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LA SEXUALIDAD HUMANA

http://www.rtve.es/television/20090623/que-rien-las-mujeres-espana-
1997/281854.shtml
La sexualidad es un universo complejo en el cual intervienen aspectos tanto
biológicos, como psicológicos y sociales.
La sexualidad engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas,
fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que
caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su
desarrollo.
Encontrar una definición de sexualidad es una tarea difícil ya que la
sexualidad hace referencia a un concepto multiforme, extenso, profundo y
variadísimo de elementos que todos unidos forman el concepto de sexualidad
como un todo.
La sexualidad es un término dinámico.
No podemos encajonar la sexualidad como algo estático y predecible, sino
como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la
historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia
personal de cada individuo. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos
hasta que morimos, y va moldeándose al ritmo de nuestras experiencias de
vida, poniendo su sello en todo lo que vemos, entendemos, sentimos y vivimos.

ELEMENTOS DE LA SEXUALIDAD:
Podemos destacar algunos elementos que se engloban dentro del concepto de
sexualidad:
El impulso sexual:
El impulso sexual que va dirigido tanto al placer sexual inmediato, como a la
procreación.
Identidad sexual y orientación sexual:
La identidad sexual y orientación sexual se entienden como tendencias
sexuales en cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo
(sentirse hombre o mujer) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro
o ambos (heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).
Relaciones sociales:
En la vida diaria, la sexualidad cumple un papel muy importante, ya que, desde
el punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad
reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos
interpersonales.

DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD:
Cómo ya apuntábamos en la definición, la sexualidad engloba cuatro
dimensiones básicas del ser humano de forma decisiva en su desarrollo:
biológica, psicológica, social y ética. Estas cuatro dimensiones están
íntimamente relacionadas y condicionadas unas por otras, por lo que no
podemos separar el cuerpo físico de la mente, de las creencias o de la
educación recibida. Sin embargo vamos a abordarlas una por una para facilitar
nuestro estudio de la sexualidad:
Dimensión biológica de la sexualidad:
La dimensión biológica de la sexualidad en el ser humano, provee del sustrato
anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán los distintos matices de la
sexualidad de la persona.
La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como
son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están
influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la alteración física o fisiológica
(del funcionamiento), puede acarrear distintos trastornos sexuales o
enfermedades, que afecten a la vida sexual de la persona.
En este apartado incluimos factores como:
Sistema genético
La carga cromosómica del genoma humano "XX" "XY", que se define en la
fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión biológica del
sexo de la persona.
Sistema hormonal
El sistema endocrino, gracias a las glándulas endocrinas es el encargado de
mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto funcionamiento
de nuestro organismo.
Concretamente las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad
humana son: la testosterona, la progesterona, los estrógenos.

Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los
hombres, auque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los
hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como
hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y
progesterona, al contrario las mujeres segregan en su mayoría estrógenos y
progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una
pequeña cantidad de testosterona.
Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra y
dependiendo de los momentos de la vida.
Estructura anatómico-fisiológica
La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación
sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc
En este apartado se contemplan tanto la anatomía y fisiología de los genitales
masculinos y femeninos, así como los caracteres sexuales secundarios.
Dimensión psicológica de la sexualidad:
La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo de
vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la belleza, nuestras
ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra personalidad,
nuestras convicciones, el temperamento de cada persona, son factores
decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra propia identidad sexual,
nuestra orientación sexual, depende en gran manera de nuestro modo de
vernos y entendernos psicológicamente en relación a lo sexual.
La dimensión psicológica del ser sexual puede dividirse en dos: la
INTELECTUAL (desarrollo cerebral que posibilita en el ser humano
capacidades y potencialidades a nivel de pensamiento y conocimiento que
convierten lo sexual de un instinto en un IMPULSO sobre el cual puede ejercer
control) y la AFECTIVA (capacidad humana de establecer relaciones de
distinto grado de intensidad e intimidad con otros seres de su misma especie,
con los cuales se relaciona de una manera que involucra sentimientos y
sensaciones). El proceso típico de la dimensión psicológica en los y las
adolescentes es la IDENTIFICACIÓN SEXUAL.
Dimensión social de la sexualidad:
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los
amigos, la educación recibida en el colegio, la religión, etc, sobre la sexualidad.
Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la
sexualidad.
Cada sociedad y cada cultura establecen una NORMATIVA cuya finalidad es
regular y controlar el comportamiento sexual de sus miembros y unos ROLES
SEXUALES los cuales implican y, a la vez, definen una imagen determinada de
Hombre - Mujer y Relación.
La norma, inicialmente externa al ser humano, termina siendo interiorizada por
éste, a través del proceso de socialización, llegando a constituir parte de su
propia personalidad.
En relación con los roles, "La cultura condiciona las cualidades, características y
funciones que corresponden a cada sexo, y el ser humano concreto dentro de
una sociedad, los asimila a través de la socialización”. Cuando el ser humano
asume su sexualidad está asumiendo, en parte, los patrones culturales vigentes
en su medio La Identificación Sexual involucra, en parte, estas dos
dimensiones. El (la) adolescente, en su proceso de crecer y madurar, comienza
a definir su propia opción de "ser hombre" y "ser mujer", opción que algunas
veces produce un choque con los parámetros tradicionales machistas vigentes
en sus padres, madres, centro escolar…

Dimensión ética:
La dimensión ética del Ser sexual hace referencia al conjunto de valores que
cada uno construye individualmente a lo largo de su vida, con los cuales se
compromete, definiendo estos el SER y QUEHACER sexual específico de cada
persona. La base de la ética individual está en la AUTO-VALORACION: el ser
humano valora a los demás teniendo como referencia el valor que se da a sí
mismo. El refuerzo de la AUTO-ESTIMA es, por tanto, punto clave en la
construcción de esta escala de valores.

LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL:
¿Por qué se quieren las personas?
¿Sabes por qué quieres a tus amigos, a tu pareja, a tus colegas?
¿Sabes por qué te sientes atraído por alguna persona y por qué
rechazas a otras?

Dos grandes enfoques teóricos han servido de marco a las investigaciones


sobre la conducta afiliativa y la atracción interpersonal: el conductista y el
cognitivo.

FACTORES QUE DETERMINAN LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL:

FACTORES ESPACIO TEMPORALES:


LA PROXIMIDAD, en espacio y tiempo:
Se ha observado que en las salas de clase donde los alumnos son sentados por
orden alfabético, es frecuente que las amistades se produzcan más a menudo
entre aquellos cuyos apellidos comiencen con la misma letra o con letras
próximas. Investigadores norteamericanos han comprobado que es alto el
porcentaje de personas elegimos como amigos a los vecinos inmediatos, o a los
siguientes, en comparación con las que eligen como amigos a los de tres o
cuatro puertas más lejos de su casa.
Sin embargo, no es la cercanía el factor más importante ni mucho menos. Los
grupos estudiados son más o menos homogéneos en cuanto a otros
determinantes también, en cierto sentido, responsables por la atracción entre
las personas: edad, nivel cultural, nivel socioeconómico, aspiraciones
profesionales, intereses. Cuando se trata de grupos heterogéneos, la influencia
de la proximidad es mucho menor y las amistades se hacen teniendo en cuenta
otros factores. La proximidad resulta ser, entonces, más un requisito que un
factor causal de la atracción: entre las personas que tenemos cerca elegimos a
nuestros amigos y parejas según otro tipo de determinantes.
LA BELLEZA:
De acuerdo a las investigaciones psicosociales, es así: de entrada la belleza
física provoca en muchos casos "efecto de halo" esto es, se extiende la
valoración positiva de su atractivo físico (observable) a la entera persona del
sujeto, atribuyéndosele otras cualidades positivas (no observables y que, por lo
tanto, puede o no tener).
En un primer momento la belleza física es un poderoso factor de atracción, pero
esta percepción contaminada, suele disolverse en un tiempo no muy largo si la
persona no posee verdaderamente las características atribuidas.
Una relación afectiva con alguien basada sólo en su atractivo físico no será
duradera. La belleza es un fuerte determinante para establecer una relación,
pero no para mantenerla.

LA RECIPROCIDAD:
¿Quieres que alguien, que hasta el momento no se ha fijado en ti, comience a
interesarse por tu persona?
Pues hazle saber por algún amigo (o amiga) que a ti te gusta.
Muchas veces basta con que nos digan: "a fulana le gustas" para que
empecemos a sentir gran atracción por esa persona.
¿Por qué? Los investigadores hablan de la reciprocidad en el afecto como un
importante determinante de la atracción. Dicho de una vez: tendemos a querer
a quienes nos quieren porque el aprecio que alguien siente por nosotros es una
poderosa fuente de refuerzo que nos lleva a abrigar sentimientos positivos
hacia esa persona.
Los psicólogos/as señalan también que cuanto mayor es la inseguridad de un
individuo y mayores sus dudas sobre sí mismo, mas tenderá a apreciar a quién
manifieste cariño por él.

E. Aronson - "Nos gusta gustar, y cuanto más inseguros nos sentimos,


más apreciamos el hecho de gustar y, en consecuencia, más queremos
a quien nos quiere".

LA SIMILITUD:
“Cada oveja con su pareja”.
Quizás el factor más decisivo para producir atracción entre dos personas es a
similitud de actitudes e intereses. En diversas investigaciones se ha
comprobado repetidamente como a medida que aumenta el porcentaje de
actitudes similares entre dos personas, se incrementa la atracción entre ellas.
Sentimos pues atracción por quienes manifiestan opiniones, creencias, actitudes
e intereses semejantes a los nuestros.
¿Por qué es importante la semejanza? Primero, porque las personas que
sostienen actitudes similares a las nuestras nos ofrecen "apoyo social" a
nuestras opiniones, nos dan la sensación de que tenemos razón, y así retuerzan
nuestra interacción con ellas. Esta "validación social" de nuestras creencias y
juicios es, para nosotros, una recompensa, algo que nos resulta gratificante;
por lo tanto, tendemos a querer a quienes estén de acuerdo con nosotros. Si
alguien discrepa de nosotros, sugiere la posibilidad de que estemos
equivocados; como esto no es gratificante, sino más bien un castigo, no
queremos a las personas cuyas actitudes sean disimilares a las nuestras
Segundo, tendemos a mantener un estado de "equilibrio" entre nuestras
creencias y opiniones sobre los distintos aspectos de la realidad. Una situación
en la que dos personas se atrajeran mutuamente y estuvieron en franco
desacuerdo a opinar e interesarse sobre diferentes asuntos seria
"desequilibrada" y tendería a modificarse de algún modo con lo que, en
definitiva, una relación afectiva entre dos individuos exige la comunidad de
intereses y actitudes.

LA COMPLEMENTARIEDAD:
“Los polos opuestos se atraen”
La similitud no lo explica todo. Es cierto que los opuestos muchas veces se
atraen, es decir, que queremos a quienes son diferentes de nosotros. Así, una
persona maternal no se sentirá a gusto en una relación con una persona muy
independiente y tenderá a sentirse atraída por personas que deseen depender
de ella. Un sujeto dominante no sentirá atracción por otra persona igualmente
dominante pues la relación será conflictiva al tratar cada cual de dominar al
otro; entonces elegirá como pareja a individuos sumisos.
En un principio, sentimos atracción por quienes vemos similares a nosotros en
actitudes o intereses; a este nivel de la relación opera la similitud. La relación, a
este nivel también tiene un grado relativo de profundidad: es amistosa o poco
más que amistosa. Una relación afectiva se torna verdaderamente profunda
cuando además de la similitud se da también la complementariedad de
necesidades. Así, entonces, en un posterior momento, de entre las personas
similares a nosotros en actitudes e intereses con las que nos relacionamos
elegimos a una como nuestra pareja cuando sus necesidades y rasgos básicos
de personalidad resultan ser complementarios de los nuestros.
Es sumamente importante, que junto con la similitud vaya también la
complementariedad. Y esto no es contradictorio ni problemático puesto que la
similitud lo es de actitudes de intereses, en tanto que la complementariedad lo
es de necesidades personales o rasgos básicos del carácter. Además, ambos
determinantes operan de modo y en momentos diferentes.
BALANCE DE GANANCIAS Y PÉRDIDAS:
Las teorías conductistas conciben al hombre como un ser egoísta y presuponen
la poco romántica convicción de que las personas nos sentimos atraídas por
quienes de alguna manera nos recompensan, no embarcándonos en una
relación de amor o de amistad si pensamos que los costes de la misma serán
mayores que las ganancias obtenibles

¿Qué es lo que hace, entonces, que la mayoría de las personas siga


con su pareja habitual en vez de lanzarse a aventuras nuevas con
desconocidos?
Aronson ofrece una visión del fenómeno de supervivencia de los matrimonios o
parejas: la cantidad total de recompensas que pueden obtenerse a lo largo de
la vida de una pareja es mucho mayor que la que se puede obtener de una
relación esporádica. Por eso, aunque nos atraiga más el ‘refuerzo novedoso’,
solemos elegir quedarnos con el habitual, porque su pérdida sería mucho mayor
que lo que dejaríamos de ganar en una relación esporádica. Dicho de otro
modo: la pérdida de refuerzos provenientes de un sistema habitual de
recompensas se siente como mucho más grave que la que pueda venir de
alguien cuyas recompensas no estaban sistematizadas ni eran constantes.

SEXUALIDAD Y MASLOW:

DIMENSIONES PSICOLÓGICA, BIOLÓGICA,SOCIAL Y ÉTICA

COMPONENTES DEL CONCEPTO SEXUALIDAD:


SEXUALIDAD
IMPULSO SEXUAL
IDENTIDAD
ORIENTACIÓN
CONDUCTAS
EMOCIONES
AFECTOS
ANATOMÍA
SOCIEDAD

Tema 02: "Biología de la Sexualidad"


Introducción al tema

En la segunda semana analizaremos las características de la biología de la


sexualidad humana, en la cual veremos la diferenciación sexual, influencia de los
genes y hormonas, así como la anatomía sexual masculina y femenina. Veremos
también la respuesta sexual humana, los métodos anticonceptivos y las
enfermedades de transmisión sexual.

El analizar la biología de la sexualidad humana nos dará el marco de referencia para


poder explicar otros procesos del comportamiento sexual humano, como entes bio-
psico-sociales, tenemos que dar la respectiva importancia a todas estas áreas y su
interrelación

Aprendizajes esperados
Conozcamos ahora las capacidades y actitudes a desarrollar en este
primer tema:

Capacidades

 Identifica las características biológicas de determinan la sexuación del individuo.


 Explica la influencia de las hormonas y de los genes en la sexualidad.
 Conoce y comprende la base biológica de nuestra sexualidad.

Actitudes
 Participa proactivamente en el foro temático, comparte ideas y tolera las opiniones
diversas.

2.1. Diferenciación sexual humana


La diferenciación sexual es un proceso biológico, funcional, psíquico, emocional,
social, etc. que se origina en el mismo momento de la fecundación y no finaliza hasta
que el individuo se identifica con su propio sexo y género.

Según Rosenzweig y Leiman (1992), la perspectiva del desarrollo es especialmente


útil en el estudio del sexo y de la conducta sexual. Ayuda a responder a la cuestión:
¿Cómo asume una persona la identidad sexual de varón o mujer? Es decir, cómo se
identifica con uno mismo, y es identificado por los otros.

Los notables cambios en la anatomía-fisiológica sexual y en el estatus reproductivo


durante el transcurso de la vida son obviamente importantes. También lo son los
diversos estadios del desarrollo sexual que ocurren antes del nacimiento de los
humanos y que llevan a la progresiva divergencia entre sexos.

Conseguir una identidad sexual implica, también, notables influencias sociales y


culturales que pueden ser tan importantes como el desarrollo de la dotación
anatomo-fisiológica

2.1. Diferenciación sexual humana


La diferenciación sexual es un proceso biológico, funcional, psíquico, emocional,
social, etc. que se origina en el mismo momento de la fecundación y no finaliza hasta
que el individuo se identifica con su propio sexo y género.

Según Rosenzweig y Leiman (1992), la perspectiva del desarrollo es especialmente


útil en el estudio del sexo y de la conducta sexual. Ayuda a responder a la cuestión:
¿Cómo asume una persona la identidad sexual de varón o mujer? Es decir, cómo se
identifica con uno mismo, y es identificado por los otros.

Los notables cambios en la anatomía-fisiológica sexual y en el estatus reproductivo


durante el transcurso de la vida son obviamente importantes. También lo son los
diversos estadios del desarrollo sexual que ocurren antes del nacimiento de los
humanos y que llevan a la progresiva divergencia entre sexos.

Conseguir una identidad sexual implica, también, notables influencias sociales y


culturales que pueden ser tan importantes como el desarrollo de la dotación
anatomo-fisiológica

2.2. Organización y comportamiento sexual


Después del nacimiento, la estructura biológica de la sexualidad se va desplegando
para servir de base sustentadora del desarrollo psicosocial. La organización de la
sexualidad humana es sumamente compleja, ésta ha sido definida por algunos
autores como el instinto de comunicación más poderoso que poseen los seres vivos.
Visto así, los órganos de los sentidos serían aquellas partes anatómicas que nos
permiten entrar en contacto con el ecosistema y percibir sus estímulos; Los Sistemas
Nerviosos Somático y Vegetativo serían las autopistas internas por donde circula la
información y el cerebro sería el ordenador central donde se procesan los datos, se
les dota de significado y se emiten los comandos que darán las respuestas
adecuadas a dichos estímulos.

Estímulos Sexuales

Está demostrado que toda percepción sensorial puede ocasionar una respuesta
erótica. El Sistema Nervioso Humano reacciona a estímulos fundamentalmente
táctiles y visuales.

La sensibilidad táctil juega un papel de primer orden en la sexualidad humana. La


percepción de una caricia es recogida por ciertas terminaciones nerviosas que
existen en la piel, siendo más numerosas en algunas zonas corporales llamadas
normalmente zonas erógenas, aunque toda la piel puede ser erógena si se la educa
adecuadamente. Así, tenemos simbolizadas como zonas más erógenas el glande
del pene (varón), clítoris, labios mayores y menores y entrada vaginal (mujer), cara
interna de los muslos, mamas, zonas anales, zonas bucales, etc. (en ambos sexos).

