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TEMA 6: ACTIVIDAD 4

Menuda zorra
Uso sexista de la lengua española
Laura Mazarío Fresco

Procesos de aprendizaje: desarrollo de las habilidades comunicativas


Segundo Doble Grado en Magisterio de Educación Infantil – Educación Primaria
Facultad de Educación
Universidad de Alcalá de Henares
Guadalajara
23/12/2018
Laura Mazarío Fresco. Uso sexista de la lengua española.

Mariana era una zorra. Salía a cazar todas las noches, y todas las noches encontraba algo que
llevarse a la boca. Menuda zorra estaba hecha… Cada día amanecía en un lugar distinto y le
encantaba, porque ella prefería probar cosas nuevas, no repetir nunca del mismo plato, sino ir
probando cada noche uno nuevo en un sitio diferente. Mariana era una zorra, y menuda
zorra…

¿Quién es Mariana? ¿Un mamífero de la familia de los cánidos, de la especie Vulpes vulpes? O
bien, ¿un mamífero de la familia de los homínidos, de la especie Homo sapiens? Seguramente, 1

mientras leías el párrafo anterior, te ha entrado la duda respecto a quién se refería el texto, las
únicas/os que no hubieran dudado serían niñas/os menores de aproximadamente 7 u 8 años,
quienes hubieran pensado que Mariana es un animalito que suele habitar en el bosque y sale a
cazar de noche. Nosotras/os, personas adultas, pensaríamos, o por lo menos mantendríamos
la posibilidad de que Mariana es una mujer joven, a la que le encanta salir de noche para
entablar relaciones sexuales pasajeras, y esto lo pensaríamos entendiendo zorra como una
actitud inadecuada y con un tono despectivo.

A partir de este ejemplo, vamos a llevar a estudio diversos fenómenos que se dan en la lengua
española. Partiendo de ello se llegará a una conclusión, si el uso de esta lengua es o no sexista.

En el ejemplo anterior, se encuentra una manifestación clara del uso sexista de la lengua
española dentro del nivel léxico. Este fenómeno se encuentra en adjetivos y sustantivos
aplicados a hombres y mujeres, pero que en el caso masculino cabe una interpretación
positiva mientras que en el caso femenino la apreciación es siempre negativa. Zorro se
entiende como un hombre astuto, mientras que zorra se entiende como tú lo has interpretado
hace unos instantes.

Dentro de este nivel, se encuentran otros fenómenos en los que el uso de la lengua sigue
siendo descaradamente sexista, como la existencia de refranes machistas tales como: el vino
en bota, y la mujer en pelotas; otro ejemplo es, mujer que al andar culea, bien sé yo lo que
desea. Todos estos ejemplos entran dentro del léxico, y el léxico inevitablemente acuña
ideología. Si nos centramos en los refranes, estos transmiten sistemas de valores morales, por
lo que si tenemos una lista prolongada de refranes o chistes machistas y androcéntricos,
tenemos una parcela de la lengua que está reflejando una ideología sexista. ¿Es la lengua
sexista, o somos las personas que habitamos en la sociedad española las que lo somos? Somos
las personas las que atribuimos a las palabras diferentes connotaciones, y somos las personas
las que creamos esos chistes y refranes, que reflejan por tanto la creencia arraigada en una
sociedad.

Dentro del nivel morfo – sintáctico, se van a destacar dos fenómenos bastante citados
actualmente, el llamado, entre otras denominaciones, masculino genérico, y la formación del
femenino en profesiones y cargos. Ambos conducen a perpetuar prototipos masculinos
ocultando así la participación femenina.

El primero de ellos, el masculino extensivo, es un falso genérico porque en muchas ocasiones


no lo es, y un ejemplo que lo demuestra y desmonta la teoría de este fenómeno son los saltos
semánticos. Bengoechea (n.d.) nos propone un ejemplo en el que el masculino genérico
presenta problemas de ambigüedad y falta de exactitud: “Los alumnos de Primaria ocupan
Laura Mazarío Fresco. Uso sexista de la lengua española.

siempre el centro del patio; las alumnas utilizan los bancos”. Siguiendo con Bengoechea, en
este ejemplo “podríamos preguntarnos si las niñas juegan en el centro y si los bancos están en
el patio o en el aula”.

