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Evaluación agronómica de la fecha de siembra en

habas determinadas (Vicia faba L. var. Major) en


Valdivia, Región de Los Ríos.

Memoria presentada como


requisito para optar al título
de Ingeniero Agrónomo.

María Loreto Acuña Jaramillo


Valdivia – Chile

2011
PROFESOR PATROCINANTE

Rodrigo Acuña López

Ing. Agr., Dr. Hort. ______________________

PROFESORES INFORMANTES

Mario Mera Krieger

Ing. Agr., Ph. D. ______________________

Claudia Harcha Cortés

Ing. Agr. Dr (c). _______________________


AGRADECIMIENTOS

Con esta memoria se da término a un gran ciclo de mi vida, en el cual conocí gente
maravillosa y muy buenos amigos, por eso doy gracias a Dios por haber tenido la
oportunidad de vivirla.

Es difícil resumir en estas líneas a todas las personas a las cuales quiero agradecer,
pero sin duda la primera en mi lista es mi mamá Maribel, ya que sin su compañía y
comprensión en los momentos difíciles, no hubiera podido terminar esta linda tarea.

A mi papá, Tío Javier, abuelita y hermanos menores los cuales miraban con orgullo mi
paso por la universidad.

También me gustaría incluir en estos agradecimientos a mis amigos, especialmente a


Claudia y María Eugenia, quienes siempre estuvieron aportando de alguna forma en
ésta investigación.

A mi profesor patrocinante cuyos aportes y correcciones dieron frutos al término de


este trabajo.

Por último doy muchísimas gracias a Roberto por su eterna paciencia y gran apoyo.
INDICE DE MATERIAS

Capítulo Página

RESUMEN 1

ABSTRACT 2

1 INTRODUCCIÓN GENERAL 3

1.1 Objetivo general 4

1.2 Objetivo específico 4

2 Revisión bibliográfica 5

2.1 Origen 5

2.2 Importancia del cultivo 5

2.3 Clasificación y características botánicas 6

2.3.1 Tipos de habas 6

2.3.2 Caracterización de las semillas 6

2.4 Hábito de crecimiento 7

2.5 Variedades 8

2.5.1 Variedades para la agroindustria 9

2.6 Requerimientos eco-fisiológicos 10

2.6.1 Temperatura 10

2.6.2 Maduración e IAF 10

2.6.3 Coeficiente fototermal 11

2.6.4 Suelo 11

2.6.5 Riego 11
2.6.6 Fertilización 12

2.7 Plagas y enfermedades 12

2.8 Fecha de siembra 13

2.9 Criterio de cosecha 13

2.9.1 Lectura tenderométrica 14

2.9.2 Tamaño de la vaina 15

2.9.3 Sólidos insolubles al alcohol 15

2.9.4 Desuniformidad de calidad en la industria de los congelados 15

2.10 Componentes del rendimiento 16

2.11 Requerimientos de la industria 17

2.11.1 Ideotipo de planta para la industria y consumo fresco 17

2.11.2 Calidad del producto 18

3 MATERIAL Y METODO 19

3.1 Descripción del ensayo 19

3.1.1 Caracterización agroecológica del sitio de ensayo 19

3.1.2 Parcelas de ensayo 19

3.1.3 Definición de fechas de siembra 19

3.1.4 Definición de material vegetal 20

3.1.5 Definición de densidades de siembra 20

3.1.6 Definición de variables registradas y medidas 20

3.2 Diseño experimental 21

3.3 Análisis estadístico 22

4 PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 23

4.1 Clima 23
4.2 Eficiencia en el uso de radiación según fecha de siembra y 24
fenología

4.2.1 Desarrollo fenológico de las variedades estudiadas según 26


fechas

4.3 Biomasas para las fechas de siembra 30

4.3.1 Materia fresca 30

4.3.2 Biomasa en peso fresco 31

4.3.3 Índice área foliar (IAF) 34

4.4 Componentes del rendimiento 34

4.5 Altura inserción de la primera vaina 36

4.6 Índice de cosecha 38

4.7 Productividad 39

4.8 Coeficiente Fototermal (Q) 42

5 CONCLUSIONES 45

6 BIBLIOGRAFÍA 47

ANEXOS 53
INDICE DE CUADROS

Cuadro Página

1 Temperaturas y precipitaciones medias mensuales 23


registradas en la Estación Experimental Santa Rosa ubicada
en Valdivia.

2 Desarrollo fenológico de las tres variedades, medido en días 26


después de la siembra (DDS) y grado días acumulado
(GDA5) para cada fecha de siembra.

3 Reparto de materia seca (g m-2) e índice área foliar (IAF; 31


m2m-2) de habas determinadas en tres fechas de siembra.

4 Efecto de las fechas de siembra sobre los componentes del 35


rendimiento al momento de la cosecha.
INDICE DE FIGURAS

Figura Página

1 (a) Vista longitudinal de la semilla madura de Vicia faba L. 7


(b) germinación hipogea de la semilla y crecimiento de la
plántula (Vicia faba L.).

2 Disposición del experimento. 20

3 Climodiagrama de días después de la siembra (DDS) desde 24


agosto 2009 a la cosecha realizada en enero 2010.
Referencias climáticas en base a la FI de siembra. Se
observan fechas de siembra y floración de los ensayos.

4 Reparto de biomasa para peso fresco tallo (PFt), peso fresco 30


hoja (PFh), peso fresco paredes de la vaina (PFv) y peso
fresco grano (PFg) en cada fecha de siembra.

5 Variación de la altura de planta y altura de inserción de la 37


primera vaina, para distintas fechas de siembra en habas
determinadas.

6 Efecto de la fecha de siembra en índice de cosecha (IC) 38


seco y fresco.

7 Rendimiento de granos y vainas en fresco en (kg m-2) de tres 40


variedades de haba determinadas (Vicia faba L.) para tres
fechas de siembra en Valdivia.

8 Tendencia media diaria del coeficiente fototermal registrado 43


en Valdivia para tres fechas de siembra.
1

RESUMEN

La agroindustria de los congelados hortícolas ha crecido sostenidamente en los últimos


años en Chile. En la industrialización de las habas (Vicia faba L.), la factibilidad de
cosecha mecanizada y calidad del grano son factores clave en la rentabilidad del
cultivo, tema no resuelto en las clásicas variedades indeterminadas existentes en
nuestro país. La introducción de variedades de hábito de crecimiento determinado
puede resolver estos problemas, para lo cual se precisa evaluar su comportamiento
frente a diferentes manejos y zonas del país. Buscando una alternativa que potencie el
desarrollo del sur del país apostando a la calidad y productividad para la agroindustria,
se propuso el objetivo de estudiar el desempeño de nuevas variedades determinadas
para dar una alternativa productiva a la zona sur de Chile. Para ello se evaluaron las
variedades Alargá, Retaca y Verde Bonita en tres fechas distintas 7 de agosto 2009
(FI), 01 de septiembre (FII) y 22 de septiembre 2009 (FIII), en un experimento que se
realizó en un suelo trumao de la Serie Valdivia, en la Estación Experimental Santa
Rosa, perteneciente a la Universidad Austral de Chile (Valdivia). Se utilizó un análisis
de varianza tri-factorial con tres subniveles para cada factor, con un 95% de confianza.
El primer factor correspondió a distintas fechas de siembra, el segundo fue densidad y
el tercero las variedades. Se evaluaron diferentes parámetros de crecimiento, estados
de desarrollo y componentes del rendimiento, además de factores ambientales como
temperatura, pluviometría y radiación durante el ciclo del cultivo. Se observaron
diferencias significativas para la productividad entre FI (13,1 t ha-1), FII (10,8 t ha-1) y
FIII (9,5 t ha-1), asociándose esta variabilidad al número de vainas planta-1 más que a
otros componentes del rendimiento. Estos resultados son superiores a variedades
indeterminadas cultivadas y descritas para la zona. Datos preliminares del primero de
dos años.
2

ABSTRACT

Agro-industry of frozen vegetables has grown steadily in recent years in Chile. In the
faba bean industrialization (Vicia faba L.), the feasibility of mechanical harvesting and
grain quality are key factors in the profitability of the crop, something not achieved in the
classic indeterminate varieties existing in our country. The introduction of growth habit
determinate varieties can solve such problems, which is required to assess their
response to different management areas of the country. With the aim of proposing an
alternative that enhances the development of the south betting on quality and
productivity to industry, was to examine the performance of new varieties selected to
provide a productive alternative to the south of Chile. Three varieties were evaluated
Retaca, Alargá and Verde Bonita in three different dates in 2009: August 7th,(FI),
September 1st (FII) and September 22th (FIII) in an experiment that was conducted in a
volcanic ash soil of Valdivia Series at Santa Rosa Experimental Station belonging to the
Universidad Austral de Chile (Valdivia). It was used analysis of variance tri-factorial with
three sub-levels for each factor, with α=0.05. The first factor, corresponded to different
sowing dates. The second one, to density (plant per square meter), and third one, the
varieties. The effects of different growth parameters, developmental stages and yield
components, environmental factors such as temperature, rainfall and radiation during
the crop cycle were considered. Significant differences were observed between FI yield
(13.1 t ha-1), FII (10.8 t ha-1) and FIII (9.5 t ha-1), associated this variability to amount
pods plant-1 more than other yield components. These results are higher than
indeterminate varieties cultivated and described for the area. Preliminary data from the
first two years.
3

1 INTRODUCCION

En Chile, la producción de haba para fresco está principalmente en manos de


pequeños agricultores, quienes cultivan en zonas rurales con poca tecnología y uso de
insumos agrícolas, lo que trae por consecuencia, bajos rendimientos obtenidos,
además en una época muy acotada del año, lo que restringe la oportunidad de obtener
altos precios por su producción. Una alternativa para este producto puede ser la
industrialización, que tradicionalmente se ha basado en variedades de hábito de
crecimiento indeterminado. Sin embargo, ésta característica genera desventajas en la
calidad del grano, por desuniformidad en la madurez para consumo fresco y
congelado.

Una nueva y promisoria alternativa para el cultivo de haba en Chile, orientadas a la


agroindustria de los congelados, es el uso de variedades con hábito de crecimiento
determinado, debido a las ventajas de calidad que promueve este patrón de
crecimiento. No obstante, para tener éxito en el manejo de estas variedades, se deben
hacer pruebas y evaluaciones agronómicas que permitan validar el potencial genético
del material introducido, evaluando factores que causan variabilidad en el rendimiento
como la fechas de siembra.

El proyecto del cual forma parte esta Memoria de Título (DID.S-2009-68-UACh),


aborda en una de sus líneas de investigación un estudio donde la hipótesis central
afirma que la fecha de siembra influye sobre el rendimiento de habas de crecimiento
determinado. Esta investigación consta de dos años (temporadas agrícolas) y
precisamente el tema central de esta Memoria, es su primer año de estudio.

Esta hipótesis pretende ser respondida con los siguientes objetivos:


4

1.1 Objetivo general

Evaluar el efecto de la fecha de siembra sobre el rendimiento en habas de hábito de


crecimiento determinado.

1.2 Objetivos específicos

 Determinar cuál fecha de siembra permite alcanzar el mayor rendimiento de


habas determinadas.

 Determinar cómo la fecha de siembra afecta a los componentes del rendimiento


y el reparto de la biomasa.

