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net/publication/292988548
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1 author:
Luis Millana
Complutense University of Madrid
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All content following this page was uploaded by Luis Millana on 05 February 2016.
1. INTRODUCCIÓN
2. EPIDEMIOLOGIA
3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
o DSM-IV
o CIE-10
o Criterios de UTAH
o Criterios de Hollowell y Ratey
o Criterios de Brown
o DSM -V
4. SÍNTOMAS EN EL ADULTO
5. DIFERENCIAS DE GÉNERO
6. TEORÍAS EXPLICATIVAS
o Modelo de déficit atencional de Mirsky
o Modelos de la alteración de las funciones ejecutivas de Brown
o Modelo de dificultades para la inhibición conductual de Barcley
7. EVALUACIÓN DEL ADULTO CON TDAH
o Introducción
o Entrevistas
o Evaluación neuropsicológica
o Funciones ejecutivas
8. TRASTORNOS COMÓRBIDOS.
o Introducción
o Depresión
o Trastorno bipolar
o Ansiedad
o Trastorno por estrés postraumático
o Trastornos de aprendizaje
o Personalidad antisocial
o Consumo de sustancias
o Trastorno límite de la personalidad
o Trastornos del sueño
o Traumatismo craneoencefálico y patología médica
9. BASES FISIOLÓGICAS DEL TDAH
o Factores genéticos
o Neuroanatomía
10. ASPECTOS EMOCIONALES.
11. MODELOS DE TRATAMIENTO
o Introducción
o Estructura del programa de tratamiento
1) Medicación
2) Metas y objetivos
3) Comunicar el diagnóstico
4) Psicoeducación
5) Entrevista motivacional
6) Terapia cognitivo-conductual
7) Problemas de atención
8) Problemas de memoria
9) Administración del tiempo
10) Pérdida de tiempo
11) Solución de problemas
12) Impulsividad
13) Problemas comórbidos y asociados
14) Preparación para el futuro
12. RESUMEN Y CONCLUSIONES
1. INTRODUCCIÓN
2. EPIDEMIOLOGÍA.
A. (1) o (2)
1) Seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos
durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el
nivel de desarrollo:
DESATENCIÓN
2) Seis (o más) de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo
menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación
con el nivel de desarrollo:
a. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por
descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
b. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades
lúdicas.
c. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d. A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u
obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a
incapacidad para comprender instrucciones).
e. A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f. A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
g. A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (por ejemplo:
juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
h. A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
i. A menudo es descuidado en las actividades diarias.
HIPERACTIVIDAD
a. A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
b. A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera
que permanezca sentado.
c. A menudo corre o salta excesivamente en situaciones es que es inapropiado hacerlo
(en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
d. A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de
ocio.
e. A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
f. A menudo habla en exceso.
IMPULSIVIDAD
g. A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
h. A menudo tiene dificultades para guardar turno.
i. A menudo se interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (por ejemplo; se
entromete en conversaciones o juegos).
Nota de codificación: en el caso de los sujetos (en especial adolescentes y adultos) que actualmente
tengan síntomas que ya no cumplen todos los criterios, debe especificarse en “remisión parcial”.
Tomado de: DSM-IV-TR
Tabla nº 2. CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN CIE-10 PARA EL TRASTORNO
HIPERCINÉTICO.
A. DÉFICIT DE ATENCIÓN
1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a los errores por
descuido en las labores escolares y en otras actividades.
2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego.
3. A menudo no aparenta escuchar lo que se le dice.
4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras
misiones.
5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades.
6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas tales como los
deberes escolares que requieren un esfuerzo mental mantenido.
7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, tales como
material escolar, libros, etc.
8. Fácilmente se distrae ante estímulos externos.
9. Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias.
B. HIPERACTIVIDAD
1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies o removiéndose
en su asiento.
2. Abandona el asiento en la clase o en otras situaciones en las que se espera que
permanezca sentado.
3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas.
4. Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse
tranquilamente en actividades lúdicas.
5. Persistentemente exhibe un patrón de actividad excesiva que no es modificable
sustancialmente por los requerimientos del entorno social.
C. IMPULSIVIDAD
1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las
preguntas completas.
2. A menudo es incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones en grupo.
3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros.
4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales.
El inicio del trastorno no es posterior a los siete años.
Los criterios deben cumplirse en más de una situación.
Los síntomas de hiperactividad, déficit de atención e impulsividad ocasionan malestar
clínicamente significativo o una alteración en el rendimiento social, académico o laboral.
No cumple los criterios para trastorno generalizado del desarrollo, episodio maniaco,
episodio depresivo o trastorno de ansiedad.
Tomado de: CIE-10.
CRITERIOS EN LA INFANCIA
Antecedentes en la infancia compatibles con el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención. La
obtención de datos históricos fiables requiere las participaciones de los padres del paciente, o de sus
hermanos mayores. A continuación aparecen los criterios de UTA para el trastorno por déficit de atención
(TDA) en la infancia:
A. Una perturbación crónica en la que al menos quince de los siguientes están presentes:
1. Un sentimiento de fracaso y de no alcanzar los objetivos potenciales (independientemente
de cuánto haya logrado la persona). Ponemos este síntoma como el primero porque es el
motivo más frecuente con que el adulto solicita ayuda. “Me siento apurado” es una queja
frecuente. La persona puede ser brillante según los estándares objetivos, pero puede
sentirse subjetivamente con el agua al cuello, paralizada por un sentimiento de estar
metido en una maraña, incapaz de rentabilizar todo su potencial innato.
2. Dificultades para organizarse. Es el problema principal para la mayoría de los adultos con
TDAH. Sin el entorno estructurado del colegio, sin unos padres cerca que organicen las
cosas en lugar de uno, el adulto se tambalea entre las demandas de organización
cotidianas. Las que se suponen “cosas sin importancia”, se suman hasta originar
obstáculos insalvables. Olvidan citas, consultas médicas, pago de recibos y plazos de
entrega.
3. Postergación crónica, o dificultades para iniciar la tarea. Los adultos con TDAH
experimentan gran ansiedad al encomendarse a una tarea. Mediante la postergación
tienden a borrar de la mente su miedo a hacerla mal, lo que a la larga termina añadiendo
aún más ansiedad.
4. Simultanear varios proyectos con problemas para continuar y llevarlos a término. Es un
corolario del criterio número 3. Según se arrincona una tarea, se emprende otra. Hacia el
final de la jornada, o de la semana, o del año, incontables proyectos han sido aparcados,
mientras que sólo unos pocos son completados.
5. Tendencia a decir lo primero que llega a la mente, sin tener en cuenta la pertinencia del
comentario al momento y a la situación. Igual que el niño con TDAH en la escuela, el
adulto con TDAH se deja llevar por el entusiasmo, le viene una idea, siente que debe ser
comunicada en ese preciso instante y el tacto o la astucia ceden ante una exaltación casi
pueril.
6. Búsqueda frecuente de estimulación intensa. El adulto con TDAH siempre anda a la
búsqueda de algo novedoso, atrayente, algo del mundo exterior que conecte con el
torbellino que sopla dentro del cuerpo.
7. Intolerancia al hastío. Es un corolario del criterio número 6. Realmente la persona con TDAH
rara vez se aburre. Esto es así porque al milisegundo de sentir aburrimiento, cambia de
acción y encuentra algo nuevo; es como si cambiase de canal haciendo “zapping”.
8. Fácilmente distraible, con problemas para enfocar la atención, tendencia a desconectar y a
deslizarse fuera de la tarea, ya sea en medio de la lectura de una página o de una
conversación. A menudo se acompaña de la capacidad de hiperfocalización. Es el síntoma
clave del TDAH. La desconexión es bastante involuntaria. Ocurre cuando los otros no
miran, así que al volverse a hablar el sujeto ya no está ahí. La capacidad para
hiperfocalizar está a menudo mezclada en estas vivencias, poniendo de relieve el hecho
de que esto no un síndrome por déficit de la atención, sino por inconsistencia de la
atención.
9. A menudo es creativo, intuitivo, de aguda inteligencia. Esto no es un síntoma, sino un rasgo
que merece ser mencionado. Los adultos con TDAH a menudo poseen mentes
inusualmente creativas. En medio de su desorganización y distraibilidad, muestran fulgores
de brillantez. Captar este “algo especial” es uno de los objetivos del tratamiento.
10. Problemas para seguir las normas establecidas, los canales de actuación convencionales,
adoptando su propio camino. Al revés de lo que se pudiera pensar, esto no se debe
primariamente a ningún problema irresuelto con las figuras de autoridad. De hecho, es una
expresión del aburrimiento y de la frustración_ aburrimiento con el modo rutinario de hacer
las cosas, excitación en torno a las nuevas propuestas, y frustración al verse incapaces de
realizar las cosas como ellos suponen que deben hacerse.
11. Impaciencia, baja tolerancia a la frustración. Cualquier tipo de frustración evoca al adulto
con TDAH todos sus repetidos fracasos del pasado: “Oh no”, piensa, “otra vez lo de
siempre”. Así que se enfada o abandona. La impaciencia se deriva de la necesidad de
estimulación constante, y puede ofrecer a los demás la impresión de que el individuo es
inmaduro e insaciable.
12. Impulsividad, tanto verbal como conductual, que descubrimos en el uso impulsivo del dinero
y en los cambios bruscos de los planes de vida, de la carrera profesional, y de los gustos.
Es uno de los síntomas más peligrosos en los adultos, y a la vez uno de los más
ventajosos, dependiendo del momento vital y la coyuntura.
13. Tendencia a preocuparse innecesariamente e interminablemente. Tendencia a otear el
horizonte en busca de algo con que preocuparse, alternándolo con la inatención y el
descuido de los peligros más inmediatos. El agobio es aquello en lo que se transforma una
atención que no es capaz de mantenerse sobre una tarea concreta.
14. Sentimiento de inseguridad. Muchos adultos con TDA se sienten crónicamente inseguros,
con independencia de lo estable que sea su situación vital en ese momento. A menudo
tienen un sentimiento difuso de catástrofe inminente.
