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DECÁLOGO DEL INFANTE DE MARINA

Soy y seré siempre un Infante de Marina, un guerrero


anfibio y miembro de un equipo de combate.
Soy disciplinado y entrenado.
Vivo siempre bajo los principios y valores de la Armada de
Chile.
El cumplimiento del deber y la misión está siempre en
primer lugar.
Supero todos los obstáculos; nunca me rindo.
Nunca abandono a un camarada en el campo de batalla,
vivo o muerto.
Estoy para servir a mi país.
Siempre estoy dispuesto a ir al combate y vencer a los
enemigos de mi patria.
Soy guardián de la soberanía y libertad de Chile.
Siempre seré Fuerte y Fiel.

VISIÓN DEL CUERPO DE INFANTERÍA DE MARINA

“Ser una Infantería de Marina de excelencia, esencialmente


anfibia, vital para la seguridad nacional y para la proyección
internacional de Chile”.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 1

ÍNDICE

Datos Personales; _____________________________________ 2

I.- INTRODUCCIÓN; ____________________________________ 3

II.- EL INFANTE DE MARINA; _______________________________ 8

III.- LAS CARACTERÍSTICAS QUE FORMAN AL INFANTE DE MARINA; _______ 12

a.- La Capacidad Profesional; _____________________________ 12

b.- La Aptitud Física y Mental; _ ___________________________ 18

c.- La Moral y el Espíritu; _ ______________________________ 22

IV.- EL ENTRENAMIENTO; _ ______________________________ 25

V.- EL SOLDADO IM DEL SERVICIO MILITAR; ____________________ 30

VI.- CONDUCTA PERMANENTE DE LOS INFANTES DE MARINA


EN LA PREPARACIÓN PARA LA GUERRA Y EN LAS ACCIONES DE COMBATE ___ 31
2 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

DATOS PERSONALES

Nombre: ___________________________________________

Grado: _ ___________________________________________

Unidad: _ __________________________________________

Año: _ ____________________________________________
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 3

ETHOS DE LOS INFANTES DE MARINA

I.- INTRODUCCIÓN

La presente publicación constituye la base doctrinal


donde se establece como concebimos al “Soldado del
Mar”, al Infante de Marina; a ese combatiente anfibio de
excelencia que constituye el elemento más importante del
binomio Personal-Material que conforma las Fuerzas IM.
Es una doctrina permanente, elaborada por los Infantes
de Marina para los Infantes de Marina; enuncia nuestra
forma particular de pensamiento y describe nuestro
modo de comportamiento común. La conocemos y la
asumimos como una doctrina oficial del Cuerpo IM, de su
Comandante General, de los Comandantes de Unidades
y Jefes de Reparticiones IM y de todos y cada uno de los
Infantes de Marina, en cualquier condición y circunstancia
donde nos encontremos.
Está dirigida a todos los Infantes de Marina que
integramos nuestro Cuerpo IM, a los líderes y a todas
las cadenas mando; a superiores y a subordinados. Nos
proporciona las normas básicas a cumplir en todos los
niveles de la organización, entregándonos una base para
actuar con armonía, confianza y comprensión mutua, y nos
orienta para exigirnos el cumplimiento de este “Código de
Conducta”, a nosotros mismos y a nuestros subordinados.
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La presente doctrina se ha mantenido perdurable en


el tiempo. Se basa en la “Doctrina de Combate del Cuerpo
IM”, elaborada el año 1992 por el entonces Comandante
General del Cuerpo IM, C.A. IM Miguel Álvarez; fue reeditada
el año 2009 bajo el título de “El Infante de Marina, Doctrina
del Ser” y ha sido revisada y actualizada recientemente.
Sin embargo, no constituye un pensamiento personal
o independiente de un individuo. Por el contrario, tiene
como fundamento 200 años de gloriosa historia militar, la
Ordenanza de la Armada, la reglamentación institucional,
nuestras particulares formas, tradiciones y costumbres,
ciertos procedimientos operativos normales, la experiencia
en el servicio y las conclusiones que de ellas se derivan.
Su título utiliza el término griego “ethos”, el cual
entendemos como ese conjunto de rasgos y modos de
comportamiento que conforman el carácter y la identidad
de una persona o una comunidad. Este ethos, al entenderse
como un hábito o costumbre adquirido, constituye nuestra
segunda naturaleza y surge de la necesidad imperiosa
que tenemos los Infantes de Marina de crear reglas para
regular nuestro comportamiento y permitir modelar así
nuestro carácter y el del Cuerpo IM.
Se fundamenta en el compromiso que tenemos los
Infantes de Marina por el estricto cumplimiento de lo
establecido en el Artículo 12 de la Ordenanza de la Armada,
que a la letra expone:
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“El personal tendrá siempre presente que la función


