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Pobreza

Pobreza es la privación del mínimo de bienes que debe tener una persona o grupo de
personas para encontrarse en una situación digna de vida (“Banco Mundial“, s.f). Según
registros oficiales, alrededor del 50 por ciento de los 15 millones de personas que habitan
Guatemala son pobres (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011, 2011).
En Guatemala, de acuerdo con la medición del Instituto Nacional de
Estadística realizada en el año 2006 –Encuesta Nacional de Condiciones de Vida
2006-, se categorizaba dentro del umbral de pobreza a toda persona que alcanza a cubrir
el costo mínimo de alimentos en un año pero no el costo mínimo adicional calculado para
otros bienes y servicios básicos. Esta cifra aumenta cada año de acuerdo a diversos
factores (“Presentación de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2006“, s.f).
Dentro del concepto de pobreza también está incluido pobreza extrema, diferenciado en
que en esta última se categoriza a todos los individuos que no alcanzan a cubrir el costo
mínimo de alimentos en un año -3026 quetzales en un año- (“Presentación de la Encuesta
Nacional de Condiciones de Vida 2006“, s.f).
Pobreza en Guatemala
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2006 -ENCOVI 2006- realizada en
Guatemala en el año 2006 estableció que en el país habían 12 987 829 personas, de las
cuales un 51 por ciento vive bajo la línea de pobreza. Esto se traduce en 6 625 892
personas categorizadas como pobres. De esta última cantidad, un 15.20 por ciento se
encuentran en la pobreza extrema -1 976 604- (“Presentación de la Encuesta Nacional
de Condiciones de Vida 2006“, s.f).
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011 especifica que, según datos de
ese año, dentro del umbral de pobreza extrema se incluye a todas las personas que
durante 12 meses viven con menos 4380 quetzales -esta cifra era en 2006 de Q.3206 y
en 2000 de Q.1911-. Todas aquellas personas que viven con más de esta cantidad
anualmente -Q.4380- pero menos 9030.93 quetzales anuales están en la categoría de
pobreza. (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011, 2011).
A continuación se presentan algunos de los resultados principales de dicha encuesta
(Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011, 2011):
– Un 13 por ciento de la población vive en pobreza extrema, un 41 por ciento lo hace en
pobreza y un 46 por ciento de los guatemaltecos no vive en la pobreza.
– El nivel de pobreza total dentro de la población guatemalteca pasó de un 51 por ciento
en 2006 a un 53.71 por ciento en 2011. Sin embargo, la pobreza extrema pasó de un
15.20 en 2006 a un 13.33 en 2011.
– Alta Verapaz es el departamento con más pobreza extrema dentro del país, con una
tasa de 37.72 por ciento. Lo sigue Chiquimula con un 28.28 por ciento y Zacapa con un
24.96 por ciento. En otras palabras, en Alta Verapaz, casi 4 de cada 10 personas son
pobres en situación extrema.
– Alta Verapaz es también el departamento con más pobreza general, con una cifra de
78.24 por ciento. Es decir que de cada 100 personas, 78 son pobres. Lo sigue Sololá con
77.47 por ciento y Totonicapán con 73.29. Guatemala es el departamento con menos
pobreza general, con un 81.36 porcentaje de personas no pobres.
Según información del Instituto Nacional de Estadística referente al año 2014, adquirir
una Canasta Básica Alimentaria (CBA), es decir alimentos básicos para que una familia
sobreviva durante un mes, tuvo un costo mensual de Q. 3,236.70 (426 dólares). Una
familia que vivió con 430 dólares o menos al mes es considerada como pobre en extremo
o dentro de la categoría de pobreza extrema. Hay 15 por ciento de pobres en extremo en
Guatemala (Guatemala cerró 2014 con 2,95 por ciento de inflación, 2015).
De acuerdo a la misma entidad en el mismo período de tiempo, las familias que cada mes
consumieron gastos en alimentación, y también en educación, salud, vivienda, transporte
y recreación, entre otros, por menos de Q,5,988.50 (778 dólares) cada mes, están dentro
de la categoría de pobreza (Guatemala cerró 2014 con 2,95 por ciento de inflación,
2015).