Para evitar este falso genérico OXFAM Intermón (n.d.) propone el uso de genéricos no sexistas
(el profesorado, la juventud, el alumnado), sustantivos abstractos (la asesoría, la dirección),
desdoblamientos (chicas y chicos), entre otros elementos del lenguaje.
2
Ahora bien, Gómez (citado en Rius, 2014), que es especialista en gramática normativa y asesor
de Fundéu1, opina que:

“Hay que distinguir entre léxico y gramática. El léxico ha de ser políticamente correcto
y los cambios se pueden impulsar desde la sociedad, sobre todo por parte de los
políticos, de tertulianos y de personas relevantes que pueden favorecer y promocionar
modificaciones en el uso de las palabras; pero la gramática es aséptica, tiene unas
reglas de género masculino y femenino, de singulares y plurales, de tiempos verbales,
etcétera que no podemos cambiar por la fuerza, sino que evolucionan con el tiempo,
lentamente”.

Por esto, tanto Gómez como Bosque (citado en Rius, 2014), catedrático de la RAE, “rechazan
las propuestas de las guías de lenguaje no sexista que conculcan aspectos gramaticales del
sistema lingüístico”.

Con esto, puede observarse que el nivel morfo – sintáctico, puede ser la única parcela de la
lengua que sí es sexista porque no permite, gramaticalmente hablando, nombrar al colectivo
femenino en muchos casos; por ejemplo, los atributos no se pueden desdoblar, es incorrecto
decir: *Los alumnos y las alumnas están cansados y cansadas. Tampoco se puede desdoblar el
predicado cuando el sujeto tiene un cuantificador: *Todos los chicos y todas las chicas
trabajarán juntos y juntas; en este ejemplo se entiende que los niños van a trabajar por un
lado y las niñas por otro. En ninguno de estos casos el desdoblamiento es correcto por lo que
este nivel de la lengua se trataría como sexista.

Pero, ¿debemos conformarnos y aceptar lo anterior? No deberíamos. Subirats (citado en Rius,


2014) cree que “precisamente porque la lengua es la representación mental que tenemos del
mundo, es relevante nombrar explícitamente a las mujeres al hablar, ya que si no las
nombramos normalmente olvidamos su existencia y la diferencia que supone ser mujer u
hombre en muchos aspectos”.

Debemos encontrar formas correctas para visibilizar y nombrar a las mujeres, para que el uso
que se realiza de las normas gramaticales no sea sexista, como lo es en la gran mayoría de los
casos. Limitarse a decir, “es que esto está mal dicho” o “la lengua no permite utilizar estas
formas porque son agramaticales” es restringirse, en el sentido de que no se explora la propia
lengua y la riqueza léxica del español, y que estas expresiones se escuchen de especialistas de
la lengua parece incoherente.

1
Fundación del Español Urgente.
Laura Mazarío Fresco. Uso sexista de la lengua española.

Puede que estas formas no sean apropiadas, pero pueden buscarse alternativas; en vez de
decir: los alumnos están cansados, puede decirse el alumnado está cansado.

El segundo área que se va a estudiar dentro del nivel morfo – sintáctico es la formación del
femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas. Este fenómeno ha
evolucionado, positivamente, en los últimos años, ya que antes era inconcebible decir la
médica o la jueza, solo se aceptaba la médico o la juez. Ahora bien, Lledó (citado en Rius, 2014)
se ha topado con resistencias a este fenómeno. Lledó (2006) explica cómo hay personas que 3

ponen inconvenientes a emplear el femenino en oficios como músico argumentando que se


puede confundir con la música como arte, mientras que no se observa ninguna confusión con
objetos y adjetivos cuando se trata de masculinos como por ejemplo, frutero o sereno.

Para finalizar este estudio, que se organiza según los planos o niveles de la lengua, únicamente
faltarían los fenómenos del nivel pragmático, en los que es el uso de la lengua lo que es
sexista. Se centrará el discurso, para demostrar la premisa anterior, en uno de los fenómenos,
las disimetrías en la denominación.

