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Reflujo vésico-ureteral.

Dr. J. Guerrero-Fdez.
Hospital infantil La Paz. Madrid
Fecha del artículo: Agosto 2000

¿Qué es y por qué aparece?


En condiciones normales la orina que se forma en el riñón
pasa a los uréteres y posteriormente a vejiga. La unión de
los uréteres con la vejiga (ver dibujo) se denomina unión
vesicoureteral y su función es permitir el paso de la orina a
la vejiga e IMPEDIR el paso contrario (vejiga -> uréteres).
Se dice que hay reflujo vésico-ureteral cuando falla este
mecanismo y la orina retorna a los uréteres e incluso al
riñón desde la vejiga.
¿Por qué falla este mecanismo?
Es una malformación y, por tanto, se nace con ella... se
trata de "un defecto de fábrica" que, muchas veces, cura
sola con el tiempo.
¿Produce síntomas?
No produce síntomas pero sí puede ser causa de
frecuentes infecciones de riñón (pielonefritis) al permitir el
paso de las bacterias desde la vejiga al riñón. También es
causa de hidronefrosis (se hinchan los uréteres) y en base
a ésto los médicos clasificamos los reflujos vesico-
ureterales en 5 grados.

En la imagen de abajo se muestran los grados del I al IV prescindiéndose del V pues


muchos investigadores médicos lo engloban dentro del IV. Será tanto más grave el reflujo
cuanto mayor sea el grado.

Grados.
I. Solo hay reflujo sin llegar al riñón, no dilatación.
II. Reflujo al riñón sin dilatación.
III. Reflujo importante que ya causa dilatación leve.
IV. Reflujo grave que dilata casi toda la vía.
V. Reflujo grave que dilata toda la vía y la deforma.
¿Como se descubre esta afección?
El diagnóstico suele hacerse casualmente cuando un niño de menos de 5-6 años ha
padecido una pielonefritis y se estudia por ello a posteriori. El procedimiento que permite
descubrir el reflujo se denomina cistografia o cistouretrografía (CUMS) y consiste en meter
por la uretra, con una sonda, una sustancia visible en la radiografía. Este procedimiento se
realiza asegurándose de que no haya gérmenes en la orina (su hijo deberá tomar
previamente unas pocas dosis de antibiótico). Se considera normal la prueba si los uréteres
no se rellenan con esa sustancia (no se ven en la radiografía). Puede ser también necesaria
la realización de pruebas que demuestren la funcionalidad del riñón (analítica de sangre) y la
visualización del mismo para ver si tiene cicatrices (gammagrafía renal o DMSA).
También puede sospecharse esta entidad durante la revisión ecográfica rutinaria de una
embarazada. En estos casos lo que el ginecólogo ve es una dilatación de las vías urinarias
del feto (dilatación pielocalicial), si bien, esto puede corresponder a otras muchas causas,
desde banales (la dilatación desaparece al nacer) hasta casos graves (malformaciones del
riñón, válvulas de uretra posterior, etc.)
¿Que son las válvulas de uretra posterior?
Constituye una enfermedad congénita rara que solo afecta a varones y caracterizada por la
presencia de unas válvulas en la uretra que ocluyen parcialmente la salida de la vejiga y
dificultan su vaciamiento. Esto determina grandes presiones en la vejiga del feto y,
consecuentemente, un reflujo vésico-ureteral (la orina en vez de salir toda hacia el exterior,
parte de ella refluye hacia los riñones). Pueden llegar a ser muy graves pues en el feto el
reflujo por sí solo, sin necesidad de que haya infección de orina, es capaz de dañar
seriamente al riñón. Su tratamiento, cuando se descubren, es siempre quirúrgico y precoz
para evitar que lo dañen posteriormente (si es que antes no lo estaban ya).
Resumiendo... ¿que complicaciones tiene el reflujo vesico-ureteral?
Por una parte ya hemos dicho que favorece las pielonefritis y éstas, a su vez, son capaces
de ir dañando progresivamente al riñón. Por la otra, un reflujo vésico-ureteral grave desde
antes del nacimiento (IV-V) es capaz de dañar el riñón; si antes de este periodo (periodo
fetal) no se produjo daño renal es muy excepcional que por sí solo vaya a producir daño
posteriormente sino es a través de pielonefritis. Por tanto, un niño sin problemas en el riñón
al nacimiento y que padece de reflujo vésico-ureteral, no tendrá riesgos de daño renal
mientras no existan pielonefritis. Por este motivo, lo más importante es evitar las infecciones
con antibióticos profilácticos.
¿Cual es su tratamiento?
Suele curar solo si no es grave (grados I, II o III) y si el niño es todavía pequeño. Por ello, la
actitud más correcta es esperar hasta cierta edad (no más de 5 años) y realizar cistografías
(1 ó 2 veces) durante ese tiempo hasta que desaparezca el reflujo. Mientras tanto es
probable que el niño tenga que tomas antibióticos profilácticamente. Si no llegara a
desaparecer a los 5 años (aproximadamente), el grado de reflujo es muy importante (sea
cual sea la edad) o las infecciones de orina son muy repetidas puede ser necesaria una
intervención quirúrgica.

Para má

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