VIOLENCIA
Guatemala está atravesada por un sinnúmero de expresiones violentas. En muy buena
medida a partir de las matrices de opinión generadas por los medios masivos de
comunicación, tiende a i-dentificarse "violencia" con "delincuencia". Pero la realidad es
mucho más compleja que esa simplificación. Esa identificación es, cuanto menos,
errónea, si no producto de una interesada manipulación. Los poderes fácticos, en mayor o
menor medida, se siguen beneficiando de ese clima generalizado de violencia. Combatir
las violencias implica desmontar esos poderes; es decir: una tarea tanto política como
sociocultural. Para ello el fortalecimiento del Estado juega un papel crucial e
imprescindible.
La situación actual
La violencia constituye un problema de salud pública. La Organización Mundialde la
Saludconsidera que existe una epidemia en términos sanitarios cuando se da una tasa
superior a los diez homicidios por cada 100.000 habitantes en un período de un año
(OMS, 2002). En Guatemala esa tasa se encuentra en el orden de los 40 homicidios, con
un índice de 13 muertes violentas diarias promedio. De mantenerse esta tendencia, en los
primeros 25 años luego de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996 que pusieron fin a
una guerra que, según el Informe de la Comisiónpara el Esclarecimiento Histórico, costó
la vida a alrededor de 250.000 personas (CEH, 1998), el número de muertos superará al
registrado en esas casi cuatro décadas de enfrentamiento armado, período en el que el
promedio de muertes diarias era de diez. "La violencia es una de las amenazas más
urgentes contra la salud y la seguridad pública", afirma el mencionado organismo técnico
de Naciones Unidas. Con estas estadísticas se considera que la situación en Guatemala
está en una condición de gravedad particularmente sensible y preocupante. Sin ánimos
de ser pesimistas ni agoreros, técnicamente se puede decir que desde el punto de vista
de la seguridad y la convivencia cotidiana, ahora la sociedad está en una situación
comparativa que no es sustancialmente mejor que durante el conflicto armado. Aunque
formalmente no hay guerra, la percepción dominante hace sentir la vida cotidiana como
que sí, efectivamente, se vivieran un clima quasi bélico.
Y si no se está "peor", al menos la actual explosión de violencia abre inquietantes
interrogantes sobre la sociedad post conflicto que se está construyendo y las perspectivas
futuras. En ese sentido, preocupan altamente dos cuestiones: de hecho, las causas
estructurales que pusieron en marcha ese enfrentamiento interno en la década de los ‘60
en el siglo pasado no han cambiado, a lo que se suma la pesada carga dejada por uno de
los más sangrientos conflictos internos con características de "guerra sucia" que vivieron
las sociedades latinoamericanas en el marco dela GuerraFría, secuelas que han sido muy
poco abordadas, lo que refuerza una cultura de impunidad ya histórica en el país. En ese
escenario, la debilidad estructural del Estado obra como un elemento que, en vez de
facilitar procesos, los complica especialmente.
Hoy día, repitiendo y superando los índices de violencia que se podían encontrar durante
la guerra, la situación cotidiana nos confronta con nuevas formas de violencia. No hay
enfrentamientos armados entre Ejército o fuerzas estatales y movimiento guerrillero
insurgente, pero la situación de inseguridad que se vive a diario, en zonas urbanas y
rurales, comparativamente es más preocupante. Han aparecido nuevas expresiones de
violencia en estos últimos años: además de la tasa extremadamente alta de homicidios,
asistimos a una explosión del crimen organizado manejando crecientes cuotas de poder
económico, y por tanto, político. Se ven nuevas modalidades, como el surgimiento y
crecimiento imparable de las pandillas juveniles –las "maras"– (que, según estimaciones
serias, manejan por concepto de chantajes y cobros de impuestos territoriales cantidades
millonarias), el auge de los carteles del narcotráfico, el feminicidio (con un promedio de
dos mujeres diarias asesinadas, muchas veces previa violación sexual), (INE, 2011), las
campañas de la mal llamada "limpieza social", los linchamientos. Complementando esto,
es imprescindible mencionar que, si bien no aparece contantemente en los medios de
comunicación, hay una cantidad de muertes por hambre que supera a los muertos por
hechos violentos, según informes oficiales del Procurador de Derechos Humanos (PDH,
2011). En estos momentos, según datos de UNICEF (2011), Guatemala es el segundo
país en Latinoamérica y sexto en el mundo en orden a la desnutrición. Es decir: la
violencia homicida asienta en un trasfondo de pobreza estructural histórica, y un elemento
no puede disociarse del otro, aunque en la vivencia cotidiana –en buena medida
manipulada– la criminalidad delincuencial aparece escandalosamente como el principal
"pandemonio".

