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CUESTIONARIO 2, UNIDADES 3 Y 4
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La educación en Roma se orientaba hacia un saber práctico y estaba destinada a
la formación del individuo para que supiera cómo enfrentarse a cualquier tipo de
situación que pudiera afrontar a lo largo de su vida. Al ser la vida rural y el
adiestramiento militar las dos actividades principales que conformaban la vida en la
Roma más arcaica, la educación romana estaba dirigida a ellas.
Por un lado, la vida agraria siempre estuvo presente en la cultura romana, desde
sus principios más remotos hasta sus últimos días. Esta presencia puede observarse en
nombres tan usuales como Fabius (haba) o Cicero (garbanzo) y en el propio lenguaje
latino, existiendo verbos como putare, que tenía inicialmente acepciones agrarias
(podar, cortar) pero posteriormente desarrolló acepciones referidas al pensamiento
(creer, pensar). Igualmente, la vida agraria también quedó retratada en la literatura,
siendo la obra De agricultura (Sobre la agricultura) de Catón, una de las primeras obras
que conservamos, lo cual indica que en su época y en las posteriores gozó de gran
popularidad. A esta obra de carácter didáctico le seguirían otras como Rerum
rusticarum libri III de Varrón o Geórgicas de Virgilio, un manual de agricultura escrito
en hexámetros dactílicos que ensalza la vida laboriosa del campo (labor improbus). Esta
educación basada en la vida agraria también formaba moralmente a los jóvenes, puesto
que los instruía en valores como la laboriosidad, la austeridad o la frugalidad.
Finalmente, cabe destacar que, tras las Guerras Púnicas, las cuales supusieron un gran
cambio en el sistema económico y laboral romanos, la vida agraria comenzó a sufrir un
declive paulatino, aunque siguieron manteniéndose vigentes las virtudes nacidas de la
vida agraria.
Por otro lado, la juventud romana debía ser adiestrada física y militarmente,
puesto que Roma, desde sus orígenes, se caracterizó por llevar a cabo una política de
conquista y expansionista, para lo cual necesitaban un ejército. Existen testimonios que
testifican este carácter de la educación, por ejemplo, el de Salustio 1, quien relaciona la
prosperidad romana alcanzada en la época de la República con la formación militar de
la juventud, o el de Horacio2, quien alaba la estirpe varonil de rústicos soldados.
1
Cf. SALUSTIO, Conjuración de Catilina, 7.
2
Cf. HORACIO, Carmina III, 6, 37: rusticorum mascula militum proles.
2
El poeta Ennio ya en el siglo II a.C. escribió: “moribus antiquis res stat Romana
virisque3”, constatando así la gran importancia que tenían por un lado las costumbres
antiguas, las cuales podían remontarse a los orígenes agrarios de Roma, y por otro los
hombres que las seguían, siendo ambos los pilares esenciales sobre los que se alzaba la
República Romana. La educación fue usada como principal medio para que la juventud
fuese instruida en el respeto a las tradiciones y costumbres que conformaban la moral de
sus antepasados (mores maiorum), tanto de su gens como de la propia Urbs, tomando
como exempla a personas ilustres y destacadas por sus valores y méritos, por ejemplo,
Cicerón o Catón. Simultáneamente, el o la joven podía recibir una educación conductual
que fuese característica de su familia, con el fin de emularla e incluso superarla, además
de para aumentar el sentimiento de pertenencia de la juventud para con su gens.
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conservador romanos frente al lujo helenístico, como Catón el Censor, aunque no
frenaron el avance de la corriente helenística que penetraba inexorablemente en Roma.
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Se puede ver la gran influencia que ejerció el mundo griego en el romano a través de la siguiente frase
de Horacio (Epistolae 2 1, 156): Graecia capta ferum victor cepit et artis intulit in agresti Latio (Grecia,
tomada, conquistó al fiero vencedor e introdujo las artes en el agreste Lacio).
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Véase el ejemplo de Sempronia, amante de Julio César y madre de Bruto, quien según Salustio estaba
formada en las letras griegas y latinas: literris Graecis et Latinis docta (Conjuración de Catilina, 25).
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4. ¿CUÁL ES EL NÚCLEO FUNDAMENTAL DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN ROMA?
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El núcleo fundamental de la enseñanza superior en Roma era la formación
retórica, puesto que el arte oratorio constituía el culmen de la formación educativa
romana en la época clásica. Esta educación era enseñada por un rhetor, quien gozaba de
gran consideración social y una remuneración superior a la del resto de educadores, en
los pórticos del foro, aunque se ponía a su disposición salas abiertas con graderíos que
seguían el modelo arquitectónico de las salas de los gimnasios griegos.
La primera escuela de retórica en latín fue promovida por Lucio Plocio Galo en
el 93 a.C., pero fue cerrada al año siguiente por un edicto de dos censores aristocráticos,
quienes alegaban la defensa de las costumbres tradicionales e intentaron evitar que
personas no pertenecientes a la élite romana tuvieran acceso al arte de la palabra,
restringiendo así su enseñanza a los hijos de las familias nobles y ricas y que otras
personas de clases sociales bajas no pudieran acceder a cargos públicos.
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5. EXPLIQUE EN QUÉ CONSISTE LA PIETAS Y LA FIDES
Y EN QUÉ SE DIFERENCIAN DE OTRAS VIRTUDES ROMANAS
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Cicerón, Sobre los deberes (1,23): fundamentum autem est iustitiae fides, id est, dictorum
conventorumque constantia et veritas.
