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INTRODUCCION

El campo de la iluminación es uno de los que más ha evolucionado en los últimos años y lo ha
hecho a una velocidad sorprendente, esto gracias a los constantes avances científicos y
tecnológicos que se dan en diferentes áreas, muchas de las cuales ofrecen nuevos
descubrimientos, avances, métodos, técnicas y materiales que benefician a este sector en
particular.

En nuestros días resulta un servicio vital dentro de las


localidades y ciudades de todo el mundo. En la actualidad, es
un servicio de primera necesidad y no nos imaginamos la
vida sin éste. Puesto que se trata de un servicio público
universal, suele estar a cargo de los gobiernos locales o
federales, y se colocan en sitios de mucha afluencia como
calles, parque o vías primarias y secundarias.

Los primeros registros de un Alumbrado público como tal datan del siglo XVI y fueron empleados
en Francia, cuando a todos los habitantes de las grandes ciudades fueron obligados a colocar
faroles en las puertas de sus casas. Fue hasta el año de 1558 cuando se colocaron los primeros
faroles en las esquinas de las calles para que el alumbrado fuese más general y abarcara una
mayor parte de la superficie compartida. Estas primas lámparas seguían siendo de aceites, como el
de ballena, aunque resultaban ser costosas y poco duraderas por lo que los materiales fueron
cambiando también con los años. Fue un siglo después en 1662 que ya se tenían registros de
comisiones especializadas en el encendido y apagado de estos alumbrados.

En 1807 la trasformación de estas lámparas tomo un giro cuando fueron adaptas con gas, esto en
las calles de Londres, con ello la eficiencia de estas mejorado a la par de las necesidades que
fueron surgiendo junto con la revolución industrial. Estos faroles requerían de una persona que las
fuese encendiendo a manera de serie, con esto se hicieron mejoras notables en la iluminación de
exteriores pues no sólo se requería menor gente para encender o apagar los faroles, sino que
también el diseño de éstos permitía mayor durabilidad en cuanto a instalación y mantenimiento.

Las primeras lámparas eléctricas se fabricaron en el siglo XIX tras el descubrimiento de la


electricidad y en 1875 ya se empleaban las fabricadas con
electrodos de carbón guiados por corriente alterna que
les permitía arder de manera regular. En diversas
ciudades de Europa fueron adoptadas estas lámparas de
arco eléctrico aunque se remitían solo a algunos sectores.
En USA se adoptaron de igual manera aunque fue en
Rumania donde se estableció el sistema de alumbrado
público con electricidad, en toda una ciudad, la ciudad de
Timisora. Esto ocurrió en noviembre de 1884 cuando se
instaló en esta ciudad un total de 731 lámparas.

Dentro de los inconvenientes de las lámparas de arco eléctrico estaba el hecho de que emitían
demasiada luz y calor, esto resultaba contraproducente para las ciudades además de que la altura
de los postes era baja, de unos 2 o 3 metros. Sin embargo este tipo de lámpara resultaba apto
para otro tipo de lugares como los astilleros. También requería mucho mantenimiento ya que los
electrodos de carbón solían desgastarse rápidamente, lo que generaba mayores costos. Estas
primeras lámparas eléctricas fueron quedando en desuso, pues a finales del siglo XIX fueron
reemplazadas por las lámparas incandescentes que estaban mejor diseñadas con materiales más
flexibles, baratas y con mayor duración además de que proporcionaban aún más brillo y también
menos calor. Las lámparas de arco eléctrico quedaron en desuso para alumbrados públicos y su
aplicación fue únicamente en el ámbito industrial.

Después de las lámparas incandescentes, las lámparas fluorescentes fueron empleadas de manera
provisional en los alumbrados públicos. Posteriormente se desarrolló la lámpara de vapor de sodio
de alta y baja presión que emitía una luz monocromática; esta fuente de luz era más puntual que
sus antecesoras, asimismo tenía un menor tamaño, lo que permitía un mejor manejo y
mantenimiento. Para el alumbrado público, ya sea en plazas o carreteras, actualmente se
requieren lámparas de vapor de sodio de alta presión. Estas son las que mayormente son
empleadas desde hace años en alumbrados públicos.

