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en el contrato de arrendamiento
¿De qué manera se puede exigir el cumplimiento del contrato?, ¿se presume la
conformidad con la obligación al recibir el bien sin objeciones?, ¿se
desnaturalizaría o no el derecho a la inspección al efectivizarlo con un preaviso?
POR
VÍCTOR ANTONIO BAZÁN CARRANZA
-
NOVIEMBRE 13, 2017
1. Introducción
En el Perú uno de los contratos más utilizados es el contrato de arrendamiento, un
contrato importante sin lugar a dudas, pero que a la vez genera muchos problemas
a nivel judicial, generados por el incumplimiento de alguna de las partes —
comúnmente el arrendatario—, quien no respeta una o varias cláusulas del contrato
de arrendamiento —siendo lo más común, el incumplimiento del pago de la renta
o su pago en tiempo distinto al pactado—, lo que genera un perjuicio en el
patrimonio del arrendador; y este último, cuando recurre al Poder Judicial en busca
de hacer valer sus derechos de propietario y recuperar su bien, lo que encuentra
es un largo, tedioso y costoso proceso de desalojo.
2. Definición de contrato
Empezaremos este breve artículo señalando y definiendo, en palabras comunes, lo
que es el contrato. El contrato viene a ser un acuerdo privado mediante el cual
varios sujetos expresan su voluntad sobre un determinado hecho, y su fiel
cumplimiento puede ser exigido judicial o extrajudicialmente, teniendo en cuenta
que, según lo señalado por el artículo 1361 del CC, los contratos son obligatorios
en cuanto se haya expresado en ellos; este artículo contiene el principio pacta sunt
servanda, principio que significa la obligatoriedad de cumplir con los acuerdos
pactados en un contrato, exigiendo su cumplimiento según lo expresado.
Lea también: Ya es oficial: Lee aquí las conclusiones del Pleno Jurisdiccional
Nacional Civil (Chiclayo, 2017)
De la redacción del presente artículo podemos concluir que estamos ante una
obligación de dar del arrendador a favor del arrendatario, por un tiempo y por una
renta determinada. El citado artículo señala de igual manera que el bien arrendado
tiene que ser entregado con todos sus “accesorios”.
Para entender el término “accesorio” citaremos el artículo 888 del Código Civil,
que señala lo siguiente: “Son accesorios los bienes que, sin perder su
individualidad, están permanentemente afectados a un fin económico u
ornamental con respecto a otro bien”, por ejemplo, las puertas del inmueble.
Entregar la cosa en buen estado significa hacer todas las reparaciones necesarias
en el momento de dar la posesión al locatario, aun aquellas pequeñas reparaciones
que estarán a cargo del inquilino una vez que ha recibido la propiedad; así, la casa
alquilada debe entregarse con todas las llaves, pinturas y papeles en un estado, que
las puertas y ventanas cierren bien, etc[4].
Este artículo contiene en primer lugar una obligación de hacer, en el sentido que
el arrendador tiene la obligación de entregar el bien al arrendatario y si este último,
al momento de recibir el bien, no hace ninguna objeción, existe una presunción
legal de que no tiene ningún problema estructural y reúne las condiciones
necesarias para su respectivo uso.
¿Pero qué entendemos por reparaciones necesarias? Para poder responder esta
interrogante recurriremos al artículo 916 del Código Civil: “Las mejoras son
necesarias, cuando tienen por objeto impedir la destrucción o el deterioro del
bien”.
El poseedor tiene derecho al valor actual de las mejoras necesarias y útiles que
existan al tiempo de la restitución y a retirar las de recreo que puedan separarse
sin daño, salvo que el dueño opte por pagar su valor actual.
Existen, concretamente, once obligaciones que impone el Código Civil a favor del
arrendatario, y esto es así teniendo en cuenta que este último es quien posee
directamente el bien durante la duración la vigencia del contrato.
A continuación, realizaremos breves comentarios acerca de cada una de estas
obligaciones.
El numeral 1 del artículo 1681 del Código Civil señala que existe
una obligación de que el arrendatario reciba, cuide diligentemente y lo use para
el destino que se le concedió.
Hay que tener en cuenta que la principal causa de los problemas judiciales es
precisamente por el incumplimiento del pago, o pago tardío o defectuoso de la
renta pactada por las partes; es así que el Código Civil, en su artículo 1697 numeral
1, preceptúa que el contrato de arrendamiento puede resolverse si el arrendatario
no ha pagado la renta del mes anterior y se vence otro mes y además quince
días.
Castillo Freyre[10] señala que por medio del numeral 2 del artículo 1681 se está
estableciendo una presunción en torno a la duración de los periodos pactados para
el pago de la renta, los cuales, de no haberse establecido, deberían entenderse como
de un mes. Asimismo, en torno al lugar de pago de la renta, resulta evidente que
las partes tienen al respecto la mayor libertad para convenir si el mismo deberá
efectuarse en el domicilio del deudor, en el domicilio del acreedor o incluso en
algún otro lugar. Sin embargo, a falta de convenio, se entenderá que el pago deberá
realizarse en el domicilio del arrendatario, lo cual equivale a decir que el
arrendador deberá ir a cobrarle la renta.
