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NEGOCIO JURÍDICO
Previa explicación del tema a desarrollar, es conveniente que cada lector (a) tenga una sindéresis
clara de los antecedentes que configuran al Negocio Jurídico y sus respectivas diferencias (Acto
Jurídico, Hecho Jurídico Humano, etc), lo que le permite tener los insumos conceptuales necesarios
para comprender la materia.
Todos los seres humanos a diario celebramos diferentes actividades que envuelven negociaciones
de toda índole, la relevancia para el curso recae en los NEGOCIOS que generan consecuencias legales
en materia civil. Por ello, procedo a definir cada elemento del mismo.
Por eso se puede decir que NEGOCIO es la manifestación de voluntad que genera obligaciones de
naturaleza contractual. Al establecer el extremo de obligaciones contractuales, se confecciona el
NEGOCIO JURÍDICO COMO TAL. Podemos definirlo como:
- Acto humano integrado por una o varias declaraciones de voluntad que de forma expresa o tácita
están dirigidas a la producción de un determinado efecto jurídico, siendo la finalidad lucrativa o
beneficio de un tercero dentro de las relaciones contractuales lícitas.
-Es una o varias declaraciones de voluntad con el ánimo de crear, modificar o extinguir derechos
y obligaciones dentro de una prestación.
Con base a las definiciones de acto jurídico y negocio jurídico aportados en sesiones de clase y
material elaborado, podemos establecer que hay actos jurídicos que no se encuadran dentro de la
figura del contrato, mientras que todo negocio jurídico es un contrato. Artículos: 935 testamento, 78
matrimonio, 173 unión de hecho, donación mortis causa Código Civil.
El negocio jurídico en nuestra legislación tiene su origen como mérito del legislador que lo incluyó
en el Código Civil, fue capaz de comprender que antes del contrato y como género de este se
encuentra el negocio jurídico como fuente de obligaciones.
Todo negocio jurídico tiene su origen en una declaración de voluntad, es decir es su fuente, y el
negocio jurídico fuente de las obligaciones civiles.
Material didáctico elaborado por Licenciado Pablo Calderón, curso Derecho civil III.
Textos consultados:
Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.
3. Producción de efectos legales.
La legislación Civil guatemalteca, al regular el Negocio Jurídico lo hace indicando expresamente los
requisitos que DEBEN de existir para considerar al mismo válido, que permita establecer su eficacia,
licitud y exigencia en cuanto a su cumplimiento.
El Artículo 1251 del Código Civil contempla tres requisitos ESENCIALES DE VALIDEZ DEL NEGOCIO
JURÍDICO:
No obstante a lo dispuesto en el Artículo legal citado, para comprender con claridad los requisitos
legales, procedo a desarrollar cada uno desde diferentes aristas, tanto doctrinarios como legales.
Se recomienda consultar el esquema del negocio jurídico adjunto al presente texto previo a su
estudio, con el objeto de formarse el lector (a) una idea general del tema en análisis y durante su
desarrollo emplearlo como herramienta valiosa y guía que le permita ir midiendo el nivel de
comprensión.
1.1. Sujeto: (dentro de los requisitos legales del artículo 1251 del Código civil lo regula como
la persona que declara su voluntad y brinda su consentimiento) persona natural
(Artículos 1, 8 y 9 Código Civil, 1 de la Constitución Política de la República de
Guatemala) o jurídica (Artículo 15 Código Civil) que posee capacidad para adquirir
derechos y contraer obligaciones.
*La capacidad de ejercicio es a la que hace referencia el Artículo 1251 del Código Civil,
para que una persona pueda vincularse al campo de las obligaciones.
La Persona natural puede hacer todo lo que la ley y su estado personal le permitan. Ejemplo:
Artículos 1329, 1356, 1660 Código Civil. La Persona jurídica por su lado actuará según la disposición
legal o representación que ejerza, estando limitado su actuación a dichos preceptos o mandato.
Artículos 1664, 1665, 1686 Código Civil.
