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BIOGRAFIA DE SAN CARLOS DUARTE COSTA

San Carlos Duarte Costa nació en 1888 y falleció


en 1961, a la edad de setenta y tres (73) años y
una vida de luchas y de glorias. Todo ocurre
alrededor de Río de Janeiro, entonces capital de la
República Federativa de Brasil, de donde salieron
las raíces de este gran árbol que es la Santa Iglesia
Católica Apostólica Brasileña, obra espiritual de
grandiosidad impar, por él fundada. Todavía hoy
viven personas que tuvieron la felicidad de
conocerlo personalmente, y recibir de sus sagradas
manos la Santa Comunión en las Santas Misas
que él celebraba.

Pero para recordar sus hechos, es necesario


entender su ideal y practicarlo. Antes, sin
San Carlos Duarte Costa embargo, conozcamos un poco de su vida.

INFANCIA Y PRIMEROS AÑOS

En el año 1888; el Brasil era tomado por una convulsión separatista y abolicionista.
El imperio ya se sentía amenazado por los constantes ataques de los que deseaban
un Brasil independiente. Rui Barbosa se alía en espíritu y con su pena a los ideales
federativos llegando a prestar su apoyo, a los oficiales republicanos, defendiéndolos
durante la llamada "cuestión militar". El vizconde de Ouro Pegro, el último de la
monarquía, era duramente combatido por Rui Barbosa en el “diario de noticias”.

La situación en la corte, en Río de Janeiro, era indefinida y causaba serias


preocupaciones. Las agitaciones políticas eran constantes. Pero en la casa de Joao
da Mata Francisco Costa y doña María Carlota Duarte Silva, un buen motivo había
para regocijarse los corazones. En aquel día, 21 de julio, aquella casa, una vez más
se llenaba de felicidad, por el nacimiento de un hijo: Carlos. Aquella familia,
temerosa de Dios, reconocida en sus virtudes y en su moral cristiana, daría a este
hijo, desde la cuna, la fe necesaria para que el mismo pudiera escribir, con sabia
predestinación, la gran historia del Apostolado Católico y Apostólico en Brasil.

Nació Carlos en medio de una conflictiva situación político-administrativa brasileña,


Siendo que al año siguiente, el quince de noviembre de 1889, se proclamaba la
república, y Rui Barbosa el "águila de la Haya" asumía la vice-jefatura del gobierno
provisional y después, el ministerio de la hacienda.

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El 3 de septiembre de ese año, en los brazos de sus padrinos: Canónigo Eduardo
Duarte Silva y Carlota Goulart, rodeado de sus queridos familiares, en la iglesia
principal de San Antonio de los Pobres, en el centro de Río de Janeiro, recibió el
Santo Bautismo de manos del Rvdmo. Padre Francisco Goulart. Enseguida recibe,
amparado por su padrino, el Santo Sacramento del Crisma de las manos benditas
de Dom Joao Eberard, en la Catedral Diocesana.
Crecía Carlos rodeado de todo el cariño de sus padres y hermanos, yendo desde
temprano a los bancos escolares. En la escuela se distinguía por su vivacidad y
perspicacia, por su manera tierna y justa de tratar a los colegas y profesores, siendo
siempre listo y solicito para con todos.

Pronto todavía va a las primeras clases de catecismo donde, llevado por la mano de
los amados profesores, descubre la iglesia, a Dios, los Ángeles, la vida espiritual.
Comenzaba allí a descortinarse un mundo para el cual él, desde la cuna había sido
predestinado.

El 24 de julio de 1897, a las 10:00 de la mañana, en solemne Misa al Sagrado


Corazón de Jesús, en la misma iglesia donde había sido bautizado, teniendo a su
lado casi un centenar de comulgantes como él, recibe de las manos del sacerdote la
sagrada eucaristía, en su primera comunión.

Carlos siempre se distinguía de los demás, tanto en la escuela como en las clases de
catecismo, por su inmensa voluntad de conocer a fondo todas las verdades
sobrenaturales, dejando espantados a sus profesores por ver estos que el jovencito
prometía mucho en relación a su futuro.

