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Racismo, según el diccionario de la Real Academia Española, es un sentimiento exacerbado del

«sentido racial» de un grupo étnico, que habitualmente causa discriminación o persecución


contra otros grupos étnicos. La palabra designa también la doctrina antropológica o la
ideología política basada en ese sentimiento.123

El primer artículo de la convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de


discriminación racial (1965) define al racismo como: Toda distinción, exclusión, restricción o
preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por
objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones
de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.4

Existen autores que proponen distinguir entre el racismo en sentido amplio del racismo en
sentido restringido. En el primer caso se trataría de una actitud etnocéntrica o «sociocéntrica»
que separa el grupo propio del ajeno, y que considera que ambos están constituidos por
esencias hereditarias e inmutables que hacen de los otros, de los ajenos, seres inadmisibles y
amenazadores. Esta concepción de los demás conduciría a su segregación, discriminación,
expulsión o exterminio y podría apoyarse en ideas científicas, religiosas o en meras leyendas o
sentimientos tradicionales. Afirma también la superioridad intelectual y moral de unas razas
sobre otras, superioridad que se mantiene con la pureza racial y se arruina con el mestizaje.
Este tipo de racismo, cuyo modelo es el nazi y el racismo occidental en general, conduce a
defender el derecho natural de las razas «superiores» a imponerse sobre las «inferiores».5 El
racismo en sentido restringido es una doctrina de apariencia científica que afirma la
determinación biológica hereditaria de las capacidades intelectuales y morales del individuo, y
la división de los grupos humanos en razas, diferenciadas por caracteres físicos asociados a los
intelectuales y morales, hereditarios e inmutables.

Otorgar o retener derechos o privilegios basándose en la raza o rehusar asociarse con personas
por su raza se conoce como discriminación racial.

Las actitudes, valores y sistemas racistas establecen, abierta o veladamente, un orden


jerárquico entre los grupos étnicos o raciales, utilizado para justificar los privilegios o ventajas
de las que goza el grupo dominante.

Para combatir el racismo, la Organización de Naciones Unidas adoptó en 1965 la Convención


internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial y estableció el
día 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.

El racismo de sangre español

Véanse también: Sistema de castas colonial, Estatutos de limpieza de sangre y Comercio


atlántico de esclavos.

Artículo principal: Racismo en España

Castas

El concepto de «raza» aparece y se desarrolla en España de manera simultánea a los procesos


de conquista del sur de la península ibérica y de América.

El Imperio Español en América sostuvo que existían tres razas puras (blanca, negra e indígena)
y una serie de «cruzas» entre personas de diferentes razas, también llamadas «castas»
(mestizos, chinos, zambos, mulatos, salto atrás, etc.).
El sistema español de clasificación racial de las personas en América fue una evolución de la
doctrina de limpieza de sangre que había aparecido en España en el siglo XIV para segregar a la
población conversa de judíos y moros en la península ibérica, creándose una diferenciación
entre «cristianos viejos» y «cristianos nuevos».91011

En América, la clasificación de las personas según su pertenencia racial que hizo el Imperio
Español conformara un sistema jerárquico de estratos sociales en el que los hombres blancos
estaban en la cima y las mujeres negras en la base, según la pureza o impureza de su sangre
que se establecía según su raza o su cruza racial.

El sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel sostiene que el racismo aparece con la


conquista europea de América a partir de 1492 y que es un proceso constitutivo del fenómeno
de la colonialidad:

La colonialidad se refiere a un patrón de poder que se inaugura con la expansión colonial


europea a partir de 1492 y donde la idea de raza y la jerarquía etno-racial global atraviesa
todas las relaciones sociales existentes tales como la sexualidad, género, conocimiento, clase,
división internacional del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc. y que sigue vigente aún
cuando las administraciones coloniales fueron casi erradicadas del planeta.16

El racismo científico europeo

Artículo principal: Racismo científico

En el siglo XIX, de la mano de los estudios científicos biológicos y antropológicos, se desarrolló


una concepción racista con apoyo en la ciencia occidental. Estos estudios científicos
sostuvieron que la especie humana estaba dividida en cuatro razas, nombradas a partir del
«color» de piel: raza blanca, raza negra, raza amarilla y raza cobriza.

El racismo científico europeo fue intensamente usado en la segunda mitad del siglo XIX por las
potencias europeas para justificar el colonialismo, jingoísmo y genocidio, en varias partes de
América, África, Asia y Oceanía. Entre ellas puede mencionarse el «reparto de África»
legalizado en la Conferencia de Berlín de 1884-1885, en la que doce países europeos, el
Imperio otomano y Estados Unidos se consideraron a sí mismos con derechos territoriales
exclusivos sobre el continente africano, ignorando a los pueblos que lo habitaban. Entre otros
muchos actos inspirados y legitimados por la filosofía racista pueden mencionarse, la
apropiación en 1885 como propiedad privada de Leopoldo II de Bélgica del Estado Libre del
Congo, en el que impuso un régimen esclavista y genocida; la conquista de la notable ciudad
de Tombuctú por Francia en 1893 y la destrucción de su cultura varias veces centenaria; la
conquista y destrucción del Reino de Dahomey en 1894 por Francia; la conquista de
Madagascar por Francia en 1895; la conquista y destrucción del Reino de Benín en 1897 por
Gran Bretaña; la apropiación por parte del empresario y mercenario británico Cecil Rhodes de
lo que a su muerte se llamaría Rhodesia; la Conferencia de Algeciras de 1906, en la que las
potencias europeas consideraron que Marruecos debía ser un «protectorado» de España y
Francia; la matanza por inanición y envenenamiento del agua de las poblaciones Herero y
Namaqua en el Desierto del Namib, entre 1904 y 1907, por parte de los colonizadores
alemanes, considerado el primer genocidio de siglo XX; etc.

El racismo en Estados Unidos de América

Artículo principal: Racismo en Estados Unidos


Durante la colonización, al llegar al territorio norteamericano, Inglaterra utilizó el racismo para
facilitar y legalizar la esclavitud. La esclavitud en los Estados Unidos comenzó con esclavos
negros africanos y las personas de ascendencia africana y, ocasionalmente, con los amerindios.
Una ley de Virginia de 1705 estableció que la esclavitud se aplicaría a aquellas personas de
pueblos que no fueran cristianos. La mayoría de los esclavos eran negros, y estaban en poder
de los blancos, aunque algunos norteamericanos nativos y negros libres también tenían
esclavos. La esclavitud se prohíbe en Estados Unidos en 1865, luego de la Guerra de Secesión,
mediante la Decimotercera Enmienda.

Aún habiéndose eliminado la esclavitud, se siguió practicando la segregación durante casi un


siglo, pero, como resultado de la lucha por el Movimiento por los derechos civiles en Estados
Unidos y del apoyo del Presidente John F. Kennedy y de Lyndon Johnson, se firma en 1964 la
Ley de Derechos Civiles, en la que se prohíbe la aplicación desigual de los requisitos de registro
de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo y en las instalaciones
que sirvieran al público en general («lugares públicos»), y, un año después, en 1965, la Ley de
derecho de voto.

El racismo nazi y el Holocausto judío y gitano

Artículos principales: Holocausto judío y Porraimos.

La evolución de la ideología racista en la cultura alemana tuvo su máximo desarrollo con el


movimiento nacionalsocialista (nazismo), liderado por Adolf Hitler, que obtuvo la adhesión de
una gran parte de la población alemana en las décadas de 1930 y 1940, hasta que colapsó con
la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en 1945. El nacionalsocialismo surgió
como una ideología de superioridad de la llamada «raza blanca» y dentro de ella supremacía
de una hipotética «raza aria», de la cual los alemanes, eran considerados su expresión más
pura en el siglo XX. El racismo nazi estuvo dirigido principalmente contra las personas de
origen judío y en segundo lugar contra las personas pertenecientes al pueblo gitano. El
nazismo obtuvo también fuerte adhesión fuera de Alemania, en países como Estados Unidos,
donde confluyó con el fuerte desarrollo del racismo estadounidense dirigido especialmente
contra la minoría afroamericana; su principal empresario Henry Ford fue seguidor y ardiente
difusor de la ideología nazi entre las personas de habla inglesa.

El judío internacional (1920), libro del famoso empresario estadounidense Henry Ford, fue de
gran influencia en la expansión mundial del racismo y en la ideología nazi, determinando la
persecución y asesinato de los alemanes de origen judío, y luego de otras minorías étnicas
como los gitanos. Esta clase de ideas se manifiesta en el desplazamiento, internamiento, y,
más tarde, el exterminio sistemático de un número estimado de 11 millones a 12 millones de
personas. En medio de la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente la mitad de esas
víctimas son judíos en lo que es históricamente recordado como el Holocausto (Shoah), y otro
grupo enorme de 100,000-1´000,000 de gitanos, que fueron asesinados en el Porraimos u
«holocausto de los gitanos».

El racismo sudafricano durante el apartheid

Artículo principal: Apartheid

El apartheid fue un régimen de segregación racial implantado en Sudáfrica por colonizadores


neerlandeses bóer o afrikaner, como parte de un régimen más amplio de discriminación
política, económica, social y racial, de la minoría blanca de origen europeo sobre la mayoría
negra aborigen, derivado a su vez del colonialismo. La palabra apartheid en afrikaner significa
«segregación». En Sudáfrica, los colonizadores ingleses y franceses habían impuesto normas
de discriminación racial desde comienzos del siglo XIX que continuó con los gobiernos
«blancos» bóer.

El apartheid propiamente dicho se inició en 1948 con la toma del poder por parte del Partido
Nacional. Este partido decidió implantar un régimen racista que consolidara el poder de la
minoría blanca e impidiera el mestizaje de la población. Con ese fin sancionó en 1949 la Ley de
Prohibición de Matrimonios Mixtos nº 55/49, que prohibió los matrimonios de personas
consideradas «blancas» con personas consideradas «no blancas». Al año siguiente la
separación sexual de los habitantes, según el tono de piel, se completó con la Ley de
Inmoralidad nº 21 de 1950, que reguló la vida sexual de los ciudadanos, prohibiendo la
«fornicación ilegal», y «cualquier acto inmoral e indecente» entre una persona blanca y una
persona africana, india, o de color. Estas normas implantaron lo que se conoció como
«pequeño apartheid».

En 1955 en un congreso llevado a cabo en Kliptown, cerca de Johannesburgo, varias


organizaciones opositoras, incluyendo el ANC y el Congreso Indio, formaron una coalición
común que adoptó la Proclama de Libertad, con el fin de establecer un Estado sin
discriminación racial. Las luchas anti racistas fueron severamente reprimidas por el régimen
bóer, incluyendo matanzas y detenciones masivas. Entre los líderes negros detenidos se
encontraba Nelson Mandela que permaneció preso durante 27 años (1963-1990).

Estados Unidos y los países de Europa Occidental toleraron el apartheid durante las décadas
de 1950, 1960 y 1970, debido a que Sudáfrica había adoptado una posición abiertamente
anticomunista. Por el contrario, los países del bloque comunista liderado por la Unión
Soviética, denunciaron desde un inicio al apartheid como un régimen racista incompatible con
los derechos humanos. A partir de la década de 1970, el régimen sudafricano comenzó a ser
rechazado por la opinión pública mundial y la mayor parte de la comunidad internacional, y su
apoyo comenzó a limitarse a los Estados Unidos, Israel y las dictaduras iberoamericanas de ese
momento (Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, etc).

Los conceptos de raza, nación y clase han sido elementos centrales para diversas
interpretaciones y respuestas a la opresión sudafricana. Asimismo, destacan el papel de
elementos que considera centrales para explicar este fenómeno de la opresión, como sería el
caso de la ideología. En el caso sudafricano se destaca el enfoque racial que ha derivado en la
exclusión de los blancos de las luchas de liberación contemporánea y enfatizan la educación
política sobre la organización (A. W. Marx, 1991).[2]

Racismo en América Latina

De acuerdo con María Dolores París Pombo, en su artículo titulado 'Estudios sobre el racismo
en América Latina',17 publicado a través del Departamento de Relaciones Sociales, de la
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, se pueden distinguir dos tipos de
ideología racista en América Latina, los cuales tienen orígenes históricos distintos:

1. Por un lado se puede hablar de un racismo que se origina tras la migración forzada a
América Latina de poblaciones africanas y en la esclavitud.

2. La cual se basa en una ideología neocolonial elaborada en torno a la imagen del indígena.
En la actualidad, la región no cuenta con ningún grupo que se autodenomine de forma oficial
como racista y difunda sus "creencias" o perspectivas con este enfoque de manera expresa;
sino que este tipo de personas se manifiestan de forma más difusa en diversos estratos
sociales, donde se encuentran presentes de forma cotidiana las categorías raciales como base
para la valoración sociocultural.18

Asimismo estas pueden verse reflejadas en elementos cotidianos y comúnmente aceptados


por la población en general como en el caso de la presencia de referencias estéticas muy
marcadas dentro de la publicidad, en los medios de comunicación, en las relaciones
interpersonales, familiares, etc. hasta formas de referirse al aspecto físico de las personas en el
mercado laboral: la "buena presentación" necesaria para ocupar puestos que implican
contacto directo con clientes o el público en general. En estos casos, suele ocurrir que aquel
individuo clasificado como "el indígena" o "el negro", tiene menores posibilidades de ascender
en el ámbito laboral, el acceso a puestos políticos importantes en el ámbito nacional,
desempeño educativo o el éxito cultural.18

La ilegalización del racismo

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cumpla con las convenciones de estilo.

