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1.

Los ecosistemas y su funcionamiento


En un ecosistema viven una serie de seres vivos (biota) y están relacionados por
una serie de factores abióticos, como la temperatura, la humedad, tipo de suelo
o la salinidad.
A grandes rasgos, en zonas secas de mayor a menor temperatura tenemos desde
desiertos calientes a la tundra. En zonas no muy secas suelen habitar pastizales
y en zonas de precipitaciones altas, de mayor a menor temperatura, se forman
bosques tropicales, bosques caducifolios, bosques perennifolios (coníferas) y
tundra húmeda.

Clasificación de los seres vivos

Los seres vivos se pueden clasificar según sus características de alimentación


en dos grandes grupos según produzcan o consuman materia orgánica.
La materia orgánica es la que proviene de los organismos vivos (carne, leche,
hojas secas…) y la materia inorgánica son los materiales químicos del aire, agua,
rocas y minerales. Así, los seres vivos pueden ser:
 Autótrofos: Elaboran su propia materia orgánica a partir de nutrientes
inorgánicos y una fuente de energía del ambiente. Usualmente los autótrofos
son plantas verdes que realizan la fotosíntesis, usando clorofila para
absorber la energía de la luz solar.
De forma muy excepcional, también existen bacterias que emplean un
pigmento purpúreo para realizar la fotosíntesis y otro tipo de bacterias
quimiosintéticas
que no realizan la fotosíntesis, obteniendo su energía de compuestos
químicos inorgánicos (como el sulfuro de hidrógeno). Los autótrofos son los
llamados productores porque son los únicos organismos que producen
materia orgánica energética (glucosa, C H O ) a partir de agua y dióxido de
6 12 6

carbono de la atmósfera.
Además, producen oxígeno (O ) que vierten a la atmósfera:
2

6 CO + 6 H O + Energía Solar
2 2 → CH O + 6 O
6 12 6 2

Por supuesto, la glucosa producida se combina con minerales (nitrato, fosfato,


potasio) que obtienen del suelo para producir los tejidos vegetales y poder
crecer.

 Heterótrofos: Se alimentan de materia orgánica para obtener energía,


sin producir su propia materia orgánica. El proceso es el inverso al que
ejecutan los productores y se llama respiración celular, por la cual las células
requieren oxígeno del aire para realizar una oxidación de la comida y
obtener la energía necesaria para vivir:
CH O + 6 O
6 12 6 2 → 6 CO + 6 H O + Energía
2 2

Observe que los autótrofos y los heterótrofos se necesitan mutuamente para


poder existir. Los heterótrofos pueden ser de dos tipos fundamentalmente:
 Consumidores: Son los que se alimentan de materia orgánica viva (que
no lleva mucho tiempo muerta). Estos son los herbívoros (o consumidores
primarios) que sólo comen vegetales, omnívoros que comen vegetales y
animales, carnívoros (o consumidores secundarios o de orden superior) que
sólo comen carne,
o también parásitos, que son vegetales o animales que se aprovechan de otra
planta o animal para alimentarse de él durante un periodo prolongado.
Entre el 60 y el 90% de la comida ingerida por los consumidores es oxidada
para obtener energía para moverse y producir el calor interno. Siempre hay
una parte del alimento que no es digerida, como gran parte de la celulosa o
fibra (las paredes de las células vegetales), la cual es excretada. El restante
porcentaje es utilizado para crear tejidos del organismo (para crecer,
restaurarse o almacenarse como grasa), necesitando para ello nutrientes
(vitaminas, minerales y proteínas). Esta cantidad de energía empleada en el
crecimiento corporal es la única que podrán emplear los consumidores del
nivel superior, los cuales, igualmente sólo aprovecharán una mínima parte
para su crecimiento. Así ocurre sucesivamente en cada nivel alimenticio (o
nivel trófico).
 Saprofitos y Descomponedores: Son organismos que se alimentan
de materia orgánica muerta o detritos, formado por materiales vegetales
muertos (hojas, troncos…), desechos fecales o cadáveres de animales. En
este grupo están las lombrices de tierra, cangrejos de río, termitas, hormigas,
escarabajos… También pertenecen a este grupo los llamados
descomponedores, que son hongos (setas, mohos…) y bacterias, que se
encargan de la putrefacción y descomposición de detritos. La celulosa, por
ejemplo, que no es prácticamente utilizada por los consumidores, sí es
utilizada por los descomponedores. A este grupo pertenecen también
algunas cuantas plantas superiores (como la planta con flores Monotropa
uniflora) que no tienen clorofila (no son verdes) y no pueden realizar la
fotosíntesis.
Principios básicos de la sostenibilidad

