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Esto último significa que los veredictos que provengan de los mecanismos nacionales de
toma decisión no pueden contravenir los preceptos jurídicos que contenga un tratado
internacional ratificado bajo las exigencias contenidas en el ordenamiento jurídico.
Ejemplo:
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vigentes. Aún así, esto último es bastante usual como práctica de las Naciones, pues, en
esta situación buscan reforzar los principios contenidos en sus respectivas constituciones.
Ahora bien, ¿Qué sucede cuando los preceptos de un tratado contravienen los preceptos
constitucionales? Es completamente razonable pensar que así como un tratado
internacional ratificado según lo determina la reglamentación respectiva puede encajar
coherentemente en el ordenamiento jurídico chileno, también podría pensarse lo
contrario, a decir, que un tratado internacional ratificado contravenga los principios de la
Constitución.
15º) Conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y organismos
internacionales, y llevar a cabo las negociaciones; concluir, firmar y ratificar los tratados
que estime convenientes para los intereses del país, los que deberán ser sometidos a la
aprobación del Congreso conforme a lo prescrito en el artículo 54 Nº 1º. Las discusiones y
deliberaciones sobre estos objetivos serán secretos si el Presidente de la República así lo
exigiere.
Por otra parte, el artículo 54 del mismo texto constitucional dispone que:
2
García Barzelatto. pp. 81-82. (A. M. García Barzelatto, “Tratados Internacionales según la Reforma
Constitucional de 2005”. Revista de Derecho Público. Vol. 68. Págs. 82-83. Santiago. 2006.)
de los quórum que corresponda, en conformidad al artículo 66, y se someterá, en lo
pertinente, a los trámites de una ley.
Las medidas que el Presidente de la República adopte o los acuerdos que celebre para el
cumplimiento de un tratado en vigor no requerirán de nueva aprobación del Congreso, a
menos que se trate de materias propias de ley. No requerirán de aprobación del Congreso
los tratados celebrados por el Presidente de la República en el ejercicio de su potestad
reglamentaria.
El retiro de una reserva que haya formulado el Presidente de la República y que tuvo en
consideración el Congreso Nacional al momento de aprobar un tratado, requerirá previo
acuerdo de éste, de conformidad a lo establecido en la ley orgánica constitucional
respectiva.
El Congreso Nacional deberá pronunciarse dentro del plazo de treinta días contados desde
la recepción del oficio en que se solicita el acuerdo pertinente. Si no se pronunciare
dentro de este término, se tendrá por aprobado el retiro de la reserva.
Según el profesor Edmundo Vargas Carreño, “la reforma constitucional de 2005 ha exigido
para la aprobación de los tratados los quórum que correspondan a la aprobación de las
leyes […]” siendo el quórum determinado por las materias en las que intervenga el
tratado.
No todos los tratados internacionales requieren ser aprobados por el Congreso Nacional.
La Constitución, después de su reforma de 2005, establece dos excepciones, que permiten
que el tratado pueda entrar en vigor sin necesidad de que sea aprobado por el Congreso.
Respecto del problema de la validez jurídica de los Tratados internacionales, Chile posee
una línea jurisprudencial bastante uniforme al respecto. Lo que básicamente plantea esa
3
Vargas, p 139.
línea jurisprudencial es que la entrada en vigencia de los tratados internacionales se
perfecciona con la publicación del tratado en el Diario Oficial4.
4
Vargas, pp. 215-216