Recibida la primera comunión, estaba listo el joven Carlos para la nueva vida
espiritual con Cristo. Destacándose en sus estudios y habiendo recibido siempre las
mejores alabanzas en la escuela, despierta en su tío don Eduardo Duarte Silva - tío
y padrino, ya como Obispo Diocesano de Uberaba (Minas Gerais), la atención de
aquellos que saben descubrir un gran futuro espiritual en las ovejas de su rebaño.

ETAPA COMO SEMINARISTA

En este mismo año de 1897 el joven Carlos, con apenas nueve años de edad, se va
en compañía de Dom Eduardo para Roma con la finalidad de estudiar en el colegio
Pio-Latinoamericano. Con su boletín escolar lleno de información óptima a su favor
y la recomendación personal de su tío / padrino le valieron la matrícula en este
prestigioso instituto de enseñanza religiosa donde cursó el seminario menor.

Allí conoció Eugenio Pacelli que más tarde sería Papa de la Iglesia Romana bajo el
título de Pío XII. Durante todo el curso de humanidades en el seminario menor, se
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destacó por su capacidad en comprender los principales problemas que afligen al
mundo, capacidad que lo influenciaría toda la vida. En Roma, tuvo oportunidad de
conocer profundamente la "ciudad eterna" sus oros y sus tesoros.

Tomó contacto íntimo con la jerarquía, con la sistemática y con la vida religiosa de
la Iglesia Romana. No desagradó ni decepcionó en modo alguno a los que invirtieron
en su vocación, ni tampoco fueron en vano las oraciones que su amada madre
elevaba a los cielos en la lejana patria en favor de su hijo Carlos.

Con diecisiete años, dominando fluidamente el idioma italiano y teniendo la


oportunidad de conocer el gran Dante Alighieri, el seminarista Carlos Duarte Costa,
retorna al Brasil en el año 1905 para cursar el seminario mayor con los sacerdotes
agustinos en Uberaba, sede episcopal de su tío / padrino Dom Eduardo su eterno
patrocinador.

El Brasil no era el mismo que cuando Carlos se había ido. Afonso Pena gobernaba
ahora como presidente y ya se prefiguraba la gran conferencia de que se reunía en
julio de 1907.

Rui Barbosa en esos tiempos ya influía en nuestro gran seminarista, especialmente


en la oratoria y en las manifestaciones de su conducta. Aquí, la familia Duarte Costa
se empeñó en costear los estudios del brillante alumno. Este coste se consideraba
parte de la herencia de Carlos, pues la familia, más especialmente su madre,
consideraba el sacerdocio del hijo una dadiva divina.

Con este confortable y valioso apoyo de sus progenitores, inicia los primeros pasos
en la filosofía y la teología, orientado siempre por hábiles e insignes maestros
agustinos que lo formaron en 1910. Además del curso superior del seminario mayor,
hablaba italiano, latín, griego, francés, hebreo e inglés. Como siempre, este
seminarista se destacó, incluso como académico, ante sus colegas, haciendo que sus
maestros lo tratasen siempre con cierta deferencia motivada por la integridad de su
alumno que sorbía todas sus enseñanzas con la grandiosidad que sólo los humildes
sabían tener.

El Obispo le confiere, aún en el seminario, la tonsura, y todas las órdenes menores,


incluso el subdiaconato después, recibe el diaconado. Se prepara dentro de las
formalidades y praxis prescritas, incluso con el retiro espiritual que fue predicado
por su superior. Tenía miedo de no ser digno del honorable cargo de miembro de la
tribu de Levi. Hizo para la postración con un sentimiento de humildad que era por
todos notado. Al postrarse, durante las Letanías había dicho para sí en muda
oración a Dios: "Señor, hazme vuestro instrumento, enséñame tu verdad". Todas las
inversiones realizadas en torno a su formación, valieron la pena. El joven clérigo ya
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delineaba una personalidad altiva y orientada hacia la búsqueda de la verdad
divina, destacándose de todos los demás por su constante búsqueda de la
perfección.