Sin embargo, en nuestros días las lámparas de led son las que han desplazado a las de vapor de
sodio ya que se busca un ahorro en las contabilidades municipales, un mayor ahorro energético y
de recursos, además que estas lámparas tienen una amplia duración y su mantenimiento no es
muy costoso debido a que los tamaños de las lámparas suelen ser pequeños y en algunos casos
ajustables. Con estas se consigue la misma iluminación con menos potencia, además de que son
amables con el medio ambiente.

Con este trabajo, pretendemos profundizar un


poco más allá de lo que comúnmente se sabe
del alumbrado público, y lo ejemplificaremos
aplicándolo a nuestro municipio de Xicotepec,
para conocer más acerca de todo este sistema
que tan indispensable, es pero también tan
ignorado puede serlo, pues pocas veces nos ponemos a pensar cómo es que funciona y qué
podemos hacer para conservarlo. Aquí mostraremos algunos conceptos relacionados al tema y
mostraremos ejemplos de los materiales que se usan para su funcionamiento, con el fin de que
quien se interese por el tema, tenga una opción más para ampliar su conocimiento.

TIPO DE ALUMBRADO USADO ACTUALMENTE


El alumbrado público es el servicio público consistente en la iluminación de las vías públicas,
parques públicos, y demás espacios de libre circulación que no se encuentren a cargo de ninguna
persona natural o jurídica de derecho privado o público, diferente del municipio, con el objetivo
de proporcionar la visibilidad adecuada para el normal desarrollo de las actividades.

Por lo general el alumbrado público en las grandes ciudades o centros urbanos es un servicio
municipal que se encarga de su instalación, aunque en carreteras o infraestructura vial importante
corresponde al gobierno central o regional su implementación.
Lámpara LED

Una lámpara de led es una lámpara de estado sólido que usa ledes (Light-Emitting Diode, Diodos
Emisores de Luz) como fuente luminosa. Debido a que la luz capaz de emitir un led no es muy
intensa, para alcanzar la intensidad luminosa similar a las otras lámparas existentes como las
incandescentes o las fluorescentes compactas las lámparas LED están compuestas por
agrupaciones de ledes, en mayor o menor número, según la
intensidad luminosa deseada.

Actualmente las lámparas de led se pueden usar para


cualquier aplicación comercial, desde el alumbrado
decorativo hasta el de viales y jardines, presentado ciertas
ventajas, entre las que destacan su considerable ahorro
energético, arranque instantáneo, aguante a los encendidos y apagados continuos y su mayor vida
útil, pero también con ciertos inconvenientes como su elevado costo inicial.

Lámpara fluorescente compacta

La lámpara fluorescente compacta (LFC) es un tipo de lámpara que aprovecha la tecnología de los
tradicionales tubos fluorescentes para hacer lámparas
de menor tamaño que puedan sustituir a las lámparas
incandescentes con pocos cambios en la armadura de
instalación y con menor consumo. La luminosidad
emitida por un fluorescente depende de la superficie
emisora, por lo que este tipo de lámparas aumentan su
superficie doblando o enrollando el tubo de diferentes
maneras. Otras mejoras en la tecnología fluorescente
han permitido asimismo aumentar el rendimiento
luminoso desde los 40-50 lm/W hasta los 80 lm/W.
También la sustitución de los antiguos balastros
electromagnéticos por balastros electrónicos ha
permitido reducir el peso y el característico parpadeo de los fluorescentes tradicionales.

En comparación con las lámparas incandescentes, las LFC tienen una vida útil más larga y
consumen menos energía eléctrica para producir la misma cantidad de luz. Como desventajas,
muchas de ellas no alcanzan su máximo brillo de forma inmediata y es más problemático
deshacerse de las viejas, pues hay que llevarlas a lugares específicos, ya que contienen residuos
tóxicos.