 Asociar la ontogenia del cultivo a la variabilidad e interrelación de los factores


climáticos durante el ensayo.
5

2 REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1 Origen

Las legumbres y los cereales fueron las primeras plantas cultivadas por el hombre,
siendo la base esencial de su alimentación durante milenios (GOYOAGA, 2005).

Según MERA (1999), el haba (Vicia faba L.) es uno de los cultivos alimenticios más
antiguos en el mundo, pues su domesticación habría ocurrido en el período Neolítico,
6.000 años A.C., existiendo incluso registros de haber encontrado semillas de habas
en las excavaciones de Troya (GIAMBANCO, 2007). Algunos autores sitúan su centro
de origen en el Oriente Próximo y la zona mediterránea, mientras que hay otros que se
inclinan por Asia central (CUBERO, 1967). Posiblemente surgieran en la mesa romana
tardía, pues hacia el siglo V d.C. ya existían habas grandes de tipo major, que es la
actual variedad hortícola. Según los botánicos, la variedad de semilla ancha (major),
fue la única vicia comestible antes del año 1492, la cual se sigue cultivando para su
consumo.

2.2 Importancia del cultivo

El haba es la séptima legumbre de grano en importancia en el mundo y la típica


leguminosa de doble utilización, usándose tanto para alimentación humana por su gran
aporte de proteína a la dieta, como también para alimentación animal. Además tiene un
importante rol en la fijación de nitrógeno atmosférico, estimado en 100 – 120 Kg N há-1
(CONFALONE, 2008). Es por este último atributo, que el haba es utilizada en rotación
de cultivos, ya que además de aportar nitrógeno, reduce enfermedades y plagas,
permite reducir malezas gramíneas y mejora la retención de humedad del suelo
(MERA, 1999).

Todas las culturas agrícolas se han basado en una asociación cereal-leguminosa. De


hecho, en los yacimientos arqueológicos de diferentes civilizaciones del mundo,
6

siempre aparece junto a un cereal una legumbre (JUSTE, 1992 citado por GOYOAGA,
2005).

2.3 Clasificación y características botánicas

El haba es una leguminosa perteneciente a la familia Fabaceae, destacándose


morfológicamente por contener sus semillas dentro de una vaina, constituyendo el fruto
o legumbre (GOYOAGA, 2005). Esta familia comprende unos 600 géneros y 13.000
especies de las cuales unas 200 son de consumo humano y animal (Moreno, 1983;
Torija y Díez, 1999 citado por GOYOAGA, 2005).

Fue el botánico sueco Carlos Linneo en su libro “Species Plantarum” (1753), quien la
denomina “Vicia faba”. (GIAMBANCO, 2007).

2.3.1 Tipos de Habas. Algunos autores han dividido la especie en dos subespecies:
paicijuga, una forma primitiva; y faba, ésta última con tres variedades botánicas de
acuerdo con el coeficiente grosor/longitud de la semilla (CUBERO, 1967): major,
semilla grande, aplastada, de unos 2,5 cm de largo; equina, de tamaño intermedio, de
1,5 cm de largo, muy usada en alimentación animal, de ahí su nombre; y minor, de
tamaño pequeño, casi redonda, de 1 cm de largo (MERA, 1999).

2.3.2 Caracterización de las semillas. La semilla constituye la primera fase del


desarrollo de la nueva planta y las partes esenciales de ésta son las cubiertas
seminales y el embrión (Figura 1).
7

a b
FIGURA 1 a) Vista longitudinal de la semilla madura de Vicia faba L. b)
germinación hipogea de la semilla y crecimiento de la plántula
(Vicia faba L.)

FUENTE: Adaptado de GOYOAGA (2005).

El embrión consta de un eje embrionario unido a dos cotiledones. El eje embrionario


está formado por dos partes íntimamente unidas entre sí: la parte que está por encima
del par de cotiledones es el epicótilo y dará lugar al brote terminal de la planta
formadora de las hojas, y la parte que está por debajo de los cotiledones es el
hipocótilo, que al crecer por su extremo libre, denominado radícula, formará la raíz
principal y creciendo por la parte que se continúa con el epicótilo desarrollará el tallo
(GOYOAGA, 2005).

Los cotiledones actúan como órganos de reserva donde se almacenan las sustancias
nutritivas como proteínas, carbohidratos y lípidos, necesarias para la respiración y
desarrollo del embrión (Kadam et al., 1989a; de la Cuadra, 1993, citado por
GOYOAGA, 2005). El haba tiene germinación hipogea, donde los cotiledones
permanecerán dentro de la testa y bajo el suelo con un corto hipocótilo, luego el
epicótilo se alarga y así aparece el primer par de hojas (Figura 1B).

2.4 Hábitos de crecimiento

El hábito de crecimiento puede ser indeterminado (meristema apical vegetativo)


variando según el genotipo, es decir, varia el grado de competencia entre ápices
8

vegetativos y flores, frutos y las ramas, por lo que se pueden observar diferentes
tamaños en las plantas, como también posiciones diferenciadas de los frutos en las
plantas. La mayoría de los cultivares tradicionalmente sembrados presentan hábito de
crecimiento indeterminado, mostrando flores y frutos al mismo tiempo, y en estados de
desarrollo diferenciados ampliamente (RUIZ, 2003).

Según MERA (1999), el hábito de crecimiento indeterminado en leguminosas,


especialmente su floración y llenado de grano a destiempo (progresivo), puede ser
desventajoso comparado con la floración sincronizada de los cereales, y podría ser
causal del bajo rendimiento promedio mundial.

También hay variedades totalmente de hábito determinado (meristema apical


reproductivo), que se caracterizan por presentar su floración concentrada en el tiempo
y sólo en el ápice de los tallos.

Recientemente se han desarrollado en España, nuevos cultivares para consumo


humano enfocados a la agroindustria en verde con hábito de crecimiento determinado,
presentando la ventaja de poder mecanizar y homogenizar la cosecha de vainas
(NADAL et al., 2004a), caracterizándose entre otras cosas porque estos cultivares
presentan una mayor tasa de fotosíntesis (RUIZ, 2003).

2.5 Variedades

Al ser las habas un cultivo parcialmente alógamo, las variedades comerciales


existentes hasta el momento en el mercado se consideran como “variedades
población”, existiendo variedades (pseudo)sintéticas en países de la Unión Europea
(todas de hábito de crecimiento indeterminado (NADAL et al., 2004a). La principal
característica de la arquitectura de leguminosas de grano más comunes es el hábito de
crecimiento indeterminado. Esto le confiere a las plantas la capacidad de prolongar su
crecimiento reproductivo, maximizando la producción de granos, ofreciendo también la
oportunidad de producir nuevos órganos vegetativos o reproductivos. Sin embargo este
patrón de crecimiento presenta una serie de desventajas. La competencia entre el
crecimiento vegetativo y reproductivo por asimilados puede llevar a índice de cosecha
bajos e inestables y también a bajos rendimientos de semillas. Además, desde el punto
de vista práctico, la maduración de las plantas con un hábito de crecimiento
indeterminado no es homogénea ni en el tiempo y tampoco en la arquitectura de la
9

planta, debido a la prolongada fase vegetativa. (AVILA et al., 2006). En Chile, las
mayoría de las variedades de haba cultivadas, son de hábito de crecimiento
indeterminado destacando; a) Tipo Blanca: semilla verde – café claro, vainas de 16-22
cm largo, con 4 a 6 granos, plantas de 75-80 cm altura. b) Tipo Morada: semilla
morada, vainas de 15-17 cm largo, con 4-6 granos, plantas de 70-75 cm altura. c) Tipo
Aguadulce: originaria de Sevilla, semilla verde pálido, vainas de 18-24 cm largo, con 5-
8 granos, plantas de 1,2-1,5 m altura. d) Tipo Muchamiel: originaria Valencia, vainas
15-20 cm largo, con 4-7 granos, plantas menos 1m de altura. e) Tipo Portuguesa-INIA:
Introducida de Portugal, semilla más tardía y pálida, vainas 10-15 cm largo, con 2-3
granos grandes, forma de dos a tres tallos basales (MERA, 1999). Nuevas variedades
de habas tipo determinado se han obtenido a partir del gen ti mutante, en el que se
sustituye el ápice por una inflorescencia terminal después de la producción de una
serie de nodos. Estos cultivares de crecimiento determinado presentan hábitos
diferentes, ya que son más pequeños, tienen menos nudos por tallo y desarrollan una
estructura de la cubierta diferente, produciendo un mayor número de ramas por planta,
desarrollándose ramas colaterales que son reproductivamente inferior al tallo principal,
y cuya formación puede reducirse mediante el aumento de la densidad de plantas, de
manera eficaz para sustituir por un mayor número de tallos principales y así mejorar el
rendimiento de semilla (Pilbeam et al., 1989 citado por LOPEZ-BELLIDO, 2005).

2.5.1 Variedades para la agroindustria. La variedad Portuguesa-INIA, reúne


requisitos para procesos de congelado y supera en calidad y rendimiento industrial a la
variedad Aguadulce que es una de las más utilizadas en el sector agroindustrial en
Chile (BASCUR, 1997). Las variedades antes descritas, a pesar de tener una calidad
difícil de superar y estar adaptadas perfectamente a las principales zonas de cultivo,
muestran el gran inconveniente de no poder ser cosechadas mecánicamente,
teniéndose que realizar dicha recolección a mano, con el importante incremento sobre
los costos de producción que es el gran limitante en el desarrollo del cultivo, por lo se
optó por crear variedades de crecimiento determinado, en el que la planta emite en su
ápice terminal una inflorescencia y cesa su crecimiento, facilitando la recolección y
aumentando su eficacia. El carácter de crecimiento determinado se obtuvo por el
método de mejora de retrocruzamiento, partiendo de un parental donante que fue el
10

que cedió el carácter de crecimiento determinado, se cruzó con el parental recurrente a


partir de variedades españolas de alta calidad organoléptica (NADAL et al., 2000). La
introducción del hábito de crecimiento determinado de las plantas, con el fin de poder
mecanizar la cosecha de haba verde, es un objetivo que actualmente está presente en
distintos programas de mejora (NADAL et al., 2004a). Es así como en España se han
desarrollado nuevos cultivares determinados para consumo humano: “Alargá”, “Retaca”
y “Verde Bonita”. Las tres de hábito de crecimiento determinado. De las tres
variedades, Retaca fue desarrollada específicamente para la industria del congelado,
siendo susceptible a Orobanche crenata F. A su vez Retaca es resistente a altas tasas
de glifosato que controlan esta maleza (Nadal, 2001 citado por NADAL et al., 2004).

2.6 Requerimientos eco-fisiológicos

A continuación se describen algunos componentes eco-fisiológicos importantes para


Vicia faba L.

2.6.1 Temperatura. Las habas se desarrollan mejor en climas mediterráneos que en


climas continentales (NADAL et al., 2004) y se consideran un cultivo resistente a las
heladas, soportando temperaturas de -3°C a -4°C. El cultivo tiene una temperatura
base cercana a 5°C lo que le permite crecer en periodos donde el déficit de presión de
vapor es bajo, lo cual le confiere durante esos periodos una elevada eficiencia en el
uso del agua (CONFALONE, 2008), y responde al fotoperiodo, siendo un cultivo de día
largo, que no requiere vernalización (Duc, 1997 citado por NADAL et al., 2004a).
FAIGUENBAUM (2003) señala que la temperatura mínima de germinación para el
cultivo de habas es de 3°C, indicando también que en general el tiempo promedio de
emergencia es entre 25 a 30 días.

