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Autor: Ana María Fernández

Título: De lo imaginario social a lo imaginario grupal.


Editorial: Paidós. Buenos Aires
Año: 1983.
Resumen
La autora propone que lo que mantiene unida a la sociedad es el imaginario social
(consolidación y reproducción de sus producciones de sentido (mitos). Las normas, valores y
lenguaje hacen individuos (producción de subjetividad) la génesis de sentido, la producción de
nuevos sistemas de significación.
La génesis de sentido, es la producción de nuevos sistemas de significación. Esta es la doble
dimensión de lo imaginario Social, su capacidad de conservar lo instituido, pero también su
potencialidad instituyente de transformación. Poder e Imaginario Social: la cuestión de lo
Imaginario Social en tanto un universo de significaciones que instituyen una sociedad es
inseparable del problema del poder.
Hablar del dispositivo del poder es, una manera retórica para poner de manifiesto que los tres
elementos básicos que hacen que el poder funcione: la fuerza de violencia: es un espacio de
racionalidad, pertenece al ámbito del conocimiento, de la teoría y las representaciones
racionales (la moral, la filosofía política y la religión aisladamente) el discurso del orden: es el
topo de legitimación de este sistema, lugar de emisión de los enunciados normativos y de las
reglas de justificación.
El imaginario social: interpela a las emociones, voluntades, sentimientos, sus rituales
promueven las formas que adquirirán los comportamientos de agresión, de temor, de amor, de
seducción que son las formas en que el deseo se anuda al poder.
La noción de imaginario social puntualiza algunos mecanismos a través de los cuales los mitos
sociales logran su eficacia en el disciplinamiento social y en consecuencia en la legitimación y el
orden de las instituciones que involucran: -en primer lugar, la repetición insistente de sus
narrativas -en segundo lugar, se instituyen como universos de significaciones de formas
morales, totalizadoras, esencialistas que estipulan no solo lo que debe ser una mujer o un
hombre sino lo que es.
Dicha producción de subjetividad (formas de percepción del mundo social, institución de
consensos, etc.) se inscribe en las luchas simbólicas por el poder de conservar o transformar el
mundo conservado o transformado sus significaciones.
Los grupos pequeños producen significaciones imaginarias propias, esta labor implica
momentos instituyentes: invención de sus creencias y etapas de consolidación de sus mitos
(cristalizaciones de sentido que van dando forma a su propio instituido)
Un grupo que instituye como tal cuando ha inventado sus significaciones imaginarias.

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