La influencia de la visión en el sexo es altamente específica en el ser humano y


significa un paso adelante en la evolución. Existen ciertas diferencias sexuales en
cuento a las preferencias visuales. Se ha demostrado mediante estudios que a los
varones les atrae la visión de las mamas, genitales y nalgas femeninas. Referente a
las mujeres sus preferencias visuales se inclinan más por unas nalgas pequeñas, un
vientre liso o las expresiones de los ojos, que por el tamaño del pene o genitales
masculinos.

La estimulación olfativa es provocada por unas sustancias extremadamente


olorosas llamadas feromonas que son excretadas al espacio exterior (no deben
confundirse con las hormonas que son sustancias de secreción interna). Las
feromonas, presentes en todas las especies animales, no solamente tienen un papel
en la atracción sexual, sino también en la comunicación (delimitación del territorio,
alarma ante el peligro, etapa de celo, etc.).

Aunque hay pérdida de relevancia significativa en el individuo humano. La forma de


comunicación-atracción ha sido casi anulada por costumbres higiénico-estéticas
como el uso de cosméticos, colonias, desodorantes, etc. que además de eliminar el
efecto oloroso es probable que interfieran en el propio proceso químico de la
feromona.

El gusto y el oído han ido, así mismo, perdiendo puestos en la escala de


preferencia en cuanto a estímulos sexuales para el ser humano; Aunque no hay que
despreciar su importancia en sexualidad.

Regulación nerviosa

Se ha avanzado mucho en el conocimiento de los mecanismos neurofisiológicos que


rigen la sexualidad de los individuos. Un correcto funcionamiento sexual exige una
adecuada integración del nivel neurológico formado por receptores, vías nerviosas,
núcleos neuronales, etc.

El Sistema Nervioso Central (S.N.C.) se organiza principalmente en núcleos, centros


reflejos, centros conscientes y vías nerviosas. Siendo la neurona la unidad básica
de funcionamiento. Las neuronas reciben y envían señales unas a otras a través de
fibras nerviosas (comunicantes) y por medio de sustancias químicas
(neurotransmisores) necesarias para el proceso.

Esencialmente, existen centros inferiores que se localizan en la médula espinal o en


el tronco del encéfalo y centros superiores localizados en el encéfalo a nivel del
cerebro medio, corteza límbica y núcleos subcorticales.

La conformación anatómica de nuestro sistema nervioso es la base biológica del


desarrollo, de nuestra personalidad, de nuestra inteligencia sexual.

Recogiendo los factores que interactúan a partir de estímulos sexuales podríamos


decir que el proceso sería el siguiente: Todo nuestro cuerpo está repleto de
terminaciones nerviosas que captan los diversos estímulos tanto internos (fantasías)
como externos (táctiles, visuales, etc.).

En el caso, por ejemplo, de un estímulo táctil a nivel genital, los receptores de la piel
captan los estímulos sexuales como sensaciones las transmiten a los nervios
aferentes por impulsos eléctricos hasta centros especializados de la médula espinal,
como antes dijimos, éstos están situados al nivel de los segmentos S2, S3 y S4 de la
médula sacra. Allí existen motoneuronas que, activadas por el S.N. Parasimpático,
producen una respuesta refleja a través de los nervios eferentes, cuya acción relaja
la musculación lisa de los vasos sanguíneos. Esto permite la llegada masiva de
sangre a la zona genital, responsable del inicio de la erección en el varón y de la
congestión genital y el inicio de la lubricación vaginal en la mujer.

La amígdala, el tálamo, el bulbo olfativo, el haz del prosencéfalo medio, entre otros,
tienen así mismo, papeles importantes en la modulación del comportamiento y
respuesta sexual.

2.2.1 Regulación nerviosa


Se ha avanzado mucho en el conocimiento de los mecanismos neurofisiológicos que
rigen la sexualidad de los individuos. Un correcto funcionamiento sexual exige una
adecuada integración del nivel neurológico formado por receptores, vías nerviosas,
núcleos neuronales, etc.

El Sistema Nervioso Central (S.N.C.) se organiza principalmente en núcleos, centros


reflejos, centros conscientes y vías nerviosas. Siendo la neurona la unidad básica
de funcionamiento. Las neuronas reciben y envían señales unas a otras a través de
fibras nerviosas (comunicantes) y por medio de sustancias químicas
(neurotransmisores) necesarias para el proceso.

Esencialmente, existen centros inferiores que se localizan en la médula espinal o en


el tronco del encéfalo y centros superiores localizados en el encéfalo a nivel del
cerebro medio, corteza límbica y núcleos subcorticales.

La conformación anatómica de nuestro sistema nervioso es la base biológica del


desarrollo, de nuestra personalidad, de nuestra inteligencia sexual.

Recogiendo los factores que interactúan a partir de estímulos sexuales podríamos


decir que el proceso sería el siguiente: Todo nuestro cuerpo está repleto de
terminaciones nerviosas que captan los diversos estímulos tanto internos (fantasías)
como externos (táctiles, visuales, etc.).

En el caso, por ejemplo, de un estímulo táctil a nivel genital, los receptores de la piel
captan los estímulos sexuales como sensaciones las transmiten a los nervios
aferentes por impulsos eléctricos hasta centros especializados de la médula espinal,
como antes dijimos, éstos están situados al nivel de los segmentos S2, S3 y S4 de la
médula sacra. Allí existen motoneuronas que, activadas por el S.N. Parasimpático,
producen una respuesta refleja a través de los nervios eferentes, cuya acción relaja
la musculación lisa de los vasos sanguíneos. Esto permite la llegada masiva de
sangre a la zona genital, responsable del inicio de la erección en el varón y de la
congestión genital y el inicio de la lubricación vaginal en la mujer.

La amígdala, el tálamo, el bulbo olfativo, el haz del prosencéfalo medio, entre otros,
tienen así mismo, papeles importantes en la modulación del comportamiento y
respuesta sexual.

2.3. Anatomía y funciones sexo reproductivas femeninas


Los órganos genitales femeninos tienen como funciones principales: La función
reproductiva, la sexual-erótica y la producción de hormonas esteroideas.

Se sitúan tanto en el interior como en el exterior del organismo, por lo que las
podemos dividir en dos grupos:

2.3.1. Genitales externos femeninos


Los genitales externos femeninos tienen unas funciones que, esencialmente son, la
erótica y la protectora.

La apariencia de esta zona corporal varía considerablemente de una mujer a otra


debido a la diferente pigmentación, tamaño de los labios mayores y menores y del
clítoris, distribución del vello, localización del introito, etc.

El monte de Venus: Es un acúmulo de tejido adiposo subcutáneo situado sobre el


pubis. Está cubierto de vello en un área triangular cuya base marca el linde con la
región hipogástrica. El vértice del triángulo se confunde con la unión de los labios
mayores.

Los labios mayores:. Son dos pliegues cutáneos situados a cada lado de la vulva,
extendiéndose desde la parte inferior del Monte de Venus. Las superficies media y
lateral poseen muchas glándulas sudoríparas y sebáceas, que segregan lubricantes
en el curso de la excitación sexual.

Labios menores o ninfas: Son dos pliegues cutáneos longitudinales situados por
dentro de los labios mayores, contienen gran cantidad de venas, lo que confiere a
estas formaciones ciertas propiedades eréctiles.

Clítoris es un órgano situado en la parte media y superior de la vulva a nivel de la


entrada del aparato genital femenino. Termina en una extremidad redondeada, el
glande clitoridiano que mide unos milímetros en estado de relajación (5 mm de largo
por 3 mm de ancho). El glande del clítoris está cubierto por el prepucio, formado por
la extremidad superior de los pequeños labios. El cuerpo del clítoris, así como sus
ramas, está formado por un tejido eréctil, similar al de los cuerpos cavernosos del
pene. A nivel del glande, hay una riquísima inervación sensitiva, que hace del clítoris
un órgano de gran importancia sexual.

Himen: El himen completo se ve como un delgado pliegue de membranas situado


en la entrada vaginal y que cierra parcialmente el conducto vaginal. Separa los
genitales externos de los internos, la vulva de la vagina. En el centro, suele
presentar un orificio para permitir la salida de la menstruación al exterior; este orificio
varía mucho de aspecto según la mujer. Generalmente, está intacto en las mujeres
que no han tenido relaciones sexuales coitales, aunque puede romperse fácilmente
por múltiples causas: Práctica de deportes, accidentes, tampones, etc.

Glándulas de Bartholino: Son dos pequeñas formaciones del tamaño de un


guisante, que se ubican en la mitad posterior la vulva, bordeando el orificio vaginal.
Contribuyen a la lubricación.

2.3.2. Genitales internos femeninos


Son aquellos órganos situados en el interior de la cavidad pélvica (espacio limitado
por los huesos de la pelvis: ilíacos, sacros y coxis) y son: La vagina, el útero, las
trompas de Falopio y los ovarios.

2.3.3. Ciclo menstrual


La característica fundamental de este ciclo es la descamación hemorrágica de parte
del endometrio, fenómeno que conocemos por menstruación. El endometrio es el
órgano diana de dos tipos de hormonas: los estrógenos y la progesterona. Ambas
hormonas actúan sobre el útero. La primera, engendrando una fase de proliferación
del mismo; la segunda, una fase de secreción. Ambas fases están separadas por el
momento de la ovulación. Al final de la fase secretoria, si no ha habido embarazo, se
descama la mucosa uterina y sobreviene la menstruación. Hay, por lo tanto, un ciclo
ovárico, que a su vez gobierna a un ciclo uterino. La secuencia de los
acontecimientos del ciclo sería:

1. Menstruación
2. Fase de proliferación–ovulación
3. Fase de secreción-menstruación

Cada una de las fases de proliferación y secreción dura 14 días, de los 28 que
comprende el ciclo. Estos cambios en el endometrio sirven para preparar, en caso
de que se produzca, la anidación del huevo. El estrógeno producido por el folículo
maduro hace que el forro interior del útero (endometrio) prolifere y, así, crece, se
espesa y forma glándulas que segregarán sustancias embrionarias.

La progesterona, producida por el cuerpo lúteo, hace que las glándulas uterinas
empiecen a segregar elementos nutritivos y que aumente el acúmulo de sangre. El
huevo fecundado sólo puede implantarse en esta fase, en la cual se encuentra un
endometrio bien desarrollado. Si la fecundación no se produce, el cuerpo amarillo va
disminuyendo su secreción hormonal, hasta desaparecer por completo. Todas las
sustancias preparadas para la anidación del huevo resultan inútiles, y se produce la
menstruación, que es la descamación de la mucosa endometrial por deprivación
hormonal.

La menstruación dura de unos tres a cinco días. Una descarga normal de un periodo
menstrual es de 4 a 6 cucharadas grandes. Es posible menstruar sin ovular (periodo
anovulatorio) pero esto ocurre normalmente sólo durante la pubertad y el climaterio. La
menstruación empieza hacia la mitad de la pubertad, hacia los 13-14 años. Continúa hasta
una edad promedio de 48 o 49 años, en medio del climaterio. Existen en la actualidad
muchos mitos referentes a la menstruación. Por ejemplo, se ha hablado de las posibles
calamidades o enfermedades que puede sufrir la mujer durante estos días. Numerosos
trabajos médicos han demostrado la falsedad de estas creencias. La mujer, no sólo puede,
sino que debe lavarse, y las relaciones sexuales, por su parte, no están contraindicadas, en
el caso de desear tenerlas.

2.3.4. Las Mamas


No son órganos genitales propiamente dichos pero están íntimamente relacionadas
con ellos, por el papel que juegan en la sexualidad y por su importancia en la
reproducción.

Las mamas son unas glándulas pares, situadas entre el tercero y el séptimo par de
costillas, y su función básica es la de producir leche para alimentar al bebé una vez
que se ha producido el parto. Su crecimiento se inicia en la pubertad, al comenzar
las primeras menstruaciones y se atrofian cuando el ovario va cesando en su
función. Se explica esto por la acción de las hormonas del ovario, que estimulan el
desarrollo de las células productoras de leche y el crecimiento adecuado de los
conductos, que hay dentro de los senos de la mujer.

En el vértice de la mama se sitúa el pezón; en él, desembocan los conductos


galactóforos, secretores de leche, que se abren en su superficie por medio de
pequeños orificios. El pezón está rodeado por una pequeña zona circular llamada
areola. Durante la pubertad la piel de la areola es de color rosado, pero más tarde va
adquiriendo un color castaño oscuro que se oscurece durante el embarazo. Sobre la
superficie de la areola hay una serie de pequeños botoncitos (de diez a quince
determinados por la presencia de unas glándulas cutáneas subyacentes, las
glándulas de Montgomery, que no son más que glándulas mamarias y rudimentos;
estas glándulas segregan un lubricante que protege al pezón durante la lactancia.

Durante el embarazo se desarrollan los alveolos y en el periodo de lactancia se


completa el desarrollo glandular mamario. La función principal de las mamas es la
secreción de leche por la estimulación de la hormona prolactina después del parto.

Pero ¿qué representan las mamas en nuestra cultura?

1. Son símbolos de femineidad y de atractivo.


2. Fuente de nutrición y lazo de unión entre madre e hijo.
3. Y son fuente de excitación para el varón heterosexual y para la propia
mujer.

2.4. Anatomía y funciones sexo-


reproductivas masculinas
Los órganos genitales masculinos tienen las funciones de producir las células
germinales masculinas, las hormonas reproductoras y sexuales, el semen y el
acoplamiento necesario para realizar el coito que permite la fecundación.
Su descripción se hará en el mismo orden y sentido que utiliza el espermatozoide en
su migración desde la glándula (el testículo) hasta su salida al exterior.

Los testículos: En el hombre son las glándulas reproductoras esenciales (gónadas).


Cada testículo es de forma ovoide, con un eje oblicuo hacia atrás; las dimensiones
medias son de 5 cm de longitud; 2,5 de espesor y 3 cm. de anchura; el peso medio
es de 20 gr. Una envoltura resistente rodea al testículo: La albugínea, que le da su
color blanco azulado y una consistencia muy firme.

Al nacer, casi un 3% de los niños presentan criptorquidia, una anomalía en la que los
testículos no se encuentran todavía en su lugar definitivo, aunque en la mayoría de
estos casos descienden espontáneamente durante la pubertad.

Esta afección puede ser causa de esterilidad, dado que, en esa ubicación anormal,
los testículos no realizan correctamente la función de formar los espermatozoides
(espermatogénesis).

La función endocrina de los testículos se produce sin variaciones cíclicas. Su


funcionamiento no es autónomo sino que está en dependencia del estímulo de las
hormonas producidas por la hipófisis (FSH y LH).

1. La FSH es la responsable de la estimulación, crecimiento y maduración de las


células del epitelio germinal de los túbulos seminíferos y, en consecuencia, de la
génesis de los espermatozoides.

2. La LH provoca la secreción de andrógenos.

Una vez establecida la función bajo la acción de las dos gonadotropinas


hipofisiarias, se hace seguidamente regular y se mantiene a menudo hasta la vejez
avanzada. La producción de esperma testicular es continua; se evacúa por coito,
masturbación, o es expulsada automáticamente por polución nocturna

2.4.1. Vesículas seminales.


Son dos receptáculos situados detrás de la vejiga urinaria y de la próstata y delante
del recto. Se insertan en el punto de unión de la ampolla del canal deferente con el
conducto eyaculador. La vesícula seminal sólo se desarrolla después de la pubertad,
constituyendo un receptor selectivo de la testosterona.

Segrega un líquido claro, viscoso y aromático que tiene las características de:

 Diluir el esperma muy “seco” que proviene del testículo.


 Proporcionar al esperma una parte de su olor.
 Aportan nutrientes a los espermatozoides.

Miden alrededor de 6-8 cm. y su secreción alcalina es rica en fructosa, que es un


azúcar que contribuye a la nutrición de los espermatozoides, estimulando por tanto
el movimiento de los mismos.

2.4.2. Próstata
Es un órgano único, sólido y del tamaño de una castaña. Está situada debajo de la
vejiga urinaria y por delante del recto (su parte posterior puede palparse mediante
tacto rectal). Se dispone rodeando la porción inicial de la uretra (uretra prostática); a
este nivel, confluyen por detrás, los dos conductos eyaculatorios.

La próstata constituye un manguito de sostén para mantener la larga uretra


masculina en su dirección y curvatura; sin ella la uretra flotaría y se acodaría, con lo
que se producirían alteraciones en la micción. A partir de la uretra prostática, el
camino hacia el exterior de los espermatozoides es el mismo que sigue la orina. En
la próstata hay unos esfínteres musculares que cierran o abren una de las dos vías,
nunca las dos a la vez, por lo cual, el hombre expulsa orina o semen pero no las dos
cosas simultáneamente, a no ser que exista alguna anomalía.

La próstata es un lugar frecuente de procesos inflamatorios y cancerígenos, que


producen aumento del tamaño y comprensión en la uretra, lo que se traduce en
dificultades para orinar, e incluso en disfunciones en la erección y en la eyaculación,
fundamentalmente en la tercera edad.

Glándulas de Cowper o bulbouretrales: Son dos diminutas glándulas del tamaño


de un guisante situadas debajo de la próstata junto a la uretra. Segregan un líquido
alcalino que neutraliza los residuos de la orina existentes en la uretra (mediatiza la
acidez uretral), preparando así el paso del semen. Frecuentemente, en la fase previa
al orgasmo, aparecen unas gotas de este líquido que puede contener
espermatozoides. Estas glándulas, junto con las glándulas uretrales de Littre, tienen
también la función de lubricar la uretra en el momento de la eyaculación.

