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EDITORIAL GUADALUPE
MaDJilla S865, :Buenos Aires, Ar¡entiDa
Título del original francés:
Essai de logique opératoire
© 1971, 1972 by Dunod, Parls
Nota complementaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Nota preliminar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
· Introducción a la segunda edición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Introducción. Objeto y métOdos de la lógica . . . . . . . . . . . . 21
§ l. El · objeto de la lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
§ 2. Las relaciones de la lógica con la psicología y la sociología 32
§ 3. Las fronteras entre la lógica y las matemáticas . . . . . . . . . 37
§ 4. La definición y los métodos de la lógica . . . . . . . . . . . . . . 42
CAPÍTULo 1
CAPÍTULO III
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
9
cender" a x. Se introduce entonces en el lenguaje de la teoría de los
agrupamientos dicotómicos un símbolo "(" de operación binaria.
Un cuarto axioma precisa su definición formal:
11
Este axioma establece la existencia y la unicidad de la sustrac-
ción'' (dicotómica) de un elemento de su sucesor.
J. P.
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NOTA PRELIMINAR
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formalización misma. Análisis psicogenético que representa, a nivel
lógico, la misma variación fundamental que se manifiesta entre la epis-
temología clásica y la epistemología genética. La filogénesis del cono-
cimiento requiere -como lo ha demostrado exhaustivamente Piaget-
para su fundamentación científica, un previo análisis ontogenético: las
rafees del sujeto epistémico sólo pueden alcanzarse retrocediendo hasta
las raíces de la inteligencia misma. En este análisis regresivo, Piaget
se aparta tanto de todo empirismo como de todo-apriorismo ,, .. .la
fuente común de la razón y la experiencia -que Piaget encuentra en
la coordinación general de )as acciones del sujeto- supone desde el
primer momento una interacción fundamental entre el sujeto (el orga-
nismo) y los objetos (el medio). No existe, pues, un marco a priori
que contuviese 'de antemano todo el desarrollo, sino un punto común
de origen a partir del ·cual se escalona una serie ininterrumpida de
construcciones, y luego de reconstrucciones, peldaño a peldaño, de las
estructuras esbozadas én las etapas anteriores" 1•
El proceso de formalización de dichas estructuras, es precisamente
lo que constituye la lógica misma. Lo cual no supone de ningún modo
un planteo de tipo reduccionista, como aclarará Piaget mismo en su
Introducción '' ... la lógica es la axiomática de las estructuras opera-.
torias, de las cuales la psicología y la sociología del pensamiento estu~
dian su funcionam:ento real. Existe así, entre la teoría form9.1 v el
análisis real, exactamente la misma relación que entre toda axiomática
y toda búsqueda real concomitante ( ... ) : independencia completa en
los métodos y correspondencia posible entre los problemas".
Dicha correspondencia es la que se evidencia precisamente a la
luz del enfoque epistemológico.
De ahí que me haya parecido sumamente importante hacer hin-
capié en este planteo· a fin de permitir la ubicación de la obra, desde
un comienzo, en su contexto adecuado.
Lo que se encontrará en . ella es pues una epistemología de la
lógica, pero una epistemología basada en un planteo genético, lo que
hace que adquiera una tripl~ dimensión:
1) Desde el punto de vista estrictamente lógico, opone la nece-
sidad de la determinación de las estructuras de conjunto al punto
de vista atomístico de la lógica formal, así como sustituye el punto de
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vista estático basado en la identidad vacía, por la dialéctica interna
a la reversibilidad misma del pensamiento. En este sentido, Piaget
nos mostrará cómo el principio de n<rcontradicción de la lógica clásica
representa sólo una de las manifestaciones, pero no la única, de la
reversibilidad inherente a la razón misma.
2) Desde el punto de vista psicopedagógico, el análisis lógico de
las estructuras del conocimiento, permite la comprensión de los dis-
tintos niveles de equilibrio logra(Jos por el sujeto, con las consecuentes
derivaciones en el plano psicogenético y didáctico.