Sea que el sujeto actúe como persona natural o jurídica, estos pueden delegar su representación
para actuar en los diferentes Negocios Jurídicos de su interés. Por ello citaré las clasificaciones de
Representaciones legales que permite nuestra legislación para actuar en nombre de otra persona.
Iniciamos definiendo qué es una representación legal:
Representante Legal: persona que actúa en nombre de otra, ya sea en nombre de una persona
natural o de una persona jurídica, cuya facultad es otorgada por la ley, judicialmente o por el
interesado, de forma que los efectos jurídicos de su actuar se producen directa o indirectamente en
la esfera jurídica del representado.
Material didáctico elaborado por Licenciado Pablo Calderón, curso Derecho civil III.
Textos consultados:
Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.
Clases de Representación Legal:
Establecido lo anterior, el estudioso del derecho debe poseer la capacidad de identificar si los
sujetos partes del Negocio jurídico actúan en nombre propio o a través de una Representación Legal,
esto a su vez, le permitirá verifica la calidad con que actúan y si fuere por conducto de
representaciones, si la misma cumple los requisitos legales para ejercer la representación y
capacidad para declarar la voluntad de su representado (autorización, inscripción, legitimación,
licitud, vigencia de la representación, etc). Es importante la verificación de este extremo, en virtud
de establecer si los sujetos poseen los requisitos necesarios para negociar jurídicamente, tema que
se contempla a continuación.
Requisitos que debe tener todo sujeto dentro del negocio jurídico (capacidad, voluntad y
consentimiento):
Material didáctico elaborado por Licenciado Pablo Calderón, curso Derecho civil III.
Textos consultados:
Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.
1. Capacidad: se refiere a la aptitud que tiene una persona para adquirir derechos y contraer
obligaciones por sí misma. Para que un sujeto se considere parte en un Negocio Jurídico, es
imprescindible que este cuente con la capacidad absoluta o plena, es decir, tenga la aptitud
de ejercicio en sus derechos y obligaciones, tal y como lo regula el Artículo 8 y 1251 Código
Civil.
Por tanto, como regla general en el Negocio Jurídico las partes deben de poseer la CAPACIDAD
LEGAL DE EJERCICIO para obligarse, no obstante, para ciertos actos y contratos que están revestidos
por un negocio jurídico, no basta con que los sujetos posea capacidad legal de ejercicio, se requiere
adicional, que el obligado pueda acreditar su CAPACIDAD PERSONAL O PATRIMONIAL, entendida
esta, como la CAPACIDAD que debe poseer una persona para garantizar el efectivo cumplimiento
de la obligación con su propio pecunio, para ser considerado parte dentro de algunos negocios
jurídicos, tal es el caso de los contratos de mutuo (préstamos) en el que se requiere una solvencia
patrimonial del interesado, esto puede deducirse de la lectura interpretativa de los Artículos 1329,
1389 del Código Civil.
Siempre, dentro de los parámetros de la capacidad, hay que tomar en cuenta los negocios jurídicos
celebrados entre sujetos en el que uno de ellos tenga CAPACIDAD RELATIVA, lo cual podría
invalidar, hasta el punto de suprimir (anular) el negocio jurídico; existe para el efecto una excepción,
la regulada en el Artículo 1255 del Código Civil, que contempla la posibilidad de considerarse como
válido el negocio jurídico celebrado entre un sujeto con CAPACIDAD LEGAL DE EJERCICIO y otro con
CAPACIDAD LEGAL RELATIVA, siempre y cuando se cumplan los presupuestos contemplados en
dicho artículo, y lo contemplado en el Artículo 1303 del Código Civil.
En ese sentido, podemos definirlo de igual manera como la capacidad humana para decidir con
libertad lo que se desea y lo que no. Esa decisión de actuar o no, inicia con el pensamiento, con la
idea de lo que se concibe como necesidad o deseo, que genera la intención en accionar y obtener
lo que se anhela con la total libertad. Por ello, es de vital importancia cuidar el acto mismo de
VOLUNTAD de los sujetos, pues es el punto de partida para la celebración del negocio jurídico que
culminará con un impacto positivo o negativo en el patrimonio de las personas y sus vidas.