Lámpara de descarga
El funcionamiento de una lámpara de descarga se basa en el fenómeno de la luminiscencia, por el
cual se producen radiaciones luminosas con un escaso
aumento de la temperatura, por lo que se las llama
lámparas frías.

Las lámparas de descarga se pueden clasificar según el


gas utilizado (vapor de mercurio o sodio) o la presión a
la que este se encuentre (alta o baja presión). Las
propiedades varían mucho de unas a otras y esto las
hace adecuadas para unos usos u otros.

Lámpara incandescente

Una lámpara de incandescencia o lámpara incandescente es


un dispositivo que produce luz mediante el calentamiento por
efecto Joule de un filamento metálico, en concreto de
wolframio, hasta ponerlo al rojo blanco, mediante el paso de
corriente eléctrica. Con la tecnología existente, actualmente
se consideran poco eficientes ya que el 85 % de la electricidad
que consume la transforma en calor y solo el 15 % restante en
luz.

La bombilla incandescente es la de más bajo rendimiento


luminoso de las bombillas utilizadas: de 12 a 18 lm/W
(lúmenes por vatio de potencia) y la que menor vida útil o durabilidad tiene: unas 1000 horas,
pero es la más difundida, por su bajo precio y el color cálido de su luz. Esto es normal, por ser la
primera, y ocurre en todos los casos; los modelos sucesivos no habrían visto la luz de no ser
mejores.

Lámpara halógena

La lámpara halógena es una variante de la lámpara incandescente con un filamento de tungsteno


dentro de un gas inerte y una pequeña cantidad de halógeno (como yodo o bromo). El filamento y
los gases se encuentran en equilibrio químico, mejorando el rendimiento del filamento y
aumentando su vida útil. El vidrio se sustituye por un compuesto de cuarzo, que soporta mucho
mejor el calor (lo que permite lámparas de tamaño mucho
menor, para potencias altas). Algunas de estas lámparas
funcionan a baja tensión (por ejemplo 12 voltios), por lo que
requieren de un transformador para su funcionamiento. La
lámpara halógena tiene un rendimiento un poco mejor que la
incandescente: 18, 22 lm/W y su vida útil se aumenta hasta las
2.000 y 4.000 horas de funcionamiento.
Lámpara de inducción

La lámpara de inducción se basa en la descarga eléctrica en un


gas a baja presión, prescindiendo de electrodos para originar la
ionización, que se sustituyen por una bobina de inducción sin
filamentos y una antena acopladora (cuya potencia proviene de
un generador externo de alta frecuencia). Ambos elementos
crean un campo electromagnético que introduce la corriente
eléctrica en el gas, provocando su ionización.

Lámpara de haluro metálico

Las lámparas de haluro metálico, también conocidas como lámparas de


aditivos metálicos, lámparas de halogenuros metálicos, lámparas de mercurio
halogenado o METALARC, son lámparas de descarga de alta presión, del grupo
de las lámparas llamadas HID (High Intensity Discharge). Son generalmente de
alta potencia y con una buena reproducción de colores, además de la luz
ultravioleta. Originalmente fueron creadas en los años 1960 para el uso
industrial de estas pero hoy se suelen aplicar en la industria tanto como el hogar.

Son de uso industrial tanto como de uso doméstico. Generalmente se le suele usar en estaciones
de combustible, plazas y alumbrado público. También se le suele usar en la iluminación de
acuarios. Por su amplio espectro de colores, se le suele usar en lugares donde se requiere una
buena reproducción de colores, como estudios de televisión y campos deportivos.

Lámpara de vapor de sodio

La lámpara de vapor de sodio es un tipo de lámpara de descarga de gas que usa vapor de sodio
para producir luz. Son una de las fuentes de iluminación más eficientes, ya que proporcionan gran
cantidad de lúmenes por vatio. El color de la luz que producen es amarillo brillante.