Los principios básicos de la sostenibilidad de los seres vivos indican unas


propiedades necesarias para que un ecosistema pueda mantenerse
indefinidamente. Estos principios los cumplen los ecosistemas naturales y no
son satisfechos por la mayoría de los ecosistemas artificiales en donde el
hombre vive o donde el hombre ha intervenido demasiado. Podemos resumirlos
a continuación:
1. Los ecosistemas RECICLAN todos sus elementos de modo que se
libran de los desechos y reponen los nutrientes, formando parte de un ciclo
coherente. Muchas veces el hombre establece el flujo (de nutrientes,
materiales…) sólo en un sentido provocando problemas de agotamiento en unos
lugares y de contaminación en otros.
Por ejemplo, los residuos de los productos orgánicos que utiliza (basura
orgánica), en vez de devolverlos al suelo (abono) son depositados masivamente
en basureros o tirados a las aguas (ríos y mares) donde contaminan muchísimo
(eutroficación). Por otro lado, como las tierras de cultivo están muy explotadas
se requieren abonos y como los anteriores se tiran, se recurre a abonos químicos
que, usados en exceso, contaminan las aguas subterráneas y de ahí gran parte de
la cadena alimenticia, aparte de la contaminación en el lugar de extracción,
transporte… Hay que recordar que con la basura orgánica y con los residuos de
las plantas de tratamiento de las aguas negras se puede hacer el mejor
abono, reciclando los nutrientes, como hace la Naturaleza..
2. Los ecosistemas aprovechan la ENERGÍA SOLAR como fuente de
energía.
En cambio el hombre utiliza otras fuentes de energía contaminantes (nuclear,
petróleo…), incluso para la producción de alimentos (basados en la energía
solar), para actividades como preparación de los campos, fertilización, control
de plagas, cosechado, procesado, conservación, transporte…
Recordemos que en la Naturaleza prácticamente el 100% de la energía utilizada
se obtiene del Sol a través de las plantas verdes (productores), que realizan
la fotosíntesis usando la energía solar y otros compuestos (agua, dióxido de
carbono, nitrato, fosfato, potasio…) para crecer. Por otra parte,
los consumidores son en la Naturaleza aquellos que no producen materia
orgánica, sino que utilizan la creada por los productores en el proceso
llamado respiración celular por el que devuelven a la Naturaleza el agua y el
dióxido de carbono que almacenaron los productores y utilizan la energía
obtenida de esa reacción química para vivir.
Observe que en la Naturaleza los productores y los consumidores se necesitan
para poder vivir, reciclan entre ambos los materiales y utilizan para todo la
energía solar. Esta es una de las razones más importantes para defender los
bosques y crear nuevos. Las plantas limpian el aire que ensucian los coches,
fábricas… ¡anímate a plantar árboles!
3. El TAMAÑO de las POBLACIONES de consumidores debe permitir
la regeneración de los alimentos consumidos (que no haya pastoreo
excesivo).
Como vimos antes en la Naturaleza los seres vivos se comen unos a otros
excepto los productores. Estos niveles son llamados alimentarios o tróficos.
Pues bien, sólo una pequeña parte de los alimentos pueden pasar al nivel trófico
superior, por lo que en cada nivel trófico debe haber menos individuos para
garantizar la sostenibilidad (debe haber menos leones que gacelas). Sin
embargo, especialmente en los últimos años el hombre está provocando un
desequilibrio global, debido a un crecimiento desmedido de la población
humana que provoca una ingente pérdida de biodiversidad, deforestación, pesca
y ganadería excesiva… en definitiva un consumo excesivo de todo en
general.
En particular, el consumo excesivo de carne se hace insostenible al ser
tantos humanos generando ese consumo. En Estados Unidos, la mitad de las
hectáreas cultivadas son para producir alimento para animales (sin contar lo
invertido en la alimentación de mascotas domésticas). Para producir un kilo de
carne de vaca se necesitan 16 kilos de granos y forraje. Dicho de otra forma, los
vegetales necesarios para que una persona coma carne vacuna son suficientes
para que 16 personas pudieran mantenerse comiendo directamente esos
vegetales. Esa relación de 16:1 para la carne vacuna, varía en otros alimentos,
como el cerdo (6:1), el pavo (4:1), la gallina (3:1) o los huevos (3:1). Además,
para que la carne producida sea barata se maltrata a los animales
(hacinamiento), se les medica en exceso, se les administra alimento poco
natural y se les engorda artificialmente. En general, una alimentación
básicamente vegetariana es más saludable, menos contaminante y
evita sufrimientos a los animales. El consumo abusivo de carne también ha sido
criticado con dureza por el poeta y filósofo español Riechmann y por el
prestigioso filósofo de la ética Peter Singer, en su “Ética Práctica“.
4. La BIODIVERSIDAD debe mantenerse. Cada ser vivo tiene un código
genético (ADN) único (excepto gemelos y clones) que garantiza la variedad y la
riqueza de adaptación en caso de cambiar o alterarse las condiciones de vida.
Conforme se reduce una población concreta, se reducen también las
posibilidades de adaptación en el futuro. Incluso, si una especie es rescatada del
borde de la extinción y su número se restablece, tendrá una uniformidad
genética que será muy vulnerable (ante una enfermedad, por ejemplo).
La agricultura moderna, también impone monocultivos que son muy
vulnerables ante plagas y enfermedades, por lo que se abusa de pesticidas
contaminantes. Las variedades transgénicas (OMG, Organismos Manipulados
Genéticamente) agravan ese problema, aparte de generar otros en algunos casos
(alergias, daños a otras especies…) y la dificultad de asegurar su validez y
seguridad. Gran parte de los medicamentos proceden de plantas silvestres y aún
quedan por explorar el 98% de la flora. A pesar de todo esto, la biodiversidad
está perdiendo diariamente multitud de especies animales y vegetales.
De ahí la importancia de conservar los bosques, ríos y mares, que es
donde se conserva la biodiversidad natural. Por lo mismo, las autopistas o
autovías para coches separan poblaciones de individuos evitándose las
bondades del intercambio genético entre las distintas poblaciones. En España,
por ejemplo, ese es uno de los principales motivos por los que el Lince Ibérico es
el felino con mayor peligro de extinción del mundo.
Se concluye que “los ecosistemas más estables son los que tienen un grado
mayor de biodiversidad. Los sistemas simples, en particular los monocultivos,
son inherentemente inestables”. Por tanto, “conforme reducimos el tamaño de
las poblaciones sobrevivientes lo que estamos haciendo con innumerables
mamíferos, aves y otras especies, disminuimos inevitablemente la variación
genética de sus fondos y con ello socavamos sus posibilidades de adaptación en
el futuro”, ante cualesquiera cambios inesperados en el entorno. Por ejemplo,
los monocultivos extensivos imponen una uniformidad genética que “es
extremadamente vulnerable a la aparición de plagas y enfermedades”. Más aún,
los cultivos de Organismos Manipulados Genéticamente (OMG), los llamados
transgénicos, imponen aún más esa uniformidad llevando a muchas variedades
naturales (de maíz, soja…) a su extinción. Aparte, hay que sumar otros riesgos
(como alergias) derivados del consumo de alimentos transgénicos.
La brutal pérdida de biodiversidad que se lleva produciendo en los últimos años
nos lleva a perder numerosas posibilidades. Pensemos, por ejemplo, que el 98%
de la flora esta aún sin examinar y que “si esta flora queda destruida antes de
examinarla, perderíamos sustancias medicinales de valor incalculable”.

2. Equilibrio entre población, suelo,


agua y agricultura
Multitud de libros, artículos y documentos científicos tratan el problema de
la superpoblación (ahí se incluyen gráficas e importantes datos sobre el
crecimiento desmedido de la población mundial). En este libro es una parte
importante ya que según estos autores “la pérdida de los ecosistemas naturales y
las tensiones adicionales causadas por la contaminación en todo el mundo son
consecuencia directa de la explosión demográfica mundial, aunada al aumento
en el consumo”.
Problemas de la Superpoblación (violación del tercer principio de la
sostenibilidad)

La explosión demográfica es realmente asombrosa si examinamos cómo el


crecimiento ha ido haciéndose cada vez mayor: En 1830 la población mundial
llegó a los 1000 millones de habitantes. Un siglo después, en 1930 ya se
alcanzaron los 2000 millones. Sólo 45 años después, en 1975 ya se habían
alcanzado los 4000 millones. A principios de 1999 se llegó a los 6000 millones.
Se espera que en el 2009 se alcancen los 7000 millones y que en el 2033 se
llegue a los 9000 millones.
En el crecimiento de la población influye mucho la pobreza y en el mundo, el
21% de la población, que vive en los países ricos, posee alrededor del 80% de la
riqueza. “La disparidad actual entre los países de ingresos altos y bajos es en
parte un legado del colonialismo de los siglos XVIII y XIX. Francia, Inglaterra,
Portugal, España y otros países europeos se apoderaron de hecho de Asia, África
y América Latina y las convirtieron en colonias. Los pueblos nativos perdieron la
propiedad de la tierra y, sin otros medios de subsistencia trabajaron por pagas
mínimas (…) Además, se impidió que estos países se industrializaran. Desde
luego, Estados Unidos comenzó del mismo modo, pero los indígenas rehusaron
ser “esclavizados” y casi todos fueron muertos o confinados en reservas”.