primordial de su Institución es obtener la victoria en un
conflicto armado y por lo tanto todos sus esfuerzos, sus
energías morales y físicas, así como su inteligencia, deben
estar orientadas a obtener la mayor eficiencia del personal
y del material para dicho propósito”.
¿Qué significa esto? simplemente, que estamos
plenamente convencidos de que nuestra preparación
profesional y todo nuestro quehacer en la Institución, como
Infantes de Marina, está orientado a vencer en la guerra.
Los Soldados del Mar, como profesionales y hombres de
armas, tenemos una clara comprensión de este fenómeno,
que ha sido calificado como un terrible flagelo para la
humanidad. Sabemos que la ignorancia o un entendimiento
erróneo de la guerra, podría llevar al cuestionamiento de
conceptos fundamentales para una nación, como son los
de Seguridad y Defensa Nacional, e incluso al eventual
cuestionamiento de sus Fuerzas Armadas.
Entendemos que la guerra es un fenómeno real, propio
de los seres humanos, inteligentes y civilizados, que se
origina en la defensa de aquellos intereses que cada
nación considera como vitales.
Comprendemos que la violencia es inherente a
la guerra, y esa violencia sin una aplicación legítima,
científica y encuadrada en límites éticos y morales, sería
irracional. Por ello, los pueblos capaces de defender sus
valores, principios e intereses mantienen Fuerzas Armadas
profesionalizadas, constituidas por hombres de armas,
fieles reflejos de su cultura e idiosincrasia nacional.
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En este contexto, nunca tomamos la guerra en forma


romántica o superficial. Por el contrario, como guerreros
destinados a enfrentar la batalla y enfrentarla con éxito, la
estudiamos y la abordamos con seriedad y responsabilidad.
Esta es la razón, junto a nuestros deberes fundamentales
para con la patria, del porqué nos preparamos en forma
consciente y eficiente para vencer en la guerra, cualquiera
sea la forma en que este fenómeno se manifieste.

Es un hecho que en la actualidad, cuando nuestros


intereses nacionales se encuentran presentes por todo
el mundo, los Infantes de Marina nos encontramos cada
vez más exigidos por nuestra naturaleza expedicionaria y
anfibia. Reconocemos que cada vez somos más requeridos
para la participación en operaciones militares distintas
a la guerra, entre las que destacan las operaciones
internacionales de estabilización, en sus diferentes
dimensiones, y las operaciones de asistencia humanitaria y
de auxilio ante catástrofes. No obstante, nunca perdemos
de vista que nuestra razón de ser y la prioridad en toda
nuestra actividad profesional es prepararnos para la peor
situación de un conflicto armado, es decir, para enfrentar a
un enemigo y vencerlo en combate.
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Consideramos que en la medida que nuestra


preparación para la guerra sea óptima, nuestro desempeño
y capacidades para alcanzar el éxito en otras operaciones
militares también lo será. Por eso, ante cada nueva misión
o tarea apreciamos la situación y el escenario, ajustamos
nuestra organización, equipamiento y procedimientos,
nos adaptamos a las nuevas amenazas y desafíos, y
reaccionamos con rapidez y flexibilidad, conforme al
concepto de operaciones que diseñamos, obteniendo la
mayor eficiencia de combate de nuestras capacidades.
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II.- EL INFANTE DE MARINA


Esta doctrina constituye la base de nuestro
pensamiento colectivo y define el modo de
comportamiento de nuestras Unidades. Pero, por sobre
todo, describe el carácter e identidad individual del
Infante de Marina profesional. Contiene el ethos de los
Soldados del Mar que por vocación y convencimiento
hemos convertido nuestra vida en una “carrera militar”,
sea como Oficial o Gente de Mar IM, y que tenemos el
honor y el privilegio de haber heredado una gloriosa
tradición de 200 años al servicio de nuestra patria. Lo aquí
expresado se orienta al Infante de Marina de vocación y
profesión, pero es también válido a aquel personal que
se integra al Cuerpo de Infantería de Marina en forma
temporal, sea como Soldado IM de Tropa Profesional, del
Servicio Militar (S.M.) o como Reservista IM.
Los Infantes de Marina hemos determinado que
para ser un auténtico Soldado del Mar no basta con que
seamos un hombre de armas; se requiere además ser “el
mejor combatiente”, lo que sólo se logra con una fuerte
convicción personal que oriente nuestra vocación y un
dedicado esfuerzo profesional para llegar a serlo; de tal
manera que nuestro accionar permanente implica que
los integrantes del Cuerpo de Infantería de Marina nos
constituimos siempre en fuerzas de élite, cohesionadas,
poderosas, orgullosas, con un sólido prestigio y con el más
alto alistamiento operativo.
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Lo anterior significa que los Infantes de Marina


orientamos todo nuestro esfuerzo, voluntad y capacidad en
prepararnos de la forma más eficiente y auténtica posible
para el combate, de tal manera que, como combatientes de
élite, adecuadamente organizados, equipados, entrenados
y liderados, estamos en condiciones de responder en forma
rápida y eficaz a las diversas contingencias y disposiciones
operacionales de la Institución o del país, en cualquier
escenario, lugar o clima.

Nuestra condición de fuerzas de élite se basa en aspectos


que nos distinguen de cualquier otra fuerza militar: el
exigente entorno particular en el cual operamos, el alto
alistamiento y las relevantes capacidades expedicionarias
que mantenemos, nuestra forma particular en que
combatimos y el fuerte sentido individual de pertenencia
a una fuerza con prestigio y tradición guerrera.