- Vapor de sodio a baja presión (SBP): la lámpara de vapor de sodio a baja presión es la más
eficiente, ya que genera más de 140 lum/W. Por contra la reproducción cromática es muy
pobre.
- Vapor de sodio a alta presión (SAP): la lámpara de vapor de sodio a alta presión es una de
las más utilizadas en el alumbrado público ya que
proporciona una reproducción de los colores
considerablemente mejor que la anterior, aunque no
tanto como para iluminar algo que requiera
excelente reproducción cromática. Por el contrario,
su rendimiento, es algo menor que la de SBP, por
encima de los 100 lum/W
Si bien son de elevado rendimiento luminoso, el hecho de tener una luz monocromática hace que
sus aplicaciones se vean reducidas. Se usa preferentemente en alumbrado urbano Vial: calles y
avenidas urbanas; accesos y salidas de grandes ciudades; carreteras y autopistas; túneles urbanos
y de carretera; depósitos y almacenes; garajes de camiones; etc.

Lámpara de vapor de mercurio

Las lámparas de vapor de mercurio de alta presión consisten en un tubo de descarga de cuarzo
relleno de vapor de mercurio, el cual tiene dos electrodos principales y uno auxiliar para facilitar el
arranque.

La luz que emite es color azul verdoso, no contiene


radiaciones rojas. Para resolver este problema se
acostumbra añadir sustancias fluorescentes que emitan en
esta zona del espectro. De esta manera se mejoran las
características cromáticas de la lámpara, Aunque también
están disponibles las bombillas completamente
transparentes las cuales iluminan bien en zonas donde no se
requiera estrictamente una exacta reproducción de los
colores.

Para su operación las lámparas de vapor de mercurio requieren de un balastro, a excepción de las
llamadas lámparas mezcladoras.

Una de las características de estas lámparas es que tienen una vida útil muy larga, ya que rinde las
25000 horas de vida aunque la depreciación lumínica es considerable.

Estas lámparas han sido usadas principalmente para iluminar avenidas principales, carreteras,
autopistas, parques, naves industriales y lugares poco accesibles ya que el periodo de
mantenimiento es muy largo. Actualmente, las lámparas de aditivos metálicos (o Lámpara de
haluro metálico), particularmente, las que encienden por pulso o pulse start, proveen mejores
características a lo largo de su vida útil.

FUNCIONAMIENTO DEL TRANSFORMADOR


Se denomina transformador a un dispositivo eléctrico que permite aumentar o disminuir la
tensión en un circuito eléctrico de corriente alterna, manteniendo la potencia. La potencia que
ingresa al equipo, en el caso de un transformador ideal (esto es, sin pérdidas), es igual a la que se
obtiene a la salida. Las máquinas reales presentan un pequeño porcentaje de pérdidas,
dependiendo de su diseño y tamaño, entre otros factores.
El transformador es un dispositivo que convierte la energía eléctrica alterna de un cierto nivel de
tensión, en energía alterna de otro nivel de tensión, basándose en el fenómeno de la inducción
electromagnética. Está constituido por dos bobinas de material conductor, devanadas sobre un
núcleo cerrado de material ferromagnético, pero aisladas entre sí eléctricamente. La única
conexión entre las bobinas la constituye el flujo magnético
común que se establece en el núcleo. El núcleo, generalmente,
es fabricado bien sea de hierro o de láminas apiladas de acero
eléctrico, aleación apropiada para optimizar el flujo magnético.
Las bobinas o devanados se denominan primario y secundario
según correspondan a la entrada o salida del sistema en
cuestión, respectivamente. También existen transformadores
con más devanados; en este caso, puede existir un devanado
"terciario", de menor tensión que el secundario.

TRANSFORMADOR MONOFÁSICO IDEAL.