El crecimiento de la población “impone demandas crecientes al ambiente” pero


esa “demanda de cada individuo al entorno depende de qué y cuánto consume.
Cada nueva compra representa cierta carga adicional en los recursos para
producirla, así como más desechos originados en su producción, uso y
eliminación. Por lo tanto, los efectos negativos en el ambiente también crecen
radicalmente con el aumento en el consumo”, además de con el aumento de la
población. Así, estos autores miden el impacto ambiental como una ecuación
que multiplica el tamaño de la población por su nivel de consumo y lo
divide por la consideración ambiental que exista en esa sociedad.
En los países con una agricultura de subsistencia y un crecimiento rápido de la
población se dan algunos efectos que están bien justificados en el libro: a)
Dividir las fincas entre los hijos de la siguiente generación o intensificar el
cultivo (agotando la tierra en muchos casos). b) Crear nuevas tierras de cultivo
arrebatándoselas a los ecosistemas naturales (bosques…). c) Migración a las
ciudades y creación de focos de pobreza en ellas. d) Buscar trabajo en
actividades ilegales (drogas, armas…). e) Emigrar a otros países (legal o
ilegalmente). Además de eso hay que añadir que también puede darse un
agotamiento de los recursos pesqueros e hidráulicos, caza furtiva, extinción de
la fauna silvestre y diversas enfermedades como consecuencia de los focos de
pobreza que se generan. Todo ello, por supuesto, tiene consecuencias para los
países desarrollados, y uno de los que más preocupaciones despiertan es el
aumento de los inmigrantes:
En EE.UU., “hasta 1875 era legal toda inmigración: quienquiera que se las
arreglara para llegar podía quedarse y hacerse ciudadano. Esta apertura está
inscrita en la estatua de la Libertad”. Ahora, todos los países industrializados
imponen duras medidas para evitar ser invadidos por los habitantes de los
países pobres. Parece lógico que es necesario limitar esa inmigración pero,
¿hasta qué punto es necesario imponer restricciones?. Es un tema complejo
pero parece claro que es necesario ayudar a los países en vías de desarrollo para
evitar que su población tenga que emigrar. Así, la condonación de la deuda
externa parece ser una herramienta importante para ello, a parte de para salvar
de la pobreza extrema a millones de personas.
Para que esa ayuda sea efectiva es necesario saber los factores que influyen en el
tamaño de las familias e intentar influir en ellos. Estos autores reducen a seis
esos factores:

 Seguridad en la vejez: Como en los países pobres no existe la seguridad


social, ni las jubilaciones y los servicios médicos deseables, entonces los
ancianos necesitan de los hijos para ser cuidados.
 Mortalidad infantil: Está muy relacionado con lo anterior, ya que si esta
mortalidad es elevada se producen tasas de fertilidad mayores. Tener una
alta mortalidad infantil no estabiliza la población y, por supuesto, es
inaceptable.
 Explotación infantil: Cuando los niños en vez de ir al colegio contribuyen
notablemente al trabajo familiar, entonces los hijos son vistos como ayudas y
no como cargas. En los países desarrollados los hijos no contribuyen
notablemente al bienestar familiar por lo que son vistos como cargas:
alimentarlos, vestirlos, educarlos…
 Educación: Es evidente la relación de este factor con el anterior. Cuando
los niños van a la escuela se les retira del trabajo familiar y suponen una
carga extra (vestido, material…). La educación de las niñas es todavía vista
como innecesaria en multitud de países. Por supuesto, la educación ofrece
multitud de oportunidades nuevas.
 Condición de las mujeres: La discriminación de la mujer (acceso
restringido a educación, a negocios, a la propiedad…) fuerza a que sean
vistas casi exclusivamente como cuidadoras de hijos.
 Disponibilidad de anticonceptivos: Los estudios demuestran una fuerte
correlación entre tasas menores de fertilidad y el porcentaje de parejas que
los utilizan.
En los países en desarrollo se ha creado, según estos científicos, un círculo
vicioso entre pobreza, degradación ambiental y fertilidad elevada. Los países
ricos salieron de ese ciclo gracias a la mejora paulatina de la sanidad y a que los
excedentes demográficos emigraron a América, Australia… En los países en
desarrollo la rápida mejora en sanidad ha reducido la mortalidad infantil sin dar
tiempo a las parejas a adaptarse a esa concienciación.
Incluso, las empresas de alimentos infantiles han fomentado sus productos en
países en desarrollo, lo que hace que se pierda la alimentación materna y con
ello aumenta la posibilidad de que la madre quede nuevamente embarazada,
aparte de que el uso de esos alimentos con agua sin esterilizar hace aumentar las
enfermedades infantiles. Se demuestra que tan sólo el crecimiento de la riqueza
no reduce todos estos problemas y, además, ese crecimiento suele dejar al
margen a la mayoría de la población. La Conferencia de El Cairo de 1994
estableció también la necesidad de parar el crecimiento demográfico a través de
los factores expuestos. Lewis Preston, que era presidente del Banco
Mundial resume: “si no nos ocupamos del rápido crecimiento demográfico no
vamos a reducir la pobreza y el desarrollo no será sostenible”. El Fondo para la
Población de las Naciones Unidas (UNFPA) participa activamente en la solución
de esos problemas, pero aún queda mucho por hacer.
Curvas demográficas
Las curvas demográficas pueden ser básicamente de dos tipos: En J, de
rápido crecimiento y caída brusca, y en S (S tumbada o sinusoidal), de
crecimientos y bajadas suaves. La curva en J se da cuando una población se
desarrolla tan rápidamente que agota los recursos que necesita (desarrollo
insostenible). La curva en S es la normal en la naturaleza en la que el hombre
apenas haya influido y denota un sistema sostenible. Un ejemplo lo tenemos en
la isla de San Mateo de 330 Km en el mar de Bering. En 1944 una manada de
2

29 renos (5 machos) se introdujeron en la isla, en la que no tenían


depredadores. En 1963 se calculó que había unos 6000 renos bastante
desnutridos pues habían agotado casi todos sus recursos alimenticios. Esto se
conjugó con un invierno riguroso entre 1963 y 1964 provocando la muerte de
casi toda la manada. En 1966 había sólo 42 supervivientes. La gráfica de esta
isla es de tipo J. Por desgracia hay muchos más
casos como el de esta isla y casi siempre está detrás la mano del hombre. El
crecimiento demográfico de los humanos tiene, actualmente una curva en forma
de J por lo que muchos científicos han pedido que se apliquen políticas que
estabilicen el crecimiento de nuestra población o, nos pasará como a los renos
de San Mateo.
La causa fundamental del hambre