El sacerdote Carlos - terminados los estudios, recibe la láurea de teología y filosofía


y es marcada la fecha de su ordenación sacerdotal: 1 de abril de 1911 - domingo por
él consagrado a nuestra señora de las gracias su perpetua patrona, a quien dedicó,
hasta su muerte, la más sencilla veneración.

EL PRÉSBITERO CARLOS DUARTE

La Catedral de Uberaba se engalanó en


fiesta para recibir al joven Diácono que
tanto se destacaba y que de una forma
especial dignificaba el Episcopado de Dom
Eduardo el cual en Misa Solemne eleva al
joven Diácono Carlos Duarte Costa a las
primicias del altar, le dio el Sacerdocio
Católico y Apostólico.

El Neo-Presbítero Carlos celebró su primera


Recién ordenado sacerdote
Misa festiva el día 04 de Mayo de 1911.
Entre 1911 y 1912, trabajó con su tío Dom Eduardo en Uberaba como secretario.

Con 23 años de edad. Ordenado sacerdote, es invitado a regresar a Roma a cursar


en carácter superior Teología, en la Pontificia Universidad Gregoriana. Esta
invitación se dio debido a la gran inteligencia y brillo que siempre rodearon al Neo-
Sacerdote desde la más tierna edad. Allí, rodeado de todas las letras, escudriñó los
ínfimos lagares de la cátedra teológica, perfeccionó la técnica de la oratoria, de la
arqueología cristiana, y de la antropología.

Trabó allí, también, estrecho contacto con las ciencias de la economía y del derecho
para convertirse en uno de los más eruditos y doctos Sacerdotes de la época.

Su llegada a Brasil ya era esperada y un lugar especial estaba reservado para él en


la curia diocesana de Río de Janeiro. Su tiempo se dividía entre tareas burocráticas
y la atención espiritual que la agenda de la curia le imponía.

Además se desempeñó como Párroco Coadjutor de la Parroquia de Santa Rita, donde


permaneció hasta el 03 de septiembre de 1913, cuando fue transferido a la
Parroquia de la Gloria.

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El 05 de Febrero de 1914 fue nombrado Párroco Coadjutor del Cura de la Catedral
de Rio, y después, Párroco de la Iglesia de la Luz, donde permaneció hasta 1916,

El Padre Carlos comienza su misión - todas estas particularidades aliadas a las


grandezas de espíritu que manifestaba en su día a día, le valieron el título de
Monseñor.

Monseñor Carlos Duarte Costa crecía en sabiduría e inteligencia y ya se hacía


notable su espíritu amplio y sus gestos de bondad y humildad, propio de los santos.
Crecía también ante los ojos de su Obispo Diocesano y de sus pares que veían en él
un modelo a seguir. No tardó mucho y fue promovido al cargo y título de
Protonotario Apostólico. Sus atribuciones aumentaron aún más robándole más
tiempo aún, y obligándolo a dedicarse con más ánimo a la causa de Dios y de la
Iglesia.

Monseñor Carlos no pasaba desapercibido a los ojos del Cardenal Joaquín


Arcoverde, insigne Prelado de Río de Janeiro, que veía en aquel joven sacerdote una
gran esperanza para su diócesis. Consciente en su capacidad de evaluar los
espíritus y los corazones, el cardenal Joaquín Arcoverde de Albuquerque Cavalcanti,
deseando tener junto a sí este prometedor clérigo, lo nombra Secretario General de
la Arquidiócesis del Río de Janeiro, confirmando con su acto de extrema confianza,
no sólo la real capacidad de Monseñor Carlos, sino también la visión mística que
había tenido el Cardenal cuando ve en aquel joven sacerdote, un futuro brillante del
que todo el mundo oía hablar.

En 1920, ya es canónigo del Cabildo Metropolitano de Rio de Janeiro.

