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Un buen coach no nace, se hace. La predisposición que pueda tener una persona
para mejorar las habilidades que le permitan conectar convenientemente con las
personas, resulta el requisito indispensable para el desarrollo de mejores
conexiones emocionales. (ENSEM business school, 2017)
Para conseguir tal efecto, el coach debe contar con las siguientes habilidades en su
inventario:
1. Auto-conocimiento
Imponer nuestra forma de aprender en el pupilo, sería como imponer en los demás,
nuestra forma de apreciar el paisaje
Un buen coach sabrá motivar equipos de modo que se obtenga el mejor resultado
de las personas. La motivación proviene realmente del alumno, ya que el coach se
introduce en sus emociones para buscar y sacar a relucir sus habilidades más
ventajosas. (ENSEM business school, 2017)
La habilidad de motivar se ejerce desde la identidad del pupilo, pasando por sus
creencias, hasta su ambiente; debe motivarse al coachee en su totalidad.
El estilo asertivo supone que la persona defiende sus propios intereses, expresa
sus opiniones libremente y no permite que los demos se aprovechen de ella. Al
mismo tiempo es considerada con la forma de pensar y de sentir de los demos. La
persona asertiva utiliza métodos de comunicaci6n que le permiten mantener el
respeto por si misma, persigue la satisfacción de sus necesidades, y defiende sus
derechos y espacio personal, sin abusar o dominar a otras personas. Se muestra
una conducta asertiva cuando se defiende los derechos propios de modo que no
queden violados los ajenos. (Universidad Politecnica de Valencia, 2015)
4. Capacidad de comunicación
Un coach que sepa comunicarse con los demás es uno de los requerimientos más
importantes. La escucha activa se considera una de las mejores técnicas de
comunicación de las que nos valemos para conseguir comunicarnos con los demás.
Recordemos que:
5. Habilidad proactiva
La capacidad del coach para identificar las necesidades y objetivos del cliente
resulta esencial. Con lo cual, hace que el coaching sea más eficaz, ya que se
enfocará en la consecución de los objetivos personales.
Proactividad en Coaching es: anticiparse más que reaccionar a las necesidades del
cliente; buscar soluciones al problema antes que explicaciones; enfocarse en los
resultados más que en los retrasos; aplicarse en el desarrollo partiendo de las
habilidades actuales del cliente, además de cumplir la agenda y el plan.
El coach debe disgregar las partes de cada una de las situaciones para poder
analizarlas y buscar soluciones individuales. Esto va a permitir realizar un coaching,
en donde la terapia se va a adaptar a cada una de las necesidades personales.
7. Congruencia y valores
Que exista una relación entre lo que el coach defiende y lo que hace, le pone el
broche final a su buen hacer. El pupilo debe tener la certeza de que lo que se
defienda se lo aplica. Esto aporta validez a la terapia y a todo el proceso de coach.
Por lo tanto, podemos comprobar que la habilidad de coach requiere una total
entrega.
8. Habilidad de relacionarse
Y parte de esta habilidad en el coach, será aceptar a su cliente, aun cuando existan
diferencias sociales, de credo o culturales, resguardando siempre, los límites de la
ética y la moral establecidas. La relación coach-pupilo es virtuosa. (gestiopolis,
2018)
9. Flexibilidad
Tan flexible como el agua del mar que se convierte en nube, lluvia, o nieve en la
montaña, y se derrite para formar un rió, que sin salirse de su cause, llega
nuevamente al mar.
10. Disciplina
La única seguridad que tiene el coachee para lograr sus metas, es la propia
disciplina. Esta le otorga fortaleza, plenitud y destreza. Las montañas se inclinan
delante del coachee disciplinado.
Para hacer cumplir las tareas, el coach puede diseñar una red y una estructura de
la disciplina. Constituidas por los elementos que servirán de recordatorio al pupilo
de todos sus deberes. Esto ayuda a concentrarse en la actividad, eliminando los
elementos distractores.
Uno de los errores del coach, es disculpar el incumplimiento del coachee en las
tareas, por el temor de perder el contrato. Nada es más lejano del servicio de
Coaching, pues una situación como ésta, demuestra la falta de compromiso por
ambas partes, o la falta de condiciones claras desde el inicio.
Disciplina es: Hacer lo que deben de hacer, cuando lo deben de hacer, les guste o
no. Tanto el coach como su cliente.
Ser experto en una rama, no necesariamente nos garantiza los resultados al ejercer
Coaching. En este sentido las personas que deseen dedicarse a Coaching deberán
ser honestas en cuanto a su competencia. No todos los casos son para coaching, y
no todos los casos de coaching se resuelven con la misma herramienta. Un coach
honesto deberá primero evaluar el caso y determinar si es de su completa
competencia, de ser al contrario turnarlo a algún colega, que realmente esté en
condiciones técnicas de resolverlo.
El coach también deberá determinar si las habilidades actuales del cliente le son
suficientes para desarrollar lo que desea y no darle falsas esperanzas. Y en su plan
elaborar procedimientos, técnicas y métodos de evaluación adaptados a su cliente.
En un mundo con rápidos cambios en el siglo XXI, las exigencias de las empresas
para su personal son cada vez mayores. Requieren empleados multifuncionales,
con extensos horarios y amplias responsabilidades, además de una rápida
capacidad de respuesta, siempre acertada.
Tener fe en sí mismo, en sus servicios, productos y hacer que el cliente lo haga con
él mismo, de forma asertiva, ponerse retos motivadores continuamente.
Tener visión sistémica para evaluar los riesgos y soluciones en contextos más
amplios, detectando posibles dificultades.
Identificar oportunidades en la aplicación de coaching para relaciones
interpersonales, motivación, desarrollo profesional, compromiso del empleado,
aprendizaje continuo, participación y creatividad.