La voluntad, por estar condicionada por discernimiento e intención, lleva implícito dos etapas, en
apariencia sin importancia, pero que resulta imprescindible explicar, para una mejor comprensión
de todos aquellos factores exógenos que pueden llegar a viciar la voluntad de los sujetos desde su
concepción como pensamiento.
Etapas de la voluntad:
Interna o intelectiva: surge con el pensamiento, a través del discernimiento libre de toda
presión o coacción externa de lo que se desea.
Externa o declarativa: se produce a través de la manifestación o declarar lo que se piensa
(declaración de voluntad) que no es más que el resultado de la idea concebida en el cerebro
y que deja de manifiesto cuál es la intención del sujeto por medio de su exteriorización.
Material didáctico elaborado por Licenciado Pablo Calderón, curso Derecho civil III.
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Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.
Cada etapa que configura el negocio jurídico está íntimamente relacionado, y en la voluntad no
haremos excepción. Por eso se dice que la formación de la voluntad, que inicia como idea y va
cristalizándose a través de la declaración de voluntad, debe tener congruencia y correlación entre
la idea y lo declarado.
Para ser más preciso, la declaración de voluntad es la expresión a través de signos exteriores (ver
Artículos 1541, 1253 Código Civil) que demuestran la intención (e idea) de quien declara, momento
sutil en el que la voluntad se transforma de intención a manifestación material denominada
consentimiento, siendo este último, el tercer requisito esencial a considerar en todo sujeto parte
del negocio jurídico.
El consentimiento resulta la base del contrato, su esencia y razón, es capaz de crear derecho limitado
a las partes y a terceros legalmente vinculados, por eso debe de cuidarse escrupulosamente. En el
consentimiento la ausencia de cualquier condición de la voluntad transforma el acto en involuntario,
es por ello que el consentimiento requiere para su validez cuatro presupuestos esenciales: que sea
pleno, genuino, consiente o consecuente y libre.
a) Acuerdo pleno: debe abarcar todos los aspectos de la negociación a consentir Art. 1541
Codigo Civil.
b) Libre: nadie puede obligar a consentir a otra persona Art. 1251 Código Civil.
c) Genuino: verdadero (el consentimiento no debe de ser fingido).
d) Consecuente o consiente: el consentidor debe de comprender claramente a que se está
obligando (por eso la exigencia de capacidad legal).
Si el consentimiento cumple con sus presupuestos de validez, este se convierte en exigible, eficaz y
lícito. Por tanto, podemos definirlo de igual manera como acuerdo pleno, genuino, consciente y libre
al que se le reconoce categoría lícita, exigible y eficaz. Artículos 1251 y 1518 Código Civil
El consentimiento al igual que la voluntad, se debe de manifestar. Por ello se dice que se manifiesta
a través de la prestación del consentimiento que ocurre seguido a la manifestación de voluntad
originada en la mente del sujeto que la declara y ésta debe ser congruente entre lo concebido en la
idea, declarado en la voluntad y lo materializado con la prestación del consentimiento, consecuente
a su vez con lo que las partes contratantes pretenden desde sus respectivas posiciones en cuanto
al objeto y la causa del contrato.
Ahora bien, el consentimiento es de suma importancia, toda vez, que nuestra legislación acepta que
ciertos actos y contratos puedan perfeccionarse con el consentimiento, no requieren mayor
formalismos más que el prestar el consentimiento Art. 1518 Código Civil, no obstante, existen
contratos en los cuales no basta únicamente el consentimiento, ya que requieren formalidades
legales o solemnes, como elementos indispensables para su validez frente a terceros, al finalizar el
tema de los requisitos esenciales del negocio jurídico, hacer mención de aquellos negocios que no
se bastan así mismo con los requisitos de CAPACIDAD LEGAL DEL SUJETO QUE DECLARA SU
VOLUNTAD, CONSENTIMIENTO QUE NO ADELEZCA DE VICIO Y OBJETO LÍCITO, sino que requieren
un cuarto requisito para su validez.