El funcionamiento de los transformadores se basa en el fenómeno de la inducción


electromagnética, cuya explicación matemática se resume en las ecuaciones de Maxwell.

Al aplicar una fuerza electromotriz en el devanado primario o inductor, producida esta por la
corriente eléctrica que lo atraviesa, se produce
la inducción de un flujo magnético en el núcleo
de hierro. Según la ley de Faraday, si dicho
flujo magnético es variable, aparece una fuerza
electromotriz en el devanado secundario o
inducido. De este modo, el circuito eléctrico
primario y el circuito eléctrico secundario
quedan acoplados mediante un campo
magnético.

La tensión inducida en el devanado secundario


depende directamente de la relación entre el
número de espiras del devanado primario y
secundario y de la tensión del devanado primario. Dicha relación se denomina relación de
transformación.

TRANSFORMADOR IDEAL

Se considera un transformador ideal aquel en el que no hay pérdidas de ningún tipo. En la práctica
no es realizable, pero es útil para comprender el funcionamiento de los transformadores reales.
En un transformador ideal, debido a la inducción electromagnética, las tensiones en los devanados
son proporcionales a la variación del flujo magnético que las atraviesa y al número de espiras del
devanado. Puesto que el acoplamiento magnético
de los devanados se considera perfecto, se deduce
que la relación entre las tensiones es inversamente
proporcional a la relación entre el número de
espiras de los devanados. De este modo:

Se denomina relación de transformación m a la relación de tensiones entre el primario y el


secundario. También se puede expresar en función del número de
espiras de los devanados.

Del mismo modo, al no considerarse ningún tipo de pérdidas, la


potencia de entrada en el primario es igual a la potencia de
salida en el secundario.

TRANSFORMADOR REAL

En la práctica, un transformador ideal no es físicamente realizable. Los transformadores reales se


diferencian de los ideales en los siguientes aspectos:

- Los arrollamientos o devanados tienen resistencia eléctrica y capacidades parásitas.


- En el interior del núcleo hay corrientes parásitas o corrientes de Foucault.
- El ciclo de magnetización y desmagnetización del núcleo consume energía debido a la
histéresis magnética.
- El acoplamiento magnético de los devanados no es perfecto, que se traduce en una
inductancia o flujo de dispersión.
- La permeabilidad magnética del núcleo depende de la frecuencia.
- La saturación magnética del núcleo provoca que la inductividad de los devanados no sea
constante.
- El núcleo varía ligeramente su geometría debido a la magnetostricción.

La resistencia de los devanados, la histéresis del núcleo y las


corrientes parásitas producen pérdidas de energía. Las
pérdidas de energía debidas a la resistencia eléctrica de los
arrollamientos se denominan pérdidas en el cobre. Las
pérdidas por el efecto de la histéresis y por las corrientes
parásitas se denominan pérdidas en el hierro.

Las pérdidas en el cobre dependen cuadráticamente de la


corriente de carga del transformador, es decir, del cuadrado de la intensidad de cada
arrollamiento. Las pérdidas en el hierro son prácticamente independientes del nivel de carga del
transformador, pero proporcionales al cuadrado de la densidad de flujo magnético del núcleo. Así
mismo, las pérdidas por histéresis son proporcionales a la frecuencia eléctrica, mientras que las
corrientes parásitas son proporcionales al cuadrado de la frecuencia.
El flujo magnético de dispersión provoca que la tensión en el secundario sea algo menor que en un
transformador ideal.

La saturación magnética limita la frecuencia mínima de funcionamiento o, dicho de otro modo,


dada una frecuencia y un número de espiras, limita la tensión máxima posible del primario. Si se
sobrepasan dichos límites y se satura el núcleo, aparecen grandes corrientes el en primario con
poco o ningún efecto en la tensión del secundario. La saturación magnética se puede evitar
incrementando el número de espiras en el primario (y por consiguiente también en el secundario)
a cambio de un mayor volumen físico y mayores pérdidas en el cobre. La saturación magnética
juega también un papel importante en la corriente de inserción; debido a corrientes en el primario
varias veces la nominal, la saturación evita una sobrecarga en el secundario.