Sabemos que la guerra anfibia requiere de combatientes


que seamos capaces de embarcarnos con rapidez y navegar
por largos periodos, operar en los más diversos y complejos
teatros, alejados de cualquier fuerza amiga o de apoyos,
preparándonos en base a informaciones preliminares
imprecisas, para enfrentar con agresividad y determinación
a un enemigo incierto y en superioridad numérica,
sobreponiéndonos a los embates del mar y a los efectos del
clima e imponiendo nuestra voluntad al adversario.
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Los Infantes de Marina desarrollamos nuestras


actividades en los más variados ámbitos. Nuestra
particular calidad de Soldados del Mar nos sitúa
preferentemente en dos medios físicos diferentes: la tierra
y el mar. Ambos medios, en sus condiciones naturales,
resultan en ocasiones difíciles para el hombre corriente,
acostumbrado a las comodidades de la vida actual, llena
de facilidades generadas en su permanente búsqueda de
bienestar. Las características de la vida urbana moderna
han transformado el hábitat natural en un medio adverso
y lleno de obstáculos insalvables para el hombre corriente.
Pero los Infantes de Marina no somos hombres corrientes.
El mar es nuestro camino natural como marinos y nos
condicionamos y adaptamos a él. Ya sea en el mar, a bordo
de nuestras naves, así como en las costas, con sus playas
y rompientes, donde actúan nuestras embarcaciones de
asalto, nos desenvolvemos con naturalidad y seguridad,
hasta en las más adversas condiciones de tiempo
atmosférico.
El terreno, con sus variadas y cambiantes características,
es el medio natural propio del combatiente anfibio.
Mediante un permanente contacto transformamos los
obstáculos que se puedan presentar, en efectivos aliados
para el combate, sumándose a los recursos de todo tipo que
el terreno nos ofrece para nuestra vida en él. El constante
contacto con la naturaleza, propio de la actividad de los
Infantes de Marina, nos transforma integralmente en
parte del medio en que actuamos, al que preservamos y
apreciamos como un don superior.
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Dados los múltiples factores que hacen variar las


situaciones que enfrentamos, mantenemos una gran alerta
situacional y perseverancia en todos los niveles de la cadena
mando, de manera de detectar y reaccionar ante cualquier
cambio del escenario. Esta condición nos exige audacia para
maximizar la sorpresa, previsión y fortaleza para superar la
incertidumbre, flexibilidad para enfrentar los cambios a la
situación, cohesión y camaradería para un óptimo trabajo
en equipo y un acabado conocimiento profesional, para
asegurar el óptimo empleo de los siempre escasos medios.
Comprendemos que en la lejanía y la dificultad,
la camaradería cobra especial importancia; en esas
condiciones nuestra Unidad es nuestra familia y nuestros
camaradas, nuestros hermanos. El Espíritu de Cuerpo,
fundado en el compromiso individual y colectivo y en el
conocimiento y la confianza mutua, es esencial en nuestra
organización. La experiencia de muchos años operando
en esas condiciones extremas y los obstáculos que hemos
superado, ha ido forjando nuestra particular forma de ser.
En consecuencia, tenemos el convencimiento de que
ser un Infante de Marina implica un alto nivel de vocación,
un firme sentido de cumplimiento del deber, una exigente
instrucción y entrenamiento, gran flexibilidad en nuestra
mentalidad y en nuestra organización, un equipamiento
de calidad, eficaz liderazgo profesional y una doctrina
integral, que se fundamenta en el “ethos” aquí expuesto,
y cuyo cumplimiento es lo que nos otorga esa particular
esencia y ese especial espíritu de combatientes anfibios
de élite.
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III.- LAS CARACTERÍSTICAS QUE FORMAN AL INFANTE


DE MARINA

Entendemos que el “mejor combatiente”, arquetipo


del Infante de Marina, es el resultado de tres condiciones
concatenadas e interdependientes, orientadas a
perfeccionarnos como personas, a mantenernos en
un nivel óptimo de alistamiento como Unidades y
cohesionados como Cuerpo IM.

Estas tres características de excelencia, que cultivamos


y nos auto-exigimos son:

a.- La Capacidad Profesional.

b.- La Aptitud Física y Mental.

c.- El Espíritu y la Moral.

a.- La Capacidad Profesional.

La educación profesional militar para los Infantes de


Marina está orientada a formar soldados expertos en la
filosofía de la Guerra de Maniobra y lograr líderes creativos
y pensadores, independiente de que se trate de Oficiales o
Gente de Mar IM, porque dichos conceptos son aplicables
en toda la organización en sus respectivos niveles.
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La mentalidad maniobrista es para nosotros una línea


de pensamiento sobre una forma de combate, que busca
vencer la voluntad del adversario, y no necesariamente
destruir sus fuerzas ni sus armas. Esta filosofía de combate
demanda demoler la cohesión enemiga mediante una
serie de acciones fulminantes, violentas e inesperadas,
que produzcan un deterioro rápido y turbulento de la
situación a la que no se le puede hacer frente, destruyendo
la voluntad de lucha del enemigo. Por ello somos
esencialmente ofensivos; pues entendemos que el triunfo
solo se alcanza con la acción agresiva y decidida. Esta
forma de hacer la guerra tiene validez para toda la cadena
de mando y es aplicable en nuestra organización desde el
nivel más táctico, de una Escuadra de Fusileros, hasta la
máxima expresión de la Brigada Anfibia Expedicionaria,
marcando una característica que nos diferencia y potencia
como soldados en el empleo de nuestras fuerzas.
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La primera etapa de la vida profesional de los Infantes de