Como se estableció en la definición del consentimiento desde el punto de vista de nuestro Código
Civil, este posee sus propios elementos de cuyo análisis se desprende la importancia para
determinar el tiempo, modo y lugar en la formación del consentimiento.
El que ofrece al público se obliga por una sola declaración pública de voluntad, que una vez aceptada
la oferta por el interesado, surge el nacimiento de la celebración de un contrato. Artículo 1629
Código Civil.
Cabe resaltar que la OFERTA AL PÚBLICO contemplada en el Artículo 1629, considerada esta como
un HECHO LICITO SIN CONVENIO específicamente como DECLARACIÓN UNILATERAL DE
VOLUNTAD O NEGOCIO JURÍDICO UNILATERAL, se considera como fragmento del negocio jurídico
bilateral, en virtud, que el oferente lo que ofrece es la celebración de un contrato, en el cual si bien
el oferente está obligado a sostener su disposición de contratar y fijar el precio en que está dispuesto
a vender determinado objeto, deben ambos interesados consensuar la estipulaciones necesarias
restantes para culminar el contrato. Contrario el caso, en que la oferta o propuesta se desarrolla
como manifestación de voluntad en una PROPOSICIÓN DE CONTRATO tal y como lo regula el Artículo
1521 del Código Civil.
La excepción a tal disposición son los contratos de adhesión regulados en el Artículo 1520 del Código
Civil, y del Artículo 794 al 823, y del 861 al 873 del Código de Comercio.
La aceptación dentro del consentimiento está condicionada por Intención seria de contratar, debe
guardar congruencia con la oferta y la misma (aceptación) debe ser lisa y llana (constituir anuencia
plena e íntegra). Ver Artículo 1522 Código Civil.
Por muchas razones es importante establecer el momento preciso en el que se forma o nace a la
vida jurídica el consentimiento como tal, ya que nos permite determinar el instante en que surte
efectos jurídicos a priori el negocio jurídico. Esto conlleva la posibilidad de hacer valer los derechos
tanto para el oferente como para el aceptante, sea en nombre propio o a través de herederos o
terceros acreedores.
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Textos consultados:
Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.
*La oferta pública como tal no se considera como declaración unilateral de voluntad o
negocio jurídico unilateral, sino un fragmento del negocio jurídico bilateral, en virtud,
que el oferente lo que ofrece es la celebración de un contrato, en el cual si bien el
oferente está obligado a sostener su disposición de contratar y fijar el precio en que
está dispuesto a vender determinado objeto, deben ambos interesados consensuar la
estipulaciones necesarias restantes para culminar el contrato.
-Clases de oferta:
-Expresa: es la que se hace de manera escrita. Ver Artículos 1629, 1630, 1635, 1640,
1642 Código Civil.
-Conclusión de la oferta
b) Al vencimiento del plazo. Ver Artículos 1521, 1522 y 1635 Código Civil.
c) Por revocación: esto ocurre si, y solo si, el oferente se reservó expresamente esa
facultad, Artículos 1632 y 1633 Código Civil.
e) Por muerte o incapacidad del oferente, siempre que ocurra antes de recibir la
aceptación. Única excepción: Contrato de Donación entre vivos, Artículos 1857 y
1858 Código Civil.
Se ha profundizado en una de las dos caras de la moneda que representa el momento de formación
del consentimiento, la oferta. Ahora, se ampliará la información en cuanto a la aceptación, como
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contra partida necesaria para la formación del consentimiento. Para el efecto cabe resaltar que la
aceptación posee sus propias condiciones de validez, forma de manifestarse y conclusión.
Condiciones de la aceptación:
- Intención seria de contratar.
- Guardar congruencia con la oferta.
- Debe ser lisa y llana (constituir anuencia plena e íntegra). Ver Artículo 1522 Código
Civil.
