rie­
gue las piñas con regularidad durante el
tiempo seco y aplique un «mulch» or­
gánico para conservar la humedad del
suelo.
Plagas y enfermedades
Las plagas que pueden afectar las piñas
comprenden los cocos (p. 550), nemá-
todos de nudos de la raíz (p. 564), in­
sectos de escamas (p. 552), ácaros ara­
ña roja (p. 550) y trips (p. 551).
La enfermedad más grave que afecta
las piñas cultivadas en el exterior es la
podredumbre por calor, causada por
Phytoplithora cinnamoni y P. parasíti­
ca, que son hongos que afectan con fre­
cuencia las piñas cultivadas en condicio­
nes mojadas. Ya que esto resulta difícil
de tratar, es aconsejable prevenir las in­
fecciones plantando cultivares resisten­
tes en los lugares que éstos estén dispo­
nibles; todos los chupones requeridos
para la propagación deben sumergirse
en un fungicida, ya que el hongo pe­
P r o p a g a c ió n de P iñ a s a p a r t ir d e u n
netra a través de las heridas. P r o p a g a c ió n d e P iñ a s
por C h upones
Cultivo a cubierto
Plante los «hijuelos» o chupones de pi­
ñas arraigados en macizos bien prepa­
rados con un buen drenaje o emplee ties­
tos de al menos 30 cm de diámetro.
Utilice tierra de alto contenido orgáni­
co y aplique alimento líquido cada 3-4
semanas. Mantenga una temperatura de
al menos 20° C y una humedad de alre­
dedor del 70 %. Riegue regular y con­
cienzudamente, en especial meintras las
plantas jóvenes se establezcan.
Cosecha y almacenado
Coseche los frutos cuando comiencen a
volverse amarillos cortando el tallo a
2,5-5 cm debajo de cada fruto. Las pi­ Corte vástagos basales o chupones y
ñas pueden almacenarse durante hasta deje secar antes de meter en tierra
tres semanas a 8 o C de temperatura y para esquejes arenoso (véase inserción).
90 % de humedad.
Propagación también se propagan por «hijuelos» o
El vástago terminal de la corona puede chupones que surgen de las axilas de las
emplearse como esqueje; retire junto a hojas, de la base del tallo o de la parte
alrededor de 1 cm del fruto. Las piñas inferior del fruto; éstos pueden separarse
con un cuchillo afilado. Sumerja las su­
perficies de corte de los hijuelos o vás­
V a sta g o de C orona tagos en un fungicida y deje secar duarn-
te algunos días. Elimine las hojas
inferiores e introduzca los esquejes en
tiestos con tierra arenosa. Cambie a ties­
tos de 15 cm una vez arraigados.

P iñ a s
R ecom endadas
Grupo Cayena
‘Baronne de Rothschild’
‘Smooth Cayenne’
‘Sugar Baby’

1 2
Quite el vástago de corona Meta el esqueje en un tiesto Grupo Reina
de un piña madura con un con tierra para esquejes y ‘Natal Queen’
cuchillo, asegurando de no cortar mantenga a temperatura de al ‘Ripley Queen’
a través de la base del vástago. menos 18° C. El esqueje arraigará
Sumerja la herida en fungicida y y estará preparado para cambiar G rupo Kspañol
deje secar durante varios días. de tiesto tras unas semanas. ‘Red Spanish’
Piña ‘Singapore Spanish’
Las papayas (o paw-paw) son árboles
tropicales delgados, generalmente de un
solo tallo, que alcanzan alturas de 4-5
m y una copa que se extiende hasta 1-2
m. Maduros, los frutos pueden alcan­
zar un largo de hasta 20 cm. Normal­
mente, se requiere una gama de tempe­
raturas entre los 22°-28° C con una
humedad del 60-70 %; algunos cultiva­
res toleran temperaturas de hasta 15° C,
aunque en ese caso, la floración y fru-
tación puede ser pobre.
Emplazamiento y plantación
Elija un emplazamiento cálido y solea­
do, protegido de vientos fuertes. Las pa­
payas requieren suelos fértiles y bien dre­
nados, con un pH de 6-7; un buen dre-
P a pa y a s R e c o m e n d a d a s
‘Bluestcm’ H
‘Fairchild’ D
‘Graham’ D
‘Guinea Gold’
‘Higgins’ H
‘Higgins’
‘Hortus Gold’ I)
‘Sunny Bank’ I)
‘Solo’ Il
C lave
1) D ioica s
H H enn a frod ita
Cítricos fesps. de Citrus)
El género de los Cilrus comprende las
naranjas, limones y una serie de otras
especies comestibles (véase p. 421). Los
cítricos son árboles pequeños de rami­
ficación extensa y troncos de 50-60 cm
de circunferencia. Los árboles alcanzan
unas alturas de 3-10 m y una extensión
de 5-8 m.
Las limas son los más compactos, los
pomelos los más grandes y vigorosos.
Los limoneros tienen un hábito más ver­
tical que las demás especies. Aquí tam­
bién se menciona el kumquat, que an­
tes estaba incluido en el género de los
Cilrus pero que ahora se clasifica como
Fortunella. Sus necesidades de cultivo
son similares a los de los Cilrus.
Los Cilrus son un género subtropical.
Todas las especies e híbridos tienen ho­
jas aromáticas y son perennes. Para un
desarrollo óptimo, requieren temperatu­
ras de 15°-30° C, aunque la mayoría de
las especies sobrevive períodos cortos a
0o C. Prosperan a 100 m de altura o
más, en niveles de humedad de 60-70 %,
salvo que se manifieste lo contrario.
naje resulta esencial, ya que los árboles
son sensibles al anegado.
Muchos cultivares de papayas son
dioicos, con flores masculinas y feme­
ninas producidas en plantas separadas,
pero a veces existen cultivares hermafro-
ditas disponibles. Un árbol macho ge-
neralemntc resulta suficiente para poli­
nizar cinco o seis árboles femeninos. La
polinización normalmente se efectúa a
través de insectos y del viento. Plante a
2,5-3 m de distancia.
Cuidado rutinario
Aplique un fertilizante equilibrado todo
uso, a razón de 1-1,5 k por árbol por
año, en dos o tres revestidos separados
durante la estación de desarrollo. Rie­
gue con regularidad en condiciones se­
cas y conserve la humedad por medio
de un «mulch» orgánico. Después de
tres o cuatro años, las papayas pueden
verse afectadas por nemátodos y virus;
si esto ocurriera, reemplace con plantas
jóvenes de cultivares identificados o con
plantones.
Plagas y enfermedades
En el exterior, las plagas comunes son
los nemátodos de nudo de la raíz (p.
564); las enfermedades comprenden la
antracnosis (véase «Manchas fúngales
de las hojas», p. 552), virus arracima­
dos del extremo (véase «Virus», p. 563)
y la podredumbre por el pie de los plan­
tones (p. 568). Los árboles de papaya
cultivados a cubierto también pueden
verse afectados por los ácaros araña roja
(p. 550), trips (p. 551), moscas blancas
(p. 5509 y cocos (p. 550).
La floración no es estacional, sino que
ocurre durante períodos cálidos de llu­
vias regulares; las flores y los frutos pue­
den coincidir. Muchas especies de cítri­
cos son plantas excelentes para cultivar
en contenedores a cubierto en zonas
templadas.
Emplazamiento y plantación
Los cítricos prefieren una orientación
soleada y deben protegerse por medio
de rompevientos en zonas ventosas. To­
leran una amplia gama de suelos, pero
prosperan en aquellos fértiles, bien dre­
nados y ligeramente ácidos (pH 6-6,5).
Los cítricos jóvenes responden bien a
una alta fertilidad del suelo.
Patrones
Se pueden usar los de las naranjas dul­
ces, ya que son compatibles con todas
las especies y cultivares usualmcntc cul­
tivados. Los patrones de limoneros ru­
Cultivo a cubierto
En las zonas templadas, las papayas
pueden cultivarse a cubierto eficazmen­
te, a condición de proporcionar niveles
de luz y temperatura adecuados. Culti­
ve plantones o esquejes como se indica
en «Propagación», abajo. Trasplante
cuando midan 20-25 cm de alto a ma­
cizos preparados o tiestos de un diáme­
tro mínimo de 35 cm. Use tierra fértil,
al que le agregará un fertilizante de ac­
ción lenta. Mantenga una temperatura
de al menos 22° C y una humedad del
60-70 %. Aplique un alimento líquido
o un revestido ligero de fertilizante con
un contenido entre medio y alto de ni­
trógeno cada tres o cuatro semanas. Las
plantas deben regarse con regularidad.
Á rbol d e P a pay a
Poda y guiado
Elimine las ramas laterales, ya que és­
tas son improductivas. Después de fru­ bles a la manipulación de sus raíces.
tar, pode dejando 30 cm desde el suelo; Temple y plante fuera cuando midan
de los vástagos nuevos que surjan selec­ 30-45 cm de alto.
cione el más fuerte, como el guía nue­ Para obtener la cantidad adecuada de
vo, y recorte los demás. plantas femeninas, si emplea cultivares
dioicos, plante los plantones en grupos
Cosecha y almacenado de tres o cuatro, entresacando para de­
Coseche los frutos cuando su color esté jar una planta femenina después de que
entre el naranja y el rojo. Pueden alma­ comiencen a florecer.
cenarse a I0°-13° C con una humedad Los plantones hermafroditas pueden
del 70 % durante hasta 14 días. plantarse sin problemas de manera in­
dividual.
Propagación En general, los esquejes se obtienen
El sistema habitual de propagación es podando árboles maduros hasta 30-40
a partir de semillas. Siembre las semi­ cm del suelo y usando los vástagos nue­
llas a cubierto en bandejas o, preferen­ vos como esquejes.
temente, en tiestos sin fondo de 6-9 cm Sumerja las bases en polvo de arrai­
de diámetro. Manipule los plantones con gue hormonado y siga cultivando a cu­
cuidado, ya que las papayas son sensi- bierto.
gosos producen árboles vigorosos de co­ Plantación
secha precoz, resistentes a los virus de Las distancias de plantado varían entre
la «tristeza» (decadencia precoz), pero los 5 m y los 10 m en cada dirección,
sus frutos pueden tener cáscaras grue­ según el vigor y la especie del cultivar
sas y bajos contenidos de ácido y azú­ elegido; hágase aconsejar por los espe­
car. Las naranjas amargas constituyen cialistas de un vivero al comprar un ár-
un buen patrón universal, pero suscep­
tible a los virus de la tristeza.
Los naranjos trifoliados son patrones
empcqueñeccdores adecuados para zo­
nas más frescas. Poseen cierta resisten­
cia a los nemátodos pero no son com­
patibles con algunos cultivares de
limonero. También se emplean la man­
darina Cleopatra y la lima Rangpur
como patrones. Asimismo pueden criar­
se patrones de plantones: para más de­
talles, véase «Propagación», p. 421.
Polinización
La mayoría de cítricos, incluyendo los
naranjos dulces, son autofertilizantes,
por lo que no se requiere un poliniza­
d o s muchos, como el naranjo dulce
‘Washington’, también producen frutos
sin semillas. Á rbol de N a r a n ja s D ulces
bol. Los cítricos son susceptibles al ane­
gado: en un emplazamiento donde el
suelo no está suficientemente bien dre­
nado, plante cada árbol sobre un ligero
montículo de 5-7 cm de altura, para que
el agua sobrante se escurra.
Cuidado rutinario
Durante los primeros años, alimente los
árboles cítricos con un fertilizante equi­
librado de niveles de nitrógeno altos y
medios de potasio a razón de I k por
árbol por año. El fertilizante debe pro­
veerse en dos o tres dosis, aplicadas en
intervalos regulares alrededor de la base
de cada árbol, durante el desarrollo ac­
tivo de los árboles. Duplique la canti­
dad de fertilizante después de cinco
años. La aplicación de un «mulch» ayu­
dará a conservar la humedad.
Elimine las malezas alrededor de las
bases de los árboles y riegue concienzu­
damente en tiempo seco, en especial du­
rante el desarrollo de las flores y los fru­
tos. El hábito no-estacional de la
frutación hace innecesario el entresaca­
do de los frutos. Elimine los chupones.
Plagas y enfermedades
Varios cocos (p. 550), insectos de esca­
mas (p. 552), trips (p. 551), ácaros ara­
ña roja (p. 550), pulgones (p. 550), po­
dredumbres de las raíces y las coronas
(véase «Podredumbre Phylophlhora de
las raíces», p. 558), antracnosis (véase
«Manchas fúngales de las hojas», p.
552) y escaras (p. 552) pueden afectar
los cítricos cultivados en el exterior y a
cubierto. Los nématodos de nudos de
raíz (p. 564) pueden constituir plagas se­
veras en algunos suelos. En los trópicos
y subtrópicos, las moscas de los frutos
(p. 563) pueden causar problemas.
Muchos cultivares y especies de cítri­
cos pueden padecer los virus tristeza, di­
fundidos por pulgones y que ocasiona
tallos hoyosos en pomelos, limas y ci­
dras. Los árboles infectados pierden vi­
gor y producen frutos pequeños. Los vi­
rus afectan más a cultivares injertados
sobre patrones de naranjo amargo. Ro­
cíe para eliminar pulgones o emplee ri­
zomas alternativos.
Cultivo a cubierto
En las zonas templadas, varios cultiva­
res de naranjo dulce, mandarina, limo­
nero y lima, además de los naranjos se­
villanos y los kumquat, pueden culti­
varse a cubierto, aunque no se puede
confiar en que produzcan frutos. Pre­
pare los macizos correctamente o emplee
contenedores grandes de al menos 60 cm
de diámetro, llenos de tierra rica en nu­
trientes. Mantenga una temperatura mí­
nima de 20° C con al menos 75 °/o de
humedad y riegue las plantas con regu­
laridad. Aplique un fertilizante líquido
cada mes, una vez que los árboles jóve­
nes estén bien establecidos.
Poda y guiado
Acorte las ramas principales de los ár­
boles recién plantados en un tercio du­
rante el primer año. Ello estimula un de­
sarrollo lateral y genera una forma más
redonda. Después de la frutación, sólo
pode para eliminar las ramas enfermas,
dañadas o cruzadas y todas las que to­
quen el suelo. Los cítricos también pue­
den guiarse como estándar o medio es­
tándar (véase p. 379), especialmente si
los cultiva como ornamentales.
Cosecha y almacenado
Los frutos de los cítricos pueden tardar
entre seis y ocho meses —o incluso
más— en madurar, a partir de la fruta­
ción, según el clima (cuánto más baja
sea la temperatura, tanto más tardarán
en madurar). En las zonas con poco sol,
los frutos de los cítricos pueden perma­
necer verdes.
Coseche los frutos cuando hayan ma­
durado, cortando el tallo del fruto con
podaderas o un cuchillo afilado o arran­
cando el tallo del fruto torciendo lige­
ramente. Los frutos no dañados pueden
almacenarse durante varias semanas a
4-6° C de temperatura.
Propagación
Algunos cítricos pueden cultivarse a par­
tir de semillas. La mayoría de las semi­
llas de los cítricos son poliembriónicas,
y por lo tanto «clónales», reproducien­
do las características del árbol madre.
La calidad de los frutos producidos por
cultivares no policmbriónicos es va­
riable.
En el caso de los cultivares con nom­
bre propio, el sistema de propagación
habitual es a través de los injertos de
brotes.
Para criar árboles cítricos a partir de
semillas, emplee semillas frescas, sem­
bradas en bandejas o tiestos con tierra
para semillas a una profundidad de 3-5
cm.
Riegue las semillas con frecuencia y
mantenga temperaturas de 25-32° C.
Cuando los plantones sean lo bastante
grandes paa manipular, trasplante a ties­
tos de 10 cm o 12 cm. Cuando midan
20-30 cm de alto, trasplante a tiestos de
21-30 cm o plante fuera después de tem­
plarlos. O cambie a tiestos de 25-38 cm
y plante fuera cuando midan 60-90 cm
de altura.
El sistema más frecuente para propa­
gar los cítricos vegetativamente es el in­
jerto de brote en forma de «T» (véase p.
373). Use patrones de plantones de cí­
tricos con tallos de 1 cm de diámetro.
Cuando el vástago del brote mida 2,5 cm
de largo, el desarrollo del patrón por en­
cima del vástago brotado puede elimi­
narse por completo.
C ít r ic o s R e c o m e n d a d o s
Limas
‘Persian’, sin.
‘Tahiti’ (dulce)
‘West Indian’, sin.
‘Mexican’ (ácidas)
‘Persian’
Naranjas amargas
‘Bouquet de Fleurs’
‘Chinotto’
n a r a n j a s d u i .c e s M aduras
‘Primafiori’
Especies de cítricos Limones
‘Eureka’
Limas (Cilrus auranliifolia) ‘Fcmminello’
Existen dos grupos principales de limas. ‘Lisbon’
Uno tiene un sabor ácido y el otro es ‘Meyer’s Lemon’
bastante dulce y a menudo se lo emplea ‘Primafiori’
como patrón. Uno de los cultivares áci­
dos más frecuentemente cultivados es el Pomelos
‘West Indian’. Sus frutos son redondos, ‘Duncan’ (pulpa rosada)
pequeños y de cáscara fina, con pocas ‘Foster’ (pulpa rosada)
semillas; la cáscara y la pulpa son verdes. ‘Marsh Seedless’ (pulpa blanca)
La mayoría de las limas se cultivan
como plantones pero también pueden
reproducirce por injerto de brotes sobre
patrones de limonero rugoso. ‘Thompson’
Naranjas acidas, sevillanas o amargas
(Cilrus auranlium)
El naranjo ácido —o amargo— se em­
plea sobre todo como patrón. Los fru­ ‘Star Ruby’ (pulpa roja)
tos, que se usan para hacer mermelada, ‘Thompson’, sin. ‘Pink Marsh’,
tienen un diámetro de unos 7 cm y una ‘Red Blush’ (pulpa rosada)
cáscara gruesa. Son bastante ácidas,
pero algunas formas de las especies lle­ Mandarinas
van frutos de un contenido de ácido cí­ ‘Clementine’ (comunes)
trico menor. ‘Dancy’ (comunes)
‘King’ (King)
Limones (Cilrtis limón)
La mayoría de cultivares de limoneros
producen frutos con semillas que pue­
den permanecer verdes en lugar de vol­ ‘Clementine’
verse amarillos, incluso completamen­
te maduros. Para crecer con éxito en el
exterior, requieren una altitud de
300-500 m, con pocas variaciones de Tángelos
temperatura y una mínima de 20° C. ‘Minncola’
Un híbrido interesante entre el limo­
nero y la lima es el «limolima»; éste pue­
‘Orlando’
de cultivarse en el exterior en zonas sub­ Naranjas dulces
tropicales, o como ornam ental a ‘Hamlin’ (común)
cubierto en las zonas templadas. ‘Jaffa’ (común)
‘Malta Blood’ (sanguina)
Cidras (Cilrus medica) ‘Moro’ (sanguina)
Los frutos del cidro son ovoides y ama­ ‘Robertson’ (navel)
rillos, de cáscara gruesa y superficie ru­ ‘Ruby’ (sanguina)
gosa y alcanzar los 15 cm de largo; la
pulpa es ácida y de poco zumo.
No se han registrado cultivares de ci­ •Jaffa'
dro específicos; las cidras se cultivan so­
bre todo por su cáscara, generalmente
confitada y empleada en repostería. Los
cidros constituyen ornamentales atrac­ ‘Valencia’ (común)
tivos; en zonas templadas pueden culti­ ‘Washington’ (navel)
varse a cubierto (véase p. 421).
l’omcios (Citrus paradisi)
Los frutos del pomelo son grandes, re­
dondeados, de hasta 10-15 cm de diáme­
tro y amarillos. La mayoría de los cul­
tivares están bien adaptados a desarrollo
al nivel del mar o justo por encima,
siempre que las temperaturas superen los
25° C. Existen dos grupos principales
de pomelos en cultivo: uno de pulpa
blanca, el otro de pulpa rosada; en am­
bos grupos existen cultivares disponibles
con y sin semillas.
Mandarinas (Citrus reticulata)
Las mandarinas generalmente requieren
temperaturas por encima de los 18° C,
pero las temperaturas muy elevadas pue­
den ocasionar una bajada de la calidad
de los frutos; la plonización cruzada en­
tre los árboles ocurre con frecuencia;
esto da lugar a frutos con muchas se­
millas.
El grupo Satsuma es el más habitual­
mente cultivado; los frutos de los culti­
vares pertenecientes a este grupo son ge­
neralmente un tanto aplanados y no
Tomates de árbol (Cyphomandra betacea)
Los tomates de árbol, también conoci­
dos como tamarillos, son árboles sub­
tropicales que alcanzan 3-5 m de altu­
ra, con una extensión de 1,50-2,50 m.
Son más productivos a 20-28° C, con
una humedad del 70 %. Los frutos ro­
jos, amarillos o naranja son ovoides y
pueden medir 7,5 cm de largo.
T om ates dk Á rbol M aduros
Níspero japonés (Eriobotrya japónica)
El níspero japonés, un miembro de la
familia de las rosáceas, es un árbol pe­
renne bonito que alcanza los 7 m, o más,
de altura, con una extensión de unos 5
m. Los nísperos japoneses son más ade­
cuados a ambientes subtropicales y re­
quieren temperaturas mínimas de 15° C
para florecer y frutar con regularidad.
Son ampliamente cultivados en las re­
giones mediterráneas. En climas
tienen semillas, con un color naranja
bien desarrollado y de sabor dulce. Al­
gunos cultivares tienen un «ombligo»,
un fruto en miniatura que se desarrolla
en un extremo del fruto. Los otros tres
grupos son el Cleopatra, ampliamente
utilizado como patrón, pero de frutos
incomestibles, el King y el grupo de
mandarina común (que comprende el
cultivar ‘Clementine’).
Tángelos o frutos ugli (Citrus
reticulata X C. paradisi)
Este híbrido entre el pomelo y la man­
darina hereda algunas características de
cada uno de sus progenitores; los fru­
tos anaranjados son más grandes que los
del mandarino, pero tienen una cásca­
ra delgada y fácil de mondar. Pueden
cultivarse también a cubierto en zonas
templadas, y ocasionalmente producirán
frutos.
Naranjas dulces (Citrus sinensis)
La mayoría de las naranjas dulces, in­
cluyendo la ampliamente cultivada na­
Emplazamiento y plantado
Los tamarillos requieren un emplaza­
miento soleado y necesitan protección
contra el viento en sitios expuestos. Los
suelos de tierra negra fértil producen los
mejores resultados. Calcule una distan­
cia de plantado de 3 m en cada di­
rección.
Cuidado ritinario
Cada dos o tres meses, debe aplicar un
fertilizante de uso general con nitróge­
no medio o alto a razón de 110 g por
m 2 para cada árbol. Riegue bien duran­
te períodos secos y aplique un «mulch»
orgánico alrededor de las bases de las
plantas para evitar la pérdida de hume­
dad del suelo.
Plagas y enfermedades
Los tomates de árbol pueden verse afec­
tados por pulgones (p. 550). Son suscep­
tibles al virus mosaico de los pepinos y
al virus «Y» de las patatas (véase «Vi­
rus», pp. 553 y 563); Phytophthora pal-
mivora y p. infestans (véase «Plaga de
las patatas», p. 553) también pueden
causar problemas A cubierto, las plan­
más frescos, es posible cultivar nísperos
japoneses a cubierto, ya que toleran tem­
peraturas bajas durante períodos cortos.
Algunos cultivares tienen necesidades de
enfriamiento bajas.
Los nísperos japoneses tienen rami­
lletes de flores fragantes de color crema,
seguidos por racimos de frutos redon­
dos y amarillos de 3-8 cm de largo y piel
dura. La pulpa es blanda y dulce.
ranja ‘Jaffa’, pertenecen al grupo Valen­
cia (o común). Los frutos son entre me­
dios y grandes y entre esféricos y ovoi­
des, de pocas o ninguna semilla. Las
naranjas de este grupo pueden tener un
gusto ligeramente ácido pero son de un
sabor excelente.
Las naranjas dulces se cultivan gene­
ralmente a partir de semillas, pero al­
gunos cultivares específicos se propagan
vegetativamente a partir de injertos de
brotes.
Los plantones también se emplean
ampliamente como patrones, para injer­
tar con otras especies. Habitualmente,
los cultivares de los naranjos dulces se
clasifican en tres grupos: naranjas na-
vel, sanguinas y Valencia.
Las naranjas navel poseen un peque­
ño fruto secundario en el vértice prin­
cipal del fruto y generalmente no tienen
semillas. Se desarrollan bien en climas
ligeramente más frescos, se mondan y
separan con facilidad y son de excelen­
te sabor.
Las naranjas sanguinas son similares
tas pueden ser atacadas por trips (p.
551), moscas blancas (p. 550) y ácaros
araña roja (p. 550).
Cultivo a cubierto
Los tomates de árbol pueden cultivarse
en contenedores de un diámetro de al
menos 35 cm o en macizos bien prepa­
rados. Emplee tierra fértil a la que agre­
gará un fertilizante todo uso. Manten­
ga la temperatura y humedad correctas,
riegue con regularidad y aplique un ali­
mento líquido cada tres o cuatro se­
manas.
Poda y guiado
Cuando las plantas alcancen 1 m de al­
tura, elimine el extremo de desarrollo
para estimular la ramificación. Necesi­
tan poco poda, salvo la eliminación de
las ramas cruzadas o apiñadas y la leña
muerta o enferma.
Cosecha y almacenado
Los tomates de árbol generalmente fru­
tan uno o dos años después de planta­
dos. Separe los frutos con un cuchillo
afilado cuando comiencen a cambiar de
Los patrones adecuados para los nís­
peros japoneses comprenden los mem­
brillos (Cydonia oblonga), los espinos
( esps. de Crataegus) y plantones de nís­
pero japonés vigorosos.
La mayoría de los cultivares de los
nísperos japoneses son autofertilizan-
tes, pero también puede ocurrir una
polinización cruzada a través de in­
sectos.
pero su pulpa, jugo y cáscara son rojas
(salvo cultivadas en temperaturas ele­
vadas).
Un árbol puede producir dos cosechas
de naranjas dulces en diferentes etapas
de desarrollo al mismo tiempo.
Kumquats o mandarinas chinas
(Fortunella japónica, F. margarita)
Originarios de China, los kumquats son
más resistentes que los frutos cítricos
descritos arriba: toleran temperaturas de
hasta —5o C durante períodos cortos.
Los frutos, que pueden consumirse con
cáscara, son pequeños y amarillos.
Los de Fortunella japónica son redon­
deados, mientras los de F. margarita son
ovoides.
La calamondina (x Citrofortunella
microcarpa) es un híbrido de mandari­
na y kumquat; está particularmente ex­
tendido su cultivo como planta orna­
mental en zonas donde las temperaturas
son templadas.
T om ates df. Á rbol
color. Pueden almacenarse hasta dos se­
manas a temperaturas de 4-6° C.
Propagación
Siembre semillas a cubierto; coloque los
plantones en tiestos individuales de 10
cm, cuando midan 3-5 cm de alto.
Cuando alcancen 15-25 cm de altura,
temple y plante en el exterior. La pro­
pagación a partir de esquejes de leña
blanda también resulta fácil: seleccione
vástagos de 10-15 cm de largo y emplee
un abono arenoso (pero no ácido). Siga
el mismo procedimiento que para los
mirtilos (véase p. 418).
Emplazamiento y plantación
Elija una situación cálida y soleada.
Construya rompevientos para reducir el
daño ocasionado por vientos y la eva­
poración de la humedad. Los nísperos
toleran una amplia gama de suelos, pero
los más aptos son los bien drenados y
fértiles de tierra negra. Plante los árbo­
les a 4-5 m de distancia en cada di­
rección.
Cuidado rutinario
Aplique un revestido de fertilizante todo
uso a razón de 450 g por árbol cada tres
o cuatro meses. Debe regar los nísperos
japoneses con regularidad, a fin de man­
tener húmedas las raíces en los períodos
secos; una aplicación regular de un
«mulch» orgánico ayuda a conservar la
humedad. Mantenga la zona circundan­
te sin malezas.
Asegure la producción de frutos gran­
des entresacando los ramilletes en una
etapa temprana del desarrollo; elimine
los débiles o dañados, dejando los sa­
nos y bien espaciados.
Plagas y enfermedades
Las plantas cultivadas en el exterior tie­
nen pocos problemas. A cubierto, los
nísperos japoneses pueden verse ataca­
dos por trips (p. 551), cocos (p. 550),
ácaros araña roja (p. 550) y moscas blan­
cas (p. 550).
Cultivo a cubierto
Las plantas jóvenes criadas a partir de
semillas pueden cultivarse en contene­
dores o plantarse fuera en macizos bien
Mangos (Mangifera indica)
Los mangos son árboles tropicales siem-
preverdes que a menudo alcanzan 30 m
de altura, cultivados a partir de planto­
nes vigorosos. Si emplea patrones em-
pequeñecedores y clones de desarrollo
compacto, la altura del árbol puede res­
tringirse a 7-10 m. La extensión de los
de tipo enano es de unos 8 m.
El largo de los frutos del mango va­
ría entre 5 y 30 cm, y pueden pesar des­
de 100 g hasta 2 k. Tienen una piel co­
rreosa y pueden ser anaranjados,
amarillos, verdes o rojos, según el cul­
tivar. La semilla única puede ocupar
25 % del volumen total del fruto. Exis­
ten cultivares disponibles adaptados al
cultivo en zonas subtropicales en una
gama de temperaturas entre los 21° y 25°
C, en humedades de más del 60 %; para
la mayoría de los cultivares la tempera-
Á rbol d e M ango
preparados cuando midan unos 45 cm
de altura. Use una mezcla de tierra ne­
gra, incorporando un fertilizante de ac­
ción lenta y mantenga una temperatura
de al menos 18° C durante el verano.
Riegue con regularidad y aplique un ali­
mento líquido cada mes.
Poda y guiado
Los nísperos japoneses requieren un po­
dado mínimo, salvo podar los extremos
de los vástagos demasiado vigorosos y
la eliminación de ramas desordenadas;
elimine también todas las ramas cruza­
das, dañadas, enfermas o muertas.
Cosecha y almacenado
Coseche cuando los frutos comiencen a
ablandarse y se vuelvan de color ama­
rillo o naranja. Un almacenado a corto
plazo es posible en temperaturas de
5-10° C.
Propagación
Los nísperos japoneses pueden propa­
garse por semillas sembradas a 2-3 cm
de profundidad en contenedores lle­
nos de tierra para semillas arenoso y
tura más elevada es la óptima. Para una
floración y frutación de éxito, los man­
gos requieren mucha luz y un período
seco.
Kmplazamiento y plantación
Elija uno con una orientación soleada
y cálida. Si fuera necesario, proporcio­
ne protección contra vientos fuertes, ya
que una pérdida de humedad elevada
puede afectar seriamente el desarrollo
de los árboles; una humedad muy baja
puede empeorar la situación y condu­
cir a la caída de las hojas, aborto de las
semillas y caída de los frutos.
El tipo de suelo es menos importante
en el caso de los mangos que para la ma­
yoría de los demás cultivos de árboles,
y resultan adecuadas tanto las tierras ne­
gras arenosas como las arcillosas media­
nas, a condición de tener un buen dre­
naje. Los mangos necesitan un pH de
entre 5,5 y 7,5.
Comienzan a existir patrones empe-
queñecedores disponibles; a menudo, es­
tos resultan más aptos, especialmente
para jardines pequeños, que los culti­
vares no seleccionados locales. Si no
hubiera patrones empequeñecedores dis­
ponibles, debe preferir plantones po-
liembrionarios, producidos a partir de
árboles madre seleccionados por la ele­
vada producción y calidad de los frutos.
La polinización sólo es eficaz en tiem­
po relativamente seco, pues una hume­
dad elevada y unas lluvias intensas limi­
tan la fertilización (la floración habi­
tualmente comienza después de un pe­
ríodo fresco o seco). Una solución de
nitrato de potasio, aplicada en forma de
rocío, puede estimular la floración. La
N Japo neses M
ís p e r o s aduros
mantenidos a no menos de 18° C. Tras­
plante los plantones a sus ubicaciones
definitivas cuando midan 7-10 cm de
alto. Las otras técnicas utilizables para
la propagación de nísperos comprenden
polinización se produce sobre todo a tra­
vés de insectos, aunque algunos cultiva­
res de mango son autofertilizantes.
Espacie los cultivares enanos y com­
pactos a 8 m de distancia en cada direc­
ción; los cultivares más vigorosos requie­
ren un espaciado de 10 -12 m.
Cuidado rutinario
Alimente con un fertilizante todo uso
con niveles de potasio medios y de ni­
trógeno altos, a razón de 1-1,5 k por ár­
bol, por año. Éste debe aplicarse en tres
o cuatro dosis durante la estación de de­
sarrollo; después del cuarto año de de­
sarrollo, duplique la cantidad.
Durante períodos secos, riegue los
mangos concienzudamente, en especial
durante los primeros tres años de desa­
rrollo, pues el desarrollo de las raíces re­
quiere mucha humedad. Un «mulch»
orgánico conservará la humedad y su­
primirá las malezas. El entresacado de
frutos raramente resulta necesario.
Plagas y enfermedades
En el trópico, los mangos tienden a ser
atacados por las moscas de los frutos (p.
563) y cocos (p. 550); también pueden
ocasionar problemas varios tipos de in­
sectos de escamas (p. 552). Las enfer­
medades que pueden afectar árboles cul­
tivados en el exterior comprenden la
antracnosis (véase «Manchas fúngales
de las hojas», p. 552) y el moho polvo­
so (p. 550). Los mangos cultivados a cu­
bierto también pueden sufrir ataques de
pulgones (p. 550), moscas blancas (p.
550), trips (p. 551), ácaros araña roja (p.
550) y ciertas formas de moho, tanto es­
ponjoso como polvoso (p. 550).
Á N
rbol de ís p e r o s
los injertoss de brotes en «T» (véase p.
373), los injertos de escudete (véase Pro-
pagacióin de árboles por injerto de es­
cudete, p. 58) y por acodo aéreo (véase
E J
l I
a r d ín , p. 456).
n t e r io r
M
angos
Cultivo a cubierto
Los mangos cultivados a partir de semi­
llas tienden a ser demasiado vigorosos
para cultivar a cubierto, salvo que se ha­
yan injertado sobre un patrón empeque-
ñecedor, en cuyo caso formarán árbo­
les atractivos y ornamentales. Pueden
cultivarse en contenedores grandes o
macizos bien preparados. En las regio­
nes templadas, generalmente sólo flore­
cerán a cubierto a fines de la estación
de desarrollo y ello si les ha proporcio­
nado unas condiciones de desarrollo óp­
timas. Sin embargo, no se puede garan­
tizar la frutación y ésta depende de una
polinización lograda.
Trasplante las plantas jóvenes cuan­
do midan alrededor de 1 m de altura.
Requerirán la aplicación de un abono
que contenga un fertilizante de acción
lenta, con un contenido de potasio me­
dio y uno de nitrógeno elevado. Asegu­
re unas temperaturas mínimas de
21°-25° C y una humedad del 75 %.
Debe regar los mangos cultivados a cu­
bierto con regularidad y debe aplicar un

M angos R ecom endados
‘Alphonso’
‘Bcnnett’
‘Haden’
‘Irwin’
‘Kent’
‘Tommy
‘Ziir
Tomniy
Atkins’
alimento líquido cada mes. Suplemen-
te con rociados de fertilízame nitroge­
nado si observa que las hojas amarillean
por falta de nitrógeno.
I’udado y guiado
Limite el podado a podar los extremos
del vástago guía cuando mida alrededor
de 1 m para estimular la ramificación.
Elimine el desarrollo sobrecrecido o muy
vigoroso durante los primeros años para
Olivos (Olea europaea)
Los olivos son árboles perennes que al­
canzan 9-12 m de altura y una extensión
de 7-9 m. Los frutos pueden cosechar­
se cuando aún están verdes o cuando es­
tán completamente maduros y se han
vuelto negros. Pueden medir hasta 4 cm
de largo.
Los olivos se desarrollan bien en zo­
nas subtropicales con una gama de tem­
peraturas óptima entre los 5°-25° C. Re­
quieren veranos largos y calurosos para
que las semillas se desarrollen, seguidos
por temperaturas invernales lo bastan­
te bajas como para alcanzar las necesi­
dades de enfriamiento del cultivar espe­
cífico; hágase aconsejar acerca de qué
cultivares se desarrollan mejor en su
zona. Unas temperaturas invernales muy
bajas pueden causar daños por heladas.
Los vientos secos y calurosos y un tiem­
po fresco y lluvioso reducen la frutación.
En zonas templadas, los olivos a veces
se cultivan como árboles ornamenta­
les en jardines cálidos, pero raras veces
florecen o frutan. En condiciones de de­
sarrollo adecuadas, los olivos son lon­
gevos.
O l iv a s R ecom endadas
Cultivares europeos
‘El Greco’
‘Manzanilla’
‘Mission’
‘Sevillana’
‘Verdal’
Cultivares subtropicales
‘Allegra’
‘Oblonga’
Olivas negras
de mesa
asegurar la conformación de una copa
redondeada y bien espaciada. Una vez
que el árbol esté establecido, el podado
se limitará a las ramas cruzadas, enfer­
mas, dañadas o apiñadas.
Cosecha y almacenado
Los mangos frutan dos o tres años des­
pués de plantados. Recoja los frutos
cuando comiencen a cambiar de color.
Manipule cuidadosamente para evitar
daños por golpes.
Ixis mangos ligeramente inmaduros
pueden almacenarse a 10° C durante dos
a cuatro semanas, manteniendo la hu­
medad a 90 %-95 %; deberían madu­
rar durante este espacio de tiempo.
Propagación
Se pueden propagar los cultivares po-
liembriónicos a partir de semillas o pue­
den emplearse varios métodos de injer­
to en su lugar. Para la propagación a
partir de semillas, elimine la pulpa de
frutos maduros; para acelerar la germi­
Emplazamiento y plantado
Existe una gran gama de suelos adecua­
dos, aunque resulta preferible una fer­
tilidad entre media y baja, pues los sue­
los muy fértiles pueden producir un
desarrollo vegetativo excesivo. El empla­
zamiento debe estar bien drenado. Los
olivos crecen bien en suelos alcalinos, in­
cluyendo los de un nivel de sales alto,
siempre que el nivel del pH no supere
8,5. En zonas expuestas, emplee rompe-
vientos.
La mayoría de los cultivares son auto-
fertilizantes, pero en climas frescos, los
polinizadores pueden ser necesarios para
aumentar la cosecha de frutos. Los oli­
vos se polinizan a través de los insectos
y del viento; los niveles elevados de hu­
medad inhiben la polinización.
La distancia de plantado habitual va­
ría entre los 7 m y los 12 m en cada di­
rección, dependiendo del hábito del cul­
tivar; debe estacar todos los olivos para
evitar daños causados por el viento. Los
árboles plantados muy juntos pueden
entresacarse eliminando árboles alternos
cuando sus copas comiencen a so­
laparse.
Cuidado rutinario
Revista con un fertilizante todo uso de
niveles de nitrógeno entre medios y al­
tos a razón de 0,5-1 k por árbol, por año,
aplicado en dos o tres dosis cuando los
árboles están en desarrollo activo. En al­
gunos suelos, puede resultar necesaria
una aplicación suplementaria de pota­
sio e incluso de boro. Riegue los olivos
con regularidad durante períodos secos,
en particular después de los primeros
dos o tres años después de plantados.
También resulta beneficiosa la aplica­
ción de un «muich» orgánico. Manten­
ga la zona de plantado sin malezas. El
nación, sumerja las semillas en agua du­
rante 48 horas y retire la corteza de las
semillas cuidadosamente. Siembre de in­
mediato en macizos o contenedores,
usando un abono bien preparado y co­
locando las semillas con la parte con­
vexa hacia arriba; cubra ligeramente con
tierra y riegue.
Los plantones resultantes pueden ser
policmbriónicos y similares al árbol ma­
dre, pero también es probable que sean
muy vigorosos y tarden entre cinco y
ocho años en producir frutos, que pue­
den resultar de calidades variables. Una
semilla de mango produce al menos uno
de estos plantones vigorosos, resultan­
tes de una autopolinización o de un cru­
zado; todos estos plantones deben des­
cartarse. El resto de los plantones estará
listo para trasplantar a contenedores de
al menos 15 cm de diámetro al cabo de
entre cinco y ocho semanas y pueden
utilizarse como patrones. O pueden se­
guir cultivándose como árboles fru­
tantes.
O liv o
entresacado de frutos podría ser nece­
sario si los árboles muestran indicios de
una frutación bienal (véase «Manzanos:
Entresacado de flores y frutación bie­
nal», p. 376). El entresacado general­
mente se hace a mano, pero también re­
sultará eficaz el rociado con ácido
acético alfa naftalínico 4-18 días después
de florecer.
Plagas y enfermedades
I .os olivos cultivados fuera pueden ver­
se afectados por varios insectos de es­
camas (p. 552) y nemátodos de nudos
de raíces (p. 564). Las enfermedades de
los olivos comprenden el marchitamien­
to Verlicillium (p. 557). Los árboles cul­
tivados a cubierto pueden verse afecta­
dos por ácaros araña roja (p. 550), trips
(p. 551) y moscas blancas (p. 550).
Cultivo a cubierto
Los esquejes arraigados o las plantas
con injertos de brotes deben cultivarse
ya sea en macizos preparados o en con­
tenedores de no menos de 30-35 cm de
diámetro; emplee un abono fértil que in­
cluya un fertilizante de acción lenta, con
También se pueden propagar los man­
gos vegetativamente, aunque los esque­
jes de tallo a veces no arraigan con éxi­
to. El injerto de «aproximación» es una
alternativa recomendada. Tome un pa­
trón cultivado en contenedor de alrede­
dor de un año. Coloque el contenedor
cerca de la rama púa, aún creciendo so­
bre el árbol madre. Con un cuchillo afi­
lado, corte una rebanada vertical poco
profunda de 5-6 cm de largo de los la­
dos del patrón y de la púa, descubrien­
do las capas de cámbium. Junte ambas
superficies de corte y sujete con fir­
meza.
Después de dos o tres meses, ambos
deberían haberse unido; corte el extre­
mo del patrón y separe la púa de la plan­
ta madre.
Otros métodos probadamente muy
eficaces para la propagación de los man­
gos son a través de injertos de brote en
forma de «T» (véase p. 373) y por aco­
do aéreo (véase E l J I
a r d ín d e ,
n t e r io r
p. 456).
O l iv a s
niveles medios de potasio y nitrógeno.
Aplique un alimento líquido cada tres
o cuatro semanas y riegue los árboles
con regularidad.
Mantenga temperaturas elevadas: 21°
C en verano, y lo más bajas posibles en
invierno. Los olivos cultivados en con­
tenedores pueden trasladarse al exterior
durante los meses de verano.
Poda y guiado
Pode olivos recién plantados eliminan­
do el vástago guía cuando midan unos
1,5 m de largo; seleccione entre tres y
cuatro laterales fuertes para formar la
estructura básica de las ramas. El po­
dado subsiguiente consistirá en la elimi­
nación de las ramas más viejas para es­
timular el desarrollo de vástagos nuevos,
ya que los frutos se producen sobre leña
de un año generalmente en los bordes
de la copa.
Cosecha y almacenado
Los olivos cultivados en el exterior tien­
den a frutar después de tres o cuatro
años de plantados; generalmente, las co­
sechas aumentan hasta que el árbol ten-
ga 15 años, después de lo cual perma­
necen bastante constantes.
Las olivas se procesan para eliminar
el amargor. Los frutos para fermentar
deben cosecharse completamente madu­
ros pero aún de color verde. Las olivas
para consumir sin procesar pueden co­
secharse cuando estén negras y firmes
y después envueltas en sal seca. Una vez
completamente deshidratadas, se las
conserva en aceite. Los frutos destina­
dos a la producción de aceite deben per­
manecer en el árbol hasta que estén
completamente maduros. Se los cosecha
sacudiendo el árbol de manera que cai­
gan sobre un paño o una red fina, co­
locada en el suelo alrededor de la copa
del árbol.
Propagación
Generalmente, los olivos se propagan a
través de esquejes de tallo, pero también
pueden multiplicarse cultivares seleccio­
nados por injerto de brotes. Los esque­
jes pueden ser tanto de leña dura (de
leña de uno o dos años de antigüedad)
como de esquejes hojosos semimaduros
del desarrollo de la estación en curso.
Los esquejes de leña dura, que se re­
cogen en invierno, deben medir unos 30
cm de largo. Elimine las hojas de la mi­
tad inferior de cada esqueje, y sumerja
la base durante 24 horas en una solu­
ción de arraigue hormonada. Introduzca
los esquejes hasta la mitad en tierra para
esquejes, dejando durante 30 días
para que arraiguen, mientras mantiene
una temperatura de 13-21° C. Trasplante
los esquejes individualmente a tiestos y
cultive en condiciones de invernadero.
Otra opción consiste en recoger esque­
jes semimaduros de 10-15 cm de largo
(véase Á r b o l e s O r n a m e n t a l e s , p. 55).
Los cultivares de nombre propio pueden
propagarse con éxito por injertos de bro­
te «T» (véase p. 373) injertando siempre
sobre patrones vigorosos de plantones
de olivo.

Higos chumbos (Opuntia ficus-indica)

Este miembro de la familia de los cac­
tus se cultiva sobre todo en las zonas
subtropicales. Aunque muchas de sus
formas son de desarrollo relativamente
bajo y de un hábito extensivo, algunos
pueden alcanzar alturas de hasta 2 m.
La mayoría de los higos chumbos to­
leran condiciones semiáridas, con una
gama de temperaturas óptima de 18-25°
C; sobreviven a temperaturas más bajas,
de un mímino de 10° C. Para un desa­
rrollo satisfactorio necesitan pleno sol.
Los tallos de los higos chumbos con­
sisten en secciones aplanadas elípticas
de 30-50 cm de largo, que, en muchas
de las formas cultivadas, casi no tienen
espinas, pero que son muy espinosas en
el caso de plantas aclimatadas o sil­ P r o p a g a c ió n de H ig o s C h u m b o s por S e c c io n e s de T allo
vestres.
Los higos chumbos, que se producen
en la parte superior de las secciones, son
púrpura o rojo cuando están maduros
y miden unos 5-10 cm de largo. Contie­
nen una pulpa blanda y jugosa con mu­
chas semillas. Los higos chumbos son
polinizados por insectos.
Emplazamiento y plantación
Los higos chumbos prosperan en regio­
nes subtropicales, donde son capaces de
tolerar períodos de sequía prolongados.
Sin embargo, son sensibles a un mal dre­

naje y condiciones salinas y prefieren
suelos arenosos y bien ventilados, con
un pf-l ideal de 5,5-7.
Generalmente, las secciones arraiga­
das se establecen a 2-2,4 m de distan­
cia, dejando 2-3 m entre cada hilera.
Cuidado rutinario
Salvo que el suelo sea particularmente
pobre, los fertilizantes no son necesarios.
Mantenga el emplazamiento de planta­
do libre de malezas. Las plagas muy po­
cas veces son graves. Sin embargo, al­
gunas formas de las especies de Pythium
(véase «Podredumbre por el pie», p.
564), pueden afectar los higos chumbos
en condiciones húmedas.
Cultivo a cubierto
Use una tierra arenosa al que habrá agre­
gado un fertilizante de acción lenta.
H igo C h u m b o
Mantenga la temperatura a 18-25° C y
1 2
Separe una sección entera de Después de que la sección se
la planta madre con un haya secado durante algunos
cuchillo. Es aconsejable llevar días, coloque en tierra arenosa y
guantes ya que las espinas irritan afirme. La sección debe arraigar
la piel. en 2 o 3 meses.
la humedad a 60 °/o o menos. Una vez Propagación
que las plantas se hayan establecido ne­ Separe secciones de tallo completas de
cesitarán poco riego. la planta madre; si fuesen muy grandes,
corte horizontalmente en dos o tres tro­
Cosecha y almacenado zos. Permita que formen un callo en un
Los cactus producen higos chumbos tres sitio protegido y soleado durante varios
o cuatro años después de plantados. Se­ días antes de introducirlos en tierra are­
pare cuidadosamente de las secciones del nosa.
tallo con un cuchillo afilado. Las secciones deberían tardar unos
Es mejor consumirlos a los pocos días dos o tres meses en arraigar; entonces
después de cosechados, pero podrá al­ podrá cambiarlas a tiestos de 15-20 cm
macenarlos durante períodos breves o trasplantarlas a sus posiciones finales.
en condiciones frescas, si fuera nece­ Riegue las plantas nuevas con regulari­
sario. dad hasta que se establezcan.

Aguacates (Persea americana)

Los aguacates son árboles subtropica­
les perennes que pueden alcanzar una
altura de 10-15 m y una extensión simi­
lar. Sus frutos tienen forma de pera, con
una semilla central grande y redondea­
da. El tamaño de los frutos y la textura
de la piel varían según el cultivar y los
colores van desde el verde hasta el ber­
mejo. I.os tres principales tipos de agua­
cate son guatemaltecos, mexicanos y an­
tillanos.
La gama óptima de temperatura para
el desarrollo de frutos y el crecimiento
es de 20-28° C, con una humedad de
más del 60 °/o; algunos cultivares mexi­
canos y guatemaltecos son capaces de
tolerar temperaturas de hasta 10-15° C,
pero en temperaturas tan bajas general­
mente no producen flores.
Emplazamiento y plantación
En zonas subtropicales se pueden culti­
var aguacates en el exterior, a condición
de que las temperaturas estén dentro de
la gama indicada arriba. Sus ramas son
quebradizas, de manera que resulta ne­
cesario proporcionar rompevientos en
zonas expuestas para evitar que el vien­ A guacates
to los dañe seriamente. R ecom endados
Dentro de lo posible, elija un empla­
zamiento donde reciba la máxima can­ ‘Ettinger’ (Mexicano x Guate.)
tidad de sol. Los aguacates requieren ‘Fuerte’ (Mexicano x Guale.)
suelos muy bien drenados, ya que sus ‘Hass’ (Guat.)
raíces son muy susceptibles al anegado. ‘Lula’ (Guat.)
Resultan preferibles los suelos con una ‘Nabal’ (Guat.)
cierta cantidad de tierra negra y un pH ‘Pollock’
de 5,5-6,5, pero los arenosos o arcillo­ (Antillano)
sos también pueden ser aptos si el dre­ ‘Waldin’ (Guat.)
naje es bueno o ha sido mejorado ‘Lula’

Á rb o l d e A g u a c a t e
(véase también «Preparación del empla­
zamiento», p. 364).
Si piensa utilizar plantas injertadas,
son preferibles aquellas injertadas sobre
patrones vigorosos y resistentes a la po­
dredumbre de las raíces de los aguaca­
tes (Phytophthora cinnamoni). Los
aguacates pueden ser autofertilizantes,
pero las mejores cosechas se producen
plantando al menos dos cultivares jun­
tos. Elija cultivares cuyos períodos de
floración coinciden o se superponen. Al
plantar, deje 6 m de distancia en cada
dirección entre los árboles.
Cuidado rutinario
Aplique un fertilizante todo uso, con un
contenido medio de potasio y nitróge­
no, cuando los árboles estén en desarro­
llo activo. La cantidad recomendada es
de 1,5-2 k por árbol por año, preferible­
mente en dos o tres dosis. Emplee un
«mulch» orgánico alrededor de la base
de cada árbol, dejando 25 cm libres al­
rededor de los tallos.
Riegue los aguacates durante los pe­
ríodos secos, en particular durante los
primeros tres años, cuando se están es­
tableciendo. Mantenga el área alrededor
de la base de los árboles libre de male­
zas. Normalmente, no resulta necesario
entresacar los frutos de los aguacates.
G llü y a b a S (Psidium guajava)
Los guayaberas alcanzan alturas de has­
ta 8 m y se extienden hasta 7 m. Son am­
pliamente cultivados en regiones tropi­
cales y subtropicales, y prosperan en
temperaturas que oscilan entre 22-28° C.
El nivel de humedad preferido es del
70 % o menos: un nivel más elevado
puede afectar la calidad de los frutos
producidos.
Las guayabas miden entre 5-10 cm de
diámetro, con la pulpa blanca o rosa­
da. Normalmente, las flores son polini­
zadas por insectos.
Plagas y enfermedades
La podredumbre del pie de los aguaca­
tes (véase «Podredumbre Phytophtho­
ra de las raíces», p. 558) y manchas o
manchones de Cercospora (véase «Man­
chas fúngales de las hojas», p. 552).
Pueden ser atacados por ácaros araña
roja (p. 550), moscas blancas (p. 550),
trips (p. 551) y cocos (p. 550).
Cultivo a cubierto
Establezca las plantas jóvenes ya sea en
macizos bien preparados o en contene­
dores de un diámetro mínimo de 2 1 cm.
Mantenga la temperatura a 20-28° C y
la humedad a un 70 %. En el caso de
plantas cultivadas en contenedores, cam­
bie a tiestos de al menos 30 cm de diá­
metro, cuidando de no tocar los siste­
mas de raíces de las plantas.
Riegue los aguacates en contenedores
con regularidad y aplique un fertilizan­
te de uso general con niveles medios de
potasio y nitrógeno en intervalos de dos
o tres semanas o un alimento líquido.
En los climas templados, la floración y
frutación a cubierto es poco común, de­
bido a las necesidades de extensión del
día e intensidad de la luz del árbol.
Poda y guiado
Los aguacates requieren poco podado,
más allá de la configuración del árbol
C u l t iv o de A guacate a P a r t ir
1 2
Sumerja la semilla en agua
caliente y prepare cortando
alrededor de I cm del extremo
puntiagudo con un cuchillo.
Sumerja la herida en fungicida.
Emplazamiento y plantación
Es preferible un emplazamiento prote­
gido, si fuera necesario por rompevicn-
tos. Los guayaberas toleran una amplia
gama de suelos, pero uno de tierra ne­
gra bien drenada es ideal. El pH puede
oscilar entre 4,8 hasta 8 , pero uno de
aproximadamente 6 es el preferible.
Al plantar, deje 5 m de distancia en
cada dirección entre los árboles. Debe
sujetar los árboles jóvenes firmemente
a estacas en las zonas expuestas a vien­
tos fuertes.
con el fin de asegurar el desarrollo de
una copa con un espaciado homogéneo
y redondeado. Una vez que el árbol se
haya establecido, elimine todas las ra­
mas muertas, dañadas, enfermas o cru­
zadas, después de la frutación.
Cosecha y almacenado
Los árboles cultivados a partir de semi­
llas comienzan a producir frutos cuan­
do tienen entre cinco y siete años; las
plantas producidas por injerto o injer­
to de brote producen frutos entre tres y
cinco años después de plantadas. Los
frutos pueden permanecer hasta 18 me­ A guacates M aduros
ses en el árbol sin madurar, pero tien­
den a madurar con rapidez una vez co­
sechados. extremo puntiagudo y sumerja la heri­
Corte los frutos del árbol con poda­ da en fungicida. Siembre la semilla en
deras. Manipule con cuidado para evi­ tierra arenosa, con el extremo cortado
tar golpes. Almacene a 10° C y una hu­ por encima de la superficie del abono;
medad del 60 %. Todos los frutos la germinación tarda unas cuatro sema­
dañadaos deben descartarse. nas. Los plantones pueden seguir culti­
vándose en contenedores hasta que mi­
Propagación dan unos 30-40 cm de altura. Entonces
Los aguacates se cultivan bien a partir estarán listos para trasplantar a sus po­
de semillas y se reproducen conforme a siciones definitivas.
lo esperado. Elija semillas sanas y no da­ Para propagar cultivares de nombre
ñadas y sumerja en agua caliente unos propio a patrones resistentes a las enfer­
30 minutos, a 40°-50° C de temperatu­ medades, se puede emplear el injerto por
ra a fin de inhibir la infección de la po­ cuña lateral (véase P r in c ip io s d e P r o ­
dredumbre de las raíces de los aguaca­ p a g a c ió n , p. 542) o el injerto de sillín
tes. Corte una rebanada delgada del (véase A r b u st o s O r n a m e n t a l e s , p. 90).
de S em illa s
Introduzca la semilla en un
tiesto de 15 cm con tierra para
3
semillas húmedo dejando que el Varias semanas más tarde, la
extremo cortado asome a la semilla habrá germinado
superficie. produciendo un vástago y raíces.
Cuidado rutinario
Los guayaberas tienen una buena res­
puesta a la aplicación de un fertilizante
de todo uso, con contenidos medios de
potasio y nitrógeno. Utilice a razón de
1 -2 k de fertilizante por cada árbol, di­
vidido en dos o tres revestidos a lo lar­
go de la estación de desarrollo. Desma-
leze a fondo la zona alrededor de la base
de los árboles, mantenga bien regados
y aplique un «mulch» de materia orgá­
nica que ayudará a conservar la
humedad. G uayabas

G uayabero
Plagas y enfermedades
Las plagas no son un problema serio,
pero en el exterior, pulgones (p. 550),
moscas de frutos (p. 563) c insectos de
escamas (p. 552) pueden requerir un
control. Las plantas cultivadas a cubier­
to pueden verse infestadas por moscas
blancas (p. 550) y trips (p. 551). Los
plantones de guayabas son sensibles a
la podredumbre por el pie. (p. 508).
Cultivo a cubierto
Los guayaberas pueden cultivarse sea en
macizos bien preparados o en contene­
dores grandes de al menos 30-35 cm de
diámetro, utilizando tierra patentada
bastante rica al que agregará un fertili­
zante de acción lenta. Mantenga una
temperatura mínima de 22° C y una hu­
medad del 70 %. Riegue las plantas con
regularidad y aplique un fertilizante lí­
quido cada dos o tres semanas. Para me­
jorar las posibilidades de frutación pue­
de ser necesaria una polinización
cruzada a mano. Debería mantenerse
una atmósfera relativamente seca duran­
te el período de floración.
Podado y guiado
Cuando los árboles jóvenes midan al­
rededor de 1 m de altura, acorte el vás-
tago guía en dos tercios para estimular
la ramificación. El podado subsiguien­
te puede limitarse a eliminar las ramas
cruzadas, enfermas, muertas o dañadas
y todas las ramas bajas que toquen el
suelo.
Cosecha y almacenado
Los guayaberas cultivados en el exterior
suelen producir frutos después de uno
a tres años, según el cultivar y las con­
diciones medioambientales. Los frutos
maduran unos cinco meses después de la
fertilización y pueden recogerse cuando
comiencen a amarillear. Manipule con
cuidado ya que se machucan fácilmente.
Pueden almacenarse durante tres o
cuatro semanas a una temperatura de
7-10° C y humedad relativa del 75 °/<>.
Propagación
Los guayaberas se propagan a partir de
semillas; para aumentar las existencias
de cultivares específicos, emplee el aco­
do aéreo, esquejes o el injerto de brotes.
Siembre semillas en tierra estéril y fér­
til en bandejas o contenedores de 6 cm;
la germinación generalmente ocurre des­
pués de dos o tres semanas. Las calidad
de los plantones puede variar: coloque
los más fuertes en tiestos de 15 cm cuan­
do midan 20 cm de alto. Temple las
plantas jóvenes y trasplante cuando mi­
dan 30 cm de altura.
Algunos cultivares seleccionados de
guayabas pueden propagarse por injer­
tos de brote (véase p. 372) sobre patro­
nes vigorosos de plantones de guayabe­
ra, cuyos tallos midan al menos 5 mm.
No existen patrones específicos reco­
mendados; elija plantas fuertes y sanas,
preferiblemente autopolinizadas, como
madres para semillas de patrones.
Los guayaberas también pueden mul­
tiplicarse por esquejes de leña blanda de
12-16 cm de largo (véase p. 538). Las
plantas producidas a través de estos in­
jertos o esquejes pueden plantarse fue-
G uayabas R ecom endadas
‘Bcaumont’ (pulpa rosada)
‘Malhcrbe’ (pulpa rosada)
‘Miami White’ (pulpa blanca)
‘Parker’s White’
(pulpa blanca) y'
‘Parker’s White’
‘Patillo’ (pulpa rosada)
‘Patnagola’ (pulpa blanca)
‘Pink Acid’ (pulpa rosada)
‘Red Indian’ (pulpa rosada)
‘Ruby’ (pulpa rosada)
‘Supreme’ (pulpa blanca)
ra cuando midan unos 30 cm de alto. En
el exterior, es posible incrementar los
guayaberas por acodo sencillo (véase
Á r b o l e s O r n a m e n t a l e s , p. 57) o por
acodo aéreo (véase E l J a r d ín I n t e r io r ,
p. 456). En el último caso, la aplicación
de polvo de arraigue hormonado a las
secciones circulares de corteza aumen­
ta la tasa de éxitos.

Granadas (Punica granatum)

Los granados forman árboles ornamen­
tales pequeños o arbustos de 2-3 m de
alto y una extensión de 1-1,5 m. En cli­
mas subtropicales son siempreverdes,
pero en los más frescos son perennes.
Los frutos en forma de globo tienen has­
ta 10 cm de diámetro, con cáscaras co­
rreosas rojas o amarillas. La gama de
temperaturas óptima es de 18-25° C,
pero toleran unas temperaturas por de­
bajo de los 0° C durante períodos cor­
tos. Para que fruten, es necesario un
tiempo seco y una temperatura elevada,
de al menos 35° C. Por lo tanto, en cli­
mas templados, los granados general­
mente se cultivan por sus flores rojas-
anaranjadas veraniegas y sus colores
otoñales; una variante enana de la es­
pecie —Púnica granatum var. nana fru­
ta abundantemente a cubierto en zonas
templadas.
F lor y F r u t o d e G r a n a d o
Emplazamiento y plantación
Elija un emplazamiento soleado, abri­
gado por rompevientos en condiciones
expuestas. En general, los suelos pesa­
dos de tierra negra, con un pH de 7, re­
sultan adecuados, a condición de estar
bien drenados. La mayoría de los culti­
vares son autofertilizantcs. Plante plan­
tones, esquejes arraigados o chupones
a 4-6 m de distancia hacia cada lado.
Cuidado rutinario
Establecidas las plantas, aplique un fer­
tilizante todo uso cada dos o tres meses
a razón de 110 g por árbol/año. Apli­
que un «mulch» en el emplazamiento y
mantenga sin malezas; riegue los árbo­
les regularmente durante el tiempo seco
y elimine todos los chupones.
Plagas y enfermedades
Los granados cultivados en el exterior
suelen carecer de problemas; a cubierto
pueden verse afectados por pulgones (p.
550), ácaros araña roja (p. 550), trips (p.
551) y moscas blancas (p. 550).
Cultivo a cubierto
Plante los granados en macizos bien pre­
parados o en contenedores de al menos
35 cm de diámetro, empleando un abo­
no fértil, con fertilizante de acción len­
ta incorporado. Mantenga temperaturas
de 18-25° C y 60-70 °7o de humedad.
Aplique un fertilizante líquido cada tres
o cuatro semanas y riegue las plantas
con regularidad. Las plantas dentro de
contenedores pueden trasladarse al ex­
terior en verano.
Poda y guiado
Seleccione tres o cuatro ramas principa­
les para configurar una estructura y eli­
mine las ramas cruzadas, apiñadas o en­
fermas. Elimine también los chupones
no empleados para propagar.
Cosecha y almacenado
La frutación comienza dos o tres años
después de plantar. Coseche las grana­
das cuando se vuelvan rojas o amarillas;
entonces podrá almacenarlas durante
varias semanas a 4-6° C de temperatura.
Propagación
Habitualmente, los granados se propa­
gan a través de esquejes o chupones de G ranado
raíz. Introduzca esquejes de leña dura
(véase p. 374) en tierra arenosa y pro­
porcione calor basal hasta que
arraiguen.
Los esquejes de leña blanda (véase Es­
quejes de leña blanda de mirtilo, p. 418)
requieren calor basal y un rociado (em­
plee tierra de pH neutro). Cuando ha­
yan arraigado, cambie ambos tipos a
tiestos de 10-15 cm.
Los chupones de raíz pueden separar­
se cuidadosamente de la planta madre
y volverse a plantar.
O también puede secar las semillas;
siembre en tiestos o bandejas con tierra
para semillas, manteniendo una tempe­
ratura de 22° C. G ranadas
E l H u e r t o F r u t a l
Nueces
Frutos secos
árboles y arbustos produc­ dras en climas cálidos. Avellanos y fili-
V
a r io s
tores de nueces son aptos para jar­ bertos pueden podarse en forma de ar­
dín; prefieren lugar soleado y abierto.busto compacto en un jardín de frutos
Algunos, como castaños dulces, noga­ o plantarse en grupos informales en uno
les y nogales pacaneros, se hacen árbo­ silvestre. La mayoría de nogales (pero no
les grandes y bonitos. En jardines pe­ los almendros) son monóicos con flo­ Castañas
queños, un almendro es un elemento res femeninas y masculinas independien­ dulces
atractivo, aunque sólo producirá almen­ tes en la misma planta.
Almendras

Nueces de Pacana (Carya illinoensis) Castaños (Castanea sativa)

Los nogales pacaneros son árboles ca­
ducos de hasta una altura de 30 m, con
una extensión de 15-20 m, de manera
que sólo son aptos para jardines gran­
des. Se desarrollan mejor en climas
cálidos-templados: las temperaturas por
encima de los 38° C pueden conducir
a daños en la corteza y una producción
de frutos de inferior calidad; las flores
pueden dañarse a temperaturas inferio­
res a 1° C. Para que florezcan, los pa­
caneros tienen una necesidad de enfria­
miento de 150-200 horas a menos de
7° C.
Los pacaneros son monóicos pero a
menudo las flores masculinas están
abiertas antes que las femeninas en el
mismo árbol, así que es mejor cultivar
dos o más cultivares cercanos uno al
otro para asegurar que la fertilización
tiene lugar. Ya que los pacaneros se po­
linizan a través del viento, unas lluvias
intensas durante la floración de los ár­
boles podría afectar la polinización; des­
pués de estas condiciones, las cosechas
pueden ser pobres. Las nueces son ovoi-
dalcs, de 2-2,5 cm de largo y con una
cáscara relativamente delgada.
Emplazamiento y plantación
Elija cultivares seleccionados, injertos
sobre patrones de plantones de pacane­
ro, ya que los árboles criados a partir
de semillas pueden dar frutos de mala
calidad. Los pacaneros desarrollan
pronto una raíz primaria larga, de ma­
nera que plante árboles jóvenes: las
plantas más viejas cultivadas en tiestos
pocas veces tienen éxito. Los pacaneros
requieren un emplazamiento protegido
contra vientos fuertes y prosperan en
suelos profundos y fértiles, con un pH
de 6-6,5.
N ueces de P acana
R ecom endadas
‘Desirable’
‘Elisabeth’
‘Elliot’
‘Mohawk’
‘Moore’
‘Moreland’
‘P 22’
‘P 24’
‘P 176’
N ueces de P acana
Plante cuando los árboles están inac­
tivos (véase Plantado de un árbol fru­
tal, p. 365), a 8 m de separación.
Cuidado rutinario
Aplique un revestido de fertilizante equi­
librado a razón de 70-140 g por m 2
anualmente. Mantenga el emplazamien­
to de plantado sin malezas y riegue los
árboles durante los períodos secos has­
ta que estén establecidos. Los pacane­
ros son algo resistentes a las sequías,
pero requieren mucha agua en verano.
Los pacaneros rara vez se ven afecta­
dos por plagas y enfermedades; a veces
pueden causar problemas las podredum­
bres Phytophthora de las raíces (p. 565)
y los pulgones (p. 550).
Poda y guiado
Inicialmente, guíe los pacaneros con un
guía central (véase «Árboles estándar
con guía central», p. 48). Una vez que
los árboles estén establecidos, el poda­
do se limita a la eliminación de ramas
cruzadas y apiñadas y de la leña muerta.
Cosecha y almacenado
La primera cosecha se da tras 5 años;
la producción completa se alcanza des­
pués de 15-20 años. Las nueces se co­
sechan a mano. Pueden almacenarse
durante varios meses en condiciones
frescas, secas y ventiladas.
Propagación
El método más común es el injerto de
acoplamiento de cultivares selecciona­
dos sobre patrones de plantones vigo­
rosos (véase p. 373). Los plantones des­
tinados a plantas patrón deben cultivarse
en tiestos profundos o fundas de plás­
tico; sus raíces primarias largas pueden
sufrir daños al trasplantar.
Los castaños dulces —o españoles— son
árboles caducos de floración veraniega,
que alcanzan los 30 m de altura y se ex­
tienden hasta 15 m. Son monóicos y po­
linizados por el viento. Algunos culti­
vares podrían requerir un polinizador.
Las nueces brillantes, de un opulento co­
lor marrón, se producen con mayor con­
sistencia en zonas de inviernos fríos y
veranos cálidos. Habitualmcnte apare­
cen dos o tres semillas, pero en algunos
cultivares, como ‘Marrón de Lyon’ y
‘Paragon’, se forma una sola.
C a stañ as D ulces
I'.mplazamicnto, plantación y cuidado
rutinario se p. 48). Elimine ramas apiñadas, cru­
Prefieren suelo fértil, conservador de la zadas o muertas de árboles establecidos.
humedad deje pH de 6 ; 10-12 m entre
cada planta (véase Plantado de un ár­ Cosecha y almacenado
bol frutal, p. 365). Riegue los árboles Las castañas aparecen tras unos 4 años.
jóvenes y mantenga el emplazamiento Coseche en otoño. Desvaine las casta­
sin malezas. En emplazamientos bien ñas, sumerja en agua 48 horas y alma­
preparados no hace falta aplicar fertili­ cene en sitio fresco y ventilado.
zantes. Los árboles pueden sufrir el hon­
go de la miel (p. 569). Propagación
Propague a partir de cultivares selectos
Poda y guiado por injerto de brote o injerto de acopla­
Guíe como estándar de guía central (véa- miento (véase pp. 372 y 373).
Avellanas y filibertos (CoryIus avellana y C. maxima)
Los avellanos y los filibertos se valoran son menos vulnerables. La cáscara ex­
por sus frutos invernales y sus candeli­ terior —o calix— de la avellana no en­
llas. Sin podar, alcanzan una altura y ex­ vuelve la fruta por completo. El filiber-
tensión de 4-5 m. Son caducos y monói­ to tiene una cáscara más larga que la
cos y ofrecen las mejores cosechas en fruta y a menudo la envuelve por com­
veranos frescos y secos. Las necesidades pleto; cierto subgrupo de filibertos tie­
de enfriamiento son de 800-1200 horas ne cáscaras rizadas y se conoce como fi­
a menos de 7° C. Las temperaturas in­ libertos rizados. Los avellanos y
vernales de menos de 10° C pueden da­ filibertos son polinizados por el viento;
ñar las flores masculinas (candelillas), muchos son autofertilizantes. En el caso
aunque en general, las flores femeninas de los avellanos, los cultivares autofer-
A vellanas F il ib e r t o s

tilizantes recomendados comprenden
‘Cosford’ y ‘Nottingham’ (sin. ‘Pear-
son’s Prolific’); un filiberto autofertili-
zante recomendado es ‘Kentish Cob’.
Los frutos de avellanos y filibertos son
marrones y tienen forma de huevo.
Emplazamiento y plantación
Mejor un lugar parcialmente sombrea­
do y protegido. Un pH del suelo de 6
es el mejor; un suelo muy fértil facilita
un desarrollo blando excesivo, en detri­
mento de los frutos. Una humedad ade­
cuada y un buen drenaje es importan­
te. Plante en otoño o a principios de
invierno, a distancia de 4,5 m (véase
Plantación de un árbol fruta!, p. 365).
Cuidado rutinario
Desmaleze y aplique un «mulch» con re­
gularidad; riegue en períodos secos. En
suelos pobres, aplique fertilizante equi­
librado en primavera, 105 g por m2.
Los árboles están libres de problemas,
pero pueden ser atacados por gorgojos
de las nueces; rocíe con fenitrothion o
permethrin a fines de primavera y a
principios de verano.
Poda y guiado
Los avellanos y filibertos se cultivan en
forma de arbustos de centro abierto, con
un tallo de 45 cm de largo y 8-12 ramas
principales. Pode los guías de las plan­
tas jóvenes en invierno, dejando 55 cm;
después se desarrollarán buenos latera­
les, Elimine los vástagos de la parte in­
ferior del tallo principal y todos los vás­
tagos, salvo los más fuertes y mejores,
para configurar la estructura. Acorte és­
tos en un tercio en invierno. El invierno
siguiente, elimine todo el desarrollo ver­
tical demasiado vigoroso y, si es nece­
sario, pode los extremos de los vástagos
laterales para formar una estructura
equilibrada.
Nogales (Juglans regia)
Los nogales ingleses (estrictamente ha­
blando, persas) son árboles caducos que
pueden alcanzar 18 m de altura y una
extensión similar; sólo son aptos para
jardines grandes. Para obtener frutos,
siempre plante cultivares con nombre
propio, ya que los plantones pueden pro­
ducir nueces de poca calidad. Los no­
gales son monoicos y polinizados por el
viento. La mayoría son autofertilizan-
tcs, pero algunos cultivares producen
candelillas masculinas y polen antes de
que las flores femeninas sean receptivas.
Para vencer este problema, plante un po-
linizador confiable en las cercanías, por
ejemplo el antiguo cultivar francés
‘Franquctte’. Los nogales necesitan un
enfriamiento de 500-1000 horas a menos
de 7° C. Las nueces rugosas se desarro­
llan dentro de una cáscara hoyosa.
Emplazamiento, plantación y cuidado
rutinario
Mejor un suelo bien drenado y conser-
« B r u t t in g » de A vellanas
A fines de verano, se quiebran los
vástagos fuertes del desarrollo de la
estación en curso y se dejan colgar.
Esto ayuda a la formación de brotes
de flores.
Los arbustos establecidos dan cose­
chas mayores si los poda a fines de ve­
rano con una técnica llamada «brut-
ting»: quiebre los vástagos laterales más
largos a la mitad de su extensión y deje
que cuelguen. Esto abre el arbusto y es­
timula la producción de flores femeni­
nas. En invierno, cuando las candelillas
sueltan polen, acorte los vástagos que­
brados dejando tres o cuatro brotes; eli­
mine los vástagos viejos o apiñados.
Cosecha y almacenado
Los árboles producen avellanas tras 3-4
años. Recoja cuando las cáscaras co­
miencen a amarillear. Seque y almacene.
Propagación
Para la propagación utilice chupones
producidos a partir de las raíces del ár­
bol. En invierno, retire junto al cepellón
y siga cultivando en un macizo vivero
o plante directamente en sus lugares de­
finitivos. También puede propagar árbo­
les por acodo sencillo (p. 88 ) en otoño.
N ueces R ecom endadas
Todos los cultivares enumerados
son autoferlitizantes
‘Broadview’
‘Buccaneer’
‘Franquette’
‘Granjean’
‘Lara’
‘M arbot’
‘Parisienne’
vador de la humedad y un pH de 6,5-7,
pero toleran cierta alcalinidad. Ya que
las flores y los frutos jóvenes son sucep-
tibles a daños por heladas, evite empla­
zamientos fríos. Los nogales tienen una
raíz primaria larga; elija plantas jóve­
nes en lugar de otras más viejas culti­
vadas en tiestos, cuyas raíces pueden es­
tar apiñadas. Plante a fines de otoño o
en invierno (véase Plantación de un ár­
N u e c e s
bolfrutal, p. 365), dejando 12-18 m en­
tre los árboles.
Los nogales tardan en establecerse,
pero después de 2-3 años, con el siste­
ma de raíces bien desarrollado, se da un
crecimiento más fuerte. Las manchas y
plagas bacterianas pueden causar pro­
blemas (véase «Manchas y manchones
bacterianas», p. 552).
Poda y guiado
Los nogales deben guiarse como están­ N ueces
dar con guía central (véase p. 48). Pode
a mediados de invierno, ya que los ár­
boles no sangran cuando están inacti­ soltando la nuez, aún dentro de la cás­
vos. Elimine los vástagos fuertes que for­ cara. Recoja antes de que las cáscaras
men un ángulo agudo con el tallo, se decoloren. Limpie y luego seque las
dejando una estructura equilibrada de nueces suavemente. Almacene en con­
ramas espaciadas homogéneamente. A diciones frescas, ventiladas y ligeramente
partir de aquí, necesitará poco poda, sal­ húmedas.
vo la eliminación de ramas cruzadas o
apiñadas en invierno y la eliminación de Propagación
leña muerta cuando sea necesario. Injerto de lengüeta (véase p. 373) o de
brote (véase p. 372) en plantones de nuez
Cosecha y almacenado negra americana (Inglans nigra). En cli­
Pueden pasar años antes de que los no­ mas fríos, mantenga el árbol injertado
gales produzcan nueces. Las nueces para bajo una campana hasta que agarre;
encurtir deben recogerse en verano, an­ después, trasládelo a un recipiente en lu­
tes de que cáscaras y envolturas endu­ gar protegido al abierto. Plante a fines
rezcan. En otoño, la envoltura se parte de invierno en sus lugares definitivos.
Almendras (Prunus dulcís)
Los almendros dulces sin podar alcan­
zan los 5-6 m de alto y una extensión
similar. Dan cosechas regulares sólo en
zonas con veranos secos y cálidos e in­
viernos sin heladas. Las necesidades de
enfriamiento comprenden 300-500 ho­
ras a menos de 7° C. En zonas frescas
suelen cultivarse como ornamentales.
Los almendros son polinizados por in­
sectos. La mayoría de cultivares son par­
cialmente autofertilizantcs, pero las co­
sechas mejoran si planta un polinizador
cerca. Las nueces son planas y puntia­
gudas, con una cáscara hoyosa.
A lm endras
Emplazamiento, plantación y cuidado
rutinario
Los almendros requieren suelo bien dre­ años. Recoja cuando las envolturas co­
nado y emplazamiento protegido y sin miencen a partirse. Limpie y seque las
heladas, mejor con un pH de 6,5. Plante almendras antes de almacenarlas.
separando 6-7 m (véase (Plantación de
un árbol frutal, p. 365). Propagación
L,os almendros se cultivan como los Los almendros se propagan por injerto
melocotones (véase p. 391); enrollado de de brote (véase p. 372). Los patrones va­
las hojas del melocotonero (p. 555) y el rían según el tipo de suelo: en zonas secas
cancro bacteriano (p. 569) pueden afec­ se utlizan frecuentemente plantones de
tarlos. almendros. Los plantones de melocoto­
nero son más aptos para sucios pesados.
Poda y guiado
Los almendros se guían y podan en for­
ma de arbustos, como los melocotone­ A lm e n d r a s R e c o m e n d a d a s
ros (véase p. 392). Las nueces aparecen ‘Ayles’ Sf
sobre leña de un año. En verano, en ár­ ‘Fcrraducl’ Psf
boles establecidos, elimine una cuarta ‘Ferragnes’ Psf
parte de los vástagos viejos que fruta­ ‘Guara’ Sf
ron en estaciones previas para estimu­ ‘Stclicttc’ Sf
lar un desarrollo nuevo.
C lave
Cosecha y almacenado Sf Autofertilizante
Las almendras aparecen después de 3-4 Psf Parcialmente autofertilizante
 16
E l J a r d ín
de In t e r io r
cómodamente, a pesar de
e puede d is f r u ta r d e l J a rd ín la propuesta, desde el uso de plañías como accesorios del diseño
S los caprichos de las estaciones, llevándolo al interior o cu­
bierto —dentro de la casa, en un jardín de invierno o en
un invernadero. Para un despliegue de sobremesa, se pueden agru­
de interiores, compradas en su estado de máxima perfección, ex­
hibidas, disfrutadas y descartadas, hasta el cultivo de colecciones
de plantas poco comunes que exigen entusiasmo a largo plazo y
par plantas floridas en tiestos en una cesta de mimbre, un alféizar atención al detalle. En regiones sujetas a heladas, el follaje siem-
soleado puede convertirse en un jardín en miniatura, y en un jar­ preverde y las flores exóticas de las plantas subtropicales y tropi­
dín de invierno es posible crear una jungla frondosa a pequeña cales que no sobrevivirían en el jardín exterior prosperan en su
escala. La paleta de colores, formas y texturas de flores y hojas medio protegido, alegrando incluso los días más grises con una
es tan opulenta como la de las plantas de exterior. Puede variar decoración viva y siempre cambiante de follaje y flores.

Despliegue de plantas en el interior

gama de plantas que pueden o grandes cantidades de hojas delicadas,
L
a
cultivarse en el hogar y en el inver­ como las de Soleirolia soteirolii, sin.
nadero ofrece un caudal de formas, co­Helxine soleirolii. Las hojas pueden ser
lores y texturas. Se pueden elegir plan­de colores y dibujos llamativos, como
tas por su follaje bonito o por la belleza las de las especies de Calathea, o tener
de sus flores, desde los tonos cxhuberan- formas interesantes, por ejemplo la cos­
tes de Bougainvillea hasta la fresca ele­ tilla de Adán (Monstera deliciosa).
gancia de Zantedeschia aethiopica. El follaje también posee texturas di­
Otras, como Solanum capsicastrum, ferentes, desde el brillo acusado de la
son valoradas por sus frutos de brillan­ planta del caucho (Ficus elástico) has­
tes colores. ta las superficies arrugadas de Pilea in­
La elección de las plantas depende de volúcrala y el terciopelo suave de Gynu-
si el despliegue ha de ser permanente, ra aurantiaca. Algunas plantas se eligen
en cuyo caso las plantas de follaje y as­ por sus formas contundentes, ya sean las
pecto interesantes son la mejor elección bromelias pinchudas, las palmeras y he-
para un despliegue a lo largo de todo el lechos gráciles o los Lithops parecidos
año, o temporal, en cuyo caso el interés a guijarros.
estacional de plantas como Cyclamen
persicum servirá para dar toques de
color.
Las plantas pueden subrayar o con­ Plantas agrupadas
trastar el estilo del ambiente interior, ya
sea una cocina de campo rústica o una Al planear un despliegue, elija bien
sala urbana formal y sofisticada. Las plantas con flores de colores vivos u ho­
plantas pueden dominar la escena y con­ jas con dibujos, de manera que no se
ferir a la habitación su carácter esencial, desmerezcan ¡as unas a las otras. Experi­
generar rincones interesantes o sencilla­ mente con contrastes agrupando las plan­
mente sumar detalles. Sea cual fuere el tas en las tiendas, viveros y centros de
efecto deseado, elija plantas que pros­ jardinería antes de efectuar una compra.
peren a la vez que realzan su situación Las plantas arquitectónicas, como las
destinada. palmeras, resultan plantas individuales
muy bonitas o crean centros de atención
vistosos dentro de un grupo. Las plan­
tas más pequeñas tienen impacto cuan­
Follaje y forma do se las agrupa sobre un estante, pero
pueden servir individualmente como to­
Las plantas de follaje atractivo son va­ que final delicado. Un grupo apretado
liosísimas para un despliegue a largo de plantas idénticas, por ejemplo una U n a h a b it a c ió n J a r d ín
plazo en el interior. Pueden tener hojas vasija llena de jacintos blancos, crean Abutilón amarillo, Agapanthus azul y Streptocarpus blanco y púrpura, y
enormes, como las de Fatsia japónica, una manifestación fuerte pero sencilla. follaje frondoso crean un emplazamiento tipo jardín donde relajarse.