2.4.3. La uretra
Es un conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el meato uretral y el semen
desde los conductos eyaculadores hasta el exterior. Tiene una longitud mayor que
en la mujer con tres porciones distintas: Uretra prostática, membranosa y esponjosa
o peneana. A nivel de la primera porción de la uretra existe un juego de esfínteres
que actúan como válvula abriendo o cerrando la uretra para evitar que la orina o el
semen se mezclen. En el interior del canal uretral, existen glándulas que producen
una secreción de aspecto hialino tan pronto como el pene se pone en erección.

Los fines de esta secreción son:

1. Lubricar el conducto uretral. Gracias a esta lubricación, el semen se deslizará en


el momento de la eyaculación con facilidad y rapidez a lo largo del conducto. Este
líquido uretral no debe confundirse con el semen propiamente dicho. Aunque
aparezca en el orificio del glande, su aspecto, olor y densidad son distintos al
semen.

2. Neutraliza la acidez de los restos de orina que pudieran existir en la uretra,

3. Contribuye a la fijación del esperma en las paredes del saco vaginal de la mujer.

2.4.4. El Pene
Es un órgano muscular que, aparte de su función urinaria, tiene una función
reproductora y sexual importante. En el primer caso, permite introducir los
espermatozoides en la vagina durante el coito; en el segundo, es un órgano erótico y
de placer importante, aunque no es el único. Se encuentra situado en la parte
inferior del abdomen y por encima del escroto y los testículos. Tiene una forma
cilíndrica, con un extremo ligeramente abultado, que recibe el nombre de glande. Su
interior es atravesado por un conducto, la uretra, por el que pasa la orina o el semen
en su camino de salida al exterior. La uretra, en su parte final, es algo más ancha y
se llama meato urinario.

El pene se divide en tres partes: cuerpo, glande y prepucio.

- El cuerpo está constituido por tres cuerpos cilíndricos de tejido erectil: dos cuerpos
cavernosos y uno esponjoso. El tejido eréctil está formado por una red irregular y
esponjosa de espacios vasculares, arterias y venas; en el momento de la excitación,
esta “esponja” se empapa y aumenta de tamaño, grosor y dureza, lo que constituye
el mecanismo de la erección.

- El glande es la extremidad del pene, semejante a una bellota, formada por la


expansión del cuerpo esponjoso. Está protegido por una piel fina, movible, llamada
prepucio, el cual es la prolongación de la piel que recubre todo el órgano. Es una
zona muy sensible y erógena dada la gran cantidad de terminaciones nerviosas que
posee. En estado de erección se pone turgente, sale totalmente fuera del prepucio,
aumenta en todas sus dimensiones y adquiere un color rosado oscuro. En el
extremo distal se encuentra el orificio uretral.

- El prepucio es un fino repliegue de piel que recubre al glande cuando el pene está
flácido, pero en erección o si tiramos hacia atrás, el glande queda al descubierto
continuándose con la piel del pene. En la parte interna del prepucio se produce una
secreción de tipo sebáceo: El esmegma, singularmente olorífero, es el responsable
del olor tan característico de los órganos genitales externos. Si se descuida limpiarlo,
el esmegma se acumula en el surco bálanoprepucial o bajo el frenillo, formando
depósitos blanquecinos que, al fermentar, despiden un olor penetrante y
desagradable.

El niño posee un prepucio muy largo que forma una especie de manguito o de
trompa sobre el glande. En la pubertad, el glande se desarrolla más deprisa que el
prepucio. A veces, existe un estrechamiento del orificio prepucial, esto es lo que
define la fimosis que es una malformación bastante frecuente que se soluciona
fácilmente llevando a cabo ejercicios manuales o por medio de técnicas quirúrgicas
(circuncisión). En algunas culturas la extirpación del prepucio constituye un
verdadero rito social (ritos de iniciación) o religiosos.

2.4.5. El Espermatozoide
Es la célula germinal masculina o gameto masculino. Está formado por una cabeza,
un segmento intermedio y una cola que le confiere gran movilidad. Introducido en la
vagina puede ascender hasta la trompa en 30 minutos.

En la cabeza se encuentra el núcleo, en donde está el material genético hereditario.


Esta cabeza está recubierta de una especie de casquete (acrosoma), que juega un
papel muy importante en la penetración del espermatozoide a través de la
membrana del óvulo.

En los genitales internos del varón pueden vivir entre 30 y 40 días. La producción y
eliminación de los espermios es continua (más de l00 millones en una eyaculación)
no de una manera cíclica como ocurre en el ciclo fisiológico femenino. Se calcula
que un hombre, a lo largo de su vida, produce un billón de espermatozoides. El
proceso de la espermatogénesis y la vida misma de los espermios depende,
fundamentalmente, de que exista una temperatura adecuada; por ello, la masa
testicular, situada extraabdominalmente, proporciona una temperatura de 1,5 gº.
más baja que la temperatura central. No se conoce por qué las temperaturas
elevadas son perjudiciales para el espermatozoide.

La cantidad de espermatozoides contenidos en al semen varía de 40 millones a 300


millones/ml, según el tiempo transcurrido desde la última expulsión; esa cantidad es
mayor después de unos días de abstinencia y menor si el coito es frecuente. El
número de espermatozoides por eyaculación varía también dependiendo del estado
sanitario del individuo, de su edad y del funcionamiento de su aparato genital.

La vida útil del espermatozoide, es decir, el tiempo durante el cual son capaces de
fertilizar el óvulo, es relativamente corta, de unas 24 a 36 horas. Sin embargo,
pueden ser congelados a -169 gº almacenados y luego descongelados, sin que se
pierda su capacidad fertilizante.
2.4.6. La erección del pene.
La estructura íntima del pene está específicamente adaptada para la erección; los
cuerpos cavernosos consisten en minúsculas cavernas y en una red de vasos
sanguíneos especializados. Estos pequeños compartimentos se hallan colapsados y
la sangre fluye mansamente a través del pene cuando se halla en estado de
flacidez. Con la erección, el pene se pondrá rígido, permitiendo la penetración
vaginal.

La eyaculación. En la mayor parte de los casos, la eyaculación es el final de un


proceso de excitación. Durante la eyaculación, saldrá el semen al exterior por una
serie de movimientos de contracción de los conductos espermáticos. Debido,
normalmente, a las causas anteriores enumeradas, el sistema nervioso experimenta
una excitación intensa que alcanza un punto culminante, denominado orgasmo, y
una descarga, llamada eyaculación. La respuesta eyaculatoria se halla programada
para depositar el semen en la parte profunda de la vagina, cerca del útero, en la
“fosa seminal” donde la posibilidad de fertilización es máxima.

La eyaculación tiene dos fases diferenciadas:

Emisión. Se produce por contracción de los órganos reproductores internos


(conductos deferentes; próstata, vesículas seminales) para depositar el contenido
seminal a nivel de la uretra bulbar.

Eyaculación propiamente dicha, por la contracción poderosa de la musculatura


bulbar, en forma de cinco o seis espasmos, se expulsará al exterior el semen con
todas sus secreciones.

La musculatura se contrae a intervalos de 0,8 segundos, constituyendo el aspecto


motor del reflejo eyaculador, se comprime la base del pene y de la uretra y hace que
el semen salga a chorros. Es ésta segunda fase la que se acompaña del intenso
placer del orgasmo y la que es análoga al orgasmo femenino, que implica la
contracción de los mismos músculos del perineo.
2.5. Respuesta sexual masculina
Neurofisiología de la respuesta sexual

Se entiende por respuesta sexual humana toda una serie de cambios fisiológicos
que se producen en el individuo ante un estímulo sexual efectivo.

Fases de la Respuesta Sexual

Masters y Johnson dividen el ciclo de respuesta sexual en cuatro fases:


excitación, meseta, orgasmo y resolución. Posteriormente, Kaplan añadiría la
fase de deseo como primera del ciclo. Actualmente otros autores
como Carrobles, finalizan la respuesta con la fase de “satisfacción”. Se observó
que existían grandes similitudes entre la respuesta sexual masculina y femenina,
con la diferencia de haber un único modelo para la reacción sexual masculina
frente a tres modelos diferentes en la femenina.

Se ha avanzado mucho en el conocimiento de los mecanismos neurofisiológicos


que rigen la respuesta sexual del individuo, aunque la gran mayoría de los
estudios fueron realizados en individuos del sexo masculino. Un correcto
funcionamiento sexual exige una adecuada integración del nivel neurológico
formado por receptores, vías neuronales, núcleos neurales, etc.

Mecanismo del deseo sexual

Según Kaplan, la conducta humana está gobernada por un mecanismo dual de


dirección: La evitación del dolor y la búsqueda del placer, teniendo la sexualidad
unas características específicas en el sentido de que se halla presidida, sobre
todo, por el principio del placer. Siendo el Sistema Límbico clave para el
desarrollo de los estados emocionales, no es extraño que los distintos estados
de ánimo puedan afectar al deseo sexual. Así se ha observado una menor
frecuencia de deseo sexual en personas aquejadas por depresiones nerviosas,
anorexias y otras alteraciones de tipo emocional y vegetativo.

Mecanismo de la Excitación

Independientemente de que el mensaje sea sexual o no, los estímulos


sensoriales se transmiten por medio de la médula espinal al cerebro. En la piel
hay receptores y terminaciones nerviosas que responden de una manera
determinada a diversos estímulos: Presión, temperatura, dolor. No hay ningún
receptor específico para responder a estímulos sexuales, ya que es el cerebro el
que puede interpretar en última instancia la característica de la sensación. La
caricia que en un individuo es erótica, para otro puede no serla. Si el cerebro
interpreta sensaciones, también puede emplear la imaginación para iniciar una
respuesta sexual sin que haya un solo estimulo sensitivo.

El mecanismo de la excitación es un fenómeno en el que la voluntad tiene poco


que ver. Los centros de la médula espinal o inferiores responsables de la
vasocongestión (erección, lubricación) se encuentran situados a nivel de los
segmentos sacros de la médula espinal, de aquí parten fibras nerviosas que
provocan esas reacciones genitales características de la excitación.

Mecanismo del Orgasmo

Se alcanza cuando se llega a un nivel máximo de tensión sexual. El comienzo


subjetivo del orgasmo es pélvico, y se concentra de modo específico en el
clítoris, vagina y útero, en la mujer, y en el pene, próstata y vesículas seminales
en el hombre. En general, se da una respuesta global de todo el organismo. En
los varones, además, se puede producir un efecto complementario reproductivo
que es la eyaculación, fenómeno fisiológico que también aparece en algunas
mujeres (aunque llamarle eyaculación no es del todo correcto por no tener
espermatozoides).

Como la erección, el orgasmo sigue un mecanismo fundamentalmente reflejo.


Su centro también está en la médula espinal, pero se localiza algo más arriba
(en la región lumbar) que el de la erección.

Se sabe que la eyaculación puede producirse en ausencia de erección y


viceversa; esto nos indica la posible independencia de los centros que rigen la
erección y la eyaculación. Incluso se sugiere que los hombres y las mujeres
pueden lograr un orgasmo con solo utilizar la fantasía, sin ninguna estimulación
de los genitales. Por experimentación, se sabe que estimulando ciertas áreas
del cerebro medio y sistema límbico en seres humanos, se puede producir un
orgasmo. Por otro lado, se puede conseguir cierto control voluntario sobre el
reflejo de la eyaculación; la incapacidad para conseguirlo produce según
muchos autores eyaculación precoz y retardada.

Mecanismo de la Resolución

Es la última fase del ciclo, según Masters y Johnson, y constituye la pérdida de


la tensión sexual del individuo, con desaparición de los cambios fisiológicos
producidos. Durante un cierto periodo de tiempo (periodo refractario), el varón
no puede volver a ser estimulado. Por el contrario, la mujer tiene una
potencialidad que le permite volver a tener un orgasmo si se aplica un estimulo
efectivo. Es decir, fisiológicamente, tiene una mayor capacidad orgásmica que el
varón.
Video denominado: Anatomía del sexo

Anatomía del sexo


Con el fin de profundizar en la sexualidad humana te presentamos un interesante
video denominado “Anatomía del sexo” donde se observaremos las bases biológicas
de la respuesta sexual humana.

http://www.teledocumentales.com/anatomia-del-sexo/

Durante la reproducción del video te recomendamos que tomes nota de las


principales ideas que se exponen en el mismo.

Bibliografía
 Amezúa, E. (1973). Ciclos de educación sexual. Barcelona: Editorial
Fontanella.
 Carrobles, J.A. (1990). Biología y psicofisiología de la conducta sexual.
Madrid: Fundación Universidad Empresa (UNED).

I. Preliminares
1. La procreación responsable: Si en todas las sociedades antiguas esta
capacidad ha sido regulada de muy diversas formas, en las sociedades avanzadas
el criterio principal es disponer de los mejores preparativos y cuidados para la
creación de una nueva vida de acuerdo con los deseos y las responsabilidades
compartidas entre sus autores.

Se trata de combinar lo mejor posible los recursos para llevar adelante tanto el
deseo y el derecho a tener hijos como, del otro lado, que los hijos sean recibidos con
las mejores posibilidades de calidad y dignidad. La evolución y el progreso permiten
hoy disponer de esas posibilidades para una procreación responsable.

2. La era del hijo deseado: Es importante no convertir en una obligación lo que, de


hecho, es un deseo. Y no convertir en un problema lo que es un proyecto que se
elabora con gusto. Por eso es importante conocer los medios o mecanismos que
hacen posible su realización razonable.

Se ha dicho que el mejor regalo que puede hacerse a un hijo es que haya sido
deseado y que, al llegar, se encuentre con que ha sido llamado a la existencia por
quienes lo han querido y deseado. Que estos han puesto todos sus medios para
que sea bienvenido.

3. Nociones de reproducción y procreación: En Ciencias Naturales se estudia el


fenómeno de la reproducción de las distintas especies y también de la humana.
Como ya quedó indicado, en Sexología no hablamos de reproducción ni de la
especie sino del fenómeno de la procreación y de la condición humana.

El uso, pues, del concepto de procreación tiene dos connotaciones que conviene
señalar. En primer lugar, se trata de la capacidad de crear o producir vidas humanas.
El otro factor es la regulación o gestión de esa capacidad de forma deseada y
responsable.

II. Formas comunes de procreación y alternativas


1. Las más comunes: El punto de partida de la procreación es la concepción,
también llamada fecundación. Sucede con cierta frecuencia que algunas parejas no
pueden tener hijos de esta forma y recurren a la ayuda técnica.

Se calcula que en torno a un 15 % de parejas en edades fértiles tienen algunas


dificultades en este ámbito. Si se descartan otras clases de problemas o
enfermedades, la causa principal reside en él (por ejemplo, la poca densidad de
espermatozoides o su escasa movilidad); en otras, la causa es de ella (por ejemplo,
diversos problemas de ovarios, dificultades de la implantación en el útero, etc.); y, en
otras, de ambos.

En tales casos, tras el correspondiente asesoramiento, se suele recurrir a los


tratamientos.

2. Las formas y técnicas: Los tratamientos más conocidos en la actualidad son los
que reciben el nombre de técnicas de procreación asistida y que se basan en la
fecundación artificial bajo sus dos modalidades: una, cuando se hace con semen de
la pareja y otra, cuando éste procede de donante a los bancos de semen.
La técnica de la fecundación artificial puede también ser en vivo(la que se hace
directamente a los sujetos) o invitro(la que se produce en el laboratorio para luego
transplantarse). El término in vitro es ya bien conocido por haber sido divulgado a
propósito del " bebé probeta", tal como fue llamado el caso de la inglesa Louise
Brown, la primera niña nacida en 1978 siguiendo este proceso.

3. Variantes e interrogantes: Algunas variantes de estas técnicas han continuado


con diversos ensayos, como es el caso de la transferencia de óvulos o embriones ya
formados, lo que ha conducido no sólo a nuevos ensayos sino también a otros
fenómenos tales como la llamada subrogación, más conocida como "úteros de
alquiler".

El imparable avance de estas técnicas y su entrada en la alta tecnología plantea, a


su vez, interrogantes no sólo de carácter social y legal sino de alta dimensión
humana. ¿Por qué, por ejemplo, tantos esfuerzos y empeños en estas formas y no
reconsiderar otras cuando tantos niños hay en el mundo, abandonados y sin
padres?

4. La adopción: Cada vez se ha puesto más en uso la expresión "padres biológicos"


frente a la de adopción. En realidad los padres no son sólo biológicos sino
biográficos. Por ello el término y la designación no son fiel reflejo de la realidad.

La adopción ha sido cada vez más una alternativa no sólo de las parejas estériles en
sus muy diversas formas sino de las que, por otros motivos, quieren adoptar un hijo
que desean criar y mantener. Para evitar situaciones de tráfico o mercado los
gobiernos se han ocupado cada vez más de su regulación y control no sólo
mediante leyes sino mediante la misma gestión a través de sus instituciones.

Se debate en ocasiones sobre si las distintas formas de hacer condicionan el


resultado que es el hijo. Las tecnologías actuales ayudan frente a las deficiencias o
discapacidades de otras formas convencionales.

A veces estas deficiencias crean problemas en los padres. Pero todos suelen estar
de acuerdo en que los quieren igual. Con independencia de la fórmula se crean
vínculos emocionales y sentimientos profundos entre los progenitores. A veces las
dificultades unen más que la facilidad.

También con este motivo se ha hablado del mito de los genes frente a la realidad y
fuerza de estos vínculos emocionales. Y, también con independencia de las formas,
los padres manifiestan sus sentimientos de entrega y cariño.

No es, pues, acertado hablar de distintas clases de hijos según haya sido la fórmula
de la procreación.

III. El sistema conceptivo:


El fenómeno de la procreación, tal como lo conocemos en la actualidad, se basa en
dos grandes principios: uno pertenece al sistema femenino y el otro al masculino. A
pesar de las formas señaladas a propósito de las técnicas de procreación asistida, la
producción de un nuevo ser humano necesita el encuentro de los dos sistemas.
1. La aportación femenina: El ciclo conceptivo femenino consta de distintas fases,
una de las cuales es la maduración de un óvulo disponible para la fecundación
durante un tiempo calculado de en torno a 74 horas.