Aceptación es tácita cuando de aquella se desprende una conducta o actuación del destinatario que
no deje lugar a dudas acerca de su conformidad con el contenido de la oferta. Ver Artículo 1526
Código Civil.
Para mejor comprensión, se ejemplifican casos en los cuales se manifiesta la aceptación tácita:
-Cesión de Deuda: se presume que el acreedor consiente la sustitución del deudor, cuando
permite que el sustituto ejecute actos que debía ejecutar el deudor. Artículo 1451 Código
Civil.
-Herencia: cuando el heredero entra en posesión de la herencia o practica otros actos para
los cuales no tendría derecho sin ser heredero. Artículos 1026 y 1028 Código Civil.
-Contrato de Sociedad: todos los socios quedan obligados por la deuda de que se ha
aprovechado la sociedad, aunque se haya contraído por algún socio sin autorización.
Artículo 1762 Código Civil.
La aceptación, al igual que la oferta, tiene vigencia. Por ello, determinaremos seguidamente la
conclusión de la aceptación, la cual, muchas veces finaliza al tiempo de la conclusión de la oferta.
Conclusión de la Aceptación:
La aceptación pierde vigencia en los casos siguientes:
1. La aceptación comúnmente concluye en el momento preciso en que el oferente recibe
la notificación de la aceptación. Para ello ocurre de forma inmediata en el supuesto que
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el oferente no haya fijado plazo para la aceptación; sucede de igual manera, cuando se
acepta la oferta dentro del plazo fijado o hasta el día de expiración de éste que el
oferente estipuló. Artículo 1521 del Código Civil.
2. Por muerte o incapacidad del oferente, siempre que ocurra antes de recibir la
aceptación. Artículos 1528 y 1529 Código Civil.
Si la aceptación ocurre posterior a recibida la aceptación, se entiende que ya existe la formación del
consentimiento, y en tal circunstancia los herederos del causante o el representante legal del
incapacitado, quedan obligados al cumplimiento del contrato.
3. Por retractación del aceptante, siempre que llegue a conocimiento del oferente antes
de la aceptación o por lo menos al mismo tiempo. Artículo 1527 Código Civil.
La aceptación se manifiesta al igual que la oferta, sea de forma expresa o bien, tácita. Este tema no
precisa mayor explicación, toda vez, que sabemos cómo operan estos extremos. Lo que sí requiere
mayor énfasis (como ya se acotó), es la determinación precisa del momento y lugar en que se forma
el consentimiento.
Se forma desde que el oferente recibe la respuesta afirmativa en el lugar y tiempo establecido, sea
en la oferta o en la ley y se considera que si recibió la respuesta, ésta ya es de conocimiento del
oferente.
No obstante el negocio jurídico entre ausentes (personas distantes) se produce siempre que la ley
no exija formalidades simultáneas.
Excepción: como ya se indicó, en la donación entre vivos, se puede dar el caso en donde el donante
otorga la donación en la que no comparece el donatario y la acepción la realiza este último en acto
posterior a la donación por medio otra escritura en donde no comparece el donante. Incluso, puede
aceptar la donación posterior a la muerte del donante Artículos 1857 y 1858 Código Civil.
6. Para constatar la ley aplicable al negocio jurídico en caso de conflicto por vigencia de ley
Artículo 36 Ley del Organismo Judicial.
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La importancia radica en determinar cuál es la ley aplicable, costumbre o usos de observancia al
momento de celebrar el contrato en caso de duda o conflicto por incumplimiento de las obligaciones
Artículos 1599, 2, 28, 29 Ley del Organismo Judicial; 1521, 1522, 1523, 1524 Código Civil.
Hasta este punto he agotado las circunstancias que giran en torno de unos de los elementos
esenciales de todo negocio jurídico, el SUJETO. En ese orden de ideas, se han abordado los temas
sobre las aptitudes, cualidades y requisitos que debe tener el sujeto para actuar como titular, en
nombre propio o a través de una representación, en cualquier negocio jurídico.