U n c o n t r a st e d e fo rm a s fu er te s
Hiedra estriada (Hederá), Dieffenbachia, Fatsia japónica y los frondes
esculturales de Platycerium bifurcatum, complementan el Plumbago azul pálido.
El medio ambiente interior
Las necesidades específicas de luz y tem­
peratura de las plantas son los factores
más importantes al decidir dónde situar­
las en el interior (véase «Guía de plan­
tas de interior para jardineros», p. 435).
Si las condiciones fuesen incompatibles
con las necesidades de la planta, pron­
to se volverán estresadas y enfermas. Las
plantas recién compradas que provienen
de condiciones controladas son especial­
mente vulnerables.
Temperatura
Aunque la mayoría de los hogares mo­
dernos se mantienen calientes durante
el día en invierno, a menudo se permite
que la temperatura baje considerable­
mente por la noche —un problema para
muchas plantas de interior de origen tro­
pical. Sitúe estas plantas donde estén
protegidas de las corrientes de aire y
donde no estén sujetas a grandes fluc­
tuaciones de temperatura. No deje plan­
tas no resistentes sobre los alféizares por
la noche, especialmente si las cortinas
corridas impiden que el calor residual
de la habitación las alcance, ni coloque
plantas directamente sobre un radiador
o calefactor en funcionamiento. Las
plantas de interior necesitan calor para
florecer, pero si la temperatura fuese de­
masiado elevada para las especies indi­
viduales, las llores se marchitan y mue­
ren con rapidez.
Luz
La mayoría de las plantas prosperan con
luz solar clara y filtrada o en una situa­
ción bien iluminada fuera del sol direc­
to. Las plantas de hojas estriadas requie­
ren más luz que las de hojas verdes
uniformes, pero una luz solar excesiva
dañará el follaje. Las plantas floridas,
como Hippeastrum, necesitan buena luz
para florecer bien, pero una iluminación
excesiva acortará la vida de las flores.
ramente al regar. Si los niveles de luz fue­
ran demasiado bajos para un desarrollo
sano (la mayoría de las plantas necesi­
tan 12-14 horas de luz diaria) unas «lám­
paras de desarrollo» resultan eficaces.
Ubicación de las plantas
Con un poco de planificación se puede
encontrar una planta de interior bonita
que prospere en casi cualquier lugar del
interior, desde una habitación brillan­
temente iluminada hasta un pasillo o ni­
cho poco iluminado.
Emplazamiento interior
Considere bien el impacto de las plan­
tas en una habitación. ¿Son proporcio­
nadas a la habitación? Una diminuta
planta de tiesto se perderá en un espa­
cio grande. ¿Es adecuado el fondo? Las
paredes lisas y de color pálido realza­
rán las plantas floridas. ¿El color de las
flores y el follaje, armonizan con la de­
coración?
Pocas plantas de interior, efectivamen­ Los cestos elevados colgantes y los es­
te, toleran el sol directo. tantes se adecúan a las plantas trepado­
Una iluminación insuficiente tiene ras; las plantas de flores y follaje deli­
como resultado unas plantas de hojas cado se disfrutan situadas al nivel de la
pálidas, jóvenes y poco desarrolladas, vista. Guíe plantas trepadoras, como
un desarrollo extendido —o descolori­ Cissus antarctica, Philodendron scan-
do— y tallos largos, débiles y delgados. dens y hiedra (Hederá) por encima de
Algunas plantas estriadas podrían co­ una espaldera o un soporte autoportante
menzar a producir hojas lisas. Con el para formar una mampara.
tiempo, las hojas maduras amarillearán Emplee plantas para avivar rincones
y caerán. Una planta debilitada resul­ o espacios vacíos, tales como un hogar
tará especialmente vulnerable a plagas que no se usa y que proporcionará un
y enfermedades. marco instantáneo para un desplie-
La cantidad de luz natural de una ha­ gue.Las plantas grandes o los grupos de
bitación depende del número, tamaño, éstas pueden jugar un papel arquitectó­
altura y orientación de las ventanas. Los nico como división de ambientes o como
niveles de luz bajan rápidamente al nexo entre la casa y el jardín.
aumentar la distancia desde la ventana.
En invierno hay mucha menos luz na­ Plantas aptas para diversos niveles de luz
tural que en verano y podría ser nece­ Unas condiciones claras y soleadas son
sario trasladar algunas plantas según la adecuadas tanto para plantas suculen­
variación estacional de la luz: para ello tas como para aquellas de hojas lanu­
es ideal una mesa rodante para plantas. das, cerosas o grises. Hoya carnosa, los
Si las plantas comenzaran a inclinar­ geranios y Ananas comosus ‘Variegatus’
se hacia una fuente de luz, gírelas lige- también aprecian la luz solar directa. En
P e l ig r o s d e u n A l f é iz a r V a r ia c ió n d e los n iv e l e s d e l u z e n u n a
ft
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------— — =
Demasiado sol, calor excesivo de los Dirección de la
radiadores y corrientes de aire a luz desde una mayor cantidad
través del marco pueden debilitar o ventana al de luz natural
matar las plantas de interior interior de la
colocadas sobre un alféizar. habitación
lugares con luz indirecta o filtrada, cul­
tive begonias de follaje, como Begonia
rex, orquídeas epífitas como Phaleanop-
sis y Spathiphyllum, con sus llamativas
espatas blancas.
Para rincones alejados de una venta­
na, elija helechos y plantas de hojas du­
ras, como Chamaedorea, Fatsia japó­
nica y hiedra. Exponga las plantas a una
luz algo más clara ocasionalmente, aun­
que sólo sea durante algunos días.
Cocinas y cuartos de baño
Las temperaturas y la humedad de co­
cinas y cuartos de baño varían, especial­
mente los pequeños; elija plantas que to­
leren estas variaciones. Las superficies
lisas y duras de los cuartos de baño son
un buen contraste con los aspectos sua­
ves y plumosos de helechos y hierbas y
algunas especies de Cyperus. Los cuar­
tos de baño con poca iluminación son
ideales para Episcia, Nephrolepis o Pi­
tea. Llene los espacios altos de los cuar­
tos de baño con plantas trepadoras,
como Philodendron scandens. No ubi­
que trepadoras sobre los aparadores de
la cocina ya que podrían dificultar la
apertura de las puertas. En sitios bien
iluminados, utilice cestas colgantes para
cultivar una selección de hierbas o de
cultivares de tomate diminutos, como
‘Tumbler’, un híbrido Fl. Las hierbas
también son ideales para cultivar sobre
un alféizar de cocina soleado.
Plantas tolerantes
Las plantas de follaje atractivo, que to­
leran una amplia gama de condiciones,
comprenden Aspidistra, Ghlorophytum,
Cissus antarctica y Sansevieria. Las
plantas floridas son más exigentes, pero
los crisantemos en tiestos (véase pp.
152-154) o los bulbos forzados (véase p.
223) pueden ofrecer color a corto plazo.
Contenedores
Elija un contenedor cuyo material, co­
lor y forma armonice con la decoración
H a b it a c ió n
Cuanto más alejada
de una ventana se
sitúe una planta,
menos luz natural
recibirá. Si la planta
está a 2 m de
distancia, el nivel de
luz puede reducirse
al 20 % de la luz
junto a la ventana.
Las plantas
colocadas cerca de
una ventana pero a
un lado de ésta
obtienen poco
de menor beneficio de la
cantidad de luz situación,
natural especialmente si los
alféizares son muy
profundos.
U n J a r d ín
C olgante
Este plantado
temporal crea
Stephanotis
un elemento
instantáne­ Ficus
amente ‘Starlight’
atractivo
de alto
nivel.
blumei jasm ino ides
Parlhenocissus
quinquefolio
y muestre mejor la planta individual o
el grupo. La selección es muy amplia,
tanto en estilo como en materiales, per­
mitiendo una gama de fectos desde lo
rústico hasta lo ultramoderno. Existen
algunos contenedores de plástico dispo­
nibles con un depósito incorporado, que
reduce la necesidad de riego; otros tipos
están especialmente fabricados para la
hidrocultua (véase Corte trasversal de
un tiesto de liidrocullivo, p. 449). Los
objetos hogareños más improbables,
como jaulas de pájaros, cubos para car­
bón, utensilios de cocina, hervideras y
urnas pueden transformarse en tiestos
poco comunes y vistosos.
Cestas colgantes
Las cestas colgantes son elementos po­
pulares en portales, patios, balcones y
terrazas, pero también pueden ser un sis­
tema atractivo para el cultivo de plan­
tas de interior. Cuelgue en huecos de es­
caleras, travesarlos, junto a ventanas o
soportes autoportantes usando el espa­
cio de un modo económico y colorido.
Un grupo de cestas colgadas a varias al­
turas resulta un despliegue bonito.
Los frondes arqueados de los helé­
chos, las rosetas de la epifítas y el hábi­
to de derramarse en cascadas de muchas
plantas de follaje se prestan perfecta­
mente a cestas colgantes. Varíe la plan­
tación durante el año para aprovechar
los despliegues estacionales. En un arre­
glo invernal, el cactus navideño
(Schlumbergera bridgesii) proporciona
una masa de color brillante, al igual que
las fucsias en verano. Se pueden crear
arreglos temporales llenando una cesta
con plantas en tiestos, pero deberá vol­
ver a plantarlas cada año. Las cestas con
un plantado permanente son más fáci­
les de manejar, especialmente si están
dedicadas a una sola planta grande.
Selección de un contenedor colgante
Las cestas colgantes están disponibles en
varios materiales y diseños. Al elegirlas
y situarlas, tenga en cuenta que la ma­
yoría de las plantas requieren un rega­
do frecuente. Las cestas colgantes de
alambre revestido de plástico sólo son
prácticas en el interior si las habitacio­
nes tienen suelos resistentes al agua; al­
gunas cestas de plástico duro tienen pla­
tos de goteo que constituyen una
solución práctica. También existen ties­
tos de terracota y cerámica, atractivos
pero pesados, así como cestas de hierro
forjado, mimbre o madera.
Una cesta plantada es pesada, espe­
cialmente después de regar, de manera
que debe colgarla de una cuerda fuerte
o una cadena fijada a un gancho o a una
ménsula sujeta firmemente a un trave-
saño o pared sólida.
Terrarios y jardines en
botellas
Los terrarios son contenedores de vidrio
cerrados, decorativos por derecho pro­
pio, empleados para exhibir plantas pe­
queñas en el hogar. Eran muy popula­
res en el siglo XIX como una manera
de proporcionar un microclima adecua­
do para los helechos, pero cualquier
planta ornamental de desarrollo lento
que requiera una atmósfera húmeda
prosperará en de un terrario. Lo más
efectivo es una selección de plantas de
texturas de hojas y colores contrastan­
tes: evite las plantas floridas porque las
flores muertas se pudren en condiciones
húmedas. Los terrarios pueden incorpo­
rarse a una ventana para albergar un
arreglo frondoso de plantas grandes.
Las botellas también sirven para crear
un paisaje diminuto de plantas de folla­
je. Si el cuello es lo bastante amplio para
introducir las plantas y permitir un cui­
dado posterior rutinario, se pueden usar
botellas de cualquier forma o color, pero
tenga en cuenta que el vidrio coloreado
evita que penetre parte de la luz.
Iluminación de interior
Un despliegue puede realzarse por me­
dio de proyectores o reflectores comu­
nes, o proporcionando contrastes de lu­
ces y sombra con una iluminación
superior o inferior. No coloque las plan­
tas demasiado cerca de la fuente de luz,
ya que el calor puede dañarlas. Las
bombillas incandescentes comunes no
aumentan mucho la producción de ali­
mento (fotosíntesis) o el desarrollo.
Plantas para el despacho
La introducción de plantas en un des­
pacho no sólo lo aclara visualmente,
sino que también sirve para amortiguar
el ruido, refrescar el aire y crear un am­
biente menos tenso. En un despacho
moderno de planificación abierta con
aire acondicionado y completamente
acristalado, las temperaturas son cons­
tantes, la polución del aire es mínima y
hay mucho espacio y luz: condiciones
de cultivo casi ideales. Los edificios más
antiguos, de ventanas más pequeñas y
poco control climático suponen unas
condiciones de mayor desafío.
Utilice contenedores de autoriego, es­
pecialmente si las plantas están ubica­
das cerca de equipos eléctricos, o sumer­
ja varias plantas en un contenedor
grande. Salvo que contrate empleados de
mantenimiento, asegure que la respon­
sabilidad de los cuidados esté asignada.
Plantas adecuadas
Las plantas siempreverdes y de hojas lus­
trosas son tan tolerantes y resistentes en
un despacho como en el hogar. El po­
pular género de los Ficus comprende
plantas de todos los tamaños y aspec­
tos, desde el brillante F. lyrata, de ho­
jas enormes (coloque en solitario esplen­
dor en un espacio amplio) hasta el F.
deltoidea, rampante y de hojas peque­
ñas correosas.
Otro género grande y notable, de ho­
jas hermosas, es el de los Pliilodendron,
que comprende trepadoras y replantes.
La costilla de Adán (Monstera delicio­
sa), tenaz y longeva, trepa con lentitud
pero finalmente alcanza varios metros
de altura y extensión.
C o l o r E s t a c io n a l
Aquí, una Flor de Pascua blanca (Euphorbia pulcherrima) una azalea carmín
(Rhododendron) .y un naranjo calamondín (x Citrofortunella microcarpa)
suman interés invernal a una estructura de plantas de follaje siempreverde.
Habitaciones jardín
y jardines de invierno
El jardín puede llevarse al interior, o a
una habitación jardín, que es un espa­
cio habitable guarnecido con plantas en
contenedores, o a un jardín de invier­
no, que se dedica principalmente a plan­
tados. En climas templados, ambos sir­
ven para proporcionar abrigo invernal
a plantas cultivadas en contenedores que
pasan el verano en el exterior; un jar­
dín de invierno proporciona el ambien­
te húmedo y cálido que requieren las
plantas tropicales y subtropicales.
Los altos niveles de luminosidad que
habitualmente se encuentran en los jar­
dines de invierno estimula a que las ho­
jas coloridas asuman tonos intensos y
que las plantas florezcan bien. En un es­
pacio confinado, donde la fragancia per­
manece en el aire, resultan muy adecua­
das las plantas floridas perfumadas,
como Jasminum polyanthum.
Elija plantas adecuadas a la tempe­
ratura y orientación del jardín de invier­
no, teniendo en cuenta que las estruc­
turas de cristal pueden ser caras de
calentar en invierno y muy calientes en
verano.
Cree una profusión frondosa de plan­
tados aprovechando el espacio disponi­
ble al máximo: cultive plantas a distin­
tos niveles en macizos de tierra en relieve
y a ras del suelo, en tiestos sobre el sue­
lo o en alféizares, estantes y en cestas
Ό
In v e r n a d er o F resco
El follaje y las plantas floridas aquí ilustradas están entre las que
prosperan en las condiciones frescas pero sin heladas de un
invernadero colgadizo, creando un despliegue bonito.
colgantes. Las plantas y trepadoras tro­
picales y subtropicales grandes autopor-
tantes son útiles para guiar sobre espal­
deras o alambres fijados a las paredes;
las vides de uvas crecerán, cubriendo las
paredes y el techo. En el jardín de in­
vierno, emplee plantas que se comple­
menten con las del jardín exterior; esto
creará un nexo visual entre ambas ade­
más de una sensación de espacio.
Klementos acuáticos interiores
Un estanque hundido o en relieve, o me­
dio barril, podría acoger lirios acuáti­
cos tropicales u otras planas no resisten­
tes acuáticas o marginales. Un grifo de
agua y elegante proporciona el murmu­
llo sosegado del agua al caer y ayuda a
conservar la humedad (véase también E l
J a r d ín A c u á t ic o , pp. 244-261).
1 Plumbago auriculala fsin. P capensis)
2 Chlorophytum comosum fsin. C capense
de jardines^
3 Campanula isophylla
4 Saxifraga stolonifera ‘TYicolor’
( sin. S. sarmentosa)
5 Pelargonium ‘Mini Cascade’
6 Camellia japónica
7 Sedum morganianum
8 Streptocarpus ‘Heidi’
9 Ceropegia woodii
10 Callistemon citrinus ‘Splendens’
11 Correa pulchella
12 Calceolaria ‘Sunshine’
13 Nierembergia hippomanica var. violacea
‘Purple Robe’
14 Prostanthera rolundifolia
15 Polygala myrtifolia ‘Grandiflora’
16 Reh man nia ela la
17 x Citrofortunella microcarpa
fs'm. Citrus mit is)
Cultivo de plantas en un
invernadero
La capacidad de controlar luz, hume­
dad y temperatura en un invernadero
permite cultivar una gama mucho más
amplia de plantas que en un jardín su­
jeto a heladas. También alarga la esta­
ción de despliegue y cosecha desde prin­
cipios de primavera hasta fines de otoño,
e incluso todo el año si lo descara.
Usos de un invernadero
Un invernadero resulta muy útil en cli­
mas fresco-templados, donde se produ­
cen heladas, vientos fuertes y lluvias: sir­
ve para la propagación, la crianza y el
cultivo de plantas no resistentes o flo­
res para cortar; o para cultivos como en­
saladas, hortalizas tempranas e incluso
frutos. Muchas plantas se desarrollan
más rápido a cubierto y frutan o flore­
cen en mayor profusión que cultivadas
en el exterior. Las plantas semiresisten-
tes pueden cultivarse en contenedores en
el exterior y pueden trasladarse a una
protección temporal en el invernadero
en el momento necesario.
El invernadero puede contener una
colección de plantas especializada, como
las alpinas (véase pp. 214-216), cactus
(véase pp. 262-275) helechos (véase pp.
158-159) y orquídeas (véase p. 442-445).
Y también una colección mixta de plan­
tas de follaje y floridas, de condiciones
similares, pueden proporcionar un des­
pliegue a lo largo de todo el año.
La disposición del invernadero
El interior de un invernadero autopor-
tante tradicional comprende un sende­
ro central con estantes a media altura a
los lados y en el fondo; los invernade­
ros más anchos también pueden poseer
estantes centrales. Los estantes (véase
también p. 487) son esenciales; incluso
retirados en verano para cultivar en or­
las, en otros períodos del año sirven para
criar plantones, propagar esquejes y ex­
hibir plantas en tiestos. Se emplean es­
tantes de listones o de alambre tejido
para evitar charcos de agua estancada
y asegurar que el aire circula con liber­
tad, en especial en invierno.
Para obtener un espacio de exhibición
suplementario, utilice estantes escalona­
dos, macizos sobre bancos u orlas de tie­
rra. Si el cristal comienza a nivel del sue­
lo, cultive o apoye los helechos y demás
plantas amantes de la sombra bajo los
estantes. Los macizos en relieve sirven
D e s p l ie g u e a v a r io s
N iv e l e s
Los estantes, el
andamiaje y el espacio
del suelo se aprovechan
al máximo en este
invernadero fresco. Las
balsaminas (cultivares
de impatiens),
Plumbago y las flores
de Streptocarpus son
complementadas por­
uña variedad de plantas
de follaje,
comprendiendo la
hiedra (Hederá),
geranios de hojas
perfumadas, Hypoestes,
Pellaea y Tolmiea.
para exhibir plantas pequeñas, como las
alpinas y los cactus, plantados directa­
mente en los macizos o en tiestos sumer­
gidos en grava o arena.
El invernadero ornamental
Aunque un invernadero es más prácti­
co que un jardín de invierno, una parte
o la totalidad puede emplearse para des­
pliegues decorativos. Generalmente, los
grupos de plantas son más atractivos
que las plantas individuales muy sepa­
radas. Exhiba un género único, por
ejemplo Streptocarpus, o bien mezcle
las plantas y despliegue de forma capri­
chosa o como paisaje en miniatura. In­
tente incluir contrastes de forma de ho­
jas, tamaño y textura y controle el uso
del color, ya sea de las flores o del fo­
llaje, para crear un arreglo armónico.
Un invernadero colgadizo apoyado
contra un muro de la casa también de­
sempeña el papel de jardín de invierno.
Aproveche el muro del fondo al máxi­
mo, cultivando trepadoras, que requie­
ren un macizo o tiesto de sólo 30 cm de
ancho. Pinte el muro de blanco para que
refleje la luz y proporcione un contra­
fondo contrastante para las plantas.
El ambiente del invernadero
Las necesidades esenciales para tener
éxito son una ventilación y calefacción
adecuadas, además de un sombreado en
verano; el agua corriente y la electrici­
dad también resultan útiles.
La gama de las temperaturas de un in­
vernadero depende de sus fines, pero
existen cuatro tipos básicos de inverna-

U n J a r d ín d e I n t e r io r
Si hay espacio, se puede crear un paisaje naturalista
dentro de un invernadero. Aquí, unas plantas de follaje,
Cordyline, Eucomis, Justicia y Phormium, proporcionan
dero: frío o sin calefacción, fresco o li­
bre de heladas, templado y tibio. Para
más información, véase I n v e r n a d e r o s
y C a jo n e r a s , pp. 481-485; véase tam­
bién «Guía de plantas de interior para
jardineros», p. 435.
Kl invernadero frío
Un invernadero sin calefacción protege
contra extremos de viento y lluvia y es
significativamente más tibio —aún en
verano— que el exterior. Alarga la es­
tación de desarrollo, proporcionando a
las plantas una primavera artificialmente
precoz y un otoño más tardío.
La mayoría de anuales, bienales y ar­
bustos resistentes pueden invernar en un
invernadero sin calefacción, y las anua­
les semiresistentes, las bulbosas y los ar­
bustos que se siguen cultivando para
plantar fuera posteriormente en verano,
cuando el suelo del jardín se ha entibia­
do y ha pasado el peligro de heladas. Un
invernadero frío también es útil para
criar semillas y dar un comienzo precoz
a frutos y hortalizas. Como casa alpina
servirá para proporcionar las condicio­
nes especializadas requeridas para el cul­
tivo de alpinas y plantas de roca (véase
C asas A l p in a s y C a jo n e r a s , pp.
214-216).
Un invernadero sin calefacción no ex­
cluye las heladas durante más de una
hora o dos, de manera que no es apto
para invernar plantas no resistentes a las
heladas. El, sol e incluso la luz filtrada
clara, eleva la temperatura durante el
día, pero las temperaturas nocturnas
pueden descender casi tanto como en el
una estructura exhuberante realzada por las flores
coloridas de las plantas floridas como el Agapanthus
azul, las fucsias rosadas y los geranios blancos y salmón.
jardín exterior. En climas templados, la
mayoría de los invernaderos apoyados
contra la pared tibia de la casa propor­
cionan condiciones similares a las de un
invernadero fresco (véase abajo), pero
esto no impedirá la muerte de las plan­
tas no resistentes durante algunos días
de heladas realmente severas.
Kl invernadero fresco
La ausencia de heladas aumenta la gama
de plantas cultivables. Un invernadero
libre de heladas también resulta más fá­
cil de mantener, ya que las medidas de
protección son innecesarias. Unas tem­
peraturas diurnas de 5°-10° C y, por la
noche, unas mínimas de 2° C permiten
disfrutar de plantas ornamentales a lo
largo de todo el año.
En un invernadero fresco, las plantas
bulbosas resistentes, en particular aque­
llas con flores delicadas que no se ad­
vierten en un jardín exterior, florecen
más temprano, proporcionando color a
fines de invierno y principios de prima­
vera. Aquí se pueden cultivar e invernar
plantas de patio no resistentes; es posi­
ble reavivar plantas de interior y propa­
garlas en los meses más cálidos, y se
pueden cultivar plantas de floración in­
vernal, como la aromática Prostanthe-
ra, en macizos de estantes o en tiestos.
Cultivados a cubierto, los crisantemos
y los claveles de floración perpetua
(Dianthus) ofrecen buenas existencias de
flores para cortar, mientras que las
anuales resistentes cultivadas a partir de
semillas sembradas a fines de verano dan
flores precoces. El invernadero fresco re­
Kl invernadero templado
Si las temperaturas se elevan hasta los
10°-13° C con unas nocturnas mínimas
de 7° C, se amplía aún más las posibi­
lidades. Si se las mantiene en un inver­
nadero templado, las plantas asociadas
a los climas esencialmente libres de he­
ladas de California, el Mediterráneo,
África del Sur y partes de Australia y
América del Sur podrán disfrutarse en
climas más severos de los que normal­
mente podrían soportar. Éstas compren­
den géneros como Brunfelsia, Jacaran­
da y Strelitzia, además de orquídeas
como las especies e híbridos de Cymbi-
dium. Si se mantienen geranios locales
a 9° C florecerán todo el año.
Kl invernadero tibio
Unas temperaturas mínimas de entre 13°
C y 18° C permiten el cultivo de plan­
tas tropicales y subtropicales, además de
una propagación y exhibición durante
todo el año.
Las plantas no resistentes, por ejem­
plo las bromelias (véase pp. 436-437) y
cierto número de orquídeas (véase pp.
442-445) se pueden cultivar con el fin de
llevarlas al interior de la casa en su me­
jor momento.
El invernadero tibio requiere calefac­
ción durante todo el año, incluso en ve­
rano en los climas más frescos. Esto im­
plica unos costos de calefacción
considerables en zonas templadas. Equi­
quiere una calefacción capaz de excluir pamientos como un acristalado doble,
las heladas y que mantenga unas tem­ termostatos, ventiladores y una ventila­
peraturas mínimas en todos los climas ción automática, un sistema de riego y
(véase I n v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s , p. humectación automáticos y el sombrea­
482). Aun si no se calienta el inverna­ do ayudan a controlar las condiciones
dero al completo, un propagador calen­ y facilitan el cuidado rutinario. Una op­
tado eléctricamente o un estante de pro­ ción útil más barata es un sector cálido
pagación permitirá un comienzo precoz en un invernadero fresco; otra posibili­
del cultivo de plantas nuevas en pri­ dad es un jardín de invierno —o habi­
mavera. tación para plantas.
U n a C o l e c c ió n
O rnam ental
Un invernadero tibio
puede dedicarse a
exhibir una colección
de plantas de un grupo
en particular, como las
orquídeas o los cactus.
Las plantas tropicales,
como estos cactus del
bosque, prosperan en
el calor y la elevada
humedad
proporcionadas por el
invernadero. Las flores
de tonos opulentos y el
follaje fresco y carnoso
de Epiphyllum,
Heliocereus, Pfeiffera y
otros cactus del
bosque, en la altura
máxima de su gloria
veraniega, ofrecen un
espectáculo
exhuberante.
 G uía de P l a n t a s de I n t e r i o r para J a r d i n e r o s

Guía de plantas de interior para jardineros

I n v e r n a d e r o T ib io In v e r n a d er o F resco Plantas de follaje
Adiantum ffi (esps. resistentes) Pitea # ffi
(Mínimo de 13°-19° C) (Extensión del día 5-10" C; mínima Euonymus Saintpaulia #
nocturna 2" C) Fatsia ffi Sansevieria *
Plañías floridas Hederá ffi (esps. resistentes) Schefflera #
Aeschynanthus # © Flores de plantas Laurus nobilis Sinningia #
Anthurium # Abutilón, algunas # Phormium Spalhiphyllum
Aphelandra * ffi Bougainvillea * Tolmiea Stephanotis *
Brunfelsia * ® Browallia # Streptocarpus #
Columnea # ® Calceolaria, algunas # , ffi P la n ta s q u e P re fie re n Syngonium # ffi
Euphorbia fulgens * ,
E. pulcherrima *
Callistemon, algunas * ffi
Cestrum, algunas # Luz D ire c ta en I n te r io r Thunbergia #
Tradescantia, algunas # ,
Pitea
ffi cadim i
Hibiscus rosa-sinensis * Chrysanthemum, algunas * , ffi Habitación tibia (18° y más)
Hoya bella *■ X Cilrofortunella # Ananas # ffi Habitación tibia - Luz pobre
Justicia * Cuphea * Bougainvillea # (18° C y más)
Kohleria * ® Datura, algunas * Euphorbia pulcherrima # Asplénium, algunas *
Medinilla % © Freesia # Hibiscus rosa-sinensis # Calathea * ffi
Pachystachys # Fuchsia, algunas # Hippeastrum, algunas * Chamaedorea # ffi
Ruellia # © Gerbera # Justicia # Cissus *
Saintpaulia # ffi Hippeastrum, algunas # Opuntia, algunas * Dracaena # ffi
Hoya # Senecio, algunas # Episcia * ffi
Sinningia
*Rcd
Jasminum, algunos * Solanum capsicastrum * ffi Fittonia # ffi
Flicker* Lachenalia # Hederá, algunas ffi
La n tan a # Habitación fresca (5-18° C) Philodendron #
Sinningia # ffi Lapageria * Billbergia #
Smithiantha & ffi Nerium # Browallia * Habitación fresca - Luz media
Spalhiphyllum # ffi Passiflora * Campanilla isophylla * ffi (5-18° C)
Pelargonium # Capsicum # ffi EpiphyUum # ffi
Plantas de follaje Plumbago, algunas # Chlorophytum * Epipremnum #
Aechmea * ffi (y la mayoría de Primula, algunas * Cli via # Fatsia ffi
bromelias) Schizanthus * Coleus * ffi Grevillea # ffi
Agía o nema # ffi Senecio, algunas * Crassula, algunos # Monstera #
Begonia rex * ffi (y otras esps.) Cyclamen, algunos * ffi Platycerium # ffi
Calathea # ffi Senecio articúlalas
Cyrtanthus * Prímula malacoides * ,
Chamaedorea # ffi (y la mayoría ‘Variegatus’ Echeveria # P. obconica *
de las palmeras) Gerbera # Schefflera * ffi
Codiaeum # ffi Hyacinthus Sparmannia # ffi
Dieffenbachia * ffi Sprekelia * Jasminum, algunos #
Dracaena * ffi Streoptosolen ♦ Kalanchoe # Habitación fresca - I.uz pobre
Ficus, algunos # Tibouchina * ffi Nerine, algunos * (5-18° C)
Fittonia * ffi Veltheimia # Aspidislra #
Maranta # ffi Zantedeschia, algunas * x Fatshedera ffi
Peperomia * ffi Zephyranthes, algunas # Pelargonium Hederá, algunas # , ffi
Pliilodendron * ffi ‘Caligula’ Pteris # , ffi
Tradescantia, algunos ffi Plantas de follaje Rhoicissus *
Aspidistra ¡fc
In v e r n a d e r o T e m p l a d o Chlorophytum #
Cissus rhombifoUa * Pelargonium # H id r o c u l t iv o
(Extensión del día 10-13° C; mínima Rhoicissus # Streptocarpus *
nocturna 7° C) Ricinus ♦ Veltheimia #
Plantas floridas
Anthurium #
Achimenes # Chamaedorea # ffi
I n v e r n a d e r o F r ío P la n ta s q u e P re fie re n Cissus *
Begonia * ffi
Catharanlhus # Plantas floridas
Luz In d ire c ta en In te rio r Codiaeum * ffi
Dieffenbachia * ffi
Cyclamen, algunos # Agapanthus (esps. resistentes) Habitación tibia - Luz media (18° y Dracaena # ffi
Exacum # ffi Anemone más) Euphorbia milii #
Haemanthus * Antirrhinum (esps. resistentes) Adiantum, algunas # , ffi Ficus benjamina #
Impatiens, algunos#® Camellia (esps. resistentes) Aechmea # ffi (y todas las bromelias) Hederá, algunas # , ffi
Impatiens Monstera #
Novelte Series Cheiranthus (esps. resistentes) Caladium #
'Red Star’ Crocus Codiaeum * ffi Nephrotepsis # ffi
Cyclamen (esps. resistentes Cryptanthus # ffi Saintpaulia * ffi
Schlumbergera # ® miniatura) Dieffenbachia # ffi Schefflera *
Strelitzia # Dicentra Howea # Spathiphyllum # ffi
Streoptocarpus * ® Erica Hypoestes * Streptocarpus * ffi
Hyacinthus Kohleria # ffi Yucca, algunas *
Plantes de follaje Jasminum (esps. resistentes) Mandevilta * ffi
Asparagus, algunos * Narcissus Maranta # ffi C lave
Coleus * ffi Rhododendron (azaleas resistentes Neoregelia # ffi * No resistente
Jacaranda # en invernadero sombreado) Peperomia * ffi © Requiere humedad elevada
Bromelias
bromelias, los 2 0 0 0 o más
L
as
miembros de una de las familias M é t o d o s d e E x h ib ic ió n
más exóticas y diversas, las bromeliá- F ija c ió n c o n M u sg o F ija c ió n c o n
ceas, son un grupo de plantas fascinan­ Envuelva las raíces de A d h e s iv o
tes que pueden constituir ejemplares be­ plantas grandes con Aplique adhesivo a
llísimos para el hogar, un invernadero musgo esfagnáceo la montura y plante
tibio o un jardín de invierno. La mayo­ (aquí una Tillandsia raíces (véase
ría son epífitas tropicales que crecen de purpurea^ y sujete a la inserción), después
manera natural sobre ramas de árboles montura atando las apriete las plantas
y rocas, sostenidas por medio de raíces raíces con alambre o suavemente en su
de anclaje. Estas piantas obtienen hu­ rafia. El musgo debe sitio (aquí Tillandsia
medad y alimento a través de sus hojas estar siempre húmedo. argentea, arriba y T.
directamente de la atmósfera, frecuen­ ionantha debajo).
temente de nieblas y nubes cargadas de
humedad. Otras son terrestres y crecen
en el suelo.
Casi todas las bromelias forman ro­
setas, frecuentemente con follaje de co­
lores llamativos o estriado, y muchas
producen flores extravagantes. Sus for­
mas varían entre los filamentos platea­
dos largos y gráciles del musgo español
(Túlandsia usneoides) hasta la imponen­
te Puya alpeslris, que sostiene su gran
espiga de flores tubulares azul-metálicas Árboles de bromelias Prepare las plantas eliminando la tie­ cluso sobre cristal natural. Sitúe cada
encima de una roseta de follaje arquea­ Si utiliza una rama vertical, sujete fir­ rra suelta alrededor de las raíces con sua­ planta con un poco de adhesivo. Ase­
do y pinchudo. memente en un contenedor profundo vidad, después envuelva las raíces en gure que la base de la roseta está libre
con cemento o, si fuera pequeña, con un musgo esfagnáceo húmedo y fije a los de adhesivo para no inhibir el desarro­
adhesivo fuerte. Otra opción consiste en soportes. Las plantas arraigarán en los llo de raíces nuevas. Apriete la planta
construir un árbol o rama artificial a soportes en poco tiempo y podrá reti­
Exhibición de epífitas partir de una estructuta de alambre o rar la ligadura. Es posible alojar algu­
contra la montura y sujete con una ban­
da elástica, hilo o alambre, hasta que el
metal, cubierta de corteza. Existe una nas plantas pequeñas en huecos sin su­ pegamento se fije.
La mayoría de las epífitas ostentan su amplia gama de epífitas aptas para ser jetarlas o fijadas con adhesivo, como se
mejor aspecto fijadas a un árbol o rama, exhibidas de este modo, comprendien­ describe más abajo en el caso de Ti­ Epífitas como plantas en tiestos
simulando su desarrollo natural; el «ár­ do muchas especies de los géneros de llandsia. Ciertos géneros naturalmente epífitos,
bol de bromelis» también evita los ries­ Aechmea, Catopsis, Guzmania, Neore- en particular aquellos de follaje colorea­
gos de la podredumbre de la base, que gelia, Nidularium, Tillandsia y Vriesea. Exhibición de una Tillandsia do y las especies habitualmente epífitas
puede afectar si se cultivan las plantas Dentro de lo posible, utilice plantas jó­ Las especies de Tillandsia se pueden de Aechmea, BUlbergia, Neoregelia, Ni­
en tiestos. Viejos trozos de árboles ra­ venes, ya que resultan más fáciles de montar individualmente o en grupos so­ dularium y Vriesea, también pueden cul­
mificados, cortados a medida, resultan montar y tienden a establecerse con más bre trozos de madera arrojada a la pla­ tivarse en tiestos, a condición de usar un
ideales. rapidez. ya o corteza de corcho, sobre rocas e in­ abono adecuado. Debe ser un mezcla ex-

B ro m elia s a pt a s p a r a C u l t iv a r e n el I n t e r io r

Tillandsia strida Tillandsia Neoregelia carotinae llrometia hatansae

caput-medusae f. tricolor

A nanas bracteatus Aechmea fasciata Cryptanthus bivittatus Guzmania Ungulata Guzmania Ungulata Vriesea splendens
‘Tricolor’ minor
var.
tronadamente abierta y porosa, con mu­
cha tierra negra y casi sin cal. Para ob­
tenerla, emplee una mitad de arena grue­
sa o perlita y otra de sustituto de turba
(o turba). Para asegurar que el exceso
de humedad se escurra rápidamente,
agregue trozos de corteza de árbol par­
cialmente convertidas en tierra en me­
dio del tiesto.
Cultivo de terrestres
Existen varios centenares de bromelias
terrestres que pertenecen a los géneros
de Abromeitiella, Ananas, Dyckia,
Hechlia, Portea y Puya. En regiones
donde las temperaturas nunca descien­
den por debajo de los 7°-10° C, se pue­
de cultivar una amplia variedad de te­
rrestres en el exterior. Fascicularia
bicolor incluso puede cultivarse en el ex­
terior sin protección en temperaturas de
0° C.
Las bromelias terrestres a menudo tie­
nen hojas tiesas y pinchudas y un hábi­
to extensivo. Pueden cultivarse en ties­
tos como plantas de interior, pero
prosperarán mejor cultivadas con más
espacio dentro de una orla de inverna­
dero o jardín de invierno o —donde las
condiciones lo permiten— en el exterior.
Dados su follaje llamativo y contorno
fuerte, se convierten en un agregado dis­
tintivo del jardín, especialmente combi­
nadas en esquemas con cactus y otras
suculentas o con plantas subtropicales.
Cuidado rutinario
Dado que la mayoría de las bromelias
son originarias de los bosques tropica­
les muy densos donde llueve todo el año,
requieren condiciones cálidas y húme­
das para prosperar; la mayoría requiere
temperaturas mínimas de 10° C. En con­
diciones apropiadas requieren pocos cui­
dados; en el interior, debe estar atento
para mantener la humedad necesaria.
Riego
Dado que las epífitas absorben hume­
dad del aire, debe rociarlas una vez al
día en lugar de regarlas de manera con­
vencional; dentro de lo posible, utilice
agua blanda o agua de lluvia, en parti­
cular para los géneros que no toleran la
cal, como Aechmea, Neoregelia, Nidu-
larium, Tillandsia y Vriesea. En prima­
vera y verano, agregue un alimento lí­
quido diluido a un cuarto de fertilizante
para orquídeas al rocío cada cuatro a
cinco semanas para que las plantas se
conserven sanas y vigorosas (véase O r ­
q u íd e a s , «Alimentación», p. 444).
En el caso de plantas creciendo con
musgo esfagnáceo alrededor de las raí­
ces, mantenga el musgo húmedo rocian­
do regularmente con agua tibia y tam­
bién rocíe el follaje ocasionalmente. Las
bromelias, cuyas rosetas forman una ca-
D iv is ió n d e R iz o m a s
Separe el retoño de la planta madre
con cuidado (aquí Billbergia nutansj
para no dañar el sistema de raíces.
vidad o «pozo» natural en el centro, de­
ben mantenerse llenas de agua, en es­
pecial durante condiciones calurosas y
secas. Cambie el agua y aplique un ali­
mento foliar diluido ocasionalmente.
Propagación
Las bromelias se propagan por sistema
vegetativo o por semillas. La mayoría de
las plantas epífitas producen retoños que
pueden retirarse y seguir cultivando se­
paradamente, mientras que los tipos es-
toloníferos terrestres pueden dividirse al
comienzo de la estación de desarrollo.
Retoños de epífitas
Muchas bromelias epífitas son mono-
cárpicas, es decir, que las rosetas flore­
cen una sola vez y después mueren. Sin
embargo, antes de florecer forman re­
toños alrededor de la base de la roseta
madura. Debe dejar los retoños en su si­
CÓMO PROPAGAR POR DIVISIÓN DE RETOÑOS
Cuando los retoños midan
un tercio del tamaño de la
planta madre (aquí Aechmea^,
corte en la base con un cuchillo.
Conserve las raíces que tengan.
tio hasta que midan alrededor de un ter­ sia se emplea un método menos conven­
cio del tamaño de la planta madre. En cional. Estas se siembran sobre mano­
muchos casos, los retoños pueden sepa­ jos de ramas de conifera, como las Thu-
rase a mano, pero en algunos tendrá que ja, rellenos de musgo esfagnáceo bien
hacerlo por medio de un cuchillo afila­ humedecido y después sujetados. Cuel­
do, lo más cerca posible de la planta ma­ gue los manojos en un lugar ligeramente
dre. Vuelva a plantar la planta madre. sombreado, rocíe regularmente y asegure
Una vez separados, deberá trasladar que el aire circule con libertad pero sin
los retoños inmediatamente a contene­ corrientes. Si los mantiene en una tem­
dores preparados con tierra de muy buen peratura de unos 27° C, las semillas ger­
drenaje, con sus bases apenas sosteni­ minarán después de tres o cuatro sema­
das firmemente dentro del abono (véa­ nas. Entonces podrá trasladar las
se «Epífitas como plantas en tiestos», plantas jóvenes a ramas u otro tipo de
p. 436). Mantenga las plantas jóvenes li­ soporte y seguir cultivando.
geramente sombreadas a unos 21° C y
rocíe suavemente con agua tibia todos
los días.
Los retoños de las especies nomono-
cárpicas pueden separase de las plantas CÓMO PROPAGAR
madre y sujetarse a monturas de la mis­ T il l a n d s ia a p a r t ir d e
ma manera que las plantas adultas. Lx>s S em illa s
retoños pueden carecer de raíces, pero
éstas pronto se desarrollarán si rocía las
plantas con regularidad y si fija algu­
nas hebras de musgo esfagnáceo húme­
do a la base de las rosetas para conser­
var la humedad.
Retoños de terrestres
Algunas bromelias terrestres, por ejem­
plo algunas Ananas y Hechtia, tienen
rizomas estolonífcros que también pro­
ducen retoños. A principios de la esta­
I
ción de desarrollo, retire la planta ma­ Haga un manojo con
dre del suelo o del contenedor, de ramas de Thuja, mezcladas
manera que los retoños puedan cortar­ con musgo esfagnáceo húmedo;
se sin dañar la planta madre. Después sujete con hilo, rafia o alambre.
vuelva a plantar la madre y coloque los
retoños jóvenes en tiestos con tierra de
1 parte de sustituto de turba (o turba)
desmenuzado, I parte de mantillo de ho­
jas y 1 parte de arena gruesa.
Cultivo de plantas a partir de semillas
La mayoría de las semillas de bromelias
se siembran como las demás, aunque es
importante sembrarlas frescas porque,
con pocas excepciones, no permanecen
viables durante mucho tiempo.
En el caso de las semillas de Tilland­
2
Esparza las semillas de
manera homogénea sobre el
manojo; se pegará fácilmente al
musgo húmedo.
3
Riegue las semillas con un
2
Coloque cada retoño en un
tiesto con mezcla a partes rocío ligero y cuelgue el
iguales de turba, mantillo de manojo en la situación
hojas y arena rugosa, de forma correspondiente (véase
que la base quede en la superficie. inserción). Rocíe regularmente.
E l J a r d í n de I n t e r i o r

Preparación del suelo y plantación

n a s plantas sanas y fuertes, ade­
U
cuadas a un ambiente interior son
imprescindibles para tener éxito. DadoE je m p l a r B u e n o
que las plantas en tiestos crecen en una
cantidad limitada de tierra, es importan­
te el uso de tierras adecuadas y mante­ Desarrollo
ner el nivel de nutrientes de la tierra con superior
una alimentación correcta.
Selección de las plantas
La mayoría de plantas de interior se cul­
tivan en tiestos. Si és posible, compruebe
la fecha de entrega en el punto de venta
y compre las recientemente llegadas.
Cada planta debe estar etiquetada con su
nombre completo y detalles de cultivo.
Busque plantas sólidas, de tallos fuer­
tes, follaje sano y puntos de desarrollo
vigorosos; rechace las que presenten un
desarrollo débil, muerte desde los extre­
mos u hojas descoloridas, marchitas o
bordeadas de marrón. Elija plantas más
jóvenes, que se adaptarán más fácilmen­
te que los ejemplares de mayor tamaño
a las nuevas condiciones. No compre
plantas que hayan sobrecrecido su ties­
to o aquellas con tierra seca, con male­
zas o cubierta de musgo: no han recibi­
do suficientes nutrientes y raras veces
se recuperan por completo. Asegure que
los extremos de desarrollo y las hojas es­
tén libres de plagas y enfermedades.
Las plantas floridas deben tener mu­
chos brotes que apenas comiencen a co­
lorearse. Las trepadoras deben estar co-
S e le c c ió n d e u n a P l a n t a d e I n t e r i o r
vigoroso
y sano
Tallos fuertes
Hojas tie -
buen color
Abono húmedo.
Ubre de malezas
C oleus
rrectamcnte podadas y guiadas. No
compre plantas tropicales en invierno,
ya que unas fluctuaciones repentinas de
temperatura pueden haberlas dañado. Si
transporta plantas en tiempo frío, en­
vuelva en plástico para protegerlas.
Ubicación de una planta
Ubique cada planta en una habitación
con ios niveles de temperatura, hume­
dad y luz requeridos. Las plantas flori­
E je m p l a r P o b r e
infestada
por malezas
das de interior de origen tropical o sub­
tropical florecen poco o 110 florecen en
absoluto si están en ambientes demasia­
do frescos o con poca luz, mientras que
muchas plantas de follaje toleran zonas
sombreadas y frescas. Los cactus y otras
plantas de atmósfera seca requieren con­
diciones claras, aireadas y secas; las
plantas como Begonia rex necesitan más
humedad. Si las condiciones de su ho­
gar no son las ideales para alguna planta
en particular, resultará más adecuado un
cultivar del mismo género.
Mezclas de tierra
para tiestos
Utilice tierras preparadas de buena ca­
lidad para las plantas de interior. Las
mezclas de tierra negra son las más ade­
cuadas, porque contienen y conservan
más nutrientes, se resecan más despa­
cio y son más fáciles de volver a hume­
decer que el sustituto de turba o las mez­
clas con una base de turba. También son
más pesadas, proporcionando una base
para plantas de tiesto grandes.
A menudo se emplean tierras con base
de sustituto de turba o turba para plan­
tas menos longevas, como Prímula ma-
lacoides. Poseen poca fertilidad, com­
paradas con mezclas con una base de
tierra negra, y las plantas cultivadas en
éstos requieren un alimento cuidado­
so y regular. Estas tierras tienden a per­
der su estructura con el tiempo, ocasio­
nando dificultades en ventiiación y el
riego.
Las que odian la cal, como las came­
lias, necesitan tierras sin cal o ericáceos.
Otros grupos, como las orquídeas (véase
pp. 442-445) necesitan tierras especiali­
zados; véase S u e l o s y F e r t il iz a n t e s ,
«Composts», pp. 533-534).
Agrupación de plantas
Para facilitar los cuidados, agrupe plan­
tas con necesidades

Soportes de plantas
Existen varios soportes disponibles F ic u s B e n ja m in a T ra ch elo sperm u m
para plantas de interior. Elija uno P h il o d e n d r o n ‘V a r ie g a t a ’ J a s m in o id e s
adecuado al hábito de desarrollo de Scandens
la planta, teniendo en cuenta la velo­ Musgo húmedo Aros de alambre
cidad de desarrollo y su tamaño final. atados en
Las plantas de raíces aéreas crecen Dirección
Fijación de
bien sobre una columna de musgo; del
desarrollo plástico
sujete los vástagos hasta que las raí­ natural
ces puedan penetrarla; mantenga la
columna húmeda rociándola. • Las
plantas trepadoras o reptantes de va­
rios tallos pueden guiarse sobre aros
de alambre. Use un aro o varios, se­
gún el vigor de la planta. Una forma
globular de hasta ocho alambres re­
sulta atractiva, permitiendo una bue­
na circulación del aire y acceso a las
plantas con muchos tallos.
Muchas trepadoras se sostienen por
medio de tallos que se enrollan, ta­
llos de hojas o zarzillas, y
crecen sobre trípodes de J a s m in u m
bambú con facilidad; intro­ O f f ic in a l e
duzca la caña antes de
plantar para no dañar las A ro d e A l a m b r e E staca T r íp o d e d e B a m b ú
raíces. Para más detalles acerca de los C o l u m n a d e M u sg o Guíe plantas trepadoras alrededor Introduzca una estaca Estimule los tallos o
soportes, véase H e r r a m ie n t a s y Enrolle tallos de raíces de aros de alambre clavados en en la tierra antes de zarzillas de una
E q u ip a m ie n t o , «Fijaciones y sopor­ aéreas a la columna, tierra para tiestos. Sujete al plantar. Sujete el tallo planta trepadora a
tes», p. 472. sujetando para que estén desarrollarse, agregando aros de la planta joven. enrollarse a las cañas
en contacto con el musgo. suplementarios si es necesario. sujetándolos a ellas.
temperatura, humedad y luz. Si las plan­
ta en el mismo contenedor, asegure que
la tierra es apta para todas ellas. En arre­
glos permanentes, use plantas con una
tasa de desarrollo similar, de otro modo
los ejemplares vigorosos podrían aho­
gar sus vecinos más delicados.
Para aumentar los niveles de hume­
dad en un edificio seco con calefacción
central, agrupe plantas en tiestos indi­
viduales sobre grava mojada en vasijas
o bandejas poco profundas. Otra op­
ción: coloque las plantas sobre tiestos
invertidos en una bandeja con agua, con
las raíces por encima del nivel del agua.
Inmersión de plantas en tiestos
Las plantas dispuestas en contenedores
grandes pueden sumergirse dentro de sus
tiestos en material que conserve el agua,
como bolitas de arcilla, para reducir la
pérdida de agua y mejorar la humedad.
(La arcilla puede absorber agua hasta un
40 % de su propio peso, de manera que
utilice un contenedor exterior imper­
meable). Entonces podrá retirar cual­
quier planta que haya declinado con
facilidad. O bien divida (véase «Propa­
gación por división», p. 451) y vuelva
a plantar.
La fibra de coco, cortezas y turba se
emplean como material dentro del cual
sumergir las plantas, pero éstas podrían
arraigar, dificultando el retirarlas. El rie­
go excesivo de la turba puede ocasionar
el anegado, lo que pudriría las raíces.
Los higrómetros son útiles para indicar
cuándo las plantas requieren agua.
I n m e r s ió n d e P l a n t a s e n u n
Schefflera
arboricola
‘Gold Capella’
Cordyline
australis
‘Purpurea’
Llene el contenedor
hasta la mitad de su
profundidad con
bolitas de arcilla y
sitúe las plantas dentro
de sus tiestos sobre la
superficie. Rellene con
bolitas alrededor de los
tiestos, para que cada
tiesto esté sumergido
hasta el borde.
Plantar en una cesta C ómo P la n tar C esta C o lg a n te
colgante una
Para un balcón, jardín de invierno o in­
vernadero, use cestas de tablillas o de
alambre cubierto de plástico, con una
malla de 5 cm. Introduzca las plantas
por los lados para formar una pelota de
flores y follaje. En el interior, donde las
cestas que goteen podrían causar daños,
use cestas sólidas con bandejas de go­
leo incorporadas o un contenedor exte­
rior sin agujeros de drenaje. Riegue las
cestas colgantes con cuidado de no ane­
garlas.
Al plantar la cesta, coloque sobre un
1 2
cubo o un tiesto grande para mantenerla Revista el fondo de la cesta Introduzca las plantas
estable y separada del suelo. Las cestas con una capa de musgo trepadoras guiando sus
de alambre tienden a resecarse a mucha esfagnáceo vivo y húmedo, bien cepellones cuidadosamente a
velocidad; un revestido de espuma ver­ apretado en una capa de 3 cm. través de los lados de la cesta
de de florista o una película de plástico Agregue 5 cm de tierra para desde el exterior, de manera que
reduce la pérdida de humedad. Al prin­ tiestos de tierra negra húmedo. los cepellones estén al mismo nivel
cipio es poco atractivo, pero las plantas Afirme la tierra. que la tierra. Agregue más tierra
que crecen pronto lo ocultarán. Otra op­ alrededor de las raíces y afirme.
ción consiste en revestir la cesta con
musgo esfagnáceo; un plato colocado
entre el musgo y la tierra forma una pe­
queña reserva de humedad. Las tierras
multi-uso, con una base de tierra negra,
sustituto de turba o turba son adecua­
das, aunque los de tierra negra son más
fáciles de volver a humedecer.
Plante en etapas a partir de la base.
Si es necesario, corte el plástico para in­
troducir plantas por los lados; puede
proteger su desarrollo superior con un
rollo de papel durante el proceso.
C ontenedor G rande
3
Agregue musgo y tierra, al Festonee la parte superior con
tiempo que introduce más 4 musgo. Introduzca plantas de
plantas a distintos niveles alrededor hábito vertical en la parte
de los lados de la cesta para superior. Rellene con tierra.
lograr un despliegue equilibrado. Afirme alrededor de las plantas
Afirme la tierra mientras agrega para que la superf icie se incline
las plantas. Siga hasta que el hacia el centro para un regado
Ficus abono esté a 2,5-5 cm del borde. eficiente.
benjamina
‘Reginald’
Hibiscus
rosa-sinensis
Begonia rex
5
Fatsia Riegue la cesta a fondo
japónica y deje escurrir. Coloque en un
‘Variegata’ invernadero para seguir
desarrollándose 4-6 semanas. No
coloque una cesta con plantas no
resistentes en el balcón o terraza Lobelia
hasta que pasen las heladas; (Hederá)
suspenda de un soporte sólido.

P la n ta s R e c o m e n d a d a s
Acorns granimeus ‘Pusillus’
Adiantum raddianum *
Asparagus densiflorus
‘Sprengeri’ #
Asplenium nidus #
Begonia ‘Tiger Paws’ *
Callisia *
Chamaedorea elegans *
Cissus discolor *
Codiaeum *
Cryptanthus acaulis # ,
C. biviitatus # ,
C. brornelioides # , C. zonatus
Dracaena sanderiana #
Episcia #
Ficus pumila #
Filionia verschaffellii #
Hedera (miniatura)
Hypoesies phy Ilostachya
Maranla leuconeura #
Nertera granadensis
Pellaea rotundifolia #
Pellionia daveauana #
Las cestas plantadas pesan: asegure
pa r a T e r r a r io s que las cadenas y las fijaciones sean só­
lidas. Una fijación por medio de un gan­
Peperò mia caperata * cho universal permite girar la cesta para
Pitea cadierei # , P. spruceana * que reciba una cantidad de luz ho­
Plectranthus oertendahlii # mogénea.
Pteris crética *
Saintpaulia (miniatura) *
Sansevieria tri/asciata ‘Hahnii’ # Plantar en un terrario
ScheJflera elegantissima
(plantones) * Antes de plantar, limpie el terrario a fon­
Selaginella é do para evitar la contaminación por al­
Soleirolia soleirolii gas y enfermedades fúngales que pros­
peran en los ambientes cerrados y
húmedos. Elija una mezcla de plantas
altas y verticales y otras más pequeñas
Filloma y reptantes y decida cómo disponerlas
verschaffellii antes de plantar.
Ya que un terrario es autónomo, debe
tener una capa de material de drenado,
como bolitas de arcilla, grava o guija­
rros, además de un poco de carbón para
Strobilanthes dyerianus * horticultura, que absorberá subproduc­
Syngonium hoffmannii # tos gaseosos y ayudará a mantener fresca
Tradescantia cerinthoides * , la tierra. Una tierra para tiestos liviana,
T. fluminensis # , T. spathacea # de buen drenaje pero que conserva la
humedad es el medio para plantar
más apto. Se puede agregar una canti­
dad suplementaria de turba o sustituto
de turba para conservar una buena ven­
tilación de la tierra.
Use plantas jóvenes, con un sistema
de raíces lo bastante pequeño para es­
tablecerse con facilidad en tierra poco
profundo. Empape bien antes de plan­
tar y elimine el follaje muerto que po­
dría estimular la podredumbre. Intro­
duzca las plantas en la tierra, calculando
el espacio suficiente para que puedan ex­
tenderse. Si el terrario es demasiado pe­
queño para acomodar su mano con fa­
cilidad, fije una caña partida a una
espátula para ayudar al plantado y un
corcho o un carrete de hilo de algodón
como instrumento para afirmar. Cubra
las zonas desnudas con musgo o guija­
rros para evitar que el abono se seque
y riegue antes de volver a colocar la
tapa.
Los terrarios establecidos requieren
muy poco riego (véase «Mantenimien­
to de terrarios y jardines de botella», p.
447). Si apareciera una condensación ex­
cesiva sobre el cristal, ventile hasta que
sólo haya un ligero empañado por las
mañanas.

P la n t a r en u n T e r r a r io

1
Planifique el arreglo
con las plantas más Asparagus
altas en la parte posterior densiflorus Maranla
(como aquí) o en el leuconeura
‘Sprengeri’
centro, según si el terrario
se verá sólo desde la parte
delantera o desde todos
los ángulos. Las plantas
utlizadas aquí son:
Ficus pumila
‘Variegata’

2
Cubra la base del terrario con Retire cada planta de su tiesto
una capa de 2,5-5 cm de y sacuda, eliminando la tierra
guijarros y algunos trozos de suelto. Extraiga las raíces,
carbón horticultural. Agregue 2,5 reduciendo el tamaño del cepellón,
Selaginella cm de abono para tiestos húmedo. para ayudar a que la planta se
marlensii kraussiana establezca.
Soleirolia ‘Aurea’
soleirolii

4 5 6
Haga agujeros para las plantas Rellene alrededor de las Coloque una capa de musgo Rocíe las plantas y el musgo
con una espátula u otro plantas con más tierra húmeda
instrumento pequeño e introduzca y afirme la superficie. Un corcho
(o guijarros) con unas pinzas
encima de las zonas con tierra
7coloque
con rocío de agua fino y
la tapa. Ahora el terrario
con cuidado, dejando espacio fijado al extremo de una caña desnudas entre las plantas. Asi está listo para exhibir.
entre ellas para su desarrollo partida servirá para afirmar. evitará que la tierra se reseque.
ulterior.
C ultiv o de P lantas e n u n Ba n c o d e
Pelargonio
zonal ,
Capa de 7 cm
de gravilla gruesa
para el drenaje
Agujeros de
Prepare el banco de tierra con una capa de materiaI de drenaje en el fondo;
llene el banco con tierra para tiestos. Piante una selección de ornamentales
para un bonito despliegue en el invernadero.
Preparación del suelo
y plantado a cubierto
Los jardines de invierno y los inverna­
deros permiten un control del medio am­
biente y amplían la gama de plantas cul­
tivables en climas templados o frescos.
Macizos de tierra y estantes de macizos
Aunque las plantas ornamentales de in­
vernadero o jardín de invierno pueden
cultivarse en tiestos, muchas, especial­
mente trepadoras y arbustos leñosos,
pueden plantarse permanentemente en
orlas de tierra. En un jardín de invier­
no nuevo, tenga en cuenta la necesidad
de orlas de tierra cuando lo planifique.
Los macizos de tierra en relieve y bien
drenados son un buen sistema de exhi­
bición. Prepare bien los macizos de tie­
rra, ya que las plantas ornamentales per­
manecerán en su sitio durante varios
años. Construya los macizos unas cua­
tro semanas antes de plantar para per­
mitir que la tierra se asiente y hágalos
de al menos 30-45 cm de profundidad,
colocando, 7-15 cm de material de dre­
nado en la base.
Un macizo sobre un banco es útil para
propagar y criar plantas diferentes y
para colecciones de plantas especializa­
das. Los macizos sobre bancos son ma­
cizos en relieve poco profundos, gene­
ralmente a la altura de la cintura,
colocados sobre estructuras portantes o
pilares. Son ideales para plantas peque­
ñas y para usarlos con cables que calien­
ten el suelo (véase p. 488), unidades de
rocío (véase p. 488) y sistemas de riego
automáticos (véase p. 485). Emplace el
banco para aprovechar al máximo la luz
disponible.
Los macizos de banco suelen cons­
T ie r r a
Ficus
benjamina
Superficie
al mismo
nivel que la
ventana del
invernadero
Banco de 38 cm
de profundidad
Marco de
madera reforzado
truirse de aluminio o de madera, forra­
dos de malla de alambre o plástico per­
forado. Deben tener al menos 15-22 mm
de profundidad y no más I m de ancho
para ser fácilmente accesibles. Un capa
de 7 cm de material de drenaje será su­
ficiente.
Tierras a cubierto
Para macizos de tierra, use abono bien
drenado con base de tierra negra enri­
quecido con materia orgánica a razón
de 10 1 por m2. No utilice tierra de jar­
dín sin esterilizar ya que podría conte­
ner plagas, enfermedades y malezas. No
hay sistemas de esterilización de tierra
seguros disponibles para no profesiona­
les y las unidades de esterilización por
calor, aunque efectivas, son caras.
Use mezclas con base de tierra negra
a cubierto ya que contienen nutrientes
propios y microelemcntos que no se li­
xivian con tanta facilidad como la mez­
cla con una base de sustituto de turba
o turba; las mezclas de tierra negra son
más fáciles de volver a humedecer.
Elija tierra apta para específicos y
para los grupos de plantas con necesi­
dades especiales. La mayoría de las plan­
tas cultivadas en contenedores requieren
mezcla con base de tierra negra de bue­
na calidad, buen drenaje y con un pH
aproximadamente neutro. Las tropica­
les prefieren una tierra más fértil y rica
en tierra negra, además de hojosa; in­
corpore mantillo de hojas adicional al
abono antes de llenar contenedores o
macizos de tierra. La mayoría de los he-
lechos, brezos y muchos lirios (Lilium)
necesitan tierra ericácea, como las hor­
tensias, para producir flores azules en
lugar de rosadas.
Las plantas ornamentales cultivadas
en orlas requieren un revestido anual de
Plantar un jardín de botella
Los jardines de botella proporcionan
una buena manera de cultivar plan­
tas muy pequeñas de desarrollo len­
to en un microclima cerrado. Muchas
de las plantas más pequeñas cultiva­
das en un terrario resultan adecuadas
(véase Plantas de terrarios recomen­
dadas, p. 440).
Utilice cualquier botella de cristal
limpia, incolora o coloreada, a con­
dición de que el cuello sea lo bastan­
te ancho como para introducir las
plantas con facilidad. Si el cuello fue­
ra demasiado angosto como para que
pueda caber una mano, fabrique he­
rramientas especiales con cañas par­
tidas, aros de alambre y utensilios del
hogar corrientes, como una cuchari-
ta de café, para ayudar con la plan­
tación y el cuidado rutinario.
Ayudándose con un embudo ancho
o un tubo de cartón, vierta bolitas de
arcilla dentro de la botella para pro­
porcionar una capa de 3 cm de ma­
terial de drenado y agregue un puña­
do de carbón horticultural para
mantener fresca la tierra. Cubra con
Hypoestes
phyllostachya
‘Purpuriana’
Dracaena
sanderiana
Hederá
helix
‘Eva’
Hypoestes
phyllostachya
‘Splash’
2-3 onzas por m 2 de fertilizante equili­
brado, junto con un «mulch» de abono
bien descompuesto en primavera para
mantener un desarrollo fuerte. Si el
plantado requiere renovación después de
algunos años, retire y elimine las plan­
tas tras haberlas propagado. Después in­
corpore una cantidad de abono o estiér­
col descompuesto, y un fertilizante de
acción lenta o revestido de base antes de
volver a plantar.
En macizos de plantas ornamentales,
no se dan tantas plagas y enfermedades
como para tener que cambiar y esterili­
zar la tierra. En el caso de plantas cul­
tivadas en orlas que dan cosechas don­
de plagas y enfermedades pueden
aumentar con rapidez, el suelo general­
mente debe reemplazarse anualmente o
esterilizarse si existe un método adecua­
do. Asegure que las bases de los conte­
una capa de 5-7 cm de tierra para ties­
tos de sustituto de turba. Si la bote­
lla se observará desde la parte delan­
tera, amontone la tierra en la parte
posterior con una espátula. Nivele la
tierra si la botella se observará desde
todos los ángulos.
Comience a plantar desde los bor­
des hacia el centro. Retire las plantas
de sus tiestos y sacuda, eliminando la
tierra sobrante. Introduzca cada plan­
ta en un agujero de plantado cuida­
dosamente, por medio de pinzas, te­
nacillas o un trozo de alambre en
forma de nudo corredizo. Espacie las
plantas a al menos 3 cm de distancia
para que puedan desarrollarse. Cubra
las raíces con tierra y afirme suave­
mente con un pisón de corcho.
Deje gotear una taza de agua a lo
largo de las caras interiores de la bo­
tella para humedecer la tierra y cu­
bra las zonas desnudas con musgo es-
fagnáceo para evitar que se reseque.
Limpie la parte interior del cristal con
una esponja sujeta a una caña o
alambre rígido.
Asplénium
nidus
Cvs de Sainlpaulia
Selaginella
kraussiana
Musgo
esfagnáceo
nedores con agujeros de drenaje no en­
tren en contacto con el suelo de la orla;
evitará la contaminación cruzada de pla­
gas y enfermedades.
Plantación
Elija plantas que crezcan bien en la
gama de temperatura provista (véase
«Guía de plantas de interior para jardi­
neros», p. 435). Asegure que las orna­
mentales o las plantas productoras es­
tán plantadas en un espaciado que
permite la libre circulación del aire, in­
hibiendo la extensión de plagas y enfer­
medades. Ubique las plantas para que
reciban la óptima iluminación y venti­
lación para sus necesidades. Aproveche
al máximo los controles de la intensidad
de la luz, humedad, temperatura y cir­
culación del aire provistas en un jardín
de invierno bien construido y equipado.
Orquídeas
familia de las orquídeas com­ Simpódico y monopódico

L
a

prende unos 750 géneros, casi Las epífitas tienen dos sistemas de de­ O r q u íd e a s R e c o m e n d a d a s
20.000 especies y muchos miles de hí­ sarrollo: el simpódico y el monopódi­
bridos más. Sus flores exóticas y hábi­co. Las orquídeas simpódicas, como las
tos curiosos las transforman en plantas especies e híbridos de Caltleya y Odon-
decorativas muy deseables, mayormen­ loglossum, poseen rizomas reptantes.
te para exhibición en el interior, aunque Cada estación surgen desarrollos nue­
existe un número significativo de hermo­ vos de los puntos de crecimiento de los
sas especies terrestres que son resisten­ rizomas y éstos se transforman en es­
tes. Al elegir cuáles cultivar, de entre las tructuras de tallo hinchadas, conocidas
amplias gamas de tipos disponibles, ten­ por el nombre botánico de pseudo-
ga en cuenta las condiciones y el cuida­ bulbos. Dendrobium nobile Cymbidium tunda
do que puede proporcionarles. Algunas
S lra lh K o lh s c liild ia n a
Las orquídeas monopódicas se desa­
orquídeas tienen unas necesidades bas­ rrollan en lo que se conoce como un
RanaUl

tante rigurosas en cuanto a sus condi­ modo indeterminado. El talllo continúa

ciones de desarrollo, pero muchos híbri­ alargándose de manera indefinida, ha­
dos han sido especialmente criados para ciéndose cada vez más alto al desarro­
facilitar su cultivo y pueden cultivarse llarse hojas y tallo nuevos creciendo des­
y propagarse con éxito en el hogar. de el extremo. Las monopódicas
comprenden muchos de los géneros de
orquídeas más espectaculares, como
Orquídeas terrestres Phalaenopsis y Vanda. Estas provienen
originariamente de las zonas más cáli­
Como su nombre indica, estas orquídeas das del mundo, trepando hacia arriba Cattleya bowringiana
crecen en la tierra, en hábitats muy va­ hacia la luz a través del denso follaje de I ’apliiopeditum Miltonia candida
riados. La mayoría de las que habitan la selva. La mayoría de las monopódi­ callosum var. grandiflora

en regiones desde templadas a frías se cas llevan las flores en capítulos rami­
extinguen después de florecer y existen ficados y frecuentemente arqueados de
en estado inactivo como tubérculos u manera grácil, que surgen de puntos axi­
otros órganos subterráneos de almace­ lares a lo largo de sus tallos, de los cua­
Las especies prosperan mejor en los me­
dios ambientes similares a aquellos en
Cultivo
namiento durante el invierno. Estas te­ les a menudo surgen raíces aéreas pro­ los que crecen naturalmente, y estas con­ La estructura y el hábito de desarrollo
rrestres resistentes y semi-resistentes a porcionando un nuevo desarrollo. diciones no siempre resultan fáciles de poco comunes de las orquídeas epífitas
menudo tienen flores que, aunque indi­ recrear. íes han dado la reputación de ser muy
vidualmente pequeñas, aparecen sobre A causa de las técnicas comerciales de delicadas y, por lo tanto, difíciles de cul­
espigas densas. Muchas son plantas Selección de plantas producción masiva, las orquídeas han tivar. Sin embargo, conociendo algunas
atractivas para el jardín de rocas o la dejado de ser prohibitivamente caras. pautas y con una preparación cuidado­
casa alpina (véase pp. 214-216). Si es usted un aficionado, es mejor ob­ Por un precio modesto, las plantas bo­ sa, es fácil remediar o evitar la mayoría
Algunas terrestres, como las orquí­ tener las plantas de un vivero de orquí­ nitas pero que aún no han ganado un de las dificultades.
deas «zapatilla» que pertenece al géne­ deas especializado, donde éstas habrán premio pueden adquirirse al visitar un
ro Paphiopedilum, provienen de regio­ disfrutado de un medio ambiente ideal vivero especializado y observarlas en Tierra
nes más cálidas donde habitan y no habrán sufrido ningún revés. Los flor. Las menos caras de todas son las Aunque es posible cultivar la mayoría
emplazamientos protegidos, como el especialistas también son una buena que se venden en forma de plantón no de las epífitas en tiestos, sus raíces es­
suelo del bosque. Como no tienen que fuente de consejos acerca de las especies florecido que puede tardar todavía va­ tán especialmente adaptadas a condicio­
enfrentarse a condiciones climáticas se­ adecuadas a las condiciones de su ho­ rios años en florecer; el resultado es nes abiertas sobre árboles o rocas (litó-
veras, permanecen siempreverdes duran­ gar. Las orquídeas híbridas son general­ incierto, pero siempre existe la excitan­ fitas), y no soportan los abonos de
te todo el año, pero —a causa de su mente las más fáciles de cultivar, ya que te posibilidad que uno de los plantones texturas cerradas aptos para la mayoría
delicadeza— deben cultivarse en un in­ ellas mismas han sido criadas en parte podría ser el futuro ganador de un de las demás plantas. Las tierras para
vernadero. por su vigor y la facilidad de su cuidado. premio. orquídeas deben drenar muy libcralmen-
te después de regados: si quedan moja­
dos mucho tiempo, las raíces tienden a
Orquídeas epífitas T ie r r a para O r q u íd e a s E p íf it a s pudrise. Las cortezas picadas de pinos
o abetos son un excelente medio de cul­
Las orquídeas epífitas, que conforman T urba Los componentes se combinan para dar tivo, con algunos agregados para man­
una gran parte de las cultivadas por los F ib r o s a el medio de cultivo perfecto: la corteza tener la mezcla abierta y evitar que fer­
entusiastas, son fundamentalmente di­ y el sustituto de turba conservan mente. La siguiente es una mezcla de la
ferentes en su estructura y hábito de de­ la humedad, la gravilla ayuda tierra adecuada: 3 partes de corteza de
sarrollo. Como se desprende de su nom­ drenado y el carbón evita grado medio (libre de polvo), 1 parte de
bre (derivado del griego ep¡: sobre y que la tierra se vuelva gravilla gruesa o perlita, 1 parte de tro­
phiton: planta), se albergan en las ra­ demasiado acida. zos de carbón y í parte de hojas secas
mas de los árboles. rotas o sustituto de turba o turba fibro­
No son parásitas (porque no se ali- sa. Se pueden obtener estas mezclas es­
merntan del árbol) sino «huéspedes»: las pecializadas en los viveros de orquídeas.
orquídeas se alimentan de sustancias di­ Las orquídeas terrestres también re­
sueltas en el agua de la lluvia y de los quieren una mezcla de drenaje mucho
detritus acumulado alrededor de sus raí­ más libre que la mayoría de las demás
ces. Algunas orquídeas conocidas como plantas. Una tierra adecuada puede
litófilas viven de un modo similar sobre componerse de 3 partes de sustituto de
rocas. En los climas templados, las epí­ turba o turba fibrosos, 3 partes de gra­
C o rteza

fitas deben cultivarse siempre bajo villa gruesa y 1 parte de perlita, con el
M e d ia n a

cristal. agregado de 1 parte de carbón.

Colocación en (¡estos
Cuando una planta ha llenado su con­
tenedor, debe trasladarla a un tiesto, una
o dos veces mayor para facilitar espa­
cio al desarrollo ulterior. Elija un ties­
to que albergará las raíces y calcule un
desarrollo de uno o dos años, pero no
más; un tiesto demasiado grande para
el sistema de raíces tenderá a producir
condiciones estancadas en la tierra. Para
facilitar el drenado, muchos cultivado­
res llenan la parte inferior del tiesto con
trozos de tiesto rotos, trozos de polies-
tireno o guijarros grandes. Esto también
añade peso a los tiestos de plástico, im­
posibilitando su caída.
Sostenga la planta con una mano, de
manera que la corona se encuentre jus­
to debajo del borde del tiesto, y espar­
za la tierra alrededor de las raíces, gol­
peando el tiesto fuertemente para que
el abono se asiente. Utilice tierra relati­
vamente seca, que debe regar concien­
zudamente después del cambio de ties­
to. Debe tocar la planta, especialmente
las raíces, lo menos posible.
Algunas epífitas prosperan en conte­
nedores que permiten que una mayor
cantidad de aire alcance las raíces, como
las cestas colgantes de alambre o de lis­
tones de madera. Tales contenedores son
esenciales para especies como Stanho-
pea, porque sus flores crecen hacia abajo
a través de la tierra y emergen de la parte
inferior.
C ó m o e x h ib ir O r q u íd e a s E p íf it a s
La mayoría de las epífitas pueden cultivarse en
tiestos; también pueden cultivarse con éxito en
una cesta colgante o sobre corteza. Mantenga
las plantas en un atmósfera permanentemente
húmeda hasta que se establezcan.
Durante el cambio de tiesto de las sin-
pódicas, se pueden separar los pseudo-
bulbos viejos de dos o tres estaciones de
desarrollo (habitualmente llamados
«bulbos retrasados») que han perdido
las hojas y usarlos para propagar (véa­
se p. 445). Coloque la parte posterior de
la planta contra una de las caras del ties­
to, dejando espacio del lado opuesto
para el desarrollo del bulbo nuevo.
Soporte
Muchas orquídeas son lo bastante fuer­
tes como para no necesitar un soporte.
Otras, sin embargo, requieren un esta­
cado cuidadoso para ofrecer su mejor
aspecto, en particular aquellas con ta­
llos floridos largos que llevan muchas
flores pesadas. Emplee cañas verticales
o alambres sólidos, a los que los tallos
se sujetarán de la manera más disimu­
lada posible. Efectúe mientras los tallos
crecen y antes de que se abran los bro­
tes de flores. Evite cambiar la posición
de las plantas o estropeará el efecto por­
que las flores mirarán en direcciones di­
ferentes.
Cultivo sobre corteza
Algunas orquídeas que no se desarro­
llan con éxito en contenedores prospe­
rarán montadas sobre trozos ya sea de
corteza o helecho arbóreo con musgo al­
rededor de sus raíces, aunque en ese caso
requerirán una atmósfera constantemen­
C u l t iv o e n T iesto s
Elija un tiesto
para 2 años de
desarrollo,
coloque trozos de
tiesto en la base;
llene con tierra
para orquídeas
estándar. Plante
(aquí Zygopetalum
mackayij y afirme.
te húmeda. Inicialmente, deben sujetarse
con firmeza al trozo; con este fin, el hilo
de nylon resulta ideal. Aparecerán raí­
ces nuevas que se adherirán al trozo y
fijarán la planta.
Cuidado rutinario
Para un cultivo de éxito resulta vital pro­
porcionar las necesidades particulares de
cuidados a las orquídeas; éstas varían se­
gún las especies.
Temperatura
Mientras que las terrestres resistentes (en
particular las especies de Cypripedium)
prosperan en un jardín de rocas o en una
casa alpina, otras (habitualmcnte llama­
das semi-resistentes) también pueden
cultivarse en estas condiciones sin cale­
facción en zonas templadas. Compren­
den el género de desarrollo fresco Pleio-
ne y Bletilla, que sólo necesitan el calor
suficiente como para asegurar condicio­
nes libres de heiadas.
Un invernadero fresco, con tempera­
turas nocturnas mínimas de 10° C, es
apto para un gran número de orquídeas
diferentes, comprendiendo algunas es­
pecies c híbridos de Brassia, Coelogy-
ne, Cymbidium, Dendrobium, LaeUa,
Odontoglossum, Oncidium y Paphio-
pedilum.
El invernadero intermedio, con tem­
C u l t iv o s o b r e C o r t e z a
Sujete musgo
humedecido a un
trozo de corteza y fije
las raíces de la
orquídea (aquí
Dendrobium
‘Happiness’y con
de nylon.
C esta C o l g a n t e
Plante la orquídea en tierra
estándar en una cesta con musgo
esfagnáceo. Los tallos floridos de
algunas orquídeas (aquí
Stanhopca tigrina> crecen a través de
la tierra y emergen en la parte inferior.
peraturas invernales medias de I3°-15°
C, aumentará la gama de posibilidades
en gran medida, comprendiendo espe­
cies e híbridos de Callleya y sus parien­
tes, y una selección más amplia del gru­
po Odontoglossum y de las especies e
híbridos de Paphiopedilum , además de
muchas otras orquídeas atractivas y
hermosas.
El invernadero tibio, con temperatu­
ras nocturnas mínimas de al menos 18°
C, proporciona las condiciones necesa­
rias para las especies e híbridos de Pha-
laenopsis y Vanda y sus muchos parien­
tes, además de las especies amantes del
calor e híbridos de Dendrobium y or­
quídeas de las tierras bajas cálidas y hú­
medas de trópicos y subtrópicos.
Riego y humedad
Estos tal vez sean los factores más im­
portantes del cultivo de orquídeas. El
riego debe ser lo bastante frecuente
como para evitar que la tierra se rese­
que, pero no tan frecuente como para
que se anegue: una o dos veces por se­
mana suele ser suficiente. Durante los
meses de verano, las plantas podrían re­
querir un riego diario, y durante el pe­
ríodo de días invernales cortos, sólo una
vez cada dos o tres semanas.
En general, es recomendable usar
agua de lluvia, pero el agua potable del
grifo resulta segura. Riegue las plantas
por la mañana temprano. No permita
que el agua permanezca demasiado Aireación
tiempo sobre el follaje o podría ocasio­ Las orquídeas, en especial las de inver­ C ómo P ro pa g a r por D esa r r o llo s A d v e n t ic io s
nar el abrasado de las hojas si las plan­ nadero fresco, requieren condiciones en

tas están expuestas al sol caliente. Debe
evitar el exceso de riego, pero riegue con­
cienzudamente para que la tierra esté ho­
mogéneamente húmeda. Deje que la tie­
rra casi se seque —pero no del to d o -
antes de volver a regar; si tuviera dudas,
retrase el riego.
Las orquídeas necesitan niveles altos
de humedad durante la estación de de­
sarrollo. Esto se logrará humedeciendo
el invernadero de orquídeas rociando el
suelo y los senderos y las estanterías en­
tre las plantas. Hágalo por la mañana
temprano; durante el día, el agua se eva­
porará. Este rociado diario puede inte­
rrumpirse cuando las condiciones natu­
rales fueran frías y húmedas. Sin
embargo tenga cuidado, porque en tiem­
po extremadamente frío el sistema de ca­
lefacción puede volver el aire muy seco
y deberá humedecer el invernadero con
mayor frecuencia.
Las orquídeas cultivadas en el hogar
sobre un alféizar deben elegirse entre
aquellas que no requieren niveles de hu­
medad muy elevados. Incluso éstas se
beneficiarán de una humedad local adi­
cional colocadas sobre una capa de gra­
va húmeda o agregado expandido de ar­
cilla en una bandeja o un plato hondo.
1
las que el aire se mueva con libertad. Sin Cuando se
embargo, les disgustan las corrientes de haya formado
aire frías, que pueden ocasionar la caí­ una plántula con
da de los brotes de flores y retrasar el raíces aéreas a
desarrollo. En primavera, abra las ven­ partir de un nodulo
tilaciones sólo parcialmente, cuando los de hoja, separe con
días soleados estén acompañados de cuidado de la
vientos fríos, y ciérrelas antes de que las planta madre con
temperaturas comiencen a caer al final un cuchillo afilado.
de de la tarde. Al entibiarse los días, las
ventanas pueden abrirse más y durante
más tiempo. Pero recuerde que el vapor
de agua se pierde pronto a través de las
ventilaciones abiertas y que la humedad
se reduce, así que se necesitará un hu-
medecimiento suplementario. Un peque­
ño ventilador eléctrico, cuyo coste y
funcionamiento es poco costoso, man­
tendrá el aire en movimiento sin que la
humedad escape ni penetren corrientes
de aire.
Sombreado
Aunque las diferentes orquídeas pueden
tener necesidades lumínicas distintas,
desde la Paphiopeditum, amante de la
sombra, hasta las especies e híbridos
amantes del sol de Laelia, será necesa­
rio algún sombreado para proteger el de­
sarrollo nuevo del abrasado del sol y

Alimentación
Dado que la tierra moderna para orquí­
deas contienen poco alimento, las orquí­
deas requerirán alimento durante su pe­
ríodo de desarrollo. Los fertilizantes
líquidos son los más convenientes y pue­
den agregarse durante el riego. Puede
usarse cualquier marca patentada de uso
general vendida para plantas en tiestos.
Las orquídeas no consumen mucho ali­
mento, de manera que será necesario di­
luir el fertilizante a la mitad de la po­
tencia recomendada para otras plantas
de tiesto. Alimente las orquídeas una vez
cada tres semanas entre primavera y oto­
ño y sólo cada seis semanas (o nada) du­
rante el invierno.
para evitar el recalientamiento del inver­
nadero. El método más barato consiste
en el uso de una preparación para som­
breado de invernaderos. El blanco es
más eficaz que el verde reflejando los
rayos del sol y se vuelve casi transparente
durante las lluvias, dejando pasar más
luz durante los días grises. Más eficaz,
pero más costosas, son las persianas cn-
rollables manuales o automáticas, he­
chas ya sea con listones de madera o ma­
lla de plástico.
Inactividad
El período de inactividad, cuando el de­
sarrollo se detiene, es una parte impor­
tante e integral del ciclo vital de las or­
quídeas. Durante ese tiempo que, en el
2
Los esquejes elegidos deben
tener hojas sanas y un sistema
de raíces de desarrollo
homogéneo.
caso de algunas orquídeas puede durar
sólo algunas semanas y en el de otras
varios meses, necesitan muy poca agua
—o ninguna— para sobrevivir.
Aunque las necesidades de las plan­
tas varían, la regla es que las orquídeas
que pierden las hojas durante la inacti­
vidad no deben regarse hasta que co­
mience el nuevo desarrollo. Primero rie­
gue poco, después con normalidad (sin
Sostenga la plántula por el
3 tallo al nivel de plantado,
coloque la planta joven en un
tiesto de 6 cm con las raíces
debajo de la superf icie de la
tierra.
regar en exceso). Las plantas que con­
servan las hojas sólo requerirán algo de
agua durante el período inactivo para
evitar la deshidratación.
Propagación
Para el novato, los métodos de propa­
gación vegetativos son los más fáciles de

C óm o P r o pa g a r por E s q u e ie s de T allo

I 3 4
Con un cuchillo, Divida en trozos de 7 cm, Tienda los esquejes en una Tras semanas, los brotes
corte un trozo de tallo de 2
cortando a mitad de camino
unos 25 cm de largo, encima de entre nodulos de hojas. Cada
bandeja sobre musgo esfagnáceo inactivos se habrán convertido
húmedo y almacene en un sitio en plántulas, que estarán
un nodulo de hojas o en la base esqueje debe tener al menos un húmedo fuera del sol directo. preparadas para colocar en tiestos.
de la planta. nodulo.
aprender. También tienen ia ventaja de
producir retoños idénticos a la planta
madre, de manera que los resultados son
previsibles.
Desarrollos adventicios
Los esquejes más sencillos, conocidos
entre criadores de orquídeas como «kei-
kis», son pequeñas plántulas que apa­
recen de un modo adventicio (es decir,
de un modo atipico) a partir de los nó-
C ó m o P r o p a g a r p o r D iv is ió n
dulos sobre los tallos de las orquídeas
monopódicas, como las Dendrobium.
Apenas estas plántulas hayan desarro­
llado algunas raíces vigorosas, deberá se­
pararlas de la planta madre con un cu­
chillo afilado y después colocarlas en
tierra para orquídeas estándar. Al prin­
cipio riegue escasamente, pero recuer­
de rociar las hojas con rocío fino hasta
que se establezcan bien las raíces y las
plantas hayan tenido la oportunidad de
acostumbrase a su nuevo medio am­
biente.
Esquejes de tallos
También se pueden hacer esquejes con
los tallos (a menudo llamados cañas) de
muchas orquídeas Dendrobium y Epi-
dendrum. Corte trozos de hasta 30 cm
de largo con un cuchillo afilado. Divi­
da estos trozos en esquejes de 7,5-10 cm
de largo, cada uno con al menos un bro-
te inactivo. Tienda los esquejes sobre
musgo esfagnácco húmedo u otro ma­
terial húmedo similar y conserve en un
lugar húmedo y sombreado. Cuando los
brotes se hayan desarrollado producien­
do plántulas, sepárelas y coloque indi­
vidualmente en tiestos.
División
El método para propagar orquídeas sin-
pódicas, como Cattleya, Cymbidium y
Odontoglossum es la división. Corte a
través del rizoma entre los pseudobul­
bos y coloque los trozos en tiestos indi­

1
Cuando la vidualmente. Cada trozo debe tener al
orquídea se haya menos tres prcsudobulbos sanos y un
vuelto demasiado brote inactivo sano que producirá un
grande para su tiesto nuevo desarrollo.
y tenga varios bulbos Los bulbos retrasados son otra forma
sin hojas, podrá de propagar las sinpódicas como las
dividirla. La planta Cymbidium. Retire un bulbo retrasado,
aquí ilustrada es una mejor con raíces, arrancando o cortan­
Cymbidium. do el rizoma por detrás de éste. Intro­
duzca el bulbo retrasado en gravilla, are­
na gruesa o tierra estándar para
orquídeas, coloque en un lugar fresco
y sombreado y mantenga húmedo. En

2
Retire la orquídea de su
tiesto y después divida la
planta separando o cortando en 2
trozos; cada trozo debe tener al
menos 3 pseudobulbos sanos.
P r o p a g a c ió n p o r
Bulbos R etra sad o s
2-3 meses aparecerán algunos vástagos.
Cuando los bulbos hayan desarrollado
raíces, cambie de tiesto.
Técnicas comerciales
El cultivo de orquídeas a partir de se­
millas es una técnica difícil y requiere
conocimientos y habilidades especiales.
Las orquídeas cultivadas comercialmen­
te a partir de semillas se germinan en va­
sos con jalea nutriente en un medio am­
biente de laboratorio estrictamente
controlado. A veces también se las pro­
paga por cultura de meristema, en la
cual unos trozos microscópicos de teji­
do de la planta se cultivan en condicio­
nes de laboratorio a fin de reproducir
copias de la planta original de forma
masiva. El resultado es que hoy en día
pueden adquirirse cultivares de prime­
ra clase a un precio razonable. Sin em­

3 4
A l dividir la orquídea podrá Recorte cada trozo de planta
arrancar los bulbos dividida eliminando la tierra bargo, ambas son técnicas sumamente
especializadas, rara vez practicadas por

1
retrasados. Descarte los arrugados sobrante y cortando las raíces Plante bulbos
y conserve los firmes para colocar muertas con podaderas. retrasados elegidos en jardineros aficionados.
en tiestos individualmente. tiestos de 6 cm. a un lado del
tiesto, dejando lugar para el
desarrollo nuevo.

5
Para volver a P r o p a g a c ió n en B o tella s
plantar cada trozo,
sostenga la planta con
los pseudobulbos más
antiguos en la parte
posterior del tiesto y al
nivel del plantado, y
coloque la tierra a su
alrededor. Se
desarrollará un
crecimiento nuevo de
la parte delantera de la
planta.
La cultura meristemálica se produce
en condiciones estériles. Se colocan

2
Después de 2 o 3 meses,
el bulbo retrasado viejo
producirá un vástago nuevo
sano.______________________
trozos microscópicos de tejido en
una botella sobre nutriente especial
como gel agar-agar, convirtiéndose
en orquídeas.
C u i d a d o R u t i n a r i o
Cuidado rutinario
A d if e r e n c ia de las plantas culti­
vadas en el exterior, las de inte­
rior no están expuestas a las condicio­
nes extremas del ciclo estacional, y re­
quieren una atención limitada. Sólo
necesitan riego y fertilización y un cam­
bio de tiesto anual para un buen desa­
rrollo.
Riego y humedad
Un problema común de las plantas de
interior es el riego excesivo. Riegue cuan­
do la tierra esté casi seca. Tenga un cui­
dado especial con las tierras de fibra de
coco porque la superficie tiende a secar­
se mientras que el resto sigue húmedo.
Riegue las plantas con frecuencia du­
rante el periodo de desarrollo activo, y
menos en invierno cuando están inacti­
vas: dos veces al mes o incluso menos
puede ser suficiente. Moje la tierra por
completo, pero no deje el tiesto en agua.
Algunas plantas, como el ciclamen, son
susceptibles a la podredumbre de las raí­
ces; para regarlas, coloque los tiestos en
un poco de agua hasta que la tierra se
vuelva oscura y húmeda... Si el agua del
grifo fuera dura, use agua destilada o
agua de lluvias para las plantas que
odian la cal.
Con frecuencia, los edificios están
mal ventilados y la atmósfera es seca y
no apta para muchas de las plantas de
interior. Mantenga la humedad agru­
pando plantas en tiestos encima de grava
mojada, en bandejas o en contenedores
(véase «Agrupado de plantas», p. 438)
o encima de esteras capilares (véase
«Cuidado de plantas de interior antes
de un viaje», p. 448).
Existen humidificadores eléctricos y
cerámicos fácilmente disponibles; tam­
bién sin eficaces los bols con agua co­
locados en una habitación, para que el
agua se evapore. Las plantas que requie­
ren niveles altos de humedad se benefi­
cian de un rociado con agua blanda. En
el caso de plantas de hojas velludas, ro­
cíe y evite la luz del sol.
C o n s e r v a c ió n d e H u m e d a d e n P l a n t a s
Genere condiciones Pi,ea
húmedas aptas para cadieni
plantas de interior
proporcionando su
propio microctima.
Llene una bandeja con
bolitas de arcilla o
grava no muy
apretadas y llene con
agua. Agrupe varias
plantas en tiestos sobre
la bandeja. Mantenga
las bolitas o la grava
húmedas.
Slretocarpus
Limpieza
Siempre retire las hojas y flores muer­
tas con rapidez, ya que pueden albergar
plagas o enfermedades. No permita que
se acumule el polvo ni la mugre, blo­
queando los poros de las hojas; limpie
el follaje con un pincel suave. Rocíe las
plantas a fondo de manera ocasional
para conservarlas limpias y frescas, pero
no rocíe cactus ni plantas con hojas ve­
lludas salvo que haga el calor suficien­
te como para que el exceso de humedad
se evapore con rapidez, de otro modo
las hojas pueden pudrirse. Sólo emplee
un lustre para hojas en plantas de ho­
jas lustrosas y compruebe que sea com­
patible con las especies individuales.
Fertilización
Las plantas en tiestos crecen sobre can­
tidades relativamente pequeñas de tie­
rra y pronto consumirán los nutrientes
disponibles. Los riegos frecuentes tam­
bién lixivian los nutrientes y las plantas
podrían morir por inanición sin una ali­
mentación regular a lo largo de la esta­
ción de desarrollo.
Los fertilizantes equilibrados están
disponibles bajo formas diversas: solu­
bles en agua o líquidos (la forma más
conveniente para plantas de interior) en
gránulos y sólidos. Siempre cuide de se­
guir las instrucciones del fabricante y
nunca aplique fertilizante sobre tierra
seca ya que no se repartirá de manera
homogénea y podría dañar las raíces.
Detención
El aspecto de muchas plantas en tiestos,
como las trepadoras, mejora eliminan­
do los extremos de desarrollo de las
plantas jóvenes para estimular la pro­
ducción de vástagos laterales: mantiene
el hábito arbustivo del follaje y aumen­
ta el número de brotes de flores.
en T ie sto s
Begonia
M a n t e n im ie n t o d e la H ig ie n e d e las P la n t a s
L im p ie z a d e P l a n t a s d e H o ja s S e c a s E l im in a c ió n d e H o ja s M u e r t a s
Limpie cada hoja (aquí Ficus Elimine las hojas y tallos muertos de
elastica estriada) con un trapo la base de las plantas (aquí
limpio, húmedo, blando y sin pelusas. Ncphrolcpis exaltataj o córtelas.
Plantas descuidadas Cambio de tiesto
Asegure que el cepellón esté completa­
Salvo orquídeas y palmeras, la mayoría mente mojado para extraerlo de su tiesto
de plantas que presentan un desarrollo con facilidad sin dañar las raíces. Invier­
débil, larguirucho o dañado, u hojas ta el tiesto y deslice la planta fuera, sos­
poco espaciadas, producirán un desarro­ teniendo con la mano. Si el tiesto es de­
llo nuevo vigoroso bien recortadas has­ masiado grande para levantar con
ta un brote o articulación sanas a prin­ facilidad, recorra el interior con un cu­
cipios de primavera. Recorte un hclecho chillo; después tienda el tiesto de cos­
descuidado hasta la corona; mantenga tado. Sostenga la planta con una mano
el cepellón húmedo y con iluminación
media para estimular un nuevo desa­
rrollo. C ómo R enovar
Remueve las plantas de arraigue fácil el R e v e s t id o
a partir de esquejes otras se renuevan H ip p e a s t r u m
por acodos aéreos (véase p. 456). Rea­
vive las plantas exhaustas cambiando el
tiesto o dejando descansar en un inver­
nadero sombreado. Para salvar una
planta regada en exceso, elimine la tie­
rra empapada de alrededor del cepellón,
corte el follaje y raíces podridas y colo­
que en abono freco. Refresque una plan­
ta poco regada sumergiendo el tiesto en
agua hasta que dejen de aparecer bur­
bujas; después deje drenar.
1
Retire 2,5-5 cm de abono
Cambio de tiesto y revestido viejo con una espátula,
cuidando de no dañar las raíces
de las plantas.
Las plantas de interior requieren cam­
bio de tiesto para acomodar su desarro­
llo y renovar su tierra. Una planta de raí­
ces sobrecrecidas presenta un desarrollo
retrasado, deja de prosperar y el agua
atraviesa su tiesto. Cambie de tiesto an­
tes de esta etapa para que el desarrollo
de la planta no se vea impedido. Algu­
nas plantas, como Hippeastrum, disfru­
tan del apiñado de las raíces; no las cam­
bie de tiesto.
Cambie de tiesto a principios de la es­
tación de desarrollo; las plantas que cre­
cen con rapidez pueden tener que cam­
biarse de tiesto varias veces durante la
2
Reemplace con tierra fresca
estación de desarrollo. Ello podría re­ y húmeda, al que habrá
trasar la floración porque la planta con­ agregado fertilizante. Afirme la
centra sus energías en el desarrollo de tierra alrededor de la corona y
raíces nuevas. No cambie de tiesto una riegue.
planta en estado inactivo.
 C u i d a d o R u t i n a r i o

y gire el tiesto, golpeando los costados

suavemente con un bloque de madera CÓMO CAMBIAR UNA PLANTA DE INTERIOR DE TlESTO
con el fin de aflojar la tierra por com­

1
pleto antes de retirar la planta. Antes de cambiar
Coloque tierra para tiestos fresca en una planta de
el tiesto nuevo hasta que la planta ocu­ interior de tiesto
pe la misma posición que antes, dejan­ (aquí Dracaena
do espacio para el riego. Compruebe que sanderianaj, asegure
las raíces están extendidas y que la plan­ que su cepellón está
ta está centrada, rellene con más tierra húmedo regando a
y afirme con suavidad. Riegue pero no fondo una hora
alimente la planta antes de cuatro a seis antes. Elija un tiesto
semanas, de manera que emitirá raíces más grande que el
nuevas dentro del abono en busca de ali­ antiguo. Asegure que
mento. Mantenga la planta fuera del sol el tiesto está limpio
directo durante algunos días para que (ya sea lavado,
se recobre. desinfectado o
nuevo) para evitar la
2
extensión de Retire la planta invirtiendo
Cambio de tiesto (2) enfermedades. La el tiesto y golpeando el borde
Si una planta está dentro del contene­ tierra para tiestos contra una superficie dura para
dor más grande disponible, ha alcanza­ nueva debe ser del aflojar el cepellón; sosténgala
do su tamaño final o crece muy despa­ mismo tipo que el mientras sale.
cio, cambie a un tiesto del mismo anterior.
tamaño para renovar la tierra. Quite la
planta de su tiesto, eliminando la ma­
yor cantidad de tierra posible. Pode las
raíces dañadas o enfermas antes de vol­
ver a colocar la planta en tierra fresca.
Revestido
En plantas de reacción negativa frente
a una alteración de sus raíces o las que
disfrutan de raíces apiñadas, no cambie
de tiesto; al comienzo de cada estación
de desarrollo cambie la tierra vieja por
tierra fresca del mismo tipo, enriqueci­
do con fertilizante equilibrado. Extraiga el cepellón Introduzca la planta hasta que
con la mano o con una horca la marca del suelo esté al nivel de la
manual. Ponga abono para tiestos base del borde. Rellene con tierra hasta 1,5
Cestas colgantes en el fondo del tiesto nuevo. cm del borde, afirme, riegue y coloque en
la posición correcta (derecha).
Las cestas colgantes requieren un cuida­
do regular. Nunca deje que el abono de
una cesta se reseque. Riegue concienzu­
damente; en tiempo muy cálido, debe­
Conservación de plantas de un año a otro
rá repetirlo por la mañana y por la tar­
de. Si las plantas se marchitasen, Pasadas las heladas, sumerja las plan­ luz indirecta y mantenga regadas con riegue hasta el desarrollo nuevo, lue­
sumerja la cesta en un bol con agua. tas floridas, cultivadas por sus colo­ agua blanda (sin cal). A fines de vera­ go elimine raíces viejas, coloque en
Alimente las plantas en una cesta de res invernales en el interior, dentro de no, cambie de tiesto o revístalas, lleve al un tiesto con «compost», dejando el
manera regular con un alimento líqui­ sus tiestos en macizos exteriores para interior y alimente con regularidad tallo bulboso nivelado con la super­
do equilibrado y controle las plagas. Eli­ que «descansen» durante los meses cuando aparezcan los brotes de flores. ficie. Ponga en lugar fresco e ilumi­
mine los capítulos de las plantas flore­ más tibios. Elija un lugar fresco con Para conservar un ciclamen florecido, no nado. Riegue.
cidas, recorte las plantas trepadoras
demasiado largas y entresaque los de­ P l a n t a s d e T ie s t o s
sarrollos desarreglados o enredados. Eli­ d e F l o r a c ió n
mine y reemplace las plantas muertas. In v ern a l
A f ines de
primavera, transfiera,
M antenimiento de aquí azaleas
(Rhododendron), a
terrarios y jardines un macizo para
de botella sumergir en semi-
sombra en el
Un contenedor cerrado raras veces re­ exterior. Sumerja el
quiere agua; si tuviera que regar, use una tiesto hasta el borde
regadera de cuello largo, dejando gotear en tierra sin malezas
el agua por los lados, sin tocar la tie­ u otro material para
rra. Emplee la cantidad justa para lim­ sumergir adecuado,
piar el cristal y humedecer la superficie. dejando espacio para C ic l a m in o
que las plantas se Deje que las hojas se extingan
Si el cristal estuviera siempre empaña­ desarrollen. Llévelas tras florecer. Coloque la planta de
do, la tierra está demasiado mojada: re­ al interior antes de lado en su tiesto, debajo de un
tire la tapa o el corcho hasta que se de­ las heladas. banco del invernadero o en una
sempañe. Para eliminar las algas o la cajonera fría.

V o lv er a P lantar un T e r r a r io
| Cuando un terrario se vuelve
sobrecrecido, retire las plantas
demasiado grandes; divídalas o
elija plantas pequeñas nuevas.
Intente no mover la tierra
circundante.
condensación dentro del cristal, utilice
una esponja pequeña sujeta a una caña.
Mantenga el contenedor fuera del sol di­
recto y muévalo ocasionalmente, en es­
pecial si está en lugar sombreado duran­
te el invierno. Elimine las hojas muertas
y controle plagas y enfermedades.
Recorte las plantas de vez en cuando
para que todas tengan espacio y luz su­
ficientes. Una cuchilla de afeitar clavada
en una caña es útil para podar plantas
dentro de jardines en botellas pequeñas.
Si unas plantas ahogan otras, reemplace
con plantas más pequeñas o vuelva a
plantar lodo el contenedor (véase arriba).
Plantas en invernaderos
Éstas requieren una atención regular, in­
cluso diaria, aun si el invernadero está
equipado con sistemas automáticos. En
verano, el riego, la alimentación, el ro­
ciado y la ventilación son importantes,
al igual que la calefacción en invierno
y la higiene en todo momento. El cui­
dado rutinario de las plantas en tiestos,
alimento y colocación en tiestos (véase
pp. 446-447), es similar al de las plan­
tas de interior.
Riego
En el ambiente cerrado de un inverna­
dero, el riego correcto es crucial. La can­
tidad necesaria varía con las estaciones
y el clima. En verano, riegue más en días
soleados que en los nublados. En un in­
vernadero grande emplee una mangue­
ra a baja presión, para evitar arrastrar
el abono superficial, descubriendo las
raíces; en uno pequeño o mixto, donde
las plantas tienen necesidades de agua
distintas, es mejor usar regadera: algu­
nas plantas en tiestos pueden requerir
Si es necesario, recorte las
plantas restantes con tijeras.
Entresaque el musgo de la superficie
con pinzas donde sea necesario,
manteniendo las plantas adyacentes
firmemente en su sitio con un
corcho y un pisón de caña.
varios riegos durante un día caluroso.
Deje la regadera en el invernadero has­
ta que la temperatura del agua es la mis­
ma que la de las plantas. No riegue en
exceso, especialmente en invierno, ya que
podrían pudrirse las raíces dentro de la
tierra mojada. Sobre instrucciones de re­
gado (es decir, esteras capilares, alimen­
tos por goteo o sistemas de goteo) véa­
se p. 485. También son útiles los tiestos
autoregantes: un tiesto exterior contie­
ne agua que llega a la tierra del tiesto
interior por medio de una mecha a tra­
vés de la acción capilar.
Cuidado de plantas de interior antes de un viaje
Al irse de viaje, puede asegurar que
las plantas no se sequen. Para man­
tener la pérdida de agua al mínimo,
coloque las plantas a la sombra y use
uno de los siguientes métodos de rie­
go. Para emplear una estera capilar,
agrupe plantas en tiestos sobre una
bandeja invertida, escurridera o es­
tante. Deje que la estera cuelgue den­
tro de otra bandeja, la pila o la ba­
ñera llenas de agua para las plantas.
Los agujeros de los tiestos de plástico
dejan pasar el agua y los tiestos de ar-
E s te r illa C a p ila r Adiamum
Coloque las plantas capiltus-veneris
en tiestos sobre el
extremo de una
esterilla mojada.
Deje el otro extremo
dentro de un depósito í
con agua. Las plantas m
deben estar por
encima del agua para
absorberla cuando la
necesiten. Ficus puníilu ‘Variegata’
Ficus pumita
‘Variegata’
Cvs de
Dracaena re/lexa
Divida las plantas de desarrollo
3espátula
bajo sobrecrecidas. Utilice una
para volver a plantar
divisiones y plantas nuevas (véase
inserción). Afirme con un poco de
tierra fresca mediante el pisón.
Humedad
Las plantas necesitan aire húmedo pero
no estancado. En tiempo caluroso y so­
leado, humedezca salpicando el suelo
con agua cada mañana y cada tarde, es­
pecialmente las superficies duras. Esto
mantiene el invernadero húmedo y re­
fresca el aire temporalmente. (Los sue­
los de tierra conservan la humedad du­
rante más tiempo; los de baldosas o
cemento se secan con mayor rapidez).
Si el aire es demasiado húmedo, las
plantas no pueden transpirar vapor de
agua desde las hojas para mantenerse
cilla son igual de eficaces si se los empa­
pa con antelación. Coloque tiestos gran­
des o individuales sobre aguadores de
mecha, que llevan el agua a la tierra a
través de una mecha desde un depósito.
Guzmania
Ungulata Syngonium
podophyllum
Asparagus
densiß o rus
‘Sprengeri’
Hypuestes
phyllostachya
‘Splash’
krassiana
‘Aurea’
verschaffeltii
Selaginella
martensii
4 delSalpique agua por el interior
cristal hasta que la tierra
esté apenas húmeda; vuelva a
colocar la tapa.
frescas y podrían recalentarse y marchi­
tar; ventile el invernadero para secar el
aire. En climas muy calientes o en el caso
de plantas con necesidades particulares,
serán necesarios sistemas automáticos de
humidificación y también humidificado-
res especiales (véase I n v e r n a d e r o s y
C a jo n e r a s , «Humedad», p. 484).
El aire frío y húmedo estimula la apa­
rición de enfermedades fúngales en las
plantas. En invierno, mantenga el aire
seco ventilando cuando el tiempo lo per­
mita, o bien instale un ventilador o un
dehumidificante.
O bien riegue la planta a fondo, deje
escurrir, y coloque en un saco de plás­
tico sellado para evitar perder la hu­
medad. Compruebe que no existan
plagas y enfermedades.
Calatliea
S a c o d e P l á st ic o
Mantenga un saco de plástico
alejado del follaje por medio de
cañas. Selle atando con plástico o
doble el cuello del saco debajo
de! tiesto.