El conocimiento de este ciclo proporciona a las mujeres no sólo información sobre


este hecho sino sobre otros relativos a su estado general, a su fase, uno de los
cuales es lo que se conoce como menstruación o regla. La regla, así llamada
porque, en principio, tiene lugar de forma regular, marca el final de un ciclo y el
comienzo de otro.

En nuestras sociedades estos ciclos suelen tener lugar en torno a los 11-12 años.
En ocasiones, antes y, en otras, después. Su duración es de en torno a 28 días
durante los años que van de la menarquia que marca el inicio, hasta la menopausia
que marca el fin y que sucede en torno a los 50 años.

2. La aportación masculina: De modo distinto a las mujeres, los hombres no son


cíclicos sino continuos en la producción de espermatozoides desde la pubertad
hasta el final de la vida.

Estos datos permiten una clasificación de las situaciones conceptivas y por lo tanto
también de las a-conceptivas. Se llaman situaciones a-conceptivas aquellas en que
no puede darse la concepción o fecundación.

Este rasgo de la producción continua de espermatozoides por parte del hombre ha


hecho que, hasta el momento, las principales medidas y cálculos recaigan, de un
modo especial, en el carácter cíclico y regular de la mujer. Los ensayos
experimentales masculinos no acaban de dar resultado.

3. Nociones de coito y cópula: Como ya fue sugerido en otros textos, la cópula es


el mecanismo por el cual, mediante la penetración y eyaculación en el interior de la
vagina, se inicia el proceso de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide.
Es el fenómeno común a todas las especies, tal como se han ocupado de estudiarlo
las Ciencias Naturales.

A diferencia de la cópula, el coito (recuérdese, del latín co-itum:) es la fórmula cuyo


fin no es necesariamente reproductivo sino de encuentro de los amantes. Su noción
ha sido más desarrollada desde las Ciencias Humanas y en el marco del ars amandi.

Estas mínimas precisiones ponen en evidencia el carácter confuso y vago de


expresiones tan extendidas como "tener sexo", "hacer el sexo", "practicar el sexo",
incluso la de "relaciones sexuales", igualmente extendida como una muletilla del
lenguaje.

IV. Los recursos anticonceptivos


Si la base de los recursos a-conceptivos descritos es, como vimos, el conocimiento
de las situaciones en que no es posible la concepción o fecundación, este otro grupo
de recursos, conocidos como anticonceptivos, se dirigen más bien a su evitación
planificada y sistemática, siempre a partir de la cópula como modelo o esquema de
referencia.
El principio general es que no se produzca contacto entre las células generativas
respectivas, es decir, los espermatozoides masculinos y el óvulo femenino. Si este
contacto no se da, no es posible la concepción. De ahí que todos los métodos
anticonceptivos tengan por objetivo evitar este contacto.

1. El Diafragma: Consiste en un capuchón de latex que la mujer introduce ella


misma por la vagina y lo coloca en el cuello del útero como barrera preservativa de
la eyaculación y, por lo tanto, de los espermatozoides contenidos en ella durante la
cópula. Tras unas horas es retirado, lavado y guardado en su propio estuche hasta
un siguiente uso.

Se encuentran de venta en farmacias y su uso requiere la medición que el médico


hace del cuello del útero y, a partir de ahí, sólo es preciso un cierto entrenamiento
para su uso.

2. El DIU: El dispositivo intrauterino es un aparatito colocado por el médico en el


interior del útero. Su efecto es neutralizador de los espermatozoides. Su duración es
de varios años, según marcas, tras los cuales se vuelve a revisión para su extracción
y cambio.

3. La píldora sistémica: La píldora anticonceptiva por vía oral regula el sistema


conceptivo femenino general a través de su ciclo convirtiéndolo en anovolatorio (sin
ovulación). Tal como puede leerse en los prospectos que acompañan a las píldoras
es siempre necesario seguir las indicaciones de uso

El mismo o parecido contenido de las píldoras existe con formato de inyección. En


lugar de su toma diaria ésta tiene los mismos efectos durante varios meses, según
fórmulas. En cuanto a la edad de comienzo, los profesionales de la salud aconsejan
que el comienzo del uso de la píldora no sea antes de que el ciclo se haya
establecido y regularizado.

4. La píldora del día siguiente: La píldora del día siguiente, con una dosis
concentrada, se toma en caso de fallo de otro método el día siguiente --el plazo
máximo es de 72 horas-- tras el fallo o descuido. En todos los casos su toma es con
receta médica. No es un método para recurrir a él de forma regular sino sólo en
casos extremos y de emergencia.

El efecto del fármaco consiste en que la dosis hormonal ingerida actúa produciendo
vibraciones en los segmentos de los genitales interiores a un ritmo capaz de impedir
sea la migración regular del óvulo, fecundado o no, como, en su caso, su
implantación y, por lo tanto, el futuro embarazo no deseado

5. Recursos quirúrgicos: En el caso femenino se trata de la ligadura de trompas,


que son las conductoras del óvulo desde el ovario al lugar donde, en principio,
tendría lugar la fecundación. En el caso masculino, la ligadura de los deferentes o
canales conductores de la eyaculación en cuyo líquido se encuentran los
espermatozoides.
Es importante pensar que se trata de un método prácticamente irreversible por lo
que la decisión de recurrir a él debe ser pensada con la máxima seriedad. La
reversibilidad es posible sólo en algunos casos.

6. El preservativo: Es uno de los objetos hoy más divulgados no sólo por su


carácter anticonceptivo sino por preservar de posibles contagios de las llamadas
enfermedades de transmisión genital.

Si el preservativo se ha convertido en uno de los recursos más usuales es por esta


doble utilidad. Para ambas prevenciones sirve la noción y práctica de un cuidado e
higiene básica.

Como sucede con todo medio, estos --sean conceptivos, aconceptivos o


anticonceptivos-- también están en función de los fines. Por eso suelen llamarse
métodos o medios. A veces se llaman recursos.

Su uso sólo puede entenderse cuando se plantean en su conjunto. En ocasiones


este conjunto se limita a la cópula. Pero la misma cópula no es sino un recurso más
de otro conjunto que es el coito o encuentro de los amantes y éste, a su vez, de otra
serie de circunstancias en sus relaciones.

Cuanto más amplios se plantean estos conjuntos más espacio se da para la


adecuación de los medios y los fines y más variedad de formas aparecen en el
repertorio. Conociendo las principales podemos elegir mejor.

V. Higiene y prevención
1. Las conductas de riesgo: Más que de grupos de riesgo, uno de los criterios
básicos es el de conductas de riesgo dentro de las cuales se sitúa la cópula.

Evitar la cópula de riesgo equivale a protegerse de, al menos, los siguientes efectos:

1. Embarazos no deseados (ends) e interrupción voluntaria de embarazos (ives);


2. Enfermedades de transmisión genital (etgs); y, dentro de ellas, el virus de
inmuno-deficiencia humana (vih) o síndrome de inmuno-deficiencia adquirida
(sida).
3. ETS y VIH (sida)

El otro factor de riesgo contra el que es necesaria la protección es el contagio de las


enfermedades de transmisión genital así llamadas por ser transmitidas
principalmente por el contacto de los órganos genitales en la cópula.

Se trata de una lista más o menos larga entre las que se sitúan la sífilis, la gonorrea,
el herpes, los condilomas, la vaginitis, etc. Y su mejor forma de prevención es la
exclusión de la cópula o, si no, ésta protegida por el preservativo.

Una enfermedad más grave es la del virus vih causante del síndrome de inmuno-
deficiencia adquirida o sida, contagiable en parte por la vía genital y, en parte, por
otras formas, tales como el embarazo, el parto y la lactancia cuando la madre está
contagiada. Una forma no genital es a través del uso de jeringuillas contagiadas.
2. La cópula de doble riesgo: Se llama cópula de doble riesgo a la realizada sin
protección tanto con relación al embarazo no deseado como con relación a las
enfermedades contagiables. La cópula es la conducta de los contagios por
excelencia.

Tratándose de la protección, los métodos aconceptivos y anticonceptivos, como su


mismo nombre indica, protegen del embarazo no deseado en ese momento. Por su
parte el preservativo, como igualmente indica su nombre, preserva o protege tanto
del embarazo no deseado como de las enfermedades transmisibles

Con una higiene y prevención sencilla pueden, pues, evitarse estos riesgos. Si, a
pesar de ello, se dieran fallos, el sistema de salud tiene centros de atención
específicos para información y atención para llamar o consultar.

Existen, por otra parte, los Centros de Salud a los que cada cual puede llamar o
acudir. Existen también puntos de asesoramiento para jóvenes sobre sexualidad y
anticoncepción. En todo caso es útil no olvidar que mejor es prevenir y que, por ello,
es importante una buena y precisa información.

url: http://www.el-libro-de-los-sexos.com/GENERAL/INTRO_GRAL.htm

Conclusiones de la segunda semana


A continuación planteamos las conclusiones del tema tratado en la
segunda semana:

 Concluimos que en la sexualidad intervienen también los procesos biológicos


del desarrollo humano y su interrelación con los componentes psicológicos y
sociales.
 Los genes y las hormonas van a influenciar el comportamiento sexual
humano.
 Tener conocimiento de la respuesta sexual humana va permitir vivirla de
forma más positiva.

Tema 03: “Bases psicológicas y


socioculturales de la sexualidad humana¨
En la tercera semana veremos las bases psicológicas de la sexualidad
humana y los componentes sociales que Influyen en ella.

Hablar de las bases psicológicas de la sexualidad es hablar del origen de la


conducta sexual durante el desarrollo humano. Cualquiera que sea su
base no hay duda de que la sexualidad empieza con la vida y se desarrolla
junto con otras funciones del organismo. Y esto que ahora parece tan
obvio piense que ha sido relativamente reciente el hallazgo.
Los puntos de vista tradicionales acerca de la sexualidad humana antes de
este siglo suponían una progresión ordenada desde la inocencia sexual
infantil a través del despertar de los impulsos sexuales en la adolescencia
hasta su culminación en la conducta adulta. No es difícil darse cuenta que
esta secuencia teórica es aplicable a la aparición de la capacidad
reproductora.

Tema 04: “Orientación del Deseo, Identidad


Sexual y de Género"

Aprendizajes esperados
Conozcamos ahora las capacidades y actitudes a desarrollar en
este primer tema:

Capacidades

 Realiza el análisis y explicación de las definiciones de las bases


psicológicas de la sexualidad, la erótica y su relación con el cuerpo

Actitudes

 Demuestra interés y respeto al abordar temas del comportamiento


sexual..

3.1. Desarrollo evolutivo de la sexualidad


La vida sexual del ser humano
comienza el día de su nacimiento
y concluye con su muerte. Sin
embargo, la forma de vivir la
sexualidad ca3.1.1. Teoría del Desarrollo
Psicosexual – Freud

En nuestra sociedad existe la idea


generalizada "... de que la sexualidad se manifiesta exclusivamente en la
pubertad o en el inicio de la vida adulta, pues si bien se reconoce que los
seres humanos nacen y viven con un sexo, son asumidos por lo general
como asexuados durante la infancia". Es el Psicoanálisis, con Freud, el
que ha planteado que la sexualidad aparece desde el nacimiento y que
durante las sucesivas etapas de la infancia diferentes zonas corporales
proporcionan gratificaciones especiales al individuo, pues están dotadas
de una energía que busca placer, la libido. Freud plantea que la sexualidad
genital madura es el resultado de un desarrollo sexual infantil que
denominó pre genitalidad. (Kader, Raquel y Pacheco, Gilda, 1994, p. I)

Para el psicoanálisis la libido es la energía sexual que realza con placeres


específicos algunas funciones vitales como el comer, la regulación
intestinal y el movimiento corporal. "Sólo después de haber resultado
exitosamente una cierta secuencia de esos usos pregenitales de la libido,
la sexualidad del niño(a) alcanza una breve genitalidad infantil, que de
inmediato se vuelve cada vez más latente, transformada y desviada, pues
la maquinaría genital sigue siendo inmadura y los primeros objetos del
deseo sexual inmaduro están prohibidos para siempre por el tabú
universal del incesto".(Erikson, Eric, 1993, p.53)

La sexualidad infantil es un proceso que se desarrolla gradual y


paulatinamente y no tiene las características que le damos los adultos. Al
hablar de sexualidad infantil se pretende reconocer la existencia, en esta
etapa de la vida, de excitaciones o necesidades genitales precoces, así
como también la intervención de otras zonas corporales (zonas erógenas)
que buscan el placer (por ejemplo la succión del pulgar)
independientemente del ejercicio de una función biológica (la nutrición).

Es importante tener presente que la sexualidad infantil se diferencia de la


sexualidad adolescente y del adulto en que la primera tiene múltiples
metas sexuales y zonas erógenas que le sirven de soporte, sin que se
instaure en modo alguno la primacía de una de ellas o una elección de
objeto, mientras que la sexualidad adolescente y adulta se organiza bajo
la primacía genital. Todo ser humano pasa por las diferentes fases del
desarrollo de la sexualidad, por lo que en la edad adulta se encuentran
conductas que son vestigios y evidencias del paso por cada una de éstas.
(Miranda, Delia. "La Sexualidad Adolescente: desarrollo psicosexual y
aspectos éticos". En: Primera Antología Adolescentes y Salud. Caja
Costarricense de Seguro Social. San José, Costa Rica, 1991)

mbia a lo largo de las distintas etapas de la vida.

3.1.2. Teoría del Apego - Bowlby

John Bowlby elaboró la "teoría del apego"


como una alternativa explicativa del desarrollo afectivo humano,
enfatizando como los primeros años de nuestra vida influyen en nuestra
personalidad futura. El/la niño/a, tras su nacimiento, madre o de la figura
materna en el curso de los primeros cinco años de vida.(Trabajo con niños
"sin familia"). Estos y otros muchos hechos recogidos por esa misma
época dieron lugar a que se iniciaran estudios sistemáticos auspiciados
varios de ellos por la Organización Mundial de la Salud, entre los que
destaca el trabajo "Cuidados maternos y salud mental". (Bowlby, 1951,
1953).

Establecida la importancia de la relación del/de la niño/a con la "madre",


era necesario estudiar cómo se formaba ésta relación. La teoría
generalmente aceptada sostenía que el/la niño/a recibe satisfacciones de
su "madre" bajo la forma de alimentación, cariño limpieza, eliminación del
dolor, etc., y asocia esas situaciones con la persona que las produce. A
partir de aquí, se establece el lazo entre la "madre" y el/la niño/a por un
mecanismo de condicionamiento, o en todo caso de asociación.

Bowlby observó que la alimentación y satisfacción de las necesidades


del/de la niño/a tenía un papel importante en la formación del vínculo con
la "madre" como se había supuesto. La importancia de esto y del nuevo
concepto de apego que de ahí se deriva, radica en que entonces la
relación del/de la niño/a con la "madre" no es un hecho derivado, sino un
hecho primario y que el/la niño/a tiene tanta "hambre" de relación social
como de alimento.

La importancia de la calidad afectiva entre la madre y su hijo es vital no


sólo para el presente del bebé sino también para su futuro bienestar. Los
vínculos efectivos en la infancia determinan, en gran medida, nuestras
relaciones sociales y sexuales en nuestra vida adulta. A través de ellos
aprendemos a confiar y ser confiados/as, a dar y recibir, a tocar y a ser
tocados/as.

El Apego es el vínculo afectivo que se establece entre el/la niño/a y las


personas que le cuidan. En efecto, el/la recién nacido/a nace tan desvalido
e indefenso que necesita de forma primaria (no aprendida) establecer
vínculos afectivos. El apego juega un papel de gran importancia en el
desarrollo de nuestra sexualidad. Es en la infancia y con nuestras figuras
de apego con quién mantenemos un contacto piel a piel continuo y sin
normas, es donde aprendemos a tocar, a besar, a ser tocados y besados
por todo el cuerpo. Aprendemos a querer porque somos queridos.

Una de las características del Apego es la incondicionalidad y el


resultado de este amor incondicional es la seguridad emocional y
autoestima.

Por tanto, nuestros vínculos amorosos en el futuro (parejas amigos etc.)


dependerán en gran medida de nuestra historia de apego; Cuanto más
positiva haya sido ésta más seguras y confiadas seremos, con mayor
autoestima, y nuestras relaciones serán más estables, satisfactorias y
positivas.

Las respuestas emocionales del/de la lactante se caracterizan, en primer


lugar, por la intensidad. La situación emocional invade toda la
personalidad del/de la niño/a.
3.2. La adolescencia
Se han dado muchas definiciones sobre el significado del concepto
"adolescencia", a pesar de lo cual continúa siendo un tema problemático.

La pubertad es esencialmente un fenómeno biológico, inicia la


adolescencia, que es un proceso psicosocial; ambas se entremezclan y se
oponen sin confundirse. Se supone que los cambios biológicos deben
provocar consecuencias psicológicas significativas. En realidad,
determinados efectos atribuidos a estos cambios fisiológicos dependen en
gran medida de la manera en que la sociedad reacciona frente a ellos (O.
Klineberg) y de los modelos y soluciones que proponga a sus miembros.
Aunque con mucha frecuencia, pubertad y adolescencia se usan como
sinónimos, hay que aclarar, que la adolescencia es un proceso más amplio
y complejo más allá de los cambios corporales y físicos, con repercusiones
más profundas en los niveles bio-psico-social.

Es necesario aclarar que éste período no existe como tal y de la misma


manera en otras culturas, por tanto cualquier descripción que se haga de
él es puramente cultural. Al respecto, M. Mead ha descrito pueblos en los
que la adolescencia se desarrolla sin conflictos ni rebeldías; ha llegado a
indicar que en los "pueblos primitivos" los "ritos de transición” permiten el
acceso a la mayoría de edad social, sea cual sea el estado biológico. En
éste sentido, no cabe duda que en nuestra sociedad también existen
rituales de paso (servicio militar, inicio de una profesión).