Una conclusión importante que fundamentan estos autores es que “la causa
fundamental del hambre es la pobreza. Nuestro planeta produce suficientes
alimentos para todos los seres humanos de la actualidad. La gente que sufre de
hambre o desnutrición carece de dinero para comprar comida, o de tierras
adecuadas para cultivar. Si por algún milagro la producción mundial de
alimentos se duplicara el próximo año, la situación de casi todos los que
padecen de hambre y extrema pobreza no cambiaría (…), [porque] los alimentos
(…) fluyen en la dirección de la demanda, no de las necesidades nutricionales”.
Además, afirman que “no hacen falta ciencias ni tecnologías nuevas para aliviar
el hambre y al mismo tiempo promover la sostenibilidad cuando cultivamos
nuestro sustento”.
El problema radica en que existe una globalización económica desigual por la
que los países ricos venden libremente productos a los pobres y los productos de
los países pobres tienen problemas para ser vendidos en los países ricos ya que
éstos últimos imponen aranceles o subvencionan sus propios productos.
Según el biólogo Garret Hardin la ayuda a los pobres no debe ser en forma de
alimentos ya que “al repartir los alimentos. sólo estaremos fomentando el
escalamiento de la población”. Según Hardin, si queremos ayudar, debemos
dirigir nuestros esfuerzos a abatir el crecimiento demográfico.
Existen organismos ambientales que tienen ese objetivo como prioritario.
Contabilidad ambiental y economía ecológica

Los autores de este libro muestran la exigencia de abrir una contabilidad


ambiental en la que se estime el costo de los recursos naturales, como la erosión
de la tierra, la salinidad, la contaminación por fertilizantes y pesticidas de las
aguas superficiales y profundas y los costos de salud. Cuando se hace de esta
manera, las prácticas de conservación de recursos recibirán el crédito que se
merecen y es más probable que se llegue a la sostenibilidad. Lo peor es que
hay pocos incentivos para emplear este método de contabilidad.
El científico estadounidense Herman Daly es un gran estudioso de la
Economía Ecológica y sostiene que el gobierno de EE.UU. (y de muchos países)
eleva sus ingresos gravando el trabajo (el impuesto sobre la renta), en tanto que
los recursos naturales son tratados como si fueran gratuitos. Si no existieran
tantos impuestos sobre la renta, la gente trabajaría por menos dinero. Por esta
situación las empresas reducen el trabajo al mínimo y manejan los recursos
como si fueran desechables. Consecuencias: Paro, contaminación y leyes para
regularlas. Daly plantea que cumpliríamos los propósitos de la sostenibilidad
con más facilidad si los gobiernos aumentaran sus ingresos gravando no el
trabajo, sino el uso y el agotamiento de los recursos naturales. Ejemplo: Los
agricultores no pagarían impuesto sobre la renta, pero pagarán si producen
erosión o contaminación. Inicialmente los ingresos de los agricultores podrían
ser los mismos, pero tendrían un poderoso argumento para reducir los impactos
negativos al medio ambiente. Igualmente, también habría que poner un
impuesto al transporte de alimentos, para fomentar que se consuman productos
locales.
El control de las plagas y el fracaso de los pesticidas

Con respecto al control de las plagas, citaremos un interesante caso real:


El piojillo de las plantas es un insecto que se convirtió en plaga en Indonesia
a partir de que empezaran a utilizarse pesticidas en el cultivo del arroz. Cuantos
más
pesticidas se usaban mayor era la infestación de estos insectos y más cuantiosas
eran las pérdidas de arroz. Se usaron grandes cantidades de pesticidas, que
estaban subvencionados por el gobierno al 15% de su precio en el mercado.
En 1986 el gobierno prohibió la mayoría de los pesticidas que se estaban usando
pues se descubrió que mataban a las arañas y los zancudos, que eran los
depredadores que se comían al piojillo. Al suspender el uso de pesticidas
volvieron los enemigos del piojillo y éste dejó de ser una plaga.
Los pesticidas son sustancias químicas empleadas para acabar con las plagas.
Pueden ser herbicidas (para las hierbas), insecticidas (para los insectos),
fungicidas (para los hongos)… En cambio, ya se ha demostrado en multitud de
ocasiones que no es una buena forma de luchar contra las plagas puesto que
tienen multitud de problemas intrínsecamente relacionados con ellos. Los 3
problemas principales son:
 Aumento de la resistencia de las plagas: Los pesticidas eliminan a
los individuos más débiles en general, mientras que los más fuertes son los
que se reproducen y van creando generación a generación poblaciones más
resistentes. Debido a la enorme capacidad reproductiva de muchos insectos,
esta resistencia crece muy rápidamente (incluso a otros pesticidas a los que
no hayan sido jamás expuestos). La solución a esto que suelen dar los
agricultores consiste en utilizar más cantidad de pesticidas y el ciclo se repite
en lo que el entomólogo Robert van den Bosh llamó espiral de los pesticidas,
la cual también incluye los siguientes dos graves inconvenientes.
 Resurgimientos y brotes secundarios: Suele ocurrir que después de
que una plaga haya sido controlada, se recupera y resurge con más fuerza
aún. Los insectos y las plantas forman una red alimentaria compleja. Los
insectos devoradores de plantas suelen ser controlados por otros insectos
que los parasitan o depredan. A menudo los pesticidas tienen un impacto
mayor en estos enemigos naturales que en los devoradores de plantas que se
pretenden eliminar. Ejemplo de esto es el caso citado anteriormente del
piojillo del arroz en Indonesia. Los pesticidas químicos fracasan porque
suponen que los ecosistemas son entidades estáticas y simples.
 Efectos negativos para el hombre y el ambiente: El uso de
pesticidas ataca directa o indirectamente a especies que nada tienen que ver
con los males que se desean evitar: aves, mamíferos… e incluso el hombre.
Como ejemplo clásico está el DDT, un pesticida muy utilizado a mediados
del siglo XX y que mataba, en EE.UU., a multitud de aves pescadoras. Se
demostró que incluso se estaba acumulando en tejidos humanos. El libro
“Primavera Callada” (Silent Spring) de la bióloga Rachel Carson denunció
que si seguía usándose DDT se llegaría a una primavera sin aves. Su esfuerzo
llevó a la prohibición del DDT y la creación de organismos
ambientales (como la EPA), pero aún hay multitud de otros pesticidas que
son muy peligrosos, o bien, se ignora su toxicidad real. Una prueba es la gran
cantidad de agricultores que mueren al año por intoxicación de estos
productos.
Resumiendo, debe controlarse que los pesticidas no contaminen los
alimentos, ni los acuíferos, ni maten a otras especies, ni a los insectos
polinizadores (abejas…), ni originen plagas más resistentes…
La alternativa al uso de pesticidas no es simple, pero pasa por investigar a fondo
cada plaga de forma individual y efectuar lo que se llama un manejo integral
de las plagas, la cual tiene algunas pautas genéricas: rotación de los cultivos,
evitar los monocultivos, conservar los depredadores, siembra y fertilización bien
planeadas… Uno de los mejores métodos consiste en controlar las plagas con
sus enemigos naturales, pero hay otros métodos. Algunos ejemplos de técnicas
empleadas interesantes son:
 Las mariquitas se alimentan de otros insectos, como los cocos que suelen
devastar los cultivos de cítricos.
 Por ejemplo, varios tipos de orugas han sido controladas con avispas
parásitas que depositan sus huevos en las crisálidas haciendo que las larvas
de avispa se alimenten de ellas y terminen matándolas.
 Las moscarda produjo grandes pérdidas a los ganaderos de Florida al
infectar con sus larvas (o gusanos barrenadores) las heridas del ganado. Se
observó que las hembras de moscarda sólo se aparean una vez, por lo que al
liberar multitud de machos estériles se consiguió controlar la plaga en 1958-
59. Hoy se emplea este método rutinariamente, y se ha usado en otros países
(como en Libia gracias a la FAO).
El agua

