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2. ESTALLA LA GUERRA
Durante los años siguientes al nombramiento de Hitler como Fürher, hubo un
largo recorrido de tensión entre las diferentes potencias europeas.
En septiembre de 1938, Alemania firma el acuerdo de Múnich, por el que se
anexiona los Sudetes. Gran Bretaña y Francia confiaban en que este tratado
satisfaciese las ambiciones bélicas de Hitler y la amenaza de la guerra se alejase
de Europa.
Sin embargo, apenas un año después, en agosto de 1939, Alemania y la URSS,
para sorpresa de todos, firman un tratado de no agresión mutua (Pacto de
Ribbentrop-Molotov). Además, este tratado repartía los territorios de Europa
oriental entre ambas potencias.
A raíz de este tratado, el 26 de agosto de 1939, Alemania invade Polonia, ante la
inacción de sus nuevos aliados en el frente ruso. Inmediatamente, Gran Bretaña
firmó con Polonia un acuerdo de defensa mutua, pero las SS justificaron la
invasión simulando un ataque de las tropas polacas a una emisora de radio.
El 1 de septiembre de 1939 Alemania inició el primer ataque sobre la ciudad de
Wileun, destruyendo el 75% de la región y matando militares y civiles sin
distinción. Aquí comenzó de manera oficial la Segunda Guerra Mundial.
3. DESARROLLO DE LA GUERRA
Tras el ataque de Hitler a Polonia, Francia e Inglaterra declararon la Guerra a
Alemania. Sin embargo Alemania intentó negociar con Francia e Inglaterra el
reconocimiento de su situación, ya que Alemania puso una excusa para invadir
Polonia, Francia e Inglaterra respondieron negativamente a esto, por lo que
Hitler fijó su objetivo en abastecer de suministros a su ejército.
Alemania acudió a la Unión Soviética ya que ésta tenía un pacto con Hitler, por
lo que la Unión Soviética le proporcionó materias primas a Alemania y desde
octubre de 1939 hasta la primavera del siguiente año ambos bandos se
prepararían para una guerra que prometía ser larga y penosa.
Las naciones Escandinavas intentaban mantenerse neutrales en la guerra, por lo
que tuvieron que hacer concesiones a cada uno de los bandos; así, Noruega
dejaría pasar el hierro a Alemania. Pero Hitler se quería asegurar de que todo
ese suministro llegaba ya que temía una intervención de los aliados en Noruega,
así que decidió invadirla, porque si Gran Bretaña bloqueaba sus aguas, se
repetiría el temido bloque sufrido en la primera guerra mundial.
En abril de 1940, Hitler invadió Dinamarca y Noruega, dejando aislada a Suecia
como estado tapón neutral ante la cercanía de la Unión Soviética. En el frente
occidental europeo la situación se estableció después de que Francia intentara
sin éxito romper las líneas de defensa alemana, luego de la invasión a Polonia.
Siete meses pasaron los dos ejércitos frente a frente sin luchar.
La caída de Francia fue uno de los puntos más importantes de la guerra. Se
trataba del plan amarillo, una acción coordinada contra Holanda y Francia, a
cargo de tres cuerpos de ejército desplegados a lo largo de un frente de 250
kilómetros. El cuerpo del ejército A, liderado por el general Gerd von Rundstedt,
realizaría la acometida principal por el centro del frente a través del bosque de
las Ardenas. Al norte, el cuerpo de ejército B, a las órdenes del general Fedor
von Bock, lanzaría un ataque simultáneo sobre Holanda y Bélgica; al sur el
cuerpo de ejército C, bajo el mando del general Wilhelm von Leeb,
permanecería a la defensiva frente a la línea Maginot.
A finales de 1940, con los japoneses beneficiados por los ataques relámpago de
Alemania en Europa, Japón decidió conquistar colonias francesas.
En 1941 el Almirante Jsoroku Yamamoto sugirió un ataque sorpresa a Pearl
Habor a fin de destruir la potencia naval americana, el cual se llevó a cabo el 7
de diciembre de 1941. Esto animó a los Estado Unidos a participar en la guerra.
4. SUICIDIO DE HITLER
La muerte de Adolf Hitler, líder del partido Nazi, fue uno de los sucesos más
importantes de la guerra. Hitler murió el 30 de abril de 1945 cuando se suicidó
mediante un disparo en la cabeza. Su esposa, Eva Braun, también corrió la
misma suerte pero esta recurrió al envenenamiento con cianuro para terminar
con su vida.
La falta de información pública referente al paradero de sus restos y los
informes confusos al respecto animaron los rumores de que Hitler podría haber
sobrevivido al fin de la Segunda Guerra Mundial.
La duda se suscitó intencionadamente por las autoridades de la Unión soviética,
que ocultaba información relevante sobre el suceso.
En 1992, la publicación de los registros mantenidos en secreto por la KGB
soviética y por la FSB rusa confirmó la versión ampliamente aceptada de la
muerte de Hitler, como fue descrita por el historiador británico Hugh Trevor-
Roper; sin embargo, los archivos rusos no muestran lo que sucedió con el
cadáver de Hitler.
5. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
La Segunda Guerra Mundial fue uno de los sucesos de la historia más
catastróficos; se calcula que la cifra de muertos llego a los 50 millones de
personas. A esta cifra hay que sumar las perturbaciones de los prisioneros, las
secuelas de los campos de concentración, la desorganización familiar, el hambre
y el esfuerzo de adaptación de los soldados vueltos a la vida civil.
También desaparecieron ciudades, vías férreas, carreteras, puentes y plantas
industriales, y resultaron afectaron los campos más fértiles.
Además Alemania debió aceptar la rendición incondicional y los aliados
dividieron su territorio en cuatro zonas de ocupación (norteamericana, inglesa,
francesa y soviética). La ciudad de Berlín, situada en zona rusa, también fue
dividida en cuatro zonas de ocupación. El tratado de paz firmado entre los
E.E.U.U y algunos de sus aliados con el Japón, no fue suscripto por la U.R.S.S.
Europa perdió el poder global que conservaba de la guerra. Nació una
“bipolaridad” del poder encarnado por dos superpotencias: E.E.U.U. y U.R.S.S.
Algunas monarquías cedieron paso a regímenes republicanos: tales fueron los
casos de Italia, Yugoslavia, Albania, Rumania y Bulgaria. El “mundo comunista
“extendió su influencia sobre Europa Oriental y los Balcanes. Se planteó
un nuevo conflicto ideológico: por un lado los comunistas y, por otro, las
democracias occidentales. Nació la “era nuclear” y, paulatinamente, fue
imponiéndose un nuevo “equilibrio del terror”.