El Cardenal Arcoverde, que después de algún tiempo de pontificado tuvo que


someterse a una delicada pero exitosa intervención quirúrgica en Europa. Monseñor
Carlos, sin embargo, asumió el peso administrativo de la Arquidiócesis,
desempeñando maravillosamente sus tareas, de modo que no causara preocupación
alguna al Cardenal, por quien tenía profundo respeto y admiración. Restablecido,
retoma para asumir su pesada carga y encuentra aquí la curia en orden y
plenamente organizada. El cardenal Arcoverde agradece a Monseñor Carlos Duarte
Costa los relevantes servicios por él prestados a la Arquidiócesis y como premio lo
nombra Vicario General de la Arquidiócesis de Río de Janeiro, una de las más
importantes diócesis de Brasil.

Debido a la muerte de su primer Obispo, Dom Lucio en 1923, Botucatu permanecía


vacante.

CARLOS DUARTE COSTA, OBISPO DE BOTUCATU


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El 4 de julio de 1924, el Papa Pío XI,
tomaba varias decisiones referentes a
Brasil, nombraba al sucesor de Dom
Eduardo para Uberaba, en la persona de
Dom Antonio de Almeida Lustosa,
S.D.B; el primer obispo de Sorocaba,
Mons. José Carlos de Aguirre, y el
también Primer obispo de Juiz de Fora,
Dom Justino José de Sant'Ana, así como
el Obispo Coadjutor de Campanha Don
Consagración Episcopal de San Carlos Duarte Inocencio Engelke, O.F.M, pero sobre
Botucatu, tomaba dos decisiones,
primero dividía aquella vasta diócesis, creando la de Sorocaba, y luego elegía al
segundo Obispo Diocesano de Botucatu, el cual con sólo 36 años de edad era el más
joven de esos nombramientos.

Así es como en la vieja Catedral Metropolitana el 8 de diciembre de aquel el mismo


año, Dom Carlos vendría a ser consagrado por el Arzobispo Dom Sebastião Leme, y
los co-consagrantes Dom Alberto José Gonçalves, Obispo de Ribeirão Preto y Dom
Benedito de Paula, Obispo Diocesano del Espíritu Santo.

El segundo Obispo de Botucatu, Dom Carlos Duarte Costa, tomó posesión el 2 de


febrero de 1925 de su diócesis. Su lema episcopal era: "Dominus Illuminatio Mea",
que quiere decir" El Señor es mi Luz”.

Con la experiencia administrativa adquirida en la Arquidiócesis de Río de Janeiro,


fundó el diario "El Apóstol" para que los fieles fueran evangelizados y así pudieran
acompañar la vida religiosa de la diócesis.

También construyó el Orfanato para Chicas "Amando de Barros", satisfaciendo de


esa forma, la voluntad de un finado Coronel.

Pero la gran aspiración de Dom Carlos era construir una majestuosa Catedral, ya
que la antigua (de 1888) no estaba en buenas condiciones, y el 08 de diciembre de
1927, dos años después de su llegada a Botucatu, lanzó la piedra fundamental de la
Catedral de Santa Ana. Fundó la Congregación de las Misioneras de Santa Teresa
del Niño Jesús, el 7 de junio de 1928 en la ciudad de Botucatu.

Con el traslado del Colegio de Secundaria y de la Escuela Superior de Comercio


hacia el edificio de seminario en 1934, Dom Carlos decidió construir un nuevo
Palacio Episcopal para que el Seminario cambiara al edificio del Palacio Episcopal.
Concretizado el plano, el 2 de febrero de 1932, lanzó la piedra fundamental del
nuevo Palacio, y ya en 1934, Dom Carlos estaba residiendo en el nuevo Palacio.
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En la década del 30 fue uno de los grandes articuladores de la Liga Católica
Electoral, donde defendía el voto católico a políticos también católicos. Pretendía de
esta forma preservar el principio cristiano en las leyes y los actos políticos, como por
ejemplo la creación de una norma legal para el divorcio, que es un acto negado a los
pobres por la Iglesia católica, pero ampliamente amparado por la Biblia.