Este aviso fue puesto el 2 de febrero de 2012.

En muchos países hoy en día está penalizado el racismo desde penas menores hasta mayores,
considerando esta discriminación como delito, lo mismo que sucede por orientación sexual,
cultural u otra característica. Algunos la penalizan con sanciones como puede ser el cobro de
multas con dinero o hasta penas privativas de la libertad.

Esclavitud

Artículo principal: Tráfico atlántico de esclavos

Don Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la patria mexicana, decretó el 6 de diciembre de 1810,
en la ciudad de Guadalajara, la abolición de la esclavitud.

En España no se abolió totalmente la esclavitud hasta el 7 de octubre de 1886. Si bien en el


territorio peninsular se abolió en 1838, persistió y se toleró legalmente en las colonias
amparada por la presión de las «Ligas Nacionales» que la defendían con argumentos
patrióticos, hasta la creación de la figura transitoria del patronato y su definitiva abolición en
1886.

La esclavitud se prohíbe en Estados Unidos de América en 1864 luego de la Guerra de Secesión


mediante la Decimotercera Enmienda.

Segregación racial

Artículo principal: Segregación racial

La segregación o separación racial es la separación de espacios, servicios y leyes para las


personas de acuerdo a su ascendencia. Fue practicada en muchos lugares del planeta hasta
mediados del siglo XX.
En 1868 que se derogaron las leyes segregacionistas que limitaban los derechos civiles de los
afrocubanos bajo las antiguas «Leyes de Indias», hasta entonces el código legal vigente en
Cuba, con la abolición de los Estatutos de limpieza de sangre ([3]).

En Estados Unidos de América se prohíbe en 1964 la aplicación desigual de los requisitos de


registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo e
instalaciones que sirvan al público en general («lugares públicos») y en 1965 la Ley de derecho
de voto.

La conquista japonesa de Corea. La Australia Blanca. Sacco y Vanzetti y el racismo contra los
inmigrantes en Estados Unidos. El nazismo y el Holocausto. El genocidio armenio. La
segregación racial en Estados Unidos y Gran Bretaña y las luchas por los derechos civiles.
Rodhesia. El apartheid sudafricano. Guerras en la ex Yugoslavia. El genocidio de Ruanda.

Convenios internacionales contra el racismo

Es gracias al avance de las diferentes ciencias y al retroceso progresivo del oscurantismo social,
moral y religioso, que desde el último cuarto del Siglo XX, existe un estigma social asociado con
los que se describen a sí mismos como racistas. Las causas son varias, incluido el progreso
social y tecnológico, pero principalmente la atención generada por los crímenes cometidos por
británicos y españoles contra los habitantes de las Antillas y las Américas, el comercio de las
naciones europeas con esclavos africanos, norteamericanos contra las naciones amerindias del
continente, los turcos con el exterminio de los armenios, o con Alemania nazi contra judíos,
gitanos y otros, y el horror causado por el Japón imperial en Corea, China y otros lugares, y los
avances en las conquistas sociopolíticas de los afroamericanos en EE.UU.

Así que la identificación de un grupo o persona como racista tiene una carga de valor
sumamente negativa. El último país en declararse oficialmente racista ha sido Sudáfrica que en
1990 modificó su sistema de apartheid por presiones internas y externas.

La Convención para la Prevención y Sanción del delito de genocidio (1948) y la Convención


Internacional contra el racismo y toda forma de discriminación (1965) son los instrumentos
internacionales fundantes para comprender la aspiración humana de erradicar el racismo. Con
el objeto de reafirmar el compromiso de los Estados con la eliminación de la discriminación
racial y la realización efectiva del principio de igualdad en la región en el marco del
Cuadragésimo Tercer Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la
Organización de los Estados Americanos se lleva a cabo La Convención Interamericana contra
el Racismo, La Discriminación Racial y Formas Conexas e Intolerancia (2013), este instrumento
consolida estándares internacionales en la materia, y avanza en la definición legal de formas
contemporáneas de racismo.

Ciencia, sociedad y racismo

Se considera en medios científicos que el concepto actual de raza es una creación europea que
se desarrolló como respuesta y justificación a su expansión imperial durante los siglos XVI al
XX.[cita requerida]

El concepto de raza, como demostración de la superioridad o inferioridad de ciertos grupos


humanos, evolucionó progresivamente durante ese periodo hasta niveles muy sofisticados y
eruditos para convertirse en una verdadera pseudociencia que más recientemente adquirió
nombres como «etnografía» o «antropología física». El auge de estas doctrinas ideológicas
disfrazadas de ciencia no han sido insignificantes y han resultado en regímenes tan
destructivos como la Alemania Nazi o el Apartheid.

Pintada xenófoba en una calle de Cijuela, España, contra de los peruanos.

Según el terapeuta estadounidense Albert Ellis desde la psicología cognitiva, el racismo es un


mecanismo de prejuicios que surgen por conveniencia, para discriminar, descartar o dominar a
otras personas o aceptarlas preferentemente, sin tener remordimientos y sin reflexionar si eso
bueno o malo o si es una opinión subjetivo u objetiva. Ordinariamente es una actitud hostil o
favorable hacia una persona que pertenece a un grupo social. En la mayor parte de los casos se
da por hecho que existe una inferioridad natural o genética en el grupo segregado, o bien, una
circunstancia cualquiera que estable la inferioridad de sus integrantes. También es común se
ponga un acento en las diferencias culturales, lo que explicaría la inferioridad o superioridad
de los otros. Se tratan de alteraciones en la mente humana que son moderadamente difíciles
de eliminar y llevan a una distorsión de la percepción o a una distorsión cognitiva, a un juicio
impreciso o a una interpretación ilógica. Según la psicología cognitiva, el racismo es un
apasionamiento subjetivo a favor o en contra de algo sin que existan argumentos suficientes
para sustentar esta posición. Un sesgo es un error en el procesamiento de la información y
hace que las personas tengan distorsiones cognitivas. Para poner a prueba las ideas racistas las
personas deben someter a sus propios pensamientos a la prueba de la racionalidad,
funcionalidad y objetividad.

Racismo cultural

Racismo en los círculos intelectuales colonialistas

En 1899 apareció el poema La carga del Hombre Blanco del escritor indo-inglés Rudyard
Kipling, quien recibiera el premio Nobel ocho años después, en donde convoca al «Hombre
Blanco» a conquistar y asumir el gobierno del mundo, como un servicio a las personas «no
blancas», aun sabiendo que ello traería «el odio de aquellos que custodiáis».19

En 1911 la 14ª edición de la Enciclopedia Británica adoptó la ideología racista al sostener que
«el Negro es intelectualmente inferior al caucásico».20

Definitivamente no se vende cerveza a los indios (anuncio en los EE.UU., 1941)

Ya en la década de 1930, apareció en Francia la popular tira cómica Las aventuras de Tintín, de
Hergé, portadora del pensamiento racista que había encarnado en el pensamiento occidental,
especialmente notable en historias como Tintín en el Congo (1930-1931) o La oreja rota
(1935).

Chamberlain: la puja por ser el grupo superior de la raza superior

En 1899 la ideología racista se consolidó con la publicación del libro Los Fundamentos del Siglo
XIX del inglés Houston S. Chamberlain. Profundizando las ideas de Gobineau, Chamberlain
acentúa el papel de los pueblos germánico-nórdicos, como representantes auténticos de la
hipotética «raza aria», y por lo tanto superiores a todos los demás. Chamberlain sostiene que
la entrada de los pueblos germanos en la historia, alrededor del año 1200, significó «el ascenso
de un nuevo mundo», la civilización europea, y que ese proceso histórico, aún en marcha,
consiste en el «ascenso gradual de un mundo teutónico» en el que los elementos extraños no
teutónicos serán hundidos como si fueran barcos piratas.
En las grandes potencias de la época aparecieron autores que intentaban demostrar que la
«raza superior» eran los sajones (Gran Bretaña y Estados Unidos),22 los celtas (Francia),23 y
los teutones (Alemania). Varios pensadores británicos de la época utilizaron el racismo para
justificar el Imperio Británico, como Thomas Henry Huxley (La Lucha por la Existencia en la
Sociedad Humana,24 1888), Benjamin Kidd (Evolución Social,25 1894), P. Charles Michel (Una
visión biológica de nuestra política internacional,26 1896), Charles Harvey (La Biología de la
Política Británica,27 1904).

En 1902, el novelista estadounidense Thomas Dixon, Jr., publicó Las manchas del leopardo: un
romance sobre la carga del Hombre Blanco - 1865-1900,28 primera novela de una trilogía
racista basada en la ideología de supremacismo blanco, que incluiría también The Clansmen (El
hombre del Clan), en la cual se glorifica al Ku Klux Klan. Sobre esa trilogía, D. W. Griffith filmó
en 1915 la película El nacimiento de una nación.

Anténor Firmin: Tratado De la igualdad de las razas humanas

En 1885 el antropólogo haitiano Anténor Firmin publicó su tratado De la igualdad de las razas
humanas, en respuesta al famoso libro de Gobineau y al colonialismo, en momentos en que los
europeos se repartían África en la Conferencia de Berlín, ignorando a sus habitantes. Precursor
del pensamiento antirracista y de la antropología moderna, la obra de Firmin sería ignorada
por los académicos europeos durante décadas, hasta que el colapso moral del Holocausto,
obligara a las potencias del mundo a asumir una posición pública contraria al racismo.

Medios audiovisuales

También hubo películas y telenovelas que muestran la realidad del racismo, en el caso del cine
estadounidense, ciertos productores cinematográficos han sido acusados de racistas de poner
a personajes antagónicos como negros, asiáticos, hispanoamericanos incluso hasta los
indígenas de Norteamérica. También algunas telenovelas, sobre todo mexicanas, brasileñas,
colombianas, venezolanas y entre otros, que han procurado superar el racismo como por
ejemplo poniendo como protagonista principal a una mujer humilde de sector rural y que llega
a la ciudad en busca de un futuro mejor y los antagonistas son los de clase social alta quienes
promueven la discriminación y al fin la muchacha logra igualarse al nivel de sus contrincantes.
Una de las telenovelas que ha tratado de superar estas barreras racistas es la de Niña moza,
una muchacha hija de terratenientes y de clase alta quien lucha a favor de los esclavos para
abolir la esclavitud y reconocer los derechos de libertad de los afroamericanos.

Otras formas de racismo

Además de las formas clasistas de racismo existen otras menos conocidas como el racismo
aversivo, la mestizofobia y el racismo oculto.

Racismo aversivo

En 1986, dos psicólogos sociales, Samuel L. Gaertner y John F. Dovidio, acuñaron el término
"racismo aversivo" para definir el racismo de quienes no se consideran racistas. Se caracteriza
de un racismo no explícito y que por su naturaleza sutil y ejecución no “a sabiendas” aparece
diluido. Es el de aquellos que comienzan sus frases con un "Yo no soy racista, pero...". O de
quienes hacen bromas racistas como si no tuvieran consecuencias. Pero las tiene: produce en
sus víctimas una gran indefensión y frustración.29 También se ha denominado microrracismo.
Impide, por ejemplo, que en el ámbito escolar no haya manera de mezclar grupos de amigos
de ascendencias latina y española.
Mestizofobia

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traducido|Racismo}} ~~~~

Una forma menos conocida de racismo es la creencia de que el mestizaje produce individuos
inferiores a la «raza pura» (degeneración), defendido por Louis Agassiz, como Gobineau
sostuvo.

Una forma moderna de racismo, como reacción al racismo contra los negros, los indios y
asiáticos, es negar la identidad mestiza y la defensa de las poblaciones mezcladas más por su
color oscuro de piel que por su condición mestiza. En este racismo, las poblaciones mestizas
son tratadas como negro, indio o blanco, negando su peculiaridad.31 32

Racismo oculto

Artículo principal: Racismo oculto

El racismo oculto es una forma de racismo no explícita que busca la extensión y legitimación
del racismo. Entre las variantes más comunes de racismo oculto se encuentran las
pseudociencias sociales y médicas mencionadas arriba, la argumentación política en contra de
determinados grupos humanos bajo pretextos culturales o étnicos y la manipulación de datos
estadísticos con el fin de inferir indirectamente la inferioridad de unos grupos humanos sobre
otros. Cabe mencionar al respecto que una de las formas más ominosas de racismo oculto es la
relación post-facto y no causa-efecto entre pertenecer a una «raza» o «etnia» determinada y
la pertenencia a una clase social.

La clasificación de las personas como perteneciente a una u otra raza ha sido ampliamente
usada y aún lo es para mantener a grupos humanos en situación de sometimiento, a
condiciones de vida de opresión, ignorancia y dependencia, y acusar a estos grupos de ser
inferiores cuando sólo son víctimas y no causas del problema. Así mismo esta clasificación se
usó y se utiliza para mantener la posición de mayor poder de otros grupos dentro de la escala
social, estableciéndose un círculo vicioso de retroalimentación entre estatus socioeconómico y
pertenecía a ciertas «razas». Este mecanismo se alimenta a sí mismo y se tiende a perpetuar
ad infinitum hasta que sobrevengan cambios inevitables en la sociedad.