TIPOS DE VIOLENCIA Y SU INCIDENCIA ECONOMICA


Los latinos ven además la violencia intrafamiliar como la forma más perjudicial para sus
sociedades, según el sondeo Latinobarómetro difundido el viernes en Buenos Aires.
De media, la delincuencia es el problema más importante para el 22% de los
latinoamericanos, solo superado por la suma de los datos que marcan los problemas de
tipo económico como la desocupación (16%), el desabastecimiento (3%), la inflación (3%)
o la pobreza (3%).
Entre los 18 países de la región analizados en el estudio, los habitantes de Honduras,
Panamá, Guatemala, República Dominicana, Chile, México, Colombia, Perú, El Salvador
y Uruguay colocan la inseguridad como su problema más importante.
Por contra, para los brasileños la salud es la preocupación más grande, para los
bolivianos es la corrupción y para los argentinos es el estado general de la economía.
Por primera vez desde 1996 (año del primer Latinobarómetro), el estudio pregunta cuál es
el tipo de violencia más dañina para la sociedad.
Con "sorpresa", apunta el informe, "la mayoría de los latinoamericanos (63%) cree que la
forma más dañina para el desarrollo del país no es la que enfrentan en las calles, sino la
violencia intrafamiliar en casa, ya sea hacia las mujeres o los hijos".

Pese a que el índice de preocupación por la inseguridad se mantiene estable en los


últimos años, se ha reducido el número de encuestados que dice haber sido víctima de un
delito (del 44% de 2015 al 36% del 2016).
Sin embargo, solo el 12% de los entrevistados manifiesta "no tener nunca ningún temor" a
sufrir directamente la delincuencia.
"La evolución de la delincuencia como problema principal no se relaciona con la
declaración de victimización", apunta el informe de la oenegé Latinobarómetro, radicada
en Chile, sino con un cambio en las demandas de las sociedades.
Para la directora de la institución, Marta Lagos, "a mejor situación económica más
importancia tiene la delincuencia porque otros problemas dejan de ser importantes",
apuntó el viernes en la presentación internacional del estudio efectuada en Buenos Aires.
Se debe indudablemente a la sucesión de muertes de mujeres a manos de sus parejas el
que la violencia doméstica haya alcanzado el rango de problema público. Pero, pese a
que las muertes sean su extremo más espantoso, merece la pena, sin embargo, centrarse
en aquella violencia doméstica que sólo se traduce en muerte no intencionadamente
(cuando al agresor se le va la mano), distinguiéndola de aquella otra donde predomina el
objetivo de causarla, pues quizá sobre la primera pueda influirse desde la economía.Poco
hasta ahora decía la teoría económica sobre la violencia doméstica. Al modelizar la familia
como institución resultante de una interacción cooperativa (usando la jerga de la Teoría
de Juegos), fruto de unos intereses comunes asumidos por el matrimonio, quedaban fuera
las familias donde es usual la violencia, pese a no ser infrecuentes (se estima que hay
episodios de violencia en el 30% de las parejas norteamericanas).

Delincuencia En Guatemala
Guatemala atraviesa actualmente por uno de los períodos más difíciles de su historia en
lo atinente a la evidente incapacidad del gobierno para proveer a los habitantes un mínimo
de seguridad frente al desbordado Vandalismo que impera en todo el país especialmente
y en una dimensión que raya en la barbarie a nivel de la ciudad capital y municipios
aledaños, es tal el poder que han logrado alcanzar la delincuencia y las maras, que la
autoridad titular encargada (PNC) de atender tal situación confiesa (y aun no lo hiciera) no
disponer de la capacidad necesaria para ejercer algún control sobre tales grupos de
maleantes mucho menos para reducirlos.
Los guatemaltecos presenciamos con horror como cada día crece, se amplía y se afianza
el poder de la delincuencia común y las maras, los pandilleros se están haciendo
poderosos a costillas del ciudadano honrado e indefenso, cobran arbitrios para no matar,
amedrentan a los vecinos que en resguardo de su vida abandonan sus viviendas
cediéndoles mas territorio, las maras intimidan, extorsionan, secuestran, roban, violan,
asesinan y frente a esta desolación, el ciudadano descubre que esta totalmente
desprotegido, no solo se siente impotente realmente lo esta, porque no tiene la posibilidad
de defenderse o de enfrentar a estos grupos criminales.
El clima de zozobra generado por la empeñosa actividad de las maras y la incomprensible
pasividad de los entes gubernamentales encargados unos de ejercer su autoridad para
proteger a los guatemaltecos y otros de impartir pronta justicia nos está llevando al caos
total. Ante el panorama incierto que plantea la manifiesta ingobernabilidad que alienta la
flojera del Gobierno y como consecuencia de su situación desesperada el ciudadano
común, cae en la tentación de organizarse (y talvez armarse) por su cuenta para hacer
justicia por propia mano, cegado por la desprotección que afronta no logra visualizar los
riesgos inherentes a esta nueva amenaza, la organización que inicialmente se inspira en
los nobles postulados de proteger y resguardar la vida y los bienes de quienes la integran
pudiera en algún momento llegar a ser poderosa, ese mismo poder a su vez será capaz
de corromperla y Dios no lo quiera, un día no muy lejano convertirla en un nuevo enemigo
de la comunidad que la creo y alimento esperanzadamente.