Para terminar esta parte, se expone la importancia del agua y su ciclo y


cómo en multitud de sitios de todo el planeta se consume más agua de la
recomendable. Ejemplo: la Catedral de Ciudad de México y otros grandes
edificios de la ciudad presentan un manifiesto hundimiento, causado por el
agotamiento de los mantos freáticos (agua subterránea). En multitud de lugares
costeros ese agotamiento provoca la salinizaciónde los pozos, efecto que
también se produce por la creación de embalses en los cauces de los ríos que
impiden que llegue el agua necesaria para mantener a salvo tal salinización.
Además, los ríos aportan nutrientes al mar y al reducirse drásticamente también
se reduce la pesca. El ejemplo más dramático de esto es la presa de Asuán en
Egipto, un derroche económico que ha traído más problemas que ventajas.
Es necesario respetar el agua y consumir la justa. Para ello en numerosos sitios
se están empleando las aguas grises, las ligeramente sucias de fregaderos,
bañeras y lavadoras para usarlos en los váteres o escusados, riego de césped o
del jardín, lavado de coches… Para ello es necesario disponer de un depósito
colector de aguas grises.

3. Contaminación: de aguas, de aire,


cambio climático…
Eutroficación: Es el proceso que ocurre cuando se vierten a las aguas (ríos,
pantanos…) desechos ricos en nutrientes orgánicos. Esos desechos pueden
provenir de las aguas negras de las casas de las ciudades o de las aguas
subterráneas contaminadas con fertilizantes de la agricultura. Especialmente,
los detergentes con fosfatos aumentan el riesgo de eutroficación. Este
enriquecimiento de nutrientes, que puede ser positivo, para la tierra, es muy
negativo para el agua ya que facilita el crecimiento de fitoplancton (plantas
microscópicas que flotan en el agua) y esto hace que las aguas se vuelvan turbias
en vez de cristalinas. Esta turbiedad hace que las plantas del fondo (flora
béntica sumergida) no reciban la suficiente luz para realizar la fotosíntesis y
acaban muriendo. Esta pérdida implica que se pierde también grandes fuentes
de alimentos, y hábitat, además de oxígeno disuelto (como resultado de la
fotosíntesis). Todo eso implica la pérdida de muchas especies animales,
principalmente peces y crustáceos. Hay que aclarar que la fotosíntesis del
fitoplancton sólo abastece de oxígeno la superficie. Al morir el fitoplancton se
deposita en el fondo creando depósitos espesos de detritos, que propician la
proliferación de descomponedores, principalmente bacterias que, además,
agotan el poco oxígeno disuelto y que despide un olor fétido de los productos de
desecho de esas bacterias.
Por tanto, si vemos una masa de agua turbia, con poca vida podremos asegurar
que la eutroficación es la causa. A pesar de ella, pueden existir peces que vivan
adaptados a la superficie viviendo a costa del fitoplancton. A parte de reducir la
biodiversidad, la eutroficación hace que el agua sea poco atractiva para nadar,
remar… y pierde mucha calidad para llegar a ser consumida por el hombre.

Para evitar la eutroficación es necesario depurar las aguas negras de las


ciudades antes de verterlas al mar o a los ríos. De esta depuración, además
podemos obtener un abono rico en nutrientes que devuelva a éstos a su ciclo
natural. Para simplificar esa depuración es muy importante no verter a las aguas
residuales de las vivientas (lavaderos, váteres…) productos no biodegradables
(pinturas, colillas, disolventes…) y otros contaminantes (plomo, mercurio,
cadmio, cromo…).

Contaminación por productos químicos

Por otra parte, en este apartado de contaminación requiere especial atención


aquella producida por productos químicos peligrosos. En cada etapa del ciclo de
vida de estos productos, desde su extracción hasta su eliminación, pasando por
su transporte o su utilización, el producto químico o el artículo que lo contiene
puede contaminar el medio ambiente poniendo en peligro la salud de los seres
humanos. Hay multitud de ejemplos de esto y algunos son, por desgracia,
famosos a nivel mundial: El derrame de petróleo en Alaska del buque Exxon
Valdez en 1989, la enfermedad de Minimata (Japón) por intoxicación por
mercurio de principios de la década de 1970, el caso del DDT citado
anteriormente, el incendio del río Cuyahoga (EE.UU.) que propició la Ley de
Aguas Limpias de 1972, el caso de Love Canal (Nueva York) en el que un viejo
vertedero se usó para construir viviendas cuyos inquilinos resultaron
envenenados, produciendo intoxicaciones, abortos, defectos congénitos…
Como dato curioso podemos anotar que la Agencia de Medio Ambiente
de EE.UU. (EPA) tiene una lista de casi 1300 sitios peligrosos que hay que
inspeccionar regularmente y sólo se suelen tomar medidas si existe amenaza
para la salud humana.
El libro explica la existencia de racismo ambiental en el mundo en general y
en EE.UU. en particular. En ese país expone 3 ejemplos en los que los sitios
elegidos para una incineradora y dos rellenos sanitarios de residuos peligrosos,
son lugares habitados en sus cercanías por minorías: negros, latinos e indios de
la tribu chaeta.
La solución a estos problemas que proponen estos científicos es la misma que a
otros de similar naturaleza: Evitar consumir productos que requieran algún tipo
de contaminación. En síntesis, evitar el consumismo, pero además, detallan 4
medios para enfrentarnos a estos problemas de contaminación: (1) Prevención.
(2) Reciclado. (3) Tratamiento para reducir la peligrosidad. (4) Descargas
seguras, para evitar la contaminación durante el almacenamiento.
A pesar de las dificultades, los dos autores concluyen que “hay todas las razones
para creer que podemos gozar de los beneficios de la tecnología moderna sin
contaminar y destruir la sostenibilidad de nuestro ambiente”. Sobre el
consumismo también habló magistralmente el escritor Joaquín Araújo en su
libro “Ecos… Lógicos, para Entender la Ecología“, aparte de otros temas como
la ecologización de la economía, la tortura pública de toros, la importancia de
los bosques y, en síntesis, el significado del “ser ecológico”.
Contaminación atmosférica

