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Machismo:
Aunque el término “macho, machismo” se empezó a utilizar a principios del siglo XX, la
practica se ha realizado desde siempre en México
Una vez entendido esto, partiremos desde México colonial donde no se puede considerar
el papel femenino en la colonia, sin hacer distinción entre las mujeres criollas, las
indígenas y las esclavas negras, pues cada grupo enmarca valores que, forzosamente,
delimitan su participación dentro de las comunidades granadinas.
La educación de la colonia era diferencial y excluyente para todas las mujeres, ya que
alejaba la mujer de las aulas y se enfocaba primordialmente a prepararla para el
matrimonio y la maternidad, argumento que defendió la iglesia.
Para las criollas y españolas la soltería era una desgracia para la familia; su destino
forzoso era el matrimonio, pero no tenían derecho a elegir al pretendiente, pues los
padres arreglaban la boda previa concertación de la dote y los bienes que aportara la
mujer.
Se puede notar las expresas diferencias entre el hombre y la mujer en esta época, aunque
eran más o menos notables dependiendo del estrato social al que pertenecían.
… [el término macho surge durante los acontecimientos revolucionarios, con mayor
precisión entre 1910 y 1915, pero su popularidad es un poco posterior, puesto que
vendrá con una literatura y, sobre todo, con un cine de inspiración nacionalista de los
años 50’s, que pondrá en escena a una región idílica, Jalisco, habitada por jinetes,
machos a la vez, valientes y seductores: los charros]…
Durante los años 40’s a los 50’s cada actor le imprimirá atributos y características a
nuestra idea del macho: Pedro Infante, Jorge Negrete, Fernando Soler, Mauricio Garcés
o Vicente Fernández contribuyen a esto. En el cine se distinguen tres tipos de machos:
el noble y valeroso, incluso simpático; el problemático, celoso, alcohólico y violento; y el
conquistador.
En la actualidad para luchar contra el machismo se avocan las feministas, que no sólo
comparten la crítica radical a esta ideología sino que se proponen combatirla. No basta
comprender las causas de que los mexicanos sean machos, sino que hay que denunciar,
castigar y erradicar las violencias cotidianas infringidas por los hombres y sufridas por las
mujeres.
A pesar del ello, en algunas partes de México, el nivel de violencia contra las mujeres, es
alarmante: 2 de cada 3 mujeres han sido víctimas de un acto de violencia emocional,
económica, física, sexual o en algún ámbito en el que se desarrolla la mujer en México.
Los estudios realizados en México sobre el machismo son de muy diferente nivel y de
muy diferente enfoque. Se refieren, en general, más al ámbito rural que a las ciudades, y
más a las clases bajas que a las medias y altas. Independientemente, la violencia no
debe caber en ningún estrato social o en ninguna región del país.
Entre los años 2012 y 2017 han fallecido 78 mil 312 mujeres por accidentes, homicidios
y suicidios. Asimismo, la prevalencia de violencia en general en su contra registró en
2017 prácticamente el mismo indicador que en 2005: 66.1% de las mujeres ha
experimentado al menos un episodio violento. Esto es lamentable.