15. Variación del humor, labilidad afectiva, especialmente cuando están desocupados o
esperando a alguien. La persona con TDAH de repente puede tener buen humor, luego
mal humor, luego buen humor, luego mal humor, todo en el transcurso de unas pocas
horas y sin razones aparentes. Estos vaivenes del humor no son tan pronunciados como
los de la enfermedad bipolar o la depresión.
16. Desasosiego, desazón. En el adulto no solemos ver la hiperactividad aparatosa del niño. En
su lugar se observa lo que parece “energía nerviosa”: tamborileos rítmicos con los dedos,
retorcer la postura mientras se permanece sentado, levantarse y abandonar la mesa o la
sala con frecuencia, sentirse crispado durante los momentos asignados al descanso,
atusarse la ropa y tolerar mal los tejidos recién lavados o estrenados.
17. Tendencia a las conductas adictivas. La adicción puede ser a una substancia, sobre todo
alcohol y cocaína, o a una actividad como el juego de apuestas, la compra, comer o
sobrecargarse de tareas y pluriemplearse.
18. Problemas crónicos con la autoestima. Son el triste e inevitable resultado de años de
frustración, fracaso, o simple desajuste. Incluso aquellos adultos con TDAH que han
llegado lejos se sienten de algún modo deficientes. Lo más impresionante de estas
personas es su resiliencia a pesar de sus carencias y retrasos.
19. Auto observación inexacta. Los adultos con TDAH son pobres observadores de sí mismos.
No calibran con medida el impacto que causan en los demás. A menudo se ven a sí
mismos como menos efectivos y capaces de lo que otros les ven.
20. Historia familiar de TDA o enfermedad maniaco-depresiva, depresión o trastornos por
abuso de sustancias y otros trastornos del control de los impulsos y del control afectivo. En
tanto que el TDAH está genéticamente transmitido y emparentado con esas otras
patologías, no es raro (pero tampoco es necesario) encontrar semejante historia familiar.
B. Historia de TDA en la infancia. Puede no haber sido formalmente diagnosticada, pero al revisarla,
los signos y los síntomas deben estar presentes.
Barkley plantea una nueva lista de criterios [tabla 5] para el diagnóstico de TDAH
en adultos con un nuevo umbral de 6 síntomas. El umbral de DSM-IV se desarrolló y
probó sólo con niños; por lo tanto, no se puede aplicar a los adolescentes o a adultos.
Además estos criterios pueden cambiar según la etapa de desarrollo. Utilizar un umbral
fijo puede dar lugar a definir como inexistente un TDAH a lo largo del desarrollo. De hecho
la proporción de TDAH en un grupo dado parece descender alrededor del 50% cada 5
años. Si asumimos que la tasa de prevalencia de TDAH en la niñez es de un 4% y
extrapolamos el descenso de forma exponencial la tasa estimada en adultos oscila desde
el .8% a los 20 años hasta .05% a los 40 años. Otra polémica surge en torno a la utilidad
clínica que se da a los subtipos en el DSM-IV. Las dimensiones de Hiperactividad-
impulsividad (HI) y de inatención (DA) se usan para crear 3 subtipos, donde el subtipo HI
parece ser el precursor del tipo C. (DSM-IV-TR, 2002; Hill et al., 1996, Barkey et al., 2007,
Barkley, 2009).
Tabla nº 5. LISTA DE CRITERIOS PROPUESTOS PARA EL TRASTORNO
POR DÉFICIT DE ATENCIÓN /HIPERACTIVIDAD EN LOS ADULTOS.
RECOMENDACIONES PARA EL DSM-V.
A. Presenta seis (o más) de los siguientes síntomas que han persistido durante al menos seis
meses a un nivel que es inadaptado y que no concuerda con el nivel de desarrollo:
1. A menudo se distrae con facilidad por los estímulos externos o pensamientos irrelevantes.
2. A menudo toma decisiones de forma impulsiva.
3. A menudo tiene dificultad para dejar de lado actividades o conductas cuando debería
hacerlo.
4. A menudo empieza un proyecto o tarea sin leer ni escuchar las indicaciones
cuidadosamente.
5. A menudo ignora las promesas o compromisos adquiridos con los demás.
6. A menudo tiene problemas para hacer cosas en el orden o secuencia correctos.
7. A menudo conduce un vehículo de motor mucho más deprisa que los demás
(exceso de velocidad) (si la persona no tiene carné de conducir, sustituirlo por:
“A menudo tiene dificultad para dedicarse a actividades de ocio o para hacer
cosas divertidas de forma tranquila”)
8. A menudo tiene dificultad para mantener la atención en tareas o actividades de ocio.
9. A menudo tiene dificultad para organizar tareas y actividades.
B. Algunos síntomas que causaron la alteración o deterioro estaban presentes entre la infancia
y la adolescencia (antes de los 16 años).
C. Algún tipo de deterioro de los síntomas está presente en dos o más áreas de la vida (por
ejemplo: trabajo, actividades educativas, vida doméstica, actividades de la comunidad,
relaciones sociales, etc.)
Nota de codificación: Para los individuos que actualmente presentan síntomas que ya no
cumplen totalmente los criterios, se debería especificar ‘en remisión parcial’.
Tomado de: Barkley et al., 2007.
En consecuencia:
1) Algunos síntomas de inquietud o hiperactividad son difícilmente aplicables a
los adultos. La mayoría de los sujetos adultos no presentan demasiadas
dificultades para permanecer sentados, o para esperar su turno (Criterios A2 b
y h).
2) Existen criterios que no son evidentes en determinados contextos. A lo largo
de la vida el sujeto con TDAH se las ha arreglado para encontrar su “lugar en el
mundo” compensando los déficits a través de sus elecciones personales. Por
ejemplo, si trabaja como autónomo, siendo su propio jefe, puede salvar sus
dificultades para las relaciones interpersonales (Criterios A1 d, A2 b y f). Por lo
tanto, estos mecanismos de compensación pueden obstaculizar la
identificación de déficit en 2 áreas de la vida (Criterio C). Si un individuo ha
encauzado su hiperactividad dedicándose en cuerpo y alma a un trabajo
extenuante, solamente tendrá problemas cuando esté de vacaciones o por
ejemplo cuando esta de baja laboral.
3) algunos síntomas se atenúan o desaparecen a medida que avanza la edad.
Mientras disminuyen los síntomas de hiperactividad e impulsividad, persisten
los correspondientes a la inatención. A pesar de esta mejoría parcial, los
sujetos con TDAH siguen presentando mucho deterioro debido a los síntomas
que presentan.
4) En los adultos suele ser difícil averiguar si los síntomas estaban presentes
antes de los 7 años de edad. Hay síntomas que se manifiestan en el mundo
académico y podría no ser razonable la exigencia de que algunos síntomas
aparezcan antes de los 7 (síntomas de inatención). Las personas con un
elevado coeficiente intelectual pueden no sufrir problemas importantes en esa
área hasta los cursos más avanzados.
4) Por último, los subtipos descritos no serían útiles porque la mayor parte de
los pacientes presentan una mezcla de síntomas. Las últimas investigaciones
no demuestran que estos subtipos se puedan distinguir entre si de manera
fiable y que esta separación puede ser clínicamente engañosa.
5) Otros problemas para el diagnóstico del TDAH del adulto no dependen del
sistema diagnóstico. Algunos adultos con síntomas de TDAH no experimentan
deterioro del funcionamiento, ya que este depende de las demandas del
entorno y del ambiente y no sólo de las dificultades individuales. La
comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos es prácticamente la regla en el
TDAH. La mayoría de las veces es el trastorno comórbido el que motiva la
consulta y, al tratarse de problemas importantes, cuyo tratamiento puede ser
prioritario (trastorno antisocial, abuso de sustancias; trastornos del sueño, etc.),
con frecuencia se trata fundamentalmente esta comorbilidad, pasando
desapercibido el síndrome de inatención e hiperactividad.
6) Las pruebas de neuroimagen, laboratorio y neuropsicologicas no identifican
con más fiabilidad que la entrevista clínica. Aun cuando se están acumulando
hallazgos neuropsicológicos y de neuroimagen que diferencian a los individuos
con TDAH de los que no padecen el trastorno, aún no superan a la entrevista
clínica como procedimiento diagnóstico (Barkley, 2009; Moraga, 2008). En la
tabla nº 7 se muestran como cambian los síntomas de la infancia a la edad
adulta.
Tabla nº 7. SÍNTOMAS EN EL ADULTO CON TDAH
Síntomas de inatención Síntomas de inatención
DSM-IV en el niño en el adulto
1. Tiene dificultades para sostener la 1. Tiene dificultades para sostener la
atención. atención leyendo.
2. Es olvidadizo y se distrae con 2. Es olvidadizo y se distrae con facilidad.
facilidad. 3. Mala concentración.
3. Le cuesta continuar lo que ha 4. Maneja y organiza mal el tiempo.
empezado. 5. No sabe dónde ha colocado las cosas.
4. Es desorganizado. 6. Tiene dificultades para acabar las
5. Pierde cosas. tareas.
6. No escucha.
Síntomas de hiperactividad Síntomas de hiperactividad
DSM-IV en el niño en el adulto
1. Se revuelve y está inquieto. 1. Muestra un sentimiento de inquietud
2. Corre o trepa en exceso. interna.
3. No puede estar quieto al jugar o 2. Sentimiento subjetivo de Inquietud
trabajar. mientras está sentado.
4. Habla en exceso. 3. Predilección por los trabajos movidos.
5. Parece estar “en marcha”, como si le 4. Habla en exceso.
hubieran dado cuerda. 5. Se siente acelerado y agobiado.
Síntomas de impulsividad Síntomas de impulsividad
DSM-IV en el niño en adultos
1. Precipita las respuestas. 1. Conduce demasiado rápido y tiene
2. No puede esperar su turno. accidentes de tráfico
3. Se entromete o interrumpe a los otros. 2. Cambia de trabajo de manera
impulsiva.
3. Se irritable y encoleriza con facilidad.
Tomado de: Moraga, 2008.
5. DIFERENCIAS DE GÉNERO
6. TEORÍAS EXPLICATIVAS
3. Esfuerzo: las personas con TDAH pueden realizar tareas a corto plazo, pero
tienen mucha más dificultad a la hora de realizar un esfuerzo mantenido
durante un largo periodo de tiempo. Tienen problemas de regulación de sueño
y en consecuencia dificultades para regular el estado de alerta. Aunque no
realicen esfuerzos importantes, requieren un tiempo excesivamente largo para
completar algunos tipos de tareas hasta incluso el tedio. Se sienten incapaces
para regular su velocidad de procedimiento correctamente para adaptarse a las
demandas.
5. Memoria: la memoria a largo plazo puede ser buena o muy buena pero se
quejan y experimentan dificultades para retener una idea o un fragmento de
información cuando se está haciendo otra cosa a la vez. No recuerdan donde
acaban de poner algo, o para qué iban a la habitación o quién acaba de llamar.
En resumen, afecta a la memoria de trabajo. Si tienen la memoria de trabajo
muy deteriorada tienen grandes problemas para entender un texto aunque
sean muy competentes para descodificar cada palabra. Las matemáticas o la
expresión escrita también exigen una gran demanda de la memoria operativa,
al igual que gran cantidad de aspectos de la vida cotidiana y pueden tener
problemas para integrar información interna y externa e influir en la capacidad
del individuo para vincular nueva información que se adquiere con otra que ya
se tiene en la mente.
6: Acción: los sujetos tienden a actuar sin una reflexión suficiente o se muestra
de forma permanente inquietas e hiperactivas y tienen grandes dificultades
para controlar y frenar adecuadamente sus acciones y llegan muy fácilmente a
conclusiones erróneas. Se han identificado el déficit en la capacidad de
inhibición conductual como el problema central en los síntomas hiperactivos e
impulsivos. Conducir o ciertas situaciones sociales pueden ser muy
problemáticas para las personas con TDAH. Les cuesta calibrar y vigilar las
emociones e intenciones que tienen el resto de los sujetos con los que están
interactuando (Brown, 1998, 2006).
A. Valorar los síntomas de TDAH en los últimos seis meses utilizando escalas adaptadas para los
adultos.
B. Establecer la historia de TDAH en la infancia.
C. Valorar la disfunción en su domicilio habitual, en el trabajo, en la escuela y en las relaciones
interpersonales.
D. Explorar los antecedentes personales del desarrollo incluyendo desarrollo prenatal, desarrollo
infantil y la evolución escolar.
E. Explorar los antecedentes psiquiátricos: descartar otras patologías psiquiátricas o establecer
patologías comórbidas como por ejemplo: discapacidades para el aprendizaje, trastornos de
ansiedad, trastornos del humor, trastornos de personalidad, trastornos relacionados con sustancias,
trastornos de personalidad, etc.
F. Explorar los antecedentes familiares psiquiátricos, en particular, en relación con problemas de
aprendizaje, atención y conducta, TDAH y tics. Explorar los antecedentes de todos los parientes de
primer grado (padres, hermanos, hijos)
G. Exploración física: excluir causas orgánicas de los síntomas como por ejemplo: traumatismo
craneoencefálico grave, epilepsia, cardiopatías, disfunción tiroidea e identificar contraindicaciones
para la terapia médica.
Tomado de: Ruiz y León, 2006.
ENTREVISTAS
Un protocolo estandarizado debería incluir una historia clínica del paciente, cuestionarios
auto-administrados de síntomas, pruebas para valorar el rendimiento neuropsicológico y
evaluación de la comorbilidad psicopatológica. En la entrevista hay que tener en cuenta
(Rodríguez-Jiménez et al., 2006):
1. ¿Están presentes los síntomas nucleares?
2. ¿Existe evidencia de que los síntomas causan dificultades significativas?
3. ¿Los síntomas han formado parte de la persona en diferentes situaciones desde la
infancia?
4. ¿Se pueden achacar los síntomas a la falta de esfuerzo, mala adaptación
profesional o a situaciones circunstanciales o del medio ambiente?
5. ¿Los síntomas se explican mejor por otro diagnóstico médico o psiquiátrico?
Por otro lado, el entrevistador y el sujeto durante la entrevista deben comentar los
siguientes aspectos: 1) puntos fuertes y débiles de adaptación del sujeto, evolución en el
trabajo, qué hace para divertirse y cómo se esfuerza día a día; 2) puntos fuertes y factores
estresantes de la familia y familiares, familiares que tengan problemas similares; 3)
antecedentes personales sanitarios, centrándose en los problemas del desarrollo que
fueran relevantes; 4) antecedentes de los logros escolares, académicos, aspiraciones
laborares, experiencia laboral; 5) relación con los compañeros, la familia, los profesores,
los compañeros de trabajo y los amigos; 6) hábitos de sueño y alimenticios; 7) dificultades
significativas relacionadas con la ansiedad, el carácter y la conducta; 8) antecedentes
personales de evaluaciones y tratamientos previos; 9) uso y consumo pasado y presente
de sustancias y alcohol (Brown, 2004). Es importante, siempre que se pueda, entrevistar a
los padres, pareja o amigo íntimo porque pueden aportar información útil y una
perspectiva diferente.
A su vez, Hallowell y Ratey proponen un exhaustivo cuestionario a modo de guía de
recogida de datos sintomáticos que pueden sugerir un TDA-TDAH tipo residual (tabla nº
10).
Tabla nº 10. CUESTIONARIO PARA DETECTAR UN TDAH (Hallowell y Ratey, 1995)
3. Entrevista para TDAH de Barkley (Barkley interview for ADHD) (Barkley et al.,
1998).
Es una entrevista semiestructurada que incluye numerosos síntomas y signos del
TDAH que constituyen criterios de TDAH en el DSM-III. También incluyen numerosos
síntomas de atención, hiperactividad e impulsividad que aumentan la información y
fiabilidad del diagnóstico.
6. Escala de Puntuación del Adulto de Conners (Conners Adult ADHD Rating Scale)
(CAARS) (Conners et al., 1999).
Consiste en una escala autoaplicada para el sujeto adulto con TDAH y un
observador externo, para poder comprobar los datos aportados. Valora los 18
síntomas que constituyen los criterios diagnósticos DSM IV. Los ítems de la escala
oscilan entre “nada a mucho”. Ambos modelos se encuentran en tres versiones:
screening, corta y larga. Las versiones más largas constan de 66 ítems, y forman 9
subescalas de conductas problema. La versión corta contiene 26 ítems con
subescalas abreviadas. Amador et al. (2002) concluyen que las escalas Conners para
padres clasifican mejor tanto a los individuos del grupo clínico como a los del grupo
control que las escalas Conners para profesores. La adaptación infantil de esta escala
ha sido realizada por Farré y Carbona (2000) con el nombre de EDAH “Escala de
evaluación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad”.
7. Escala de Evaluación Wender Utah (Wender Utah Rating Scale) (WURS) (Ward et
al., 1993; Rodriguez-Jimenez y cols., 2001).
Es un cuestionario autoaplicado basado en los criterios de Utah para el TDAH del
adulto. Evalúa retrospectivamente en adultos un posible TDAH en la infancia. Consta
de 61 ítems. Existe una versión española validada por Rodríguez-Jiménez y
colaboradores. Estos autores recomiendan utilizar el punto de corte de 37 para evitar
falsos positivos y agrupan los ítems en 4 factores: problemas emocionales subjetivos,
impulsividad/trastornos de conducta, impulsividad/hiperactividad y dificultades
atencionales (Véase apéndice).
9. Escala de auto evaluación del TDAH. (ADHD Rating Scale-IV) (DuPaul y cols.,
1998).
Fueron diseñadas para niños, en base a criterios del DSM-III y del DSM-IV. Los
padres y profesores pueden evaluar la frecuencia de los síntomas que presenta el
niño. Se pueden modificar sus criterios para aplicarlas a pacientes adultos.
EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
La evaluación neuropsicológica en adultos es importante por diversos motivos. En
primer lugar puede contribuir a realizar la evaluación diagnóstica en los adultos
(normalmente muestran discapacidades en áreas de la función cognitiva). En segundo
lugar puede servir para descartar otros diagnósticos y por último se puede realizar un
planteamiento funcional acerca de las habilidades y capacidades de los sujetos en la vida
diaria (tales como: actividades profesionales, domésticas, rendimientos académicos, etc.).
Se necesitan evaluar las siguientes áreas cognitivas: inteligencia, atención, funciones
ejecutivas, habilidades de planificación, velocidad del procesamiento de la información y
memoria operativa. Además hay que realizar una cuidadosa observación conductual.
Dentro de las características conductuales a evaluar se encuentran: ausencia de atención
(distracciones, soñar despierto, repetición de las instrucciones, etc.); la hiperactividad
(agitar la pierna, impaciencia, golpear con los dedos, inquietud, etc.); la impulsividad
(hacer preguntas de forma brusca y abrupta, dar respuestas de la misma forma, cambios
en los temas de conversación, etc.). El deterioro en la realización del desempeño puede
evaluarse a través de las quejas del sujeto acerca de la duración de las pruebas, las
veces que pide salir del despacho par tomar descanso, para fumar, ir al baño, etc., y ser
remiso a realizar las tareas. Para una evaluación inicial del funcionamiento de los sujetos
con TDAH se utiliza la escala de Escala de Inteligencia de Wechsler para adultos
(WAISS-III). La medida de la inteligencia premórbida se puede realizar a partir de pruebas
de compresión verbal (subpruebas de vocabulario e información), e incluso la prueba de
matrices es culturalmente menos específica, mientras que el resto de las pruebas nos
pueden servir como medidas de las funciones ejecutivas (varios subtes nos proporcionan
información sobre la velocidad de procesamiento y sobre la atención). Por ejemplo: el
subtest dígitos orden directo requiere atención y memoria inmediata, dígitos orden inverso
necesita un procesamiento de la información sobre la información retenida, atención y
memoria, el subtes letras y números requiere atención, memoria de trabajo y habilidad
secuencial, el subtes búsqueda de símbolos precisa velocidad de procesamiento visual,
planificación y organización perceptiva, etc. El subtes “aritmética” requiere una percepción
auditiva de estímulos verbales complejos, procesamiento y mantenimiento del material en
la memoria de trabajo y agilidad mental. Estas tres últimas pruebas normalmente están
alteradas en los sujetos con TDAH. (Kaufman et al., 1999). Otra prueba que se podría
utiliza es el test breve de inteligencia de Kaufman (K-Bit) a través de una prueba de
carácter verbal (vocabulario) y otra de carácter no verbal (matrices). El objetivo final no es
tanto evaluar el funcionamiento premórbido como determinar las áreas en divergencia
entre las distintas áreas de funcionamiento cognitivo (cuidado con las pruebas de lectura y
la dislexia en este tipo de sujetos. Existe una alta comorbilidad entre TDAH y dislexia. Por
ejemplo: test de lectura para adultos de Wechsler o el test de lectura nacional para
adultos. Muchas veces se utilizan estas pruebas para estimar el funcionamiento basal
intelectual de un sujeto).
En el meta análisis realizado por Hervey et al., en 2004 se analizaron los resultados
de 33 estudios sobre rendimiento neuropsicológico para identificar los patrones de déficit
cognitivo en adultos diagnosticados de TDAH. Los autores concluyen que los déficits
neuropsicológicos se expresan en los adultos en multitud de áreas con notables
diferencias en las áreas de atención, inhibición conductual y memoria, mientras que en el
tiempo de reacción simple rinden igual que los controles. Las pruebas que discriminan a
los adultos con TDAH de los controles son: aritmética, clave de números, cubos, dígitos
en orden directo e inverso y letras y números No obstante, los autores encontraron que
ciertas medidas de déficit cognitivo, medido a través de pruebas neuropsicológicas
existentes, no son lo bastante sensibles para detectar los síntomas del TDAH.
FUNCIONAMIENTO EJECUTIVO
Los trastornos ejecutivos, muchas veces caracterizados como síndrome
disejecutivo, principalmente o secundariamente no sólo afectas a procesos ejecutivos sino
que inciden sobre otros aspectos tales como: la emoción, el comportamiento en general y
en la conducta moral y social. En el cuadro nº 1 se definen aquellos dominios cognitivos y
condiciones funcionales involucradas en el modelo de sistema ejecutivo, así como las
consecuencias comportamentales asociadas. Existe un creciente consenso de que el
TDAH es principalmente un déficit en las funciones ejecutivas, un conjunto de funciones
cognitiva superiores que normalmente operan automáticamente de forma inconsciente.
Sirven para integrar y coordinar otras funciones cognitivas. Se pueden definir como las
capacidades y conductas relacionadas con el uso y la planificación de estrategias, así
como el control de la atención y las conductas, en el intento de conseguir una meta
prefijada, y la capacidad de mantener la representación mental de una tarea. Puede incluir
funciones como la inhibición de respuesta, la memoria de trabajo, la resistencia a la
distracción, desarrollo de estrategias, planificación y conducta dirigida al futuro,
flexibilidad, resolución de problemas, organización, autorregulación de la emoción
motivación e inteligencia social. La conducta de los adultos se apoya en mayor medida
que la de los niños en estas funciones, debido a mayores demandas de autocontrol,
comportamiento responsable, organización, habilidades sociales, planificación y
preocupación por el futuro. (Rodríguez-Jiménez et al., 2006; Tuckman, 2007). Las áreas
en las que se han encontrado alteraciones son: la respuesta de inhibición, la flexibilidad
cognitiva, la capacidad de planificación, la fluidez verbal y la memoria de trabajo.
a) Inhibición de la respuesta.
La respuesta de inhibición (inhibición conductual) es una repuesta motora oculta.
Se manifiesta a través de la ausencia de la conducta esperada (Band et al., 1999). Se
compone de tres elementos: la inhibición de la respuesta en marcha, la inhibición de la
respuesta prepotente y la inhibición de la interferencia. Las dos primeras se evalúan a
través de tareas que utilizan paradigmas inhibitorios como la tarea de la señal de Stop y la
tarea go/no go. Otras pruebas que se utilizan son las tareas de priming negativo, la tarea
de orientación visual de Posner, el test de ejecución continua (CPT) y la tarea de cambio.
La tarea de la señal de stop consiste en ejecutar una determinada tarea, de forma
que a lo largo de su ejecución se presenta una señal de stop que informa al sujeto de que
no debe de responder a ese ensayo generando un mecanismo de control atencional. La
prueba go/no go (acción-inhibición) consiste en la presentación de estímulos frente a las
cuales el sujeto tiene que realizar una determinada acción (tarea go) junto con otras
(tareas no go) ante las que debe inhibir la respuesta. El test de ejecución continua mide
atención sostenida, inhibición de respuesta. En esta prueba, la atención sostenida se
mide través de los errores de omisión mientras que la inhibición de respuesta a través de
los errores de comisión. El fenómeno de priming ocurre cuando un estímulo antecede a
otro, de forma que el primero afecta a la ejecución del segundo. El efecto que produce es
facilitar o inhibir el procesamiento de esa información. Entre los efectos del priming el más
común es el de facilitar la velocidad de respuesta del sujeto, pero ante ciertos estímulos
de prueba se puede producir un efecto inhibitorio dando lugar a un efecto de priming
negativo.
En la tarea de la señal de stop los sujetos con adultos con TDAH presentan un
mayor tiempo de respuesta (mayor tiempo de reacción) que los controles sanos. En la
tarea go/no go los sujetos adultos con TDAH muestran un tiempo mayor de respuesta,
con más errores de omisión que los controles. En la tarea de cambio los sujetos adultos
con TDAH muestran un tiempo de respuesta a la señal mayor que los controles. En los
sujetos adultos con TDAH se han encontrado diferencias en la tarea de interferencia. En
el CPT, los adultos con TDAH parecen cometer un número mayor de errores de omisión y
comisión comparados con los controles, así como una mayor variabilidad individual en los
tiempos de reacción. En las tareas de priming se observa un aumento de los tiempos de
respuesta, evidenciándose una disminución del efecto de priming negativo en los sujetos
adultos con TDAH. En el test de orientación de Posner, los sujetos con TDAH ejecutan la
tarea con un mayor número de errores por respuestas impulsivas que en los sujetos
controles (Rodríguez-Jiménez et al., 2006, Nigg, 2005, Garcia-Sevilla, 1991; Seidman,
Biederman et al., 1997; Becker et al.; 2005).
c) Memoria de trabajo
La memoria a corto plazo implica una serie de procesos de retención de
información. Se divide en tres subgrupos: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo
y la memoria de trabajo. Esta hace referencia a las estructuras y procesos para el
almacenamiento temporal y la manipulación de la información. Entre las pruebas
utilizadas para evaluar la memoria de trabajo se encuentran: Subprueba de dígitos de la
Escala de Inteligencia Wechsler para adultos, la Escala de Memoria de Wechsler (WMS-
III) que permite evaluar la memoria inmediata, la memoria de trabajo y la memoria
demorada en dos tipos de modalidades: la auditiva y la visual y con dos tipos de tareas:
recuerdo y reconocimiento. Existen diferencias entre los sujetos con TDAH y los controles
en las pruebas en la memoria a corto plazo en las subpruebas de recuerdo de figuras y
memoria lógica (Wechsler, 1997; 1999; Boonstra et al., 2005).
Otra forma de valora la memoria de trabajo de tipo espacial es mediante la prueba
de memoria de trabajo espacial de la batería neuropsicológica informatizada de
Cambridge (CANTAB). Consiste en la presentación de una serie de cubos donde el sujeto
debe recordar y devolver en el mismo orden u orden inverso en el que los presentó o toco
el examinador. Otra variante consiste en encontrar un estímulo determinado que se
encuentra debajo de una de las cajas. De estas formas se valoran la amplitud de la
memoria espacial y la estrategia o táctica seguida por el individuo. Los sujetos con TDAH
obtuvieron un mayor número de errores que los sujetos controles. Además, los sujetos
con TDAH rindieron de una forma menos eficiente en el uso de búsqueda de estrategias
(McLean et al., 2004).
Young et al., (2006) utilizaron una tarea ecológica que mide funciones ejecutivas,
“Executive Golf Task”, un test informatizado que simula una tarea de golf para medir la
memoria de trabajo espacial. El sujeto debe predecir en qué hoyo el golfista meterá la
pelota, recibiendo retroalimentación sobre su elección (correcta o no correcta) e impedir
que vuelva a elegir los hoyos que ya fueron seleccionados. Los adultos con TDAH tenían
un mayor deterioro que los controles, que aumentaba a medida que aumentaba la
dificultad de la tarea. También mostraban más deterioro en la tarea de formación de
estrategias. Desde el punto de vista de rendimiento de la memoria de trabajo,
permanecen los déficits, lo que indica que la alteración en la formación de estrategias no
explica por sí sola el déficit en la memoria de trabajo.
Dowson et al., (2004) estudiaron el deterioro en la memoria de trabajo en adultos
con TDAH comparándolos con sujetos con otros trastornos psiquiátricos y sujetos
controles, utilizando las pruebas de memoria de trabajo espacial de la batería
neuropsicológica informatizada de Cambridge (CANTAB). Los sujetos con TDAH
mostraron un peor rendimiento que los sujetos sanos. Los sujetos con trastornos
psiquiátricos rindieron peor, pero no a un nivel significativo, que los sujetos controles.
Por último, en un estudio realizado por Vassileva et al. (2000) estudiaron las áreas
de déficit de funcionamiento ejecutivo en un grupo de adultos con TDAH y un grupo
control. De acuerdo con la teoría de Barckley y estudios anteriores predijeron que los
adultos con TDAH podrían tener comprometido el funcionamiento ejecutivo al compararlos
con los controles. Los sujetos adultos cumplían los criterios de TDAH residual y se
excluyeron los sujetos con abuso de sustancias. Los sujetos fueron evaluados con 6
medidas informatizadas del funcionamiento ejecutivo. A saber: Test de Stroop,
reproducción del tiempo, test de Levine de razonamiento conceptual, tarea de Posner de
atención visual- espacial encubierta, test de control inhibitorio, test N-back de memoria de
trabajo. Los análisis preliminares revelaron diferencias grupales esperadas, en concreto:
lentificación del tiempo de reacción, una variabilidad mayor y más errores de comisión y
omisión en los sujetos adultos con TDAH. Los autores concluyen que los déficits en las
funciones ejecutivas continúan en la edad adulta en los sujetos con TDAH y que los
patrones de déficit están de acuerdo con la teoría de inhibición conductual propuesta por
Barkley.
CUADRO 1. DOMINO COGNITIVO DE LOS PROCESOS EJECUTIVOS
B. PROCESOS. C. COMPORTAMIENTO
REGLAS Acciones
Provenientes del medio Realizaciones
Autogeneradas Desempeño
Naturaleza de la prueba Tareas
Planificación Flexibilidad
Secuenciación cognitiva y de la
Control y conducta
monitorización Solución de
problemas
CONTEXTO DE ACCIÓN
8. TRASTORNOS COMÓRBIDOS
Dada la alta probabilidad, es mejor asumir que un adulto con TDAH tendrá
trastornos comórbidos y plantear en consecuencia un diagnóstico y tratamiento
adecuados. La comorbilidad de TDAH con otros diagnósticos es de un 77%. Muchos
de estos trastornos también afectan a la atención, por lo que es muy importante
determinar la contribución de cada trastorno al diagnóstico de TDAH. Las tres
diferencias más importantes entre TDAH y otros trastornos psiquiátricos son:
DEPRESIÓN
Entre el 16 y el 31% de adultos con TDAH sufren un trastorno depresivo
mayor y entre el 19 y 37% sufren distimia. Además, hay un solapamiento importante
entre los criterios de depresión y de TDAH en el DSM-IV-TR. De los 9 criterios
definitorios de depresión, siete están asociados de alguna manera con el TDAH
(disminución del interés, disminución del apetito, insomnio, retraso o agitación
psicomotora, cansancio y sentimientos de inutilidad y falta de concentración). Por lo
tanto, una exploración rápida puede atribuir equivocadamente qué tipo de síntomas
son debidos a cada trastorno. Lo anterior, explicaría porque las mujeres y las niñas
tienen mayor probabilidad de ser diagnosticadas de depresión que de TDAH. En un
estudio realizado por Bramham et al.; 2005) los autores encontraron una asociación
positiva entre edad y depresión. Cuanto más tarde es el diagnóstico de TDAH mayor
gravedad de síntomas depresivos.
TRASTORNO BIPOLAR
Los síntomas del trastorno bipolar pueden mimetizarse con los del TDAH. Se
pueden encontrar entre los adultos con TDAH en distintos grados los 7 criterios que
definen la manía: grandiosidad o autoestima exagerada, disminución de la
necesidad de dormir, verborrea, pensamiento acelerado o fuga de ideas, distracción,
agitación psicomotora y una excesiva implicación en actividades placenteras que
tienen un alto potencial para producir consecuencias graves. El diagnóstico
diferencial está basado en el grado en que estos síntomas están presentes y en su
frecuencia. En el TDAH serán menos exagerados pero más frecuentes, en el
trastorno bipolar serán más pronunciados pero también serán más intensos y
decaen más significativamente. Las personas con un verdadero trastorno bipolar son
fáciles de distinguir por una mayor labilidad del estado de ánimo, percepción de
poseer habilidades especiales, una significativa reducción de la necesidad de dormir
y una posible presencia de síntomas psicóticos. Más difícil de distinguir ambos
trastornos en los sujetos que sufren un trastorno bipolar tipo II donde los síntomas
de hipomanía no son tan pronunciados.
En este caso usamos otros indicadores. Un indicador es la edad de inicio, a
menudo, en la infancia en sujetos con TDAH e inicio más tardío en el trastorno
bipolar, al menos con los síntomas más evidentes. La duración de los síntomas y la
desviación a nivel basal es también relevante, la labilidad del estado de ánimo es
frecuente entre algunos individuos con TDAH en aquellos casos en que pueden
mostrar cambios de humor intensos y rápidos, pero estos cambios de humor pueden
durar minutos o horas no días o semanas como en el trastorno bipolar. Además, los
adultos con TDAH generalmente son menos irritables y no sienten la euforia de la
misma manera que los sujetos con trastorno bipolar. Como se puede esperar, no
hay patrones cíclicos para los cambios bruscos de humor en los adultos con TDAH,
con lo que la labilidad emocional y la irritabilidad son el resultado de la impulsividad y
la baja tolerancia a la frustración y no se deben a la influencia de los ritmos
cerebrales como en un trastorno bipolar. Las personas con TDAH tienen un patrón
crónico y generalizado de deterioro a lo largo del tiempo y de las situaciones,
mientras que los patrones de las personas con trastorno bipolar tienden a ser más
episódicos y no son característicos de la persona, de manera especial,
comportamientos como realizar compras desmesuradas e imprudentes y un
aumento de los impulsos, fantasías y comportamientos sexuales. Es más frecuente
que un sujeto pueda presentar síntomas de trastorno bipolar y ser diagnosticado del
mismo si en su familia hay antecedentes de trastorno bipolar que ser diagnosticado
de TDAH. Por último, no se debería utilizar las medicaciones prescritas para
ayudarnos a clarificar el diagnóstico, en especial porque la medicación del TDAH
puede provocar un episodio maniaco en aquellas personas con esta tendencia.
ANSIEDAD
La mayoría de los trastornos de ansiedad están asociados con la sensación
de tener los nervios de punta, dificultades en la concentración, preocupaciones e
irritabilidad. Estos sentimientos están asociados con la percepción de una amenaza,
algo que puede potencialmente herir al individuo. Estas emociones pueden ser
adaptativas cuando los sujetos hacen frente a situaciones que implican cierto grado
de riesgo, tales como acercarse a un perro desconocido o prepararse para cruzar
una calle de una ciudad con mucha circulación. Sin embargo, los individuos con
ansiedad experimentan niveles de activación desproporcionados con respecto a la
situación como resultado de una magnificación de la apreciación de la amenaza,
dando lugar a la evitación de distintas situaciones. Los adultos con TDAH describen
a menudos patrones de evitación con respecto a las tareas que ellos han encontrado
difíciles o frustrantes en el pasado, tales como logros académicos o exigencias del
trabajo.
No es sorprendente, que muchos individuos con ansiedad asuman que tienen
TDAH debido a que su rendimiento y realización de tareas es inconsistente y sus
preocupaciones interfieren con su preocupación. Sin embargo, la ansiedad,
normalmente está asociada con contextos específicos y tareas que están
relacionadas con la amenaza. Los síntomas no se activan cuando las personas con
ansiedad no se enfrentan a estos estresores. Las personas con TDAH, a menudo,
refieren dificultades perdurables, que siempre están presentes, relacionadas con sus
síntomas (aunque pueden ser más pronunciadas cuando se enfrentan a ciertas
demandas y contextos).
Con frecuencia la ansiedad y el TDAH coexisten. Puede ser una simple
coincidencia o ser secundaria a los síntomas de TDAH. Dado que los sujetos con
TDAH se enfrenta a grandes dificultades y contratiempos cuando intentan
desenvolverse en la vida diaria, muchas tareas aparentemente simples pueden
llegar a ser percibidas como amenazas y ser asociadas a sentimientos de
vergüenza, dificultades u otras emociones dolorosas. En consecuencia, los adultos
con TDAH experimentan sentimientos de desasosiego, intranquilidad, inquietud,
malestar, pesadumbre cuando se encuentran frente a estas tareas y, a su vez,
magnifican sus problemas de atención e incrementan la probabilidad de disminuir la
habilidad para hacer algo, la postergación, y otras dificultades que encuentran
realizando dichas tareas.
TRASTORNOS DE APRENDIZAJE
Las personas con TDAH son más propensas a tener trastornos de
aprendizaje y de rendimiento académico (un mal rendimiento académico suele ser
un aspecto muy frecuente e inespecífico de la infancia y adolescencia y no se debe
asumir que los malos estudiantes presentan un trastorno mental). El grado de
influencia depende de la naturaleza y gravedad del trastorno de aprendizaje, de
cómo este interactúa con los síntomas de TDAH y de que habilidades demanda el
entorno al individuo. Si los trastornos de aprendizaje están presentes, es necesaria
una evaluación psicoeducativa para entender mejor como influyen estos trastornos.
Se debe realizar una evaluación exhaustiva tanto en el caso de que existan más
dificultades de aprendizaje que las normalmente establecidas para los sujetos con
TDAH como para aquellas que no progresan adecuadamente con el tratamiento. Los
trastornos del aprendizaje deben diferenciarse de: retraso mental, trastorno
generalizados del desarrollo, trastornos de la comunicación, variaciones normales
del rendimiento académico, factores culturales, mal rendimiento académico y de una
ausencia de oportunidades o una enseñanza deficiente.
PERSONALIDAD ANTISOCIAL
Los niños con TDAH suelen provocar más reacciones negativas y/o que
carezcan de fundamento en las personas a su cargo, de manera especial, si no han
sido diagnosticados y tratados. En consecuencia, estas reacciones conducen a
incrementos predecibles de conductas desafiantes que pueden evolucionar al
trastorno negativista desafiante (ODD) y trastornos de conducta, los cuales son los
precursores de un trastorno de personalidad antisocial en la edad adulta. Este tipo
de conductas es más frecuente que se produzca (y más creíble) en los sujetos con
síntomas de impulsividad e hiperactividad que en los que muestran síntomas
predominantemente inatentos. Sin embargo, las transgresiones que cometen los
sujetos con TDAH son memos premeditadas y mas inconscientes que las que
puedan cometer los individuos con trastorno antisocial/trastorno de
conducta/trastorno negativista desafiante. Los errores de los adultos con TDAH se
producen como consecuencia de una falta de conciencia con base neurológica o de
efectos secundarios debidos a una mala y defectuosa planificación, lo que conlleva
fácilmente a resultados negativos. En los sujetos diagnosticados con trastorno de
conducta antisocial, el TDAH es simplemente la punta del iceberg. El tratamiento
está limitado en lo referente a cómo esta persona puede realizar progresos en el
tratamiento o incluso está dispuesta a realizar. La convergencia de hiperactividad,
inatención, conducta oposicionista y agresión indican que los síntomas están muy
entrecruzados y es difícil separarlos en la práctica clínica.
CONSUMO DE SUSTANCIAS
El consumo de drogas actual puede mimetizar los síntomas de TDAH en
términos de desinhibición, poca atención, mala memoria a corto plazo e inquietud.
Hay un significativo solapamiento entre la población con TDAH y los consumidores
de drogas. Un estudio reveló que la mitad de los adultos con TDAH tenía
antecedentes personales de consumo de sustancias frente a la cuarta parte del
grupo control. Se estima que entre un 15 a un 25% de adultos adictos y alcohólicos
tienen TDAH. El sujeto con TDAH posee algunas características que podría
predisponer al abuso de drogas u otros comportamientos de automedicación
(vulnerabilidad) de varias formas: 1) debido a la impulsividad y sin pensar en las
consecuencias se consume o abusa de las drogas; 2) automedicándose para no
sentir las emociones dolorosas y la baja autoestima que tiene su origen en un TDAH
no tratado ni diagnosticado a lo largo de la vida; 3) debido a sus problemas de
adaptación social y 4) debido a la propensión a asociarse con personas que poseen
problemas similares. Sin embargo, se debería observar, que al contrario de lo que se
podría esperar, aquellos sujetos con TDAH no son más propensos a abusar de la
cocaína o de los estimulantes. Más bien, la marihuana es la droga más popular entre
la población general. Si hay alguien tiene unos antecedentes personales de
consumos elevados de drogas puede ser difícil saber que síntomas vienen de que.
En estos casos, puede ser mejor iniciar un tratamiento de desintoxicación de drogas
y después reevaluar el TDAH después de entre 3 a 6 meses de abstinencia para
eliminar las variables de confusión de los efectos inducidos por las sustancias. En
algunos casos puede ser necesario estudiar el TDAH para mejorar la probabilidad de
que la persona no consuma y puede llegar a ser un dilema que tratar primero. Por
otro lado, los estimulantes, la medicación que con más frecuencia se prescribe para
el tratamiento del TDAH, puede ser susceptible de abuso. Una persona con un
elevado consumo de drogas y con un periodo de abstinencia largo es probable que
no de unas contestaciones fiables sobre sus antecedentes personales y puede
carecer de un buen “insight” de su comportamiento, dando lugar, a una entrevista
diagnóstica errónea. La fiabilidad se debe de buscar en informadores externos.
Existe una relación entre el adulto con TDAH y las edades de inicio tempranas en el
abuso de sustancias, donde existen periodos de tiempo más largos en el consumo y
un menor índice de readaptación social y rehabilitación.
Por último, citaremos algunos datos comparando a los adultos con TDAH y
los trastornos comórbidos. Millstein et al., en 1997 compararon a adultos con TDAH
tipo combinado (56%) frente al tipo inatento (37%). Las tasas de trastornos
asociados a lo largo de la vida fueron las siguientes:
ETIOLOGIA
Aunque en la actualidad se desconoce con exactitud el origen que da lugar al
TDAH, cada vez existe más evidencia de una base genética alterada, sin que se
puedan excluir otro tipo de factores adquiridos (alteraciones cerebrales, factores
ambientales, alteraciones neuroanatómicas y neuroquímicas). Los factores
genéticos están implicados en el 70 u 80% de los casos. En estos casos el TDAH
se considera primario. En el resto de los casos (de entre 20 y 30%) existe una causa
conocida y se denomina TDAH secundario. Entre estos se encuentran: desnutrición
grave en la infancia, encefalopatía hipóxica isquémica, traumatismo craneal cerrado,
infecciones del sistema nervioso central (encefalitis, meningitis), errores del
metabolismo (hipertiroidismo), toxinas externas (plomo, alcohol, tabaco), infarto
cerebral, desórdenes cromosómicos, efectos producidos por la medicación
(fenobarbital), etc.
FACTORES GENÉTICOS
La genética molecular está proporcionando nuevos métodos basados en
pruebas de laboratorio para examinar el TDAH. Los estudios con niños han
encontrado evidencia de la implicación de varios genes en la etiología del TDAH. El
gen receptor de dopamina D2, el gen de dopamina-beta-hidroxilasa, el gen
transportador de dopamina (DAT1) situado en el cromosoma 5 y el gen receptor de
dopamina D4 (DRD4) situado en el cromosoma 1. Se sabe que el receptor D4 es
particularmente importante porque la variante del gen asociada con el TDAH media
una respuesta (blunted) para el neurotransmisor dopamina siendo una de las
hipótesis que tratan de explicar el TDAH. Estas variantes del gen D4 también está
asociada con el TDAH en familias con adultos con TDAH. Se calcula que la
heredabilidad del TDAH oscila entre el 0.5 y 0.9%. Los estudios realizados en
gemelos monocigotos muestran una correlación del trastorno del 50 al 80% frente a
un 29-33% en gemelos dicigotos (Faraone, Biederman, Spencer et al., 2000;
Herreros et al., 2002).
NEUROANATOMIA
En la población general la parte anterior del hemisferio derecho es
ligeramente más grande que su igual en el hemisferio izquierdo. Los sujetos con
TDAH muestran una disminución de esta asimetría así como disminución de las
regiones prefrontales del hemisferio derecho. También existe una reducción de la
sustancia gris en el giro del cíngulo posterior derecho así como en la sustancia
blanca central izquierda. Junto con la corteza prefrontal, el núcleo caudado y los
circuitos asociados a estos juegan un papel fundamental en la fisiopatogenia del
TDAH. Otras regiones relacionadas con el TDAH son el cuerpo calloso y el cíngulo.
Mediante RM se ha estimado una reducción del 10% en el cíngulo anterior, en la
región prefrontal dorsolateral, en los ganglios de la base (caudado y globo pálido) y
algunas regiones del cuerpo calloso (rostrum y esplenio), que vinculan regiones
frontales y parietales, es especial, en el lado derecho de estas regiones. En los
cuadros nº 2 y 3 se resumen las áreas cerebrales afectadas así como los
neurotransmisores afectados por el TDAH. (Mediavilla-Garcia, 2003; Muñoz Yunta,
2006; Berquin et al., 1998; Filipek et al.; 1997).
Cuadro nº 2. ÁREAS CEREBRALES AFECTADAS
ESTRUCTURAS HEMISFERIOS
Lóbulo frontal Bilateral
Región parietooccipital Bilateral
Región temporal Derecho
Corteza del cíngulo Bilateral
Hipocampo Derecho
Estriado. Núcleo caudado Izquierdo
Tálamo Izquierdo
Cuerpo calloso Rostral
Hipocampo Bilateral
Cerebelo Vermis (lóbulos VIII al X)
Sustancia reticular
Tomado de: Van-Wielink, 2005; Berquin et al., 1998; Filipek et al., 1997.
MEDICACIÓN
La farmacoterapia ocupa un lugar fundamental en el tratamiento del TDAH.
De esta forma, un sujeto está mejor preparado para someterse a un tratamiento
psicológico. Los sujetos deben ser valorados de manera regular para verificar la
adhesión al tratamiento. En la tabla nº 14 se enumeran los fármacos más usados en
el tratamiento del TDAH y la tabla nº 15 se ofrecen algunos consejos respecto a la
medicación.
METAS Y OBJETIVOS
Se plantean dos metas principales en el tratamiento psicológico:
Cambio del exterior hacia el interior: se alienta y ayuda al sujeto a cambiar el entorno
para optimizar su funcionamiento personal, laboral y social.
Cambio del interior hacia el exterior: se desarrollan estrategias psicológicas para
lograr un funcionamiento adaptativo en diferentes entornos. Se consigue a través de
paradigmas cognitivos-conductuales, motivacionales, psicoeducativos y con técnicas
para satisfacer las necesidades de los adultos con TDAH.
COMUNICAR EL DIAGNÓSTICO
El tratamiento empieza en el minuto en que el terapeuta da a conocer el diagnóstico.
El sujeto pasa por 6 etapas:
1) Alivio inicial y regocijo.
2) Confusión y alteración emocional.
3) Ira y frustración.
4) Tristeza y dolor.
5) Ansiedad.
6) Aceptación y acomodación.
ENTREVISTA MOTIVACIONAL
El modelo de Prochaska y DiClemente es útil porque se base en unos
antecedentes teóricos en los que el cambio se considera un ciclo de etapas
centrándose en el sujeto, en sus preocupaciones y perspectivas actuales. Es un
modelo directivo y se dirige a resolver la ambivalencia a través del refuerzo en la
discusión que implica un cambio. Es un medio de comunicación que implica un
cambio (véase Millar y Rollnick, 1999).
A. ESTRATEGIAS COGNITIVAS.
Son importantes para el tratamiento de los síntomas principales de TDAH en
el adulto y se usan para mejorar la memoria, la atención y la organización en la
vida diaria. La evaluación neuropsicológica es útil para establecer los puntos
débiles y fuertes a nivel cognitivo (por ejemplo: aprendizaje de estrategias para
mejorar la atención, la memoria, etc.)
D. RACIONALIZACIÓN.
Los sujetos con TDAH pueden concentrase en exceso en pensamientos
actuales, y pueden tener problemas para distinguir las cogniciones distorsionadas
con el fin de reemplazarlas. El terapeuta debe instruir a los individuos en un
marco de “descubrimiento guiado” para motivarles a razonar de forma crítica,
involucrarse en el pensamiento secuencial y racionalizar las creencias.
F. TÉCNICAS CONDUCTUALES.
Los adultos con TDAH y trastornos de aprendizaje necesitan apoyarse de
forma especial en las técnicas conductuales. El terapeuta debe de ser consciente
de las dificultades que pueden surgir en el mantenimiento de un programa
conductual y en consecuencia, se debe evitar un refuerzo intermitente de
conductas desadaptativas.
Debido a las dificultades atencionales y de memoria operativa se recomienda
que las sesiones tengan un tiempo adicional para la consolidación de la
información y que se ensaye el nuevo material.
Respecto a los deseos subyacentes de gratificación inmediata, se sugiere que
se dedique más de 6 sesiones en un módulo. Si no se cubre todo el módulo o
necesita repetirse se sugiere volverlo a retomar en etapas posteriores y continuar
un módulo alternativo para evitar el aburrimiento y la falta de participación.
PROBLEMAS DE ATENCIÓN
En este apartado se describirá la relación entre motivación y atención, la
influencia de la ansiedad y el estrés sobre la atención, los métodos para enseñar a
los sujetos a reconocer las tareas que tienden a ser problemáticas y las estrategias
para afrontar de manera apropiada y adaptativa las áreas de la función atencional
que se ven afectadas por el TDAH. En la tabla nº 16 se describen los déficits
atencionales.
Tabla nº 16. DEFICITS ATENCIONALES
ÁREA ATENCIONAL PROBLEMAS ASOCIADOS
Atención selectiva Ser incapaz de ver los detalles.
Ser descuidado.
Cometer errores al leer o rellenar formas.
Saltarse líneas en un libro o en cuestionario, etc.
Atención sostenida Perder la continuidad en una conversación, libro,
teatro, etc. Sueñan despiertos
Distraerse a causa de los propios pensamientos
(interna) o de alguna cosas que suceda alrededor
(externa)
Atención dividida Ser incapaz de centrarse en una conversación o
tarea cuando hay elementos perturbadores de
fondo.
Ser incapaz de realizar dos tareas a la vez de
forma aceptable.
Atención alternante Estancarse en un tema y no poder cambiar a otro.
Empieza tareas pero nunca las acaba. Le resulta
difícil volver a retomar una tarea anterior.
PROBLEMAS DE MEMORIA
En el TDAH los problemas de memoria suelen asociarse con sus problemas
atencionales. Los problemas de memoria más frecuentes son:
1) Pérdida de cosas (olvidar dónde dejaron sus gafas o sus llaves).
2) Olvidar citas, fechas y actividades que se necesitan programar para el futuro (no pagar
recibos).
3) Pérdida de tiempo.
4) Olvidar instrucciones (al explicar una tarea hacerlo despacio y repetirla).
5) Procesos mentales (ejercicios de aritmética mental).
PERDER EL TIEMPO.
Entre las trampas que puede hacer que el individuo pierda el tiempo
citaremos: desviación/alternancia de la atención, aversión al retraso en la
gratificación, conductas de búsqueda de sensaciones, perseveración y la falsa
ocupación (pérdida de tiempo yendo de un lugar a otros pareciendo muy ocupado
cuando en realidad lo que hace es perder el tiempo).
SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Los sujetos con TDAH pueden tener muchas dificultades para resolver y
solucionar problemas. Pueden responder de forma impulsiva (antes de dar con la
solución adecuada), preocuparse sin necesidad, perder el punto de vista global, etc.
Además, su experiencia es siempre negativa (resultados negativos). Estas se ven
afectadas y obstaculizadas por las alteraciones en el funcionamiento ejecutivo. Es
necesario valorar los estilos de afrontamiento de los sujetos (tanto adaptativos como
desadaptativos) para ajustar las técnicas apropiadas de solución de problemas y los
escollo o impedimentos que nos encontraremos. En las personas más impulsivas, es
necesario concebir estrategias que incluyan soluciones múltiples para evitar que
escojan la primera solución que se les venga a la cabeza. Sin embargo, las
personas con problemas de inatención necesitan más ayuda para inventar tácticas
para poder ejecutar las soluciones, sin alejarse del curso deseado y planificado. Los
adultos con TDAH aplican estrategias de afrontamiento no adaptativas como la
confrontación, el escape, la evitación y solucionan los problemas de una forma
menos programada que los sujetos sin TDAH (abordan los problemas respondiendo
de manera apresurada y sin reflexionar y pueden responder de forma agresiva o
defensiva). Las tácticas de afrontamiento pueden estar afectadas por una ausencia
de relaciones íntimas, ya que el apoyo social amortigua el estrés. Las mujeres con
TDAH se implican más en la solución de problemas orientada en las emociones,
mientras que los hombres las consideran desde el punto de vista de las soluciones
de problemas. Tanto unos como otros se benefician si aprenden y profundizan en un
programa instrumental y estructurado de analizar, descomponer y solventar sus
problemas. Las 5 etapas del proceso son: 1) identificar y definir el problema; 2) crear
soluciones; 3) valorar soluciones; 4) aplicar la solución elegida; 5) evaluar el éxito.
En la tabla nº 22 se citan los problemas más habituales en el TDAH.
Tabla nº 22. PROBLEMAS MÁS HABITUALES EN EL SUJETO CON TDAH
En el trabajo Rendimiento bajo. No se le considera para un
ascenso. No cumple los objetivos de venta.
Problemas financieros No paga las cuentas a tiempo. Deudas. Gasto de
forma compulsiva.
Labores del hogar Aplaza las tareas de limpieza. No lava la ropa a
tiempo. Tareas de bricolaje abandonadas o relegadas.
Transporte Perder autobuses, trenes. Llegar tarde. No pagar el
impuesto de circulación. No pasar la ITV a tiempo.
Ausencia de apoyo Obtención del apoyo necesario. Cuidado de los niños.
No acceder a los beneficios apropiados.
Desorganización Falta de organización con el tiempo, ausencia de
horarios. Bajo rendimiento en el trabajo y
descompensación del ocio. Pérdidas de tiempo.
Trastornos del sueño Inquietud, insomnio. Dificultades para levantarse a
tiempo.
Relaciones No conserva las relaciones. Discusiones con los
amigos.
Autoestima Baja autoestima. Sentirse un fracasado. Perseverar en
el fracaso.
Consumo de sustancias Adicciones. Consumo como estrategia de
afrontamiento no adaptativa.
Problemas con los cuerpos de seguridad del estado Ataques de agresividad. Daños a propiedades ajenas.
Uso oportunista de un crimen.
Una de las técnicas más usadas para dar lugar a soluciones es la lluvia de
ideas de todas las maneras posibles de solucionar el problema. Las tres reglas
básicas son: 1) la cantidad lleva a la calidad; 2) posponer el juicio (esperar a elegir
una solución da lugar a conclusiones de mejor calidad) y 3) variedad (cuanto mayor
sea la jerarquía de soluciones, existen más posibilidades de una buena solución). En
la tabla nº 23 se muestra un listado de problemas.
IMPULSIVIDAD
Los sujetos con TDAH es probable que digan lo primero que se les viene a la
cabeza sin pensar en las consecuencias (no piensan ni sopesan todas las
alternativas). Esta desinhibición conductual y cognitiva es una de las características
del TDAH junto con la ausencia de habilidades para controlar la conducta. En este
apartado se presentan distintas estrategias para controlar y afrontar la impulsividad
mediante técnicas de autocontrol (monólogo interior, distracción, entrenamiento
autoinstruccional) y cognitivo conductuales. Las alteraciones de la impulsividad
cognitiva pueden ser muy agotadoras en la vida diaria. En consecuencia es
importante preguntarle al sujeto de qué manera afronta a la hora de realizar las
labores del hogar y los asuntos del día, en particular, aquellas que requieren un
empeño y concentración sostenido o en las que el sujeto no muestra interés o
motivación para terminarlas. Hay que tener en cuenta que algunos sujetos son
capaces de reaccionar y actuar correctamente en un entorno de evaluación (son
capaces de controlar la impulsividad). En la tabla nº 24 se muestran las conductas
representativas de control de los impulsos que sufren los individuos con TDAH.
P: vigilancia/supervisión por pareja o los iguales. Es fácil vigilar ciertas conductas en la sesión
Ejemplo: Facturas que se llevan a la sesión terapéutica, pero no otras conductas fuera de la
terapéutica. La pareja puede comprobar/vigilar las sesión y es necesaria la ayuda de un referente externo
nuevas compras que se hacen y se llevan a casa. que pueda tomar nota de las conductas.
Ejemplo: se debe comprobar si todas las compras al sujeto, se debe ir pasando a este.
S: implementar estratégica. Ejemplo: cumplir con el El sujeto pone en práctica la estrategia acordada.
presupuesto.
E: Valoración de la estrategia. Ejemplo: recibir la La evaluación del éxito de la estrategia se hace
retroalimentación del sujeto, en especial, en los mediante dos métodos: 1) retroalimentación por parte
momentos en que se resistieron a la tentación. Ver y del sujeto de la estrategia y 2) existe un periodo de
analizar el número de comprar no presupuestadas. vigilancia repetida para establece la frecuencia de las
conductas objetivo. Posteriormente, se establece una
comparación con las medidas a nivel basal.
B) ANSIEDAD
Los adultos con TDAH muestran su ansiedad de diversas formas. La
ansiedad suele comenzar en el colegio en forma de ansiedad de ejecución. La
ansiedad afecta a los procesos cognitivos, aumenta las dificultades atencionales y la
impulsividad y puede inhibir la capacidad para pensar de forma racional. Los sujetos
con TDAH que ya presentan vulnerabilidades cognitivas se vuelven más vulnerables
en situaciones que provocan ansiedad. La superposición entre los síntomas de
TDAH y los síntomas de los trastornos de ansiedad aconsejan llevar a cabo una
evaluación integral y minuciosa de los problemas relacionados con los trastornos de
ansiedad y comprobar la relación existente entre los pensamientos, las creencias,
los sentimientos y las conductas del sujeto acerca de su capacidad y habilidad para
terminar una tarea o realizarla de forma eficaz en una situación dada. A la hora de
planificar el tratamiento de los trastornos de ansiedad en los sujetos adultos con
TDAH hay que tener en cuenta dos factores: 1) la superposición de síntomas y 2)
introducir un sistema de recompensas inmediatas para reforzar el éxito y los logros
de manera positiva con más frecuencia de lo que se aplica normalmente.
El tratamiento propuesto por Young y Bramham se inicia a partir de 4 fases o
módulos: programa psicoeducativo, técnicas de aprendizaje para afrontar los
pensamientos negativos, programa de autocontrol y programa para afrontar los
cambios de conducta. En la tabla nº 31 se citan algunas técnicas cognitivas usadas
en el curso del proceso de ansiedad.
C) FRUSTRACIÓN E IRA
Aunque en general todos nos enfadamos o enojamos cuando se comete una
injusticia, los sujetos con TDAH pueden tener un temperamento lábil o explosivo.
Suelen mostrar más sus sentimientos airados debido a que son incapaces de inhibir
la respuesta. Poseen un bajo umbral de irritabilidad y aburrimiento. El objetivo del
tratamiento consiste en mejorar y acrecentar su control y su empleo de manera
adaptativa. Los contenidos más comunes en los sujetos con TDAH son:
D) DEPRESIÓN y DISTIMIA.
La literatura da suficiente información acerca del proceso de tratamiento de
los trastornos depresivos (las autoras como es lógico aplican en este módulo la TCC
para la depresión. (Véase Beck, 1976, Beck et al., 2003; Beck, 1995). A modo de
comentario diremos la depresión es un trastorno comórbido que afecta de entre el 16
al 31% y la distimia afecta de entre 19 y el 31% de los adultos con TDAH. Hay que
llamar la atención sobre los sujetos con TDAH que cursan con depresión y la
posibilidad de que tengan pensamientos suicidas debido a que pueden actuar de
forma impulsiva.
Los métodos para tratar los trastornos del sueño o las dificultades para dormir
se basan en la práctica en el registro de las dificultades para dormir y en el cambio
de los patrones del sueño conductuales y cognitivos. El registro se debe aplicar
durante un periodo de entre días a semanas para obtener una medida basal fiable.
Se debe recoger información de las siguientes áreas:
o Tiempo que se ha utilizado en dormir durante el día.
o Ingesta de cafeína.
o Ingesta de alcohol.
o Ingesta de alimentos.
o Medicamentos.
o Estado de ánimo.
o Actividades antes de irse a dormir.
o Horario de irse a la cama.
o Horario en el que se concilió el sueño.
o Número de veces y horario en que se despertó por la noche.
o A qué hora se despertó por la mañana.
o Número de horas totales de sueño.
o Calidad del sueño.
Existen tres factores que determinan el grado en el que los síntomas causarán
problemas de tipo funcional:
o Los cambios biológicos (modulación cerebral)
o Los cambios del medio ambiente (habilidad y capacidad para cambiar su
entorno)
o Las estrategias de afrontamiento psicológico (técnicas para manejar los
síntomas y los problemas)
Se revisarán los logros para determinar los objetivos y el sujeto pueda alcanzar su
potencial en el futuro (usar y aprovechar la resiliencia del sujeto, sus fortalezas y
remarcar lo que hace satisfactoriamente). El sujeto debe de estar motivado para
buscar, encontrar y fijar las metas que quiere alcanzar en el futuro. Se revisarán las
estrategias de éxito y se deben clasificar según su utilidad. Se identificaran las
fuentes de apoyo más importantes comunitarias y sociales (servicios de orientación
profesional, recursos locales, servicios sociales, etc.).
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Actualmente se considera al TDAH como un trastorno asociado a una
disfunción del sistema fronto-estriado como consecuencia de la alteración del
sistema monoaminérgico. Desde que Still definiera la hiperactividad en 1902 hasta
nuestros días, este trastorno ha sufrido grandes cambios, sino tanto a nivel clínico si
a nivel de conceptualización. Desde el concepto de “disfunción cerebral mínima”
hasta el modelo motivacional y de autorregulación de Barkley imperante en la
actualidad, pasando por el modelo de Virginia Douglas, todavía quedan muchas
preguntas abiertas. La definición de hiperactividad se articula en torno a tres
criterios: impulsividad, hiperactividad e inatención cuya naturaleza multidimensional
ha dado lugar a confusión. Por ejemplo: ¿cómo distinguir o unificar una impulsividad
cognitiva de una impulsividad social? ¿Cuál es su relación?; o el problema que se
plantea con los distintos tipos de atención, donde la atención dividida, selectiva y
sostenida pueden funcionar separadamente y reflejar aspectos cognitivos diferentes.
Respecto a la hiperactividad, ¿Cómo distinguir entre la actividad normal de la
patológica? ¿En qué grado de intensidad nos situamos? ¿Hay una distinción clara
entre los distintos niveles de actividad que distingan la hiperactividad de otros
trastornos infantiles? La sobreactividad motora se desencadena en general ante
determinadas tareas que requieren esfuerzo y atención y esta meridianamente claro
que es consecuencia y causa de los problemas cognitivos de los niños hiperactivos.
Debido a esta problemática realizar una evaluación adecuada de un sujetos
con TDAH puede resultar problemática sino difícil. Aunque las entrevistas y los
autoinformes constituyen un medio adecuado, fiable y directo en la valoración de las
respuestas y experiencia subjetiva de los sujetos, entre sus limitaciones nos
encontramos con que las respuestas de los sujetos evaluados son subjetivas. Si
además buscan un diagnóstico pueden aparecer sesgos y sobrestimar los síntomas
diagnósticos. En caso de que los sujetos vayan obligados pueden tener una idea
limitada de su problema. Los sujetos pueden o no colaborar en la evaluación y
falsear de manera más o menos consciente las respuestas para obtener un beneficio
o evitar un perjuicio. En las entrevistas se debe crear una buena relación entre el
sujeto y el evaluador que permita una expresión amplia y completa de los problemas
del sujeto. Si este tipo de relación no se ha conseguido, las informaciones recogidas
corren el riesgo de ser incompletas o sesgadas. En el caso de la evaluación
neuropsicológica el problema surge, en el TDAH, al valorar en un contexto artificial al
sujeto. Esta se suele llevar a cabo en un ambiente tranquilo, silencioso con
ausencia o mínimas distracciones (el evaluador organiza y planifica el orden las
pruebas al sujeto), aunque la mayoría de las dificultades en un individuo con TDAH
surgen de aquellos ambientes u ocupaciones en las que existen múltiples exigencias
entrecruzadas que advierten de la necesidad de priorizar y planificar en ese contexto
con muchas distracciones. Los trastornos comórbidos pueden dar lugar a
confusiones. Se ha comprobado que la tarea de Stroop o la parte B del test del
Trazo son sensibles a la depresión. Algunos trastornos del estado de ánimo o la
misma depresión pueden estar asociados con un funcionamiento insuficiente de la
atención que contaminarían los resultados de las pruebas. La mayoría de los
estudios sobre funciones ejecutivas en adultos encuentran diferencias con los
sujetos controles pero existen estudios con resultados contradictorios que pueden
deberse a problemas interpretativos y metodológicos, a la falta de sensibilidad de
muchos tests, pruebas y tareas cognitivas y/o a la presencia de trastornos
comóbidos. Los tratamientos farmacológicos son bastante efectivos, siendo
necesaria, en muchos casos una intervención psicológica para el manejo de las
conductas disruptivas, de patologías comórbidas y/o la baja adhesión al tratamiento.
La intervención psicoeducativa ayuda al sujeto a conocer la enfermedad y ser
consciente de su influencia en su vida diaria. La intervención cognitivo-conductual
permite tratar de manera eficaz los síntomas refractarios al tratamiento
farmacológico. La terapia familiar permite abordar el problema desde el punto de
vista familiar y no sólo como un problema del sujeto. En general, se deben tratar
este tipo de problemas desde un abordaje multimodal. La adaptación de los
diferentes modelos y programas de tratamiento ayudan a mejorar la calidad de vida
de este tipo de sujetos. Por lo tanto, es importante realizar un diagnóstico precoz de
la enfermedad y en consecuencia de los déficits cognitivos de estas personas que
puedan contribuir a planificar adecuadamente los servicios médicos, sociales y
psicológicos que reciben estos sujetos.
APÉNDICES
TDAH en Adultos
ESCALA AUTOAPLICADA DE TDAH EN EL ADULTO (ASR v-1.1)
NOMBRE: FECHA:
Por favor conteste a las preguntas que están a continuación,
puntuándose en cada uno de los ítems mostrados. Use la escala
Raramente
A menudo
que se encuentra a la derecha de la página. Al responder a cada
menudo
A veces
pregunta, marque con una x en el recuadro que mejor describa
Nunca
Muy a
como se ha sentido y comportado durante los últimos 6 meses.
Entregue la lista completa una vez completada al profesional que
se la entregó. Gracias.
SECCIÓN A
1. ¿Con cuánta frecuencia tiene problemas en finalizar los
últimos detalles de un proyecto, una vez que las partes más
difíciles han sido hechas?
2. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades para tener las cosas
en orden cuando tiene que realizar una tarea que requiere
organización?
3. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades a la hora de recordar
citas u obligaciones?
4. Cuando tiene que realizar una tarea que requiere un gran
esfuerzo mental, ¿con cuánta frecuencia la evita o retrasa su
comienzo?
5. ¿Con cuánta frecuencia juguetea o retuerce sus manos o pies
cuando tiene que estar sentado durante mucho tiempo?
6. ¿Con cuánta frecuencia se siente excesivamente activo o con
la necesidad de hacer cosas, como si estuviera impulsado por un
motor?
SECCIÓN B
7. ¿Con cuánta frecuencia comete errores por descuido cuando
tiene que trabajar en un proyecto aburrido o difícil?
8. ¿Con cuánta frecuencia tiene problemas a la hora de
mantener su atención cuando está realizando un trabajo aburrido
o repetitivo?
9. ¿Con cuánta frecuencia tiene problemas para concentrarse en
lo que la gente le dice, incluso cuando le están hablando
directamente?
10. ¿Con cuánta frecuencia extravía o tiene problemas para
encontrar cosas en casa o en el trabajo?
11. ¿Con cuánta frecuencia se distrae por la actividad o el ruido a
su alrededor?
12. ¿Con cuánta frecuencia abandona su asiento en encuentros
y en otras situaciones en que se espera que se mantenga
sentado?
13. ¿Con cuánta frecuencia se encuentra intranquilo o inquieto?
14. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades en serenarse y
relajarse cuando tiene tiempo para sí mismo?
15. ¿Con cuánta frecuencia se encuentra a sí mismo hablando
demasiado cuando se encuentra en situaciones sociales?
16. Cuándo está en una conversación, ¿Con cuánta frecuencia
se encuentra a sí mismo finalizando las frases de la gente a la
que está hablando, antes de que puedan terminarlas ellos
mismos?
17. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades en esperar su turno
en situaciones en las que se requiere esperar turno?
18. ¿Con cuánta frecuencia interrumpe a otros cuando están
ocupados?
Nota: cuatro o más marcas en las casillas sombreadas de la parte A indica que los síntomas del paciente son muy consistentes
con un TDAH, y hacen aconsejable una entrevista diagnóstica más detallada. Como los 6 primeros ítems son los más
predictivos pueden usarse aislados como instrumento de screening breve. Las casillas sombreadas de la parte B reforzarían la
sospecha diagnóstica, e indicarían otras áreas de exploración.
ESCALA DE PUNTUACIÓN DE WENDER-UTAH. Traducción al castellano
Nada en absoluto
Moderadamente
o casi nada
Bastante
Un poco
Mucho
DE PEQUEÑO YO ERA (O TENÍA) O (ESTABA)
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