Con respecto a la contaminación del aire es fácil saber la procedencia


principal de esa contaminación: Combustión, procesos industriales y
transportes. Normalmente la temperatura disminuye con la altura y como el aire
caliente tiende a subir se lleva la contaminación a capas superiores de la
atmósfera. Sin embargo, la inversión térmica se produce de noche cuando, al
no calentar el sol, cesa la corriente ascendente y se forma una región en la que la
temperatura superior es mayor que la inferior, evitando que los gases
contaminantes asciendan y se dispersen. Normalmente, al día siguiente el
proceso se normaliza y se dispersan los gases de nuevo, pero si por un día
nublado la inversión térmica dura más de lo normal, los gases quedan atrapados
provocando un exceso de contaminación peligrosa para la salud humana que ha
causado ya miles de muertos, aparte de otras enfermedades (bronquitis…).
Ejemplos típicos son las ciudades de Donora y Ciudad de México, pero el caso
más alarmante ocurrió en 1952 en la ciudad de Londres que provocó 4000
muertos. También se producen daños en la vegetación que está muriendo en
grandes zonas cercanas a las ciudades por este motivo. Por ejemplo, en algunas
zonas de California ya no es posible cultivar cítricos y en multitud de áreas del
mundo el rendimiento agrícola disminuye.
Los efectos de este tipo de contaminación son acumulativos y producen efectos
sinérgicos si se combinan con otros tipos de intoxicaciones. Por ejemplo, está ya
muy demostrado que “los fumadores que viven en ambientes contaminados
padecen una incidencia mucho mayor de enfermedades pulmonares que
quienes respiran aire limpio”. Pero aclaran que “el tabaco causa más muertes y
sufrimiento entre los adultos que cualquier otro material tóxico del ambiente”.
Todo esto explica porqué dejar de fumar es tan recomendable.
La solución, desde luego es compleja pero pasa por dos medidas urgentes. Una
es la reducción de las emisiones peligrosas en procesos industriales (fábricas,
incineradoras…). Para ello es necesario aplicar diversos mecanismos, entre los
que se encuentran el uso de dispositivos que filtran el humo que sale de las
chimeneas evitando verter al aire las partículas más peligrosas. Una segunda
medida urgente es reducir el uso de transporte a base de gasolina y, por
supuesto, obligar a que esta gasolina sea sin plomo en todo el mundo. Para ello
es necesario fomentar el transporte público y la bicicleta, como ya se han visto
obligados a hacer en ciudades como Tokio. En Portland (Oregón) se desechó la
construcción de autovías para apostar por un sistema de trenes que aligeró el
tráfico en las vías que llevan al centro de la ciudad. Según estos autores, está
demostrado que la construcción de autovías o vías rápidas en las ciudades, lejos
de solucionar el problema lo agravan, porque fomenta el uso del automóvil y
porque al final esas vías, que pretendían ser la solución, acaban también
colapsadas. Los automóviles eléctricos son una buena solución si esa
electricidad es producida mediante fuentes de energía renovable, ya que si no es
así tan sólo conseguimos trasladar la contaminación de un sitio a otro.
Contaminación en interiores: En tu casa, en tu trabajo…

Se ha demostrado que en muchas ocasiones el aire de los interiores está


contaminadoporque diversos materiales emiten compuestos orgánicos volátiles
(alfombras, tapicerías, plásticos, fibras artificiales…), además de la
contaminación química de limpiadores, insecticidas, pegamentos, pinturas y
barnices…
La solución para evitar respirar aire contaminado es más fácil de lo que parece:
Bill Wolverton, ingeniero ambiental de la NASA estudió a comienzos de los
setenta el problema de mantener limpio y saludable el aire en los vehículos
espaciales.
Comenzó estudiando las plantas domésticas y resultaron mucho mejores de lo
que había esperado. A partir de niveles “peligrosos” de varios compuestos
orgánicos volátiles, Wolverton encontró que algunas plantas reducen la
contaminación a niveles no detectables en 24 horas. Dos de las más eficaces
fueron los cleomes y los filodendros(philodendron, género con más de 250
especies de la familia de las aráceas ornamentales), que también se encuentran
entre las plantas domésticas que son más fáciles de cuidar: toleran casi
cualquier condición de iluminación, basta regarlas 1 ó 2 veces por semana, son
resistentes a las plagas y no tienen flores que provoque alergias. Además, se
plantan con facilidad: los filodendros de esquejes y los cleomes de los
numerosos estolones que echan. Estas plantas pueden ayudar también a limpiar
la contaminación del aire en el interior de las viviendas. Ponga plantas en su
vida y regálelas, parece un buen lema para respirar mejor.
En los países industrializados, el control de la contaminación es una industria
creciente “que provee millones de empleos y es una parte importante de la
economía”. Pero lo más importante son los inmensos “costos evitados” tanto en
gastos sanitarios (que pueden medirse) como en salud (que no puede medirse).

La lluvia ácida

Además, como es obvio la contaminación atmosférica que se lleva el viento no


desaparece, sino que se combina con diversas sustancias (como agua),
produciendo ácidos (como el ácido sulfúrico o el nítrico) que caen con la lluvia
produciendo la famosa lluvia ácida, que “es la norma en casi todo el mundo
industrializado”. No obstante, lo normal es que la lluvia ácida caiga en un lugar
distinto a aquel donde se ha producido la contaminación, normalmente al Este
porque es la dirección habitual de los vientos. Así, “Canadá debe la mitad de su
precipitación ácida a EE.UU., y Escandinavia la recibe de Inglaterra y otras
naciones europeas; a Japón llegan los vientos contaminados de la extensa
quema de carbón de Corea y China. Hay consenso entre los científicos de que el
problema debe ser enfrentado a los niveles nacionales e internacionales”.
Los efectos de la lluvia ácida son diversos, pero se pueden clasificar en los 3
más importantes:
1. En ecosistemas acuáticos: Fue notado cuando pescadores observaron
grandes menguas en las poblaciones de peces en muchos lagos de Suecia,
Ontario (Canadá) y Adirondack (Nueva York). Los científicos suecos fueron
los primeros en señalar como causa el aumento en la acidez del agua. Pero
además, resulta que el aluminio (y otros metales) del suelo no son venenosos
porque se encuentran en formas insolubles. Con la lluvia ácida esos
elementos sí son solubles y entonces pueden ser muy tóxicos para animales y
plantas. Así, conforme los lagos se acidifican, los peces acumulan mercurio.
En los Grandes Lagos, por ejemplo, la concentración es tan elevada que está
prohibido consumir ese pescado. En Noruega y Suecia los peces han
desaparecido de por lo menos 6500 lagos, y de otros 1200 en Ontario…
Aunque en la superficie los lagos puedan parecer limpios y azules en su
interior no hay vida (apenas algas y bacterias resistentes). Algunos lagos se
han mostrado resistentes a los efectos de la lluvia ácida. Ello es debido a que
su agua contiene neutralizantes. Por ejemplo, la cal (carbonato de calcio) se
combina con el ácido neutralizándolo, pero una vez empleada, esa cal ya no
puede neutralizar más ácido, por lo que muchos de los lagos resistentes van
perdiendo paulatinamente tal capacidad, ya que el aporte de ácidos es
constante a pesar de las medidas tomadas.
2. En bosques: La precipitación ácida añade nitrógeno y azufre al suelo,
que estimula el crecimiento de los árboles, pero también esa lluvia arrastra
los neutralizantes que hemos visto anteriormente (principalmente calcio y
magnesio) y elementos tóxicos (como aluminio). Con el tiempo, el calcio
(esencial para los vegetales) acaba escaseando y se reduce el crecimiento de
los árboles hasta morir víctimas de insectos y enfermedades.
3. En obras arquitectónicas: La piedra caliza (por ejemplo, marmol) es
muy utilizada para fachadas de edificios y para monumentos (esculturas,
relieves…). La lluvia ácida disuelve ese material erosionando la piedra. En
Kamakura (Japón), una estatua de bronce de Buda de más de 11 metros de
altura se está disolviendo poco a poco, debido a que su lluvia ácida es más
ácida que en EE.UU. (tiene un pH muy bajo).
Como la principal causa de la lluvia ácida son los coches y las centrales
eléctricas que funcionan con carbón, se han propuesto 6 medidas para reducir el
problema. Las dos primeras son limpiar el carbón antes de usarlo y usar
combustión con base de fundente, pero por factores económicos no se utilizan
estas medidas. El cambio de combustible es otra opción, pero el petróleo es más
caro que el carbón, y aunque existe carbón con poco azufre también es más caro
aunque esta medida no exige instalar otra tecnología. La cuarta alternativa
consiste en instalar depuradores que limpien los humos antes de verterlos al
exterior. Estos depuradores son muy eficaces y no son demasiado caros.

