Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
En sus negociaciones, usted obtiene lo que negocia, no lo que merece.Es bastante probable que
personas con posiciones directivas dediquen a procesos de negociación, tanto externos (con
clientes, proveedores, etc.) como internos (con jefes, colaboradores, otros departamentos, etc.)
más del 50 por ciento de su tiempo; sin embargo, la gran mayoría de estos ejecutivos no perciben
esta situación y por lo tanto, no se han preparado para manejarla adecuadamente. En
consecuencia, continuamente les vemos insatisfechos o lamentando el resultado obtenido en sus
negociaciones. La enseñanza de la negociación profesional a gerentes y a ejecutivos de cientos de
compañías nos ha permitido identificar los errores que más frecuentemente se cometen al
negociar; éstos son:
2. TRATO INCORRECTO DEL PROCESO NEGOCIAL.El ser 'duro con el asunto' se confunde con
mucha frecuencia con ser 'duro con las personas'. De esta manera, la relación y la comunicación
resultan afectadas de manera negativa. Esto permite que, por ejemplo un desacuerdo en la mesa
de negociación sea entendido como agravios entre las partes y lo que es peor, que muchos
negociadores opinen que el hacer concesiones de entrada al negociar (v.g. ofrecer descuentos)
favorece el clima de la negociación.
Un correcto tratamiento de las negociaciones exige una gestión inteligente de los movimientos
que realizará el negociador para satisfacer sus intereses. Por lo tanto, éste piensa
estratégicamente y actúa oportunamente, de tal forma que el uso de las diferentes estrategias al
negociar le permite construir un resultado 'triunfar- triunfar'. Muchos negociadores fracasan por
adoptar un enfoque único al negociar, como por ejemplo regatear como si estuviéramos
negociando en una 'plaza de mercado' durante la negociación de un pliego laboral. A nuestro
juicio estos son los errores que con mayor frecuencia son cometidos por los negociadores. En su
conjunto explicarían por qué muchas negociaciones tienden a quedarse en ciclos frustrantes de
confrontación y conflicto. En consecuencia, para muchos negociadores significa quedarse con la
incomoda sensación de no haber podido obtener un mejor resultado; por fortuna el 'estado del
arte' de la negociación nos ofrece soluciones radicales a estos problemas.
Pero aunque existen reglamentos y exigencias claras en este sentido, los accidentes
son una realidad bastante común en las faenas mineras.
De acuerdo a las estadísticas de los últimos quince años, un 31,8 por ciento de los
accidentes que tienen resultados fatales se producen por caídas de planchón, roca y
saca. Aspectos que, precisamente, se producen en situaciones de derrumbe como la
de ahora.
Más abajo y con un 13, 3 por ciento se ubican los incidentes que se relacionan con
deficiencias en la superficie de trabajo, un 9,4 por mala manipulación de vehículos,
un 7,1 por agentes químicos, un 2,7 por explosivos y un 0,8 por fallas en las
instalaciones de la mina, todos con resultado de muerte.
Estas condiciones se relacionan más que nada con fallas humanas, ya sea de quienes
están a cargo como de los trabajadores. Pero existen una serie de condiciones
ambientales que también determinan los índices de accidentabilidad.
De acuerdo a estas mismas estadísticas un 30,7 por ciento de los incidentes que se
presentan en minería se deben a un área o superficie de trabajo inestable, en mal
estado o no resguardado. Un punto importante si se considera que varias de las
teorías respecto de lo que sucedió en la mina San José y tal como lo denunciaron en
varias ocasiones los trabajadores, el cerro no habría estado en condiciones para
seguir siendo explotado. De hecho, varios de los problemas que la minera San
Esteban había experimentado anteriormente se relacionaban, precisamente, con la
debilitación de las fortificaciones – mecanismos que se ponen en la mina para lograr
un soporte mayor- y por la caída de planchas.
Las condiciones técnicas que provocaron esta tragedia se condicen con las
estadísticas que mantiene esta industria. Y si bien, sólo un 20 por ciento de los
accidentes se gestan por elementos ambientales, el 27, 2 por ciento de ellos se da por
instalaciones o equipos en mal estado y un 24 por ciento por acuñaduras y
fortificaciones insuficientes. En un porcentaje menor éstos se dan también sustancias
explosivas o tóxicas en el ambiente.
¿Regulación ineficiente?
De hecho, sólo en la región de Atacama existen dos mil faenas y sólo dos
inspectores para toda la zona, lo que influye directamente en la falta de seguimiento
o sanción del sistema.