En contraposición con esos grupos "primitivos" en la sociedad moderna la


adolescencia tiene unos limites imprecisos, dura cuando menos una
década (de 10 a 20 años) y tiende a dilatarse debido a los prolongados
aprendizajes socio-profesionales, a la precocidad de la pubertad y también
al incremento de la longevidad, que mantiene en sus funciones a la
mayoría de las personas.

Durante éste largo período, el/la adolescente depende aún de los/las


adultos/as moral y materialmente, no puede satisfacer sus impulsos
sexuales y debe emplear sus energías compitiendo (de distinto modo
según el sexo) por la adquisición de un estatus que, de todos modos será
efímero. Esta mezcla de compulsión y de vacío de obligaciones y de
ausencia de modelos y multiplicidad de posibles opciones le fuerzan a
descubrir soluciones originales y proyectos muy personales. La prueba es
difícil y no todas las personas lo afrontan con armas iguales.

El tiempo que dura este período es, como se ha visto, bastante difícil de
delimitar, existiendo grandes divergencias. Podemos decir, sin embargo,
que la adolescencia se inicia con la pubertad y termina cuando se consigue
la madurez social. Las descripciones del comienzo de la adolescencia se
refiere más a descripciones fisiológicas, mientras que las que se refieren al
término de la adolescencia se centran más en factores sociales y
conductuales.

3.2.1. La teoría Psicoanalítica


hace más hincapié en procesos
internos a la hora de hablar de
esta etapa de transición,
considerando la adolescencia
como un período en el que
existe una acentuada
vulnerabilidad de la
personalidad, debido sobre todo
a las pulsiones que surgen
durante la pubertad. En segundo
lugar se habla de
comportamiento mal adaptado
debido a la inadecuación de las
defensas psicológicas para
enfrentarse a los conflictos y las
tensiones internas, pudiendo
generar inestabilidad en las
relaciones, depresión e
inconformismo. En tercer lugar
se concede especial importancia
al proceso de desvinculación,
como necesidad para establecer
relaciones sexuales y
emocionales madura3.2.2. Sexualidad
Adolescente
En esta fase se elabora la identidad sexual del individuo. La identidad
sexual se refiere a la diferenciación y ubicación sexual que cada uno de
nosotros hace según seamos hombre o mujer. Durante la adolescencia se
configuran los sentimientos que el y la joven tienen en relación con el
sexo al que pertenecen. Se van a ensayar una serie de conductas tanto
hacia el mismo sexo como hacia el sexo opuesto.

"La identidad sexual es producto de un largo proceso de elaboración que


se produce desde la niñez. En este período influyen cuáles han sido las
relaciones con los padres del mismo sexo, cuál ha sido la interacción de la
pareja parental, cuáles normas culturales le tocó vivir, que se aprobó o
desaprobó en los comportamientos del niño. (Miranda, Delia, 1991, p.66)

En la adolescencia temprana los contactos son predominantes con jóvenes


del mismo sexo como una forma de reafirmar su identidad. Forman
grupos del mismo sexo que les permite compartir vivencias, ensayar y
comentar conductas en relación con el sexo opuesto y calmar sus temores
e inseguridades en relación con estos contactos. Algunas conductas
presentadas por los adolescentes en esta etapa pueden aparecer de corte
homosexual, pero en realidad no lo son.

Al llegar al adolescencia media, los jóvenes comienzan a sentirse más


confortables con personas del sexo opuesto y de su edad. Aquí las
relaciones amorosas son, por lo general, de corta duración y es el inicio de
la exploración sexual. Con el tiempo el/la adolescente se liga a una
persona específica en relaciones más duraderas, donde aparece una
mayor preocupación por los sentimientos y deseos del otro, así como por
una relación sexual genital.

Como parte de la sexualidad adolescente la masturbación es una


actividad normal, que es practicada sobre todo por los varones. Esta
preponderancia en los varones se debe a que, tanto hombre como
mujeres, aprenden una respuesta diferente hacia sus impulsos sexuales
impuesta por la cultura, donde la mujer debe guardar sus genitales puros
e intactos, mientras que el hombre debe ser experimentado en lo sexual.

A esta diferencia también contribuye la distinta conformación de los


genitales masculinos y femeninos. El hombre está familiarizado con su
pene y se siente orgulloso de el, experimenta orgasmos completos con
eyaculación. La mujer no conoce bien sus genitales y son las
características secundarias sexuales las que les muestra que ha iniciado
un nuevo período, el orgasmo está usualmente ausente por mucho tiempo
pero la joven siente un erotismo difuso en todo el cuerpo

La masturbación permite que el y la adolescente conozcan la anatomía y


funcionamiento de sus genitales, que liberen las tensiones sexuales
acumuladas y que se preparen para las relaciones genitales en pareja. La
masturbación puede convertirse e un problema sí hace que él o la
adolescente se aísle, que no establezca relaciones íntimas con otro(a),
cuando su práctica no se haga a nivel privado, cuando sea una práctica
excesiva o se abstenga totalmente de ella.

Para concluir, el psicoanálisis ha comprobado que las personas, aún las


sanas mentalmente, están trabadas en sus ciclos sexuales. En su
intimidad, en sus relaciones de pareja y en el coito se evidencias las
huellas que ha dejado su paso por las fases pregenitales. Sin embargo
estas huellas no siempre son conscientes y se dan en mayor o menor
grado en cada persona.

Por otro lado la teoría sociológica comparte la importancia del proceso


de transición, pero difiere de la Teoría Psicoanalítica en cuanto a las
causas de dicho proceso. Así, mientras que la concepción psicoanalítica se
centra en factores internos, la sociológica busca en la sociedad y en
acontecimientos que se producen fuera del individuo una explicación
satisfactoria. Los conceptos clave de ésta teoría son socialización" y
“papel”. La adolescencia está sujeta a un sobrecargo de tensiones, no
tanto debido a inestabilidad emocional interna, sino como resultado de
presiones conflictivas procedentes del exterior

s fuera del hogar.

3.2.3. Riesgos psicosociales en la Adolescencia


Causas de las conductas de riesgo

Es importante conocer e investigar los factores que facilitan las conductas


de riesgo, con el fin de prevenirlas. Los factores de riesgo son múltiples y
de carácter tanto familiar como social, educativo o personal. Algunos de
ellos son:

 Edad de inicio de las primeras relaciones coitales. Tener relaciones


sexuales supone conocer y evitar los riesgos que puede conllevar su
práctica. "La primera vez" suele estar muy idealizada.
 La ocultación y la clandestinidad con que a veces se viven las
relaciones sexuales, provoca la falta de planificación. Así mismo,
esta ocultación hace que se viva la relación con miedo y con
angustia.
 Consumo de alcohol y drogas. A este respecto cabe indicar que la
edad de inicio de diversas drogas ha disminuido.

 Desconocimiento sobre la sexualidad y la anticoncepción. Poseer


creencias erróneas, mitos.
 Falta de responsabilidad sobre su propia vida.

 Entorno familiar frío, distante o rígido.


 Rechazo de la autoridad. La pandilla como grupo de presión.
 Baja autoestima.
 Falta de habilidades para resolver conflictos.

El desafío a la sociedad adulta consiste en la no aceptación de sus


costumbres y los padres ya no pueden jugar el mismo papel de antes.
Mientras persistan las reacciones estereotípicas de los adultos, los/las
adolescentes responderán estableciendo barreras contra la comunicación,
excluyendo a los adultos mediante una conspiración del silencio o
apelando a un lenguaje y una cultura propios. Esto es más grave en
cuanto que el fallo de la familia no es suplido por otras instituciones. La
educación sexual en la escuela es un elemento a desarrollar.

Otro acontecimiento importante que acontece en la adolescencia es la


especificación de la orientación del deseo. Con la llegada de la pubertad y
la adolescencia y motivado por los cambios biológicos y psicosociales, se
va desarrollando el ser sexual, y aparece el deseo sexual. El/la
adolescente siente y responde ante determinados estímulos eróticos. Si se
responde sexualmente hacia personas del mismo sexo, hablamos
de homosexualidad, si la atracción la sentimos por personas del sexo
opuesto, hablamos de heterosexualidad, y si la atracción se siente hacia
personas del mismo y de distinto sexo, hablamos de bisexualidad.

No debemos caer en el error de afirmar que una persona homosexual es


aquella que mantiene o ha mantenido relaciones sexuales con otra
persona del mismo sexo, o que una persona heterosexual es aquella que
mantiene o ha mantenido relaciones con personas del sexo opuesto.

Como ya hemos dicho anteriormente, en la adolescencia suele ser una


práctica normal mantener relaciones dentro del grupo, con personas del
mismo sexo, sin que ello signifique que sean o vayan a ser homosexuales.
Por el contrario, existen hombres y mujeres, que mantienen relaciones
sexuales con el sexo opuesto, ocultando su homosexualidad; igualmente
existen personas tanto homosexuales como heterosexuales y bisexuales,
que antes de haber tenido ninguna conducta sexual con otras personas,
reconocen cual es su orientación sexual. Por lo tanto, no se puede deducir
la orientación sexual en base únicamente a la conducta sexual vivida;
sino que además de la conducta sexual, habrá que tener en cuenta otros
aspectos como: por quién nos sentimos atraídos/as, con quien
fantaseamos, de quien nos enamoramos, con quién quiero compartir mis
sentimientos etc.

3.3. La edad adulta


Desde el final de la adolescencia,
hasta cuando los individuos
ingresan a la mitad de la vida,
alrededor de los cuarenta años,
se considera edad adulta
temprana. Los adultos jóvenes se
preparan ahora para construir
las bases de su futuro de manera
independiente, es una época de
gran actividad en la que se eligen
los rumbos de la vida y cómo
andar en ellos. Se toman
decisiones sobre múltiples
aspectos. Ahora las metas son
específicas y la base de la
personalidad ha sido construida.
No obstante, todos los factores
del desarrollo co3.3.1. Sexualidad en la vida
adulta temprana
El erotismo en la adultez temprana
La mayoría de las personas adultas han tenido experiencias eróticas ya
sea en soledad o en compañía. En su expresión saludable, las personas
experimentan un crecimiento en su desarrollo erótico, con mayor
capacidad de intimar, viven sin culpas o prejuicios la respuesta sexual
humana, conocen su cuerpo y cómo siente, pueden hablar sobre las
relaciones sexuales sin conflictos, hacer acuerdos y explicitar sus deseos.
Comprenden la diferencia entre fantasía y realidad, son responsables del
cuidado de su cuerpo y apoyan el cuidado de su pareja, pueden tener
conductas autoeróticas y relaciones sexuales, utilizan una variedad de
posiciones sexuales que identifican como preferidas, pueden pedir caricias
específicas y negarse a las no deseadas y convierten al encuentro erótico
en un momento de crecimiento personal.

No todos los adultos tempranos viven la sexualidad en esta forma ideal.


En esta etapa de la vida erótica pueden presentarse las disfunciones
sexuales o disfunciones de la vida erótica, es decir, problemas
relacionados con el deseo sexual, con la capacidad para excitarse y tener
orgasmos, dolor en las relaciones sexuales, imposibilidad de relajar la
vagina para permitir una penetración o angustia extrema que dificulta el
intento de la relación sexual. Si bien no siempre sucede así, la mayoría de
estos problemas en los primeros años de la adultez tienen que ver más
con factores psicológicos y de aprendizaje que con deficiencias fisiológicas
o alteraciones anatómicas. La angustia y la depresión son trastornos
frecuentes asociados a las disfunciones sexuales. En las mujeres, los
síndromes más frecuentes son la dificultad para tener orgasmos y la
disminución del deseo sexual. En los hombres, la dificultad para controlar
la eyaculación y para lograr la erección. Además, la edad más frecuente
de consulta para los problemas sexuales se sitúa entre los 26 y los 40
años (Ortiz, Velasco, Rubio, 1999). Mientras más avanza la edad, la
posibilidad de encontrar factores orgánicos en las disfunciones sexuales
aumenta considerablemente.

En este sentido, el profesional de la salud debería ser fuente de


eliminación de errores de información y un consultor “permisivo” que
ayuda a los adultos a comprender que las necesidades eróticas son
naturales, que hombres y mujeres tenemos derecho a conocer y disfrutar
de nuestro cuerpo, podemos hablar de ello con nuestra pareja y cuando se
presentan conflictos éstos tienen altas posibilidades de resolverse. Otra
función importante de las y los profesionales de la salud es la promoción
del conocimiento de las infecciones de transmisión sexual y sus síntomas,
así como la promoción de la responsabilidad del cuidado tanto personal
como de la pareja.

Los vínculos en la adultez temprana

De acuerdo a Erikson el adulto joven está listo para fusionar su identidad


con la identidad de otros. Se encuentran con disposición para establecer
una relación cercana e íntima con otra persona, y están dispuestos a
correr el riesgo de la entrega temporal en situaciones de intensa exigencia
emocional, como el acto sexual. Comparten la confianza y pueden regular
ciclos de trabajo, procreación y recreación, realizar acciones en común con
el fin de proteger a su familia o intereses comunes.

De esta manera la presencia de la unión comprometida en pareja es un


elemento común de las mujeres y los hombres adultos. Principalmente por
medio del matrimonio en nuestra cultura, las personas unen sus vidas. La
predicción en el éxito del matrimonio o unión de pareja tiene múltiples
factores. Algunos teóricos de la terapia familiar sugieren que la capacidad
para comunicarse en la pareja es un elemento crucial para el desarrollo de
la relación.

Las parejas también pueden disolverse cuando no se presenta la evolución


del enamoramiento hacia el amor. En la vida marital las personas
empiezan realmente a darse cuenta de quién es su pareja, a verla de
forma más real; en este proceso, el enamoramiento, que puede durar
varios años, desaparece. Vendrá entonces una etapa de desilusión,
seguida de conflicto y tensión. Si la pareja cuenta con suficientes recursos
personales y afecto, llegarán a la etapa de negociación. Entonces aparece
el amor adulto real, que se caracteriza porque la idealización inicial es
substituida por un conocimiento real de la otra persona. Asimismo, el
amor real requiere de una decisión consciente y racional. Sólo así puede
esperarse que una relación de pareja constituya la base de un proyecto de
vida a largo plazo.

La mitad de la vida .- Entre los 40 y los 65 años los individuos atraviesan la


vida media. Según Erikson, de generatividad en oposición al estancamiento.
Generatividad entendida como la preocupación por establecer y guiar a la
generación siguiente. Peck (en: Papalia, 1992), por su lado, propuso cuatro tipos de
acuerdo psicológico para el ajuste en la mitad de vida:

 Valoración del conocimiento en oposición a la valoración del poder;


 Socialización en oposición a la sexualización de las relaciones humanas;
 Flexibilidad emocional en oposición al empobrecimiento emocional, y
 Flexibilidad mental en oposición a la rigidez mental.

La mitad de vida suele percibirse como lo mejor de la existencia en múltiples


aspectos. En general las personas tienen una situación financiera más estable que
en la juventud, han acumulado valiosas experiencias sociales, profesionales y
personales y pueden aplicar este aprendizaje a sus vidas. Ahora buscan un nuevo
enfoque de su existencia y su carrera, evalúan sus aspiraciones iniciales y se
replantean sus metas de manera objetiva y realista incluso cuando construyen un
nuevo estilo de vida.

En este periodo el cuerpo expresa cambios propios de la edad, desde arrugas en la


cara y menor vigor corporal hasta los cambios en la producción hormonal que
repercuten en la autoimagen, en las actividades comunes y la vida erótica de los
individuos. La mujer atraviesa por el climaterio con cambios emocionales y
corporales incluyendo el cese de la menstruación y de la capacidad de reproducirse.
Los hombres viven también una disminución en la producción de testosterona.
Suelen aparecer con mayor frecuencia desde pequeñas molestias hasta
enfermedades crónicas que requieren de cuidado cotidiano o la necesidad de
intervenciones quirúrgicas.

ntinúan engendrando posibilidades de crecimiento.

3.3.3. La sexualidad en la mitad de la vida


En nuestra cultura se subestima la importante, activa e intensa vivencia
de la sexualidad especialmente después de los cincuenta años. No
obstante, es quizás una de las etapas de mayor calidad y profundidad al
respecto.

El erotismo en la mitad de la vida

La vida erótica en la vida media puede ser, para el caso de las parejas que
dejaron a un lado su relación por dedicarse exclusivamente al cuidado de
los hijos, rutinaria y ausente. O en forma ideal, el olvido de la prisa y la
urgente necesidad de satisfacer y el decline de la necesidad de ser el o la
mejor amante. Ahora hay mayor flexibilidad, deseos de intimar y
compartir, sin temor a perderse o necesidad de controlar. La vida erótica
se torna intensa, cuidadosa del otro o la otra, permite la propia
satisfacción y cuida mas no exige la satisfacción del otro. Evidentemente,
elementos como la diversidad, la búsqueda, la reconquista de la propia
pareja y la fantasía siguen siendo importantes y necesarios para alimentar
el encuentro erótico.

Existen muchas falacias referentes al erotismo en esta etapa de la vida.


Algunas de ellas relacionadas con la sexualidad femenina, asocian la
menopausia al cese de la vida erótica. En realidad, puede ser todo lo
contrario, además de la experiencia y el conocimiento del propio cuerpo y
del encuentro con otra persona ahora la mujer puede tener una vida
erótica sin preocupaciones sobre el embarazo y sin períodos menstruales.
No obstante, quizá estos errores sean también promovidos por la
frecuencia con que por efecto de la ausencia de estrógenos, la mujer
puede presentar depresión, disminución del deseo sexual y dolor en las
relaciones sexuales. Todos estos efectos pueden ser eliminados con un
adecuado tratamiento. La mujer y el hombre de edad media tienen
derecho a expresar sus deseos sexuales y experimentarlos tan libre y
responsablemente como en otras edades.