Recapitulando, se hace referencia que el SUJETO (sea persona NATURAL O JURÍDICA) como titular
del negocio jurídico debe en primer lugar poseer CAPACIDAD LEGAL (como regla general capacidad
legal de ejercicio), aptitud que le permite actuar en nombre propio o a través de un representante
legal (representante que de igual manera debe poseer capaciad legal para representar y a su vez,
que la representación que ejercite sea suficiente para actuar en nombre de otra persona natural o
jurídica) para declarar su VOLUNTAD (la cual debe ser legítima, libre de todo vicio o defecto)
congruente con lo que desea en su pensamiento y lo que expresa al declararla, para que en el preciso
momento en que se materialice la voluntad, se forme el CONSENTIMIENTO (a través de la
ACEPTACIÓN de la propuesta contenida en una OFERTA) que no es más que el resultado PLENO,
GENUINO, CONSECUENTE Y LIBRE de lo que el sujeto deseó como consecuencia de su
DISCERNIMIENTO E INTENCIÓN contenido en su voluntad.
La voluntad, materializada en el consentimiento, debe protegerse y cuidarse con celo, ya que en ella
se gesta el origen de derechos y obligaciones que afectarán el ámbito jurídico, personal y
patrimonial del (los) sujeto (s) que intervienen en el negocio jurídico. Existen factores exógenos que
perjudican y vician esa voluntariedad de lo deseado o no deseado, vicios que pueden llegar a
suprimir (anular) el negocio jurídico o solo dañarlo (anulable).
A continuación, se desarrolla cada uno de los DEFECTOS QUE DAÑAN O SUPRIMEN EL NEGOCIO
JURÍDICO, como consecuencia de una VOLUNTAD O CONSENTIMIENTO VICIADO contemplados en
nuestra legislación civil.
Son aquellas circunstancias particulares que sin suprimir el negocio jurídico, lo dañan. No
obstante, puede darse el caso en que ciertos vicios no solo dañan el consentimiento, sino lo
suprime, deja de ser vicio, para constituir una falta de consentimiento.
Para Boffi el acto voluntario necesita tres elementos internos (el discernimiento, la intención y
la libertad), y uno externo (la exteriorización). Cada elemento puede ser privado de vigencia o
solamente de plenitud a través de los vicios (Boffi Boggero, Luis María. Enciclopedia jurídica
OMEBA, tomo XX, pág. 141).
El Código Civil les denomina vicios de la declaración voluntad, sin embargo, en diferentes
Artículos del mismo cuerpo legal (incluyendo la doctrina), les denomina vicios del
consentimiento. El Artículo 1257 Código Civil califica como vicios de la declaración de la voluntad:
Error, Dolo, Violencia y Simulación que se constituyen como elementos inadmisibles de la
voluntad que la forma equivocamente.
1. El Error
Consiste en la equivocación atribuible a sí mismo que sufre uno de los contratantes, o ambos.
No es más que el inexacto conocimiento de la realidad, teniendo como característica principal la
espontaneidad, es decir, no es provocado como el caso del dolo.
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Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.
Por tanto, procedo a definirlo como VICIO DE LA DECLARACIÓN DE VOLUNDAD QUE TORNA EL
NEGOCIO JURÍDICO ANULABLE COMO CONSECUENCIA A UNA EQUIVOCACIÓN ESPONTÁNEA,
ATRIBUIBLE A SÍ MISMO EN VIRTUD DE UN INEXACTO CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD DE UNO O
AMBOS SUJETOS.
Prueba y Justificación
El único que puede invocar el error, con el propósito de anular el contrato es quien padeció la
equivocación. Debe de probar ante juez competente que tuvo alguna razón no imputable a
negligencia inexcusable suya, para equivocarse. Se trata de una falla consistente en una inexacta
representación de la realidad que debe ser espontáneamente padecida por la persona, porque, si
es provocada estamos en presencia del dolo.