Las dos últimas soluciones son las más adecuadas pero requieren cambios
bruscos en las políticas energéticas. Por una parte se trata de fomentar las
fuentes de energía alternativa (solar, eólica…) y por otra, reducir el consumo de
electricidad que es, sin duda, “la mejor medida, y ha sido llevada a cabo en
algunas aplicaciones”.

Calentamiento mundial: El efecto invernadero

En 1993, el geoquímico James W.C. White escribió en la revista Nature: “Si


la Tierra viniera con instrucciones, el capítulo sobre el clima empezaría con una
advertencia de que el sistema fue ajustado de fábrica para la mayor comodidad y
que no hay que tocar los botones”. Como ocurre con un invernadero, la energía
luminosa del sol pasa por la atmósfera y es absorbida por la Tierra que se
calienta y emite su calor en forma de radiación infrarroja. Parte de esa radiación
escapa al espacio exterior, pero otra parte no puede escapar ya que existen una
serie de gases en la atmósfera que se lo impiden. Son los llamados gases de
invernadero: dióxido de carbono (CO ), vapor de agua, metano (CH ), óxido
2 4

nitroso, CFCs y otros halocarburos y otros gases menos importantes. Estas


emisiones se han llamado emisiones de lujo, “porque son en buena medida el
producto de un estilo de vida que está vedado a la mayoría de los países”.
El dióxido de carbono es el más preocupante ya que desde la revolución
industrial el hombre está generando grandes cantidades de este gas. Estados
Unidos y Canadá producen el 25% del total mundial y Europa genera el 18%
(datos de 1992). La pérdida de bosques influye también: Por una parte al
quemarse emiten mucho dióxido de carbono y por otra los árboles vivos ayudan
a eliminar grandes cantidades de este gas. El metano es un producto de las
reacciones microbianas de fermentación y lo emiten las minas de carbón,
tuberías de gas, pozos petroleros… y también se forma en el estómago de los
rumiantes, por lo que se piensa que la ganadería es causante de mucho del
aumento de este gas en la troposfera.
Por tanto, el efecto invernadero está provocando un calentamiento global de
todo el planeta. Pero, ¿cómo estar seguros de que el incremento de tales gases
causará un aumento permanente de la temperatura promedio de la Tierra? La
respuesta que dan estos autores es clara: “no podemos estar seguros”, pero
“todas las pruebas examinadas hasta ahora apuntan a una fuerte probabilidad
de que, conforme aumentan los niveles de los gases de invernadero en la
troposfera, la temperatura del planeta ascienda y produzca grandes cambios
climáticos. Los científicos han llegado a un consenso en este punto, como lo hizo
público el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático”.
Resumiendo mucho, los efectos del calentamiento global son: cambios
climáticos regionales, en Europa los vientos se han vuelto cálidos y secos, el
efecto conocido como El niño, crecerán la intensidad de las tormentas y la
frecuencia de los huracanes hasta el punto de que las compañías aseguradoras
se han interesado por este fenómeno debido a las grandes sumas que ya han
pagado. También se está produciendo una disminución del hielo en los polos, un
retroceso de los glaciares y un ascenso en el nivel del mar con el consiguiente
impacto en los ecosistemas, incluyendo el humano (mucha gente tendrá que
emigrar tierra adentro y tengamos en cuenta que las ciudades costeras son el
hogar de más de la mitad de la población mundial).
En síntesis, las soluciones que indican estos autores son: establecer un tope en
las emisiones de dióxido de carbono (como dice el protocolo de Kioto
que EE.UU. se niega a cumplir), estimular la energía nuclear si se resuelven las
cuestiones acerca de los costos, la fiabilidad y el gasto de combustibles y los
desechos nucleares, eliminar los CFCs, detener la pérdida de bosques y plantar
árboles en áreas deforestadas, tasar con impuestos cada vez más rígidos el
carbono de los combustibles siguiendo la norma de que “el que contamina,
paga”, y por último, invertir en energía renovable.
Deterioro de la capa de Ozono (O ) 3

Como también dijo Carl Sagan en su libro “Miles de Millones” este es un buen
ejemplo para la humanidad, aunque aún no está todo solucionado. “No sufrimos
más efectos nocivos de los rayos ultravioleta [del sol] porque la capa de ozono
de la estratosfera absorbe casi toda esa radiación (más del 99%)”.
Diversos gases de origen humano, principalmente los CFCs
(clorofluorocarbonos) reaccionan con el ozono haciendo que la cantidad de este
gas se reduzca drásticamente. Ese gas no es el único: “como fumigante del suelo
y pesticida, se piensa que el bromuro de metilo es la causa del 10% de la pérdida
del ozono de la estratosfera”. El principal agujero de esta capa de ozono está en
el polo Sur que afortunadamente no está habitado por el hombre. En Australia
el problema es más serio y se calcula que en Queensland, donde la capa de
ozono es más delgada, 3 de cada 4 australianos padezcan cáncer cutáneo. Pero
los datos revelan tendencias claras a la baja de ozono en todo el mundo y más
notables en Europa y América del Norte que en Asia oriental, por ejemplo.
Algunas de las lecciones que según estos autores debemos aprender de este
problema es que “el Protocolo de Montreal (de 1987 para la prohibición de
gases CFCs) fue redactado antes de que se señalara con tanta claridad a los CFCs
como causantes de la destrucción de la capa de ozono”. Posteriormente se
hicieron diversas enmiendas (en 1990 y 1996) y “casi todos los países del mundo
estuvieron de acuerdo en emprender medidas costosas con el fin de proteger un
recurso mundial: la capa de ozono”. Pero “incluso con la prohibición, hay tales
cantidades de CFCs en automóviles, refrigeradores y acondicionadores de aire
que el deterioro normal de las unidades seguirá contribuyendo a los niveles de
CFCs durante algunos años”. En 1995 se concedió el premio Nobel de química a
3 científicos por sus descubrimientos en este campo, por su posterior lucha
política y por “salvarnos de un problema ambiental que pudo haber sido de
consecuencias catastróficas”.
Contaminación y política: Las leyes en defensa de la Naturaleza