Regulación de la temperatura
Use la ventilación para controlar la tem­
peratura en los invernaderos y evitar
fluctuaciones acusadas que podrían da­
ñar las plantas. Demasiada ventilación
retrasa el desarrollo; demasiado po­
ca conduce a temperaturas altas. En
los días ventosos, ventile el inverna­
dero a sotavento para evitar las corrien­
tes dañinas. Para más información, véa­
se I n v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s , «Ven­
tilación», (p. 483) y «Sombreado»,
(p. 484).
Higiene
Mantenga el invernadero sin basuras que
podrían albergar plagas y elimine hojas
y flores muertas antes de que se pudran.
Si los agregados de los bancos se infes­
tan de caracoles diminutos o se taponan
con tierra, lave o renuévelos. En otoño,
saque las plantas fuera y limpie el inver­
nadero. Elija un día tranquilo y tibio,
cuando el cambio de ambiente afecte
menos a las plantas. Es preferible una
buena cepillada con agua, de otro modo
barra y lave el invernadero (véase I n v e r ­
n a d e r o y C a jo n e r a s , «Mantenimien­
to rutinario», p. 491).
Protección contra las heladas
En invernaderos sin calefacción, evite
que se congelen las raíces en tiempos
fríos teniéndolas casi secas. Cubra las
plantas con una capa de plástico, vellón
de fibra o papel de diario, y los maci­
zos con helechos o paja. Revista la base
de arbustos y trepadoras con material
aislante, fijado con malla o cordel. Su­
merja los tiestos pequeños en arena.
Plagas y enfermedades
Controle los brotes, la parte de atrás de
las hojas y los puntos de desarrollo con
regularidad y tome medidas preventivas.
Destruya las plantas infestadas y aísle
los ejemplares menos afectados hasta
que estén sin problemas.
Aísle plantas recién adquiridas duran­
te dos semanas y controle las plagas y
enfermedades antes de colocarlas jun­
to a otras plantas. Las larvas de gorgo­
jos de la vid (p. 564) y los ácaros araña
roja (p. 550) podrían causar problemas
específicos, especialmente en el aire seco
de calefacción central en invierno.
En condiciones de invernadero tibias
y húmedas, las plagas y enfermedades,
como el moho gñs/Botrylis (p. 557), el
moho polvoso (p. 550), los pulgones (p.
550), así como los virus (p. 553) y las
moscas blancas (p. 550), pueden exten­
derse rápidamente.
Durante la limpieza anual (véase
«Mantenimiento rutinario», p. 491) re­
tire las plantas propensas a sufrir daños
por productos químicos; fumigue el in­
vernadero y controle plagas y enfer­
medades antes de volver a colocar las
plantas. Véase también P r o b l e m a s d e
P l a n t a s , pp. 545-577).
Hidrocultivo
Este sistema se ha desarrollado a par­
tir de la hidroponía, que es una téc­
nica para el cultivo de plantas en agua
a la que se agregan todos los nutrien­
tes necesarios. En el hidrocultivo, las
«raíces acuáticas» (que son ligera­
mente diferentes de las raíces de plan­
tas desarrolladas en la tierra) quedan
sostenidas dentro de un tiesto de ma­
lla abierta construido con un medio
de desarrollo inerte, y los nutrientes
se agregan al agua dentro de un con­
tenedor exterior impermeable. Un
marcador calibrado flotante dentro de
un indicador de plástico transparen­
te mide los niveles del agua: «máxi­
mos», «óptimos/mejores» o «mí­
nimos».
El hidrocultivo tiene varias venta­
jas: es fácil proporcionar cantidades
precisas y adecuadas de aire, agua y
nutrientes a las plantas; el medio de
desarrollo es limpio, inodoro, bien
drenado, libre de los excesos de aci­
dez y no atascado, lo que desalienta
la producción de malezas, plagas y
enfermedades; y el desarrollo a me­
nudo es más rápido y fuerte que en
tierra. Los bulbos, cactus, orquídeas
y muchas de las plantas habitualmen­
te cultivadas en despachos prosperan
en hidrocultivos; véase también la
«Guía de plantas de interior para jar­
dineros», p. 435.
Preparación de las plantas
Compre las plantas en viveros espe­
cializados o críelas a partir de esque­
jes, aunque algunas se pueden trans­
ferir desde el suelo. Entre principios
de primavera y principios de otoño,
elija una planta joven y sana y retire
de su tiesto. Empape el cepellón en
agua a temperatura ambiente duran­
te media hora hasta que la tierra se
desprenda de las raíces, y lave con
suavidad para limpiarlas.
Plantación
Si utiliza un cartucho con fertilizan­
te, fije firmemente a la base del ties­
to para hidrocultivar antes de plantar.
L avado de R a íc e s
Elimine restos de tierra bajo agua
corriente mientras sostiene la
planta (aquí una Dieffenbachia/
C u i d a d o R u t i n a r i o
T ie st o d e H id r o c u l t iv o
Tiesto de hidrocultivo
interior con la planta indicador del nivel
y el medio de de agua dentro de
desarrollo (aquí sostén moldeado
bolitas de arcilla); se
puede colocar en un
B o l it a s d e
contenedor - A r c il l a
impermeable.
Tiesto de hidrocultivo
interior de plástico flexible
Malla abierta para permitir un flujo
J__ Contenedor
exterior
libre de agua y nutrientes impermeable
Agua
Planta
desarrollando
Hueco para cartucho con fertili: «raíces acuáticas»
D e s p l ie g u e d e s o b r e m e sa agua y nutrientes hasta que el nivel
Chamaedorea -------------k Aucuba suba unos 3 cm.
elegans japónica
‘Variegata’
Alimentación
Existen varios fertilizantes solubles
disponibles; siga las instrucciones del
proveedor. Los minerales del agua del
grifo reaccionarán frente a los ferti­
lizantes, soltando nutrientes, que en­
tonces son absorbidos cuando la
planta los necesita.
Propagación por esquejes
Prepare esquejes del modo normal
(véase p. 453), después arraigue en
una jarra de agua o plante directa­
Syngonium mente en tiestos de hidrocultivo pe­
podophyllum \ Euphorbia queños. Introduzca los esquejes a 3-4
milii cm de profundidad entre bolitas de
arcilla de 2-4 mm. Para reducir la eva­
Agrupe varias plantas en tiestos poración, cubra con un saco de plás­
interiores en un recipiente mayor. tico o coloque en un propagador y
mantenga en luz clara e indirecta du­
Lave y empape algunas bolitas de arci­ rante dos semanas. Apenas aparezca
lla, después llene con ellas un tiesto para un desarrollo nuevo, retire la tapa.
hidrocultivo hasta la mitad. Coloque la Comience a regar y alimentar normal­
planta en el tiesto y extienda las raíces, mente dos semanas después de
llenando el tiesto cuidadosamente has­ plantar.
ta el borde con bolitas. Introduzca el in­
dicador del nivel del agua. Coloque ties­ T ip o s d e F e r t il iz a n t e
tos de hidrocultivo plantados, Los fertilizantes para
individualmente o agrupados, dentro de tiestos de hidrocultura
contenedores impermeables; los de vi­ tienen fórmulas aptas al
drio transparente son inadecuados por­ agua de grifo de
diversas durezas.
que permiten que la luz alcance las raí­
ces. Riegue hasta que el nivel del
indicador marque «óptimo/mejor».
Mantenga las plantas a 18°-25° C.
Riego
Las raíces se mantienen húmedas por la
acción capilar del medio de desarrollo
poroso. Si mantiene el nivel en «míni­
mo» durante 2 o 3 días estimulará la for­ Ferìizan le
mación de nuevas raíces. Nunca man­ soluble . Tabletas
granulado solubles
tenga el nivel en «óptimo» duarnte más
de dos semanas.
Antes de marchar de viaje, lleve los Cartucho de acción lenta con
contenedores al nivel «máximo» o pon­ fertilizante granulado, para fijar a
ga los tiestos en una bandeja. Agregue la base del tiesto interior.
E l J a r d í n de I n t e r i o r

Guía y poda de plantas cultivadas a cubierto

L
os principios básicos del guiado y E s t a b l e c im ie n t o d e la E structura de So po rte con el fin de producir frutos en vides
poda a cubierto son los mismos Tienda alambres (pp. 401-407) y frutos de árbol (pp.
que para las plantas en el exterior, aun­tensos entre 375-400).
que podría ser necesario adaptarlos para amellas (véase
acomodarse a períodos de floración ex­ Poda para limitar el desarrollo
tendidos y un espacio limitado. Las inserción). Sujete Bajo cristal, el espacio para arbustos y
plantas trepadoras demasiado poco re­ los vastagos más trepadoras siempre es limitado. Aunque
sistentes como para cultivar en el exte­ fuertes y pode se pueden evitar problemas eligiendo la
rior pueden cultivarse a cubierto con hasta brotes planta más adecuada con respecto al ta­
facilidad. Podadas y guiadas correcta­ mirando hacia maño del invernadero, podría ser nece­
mente aprovechan el espacio disponible abajo para
estimular un sario limitar el desarrollo para evitar que
de manera eficiente y proporcionan desarrollo horizontal. las plantas impidan la entrada de la luz.
sombra para otras plantas. Las trepadoras que crecen en el suelo de­
ben controlarse bien cuando hayan lle­
de un invernadero, son útiles para guiar ner su vigor y estimular la floración. nado el espacio disponible, ya que po­
Soportes de plantas todas las trepadoras. En el caso de in­
vernaderos colgadizos, tienda los alam­
Otras se vuelven demasiado grandes
para el espacio disponible o requieren
drían aplastar otras plantas.
Hay pocos arbustos y plantas orna­
bres entre armellas fijadas a la pared un recortado para conservar una estruc­ mentales, cultivados bajo cristal, que
Las plantas que requieren soporte cul­ posterior para no impedir la entrada de tura atractiva y equilibrada. Gracias a florezcan sobre leña antigua (pero com­
tivadas a cubierto comprenden trepado­ la luz. O bien sujete los alambres a lis­ la poda, al recortado y eliminado, se pruebe primero), de manera que un
ras ornamentales, algunos arbustos, tones verticales de pared taladrados y pueden conformar y guiar la mayoría de buen podado después de la floración es
anuales, hortalizas frutantes, árboles de atornillados. Mantenga los alambres plantas. El podado drástico sólo es ne­ generalmente aconsejable y seguro; el
frutos y vides (Vilis). Las trepadoras le­ tensos con un tornillo tensor al final de cesario para eliminar trozos viejos y dé­ momento de la floración no sólo varía
gítimas trepan por cuenta propia a lo cada alambre. Espacie los alambres a in­ biles o para renovar una planta des­ de una especie a otra, sino también se­
largo de soportes (véase «Métodos tre­ tervalos iguales: las vides requieren un cuidada. gún la temperatura y la situación. Re­
padores y soportes», p. 94), mientras espaciado de 25 cm; los árboles fruta­ Utilice herramientas con cuchillas afi­ corte los tallos demasiado largos en oto­
que los arbustos cultivados contra mu­ les 38-45 cm. Sujete los tallos de las tre­ ladas para evitar daños a los demás ta­ ño; elimine los vástagos desordenados
ros como soportes, por ejemplo, requie­ padoras con hilo blando a alambres de llos y practique un corte inclinado ha­ apenas aparezcan, sin tener en cuenta
ren que se los sujete. soporte verticales u horizontales. cia abajo por encima de un brote para si es el momento de podar o no.
Algunas vides necesitan un soporte rí­ Se pueden fijar mallas a la estructu­ estimular el desarrollo de vástagos nue­ Algunas plantas florecen bajo cristal
gido permanente, bien sujeto a la estruc­ ra del invernadero, que servirán para vos. Un cuchillo afilado es ideal para ta­ durante gran parte del año, pero hay que
tura de un invernadero de madera o a sostener plantas. La malla de plástico se llos blandos; use podaderas para los podarlas para controlarlas. A principios
las barras que sostienen los cristales de descompone y deberá cambiarla después leñosos. de primavera, recorte el desarrollo de la
uno de estructura de aleación. Los alam­ de una o dos estaciones, de manera que estación previa en el caso de híbridos
bres, tendidos a lo largo de las paredes no es apta para perennes. En su lugar, Qué y cuándo podar adultos de Abutilón y recorte Coroni­
utilice malla de alambre revestida de El mejor momento para podar depen­ lla e Hibiscus. Las especies y cultivares
plástico. de de la estación de florecimiento de la de Hoya siguen floreciendo sobre tallos
P lantas T r e p a d o r a s pa r a También existen algunas estructuras planta y de la edad de la leña sobre la antiguos, así que no los elimine. Aga-
C u l t iv a r a C u b ie r t o de malla de alambre fabricadas expre­ que las plantas florecen. Algunas plan­ petes también florece sobre leña vieja,
Pode después de florecer
samente y varios tipos de espalderas de tas sólo florecen sobre el desarrollo de pero puede requerir un recorte para es­
Allemanda calharlica madera sujete: bien a los listones fija­ la nueva estación y sobre éstos se puede timular un hábito arbustivo.
‘Hcndersonii’ # © dos a la pared del invernadero. Guíe las recortar, en primavera, el desarrollo an­
Clerodendrum thomsoniae # © plantas a lo largo del alambre tejido o tiguo sin riesgo de dañar la producción Eliminación de extremos
Disliclis buccinatoria * de las mallas al crecer y sujete con hilo de flores en la estación siguiente. Otras Para mejorar el aspecto y aumentar el
Jasminum, algunas blando. florecen sobre leña más antigua y sólo número de vástagos floridos que se pro­
Kennedia rubicunda # Las trepadoras anuales ornamentales, deben recortarse después de florecer. ducen sobre arbustos jóvenes, escanden-
Mandevilla splendens # © o las hortalizas frutantes, como los to­ Véase las pautas dadas acerca de la poda tes o guiados, elimine los extremos de
mates, pueden sujetarse con hilo blan­ de arbustos ornamentales (pp. 75-82), los vástagos nuevos a lo largo de la es­
do a cañas clavadas verticalmente en in­ trepadoras (pp. 104-107) y de la poda tación de desarrollo.
Mandevilla tervalos de 15-30 cm. Otra opción
splendens
consiste en dejar colgar cordeles fuer­ R eco rte despu és P o d a o t o ñ a l pa r a
Pandorea ces, fijados bien al techo hasta la base d e F lorecer L im it a r el D e sa r r o llo
jasminoides * de las plantas. Sujete el hilo de manera
Passiflora # floja debajo de la primera hoja legíti­ Recorte los vástagos
Senecio, algunas * ma de la planta, después enrolle alrede­ florecidos dejando 2-3
Solanum wendlandii * S dor de los tallos y vuelva a llevar hasta , brotes; estimulará la
Slephanotis floribunda * la estructura. No deje que el cordel producción de los
Thunbergia # apriete el tallo de la planta. Para deta­ vástagos floridos de
lles sobre el trataminento de cada plan­ la siguiente estación,
Pode según necesidades ta en particular, véase los apartados so­ que deben sujetarse
Agapeles macrantlia * bre podado y guiado en los capítulos i ^ d e manera horizontal
Hoya * correspondientes. a los alambres.
Asarina erubescens *
Cissus #
Cobaea scandens *
Gynura aurantiaca # ©
Poda de plantas En otoño, recorte los vástagos más
débiles y reduzca el desarrollo
Ipomoea horsfalliae * cultivadas en el interior tupido; ello permitirá que la luz
penetre abundantemente iluminando
C lave Al igual que las plantas cultivadas en el el follaje y estimulará el desarrollo
* No resistente exterior, muchas plantas de interior re­ de vástagos fuertes para formar una
© Requiere humedad elevada quieren un podado regular para mante­ estructura sólida.
Propagación
a propagación de plantas de inte­
L rior es un modo económico de Antes de dividir una planta de tiesto, rie­
aumentar existencias y de reemplazargue el cepellón concienzudamente y deje
plantas viejas con ejemplares más jóve­
nes y vigorosos. Una propagación efi­
caz requiere luz, condiciones limpias, ca­
lor y la suficiente humedad.
El método de propagación más sen­
cillo es la división, que sólo produce al­
gunas plantas cada vez. La mayoría de
las plantas nuevas para cultivar en el in­
terior o a cubierto, sin embargo, se cul­
tivan a partir de semillas o esquejes,
dado que estos métodos habitualmente
producen un mayor número de plantas.
Algunas plantas pueden multiplicarse
por acodos.
Propagación por división
La división es uno de los sistemas más
rápidos para propagar plantas. Muchas
plantas producen plántulas, vástagos, re­
toños o bulbilos autoarraigantes, que
pueden ser separados de la planta ma­
dre y colocados en tiestos individuales.
C óm o P r o p a g a r P l a n t a s por
1 2
Riegue la planta a fondo
(aquí Calathea^ una hora
antes de dividirla. Sostenga la
planta y golpee el borde contra
una superficie dura. Deslice la
planta fuera.
4 2
Recorte las raíces gruesas
con un cuchillo, de manera
que los trozos quepan en sus
tiestos nuevos; cuide de dejar las
raíces fibrosas delicadas intactas.
División del rizoma
que escurra. Las plantas herbáceas y las
que forman terrones pueden separarse
con suavidad o cortarse en trozos sepa­
rados, cada uno con su propio sistema
de raíces, y vueltos a colocar en tiestos.
Emplee un cuchillo afilado para sepa­
rar ¡as raíces carnosas de las plantas ri-
zomatosas; conserve los trozos vigoro­
sos con desarrollo nuevo y raíces de
alimentación fibrosas. Pode las raíces
largas y gruesas y las que estén daña­
das. Espolvoree las heridas con fungi­
cida. Vuelva a plantar cada división en
un tiesto limpio, utilizando un abono si­
milar al de la planta madre. Riegue las
plantas y mantenga bien iluminadas —
pero fuera del sol directo— hasta que
se establezcan. Véase también «Cambio
de tiesto y revestido», p. 446.
División de plántulas
Las plántulas son pequeñas versiones de
la planta madre que crecen sobre sus ho­
jas, estolones, tallos o inflorescencias.
Una vez que sean lo bastante grandes
D iv is ió n
Elimine la tierra sobrante, ya { Separe el cepellón en trozos
sea sacudiendo la planta con con las manos o una horca
suavidad o eliminando una parte de manual. Hágalo cuidadosamente
la tierra con los dedos, de manera para no dañar los tallos o las
que las raíces se vuelven accesibles. raíces fibrosas.
3
Para volver a
plantar, elija ¿g
trozos con vástagos '
jóvenes sanos
(véase inserción).
Introduzca cada trozo
en un tiesto con
mezcla de tierra negra.
Afirme con suavidad y
riegue bien para
estimular el
establecimiento de las
raíces. Etiquete.
como para manipularlas, separe junto
con 3 cm del tallo de hoja o estolón, se­
gún cada caso. Introduzca el tallo de la
P l a n t a s d e I n t e r io r
D iv isib les
plántula en un tiesto con tierra de sus­
tituto de turba o turba, para que las Plantas/vástagos
plántulas se apoyen en la superficie. Rie­ Chlorophytum #
gue el tiesto y coloque en un saco de Cryptanthus # ©
plástico para conservar la humedad. Las Haworthia #
raíces deberían formarse después de Saxífraga stolonifera * ©
unas tres semanas. Después de esto, la Moranla leuconeura var. kerchoviana
plántula tarda hasta cinco semanas en
volver a crecer, momento en el que se Rizoma
la puede volver a cambiar de tiesto. Adiantum * ©
Anthurium #
División de vástagos arraigados Aspidistra #
Algunas plantas, como Saxífraga stolo- Calathea # ffi
nífera (sin. S. sarmentosa) y Episcia, se Cyperus #
extienden por medio de vástagos reptan­ Maranta leuconera
tes. Si éstos se arraigan de manera indi­ Microlepia strigosa #
vidual en tiestos con tierra, luego podrán Phlebodium aureum * ffi
separase de la planta madre para formar Phyllitis # ffi
Pteris eretica # ffi
plantas nuevas.
Stromanthe # ffi
División de retoños y bulbilos
Los retoños son plantas pequeñas que C lave
se desarrollan en la base de las plantas. # No resísteme
Elija uno bien desarrollado con algunas © Requiere humedad elevada
raíces; corte o arranque limpiamente del
P r o p a g a c ió n p o r
V á sta g o s A r r a ig a d o s
Estaquille vástagos (aquí
Saxifragia stolonifera ) en
tiestos individuales de 6 cm con
tierra húmeda estándar para
tiestos. Mantenga bien regados.
Tras varias semanas, separe
cada plántula arraigada, en
su tiesto, de la planta madre,
cortando el vástago cerca de la
planta joven. Etiquete.
 tallo principal e introduzca en un tiesto
con tierra para tiestos húmeda. Cubra
el tiesto con un saco de plástico hasta
que se haya producido el desarrollo.
Algunas plantas producen bulbilos
sobre los frondes o las axilas de las ho-
' jas. Sepárelos y arraigue en mezcla para
tiestos húmeda de tierra negra. Para más
información, véase L irios, Propagación
a partir de bulbilos de tallo, p. 243.
Cultivo de plantas de
interior a partir de semillas
Las semillas de especies puras producen
plantas legítimas; las de muchas plan­
tas híbridas de interior no lo hacen. Se
pueden obtener resultados uniformes de
selecciones o híbridos de primera gene­
ración (Fl) de bienales, anuales y algu­
nas perennes, como ciclaminos o ge­
ranios.
Tierras y contenedores para semillas
Use un abono preparado específicamen­
te para semillas (véase S u e l o s y F e r t i ­
lizantes , «Tierras para la propagación»,
p. 534). Debe ser una mezcla que drene
bien y de textura abierta, que conserva
la humedad sin empaparse ni formar
una costra dura en la superficie.
Se puede usar una variedad de con­
P la n tas d e I n t e r io r
F lo r id a s c r ia b l e s a p a r t ir
d e S em illas
Alonsoa ♦
Begonia (tipos de raíz
fibrosa y tuberosos) * ©
Browallia *
Caesalpinia pulcherrima #
Campanilla # ©
Clitoria *
Cobaea #
Cuphea *
Cyclamen, algunas * ffi
Exacum affine * ©
Impatiens # ffi
Jacaranda mimosifolia #
Pelargonium (híbridos modernos
de flores múltiples)
Prímula x kewensis * ffi
P. matacoides # ffi,
P. obconica # ffi,
P. sinensis # ©
Prímula
matacoides
Salpiglossis #
Schizanthus ♦
Senecio x hybridus *
Sinningia # ffi
Thunbergia *
Torenia #
C lave
# No resistente
® Requiere humedad elevada
tenedores, como medios tiestos, cacha­
rros y la mitad o un cuarto de una ban­
deja semillera. Use un contenedor de ta­
maño adecuado a la cantidad de plantas
requerida. También existen bandejas ce­
lulares especiales, fácilmente obtenibles,
que permiten que cada semilla crezca en
su propio taco de tierra.
Cuándo sembrar
La mayoría de las semillas se siembran
en primavera, pero las de las especies de
floración primaveral precoz se siembran
en otoño. Las de anuales pueden sem­
brase en varias tandas, desde primave­
ra hasta principios de verano, para ob­
tener floraciones sucesivas. Las semillas
de muchas especies exóticas se siembran
en primavera, pero germinan libremen­
te apenas están maduras. Sin embargo,
puede resultar difícil mantener los plan­
tones jóvenes vivos durante el invierno.
Preparación de las semillas
Para germinar, algunas semillas requie­
ren tratamiento especial. Las de cásca­
ra dura requieren un tratamiento antes
de sembrar, como sumergirlas en agua
tibia; el tiempo necesario varía entre 10
minutos para una Cordyline australis
hasta 72 horas para las semillas de plá­
tano. Otras semillas de cáscara dura,
como las de Caesalpinia pulcherrima,
no germinarán salvo si se corta la cás-
C u l t iv o de P la n ta s d e I n t e r io r a
J t
; Mezcle las semillas tipo polvo
(aquí Campanula^ con arena
seca y fina en un saco; facilitará
un sembrado más homogéneo.
Siembre las más grandes a mano.
Cuando los plantones se
3trasplante
puedan tomar por las hojas,
a un contenedor con
tierra para tiestos húmeda por
medio de una espátula.
cara con un cuchillo o una lima. Si la
semilla fuera demasiado pequeña para
manipular, raspe con suavidad entre dos
hojas de papel de lija fino. Para asegu­
rar del éxito, siga las instrucciones del
proveedor explicadas en el paquete de
semillas.
Sembrado de las semillas
Rellene el contenedor con abono para
semillas estándar y golpee contra el ban­
co; elimine el sobrante para que el abo­
no esté al nivel del borde del contene­
dor. Afirme hasta una profundidad de
1 cm.
Riegue la tierra antes de sembrar las
semillas y permita que el contenedor se
escurra correctamente. Si riega con una
regadera después de sembrar, el agua
puede juntar o arrastrar las semillas,
agrupándolas, lo que conduce a apiña­
mientos y podredumbre por el pie.
Siembre todas las semillas escasa y
homogéneamente. Es más fácil sembrar
semillas diminutas si antes las mezcla
con arena horticultural. Coloque las se­
millas grandes a distancia suficiente para
que los plantones se desarrollen sin un
entresacado posterior. O plante las se­
millas individualmente en tiestos peque­
ños, bandejas celulares o bloques de
tierra.
Como regla general, cubra las semi­
llas con tierra hasta una profundidad
P a r t ir de S em illa s
2 conSiembre la mezcla en un tiesto
tierra para semillas húmeda
por medio de un papel sostenido
cerca de la superficie de la tierra...
Etiquete y coloque en propagador.
¡* k S i
4
Una vez que los plantones se
hayan establecido, coloque en
tiestos o módulos individuales y
siga cultivando. Riegue y etiquete
cada tiesto.
equivalente a su diámetro menor. Debe
dejar las semillas muy pequeñas —o las
que requieren luz para germinar— des­
cubiertas encima de la superficie de la
tierra. Cubra el contenedor con un cris­
tal, un saco de plástico o la tapa de un
propagador a fin de conservar la hume­
dad y evitar que el abono se reseque. Co­
loque el contenedor a la temperatura co­
rrecta, bien iluminado pero fuera del sol
directo y deje germinar las semillas.
Temperaturas de germinación
Las semillas generalmente germinan a
50 C más que la temperatura mínima ne­
cesaria para la misma planta durante su
desarrollo. Como regla general, una
temperatura de 15°-18° C es adecuada.
La temperatura correcta varía para se­
millas diferentes, de manera que siga las
instrucciones del paquete de semillas.
Las plantas cultivadas a cubierto para
crecer fuera germinan a 10° C o menos.
Muchas plantas tropicales y subtropica­
les necesitan 24°-26° C para germinar.
51 resultara difícil mantener estas tem­
peraturas en el interior, considere el uso
de un propagador con calefacción. Aun­
que existen muchos tipos y tamaños di­
ferentes, la mayoría posee un termosta­
to que perm ite m antener una
temperatura específica.
Cuidados posteriores al sembrado
de semillas
Elimine la condensación formada sobre
las tapas para no alentar enfermedades
fúngales. Tras 7-10 días, examine los
contenedores diariamente para descubrir
señales de germinación y retire las tapas
apenas aparezcan los plantones. Los
tiempos de germinación varían mucho,
y algunas semillas más grandes pueden
tardar varios meses en germinar. Man­
tenga el abono húmedo; utilice bien una
regadera o bien, en el caso de planto­
nes muy delicados, un rociador.
La alimentación no será necesaria si
las semillas han sido sembradas en tie­
rra con un poco de nutriente, aunque los
plantones que deben permanecer en su
contenedor durante cierto tiempo se be­
neficiarán de una alimento líquido du­
rante su desarrollo. Si los plantones co­
menzaran a inclinarse hacia la luz, gire
el tiesto diariamente y sombree con un
cartón o con malla de sombreado si exis­
tiera peligro de abrasado por el sol.
Trasplante de plantones
Cuando los plantones midan 1 cm de al­
tura, pueden trasplantarse a tiestos más
grandes o a paquetes de tierra. Primero
riegue, deje escurrir durante una hora,
después afloje golpeando contra el cos­
tado del contenedor. Retire los planto­
nes del contenedor usando un instru­
mento pequeño y plano. Si los plantones
estuvieran apiñados, separe con una es­
pátula o un lápiz, manipule los planto­
nes con cuidado por las hojas, ya que
los tallos se dañan con facilidad.
Haga agujeros en tierra fresca en un
contenedor con una espátula. Introduz­
ca cada plantón de manera que esté a
la misma profundidad que antes. Apli­
que más tierra alrededor de las raíces y
afirme cada plantón ligeramente. Los
plantones pequeños deben estar a 2,5 cm
de distancia y los más grandes a unos
5 cm. Riegúelos con una regadera de ro­
seta fina. En el caso de plantones plan­
tados individualmente en una bandeja
celular, retire el plantón junto con su
taco de tierra y coloque en un tiesto.
Cambio de tiesto
Una vez que las raíces de las plantas ha­
yan llenado el contenedor, debe cam­
biarlas de tiesto (véase p. 446). El tiesto
nuevo debe ser lo bastante grande como
para que queden 2,5 cm alrededor del
cepellón. Introduzca la planta de mane­
ra que la base del tallo esté al mismo ni­
vel que la superficie de la tierra. Asien­
te la tierra golpeando el tiesto contra un
banco, afirme ligeramente y riegue con
una roseta fina.
Una vez cambiadas de tiesto con tie­
rra normal, las plantas nuevas pueden
tratarse como ejemplares maduros. Ase­
gure las condiciones correctas.
Propagación por esquejes
La mayoría de las plantas no resisten­
tes de interior pueden propagarse fácil-
P r o p a g a c ió n por E s q u e je s
mente por esquejes de leña blanda (de
los extremos, arraigados en abono o en
agua), esquejes de brote de hojas o de
hojas. Se pueden tomar esquejes semi-
maduros o leñosos de arbustos de inte­
rior. Los factores importantes para lo­
grar el éxito con los esquejes son el
momento de corte, la higiene, el calor
y la humedad.
Esquejes semimaduros
Tome esquejes de leña semimadura del
desarrollo de la estación en curso en ve­
rano, después de la primera floración
primaveral repentina, pero antes de que
la leña esté completamente madura; el
material adecuado será firme pero fle­
xible y ofrecerá cierta resistencia al do­
blarlo. Las plantas cultivadas a cubier­
to alcanzarán la madurez antes de
mediados de verano, así que examine los
vástagos nuevos con cuidado a partir de
principios de verano. Para detalles de
esta técnica, véase A r b u s t o s O r n a m e n ­
t a l e s , «Esquejes semimaduros», p. 84.
Esquejes de brotes de hojas
Los géneros como Ficus y Hoya pueden
multiplicarse por esquejes de brotes de
hojas, que son cierto tipo de esquejes se­
mimaduros. Corte tallos en trozos de
2,5-5 cm, cada uno con una hoja única
y un brote de axila de hoja. Después in­
troduzca en tiestos con tierra para ties­
de L eñ a B landa
tos y coloque los tiestos en un propa­
gador a 15°-18° C. Para más detalies, P l a n t a s d e I n t e r io r
véase A r b u s t o s O r n a m e n t a l e s , «Es­ P r o pa g a b le s p o r E sq u e je s
quejes de brotes de hojas», p. 85.
d e L eñ a B landa
Esquejes de leña blanda Abutilón, algunas #
Éstos se recogen a principios de prima­ Acalypha # ©
vera. Elija vástagos laterales nuevos de Aeschynanthus ♦ ©
nódulos cortos y retire por medio de un Alloplectus ♦
cuchillo limpio y afilado. Al preparar los Bougainvillea #
esquejes, haga cortes limpios y precisos
que no desgarren los tallos. Sumerja la Brunfelsia
base de cada tallo en polvo de arraigue paueißora
hormonado y, con una espátula o un lá­
piz, introduzca varios esquejes en un
tiesto con tierra para esquejes estándar. lirunfelsia pauciflora # ©
Los esquejes pueden estar cerca unos de Callisia *
otros o distribuidos alrededor del bor­ Catharanthus #
de, a condición de que las hojas no se Cissus *
toquen. Codiaeum # ©
Coloque el tiesto en un propagador Coleus blumei * ©
o cubra con un saco de plástico para re­ Columnea # ©
ducir la pérdida de agua: sin embargo, Crassula, algunas # , ©
asegure que el saco no toque los esque­ Crossandra ♦ ©
jes. Deje el tiesto en un lugar cálido e Epiphyllum # ©
iluminado, pero fuera del sol directo. Epipremnum *
Examine los esquejes cada uno o dos Euphorbia pulcherrima ¡fc
días y, si fuera necesario, elimine la con­ Ficus benjamina #
densación abriendo el propagador o el Fittonia i ©
saco durante un rato.
Las raíces tardarán entre cuatro y seis Gardenia # ©
Gynura * ©
semanas en formarse. En este punto, Hibiscus,
cuando pueda observarse un desarrollo algunas *
joven, traslade los esquejes a tiestos in-
Hibiscus
rosa-sinensis
‘The Prcsidcr

Hoya %
Impaliens repens # ©
¡resine # ©
Ixora coccínea * ©
Jasminum mesnyi *
Justicia #
Kalanchoe *
Mandevilla splendens * ©
Pachystachys #
Passiflora *

1 3
Llene un tiesto de 13 cm
con tierra para tiestos
húmedo y nivele apisonando.
Con podaderas o un cuchillo Recorte cada esqueje hasta
2 corte algunos vástagos, de unos debajo de un nodulo,
Pelargonium *
PeUionia *
10-15 cm de largo, con nódulos eliminando las hojas inferiores Penlas lanceolata #
cortos, por encima de un nodulo. para obtener un trozo de tallo Peperomia # ©
Aquí, la planta es una Gynura limpio en la base (véase Pilca * ©
aurantiaca. inserción). No desgarre. Plumbago auriculata #
Polyscias & ©

5
Riegue y etiquete Rhipsalidopsis gaertneri ©,
los esquejes. R. rosea #
Coloque el tiesto en un Rltipsalis # ©
propagador en un sitio Rhoicissus capensis #
tibio y claro y Ruellia # ©
mantenga la Schlumbergera # ©
temperatura de la Sonerila $ ©
tierra a I8°-2I° C Sparmannia # ©
hasta que los esquejes Stephanotis # ©
arraiguen y pueda Streptosolen $
cambiarlos de tiesto. Syngonium & ©
Tibouchina # ©
Tradescantia, algunas # , ©

4
Espolvoree los esquejes con
polvo de arraigue hormonado;
coloque en el tiesto sin que las C lave
hojas toquen la tierra. # No resistente
© Requiere humedad elevada
dividuales con mezcla de sustituto de
turba o de tierra negra para seguir cul­
tivando. Mantenga las plantas jóvenes
en un lugar tibio, ligeramente sombrea­
do hasta que estén bien establecidas.
Arraigue de esquejes de leña blanda
en agua
El método más sencillo de arraigar es­
quejes de leña blanda consiste en colo­
carlos en un vaso o jarro con agua en
un sitio iluminado y tibio. Prepare cada
esqueje como un esqueje de leña blan­
da normal, asegurando que las hojas in­
feriores han sido limpiamente elimina­
das. Sostenga el esqueje con malla
colocada sobre el vaso, para que el ta­
llo quede suspendido en el agua. Cuan­
do se desarrollen las raíces y aparezca
el desarrollo nuevo, coloque los esquejes
en tiestos. Prepare tiestos con material
de drenaje y 2,5 cm de tierra. Sostenga
cada esqueje dentro de un tiesto con sus
raíces extendidas y rellene con tierra has­
ta que las raíces estén cubiertas. Afir­
me y riegue los esquejes a fondo.
Propagación a partir
de hojas
Algunas plantas pueden propagarse fá­
cilmente a partir de hojas enteras o tro­
zos de hojas. En algunos casos, las ho­
jas se introducen en tierra (o agua),
mientras que en otros se cortan o ras­
pan antes de introducirlas o colocarlas
planas sobre la tierra. Cada hoja debe­
ría producir un número de plántulas,
una vez que se hayan cortado las venas
de las hojas.
Hojas enteras
Ciertas plantas, con frecuencia las de
hojas carnosas que crecen en rosetas,
como las violetas africanas (Saintpau-
lia) y las gloxíneas (Sinningia speciosa),
además de begonias Rex y rizomatosas
y algunas suculentas (véase p. 271), pue­
den multiplicarse por esquejes de hojas.
Elija hojas sanas no dañadas y com­
pletamente desarrolladas para los esque­
P r o p a g a c ió n de P lantas de
1 2
Corle hojas sanas de la
planta madre (aquí
Saintpaulia/ Ponga cada tallo en
un tiesto con tierra para esquejes
sin que la hoja toque la tierra.
P r o p a g a c ió n d e E s q u e je s
I
Con un cuchillo
a f ilado y limpio,
retire esquejes sanos
de nódulos cortos de
10-15 cm de largo de
una planta sana y
vigorosa (aquí
Coleus/ Corle cada
uno por encima de
un nodulo.
3 5
Meta los esquejes en un
jarro con agua, sostenidos
por un trozo de malla de alambre. siempre esté debajo de la superficie.
Los tallos deben estar en agua. Se desarrollará una red de raíces.
jes y corte cerca de la base de los tallos
de las hojas. Acorte cada tallo con un
corte recto a 3 cm más abajo que la hoja;
introduzca los esquejes individualmen­
te en tiestos preparados con tierra para
esquejes (1 parte de arena y 1 parte de
sustituto de turba o turba), etiquete y
riegue. Coloque los tiestos en un pro­
pagador o cubra cada uno con un saco
I n t e r io r a p a r t ir d e E sq u e je s
Riegue, etiquete y cubra los
tiestos. Unas campanas pequeñas
(bases de botellas plásticas de
bebidas) son adecuadas. Deje en
lugar claro y tibio, sin sol directo.
de L eña Blanda en
2
Recorte cada esqueje debajo
de un nodulo y elimine las
hojas inferiores para obtener un
tallo limpio en la base (véase
inserción).
Rellene con agua para que el Cuando los esquejes estén
4
extremo inferior de cada esqueje
bien arraigados, plante cada
uno en un tiesto de 6 cm con
tierra para esquejes arenosa.
de plástico transparente o con una cam­
pana improvisada (véase abajo). Cuan­ M it a d e s de H ojas
do cada esqueje produzca plántulas, re­
tire la tapa. Siga cultivando hasta que
cada plántula sea lo bastante grande
para separarla. O arraigue hojas de ta­
llo largo (especialmente las de las vio­
letas africanas) en agua, aunque el arrai­
gue tarda más que en tierra.
1
Divida la hoja (aquí
Streptocarpus/' elimine la
costilla central y descubra las
venas.
3
Cada hoja producirá varias
plántulas. Cuando se desarrollen,
2
retire las cubiertas y cultive hasta Meta los trozos con la parte
que sean bastante grandes para cortada hacia abajo en
poner en tiestos individuales. zanjas poco profundas. Afirme.
Hojas raspadas o corladas
Las hojas de plantas con venas sobre­ P r o p a g a c ió n a p a r t ir de H o ja s C o r t a d a s
salientes, como las begonias Rex y va­ C uadrados H ojas

1
Elija una hoja de
rios miembros de la familia de las ges- joven y sana
neriáceas, por ejemplo Slreplocarpus, —
producirán plántulas pequeñas si se las
(aquí Begonia rex) y
practique un corte de
raspa o corta y luego se mantienen las I cm con un cuchillo
venas cortadas en contacto con la tie­ a través de cada una
rra húmeda; las hojas pueden cortarse de las venas más
por la mitad o pueden rasparse. fuertes en la parte
Sea cual fuere el método empleado, inferior de la hoja
mantenga el contenedor dentro de un (véase inserción).

1
propagador o un saco de plástico trans­ Recorte 4 o 5 trozos del
parente en un sitio claro pero fuera del tamaño de un sello postal
sol directo, impidiendo que toque la su­ de una hoja sana. Cada trozo
perficie de las hojas, y selle. Las hojas debe tener una vena fuerte.
que se propagan deben mantenerse a
!8°-24° C.
Cuando se hayan desarrollado grupos
de plántulas a partir de las venas corta­
das, retire y separe con cuidado, conser­
vando un poco de abono alrededor de
las raíces de cada una y coloque indivi­
dualmente en tiestos de 6 cm con tierra
para esquejes.
Algunas plantas suculentas, incluyen­
do Sansevieria y aquellas con tallos

aplanados tipo hoja, como Epiphyllum ,
también pueden propagarse por trozos
de «hojas», aunque éstas se tratan de un
modo ligeramente diferente.
Para más detalles, véase C a c t u s y
O tr a s S u c u l e n t a s , «Propagación a
partir de trozos de tallo», p. 272.
2
Coloque la hoja con la parte Deje la bandeja en lugar tibio,
cortada hacia abajo, en una 3
sin luz directa del sol. Cuando 2 lasColoque los trozos con
venas hacia abajo en
bandeja con tierra para esquejes. las plántulas se hayan desarrollado,
Clave las venas a la tierra. separe de la hoja (véase inserción) tierra húmeda. Clave con aros
Etiquete y coloque en un y coloque en tiestos individuales. de alambre, y trate como a
propagador o saco de plástico. otros trozos de hoja._________

Propagación de begonias tuberosas

Cuando los tubérculos de las bego­
nias mueren por los extremos de ma­
nera natural durante el otoño, alma­
cene dentro de sus tiestos a 5°-10° C
en un lugar seco a lo largo del invier­
no. O bien retire y limpie los tubér­
culos, espolvoree las coronas con fun­
gicida y almacene en cajas con arena
seca, sustituto de turba o turba.
A principios de la estación de de­
sarrollo, coloque los tubérculos en
una bandeja de tierra húmeda areno­
sa (I parte de arena, I parte de susti­

I 2
tuto de turba o tierra de turba). Al­
macene a una temperatura mínima de
13°-16° C. Cuando los brotes nuevos
En otoño, retire los
tubérculos inactivos y limpie.
En primavera, ponga tubérculos
con el lado cóncavo arriba 3 Altubérculo
aparecer vástagos corte el
en trozos con brotes
Espolvoree las coronas con fungicida separados 5 cm y a 2cm de y raíces. Unte las superficies con
sean claramente visibles, corte el tu­ e inverne en lugar seco. profundidad en abono húmedo. fungicida y deje secar.
bérculo en trozos, asegurando que
cada uno tiene al menos un brote y
algunas raíces. Espolvoree los trozos E sq u eje s de B ase
con fungicida y deje secar durante al­
gunas horas en un sitio tibio. Cuan­
do las superficies de corte hayan for­
mado callos, coloque los trozos en
mezcla de tierra negra. No afirme la
tierra en exceso ni la riegue, ya que
ello estimula ataques fúngales.
Otra opción consiste en permitir
que se desarrollen vástagos nuevos so­
bre los tubérculos y usar éstos como
esquejes basalcs. Tome esquejes con
un ojo. Sumerja la base de cada es­
queje en polvo de arraigue hormona-
4 5
Coloque los trozos Mantenga los tiestos en Retire vástagos de 5 cm del
do e introduzca, a 2 cm de profundi­ individualmente en tiestos de 13 un propagador en lugar tibio y tubérculo, con un ojo en la
dad, alrededor del borde de un tiesto cm, con los extremos a nivel de la sin heladas. Cuando estén base. Ponga en tiestos y trate
o cazuela llenos de mezcla para esque­ superficie de la tierra. Riegue y etiquete. establecidos, ponga en tiestos. como un tubérculo individual.
jes de tierra negra.
Propagación por acodo
El acodo implica practicar un corte en
el tallo de una planta, induciéndolo a
producir raíces y separando el tallo
arraigado después. Este método tiene
una tasa de éxitos elevada, ya que el ta­
llo acodado recibe nutrientes de la plan­
ta madre durante su desarrollo.
Algunas plantas de interior son pro-
pagables por acodos —ya sean aéreos
o en tierra. Los acodos aéreos producen
plantas nuevas bastante grandes a par­
tir de un ejemplar más viejo, pero pue­
de llevar un tiempo considerable. El aco­
do sencillo en tierra produce existencias
nuevas bastante rápidamente.
Acodo aereo
Este es un método excelente para reem­
plazar plantas de interior viejas o daña­
das, como la planta del caucho (Ficus
elástico) y sus parientes. Se puede esti­
mular el extremo de la planta o de un
rama para que forme raíces nuevas y
después separarlo de la planta madre.
Elija un trozo de tallo del desarrollo
nuevo de unos 10 cm de largo y del gro­
sor de un lápiz. Corte la parte inferior
de un saco de plástico transparente para
hacer una manga transparente y deslice
por encima del tallo o, si las hojas fue­
ran demasiado grandes para permitirlo,
envuelva el tallo con un trozo de plásti­
Riegue la nueva planta escasamente has­ berían comenzar a arraigar en la tierra
ta que se establezca. y comenzar a formarse vástagos nuevos;
co transparente y selle con cinta adhe­ entonces, el acodo arraigado puede se­
siva. Fije la manga debajo de la zona Acodo sencillo parase de la planta madre. Si los requie­
del tallo elegida. Los vástagos trepadores o reptantes pue­ re, puede acodar varios vástagos al mis­
Con un cuchillo afilado, haga un cor­ den acodarse en tierra mientras siguen mo tiempo, cada uno en su propio tiesto.
te poco profundo inclinado hacia arriba sujetos a la planta madre. Cuando separe las plantas nuevas,
en el lado del (alio, después mantenga Elija un vástago largo y vigoroso y es- siempre cuide de no estropear el aspec­
esta lengüeta levantada introduciendo taquiile dentro de un tiesto pequeño con to de la planta madre. Para mayor in­
un poco de musgo esfagnáceo húmedo. tierra para esquejes húmeda. Después de formación, véase el apartado P la n ta s
En el caso de plantas leñosas, otra op­ tres o cuatro semanas, las raíces de­ T r e p a d o r a s , p. 115.
ción consiste en raspar dos anillos a 2
cm de separación debajo de una articu­
lación sana de una hoja en la parte del
tallo elegida; las raspaduras deben ser A c o d o S e n c il l o Elija un vástago largo
lo bastante profundas como para pene­ sano y estaquille el
trar la corteza sin dañar la leña. Elimi­ Planta madre desarrollo joven en un
ne la corteza entre los anillos sin tocar tiesto pequeño lleno de
el cámbium. abono para esquejes
En ambos casos, espolvoree polvo de húmedo. Cuando se
arraigue sobre los cortes. Llene la man­ formen raíces, sepárelo
ga con musgo húmedo y selle, para que de la planta madre.
la zona esté completamente cerrada para
evitar que se reseque. Si el tallo fuera pe­
sado, sostenga con una caña.
Pueden transcurrir meses antes de que
aparezcan las raíces. Si el musgo comen­
zara a secarse, abra el plástico, agregue
un poco de agua y vuelva a sellar. Cuan­
do aparezcan las raíces, separe de la ma­
dre el tallo acodado y coloque en un ties­ húmedo
to con abono para tiestos de tierra negra.

C óm o P r o p a g a r por A co do A éreo

1
Elimine las hojas (aquí, Ficus
clástica,/ de un trozo recto de
tallo (véase inserción). Deslice una «lengüeta» con una incisión
manga de plástico por encima del inclinada hacia arriba de 5 mm de
tallo y fije la parte inferior con cinta profundidad y 2,5 cm de largo.
adhesiva.
Una vez que la manga esté
5 bien rellena de musgo, fije la
parte superior al tallo con cinta
adhesiva.
Doble la manga hacia abajo.
2 Sostenga el tallo y corte una
6
Cuando las raíces nuevas
sean visibles, corte el tallo
debajo del cepellón con podaderas. la planta joven se
Retire la manga de plástico.
3musgoAplique polvo de arraigue
esfagnáceo húmedo en la
Coloque la manga en
hormonado al corte e introduzca 4 posición alrededor de la
incisión con musgo. Rellene con
incisión por medio de una caña más musgo esfagnáceo húmedo.
partida o el reverso de una cuchilla.
Afloje la bola de
7lasmusgo y extraiga
raíces. Coloque el
acodo arraigado en un
contenedor en el que
queden 5 cm de
espacio alrededor del
cepellón. Rellene con
mezcla de tierra negra
y afirme con mucha
suavidad, asegurando
que las raíces nuevas
no se dañen. Riegue,
etiquete y coloque el
tiesto en lugar
sombreado hasta que
establezca.
 S eg u n d a P arte

M a n te n im ien t o del
a r d ín
Cómo elegir herramientas y equipos para el invernadero,
diseñar su propio jardín con estructuras y superficies, manejar los efectos
del clima y del suelo y controlar plagas, enfermedades y malezas
 1

H er r a m ien ta s y E q u ipo s
con su mejor aspecto a ¡o largo del
o n s e rv a r e l ja rd ín estarán en uso casi constantemente, habrá oíros utensilios del equi­

C año implica cierta cantidad de mantenimiento, desde ta-

tareas rutinarias, tales como segar y rastrillar el césped,
hasta procedimientos ocasionales como el corte de setos y
turación. Mientras que resulta innecesario y costoso invertir en
pamiento de los que no podrá prescindir. Según las necesidades
individuales, éstos podrían comprender elementos como una ca­
la rretilla
ro­ para trasladar materiaI del jardín y basuras, un rociador
para regar o varias bandejas semilleros de plástico. La valoración
todo un catálogo completo de equipos de jardín, la posesión de del tipoy la cantidad de trabajo que realizará en el jardín facilita­
la herramienta correcta para la tarea indudablemente facilita y ace­ rá la decisión acerca de exactamente qué herramientas necesita;
lera el trabajo y produce resultados más profesionales. Además si las elige con cuidado asegurará que resulten duraderas y cómo­
de herramientas básicas, por ejemplo una pata o una horca, que das de utilizar, además de funcionales y eficaces.

Compra y uso de herramientas

mayoría de las herramientas mo­ resultarán adecuadas si sólo las necesi­ Para asegurar que las herramientas Alquiler de herramientas
L
a
dernas de jardín se basan en dise­ ta para podar algunos rosales una vez cumplen con su cometido y duran mu­
ños tradicionales, aunque algunas pue­al año; pero si las requiere para un uso cho tiempo, es importante un manteni­ Si decide alquilar, reserve el equipo con
den ser mejoras o variantes de concep­intensivo, es mejor invertir en un par de miento adecuado. Después de usarlas, antelación, especialmente las herramien­
tos antiguos. Sin embargo, existen alta calidad para trabajos duros. Antes limpie los restos de tierra, recortes de tas de uso estacional, como rastrillos y
herramientas completamente nuevas. de comprar una herramienta intente hierba u otros restos de plantas y pase cultivadores para césped mecánicos, y
Por ejemplo, hasta los años 80, las dcs- comprobar que es: un trapo con grasa por las partes metá­ compruebe si la empresa entrega y re­
menuzadoras y las recortadoras de hilo • el mejor tipo de herramienta para la licas; todas las herramientas para podar coge las herramientas a domicilio.
de nylon eran casi desconocidas; ahora tarea; o cortar necesitarán un afilado regular. El estado en el que se encuentran las
están consolidadas porque cubren unas • del tamaño y modelo correcto para Las herramientas que no use durante los herramientas de alquiler varía conside­
necesidades que las herraminentas tra­ sus necesidades; meses de invierno deben engrasarse bien rablemente. Algunas, en especial las me­
dicionales no cubrían. • cómoda de usar. y almacenarse en un lugar seco. cánicas, pueden incluso ser peligrosas de
Antes de comprar una herramienta, En jardines grandes o para tareas la­ Además debe tener en cuenta facto­ usar.
lo más importante es tener en cuenta su boriosas y que llevan tiempo, considere res como los costos y el espacio de al­ • Compruebe si faltan piezas o si están
función: debe realizar la tarea encomen­ la posibilidad de emplear herramientas macenado: si una herramienta se usa flojas. Esto puede no ser demasiado evi­
dada correctamente. Considere para qué mecánicas; sin embargo, como son cos­ poco, alquilarla puede ser una opción dente, pero si tiene dudas, no acepte la
necesita una herramienta en particular tosas y requieren una manipulación cui­ más razonable, especialmente en el caso herramienta.
y con cuánta frecuencia la utilizará. Un dadosa y precauciones con respecto a la de herraminetas relativamente caras y • Compruebe si hay tornillos y piezas
par de podaderas sencillas, por ejemplo, seguridad, vea si realmente las necesita. grandes. flojas en herramientas como cultivado­
res mecánicos, sujetos a vibraciones.
• Exija que las herramientas mecánicas
Seguridad en uso de sean puestas en marcha y compruebe los
niveles de vibración y ruido.
Si no sabe cómo usar una herramien­ • En el caso de herramientas eléctricas,
ta, pida consejo al comprar o alquilar. compruebe que el voltaje sea el correc­
to o que se adjunte un transformador
Un uso correcto da buenos resultados adecuado si fuera necesario. Comprue­
y evita accidentes. Asegure que el lar­ be que no existan cables pelados o cor­
go y el peso de la herramienta son tados. No presuponga que el cableado
los adecuados: una herramienta de­ es satisfactorio sólo porque la herra­
masiado pesada será difícil de mani­ mienta funciona.
pular; una demasiado corta puede • En el caso de motores de cuatro tiem­
ocasionar dolores de espalda. Man­ pos, compruebe el aceite del motor y de
tenga las herramientas mecánicas en la transmisión.
buen estado y siga las recomendacio­ • Si nunca ha operado la herramienta,
nes de seguridad. Para evitar riesgos, exija una demostración o instrucciones.
asegure que una herramienta que fun­ Esto es muy importante en herramien­
ciona con electricidad tenga un acce­ tas como sierras de cadena, cuyo uso
sorio para la corriente residual —a ve­ puede ser peligroso.
ces llamado interruptor de circuito a • Compre o alquile la ropa protectora
tierra— que corta la corriente en mi- C avado C o rrecto Uso d e H e r r a m ie n t a s M e c á n ic a s recomendada (p. ej. antiparras, guantes
crosegundos si el circuito tiene una A! cavar, rastrillar o usar la azada, Tenga cuidado al usar herramientas y protectores para los oídos).
fuga (véase también «Seguridad eléc­ tenga la espalda erguida y no mecánicas y lleve siempre vestimenta • Antes de firmar el albarán, comente
trica», p. 464). curvada; evitará los dolores de espalda. protectora adecuada. el contrato si ha notado cualquier fallo.
 H e r r a m i e n t a s de C u l t i v o

Herramientas de cultivo
El tipo de herramientas de cultivo ne­ P ala pa ra C avar H o ja d e A c e r o
cesarias depende de las características de
su jardín. Si cultiva principalmente hor­
E stá n d a r
Es útil para trasladar
I n o x id a b l e
Es útil para una
¿Qué metal?
talizas o está cultivando un jardín nue­ grandes cantidades de El mango en pala, ya que Para la mayoría de las herramien­
vo, las herramientas para excavar ten­ tierra, pero es pesada y form a (le «D» facilita el cavado tas del jardín se emplea el acero
drán prioridad. Sin embargo, si el jardín podría resultar poco proporciona un y nunca se oxida. carbónico. Si lo limpia y engrasa
está bien establecido, con céspedes y or­ adecuada o incómoda buen asidero.
después de usar, no debería oxidar­
las perennes, las herramientas para el para algunos se y es afilable. Aunque el acero
cultivo de la superficie, como las aza­ jardineros. Tiene inoxidable es más caro y no puede
das, serán más importantes. una hoja afilarse, facilita el cavado, ya que
rectangular de la tierra se despega de la hoja con
unos 28 cm x más facilidad. Las herramientas re­
19 cm. vestidas con un producto «no-
Palas P a l a A u t o m á t ic a
Opera con un pegajoso» facilitarán el cultivo y el
cavado del suelo, pero el revesti­
sistema de muelle
Una pala es una herramienta esencial, El mango ite y palanca; eche miento podría desgastarse tras de
excelente para el cultivo en general, para plástico es la tierra hacia un uso prolongado.
excavar la tierra y para excavar aguje­ cómodo, adelante sin
ros para plantar. Existen dos tipos prin­ incluso en inclinarse. Es
cipales: las palas para excavar estándar tiempo frío. cara, pero vale
y otras más pequeñas para orlas (tam­
bién denominadas palas para señoras).
la pena para
incapacitados Mangos y empuñaduras
Algunos fabricantes producen una de ta­ o quienes La caña de una pala u horca debe
maño intermedio o mediano, apta para sufren de ser de un largo correcto con respec­
la excavación en general pero más livia­ la espalda. to a la altura del usuario para mi­
na que una pala estándar. nimizar el esfuerzo de la espalda.
Algunas palas tienen un escalón, lo El escalón
que facilita clavarla en el suelo y evitan facilita el excavado El largo estándar es de 70-73 cm;
la tendencia a estropear el calzado; sin un caña más larga, disponible has­
embargo, estas palas son más pesadas P a la pa r a O rlas
ta un largo de 98 cm, serámás có­
y más caras. Si debe efectuar una exca­ Con una hoja de moda para personas de más de 1,7
vación más amplia, puede resultar más soto 23 x 13 cm, m de altura casi con seguridad.
rápida de usar una pala más grande (de­ La hoja recubierta
ésta pata sirve para Las cañas son de madera o me­
nominada «pesada»), con una cuchilla
se limpia
cavar en sitios tal; las últimas a veces están recu­
con facilidad.______ L biertas de plástico o nylon. Ambas
de 30 x 20 cm. limitados, por son fuertes, pero incluso las de me­
Si le cuesta excavar o si el suelo es muy ejemplo un agujero tal pueden romperse si se las some­
pesado, vale la pena comprar una pala para plantar en una te a demasiado peso y, a diferen­
automática para facilitar la tarea. orla; también es cia de las de madera, es imposible
útil para cualquier reemplazarlas. Las cañas de metal,
tarea ligera.
Horcas incluso las recubiertas, son más
frías al tacto en invierno que la ma­
dera. Manipule la herramienta
Las horcas de jardín sirven para el cul­ H o rca para como si la usara, para valorar cuál
tivo en general, para retirar cosechas de H orca Estánd ar P atatas le resulta mejor.
raíces (que pueden resultar dañadas por Esta horca resulta Horca de dientes
una pala) y para el traslado de materia­ útil para cultivar planos utilizada
les voluminosos, como estiércol o abo­ M a n g o T ip o «D»
no de jardín. La mayoría de las horcas suelos pesados, sobre todo para Son los más comunes,
de jardín tienen cuatro dientes cuadra­ retirar hortalizas y retirar patatas; pero podrían ser
dos de metal y suelen existir en dos ta­ trasladar cargas también sirve incómodos para
maños: estándar y de orla. Las horcas abultadas, pero para para excavar y personas de manos-
medianas —o para jóvenes: un tamaño algunas personas trasladar abono o grandes, particularmente
intermedio entre las estándar y las de puede ser pesada de desechos del llevando guantes.
macizo —son menos comunes. maniobrar. jardín.
Hay otras variantes. Por ejemplo, una La cabeza mide
horca para patatas tiene dientes anchos unos 30 x 20 cm. Vara de
M a n g o T ip o «Y»
madera que encaja
y planos y, generalmente, una cabeza dentro de un manguito Similares a los «D»,
más grande que las horcas estándar; si Cuello y cabeza largo en el cuello pero más débiles, ya que
excava suelos pesados puede ser de uso hechos de una sola se forman partiendo la V ¡i
más fácil que una pala. pieza de metal madera de la caña.
La cabeza y el cuello de una horca de­ para mayor
ben estar forjados en una sola pieza, sin resistencia - - H o r c a p a r a O r la s
soldaduras ni superficies rugosas, y el O t Ésta es la mejor para
mango debe encajar dentro de un man­ tareas ligeras en orlas M a n g o s T ip o « T »
guito largo en el cuello. Algunas horcas y otras zonas Tienen una pieza en cr
tienen cuellos más cortos y la cabeza está limitadas. El tamaño unida al extremo de la
sostenida por dos planchas largas de me­ Cabeza. de la cabeza, 23 cm caña. Son cómodos,
tal remachadas a la parte anterior y pos­ x 14 cm, la hace pero no están
terior del mango de madera. Éstas son apta para quien disponibles y podría
actualmente más débiles y no se usan. necesite una pequeña tener que encargarlos.
horca liviana.
Azadas
Las azadas son excelentes para desma­
lezar y ventilar el suelo; algunas sirven
para hacer surcos para semillas. Proba­
blemente, la azada holandesa sea la más
versátil y es ideal para desmalezar en­
tre hileras de plantas y para hacer sur­
cos. Además de las azadas de arrastre,
de excavar y para cebollas, existen aza­
das patentadas para usos específicos.
Rastrillos
Los rastrillos son excelentes para nive­
lar y desmenuzar la superficie del suelo
. El mango antes de plantar y para juntar los des­
moldeado hechos del jardín. Existen dos tipos
asegura principales: rastrillos generales para el
un asidero jardín y rastrillos de césped (véase «Ras­
firme trillos y aereadores», p. 467).
Una cabeza de rastrillo de una pieza
es más fuerte que una acolchada (rema­
chada) y, cuantos más dientes tenga, an­
tes recorrerá la zona; 12 dientes son ade­
cuados, para zonas más amplias son
preferibles 16 o más. Un rastrillo de 1
m de ancho es útil en un jardín grande.

Cabezas y cañas
La mayoría de las cabezas de ras­
trillos y azadas son de acero car­ R a s t r il l o
bónico; las de acero inoxidable son d e J a r d ín
más caras y no funcionan mejor, Tiene dientes cortos, separados y
Uso d e u n a A z a d a H o l a n d e sa aunque se limpian con mayor fa­ redondeados y sirve para nivelar
Sostenga la azada paralela a la cilidad y no se oxidan. Algunos el suelo, limpiar la tierra y
superficie del suelo. rastrillos tienen un revestimiento tareas de limpieza generales.
«no-pegajoso».
Las cañas son de madera, alumi­
A za d a H o l a n d e sa nio o metal recubierto de plástico.
Esta hazada es A zada El largo de la caña es importante:
excelente para C ebollera debe poder estar erguido al rastri­
desmalezar Esta azada llar o utilizar la azada para evitar R a st r il l o
alrededor de las pequeña (arriba), dolores de espalda. La mayoría en­ A colchado
plantas. Corta a también cuentran cómoda una caña de 1,5 Este rastrillo, más
través de las denominada m, pero puede ser preferible una barato, posee
malezas azada manual o más larga. dientes tipo clavo
superficiales sin de jardín de remachados.
dañar las raíces. rocas, sirve para
desmalezar entre
A za d a C o m b in a d a cebollas y otras
plantas cultivadas
Paletas y horcas manuales
Es útil para
cercenar malezas, estrechamente, Una paleta es útil para excavar aguje­ ble no se oxida y resulta fácil de mante­
marcar surcos y donde una azada ros para plantas pequeñas y bulbos y ner limpio, pero es caro. Los baños tien­
enterrar. Utilice los normal puede para trabajar en contenedores y maci­ den a desgastarse gradualmente con el
dientes para ocasionar daños. zos en relieve. Una horca manuai —o de tiempo. Algunas paletas tienen mangos
desmenuzar la Es la versión de malezas— puede empicarse para desma­ extra largos —hasta 30 cm— para ofre­
tierra y marcar mango corto de lezar, retirar plantas pequeñas y plantar. cer más fuerza. Las horcas manuales de
surcos semilleros. una azada de La mayoría de las cuchillas de pale­ mangos de 1 ,2 m reducen la necesidad
arrastre y se tas y horcas manuales son de acero ino­ de inclinarse al desmalezar la parte pos­
emplea estando xidable, acero bañado (p. ej. bañado en terior de una orla. Los mangos de ma­
en cuclillas o cromo) o acero carbónico común. A di­ dera, plástico y revestidos de plástico
A za d a T r ia n g u l a r arrodillado. ferencia del acero carbónico, el inoxida- suelen ser agradables al tacto.
Use la punta para
marcar surcos en A zada de
forma de «V»; la A rrastre H orca M anual
cara plana Esta azada Se emplea para retirar plantas
desmaleza en (derecha) sirve pequeñas o aflojar la tierra a!
espacios pequeños para cortar desmalezar. A diferencia de la
entre plantas. malezas, rodear paleta, no compacta el suelo, por lo
plantas con que su uso es preferible al plantar
tierra, hacer en suelos pesados. P a l e t a d e H o ja E s t r e c h a
surcos de base Conocida como paleta de jardín de
A za d a
plana y, con el rocas o de trasplante, ésta es ideal
E xcavadora
ángulo de la para trabajar en zonas muy
Tiene una o dos hoja, marcar limitadas como los jardines de rocas,
hojas en forma de surcos en forma y para tareas generales de
escoplo. Se usa con de «V». trasplantado.
un movimiento El cuello curvo ,
P a l e t a d e H o ja A n c h a
oscilante para facilita el uso de Esta es útil para plantar bulbos u
desmenuzar la azada entre las otras plantas pequeñas,
pequeñas zonas de plantas sin dañarlas especialmente en zonas limitadas
suelo duro. como contenedores o jardineras.
 H e r r a m i e n t a s de C u l t i v o

Desmalezar a mano Cultivadores manuales

Un cultivador manual, o de dientes, sir­ M odelos A d apta bles
Para desmalezar entre el pavimen­ ve para desmenuzar la superficie de los Los cultivadores con dientes centrales
to, ladrillos o rocas es ideal un des- suelos compactados o para aflojar ma­ móviles sirven para tareas como el cultivo
malezador de patio, con una ho­ lezas. Tiene una cabeza metálica de tres de los lados de una hilera de plantones.
ja estrecha terminada en gancho; o cinco dientes, fijada a un mango largo, Algunos tienen un mango móvil
el de margaritas tiene una hoja y se arrastra a través de la tierra, gene­ ajustable a otros tipos de
prolongada apta para desmalezar ralmente de pie. Algunos modelos ajus- cabezas de herramientas
césped. tables tienen dientes centrales móviles. compatibles, como
Unos cultivadores manuales especia­ un rastrillo o
D esm a leza do res lizados pueden ser útiles para ciertas ta­ una azada.
E s p e c ia l iz a d o s reas regulares, como un cultivador de C u l t iv a d o r d e
Un desmalezador \ rueda en forma de estrella, o de moli­ R u ed a s d e E strella
para palios o no, que forma un mantillo fino al ser Crea mantillo fino
pavimentos arrastrado de un lado a otro a través del Un único mango móvil puede
(derecha) puede suelo, por lo que es útil al preparar un combinarse con una variedad para macizos
utilizarse en macizo semillero.
__de cabezas de herramienta semilleros.
grietas; el í/e_
margaritas D ie n t e s M ó v il e s
(extrema derecha) A l trabajar en zonas
sirve para desmalezar muy delimitadas, es
el césped sin dañarlo. útil retirar algunos
dientes para reducir
el tamaño de la
cabeza.
Cultivadores mecánicos
Un cultivador mecánico sirve para de­
sarrollar tareas laboriosas como roturar R e t ir a d o r d e A c c e s o r io
el suelo en terrenos descuidados. Des­ P atatas c u l t iv a d o r d e
menuza los suelos compactados y los re­ Este accesorio saca D ie n t e s F in o s
duce a un mantillo lo bastante fino las patatas a la Sirve para
como para plantar. Pero su uso no es superficie del suelo desmalezar entre
práctico en zonas densamente plantadas para facilitar la hileras y para el
y 110 elimina la necesidad de cavar a cosecha. cultivo en general.
mano. Los cultivadores a gasolina son La profundidad y
potentes y poseen una amplia gama de el ancho de los
accesorios, pero requieren más mante­ dientes es ajustable.
nimiento que los eléctricos. Estos últi­
mos son excelentes para pequeñas tareas.
Son de fácil maniobra, hacen menos rui­
do y son más baratos que los de motor C u l t iv a d o r M e c á n ic o
a gasolina, pero los cables que arrastra Este modelo a gasolina con motor Palanca del m acizo.
de anclaje (corla la Engranaje de
pueden ocasionar problemas. delantero es estable y fácil de corriente si se suelta) las cuchillas
En la mayoría de los cultivadores, la controlar. Es caro pero desarrolla
altura del mango es ajustable. Algunos una tarea excelente de cultivo sobre
también tienen mangos que giran y en­ una superficie amplia. Acelerador
cajan de lado, permitiendo la marcha al
costado de la máquina sin pisar el sue­ Regulador de la
lo ya cultivado. palanca horizontal
Hay 3 tipos principales de cultivado­ Regulador manual
res; de motor delantero, central o de la altura
trasero.
Ix>s cultivadores de motor delantero tie­ Carburador
nen rotores detrás de las ruedas de con­
ducción. Son fáciles de conducir pero,
a causa de la distribución del peso, sólo Palanca que regula
son adecuados para un cultivo poco la profundidad
profundo. del cultivo
Ixis cultivadores de motor central están
impulsados por rotores en lugar de rue­
das. Esto puede dificultar su control,
pero el peso del motor por encima de
los rotores facilita el cultivo profundo,
a diferencia de los de motor delantero. Soporte plegable_______
Los cultivadores de motor trasero son que asegura la estabilidad
los mejores para maniobrar en sitios di­ cuando la máquina no
fíciles y para formar agujeros profundos. Rueda
está en uso transportadora
Los rotores, sobre un pescante delante­ que facilita
ro, barren de un lado al otro al avanzar . la conducción
el cultivador. Estas máquinas pueden re­ Los rotores deben estar alejados rotores traseros producen
sultar cansadoras de manipular. de los pies del maquinista un mantillo fino para el macizo semillero
Al podar, es importante usar la herra­
mienta adecuada para la tarea y asegu­
rarse que esté afilada, para cortar lim­
pia, fácil y seguramente. Si emplea una
cuchilla mal afilada podría dejar una he­
rida serrada en la planta propensa a las
infecciones o que podría causar la muer­
te desde un extremo. Tenga cuidado al
trabajar con herramientas mecánicas,
como las cortadoras de setos o las se­
gadores de matorrales (véase «Seguridad
eléctrica, p. 464).
Podaderas
Las podaderas se utilizan para cortar ta­
llos leñosos de hasta 1 cm de grosor y
vástagos blandos de cualquier grosor;
también sirven para tomar esquejes para
propagar. Pueden usarse con una sola
mano y son más fáciles de controlar y
de manipular con seguridad que un cu­
chillo, sobre todo por jardineros afi­
cionados.
Existen tres tipos principales de po­
daderas: de paso, curvas o de yunque la­
teral; de pico de loro, y de yunque. Las
podaderas de paso o de pico de loro ac­
túan como tijeras; las de yunque poseen
una cuchilla superior afilada que corta
contra un yunque inferior de borde cua­
drado. En algunos diseños (yunque de
pivote), la cuchilla pivota de forma que
queda paralela al yunque al cortar, evi­
tando que el tallo se deslice hacia fuera.
Para cortar plantas de tallo blando,
son adecuadas unas podaderas livianas,
comparativamente más baratas. Para
podar árboles frutales y arbustos de ra­
mas leñosas de hasta 1 cm de grosor, son
preferibles unas podaderas para traba­
jos rudos.
Dentro de lo posible, pruebe las po­
daderas para comprobar que sean fáci­
les y cómodas de manipular; el material
de las asas y su forma, su abertura y la
presión del resorte que las mantiene
abiertas varían considerablemente. Las
asas de metal pueden ser de tacto muy
P o d a d e r a s d e P aso
Tienen un movimiento de tijera y
una cuchilla superior de acero,
afilada y convexa, que corta contra
otra cuchilla inferior cóncava o
cuadrada para efectuar
un corte limpio.
de acero a f ilada seguridad puede
efectúa un desplazarse con el pulgar
corte limpio
R ec o g ed o r d e F lores
Está diseñado para aferrar
el tallo tras cortar las flores.
frío, pero actualmente la mayoría son de
plástico o de metal revestido de plásti­
co. Todas las podaderas tienen un retén
de seguridad que fija las cuchillas en la
posición cerrada. Compruebe si es fá­
cil de operar con una mano y que no
pueden abrirse accidentalemte.
Las cuchillas de las podaderas pueden
ser de acero inoxidable, de acero carbó­
nico o de acero revestido. Las revestidas
son fáciles de limpiar pero es poco pro­
bable que duren tanto como las cuchi­
llas de alta calidad de acero inoxidable
o carbónico, que conservan el filo y cor­
tan fácil y limpiamente. Al comprar po­
manijas de
colores brillantes son
fáciles de localizar
El mango moldeado
es cómodo
usar
R e t é n d e S e g u r id a d S is t e m a d e
Este retén mantiene T r in q u e t e
las manijas unidas. Facilita el corte de
tallos duros.
daderas de alta calidad, asegure que sean
desmontables, para afilar sin necesidad
de herramientas especiales, y que exis­
tan cuchillas nuevas disponibles.
Algunos modelos tienen un sistema de
trinquete para cortar a través de un vás-
tago en etapas. Estas requieren menor
esfuerzo y son adecuadas para las per­
sonas para las que los modelos conven­
cionales implican un efuerzo excesivo,
pero son de uso más lento.
Los recogedores de flores sostienen el
tallo de la flor después de cortar. Son
útiles si se corta flores con frecuencia;
si no, bastarán unas tijeras o podaderas.
P odaderas de Yunque
Deben conservarse
afiladas, si no, la
cuchilla aplasta el tallo
contra el yunque en
lugar de cortarlo.
P o d a d e r a s d e P ic o d e
L oro
Cortan limpiamente,
pero pueden dañarse
cortar leña de más de I
cm de espesor
Mantenimiento
Limpie las cuchillas de las herra­
mientas cortantes con un trapo en­
grasado o lana de acero tras de
cada uso para eliminar la savia
seca; después engrase. Ajuste la
tensión de la cuchilla de las ciza­
llas de jardín periódicamente; esto
las hará cortar de manera más efi­
ciente y produce un acabado mejor.
Es fácil afilar la mayoría de las
herramientas de podado. Retire las
cuchillas muy romas o dañadas y
vuelva a afilar o reemplace.

Podadoras o podadoras de árboles de mango largo

Un par de podadoras de mango largo
—o podadoras de árboles— resulta útil
para eliminar tallos o ramas leñosas de
2-2,5 cm de grosor, que podrían dañar
las podaderas, y para ramas mas delga­
das difíciles de alcanzar.
Los mangos largos permiten ejercer
más fuerza de palanca, facilitando el
corte a través de tallos gruesos. Gene­
ralmente, son de acero o aluminio tu­
bular, cubiertos de madera o de plástico.
Las cuchillas son de acero inoxidable,
acero carbónico o acero bañado, al igual
que las podaderas.
El peso y el equilibrio de las podade­
ras de mango largo son importantes, ya
que podría tener que sostenerlas total­
mente estirado o por encima de su ca­ P o d a d e r a s d e P aso
beza. Asegure que podrá manipularlas d e M ango L argo
con facilidad y sin realizar demasiado El uso de podaderas de
esfuerzo. mango largo posibilita
La mayoría de las podaderas de man­ la poda de tallos altos
go largo tienen cuchillas de paso, otras o demasiado duros o
las tienen en forma de yunque. gruesos para las
A veces existen diseños de trinquete podadoras.
disponibles, particularmente útiles para
cortar a través de ramas gruesas o du­
ras y para reducir el esfuerzo de corte P odadoras de Yunque
necesario. Las hojas tienen una
Toas las podaderas de mango largo re­ Los topes evitan las vibraciones
quieren un mantenimiento regular para al emplear podadoras abertura ancha para
mantenerlas en un estado de funciona­ cortar tallos gruesos.
miento óptimo; limpíelas tras cada uti­
lización.
Podaderas para árboles
Un podador de árboles sirve para cor­
tar ramas de hasta 2,5 cm de grosor que
de otro modo estarían fuera del alcan­
ce. El accesorio de corte está colocado
en el extremo de un palo que suele me­
dir 2-3 m de largo, aunque algunos al­
canzan los 5 m. La cuchilla de acero car­
bónico funciona por un sistema de
palancas o una cuerda; ambos son efi­
caces, aunque el de palanca sea más po­
pular. Algunos modelos de cuerdas tie­
nen palos telescópicos, por lo que su
longitud es ajustable; éstos también re­
sultan más fáciles de almacenar. Los po-
dadores de árboles pueden tener acceso­
rios tipo serrucho o para recoger frutos.
Serruchos podadores
Utilice un serrucho podador para cor­
tar ramas de más de 2,5 cm de grosor.
Dado que serrar en poco espacio entre
otras ramas —y a menudo en un ángu­
lo incómodo— puede ser difícil, existen
varios tipos de serruchos podadores. Los
más habitualmente disponibles son: se­
rruchos todo uso, griegos o curvos de
mango rígido, de doble filo o de dos fi­
los, plegables o en arco. Si el podado es
una tarea principal dentro del jardín,
puede ser necesario tener más de un se­
rrucho para las distintas taresas. El se­
rrucho griego es una de las herramien-
Serr u c h o pa ra po d a r
d e u so G e n e r a l i » » » * * * » » * * * « » ,,,,»
Ideal para la mayoría de tareas de poda, este
serrucho tiene una cuchilla pequeña, no mide
más de 45 cm, de manera que su uso resulta
fácil en zonas delimitadas y en ángulos
incómodos.
S e r r u c h o P le g a b l e
La cuchilla de este serrucho se pliega
dentro del mango como una navaja.
Sólo sirve para cortar ramas
pequeñas ya que cabe en un bolsillo
y no es especialmente sólido.
S er r u c h o d e P o d a r
de D oble F ilo J |V | . t
Es muy flexible ’" ’''"■'''■'■'■'■"s j j
ya que tiene dientes finos y gruesos; su uso es
difícil en espacios limitados sin que los dientes
superiores dañen alguna rama cercana.
Navajas de jardín
P odadora de En lugar de emplear podaderas, para fija o plegable dentro del mango. Si elige
Á rboles podados ligeros se puede usar una na­ el tipo plegable, compruebe que sea fá­
vaja de jardín, que resulta más versátil. cil de abrir y que el resorte que mantie­
El extremo en forma}
También es útil para cortar esquejes, pre­ ne la hoja en posición no sea ni dema­
de gancho aferra la parar material para injertos, cosechar siado fuerte ni demasiado flojo. Siempre
rama a cortar ciertas hortalizas y cortar cordeles. seque las navajas después de usarlas y
Existen diversos tipos de navajas de frote con un trapo engrasado. Afile las
jardinería disponibles, comprendiendo navajas con regularidad.
los de uso general, para injertos, para La mayoría de jardineros prefieren
cortar brotes, podadores o podadores de navajas con mango de madera o plásti­
melocotones. La mayoría de las nava­ co en lugar de uno metálico, que podría
jas tiene una hoja de acero carbónico, resultar frío al tacto y desagradable.
N a v a ja d e J a r d ín d e U so
G eneral
tas para podar más útiles para los jar­ Útil para todas las tareas de corle
dineros novatos. salvo el podado intensivo.
Todos los serruchos podadores debe­ N a v a ja M u l t iu s o
rían tener dientes de extremo duro y tra­
tados por calor, que son más duros y Existen varios modelos. Éste tiene una hoja
permanecen afilados más tiempo que los grande para uso general y para efectuar
de serrucho comunes. Deben afilarse cortes precisos al injertar.
profesionalmente. Los mangos son de
plástico o de madera; elija los que le re­
sulten más cómodos y tengan un aga­
rre más seguro. Practique un corte en la
rama por donde introducir la cuchilla
del serrucho con el fin de reducir el ries­ I n je r t o
go de que se deslice mientras sierra. Navaja de hoja recta de uso
general, y para cortes precisos al
injertar.
D esbrota d o
La parte saliente de la cuchilla
mantiene abierta la incisión del
rizoma al propagar por injerto de
brote.
P oda
S e r r u c h o G r ie g o La cuchilla grande está curvada hacia
Excelente para abajo para lograr un corte
espacios pequeños; controlado al podar.
tiene una cuchilla
curva y sólo corta
al arrastrar. En
Cizallas de jardinero
zonas delimitadas, Las cizallas sirven para recortar setos, C iz a l l a s E s t á n d a r
es más fácil usar pero también para cortar superficies pe­ Tienen cuchilla con
presión en el corte queñas o incómodas de hierba alta (véa­ muescas para
de arrastre que en se también «Herramientas para el cui­ sostener un
el de empuje. dado del césped», p. 466-467), recortar vástago grueso
plantas de jardinería ornamental y plan­ al cortar.
tas herbáceas.
Para setos con tallos blandos, será
adecuado un par ligero; para otros más
grandes de tallos duros y leñosos, nece­
sitará unas adecuadas a trabajos rudos.
El peso y el equilibrio son importan­ C iz a l l a s d e u n s o l o M a n g o
tes; al comprar, compruebe que las ci­ Tienen un mecanismo de resorte,
zallas están, equilibradas y que las cu­ como las podaderas, que permite
chillas no son demasiado pesadas o manejarlas con una mano. Algunas
resultaría cansado usarlas. tienen cuchillas giratorias —útiles
La mayoría de cizallas tienen cuchi­ para cortar en ángulo
llas rectas, y otras, cuchillas con bordes o verticalmente (como
ondulados: éstas cortan la leña madura al cortar el borde
con facilidad y ayudan a retener los vás- del césped).
tagos, de manera que no resultan expul­ Sólo
sados por la acción de tijera de las cu­ sirven para
chillas. Son difíciles de afilar (véase hierbas o tallos
«Mantenimiento», p. 462). blandos.
Podadoras de setos
Para aquellos jardineros que deban po­
dar setos grandes, puede merecer la pena
adquirir una podadora de setos mecá­
nica, ya que su uso minimiza el tiempo
y el esfuerzo necesarios, al contrario que
las podadoras manuales.
Cuanto más larga sea la cuchilla, más
rápido se podrá podar el seto y resulta­
rá más fácil alcanzar el extremo de un
seto alto o abarcar la anchura de uno
amplio. Sin embargo, las podadoras de
cuchillas muy largas suelen ser pesadas
y mal equilibradas. Una cuchilla de 40
cm de largo resulta adecuada para los
jardines normales, pero si corta setos ex­
tendidos una cuchilla de 60 cm ahorra­
rá bastante tiempo. Las cuchillas pue­
den tener dos caras o una sola; las
primeras aceleran el corte pero no son
tan fáciles de controlar como las de una
sola cara, por lo que dificultan la con­
formación de los setos.
La facilidad de manipulación también
se ve afectada por el movimiento de las
cuchillas. Para la mayoría de jardineros
resultan preferibles las cuchillas dobles
o recíprocas, que se mueven unas con­
tra las otras. Los modelos de un solo
movimiento, en los que una cuchilla mó­
vil corta contra otra fija, causan vibra­
ciones, por lo que su manejo puede re­
sultar cansado.
El acabado del corte está principal­
mente controlado por el espaciado de los
dientes de la cuchilla. Los dientes estre­
chamente espaciados producen un aca-
Cortadora
El segundo mango
facilita el equilibrio
y control de la
herramienta —
Sierra de cadena eléctrica
Sirven para serrar ramas grandes o tron­
cos y para el trabajo intensivo en árbo­
les. Dado que cortan con una cadena
dentada eléctrica que gira a gran velo­
cidad, pueden ser peligrosas, y se han
de usar con cuidado. Las tierras de ca­
dena eléctrica son útiles para pequeñas
tareas, y más baratas que las de gasoli­
na; pero las precauciones de seguridad
son esenciales (véase derecha).
Las sierras de cadena a gasolina son
más potentes; ideales para jardines gran­
des o bosques, pero son ruidosas, pesa­
das, difíciles de arrancar y producen
humo.
V e s t im e n t a s P r o t e c t o r a s
A l usar herramientas mecánicas,
lleve vestimenta protectora, como
antiparras, protectores de oídos y
guantes gruesos (véase también
p. 471).
C o r t a d o r d e S e t o s M e c á n ic o
Facilita y agiliza el corte setos más que las podaderas.
Los modelos eléctricos son ligeros y fáciles de
manejar; los de gasolina son potentes y no tienen
cables colgantes molestos.
bado parejo y liso en setos podados con
regularidad, mientras que los dientes
más separados cortan las ramas más
gruesas con facilidad pero dejan un cor­
te menos homogéneo.
¿Gasolina o electricidad?
Las podadoras de setos pueden ser de
gasolina o eléctricidad, ya sea con co­
rriente o a pilas. Las podadoras de se­
tos de gasolina pueden utilizarse en cual­
quier parte y generalmente son potentes
y vibran poco. Sin embargo, son más pe­
sadas, ruidosas y caras que las eléctri­
cas y generalmente requieren mayor
mantenimiento. Los novatos tienden a
La cortadora es excelente para segar ma­
lezas duras, crecidas en profundidad, y
hierba muy larga. La cabeza rotatoria
tiene una cuchilla metálica o finamente
dentada, lo que la hace útil para tareas
más pesadas que las que pueden llevar­
se a cabo con una podadora de hilo de
nylón (véase «Herramientas para el cui­
dado del césped», pp. 466-467), pero su
uso es cansado. Algunos modelos llevan
S ie r r a d e C a d e n a E l é c t r ic a
Una sierra de cadena sirve para la
mayoría de las tareas de serrado; es
más ligera y fácil de manejar que la
versión de gasolina y requiere
menos mantenimiento.
T •7
usar podadoras de setos eléctricas, que
dan mejores resultados en tareas peque­
ñas. Como son más livianas, resultan
más fáciles de manejar que las de gaso­
lina. También son más limpias y más
baratas.
Las podadoras que funcionan con co­
rriente eléctrica son las más convenien­
tes para setos que se encuentren en un
radio de 30 m del enchufe. Al igual que
otras herramientas eléctricas, el cable
colgante puede resultar inconveniente y
hasta peligroso, y no debe emplearse la
máquina en condiciones húmedas. Al
manejar una herramienta potencialmen­
te peligrosa como ésta, los elementos de
cuchillas de plástico, menos fuertes y du­
raderas. Además de la cuchilla, algunas
pueden incorporar hilo de nylón para
corlar la hierba.
Al necesitar motores potentes para
funcionar eficazmente, la mayoría son
de gasolina. Los modelos eléctricos son
más ligeros, más silenciosos y requieren
menos mantenimiento, pero son menos
eficientes para tareas fuertes.
seguridad adquieren mucha importan­
cia: por ejemplo, siempre debe operar
con un accesorio para la corriente resi­
dual —o interruptor de circuito a tierra
(véase también «Seguridad eléctrica»,
abajo).
Las podadoras a balería son buenas
para cortar setos en partes alejadas de
un jardín grande o donde no haya un
enchufe a mano. Funcionan por medio
de una batería de coche suplementaria.
Cuando están completamente cargadas,
son bastante potentes, pero mantener
una batería cargada y trasladarla por el
jardín puede ser pesado y llevar mucho
tiempo. Son más caras que los modelos
que funcionan con corriente.
Cortadoras de setos
recargables
Las cortadoras de setos impulsadas
por baterías recargables no tienen
cables, son fáciles de manejar y
comparativamente baratas. Resul­
tan excelentes para setos pequeños
regularmente cortados, pero no tie­
nen el suficiente poder como para
cortar raíces gruesas y setos largos
de una manera satisfactoria. Como
no tienen cables, las máquinas re­
cargables presentan menos peligros
que otros tipos de cortadoras eléc­
tricas. Pueden recargarse a través
de una unidad especial conectada
a la corriente.
Seguridad eléctrica
• Mantenga los conductos del lar­
go necesario. Los cables colgantes
son inconvenientes y peligrosos, ya
que pueden resultar cortados por
cuchillas en movimiento.
• Instale tomas de corriente exte­
riores en lugares estratégicos del
jardín para mantener las conduc­
ciones cortas y seguras.
• Si necesita conducciones de alar­
gue, asegure que tengan la misma
cantidad de cables que la herra­
mienta: si ésta tiene una conexión
a tierra, el cable de alargue también
debe tenerla.
• Si el circuito no estuviera prote­
gido, fije un enchufe con un acce­
sorio para la corriente residual
(ACR) a la herramienta, o compre
un ACR adaptador para introdu­
cirlo entre el enchufe y la toma de
corriente.
• No utilice una herramienta eléc­
trica mientras llueve o después; ya
podría ocasionar fallos eléctricos.
• Desconecte la corriente antes de
ajustar, examinar o limpiar una he­
rramienta.
• No toque cables dañados o cor­
tados sin desconectar la corriente.
Cortadoras de césped
Al elegir una cortadora de césped, tenga
en cuenta el tamaño de su césped y el
tipo de corte requerido. Si sólo necesita
cortar un área pequeña, será suficiente
una cortadora manual; para un césped
más amplio, compre una mecánica.
Existen modelos a cilindro, rotativos y
flotantes: los de cilindro proporcionan
un acabado más fino, mientras que los
de tipo rotativo son mejores en el caso
de hierbas largas sobrecrecidas; las flo­
tantes son las más fáciles de manipular.
En invierno dejará la hierba más corta
que en verano; compruebe que la altu­
ra del corte sea fácilmente ajustable (véa­
se también E l c é s p e d , «Frecuencia y al­
tura del corte», p. 285). Si requiere un
acabado fino que no deje recortes suel­
tos, elija un modelo con recolector de
hierbas (véase también «Recortes de
hierba», p. 285).
Cortadoras de césped
manuales
Las cortadoras manuales son más ba­
ratas, silenciosas, sin cables incómodos
y requieren poco mantenimiento.
Existen dos tipos de cortadora de cés­
ped manual: las impulsadas por ruedas
a los lados y aquellas impulsadas por
una transmisión de cadena a partir de
un rodillo pesado. Una cortadora de
ruedas laterales es más fácil de empu­
jar, pero puede ser difícil de usar en los
bordes del césped: si sus ruedas latera­
les no están en contacto con la hierba
no hacen girar las cuchillas del cilindro.
Como no tiene rodillo posterior, no pro­
duce un efecto rayado en el césped. Las
cortadoras con rodillo posterior facili­
tan el corte alrededor del borde.
Cortadoras de césped
mecánicas
Hay dos tipos básicos de cortadoras me­
cánicas: a cilindro y rotativas o flotantes
(las flotantes funcionan con los mismos
principios que las rotativas). La mayo­
ría funciona con gasolina o electricidad.
Estas cortadoras son potencialmente pe­
ligrosas en laderas inclinadas porque es­
tán diseñadas para superficies planas.
Las cortadoras de cilindros son comple­
tamente auto propulsadas o tienen una
cuchilla mecánica; estas últimas son pe­
sadas y cansadas de manejar. La mayo­
ría tiene un rodillo trasero, esencial si
desea un césped con efecto rayado;
cuanto más pesado sea el rodillo, más
pronunciada será la raya.
Las cortadoras de cilindro a gasolina
suelen tener anchos de corte más am­
plios que las eléctricas. Esto reduce el
tiempo de segado pero dificulta su ope­
ración. Los modelos portantes o tirados
por un tractor son ideales para céspe­
des muy extendidos.
S e l e c c ió n de una
C o r t a d o r a M a n u a l d e R o d il l o P o s t e r io r
Este tipo facilita segar hasta el borde
del césped y más allá, pues un rodillo
posterior sostiene el cilindro.
C o r t a d o r a M e c á n ic a a
C il in d r o
Proporciona un acabado f ino
y al ras y quizás sea la mejor
para un césped de alta calidad.
El cilindro con
cuchillas es
impulsado por
un rodillo
posterior.
C u c h il l a d e P l á s t ic o
Gira horizontalmente,
cortando la hierba; el
recambio es barato.
C o r t a d o r a a G a s o l in a d e
A c c ió n R o t a t iv a
Es útil para grandes zonas de
hierbas, incluso altas y gruesas,
ya que posee un motor potente.
La cuchilla de metal recambiable
corta de manera horizontal, y no
daña los céspedes desiguales.
Las cortadoras rotativas y las flotantes
C ortadora de C ésped tienen cuchillas rccambiablcs de metal
o plástico que cortan la hierba con un
movimiento igual al de una guadaña al
rotar horizontalmente. Las rotativas tie­
nen ruedas mientras que las flotantes se
mueven sobre un colchón de aire. Sólo
algunas cortadoras rotativas poseen ro­
dillos. Ambos tipos funcionan mejor
que las cortadoras de cilindros en los
emplazamientos desiguales o de hierba
muy alta, pero la mayoría de modelos
no cortan la hierba muy corta.
¿Que fuente de potencia?
La electricidad es más conveniente y más
limpia que la gasolina, pero no resulta
adecuada para motores potentes. Una
cortadora eléctrica, utilizada para tareas
muy pesadas —como hierba muy alta
o áreas muy amplias— puede recalen­
tarse. También debe considerar la con­
veniencia y la seguridad. El acceso a una
fuente energética es esencial, mientras
que el cable puede constituir un peligro.
No emplee cortadoras eléctricas sobre
hierba mojada.
Las cortadoras a gasolina no tienen
el obstáculo de los cables pero son más
caras de comprar y mantener. Pueden
C u c h il l a s d e C il in d r o no arrancar fácilmente si no llevan un
Las cuchillas están arranque eléctrico.
dispuestas sobre un
cilindro que gira Seguridad
hacia adelante y • Las cuchillas deben estar bien prote­
de corta contra gidas para que no entren en contacto
macizo de anclaje
una cuchilla con los pies del quien las maneja. A pe­
(corta la corriente sar de lo segura que pueda parecer la
si se suelta) fija.
cortadora, al usarlas debe llevar siem­
pre zapatos sólidos.
C o r t a d o r a E l é c t r ic a F l o t a n t e • El freno de las cuchillas debe detener­
Ideal para segar la hierba de
las 5 segundos después de apagado.
céspedes pequeños y en sitios • La cortadora debe poseer un interrup­
incómodos, como debajo de tor de seguridad, que requiera dos ope­
plantas bajas y cerca de un raciones para poner el motor en marcha.
pavimento. Es fácil de manejar Esto reduce el riesgo de que un niño en­
sobre superficies planas y en
laderas poco inclinadas, pero puede
cienda el motor accidentalmente.
• Se debe instalar un macizo de ancla­
desequilibrase y cortar el suelo en je. Se lo sostiene al segar y éste apagará
laderas inclinadas. La mayoría el motor al soltarlo.
carece de recolector
de hierbas.
Mantenimiento
Colector grande de hierbas • Después de usar, desconecte la
que requiere un vaciado corriente y limpie motor y cuchillas.
menos frecuente • Compruebe que las cuchillas es­
tén afiladas y reemplace las romas.
• Lubrique y engrase regu­
larmente.
• Haga examinar la cortadora
cada año.
• Periódicamente limpie y ajuste
las bujías.
• Limpie regularmente filtros y en­
tradas de aire de las cortadoras a
gasolina.
• Compruebe el nivel del aceite de
los motores de cuatro tiempos.
• Antes de guardar un modelo a
gasolina, vacíe el depósito.
Herramientas para el cuidad
Además de la cortadora de césped, hay
otras herramientas útiles para mantener
un césped sano y bonito. Las herramien­
tas manuales suelen ser adecuadas para
la mayoría de céspedes pero, para zonas
más amplias, las mecánicas son más rá­
pidas y fáciles de utilizar.
Herramientas para bordes
Un borde limpio y bien definido es el
toque final perfecto para un césped bien
cortado y realza su forma y contorno
(véase también Corte de! borde del cés­
ped, p. 286). Hay dos herramientas prin­
cipales para cortar el borde del césped:
cortadoras de media luna y cizallas de
mango largo, aunque se pueden usar
ciertas cortadoras de hilo de nylon y má­
quinas de cortar bordes.
l as cañas de las cizallas de mango lar­
go son de acero, madera, o acero recu­
bierto de plástico; todas son sólidas y
la elección depende del gusto personal.
Cortadoras de hilo de nylon
Una cortadora de hilo de nylon resulta
útil para cortar hierba en lugares incó­
modos, difícilmente alcanzables por una
cortadora de césped. También sirve para
cortar plantas tapizantes o malezas de
tallo blando, aunque para desbrozar ma­
lezas fuertes puede ser necesario una
cortadora más potente (véase p. 464).
Como el hilo de corte de nylon es flexi­
ble y fácilmente reemplazable, se pue­
de cortar junto a un muro, árbol o pa­
vimento sin dañar la herramienta. En
C ortadora
Ésta tiene un hilo de corte de
nylon flexible que gira a alta
velocidad, cortando la hierba y
otras plantas y malezas de tallos
blandos. Algunos modelos son de
cabeza ajustable que puede
inclinarse verticalmente para
corlar los bordes del césped.
Escudo protector
que cubre el hilo
de corte
C iz a l l a s d e M a n g o
L argo
Éstas sirven para
cortar la hierba que
sobresale del borde del
césped. Los mangos
deben ser
suficientemente largos
para no tener que
inclinarse. Si son
demasiado cortas o
pesadas, el uso de las
cizallas es cansado.
caso de accidente, también es más segura
que una cortadora o cuchilla fija. Sin
embargo, lleve siempre antiparras, ya
que las piedras voladoras pueden resul­
tar peligrosas.
Al igual que la mayoría de las demás
herramientas mecánicas, las cortadoras
de hilo de nylon pueden estar impulsa­
das por electricidad o gasolina y se apli­
can condiciones de seguridad, conve­
niencia y peso similares. Los modelos
eléctricos son más comunes y adecua­
G u ía d e C o r t e
Mantiene el hilo de nylon
sin tocar el suelo para
evitar un corte demasiado
al ras y producir un
corte homogéneo.
C o rta do ra de
M e d ia L u n a
También conocida
como hierro para
bordes o bordeadora
para céspedes, se
emplea con un
movimiento de
hamaca, cortando
los bordes
desgastados o
desiguales del césped
para acondicionarlo.
Tiene una hoja de
metal curva afilada,
fijada a un mango
de madera o metal
largo.
La espiga de la hoja
está fijada al
cuello de la vara
dos para jardines donde sólo son necesa­
rias para pequeñas superficies. Son lige­
ras y de fácil funcionamiento, pero la zo­
na de uso está limitada por el largo del
cable. Para mayor seguridad, deben po­
seer un macizo de anclaje y emplearse
con un accesorio para la corriente resi­
dual (véase también «Seguridad eléctri­
ca», p. 464).
En jardines grandes resulta ideal una
cortadora de hilo de nylon a gasolina y
en zonas donde no existen fuentes de
energía disponibles. Es más cara y re­
quiere más mantenimiento que una eléc­
trica. También pesa más, por lo que su
uso puede resultar más cansado. Para su
seguridad, debe haber una manera fá­
cil y rápida de parar el motor.
Cizallas para césped de mango largo
Las cizallas para césped de mango lar­
go sirven para recortar la hierba en
lugares incómodos, como debajo de
plantas salientes o alrededor de árbo­
les, pavimento o muros, y para em­
parejar los tallos que no fueron sega­
dos. Las cuchillas, que están en
ángulo recto con los mangos, se co­
locan paralelas al suelo, no vertica­
les como en las cizallas para bordes.
C iz a l l a s p a r a C é s p e d d e M a n g o L a r g o
Pueden ser útiles para cortar la hierba en superficies
pequeñas, difíciles de segar con cortadora de césped.
Materiales para
bordar céspedes
Para evitar que un césped disminu­
ya gradualmente de tamaño al re­
tirar tepes con una herramienta
como una cortadora de media
luna, contornee el césped con la­
drillos, planchas de pavimento,
baldosas de terracota para bordes
o tiras para bordes de metal o plás­
tico. Esto ayuda a mantener un
borde parejo e inhibe la extensión
de las hierbas por senderos y orlas.
Un borde de ladrillos o planchas
de pavimento también permite lle­
gar hasta el borde con cortadoras
de césped flotantes o de ruedas la­
terales. Las tiras de plástico, gene­
ralmente de color verde, tienen me­
nos tendencia a dañar las cuchillas
de las cortadoras que las tiras de
metal, y son más baratas.
Rodillos de jardín
Un rodillo de jardín, de metal o de
plástico hueco rellenado de agua,
sirve para nivelar la superficie du­
rante la preparación inicial del sue­
lo, antes de sembrar semillas de
hierba o aplicar tepes. También
asienta el suelo alrededor de plan­
tones de hierba jóvenes. Ya no se
recomienda pasar el rodillo sobre
céspedes establecidos; en el caso de
suelos pesados, tiende a compac­
tar el césped y, por lo tanto, impe­
dir el drenaje, lo que podría cau­
sar problemas como el desarrollo
de musgo y un crecimiento pobre
de la hierba.
Aunque las cizallas para césped son
útiles para zonas muy pequeñas, se
van sustituyendo por cortadoras de
hilo de nylon, más rápidas y versáti­
les. Sin embargo, las cortadoras son
más pesadas y difíciles de ma­
nejar que las cizallas y
al ser herramientas
mecánicas, son
más caras.
 H e r r a m i e n t a s p a r a el C u i d a d o del C é s p e d

Rastrillos y aereadores
Las herramientas para recoger hojas caí­
das y desechos del jardín, reducir el bá­
lago (una capa de material orgánico en
descomposición), y para el compactado
del suelo ayudan a conservar el césped
en buenas condiciones.
Los rastrillos para césped se usan para
recoger hojas caídas. Algunos tipos son
útiles para recoger bálago y musgo
muerto. Existen tres tipos de rastrillo pa­
ra césped: de dientes elásticos, de dien­
tes planos y rastrillos escarificadores o
aereadores (véase también «Rastrillos»,
p. 460). Además hay rastrillos mecáni­
cos, adecuados a grandes céspedes.
Los aereadores ayudan a reducir el bá­
lago y a que el aire penetre en el suelo,
estimulando un buen desarrollo de las
raíces. En áreas pequeñas se puede
aerear con una horca de jardín, pero pa­
ra la mayoría de céspedes es mejor una
máquina específica.
R a strillo d e C é s p e d M e c á n ic o
Es más fácil de usar que un
rastrillo común y sus dientes
de metal o plástico
escarifican el césped;
su caja recolectora
retira los
desechos.
R a s t r il l o d e D ie n t e s F l e x ib l e s
pa r a C éspedes
Sirve para deshacerse de hierba y
musgo muertos, piedras pequeñas y
desechos, y para airear el césped. Su
cabeza tiene dientes de alambre
largos, redondeados y flexibles.
C o r t a d o r a D is c o e n
fo rm a d e E strella
Éste aerea el césped con más
velocidad que un aereador
de dientes huecos;
en suelos duros es
menos eficaz.
R a st r il l o d e D ie n t e s P la n o s R a s t r il l o E s c a r if ic a d o r
Excelente para recolectar hojas y Corta profundamente el bálago y el
material sueltos; tiene dientes largos, propio césped. Sus dientes rígidos de
planos y flexibles de plástico o metal metal son planos y de extremos
y una cabeza ligera para minimizar afilados. Su uso puede ser pesado y
el daño al desarrollo nuevo. cansador; es preferible un modelo
con ruedas a ambos lados de la
cabeza.
A ereador de
D ie n t e s H u e c o s
Este aereador
mecánico penetra
a fondo a
través del césped y
dentro del suelo. Los
retiran cuñas
de tierra, abriendo el
suelo compactado.

