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III.

LA FELICIDAD HUMANA

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1. Fin ultimoúltimo y felicidad

Una vez estudiado el fin ultimoúltimo del hombre desde el punto de vista del método descendente vamos a
estudiarlo desde el punto de vista ascendente, es decir, partiendo de la misma naturaleza humana. Y este proceso se
encamina a la plenitud de la naturaleza humana, es decir, a la consecución de su bien perfecto, y este bien es al que
llamamos felicidad.
Podemos definir la felicidad de varias maneras. Boecio la define como “un estado perfecto hecho por la reunión de
todas las cosas buenas” y Santo Tomas la define como “ el“el bien perfecto que adormece por completo el apetito”.
De un modo masmás amplio podriamospodríamos definir la felicidad como “la obtención estable y perpetua del bien
totalmente perfecto, amable por sisí mismo, que sacia todas las exigencias de la naturaleza humana y colma todos
sus deseos”. Por eso podemos decir que la felicidad es lo mismo que conseguir el fin ultimoúltimo y perfecto, ya que
después de su consecución no queda nada por desear.
Para determinar la naturaleza humana y el objeto de su felicidad tenemos que analizar la naturaleza del hombre. Lo
que sea especificoespecífico de la naturaleza humana nos conducirá al objeto de la felicidad. Por eso, no puede ser el
vivir, ya que es algo común al hombre y a las plantas, ni tampoco puede ser la sensibilidad, porque la tienen también
los animales.
Por lo tanto, lo propio y lo especifico del hombre, como dice AristotelesAristóteles, seria “el acto del alma conforme
a la razón, o por lo menos el acto del alma que no puede realizarse sin razón”. Ahora bien, como las operaciones
propias del hombre son el conocimiento y el amor, la felicidad consistirá en la máxima perfeccionperfección de estas
dos actividades. El conocimiento de lo máximamente inteligible y el amor de lo máximamente bueno.
Por eso, Santo Tomas dice que la felicidad humana consiste en la contemplación de Dios, a la que se sigue un amor y
un gozo perfectísimo de Dios como supremo bien.
En consecuencia, ningún bien finito sacia las tendencia masmás propias del hombre.

2. La felicidad humana

En el apartado anterior hemos dicho que la felicidad humana consiste en el conocimiento y amor de Dios, y como ya
vimos en psicología, el conocimiento que tenemos de Dios no es perfecto por la imperfección del conocimiento
humano. En consecuencia, debemos afirmar que la felicidad perfecta no se da en esta vida
Ahora bien, la felicidad perfecta se consigue con un conocimiento y amor de Dios perfectos, de tal manera que no se
pueda desear nada mas ni haya temor de perder a Dios.
No obstante, es posible llegar a una felicidad imperfecta en esta vida, ya que es posible conocer y amar a Dios, y por
lo tanto, cuanto mayor sea el conocimiento de Dios y el amor que se tenga a ElÉl, mayor será la felicidad humana

2.1 La felicidad natural

La felicidad perfecta que correspondería a la naturaleza humana seria un conocimiento y amor natural muy perfecto
de Dios, situación que se daría al separarse el alma del cuerpo y el conocimiento que tendría el hombre de Dios le
saciaría por completo, aunque su conocimiento seria, por analogía, masmás perfecto que el de esta vid, pero no
intuitivo como los que gocen de la visión beatifica. Por teología sabemos que se daradará de hecho en aquellas
personas no bautizadas que hayan muerto sin uso de razón; de derecho se daría si el hombre ni estuviera elevado
por la gracia.

2.2 La felicidad sobrenatural.

Por la revelación sabemos que el hombre ha sido destinado a un estado superior al que le corresponde por
naturaleza humana, y por lo tanto, gozara de una felicidad sobrenatural.