“En las sociedades democráticas la responsabilidad última por las políticas


ambientales es de los ciudadanos”. Thomas Jefferson afirmó: “No conozco otro
lugar más seguro para depositar los poderes de la sociedad que el propio pueblo;
y si creemos que carece de luces suficientes para ejercer su control en la forma
más discreta, el remedio no es despojarlo del poder, sino ilustrarlo”.

Es evidente que el medio ambiente merece ser protegido por el bien común:
“Millones de muertes y la difusión de muchas enfermedades se deben en última
instancia a la degradación del ambiente”.

Estados Unidos, el país más contaminante del planeta es también uno de los que
más y mejores leyes de protección medioambiental tienen. Aunque parezca una
demostración de que el mundo está “al revés”, como dijo Galeano en su libro
“Patas Arriba“, en realidad es la consecuencia de una sociedad moderna y sus
empresas son extremadamente competitivas. Su excesiva contaminación es
debida al sistema de vida que llevan y al exagerado consumismo de su sociedad,
que tampoco dista mucho del de otros países ricos como Canadá o Europa, y que
se estudiará más adelante. No faltan quienes se quejan de las limitaciones que
exigen las leyes de protección ambiental: “Quienes se quejan del sistema actual
de restricciones no se fijan en el pasado, cuando libre empresa significaba la
libertad de amasar fortunas a costa del ambiente”.
“Se podrían citar numerosos casos de pérdidas de empleos originadas por las
reglamentaciones ambientales”, pero la protección ambiental “es una de las que
más empleos crean, tienen más ganancias y generan más ventas”. Un riguroso
estudio de Roger Bezdek en Environment (1993) llevaba a la conclusión de que
los estados con reglamentos más estrictos tienen mayores tasas de crecimiento
del empleo y de desempeño económico. Según el estudio, los patrones
atribuyeron a causas relacionadas con la protección del ambiente sólo el 0.1% de
los despidos.
Estos autores sugieren que “quizá no sea coincidencia que en los antiguos países
comunistas de Europa, donde se suspendieron las medidas ambientales para
favorecer la industria, las economías y los ecosistemas sean zonas de desastre”.
“Las preocupaciones por la eficiencia energética, el control de la contaminación
y la conservación de los recursos han estimulado a las empresas para que
modifiquen sus tecnologías de manera que las hagan más competitivas”.

Así, un buen control legal en defensa del medio ambiente no es sólo necesario
para la sostenibilidad sino que tiene ventajas económicas tarde o temprano.
“Las políticas ambientales no disminuyen la riqueza de las naciones, sino que
la transfieren de los contaminadores a quienes controlan la contaminación y la
generan menos”. Enriquecerse a costa de dañar la Naturaleza puede ser
beneficioso para el que se enriquece, pero es nefasto para la sociedad. Una
sociedad próspera debe por tanto tender a un desarrollo sostenible que cuide su
riqueza natural.
En el tema de las políticas legales hay que responder a dos cuestiones:

 ¿Cómo medir la eficiencia de los controles de la contaminación?. Esa


medición se hace con el análisis de costos y beneficios.
 ¿Cómo estar seguros de que las políticas públicas protegen de la mejor
manera a los seres humanos y al ambiente?. Aplicando el análisis de riesgos.
Ambas técnicas son explicadas con bastante detalle, pero aquí sólo nos
centraremos en algunos aspectos. Con respecto al Análisis de Costos y
Beneficios es interesante destacar que “en general, las estrategias de control
de la contaminación requieren grandes costos iniciales, que disminuyen cuando
las estrategias son absorbidas por la economía”. Por otra parte, “es posible que
los beneficios sean insignificantes a corto plazo, pero aumentan cuando se
recupera el ambiente y la salud humana de los efectos de la contaminación o se
ahorra la degradación del medio. Cuando se comparan las dos curvas, se
observa que los gastos que parecen ineficaces en lo inmediato (5 a 10 años) se
justifican a largo plazo”.
Por otra parte, los seres vivos “toleran cierto nivel umbral de contaminación sin
efectos nocivos”, por lo que “con un grado modesto de limpieza es posible que
los beneficios superen a los costos”. Por ejemplo, “pedir más del 90% [de
limpieza] tendrá costos enormes con poco o ningún beneficio adicional (…) [y]
es más sensato dedicar el dinero y el esfuerzo a otros proyectos en los que se
obtengan mayores beneficios”. El ejemplo de EE.UU. es claro: Tras una
desaforada contaminación que llegó a situación crítica a finales de los sesenta,
“se han gastado sumas enormes en abatir el problema. Los análisis de costos y
beneficios muestran que, en general, los desembolsos están más que pagados
por la disminución en los gastos médicos y la mejora en la calidad del aire”.
Por su parte, el Análisis de Riesgos es importante por la importancia de
medir “la probabilidad de sufrir daños, enfermedades, muerte o algún otro
detrimento por la exposición a un peligro”. Y es curioso constatar que “las
percepciones de la gente no coinciden con la realidad de las situaciones”, desde
un punto de vista científico. Por ejemplo, la EPA hizo un estudio científico para
obtener los mayores problemas ambientales, separando en dos categorías:
1. Riesgos Ecológicos: Cambios climáticos, Agotamiento del ozono
estratosférico, Alteración del hábitat y Extinción de especies y pérdida de
biodiversidad.
2. Riesgos para la Salud: Contaminantes atmosféricos (de criterio y
tóxicos), Radón, Contaminación de interiores, Contaminación del agua
potable, Exposición laboral a sustancias químicas y Aplicación de pesticidas.
Sin embargo, de una encuesta se obtuvo que “sólo 3 de las 10 mayores
inquietudes de la ciudadanía están en la lista de la EPA”. Esto es así porque “la
percepción de los riesgos está muy influida por los medios de comunicación”.
Por ejemplo, “la preocupación pública por los derrames petroleros creció al
instante después del accidente en Alaska del Exxon Valdez (…). En cambio,
el tabaquismo, que sólo en Estados Unidos causa cada año la muerte de
420.000 fumadores, no recibe gran atención porque no es noticia ni hay un
factor de amenaza. Se ha dicho que si todos los decesos del año ocurrieran el
mismo día, (…) se prohibiría el cigarrillo”.

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