Indiscutiblemente que toda la responsabilidad encarnada en el concepto de seguridad


ciudadana le corresponde al estado, en el caso de Guatemala con inicial minúscula
aludiendo a la minúscula dimensión en que el Gobierno la está cumpliendo, a pesar de
que como ya fue apuntado, la actividad delincuencial raya en la barbarie. Frente a esta
tragedia cotidiana, las más altas autoridades de Gobierno, empeñadas en la tarea política
de proyectar un artificial clima de sosiego y de privilegiar los intereses de grupos e
individuos que respaldaron y financiaron la campaña electoral que los llevo al poder,
asumen la infantil postura de desviar (insultando la inteligencia de todos) nuestra atención
hacía cuestiones de importancia relativa, los distractores abarrotan la plana informativa de
los Medios de Comunicación (mas que todo escritos) buscando minimizar en la opinión
pública nacional e internacional, el impacto social del problema maras, aun a sabiendas
que todo mundo esta conciente de la trágica gravedad de la situación, como es de
esperarse, este Gobierno como los anteriores, pretende tapar el sol con un dedo y ocultar
que la responsabilidad de gobernar al país les quedo demasiado grande, no solo por falta
de voluntad política, sino por la ausencia de un proyecto de Nación, a partir del
cual, pueda gobernar de manera coherente o por lo menos honrando sus promesas de
campaña.
El nefasto panorama de inseguridad generado por la incontenible embestida de la
delincuencia común y de las maras,hoy mas que nunca pone de manifiesto la incapacidad
de la PNC para ejercer algún control y proteger al ciudadano, las causas de tal condición
son diversas y dolorosas y se enlistan tanto de forma como de fondo: La falta de recursos
económicos de la institución, un entrenamiento deficiente, una mediocre selección del
elemento humano, una débil estructura de mando, obsoletas técnicas de prevención del
delito, falta de manejo de estrategias globales de contención y control del delincuente,
escasa formación de conciencia ciudadana de los elementos y como factor crítico, la
ausencia total de convicción en la fe del deber, denominador casi común a los elementos
de la PNC crea un vació que los arrastra velozmente a corromperse aun en el período de
entrenamiento.

EXTENSION DE COBERTURA EN SALUD EN GUATEMALA


Como parte de las políticas públicas destinadas a conseguir la reconstrucción nacional
luego del fin de la guerra civil, en 1997 el gobierno guatemalteco lanzó el Programa de
Extensión de Cobertura de Servicios Básicos, que ha sido conservado desde entonces
como una de las prioridades en salud de los sucesivos gobiernos. A partir de este
programa se echó a andar el Sistema Integral de Atención en Salud, basado en el
establecimiento de contratos con OSC que se comprometieron a llevar atención a la salud
a la población sin acceso a establecimientos del MSPAS, fundamentalmente a las
comunidades indígenas de zonas rurales. En 2001 se habían suscrito 144 convenios de
este tipo con alrededor de 90 OSC que ampliaron la cobertura de servicios a más de tres
millones de personas de áreas rurales alejadas. Los contratos se centran en la prestación
de servicios materno-infantiles y prevención y tratamiento de enfermedades como la
malaria.
En 1997 también se puso en marcha el Programa de Accesibilidad de Medicamentos
(PROAM) para apoyar el establecimiento y mantenimiento de farmacias estatales y
municipales, las ventas sociales de medicamentos y la creación de botiquines rurales en
todo el país. El PROAM permitió realizar importantes economías de escala y financiar
parte de la extensión de beneficios a toda la población ampliando la red de distribución de
medicamentos.
En 2001 el Congreso promulgó la Ley de Desarrollo Social, sobre cuya base se definió la
Política de Desarrollo Social y Población entre cuyas metas más importantes estaba la
reducción de la mortalidad materna en 15%. Asimismo, se crearon establecimientos
destinados a atender las emergencias obstétricas en los lugares con mayores tasas de
mortalidad materna e infantil y se creó el Programa Nacional de Salud Reproductiva,
responsable de la reducción de la mortalidad y la elevación del nivel de salud de la
población en general y de los niños en primer lugar. En colaboración con agencias de la
ONU y diversas OSC, este realizó el informe Línea Basal de Mortalidad Materna. Este
informe debía medir el impacto de las acciones y coordinar los esfuerzos de instituciones
y organizaciones vinculadas con el tema y definir criterios sobre los múltiples
determinantes socioculturales del problema.
El Programa Nacional de Salud ha sido el punto de partida para definir estándares en la
provisión de los servicios en todos los niveles a través de la publicación de un manual que
establece protocolos concretos para procedimientos diagnósticos y de tratamiento con un
mínimo de calidad y eficiencia. El manual también establece criterios para la participación
de la comunidad y de los usuarios de los servicios de atención a la salud.
Atendiendo a los compromisos de la conferencia de Alma-Ata, el MSPAS ha puesto a la
APS entre las prioridades de la política nacional de salud como estrategia central para
fortalecer el acceso a servicios básicos de salud.
A partir de 2005, el MSPAS ha dado mayor prioridad al fortalecimiento del segundo nivel
de atención dentro de los hospitales departamentales, municipales y los centros de
atención materno-infantil. Sin embargo, las carencias de infraestructura y recursos
humanos no han hecho posible lograr avances significativos.
En 2010 el MSPAS desarrolló el Sistema de Gestión de Calidad con el propósito de
"consolidar una cultura de calidad, eficiencia y transparencia en la prestación de los
servicios que ofrece a la población."25