En el caso de los hombres suelen también haber ideas erróneas a este


respecto. Es frecuente escuchar a hombres que se preocupan porque ya
no tienen una segunda erección después de haber tenido relaciones
sexuales, tan pronto como solía ocurrirles previamente. Incluso en que
ahora tardan un poco más de tiempo en obtener una erección inicial o
necesitan mayor estimulación para mantenerla. Esto es resultado normal
de los cambios propios de la edad. Lo cual no significa que la satisfacción
y el placer obtenidos tengan que disminuir. Algunos hombres tienen
disminución en la producción de testosterona y esto puede disminuir su
deseo sexual por lo que, cuando esto ha sido comprobado por medio de
estudios de laboratorio, la atención de un endocrinólogo puede regular
esta situación.

Mientras más se acercan las personas a los 65 años, mayor es la


probabilidad de presentar enfermedades como la hipertensión arterial o la
diabetes que, entre otras, alteran notablemente la función sexual en el
varón. Por esta razón cuando existen disfunciones en la mitad de la vida
es recomendable hacer una valoración integral a los consultantes. Como
podemos observar, es erróneo lo que aún se dice en algunos sectores de
la población: “si se tienen problemas eróticos a esta edad, es necesario
resignarse”. La vida erótica continuará también en la vejez y adquiere
distintas formas, por lo regular más intensas y completas.

La vinculación afectiva en la mitad de la vida

Según Macías (1994), las familias de los adultos de la mitad de la vida


atraviesan varias etapas. Mientras los hijos se convierten en adultos, su
tarea consiste en lograr un equilibrio entre libertad y responsabilidad y el
establecimiento de cuidados de la pareja.

Posteriormente, atravesarán el período de preparación de separación de


los hijos, cuando éstos maduran y construyen sus propias familias, hasta
llegar al período del “nido vacío” en el que se espera el logro de la
reafirmación de la pareja como tal, con un sentido propio independiente
de los hijos y a su vez el mantenimiento de ligas familiares tanto de la
familia nuclear como extendida.

Para algunos individuos es un momento de libertad, de cese de presiones


y responsabilidades. Ahora pueden hacer juntos actividades que habían
esperado compartir, emprender o terminar. La pareja se replantea su
futuro como tal, ambos satisfechos de sus labores realizadas en la
educación de los hijos, con independencia y mejor sustento económico
que en otras etapas. Sin embargo, la separación de los hijos puede
también hacer obvia la ausencia de relación de pareja y entonces
precipitar una separación que no se había dado precisamente por la
presencia de aquéllos.

Las amistades siguen siendo importantes en esta edad. Pérdidas de


amistades y parientes por la muerte de los mismos aceleran el temor a
quedarse solos o a perder a su pareja y a la vez preparan para la
aceptación de la muerte como inevitable.

3.3.4. La reproductividad en la mitad de la vida

La vida media representa para la mujer el cese de su capacidad de


reproducirse, sin embargo los hombres continúan su capacidad de
fertilizar. Ahora las capacidades de paternaje y maternaje son expresadas
en la creación y otros medios de trascendencia. No obstante, en nuestras
culturas es frecuente que la ahora “abuela” se ocupe de ayudar en el
cuidado de sus nietos.

Esto puede ser vivido con alivio para aquellas personas solitarias y sin
actividades organizadas para el resto de su vida, casi como una segunda
oportunidad. Los abuelos suelen dar y expresar a sus nietos afectos y
experiencias que antes no pudieron por tener otras ocupaciones u otras
responsabilidades con sus hijos, además de mantenerse en contacto
constante con la familia y de alguna forma recibir más atención y
compañía. En otras ocasiones se vive de forma desagradable cuando la
cantidad de tiempo y cuidados dedicados al menor son prácticamente
igual a como fue con sus hijos, e impide el desarrollo de otras actividades
que esperaban hacer en el resto de la vida.

3.4. La tercera edad


La tercera edad es un período normal del desarrollo, y como tal presenta
satisfacciones y conflictos. Quizá los mayores problemas que muestra este
grupo de edad son las desventajas económicas y políticas que consideran
su participación en forma limitada. A diferencia de otras culturas, en las
que los ancianos son considerados sabios y son incluidos en importantes
actividades, en nuestra cultura es una población frecuentemente
discriminada y devaluada. Tales actitudes son observables tanto en
menores como en adultos como un ciclo difícil de romper. Seguramente
este factor contribuye a que las personas de la tercera edad limiten
también su sexualidad.

Durante la senectud se acelera el deterioro general de las funciones


mentales y físicas del individuo. Aunque, el envejecimiento saludable es
posible. Según la teoría de la actividad, mientras más activas
permanezcan las personas, más satisfactoriamente envejecerán. Sin
embargo, estas actividades son producto de una reconstrucción social en
donde las personas mayores dejan de valorarse específicamente por su
nivel de productividad, adoptando valores más humanos al evaluarse y
sustituir este valor por el reconocimiento del saber, del compartir, del
tolerar y sentir. Por otro lado, la reconstrucción social implica el brindar a
estas personas aquellos servicios sociales que les ayuden a enfrentarse a
la vida, como vivienda, transporte y cuidado médico. En tercer lugar
permitirles en el mayor grado posible que controlen sus propias vidas.

3.4.1. La sexualidad en la tercera edad


La sexualidad se manifiesta desde la vida prenatal hasta la muerte. La
sexualidad de los y las personas ancianas debe ser respetada y valorada
como en cada edad anterior.

El género en la tercera edad

De acuerdo a Erikson, las personas atraviesan ya sea por un período de


integración o de desesperación. La integración constituye la culminación
triunfante de otras crisis de la vida. Implica el amor y la aceptación de la
vida que se ha vivido sin pesares por lo que pudo haber sido o por lo que
debería haberse hecho en forma distinta. Implica la aceptación de los
propios progenitores como personas que hicieron lo mejor que pudieron
haciéndose merecedores de nuestro amor y la aceptación de la cercanía
de la propia muerte como fin inevitable de la existencia. Quien no logra
esta integración se encuentra desesperado por el corto tiempo que le
queda como para intentar comenzar otra vida y buscar caminos
alternativos hacia la integridad.

De igual forma, esta integración contempla a la autoimagen y los roles


que como hombre o mujer hacen en la actualidad, con sus limitantes y
satisfacciones, el cuidado y la aceptación de un cuerpo posiblemente
enfermo y con menor habilidad que en otras épocas de la vida. El
bienestar del cuerpo ya no es el eje de la felicidad de la vida, ahora lo son
la relación con los otros y las actividades que no los lleven a depender en
extremo de la salud.

Cuando hombres y mujeres han vivido los roles estereotipados de género,


encuentran desventajas en esta etapa de la vida. Muchos ancianos son
pobres por primera vez en su vida, pues su rendimiento corporal no les
permite seguir trabajando como lo hacían anteriormente. Por su parte, las
mujeres incrementan aún más su dependencia y continúan con labores
domésticas diarias, cuidando de sus nietos en una tarea interminable y
cada vez más difícil de realizar.

El erotismo en la tercera edad

Durante la senectud, el erotismo continúa desempeñando un papel


importante. El envejecimiento produce algunos cambios en la sexualidad
como una mayor lentitud y menor intensidad en la respuesta sexual. Estos
cambios no impiden que la vida erótica desaparezca, aunque la actitud de
la persona añosa contribuye notoriamente a una posición activa o no ante
este elemento de la sexualidad.
Las actividades sexuales disminuyen en frecuencia y cantidad al paso de
los años. Se ha encontrado (Krassoievitch, 1994) que alrededor del 30 %
de los y las personas de la tercera edad conservan una actividad sexual
regular y en la mayoría persiste el interés sexual. Una dificultad frecuente
para ellos es la ausencia de una pareja sexual. Más cuando existe, no es
el patrón joven y adulto de relaciones sexuales el que se pretende, sino
que cobra mayor importancia la cercanía e intimidad corporal en el
encuentro con la otra persona.

Para el hombre, disminuyen las respuestas como la erección del pezón,


hay un menor enrojecimiento facial y una menor contracción muscular, los
testículos se elevan menos que en edades anteriores, la erección requiere
de más tiempo y estimulación para lograrse y es frecuente la disminución
de la misma antes de la eyaculación, especialmente si el acto sexual es
tardado. En general la erección puede durar en promedio 7 minutos, y el
máximo momento de erección se presenta justo antes de la eyaculación.
A su vez, ésta emerge con menor fuerza seguida de una rápida flacidez
del pene.

Para la mujer, la hinchazón de senos, pezones y enrojecimiento de


algunas partes del cuerpo va disminuyendo. Por efecto de los cambios
hormonales, las paredes de la vagina se adelgazan por lo que algunas
posiciones ocasionan irritación. La vulva y la vagina tienen cada vez
menor elasticidad. Se disminuye también el número e intensidad de las
contracciones vaginales al momento del orgasmo.

Si bien es claro que mientras más avance en edad la persona anciana, no


hay razón para eliminar por completo la vida erótica como una dimensión
deseable y asequible. Además, las personas de la tercera edad podrían
haber aprendido ampliamente sobre su sexualidad y pueden incorporar
alternativas de caricias y acercamientos altamente satisfactorios que de
hecho son recomendables en las dos etapas anteriores.

Es necesario que comprendamos a la vida erótica de forma más amplia e


integral que la penetración de una vagina. El crecimiento erótico tiene que
ver con un encuentro donde el principal objetivo puede ser sentir placer y
compartir espacios de intimidad con el otro en el que cinco sentidos más
la fantasía participan activamente

3.4.2. Los vínculos afectivos en la tercera edad


La pareja en la vejez tiene varias tareas a realizar (Zumaya, 1994): el
afrontamiento de las pérdidas probablemente de la pareja y de amigos y
parientes, el cierre del hogar familiar o la adaptación de este hogar a la
vejez y al retiro.

Con la prolongación de la esperanza de vida, también se ha extendido la


expectativa matrimonial para aquellas parejas que logran mantenerse.
Muchas parejas que forman parte de relaciones con problemas, han
logrado superar sus diferencias y obtener una relación mutuamente
satisfactoria. Uno de los elementos más valorados en esta edad es en sí la
compañía y la posibilidad de expresar abiertamente su propia compañía.
El amor, el respeto y el compartir intereses comunes parecen ser
elementos necesarios para la continuación de la relación de pareja.

No obstante, muchos hombres y mujeres no logran esta integración final


por la frecuencia con que alguno de los miembros de la pareja fallece. La
pérdida de la pareja puede relacionarse con una soledad intensa y con
depresión, especialmente en aquellos ancianos que no tienen cercanía con
otros familiares. Para este momento, el grado en que la vida tenga
sentido propio por diversos proyectos y actividades a realizar es un factor
que influirá notoriamente en el ajuste a las pérdidas. El matrimonio en la
tercera edad suele ser un factor positivo. No obstante, las mujeres suelen
tener mayor dificultad para encontrar en esta edad una pareja afectiva y
sexual. En estos momentos, las nuevas y antiguas amistades son fuente
de compañía, comprensión, empatía y desarrollo.

También la enfermedad de uno o ambos miembros de la pareja puede


afectar el estado de ánimo de ambos y repercutir en la satisfacción y
bienestar general. Pero fuentes alternativas de convivencia social suelen
aportar elementos positivos a cómo se vive esta etapa de la vida.
Frecuentemente podemos observar cómo algunos grupos de ancianos
animados y con deseo de seguir descubriendo y aprendiendo de la vida
organizan excursiones y visitas culturales disfrutando al máximo la
experiencia.

La familia vuelve a ser como en la infancia, una fuente principal de


bienestar y sobrevivencia, tanto desde lo afectivo como en la aportación o
supervisión de la satisfacción de las necesidades básicas, éstas últimas
especialmente con ancianos gravemente enfermos. Algunos autores
consideran la actitud de la sociedad en general el principal problema de la
tercera edad, especialmente en aquellas culturas donde se minimiza a los
y las ancianas, y se ignora la gran riqueza que estas personas tienen para
brindar a los más jóvenes.

Bibliografía
 Erikson, Erik. Infancia y Sociedad. 12° ed. Ediciones Hormé. Buenos
Aires, 1993.

 Fader, Raquel y Pacheco, Gilda. Así Construimos nuestra Vidas: una


investigación sobre sexualidad infantil. Organización Panamericana
de la Salud y Organización Mundial de la Salud, San José, Costa
Rica, 1994.
 Freud, S. “Obras completas” – Tomo VII Tres ensayos de teoría
sexual” – Punto II Amorrortu Editores 5ª reimpresión - Buenos
Aires - 1993

 Laplanche, Jean y Jean – Bertrand Pontalis. Diccionario de


Psicoanálisis. 2° ed. Editorial Labor, S.A., Colombia, 1994.

 Meléndez Arias, Luis. Aprendiendo a crecer juntos: La construcción


de la personalidad infantil. Centro de Educación Alternativa. San
José, 1990.

 Miranda, Delia. "La Sexualidad Adolescente: desarrollo psicosexual y


aspectos éticos". En: Primera Antología Adolescentes y Salud. Caja
Costarricense de Seguro Social. San José, Costa Rica, 1991.

 Rubio E. (1994). Introducción al estudio de la sexualidad humana.


En: Antología de la sexualidad humana.

Tomo I.-México: Grupo editorial Miguel Ángel Porrúa, CONAPO.

Lecturas recomendadas
Para saber más

Ponemos a tu disposición y te invitamos a revisar un interesante


documento que te ayudaran a reforzar y ampliar los temas que hemos
estudiado

MITOS Y ESTEREOTIPOS SOBRE LA SEXUALIDAD EN EL ADULTO


MAYOR

Isabel Carrasco - Licenciada en Psicología por la Universidad


Complutense de Madrid

Hoy por hoy, existen muchos prejuicios, mitos y tabúes sobre la


sexualidad de los mayores, incluso compartidos por profesionales que
tratan con ancianos. Es común asociar conceptos negativos y resulta difícil
expresar una idea positiva sobre la sexualidad en la vejez.

Los mitos pasan de generación en generación por vía oral y así son
recordados y aprendidos con mayor facilidad lo que garantiza su cohesión
y asegura su supervivencia. La base de estos mitos populares es que
siguen desexualizando al mayor.

Debemos erradicar de los jóvenes y no tan jóvenes los mitos y las falacias
que dominan actualmente nuestras mentes. Persisten muchos miedos y
equivocaciones y tampoco las actuales generaciones españolas han
recibido una correcta educación sexual. Se sigue confundiendo la
capacidad sexual en términos cuantitativos y de rendimiento y no en
calidad y desarrollo de expresión de la persona sexuada.

Tema 04: “Orientación del Deseo, Identidad


Sexual y de Género"
Introducción

En la cuarta semana explicaremos el proceso de


sexuación y su relación con la identidad sexual, el deseo sexual, la
vinculación afectiva y la regulación social. Así como la orientación de
deseo y las bases psicológicas de la homosexualidad.

Por otro lado veremos que la identidad sexual es el juicio de valor sobre la
propia figura corporal basada en las características biológicas, y la
identidad de género es el juicio de autoclasificación como hombre o mujer
basado en los aspectos socio-culturales que a lo largo de la historia han
determinado los modelos de masculinidad y feminidad.

Aprendizajes esperados
Conozcamos ahora las capacidades y actitudes a desarrollar en
este cuarto tema:

Capacidades

 Analiza el proceso de sexuación y su relación con la identidad


sexual, el deseo sexual, la vinculación afectiva y la regulación social.

Actitudes

 Muestra una actitud integradora, siendo capaz de sacar sus propias


conclusiones.

Mapa conceptual
Observa detenidamente el siguiente esquema, en el encontrarás de un
“vistazo” de manera sintetizada los principales concepto de la temática
que abordaremos. ¿Qué conceptos o categorías te llaman la atención?
4.1. Proceso de sexuación
La sexualidad es todo lo relacionado con el hecho simple y básico en que
somos personas sexuadas. La sexuación es el proceso por el cual nos
convertimos en seres sexuados. En realidad, no somos hombres y
mujeres, nos vamos construyendo como tales. Esta construcción es un
proceso complejo de integración de los distintos niveles que conforman el
hecho sexual. Lo que somos, lo debemos a la herencia filogenética que
recibimos en forma de predisposiciones adaptativas, por ejemplo, la
predisposición a la búsqueda de placer o la tendencia a la búsqueda de
seguridad en el contacto con el otro, que son vividas como necesidades
básicas. Como es obvio, también lo debemos a lo adquirido en la inserción
a un medio social determinado, donde la socialización a través de la
familia, portadora de todo el acervo de la cultura, es determinante. La
síntesis de ambos factores se produce esencialmente a través de la propia
biografía, de la historia personal, de la experiencia.

El proceso de sexuación, se relaciona con la identidad sexual, el deseo


sexual, la vinculación afectiva y la regulación social.

4.1.1. Identidad Sexual


La identidad sexual es un juicio de valor sobre la propia figura corporal
basado en las características biológicas (genitales, anatomía, etc...). El
hecho de ser mujer u hombre, depende de la unión de los cromosomas
X,Y por azar, este hecho orienta nuestra sexuación, no la determina. El
orden social se sustenta en la construcción de categorías de opuestos
jerarquizados y complementarios, por ello lo masculino y lo femenino se
presenta como polos antagónicos.(Osborne, 1993). Todo aquello que no
se ajuste a las polaridades es considerado como desviado y por tanto
convertido en objeto de discriminación y estigmatización.

Cada persona desarrolla su corporeidad sexuada que se convertirá en la


base de su propia identidad la que se acuñará en un contexto cultural a
través de la socialización en ese medio. En términos de identidad
diríamos: “Yo soy yo, que soy mujer, porque tengo un cuerpo de mujer,
yo soy yo, que soy hombre, porque tengo cuerpo de hombre”.

Desde el punto de vista cultural, el concepto de género se basa en el


conjunto de atribuciones que la cultura ha ido haciendo a la realidad
mujer-hombre. De esa forma el peso de la cultura respecto al género
recae sobre el bebé, el cual deberá socializarse integrando los
comportamientos tal y como se espera de el o de ella según sea el
resultado de su sexuación biológica.