Barredoras y sopladoras
La expresión más sencilla de una barre­
dora de hojas puede ser un manojo de
ramas o una escoba, utilizada para ba­
rrer pequeños desechos; este tipo de ba­
rredora básica es ideal para limpiar sen­
deros y pequeñas zonas del jardín.
Sin embargo, para los céspedes am ­
plios, el uso de una barredora de hojas
M a n o jo d e R a m a s
Esta es una escoba barata
adecuada para barrer hojas
y desechos ligeros.
B a r r e d o r a d e H o ja s
Ésta recolecta hojas del
jardín por medio de
cepillos giratorios,
acumulándolas en un
saco grande. Es liviana,
fácil de usar y
silenciosa.
específicamente diseñada ahorra tanto pladores de hojas, pero son caros y
trabajo como tiempo. Las hojas se re­ ruidosos.
cogen de la superficie del césped por me­ Algunos modelos mecánicos tienen
dio de cepillos rotativos y son arrojadas dispositivos flexibles muy adecuados
dentro de un saco grande, desde el cual para ser utilizados en macizos de flores
es fácil deshacerse de ellas. y otras zonas del jardín que sean de di­
En los jardines muy grandes puede fícil acceso.
merecer la pena poseer aspiradores y so­
S o p l a d o r a d e H o ja s M e c á n ic a
Ésta acumula hojas del jardín
soplando en lugar de barrer y
amontonar para su recolección. Se
adecúa mejor a un jardín grande ya
que es ruidosa, voluminosa e
innecesaria en jardines donde la
limpieza se realiza a mano
o con herramientas sencillas.
Distribuidores de
fertilizantes
Sirven para distribuir fertilizantes, semi­
llas de hierba y herbicidas granulares.
Comprende una tolva sobre ruedas con
un mango largo. Compruebe que la tasa
de distribución sea ajustable y que el flu­
jo pueda desconectarse al girar en el bor­
de del césped. Al ajustar la tasa de apli­
cación compruebe que sea la correcta
fertilizando una zona de prueba (véase
«Aplicación de fertilizantes», p. 531).
Para alimentar un césped es útil un dis­
positivo de manguera para aplicar ferti­
lizante mezclado con agua (véase Dispo­
sitivos de extremos de manguera, p.
D is t r ib u id o r d e
F e r t il iz a n t e
Aplica el fertilizante de
manera homogénea y
evita abrasar
la
La irrigación posibilita el cultivo de R e g a d e r a s p a r a J a r d in e s
plantas que requieren más agua que la
de las lluvias y el cultivo de plantas tanto
Deben tener bastante capacidad a
fin de reducir el rellenado repetido.
Qué Roseta elegir
en interior como en invernadero. Unos Para uso general, una regadera de 9 Roseta de perforación
equipos constituidos por mangueras y litros, que contiene 8 kg de agua, ancha ,
rociadores ayudan a hacer el riego ruti­ es un buen tamaño. ^ Roseta en
nario más fácil y rápido. latón de

Regaderas
Una regadera resulta práctica en la casa,
invernadero o en pequeñas zonas del ex­
terior. Elija una regadera liviana que no
será demasiado pesada para transpor­
tar una vez llena. La abertura de la re­
gadera debe ser lo bastante amplia como
para rellenarla con facilidad y la rega­
dera misma debe resultar cómoda y bien
equilibrada. Una regadera con un cola­
dor en la base del surtidor ayudará a que
las impurezas del agua no taponen la
roseta.
Toneles de agua
Un tonel de agua recolecta agua de llu­
via del tejado de la casa o del inverna­
dero, que resulta valiosísima durante pe­
ríodos secos o para las plantas amantes
del ácido. El tonel debe tener un grifo
y una tapa para evitar que penetren los
insectos y las basuras, que polucionan
el agua y podrían obstruir el grifo. Si
¿ P l á s t ic o o M e t a l ?
Actualmente, la mayoría de
regaderas es de plástico, pero las
tradicionales de metal
galvanizado, más pesadas y más
caras, siguen existiendo; ambas
son fuertes y duraderas.
R egadera de
Inverna d ero
Ésta tiene un pico
largo para alcanzar la
parte posterior de un banco,
y una roseta reversible para
rocíos finos y gruesos para regar
plantones y plantas adultas.
R e g a d e r a d e I n t e r io r Precauciones con los
Debe tener un pico largo para
alcanzar el interior de tiestos y herbicidas
jardineras y ayudar a controlar el
flujo. _ No utilice la misma regadera para
regar el jardín y aplicar herbicidas
Roseta de rocío fino en
plástico y lámina de ¡alón
Para las semillas y los plantones,
una roseta fina dará mejor re­
sultado.
El rocío que produce no las daña
y tampoco elimina el abono o la
tierra. En el caso de plantas más
establecidas, utilice rosetas con
agujeros más grandes para regar a
mayor velocidad.
Las rosetas pueden ser de mate­
riales diversos: latón, plástico con
revestimiento de latón, o todo plás­
tico; éste es menos duradero y más
barato, pero es aceptable para mu­
chos usos. Generalmente, las rose­
tas de metal rocían más fino.

;
líquidos. Conserve una regadera es­ Para aplicar desmalezadores lí­
fuera necesario, coloque el tonel sobre quidos es mejor una boquilla fue
bloques a fin de que quepa una regade­ pecial con una barra de goteo, cla­ una roseta. Es más precisa y redu­
ra debajo del grifo. Algunos toneles des­ ramente marcada, para aplicar pro­ ce el salpicado que, en las rosas, se­
vían el agua al desagüe cuando están ductos químicos. ría un problema.
llenos.

Mangueras
Una manguera resulta muy útil para irri­
gar partes alejadas del jardín y para zo­
nas que necesitan un riego abundante.
La mayoría de las mangueras son de po-
livinilo; su acabado o reforzado varía,
lo que afecta su resistencia a las enros­
caduras y su flexibilidad. Las enrosca­
duras interrumpen el flujo del agua y
terminan por debilitar la manguera. Las
mangueras de doble cara y las reforza­
das son resistentes a las enroscaduras
pero resultan relativamente caras. Sea
cual fuere el tipo de manguera que eli­
ja, asegure que sea lo bastante larga para
alcanzar todas las zonas del jardín; al­
gunos tipos pueden alargarse con alar­
gadores.
Las mangueras planas están monta­
das sobre un carrete propio y no pue­
den utilizarse salvo completamente ex­
tendidas. Las mangueras planas vienen
en largos fijos con conectores y lanzas
ya conectadas. Algunas se enroscan con
facilidad, salvo tendidas en línea recta, y
también son difíciles de enrollar porque
todo el agua debe escurrirse primero.
Rociadores
Para aplicar pesticidas herbicidas y fer­
tilizantes, para regar o rociar, utilice ro­
ciadores, ya sea portátiles o en forma de
accesorios fijados al extremo de una man­
guera. Los de compresión, bombeados
antes de utilizar, son los más adecuados
para uso general; los pequeños de
bomba de gatillo sirven para ro­
ciar plantas de interior o
C arrete de M anguera aplicar pesticidas a algu­
Un carrete con empuñadura o ruedas nas plantas. Para zonas amplias,
es fácil de mover por el jardín. use un rociador de mochila. R o c ia d o r d e M o c h il a
Algunos dejan salir el agua estando El líquido es bombeado por
parcialmente enrrollados. A c c e s o r io la palanca y es apto
M anguera a G a t il l o para grandes superficies.
P la n a para M ang ueras
Se enrollan La boquilla permite ajustar
ordenada­ el rociador a chorro o rocío
A c c e s o r io s d e M a n g u e r a s
Éstos se conectan a una
mente en manguera para rociar grandes
sus carre­ cantidades de plantas. Algunos
tes y A c c e s o r io
tienen una boquilla accionada a
son P u lsador
gatillo, y la mayoría un rociador
cómodas p a r a F e r t il iz a r
ajustable. Existen accesorios
de guardar. especiales (abajo izquierda) para
Depósito central
para fertilizante aplicar fertilizante y agua a la vez.
Instrumentos de riego
Un rociador de jardín dispersa automá­
ticamente un rocío fino de agua sobre
una superficie específica. Como funcio­
na solo, ahorra tiempo y esfuerzo. Tam­
bién distribuye el agua de un modo eco­
nómico ya que el rocío, aplicado durante
un períodod largo, penetra mejor en el
suelo que el agua distribuida por medio
de una regadera o una manguera. Un ro­
ciador está generalmente adosado a una
manguera o a un caño de agua fijo.
Existen varios tipos de rociador ade­
cuados a una serie de necesidades: al­
gunos ofrecen mejores resultados en un
césped, mientras que otros son mejores
para regar un macizo de flores o una
parcela de hortalizas. La forma más sen­
cilla es un rociador fijo, que generalmen­
te irriga en círculo en una zona limita­
da. Es adecuado para céspedes, pero
tiende a formar charcos, de manera que
es necesario moverlo para lograr una
distribución homogénea. Dentro de un
macizo, un rociador a menudo se ve obs­
truido por el follaje, dando resultados
poco satisfactorios, aunque algunos mo­
delos se venden junto con una estaca lar­
ga para elevar la cabeza por encima de
las plantas circundantes.
Otras formas de rociador, en los que
la presión del agua hace girar el rocia­
dor, dan un resultado mejor y más ho­
mogéneo. Los rociadores rotativos y los
de chorro intermitente giran, distribu­
yendo agua en grandes círculos; los os­
cilantes distribuyen agua en una zona
rectangular a través de una serie de agu­
jeros en una barra que se inclina de un
lado a otro al conectar el agua.
Un rociador móvil, (también llama­
do ambulante) resulta útil para áreas
grandes y planas como un césped gran­
de; es conveniente pero caro. El rocia­
dor lleva agua a una superficie rectan­
gular al ser impulsado a lo largo de un
carril recto (habitualmentc una mangue­
ra) por la fuerza del agua. La tasa de
recorrido y el tamaño de la zona cubier­
ta a ambos lados del carril dependen de
la presión del agua.
Sistemas de riego por goteo
Éstos se usan para plantas que mejoran
con riego individual, como las que ne­
cesitan más agua que otras a su al­
rededor.
El agua gotea suavemente junto a la
planta, sin perturbar el suelo en torno
a las raíces. El sistema de goteo es ideal
para bordes de arbustos, o en hileras de
hortalizas.
A menor escala, va bien para plantas
en contenedores y sacos de crecimien­
to. Si no llevan temporizador, tienden
a derrochar agua, y necesitan limpieza
para evitar que tubos y cabezales se ob­
turen con impurezas.
T ip o s de R ie g o
R o c ia d o r E s t á t ic o R o c ia d o r R o t a t iv o R o c ia d o r a C h o r r o p o r R o c ia d o r O s c il a n t e
Los rociadores Apto para céspedes, P u l s a c ió n Es mejor utilizarlo a nivel del
estáticos se utilizan orlas y macizos, cubre Este tipo es ideal para suelo; no es adecuado en
principalmente en una gran superficie cubrir grandes zonas situaciones donde el follaje
céspedes; van circular y distribuye el circulares de céspedes, circundante interfiera con el
montados sobre una agua homogéneamente. macizos y orlas. Posee alcance del rocío. El agua sale
estaca clavada en el El rocío se aplica a un solo chorro montado en forma de rocío a través de
suelo. Distribuyen través de boquillas sobre un pivote central, las boquillas del brazo
agua en círculo, sobre las varillas, que que gira en una serie de oscilante, y se distribuye de
aunque algunos están sujetas a un pulsaciones, proyectando forma bastante pareja por
riegan en forma pivote giratorio, chorros de agua. Salvo encima de una zona rectangular,
rectangular, impulsado por la sobre céspedes, la cabeza cuyo tamaño se puede ajustar
semicircular o en fuerza del agua. Los rodadora se coloca con facilidad.
abanico. de brazos largos son encima de una varilla
los mejores para regar larga para una cobertura
macizos y orlas. de mayor alcance.
Sistemas rociadores subterráneos
Estos son sistemas permanentes, idea­
Rezumadores y orlas recién plantadas. Las conexiones
pueden ser variadas y el sistema puede
les para irrigar céspedes y jardines de ro­ Los rezumadores sirven para regar cés­ moverse por encima de la superficie del
cas. No llaman la atención y son fáciles pedes o hileras de plantas. Son mangue­ suelo según las necesidades, o pueden
de operar; mejor instalarlos en el mo­ ras de plástico o de goma perforadas en enterrarse las mangueras a una profun­
mento de la construcción de la zona que toda su longitud. Con los agujeros mi­ didad de 10-15 cm debajo de la superfi­
requerirá irrigación, preferiblemente por rando hacia arriba, los rezumadores pro­ cie, como sistema de riego permanente.
un profesional. Se tienden tuberías y em­ ducen un rocío fino por encima de una
palmes de conexión de polivinilo en for­ zona rectangular y sirven para regar cés­
ma de parrilla, para que abastezcan va­
rias cabezas regadoras, a las que se fijan
pedes. Si los agujeros miran hacia aba­
jo, el agua se dirigirá a las raíces de las Temporizadores
mangueras o rociadores. El rociador fi­ plantas: una cxccicntc manera de regar
jado a cada cabeza distribuye agua de hortalizas y otras plantas que crecen en Éstos pueden usarse con rociado­
manera pareja sobre una superficie hileras. Elija bien ios rezumadores, por­ res de jardín o con sistemas de rie­
circular. que algunos no pueden ser utilizados go más elaborados. Caben entre un
Riegue siempre hasta que el suelo esté como rociadores, ya que sus agujeros grifo y la manguera o la tubería
completamente mojado, porque esto son tan pequeños que el agua apenas re­ de irrigación. La mayoría desco­
ayudará a distribuir agua de manera ho­ zuma, incluso con ellos mirando hacia nectan el agua tras un tiempo pre­
mogénea a zonas superpuestas. Este sis­ arriba. determinado. Los más sofisticados
tema de riego es el más caro y requiere Las mangueras porosas son una va­ también la conectan. Algunos pue­
válvulas que impidan el efecto sifón para riación de los rezumadores. Una red de den conectarse a un detector de hu­
cumplir con las normas de las autori­ mangueras porosas permite que el agua medad del suelo, que anula el pro­
dades, y posiblemente un medidor de se filtre lentamente a través del suelo. grama si el suelo está bastante
agua y otros accesorios especiales. Son especialmente aptas para macizos mojado.
T e m p o r iz a d o r
C o m p u t e r iz a d o
S is t e m a d e R ie g o p o r G o t e o Permite programar el
La manguera conductora está conectada a una tiempo y la duración
unidad que filtra el agua y reduce la presión. de regado
Después el agua fluye a lo largo de una red anticipadamente,
de tuberías sostenidas por estacas clavadas en para regar plantas
el suelo. Estos sistemas pueden ampliarse cuando esté ocupado
con cabezas de goteo y trozos- o de vacaciones.
de tubería adicionales.
Empalme para
tubería T e m p o r iz a d o r d e
A gua
Puede disponerse
f " ““
— Cabezas .................................. » para que desconecte
de goteo el agua tras un
IEmpalme de 1 ____Estaca período
I Unidad central
la manguera
reductora de la 1Herramienta predeterminado de 5
presión del agua limpiadora minutos a 2 horas.
Además de las herramientas para el cul­
tivo y la conservación del jardín, una
amplia gama de accesorios, como equi­
pos de transporte y ayudas para el plan­
tado pueden resultar útiles, según sus
propias necesidades individuales.
Carretillas
Las carretillas sirven para transportar
plantas, tierra y materiales como abo­
no y desechos del jardín. Pueden ser de
metal o de plástico; las primeras son más
duraderas. El metal pintado se oxida con
rapidez si la pintura salta; incluso las ca­
rretillas de metal galvanizado finalmente
se oxidan. Las de plástico, aunque más
livianas, pueden partirse.
Una carretilla con rueda en forma de
bola es más estable que un modelo es­
tándar, facilitando su uso en suelos re­
cién cultivados. Para trabajos muy pe­
sados es mejor una carretilla de
constructor, que tiene una rueda hincha-
ble para amortiguar la carga. Las carre­
tillas con dos ruedas y un mango tipo
cochecillo de niño (a veces llamadas ca­
rros de jardín) son estables y fáciles de
cargar y descargar, pero en suelos desi­
guales son menos maniobrables que las
normales.
Sábanas y sacos
Una sábana transportadora o un saco
son aptos para trasladar desechos de jar­
dín livianos pero voluminosos, como los
recortes de setos; fuera de uso ocupan
poco espacio. Deben ser ligeros, con asas
fuertes, hechas de un material sólido y
B olsa
T ra n spo r­
ta d o r a
Sábana
T ra n spo r ­
tadora
llfcw
Incineradores
T ip o s de C a r r e t il l a
C a r r e t il l a Los incineradores queman desechos me­
T r a d ic io n a l jor que las hogueras, pero actualmente
muchos jardineros prefieren reciclar los
La mayoría de desechos del jardín desmenuzándolos y
carretillas tiene una convirtiéndolos en compost. Algunos in­
única rueda sólida
y una tolva poco
profunda; algunos
cineradores de malla abierta pueden ple­
garse después de usados y sirven para
modelos pueden quemar material seco como ramas y ho­
tener una extensión jas; los de acero galvanizado, tipo con­
para aumentar su tenedor de basuras, son adecuados para
capacidad. quemar material húmedo y leñoso con
lentitud. Todos deben estar bien ven­
tilados.
Desmenuzadores
C a r r e t il l a d e R u e d a d e B o la
Si transporta cargas muy pesadas o Un desmenuzador de abono corta y pica
utiliza la carretilla sobre suelos desechos de jardín leñosos o duros,
desiguales, un modelo con una como viejos tallos de coles de Bruselas
rueda en forma de bola o una o recortes de setos y podados, hasta que
hinchable es más fácil de empujar sean lo bastante finos para descompo­
que el de una rueda sólida, pero la nerse con rapidez sobre de una pila de
rueda puede pincharse. abono. Los desmenuzadores suelen ser
eléctricos y no deben dejarse en el exte­
rior si no se usan. Son demasiado pe­
Bolsas de plástico elevada y tienen brazos para proporcio­
nar un apoyo al ponerse de pie o arro­
sados para mover, así que elija uno con
ruedas, a menos que exista espacio para
Las bolsas de plástico transparentes son dillarse. También pueden invertirse, sir­ usar y almacenar en el mismo lugar.
excelentes para varios fines, como evi­ viendo como pequeño banco al trabajar Por seguridad, mejor que la corrien­
tar que el material para esquejes se re­ en macizos en relieve o en estantes de te se desconecte de manera automática
seque después de cortado, o para cubrir invernaderos. cuando se quita la tolva (véase «Segu­
esquejes en tiestos, con el fin de elevar ridad eléctrica», p. 464). La chimenea
el nivel de humedad a su alrededor. La R e c l in a t o r io s debe ser de uso fácil, sin que se puedan
mayoría de bolsas de comida y para el Una banqueta para tocar las cuchillas.
congelador son aptos, a condición de no arrodillarse (arriba)
ser demasiado delgados; entonces son puede invertirse como
menos eficaces para conservar la banco y es ligera de
humedad. trasladar. Una
almohadilla acolchada
Reclinatorios y rodilleras (abajo) separa las
rodillas del suelo duro
y húmedo.
Una banqueta o unas rodilleras, acol­
chados y cubiertos de material imper­
meable, facilitan el arrodillarse, al des­
malezar por ejemplo. Las rodilleras se
fijan a las rodillas; a menudo se venden
en un solo tamaño, de manera que com­
pruebe que le calzan antes de comprar.
Los reclinatorios sostienen las rodillas
encima de una plataforma ligeramente

Recipiente para compost

C e st a d e
L á m in a s
de M adera
no desgarrable, como plástico tejido.
Los sacos tienen mayor capacidad que
las sábanas. Las cestas poco profundas,
hechas de láminas de madera, y los ces­
tos resultan adecuados para las tareas li­
geras, como el transporte de flores o de
frutos.
Un recipiente para compost debe te­
ner tapa para conservar el calor, ac­
ceso fácil al compost a través de lis­
tones o paneles y una capacidad de
al menos 1 m 3 para generar calor su­
ficiente para que comience el proce­
so de descomposición. Evite los de
malla de alambre o aquellos con gran­
des huecos entre los listones porque
dejan escapar el calor generado.
Existen recipientes tradicionales
para abono listos para armar uno
mismo con facilidad. Los recipientes
para compost de plástico son más efi­
caces que los de madera o metal por­
que conservan la humedad y reducen
la necesidad de regar. Existen reci­
pientes de plástico que permiten la ro­
tación del compost, pero esto no ge­
nera compost de calidad con más Uso d e u n a D e s m e n u z a d o r a
rapidez que un recipiente tradicional La chimenea de acceso no debe
bien diseñado. Véase también S u e l o s permitir contacto directo con las
y F e r t il iz a n t e s , Construcción de un
recipiente para abono, p. 533. cuchillas. Lleve antiparras y guantes
para protegerse.
Ayudas para plantar
y sembrar
Para sembrar y plantar, se emplean ele­
mentos habituales del hogar; por ejem­
plo, se puede hacer un agujero de plan­
tado con un palito o un lápiz en lugar
de un almocafre. Sin embargo, las herra­
mientas especializadas facilitan y agili­
zan algunas tareas tediosas y repetitivas.
Sembradores de semillas y plantadores
Facilitan un sembrado parejo y preciso.
Existen 4 tipos principales: agitadores,
émbolos y sembradores con ruedas y
para bandejas semilleras.
Los agitadores son adminículos manua­
les, que sirven para sembrar semillas en
hileras preparadas. Se requiere habilidad
para asegurar una distribución ho­
mogénea.
Los émbolos introducen cada semilla a
una profundidad predeterminada.
Los sembradores con ruedas son buenos
para distribuir semillas homogéneas en
hileras en el exterior. Por tener un man­
go largo, se pueden utilizar de pie, lo que
hace más descansado el sembrar.
Los sembradores para bandejas semille-
ras son tablillas de plástico o madera
delgadas con bultos moldeados a un
lado. Al presionarlos contra el abono
para semillas afirman la superficie y
producen agujeros para sembrar semi­
llas con un espaciado parejo.
Plantadores de bulbos
Un plantador de bulbos es útil si plan­
ta bulbos de manera individual; para
plantar grupos de bulbos más pequeños,
es mejor usar una paleta o una horca
manual. El plantador retira un tarugo
de tierra o césped, que luego se vuelve
a colocar encima del bulbo después de
plantado; los de disparador tipo garra
sueltan el tarugo presionando el mango.
H e r r a m ie n t a s p a r a P l a n t a r y S e m b r a r
à A lm ocafre
P equeño
A lm ocafre d e
M a d er a pa ra
u s o E x t e r io r
Sem brador
d e S e m il l a s
E spá t u l a
a
A lm ocafre
M e t á l ic o d e
J a r d ín
Guantes de jardinería
Existe una gama de guantes de jardinería para di­
versos fines: algunos mantienen las manos limpias
al trabajar con tierra o abono, mientras que otros
también proporcionan protección contra espinas.
Los guantes de cuero o de tela son útiles para ta­
reas como podar rosas, para proteger de las espi­
nas. Al comprar guantes de cuero, compruebe que
el cuero cubra toda la palma de la mano. Los guan­ T e jid o y c u b ie r t a d e v in ii .0
tes de cuero o de ante proporcionan una excelente
protección, pero pueden resultar muy calurosos en
tiempos cálidos. Los tipo manopla cubren las mu­
ñecas y los antebrazos.
Muchos guantes son de tela y vinilo. Algunos es­
tán impregnados de vinilo, otros sólo tienen las pal­
mas cubiertas de vinilo. Son buenos para la mayo­
ría de las tareas y mantienen las manos más limpias
que los de tela. Los guantes recubiertos de vinilo son
útiles para tareas sucias, como mezclar cemento, pero
son demasiado gruesos para tareas que requieren un
tacto delicado. A n t e y t e jid o T e jid o d e a l g o d ó n
Almocafres y espátulas tales como demarcar zonas al planear
o diseñar, o para formar un borde rec­
Termómetros
Un almocafre es una herramienta en for­ to al plantar un seto, o construir un El mejor tipo de termómetro para utili­
ma de lápiz que sirve para hacer aguje­ muro o un patio. zar en el jardín o invernadero será uno
ros de plantado. Emplee un almocafre C u e rd a p a ra que indique las temperaturas mínimas
pequeño para trasplantar plantones o in­ J a rd in e s y las máximas alcanzadas. También ayu­
troducir esquejes, uno grande para tras­ La mayoría de da a determinar las partes más frías y
plantar vegetaíes como puerros, que re­ cuerdas para más cálidas del jardín a la hora de de­
quieren un agujero de plantado grande jardines tienen una j cidir el emplazamiento de plantas espe­
que permita ei desarrollo, y también estaca puntiaguda l I cíficas. Un termómetro de suelos regis­
para plantar a través de un «mulch» de en cada extremo __ tra la temperatura del suelo y sirve para
plástico. Las espátulas son buenas para para clavarlas en = determinar cuándo sembrar.
retirar plantones y esquejes arraigados el suelo. Las
sin apenas tocar las raíces. muescas permiten — _
tender líneas ~~ -
Cuerda para jardines niveladas entre
las estacas.
T erm óm etro
in d ic a d o r d e
M á x im a s
Las cuerdas para jardines se utilizan so­
bre todo en parcelas de hortalizas, como Tamices y M ín im a s
guía para hacer hileras rectas, pero tam­ ir ■"
bién es muy adecuada para otras tareas, Los tamices de jardín generalmente tie­
nen mallas de 3-12 mm y sirven para se­
parar los materiales gruesos del suelo o T erm óm etro de
del abono para tiestos. Elija un tamiz In v ern a d ero
de malla grande para retirar ramitas y
piedras del suelo antes de plantar; use
uno de malla más delgada al cubrir se­
millas pequeñas después de sembradas.
Los de malla de alambre son más prác­ Pluviómetros
P lantador ticos y duraderos que los de plástico.
d e B u lb o s Un pluviómetro sirve para medir la llu­
via o los niveles de irrigación; se utiliza
para identificar las áreas del jardín afec­
T a m iz d e M a lla tadas por la sombra de lluvias. Debe es­
d e A lam bre tar claramente marcado y la superficie
interior debe ser lisa para facilitar la lim­
pieza. Muchos pluvió­
metros tienen una esta­
ca corta para clavarlos
en el suelo.
Las medidas son claras,—
facilitando la lectura
iIr
T a m iz d e del nivel del agua
M a lla
P l á s t ic a Estaca para la estabilidad
F in a
.-f
P l u v ió m e t r o d e p l á s t ic o
Fijaciones y soportes
Las fijaciones tienen diversos usos den­
tro del jardín, pero en particular para
sostener una planta reptante, trepadora
o frágil; los soportes son necesarios para
proteger algunas plantas del viento y la
lluvia. Las fijaciones deben ser seguras
sin constreñir el tallo; use un material
ligero como cordel o rafia en plantas de
tallo blando, fácilmente dañadas.
Fijaciones generales
El hilo de jardín o cordel trenzado sir­
ve para la mayoría de las tareas de fija­
ción. La rafia, buena para sujetar unio­
nes después de injertar y como fijación
liviana, e hilos blandos, como cí yute,
pueden desintegrarse después de uno o
dos años. La cinta adhesiva transparente
es excelente para los injertos; también
existen fijaciones especiales de goma dis­
ponibles. El hilo alquitranado o el cordel
de polipropileno son fijaciones fiables
y resistentes pero, utilizados para suje­
tar plantas a un soporte, han de aflo­
jarse y volver a sujetarse anualmente.
El alambre recubicrto de plástico es
sólido y, como dura varios años, debe­
rá ajustarlo al desarrollarse la planta.
Sirve para fijar etiquetas a almabres de
guiado o espalderas y para sujetar ca­
ñas. Se vende en carrete con un corta­
dor incluido, cómodo de usar.
Anillos para plantas
Son anillos de alambre partidos; tam­
bién los hay rccubiertos de plástico. Los
anillos para plantas están diseñados para
que se puedan abrir y cerrar con facili-
S o po r t e s y F ija c io n e s
F ija c io n e s y Soportes
Estaca para árboles
_ Caña de bambú
Estaca para rosales
Caña de bambú
verde
Columna de musgo
____ Caña partida
Etiquetas y marcadores
I I
Las etiquetas para jardines deben ser duraderas, resistentes al cli­
ma y lo bastante grandes para contener toda la información que
quiera anotar. Las de plástico son baratas y pueden volverse a uti­
lizar; si las anota a lápiz deberían ser legibles durante una esta­
ción. La mayoría de las etiquetas de plástico se decoloran gradual­
mente con el tiempo y se vuelven quebradizas, pero son ideales
para etiquetar bandejas con semillas y esquejes. Las etiquetas de
lazada y aquellas con fijaciones pueden sujetarse alrededor del
tallo de una planta y son útiles en el caso de necesitar etiquetas
a la altura de los ojos.
Para marcadores impermeables más permanentes, emplee los
que están recubiertos con un material negro; éstos se inscriben ras­
cando hasta el plástico blanco que se encuentra por debajo, pero
no podrá marcarlos con un nombre nuevo. Las etiquetas de alu­
minio, que son más caras, durarán casi indefinidamente, pero tal
vez tenga que renovar la inscripción cada varios años.
dad alrededor de una planta y su sopor­ fijar un tallo de una trepadora directa­ lia de 2,5 cm. Es posible colocar malla
te. Sirven para tareas ligeras, como fi­ mente al muro u otro soporte. Los cla­ de alambre alrededor de las plantas para
jar una planta de interior a una caña. vos de cabeza de plomo son más fuer­ protegerlas de animales. También resulta
tes; tienen una espuela blanda que puede útil para reforzar el cemento al construir
Fijaciones para árboles doblarse, fijando tallos y ramitas peque­ un estanque o una jardinera.
Las fijaciones de goma para árboles son ñas a un muro. Utilice mallas rompevientos para pro­
fuertes y duraderas para fijar un árbol la s armellas sostienen alambres esti­ teger plantas vulnerables en emplaza­
joven a una estaca. Deben ser fácilmente rados a los que se fijan plantas de muro. mientos expuestos (véase «Rompevien­
ajustables para no apretar el tallo en de­ Utilice armellas planas en maniposterías tos», p. 521). La malla de plástico tejida
sarrollo. Elija uno con separador para de pared; para tarugos de madera y de se deteriorará en unos 4 años, mientras
que la estaca no raspe contra el tallo, o pared, atornille armellas de ojete. que el plástico moldeado debería durar
utilice una fijación acolchada en forma al menos el doble. Las redes rompevien­
de ocho (véase también «Fijaciones de Cañas y estacas tos son aún más duraderas. Si se requiere
árboles», p. 41). Clave las fijaciones a Las cañas de bambú sirven para soste­ un rompevientos temporal, la durabili­
las estacas. ner plantas de tallo único, pero al final dad es menos importante.
se parten y se pudren. Más permanen­
Fijaciones para muros tes y caras son las estacas de plovinilo
Se pueden emplear etiquetas engomadas y las varas de acero recubiertos de plás­ M allas
diseñadas a propósito para tareas como tico. Sostenga grupos de plantas de orla M alla
con estacas de metal o eslabones (véase d e P l á s t ic o
P e r e n n e s , «Estacado», p. 156). Los ár­ Malla
boles y los rosales estándar deben sos­ sombread'ora
para P l a n ta s tenerse con estacas de madera sólidas. í, •
Mallas
•
C o rdel para
F ij a c ió n para Á rboles J a r d in e s
Las mallas existen en varios materiales TTTH—
y tamaños para una gama de usos, como
sostener plantas, proteger los frutos de Malla para
los pájaros y sombrear plantas de inver­
1 nadero (véase «Sombreado», p. 484).
F i j a c ió n para R o sas Para sostener plantas, seleccione una
F ij a c io n e s de P l á s t ic o malla de 5 cm o más; es difícil desenre­
CX dar una planta de una malla de galga
más pequeña. Para plantas como los
guisantes de olor, una malla delgada y
flexible de plástico resulta adecuada; las
A n il l o s para P l a n t a s F i j a c io n e s d e plantas más pesadas requieren redes de
E nrollar plástico semi-rígidas. Para proteger fru­
tos, emplee redes de plástico diseñadas
E staca de A n il l o E sta ca s de E sla bó n con este propósito, con una galga de 1-2
3 cm. Proteja plantones y hortalizas de in­
r vierno contra los pájaros con una ma-
FlJACIONES PARA MUROS
A rm ella P lana
A rm ella de O je t e
C lavo d e C abeza
d e P lomo con E spu ela metálica
 T iestos y B a n d e j a s

Tiestos y bandejas
Los tiestos existen en una amplia gama T ie s t o s y C a c h a r r o s
de tamaños pero básicamente en dos Los tiestos, además de otros contenedores como jardineras y
formas: redondos y cuadrados. Aunque urnas, sirven para cultivar y exhibir plantas en el interior y en el
¿Qué material?
los tiestos redondos son tradicionales, exterior. Los tiestos, medio-tiestos y cacharros sirven
los cuadrados contienen más tierra en para propagar y seguir Ix>s tiestos de plástico son:
el mismo diámetro; para ahorrar espa­ cultivando plantas Tiestos ornamental* • ligeros de manejar c ideales don­
cio, utilice tiestos cuadrados, que enca­ jovenes. ------. de terracota de el peso es importante (por cj. en
jan unos con otros. Los redondos se cla­ estantes interiores o en balcones);
sifican por el diámetro interior del Tiestos • baratos;
borde; los cuadrados por el largo de uno estándar. • fáciles de limpiar;
de los lados. La mayoría de los tiestos • duraderos, aunque al final pue­
tiene caras ligeramente inclinadas de ma­ den partirse o quebrarse;
nera que la planta y su cepellón puedan • algo impermeables, por lo que la
retirarse intactas para cambiarlas de ties­ Medio-
tiesto tierra se seca más lentamente que
to o plantarlas en el exterior. en los de arcilla;
Los tiestos son de arcilla (terracota) • aptos para sistemas de riego ca­
o plástico. La arcilla es tradicional; el pilares (véase p. 485);
plástico es más común. La mayoría de • disponibles en varios colores.
los tiestos de plástico son de polipropi­ Tiestos para semillas, plantones y esqueje. Cacharros
leno, que se deteriora en climas fríos. Ix)s tiestos de arcilla son:
Los tiestos hechos de una mezcla de po­ tes de olor o —para plantas que perma­ base de los tiestos dentro de la tierra cir­ • pesados y estables, ideales para
lipropileno y polietileno no se vuelven necerán en el tiesto durante cierto cundante. Suelen ser de turba compri­ plantas grandes que podrían resul­
quebradizos en tiempos fríos y son me­ tiempo— se usan los «Tom» largos. Los mida y varias otras fibras (musgo esfag- tar inestables en uno de plástico;
jores para cultivar plantas en el exterior. tiestos de anilla, hechos de piel de ba­ náceo y fibra de madera, a veces • caros pero bonitos; son preferi­
Los tiestos hechos sólo de polietileno llena, están diseñados para el cultivo de impregnadas de alimento para plantas). bles para la exhibición de plantas;
son más baratos y menos duraderos; se tomates en anilla (véase «Tomates: Cul­ Las bolitas de turba son adecuadas • difíciles de limpiar;
pueden plegar para almacenarlos. tivo a cubierto», p. 338) en invernaderos. para semillas y esquejes de raíces y de­ • rompibles y, salvo que sean a
Los tiestos estándar tienen anchos y Otros tiestos diseñados para usos es­ ben expandirse con agua antes de ser uti­ prueba de heladas, pueden rajarse
profundidades iguales; son el tipo más pecíficos comprenden los de rejilla (con lizadas. Muchos jardineros crean sus o mellarse;
común. Los cacharros o cacharros se­ lados de malla), los tiestos para el hi- propios tiestos degradables, hechos de • porosos, evitan que la tierra se
milleros tienen un tercio de la profun­ drocultivo (que son formas de tiesto do­ conos de papel de diario doble. anegue, aunque las plantas podrían
didad de un tiesto estándar del mismo ble) y los tiestos para forzar, especial­ necesitar riego más frecuente;
diámetro. Son útiles para germinar se­ mente diseñados, que se colocan sobre Platillos para tiestos • excelentes para las alpinas al pro­
millas. Los medio-tiestos tienen entre un las plantas para evitar que penetre la luz. Éstos son especialmente útiles para el in­ porcionar un drenado suple­
tercio y la mitad de profundidad de un terior, al regar plantas desde abajo y mentario;
tiesto estándar del mismo diámetro; se Tiestos y bolitas dcgradablcs para recoger el agua sobrante, que des­ • bastante buenos para sistemas de
los emplean en el comercio para plan­ Están indicados para plantas cuyas raí­ pués siempre debe desecharse para evi­ riego capilares (véase p. 485).
tas con cepellones relativamente peque­ ces se resienten al ser movidas, ya que tar el anegado del medio de desarrollo.
ños, como las azaleas siempreverdes. se pueden plantar en el exterior, direc­ Existen platillos disponibles a juego con
Para los plantones de raíces muy pro­ tamente en el macizo. Las raíces de las los tiestos de arcilla o plástico. Sistemas modulares
fundas se emplean tubos para guisan- plantas crecen a través de los lados y la Con el empleo de módulos, o sistemas
Bandejas semilleras modulares, las raíces de las plantas no
B a n d e j a s y S is t e m a s Las bandejas semilleras de madera tra­ resultan dañadas al separar cada módu­
M odulares dicionales han sido sustituidas en gran lo, mientras que las raíces de los plan­
Se usan para sembrar parte por las de plástico, más fáciles de tones sembrados en bandejas semilleras
semillas, introducir esquejes limpiar pero más frágiles. Las bandejas sufren cierto daño inicial al trasplantar.
o seguir cultivando plantas de plástico muy delgadas son baratas Las bandejas de policstireno expandido
jóvenes. Use una bandeja pero generalmente sólo duran una esta­ con células de plantado individuales, aís­
exterior rígida para ción. Las de plástico fuerte son más rí­ lan la tierra, estimulando el desarrollo.
sostener módulos de un gidas y caras; pueden volverse quebra­ Son útiles para semillas o plantones tras­
solo uso de células de dizas y partirse con el tiempo pero, plantados y son igual de caras que las
plástico; éstas sirven para almacenadas fuera del sol directo cuan­ bandejas semilleras de polipropileno,
trasplantar plantones y do no están en uso, duran varios años. pero no tienen la misma duración.
sembrar semillas individuales.

«Tom » L argo T ie s t o A n il l a d o T ubos para G u is a n t e s T ie s t o de H id r o c u l t u r a T ie s t o s B io d e g r a d a b l e s T ie s t o de R e jil l a

Tiesto apto para plantas Util para el cultivo en Excelentes para plantones El tiesto exterior Emplee para plantas En este tiesto para
de raíces profundas; anilla; conserva la que desarrollan sistemas contiene el agua; el cuyas raíces se dañan acuáticas penetra el agua;
quedarían constreñidas tierra sobre el de raíces largas interior el medio de a! trasplantarlas. revista con arpillera para
en tiesto estándar. agregado. rápidamente. desarrollo. conservar la tierra.
 2
In v e r n a d er o s
y C a joneras
a instalar un invernadero que los invernaderos, son una bendición para la jardinería y se
u c h a s p e rs o n a s se r e s is te n

M en la creencia errónea de que es caro o de que se re­ integran con facilidad en los espacios más pequeños. En terrenos
quiere un gran conocimiento de la jardinería para man­ grandes, los invernaderos y cajoneras pueden disimularse en el jar­
tenerlo y usarlo bien, y no es así. Además de constituir el espacio
dín por medio de arbustos, plantas trepadoras o árboles. En te­
perfecto, en cualquier tiempo, para realizar las tareas que surgen rrenos más pequeños, el invernadero requiere una integración más
durante el año, un invernadero puede ser una inversión con muy cuidadosa para que no resulte visualmente chocante o se trans­
buena relación precio-eficacia, que le permitirá propagar y seguir form e en un elemento discordante. Los beneficios de la jardinería
cultivando plantas que más tarde podrán trasladarse al exterior a cubierto compensan ampliamente el coste y el esfuerzo inicial
del jardín con un esfuerzo mínimo. Las cajoneras frías, igual que y descubren un nuevo mundo de placeres jardineros.

Jardinería a cubierto

L
os invernaderos, cajoneras frías y E s t il o d e
campanas son agregados útiles a In v e r n a d e r o
cualquier estilo de jardín y existen enEste invernadero de
una gama de tamaños adecuados al es­ estilo tradicional forma
pacio disponible. Cada tipo de estruc­ parte integral del
tura tiene una función específica, pero jardín, que llega hasta
generalmente se emplean conjuntamen­ los lados del
te. Los jardines más productivos gene­ invernadero. Los setos
ralmente usan las tres. y árboles proporcionan
protección, pero no
están lo bastante cerca
Estructuras sin calefacción como para impedir la
penetración de la luz.
Los invernaderos sin calefacción sirven La estructura de
en primer lugar para adelantar o alar­ madera deberá tratarse
gar la estación de desarrollo de plantas cada año con un
resistentes y semiresistentes. Las cajone­ conservante para
ras frías cumplen una función similar, maderas para proteger
aunque a menudo también se utilizan contra la intemperie,
para templar las plantas propagadas en pero si no, sólo
el invernadero y para almacenar plan­ requiere un
tas que «descansan». Las campanas se mantenimiento
emplean in situ encima de plantas en el mínimo.
jardín propiamente dicho.

Estructuras con
calefacción
Un invernadero con calefacción es mu­
cho más versátil que sin ella o una ca­
jonera fría y permite el cultivo de una
gama de plantas más amplia. Éstas com­
prenden muchas especies no resistentes
a las heladas que, sin protección, no cre­
cen bien en climas templados o fríos.
Además, un invernadero con calefacción
proporciona un medio ambiente adecua­
do en el que propagar plantas.
 J a r d i n e r í a a C u b i e r t o

C o l o c a c ió n d e l I n v e r n a d e r o
Si el invernadero se Curso del sol
utiliza sobre todo en Curso del sol
verano, su eje más en verano __
largo debe ir de norte
a sur. Sin embargo, si
una buena iluminación
en primavera tiene
prioridad —cuando el
sol está más bajo en el
cielo— oriente el
invernadero de este a
oeste para aprovechar
la luz al máximo.

mavera de las sombras proyectadas en ro, protegido y alejado de edificios o ár­

D is e ñ o E l e g a n t e
Los invernaderos con estructuras recubiertas de plástico son atractivos además
de funcionales. Éste constituye un elemento decorativo por derecho propio.
Emplazamiento del
invernadero
La mejor ubicación de un invernadero
para aficionados es aquella en la que se
confundía con el resto del diseño del jar­
dín. También debe situarse en un lugar
protegido, pero con bastante luz para
que las plantas crezcan y prosperen: de­
masiada sombra limitará la gama de
plantas que pueden cultivarse con faci­
E le c c ió n d e l E m p l a z a m ie n t o
Para un invernadero, un
emplazamiento abierto y
protegido es el mejor —no debe
colocarlo en la zona de paso de
un embudo de viento. Si no existe
protección natural contra el
viento, construya un
rompevientos.
S it u a c io n e s
M alas
Este invernadero está en
la sombra proyectada por
el árbol cercano y
también se verá afectado
por las hojas caídas en
otoño, si el árbol fuera
caduco.
Este invernadero está directamente
colocado en el paso de un posible
embudo de viento. También está
demasiado cerca del seto, lo que
podría dificultar el mantenimiento.
lidad, mientras que un emplazamiento
expuesto aumentará el coste de la cale­
facción o significará que las plantas no
estén bien protegidas en las noches frías.
Planificación adelantada
Siempre merece la pena invertir el tiem­
po necesario para asegurar que se ha ele­
gido el sitio adecuado antes de comprar
un invernadero. Dentro de lo posible,
tome notas detalladas en invierno o pri­
Este invernadero está en una
ubicación abierta, alejado de
¡a sombra proyectada por
y árboles.
crearse un
embudo de viento entre
2 edificios adyacentes.
el jardín por las casas y los garajes ve­
cinos existentes, árboles o cualquier otro
elemento cercano, para de no emplazar
el invernadero en un sitio donde estará
sombreado durante más de algunas ho­
ras al día. La luz del verano se aprove­
cha mejor orientando el invernadero so­
bre el eje más largo en dirección
norte-sur. Para cultivar plantas en pri­
mavera o invernar especies no resisten­
tes, una orientación este-oeste propor­
ciona buena iluminación durante la
mayor parte del día.
Si existiera la posibilidad de que de­
seara ampliar el invernadero más ade­
lante o construir un segundo más peque­
ño, calcule el espacio que necesitará.
Invernaderos autoportantes
El mejor lugar para emplazar un inver­
nadero autoportante es en un sitio cla-
Una hilera de árboles
proporciona protección
contra el vienta
Sombra proyectada
en verano
boles grandes. Si el emplazamiento fuera
elevado y expuesto, elija una ubicación
protegida por un seto que actúe como
rompevientos o construya una verja o
alguna otra clase de mampara. Sin em­
bargo, los rompevientos no deberían
proyectar demasiada sombra sobre el
propio invernadero; no necesitan ser al­
tos: un seto de 2,5 m proporciona pro­
tección a lo largo de una distancia de 12
m o más.
No sitúe un invernadero autoportan-
te cerca o entre edificios, ya que esto
crearía un efecto de túnel de viento que
podría dañar el invernadero y las plan­
tas en su interior. No debe situar inver­
naderos en la parte inferior de una pen­
diente o cerca de muros, setos o verjas
en pendiente, porque el aire frío podría
quedar atrapado en esos sitios (véase E l
C l im a y e l J a r d í n , «Bolsas de heladas
y daños por heladas», p. 515).
Invernadero colgadizo
Sitúe un invernadero colgadizo contra
una pared que reciba una mezcla de sol
y sombra. No lo sitúe donde haya sol
todo el día, porque el invernadero se re­
calentaría en verano, incluso sombrea­
do y con un buen sistema de ventilación.
Acceso
Tenga en cuenta la necesidad de que el
acceso debe ser fácil. Una ubicación ra­
zonablemente cercana a la casa es pre­
ferible a una lejana. También asegure
que exista una zona libre delante de la
puerta del invernadero para la carga y
descarga. Todos los senderos que con­
ducen al invernadero deben ser planos.
Preferentemente, deberían tener una su­
perficie dura y flexible y ser lo bastante
amplios para acomodar una carretilla.
Servicios principales
Elija un emplazamiento cómodo en
cuanto a las conexiones con el agua co­
rriente y la electricidad, en el caso de re­
querir estos servicios. Aunque la elec­
tricidad no es esencial para la
calefacción, es útil para iluminar ade­
más de para algunos controles termos-
táticos y temporizadores. Una conexión
con la red de agua corriente facilitará el
riego de las plantas, sobre todo si utili­
za un sistema automático y reduce la ne­
cesidad de arrastrar largas mangueras.
I n v e r n a d e r o s y C
Elección de un invernadero
Antes de comprar un invernadero, refle­
xione bien sobre cómo lo utlizará, con
el fin de elegir el tamaño, estilo y mate­
riales más adecuados: por ejemplo, un
invernadero que se utilizará como ha­
bitación en un jardín, será significativa­
mente distinto de otro puramente fun­
cional. Si cultiva plantas tropicales y
subtropicales, un invernadero con una
forma bonita —tal vez con espacio su­
ficiente para algunos estantes centra­
les— podría realzar el despliegue floral.
Existen muchos estilos diferentes de
invernadero disponibles. Algunos apro­
vechan mejor el espacio o proporcionan
una ventilación óptima; otros conservan
bien el calor o permiten una mejor pe­
netración de la luz. Una vez decididas
las prioridades, la elección final depen­
derá del gusto personal.
Invernaderos
convencionales
Los tipos más convencionales de inver­
nadero son aptos para una amplia gama
de plantas y comprenden los de tramo
tradicional, luz holandesa, tres cuartos
de tramo, colgadizos y de mansarda (o
curvilíneos). Todos estos pueden tener
una estructura de madera o aluminio y
T res C u a r t o s de T ramo
Tres cuartos de tramo
Un invernadero de tres cuartos de tra­
mo se ubica con una de sus caras con­
tra una pared. La luz resulta un poco
más restringida que en un modelo auto-
portante, por lo que es mejor ubicar este
tipo de invernadero contra una pared so­
leada, aunque signifique que requerirá
un sombreado suplementario en verano.
La pared proporciona calor y aislamien­
to suplementario en el invernadero, es­
pecialmente si es la pared de una casa
(véase también «Colgadizo», derecha).
a j o n e r a s
T r a m o T r a d ic io n a l
paredes completas de cristal o parcial­
mente acristaladas (salvo los invernade­
ros de luz holandesa). Los invernaderos
convencionales también poseen una am­
plia gama de accesorios compatibles,
comprendiendo estantes y estanterías.
Tramo tradicional
Las caras verticales y el techo de tramo
homogéneo de un invernadero de tramo
tradicional resultan extremadamente
prácticos en cuanto al espacio de culti­
C o l g a d iz o
Colgadizo
Si no hay espacio suficiente para una es­
tructura autoportante, un invernadero
colgadizo es una buena elección en es­
pecial si se prefiere un invernadero de
exhibición fundamentalmente deco­
rativo.
Muchos tienen una apariencia simi­
lar a los jardines de invierno y pueden
usarse como habitaciones de jardín. Si
instala electricidad, gas o agua corrien­
te en un colgadizo adyacente a la casa,
resultará más barato y en general impli­
Luz H o la n d e s a
vo y la altura libre. Un invernadero de
tramo tradicional tiende a proporciona-
rel mejor uso del espacio por el menor
coste.
Luz holandesa
Las caras inclinadas de los invernade­
ros de luz holandesa están diseñadas
para permitir la máxima entrada de luz,
por lo que estos invernaderos son ade­
cuados para cultivar plantas de orlas, es­
pecialmente las de desarrollo bajo como
M a n sa rd a
cará menos trabajo que tender cables o
tuberías hasta un invernadero alejado de
la casa. Además, el calor de la pared de
la casa puede reducir el nivel de calefac­
ción necesario; las paredes de ladrillos
almacenan calor, tanto del sol (especial­
mente si la pared mira al sur) como del
sistema de calefacción doméstica, que
pasa al invernadero.
La pared de ladrillos también es un
buen aislamiento, de manera que se pro­
duce una fuga menor de calor desde un
colgadizo que de cualquier otro tipo.
las lechugas. Las grandes hojas de cris­
tal son caras de reponer por su tama­
ño: las dimensiones tradicionales son
145 x 77 cm. Las hojas de cristal se des­
lizan dentro de la estructura y se fijan
con abrazaderas sujetas por clavos gal­
vanizados.
Las hojas de cristal del techo se su­
perponen ligeramente para evitar que
penetre la lluvia y aumentar la rigidez.
Esto puede ocasionar una pérdida de ca­
lor si las hojas están flojas.
Mansarda
El invernadero de mansarda (curvilíneo)
tienen las caras y los paneles del techo
inclinados, diseñados para permitir la
máxima entrada de la luz. Sólo se ob­
tiene el mayor beneficio en una situación
abierta, no sombreada por árboles o edi­
ficios circundantes. Un invernadero de
mansarda es adecuado para plantas que
requieren un máximo de claridad duran­
te el invierno, cuando las horas de luz
diarias son pocas y los niveles de luz
también son frecuentemente bajos.
En Form a de C ú pu la
Invernaderos
especializados
Existen muchos tipos de invernaderos
especializados, comprendiendo aquellos
en forma de cúpula, poligonales, casas
alpinas, de conservación, mini y «poli-
túneles», cuyas apariencias difieren no­
toriamente de los tipos más convencio­
nales. Algunos están diseñados como
elementos del jardín altamente decora­
tivos por derecho propio, mientras que
en otros la relación precio-utilidad es es­
pecialmente buena o que están diseña­
dos para un tipo específico de planta.
D e C o n s e r v a c ió n
Invernadero de conservación
Este tipo presenta muchos elementos es­
peciales, diseñados para ahorrar la ma­
yor cantidad de energía posible. Por lo
tanto, es más costoso que otros tipos de
invernadero de tamaño similar. Los pa­
neles del techo están inclinados para per­
mitir la máxima penetración de luz y las
superficies de espejo también se utilizan
para reflejar luz dentro del propio in­
vernadero. Un acristalado doble de plás­
tico y un aislamiento específico forman
parte del equipamiento estándar.
P o l ig o n a l
En forma de cúpula
Este es un diseño elegante, particular­
mente útil en emplazamientos expues­
tos, ya que es estable y ofrece menor re­
sistencia al viento que los invernaderos
tradicionales. La transmisión de la luz
es excelente porque las hojas de cristal
multi-ángulo y la estructura de alumi­
nio permiten una entrada máxima de
claridad. Las estructuras en forma de
cúpula pueden tener un espacio libre li­
mitado alrededor de los bordes y las
plantas podrían ser difíciles de alcanzar.
En general no existen extensiones dispo­
nibles y los accesorios pueden limitarse
a aquellos producidos por el fabricante.
M in i
Mini invernaderos
Estos pueden ser una introducción de
coste bajo a la jardinería de invernade­
ro. Los mini invernaderos son general­
mente de aluminio y se apoyan contra
una pared o verja. Es preferible que mi­
ren al sudeste o al sudoeste para que pe­
netre la máxima claridad. Si sólo culti­
vará una pequeño número de plantas,
constituye la mejor elección, ya que el
espacio es limitado. A menudo existe un
espacio útil debajo de la estantería para
invernar plantas o como almacén.
C asa A l p in a
Poligonales
Los invernaderos octagonales y los po­
ligonales son una elección frecuente
cuando la apariencia es importante, y
pueden proporcionar un centro de aten­
ción en el jardín. En general, son más
caros que los invernaderos tradiciona­
les de un tamaño similar y, dado que no
son muy comunes, puede haber una
gama de accesorios limitada. El espa­
cio irregular también puede limitar el es­
pacio del desarrollo. En un invernade­
ro poligonal resulta más difícil encajar
cristales de repuesto que en una estruc­
tura convencional.
P o l it ú n e l
El acceso puede ser un problema: to­
das las tareas deben realizarse desde el
exterior. La ventilación puede ser ina­
decuada y podrían darse cambios de
temperatura rápidos. Es esencial som­
brearlos en verano para que las plantas
no resulten abrasadas.
Invernadero de plástico en forma
de «politúnel»
En los casos en que la apariencia no tie­
ne importancia y se requiere una pro­
tección de coste bajo —como en una
Casa alpina
Este tipo de invernadero tiene tradicio­
nalmente una estructura de madera con
celosías de cristal a lo largo de los la­
dos con el fin de obtener la ventilación
más eficaz. En general, las casas alpi­
nas no tienen calefacción y sólo se cie­
rran durante los inviernos más severos,
de manera que no requieren aislamien­
to. Inadecuados para plantas no resis­
tentes, se emplean para plantas que pros­
peran en condiciones claras y bien
ventiladas, pero que necesitan alguna
protección superior de la humedad y las
lluvias. Son de forma similar a un in­
vernadero de tramo tradicional.
parcela de hortalizas— un invernadero
tipo «politúnel» ofrece muchas venta­
jas. Comprende una estructura grande
en forma de túnel, cubierta con láminas
de plástico transparente sólidas y se em­
plea ampliamente para cultivos que re­
quieren cierta protección pero no las
condiciones cálidas de un invernadero
tradicional. Los politúneles evitan la
peor parle de los fríos invernales y pro­
porcionan una protección útil contra el
viento a lo largo del año. Como son li­
vianos y relativamente fáciles de trasla­
dar, a menudo se los usa en parcelas
donde se lleva a cabo la rotación de
cultivos.
En el caso de superficies de cultivo
amplias, los politúneles son una versión
eficaz en cuanto al costo, pero para un
jardín pequeño, una forma más tradi­
cional puede constituir una mejor elec­
ción. Algunos politúneles incluyen es­
tantes, aunque la mayoría sirve sobre
todo para cultivar plantas a nivel del sue­
lo, plantadas ya sea directamente en tie­
rra, en tiestos o en sacos de desarrollo.
La ventilación puede ser un proble­
ma: la puerta ofrece un sistema de ven­
tilación razonablemente eficaz —espe­
cialmente en túneles grandes con aber­
turas en cada extremo— y algunos tie­
nen caras enrollables. Debe reponer las
láminas de plástico cada uno o dos años
—gradualmente se volverán opacas, li­
mitando la penetración de la luz.
Selección del tamaño
El invernadero parecerá demasiado pe­
queño, una vez lleno de plantas; dentro
de lo posible, compre uno que pueda
ampliarse. Aunque un invernadero gran­
de es más costoso de calentar que uno
pequeño, se puede separar una parte en
invierno y dejar el resto sin calefacción
(véase «Mamparas térmicas», p. 482).
Consideraciones espaciales
Un invernadero que fundamentalmen­
te se emplea para exhibir ornamentales
debe tener mucho espacio interior para
estanterías, que pueden ser escalonadas,
y un sitio para un despliegue central o
en un extremo. A fin de proporcionar
espacio para la propagación y para se­
guir cultivando, puede dividir el espa­
cio con un tabique. También puede usar
una cajonera fría para la propagación.
Longitud, anchura y altura
Para un invernadero todo uso tradicio­
nal, un largo de 2,5 m y un ancho de
2 m son las dimensiones mínimas prác­
ticas. Un invernadero más pequeño li­
mita la cantidad de plantas que pueden
cultivarse y podría dificultar el control
del medio ambiente —las corrientes de
aire y el rápido aumento de la tempera­
tura en verano son un problema mayor
en invernaderos pequeños y pueden con­
ducir a fluctuaciones súbitas de la tem­
peratura.
En el caso de invernaderos que no mi­
den más de 2 m de ancho, también pue­
de resultar difícil llegar hasta los tiestos
y las ventilaciones en la parte posterior
del andamiaje. Si coloca una estantería
de hasta 60 cm de ancho a cada lado se
formará un sendero del mismo ancho a
lo largo del centro.
Si cultiva plantas de orlas, elija un in­
vernadero de 2,5 m de ancho y orlas de
hasta 1 m de ancho. Un ancho de 2,5
m también resulta adecuado si se requie­
re un sendero más ancho para una silla
de ruedas o para facilitar el uso de una
carretilla.
Muchos invernaderos pequeños po­
seen aleros bajos y cumbreras relativa­
mente bajas, por lo que resulta cansa­
do trabajar en la orla o encima de las
estanterías durante períodos largos. Para
obtener más altura, construya el inver­
nadero sobre una base de ladrillos o ex­
cave un sendero hundido.
Elección de materiales
Los invernaderos están construidos en
una amplia gama de materiales. Lo más
importante a tener cuenta al elegir la es­
tructura y el acristalado para el inver­
nadero son los aspectos prácticos, el cos­
te y la exigencia de mantenimiento
requerida. También puede ser importan­
te el aspecto que presentan de los mate­
riales.
C o m pra d e u n In v er n a d er o E l crista l debe s e r f á c il de
Antes de comprar un invernadero, revise la reem plazar; use h o ja s de un
x
siguiente lista; podría ahorrarle decepciones.
tam año estándar — 60 cm 2 o 60
L o s respiraderos d e l techo en
45 cm. L as h o ja s grandes de lo s
invernaderos de lu z holandesa son
g eneral resultan inadecuados caras de reponer. Tenga en cuenta
E l cum b rero debe estar a — la su p e rficie com pleta de un acristalado d o b le s i debe
a l m enos 1,7 m de altura; ventilación debe ser ig u a l a un co n serva r tem peraturas m uy
recuerde d e ja r espacio sexto d e la s u p e rficie d e l suelo. elevadas, a un que aum entará
p a ra q u e sobresalgan los P o d ría n ecesitar respiraderos bastante e l coste.
respiraderos del techo. suplem entarios.
L o s tirantes cruza dos
La altura de los aleros
de lo s in vernaderos de
afecta e l espacio
s u p e rio r — debe ser de
aleación de a lu m in io
a l m enos 1,35 m para
deben se r lo bastante
fa c ilita r las tareas.
fu e rtes co m o pa ra q u e
la estructura sea rígida.
L a s p uertas p o d rá n ser
de bisagra o deslizantes.
D eben s e r lo bastante
anchas: 60 cm es el
ancho m ínim o. S i deben
d a r p a so a silla s de
ruedas o carretillas,
deben s e r m ás anchas y
s in reborde. Las p uertas
deslizantes se pueden
a ju star con fa c ilid a d
p a ra p e rm itir la
ventilación y tienen
m en o r tendencia a
g olpearse a causa del
viento. C o m p ru eb e que
las p u erta s estén bien
a justadas a l cerrarlas, s i
no, p erm itirá n la entrada
d e co rrien tes de aire.
E m p lee un a n claje al
U tilice un revestimiento '
su elo s i la estructura no
m etálico en la base para
está f ija d a a una base de
la drillos. U na base p o d ría ser u n a \
red u cir la pérdida de
o p c ió n suplem entaria
ca lo r en invierno, salvo
q u e pien se cultiva r en orlas.
— téngalo en cuenta a l
U n p a n e l s ó lid o en c o m p ara r p recios, y a q u e la L o s respiraderos laterales
la pa rte delantera de m a yo ría d e lo s invernaderos p erm iten la lib re
la puerta m in im iza el de m adera la necesitan. circu la ció n del aire. Las
riesg o d e ro m p er la A lg u n o s tienen un escalón ventanas de celosía deben
h o ja de cristal.
q u e d ificu lta e l acceso de cerra r b ien para
silla s d e ruedas y carretillas. m in im iz a r la p érd id a de
c a lo r en tiem po f r í a
La estructura descomposición, no se deforma con fa­ bién necesitan un pintado regular para
Las estructuras de madera han sido la cilidad y, si lo trata cada uno o dos años evitar que se pudran (véase también «Es­
elección tradicional y en general se con­ con un preparado para cedros, conser­ tructura de madera», p. 491).
sideran las más bonitas. Sin embargo, va correctamente su color. Los invernaderos cuya estructura es
tienden a ser costosas y su construcción Los invernaderos construidos de se­ de una aleación de alumnio casi no ne­
resulta pesada. Dentro de lo posible, eli­ coya y pino son más baratos que los de cesitan mantenimiento. No conservan el
ja madera dura, duradera. El cedro es cedro pero, antes de armarlos, deben tra­ calor tan bien como los de madera pero
una opción excelente. Es resistente a la tarse a presión con un preservante; tam- la diferencia es mínima y no debe con-
M a t e r ia l e s de C o n s t r u c c ió n
M ad era
Las estructuras de madera son las
A l u m in io
Las estructuras de aleación de
A cero
Las estructuras de acero revestido
tradicionales para invernaderos de aluminio son ligeras pero muy de plástico son muy fuertes pero
jardín. Las maderas duras son de sólidas y sólo requieren un deberá tratarlas regularmente para
mantenimiento bajo. mantenimiento mínimo. evitar que se oxiden.
siderarse como una desventaja impor­
tante.
El acero galvanizado también se em­
plea con frecuencia para la estructura de
invernaderos. Los de acero son ligeros
y fáciles de construir, pero son extrema­
damente fuertes. Son más baratos que
las estructuras de aluminio o madera
pero deberá pintarlos regularmente (véa­
se «Estructuras de metal», p. 491).
Las estructuras de aluminio y acero
son más estrechas que las de madera y
permiten el uso de paneles de cristal más
grandes, lo que redunda en una mejor
penetración de la luz.
Paneles de cristal
El cristal para la horticultura es el ma­
terial de acristalado más satisfactorio
para un invernadero: permite una exce­
lente penetración de la luz y es más del­
gado y barato que el cristal común. Es
fácil de limpiar, no se decolora y con­
Construcción del invernadero
Un invernadero requiere mucho menos
mantenimiento y durará mucho más si
está bien construido de entrada. La in­
formación indicada más abajo es nece­
sariamente de carácter general, porque
se aplica a muchos tipos y diseños dife­
rentes de invernadero: siempre siga las
instrucciones del fabricante para obte­
ner consejos espécíficos. Si tiene dudas
acerca de cualquier punto, compruebe
los detalles con el proveedor o con el fa­
bricante del invernadero.
Algunos fabricantes que envían inver­
naderos por correo también construyen
los invernaderos sobre pedido del cliente,
pero habitualmente pretenden que el te­
rreno esté nivelado de antemano y que
la base de ladrillo (véase abajo) también
esté preparada.
Preparación del
emplazamiento
Construya siempre el invernadero sobre
terreno firme y nivelado, de otro modo
la estructura puede deformarse y torcer­
se, haciendo que el cristal se parta. Pri­
mero deberá desmalezar el emplaza­
miento elegido, ya que las malezas
persistentes son muy difíciles de erradi­
car una vez que el invernadero esté cons­
truido y en posición. Si el emplazamien­
to elegido para el invernadero ha sido
cultivado recientemente, permita que la
tierra se asiente durante algunas sema­
nas y después consolide con un rodillo
pesado.
Cimientos
Los invernaderos de aluminio de medi­
das menores a 2,5 m de largo y 2 m de
ancho en general no requieren una base
de cemento grueso. Sencillamente cave
una agujero en cada esquina de 25-45
serva bastante más calor que los mate­
riales de acristalado de plástico. Sin em­
bargo, el cristal no es tan robusto como
el acristalado de plástico y las grietas
pueden ser un problema, ya que los pa­
neles deben reponerse pronto.
Acristalado de plástico
Los plásticos generalmente son más ca­
ros y menos duraderos que el cristal; se
decoloran con más facilidad y también
tienden a rayarse con el tiempo lo que
resulta desagradable a la vista y, más im­
portante, reduce la cantidad de luz que
transmite si la decoloración fuera severa.
Se utilizan planchas de acrílico para
acristalar los aleros curvos de muchos
invernaderos, porque el acrílico se do­
bla con facilidad, logrando una estruc­
tura con un contorno elegante. La con­
densación se forma con mayor facilidad
sobre estas superficies que sobre un pa­
nel de cristal convencional. También se
cm de profundidad, después introduz­
ca anclajes a tierra (véase p. 480) con es­
combros y llene con una mezcla de ce­
mento para fijarlos firmemente.
Si necesita unos cimientos más con­
sistentes, excave una zanja de unos 25
cm de profundidad, rellenando con 15
cm de escombros duros consolidados.
Fije los pernos en posición y acabe con
hormigón o con planchas de pavimen­
to, asegurando que el suelo esté ni­
velado.
Bases de ladrillo
Una base de ladrillo debe construirse
con las medidas precisas indicadas por
el fabricante del invernadero, sobre ci­
mientos de hormigón sólidos de apro­
ximadamente 13 cm de profundidad
(véase Cómo realizar un cimiento de
hormigón, p. 504). El nivel final de los
cimientos debe estar a nivel del suelo o
por debajo.
Invernaderos de madera
Las secciones de un invernadero de ma­
dera generalmente se entregan comple­
tas y sólo hay que atornillarlas y luego
fijarlas a la base.
Base
Se pueden usar bloques de hormigón
trabados para la base, oconstruír unos
cimientos de hormigón sólidos o una
base de ladrillo (véase «Cimientos» y
«Bases de ladrillo», arriba).
Lados, aleros y techo
Antes de que le entreguen el invernade­
ro, compruebe qué clase de tornillos o
fijaciones requerirá y si se los suminis­
trarán. Primero atornille los lados y los
aleros para formar la estructura princi­
pal. Siga las instrucciones del fabrican­
utilizan paneles rígidos de policarbonato M a t e r ia l de A c r is t a l a d o
para acristalar invernaderos. Éstos son
fáciles de manipular, livianos, práctica­
mente irrompibles y con buenas propie­
dades aislantes. Sin embargo, se rayan
con facilidad y tienden a decolorarse.
El policarbonato doble posee unas
cualidades aislantes particularmente
buenas, pero su opacidad puede cons­
tituir un problema importante en el in­
vernadero.
Tam año de los paneles El material plástico rígido para
La mayoría de los comerciantes locales acristalar es ligero y fácil de instalar.
de cristales cortarán paneles de cristal Esto es policarbonato doble faz, que
de tamaños precisos por un coste poco proporciona un buen aislamiento.
elevado.
Es importante asegurar que las me­
didas que dé sean precisas; calcule con acristalado de plástico, se lo suministra­
precisión, asegurando que exista el rán en láminas y no resultará difícil cor­
espacio suficiente como para que el cris­ tarlo a medida en el hogar con un cu­
tal concuerde con el sistema de mon­ chillo afilado y un escantillón.
taje elegido. Si emplea material de
te en cuanto al método exacto de fijar Acristalado
la estructura a la base o cimientos, ya Si se utiliza masilla para acristalar el in­
que los diseños varían. El pie de la es­ vernadero, generalmente la entregan
tructura puede incluir puntos de ancla­ junto con el invernadero. Aplique a las
je integrados para atornillarlo con segu­ barras de acristalado y asiente el cristal
ridad. Atornille los tabiques interiores cuidadosamente. Generalmente, las ho­
a la estructura, después agregue las sec­ jas de cristal se fijan en su lugar apro­
ciones del techo y atorníllelas. Algunos piado con clavos remachados de acero
invernaderos de madera se entregan en galvanizado o de cobre; si no los pro­
partes con estructuras no acristaladas, veen, podrá comprarlos en cualquier fe­
y los acristalados de cristal o plástico se rretería.
entregan por separado. Otros tienen es­ Si utiliza un sistema de acristalado
tructuras previamente acristaladas, pero seco (los que no emplean masilla), sen­
éstas son pesadas de trasladar —hace cillamente siga las instrucciones del fa­
falta varias personas para sostenerlas. Si bricante. Sea cual fuere el método utili­
la madera no ha sido tratada y no es re­ zado, primero acristale los lados y los
sistente a la descomposición, en esta eta­ aleros, solapando las hojas en 1 cm. Em­
pa será importante pintar toda la ma­ plee grapas de solapado metálicas blan­
dera con un producto preservante, antes das para unir los paneles de cristal fir­
de encristalar el invernadero. memente.
C o n s t r u c c ió n d e la B a se de L a d r il l o
Si emplea una base de ladrillo para el invernadero, construyala antes, al igual
que los cimientos. Consulte con el fabricante de invernaderos antes de
construir la base para asegurar que las dimensiones son las correctas.
C im ie n t o s d e H o r m ig ó n
Para obtener unos
cimientos sólidos C a p a de
para el invernadero, h o rm ig ó n de
excave una zanja 10 cm
igual a las
dimensiones de éste, C a p a de _
rellenando con esco m bro s
escombros y una de 15 cm
capa de hormigón.
 B arras de A crista iad o
Barras de G r apa
A c r is t a l a d o form a
Éstas forman la Use este tipo de grapa
estructura del para ajustar las hojas de
invernadero. cristal y plástico.
Ventilaciones y puerta
Las ventilaciones se entregan como una
parte integral de las secciones previa­
mente armadas, de manera que las que
haya pedido estarán en su lugar corres­
pondiente. Atornille puertas con bisa­
gras y deslice las puertas deslizantes den­
tro de sus guías.
Invernaderos de metal
Los invernaderos de estructura metáli­
ca se entregan en forma de «kit» para
armar en casa y la estructura se entrega
en secciones: base, lados, aleros y techo.
Las secciones están divididas a su vez en
piezas separadas que deberá atornillar.
Base
Arme primero la base, asegurando que
está perfectamente nivelada y cuadrada
para evitar que la estructura se defor­
me o se tuerza; mida desde cada esqui­
na hasta la opuesta en diagonal: las me­
didas deben ser las mismas. La base
debe estar firmemente anclada; esto re­
sulta especialmente importante en áreas
ventosas o expuestas.
Si fija anclajes a tierra a un cimiento
de hormigón, use los pernos de anclaje
A n c l a je al S u elo
y G rapas para I nvernaderos M etálicos
de A lam bre en G rapas P lan as
«W»
de E l á s t ic a s
Una grapa
alternativa que se
fija a la estructura.
provistos, de otro modo sencillamente
fije los anclajes a tierra en escombros
y cemento en cada esquina de la base.
Lados, aleros y techo
Arme las secciones de los lados, aleros
y techo en la secuencia recomendada por
el fabricante en las instrucciones. Ha-
bitualmcnte, primero se arman los lados.
Primero asegure que todo ha sido in­
cluido; luego, antes de armar, coloque
todas las piezas de cada sección en el
suelo, en sus posiciones correctas rela­
tivas. Atornille las partes de cada sec­
ción (lados y aleros) juntas. En este pun­
to, decida dónde situará las ventilaciones
y deje huecos adecuados en la medida
necesaria. No ajuste los tornillos hasta
armar todas las secciones por comple­
to y unirlas sin ajustar.
Atornille las secciones entre sí y des­
pués a la base; después atornille las ba­
rras del techo y la cumbrera.
Ventilaciones
Las estructuras de las ventilaciones se ar­
man por separado, después se atornillan
al techo y lados en la medida necesaria,
antes de acristalar. Esto otorga una ma­
yor flexibilidad que en los invernaderos
de madera, al elegir tanto la cantidad
como la posición de las ventilaciones.
Las bisagras de las ventilaciones del te­
cho generalmente se deslizan dentro de
una muesca en la moldura.
Instalación de electricidad, gas y agua
La instalación de electricidad en el ex­
terior no es una tarea que puedan rea­
lizar los aficionados. La instalación
de electricidad en un invernadero la
debe llevar a cabo un electricista pro­
fesional, aunque se puede ahorrar
bastante excavando la zanja para el
cable uno mismo y rellenando tam­
bién uno mismo una vez acabada la
tarea.
Otra alternativa consiste en tender
un cable aéreo, en el caso de que el
invernadero esté cercano a la casa y
no ofrezca un aspecto visualmcnte de­
sagradable; su electricista le podrá
aconsejar al respecto. Siempre debe
usar cable blindado y accesorios im­
permeables para garantizar su se­
guridad.
La electricidad tiene muchos usos
prácticos en el invernadero: propor­
ciona potencia para la calefacción,
iluminación, propagadores, tempori-
Fije con grapas de acristalado solapa­
do: trozos de metal con forma de «S»
que se enganchan por encima de la hoja
inferior y mantienen la superior firme­
mente en su posición adecuada.
Una vez que cada hoja esté en posi­
ción, utilice grapas de acristalar, intro­
duciéndolas a presión entre las barras
del acristalado y los cristales para sos­
tenerlos. Deberá apretar un poco para
vencer la elasticidad del metal.
Acristale los aleros del invernadero y
luego el techo, empleando la misma
técnica.
Encaje de la puerta
Los invernaderos de metal suelen tener
puertas deslizantes. Éstas deben atorni­
llarse entre sí y deslizarse dentro de las
guías provistas junto a la estructura del
extremo. Se entrega un tope que se ator­
nilla para evitar que la puerta se deslice
fuera de las guías si se abriera con de­
I n s t a l a c ió n d e
In v e r n a d e r o
d e M eta l
zadores, cables para la calefacción del
suelo y herramientas de jardinería,
que funcionan con electricidad, de va­
rios tipos.
El gas natural resulta muy útil para
calentar el invernadero, aunque exis­
ten menos calefactores a gas natural
que embotellado. Consulte sobre las
posibilidades y el coste de instalar gas
natural a un instalador profesional.
En este caso también puede ahorrar
dinero del presupuesto realizando una
parte de la tarea usted mismo.
Si ya tiene instalado un grifo exte­
rior, podría conducir un ramal que
llegase hasta el invernadero. La tube­
ría debe estar enterrada por debajo
del nivel que alcanzan las heladas —al
menos a 30 cm de profundidad— y
las partes que quedan por encima de
la superficie del suelo deben estar
muy bien revestidas.
masiada rapidez. Deberá acristalar la
puerta una vez fijada en su posición co­
rrespondiente.
Instalación de las
estanterías
Las estanterías suministradas por el fa­
bricante están diseñadas para atornillar­
se a la estructura. Hágalo al tiempo que
construye el invernadero, en especial en
el caso de invernaderos en forma de cú­
pula u octogonales, que disponen de
unas estanterías especialmente diseña­
das. Si utiliza un andamiaje sólido, deje
un espacio de varios centímetros de an­
cho entre el interior del invernadero y
la estantería, para permitir la libre cir­
culación del aire.

Acristalado Fije grapas

En el caso de invernaderos de metal, ha­ superpuestas de
bitualmente se emplean tiras para acris­ acristalado a la base
talar. Corte las tiras a la medida adecua­ de la hoja. Lleve
da y después presione dentro de las guantes. Coloque la
muescas en las barras de acristalar: tro­ hoja en su sitio,
zos de metal moldeados que forman la apretando el borde
estructura para mantener el cristal en su superior con
posición correcta. suavidad antes de
Primero acristale los lados del inver­ enganchar el borde a
nadero, colocando el cristal exactamente la hoja inferior. Fije
entre las barras de acristalado, dejando la hoja con grapas
Los invernaderos pequeños se fijan 3 mm de espacio a cada lado de las ho­ de abajo (véase
al suelo con un anclaje. Primero fije jas de cristal para sujetar las grapas de inserción), apretando
con escombros y después vierta acristalar. Las hojas de cristal superio­ hasta que ocupe la
hormigón. res deben solapar las inferiores en 1 cm. posición correcta.
 C r e a c i ó n del M ed io A m b i e n t e C o r r e c t o

Creación del medio ambiente correcto

La esencia del éxilo de la jardinería de Frío Un invernadero libre de heladas sir­ E l « E fe c t o In v e r n a d e r o »

invernadero bien consiste en la creación Un invernadero frío carece completa­ ve para el cultivo de todos los tipos de Ondas
de condiciones bien equilibradas para las mente de calefacción. Se requiere un ais­ plantas mencionados en el caso de los
plantas que se cultivan en su interior. lamiento (véase p. 482) para evitar que invernaderos fríos. Además se pueden c o rla s

En el caso de plantas no resistentes, penetre el frío invernal más intenso, y invernar las plantas no resistentes a las
la temperatura que se mantiene es vital. alguna forma de sombreado (véase p. heladas y cultivar plantas de cosecha ve­ O ndas

En un invernadero con calefacción, eli­ 483) es importante durante todo el año. raniega y plantas de tiesto floridas. Ne­
largas

ja un buen calefactor, fiable y económi­
co. En cualquier invernadero, un buen
aislamiento para conservar el calor y evi­
tar las corrientes de aire debe estar equi­
librado con la necesidad de una buena
ventilación. En verano, el sombreado es
esencial en la mayoría de los invernade­
ros, para evitar que las plantas se calien­
ten en exceso; véase P P ­
r in c ip io s d e
, Sombreado de invernaderos
p a g a c ió n
(Climas templados), p. 542.
La humedad de la atmósfera debe
mantenerse en un nivel adecuado a las
plantas cultivadas. Los sistemas de rie­
go automáticos aumentan la humedad,
por ello para la mayoría de las plantas,
no son esenciales los humidificadores es­
peciales. A menudo se utiliza ilumina­
ción especializada para aumentar el po­
tencial de desarrollo de las plantas.
Temperatura del
invernadero
La elección de las plantas a cultivar en
un invernadero está determinada en gran
parte por la temperatura mantenida den­
tro de éste (véase «El medio ambiente
del invernadero», p. 433). Existen cua­
tro categorías de invernadero: frío, fres­
co, templado y tibio. El medio ambien­
te se controla de manera ligeramente
diferente en cada tipo.
Un invernadero frío sirve para culti­
var plantas de cosecha veraniega, para
invernar plantas ligeramente no resisten­
tes o para propagar esquejes (aunque un
propagador aumentará la tasa de éxitos,
véase p. 488). Un invernadero sin cale­
facción también permitirá un despliegue
temprano de plantas resistentes y mu­
ro chos tipos de bulbos primaverales.
Un invernadero sin calefacción es
apto para alpinas —algunos están espe­
cíficamente diseñados para proporcio­
nar el máximo de ventilación para este
tipo de planta (véase «Casa alpina», p.
477), aunque cualquier invernadero con
celosías a los lados es adecuado.
Fresco/libre de heladas
Se llama invernadero fresco al que tiene
una calefacción que apenas evita las hela­
das. Esto significa que requiere una tem­
peratura diurna mínima de entre 5o y
10° C y una nocturna no menor de 2° C.
Para asegurar que estas temperaturas
se mantienen, se necesita un calefactor
capaz de elevar la temperatura conside­
rablemente en invierno, en el caso de que
la temperatura exterior caiga varios gra­
dos por debajo de los 0o C. Un calefac­
tor eléctrico provisto de termostato (véa­
se p. 482) es el aparato que realizará la
tarea con mayor eficacia. El aislamien­
to, ventilación concienzuda y un control
del sombreado son necesarios, al igual
que en invernaderos fríos.
cesitará un propagador para germinar
semillas.
Los plantones jóvenes se beneficiarán
de la claridad suplementaria aportada
por una lámpara de desarrollo (véase p.
485).
Templado
Un invernadero ligeramente más cálido,
con una gama de temperaturas diurnas
mínimas de entre 10“ y 13° C y con una
temperatura nocturna mínima de 7° C,
es apto para cultivar una buena selec­
ción de plantas de tiesto resistentes, La luz atraviesa el cristal como
semi-resistentes y no resistentes, además radiación de onda corta, calentando
de hortalizas. el interior, suelo, estantes, tierra y
En primavera , se requiere calor su­ plantas. Luego el calor es reirradiado
plementario para propagar, provisto por en ondas largas, que no pueden
un propagador o aumentando la tem­ atravesar el cristal, llevando a la
peratura normal durante el período ne­ creación de calor en el interior del
cesario. Resultará útil la claridad suple­ invernadero.
mentaria aportada por una lámpara de
desarrollo. También son necesarios una
buena ventilación y sombreado, espe­
cialmente en verano. talizas. Un invernadero tibio también
puede utilizarse para la propagación de
Tibio plantas y el cultivo de plantones sin la
Un invernadero tibio tiene una gama de ayuda de un equipo especial de propa­
temperaturas diurnas que oscila entre los gación, aunque una lámpara de desarro­
13° y los 18° C y las nocturnas mínimas llo siempre resultará útil.
deben ser de 13° C. Estas temperaturas Son esenciales una muy buena venti­
tan elevadas permiten que el jardinero lación, un sistema de sombreado eficien­
novato cultive toda una amplia gama de te y una humedad elevada (véase p. 484)
plantas, comprendiendo ornamentales muy especialmente durante el tiempo ca­
tropicales y subtropicales, frutos y hor- luroso.

C ómo E q u il ib r a r el M e d io a m b ie n t e d e u n In v e r n a d e r o
C a l e f a c c ió n A is l a m ie n t o V e n t il a c ió n Som breado F Iu m edad R ie g o Ilu m in a c ió n

(véase P. 482) (véase p. 482) (véase p. 483) (véase p. 484) (véase p. 484) (véase p. 485) (véase p. 485)
Frío Ninguna Aislé contra corrientes En invierno, una burns Sombree las plantas Es poco probable que sea En invierno, riegue a N o serán necesarias
Sin temperatura de aire muy frías y clima ventilación es necesaria vulnerables en verano un problema en verano. mano. En verano, use las lámparas de desa­
mínima húmedo y neblinoso en para evitar condiciones con pintura sombrea- Mantenga una atmósfe­ un sistema capilar, una rrollo para el tipo de
invierno húmedas y estancadas. dora, persianas, mallas ra «seca » en invierno, manguera rezumadora o plantas cultivadas.
o tejido, o con láminas ventilando. un sistema de goteo.
rígidas.