Conceptos relacionados

Algunos conceptos como la discriminación racial y la xenofobia están relacionados con el


racismo aunque no lo son propiamente.

Discriminación racial

La discriminación racial es un concepto que suele identificarse con el de racismo y que lo


abarca, aunque se trata de conceptos que no coinciden exactamente. Mientras que el racismo
es una ideología basada en la superioridad de unas razas o etnias sobre otras, la discriminación
racial es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista, no siempre lo está.
En este sentido hay que tener en cuenta que la discriminación racial positiva (cuando se
establecen discriminaciones con el fin de garantizar la igualdad de las personas afectadas),
constituye una forma de discriminación destinada a combatir el racismo.
El prejuicio es una actitud social propagada entre la gente por una clase explotadora, a fin de
estigmatizar a algún grupo como inferior, de modo que tanto la explotación del grupo como la
de sus recursos pueda justificarse. Roger Bastide distingue el prejuicio de raza de los otros
prejuicios que son: prejuicio de color, de clase y cultural. Para Bastide el prejuicio de raza es el
prejuicio de origen que define la raza no por caracteres sociales sino biológicos. Así por
ejemplo, en ciertas sociedades, todos los que tienen una gota de sangre negra son negros. Este
es el prejuicio más fuerte, pues separa los grupos por barreras infranqueables. El origen del
prejuicio es múltiple. Puede atribuirse a la ignorancia, lo que es corregible; también puede ser
de origen psicológico que vincula el racismo a un cierto tipo de características fisiológicas o
puede originarse por el odio a la diferencia. En este caso no se entiende por qué se tiene más
odio a las diferencias de color de piel que al color de cabello por ejemplo. Otros encuentran el
origen del prejuicio en la teoría de la frustración-agresión y finalmente un gran número de
investigadores lo ubican en la teoría sociológica que enseña que el racismo, antes doctrina
aristocrática (prejuicio de clase), con el capitalismo y las transformaciones sociales que ello
implicó, se convierte en un acto de defensa del grupo dominante contra el grupo dominado
generando así una barrera.

Xenofobia

Artículo principal: Xenofobia

El racismo suele estar estrechamente relacionado y ser confundido con la xenofobia, es decir
el «odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros».35 Sin embargo existen algunas
diferencias entre ambos conceptos, ya que el racismo es una ideología de superioridad,
mientras que la xenofobia es un sentimiento de rechazo; por otra parte la xenofobia está
dirigida sólo contra los extranjeros, a diferencia del racismo. El racismo también está
relacionado con otros conceptos con los que a veces suele ser confundido, como el
etnocentrismo, los sistemas de castas, el clasismo, el colonialismo y el machismo.

Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

Artículo principal: Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

Antecedentes

El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial se celebra el 21 de marzo de


cada año. Ese día, en 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación
pacífica contra la «ley de pases» del apartheid que se realizaba en Sharpeville, Sudáfrica. Al
proclamar el Día en 1966, la Asamblea General instó a la comunidad internacional a redoblar
sus esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial (Resolución 2142(XXI)).36

Desde entonces, el sistema del apartheid en Sudáfrica ha sido desmantelado. Leyes y prácticas
racistas se han suprimido en muchos países, y se ha construido un marco internacional para
luchar contra el racismo, guiado por la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación Racial.

Los 8 tipos de racismo más comunes

Varias de las formas de discriminación de seres humanos más comunes tienen que ver con la
etnia.
por Arturo Torres

Comentarios

Los tipos de racismo que se dan por el planeta son una muestra de hasta qué punto hay
actitudes basadas en la discriminación que han arraigado fuerte en buena parte de las
culturas.

En realidad, el racismo puede llegar a adoptar tantas formas que en algunos casos pasa
desapercibido y puede percibirse como el orden natural de las cosas. Es por eso que es
importante conocer los diferentes tipos de racismo y saber identificarlos en el día a día. Pero,
antes, empecemos por lo básico.

Artículo relacionado: "Estereotipos, prejuicios y discriminación: ¿por qué debemos evitar


prejuzgar?"

¿Qué es el racismo?

El racismo es un concepto muy abstracto que hace referencia al acto de discriminar a las
personas según su raza, o bien a la tendencia a involucrarse frecuentemente en esta clase de
discriminación.

Así pues, una persona racista tiene muy en cuenta sus prejuicios acerca de las características
que las personas tienen (hipotéticamente) a causa del linaje del que proceden, y defiende la
idea de que los individuos deban tener unos derechos u otros en función de su raza.

A su vez, el concepto de raza está muy discutido, ya que a pesar de que como entidad
científica no existe dentro del campo de la biología aplicada a nuestra especie, en ciencias
sociales y humanidades sí se utiliza. Eso significa que aunque técnicamente no hay razas
humanas, una gran cantidad de la población sí lo cree, y por consiguiente puede discriminar
tomando como criterio los supuestos colectivos raciales a los que pertenecen las personas.

Es por eso, entre otras cosas, que los límites entre las diferentes razas son tan confusas; no
existe una manera clara de señalar dónde empieza uno de estos grupos de población y dónde
empieza otro.

Principales tipos de racismo

Los tipos de racismo más comunes son los siguientes. Sin embargo, hay que tener en cuenta
que a la práctica muchos de ellos se solapan entre sí.

1. Racismo institucional

También se utiliza el adjetivo “racista” para referirse a leyes o instituciones que discriminan a
las personas por sus raíces. Este es el caso del racismo institucional, plasmado en formas de
organización y de reparto del poder que han quedado fijadas en reglas, estatutos, etc.

as referencias al racismo institucional casan bien con corrientes filosóficas relacionadas con los
estudios poscoloniales o los trabajos de Michel Foucault, que hablan de formas de opresión y
dominación que van más allá de lo puramente psicológico y se plasman materialmente en
estructuras de organización social y leyes.
2. Racismo cultural

El racismo cultural enfatiza una supuesta superioridad cultural de una etnia sobre otra. Hay
que aclarar que este tipo de racismo no consiste en señalar que hay una cultura mejor que las
otras, sino establecer una relación determinista de la raza hacia la cultura. Por ejemplo, creer
que las civilizaciones formadas principalmente por población negra son incapaces de crear
buena literatura es un ejemplo de esto.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que este concepto resulta controvertido, ya que a
menudo es criticado de desdibujar el verdadero significado del racismo, que necesariamente
haría referencia a características biológicas o al menos a características físicas visibles y fáciles
de comprobar basándonos en criterios objetivos, como por ejemplo el color de piel.

3. Racismo biológico

Este es uno de los tipos de racismo que más enfatiza la influencia de la genética sobre las
capacidades y las propensiones psicológicas de las personas. Desde él se cree que la herencia
pasada a través de los genes determina buena parte de lo que somos, y que esto supone la
irremediable superioridad de ciertas razas sobre otras.

4. Racismo inverso

Es un concepto que se utiliza para referirse a actitudes racistas dirigidas contra partes de la
población que no suelen ser el blanco de ataques racistas, normalmente personas percibidas
como de raza blanca.

Existe una cierta controversia acerca de si este fenómeno realmente puede ser considerado un
tipo de racismo, dado que no tiene que ver con una forma de opresión sistémica que vaya más
allá de las actitudes individuales de ciertas personas. Es decir, que mientras que el racismo
hacia la población no blanca se basa en desigualdades históricas y materiales (dominio de sus
tierras nativas, mayor poder militar, etc.) el racismo contra los blancos no tiene que ver con
una situación de discriminación estructural.

Sin embargo, si lo que nos interesa es centrarnos en un significado claro y conciso para la
palabra racismo, posiblemente tenderemos a aceptar que las personas blancas también
pueden sufrir un tipo de discriminación por cuestión racial.

5. Racismo basado en el color de la piel

Este tipo de racismo se basa en la apariencia, y resulta muy superficial. Básicamente, consiste
en un menosprecio o un odio irracional a las personas a causa, simplemente, del aspecto que
les da su color de piel distinto al que uno mismo considera que es “normal”. A la práctica, se
solapa con muchos otros tipos de racismo.

Artículo relacionado: "Aspectismo: la discriminación por el aspecto físico"

6. Colorismo

Es una forma de racismo que se produce dentro de grupos de población que a su vez suelen
ser discriminados. Consiste en menospreciar o excluir a ciertas personas que poseen rasgos
muy marcados atribuidos a su raza, es decir, que se acercan manos a la apariencia de los
blancos. Es poblaciones con orígenes africanos, por ejemplo, las víctimas son los individuos con
la piel más oscura, en contraposición a otros negros con tonos más claros. Su existencia es la
prueba de que también se dan dinámicas desiguales de poder dentro de colectivos
discriminados.

7. Xenofobia

La xenofobia es una mezcla de racismo y nacionalismo, por lo que se da una discriminación por
motivos culturales. Es decir, se discrimina en parte por los orígenes biológicos y en parte por el
acervo cultural que alguien que es percibido como un extranjero ha interiorizado desde
pequeño.

8. Racismo estereotipador

Consiste en poner mucho énfasis en las características biológicas que suelen ser atribuidas a
ciertas etnias, creando muchos momentos en los que se llama la atención sobre ellos. Por
ejemplo, señalar que las personas que provienen de China tienen la piel de tono amarillento es
un claro ejemplo de forzar la realidad para que encaje en esquemas de diferenciación entre
personas.

En comparación con el resto de tipos de racismo, este parece relativamente inofensivo, ya que
no se basa en el odio, pero también tiene efectos adversos, porque encasilla a las personas y
hace que cuesta mirar más allá de estas categorías clasificadoras.

DISCRIMINACION Y RACISMO EN EL PERU

La discriminación étnico-racial es un problema que afecta gravemente a la sociedad peruana,


pues acentúa la desintegración nacional, profundiza la pobreza e incrementa la exclusión
social, impidiendo un desarrollo basado en la igualdad. Diversas investigaciones realizadas en
el país han señalado que este tipo de discriminación sería la mayor causa de pobreza y
exclusión de los pueblos indígenas y la población afroperuana.

En el Perú existen muy pocos procedimientos administrativos o judiciales iniciados por motivos
de discriminación étnico -racial, pues es percibida como una situación normalizada. Además es
difícil identificar con claridad a discriminados y discriminadores, convirtiéndose en un
fenómeno multidireccional.

Otra dificultad que existe en el Perú es que las personas no denuncian haber sido objeto de
discriminación étnica o racial. Esta situación se explica por diversos factores como: la
vergüenza de denunciar tales hechos, la negación y normalización del racismo, el
desconocimiento de los mecanismos de denuncia y la ausencia de una cultura de sanción
social contra la discriminación. Adicionalmente, la obtención de pruebas para demostrar la
existencia de actos discriminatorios es complicada.

EL RACISMO

1.1. Definición

Se puede definir al racismo como un modo de dominación social que se funda en identificar
diferencias entre la gente, diferencias que son integradas para dar lugar a una clasificación que
va de un extremo superior (lo moral, sabio y hermoso) hasta otro inferior (lo perverso,
ignorante y horrible). En el racismo, a diferencia de otros modos de jerarquización social, las
diferencias son naturalizadas; es decir, son vistas y postuladas como sustanciales e
insuperables. En alguna medida, toda colectividad humana tiende hacia el racismo. Los
semejantes entre sí suelen producir una imagen del otro, del diferente, como inferior: sus
rasgos son feos, su lenguaje es ridículo y sus costumbres no son las normales. Esta tendencia
puede variar mucho pero es un hecho que despreciar al otro vigoriza la propia autoestima.
Frente al foráneo las afinidades resaltan de modo que los miembros de una comunidad se
sienten más cercanos y próximos.

El extraño es quien no participa en la “cosa” o “esencia” que nos define como miembros de
una colectividad. Esa esencia (que nadie sabe, exactamente, que es, pero que todos tenemos
que presumir conocer muy bien) nos debe brindar un sentimiento de orgullo, una satisfacción
que nos tendría que inclinar hacia la endogamia. Por tanto, para no traicionar al grupo,
debemos casarnos con gente como nosotros. No obstante, cuando el foráneo es nuestro
vecino el otro deja de ser una presencia hipotética y lejana. Entonces el racismo es una
realidad inmediata. Digamos que hay colectividades cuyas particularidades más entrañables
son estigmatizadas como inferiores de modo que se justifica, se naturaliza, la dominación
sobre ellas. En un mismo espacio coexisten grupos entre los que reina una repulsión que
acentúa la unidad interior de cada uno.

1.2. Doctrina

Los principales elementos fundadores del racismo, que surgieron durante el periodo de
colonización, son la conciencia de la identidad cultural propia de cada pueblo, la introducción
de la jerarquía en estas culturas y, en consecuencia, el establecimiento de relaciones de
dominio entre esos pueblos. A la afirmación de superioridad de ciertas civilizaciones sobre
otras, se añaden en los siglos XIX y XX las teorías que asimilan esta jerarquía a un
determinismo natural fundamento en el concepto de raza.