Es importante señalar la relación con los siguientes artículos del Código Civil:
Por servicio público debemos entender aquellos servicios básicos relativos al bien;
como en todo contrato, estos también quedan supeditados al acuerdo común y
voluntario de las partes. Entre ellos, encontramos el servicio de agua y luz –por
lo general– y también se puede incluir el pago de los arbitrios municipales y otros
servicios que el arrendatario en el ejercicio de su derecho pueda implementar en el
bien dado en arrendamiento.
Esta norma tiene una característica de protección dual, protege tanto al arrendador
(propiedad) como al arrendatario (posesión directa).
Como hemos anotado líneas arriba, una de las obligaciones que tiene el arrendador
es entregar el bien en óptimas condiciones y sin ningún tipo de vicio que pueda
generar alguna forma de afectación en el derecho adquirido por el arrendatario,
pero si el “acto perturbatorio” se genera en un momento posterior a la entrega del
bien, el arrendatario tiene la obligación de informar al arrendador para que este
pueda ejercer las acciones que correspondan.
El maestro José León Barandiarán, al referirse al numeral 3 del artículo 1517 del
ordenamiento civil derogado, señala lo siguiente:
Artículo 920. El poseedor puede repeler la fuerza que se emplee contra él o el bien
y recobrarlo, si fuere desposeído. La acción se realiza dentro de los quince (15)
días siguientes a que tome conocimiento de la desposesión. En cualquier caso,
debe abstenerse de las vías de hecho no justificadas por las circunstancias.
Artículo 921. Todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede utilizar
las acciones posesorias y los interdictos. Si su posesión es de más de un año puede
rechazar los interdictos que se promuevan contra él.
Lea también: Diez preguntas sobre acto jurídico tomadas por el CNM. ¿Te
animas a resolverlas?
Opinamos que con ese preaviso, la inspección pierde su esencia de sorpresiva, pues
el arrendatario puede realizar las reparaciones o modificaciones en el plazo previo
dado por el arrendador.
El poseedor tiene derecho al valor actual de las mejoras necesarias y útiles que
existan al tiempo de la restitución y a retirar las de recreo que puedan separarse sin
daño, salvo que el dueño opte por pagar su valor actual.
Del presente inciso entendemos que se refiere a las mejoras útiles, las cuales tengan
como finalidad modificar la estructura o distribución del bien materia de
arrendamiento. Este inciso se correlaciona con el numeral 11, que señala que el
bien será devuelto en el mismo estado en el que se entregó al arrendatario.
En ese sentido, para que esto no suceda es necesario que dentro del contrato de
arrendamiento y según la naturaleza o labor que cumpla el arrendatario, se incluya
una cláusula donde se permita que el arrendatario pueda dar en subarrendamiento
o ceder la posesión contractual, esto es así porque una vez surta efectos la cesión
o el subarrendamiento, el arrendador tendrá como parte en el contrato al tercero.
Respecto al uso ordinario, dicho uso ordinario debe tener relación con el destino
al que se ha dedicado el bien, conforme al contrato de arrendamiento. Así, resulta
evidente que será distinto el desgaste ordinario de un bien dedicado a casa-
habitación, de uno dedicado a las oficinas administrativas de una empresa o al de
un almacén de maquinaria pesada y de equipo industrial.
El artículo 2019 del Código Civil señala que: Son inscribibles en el registro del
departamento o provincia donde esté ubicado cada inmueble: […] 6. Los contratos
de arrendamiento.
Diez Picazo, Luis y Antonio Gullón, Sistema de derecho civil, vol. ii, 8ª. ed.,
Madrid: Tecnos, 2016.
[2] Código Civil francés, Artículo 1101.- El contrato es un convenio por el cual
una o varias personas se obligan, frente a una u otras varias, a dar, hacer o no hacer
algo.
[3] Castillo Freyre, Mario, Tratado de los contratos típicos. El contrato de mutuo
– el contrato de arrendamiento, t. xi, vol. xix, Lima: PUCP, 2002.
[5] Diez Picazo, Luis y Antonio Gullón, Sistema de derecho civil, vol. ii, 8ª. ed.,
Madrid: Tecnos, 2016, p. 329.
[6] Borda, Guillermo, Manual de contratos, Buenos Aires: Perrot, 2004, p. 371.
[7] Diez Picazo y Gullón, Sistema de derecho civil, ob. cit., p. 329.
[8] Albaladejo, Manuel, Derecho civil ii. Derecho de obligaciones, vol. ii,
Barcelona: Bosch, 1977, p 173.
[10] Castillo Freyre, Mario, Tratado de los contratos típicos, t. i, Lima: Palestra,
2010, p. 391.
[11] Messineo, Manual de derecho civil y comercial, t. v. ob. cit., pp. 173-174.
[16] Rezzonico, Luis María, Estudio de los contratos en nuestro derecho civil,
Buenos Aires: Depalma, 1967, p. 345.