Esa felicidad sobrenatural consistirá en una posesión perfectísima de Dios a la que seguiraseguirá un gozo y un amor
que aquieten totalmente la voluntad, muy por encima de lo que se podría conseguir con las fuerzas naturales. El
conocimiento de Dios es intuitivo, es decir, cara a cara, y se llama visión beatifica, como ya hemos visto, harahará
falta una ayuda de la gracia que se llama lumen gloriae.

Si no exisitieseexistiese la RevelacionRevelación, lo único que podríamos decir de un modo natural es que ninguno
de los bienes que la razón presenta a la voluntad, al connotar la finitud por el modo de su conocimiento, es
suficiente para colmar plenamente a la voluntad; dicho de otro modo: el bien como tal, al que la voluntad tiende
como a su objeto propio, no se identifica sin masmás con ninguno de los bienes particulares finitos, que son objeto
del conocimiento natural.

D. EL ORDEN MORAL
1. LA LEY ETERNA Y LA LEY MORAL.

1. NocionNoción de ley.

El actuar humano es finalista, es decir actuamos por un fin. Y para actuar conforme a un fin, las acciones se realizan
de acuerdo a unas reglas, las cuales van dictadas por la razón. Esto se debe a que para ordenar algo se exige conocer;
con otras palabras, podemos decir que el hombre puede ordenar su conducta porque conoce el fin al cual se dirige.
Pero además, el hombre no vive aislado, sino que en sociedad, y por tanto, no solo busca los bienes temporales, sino
los bienes comunes para toda la sociedad, y se apoya en los demás para su consecución. Por lo tanto, en este
ultimoúltimo caso no seriasería suficiente la razón de cada hombre, sino que seriasería necesaria una ordenación
racional que una las acciones de todos los hombres en vistas del bien común. Todas estas normas objetivas vienen
establecidas no por un individuo concreto, sino por la autoridad. Y asiasí surgen los diferentes tipos de leyes, que
regulan las diversas actividades humanas, económicas, sociales, deportivas, etc.
Por eso Santo Tomas define ley como “una ordenación de la razón dirigida al bien común y promulgada por quien
tiene a su cargo la comunidad”. Podemos explicar esta definición con los siguientes puntos:

1.1. Se llama ordenación porque no es una mera recomendación o consejo, sino que se trata de una orden o
mandato que impone el superior al inferior.
1.2. Decimos que es de razón porque no es un capricho arbitrario, sino que esta impuesta por el legislador y
formulada según la recta razón.
1.3. La ley se dirige al bien común para satisfacer a la comunidad en su conjunto, y no tanto al individuo como tal.
Un mandato dado a un individuo en un asunto privado requerirá obediencia, pero no es una ley.
1.4. La ley tiene que ser promulgada, es decir, dada a conocer fácilmente a aquellos a quienes se obliga.
1.5. La ley emana del que tiene a su cargo la comunidad, es decir, un legislador con jurisdicción, que será tanto un
individuo como una corporación, teniendo como característica que el mandatoslos mandatos se hagan con
autoridad.

2. La Ley Moral

La Ley Moral es aquella que regula los actos humanos en orden al ultimoúltimo fin. Y además de regular los actos
humanos, los mide, dando a conocer la bondad o malicia de ellos.
La ley moral es verdadera ley porque:
a) cumple con lo definido anteriormente con respecto a la ordenación de la razón, pues dispone los actos en función
del fin ultimoúltimo del hombre.
b) se dirige al bien común, ya que lo ordena hacia Dios, fin ultimoúltimo común de todas las criaturas.
c) esta promulgada por el que tiene a su cargo la comunidad. Se entiende que tiene a Dios como autor y que lo
inscribe en el mismo corazón del hombre. Por eso, Dios es el Autor Supremo de la Ley Moral. No obstante, algunas
veces Dios asocia a las criaturas que pueden promulgar leyes con una autoridad participada.