Marina es nuestra formación individual como combatientes
anfibios, mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje
sistemático en el que recibimos los fundamentos y
conceptos que guían nuestro quehacer profesional y
personal a lo largo de nuestra carrera. Siempre consolidamos
estos conocimientos con un adecuado balance entre lo
teórico y lo práctico; pues comprendemos bien que nuestro
ámbito de acción se basa en la aplicación efectiva y directa
de técnicas, procedimientos y tácticas de combate.
Los Infantes de Marina, independiente de nuestra área
específica de desempeño, sea ésta del ámbito operativo
o técnico, no solo dominamos el campo de nuestra
especialidad, sino que además poseemos un claro concepto
de la interrelación entre las diversas especialidades, armas
y servicios que conforman las Fuerzas IM e incluso en otras
organizaciones afines que permitan acrecentar nuestra
potencia de combate. Cada área de desempeño, con sus
técnicas y procedimientos particulares y comunes, posee
aspectos doctrinarios comunes, propios de la Infantería
de Marina, los que dominamos y sabemos explotar. Estos
conocimientos se extienden también a aquellos Soldados
del Mar que eventualmente nos desempeñamos en otras
organizaciones institucionales, conjuntas y/o combinadas,
así como para su aplicación tanto en acciones de combate
de proyección y de protección, de auxilio ante catástrofes
e internacionales. Nuestra meta es siempre ser un experto
en el nivel táctico de la guerra; y por sobre todo en una
modalidad de guerra muy particular, la guerra desde el mar.
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Los Infantes de Marina, en el desarrollo de nuestra


educación profesional, nos orientamos prioritariamente
a ser expertos en las tácticas y las técnicas de la guerra
anfibia. Como guerreros anfibios entendemos nuestra
decisiva contribución a los escenarios de la guerra naval
y sobre toda de la guerra conjunta. En concreto, somos
estudiosos del arte y ciencia de la guerra en el nivel táctico,
con una sólida base de teoría y un buen conocimiento de
la historia militar y de las experiencias y lecciones que se
derivan de ella; pero principalmente somos ejecutores
prácticos de dichas teorías y las aplicamos proyectando
nuestra fuerza principalmente desde el mar.
El liderazgo tiene una real y significativa importancia
en nuestra organización para el combate y en la cadena
de mando, y es fundamental para la eficiente conducción
de las unidades. Para nosotros no se trata de un liderazgo
cualquiera; es uno que bajo el más absoluto convencimiento
busca alcanzar lo óptimo de cada individuo y de todo
el equipo, logrando priorizar la misión y los objetivos
de la unidad por sobre los intereses personales, en
condiciones extremas de incertidumbre y riesgo, privado
de comodidades, alejado de los seres queridos y bajo alta
exigencia física y mental. Por ello un Cabo IM, Comandante
de Escuadra de Fusileros, es el líder para cada uno de los
hombres de su Escuadra, tanto como el Subteniente IM,
Comandante de Pelotón, lo es para toda su dotación, y así en
toda la cadena de mando de nuestras fuerzas. Por lo tanto,
los Infantes de Marina asumimos que nuestra carrera de
líder constituye un proceso continuo y progresivo, desde sus
inicios hasta alcanzar los niveles superiores, preparándonos
en cada etapa o nivel para el siguiente.
16 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

En este campo del liderazgo la capacidad profesional


se orienta al desarrollo de nuestras aptitudes de mando, de
la personalidad y del amor propio, para dar por resultado
un Infante de Marina de acción y de pensamiento ágil,
experto en “conseguir que las cosas se hagan”, resolutivos y
con confianza en sus decisiones. Por ello somos enérgicos
y eficaces en la ejecución.

Sabemos que la forma de actuar y combatir de los


Infantes de Marina requiere de líderes con inclinación a
la audacia e iniciativa inteligente, desde los niveles más
bajos de la cadena de mando. La audacia es un rasgo
esencial para los Infantes de Marina y con mayor razón en
un líder, porque genera “potencia de combate” superior a
la de los medios y sistemas con que se cuente. La iniciativa,
que es el impulso de actuar por sí mismo, es sin embargo
un requisito previo de la audacia. Pero comprendemos
que ambos rasgos mal empleados, aplicados con exceso
y sin sentido común, pueden llevarnos a la imprudencia.
Por ello los mandos fomentamos, guiamos y apoyamos la
audacia y la iniciativa en los Infantes de Marina, a pesar
de los errores que en ocasiones se puedan producir.
En consecuencia, tratamos con mayor rigor la inercia
y la timidez que los eventuales errores que se puedan
producir en el entrenamiento o durante la práctica
profesional en tiempo de paz.
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La capacidad profesional en el ámbito del liderazgo


tiene otro aspecto esencial: la toma de decisiones. En
combate todas las acciones son el resultado de una
decisión o de la falta de ella. Si no tomamos decisiones
por falta de voluntad habremos entregado la iniciativa al
enemigo. Si conscientemente posponemos el momento
de tomar una decisión, ya estamos decidiendo. Tenemos
siempre presente que en combate es más útil un
ignorante que un indeciso; al menos el primero cumple
órdenes.
Los Infantes de Marina no aceptamos la disculpa de
la falta de órdenes para la inacción. Es un deber de todo
Infante de Marina, ser un líder optimista, imaginativo
y proactivo. El optimismo y la imaginación son muy
necesarios en toda actividad militar, pero sobre todo
en el combate, donde contribuirá a abordar con mayor
posibilidad de éxito los problemas, a pesar de las
limitaciones y dificultades. En resumen, como base para
las acciones de combate, cualquier decisión es mejor que
ninguna. Sin embargo, decidir implica destreza intuitiva
para identificar y determinar la esencia del problema
que se enfrenta y capacidad creativa para concebir una
solución práctica. Esta habilidad en un líder es el producto
de la experiencia, la educación, la inteligencia, audacia,
capacidad de percepción y el carácter. Como Infantes de
Marina, a medida que progresamos en nuestra carrera, no
ahorramos esfuerzos para mejorar nuestra capacidad de
decidir.
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b.- La Aptitud Física y Mental.