F resco Un calefactor eléctrico de
Temperatura control termostático es
mínima de 2o C preferible, pero también
puede usar calefactores a
gas o parafina. Si cultiva
plantas no resistentes es
útil una alarma contra
heladas.
En invierno, al igual que Ventile abundandamen- Sombree para contro­ La «hu m idificación» es A l igual que para un in­ Las lámparas de de­
para un invernadero frío. tc, en especial si usa un lar la temperatura en beneficiosa para aumen­ vernadero frío, salvo sarrollo pueden ser
En primavera, un buen calefactor a gas o para- verano — las pinturas tar la hum edad en que en verano se puede útiles, especialmente
aislamiento es extrema­ fina, para dispersar el sombreadoras o las verano. usar un sistema de goteo en primavera cuando
damente importante si vapor de agua y los hu­ persianas lo hacen con superior. la luz natural es po­
cultiva plantas no resis­ mos tóxicos. mayor eficacia. bre, para plantas en
tentes a las heladas. una etapa precoz de
desarrollo.

T emperatura Es necesario un calefactor
mínima de 7o C (preferiblemente eléctri­
co), con un termostato
instalado. También resul­
ta esencial una alarma
contra heladas.
Igual que para inverna­ A l igual que para inver­
deros fríos y frescos. En nadero fresco. En vera­
primavera, las mamparas no, los abridores de res­
térmicas son útiles para piraderos automáticos
la propagación. son especialmente úti­
les.
Igual que para el inver­ Mantenga una humedad
nadero fresco. elevada en primavera y
verano, especialmente al­
rededor de esquejes y
plantones.
Un sistema de riego Las lámparas de de­
automático es útil todo sarrollo son útiles en
el año. invierno y primavera
para alargar la luz
diurna.

Tibio Igual que para un inver­ Un buen aislamiento es Los abridores de respi­ Dentro de lo posible Se requiere una humedad Igual que para un inver­ Igual que para un in­
Temperatura nadero templado. esencial a lo largo del raderos autom áticos instale persianas auto­ elevada a lo largo de nadero templado. vernadero templado.
mínima de 13° C año para reducir los cos­ instalados en varios res­ máticas. todo el año.
tes de la calefacción. piraderos simplifican
mucho control de la
temperatura.
Calefacción
Es importante mantener la temperatu­
ra correcta para la gama de plantas que
ha elegido cultivar dentro del inverna­
dero. Elija un calefactor lo bastante po­
tente como para mantener la tempera­
tura mínima necesaria de una manera
eficiente. Otros factores a tener en cuen­
ta al elegir un calefactor para el inver­
nadero son la conveniencia y el coste de
la instalación y del funcionamiento.
Calefactores eléctricos
Éstos son los más fiables, eficaces y con­
venientes para usar en el invernadero,
aunque necesitará una instalación eléc­
trica para que funcionen (véase «Insta­
lación de electricidad, gas y agua», p.
480). Habitualmente el control es ter-
mostático, lo que significa que no se de­
rrocha calor y no requieren repostar
combustible ni necesitan mantenimien­
to. Además, los calefactores eléctricos
no producen humos ni vapor de agua.
Existen varios tipos de calefactores
disponibles, que comprenden calefacto­
res con ventilador y calefactores tubu­
lares impermeables: ambos calientan el
invernadero con eficacia. También se
emplean calefactores de convección,
pero éstos no distribuyen el calor con la
misma eficacia. Los calefactores tubu­
lares deben ajustarse a las paredes del
invernadero, justo por encima del nivel
del suelo. Otros calefactores pueden tras­
ladarse de un lado a otro.
Los calefactores eléctricos, provistos
de un ventilador, son especialmente efi­
caces porque proporcionan una buena
circulación del aire, lo que ayuda a man­
tener una temperatura homogénea y mi­
nimiza la extensión de enfermedades.
También sirven para enfriar el inverna­
dero en tiempo caluroso si apaga el ele­
mento calefactor.
Calefactores de gas
Se pueden hacer funcionar calefactores
a gas a partir de la tubería principal
(véase «Instalación de electricidad, gas
y agua», p. 480) o a partir bombonas.
Su uso no es tan conveniente como el
de los calefactores eléctricos: aunque
puedan tener termostatos, generalmen­
te no están calibrados en grados, de ma­
nera que deberá ir probando para des­
cubrir la graduación correcta.
Si emplea gas embotellado, deberá
reemplazar las bombonas con regulari­
dad: tenga siempre dos bombonas co­
nectadas por válvula de cambio automá­
tica en caso de que una se acabe. El gas
propano produce humos y vapor de
agua, de manera que la ventilación es
importante. Mantenga las bombonas en
un lugar seguro y hágalas controlar regu­
larmente por un proveedor autorizado.
Calefactores de parafina
Éstos no son tan eficientes como los
eléctricos o los de gas en su uso del com­
bustible porque no llevan termostato.
Por tanto, el funcionamiento de los ca­
lefactores de parafina puede ser caro si
se deben mantener temperaturas eleva­
das, ya que se perderá cierta cantidad
de energía, aunque son baratos de com­
prar y no tienen gastos de instalación.
Si emplea calefactores de parafina,
necesitará una buena ventilación porque
se producen algunos humos tóxicos para
las plantas, además de vapor de agua
como subproducto de la combustión —
una atmósfera húmeda y estancada po­
dría estimular la aparición de enferme­
dades si la ventilación es pobre. Otras
desventajas comprenden la necesidad de
transportar y almacenar combustible y
comprobar el nivel de éste y la mecha
todos los días (para asegurar que que­
ma limpiamente).
Agua caliente circulante
Actualmente los sistemas de agua calien­
te de combustible sólido se emplean
poco en los invernaderos. A veces se uti­
lizan sistemas de agua caliente de petró­
leo y de gas, pero pocas veces en la pe­
queña escala de un invernadero de
aficionados.
Aunque la distribución de calor a tra­
vés de tuberías de agua caliente propor­
ciona una buena transferencia, a menudo
sólo se utiliza un 50 % de la energía —el
resto se pierde a través de las paredes de
cristal. La necesidad de cargar y limpiar
la caldera también hace que el combus­
tible sólido sea poco conveniente.
Termómetro y alarma de heladas
Si el calefactor de un invernadero no está
controlado por un termostato, use un
termómetro de máximas y mínimas para
comprobar que se mantienen las tempe­
raturas nocturnas correctas para las
plantas cultivadas.
En las regiones que sufren tempera­
turas extremadamente bajas, una alar­
ma de heladas es una salvaguarda útil
en el caso de que el invernadero conten­
ga plantas no resistentes. Si la tempera­
tura del aire desciende hasta casi 0o C,
por ejemplo a través de un corte de la
corriente o una avería del calefactor, so­
nará una alarma remotamente (esto en
general se producirá en alguna patc del
hogar), dándole tiempo para proteger
las plantas.
A larm a co n tr a H eladas
A l cultivar plantas no resistentes, instale
una alarma antiheladas, evitando daños
o su muerte en temperaturas bajas.
M a t e r ia l A is l a n t e
El plástico de
burbuja es útil para
aislar un invernadero
y reduce mucho la
pérdida de calor.
Corte a medida y
sujete con firmeza a
la estructura.
Aislamiento
El aislamiento del invernadero reduci­
rá los costes de calefacción de manera
considerable; si se requiere una tempe­
ratura mínima de 7o C por ejemplo, el
coste del aislamiento se recupera después
de pocas estaciones —e incluso duran­
te un único período invernal en zonas
particularmente frías. Cuanto más ele­
vada la temperatura a mantener y cuan­
to más fría la región, tanto más com­
pensado el coste del aislamiento. Sin
embargo, debe tener cuidado al elegir el
material apropiado, ya que algunos ma­
teriales aislantes pueden reducir la luz
que llega a las plantas.
Doble acristalado
El método más eficiente para aislar el
invernadero es aplicar un doble acrista­
lado. Es mejor efectuarlo durante la
construcción. Por supuesto que el do­
ble acristalado es costoso, pero los be­
neficios podrían ser enormes.
Aislamiento de plástico flexible
El plástico de burbujas, que consiste en
películas dobles o triples de plástico
transparente con células de aire entre­
medio, es un medio de aislamiento muy
eficiente. Una capa única de una lámi­
na de plástico no es tan eficaz como el
plástico de burbuja para reducir la pér­
dida de calor, pero es más barato y no
reduce tanto la claridad. En invierno se
pueden utilizar sábanas de plástico
como una forma de doble acristalado
M a m p a r a s T é r m ic a s
M am para
Se pueden tender mamparas térmicas horizontalmente entre los aleros.
También verticalmente, para dividir una sección del invernadero que requiera
calefacción suplementaria.
Para sujetar el material aislante, emplee
fijaciones tipo almohadillas de succión
o grapas que se ajusten a la estructura
del invernadero.
Mamparas térmicas
Éstas consisten de láminas de plástico
transparente o de material traslúcido,
como una tela laminada cruzada, que
se sujetan a alambres entre los aleros y
se tienden de manera horizontal a tra­
vés del ancho del invernadero al atarde­
cer. Son útiles para conservar el calor
por la noche, porque reducen la canti­
dad de calor que se eleva por encima de
los aleros, atrapando el calor más aba­
jo, alrededor de las plantas.
También se pueden emplear mampa­
ras verticales para separar una sección
con calefacción en un extremo del inver­
nadero con láminas de plástico, dejan­
do el resto sin calefacción. En la sección
con calefacción es posible invernar plan­
tas y cultivar plantones tempranos.
Existen equipos especiales disponibles
para fabricar mamparas térmicas o se
pueden obtener láminas de plástico y las
fijaciones necesarias separadamente.
Revestimiento metálico de base
Un revestimiento metálico de base en el
suelo de invernaderos acristalados has­
ta el suelo reduce la pérdida de calor. En
invierno, coloque paneles de poliestire-
no en la parte inferior de las hojas de
cristal para dar un aislamiento suple­
mentario, retirándolos antes de plantar
los cultivos de orlas veraniegos.
M am para vertical
q u e fu n c io n a com o
Ventilación
Una buena ventilación es esencial en un
invernadero, incluso en invierno, para
evitar la acumulación de aire sofocante
o húmedo y controlar la temperatura.
Es importante que la superficie barrida
por los respiraderos sea igual a al me­
nos un sexto de la superficie del suelo.
Ventilación suplementaria
Pocos invernaderos están provistos de
los respiraderos suficientes de manera
estándar, de modo que encargue respi­
raderos suplementarios, ventanas de bi­
sagra y celosías o ventiladores de extrac­
ción al comprar un invernadero. Esta es
una cuestión particularmente importan­
te en el caso de invernaderos de made­
ra, ya que generalmente resulta difícil in­
corporar más adelante.
La ventilación suplementaria es espe­
cialmente importante si los sistemas de
calefacción son de parafina o de gas em­
botellado, para evitar que el vapor de
agua o los humos se acumulen hasta ni­
veles inaceptables.
Sistema de ventilación por viento
El cambio de aire dentro de un inver­
nadero se produce cuando el aire del ex­
terior se agita, reemplazando el aire in­
terior tibio y húmedo por otro fresco.
Si coloca respiraderos en los lados y el
techo del invernadero y éstos también es­
tán escalonados, asegurará que el aire
circula a través de todo el ambiente —
si coloca respiraderos uno enfrente del
otro, el aire sencillamente pasará a tra­
vés del invernadero.
Para aumentar la ventilación, también
puede mantener las puertas abiertas du­
rante el verano; sin embargo, merece la
pena sujetar un trozo de malla a través
de la puerta, para evitar que los pája­
ros y animales domésticos penetren.
Sistema de ventilación por chimenea
La ventilación por el efecto chimenea
depende de que el aire tibio y húmedo
se eleve de los respiraderos del techo y
sea reemplazado por aire fresco que,
como resultado, se absorbe a través de
los respiraderos inferiores, situados a lo
largo de los lados del invernadero, ya sea
por encima o por debajo de la estantería.
Sistema de ventilación por ventilador
La ventilación por ventilador es un sis­
tema mecánico que funciona extrayen­
do aire del invernadero a la altura de la
cabeza o un poco más arriba, y absor­
biendo aire fresco a través de respirade­
ros inferiores y generalmente ubicados
en el extremo opuesto del invernadero.
Respiraderos de bisagra
Estos respiraderos pueden ajustarse a los
costados o techo del invernadero y de­
ben poder abrirse por completo hasta un
ángulo de unos 45°. Esto permitirá un
flujo de aire máximo y evitará al mis­
mo tiempo que las ráfagas de viento pe­
netren en el invernadero y posiblemen­
P r in c ip io s d e la V e n t il a c ió n d e I n v e r n a d e r o s
modo, los respiraderos se abrirán y el in­
vernadero estará bien ventilado antes de
que la temperatura se eleve hasta un ni­
vel inadecuado para las plantas.
Existen muchos diseños diferentes de
abridores automáticos disponibles. Al­
gunos modelos funcionan a través de la
expansión y la contracción de un taru­
go de cera, contenido dentro de un ci­
lindro de metal o de plástico; el movi­
E fecto V ie n t o E fecto C h im e n e a V e n t il a c ió n por
miento de la cera funciona como un
Penetra aire fresco El aire cálido sube y V e n t il a d o r
pistón que abre y cierra el respiradero.
dentro del escapa a través de El aire es extraído Otros modelos emplean varillas de me­
invernadero, circula y los respiraderos por un ventilador en tal que cambian de forma a medida que
sale a través de un abiertos del techo, el techo del la temperatura se eleva y desciende, ac­
respiradero abierto haciendo que penetre invernadero y atraído tivando el oportuno mecanismo de ven­
del otro lado. aire fresco en la por respiraderos tilación.
parte inferior. abiertos más bajos.
Extractores
El tipo de extractor diseñado fundamen­
te causen daños a las plantas en su in­ mente cuando la temperatura interior talmente para funcionar en las cocinas
terior o incluso a la misma estructura aumenta más allá de un nivel predeter­ y los cuartos de baño también resulta
del invernadero. minado. Estos dispositivos resultan esen­ ideal en el caso de los invernaderos. Una
ciales si se ha instalado un sistema de de las ventajas adicionales de utilizar es­
Respiraderos de celosía calefacción sin termostato dentro del in­ tos extractores es que la mayoría tiene
Generalmente ubicados más abajo que vernadero. instalado un control termostático, una
las estanterías, los respiraderos tipo ven­ En el caso de cualquier tipo de inver­ necesidad esencial en un invernadero.
tana de celosía son particularmente úti­ nadero, deben instalarse abridores auto­ Elija un extractor que sea lo bastan­
les para controlar el flujo del aire a tra­ máticos de respiraderos para al menos te potente para el tamaño específico de
vés del invernadero en invierno, cuando algunos de los respiraderos a bisagra o su invernadero —en general, la tasa de
los respiraderos del techo dejarían esca­ de celosía; esto resultará fácil siguien­ extracción se cita en metros cúbicos por
par demasiado calor. Sin embargo, los do las instrucciones del fabricante. hora.
respiraderos de celosía deben cerrar co­ Pueden regularse para que se abran Como guía general, un invernadero de
rrectamente, para así evitar todas las co­ según cierta gama de temperaturas, pero 2,5 x 2 m necesitaría disponer de un ex­
rrientes de aire. asegure de elegir un sistema automáti­ tractor con una capacidad de 300 m 3
co que funcione dentro de la gama de por hora, pero otro más pequeño pue­
Abridores autom áticos de respiraderos temperaturas necesaria en su invernade­ de ser perfectamente adecuado si tam­
Los abridores automáticos simplifican ro. Es mejor regularlo para que opere bién se emplean otros tipos de venti­
el control de la temperatura, ya que es­ con una temperatura justo por debajo lación.
tán diseñados para abrirse automática- de la óptima para las plantas. De este Una ventana de celosía —situada en
el extremo opuesto al extractor y colo­
R e s p ir a d e r o s DE cada más abajo— resulta esencial para
C e l o s ía proporcionar un flujo de aire fresco que
Éstos se instalan en los reemplace el aire viciado que es absor­
lados del invernadero bido por el extractor.
por encima del nivel Compre un extractor con alerones de
del suelo para mejorar celosía que se cierran cuando el extrac­
el flujo de aire a través tor no está en funcionamiento para evi­
del interior. El tar las corrientes. Para alargar la vida
mecanismo de apertura útil del extractor, no regule el motor a
es de palanca y fácil su capacidad máxima; es mucho mejor
de manejar (véase elegir un modelo ligeramente más po­
inserciones). tente de lo estrictamente necesario para
el invernadero y regularlo en una posi­
ción media.
A b r id o r A u t o m á t ic o
R e s p ir a d e r o s d e B is a g r a
Los respiraderos que se
abren a través de un
mecanismo de bisagra
normalmente se
instalan en el techo del
invernadero. Asegure
que la abertura sea
amplia y que queden
abiertos de forma
segura.
Éste funciona por expansión y
contracción de cera en un
cilindro al subir y bajar la
temperatura.
Sombreado
Si el sistema de ventilación fuera insu­
ficiente, el sombreado ayudará a contro­
lar la temperatura del invernadero. Tam­
bién protege las plantas vulnerables de
una excesiva exposición al sol directo, re­
duciendo el riesgo del abrasado de ho­
jas y evitando la decoloración de las flo­
res por acción del sol. El sombreado
aplicado fundamentalmente para con­
trolar el calor debe estar en la parte ex­
terior del invernadero; un sombreado in­
terior tiende a no reducir la temperatura
de manera significativa.
La cantidad de sombra necesaria den­
tro del invernadero depende de la esta­
ción y de las plantas cultivadas. En los
meses más soleados, un sombreado que
reduzca la claridad en un 40 %-50 % es
suficiente para un invernadero mixto tí­
pico. Los helechos generalmente prefie­
ren alrededor de un 75 % de luz filtra­
da, mientras que la mayoría de cactus
y otras suculentas requieren muy poco
o nada de sombreado.
Pinturas sombreantes
Este es con frecuencia el método más
eficaz para reducir el calor del sol, y al
mismo tiempo deja penetrar suficiente
luz para el buen desarrollo de las plan­
tas. Pinte o rocíe la capa delgada de pin­
tura sobre la parte exterior del cristal a
principios de la estación soleada y reti­
re a fines de verano lavando o frotando
por medio de una solución limpiadora.
Las pinturas sombreantes son baratas
pero su aplicación y eliminación poste­
rior pueden ser sucias y su aspecto puede
ser desagradable en un jardín pequeño
donde el invernadero es un elemento im­
portante. Algunas pinturas se vuelven
más transparentes cuando están moja­
das, de manera que dejan penetrar ma­
yor claridad en días grises o luviosos.
Persianas
Éstas se utilizan fundamentalmente en
la parte exterior del invernadero y con­
trolan la temperatura de un modo efi­
caz. Son más versátiles que las pinturas
sombreantes ya que pueden enrollarse
y desenrollarse, según la intensidad de
S o m b r ea d o d e l I n v ie r n o
Se aplican pinturas
sombreantes al
exterior del
invernadero para
evitar que las
temperaturas en el
interior aumenten
demasiado, sin
reducir excesivamente
la penetración de la
luz. La pintura puede
dejarse durante toda
la estación.
luz requerida. También sirven para som­
brear sólo una parte del invernadero. Sin
embargo, las persianas manuales nece­
sitan una atención constante. Las per­
sianas automáticas, que entran en fun­
cionamiento apenas la temperatura se
eleva más allá de un nivel determinado,
son más convenientes, aunque resultan
más costosas.
Mallas y tejidos
Los materiales de sombreado de malla
flexible son adecuados para su uso in­
terior o exterior. Son menos adaptables
que las persianas, porque generalmente
quedan fijas durante toda la estación,
y su resultado es menos satisfactorio que
las pinturas sombreantes en cuanto al
control del desarrollo de las plantas.
Los tejidos lisos y los de punto tam­
bién sirven para el uso en el interior y
exterior del invernadero. La cantidad en
la que reducen el nivel de luz varía con­
siderablemente según el tipo de tejido
instalado, pero la calidad de la luz que
penetra hasta las plantas generalmente
resulta adecuada para lograr un buen de­
sarrollo, aunque la temperatura no se re­
duce de un modo significativo.
Los tejidos laminados y algunas ma­
llas de plástico sólo son recomendables
para un sombreado interior.
M alla F lex ib le
La malta de plástico puede cortarse
a medida y utilizarse en el interior o
exterior para sombrear las plantas
del invernadero.
P er s ia n a s E n r o lla b les
Las persianas son un sistema versátil
para sombrear el invernadero. Deben
ser resistentes ya que permanecerán
en posición durante períodos largos.
También se puede utilizar plástico hin­
chado coloreado para sombrear. Redu­
ce la claridad en casi un 50 %, pero sólo
baja la temperatura ligeramente.
Láminas rígidas
A veces se empican láminas rígidas de
policarbonato (generalmente colorea­
das) para sombrear invernaderos. Las lá­
minas pueden fijarse en el exterior o en
el interior, según las recomendaciones
del fabricante del invernadero. Reducen
la luz con eficacia, pero a menos que
sean de color blanco, la luz transmitida
puede no ser suficiente para el buen de­
sarrollo de las plantas.
Humedad
La humedad es la medida de la canti­
dad de vapor de agua suspendida en el
aire. La humedad del aire afecta la tasa
de transpiración de las plantas; este es
el mecanismo que les permite absorber
agua (además de nutrientes) desde las
raíces a las hojas, donde el agua se eva­
pora en el aire desde los poros de las ho­
jas. Al evaporarse el agua, la planta se
refresca.
Establezca los niveles de humedad
que prefieren las plantas de su inverna­
dero; después controle el nivel de hume­
dad de la atmósfera que les resulte ade­
cuada. La humedad se puede aumentar
por medio de diversas técnicas (véase
«Humidificadorcs», abajo) y reducirse
ventilando (véase p. 483).
Necesidades de las plantas
Una atmósfera muy húmeda reduce la
tasa de transpiración y evaporación has­
ta un nivel que podría resultar perjudi­
cial para algunas plantas, que pueden
sufrir daños a causa del calor excesivo,
a menos que aire más fresco y seco sea
llevado hasta ellas por medio de la ven­
tilación. Sin embargo, muchas plantas
tropicales oriundas de climas húmedos
requieren altos niveles de humedad para
prosperar y no sobrevivirían en una at­
mósfera seca.
Si el aire es seco y el nivel de hume­
dad bajo, las plantas transpiran a ma­
yor velocidad y a menudo pierden una
gran cantidad de humedad. Como re­
sultado, las plantas que no están adap­
tadas para arreglárselas con una hume­
dad baja se marchitarán, salvo que se
les proporcione agua adicional en las raí­
ces. Las plantas de climas secos frecuen­
temente poseen elementos anatómicos
específicos que ayudan a reducir la tasa
de transpiración durante las sequías
(véase E C
l J
l im a y e l , «Sequía»,
a r d ín
p. 517).
Medición de la humedad
El nivel de humedad dentro de un in­
vernadero depende, hasta cierto punto,
de la temperatura del aire —el aire ca­
liente es capaz de contener más hume­
dad que el frío antes de saturarse. La hu­
medad relativa es una medida de la
cantidad de vapor de agua en el aire, ex­
presada como un porcentaje del punto
de saturación a la misma temperatu­
ra. Se considera una atmósfera «húme­
da» la que tiene una humedad relativa
del 75 °/o; una atmósfera «seca» tiene
una humedad relativa de alrededor del
35 «lo.
Se pueden utlizar termómetros de bul­
bo secos y mojados, junto con tablas hi-
grométricas, para medir la humedad re­
lativa de la atmósfera. Hay higrómetros
disponibles que tienen un cuadrante que
indica tanto la temperatura como la
humedad.
Como guía general, una humedad re­
lativa más baja que el 75 a/o, pero más
elevada que el 45 °/o, resulta benéfica
para la mayoría de las plantas de in­
vernadero muy especialmente durante
la estación de desarrollo; a niveles más
elevados que el 80 °/o, las enfermeda­
des tipo moho gris/Botrytis y el mil-
diú pueden convertirse en problemas
serios.
En invierno, la humedad debe man­
tenerse en un nivel inferior, pero el ni­
vel exacto requerido dependerá del tipo
de plantas cultivado y de la temperatu­
ra del invernadero.
Humidificadores
Los invernaderos pueden «humedecer­
se» en verano salpicando agua —sobre
lodo en el suelo y las estanterías— con
una manguera o una regadera. Esto
aumenta el nivel de la humedad atmos­
férica.
Un sistema de rociado automático
simplificará el control de la humedad,
especialmente en el caso de plantas que
requieren una humedad muy elevada.
En un invernadero pequeño, el rociado
a mano o la provisión de una bandeja
llena de agua que se evapora lentamen­
te en el aire, en general resultan ade­
cuadas.
Riego
Una regadera tradicional sigue siendo el
método más eficaz, aunque lento, para
regar una colección mixta de plantas en
un invernadero pequeño. Como se pue­
de controlar el ñujo con facilidad, ase­
gura que todas las plantas reciben el rie­
go conveniente.
Sin embargo, un sistema de riego
automático es un agregado útil al inver­
nadero en verano; si 110 se ocupa del in­
vernadero de manera regular, un siste­
ma automático resulta esencial, ya que
algunas plantas de tiestos podrían ne­
cesitar un riego varias veces al día du­
rante un tiempo muy caluroso.
Sistemas capilares
En un invernadero se emplean frecuen­
temente sistemas de riego basados en la
capilaridad para absorber agua.
Los tiestos con plantas se pueden co­
locar sobre una capa de 2-5 cm de are­
na limpia (que conserva la humedad co­
rrectamente) encima de la estantería del
invernadero y que se conserva perma­
nentemente húmeda. Sin embargo, la
arena húmeda aumenta considerable­
mente el peso cargado sobre la estante­
ría, de manera que asegure que ésta sea
lo bastante sólida como para soportar
el peso suplementario. Además, prote­
yoría de las plantas están inactivas o sólo
crecen lentamente y por lo tanto requie­
S is t e m a s de R ie g o
ren menos agua. La arena o esterilla per­
manentemente mojada también puede
aumentar la humedad del invernadero
hasta niveles no satisfactorios para las
plantas (véase «Humedad», p. 484).
Sistemas elevados
En los invernaderos comerciales está
muy extendido el uso de un sistema de
tuberías elevadas, con boquillas desde
las que surge un rocío y cae sobre las
plantas situadas bajo él. Este sistema es
ideal para regar un gran número de
plantas, todas en la misma etapa de de­
sarrollo. Sin embargo, no es adecuado
para el invernadero pequeño de un no­
vato, que contiene una gran variedad de
plantas. Los sistemas de riego elevados
también son de instalación costosa y,
usados en invierno, crean una atmósfe­
ra demasiado húmeda.
Mangueras re/um adoras
Su uso está muy difundido en los jardi­
nes y también pueden utilizarse en el in­
terior del invernadero para regar plan­
tas en orlas o para conservar húmedas
las esterillas capilares. Pero durante pe­
riodos muy cálidos, las mangueras re- mu— n— n— n— n—
zumadoras podrían no aportar bastan­
te agua a las plantas. R egado C a p il a r Ir r ig a c ió n por G o teo

ja las estanterías de madera de la arena
húmeda cubriéndolo con láminas de
plástico o de aluminio, porque de otro
modo se pudriría. Otra opción consiste
en colocar la arena en bandejas de
aluminio.
Agregue un trozo de canalón de plás­
tico al borde del banco y mantenga lle­
no de agua. Esto puede realizarse a
mano o automáticamente desde un de­
pósito superior conectado al agua co­
rriente, en cuyo caso el sistema debe con­
trolarse por medio de un grifo de bola.
Las esterillas capilares, ampliamente
disponibles en rollos y que sencillamente
se cortan al tamaño adecuado, son mu­
cho más ligeras, fáciles de mantener lim­
pias e igual de eficaces que la arena.
Para mantener las esterillas capilares
siempre húmedas, deje que el extremo
cuelgue dentro de un recipiente con agua
u otro tipo de depósito. El agua puede
rellenarse a mano o a partir de un de­
pósito automático, al igual que arriba.
Para que un sistema capilar sea efec­
tivo, debe haber un contacto suficiente
entre el abono dentro de los tiestos y la
fuente de humedad, de manera que el
agua llegue permanentemente al siste­
ma de raíces de las plantas. Los tiestos
de plástico generalmente permiten un
buen contacto entre el abono y la arena
o la esterilla húmedas. Sin embargo, los
tiestos de arcilla podrían requerir una
mecha individual. Ésta se recorta de un
trozo sobrante de esterilla capilar y se
coloca en el agujero de drenaje del ties­
to para llenar cualquier vacío entre el
abono y la esterilla.
No use sistemas de riego capilares en
invierno en el invernadero, ya que la ma­
Sistemas de irrigación por goteo
Este sistema de irrigación consiste de
una serie de tubos de diámetro interior
pequeño, cada uno con una boquilla
ajuslable. Los tubos se colocan dentro
de los tiestos o sacos de desarrollo in­
dividuales o cerca de las plantas culti­
vadas en la orla del invernadero.
La mayoría de los sistemas de irriga­
ción por goteo se alimentan por medio
de un depósito que a su vez se rellena
a través de una manguera conectada al
agua corriente. Pero también se puede
utlizar agua aportada directamente de
la acometida general.
Debe controlarse bien la tasa de agua
aportada y ajustarse a las necesidades
de las plantas; estas necesidades varían
según la época del año y los caprichos
del clima.
Iluminación
Si la electricidad ya está conectada en
el invernadero (véase «Instalación de
electricidad, gas y agua», p. 480), no re­
sulta caro agregar unidades de ilumina­
ción en cualquier momento y los costes
de funcionamiento también son bajos.
Además, las luces producen algo de ca­
lor suplementario para las plantas. Los
tubos fluorescentes comunes proporcio­
nan suficiente iluminación para traba­
jar cómodamente.
Lámparas de desarrollo
La especial calidad de la iluminación
proporcionada por las lámparas de de­
sarrollo es necesaria para prolongar la
Un depósito superior vierte agua en Los sistemas de goteo proporcionan
una canaleta fijada a la estantería. agua directamente a cada tiesto por
La esterilla absorbe agua, que es medio de tuberías, alimentadas por
absorbida por el abono en las un depósito superior.
bandejas.
extensión del día (véase E H l u erto de Fotómetro
H , «Extensión del día», p.
o r t a l iz a s En caso de que la iluminación sea un
307) para fines específicos en los meses factor muy importante, se pueden em­
de primavera e invierno, cuando los ni­ plear fotómetros especiales para medir
veles lumínicos son bastante bajos. la iluminación de las plantas en el in­
Se pueden obtener tubos fluorescen­ vernadero, porque miden los niveles lu­
tes que producen una buena luz para mínicos con una exactitud mucho ma­
mejorar el desarrollo de las plantas en yor que la que miden los ojos.
tiendas de proveedores de acuarios y en Los fotómetros vienen con informa­
centros de jardinería. Como no produ­ ción sobre los niveles lumínicos que pre­
cen mucho calor, se los puede instalar fieren una amplia gama de plantas ha­
cerca de las plantas. Los tubos tienen re­ bitualmente cultivadas; siga las instruc­
flectores instalados que proyectan la luz ciones para estas plantas específicas.
hacia abajo, donde será mejor aprove­
chada. Para lograr una eficacia óptima, L á m pa ra de D esarro llo
instale los tubos a 25-30 cm por encima
del follaje. Los tubos fluorescentes de
mercurio y los de vapor de mercurio
también proporcionan una calidad lu­
mínica adecuada para estimular un buen
desarrollo de las plantas.
Las bombillas halógenas de metal son
el mejor tipo de lámpara de desarrollo,
pero son las más caras y emiten una luz
cercana al espectro de la luz natural. Ilu­
minan una superficie amplia pero cir­
cular, lo que podría resultar inconve­
niente en un invernadero pequeño, ya
que las esquinas no quedarían bien ilu­
minadas. La mayoría de las bombillas
y tubos de desarrollo adecuadas para el
invernadero requieren accesorios espe­
ciales a causa de la atmósfera húmeda. Ésta aporta luz adicional para
Si tuviera alguna duda, pida consejo a mejorar el desarrollo de las plantas.
un electricista especializado. Fije directamente encima de las plantas.
I n v e r n a d e r o s y C a j o n e r a s

Utilización del espacio

Para aprovechar el limitado espacio del
invernadero, planifique bien el esquema.
El cultivo en macizos en relieve, orlas,
sacos de desarrollo o contenedores co­
locados en el suelo, estantes o estante­
rías son sistemas adecuados; a menudo
la combinación de éstos es lo mejor.
Macizos en relieve
Éstos se utilizan sobre lodo en casas al­
pinas, donde un buen drenaje resulta ne­
cesario. Puede ser costoso construir ma­
cizos en relieve con ladrillos nuevos, pero
los viejos también sirven. Deje un espa­
cio grande entre el macizo en relieve y
la pared del invernadero, para que el aire
pueda circular y la humedad de la tierra
D entro d el In v e r n a d er o
Organice los elementos dentro del invernadero de
un modo razonable para aprovechar el limitado
espacio al máximo. Aquí se ilustra un esquema
bien planeado para un invernadero de cobertizo.
no penetre en la pared. Para más deta­
lles, véase E s t r u c t u r a s y S u p e r f i c i e s ,
p. 507.
Los macizos a la altura normal de un
banco sólo son adecuados para inverna­
deros colgadizos o para aquellos con
una base de ladrillos elevada. Para las
plantas pequeñas que no requieren un
suelo muy profundo, se puede usar una
jardinera de piedra colocada sobre co­
lumnas —o «patas»— de ladrillo. Otra
opción consiste en construir un conte­
nedor en relieve fijando láminas rígidas
de metal o planchas de pavimentación
encima de columnas de ladrillo, cons­
truyendo las paredes con varios ladrillos
superpuestos y revistiendo con una lá­
mina de goma butílica. La lámina de bu­
tilo debe estar perforada por varios
Respiradero.
agujeros para asegurar que el macizo
tenga un drenaje adecuado.
Los macizos en relieve para plantas
más altas no necesitan ser tan elevados
y por tanto no requieren columnas de
ladrillos. Generalmente se construyen a
nivel del suelo, con agujeros rezumado-
res para el drenaje y sencillamente re­
llenos de tierra.
Orlas y sacos de desarrollo
Para cultivar plantas directamente en
una orla es necesario un invernadero de
cristales hasta el suelo, para asegurar que
las plantas reciben una iluminación su­
ficiente. Las orlas de 1 m de ancho son
Abridor automático
del respiradero
aceptables en un invernadero de 2,5 m
de ancho, pero ensanche los macizos si
coloca una estantería por encima de las
orlas, para que éste no le impida alcan­
zar el lado opuesto con facilidad. Si fue­
ra necesario, también puede colocar
plantas en contenedores encima de la
orla en vez de sobre la estantería.
Si cultiva las mismas plantas repeti­
damente a lo largo de muchos años, la
tierra de las orlas en el invernadero pue­
de infestarse con enfermedades. Si éste
fuera el caso o si el suelo del invernade­
ro se cubriera con cemento, se pueden
emplear sacos de desarrollo. Los sacos
de desarrollo proporcionan un método
de cultivo conveniente, ya que conser­
van bien la humedad y eliminan la ne­
cesidad de cavar y fertilizar el suelo an-

Persianas sombreadoras
Depósito de agua que exteriores
irriga las plantas en la
bandeja inferior

Termómetro
Estante fijado
Estante para a la pared
exhibir plantas

Enchufes

Respiraderos
de celosía ,
Propagador con
calefacción

Suministro de agua

Estanterías
de listones
Plantones
y esquejes
creciendo en
bandejas Planta amante
de la sombra debajo
Calefactory de la estantería
a ventilador

Tiestos Saco de desarrollo

sumergidos en
arena debajo
del banco ___
Superficie
pavimentada
E x h ib ic ió n d e P la n ta s E s t a n t e r ía F ija
Despliegue las plantas La mayoría de los
del invernadero de forma t® fabricantes de
atractiva. Si el invernaderos
invernadero tiene suministran estanterías
calefacción, se puede permanentes
cultivar una amplia construidas
gama de plantas a Io expresamente y del
largo del año para mismo material que el
mantener el despliegue invernadero. Es mejor
de flores y follaje. instalarlas al construir
Coloque las plantas el invernadero.
inactivas o «en
descanso» debajo de la
estantería para dejar
espacio para otras
plantas de ¡a estación.

tes de plantar. La mayor parte de los nu­
trientes que contiene la tierra dentro de
los sacos de desarrollo se agota duran­
te la estación, de manera que deberá uti­
lizar sacos nuevos cada año.
Estanterías
Las estanterías son importantes dentro
de cualquier invernadero mixto u orna­
mental —estimula un desarrollo más
sano acercando las plantas a la luz. Aun­
que las retire para cultivar plantas de co­
secha veraniega en orlas, las estanterías
son necesarias para propagar y seguir
cultivando plantas jóvenes.
Ubicación de las estanterías
El arreglo más satisfactorio para un in­
vernadero pequeño o mixto es que ten­
ga un paso central con estanterías a los
lados y posiblemente a lo largo de uno
de los extremos, retirando la mitad para
dejar espacio para los cultivos de orlas
cuando sea necesario y conservando las
estanterías permanentes para exhibir or­
namentales. Las estanterías permanen­
tes deben colocarse del lado donde pro­
yecten la menor cantidad de sombra
sobre los cultivos de la orla.
Estanterías centrales
Los invernaderos más amplios, diseña­
dos fundamentalmente como casas de
exhibición, pueden poseer estanterías
centrales, con un paso alrededor de los
bordes. Se pueden colocar dos bancos
de estanterías espalda con espalda, pre­
ferentemente con estanterías escalona­
das en el centro para realzar el desplie­
gue de las plantas.
Tamaño y altura correctos
La mayoría de las estanterías miden
45-60 cm de ancho. En invernaderos
grandes resultan útiles los bancos más
anchos, pero puede ser difícil de alcan­
zar el lado opuesto. Todas las estante­
rías deben estar construidas con solidez
para aguantar el considerable peso de
plantas, contenedores y abono. Siempre
deje un espacio generoso entre la parte
posterior de las estanterías y la pared del
invernadero para permitir que el aire cir­
cule con libertad.
la mayoría de los invernaderos de no­
vatos también se usan como cobertizo.
Una altura conveniente para las estan­
terías, que también sirven de superficie
de trabajo, es de aproximadamente
75-90 cm; debe ser más baja si se traba­
ja sentado.
Estanterías autoportantcs
A veces resulta útil tener estanterías que
pueden desarmarse y almacenarse, lle­
vándolas al interior del invernadero du­
rante períodos cortos, por ejemplo al
cultivar plantones en primavera. Las es­
tanterías autoportantes podrían no ca-
E s t a n t e r ía A u t o p o r t a n t e
Los bancos móviles permiten gran
flexibilidad; pueden trasladarse de
un lado a otro para acoger las
plantas o retirarse por completo.
ber tan bien en el invernadero como las
estanterías incorporadas y pueden tener
un aspecto menos bonito, pero su uso
es más flexible. Deben ser fáciles de ar­
mar y sólidas pues se utilizarán duran­
te muchos años. Si cultiva plantas en or­
las durante la mayor parte del año, unas
estanterías de malla abierta que se do­
blan limpiamente contra los lados del in­
vernadero resultan convenientes durante
períodos cortos.
Los sistemas de estanterías autopor­
tantes modulares pueden construirse en
hileras, proporcionando un modo atrac­
tivo de exhibir plantas. Existen sistemas
modulares de listones, de malla o sóli­
dos disponibles.
Estanterías permanentes
Las estanterías y los estantes permanen­
tes pueden forzar la estructura del in­
vernadero, especialmente si ésta es lige­
ra en aleación de aluminio. Si usa arena
o grava agregará un peso suplementa­
rio a la estantería, especialmente si es­
tán mojadas. Dentro de lo posible, com­
pre estanterías diseñadas a propósito; si
tuviera dudas, consulte con el fabricante
del invernadero antes de instalar cual­
quier estantería permanente.
Estanterías de listones y de mallas
Si cultiva alpinas o cactus y suculentas
en tiestos, es mejor usar bancos de lis­
tones o de malla, que permiten un flu­
jo de aire más libre que las estanterías
sólidas. Sin embargo, las estanterías de-
E s t a n t e r ía d e L is t o n e s
Las estanterías de
listones de madera son
una opción atractiva.
Los listones permiten
una mejor circulación
del aire alrededor de
las plantas que las
superficies sólidas,
pero los listones no
son adecuados para un
sistema de riego
capilar, salvo que
coloque los tiestos en
bandejas encima del
banco.
listones o malla no se adecúan a siste­
mas de riego capilares.
Use bancos de listones de madera para
un invernadero de madera; para los dea­
leación de aluminio o de acero galvani­
zado, son más apropiados los bancos de
metal o malla de plástico.
Estanterías de superficie sólida
Las estanterías sólidas permiten acoger
más tiestos que las de listones (resulta
difícil mantener los tiestos verticales en­
tre los listones), pero pueden necesitar
una mayor ventilación.
Si emplea un sistema de riego capi­
lar, elija estanterías de aluminio sólido
con una superficie plana para las este­
rillas o la arena. Algunas estanterías tie­
nen secciones reversibles que producen
superficies planas en relieve para este­
rillas de un lado y secciones tipo plato
para arena o grava del otro lado.
Estantes
Los estantes del invernadero sirven tan­
to para almacenaje como para exhibi­
ción. Los estantes permanentes a menu­
do proyectan sombra sobre las plantas
situadas debajo, por lo que es preferi­
ble instalar estantes plegables, que po­
drán usarse en primavera cuando el es­
pacio es limitado y después guardarse
plegadas el resto del año. En un inver­
nadero pequeño, los estantes sirven para
exhibir plantas colgantes si no hubiera
espacio para cestas colgantes.
Muchas plantas requieren temperaturas
para su propagación más altas que las
que pueden mantenerse en el invernade­
ro. Por lo tanto, para ahorrar en las
cuentas de combustible, frecuentemente
se utilizan ayudas a la propagación para
proporcionar el calor suplementario ne­
cesario. También pueden aumentar la
tasa de éxito al sembrar semillas o to­
mar esquejes arraigados. Elija un pro­
pagador para el invernadero que sea lo
bastante grande como para contener al
menos tres bandejas semilleras estándar.
Si piensa utilizar propagadores con
calefacción, unidades de rocío o cables
calentadores del suelo, un tomacorriente
es esencial. Las unidades de rocío tam­
bién requieren que el agua corriente esté
conectada, además de la electricidad.
Los propagadores no calefaccionados
tienen un uso limitado dentro del inver­
nadero, pero generalmente proporcionan
la suficiente humedad para arraigar es­
quejes en verano.
Propagadores con
calefacción
Un propagador con calefacción debe te­
ner un elemento de calefacción capaz de
proporcionar una temperatura mínima
del abono de 15° C en invierno y a prin­
cipios de primavera, cuando las tempera­
turas del exterior pueden estar bajo cero.
Si piensa propagar plantas tropicales,
el elemento de calefacción debe ser más
potente, capaz de mantener la tempera­
tura a 24° C. Preferentemente, el pro­
pagador debe tener un termostato ajus-
table instalado, que permite mayor
flexibilidad de las temperaturas.
Utilice tapas de plástico rígido, más
capaces de conservar el calor que las del­
gadas. Los respiraderos ajustables son
útiles porque permiten que escape la hu­
medad y evitan que la atmósfera dentro
del propagador sea demasiado húmeda.
Propagadores domésticos
Algunos propagadores pequeños con ca­
lor están diseñados para usar en los al­
féizares. En general sólo tienen capaci­
dad para dos bandejas semilleras, y son
demasiado pequeños para un uso prác­
tico en el invernadero; a menudo no tie­
nen termostato. Podrían no generar el
calor suficiente en un invernadero fres­
co o frío, ya que el elemento de calefac­
ción está pensado para funcionar en el
interior de una habitación.
Un P r o p a g a d o r d e A l f é i z a r
Es mejor utilizar los
propagadores
diseñados para
alféizares dentro del
invernadero sólo en
verano, cuando las
temperaturas son altas.
Bases con calefacción
Éstas están diseñadas para usar junto
con propagadores sin calor o bandejas
semilleras comunes —cualquiera de ellos
puede colocarse sobre la base con cale­
facción; Para conservar el calor y la hu­
medad, coloque una tapa de plástico so­
bre las bandejas semilleras. Las bases
con calor 110 elevan la temperatura con
tanta eficiencia como los propagadores
de bandeja con calor (véase abajo), y
sólo son aptas para una o dos bandejas.
Propagadores de bandeja con
calefacción
Éstos tienen un elemento de calefacción
independiente en la base y son más úti­
les que las bases con calor (véase arri­
ba), sobre todo si llevan termostato.
Unidades de rocío
Frecuentemente, los esquejes arraigan
antes y en mayor número dentro de una
unidad de rocío que por otros medios
más convencionales. Las unidades de ro­
cío son convenientes porque evitan tener
que regar los esquejes con frecuencia.
Las unidades de rocío más fáciles y
más convenientes de usar son unidades
autónomas que comprenden un elemen­
to de calefacción, termostato, tapa trans­
parente y una cabeza rociadora. La at­
mósfera constantemente húmeda creada
por la cabeza rociadora proporciona un
medio ambiente adecuado para arraigar
esquejes rápidamente, manteniendo una
película de agua constante encima del
material a propagar. También se reduce
la pérdida de calor por evaporación y
existe un riesgo menor de que los esque­
jes se vean atacados por una enferme­
dad fúngica porque, cuando la cabeza
rociadora está en funcionamiento, la
mayoría de las esporas portantes de en­
fermedades son arrastradas, desapare­
ciendo del aire y de las hojas antes de
que puedan infectar los tejidos de las
plantas. En pequeña escala, se genera un
efecto similar cubriendo un tiesto con
esquejes con un saco de plástico trans­
parente.
Para un número grande de plantas,
una unidad de propagación de rocío es
más práctica. Algunas unidades están
diseñadas para usar sin tapa encima de
un banco de propagación en un inver­
nadero abierto; se usan junto a cables
que calientan el suelo y también requie­
ren un banco de invernadero especial­
mente construido. Si se emplaza en un
U n id a d d e P r o p a g a c ió n de R o c ío
Un termostato de
suelos controla la
temperatura del abono,
calentado por cables.
La cabeza rociadora
está controlada por un
sensor (conectado a un
solenoide) situado
cerca de los esquejes
Tubería
—cuando la atmósfera
vertical
está demasiado seca, se
activa la cabeza
rociadora.
Tubería
de agua
Termoslato de suelos
Cable
calentador-------------
Control del
termostato de suelos
invernadero donde se cultiva una selec­ a un enchufe aislado y fundido. Com­
ción mixta de plantas, la elevada hume­ pre un cable protegido, porque implica
dad generada por una unidad de rocío un peligro menor si lo cortase acciden­
abierta puede ser inadecuada para cier­ talmente. Los cables para calentar el sue­
tos tipos de plantas. En este caso insta­ lo se venden en largos diseñados para
le una unidad de rocío cerrada. calentar una superficie dada. Por ejem­
plo, un cable de 75 watios mide 6 m de
Cables de calefacción largo y genera el calor suficiente para
una superficie de 0,7 m 2 en un inverna­
del suelo dero que tenga algún sistema de calefac­
ción. Evidentemente, se requeriría un ca­
Su finalidad primera es la de calentar ble de más watios para utilizarlo en una
el abono de un propagador convencio­ superficie similar en un invernadero sin
nal o el de un banco de rocío en un in­ calefacción o en cajonera fría en el ex­
vernadero, pero los cables calentadores terior del invernadero.
de suelos también sirven para calentar El cable debe tenderse a 5-8 cm de
el aire en un espacio cerrado, como una profundidad, en una serie de curvas en
cajonera fría o un propagador casero. forma de «S» (asegurando que las la­
El sistema más seguro es un cable con zadas no se toquen) dentro de un maci­
un termostato incorporado, conectado zo con arena húmeda.
Uso d e c a b le s c a l e n t a d o r e s d e s u e lo s
Termostato del aire
En este caso, los cables Cables calentando
se usan para calentar et aíre
suelo y aire. Cada
juego de cables lleva
termostato, que
garantiza que la
temperatura nunca
caiga por debajo del
nivel marcado.
Caja de control
Termostato de
Cable Arena
del suelo drenaje
Cajoneras frías y campanas
Las cajoneras frías y las campanas am­
plían el espacio del invernadero, pero
también son extremadamente útiles por
derecho propio. Tienden a ser utilizadas
más intensamente en primavera, para
templar plantas cultivadas en el inver­
nadero, pero también pueden utilizarse
a lo largo de todo el año para cultivar
una amplia gama de plantas. Durante
los meses más fríos sirven para proteger
flores de invierno, invernar las semillas
de las anuales resistentes sembradas en
otoño y proteger las alpinas delicadas
de la peor parte del tiempo lluvioso.
Cajoneras frías
La cajonera fría más común tiene los la­
dos de cristal (o de plástico transparen­
te), además de «tragaluces» de cristal
(cubiertas superiores con paneles de cris­
tal), aunque se emplea un poco de ma­
dera y ladrillos para su construcción.
Los modelos acristalados hasta el suelo
generalmente tienen estructura de metal.
Tragaluces de cajoneras
Elija una cajonera que tenga tragaluces
móviles o deslizantes que faciliten el ac­
ceso; algunas también tienen paneles de­
lanteros deslizantes, útiles para propor­
cionar una ventilación suplementaria.
Los tragaluces con bisagra que se dejan
abiertos con una cuña siguen proporcio­
nando protección contra lluvias inten­
sas, pero los tragaluces deslizantes a ve­
C ó m o U t il iz a r C a jo n e r a s
P la ntar en C a jo n e r a
Si es necesario, las plantas
se pueden plantar
directamente en la
cajonera. Siempre prepare
la base con una capa
espesa de material de
drenaje, como trozos de
tiesto o gravilla gruesa,
antes de agregar una capa
de 15 cm de mezcla de
buena calidad para
jardines o tierra.
ces se retiran por completo durante el
día, dejando las plantas muy expuestas
a dichas lluvias. Sin embargo, las estruc­
turas ligeras de aluminio con los traga­
luces abiertos pueden correr riesgos du­
rante vientos intensos, de manera que
elija un modelo que tenga una cubierta
con bisagras y batientes con soportes
ajustables para fijar los tragaluces con
seguridad.
Cajoneras de madera
Las cajoneras tradicionales de madera
son difíciles de obtener actualmente y
caras, pero pueden construirse a bajo
costo en el hogar con madera de segun­
da mano. Las caras laterales de madera
conservan muy bien el calor. No resul­
ta difícil instalar cables de calefacción
del suelo (véase p. 488) en el interior de
la cajonera para proporcionar calor adi­
cional. Pinte o tiña la madera para con­
servarla.
Cajoneras de aleación de aluminio
Éstas están disponibles y son relativa­
mente baratas. Su diseño varía conside­
rablemente, pero en general se venden en
paquetes planos para facilitar el trans­
porte y se montan in situ. Las cajoneras
de aleación de aluminio permiten una
mayor entrada de luz que las de madera
o ladrillo, pero no tienen características
aislantes tan buenas y pueden no ser
igual de fuertes y robustas. En el caso
de cajoneras muy ligeras, podría ser ne­
cesario el uso de anclajes a tierra.
F r ía s
P r o t e c c ió n de
C u l t iv o s
Aquí, la cajonera fría
se ha colocado sobre el
suelo en la parcela de
hortalizas. Las
hortalizas se cultivan a
través de cortes en un
«mulch» de plástico
(véase el sistema «Sin
excavar», p. 534)
tendido sobre la
superficie del suelo.
S is t e m a s de V e n t il a c ió n
T ragaluces de B is a g r a
Las tapas con bisagras pueden
quedar abiertas en días cálidos para
evitar que las plantas se recalienten.
Cajoneras de ladrillo
Éstas ya no se usan mucho, pero aún
puede construiirlas en su hogar si exis­
ten ladrillos viejos disponibles y si pue­
de construir los tragaluces. En general,
las cajoneras de ladrillos son templadas
y a prueba de corrientes de aire.
Tamaños adecuados
El tamaño práctico mínimo de una ca­
jonera fría es de 1,2 x 60 cm. Sin em­
bargo, la cajonera frecuentemente debe
caber en el espacio disponible (lo más
cerca posible del invernadero), de ma­
nera que elija la cajonera más grande
posible que quepa en el espacio.
La altura es importante si la utiliza
para plantas en tiestos o cultivo de hor­
talizas altas. Para aumentar su altura de
manera temporal, puede colocarla so­
bre ladrillos sueltos.
Aislamiento
Si la cajonera goza de un buen aisla­
miento, se puede aumentar la gama de
las plantas que invernarán dentro sin
problemas. La cajonera debe ser a prue­
ba de corrientes de aire; no deben exis­
tir huecos alrededor del cristal o de la
estructura y los paneles superiores y
otros deslizantes deben encajar perfec­
tamente. Las cajoneras acristaladas has­
ta el suelo y las que tienen laterales de
plástico deberán aislarse durante el tiem­
po frío por medio de láminas de polies-
tireno expandido. Corte las láminas a
medida y coloque contra las caras inte­
riores de la cajonera para reducir la pér­
dida de calor.
En noches frías, en especial si se han
anunciado heladas fuertes, las cajone­
ras podrían requerir una protección ex­
terior adicional: cubra las tapas con ca­
pas de arpillera o alfombras viejas,
sujetadas o fijadas con trozos pesados
de madera. Retire estas protecciones du­
rante el día, si no las plantas sufrirán por
falta de luz. Otra opción consiste en uti­
lizar varias capas de plástico para una
protección suplementaria —éstas pue­
para C a j o n e r a s F r ía s
T ragaluces D e s l iz a n t e s
Las lapas deslizantes son menos
vulnerables al viento, pero las plantas
no quedan protegidas contra lluvias
intensas.
den dejarse puestas durante el día, ya
que no reducen los niveles lumínicos.
Ventilación
Durante el tiempo cálido, la buena ven­
tilación es esencial. La mayoría de ca­
joneras posee tragaluces que pueden
mantenerse abiertos con cuñas para per­
mitir la entrada de aire fresco; a menu­
do los tragaluces también se deslizan,
permitiendo una mayor ventilación y
que finalmente se los retire por completo
para seguir templando plantas jóvenes.
Luz
Las cajoneras de aluminio (pero no las
de madera o ladrillos) pueden trasladar­
se alrededor del jardín para aprovechar
la mejor iluminación en los diferentes
períodos del año. Si una cajonera se em­
plaza de manera permanente, debe ha­
cerse donde reciba la mayor cantidad de
luz en el invierno y en primavera, a con­
dición de que el emplazamiento no esté
demasiado expuesto.
Las cajoneras deben sombrearse en
verano, pero para un uso a lo largo de
todo el año, la que deje penetrar mayor
cantidad de luz será la mejor.
Materiales de acristalado
El cristal para la horticultura es el me­
jor material de acristalado para cajone­
ras frías; transmite la luz correctamen­
te y conserva el calor mejor que la
mayoría de plásticos. Deberá reponer las
hojas rotas o quebradas lo más rápida­
mente posible, de manera que elija una
cajonera que permita reponer las hojas
individuales con facilidad. Algunas es­
tán acristaladas por medio de grapas de
acristalar o paneles de cristal que se des­
lizan sobre la estructura, haciendo que
el reemplazo de cristales sea relativamen­
te sencillo.
En los casos en que el cristal consti­
tuya un peligro para niños y animales,
o cuando el coste de la cajonera sea lo
principal, emplee un acristalado de plás­
tico.
Campanas
Existe una variedad de diseños y mate­
riales para campanas disponible —elija
una campana adecuada al tipo de planta
a cultivar. Las campanas tienden a uti­
lizarse sobre todo en el huerto de hor­
talizas, pero son igual de útiles para la
protección de plantas ornamentales y
plantones que necesitan calor suplemen­
tario a principios de la estación.
Materiales
El cristal es el mejor material posible si
las campanas deben utilizarse amplia­
mente durante la mayor parte del año
y trasladarse de un cultivo a otro. Es una
buena transmisora de la luz y permite
que la cajonera se caliente rápidamente
a la luz del sol. Otra alternativa es el ma­
terial plástico transparente (de varios es­
pesores); en general, las campanas de
plástico son más baratas que las de cris­
tal, pero no permiten una penetración
de la luz tan satisfactoria ni conservan
la misma cantidad de calor.
El plástico de un solo espesor es el
material menos indicado en cuanto a la
conservación del calor, pero es barato
y útil cuando no son necesarias las tem­
peraturas elevadas. Las campanas de
plástico duran más si han sido tratadas
con un inhibidor ultravioleta y si se las
almacena fuera de la luz del sol directa
cuando no están en uso.
El espesor mínimo apto para campa­
nas es de una galga de 150, pero las gal­
gas de 300,600 u 800 proporcionan una
protección mucho mayor. El polivinilo
es más espeso y más rígido y sus carac­
terísticas son similares al polipropileno
(véase abajo). El polivinilo moldeado y
las láminas de polivinilo deberían du­
rar al menos cinco años o más, tratadas
con un inhibidor ultravioleta.
Las campanas hechas de policarbo-
nato doble ofrecen un buen aislamiento
y duran diez años o más. En la construc­
ción de algunas campanas moldeadas
por inyección se emplea polipropileno,
y en láminas onduladas; conserva me­
jor el calor que el plástico, pero peor que
las de cristal o de policarbonato de do­
ble cara. Tratada con un inhibidor ul­
travioleta, dura 5 años o más.
C a m p a n a T ip o T ie n d a
C am pana de G ranero
Piezas de los extremos
Éstas son una parte importante de la
campana, ya que sin ellas se transfor­
maría en un túnel de viento, dañando
las plantas del interior. Las piezas de los
extremos deben encajar correctamente
para evitar las corrientes de aire, pero
debe ser fácil retirarlas con el fin de pro­
porcionar una ventilación suplementa­
ria cuando sea necesario.
Campana tipo tienda
Una campana tipo tienda es fácil y ba­
rata de construir con dos hojas de cris­
tal en forma de tienda. Es apta para ger­
minar semillas, para proteger plantones
jóvenes en primavera y para el cultivo
de plantas de desarrollo bajo.
Campana tipo túnel
Una campana tipo túnel puede cons­
truirse de plástico rígido o flexible. En
general, las campanas tipo túnel de plás­
tico flexible continuas se usan para cul­
tivos como fresas y zanahorias tem­
pranas.
Deberá sostener el plástico por medio
de aros de alambre (colocados encima
de la hilera de hortalizas) y tensado
con alambres. Use plástico para tareas
fuertes tratado con un inhibidor ultra­
violeta.
Los modelos rígidos son generalmente
más bonitos pero más caros que los de
plástico flexible. También es más fácil
trasladarlos, ya que no tendrá que des­
montarlos antes.
Algunas campanas tipo túnel tienen
elementos de auto-riego (véase derecha).
C a m pana d e T únel
Campana de granero
Éstas tienen caras casi verticales que sos­
permiten la entrada de aire a través del
material y tienen características de ais­
tienen una parte superior en forma de lamiento útiles; el vellón de fibra tam­
tienda inclinada. Su altura suplementa­ bién protege las plantas de uno o dos
ria las hace útiles para el cultivo de plan­ grados de helada. Para más informa­
tas altas, pero los materiales suplemen­ ción, véase E l H u e r t o d e H o r t a l i z a s ,
tarios y accesorios complicados las p. 315.
encarecen. Láminas y vellones de fibra han de
Algunas campanas de granero, en anclarse bien al suelo en el extremo de
cristal o plástico rígido, tienen cubier­ los macizos con tierra o piedras. Si se
tas retirables o móviles para proporcio­ desea, se pueden cubrir todo el macizo
nar ventilación en tiempo cálido, al con una campana flotante, o cortar pie­
tiempo que ofrecen protección contra el zas para adaptar a zonas pequeñas o a
viento. Esto facilita el desmalezado, el plantas individuales.
riego y la cosecha.
A veces se emplea polivinilo flexible Campana individual
para las campanas de granero, pero re­ Éstas se emplean para proteger las plan­
sultan más bajas y, por tanto, menos ver­ tas individuales en las primeras etapas
sátiles que las hechas de otro tipo de ma­ del desarrollo, pero también pueden co­
terial, salvo que la cubierta se puede locarse sobre cualquier planta pequeña
retirar o dejar abierta con cuñas. y vulnerable durante un tiempo inver­
nal severo, como heladas, nieve profun­
Campana en forma de cúpula da, lluvias y vientos intensos.
Las campanas en forma de cúpula es­ Los modelos caseros de campanas in­
tán hechas de plástico rígido y son fá­ dividuales, como las de papel de grasa
cilmente trasladables, pero son más ca­ o de botellas de plástico cortadas, son
ras que las campanas tipo túnel o tienda. fáciles de fabricar y mucho más bara­
Disponen de más espacio en los bordes tas que los modelos hechos expresamen­
que las otras, aunque la altura total pue­ te, pero resultan menos atractivas.
de no ser mayor.
Campana de auto-riego
Si ha de levantar o retirar las campanas,
el riego de las plantas es difícil y lleva
tiempo. Una campana de auto-riego está
diseñada para permitir que el agua de
la lluvia gotee a través de ella hasta al­
canzar las plantas debajo. También pue­
de tener un sistema de tuberías conec­
tado a una manguera.
C a m p a n a In d iv id u a l
Campana de pared de agua
Este diseño de campana inusual sirve
para plantas individuales y consiste en
un círculo de tubos de plástico transpa­
rentes llenos de agua. Los tubos forman
las paredes de la campana, que cambia
de forma según el nivel del agua. Si los
tubos están medio llenos, la parte supe­
C am pana A utoregadora
rior se dobla hacia dentro, protegiendo
la parte superior de la planta, además
Campana flotante de los lados.
Una campana «flotante» (también co­
nocida como «mulch» flotante) consis­
te en una lámina de plástico perforada
o un vellón de fibra de polipropileno que
se coloca encima del suelo después de
sembrar.
Las campanas flotantes son permea­
bles, permitiendo que el agua de lluvia
penetre en el suelo. Esto constituye una
gran ventaja, ya que reduce la necesidad
de regar. Las perforaciones de las cam­
panas de plástico flotantes permiten que
la lámina se estire un poco al crecer los
cultivos debajo de éstas. El vellón de fi­
bra es lo bastante ligero como para le­
vantarse junto con el cultivo en desarro­
llo. Tanto las campanas de plástico
perforado como las flotantes de fibra C a m pana d e P ared de A gua

Mantenimiento rutinario
Un mantenimiento regular es necesario
para conservar los invernaderos y man­
tener limpias cajoneras y campanas. El
otoño es un buen período para ocupar­
se del mantenimiento: la limpieza y de­
sinfección de la estructura del inverna­
dero y del equipo en ese momento del
año minimizará los problemas de pla­
gas y enfemedades que invernan.
Es importante efectuar estas tareas en
un día tibio, antes de que comience el
tiempo muy frío. En este momento se
pueden colocar las plantas no resisten­
tes en el exterior mientras lleva a cabo
la preparación para el invierno.
L im pieza e n t r e H o ja s
Para eliminar la suciedad entre las
hojas superpuestas del invernadero,
use una tira delgada de plástico
rígido para aflojar los depósitos de
suciedad, antes de lavar o rociar con
manguera de agua.
M a n t e n im ie n t o d e l I n v e r n a d e r o
Una comprobación anual
en otoño será suficiente
para conservar su
invernadero en un buen
estado operativo.
Compruebe el estado de
las bisagras y trate con
eliminador de óxido
o reponga.
Limpie las
hojas a fondo,
por dentro y
por fuera.
Reemplace
hojas
rotas
Rasque zonas de
pintura descascarillados Elimine madera
y vuelva a pintar podrida y
o trate con preservante. reemplace.
M antenimiento exterior
Elija un día seco y sin viento para efec­
tuar los trabajos rutinarios en el exte­
rior del invernadero. Antes de empezar,
reúna todos los materiales necesarios
para limpiar, reparar y volver a pintar.
Limpieza del cristal y del acristalado
de plástico
El cristal puede limpiarse solo con agua
por medio de una manguera y un cepi­
llo de mango largo, pero si está muy su­
cio, se obtienen mejores resultados ce­
pillando con una solución de
desincrustante de cacharros. Proteja la
piel y los ojos con antiparras y guantes
y elimine la solución concienzudamen­
te con agua corriente.
También puede usar un limpiacrista-
les patentado, pero éste no eliminará la
suciedad incrustada. La suciedad tam­
bién tiende a quedar atrapada entre las
hojas de cristal superpuestas. Introduzca
una etiqueta delgada de plástico entre
las hojas para aflojar la suciedad y las
algas, despúes elimine por medio del
chorro de la manguera. Es mejor elimi­
nar la pintura de sombreado frotando
con un trapo.
Reparación de cristales
Las hojas de cristal y las de plástico que
estén ligeramente quebradas podrán re­
parase de manera temporal con cinta
para cristales transparente. Sin embar­
Compruebe todos los
respiraderos y asegure
sean impermeables.
Limpie y desinfecte
todas las superficies
interiores.
M a n t e n i m i e n t o
go, debe reponer las hojas rotas después
de notar el daño, para evitar perjuicios
las plantas.
Para reponer una hoja en un inverna­
dero de aleación de aluminio, retire las
grapas de acristalado flexibles y la hoja
adyacente si fuera necesario y vuelva a
acristalar usando las grapas antiguas
(véase p. 480).
Si la hoja se asienta sobre masilla de
semilla de lino (como en muchos inver­
naderos de madera más antiguos), reti­
re las chinchctas y las hojas de cristal.
Elimine la masilla con un escoplo, de­
jando una superficie lisa. Limpie las ba­
rras de acristalado con papel de lija an­
tes volver a colocar los cristales.
Aplique una pintura de imprimación
sobre la madera de las barras que no esté
pintada o tratada. Preste una atención
especial a los nudos en la madera, que
podrían constituir puntos de entrada
para la humedad. Cuando la pintura
esté completamente seca, reponga los
cristales asentándolos sobre masilla o
mástique de acristalar, empleando chin-
chetas de acristalar para sostenerlos.
Canalones y desagües del techo
Compruebe que los canalones y los de­
sagües estén en buen estado. Emplee una
manguera para desbloquearlos. Las pe­
queñas filtraciones de los canalones pue­
den reparase con mástique o algún otro
sellador, pero las secciones con grandes
filtraciones deben reemplazarse.
Repare accesorios
de respiradero rotos.
Elimine hojas, etc.,
de los canalones.
Cubra los
vmhufes con
plástico antes
de limpiar el
invernadero.
Elimine malezas
del interior del
invernadero.
Limpie la suciedad
entre paneles que
se solapan.
R u t i n a r i o
Estructura de metal
Los invernaderos de aluminio requieren
una atención estructural mínima. Aun­
que pierden su color brillante, la páti­
na gris que se forma protege el metal del
clima.
Las estructuras y accesorios de acero
deben examinarse para descubrir la pre­
sencia de óxido y, si fuera necesario, tra­
tarse con eliminador de óxido. Vuelva
a pintar cada varios años.
Estructura de madera
Elimine la madera podrida y reempla­
ce, aplicando anti carcoma, y renueve las
bisagras oxidadas. Los invernaderos de
madera blanda requieren un pintado re­
gular: rasque la pintura descascarada,
lave y aplique una imprimación y una
buena pintura para exteriores. Los in­
vernaderos de madera dura son más re­
sistentes a la podredumbre y sólo requie­
ren una capa de conservador de madera
cada 1 -2 años, que también les devuel­
ve el color.
Respiraderos
Debe comprobar el funcionamiento de
los respiraderos y de las ventanas, en­
grasar las partes móviles si fuera nece­
sario y limpiar el plástico o el cristal.
Interior del invernadero
Antes de limpiar y desinfectar el inte­
rior del invernadero o la cajonera, des­
conecte la electricidad, cubra los enchu­
fes y accesorios con plástico y retire
todas las plantas a un lugar seguro.
Limpieza y desinfección
Los materiales de acristalado de cristal
y de plástico deben limpiarse como se
indica bajo «Mantenimiento exterior»,
arriba. Limpie las barras del acristala­
do frotando con una solución desinfec­
tante —se puede usar lana de acero (pe­
ro no sobre aluminio anodizado «co­
loreado»).
Cepille la manipostería de ladrillo y
los pasillos con un desinfectante para
jardinería y lave con agua limpia. Se
puede usar el desinfectante, diluido se­
gún las instrucciones del fabricante, para
esterilizar las estanterías y otras super­
ficies. Pinte con un pincel o rocíe en for­
ma de rocío grueso, y lleve guantes pro­
tectores y antiparras, así como una
máscara al rociar.
Fumigación
Vuelva a colocar las plantas dentro del
invernadero y, siguiendo las instruccio­
nes del fabricante con cuidado, use un
humo insecticida y fungicida para fumi­
gar el interior. Asegure que todos los res­
piraderos están cerrados antes de encen­
der el fumigante. No inhale el humo y
cierre la puerta hasta que pueda volver
a entrar con seguridad.
 3
E structuras
y Su p e r f i c i e s
las superficies duras de un jardín ac­ en la parte posterior del jardín, podría ser un lugar ideal para re­
as e s tr u c tu ra s y

L túan como marco alrededor del que las plantas crecen y lajarse a! calor del sol de la tarde. Además de ser elementos prác­
maduran a lo largo de las estaciones. Si las diseña cuida­ ticos, las estructuras y superficies son elementos atractivos por de­
dosamente, las pérgolas, verjas o mamparas pueden agregar una
recho propio, proporcionando interés arquitectónico y de texturas
elevación vital a cualquier esquema de plantado, además de pro­ durante todo el año. Pueden diseñarse de manera que se mezclen
porcionar intimidad y abrigo. Los senderos pueden guiar a los vi­ o contrasten en el plantado: la forma audaz de un patio circular
sitantes a lo largo de rutas planeadas, revelando gradualmente el ofrecería un contraste llamativo con los contornos más suaves de
esplendor del jardín; una terraza adyacente a la casa es un empla­ las plantas esparcidas, mientras que un arco rústico conformaría
zamiento perfecto para desayunar, mientras que un patio, tal vez un soporte complementario para las rosas y otras trepadoras.

Diseño a través de estructuras y superficies

L
os elementos paisajísticos duros D i s e ñ o c o n P a i s a j e
ayudan a formar el marco del dise­ D u r o
ño de un jardín y pueden ser tan orna­Aquí se han utilizado
mentales como funcionales. En un jar­ materiales duros para
dín nuevo, los elementos como una terra­ formar la estructura
za o pérgola son valiosos para ofrecer in­ principal del diseño,
terés mientras las plantas se desarrollan generando interés
y establecen. En un jardín más antiguo, mientras las plantas se
unas estructuras diseñadas cuidadosa­ establecen y
mente complementan elementos más proporcionando un
blandos, como el césped o una planta­ realce para sus formas
ción en una orla, y dan solidez y sus­ más suaves. El sendero
tancia al jardín a lo largo de todo el año. sinuoso ofrece una
Al planificar y diseñar estructuras, sensación de
considérelas en el contexto de su empla­ movimiento, mientras
zamiento y relacionadas entre sí. Los que el uso innovador de
materiales, tamaños y aspectos deben ser materiales mixtos
congruentes tanto con la casa como con proporciona contrastes
el diseño total del jardín. Una terraza de texturas satisfactorios.
o muro adyacentes a la casa a menudo
tienen un aspecto mejor si están cons­
truidos de los mismos materiales, for­
mando un puente coherente entre la casa
y el jardín. Con frecuencia, los materia­
les de la zona son preferibles, porque
tienden a parecer adecuados en el em­
plazamiento. Otra consideración impor­ nea unificadora, mientras que un sen­ de en gran parte de sus prioridades in­ de llevar a cabo un aficionado, desde su­
tante es el grado de formalidad; en un dero ancho y recto separa los elemen­ dividuales y las necesidades del empla­ perficies duras como un patio, terraza
jardín formal, por ejemplo, sería ideal tos a cada lado. Los escalones generan zamiento. Por ejemplo, primero podría o senderos, hasta límites y divisiones,
un límite construido de ladrillos enve­ un cambio de nivel interesante y defi­ resultar necesaria la construcción de un como muros y verjas, además de otras
jecidos, mientras que en un jardín cam­ nen zonas separadas además de relacio­ muro divisorio porque ayudará a con­ estructuras como macizos en relieve y
pestre informal, una verja de estacas o narlas visualmente y proporcionar ac­ tener la tierra de un macizo en relieve; pérgolas. Ciertos elementos duros apa­
una valla de zarza entretejida resultarían ceso de una parte a otra. Si los escalones en otro jardín, la primera prioridad recen al completo en otros capítulos:
más adecuadas. están junto a un patio, tendrán mejor podría ser tender un sendero para per­ véase E l j a r d í n A c u á t i c o , pp. 250-254
Las estructuras sirven para unir, de­ aspecto construidos del mismo material mitir un acceso fácil por medio de ca­ para detalles acerca de la construcción
finir o separar los diferentes elementos y en un estilo similar —por ejemplo rretillas a la parte posterior del empla­ de estanques y corrientes de agua; véa­
y partes del jardín. Un sendero suave­ unos escalones curvos quedarían bien re­ zamiento donde se llevan a cabo tareas. se E l J a r d í n d e R o c a s , pp. 196-206
mente sinuoso conduce la mirada a lo lacionados con un patio circular. El or­ Este capítulo se refiere a la mayoría para detalles sobre de jardines de rocas,
largo del jardín, proporcionando una lí- den de los trabajos emprendidos depen­ de los proyectos estructurales que pue­ jardineras alpinas y macizos de turba.
Patios y terrazas
Un patio es un elemento ornamental,
además de funcional, que proporciona
una zona para comidas y para relajar­
se, con plantas en macizos y contenedo­
res, y tal vez un estanque en relieve. Una
zona abierta pavimentada, rodeada por
una balaustrada o un muro bajo, cons­
tituye una terraza. Los patios y las te­
rrazas suelen estar pavimentados, aun­
que las plataformas de madera (véase
pp. 499-500) son una alternativa en al­
gunos países.
Elección del emplazamiento
Los patios y terrazas se emplazan cerca
de la casa, a menudo con puertas para
un acceso fácil. Esto es conveniente para
la conexión eléctrica de las luces y otros
equipamientos, pero si el emplazamiento
no es cálido y protegido, será mejor una
situación diferente. Si diseña el patio
para situarlo en un ángulo de 45° con
respecto a la casa, tal vez en una esqui­
na, podría asegurar que recibe sol la ma­
yor parte del día. También puede cons­
B a se in f e r io r p a r a P a t io s
1 2
Marque el área con estacas y
cordel, colocando el cordel en
el nivel final del sendero o patio.
Compruebe que las esquinas
están en ángulo recto con una
escuadra de constructor.
3
Clave una cuadrícula de tacos
de estaca nivelado cada 2 m.
Para un patio, indine ligeramente
para que escurra el agua.
Compruebe que los tacos están
nivelados respecto a los hilos con
un nivel de burbuja y un tablón.
truir un patio alejado de la casa, apro­
vechando un buen panorama sobre el
jardín.
Dos o más patios pequeños podrían
ser más útiles que uno grande. Podría
situar uno en un sitio abierto y soleado
y el otro en un lugar más fresco, para
proporcionar un retiro umbrío y atrac­
tivo para un día de verano.
Abrigo e intimidad
Un patio cálido y protegido se puede
disfrutar tanto al principio como duran­
te la estación avanzada. Si el empla­
zamiento estuviera expuesto al viento,
proporcione abrigo e intimidad con
mamparas cubiertas de plantas trepado­
ras. Una pérgola (véase pp. 511-512), cu­
bierta por un enrejado protegerá el pa­
tio desde arriba y proporcionará
sombra. Sin embargo, evite situar el pa­
tio cerca de árboles grandes: éstos pro­
yectarán demasiada sombra y gotearán
mucho después que haya cesado la llu­
via, sus raíces podrían levantar el pavi­
mento, los insectos podrían ser pro­
blemáticos y las hojas caídas un en­
gorro.
y Senderos
Cave hasta alcanzar subsuelo
firm e y apisone con un
compactador de plato. Calcule
una profundidad de 10 cm de
escombros, una capa de arena de
5 cm si hace falta además del
espesor de la capa superficial.
Vierta 10 cm de escombros
por encima del emplazamento
y compacte hasta que esté
nivelado, utilizando los tacos
como guía. Si fuera necesario,
agregue arena y vuelva a
compactar.
L a d e r a d e D r e n a je
Marque una serie de estacas,
a la misma distancia del
extremo de cada una, y
clávelas en hileras a 2 m
de separación —la primera
en la parte superior de la
ladera. Coloque un recorte
de 2,5 cm encima de una
estaca de la segunda
hilera. Nivele ambas
hileras de estacas, retire el
recorte y repita.
Tamaño adecuado
El tamaño es menos importante en el
caso de una terraza, que es sencillamente
un puente entre la casa y el jardín, que
en el caso de un patio, que servirá «ha­
bitación exterior». Debe ser proporcio­
nado al jardín: si es demasiado pequeño
tendrá un aspecto trivial, si es demasia­
do grande, podría ahogar un jardín pe­
queño. Como guía, calcule unos 3,3 m 2
por cada persona que lo use. Para una
familia de cuatro miembros, un patio de
13 m 2 es un tamaño práctico.
Elección de la superficie
La sencillez es la clave de un buen dise­
ño. Si el patio ha de llevar muebles,
plantas trepadoras y contenedores, el pa­
vimento no debe llamar la atención. Ten­
ga en cuenta que el pavimento colorea­
do puede parecer remilgado y a menudo
se decolora, adoptando colores tristones.
Es mejor conferir variedad mezclando
las texturas: pequeñas zonas de ladrillo
o grava entre planchas de pavimento,
traviesas interpuestas entre ladrillos o
pavimentos de arcilla o cantos rodados
entre planchas de piedra.
También decida si necesita una super­
ficie dura o una que no sea deslizante
al mojarse: elija entre materiales como
cemento (p, 494), planchas de pavimen­
to (p. 495), piedra natural (p. 496), azu­
lejos (p. 496), ladrillos y pavimento (p.
497) o piedras de pavimentación o can­
tos rodados de granito (p. 499).
Cimientos
Los patios, senderos y avenidas (véase
p. 501) requieren cimientos firmes para
asegurar que la superficie permanece es­
table una vez en uso. También tendrá
que tomar en cuenta las necesidades de
la carga a soportar: habrá pocos patios
que soportarán cargas muy pesadas; las
avenidas requerirán cimientos más fuer­
tes porque podrían servir para vehícu­
los pesados además de coches. El clima
es otro factor a tener en cuenta: en zo­
nas con períodos secos prolongados, los
cimientos de hormigón podrían partir­
se si no fuesen lo bastante profundos;
hágase aconsejar si fuera necesario.
Antes de emprender cualquier exca­
vación, compruebe la situación de to­
dos los cables y tuberías de su terreno
con las autoridades locales o con el pro­
veedor para evitar dañarlas.
Drenaje del agua
Para que tenga un buen drenaje, la su­
perficie del patio debe estar ligeramen­
te inclinada; una inclinación de 2,5 cm
en generla será suficiente. Calcule las
profundidades de la base inferior y del
material de superficie y marque con una
línea midiendo la misma distancia des­
de una hilera de estacas niveladoras.
Clave una hilera en la parte superior de
la ladera de manera que la marca esté
al nivel del suelo y el extremo de la es­
taca indicará el nivel deseado del pavi­
mento acabado. Clave una segunda hi­
lera de estacas 2 m más abajo. Coloque
un recorte de madera pequeño, de 2,5
cm de espesor, un «calzo», sobre cada
estaca y tienda un nivel de burbuja en­
cima de una tabla entre dicha estaca y
una de la primera hilera. Ajuste la al­
tura de la estaca inferior hasta que la
parte superior del calzo esté al mismo
nivel que la estaca superior. Retire el cal­
zo y repita el procedimiento a lo largo
de la inclinación. Después pase un ras­
trillo por el suelo hasta que éste esté al
mismo nivel que la marca de cada ctsa-
ca. La base y la superficie de la cons­
trucción acabada deben ser paralelas.
Procedimiento básico
Retire todas las plantas de la zona, com­
prendiendo raíces de árboles, y excave
y retire la capa superficial suelta hasta
alcanzar la capa más profunda y firme.
Compacte con un compactador de pla­
to. Para la mayoría de los patios y sen­
deros, pero no para aquellos que po­
drían tener que soportar cargas pesadas
(véase p. 494), una capa de subsuelo fir­
me o una de 10 cm de espesor de escom­
bros duros, cubierta por 5 cm de arena,
constituirá un cimiento adecuado. Si
hace falta, emplee más escombros du­
ros para llevar el nivel del subsuelo a la
altura requerida.
En suelos poco estables, como turba
o arcilla pesada (que puede encoger du­
rante tiempo seco y dañar el pavimen­
to), tienda una capa de 15 cm de escom­
bros compactados como sub-base.