2.6.2 Maduración e IAF. Durante la floración, el haba se adapta bien a temperaturas


promedio de 12°C. Bajo condiciones óptimas el periodo de llenado de grano en
leguminosas es de 43 a 63 días y la duración del ciclo completo del haba varía entre
124 y 128 días (Agung y McDonald 1998, citado por CONFALONE, 2008). Los mismos
autores indican que el tiempo a floración para habas fluctúa entre 70 y 85 días después
11

de siembra. Filek (1990), citado por FAIGUENBAUM (2003), señala que durante las
etapas entre término de floración y madurez de vainas, la horas luz y calidad de luz
solar son determinantes al momento de la formación de vainas y llenado de grano.

El índice de área foliar (IAF) crítico (aquel al que se intercepta el 95% de la radiación
fotosintéticamente activa) de las habas es mayor que para otras leguminosas de grano,
y más cercano al del trigo debido a que las hojas son más erectas (Minguez et al.,
1993 citado por CONFALONE, 2008).

2.6.3 Coeficiente Fototermal. Se define según FISCHER (1984), como la relación


entre la radiación incidente media diaria y la temperatura media diaria por encima de la
temperatura base en centígrados, medida según la siguiente realción: Q=R/T, donde Q
es el cociente fototermal medido en MJ (m-2dia-1°C-1), donde R es radiación solar media
medida MJ(m-2 dia-1), y T es temperatura media del periodo menos la T° base del
cultivo. Para el caso del haba, la temperatura base usada fue 5°C.

Analizando el coeficiente fototermal se puede hacer la relación radiación/temperatura


para cada momento, por lo que si en el tiempo baja el valor del coeficiente fototermal,
significará que la temperatura cada vez se hace más importante, relacionándolo con
los resultados de productividad y materia seca total en la tres fechas de siembra.

2.6.4 Suelos. En general las habas prefieren suelos arcillo-limosos, bien drenados y
con buena estructura, prefieren pH más bien neutros aunque se adaptan a amplios
rangos (5,8 – 9,0). También se adaptan a suelos franco-arenosos, especialmente en
suelos con alta pluviometría (Domínguez, 1984; Maroto, 1989 citado por NADAL,
2004a).

2.6.5 Riego. El haba se considera la leguminosa más sensible a la falta de agua,


específicamente durante floración y llenado de grano (MERA, 1999).

Generalmente el riego se realiza por surco, para evitar un contacto directo con las base
de la planta, recomendándose regar por bordes. Según MERA (1999), las habas no
12

deben regarse en exceso, ya que en general las raíces de las leguminosas no toleran
la falta de aire. Ridao et al. (1996) citado por RUIZ (2003), señalan que el déficit hídrico
en habas produce un cambio en el ángulo foliar, provocando un cambio en la PAR
(radiación fotosintéticamente activa) interceptada y los coeficientes de extinción. Con
estrés hídrico se adelanta la senescencia, las raíces de las habas sufren cambios
adaptativos, se incrementan los abortos florales y disminuye la fijación simbiótica de
nitrógeno (RUIZ, 2003). Las mayores reducciones de rendimiento en habas se asocian
a deficiencias hídricas que ocurren a la siembra y en las etapas en que se definen los
componentes del rendimiento (SATORRE et al., 2003).

2.6.6 Fertilización. En haba, la fertilización nitrogenada es baja. Al ser una


leguminosa, basta una aplicación base al momento de la siembra de 20-30 kg ha-1, y
una segunda a inicios de floración con las misma cantidad inicial (SQM, 2001). Sin
embargo MERA (1999), señala que para leguminosas, la fertilización nitrogenada no se
justifica. También agrega que las plantas deficientes en P (fósforo) disminuyen
drásticamente su crecimiento y manifiestan clorosis moteada en hojas viejas. En
cuanto a deficiencia de K (potasio), las plantas presentan oscurecimiento de la
pigmentación y disminución del crecimiento.

2.7 Plagas y enfermedades. Las plagas más comunes observadas en Chile son la
larva minadora de hojas (Liriomyza huidobrensis), la cuncunilla de la vaina (Rachiplusia
nu) que afecta la vaina dañando el grano en siembras tardías. También se ha
observado el ataque del pilme (Epicauta pilme) de la papa en cultivos de haba (MERA,
1999).

Respecto a las enfermedades, DOUSSOULIN (2010), observó en Valdivia en habas


determinadas, mancha chocolate (Botrytis fabae y Botrytis cinerea) y roya del haba
(Uromyces viciae-fabae). En dicho estudio demostró que fechas de siembra más
tempranas evidenciaron menor incidencia de patógenos, a su vez la fecha de siembra
más tardía evidenció mayor incidencia de las enfermedades descritas. MERA (1999)
señala que mildiú (Pernospora sp) y oídio (Erisyphe sp) también pueden atacar a V.
faba.
13

2.8 Fecha de siembra

V. faba requiere temperaturas frescas para su óptimo desarrollo, adaptándose mejor a


climas templados frescos. Según MERA (1999), la siembra de habas debe efectuarse
en una época que permita el desarrollo del cultivo con temperaturas moderadas,
proponiendo otoño para la zona centro de Chile y fines de invierno para la zona sur del
país. LOSS y SIDDIQUE (1997), consideran que el haba es un cultivo de estación fría
que puede ser atractiva para los agricultores ya que puede alcanzar altos rendimientos
en condiciones de secano, siendo una especie muy plástica y adaptable a diferentes
fechas de siembra. Por otra parte CONFALONE (2008), recomienda realizar siembras
tempranas, las cuales obtendrían mejores rendimientos en grano respecto a las
tardías. A su vez una floración temprana produce más materia seca, ya que el cultivo
tiene más tiempo para interceptar radiación solar alcanzando tasas de crecimiento
mayores (Nachi y LeGuen, 1996 citado por CONFALONE, 2008). Experimentos
realizados en Valdivia por KRARUP (1983), en habas indeterminadas demuestran que
atrasos en la fecha de siembra se expresan en disminución de rendimientos en materia
verde, materia seca y granos, señalando que la época de siembra para habas en la
Provincia de Valdivia se podría iniciar en julio, no debiendo extenderse más allá de
mediados de septiembre. FAIGUENBAUM (2003), coincide con KRARUP (1983),
proponiendo para las Regiones IX y X, siembras desde fines de julio hasta la segunda
quincena de septiembre. Todos los autores citados coinciden que atrasos en la fecha
de siembra afectan disminuyendo el crecimiento de la planta, el número de vainas por
planta y el peso de granos.

Ensayos establecidos en España demuestran que, en invierno las temperaturas suelen


ser subóptimas para el crecimiento del cultivo. Además la presencia de heladas,
especialmente durante la floración, puede causar daños irreversibles (Saxena et al.,
1981 citado por CONFALONE, 2008).

2.9 Criterio de cosecha

En Chile, el momento óptimo de cosecha para fresco se determina en base a


inspecciones visuales, considerando el tamaño de las vainas, el tamaño y apariencia
de los granos, y en menor medida el número de vainas aptas para la cosecha. A nivel
14

de campo la manera más fácil de determinar el momento de cosecha es observando la


coloración del hilum, éste comienza a perder el verdor, el funículo se desprende del
grano con facilidad. A mayor amarillez del funículo, más oscuro será el color del hilum y
mayor será la dureza del grano. Durante la cosecha, la presencia de granos con hilum
café claro deberá ser mínima para garantizar una calidad de interés, ya que esos
granos presentaran mayor contenido de almidón menor humedad y muy bajo dulzor
(FAIGUENBAUM, 2003). Otra forma de evidenciar el grado de madurez utilizado es el
contenido hídrico de los granos, sin embargo para habas no está probado.

En habas indeterminadas, la madurez se evidencia por el grado de humedad (SICA,


2009), existiendo desigualdad en la madurez de tallos de una misma planta,
determinando que en cultivos para el mercado fresco se realicen dos cosechas. En
habas indeterminadas destinadas para la industria de los congelados, los cultivos se
cosechan de una sola vez, obteniéndose un producto muy desuniforme, lo implica una
calibración de acuerdo a su tamaño. En habas determinadas al momento de cosecha
se obtiene un producto muy uniforme y el criterio de cosecha utilizado es el método
visual, determinado por el color verde del hilum (SICA, 2009). Sólo las variedades de
grano verde pálido sirven para congelados, ya que las de color verde, más intenso
cambian su coloración a verde más oscuro y gris durante el procesamiento y
congelado (MERA, 1999). Si se están comercializando habas frescas, un color verde
intenso de la vaina señala el punto de cosecha (SICA, 2009). Otro aspecto visual se ve
a través del color del hilum ya que cambia de color verde a beige, el cual se va
oscureciendo a medida que avanza en madurez el cultivo. Paralelo a esto, los funículos
comienzan a perder su color verde poniéndose cada vez más amarillos. A mayor
amarillez del funículo, más oscuro será el color del hilum y mayor será la dureza del
grano.

2.9.1 Lectura tenderométrica. Para medir el momento óptimo de cosecha se puede


utilizar lectura tenderométrica, considerándose rangos normales para granos con
destino a la industria del congelado, lecturas entre 100 para granos más tiernos y 120
para granos menos tiernos. Por otra parte FAIGUENBAUM (2003) señala que en la
agroindustria nacional, solo se utilizan índices visuales y dependiendo del nivel del
mercado al que se quiere acceder se utiliza lectura tenderométrica, utilizando valores
15

entre 140 y 145 para habas congeladas, con una mínima tenderometría para cosechar
en Chile de 120.

2.9.2 Tamaño de la vaina. Ensayos realizados por BASCUR (1997) demuestran que
la variedad Portuguesa INIA presenta vainas de 14 cm, característica que la distingue
de la mayoría de las otras variedades cuyo largo es 20 cm. Considerando que las
variedades determinadas: Alargá, Retaca y Verde Bonita tienen la característica
“baby”, presentan un tamaño de vaina inferior a la de las variedades comercializadas
típicamente en Chile, presentan vainas erguidas e insertas en los nudos superiores.
FAIGUENBAUM (2003) señala que en las variedades indeterminada Aguadulce e
Histal, se obtienen mayores rendimientos promedio, presentando a su vez vainas de
mayor tamaño, pero misma cantidad de granos por vaina que una variedad
determinada. Esta característica es muy importante cuando la producción será
comercializada en vaina verde debido a que el mercado consumidor prefiere un
producto con vaina larga; sin embargo para uso agroindustrial esta característica no es
relevante (BASCUR,1997).

2.9.3 Sólidos Insolubles al Alcohol. Los Sólidos Insolubles al Alcohol (AIS) son
almidón, hemicelulosa, fibra y proteína, en el caso del maíz para congelado no debe
exceder de 27% (LUCHSINGER y CAMILO, 2008). Par las habas el uso de este
método es más complicado debido a que la testa del haba es más gruesa por lo que el
contenido del material que está influyendo en el alcohol es sobrestimado y eso afecta
la metodología. Distinto es el caso de la arveja o del maíz, de estos últimos dos cultivos
hay mucha información sobre AIS, pero en habas determinadas no se han hecho
estudios1. BASCUR (1997), señala para la variedad Aguadulce y Portuguesa INIA 13° y
14° Brix respectivamente, destacando que lecturas mayores a 12° Brix serían
adecuadas para la industria del congelado marcando diferencias en el grado de dulzor.