Desde el siglo XVI, sociedades que se proclamaban científicas han buscado clasificar las razas
humanas intentando crear estereotipos la arbitraria clasificación de los hombres en distintas
razas en función del aspecto exterior y de las capacidades de inteligencia da pie a teorías como
la del diplomático y filósofo Gobineau en el siglo XIX. En su Ensayo sobre la desigualdad de las
razas humanas (1853-1855), aparecido cinco años después de la abolición de la esclavitud en
las colonias de Francia, achacaba el declive de la sociedad al envejecimiento de las razas. El
pensamiento racista, contemporáneo del darwinismo social, se va estructurando poco a poco
en doctrinas que preconizan la eugenesia, es decir, la aplicación de leyes biológicas al
perfeccionamiento de la especie humana. Gustave Le Bon sostenía que los extraños alteran el
alma de los pueblos.

El antisemitismo que representa una de las formas más extremas y violentas del racismo, llego
al paroxismo con el nacionalismo, responsable del genocidio de los judíos durante la 2ª Guerra
Mundial. La valorización sistemática de la idea del dominio de una ``raza superior engendro
fenómeno de rechazo, de avasallamiento, de expulsión y finalmente llevo al genocidio.

Por regla general, este sentimiento de superioridad va acompañado de la convicción de que las
otras razas suponen un peligro. Se convierte a un grupo social en responsable de las crisis
económicas y políticas, y se le acusa de ser un elemento perturbador.

1.3. Antirracismo

A principios del siglo XX tuvo lugar una toma de conciencia internacional del fenómeno del
racismo. Los procesos de Nuremberg a los crímenes de guerra nazis crearon una situación
psicológica y política decisiva en la voluntad de las naciones para erradicar los racismos sin
embargo, en la sociedad actual aún perduran formas de racismo.
El apartheid en África del sur ha ignorado estos acuerdos sistemáticamente hasta 1990.La
masacre de la minoría tutsi en Ruanda en 1993 y la limpieza étnica emprendida por los serbios
contra los albaneses en la antigua Yugoslavia a partir de 1991, son claras violaciones de los
acuerdos internacionales.

Aunque el racismo no se haya erradicado, la ideología en la que se basa ha sido sometida a una
crítica radical en la segunda mitad del siglo XX. La ciencia ha rechazado el concepto de raza
poniendo en evidencia su carácter subjetivo, basado en perjuicios. Antropólogos, biólogos,
genetistas y sociólogos han demostrado que la noción de raza carecía de sentido en la medida
en que él genera humano es uno e indivisible.

Organizaciones antirracistas nacionales e internacionales luchan contra cualquier forma de


discriminación. Las actitudes racistas que combaten numerosas organizaciones tienen en
buena medida razones psicológicas

Se fundan en reacciones de miedo ante la diversidad y a la incomprensión de lo desconocido,


que engendra sentimientos de odio y una violencia muchas veces mal dirigida. Debido a la
complejidad del fenómeno, el racismo es difícil de combatir

CAPÍTULO II

EL RACISMO EN LA ANTIGÜEDAD

2.1. El origen del racismo.

Sucede quela mayoría de las teorías sociológicas que intentas explicar el fenómeno vinculan la
aparición del racismo a occidente, al desarrollo del capitalismo para justificar la explotación de
las colonias con la que se pudo consolidar el orden capitalista mundial.

Bastide, Cuche (1975: 96) Con el nacimiento del capitalismo, las transformaciones sociales que
ello implico, el perjuicio racial se convirtió en un acto de defensa del grupo dominante contra
el grupo dominado.

Para otro el racismo es una creación burguesa para dividir a la clase obrera en segmentos
hostiles entre sí (Marxismo). Un pensador marxista fue José Carlos Mariátegui con su análisis
“Problemas de las razas en América Latina” el ve al racismo como una elaboración ideológica
destinada a justificar una dominación, un perjuicio, pero derivado de un interés concreto de un
sector social.

Otro punto para tocar es el tema del texto más importante del mundo La Biblia que señala
“todos los hombres somos iguales e hijos de Dios”, para Poliakov citado por Portocarrero
intenta probar lo contrario las primeras manifestaciones de racismo se justifican con la Biblia.

Las genealogías básicas en las que se sustenta el racismo, no parten de Adán si no de Noé y
sus hijos, quienes con sus esposas sobreviven al diluvio. Se atribuye a Jafet de donde
descienden los europeos, los asiáticos de Sem y los africanos hijos de Cam que de acuerdo a
la biblia fueron objeto de una maldición... y Canaan debe ser su sirviente (Genesis ix).

“… quedo embriagado y echose desnudo en medio de su tienda. Lo cual como hubiese sido
visto por Cam, padre de Canaán….y dijo Noé: maldito sea Canaán, esclavo será de los esclavos
de sus hermanos…

Este es el pasaje que dará sustento a las primeras explicaciones racistas, otro punto es la
doctrina metafísica española de la pureza de la sangre inicialmente impuesta para segregar
creyentes de no creyentes, (musulmanes y judíos) lo que constituye una discriminación
religioso-cultural.

Con la socio biología ha resultado que hay un componente biológico en las relaciones sociales
Stone(s/f: 30) y apoyada por Van den Berghe y postula: las personas son racistas porque están
genéticamente programada para que favorezca a los suyos en contra posición a los otros…
transmisión genética y acceso sexual a las mujeres vista como la asignada a la tarea
reproductiva.

Para la psicología es racismo es natural cuando dos grupos humanos entrar en contacto por
una especie de horror por las diferencias…pero tampoco explica el fenómeno del racismo.

La antigua práctica de la esclavitud y de la servidumbre ilustra las relaciones de dominio que


han existido en la historia en etnias y pueblos diferentes, incluso dentro de sociedades y
grupos culturales. Señores y esclavos podrían pertenecer a un mismo origen étnico, pero las
diferencias sociales estaban claramente marcadas: los esclavos no tenían derechos, ni siquiera
el de ciudadano.

La misma regla se aplicó a los pueblos vencidos en la guerra y reducidos a la esclavitud. Este
último ejemplo en el que la opresión se ejerce sobre grupos humanos específicos,
culturalmente diferentes de sus opresores, se corresponden con las tesis racistas formuladas
en la época moderna y su práctica.

Las primeras colonizaciones marcan el principio de las servidumbres de etnias específicas que
iban a convertirse en pueblos dominados. Al extenderse el colonialismo, Europa se arrogó una
misión cultural, adoptando como vocación ideológica la educación social y religiosa de los
pueblos llamados "salvajes”, cuya cultura fue sistemáticamente ignorada y abocada a la
desaparición. El progreso científico y técnico que tuvo lugar en Europa contribuyo a reforzar el
sentimiento de superioridad de los occidentales, que consideraron si supremacía como natural
e inherente a su civilización. La colonización de América del Norte y del Sur, la de Australia
entre los siglos XVII y XVIII, la política colonialista de Japón en el siglo XX o el Holocausto en
Europa, son otros tantos ejemplos del racismo.

2.2. Formas del racismo contemporáneo

Históricamente, el racismo ha servido para justificar crímenes contra la humanidad como el


Genocidio es un delito internacional que comprende cualquiera de los actos perpetrados con
la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racional o religioso
como tal; estos actos comprenden la matanza y lesión grave a la integridad física o mental de
los miembros del grupo.

Y diversas formas de dominación de las personas como la Esclavitud como institución jurídica,
es una situación por la cual una persona "el esclavo" es propiedad de otra "el amo"; es una
forma particular de relaciones de producción, característica de un determinado nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución de la historia económica.

La Servidumbre es una forma de costumbre social y jurídica típica del feudalismo mediante la
que una persona queda al servicio y sujeta al señorío de otra, un siervo era una persona que
servía en unas condiciones próximas a la esclavitud.

El Colonialismo, es la influencia o la dominación de un país por parte de otro, habitualmente


más poderoso económica o militarmente, de una forma violenta a través de una invasión
militar, o sutil sin que intervenga la fuerza .El Neocolonialismo es diferente al colonialismo,
que se caracteriza por un control directo. Así, se emplea la fuerza militar para la ocupación del
país y se establecen colonos procedentes de la metrópoli en el territorio sujeto a dominación.
Y el Imperialismo es la doctrina política que justifica la dominación de un pueblo o estado
sobre otros; habitualmente mediante distintos tipos de colonización, de poblamiento, de
explotación económica, de presencia militar estratégica, o por la subordinación cultural.

El racismo suele estar también relacionado con el Etnocentrismo suele implicar la creencia de
que el grupo étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los aspectos de la
cultura propia sean superiores a los de otras culturas. Y la Xenofobia es el miedo, hostilidad,
rechazo u odio al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos
manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas
más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es el racismo.

Por ejemplo, Hannah Arendt fue una filosofa política alemana de origen judío, una de las más
influyentes del siglo XX, se situaba de forma crítica frente a la democracias representativa y
prefería un sistema de consejo o formas de democracia directa.

En Los orígenes del Totalitarismo Se conoce como a las ideologías , los movimientos y los
regímenes políticos donde la libertad está seriamente restringida y el Estado ejerce todo el
poder sin divisiones ni restricciones, señaló que la ideología racista conocida como "racismo
popular", que se desarrolló a fines del siglo XIX, se usó para legitimar la conquista imperialista
de territorios extranjeros y los crímenes que le siguieron, tales como el genocidio de Herero y
Namaqua (1904-1907) o el Genocidio Armenio (1915-1917). Se caracterizó por su brutalidad
en las masacres y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones
extremas, que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados. Otros grupos
étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, entre ellos
los asirios, los griegos de Ponto y los serbios.

El racismo es hoy definido en todas las instancias y foros internacionales como una afrenta a la
dignidad humana básica y una violación de los derechos humanos. Un número importante de
tratados internacionales ha intentado terminar con el racismo. La Organización de las Naciones
Unidas (ONU) utiliza una definición de discriminación racial asentada en la Declaración sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación racial.

En algunos países hoy en día está penalizado el racismo desde penas menores hasta mayores,
considerando esta discriminación como delito lo mismo que sucede por orientación sexual,
cultural u otra característica. Algunos la penalizan con sanciones como puede ser el cobro de
multas con dinero.

2.3. En la psicología social

La Psicología Social ha abordado el tema del racismo desde diferentes puntos de vista y ha
ahondado, sobre todo, en su metodología de diagnóstico y medición; es por eso que no puede
dejar de abordarse, aunque sea breve mente y de forma general. Dentro de esta rama
científica, el fenómeno del racismo se basa en la percepción social (la forma de entender al
otro y a nosotros mismos).En términos generales dicha percepción no es más que el intento
por interpretar las pistas que los otros dejan ver para saber qué comportamiento tener hacia
ellos en determinadas situaciones (Rodríguez, 2002).Dichas pistas pueden ser incluso no
verbales y las personas las interpretan atribuyéndolas significados distintos que no siempre
coinciden con el que el emisor deseaba. Esta mala interpretación se llama atribución y se debe
a la variedad de canales utilizados para la percepción social, los cuales no siempre son
fidedignos. (Rodríguez, 2002)

La cognición social es la forma en que notamos, interpretamos, recordamos y usamos la


información sobre el mundo social .El científico social debe siempre tener presente que los
seres humanos somos entes que preferimos usar la “ley del mínimo esfuerzo” cognitivo para
interpretar situaciones sociales.(Iñigo, 2002).

Con esto se busca no tener una sobrecarga de información y para ello se usan estrategias
designadas de interpretación (estereotipos) que facilitan o acortan el proceso de atribución.
Dichas estrategias de mínimo esfuerzo son básicamente dos (Guil, 2004):

Las Heurísticas: que son reglas para tomar decisiones, facilitan inferir o sacar conclusiones de
forma rápida y fácil. Son atajos mentales pero también prejuicios basados en la apariencia.

Las Vías: son errores y distorsiones que aparecen en el pensamiento social, se ocasionan por la
heurística (prejuicios sociales).Se definen también como la forma de asociar grupos
taxonómicos en base a lo primero que venga a lamente; por ejemplo: los indígenas son tontos,
borrachos, sucios, conformistas y haraganes, por eso son pobres.

Respecto a las actitudes racistas, afirma que éstas se aprenden social mente de los otros a
través tres métodos: el condicionamiento clásico (aprendizaje basado en la asociación), el
condicionamiento instrumental (aprender a expresar la visión políticamente correcta) y el
modelado, que implica aprender a través del ejemplo. En otras palabras, las actitudes se
aprenden por experiencia directa de la vida cultural y la convivencia social. (Iñigo, 2002).

Es importante mencionar que Van Dijk (2003; 2003a), Linares (2004) e Iñigo (2002) afirman
que los medios masivos de comunicación pueden moldear las actitudes a través de la
persuasión (el proceso de cambiar actitudes).La persuasión tiene dos vías para cambiar
actitudes: a. La ruta central, que es el cambio ocasionado por el mensaje y sus argumentos
centrales. La ruta periférica, que consiste en un cambio automático e inconsciente. El Modelo
de influencia social (Moral, 2004) afirma que entre menor sea el grupo, mayor presión
individual ejercerá sobre sus miembros; esto implicaría para efectos de esta tesis que un grupo
elitista, pequeño por antonomasia, ejercerá mayor presión sobre los individuos que quieren
pertenecer a él.

2.4. El origen de las razas.

La antropología física fue creada para el estudio y clasificación de las razas Bernier (filosofo
francés) por primera vez se utilizo el término raza, estas eran: la europea, la africana, la china y
la lapona. La mayoría de los biólogos y antropólogos físicos han tenido profundas dudas sobre
la validez de las clasificaciones raciales la noción de una raza pura es una ilusión y todos los
grupos poblacionales más representativos definidos socialmente como razas también.

