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Segunda parte
El preguntar real de las preguntas metafísicas que hay que desarrollar desde el
temple de ánimo fundamental del aburrimiento profundo
Capítulo primero
Las preguntas metafísicas que hay que desarrollar desde el temple de ánimo
fundamental del aburrimiento profundo
§ 39. Las preguntas por el mundo, el aislamiento y la finitud como aquello que da
a preguntar el temple de ánimo fundamental del aburrimiento profundo de
nuestra existencia actual. La esencia del tiempo como la raíz de las tres
preguntas
“¿Por qué aquella amplitud del horizonte anulador tiene que romperla al cabo el
instante, y por qué sólo puede romperla él, de modo que precisamente en este
rompimiento llega la existencia al auténtico existir? La esencia de la unidad y
juntamiento de ambos ¿es al cabo una ruptura? ¿Qué significa este estar rota la
existencia en sí misma? Lo llamamos la finitud de la existencia”, es decir, “aquello
que quiere pronunciarse en aquel temple de ánimo fundamental”, lo “que resuena y
nos templa del todo en el temple de ánimo fundamental del aburrimiento profundo”.
(p. 218)
“La temporalidad de la existencia, y por tanto la esencia del tiempo mismo, es la raiz
para estas tres preguntas, que en sí mismas, en su unidad peculiar, acoplan la
pregunta fundamental de la metafísica que nosotros designamos la pregunta por el
ser: ser y tiempo”. (p. 221)
“De este borde de lo posible a la sacudida hacia la realidad sólo conduce el actuar
individual mismo: el instante. El filosofar, por el contrario, sólo puede conducir hasta
el borde: siempre se queda en lo penúltimo”. (p. 222)
Capítulo segundo
“el hombre no es sólo un fragmento del mundo, sino señor y siervo de él en el sentido
de que lo “tiene”. El hombre tiene [el] mundo”. (p. 227)
“lo ente restante, que también es, como el hombre, un fragmento del mundo, por
ejemplo los animales, las plantas, las cosas materiales, las piedras”. (p. 227)
El animal también tiene mundo, pero no del mismo modo que el hombre, sino de otro.
Diferencias metafísicas esenciales entre los tres entes. ¿Qué constituye “la esencia de
la animalidad del animal”? ¿Qué constituye “la esencia de la humanidad del hombre”?
¿Qué constituye la esencia de “la vida de lo vivo”, la caracterización de lo viviente en
cuanto tal, “el ser-animal del animal y el ser-planta de la planta”, “a diferencia de lo
no vivo, que ni siquiera tiene la posibilidad de morir”? (pp. 228-229)
“[...] los temples de ánimo son lo que son cuando templan, es decir, cuando
determinan un actuar real. Nuestro actuar es aquí un preguntar determinado. Hemos
comenzado con la caracterización de la primera pregunta: ¿qué es el mundo? Hemos
señalado que hay diversas vías para desarrollar la pregunta: 1) la consideración
histórica de la historia del concepto de mundo; 2) el desarrollo del concepto de mundo
a partir de nuestra conmprensión cotidiana del mundo. Elegimos como tercera vía una
consideración comparativa”. (p. 233)