3. La Ley Eterna.

Santo Tomas define la Ley Eterna como “el ejemplo de la sabiduría divina, en cuanto dirige todas las acciones y
movimientos”. Con otras palabras, la Ley eterna es el plan con el que la SabiduriaSabiduría de Dios ordena todos
los actos y movimientos (tanto leyes físicas como leyes morales), que son concebidas por Dios desde la
eternidad.
La ordenación que existe en el Universo es ley en cuanto que deriva del orden de la Ley Eterna, y esas leyes del
Universo son las leyes físicas. Y también la Ley Eterna es norma suprema universal e inmutable de las criaturas
espirituales, y por eso, el hombre será bueno en la medida que se adecue a la Ley Eterna, cuya participación en
la criatura racional se llama Ley Natural.

II. LA LEY NATURAL

1. NocionNoción de Ley Natural.

Hemos visto que la Ley Eterna es participada intrínsecamente por tanto las criaturas racionales como
irracionales.
Pues bien, al modo superior –entendido este en el sentido de que estaestá grabado en las potencias
superiores, que son el entendimiento y la voluntad- de la participación de la Ley eterna en el hombre se
llama Ley Natural. Y podemos definirla como “la participación de la Ley Eterna en la criatura racional”
Podemos concretar la ley natural en dos puntos:
1.1 Es una ordenación de la naturaleza humana dirigida a los bienes necesarios para el perfeccionamiento de
la persona, es decir, para alcanzar su fin ultimoúltimo.
1.2 Es una luz de la inteligencia, ya que por ella juzgamos fácilmente tanto los principios supremos del orden
moral como el modo justo y recto de satisfacer las inclinaciones de la naturaleza humana.
Los ordenamientos fundamentales de la Ley natural son conocidos por todos los hombres.

2. Propiedades de la Ley natural


Las dos propiedades de la ley natural son: la universalidad y la inmutabilidad. Al decir que es universal
entendemos que afecta a todos los hombres en cualquier circunstancia que se encuientreencuentre y para
siempre. Y también decimos que es inmutable porque tiene por autor a Dios y, por lo tanto, los hombres ni
la crean ni la cambian.
Pese a ser universal puede quedar oscurecida en el hombre por el influjo de las costumbres o las pasiones,
en lo que se refiere a algunos de sus aspectos masmás particularizados; y pese a ser inmutable en sisí misma,
el hombre la va descubriendo poco a poco: incluso lo “inmediatamente” evidente no siempre lo es también
“instantáneamente”.
De las dos propiedades fundamentales de la Ley natural se derivan las siguientes consecuencias:
A. Los cambios históricos, tecnológicos, sociales, de costumbres, etc. ,., no pueden modificar la esencia de la
Ley natura. Lo único que pueden lograr es un conocimiento masmás claro de algunas determinaciones
particulares.
B. Los principios de la Ley natural se regulan según la recta razón y, por lo tanto, no son fruto de lo que
decide la mayoría.
C. La ley natural proviene de la autoridad divina de Dios y no necesita ninguna promulgación humana.
D. Como el autor de la ley natural es Dios, ni el hombre ni las circunstancias históricas pueden cambiarla, ni
disminuir su obligatoriedad.
E. La ley natural rige para todo hombre por el hecho de serlo, y en consecuencia, no obliga por tener unas
creencias religiosas o unas convicciones políticas.

3. Contenido de la Ley Natural.

La ley natural estaestá constituida por todos los fines y bienes que la persona humana debe conseguir y
respetar para alcanzar la perfeccionperfección y lograr el fin ultimoúltimo. Todos estos bienes y fines fueron
escritos en el DecalogoDecálogo por Dios. A continuación vamos a exponer los contenidos de la Ley Natural.
El primer principio sobre el que descansa todo el orden natural es el siguiente: “hay que hacer el bien y
evitar el mal”. Este principio es conocido por todo hombre que tenga uso de razón, y además contiene
implícitamente los demás principios morales. Estos se derivan de la conjunción de este primer principio con
el conocimiento de las inclinaciones y tendencias de la naturaleza humana. Los restantes principios
derivados del primero son los siguientes:
A. Tendencia a conservar y fomentar la vida. Este principio entiende como un deber natural el procurar todo lo
necesario para conservar la propia vida y evitar lo que pueda dañar la propia vida y evitar lo que pueda
dañar la ajena. Por eso va en contra de la Ley Natural el suicidio, el uso de drogas, la mutilación, la eutanasia,
etc.
B. Tendencia sexual a la conservación de la especie humana. Al contrario que el anterior principio, no mira a la
conservación del individuo. Esta tendencia comprende además la procreación y la educación de los hijos. En
consecuencia, cualquier uso de la sexualidad que no se ordene a la procreación, en el seno de una familia
lícitamente constituida, va en contra de la Ley Natural. Un caso contrario a esta ley es el uso de
anticonceptivos, al igual que la inseminación artificial y la fecundación “in vitro”. En esos tres casos se da
igualmente la separación entre el significado unitivo de la vida conyugal y la procreación; tal es la separación
hace igualmente ilícitos, es decir, por la misma razón los 3 casos.
C. Tendencia social. El hombre no solo se perfecciona individualmente, sino que también busca su
perfeccionamiento en la sociedad con la ayuda de los demás hombres. De ahí se derivan todos los medios
para que la sociedad exista y pueda cumplir todos sus fines. En consecuencia, habrá que obedecer a la
autoridad legitimalegítima, respetar el honor, la fama, etc.
D. El ultimoúltimo principio de la Ley Natural es el que hace referencia a Dios. Se concreta en el conocimiento y
el amor de Dios, tributando a Este el culto debido y evitando lo que nos pueda apartar de ElÉl. La tendencia
de amar y conocer a Dios es lo masmás importante de la Ley Natural. Esta tendencia estaestá basada en la
racionalidad del hombre, que lleva genéricamente a huir de la ignorancia y a la búsqueda de lo verdadero,
que no es otra cosa que el mismo Dios.
Estos primeros principios son fáciles de conocer por todo el mundo, pero en la medida en que se resuelven
en conclusiones masmás difíciles de entender pueden dar lugar a juicios morales erróneos. Ahora bien, el
juicio erróneo resultante no supone que no se conozcan los principios mismos, o que no sean propios de la
ley natural, sino que se da la inexperiencia en la aplicación practicapráctica, como puede darse en la persona
que sabe física pero que se equivoca en la resolución de un problema.
4. El conocimiento de la Ley Natural.

El conocimiento por todos los hombres de los principios de la ley natural ha llevado a algunos a creer que el
hombre tiene ideas innatas, es decir, que tiene conceptos y juicios con los que ya nace, y esto es falso.
El contenido de la ley natural se obtiene lentamente. El hombre, al poseer una naturaleza racional, extrae de
ellas las conclusiones acerca de su propia naturaleza. En el momento de nacer no tiene conocimiento moral
alguno, sino que lo va formando por sisí mismo. Lo que afirmamos es que está capacitado con la capacidad
para formar juicios morales extrayendo de la naturaleza las ideas morales y forjando juicios para aplicarlos al
caso concreto.
Esa tendencia por la cual vamos realizando juicios morales es el háabito de los primeros principios morales
que conocemos con el nombre de sindéresis. Esta nos impulsa a aprehender los bienes morales como fines
que se deben conseguir, y los males como algo que hay que evitar. Por eso la sindéresis es un háabito
natural del intelecto, pero no un conjunto de ideas innatas como antes veíamos.
El conocimiento de la Ley Natural se extiende a todo el ámbito de la naturaleza, de tal manera que la
experiencia nos demuestra que todo hombre con rectas disposiciones tiene conocimiento moral necesario
para obrar. No obstante, en la práctica se da la desigualdad de conocimiento entre los hombres acerca de la
Ley Natural, y ello se debe a que el hombre puede utilizar de mala manera su libertad. Por eso, la constancia
en una mala conducta tiende a desdibujar el conocimiento moral concreto. En consecuencia, el
oscurecimiento de la Ley Natural no es algo natural, sino que se debe al desorden de la voluntad.

III. LA CONCIENCIA MORAL


1. Noción de conciencia

La palabra conciencia (cum-scientia) significa saber conjunto; comprende junto con los principios morales
universales de la Ley Natural el conocimiento de las circunstancias determinadas “de hecho” a las que hay
que aplicar aquellos principios.

La Ley Moral es un conjunto de verdades a las que debe conformarse el obrar humano; pero como las
acciones de los hombres son siempre singulares y concretas, el hombre necesita aplicar la Ley Moral a cada
acción concreta. En este sentido, la aplicación de la ciencia al acto se llama conciencia moral.

La conciencia no es una facultado distinta del entendimiento, pues de lo contrario los juicios morales serían
irracionales. Por eso, la conciencia no es otra cosa que el intelecto en la función específica de juzgar acerca
de la bondad o malicia de nuestros propios actos. Por ello, definimos la conciencia como “el juicio del
intelecto práctico, que a partir de la Ley Natural juzga acerca de la bondad o malicia de un acto singular”. Por
tanto, la conciencia no se plantea, por ejemplo, ¿por qué es malo mentir?, sino “si digo lo que estoy
pensando ¿mentiré?”. El juicio de la conciencia no es autónomo. Con ello queremos decir que la conciencia
no discute el valor de la Ley Moral, sino que aplica la Ley a cada uno de los actos. Por este motivo, se puede
decir que “sin ciencia no hay conciencia”.

2. Clases de conciencia

La conciencia presenta diferentes modalidades según a lo que se refiera. Estudiaremos ahora los tres casos
más comunes.

2.1 Por su relación al acto


A. Antecedente: es la que juzga sobre un acto que se va a realizar mandándolo o prohibiéndolo y, otras
veces, aconsejándolo o disuadiéndolo.
B. Consecuente: es la que aprueba o desaprueba un acto ya realizado produciendo autoaprobación o
remordimiento.
C. Concomitante: es la que acompaña a la realización del acto, es decir, el “darse cuenta” de que se realiza.