COMPONENTES DEL TRANSFORMADOR

Los elementos básicos que componen un transformador son dos: el núcleo y los devanados. El
núcleo, como su nombre lo indica, es el elemento central del transformador y es la parte por la
que es conducido el flujo magnético en el que se transforma la electricidad una vez ingresada al
transformador. El núcleo se compone de columnas en las que se montan los devanados, estas
columnas se unen entre ellas mediante culatas. El núcleo actúa
como conductor magnético y debe estar fabricado con chapas
de acero de silicio con aislamiento entre ellas.

El núcleo de un transformador es la zona por la que circula el


campo magnético entre los devanados primario y secundario.
Dependiendo de la finalidad del transformador, puede tener
varias formas y estar constituido por diferentes materiales

Está formado habitualmente por varias chapas u hojas de metal


(generalmente material ferromagnético) que están apiladas una
junto a la otra, sin soldar, similar a las hojas de un libro. La función del núcleo es mantener el flujo
magnético confinado dentro de él y evitar que este fluya por el aire favoreciendo las perdidas en el
núcleo y reduciendo la eficiencia. La configuración por láminas del núcleo laminado se realiza para
reducir las corrientes de Foucault y, consiguientemente, reducir las pérdidas de energía en el
núcleo.

Los devanados se componen de un par de bobinas: la primaria y la secundaria, siendo la primaria


por la que se aplica la tensión de entrada al transformador, y la secundaria por la que se obtiene la
tensión de salida. La relación existente entre las vueltas del hilo de cobre en la bobina primaria y
secundaria determina la relación de transformación y en todo caso, el hilo de cobre debe estar
recubierto de una capa aislante, siendo el barniz el aislante que se utiliza más comúnmente.

Las bobinas son generalmente de cobre enrollado en el núcleo. Según el número de espiras
(vueltas) alrededor de una pierna inducirá un voltaje mayor. Se juega entonces con el número de
vueltas en el primario versus las del secundario. En un transformador trifásico el número de
vueltas del primario y secundario debería ser igual para todas las fases.

El devanado primario y secundario se suelen arrollar uno dentro del otro. La razón es reducir al
máximo la inductancia de dispersión y aprovechar al máximo el núcleo magnético disponible.
Entre los arrollamientos es necesario
una capa aislante, puesto que ambos
funcionan a tensiones diferentes. Para
evitar tener espesores de capa aislante
demasiado gruesos, lo más habitual es
encontrar el devanado de baja tensión
arrollado sobre el núcleo y el devanado
de alta tensión arrollado sobre el
devanado de baja tensión.

En resumen, el funcionamiento de un transformador tiene sus bases en la inducción


electromagnética. Esto explica que al momento de aplicar una tensión en el devanado primario, es
decir, una fuerza electromotriz, se origine un flujo magnético en el núcleo del equipo. Es este flujo
el que origina la fuerza electromagnética que viaja desde el devanado primario hasta el
secundario. Pero hay un detalle fundamental para el funcionamiento de un transformador y es
que la corriente que recibe debe ser del tipo alterna, pues de otro modo no se producirá la
variación de flujo entre el devanado primario y el secundario.

RELACIÓN DE TRANSFORMACIÓN
En un transformador, la relación de transformación es el número de vueltas del devanado
primario dividido por el número de vueltas de la bobina secundaria; la relación de transformación
proporciona el funcionamiento esperado del transformador y la tensión correspondiente
requerida en el devanado secundario.

Si se requiere una tensión secundaria menor que la tensión primaria – transformador reductor- el
número de vueltas en el secundario debe ser menor que en primario, y para transformadores
elevadores es al revés; cuando la relación de transformación reduce la tensión, eleva la corriente y
viceversa, de manera que la relación de transformación de corriente y tensión en un
transformador ideal está directamente relacionado con la relación de vueltas o espiras.