La doctrina clasifica al error de la siguiente manera (entre muchas otras, con fines práctico, explico
las siguientes):
1. Error de Hecho: que recae en acontecimientos propios del negocio jurídico, es decir, cada
circunstancia equívoca que influyó negativamente en la voluntad espontánea.
3. Error obstativo: error que susbsiste en la declaración de voluntad, ya que la voluntad externa
es distinta a la voluntad interna del sujeto.
4. Error dirimente: error propio, vicio, motivo o contenido por falsa concepción de la realidad.
La importancia de la doctrina jurídica radica en la explicación que cada jurista realiza de los
fenómenos sociales que producen impacto jurídico en la vida y patrimonio de las personas, luego
de un análisis científico que da como resultado de una investigación, una mejor comprensión de los
fenómenos, así como una mejor interpretación de las leyes que pretenden regular dicho fenómenos
sociales.
Establecida una clasificación doctrinal del ERROR como vicios de la declaración o del
consentimiento, procedo a explicar los tipos de errores que el Código Civil regula.
Clases de error contenidos en el Código Civil: error en objeto, error en persona, error en causa,
error de cuenta.
1. Error sobre la sustancia del objeto: vicio de la declaración de voluntad que es causa de
nulidad del negocio jurídico en que se incurre espontáneamente por el inexacto
conocimiento de la realidad en la cualidad principal de la cosa atribuible a quien declarar
su voluntad (Art. 1258 Código Civil).
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Entendida la sustancia como la cualidad principal de la cosa según el interés del
adquiriente en la misma.
Este tipo de error recae sobre cualquier circunstancia que fuere el motivo determinante
de la negociación (es decir sobre la causa del contrato).
Se trata de los contratos Intuitu personae, que son aquellos en los que la identidad o
las cualidades de la persona constituyen el motivo determinante de la contratación,
razón por la que se quiere contratar con determinada persona, no con ninguna otra. Del
contrato es insustituible
También conocido como error indiferente que se produce cuando recae en aspectos
secundarios, no sustanciales del negocio; por razón que no afecta el consentimiento, el
objeto ni la causa, no invalida el contrato y solo da lugar a su corrección.
Al tener una concepción más clara de error como vicio de la declaración de voluntad, procedo a
detallar los efectos que produce.
Efectos:
2. El Dolo
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Por tanto, el DOLO configura el engaño intencionado de un contratante por el otro, o la conclusión
de un tercero con uno de los contratantes, para engañar al otro.
Para el Código Civil el DOLO es toda sugestión o artificio que se emplee para inducir a error o
mantener en alguna de las partes. Es decir puede servir para provocar el error, o para impedir que
quien se equivocó se dé cuenta de ello.
Para efectos prácticos, defino el DOLO como vicio de la voluntad o consentimiento, causal de nulidad
del negocio jurídico consistente en el artificio, ardid o engaño ocasionado por un tercero o uno de
los contratantes con el objeto de inducir o mantener en error a alguna de las partes.
Admite el Código Civil el dolo por acción (dolo activo), decir o hacer para engañar; y el dolo por
omisión (dolo pasivo): callar, no advertir, para provocar el engaño. Admite expresamente en el
mismo sentido el dolo simple, que se configura cuando el dolo proviene de un contratante hacia el
otro, o de un tercero con uno de los contratantes.
La doctrina, por su parte, nos aporta una valiosa clasificación en cuanto al DOLO como vicio de la
voluntad o consentimiento. A continuación se detallan:
Dolo penal: como consecuencia de la mala fe en el actuar de alguna de las partes en el negocio
jurídico, se puede llevar a la quiebra o insolvencia al sujeto perjudicado, o bien, ocasionar una
disminución sustancial en el patrimonio de este. Así mismo, la falta de seguridad y certeza
jurídica se ve vulnerada, produciendo efectos sociales nefastos en el entorno social que hace
perder la fe en las leyes e instituciones del Estado ocasionando caos, zozobra y ansiedad en sus
habitantes. Por ello, ante un vicio doloso en el negocio jurídico, la parte afectada puede deducir
responsabilidades penales por la comisión de un delito.