3) Finalmente, desde el punto de vista epistemológico, muestra
una vez más, como·toda la obra de Piaget, la necesidad de una toma
de conciencia de un replanteo radical en las cuestiones epistemoló-
gicas: " ... hay un hecho histórico que acaso epiloguen nuestros biznie-
tos, y .es el de que aún en pleno siglo XX, los filósofos que se
ocupan del sujeto cognoscente no siempre advierten que existe una
psicología científica". Luego de la constitución del Centro Interna-
cional de Epistemología Genética, y de la acabada demostración de
la naturaleza interdisciplinaria de la epistemología contemporánea, ~o
se justificaría de ningún modo que siguiésemos sentándonos "entre dos
o tres sillas'' como no tuvo más remedio que hacerlo Piaget en 1947-49.
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INTRODUCCION
A LA SEGUNDA EDICION
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espontáneos, la existencia de una lógica natural de relaciones, así como
la clase vacía, etc. Por otra parte, los trabajos actuales sobre los límites
de la formalización muestran suficientemente que más allá, y, por con-
siguiente, más acá de esta formalización, existen realidades "intuiti-
vas'' respecto de las cuales es necesario averiguar sus relaciones con
las estructuras formalizadas, por más fuertes que hayan llegado a ser
estas últimas.
Ahora bien, al ser el problema. general que se plantea la episte-
mología genética precisamente· el tratar de alcanzar la naturaleza de
los conocimientos en función de sus mecanismos de formación, es
evidente que deberíamos haber incluido en ese programa el análisis
de la constitución de las estructuras lógicas. En efecto, después de
haber sido tundado en Ginebra, en 1952, un Centro Internacional
de Epistemología Genética, éstos trabajos han sido esencialmente ínter-
disciplinarios: lógicos, matemáticos, cibernéticos, etc., colaboran allí
con psicólogos y biólogos, de tal manera que, si nuestro mal llamado
"Tratado de Lógica" hubiese visto la luz diez años más tarde, habría
sido forzosamente obra de un equipo. Pero en 1947-49, yo era el único
responsable de semejante empresa; su naturaleza interdisciplinaria me
obligó pues a tratar de sentarme entre dos e incluso tres sillas.
Las reacciones de los especialistas fueron así principalmente de
dos clases: Unos aprobaron el proyecto de subordinar el estudio de
las operaciones lógicas a la búsqueda de estructuras de conjunto y admi-
tieron la idea de que, si éstas existen, es legítimo buscar sus raíces en
aquellas de donde proviene el pensamiento ''natural" 1 • Pero queda
por resolver en este caso, el problema, no superado todavía, de la
formalización de las etapas intermedias, pues, si bien es posible axio-
matizar las grandes estructuras alcanzadas;. tales como los grupos o
los reticulados, etc., la cuestión permanece abierta aún en lo que
concierne a las etapas anteriores, como por eje~plo la estructura de
"agrupamiento", sobre la cual volveremos. Otros lógicos, por el con-
trario, no vieron ningún interés en suscitar los problemas que plan-
teábamos, y se limitaron a señalar los defectos resultantes de la poca
tonnalización de nuestro ensayo. En compensación, experimentamos
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una inmensa satisfacción al poder convencer a uno de estos adversa-
rios, el gran lógico E. W. Beth -luego de un artículo particularmente
severo de su parte--· de escribir en colaboración una obra titulada
"Epistemología matemática y psicología" 1 , donde pudimos finalmente
llegar a un acuerdo sobre la necesidad de "cierta coordinación entre
la lógica y la psicología'' ( Conclusions communes, p. 325).
Conviene pues ahora delimitar con precisión qué es lo que se
encontrará y qué es lo que no se encontrará en la presente obra. La
idea central es que la formalización no constituye un estado sino un
proceso, y que, en consecuencia, se fundamenta en las estructuras que
se van elaborando paulatinamente en cada nivel. Al tratar entonces
de determinar las más elementales, pero que permitiesen naturalmente
un juego de composiciones necesarias o inferencias válidas, las encon-
tramos en las operaciones de clasificación y de establecimiento de
relaciones, que representan el nivel más simple de la lógica de clases
y de relaciones: tal como se encuentran, por ejemplo, en ciertas dis-
ciplinas descriptivas como la zoología o la botánica sistemáticas, las
que volvemos a encontrar en las relaciones genealógicas, o las que
el estudio del desarrollo del pensamiento ha puesto en evidencia en el
momento en que se constituyen las. primeras "operaciones".