LA RELACIÓN DE TRANSFORMACIÓN EN TRANSFORMADORES NO IDEALES

Desafortunadamente, los transformadores no son ideales, y en un transformador real la relación


de tensiones o de corrientes pueden no ser igual a la relación de transformación, debido a las
diferentes pérdidas eléctricas como las debidas al núcleo de hierro del transformador (pérdidas
por histéresis y por corrientes parásitas) y a las pérdidas en el cobre (debido a la resistencia
eléctrica de los devanados primario y secundario); por lo tanto, los fabricantes diseñan los
transformadores de manera que se minimicen estas pérdidas, para obtener una máxima eficiencia
a plena carga, superior al 95% de transformación de la potencia, proporcionando así una relación
de tensiones que difiera como máximo en un 5% a la relación de transformación.

Puesto que los transformadores están sujetos a varios esfuerzos y cambios en su vida útil,
eléctricos y mecánicos, la adecuada relación de transformación debe ser verificada antes de
ponerlo en servicio y durante los diferentes programas de mantenimiento, lo cual es el objetivo
principal del equipo de pruebas de relación de transformación; por lo tanto, la relación medida
con los diferentes probadores de relación de transformación (equipos TTR) incluye las pérdidas
que normalmente se encuentran en el transformador, lo que resulta en una relación diferente a
las de las vueltas físicas, pero que refleja la relación de tensiones real esperada por el fabricante y
el usuario, o verdadera relación de transformación.

La relación entre la fuerza electromotriz inductora (Ep), la aplicada al devanado primario y la


fuerza electromotriz inducida (Es), la obtenida en el secundario, es
directamente proporcional al número de espiras de los devanados
primario (Np) y secundario (Ns) , según la ecuación:

La relación de transformación (m) de la tensión entre el bobinado primario y el bobinado


secundario depende de los números de vueltas que tenga
cada uno. Si el número de vueltas del secundario es el triple
del primario, en el secundario habrá el triple de tensión.

Donde: (Vp) es la tensión en el devanado primario o tensión de entrada, (Vs) es la tensión en el


devanado secundario o tensión de salida, (Ip) es la corriente en el devanado primario o corriente
de entrada, e (Is) es la corriente en el devanado secundario o corriente de salida.

APLICACIÓN DEL TTR (TRANSFORMER TURN RATIOMETER)

Este aparato está diseñado para realizar mediciones de


relación de transformación en transformadores,
autotransformadores y reguladores de voltaje nuevos,
reparados o reembobinados, y es considerado un instrumento
práctico y preciso para analizar las condiciones de
transformadores en los siguientes casos:

- Medición de la relación de transformación de equipos nuevos como parte de las pruebas de


rutina exigidas por las normas.

- Identificación y determinación de terminales, derivaciones y sus conexiones internas.


- Determinación y comprobación de polaridad, continuidad y falsos contactos.

- Detección de fallas incipientes.

- Identificación de espiras en cortocircuito.

- En la investigación de problemas relacionados con corrientes circulantes y distribución de carga


en transformadores en paralelo.

- Determinación de las condiciones reales del transformador después de la operación de las


protecciones primarias tales como: Fusibles de potencia, relevador Buchholz, protecciones
diferenciales entre otros.
http://www.supradesarrollos.com/alumbrado-publico-2/

http://ambarelectro.com.mx/ambar/Documentos/27/150225.pdf

http://smcint.com/es/relacion-de-transformacion/

https://es.wikipedia.org/wiki/Transformador

http://andilaielec.blogspot.com/2015/02/relacion-de-transformacion-ttrdtr.html

http://www.monografias.com/trabajos78/maquinas-electricas-tipos-transformadores/maquinas-
electricas-tipos-transformadores.shtml

http://www.supradesarrollos.com/principales-tipos-de-lampara-industrial-utilizados-en-la-
actualidad/

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