A la señalada capacidad profesional de los Infantes de


Marina agregamos como complemento indispensable
nuestra aptitud física, mental y emocional. Sabemos
que sin adecuados conocimientos técnicos y tácticos
careceríamos de la habilidad para vencer en combate. Sin
embargo, sin la aptitud física no tendríamos la fuerza y la
resistencia que son necesarios para superar al enemigo. A
su vez, sin la aptitud mental y emocional, no tendríamos el
incentivo ni la voluntad de combatir.

La eficiencia de los combatientes está estrechamente


relacionada con nuestras condiciones físicas. Las acciones
de combate nos imponen siempre un gran esfuerzo
físico. Por ello le asignamos mucha importancia al
Entrenamiento Físico-Militar que nos otorga la fuerza
física, la resistencia, agilidad y la coordinación necesarias
para nuestras actividades diarias, pues reconocemos que,
en última instancia, el éxito, nuestra propia vida y la de
nuestros camaradas dependen en gran medida de estas
capacidades.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 19

Producto de la tecnología los Infantes de Marina hoy


debemos transportar una importante cantidad de equipo
militar y armamento, cuyo peso incide directamente
en la necesaria movilidad que requieren las fuerzas en
combate. Numerosas actividades de combate anfibio
nos demandan tener una óptima aptitud física: embarcar,
mover y desembarcar grandes volúmenes y pesos en
nuestros transportes; nadar para aproximarnos a una
playa; largas marchas con equipo completo a través de
terrenos difíciles y a continuación tener que combatir;
correr y arrastrarnos por largos trechos, superar obstáculos
y luego efectuar un asalto a la bayoneta; falta de sueño y
descanso. Muchas veces tendremos que soportar estos
esfuerzos encontrándonos heridos, bajo condiciones
meteorológicas adversas y escasamente alimentados. Ello
refuerza aún más la necesidad de adquirir y mantener en
todos los grados una condición física ejemplar, superior
a la media de cualquier fuerza, de manera que seamos
efectivamente capaces de operar en todo lugar y bajo
cualquier condición atmosférica.
Con toda propiedad afirmamos que la aptitud física
es decisiva para lograr el cumplimiento de la misión
asignada y también sobrevivir. Pero, estrechamente
relacionada con nuestra aptitud de combatientes está
nuestra condición mental y emocional. Un combatiente
con estado de ánimo bajo estará más propenso al
agotamiento físico, al cansancio, a la debilidad y a la falta
de vigor. Por eso afirmamos que las aptitudes física y
mental van férreamente unidas y son interdependientes.
20 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

Los Infantes de Marina poseemos una mentalidad


ganadora, positiva y proactiva, que nos permite enfrentar
desafíos y obstáculos con optimismo, sentido de humor y
convencidos de poder superarlos. Dicha aptitud mental
se fundamenta en la capacidad de resiliencia que hemos
alcanzado, como individuos y como equipo, por medio
de nuestro exigente entrenamiento y por el sentido de
pertenencia a esta fuerza de élite. Entendemos nuestra
resiliencia como esa capacidad humana de asumir con
flexibilidad situaciones límite y sobreponernos a ellas. La
resiliencia es la capacidad que demostramos los Infantes de
Marina frente a las adversidades, para mantenernos en pie
de lucha, con una elevada dosis de perseverancia, tenacidad,
actitud positiva y voluntad de desarrollar las acciones que
permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas.
Nuestra mentalidad posee las características propias
de la resiliencia, por cuanto como combatientes poseemos
un sentido de la autoestima fuerte y flexible, tenemos
independencia de pensamiento y de acción, un alto grado
de disciplina y de sentido de la responsabilidad, una
imaginación abierta, creativa y receptiva a nuevas ideas,
un particular sentido del humor y una gran tolerancia al
sufrimiento. Pero, por sobre todo, nuestra aptitud mental
se caracteriza porque comprendemos que existe un
propósito significativo en nuestras vidas. Los Infantes de
Marina sabemos que podemos influir en lo que sucede
a nuestro alrededor y estamos convencidos de que
podemos aprender de nuestras experiencias, sean éstas
positivas o negativas.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 21

Finalmente, un aspecto que tiene estrecha relación


con la aptitud física y la mentalidad de combate de los
Infantes de Marina es nuestra prestancia militar, es decir,
la singular apostura y gallardía que nos caracteriza a los
Soldados del Mar. No nos basta con tener una aptitud
física adecuada y una mentalidad resiliente; estas
capacidades deben combinarse y exteriorizarse en una
excelente prestancia militar individual y colectiva. Por
ello somos orgullosos de nuestra particular expresión de
apostura, disciplina y exteriorizaciones militares, pues ello
es un reflejo de nuestra óptima mentalidad de combate y
condición física y nos identifica como miembros de este
Cuerpo de excepción.
22 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

c.- La Moral y el Espíritu.


A esta tercera condición le atribuimos fundamental
importancia. Es la base en donde se sustentan las otras
dos características, es lo que conocemos como la ética
profesional, los valores y las virtudes, que en síntesis
denominamos el Espíritu de los Soldados del Mar, y sin el
cual un Infante de Marina está vacío.

Sabemos que nuestra moral como combatientes


se sustenta en la cabal comprensión de la integridad
que debemos vivir. Un Infante de Marina íntegro es
aquel que siempre hace lo correcto. Al referirnos a
hacer lo correcto significa que hacemos todo aquello
que consideramos es el bien para nuestra organización
y que no afecte los intereses de las demás personas.
La integridad la traducimos en nuestra actitud de
honestidad, de respeto por nosotros mismos y por
los demás, en nuestro comportamiento responsable;
en el estilo de vida basado en el control emocional, el
respeto, la puntualidad, lealtad, pulcritud, disciplina,
congruencia y firmeza en nuestras acciones. Estamos
convencidos que el Infante de Marina íntegro es alguien
en quien se puede confiar; es el que persigue el camino
de la verdad; el que hace lo correcto, por las razones
correctas y del modo correcto.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 23

La fuerza moral nos otorga ascendencia sobre el


enemigo. En combate y en la victoria nuestra moral e
integridad se relacionan con el deber y el derecho de
no ser objeto de vulneraciones en la persona física, con
lesiones, tortura o muerte del vencido. Reconocemos
que la fortaleza moral se requiere no solo para dominar
al enemigo y vencerlo en combate, sino también es
indispensable para que, luego de doblegar su voluntad,
obtengamos las condiciones para una paz duradera.
La fortaleza moral demanda cualidades personales
íntimas en cada Infante de Marina, las que se ven reflejadas
en forma colectiva en la actuación de nuestras unidades.
Estas cualidades personales las denominamos virtudes
morales -que se detallan extensamente en nuestra
Ordenanza de la Armada- y son la justicia, la prudencia,
la valentía o fortaleza, la templanza y la obediencia.
Estas virtudes se complementan con los valores militares
fundamentales del hombre de armas.
A los Infantes de Marina nos inspiran siempre estos
valores militares fundamentales, que constituyen la base en
que se apoya el deber militar y el Espíritu de los Soldados
del Mar. Estos son: el Honor Militar, el Patriotismo, el
Valor, la Lealtad, la Abnegación, el Espíritu de Cuerpo, la
Subordinación, la Disciplina, el Entusiasmo, la Cooperación
y el Espíritu Religioso. En ellos se sustenta nuestro tan
particular sentido y compromiso con el cumplimiento del
deber, que se traduce en la sólida tradición que los Infantes
de Marina tenemos de cumplir siempre la misión que se nos
asigna, no importando los obstáculos que se deban superar.
24 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

El Espíritu del Soldado del Mar posee su más sencilla


y completa expresión en nuestro lema: “Fuertes a la vez
que Fieles”.

Los Soldados del Mar tenemos el deber permanente


de difundir, cautelar y estimular la moral en nuestros
camaradas de armas, sean estos nuestros pares,
subordinados y subalternos. En otras palabras, los Infantes
de Marina tenemos absoluta conciencia de la necesidad
de difundir y acrecentar el Espíritu del Soldado del Mar, y
para este propósito tenemos muy presente que la mejor
enseñanza moral siempre es el ejemplo personal.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 25

IV.- EL ENTRENAMIENTO
La finalidad del entrenamiento en la Infantería
de Marina es formar unidades capaces de “Vencer en
Combate”. Esta es la clave para la eficiencia de combate de
las Unidades IM y, por lo tanto, constituye la orientación y
objetivo del esfuerzo en tiempo de paz.
Todos los Infantes de Marina comenzamos con un nivel
de instrucción y entrenamiento común en el Centro de
Entrenamiento Básico de Infantería de Marina, calificando
como “Combatiente Básico Anfibio”. Esta instrucción inicial
nos proporciona conocimientos básicos de combate
junto con el necesario acondicionamiento físico y mental;
sin embargo, nos entrega además un marco de valores
trascendentes, una moral, un orgulloso legado y un lazo de
camaradería. Este es el primer obstáculo que debe abordar
con éxito quien desea ser Infante de Marina, sea un Cadete,
un Grumete, un Soldado que efectúa su Servicio Militar o
un Reservista IM.
La lección más importante de este proceso inicial de
entrenamiento es comprender a cabalidad la relevancia
de la voluntad individual y del trabajo en equipo para
superar obstáculos, los que constituyen la base donde
se forja nuestro Espíritu de Equipo. En el combate anfibio
es fundamentalmente el trabajo de equipo. Aún estando
solos o dispersos, los Soldados del Mar siempre somos
parte de un equipo; y la eficiencia de ese equipo depende
de que cada uno de nosotros cumpla con su deber.
26 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

El fusil constituye el arma básica del Infante de


Marina y es nuestra obligación conocerlo íntegramente,
saber emplearlo con eficiencia y mantenerlo en óptimas
condiciones de operación. Todo Soldado del Mar es un
fusilero. Consecuente con este principio mantenemos
el hábito de entrenar permanentemente con nuestro
fusil, mantenerlo seguro y cercano, conservándolo
siempre en óptimas condiciones operativas. Este fusil
representa para los Infantes de Marina a todas las armas
y al material de guerra que la Patria nos entrega para
cumplir nuestra Misión; son elementos cuya operatividad
pueden significar el éxito o el fracaso de esa misón y el
mantener o perder nuestra propia vida y la de nuestros
camaradas. Por ello su óptimo estado de operación y la
eficiencia en su empleo constituyen para los Soldados del
Mar una preocupación constante, sólo comparable con la
atención que prestamos a nuestro propio estado físico,
y son el reflejo de nuestra lealtad hacia la organización.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 27

Las técnicas individuales de combate son la base


esencial para la eficiencia de cada uno de nosotros en el
campo de batalla, y tienen que ser el objeto de nuestra
principal atención. De igual forma el entrenamiento
colectivo de las unidades IM es de gran importancia
en todos sus niveles (individual, básico, intermedio y
avanzado), constituyen un trabajo de equipo, genera
cohesión y confianza mutua, y prestigia a la unidad. Los
objetivos del entrenamiento colectivo son una de las
mayores responsabilidades para quienes estamos en la
cadena de mando.
Esta doctrina no pretende dar una orientación detallada
con respecto a cómo entrenamos en el Cuerpo IM; existen
Reglamentos, Manuales, Directivas y Procedimientos de
Operación Normal que lo abordan extensamente.
La experiencia nos ha enseñando que el entrenamiento
de las Unidades y Fuerzas IM se desarrolla bajo el marco de
los siguientes principios rectores:
- Lo planificamos bajo una doctrina común, es progresivo
en cuanto al grado de complejidad y bien coordinado.
- Lo abordamos en forma descentralizada, como norma
general de ejecución, para motivar la iniciativa de los
mandos a todo nivel.
- Lo desarrollamos con sentido creativo e imaginativo
y muy exigente, aproximándolo lo más posible a las
condiciones reales de un combate.
28 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

- Adoptamos las adecuadas medidas de seguridad,


una vez efectuado el análisis del Manejo del Riesgo
Operacional (MRO).
- Consideramos siempre el análisis de lo ejecutado, la
crítica realista y franca, la evaluación y la difusión de las
lecciones aprendidas.
Los Infantes de Marina tenemos presente que la
Institución nos ha entregado medios y recursos para
prepararnos para la guerra. Si bien estos recursos
pueden parecer escasos, eso nos incentiva para obtener
el máximo rendimiento de ellos. Tenemos la seguridad y
confianza de que, a través de una adecuada planificación y
administración, nuestros mandos buscan obtener el mejor
provecho a los recursos disponibles, de tal manera de
equipar a los Infantes de Marina en la forma más eficaz y
completa. Nuestra obligación es lograr que ese armamento
y el equipo sea un complemento eficiente para que, en
manos de un auténtico combatiente bien entrenado, sean
el elemento más letal posible para contribuir al éxito de
nuestra misión en el campo de batalla.
Para los Soldados del Mar la instrucción práctica de
combate y el duro entrenamiento en ejercicios y maniobras
de tiempo de paz, incluso los peligros y riesgos, sacrificios
y privaciones que éste conlleva, siempre son aceptados
como un atractivo desafío por superar, los afrontamos
con nuestro particular humor y los aprovechamos
resueltamente por otorgarnos la ocasión de superarnos,
como combatientes y como equipo, pues entendemos que
así se ahorrará pérdida de vidas y mayores sufrimientos en
tiempo de guerra.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 29

En síntesis, entendemos que el entrenamiento en la


Infantería de Marina está dirigido a dominar las diferentes
técnicas, procedimientos y tácticas de combate de
infantería y del empleo de armas combinadas, de
las acciones de asalto anfibio, las técnicas y tácticas
de combate de pequeñas unidades, patrullas y de
operaciones especiales, y todas las acciones de combate
donde ejerce fundamental importancia la instrucción y
capacidad de combatiente individual que tenemos los
Infantes de Marina.
30 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

V.- EL SOLDADO IM DEL SERVICIO MILITAR


Los Soldados que realizan el Servicio Militar en la
Infantería de Marina están cumpliendo una obligación
básica y fundamental como ciudadanos, establecida
en nuestra carta fundamental, la Constitución, y son
parte importante del elemento humano que conforma
la dotación de Unidades y Reparticiones IM, mientras se
encuentran en servicio activo, y luego en la reserva activa.
Lo único que los diferencia con los Infantes de Marina de
carrera es su nivel de preparación y capacidad profesional, pues
solo reciben la instrucción inicial en el Centro de Entrenamiento
Básico de Infantería de Marina, como Combatientes Básicos
Anfibios y el entrenamiento especializado para el puesto
de combate en las Unidades o Reparticiones IM donde son
destinados, sean éstas de combate, de apoyo de base o
de seguridad. Sin embargo, en lo que dice relación con la
aptitud física y mental, como además la Moral y el Espíritu,
estas condiciones se aplican plenamente también para el
Soldado IM (S.M.), siendo la última, la que contempla la parte
de los valores morales la que debe ser de nuestra especial
preocupación con ellos, dado que no sólo tendrá importancia
durante el Servicio Militar sino que también el futuro de estos
ciudadanos y reservistas IM.
En este aspecto tenemos presente que todos los
Infantes de Marina profesionales somos “instructores” de
estos otros Infantes de Marina del Servicio Militar, para
contribuir a entregarles nuestras mejores enseñanzas
en lo profesional, nuestra experiencia en el servicio y
principalmente nuestro ejemplo y valores transcendentes.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 31