CÓM O TENDER H O RM IG ÓN
I
Tras marcar el emplazamiento,
cave hasta una profundidad
de 20 cm. Clave tacos niveladores cara interior de los tacos
a I m de distancia entre cada uno encaradas en las esquinas. Este
a lo largo de las líneas de cordel.
Fíjelos horizontales con un tablón en posición hasta que fragüe.
y un nivel de burbuja.
3deenDivida
emplazamientos grandes
partes de no más de 4 m
largo por medio de encofrados.
Extienda 10 cm de escombros;
apisone con un rodillo o madero
fuerte.
Con un tablón
5ancho
que abarque el
del encofrado,
compacte el
hormigón dando
golpes hacia abajo.
Deslice el tablón de
un lado a otro para
nivelar la superficie.
6
Rellene los huecos que
queden Iras nivelar con
hormigón fresco y vuelva a
nivelar.
2
Retire las líneas de cordel y
clave tablas de madera a la
encofrado mantiene el hormigón
4
Comenzando por el primer
sector, vierta el hormigón y
nivele, dejándolo debajo del
borde del encofrado. Cuide de
rellenar bien las esquinas.
Cubra el hormigón con una
7 dido que en la zona circundante,
lámina de plástico
impermeable hasta que se seque.
Retire el encofrado cuando el
hormigón haya fraguado.
Rellene con arena o balasto para pro­
ducir una superficie plana donde tender
los cimientos.
Superficies que soportan cargas
En el caso de superficies, como las ave­
nidas, que deben soportar pesos pesa­
dos (como coches), aplique una base in­
ferior de al menos 10 cm de escombros
o escombros duros, con 10 cm más de
hormigón por encima. Este hormigona­
do sirve de superficie o como base para
otros materiales, como asfalto o pavi-
mentadores asentados sobre cemento.
En el caso de arcilla u otros suelos ines­
tables, o si la superficie será utilizada
por vehículos pesados, aplique 15 cm de
hormigón sobre los escombros duros. Si
mezcla su propio hormigón para los ci­
mientos, véase abajo. Si tiende hormi­
gón en zonas amplias, hay que dejar
huecos para la expansión (véase «Jun­
tas de expansión», p. 502).
Hormigón
El hormigón es fácil y rápido de tender
y proporciona una superficie sólida y
duradera. Puede hacerse más atractivo
agregando un acabado con textura (véa­
se p. 502).
Pedido de hormigón
Si piensa aplicar hormigón en una zona
amplia y existe un acceso para vehícu­
los grandes, la tarea se facilitará y se
hará menos lenta si contrata la entrega
de hormigón pre-mezclado. Informe al
proveedor del tamaño del emplazamien­
to y del uso que tendrá la superficie para
asegurar que le entregan la cantidad y
el tipo de mezcla correctas, o contrate
un proveedor que realice la mezcla en
el mismo sitio. Esto ahorrará tiempo y
esfuerzo, pero requiere una preparación
previa y varios ayudantes, ya que tendrá
que emprender la tarea de inmediato.
Mezclas de cemento y de hormigón
Las siguientes proporciones de mezclas
son adecuadas para la mayoría de los
proyectos. Para una explicación de los
términos, véase p. 499.
Pies de muros, cimientos de avenidas y
bases para pavimentos premoldeados
1 parte de cemento
2 partes y media de arena gruesa
3 partes y media de agregado de 20 mm
(o 5 partes de agregado combinado por
1 parte de cemento, sin arena)
Pavimentado de hormigón in situ
1 parte de cemento
1 partes y media de arena gruesa
2 partes y media de agregado
(o 3 partes y media de agregado combi­
nado por 1 parte de cemento, sin arena)
Mortero de asiento (para asentar pavi­
y
mento unir ladrillos de pavimento)
parte de eccmento
1
5 partes de arena gruesa
Mortero de alhañilería (para muros de
jardín)
I parte de cemento de albañilería
3 partes de arena suave
Todas estas proporciones se miden en
volumen, no en peso. La consistencia de
la mezcla necesaria para las diferentes
tareas varía considerablemente. Al mez­
clar hormigón o mortero, comience por
agregar sólo media parte de agua por 1
parte de cemento. Esto producirá una
mezcla bastante espesa. Siga agregando
agua gradualmente hasta alcanzar la
consistencia necesaria.
En climas cálidos, a veces podrían ser
necesarios productos retrasadores del
fraguado para las mezclas de morteros
y hormigones, mientras que en climas
fríos, podría tener que incorporar mez­
clas anticongelantes. Hágase aconsejar
localmente si fuera necesario. Es mejor
evitar aplicar mortero y hormigón cuan­
do la temperatura está cerca a los 0o C
o sube más allá de los 30° C.
Tendido de hormigón
Primero delimite la zona donde aplica­
rá el hormigón con cordeles y excave
hasta unos 20 cm de profundidad hasta
alcanzar un subsuelo firme. Clave unas
cuantas estacas niveladoras de madera
en el suelo a intervalos de 1 m alrede­
dor del borde, usando el cordel como
guía. Clave tablones en la cara interior
de las estacas niveladoras para realizar
un encofrado de al menos 20 cm de pro­
fundidad, que contendrá el hormigón
hasta que fragüe.
Divida emplazamientos grandes en
pequeños sectores de no más de 4 m de
largo, por medio de más tablones. Ex­
tienda una capa de 10 cm de escombros
duros encima del subsuelo. Trabajando
en un sector por vez, vierta el hormigón
recién mezclado dentro del encofrado
hasta una profundidad de 10 cm y cui­
de de rellenar las esquinas y los bordes.
Compacte la mezcla por medio de una
tabla de madera del ancho del encofra­
do, después nivele el hormigón pasan­
do la tabla de un lado al otro sobre el
encofrado.
Tapas de registro
Las tapas de registro que permiten
el acceso a los servicios públicos
siempren deben estar libres. Exis­
ten bandejas metálicas patentadas
en las cuales asentar planchas de
pavimento, pavimentadores de ar­
cilla u otros materiales. Estas mi­
nimizan el impacto desagradable
de una tapa de registro situada en
una zona pavimentada y podrá re­
tirarla cuando sea necesario. En los
casos en que resulta importante
conservar el mismo dibujo de ten­
podría ser necesario cortar plan­
chas o pavimentadores que enca­
jen dentro de la bandeja. Las ban­
dejas también pueden llenarse con
tepes o usarlas para plantados.
Losetas de pavimento
El uso de losetas de pavimento es útil
para patios, senderos y avenidas. Exis­
ten en una gama de tamaños, texturas
y colores y su colocación es fácil una vez
que la base ha sido preparada. Muchos
centros de jardinería y vendedores de
materiales de construcción tienen exis­
tencias de losetas de hormigón prcmol-
deadas. Alguños diseños podrían qui­
zás ser obtenibles en una sola zona. Los
proveedores grandes generalmente edi­
tan catálogos y entregan directamente.
Tamaños y formas
La mayoría de las losetas mide 450 x
450 mm o 450 x 600 mm, con otras lo­
setas más pequeñas diseñadas para com­
binarse con éstas. No todas las losetas
tienen bordes diseñados para encajar
unos con otros; una media loseta pue­
de ser menor que la mitad de una lose­
ta completa, para dejar espacio para el
mortero entre las juntas. Las losetas cir­
culares sólo son aptas para servir de pa­
sos y pequeñas zonas pavimentadas, re­
llenadas con un material suelto, como
gravilla. Las losetas hexagonales resultan
útiles si prefiere un dibujo sin líneas pa­
ralelas y regulares; existen medias lose­
tas para bordes rectos. Algunas losetas
se fabrican con un «mordisco» en una
esquina, de manera que cuatro losetas
juntas forman un agujero de plantado.
Cantidades
Si tiende un dibujo de colores y tama­
ños diferentes, dibuje un plano en pa­
pel cuadriculado calculando la cantidad
necesaria de cada una y calcule un 5 %
suplementario para roturas (especial­
mente si tiene que cortar muchas lose­
tas, véase p. 496). Intente trabajar con
dimensiones que minimicen la necesidad
de cortar losetas.
Tendido de losetas de
pavimentación
Si tiende un patio, establezca una línea
que le sirva de escantillón y asegure que
exista una pequeña inclinación para el T ip o s de L o se t a s
drenado; siempre incline el patio en di­
rección opuesta a los edificios. La pa­
red de una casa es un línea básica prác­
tica a partir de la cual trabajar, pero
podrá dejar un pequeño espacio entre
la pared y el pavimento para plantar. La
parte superior del pavimentado debe es­
tar a al menos 15 cm por debajo de la
línea impermeable. Delimite la zona a
pavimentar con estacas y cordel. Hágala
de un tamaño que requiera un corte mí­
nimo de losetas. Si las losetas no se han
de empalmar por los topes, calcule unos
0,5-1 cm de espacio para las juntas con
mortero; las losetas métricas general­ T extu ra L o setas H e x a g o n a le s
mente están diseñadas con juntas más Las texturas superficiales son Son una alternativa atractiva a
estrechas que las losetas imperiales. granuladas, rayadas o de los rectángulos y cuadrados. Los
piedrecitas rugosas. medios bloques sirven para los
Preparación del emplazamiento bordes rectos.
Limpie el emplazamiento y prepare una
subbase o base de escombros duros (véa­
se p. 493). Deeberá colocar espaciado­
res de madera de 1 cm de espesor entre
las losetas de pavimento para dejar es­
pacio para el mortero.
Colocación de las losetas
Comience a trabajar en una esquina, co­
locando una hilera de losetas en cada di­
rección con espaciadores entre cada una L o setas D esg a sta d a s
para asegurar que las dimensiones son Si desea un aspecto más natural,
las correctas. En esta etapa, es fácil ha­ existen gamas de piedra
cer ajustes. Tienda un tira de mortero «desgastada» disponibles.
de asiento con una paleta de albañil a
lo largo del borde donde irá cada lose­ L o setas R e m a t a d a s
ta, formando una zona un poco más pe­ Algunas losetas están rematadas
queña que cada una de las losetas. Si la para ofrecer efectos o dibujos
diagonal de la loseta mide 45 cm o más, especiales. Las «mordidas» en los
coloque mortero en cruz dentro de la ángulos se pueden juntar
caja. Los bordes del mortero deben me­ formando un hueco para plantar.
dir unos 3-5 cm de altura. Este sistema
de «caja y cruz» combina la solidez con
un ajuste fácil. Coloque la loseta en po­
sición y afirme con el mango de un mar­
tillo o mazo. Compruebe que está fir­
me y recto con un nivel de burbuja.
Repite con losetas sucesivas, utilizando
D ib u j o s d e P a v im e n t o s
Se puede crear una variedad de
L o setas M o ld e a d a s y P r en sa d a s
Las losetas moldeadas (bordes
espaciadores entre cada una. Comprue­ dibujos bonitos con losetas de
diferentes tamaños y formas.
inclinados) son para usos ligeros/
medios. Las prensadas (rectas)
be los niveles en cada dirección después son más ligeras y más fuertes.
de colocar cada tres o cuatro losetas. Re-

CÓMO TENDER LAS LOSETAS DE PAVIMENTACIÓN

Marque el área y prepare la
base inferior (véase p. 493).
Tienda tiras de mortero formando
un cuadrado algo menor que la
loseta. Agregue una tira en
diagonal si son losetas grandes.
Coloque la loseta y afirme.
Compruebe el nivel con un nivel
de burbuja. Repita, utilizando
espaciadores para obtener huecos de
1 cm entre planchas.
3
Retire los espaciadores antes
de que el mortero fragüe. Tras
unos 2 días, rellene las juntas con
mortero duro. Afirme para que estén
embutidas 2 mm. Limpie las losetas
con cepillo.
U t il iz a c ió n d e u n « J i g g e r »
Es un instrumento con una
hendidura central. Tras alinear la
hendidura con la junta, se puede
rellenar el hueco sin volcar
mortero sobre las losetas.
tire los espaciadores mientras pueda al­
canzarlos sin pisar el pavimentado y an­
tes de que el mortero fragüe. Si tiene que
pisar el pavimentado antes de que el
mortero haya fraguado, póngase sobre
tablones para repartir el peso.
Acabado
Después de un par de días, rellene las
juntas con una mezcla muy dura de
mortero (casi debería «desmenuzarse»
para evitar que manche la superficie del
C óm o C o r t a r L o setas
Coloque ¡a ¡oseta en
una superficie firme y plana
y, con la esquina de un
cortafrío y un escantillón,
marque una muesca en las caras
y en los bordes para hacer una
línea de corte.
Con un cortafrío y un
martillo, profundice la
muesca en las caras y bordes de
la loseta cuidadosamente.
Coloque la loseta sobre
J un trozo de madera. Alinie
la muesca con el borde de la
madera y golpee la loseta con el
mango del martillo hasta que se
parta.
pavimento). Frote la superficie con una
clavija o un trozo de madera redondea­
do para obtener un acabado pulido a
unos 2 mm por debajo de la superficie
del pavimento. Otra opción consiste en
espolvorear una mezcla de mortero seco
compuesto por 1 parte de cemento por 3
partes de arena sobre las juntas. Barra el
sobrante de la superficie. Rocíe las jun­
tas finamente por medio de un rociador
a compresión o una regadera de roseta
fina. Retire el mortero sobrante con una
esponja de manera inmediata, antes de
que manche la superficie de las losetas.
Corte de losetas de
pavimentación
Si debe cortar muchas losetas, es mejor
alquilar un cortabloques o un esmeri-
lador angular. Si sólo debe cortar algu­
nas, utilice un cortafrío de borde ancho
y un martillo. Siempre lleve antiparras
al cortar losetas de pavimento. Marque
la línea de corte con un borde del cor­
tafrío alrededor de toda la loseta, des­
pués practique una muesca de 3 mm de
profundidad a lo largo de esta línea; es
posible que tenga que efectuarlo varias
veces, definiendo y profundizando la
muesca con el cortafrío. Si la loseta ha
de caber dentro de un espacio ajustado,
corte a unos 6 mm menos de los nece­
sario para dejar espacio para cualquier
borde serrado que pueda quedar. Colo­
que la loseta sobre de una superficie fir­
me y levante la parte a cortar más pe­
queña por medio de un trozo de madera.
Golpee con firmeza con el mango de un
martillo hasta que se forme una grieta
a lo largo de la línea de la muesca. Re­
corte los trozos serrados con el cortafrío.
Pavimento de piezas
irregulares
Este pavimento tiene un aspecto infor­
mal. Puede tenderse sobre arena, lo que
C óm o T e n d e r un P a v im e n t o I r r e g u l a r
1 3
Prepare una base inferior
(véase p. 493) con cordeles y
estacas para marcar la altura de
los bordes. Primero tienda los
trozos de los bordes,
colocándolos con los bordes
rectos mirando hacia fuera.
permite cultivar plantas entre las juntas,
o sobre mortero, para un acabado más
firme. Si emplea éste último, rellene las
juntas con mortero de asiento.
Definición de los bordes
Delimite la zona a pavimentar con lineas
de cordel y prepare una base inferior
para el pavimentado (véase p. 493). Cal­
cule una ligera inclinación para el dre­
naje (véase «Drenaje del agua», p. 493).
Defina los bordes cubriendo unos po­
cos metros con material para bordear,
trabajando desde una esquina si cons­
truye un patio y desde ambos bordes en
el caso de un sendero. Éste puede estar
constituido sencillamente por grandes
trozos de pavimentado irregular, con al
menos un borde recto, que pueden ten­
derse formando los lados del patio o
sendero, o podrían ser de madera, ladri­
llo u hormigón. Si utiliza losetas, fije en
sus posiciones con mortero, incluso si
asienta el resto de las losetas sobre arena.
Tendido del pavimento irregular
Cubra una zona de alrededor de 1 m2,
tendiendo los trozos al igual que un
rompecabezas, pero sin mortero deba­
jo. Deje separaciones pequeñas. Podría
ser necesario cortar algunos trozos a me­
dida. Introduzca un trozo más grande
de vez en cuando y rellene con trozos
más pequeños.
Asiente los trozos sobre arena o mor­
tero, empleando un nivel de burbuja so­
bre un escantillón para asegurar que es­
tán nivelados. Asiente los trozos bien
por medio de un mazo de madera o un
martillo. Retire trozos y agregue o eli­
mine arena y mortero en la medida ne­
cesaria hasta que estén nivelados.
Relleno de las juntas
Si asienta un pavimento irregular sobre
arena, acabe la superficie esparciendo
arena seca entre las juntas. Si usa mor­
tero, haga una mezcla de mortero casi
seco y rellene las juntas con una paleta
de punta (véase «Acabado», arriba). Si
Llene el centro con placas
grandes, rellenando luego con
otras más pequeñas. Compruebe que
las placas centrales estén al nivel que
las de los bordes y asiente sobre
arena o mortero con un bloque de
madera y un mazo.
usa piedra de color oscuro, como piza­
rra, emplee una tintura para hormigón
(un polvo que se mezcla con la arena y
el cemento) para disimular las juntas. El
color parecerá diferente una vez seco, de
manera que pruebe la tintura en una
zona pequeña y deje secar antes de de­
cidir qué cantidad de color agregar.
Piedra natural
La piedra natural ofrece un buen aspec­
to, pero es cara y difícil de tender. Al­
gunos tipos, como la arenisca, se pue­
den comprar cortados a medida y con
un borde regular. Las piedras «revesti­
das» tienen un aspecto más natural; es­
tán cortadas en forma regular y tienen
un acabado desigual atractivo.
Tienda las piedras revestidas o serra­
das de la misma manera que las losetas
de pavimentado, agregando o eliminan­
do mortero para lograr una superficie
nivelada. La piedra fortuita tiene una
circunferencia y grosor irregualres y no
tiene bordes rectos. Este tipo de piedra
es adecuado para el pavimento irregu­
lar y tiene un aspecto más bonito que
los trozos rotos de pavimento de hor­
migón.
Superficies de azulejo
Los azulejos de cantera, que están he­
chos de arcilla cocida a temperaturas
muy elevadas, son útiles para relacionar
las zonas exteriores e interiores —tal vez
donde el pavimento interior de un jar­
dín de invierno se junta con el de fue­
ra. Los azulejos vidriados de cerámica
pueden ser más decorativos, confirien­
do un aspecto de atrio mediterráneo a
un patio cerrado por ejemplo, pero mu­
chos no resisten las heladas. Al seleccio­
nar azulejos, siempre compruebe que
son aptos para utilizar en el exterior en
su zona antes de comprarlos. Los azu­
lejos son difíciles de cortar, en especial
Llene las juntas con mortero
casi seco o introduzca arena
con un cepillo. Si usa un acabado
de mortero, bisele el mortero con
una paleta para que el agua
superf icial escurra.
si no son rectangulares, de manera que,
dentro de lo posible, diseñe la zona para
usar azulejos enteros.
Tendido de azulejos
Los azulejos son delgados y a veces que­
bradizos; hay que tenderlos sobre una
base inferior de hormigón (véase «Su­
perficies que soportan cargas», p. 494).
Los azulejos de cantera pueden tender­
se sobre mortero de asiento (véase p.
499). Empape los azulejos en agua du­
rante dos horas antes de usarlos, para
que no absorban demasiada humedad
del mortero.
Pegue los azulejos de cerámica vidria­
dos a una base de hormigón nivelado
por medio de un adhesivo para azule­
jos en el exterior (se compra en las tien­
das de materiales de construcción). Ex­
tienda en la parte posterior de los
azulejos, siguiendo las indicaciones del
fabricante, y coloque los azulejos en po­
sición, afirmando sobre la base de hor­
migón preparada.
Acabe una superficie de azulejos vi­
driados con una lechada de cemento
(disponible en tiendas de materiales de
construcción) para rellenar huecos, tal
vez coloreada para complementar o con­
trastar con el color de los azulejos.
Ladrillos y plaquetas
Los ladrillos y plaquetas de arcilla u hor­
migón tienen mejor aspecto tendidos en
zonas pequeñas; es mejor interrumpir
las extensiones amplias con otros ma­
teriales, como grava o traviesas; si no el
efecto podría resultar abrumador.
En patios situados cerca de una casa
construida de ladrillos, el uso de ladri­
llos o plaquetas es un buen modo de re­
lacionar visualmente casa y jardín. Los
ladrillos y plaquetas ofrecen mayor fle­
Tipos de ladrillos
Los ladrillos existen en una gran gama
de estilos, texturas y colores, propor­
cionando un material de construcción
atractivo y práctico; cuide de elegir el
tipo más adecuado para el fin desea­
do y que coordine bien con la casa,
patio u otros elementos paisajísticos
duros.
L a d r illo s d e F a c h a d a
Se usan en las fachadas de edificios, pues proporcionan un acabado
atractivo. Existen en muchos colores, y pueden ser de textura suave o
rugosa. No son muy adecuados para pavimentar porque no resisten
condiciones climáticas duras.
C ómo T en d er un P a v im e n t o de L a d r il l o s
1 2 3
Primero prepare la base Fije los ladrillos de los bordes Esparza una capa delgada de
inferior (véase p. 493), con mortero y asiente los mortero seco sobre la
dejando espacio para los ladrillos restantes formando el dibujo superficie e introduzca entre las
del borde. Coloque los ladrillos requerido, afirmando hasta nivelar. juntas con cepillo. Rocíe con
del borde a ¡a altura deseada por Compruebe el nivelado en todas las agua para que el mortero fragüe
medio de cordeles y estacas. direcciones. y limpie la superficie.
xibilidad en cuanto al diseño que las pie­ perfil más delgado que las plaquetas de mogéneamente para dejar juntas a re­
dras grandes o las baldosas, ya que pue­ hormigón o los ladrillos; los primeros llenar con mortero; puede utilizar tiras
den tenderse en infinidad de dibujos. pueden carecer de los colores cálidos de delgadas de madera o de conglomera­
ios ladrillos, pero proporcionan una su­ do como espaciadores entre los ladrillos.
Elección de ladrillos perficie práctica. En general, se encuen­ Una vez completada el área, esparza un
La gama de ladrillos disponibles es lo tran en tonos de gris, gris azulado y ante mortero seco por encima de los ladri­
bastante variada para poder encontrar y se producen en una gama de tonos di­ llos. Durante el tiempo húmedo, la hu­
un tipo adecuado a un patio o terraza ferentes. medad del suelo y del aire hará fraguar
construidos en cualquier estilo. la base; en tiempo seco, acelere el fra­
Si necesita una gran cantidad de la­
Tendido de ladrillos guado rociando con agua.
drillos, póngase en contacto con una
empresa de ladrillos para averiguar si ha­
cen entregas a domicilio. Las empresas Primero construya una base inferior
de construcción suministran ladrillos en adecuada (véase p. 493). Idealmente, los
cantidades diversas. Elija ladrillos ap­ ladrillos deben asentarse sobre mortero.
tos para un pavimento exterior, resisten­ Tienda tiras bordeadoras (o ladrillos
tes al agua y a las heladas. para bordes), asentados sobre una base
de hormigón y después fijados con mor­
Elección de plaquetas tero entre las juntas. Prepare el morte­
Las plaquetas de arcilla son tan atracti­ ro de asiento (véase p. 494) y tienda con
vos como los ladrillos y generalmente se una profundidad de 2,5 cm. Asiente los
producen en gamas de rojo. Tienen un ladrillos sobre esta base, espaciando ho­
L a d r il l o s d e I n g e n ie r ía L a d r il l o s P e r f o r a d o s
Los ladrillos de ingeniería Los ladrillos perforados
son muy resistentes al tienen agujeros.
clima. Si los usa para Colocados de canto,
pavimentar, asegure que sirven para pavimentos
no sean deslizantes en de perfil más estrecho,
tiempo húmedo. Son más pero no son económicos
caros que los ladrillos para zonas más amplias.
comunes.
L a d r il l o s c o n « H e n d id u r a s »
Estos tienen hendiduras en una
cara. Se pueden usar para
pavimentar colocados de canto o
con las hendiduras hacia abajo.
Corte de ladrillos
y losetas
Los ladrillos y las losetas gruesas po­
drían ser difíciles de cortar. Si el corte
es necesario, la opción más fácil es el uso
de un cortador de bloques hidráulico.
Éstos suelen estar disponibles en tien­
das que los alquilan, y funcionan apli­
cando presión a una palanca. Con este
método, es fácil cortar los ladrillos y lo­
setas de un modo pulido y rápido.
Otra opción consiste en cortar los la­
drillos y losetas con un cortafrío y un
martillo (véase «Corte de losetas de pa­
vimentación», p. 496).
Tendido de pavimentadores
Los pavimentadores se asientan sobre
arena por medio de un compactador de
plato; se juntan unos con otros, dejan­
do pequeños huecos intermedios. Dado
que los pavimentadores pueden retirar­
se y volver a colocarse, este tipo de pa­
vimento se denomina «pavimento flexi­
ble». Los bloques de 6-6,5 cm de espesor
son aptos para proyectos de jardín.
Preparación del emplazamiento y
tendido de limitadores de bordes
Primero, prepare una base inferior de
7,5 cm de escombros compactados so­
bre suelo firme (véase p. 493). Si no exis­
tieran bordes firmes (como una pared),
tienda tiras permanentes para bordear.
La manera más sencilla de efectuarlo es
usando limitadores o piezas para bor­
dear especialmente fabricados, disponi­
bles en empresas de venta de productos
para pavimentar. Éstos deben asentar­
se sobre hormigón. Otra opción consiste
en emplear tablas de 100 x 38 mm de
madera tratada o creosotada, sostenidas
con tacos de al menos 50 mm2.
Las zonas grandes deben dividirse en
partes manejables, como cuadrados de
1 m, por medio de guías de madera pro­
visionales. Extienda una capa de arena
C óm o T e n d e r un P a v im ie n t o F l ex ib le
I 2
Tras preparar la base inferior
(véase p. 493), coloque tiras
de bordeado de madera u
hormigón en los bordes del
emplazamiento. Golpeando con
un martillo y con un nivel de
burbuja, nivele los bordes.
Losetas, plaquetas, tobas y palet de río
Las plaquetas varían mucho de tama­ P l a q u e t a s d e A r c il l a
ño, color, y grosor. Su acabado tam­ Estas plaquetas rojas
bién varía, por lo que su textura y for­ pueden tenderse bien
ma finales, sean form ales o longitudinalmente o
geométricos, o más naturales e infor­ contrapeadas.
males, contribuyen mucho al estilo
del jardín. Efectos aún más distinti­
vos se logran con losetas de terraco­
ta, piedra artificial o palet de río (can­ P laquetas corta d as
tos rodados). Estas plaquetas
tienen como acabado una superficie áspera que sirve
para proporcionar mayor «agarre» al pavimento
acabado.
L o se t a s c u r v il ín e a s
Estas losetas de barro o
cemento pueden tenderse
formando originales
dibujos. Las losetas
prensadas en bloques
(extremo derecha) se
producen en gran
variedad de colores.
L o se t a s h e x a g o n a l e s
A l igual que los
ladrillos, estas losetas
están hechas de barro,
pero se han secado al
sol. Son porosas y
pueden rajarse si se usan
en zonas donde hiela.
G r a n it o P a l e t d e Río (o c a n t o s r o d a d o s )
Cortado de granito duro, El palet de río (abajo) son piedras grandes y
este material de redondeadas formadas por la acción del mar
pavimentación es muy o glaciares. Pueden fijarse con mortero para
duradero. A l igual que el formar una textura de acabado interesante,
palet de río, la áspera pero andar sobre ellas es incómodo por lo
superficie de los bloques que deben usarse sólo en pequeñas zonas o
crea un efecto natural. combinadas con otros materiales de
P ie d r a a r t if ic ia l pavimentación. A l tender palet de río, forme
Estas losetas de piedra bordes firmes con
artificial son más ligeras ladrillos o largos de
y económicas que el bordeador de cemento,
granito. Los bloques belgas fijados con cemento.
tienen un aspecto más suave.
3
Divida las zonas grandes en Tienda las plaquetas con el
cuadrados de I m por medio de dibujo requerido, comenzando 4 enAsiente las plaquetas
la arena por vibración o
listones. Agregue 5 cm de arena. desde una esquina del apisone con un martillo y un
Nivele la arena con los listones por emplazamiento. En esta etapa, tienda trozo de madera. Esparza arena
medio de un madero. Retire los bloques enteros, dejando los seca sobre la superficie con una
listones y llene los espacios vacíos cortados para el final y para rellenar escoba y pase un compactador
con arena. los huecos de! dibujo. de plato 2 o 3 veces.

gruesa de manera homogénea a una pro­
fundidad de unos 5 cm. Si utiliza pavi-
mentadores de 6 cm, la superficie supe­
rior de la arena debería estar a unos 4,5
cm bajo el nivel deseado del pavimento
acabado, o a unos 5 cm por debajo, si
utiliza bloques de 6,5 cm de espesor.
Colocación y asentamiento de las
losetas
No camine sobre la arena al tender las
losetas y manténgala seca. Comience a
tender las losetas desde una esquina del
emplazamiento. Cuando haya tendido
algunas, cubra las losetas con una tabla
para arrodillarse y continúe con la ta­
rea. Tienda la mayor cantidad posible
de bloques enteros y después rellene con
bloques cortados alrededor de obstácu­
los, como tapas de inspección, en la me­
dida de lo necesario (véase p. 494).
Cuando haya cubierto una superficie
de unos 5 m 2 de pavimento, asiente los
pavimentadores en arena. La forma más
fácil de hacerlo es con un compactador
de plato, pero no se acerque demasiado
al borde incompleto. Si sólo tiende una
zona pequeña de pavimento, podrá
asentar los bloques con un martillo y un
bloque de madera lo bastante grande
como para abarcar varios pavimentado-
res a la vez. Siga tendiendo pavimenta­
dores y asiente o compacte. Cuando
haya acabado con toda la zona, intro­
duzca arena seca en las juntas y asiente
con un compactador de plato.
Un borde para segar
Utilice ladrillos, pavimentadores o bal­
dosas de cemento en los sitios difíciles
de segar el césped hasta el borde. Asién­
telos sobre mortero, con los extremos
justo por debajo de la hierba, de mane­
ra que no dañen la cortadora de césped.
Plataformas
Las plataformas de madera se usan
como superficies duras en climas secos
y cálidos. Sin embargo, las plataformas
pueden utilizarse en cualquier parte, a
condición de emplear madera tratada a
presión con un conservante.
Es mejor construir la plataforma en
un emplazamiento nivelado o ligeramen­
te en declive. Pida consejo especializa­
do si piensa construir una plataforma
en un emplazamiento muy empinado, ya
que tendrá que estar bien diseñada y
construida. En algunos países existen re­
glamentos de construcción que prevén
que todas las zonas de plataformas ex­
teriores deben poder soportar un peso
mínimo estipulado. En algunas zonas,
también podría ser necesario obtener un
permiso de construcción y hacer exami­
nar las obras. Si tuviera dudas con res­
pecto a la normativa, diríjase al depar­
tamento de obras públicas local. Una
plataforma de entarimado sencillo (véa­
se p. 500), tendido sobre gravilla y are­
na, no debería necesitar permiso.
P l a t a f o r m a s
Explicación
de Términos
Agregado Piedra triturada o gra­
va rota usada para hacer hormi­
gón. El agregado de 20 mm es apto
para la mayoría de trabajos de hor­
migonado. El agregado combina­
do contiene arena además de
piedra.
Balasto Agregado combinado.
Mortero de asiento Se usa para
tender piedra de pavimentado. Lle­
va arena gruesa en lugar de la sua­
ve (de construcción).
Cemento Polvo gris que contiene
piedra caliza, agente fijador de
hormigón y mortero.
Hormigón Material de construc­
ción de fijación dura hecho de
mezcla de cemento, agregado, are­
na y agua.
Mortero seco Mezcla rígida usada
para rellenar juntas al pavimentar.
Escombro Material constituido
por ladrillos rotos que sirve como
base bajo cimientos de hormigón.
Cemento de manpostería Lleva
aditivos que lo hacen inadecuado
C o m b in a c ió n d e E f e c t o s d e P a v im e n t a c ió n para hormigón. Se usa sólo para
Mezcla de diferentes materiales de pavimentación: losetas de piedra cuadradas, morteros.
pavimento irregular y bordes de ladrillo forman un plantado informal. Mortero Mezcla de cemento, are­
na y agua usado principalmente
Piedras de pavimentación perficie con agua para limpiarla y para
que fragüe la mezcla del mortero.
para tender ladrillos.
Cemento Portland No es una mar­
y cantos rodados También puede asentar cantos roda­ ca sino un tipo de cemento; el Por­
tland corriente se usa para tareas
dos sobre mortero. Son incómodos para
Asiente piedras de pavimentación de caminar por encima, de manera que uti­ de hormigonado y también en
granito o artificiales encima de 5 cm de lícelos en zonas pequeñas o junto con morteros.
mortero de asiento (véase p. 494) e in­ otros materiales. Al tender, conforme Arena Se gradúa por el tamaño de
troduzca mortero duro entre las juntas bordes sólidos con ladrillos o trozos de las partículas. La de moriera es ás­
(véase «Acabado», p. 496). Rocíe la su­ borde de hormigón. Tienda una capa de pera; la arena suave es más adecua­
3,5 cm de mortero sobre 7,5 cm de es­ da para mortero de manpostería.
combros duros.
P la tafo rm a d e M a dera
Un patio o galería
mirando al jardín se
convierte en un elemento
muy llamativo,
especialmente si está
coronado por una
pérgola para
proporcionar sombra en
verano. Las plataformas
de madera deben estar
muy bien construidas y
suele ser mejor que las
realicen los expertos. Los
elementos como vigas,
escalones y soportes de
madera requieren un
mantenimiento regular
(véase p. 500).
 Madera para plataformas
El cedro rojo occidental es una bue­
na elección porque es naturalmente
resistente a la podredumbre, aunque
si lo trata regularmente con conser­
vante asegurará una duración mayor.
Otras maderas también son aptas,
pero deben tratarse a presión con con­
servante. Los proveedores de madera
le aconsejarán acerca de la madera y
la calidad más adecuadas. Se pueden
formar paneles para plataformas con
trozos cortos de madera, creando una
variedad de dibujos atractivos.
Plataformas de listones
Este tipo de plataformas es adecuado
para terrenos a nivel o algo inclinados.
Es de construcción sencilla y requiere
pocos accesorios especializados.
En el caso de una zona adyacente a
una casa, construya unos cimientos de
hormigón (véase Cómo tender hormi­
gón, p. 494) algo inclinados hacia el lado
opuesto de la casa para que el agua es­
curra. Sobre la base de hormigón, fije
una hilera de ladrillos con mortero a una
distancia de un ladrillo y en ángulo recto
a los listones de la plataforma. Agregue
hileras ulteriores de ladrillos en interva­
los de 40 cm. Compruebe constantemen­
te que todos los ladrillos estén nivela­
dos, porque soportarán los cabios.
Tienda cabios de 75 x 50 mm sobre
los ladrillos, introduciendo una lámina
de plástico u otro material a prueba de
humedad entre los ladrillos y los cabios.
Si une trozos de madera, asegure que
haya un ladrillo debajo de la unión de
los cabios y atornille una grapa sencilla
a través de la unión. Compruebe los ni­
veles entre cabios con exactitud con un
nivel de burbuja y un escantillón.
P asos en
P la tafo rm a
Las plataformas sirven
para crear un sendero
poco común de
«pasos» a través de un
estanque. Situadas en
ángulo para obtener un
efecto estético, los
cuadrados suman un
elemento geométrico
con estilo al plantado
informal y al juego
suave de la luz sobre
la superficie del
estanque. Aquí se han
tendido listones
paralelos en
direcciones alternas
para agregar una
sensación dinámica de
movimiento al diseño
en su totalidad.
T a blero d e D amas E s p ig a
Tienda tablones de 250 x 25 mm en
ángulo recto con respecto a los cabios.
Calcule huecos de 10 mm para el dre­
naje y cierto desplazamiento de la ma­
dera. Asegure que las junturas de la pla­
taforma están escalonadas de una hilera
a la otra y que los tablones encajan con
precisión por encima de un cabio de so­
porte. Fije los tablones con tornillos de
bronce u otro material inoxidable, ave­
llanados debajo de la superficie. Rellene
los agujeros con pasta de madera que se
complemente con el color de la madera.
Acabe la plataforma de manera puli­
da con un borde bajo de ladrillos o blo­
ques, cortando la plataforma de mane­
ra que sobresalga del borde unos 5 cm.
Otra opción consiste en clavar o ator­
nillar un trozo de madera de acabado
a lo largo de los bordes cortados.
Plataforma de parquet
Es posible adquirir pequeños cuadrados
de madera tipo parquet, pensados fun­
damentalmente para senderos, los cua­
les también sirven para plataformas. Un
tamaño práctico es de alrededor de 1 m2.
_T ir a s paralelas
_T a b l e r o
en
Compre madera tratada de 10 x 50
mm, cortada en largos de 1 m y lije los
extremos. Dos largos formarán los so­
portes en lados opuestos del cuadrado,
mientras que los restantes se tienden por
encima como listones. Utilice espacia­
dores apara asegurar que los listones cu­
bren la superficie de manera homogé­
nea y fije los listones por medio de dos
clavos en cada extremo. Prepare una
base sobre suelo o subsuelo afirmado
con una capa de 7,5 cm de gravilla com­
pactada, cubierta de 7,5 cm de arena.
Nivele y apisone antes de tender los cua­
drados en direcciones alternativas. Clave
para unirlos si fuera necesario, clavan­
do en ángulo.
Aplicación de tintes
El cedro rojo occidental se vuelve de un
color rojo muy evidente al mojarse. Sin
embargo, se puede teñir de cualquier co­
lor adecuado al entorno. Es mejor usar
tintes microporosos, que dejan escapar
cualquier humedad de la madera; si que­
dara atrapada debajo de una capa im­
permeable, finalmente haría que el co­
lor de la superficie desaparezca. Todas
las superficies de madera a teñir deben
estar secas y limpias. Siga las instruc­
ciones con respecto al agitado y dilui­
SOPORTE PARA PLATAFORMA DE MADERA
Juntas unidas
sobre un
cabio
Membrana
a prueba
de humedad
A l unir dos trozos de madera para formar un cabio, asegure que la unión
caiga sobre dos ladrillos de soporte. Tienda los tablones en ángulo recto
con los cabios, situando todas las juntas encima de un cabio de soporte.
de D amas U n io n e s
Á ngulo P aralelas
do y aplique el tinte con un pincel de
buena calidad, pintando en la dirección
del grano. No recargue el pincel de pin­
tura, ya que conduciría a una cobertu­
ra desigual, pero haga penetrar el tinte
dentro de la madera. Necesitará efectuar
varias aplicaciones; espere hasta que
cada capa esté completamente seca an­
tes de aplicar la siguiente.
Mantenimiento
Las superficies de madera requieren un
mantenimiento regular. Una vez al año,
compruebe que la superficie no mues­
tra grietas. Las maderas dañadas debe­
rán ser reemplazadas. Compruebe que
los tornillos, arandelas, grapas y clavos
no se hayan oxidado. Si los accesorios
galvanizados se hubieran desgastado,
podría haberse dañado su revestimien­
to protector y oxidarse. Para platafor­
mas de madera es mejor instalar acce­
sorios de bronce, que no se oxidan. Si
el tinte estuviera desgastado, limpie la
superficie y vuelva a aplicar el tinte (véa­
se arriba). En alguna etapa es probable
que aparezcan desarrollos fúngicos.
Existen fungicidas, pero es mejor elimi­
nar los hongos cepillando con una es­
coba dura o empleando un cepillo para
suelos y una solución floja de lejía.
Cabios unidos
sobre un
ladrillo
de soporte
Senderos y escalones
Los senderos y escalones cumplen un pa­
pel importante en el buen diseño de jar­
dines. Ayudan a formar la estructura del
jardín, relacionan sus diversos elemen­
tos y pueden conducir la vista a un cen­
tro de atención. Piense en trazar un sen­
dero en ángulo, descentrado o siguiendo
un camino indirecto. Los escalones pro­
porcionan cambios de nivel interesantes
y generan efectos muy diferentes, según
sean rectos o curvos, anchos o estrechos
y poco profundos o profundos.
Consideraciones prácticas
Los senderos que conducen al coberti­
zo o al invernadero deben ser lo bastante
anchos como para que pase una carre­
tilla y también deben proporcionar una
superficie seca y sólida. Los que condu­
cen a la puerta principal o aquellos para
pasear por el jardín, deben ser lo bas­
tante anchos como para que quepan dos
personas una al lado de la otra: alrede­
dor de 1 o 1,2 m.
Materiales y diseño
La elección de los materiales y el reco­
rrido sirve para fijar o realzar el carác­
ter del jardín. La combinación de ma­
teriales, como piedras de pavimentado
con cantos rodados, ladrillos con grava
o baldosas de hormigón con pavimen-
tadores de ladrillo o arcilla, crean dise­
ños de senderos muy atractivos.
En muchas partes del jardín pueden
tenderse senderos tipo «paso». Son una
buena elección si no quiere estropear la
línea de un césped, pero pueden derivar
en barro durante las lluvias. Primero co­
loque las piedras de pavimentación so­
bre la superficie para comprobar el es­
paciado: deben estar a una distancia
natural del paso. En céspedes, coloque
bajo el nivel de la hierba, para que la
superficie esté bien por debajo del ni­
vel de segado.
En zonas de inviernos secos, los sen­
deros podrán ser de madera, ya sea en
S u t il e z a e n P ie d r a
Aquí la textura moteada de las
piedras asentadas se complementa
con Alchcmilla mollis y se define por
costuras de musgo.
forma de trozos de troncos empleados
como pasos o formando una serie de
unidades cuadradas a listones, como se
describe en «Plataformas de parquet»
en la página contigua. En los emplaza­
mientos inclinados, los escalones pue­
den formar parte de un sendero y pue­
den resultar valiosos como elementos de
diseño en uno plano. Los escalones de­
ben estar en armonía con el emplaza­
miento: en un jardín boscoso, resulta­
rían adecuados unos escalones bajos de
troncos y gravilla, mientras que en un
emplazamiento moderno, los escalones
de ladrillos y baldosas de hormigón son
más apropiados.
Avenidas
Una avenida puede tener un impacto
considerable sobre un diseño, especial­
mente en un jardín pequeño. Quizás ha­
ya poca alternativa en cuanto a la ubica­
ción de la avenida, salvo que se cons­
truya un garage nuevo al mismo tiem­
po; sin embargo, se puede lograr un as­
pecto atractivo para una avenida eligien­
do una superficie adecuada y situando
plantas ornamentales en las cercanías.
Asfalto
El asfalto es un buen material para uti­
lizar en avenidas y senderos que no ne­
cesitan ser atractivos —por ejemplo, el
sendero que conduce al cobertizo. Tam­
bién sirve para recubrir un sendero de
hormigón dañado. Además de negro, el
asfalto existe en verde y rojo. Se pueden
sumar astillas de piedra a la superficie
para agregar estructura. Es mejor ten­
der asfalto durante el tiempo cálido. Sal­
vo que esté bien tendido, el asfalto pue­
de resquebrajarse después de algunos
años; en los sitios de mucho tránsito,
una avenida principal, merece la pena
hacer tender el asfalto por un construc­
tor especializado.
S e c c io n e s d e T r o n c o s
Los troncos serrados en secciones
forman una serie armónica de pasos
a través de una zona boscosa,
integrándose con el emplazamiento.
S e n d e r o s d e L a d r il l o s
Un sendero de ladrillos
puede transformarse en
un elemento de diseño
por derecho propio,
agregando textura y
color a la entrada del
jardín. A quí el rosa
suave de los ladrillos
armoniza con las plantas
circundantes y conduce
la mirada hacia el arco
cubierto de rosas y la
zona de hierbas informal
trasera.
Preparación
El asfalto puede tenderse sobre cualquier
superficie firme, como hormigón o gra­
va. No lo tienda sobre la tierra desnuda
ni sobre escombros; sería difícil lograr
una superficie duradera firme y nivela­
da. Haga una base estable esparciendo
una mezcla de grava y arena de unos 5-8
cm de grosor sobre suelo firme o escom­
bros. Si la base fuera un sendero o ave­
nida antiguo, pinte antes por dentro los
agujeros o fisuras con emulsión bitumi­
nosa y déjelo 20 minutos antes de relle­
nar con macadán. Para garantizar un
buen drenaje, tienda la avenida en una
ligera pendiente.
Los bordes de los senderos de asfalto
tienden a debilitarse y quebrarse; use
bloques de hormigón para bordes, ladri­
llos para que quede un borde firme.
Aplicación:
Aplique una capa de emulsión bitumi­
nosa para ligar la superficie. Primero re­
muévala, vuélquela del contenedor y ex­
tiéndala con un pincel duro. (Después,
lave el pincel en agua caliente jabono­
sa.) Cuando la emulsión se ennegrezca
aplique el macadán y rastrille forman­
do una capa nivelada de unos 2 cm.
Afirme con el mango del rastrillo para
eliminar bolsas de aire y efectúa varias
pasadas con un rodillo de jardín pesa­
do. Mantenga húmeda la superficie del
rodillo para que no se pegue el maca­
dán. Cubra cualquier bache visible y
pase de nuevo el rodillo. Si usa astillas
de piedra, distribuyalas homogéneamen­
te y pase el rodillo para asentarlas.
Ladrillos y pavimentadores
Los colores agradables de ladrillos y pa­
vimentadores de arcilla los convierten en
materiales excelentes para construir sen­
deros dentro del jardín. Como las uni­
dades individuales son pequeñas, resulta
relativamente fácil ajustarse a los cam­
bios de nivel e incluso tender un sende­
ro en curva. Se pueden lograr diversos
efectos según el dibujo del tendido (véa­
se «Dibujos con ladrillos», p. 497).
Construcción
Delimite el recorrido del sendero con
cordel y estacas, calculando dónde ne­
cesitará ladrillos o pavimentadores cor­
tados para marcar una curva pronuncia­
da. Si el sendero sufrirá un desgaste
severo, prepare un cimentado de hormi­
gón (véase «Superficies portadoras de
cargas», p. 494). Para una superficie de
uso menos intenso, una base inferior de
8 cm de escombros duros afirmados, ni­
velados con balasto, será suficiente.
Primero tienda un borde adecuado
(véase p. 502) a un lado del sendero, des­
pués tienda el sendero propiamente di­
cho en secciones de 1 m. Debe asentar
los pavimentadores sobre una capa de
5 cm de arena seca (véase «Tendido de
pavimentadores», p. 498), mientras que
ios ladrillos necesitarán asentarse sobre
mortero de 2,5 cm de espesor (véase
«Tendido de ladrillos», p. 497). Al com­
pletar cada sección, apisone los ladri­
llos o pavimentadores, comprobando
que están a nivel con un escantillón y
un nivel de burbuja. Después tienda el
borde del otro lado del sendero hasta
completar cada sector. Repita el proce­
dimiento hasta que el sendero esté com­
pletamente tendido.
Para acabar un sendero de pavimen­
tadores, introduzca arena seca entre las
juntas. En el caso de un sendero de la­
drillos, introduzca mortero seco entre las
juntas (véase «Acabado», p. 496), ase­
gurando que no existan grandes bolsas
de aire. Si fuera necesario, compacte el
mortero con un trozo de madera más
delgado que el espacio de las juntas. Fi­
nalmente, rocíe con un regadera de ro­
seta fina, o emplee un rociador a com­
presión para humedecer el mortero y
limpiar los ladrillos si fuera necesario.
Hormigón
El hormigón fraguado in situ es un ma­
terial para superficies práctico y dura­
dero, especialmente apto para senderos
anchos y avenidas. Su aspecto puede
embellecerse agregando textura (véase
abajo). También se puede teñir el hor­
migón por medio de tintes especiales
agregados a la mezcla. Como el color
a menudo tiene un aspecto diferente una
vez que el hormigón se ha secado, use
los tintes con prudencia. Coloree un tro­
zo pequeño primero y deje secar, en lu­
gar de juzgar el efecto en la mezcla
mojada.
Interrumpa un sendero de hormigón
ancho con ladrillos o trozos de madera
que formarán parte del diseño acabado;
así no tendrá que tender juntas de ex­
pansión durante la construcción.
Preparado de la base
Prepare unos cimientos adecuados (véa­
se «Procedimientos básicos», p. 493).
Después construya el encofrado para
mantener el hormigón en su sitio hasta
que fragüe. Utilice trozos de madera de
2,5 cm de espesor y de al menos la mis­
ma profundidad que el hormigón. Em­
plee tacos de 5 x 5 cm a no más de 1
m de separación para sostener el enco­
frado. Los trozos de madera podrán
Agregado de textura
Un sendero de hormigón in situ se
puede embellecer agregando textura.
Use estas técnicas sólo en algunos sec­
tores o alterne dibujos entre un sec­
tor y otro creando un efecto final in­
teresante. El agregado visto da un
acabado bonito y antideslizante. Es­
parza gravilla o piedra triturada de
manera uniforme sobre el hormigón,
antes de que fragüe, despúes apiso­
ne, introduciendo la gravilla o piedra
en la superficie con suavidad. Cuan­
do el hormigón casi haya fraguado,
barra la superficie para descubrir más
cantidad de agregado, después rocíe
con agua para arrastrar las partícu­
las finas. Los acabados a cepillo son
muy fáciles de crear. Después de api­
sonar suavemente el hormigón, arras­
tre las cerdas de una escoba blanda
m mm
Textura fina .
unirse bien clavando un bloque de ma­
dera a la parte exterior de los dos tro­
zos para mantenerlos juntos.
Curvas
Para efectuar curvas suaves, marque la
forma que desea crear y clave estacas en
el suelo muy cerca unas de otras. Sumer­
ja trozos de leña blanda en agua para
que estén flexibles y después doble y cla­
ve sobre las estacas.
Las curvas cerradas pueden realizar­
se de un modo similar, agregando una
serie de cortes con serrucho al interior
de la curva. Los cortes de serrucho de­
ben llegar hasta la mitad de la madera
para aumentar su flexibilidad. También
puede usar varias capas de aglomerado
delgado que es fácil de doblar y con­
formar.
Juntas de expansión
El hormigón se parte si no se calcula la
expansión y un cierto grado de movi­
miento. Divida la superficie en sectores
de no más de 4 m de largo, utilizando
trozos fijos de madera como divisiones
provisionales. Si usa hormigón ya pre­
parado, donde resulta necesario utili­
zar toda la carga junta, utilice aglome­
rado cortado en trozos y déjelos en po­
sición hasta que el hormigón haya
fraguado.
por encima de toda la superficie para
obtener un acabado bastante liso;
para lograr un efecto rugoso, use una
escoba dura una vez que el hormigón
haya comenzado a fraguar. También
puede barrer en círculos o en líneas
rectas o curvas, según lo desee.
Se pueden hacer dibujos estampa­
dos con herramientas especiales, pero
también puede usar objetos corrien­
tes del hogar o del jardín de un modo
imaginativo, por ejemplo cortadores
de pastelería o conchas marinas. Es
mejor aplicar esta técnica en super­
ficies muy pequeñas. Para crear un di­
bujo de hojas bonito, utlice hojas
grandes, como las de sicomoro o de
castaño. Apriete la hojas contra la su­
perficie con una paleta y después eli­
mine una vez seco el hormigón.
Textura gruesa
Textura
semi-
gruesa
CÓMO TENDER UN SENDERO DE G r AVILLA
■ Excave la base del sendero
a 18 cm de profundidad y fije
los bordes. Compacte la base.
Clave estacas separadas por I m
como anclaje de los bordes.
Tendido de hormigón
Mezcle el hormigón (véase p. 494) y vier­
ta dentro del encofrado. Si mezcla en pe­
queñas cantidades, rellene partes alter­
nadas del encofrado y después retire los
divisores una vez que el hormigón haya
fraguado, vertiendo hormigón dentro de
los restantes sectores. Apisone el hormi­
gón con un trozo de madera hasta ni­
velarlo, desde el centro hasta las juntas.
Si el sendero o avenida fueran anchas,
la tarea se facilitará si un ayudante afir­
ma con una apisonadora. El apisonado
deja una superficie ligeramente irregu­
lar. Si requiere un acabado liso, utilice
una tabla flotante, repasando con mo­
vimientos de barrido suaves.
Baldosas de pavimentado
de hormigón
Estas baldosas existen en una amplia
gama de colores, formas y acabados.
Son más fáciles de tender que el hormi­
gón in situ, pero es más difícil tender
curvas con ellas que con ladrillos o pa-
vimentadores. Se combinan bien con
otros materiales, como cantos rodados
colocados en los bordes, o con peque­
ñas tiras de gravilla entre cada baldosa.
Esta técnica es útil para crear senderos
curvos, ya que disimula las juntas desi­
guales. Para más detalles acerca del ten­
dido de baldosas de pavimentación.
Hierba
Los senderos de hierba sirven para co­
nectar una serie de céspedes o para sen­
deros anchos entre macizos. Deben ser
lo más anchos posibles o no resistirán
mucho uso. Coloque tepes para cons­
truir un sendero de hierbas, al igual que
para un césped —para detalles comple­
tos, véase C é s p e d e s , «Tendido de tepes»,
p. 283.
2 Siexcave
el sendero bordea un césped,
2,5 cm más para que el
sendero esté por debajo del nivel del
césped (inserción). Aplique capas
sucesivas de escombros duros, arena,
gravilla gruesa y gravilla fina.
Rastrille para nivelar.
Gravilla
La gravilla es fácil de aplicar, no presen­
ta problemas al crear curvas y es bara­
ta. Sin embargo, tiene algunas desven­
tajas: salvo bien asentada y utilizada con
bordes de retención, la gravilla suelta
puede invadir las superficies adyacentes,
y ser incómoda y ruidosa al pisarla; no
es una superficie que facilite el tránsito
de sillas de ruedas o carretillas.
Construya una base firme excavando
el suelo hasta alcanzar una profundidad
de 10 cm de escombros duros compac­
tados, 5 cm de arena y 2,5 cm de gravi­
lla. Para un acabado fino, elija gravilla
fina.
En un emplazamiento formal princi­
palmente compuesto por líneas rectas,
se pueden usar tiras bordeadoras de hor­
migón; en otros emplazamientos po­
drían ser más aptos los ladrillos o la ma­
dera. Si emplea madera, haga un anclaje
con tarugos separados por 1 m de dis­
tancia. Aplique la gravilla en varias eta­
pas, rastrillando y pasando el rodillo con
el fin de producir un peralte ligero para
el drenaje. Para ayudar a compactarla,
riegue la gravilla al pasar el rodillo.
Bordes de senderos
Existen bordeadores de plástico corta­
dos a medida con facilidad, que sosten­
drán un sendero de ladrillos o pavimen-
tadores en su sitio de forma invisible.
Cubra el extremo del bordeador con te­
pes para ocultarlo. También puede utii-
zar trozos de madera tratada, sosteni­
da por tarugos de madera. También es
posible utilizar maderas de manera pro­
visional mientras construye el sendero,
que después se retiran llenado los hue­
cos con hormigón. Si requiere un bor­
de de ladrillos, colóquclos de canto o en
un ángulo de 45° con respecto al borde
del sendero y fije con un poco de­
mortero.
Construcción de escalones
Para calcular la cantidad de escalones
que ha de construir, divida la altura de
la ladera por la de un contraescalón
(comprendiendo la profundidad de la
baldosa de pamentación más el morte­
ro). Podría resultar necesario ajustar la
altura de los escalones con respecto a la
ladera. Marque la posición de los con­
traescalones con estacas de madera y
después excave el suelo, formando una
serie de escalones de tierra.
Construya una base de hormigón
(véase p. 504) para el contraescalón de
Relación entre peldaño y contraescalón
Para la facilidad de uso, es importante
que el ancho del peldaño y la altura
del contraescalón estén en una pro­
porción correcta. Como regla gene­
ral, el ancho del peldaño y el doble
de la altura del contraescalón debe­
base y deje fraguar. Después construya
el contraescalón con ladrillos o bloques C ó m o C o n s t r u ir E s c a l o n e s en una L adera
asentados sobre mortero de manipostería
(véase p. 494). Compruebe la nivelación t Mida la altura de
y un nivel de burbuja y rellene el espa­ la ladera para
cio detrás del contraescalón con escom­ calcular cuántos
bros compactados o arena y gravilla. escalones necesita
Prepare un asiento de mortero sobre (véase izquierda).
el contraescalón y tienda el primer pel­ Para efectuarlo, clave
daño; debe estar algo inclinado hacia de­ una estaca en la
lante para que el agua escurra y sobre­ parte superior de la
salir por encima del contraescalón de la ladera y un poste en
parte delantera unos 2,5-5 cm. Marque el fondo. Sujete un
la posición del siguiente contraescalón cordel
sobre el peldaño y fije con mortero. horizontalmente entre
ambos, y mida la
distancia entre el
nivel del suelo y el
cordel.
rían sumar unos 65 cm. Primero de­
fina la altura del contraescalón, mul­
tiplique por 2 y reste el resultado de
65 cm para obtener el ancho del pel­
daño. Puede agregar 2,5-5 cm de sa­
liente.

Para que los

escalones sean
seguros, los
peldaños deben
medir al menos 30
cm de adelante
hacia atrás. La
Marque los lados con Construya una base para el
altura de los
contraescalones
suele ser de entre
Contraescalones
de ladrillo Relleno de
cordel y estacas, después
tienda cordel para marcar la parte
3profundidad
contraescalón de 15 cm de
y dos veces el ancho
gravilla
10 y 18 cm. delantera de los escalones. Excave de los ladrillos. Rellene con
los escalones y compacte la tierra hormigón sobre una base de
de cada escalón. escombros de 7 cm.

Cuando el hormigón haya
4 fraguado, tienda el primer
peldaño sobre la base. Utilice cordel
y estacas para asegurar que los
ladrillos están derechos y nivelados.
5
Rellene con escombros hasta
la altura de los ladrillos y
apisone. Coloque las losetas sobre
una capa de 1 cm de mortero,
dejando un hueco entre cada una.

6
Las losetas
deben sobresalir
2,5-5 cm en la parte
delantera y tener una
pequeña inclinación
hacia adelante para
que el agua escurra.
Marque la posición
del segundo
contraescalón en las
losetas y fije los
ladrillos con mortero.
Rellene y asiente los
peldaños como antes.
E sc a l o n e s d e M a d e r a y G r a v il l a Aplique mortero a
Aquí el espacio entre unas traviesas se rellena con gravilla, creando unos las juntas entre las
escalones suavemente curvados, con plantas a los lados que suavizan los bordes. losetas.
Muros
Los muros de separación han constitui­
do un elemento de los jardines desde los
primeros tiempos de acotamientos, y en
el siglo pasado, los jardines amuralla­
dos eran un elemento común de las
grandes propiedades. Sin embargo, ac­
tualmente los muros de separación gran­
des son poco comunes, habiendo sido
reemplazados por setos y verjas menos
costosos.
Los muros del jardín son frecuente­
mente decorativos, además de prácticos.
Si poseen una cavidad para plantar, los
muros bajos pueden ser eficaces y, dado
que requieren cimientos y pilares de so­
porte menos sólidos, también son fáci­
les y baratos de construir.
Materiales
Los muros de separación pueden cons­
truirse de materiales diversos, compren­
diendo ladrillos y, para muros bajos,
bloques de hormigón para paredes. Los
muros tipo tabique hechos de bloques
(véase página contigua) son una alter­
nativa práctica y decorativa a los mu­
ros sólidos y también son aptos para di­
vidir el jardín en sectores. Estos bloques
se construyen expresamente para uso en
Materiales para muros
Los ladrillos son el material más co­
rriente para muros, aunque los blo­
ques de hormigón que imitan ladri­
llos naturales de arcilla también
L a d r il l o s M o t e a d o s d e
I n g e n ie r ía
Éstos proporcionan un
aspecto rugoso; también
son los ladrillos más
duros.
U f e s i& m .
B l o q u e s d e H o r m ig ó n T ip o R o c a
El color rojo ladrillo imita el aspecto de
ladrillos de arcilla. También existen otros
con aspecto de arenisca.
el exterior. Sin embargo, al comprar la­
drillos, compruebe siempre con el pro­
veedor que son aptos para usar en mu­
ros de jardín: deben ser a prueba de
heladas y capaces de resistir la penetra­
ción de la humedad desde ambas caras.
También podrá construir muros de va­
rios materiales, por ejemplo ladrillos
con paneles de revestimiento de piedra
local, como pedernal. Las paredes gran­
des y lisas pueden pintarse con pintura
para manipostería (generalmente en
blanco o un color pálido) del lado del
jardín. Ésta refleja la luz y contrasta con
los arbustos u otras plantas.
¿Hasta qué altura construir?
Pueden existir límites a la altura de los
muros en los registros de propiedad del
terreno o en reglamentos de las autori­
dades locales o de las autovías. Com­
pruebe antes de construir. Un muro bajo
tipo mampara es una tarea de bricolaje
directo, pero las paredes de ladrillos y
hormigón de más de un 1 m de altura
requieren los consejos de un construc­
tor o de un aparejador. Cualquier pa­
red más alta que 1 m debe tener un pi­
lar de refuerzo cada 2,5 m.
pueden utilizarse. Si desea un muro
que combine con la manipostería de
los edificios existentes, hay ladrillos
usados en muchos estilos y colores.
B l o q u e s d e H o r m ig ó n
P rem oldeados
Éstos contienen
agregado de textura
media.
B l o q u e s L isos
Estos bloques de
hormigón se
adecúan a un
diseño moderno.
M a t e r ia l e s C o m b in a d o s
A quí se yuxtaponen
ladrillos y pedernal
creando una divisoria
de jardín llamativa. La
mezcla de líneas curvas
y rectas refuerza la
combinación de estilos.
Combinados de este
modo, materiales
diversos se realzan unos
a otros.
Bases de hormigón
para muros
El ancho de la base para todos los mu­
ros debe ser dos o tres veces el ancho del
muro. Para los muros de menos de 1 m
de altura, no son necesarios cimientos
profundos ni sólidos.
Para muros mahones (es decir, del an­
C ó m o C o n s t r u ir una
1 2
Marque el emplazamiento de
los cimientos con cordel
tendido entre estacas de madera.
Empape la zanja con agua
y deje drenar; agregue 13 cm
de escombros y apisone. Vierta
hormigón, cortando la mezcla
con una pala para mezclarla y
eliminar burbujas de aire.
cho de un solo ladrillo), excave una zan­
ja del largo del muro y de 38 cm de pro­
fundidad. Coloque 13 cm de escombros
duros en el fondo y apisone. Después
vierta 10 cm de hormigón. Deje que se
seque por completo durante algunos
días antes de tender los mahones o blo­
ques de hormigón. Para un muro de la­
drillo completo, cuyo ancho es de dos
ladrillos, o para un muro doble con un
B a se de H o r m ig ó n
Cave una zanja a Ia profundidad
necesaria. Compruebe que la
base esté nivelada y las caras
verticales. Clave estacas hasta el
nivel que tendrá el hormigón.
Alinie con un trozo de madera y
un nivel de burbuja.
Compacte el hormigón
apisonando con un trozo de
madera. Nivele hasta el extremo
de las estacas. Deje la superficie
rugosa como clave para el
mortero de ¡a primera hilera de
ladrillos.

C ó m o C o n s t r u ir una P ared
Haga una hilera de bloques y pilares a lo largo de una base
preparada para situar as varillas de hierro de soporte. Antes de que la
base fragüe, clave las varillas, dejando un trozo descubierto suficiente para
alcanzar la mitad del pilar más alto.
Coloque un bloque en cada
extremo del primer sector.
Para alinear los bloques
intermedios, clave estacas en el
suelo y tense un cordel entre
éstas, sobre los pilares y los
bloques.
espacio para huecos de plantado, exca­
ve la zanja a 5 cm más de profundidad
y agregue 5 cm suplementarios de hor­
migón. Para un muro de ladrillo o de
bloques de hormigón, la parte superior
de la base sólo debe estar a 15 cm por
debajo del nivel del suelo. Para las mam­
paras de hormigón, la parte superior de
Dibujos de bloques
Existen bloques para muros de
mampara en muchos dibujos geo­
métricos y libres para la fácil cons­
trucción de muros de jardín.
a
N ,— / "
N -'
H o ja
C uadrado R ombo C urv o
de M am pa ra
Sitúe el siguiente bloque y
coloque en su posición
golpeando con suavidad con el
mango de una paleta. Repita el
procedimiento a lo largo de la
hilera de bloques, comprobando
la alineación con un nivel.
la base podrá estar justo debajo del ni­
vel del suelo, a condición de usar vari­
llas de refuerzo. Sobre arcilla pesada o
en zonas frías, aumente la profundidad
de la base para que esté por debajo de
la línea de heladas. Para muros más al­
tos, hágase aconsejar por un profe­
sional.
Albañilería
Para que la primera hilera quede recta,
tienda dos cordeles paralelos a lo largo
de la base, con el espacio entre ambas
igual al del ancho de la pared. Tienda
un asiento de 10 mm de mortero de al­
bañilería (p. 494) a lo largo de la base.
El primer ladrillo de la hilera se coloca
sin mortero, luego se «unta» el segun­
do en un extremo y se tiende junto al
anterior. Al tender, vaya comprobando
que los ladrillos están nivelados y hori­
zontales por medio de un nivel de bur­
buja. Si están demasiado altos, golpee
ligeramente con el mango de la paleta.
Introduzca más mortero debajo de cual­
quiera que esté demasiado bajo. Tam­
bién compruebe que las juntas de mor­
tero tengan todas 10 mm de espesor.
Repita el procedimiento en las siguien­
tes hileras. En muros con agujeros de
plantado, deje espacios sin mortero en­
tre los ladrillos para drenaje en la pri­
M uros
Aplique una base de mortero de Aplique mortero a la base y
I cm alrededor de la varilla. al primer bloque de la
Coloque el pilar sobre el mortero y mampara. Repita en el otro
nivele con nivel de burbuja. Después extremo del sector.
llene la parte inferior del pilar con
hormigón para reforzarlo.
Comience la segunda hilera Acabe la segunda hilera. Fije
colocando los pilares y los sombreretes de los pilares
llenándolos con hormigón. Tienda la y las piedras de la albarditla con
segunda hilera de bloques, mortero. Compruebe los niveles,
colocando alambre tejido fino limpie et acabado y escuadre el
asentado en el mortero para reforzar mortero de la base del muro con
la unión. una paleta.
mera hilera que quede sobre el nivel del
suelo. Antes de que el mortero se seque, Aparejos populares
utilice la punta de la paleta para dar un
acabado pulido y biselado a las juntas. Para muros de un ladrillo de es­
Las juntas verticales deben biselarse en pesor se utiliza un aparejo de so­
la misma dirección y las horizontales de­ ga; los aparejos flamencos e ingle­
ben estar inclinadas hacia abajo para ses combinan ladrillos de canto y
que el agua escurra con facilidad. al hilo en paredes de ladrillos com­
pactas.
Aparejos de ladrillos
Existen muchos aparejos de ladrillos. Si
es usted novato en albañilería, dediqúese
a uno fácil de tender y que no requiera
cortar muchos ladrillos. El aparejo más
sencillo es uno a soga, en el que todos
los ladrillos se tienden horizontalmente.
A p a r e jo d e S o g a
Construcción de mamparas
En zonas del jardín donde un muro de
ladrillos formaría una barrera demasia­
do sólida, una mampara construida de
bloques perforados prefabricados (véase
izquierda y arriba) será más adecuada. A p a r e jo d e T iz ó n
Las paredes de este tipo se sostienen en
cada extremo y cada 2,5-3 m por pila­
res de bloques huecos para pilares. És­
tos se refuerzan con varillas de metal en­ - i r - .. ii ■ ii
cajadas en la base y se rellenan con
mortero u hormigón. Aun así, las pare­ ]□ □ □ □ □ □ □ [
des tipo mampara no son sólidas; para ....... i ...... 11......
las que midan más de 2 m, obtenga con­
sejo profesional. A p a r e jo I n g l é s
T ipo s de A lb a rd illa
U n A c a b a d o D e c o r a t iv o
Se han asentado piedras
verticales en mortero
como albardilla para un
muro de piedra caliza
seca.
U n M u r o d e L a d r il l o
Este muro de aparejo de
tizón esta rematado por
una hilera de ladrillos
de canto a lo largo
de lodo el ancho del muro.
A lb a r d illa d e P ie d r a
Grandes planchas de
piedra forman una
albardilla que se
complementa con un muro
de cantos en hileras,
asentados en mortero.
Albardilla
La albardilla, que es la hilera superior
de una pared, previene daños por hela­
das dejando que el agua de lluvia escu­
rra no rezume dentro de las juntas. Tam­
bién confiere un aspecto «acabado» a
la pared.
Existen ladrillos curvos especiales
para albardillas, pero a menudo estos
sólo son del ancho de la pared y en rea­
lidad son cubiertas, ya que no despiden
las gotas de la pared. Sobre las paredes
de ladrillos y sobre las de bloques de
hormigón se emplean baldosas de hor­
migón más anchas como albardillas. Si
quiere un acabado común de ladrillos,
tienda dos hileras de tejas planas de te­
cho antes de la hilera final. Las albar­
dillas son muy importantes en las pare­
des de bloques perforados de hormigón,
porque ayudan a unir los bloques.
Paredes de piedra seca
Las paredes de piedra seca pueden ten­
derse sobre una base de hormigón (véase
p. 504) o unos cimientos de escombros.
Pueden plantarse con alpinas (véase p.
204) y ofrecen un aspecto muy atracti­
vo si se deja un hueco en la parte supe­
rior para plantas rastreras.
Cave una zanja y haga una base fir­
me de escombros compactados. La base
de la pared debe estar dos hileras más
abajo que el nivel del suelo. Utilice un
cordel tensado para mantener la cons­
trucción nivelada y construya la pared
con piedras de traviesa y otras más pe­
queñas casuales, uniéndolas entre sí para
sostener la pared. La parte inferior de
la pared debe ser más ancha que la su­
perior. Para lograr una inclinación cons­
tante, fabrique una estructura de madera
con la forma deseada del corte transver­
sal de la pared. Una inclinación hacia
el interior de 2,5 cm cada 60 cm suele
ser suficiente. Mantenga la estructura de
conformación vertical por medio de un
S u a v iz a d o d e l M u r o
La línea dura del borde
del muro se suaviza con
un desplegue colorido de
plantas rastreras floridas,
creando un efecto de
cortina. Las grietas entre
las piedras secas
proporcinan un espacio
idela para el cultivo de
plantas de rocas de
raíces poco profundas.
nivel de burbuja. Remate con piedras
grandes y planas o con una hilera de pie­
En lugar de aterrazar el jardín con un
solo muro grande de contención, es más
Los muros de piedra seca son una
buena elección para uno de contención
dras verticales colocadas de canto (y fi­ fácil hacerlo en una serie de escalones bajo, ya que las alpinas podrán plantarse
jadas con mortero si lo desea) como al­ bajos. En algunos países hace falta un en el lado expuesto. Coloque piedras
bardilla decorativa. permiso para construir un muro de con­ grandes sobre cimientos de hormigón o
tención elevado y pueden existir regla­ de escombros duros compactados y fir­
mentos que exijan que se contrate cons­ mes y vaya tendiendo a hileras ulterio­
Muros de contención tructores para hacerlo de hormigón. res de piedras inclinadas hacia dentro a
Intruduzca un desagüe (véase «Insta­ 2,5 cm por cada 30 cm de altura. La cara
Los muros de contención sirven para lación de desagües», p. 529) horizontal­ interna del muro debe ser perpendicu­
aterrazar un jardín o contener la tierra mente a lo largo de la parte posterior del lar (véase E l J a r d ín d e R o c a s , Cómo
de un macizo elevado (véase p. 507). Se muro y rellene la parte inferior de éste construir un muro de contención de pie­
pueden usar piedras secas, bloques de con gravilla o escombros. Si usa ladri­ dra seca, p. 204). Si no ha de plantar
hormigón para paredes o ladrillos. Bus­ llos o bloques de hormigón, construya plantas de grietas, podrá aplicar mor­
que consejo profesional si piensa cons­ la pared sobre una base de hormigón tero al muro para robustecerlo (véase
truir un muro de más de 75 cm de altu­ (véase p. 504) colocada bajo el nivel del «Albañilería», p. 505); de otro modo,
ra o en una ladera inclinada, porque suelo y deje huecos de para el drenaje introduzca tierra de jardín entre las pie­
podría ser necesario reforzarlo para que entre cada dos o tres ladrillos en las hi­ dras, para una mayor estabilidad.
aguante el peso de la tierra y del agua. leras inferiores del muro.
Construcción de muros de contención
Albardilla
Relleno de C o n s t r u c c ió n
A la izquierda, un
sector de muro de
ladrillos con una junta
vertical sin mortero que
actúa como agujero de
Agujero de drenaje. A la derecha,
drenaje
muro construido de
bloques de hormigón
huecos (véase abajo).
Se pueden llenar los de
huecos con hormigón Borde de hormigón lleno
mojado o tierra piara siega embutido de tierra
plantas.
Borde de
Varillas de
siega
V a r il l a s d e R e f u e r z o Mortero refuerzoi
La solidez de un muro
construido con bloque
El muro de contención utilizado para contener tie­ de hormigón huecos Base de la
rra en una ladera debe ser muy sólido. Tenga en cuen­ aumentará mucho si se varilla vertical
ta que cuanto más alto el muro, más sólido deberá fijan varillas curvas en asentada en
ser. También recuerde que la tierra mojada es más hormigón
los cimientos de
pesada que la seca y que se debe permitir que el agua hormigón. Se pueden
drene hacia fuera a través de agujeros de drenaje en agregar varillas de
la base del muro. Si las unidades de construcción refuerzo ulteriores a
fueran grandes, el muro de contención será aún más través de los bloques. Varillas curvas
sólido que si emplea ladrillos o bloques pequeños. que refuerzan los cimientos de hormigón

Macizos elevados
Los macizos elevados proporcionan un
elemento de diseño importante en el jar­
dín, tal vez rodeando un jardín hundi­
do o proporcionando cambios de nivel.
Para una zona mayormente pavimenta­
da, unos grupos pequeños de macizos
elevados o una serie de macizos relacio­
nados son ideales, mientras que un ma­
cizo elevados único es un realce eficaz
para una planta atractiva.
Donde el suelo del jardín sea pobre
o inadecuado para el cultivo de ciertas
plantas, los macizos elevados pueden ser
de gran utilidad: por ejemplo, permiten
crear condiciones ácidas en un jardín de
suelo alcalino. Además, las plantas en
macizos elevados disponen de más es­
pacio para desarrollarse y necesitan me­
nor atención que aquellas en tiestos y
otros contenedores, en los que el suelo
se reseca con velocidad.
La gran ventaja de los macizos eleva­
dos es que se pueden abarcar desde una
posición sentada. Una serie bien plani­
ficada de macizos elevados permite que
las personas ancianas, minusválidas o
enfermas puedan dedicarse a la jardine­
ría. La altura de los macizos debe estar
de acuerdo a las necesidades de cada jar­
dinero y deberán ser lo bastante estre­
chos como para que todo el macizo sea
fácilmente abarcable. Los macizos de­
ben estar conectados por senderos de
jardín amplios, fácilmente transitables
(véase pp. 501-502).
Materiales
Los macizos elevados pueden construirse
de una gran variedad de materiales: la­
drillos con mortero (véase «Tipos de la­
drillos», p. 497), bloques de hormigón
para paredes», p. 504), piedra natural
sin mortero (véase «Paredes de piedra
seca», p. 506), traviesas o troncos serra­
dos. Si utiliza ladrillos o bloques de hor­
migón, podría desear rematar el macizo
con una atabardilla (véase p. 506) lo bas­
tante ancha como para poder sentarse.
Macizos de ladrillo
Un macizo grande y rectangular de la­
drillo es fácil de construir, pero puede
denotar falta de imaginación. Una cierta
cantidad de macizos conectados entre sí,
más pequeños y a diferentes alturas,
creará un elemento más estimulante vi­
sualmente, al igual que un macizo ele­
vado circular. Elija ladrillos a prueba de
heladas; los ladrillos comunes podrían
ser inadecuados: compruebe con el pro­
veedor. Una pared de medio ladrillo re­
sultará bastante fuerte.
Macizos rectangulares
Prepare una base (véase Cómo construir
una base de hormigón, p. 504) a una
profundidad que permita que la prime­
ra hilera de ladrillos quede bajo el nivel
del suelo. Una vez que la base haya fra­
guado, utilice una mezcla de mortero
para albañilería (véase p. 494) para ten­
der las hileras de ladrillos (véase «Al­
bañilería», p. 505). Use ladrillos ente­
ros en ángulo recto para formar las
esquinas.
Macizos circulares
Para un macizo circular, idealmente los
ladrillos han de cortarse para lograr una
curva lisa, pero se pueden usar ladrillos
enteros: primero disponga los ladrillos
en una circunferencia lo bastante gran­
de como para asegurar que no quedan
huecos grandes en el borde. Prepare la
base y, cuando ésta haya fraguado, tien­
da los ladrillos casi tocándose a lo lar­
go del borde interior de la pared. Relle­
ne los huecos de la superfcic exterior con
mortero. Escalone las hileras como en
un aparejo convencional y use mitades
de ladrillos en la hilera final para obte­
ner una curva mejor.
Plantas ericáceas
Si cultiva plantas que requieren suelo
ácido en el macizo elevado, revista las
paredes interiores, una vez terminadas,
con caucho butílico o con varias capas
de pintura bitumínica impermeables;
evitará que la cal del mortero lixivie den­
tro del macizo.
Macizos de bloques de
hormigón
Los bloques de hormigón para paredes
sirven para macizos elevados si se han
usado materiales similares para otras es­
tructuras y superficies del jardín. Los
bloques son demasiado grandes para
construir macizos circulares, pero son
ideales para los rectangulares. Los ma­
cizos se construyen igual que los de la­
drillos.
Piedra natural
Se pueden construir macizos elevados
usando piedra natural tendida seca. Em­
plee la misma técnica que para construir
muros de retención de piedra seca (véa­
se «Muros de piedra seca» y «Muros de
contención», p. 506), pero mantenga los
macizos bajos y pequeños.
Si construye un macizo de más de 60
cm, es mejor fijar las piedras firmemen­
te con mortero. Incluso en un macizo
bajo, podría ser necesario aplicar cier­
ta cantidad de mortero en los ángulos
para ganar estabilidad.
Traviesas
Las traviesas, que se integran sin llamar
la atención con la mayoría de las plan­
tas y las superficies del jardín, son idea­
les para macizos elevados grandes y ba­
M a c i z o s E l e v a d o s
M a t e r ia l e s para M a c iz o s elevados
Pared de medio ladrillo
de aparejo de soga
Nivel del suelo
Base de hormigón
de 2,5 cm
M a c iz o d e L a d r il l o s
Deben construirse con ladrillos a prueba de heladas. Tras preparar la
base de hormigón (véase p. 504), tienda la primera hilera de ladrillos
bajo el nivel del suelo. Escalone las hileras para fortalecer las paredes.
Traviesas tendidas como
ladrillos en hilera
\Ti
Base de
\U ¿ '" gravilla rola
T r a v ie s a s
Las traviesas son muy aptas para construir macizos elevados bajos. No
requieren base porque las traviesas son muy estables. Asegure que no
hayan sido tratadas con conservante tóxico para plantas.
jos, pero son pesadas y difíciles de ma­ zamientos silvestres. Para construir ma­
nipular: no construya paredes de más de cizos elevados más altos, use troncos de
tres traviesas de altura. Corte las travie­ tamaño y grosor uniformes. Sin embar­
sas con una sierra de cadena, pero haga go, éstos podrían ser difíciles de obte­
las paredes con trozos de medio o cuarto ner y las juntas de las esquinas son di­
de traviesa; reducirá la cantidad de ma­ fíciles de encajar. Si piensa construir este
dera que deberá serrar.
No es necesaria una base, ya que el
tipo de macizo, podría ser mejor com­
prarlo en piezas fácilmente montables.
largo y el peso de las traviesas las ha­
cen extremadamente estables. Genere
una superficie nivelada de gravilla aplas­ Riego
tada para apoyarlas, después apareje las
traviesas como los ladrillos y, si fueran El medio de desarrollo en un macizo ele­
de más de dos hileras de altura, fíjelas vado drenará con más velocidad que la
con varillas de metal clavadas en el sue­ tierra de las orlas de jardín comunes, de
lo: o bien taladre agujeros para las va­ manera que es importante regar las plan­
rillas en las traviesas o coloque las vari­ tas con una frecuencia mayor. Particu­
llas en el exterior del macizo elevado, larmente, la tierra en contacto con las
como soporte. Las traviesas podrían ya paredes exteriores tiende a resecarse y
estar impregnadas con bitumen o con­ encojcr. En condiciones extremas, esto
servante de madera, tóxico para las plan­ podría descubrir las raíces fibrosas de
tas, de manera que consiga algunas que alimentación de las plantas que crecen
no estén tratadas del proveedor. en los bordes del macizo, haciéndolas
vulnerables a heladas, sequías o calor.
Según las plantas a cultivar, también po­
Troncos serrados dría ser necesario agregar más tierra ne­
gra al suelo para ayudar a conservar hu­
Los troncos constituyen bordes atracti­ medad (véase «Uso de aditivos para el
vos para macizos muy bajos en empla­ suelo», p. 527).
Verjas
Las verjas generalmente se utilizan como
demarcadores de los límites de las pro­
piedades, pero también sirven como
rompevientos o como elemento decora­
tivo dentro del jardín. Pueden levantarse
antes y con menor coste que los muros
construidos de ladrillos o bloques y tie­
nen la ventaja adicional de proporcio­
nar una intimidad casi inmediata. Sin
embargo, generalmente requieren más
mantenimiento que una pared. Para
convertir una verja en un elemento de­
corativo puede revestirla con trepadoras
o fijar una mampara entretejida en la
parte superior.
El primer paso antes de levantar cual­
quier verja es demarcar la línea de ésta
con cordel. Si ha de estar en el límite en­
tre dos propiedades, toda la verja y los
postes deben estar a su lado del límite.
Para más detalles acerca de los requeri­
mientos legales en cuanto a verjas, véa­
se «Leyes relativas a las verjas», p. 510.
Verjas de paneles
Una de las verjas más sencillas es la de
paneles. Puede construirse usando pos­
tes de madera u hormigón. En el caso
de postes de hormigón, los paneles sen­
cillamente se deslizan dentro de mues­
cas a cada lado de los postes. Para más
detalles, véase Cómo levantar una ver­
ja de paneles, pág. contigua. Otra ven­
taja del hormigón es que no se pudre.
Si prefiere postes de madera, deberá
clavar o atornillar los paneles. Proteja
las bases de los postes de verjas de ma­
dera utilizando ya sea soportes para pos­
tes de metal o puntales de hormigón
(véase pág. contigua). Estos últimos son Ba rren o
postes cortos sumergidos en cimientos
de hormigón firmes. Se compran ya fa­ Si ha de hacer una
bricados con dos agujeros a través de los serie de agujeros
cuales los postes de madera se atorni­ para postes de
verjas, alquile un
llan a los puntales justo por encima del
nivel del suelo. barreno tipo
Para construir una verja de postes de tirabuzón. Este
madera, primero excave un agujero para instrumento es fácil
el primer poste, después tienda un cor­ de operar: haga
del a lo largo de la extensión de la verja girar el mango y
para asegurar que está recta. En el caso aplique un poco de
de paneles de 2 m de altura, necesitará presión para hacer
trozos de madera de 2,7 m para los pos­ agujeros limpios y profundos.
tes y los agujeros para éstos deben ser También existen modelos
de 75 cm de profundidad. Rellene el fon­ mecánicos pero son pesados de
do con 15 cm de escombros duros, des­ sostener y su uso resulta difícil
pués coloque el poste en el agujero y re­ inicialmente.
llene con más escombros duros para

Tipos de verja
Las tejido de esterilla se venden bajo la forma de paneles prefabricados en gamas
de diferentes alturas. Se fijan listones entretejidos delgados de pino o alerce dentro
de un marco ligero de madera blanda. Proporciona intimidad y no es muy sólida.
Las verjas de tablas verticales superpuestas son de tablas
de bordes biselados, generalmente de madera blanda, cla­
vadas a dos travesaños horizontales de arista. Los bordes
gruesos de las tablas se clavan sobre los bordes delgados.
Pueden construirse in situ, pero también se ven­
den en forma de panel (como se ilustra aquí).
Este sistema es una de las formas de verjas más
sólidas, ofreciendo seguridad e intimidad.
Las tipo tablón mermado, hechas de
tablas horizontales superpuestas, son
una de las formas más habituales de
verjas paneles (véase también p. 513).
Proporciona niveles de segu­
ridad adecuados.
Las verjas de tejas de made­
ra consisten de tejas de ma­
dera de cedro superpuestas
clavadas a una estructura de
madera, produciendo una
verja sólida y fuerte. Ofrecen
una seguridad c intimidad,
dependiendo de su altura.
Las verjas de zarza son paneles poco sólidos de tallos leñosos entretejidos.
Aquí se ilustran dos ejemplos. Pueden fabricarse in situ o comprarse como
paneles prefabricados. Se sostienen con estacas fuertes y son muy útiles cuando
un seto nuevo se está estableciendo en el jardín, ofreciendo intimidad provi­
sional y una buena protección contra
animales tanto pequeños como grandes.
Sin embargo, después de un período re­
lativamente breve, comienzan a
tener un aspecto desastrado y
poco atractivo y también son tra­
bajosas de mantener y reparar.
Las verjas de enrejado
están hechas de made­
ra serrada o leña rústi­
ca. Parecen grandes ta­
biques de espalderas en
forma de rombo. Son
útiles como dclimitado-
res informales y garan­
tizan poca intimidad.
Las verjas de estacas puntiagudas tienen «estacas» espaciadas a unos 5 cm, fi­
jadas a travesaños horizontales y son más decorativas que funcionales. Existen
verjas de estacas de plástico que requieren mucho menos mantenimiento que
las tradicionales de madera. Ninguna de ellas aporta mucha seguridad o intimidad.
Las verjas tipo granja son de tablas desbastadas fijadas ho-
rizontalmcnte a postes sólidos. La madera se pinta o senci­
llamente se trata con conservante. Existen versiones de plás­
tico de este tipo de verja, que requieren menos manteni­
miento, pero ninguna de ellas es segura.
Las verjas de castaño partido consisten en esta­
cas verticales partidas, separadas por unos 7,5 cm,
unidas por alambre galvanizado. Sólo sirve como
verja provisional.
Las verjas de poste y travesano tienen dos o
más palos horizontales, o travesaños de made­
ra serrada toscamente fijados entre postes ad­
yacentes. Forman un delimitador poco costoso.
Las verjas de interferencia tienen ta­
blas horizontales fijadas a ambos la­
dos de los postes, con las tablas de
un lado mirando los huecos del otro.
Es un rompevientos mejor que una
verja sólida y proporciona una inti­
midad aceptable pero incompleta.
Las verjas de tejido de alambre están generalmente fijadas a postes de hierro,
madera u hormigón. El tejido de alambre galvanizado dura unos diez años, el
tejido de alambre recubierto de plástico aún más. Es una buena elección si re­
quiere un delimitador a prueba de animales.
Las verjas de alambre soldado son de malla de alambre abierto fi­
jada a postes y travesaños de madera. Actúan de barrera y encie­
rran animales más grandes y su aspecto no tiene mucha importancia.
Las verjas de poste-y-cadena tienen cadenas de plás­
tico o metálicas fijadas a postes de madera, plástico
u hormigón. Sirven para demarcar límites en lugares
donde no están permitidas verjas más
consistentes.
Las verjas de hormigón están hechas de
paneles de hormigón, generalmente per­
foradas, que encajan en muescas de pos­
tes de hormigón. Ofrecen
la seguridad de una pared
de manipostería y requie­
ren menos mantenimiento
que una verja de madera.

sostenerlo. Controle que está vertical
con un nivel de burbuja. Usando el pa­
nel como guía del ancho, excave otro
agujero para el segundo poste, aseguran­
do que esta alineado con el cordel. Ni­
vele el suelo entre el poste y el agujero
y tienda una tabla de gravilla: un trozo
de madera u hormigón fijado entre los
C ómo L ev a nta r una V e r ja
Excave un agujero de 75 cm
de profundidad e introduzca
15 cm de escombros en su base.
Inserte el primer poste de
hormigón y compruebe su altura
con respecto al panel.
3 4
Tienda un panel sobre el suelo
para situar el siguiente poste.
Empleando un cordel como guía,
cave el siguiente agujero. la tabla esté horizontal.
Compruebe el nivel.
P u n t a l e s d e H o r m ig ó n
Poste de
madera
Tabla de
gravilla
Para evitar el contacto con
suelos húmedos, atornille
postes de madera para
verjas a un puntal fijo
clavado en hormigón.
postes de la verja a ras del suelo, con el
fin de evitar que los paneles entren en
contacto con el suelo y se pudran. De­
berá sujetar una tabla de gravilla de ma­
dera al primer poste con clavos galva­
nizados. Fije un panel de la verja al
poste por medio de clavos galvanizados
de 75 mm, clavados a través de aguje­
de P aneles
i Introduzca más escombros
alrededor del poste y vierta
hormigón. Apisone. Agregue más
hormigón y vuelva a apisonar.
Compruebe la verticalidad del
poste.
Encaje una tabla de gravilla
entre los agujeros de los
postes. Nivele el suelo hasta que
5 3
Inserte el panel en la
muesca del primer poste.
Meta el siguiente poste y fije
con escombros. Fije la
albardilla moldeada de madera
sobre el pane!.
ros pre-taladrados o atornille con cor­
chetes de fijación metálicos. Coloque el
segundo poste dentro de su agujero co­
rrespondiente, asegurando que está ver­
tical y encaja correctamente dentro del
panel; fije la tabla de gravilla al panel
igual que en el caso anterior. Repita la
operación con el resto de las tablas de
gravilla, los postes y los paneles. Sierre
el extremo de los postes y trate las su­
perficies de corte con conservador de
madera y remate cada poste con un som­
brerete de madera sobresaliente para que
desvíe el agua de la lluvia.
Fije los postes en su posición firme­
mente con cuñas de restos de madera y
escombros, comprobando su verticali­
dad con un nivel de burbuja. Introduz­
ca una mezcla de hormigón dura (véa­
se p. 494) alrededor de la base de cada
poste y haga una inclinación a cada lado
con una paleta para que el agua escurra.
Soportes de metal para
postes
En lugar de hacer agujeros para los pos­
tes de la verja, los soportes metálicos
V e r ja con S o p o r t e s M e t á l ic o s
1 2
Coloque un recorte de
madera y el accesorio de
fijación en el manguito del
soporte para el poste. Clave el
soporte al suelo con una
almádena.
Introduzca el poste de la
verja dentro del manguito en
el extremo del soporte y fije
clavando a través de los agujeros.
Algunos manguitos llevan
tornillos de abrazadera.
Verjas
para postes pueden clavarse en el suelo,
insertando los postes de madera dentro
de ellos. Esto reduce el largo de las ma­
deras para los postes y los mantiene fue­
ra de contacto con el suelo, prolongan­
do así la vida de la madera. Emplee
soportes de 60 cm para verjas de hasta
1,2 m de altura y soportes de 75 cm para
verjas hasta 2 m de alto.
Antes de clavar el soporte en el sue­
lo, encaje un recorte de madera de un
poste dentro del manguito. Esto evitará
daños al soporte. La mayoría de los fa­
bricantes suministran un accesorio es­
pecial que encaja encima del recorte de
madera mientras se clava el soporte en
el suelo.
No deje de comprobar que la estaca
penetra en el suelo de manera vertical.
Sostenga un nivel de burbuja contra los
cuatro lados del soporte por turno.
Para afirmar el poste, ajuste los tor­
nillos de las abrazaderas del manguito
o, si no los tiene, fije con tornillos o cla­
vos a través de los agujeros de rejilla.
Para una mayor solidez, los soportes
metálicos de los postes también pueden
fijarse en unos cimientos de escombros
y hormigón.
para P o ste s
Compruebe constantemente
que el soporte penetra de
manera vertical. Sostenga el nivel
de burbuja contra cada uno de
los cuatro lados.
| Siga clavando más soportes
guiándose con un cordel.
Clave un panel de estacas —
soportado por ladrillos para
mantener los travesanos
horizontales— a los postes.
Uso d e T r a v e s a n o s d e A r i s t a
Los exiremos han de encajar en
muescas embutidas cortadas en los
postes de soporte. Clave tablas
verticales de canto biselado a la
parte posterior de los travesanos.
Verjas de tablas superpuestas
Las tablas superpuestas verticales de una
verja de tablas superpuestas tradicional
están clavadas a dos travesaños horizon­
tales de sección triangular, conocidos por
travesanos de arista. Existen postes de
verjas con muescas embutidas talladas en
los lados para sostener los travesaños,
pero también puede cortar las muescas
uno mismo. La altura normal para los
travesaños es de 30 cm por debajo del ex­
tremo superior de la verja y 30 cm sobre
el nivel del suelo. Conforme los extremos
de los travesaños de arista para que que­
pan dentro de las muescas embutidas y
trate los extremos cortados con con­
servante.
Eleve los postes para la verja igual que
para una verja de paneles (véase p. 508).
Vaya insertando los travesaños de arista
en las muescas embutidas. Fije el primer
poste firmemente con escombros, des­
pués coloque el siguiente en su posición
correspondiente sin sujetarlo. Introduz­
ca el primer par de travesaños de arista
dentro de las muescas, tirando del segun­
do poste haste que ocupe una posición
correcta. Sujete los travesaños de arista
de manera que la parte posterior plana
encaren el lado correcto de los paneles.
Compruebe con un nivel de burbuja que
el segundo poste está vertical y los tra­
vesaños horizontales. Quizás tenga que
elevar o bajar el poste ligeramente. Cuan­
do esté correcto, introduzca escombros
alrededor del poste para fijarlo.
Monte el resto de los postes y travesa­
ños de la misma manera y clávelos para
mayor solidez. Coloque cemento alrede­
dor de la base de los postes creando ci­
mientos permanentes. Como soporte de
base, tienda tablas de gravilla a lo largo
del extremo inferior de la verja (véase
«Verjas de paneles», p. 508). Clave tro­
chos de madera a la base de los postes
de la verja como puntales para las tablas
o clave las tablas a tarugos clavados en
el suelo.
Para fijar la primera tabla de canto bi­
selado, apoye sobre la tabla de gravilla
y fije a la parte posterior de los travesa­
ños de arista clavando a través del canto
más grueso. Después coloque el canto
más grueso de la siguiente tabla encima
del canto delgado de la primera, super­
poniéndolo 1,2 cm y clave clavos a tra­
vés de las tablas y los travesaños. Corte
un espaciador de un trozo de madera so­
brante para asegurar que la superposición
de todas las tablas sea uniforme.
Terreno inclinado
Existen dos maneras de levantar una ver­
ja en un terreno inclinado: se puede cons­
truir en una serie de secciones escalona­
das o puede tener la misma inclinación
que el terreno. El método a emplear está
fundamentalmente dictado por el tipo de
verja que quiera utilizar.
Verja escalonada
Las verjas de paneles, que no pueden cor­
tarse de manera satisfactoria, deben es­
calonarse. Los postes verticales deberán
ser más largos que en terreno nivelado;
la altura suplementaria dependerá del an­
cho de los palos y de la inclinación. El
hueco triangular bajo cada panel podrá
T e r r e n o I n c l in a d o
V e r ja E s c a l o n a d a
La verja de paneles se levanta como
sobre terreno nivelado, salvo que el
largo de los postes debe sumarse a la
altura de la pared de ladrillo
portante.
V e r ja I n c l in a d a
La línea de ¡a verja es paralela a la
inclinación; los postes y las tablas de
la verja son de la misma altura que
sobre un terreno nivelado.
rellenarse construyendo un muro bajo de
ladrillos, escalonado de manera que los
paneles se apoyen sobre él. Otra opción
consiste en cortar tablas de gravilla en án­
gulo y fijarlas en los huecos.
Verja inclinada
Para construir una verja con la misma
inclinación del terreno, coloque un pos­
te provisional en el extremo de la ladera
y tienda un cordel entre éste y el poste
inferior. Use un sistema de construir ver­
jas consistente en tablas individuales cla­
vadas a travesaños (como una de tablas
verticales superpuestas o de estacas pun­
tiagudas). En lugar de recorrer los pos­
tes horizontalmente, los travesaños son
paralelos a la ladera. Corte la base de
cada tabla con igual ángulo al de la in­
clinación. Fije las tablas a los travesaños
verticalmente, apoyados sobre una tabla
de gravilla.
Conservantes para madera
Si es posible, compre madera que haya
sido impregnada con conservante en fá­
brica, en una prensa al vacío especial, ya
que los tratamientos caseros, aplicados
con pincel, penetran bajo superficie de
la madera de forma menos eficaz.
Salvo que las verjas estén hechas de
madera resistente a la podredumbre —co­
mo el roble o el cedro—, trate con con­
servante para madera de manera regular.
Vuelva a aplicar creosota o conservantes
de base de agua cada cuatro años, y los
de base disolvente cada dos o tres años.
La creosota es un conservante muy
usado para conservar verjas. Sin embar­
go, tiene un olor fuerte, que muchas per­
sonas encuentran desagradable. Lleve ves­
timenta protectora al aplicar esta
substancia, ya que es venenosa si la tra­
ga, aspira o absorbe a través de la piel.
La creosota no es recomendable para ver­
jas que sostienen plantas. También po­
drían ser eficaces unos conservantes or­
gánicos. Éstos y la creosota existen en
una gama de colores.
Los conservantes de base de agua son
menos desagradables de utilizar y menos
tóxicos para las plantas. Mejoran el as­
pecto de la madera y evitan la formación
de mohos superficiales. Sin embargo, ge­
neralmente son menos eficaces para el
control de la podredumbre.
Sólo aplique conservantes a maderas
Leyes relativas a verjas
Antes de construir una verja, siempre
resulta prudente consultar con sus ve­
cinos. En algunos emplazamientos,
también podría verse obligado a con­
sultar el Departamento de Control de
la Construcción, dependiente de las
autoridades locales, para obtener un
permiso según los reglamentos de pla­
nificación: dichos reglamentos regulan
el tamaño y aspecto de las construc­
ciones y su efecto sobre jardines veci­
secas. Al levantar una verja, debe empa­
par todos los extremos cortados en con­
servante durante 24 horas antes de usar­
los. Mantenga todos los conservantes
alejados de las plantas.
También existen varios conservantes
basados en resinas de árboles. Éstos crean
una barrera que evita la penetración del
agua, volviendo la madera demasiado
seca para que actúen las bacterias.
Mantenimiento
Uno de los problemas más comunes es
la rotura de los postes de soporte de ma­
dera. Si el daño se produce a ras del sue­
lo, el sistema de reparación más eficaz
consiste en el uso de un puntal de hor­
migón (véase p. 509). Se trata de un poste
corto clavado en el suelo al lado del exis-
tcnetc y atornillado a éste para sostenerlo.
Cave un agujero de 45-60 cm de pro­
fundidad alrededor del poste dañado y
sierre eliminando la parte dañada. Pinte
el extremo cortado de la madera con con­
servante. Coloque el puntal de hormigón
dentro del agujero, apoyado contra el
poste e introduzca escombros para sos­
tenerlo. Meta tornillos a través de los agu­
jeros del puntal y golpee con un marti­
llo, lo bastante fuerte como para dejar
una marca sobre el poste de madera. Re­
tire los tornillos y el puntal, después ta­
ladre agujeros a través del poste para alo­
jar los tornillos. Atornille el puntal de
hormigón al poste, ajustando los torni­
llos del lado del puntal de manera que
no dañe el poste de madera.
Asegure que el poste y el puntal están
verticales, si es necesario sosteniéndolos
en la posición correcta de manera provi­
sional con estacas clavadas en el suelo.
Después rellene el agujero con una mez­
cla de hormigón bastante duro (véase
«Mezclas de hormigón y de mortero», p.
494), clavando con firmeza para evitar
bolsas de aire. Cuando el hormigón haya
fraguado, retire las estacas de sostén y sie­
rre, eliminando los trozos de tornillos que
sobresalgan. Los travesaños de arista ro­
tos son fáciles de reparar con corchetes
metálicos en ángulo. Algunos están di­
señados para apuntalar un travesaño roto
en la mitad, otros para sostener un tra­
vesaño que se ha podrido en la parte don­
de el extremo encaja en el poste. Ambos
tipos se atornillan en el lugar correspon­
diente.
nos y senderos adyacentes. Las estruc­
turas que miran hacia un límite al bor­
de de una calle deben estar en normas
respecto a los reglamentos de construc­
ción, especialmente en cuanto concier­
ne a la seguridad. Tenga en cuenta los
siguientes puntos en cuanto a porta­
lones, paredes y verjas: no deben me­
dir más de 2 m de alto y no deben me­
dir más de 1 m de alto si están juntos
a una vía pública.

