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13/10/2014 34 comentarios
A petición de Verema y con la ayuda de Mara Funes, redacto este artículo que surge
de la recopilación de mensajes en el foro de Enología. Estos mensajes se publicaron
dentro del tema “Apuntes de Enología”.
De forma fraccionada se fueron sucediendo en el foro los mensajes y con ellos las peticiones para ir
ampliando el tema y así conseguimos la redacción de lo que conforma casi una lección completa.
Pero para que tuviera coherencia, hemos tenido que establecer una conexión entre mensajes y
ordenar toda la información.
Para hacerse una idea completa y práctica para los productores, es conveniente leer
este artículo en toda su extensión. Algunos procesos influyen en otros. El resultado es
una información práctica en algunas operaciones de bodega muy usuales, que puede
ser útil tener a mano.
Para los consumidores menos interesados en los aspectos técnicos, pueden dirigirse
directamente al apartado de
La acidez se mide según el pH, en una escala que va del 0 al 14. PH significa potencial de
hidrogenización.En esta escala, el número 7 es el neutro, el 1 sería muy ácido y el 13
sería muy básico.
En esta imagen podemos ver la escala de pH, sus valores y algunos ejemplos de de
sustancias conocidas junto al lugar que ocupan.
Es bueno que los vinos tengan un buen nivel de acidez. Así, una carencia transmite
mucho dulzor y pesadez y, se traduce en vinos apagados. Es característica de una mala
calidad.
A menor ph ¿qué pasa con el sulfuroso? Cuando lo añadimos al vino, hay que tener en
cuenta que su olor es más fuerte y como antiséptico también se potencia. Es decir que a
menor ph = a menos cantidad de sulfuroso que añadir.
La medición de la acidez:
Un método muy sencillo es el llamado papel de tornasol, papel que tiene un reactivo
que al introducirlo en el vino cambia de color y puede ser comparado en una escala de
colores, que nos dan junto a los paquetes de tiras para las pruebas. No es muy preciso.
Acidez total (AT) Es la suma de los ácidos valorables en el mosto o vino. Es la medida
que más nos interesa.
Acidez volátil (AV) Es un subproducto que fabrican las levaduras durante la
fermentación alcohólica. Acido acético libre y en forma de sales.
Los máximos permitidos están valorados por Ley y por comunidades autónomas.
El volátil es un ácido que conviene eliminar del vino tras la fermentación. Es posible hacerlo en su
forma libre si no alcanza concentraciones muy elevadas, cosa que se consigue con una buena
aireación. La subida de temperatura del vino también favorece su eliminación. Su alta volatilidad
permite una fácil eliminación, si está libre y en cantidades no saturadas.
AF = AT - AV
AT = AF + AV
El volátil es fácilmente perceptible a partir de los 0,8 g/L o los 0,9 g/L, según la
sensibilidad del catador.
Precauciones a tomar:
La acidificación
AT menor de 4 g/L
pH superior a 3,6
Tened en cuenta que cuando hablamos de bajar el pH, hablamos de subir la acidez,
y por tanto de subir gramos por litro. Hay que tener claros estos conceptos.
Otro ácido que se puede aportar es el cítrico, pero este tiene varias complicaciones y
mayor dificultad en los procesos. Está presente en el vino en pequeñas cantidades de
150 a 300 mg/L.
Bitartrato de potasio.
Tartrato de calcio.
Para profundizar en el tema, uno de los mejores informes que se han realizado, es el de
la Fundación Para la Cultura del Vino que realizó en el año 2005:
Este informe es extenso y no obvia la formulación química y temas técnicos. Hay que
cogerlo con tiempo. Bueno, a ver qué os parece.
d 20/20
Densidad relativa. Es la relación entre la masa volúmica (los litros o mililitros) de
un vino o mosto comparándolo con la del agua. Teniendo en cuenta que todo estaría a
20ºC. Se expresa con un número de cuatro decimales, no tiene dimensión (ni litros,
ni Kg, ni Gr..., solo número).
p 20/20
Es el símbolo de la masa volúmica a 20ºC del vino o mosto. Osea sería el peso,
teniendo en cuenta la cantidad que medimos. Se expresa en gr/ml.
d 15/15
Es la densidad relativa, pero medida a 15ºC, en vez de a 20ºC.