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ciudad. Entre estas nuevas tendencias desarrolladas durante época republicana
destacarían:
1. La antropomorfización de los antiguos numina, permitiendo a los romanos
identificar a las diferentes deidades y atribuirles un rasgo personal que defina su
comportamiento. Estas deidades personificadas pasarían a formar parte de una
religión politeísta en la que los dioses reciben atributos y funciones
determinados. Esta tendencia crecería exponencialmente por influencia de la mitología
griega.
2. Se transformó en una religión pública, aunque no se terminó de eliminar
completamente el carácter doméstico de la religión primitiva, y alcanzó una
dimensión política cada vez más amplia. Se unió el culto familiar con el
público, de forma que, al caer la monarquía primitiva en el 510 a.C., la autoridad
sacerdotal, el rey, pasó a la figura del rex sacrorum, un cargo desempeñado por
un patricio de forma vitalicia. Así, los penates domésticos tuvieron su réplica en
los penates publici (protectores de Roma y ligados al culto de la diosa Vesta), los
lares familiares pasaron a ser los lares praestites (guardianes de Roma e
identificados con los Dioscuros, Cástor y Pólux), el genio de la casa se extendió
a lugares y corporaciones (rindiéndosele culto al genius populi romani y al genius
urbis Romae), Jano pasó a representarse con dos caras mirando en direcciones
diferentes y elevando un pequeño templo en su honor en el Foro (ianus geminus)
y, finalmente, Vesta recibió en su honor un pequeño templo circular de gran
importancia ritual y simbólica en la religión estatal, puesto que en él se
encontraba encendido el fuego sagrado del estado que era custodiado por las
vestales.
Estas tendencias continuaron evolucionando progresivamente hacia una
estatalización cada vez mayor que alcanza su cénit en época imperial con la
identificación del emperador como divinidad suprema.
7. ¿QUÉ PAPEL DESEMPEÑABA EL PONTIFEX MAXIMUS?
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Debido al paso del carácter familiar al público y la dimensión política que
adquirió durante el imperio la religión, se impulsó la creación de mediadores con la
divinidad, siendo estos los encargados de controlar las materias religiosas. Estos
mediadores recibieron el nombre de sacerdotes (pontifices y flamines) y se agruparían
en collegia.
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En concreto, a los pontifices (literalmente “encargados de construir puentes”,
significado que ha de interpretarse metafóricamente) se les encargó administrar la
religión pública y estaban sometidos a un ritual muy estricto. Gozaron de un status
diferente respecto a los magistrados, con quienes solían colaborar, y sus competencias
estaban muy definidas, ya que sólo trataban con los dioses dentro de los rituales del
cultus deorum. Entre sus competencias estaba la de celebrar los rituales establecidos
cuando el calendario lo fijase y registrar los acontecimientos más importantes acaecidos
durante el año.
Los pontifices vestían la toga praetexta y estaban exentos del servicio militar y
de pagar tributos. En un principio eran pocas las personas que desempeñaban tal cargo,
pero paulatinamente fue incrementándose su número hasta llegar a ser dieciséis en
época de Julio César. Además, hasta el año 300 a.C. sólo podía ser ejercido por
patricios, aunque a partir de finales del siglo II a.C. no era un requisito esencial
pertenecer a esa clase social.
Al frente del collegia se encontraba el Pontifex Maximus, quien hacía públicas
los decreta del collegia, supervisaba que los pontifices realizaran sus competencias y
nombraba a las vestales. A partir del siglo III a.C. esta persona era elegida por una
asamblea que reunía a la mitad de las tribus existentes en Roma y escogían entre tres
candidatos previamente seleccionados por el colegio pontificio.
La unión entre el poder político y religioso culminó con la asunción del título de
Pontífice Máximo por parte de Julio César, práctica que continuaron el resto de los
emperadores hasta llegar a Graciano (381 d.C.).
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creencias y prácticas religiosas y de las manifestaciones del culto público romano,
viviendo los ciudadanos en una situación de neglegentia deorum.
Gracias a este proyecto augústeo se reinstauró la pax deorum, que fue objeto de
tensiones por el choque con los cultos orientales, cultos con los que Augusto
generalmente se mostró contrario. De igual modo, se esforzó en vincular la religión
romana con la figura del gobernante, pasando a ser el Genius Caesaris objeto de cultos
y rituales públicos, relacionando al emperador con los ciudadanos y recibiendo votos y
ofrendas por sus éxitos y altares en reconocimiento a sus variadas virtudes.
Tras su muerte en el 14 d.C. fue divinizado al igual que lo serían casi todos los
emperadores a partir de Nerva; igualmente, se mantuvo el culto al emperador de
carácter obligado y se practicó más que muchos otros cultos tradicionales. Esta
asociación del poder imperial con la divinidad perduró incluso cuando el cristianismo
pasó a ser la religión predominante, siendo emperadores paganos y cristianos
divinizados tras su muerte, lo que atestigua que se había perdido el carácter religioso
primitivo que tenía.
BIBLIOGRAFÍA
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GRIMAL, PIERRE (1999). La Civilización Romana: vida, costumbres, leyes, artes.
España, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica.
MORALEJO, JOSÉ LUIS (2008). Horacio: Epístolas. España, Madrid, Editorial Gredos.
MORALEJO, JOSÉ LUIS (2007). Horacio: Odas. España, Madrid, Editorial Gredos.
MORENO, ANTONIO (2008). Cultura Grecolatina: Roma (I). España, Madrid, Librería
UNED.
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