Equidad y Pertenencia étnica


La equidad significa reconocer a todos por igual, independientemente de sus particulares
características y necesidades; reconocer sus valores, sus derechos y responsabilidades, y
dar a todos y todas, las mismas oportunidades para su desarrollo.
Equidad étnica:
Todas las etnias tienen que ser respetadas y deben ser tratadas igual sin importar su
grupo al que pertenezca, el estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida,
costumbres, tradiciones, formas de organización social y está obligado a velar que esta
equidad o justicia sea cumplida. El estado tiene la obligación de proteger a los grupos
étnicos.
Equidad Social:
Equidad social permite la posibilidad de que tanto los hombres como las mujeres,
desarrollen sus potencialidades y capacidades, habilidades y destrezas, intelectuales,
físicas y emocionales para que tengan las mismas oportunidades sociales, económicas,
políticas y culturales.
En Guatemala, la desigualdad étnica comenzó con la invasión española, y desde
entonces el país fue evolucionando hasta llegar a estar controlado por una clase no
indígena de tradición occidental quedando, así, la sociedad compuesta por diversos
grupos étnicos, con una población indígena unida por un sentido comunitario cohesivo y
definida por una etnicidad común basada en su proveniencia aborigen.
La desigualdad entre estos dos sectores está caracterizada por el hecho de que la
población indígena presenta un crecimiento vegetativo mayor, pero tiene un nivel inferior o
deficiente en prácticamente cualquier parámetro de adaptación física, bienestar,
oportunidades económicas y participación política y social.
La revolución de 1944 terminó formalmente con la era liberal de trabajo forzado y de
desigualdad promovida por el Estado, pero el avance hacia una relativa igualdad ha sido
frenado por un Estado que está fundamentalmente en manos de no indígenas para los
cuales la igualdad significa la asimilación de los indígenas a la sociedad nacional. En
contraste, los indígenas abogan por un Estado multiétnico en el cual la igualdad signifique
paridad política y económica entre sectores de la población que desean conservar sus
diferencias étnicas.
Financiamiento a la salud

¿Quién paga?

El MSPAS se financia con recursos provenientes de ingresos fiscales del Estado, de


asistencia, préstamos y donaciones internacionales y, de manera poco significativa, de
cuotas recibidas por los servicios prestados.

La seguridad social se financia con contribuciones de los empleadores, los trabajadores


afiliados y el Estado. El Estado debería participar en el financiamiento del IGSS en su
doble papel de empleador y como Estado financiador del seguro social. Sin embargo,
de acuerdo con los reportes, esta participación no se cumple desde 1956. Las
contribuciones de empleadores y empleados son establecidas por la Junta Directiva del
Instituto, en la cual participan representantes del gobierno, los patrones y los
trabajadores. Dado que los programas del IGSS no están accesibles en todo el
territorio, las tasas de contribución se establecen en función de los beneficios a los que
tiene acceso el asegurado.

Considerando los tres programas fundamentales ofrecidos por el IGSS, se establece


una participación porcentual relativa al ingreso de los trabajadores que puede llegar a
representar hasta 15.5% del salario, cuando los afiliados tienen acceso a todos los
beneficios. Puesto que en todos los departamentos la afiliación garantiza los beneficios
de los programas de Accidentes y de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia, la cotización
que están obligados a pagar los empleadores va de 6.67% por estos dos programas a
10.67% del salario, cuando se incluye la cobertura del programa de Enfermedad y
Maternidad. La cotización de los trabajadores va de 2.83% en los tres departamentos
en donde sólo se cubren dos programas, a 4.83% en los otros 19 departamentos

El financiamiento de la Sanidad Militar depende de recursos presupuestales del Estado


asignados al ministerio correspondiente. Se les suman las cotizaciones de los militares
jubilados y sus dependientes, así como de administradores del ejército que deciden
afiliarse de manera voluntaria y cuyo monto es determinado por el Ministerio de la
Defensa Nacional.