Espalderas
Las espalderas, generalmente construi­
das de madera, son tanto prácticas como
elementos decorativos en el jardín. Se
pueden fijar a los extremos de muros o
verjas, o contra éstas. Otra opción con­
siste en usarlas solas como tabiques o
mamparas. Existen paneles de espalde­
ras curvadas o de un diseño más com­
plicado para crear glorietas de jardín.
Los paneles existen en una gama de for­
mas y dibujos, la mayoría en rombos o
cuadrados estándar; las espalderas tipo
punto de Hungría resultan especialmen­
te eficaces como mamparas.
El uso más frecuente de las espalde­
ras es el de sostener plantas trepadoras.
Para una mampara autoportante, resulta
esencial una espaldera sólida, en espe­
cial si ha de sostener una trepadora vi­
gorosa; el corte transversal de la estruc­
tura de madera debe ser de al menos 2,5
cm. Si piensa utilizar la espaldera para
aumentar la altura de una pared o verja,
podría ser aceptable una de un peso me­
nor. Al comprar espalderas, asegure que
hayan recibido un tratamiento a presión
y pinte todos los extremos serrados con
conservante para madera (véase p. 510).
Pérgolas y trabajos rústicos
El término pérgola originalmente signi­
ficaba un paseo cubierto formado por
plantas que crecían sobre espalderas. Ac­
tualmente, la palabra describe cualquier
estructura consistente en montantes que
soportan vigas horizontales, sobre las
que crecen plantas.
Tradicionalmente, las pérgolas se
construían con palos rústicos, pero la
madera cortada a serrucho es más con­
veniente, en especial si la pérgola está
combinada con una plataforma de ma­
dera o si la casa es uno de sus soportes.
La madera cortada a serrucho puede uti­
lizarse en combinación con columnas de
ladrillos o postes de entablado pintados,
que sirven de montantes. A menudo se
emplean maderas duras, como el roble,
para las pérgolas cortadas a serrucho,
pero las maderas blandas son muy ap­
tas (si se tratan con un conservante).
Construcción de una
pérgola
Esboce su diseño sobre papel para cal­
cular la cantidad de materiales necesa­
rios, pero compre algo más por si de­
sea modificar el diseño ligeramente
durante la construcción. La altura de la
pérgola debe ser de al menos 2,5 m si
ha de recubrirse con plantas, para que
quede espacio suficiente debajo para po­
der pasear. Si la pérgola abarca un sen­
dero, debe situar los montantes a sufi­
ciente distancia para que haya espacio
para plantas a ambos lados.
P é r g o l a s y T r a b a j o s R ú s t i c o s
Las espalderas fundamentalmente uti­
lizadas para sostener trepadoras también E spalderas
existen en alambre o plástico. Las espalderas complementan los
detalles arquitectónicos de la
Colocación de una estructura a la que están sujetas, y
proporcionan soportes para las
espaldera plantas trepadoras. Existen en
madera dura desbastada o madera
Para espalderas autoportantes, los pa­ blanda serrada, más barata. Las
neles pueden fijarse a postes de verja espaldera de juntas son más
igual que los paneles de verjas corrien­ sólidas que las tipo concertina,
tes (véase «Verjas de paneles», p. 508). sostenidas por pequeñas chínchelas. P anel d e E spald era
Para sujetar paneles a una verja de pos­
tes de madera, use alargadores para pos­
tes de metal. Retire el bonete del poste
y deslice el alargador metálico sobre el
extremo del poste. Introduzca el largo
necesario y vuelva a colocar el bonete
original encima del alargado. Para fijar
una espaldera ligera a la parte superior P a n e l d e E s p a l d e r a R o m b o id a l
de un muro de mampostería, sujete lis­
tones largos de madera de 5 x 2 cm a
los lados de la espaldera y atornille a la
pared. Si la espaldera irá fijada a una
pared, deje al menos 2,5 cm entre la es­
paldera y la pared para que circule el
aire. Los accesorios con bisagras permi­
ten el acceso para efectuar el manteni­ E spaldera d e C u ad ra d os G ra n des
miento (véase «Fijación de un panel de
espaldera a una pared», p. 100 ).
Soportes tar romper una superficie ya existente de cionalmente, si el peso a soportar es con­
Coloque soportes de madera clavados en hormigón o pavimentada, construya siderable, construya columnas de ladri­
escombros y hormigón dentro de agu­ una zapata de ladrillos y encaje el poste llos o de bloque de hormigón sobre ba­
jeros de al menos 60 cm de profundi­ en ella (véase Juntas y soportes, p. 512). ses sólidas (véase «Albañilería», p. 505).
dad (véase «Verjas de paneles», p. 508) Los postes de soporte de madera se­
o utilice soportes de metal para postes rrada deben tener una sección transver­ Vigas transversales
(véase p. 509). Si construye una pérgo­ sal de 10 x 10 cm. Se pueden usar pos­ Para las vigas transversales (vigas de te­
la por encima de un patio, existen unas tes de entablado en lugar de montantes cho), utilice la misma madera que para
zapatas metálicas especiales —que se fi­ de madera, pero deberá fijarlos con hor­ los montantes o tablas de una sección
jan a una base de hormigón. Para evi- migón a causa de su mayor peso. Op­ transversal de 5 x 15 cm. A veces, és-
P érgola d e M a dera
e n u n P a t io d e
L a d r il l o
Los materiales
usados para construir
esta pérgola son
pocos y sencillos,
pero el diseño resulta
muy eficaz. Se ha
fijado una gran
espaldera cuadrada
tras los pilares
cuadrados de ladrillo
que sostienen las
vigas transversales.
 J untas y So po rtes
P ér g o l a d e M a d e r a
La unidad de construcción
básica de la mayoría de
pérgolas es un arco sencillo.
J unta d e M u esca J u n t a d e M e d io
Un travesaño E n sa m b l e
horizontal de madera Travesanos horizontales Esta junta fija un
encaja sobre un cruzados unidos de
soporte vertical. forma casi invisible.
las se encuentran comercialmente ya for­
madas y con las muescas específicas
para encajar en los extremos superiores
de los montantes. Para las vigas decora­
tivas puede utilizarse madera más lige­
ra, tendida entre las vigas transversales.
Juntas para vigas y montantes
Se puede montar todo el maderamen su­
perior por medio de corchetes y torni­
llos galvanizados, pero la estructura será
más sólida y bonita si utiliza juntas de
carpintero (véase arriba). Para fijar una
viga superior a un montante, utilice una
junta sencilla de muesca. Este tipo de
junta es especialmente útil si las vigas
transversales se proyectan más allá de los
montantes —como soportes para con­
tenedores colgantes, por ejemplo.
Trate las superficies de corte de la jun­
ta con conservante para madera (véase
p. 510) antes de unirlas con clavos. Evi­
te clavar los clavos en ángulo recto; las
juntas unidas por clavos oblicuos tien­
den a sostenerse mejor cuando la estruc­
tura se dobla por el viento. Si requiere
un refuerzo suplementario, atornille un
corchete en «T» donde el montante se
encuentra con la viga horizontal.
Si utiliza postes de entablado para
sostener vigas transversales de madera,
se pueden crear juntas eficaces taladran­
do agujeros circulares, del mismo tama­
ño que el poste, en las vigas. La profun­
didad de los agujeros debe ser igual a
la mitad del espesor de la madera.
Las pérgolas de madera suelen eslar
sostenidas por una pared de la casa.
Para fijar una viga transversal a la pa­
red deberá utilizar una zapata de cabio
metálica sujetada a la manpostcría con
mortero. Si los soportes son columnas
Z a p a t a d e L a d r il l o
Emplee la zapata revestida de metal
sobre una superficie sólida y plana
como el hormigón.
J u n t a d e t ip o B o c a
d e PÁJARO
puntal horizontal a un
poste vertical rústico.
de ladrillos, las vigas horizontales de
madera se sujetan con clavijas, fijadas
al ladrillo con mortero (véase arriba).
Si desea cubrir la pérgola con una es­
tructura de vigas cruzadas, tenga en
cuenta que en el sitio en el que se en­
cuentran dos vigas del mismo grosor,
una junta de medio ensamble ofrece un
acabado limpio y sólido.
Muchos diseños también incorporan
abrazaderas de esquina entre los mon­
tantes y las vigas transversales para pro­
porcionar mayor rigidez a la pérgola. La
madera para las abrazaderas debe me­
dir unos 5 x 5 cm y debe encajar lo me­
jor posible en muescas cortadas en las
vigas.
Corte las abrazaderas del largo reque­
rido, después sostenga contra la estruc­
tura para marcar la posición y forma de
las muescas. Para cortar las muescas use
un taladro y un escoplo. Cuando haya
realizado todos los ajustes necesarios,
trate todas las superficies de corte con
conservante antes de clavar las abraza­
deras dentro de las muescas.
Obras rústicas
Las obras rústicas comprenden toda cla­
se de estructuras del jardín construidas
troncos (generalmente de alerce o de
pino), en vez de madera cortada a se­
rrucho. Al ser un material popular para
arcos y mamparas, además de pérgolas,
los troncos pueden estar desbastados
—es decir, con la corteza arrancada—
o con corteza como acabado atractivo.
Si usa troncos con corteza, tenga en
cuenta que ésta probablemente albergue
plagas del jardín.
P érgola d e
L a d r il l o y
M adera
Columnas de
ladrillos sostienen
un travesaño
horizontal de
madera.
J u nta de
C l a v ija
Para fijar una
tabla de madera
al extremo de
una columna de
ladrillo, use una
clavija de madera
fijada con
mortero al
ladrillo.
F unda de
H o r m ig ó n
Si utiliza montantes
de metal,
sumérjalos en una
funda de
hormigón.
Los troncos verticales que sostienen
la estructura deben tener unos 10 cm de
diámetro. Pueden asentarse en hormi­
gón (véase «Verjas de paneles», p. 508)
o clavarse en terreno abierto. En este úl­
timo caso, clave a 45-60 cm de su pro­
pio largo para asegurar su estabilidad.
Si piensa dejar la corteza, arránquela de
las bases de los palos hasta dejar 2,5 cm
por encima del nivel del suelo, una vez
en su posición correspondiente. Ya sea
con corteza o sin ella, sumerja los ex­
tremos de los palos en conservante du­
rante una noche. Las vigas transversales
y las abrazaderas de esquinas necesarias
para completar la estructura pueden fi­
jarse más adelante, una vez que el hor­
migón colocado alrededor de los sopor­
tes haya fraguado (en caso de usarlo).
Los troncos utilizados para las vigas
transversales principales y las abrazade­
ras deben tener un diámetro de 7 cm,
pero se pueden usar troncos más delga­
dos para el entejado decorativo.
Es posible montar algunas partes de
la estructura colocándolas en el suelo se­
gún el diseño y después cortando algu­
nos de los troncos a la medida corres­
pondiente y efectunado las juntas
necesarias. Sólo sierre las vigas transver­
sales a medida que las necesite para ase­
gurar que encajan con precisión.
Hay distintas juntas utilizables en la
construcción de una pérgola o un arco
rústico. Las juntas de medio ensamble
(véase arriba), similares a las utilizadas
para madera serrada, son útiles en el
cruce de los palos. Para fijar una viga
transversal horizontal a un montante,
utilice una junta de boca-de-pájaro (véa­
se arriba). Debe pintar todos los cortes
con conservante para madera antes de
P é r g o l a d e u n so lo L a d o
El travesaño horizontal de
madera se sostiene de un lado
por un poste entablado y del
otro por una zapata de cabio
instalada en la pared.
Z a p a t a d e C a b io *
Una zapata de cabio
proporciona un soporte
adecuado pura una viga ligera.
Las vigas peasdas necesitan una
placa de madera.
montar la estructura. Al igual que con
la madera, es mejor clavar las juntas en
ángulo para proporcionarles mayor
rigidez.
Otros soportes para
plantas
Es posible proporcionar soportes per­
manentes para plantas treapadoras sin
levantar una espaldera o pérgola. Se
pueden obtener efectos llamativos con
estructuras relativamente sencillas.
Trípodes
Los trípodes rústicos son un sistema ex­
celente para integrar trepadoras en una
orla mixta o herbácea. Para este propó­
sito, son mejores los troncos sin corte­
za que los que la conservan, ya que tie­
nen menor tendencia a atraer plagas
potenciales. Para plantas grandes, em­
plee troncos de unos 15 cm de diáme­
tro. Si el trípode está en un macizo, su­
merja los troncos en agujeros llenos de
gravilla.
Pilares
Para un efecto más formal a lo largo de
la parte posterior de una orla o para
flanquear un sendero, levante una hile­
ra de pilares de ladrillo o piedra artifi­
cial. Las bases de los pilares deben es­
tar bien asentadas en hormigón. Para
ayudar a las trepadoras a subir por los
pilares, use redes de malla de plástico
de galga grande. Fije la red alrededor de
los pilares sujetándola con alambre re­
vestido de plástico.
 C o b e r t i z o s de J a r d í n

Cobertizos de jardín
Los cobertizos son edificaciones útiles
para almacenar herramientas y equipos
de jardinería. Pueden albergar diversos
artículos domésticos, desde chucherías
hasta bicicletas; también sirven como ta­
ller. Un depósito sencillo para herra­
mientas las conservará secas y limpias,
pero un cobertizo más amplio, con es­
pacio para un banco de trabajo a lo lar­
go de una de las paredes es una mejor
inversión.
Diseños
Existen diferentes diseños de cobertizos.
Algunos tienen un techo en punta (como
una «V» invertida), mientras que otros
tienen un techo que sólo se inclina en
una dirección o un techo plano. Un co­
bertizo de techo en punta tiene más es­
pacio superior en el centro que uno in­
clinado en una sola dirección —una
ventaja si ha de colocar un banco a un
lado. Un cobertizo con techo inclinado
hacia un sólo lado generalmente tiene
la puerta y la ventana del lado más alto.
Una disposición inteligente consiste en
colocar el banco de trabajo bajo la ven­
tana y almacenar las herramientas del
lado más bajo.
Como regla general, sólo los coberti­
zos de hormigón tiene un techo plano.
M ateriales
Los cobertizos pueden construirse de av-
rios materiales: madera, hormigón, ace­
ro, aluminio o fibra de vidrio. La elec­
ción del material depende de lo que se
quiera que dure y del uso del cobertizo,
además del coste y necesidades de man­
tenimiento.
Madera
El material más difundido para cober­
tizos es la madera; se confunde agrada­
blemente con las plantas, en especial
cuando la madera nueva ha envejecido.
Son preferibles las maderas duraderas
como el cedro, ya que son resistentes a
la podredumbre. Pero la mayoría de co­
bertizos son de leña blanda, que es mu­
cho más barata que el cedro. Busque un
cobertizo fabricado de madera tratada
a presión, en lugar de con la madera
simplemente sumergida o pintada. Tra­
te con conservante después de comprar
y mantenga con regularidad. Los cober­
tizos de madera deben revestirse con pa-
pael de construcción impermeable (de
venta en tiendas de productos para la
construcción) para reducir la penetra­
ción de humedades y evitar que las he­
rramientas se oxiden.
Hormigón
Los cobertizos de hormigón son robus­
tos y duraderos, pero no son muy boni­
tos; es mejor emplazarlos al lado de la
casa y no en un lugar importante del jar­
dín. En general están construidos de sec­
ciones premoldeadas y el techo es pla­
no; muchos tienen partes de plástico en
el techo que permiten la entrada de la
luz. Debe levantarse sobre una base de
hormigón firme (véase p. 494).
Las paredes de hormigón pueden es­
tar acabadas con agregado descubierto
o imitación de ladrillo. Si las pinta, cons­
tituirán un fondo excelente para trepa­
doras y arbustos.
Metal
Los cobertizos metálicos son muy du­
raderos si han sido tratados con antio­
xidante durante su fabricación. En ge­
neral son verdes, pero pueden pintarse;
no suelen tener ventanas.
También existen cobertizos de plan­
chas de aluminio superpuestas. La ma­
yoría tiene una puerta deslizante y al­
gunos una ventana de hoja de acrílico.
Generalmente pequeños, la función de
estos cobertizos es servir de almacén de
herramientas y virtualmente no requie­
ren mantenimiento alguno.
Fibra de vidrio
Existen pequeños cobertizos de fibra de
vidrio, fáciles de montar y que no re­
quieren mantenimiento. Son suficiente­
mente grandes como para almacenar he­
rramientas.

E l e c c ió n d e u n C o b e r t iz o d e M a d e r a T ip o s de R e v e s t im ie n t o
La vida de un cobertizo de madera depende de la calidad de la L engüeta y «

construcción y de la madera. Compare cobertizos montados —la mayoría M u esca

de los proveedores más importantes tendrá una buena selección entre la Este •

cual elegir Preste atención a los elementos indicados abajo. revestimiento m

ofrece buena o

F ie l t r o p a r a T e c h o s T echo C a naletas V entanas

protección
Elija un fieltro grueso con Debe ser fuerte y no Ayudan a alargar la Deben encajar bien climática.
un acabado de astillas de debe hundirse ni vida del cobertizo y tener accesorios
piedra. El fieltro de mala doblarse si empuja manteniendo seco el inoxidables. Si las T a b la s
calidad deja entrar contra el centro de revestimiento. Aunque bisagras están en la So lapa da s d e
humedad que dañará la uno de los paneles no son un accesorio parte superior, no C antos
madera después de 3-4 años. estándar, son fáciles de entrará agua si las B is e l a d o s
deja abiertas Puede deformarse
A leros aunque llueva. El o doblarse si no
Deben tener un saliente alféizar debe estar es espeso.
de al menos 5 cm en los inclinado para
lados y los extremos. que el agua no T ablas
dañe el So lapa da s a
E s pa c io revestimiento. R e b a jo
S u p e r io r Encajan mejor
Asegure que que las
pueda estar solapadas de
de pie R e v e s t im ie n t o canto biselado.
cómodamente; Examine el
recuerde que interior del T ra sla po a
algunos cobertizo para R e b a jo
diseños llevan comprobar que Además de ser
abrazaderas no entra luz duradero, tiene
horizontales. entre las tablas. un acabado
Véase los bonito.
P uerta distintos tipos
Debe ser sólida, de revestimiento
poseer buenas a la derecha. T ablas S o l a pa d a s
abrazaderas df . C a n t o M e r m a d o
horizontales,
bisagras fuertes, So portes Tablero de bordes
una buena cerradura Si el cobertizo no se apoya irregulares
y accesorios metálicos S u e l o sobre una base de hormigón, unos (denominado
inoxidables. soportes impregnados a presión ayudan revestimiento
Debe ser firme, compruebe a mantener seca la madera. Si no usa soportes, rústico) de menor
saltando encima. sitúe el cobertizo sobre material impermeable. resistencia climática.
 4
E l C lim a y el
J a r d ín
una gran influencia en el desarrollo de las ciones adecuadas. Los efectos del clima sobre las plantas son com­
l c lim a t i e n e

E plantas y, tal vez incluso más sobre la práctica de la jardi­ plejos y aún se vuelven más complejos porque el clima cambia
nería. Gran parte de la satisfacción que proporciona la jar­ constantemente, con frecuencia con una interacción entre dos o
dinería está basada en enfrentarse a los desafíos climáticos, a me­
más elementos. La respuesta de una planta frente a las condicio­
nudo aprovechando los efectos a favor del jardinero. La elección nes climáticas también depende de su situación dentro del jardín,
de plantas que prosperan en el clima local es fundamental para su madurez, y el tiempo y la intensidad durante los que la planta
tener éxito, pero aunque algunas plantas sólo se desarrollan bien ha estado expuesta a condiciones climáticas inclementes. A tra­
en su hábitat natural, muchas son más adaptables y se pueden cul­ vés de la comprensión de! clima y sus efectos, el jardinero podrá
tivar bien en otros lugares, a condición de proporcionar condi­ cultivar plantas sanas, productivas y bonitas con mayor facilidad.

Zonas climáticas

E
l c lim a m u n d ia l p u e d e d iv id irs e
e n c u a tr o z o n a s a m p lia s p e ro c la ­
ra m e n te d e f in id a s ; é s ta s s o n tr o p ic a le sras
d e s é r tic a s , te m p la d a s y p o la r e s .
Los climas tropicales se caracterizan
por sus altas temperaturas y lluvias in­
tensas, a veces estacionales, y sostienen
una vegetación siempreverde frondosa.
Los desiertos tienen temperaturas me­
dias diurnas de más de 38° C pero a me­
nudo noches muy frías, con unas lluvias
anuales de menos de 25 cm; en estas
condiciones, sólo sobreviven las plantas
adaptadas, como los cactus. Las regio­
nes templadas tienen esquemas diarios
cambiantes, pero en general, las lluvias
están distribuidas de manera uniforme
a lo largo del año y las temperaturas son
menos extremas que en los trópicos o en
los desiertos; las plantas caducas son
más comunes que las siempreverdes, ya
que están mejor adaptadas a éstas con­
diciones. Las regiones polares experi­
mentan fríos extremos, vientos fuertes
y pocas lluvias, de manera que muy po­
cas plantas pueden desarrollarse.
Además de estas cuatro zonas am­
plias, también se reconocen otras inter­
medias, comprendiendo las subtropica­
les y las mediterráneas.
Clima regional
Las condiciones en las zonas climáticas
están determinadas por factores geográ­
ficos como la latitud, altura y la proxi­
midad al mar, que aumenta las lluvias
y modera la temperatura.
El continente europeo
Los grandes extremos de las temperatu­
, verniegas e invernales en las zonas
del nordeste y del centro de Europa es­
tán influenciadas por la latitud y por la
gran área de tierra continental. El océa­
no Atlántico y el mar Mediterráneo es­
tán demasiado alejados como para te­
ner una influencia moderadora sobre las
temperaturas invernales, momento en el
que la gran área de tierra fría de Asia
tiene una influencia mayor.
Sin embargo, más al sur la influen­
cia combinada del mar y la relativa pro­
ximidad del ecuador hacen que el clima
mediterráneo consista en inviernos sua­
ves con lluvias limitadas y veranos se­
cos y cálidos.
Las Islas Británicas
El clima marítimo de las Islas Británi­
cas está influido por unas corrientes aire
cálidas y lluvias de los océanos circun­
dantes. Las partes occidentales en par­
ticular se benefician de la influencia mi­
tigadora de las corrientes de aire tibias
de la Corriente del Golfo, de manera que
los inviernos son más suaves y las hela­
das prolongadas escasas.
El continente norteamericano
América del Norte tiene grandes varie­
dades con respecto a las regiones. Por
ejemplo, la temperatura mínima prome­
dio en la región que se extiende entre
Saskatchewan hasta Labrador, al norte
del continente, es de —50° y —35° C, H e l a d a s P r im a v e r a l e s
mientras que ia comprendida entre la El juego de la luz sobre el follaje y flores de plantas resistentes tocado por
zona de Arizona y Virginia es entre 5 o las heladas confiere una característica etérea al jardín. Si obra junto con el
y 10° C. clima en lugar de contra él asegurará buenos resultados todo el año.

Elementos climáticos
Los elementos del clima que afectan a
las plantas de manera directa y las tóni­
cas que se usan para cultivarlas son la
temperatura, heladas, nieve, humedad,
sol y viento. De éstos, la temperatura es
generalmente considerada por los jardi­
neros como el más importante: determi­
na la elección de plantas a cultivar ade­
más de la extensión de la estación de
desarrollo.
Temperatura
Los procesos vitales de las plantas, como
la fotosíntesis, transpiración, respiración
y desarrollo están afectados por la tem­
peratura de manera significativa. Cada
una de las especies de planta tiene una
temperatura máxima y mínima más allá
de las cuales estos procesos no tienen lu­
gar. La temperatura máxima es de unos
35° C para la mayoría de las plantas,
mientras que la mínima es muy varia­
ble. En los lugares donde se dan tem­
peraturas extremadamente bajas, el te­
jido de las plantas puede destruirse
físicamente (véase «Congelado y deshie­
lo», abajo).
Los factores climáticos más importan­
tes que influyen el comienzo y la inte­
rrupción de la inactividad de las plan­
tas son las temperaturas del aire y del
suelo, que a su vez determinan la dura­
ción de la estación de desarrollo.
Temperatura del aire
La luz del sol produce energía radiante
que eleva la temperatura ambiente —o
temperatura del aire— de manera signi­
ficativa. El climas templados y más fres­
cos, un emplazamiento protegido que se
beneficia de los efectos entibiadores del
sol servirá para cultivar plantas de re­
giones más cálidas, que de otro modo
no prosperarían.
La altura tiene un efecto importante
sobre la temperatura ambiente: dada la
misma latitud, los emplazamientos ele­
vados son más frescos que los bajos: por
cada 300 m más de altura, la tempera­
tura desciende 0, 5o C. Por ello, los em­
plazamientos elevados tienen una esta­
ción de desarrollo más corta la que,
junto con las temperaturas más frescas,
afecta la gama de plantas cultivables.
Temperatura del suelo
La temperatura del suelo es importante
para un desarrollo sano y bueno de las
raíces y afecta la tasa de absorción del
agua y nutrientes del suelo de la que la
planta es capaz. La buena germinación
de semillas y desarrollo de vástagos tam­
bién dependen de que existan tempera­
turas del suelo adecuadas (véase P r in ­
c ipio s d e P r o p a g a c ió n , p. 536).
La velocidad a la que el suelo se ca­
lienta y la temperatura mantenida du­
rante el año dependen del tipo de suelo
y la orientación del emplazamiento. Los
suelos arenosos se calientan antes que
los de arcilla y los suelos fértiles y bien
drenados permanecen tibios más tiem­
po que los compactados e infértiles (véa­
se también (¿Tipos de suelo», p. 522).
Los emplazamientos con una inclina­
ción natural ligera hacia el sur se calien­
tan pronto en primavera porque apro­
vechan mejor el sol que los terrenos
planos u orientados hacia el norte. Por
lo tanto, resultan ideales para cultivar
hortalizas tempranas. Por otra parte, las
laderas orientadas hacia el norte perma­
necen relativamente frescas y servirán
para cultivar plantas que prosperan en
condiciones más frescas.
Inactividad
Las plantas quedan inactivas para limi­
tar su exposición al clima invernal y la
mayoría tiene al menos un período corto
de inactividad completa. Muchas plan­
tas leñosas pierden las hojas en otoño
para evitar una transpiración excesiva,
mientras que la mayoría de plantas her­
báceas y bulbos se extinguen por com­
pleto en invierno y permanecen inacti­
vas bajo el suelo.
Las temperaturas del suelo y del aire
son los factores más importantes impli­
cados en el comienzo y la interrupción
de la inactividad. Es posible aprovechar
este conocimiento por ejemplo mante­
niendo las plantas en un estado de inac­
tividad a través de un almacenado en
frío, —unas púas inactivas para injer­
tar pueden almacenarse hasta que la sa­
via comience a ascender dentro del ri­
zoma y los arbustos pueden almacenarse
de la misma manera, si fuera necesario,
hasta que el suelo esté lo bastante tibio
como para plantar.
En el caso de bulbos cultivados en
tiestos y azaleas de floración invernal,
por ejemplo, se puede interrumpir la
inactividad y provocar una floración
temprana si se las coloca en un inver­
nadero tibio.
Heladas
Las heladas son un gran peligro para la
jardinería y se las considera más crucia­
les que la temperatura mínima prome­
dio de la zona. Una helada severa ines­
perada tiene implicaciones serias;
incluso las plantas resistentes pueden ser
vulnerables a temperaturas inusualmente
bajas, en especial después de producir
desarrollos nuevos en primavera.
la s heladas acontecen cuando la tem­
peratura cae bajo cero de una manera
consistente y adopta varias formas: en
una helada blanca, se forman cristales
de hielo a partir de agua condensada de
una atmósfera húmeda; las heladas ne­
gras ocurren con más frecuencia en una
atmósfera seca y enegrecen las hojas y
tallos de las plantas. Las heladas terre­
nas ocurren cuando la temperatura del
E l e m e n t o s
B olsa s de H eladas
Ya que el aire frío
desciende, las heladas
siempre se acumularan
en el punto más bajo
alcanzable, formando
una «bolsa de heladas»
de aire. Por tanto, los
valles y las depresiones
del suelo son más
susceptibles a las bolsas
de heladas y las plantas
cercanas sufrirán. Las
heladas también se
acumulan detrás de setos
muy densos y otros
obstáculos sólidos, como
paredes y verjas, con el
mismo efecto.
suelo cae bajo cero; la profundidad de
la penetración de las heladas terrenas de­
pende de su intensidad y duración. Las
noches claras y tranquilas, cuando el aire
frío se acumula encima del nivel del sue­
lo, son particularmente peligrosas. Los
que corren mayores riesgos son los ár­
boles, arbustos y trepadoras cuyos teji­
dos leñosos no han madurado (no se
han endurecido) bien, generalmente a
causa de falta de sol y calor en otoño.
El riesgo de las heladas primaverales
en cualquier zona determina la fecha
después de la cual se pueden plantar fue­
ra o sembrar las plantas no resistentes,
como crisantemos, judías, tomates, da­
lias y plantas de macizo semiresistentes,
y el comienzo de las heladas de otoño
determina el final de su estación de de­
sarrollo. Si pretende conservarlas de un
año a otro, debe colocar las plantas no
resistentes en el interior o proporcionar­
les una protección adecuada (véase P r o ­
t e c c ió n c o n t r a H e l a d a s y V ie n t o ,
pp. 520-521).
Bolsas de heladas y daños por heladas
En los lugares donde un aire denso y frío
fluye hacia abajo, tienden a acumular­
se bolsas de heladas y quedar atrapadas;
por lo tanto, cualquier valle o hueco es
una bolsa de heladas en potencia. Se
acumula aire frío en el hueco, aumen­
tando la zona de daños potenciales al
subir por las laderas inclinadas del valle.
Las barreras densas formadas por ár­
boles establecidos o setos a lo largo de
laderas pueden obstruir el paso del aire
frío a lo largo de la ladera, pero delan­
te de ellos se formarán bolsas de hela­
das. El problema puede evitarse entre­
sacando o eliminando los árboles o setos
para permitir el paso del aire frío.
Cuando el suelo se congela, ya no hay
agua disponible para las raíces de las
plantas. Los árboles de raíces profundas
no se ven afectados por heladas severas,
ya que sus raíces penetran más allá de
C l i m á t i c o s
la línea de heladas, pero las plantas de
raíces menos profundas, como los pe­
queños arbustos siempreverdes, podrían
no ser capaces de reponer la humedad
perdida a través de la transpiración con­
tinuada. Las heladas terrenas severas
también causan que las plantas recién
plantadas o de raíces poco profundas se
levanten o «eleven» fuera del suelo; debe
afirmarlas nuevamente con cuidado ape­
nas comience el deshielo.
Se puede reducir los riesgos de daños
por heladas en el caso de plantas que se
conservan en el exterior. Para detalles
completos, véase P r o t e c c ió n c o n t r a
H e l a d a s y V ie n t o , pp. 520-521.
Heladas y deshielos
Las heladas en sí mismas no siempre
ocasionan grandes daños a las plantas,
pero heladas y deshielos alternados sí.
La savia helada de las células se expan­
de con el deshielo, destruyendo las pa­
redes celulares de las plantas y matan­
do plantas no resistentes. Las flores,
brotes, vástagos y hojas de las plantas
más resistentes también pueden dañar­
se al comenzar el deshielo y a veces in­
cluso las raíces resultan dañadas. En ca­
sos de heladas severas, la corteza de
algunas plantas leñosas puede partirse.
Las heladas severas repetidas, segui­
das por deshielos rápidos y el anegado
del suelo subsiguiente ocasionan el ma­
yor daño a las raíces. Las heladas tardías
en primavera son particularmente dañi­
nas para el desarrollo superior nuevo,
ocasionando un cncgrccimiento de las
hojas y daños a brotes nuevos y flores.
Duración de las heladas
La duración de las heladas también está
relacionada con la cantidad de los da­
ños ocasionados: una temperatura de
menos de 3o C durante un cuarto de
hora no causaría daños, mientras que la
misma temperatura mantenida durante
tres horas podría tener como resultado
unas pérdidas substanciales.
 E l e m e n t o s C l i m á t i c o s

E f e c t o s d e l a N ie v e
D años ca u sad os po r

Temperatura y precipitaciones la N ie v e
El considerable peso
de ¡a nieve espesa
Este mapa muestra las temperaturas medias míni­ puede partir setos o
mas invernales y también las precipitaciones medias arbustos siempreverdes
anuales de Europa. Las zonas de más precipitacio­ si se la deja asentar
demasiado tiempo. Seto A rqueado
nes están en los lugares en que vientos cargados de Configure un
humedad chocan contra cadenas montañosas; a Elimine la nieve de
grandes alturas, los vientos se enfrían y dejan caer estas plantas lo antes seto para evitar
la humedad en forma de lluvia. Tanto la altura como posible. que la nieve se
la latitud tienen un efecto claro sobre la temperatu­ deposite sobre él.
ra; en zonas montañosas, como en los Pirineos o Heladas como ayudas al cultivo
los Alpes, la precipitación a menudo cae en forma A pesar del peligro para las plantas, las
de nieve. El interior del continente soporta tempe­ heíadas a veces pueden proporcionar be­
raturas invernales muy bajas, comparadas con las neficios al cultivo. Por ejemplo, el agua
zonas marítimas más ecuánimes, cuyos climas es­ del suelo se expande al congelarse, rom­
tán influidos por el efecto entibiador de los océanos. piendo los terrones en partículas de tie­
En estas zonas, las aguas circundantes también ase­ rra mucho más pequeñas; esto resulta N ie v e P r o t e c t o r a
guran precipitaciones más intensas a lo largo del año. muy útil para suelos de arcilla, que de Un manto de nieve protege las plantas
T e m p e r a t u r a M ín im a P r e c ip it a c ió n
otro modo podrían ser incultivables.. de altura de temperaturas bajo cero.
m e d ia I n v e r n a l M e d ia A n u a l
Las temperaturas terrenas bajas también
reduce el número de algunas plagas que traen del suelo por los pelos de las raí­
o r °F viven en el suelo. ces de las plantas. Para un desarrollo óp­
timo, las plantas requieren una existen­
Nieve
4 a 6 39 a 43
O A 25 cia regular de agua. Sin embargo, las
a A4 36 A 39 precipitaciones son variables, tanto en
Cuando la temperatura atmosférica des­ regularidad como en cantidad.
ciende (pero no cae por debajo de los
Anegado
0 A 2 32 A 36
J 5 A 5°
0o C), gotitas de agua se congelan en
-2 A 0 nubes o lluvia y pueden caer en forma En terrenos mal drenados, una acumu­
lación de agua conduce al anegado. La
28 A 32

de nieve.
Durante el deshielo, las nevadas apor­ mayoría de plantas es capaz de sobrevi­
vir a un chaparrón intenso ocasional,
-5 A -2 23 A 28

tan existencias útiles de agua y a menu­

50 A 75

do proporcionan un valioso aislamien­ pero en los casos en que el anegado se

prolonga, las raíces pueden morir por
-IO A -5 14 A 23

to para las plantas; un manto de nieve

evita que la temperatura del suelo des­ asfixia, salvo en el caso de plantas es­
pecialmente adaptadas, como las acuá­
-15 A -1 0 5 a 14 75 a 1 30 a 40

cienda más allá de los 0o C, aunque la

temperatura del aire pueda descender ticas marginales, cipreses de pantano
-2 0 A -15 -4 a 5

más allá de este punto. Una nevada se­ (Taxodium distichum) y los sauces (Sa­
) a 150 40 a 60 vera, seguida de heladas intensas, pue­ la). En los emplazamientos permanen­
temente anegados, la mayoría de las
-2 5 A -20 -1 3 A -4

de dañar los vástagos y las ramas. Eli­

mine las capas espesas de nieve de las plantas no se establecerán, salvo que se
-3 0 A -25 -2 2 A -13

plantas vulnerables en la medida de lo mejore el drenaje (véase S u e l o s y F e r ­

t il iz a n t e s , p. 529).
60 A 96

-3 5 a -3 0 -3 1 A -22 posible.
--
Precipitaciones
El agua es el elemento principal de la
savia de las células y es vital para la foto­
síntesis: el complejo sistema por el que el
dióxido de carbono y el agua se convier­
ten en tejidos vivos de las plantas. La fo­
tosíntesis también es fundamental para
la transpiración, por medio de la cual la
planta permanece turgente y los nutrien­
tes son transportados a través de ella. La
respiración, germinación de semillas y
el desarrollo subsiguiente de raíces, vás­
tagos, hojas, flores y frutos también de­
penden de buenas existencias de agua.
Para las plantas cultivadas en el exte­
rior, la lluvia es la principal fuente de
agua. Se pierde una gran parte de las
precipitaciones a través de la evapora­
ción y el drenaje, pero la humedad que
se acumula en el suelo es absorbida por
partículas de tierra o queda en forma de
película delgada alrededor de éstas. El
agua y los nutrientes esenciales, que se
absorben como solución, después se ex-
Sequía
El desarrollo de las plantas se ve restrin­
gido con más frecuencia por demasia­
da poca agua disponible que por un ex­
ceso. Las sequías durante el verano,
cuando las temperaturas y la luz deis sol
alcanzan sus niveles máximos, son un
problema habitual. La primera señal ex­
terna de la sequñia es el marchitamien­
to; las funciones de la planta se hacen
más lentas hasta que haya más agua dis­
ponible y la pérdida de agua a través de
¡a transpiración se reduce por medio de
la oclusión parcial de las estomas en la
superficie de las hojas.
Las plantas originarias de regiones de
bajas precipitaciones a menudo dispo­
nen de adaptaciones especiales, como
hojas velludas, pegajosas, lustrosas, pin­
chudas, estrechas o carnosas que ayu­
dan a reducir la pérdida de agua a tra­
vés de la transpiración. Los cactus y
otras suculentas, que tienen tejido con­
servador de agua en sus hojas, tallos o
raíces, pueden sobrevivir a períodos ex­
tensos de sequía.
S o m bra de L lu v ia
El terreno a sotavento de una pared
o verja sólida (véase zona
sombreada, arriba) recibe menos
lluvia que el terreno a barlovento, ya
que la pared o verja genera una
zona de sombra de lluvia.
El suelo
En zonas de precipitaciones bajas, exis­
ten varias técnicas para aumentar la can­
tidad de agua disponible para las plan­
tas, como la eliminación de malezas
(véase pp. 573-577), aplicación de un
«mulch» y aumentar el contenido de tie­
rra negra incorporando materia orgánica
(véase S u e l o s y F e r t il iz a n t e s , «Mul-
ches», p. 532 y «Uso de aditivos para
el suelo», p. 527). Además, las plantas
aprovechan más las precipitaciones si se
las cultiva en una situación abierta, ale­
jadas de edificios, verjas y árboles, que
producen zonas de sombra.
Las lluvias torrenciales pueden dañar
la estructura del suelo, pero los peores
efectos pueden evitarse cultivando en te­
rrenos bien drenados. Donde sea impo­
sible, el drenaje puede mejorarse exca­
vando a fondo o instalando ayudas al
drenaje artificiales (véase S u e l o s y F e r ­
t il iz a n t e s , «Cavado doble», p. 526 e
«Instalación de desagües», p. 529).
Humedad
Los niveles de humedad se determinan
por la cantidad o proporción de vapor
de agua en la atmósfera y el contenido
de humedad del suelo.
El punto en el que el aire se satura va­
ría según el sol, la temperatura y el vien­
to. En general, uno se refiere a la hu-
l y S o m bra
\ La sombra proyectada sobre un
Sombra proyectada
medad atmosférica como humedad «re­
lativa», que es la cantidad de vapor de
agua presente en el aire expresada como
porcentaje del punto de saturación.
Efectos de la humedad
En las zonas de precipitaciones elevadas,
la humedad atmosférica es alta. Algu­
nas plantas prosperan en condiciones
muy húmedas, por ejemplo los helechos
y musgos. Si fuera necesario, se puede
aumentar la humedad humedeciendo el
suelo alrededor de las plantas (véase I n ­
v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s , «Humidifi-
cadores», p. 484). Esto también resulta
muy valioso al propagar plantas, a fin
de reducir la pérdida de agua por trans­
piración.
Sin embargo, una humedad relativa
alta puede tener efectos negativos: las
enfermedades fúngicas —por ejemplo el
moho gris, prosperan el las condiciones
creadas por la alta humedad.
Luz solar
La luz solar aporta energía radiante para
elevar la temperatura y humedad del
suelo y del aire, y ocupa un papel prin­
cipal en la estimulación del desarrollo
de las plantas.
En la mayoría de plantas, la luz so­
lar y las temperaturas altas consiguien­
tes estimulan el máximo desarrollo de
crecimientos nuevos, flores y frutos. Un
verano soleado también ayuda a que las
plantas aumenten mucho su capacidad
de almacenar alimentos y a afirmar el
tejido protector, lo que significa que se
produce material para propagar de me­
jor calidad.
Extensión del día
La duración de la luz diurna durante un
período dado de 24 horas (extensión del
día) está determinada por la latitud y la
estación y afecta la floración y frutación
de algunas plantas, como las fresas, Ka-
lanchoe y crisantemos. Los días «cor­
tos» tienen menos de 12 horas de luz
diurna, mientras que los «largos» tienen
más de 12. Por medio de la iluminación
artificial o eliminando la luz natural, es
posible manipular los momentos de flo­
ración de las plantas sensibles a la ex­
jardín por edificios y verjas, además
de árboles y arbustos grandes,
cambia según ¡a inclinación del sol,
que varía según las estaciones.
Sombra proyectada
en invierno
T u r b u l e n c ia c a u s a d a p o r el
Las zonas expuestas en
terrenos inclinados pueden
sufrir daños severos a causa
de! viento. Las ráfagas de
aire que encuentran resistencia
ofrecida por el terreno son
desviadas hacia los lados
y por encima de la
colina, al tiempo
que aumenta
su intensidad.
E m budo de V ie n t o
tensión del día, si fuera necesario, para
exhibiciones o «shows» de flores. La
germinación y el desarrollo de planto­
nes se adelantan con los mismos méto­
dos (véase I n v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s ,
«Lámparas de desarrollo», p. 485).
Respuesta de las plantas a la luz solar
Las plantas siempre crecen en dirección
a la luz solar: un arbusto situado cerca
de una pared, por ejemplo, desarrolla­
rá más vástagos y follaje del lado más
alejado de la pared. Del mismo modo,
las plantas sujetas a una iluminación lo­
calizada o pobre, se estiran o blanquean
al intentar alcanzar la luz. En algunas
plantas, la intensidad de la luz dicta el
momento de apertura de las flores: por
ejemplo, Ornithogalum umhellatum
sólo abre sus flores en buenas condicio­
nes lumínicas.
Sol o sombra
La mayoría de plantas frondosas requie­
ren la máxima cantidad de luz para lo­
grar un desarrollo óptimo. Algunas
plantas de jardín prosperan en la luz so­
lar directa, mientras que otras no la to­
leran. Todas las plantas semiresistentes,
la mayoría de frutos y hortalizas, las ro­
sas y las plantas de origen mediterráneo
prosperan en la luz solar directa. Por
otra parte, muchos rododendros prefie­
ren algo de sombra, mientras que las hie­
dras (Hederá) y las hierbas doncella
(Vinca) tienden a prosperar en zonas
muy sombreadas.
Luz solar excesiva
La luz solar intensa puede abrasar las
flores y hojas de las plantas, en especial
si han sido regadas recientemente. Tam­
bién puede partir los frutos o las corte­
zas de arbustos y árboles. Para evitar que
V ie n t o
Un embudo ventoso
generado entre edificios
y árboles puede
ocasionar grandes daños
a plantas en su
recorrido, ya que el aire
pasa a través del canal
estrecho a gran
velocidad. Si cultivar en
dicha zona es inevitable,
construya un
rompevientos para
proteger las plantas.
estos problemas ocurran, elija siempre
un emplazamiento adecuado al plantar
y proporcione sombra artificial para
plantas vulnerables en verano, muy es­
pecialmente en invernaderos y cajone­
ras (véase I n v e r n a d e r o s y C a jo n e r a s ,
«Sombreado», p. 484).
Viento
El viento daña las plantas y su medio
ambiente con frecuencia, pero también
ofrece algunos beneficios: juega un pa­
pel importante en la dispersión del po­
len y de las semillas y también puede ser­
vir para refrescar las plantas, a
condición de que tengan el agua sufi­
ciente como para evitar resecarse. Ade­
más, los vientos suaves evitan la crea-'
ción de atmósferas estancadas y
desalientan enfermedades de plantas que
de otro modo podrían prosperar.
El viento puede desalentar la presen­
cia de insectos benéficos y dificultar el
control de plagas, enfermedades y ma­
lezas: el rociado es peligroso en condi­
ciones ventosas porque el rocío flota
acercándose a otras piantas. Sin embar­
go, muchos problemas más serios son
causados por el viento, aunque existen
varios modos de proteger las plantas.
Daños causados por vientos
Si las plantas leñosas están constante­
mente expuestas a vientos fuertes, su de­
sarrollo superior se desequilibra, confi­
riéndoles un aspecto unilateral. Los
extremos expuestos de los vástagos tam­
bién son propensos a sufrir daños o a
ser «abrasados». Los árboles que crecen
en colinas y en emplazamientos coste­
ros expuestos son un ejemplo.

Vientos fuertes y ventarrones
Cuanto más alta sea la velocidad del
viento, más daños ocasiona. En vientos
fuertes, los vástagos y los tallos de las
plantas pueden romperse y, durante ven­
tarrones, los árboles pueden resultar
arrancados o su sistema de raíces que­
dar seriamente debilitado. Los vientos
fuertes también pueden causar daños a
invernaderos, verjas y otras estructuras
del jardín. En suelos arenosos o de tur­
ba, el viento puede ocasionar la erosión.
Abrasado y daños causados por heladas
Los vientos fuertes junto a temperatu­
ras elevadas aumentan la tasa de evapo­
ración del agua de las plantas, condu­
ciendo al resccamiento de las hojas y
vástagos. Incluso los vientos moderados
tienen efectos negativos y podrían im­
pedir que las plantas alcancen el máxi­
mo potencial de desarrollo. En el caso
de temperaturas bajas y viento continuo,
las plantas sufrirán daños ocasionados
por las heladas (véase p. 515).
Efectos de la topografía
La severidad del viento depende en gran
medida de la topografía. Los emplaza­
mientos costeros a menudo carecen de
protección natural contra los vientos
Microclima
Las diferencias topográficas a menudo
significan que el clima local puede va­
riar respecto al de una zona climática.
Un emplazamiento dentro de un hueco
o depresión natural puede ser relativa­
mente tibio si está protegido del viento;
por otra parte, si el hueco está sombrea­
do será bastante fresco. Las precipita­
ciones pueden ser menores en jardines
situados a sotavento con respecto a un
terreno elevado, que otros de la misma
localidad pero situados a barlovento.
El jardín y sus plantas también adap­
tan el clima local e introducen elemen­
tos que dan lugar a un microclima es­
pecífico del jardín; éste puede ser
bastante diferente del de la zona cir­
cundante.
Aprovechamiento del
microclima
Para alterar el microclima de un jardín,
el jardinero puede adaptar ciertos ele­
mentos con facilidad para proporcionar
condiciones específicas. Por ejemplo, el
suelo en macizos en relieve o inclinados
orientados hacia el sol se calentará con
rapidez en primavera, generando condi­
ciones ideales para cultivos tempranos
de flores. Si el suelo tiene un buen dre­
naje, se puede utilizar la misma zona
para plantas que prefieren condiciones
secas. Las verjas y muros orientados al
sur son sitios excelentes para cultivar tre­
padoras no resistentes, arbustos de muro
cargados de sal provenientes del mar.
Los emplazamientos en las cimas de co­
linas pueden estar igualmente expuestos,
porque el viento sopla por encima y al­
rededor de la colina, ocasionando una
turbulencia adicional.
Los embudos de viento se generan por
la canalización del aire entre caras de co­
linas y a lo largo de valles, a través de
pasillos de árboles establecidos o entre
edificios adyacentes. Como resultado, el
viento y la velocidad se refuerzan con­
siderablemente, de manera que evite
plantar en estas zonas. Los rompevien-
tos son un sistema eficaz para proteger
contra el viento. Pueden ser tanto arti­
ficiales, como verjas o mamparas, o na­
turales, como setos de árboles o ar­
bustos.
Funcionamiento de un rompcvicntos
Sea cual fuere el tipo de rompevientos
utilizado, debe ser permeable en un
50 %. Las barreras sólidas desvían el
viento hacia arriba, produciendo una
zona de baja presión directamente de­
trás de ellos, lo que absorbe el aire ha­
cia abajo, creando una turbulencia adi­
cional. Las verjas o mamparas deben
tener hasta 4 m de altura para propor­
cionar la máxima protección como lími-
y frutales guiados, ya que estarán al sol
la mayor parte del día; también absor­
ben una gran cantidad de calor, que des­
pués se transmite a las plantas, lo que
mejora la floración y frutación.
Protección contra el viento
Una hilera de árboles o una verja ofre­
ce una zona protegida para plantas que
de otro modo podrían sufrir daños por
el viento. Las condiciones de desarrollo
a cada lado de un rompevientos de esta
naturaleza serán diferentes: el suelo cer­
ca de un seto o verja a sotavento rara­
E l M ic r o c l im a d e l J a r d ín
Incluso en los jardines
más pequeños existen
diversos microclimas
de cultivo diferentes en
potencia. Los
elementos naturales
Los árboles actúan
como rompevientos
generan sus propias natural. __________
zonas microclimáticas
y los elementos del
jardín pueden
aprovecharse o
manipularse en la
medida necesaria, para
proporcionar las
condiciones que
disfrutan las plantas de
regiones diferentes.
Un invernadero proporciona
un ambiente adecuado para
muchas plantas no resistentes.
R o m p e v ie n t o s
Sitúe los rompevientos
a distancias equivalentes
a 10 veces su
S e r ie s d e R o m p e v ie n t o s
Construya varias verjas o setos
semipermeables a lo largo de una
superficie amplia y plana para
romper la fuerza del viento.
te del jardín, pero pueden medir sólo 0,5
m para plantas de desarrollo bajo, como
fresas y hortalizas. Para obtener los ma­
yores beneficios por encima de una su­
perficie amplia, debe colocar rompe-
vientos a intervalos regulares, aproxima­
damente iguales a 10 veces su altura.
mente recibirá lluvias y también quedará
excluido del efecto entibiador del sol.
Zonas sombreadas
Las zonas de sombra en el jardín deba­
jo de copas de árboles, setos o arbustos
grandes reciben la misma iluminación
que en un bosque natural y son aptas
para plantas que disfrutan de un medio
ambiente como éste. Si requiere una
sombra más pronunciada, se pueden
cultivar plantas contra muros orienta­
dos al norte, aunque estos emplazamien­
tos pueden ser más fríos.
Evite plantar en áreas
de turbulencia causada
Los macizos en relieve por
ofrecen buenas
condiciones de drenaje.
M i c r o c l i m a
R e d u c c ió n d e i .a V e l o c id a d d e l
V ie n t o
Un rompevientos debe ser
semipermeable. El aire sigue
atravesándolo, pero a menos velocidad.
R o m p e v ie n t o s I m p e r m e a b l e
Un rompevientos sólido es ineficaz.
El aire es forzado hacia arriba y
después impulsado hacia abajo,
creando una corriente hacia abajo.
Un jardín de pantano
Los márgenes de un estanque o arroyo,
o una parte baja del jardín, pueden uti­
lizarse para crear las condiciones pan­
tanosas en las que prosperan las plan­
tas amantes de la humedad.
Invernaderos y cajoneras
Si emplea invernaderos, cajoneras y
campanas, tendrá un control completo
sobre los elementos, lo que permite ge­
nerar una variedad de microclimas en un
espacio pequeño (véase I n v e r n a d e r o s
y C a jo n e r a s , pp. 474-491).
márgenes
del estanque
pueden plantarse
con plantas
de pantano.
Una terraza soleada
es adecuada para plantas no
resistentes y amantes del sol.
Las plantas acuáticas
prosperan en un estanque.
Protección contra heladas y viento
e l e c c io n e plantas que prospera­ severos, ofrecerles protección contra ceptibles a las heladas que las especies Medidas preventivas
S rán en una zona climática dada en viento y heladas constituye una precau­
lugar de intentar cambiar las condicio­ción razonable. Una protección eficiente
nes de desarrollo. Si intenta cultivarcontra el viento permite al jardinero cul­
de floración tardía. También necesitan
protección contra vientos fuertes, que
pueden quebrar los tallos de plantas le­
Los jardineros podrán tomar precaucio­
nes para evitar los peores efectos de las
plantas no resistentes en un clima muy tivar una amplia gama de plantas y re­ ñosas y dañar las frágiles; los vientos heladas: no plante en bolsas de heladas
frío, es casi seguro que se desilusiona­ sulta especialmente útil en el caso de también pueden llevar rocíos cargados y elija emplazamientos protegidos
rá. En el caso de especies que normal­ plantas grandes que no se pueden llevar de sal desde caminos cercanos o el mar, (como delante de una pared tibia o en
mente prosperan en un cierto emplaza­ a cubierto con facilidad y para plantas ocasionando que el follaje se vuelva una ladera soleada) para plantas suscep­
miento pero sufren durante inviernos y árboles de floración precoz, más sus­ marrón. tibles. Por ejemplo, las trepadoras no re-
P r o t e c c ió n de Á r b o les pequeños y A r b u st o s
A is l a m ie n t o d e T ir a s d e
H e l e c h o s o P a ja A r p il l e r ia
Sujete las ramas, Sujete las ramas
después rodee al u hojas de la
árbol con malla corona, después
metálica f ijada a tres envuelva el
cañas, en un árbol con tiras
semicírculo a 30 cm de arpillera,
del árbol. Introduzca rodeándolo y
helechos en el hueco sujetando las
y fije la malla a una tiras con cordel
cuarta estaca. Cubra o hilo. Proteja
el extremo con más la base del
paja. Fije una lámina B a r r e r a d e P a ja
Introduzca una capa espesa de paja tronco con paja
de plástico a la o helechos.
malla. entre dos capas de malla de alambre.
Rodee la planta, llenando los huecos
que queden con más paja y sujete.
C u b r ir u n a P a ja y M a lla s
estru ctu ra con pa ra P lantas
M a lla G u ia d a s c o n t r a
Cuando florecen los una P ared
árboles frutales Proteja un árbol
guiados sobre un o arbusto
muro, proteja contra creciendo contra
heladas durante la una verja o muro
noche con tejido de con paja o
malla de nylon, helechos entre las
desenrollado hacia ramas. Fije las
abajo para cubrir el mallas en la parte
A b r ig o d e A r p il l e r a y P a ja
árbol y alejado de inferior y
Introduzca paja alrededor de las éste por cañas. superior de la
ramas del arbusto empezando por verja. Añada
abajo. Envuelva con arpillera sin paja entre la
apretar y sujete con cordel. malla y la planta
hasta cubrirla.

I n t r o d u c c ió n de R o sa les en Z a n ja s

A m o n t o n a m ik n t o d e T ie r r a
Proleja la unión del injerto de
rosas de arbusto del frío excesivo
amontonando tierra encima de la
corona hasta 12 cm de
profundidad.
2
Afloje el cepellón y excave una
zanja lo bastante larga como
para albergar la altura del rosal
tendido de lado y a 30 cm más de
profundidad que el ancho del arbusto.
Revista la zanja con una capa
de 10 cm de paja y tienda el
arbusto. Introduzca paja encima y
alrededor de los vástagos.
Clave estacas y sujete hilos
3arbusto
entre éstas para mantener el
horizontal. Rellene
apilando tierra hasta cubrir el
arbusto con 30 cm de tierra.
sistemes pueden cultivarse contra la pa­
red de una casa (que será más cálida que
una del jardín) o en contenedores fácil­
mente trasladables a una situación pro­
tegida. Los plantones, bulbos veranie­
gos y tubérculos sólo deben plantarse
fuera cuando haya pasado todo el peli­
gro de las heladas primaverales y no
debe alimentar rosales y otros arbustos
a fines de la estación, ya que ésto esti­
mulará el desarrollo de crecimiento nue­
vo y blando que entonces podrá sufrir
daños ocasionados por las heladas de
otoño. Si deja que las plantas herbáceas
se extingan naturalmente, significará que
el follaje y los tallos protegerán la co­
rona en invierno, mientras que un
«mulch» profundo de materia orgáni­
ca descomponiéndose con lentitud pro­
porciona una protección útil para las raí­
ces de todas las plantas. Examine las
plantas durante el invierno con regula­
ridad, afirmando todas las que hayan
sido levantadas por encima del suelo por
las heladas.
Protección contra heladas
La meta de la protección contra heladas
es aislar las plantas de las condiciones
de heladas y deshielos extremas, man­
teniendo una temperatura constante.
Aislamiento
Si envuelve las plantas en arpillera, al­
fombras o papel de diario doble, prote­
gerá el desarrollo superior eficazmente
contra daños. Todo el aire tibio que es­
cape del suelo queda atrapado debajo
del cubrimiento y actuará como una
capa aislante. La arpillera ayuda a re­
tardar el proceso de calentamiento cau­
sado por el deshielo y mantiene la planta
inactiva a lo largo de cualquier período
invernal tibio. La paja o helechos que
envuelven la planta debajo de la arpi­
llera proporciona un aislamiento adicio­
nal y es apta para árboles y arbustos co­
rrectamente guiados, trepadoras, pata­
A b r ig o s pa ra P roteger contra
C am pana
Proteja plantones, plantas no
resistentes herbáceas o arbustos
jóvenes con una campana. Cubra
los extremos abiertos con cristal o
plástico para evitar que el viento
la atraviese.
tas, fresas y pequeños arbustos y árbo­
les frutales. Una vez que las temperatu­
ras asciendan por encima de 0o C, este
cubrimiento puede retirarse. Debe sepa­
rar las plantas guiadas sobre muros de
sus soportes dentro de lo posible y debe
juntar los tallos antes de envolverlas.
Los arbustos y árboles pequeños cul­
tivados en zonas cuyas temperaturas son
más bajas que su resistencia invernal
pueden protegerse construyendo una
jaula de malla de alambre floja a su al­
rededor y rellenándola con hojas secas
y paja. Si envuelve la jaula con una lá­
mina de plástico, ésta mantendrá seca
la capa aislante. También puede colocar
la paja alrededor de los tallos y por de­
trás antes de cubrir.
Amontonado con «mulch» o (ierra
En el caso de plantas perennes que se
extinguen hasta dejar una corona inac­
tiva, cubra la corona con un «mulch»
o algunas paladas de hojas y mantenga
en su sitio por medio de helechos o ra­
mas de siempreverdes podadas. Es po­
sible proteger los rosales y otras plan­
tas leñosas am ontonando tierra
alrededor de la base o tendiéndolas en
una zanja. En regiones muy frías, el
montón de tierra debe cubrirse con una
capa de paja. Se pueden proteger las
hortalizas de raíz contra heladas del mis­
mo modo y luego podrán cosecharse in­
cluso durante períodos de heladas.
Campanas
Si sólo requieren protección algunas
plantas individuales, la mejor solución
es utilizar una campana, que actúa al
igual que un invernadero en miniatura,
calentando el suelo y manteniendo una
temperatura uniforme. Los vástagos
emergentes de plantas sensibles a las he­
ladas, como los espárragos, pueden pro­
tegerse con cualquier contenedor hoga­
reño: un cubo viejo, un tiesto grande o
una caja de cartón sólida llevarán a cabo
la faena adecuadamente. Existen cam­
panas de plástico transparente especial­
H eladas y N ie v e
P o l it ú n e i . B a jo
Proteja las plantas de bajo
desarrollo con un politúnei tendido
encima de aros de alambre. Se podrá
levantar el polietileno a cada lado
para ventilar durante el día.
R o m p e v ie n t o s
M a lla D o b l e
Proteja plantas de tallos frágiles contra el
viento con malla doble flexible sostenida
por cañas clavadas en el suelo.
V a l l a s T e jid a s
Coloque vallas
tejidas a intervalos
entre las plantas,
situándolas
en ángulo con
respecto al
viento,
para desviar
las ráfagas
fuertes.
mente diseñadas, disponibles comercial­
mente. Se puede proporcionar una pro­
tección más permanente con campanas
de cristal, paneles de polietilcno, poli-
túneles o cajoneras frías (véase I n v e r ­
n a d e r o s y C a jo n e r a s , pp. 474-491).
Protección contra el viento
La meta de la protección contra el viento
es reducir su velocidad antes de que al­
cance cualquier planta, reduciendo el
daño físico a ramas y tallos y evitando
una mayor pérdida de agua de este
modo. Muchas plantas no resistentes
aumentan sus posibilidades de sobrevi­
vir si están plantadas a sotavento de un
P a p e l d e p e r ió d ic o
Proteja el desarrollo nuevo de
patatas y otros cultivos no resistentes
contra las heladas nocturnas
cubriendo con papel de periódico,
enterradas a los lados para
mantenerlas en posición.
R o m p e v ie n t o s
P atentados
Proteja las plantas con
rompevientos patentados
fijados a estacas sólidas.
buen seto. Un seto de 1,5 m reducirá la
velocidad del viento en un 50 % para
plantas dentro de los 7,5 m de distan­
cia del seto (véase S e t o s y M a m p a r a s ,
pp. 60-62). La resistencia al viento de las
diferentes especies de árboles y arbus­
tos varía mucho. Las más tolerantes son
las de hojas pequeñas, gruesas, pinchu­
das o cerosas, como x Cupressocyparis
leylandii, Escallonia y acebos (Ilex). En­
tre los árboles caducos, los alisos (Al-
nus), serbales (Sorbus aucuparia), sau­
ces (Salix), saúco común (Sambucus
nigra) y espinos (Crataegus monogyna)
son muy resistentes al viento. Mientras
crece el seto, se pueden utilizar rompe-
vientos hechos de cañas y mallas, o tam­
bién rompevientos patentados.
E s t r u c t u r a c o n t r a N ie v e
Utilice paneles de contrachapado,
sostenidos por un puntal de
madera para proteger arbustos,
como algunos tipos de enebro
(Juniperus), contra nevadas.
 5
y Su e l o s
F er tiliza n tes
os s u e lo s s o n materiales muy complejos y dinámicos, está anegado y mejorar su estructura y su capacidad para conser­
L compuestos por partículas minúsculas de rocas de dife­
rentes tipos y material orgánico acumulado, conocido como
humus, además de vida animal y vegetal hasta niveles directamente
microscópicos. Para el buen desarrollo de las plantas, un suelo
var agua incorporando materia orgánica, por ejemplo tierra de
jardín o estiércol descompuesto. Se pueden agregar nutrientes su­
plementarios al suelo por medio de fertilizantes y es posible agre­
gar cal para hacer más alcalinos los suelos ácidos. Los «mulch»
sano es imprescindible: sostiene las plantas físicamente y les pro­ y los revestimientos mejoran el desarrollo de las plantas, evitan­
porciona agua, aire y una gama de nutrientes minerales. Si el sue­ do que las semillas de malezas germinen y reduciendo la pérdida
lo de su jardín no parece el ideal a primera vista, existe una gama de agua del suelo; algunos también poseen funciones ornamenta­
de soluciones posibles: cualquier suelo puede mejorarse con algo les. Para plantas cultivadas en contenedores existe una amplia
de tiempo y esfuerzo. Por ejemplo, es posible drenar el suelo si gama de abonos para tiestos disponibles y adecuados a cada una.

El suelo y su estructura
La mayoría de suelos se clasifican a tra­
vés de su contenido en arcilla, cieno y
arena. El tamaño y la proporción de es­
Características del suelo
tas partículas minerales afectan el com­ Los suelos de arcilla tienen más de un
portamiento físico y químico del suelo. 25 % de partículas de arcilla y son ca­
Las partículas de arcilla tienen un diá­ racterísticamente húmedos y pegajo­
metro menor a 0,002 mm; las de cieno sos. Los suelos que contienen menos
son hasta 25 veces más grandes que la del 8 % de arcilla se clasifican como
mayor partícula de arcilla y las partícu­ cieno o como suelo arenoso, según si
las de arena pueden ser hasta 1000 ve­ predominan partículas de cieno o de
ces mayores —con diámetros de hasta arena. La turba se forma en los lu­
2 mm. gares en que las condiciones mojadas
y ácidas evitan la descomposición
completa de la materia orgánica, que,
Tipos de suelo por lo tanto, permanece encima o cer­
ca de la superficie del suelo. Sin em­ S u e l o A r e n o s o T urba
Los suelos de tierra negra poseen el equi­ bargo, el suelo gredoso es alcalino y Suelo seco, ligero y de drenaje Rica en materia orgánica, la
librio ideal con respecto al tamaño de de drenaje libre y permite la descom­ libre, fácil de cultivar pero no muy turba es oscura y conservadora de
las partículas minerales, con un porcen­ posición completa del material or­ fértil. humedad.
taje de entre 8 y 25 % de arcilla, cuyo gánico.
resultado es un buen drenaje, buena con­
servación del agua y alta fertilidad.
Los suelos de arcilla son pesados, de
drenaje lento y se calientan lentamente
en primavera, pero a veces son muy fér­
tiles. Sin embargo, se compactan con fa­
cilidad y pueden cocerse hasta volverse
duros en verano.
Tanto los suelos arenosos como los ce­
nagosos tienen baja proporción de par­
tículas de arcilla, y conservan menos el
agua. Los suelos arenosos son muy li­
vianos y de drenaje fácil y requieren una
irrigación y alimentación frecuente; sin A r c il l a G reda C ie n o
embargo, se calientan pronto en prima­ Suelo pesado, de drenaje lento, La greda es pálida, poco profunda El cieno conserva ¡a humedad;
vera y es fácil mejorarlos con materia con un alto valor de nutrición. y pedregosa, de drenaje libre y razonablemente fértil, pero se
orgánica. Los cienos son más conserva- moderadamente fértil. compacta fácilmente.
dores de agua y fértiles que los suelos
arenosos, pero tienden a compactarse.
Los suelos orgánicos o de turba son
húmedos y ácidos pero producen un
buen desarrollo de plantas a condición
de drenarlos, fertilizarlos y aplicarles
cal. Los suelos de greda o piedra caliza
son poco profundos, de drenaje fácil, al­
calinos y moderadamente fértiles.
El perfil del suelo
Los suelos pueden dividirse en tres ca­
pas —u horizontes—: tierra negra, sub­
suelo y una capa derivada de la roca ma­
dre. La tierra negra contiene la mayor
parte de los organismos del suelo y mu­
chos de los nutrientes. Es generalmente
de color oscuro, porque contiene mate­
rial orgánico agregado artificialmente o
naturalmente por la caída de las hojas.
En general, el subsuelo es de color más
claro; si es blanco, la roca madre pro­
bablemente sea greda o piedra caliza. Si
el color entre la tierra negra y el subsuelo
cambia poco, la tierra negra puede es­
tar falta de materia orgánica.
Las malezas y las plantas silvestres
ayudan a identificar el tipo de suelo de
un jardín y sus características, aunque
su presencia sólo sirve de guía. Los abe­
dules (Betula), brezos (Calluna, Daboe-
cia, Erica), dedaleras (Digitalis) y aula­
gas (Ulex europaeus) son todos
indicadores de suelo ácido, al igual que
muchas plantas del jardín, como los ro-
P e r f il e s d e l S u elo
La tierra
negra contiene
materia orgánica
y suele
ser oscura.
El subsuelo
es más
claro y menos
fértil que
la tierra
negra. ----------
El suelo está compuesto por capas
de tierra negra y subsuelo, y una
capa inferior derivada de la roca
subyacente. La profundidad de cada
capa puede variar.
Identificación de su propio suelo
Frote una pequeña cantidad de sue­
lo húmedo entre los dedos. Un suelo
arenoso tendrá un tacto arenisco y no
se pega ni formará una bola, aunque
un mantillo arenoso es ligeramente
más pringoso. El tacto de un suelo de
cieno es sedoso o jabonoso. Un man­
tillo cenagoso puede mostrar huellas
S uelo A ren o so
Tiene un laclo de arenisca al
frotarlo entre los dedos. Las
partículas no se pegan entre sí.
dodendros. Las hayas (Eagus) y los fres­
nos (Fraxinus) indican que el suelo tien­
de a ser alcalino. Las plantas silvestres
también pueden indicar el perfil del sue­
lo: las ortigas y romazas, por ejemplo,
sugieren un suelo rico y fértil alto en
contenido de fósforo, mientras que el
trébol indica un suelo bajo en nitrógeno.
Acidez y alcalinidad
El pH del suelo es una medida de la aci­
dez o alcalinidad: la escala varía entre
1 y 14. Un pH menor que 7 indica un
suelo ácido, mientras que uno de más
de 7 indica uno alcalino. El suelo neu­
tro tiene un pH de 7.
El pH del suelo está generalmente
controlado por su nivel de calcio. El cal­
cio es un elemento alcalino que casi to­
dos los suelos tienden a perder a través
de la lixiviación (lo que significa que el
agua lo arrastra). Los suelos sobre greda
o piedra caliza, ricas en calcio, casi no
se ven afectados; otros suelos, especial­
mente las arenas, tienden a volverse gra­
dualmente más ácidos. Si es necesario, la
alcalinidad se puede aumentar aplicando
cal (véase p. 531) o incorporando material
rico en calcio, como abono para setas.
Se pueden emplear medidores electró-
A n á l is is d e l N iv e l d e l p H
Los equipos para
analizar suelos usan
una solución química
que cambia de color
mezclada con la tierra
en un tubo de ensayo.
Después, el color se
compara con un gráfico
que indica el nivel del
pH de la muestra.
talizas más altas, pero la mayoría de las
ornamentales toleran una amplia gama
de pH. Algunas son más sensibles; las
si lo aprieta con los dedos. Un suelo caldcólas (amantes de la cal) y las cal-
arcilloso se pega bien y puede adop­ cífugas (odian la cal) están adaptadas a
tar la forma de un cilindro al ama­ un pH de gamas extremas y su desarro­
sarlo. Con un suelo de arcilla pesado llo sufre en suelos con un nivel de pH
se puede hacer un cilindro más delga­ incorrecto.
do y éste desarrolla un brillo al alisar­
lo. Todos los suelos de arcilla pare­ Organismos del suelo
cen pegajosos y ligeramente pesados.
Para mantener la fertilidad del suelo al­
gunos organismos del suelo son impres­
cindibles. Las bacterias y hongos bené­
ficos prefieren un suelo aireado y toleran
un pH amplio, aunque la mayoría de
hongos prefieren suelos ácidos. Un gru­
po de hongos (micorrizas) viven asocia­
dos a raíces de plantas y mejoran la ab­
sorción de nutrientes del suelo.
Los pequeños animales del suelo,
como los ácaros, juegan un papel vital
S u e l o A r c il l o s o con respecto al desmenuzamiento de la
El suelo arcilloso es pegajoso si
materia orgánica. Los gusanos y nemá-
está mojado y puede formar una todos microscópicos (angilulas) ayudan
bola que cambia de forma al a controlar las plagas, aunque algunos
oprimirla. son plagas en sí.
Los animales del suelo más grandes,
como los gusanos de tierra, mejoran la
nicos del pH y equipos para examinar estructura del suelo al comer y horadar;
suelos y medir su pH. Examine varias el pasaje de tierra a través del cuerpo del
muestras del jardín, ya que el pH varía gusano de tierra forma migas entre las
con frecuencia; las lecturas son poco fia­ partículas de suelo, aumentando la
bles después de aplicar cal. aireación y mejorando el drenaje.
El efecto del pH
El pH afecta principalmente la solubi­ O r g a n ism o s B e n e f ic io s o s
lidad de los minerales del suelo y, por
E s c a r a b a jo C a b a llo
lo tanto, su disponibilidad respecto a las
plantas. Los suelos ácidos tienden a con­
tener poco fósforo y a veces exceso de
manganeso y aluminio. Los suelos alca­
linos tienden a ser faltos en mangane­
so, boro y fósforo. El pH del suelo afecta
el número y tipo de organismos benéfi­
cos del suelo, además de las plagas y en­
fermedades. Por ejemplo, a los gusanos
les desagradan los suelos ácidos, pero el
moho de raíz deforme, los «chaquetas
de cuero» y las larvas del escarabajo de
resorte son comunes en ellos. En los sue­
los alcalinos, la escara de las patatas se
da con mayor frecuencia.
pH óptimo
La gama de pH para un buen desarro­
llo de las plantas fluctúa entre 5,5 y 7,5.
Un pH de 6,5 es óptimo, dependiendo
de las plantas a cultivar. Sin embargo,
los suelos turbosos tienen un pH ópti­
mo de 5,8. Los suelos neutros son los
que producen los rendimientos de hor-
El suelo sano contiene gran cantidad
de gusanos de tierra y otros organismos,
que ayudan a ventilar el suelo y
descomponen la materia orgánica.
Unos métodos de cultivo del suelo co­
rrectos, comprendiendo el cavado, des­
malezado y agregado de mejoradores del
suelo, son vitales respecto a un buen de­
sarrollo de plantas a largo plazo.
Las malezas compiten con las plan­
tas cultivadas por el espacio, luz, nu­
trientes y agua —de hecho, todo lo esen­
cial. También pueden albergar enferme­
dades de muchos tipos, lo que hace vi­
tal su control o erradicación.
Para cultivar el suelo de diferentes ma­
neras se emplean diversas técnicas de ca­
vado, según la condición del suelo y las
plantas a cultivar. Si la condición del
suelo es pobre, se puede mejorar incor­
porando materia orgánica en el mismo
momento de cavar.
Limpieza de un jardín
sobrecrecido
Las parcelas abandonadas y sobrecreci­
das pueden limpiarse con herramientas
o productos químicos: use el método
más conveniente (véase también P r o b l e ­
m as d e las P l a n t a s , «Control de ma­
lezas», p. 574).
Limpieza mecánica
Recorte la mayor cantidad posible del
desarrollo superior con una cortadora
de hilo de nylón, cortadora de brozas o
guadaña, y retire de la zona. Después,
con una segadora rotativa, corte el de­
sarrollo restante lo más bajo posible, an­
tes de excavar y eliminar toda la vege­
tación del emplazamiento.
Otra opción consiste en usar un cul­
tivador rotativo para remover toda la tie­
rra y cortar las malezas en trozos. Haga
pases sucesivos con el cultivador rota­
tivo para romper la vegetación enmara­
ñada, después recoja con un rastrillo y
retire de la superficie. Sin embargo, la
acción cortadora de los dientes cortará
las raíces o rizomas de las malezas pe­
rennes en trozos que se regeneran con
R o t o c u l t iv o d e l S u e l o
Para el cultivo de
grandes parcelas
de suelo merece la
pena alquilar un
rotocultivador con
motor. Ajuste el
manillar a una altura
cómoda y apriete el
manillar hacia abajo
para que las hojas
del cultivador
penetren
completamente en el
suelo.
rapidez. Por tanto, después de roturar,
es esencial pasar un rastrillo por enci­
ma de la parcela y retirar todas las ma­
lezas restantes a mano.
Limpieza química
Siguiendo las instrucciones del fabrican­
te, rocíe con un herbicida traslocado,
deje que surta efecto y después corte el
desarrollo superior. Si es necesario, vuel­
va a rociar la vegetación donde no lle­
gó el herbicida la primera vez.
Elimine la vegetación muerta o incor­
pore al suelo. La mayoría de jardineros
prefieren preparar todo el emplazamien­
to para plantar, pero los árboles, arbus­
tos y otras ornamentales vigorosas pue­
den plantarse directamente en agujeros
preparados en la vegetación muerta.
En terrenos arenosos, muchos herbi­
cidas son arrastrados por la lixiviación,
de manera que sólo use herbicidas de
contacto, que se descomponen en con­
tado con el suelo. En los huertos orgá­
nicos, donde el uso de productos quí­
micos no es deseable, o si el diseño del
jardín dificulta una aplicación unifor­
me de herbicida, utilice métodos mecá­
nicos u otros métodos de control de las
malezas, como la aplicación de un
«mulch» (véase p. 532) y prácticas or­
gánicas como el sistema de macizos pro­
fundos (véase p. 534).
Control de malezas
En prácticamente todos los jardines, el
suelo está repleto de semillas de male­
zas y fragmentos de raíces de malezas
perennes. Las semillas de malezas llegan
al jardín desde terrenos vecinos a través
del viento y dentro de la tierra el abono
alrededor de las plantas compradas. El
cultivo, por su misma naturaleza, agita
el suelo, y a menudo lleva semillas de
malezas a la superficie, donde pueden
germinar (véase «Técnica del macizo se­
millero rancio», p. 526). El cultivo del
E l im in a c ió n de M a leza s
Uso d e H e r b ic id a
Un emplazamiento abandonado o
infestado por malezas debe
limpiarse bien antes de plantar.
Trate las malezas gruesas con
herbicida químico.
suelo también permite que pequeños tro­
zos de raíces de malezas perennes se re­
generen y comiencen un nuevo ciclo de
desarrollo.
Es virtualmente imposible limpiar el
suelo de malezas por completo, pero el
desmalezado regular, más que unos es­
fuerzos esporádicos seguidos por perío­
dos de abandono, es uno de los méto­
dos más eficaces de controlar malezas.
Aunque tedioso, el desmalezado manual
con una horca es uno de los métodos
más eficaces de control, ya que garan­
tiza la eliminación de la planta comple­
ta. También es el que causa menos mo­
lestias a las plantas existentes.
Cavar con azada
Las azadas sirven para eliminar male­
zas anuales y también par airear el sue­
lo (véase también p. 460). Sin embargo,
salvo que las use con cuidado, pueden
dañar las raíces superficiales y el desa­
rrollo superior de las plantas cultivadas
circundantes. Cavar con azada afecta so­
bre todo la superficie del suelo y pocas
2
Después de rotocultivar,
elimine los trozos de malezas
perennes con un rastrillo, de otro
modo volverán a establecerse y
desarrollarse.
de un E m p l a z a m ie n t o
E l im in a c ió n c o n H o r c a
Levante las raíces grandes con
una horca y arranque,
sosteniendo el tallo principal
cerca del suelo para retirar todo
el sistema de raíces.
veces es lo bastante profundo como para
destruir las raíces de malezas perennes;
arránquelas a mano o destruya con un
herbicida traslocado (véase P r o blem a s
d e la s P l a n t a s , p. 575).
Esterilización del suelo
Algunas plagas y enfermedades del sue­
lo, como el hongo de la miel (Armilla-
ria) y los nemátodos, son tan agresivos
y persistentes que la esterilización del
suelo podría ser el único método eficaz
para eliminarlos.
Los esterilizantes para suelos sólo de­
ben utilizarse como último recurso, ya
que son indiscriminados y matan todos
los organismos, tanto los benéficos
como los dañinos. Esto puede condu­
cir a problemas a largo plazo dentro del
jardín, porque las plagas maléficas tien­
den a volver a invadir y a prosperar sin
obstáculos, ya que no habrá depredado­
res naturales para controlarlas.
E s t e r il iz a c ió n del Suelo
La esterilización del suelo puede ser
el único método para erradicar
ciertas plagas y enfermedades. Cubra
el suelo esterilizado con plástico
sostenido por el peso de la tierra
(tierra que después descartará).
 Los esterilizantes químicos para sue­
los son muy venenosos y sólo debe apli­
carlos alguien especializado. El esterili­
zante se aplica en forma de baño que
se filtra y vaporiza a través de los poros
del suelo. Después se cubre la superfi­
cie del suelo con un plástico para evitar
que escapen los gases. Después de apli­
car el esterilizante, pasarán varias sema­
nas antes de que pueda plantar con se­
guridad en el suelo tratado.
Cavado y ahorquillado
El cultivo del suelo a través del cavado
y ahorquillado ayuda a proporcionar
condiciones adecuadas para el buen de­
sarrollo de las plantas y desmenuzar
toda la costra superficial. Si fuera ne­
cesario, se pueden incorporar fertilizan­
tes y materia orgánica al mismo tiem­
po. En los suelos muy compactados, el
cavado mejora tanto la estructura del
suelo como el drenaje.
El método más cómodo de cultivar es
cavar con una pala; los métodos más efi­
caces y menos trabajosos son el cavado
sencillo y el doble.
Sin embargo, algunos macizos de jar­
dín no son aptos para una aproximación
tan metódica de cultivar el suelo, espe­
cialmente si ya existen muchas plantas
establecidas. En estas circunstancias, el
ahorquillado y el cavado sencillo pue­
den ser alternativas útiles.
Desventajas de cavar
Existen algunas desventajas asociadas al
hecho de cavar. Aumenta la tasa de la
descomposición de materia orgánica,
particularmente en suelos arenosos que,
a largo plazo, reduce la fertilidad del
suelo.
Además, mientras que la estructura
del suelo queda momentáneamente me­
jorada por el cultivo, después de un
tiempo el suelo se asienta y puede com­
pactarse, con el resultado de una mala
aireación y drenaje, salvo que se vuelva
a cavar el suelo.
A h o r q u il l a d o
Ahorquille el suelo húmedo, pero no
anegado. Trabaje melódicamente,
introduciendo la horca y girándola
(véase inserción) para roturar el
suelo y ventilarlo.
Cuándo cavar
Dentro de lo posible, es mejor cavar en C a v a d o S e n c il l o
otoño. Entonces, el suelo quedará ex­
puesto a heladas invernales y nieve, que
ayudan a desmenuzar los terrones gran­
des de tierra y mejoran la estructura del
suelo, especialmente la de los pesados.
Desde mediados de invierno hasta
principios de primavera, el suelo está fre­
cuentemente mojado o congelado y re­
sulta imposible cultivarlo. Nunca cave
suelos pesados mientras están mojados,
ya que esto puede causar daños estruc­
turales graves y permanentes.
Utilización de una horca La mayoría de palas tiene hojas Clave la pala completamente
Muchas de las tareas de excavación con­ de 25 cm de largo. Esta es la en el suelo, manteniendo la
sisten en levantar y girar la tierra. Las profundidad necesaria de la zanja hoja vertical. Pise la hoja
horcas, cuya forma permite una fácil pe­ al cavar a un «espetón» de firmemente con el pie.
netración del suelo, son excelentes para profundidad.
abrir y aflojar d suelo, pero no para le­
vantarlo. El uso de una horca es menos
dañino para la estructura del sudo que
una pala, porque tiende a romper los te­
rrones siguiendo una línea de fractura
natural, en vez de seguir las cortadas ar­
tificialmente.
El uso de una horca sirve para un ca­
vado grueso y para girar la tierra pero
no para crear mantillos finos (véase
«Formación de mantillo», p. 526). Tam­
bién sirve para eliminar malezas del sue­
lo, en especial las malezas perennes,
como la gramilla colorada (Elymus re­
pe ns), sin dejar pequeños trozos que se Tire el mango hacia atrás, Gire la pala, roturando el
regenerarían. haciendo palanca, y levante la
tierra con la pala. Doble las
3elsuelo. A sí introducirá aire en
suelo y estimulará la
Cavado sencillo rodillas y los codos para levantar; descomposición de la materia
Al cavar, algunos jardineros prefieren no intente levantar demasiado si orgánica.
sencillamente levantar una palada de tie­ el suelo es pesado.
rra, invertirla, dejarla caer en su posi­
ción original y desmenuzarla. Este mé­
todo se denomina cavado sencillo. Es
una forma rápida y relativamente fácil C a v a d o Ú n ic o
de cultivar y sirve para eliminar los de­ Delimite el macizo;
sechos superficiales y las malezas no después cave una serie
persistentes del sudo, incorporando pe­ de zanjas, trabajando í'T '^ Í ? rí\
queñas cantidades de estiércol y fertili­ hacia atrás para no
zantes, o para crear un mantillo super­ compactar el suelo.
ficial. El cavado sencillo es, a menudo, Vuelque la tierra de
la mejor opción al trabajar en macizos cada zanja dentro de
de forma irregular o alrededor de plan­ la que está delante,
tas existentes. llenado la última con
tierra de la primera.
Cavado único
Cavado único es el término aplicado a
una aproximación metódica, y que aho­
rra esfuerzo, al cutivo, que asegura que
una zona ha sido completamente cava­
da con respecto a una norma uniforme
y a la profundidad de una pala (cono­
cida por «espetón»).
Marque la zona a cultivar con cordel;
luego, comenzando por un extremo de
la parcela, excave zanjas de una pala de
profundidad y unos 30 cm de ancho.
Apile la tierra de la primera zanja en un
montón en la parte delantera. Trabaje
hacia atrás a lo largo de la parcela, in­
troduciendo la tierra de cada zanja sub­ Cave una zanja de un Excave una segunda zanja,
siguiente en la zanja de delante. espetón de profundidad y 30 volcando la tierra en la zanja
Adopte este sistema en parcelas de cm de ancho. Meta la pala delantera. Invierta la tierra para
forma regular y en los sitios donde la verticalmente y deposite la tierra enterrar malezas y semillas de
uniformidad del suelo es importante: en la parte delantera del suelo. malezas anuales.
por ejemplo en huertos y parcelas con
hortalizas. El cavado único también es
útil si debe incorporar grandes cantida­
des de materia orgánica.
Aproveche para incorporar cal (si fue­
ra necesario) y fertilizantes, como pol­
vo de huesos, en el fondo de cada zan­
ja antes de volver a llenar con tierra.
Debe eliminar malezas, especialmente
las perennes de raíces profundas, de ma­
nera rutinaria.
Cavado doble
El cavado doble —o de zanja— en el
que el suelo se cultiva a dos espetones
de profundidad en vez de uno, debe lle­
varse a cabo si el suelo no ha sido culti­
vado previamente o si debe mejorar el
drenado.
En zonas con hierbas, el césped pue­
de retirarse de la superficie, arrojarse al
fondo de la zanja y cortarse con una
pala antes de volver a rellenar con tie­
rra. Si fuera necesario, también incor­
pore cal y fertilizantes y elimine las ma­
lezas perennes, al igual que en el cavado
único.
Al efectuar el cavado doble, es esen­
cial no mezclar la tierra negra con el sub­
suelo. En los emplazamientos donde la
tierra negra es menos profunda que dos
espetones, debe utilizar el cavado doble
normal, ya que este método asegura que
el suelo del espetón superior no se mez­
cle con el del inferior. No es necesario
llevar el espetón inferior hasta la super­
ficie: se puede cavar o trabajar con una
horca in situ, aunque si requiere un cul­
tivo más a fondo también deberá girarlo.
Primero delimite la zona con corde­
les, al igual que en el cavado único, des­
pués retire la tierra del espetón superior
e inferior de la primera zanja y del es­
petón superior de la segunda, colocan­
do a un lado sobre el suelo en tres mon­
tones separados y claramente marcados.
Entonces podrá trasladar tierra del es­
petón inferior de la segunda zanja a la
base de la primera zanja y del espetón
superior de la tercera zanja a la parte su­
perior de la primera. De este modo, la
M a n tillo S u p e r f ic ia l
Un suelo grumoso, de textura
uniforme y partículas finas
proporciona un buen mantillo para
germinar semillas. Conserva el agua
y facilita un buen drenaje.
C a v a d o D oble
C a vado D oble E stá n d a r
Cave zanjas de dos
espetones de
profundidad y vuelque
la tierra de cada zanja en
la delantera; no mezcle la
tierra de los espetones
superiores e inferiores.
tierra negra y el subsuelo quedan com­
pletamente separados. Siga excavando
más zanjas de la misma manera y, al fi­
nal del macizo, utilice tierra que quedó
de las primeras dos zanjas para llenar
los espetones correspondientes de las dos
últimas.
Si la tierra negra tiene una profundi­
dad mayor de dos espetones, no es ne­
cesario mantener la tierra de los espe­
tones superiores e inferiores separada y
toda la tierra de una zanja se traslada
sin más a la zanja de delante (véase
arriba).
La técnica del macizo semillero rancio
Este sistema de cultivo implica remo­
ver el suelo cavando a poca profun­
didad para que las semillas de male­
zas suban a la superficie. Al mismo
tiempo se eliminan las malezas exis­
tentes. Después se deja que las semi­
llas germinen y crezcan y se elimina
los plantones por medio de un her­
bicida de contacto o cultivando a baja
profundidad con un azadón, remo­
viendo el suelo lo menos posible en
esta ocasión. Entonces podrá sembrar
semillas en el suelo libre de malezas
cuando sea necesario. Inevitablemente
germinarán más semillas de malezas
durante la estación, pero dado que la
principal cantidad de malezas ha sido
destruida, su control continuado será
relativamente sencillo.
^Ti$nnr
C ava d o D oble pa ra
T ie r r a N e g r a
P ro fu nd a
Si la tierra negra
tiene una profundidad
de al menos 2
espetones,
la tierra de éstos puede
mezclarse o trasladarse.
Excave 2 espetones de
la primera zanja,
dejando la tierra
para rellenar la
última zanja, después
traslade tierra del
espetón superior de
la segunda zanja al
fondo de la primera.
Debe trasladar la tierra
del espetón inferior de
la segunda zanja a la
parte superior de la
primera, etc.
Formación de mantillo
El «mantillo» consiste en tierra super­
ficial adecuada para la germinación de
semillas. Está compuesta sobre todo de
pequeñas partículas de suelo, conserva
la humedad y tiene una superficie uni­
forme. Un mantillo superficial asegura
un buen contacto entre las semillas y el
suelo, de manera que la humedad se ab­
sorbe con facilidad. Prepare los maci­
zos semilleros alrededor de un mes an­
tes de sembrar, cavando el suelo y luego
dejando que se airee. Antes de sembrar,
| El suelo de la derecha de esta
parcela ha sido excavado
experimentalmente, mientras que el
de la izquierda no se ha tocado.
M e jo r a d e la E st r u c t u r a
Para mejorar la estructura del suelo,
incorpore materia orgánica, como
estiércol bien descompuesto o abono,
según las necesidades del suelo.
desmenuce los terrones que queden con
un rastrillo, nivele el suelo apisonando
con suavidad y después rastrille la su­
perficie para proporcionar el mantillo
fino que requieren las semillas.
Estructura del suelo y
contenido de agua
Para que las plantas crezcan y prospe­
ren durante muchos años, el suelo debe
poseer una estructura inherente buena.
En el caso de suelos medios y pesados,
el desarrollo de las plantas depende de
la buena estructura del suelo.
En un suelo bien estructurado, las
partículas forman una especie de migas
que existen como parte de una red de
poros interconectados, a través de la cual
circulan agua, nutrientes y aire. Por lo
tanto, la estructura del suelo afecta su
capacidad de almacenar agua, la tasa de
drenado y la fertilidad.
Un suelo de estructura pobre pue­
de propiciar un drenado demasiado li­
bre o anegarse, y los nutrientes se po­
drían perder a través del proceso de la
lixiviación.
Después de algunas semanas,
las semillas de malezas
habrán germinado en el suelo
cultivado. El suelo intacto
presentará pocas malezas.
Suelo de estructura pobre
Un suelo de estructura pobre tiende a
ser demasiado húmedo en invierno y de­
masiado seco en verano. El agua se es­
curre con frecuencia de la superficie, en
lugar de filtrarse hacia abajo, pero una
vez que el suelo está mojado, drena len­
tamente. Un suelo de este tipo es difícil
de cultivar y, en verano, puede volverse
duro y parecido al hormigón. Como re­
sultado, las raíces de las plantas tienen
grandes dificultades para penetrarlo y el
desarrollo de las plantas sufre efectos
adversos. El cultivo de suelos pesados
durante un tiempo lluvioso puede com­
pactarlos. Cuando partículas de suelo
se comprimen, se reduce la cantidad de
aire del suelo y por lo tanto se dificulta
el drenaje.
Si camina sobre el suelo en condicio­
nes húmedas dañará la estructura de la
capa superficial del mismo —los grumos
de tierra se rompen y las partículas fi­
nas de la superficie forman una especie
de costra, que entonces efectivamente
impide la llegada del aire y, por lo tan­
to, del oxígeno, hasta las raíces de las
plantas y también impide que las semi­
llas germinen. Esto se conoce como «cu­
brir» y puede ocurrir en algunos suelos,
especialmente los cienos, después de llu­
vias intensas, o si el suelo ha sido exce­
sivamente regado.
Mejora de la estructura del suelo
Para mejorar una estructura pobre, cul­
tive el suelo lo más profundamente po­
sible utilizando un cavado doble (sin
mezclar la tierra negra con el subsuelo),
incorporando aditivos orgánicos o inor­
gánicos para ayudar a que las partícu­
las de suelo se unan formando grumos.
En emplazamientos muy anegados, po­
dría ser necesario instalar un sistema de
desagüe (véase p. 529).
Uso de aditivos para el suelo
La elección del aditivo a utilizar depende
del tipo de suelo. La mayoría se puede
C o m p a r a c ió n d e S u elo s
Suelo Bu eno
Un suelo de buena
estructura tiene
textura grumosa y
húmeda, con una
red de poros que
contienen aire y
agua. Los grumos
de tierra se pegan
entre sí sin formar
costra.
Suelo P obre
Esta tierra es dura
y compacta, casi
imposible de
cultivar. El drenaje
será pobre.
Aparecerán grietas
en los lugares
resecos.
aplicar a la superficie o incorporarse al
suelo. La materia orgánica, como el es­
tiércol de animales y el abono para jar­
dines, mejora la estructura de cualquier
tipo de suelo y también proporciona nu­
trientes valiosos. Además, el estiércol
alienta la aparición de gusanos de tie­
rra, lo que constituye un beneficio adi­
cional para la estructura del suelo (véa­
se «Organismos del suelo», p. 523).
Un suelo ligero y arenoso puede me­
jorarse agregando pequeñas cantidades
de arcilla (un procedimiento conocido
como margar), pero se necesitarían can­
tidades enormes de arena o gravilla para
aligerar un suelo muy pesado.
En el caso de suelo compactado y de
arcilla, agregue estiércol, abono y/o cal
(pero no en el caso de plantas amantes
del ácido) para mejorar la estructura es­
timulando la formación de grumos.
En el caso de cieno, agregue peque­
ñas cantidades de arcilla para mejorar
la estructura del suelo y use estiércol y
abono para estimular la formación de
grumos.
La cantidad de aditivo necesaria de­
penderá de la condición del suelo, pero
una buena regla aproximativa es aplicar
una capa de unos 5-10 cm de aditivos
voluminosos. Algunos materiales, en es­
pecial los compuestos inorgánicos y los
geles conservadores de agua, deben agre­
garse en cantidades mucho más peque­
ñas; siga las instrucciones del fabricante.
Beneficios subsidiarios de aditivos para
suelos
Los aditivos también mantienen un buen
equilibrio entre el contenido de aire y
agua del suelo. En los suelos cenanago-
sos, compactados y pesados de arcilla
se puede utilizar arena, gravilla y mate­
ria orgánica gruesa para mejorar el dre­
naje. Debe usar la arena o la gravilla es­
parciendo a lo largo de regueros en el
suelo, conservando un paso abierto para
el agua en lugar de incorporarlas. Al­
gunos aditivos, como la turba, sustitu­
P roblem as d el Suelo
C o m pactado
En el suelo
compactado, los
poros entre las
partículas de suelo
están muy
comprimidos: el
drenaje es lento y
mala la ventilación.
M o tea d o A zul
Un moteado azul
en la superficie del
suelo indica suelo
estancado y
anegado que
requiere drenaje.
Puede presentar un
olor desagradable.
A d it iv o s p a r a la t ie r r a
Añadir abonos,
estiércol bien
fermentado o
sustitutos de la
turba, como la fibra
de coco, que mejora
¡a calidad de la tierra
y ayuda a mantener
la humedad. El abono
a base de hongos es A bono de hongos E s t ié r c o l .
alcalino, por lo que no
debería usarse con las
placas que necesitan
mantener la acidez.
La cal (también
alcalina) endurece las
partículas de la tierra
arcillosa a través de
un proceso conocido
como floculación.
F ib r a d e c o c o
to de turba, abono bien descompuesto lice un material más abierto, compo are­
y geles conservadores de agua (que con­ na gruesa o gravilla.
servan una cantidad de agua muchas ve­ El estiércol fresco despide amoníaco
ces superior a su peso), actúan como y a veces otras substancias tóxicas para
«esponjas» y pueden servir para mejo­ las plantas. Si no fuera posible conver­
rar la conservación del agua en suelos tir el estiércol en abono o dejarlo ma­
arenosos de drenaje libre. En suelos durar hasta que se descomponga, apli­
compactados, los geles conservadores de que sobre la superficie del suelo en
agua sirven para mejorar la conserva­ otoño y déjelo sin cultivar durante el in­
ción de agua sin reducir la aireación. vierno. El estiércol se descompondrá
Si agrega arcilla mejorará la fertilidad gradualmente y los gusanos de tierra lo
de suelos empobrecidos. La arcilla, los incorporarán al suelo.
sustitutos de turba (o turba) y, hasta Las hojas frescas, la paja y la corte­
cierto punto, la corteza, ayudan a con­ za consumen nitrógeno durante su des­
servar nutrientes que de otro modo po­ composición, ayudando a paliar una po­
drían perderse por lixiviación. sible falta de nitrógeno en el suelo, salvo
que se aplique un fertilizante nitrogena­
Problemas con aditivos do suplementario al mismo tiempo.
Algunos aditivos no deben utilizarse con Para hacer abono de jardín (véase p.
suelos en ciertas condiciones. La arena 533), nunca use desechos de plantas in­
fina, por ejemplo, agregada a suelos pe­ festadas por virus ni cualquier material
sados en pequeñas cantidades podría que contenga malezas perennes —
empeorar un drenaje pobre obstruyen­ ambos son difíciles de erradicar o con­
do los poros del suelo. En su lugar, uti­ trolar. Este material debe quemarse.
C a p a S u p e r io r D u r a
Esta es una capa casi
impermeable de suelo
profundamente
compactado. El agua
no drenará hasta que
la capa se rompa y se
instale un desagüe.
C o stra
Se forma una costra
sobre el suelo cuando
los grumos de suelo de
la superficie resultan
dañados por
precipitaciones o riegos
intensos o caminando
sobre el suelo cuando
está mojado.
Agua
Una provisión adecuada de agua es cru­
cial para el buen desarrollo de las plan­
tas; la cantidad disponible depende, has­
ta cierto punto, de la misma planta, pero
también del tipo de suelo y su estructu­
ra y del sistema de riego. A menudo el
agua escasea y no debe derrocharse, de
manera que resulta importante utilizar
técnicas de riego y conservación del agua
correctas. También es útil saber qué
plantas son susceptibles a la sequía (y
cuándo) y cuáles son resistentes.
Un exceso de agua en el suelo (ane­
gado) puede ser tan dañino para las
plantas como su falta. Si cultiva el sue­
lo y agrega materia orgánica y grava,
mejorará bastante el drenaje de suelos
saturados, pero en los emplazamientos
severamente anegados deberá instalar un
sistema de drenaje.
Agua del suelo
En un suelo con una buena estructura,
el agua está contenida en poros capila­
res finos (que generalmente tienen me­
nos de 0,1 mm de diámetro), con aire
en los poros más grandes; por lo tanto
es posible describir un suelo como «hú­
medo y bien drenado a la vez».
Para las plantas, el agua es más fácil­
mente asequible a través de los poros
cuyo diámetro es mayor. Al empeque­
ñecerse los poros, cada vez se vuelve más
difícil para la planta absober humedad,
lo que significa que cierta cantidad de
agua contenida en el suelo nunca esta­
rá disponible.
Suelos de arcilla
Los suelos de arcilla contienen una gran
cantidad de agua, pero tienen un alto
porcentaje de poros capilares finos, de
manera que frecuentemente las plantas
no pueden extraer todo el agua que ne­
cesitan.
C ómo no R eg a r
No riegue las plantas con una tasa que
ocasione la formación de charcos en la
superficie, ya que esto conduce a un
escurrimiento y erosiona el suelo.
S istem a s de R ieg o
R ie g o p o r A r t e s a
Extraiga tierra de alrededor de la
base de la planta y llene la artesa
resultante con agua.
Suelos arenosos
Los suelos arenosos contienen poros
gruesos, de manera que el agua que con­
tienen es más fácilmente asequible que
en los de arcilla. Sin embargo, los sue­
los arenosos tienen una tasa de drena­
do muy elevada y hay relativamente
poco movimiento capilar del agua ha­
cia los costados o hacia arriba.
Mantillos
Los mantillos en general tienen una mez­
cla equilibrada de poros gruesos y rela­
tivamente finos —los poros gruesos per­
miten un drenaje rápido mientras que
los más finos conservan el agua, una
gran parte de la cual puede ser absorbi­
da por las plantas en condiciones secas.
El nivel freático
La humedad surge a la superficie del
suelo a través de la acción capilar des­
de el nivel freático inferior. Los suelos
pesados de arcilla pueden estar satura­
dos hasta 2 m por encima del nivel freá­
tico, con alguna humedad disponible
para las raíces de las plantas hasta 1,5
m más arriba de aquél. El cieno y la ma­
yoría de los suelos arcillosos están sa­
turados a 1,5 m, con la humedad dis­
ponible para las raíces que están a 2,5
m por encima del nivel freático. Los nú­
meros, en el caso de la arena fina, son
1,5 m y 2,4 m respectivamente, y para
arena más gruesa, 30 cm y 1 m. En la
gravilla el agua no surge en absoluto.
Técnicas de riego
La meta del riego es recargar el suelo de
manera que las reservas sean suficien­
tes hasta el próximo riego o lluvia.
Siempre riegue concienzudamente de
manera que haya agua disponible a gran
profundidad. Las aplicaciones frecuen­
tes de un poco de agua tienen un valor
limitado, porque la mayor parte senci­
llamente se evapora de la superficie del
R ie g o p o r T ie st o
Entierre un tiesto grande con un
agujero de drenaje cerca de la
planta y llénelo con agua lentamente.
suelo antes de penetrar hasta las raíces
de la planta.
Absorción de humedad
La provisión de agua a una planta está
limitada por su sistema de raíces. Si me­
jora el drenaje (véase p. 529) y rectifica
el compactado con el cavado doble (véa­
se p. 526) si es necesario, las plantas pue­
den desarrollar un sistema de raíces más
profundo, con un aumento del desarro­
llo comparativo.
Sin embargo, la limitación principal
al regar, es la tasa de absorción de agua
del suelo. Como promedio, los suelos
sólo absorben una capa de 8 mm de
agua por hora. El agua aplicada al sue­
lo a mayor velocidad de lo que éste es
capaz de absorberla (por ejemplo, a tra­
vés de una manguera sostenida con la
mano o una regadera con roseta) forma
un charco en la superficie hasta que la
zona cubierta se vuelve lo bastante gran­
de para absorberla por completo. Des­
pués de regar en condiciones secas, me­
rece la pena examinar el suelo por medio
de una sonda —podría resultar sorpren­
dente cuán poca agua ha penetrado. Si
el suelo alrededor de las raíces de la
planta sigue seco, aplique más agua a
la zona, una vez que el agua de la pri­
mera aplicación se haya absorbido.
Para reducir el escurrimiento del
agua, se puede modificar el terreno
creando terrazas o «platos» en forma de
artesas huecas alrededor de cada plan­
ta (véase arriba), lo que asegurará que
el agua llega hasta las raíces. El riego
por tiesto (véase arriba), los rociadores
de jardín (véase p. 469) y los sistemas
de riego por goteo o rezumadores (véa­
se p. 469) son métodos eficientes, ya que
se aporta agua a las raíces durante va­
rias horas.
Técnicas para la conservación del agua
Si aplica un «mulch» a la superficie del
suelo (véase p. 532) mejorará la pene­
tración de la lluvia y minimizará la eva­
poración. Controlando las malezas con
eficacia (véase p. 524) asegurará que el
agua del suelo no se malgasta en plan­
tas no deseadas.
Déficit de agua
Una vez que una planta comienza a
marchitar, su tasa de desarrollo ya ha co­
menzado a hacerse más lenta. En mu­
chas zonas, el uso del agua excederá el
agua disponible durante el verano, de
manera que el suelo sufre una reducción
neta de humedad. Si incorpora aditivos,
como estiércol, al suelo mejorará la es­
tructura (véase p. 527) y la conservación
del agua, lo que ayuda a evitar que haya
déficit de agua, pero salvo que un défi­
cit existente se remedie regando, el sue­
lo se vuelve progresivamente más seco.
Por lo tanto, el riego regular es esencial.
El instituto meteorólogico local dis­
pondrá de las cifras de la pérdida de
agua mensual típica a través del suelo
y las hojas por transpiración (conocida
como evapotranspiración potencial) y
también las de las precipitaciones pro­
medio mensuales. Estas cifras son úti­
les al calcular la frecuencia del riego,
pero para mayor precisión, es mejor me­
dir las precipitaciones personalmente
cada mes, en lugar de utilizar las cifras
promedio.
Necesidades estacionales
El momento en el que al déficit de agua
comienza a afectar el desarrollo de la
planta depende de la planta misma. Las
plantas de alto rendimiento generalmen­
te necesitan bastante agua, de manera
que debe mantener el suelo húmedo. Al­
gunas plantas tienen períodos de desa­
rrollo críticos, durante los cuales la pro­
visión de agua es vital: la primera mitad
del verano, por ejemplo, es mucho más
importante que la segunda, en el caso
de árboles ornamentales jóvenes. Los
frutales necesitan mucha agua cuando
los frutos se hinchan, al igual que los
tubérculos de patatas y los árboles de pie
probablemente necesiten riego a lo lar­
go de la primera estación, pues su de­
sarrollo superior es desproporcionado
con respecto a sus raíces.
El riego es muy importante para plan­
tas recién plantadas o trasplantadas y
para aquellas en suelos poco profundos
y contenedores. También los plantones
tienen poca resistencia a la sequía; una
existencia de agua fiable es esencial.
Condiciones de sequía
Incluso las plantas de jardín bien esta­
blecidas sufren durante una sequía pro­
longada, aunque no se observen daños
visibles durante cierto tiempo. Sin em­
bargo, una sequía moderada puede me­
jorar el sabor de algunos frutos y hor­
talizas, especialmente los tomates.
En zonas de pocas precipitaciones,