Ahora bien, al analizar tales estructuras se encontró que no cons-
tituían aún "reticulados ", como los que testimonia el álgebra de
Boole, fundamentó de la lógica proposicional, así como de una lógica
completa de clases: en efecto, una clasificación no procede sino por
encajes de próximo en próximo (o "contiguos"), y no presenta
ningún "conjunto de las partes" o como es el caso de la combinatoria
proposicional. Esta falta de movilidad excluye igualmente que se re-
duzca la clasificación a un grupo. No obstante, se pudo encontrar, al
igual que en las seriaciones o en las estructuras multiplicativas corres-
pondientes, ciertos caracteres constantes de composición que permi-
tieron hablar de una estructura de conjunto, ya muy generalizada a
nivel del pensamiento ''natural'' precientífico, así como en las disci-
plinas simplemente descriptivas. La designaremos con el nombre de
''agrupamiento''.
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Pero, pese a que el ''agrupamiento'' se halle tan prox1mo a su
contenido cualitativo (de ahí su interés para quien busca lo elemental,
y su falta de interés para quien quiera alcanzar de entrada lo general),
su análisis ha conducido no obstante, a dos tipos de resultados impre-
vistos. El primero se refiere a las relaciones entre el número entero,
las clases y las relaciones asimétricas transitivas. En efecto, como trata-
remos de mostrar, dos de los ocho agrupamientos cualitativos posibles
(el de las inclusiones simples y el de las seriaciones), pierden sus
caracteres limitativos y se fusionan necesariamente en un solo sistema,
al hacer abstracción de las cualidades distintivas que caracterizan a sus
elementos individuales: puede extraerse así de esta fusión la serie de
los números enteros por síntesis de la inclusión y del orden. De este
modo, es posible alcanzar el mecanismo constitutivo de los números
''naturales'' sin hacer referencia más que a componentes lógicos, evi-
tando así las dificultades del reduccionismo de los P·rincipia Mathe-
matica: en efecto, la operación de biyección que Whitehead y Russell
introducen en las clases, contiene ya el número, puesto que hace abs-
tracéión de las cualidades distintivas inherentes a los individuos de
las clases, mientras que las correspondencias bi-unívocas que inter-
vienen en los agrupamientos elementales, no relacionan entre sí más
que los términos que poseen las mismas cualidades (ver Cap. IV).
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un momento en que los lógicos no habían comenzado aún a pre-
ocuparse.
Dicho esto, se plantea un problema interesante en lo que con-
cierne a la formalización del agrupamiento. O bien se procede (como
Grize, 1960) a dar ciertos postulados, pero provistos de ~eglas limita-
tivas de aplicación, o bien se llega a una estructura demasiado rica,
que remite al reticulado y no ya al agrupamiento con sus restricciones.
Ahora bien, estas dificultades son muy significativas, tanto si pudiese
alcanzarse un d'ía dicha formalización, pero mucho menos fácilmente
que como se ha podido formalizar los reticulados y los grupos, como
si las resistencias encontradas permaneciesen insuperables. En ambos
casos, hay en ello en primer lugar una confirmación de que la forma-
liza<;ión constituye un proceso y no una situación adquirida indepen-
dientemente de los niveles considerados. En segundo lugar, parecería
indicar que cuanto más cercana se halla una estructura de su conte-
nido cualitativo, tanto más difícil resulta su formalización. Se sabe, en
efecto, que el mismo Frege, en un texto impresionante, reveló haber
fracasado al tratar de constituir una lógica de los contenidos 1 • De un
modo general, como veremos más adelante, las formas y los contenidos
permanecen siempre relativos, toda .forma no es tal sino en relación
a cierto contenido, y al mismo tiempo ella a su vez pasa a ser cante-·
nido respecto de formas de rango superior. Las dificultades encontra-
das en lo que concierne al agrupamiento, pueden interpretarse pues
como una razón más para considerar dicha estructura como suficien-
temente elemental, de ahí su poca movilidad (lo que la priva de la
generalidad de las estructuras de rango superior que interesan al lógico
clásico y al matemático) y su resistencia a la formalización. No obs-
tante, nos ha parecido interesante estudiar semejante estructura y
precisamente a causa de sus mismas lagunas, puesto que constituye
un término de transición suficientemente estable y muy corriente entre
las operaCiones del pensamiento natural y las que formaliza la lógica.