ºBé
Son los grados Baumé. El inventor del areómetro o densímetro. Es una escala de
medición para la densidad.
ºBrix
Son los grados Brix. Es una escala de medición de densidad más moderna. Se utiliza
principalmente para los refractómetros. Que miden la densidad por refracción de la
luz.
I.R.
Es el índice de refracción. Es otra escala de medición de la densidad. Se utiliza con los
refractómetros ABBE.
IR = (0,00166 X ºBrix) + 1,33063
g/L azúcar
Pues eso son los gramos de azúcar por litro que hay.
g/Kg azúcar
Pues eso los gramos de azúcar por kg de mosto que hay.
G.A.P.
El grado probable de alcohol que sale de comparar con otro parámetro de la tabla.
Al medir con densímetro puede ser que el mosto o vino no esté a 20ºC, esto haría variar
el resultado de nuestra medición. Las correcciones en la medida de la densidad, se
tienen que hacer cuando el mosto o el vino no están a 20ºC.
p20ºC = pt + C
C = es el factor de corrección de la masa volúmica aparente pt, en función de la
temperatura real a la que está el mosto. Para ello necesitamos una tabla de
equivalencias, que nos dirá el valor de C, según nuestra medición de temperatura, tablas
que os voy a buscar:
Ahí están las tablas de correcciones. Una para el mosto y otra para el vino ya
terminado, aplicaremos la correspondiente según esté o no fermentado.
Algunas fórmulas
Hay una relación entre todas las escalas de medida,fácil de calcular. He ido recopilando
estas equivalencias con el tiempo.
Por ejemplo:
G.A.P. = ºBrix/2
Grado alcohol probable es el Brix partido por dos.
Grado alcohólico es el porcentaje de alcohol etílico expresado en ml/100 ml de vino.
1º Bé = 17 gr azúcar + 1 L H2O
1º Bé = 1,8º Brix (aproximadamente)
Como vemos todas las operaciones que se realizan con el vino, están incluidas en esta
relación. Vamos a ampliar la información por medio de enlaces, que con páginas muy
prácticas explicarán los procesos que más nos interesan.
Después comentaremos las condiciones idóneas para que se produzca la FML. Veremos
que estas condiciones van a intervenir directamente en su tiempo de duración y en que
se realice de una manera que sea beneficiosa para nuestro vino.
Simplificando, los mejores cultivos para este proceso, son los de bacilos, ya que
resisten un medio con alto grado de etanol y otras cuestiones. Mejor que los cocos. Hay
muchas especies de las que se han hecho cultivos. Los preparados comerciales han
seleccionado las que daban mejores resultados.
Condiciones idóneas para una buena FML
La acidez: el pH óptimo para el desarrollo de las bacterias está entre 4,2 y 4,5. Por lo
tanto en el vino es el que más se aproxime a tres. Las bacterias a pH más bajo consumen ácido
málico y a pH más alto consumen azúcar (cuidado).
Las bacterias tienen la máxima actividad entre 20-25ºC; pero sus consumos y su
producción de volátil, no nos hará buen servicio en fermentaciones rápidas. A 30ºC las
bacterias mueren o se paraliza seguro la FML. A menos de 15ºC la FML va muy
lenta, pero no se para. Si mantenemos una buena temperatura, aseguramos que las
bacterias comen málico y no otras cosas.
El sulfitado: las bacterias se llevan muy mal con el anhídrido sulfuroso, permiten
cantidades escasas y si las superamos mueren.
La cantidad a usar es variable con el factor climático (variación de temperaturas).
La propia acidez del vino dificulta la proliferación de las bacterias. Entonces en los
vinos más suaves, que no la necesitan, se suele producir de forma espontánea. Y en los
que tienen más málico le cuesta arrancar, por esta causa inhibidora.
Por aquí me han aconsejado que si en mi vino se produce la FML espontánea, la deje
hacer y luego al final corrija un poco el vino con tartárico.
