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Iztacalco, CDMX, a 27 de Octubre del 2018

Rivas Vargas Brenda Marina

ADOLESCENCIA

La adolescencia, considero, es una etapa de la vida del ser humano comprendida


entre los 10 a los 18 años en promedio, en la cual, el adolescente sufre cambios
físicos y psicológicos. Pero no se trata sólo de especificar los rasgos más
comunes del adolescente como los cambios en su cuerpo o formación de
personalidad, sino que va más allá: es ése periodo en la vida del ser humano en
la que se enfrenta a situaciones más riesgosas y que pueden muy complicadas,
sin tener el conocimiento o experiencia suficiente para hacerles frente, lo que
hace al adolescente vulnerable. Además, al ser una etapa donde es común la
experiencia deficiente un criterio poco confiable, el adolecente se ve forzado a
experimentar con sus decisiones y reacciones ante la vida una serie de errores
y vivencias poco agradables, sin embargo, aunque el adolecente no lo proyecte,
van forjando un camino y repercutirá en toda su vida.

Además, el adolecente se ve influido desde muchos flancos, desde los padres,


los amigos, las redes sociales, los profesores, los familiares lejanos hasta la
misma sociedad, que cataloga al adolescente como un “dolor de cabeza”;
individuo inconsciente el cual no piensa adecuadamente y solo se mete en
conflictos sin razón. En lo particular, ésta idea se ve reflejada en las lecturas,
sobre todo en el artículo de David Dobbs, en el que menciona que hace algunos
años (y que considero que es un común en la sociedad mexicana en la
actualidad), se creía la etapa de la adolescencia como una etapa de idiotez, ya
que su cerebro estaba en “construcción”, sin embargo, como se menciona, es
una etapa de adaptación, en la que el adolescente con todas las capacidades
cognitivas y fisiológicas que debe tener a su edad, es más susceptible a tomar
decisiones riesgosas puesto que genera mayores recompensas, y que sin ésta
etapa del ser humano, en el proceso de evolución, habría sido sumamente difícil
explorar nuevos horizontes, que permitieran la expansión y el desarrollo del
mismo ser humano. Ésta postura tan crucial en el desarrollo histórico del ser
humano, yo no la había considerado, lo que eso me hace tomar una mayor
conciencia de la importancia de ésta etapa en la vida del ser humano.

Para el adolescente, al estar experimentando cambios en su cuerpo, tanto físicos


como químicos (particularmente hormonales), llega fuertemente el tema de la
sexualidad, donde aún con la información que se proporciona entre las entidades
educativas como sociales y gubernamentales, sigue siendo un tema “delicado”
o del cuál avergonzarse, por lo que el adolescente tiende a ocultar sus dudas o
inquietudes, dejándolas a expensas de personas que no necesariamente pueden
presentar una buena orientación, como amigos inexpertos o páginas de internet,
lo que implica un porcentaje muy alto en embarazos entre adolescentes,
deserción escolar, desempleo, delincuencia juvenil, etc.

En México, aunque hay una iniciativa de apoyo e información para los


adolescentes (al menos en las zonas urbanas), considero que hace falta una
mejor difusión y más iniciativas, ya que no tiene el impacto que se esperaría,
como se puede comprobar con las estadísticas de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde el porcentaje de
madres adolescentes, adolescentes metidos en drogas o delincuencia en la
adolescencia, es más alto en comparación de la mayoría de países de la OCDE;
por ende, la falta de información, o información mal dirigida, convierte al
adolescente en un foco de atención para la vida criminal o una vida poco
fructífera, en el que, al formar una familia, los hijos pueden “heredar” el mismo
comportamiento, lo que hace que se vuelva cíclico.

También es cierto, como lo dice la lectura de Alfredo Oliva y demás, que en


general, se consideran sólo los aspectos malos en el adolescente, en el que
éstos aspectos deben ser evitados y se tiene la creencia de que, el hecho de que
el adolescente no se encuentre en ninguna situación que represente riesgos,
tales como drogas, alcohol o sexo sin protección, implicaría que tiene un sano
desarrollo; no obstante, como lo menciona Alfredo, se debe de apoyar y fomentar
actividades buenas o saludables para el adolescente, que maximice el desarrollo
adolescente positivo, con actividades tales como la práctica de algún deporte, el
desarrollo académico, o lugares de recreación, por lo que el proyecto de los
cibercentros es una excelente oportunidad para ellos, ya que potencía los
aspectos que fomentan un buen desarrollo en el adolescente lo que minimiza la
entrada a los aspectos negativos para su buen desarrollo.

Aunado a esto, la lectura de Alfredo combinada con la de José Antonio Marina y


demás, me dio una mejor orientación para apoyar a los adolescentes, ya que,
aunque mi concepción de adolescencia no era del todo errónea, se enfocaba en
lo difícil que es la adolescencia, lo vulnerables que son, y en las conductas o
actividades riesgosas que se pueden tener en ésta etapa; ahora, conozco más
puntos positivos y fortalezas que propician el sano desarrollo del adolescente; y
considero que, como coordinador de un cibercentro, se debe de tener muy claro
cómo generar actividades que ayuden al adolescente a tener o aumentar su
autoestima, autonomía personal, autocontrol, etc., que como se menciona en las
lecturas, éstas competencias personales y en conjunto de las otras, son eje o
pilar para el desarrollo de los demás ámbitos.

Así, dentro de un cibercentro, es muy factible el desarrollo de éstas y más


competencias, por ejemplo, con el taller de ajedrez se fomenta la capacidad de
análisis y pensamiento crítico, capacidad de tomar decisiones, habilidades
sociales, empatía, reconocimiento y manejo de emociones propias y de los
demás, tolerancia a la frustración, etc.; o bien, con la Prepa en línea, que con el
apoyo de su asesor, el adolescente desarrolla capacidades en el dominio
académico (como la creatividad, la capacidad de planificación y revisión, el
análisis crítico, la capacidad de percibir, observar y concentrarse, etc.), en el
dominio socio-emocional (como habilidades comunicativas, habilidades para la
resolución de conflictos interpersonales, la paciencia y aplomo, la auto-mejora,
la gestión del tiempo y organización, la perseverancia, etc.), y demás dominios.

Con todo esto, la idea que tenía con respecto a la adolescencia y los
adolescentes, se enriqueció con éstas lecturas, haciéndome notar que no sólo la
evasión de los aspectos negativos y sus experiencias forjan al adolescente, sino
que también hay un sinnúmero de aspectos positivos que propician un buen
desarrollo, y que ésta etapa es de suma importancia en la vida del ser humano.

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