En efecto, del mismo modo que es posible interesarse en los '~semi
grupos'', etc., dicha estructura constituye a la vez un conjunto de
serni-retiCulados y un grupo incompleto. Respecto del grupo, el agru-
pamiento posee en común una reversibilidad completa, así como la
operación idéntica general y única, pero como estas operaciones coro-
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prenden también tautificaciones, la asociatividad no es sino parcial. .
En cuanto a los reticulados, dejando de lado la reversibilidad que es
mucho más fuerte que las complementariedades propias de los reti-
culados complementados, pueden verse no obstante en los agrupamien-
tos semi-reticulados, por la razón esencial de considerar aparte las
operaciones aditivas ( +, u ó v) y multiplicativas ( x, n ó · ) , de ahí la
ausencia de un ''conjunto de las partes'', la limitación del número
de las "fronteras" (presencia de "supremum" sin presencia general
de "infimum" o viceversa), y .una composición por simples encajes
de próximo en próximo. Si uno se interesa sólo en estructuras "gene-
rales'', este tipo de composición no presenta ningún valor, y la ten-
dencia comprensible de todo axiomatista, sería eliminar estas restric-
ciones para llegar ya fuese a un grupo o a un reticulado, lo que·
resulta bastante fácil. Por el contrario, si lo que se busca es lo ' 1 ele-
mental'' a fin de alcanzar las relaciones entre las operaciones "natu-
rales" y las estructuras formalizables, es deber de todo analista esta-
blecer hasta dónde pueden ~onducir dichas composiciones. Ahora bien,
el hecho de que puedan conducir no solamente a los reticulados comple-
mentados, sino incluso como ya dijéramos, a los números ·naturales
por sintesis de la inclusión y el orden, así como el grupo INRC por
composición de las inversiones y las reciprocidades, parece justificar
desde ya tal estudio.
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y si nuestro colega ha renunciado a formalizar él mismo el ''agrupa
miento", es por las razones ya indicadas, que se derivan de esa situa-
ción excepcional de una estructura que en tanto ''natural'' permanece
muy próxima todavíá· a su contenido cualitativo: ahora bien, repitá-
moslo una vez más, esto supone de hecho un problema de interés
general, y cualquiera que fuese su solución futura, será· igualmente
instructiva respecto de las relaciones, cada vez menos desdeñables,
entre el pensamiento ''natural'' y las exigencias siempre crecientes del
formalismo mismo.
JEAN PrAGET
Mayo 1970.
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lNTRODUCCION
OBJETO Y METODOS
DE LA LOGICA
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que discutan los principios de las matemáticas, sino sólo que los esta-
blezcan. Una ciencia se justifica en la medida que se hace, y la
lógica no es otra cosa que una ciencia, la ciencia positiva de las leyes
del pensamiento". No obstante, como es bien sabido, los matemáticos
reivindican vigorosamente, y con razón, el derecho de investigar con
toda autonomía los ''fundamentos'' de su ciencia, y así ocurre actual-
mente con toda disciplina. Un derecho igual debe pues estar reser-
vado al lógico, aunque más no sea para determinar su dominio en
relación a1 de la epistemología ( Serrus querría remitir a ésta toda
cuestión acerca de la ''significación de la lógica'') . Por otra parte,
¿es cierto que la lógica sea la ''ciencia positiva de las leyes del pen-
samiento''? Los lógicos de la Escuela de Amsterdam responderían que
se trata en realidad de las leyes de la "comunicación", y los, del
Círculo de Viena dirían que los principios lógicos son las reglas de
una '' sintáxis ". Si bien estamos de acuerdo en que la lógica conduce
sobre el pensamiento mismo, falta todavía que el programa de una
"ciencia de las leyes del pensamiento" converja con el de una parte
de la psicología, que es la psicología del pensamiento. Incluso en-
tonces, es preciso establecer las relaciones en juego y sobre todo deli-
mitar las fronteras, que, para algunos autores, coinciden con las de
lo normativo y lo constativo.
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