Siempre se puede parar una fermentación cuando lo creamos oportuno de una forma
sencilla, con la adición de SO2 que no soportan levaduras ni bacterias.
Nunca conseguiremos lo mismo con un método rápido de los de nueva tecnología que
como con la tradicional crianza del vino en su barrica.
Ventajas de la FML
Para subir la acidez, es decir corregir su carencia, podemos utilizar el ácido tartárico o
el ácido cítrico.
Ya comenté que el ácido cítrico es más complicado que el primero y presenta
contraindicaciones; es un estabilizador proteico del vino, pero ahora no entraremos a
explicar esto.
Un Consejo: hacer un aporte por lo bajo, volver a medir y terminar en una segunda
operación. ¿Por qué? Porque no tenemos garantizada la solubilidad.
La adición de éste es imposible de detectar en el vino, ya que forma parte del vino de
una manera natural. No debemos dudar en mejorar un mosto o vino con una práctica
que sólo reporta beneficio en calidad y no acarrea ningún efecto perjudicial para la
salud.
También podemos llevarlo a un laboratorio y que nos lo midan todo y nos den todas las
correcciones. Aunque eso igual sería demasiado fácil ¿No creéis? Mejor hacerlo
nosotros.
Hablamos de
Su presencia tiene efectos muy beneficiosos en la composición del vino. Son famosos
los vinos de Sauternes o los Tokay húngaros.
Los aromas que catalogamos como defectos en el vino pueden tener un origen
común en muchos casos; debido a la producción de ácidos a su vez debidos a la
presencia de microorganismos. Los ácidos minoritarios no son un problema hasta que
superan por algún motivo en cantidad a los que de forma natural deberíamos encontrar
en la composición del vino.
Nuestros sentidos pueden percibir aromas que están en cantidades bajísimas. Cada
sustancia tiene más o menos fuerza aromática. Como el ácido láctico, que en mayor
cantidad, da menos acidez que los otros presentes en el vino. Es el misterio de nuestros
sentidos y lo que aprecian en la cata. Hay sustancias que detectamos y otras que no.
Una buena acidez permite aflorar los aromas primarios y secundarios que
apreciamos. Y poca acidez produce vinos apagados. La falta de acidez enmascara los
aromas que quisiéramos encontrar en el vino. No significa que no estén presentes, pero
falta el equilibrio necesario para una buena percepción.
Yo no sabría diferenciar un vino con tartárico añadido. No creo que se pueda. Pero no
me supone gran reparo saber que el vino ha sido estabilizado en sus distintas fases para
conseguir una idoneidad en la percepción tanto como en su conservación.
Debemos ir siempre a los vinos de calidad, que han realizado un buen trabajo de
bodega y, estudiar su relación calidad/precio para saber cual es el que nos conviene.
Una cosa que se me pasó antes, es comentar lo de la acidez en boca, y es un tema muy
interesante porque un vino puede tener un pH bastante ácido en la escala, pero no
parecerlo.
Una de las causas sería que el pH es un indicativo que no compara otros parámetros.
Por ejemplo los contenidos de azúcares.
Podemos tener muchos ácidos y bastantes azúcares y eso va a transmitir una sensación
combinada. Solo tenemos una lengua y sus papilas gustativas, y ésta no es capaz de
realizar un análisis exhaustivo. Asimismo deberíamos tener en cuenta que el
contrario del ácido es el amargo, no el dulce. Esto nos ayudará.
Además, el vino es una sustancia muy compleja, otros componentes pueden distraer
los sentidos. Ya llegaremos a los polifenoles y las flavonas. Sustancias que potencian
aromas e inhiben otras percepciones.
El ácido láctico es un ácido más suave que suaviza los vinos y cede aromas lácteos
(leche, mantequilla, etc.) Combina muy bien en blancos y tintos con la madera y las
especias como la vainilla, aportando cremosidad.
Gracias a Verema y gracias a todos los colaboradores por hacernos mejorar. Espero
vuestros comentarios, tanto como que estas páginas os resulten de utilidad. Gracias.
Hasta pronto,
Joan Camps. Serra d’Ordal, a 500m de altitud.
Octubre, any 2014.