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mucho disimulo, a la calle, para eaminar unas euadras ads. Pero ol rumbo sigue faltando, Yal fin tamamos alg vehiculo, casis modo do fuga, y nos refugiamos otra vezen el hogar donde “También se advierte todo esto en el Cuzco. Sus calles pertenocon al sigioxx. Parecen servirséloparaasaltaral tarista, ¥ pedirle con insistencia una moneda. {Y eso es toe? {Pero ‘dejaron realmente de ser las antiguas calles del imperio para convertirseen latierrade nadie del sigio3xx? Me parecié que ne. Es difieil que el hombre, euando invade la calle, nola eonvierta, fen algo mas amable. Eso lo comprobe euando cierta vex entra: ‘mosen un almavén del Cuzeo. Ahi entablamos conversaeion con un hombre que hablaba un castellano may duro, Le exprosé mi deseo de quedarme en Inciudad y éltavounaextrana respuesta en lacual se advertia una rara urgoncia:"Quédate pues, sefar” me dijo, Cuanta solidaridad habia en su frase. Hasta pensé que los episedios eallejeros en el Cuzeo se debian quiza a que el ceuzquerio, en general, asalta al turista como si apelara con, violencia a una solidaridad de la cual tados estan despojados. Bn lo mds intima ne quiere aceptar esa tierra de nadie que es la, calle y obra a su manera. gHacemos nosotrosiomisma? Sobre esa calle municipal, gue es fn tierra de nadie, ponemos una segunda ealle ereada por nosotros. Rs la que élaboramos desde la nifiez, con nuestros, Juegos en la vereda, la historia de eada puerta con el recuerdo ‘del potrero que hatiamos heroicamente, con la conversacién, primera en el zaguiin de la novia.

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