2.2 Por el tipo de asentimiento


A. Cierta: es la que juzga sin temor a que la posibilidad contraria pueda ser verdad. Es decir, juzga con
firmeza (“estoy seguro de”).
B. Dudosa: es aquella que suspende el juicio de la conciencia porque la inteligencia no ve motivos entre las
dos posibilidades de actuar. Cuando admite con probabilidad una de ambas posibilidades, admitiendo
que la opuesta sea cierta, se llama conciencia probable.
2.3 Por relación a la formación o deformación
A. Conciencia laxa: es aquella que quita razón de pecado a cualquier acción que realmente la tiene, sin
fundamento alguno. Esta a su vez se puede dividir en “cauterizada” y “farisaica”. Se llama cauterizada
cuando por la frecuente repetición de un cierto tipo de pecado no llega a advertir su maldad.
La farisaica es aquella que sensibiliza a la persona ante algunos actos externos, pero peca sin escrúpulo
en materias de gran importancia.
B. Conciencia escrupulosa: es aquella que teme cometer pecado en acciones sin ningún tipo de motivo
fundado. La conciencia escrupulosa atormenta al que la posee susciandosuscitando dudas que ya fueron
eliminadas anteriormente. El escrupuloso tiene un temor y una ansiedad desproporcionados. Y esta
escrupulosidad llega a la ansiedad neurótica que constituye más un estado enfermizo que ético. Formatted: Font: Italic
C. Delicada: es la que juzga rectamente con la verdad y certeza. Esta conciencia se puede adquirir con una
cuidad formación de la misma. Formatted: Font: Italic
3. Principios para seguir la conciencia Formatted: Outline numbered + Level: 1 + Numbering
Style: 1, 2, 3, … + Start at: 1 + Alignment: Left + Aligned
Como la conciencia puede ser de muchos tipos, conviene determinar cuándo un juicio de conciencia es regla at: 0.5" + Indent at: 0.75"
de moralidad. Formatted: Normal, Indent: Left: 0.5", No bullets or
numbering
A. Sólo es regla moral aquella conciencia que sea cierta y a la vez verdadera o invenciblemente errónea. De
Formatted: Numbered + Level: 1 + Numbering Style:
lo dicho, podemos deducir que sólo es regla de moralidad la conciencia cierta, pues quien actúa contra A, B, C, … + Start at: 1 + Alignment: Left + Aligned at:
ella, peca. Pero además de cierta, la conciencia debe ser verdadera, es decir, que la objetividad u 0.5" + Indent at: 0.75"
subjetividad coincidan (por objetividad entendemos la conformidad con la norma moral; y por
subjetividad, la certeza en el asentimiento).
Ahora bien, la imperfección humana posibilita que el hombre, puestos todos los medios para salir del Formatted: Indent: Left: 0.75", No bullets or
error, en algún caso juzgue como recto algo que es falso, es decir, que actúe con conciencia numbering
invenciblemente errónea. En este caso, si actúa con este tipo de conciencia, además de tener certeza, es
regla de moralidad, pues la conciencia invenciblemente errónea se equipara a la verdadera.
B. No es regla de moral la conciencia venciblemente errónea y esto sucede por dos motivos. Por una parte, Formatted: Numbered + Level: 1 + Numbering Style:
no se puede obrar contra ella, pues se realizaría lo que se juzga mal. Pero a su vez tampoco es lícito A, B, C, … + Start at: 1 + Alignment: Left + Aligned at:
0.5" + Indent at: 0.75"
seguirla, ya que el acto que sigue a un error culpable, lo es in causa, es decir, es culpable porque el error
del que procede podría haber sido evitado.
C. No es norma de moralidad el actuar con conciencia dudosa. El que tiene una duda fundad en serias
razones sobre si un acto es lícito o no, no puede realizarlo, ya que se expone a obrar mal, y por eso, debe
indagar y buscar consejo para salir de la duda antes de realizar la acción. Formatted: Indent: Left: 0.75", No bullets or
numbering
4. Formación de la conciencia Formatted: Outline numbered + Level: 1 + Numbering
Style: 1, 2, 3, … + Start at: 1 + Alignment: Left + Aligned
at: 0.5" + Indent at: 0.75"
Formatted: Font: Not Italic
Dado que la conciencia es regla moral de nuestras acciones, y de nuestros actos dependen la felicidad Formatted: Normal, Indent: Left: 0.5", No bullets or
eterna, es de máximo interés poseer, además de una conciencia cierta, una conciencia verdadera. Ello lleva numbering
consigo que todo hombre deba preocuparse por adquirir una firma conciencia moral.

En la práctica, ese afán de conformar nuestra conciencia con la Ley Moral se traduce en una instrucción
oportuna por el conocimiento de las leyes morales. Concretamente, supone una actitud positiva por parte
del hombre para practicar las virtudes y huir de los vicios. Y las virtudes fundamentales que debe adquirir en
este terreno son la sinceridad y la humildad, para saber reconocer los propios errores y pedir consejo a las
personas prudentes.

B. Sobre todo, la formación de la conciencia viene obligada en los casos, muchas veces frecuentes, en
los que tenga duda sobre la moralidad de los actos a realizar. En estas situaciones se verá obligado a
consultar con personas prudentes para salir de la duda sin caer en la tentación fácil de seguir el consejo que
más nos favorezca, sino aquel que más se acomode a la Ley Natural o a la recta razón.

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