Stavenhagen (1992:56) La importancia atribuida a la raza… tiene sus raíces en la ideología


hegemónica de la estratificación racial y de la raza blanca. Es preciso aclarar que la palabra
raza nació con fines utilitarios para la segregación. A las ciencias sociales le interesa las
relaciones sociales sin importan si las afirmaciones son falaces, pasajeras fruto de la
imaginación, pero son reales como cualquier cosa que nuestros sentidos perciben, por eso el
termino raza es un ente social, como lo es la etnicidad. El uso confuso de raza y grupos étnico
como señala Van Den Berghe…frecuentemente dentro de los grupos étnico también existen
estratificaciones de una manera muy parecida a los grupos raciales…
La etnicidad se define socialmente; pero teniendo como criterios un rango de características
culturales, lingüísticas, religiosas, nacionales etc.

Debemos aceptar que existen diferencias físicas entre los seres humanos, estatura, contextura
física, color de piel, etc. La antropología física y ciencias sociales han buscado la legitimación
científica de las clasificaciones y de los sistemas de dominación raciales pero no lo han
conseguido más el racismo y las clasificaciones raciales subsisten.

He criticado el uso del término “Étnico” cuando encubre lo racial, pero también se puede dar
lo inverso encubrir lo étnico dentro de lo racial. De hecho, no solo sucede que muchas veces se
llama etnocentrismo a lo que es racismo, otras veces se usa racismo para cualquier tipo de
discriminación.

CAPÍTULO III:

EL RACISMO EN EL PERÚ

3.1. Antecedentes

La mayor interrogante en nuestro pasado es: ¿fueron racistas los españoles que conquistaron
América y formaron aquí sus colonias? No se trata de encontrar en el pasado a los culpables de
todos nuestros males. La historia no debe servir para crear buenos y malos personajes , sino
más bien para confrontar el presente, para ver cuánto se diferencian nuestras concepciones de
aquellas de los que nos precedieron, y cuánto aún pueden reflejarse en ellas.

Muchos asumen que el racismo sólo aparece a partir del siglo XIX, pero esto es falso: la
conquista y colonia se habrían desarrollado con la ayuda de un sentimiento de superioridad de
los españoles sobre los indios americanos; pero éste se habría basado en la creencia de la
superioridad del catolicismo sobre las religiones paganas de América, así como en un fuerte
etnocentrismo.

Para Portocarrero (1992), el racismo apareció en el Perú sólo a partir del siglo XIX.

Habría sido consecuencia del resquebrajamiento del rígido orden colonial, en el que cada
grupo tenía un lugar fijo en la sociedad y, por lo tanto, no habría habido necesidad de
discriminación. Otro factor importante habría sido la influencia de las ideas racistas
provenientes de Europa en ese siglo.

Portocarrero cambia las ideas que había expuesto en 1989 sobre el origen del racismo, pues
consideraba que “…en la América colonial tanto como en Europa habría existido racismo pero
en estado práctico, no teorizado por cuanto carecía de una referencia biológica...”. En su texto
de 1992 sostiene una tesis distinta: la discriminación tampoco existió sino hasta el siglo XIX:
“Yéndonos atrás en el tiempo, debemos empezar por una tesis que creo que es fundamental:
la discriminación surge... en el siglo XIX; el racismo es un fenómeno moderno.”

Al ser una sociedad estamental, dividida en dos repúblicas (la de indios y la de españoles), que
no se pensaba a sí misma como compuesta por individuos iguales entre sí, para Portocarrero la
colonia no necesitaba discriminar. La discriminación, más bien, habría aparecido con la
República, con “... la idea de la sociedad como compuesta de individuos iguales, pero,
paralelamente, en segundo lugar, con la idea de que no todas las razas son iguales.”

La posición de Portocarrero se centra en la tesis de que el racismo no puede existir sino en una
sociedad en la que reina un credo igualitario, pero en la que persiste una práctica desigual y
discriminatoria. Ello no se habría dado, en el Perú, sino hasta la República, la que
paradójicamente eliminó el estatus de “indio” de la legislación. Además, se basa en las
consideraciones de que no pudo existir racismo sino hasta que las explicaciones de la
humanidad y la historia basadas en la Biblia cayeron en descrédito, y de que el racismo sólo
existió desde que aparecieron las teorías biológicas y el concepto moderno de raza.

El sistema sudafricano del Apartheid establece una división entre blancos y negros que
pretende ser bastante rígida y en el que cada cual tiene un lugar establecido por la ley.

No hay un desfase entre leyes y el accionar cotidiano, esto es para Portocarrero uno de los
requisitos para que exista discriminación: “en la sociedad colonial... podemos decir que no hay
discriminación, no hay desfase entre legalidad y costumbre.”. El ejemplo de Sudáfrica se
adecua a lo que señala Portocarrero sobre la sociedad colonial: “tiene la intención de construir
dos mundos separados.” La propia palabra Apartheid significa “aparte”. Se trata de un régimen
segregacionista con dos mundos aparte, pero uno subordinado al otro.

Para Manrique (1992, 1993), la doctrina racista de la pureza de la sangre, nacida en la


Península Ibérica va a tener como consecuencia en América la división entre la república de
indios y la de españoles, así como el establecimiento de las castas. Argumentando que los
españoles traen a América categorías para pensar al otro en base a las experiencias producto
de las largas relaciones entre las tres civilizaciones más importantes de la edad media: las de
cristianos, judíos y musulmanes. El contexto mental de la conquista dentro del cual se piensa al
hombre americano estuvo marcado por esas relaciones, las mismas que habían resultado, a
partir de mediados del siglo XV, en una doctrina persecutoria tremendamente racista. La
división establecida en América por los conquistadores entre las repúblicas de indios y de
españoles, sería, en sí misma, una muestra de racismo, de esta fijación por la “sangre pura”.

Existía pues la idea de que los indios eran inferiores y que se encontraban a mitad de camino
entre los hombres y los animales (Todorov, 1987). Para el dominico Tomás Ortiz, los indios
eran “bestias brutas”, e “insensatos como asnos”. Para el conquistador historiador Fernández
de Oviedo, los indios eran como objetos

La argumentación de Acosta en contra del racismo es notable, idéntica a la que van a probar
científicamente estudiosos antirracistas cuatrocientos años después. En su Historia natural y
moral de las Indias, escrita en 1590, Acosta combate vigorosamente “la falsa opinión que
comúnmente se tiene de ellos “los indios”, como de gente brutal y bestial y sin entendimiento,
o tan corto, que apenas merece ese nombre”.

Un autor que ha contribuido grandemente a la historia del racismo en el Perú fue Alberto
Flores Galindo. Tanto en Aristocracia y plebe. Lima, 1760-1830 (1984), como en la tercera
edición de Buscando un Inca (1989) incluyendo un ensayo sobre el racismo, Flores Galindo se
centra en el racismo en los siglos XVIII y XIX. Da múltiples ejemplos de este fenómeno en el
siglo XVIII, y considera explícitamente que “La República heredará los conflictos y las
marginaciones raciales.” (1989:268).

Es notable la preocupación de Flores Galindo por la vida cotidiana. Entre los ejemplos de
racismo en el siglo XVIII, incluye manifestaciones de denuncias y querellas judiciales en las que
aparecen insultos racistas: un mestizo se pelea con un zambo esclavo que le insulta
“‘choleándolo’ y diciéndole ‘otras palabras deshonestas’ ”. Recoge el caso de una mujer, a la
cual se le insulta llamándola “Puta, chola, arrastrada, indigna y sobrada...”.
Cita también a Fray Francisco del Castillo, quien escribe en verso, refiriéndose a la mezcla
racial: “es mejor ser perro puro / que monstruo de gato y perro”. (1984: 172-3).

Lamentablemente son pocos los aportes sobre los orígenes y la historia del racismo en el Perú.
La aparición del tema es aún reciente, y la tarea de escribir la historia del racismo recién
empieza a ser asumida; pero considero necesario señalar una tesis importante: el racismo va a
jugar un papel crucial desde el propio momento de la llegada de los españoles a América, y se
va a expresar en la sevicia contra el indio americano, así como en la propia organización
colonial. En palabras de Manrique (1992c: 176), con la conquista se constituyó una
dominación. “... justificada ideológicamente sobre la convicción de la superioridad intrínseca
de la naturaleza humana de los conquistadores en relación a la de los conquistados.”

3.2. ¿Somos o no somos racistas los peruanos? Por Néstor Valdivia

En el Perú, el tema del racismo genera posiciones encontradas y diversas. Resulta común
presenciar conversaciones de grupo sobre el tema que derivan en una confrontación de
opiniones y experiencias. Y, dado que no faltan recuerdos o vivencias de algún evento de
maltrato o discriminación racial, la polémica se convierte en la contraposición de ejemplos y
contra ejemplos.

Sin embargo, para trascender el diálogo cotidiano y la polémica callejera, es necesario ir más
allá de lo anecdótico y realizar avances en el estudio sistemático del fenómeno. Aunque es
poco lo avanzado, en los últimos años las Ciencias Sociales han aportado suficientes elementos
como para dejar planteados los términos de un debate sobre la naturaleza y los mecanismos
del racismo peruano.

Las posiciones asumidas desde las Ciencias Sociales también son diversas y en más de una
ocasión han dado lugar a polémicas y discusiones interesantes. Si habría que hacer un esfuerzo
por presentar un espectro de esos planteamientos, podrían mencionarse algunos nombres.
Empezando por el sociólogo Gonzalo Portocarrero y los historiadores Alberto Flores Galindo y
Nelson Manrique, quienes definitivamente colocaron el tema en la agenda académica a partir
de los años 90.

Desde la perspectiva teórica desarrollada por esos autores, uno de los elementos articuladores
del funcionamiento de la sociedad peruana y de las relaciones sociales entre sus miembros
está dado por el racismo –definido como la diferenciación establecida a partir del fenotipo y
color de piel-. El racismo sería la consecuencia de un conflictivo proceso identitario marcado
por el desprecio de “lo indígena” como elemento constitutivo de la nación peruana; estaría
presente en el Perú de hoy, atravesaría a todos sus componentes y se expresaría bajo formas
diversas –incluyendo lo que Portocarrero denominó como “racismo estético” para dar cuenta
de la asociación entre raza blanca y belleza–.

Sin embargo, pese a su relevancia, la discriminación racial tendería a ser negada y reprimida –
visión que es refrendada por Jorge Bruce quien desde la perspectiva psicoanalítica sostiene
que el racismo casi siempre está asociado a afectos como la vergüenza y la culpa–. Esto habría
dado lugar en el Perú al desarrollo de un racismo solapado y escondido. En ese sentido, otros
autores como Callirgos han insistido en la idea que el racismo marca el vínculo entre los
peruanos y que tiene como contraparte una escasa valoración de “lo cholo” y una baja auto-
estima personal.
En una posición claramente opuesta, ha habido quienes, como Alejandro Ortiz, cuestionan la
idea del predominio del racismo en el Perú señalando que el fenotipo o la raza no tienen
mayor relevancia como eje articulador de la identidad ni como motivo de discriminación6.

Por su parte, en un esfuerzo por dar cuenta de la complejidad del fenómeno, autores como
Walter Twanama han afirmado que la discriminación social no se produce siempre –ni
principalmente– en torno al fenotipo. En todo caso, la “raza” jugará un rol importante
dependiendo de las circunstancias y situaciones, y cuando es considerado como un factor de
discriminación, por lo general, está asociado a otras variables como la clase social, el nivel
educativo y los ingresos.

Posteriormente, en balance de la discusión sobre el tema, Martín Santos propuso un


interesante esquema analítico para entender el racismo peruano señalando que el
reconocimiento abierto o la negación de ese problema depende del contexto y la interacción
social específica en la se implique la persona interrogada.

Entre los aportes más recientes, debe tenerse en cuenta los trabajos de Marisol de la Cadena
que sostiene que en el Perú el “racismo” es más cultural que propiamente “racial”, basándose
en el análisis de la concepción de “raza” y “mestizaje” desde la perspectiva de los propios
sujetos indígenas.

También cabe destacar un trabajo de GRADE donde se analiza el vínculo entre racismo e
identidad étnica y que confirma lo señalado por algunos autores en el sentido de que el
racismo peruano no es unidireccional. En el Perú no se aplica la figura de un grupo étnico-
racial “blanco” dominante que “discrimina” a un grupo “indígena” subordinado. Lo que parece
ocurrir acá es una suerte de discriminación racial “en cascada” que se inicia en el vértice de la
pirámide social pero que continúa hasta llegar a la base de la misma, en una dinámica
simultánea donde el que se considera “más blanco” discrimina o “cholea” al “menos blanco”,
éste a su vez “cholea” al “más indígena”, y así sucesivamente.

Más recientemente, otro estudio de GRADE sobre discriminación en el acceso a los servicios de
salud aporta mayores evidencias sobre el tema. Se trata de una investigación basada en
entrevistas y grupos focales que llega a la conclusión que para personas de origen indígena la
“raza” no representa en sí misma un elemento de articulación de su identidad, como tampoco
constituye el principal factor de discriminación –confirmando lo planteado previamente por
algunos autores sobre el tema–.