VI.- CONDUCTA PERMANENTE DE LOS INFANTES DE


MARINA EN LA PREPARACIÓN PARA LA GUERRA Y
EN LAS ACCIONES DE COMBATE

1.- El principal factor de éxito de una Unidad de Infantería


de Marina es su Espíritu de Cuerpo. Esto no requiere
mayor explicación para los Soldados del Mar,
simplemente significa que ningún Infante de Marina
puede defraudar a otro.

2.- La disciplina es de la mayor importancia en el Cuerpo


IM. Esta la aplicamos en todas las actividades y en
todo momento. La disciplina está sujeta a normas
permanentes y precisas que se establecen en leyes,
reglamentos y la Ordenanza de la Armada.

3.- Mostramos siempre excelente apostura y formas


militares. Exteriorizamos energía, capacidad física y
una elevada moral de combate, acorde a nuestro rol de
combatiente de élite.

4.- Usamos el uniforme con pulcritud y de acuerdo a


las disposiciones reglamentarias permanentes; esto
incluye el corte de pelo, que siempre será corto. La
tenida de combate podrá mancharse y romperse
durante las acciones de combate, pero nunca antes. El
uso de identificación es obligatorio, especialmente en
todo ejercicio en el terreno, entrenamiento anfibio y
acciones de combate.
32 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

5.- En entrenamiento y en acciones de combate,


la cadena del mando practicamos el hábito de
mantener informados a los subordinados y de realizar
inspecciones diarias al personal de nuestra Unidad,
dando el ejemplo e insistiendo en:

a.- Mantener las armas limpias y listas para ser


empleadas.

b.- Buen estado de mantenimiento del uniforme y del


equipo individual de combate.

c.- Contar con la dotación de munición dispuesta.

d.- Mantener las normas de aseo corporal y el cuidado


de los pies.

e.- Estado de alerta máximo mientras se está de


guardia y en la primera línea.

f.- Mantener el espíritu de superación y buen sentido


del humor.

6.- No permitimos la crueldad; esto socavaría la moral,


el honor y fortaleza de los Infantes de Marina. Los
prisioneros de Guerra (PG) están amparados por el
Derecho Internacional del Conflicto Armado, por lo
que los tratamos en forma humanitaria, vigilándolos
cuidadosamente para evitar que se fuguen o que
ejecuten actos hostiles.
F O R T I S AT Q U E F I D E L I S 33

7.- En toda circunstancia y cualquiera que sean los peligros


a los cuales pudiéramos encontrarnos expuestos, los
Infantes de Marina agotamos todos nuestros esfuerzos
para cumplir la Misión, contribuir a la gloria de las
armas de Chile y mantener el honor de la Patria.

8.- Poseemos fortaleza física, mental y espiritual. Esta


cualidad se acrecienta en aquellas personas que
cultivan la fe en principios sublimes, como el amor a
Dios, amor a la Patria y amor a la Familia.

9.- La solidaridad en el combate o en el peligro es, en


todos los grados de la jerarquía, uno de los primeros
deberes militares del Infante de Marina.

10.- No hay nada más edificante para el hombre de armas,


que lograr la victoria en el campo de batalla; y nada
más degradante que ser derrotado. Como Infantes
de Marina, tenemos siempre presente que la Armada
de Chile mantendrá a toda costa la honrosa tradición
legada por el Comandante Prat y el Sargento Aldea,
por lo que los Soldados del Mar no permitiremos
jamás que nuestro glorioso pabellón sea arriado ante
el enemigo.
34 F O R T I S AT Q U E F I D E L I S

11.- Los Combatientes del Cuerpo de Infantería de Marina


somos celosos cumplidores del lema de la Armada de
Chile de “VENCER O MORIR”, y consecuentes con el
lema de nuestra Infantería de Marina, “FUERTES A LA
VEZ QUE FIELES”.
IMPRESO EN LA IMPRENTA DE LA ARMADA
ANTONIO VARAS 339, VALPARAÍSO
Teléfonos: 32 2437932 - 32 2437744
HIMNO
DEL CUERPO DE INFANTERÍA DE MARINA
I
Soldado del mar yo soy
que juro servir mi pabellón
con mi fusil y el corazón
herencia de férrea unión
común afán de ser mejor
hacen del Cuerpo fuerte legión.

II
La Patria en mí confiará siempre
mi lema ha sido lealtad
que Aldea heroico nos legara
al morir junto al bravo Prat.

III
Siempre en tierra y en mar
nuestro valor
fiero supo conquistar palmas de vencedor
a Chile con profundo amor, sepamos todos ofrendar
los triunfos de nuestro valor o la vida sin vacilar.
(bis)

IV
Cruzar horizontes de azul y sol
seguir por senderos de luz y acción
y así del Cuerpo forjar su destino glorioso
a la vera del mar.
(bis)

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