La cultura occidental es altamente intransigente con la variabilidad sexual.


¿Qué significa ser mujer u hombre?. Ser mujer es tener un cuerpo
determinado que corresponda al canon de belleza establecido y se
comporta como se espera de ella: debe ser afectiva, dependiente,
sensible, cuidadora, interesada por el bienestar de los demás, le deben
atraer a los hombres y debe sentirse deseada por ellos. Ser hombre es
tener un cuerpo determinado que corresponda al tipo masculino y también
debe comportarse como se espera de el: seguro, emprendedor, duro,
activo, independiente, agresivo, le deben atraer las mujeres y debe
sentirse deseado por ellas. Cualquier desviación de lo esperado hace
inmediatamente dudar de la integridad sexual de esa persona. ¿Se acepta
sin reservas a una mujer de complexión fuerte, segura, agresiva,
independiente, dura, emprendedora, que no muestre interés por los
hombres? ¿Se acepta sin reservas a un hombre aparentemente débil,
sumiso, sensible, dependiente, interesado por el cuidado de los demás,
que se identifique con algunos aspectos femeninos? Probablemente no.

La sexuación, es el resultado de la interacción de sus bases biológicas y de


las expectativas culturales. La sexualidad es la manera de vivir el propio
proyecto sexual, es el modo de estar en el mundo, en tanto mujer u
hombre, por tanto existen tantas “sexualidades”, tantos modos de vivirla
como personas. Podemos decir que además de ser “yo que soy mujer u
hombre porque tengo un cuerpo sexuado, lo soy porque tengo mi propia
manera de serlo, diferente de los demás”. Esta manera de vivir la
sexuación es el resultado de la biografía donde confluyen la biología y la
cultura transmitida a través de la familia y de los agentes sociales.

4.1.2. La perspectiva de género en el desarrollo de la


construcción de la identidad
Javier Gómez ZapiainDirector del Programa UHIN BARE - Universidad del
País Vasco (2006), manifiesta que la identidad sexual es la experiencia
subjetiva del modo de ser hombre o mujer. Sentimientos de individualidad
del origen de la subjetividad se produce, como resultado de la dinámica
que se deriva del sentido de pertenencia a alguno de los grupos:
dominante – dominado. El grupo dominante, goza de mayor prestigio
respecto al dominado, tiende
a promover representaciones mentales que estimulan sentimientos d
e individualidad dentro del propio grupo, mientras que las personas
pertenecientes al grupo dominado tenderían a definirse no tanto en
términos de individualidad, sino a través de las características grupales
con relación al otro grupo.

De este modo la asimetría de género influye de manera más intensa en la


génesis de la subjetividad femenina. La pertenencia al grupo subordinado
determina que los sujetos pertenecientes a este grupo tiendan a
percibirse, antes que nada, como pertenecientes a este grupo, por tanto,
a definirse a sí mismos a través de una relación de dependencia respecto
al propio grupo y en relación con el dominante. Sin embargo, para los
miembros del grupo dominante es innecesaria esta inmediata adhesión al
grupo, puesto que la propia situación de dominación tiende a generar
representaciones de independencia y seguridad. Esta dinámica entre los
grupos perpetúa y mantiene la relación desigual, en tanto que se
mantiene la posición asimétrica entre ellos

4.1.3. Deseo sexual


Otro aspecto relacionado con la sexuación es la motivación sexual. En el
origen su función esencial fue la de garantizar la reproducción, pero a
medida que se asciende por la escala filogenética la motivación sexual
trasciende el hecho reproductivo y adquiere funciones relaciónales y
lúdicas.

En los seres humanos, superada la dependencia reproductiva de la


motivación sexual, la necesidad y búsqueda de placer adquieren diversos
significados. El deseo sexual deja de ser una motivación instintivamente
rígida y se transforma en una flexible pulsión cuyos destinos no están
prefijados. La satisfacción del deseo sexual se puede satisfacer directa y
libremente, se puede aplazar, se puede derivar a otros objetivos o, en
determinadas situaciones, se puede renunciar a ella.

El deseo sexual está regulado por el sistema neuroendocrino, es decir, por


hormonas, principalmente la testosterona, y los neurotransmisores. A su
vez el deseo sexual está influenciado por la propia experiencia vital, por
ello, en la medida en que las estructuras cerebrales analizan y conservan
las experiencias, éstas condicionan a su vez la experiencia intima del
deseo erótico. El imaginario erótico de las personas también se construye
en al ámbito de socialización marcado por la asimetría de género. La
conquista, posesión, independencia, derecho, correspondería al
estereotipo masculino, mientras que la dependencia, la entrega, la
sumisión, la obligación se asociaría al estereotipo femenino. En términos
generales, los hombres disocian con mayor facilidad el deseo erótico de
los afectos, mientras que las mujeres tienden a arropar el deseo erótico
con el amor romántico, efecto lógico de la construcción de las
subjetividades relacionadas con las identidades sexuales.

El deseo sexual como fuerza motivadora se expresa como una tendencia


de acción que da lugar a los comportamientos sexuales. Estos pueden ser
autoeróticos (dirigidos hacia uno mismo) o heteroeróticos (dirigidos hacia
los demás). Estos últimos pueden orientarse heterosexual u
homosexualmente.

El grado de satisfacción de la experiencia erótica, no depende sólo de


activación fisiológica, sino de los procesos psicológicos implicados, como la
confianza, la seguridad, la calidad de la intimidad, la armonía con la propia
identidad, la asociación de afectos y emociones, etc.

En el ámbito de la educación afectivo-sexual el deseo erótico es un


elemento esencial que forma parte de nuestras vidas.

(file:///F:/PS%20SEX%20ARCHIVOS/UHIN%20BARE.htm)

4.1.4. Vinculación afectiva


Tal y como indicó Bowlby (1969) el apego es un sistema que garantiza
la vinculación entre los progenitores y las crías - que nacen en precario -
con fines supervivenciales. Si no existiese el sistema de apego y no se
produjese la vinculación, las crías de las especies que nacen sin la
capacidad de supervivencia individual perecerían, fracasando la
supervivencia de esa especie. En términos humanos, nacemos
"determinados" para la vinculación, para el contacto con el otro.
Poseemos comportamientos innatos que garantizan esta unión, el reflejo
del moro, la sonrisa, la presión de la mano al ser esta estimulada, etc. La
figura de apego, persona con la que el bebé mantiene relaciones
privilegiadas, posee la capacidad de interpretar las señales de éste y
responder contingentemente a sus demandas. Por otro lado, el sistema de
apego se activa cuando el niño o la niña están en una situación de
desvalimiento, de desamparo, de angustia, buscando la proximidad y el
contacto.

La figura de apego cumple con dos funciones esenciales: Es la base de


seguridad y el puerto de refugio.

En los primeros momentos del desarrollo, la seguridad individual depende


de otras personas, de la figura de apego que generalmente son los padres
biológicos aunque podrían ser otros. La seguridad, la confianza básica
depende en gran medida de esta relación primigenia. Según sea la calidad
de la vinculación así será el grado de seguridad.

De la vinculación afectiva depende la confianza básica y la seguridad


emocional. Cuando dos personas adultas desean mantener relaciones
sexuales compartidas, éstas necesariamente se desarrollan en el ámbito
de la intimidad. Pero es precisamente en este ámbito donde pueden
aparecer dificultades psicológicas relacionadas con la inseguridad
emocional. Recordemos una vez más que una parte importante de las
dificultades sexuales se relacionan con el miedo a la intimidad (Kaplan,
1977).

En realidad, la vinculación afectiva hace referencia a la necesidad que


tenemos de sentirnos seguros sobre la base de la relación con las figuras
de apego a lo largo de toda nuestra vida, la madre, el padre, los
hermanos y las hermanas, las abuelas y los abuelos, los amigos y las
amigas, las novias y los novios, las compañeras y los compañeros.

El amor y el enamoramiento tal y como indican Hazan y Shaver (1987)


son la expresión de la necesidad de vinculación afectiva en el tránsito
evolutivo de las figuras de apego. Desde el punto de vista del concepto de
sexualidad nos parece importante identificar dos dimensiones que no
deben ser confundidas.

Por un lado el deseo sexual que, como ya hemos indicado, nos impulsa a
la búsqueda de placer sexual a través de comportamientos autoeróticos o
compartidos.

Por otro lado, el amor y el enamoramiento que nos impulsan a la


búsqueda de contacto con el otro, a la "fusión" con él o ella, como base de
seguridad. Son dos dimensiones diferentes cuyo origen es distinto. Estas
dimensiones pueden vivirse separada o simultáneamente según diferentes
momentos del ciclo vital.

4.1.5. Regulación social


La regulación de la sexualidad entre los seres humanos, se puede centrar
en los siguientes puntos:

 La regulación de las relaciones entre mujeres y hombres


 La regulación de los comportamientos sexuales.

En el ambiente primitivo de socialización los roles de género se ajustan a


las funciones que cada sexo desempeña en relación con la supervivencia
del grupo. Las hembras dedicadas a la crianza y trabajos compatibles y los
machos dedicados al mantenimiento y protección del grupo a través de la
caza y de la lucha para la defensa. A partir de aquí la regulación de las
relaciones entre los sexos se ha basado en la organización jerárquica
patriarcal, que gran parte de las culturas fueron integrando en los grupos
humanos. La relación entre los sexos, siendo diversa, se convierte en
desigual. La desigualdad forma parte de la estructura de las relaciones y
es en ésta donde se construye las subjetividades masculino-femeninas,
perpetuándola de este modo.

Sin embargo, a mediados del siglo XIX, con la aparición del pensamiento
socialista (Engels, 1.981) y las primeras aportaciones feministas (Bebel,
1889), se cuestiona por primera vez la "naturalidad" de los roles de
género, es decir, que el rol asignado a las mujeres es algo consustancial
con su propia naturaleza.

Estos primeros análisis surgen históricamente por el tránsito de la


economía artesanal, a la industrial. En ese momento la necesidad de
mano de obra en los procesos fabriles, requiere de la incorporación de las
mujeres al trabajo en las fábricas.

A mediados del siglo XX, los avances tecnológicos en el ámbito de la


fecundidad, con la aparición de métodos anticonceptivos fiables, hacen
posible que las mujeres se liberen de la maternidad obligada. Por otro
lado, en este momento histórico se inicia una decidida incorporación de la
mujer al mundo del trabajo, con lo cual, los elementos de dependencia de
las mujeres al poder del hombre comienzan tímidamente a
resquebrajarse, como son la dependencia de la maternidad y la
dependencia económica del marido.

En la cultura occidental, la regulación de los comportamientos sexuales se


ha visto manifiestamente mediatizada por la tradición judeo-cristiana. La
vida humana es tan sólo un tránsito para la vida eterna. El sufrimiento y
el sacrificio son valores encaminados al logro de la salvación. El placer es
pecado. Desde este punto de vista sexual, el placer del erotismo, en
principio es algo nocivo que habría que controlar a ser posible renunciando
a él. En cualquier caso, sólo tendría sentido en el ámbito marital, en el
seno de la familia, como expresión del amor indisoluble del matrimonio. El
control de la sexualidad aparece como una eficaz herramienta para el
control social.

La sexualidad ha sido eficazmente controlada por tres pivotes esenciales:


La iglesia, el estado y ciencia oficial. De este modo, lo que para la iglesia
es pecado, para el estado es delito y para la ciencia oficial patología. De
este modo se impone un modelo de normalidad sexual. La sexualidad, por
tanto, se reduce, respecto a la identidad sexual, a los rígidos estereotipos
masculinidad - feminidad. Cualquier expresión de la identidad sexual fuera
de la referencia trazada, se considera cuando menos una patología.
Respecto a la expresión del deseo sexual, la experiencia erótica sólo
puede ser heterosexual, sólo en el ámbito institucional del matrimonio,
con una clara intención reproductiva. La actividad sexual en las mujeres
no está considerada, tampoco cualquier otro tipo de comportamientos
sexuales como el autoerotismo. La homosexualidad es particularmente
perseguida, siendo considerada como una aberración, hasta el punto de
considerarla una patología, un grave pecado y, hasta hace relativamente
poco, un delito.

Afortunadamente en la actualidad, nuestro contexto cultural se caracteriza


por ser pluralista y democrático, de tal manera que hoy no existe una
manera única de regular la sexualidad. Sin embargo, una proporción
importante de padres y madres, y profesorado se han educado en un
contexto cultural como el que acabamos de describir. Por ello se puede
observar una clara inercia que se manifiesta en las actitudes hacia la
sexualidad: machismo, sexismo, homofobia, erotofobia. Estas actitudes
promueven la tendencia a ocultar, silenciar, derivar el abordaje educativo
de la sexualidad.

4.2. Identidad sexual, orientación del deseo, orientación


genérica
En este punto vamos a realizar algunas aclaraciones conceptuales acerca
de los elementos que desde nuestro punto de vista intervienen en la
consolidación de la identidad. Analizaremos tres componentes:

1. La identidad sexual y de género.


2. La orientación del deseo.
3. La orientación genérica

4.2.1. Identidad sexual y de género


La identidad es la conciencia que uno tiene de ser quien es. Es la teoría
que cada persona desarrolla acerca de sí misma. Es imposible entender la
identidad sin su categoría sexual; la sexualidad es una categoría
permanente de "yo", del sí mismo. Es inevitable e imprescindible la
categoría sexual para comprendernos a nosotros mismos. Si alguien
quiere expresar a otro quién es, tendría que desarrollar la teoría que uno
tiene acerca de sí mismo de tal modo que tendría que decir: "Yo soy que
soy el hijo de mis padres, el padre o la madre de mis hijos, el profesional
que se dedica a tal cosa, la persona que defiende tales ideas, el que se
mueve en determinados ámbitos sociales, etc.

Es, por tanto, inevitable tener en cuenta los referentes culturales de


sexuación, rígidamente estereotipados en nuestra cultura que, o bien
refuerzan la identidad sexual personal, o bien la distorsionan en relación
con la realidad concreta de cada individuo, pudiendo generar incoherencia
y conflicto. Sólo en contexto sociocultural que acepte la diversidad, que se
base en la igualdad de derechos y oportunidades, que respete la diferencia
y que proteja a las minorías, será posible minimizar los conflictos en este
ámbito.

Desde nuestro punto de vista, una parte importante de la identidad


sexual, del modo de ser mujer u hombre, es la dimensión erótica,
expresada a través del deseo sexual o deseo erótico, que como sabemos
es una experiencia emocional subjetiva.
(www.sc.ehu.es/ptwgozaj/ubberri/Documentos/manual.pd)

El desarrollo de la identidad en general y sexual en particular, es un


proceso evolutivo, que no podemos desarrollar aquí, pero que
esquemáticamente esta expresado en el gráfico. La identidad sexual
forma parte del concepto de sí mismo, que es inevitablemente sexuado.
La identidad sexual es el resultado de un proceso de sexuación que
depende de la expresión biológica de la herencia genética, que, a su vez,
se desarrolla en el contexto cultural, es decir, en el ambiente de
socialización, que en nuestra cultura no es precisamente neutro. Todo ello
conforma el "yo sexual", que no es sino una categoría de la identidad
personal, que se expresa en contenidos y tendencias comportamentales.
Por ejemplo, si mantenemos la pregunta ¿cómo eres mujer u hombre? La
respuesta debe basarse en los contenidos y en las tendencias que
configuran el yo sexual.

Todo ello comprendería un conjunto de actitudes, aptitudes,


sensibilidades, gustos, cualidades, valores, formas específicas de
regulación emocional, que nos indicaría la resultante de la sexuación, es
decir, la manera, el modo personal de estar en el mundo como mujer o
como hombre.

4.2.2. Orientación del deseo

Entendemos por orientación del deseo la capacidad de responder


eróticamente a determinados estímulos que poseen valor erótico, es decir,
que son capaces de provocar una reacción erótica. Ésta se caracteriza por
la activación de los circuitos cerebrales responsables del deseo, es decir,
del incremento de las ganas de vivir una experiencia de placer erótico. La
activación del deseo sexual, que es una experiencia emocional subjetiva,
puede provocar o no la respuesta sexual. Como toda emoción, el deseo
sexual genera una tendencia de acción, por ello, aunque no
necesariamente, su activación tendería a activar a su vez el ciclo
psicofisiológico de la respuesta sexual: Deseo, excitación y orgasmo. La
satisfacción del deseo puede darse de manera compartida, o de
forma individual a través del autoerotismo.

Podemos convenir en que, en relación con la configuración del deseo, las


personas se sienten atraídas fundamentalmente por estímulos eróticos
que corresponden al otro, al mismo o a ambos sexos, por eso la
orientación puede ser heteroerótica, homoerótica o bierótica. Nos
referimos estrictamente a la atracción erótica. Las personas,
independientemente de su sexo, pueden resultar atractivas por múltiples
razones, más allá del erotismo. Las paradojas son frecuentes. Una
persona puede resultar extraordinariamente atractiva desde el punto de
vista erótico y radicalmente vulgar en otros aspectos, y justamente lo
contrario, alguien puede ser enormemente atractivo por un conjunto de
valores personales y no destacar por su encanto erótico. La atracción
interpersonal no erótica se refiere sobre todo a la valoración que hacemos
de los atributos de la persona que nos atrae, el estilo, el modo de ser, sus
cualidades, etc. La atracción que sentimos tiene que ver con la
identificación que desarrollamos con esos valores.

Javier Gómez ZapiainDirector del Programa UHIN BARE - Universidad del


País Vasco (2006), manifiesta que la orientación del deseo forma parte de
la construcción personal como mujer o como hombre. Así, considerando
que la homosexualidad es una alternativa de la orientación del deseo, del
mismo rango que la heterosexualidad, la orientación del deseo sexual
debe armonizarse en el desarrollo de la identidad sexual, por tanto, en el
concepto de sí mismo.