Pero volvamos a la pregunta que titula el presente artículo: “¿Somos o no racistas los
peruanos?” Quizás una formulación más adecuada del problema debería trascender la
dicotomía implícita en la pregunta y buscar determinar cuán extendidas son las prácticas
racistas y cuáles son los mecanismos a través de los que éstas se producen. Por lo pronto, la
investigación social realizada en el Perú no parece proporcionar evidencia suficiente para
llegar a conclusiones definitivas. Hace falta continuar realizando más estudios y confrontando
hallazgos a la luz de un desarrollo conceptual y teórico necesario para su interpretación.
Mientras tanto, veamos qué es lo que nos dicen algunas cifras recientes y los resultados de
investigaciones realizadas en nuestro medio.

Un primer asunto que deberá abordar la investigación académica es determinar cuán


extendido está el racismo en nuestro medio. Si se toman en cuenta las percepciones de las
personas acerca del racismo, se observará que no existe consenso en torno a los alcances del
mismo. Según una encuesta realizada en el año 2004, las posiciones estarían divididas por igual
en el Perú: mientras que el 51 % de los encuestados señalan que nuestra sociedad es poco o
nada racista, un 49 % opina que es bastante o muy racista.

También resultan útiles los resultados de un estudio de GRADE –con datos referidos a la
población urbana peruana del año 2001-, según los cuales casi las 2/3 partes de los
entrevistados señaló haber sufrido o experimentado algún evento de discriminación –de
diversas formas y en distintos contextos, como al momento de acudir a una dependencia
pública, asistir a un centro de salud, al solicitar empleo, o bien en su centro educativo o de
trabajo–. Sin embargo, cuando se indagó sobre los motivos de esa discriminación, la mayor
parte de ciudadanos hicieron referencia a la “falta de conocidos” o “contactos” (50 %), el
estrato socioeconómico de pertenencia (28 %) y la edad (15 %) –como los motivos principales–
. Sólo el 7 % mencionó la “raza”.

Por otro lado, el ya citado estudio de DEMUS –con una muestra referida a todo el país– ubicó
como causas de discriminación a la “condición socioeconómica” (45 %), y la “edad” (26 %).
Como motivos de menor importancia –aunque sin dejar de ser relevantes– aparecen la “raza”
(16 %) y el “lugar de origen” (15 %).

Con este recuento de cifras no se pretende negar la existencia del racismo en nuestro país
pero sí entenderlo y ubicarlo en su verdadera dimensión. Y lo que se puede concluir al
respecto es que si bien la discriminación parece ser un asunto presente en la experiencia y la
subjetividad de los peruanos el rol que juega la raza o la discriminación racial es menor al de
otros factores sociales (como, por ejemplo, la clase social).

Sin embargo, más allá de la importancia de la discriminación racial –en comparación a otras
formas de discriminación o exclusión– resulta necesario avanzar en el conocimiento del
racismo en algunos ámbitos específicos de la sociedad y la economía del país. En ese sentido,
debe tenerse en cuenta los hallazgos de tres trabajos referidos a los mercados laborales y las
transacciones económicas.

El primero es un estudio que podría considerarse pionero en el tema y que realizó un equipo
de economistas de GRADE en base a información de la Encuesta de Niveles de Vida del año
2001 –a la que se añadió un módulo específico para caracterizar a las personas según su
pertenencia “racial”–. Aplicando técnicas econométricas de análisis, los autores hallaron que
una parte sustancial de las diferencias de ingresos entre los grupos raciales no pueden ser
explicadas por diferencias de características individuales (como el capital humano o educación
de la persona) sino, más bien, por la pertenencia racial de las personas. Las conclusiones del
estudio, por lo tanto, abonaban a favor de la existencia de diferencias de ingresos que se
explicarían por la persistencia de racismo en nuestra sociedad.

El segundo estudio fue realizado en Lima Metropolitana y estuvo orientado a analizar la


existencia de discriminación racial en las prácticas de contratación en el mercado laboral. La
investigación no encontró evidencias de discriminación, dado que se no se registraron
diferencias significativas en las tasas de contratación para “blancos” e “indígenas”. Ello ha
llevado a afirmar a uno de los autores lo siguiente: “Es cierto, hay diferencias en resultados en
los mercados de trabajo según características raciales y de género, pero ello no es evidencia de
discriminación. Los problemas de diferencias raciales se encuentran principalmente en el
sistema educativo, [en cambio] los de las diferencias de género en el mercado laboral”.

En efecto, el autor citado ha llegado a sugerir que el problema de discriminación de género es


más fuerte que la discriminación racial, al menos en ámbitos como el mercado laboral limeño.
Ha señalado que esa discriminación de género actúa a través de mecanismos de auto-selección
fijados en expectativas o pretensiones salariales más bajas entre la mujeres –como una suerte
de ‘anticipación’ producto seguramente de la experiencia de discriminación previas
observadas y/o vividas en el ámbito laboral–.

Como bien han advertido los mismos autores, los hallazgos de este estudio deben sopesarse
teniendo en cuenta las limitaciones que presenta. Se trata de una investigación realizada con
una muestra acotada de solicitantes de empleo –con características raciales relativamente
homogéneas– que usan un servicio del Ministerio de Trabajo y en un mercado de trabajo de
tres ocupaciones específicas: secretarias, vendedores y asistentes (contables y
administrativos).

Por último, el tercer estudio fue realizado en el año 2007 con un grupo representativo de
jóvenes de diversos sectores sociales de Lima y se basó en un experimento consistente en un
juego de simulación de transacciones de inversión en alianza con un “socio” libremente
elegido –permitiendo medir el grado en que una persona confía en los demás y actúa con
reciprocidad–.

Los resultados mostraron que si bien al inicio las personas manifestaron preferencias de
asociación a favor de las personas altas y “blancas”; al momento de recibir información sobre
el (mejor o peor) desempeño de las personas los estereotipos raciales perdían importancia.

Los resultados de estos tres estudios comentados constituyen un avance hacia el conocimiento
del fenómeno. Sin embargo, debe señalarse que se trata de un análisis centrado en el
comportamiento de las personas en una esfera específica: el mercado. Hace falta más
investigaciones que abarquen otros ámbitos de la vida social y que tengan como contextos
institucionales el acceso a ciertos servicios (por ejemplo, salud), o determinados espacios de
socialización (como la escuela o la familia). Se requieren, finalmente, mayores evidencias que
demuestren que los peruanos no sólo manejamos prejuicios y estereotipos raciales sino que
los ponemos en práctica al momento de relacionarnos entre nosotros –en los distintos ámbitos
de la esfera social, cultural y económica–.

En ese sentido, es importante tener cuenta el fenómeno de discriminación racial en sus


diversas manifestaciones y formas. Es probable que existan esferas –como la de los medios de
comunicación o la publicidad comercial- donde esas prácticas sean más comunes. Y tiene
mucho sentido prever que habrá espacios sociales –como clubes privados, lugares de
diversión, discotecas, playas, etc. – donde la diferenciación y el trato diferenciado en base al
“color de piel” tengan mayor relevancia y se exprese en actos de discriminación.

3.2. ¿Somos o no somos racistas los peruanos?

En el Perú, el tema del racismo genera posiciones encontradas y diversas. Resulta común
presenciar conversaciones de grupo sobre el tema que derivan en una confrontación de
opiniones y experiencias. Y, dado que no faltan recuerdos o vivencias de algún evento de
maltrato o discriminación racial, la polémica se convierte en la contraposición de ejemplos y
contra ejemplos.

Sin embargo, para trascender el diálogo cotidiano y la polémica callejera, es necesario ir más
allá de lo anecdótico y realizar avances en el estudio sistemático del fenómeno. Aunque es
poco lo avanzado, en los últimos años las Ciencias Sociales han aportado suficientes elementos
como para dejar planteados los términos de un debate sobre la naturaleza y los mecanismos
del racismo peruano.

Las posiciones asumidas desde las Ciencias Sociales también son diversas y en más de una
ocasión han dado lugar a polémicas y discusiones interesantes. Si habría que hacer un esfuerzo
por presentar un espectro de esos planteamientos, podrían mencionarse algunos nombres.
Empezando por el sociólogo Gonzalo Portocarrero y los historiadores Alberto Flores Galindo y
Nelson Manrique, quienes definitivamente colocaron el tema en la agenda académica a partir
de los años 90.

Desde la perspectiva teórica desarrollada por esos autores, uno de los elementos articuladores
del funcionamiento de la sociedad peruana y de las relaciones sociales entre sus miembros
está dado por el racismo –definido como la diferenciación establecida a partir del fenotipo y
color de piel-. El racismo sería la consecuencia de un conflictivo proceso identitario marcado
por el desprecio de “lo indígena” como elemento constitutivo de la nación peruana; estaría
presente en el Perú de hoy, atravesaría a todos sus componentes y se expresaría bajo formas
diversas incluyendo lo que Portocarrero denominó como “racismo estético” para dar cuenta
de la asociación entre raza blanca y belleza.

Sin embargo, pese a su relevancia, la discriminación racial tendería a ser negada y reprimida, lo
cual fue rechazado por Jorge Bruce quien desde la perspectiva psicoanalítica sostiene que el
racismo casi siempre está asociado a afectos como la vergüenza y la culpa. Esto habría dado
lugar en el Perú al desarrollo de un racismo solapado y escondido. En ese sentido, otros
autores como Callirgos han insistido en la idea que el racismo marca el vínculo entre los
peruanos y que tiene como contraparte una escasa valoración de “lo cholo” y una baja auto-
estima personal.

En una posición claramente opuesta, ha habido quienes, como Alejandro Ortiz, cuestionan la
idea del predominio del racismo en el Perú señalando que el fenotipo o la raza no tienen
mayor relevancia como eje articulador de la identidad ni como motivo de discriminación6.

Por su parte, Walter Twanama han afirmado que la discriminación social no se produce
siempre en torno al fenotipo. En todo caso, la “raza” jugará un rol importante dependiendo de
las circunstancias y situaciones, y cuando es considerado como un factor de discriminación,
por lo general, está asociado a otras variables como la clase social, el nivel educativo y los
ingresos.

Posteriormente, en balance de la discusión sobre el tema, Martín Santos propuso un


interesante esquema analítico para entender el racismo peruano señalando que el
reconocimiento abierto o la negación de ese problema depende del contexto y la interacción
social específica en la se implique la persona interrogada.

Entre los aportes más recientes, debe tenerse en cuenta los trabajos de Marisol de la Cadena
que sostiene que en el Perú el “racismo” es más cultural que propiamente “racial”, basándose
en el análisis de la concepción de “raza” y “mestizaje” desde la perspectiva de los propios
sujetos indígenas.

También cabe destacar un trabajo de GRADE donde se analiza el vínculo entre racismo e
identidad étnica y que confirma lo señalado por algunos autores en el sentido de que el
racismo peruano no es unidireccional. En el Perú no se aplica la figura de un grupo étnico
racial “blanco” dominante que “discrimina” a un grupo “indígena” subordinado. Lo que parece
ocurrir acá es una suerte de discriminación racial “en cascada” que se inicia en el vértice de la
pirámide social pero que continúa hasta llegar a la base de la misma, en una dinámica
simultánea donde el que se considera “más blanco” discrimina o “cholea” al “menos blanco”,
éste a su vez “cholea” al “más indígena”, y así sucesivamente.

Más recientemente, otro estudio de GRADE sobre discriminación en el acceso a los servicios de
salud aporta mayores evidencias sobre el tema. Se trata de una investigación basada en
entrevistas y grupos focales que llegan a la conclusión que para personas de origen indígena la
“raza” no representa en sí misma un elemento de articulación de su identidad, como tampoco
constituye el principal factor de discriminación.

Un primer asunto que deberá abordar la investigación académica es determinar cuán


extendido está el racismo en nuestro medio. Si se toman en cuenta las percepciones de las
personas acerca del racismo, se observará que no existe consenso en torno a los alcances del
mismo. Según una encuesta realizada en el año 2004, las posiciones estarían divididas por igual
en el Perú: mientras que el 51 % de los encuestados señalan que nuestra sociedad es poco o
nada racista, un 49 % opina que es bastante o muy racista.

También resultan útiles los resultados de un estudio de GRADE –con datos referidos a la
población urbana peruana del año 2001-, según los cuales casi las 2/3 partes de los
entrevistados señaló haber sufrido o experimentado algún evento de discriminación. Sin
embargo, cuando se indagó sobre los motivos de esa discriminación, la mayor parte de
ciudadanos hicieron referencia a la “falta de conocidos” o “contactos” (50 %), el estrato
socioeconómico de pertenencia (28 %) y la edad (15 %). Sólo el 7 % mencionó la “raza”.

Por otro lado, el ya citado estudio de DEMUS ubicó como causas de discriminación a la
“condición socioeconómica” (45 %), y la “edad” (26 %). Como motivos de menor importancia –
aunque sin dejar de ser relevantes– aparecen la “raza” (16 %) y el “lugar de origen” (15 %).

Con este recuento de cifras no se pretende negar la existencia del racismo en nuestro país
pero sí entenderlo y ubicarlo en su verdadera dimensión. Y lo que se puede concluir al
respecto es que si bien la discriminación parece ser un asunto presente en la experiencia y la
subjetividad de los peruanos el rol que juega la raza o la discriminación racial es menor al de
otros factores sociales (como, por ejemplo, la clase social).