2.9.4 Desuniformidad de calidad en la industria de los congelados. Los cultivares,


tanto para congelado como para mercado en fresco, sembrados tradicionalmente en

1
FIGUEROLA, F. 2010. Comunicación personal. Instituto de Ciencias y Tecnología de los Alimentos.
Universidad Austral de Chile.
16

Chile, pertenecen a la variedad botánica major y dentro de ella, los más utilizados son
los correspondientes al tipo Aguadulce, Portuguesa, Luz de Otoño, Histal, y Super
Aguadulce; estas últimas tres variedades nombradas presentan doble propósito
pudiendo servir tanto para fresco como para congelado, el destino de cada variedad
dependerá exclusivamente del tamaño del grano. En el caso de la producción para la
industria de congelados se realiza una sola cosecha, lo que genera problemas para
determinar el momento óptimo de corte (NADAL et al., 2005). Al realizar la cosecha de
una sola vez se desfavorece además, la calidad del producto, ya que de esta forma se
obtienen granos inmaduros y sobre maduros junto a granos de óptima calidad. Según
FAIGUENBAUM (2003), los mayores problemas de calidad se manifiestan a través de
granos que se presentan harinosos, sin dulzor y con una testa excesivamente
engrosada.

2.10 Componentes del rendimiento

Los componentes del rendimiento que destacan por sobre los demás son el número de
vainas por planta y el número de vainas por unidad de superficie (Cubero et al., 1981;
Kambal, 1969 citados por NADAL et al., 2004), mientras que el número de semillas por
vaina y el tamaño medio del grano son menos importantes según NADAL et al. (2004).

Finalmente se estima que es el número de granos por planta el que promueve la


principal fuente de variación en el rendimiento, a pesar de que en condiciones muy
favorables se llega a producir un exceso de granos, pero también abortos.

Algunos autores proponen que los cultivares indeterminados alcanzan mayores


rendimientos debido a que el tallo principal contribuye a más del 65% del peso en
grano producido, mientras que en las variedades de hábito determinado, el valor se
aproxima a 50%. El bajo rendimiento en las variedades determinadas se debería al
mayor número de tallos hijos y por lo tanto mayor competencia por los asimilados,
donde muchos de los tallos hijos son estériles, provocando muchos abortos florales por
lo que el número de semillas finales es menor y por ende el tallo principal alcanza un
menor peso (NADAL et al., 2004). Las habas presentarían una correlación positiva
entre las variables producción y contenido proteico, difiriendo con cereales y otras
leguminosas, las cuales presentarían correlación negativa (Griffiths y Lawes, 1978
citado por NADAL et al., 2004).
17

2.11 Requerimientos de la Industria

La agroindustria requiere abastecimiento continuo y uniforme, por lo que se requiere


una planificación en la cosecha, contemplando el uso de variedades y épocas de
siembra (MERA, 1999).

Las mejores vainas son de tamaño mediano, gruesas, crocantes, de color verde
intenso y brillante; las habas dentro de ellas deben tener un desarrollo uniforme y
posición vertical o lo más paralela al tallo (apuntando hacia arriba). Un ligero
desvanecimiento de color en la vaina no se considera un defecto. Las vainas
demasiado grandes cuyos granos presentan amarillamiento serán desechadas (SICA,
2009).

En Chile, la producción de habas se ha situado en las últimas temporadas en alrededor


de 20.000 toneladas métricas, destinándose la mayoría al mercado doméstico y para
estado fresco. Según THE NIELSEN COMPANY (2009), en el mercado de las
hortalizas congeladas, las habas destacan como la cuarta hortaliza más vendida en
Chile, dentro de las principales destacan choclo dulce, arvejas, porotos y habas.

Entre un 5 y un 10% de las habas se destinan a exportación de productos congelados,


tratándose fundamentalmente de variedades de granos de gran calibre (FIA, 2009).

2.11.1 Ideotipo de planta para la industria y consumo fresco. Según NADAL et al.,
(2000), la arquitectura de la planta, la altura de inserción de la primera vaina, la altura
total de las plantas y inserción de la vaina en la planta lo más erecta posible y cercana
al tallo, son las características buscadas en los cultivares de crecimiento determinado
para ser cosechados mecánicamente. Por otra parte estas variedades determinadas de
grano verde, cumplen con características tales como granos homogéneos en toda la
planta, con potenciales atributos de calidad.
18

2.11.2 Calidad del producto. La calidad del grano, específicamente en cuanto a


palatabilidad y color, dependerá de la fecha en que el cultivo sea sembrado.
Temperaturas máximas de 18°C en etapa de llenado de grano, favorecen el desarrollo
del cultivo de forma homogénea. Por otra parte temperaturas superiores a 20°C
durante la etapa de llenado gano, acompañado de déficit hídrico favorecen una rápida
acumulación de almidón pero también endurecimiento de los cotiledones y tegumentos
seminales, provocando una baja calidad del grano y desuniformidad en el color,
afectando finalmente a la agroindustria en el caso de que se hubiera querido para
fresco (Bianco, 1990 citado por FAIGUENBAUM, 2003). Es por eso que de acuerdo a
la fecha en que se siembre el cultivo, se puede estimar la época y las temperaturas
que coincidirán con las diferentes etapas del desarrollo del cultivo. Por lo anterior,
siembras más tempranas pueden atrasar más la etapa de floración pero tendrán
temperaturas más adecuadas en etapas delicadas del cultivo, como floración y llenado
de grano.
19

3 MATERIAL Y METODO

3.1 Descripción del ensayo

A continuación se describen las condiciones en las que se desarrolló el ensayo.

3.1.1 Caracterización agroecológica del sitio de ensayo. El presente estudio se


realizó durante la temporada 2009/2010 en la Estación Experimental Santa
Rosa, propiedad de la Universidad Austral de Chile (Valdivia, Chile), ubicada a
9 km de la ciudad de Valdivia, latitud 39º 45’ Sur y longitud 73º 14’ Oeste, 19
m.s.n.m. El suelo (un Trumao), posee una textura franco limosa, con un alto
contenido de materia orgánica en el horizonte superficial (13-25%) y una
densidad aparente de 0,7- 0,5 g cm-3. Esto significa que posee una gran
porosidad, 65 a 75%, con una cantidad de poros de agua útil para las plantas
entre 10 y 25% (McDONALD, 1987), lo que junto a los poros de drenaje rápido
(PDR) le confiere excelentes condiciones para el drenaje.

3.1.2 Definición de material vegetal. Para el ensayo se utilizaron tres cultivares de


Vicia faba L. var. major de hábito de crecimiento determinado: Alargá, Retaca y
Verde Bonita, introducidas al país por convenio entre investigadores de la
Universidad de Chile y el Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA)
de Córdoba, España. Las variedades no están disponibles en el mercado
chileno.

3.1.3 Definición de fechas de siembra. Se realizaron 3 fechas de siembra, los días


07 de agosto (FI), 01 de septiembre (FII), 22 septiembre (FIII) todas del año
2009, asociados a variabilidades marginales de temperatura y radiación.
20

3.1.4 Definición de densidades de siembra. Para el ensayo se utilizaron 3


densidades de siembra: 20, 30 y 40 plantas m-2.

3.1.5 Parcelas de ensayo. Los ensayos fueron llevados a cabo en bloques de 7 x 10


(parcelas), en 3 repeticiones.

FIGURA 2 Disposición del experimento.

3.1.6 Definición de variables registradas y medidas. Durante el ensayo se registró,


fenología desde emergencia hasta cosecha, utilizando los 9 estadios fenológicos de
desarrollo del haba, codificados según MEIER (2001). Además, en tres momentos del
ciclo de cultivo se hicieron muestreos destructivos de biomasa (B1, B2 y B3) los cuales
fueron complementados por mediciones de campo de altura de plantas en fechas
21

intermedias de biomasas. Los estadios de corte y/o toma de muestras de los


muestreos se describen a continuación:

 Biomasa 1 (B1): Las plantas presentaban entre 3 a 5 hojas verdaderas.

 Biomasa 2 (B2): Estado de plena floración (entendido como al menos 50% de


las plantas florecidas, independiente del número de ellas)

 Biomasa 3 (B3): Cosecha determinada por inspección visual, considerando


para ello el momento en que el hilum del grano estuvieron
color verde opaco.

En cada muestreo de biomasa se determinó: largo de entrenudos, ancho de


entrenudos, área foliar, altura de aparición de primer nudo reproductivo, materia seca
(MS) de cada órgano de la planta (tallo, hojas, estructura reproductiva, vainas, granos),
número de vainas por planta, granos por vainas y peso de grano, los que después
fueron transformados a unidad de superficie de suelo (m2).

Para calcular el índice de área foliar (IAF) se utilizó un areafoliómetro (LI 3100, Licor
Inc., Lincoln NE, USA). Las muestras de MS (separados en tallos, hojas y/o estructuras
reproductivas) se pesaron luego de ser llevadas a estufa de secado durante 48 hrs a
85 °C hasta peso constante.

3.2 Diseño experimental

Correspondió a un diseño factorial en parcelas divididas con 3 factores principales


(fecha, variedad, densidad) y 3 subniveles para cada uno, (Figura 2). La unidad
experimental de este ensayo fue 1 metro lineal con un α =0,05, dejando hileras borde
para evitar este mismo efecto.
22

3.3 Análisis estadístico

Para realizar el análisis estadístico, se utilizó el programa Statgraphics Plus 5.1 y un


ANDEVA tri-factorial con 95% confianza. Una vez comprobada la normalidad de los
datos, y en el caso de resultar diferencias significativas entre los componentes, se
realizó el Test de comparaciones múltiples de Tukey. Cuando los resultados hallados
fueron no paramétricos, se utilizó el test de Kruskal-Wallis para el mismo nivel de
confianza.
23

4 PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

Al realizar el ANDEVA trifactorial, los resultados no mostraron interacción significativa


para variedad y densidad (p≤0,05), pero si para fecha de siembra, por lo cual los datos
mostrados corresponden al promedio de los subniveles densidad y variedad.

Además se menciona que a consecuencia de que el momento de cosecha fue


calculado en base a un índice visual (Punto 3.1.6), se podría cometer un error por la
alta probabilidad de que los cultivos no se hallen exactamente en las mismas
condiciones entre las tres fechas estudiadas al momento de la cosecha, cambiando
con esto la cuantificación de diferentes factores medioambientales que pueden ayudar
a entender los resultados. Por lo anterior, los datos mostrados a continuación
corresponden a una corrección en los días para término del ciclo de interés
agronómico, con un criterio de Índice de Cosecha en verde (ICf) igual a 0,20, tomado
en forma lineal desde el momento de la floración hasta la recolección (Anexo 1).

4.1 Clima

Las condiciones climáticas durante el periodo de ensayo se describen en el Cuadro 1.

CUADRO 1. Temperaturas y precipitaciones medias mensuales registradas en


la Estación Experimental Santa Rosa ubicada en Valdivia.