Dolo civil: se tipifica por el engaño o sugestión empleado por uno de los sujetos en el negocio
jurídico, debiendo indemnizar éste toda afectación hacia el sujeto que actuó de buena fe. La
indemnización incluye el pago de gastos, resarcimiento de daños y perjuicios, compensaciones
por el lucro cesante, etc.
Todo sujeto que se considere afectado por dolo y que invoca anulación del contrato por haber sido
engañado, debe probar el dolo de su contraparte (Artículos 1261, 1262, 1263 y 1310 del Código
Civil).
3. Violencia
Este vicio posee diversidad de características, toda vez que se manifiesta a través de coacción,
intimidación o fuerza, sea física o psicológica.
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ascendientes, descendientes o hermanos, e inclusive de otras personas ligadas a él por afecto,
se lesiona la libertad del violentado o intimidado.
Con motivo de la violencia o intimidación podrían tipificarse los delitos siguientes: Extorsión y
Coacción.
Efectos Jurídicos:
Contratos Usurarios: Unas veces lo que determina la usura es el dolo o la violencia de uno de los
contratantes, y otras, el error del otro contratante (Artículo 1542 del Código Civil).
Al igual que en dolo, quien argumenta haber consentido al tenor del vicio de VIOLENCIA, deberá
demostrarlo y está facultado para demandar la anulación del contrato.
Simulación
Vicio que se presta a análisis particular, toda vez que el legislador le ha dedicado un capítulo
completo para su regulación distinto al que contempla en sí a los vicios de la declaración de
voluntad. Cabe resaltar que si bien en legislador lo desarrolló en capítulo aparte, si esta regulado
como vicio de la declaración de voluntad, en virtud de encontrarse taxativamente establecido en el
Artículo 1257 del Código Civil, no obstante, su tipicidad y desarrollo se encuentra desarrollado del
Artículo 1284 al 1289. Es conteste lo anterior en virtud que el legislador se dedicó a ser más explícito
en este vicio, aportando con más detalle las característica, elementos, prescripción y tipos de
simulación que se pueden configurar en un negocio jurídico viciado susceptible de anulación.
Diferentes juristas consideran a este vicio como vicio de la CAUSA, más que vicio de la voluntad o
consentimiento, ello como consecuencia en la mala fe existente en el actuar de los contratantes al
momento de celebrar el negocio jurídico con un fin y objetivo tendente a hacer constar una falsa
apariencia en la realidad, por lo regular, una causa falsa en un negocio jurídico se realiza para
defraudar a terceros.
Procedo a definir el vicio de la declaración de voluntad (para algunos es vicio en la causa) como
negocio jurídico que nada tiene de real, o bien cuando habiéndose celebrado este, se le da
apariencia de otro distinto o se celebra con la intervención de personas interpuestas para mantener
desconocidas a las verdaderas interesadas.
Clases de Simulación:
Absoluta: Cuando la declaración de voluntad nada tiene de real (Artículo 1284 inciso b Código
Civil). NO PRODUCE EFECTOS JURIDICOS.
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Relativa: Cuando a un negocio se le da una falsa apariencia, que oculta su verdadero carácter.
(Artículo 1284, incisos a y c Código Civil). NO ANULA EL NEGOCIO JURÍDICO Y PRODUCE LOS
EFECTOS DEL NEGOCIO ENCUBIERTO.
En este punto finalizo el tema relacionado al SUJETO como requisito esencial en todo negocio
jurídico, seguidamente procedo a desarrollar otro de los requisitos esenciales del negocio jurídico
siendo el OBJETO, toda vez que hemos agotado el elemento subjetivo en los temas anteriores como
centro de creación del negocio jurídico.
Material didáctico elaborado por Licenciado Pablo Calderón, curso Derecho civil III.
Textos consultados:
Aguilar Guerra, Vladimir. El Negocio Jurídico.
Contreras O., Rubén A. Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles.