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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN ADULTOS

Research · February 2016


DOI: 10.13140/RG.2.1.4204.9044

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1 author:

Luis Millana
Complutense University of Madrid
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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD
EN ADULTOS

Luis Millana Cuevas


ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN
2. EPIDEMIOLOGIA
3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
o DSM-IV
o CIE-10
o Criterios de UTAH
o Criterios de Hollowell y Ratey
o Criterios de Brown
o DSM -V
4. SÍNTOMAS EN EL ADULTO
5. DIFERENCIAS DE GÉNERO
6. TEORÍAS EXPLICATIVAS
o Modelo de déficit atencional de Mirsky
o Modelos de la alteración de las funciones ejecutivas de Brown
o Modelo de dificultades para la inhibición conductual de Barcley
7. EVALUACIÓN DEL ADULTO CON TDAH
o Introducción
o Entrevistas
o Evaluación neuropsicológica
o Funciones ejecutivas
8. TRASTORNOS COMÓRBIDOS.
o Introducción
o Depresión
o Trastorno bipolar
o Ansiedad
o Trastorno por estrés postraumático
o Trastornos de aprendizaje
o Personalidad antisocial
o Consumo de sustancias
o Trastorno límite de la personalidad
o Trastornos del sueño
o Traumatismo craneoencefálico y patología médica
9. BASES FISIOLÓGICAS DEL TDAH
o Factores genéticos
o Neuroanatomía
10. ASPECTOS EMOCIONALES.
11. MODELOS DE TRATAMIENTO
o Introducción
o Estructura del programa de tratamiento
1) Medicación
2) Metas y objetivos
3) Comunicar el diagnóstico
4) Psicoeducación
5) Entrevista motivacional
6) Terapia cognitivo-conductual
7) Problemas de atención
8) Problemas de memoria
9) Administración del tiempo
10) Pérdida de tiempo
11) Solución de problemas
12) Impulsividad
13) Problemas comórbidos y asociados
14) Preparación para el futuro
12. RESUMEN Y CONCLUSIONES
1. INTRODUCCIÓN

El trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) fue


considerado un cuadro clínico presente únicamente en la infancia y en la
adolescencia, donde se consideraba que sus principales síntomas
desaparecían durante esta última etapa, demostrándose posteriormente que
este trastorno puede existir en la edad adulta. Los estudios sugieren que hasta
en los 2/3 de los adultos jóvenes persiste, al menos, un síntoma de TDAH. La
expresión de los síntomas parece cambiar conforme el trastorno avanza hacia
y en la edad adulta. Los adultos con TDAH a menudo se sienten como
“supervivientes” de una constelación de síntomas que les ha traído
consecuencias personales, sociales y laborales. Los resultados de las últimas
investigaciones indican que lo característico de este trastorno es la incapacidad
de inhibición o demora en la respuesta más que la dificultad de atención
selectiva o sostenida.

2. EPIDEMIOLOGÍA.

En Europa el estudio Nijmegen Health Area Study-2 (NHA-2, Holanda)


en una población de 1813 adultos comprendidos entre las edades de 18 y 75
años, la prevalencia era de un 1 a un 2,5% utilizando un punto de corte de 4 ó
6 criterios para el diagnóstico entre los que se encuentran los 3 síntomas
centrales del TDAH en la infancia (Kooij, et al.; 2005).
En el Nacional Comorbidity Survey (2005) utilizando criterios DSM-IV en
más de 9282 sujetos se encontró una prevalencia del 4,4% (Kessler et al.;
2005).
La prevalencia de este trastorno en adultos se sitúa entre el 4 y el 5%.
No hay datos precisos sobre el porcentaje de niños con TADH que en la edad
adulta siguen sufriendo el trastorno y la variación oscila entre el 4-80%.
3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS.

En este apartado se reflejaran las clasificaciones actuales para


diagnosticar a los sujetos con TDAH. Asimismo se presentarán otras
clasificaciones basadas en criterios no jerarquizados que tienen en cuenta los
síntomas de los adultos, así como los criterios propuestos para la edición del
DSM-V.
La primera vez que se introdujo el concepto de hiperactividad fue en el
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, segunda edición
(DSM-II) en 1968. En la tercera edición (DSM-III, 1980) ya surge el concepto de
“alteración por déficit de atención” y a partir de este se entiende que el TDAH
puede afectar en la edad adulta. En la versión revisada del DSM-III se describe
la posibilidad de realizar este diagnóstico. El trastorno debe estar presente
desde la infancia para poder realizar un diagnóstico de TDAH. En la actualidad
se usan dos términos para referirse a esta alteración: Trastorno por déficit de
atención e hiperactividad y trastorno de hiperactividad (THA). Los criterios
diagnósticos se encuentran en el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales cuarta edición revisada (DSM-IV-R) [tabla 1] y en la
clasificación Internacional de las enfermedades (CIE-10, Trastornos mentales y
del comportamiento) [tabla 2]. Las dos clasificaciones reconocen idénticos
problemas conductuales, existiendo algunas diferencias en el conjunto de
síntomas entre estas dos clasificaciones, tales como, los subtipos que
proponen, la edad de aparición de los síntomas o la asociación con otros
trastornos. En el DSM el diagnóstico requiere 6 síntomas de inatención, o bien
6 de hiperactividad/impulsividad. Por el contrario, los criterios de investigación
de la CIE requieren al menos 6 síntomas de inatención, al menos 3 de
hiperactividad y por lo menos 1 de impulsividad. Además, la CIE 10 define
unas categorías más estrictas y no subtipifica el trastorno sobre la base del tipo
predominante sino en base a los criterios diagnósticos de un trastorno disocial.
Por último, ambas clasificaciones no incorporan los síntomas necesarios para
su aplicación a adolescentes, mujeres o adultos. De hecho el DSM nunca ha
sido validado para poblaciones adultas y no incluye los síntomas apropiados
del desarrollo y no identifica adecuadamente a algunos adultos con deterioro
significativo que podrían beneficiarse del tratamiento (los criterios se basan en
los datos arrojados por investigaciones realizadas con niños de 4 a 17 años).
La estipulación de que los síntomas deben estar presentes antes de los 7 años
no se debe a una investigación empírica, sino que fue estipulado de forma
arbitraria por grupo que redactó los criterios diagnósticos del DSM para este
trastorno (CIE-10; DSM-IV-TR; Mediavilla-Garcia, 2003, McGough et al., 2004;
Ramos-Quiroga, 2006).
Tabla nº 1. CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO POR
DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD DEL DSM-IV-R

A. (1) o (2)
1) Seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos
durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el
nivel de desarrollo:
DESATENCIÓN
2) Seis (o más) de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo
menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación
con el nivel de desarrollo:
a. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por
descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
b. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades
lúdicas.
c. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d. A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u
obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a
incapacidad para comprender instrucciones).
e. A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f. A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
g. A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (por ejemplo:
juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
h. A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
i. A menudo es descuidado en las actividades diarias.
HIPERACTIVIDAD
a. A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
b. A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera
que permanezca sentado.
c. A menudo corre o salta excesivamente en situaciones es que es inapropiado hacerlo
(en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
d. A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de
ocio.
e. A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
f. A menudo habla en exceso.
IMPULSIVIDAD
g. A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
h. A menudo tiene dificultades para guardar turno.
i. A menudo se interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (por ejemplo; se
entromete en conversaciones o juegos).

B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones


estaban presentes antes de los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes
(por ejemplo: en la escuela o en el trabajo y en casa).
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad
social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado
del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la
presencia de otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de
ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la personalidad).
Códigos basados en el tipo:
F90.0 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo combinado [314.01]: si
satisfacen los criterios A1 y A2 durante los últimos 6 meses.
F90.8 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio del déficit de
atención [314.00]: si se satisface el criterio A1, pero no el criterio A2 durante los últimos 6
meses.
F90.0 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio hiperactivo-
impulsivo [314.01]: si se satisface el criterio A2, pero no el criterio A1 durante los últimos 6
meses.

Nota de codificación: en el caso de los sujetos (en especial adolescentes y adultos) que actualmente
tengan síntomas que ya no cumplen todos los criterios, debe especificarse en “remisión parcial”.
Tomado de: DSM-IV-TR
Tabla nº 2. CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN CIE-10 PARA EL TRASTORNO
HIPERCINÉTICO.

A. DÉFICIT DE ATENCIÓN
1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a los errores por
descuido en las labores escolares y en otras actividades.
2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego.
3. A menudo no aparenta escuchar lo que se le dice.
4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras
misiones.
5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades.
6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas tales como los
deberes escolares que requieren un esfuerzo mental mantenido.
7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, tales como
material escolar, libros, etc.
8. Fácilmente se distrae ante estímulos externos.
9. Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias.
B. HIPERACTIVIDAD
1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies o removiéndose
en su asiento.
2. Abandona el asiento en la clase o en otras situaciones en las que se espera que
permanezca sentado.
3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas.
4. Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse
tranquilamente en actividades lúdicas.
5. Persistentemente exhibe un patrón de actividad excesiva que no es modificable
sustancialmente por los requerimientos del entorno social.
C. IMPULSIVIDAD
1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las
preguntas completas.
2. A menudo es incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones en grupo.
3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros.
4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales.
 El inicio del trastorno no es posterior a los siete años.
 Los criterios deben cumplirse en más de una situación.
 Los síntomas de hiperactividad, déficit de atención e impulsividad ocasionan malestar
clínicamente significativo o una alteración en el rendimiento social, académico o laboral.
 No cumple los criterios para trastorno generalizado del desarrollo, episodio maniaco,
episodio depresivo o trastorno de ansiedad.
Tomado de: CIE-10.

Existen dos formulaciones de criterios diagnósticos (criterios no


jerarquizados) que tienen en cuenta las características principales del adulto
con TDAH: los criterios UTA desarrollados por Wender [tabla 3] y los criterios
diagnósticos de Hallowell y Ratey [tabla 4]. Los criterios de Utah establecen el
diagnóstico de TDAH infantil y usan indicadores adicionales para caracterizar el
trastorno en la edad adulta. Estos son: labilidad afectiva, temperamento irritable
o explosivo, intolerancia al estrés, impulsividad e inhabilidad para completar
tareas. Una de las desventajas de los criterios de Utah es el énfasis puesto en
la labilidad afectiva, la hiperreactividad del humor y las explosiones de ira como
criterios tan válidos como la impulsividad y la desorganización, lo que puede
dar lugar a un solapamiento con el trastorno bipolar infantojuvenil que se
intentó evitar con el criterio B. Estos criterios fallan a la hora de indentificar a
los sujetos con síntomas predominantemente inantentos y excluye a algunos
pacientes con psicopatología comórbida importante y difiere significativamente
del concepto de TDAH del DSM. Una de las ventajas de los criterios de
Hallowel y Ratey es que codifican como criterio dificultades específicas que el
DSM-IV pasa por alto o menciona como aspectos asociados. Por el contrario,
tienen poca especificidad y nula jerarquia sintomática (Brown, 1998; McGough
et al., 2004; Barbudo et al, 2006).
Tabla nº 3. CRITERIOS DE UTAH PARA EL TRASTORNOS POR DÉFICIT DE
ATENCIÓN DEL ADULTO.

CRITERIOS EN LA INFANCIA
Antecedentes en la infancia compatibles con el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención. La
obtención de datos históricos fiables requiere las participaciones de los padres del paciente, o de sus
hermanos mayores. A continuación aparecen los criterios de UTA para el trastorno por déficit de atención
(TDA) en la infancia:

A. Criterios estrictos (DSM III).


1. El sujeto debe cumplir los criterios DSM-III-R para el TDAH en la infancia.
B. Criterios amplios.
Debe reunir las características 1 y 2, al menos una de las características de 3 a 6:
1. Hiperactividad: era un niño más activo que los otros niños, incapaz de permanecer en su
sitio, inquieto, incansable, siempre en marcha, como llevado por un motor interno, hablando
en exceso.
2. Déficit de atención: a menudo descrita como una escasa incapacidad para mantener la
atención sostenida, con distraibilidad e incapacidad para terminar las tareas escolares.
3. Problemas de conducta en la escuela.
4. Impulsividad.
5. Hiperexcitabilidad.
6. Explosiones de ira, pataletas.

CRITERIOS EN LA EDAD ADULTA


A. La presencia en la edad adulta de las características 1 y 2 (que el paciente observa en sí mismo, o
que el paciente dice que otros observan en él), junto con dos de las características 3 a 7.
1. Hiperactividad motora persistente. Se manifiesta por el carácter incansable, incapaz de
relajarse, de apariencia “nerviosa” (en el sentido de ser incapaz de permanecer sentado, no
en el sentido de tener ansiedad anticipatoria), incapacidad para aguantar actividades
sedentarias (por ejemplo, ver películas hasta el final, contemplar la TV, leer el periódico,
terminar un libro), estando siempre en marcha, y mostrándose disfórico cuando está
obligado a permanecer inactivo.
2. Dificultades atencionales. Se manifiestan por una incapacidad para mantener la mente
enfocada en la conversación, distraibilidad (percatándose de otros estímulos a pesar de los
intentos por filtrarlos y mantenerlos al margen), dificultad para mantener el interés en la
lectura o en la tarea, olvidadizo, a menudo extraviado o no recuerda dónde colocó los
objetos como las llaves del coche o el bolso, llegando a olvidar citas y compromisos.
“Parece que a menudo tiene la mente en otra cosa”.
3. Labilidad afectiva. Se manifiesta en oscilaciones desde el humor normal a la depresión (la
cual es descrita como “sentirse bajo de ánimo”, aburrido, descontento), o hacia la excitación
y una ligera euforia. Las oscilaciones de humor habitualmente duran horas, o como mucho
unos pocos días y se presentan sin las alteraciones vegetativas características de los
trastornos afectivos; pueden ocurrir espontáneamente o ser reactivas.
4. Desorganización, inhabilidad para completar tareas. El sujeto se queja de dificultad para
organizarse en el trabajo, ordenar el hogar, o realizar las tareas escolares; las obligaciones
a menudo se quedan a medio hacer: el sujeto cambia de una actividad a otra de modo
azaroso; desorganización de las actividades, dificultad para orientar la resolución de
problemas secuenciales, problemas con la administración del tiempo, tozudez y encono.
5. Explosiones de ira y temperamento irascible. El sujeto refiere que tiene frecuentes pérdidas
súbitas y breves del autocontrol, de las que él mismo se sorprende; se le provoca fácilmente
o está continuamente irritado. Sus problemas de temperamento irascible interfieren con su
vida social y sentimental.
6. Impulsividad. Sus manifestaciones más leves incluyen hablar antes de pensar las cosas,
interrumpir la conversación o la explicación de otros, precipitar la respuesta antes de que la
pregunta haya sido formulada, impaciencia, intolerancia a la espera (por ejemplo: al
conducir o guardar cola); compras impulsivas. Las manifestaciones más graves pueden
parecerse a las de la manía o el trastorno antisocial de la personalidad, e incluyen en
diversos grados el pobre desempeño laboral, los inicios y terminaciones abruptas de las
relaciones (múltiples matrimonios, separaciones y divorcios); conductas antisociales como el
hurto, la implicación excesiva en actividades placenteras sin reconocer los riesgos o las
consecuencias dolorosas (compras absurdas, inversiones económicas alocadas,
conducción temeraria). El sujeto toma decisiones rápidamente sin reflexión, a menudo
basándose en una información insuficiente, lo que conlleva su propio perjuicio; también la
dificultad para iniciar una tarea sin experimentar malestar por ello.
7. Hiperactividad emocional. El sujeto no puede canalizar el estrés ordinario y reacciona en
exceso o inapropiadamente con depresión, confusión, incertidumbre, ansiedad o ira. Las
respuestas emocionales interfieren con la cabal resolución de problemas. El sujeto
experimenta crisis repetidas al intentar afrontar los estresantes de la vida cotidiana. Se
describe a sí mismo como “embrollado” o “sobrepasado”.
B. Ausencia de los siguientes trastornos:
1. Trastorno antisocial de la personalidad.
2. Trastorno afectivo mayor.
C. Ausencia de signos y de síntomas de los siguientes trastornos:
1. Esquizofrenia.
2. Trastorno esquizoafectivo.
D. Ausencia de trastornos esquizitípicos o de trastornos límite de la personalidad, o de rasgos.
E. Aspectos asociados: inestabilidad marital, menor éxito académico y vocacional que el esperado por
la inteligencia y la educación recibida, abuso de alcohol y de otras drogas, respuestas paradójicas a
la medicación psicoactiva, historia familiar de TDAH en la infancia, alcoholismo y abuso de drogas,
personalidad antisocial y síndrome de Briquet.
F. Cuestionario del temperamento infantil (Connors Abreviated Rating Scale). Aunque no es necesario
para el diagnóstico, una puntuación de 12 o más asignada por la madre del paciente es de ayuda
para el diagnóstico, y puede predecir la respuesta al tratamiento.
Tomado de: Barbudo del cura et al. (2006).
Tabla nº 4. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS SUGERIDOS POR HALLOWELL Y RATEY
PARA EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN EN EL ADULTO
Nota: considerar que se cumple el criterio sólo si la conducta es considerablemente más frecuente que la
observada en l mayoría de la gente de la misma edad mental.

A. Una perturbación crónica en la que al menos quince de los siguientes están presentes:
1. Un sentimiento de fracaso y de no alcanzar los objetivos potenciales (independientemente
de cuánto haya logrado la persona). Ponemos este síntoma como el primero porque es el
motivo más frecuente con que el adulto solicita ayuda. “Me siento apurado” es una queja
frecuente. La persona puede ser brillante según los estándares objetivos, pero puede
sentirse subjetivamente con el agua al cuello, paralizada por un sentimiento de estar
metido en una maraña, incapaz de rentabilizar todo su potencial innato.
2. Dificultades para organizarse. Es el problema principal para la mayoría de los adultos con
TDAH. Sin el entorno estructurado del colegio, sin unos padres cerca que organicen las
cosas en lugar de uno, el adulto se tambalea entre las demandas de organización
cotidianas. Las que se suponen “cosas sin importancia”, se suman hasta originar
obstáculos insalvables. Olvidan citas, consultas médicas, pago de recibos y plazos de
entrega.
3. Postergación crónica, o dificultades para iniciar la tarea. Los adultos con TDAH
experimentan gran ansiedad al encomendarse a una tarea. Mediante la postergación
tienden a borrar de la mente su miedo a hacerla mal, lo que a la larga termina añadiendo
aún más ansiedad.
4. Simultanear varios proyectos con problemas para continuar y llevarlos a término. Es un
corolario del criterio número 3. Según se arrincona una tarea, se emprende otra. Hacia el
final de la jornada, o de la semana, o del año, incontables proyectos han sido aparcados,
mientras que sólo unos pocos son completados.
5. Tendencia a decir lo primero que llega a la mente, sin tener en cuenta la pertinencia del
comentario al momento y a la situación. Igual que el niño con TDAH en la escuela, el
adulto con TDAH se deja llevar por el entusiasmo, le viene una idea, siente que debe ser
comunicada en ese preciso instante y el tacto o la astucia ceden ante una exaltación casi
pueril.
6. Búsqueda frecuente de estimulación intensa. El adulto con TDAH siempre anda a la
búsqueda de algo novedoso, atrayente, algo del mundo exterior que conecte con el
torbellino que sopla dentro del cuerpo.
7. Intolerancia al hastío. Es un corolario del criterio número 6. Realmente la persona con TDAH
rara vez se aburre. Esto es así porque al milisegundo de sentir aburrimiento, cambia de
acción y encuentra algo nuevo; es como si cambiase de canal haciendo “zapping”.
8. Fácilmente distraible, con problemas para enfocar la atención, tendencia a desconectar y a
deslizarse fuera de la tarea, ya sea en medio de la lectura de una página o de una
conversación. A menudo se acompaña de la capacidad de hiperfocalización. Es el síntoma
clave del TDAH. La desconexión es bastante involuntaria. Ocurre cuando los otros no
miran, así que al volverse a hablar el sujeto ya no está ahí. La capacidad para
hiperfocalizar está a menudo mezclada en estas vivencias, poniendo de relieve el hecho
de que esto no un síndrome por déficit de la atención, sino por inconsistencia de la
atención.
9. A menudo es creativo, intuitivo, de aguda inteligencia. Esto no es un síntoma, sino un rasgo
que merece ser mencionado. Los adultos con TDAH a menudo poseen mentes
inusualmente creativas. En medio de su desorganización y distraibilidad, muestran fulgores
de brillantez. Captar este “algo especial” es uno de los objetivos del tratamiento.
10. Problemas para seguir las normas establecidas, los canales de actuación convencionales,
adoptando su propio camino. Al revés de lo que se pudiera pensar, esto no se debe
primariamente a ningún problema irresuelto con las figuras de autoridad. De hecho, es una
expresión del aburrimiento y de la frustración_ aburrimiento con el modo rutinario de hacer
las cosas, excitación en torno a las nuevas propuestas, y frustración al verse incapaces de
realizar las cosas como ellos suponen que deben hacerse.
11. Impaciencia, baja tolerancia a la frustración. Cualquier tipo de frustración evoca al adulto
con TDAH todos sus repetidos fracasos del pasado: “Oh no”, piensa, “otra vez lo de
siempre”. Así que se enfada o abandona. La impaciencia se deriva de la necesidad de
estimulación constante, y puede ofrecer a los demás la impresión de que el individuo es
inmaduro e insaciable.
12. Impulsividad, tanto verbal como conductual, que descubrimos en el uso impulsivo del dinero
y en los cambios bruscos de los planes de vida, de la carrera profesional, y de los gustos.
Es uno de los síntomas más peligrosos en los adultos, y a la vez uno de los más
ventajosos, dependiendo del momento vital y la coyuntura.
13. Tendencia a preocuparse innecesariamente e interminablemente. Tendencia a otear el
horizonte en busca de algo con que preocuparse, alternándolo con la inatención y el
descuido de los peligros más inmediatos. El agobio es aquello en lo que se transforma una
atención que no es capaz de mantenerse sobre una tarea concreta.
14. Sentimiento de inseguridad. Muchos adultos con TDA se sienten crónicamente inseguros,
con independencia de lo estable que sea su situación vital en ese momento. A menudo
tienen un sentimiento difuso de catástrofe inminente.
15. Variación del humor, labilidad afectiva, especialmente cuando están desocupados o
esperando a alguien. La persona con TDAH de repente puede tener buen humor, luego
mal humor, luego buen humor, luego mal humor, todo en el transcurso de unas pocas
horas y sin razones aparentes. Estos vaivenes del humor no son tan pronunciados como
los de la enfermedad bipolar o la depresión.
16. Desasosiego, desazón. En el adulto no solemos ver la hiperactividad aparatosa del niño. En
su lugar se observa lo que parece “energía nerviosa”: tamborileos rítmicos con los dedos,
retorcer la postura mientras se permanece sentado, levantarse y abandonar la mesa o la
sala con frecuencia, sentirse crispado durante los momentos asignados al descanso,
atusarse la ropa y tolerar mal los tejidos recién lavados o estrenados.
17. Tendencia a las conductas adictivas. La adicción puede ser a una substancia, sobre todo
alcohol y cocaína, o a una actividad como el juego de apuestas, la compra, comer o
sobrecargarse de tareas y pluriemplearse.
18. Problemas crónicos con la autoestima. Son el triste e inevitable resultado de años de
frustración, fracaso, o simple desajuste. Incluso aquellos adultos con TDAH que han
llegado lejos se sienten de algún modo deficientes. Lo más impresionante de estas
personas es su resiliencia a pesar de sus carencias y retrasos.
19. Auto observación inexacta. Los adultos con TDAH son pobres observadores de sí mismos.
No calibran con medida el impacto que causan en los demás. A menudo se ven a sí
mismos como menos efectivos y capaces de lo que otros les ven.
20. Historia familiar de TDA o enfermedad maniaco-depresiva, depresión o trastornos por
abuso de sustancias y otros trastornos del control de los impulsos y del control afectivo. En
tanto que el TDAH está genéticamente transmitido y emparentado con esas otras
patologías, no es raro (pero tampoco es necesario) encontrar semejante historia familiar.

B. Historia de TDA en la infancia. Puede no haber sido formalmente diagnosticada, pero al revisarla,
los signos y los síntomas deben estar presentes.

C. La situación no es explicable mediante otras condiciones psiquiátricas o médicas.


Tomado de: Barbudo del cura et al. (2006).

Los criterios de Brown (existen versiones para niños, mayores/adolescentes y adultos)


evalúan los problemas de los sujetos en las siguientes áreas:
1. Activación y organización para trabajar. El sujeto tiene dificultades para organizarse
y empezar a trabajar. También tiene problemas para autoactivarse para comenzar
y realizar las tareas rutinarias de la vida cotidiana.
2. Atención sostenida. El sujeto tiene problemas para mantener una atención
sostenida para realizar trabajos, evitar las distracciones excesivas (por ejemplo:
cuando lee o cuando se le habla) y centrarse en la tarea.
3. Energía o esfuerzos mantenidos en el tiempo. El sujeto tiene problemas para
finalizar una tarea determinada.
4. Hipersensibilidad y labilidad emocional. Los sujetos se ofenden fácilmente, son
muy sensibles a la crítica y tienen problemas para controlar la irritabilidad.
5. Problemas de memoria. El sujeto tiene problemas para recordar el material
aprendido.
Además el sujeto debe cumplir los siguientes requisitos:
Según los criterios establecidos por el DSM-IV, el sujeto adulto debe tener una historia
de inicio de TDAH antes de los 7 años de edad.
Debe existir evidencia de un curso crónico de TDAH desde la infancia o niñez hasta la
edad adulta.
Según los criterios del DSM-IV, el adulto debe tener un nivel moderado o grave de
afectación que se pueda atribuir al TDAH.

Barkley plantea una nueva lista de criterios [tabla 5] para el diagnóstico de TDAH
en adultos con un nuevo umbral de 6 síntomas. El umbral de DSM-IV se desarrolló y
probó sólo con niños; por lo tanto, no se puede aplicar a los adolescentes o a adultos.
Además estos criterios pueden cambiar según la etapa de desarrollo. Utilizar un umbral
fijo puede dar lugar a definir como inexistente un TDAH a lo largo del desarrollo. De hecho
la proporción de TDAH en un grupo dado parece descender alrededor del 50% cada 5
años. Si asumimos que la tasa de prevalencia de TDAH en la niñez es de un 4% y
extrapolamos el descenso de forma exponencial la tasa estimada en adultos oscila desde
el .8% a los 20 años hasta .05% a los 40 años. Otra polémica surge en torno a la utilidad
clínica que se da a los subtipos en el DSM-IV. Las dimensiones de Hiperactividad-
impulsividad (HI) y de inatención (DA) se usan para crear 3 subtipos, donde el subtipo HI
parece ser el precursor del tipo C. (DSM-IV-TR, 2002; Hill et al., 1996, Barkey et al., 2007,
Barkley, 2009).
Tabla nº 5. LISTA DE CRITERIOS PROPUESTOS PARA EL TRASTORNO
POR DÉFICIT DE ATENCIÓN /HIPERACTIVIDAD EN LOS ADULTOS.
RECOMENDACIONES PARA EL DSM-V.

A. Presenta seis (o más) de los siguientes síntomas que han persistido durante al menos seis
meses a un nivel que es inadaptado y que no concuerda con el nivel de desarrollo:
1. A menudo se distrae con facilidad por los estímulos externos o pensamientos irrelevantes.
2. A menudo toma decisiones de forma impulsiva.
3. A menudo tiene dificultad para dejar de lado actividades o conductas cuando debería
hacerlo.
4. A menudo empieza un proyecto o tarea sin leer ni escuchar las indicaciones
cuidadosamente.
5. A menudo ignora las promesas o compromisos adquiridos con los demás.
6. A menudo tiene problemas para hacer cosas en el orden o secuencia correctos.
7. A menudo conduce un vehículo de motor mucho más deprisa que los demás
(exceso de velocidad) (si la persona no tiene carné de conducir, sustituirlo por:
“A menudo tiene dificultad para dedicarse a actividades de ocio o para hacer
cosas divertidas de forma tranquila”)
8. A menudo tiene dificultad para mantener la atención en tareas o actividades de ocio.
9. A menudo tiene dificultad para organizar tareas y actividades.

B. Algunos síntomas que causaron la alteración o deterioro estaban presentes entre la infancia
y la adolescencia (antes de los 16 años).

C. Algún tipo de deterioro de los síntomas está presente en dos o más áreas de la vida (por
ejemplo: trabajo, actividades educativas, vida doméstica, actividades de la comunidad,
relaciones sociales, etc.)

D. Debe haber signos claros de deterioro clínicamente significativo en el funcionamiento social,


académico, doméstico (matrimonio, cohabitación, economía, conducción, educación de los
hijos, etc.), profesional o comunitario.

E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante el transcurso de un trastorno


generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otros trastornos psicóticos, y no pueden explicarse
por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad,
trastornos disociativos o trastorno de la personalidad)

Nota de codificación: Para los individuos que actualmente presentan síntomas que ya no
cumplen totalmente los criterios, se debería especificar ‘en remisión parcial’.
Tomado de: Barkley et al., 2007.

4. SÍNTOMAS PROPIOS DEL ADULTO

Los adultos junto con los niños comparten síntomas de inatención,


hiperactividad e impulsividad. Sin embargo, los síntomas cambian con la edad
y pueden variar de diferentes maneras y alternar con los síntomas comunes.
En la tabla nº 6 se muestran los problemas comunes del TDAH en adultos.
Estos suelen mostrar principalmente síntomas de inatención en impulsividad
mientras que la hiperactividad disminuye con la edad y tiene síntomas clínicos
distintos a los encontrados en los niños, mostrándose como un sentimiento
subjetivo de inquietud (Valdizan et al., 2009).

Tabla nº 6. PROBLEMAS COMUNES DEL TDAH EN ADULTOS


Problemas para la concentración
Falta de memoria y pobre memoria a corto plazo.
Dificultades para la organización.
Problemas con rutinas.
Carencia de autodisciplina.
Comportamiento impulsivo.
Depresión.
Baja autoestima.
Inquietud interior.
Escasa capacidad para administrar el tiempo.
Impaciencia y frustración.
Pobres habilidades sociales.
Manifestar observaciones inadecuadas.
Sensación de no conseguir objetivos.
Tomado de: Valdizan et al., 2009.

En consecuencia:
1) Algunos síntomas de inquietud o hiperactividad son difícilmente aplicables a
los adultos. La mayoría de los sujetos adultos no presentan demasiadas
dificultades para permanecer sentados, o para esperar su turno (Criterios A2 b
y h).
2) Existen criterios que no son evidentes en determinados contextos. A lo largo
de la vida el sujeto con TDAH se las ha arreglado para encontrar su “lugar en el
mundo” compensando los déficits a través de sus elecciones personales. Por
ejemplo, si trabaja como autónomo, siendo su propio jefe, puede salvar sus
dificultades para las relaciones interpersonales (Criterios A1 d, A2 b y f). Por lo
tanto, estos mecanismos de compensación pueden obstaculizar la
identificación de déficit en 2 áreas de la vida (Criterio C). Si un individuo ha
encauzado su hiperactividad dedicándose en cuerpo y alma a un trabajo
extenuante, solamente tendrá problemas cuando esté de vacaciones o por
ejemplo cuando esta de baja laboral.
3) algunos síntomas se atenúan o desaparecen a medida que avanza la edad.
Mientras disminuyen los síntomas de hiperactividad e impulsividad, persisten
los correspondientes a la inatención. A pesar de esta mejoría parcial, los
sujetos con TDAH siguen presentando mucho deterioro debido a los síntomas
que presentan.
4) En los adultos suele ser difícil averiguar si los síntomas estaban presentes
antes de los 7 años de edad. Hay síntomas que se manifiestan en el mundo
académico y podría no ser razonable la exigencia de que algunos síntomas
aparezcan antes de los 7 (síntomas de inatención). Las personas con un
elevado coeficiente intelectual pueden no sufrir problemas importantes en esa
área hasta los cursos más avanzados.
4) Por último, los subtipos descritos no serían útiles porque la mayor parte de
los pacientes presentan una mezcla de síntomas. Las últimas investigaciones
no demuestran que estos subtipos se puedan distinguir entre si de manera
fiable y que esta separación puede ser clínicamente engañosa.
5) Otros problemas para el diagnóstico del TDAH del adulto no dependen del
sistema diagnóstico. Algunos adultos con síntomas de TDAH no experimentan
deterioro del funcionamiento, ya que este depende de las demandas del
entorno y del ambiente y no sólo de las dificultades individuales. La
comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos es prácticamente la regla en el
TDAH. La mayoría de las veces es el trastorno comórbido el que motiva la
consulta y, al tratarse de problemas importantes, cuyo tratamiento puede ser
prioritario (trastorno antisocial, abuso de sustancias; trastornos del sueño, etc.),
con frecuencia se trata fundamentalmente esta comorbilidad, pasando
desapercibido el síndrome de inatención e hiperactividad.
6) Las pruebas de neuroimagen, laboratorio y neuropsicologicas no identifican
con más fiabilidad que la entrevista clínica. Aun cuando se están acumulando
hallazgos neuropsicológicos y de neuroimagen que diferencian a los individuos
con TDAH de los que no padecen el trastorno, aún no superan a la entrevista
clínica como procedimiento diagnóstico (Barkley, 2009; Moraga, 2008). En la
tabla nº 7 se muestran como cambian los síntomas de la infancia a la edad
adulta.
Tabla nº 7. SÍNTOMAS EN EL ADULTO CON TDAH
Síntomas de inatención Síntomas de inatención
DSM-IV en el niño en el adulto
1. Tiene dificultades para sostener la 1. Tiene dificultades para sostener la
atención. atención leyendo.
2. Es olvidadizo y se distrae con 2. Es olvidadizo y se distrae con facilidad.
facilidad. 3. Mala concentración.
3. Le cuesta continuar lo que ha 4. Maneja y organiza mal el tiempo.
empezado. 5. No sabe dónde ha colocado las cosas.
4. Es desorganizado. 6. Tiene dificultades para acabar las
5. Pierde cosas. tareas.
6. No escucha.
Síntomas de hiperactividad Síntomas de hiperactividad
DSM-IV en el niño en el adulto
1. Se revuelve y está inquieto. 1. Muestra un sentimiento de inquietud
2. Corre o trepa en exceso. interna.
3. No puede estar quieto al jugar o 2. Sentimiento subjetivo de Inquietud
trabajar. mientras está sentado.
4. Habla en exceso. 3. Predilección por los trabajos movidos.
5. Parece estar “en marcha”, como si le 4. Habla en exceso.
hubieran dado cuerda. 5. Se siente acelerado y agobiado.
Síntomas de impulsividad Síntomas de impulsividad
DSM-IV en el niño en adultos
1. Precipita las respuestas. 1. Conduce demasiado rápido y tiene
2. No puede esperar su turno. accidentes de tráfico
3. Se entromete o interrumpe a los otros. 2. Cambia de trabajo de manera
impulsiva.
3. Se irritable y encoleriza con facilidad.
Tomado de: Moraga, 2008.

5. DIFERENCIAS DE GÉNERO

Como otros muchos desórdenes el TDAH puede presentar diferencias


entres hombres y mujeres. El DSM-IV-TR describe una mayor proporción de
niños afectados que de niñas con una razón que oscila de 4:1 a 9:1 en función
del tipo (el tipo con predomino de déficit de atención aparece menos ligado al
sexo), mientras que las muestras de adultos han mostrado una distribución de
género más equilibrada. Esta diferencia se puede deber más a los sesgos de
los informadores que a las tasas de una verdadera prevalencia. Un segundo
motivo de esta diferencia de prevalencia es que dependiente de la edad,
estando presente solamente en edades tempranas (más frecuente en los niños
más jóvenes que en las niñas) y que a medida que aumenta la edad, estas
diferencias desaparecen. Otra razón estriba en que la prevalencia en niños y
niñas sigue una evolución diferente con la edad. En los niños disminuye a
medida que aumenta la edad (entre los 10 y 20 años) y en las niñas permanece
constante. Las distintas presentaciones clínicas en las niñas da lugar a un
trastorno menos llamativo, invalidante y perturbador y es más difícil su
diagnóstico. Además puede existir una inadecuación de los criterios
diagnósticos actuales para identificar a las niñas, ya que estas en la población
general tienen un nivel base de hiperactividad e inatención inferior a la de los
niños de la población general y estas requieren una mayor desviación frente a
sus iguales que lo que requieren los niños. Otra discrepancia puede surgir en el
hecho de que los hombres y las mujeres tienden a no presentar los mismos
síntomas (por ejemplo: mientras los hombres muestran más conductas
antisociales y agresivas, las mujeres desarrollan menos trastornos
conductuales antisociales o discapacidades de aprendizaje y es más probable
que sean diagnosticadas con el subtipo inatento). Una chica con TDAH que
rinde poco en la escuela es más probable que sufra retraimiento, desinterés,
depresión o ansiedad (síntomas más internalizados) y muestren una
percepción mucho peor de sí mismas, mientras que en los chicos es más
probable que expresen y aumenten sus problemas siendo más fácil su
diagnóstico (de hechos las chicas muestran más síntomas de salud mental y un
menor rendimiento educativo). En consecuencia, las chicas sufren en silencio y
por tanto es más difícil que sean adecuadamente diagnosticadas. En la edad
adulta el estudio del TDAH entre hombres y mujeres está más equilibrado,
posiblemente porque los adultos solicitan por sí mismos la evaluación del
trastorno debido a los problemas que reconocen en sí mismos. Los niños y
adolescentes normalmente son derivados para su evaluación por sus padres o
profesores (DSM-IV-TR; Biederman et. al., 2004; Hinshaw et al., 2006;
Tukman, 2007).

6. TEORÍAS EXPLICATIVAS

Se presentan en este apartado las principales teorías que tratan de dar


explicación a este trastorno. Aunque existen otros modelos explicativos como
los de Melford (1989) que postula que la disfunción de la noradrenalina en el
locus coeruleus produce un déficit de la atención sostenida, Pliszka (1996) que
propone un modelo multiestadios que implica una disfunción en múltiples
sistemas neurotransmisores y Arnstein (1996) que propone que la perturbación
de la función de los receptores de noradrenalina en la corteza prefrontal
produce el déficit en el control inhibitorio característico del TDAH
(Colmenero,2004; González-Garrido et al., 2006), nos centraremos en las
teorías de Mirsky, Barkley y Brown (Modelo de déficit atencional de Mirsky.
Modelo de dificultades para la inhibición de Barkley, Modelo de alteración de
las funciones ejecutivas de Brown).

MODELO DE DÉFICIT ATENCIONAL DE MIRSKY


Pone el acento en los problemas de atención, a la que concibe como
suma de cuatro procesos diferentes de la atención: sostenida,
focalizada/ejecución, codificación y cambio o alternancia que pueden estar
localizados en diferentes regiones cerebrales y se han especializado y
organizado dentro de un sistema coordinado. Esta propuesta de los
componentes de la atención se basó en datos provenientes de pruebas
neuropsicológicas obtenidas de sujetos con epilepsia de ausencia y con
esquizofrenia. El sistema se ha organizado de tal manera que permite un
reparto de la responsabilidad de las funciones atencionales (en caso de daño
unas estructuras pueden sustituir a otras). La atención se concibe como una
forma de consciencia que se ha modelado a través del aprendizaje y la
experiencia y es dependiente de estructuras filogenéticas antiguas del cerebro
y de estructuras límbicas y corticales. Los cuatro componentes de la atención
propuestos por este autor han sidos confirmados por análisis factorial de datos
provenientes de tests neuropsicológicos con adultos y niños. Estos análisis
explicaron el 79% de la varianza en los adultos y el 64,6% en los niños.
Según este modelo la atención sostenida estaría localizada en el tectum
y regiones mesopontinas de la formación reticular y serían fundamentales para
el mantenimiento de la consciencia y la regulación del arousal. El cerebro
medio y estructuras del tronco del encéfalo jugarían un papel importante pare el
mantenimiento de la atención sostenida y de la vigilancia. Coincide con el
rendimiento en las pruebas de ejecución continua (CPT), en concreto con el
porcentaje de respuestas correctas y tiempos de reacción.
Las estructuras relevantes en la focalización/ejecución son la región
parietales inferior, la corteza temporal superior y el estriado. Los tests que
miden de forma efectiva esta área son: el test de cancelación de letras, el test
del trazo parte A y B, el test de Stroop y la subprueba de símbolos-dígitos de la
WAIS. Un rendimiento satisfactorio en esta función implicaría una selección
adecuada del material relevante para ofrecer una respuesta al estímulo
presentado.
En la codificación el elemento implicado sería el hipocampo. Las
lesiones en esta área presentan deterioros en tareas atencionales que implican
el uso de la memoria. Mirsky emplea las subpruebas de aritmética y dígitos de
la WAIS. Estos tests también pueden ser eficaces para reflejar la utilización de
la memoria verbal operativa. Si este factor funciona se representaría y operaría
internamente la información de forma adecuada.
El cambio o alternancia estaría reprensada en el cortex prefrontal.
Permitiría generar reglas y cambiar el foco de atención de un aspecto relevante
del entorno hacia otro. Sería evaluado con test de Clasificación de tarjetas de
Wisconsin (WCST) (porcentaje correcto y número de categorías realizadas).
Se plantea además, por parte de los colaboradores de Mirsky, un quinto
elemento denominado “estabilidad” que podría explicar de forma satisfactoria la
variación de los datos obtenidos que explica el 13% de la varianza obtenida.
Este elemento hace referencia al esfuerzo atencional y consistencia a lo largo
del tiempo. Las áreas implicadas sería las regiones talámicas y del tronco
cerebral pero no está demostrado fehacientemente. La medición de este quinto
elemento se realizaría a través del análisis de la varianza obtenida en los
resultados de los tiempos de reacción y los errores estándares del test CPT
(Mirsky et al.; 1986, De la Torre, 2002).

MODELO DE LA ALTERACIÓN DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS DE


BROWN
Es un modelo intermedio de los otros dos. Parte de la base de que existe
un problema de inhibición conductual que dificulta la acción de las funciones
ejecutivas pero también, la atención y la concentración tienen un
funcionamiento deficiente no solo relacionadas con las dificultades para la
autorregulación de los procesos psíquicos. Basándose en más de 25 años de
entrevista e investigación con niños, adolescentes y adultos que presentan
TDAH, Brown ha desarrollado un modelos para describir las funciones
cognitivas que están afectadas. El modelo presenta 6 conjuntos separados de
funciones teniendo en cuenta que estas se utilizan continuamente de forma
integrada, rápida e inconsciente que facilitan y ayudan a manejar
adecuadamente las tareas de la vida diaria. Todas las funciones se presentan
de una forma básica en los infantes y según va madurando el cerebro estas se
hacen más complejas de forma gradual hasta la primera etapa de la edad
adulta. En ocasiones todo el mundo presenta fallos en sus funciones
ejecutivas, pero los sujetos con TDAH sufren una mayor dificultad en el
desarrollo y uso de estas funciones comparados con sus iguales en edad y
nivel de desarrollo (las personas suelen comunicar dificultades permanentes
importantes en alguno de los aspectos de cada uno de los 6 grupos). Incluso
en los casos más graves de TDAH los sujetos realizan algunas actividades
donde las funciones ejecutivas funcionan adecuadamente. El Modelo de Brown
se presenta en la tabla nº 8.

Tabla nº 8. MODELO DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS DE BROWN


FUNCIONES EJECUTIVAS.
(Actúan juntas en varias combinaciones)
Organizar, establecer prioridades y 1. Activación
actividades para trabajar.
Concentrarse, mantener y cambiar la 2. Foco
atención a las tareas.
Regular el estado de alerta, mantener 3. Esfuerzo
un esfuerzo y procesar velocidad.
Controlar la frustración y modular las 4. Emoción
emociones.
Usar memoria funcional y tener 5. Memoria
acceso a los recuerdos.
Controlar las acciones. Observación y 6. Acción.
acción autorreguladora.
1. Activación: los sujetos con TDAH se quejan de las dificultades para iniciar
sus quehaceres. Dejan a menudo las cosas para mañana hasta que se
convierten en una verdadera urgencia. Sólo cuando se enfrentan a
consecuencia nefastas en un futuro inmediato son capaces de motivarse lo
suficiente como para comenzar a hacerlas.

2. Foco: las personas con TDAH no pueden concentrar su atención en una


actividad y mantenerla mientras sea necesario (a veces puede ser un problema
de selección). Se describen así mismos como incapaces de concentrarse y
mantener la su atención). Pueden tener problemas crónicos para mantener la
atención en la lectura sobre todo si no la han seleccionado ellos. A menudo
tienen que leer y releer para poder captar el significado y recordarlo (lectores
pasivos). Si están muy cansadas pueden experimentar y darse cuenta de esa
“lectura pasiva”. Poseen una capacidad de distracción excesiva y tienen una
dificultad permanente para filtrar los estímulos no relevantes que les rodean. Se
pueden quedar absortos delante del ordenador o la televisión o durante una
conversación y pueden seguir hablando de un tema que les interesa a pesar de
haber cambiado a otro tema.

3. Esfuerzo: las personas con TDAH pueden realizar tareas a corto plazo, pero
tienen mucha más dificultad a la hora de realizar un esfuerzo mantenido
durante un largo periodo de tiempo. Tienen problemas de regulación de sueño
y en consecuencia dificultades para regular el estado de alerta. Aunque no
realicen esfuerzos importantes, requieren un tiempo excesivamente largo para
completar algunos tipos de tareas hasta incluso el tedio. Se sienten incapaces
para regular su velocidad de procedimiento correctamente para adaptarse a las
demandas.

4. Emoción: en los criterios diagnósticos del DSM no incluye ningún elemento


relacionado con las emociones aunque muchos sujetos con TDAH declaran
“luchar por el control de sus emociones”. Demuestran a menudo un estado
parecido al aburrimiento o a la desmoralización, irritabilidad, rabietas o un
control insuficiente de su excitabilidad, es decir, tienen dificultades crónicas
para manejar las emociones. Reaccionan ante la frustración con brotes
intensos de enfado.

5. Memoria: la memoria a largo plazo puede ser buena o muy buena pero se
quejan y experimentan dificultades para retener una idea o un fragmento de
información cuando se está haciendo otra cosa a la vez. No recuerdan donde
acaban de poner algo, o para qué iban a la habitación o quién acaba de llamar.
En resumen, afecta a la memoria de trabajo. Si tienen la memoria de trabajo
muy deteriorada tienen grandes problemas para entender un texto aunque
sean muy competentes para descodificar cada palabra. Las matemáticas o la
expresión escrita también exigen una gran demanda de la memoria operativa,
al igual que gran cantidad de aspectos de la vida cotidiana y pueden tener
problemas para integrar información interna y externa e influir en la capacidad
del individuo para vincular nueva información que se adquiere con otra que ya
se tiene en la mente.

6: Acción: los sujetos tienden a actuar sin una reflexión suficiente o se muestra
de forma permanente inquietas e hiperactivas y tienen grandes dificultades
para controlar y frenar adecuadamente sus acciones y llegan muy fácilmente a
conclusiones erróneas. Se han identificado el déficit en la capacidad de
inhibición conductual como el problema central en los síntomas hiperactivos e
impulsivos. Conducir o ciertas situaciones sociales pueden ser muy
problemáticas para las personas con TDAH. Les cuesta calibrar y vigilar las
emociones e intenciones que tienen el resto de los sujetos con los que están
interactuando (Brown, 1998, 2006).

MODELO DE DIFICULTADES PARA LA INHIBICIÓN DE BARKLEY (MODELO


HÍBRIDO DE LAS FUNCIONES EJECUTIVAS)
Este autor centra su modelo en la hiperactividad e impulsividad (tipo
combinado) y no en el subtipo con predominio de falta de atención. Además,
eleva la inhibición conductual a la categoría de función ejecutiva principal. En
consecuencia, el resto de las funciones son dependientes de esta. En este
proceso el sujeto debe, de forma concordante, inhibir la ejecución de la
respuesta inmediata y evitar que los estímulos internos o externos puedan
interferir en dicho proceso (resistencia a la distracción, a los descuidos u
olvidos). Barkley define el autocontrol o autorregulación “la capacidad del
individuo para inhibir o frenar las respuestas motoras y, tal vez, las
emocionales, que se producen de forma inmediata a un estímulo, suceso o
acontecimiento, con el fin de sustituirlas por otras más adecuadas. Sin
embargo esta propuesta del modelo de autorregulación a partir de un deterioro
en la inhibición conductual no es un planteamiento novedoso existiendo otros
modelos anteriores (modelo neuroconductual de Quay; modelo competitivo de
Schachar y el modelo energético de Sergeant y van deer Meere) que partían de
estas premisas para intentar analizar los problemas del TDAH (Servera-
Barceló, 2005). El modelo de Barkley evolucionó incorporando elementos de
otros modelos previos y nuevas incorporaciones: la teoría del lenguaje humano
de Bronowski, la teoría del córtex prefrontal de Fuster, la teoría de la memoria
de trabajo o de representación de Goldman-Rakic y la teoría de los marcadores
somáticos de Damasio. En consecuencia, el modelo se basa en el análisis de
las interrelaciones entre la inhibición conductual, las funciones ejecutivas y la
autorregulación.
Existen cuatro funciones ejecutivas: la memoria de trabajo no verbal,
memoria de trabajo verbal (habla autodirigida o encubierta), el control de la
motivación, las emociones y el estado de alerta y por último el proceso de
reconstitución (síntesis y análisis conductual).
La memoria de trabajo no verbal posibilita la retención de la información
para su uso una vez que ha desaparecido el estímulo que la originó. La
memoria de trabajo verbal, permite regular el comportamiento, seguir
instrucciones y reglas y cuestionarse la solución de un problema de forma
autonómica. El control de la motivación, emociones y estado de alerta permiten
la autorregulación de emociones e impulsos (comprender y reprimir reacciones
emocionales y generar emociones o motivaciones nuevas). Por último la
reconstitución (capacidad para dividir conductas observadas y combinarlas en
diferentes formas y partes para el diseño de nuevas acciones) permite la
flexibilidad cognitiva necesaria para gestar y crear nuevos comportamientos y
resolver problemas. Según este modelo el TDAH es un trastorno de la
ejecución que de la habilidad o capacidad. A continuación se ilustran las
características del TDAH a partir del modelo de Barkey (Barkley, 1997; Orjales,
2000).
MODELO DE AUTORREGULACIÓN DE BARKLEY
DÉFICIT EN INHIBICIÓN CONDUCTUAL
Déficit en inhibición de respuestas inmediatas.
Perseveración de las respuestas en marcha.
Pobre control de las interferencias.

RETRASO EN LA PROCESO DE RECONSTITUCIÓN


POBRE MEMORIA DE INTERNALIZACIÓN DEL INMADUREZ EN LA DETERIORADO
TRABAJO(NO VERBAL) HABLA (M. Trabajo verbal AUTORREGULACIÓN Limitaciones en el análisis y síntesis de la
Dificultada para retener sucesos en limitada) DEL conducta.
mente. Capacidad limitada para AFECTO/MOTIVACIÓN Déficit en la capacidad para crear reglas.
Incapacidad para manipular o actuar descripción y la reflexión. /ALERTA Menor creatividad y variabilidad
sobre estos sucesos. Pobre Limitada autorregulación comportamental dirigida a un objetivo.
Déficit en la memoria de trabajo autocuestionamiento/solución de los afectos. Uso memos frecuente de simulaciones
retrospectiva y prospectiva. de problemas. Menor objetividad/toma de comportamentales.
Pobre conducta anticipatorio. Deficiente conducta dirigida perspectiva social. Sintaxis inmadura de la conducta.
Limitado autoconocimiento. por reglas. Pobre autorregulación del
Disminución del sentido del tiempo. Generación menos efectiva estado de alerta al servicio
Deficiente conducta no verbal dirigida de reglas/metas-reglas. de una acción dirigida a un
por reglas. Deterioro en la compresión objetivo.
Retraso en la organización en el lectora.
tiempo Retraso en el razonamiento
moral.

CONTROL MOTOR/FLUIDEZ Y SINTAXIS REDUCIDA


Déficit en la inhibición de respuestas irrelevantes para la tarea.
Deterioro en la ejecución de respuestas dirigidas a un objetivo.
Secuencias motrices complejas o nuevas limitadas.
Disminución de la persistencia de conductas dirigidas a un objetivo.
Insensibilidad al feedback de las respuestas.
Falta de flexibilidad comportamental.
Menor capacidad para volver a la tarea tras una interrupción.
Pobre control de la conducta por información representada internamente.

Tomado de: Orjales, 2000.


7. EVALUACIÓN DEL ADULTO CON TDAH

En esta parte discutiremos los diferentes componentes de una evaluación


exhaustiva para el adulto con TDAH. Esta incluye una revisión de los antecedentes
personales (historia clínico-infantil) y de los problemas presentes, revisión de las etapas
de desarrollo, evaluación actual y pasada de los síntomas del TDAH y una evaluación
neuropsicológica. Además se debe de explorar los antecedentes psiquiátricos tanto
personales como familiares. El diagnóstico gira entorno a una entrevista clínica estándar,
o mediante entrevista clínica semiestructurada, además de la observación que el clínico
hace del sujeto. No hay que olvidar que el instrumento más sensible para establecer el
diagnóstico de TDAH es una entrevista bien realizada donde se debe de preguntar por la
naturaleza y la historia de la funcionalidad del sujeto y la situación vital actual, así como
sobre las experiencias vitales pasadas, la vida familiar, el ámbito laboral y las relaciones
sociales. La evaluación neuropsicológica proporciona un gran complemento a la hora de
evaluar y diagnosticar al sujeto con TDAH. En la tabla nº 9 se muestran los pasos que hay
que seguir en el diagnóstico del trastorno por déficit de atención e hiperactividad en el
adulto. Por lo tanto la evaluación de un sujeto con TDAH requiere tener los conocimientos
necesarios sobre las características definitorias, los subtipos, la patología comórbida y los
aspectos funcionales.

Tabla nº 9 PASOS EN EL DIAGNÓSTICO DEL TDAH

A. Valorar los síntomas de TDAH en los últimos seis meses utilizando escalas adaptadas para los
adultos.
B. Establecer la historia de TDAH en la infancia.
C. Valorar la disfunción en su domicilio habitual, en el trabajo, en la escuela y en las relaciones
interpersonales.
D. Explorar los antecedentes personales del desarrollo incluyendo desarrollo prenatal, desarrollo
infantil y la evolución escolar.
E. Explorar los antecedentes psiquiátricos: descartar otras patologías psiquiátricas o establecer
patologías comórbidas como por ejemplo: discapacidades para el aprendizaje, trastornos de
ansiedad, trastornos del humor, trastornos de personalidad, trastornos relacionados con sustancias,
trastornos de personalidad, etc.
F. Explorar los antecedentes familiares psiquiátricos, en particular, en relación con problemas de
aprendizaje, atención y conducta, TDAH y tics. Explorar los antecedentes de todos los parientes de
primer grado (padres, hermanos, hijos)
G. Exploración física: excluir causas orgánicas de los síntomas como por ejemplo: traumatismo
craneoencefálico grave, epilepsia, cardiopatías, disfunción tiroidea e identificar contraindicaciones
para la terapia médica.
Tomado de: Ruiz y León, 2006.
ENTREVISTAS
Un protocolo estandarizado debería incluir una historia clínica del paciente, cuestionarios
auto-administrados de síntomas, pruebas para valorar el rendimiento neuropsicológico y
evaluación de la comorbilidad psicopatológica. En la entrevista hay que tener en cuenta
(Rodríguez-Jiménez et al., 2006):
1. ¿Están presentes los síntomas nucleares?
2. ¿Existe evidencia de que los síntomas causan dificultades significativas?
3. ¿Los síntomas han formado parte de la persona en diferentes situaciones desde la
infancia?
4. ¿Se pueden achacar los síntomas a la falta de esfuerzo, mala adaptación
profesional o a situaciones circunstanciales o del medio ambiente?
5. ¿Los síntomas se explican mejor por otro diagnóstico médico o psiquiátrico?

Por otro lado, el entrevistador y el sujeto durante la entrevista deben comentar los
siguientes aspectos: 1) puntos fuertes y débiles de adaptación del sujeto, evolución en el
trabajo, qué hace para divertirse y cómo se esfuerza día a día; 2) puntos fuertes y factores
estresantes de la familia y familiares, familiares que tengan problemas similares; 3)
antecedentes personales sanitarios, centrándose en los problemas del desarrollo que
fueran relevantes; 4) antecedentes de los logros escolares, académicos, aspiraciones
laborares, experiencia laboral; 5) relación con los compañeros, la familia, los profesores,
los compañeros de trabajo y los amigos; 6) hábitos de sueño y alimenticios; 7) dificultades
significativas relacionadas con la ansiedad, el carácter y la conducta; 8) antecedentes
personales de evaluaciones y tratamientos previos; 9) uso y consumo pasado y presente
de sustancias y alcohol (Brown, 2004). Es importante, siempre que se pueda, entrevistar a
los padres, pareja o amigo íntimo porque pueden aportar información útil y una
perspectiva diferente.
A su vez, Hallowell y Ratey proponen un exhaustivo cuestionario a modo de guía de
recogida de datos sintomáticos que pueden sugerir un TDA-TDAH tipo residual (tabla nº
10).
Tabla nº 10. CUESTIONARIO PARA DETECTAR UN TDAH (Hallowell y Ratey, 1995)

1. ¿Es usted zurdo o ambidiestro?


2. ¿existen en su familia antecedentes de abuso de alcohol, fármacos o drogas, depresión o
enfermedad bipolar?
3. ¿Su humor que cambia fácilmente?
4. ¿tuvo un bajo rendimiento en su época escolar? Y, ¿en su trabajo?
5. ¿Tiene usted problemas para iniciar una tarea?
6. ¿Tamborilea permanentemente con sus dedos, sacude sus piernas al estar sentado con
movimientos constantes?
7. Cuando lee un texto, ¿Descubre que tiene que releerlo porque se distrajo y olvidó su contenido?
8. ¿Pierde la concentración a menudo?
9. ¿Le cuesta mucho relajarse?
10. ¿Es usted excesivamente impaciente?
11. ¿Asume y se involucra simultáneamente en demasiados proyectos o compromisos y luego no
puede cumplir con ellos?
12. ¿Es usted impulsivo, actúa, decide y luego piensa?
13. ¿Se distrae con excesiva facilidad?
14. Aun cuando se distrae con facilidad, ¿hay momentos en que siente que sí se concentra con
intensidad?
15. ¿Tiene una tendencia crónica a postergar (procrastinación) para otro momento obligaciones y
tareas monótonas, complejas o arduas?
16. ¿Frecuentemente se entusiasma mucho con proyectos que luego abandona?
17. ¿Siente que le cuesta hacerse entender con más dificultad que otros?
18. ¿Es su memoria a veces tan frágil que al pasar de una habitación a otra no recuerda que es lo que
buscaba?
19. ¿Fuma cigarrillos? ¿cuántos?
20. ¿Bebe alcohol? ¿Cuánto?
21. Si alguna vez probó cocaína, ¿sintió que ésta lo ayudaba a mejorar su concentración, se sintió más
sereno, en vez de excitado?
22. ¿Cambia constantemente la emisora de radio de su coche al conducir?
23. ¿Cambia constantemente de canal de televisión con el mando a distancia?
24. ¿Se siente constantemente “en marcha” como si un motor dentro de usted no se apagara nunca?
25. ¿De niño decían de usted que era un soñador, haragán, impulsivo, inquieto, inteligente pero con
bajos rendimientos escolares a nivel intelectual?
26. En las relaciones íntimas ¿es para usted un impedimento entablar conversaciones prolongadas sin
un motivo específico?
27. ¿Está usted siempre en actividad aun en vacaciones o cuando desea descansar?
28. ¿Le resulta más insoportable que a otras personas realizar una cola y esperar su turno?
29. ¿Le resulta difícil leer las instrucciones de un prospecto?
30. ¿Tiene usted un bajo umbral de tolerancia para el enojo y la irritación?
31. ¿Tiene que refrenarse constantemente para no decir cosas inconvenientes?
32. ¿Le gusta jugar a la ruleta, ir al casino, etc.?
33. ¿Siente que vas a explotar cuando alguien tarda en ir a la cuestión central?
34. ¿Recuerda haber sido considerado un niño hiperactivo?
35. ¿Es usted proclive a buscar situaciones de alta intensidad?
36. ¿trata siempre de realizar las tareas más sencillas o las más complicadas?
37. ¿Es usted particularmente intuitivo?
38. ¿Se encuentra frecuentemente involucrado en una situación o actividad sin que fuera así planeada
por usted?
39. ¿Le molesta realizar las tareas que tiene en una lista?
40. ¿Se encuentra permanentemente intentando organizar su vida?
41. ¿Siente frecuentemente la sensación de apetitos que no puede saciar, de crónica insatisfacción?
42. ¿Podría describirse a usted mismo con una sexualidad excesiva (hiper-sexual)?
43. Una persona que fue diagnosticada con TDA residual, tenía los siguientes síntomas: abuso de
cocaína, lectura frecuente de literatura pornográfica y una compulsión a realizar crucigramas y
rompecabezas, ¿puede usted entenderlo aunque a usted no le suceda lo mismo?
44. ¿Usted considera que posee una personalidad adictiva?
45. ¿Tiene usted una tendencia compulsiva al flirteo?
46. ¿Creció usted en el seno de una familia caótica, carente de límites?
47. ¿Le resulta muy difícil estar solo?
48. ¿Trata de contrarrestar los sentimientos depresivos mediante conductas de riesgo como beber
demasiado, drogarse, trabajar, comer o comprar compulsivamente, conducir a velocidad excesiva,
involucrarse en peleas físicas, etc.?
49. ¿Tiene usted dislexia?
50. ¿Existe en su familia personas que hayan sido diagnosticadas con TDA o hiperactividad?
51. ¿Le cuesta mucho tolerar las frustraciones?
52. ¿Se considera una persona inquieta, sin “acción” en su vida?
53. ¿Le cuesta mucho leer un libro sin saltarse de unas páginas a otras, comenzarlo y/o concluirlo?
54. ¿Con frecuencia elige violar pequeñas reglas antes que tolerar la frustración que implica
obedecerlas?
55. ¿Está usted afectado por miedos o preocupaciones irracionales?
56. ¿Escribe con frecuencia letras o números al revés?
57. ¿Fue usted el conductor del auto de varios accidentes? ¿Cuántos?
58. ¿Maneja usted el dinero de forma caótica?
59. ¿Es usted un entusiasta, la clase de personas que buscan activamente lo que desean?
60. ¿Encuentra insoportable la rutina y la organización en su vida personal?
61. ¿Está o estuvo casado? ¿Se divorció? ¿Cuántas veces?
62. ¿Sufre y se esfuerza por mantener su autoestima?
63. ¿Tiene usted una pobre coordinación visuomotora?
64. Cuando era niño, ¿era usted torpe en los deportes?
65. ¿Ha cambiado de trabajo con frecuencia?
66. ¿Es usted un sujeto individualista, solitario, a quien le gusta hacer lo que se le ocurre?
67. ¿Es casi imposible para usted leer o escribir cartas?
68. ¿Encuentra casi imposible tener actualizada y ordenada su agenda, registros de teléfonos, etc.?
69. ¿Es usted un día el “alma de la fiesta” y al día siguiente se siente desmoronado?
70. Si dispone de un tiempo libre inesperado, ¿siente que no lo utiliza bien o se deprime durante él?
71. ¿Es más imaginativo o más creativo que otras personas en general?
72. Prestar atención o concentrarse por un largo periodo, ¿es para usted una seria dificultad?
73. ¿Trabaja mejor y rinde más en períodos cortos?
74. ¿Deja que su banco se ocupe del seguimiento de sus cuentas?
75. ¿Está usted siempre dispuesto a probar y explorar cosas nuevas?
76. ¿Se siente deprimido después de haber tenido éxito con algo?
77. ¿Desea estar siempre viviendo aventuras?
78. ¿Siente que vive por debajo de lo que sería su potencial?
79. ¿Es usted muy inquieto?
80. ¿Solía estar como soñando despierto durante las clases?
81. ¿Fue usted el “payaso” de su clase?
82. ¿Le describieron a usted como alguien insaciable?
Tomado de: Hallowell y Ratey, 1995.

Se han desarrollado distintas entrevistas estructuradas y semiestructuradas con el


objetivo de ayudar a diagnosticar el TDAH en la edad adulta. Entre otras se encuentran
(Murphy et al.; 2000; Rodríguez-Jiménez et al., 2001; Valdizán et al., 2009; Rodríguez-
Jiménez et al., 2006; Moraga, 2008; Brown, 1998, 2006; Kessler et al., 2005; Barkley,
2007):

1. Entrevista clínica estructurada del DSM-IV (SCID) (Firsts et al., 1995).


Esta entrevista se basa en los criterios DSM-IV, que permite el diagnóstico de los
diferentes trastornos. El apartado del TDAH está incompleto, utilizándose para evaluar
el TDAH en niños, adolescentes y adultos de forma complementaria partes de la
versión para niños del protocolo para los trastornos del estado de ánimo y
esquizofrenia (SADS)
2. Entrevista diagnóstica de Conners para Adultos. (Conners Adult ADHD Diagnostic
Interview for DSM-IV) (CAADID-Parte II)(Conners et al., 1999).
Es una entrevista semiestructurada. Diseñada para identificar la presencia de los
18 criterios diagnósticos del DSM IV en la edad adulta y de forma retrospectiva en la
infancia.

3. Entrevista para TDAH de Barkley (Barkley interview for ADHD) (Barkley et al.,
1998).
Es una entrevista semiestructurada que incluye numerosos síntomas y signos del
TDAH que constituyen criterios de TDAH en el DSM-III. También incluyen numerosos
síntomas de atención, hiperactividad e impulsividad que aumentan la información y
fiabilidad del diagnóstico.

4. Formulario diagnostico de TDAH de Brown (Brown ADD Diagnostic Form) (Brown,


1996)
Es una entrevista semiestructurada para evaluar adolescentes y adultos con TDAH
que evalúa los síntomas recogidos en el DSM-IV donde se pueden registrar las
respuestas del paciente, familiares (padres, hermanos y cónyuge) y entrevistador.
Existen versiones diferentes para adolescentes y adultos.

5. Escala Autoaplicada del TDAH en el adulto. (Adult ADHD Self-Report Scale)


(ASRS v-1.1) (Kessler et al.; 2005).
Se trata de una escala autoaplicada de la Organización Mundial de la Salud que
valora la frecuencia con que un sujeto sufre cada uno los 18 síntomas de TDAH según
el DSM-IV pero adaptada a los adultos. Posee un subtest de cribaje (6 primeros
ítems), en la que los individuos pueden hacer una valoración inicial de la presencia o
no de síntomas significativos. Posee una escala de 5 niveles que oscila entre “nunca a
muy a menudo” (Véase apéndice).

6. Escala de Puntuación del Adulto de Conners (Conners Adult ADHD Rating Scale)
(CAARS) (Conners et al., 1999).
Consiste en una escala autoaplicada para el sujeto adulto con TDAH y un
observador externo, para poder comprobar los datos aportados. Valora los 18
síntomas que constituyen los criterios diagnósticos DSM IV. Los ítems de la escala
oscilan entre “nada a mucho”. Ambos modelos se encuentran en tres versiones:
screening, corta y larga. Las versiones más largas constan de 66 ítems, y forman 9
subescalas de conductas problema. La versión corta contiene 26 ítems con
subescalas abreviadas. Amador et al. (2002) concluyen que las escalas Conners para
padres clasifican mejor tanto a los individuos del grupo clínico como a los del grupo
control que las escalas Conners para profesores. La adaptación infantil de esta escala
ha sido realizada por Farré y Carbona (2000) con el nombre de EDAH “Escala de
evaluación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad”.

7. Escala de Evaluación Wender Utah (Wender Utah Rating Scale) (WURS) (Ward et
al., 1993; Rodriguez-Jimenez y cols., 2001).
Es un cuestionario autoaplicado basado en los criterios de Utah para el TDAH del
adulto. Evalúa retrospectivamente en adultos un posible TDAH en la infancia. Consta
de 61 ítems. Existe una versión española validada por Rodríguez-Jiménez y
colaboradores. Estos autores recomiendan utilizar el punto de corte de 37 para evitar
falsos positivos y agrupan los ítems en 4 factores: problemas emocionales subjetivos,
impulsividad/trastornos de conducta, impulsividad/hiperactividad y dificultades
atencionales (Véase apéndice).

8. Escala de Síntomas actuales (Barkley’s Current Symptoms Scale-Self-Report


Form) (Barkley y cols, 1998).
Es una escala autoaplicada. Valora con que frecuencia se presentan los 18
síntomas DSM IV. Los ítems de la escala oscilan entre “nunca o raramente (o) a muy a
menudo (3)”. Permite valorar la presencia de comorbilidad con el trastorno
oposicionista desafiante. Tiene 2 versiones, una para el paciente y otra para
informadores externos.

9. Escala de auto evaluación del TDAH. (ADHD Rating Scale-IV) (DuPaul y cols.,
1998).
Fueron diseñadas para niños, en base a criterios del DSM-III y del DSM-IV. Los
padres y profesores pueden evaluar la frecuencia de los síntomas que presenta el
niño. Se pueden modificar sus criterios para aplicarlas a pacientes adultos.

10. Escalas de Brown para el TDAH (Brown Attention-Deficit Disorder Scales-Brown


ADD Scales) (Brown, 1996).
Cuarenta ítems presentados en forma de entrevista clínica a la que contesta tanto
el paciente como el informador externo. Existen dos versiones, una para adolescentes
y otra para adultos. Aunque estas escalas no evalúan en profundidad el control de los
impulsos y la hiperactividad, si son muy útiles para evaluar el funcionamiento ejecutivo.
Estas escalas se dividen en 6 áreas: 1) organización, postergación y activación en el
trabajo; 2) concentración, mantenimiento y cambio de atención a las tareas; 3)
regulación del estado de alerta, mantener el esfuerzo y velocidad de procesamiento; 4)
modulación de las emociones y cómo manejar la frustración; 5) uso de la memoria
operativa y acceder a los recuerdos y 6) autorregulación.

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
La evaluación neuropsicológica en adultos es importante por diversos motivos. En
primer lugar puede contribuir a realizar la evaluación diagnóstica en los adultos
(normalmente muestran discapacidades en áreas de la función cognitiva). En segundo
lugar puede servir para descartar otros diagnósticos y por último se puede realizar un
planteamiento funcional acerca de las habilidades y capacidades de los sujetos en la vida
diaria (tales como: actividades profesionales, domésticas, rendimientos académicos, etc.).
Se necesitan evaluar las siguientes áreas cognitivas: inteligencia, atención, funciones
ejecutivas, habilidades de planificación, velocidad del procesamiento de la información y
memoria operativa. Además hay que realizar una cuidadosa observación conductual.
Dentro de las características conductuales a evaluar se encuentran: ausencia de atención
(distracciones, soñar despierto, repetición de las instrucciones, etc.); la hiperactividad
(agitar la pierna, impaciencia, golpear con los dedos, inquietud, etc.); la impulsividad
(hacer preguntas de forma brusca y abrupta, dar respuestas de la misma forma, cambios
en los temas de conversación, etc.). El deterioro en la realización del desempeño puede
evaluarse a través de las quejas del sujeto acerca de la duración de las pruebas, las
veces que pide salir del despacho par tomar descanso, para fumar, ir al baño, etc., y ser
remiso a realizar las tareas. Para una evaluación inicial del funcionamiento de los sujetos
con TDAH se utiliza la escala de Escala de Inteligencia de Wechsler para adultos
(WAISS-III). La medida de la inteligencia premórbida se puede realizar a partir de pruebas
de compresión verbal (subpruebas de vocabulario e información), e incluso la prueba de
matrices es culturalmente menos específica, mientras que el resto de las pruebas nos
pueden servir como medidas de las funciones ejecutivas (varios subtes nos proporcionan
información sobre la velocidad de procesamiento y sobre la atención). Por ejemplo: el
subtest dígitos orden directo requiere atención y memoria inmediata, dígitos orden inverso
necesita un procesamiento de la información sobre la información retenida, atención y
memoria, el subtes letras y números requiere atención, memoria de trabajo y habilidad
secuencial, el subtes búsqueda de símbolos precisa velocidad de procesamiento visual,
planificación y organización perceptiva, etc. El subtes “aritmética” requiere una percepción
auditiva de estímulos verbales complejos, procesamiento y mantenimiento del material en
la memoria de trabajo y agilidad mental. Estas tres últimas pruebas normalmente están
alteradas en los sujetos con TDAH. (Kaufman et al., 1999). Otra prueba que se podría
utiliza es el test breve de inteligencia de Kaufman (K-Bit) a través de una prueba de
carácter verbal (vocabulario) y otra de carácter no verbal (matrices). El objetivo final no es
tanto evaluar el funcionamiento premórbido como determinar las áreas en divergencia
entre las distintas áreas de funcionamiento cognitivo (cuidado con las pruebas de lectura y
la dislexia en este tipo de sujetos. Existe una alta comorbilidad entre TDAH y dislexia. Por
ejemplo: test de lectura para adultos de Wechsler o el test de lectura nacional para
adultos. Muchas veces se utilizan estas pruebas para estimar el funcionamiento basal
intelectual de un sujeto).
En el meta análisis realizado por Hervey et al., en 2004 se analizaron los resultados
de 33 estudios sobre rendimiento neuropsicológico para identificar los patrones de déficit
cognitivo en adultos diagnosticados de TDAH. Los autores concluyen que los déficits
neuropsicológicos se expresan en los adultos en multitud de áreas con notables
diferencias en las áreas de atención, inhibición conductual y memoria, mientras que en el
tiempo de reacción simple rinden igual que los controles. Las pruebas que discriminan a
los adultos con TDAH de los controles son: aritmética, clave de números, cubos, dígitos
en orden directo e inverso y letras y números No obstante, los autores encontraron que
ciertas medidas de déficit cognitivo, medido a través de pruebas neuropsicológicas
existentes, no son lo bastante sensibles para detectar los síntomas del TDAH.

FUNCIONAMIENTO EJECUTIVO
Los trastornos ejecutivos, muchas veces caracterizados como síndrome
disejecutivo, principalmente o secundariamente no sólo afectas a procesos ejecutivos sino
que inciden sobre otros aspectos tales como: la emoción, el comportamiento en general y
en la conducta moral y social. En el cuadro nº 1 se definen aquellos dominios cognitivos y
condiciones funcionales involucradas en el modelo de sistema ejecutivo, así como las
consecuencias comportamentales asociadas. Existe un creciente consenso de que el
TDAH es principalmente un déficit en las funciones ejecutivas, un conjunto de funciones
cognitiva superiores que normalmente operan automáticamente de forma inconsciente.
Sirven para integrar y coordinar otras funciones cognitivas. Se pueden definir como las
capacidades y conductas relacionadas con el uso y la planificación de estrategias, así
como el control de la atención y las conductas, en el intento de conseguir una meta
prefijada, y la capacidad de mantener la representación mental de una tarea. Puede incluir
funciones como la inhibición de respuesta, la memoria de trabajo, la resistencia a la
distracción, desarrollo de estrategias, planificación y conducta dirigida al futuro,
flexibilidad, resolución de problemas, organización, autorregulación de la emoción
motivación e inteligencia social. La conducta de los adultos se apoya en mayor medida
que la de los niños en estas funciones, debido a mayores demandas de autocontrol,
comportamiento responsable, organización, habilidades sociales, planificación y
preocupación por el futuro. (Rodríguez-Jiménez et al., 2006; Tuckman, 2007). Las áreas
en las que se han encontrado alteraciones son: la respuesta de inhibición, la flexibilidad
cognitiva, la capacidad de planificación, la fluidez verbal y la memoria de trabajo.

a) Inhibición de la respuesta.
La respuesta de inhibición (inhibición conductual) es una repuesta motora oculta.
Se manifiesta a través de la ausencia de la conducta esperada (Band et al., 1999). Se
compone de tres elementos: la inhibición de la respuesta en marcha, la inhibición de la
respuesta prepotente y la inhibición de la interferencia. Las dos primeras se evalúan a
través de tareas que utilizan paradigmas inhibitorios como la tarea de la señal de Stop y la
tarea go/no go. Otras pruebas que se utilizan son las tareas de priming negativo, la tarea
de orientación visual de Posner, el test de ejecución continua (CPT) y la tarea de cambio.
La tarea de la señal de stop consiste en ejecutar una determinada tarea, de forma
que a lo largo de su ejecución se presenta una señal de stop que informa al sujeto de que
no debe de responder a ese ensayo generando un mecanismo de control atencional. La
prueba go/no go (acción-inhibición) consiste en la presentación de estímulos frente a las
cuales el sujeto tiene que realizar una determinada acción (tarea go) junto con otras
(tareas no go) ante las que debe inhibir la respuesta. El test de ejecución continua mide
atención sostenida, inhibición de respuesta. En esta prueba, la atención sostenida se
mide través de los errores de omisión mientras que la inhibición de respuesta a través de
los errores de comisión. El fenómeno de priming ocurre cuando un estímulo antecede a
otro, de forma que el primero afecta a la ejecución del segundo. El efecto que produce es
facilitar o inhibir el procesamiento de esa información. Entre los efectos del priming el más
común es el de facilitar la velocidad de respuesta del sujeto, pero ante ciertos estímulos
de prueba se puede producir un efecto inhibitorio dando lugar a un efecto de priming
negativo.
En la tarea de la señal de stop los sujetos con adultos con TDAH presentan un
mayor tiempo de respuesta (mayor tiempo de reacción) que los controles sanos. En la
tarea go/no go los sujetos adultos con TDAH muestran un tiempo mayor de respuesta,
con más errores de omisión que los controles. En la tarea de cambio los sujetos adultos
con TDAH muestran un tiempo de respuesta a la señal mayor que los controles. En los
sujetos adultos con TDAH se han encontrado diferencias en la tarea de interferencia. En
el CPT, los adultos con TDAH parecen cometer un número mayor de errores de omisión y
comisión comparados con los controles, así como una mayor variabilidad individual en los
tiempos de reacción. En las tareas de priming se observa un aumento de los tiempos de
respuesta, evidenciándose una disminución del efecto de priming negativo en los sujetos
adultos con TDAH. En el test de orientación de Posner, los sujetos con TDAH ejecutan la
tarea con un mayor número de errores por respuestas impulsivas que en los sujetos
controles (Rodríguez-Jiménez et al., 2006, Nigg, 2005, Garcia-Sevilla, 1991; Seidman,
Biederman et al., 1997; Becker et al.; 2005).

b) Flexibilidad cognitiva, capacidad de planificación y fluidez verbal.


Las pruebas más utilizadas son: el test de clasificación de tarjetas de Wisconsin
(WCST). Es una prueba que evalúa la formación de conceptos, la capacidad de
abstracción, la flexibilidad cognitiva y la capacidad de retroalimentación en la resolución
de problemas. Los adultos con TDAH realizan peor la prueba y cometen un mayor número
de errores perseverativos frente a los controles. Otra prueba utilizada es la Torre de
Hanoi, la Torre de Londres o la Torre de Toronto. Es un rompecabezas (juego
matemático) donde un número de discos situados en tres varillas verticales determinarán
la complejidad de la solución. Los discos están colocados en la primera varilla de mayor a
menor tamaño y no se puede colocar ningún disco mayor sobre uno menor a él en ningún
momento. El sujeto en estudio deberá buscar la solución propuesta por el examinador,
mediante el movimiento de las piezas y guardando una serie de normas al realizar cada
movimiento. Estas prueban han sido utilizadas para resolver problemas complejos
(reflejan un déficit específico en la planificación de funciones ejecutivas). Se han
encontrado diferencias entre los sujetos con TDAH y los controles. Originalmente el Test
del Trazo (TMT) fue construido en 1938, y recibió la denominación de “Test del Circuito de
Partington” (Partington’s Pathways) o Test de Atención Dividida [Spreen, Srauss, 1998].
Formó parte de la batería de tests del ejército de EEUU (1944). Fue incluido
posteriormente en la batería de Hasltead y Reitan. Evalúa la velocidad en la atención y la
secuenciación, así como la flexibilidad mental, la búsqueda visual y la función motora.
Consta de dos partes. La parte A consiste en unir en orden ascendente una serie de
círculos numerados del 1 al 25. La parte B requiere alternar entre dos secuencias una
serie de círculos que contienen números y letras. Se han encontrado diferencias en
ambas partes del test entre los sujetos con TDAH y los controles. Existe una mayor
diferencia en la 1ª parte, pero e forma más consistente en la 2ª parte. Los paradigmas de
fluidez verbal han sido muy utilizados en la evaluación neuropsicológica. En los Tests de
Fluidez Verbal (FV), al sujeto se le solicita la producción de tantos nombres de animales o
personas como sea posible normalmente durante 1 minuto. Estas pruebas de fluidez
verbal se clasifican en fonológicas, categoríales y de letra excluida. En el Test de
Asociación Controlada de Palabras (COWAT) los sujetos con TDAH muestran una
tendencia a una puntuación total menor que los controles al general menor número de
palabras. (Barroso y León Carrión, 2002; Rodríguez-Jiménez et al., 2006; Boonstra et al.,
2005, Fernández et al., 2004).

c) Memoria de trabajo
La memoria a corto plazo implica una serie de procesos de retención de
información. Se divide en tres subgrupos: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo
y la memoria de trabajo. Esta hace referencia a las estructuras y procesos para el
almacenamiento temporal y la manipulación de la información. Entre las pruebas
utilizadas para evaluar la memoria de trabajo se encuentran: Subprueba de dígitos de la
Escala de Inteligencia Wechsler para adultos, la Escala de Memoria de Wechsler (WMS-
III) que permite evaluar la memoria inmediata, la memoria de trabajo y la memoria
demorada en dos tipos de modalidades: la auditiva y la visual y con dos tipos de tareas:
recuerdo y reconocimiento. Existen diferencias entre los sujetos con TDAH y los controles
en las pruebas en la memoria a corto plazo en las subpruebas de recuerdo de figuras y
memoria lógica (Wechsler, 1997; 1999; Boonstra et al., 2005).
Otra forma de valora la memoria de trabajo de tipo espacial es mediante la prueba
de memoria de trabajo espacial de la batería neuropsicológica informatizada de
Cambridge (CANTAB). Consiste en la presentación de una serie de cubos donde el sujeto
debe recordar y devolver en el mismo orden u orden inverso en el que los presentó o toco
el examinador. Otra variante consiste en encontrar un estímulo determinado que se
encuentra debajo de una de las cajas. De estas formas se valoran la amplitud de la
memoria espacial y la estrategia o táctica seguida por el individuo. Los sujetos con TDAH
obtuvieron un mayor número de errores que los sujetos controles. Además, los sujetos
con TDAH rindieron de una forma menos eficiente en el uso de búsqueda de estrategias
(McLean et al., 2004).

Young et al., (2006) utilizaron una tarea ecológica que mide funciones ejecutivas,
“Executive Golf Task”, un test informatizado que simula una tarea de golf para medir la
memoria de trabajo espacial. El sujeto debe predecir en qué hoyo el golfista meterá la
pelota, recibiendo retroalimentación sobre su elección (correcta o no correcta) e impedir
que vuelva a elegir los hoyos que ya fueron seleccionados. Los adultos con TDAH tenían
un mayor deterioro que los controles, que aumentaba a medida que aumentaba la
dificultad de la tarea. También mostraban más deterioro en la tarea de formación de
estrategias. Desde el punto de vista de rendimiento de la memoria de trabajo,
permanecen los déficits, lo que indica que la alteración en la formación de estrategias no
explica por sí sola el déficit en la memoria de trabajo.
Dowson et al., (2004) estudiaron el deterioro en la memoria de trabajo en adultos
con TDAH comparándolos con sujetos con otros trastornos psiquiátricos y sujetos
controles, utilizando las pruebas de memoria de trabajo espacial de la batería
neuropsicológica informatizada de Cambridge (CANTAB). Los sujetos con TDAH
mostraron un peor rendimiento que los sujetos sanos. Los sujetos con trastornos
psiquiátricos rindieron peor, pero no a un nivel significativo, que los sujetos controles.
Por último, en un estudio realizado por Vassileva et al. (2000) estudiaron las áreas
de déficit de funcionamiento ejecutivo en un grupo de adultos con TDAH y un grupo
control. De acuerdo con la teoría de Barckley y estudios anteriores predijeron que los
adultos con TDAH podrían tener comprometido el funcionamiento ejecutivo al compararlos
con los controles. Los sujetos adultos cumplían los criterios de TDAH residual y se
excluyeron los sujetos con abuso de sustancias. Los sujetos fueron evaluados con 6
medidas informatizadas del funcionamiento ejecutivo. A saber: Test de Stroop,
reproducción del tiempo, test de Levine de razonamiento conceptual, tarea de Posner de
atención visual- espacial encubierta, test de control inhibitorio, test N-back de memoria de
trabajo. Los análisis preliminares revelaron diferencias grupales esperadas, en concreto:
lentificación del tiempo de reacción, una variabilidad mayor y más errores de comisión y
omisión en los sujetos adultos con TDAH. Los autores concluyen que los déficits en las
funciones ejecutivas continúan en la edad adulta en los sujetos con TDAH y que los
patrones de déficit están de acuerdo con la teoría de inhibición conductual propuesta por
Barkley.
CUADRO 1. DOMINO COGNITIVO DE LOS PROCESOS EJECUTIVOS

A.- CONDICIÓN BÁSICA:


Supresión de estímulos o programas irrelevantes.

B. PROCESOS. C. COMPORTAMIENTO
REGLAS Acciones
Provenientes del medio Realizaciones
Autogeneradas Desempeño
Naturaleza de la prueba Tareas

Planificación Flexibilidad
Secuenciación cognitiva y de la
Control y conducta
monitorización Solución de
problemas

CONTEXTO DE ACCIÓN
8. TRASTORNOS COMÓRBIDOS

Dada la alta probabilidad, es mejor asumir que un adulto con TDAH tendrá
trastornos comórbidos y plantear en consecuencia un diagnóstico y tratamiento
adecuados. La comorbilidad de TDAH con otros diagnósticos es de un 77%. Muchos
de estos trastornos también afectan a la atención, por lo que es muy importante
determinar la contribución de cada trastorno al diagnóstico de TDAH. Las tres
diferencias más importantes entre TDAH y otros trastornos psiquiátricos son:

1. Los síntomas se presentan, de una forma u otra, desde la infancia.


2. Tanto en periodos cortos o largos de tiempo, los síntomas no muestran
fluctuaciones significativas.
3. Los síntomas están presentes en la mayoría de las situaciones y contextos.

Estas tres características distinguirán el TDAH de la mayoría de los trastornos


comórbidos que a menudo aparecen y que pueden ser diagnosticados erróneamente
en lugar de diagnosticar un TDAH. Una vez que han sido determinados los síntomas
de TDAH, se necesita averiguar cuáles son los posibles trastornos que contribuyen o
conviven con los síntomas de TDAH. De esta forma se pueden elegir los
tratamientos e intervenciones más convenientes para el sujeto y adaptarlas a sus
necesidades.

DEPRESIÓN
Entre el 16 y el 31% de adultos con TDAH sufren un trastorno depresivo
mayor y entre el 19 y 37% sufren distimia. Además, hay un solapamiento importante
entre los criterios de depresión y de TDAH en el DSM-IV-TR. De los 9 criterios
definitorios de depresión, siete están asociados de alguna manera con el TDAH
(disminución del interés, disminución del apetito, insomnio, retraso o agitación
psicomotora, cansancio y sentimientos de inutilidad y falta de concentración). Por lo
tanto, una exploración rápida puede atribuir equivocadamente qué tipo de síntomas
son debidos a cada trastorno. Lo anterior, explicaría porque las mujeres y las niñas
tienen mayor probabilidad de ser diagnosticadas de depresión que de TDAH. En un
estudio realizado por Bramham et al.; 2005) los autores encontraron una asociación
positiva entre edad y depresión. Cuanto más tarde es el diagnóstico de TDAH mayor
gravedad de síntomas depresivos.

TRASTORNO BIPOLAR
Los síntomas del trastorno bipolar pueden mimetizarse con los del TDAH. Se
pueden encontrar entre los adultos con TDAH en distintos grados los 7 criterios que
definen la manía: grandiosidad o autoestima exagerada, disminución de la
necesidad de dormir, verborrea, pensamiento acelerado o fuga de ideas, distracción,
agitación psicomotora y una excesiva implicación en actividades placenteras que
tienen un alto potencial para producir consecuencias graves. El diagnóstico
diferencial está basado en el grado en que estos síntomas están presentes y en su
frecuencia. En el TDAH serán menos exagerados pero más frecuentes, en el
trastorno bipolar serán más pronunciados pero también serán más intensos y
decaen más significativamente. Las personas con un verdadero trastorno bipolar son
fáciles de distinguir por una mayor labilidad del estado de ánimo, percepción de
poseer habilidades especiales, una significativa reducción de la necesidad de dormir
y una posible presencia de síntomas psicóticos. Más difícil de distinguir ambos
trastornos en los sujetos que sufren un trastorno bipolar tipo II donde los síntomas
de hipomanía no son tan pronunciados.
En este caso usamos otros indicadores. Un indicador es la edad de inicio, a
menudo, en la infancia en sujetos con TDAH e inicio más tardío en el trastorno
bipolar, al menos con los síntomas más evidentes. La duración de los síntomas y la
desviación a nivel basal es también relevante, la labilidad del estado de ánimo es
frecuente entre algunos individuos con TDAH en aquellos casos en que pueden
mostrar cambios de humor intensos y rápidos, pero estos cambios de humor pueden
durar minutos o horas no días o semanas como en el trastorno bipolar. Además, los
adultos con TDAH generalmente son menos irritables y no sienten la euforia de la
misma manera que los sujetos con trastorno bipolar. Como se puede esperar, no
hay patrones cíclicos para los cambios bruscos de humor en los adultos con TDAH,
con lo que la labilidad emocional y la irritabilidad son el resultado de la impulsividad y
la baja tolerancia a la frustración y no se deben a la influencia de los ritmos
cerebrales como en un trastorno bipolar. Las personas con TDAH tienen un patrón
crónico y generalizado de deterioro a lo largo del tiempo y de las situaciones,
mientras que los patrones de las personas con trastorno bipolar tienden a ser más
episódicos y no son característicos de la persona, de manera especial,
comportamientos como realizar compras desmesuradas e imprudentes y un
aumento de los impulsos, fantasías y comportamientos sexuales. Es más frecuente
que un sujeto pueda presentar síntomas de trastorno bipolar y ser diagnosticado del
mismo si en su familia hay antecedentes de trastorno bipolar que ser diagnosticado
de TDAH. Por último, no se debería utilizar las medicaciones prescritas para
ayudarnos a clarificar el diagnóstico, en especial porque la medicación del TDAH
puede provocar un episodio maniaco en aquellas personas con esta tendencia.

ANSIEDAD
La mayoría de los trastornos de ansiedad están asociados con la sensación
de tener los nervios de punta, dificultades en la concentración, preocupaciones e
irritabilidad. Estos sentimientos están asociados con la percepción de una amenaza,
algo que puede potencialmente herir al individuo. Estas emociones pueden ser
adaptativas cuando los sujetos hacen frente a situaciones que implican cierto grado
de riesgo, tales como acercarse a un perro desconocido o prepararse para cruzar
una calle de una ciudad con mucha circulación. Sin embargo, los individuos con
ansiedad experimentan niveles de activación desproporcionados con respecto a la
situación como resultado de una magnificación de la apreciación de la amenaza,
dando lugar a la evitación de distintas situaciones. Los adultos con TDAH describen
a menudos patrones de evitación con respecto a las tareas que ellos han encontrado
difíciles o frustrantes en el pasado, tales como logros académicos o exigencias del
trabajo.
No es sorprendente, que muchos individuos con ansiedad asuman que tienen
TDAH debido a que su rendimiento y realización de tareas es inconsistente y sus
preocupaciones interfieren con su preocupación. Sin embargo, la ansiedad,
normalmente está asociada con contextos específicos y tareas que están
relacionadas con la amenaza. Los síntomas no se activan cuando las personas con
ansiedad no se enfrentan a estos estresores. Las personas con TDAH, a menudo,
refieren dificultades perdurables, que siempre están presentes, relacionadas con sus
síntomas (aunque pueden ser más pronunciadas cuando se enfrentan a ciertas
demandas y contextos).
Con frecuencia la ansiedad y el TDAH coexisten. Puede ser una simple
coincidencia o ser secundaria a los síntomas de TDAH. Dado que los sujetos con
TDAH se enfrenta a grandes dificultades y contratiempos cuando intentan
desenvolverse en la vida diaria, muchas tareas aparentemente simples pueden
llegar a ser percibidas como amenazas y ser asociadas a sentimientos de
vergüenza, dificultades u otras emociones dolorosas. En consecuencia, los adultos
con TDAH experimentan sentimientos de desasosiego, intranquilidad, inquietud,
malestar, pesadumbre cuando se encuentran frente a estas tareas y, a su vez,
magnifican sus problemas de atención e incrementan la probabilidad de disminuir la
habilidad para hacer algo, la postergación, y otras dificultades que encuentran
realizando dichas tareas.

TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO


El trastorno por estrés postraumático es uno de los cuadros clínicos de más
reciente incorporación a los sistemas de clasificación diagnóstica. No aparece
reflejado hasta 1980 en la tercera versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales. Según el DSM-IV, tanto en su cuarta versión como en su
cuarta versión revisada, el trastorno de estrés postraumático aparece cuando el
sujeto ha sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático (atentado,
violación, asalto, secuestro, accidente, etc.), en el que está en juego la vida de las
personas. Las imágenes de la situación traumática vuelven a reexperimentarse una
y otra vez (flash back), en contra de la propia voluntad, a pesar del paso del tiempo,
imaginándolo con todo lujo de detalles, acompañado de intensas reacciones de
ansiedad. El estrés postraumático se caracteriza porque se concede mucha
importancia a estas imágenes y a la ansiedad que provocan. Se desarrollan muchos
pensamientos relacionados con el acontecimiento traumático y con sus
consecuencias. Estos pensamientos, generan más ansiedad, más estrés, más
inseguridad. El mundo se percibe como muy peligroso. Se pierde la sensación de
control sobre la propia seguridad. Se recuerdan con gran viveza, con gran
intensidad y con una alta frecuencia muchos detalles de la situación, o las
sensaciones vividas en los momentos del suceso. Esas sensaciones visuales,
auditivas y táctiles quedan profundamente grabadas en la memoria y poseen una
alta relevancia entre cualquier otro recuerdo. Las imágenes y las sensaciones
pueden volverse egodistónicas, especialmente si se pretende evitarlas. Tras el
trauma (atentado, violación, asalto, secuestro, accidente, etc.) el pensamiento
interno del individuo, provoca sentimientos de culpa y ansiedad debido a diferentes
motivos: por lo que se hizo y no se hizo, porque no se estuvo a la altura de las
circunstancias, por salvarse, etc. Así se generan una serie de motivos poco realistas
e irracionales, y de excesiva autoexigencia. Se teje así una red cada vez más
elaborada en la que están relacionados todos estos elementos que se mueven en la
misma dirección: provocando más estrés. Son frecuentes los sentimientos de
indefensión e impotencia, las reacciones de ira, los sentimientos de hostilidad, de
rabia y las imágenes de agresión contra el agente que ha generado el daño, o se
considera que lo ha generado. Es frecuente que las personas que están
experimentando estrés agudo y después estrés postraumático, no puedan y no
quieran expresar sus emociones. Algunas, tienen también dificultades para
experimentar estas emociones, que dicen deberían estar experimentando como las
personas de su alrededor. Se establecen por tanto tres dimensiones básicas: la re-
experimentación, la evitación-embotamiento y un estado de hiperactivación
(Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, 2004, Echeburúa,
2004). En los casos de comorbilidad de ambos trastornos, primero tendremos que
evaluar y tratar este trastorno antes de plantearnos evaluar y tratar la presencia de
TDAH. Por desgracia, la impulsividad y/o hiperactividad de los adultos con TDAH
hace que tiendan a la búsqueda de estímulos o emociones siendo más propensos a
sufrir acontecimientos traumáticos. Por ejemplo, los sujetos con síntomas
predominantemente inatentos generalmente no previenen o sospechan las
situaciones problemáticas (suelen bajar la guardia) y de esta forma se encuentran en
situaciones difíciles y complicadas. Otro ejemplo lo encontramos en la conducción
de vehículos. Estos sujetos tienen un riesgo elevado de situaciones traumáticas y
peor habilidad en la conducción ocasionando graves consecuencias desde el punto
de vista social y personal. Sufren más accidentes de tráfico y son más graves.
Desde el punto de vista diagnóstico, apenas existiría confusión entre TPEP y el
TDAH excepto si se realiza una exploración y evaluación superficial.

TRASTORNOS DE APRENDIZAJE
Las personas con TDAH son más propensas a tener trastornos de
aprendizaje y de rendimiento académico (un mal rendimiento académico suele ser
un aspecto muy frecuente e inespecífico de la infancia y adolescencia y no se debe
asumir que los malos estudiantes presentan un trastorno mental). El grado de
influencia depende de la naturaleza y gravedad del trastorno de aprendizaje, de
cómo este interactúa con los síntomas de TDAH y de que habilidades demanda el
entorno al individuo. Si los trastornos de aprendizaje están presentes, es necesaria
una evaluación psicoeducativa para entender mejor como influyen estos trastornos.
Se debe realizar una evaluación exhaustiva tanto en el caso de que existan más
dificultades de aprendizaje que las normalmente establecidas para los sujetos con
TDAH como para aquellas que no progresan adecuadamente con el tratamiento. Los
trastornos del aprendizaje deben diferenciarse de: retraso mental, trastorno
generalizados del desarrollo, trastornos de la comunicación, variaciones normales
del rendimiento académico, factores culturales, mal rendimiento académico y de una
ausencia de oportunidades o una enseñanza deficiente.

PERSONALIDAD ANTISOCIAL
Los niños con TDAH suelen provocar más reacciones negativas y/o que
carezcan de fundamento en las personas a su cargo, de manera especial, si no han
sido diagnosticados y tratados. En consecuencia, estas reacciones conducen a
incrementos predecibles de conductas desafiantes que pueden evolucionar al
trastorno negativista desafiante (ODD) y trastornos de conducta, los cuales son los
precursores de un trastorno de personalidad antisocial en la edad adulta. Este tipo
de conductas es más frecuente que se produzca (y más creíble) en los sujetos con
síntomas de impulsividad e hiperactividad que en los que muestran síntomas
predominantemente inatentos. Sin embargo, las transgresiones que cometen los
sujetos con TDAH son memos premeditadas y mas inconscientes que las que
puedan cometer los individuos con trastorno antisocial/trastorno de
conducta/trastorno negativista desafiante. Los errores de los adultos con TDAH se
producen como consecuencia de una falta de conciencia con base neurológica o de
efectos secundarios debidos a una mala y defectuosa planificación, lo que conlleva
fácilmente a resultados negativos. En los sujetos diagnosticados con trastorno de
conducta antisocial, el TDAH es simplemente la punta del iceberg. El tratamiento
está limitado en lo referente a cómo esta persona puede realizar progresos en el
tratamiento o incluso está dispuesta a realizar. La convergencia de hiperactividad,
inatención, conducta oposicionista y agresión indican que los síntomas están muy
entrecruzados y es difícil separarlos en la práctica clínica.

CONSUMO DE SUSTANCIAS
El consumo de drogas actual puede mimetizar los síntomas de TDAH en
términos de desinhibición, poca atención, mala memoria a corto plazo e inquietud.
Hay un significativo solapamiento entre la población con TDAH y los consumidores
de drogas. Un estudio reveló que la mitad de los adultos con TDAH tenía
antecedentes personales de consumo de sustancias frente a la cuarta parte del
grupo control. Se estima que entre un 15 a un 25% de adultos adictos y alcohólicos
tienen TDAH. El sujeto con TDAH posee algunas características que podría
predisponer al abuso de drogas u otros comportamientos de automedicación
(vulnerabilidad) de varias formas: 1) debido a la impulsividad y sin pensar en las
consecuencias se consume o abusa de las drogas; 2) automedicándose para no
sentir las emociones dolorosas y la baja autoestima que tiene su origen en un TDAH
no tratado ni diagnosticado a lo largo de la vida; 3) debido a sus problemas de
adaptación social y 4) debido a la propensión a asociarse con personas que poseen
problemas similares. Sin embargo, se debería observar, que al contrario de lo que se
podría esperar, aquellos sujetos con TDAH no son más propensos a abusar de la
cocaína o de los estimulantes. Más bien, la marihuana es la droga más popular entre
la población general. Si hay alguien tiene unos antecedentes personales de
consumos elevados de drogas puede ser difícil saber que síntomas vienen de que.
En estos casos, puede ser mejor iniciar un tratamiento de desintoxicación de drogas
y después reevaluar el TDAH después de entre 3 a 6 meses de abstinencia para
eliminar las variables de confusión de los efectos inducidos por las sustancias. En
algunos casos puede ser necesario estudiar el TDAH para mejorar la probabilidad de
que la persona no consuma y puede llegar a ser un dilema que tratar primero. Por
otro lado, los estimulantes, la medicación que con más frecuencia se prescribe para
el tratamiento del TDAH, puede ser susceptible de abuso. Una persona con un
elevado consumo de drogas y con un periodo de abstinencia largo es probable que
no de unas contestaciones fiables sobre sus antecedentes personales y puede
carecer de un buen “insight” de su comportamiento, dando lugar, a una entrevista
diagnóstica errónea. La fiabilidad se debe de buscar en informadores externos.
Existe una relación entre el adulto con TDAH y las edades de inicio tempranas en el
abuso de sustancias, donde existen periodos de tiempo más largos en el consumo y
un menor índice de readaptación social y rehabilitación.

TRASTORNO LÍMITE DE PERSONALIDAD


Debido al caos en sus vidas, a un rendimiento incongruente e ilógico y a una
labilidad emocional, puede existir una gran confusión entre las personas con un
trastorno límite de la personalidad (TLP) y los sujetos con un TDAH. Sin embargo,
las personas con TLP sienten más rabia y se sienten más vacíos, tienen un gran
temor al abandono, sufren más problemas de identidad y exhiben más
comportamientos manipulativos. Las personas con TLP, sus dificultades están más
basadas en su estado de ánimo y por lo tanto está más relacionada con lo que
ocurre en su vida diaria. Serán más disfuncionales durante los momentos de mayor
estrés (agotamiento) emocional. Además, los patrones de autoderrota de las
personas con TLP son cuantitativamente diferentes de las dificultades basadas en la
inatención de aquellos con TDAH.

TRASTORNOS DEL SUEÑO


Aunque dormir poco puede efectivamente causar déficits cognitivos que
pueden ser similares a algunos síntomas de TDAH, no está clara la relación esta
relación con los trastornos del sueño. Los trastornos del sueño pueden originar
disfunciones en la corteza prefrontal y dar lugar a síntomas (impulsividad, deterioro
en la atención) en las personas que no padecen TDAH. Estas alteraciones se
resuelven o mejoran tan pronto como se establecen patrones normales del sueño,
por diversos motivos: 1) es una cuestión de organización del tiempo. La dilación de
la organización del tiempo puede forzar a aquellas personas con TDAH a
permanecer levantadas hasta tarde para finalizar o terminar sus actividades, 2) las
personas con TDAH pueden estar hiperfocalizados en una actividad divertida y no
darse cuenta que hace mucho tiempo que tenían que haberse ido a la cama, y 3) los
sujetos con TDAH pueden estar, a sabiendas, levantados hasta muy tarde haciendo
actividades divertidas, a pesar de saber el precio que van a pagar al día siguiente.
A parte de estos problemas de estilo de vida, parece que las personas con
TDAH tienen verdaderas dificultades con el sueño. Es probable que los trastornos
del sueño exacerben los déficits cognitivos en las personas con TDAH. Les cuesta
mucho mantenerse tranquilos cuando están acostados, haciendo difícil que se
queden dormidos. Este nerviosismo hace que no se relajen y alcancen un nivel
adecuado de sueño. Estas dificultades pueden originarse tanto por un trastorno
comórbido como por una regulación deficiente en el sistema de excitación, que
causa dificultades atencionales e hiperactividad (es decir, los problemas del sueño
forman parte o son un síntoma del síndrome de TDAH). Por otro lado, la medicación
que se usa para tratar el TDAH (estimulantes) puede dar lugar a efectos secundarios
que afecten al ciclo vigilia-sueño (Tuckman, 2007).
TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO Y PATOLOGÍA MÉDICA
El traumatismo craneoencefálico cerrado puede provocar en los lóbulos
frontales síndrome de disfunción ejecutiva dando lugar a alteraciones en la
iniciación, planificación, organización, motivación, flexibilidad mental, atención y
conductas de inhibición. Estas alteraciones pueden ser similares al TDAH, dado que
se piensa que el TDAH es el resultado de una disfunción en los lóbulos frontales. Así
que en muchos diagnósticos diferenciales, la característica más distintiva será la
carencia de una ausencia de dificultades a lo largo de la vida. En consecuencia, será
de inicio específico después del traumatismo craneoencefálico.

Por último, citaremos algunos datos comparando a los adultos con TDAH y
los trastornos comórbidos. Millstein et al., en 1997 compararon a adultos con TDAH
tipo combinado (56%) frente al tipo inatento (37%). Las tasas de trastornos
asociados a lo largo de la vida fueron las siguientes:

Tabla nº 11. COMORBILIDAD ENTRE EL TIPO COMBINADO E INATENTO


Diagnóstico Tipo combinado Tipo con predominio de
atención
Consumo o dependencia 69% 43%
de sustancias
Depresión grave 63% 63%
Trastorno negativista 40% 16%
desafiante
Diferentes trastornos de 35% 23%
ansiedad
Trastornos de conducta 30% 20%
Fobia social 24% 31%
A su vez Roizblatt et al. (2007) presentan las siguientes comorbilidades
psiquiátricas en adultos con TDAH (tabla nº 12)

Tabla nº 12 COMORBILIDAD PSIQUIÁTRICA EN ADULTOS


Abuso y dependencia de alcohol 32-53%
Trastornos por otras drogodependencias 8-32%
Trastorno por ansiedad 20-50%
Trastorno distímico 19-37%
Trastornos del estado del ánimo 20-40%
Conductas antisociales 18-38%
Trastorno obsesivo-compulsivo 2-14%
Alteraciones del aprendizaje 20%
Trastornos de la personalidad 10-20%

9. BASES FISIOLÓGICAS DEL TDAH

ETIOLOGIA
Aunque en la actualidad se desconoce con exactitud el origen que da lugar al
TDAH, cada vez existe más evidencia de una base genética alterada, sin que se
puedan excluir otro tipo de factores adquiridos (alteraciones cerebrales, factores
ambientales, alteraciones neuroanatómicas y neuroquímicas). Los factores
genéticos están implicados en el 70 u 80% de los casos. En estos casos el TDAH
se considera primario. En el resto de los casos (de entre 20 y 30%) existe una causa
conocida y se denomina TDAH secundario. Entre estos se encuentran: desnutrición
grave en la infancia, encefalopatía hipóxica isquémica, traumatismo craneal cerrado,
infecciones del sistema nervioso central (encefalitis, meningitis), errores del
metabolismo (hipertiroidismo), toxinas externas (plomo, alcohol, tabaco), infarto
cerebral, desórdenes cromosómicos, efectos producidos por la medicación
(fenobarbital), etc.
FACTORES GENÉTICOS
La genética molecular está proporcionando nuevos métodos basados en
pruebas de laboratorio para examinar el TDAH. Los estudios con niños han
encontrado evidencia de la implicación de varios genes en la etiología del TDAH. El
gen receptor de dopamina D2, el gen de dopamina-beta-hidroxilasa, el gen
transportador de dopamina (DAT1) situado en el cromosoma 5 y el gen receptor de
dopamina D4 (DRD4) situado en el cromosoma 1. Se sabe que el receptor D4 es
particularmente importante porque la variante del gen asociada con el TDAH media
una respuesta (blunted) para el neurotransmisor dopamina siendo una de las
hipótesis que tratan de explicar el TDAH. Estas variantes del gen D4 también está
asociada con el TDAH en familias con adultos con TDAH. Se calcula que la
heredabilidad del TDAH oscila entre el 0.5 y 0.9%. Los estudios realizados en
gemelos monocigotos muestran una correlación del trastorno del 50 al 80% frente a
un 29-33% en gemelos dicigotos (Faraone, Biederman, Spencer et al., 2000;
Herreros et al., 2002).

NEUROANATOMIA
En la población general la parte anterior del hemisferio derecho es
ligeramente más grande que su igual en el hemisferio izquierdo. Los sujetos con
TDAH muestran una disminución de esta asimetría así como disminución de las
regiones prefrontales del hemisferio derecho. También existe una reducción de la
sustancia gris en el giro del cíngulo posterior derecho así como en la sustancia
blanca central izquierda. Junto con la corteza prefrontal, el núcleo caudado y los
circuitos asociados a estos juegan un papel fundamental en la fisiopatogenia del
TDAH. Otras regiones relacionadas con el TDAH son el cuerpo calloso y el cíngulo.
Mediante RM se ha estimado una reducción del 10% en el cíngulo anterior, en la
región prefrontal dorsolateral, en los ganglios de la base (caudado y globo pálido) y
algunas regiones del cuerpo calloso (rostrum y esplenio), que vinculan regiones
frontales y parietales, es especial, en el lado derecho de estas regiones. En los
cuadros nº 2 y 3 se resumen las áreas cerebrales afectadas así como los
neurotransmisores afectados por el TDAH. (Mediavilla-Garcia, 2003; Muñoz Yunta,
2006; Berquin et al., 1998; Filipek et al.; 1997).
Cuadro nº 2. ÁREAS CEREBRALES AFECTADAS
ESTRUCTURAS HEMISFERIOS
Lóbulo frontal Bilateral
Región parietooccipital Bilateral
Región temporal Derecho
Corteza del cíngulo Bilateral
Hipocampo Derecho
Estriado. Núcleo caudado Izquierdo
Tálamo Izquierdo
Cuerpo calloso Rostral
Hipocampo Bilateral
Cerebelo Vermis (lóbulos VIII al X)
Sustancia reticular
Tomado de: Van-Wielink, 2005; Berquin et al., 1998; Filipek et al., 1997.

Cuadro 3. NEUROTRANSMISORES AFECTADOS EN EL TDAH


ÁREAS ANATÓMICAS NEUROTRANSMISOR FUNCIÓN AFECTADA
Corteza frontal Serotonina, norepinefrina Motivación, impulsividad
y dopamina
Sistema activador del Norepinefrina, serotonina Impulsividad
comportamiento
Sistema mesolímbico Norepinefrina Atención
Área frontal-dorsolateral Dopamina y norepinefrina Atención
Tomado de: Pliszka et al., 1996; Scheider, 1990; Van-Wielink, 2005.

10. ASPECTOS EMOCIONALES

Los aspectos emocionales en el TDAH han sido poco estudiados. El TDAH


además de caracterizarse por una excesiva actividad motora y problemas cognitivos
[19] sufren otras dificultades que pueden estar relacionadas con el desarrollo motor,
el lenguaje, el rendimiento escolar, la motivación o la emoción. Estas últimas
dificultades, están consideradas por el DSM-IV como “características asociadas o
secundarias”, y estarían generadas por los síntomas diagnósticos del trastorno:
inatención, hiperactividad e impulsividad.

Rapport et al., en el 2002 evaluaron a dos grupos de sujetos compuestos por


28 individuos con TDAH y 28 sujetos sin TDAH como grupo control , a través de
pruebas que evaluaban tareas de reconocimiento emocional, utilizando distintas
tareas de control, emocionalmente, neutras. Los adultos con TDAH realizaron peor
las tareas de reconocimiento emocional que los controles, rindiendo de forma similar
en las tareas de contenido emocional neutro. El deterioro no estaba relacionado ni
con la capacidad perceptiva gruesa, ni con las habilidades básicas del
reconocimiento emocional ni con los aspectos atencionales de la percepción
emocional. Además, la intensidad con que los sujetos experimentaron las emociones
moderó el reconocimiento emocional. En los sujetos del grupo control la intensidad
de la emoción que experimentaron facilitó el reconocimiento emocional pero entre
los adultos con TDAH que informaron una intensidad emocional significativamente
mayor, el nivel de emoción que experimentaron fue inversamente proporcional al
reconocimiento emocional. Los autores concluyeron que las alteraciones mostradas
en el reconocimiento emocional por los adultos con TDAH no se relacionaban con
alteraciones en el procesamiento visuoperceptivo o en los aspectos atencionales de
la percepción de las emociones. Debido a que los adultos controles tardaron menos
tiempo en identificar las emociones que los adultos con TDAH, los autores
descartaron que las alteraciones afectivas que observaron estuvieran causadas por
la impulsividad.
En otro estudio realizado por Yuill y Lyon en 2007 se plantearon si los niños
con TDAH tenían dificultades a la hora de procesar la información social- entender y
reconocer las expresiones faciales de las emociones- y si las dificultades se deben a
déficits cognitivos generales o a deterioros más específicos en el procesamiento de
la información sobre las emociones. Estos autores, al igual que los anteriores,
encontraron que el grupo con TDAH rendía peor las tareas de reconocimiento
emocional respecto del grupo control pero tenían un rendimiento similar en las
tareas que no implicaban costo emocional. Los autores concluyeron que los niños
con TDAH tenían dificultades en el procesamiento de la información emocional
debido tanto a factores cognitivos generales como a problemas específicos en el
reconocimiento, compresión y establecimiento de vínculos entre las expresiones
faciales de las emociones y las situaciones.
Estos resultados están de acuerdo con las últimas investigaciones en adultos
con TDAH que muestran déficits en el entendimiento de la emoción comparados con
el procesamiento cognitivo y perceptivo no-social y parecen ser más concientes de
sus problemas en las habilidades emocionales frente a las sociales (Friedman et al.,
2003).
Williams et al.; (2007) explorar las alteraciones en el reconocimiento
emocional y los mecanismos neurales implicados en estas antes y después del
tratamiento con estimulantes. Los resultados de estos autores indican la presencia
de importantes alteraciones electrofisiológicas en el reconocimiento de emociones
básicas en caras humanas, en especial déficits a la hora de identificar expresiones
emocionales relacionadas con los rasgos, en niños y adolescentes con TDAH. Estas
alteraciones son notables en niveles tempranos del procesamiento emocional,
existiendo una reducción significativa del componente occipital P120 de los
potenciales relacionados con acontecimientos en los niños con TDAH comparados
con los sujetos controles.
Braaten et al., (1997), evaluaron en un grupo de adultos (38 hombres y 30
mujeres) con un elevado número de síntomas de TDAH y un grupo control (21
hombres y 38 mujeres) las reacciones emocionales con respecto a la recompensa,
el castigo, la intensidad emocional y los rasgos de introversión/extraversión y
neuroticismo utilizando la “Emotional Reactions to External Consequences Scale
(ERECS)”. Esta escala se desarrolló para evaluar la fuerza de la emoción de una
persona en relación a las situaciones de castigo y recompensa percibidas. También
se usaron la Escala de Intensidad Emocional “The Emotional Intensity Scale” para
medir la intensidad de la experiencia emocional de una persona y el cuestionario de
personalidad de Eysenck para medir el neuroticismo/extraversión. Además, 361
estudiantes completaron sólo la primera escala. Cuando se compararon los adultos
con TDAH y los controles, el grupo con síntomas de TDAH más marcados tenían
una respuesta emocional subjetiva más baja a las consecuencias negativas y
puntuaron más altos en medidas de extraversión y neuroticismo. No hubo
diferencias entre los grupos en intensidad emocional. Estos resultados indican que
mientras los adultos con TDAH no parecen diferir en intensidad emocional cuando
los comparamos con los controles, los primeros parecen tener una respuesta
emocional más baja a las situaciones que implican castigo. Lo anterior no implica
que el castigo no sea efectivo para los sujetos con TDAH, puesto que las
consecuencias negativas se han mostrado como un importante componente en el
tratamiento educativo de los estudiantes con TDAH. Nuestros resultados implican
que las consecuencias negativas inminentes pueden no ser tan efectivas para los
sujetos con TDAH como para los que no padecen TDAH. Por lo tanto, los sujetos
con TDAH pueden tener cierta desventaja en situaciones en las que se aplica un
castigo para controlar su conducta.
En conclusión: tanto los niños como los adolescentes y adultos tienen
problemas en las habilidades de las competencias emocionales (reconocimiento,
regulación y expresión de las emociones). Estas dificultades han sido estudiadas en
los subtipos combinado e hiperactivo/impulsivo. Los estudios de Rapport y Yuill
sugieren que estás alteraciones constituyen un déficit primario y Williams aporta
datos que sugieren un daño en las redes neurales que modulan el procesamiento
emocional (Albert et al., 2008).

11. MODELOS DE TRATAMIENTO

El TDAH es un trastorno neuropsiquiátrico del desarrollo a largo de la vida.


Los estudios longitudinales de los sujetos con TDAH indican que el diagnóstico se
asocia con muchos acontecimientos vitales negativos, incluyendo problemas en el
trabajo, en el colegio, en las relaciones e incrementa el riesgo de problemas
psiquiátricos comórbidos. Los adultos con TDAH tienen más pensamientos
negativos, son más pesimistas con su futuro y se aceptan menos así mismos que los
que no están afectados. Dado que los síntomas de los adultos con TDAH tienen
efectos generalizados en su vida, a menudo se recomienda un tratamiento
multimodal sin distinción de edad. El tratamiento multimodal consiste en un conjunto
de distintas modalidades de tratamiento que abarca la farmacoterapia, psicoterapia,
coaching, adaptación educativa y universitaria y/o apoyo y orientación profesional
(counseling) por nombrar algunas de las más utilizadas. Se recomienda esta
aproximación con el fin de proporcionar un apoyo especializado en áreas específicas
de la vida, que son más problemáticas para la persona. La farmacoterapia y la
psicoterapia forman la base del tratamiento para la mayoría de la personas con
TDAH.
Teniendo en cuenta los efectos de los síntomas nucleares del TDAH y la alta
comorbilidad con otros trastornos, se recomienda un tratamiento combinado para la
mayoría de los adultos que une las dos modalidades de tratamiento, es decir,
farmacoterapia y psicoterapia, y dentro de esta, la terapia cognitivo-conductual
(TCC). La medicación parece funcionar de una manera “ascendente” a la hora de
intervenir en el nivel neuroquímico en el cerebro y, por lo tanto, mejora el
funcionamiento ejecutivo y cuando esté indicado, tratando con medicación adicional.
La TCC por otro lado, trabaja de manera “descendente” ayudando a los pacientes a
ser más conscientes de los efectos que tanto a nivel psicológico como del
comportamiento tiene el TDAH en sus vidas. Entender estos los efectos ayuda a los
sujetos a desarrollar e implementar estrategias para cambiar estos patrones, o al
menos a ser más conscientes y a aceptar aquellos patrones que no se pueden
cambiar fácilmente. Cada componente del tratamiento hace una única e importante
contribución a mejorar el bien estar global de los sujetos.
Se considera a la farmacoterapia como el primer tratamiento para el TDAH.
Se ha encontrado que la medicación mejora de forma significativa los síntomas de
TDAH en los sujetos de todas las edades, aunque hay más estudios sobre los
efectos de la medicación en niños que en adultos. El tratamiento farmacológico y en
consecuencia, establecer la dosis terapéutica adecuada en los adultos, puede ser
problemático debido a una serie de factores tales como la existencia de patologías
comórbidas o trastornos psiquiátricos que requieren una medicación adicional. Es
decir, puede ser suficiente un tratamiento farmacológico en personas con
sintomatología leve y no complicada (por ejemplo: sin trastornos comórbidos) y con
una vida estable (por ejemplo: con empleo, con redes sociales fuertes, etc.).
En resumen, a pesar, de que la medicación puede ser efectiva para muchos
adultos con TDAH, la farmacoterapia es un tratamiento insuficiente
aproximadamente para el 50% de ellos. Aunque la medicación reduce los síntomas y
mejora el funcionamiento ejecutivo, puede que estas mejorías no sean suficientes
para mejorar el funcionamiento global de muchos adultos con TDAH. Es decir,
incluso aunque un individuo con TDAH, al cual se le prescribe una dosis apropiada
de un psicoestimulante es capaz, por ejemplo, de prestar mayor atención, esta
mejoría no se traduce necesariamente en una menor postergación (procrastination)
y una mayor confianza. Además, se requiere a menudo una intervención psicosocial
complementaria para obtener posteriores mejorías clínicas (Tuckman, 2007,
Ramsay, 2008).

En este apartado seguiremos el programa propuesto por Young y Bramham


(2006), basado en paradigmas cognitivos conductuales, psicoeducativos y de
entrevista motivacional. Estas autores definen tres formas en las que el cambio
puede ocurrir: el cambio biológico, los cambios ambientales y el cambio psicológico.
Además, estos cambios pueden suceder desde el exterior al interior y viceversa. Su
programa se divide en 4 secciones: 1) antecedentes, evaluación y tratamiento; 2)
síntomas principales; 3) problemática comórbida y 4) preparación para el futuro. En
la tabla nº 13 se muestra la estructura del programa. Al ser modular, se pueden
elegir las áreas del programa según sean necesarias. Estas, se deben elegir de
manera conjunta (terapeuta-sujeto) para que el proceso habilite a este último.
Tabla nº 13. ESTRUCTURA DEL PROGRAMA YOUNG-BRAMHAM
Antecedentes, Síntomas Comorbilidad y El futuro
evaluación y principales problemas
tratamiento asociados
1) Introducción al 1) Problemas de falta 1) Relaciones sociales. 1) Preparación
programa. de atención. 2) Ansiedad. para el futuro.
2) Introducción al 2) Problemas de 3) Frustración e ira.
TDAH en la edad memoria. 4) Depresión y distimia.
adulta. 3) Administración del 5) Trastornos del sueño.
3) Evaluación. tiempo. 6) Consumo y abuso de
4) Tratamiento. 4) solución de sustancias.
problemas.
5) Impulsividad e
hiperactividad.

MEDICACIÓN
La farmacoterapia ocupa un lugar fundamental en el tratamiento del TDAH.
De esta forma, un sujeto está mejor preparado para someterse a un tratamiento
psicológico. Los sujetos deben ser valorados de manera regular para verificar la
adhesión al tratamiento. En la tabla nº 14 se enumeran los fármacos más usados en
el tratamiento del TDAH y la tabla nº 15 se ofrecen algunos consejos respecto a la
medicación.

Tabla nº 14. FÁRMACOS UTILIZADOS EN EL TRATAMIENTO DEL TDAH


Estimulantes Estimulantes Antidepre- Estabilizadores Neurolépticos otros
(acción corta) (acción sivos del ánimo
prolongada)
Dextroanfetamina Anfetamina Imipramina Valproato de sodio Haloperidol Atomoxetina
Metilofenidato Metilofenidato Nortriptilina Carbonato de litio Pimozide Clonidina
SR
Metilofenidato Bupropión Carbamazepina Risperidona Guanfacina
OROS
Pemolina Fluoxetina Topiramato Buspirona
Paroxetina
Venlafaxina
Sertralina
Tomado de: González-Garrido y Ramos, 2006
Tabla nº 15. MEDICACIÓN
Las preparaciones de liberación lenta reducen la necesidad de que el sujeto recuerde tomar los
medicamentos.
Hay que decidir el mejor momento para tomar la medicación en forma de pastillas con el fin de optimizar
el sueño. La medicación ayuda a dormir a algunas personas, pero a otras puede causales insomnio. En
consecuencia la última dosis debe de tomarse a media tarde.
Se debe programar alguna forma de recordar la toma de medicamentos. Es importante tomarlos con
regularidad.
Hay que organizar de forma efectiva la toma de prescripciones repetidas, antes de que se terminen los
medicamentos.
Establecer vacaciones terapéuticas con el objetivo de establecer el grado en el cual los síntomas siguen
siendo problemáticos. Es necesario planearlas con cuidado y no cuando los medicamentos se hayan
terminado.
Los sujetos deben entender que los medicamentos son una estrategia más para mejorar su
funcionamiento y no una píldora mágica.
Al principio, los sujetos que responden bien a la medicación pueden deprimirse después de llevar un
tiempo con el tratamiento debido a una mejoría en las funciones cognitivas que, a su vez, les permite
reflexionar y pensar en su vida pasada y futura. Hay que comentar esta posibilidad cuando los sujetos
comienzan el tratamiento.

METAS Y OBJETIVOS
Se plantean dos metas principales en el tratamiento psicológico:
Cambio del exterior hacia el interior: se alienta y ayuda al sujeto a cambiar el entorno
para optimizar su funcionamiento personal, laboral y social.
Cambio del interior hacia el exterior: se desarrollan estrategias psicológicas para
lograr un funcionamiento adaptativo en diferentes entornos. Se consigue a través de
paradigmas cognitivos-conductuales, motivacionales, psicoeducativos y con técnicas
para satisfacer las necesidades de los adultos con TDAH.

Los objetivos son:


1) Proporcionar información sobre el TDAH.
2) Proporcionar estrategias psicológicas para aprender a enfrentarse con éxito a los
síntomas y problemas asociados.

Los papeles que un terapeuta debe desempeñar al tratar a un individuo con


TDAH son:
1) Apoyo: apoyar a los sujetos para que deje de ser víctima.
2) Interpretación: ayudar a entender e interpretar la constelación de síntomas y
dificultades que forman el TDAH de un sujeto.
3) Estructuración: el terapeuta debe de ser más activo y estructurador con la
persona que tenga problemas con la planificación y organización.
4) Educador: como parte del proceso terapéutico se puede educar a través de la
lectura, la escritura o el debate.
5) Entrenamiento: el terapeuta debe ayudar al sujeto a tender lazos y construir un
puente entre su mundo interno y externo (descubrimiento guiado). El sujeto
identifica y desarrolla estrategias de afrontamiento adecuadas para superar las
situaciones difíciles y los obstáculos para progresar.

COMUNICAR EL DIAGNÓSTICO
El tratamiento empieza en el minuto en que el terapeuta da a conocer el diagnóstico.
El sujeto pasa por 6 etapas:
1) Alivio inicial y regocijo.
2) Confusión y alteración emocional.
3) Ira y frustración.
4) Tristeza y dolor.
5) Ansiedad.
6) Aceptación y acomodación.

Es fundamental la forma en que se comunica el diagnóstico para que le sujeto


entienda el trastorno y para su adaptación futura al diagnóstico. Muchos sujetos no
son capaces de procesar la experiencia de la comunicación del diagnóstico hasta la
segunda sesión, donde hacen preguntas y asimilan la información relevante. Muchas
veces sufren una reacción emocional, en forma de arrepentimiento, culpa y tristeza
que son naturales y forman parte de un proceso de adaptación.
Una vez iniciado el tratamiento farmacológico, muchos sujetos informan de una
sensación de cambio de identidad al verse asimismo más serios y menos
estrafalarios. Por lo tanto, es importante animar al sujeto para que las personas que
lo conocen bien le confirmen que es el mismo de siempre. Cuanta más información
tenga acerca de la enfermedad les permitirá entenderse mejor y optimizar sus
habilidades. Además repasar las estrategias útiles de afrontamiento les dará
seguridad.
PSICOEDUCACIÓN
Se debe aplicar desde el principio del proceso diagnóstico. En primer lugar
hay que darle al sujeto la información útil y fundamental acerca del TDAH. Informar y
educar acerca de los métodos de tratamiento es importante en esta fase. Evitar las
preocupaciones que el sujeto tiene acerca del tratamiento farmacológico y la utilidad
de las aproximaciones psicológicas. El módulo correspondiente el terapeuta debe de
informar al individuo sobre la etiología del TDAH, su prognosis, comorbilidades,
déficits cognitivos, su funcionamiento en la vida diaria y los factores asociados al
síndrome del TDAH desde un punto de vista constructivo y poniendo énfasis en los
objetivos del tratamiento.

ENTREVISTA MOTIVACIONAL
El modelo de Prochaska y DiClemente es útil porque se base en unos
antecedentes teóricos en los que el cambio se considera un ciclo de etapas
centrándose en el sujeto, en sus preocupaciones y perspectivas actuales. Es un
modelo directivo y se dirige a resolver la ambivalencia a través del refuerzo en la
discusión que implica un cambio. Es un medio de comunicación que implica un
cambio (véase Millar y Rollnick, 1999).

TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL


Los adultos con TDAH presentan múltiples problemas y antecedentes
personales complejos. Las estrategias de los sujetos para afrontar los cambios
vitales podrían estar enterradas en una montaña de pensamientos y experiencias
negativos. En consecuencia, es importante identificar los objetivos y metas del
tratamiento. Por ejemplo:
A nivel general: motivación para comprometerse con el tratamiento.
A nivel modular: reducir la ansiedad social.
A nivel específico: completar las tareas en casa.

Los sujetos con TDAH necesitan una estructura en términos de organización


personal, límites sociales y ayuda práctica para enfrentarse a los problemas
cotidianos. Los mejores resultados los obtienen en entornos con reglas y
expectativas de conducta claras. La TCC enfatiza la acción como un medio para
abordar el cambio. Los sujetos que adoptan un papel pasivo, tienen pocas
posibilidades de tener éxito y requieren un tratamiento con entrevistas
motivacionales más intenso.

A. ESTRATEGIAS COGNITIVAS.
Son importantes para el tratamiento de los síntomas principales de TDAH en
el adulto y se usan para mejorar la memoria, la atención y la organización en la
vida diaria. La evaluación neuropsicológica es útil para establecer los puntos
débiles y fuertes a nivel cognitivo (por ejemplo: aprendizaje de estrategias para
mejorar la atención, la memoria, etc.)

B. REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA DE LOS ACONTECIMIENTOS PASADOS.


Los adultos con TDAH tendrán un historial de fracasos en muchos aspectos
de su vida. Las consecuencias suelen ser la baja autoestima y la creencia de que
está situación nunca cambiará. El terapeuta debe reconocer los sentimientos de
angustia y confusión y normalizar estos pensamientos y sentimientos. Se debe
enseñar al sujeto a aprender del pasado y a ver el futuro de manera positiva.

C. REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA Y ESTRATEGIAS DE RAZONAMIENTO.


Cuando los sujetos manifiestan dificultades específicas, por ejemplo, en el
razonamiento abstracto, los sujetos requieren más apoyo y práctica para dominar
las técnicas.

D. RACIONALIZACIÓN.
Los sujetos con TDAH pueden concentrase en exceso en pensamientos
actuales, y pueden tener problemas para distinguir las cogniciones distorsionadas
con el fin de reemplazarlas. El terapeuta debe instruir a los individuos en un
marco de “descubrimiento guiado” para motivarles a razonar de forma crítica,
involucrarse en el pensamiento secuencial y racionalizar las creencias.

E. DESARROLLO DE ESTRATEGIAS COMPENSATORIAS TANTO INTERNAS


COMO EXTERNAS.
Los adultos con TDAH han desarrollado un amplio repertorio de estrategias
compensatorias, tanto adaptativas como desadaptativas. Estas estrategias
compensatorias se dividen en:
1. Aquellas que requieren un cambio desde el interior.
2. Aquellas que implican la adaptación del entorno para satisfacer al
sujeto.
Muchos de los problemas se solucionan con una combinación de ambas
aproximaciones y dará posibilidades en el futuro a la persona para abordar los
problemas y buscar cambios en ellos mismos y su entorno.

F. TÉCNICAS CONDUCTUALES.
Los adultos con TDAH y trastornos de aprendizaje necesitan apoyarse de
forma especial en las técnicas conductuales. El terapeuta debe de ser consciente
de las dificultades que pueden surgir en el mantenimiento de un programa
conductual y en consecuencia, se debe evitar un refuerzo intermitente de
conductas desadaptativas.
Debido a las dificultades atencionales y de memoria operativa se recomienda
que las sesiones tengan un tiempo adicional para la consolidación de la
información y que se ensaye el nuevo material.
Respecto a los deseos subyacentes de gratificación inmediata, se sugiere que
se dedique más de 6 sesiones en un módulo. Si no se cubre todo el módulo o
necesita repetirse se sugiere volverlo a retomar en etapas posteriores y continuar
un módulo alternativo para evitar el aburrimiento y la falta de participación.

PROBLEMAS DE ATENCIÓN
En este apartado se describirá la relación entre motivación y atención, la
influencia de la ansiedad y el estrés sobre la atención, los métodos para enseñar a
los sujetos a reconocer las tareas que tienden a ser problemáticas y las estrategias
para afrontar de manera apropiada y adaptativa las áreas de la función atencional
que se ven afectadas por el TDAH. En la tabla nº 16 se describen los déficits
atencionales.
Tabla nº 16. DEFICITS ATENCIONALES
ÁREA ATENCIONAL PROBLEMAS ASOCIADOS
Atención selectiva Ser incapaz de ver los detalles.
Ser descuidado.
Cometer errores al leer o rellenar formas.
Saltarse líneas en un libro o en cuestionario, etc.
Atención sostenida Perder la continuidad en una conversación, libro,
teatro, etc. Sueñan despiertos
Distraerse a causa de los propios pensamientos
(interna) o de alguna cosas que suceda alrededor
(externa)
Atención dividida Ser incapaz de centrarse en una conversación o
tarea cuando hay elementos perturbadores de
fondo.
Ser incapaz de realizar dos tareas a la vez de
forma aceptable.
Atención alternante Estancarse en un tema y no poder cambiar a otro.
Empieza tareas pero nunca las acaba. Le resulta
difícil volver a retomar una tarea anterior.

Probablemente las alteraciones en la atención sostenida sea el problema más


importante e invalidante ya que los sujetos luchan para involucrarse en actividades
amplias sin tener en cuenta si son repetitivas o tediosas y es posible que abandonen por
completo la tarea. Las tareas de la vida diaria suelen ser rutinarias, repetitivas y aburridas
y pueden generar irritación, frustración dejando una sensación de fracaso o baja
autoestima. La diferencia fundamental entre las tareas es la fluctuación de los niveles de
motivación. Cuando la motivación desciende, la atención y el esfuerzo descienden
también. Se deben establecer metas claras y reconducir la atención hacia la tarea con
incentivos. Si estas metas no se consiguen, se reforzará la indefensión aprendida y el
sujeto se desconectará. En la tabla nº 17 se describen las estrategias externas y en la
tabla nº 18 las estrategias internas para mejorar el control atencional. El control atencional
disminuye cuando una persona está fatigada, estresada o preocupada.

Tabla nº 17. ESTRATEGIAS EXTERNAS PARA MEJORAR EL CONTROL


ATENCIONAL
DISTRACCIÓN TÉCNICA PROPUESTA
Auditiva Escuchar música instrumental con un volumen bajo puede enmascarar otros ruidos más
intermitentes. En general, evitar la música con letra, ya que puede interferir con los
pensamientos y dar lugar a más distracciones.
Enseñar al sujeto a pedir a los demás que reduzcan su ruido sin ser ofensivos. Con
frecuencia las personas se sienten aliviadas con un ambiente más tranquilo.
Usar tapones en los oídos bloquea de manera efectiva los ruidos, excepto los más altos,
sin que el sujeto necesite realizar su propio filtro.
Debe alejarse de un ambiente ruidoso en casa o trabajar en una biblioteca.
Los teléfonos pueden programarse en la modalidad de silencio y los mensajes pueden
revisarse en un momento dado, a intervalos regulares o cuando la tarea se haya
acabado.
Visual El material visual distractor debe colocarse fuera de la línea de visión cuando/donde un
sujeto trabaja.
Ver hacia una habitación puede proporcionar el mejor compromiso para limitar la
distracción y reducir la inquietud.
Puede ser útil colocar una tarjeta clave en lugares donde le sujeto está en riesgo, para
recordarle que debe prestar atención.
Tabla nº 18. ESTRATEGIAS INTERNAS PARA MEJORAR EL CONTROL
ATENCIONAL
Recompensa Desarrollar un programa de incentivos y recompensas.
Debe introducirse cuando se establezcan metas
pequeñas y grandes y aprovechar las necesidades de
gratificación inmediata. Las gratificaciones pueden ser
simples (tener un descanso, tomar un café, dar una
vuelta por el barrio, etc.)
Competencia Alentar interés y estimulación introduciendo un
elemento competitivo (terminar la tarea en una hora) o
incorporar un interés preexistente (si le gustan los
ordenadores alentarle a pagar facturas mediante
Internet)
Novedad Los sujetos pueden estar más motivadas con tareas
nuevas, así que se debe aprovechar el “factor
novedad” para cambiar tareas.
Chasquido Se puede hacer chasquear una gorma en los
momentos en que hace falta reorientar la atención y
aumentar el nivel general de alerta.
Desafíos cognitivos Desarrollar estrategias para afrontar los momentos en
los que un sujeto pierde la continuidad de sus ideas.
Por ejemplo: Lo siento, pero he olvidado lo que iba a
decir. Se puede ensayar mediante dramatizaciones.
Repetición Hay que repetir en los casos en los que le sujeto tiene
dificultades para seguir y retener la información.
Ayudar a superar los momentos de vergüenza y
humillación.
Establecimiento de metas Ayudar al sujeto a establecer metas a su alcance y
evitar metas inalcanzables. Motivarle para que
reflexione cuando termina una tarea y obtener una
sensación de logro.
Recesos Es importante interrumpir las tareas con el fin de
entrenar al sujeto realizar recesos obligatorios en las
tareas, sobre todo cuando son triviales o tediosas. El
sujeto debe de asignar recesos obligatorios después
de un periodo de riesgo en que puede perder la
concentración o el interés.

PROBLEMAS DE MEMORIA
En el TDAH los problemas de memoria suelen asociarse con sus problemas
atencionales. Los problemas de memoria más frecuentes son:
1) Pérdida de cosas (olvidar dónde dejaron sus gafas o sus llaves).
2) Olvidar citas, fechas y actividades que se necesitan programar para el futuro (no pagar
recibos).
3) Pérdida de tiempo.
4) Olvidar instrucciones (al explicar una tarea hacerlo despacio y repetirla).
5) Procesos mentales (ejercicios de aritmética mental).

Estos problemas surgen debido a las alteraciones en tres sistemas: memoria


inmediata, memoria a largo plazo y memoria a corto plazo/memoria operativa. A su vez, la
memoria prospectiva (habilidad de recordar en el futuro “acordarse de recordar”) esta muy
relacionada con la administración práctica del tiempo ya que los sujetos con TDAH, una
vez que han planificado meticulosamente sus planes y quehaceres durante, por ejemplo,
un día, siguen teniendo dificultades para ejecutarlos, ya que olvidan lo que deberían
hacer. En las tablas nº 19 y 20 se describen las estrategias internas y externas para
producir una mejoría en la memoria.

Tabla nº 19. ESTRATEGIAS INTERNAS PARA MEJORAR LA MEMORIA


Repetición y ensayo Repetir y practicar para recordar la información (por
ejemplo: mediante el monólogo)
Crear una clave visual Asociar una tarea verbal con una imagen visual puede
mejorar la retención verbal. Cuanto más extraña y
exagerada sea la imagen, más fácil será recordarla.
Mnemotécnica Aprender claves es un método útil para concentrar,
resumir o abreviar la información para recordarla
posteriormente.
Recuperación espaciada La información debe practicarse con espacios cada
vez más largos. Por ejemplo: 5 minutos, 30 minutos,
una hora, al día siguiente. Realizar estos ejercicios
ayuda a mejorar la auto eficacia.
Resolución de problemas Un buen método para encontrar los objetos perdidos o
mal colocados es reconstruir mentalmente los pasos
dados de forma sistemática. Se debe realizar a los
sujetos una secuencia de preguntas como por
ejemplo: ¿Cuándo tuvo sus llaves por última vez?
¿Que hizo cuando entro? ¿A donde se dirigió?
¿Dónde pondrías esas llaves?
Mantener la calma Hay que fomentar en el sujeto la reducción de la
ansiedad y el enfado antes de intentar recordar. Una
alta activación emocional puede interferir en la
atención y en el funcionamiento de la memoria.
Tabla nº 20. ESTRATEGIAS EXTERNAS PARA MEJORAR LA MEMORA
Diario El diario es útil con el objetivo de anotar los planes a
corto plazo. Si consta de una sola página, es más útil
para anotar las citas y las notas adicionales. Sirve
como clave y recordatorio de las cosas que hay que
hacer y como pasos intermedios para ejecutar los
planes y conseguir metas a largo plazo.
Calendario semanal Un calendario semanal permite a los familiares escribir
recordatorios e instrucciones que ayuden al sujeto.
Por ejemplo: en un cumpleaños se puede anotar:
comprar un pastel, comprar un regalo, invitar a los
amigos, etc. Sirve también para comprobar como se
integran las actividades familiares con las individuales.
Agenda de pared anual Sirve para recordar planes y metas a largo plazo. Por
ejemplo: vacaciones anuales, aniversarios,
cumpleaños, bodas, etc.
Grabadora/dictáfono portátil Sirve para hacer listas y recordar las cosas de manera
verbal.
Contestador telefónico (tanto fijo como móvil) Se pueden dejar mensajes en el contestador, o anotar
notas o recordatorios mediante mensajes luminosos o
sonoros.
Listas Fomentar el uso de listas. Organizarlas por categorías
o clases y desarrolla la sensación de control. Por
ejemplo: lista de cosas por hacer, lista de la compra,
lista de las tarea domésticas, lista de asuntos a
realizar en el día, etc.
Tarjetas de ayuda Sirven para resumir y recordar las actividades que se
realizan de forma frecuente. Ejemplo: programar el
video, guardar facturas, etc.
Relojes Sirven para recordar el paso del tiempo. Deben de
colocarse en lugares estratégicos. La alarma de los
relojes puede utilizarse para recordar la hora y no
distraerse.
Alarmas y/o recordatorios informatizados Sirven para programar recordatorios en distintos
momentos. Ejemplo: toma de medicaciones,
recordatorio anual, etc.
Organizadores personales y móviles Estos pueden realizar muchas de las tareas
anteriores. Si son nuevas para el sujeto se deben de
introducir gradualmente hasta conseguir una rutina. En
caso contrario, puede ser una estrategia que
comienza y se abandona inmediatamente. El objetivo
es conseguir elementos funcionales y no distractores y
sólo debe tenerse en ciertos lugares y no dar lugar a
que lo pierda, lo que puede ser mucho más
incapacitante para la persona con TDAH.

ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO


Administrar el tiempo es difícil para los sujetos con TDAH debido a sus
problemas atencionales que les inducen a una falta de concentración en la tarea. Se
distraen con facilidad, tienen muchas tareas inconclusas independientemente de su
interés y tienen dificultades para cumplir plazos. Poseen un estilo personal
desorganizado y caótico y obtienen más éxitos cuando tienen una estructura
temporal organizada (les cuesta establecerla y organizarla). El objetivo, por tanto, es
que el sujeto con TDAH organice y estructure su tiempo (ser metódico), jerarquice
tareas y se recompense así mismo. En este apartado se mostrará y enseñará a los
sujetos a gestionar su tiempo y a sentir que son dueños de sus vidas, reforzando un
deseo de logro y propósito. El tiempo debe ser visto como una herramienta, un
recurso para lograr los objetivos propuestos. En la tabla nº 21 se muestra la
evaluación de la administración del tiempo. También sería útil determinar, a nivel
basal, cómo el sujeto utiliza su tiempo mediante un registro de actividades
diarias/semanales y nos permitirá usarlo como base para una discusión con el
sujeto. Estos registros también nos permitirán identificar los distractores y obstáculos
para alcanzar los objetivos propuestos.

Tabla nº 21 ADMINISTRACIÓN DEL TIEMPO. EVALUACIÓN


Con qué frecuencia Nunca Casi A veces Con Siempre
nunca frecuencia
¿Hace planes en forma y tiempo
adecuados?
¿Escribe sus planes?
¿Termina todo lo que ha
planeado y organizado para ese día?
Cuándo realiza alguna tarea, ¿se
entretiene o dedica a algunas tareas en
apariencia urgentes?
¿Deja cosas sin terminar?
¿Olvida lo que tiene que hacer?
¿Llega a tiempo y preparado a sus citas?
¿Le cuesta saber qué hora es?
¿Siente que ha desperdiciado y perdido
su tiempo?
Puntuación final:

Esta evaluación se puede repetir en diferentes etapas para valorar los


cambios que el sujeto ha realizado a la hora de administrar su tiempo. Es necesario
ayudar al sujeto a que elabore un método de organización mediante 6 pasos:1)
establecer metas; 2) hacer listas; 3) priorizar actividades; 4) calcular el tiempo que
se tarda en hacer las tareas; 5) realizar una programación de las tareas y 6)
incorporar un sistema de recompensas. A veces, se necesita elaborar un plan
alternativo de contingencia, debido a que algunas tareas importantes pueden
sobrepasar el tiempo límite estimado. A su vez, los componentes de una lista
podrían ser: 1) cosas que el sujeto necesite hacer para lograr la tarea en la que cual
se está centrado; 2) cosas que el sujeto, en realidad, quiere hacer; 3) cosas que
tiene que hacer; 4) cosas que podría hacer si tuviera tiempo y 5) cosas que no le
gusta hacer pero que son necesarias en algún momento del día o de la semana. En
una jerarquía de actividades (de mayor a menor importancia) el sujeto se debe hacer
las siguientes preguntas: 1) ¿Qué se tiene que hacer este día/semana?; 2) ¿qué es
lo que se puede esperar y por cuánto tiempo?; 3) ¿qué es lo que quiere hacer el
sujeto esta semana? y 4) ¿qué pasaría si no lo hace? Se podría utilizar una escala
tipo Likert para determinar la importancia de las tareas o asignar una calificación
porcentual. La habilidad para priorizar tiene que se aprendida por los sujetos
mediante el modelado y la práctica en las sesiones (el sujeto debe comprender e
involucrase, no rehuir y controlar sus impulsos para aprender a implicarse) hasta que
se convierta en un hábito. A la hora de calcular el tiempo de un sujeto para terminar
las tareas debe tenerse en cuenta que la percepción del tiempo puede ser
deformada por estos sujetos, donde el tiempo suele pasar muy rápido (por ejemplo:
20 minutos puede parecer 5). Es obligatorio calcular con exactitud cuando tiempo
llevará la tarea, de otra forma el sujeto se angustiará, se mostrará desinteresado,
desencantado ante una tarea no concluida y desmotivado para retomarla otro día
(refuerzo negativo). En la fase de planificación de tareas, los pasos se han
identificado con el fin de lograr las metas, se ha determinado la lista de tareas y se
ha priorizado y calculado el tiempo necesario para terminarlas. Posteriormente
secuenciaremos las tareas para organizar y establecer el tiempo. Se deben planear
recesos y organizar un sistema de recompensas. Relajarse entre tareas da lugar a
poder volver a enfocar la atención. Si no toman suficientes descansos programados,
sobre todo si la tarea es interesante, se fatigan, la atención disminuye y pueden
centrarse en tareas nuevas que podrían parecerles más atractivas y con más
recompensas (tarea distractora) y volver a la tarea original les puede parecer muy
aburrido. Es importante retroalimentar positivamente al sujeto para alentarlos y
mejorar su autoeficiacia y confianza.

PERDER EL TIEMPO.
Entre las trampas que puede hacer que el individuo pierda el tiempo
citaremos: desviación/alternancia de la atención, aversión al retraso en la
gratificación, conductas de búsqueda de sensaciones, perseveración y la falsa
ocupación (pérdida de tiempo yendo de un lugar a otros pareciendo muy ocupado
cuando en realidad lo que hace es perder el tiempo).

SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Los sujetos con TDAH pueden tener muchas dificultades para resolver y
solucionar problemas. Pueden responder de forma impulsiva (antes de dar con la
solución adecuada), preocuparse sin necesidad, perder el punto de vista global, etc.
Además, su experiencia es siempre negativa (resultados negativos). Estas se ven
afectadas y obstaculizadas por las alteraciones en el funcionamiento ejecutivo. Es
necesario valorar los estilos de afrontamiento de los sujetos (tanto adaptativos como
desadaptativos) para ajustar las técnicas apropiadas de solución de problemas y los
escollo o impedimentos que nos encontraremos. En las personas más impulsivas, es
necesario concebir estrategias que incluyan soluciones múltiples para evitar que
escojan la primera solución que se les venga a la cabeza. Sin embargo, las
personas con problemas de inatención necesitan más ayuda para inventar tácticas
para poder ejecutar las soluciones, sin alejarse del curso deseado y planificado. Los
adultos con TDAH aplican estrategias de afrontamiento no adaptativas como la
confrontación, el escape, la evitación y solucionan los problemas de una forma
menos programada que los sujetos sin TDAH (abordan los problemas respondiendo
de manera apresurada y sin reflexionar y pueden responder de forma agresiva o
defensiva). Las tácticas de afrontamiento pueden estar afectadas por una ausencia
de relaciones íntimas, ya que el apoyo social amortigua el estrés. Las mujeres con
TDAH se implican más en la solución de problemas orientada en las emociones,
mientras que los hombres las consideran desde el punto de vista de las soluciones
de problemas. Tanto unos como otros se benefician si aprenden y profundizan en un
programa instrumental y estructurado de analizar, descomponer y solventar sus
problemas. Las 5 etapas del proceso son: 1) identificar y definir el problema; 2) crear
soluciones; 3) valorar soluciones; 4) aplicar la solución elegida; 5) evaluar el éxito.
En la tabla nº 22 se citan los problemas más habituales en el TDAH.
Tabla nº 22. PROBLEMAS MÁS HABITUALES EN EL SUJETO CON TDAH
En el trabajo Rendimiento bajo. No se le considera para un
ascenso. No cumple los objetivos de venta.
Problemas financieros No paga las cuentas a tiempo. Deudas. Gasto de
forma compulsiva.
Labores del hogar Aplaza las tareas de limpieza. No lava la ropa a
tiempo. Tareas de bricolaje abandonadas o relegadas.
Transporte Perder autobuses, trenes. Llegar tarde. No pagar el
impuesto de circulación. No pasar la ITV a tiempo.
Ausencia de apoyo Obtención del apoyo necesario. Cuidado de los niños.
No acceder a los beneficios apropiados.
Desorganización Falta de organización con el tiempo, ausencia de
horarios. Bajo rendimiento en el trabajo y
descompensación del ocio. Pérdidas de tiempo.
Trastornos del sueño Inquietud, insomnio. Dificultades para levantarse a
tiempo.
Relaciones No conserva las relaciones. Discusiones con los
amigos.
Autoestima Baja autoestima. Sentirse un fracasado. Perseverar en
el fracaso.
Consumo de sustancias Adicciones. Consumo como estrategia de
afrontamiento no adaptativa.
Problemas con los cuerpos de seguridad del estado Ataques de agresividad. Daños a propiedades ajenas.
Uso oportunista de un crimen.

Una de las técnicas más usadas para dar lugar a soluciones es la lluvia de
ideas de todas las maneras posibles de solucionar el problema. Las tres reglas
básicas son: 1) la cantidad lleva a la calidad; 2) posponer el juicio (esperar a elegir
una solución da lugar a conclusiones de mejor calidad) y 3) variedad (cuanto mayor
sea la jerarquía de soluciones, existen más posibilidades de una buena solución). En
la tabla nº 23 se muestra un listado de problemas.

Tabla nº 23. CÓMO SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS


Problema 1 Problema 2 Problema 3 Problema 4 Problema 5
¿Cuál es el
problema y su
situación?
¿Qué quiero?
¿Cuáles son los
obstáculos para
obtener lo que
quiero?
Una vez que el sujeto ha valorado las soluciones, hay que considerar el grado
de satisfacción de cada una de ellas. Sin embargo, hay que evitar que el excesivo
esfuerzo lo compense con una solución intermedia y una gratificación inmediata (en
este caso, usar entrevista motivacional para alcanzar una meta mayor, o a más largo
plazo evitando distractores). Una vez eliminadas las opciones insuficientes o
absurdas, quedarán las soluciones realistas. Se elaborará una lista de pros y contras
para cada una de ellas. El paso siguiente es practicar mediante conversación en un
estado imaginario o dramatización de la solución adoptada, cuidando que le sujeto
la relacione con un estado positivo.
En un momento dado del proceso de tratamiento, el pensamiento
distorsionado estorbara el proceso de solución de problemas. La solución ideal
puede descartarse debido a un pensamiento defectuoso. Los más frecuentes:
sobregeneralización, pensamiento mágico, pensamiento todo o nada, pensamiento
extremo, falacia de control, los deberías, culpabilidad. Una vez encontrada la
solución apropiada se alienta al sujeto a que la lleve a cabo procurando evitar la
postergación y la pérdida de tiempo. Posteriormente se evaluará el éxito del sujeto.
Se debe meditar sobre la influencia del triunfo sobre su autoestima, su confianza, su
ánimo y en el discernimiento de su problema original (la retroalimentación por parte
del terapeuta supone una poderosa recompensa).

IMPULSIVIDAD
Los sujetos con TDAH es probable que digan lo primero que se les viene a la
cabeza sin pensar en las consecuencias (no piensan ni sopesan todas las
alternativas). Esta desinhibición conductual y cognitiva es una de las características
del TDAH junto con la ausencia de habilidades para controlar la conducta. En este
apartado se presentan distintas estrategias para controlar y afrontar la impulsividad
mediante técnicas de autocontrol (monólogo interior, distracción, entrenamiento
autoinstruccional) y cognitivo conductuales. Las alteraciones de la impulsividad
cognitiva pueden ser muy agotadoras en la vida diaria. En consecuencia es
importante preguntarle al sujeto de qué manera afronta a la hora de realizar las
labores del hogar y los asuntos del día, en particular, aquellas que requieren un
empeño y concentración sostenido o en las que el sujeto no muestra interés o
motivación para terminarlas. Hay que tener en cuenta que algunos sujetos son
capaces de reaccionar y actuar correctamente en un entorno de evaluación (son
capaces de controlar la impulsividad). En la tabla nº 24 se muestran las conductas
representativas de control de los impulsos que sufren los individuos con TDAH.

Tabla nº 24. CONDUCTAS REPRESENTATIVAS DE CONTROL DE LOS


IMPULSOS
Visión nula de las consecuencias A las personas con TDAH les resulta complicado
juzgar las consecuencias de su conducta, antes de
actuar. Ejemplo: consecuencia social de interrumpir a
las personas o decir una indiscreción.
Dificultad para esperar El TDAH puede afectar a la habilidad para esperar su
turno. Ejemplo: en la fila de la compra.
Gratificación inmediata Los sujetos con TDAH son más proclives a escoger
recompensas a corto plazo que exijan menos esfuerzo
que esforzarse durante largos periodos de tiempo y
obtener una recompensa mayor.
Coger atajos Los sujetos con TDAH se distinguen en especial por
tomar atajos, que dan lugar a una disminución de la
exactitud o calidad en el resultado final.
Falta de introspección Las situaciones en las que son impulsivos no son tan
obvias para estos sujetos.
Movimientos bruscos Los movimientos se pueden ver afectados por la
impulsividad. Ejemplo: levantarse bruscamente o
repentinamente de la silla o quitar objetos u otra
persona.
Cometer imprudencias al conducir Ejercer poco control en los impulsos al conducir puede
dar lugar a muchas transgresiones en la circulación.
Ejemplos: saltarse los semáforos, exceso de
velocidad, adelantar a otro vehículo sin tener la
seguridad de poderlo hacer.
Violación de las reglas La impulsividad conductual a menudo se muestra en
forma de desobediencia o incumplimiento deliberado
de las normas e instrucciones.
Imprudencia A veces, la impulsividad se muestra cometiendo
imprudencias, debido a la inclinación de estos sujetos
para realizar actividades peligrosas sin tener en
cuenta las posibles consecuencias.
Sacar conclusiones precipitadas Es un problema general para los sujetos con TDAH.
Interpretan mal las situaciones ambiguas, son
catastrofistas y cuando hacen suposiciones se
fundamentan en muy poca información.
Deudas La impulsividad les lleva a realizar compras que no
saben si son necesarias o pueden pagar.
Búsqueda de novedades. Una atracción excesiva hacia una recompensa
inmediata puede dar lugar a una búsqueda de
emociones y novedades.
Ansiedad La ansiedad y el estrés pueden dar lugar a una huida
compulsiva de situaciones aversivas o a tener
problemas en el control de los impulsos exacerbados.

El sujeto junto con el terapeuta debe de identificar las situaciones


conductuales en las que son proclives a responder de modo impulsivo. A través de
la charla, el dialogo socrático y las indagaciones relacionadas con estas situaciones
se van delimitando las conductas objeto que son adecuadas para el tratamiento.
Poco a poco el sujeto debe asumir la obligación de observar y vigilar sus propias
conductas impulsivas. Las autoras llaman a este proceso “IMPULSE”. En la tabla nº
25 se resume el método “impulse”.

Tabla nº 25. MÉTODO IMPULSE


I: identificar la conducta. Ejemplo: Gastos impulsivos El sujeto debe elegir la conducta problema.
con las tarjetas de crédito. Concentrase en las áreas en las que está motivado a
cambiar.
M: conducta explícita. Ejemplo: Comprar ropa u otros Es muy importante definir claramente el problema para
utensilios cuando no hay dinero. poder medir el cambio de forma provechosa.

P: vigilancia/supervisión por pareja o los iguales. Es fácil vigilar ciertas conductas en la sesión
Ejemplo: Facturas que se llevan a la sesión terapéutica, pero no otras conductas fuera de la

terapéutica. La pareja puede comprobar/vigilar las sesión y es necesaria la ayuda de un referente externo

nuevas compras que se hacen y se llevan a casa. que pueda tomar nota de las conductas.

U: comprensión/discernimiento y comprobación. Si la supervisión la ha realizado otra persona distinta

Ejemplo: se debe comprobar si todas las compras al sujeto, se debe ir pasando a este.

fueron anteriormente organizadas y si se pueden


saldar.
L: Realiza lista de chequeo de las ocupaciones/planes Una vez que se han comprobado y anotado la
para abordar el problema. Ejemplo: programar el conducta y se ha establecido un índice basal se

presupuesto semanal. realiza el plan de intervención.

S: implementar estratégica. Ejemplo: cumplir con el El sujeto pone en práctica la estrategia acordada.
presupuesto.
E: Valoración de la estrategia. Ejemplo: recibir la La evaluación del éxito de la estrategia se hace
retroalimentación del sujeto, en especial, en los mediante dos métodos: 1) retroalimentación por parte

momentos en que se resistieron a la tentación. Ver y del sujeto de la estrategia y 2) existe un periodo de

analizar el número de comprar no presupuestadas. vigilancia repetida para establece la frecuencia de las
conductas objetivo. Posteriormente, se establece una
comparación con las medidas a nivel basal.

El monólogo interior es una forma de pensamiento proactivo. Puede ser


usado como técnica cognitiva para contener los procesos de pensamientos
disfuncionales automáticos (ejemplos: mira antes de saltar, piensa antes de hablar
etc.). Una vez identificado el monólogo interior adecuado, se debe aplicar cuando el
sujeto no actúa por impulso sino cuando realizar actividades cotidianas en las que se
deban tomar decisiones.
El entrenamiento autoinstruccional ayuda al sujeto a retirarse de una
situación, valorarla desde distintas situaciones, evaluar las respuestas y los
resultados y buscar una respuesta adecuada. El pensamiento secuencial es
importante en la realización de cualquier plan. En las sesiones hay que fomentar que
el sujeto ensaye estas secuencias para poder controlar su impulsividad y disminuir la
excitación emocional así como interrumpir los pensamientos disfuncionales. El sujeto
debe aprender a describir las ventajas y desventajas de los posible resultados e
introducir la retroalimentación en su proceso de pensamiento. Las autoras lo
denominan el “proceso de control” (véase tabla nº 26).

Tabla nº 26. PROCESO DE CONTROL


C: control Una técnica para interrumpir el proceso de Cosas que puedo hacer para evitar
pensamiento disfuncional (ya sea en voz alta actuar impulsivamente.
o para sí misma) es decirse: “CONTROL”.
Otro manera de beneficiarse es apartarse
temporalmente de la situación.
O: desconexión El monólogo interior y las autoinstrucciones Cosas que puede decir.
deben utilizarse para fijar la atención en
imágenes tranquilas y en conseguir un
estado emocional neutro.
N: nuevas soluciones Se crean soluciones alternativas utilizando ¿Qué más se puede hacer?
enunciados autodirigidos. También serán
provechosas las técnicas de racionalización y
de solución de problemas.
T: pruebas Las soluciones aportadas pueden someterse ¿Qué resultados positivos se
a pruebas por medio de ensayos mentales y
obtienen?
de predecir los resultados. Por ejemplo: 1)
puedo comprar una televisión nueva a crédito
pero
tendré menos dinero cada mes durante un
año, 2) puedo ahorrar para comprar la
televisión y adquirirla en seis meses, 3)
puedo comprar una más barata, etc.
R: reevaluación Consideradas las opciones, se puede elegir ¿Cuál es la mejor solución?
las más viable, repasando las metas del
sujeto.
O: conexión Cuando se ha tomado una decisión, debe ¿Cómo puedo recompensarme?
llevarse a cabo. Se debe incluir una
recompensa si se tiene éxito en todo el
proceso “control”
L: búsqueda de Evaluar el resultado examinando las ventajas ¿Cómo funcionan o en que
beneficios y ganancias y resultados positivos. De esta forma, se dirección se encaminan los
obtienen más refuerzos positivos para resultados?
realizar el proceso “control”.
Una vez que se automatizan las técnicas de monólogo interior y
entrenamiento autoinstruccional, el sujeto debe incorporar un sistema de doble
verificación de la información, creencias, etc. Implica un proceso de toma de
decisiones fomentando que el sujeto compruebe dos veces las decisiones tomadas
al plantearse estas 5 preguntas: 1) ¿es esto lo que en realidad quiero que suceda?;
2) ¿Durante cuanto tiempo quiero hacer esto?; 3) ¿Qué consecuencias obtendré al
hacer esto?; 4) ¿Qué consecuencias tendré si no hago esto? Y 5) ¿Cuáles son las
consecuencias en un periodo de tiempo prolongado?

Las técnicas de distracción pueden usarse para desarrollar el autocontrol. Se puede


practicar inmediatamente antes de que se de una situación difícil. Las técnicas de
distracción útiles para estos sujetos se muestran en la tabla nº 27.
Es útil que los amigos o familiares cercanos asistan a algunas sesiones para
que vean las técnicas usadas y puedan reforzar al sujeto fuera de las sesiones.

Tabla nº 27. TÉCNICAS DE DISTRACCIÓN


Enfocar a un objeto Céntrese en un objeto y descríbalo con detalle.
Enfocar a una persona Piense en la persona que está delante de usted en
una cola e imaginarse como vive, como se llama,
cuantos años tiene, etc.
Dinámicas enfocadas a través de los sentidos y a la Realice una lista mental usando los cinco sentidos por
consciencia sensorial separado.
Contar Cuente números hacia delante o hacia atrás.
Generar palabras Piense en tantos países, pueblos, animales, colores,
que comiencen con cada letra del alfabeto.
Representaciones mentales: soñar despierto, Imagine donde le gustaría estar: en la montaña, en la
fantasías piscina, en el mar, etc.
Juegos de azar: ganar la lotería ¿Cómo gastaría un millón de euros?
Entretenimiento. Rellene crucigramas, sopa de números y letras,
sudokus, etc. Puede ayudar a esperar, pero los
problemas atencionales pueden causar distracción.

PROBLEMAS COMÓRBIDOS Y ASOCIADOS


En este apartado no referiremos, de forma somera, a los problemas que
surgen en las áreas de las relaciones sociales, ansiedad, frustración e ira, trastornos
de sueño, consumo y abuso de sustancias y depresión, haciendo hincapié en los
matices que afectan a esta patología. Estos módulos de tratamiento están
suficientemente desarrollados en la literatura y no entraremos en excesivos detalles
y descripciones.
A) RELACIONES SOCIALES
Es frecuente que las personas con TDAH tengan dificultades en sus
relaciones interpersonales. Desde este punto de vista, relacionarse es difícil ya sea
tanto con personas conocidas como con desconocidos. Piensan que los demás los
malinterpretan o que son “de alguna manera” distintos a los demás. Las relaciones
que establecen los sujetos con TDAH tienden a deteriorarse y no se desenvuelven
como desean. En consecuencia, dejan de promover amistades y redes sociales. Sus
dificultades en las relaciones sociales causan angustia y, a veces, una actitud
defensiva. Estos sujetos deben considerar la forma en que se presentan a los demás
afectan en la interacción con ellos (comunicación verbal y no verbal, lenguaje
corporal, expresiones emocionales, características específicas de TDAH). La
persona con TDAH debe observar y aprender su conducta social e incluir en sus
sesiones terapéuticas tanto las macrohabilidades como las microhablidades. Las
sesiones de tratamiento deben de incluir: aspectos de la comunicación verbal y no
verbal, reconocimiento de emociones y regulación y modificación de la conducta
social en distintos contextos (prestar especial atención a las situaciones más
difíciles. Por ejemplo: el rechazo). Entre otras técnicas se pueden usar: el monólogo
interior, el ensayo, la dramatización, el rol playing, la grabación de las sesiones,
identificar los cambios físicos en una reacción ansiosa, ver la televisión sin sonido
(comunicación no verbal), mirar fotos de revistas (expresión facial), ver videos de
conducta social (analizar tonos de voz. Ejemplo: telenovelas), técnicas asertivas,
hablar y dialogar sobre sí mismos a otras personas (situación social, verlo desde
otras perspectiva). En las tablas nº 28, nº 29 y nº 30. Se exponen las características
del discurso en los sujetos con TDAH, las habilidades de conversación y las
habilidades de escucha respectivamente.
Tabla nº 28. CARÁCTERÍSTICAS DEL DISCURSO
Característica Características Como lo ven Habilidad
del TDAH otras personas
Ritmo Habla muy rápidamente. Fuerte personalidad. Una Tomar aliento entre las
Otras personas no persona difícil. frases y hablar
pueden seguirlos. lentamente.
Claridad Farfullar. Balbucir. Falta de confianza. Hablar con claridad.
Articular cada palabra.
Entonación Inflexión de voz alta. Le falta confianza. Bajar el tono de voz.
Fluidez Distracción. Salirse por la Personalidad muy Estar pendiente y dar
tangente. excitable, irracional y sentido y estructura a lo
dramática. que se dice.
Volumen Hablar alto. Agresivo. Intimidante. Conseguir un volumen
moderado.
Tiempo (en cantidad) Hablar demasiado Superficial. Narcisista. Resumir información. Ser
tiempo. más conciso.

Tabla nº 29. HABILIDADES DE CONVERSACIÓN (DIÁLOGO)


Característica Característica del TDAH Habilidad
Alternar o turnarse en la No dar a la otra persona la Permitir que la otra persona hable
conversación posibilidad de hablar. el mismo tiempo que tu.
Interrupción Interrumpir en la conversación Mantener y observar las pautas
adecuadas. Esperar a que los otros
terminen.
Cuestionarse Interrogar a las personas con la Preguntar para mantener la
que mantienes la conversación. conversación.
latencia No hablar y esperarse hasta que Responder rápida y
alguien haga una pregunta. adecuadamente.
Interés en la conversación La conversación se inició por el Extender el interés de la
interés mostrado por del sujeto con conversación a otras personas y de
TDAH. esta forma mantener su atención.
Corregir, subsanar, rectificar. Ofenderse al cometer errores. Por Corregir con educación y con
ejemplo: si nos llaman de otra cortesía.
manera.
Excesivo entusiasmo Ser el centro de la conversación. Fomentar las habilidades de
No preguntar o pedir opinión de los escucha. Fomentar las preguntas.
demás. Hablar de sí mismo todo el
tiempo.
Tabla nº 30. HABILIDADES DE ESCUCHA (PRESTAR ATENCIÓN)
Característica Característica del TDAH Habilidad
Prestar atención a lo que se dice. No mantener la atención en lo que Véase el módulo sobre atención.
se dice.
Reconocer. Dar la sensación de que no Responder como si hubiera
escucha. escuchado lo que se dijo. Por
ejemplo: asentir con la cabeza.
Responder, argumentar, rebatir. No darse cuenta de la pregunta o Compartir opiniones. Dar
responder “no sé”. retroalimentación.
Auto revelación Temor a que los demás se Compartir información puede
entrometan en su vida privada. alentar y animar a los demás.
Reflexionar, razonar, recapacitar. Olvidar lo que dijo otra persona. Repetir lo que la otra persona a
dicho dar lugar a tener más
oportunidades de acordarse y hace
que la otra persona sienta que
oímos lo que dice.

Una dificultad singular en los sujetos con TDAH es la autorregulación para


modificar su conducta en situaciones sociales complicadas. Las situaciones más
ambiguas o complejas son: hacer y conversar amigos, mantener una conversación
con personas del sexo opuesto, no conocer a muchas personas en diversas
situaciones sociales, sostener conversaciones importantes y/o formales, rehusar
peticiones irracionales, aceptar críticas, disculparse y/o aceptar errores y dar a
conocer su patología de TDAH.

B) ANSIEDAD
Los adultos con TDAH muestran su ansiedad de diversas formas. La
ansiedad suele comenzar en el colegio en forma de ansiedad de ejecución. La
ansiedad afecta a los procesos cognitivos, aumenta las dificultades atencionales y la
impulsividad y puede inhibir la capacidad para pensar de forma racional. Los sujetos
con TDAH que ya presentan vulnerabilidades cognitivas se vuelven más vulnerables
en situaciones que provocan ansiedad. La superposición entre los síntomas de
TDAH y los síntomas de los trastornos de ansiedad aconsejan llevar a cabo una
evaluación integral y minuciosa de los problemas relacionados con los trastornos de
ansiedad y comprobar la relación existente entre los pensamientos, las creencias,
los sentimientos y las conductas del sujeto acerca de su capacidad y habilidad para
terminar una tarea o realizarla de forma eficaz en una situación dada. A la hora de
planificar el tratamiento de los trastornos de ansiedad en los sujetos adultos con
TDAH hay que tener en cuenta dos factores: 1) la superposición de síntomas y 2)
introducir un sistema de recompensas inmediatas para reforzar el éxito y los logros
de manera positiva con más frecuencia de lo que se aplica normalmente.
El tratamiento propuesto por Young y Bramham se inicia a partir de 4 fases o
módulos: programa psicoeducativo, técnicas de aprendizaje para afrontar los
pensamientos negativos, programa de autocontrol y programa para afrontar los
cambios de conducta. En la tabla nº 31 se citan algunas técnicas cognitivas usadas
en el curso del proceso de ansiedad.

Tabla nº 31. TÉCNICAS COGNITIVAS USADAS EN EL CURSO DEL PROCESO


DE ANSIEDAD
Comienzo de la ansiedad Identificar pensamientos negativos automáticos.
Desafíos cognitivos.
Pensamientos distorsionados.
Punto medio de la ansiedad Auto instrucciones.
Tarjetas didácticas.
Auto enunciados de confrontación.
Disminución de la ansiedad Técnicas distractoras.
Auto elogio.
Recompensas.

C) FRUSTRACIÓN E IRA
Aunque en general todos nos enfadamos o enojamos cuando se comete una
injusticia, los sujetos con TDAH pueden tener un temperamento lábil o explosivo.
Suelen mostrar más sus sentimientos airados debido a que son incapaces de inhibir
la respuesta. Poseen un bajo umbral de irritabilidad y aburrimiento. El objetivo del
tratamiento consiste en mejorar y acrecentar su control y su empleo de manera
adaptativa. Los contenidos más comunes en los sujetos con TDAH son:

1) Tomarse las cosas de forma personal.


2) Perder el control de una situación.
3) Sentirse amenazados.
4) Patrones de conducta inadaptados.
5) Insuficiente control de los impulsos.
6) Resentimiento.
7) Sentirse frustrado respecto a sus dificultades atencionales.
8) Sentimientos de frustración debidos a la deficiente atención sanitaria.
9) Uso del enfado como mecanismo de evitación para eludir otras emociones.
10) Deseo de buscar emociones o sensaciones con la intención de disminuir los
sentimientos de monotonía e indiferencia.
11) Como forma de comunicarse.
12) Como mecanismo de defensa y sentimiento de vulnerabilidad.
13) Conducción agresiva.

Existen dos formas inadecuadas de manejar la ira: 1) un aumento progresivo de


la ira que se muestra de forma abierta en una situación agresiva (el umbral es
mucho más bajo y además puede existir un temperamento lábil) y anulación y
supresión de los sentimientos de ira (ira latente). No suelen aceptar las situaciones
en las que se sienten molestos o enojados. El primer paso del tratamiento es un
módulo de psicoeducación. El sujeto aprende a reconocer los sentimientos de ira,
los pensamientos, las conductas y las respuestas fisiológicas. Al sujeto se le alienta
para que determine las etapas de la ira, los antecedentes, las conductas y las
consecuencias de la ira. Posteriormente, se le enseñan técnicas específicas como:
el monólogo interior, métodos de relajación y distracción, etc.
El lenguaje corporal es un inductor primario e importante de la ira entendiendo
esta como un proceso de tres etapas: antecedentes, conducta y consecuencias. Es
difícil que los sujetos con TDAH manejen adecuadamente su ira, en concreto,
cuando poseen una predisposición para contestar de forma impulsiva, que podría
dar lugar a explosiones iracundas y en consecuencia no podría inhibirse de agredir.
La reestructuración cognitiva ayuda a asimilar e instruirse en reconocer los
sentimientos, manejar la situación y mejorarla de forma que el sujeto pueda
comunicarse de forma asertiva. A la persona se le enseña a aplicar la fórmula ADHD
(TDAH en español) como sigue:
A: abordaje de la situación.
D: descripción de los sentimientos y emociones.
H: Entender la situación aclarándola y mejorándola.
D: Definir las consecuencias.
Los sujetos con TDAH son muy susceptibles a la ira después de recibir críticas,
mofas u ofensas. El individuo debe de aprender a distinguir entre ofensas y críticas.
Una forma de afrontar las ofensas podría ser: 1) entender el problema (¿qué trata de
decir la otra persona? ¿Cuál se su motivación?); 2) ¿Hay algo de verdad en lo que
acaba de decir?; 3) si la contestación es afirmativa: reconocer la dificultad,
disculparse si es necesario y pedir retroalimentación de cómo mejorar; si la
contestación es negativa: ¿me están insultando?, en este caso utilizar enunciados
en un monólogo interno, tratar de explicar tu punto de vista y no negarse a la crítica.
Las formas asertivas de expresión pueden ser muy útiles en sujetos que
acumulan fuertes resentimientos debido a la ausencia expresiva de sus deseos y
necesidades (diferenciar entre asertividad y agresión a la hora de evaluar ambos),
(véase, Ramírez y Andreu, 2006; Martín Ramírez, 2000; Berkowitz, 1996, Kassinove
et al., 2005).

D) DEPRESIÓN y DISTIMIA.
La literatura da suficiente información acerca del proceso de tratamiento de
los trastornos depresivos (las autoras como es lógico aplican en este módulo la TCC
para la depresión. (Véase Beck, 1976, Beck et al., 2003; Beck, 1995). A modo de
comentario diremos la depresión es un trastorno comórbido que afecta de entre el 16
al 31% y la distimia afecta de entre 19 y el 31% de los adultos con TDAH. Hay que
llamar la atención sobre los sujetos con TDAH que cursan con depresión y la
posibilidad de que tengan pensamientos suicidas debido a que pueden actuar de
forma impulsiva.

E) TRASTORNOS DEL SUEÑO


La relación entre los trastornos del sueño y TDAH no está clara. Los
trastornos del sueño más comunes entre los individuos con TDAH son: el insomnio,
la apnea del sueño, las pesadillas, la narcolepsia y el síndrome de piernas inquietas.
En la tabla nº 32 se exponen los factores que afectan al sueño.
Tabla nº 32. FACTORES QUE AFECTAN AL SUEÑO
PSICOLÓGICOS Y/O AMBIENTALES BIOLÓGICOS
CONDUCTUALES
Inquietud. Continúa actividad Estimulación sensorial no Medicación estimulante.
mental. predecible (ruidos, luces, etc.)
Preocupaciones excesivas por Excesiva sensibilidad a señales Efectos secundarios de la
intentar dormir. significativas predecibles. medicación utilizada para tratar
otras patologías.
Ansiedad crónica. Intensa estimulación sensorial Excesiva ingesta de cafeína.
(Temperaturas altas o bajas,
humedad, etc.)
Depresión y distimia. Tomar excesiva comida antes de
irse a la cama (cenas abundantes)
Alteraciones de los ciclo vigilia- Realizar ejercicio antes de irse a
sueño. dormir.
Descasar con exceso durante el Patologías comórbidas.
día (dormir dormitar)
Ansiedad intensa debido al Levantarse u orinar durante la
abandono o dejación de trabajos noche.
no hechos. Dejar las tareas hasta
el último minuto.
Patología respiratoria (por ejemplo:
apnea del sueño de tipo
obstructivo)

Los métodos para tratar los trastornos del sueño o las dificultades para dormir
se basan en la práctica en el registro de las dificultades para dormir y en el cambio
de los patrones del sueño conductuales y cognitivos. El registro se debe aplicar
durante un periodo de entre días a semanas para obtener una medida basal fiable.
Se debe recoger información de las siguientes áreas:
o Tiempo que se ha utilizado en dormir durante el día.
o Ingesta de cafeína.
o Ingesta de alcohol.
o Ingesta de alimentos.
o Medicamentos.
o Estado de ánimo.
o Actividades antes de irse a dormir.
o Horario de irse a la cama.
o Horario en el que se concilió el sueño.
o Número de veces y horario en que se despertó por la noche.
o A qué hora se despertó por la mañana.
o Número de horas totales de sueño.
o Calidad del sueño.

En la tabla nº 33 se muestran una serie de estrategias de tipo conductual para


dormir. Si el sujeto asocia las dificultades para conciliar el sueño con pensamientos
rumiativos puede se útil aplicar algunas técnicas de reducción de la ansiedad (véase
Chóliz, 1995; Morin, 1998; Gállego et al., 2007)

Tabla nº 33. ESTRATEGIAS DE TIPO CONDUCTUAL PARA CONCILIAR EL


SUEÑO
Durante el día Antes de irse a En la cama Al despertarse
dormir.
Evitar echarse la siesta. Mantener un horario Se deben evitar las Levantarse todos los días
constante para ir a actividades compatibles a la misma hora.
dormir. con el sueño.
Relajarse en lugar de Ir a dormir cuando se No se debe permanecer Utilizar dos alarmas. La
echarse la siesta. Nunca concilie el sueño. despierto mucho tiempo primera para tomar la
relajarse en el dormitorio. en la cama. Es mejor medicación. La segunda
levantarse y regresar a la para saber cuando hacer
cama cuando nos invada empieza a hacer efecto y
el sueño. levantarse de la cama.
Realizar una lista de Marcar una rutina antes Se debe procurar la
actividades que tiene que de ir a dormir. entrada de luz natural.
hacer para el día Esta puede ayudar al
siguiente. sujeto a despertarse de
forma natural. Utilizar a
alguien o algo para
fomentar esta costumbre.
Evitar comer y beber en Antes de irse a la cama
exceso antes de irse a la prepárese. Debe de
cama. hacerse antes de que el
sujeto esté cansado o
comience la rutina de irse
a la cama.
Evitar fumar antes de ir a Ir a la cama
dormir. exclusivamente cuando
esté cansado.
Evitar la ingesta de
alcohol antes de ir a
dormir (impide llegar a la
fase MOR)

F) CONSUMO Y ABUSO DE SUSTANCIAS


En los sujetos con TDAH el consumo y abuso de drogas, fármacos y alcohol.
Rara vez ocurre de forma aislada de otras patologías. Los sujetos experimentan un
círculo vicioso en el que la labilidad emocional y/o un bajo estado anímico exacerban
los síntomas del TDAH y viceversa. De esta forma se incrementan o acumula el
riesgo de consumo de sustancias para aliviar los síntomas del TDAH. Entre las
drogas que consumen los sujetos con TDAH encontramos:
A) Nicotina: proporciona cierto efecto de reducción de los síntomas de TDAH al
participar en el circuito dopaminérgico. Levin et al. (1998) sugieren que los parches
de nicotina (dosis de 7 miligramos por día durante 4,5 horas en sesiones matinales)
puede ser un tratamiento efectivo para el TDAH sintomático a la hora de reducir el
déficit atencional.
B) Alcohol: posee un efecto sedante y los sujetos con TDAH lo consumen para
calmar y reducir los sentimientos de agitación e inquietud. En situaciones sociales lo
usan para superar las inhibiciones o la ansiedad debida a un control deficiente de los
impulsos.
C) tranquilizantes: se consumen por sus efectos sedantes.
D) Disolventes: su consumo produce una reacción placentera.
E) Cannabis: su consumo suaviza los síntomas de TDAH, en concreto, los
sentimientos de inquietud y la incapacidad para relajarse.
F) Estimulantes: su consumo produce una elevación del estado de ánimo y una
sensación de incremento de energía junto con una reducción del sueño y del apetito.
Dosis bajas pueden normalizar los síntomas de TDAH al afectar al sistema
dopaminérgico (mejora de la atención y reducción de la problemática del control de
los impulsos)
G) Alucinógenos: los sujetos con TDAH los consumen en su búsqueda de
estimulación y sensaciones dada su tendencia a experimentar y su falta de miedo a
asumir riesgos.
H) Opiáceos: si los sujetos con TDAH presentan una alta dependencia deben ser
enviados a desintoxicación. Es después de un periodo de 6 meses libres de drogas,
cuando debe comenzar un tratamiento psicológico para el TDAH. En periodos de
consumo es difícil determinar si los síntomas se relacionan con el abuso de drogas o
con el TDAH.
Para una revisión véase Socidrogalcohol, 2000; Cabrera, 2001; Carrol, 2001;
Pérez de los Cobos, 2003; Generalitat Valenciana, 2001; Washton, 1995; Beck et al.,
1999; Casas et al., 1993; Casas y Gossop, 1993.
PREPARACIÓN PARA EL FUTURO
Este módulo exige un cambio en la resolución de problemas basado en un
punto de vista más positivo que incluye una visión optimista de las fortalezas del
sujeto y sus posibles aplicaciones futuras. Este módulo empieza con un formato
psicoeducativo centrado en la progresión heterogénea del TDAH (lo que el sujeto
espera del futuro y una revisión del progreso hecho por el sujeto). Se persigue un
incremento de la conciencia de cómo el TDAH puede afectar a los sujetos en el
futuro. Terminar este programa incluye:
o Revisar el programa realizado por el sujeto con TDAH y las expectativas del
individuo en el futuro.
o Revisar los logros y los éxitos pasados durante el tratamiento y una mejora de
la autoestima.
o Revisar los métodos para obtener apoyo social fuera del entorno terapéutico.

Existen tres factores que determinan el grado en el que los síntomas causarán
problemas de tipo funcional:
o Los cambios biológicos (modulación cerebral)
o Los cambios del medio ambiente (habilidad y capacidad para cambiar su
entorno)
o Las estrategias de afrontamiento psicológico (técnicas para manejar los
síntomas y los problemas)

Se revisarán los logros para determinar los objetivos y el sujeto pueda alcanzar su
potencial en el futuro (usar y aprovechar la resiliencia del sujeto, sus fortalezas y
remarcar lo que hace satisfactoriamente). El sujeto debe de estar motivado para
buscar, encontrar y fijar las metas que quiere alcanzar en el futuro. Se revisarán las
estrategias de éxito y se deben clasificar según su utilidad. Se identificaran las
fuentes de apoyo más importantes comunitarias y sociales (servicios de orientación
profesional, recursos locales, servicios sociales, etc.).

RESUMEN Y CONCLUSIONES
Actualmente se considera al TDAH como un trastorno asociado a una
disfunción del sistema fronto-estriado como consecuencia de la alteración del
sistema monoaminérgico. Desde que Still definiera la hiperactividad en 1902 hasta
nuestros días, este trastorno ha sufrido grandes cambios, sino tanto a nivel clínico si
a nivel de conceptualización. Desde el concepto de “disfunción cerebral mínima”
hasta el modelo motivacional y de autorregulación de Barkley imperante en la
actualidad, pasando por el modelo de Virginia Douglas, todavía quedan muchas
preguntas abiertas. La definición de hiperactividad se articula en torno a tres
criterios: impulsividad, hiperactividad e inatención cuya naturaleza multidimensional
ha dado lugar a confusión. Por ejemplo: ¿cómo distinguir o unificar una impulsividad
cognitiva de una impulsividad social? ¿Cuál es su relación?; o el problema que se
plantea con los distintos tipos de atención, donde la atención dividida, selectiva y
sostenida pueden funcionar separadamente y reflejar aspectos cognitivos diferentes.
Respecto a la hiperactividad, ¿Cómo distinguir entre la actividad normal de la
patológica? ¿En qué grado de intensidad nos situamos? ¿Hay una distinción clara
entre los distintos niveles de actividad que distingan la hiperactividad de otros
trastornos infantiles? La sobreactividad motora se desencadena en general ante
determinadas tareas que requieren esfuerzo y atención y esta meridianamente claro
que es consecuencia y causa de los problemas cognitivos de los niños hiperactivos.
Debido a esta problemática realizar una evaluación adecuada de un sujetos
con TDAH puede resultar problemática sino difícil. Aunque las entrevistas y los
autoinformes constituyen un medio adecuado, fiable y directo en la valoración de las
respuestas y experiencia subjetiva de los sujetos, entre sus limitaciones nos
encontramos con que las respuestas de los sujetos evaluados son subjetivas. Si
además buscan un diagnóstico pueden aparecer sesgos y sobrestimar los síntomas
diagnósticos. En caso de que los sujetos vayan obligados pueden tener una idea
limitada de su problema. Los sujetos pueden o no colaborar en la evaluación y
falsear de manera más o menos consciente las respuestas para obtener un beneficio
o evitar un perjuicio. En las entrevistas se debe crear una buena relación entre el
sujeto y el evaluador que permita una expresión amplia y completa de los problemas
del sujeto. Si este tipo de relación no se ha conseguido, las informaciones recogidas
corren el riesgo de ser incompletas o sesgadas. En el caso de la evaluación
neuropsicológica el problema surge, en el TDAH, al valorar en un contexto artificial al
sujeto. Esta se suele llevar a cabo en un ambiente tranquilo, silencioso con
ausencia o mínimas distracciones (el evaluador organiza y planifica el orden las
pruebas al sujeto), aunque la mayoría de las dificultades en un individuo con TDAH
surgen de aquellos ambientes u ocupaciones en las que existen múltiples exigencias
entrecruzadas que advierten de la necesidad de priorizar y planificar en ese contexto
con muchas distracciones. Los trastornos comórbidos pueden dar lugar a
confusiones. Se ha comprobado que la tarea de Stroop o la parte B del test del
Trazo son sensibles a la depresión. Algunos trastornos del estado de ánimo o la
misma depresión pueden estar asociados con un funcionamiento insuficiente de la
atención que contaminarían los resultados de las pruebas. La mayoría de los
estudios sobre funciones ejecutivas en adultos encuentran diferencias con los
sujetos controles pero existen estudios con resultados contradictorios que pueden
deberse a problemas interpretativos y metodológicos, a la falta de sensibilidad de
muchos tests, pruebas y tareas cognitivas y/o a la presencia de trastornos
comóbidos. Los tratamientos farmacológicos son bastante efectivos, siendo
necesaria, en muchos casos una intervención psicológica para el manejo de las
conductas disruptivas, de patologías comórbidas y/o la baja adhesión al tratamiento.
La intervención psicoeducativa ayuda al sujeto a conocer la enfermedad y ser
consciente de su influencia en su vida diaria. La intervención cognitivo-conductual
permite tratar de manera eficaz los síntomas refractarios al tratamiento
farmacológico. La terapia familiar permite abordar el problema desde el punto de
vista familiar y no sólo como un problema del sujeto. En general, se deben tratar
este tipo de problemas desde un abordaje multimodal. La adaptación de los
diferentes modelos y programas de tratamiento ayudan a mejorar la calidad de vida
de este tipo de sujetos. Por lo tanto, es importante realizar un diagnóstico precoz de
la enfermedad y en consecuencia de los déficits cognitivos de estas personas que
puedan contribuir a planificar adecuadamente los servicios médicos, sociales y
psicológicos que reciben estos sujetos.
APÉNDICES
TDAH en Adultos
ESCALA AUTOAPLICADA DE TDAH EN EL ADULTO (ASR v-1.1)
NOMBRE: FECHA:
Por favor conteste a las preguntas que están a continuación,
puntuándose en cada uno de los ítems mostrados. Use la escala

Raramente

A menudo
que se encuentra a la derecha de la página. Al responder a cada

menudo
A veces
pregunta, marque con una x en el recuadro que mejor describa

Nunca

Muy a
como se ha sentido y comportado durante los últimos 6 meses.
Entregue la lista completa una vez completada al profesional que
se la entregó. Gracias.
SECCIÓN A
1. ¿Con cuánta frecuencia tiene problemas en finalizar los
últimos detalles de un proyecto, una vez que las partes más
difíciles han sido hechas?
2. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades para tener las cosas
en orden cuando tiene que realizar una tarea que requiere
organización?
3. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades a la hora de recordar
citas u obligaciones?
4. Cuando tiene que realizar una tarea que requiere un gran
esfuerzo mental, ¿con cuánta frecuencia la evita o retrasa su
comienzo?
5. ¿Con cuánta frecuencia juguetea o retuerce sus manos o pies
cuando tiene que estar sentado durante mucho tiempo?
6. ¿Con cuánta frecuencia se siente excesivamente activo o con
la necesidad de hacer cosas, como si estuviera impulsado por un
motor?
SECCIÓN B
7. ¿Con cuánta frecuencia comete errores por descuido cuando
tiene que trabajar en un proyecto aburrido o difícil?
8. ¿Con cuánta frecuencia tiene problemas a la hora de
mantener su atención cuando está realizando un trabajo aburrido
o repetitivo?
9. ¿Con cuánta frecuencia tiene problemas para concentrarse en
lo que la gente le dice, incluso cuando le están hablando
directamente?
10. ¿Con cuánta frecuencia extravía o tiene problemas para
encontrar cosas en casa o en el trabajo?
11. ¿Con cuánta frecuencia se distrae por la actividad o el ruido a
su alrededor?
12. ¿Con cuánta frecuencia abandona su asiento en encuentros
y en otras situaciones en que se espera que se mantenga
sentado?
13. ¿Con cuánta frecuencia se encuentra intranquilo o inquieto?
14. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades en serenarse y
relajarse cuando tiene tiempo para sí mismo?
15. ¿Con cuánta frecuencia se encuentra a sí mismo hablando
demasiado cuando se encuentra en situaciones sociales?
16. Cuándo está en una conversación, ¿Con cuánta frecuencia
se encuentra a sí mismo finalizando las frases de la gente a la
que está hablando, antes de que puedan terminarlas ellos
mismos?
17. ¿Con cuánta frecuencia tiene dificultades en esperar su turno
en situaciones en las que se requiere esperar turno?
18. ¿Con cuánta frecuencia interrumpe a otros cuando están
ocupados?
Nota: cuatro o más marcas en las casillas sombreadas de la parte A indica que los síntomas del paciente son muy consistentes
con un TDAH, y hacen aconsejable una entrevista diagnóstica más detallada. Como los 6 primeros ítems son los más
predictivos pueden usarse aislados como instrumento de screening breve. Las casillas sombreadas de la parte B reforzarían la
sospecha diagnóstica, e indicarían otras áreas de exploración.
ESCALA DE PUNTUACIÓN DE WENDER-UTAH. Traducción al castellano

Nada en absoluto

Moderadamente
o casi nada

Bastante
Un poco

Mucho
DE PEQUEÑO YO ERA (O TENÍA) O (ESTABA)

1. Activo, no paraba nunca


2. Miedo de las cosas
3. Problemas de concentración, me distraía con facilidad
4. Ansioso, preocupado
5. Nervioso, inquieto
6. Poco atento, “en las nubes”
7. Mucho temperamento, saltaba con facilidad
8. Tímido, sensible
9. Explosiones de genio, rabietas
10. Problemas para terminar las cosas que empezaba
11. Testarudo, cabezota
12. Triste, deprimido
13. Imprudente, temerario, hacía travesuras
14. Insatisfecho con la vida, no me gustaba hacer ninguna
cosa
15. Desobediente con mis padres, rebelde, contestón
16. Mala opinión de mí mismo
17. Irritable
18. Extravertido, amigable, me gustaba la compañía de los
demás
19. Descuidado, me organizaba mal
20. Cambios de humor frecuentes: alegre, triste
21. Enfadado
22. Popular, tenía amigos
23. Me organizado bien, ordenado, limpio
24. Impulsivo, hacia las cosas sin pensar
25. Tendencia a ser inmaduro
26. Sentimientos de culpa, remordimientos
27. Perdía el control de mí mismo
28. Tendencia a ser o actuar irracionalmente
29. Poco popular entre los demás chicos, los amigos no
me duraban mucho, no me llevaba bien con los demás
chicos
30. Mala coordinación, no hacía deporte
31. Miedo a perder el control
32. Buena coordinación, siempre me escogían de los
primeros para el equipo
33. Un chicazo (sólo si es mujer)
34. Me escapaba de casa
35. Me metía en peleas
36. Molestaba a otros niños
37. Líder, mandón
38. Dificultades para despertarme
39. Me dejaba llevar demasiado por los demás
40. Dificultad para ponerme en el lugar de otros
41. Problemas con las autoridades, en la escuela, visitas
al jefe de estudios
42. Problemas con la policía. Condenas
ESCALA DE PUNTUACIÓN DE WENDER-UTAH. Traducción al castellano.
(continuación)
PROBLEMAS MÉDICOS EN LA INFANCIA
1. Dolor de cabeza
2. Dolor de estómago
3. Estreñimiento
4. Diarrea
5. Alergia a los alimentos
6. Otras alergias
7. Me orinaba en la cama

DE NIÑO, EN LA ESCUELA YO ERA O TENÍA


1. En general un buen estudiante, aprendía rápido
2. En general un mal estudiante, me costaba aprender
3. Lento para aprender a leer
4. Leía despacio
5. Dislexia
6. Problemas para escribir, deletrear
7. Problemas con los números o las matemáticas
8. Mala caligrafía
9. Capaz de leer bastante bien pero nunca me gustó
hacerlo
10. No alcancé todo mi potencial
11. Repetí curso (¿Cuál: _____________________)
12. Expulsado del colegio (¿Qué cursos? _____________)
Fuente: Rodríguez-Jiménez et al., 2001. Nota: los ítems con una mayor diferencia de puntuación entre los
adultos con TDAH y los sujetos controles están sombreados. A partir de estos 25 items que más discriminan
entre los grupos TDAH y control, con un punto de corte de 32, la sensibilidad del cuestionario es del 91,5% y la
especificidad del 90,8%. El punto de corte de 36 separaba a los adultos con TDAH en la infancia de los controles
con una sensibilidad y especificidad del 96%. Un punto de corte de 46 identifica correctamente al 86% de sujetos
con TDAH, al 99% de sujetos normales y al 81% de pacientes deprimidos.
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