Temperaturas (°C) - 2009/2010

Media Media Promedio Precipitación


máxima mínima Mensual acumulada (mm)

Agosto 13,48 4,27 9,18 508,8

Septiembre 13,64 4,27 8,23 113,5

Octubre 13,6 6,48 9,79 217,2

Noviembre 13,16 6,63 10,23 158,7

Diciembre 16,98 10,4 13,44 126,4

Enero 20,24 8,97 15,16 42,7


24

4.2 Eficiencia en el uso de radiación según fecha de siembra y fenología

La información climática se obtuvo de la Estación Meteorológica Santa Rosa


perteneciente a la Universidad Austral de Chile, ubicada en el Campo Experimental
Santa Rosa. La Figura 3 muestra los datos de Temperatura media (T°C), Radiación
(MJ m-2 d-1), y Precipitación acumulada (mm) desde agosto 2009 (comienzo siembra)
hasta febrero 2010 (considerando en enero la cosecha final) en función a los meses y
Días Después de la Siembra (DDS). La pluviometría media de agosto y septiembre
2009 fue de 508 y 113,5 mm respectivamente, considerándose como muy lluviosa
respecto a la medio mensual histórica, lo que se traduce en descartar cualquier
problema de emergencia por falta de humedad. Esta situación no produjo potenciales
anegamientos en el suelo debido a la buena permeabilidad de los suelos trumaos
(McDONALD ,1987), en donde se llevó a cabo el ensayo.

35 Ago | Sept | Oct | Nov | Dic | Ene | Feb 1400

T° media

Precipitación acumulada (mm)


30 1200
Radiacion (MJ m d ) - °C (°T)

Rad
Pluv. Acum
25 1000
-1

20 800
-2

15 600

10 Flor F III 400


Flor F II
SIEMBRA FIII
Flor F I
5 200
SIEMBRA FII
2009 2010
0 0
0 30 60 90 120 150 180 210
SIEMBRA FI DDS (relación para la primera fecha de siembra)

FIGURA 3 Climodiagrama de días después de siembra (DDS) desde Agosto


2009 a la cosecha realizada en Enero 2010. Referencias climáticas en
base a la FI de siembra. Se observan fechas de siembra y floración
de los ensayos.
25

Las respuestas del rendimiento y sus componentes, IAF y altura de plantas para el
cultivo de habas de crecimiento determinado está influenciado por el medio ambiente.
Durante el desarrollo fenológico los cultivos no tuvieron necesidad de riego,
observándose valores medios mensuales adecuados (ver Cuadro 1). Este factor
ayudaría a asegurar la producción pero no depende solo de él. McEwen et al., (1981;
citado por LOPEZ-BELLIDO, 2005) argumentan que el cultivo de habas en condiciones
de secano, el factor ambiental más influyente sería la lluvia desde la floración hasta la
cosecha, o las reservas de agua del suelo durante ese período. Además de la
pluviometría durante el periodo del cultivo, en las 3 fechas de siembra del ensayo la
temperatura, la cantidad y calidad de radiación fueron aumentando (ver Figura 3) estos
factores en su magnitud fueron determinantes en los resultados de productividad de
cada fecha (FI, FII y FIII).

Considerando lo anterior LOPEZ-BELLIDO (2005), asegura que las habas sembradas


en invierno (como las de éste estudio) y dadas las condiciones óptimas de cultivo, el
efecto de la plasticidad de Vicia faba es más evidente, obteniéndose máximo
rendimiento de grano. De todas las leguminosas, las habas serian las más eficientes
en captar radiación debido a la forma alargada de sus hojas. Por otra parte, la
arquitectura de las habas determinadas permitirían interceptar mayor radiación, en
comparación a las de crecimiento indeterminado, pese a eso producen menos biomasa
que cultivares indeterminados (STUTZEL y AUFHAMMER, 1991). Para comparar lo
anterior, se cita el trabajo de KRARUP (1983), en donde realizó un ensayo en Valdivia
con variedades indeterminadas, con 6 fechas de siembra (desde 30 julio hasta 15
octubre). Los resultados señalaron que a medida que se retrasó la fecha de siembra,
se redujeron los rendimientos en materia verde, materia seca y en grano. Comparando
con éste ensayo los resultados en materia seca para las variedades determinadas
fueron menores a los de KRARUP (1983). Esto es lógico, debido a que las variedades
determinadas tienen menor altura, acortamiento de entrenudos y por ende menor
cantidad de hojas. LOPEZ BELLIDO (2005) destaca que para siembras de otoño en
condiciones mediterráneas, y con más de 600 mm de lluvia en la temporada de cultivo,
la producción de biomasa final es mayor y no se ve afectada por la densidad de
plantas. Con fechas de siembra más tardías, los valores de biomasa serían menores.
Tonev (1995) citado por LOPEZ-BELLIDO (2005), informa que las condiciones
26

ambientales (temperatura máximas diarias y precipitaciones), condicionan la respuesta


rendimiento para cada año.

4.2.1 Desarrollo fenológico de las variedades estudiadas según fechas. En el


Cuadro 2 se muestra la duración en días después de la siembra (DDS) y en grados día
acumulado (GDA) después de la siembra para cada etapa de desarrollo: Emergencia,
3 a 5 hojas verdaderas, inicio floración (50% de las plantas con al menos una flor
abierta) y cosecha determinado por el color del hilum en verde opaco. Como las
cosechas fueron por criterio visual, se debió hacer una corrección en función al índice
de cosecha en verde (Anexo 1). De ésta forma se consideró que la cantidad de materia
en verde se produjo en tantos días desde floración a cosecha. Con estos datos se
interpretó proporcional y directamente la ganancia de peso del grano para cada día
hasta alcanzar un valor de 0,2 o 20%. Con éste arreglo, las fechas pudieron ser
comparadas, lo cual generó aumentos y disminuciones de días para las fechas I, II, III
en la producción (cosecha).

CUADRO 2 Desarrollo fenológico de las tres variedades, medido en días


después de la siembra (DDS) y grado días acumulado (GDA5) para
cada fecha de siembra (Datos corregidos para ICf = 0,20)

Fecha Días después de la siembra (DDS) / Grados día Diferen-


siembra a cial días
acumulados (GDA)
estado floración a
desarrollo Emergencia Estado 50% Cosecha cosecha
3 – 5 hojas Floración
07/08 (FI) 20 84,6 56 215,1 77 308,3 154 833,0 77
01/09 (FII) 19 50,7 55 209,7 84 357,4 132 748,7 48
22/09 (FIII) 21 93,5 54 243,1 75 382,4 123 817,0 48

El número de días y las unidades calóricas requeridas por los cultivares para alcanzar
distintos estados de desarrollo, fue medido para las tres fechas, observándose 20, 19 y
21 días para FI (07/08), FII (01/09) y FIII (22/09), respectivamente desde la siembra a
la emergencia no presentándose diferencias entre los días. Estos valores son
concordantes con lo reportado por KRARUP (1983), para habas indeterminadas en la
27

zona cuando hizo ensayos para 6 fechas de siembra entre el 30/7 y 15/10, notando
una disminución de 34 (fecha 1) a 16 días (fecha 6), asociada probablemente a las
temperaturas medias en ascenso para los diferentes momentos. AGUNG Y MC
DONALD (1998), también reportaron tiempos de siembra a emergencia de 17 a 20
días para diversos cultivares de haba (determinados e indeterminados) en Australia, lo
cual hace pensar que en general, estos valores son inherentes al genoma, más que al
ambiente.

Para el tiempo térmico o grados día acumulados (GDA), las diferencias presentadas
durante todo el ciclo del cultivo fueron contrastantes entre las fechas, siendo la FII la
que presentó menores GDA al momento de cosecha. Esto puede deberse a que los
primeros 6 DDS hubo heladas (temperaturas < 0°C) afectando el desarrollo del ciclo.
Para el siguiente estado fenológico, AGUNG Y MC DONALD (1998), mencionan que la
aparición de la primera flor debiera ser entre los 70 y 85 días después de la siembra, lo
que coincide plenamente con los datos aquí presentados. KRARUP (1983), también
menciona que los DDS a floración van en un rango de 77 a 50, siendo los más largos
para las primeras fechas de siembra, aunque en su trabajo no se menciona cuál fue el
criterio para establecer la floración plena, lo que puede generar un desfase probable de
unos 10 días. En el presente trabajo, la FII fue la que presentó mayor cantidad de días
para completar el estado de 50% floración entre las fechas, aunque según lo citado
anteriormente este resultado a pesar de ser más extendido que los de la FI y FIII,
estaría dentro de lo normal para estos cultivares.

Aunque no se estudió el porcentaje de cuaje y número de flores en el período de


floración o inmediatamente después del mismo, los resultados posteriores (vainas m-2)
inducirían a pensar que este momento sería crucial para la determinación de la
magnitud del rendimiento.

Al comparar las distintas fechas de siembra (Cuadro 2), se observa que se redujo el
ciclo de desarrollo en aproximadamente un mes (siembra-cosecha) entre la primera y
tercera fecha de siembra. En este sentido se ha indicado que la evaluación de
precocidad medida en números de días es un parámetro poco preciso
(FAIGUENBAUM, 1986), debido a que las condiciones climatológicas son diferentes en
los distintos lugares en donde se reportan los estudios. Esto fue descrito por WANG
(1960), quien además agregó que las plantas pueden responder en forma diferente al
28

mismo factor ambiental en los distintos períodos del desarrollo, y que la exigencia de la
suma térmica (Grados Día Acumulados, GDA, calculado como la suma de las
temperaturas medias diarias por encima de una determinada temperatura basal, aquí
considerada como 5ºC) es constante, únicamente para aquella amplitud en la cual
existe linealidad entre el desarrollo relativo y la TºC. Esto quiere decir, que en los
diferentes lugares donde se llevan a cabo los ensayos, tienen características propias
relacionadas con la latitud, altura y otros hitos geográficos que promueven variaciones
en la captación energética solar, la que presenta un componente lumínico y térmico
que deriva en el potencial de acumulación de tiempo térmico. Al comprar el tiempo
térmico (GDA5) de estos cultivares a la cosecha, se observa que las fechas más largas
obtuvieron un valor de 833 GDA (F-I), lo cual fue un 11,2 y 1,9% mayor para las fechas
II y III respectivamente, lo cual puede ser comparados con los datos aportados
FAINGUENBAUM (1999), quien determinó un valor de 895 unidades de calor para el
período de siembra a cosecha, y por BRIONES (2009), para Retaca y Verde Bonita en
la VI región del País con valores en torno a 730 GDA, aunque se debe tener en
consideración que los datos mostrados en el Cuadro 2, están corregidos para lograr la
comparación entre fechas de cultivos. Los datos no corregidos mostraron valores de
754, 795 y 923 ºGDA para las fechas I, II y III, respectivamente (datos tabulados no
mostrados), pero se debe considerar que BRIONES (2009), utilizó como criterio de
cosecha un tamaño “superbaby” de grano, esto es un máximo de 12 mm de largo. Al
observarse entonces, un promedio de 824 ºGDA, es muy probable que con 10 a 12
días menos los datos cuadrasen en mayor cuantía. Otros autores han mencionado
valores de 2317 y 2580 GDA para los ciclos completos en base 0 (MWANAMWENGE
et. al, 1999; citado por CONFALONE, 2008), lo que si se compara con los datos aquí
obtenidos, muestran valores bastante mayores cuando el tiempo térmico es utilizado
sin base (1472, 1379 y 1494 GDA, para FI, II y III, respectivamente: datos no
mostrados y descritos sólo para este cotejo), lo que supone un fuerte efecto del
genotipo. De todas formas, la variabilidad de los datos de las unidades de calor
corregidas para ICf = 0,20, induce a pensar que pese que la metodología térmica es
una buena herramienta, podría ser necesario otro componente para un cálculo más
fino. Los datos ofrecidos por la literatura, sugieren el uso combinado de esta
29

información con la variante energética radiativa para una mejor predicción de las
etapas fenológicas (FISCHER, 1984).