Puede que a lo largo del desarrollo en el momento de la pubertad y


primera adolescencia surja, con mayor o menor intensidad, atracción
erótica hacia personas del mismo sexo. Desde nuestro punto de vista, si
esto ocurre, lejos de poner en cuestión la propia identidad sexual, la
persona en concreto deberá realizar un esfuerzo psicológico adicional para
armonizar la orientación de su deseo erótico, con su identidad sexual. En
definitiva la orientación del deseo contribuye y se integra en el modo de
ser mujer u hombre. El esfuerzo será mayor, cuanto mayor sea la
homofobia en el medio. La educación afectiva sexual debe contribuir a
compensar los efectos de ésta.

4.2.3. Orientación de género


Se trata de identificaciones con valores que se atribuyen a uno u otro
sexo. Una mujer, sin dudar ni un instante de su identidad, podría
identificarse con valores atribuidos a los hombres.

Históricamente se comprueba que estas atribuciones culturales conllevan


un alto grado de discriminación sexual que lentamente se tiende a
corregir. La androginia propone la existencia de dos polos Instrumentales
(tendencias autoasertivas) y comunalidad (tendencias integrativas), las
cuales pueden estar presentes en cualquiera de los dos sexos. La
personalidad andrógina, es decir, la personalidad capaz de integrar
valores instrumentales y comunales independientemente del sexo
biológico es sin duda la más evolucionada por su mayor capacidad de
adaptación a las diversas situaciones vitales. También es la más igualitaria
y justa, porque, en su formulación, rompe con los estereotipos. Por tanto,
la orientación genérica, puede ser dirigida hacia lo
Instrumental (masculino), hacia lo expresivo (femenino), o hacia
lo andrógino, independientemente del sexo biológico.

En este contexto, los términos "Masculino" o "Femenino", no tienen mayor


valor que mera etiqueta, una convención, que podría ser sustituida por
cualquiera otro rótulo. Es decir, una persona que ha desarrollado su
identidad de mujer, por ejemplo, independientemente de la orientación de
su deseo, podría identificarse con contenidos que la sociedad atribuye al
sexo contrario. No es que "pertenezcan" al sexo contrario, es que la
sociedad (la cultura) hace esa atribución. La orientación de género en el
sentido que acabamos de explicar contribuye a la construcción del modo
de ser mujer u hombre.

4.3. La homosexualidad
En los inicios de la adolescencia suelen aparecer determinadas
experiencias, sexuales entre chicos que consisten en masturbaciones
compartidas. Estas experiencias no deben ser confundidas con una
configuración predominante homosexual del deseo, sino como una manera
de descubrir la actividad sexual.

La orientación del deseo en el sentido homosexual consiste en responder


eróticamente a estímulos del mismo sexo. Stom (1984) indicó que el
heteroerotismo y homoerotismo son dos dimensiones que pueden estar
presentes en una misma persona. Una persona preferentemente
homosexual es aquella cuya dimensión homoerótica es particularmente
intensa. En este sentido tendríamos que desterrar el mito de que la
homosexualidad es una cuestión de “todo o nada”, o “se es o no se es”,
sino que existen distintos gradientes y, en definitiva, preferencias.

Situándonos en la adolescencia, sabemos que la orientación del deseo es


percibida desde edades muy tempranas y que una vez que se orienta es
persistente. Por tanto, los y las adolescentes con este tipo de orientación
preferente, sienten su atracción erótica hacia personas del mismo sexo
desde los inicios de este momento vital. Si consideramos el conjunto de su
desarrollo personal, en este momento evolutivo están redefiniendo la
identidad sexual basándose en la nueva figura corporal y las nuevas
capacidades dentro de un entorno cultural portador de las atribuciones
culturales respecto a la sexuación. Desde este punto de vista, la
orientación homosexual del deseo puede suponer una seria contradicción
respecto a los contenidos de género prescritos por ésta sociedad.

El desarrollo de la adquisición de la identidad homosexual se produce en


siete fases que exponemos a continuación:
1. Sentirse diferente. Suele ser con frecuencia el primer sentimiento
percibido por las personas homosexuales (gays y lesbianas). En
algunos casos puede asociarse este hecho a la atracción por
personas del mismo sexo, o bien desinterés por las personas del
sexo opuesto.
2. Autorreconocimiento. La persona reconoce que se siente atraída
por las personas de su mismo sexo. Este suele ser el momento más
difícil del proceso ya que en la mayoría de las ocasiones implica una
confrontación con las propias actitudes que son el resultado de
haber internalizado la homofobia vigente en la sociedad.
3. Aceptación de la identidad. La aceptación de la propia identidad
es bastante diferente del autorreconocimiento, de hecho, supone
que la persona se siente bien, incluso satisfecha de ser homosexual.
Aunque en su modelo el autorreconocimiento y la aceptación
aparecen como etapas diferentes, lo más frecuente es que se
solapen durante bastante tiempo entre que la persona reconoce que
es homosexual hasta que se acepta como tal.
4. Descubrimiento a otras personas. Esta es una tarea que no se
limita a un momento o a una fase determinada sino que se extiende
a otras fases, incluso más allá del propio proceso. Normalmente se
produce tras la aceptación de la propia homosexualidad.
5. Experimentación v exploración. En esta fase el objetivo es
ensayar y experimentar comportamientos de aproximación,
seducción, etc. En esta fase normalmente se inicia la experiencia
sexual que puede llegar a ser bastante promiscua.
6. Intimidad. Pasada la fase anterior de experimentación tanto social,
como sexual y cumplidos sus propósitos, pierde interés y en su lugar
aparecen deseos de establecer una relación íntima y monógama con
alguna persona determinada. En esta fase, cuando se establece una
pareja estable, normalmente se hace definitivo el descubrimiento a
los demás de la propia identidad, lo que su pone un avance
importante en el proceso de consolidación de la propia identidad.
7. Consolidación. Esta etapa se caracteriza por la integración de la
identidad con el resto de las características de la persona.
Constituye el final del proceso. Podemos hablar de una identidad
integrada o consolidada cuando la persona asume que, aunque su
orientación del deseo es un aspecto importante en su vida no es el
componente predominante entorno al cual se organiza el resto de su
identidad global.

Bibliografía
 Amezúa, E. (1999) Teoría de los sexos. Revista española de
sexología, nº 95-96, Madrid: Publicaciones del Instituto de
Sexología.
 Amezúa, E. (2001) Educación de los sexos: la letra pequeña de la
educación sexual. Revista española de sexología, nº 107-108,
Madrid: Publicaciones del Instituto de Sexología.

 Bowlby, J. (1989) “Una base segura” Paidós, Barcelona

 De la Cruz, C. (2003) Educación de las sexualidades: los puntos de


partida de la educación sexual. Revista española de sexología, nº
119, Madrid: Publicaciones del Instituto de Sexología.

 Landarroitajauregui, J. (2000) Homos y heteros: Aportaciones para


una teoría de la sexuación cerebral. Revista española de sexología,
nº 97-98, Madrid: Publicaciones del Instituto de Sexología.

 Gómez Zapiain Javier. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko


Unibertsitatea. 2005. ( 22 de Julio del 2013) Disponible en:

file:///F:/PS%20SEX%20ARCHIVOS/UHIN%20BARE.htm

Lecturas recomendadas
Para saber más

Ponemos a tu disposición y te invitamos a revisar un interesante


documento que te ayudaran a reforzar y ampliar los temas que hemos
estudiado

ASPECTOS SOCIOLÓGICOS DE LA TRANSEXUALIDAD

Francisco Javier Rubio Arribas

Sociólogo. Especialista en Sociología del Consumo e Investigador Social.


Madrid

Introducción

Para abordar el tema de la transexualidad de forma objetiva y que no nos


lleve a confusiones, es necesario decir, que no hay que confundir la
transexualidad con el travestismo ya que estas últimas personas utilizan
indumentaria del sexo opuesto, pero no rechazan su cuerpo ni sienten la
necesidad de modificarlo –no tienen conflictos con su identidad sexual-.
Por tanto, podemos afirmar que los y las personas transexuales no son
personas “disfrazadas” del otro sexo, muy al contrario, son personas que
implican en este cambio la estabilidad de su vida social y
laboral/profesional,
arriesgan su salud y hasta su vida por lograr la armonía deseada a la que
aspiran y comprometen seriamente su bienestar futuro ya que estamos en
una Sociedad aún muy intolerante, especialmente con las cuestiones
relativas al sexo. Tampoco hay que confundirlo con la homosexualidad,
aunque dentro del colectivo, predomine mayoritariamente la
heterosexualidad.

Por otro lado, la transexualidad puede ser definida como la condición en la


que una persona con una diferenciación sexual somática aparentemente
normal, tiene la convicción de que él o ella es en realidad un miembro del
sexo opuesto. Hay que entender, que una persona es transexual
simplemente porque su identidad de género no coincide con su anatomía
corporal. Y vive socialmente conforme a su género. Es decir, afecta a la
“identidad de género”. Muchas veces la persona transexual no se reconoce
como tal hasta obtener el diagnóstico (sobre todo el psicológico). Para la
persona transexual una cosa es tener clara su identidad sexual y de
género, y otra cosa bien distinta es reconocerse como transexual. Ésta
palabra tiene connotaciones sociales peyorativas que nadie quisiera para
sí. De modo que lleva cierto tiempo asimilar “que se es transexual”.

Socialmente, la palabra transexual o transexualidad, tiene una


connotación negativa. De este modo, recae en las personas transexuales,
la desestigmatización de estas palabras demostrando día a día que el
contenido y el significado que la sociedad le atribuye a una palabra se
puede modificar en función de la realidad a la que se aplica. Es decir, las
palabras deben adaptarse a la situación o a la persona que definen, no la
persona a la definición que indica una palabra. Las personas transexuales
tienen que hacer ese trabajo interno de aceptación de su condición de
transexuales y mediante su propio ejemplo –social y laboralmente-,
desmitificar la idea errónea de que todos y todas son y se comportan de la
misma manera. Hay tantas formas de transexualidad como personas
transexuales.

La transexualidad no es el “tercer sexo”, sino que la persona se “siente”


de un sexo u otro y además, pretende vivir el día a día con ese rol de
género, bajo el conjunto de normas y prescripciones que dicta la sociedad
y la cultura, teniendo un comportamiento masculino o femenino.
Porque la identidad de género es una construcción social y cultural, que
es vivenciada como necesario para el bienestar psicológico y social de
todas las personas y por ende, de las personas transexuales.

Conclusiones
A continuación planteamos las conclusiones del tema tratado en la cuarta
semana:
 El proceso de sexuación, se relaciona con la identidad sexual, el
deseo sexual, la vinculación afectiva y la regulación social.
 La identidad sexual es un juicio de valor sobre la propia figura
corporal basada en las características biológicas.
 Todo aquello que no se ajuste a las polaridades es considerado
como desviado y por tanto convertido en objeto de discriminación y
estigmatización.
 Cada persona desarrolla su corporeidad sexuada que se convertirá
en la base de su propia identidad la que se acuñará en un contexto
cultural a través de la socialización en ese medio.
 Bowlby (1969) el apego es un sistema que garantiza la vinculación
entre los progenitores y las crías, nacemos "determinados" para la
vinculación, para el contacto con el otro.
 La figura de apego cumple con dos funciones esenciales: Es la base
de seguridad y el puerto de refugio.
 La regulación de la sexualidad entre los seres humanos, se puede
centrar: a) La regulación de las relaciones entre mujeres y hombres,
b) La regulación de los comportamientos sexuales.
 Orientación del deseo la capacidad de responder eróticamente a
determinados estímulos que poseen valor erótico, y se caracteriza
por la activación de los circuitos cerebrales responsables del deseo,
es decir, del incremento de las ganas de vivir una experiencia de
placer erótico.
 Orientación de género, se trata de identificaciones con valores que
se atribuyen a uno u otro sexo

Meta cognición
Las siguientes preguntas te ayudarán a reflexionar sobre tus propios
saberes, es un ejercicio recomendado para razonar e identificar nuestro
esfuerzo intelectual, la finalidad es regular nuestras acciones y procesos
mentales:
¿La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva, y para regularla de
conformidad con una ética personal y social, es un elemento básico de la sexualidad
sana?
Seleccione una:

Verdadero

Falso

Retroalimentación
Incorrecto
La respuesta correcta es 'Verdadero'
Pregunta 2
Parcialmente correcta

Puntúa 0,67 sobre 2,00

Desmarcar

Enunciado de la pregunta
¿A qué nivel tiene importancia la sexualidad?
Seleccione una o más de una:

a. N.A

b. Pareja

c. Individual
Parte más de la personalidad, que tiene gran importancia y trascendencia en el ajuste y equilibrio
individual e interpersonal.

d. Colectividad

Retroalimentación
La respuesta correcta es: Individual, Pareja, Colectividad

Pregunta 3
Parcialmente correcta

Puntúa 0,67 sobre 2,00

Desmarcar

Enunciado de la pregunta
¿La vivencia de la sexualidad corresponde al área?
Seleccione una o más de una:

a. Social

b. Psicológico

c. Biológico
Sí, porque tenemos una identidad sexual, que depende de las características biológicas y
fisiológicas.

d. N.A

Retroalimentación
La respuesta correcta es: Psicológico, Biológico, Social

Pregunta 4
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Desmarcar

Enunciado de la pregunta
El hombre expresa su erótica de forma global.(Todo el cuepo)
Seleccione una:

Verdadero

Falso

Retroalimentación
Correcto. La desborda sin que sea posible saber exactamente, donde comienza y donde
termina y sin relación necesaria o directa con lo genital, incluyendo cierto número de hechos,
generalmente subjetivos, de necesidad, de deseo o de placer. Tales hechos se hallan
relacionados con numerosas funciones orgánicas hasta tal punto que, el conocimiento que
tenemos de la sexualidad difusa del niño permite admitir toda una serie de erotismos
pregenitales o extragenitales.
La respuesta correcta es 'Verdadero'

Pregunta 5
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Desmarcar

Enunciado de la pregunta
¿El placer sexual se produce solo por estimulación de los genitales?
Seleccione una:
Verdadero

Falso

Retroalimentación
Correcto, Implica todo el cuerpo, ya que este de forma natural, si se le deja, reacciona
positivamente al contacto corporal y a la estimulación sexual. Por ello, recordar que el placer es
el legítimo y natural resultado de esa comunicación.
La respuesta correcta es 'Falso'

Pregunta 6
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Desmarcar

Enunciado de la pregunta
¿Se puede tener orgasmos sin coito?(penetración)
Seleccione una:

Verdadero

Falso

Retroalimentación
Verdadero. Porque el placer no resulta solamente de que se realice nuestra fantasía, sino sobre
todo de la reacción física de nuestro cuerpo, la cual resulta de que aceptamos las experiencias
que nos resultan estimulantes.
La respuesta correcta es 'Verdadero'

Pregunta 7
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Marcar pregunta

Enunciado de la pregunta
¿La sexualidad es parte de nuestra personalidad?
Seleccione una o más de una:
a. En la adultez
Si, siendo el ser humano un ser social, no sólo se identifica consigo mismo y con su sexo, sino
que otros (con los que convive) le identifican por su sexualidad. Cuando uno se encuentra con
otro ser humano, la primera constatación que hace, casi sin pensar, es acerca de la sexualidad
del otro e intuitivamente adapta su manera de comportarse según sea hombre o mujer.

b. Durante toda la vida


Si, es parte integral de nuestra personalidad. existe una relación orgánica indisoluble entre
la sexualidad y la personalidad. La sexualidad como parte de la personalidad, depende de las
necesidades, sentimientos, motivos de cada ser humano y a su vez las características
psicosexuales de cada individuo, mediatizan directa o indirectamente la regulación de lo afectivo,
cognitivo y conductual en cada personalidad.

c. En la adolescencia

Si, por el conjunto de factores educativos, familiares, sociales, y circunstancias personales que
influyen en el desarrollo de un ser humano sexuado, influye en la configuración de su
personalidad y de su individualidad, incluso desde antes de nacer y duran toda la vida

d. Solo en la infancia

No solo en la infancia, porque elniño, al nacer, es denominado varón o hembra según el aspecto
de los genitales externos: desde ese preciso momento será educado por los padres según el
sexo que se le ha atribuido (en algunas culturas, por ejemplo los colores escogidos para su
primer vestido se harán en función de su sexo).

Retroalimentación
La respuesta correcta es: En la adolescencia, En la adultez, Durante toda la vida

Pregunta 8
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Marcar pregunta

Enunciado de la pregunta
Menciona las definiciones correctas de las siguientes palabras:
Seleccione una o más de una:

a. Erótica

Conductas relacionadas con el placer y la reproducción sexuales.

b. N.A
Incorrecto

c. Sexo

Definición biológica de identidad.

d. Sexualidad
Aspectos personales, individuales, de la identidad sexual.

Retroalimentación
La respuesta correcta es: Sexo, Sexualidad, Erótica

Pregunta 9
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Marcar pregunta

Enunciado de la pregunta
¿Usamos un lenguaje adecuado cuándo nos referimos a la sexualidad?
Seleccione una:

Verdadero

Falso

Retroalimentación
Es correcto, porque muchas veces confundimos los conceptos de sexo y sexualidad.
La respuesta correcta es 'Falso'

Pregunta 10
Correcta

Puntúa 2,00 sobre 2,00

Marcar pregunta

Enunciado de la pregunta
El sexo que más ha evolucionado en la expresión de la sexualidad es:
Seleccione una:
a. Mujer
Si es correcto, ya que anteriormente no se le permitía participar de ningún tipo de actividad, por
ende no tenía poder de opinión y de poder expresar lo que sentía, con el descubrimiento del
clítoris la mujer fue mal vista, sin embargo con el paso del tiempo se determinó como el órgano
poderoso en el placer sexual de la mujer, por lo que esta tenía conocimiento y pondría ahora
expresar su deseo sexual, y como el hombre tendría que hacer para lograr su satisfacción.

b. Hombre

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