Sin embargo, más allá de la importancia de la discriminación racial resulta necesario avanzar
en el conocimiento del racismo en algunos ámbitos específicos de la sociedad y la economía
del país. En ese sentido, debe tenerse en cuenta los hallazgos de tres trabajos referidos a los
mercados laborales y las transacciones económicas.

El primero es un estudio que podría considerarse pionero en el tema y que realizó un equipo
de economistas de GRADE en base a información de la Encuesta de Niveles de Vida del año
2001. Aplicando técnicas econométricas de análisis, los autores hallaron que una parte
sustancial de las diferencias de ingresos entre los grupos raciales no pueden ser explicadas por
diferencias de características individuales (como el capital humano o educación de la persona)
sino, más bien, por la pertenencia racial de las personas. Las conclusiones del estudio, por lo
tanto, abonaban a favor de la existencia de diferencias de ingresos que se explicarían por la
persistencia de racismo en nuestra sociedad.
El segundo estudio fue realizado en Lima Metropolitana y estuvo orientado a analizar la
existencia de discriminación racial en las prácticas de contratación en el mercado laboral. La
investigación no encontró evidencias de discriminación, dado que se no se registraron
diferencias significativas en las tasas de contratación para “blancos” e “indígenas”. Ello ha
llevado a afirmar a uno de los autores lo siguiente: “Es cierto, hay diferencias en resultados en
los mercados de trabajo según características raciales y de género, pero ello no es evidencia de
discriminación. Los problemas de diferencias raciales se encuentran principalmente en el
sistema educativo, [en cambio] los de las diferencias de género en el mercado laboral”.

En efecto, el autor citado ha llegado a sugerir que el problema de discriminación de género es


más fuerte que la discriminación racial, al menos en ámbitos como el mercado laboral limeño.
Ha señalado que esa discriminación de género actúa a través de mecanismos de auto-selección
fijados en expectativas o pretensiones salariales más bajas entre las mujeres.

Por último, el tercer estudio fue realizado en el año 2007 con un grupo representativo de
jóvenes de diversos sectores sociales de Lima y se basó en un experimento consistente en un
juego de simulación de transacciones de inversión en alianza con un “socio” libremente
elegido.

Los resultados mostraron que si bien al inicio las personas manifestaron preferencias de
asociación a favor de las personas altas y “blancas”; al momento de recibir información sobre
el (mejor o peor) desempeño de las personas los estereotipos raciales perdían importancia.

3.3. La mesa contra el racismo

CAPITULO IV

DISCRIMINACIÓN EN EL PERÚ

4.1. LA DISCRIMINACIÓN EN EL PERÚ

1.1 Un Fenómeno Negado y Natural

Una de las características más particulares de la discriminación en el Perú es que, a pesar de


estar ampliamente extendida y marcar muchas de las relaciones entre los ciudadanos, ha sido
negada por autoridades, intelectuales y aún por las víctimas de discriminación, lo cual ha
permitido que se mantenga. De hecho, tratándose inclusive del racismo, muchos peruanos
suelen pensar que Estados Unidos o Europa son sociedades racistas, sin tomar en cuenta lo
grave que es este problema en el Perú.

1.2La Discriminación Acumulada.

Uno de los argumentos que suele emplearse para negar la existencia de discriminación en el
Perú es la existencia de personas que, pese a tener rasgos andinos, a ser mujeres, a tener
orientación homosexual o una discapacidad ha logrado éxito profesional o económico y
reconocimiento público.

Un ejemplo marcado de discriminación acumulada es el caso de las trabajadoras del hogar, es


evidente que sufren discriminación por su lugar de procedencia, sus rasgos físicos, su
condición económica, su pobreza, su apellido, su situación educativa, su edad y su condición
de mujer.

1.3 Discriminación y Xenofobia


La sociedad peruana, en cambio, no se caracteriza por la xenofobia, sino que los extranjeros
suelen ser normalmente objeto de prejuicios favorables, siendo percibidos como más
atractivos, más preparados y de mejor posición económica. Las personas hacia quienes suele
desarrollarse la discriminación son los peruanos más autóctonos, es decir que a más autóctona
parece una persona, más será susceptible de discriminación.

4.2. MARCO LEGAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN EN EL PERÚ

2.1 Discriminación Laboral

La Constitución de 1993 en su artículo 26 señala que uno de los principios de las relaciones
laborales es la igualdad de oportunidades sin discriminación. En concordancia con este
derecho, tenemos que la Ley de Productividad y Competitividad en el Empleo establece que es
nulo el despido que tenga por motivos la discriminación9, así como también que los actos de
discriminación son considerados actos de hostilidad equivalentes al despido10.

En concordancia con dicha norma, la Ley 26772 prohíbe la existencia de requisitos


discriminatorios en las ofertas de empleo. Esta norma fue modificada por la Ley 27270, que
define el concepto de discriminación como: “la anulación o alteración de la igualdad de
oportunidades o trato (…) que impliquen un trato diferenciado basado en motivos de raza,
sexo, religión, opinión, origen social, condición económica, estado civil, edad o de cualquier
otra índole”.

2.2 Tratamiento Penal De La Discriminación

Esta norma tuvo un carácter más retórico que efectivo y recibió muy poca difusión. Sin
embargo, fue importante la ubicación de la discriminación dentro de la sección
correspondiente a los Delitos contra la Humanidad.

La Ley 28867, promulgada el año 2007 modificó el artículo 323 del Código Penal,
proporcionando una definición de discriminación, al señalar que es la acción realizada con el
objeto de anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de la
persona. Se señala además, que el delito puede cometerse de manera directa o mediante
terceras personas, como sucede en determinados establecimientos en que los porteros o
vigilantes tienen órdenes del propietario de impedir el ingreso a las personas de rasgos
andinos o afroperuanos.

2.3 Dificultades para el cumplimiento de la normatividad

Pese a que algunas de las leyes mencionadas tienen más de diez años de vigencia, su
cumplimiento hasta el momento ha sido bastante limitado debido a una serie de factores.

a. Escasa difusión: La mayoría de ciudadanos ignora que estas normas existen, como también
los propios funcionarios estatales encargados de hacerlas cumplir. Cuando se admite que la
discriminación existe, es todavía considerada un acto negativo o moralmente reprobable, pero
no una infracción legal.

b. Dificultades de fiscalización: Las normas que protegen a los consumidores de la


discriminación deben ser cumplidas por INDECOPI, que se encuentra solamente en diez
ciudades del país.

Igualmente, el Ministerio de Trabajo tiene muy pocos inspectores para poder intervenir en las
prácticas discriminatorias.
c. Ausencia de voluntad política: En muchos casos, como las ofertas de empleo, las infracciones
a las normas son evidentes, pese a los cual no ha habido mayor intervención ni del Ministerio
Público ni del Ministerio de Trabajo. Muchos funcionarios públicos consideran que, siendo la
discriminación parte del orden natural de las cosas, carece de sentido intervenir para
corregirla.

d.Dificultades burocráticas: Las instituciones públicas en el Perú establecen numerosos


requisitos que en la práctica hacen muy difícil que los ciudadanos presenten sus denuncias.
INDECOPI y el Ministerio de Trabajo impiden el ingreso a todos los ciudadanos que no llevan
consigo su DNI. INDECOPI establece además una serie de cobros y dispone que la propia
víctima debe probar la discriminación.

e. Dificultades personales para los denunciantes: La discriminación es una experiencia muy


dolorosa y la denuncia implica volver a vivir esta experiencia. Por ello, la mayoría de víctimas
de discriminación prefiere negar u olvidar lo sucedido.

f. Ausencia de asesoría: Las instituciones que legalmente enfrentan la discriminación no tienen


personal que apoye a las víctimas. En el Poder Judicial o el Ministerio Público, el personal que
debería atenderlas, reproduce las prácticas discriminatorias. Una situación similar se produce
en INDECOPI o, inclusive, en algunos casos, en la Defensoría del Pueblo.

Todo este panorama muestra la necesidad de que el problema de la discriminación sea


abordado por instancias mucho más cercanas a los ciudadanos, como los gobiernos
municipales provinciales y distritales, así como los gobiernos regionales.

Precisamente, debe señalarse que, a diferencia de las leyes mencionadas, las Ordenanzas
contra la discriminación han tenido una amplia difusión a nivel local y nacional y esto ha
contribuido a disuadir a muchas personas de continuar practicando actos discriminatorios.

4.3. CLASIFICACIÓN DE LAS ORDENANZAS CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

A nuestro entender, pueden distinguirse dos tipos de Ordenanzas contra la discriminación: en


primer lugar, las Ordenanzas que sancionan prácticas discriminatorias en establecimientos
públicos, que denominamos Ordenanzas de protección a los consumidores.

En segundo lugar, tenemos las que hemos denominado Ordenanzas Integrales, donde se busca
ampliar la concepción de este problema, mediante una definición amplia sobre la problemática
de discriminación y la incorporación de nuevas causales.

La primera Ordenanza de protección a los consumidores fue la Ordenanza 292/MDMM


emitida por la Municipalidad de Magdalena del 11 de diciembre del 2006, disponiendo la
revocatoria de la licencia de funcionamiento de los locales abiertos al público que lleven a
cabo prácticas discriminatorias hacia el público.

Hasta la fecha, Arequipa es la región donde más Ordenanzas contra la discriminación a los
consumidores han sido promulgadas, debido al empeño de la Oficina de la Defensoría del
Pueblo.

En cuanto a las Ordenanzas Integrales, su aparición es algo más reciente: la primera de estas
normas fue la Ordenanza 002-MPA, publicada por la Municipalidad de Abancay el 29 de
febrero del 2008, gracias a las gestiones de la oficina regional de la Asociación Pro Derechos
Humanos (APRODEH).

Finalmente, existen tres Ordenanzas Regionales, entre las cuales destaca la Ordenanza 017-
2008 del Gobierno Regional de Apurímac, por su minuciosidad es la norma más completa
aprobada hasta el momento contra la discriminación en el Perú. En efecto, abarca problemas
como la educación, la salud y el empleo, los derechos de los consumidores, la discriminación
religiosa y otros aspectos sumamente detallados. Las disposiciones de esta Ordenanza
Regional deben ser de obligatorio cumplimiento también por las Municipalidades de la Región
Apurímac, aunque no hayan emitido una ordenanza específica al respecto.

CAPITULO V

CONSECUENCIAS Y SOLUCIONES DEL RACISMO

5.1. En el ser humano y en la sociedad

Las consecuencias del racismo son muchas, entre ellas: dividir, fragmentar, dañar, manipular,
intolerancia, maltrato, etc. Podríamos ver un sin número de actos que han sucedido a través
de la historia que el racismo ha conllevado como resultado de la muerte de millones de
personas, sin embargo el problema nace en la intolerancia de una sociedad que aísla su
cultura, sus conocimientos y no puede difundirla en otras personas.

El racismo conlleva a la esclavitud, en el mismo siglo XXI se vive la esclavitud a personas que
tiene su status bajo y son discriminadas por personas de dinero que las llevan a hacer trabajos
inhumanos, esta es una forma de racismo.

Muchas guerras han sido causadas por la discriminación racial que han conllevado a atentados,
asesinatos, matanzas y genocidios. El holocausto es un acto de racismo extremo que llevo a la
muerte de millones de judíos, era una condición innata, inferior, racial, lo que llevo a la
persecución de los judíos en los años de las segunda guerra mundial.

El racismo es consecuencia de ideologías arcaicas que vienen de generación en generación


hasta desembocar al momento actual, anteriormente este era excusa de suicidios y de
esclavitud. Luego de grandes protestas mundiales se ha llegado a una relativa equidad.

La tortura y los malos tratos a integrantes de minorías étnicas o personas de origen extranjero
son actos desgraciadamente habituales y extendidos en el mundo actual, o simplemente a
personas de diferentes razas, los extranjeros con distinta cultura, tradicionales e ideologías son
mal vistos y condenados a una vida de miseria en un país extraño y en vez de salir de sus
infiernos entran a otros. La división de razas es una realidad trágica que atraviesa cada estado
y propasar esos límites raciales podría provocar fúnebres consecuencias.

El racismo sociológicamente ha causado un impacto negativo, ya que el hombre no vive en


armonía por simples separaciones de color de piel, de culturas, lenguas, etc. Y se dice que se
encuentran en armonía entre sus semejantes, refiriéndose a los demás de forma despectiva y
apartándolos de una realidad cruda, adaptando sus actitudes a un alrededor sub real, el
proceso de formación de nuestra identidad requiere adherirnos a juicios firmes sobre lo que
somos, las personas que discriminan y tienen comportamientos de superioridad
lastimosamente carecen de educación, valores de solidaridad, respeto, tolerancia y
multiculturalismo, que constituyen el fundamento moral y la inspiración de una lucha mundial
contra el racismo.
El racismo no da paso a la equidad, como la soñó Martin Luther King y Malcolm x, que cabe
destacar que ambos fueron asesinados por expandir y exteriorizar sus pensamientos de
libertad sin embargo los estados han intervenido en las creaciones de leyes que prohíban la
discriminación racial y la condenación publica a las instituciones que incurren en dicho delito.
Los negros siempre han servido como un método de diversión para los blancos desde siglos
remotos, ese estereotipo inclinado únicamente a los negros es trágico. Estos tienen como
resultado la disminución o anulación de los derechos humanos y libertades fundamentales de
las víctimas. Los negros, mas que ninguna clase social y cualquier otra raza ha tenido que
luchar para lograr poseer derechos, ya que anteriormente no poseían oportunidad de
educación avanzada como los blancos y de trabajos digno, han avanzado en estos aspectos. A
un negro se le ve como alguien sucio, seguramente porque su color de piel es oscuro, lo cual
lógicamente no tiene nada que ver ni con su olor ni con su aseo personal.