En términos generales, el presente estudio coincidió con lo descrito por STÜTZEL y


AUFHAMMER (1992); KRARUP (1983); LOPEZ-BELLIDO (2005), y varios otros, en
que con siembras tardías se acorta el tiempo de las diferentes etapas fenológicas
hasta el término del ciclo del cultivo, lo que también es descrito por CONFALONE et
al.(2010), en cultivos de habas de siembra de otoño-invierno hasta otros de primavera.

Integrando los datos de todos los autores antes mencionados, se propone que los
ciclos del cultivo se alargan a medida que la radiación marginal diaria (diferencial o
incremento medio diario térmico o radiativo por cada día de avance en el período:
Tºdía(n+1)-Tºdía(n)) sea en algún momento de algún estado fenológico, negativa, vale
decir, lo que ocurriría con días de siembra previos al solsticio de invierno, o siembras
cuando la radiación o temperatura aumenta tasa decreciente cerca del solsticio de
verano, lo que corresponde a días después de equinoccio de primavera. Esto queda en
evidencia en el trabajo de CONFALONE et al (2010), en Lugo (Galicia), donde la
primera de sus fechas de siembra (otoño) fue la más largas con 209 días, pero no fue
la más productiva, mientras que la siembra intermedia (3ra fecha), tuvo una duración de
124 días, mostrando finalmente las producciones más altas (y mayor IAF), incluso con
respecto a su 5ta y última fecha de evaluación, la que duró sólo 87 días, mostrando la
menor producción y el menor IAF de todas las fechas. Las fechas 4 y 5 de
CONFALONE et al (2010), presentarían menos productividad, ya que se habrían
desarrollado en momentos donde el incremento diario marginal energético crece a tasa
decreciente, y/ó la fisiología de la planta es menos tolerante a las condiciones
particulares del ambiente (DUC, 1997). Esta información, de ser correcta, induciría a
pensar que la fecha de siembra con mayor rendimiento, teóricamente debería ser en
torno al solsticio de invierno para las habas, para un logro mayor de vainas m-2, y un
mayor potencial de asimilados para removilizar a la vaina, lo cual habría sido el
componente de mayor importancia debido a la cuantía de su diferencia entre fechas,
para los componentes del rendimiento.

En el ensayo de la presente investigación, esta hipótesis acerca del momento más


oportuno para maximizar la productividad, no puede ser corroborada, pues ninguna de
las fechas de siembra coincide con antes o después de algún solsticio, pero si se
30

observa la tendencia similar entre ellos con un aumento de materia seca e IAF con
siembras más tempranas, tal como lo demostraran los autores españoles.

4.3 Biomasas para las fechas de siembra

4.3.1 Materia fresca. En la Figura 4, se puede observar que al final del cultivo, el peso
fresco del tallo (PFt) obtuvo el mayor resultado en la FI, demostrando diferencias
significativas respecto a FII y FIII, las cuales no mostraron diferencias entre ellas. Por
su parte, el peso fresco de las hojas (PFh) y el peso fresco de las paredes de las
vainas (PFv) si se diferenciaron estadísticamente en las tres fechas.

8,0 PFt PFh PFv PFg


7,0
1,3 a
Peso fresco (kg m-2)

6,0

5,0 1,1 b

3,4 a 1,0 c
4,0

3,0 2,6 b
2,1 c
2,0 1,0 a
0,7 b
0,6 c
1,0
1,4 a
1,1 b 0,9 b
0,0
FI F II F III

Fechas de siembra
FIGURA 4 Reparto de biomasa para Peso fresco tallo (PFt), Peso fresco hoja
(PFh), Peso fresco paredes de las vaina (PFv) y Peso fresco grano
(PFg) en cada fecha de siembra.

El rendimiento de grano en verde (PFg), mostró diferencias significativas entre FI (13,1


t ha-1), FII (10,8 t ha-1) y FIII (9,5 t ha-1). El peso fresco (Figura 4) de la biomasa total
disminuyó hacia la FIII. Esto se explica debido a que el número de tallos productivos en
la FIII disminuyó casi un 28% respecto a la FI; demostrando que en fechas más
tempranas, la planta es capaz de generar mayor cantidad de tallos laterales pero de
31

menor tamaño (datos no mostrados). A su vez en fechas más tardías, la planta genera
menos tallos laterales pero más alargados, lo que además, se explica el aumento de la
altura de inserción de la primera vaina hacia la FIII (Figura 5). Respecto a lo anterior
LOPEZ-BELLIDO (2005), señala que siembras tempranas establecidas a fines de
invierno, con estaciones de crecimiento más largas y con condiciones optimas, el
efecto de la plasticidad del cultivo es más evidente, recalcando que dependiendo de las
condiciones ambientales y la densidad de plantas, el haba es capaz de desarrollar más
tallos laterales respecto a fechas tardías y de ciclo corto.

En términos generales, la tendencia al descenso de la productividad de materia fresca


total es concordante con los de las habas indeterminadas mostradas por KRARUP
(1983), en donde demuestra que con fechas más tardías de siembra se produce una
biomasa fresca menor, aunque las magnitudes difieren considerablemente, donde este
autor menciona valores máximos y mínimos de 4,5 y 1,3 kg m-2 para las fechas más
extremas de siembra (30/07 y 15/10), respectivamente, lo cual difiere sustancialmente
a los datos aquí hallados, donde se llega a 7,1 y 4,6 kg m-2 para peso fresco total entre
las fechas más distantes, F I y F III, respectivamente, lo cual indica un potencial de
rendimiento mayor.

4.3.2 Biomasa en peso seco. El efecto de las fechas de siembra sobre la partición
de biomasa en materia seca para hojas (PSh), tallos (PSt), vainas (PSv) y grano (PSg)
se aprecia en el Cuadro 3.

CUADRO 3 Reparto de materia seca (g m-2) e índice área foliar (IAF; m2 m-2) de
habas determinadas en tres fechas de siembra. (Datos corregidos
para ICf = 0,20)
FI F II F III
MS (g m-2) % MS (g m-2) % MS (g m-2) %
Hojas 130,88 a 15,0 101,70 b 13,3 95,22 b 12,6
Tallos 244,96 a 28,0 193,88 b 25,4 175,44 b 23,2
Vainas 213,23 a 24,4 175,36 b 23,0 136,33 c 18,0
Grano 285,87 b 32,7 292,62 b 38,3 348,72 a 46,1
Total 874,94 a 100,0 763,56 b 100,0 755,71 b 100,0
IAF 2,5 a 1,92 b 1,53 c
*Diferentes letras en cada fila indican diferencias significativas (p≤0,05).
32

Como se observa en el Cuadro 3, la materia seca de las hojas (MSh) y tallos (MSt g m-
2
), se afectó significativamente, entre la FI vs FII y FIII, las que logran los menores
resultados en esos parámetros. La materia seca de las vainas (MSv) se afectó
significativamente en cada fecha, obteniendo el mayor resultado en la FI. Mientras, MS
granos para la FI y FII no mostró diferencias significativas vs FIII, lo que se traduce que
a fechas más tempranas de siembra, los granos poseen una proporción mayor de agua
si se compara entre fechas, pero si estos datos se comparan con el reparto informado
por KRARUP (1983), se podría concluir que podría haber un problema en la
removilización de nutrientes desde tallos y hojas en la FI vs FII y FIII, asociado
probablemente a las menores temperaturas medias que serían favorables en las
etapas fenológicas de interés del cultivo para estos efectos [(Figura 3 y Cuadro 2), es
decir después de floración (77, 84 y 75 DDS, para FI, II y III, respectivamente)], y días
posteriores a la cuaja, que en este estudio estuvieron cercanas a 9, 12 y 14ºC para FI,
II y III respectivamente . Sin embargo este autor, no menciona correcciones de datos
de cosecha para sus estudios, con lo cual al hacer un análisis de sus datos publicados
se observan oscilaciones difíciles de entender entre fechas para los índices de
cosecha, lo que sugiere algún grado de error asociado probablemente a lo mencionado
anteriormente.

Nachi y LeGuen (1996) citados CONFALONE (2008), explican una alternativa más.
Aducen que siembras tempranas que inducen floraciones diferenciadas en el tiempo,
como en el caso del presente estudio, producen más materia seca asociado a que se
dispone de más tiempo para la interceptación de radiación solar (radiación marginal
media diaria mayor de cara al solsticio de verano), alcanzando mayores tasas de
crecimiento, produciendo además un mayor número de entrenudos, raíces, brotes y
hojas y por consiguiente un mayor IC, lo cual es también corroborado en este trabajo.
En términos generales, esta parece ser una explicación razonable, aunque para
entender en profundidad las variaciones entre las fechas, se deberían considerar los
factores climáticos en conjunto (ver punto 4.8).

Estudios hechos por SLIMAN (1993), indican que la producción total de materia seca y
el rendimiento, disminuyeron significativamente con el retraso en la fecha de siembra,
demostrando que la disminución de la materia seca total desde la fecha más temprana
hasta la más tardía fue alrededor del 33%, argumentando que la disminución en la
33

producción de materia seca total se debió principalmente a la reducción de la altura de


la planta como resultado de la siembra demasiado tarde. En el caso de éste ensayo, la
variabilidad de la materia seca acumulada total sólo difirió un 15,7%, pero presentó la
misma dinámica descrita por este autor, coincidiendo entre otras cosas en que se
produce un aumento en la altura de plantas con fechas más tardías (Figura 5).

El mayor rendimiento en grano seco (Cuadro 3) fue obtenido en la FIII, esto puede
deberse a que en la FI el peso seco de vainas es el mayor y el peso seco de grano es
el menor entre las tres fechas.

Por su parte, y considerando que para obtener rendimientos en leguminosas, el


resultado depende del desplazamiento de los asimilados a las semillas, la
removilización se efectúa desde las hojas y tallo a la vaina para luego traslocarse al
grano, entonces se pude argumentar que el rendimiento en la FI (el que fue mayor)
estaría dado por el mayor número de vainas y por ende número de granos (Cuadros 3
y 4), situación exactamente coincidente con lo descrito por CONFALONE et al.(2010)
para habas indeterminadas del cultivar “Alameda”. En este contexto, LÓPEZ-BELLIDO
(2005), menciona que una efectiva traslocación asegura altos rendimientos en grano.
Pese a lo anterior, la mayor removilización fue medida para FIII (generando un
ICgrano=0,46, con respecto a FI y FII con IC=0,32 y 0,38 respectivamente), sin embargo
los mayores rendimientos en fresco fueron medidos en la FI, argumentado como se
mencionó anteriormente, por la aparición de alrededor de 1,5 vainas más por planta en
esa fecha (Cuadro 4). Esta idea es reforzada basándose en el trabajo de FLINN y
PATE (1969), quienes especifican que las tasas más altas de exportación en
leguminosas, son desde las hojas y las vainas produciéndose cuando las semillas
requieren una mayor demanda de carbohidratos, por lo que estos compuestos
existentes en las vainas son casi totalmente comprometidos en la exportación de sus
semillas, obteniéndose finalmente la mayor concentración del peso en el fruto. Al
respecto, en el presente ensayo se puede mencionar que considerando el peso total,
es decir ICcapi (vaina+grano), los valores fueron 0,57; 0,61 y 0,64, para FI, II y III
respectivamente, lo que es parecido a los datos mostrados por CONFALONE et al.
(2010), con valores que oscilan entre 0,51 y 0,62 para 5 fechas de siembra en habas
indeterminadas, lo que puede sugerir para este efecto, que la magnitud de la
removilización se debe más al genoma que al ambiente (DUC, 1997).
34

El Cuadro 3 sugiere además que en la FIII, la mayor traslocación desde las vainas
hacia los granos, podría indicar mayor interés nutricional desde el punto de vista de la
cantidad proteica. A su vez la baja materia seca de granos medida en la FI demuestra
mayor cantidad de agua en los mismos, lo que induce a concluir que la fecha de
siembra puede ser considerada para fines productivos diferenciales respecto a la
calidad o cantidad de la materia prima a cosechar.