Según Medina (2002), este fenómeno “sucede al nombrarse en un discurso a las mujeres por
su condición sexual, mientras que los hombres son nombrados por su condición social, o bien
cuando se nombra a las mujeres simplemente por su relación de dependencia al varón”. Por
ejemplo, siguiendo con Medina (2002): se presentan a concurso tres candidatos y dos mujeres,
o, en el turismo accidentado viajaban dos noruegos con sus mujeres. Aquí, como se ha indicado
anteriormente, lo que es sexista es el uso que se hace de la lengua porque esas oraciones
pueden convertirse en las siguientes: se presentan a concurso dos candidatas y tres
candidatos, y, en el turismo accidentado viajaban dos matrimonios noruegos.

Tras haber analizado diversos fenómenos de los distintos niveles lingüísticos, ¿es el uso de la
lengua española sexista? Sí, lo es. Si no lo fuera, ¿por qué pensaste que Mariana era una chica
que buscaba ligar, por qué pudiste pensar que era prostituta? Y ¿por qué, sin embargo, una
niña o un niño menor de 7 años pensaría que Mariana es un animalito que vive en el bosque?
Porque tú ya has adquirido todas las connotaciones que tiene tu lengua, mientras que las
pequeñas y pequeños no, porque tú ya usas e interpretas de manera sexista tu lengua
mientras que ellas/os no.

Hasta en el nivel morfo – sintáctico, que es en el que parece inevitable ser sexista, existen
opciones que pueden cambiar las estructuras sexistas por otras que no lo son. Por lo que el
problema está en cómo usamos nuestra lengua y las opciones que está nos brinda. El
problema está en cómo vemos a Mariana, no en Mariana.
Laura Mazarío Fresco. Uso sexista de la lengua española.

Bibliografía.
Bengoechea, M. (n.d.). Guía para la revisión del lenguaje desde la perspectiva de género. [PDF
Proyecto Parekatuz]. Recuperado el 18 de diciembre de 2018, de:
http://www.bizkaia.eus/home2/Archivos/DPTO1/Noticias/Pdf/Lenguaje%20Gu%C3%A
Da%20lenguaje%20no%20sexista%20castellano.pdf?hash=5e6f6eec8e2e01aa05c58bb
deaa9e99d.
4
Fundación CTIC. (2008). Recopilatorio de recursos web sobre lenguaje no sexista. [Proyecto
Web]. Recuperado el 17 de diciembre de 2018, de:
http://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/recopilatorio_lenguajenosexista.pdf.

Lledó, E. (2006). Las profesiones en femenino y masculino, de la A a la Z. Instituto de la Mujer:


Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Medina, A.M. (coord.). (2002). Manual de Lenguaje Administrativo no sexista. [PDF].


Recuperado el 19 de diciembre de 2018, de:
https://www.nodo50.org/mujeresred/manual_lenguaje_admtvo_no_sexista.pdf.

Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. (n.d.). Refranes. [PDF Ficha escolar].
Recuperado el 19 de diciembre de 2018, de:
http://www.aulaviolenciadegeneroenlocal.es/consejosescolares/archivos/REFRANES.p
df.

OXFAM Intermón. (n.d.). Lenguaje no sexista. Tips para evitar el uso sexista del lenguaje
cotidiano. [PDF]. Recuperado el 19 de diciembre, de:
https://recursos.oxfamintermon.org/hubfs/Ebooks/ebook_Lenguaje_no_sexista.pdf.

Rius, M. (2014). El sexismo que ocultan las palabras. La Vanguardia. Recuperado el 19 de


diciembre de 2018, de: https://www.lavanguardia.com/estilos-de-
vida/20140307/54402851720/el-sexismo-que-ocultan-las-palabras.html.

Imágenes.
Foxes Worlds. (2014). Zorro rojo en fondo blanco. [Imagen]. Recuperado el 20 de diciembre de
2018, de: https://www.foxesworlds.com/es/zorro-rojo-en-fondo-blanco/.

Prozeny. (n.d.). Póntelos. [Imagen]. Recuperado el 20 de diciembre de 2018, de:


https://prozeny.blesk.cz/clanek/pro-zeny-trendy-krasa/206190/vystrcte-je-skvele-
triky-pro-sexy-nohy.html.

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