En esta época tan globalizada ha conducido a unificar a los pueblos. Como consecuencia están,
la libertad, equidad y dignidad que desecha al racismo y la realización de una autentica
igualdad de oportunidades y de trato para todos los individuos y pueblos.

5.2. La lucha contra el racismo

La discriminación racial y étnica ocurre a diario a la vez que impide el progreso de millones de
personas en todo el mundo. El racismo y la intolerancia destruyen vidas y comunidades por
medio de sus diversas manifestaciones, desde privar a las personas de los principios
fundamentales de igualdad y no discriminación, hasta propiciar el odio étnico que puede
conducir al genocidio. La lucha contra el racismo es una prioridad para la comunidad
internacional y es parte esencial de la labor de la Oficina del Alto Comisionado para los
Derechos Humanos.

Las Naciones Unidas se ha ocupado de este problema desde su fundación y la prohibición de la


discriminación racial está consagrada en todos los instrumentos principales de derechos
humanos. La prohibición de la discriminación racial establece obligaciones para los Estados y
les encomienda la tarea de erradicar la discriminación del ámbito público y privado. Asimismo,
el principio de la igualdad también exige a los Estados adoptar medidas especiales para
eliminar las condiciones que causan la discriminación racial o que contribuyen a perpetuarla.

En 2001, La Conferencia Mundial contra el Racismo elaboró el programa más integral y con
más autoridad para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas
conexas de intolerancia. Se trata de la Declaración y Programa de Acción de Durban. En abril
de 2009, la Conferencia de Examen de Durban examinó el progreso mundial alcanzado para
superar el racismo y llegó a la conclusión de que aún queda mucho por hacer. No cabe duda de
que el logro más importante de la conferencia fue la renovación del compromiso internacional
con el programa de trabajo contra el racismo.

Actividades de la oficina de Derechos Humanos de la ONU

Apoya las actividades del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR). El
Comité supervisa la aplicación de la Convención internacional sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación racial.

Apoya al Relator Especial sobre las Formas Contemporáneas de racismo, discriminación racial,
xenofobia y formas conexas de intolerancia. El Relator Especial, quien es un experto
independiente, publica informes anuales sobre racismo, transmite denuncias urgentes y
comunicaciones a los Estados sobre casos de racismo, discriminación racial, xenofobia y las
formas conexas de intolerancia, y realiza visitas de estudio a los países.

Colabora con el Experto Independiente en cuestiones de las minorías. Considerando que las
minorías de todas las regiones del mundo continúan siendo víctimas de graves actos de
discriminación y racismo, el experto independiente trabaja con otros órganos y mecanismos de
la ONU, como el Foro sobre Cuestiones de las Minorías para tratar los casos de violaciones de
derechos humanos que sufren las minorías.

Apoya al Grupo de Trabajo de Expertos sobre las Personas de Ascendencia Africana, el cual
elabora propuestas de corto, mediano y largo plazo para eliminar la discriminación racial
contra las personas afrodescendientes.

Por medio de la Unidad Anti-Discriminación, la oficina apoya la lucha contra el racismo y la


intolerancia. Asimismo, la Unidad fortalece la capacidad nacional para eliminar el racismo por
medio de la prestación de servicios de asesoría, la realización de estudios e investigaciones
sobre el racismo, y asiste a los mecanismos intergubernamentales y de expertos que se
ocupan de la situación de grupos de víctimas, y participa con la sociedad en general para
establecer asociaciones, crear conciencia y movilizar en favor de medidas antidiscriminatorias,
como las leyes, las políticas y los programas.

5.3. ¿Cómo afrontarlo?

El único antídoto contra el racismo es hacernos pensar, utilizar nuestra capacidad dereflexión,
de crítica, de toma de conciencia; y, desde luego, nuestra capacidad de actuar. Setrata no sólo
o básicamente de luchar contra el racismo sino de generar intencionalmenteespacios con la
conciencia de que si no generamos estos espacios su lugar será caldo de cultivopara el
racismo.

A pesar de las dificultades, creemos que es posible reconocer el racismo, también elque
practicamos nosotros mismos, y luchar contra él. Esta lucha supone, no sólo reaccionarcuando
lo reconocemos sino generar espacios "libres de racismo".

Como hemos visto a lo largo de toda la Guía, todas las personas tenemos
actitudes,comportamientos, pensamientos y prejuicios racistas. ¿Qué es lo que nos lleva a
ellos? Elmiedo, el desconocimiento, la necesidad de construirnos un mundo manejable, etc.
son algunasde las respuestas que podríamos dar. Siguiendo a Hanna Arendt (1995), nuestra
respuestapara plantear la lucha contra el racismo va a desarrollarse en torno a tres procesos:
latoma de conciencia, la reflexión y la acción.

2.1 Toma de conciencia

Etimológicamente, conciencia viene del latín "conscientia" que significa autoconocimiento.

Desde la filosofía definiríamos conciencia como el conocimiento inmediato que el sujetotiene


de sí mismo, de sus representaciones y de sus actos (Sánchez Meca, D. 2001). De algúnmodo
tomar conciencia es conocerse a sí mismo, llegar a conocer nuestros mecanismos
depensamiento y acción, paso previo para el cambio. Al mismo tiempo, esta toma de
conciencia(autoconciencia) puede servirnos para tomar conciencia sobre lo ajeno, sobre las
actitudes deotras personas y promover, como educadores y educadoras, un cambio de
pensamientos y deactitudes.
¿Cómo podemos llegar a tomar conciencia de las cosas? Podemos tomar
concienciaobservando, leyendo, viajando, hablando, conviviendo. ¿Y de qué nos hacemos
conscientes?

Nos hacemos conscientes de la distancia entre las ideas e imágenes que tenemos de las
personasy las cosas y lo que descubrimos de ellas viajando, observando, hablando...

"Nunca había viajado a Latinoamérica y aunque en la televisión siempre nos los pintaban
comolos hermanos latinoamericanos, yo, sinceramente, no me sentía muy cercana a ellos,
salvo por cierto sentimientode simpatía que siempre habían despertado en mí. Recientemente
hice un viaje a México y el contactodirecto con gente de allí me ha dado totalmente la vuelta a
los sentimientos que provocaban en mí.

El contacto con su realidad y sus experiencias (tan cercanas en muchas ocasiones a las
nuestras) me hanhecho replantearme toda una serie de condicionantes que convivían conmigo
y de los que yo apenas eraconsciente". (Estudiante de doctorado UNED).

Porque es difícil ponerse en esa situación si nadie la ha vivido y si no te pones en esa situación
nopuedes saber a lo mejor lo que más le viene bien. Incluso si la has vivido incluso puede que
no sea, sigasiendo muy difícil o simplemente no la sigas considerando, luego otras cosas pues
eso los viajes, he vistootro tipo de pensar otro tipo de rankings de clasificaciones de... o
maneras de vivir cosas que no tienenpor qué hacerme pensar... no sé, eso no, creo que
también a lo mejor... no, no, no sé yo creo que eso, losviajes, el haber vivido en otro sitio y en
ver los puntos de vista las opiniones de otros que no han tenidoesas oportunidades de viajes o
que las han utilizado de otra manera han aprendido otras cosas de ello o esas experiencias
vitales les han llevado de diferente modo o simplemente les han llevado por el mismo camino,
pero el camino sigue siendo diferente

Todos estamos compuestos por múltiples identidades o más bien por una identidad que es
múltiple. Nuestra personalidad, nuestra forma de ser es el cúmulo de nuestras experiencias, de
nuestros encuentros a lo largo de la vida, de nuestras lecturas, y también de nuestros
referentes culturales.

"Desde el momento en que concebimos nuestra identidad como integrada por múltiples
pertenencias, unas ligadas a una historia étnica y otras no, unas ligadas a una tradición
religiosa y otras no, desde el momento en que vemos en nosotros mismos, en nuestros
orígenes y en nuestra trayectoria, diversos elementos concluyentes, diversas aportaciones,
diversos mestizajes, diversas influencias sutiles y contradictorias, se establece una relación
distinta con los demás y también con los de nuestra propia tribu". Amin Maalouf.

Identidades asesinas. Alianza Editorial

En nuestra convivencia diaria utilizamos y escuchamos continuamente frases y expresiones


que manifiestan rechazo hacia comportamientos, personas y actitudes que consideramos que
no se ajustan a nuestros cánones de comportamiento, vestimenta, actitud, etc.

Expresiones como "qué gitano eres", "Deja de hablar así, pareces una tía", "Hoy he trabajado
como un negro", "Te engañan como a los chinos" son utilizadas con naturalidad y sin
conciencia plena de lo que suponen. Si alguien nos recrimina por utilizar estos términos, en
seguida argumentamos que para nada son términos racistas, sino que son expresiones
acuñadas social y culturalmente, que no van más allá de una "simple broma o comentario".
Sin embargo, esto no es así. Estas expresiones, tan interiorizadas en nosotros, en el fondo,
reflejan una opinión y una actitud hacia el conjunto del colectivo del que hablamos. Las
utilizamos para descalificar comportamientos en otros, comportamientos que nosotros "no
aceptamos" o "no comprendemos" y con este enjuiciamiento nos estamos poniendo por
encima del otro, nos situamos en una posición de superioridad. El problema es que alimentan
desde una actitud de inocencia (Maalouf, A., 1999) la descalificación del otro.

Estas frases no son inocentes y, como expresa Amin Maalouf, este tipo de expresiones
contribuyen a perpetuar unos prejuicios que a lo largo de la historia han mostrado su alta
capacidad para provocar enfrentamientos.

"Pues una escena que vi el otro día en el metro, que me sorprendió mucho, que era, había tres
asientos juntos ¿no? Y en uno estaba una chica que era de color y al lado había dos asientos,
entonces había un hueco y luego otra chica. Entonces, entraron en el metro otra chica joven y
un señor que era mayor.

Entonces, se fue a sentar la chica joven pero al ver que había un señor mayor le dijo "¿quiere
sentarse?" y le dijo "no, yo no me quiero sentar al lado de nadie que sea negro". Entonces, de
los dos asientos, había uno vacío y una chica. Entonces la chica esa se fue y el señor se fue a
sentar en el asiento que no estaba al lado de la chica negra. Entonces la chica joven se sentó y
tapó el otro asiento y le dijo "perdone, es que yo tampoco me quiero sentar al lado de alguien
que sea racista" y el señor se fue. Pero, que me sorprendió mucho que sí que se trata a la
gente bastante mal.

Por otro lado, la construcción de prejuicios y estereotipos es una forma también de crearnos
una realidad que a veces se nos presenta como imposible de abarcar en su totalidad.

Es imposible tener conocimiento empírico de todas las realidades existentes. Los prejuicios y
los estereotipos nos ayudarían a conformarnos una idea de esas realidades. Aunque los
podemos reconocer como tales, nos ayudan a crearnos una imagen de esa realidad que
desconocemos.

Hanna Arendt señala que los prejuicios y estereotipos nos sirven para protegernos de la
realidad, para hacer un ejercicio de comprensión sobre la amplia complejidad de nuestro
entorno ( Arendt, H., 1999).

2.2 La Reflexión

Reflexión es la vuelta consciente del pensamiento sobre sí mismo. Implica un cierto


desdoblamiento del yo o conciencia. Arendt concede al pensamiento un papel fundamental en
la prevención del mal. Para ella el prevenir una gran maldad pasa por el ejercicio de la
razón(Arendt, H., 1999). La reflexión implica un diálogo con nosotros mismos, con lo que nos
gusta y con lo que no, un posicionamiento, la adquisición de un criterio propio en función de
las informaciones que tenemos.

El ejercicio de reflexión lo podemos hacer de manera individual, trabajando sobre nuestras


propias ideas o en grupo. Aquí, la comunicación se nos presenta como un elemento muy
importante en el proceso de reflexión. El hablar, el intercambiar opiniones, puntos de vista,
con los demás siempre nos aportará elementos nuevos y enriquecedores para nuestro
pensamiento.
El objeto de nuestra reflexión puede ser variopinto pero, por ejemplo, podríamos reflexionar
sobre el currículum del centro, cuáles son sus objetivos, si pensamos verdaderamente que
atiende a la diversidad que nos podemos encontrar en el aula, como nos condiciona y cómo
podemos distanciarnos de estos condicionantes. Podemos reflexionar sobre cómo se originan
las identidades, qué son; sobre nuestros propios comportamientos en situaciones cotidianas
en las que por nuestra condición en ese momento, de padre/madre, de profesor/a, de director
de empresa o de árbitro de fútbol, nos encontramos en una situación privilegiada respecto al
otro y utilizamos este privilegio para imponer nuestro criterio, subyugando al otro. Igualmente,
identificaremos situaciones en las que nos hayamos podido sentir víctimas de una acción
ejercida por otros porque laboral, social o económicamente se hayan situado en una situación
de privilegio respecto a nosotros

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