4.3.3 Índice de Área Foliar (IAF). Los valores de IAF para las tres fechas (FI, FII y
FIII), presentaron diferencias significativas entre todas ellas, alcanzando 2,5; 1,9 y 1,5
m2 m-2, para las fechas I, II y III respectivamente. Estos resultados son sensiblemente
menores al compararlos con habas indeterminadas descritas por CONFALONE et al.
(2010), quienes reportan valores desde 4,38 a 5,31 para 5 fechas de siembras, pero
con la consideración de que la altura media de estas habas puede variar entre los 0,5 y
2 m (RUIZ-RAMOS y MINGUEZ, 2006), con el consiguiente mayor desarrollo foliar,
pero con siembras de otoño a primavera, observándose que los mayores índices de
cosecha se dan en fechas a mediados de otoño.

4.4 Componentes del rendimiento

El efecto de las tres fechas de siembra sobre los componentes del rendimiento se
aprecia en el Cuadro 4.

Respecto a los componentes del rendimiento, el número de granos por vaina para la
FII, se mostró estadísticamente mayor respecto a la FI y FIII, las que no se
diferenciaron entre sí. En el Cuadro 4 se puede observar que en todas las fechas de
siembra hubo en torno a 3 granos en cada vaina, valores muy similares a los obtenidos
por STUTZEL y AUFHAMMER (1992), ADISARWANTO y KNIGHT (1997),
CONFALONE et al. (2010), quienes obtuvieron valores entre 2 y 3, para este mismo
componente en habas determinadas e indeterminadas. Estas similitudes muestran que
el Nº granos vaina-1 es un componente del rendimiento estable a través de diferentes
condiciones ambientales, lo que induce a corroborar la información de CUBERO
(1967).
35

CUADRO 4 Efecto de las fechas de siembra sobre los componentes del


rendimiento al momento de la cosecha. (Datos corregidos para
ICf = 0,20. Peso referido en gramos).

FI FII FIII
-1
N° granos vaina 2,91 b 3,08 a 2,92 b
N° vainas planta-1 7,62 a 6,07 b 6,16 b
N° granos m-2 629,96 a 554,01 b 525,13 b
Peso granos planta-1 37,05 a 34,71 a 34,78 a
Peso vaina planta-1 96,78 a 83,15 ab 74,57 b
Peso medio grano 1,84 b 1,97 a 2,03 a
* Diferentes letras en cada fila indican diferencias significativas (p≤0,05).

Para el número de vainas por planta, FI tuvo un efecto significativamente mayor


respecto a FII y FIII, las cuales no presentaron diferencias. Como se puede apreciar en
el Cuadro 4, los mayores resultados obtenidos en la FI se basarían en que la planta
sería capaz de desarrollar una vaina más respecto a las otras dos fechas (FII y FIII), lo
que a su vez concuerda con el resultado obtenido en el número de granos por planta.
Esto explica los mayores rendimientos obtenidos comparando la FI con FII y FIII.
Apoyan estos resultados las observaciones de ADISARWANTO y KNIGHT (1997),
quienes muestran que la variación en el rendimiento se determina en gran medida por
la variación en el número de vainas por unidad de superficie y confirman también que
el número de granos por vaina es constante de acuerdo a las fecha de siembra, pero el
peso por semilla disminuye si la siembra se retrasa porque el periodo de llenado de
granos se acorta debido a que ocurre con mayores temperaturas medias (Cuadro 1),
las cuales aceleran la tasa de desarrollo del grano (hacia madurez fisiológica). Ésta
característica confirmaría la plasticidad descrita por muchos autores, respecto a las
habas indeterminadas y no para las determinadas. Confirmando lo anterior LOPEZ-
BELLIDO (2005), señala que el efecto de la plasticidad de cultivos de haba en
respuesta a las variaciones en la fecha de siembra de plantas depende en gran medida
de la duración de la fase vegetativa y reproductiva del cultivo, y de las condiciones
climáticas durante el crecimiento vegetativo: más concretamente en la temperatura y
las disponibilidades de agua.
36

El peso de grano por planta no presentó diferencias entre las fechas de siembra. El
peso de vaina por planta para la FI se vió afectado significativamente con respecto a la
FIII, por el contrario, FII no presentó diferencias con respecto a FI y FIII. El IAF se vió
afectado según la fecha de siembra presentando diferencias significativas en FI, FII y
FIII. Los resultados del Cuadro 4 nuevamente hacen referencia a lo dicho por
FAIGUENBAUM (2003) y KRARUP (1983) quienes postulan que siembras más tardías
afectan disminuyendo el número de vainas y peso de granos por planta. Son los
resultados de ésta tesis los que se ajustan a dicho resultado, ya que se puede apreciar
que la habas sembradas en la FI son las que obtuvieron mayores rendimientos en
número grano m-2, peso grano planta-1 y peso vaina planta-1. Estudios hechos por
LOSS y SIDDIQUE (1997), también coinciden en que el número de granos vaina-1 es
relativamente consistente variando las fechas de siembra. El mismo autor que
correlaciona el rendimiento con el número de vainas m-2, argumenta que también la
siembra temprana es fundamental para obtener altos rendimientos en semillas de
habas.

El peso medio de grano para la FI presentó diferencias estadísticas significativas, con


la FII y FIII, éstas últimas no presentaron diferencias entre sí. LOSS y SIDDIQUE
(1997) indican que hacia siembras tardías, el peso de granos en general va
disminuyendo, pese a eso el peso medio de granos fue aumentando hacia siembras
tardías, lo cual indica que en FI los granos fueron más pequeños pero hubo mayor
cantidad respecto a las FII y FIII en las cuales sucedió lo contrario.

4.5 Altura inserción de la primera vaina

En la Figura 5 se presenta la altura promedio final de las plantas y la altura promedio


de inserción de la primera vaina.

NADAL et al. (2000), indican que el objetivo de las variedades de habas determinadas
es tener una arquitectura especial para poder ser recolectadas mecánicamente de la
manera más eficaz, lo que hace referencia principalmente en una inserción de vainas
lo mas erectas posibles, quedando próximas al tallo, debiendo también tener una altura
de inserción del primer nudo con vaina relativamente alto.
37

Altura insercion 1° vaina Altura plantas


60

40
Altura (cm)

20

0
FI FII FIII

Fechas de siembra

FIGURA 5 Variación de la altura de planta y altura de inserción de la primera

vaina, para distintas fechas de siembra en habas determinadas.

La altura de inserción de la primera vaina varío entre 31,89 cm para la FI; 36,52 cm
para FII y 37,98 cm para la FIII. Entre FI y FII no se demostraron diferencias
estadísticas, tampoco entre FII y FIII, si hubo diferencias entre FI y FIII. Según la
(Figura 5), a medida que se atrasa la fecha de siembra la altura de inserción de la
primera vaina aumenta. Ésta característica es de importancia al momento de
implementar cosecha mecanizada en variedades determinadas, ya que sabiendo la
altura inicial donde se concentran las vainas, se puede calibrar la maquina
cosechadora y de esta manera se tienen menores perdidas mecánicas. BRIONES
(2009), en la VI Región, evaluó la altura de inserción de la primera vaina para Retaca y
Verde Bonita en diferentes densidad de población, y encontró que Verde bonita,
alcanzó las mayores alturas de inserción, fluctuando entre 30 y 35 cm según la
densidad. Por otra parte, Retaca se mantuvo entre 24 y 27 cm. Ambos resultados son
menores a los alcanzados en este estudio en el cual la menor altura se obtuvo en la FI
(31,9 cm) y la mayor en la FIII (37,98 cm). LOPEZ-BELLIDO (2005), indica que en
38

habas determinadas, la mayor altura de plantas se relaciona con una mayor separación
entre los entrenudos, facilitando la cosecha mecanizada, Con este criterio las plantas
de la FIII serían más adecuadas para cosecharse con máquina, a pesar que el mismo
autor argumenta que la desventaja de la mayor altura de inserción de la primera vaina
es la susceptibilidad a la tendedura total de las plantas por el mayor peso concentrado
en la parte apical. En la presunta investigación, las plantas de la FIII no presentaron
esa característica manteniéndose elongadas hasta la cosecha para grano verde.
Probablemente si el objetivo es cosecha para grano seco, las plantas, producto de la
senescencia de hojas y tallos, serían más susceptibles a la tendedura.

4.6 Índice de cosecha

En la Figura 6 se observa el Índice de Cosecha (IC) fresco y seco por cada fecha.

IC seco IC fresco
0,75

0,50
IC

0,25

-
FI FII FIII
Fechas de siembra

FIGURA 6 Efecto de la fecha de siembra en Índice de cosecha (IC) seco y fresco.

El factor fecha de siembra afectó significativamente en el IC del haba. Para IC seco, los
resultados obtenidos en FI, FII y FIII fueron 0,33; 0,39 y 0,46 respectivamente,
presentándose diferencias significativas en cada uno de ellos. Lo mismo ocurrío con el
IC fresco en el cual para FI, FII y FIII, los resultados obtenidos son 0,27; 0,29 y 0,31
respectivamente, aunque este dato puede ser de menor interés, ya que se relaciona
39

con el grado de humedad. Los datos mostrados de IC fresco, no se muestran


corregidos. La tendencia indica que a medida que la fecha de siembra se atrasa (FIII),
IC tanto fresco como seco aumentan. Para FI los resultados de IC son los más bajos.
Ésta respuesta presentó el mismo comportamiento en lupino para los ensayos de
MIGAWER y BAKEER (s.f.) donde los IC fueron mayores a medida que la fecha de
siembra se extendía. Por otra parte estudios realizados por SLIMAN (1993) en Arabia
Saudita, acerca de la respuesta en el rendimiento de diferentes fechas de siembra para
Vicia faba, demostraron que retrasos en los días de siembra reducen significativamente
el índice de cosecha. CONFALONE (2008), indica que para habas, un crecimiento
vegetativo excesivo disminuye el IC, lo que se ajusta a lo demostrado en la Figura 6 y
respecto a la biomasa en fresco (Figura 4). Por otra parte PAZ et al (2001), demuestra
para arvejas y lupino blanco, que siembras en otoño el IC es mayor que en siembras
de primavera.