hay un creciente interés en el uso de
plantas adaptadas a la sequía (serófitas):
Cistus, lavandas (Lavandula) y Plilo-
mis, además de muchas plantas de ho­
jas grises y plateadas, son buenos ejem­
plos. La hierba tolera bien el tiempo seco
prolongado; aunque los céspedes pue­
dan volverse marrones, se recuperan
pronto una vez que caiga la lluvia. Por
lo tanto, un riego regular durante el ve­
rano no es esencial, salvo que quiera
conservar el aspecto verde de su césped.
Suelo anegado
El anegado ocurre cuando la cantidad
de agua que penetra en el suelo excede
la que se escurre. Las zonas en las que
la capa freática es alta son las más vul­
nerables (véase p. 528), o en las que el
suelo está compactado y por lo tanto su
estructura es pobre.
Las raíces (salvo las de plantas de pan­
tano) son incapaces de funcionar con
eficacia en suelos anegados y acabarían
por morir si el drenaje no se mejora. El
suelo mojado a veces carece de ciertos
nutrientes (especialmente nitrógeno) y,
en consecuencia, las carencias en mine­
T u b e r ía s de D esagüe en u n
Tierra negra
Tepes invertidos
Arena o gravilla
gruesa
Grava gruesa
o piedra triturada
Desagüe
Este corte
transversal de una
zanja de desagüe
muestra una
tubería de cerámica
colocada sobre una
capa de piedra
triturada, con otra
capa por encima,
seguida de arena
gruesa y tepes
invertidos.
En un emplazamiento plano, las tuberías de plástico o los desagües de
cerámica deben estar inclinados. Esto permitirá que el agua acumulada fluya
en una zanja conectada o un rezumadero en otra parte del emplazamiento.
rales pueden constituir un problema.
Como el suelo mojado tiende a ser frío,
el desarrollo de las plantas en primave­
ra puede ser lento. Las enfermedades,
como la raíz deforme, también prospe­
ran en suelos anegados.
Si crecen juncos, juncias y musgos en
el terreno es probable que éste esté ane­
gado. Una línea de división muy mar­
cada entre la tierra negra turbosa y el
subsuelo también señala un drenaje de
mala calidad. Los suelos de arcilla ane­
gados pueden tener olor a estancado y
ser de un color amarillo o gris azulado,
conocido como «bizquera».
Se puede confirmar un drenaje pobre
echando agua dentro de un agujero de
30-60 cm de profundidad. Si el agua per­
manece durante horas e incluso días, en­
tonces el suelo necesita un drenaje. Si
excavar a más profundidad o clavar una
varilla metálica sólida resulta difícil, esto
indicará que existe una capa de suelo re­
sistente (v. Problemas del suelo, p. 527).
M ejora del drenado
En los lugares donde el anegado no es
grave y sólo hay un exceso de agua su­
E m p l a z a m ie n t o P la n o
Zanjas para
tubos o desagües
de cerámica a
unos 60 cm de
profundidad.
inclinada
hacia la zanja.
perficial, ésta puede desviarse del em­
plazamiento conformando las superfi­
cies del jardín de manera que el agua flu­
ya en zanjas de desagüe. Para mejorar
el drenaje en emplazamientos donde la
capa freática es elevada, instale un sis­
tema de drenaje subterráneo, preferible­
mente llevando a cabo la tarea a través
de un operario especializado. Si ya exis­
tieran desagües en el emplazamiento,
compruebe que las tuberías de desagüe
no estén obstruidas ni rotas.
Zanjas de desagüe y desagües franceses
Un sistema de zanjas abiertas es el me­
jor método de alejar el agua sobrante.
Éstas deben tener 1- 1,2 m de profundi­
dad, con caras inclinadas. Igual de efi­
caces, pero menos visibles, son los de­
sagües franceses, que consisten en zanjas
de desagüe llenas de gravilla, cubiertas
por tepes invertidos y tierra negra.
Sistemas de desagüe y fosos de remojo
Un foso de remojo es un pozo lleno de
gravilla hacia el que fluye el agua so­
brante desde desagües o zanjas de de­
sagüe subterráneas (véase abajo). Este
sistema de drenaje es eficaz en empla­
zamientos donde existe un compactado
Instalación de desagües
Un sistena de tuberías de plástico per­
foradas o de cerámica tendidas en pun­
to de Hungría proporciona un método
de drenaje eficaz. Tienda las tuberías o
los desagües de cerámica sobre un lecho
de grava, después cubra con más capas
de grava y arena, antes de rellenar la zan­
ja con tierra negra. El agua del empla­
zamiento circundante puede filtrarse a
través de la grava y dentro de las tube­
S is t e m a de D r e n a je en un
... .
7 / in ìn H o
o rezumadero Heno
de grava.
A gua
superficial, ya que atraviesa cualquier
capa dura. Para construir un foso de re­
mojo, excave una zanja de aproximada­
mente 1,5 m de ancho y 2 m de profun­
didad. Llene con piedra triturada,
corone con una capa de arena gruesa o
grava y coloque tepes o una rejilla en la
superficie. Instale un desagüe a unos 60
cm de profundidad (véase abajo) que
conduzca desde el terreno circundante
hasta el foso de remojo.
Zonas de almacendo de agua
Otra opción consiste en crear una zona
de almacenado de agua, donde el agua
se acumula en un estanque o un conte­
nedor grande o rezuma gradualmente.
Un estanque es beneficioso para los ani­
males silvestres, pero su éxito depende
del grado de sedimento en el agua del
desagüe: un exceso hará que el estanque
sea rico en nutrientes, y por lo tanto pro­
penso a enlodarse y al desarrollo exce­
sivo de algas.
El agua que se acumula en contene­
dores puede reciclarse para usar en el
jardín. La acumulación de agua que re­
zuma gradualmente ayuda a surtir las
reservas de agua del suelo y reduce la
polución de lodo en los ríos.
rías, que entonces la conducen hasta
una zanja de desagüe o rezumadero.
En terrenos planos, incline las tube­
rías para que el agua fluya con rapi­
dez. Si el suelo fuera inclinado, sen­
cillamente tienda tuberías paralelas al
suelo. Dentro de lo posible, instale los
desagües antes que las plantas, ya que
las obras ocasionan un desbarajuste
considerable.
E m p l a z a m ie n t o I n c l in a d o
Terreno En un terreno inclinado,
elevado tienda las tuberías o los
desagües de cerámica
paralelos al suelo.
Empálmelos dentro de
una zanja llena
de grava.
Las flechas muestran
la dirección del
flujo del agua
Grava dentro de la
zanja circundando
tuberías o desagües
de cerámica
Nivel más bajo
Los nutrientes que necesitan las plantas
están compuestos por iones minerales,
que se absorben diluidos a través del sue­
lo por medio de las raíces y se emplean
junto al dióxido de carbono para fabri­
car alimento. Los macronutrientes com­
prenden nitrógeno (N), fósforo (P), po­
tasio (K), magnesio (Mg), calcio (Ca) y
azufre (S); las plantas los necesitan en
cantidades relativamente grandes.
Los micronutrientes —o microele-
mentos— son igualmente importantes
pero sólo necesarios en pequeñas can­
tidades; comprenden hierro (Fe), man­
ganeso (Mn), cobre (Cu), zinc (Zn),
boro (Bo), molibdeno (Mb) y cloro (Cl).
Para asegurar un desarrollo sano de
las plantas, se pueden agregar al suelo
fertilizantes que contengan nutrientes,
pero ésto sólo resulta necesario cuando
el suelo es incapaz de aportar unas can­
tidades adecuadas de los nutrientes ne­
cesarios. En la mayoría de los suelos,
sólo el nitrógeno, que estimula un de­
sarrollo Vigoroso, el fósforo (fosfato),
para ayudar a un desarrollo fuerte de las
raíces y el potasio (potasa) que mejora
la floración y frutación, deben agregarse
de manera regular. Esto es a causa de
que los problemas de nutrición más co­
munes de las plantas están ocasionados
bien por déficit de nitrógeno o de pota­
sio. La carencia de nitrógeno (véase p.
554) ocasiona un desarrollo reducido y
la falta de potasio (véase p. 554) oca­
siona la decoloración de las hojas. La
carencia de fosfatos (véase p. 554) es me­
nos común. El déficit de mangane­
so/hierro (véase p. 555) vuelve las ho­
jas marrones y puede ser un problema
si se cultivan plantas amantes del ácido
en suelos alcalinos o se las riega con
agua dura.
Tipos de fertilizante
La decisión sobre la cantidad y el tipo
de fertilizante a comprar puede ser com­
pleja. La comprensión de cómo funcio­
na cada tipo hará que la jardinería sea
más productiva e incluso tal vez más res­
petuosa con el medioambiente.
COMPARACIÓN DE FERTILIZANTES
A b o n o d e J a r d ín A bono d e S etas
Fertilizantes orgánicos voluminosos
Si se compara el peso, los fertilizantes
orgánicos voluminosos proporcionan
menos nutrientes que los fertilizantes
inorgánicos. Por ejemplo, una tonelada
métrica (0,98 toneladas) de estiércol con­
tiene 6 kg de nitrógeno, I kg de fósforo
y 4 kg de potasio; la cantidad de nutrien­
tes equivalente en forma de producto
químico es proporcionada por sólo 30
kg de fertilizante inorgánico. Pero los es­
tiércoles son una parte integral del de­
sarrollo orgánico, porque el material de
«desecho» orgánico que los hace tan vo­
luminosos proporciona un beneficio ma­
yor que lo que sugeriría un sencillo aná-
íisis de nutrientes. Normalmente, los
estiércoles contienen altos niveles de mi-
croelementos y son una fuente a largo
plazo de nitrógeno; algunos lotes tienen
un contenido de nutrientes pobre. Los
estiércoles también proporcionan el me­
dio en el que prosperan los gusanos. El
agregado de estiércol mejora la estruc­
tura y el contenido de agua de la mayo­
ría de los suelos (véase p. 526) y ya que
esto estimula el desarrollo de las raíces,
aumenta la absorción de nutrientes de
las plantas.
Fertilizantes concentrados
Las mezclas patentadas de sangre, pes­
cado y hueso son buenos ejemplos de
fertilizantes orgánicos concentrados; son
fáciles de manipular y contienen propor­
ciones de nutrientes bastante consisten­
tes, pero cada unidad de nutriente resul­
ta relativamente cara. La acción lenta
característica de los nutrientes depende
parcialmente de su descomposición a
través de organismos del suelo, de ma­
nera que pueden no ser eficaces cuan­
do estos organismos están inactivos du­
rante tiempos fríos.
Fertilizantes solubles
Comparando su peso, los fertilizantes
inorgánicos solubles contienen un alto
porcentaje de un nutriente dado y la ma­
yoría son fáciles de transportar, mani­
pular y aplicar, aunque algunos son
desagradables de manipular. General­
mente, son la fuente más barata de nu-
C áscaras d e C o co
C o n t e n id o de FU TRIEN TES DE LOS FERTILIZANTES
% N it r ó g e n o % F osfa to % P otasa
(N ) (p 2o 5) (KjO)
O r g á n ic o s
Estiércol de animales 0,6 0,1 0,5
Abono para jardines 0,5 0,3 0,8
Polvo de huesos 3,5 20 —
Pescado, sangre y hueso 3,5 8 —
Cuerno y pezuña 13 —
Polvo de algas marinas 2,8 0,2 2,5
Abono de setas 0,7 0,3 0,3
Potasa de roca 5 8 10
Fosfato de roca — 26 12
Ceniza de madera 0,1 0,3 1
Cáscaras de coco 3 1 3,2
I n o r g á n ic o s
Growmore (Crecemás) 7 7 7
Nilrato de amonio 35 - —
Superfosfato triple - 44 —
Cloruro de potasio — - 60
Sulfato de potasio - - 49
trientes, unidad por unidad. Proporcio­ Fertilizantes de acción lenta
nan un refuerzo de acción rápida a plan­ Éstos tienen fórmulas complejas diseña­
tas con déficit de nutrientes, y permi­ das para soltar los nutrientes de mane­
ten un control preciso del momento de ra gradual. Algunos se degradan lenta­
emisión del nutriente. Sin embargo, en mente en el suelo, mientras que otros
suelos arenosos una gran parte de ferti­ absorben agua hasta hincharse y reven­
lizante soluble se perderá por lixiviación. tar. Muchos tienen membranas que suel­
Al usar fertilizantes orgánicos solu­ tan nutrientes gradualmente desde un
bles, sea selectivo con respecto a los depósito interno. Variando el espesor de
iones minerales que aplica al suelo, ya estas membranas, se produce una mez­
que algunos pueden dañar ciertas plan­ cla que proporcionará nutrientes a las
tas. Las grosellas rojas, por ejemplo, son plantas a lo largo de meses, e incluso
sensibles a las sales de cloro, como el años en algunos casos.
cloruro de potasio, de manera que debe Los fertilizantes inorgánicos de acción
utilizar sulfatos en su lugar. La aplica­ lenta son caros pero vencen muchas de
ción abundante de ciertas sales inorgá­ las desventajas de los fertilizantes solu­
nicas vuelve el suelo más salino y pue­ bles, como la necesidad de aplicaciones
de dañar organism os del suelo múltiples y la pérdida de nutrientes del
beneficiosos. Aplique fertilizantes inor­ fertilizante por lixiviación. Hacen que
gánico solubles en varias veces, de ma­ la alimentación de plantas cultivadas en
nera escasa pero bastante frecuente, en contenedores sea mucho más rápida, ya
vez de en una sola dosis grande. que evitan la necesidad de agregar fer-
Estas comparaciones muestran
las cantidades relativas de
diferentes tipos de fertilizante
necesarias para aportar la
misma cantidad de nutrientes.
i:
P esc a d o , S a n g re y H ueso F e r t il iz a n t e I n o r g á n ic o S o l u b l e
F e r t il iz a n t e s d e A c c ió n L e n t a
El agua penetra Capa de
a través de porost polímero Tres cuartos de
sección de
, granulo
Salida del
alimiento diluido
El agua penetra en los granulos de
fertilizante a través de poros en la
capa de polímero, que provoca un
aumento de presión interior,
partiendo los granulos.
(¡tizante cada vez que se riegan las plan­
tas durante la estación de desarrollo. Sin
embargo, puede resultar difícil predecir
la tasa de la emisión de nutrientes de fer­
tilizantes de acción lenta, especialmen­
te en el caso de fórmulas a largo plazo,
ya que la descomposición depende del
nivel del pH del suelo, además del con­
tenido de humedad y de la temperatura
del mismo.
Estiércoles verdes
Están constituidos por plañías que sólo
se cultivan para volver a incorporarlas
al suelo para mejorar su fertilidad y
aumentar el contenido orgánico. Se usan
en terrenos que, de otro modo, no se cul­
tivarían y pueden ayudar a que los nu­
trientes no sean arrastrados, ya que la
tierra sin cultivar es más propensa a la
lixiviación. Sin embargo, no utilice plan­
tas invasoras como estiércol verde.
Las borrajas (Borago officinalis), el
ballico (Lolium perenne) y el sínfito
(Symphiytum officinale) son estiércoles
verdes perennes excelentes. También se
usan mezclas de anuales de germinación
rápida. Las plantas como los guisantes
y los lupinos anuales (Lupinus) poseen
bacterias en nodulos de raíz que fijan
el nitrógeno, lo que les permite obtener
E s t ié r c o l V e r d e
Siembre semillas para estiércoles
verdes en suelo sin cultivar. Corte
las plantas a ras del suelo cuando
midan 20 cm, incorporando con una
pala tras 1-2 días.
nitrógeno del aire en el suelo. La mate­
ria orgánica que estas plantas aportan
puede proporcionar tanto nitrógeno
como el que se agregaría durante un ré­
gimen de fertilización estándar; tiene un
porcentaje carbón:nitrógeno bajo, de
manera que se descompone con veloci­
dad, proporcionando nitrógeno fácil­
mente asequible.
Aplicación de fertilizantes
Los fertilizantes pueden esparcirse so­
bre la superficie del suelo o aplicarse al­
rededor de plantas individuales. Tam­
bién existen fertilizantes líquidos para
aplicar a la superficie del suelo o como
alimento para las hojas, aplicado a és­
tas directamente.
Al aplicar fertilizantes, siempre lleve
guantes y no aspire el polvo o vapor que
desprenden. Sólo utilice las cantidades
recomendadas, ya que un exceso de fer­
tilizante podría dañar las plantas.
Fertilización a voleo
Si esparce fertilizante encima de toda la
superficie del suelo proporcionará be­
neficios al área más amplia y minimi­
zará el riesgo de dañar las plantas por
sobrealimentación. Sin embargo, duran­
te el tiempo seco, la absorción de nu­
trientes puede ser pobre, particularmente
en el caso de nutrientes inmóviles, como
los fosfatos; dentro de lo posible, incor­
pore fosfatos al suelo cavando.
Al esparcir fertilizante a voleo, no per­
mita que el producto entre en contacto
con las hojas y tallos de las plantas, ya
que podría causar abrasado.
Colocación del fertilizante
La aplicación de fertilizante alrededor
de la base de una planta (sin tocar el ta­
llo) es un sistema de alimentación eco­
nómico y eficaz: las raíces se extende­
rán con rapidez a través de la zona
fertilizada.
Fertilizantes líquidos
Un método muy eficiente de aplicar nu­
trientes consiste en disolver el fertilizante
en agua antes de aplicarlo, en particu­
C ó m o A p l ic a r F e r t il iz a n t e
A V oleo
Para aplicar grandes
cantidades de
fertilizante sobre una
superficie amplia,
delimite la parcela en
m2 con cordel o
carias. Llene un cubo
o un bol con la
cantidad de
fertilizante
recomendada y
esparza sobre cada
sección de la pacela.
lar si el suelo está seco. No emplee ali­
mento líquido si han anunciado lluvias,
ya que el líquido podría resultar arras­
trado; aplique los alimentos por la ma­
ñana para evitar el abrasado por el sol.
Fertilizantes foliares
Los fertilizantes líquidos rociados sobre
las hojas se denominan alimentos folia­
res; sirven para corregir carencias de mi­
nerales causadas por ciertas condiciones
del suelo, como un pH elevado. Para
plantas de raíces profundas, como los
árboles frutales, los alimentos foliares
también pueden emplearse para corre­
gir carencias de nutrientes que son re­
lativamente insolubles.
Tratamiento con cal
El tratamiento con cal o la incorpora­
ción de material rico en cal, como el
abono de setas, aumenta el equilibrio al­
calino del suelo. Esto a veces resulta de­
seable para aumentar el rendimiento de
los cultivos de hortalizas, pero nomere-
ce la pena en el caso de las plantas or­
namentales —es preferible elegir plan­
tas adaptadas a las condiciones
existentes.
Tipos de cal
Generalmente, la mejor elección es la cal
común (carbonato de calcio) porque,
aunque es voluminosa, es fácil de ma­
nipular y su uso es relativamente segu­
ro. La cal viva (óxido de calcio) es más
eficaz en cuanto a elevar el pH, pero
como es cáustica podría abrasar las
plantas; también existe el riesgo de una
aplicación excesiva en el caso de la cal
viva. La cal hidratada es cal viva mez­
clada con agua; es un poco menos efi­
caz que la cal viva, pero es menos cáus­
tica y más fácil de manipular.
Aplicación de cal
La cal puede esparcirce sobre el suelo en
cualquier momento del año, pero debe
aplicarse con el mayor adelanto posible
antes de plantar y preferentemente bien
incorporada por medio de una pala. Eli­
ja un día sin viento y siempre lleve an-
A p l ic a c ió n de C al
Esparza la cal sobre la superf icie del
suelo con una pala; distribuya
uniformemente con un rastrillo
(véase inserción). No plante ni
siembre durante un mes.
tiparras. No aplique cal todos los años,
porque su exceso puede contribuir a una
carencia de nutrientes; siempre efectúe
lecturas de pH en diversos lugares de la
parcela, ya que cualquier tasa de des­
composición no uniforme puede causar
problemas locales temporales. El si­
guiente gráfico indica la cantidad pro­
medio de cal necesaria (en m2) para un
tipo particular de suelo de un pH dado
para lograr un nivel de pH de 6,5 (véa­
se también «pH óptimo», p. 523).
l‘H DE A rena M a n tillo A r c il l a
C o m ien zo (g/m2 (g/m2) (g/m2)
4,5 190 g 285 g 400 g
5,0 155 g 235 g 330 g
5,5 130 g 190 g 260 g
6,0 118 g 155 g 215 g
Para elevar el pH del suelo con rapi­
dez, agregue cal al cavar o durante otros
métodos de cultivo. Si lo requiere para
plantados establecidos, la cal puede apli­
carse como revestimiento y después in­
corporarla regando.
No aplique cal al mismo tiempo que
estiércol, porque la cal reacciona, fren­
te al estiércol rico en nitrógeno, soltan­
do nitrógeno en forma de amoníaco.
Esto puede dañar las plantas y derro­
cha nitrógeno. Si fueran necesarios, apli­
que cal y estiércol en años alternos.
C o l o c a c ió n
Esparza el fertilizante alrededor
de la base de la planta, sin que
toque hojas ni tallo.
S uelos y F e r t i l i z a n t e s
Revestimientos y «mulch»
Los revestimientos y los «mulch» son
materiales que se aplican a la superfi­
cie del suelo. Se usan para mejorar el de­
sarrollo de las plantas de alguna mane­
ra, ya sea agregando nutrientes al suelo,
aumentando el contenido de materia or­
gánica o reduciendo la pérdida de agua
del suelo. También pueden utilizarse de
un modo decorativo.
Revestimientos
La palabra revestimiento se utiliza en
dos sentidos. En primer lugar, describe
la aplicación superficial de fertilizantes
solubles alrededor de las plantas. En se­
gundo lugar, se refiere a aditivos apli­
cados a la superficie del suelo o de cés­
pedes. Por ejemplo, un césped puede
revestirse con arena u otro material or­
gánico fino, que acabará siendo absor­
bido junto con la lluvia.
A veces se utiliza grava o gravilla
como revestimiento para plantas en ma­
cizos o contenedores, a fin de propor­
cionar un drenaje rápido alejando el
agua de los «cuellos» de las plantas sen­
sibles al exceso de humedad. También
actúan como «mulch» y desalientan la
formación de musgos o liqúenes en la
superficie del suelo.
Las plantas pueden revestirse con gra­
va o astillas de piedra, sencillamente
para lograr un aspecto decorativo.
«Mulch»
Los «mulch» están disponibles en for­
ma orgánica e inorgánica y mejoran el
desarrollo de las plantas en varios mo­
dos: regulan la temperatura del suelo,
« M u l c h » Sueltos
A p l ic a c ió n d e l
«M ulch»
Un «mulch» suelto
regula la temperatura
del suelo, conserva la
humedad y desalienta
las malezas. Debe
tener una
profundidad de unos
10-15 cm.
Z o n a a A p l ic a r el
«M ulch»
En el caso de plantas
entre pequeñas y
medianas, tienda un
«mulch» siguiendo la
extensión completa
de la copa de hojas.
M a t e r ia l e s U t il iz a d o s
R e v e s t im ie n t o s U sa d o s c o m o
A d it iv o s
Algunos revestimientos, como
turba y abono descompuesto,
se agregan al suelo alrededor
de las plantas para aportar
humus y existencias regulares
de nutrientes. En los céspedes
se utiliza un revestimiento de
arena con mantillo y turba
para mejorar la ventilación.
T urba
conservando las raíces de las plantas ti­
bias en invierno y frescas en verano; re­
ducen la pérdida de agua desde la su­
perficie y ayudan a evitar que las
semillas de malezas germinen impidien­
do que la luz las alcance.
Elimine todas las malezas perennes
antes de la aplicación de un «mulch»,
de otro modo éstas se beneficiarían de
los efectos del «mulch», en detrimento
de sus plantas. No aplique un «mulch»
cuando el suelo está frío o congelado,
ya que el efecto aislante será contrapro­
ducente y el suelo permanecerá frío —en
su lugar, espere hasta que el suelo se
haya calentado en primavera.
com o R e v e s t im ie n t o
R e v e s t im ie n t o s D e c o r a t iv o s
Se agregan materiales como
grava y arenisca a la
superficie del abono de los
contenedores o a la tierra
superficial de un macizo de
orla, en particular alrededor
de plantas de desarrollo bajo,
como las alpinas. Estos
materiales mejoran el drenaje
A rena
además de realzar las plantas. G rava
A bono A r e n is c a G r u e s a A r e n is c a d e C o r n u a l l e s
«M ulch» orgánicos elevan la temperatura del suelo ligera­
Para surtir efecto, un «mulch» orgáni­ mente y resultan muy útiles para los cul­
co debe ser duradero y difícil de elimi­ tivos. Una de las desventajas de los
nar a través de las precipitaciones. Tam­ «mulch» de lámina es que, una vez ex­
bién debe tener una estructura floja que tendidos, es imposible incorporar ma­
permita que el agua la atraviese con teria orgánica al suelo; también se des­
rapidez. compone más lentamente debajo de un
La corteza gruesa es uno de los «mulch» de lámina. Si fuera necesario,
«mulch» orgánicos más útiles, porque se pueden agregar nutrientes suplemen­
evita la germinación de las semillas de
malezas en el suelo y las que aparecen
tarios a través de agujeros practicados
con un almocafre en la lámina de plás­
son fácilmente climinables. tico y después vertidos dentro. Salvo que
El abono de jardín y el sustituto de se perforen los «mulch» de lámina, casi
turba (o turba) no son tan eficaces por­ no se evapora agua del suelo y la lluvia
que ofrecen un medio ideal para la ger­ no puede penetrarlo; por lo tanto, no ex­
minación de semillas de malezas y se in­ tienda un «mulch» de lámina sobre sue­
corporan rápidamente al suelo, aunque los secos o anegados.
es cierto que mejoran la textura del Los «mulch» flotantes son láminas de
mismo. plástico ligero o vellón de fibra que se
emplean como las campanas: al crecer
«M ulch» inorgánicos el cultivo, el «mulch» flotante es eleva­
Los «mulch» inorgánicos de papel hor- do por las plantas. Los «mulch» flotan­
ticultural o láminas de plástico delga­ tes suelen estar perforados o ser permea­
das o vellón de fibra existen y son fáci­ bles para permitir que las lluvias y el aire
les de utilizar. Extiéndalos sobre la penetren hasta el suelo. Su fin es aumen­
superficie del suelo y fije con tacos de tar la temperatura del suelo; también ac­
metal para evitar que se vuelen. túan como barrera contra las principa­
Los «mulch» de lámina de plástico les plagas.
« M u l c h » d e L á m in a
Un «mulch» de lámina
de plástico es un modo
eficaz de controlar las
malezas en una zona
amplia y elevará la
temperatura del suelo
ligeramente. Proporcione
un bandaje enterrando
los bordes con una pala
en cortes de 5 cm
excavados en el suelo.

Abonos («Composts»)
Existen dos tipos de «composts» dife­
rentes: el «composts» de jardín consis­
te en materia orgánica descompuesta y
es un aditivo para el suelo; los «com-
post» para tiestos y propagación son
compuestos precisos de (principalmen­
te) materiales orgánicos y sirven para el
cultivo de plantas en contenedores y
para la propagación.
Abonos de jardín
La aportación del abono de jardín a la
productividad de éste es enorme. Debe
agregarse al suelo cuando la tasa de des­
composición de la materia orgánica se
haya nivelado; en esta etapa, debe ser
oscuro, grumoso y tener un aroma dulce.
Fabricación de «composts» de jardín
Para efectuar un montón de «composts»
de jardín, acumule una mezcla de ma­
teria rica en nitrógeno (como recortes de
hierba) y materia rica en carbono (como
corteza y papel desmenuzado), preferen­
temente en una relación de 1:2. Casi
cualquier desecho vegetal puede conver­
tirse en «composts», pero la carne y la
comida cocida no debe emplearse, ya
que atrae plagas. No use capas espesas
de recortes de hierba, porque inhiben el
movimiento del aire. Se pueden utilizar
recortes de podado, pero los recortes le­
ñosos deben desmenuzarse primero.
Sólo use malezas jóvenes; las que ten­
gan semillas o estén a punto de produ­
cirlas deben quemarse, al igual que to­
das las malezas perennes perniciosas.
Aditivos para «composts»
Existen muchos materiales que se trans­
forman bien en «compost», pero el
nitrógeno adicional acelerará el proce­
dimiento. El nitrógeno puede proporcio­
narse como fertilizante artificial, «com­
post» de comienzo patentado o, prefe­
rentemente, como estiércol, que tiene la
ventaja de contener altos niveles de orga­
nismos del suelo. Agregue este material
al montón de «compost» en los casos
necesarios, de manera que haya capas
alternas de materia orgánica y estiércol.
Si el material del montón de «com­
post» fuera ácido, los microrganismos
no funcionarán con eficiencia: si agre­
ga cal lo hará más alcalino.
l’occdimicnto de fabricación de
«compost»
El procedimiento de fabricación de
«compost» genera temperaturas eleva­
das, lo que estimula la descomposición
natural del material orgánico y ayuda a
matar las semillas de malezas y algunas
plagas y enfermedades. Para calentarse
suficientemente, un montón de «com­
post» debe ser de al menos 1 m3, pero
2 m3 son preferibles. El «compost» al­
canza la máxima temperatura después
de dos o tres semanas y madura en unos
tres meses. La remoción del montón ace­
lera el procedimiento y asegura una des­
A bonos
composición completa. Un olor a amo­
níaco indica que el «compost» es dema­ C o n s t r u c c ió n d e un C ontenedor para A bono
siado rico en nitrógeno; un olor a hue­ Para construir el
vos podridos indica que el montón
carece de aire. primer lado,
tienda 2 listones de
madera (que liarán
Transformación en «compost» lenta
Se puede emprender la transformación de montantes) en el
en «compost» de una manera no intensi­ suelo, separados al
va. Los montones de hojas húmedas, por menos 1 m. Clave
tablas a través de
ejemplo, terminan por descomponerse,
incluso fuera de un contenedor. No se éstos, ensamblando las
juntas. Deje un hueco
agrega material para comenzar el proce­ de 8 cm en la parte
dimiento y no se remueve el montón. Sin
embargo, habrá una parte del material superior e inferior.
que no se descompondrá por completo:
éste deberá volverse a convertir en abono.
Abonos para tiestos
Las plantas en tiestos requieren un me­
dio de desarrollo bien aireado y conser­
vador del agua, con una estructura fle­
xible que soporte un riego intenso. Para
obtener buenos resultados, use el tipo
más adecuado para cada propósito. La
2
Construya el segundo lado; Clave 2 listones en la cara
fórmula de los «composts» para tiestos
estandarizados fue creada por el Insti­ clave restos de madera por
encima para mantener los lados
3 interior de cada montante
tuto Horticultural John Inncs de Gran (inserción) para que las tablas de la
unidos provisionalmente. Clave delantera se deslicen entre éstos. Fije
Bretaña en los años Treinta. Estos tie­ las tablas de la parte trasera. un taco en la base como tope.
nen una base de mantillo y también con­
tienen turba y arena gruesa. Los «com­
posts» para tiestos sin mantillo (o sin
tierra), fundamentalmente compuestos
por turba, no se promocionaron hasta
los años Sesenta.
«Composts» para tiestos basados en
mantillo
Éstos deben contener un mantillo de alta
calidad, rico en materia orgánica. El
mantillo generalmente se obtiene apilan­
do tepes durante seis meses o más y debe Clave tablas a través de la Compruebe que las tablas
esterilizarse, ya sea químicamente o ele­
vando la temperatura del suelo, para ma­
4panelparte superior e inferior del
delantero para estabilizar el
delanteras se deslizan bien
entre los listones. Si es necesario,
tar plagas y semillas de malezas y eli­ contenedor al retirar las tablas sierre un poco los extremos.
minar las enfermedades. delanteras.
Los «composts» de mantillo propor­
cionan mejores condiciones de desarro­ Uso d e l C o n t e n e d o r
llo a largo plazo que los que no lo con­ Coloque una capa
tienen; tienen existencias regulares de gruesa de ramitas en la
nutrientes y son de drenaje libre, con base; construya el
una estructura y ventilación buenas. No montón en capas de 15
se resecan con tanta rapidez como los cm, esparciendo un
poco de estiércol sobre
basados en turba y son menos propensos
a anegarse. Las plantas también se siguen cada capa.
cultivando con mayor facilidad cuando
se las trasplanta al suelo del jardín. Estiércol
«Composts» para tiestos sin mantillo
Desechos de la
Son livianos y limpios de utilizar. Mu­ cocina y el jan
chos tienen una base de turba, que com­
bina la conservación de humedad con
una buena ventilación y son relativa­
mente estables y duraderos. Sin embar­ llo. La mayoría de los «composts» para tenedores a largo plazo, cuanto más fi­
go, la turba es baja en nutrientes y no los tiestos sin mantillo se descomponen broso sea el «compost», mejor. Los
conserva bien en comparación con los pronto, de manera que el volumen del «composts» sin mantillo se resecan
mantillos, de manera que debe alimen­ «compost» se reduce y el material res­ pronto y es difícil volver a humedecer­
tar las plantas con más frecuencia que tante pierde gran parte de su estructu­ los. También se anegan si las plantas se
en el caso de los «composts» de manti- ra. Para las plantas cultivadas en con- riegan en exceso.
Sustitutos de turba zante con respecto al JI N.° I y, por lo «Composts» en bloque y deben sembrarse en «compost» para
El uso de «composts» para tiestos ba­ tanto, son adecuados para las plantas de Estas son formulaciones de turba que semillas hecho a propósito, que es de
sados en la turba plantea problemas de mayor tamaño ya establecidas. se comprimen cuando están mojadas y textura fina, conservador de la hume­
medio ambiente en los países en que los Actualmente el uso de «composts» sin después se moldean para fabricar con­ dad y bajo en nutrientes, ya que las sa­
campos de turba son un hábitat en pe­ mantillo es extenso. Se fabrican de 3 par­ tenedores y módulos semilleros. Se pue­ les pueden dañar los plantones.
ligro. Existen «composts» alternativos, tes (en volumen) de sustituto de turba den plantar directamente en el suelo de El «compost» estándar para semillas
como los basados en fibra de coco y cor­ gruesa (o turba) de buena estructura y manera que las raíces de las plantas ape­ (basado en la fórmula de John Innes)
teza, pero todavía no se han completa­ I parte de arena, y pueden contener va­ nas se tocan. se fabrica con 2 partes (en volumen) de
do las pruebas con respecto a su eficacia. rios niveles de nutrientes. mantillo esterilizado, 1 parte de sustituto
«Compost» de fibra de bulbo de turba (o turba) y 1 parte de arena.
«Compost» estándar para tiestos Éste se fabrica a partir de musgo esfag- A cada metro cúbico se agrega 1,2 k de
El «compost» para tiestos puede tener «Composts» universales
Las propiedades físicas y las existencias náceo no descompuesto que tiene una superfosfato de calcio y 594 g de piedra
una base de mantillo o turba. Las fór­ de nutrientes de éstos están aproxima­ estructura abierta y se utiliza para el cul­ caliza triturada.
mulas de John Innes tienen una base de damente entre las de los «composts» tivo de bulbos en contenedores sin agu­
mantillo y se fabrican con 7 partes (en para semillas y para tiestos, y tienen una jeros de drenado, cuando una ventila­ «Compost» estándar para esquejes
volumen) de mantillo esterilizado de ción pobre podría ser un problema. Las mezclas de «compost» para arrai­
buena calidad, 3 partes de sustituto de amplia gama de aplicaciones, desde se­ Ofrece un soporte físico y conserva la gar esquejes son de drenaje libre y su uso
turba (o turba) y 1 parte de arena. A guir cultivando plantones hasta servir humedad razonablemente bien. Su ca­ está pensado para medioambientes de
cada metro cúbico se agregan 594 g de para muchas plantas en tiestos. rencia de nutrientes no tiene importan­ alta humedad. Su base puede ser de cor­
piedra caliza triturada o 1,2 k de pezu­ cia, ya que los bulbos poseen reservas teza, perlita o mezclas que contengan un
ña y cuerno, 1,2 k de superfosfato de cal­ «Composts» especiales de alimento. alto porcentaje de arena gruesa. Los
cio y 594 g de sulfato de potasio. Éstos sirven para las plantas que tienen abonos para esquejes son bajos en nu­
La cantidad de fertilizante que con­ unas necesidades de desarrollo especia­ trientes, de manera que, una vez arrai­
tienen los «composts» para tiestos pa­ les. Los «composts» para las orquídeas «Composts» para gados, los esquejes requieren alimento.
tentados puede variar, adecuándose a las
diferentes necesidades de las plantas. El
son de drenaje libre y a menudo contie­
nen carbón y corteza fina. Los abonos la propagación Un abono estándar para esquejes sue­
le contener 50:50 de arena y sustituto de
«compost» para tiestos JI N.° 1 contie­ para alpinas y cactus son de drenaje ex­ turba (o turba). A cada metro cúbico se
ne relativamente poco fertilizante; es tremadamente libre y a veces pobres en Al sembrar semillas (especialmente se­ agregan 4,4 k de calcio de las Dolomi­
adecuado para un uso a corto plazo, nutrientes, adecuados a las necesidades millas finas) y arraigar esquejes, se lo­ tas, 1,5 k de pezuña y cuerno o sangre
como al seguir cultivando plantones y de las plantas. Los «composts» ericáceos gra una tasa de éxitos más elevada usan­ seca, superfosfato de calcio y carbona­
para la siembra de semillas grandes. Los tienen un pH bajo y son adecuados para do «composts» para la propagación. to de calcio respectivamente, y 148 g de
«composts» para tiestos JI N.° 2 y N.° el cultivo de plantas que odian la cal, nitrato de potasio y sulfato de potasio
3 contienen dos y tres veces más fertili­ como los rododendros. «Compost» estándar para semillas respectivamente. Si no hubiera mantillo
Para germinar, las semillas finas requie­ podría tener que agregar un fertilizante
ren un buen contacto con el «compost» especial que contenga micro-nutrientes.
Sistemas orgánicos
meta de los métodos de cultivo El sistema de «no-cavado» do el uso de una paleta en todos los ca­
L
a
orgánicos suele consistir en mini­ El cultivo del suelo, paradójicamente, sos posibles. El sistema de «no-cavado» S is t e m a de « N o -c a v a d o »
mizar la necesidad de cultivo del suelogenera las condiciones en las que las ma­ también hace uso de «mulch» para eli­
para conservar su fertilidad natural y re­lezas prosperan y a veces ocasiona el de­ minar malezas y conservar la humedad.
ducir el contenido de malezas. El estiér­ terioro de la estructura. El sistema de En casos extremos, las patatas, por
col y otros fertilizantes orgánicos son «no-cavado» es un método de cultivo del ejemplo, no se entierran en el suelo sino
una parte integral del sistema de culti­ suelo que, a fin de conservar su estruc­ que en su lugar se «plantan» sobre la su­
vo orgánico, ya que ayudan a conservar tura y evitar la pérdida de nutrientes, perficie del suelo debajo de una capa de
una buena estructura del suelo. emplea un mínimo de cavado, prefirien­ «mulch» espesa.

E l M é t o d o d e l M a c iz o P r o f u n d o Sistema de macizo profundo

f Cultive el suelo en

I
' profundidad e Con el uso del sistema de macizo pro­ Para cultivar patatas,
incorpore materia fundo se mejora la estructura del suelo coloque los tubérculos sobre
orgánica. Para hacer el hasta la profundidad necesaria con un la superficie del suelo y cubra
macizo, amontone la solo cultivo a fondo (véase «Cavado do­ con un «mulch» de 15-20 cm de
superficie, utilizando ble», p. 526). Al mismo tiempo se in­ espesor.
tierra negra de la zona corporan grandes cantidades de mate­
circundante, para que ria orgánica, con lo que se evitan
el macizo quede ' cavados ulteriores. Si el macizo no se
ligeramente elevado. compacta por andar sobre él los culti­
vos ulteriores se vuelven innecesarios. Se
desarrolla una estructura natural del

2
El macizo no debe
tener más de 1,5 m
de ancho, para
permitir un acceso
fácil. Como la
condición del suelo ha
suelo, estimulada por la materia orgá­
nica y las grandes cantidades de gusa­
nos. Sólo se agrega más materia orgá­
nica en forma de «mulch» y revestidos.
Como la única alteración de la super­
ficie se produce al plantar, todas las se­

mejorado se puede
plantar en una
densidad 4 veces
mayor que en un
macizo convencional.
2
millas de malezas que están debajo del Cubra las patatas con
nivel de germinación quedan inactivas plástico negro, sujetándolo
y sólo hay que eliminar los plantones de con firmeza. Practique cortes
malezas llevadas por semillas arrastra­ para que los plantones crezcan
das por ei viento. a través.
 6
P r in c ipio s
de P r o pa g a c ió n
es empren­ zadas comprenden la hibridización, cuyo fin es crear plantas con
r e c u e n t e m e n t e , l a p r o p a g a c ió n d e p l a n t a s

F dida por el jardinero de un modo instintivo, por ejemplo características nuevas —como por ejemplo un hábito de desarro­
cuando divide un grupo apiñado de perennes o bulbos, y llo y un colorido de las flores diferente. Para muchas personas,
la transición de una semilla hasta convertirse en una planta sana,
es una extensión natural de la jardinería. Una vez que los princi­
pios fundamentales se hayan comprendido, la propagación de el desarrollo de un esqueje de leña dura aparentemente sin vida
plantas no resulta difícil, y es el mejor modo, aparte del más ba­ en un árbol o arbusto nuevo y vigoroso o la formación de una
rato y satisfactorio, de aumentar la cantidad de plantas de! jar­ planta joven sobre un trozo de hoja es un proceso fascinante. La
dín. Además, ofrece muchas oportunidades para intercambiar ma­ comprensión de las técnicas ilustradas en este capítulo debería si­
terial de plantas con otros jardineros y así aumentar aún más la tuar las múltiples gratificaciones obtenidas a través de la propa­
gama de plantas cultivables disponibles. Las técnicas más avan­ gación eficaz de las plantas al alcance de todos los jardineros.
Semillas
Las semillas son el sistema más común P artes R eprod u cto ras de una R osa Estambres
de reproducción de plantas floridas en eliminados para Ovario
la naturaleza. Es un método sexual y Pétalos Estambres mostrar el ovario hinchado
presenta la posibilidad de diversas com­ (parte masculina) hinchado
binaciones genéticas, de manera que los
plantones resultantes son variables. Esta
variación aporta la base por la que las
plantas se adaptan a su medio ambiente Ovario
y permite la crianza y la selección de cul­ (parte
tivares con nuevas combinaciones de ca­ femenina)
racterísticas. Las semillas pueden criarse
más o menos legítimas y a menudo va­ I Pétalos Semillas
rían dentro de una especie. Para la hor­ Flor completa eliminados para mostrar las Estigma desarrollándose
ticultura, la variación no ofrece ventajas partes femeninas y masculinas en el ovario
si las plantas cultivadas deben conser­ Las partes de la flor necesarias para la reproducción polen— y la parte femenina, con uno o más estigmas,
var características precisas, pero es venta­ son los estambres —la parte masculina que lleva el estilo y ovario. Los pétalos atraen polinizadores.
josa si se buscan mejores características.
Recolección y almacenado Observe los frutos que se parten para
soltar sus semillas; apenas un cápsula de
ciones no son favorables para el desa­
rrollo de plantones, sino que quedan
Desarrollo de las semillas de semillas semillas se parta, coseche junto a otras inactivas hasta que la temperatura y
cápsulas casi maduras, aunque todavía otros factores sean más adecuados. Esta
La mayoría de plantas son hermafrodi- En general, deben recolectarse las semi­ no se hayan abierto. Seque dentro de sa­ inactividad se logra a través de varios
tas —es decir que cada flor tiene partes llas apenas estén maduras y después al­ cos de papel limpios antes de separar las medios, como la presencia de inhibido­
masculinas y femeninas. Al madurar la macenarlas en sitio seco, oscuro y bien semillas. Cuando algunas semillas dis­ res químicos dentro de las semillas, a tra­
flor, el polen se transfiere sobre uno o ventilado a l°-5° C de temperatura hasta tribuidas por el viento se vuelan, reco­ vés de cáscaras de semillas duras que de­
más estigmas de la misma flor (autopo- que se utilicen (ciertas semillas tienen ne­ lecte las maduras cubriendo las ramas ben romperse o pudrirse antes de que la
linización) o sobre los de una flor de otra cesidades especiales). Algunas son via­ semilleras con muselina fina o sacos de semilla pueda germinar, o por la nece­
planta de la misma especie (polinización bles sólo durante períodos cortos y de­ papel, o corte una o dos ramas semille- sidad de la semilla de experimentar pe­
cruzada) a través de insectos, pájaros, ben sembrarse lo antes posible. Ótras ras y coloque en agua en el interior para ríodos fríos y calientes alternativos. Se
agua o viento. Los granos de polen pro­ pueden almacenarse períodos largos a que maduren. han desarrollado varios métodos horti-
ducen tubos de polen, que crecen hacia temperaturas bajas sin perder viabilidad. culturales para vencer esta inactividad
abajo a lo largo del estilo encontrándose Los frutos carnosos deben empaparse y natural y que las semillas germinen más
con los huevos en el ovario; la fertiliza­ ablandarse en agua, retirar las semillas Cómo vencer la inactividad rápidamente y por lo tanto tengan una
ción ocurre cuando se fusionan los nú­ de la pulpa y secarlas al aire a una tem­ tendencia menor al fracaso.
cleos masculinos y femeninos. Los em­ peratura de 10°-20° C. Antes de secar­ Las semillas de algunas plantas poseen
briones se desarrollan a partir de éstos, se, las semillas de la mayoría de frutos mecanismos propios que ayudan a con­ Escarificación
que, alimentados por un tejido adyacen­ con carozo (p. ej. las cerezas) y las de trolar el momento de la germinación; La meta es romper la cáscara dura de
te de almacenamiento dentro de una se­ algunos arbustos con bayas (p. ej. Ber­ por ejemplo, muchas semillas no germi­ la semilla y permitir la entrada de agua,
milla, forman plantas nuevas completas. berís y cotoneaster) deben estratificarse. nan a fines de otoño, cuando las condi­ acelerando así la germinación.
E s c a r ific a c ió n
Antes de plantar, melle la cáscara
dura de semitas como Paconia lútea
con un cuchillo afilado para que la
semilla pueda absorber humedad.
Las semillas grandes de cáscara dura,
como las de las leguminosas, pueden
mellarse con un cuchillo. Las semillas
más pequeñas se sacuden en un bote re­
vestido de papel abrasivo o con gravilla.
Estratificación tibia
Se emplea para las semillas de cáscara
dura de muchas especies leñosas (véase
Semillas de árbol que requieren estra­
tificación, p. 57, y Semillas de arbusto
que requieren un tratamiento especial,
p. 87). Coloque las semillas en un saco
de plástico con volúmenes iguales de
arena y mantillo o volúmenes iguales de
sustituto de turba (o turba) y arena y al­
macene a 20°-25° C durante 4-12 sema­
nas. Seguirá una estratificación fría an­
terior a la siembra de las semillas.
Estratificación fría
Empape las semillas durante 24 horas;
agréguelas a una mezcla de turba húme­
da y arena en un saco de plástico o colo­
que en una fuente con papel de filtro hú­
medo. Refrigere las semillas a l°-5° C
durante 4-12 semanas hasta que empiece
la germinación. También puede colocar­
las en una lata perforada con 1 parte de
semillas por 3 partes de arena húmeda;
entierre la lata en el exterior a 60 cm de
profundidad durante uno o dos invier­
nos. Periódicamente, excave la lata y
compruebe si las semillas han germinado.
Una vez que ocurra, siembre las semillas.
E s t r a t if ic a c ió n e n F r ío
• *
^ •
'/
Antes , Después
Las semillas de lupinos, tras estar en
agua 24 horas durante la estratificación
enfrio, se habrán hinchado ligeramente.
Requerimientos para la germinación
Para germinar, una semilla requiere ca­
lor, aire, agua y, algunas especies, luz.
El medio de desarrollo debe ser tierra
fino capaz de absorber agua hasta la al­
tura de las semillas colocadas cerca de
la superficie. Para ayudar a este surgi­
miento capilar, la tierra se afirma por
medio de un prensador. Sin este afirma­
do habría bolsas de aire y las columnas
de agua esenciales para el surgir capi­
lar se rompen. La tierra no debe estar
compactada ni tan húmeda que el aire
no pueda penetrar; casi seguramente, las
semillas no germinarán en una tierra sin
aire ya que no podrán obtener oxígeno,
vital para el desarrollo. Las tierras para
semillas sólo contienen un cuarto del
fertilizante que contienen las tierras para
tiestos y a menudo llevan fungicida para
evitar las enfermedades de «Podredum­
bre por el pie» (p. 568). Para obtener re­
sultados de éxito, la temperatura para la
germinación de la mayoría de las semi­
llas debe ser de 20°-30° C; los propa­
gadores con calefacción son útiles para
mantener temperaturas constantes (véase
«Unidades de propagación con calefac­
ción», p. 543).
Las necesidades de luz varían duran­
te la germinación: algunas semillas ne­
cesitan luz (p. ej. Atyssum, begonias,
Calceolaria y Genista); otras se inhiben
en presencia de la luz (p. ej. Allium, es­
puelas, Nigella y flox). Si desconoce las
necesidades de luz/oscuridad, siembre
a oscuras; si tras unas semanas no ger­
minan, coloque a la luz.
Sembrado y cuidados
posteriores
Después de sembrar las semillas en con­
tenedores o terreno abierto, no permita
que la tierra se reseque o se anegue de­
masiado; cubra los contenedores con
cristal o plástico y coloque en un me­
dio ambiente adecuado (véase «El me-
dioambicnte para la propagación», p.
542). El primer indicio de la germina­
ción es la aparición de la radícula o raíz A l marchitarse los cotiledones, u hojas
primaria, seguida en la germinación epi- de semilla, las hojas legítimas asumen
gca por los cotiledones, u hojas de se- gradualmente el proceso de fotosíntesis.
C óm o G e r m in a u n a S em illa
En la germinación hipogeo (derecha),
los cotiledones, u hojas de~ ^ ¡r Hojas legitimas
semilla, quedan bajo
el nivel del suelo; en
la germinación epigea,
(extrema derecha),
aparecen sobre el suelo.
Nivel del suelo
fi
Radícula
Cotiledón
D esa r r o l l o de un P lantón
Follaje
de opulento
color verde
uniforme
P lantones S anos
Unos mastuerzos (Tropaleum) fuertes
y bien espaciados prosperando bajo
cristal y listos para trasplantar.
milla, que proporcionan las reservas ali­
menticias iniciales.
Cuando los plantones son lo bastan­
te grandes como para manipularlos,
debe trasplantarlos (véase A n u a l e s y
B ien a les , «TVasplantado», p. 183). El no
hacerlo tiene un desarrollo débil como
resultado, porque los plantones apiña­
dos compiten por la luz y los nutrientes
y sucumben a infecciones fúngicas con
facilidad. Una vez trasplantados, vuel­
va a colocar los plantones en el medio
ambiente tibio de la germinación para
reestablecerse; después temple gradual­
mente, colocando los contenedores en
H o ja s L eg ít im a s
Hoja legitima
Cotiledones
Hojas legítimas
Cotiledón
largos
y delgados
P l a n t o n e s E n f e r m iz o s
Si no se trasplantan a tiempo, los
plantones se volverán pálidos,
apiñados, blancuzcos y podrían morir.
condiciones más frescas (véase «Templa­
do», p. 543).
Producción de plantas
híbridas
Al hibridizar plantas, es importante evi­
tar la autopolinización. Para lograr una
polinización cruzada controlada, se eli­
minan los pétalos, sépalos y estambres
de la flor madre femenina y se protegen
las flores desnudas contra insectos por
medio de sacos de papel o plástico has­
ta que los estigmas de la planta femeni­
na estén pegajosos y receptivos. El po­
len, previam ente recolectado de
estambres secados al aire, se transfiere
a los estigmas; se vuelven a proteger las
flores contra los insectos una vez más
hasta que se produzca la fertilización.
En los ovarios se desarrollarán semillas
híbridas y deben recolectarse cuando es­
tén maduras y según sus necesidades
(véase también E l J a r d ín d e R o sa s ,
«Hibridización», p. 134).
Híbridos F1 y F2
Para el jardinero que busca uniformidad
y cuasi-perfección, existen semillas hí­
bridas F1 y F2 disponibles para algunas
plantas, mayormente anuales. Tales se­
millas requieren una técnica de crianza
compleja y por esto es más cara.
La primera generación que se produ­
ce al cruzar dos plantas de la misma es­
pecie, bien conservadas y genéticamen­
te endogámicas, se denomina híbrido de
«primera generación filial» o Fl. Este
proceso combina las ventajas de la ma­
yor uniformidad resultante de la endo-
gamia con el vigor que puede generar
el cruce. Los híbridos Fl son más vigo­
rosos que sus padres y ofrecen una uni­
formidad de las características de las flo­
res como el color y la forma, que rara
vez ocurre con semillas de polinización
abierta. A veces dos cruces controlados
de cuatro líneas seleccionadas se utili­
zan para producir un híbrido de una
segunda generación filial o F2 —que
conservará algo del vigor y de la unifor­
midad de los padres Fl, pero a menudo
con otras características favorables me­
nos evidentes en los FL

Acodo
Los acodos son una forma natural de
propagación: se estimula la aparición de
raíces enterrando un tallo en tierra mien­
tras sigue sujeto a la planta madre. Des­
pués se separa la parte arraigada del tallo
de la planta madre y se sigue cultivando.
El tallo a acodar suele cortarse, cor­
tarse en anillo o torcerse. Esto interrum­
pe el flujo de hormonas e hidratos de
carbono parcialmente, los cuales al acu­
mularse, estimulan la aparición de raí­
ces. Los tejidos más allá de la constric­
ción se riegan un poco más y esto
también favorece el desarrollo de raíces.
Otro estímulo para las raíces es la ex­
clusión de luz del tallo: las células ca­
rentes de luz se vuelven de paredes del­
gadas y las raíces se forman con mayor
facilidad. Para una mayor estimulación
del arraigue, aplique polvo hormonado
de arraigue en el punto de acodo.
Métodos de acodo
Los métodos de acodo se clasifican en
tres grupos: aquellos en los que un ta­
llo se baja hasta el suelo (sencillo, de ser­
pentina, natural y acodo de extremos);
aquellos en los que se amontona tierra
sobre un tallo (retoñado, acodo en zan­
jas y acodo francés); y el acodo aéreo,
donde el «suelo» se lleva hasta el tallo
de la planta. La palabra «suelo» aquí
se utiliza libremente para referirse a cual­
quier medio de desarrollo como la tur­
ba, arena, musgo esfagnáceo o serrín.
Acodo sencillo
Caña
portante
Ligadura Vastago de magnolia
joven y
Raíces
desarrollándose
a patir del
tallo mellado
Es mejor llevar a cabo este método en­
tre otoño y primavera. La planta madre
debe ser joven y haber sido podada la
estación anterior para producir tallos vi­
gorosos y flexibles que se pueden bajar
hasta el nivel del suelo y que arraigarán
con facilidad. En la parte inferior del ta­
llo a acodar se practica un corte sesga­
do y en este punto se estaquilla o fija
en el suelo firmemente. El extremo del
vástago se sujeta a una caña vertical cla­
vada en el suelo. El siguiente otoño, si
el acodo ha arraigado bien, puede se­
pararse de la planta madre (véase tam­
bién A r b u s t o s O r n a m e n t a l e s , «Aco­
do sencillo», p. 115).
A codo
Estaquilla manteniendo tallo de clemátide Acodo francés o continuo
A c o d o d e S e r p e n t in a \ bajo un montón de tierra Tierra amontonada
Planta sobre vástago
madre
Raíces
apareciendo
Nivel del suelo1 entre nodulos
Acodo de serpentina ro de 7-10 cm de profundidad. Tras unas
Esta forma modificada del acodo sen­ semanas, aparece un vástago nuevo; en­
cillo se utiliza para plantas de tallos fle­ tonces separe la planta joven de la ma­ Tallo estaquillado 4codo arraigado
xibles, como las clemátides. Se amon­ dre. Siga cultivando el acodo arraigado
tona tierra sobre tallos largos jóvenes, in situ ; si fuera necesario, trasplante la El acodo francés, o continuo, es una for­
dejando los brotes descubiertos para siguiente primavera. ma modificada del retoñado. A fines de
producir vástagos aéreos. invierno, estaque vástagos jóvenes del ta­
Retoñado llo madre en el suelo. Todos los desa­
Acodo natural Tallos jóvenes rrollos nuevos se van enterrando hasta
y vigorosos podados unos 15 cm de profundidad. Estos vás­
Planta de tagos nuevos deben haber arraigado en
fresa otoño y después de que pierdan las ho­
nueva jas, pueden separarse y seguir cultivan­
do (véase «Acodo francés», p. 89).
Acodo aéreo
Manga de plástico sellada
Nodulo rellena de musgo
Vástago esfagnáceo
Planta madre Acodos arraigados
Aunque es importante para la produc­
ción comercial de rizomas, el retoñado
o acodo por amontonado es utilizado \ Corte en diagonal
por los aficionados sólo para algunas en el tallo
plantas leñosas. Los tallos de una plan­ formando lengüeta
Algunas plantas, como las fresas, se re­ ta madre joven se recortan a fines de in­
producen naturalmente emitiendo una vierno o principios de primavera hasta
serie de vástagos. Después estos arrai­ 8 cm del suelo. Cuando los vástagos Después del arraigue,
gan en un nodulo, formando una plan­ nuevos midan 15-20 cm de largo, amon­ separe el acodo de
ta nueva. Una vez que la planta nueva tone tierra sobre sus bases y dos veces la planta madre
esté establecida, separe de la planta ma­ más hasta el verano. En el caso de plan­
dre y siga cultivando. tas que arraigan con facilidad, como to­
millo y salvia, no hay querecortar los ta­ \ Raíces
Acodo de extremo llos antes de amontonar la tierra. Los desarrollándose
Vástago d e ____ tallos habrán arraigado para otoño; se­ alrededor de
zarzamora joven pare de la planta madre y trasplante la mella
y vigoroso (véase también E l J a r d ín d e H ie r b a s , del tallo
Raíces emergiendo «Acodo por amontonado», p. 301).
Brote de en planta nueva
desarrollo en Acodo de zanja Utilice el acodo aéreo —o acodo chino,
planta nueva El acodo de zanja o de blanqueo sirve también conocido como «marcotta-
sobre todo para rizomas de frutales, en ge»— para algunos árboles, arbustos y
especial los de arraigue difícil. La plan­ plantas de interior. En primavera o ve­
rano, corte un vástago aéreo y llene la
ta madre se planta en ángulo de mane­
ra que sus vástagos se pueden estaqui­ lengüeta con musgo esfagnáceo; cubra
Planta de llar con facilidad en zanjas poco con plástico hasta que se desarrollen las
zarzamora nueva profundas y cubrirse con tierra. Los vás­ raíces (véase Acodo aéreo de un arbus­
tagos arraigados pueden separarse de la to, p. 89, y E l J a r d ín d e I n t e r io r ,
Planta planta madre y formar plantas nuevas. «Acodo aéreo», p. 456).
madre
A c o d o d e Z a n ja \ Zanja de 5 cm
Madre plantada
\ de profundidad
en ángulo de 30°-40°_____________
Acodo
arraigado
Nivel del suelo
Este método sirve para arbustos y tre­
padoras que producen raíces desde los
extremos de sus vástagos; uno de los
ejemplos silvestres más comunes son las Vástagos jóvenes
zarzamoras. En verano, se entierra el ex­ vigorosos,
tremo de un vástago joven en un aguje- estaquillados
Esquejes
El método vegetativo más corriente es
la propagación por esquejes. Existen tres
tipos principales: tallo, hoja y raíz. Los
esquejes de tallo producen raíces desde
el mismo tallo o desde el tejido cicatri­
zante (callo) que se desarrolla en la base.
Estas raíces se llaman adventicias, que
significa agregadas o artificiales. Se pue­
den usar algunas hojas grandes como
material de esqueje y desarrollarán raí­
ces adventicias desde sus venas. Las raí­
ces jóvenes y vigorosas también sirven
como esquejes —la propagación a par­
tir de esquejes de raíz es un método sen­
cillo y económico. Las especies aptas
producirán brotes de tallo y raíces ad­
venticias sobre el esqueje de raíz.
Cómo se forman las raíces
Las raíces adventicias se desarrollan des­
de células jóvenes producidas por el
cámbium —una capa de células que ge­
nera tejidos implicados en el engrasa­
miento de los tallos. Generalmente, es­
tán situadas cerca de los tejidos
transmisores de alimento y agua, que
proporcionan alimento al desarrollarse.
El desarrollo de raíces adventicias
también recibe ayuda de las hormonas
naturales llamadas auxinas, que se acu­
mulan en la base de un esqueje. Las
auxinas silvestres pueden complementar­
se con auxinas sintéticas, en forma de
polvos o soluciones con una base tipo
talco. Estas ayudan al arraigue al apli­
carlas en la base de los esquejes y su uso
se recomienda para todas las plantas sal­
vo las que arraigan con facilidad. Utili­
ce un poco de hormona, ya que una can­
tidad excesiva puede dañar los tejidos
inmaduros. Las hormonas para el arrai­
gue pueden adquirirse con una concen­
tración baja del ingrediente activo para
esquejes de leña blanda y en concentra­
ciones más altas para el más duro; al­
gunos contienen un fungicida que evita
que las infecciones penetren los esque­
jes a través de tejidos heridos.
A lm o h a d illa
Raíces adventicias
desarrollándose
de la almohadilla
callosa
. Almoadilla callosa
protectora
Las plantas de arraigue difícil (aquí
Choisya ternata) forman una
almohadilla callosa de tejido
cicratizado en la base del esqueje de
tallo, donde se cortó de la planta madre.
E s q u e je s de L eñ a Blanda
Esqueje,
preparada Esqueje
recortado por arraigado
debajo
del nodulo
El tallo verde y blando del esqueje
(aquí Hydrangea macrophylla) se
vuelve marrón al madurar y
desarrollar su sistema de raíces.
Esquejes de tallo
Los esquejes de tallo se clasifican según
la madurez del tejido del tallo en leña
blanda, leña verde, leña semimadura y
leña dura ( o leña madura). La diferen­
ciación es útil pero imprecisa, porque el
tejido está en permanente desarrollo du­
rante la estación de desarrollo.
Esquejes de leña blanda
Éstos se recogen en primavera, cuando
los vástagos nuevos de la planta madre
están casi desarrollados y comienzan a
endurecer; son generalmente de los ex­
tremos de los vástagos (esquejes de ex­
tremo), pero los vástagos basales jóve­
nes (esquejes de base) de las perennes
herbáceas también se utilizan (véase P e ­
r e n n e s , «Esquejes de tallo basales», p.
166). Como el material joven es el que
arraiga con facilidad, los esquejes de
leña blanda encarnan la máxima posi­
bilidad de arraigar especies difíciles de
propagar pero requieren apoyo del me­
dio, ya que pierden agua y se marchi­
tan con rapidez (véase «El medio am­
biente de propagación», p. 542).
Esquejes de leña verde
Éstos se recogen entre principios y me­
diados de primavera, de leña algo más
madura, cuando el desarrollo se hace
más lento. Arraigan con menos de faci­
lidad pero sobreviven mejor que los de
leña blanda, aunque necesitarán un me­
dio ambiente que los apoye donde se de­
sarrollarán hasta convertirse en plantas
nuevas, antes de ser templadas.
Esquejes semimaduros
Éstos se recogen a fines de primavera y
son menos propensos a marchitar ya que
los tejidos de los tallos son más firmes
y leñosos (véase «Esquejes semimadu-
ros», p. 84). Algunas especies de hojas
grandes, como Ficus y camelias, pueden
propagarse de modo más económico to­
mando un trozo corto de un tallo semi-
maduro por encima y por debajo de un
brote de hoja, conservando una única
hoja (véase «Esquejes de brotes de ho­
jas», p. 85).
Esquejes de leña dura
Los esquejes de leña dura maduros se
recogen a fines de la estación de desa­
rrollo, de otoño a primavera, cuando los
tejidos están maduros. Los esquejes de
leña dura se dividen en dos categorías:
caducos sin hojas y siempreverdes de ho­
jas grandes. El desarrollo de muchas
siempreverdes de hojas lustrosas se mar­
chita con facilidad durante su juventud
a principios de la estación porque la cera
protectora de sus hojas se desarrolla con
lentitud; es mejor propagarlas por es­
quejes semimaduros o de leña dura (véa­
se también Á r b o l e s O r n a m e n t a l e s ,
«Esquejes de leña dura», p. 54; P l a n ­
t a s T r e p a d o r a s , «Propagación a par­
tir de esquejes de leña dura», p. 113 y
E l J a r d ín d e R osas , «Esquejes de leña
dura», p. 131).
E s q u e je s S e m im a d u r o s
I tallo con brotes
opuestos corlado bajo
un nodulo
Desarrollo nuevo
a partir de
cada nodulo
El tallo verde
(aquí Weigela)
tiene una base
más oscura y leñosa
E s q u e je s de Brotes de H o ja
Un trocito de tallo semimaduro (aquí
una camelia) aporta alimento para un
esqueje de brote de hoja, ya que
produce alimento a través de su hoja.
E s q u e je s de L eña D ura
Tatto
leñoso
sin hojas
Kan c .\
Raíces
Los esquejes de leña dura (aquí Salix
alba) son los más largos, ya que
necesitan grandes reservas de alimento
mientras sus raíces se desarrollan.
Cuándo recoger esquejes
de tallo
No existen reglas precisas sobre cuándo
recoger esquejes de tallos de una espe­
cie en particular, de manera que si los
esquejes recogidos en primavera no
arraigan, se pueden recoger otras más
tarde en la estación y tratarlos según la
madurez relativa de los vástagos.
Es mejor propagar las plantas de
arraigue difícil temprano, para que las
plantas nuevas tengan tiempo de madu­
rar antes del invierno. Como la acción
de las hormonas productoras de raíces
se suprime por las que inician las flo­
res, utilice esquejes sin brotes de hojas
en la medida de lo posible; ha de utili­
zar esquejes con brotes de flores, eli­
mínelos.
Preparación de esquejes de tallo
Los esquejes de tallo se preparan cor­
tando por debajo de un nodulo —o ar­
ticulación de una hoja— donde el cám­
bium (la capa de células implicada en
E s q u e je s de N odulo
La hoja afilada----------
y limpia reduce
las posibilidades
de infectar
el esqueje
NoduloI
La mayoría de esquejes (aquí
Hydrangea paniculata) arraigan bien
a partir de sus nodulos, así que
recorte justo debajo de un nodulo.

E sq u e je s I n t r a n o d u l a r e s
Los esquejes intranodulares (aquí
Clematis montana) usan el escaso
materia! de propagación económico
aumente.
el engrasamiento del tallo) es más acti­
vo. Algunos esquejes de arraigue fácil,
como los de los sauces (,Salix), tienen
raíces preformadas en los nodulos que
comienzan a desarrollarse al separarlas
de la planta madre. En el caso de éstas
y de los esquejes con hojas muy agru­
padas en cada tallo, corte entre nódu-
los (corte internodular).
El largo del esqueje dependerá de la
especie, pero en general medirá 5-12 cm
o alrededor de cinco o seis nodulos de
largo. Las hojas inferiores se eliminan
a fin de dejar un trozo de tallo limpio
para insertar. Para facilitar el arraigue,
los esquejes de leña semimadura y dura
a menudo se «hieren» cortando una as­
tilla de corteza de los 2,5 cm inferiores
del esqueje. Esto descubre una superfi­
cie de cámbium más grande, estimulan­
do la formación de raíces. Algunos es­
quejes, en especial los semimaduros,
pueden recogerse arrancando un vásta-
go lateral del vástago principal junto con
una pequeña «estaca» de corteza (véa­
se A r b u s t o s O r n a m e n t a i .e s , «Esque­
jes de estaca», p. 85). La estaca aporta
protección adicional hasta que el esqueje
arraigue, aunque no existe explicación
científica satisfactoria para esta respues-
H e r id a
Corteza
Centro verde y Capa de cámbium
meduloso del tallo descubierta
tras herir
la base del tallo
Haga un corte poco profundo,
inclinado hacia abajo, en la base de
esquejes semimaduros y de teña dura
como una vid (Vitis).
P r e p a r a c ió n de E s q u e je s
Esqueje sin
preparar
Esqueje listo
para introducir
Para reducir el estrés ocasionado por
¡a pérdida de agua en esquejes con
hojas (aquí rododendro) elimine
algunas y corte otras por la mitad.
ta. Salvo los esquejes de leña dura sin
hojas, que contienen reservas de alimen­
tos de la estación de desarrollo previa,
existen pocos esquejes capaces de pro­
ducir raíces y vástagos sin una alimen­
tación suplementaria a través de la fo­
tosíntesis. Sin embargo, las hojas en
actividad pierden agua a través de sus
poros y ésta es difícil de reemplazar, y
una pérdida de agua excesiva malogra­
rá el esqueje. Para lograr un equilibrio
entre la conservación del tejido fotosin-
tético y la reducción de la pérdida de
agua, elimine todas las hojas salvo tres
que hayan alcanzado su tamaño com­
pleto y dejando las hojas inmaduras. Si
las hojas restantes fueran demasiado
grandes, reduzca cada hoja a la mitad
para minimizar la pérdida de agua.
Esquejes de hojas
En algunas plantas, se pueden tomar ho­
jas enteras (con o sin tallo) o trozos de
hojas y utilizarlas como esquejes, intro­
duciendo o clavando sobre el abono. Si
coloca hojas enteras planas, deberá me­
llar las venas a intervalos, ya que en las
superficies de corte de las venas de ho-
H o ja s G r a n d e s
Esqueje de
hoja recortado
Se ha formado
una plántula
nueva en la
vena mellada
Las hojas grandes de plantas como
las begonias pueden dividirse en
trocitos; cada uno formará un callo en
la mella de la vena y raíces adventicias.
jas grandes se formarán plántulas. Pro­
pague plantas como Sinningia y Strep-
tocarpus a partir de secciones cortadas
de hojas extendidas y no dañadas. Las
violetas africanas (Saintpauita) y Pepe-
rom ia también pueden propagarse a par­
tir de hojas enteras con tallos (véase tam­
bién E l J a r d ín d e I n t e r io r , «Esquejes
de hojas», p. 454).
Esquejes de raíz
En la mayoría de árboles y arbustos, los
esquejes de raíz se recogen en la esta­
ción inactiva de raíces jóvenes y vigo­
rosas del grosor de un lápiz, pero las raí­
ces pueden ser algo más delgadas en el
caso de plantas herbáceas como el flox.
Ixmgitud del esqueje
Esto depende del medio ambiente en el
que deberá desarrollarse el esqueje de
raíz: cuanto más tibio sea antes apare­
cerán vástagos nuevos y, por tanto, se
pueden emplear esquejes más cortos con
unas reservas alimenticias menores, aun­
que no deben medir menos de 2,5 cm
de largo. Es mejor cultivar los esquejes
de raíz que miden 2,5-5 cm en un inver­
nadero y los que midan más de 5 cm en
una cajonera fría. Para Ailanthus y li­
las (Syringa), que pueden propagarse en
terreno abierto, deben utilizarse esque­
jes de 10-15 cm de largo.
Introducción de esquejes de raí/.
Hay que introducir los esquejes de raíz
en la posición correcta, ya que las raí­
ces se forman en el extremo distal (es de­
cir, el extremo más alejado de la coro­
na de la planta madre). Los esquejes
deben introducirse de manera vertical
para que sus otros extremos (proxima-
les) estén al ras de la superficie del sue­
lo; los esquejes de raíces herbáceas se in­
troducen de manera horizontal con
frecuencia (véase también P e r e n n e s ,
«Esquejes de raíz», p. 167).
El medio de arraigo
Los esquejes requieren aire (para obte­
ner oxígeno) y agua en su medio de
arraigo, pero si el medio es demasiado
P equeñas
Esqueje
de hoja
Hojas de
plántula
nueva
Raíces
adventicias
Para estimular ¡a formación de un
callo y el arraigue, recorte el borde
de las hojas pequeñas de, por
ejemplo, una Peperomia.
E s q u e j e s
E s q u e je s de R a íz
Los vástagos
Corte recto aparecen
en el extremo por encima
proximal, junto las raíces
a ¡a corona de
la planta
Corte inclinado
en el extremo
distal
Para ayudar a diferenciar los
extremos de los esquejes de raíz
(aquí Acanthus mollis/ corte en
ángulos diferentes.
M e d io a m b ie n t e P r o t e c t o r
Los esquejes con hojas se
desarrollan mejor en un medio
húmedo, como un saco de plástico,
que no toque las hojas, fijado sobre
un contenedor.
húmedo, se pudren. Por lo tanto, el abo­
no estándar para esquejes debe tener una
estructura más abierta que la mezcla
para tiestos de tierra negra. El medio de
arraigo también debe ser tibio a fin de
acelerar el desarrollo de las raíces.
Cuidado de los esquejes
Después de introducirlos, mantenga los
esquejes turgentes dentro de la atmós­
fera de un contenedor cerrado, unidad
de rocío, propagador u otro ambiente si­
milar. Los esquejes sin hojas plantados
en el exterior deben protegerse ya sea
con un túnel de plástico transparente o
en una cajonera fría.
Riegue el medio de arraigue ligera­
mente cada diez días si hace falta y ro­
cíe con fungicida para evitar las enfer­
medades; al mismo tiempo, levante los
tragaluces o retire las cubiertas de plás­
tico que cubren los esquejes para per­
mitir la circulación de aire durante 5-10
minutos. Una vez arraigados, los esque­
jes deben colocarse individualmente en
tiestos y los cultivados a cubierto deben
templarse gradualmente (véase p. 543).
P r i n c i p i o s de P r o p a g a c i ó n
r
Organos de almacenamiento
Hoja de
Los órganos de almacenamiento tienen M ellado E scam ado R ayado
estructuras diversas y comprenden bul­ Entre las hojas de En la base de cada
bos, tallos bulbosos, rizomas tubércu­ escama de un bulbo hoja de escama de los
los de raíz y tallo y timones. La mayoría de campanilla de bulbos de escamas Tejido
de plantas con orgános de almacena­ calloso
nieve (Galanthus) se flojas, aquí azucena
miento aumentarán naturalmente pro­ desarrollan bulbillos (Lilium), aparecen
duciendo retoños, que deben retirarse y si la temperatura del bulbillos.
dividirse para evitar el apiñamiento. Los aire no supera Bulbillo
Desarrollo superior
retoños florecerán antes que las plantas los 25° C.
cultivadas a partir de semillas y serán Bulbillo arraigado Bulbillos
idénticas a la madre; las plantas culti­ gún su tamaño. Cada trozo, que está desarrollándose
vadas a partir de semillas pueden ser de compuesto por tres o más escamas y un Disco basal en el corte
características variables. Los principa­ trozo de base, se empapa o espolvorea E s c a m a d o D o ble El desarrollo de bulbillos se estimula
les métodos de propagación, además de con fungicida. Las escamas podrán in­ Para los bulbos no- rayando el disco basal de algunos
la división, consisten en cortar el órgano cubarse (véase «Escamado», p. 241) o escamados se usan bulbos (aquí jacinto).
de almacenamiento en trozos y estimu­ colocarse en una mezcla 1:1 de sustitu­ dos escamas de
larlos a producir retoños hiriéndolos; es­ to de turba (o turba) y perlita, en un brote y un trozo de centro del disco de un bulbo maduro,
tos retoños producirán plantas comple­ contenedor o un invernadero libre de he­ disco basal (aquí dejando intacto el borde exterior del dis­
tas si se les proporciona un lugar tibio y ladas y dejarlas sin tocar hasta dos años. Narcissus/ co de la base; el rayado consiste en ha­
oscuro donde desarrollarse. Las superfi­ Después separe los bulbillos y vuelva a Butbilto cer dos cortes poco profundos en ángulo
cies de corte deben tratarse con fungicida. colocar en tiesto o a plantar fuera. recto en el disco de base, después se al­
macena el bulbo en un lugar tibio y os­
Bulbos División de retoños
Cuando retire los bulbos a fines de la
Disco basal
curo hasta que se formen los bulbillos;
entonces se separan y cultivan separa­
estación de desarrollo, éstos pueden se­ bos como las fritilarias (Fritillaria) y li­ damente (véase también «Esquejes sen­
B u lb o sin E sc a m a s o d e T ú n ic a pararse y plantarse fuera de manera in­ rios (Lilium) que están compuestos de cillos», «Vaciado de jacintos» y «Vacia­
flojas interiores
Nuevo
brote
dividual (véase «División de bulbos escamas bastante flojas. Se arrancan es­ do y rayado de Trillium», p. 242).
surgido grandes», p. 237). camas individuales del disco de la base
de un bulbo maduro y se dejan en un
Tallos bulbosos
de escama de Ia
hoja
exte­
D iv isió n d e R e t o ñ o s saco de plástico con vermiculita húme­
rior
da o una mezcla de turba y arenisca en T a li.0 B u lb o s o Tejido de Base de! tallo
Retire el retoño un lugar tibio y oscuro. Tras unos dos DE G l a d i o l o almacenado de engrosado
del bulbo con meses, aparecen bulbillos en la base. alimentos.
cuidado (aquí Siga cultivando las escamas en un con­
Narcissus); tenedor hasta que los bulbillos sean lo
Hojas exteriores corte o
membranosas y secas bastante grandes como para separarlos
de escama en bulbo de arranque. (véase también «Escamado», p. 240).
Narcissus
B u lbo d e E sc a m a s Htilbo Escamado doble
Vastago madre En los bulbos sin escamas, o de túnica,
como narcisos y campanillas de nieve, Éstos son tallos subterráneos reducidos
puede efecturase un escamado doble. El y compactos de estructura interna sóli­
Bulbilos o bulbillos bulbo se corta verticalmente en 8 -10 tro­ da. La mayoría producen varios brotes
Los bulbilos se producen sobre capítu­ zos y cada uno se divide en pares de es­ cerca del vértice; cada brote forma una
los de flores o tallos; los bulbillos se de­ camas de brote junto a un pequeño tro­ raíz bulbosa nueva de manera natural.
sarrollan sobre el mismo bulbo o raíces zo de disco. Después se los incuba y Los tallos bulbosos en miniatura —o ta-
bulbosas. Se pueden separar ambos y sigue cultivando del mismo modo que
plantar para lograr bulbos nuevos (véase para el escamado más arriba. (Véase Bulbo B u lb o s S e c u n d a r io s
también L ir io s , «Bulbillos y bulbilos», también «Escamado doble», p. 241). nuevo En otoño, separe tallos
Hojas de p. 243). bulbosos y bulbos
escama estrechas y Vaciado y rayado secundarios de la
carnosas de bulbo de azucena. Escamado Algunos bulbos, como los jacintos, pue­ planta madre y siga
cultivando.
El escamado implica retirar las escamas den propagarse ya sea por vaciado o por
Los bulbos pueden propagarse por as­ de los bulbos y estimularlas para que rayado lo que estimula la formación de
tillado, división de retoños, bulbilos o produzcan bulbillos. Se utiliza para bul- bulbillos. En el primer caso, se vacía el
bulbillos, escamado o escamado doble B u lb ill o s y B u lbilo s
y vaciado o rayado. Deberá decidir la ex­
periencia qué procedimiento conviene a Algunas azucenas
cada bulbo; para obtener una lista de (Lililum), como L. D esarrollo de
plantas adecuadas a cada método, véa­ lancifolium, producen u n B ulbo
se P la n ta s B u lb o sa s , «Propagación», estructuras similares a S e c u n d a r io
pp. 237-242. bulbos conocidas como Pueden tardar
«bulbilo» en sus tallos hasta 3 años en
Astillado por encima del suelo. alcanzar el tamaño
Los bulbos sin escamas —o de tú n ic a- Otras, como L. de florecimiento.
como las campanillas de nieve (Galant- longiflorum, Aquí se muestra su
hus) que no se multiplican con veloci­ desarrollan bulbillos desarrollo el
similares sobre bulbos Tallo antiguo primer año.
dad naturalmente pueden aumentarse que ha
por astillado. Este método consiste en o raíces de tallo dentro desarrollado
cortar cada bulbo en hasta 20 trozos, se- del suelo.

líos secundarios— se producen en forma
de retoños entre la raíz bulbosa nueva
y la antigua (véase «Tallos bulbosos de
gladiolo», p. 237).
Los tallos bulbosos más grandes pue­
den mutiplicarse artificialmente cortán­
dolos en trozos, cada uno con un brote
de desarrollo, antes de la estación de de­
sarrollo. Si los planta en un tiesto o en
terreno abierto, cubiertos de tierra, se
convertirán en tallos bulbosos nuevos.
Patrones
R izo m a del L ir io
Vastago en desarrollo
sobre planta madre
Vastago Tejido pulposo de
Joven almacenamienU)
\ Trozo joven y sano
cortado para propagar
Éstos son vástagos que crecen de manera
horizontal, generalmente debajo pero a
veces encima de la superficie del suelo.
Se propagan cortando los rizomas en
trozos jóvenes y sanos, cada uno con
Injertos y brotado
En una amplia gama de plantas leño­
sas y algunas herbáceas, un tallo brota­
do, o púa, se injerta sobre un patrón de
otra especie o cultivar para obtener una
planta compuesta con mejoras caracte­
rísticas. La mayoría de manzanos, pe­
rales y árboles frutales de hueso se pro­
pagan así. El patrón puede ser más
resistente a las enfermedades de las raí­
ces que la púa o más adecuado a un me­
dio en particular. A menudo, especial­
mente en el caso de los árboles frutales,
se elige el patrón porque es capaz de
controlar el desarrollo de la púa para
producir una planta empequeñecida o
muy vigorosa. A veces se injerta una púa
de un cultivar difícilmente multiplicable
a partir de esquejes sobre un patrón fá-
ciimente arraigable. El patrón también
influye en la edad en la que el árbol pro­
duce frutos, además de su tamaño y la
calidad de su piel los patrones empeque-
ñccedores en general producen frutos
antes. Por el contrario, el ciclo de desa­
rrollo del patrón puede verse afectado
por la púa del cultivar, que a su vez in­
fluencia la resistencia al frío. Las reac­
ciones frente a la acidez del suelo tam­
bién pueden verse afectadas por la
interacción entre el patrón y las púa de
los cultivares.
uno o más brotes de desarrollo, que se
plantan individualmente (véase también
P e r e n n e s , «División de plantas rizoma-
tosas», p. 165; P l a n t a s B u lb o sa s , «Va­
ciado y rayado de Trillium, p. 242; y O r
q u íd e a s , «División», p. 445).
Tubérculos de raíz
Tubérculo de raíz. Raíz antigua
D alla
antiguo Tejido para
almacenar
alimento
Es una porción de raíz en la base del ta­
llo que se hincha en verano y se modi­
fica, convirtiéndose en un órgano de al­
macenamiento, o tubérculo, como las
dalias. Tales plantas pueden propagar-
Cuándo injertar
Los injertos se llevan a cabo entre fines
de invierno y principios de primavera,
cuando el cámbium está más activo; es­
tas condiciones tibias también estimu­
lan la formación de células de callos. El
tiempo caluroso de fines de estación po­
dría resecar las células de cámbium.
El injerto de brotado en forma de «T»
se suele llevar a cabo entre mediados y
fines de verano, cuando existen brotes
de púa bien desarrollados disponibles y
el material de patrones jóvenes es de un
diámetro apto. La planta del patrón
debe estar en desarrollo activo, de ma­
nera que la corteza pueda levantarse de
la leña y permitir la inserción del brote
—acción que se conoce como desliza­
miento de la corteza. El injerto de bro­
tado de astilla puede hacerse durante un
período extenso porque la astilla se co­
loca al lado del patrón en vez de desli­
zaría bajo la corteza.
Cómo injertar
Las navajas han de ser estériles y afila­
das, ya que los cortes producidos duran­
te el injerto dañan las células de las plan­
I n j e r t o s
se en primavera dividiendo un grupo de
tubérculos en trozos sanos, cada uno
con un vástago en desarrollo (véase tam-
bién Cortado de bulbos para su propa­
gación, p. 241); también pueden propa­
garse a partir de esquejes de disco de los
vástagos jóvenes que emergen en prima­
vera (véase D a lia s , Cómo propagar a
partir de esquejes de base, p. 227).
Tubérculos de tallo
Los tallos de algunas plantas (por cj. tu­
pinambos y patatas) se modifican a fin
de producir tubérculos, que actúan
como órganos de almacenamiento. Por
ejemplo, las begonias de tubérculo for­
man tubérculos perennes en la base de
sus tallos, que se engrasan cada año. En
primavera éstos pueden cortarse en tro­
zos, cada uno con un brote de desarro­
llo, que producirán vástagos basales que
servirán como esquejes de base (véase
D a lia s , Cómo propagar a partir de es­
quejes de base, p. 227).
T u pin a m b o Tallo antiguo
Tubérculo de tallo
Tejido para
Ialmacenar alimentos
tas y las células de paredes delgadas de
la unión del injerto son vulnerables a
hongos y bacterias, de manera que un
único corte sea suficiente. El medio am­
biente de propagación, el material de
plantas preparado y las ligaduras tam­
bién deben estar limpios.
Una vez que el material para el rizo­
ma y la púa han sido seleccionados y
cortados a medida según el tipo de in­
jerto, sitúe los dos trozos cuidadosamen­
te para obtener un contaco cámbico má-
C a p a d e C á m b iu m
Nodulo
Corteza
Cámbium
Centro
meduloso
Para un buen injerto, el cámbium de
la púa debe encajar bien sobre el de
¡a corteza.
y B r o t a d o
Otros tipos de órgano
de almacenamiento
Las plantas como Saxífraga granúlala
y algunas especies de Kalanchoe y es­
párragos desarrollan brotes redondos
tipo bulbo alrededor de las axilas de sus
vástagos, que pueden separarse y culti­
varse individualmente de la misma ma­
nera que los bulbillos o los tallos bul­
bosos pequeños (véase p. 540).
En algunas plantas acuáticas, como
Hydrocharis y Myriophyllum, estas es­
tructuras de brotes se conocen como
«turiones». Cuando maduran, caen de
la planta madre con naturalidad, se hun­
den en el agua y se convierten en plan­
tas nuevas. *
Hoja S
mk H y d ro c h a ris
L ” \MORSUS-RANAE
Turión
ximo. Si los materiales a injertar fueran
de anchos diferentes, asegure que la capa
de cámbium de al menos una cara del
injerto esté en contacto. La actividad del
cámbium es central en el proceso de in­
jerto —un tira estrecha continua de cé­
lulas de paredes delgadas entre la cor­
teza y la leña— que produce células
nuevas responsables del engrasamiento
del tallo. Unos días después de injertar,
la zona entre el rizoma y la púa debe lle­
narse de células de callo de paredes del­
gadas. Las células cámbicas del rizoma
y la púa junto al callo joven influencian
las células vecinas, y se genera un puente
cámbico completo entre ambas partes.
Antes, los injertos se sujetaban con
rafia y se cubrían con cera para evitar
el resecado, ahora la cera se usa menos
y la rafia ha sido substituida por cinta
adhesiva de plástico transparente, que
sella mejor la unión. Las existencias cul­
tivadas en tiestos deben conservarse en
un medio ambiente protector adecuado,
una vez injertadas (véase «Invernade­
ros», p. 542 y «Cajoneras frías», p. 543).
Examine el injerto y retire la cinta una
vez que el injerto haya prendido. Duran­
te la siguiente estación, recorte la plan­
ta del rizoma encima del vástago nuevo
desarrollado desde la púa injertada.
Injerto de brote de Injerto de escudete Injerto de cuña apical Injerto de plantón y lengüeta
Se practica un corte cor­ El patrón se corta plano y
to a través de la capa de se retira una astilla en for­
cámbium del patrón, se­ ma de cuña del centro, en el
guido por un corte incli­ que se introduce la púa
nado hacia la base del pri­ (véase A rb u sto s O r n a m e n ­
mer corte. Se retira la ta les , «Injerto de cuña api­
astilla, reemplazando por cal» p. 91).
la púa, cuya forma enca­
ja en el corte del patrón Injerto de sillín
(véase Á r b o l e s O r n a ­ La parte superior del rizo­
Se retira una «astilla» de leña madura m e n t a l e s , «Injerto de es­ ma tiene forma de sillín con
del patrón y se reemplaza con otra equi­ cudete», p