Alrededor de 92% del sector privado funciona con base en pagos de bolsillo, mientras
que sólo la población perteneciente a los dos quintiles más ricos y predominantemente
urbanos tiene acceso a planes privados de salud. En años recientes ha aumentado la
participación de las remesas enviadas por los guatemaltecos residentes en el
extranjero en el financiamiento de la salud.19

¿A cuánto asciende el gasto en salud?

El gasto en salud de Guatemala como porcentaje del PIB asciende a 7.1%. Esta cifra
representa un incremento de un punto porcentual del PIB en los últimos 10 años. El
grueso del gasto es privado (62.1%).8 Ningún país de América Latina depende tanto
del gasto privado en salud como Guatemala. El 90% del gasto privado es gasto de
bolsillo. Las donaciones externas representan 2.3% del gasto total en salud.

El gasto per cápita en salud es de 337 dólares PPA (paridad de poder adquisitivo) y ha
aumentado de manera consistente toda está década. En el año 2000 era de 191
dólares PPA.
El gasto público en salud representa poco menos de 37% del gasto total en salud. El
MSPAS concentra 40% del gasto público, el IGSS 59% y el resto corresponde al
presupuesto de la Sanidad Militar.

¿Quién reúne el dinero y cómo lo distribuye?

Los encargados de reunir y asignar los recursos financieros del sector público son el
MSPAS, la Sanidad Militar y el Hospital de la Policía Nacional. La asignación se basa en
presupuestos anuales. De acuerdo con la rendición de cuentas del MSPAS en 2006, los
principales rubros de gasto fueron los recursos humanos, los medicamentos, el
material médico quirúrgico y el equipamiento. En el sector público el gasto en salud se
dirige de manera preponderante al pago de salarios y al mantenimiento de la
infraestructura.

La Seguridad Social en Guatemala

En consecuencia, una de las tareas fundamentales que toda sociedad debe esforzarse
por cumplir es la de establecer un eficiente sistema de seguridad social, basado en una
combinación de principios de responsabilidad individual, solidaridad y subisidiariedad, que
beneficie a toda la población trabajadora y a sus familias.

Esta tarea, en las condiciones actuales por las que atraviesa el régimen de seguridad
social, cuya aplicación, por mandato constitucional, corresponde al Instituto Guatemalteco
de Seguridad Social (IGSS), aparece como algo inalcanzable, pues después de 52 años
de haberse creado, los resultados son poco menos que desalentadores.

En este número de Momento presentamos la primera parte del estudio titulado Seguridad
social en Guatemala, elaborado por el doctor Carlos Gehlert Mata, Coordinador del Área
Social de ASIES. En la primera parte se abordan los aspectos conceptuales que sirven de
fundamento a la seguridad social y se presentan las acciones concretas, consideradas
imprescindibles, para impulsar una política nacional en materia de seguridad social y
salud integral y sobre las cuales prácticamente hay consenso entre los diferentes actores
sociales.

En la segunda parte, se realizará un diagnóstico general, fundamentado en cifras


oficiales, de la crisis por la que atraviesa el IGSS. De la lectura de dicho diagnóstico
resulta evidente que esta crisis no se debe a una falla intrínseca del modelo de seguridad
social, sino a las perversas modificaciones que se le han introducido y,
fundamentalmente, a la forma deficiente y, a menudo carente de probidad, con la que ha
sido administrado el instituto.