4.7 Productividad

Aunque las variedades no presentaron diferencias entre si y no obedecen a los


objetivos estrictos de este trabajo, se muestran en la Figura 7. El efecto de las fechas
de siembra para las mismas sobre la productividad final de vainas y granos frescos se
aprecia en kg m-2.
40

Rendimiento (kg m )
6
-2
5
4
3
2
1
0
Alargá

Bonita

Alargá

Bonita

Alargá

Bonita
Retaca

Retaca

Retaca
Verde

Verde

Verde
Fecha I Fecha II Fecha III

Rdto. Grano en fresco (kg m-2) Rdto. Vaina en fresco (kg m-2)

FIGURA 7 Rendimiento de granos y vainas en fresco (kg m-2) de tres variedades


de haba determinadas (Vicia faba L.) para tres fechas de siembra en
Valdivia.

La fecha de siembra afectó significativamente (p≤0,05) el rendimiento de Vicia faba L.


no produciéndose diferencias entre las variedades estudiadas, las cuales por sí
mismas tampoco mostraron diferencias. Al analizar los datos como promedio entre las
variedades y densidades, se pudo observar diferencias significativas entre FI, FII y FIII.
La variedad como factor no afectó significativamente el rendimiento en granos. Para la
primera fecha de siembra se obtuvo el mayor rendimiento (13,1 t ha-1), la segunda
fecha de siembra (10,8 t ha-1), mientras en la tercera fecha de siembra el rendimiento
promedio disminuye significativamente a 9,5 t ha-1. Estos resultados concuerdan con lo
descrito por KRARUP (1983) y FAIGUENBAUM (2003), quienes sugieren que fechas
de siembra más tempranas son más productivas. En la primera fecha de siembra el
menor rendimiento fue de 1,20 kg m-2 para Verde Bonita, mientras que las variedades
Alargá y Retaca obtuvieron estadísticamente el mismo rendimiento entre las tres
fechas (1,36 kg m-2). En la segunda fecha de siembra, la menor productividad (1,0 kg
m-2) se obtuvo con la variedad Verde Bonita y nuevamente Alargá y Retaca obtienen
ambas el valor más alto (1,12 kg m-2). En la tercera fecha de siembra, los rendimientos
disminuyeron en todas las variedades, alcanzando 1,00; 0,97 y 0,91 kg m-2 en Retaca,
Alargá y Verde Bonita, respectivamente. Los resultados obtenidos en la FIII (fecha de
41

siembra más tardía) concuerdan con observación hecha por CONFALONE (2008),
quien afirma que fechas más tempranas, obtendrían mejores resultados en grano. De
la misma manera, MIGAWER y BAKEER (s.f.), SLIMANN (1993), FAIGUENBAUM
(2003), entre otros, pudieron observar que a medida que se retrasa la fecha de
siembra, acercándose más hacia el verano, el rendimiento disminuye
considerablemente. En términos de cifras, KRARUP (1983), en Valdivia, reportó
valores para habas indeterminadas para capis completos desde 1,46 a 0,46 kg m-2, lo
que es muy inferior a lo hallado en este estudio, donde los valores para vaina
completa estuvieron entre 5,3 y 2,8 kg m-2 para todas las variedades en todas las
fechas analizadas. Lamentablemente este autor, no expresa con claridad en sus datos
el rendimiento de grano en peso fresco, aunque si da como referencia el peso seco de
los granos el cual también disminuye en el tiempo desde 0,259 a 0,075 kg m-2 en
habas determinadas, lo que es menor a al más bajo de los rendimientos obtenidos en
este ensayo, el cual osciló entre 0,285 y 0,348 kg m-2 (Cuadro 3).

Respecto a esto último, Dantuma et al. (1983; citado por WHITE, 1998), señalan que el
peso de semillas es un característica de alta heredabilidad. Por otra parte, YASSIN
(1973), señala que el rendimiento es un carácter, con baja heredabilidad e influenciado
mayoritariamente por efectos genéticos y efectos de la interacción genotipo/medio
ambiente.

Para Donald (1963; citado por LOPEZ-BELLIDO, 2005), la combinación de adecuadas


condiciones para el cultivo de habas, una larga temporada de crecimiento y una
siembra temprana ayudan al crecimiento, y a que el cultivo se mantenga resistente a la
competencia, dando lugar a valores de biomasa constante en densidades normales.
Según KRARUP (1983), la explicación a las bajas en rendimiento se deben a que las
fechas más tempranas coinciden con periodos climáticos más apropiados para el
desarrollo de las plantas de haba, ya que temperaturas máximas de 18°C en etapa de
llenado de grano, ayudan al correcto desarrollo del cultivo, sin embargo temperaturas
superiores a 20°C durante la etapa de llenado grano mas déficit hídrico, provocan
bajas en el rendimiento y en la calidad del grano, específicamente en cuanto a
palatabilidad y color.

RUIZ (2003), coincide con los otros autores en que a siembras más tempranas las
productividades son mayores, lo que lo asoció a que por mayor disponibilidad hídrica
42

(por estar más cerca del invierno) se produce una mayor posibilidad de removilización
de nutrientes manteniendo a su vez una mayor actividad fotosintética (más tiempo),
provocando un adelanto en la floración y alargamiento del período de antesis, con
temperaturas más bajas.

Datos sobre disponibilidad de agua son difíciles de describir como adecuado en el


presente ensayo (Figura 3), debido a que podrían entenderse como mayores a los
requeridos en comparación a lo que menciona RUIZ (2003), pero con un suelo típico
de la zona que permitiría un buen drenaje, no causando problemas por
encharcamientos. Del mismo modo, la temperatura media por si misma podría no
explicar claramente los resultados de rendimiento por presentar mínimas diferencias en
momento críticos como los días previos a floración para las fechas II y III. Se plantea
entonces, considerar la respuesta productiva por medio del Coeficiente Fototermal (Q),
que relaciona la luminosidad y temperatura del momento en un mismo valor.

4.8 Coeficiente Fototermal (Q)

Como se explicó anteriormente, el Coeficiente Fototermal (Q=R/T), fue calculado para


las 3 fechas en estudio (Figura 8), demostrando que la FI presenta una respuesta
positiva desde el punto de vista del rendimiento al incremento medio de Q con valores
entre de 2,5 y 4 MJ m-2d-1GD-1(ºC) hasta el final del ciclo del cultivo.
43

12 FI
F III
Coef. fototermal (MJ m-2 d-1/°C) 10 F II
Lineal (F II)
Lineal (F III)
8
Lineal (F I)

4 FI

F II
2
F III

0
0 20 40 60 80 100 120
DDS

FIGURA 8 Tendencia media diaria del Coeficiente Fototermal registrado en


Valdivia para tres fechas de siembra.

En la misma Figura 8, se observa que la dinámica del valor medio diario de Q para FII
y F III, muestran pendientes negativas, lo cual habría promovido que durante la
ontogenia de los cultivos, el factor térmico haya adquirido cada vez más importancia
(con respecto a la radiación), lo cual habría sido una condicionante para situar en un
momento de menor confort a los estados fenológicos asociados a la polinización,
desarrollo del tubo polínico y desarrollo del fruto (Figura 3). En términos prácticos, y
desde el punto de vista de los factores medioambientales que afectan la fisiología de la
planta, sería esta la razón combinada entre variables climáticas por la cual se puede
explicar la diferencia productiva entre FI vs FII y FIII, al producir alrededor de 1,5
vainas (frutos) más por m-2 (ver Cuadro 4). Datos sobre el este confort de productividad
en otras leguminosas (arvejas), son aportados por STEPANOV (1971; citado por
MAKASHEVA, 1983), en donde indica que temperaturas cercanas a 12ºC, serían las
previas requeridas para una óptima formación de los órganos reproductivos. En este
caso, en el período previo a la floración de FI, la temperatura media bordeó los 10ºC
(77 DDS), mientras que para FII y FIII fue en torno a 14 y 15ºC, respectivamente, lo
cual se aleja de lo descrito como ideal por este autor. WANG (1960), confirma estas
44

observaciones para arvejas con valores óptimos más cercanos a los 11ºC cercano a
floración. Del mismo modo, AGUILERA-DIAZ y RECALME-MANRIQUE (1995) citados
por RUIZ (2003), coincidieron en que temperaturas adecuadas promueven un aumento
en la formación de vainas, situación en que coinciden los resultados del presente
ensayo (Cuadro 4).
45

5 CONCLUSIONES

Los resultados obtenidos permiten concluir que:

Respecto al rendimiento:

Todas las fechas mostraron diferencias significativas en su productividad para


materia fresca, siendo FI (07/08/2009) la que manifestó los mejores resultados,
siendo recomendable hacer siembras tempranas. Los resultados parciales de
cada una de las fechas fueron superiores a lo informado en trabajos previos en
la zona para variedades indeterminadas, demostrando en una primera instancia
que pueden ser una opción productiva para la Región de los Ríos.

Respecto a los componentes del rendimiento:

El componente Nº granos m-2, aunque es significativamente mayor para FI con


respecto a FII y FIII, pierde su interés al mostrar granos más livianos (peso
medio del grano) en relación a las dos últimas fechas, lo que hace que desde
un punto de vista productivo, este factor por ahora sea menos interesante.

La mayor productividad de FI, con respecto a FII y FIII, se asocia al número de


vainas por planta, siendo este el factor determinante en el rendimiento debido a
su cuantía en comparación a otros como el Nº de granos por vaina, que aunque
presentan diferencias, son de magnitudes menores que no influyen
sustancialmente en el rendimiento final.

Respecto a la ontogenia del cultivo:

La fecha de siembra más temprana (FI), mostró ciclos fenológicos más largos
en comparación a las fechas más tardías.

Las fechas de siembra responden con mayores productividades en fresco y


seco, cuando la media del Coeficiente Fototermal (Q) va en ascenso, lo cual fue
observado para la FI, la cual fue la fecha más temprana de cultivo.

Los resultados de este ensayo, sugieren que el rendimiento se define de


acuerdo a las condiciones medioambientales en torno al período de floración,
46

pero con la metodología y datos de esta investigación, no se puede afirmar con


certeza tal efecto. El Coeficiente Fototermal, se muestra como una herramienta
interesante para la predicción del comportamiento de los cultivos de habas.

Finalmente, factores como polinizantes y nivel de autogamia no fueron medidos en


este ensayo, pero podrían tener importancia de interés. Futuros trabajos podrían incluir
algo de esto. Los datos preliminares del proyecto sugieren que estás variedades
utilizadas en fechas tempranas, son una alternativa provechosa para ser cosechadas
de manera manual o mecánica en la Región de Los Ríos. Se sugiere investigación en
siembras más tempranas con estas variedades, asociadas a los puntos críticos como
solsticios y equinoccios para el entendimiento más profundo de la ontogenia de Vicia
faba L. determinada.
47

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53

ANEXOS

ANEXO 1 Corrección en los días para término del ciclo del cultivo, con un
criterio de cosecha (ICf) de 0,20 tomado en forma lineal desde
el momento de la floración hasta la cosecha.

Ej: En la FI de floración a cosecha hay 77 días

IC FI 0.20

dias ( floracion  cos echa _ paraFI ) x _ dias

ICFI = 0,27

Días (f-c FI) = 77 días

X días serian = 57 días

Entonces si el periodo completo de siembra a cosecha fue de 154 días totales y 77


desde floración a cosecha, se debe restar 20 días, desde el día 77 hasta el día 57. Así
se asegura que en el día 57 de floración a cosecha, el IC fresco de la FI fue de 0,20.

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