EXTORSIÓN

CASO: Pedro, exempleado de la Empresa CBC S.A.C., quien conocía los movimientos
rutinarios del Gerente, ya que había sido empleado de confianza de este mientras ocupaba
el cargo de asistente, decide secuestrarlo con la finalidad de que su familia le entregue una
fabulosa suma de dinero, sabiendo además que dicha familia es dueña de esa empresa y
cuenta con acciones fuera del país. Al realizar dicha acción para facilitar y perpetrar el delito,
este aplica una llave en la mano derecha del gerente ocasionándole una luxación en la
muñeca, con esta acción Pedro pudo introducir a este al automóvil para transportarlo y
luego conducirlo a una casa abandonada fuera de la ciudad perteneciente a la familia de
Pedro, pues después de cometido el hecho Pedro decide llamar a la familia del gerente y
hacer pedido de la suma de 1 millón de soles, este con la finalidad de que se le entregue
dicha suma, amenaza con cercenarle los dedos.

Este caso se subsume al delito de extorsión, tipificado en el artículo 200 inciso F del código
penal. Que consistente en obligar a una persona, a través de la utilización de violencia o
intimidación, con la finalidad de obtener una ventaja económica, patrimonial indebida o de
cualquier otra índole, le corresponde una pena no menor de 10 ni mayor de 15 años. Pero
por la agravante de resultado que es la de: Causar lesiones leves a la víctima, inc. F, donde
esta agravante aparece cuando el agente con ocasión de secuestro extorsivo; ya sea, con
la finalidad de vencer la resistencia natural de la víctima o para lograr su finalidad produce
lesiones leves en el agraviado. Por ello, la luxación en la muñeca, que le provocó Pedro al
gerente según el peritaje del médico legista, arrojó prescripción facultativa determinando
una incapacidad médico legal de 15 días, pues ello determina que se ocasionó a la víctima
lesiones leves, siendo la pena no menor de treinta años.

Así, para determinar a las víctimas no es necesario que se concurra en una sola, pues de
acuerdo a la doctrina podrían existir dos víctimas; primero, el que es objeto de la violencia
o la amenaza; y el segundo, quien es obligado a entregar u otorgar la ventaja exigida por el
agente, pues este último hará entrega de la ventaja indebida que solicite el extorsionador.
La primera víctima, como ya se ha descrito en el caso está limitada de su libertad actuando
como rehén, y la segunda, quien hace entrega de la ventaja indebida exigida por el agente
activo, vería afectado su patrimonio.