Con este estudio en general, y en especial con las conclusiones que se presentan al final
de la segunda parte, ASIES espera hacer un aporte al proceso de diálogo y búsqueda de
consenso, en el encuentro de soluciones que permitan alcanzar las nobles metas que
impulsaron la creación del régimen de seguridad social.
ENFERMEDADES
La neumonía —infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones—, es común en
menores de 5 años y personas de la tercera edad.
Los síntomas son: fiebre alta, escalofríos, dolor intenso en el costado afectado del tórax,
tos y expectoración.
Así la puede prevenir: lavarse las manos regularmente, limpiar las superficies que se
tocan con frecuencia, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable o la parte
interior del codo o la manga al toser o estornudar entre otros.
El Infarto agudo al miocardio se debe entre muchos aspectos, a una mala
alimentación, inactividad física, consumo de tabaco y alcohol. Entre los síntomas están:
dolor intenso en el pecho, malestar general, mareo, náuseas y sudoración.
Síntomas: dolor de pecho en el centro o a los costados, también puede extenderse o
presentarse en el brazo izquierdo, cuello, abdomen o espalda.
Así lo puede prevenir: Llevar un estilo de vida saludable, practicar ejercicio por un mínimo
de 30 minutos, evitar el consumo de tabaco, verificar y controlar el riesgo cardiovascular,
medirse la tensión arterial, los lípidos en la sangre y el azúcar en la sangre.
La diabetes ocurre porque los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy
altos. Hay dos tipos. Tipo 1, —el cuerpo no produce insulina— y Tipo 2 que es la más
habitual y se caracteriza porque el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera
adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.
Síntomas: sed intensa, orinar frecuentemente, aumento de apetito, aumento o baja de
peso sin motivo aparente, entre otros.
Así la puede prevenir: llevar un estilo de vida saludable, practicar ejercicio por un mínimo
de 30 minutos, evitar el consumo de tabaco, hacerse pruebas de glucosa una vez al año.
La diabetes se desencadena cuando el organismo pierde su capacidad de producir
suficiente insulina o de utilizarla con eficacia. Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Para evitar la diarrea -evacuaciones constantes en las cuales se eliminan los minerales y
nutrientes del organismo— hay que lavarse las manos antes de manipular alimentos,
evitar comer en los puestos que hay en la calle, lavar y cocer bien las verduras.
Consecuencias: deshidratación incipiente, moderada y grave.
Así la puede prevenir: lavarse las manos con agua y jabón después de ir al baño, hervir
durante 20 minutos el agua para beber o consumir agua embotellada, lavar frutas y
verduras con agua y jabón, consumir únicamente alimentos bien cocidos o fritos,
preparados higiénicamente.
Casi todo el mundo padece de diarreas de vez en cuando pero si se presenta
repentinamente y dura más de dos días es necesario acudir al médico. (Foto Prensa
Libre: Hemeroteca PL)
La hipertensión es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión
arterial. El incremento de esa puede ocasionar infartos.
Síntomas: dolores de cabeza, taquicardia, ansiedad y estrés.
Así la puede prevenir:disminuya el nivel de sal en la preparación de sus comidas. Evite los
alimentos salados, reduzca al mínimo las grasas animales de su dieta y hágala rica en
verduras, legumbres, fruta y fibra, no fume y evite los ambientes contaminados por humo
de tabaco y modere el consumo de bebidas alcohólicas.

Inseguridad Alimentaria
Situación de desnutrición aguda en Guatemala permanece grave

Guatemala, 5 de marzo de 2010 — La Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS)


participa activamente en el llamamiento humanitario internacional por inseguridad alimentaria
y desnutrición aguda, que se fue lanzado hoy en Ginebra, Suiza.

El Sistema de Naciones Unidas, conjuntamente con el Gobierno de Guatemala, declaró urgente


la situación de 136 mil familias afectadas por la desnutrición aguda en 9 departamentos del
país, siete de ellos ubicados en el Corredor Seco, además, Izabal y Quiché. Para enfrentar esta
grave situación, se han organizado proyectos humanitarios de ayuda internacional por un valor
total de US$34.1 millones. Los recursos de la comunidad internacional serán invertidos en
proyectos de salud, nutrición, agua y saneamiento, seguridad alimentaria y recuperación.

Guatemala pasa por una prolongada crisis de inseguridad alimentaria agravada por el
fenómeno climático El Niño, el cual ha provocado una sequía inesperada en los departamentos
del corredor seco del país: Chiquimula, Santa Rosa, Jalapa, Jutiapa, El Progreso, Zacapa, Baja
Verapaz, además Izabal y Quiché. Las secuelas de esta sequía se han visto reflejadas en los
cuadros de desnutrición aguda que presentan niños menores de 5 años y mujeres en edad
fértil.

Según este llamamiento internacional, la OPS/OMS apoyará el sector salud, junto con el
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), por un monto de US$ 5.7 millones.
Mediante este proyecto se pretende complementar la acción de otros aliados en la detección
temprana de niños menores de 5 años y mujeres en edad fértil; y la atención médica y
nutricional de casos detectados de desnutrición aguda, a través de la red de servicios de Salud.

"OPS/OMS y nuestros socios del Sistema de Naciones Unidas en Guatemala hemos sido
testigos de la emergencia por inseguridad alimentaria, que según datos recientes amenaza la
salud y la vida del 11 por ciento y del 14 por ciento de los niños y las mujeres, respectivamente,
de los departamentos afectados — expresó Pier Paolo Balladelli, Representante de OPS/OMS.

"Las Naciones Unidas, las ONGs y los socios donantes — afirmó Balladelli — trabajarán en
estrecha coordinación con el Ministerio de Salud y la Secretaría de Seguridad Alimentaria para
desarrollar un sistema de detección temprana y referencia para el tratamiento inmediato a los
casos detectados".
Según cifras oficiales de 2009, los servicios de salud reportaron un aumento de casos de niños
con desnutrición aguda severa, en las áreas antes mencionadas, y 238 muertes de menores de 5
años, asociadas a la desnutrición aguda.

