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ada una de las explicaciones que se han dado sobre las causas de la Gran Recesión que

vivimos desde 2008 son visiones del palo en forma de V: riesgo excesivo, mala regulación
financiera, avaricia de los banqueros, mala teoría económica, crisis sistémica... Todas son
visiones válidas; pero falta la explicación subyacente, la causa última, el trozo de palo
bajo el agua.

La hipótesis de Varoufakis es que esta causa última, que él llama el Minotauro Global, es
un sistema de flujos económicos internacionales según el cual los superávits del mundo
entero financiaban la expansión insostenible de un doble déficit, público y comercial, sobre
el que EE.UU. ha construido su hegemonía política y económica. La expansión
permanente de un doble déficit es insostenible, cómo muy bien han aprendido los países
del Sur de Europa con la crisis. Significa que un gobierno se endeuda con unas garantías de
solvencia (capacidad de recaudar impuestos para devolverla) sobre una economía que gasta
más de lo que produce, y por tanto también se endeuda con el exterior. Varoufakis ya ha
desarrollado en otras ocasiones cómo una unión monetaria asimétrica no puede funcionar
sin mecanismos de reciclaje de superávit, con los que los centros de los sistemas
económicos financien el desarrollo de las periferias para un progreso económico
compartido.

En un libro muy pedagógico y como buen griego, lleno de mitología, Varoufakis hace
primero un recorrido por el devenir político-económico del siglo XX para situarnos en el
contexto en el que se empiezan a formar estos dobles déficits. Desde las Guerras
Mundiales, donde la destrucción de capital físico y humano y el endeudamiento marca el
ocaso económico de Europa, Varoufakis explica cómo EE.UU. pasa a erigirse como la
hegemonía económica mundial. El primer intento fue Bretton Woods, un sistema con
EE.UU. como centro económico que exportaba bienes al resto del mundo y también crédito
para financiar estas compras. Varoufakis argumenta que el nacimiento de la Unión Europea
con hegemonía alemana debe entenderse desde esta perspectiva. De los años 50 a los 70,
EE.UU. recicla sus superávits mediante la inversión extranjera directa en Alemania ( y
también Japón).

Durante la década de los 70, varios factores, como la Guerra del Vietnam, y el
encarecimiento del petroleo, contribuyen a revertir los flujos económicos generando el final
de Bretton Woods con la suspensión de la convertibilidad del dolar en oro. Sin embargo los
Bancos Centrales del mundo tienen las reservas llenas de dolares y Bonos del Tesoro
Americanos. A nadie le interesa que el dólar se desplome. Como dijo un alto funcionario
de la época “It’s our currency but it’s your problem!” (Es nuestra moneda pero es vuestro
problema). Varoufakis explica cómo EE.UU. pasa de ser acreedor a receptor neto de
dinero basándose en la aceptación del dolar como moneda de cambio, gracias a la cual
nace el Minotauro Global, y empieza la mayor expansión de doble déficit de la historia, que
explota, inevitablemente, en 2007.
¿Cómo funciona este nuevo sistema de flujos? EE.UU. gasta, las empresas de otros
países ganan dinero, que invierten en Wall Street, y Wall Street a su vez convierte ese
dinero en préstamos para que la gente siga gastando. El dinero va y viene de EE.UU. en
espiral creciente. Este nuevo orden de cosas se sustenta gracias a la íntima colaboración de
lo que Varoufakis llama las “sirvientas del Minotauro”, a saber: el propio Wall Street, la
teoría económica neoliberal, Reagan, Thatcher y Walmart.

Es evidente que sin Wall Street reciclando los superávits mundiales, EE.UU. no hubiese
podido sostener su déficit. Wall Street creó dinero tóxico a base de CDO y CDS, para
sostener el ritmo vertiginoso de la financiarización que provoca el Minotauro. Las
imprudencias de Wall Street encontraron su apoyo en la tóxica teoría neoliberal, según la
cual los agentes son racionales y los mercados son eficientes y el sector público no debe
entrometerse. Reagan y Thatcher son la expresión política del neoliberalismo económico.
¿Y qué pinta Walmart? Es un modelo empresarial basado en el low cost: la producción
de abundancia ultra-barata, que permite mantener a raya las tensiones sociales por unos
salarios cada vez más bajos.

Varoufakis hace un gran resumen de lo que la Crisis que empezó en 2008 supuso en
cantidad de pérdidas del sector financiero que el sector público cubrió inyectando dinero
ilimitado en la economía: más de 10 trillones de dolares, el 13% del PIB mundial. Un
rescate incondicional que debilita el Estado y desencadena una Bankruptocracy, la
dictadura de los bancos fallidos, mal traducido aquí como bancocracia. La resolución de
la crisis en forma de rescate sin castigo, socialización de pérdidas y estímulo financiero sin
estímulo a la economía productiva ha acabado otorgando un peso político incontestable a la
economía "del 1%, por y para el 1%".

Si el Minotauro Global es un libro imprescindible para comprender la evolución de la


economía mundial en el último siglo y como esta ha desenlazado en una crisis económica
sin precedentes, Varoufakis ofrece, partiendo de su marco analítico, una discusión no
menos interesante sobre el futuro sin el Minotauro, a modo de conclusión. Sin un agente
económico central que organice los flujos económicos mundiales contrarrestando los
desequilibrios productivos y comerciales con un mecanismo de reciclaje de los superávits,
el capitalismo global es un sistema inestable. Está por ver si China es capaz y está dispuesta
a desarrollar ese papel.

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