Para 2010 el escenario es preocupante por mantenerse el fenómeno de sequía, y sólo en enero
pasado se registraron más de 200 casos de niños afectados, quienes tuvieron que ser trasladados
a centros especializados.

En septiembre pasado el Gobierno hizo una solicitud de recursos financieros a la comunidad


internacional para dar respuesta a esta emergencia. De esa cuenta se han recibido a la fecha
US$ 27 millones de diferentes gobiernos y organizaciones internacionales, además el
mecanismo humanitario de Naciones Unidas denominado Fondo Central para Respuestas de
Emergencia (CERF, por sus siglas en inglés) entregó US$ 5 millones a través de las distintas
agencias. El Gobierno ha erogado de sus fondos US$17.5 millones.

Esta situación humanitaria se da en Guatemala en medio de una crisis económica mundial que
determinó una importante reducción de las remesas, de las fuentes de empleo y un aumento de
los precios de insumos para la producción. Además, el fenómeno El Niño provocó altos
porcentajes de perdida de cosechas, especialmente, maíz, frijol, sorgo y yuca, alimentos
principales de esas familias. En noviembre de 2009 el 77% de las familias informó que no
contaban con reservas de alimentos.

Las agencias del Sistema de Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala, concentran sus
esfuerzos en la activación de recursos que permitan atender esta emergencia de inmediato para
evitar muertes en los grupos poblacionales más vulnerables.

LA IMPORTANCIA DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO


Últimamente oímos hablar con frecuencia en los medios de comunicación de los Tratados
de libre comercio, con posturas a favor y en contra, especialmente por el TTIP (Tratado
Transatlántico de Comercio e Inversiones), que está negociando la Unión Europea con
Estados Unidos y que ha pasado casi a ser una cuestión política, más que meramente
comercial de facilitador del comercio entre las regiones económicas más importantes del
mundo.
Se acaba de aprobar el Tratado de Asociación Transpacífico entre 12 países de ambos
lados de este océano: Estados Unidos, Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia,
México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Pero sorprende que importantes
economías como Colombia, Filipinas, Indonesia, China, Corea del Sur o los países
centroamericanos, además de todas las islas del Pacífico, hayan quedado fuera de este
Acuerdo.
¿Pero qué es un Tratado de Libre Comercio? Se trata de un acuerdo comercial vinculante
firmado por dos o más países que acuerdan una serie de preferencias arancelarias
mutuas y también la reducción de barreras no arancelarias para el comercio de bienes y
servicios entre ambas naciones. Estos TLC incorporan habitualmente otras normas
relativas a inversiones, servicios financieros, propiedad intelectual, telecomunicaciones,
aspectos laborales y muchos otros, que además tienen un plazo indefinido, es decir, se
firman con vocación de perpetuidad para garantizar el libre comercio de bienes y
servicios.
Los objetivos de los TLC son el desarme arancelario: eliminar barreras arancelarias y no
arancelarias para la exportación e importación de productos entre naciones. Derivado de
este mayor flujo de mercancías, se aumenta la producción de productos nacionales, se
genera empleo, hace a las empresas más competitivas, fomenta la creación de nuevas
empresas, la inversión entre ambos países y la compra de productos extranjeros más
baratos, además de facilitar los procedimientos aduaneros que en ocasiones resultan muy
engorrosos entre determinados países.
Las ventajas son claras: reforzar la estabilidad macroeconómica, incrementar las
exportaciones e importaciones y diversificar mercados, reforzar la seguridad jurídica y
facilitar las reglas del juego en el comercio internacional.
En el lado opuesto podemos encontrar algunas desventajas como el consumo de muchos
recursos de Comités y grupos sectoriales que dedican muchas horas de trabajo, la
competencia de otros países que venden sus productos mucho más baratos por tener
bajos costes de producción, problemas medioambientales por exceso de producción no
bien regulada…
Se han notificado a la OMC, Organización Mundial del Comercio, a fecha 1 de enero de
2015, más de 100 TLC firmados o en proceso de negociación.
En el caso de España, es la Comisión Europea la que negocia en nombre de todos los
Estados miembros los Tratados con terceros países.
Estos Acuerdos son sin duda, desconocidos para una gran mayoría de empresas y
operadores del comercio internacional y ofrecen ventajas no suficientemente conocidas y
aprovechadas.
Son imparables y su firma, sin duda, redundará en un mayor flujo comercial entre Estados
y la generación de empleo tan necesaria en muchos países.

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