En 1932, con ocasión de la Revolución


Constitucionalista, Dom Carlos formó un
"Batallón de Cazadores Diocesanos", más
conocido como el "Batallón del Obispo", para
luchar al lado de las Tropas
Constitucionalistas. Tal acto causó gran
repercusión nacional; hubo quienes lo
apoyaron, pues siendo Dom Carlos carioca,
levantó la bandera paulista e hizo más que
muchos compatriotas; pero también hubo
Dom Carlos, joven Obispo
quienes lo desaprobaron, por sórdida envidia
a su desempeño popular, una vez que, actuando como verdadero Moisés, buscaba
por todas las formas y medios la liberación para el pueblo brasileño.

EMPIEZA LA PERSECUSIÓN

Desde aquel el 18 de abril de 1930, en que falleció el Cardenal Arcoverde, amigo y


benefactor de Dom Carlos, este comenzó a sufrir por la envidia y la persecución de
sus compañeros de episcopado.

Tal envidia y persecución de otros miembros del clero no obstaculizaron los planes
del Obispo, y a mediados de septiembre de 1932, las tropas se dirigieron en tren a
San Pablo y se comprometieron junto a las tropas paulistas en la lucha
constitucionalista en favor de los desamparados obreros.

En razón de la construcción de la nueva Catedral, del Orfanato, del Colegio, y de


otros emprendimientos, Dom Carlos inicia la venta de varios bienes de la diócesis
para poder sanar las deudas, contraídas con la finalidad de amparar, ayudar y
socorrer a los pobres y hambrientos de la época. Los beneficios de su brillante
administración aún están erigidos en la ciudad paulista de Botucatu, como prueba
de su capacidad.

El 15 de agosto de 1934, en Aparecida del Agua de la Rosa de San Manuel ordenó


sacerdote al P. José Melhado Campos, futuro Obispo de Sorocaba y único sacerdote
del clero de Botucatu hasta que hasta hoy ha llegado al episcopado.

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Este espíritu bondadoso y cariñoso del Santo Obispo desagradó muchísimo a la
corte romana y el Papa Pío XI resolvió apartar a Dom Carlos del gobierno de la
Diócesis de Botucatu, obligándolo a presentar su renuncia.

La renuncia de Dom Carlos ocurrió el 22 de septiembre de 1937. Mismo día en que


Dom Carlos fue nombrado Obispo Titular de Maura, Y su salida de la diócesis se dio
en 15/10/1937.

Dom Carlos se mudó a Río de Janeiro, donde continuó su lucha contra el régimen
de Getúlio Vargas y de la alianza del Vaticano con los regímenes totalitarios.

En 1940, aunque simple obispo titular, tenía el prestigio suficiente para ser el co-
consagrante de Dom Eliseo María Corolli. Consagración presidida por el nuncio
Aloísio Masella y teniendo como segundo co-sagrante el obispo auxiliar de Campinas
Dom Joaquim Mamede da Silva Leite.

Apartado de su diócesis, Dom Carlos encuentra en Río a su padre espiritual, el


Cardenal Leme, el cual le protege y le concede todas las facultades necesarias para
seguir su misión episcopal.

Pero el 17 de octubre de 1942 fallece el Cardenal Leme y su sucesor, que se tomará


posesión el 15/09/1943, el futuro Cardenal Jaime de Barros Câmara, será un
verdugo implacable contra Dom Carlos.

En 1944 fue arrestado y las presiones internacionales encabezadas por el presidente


estadounidense Franklin Delano Roosevelt y el primer ministro británico Winston
Churchill hicieron que el gobierno federal lo liberara.

En 1944, Dom Carlos prefació el libro "El Poder Soviético", de autoría de Hewlett
Johnson, Deán de Canterbury. Tal acto repercutió positivamente en todo el país:
¿Cómo un obispo católico podría defender a un anglicano?

El reverendo Hewlett Johnson era un clérigo anglicano (1874-1966), Decano de


Manchester y más tarde Decano de Canterbury, donde adquirió el apodo de "El
decano rojo de Canterbury" por haber sostenido una posición favorable al régimen
soviético.

El día 6 de junio de 1944, Dom Carlos es arrestado en su residencia acusado de


comunista, permaneciendo preso hasta el 6 de septiembre de 1944, cuando fue
liberado a petición de la Asociación Brasileña de Prensa y de las Naciones Unidas,
que intervino ante el Gobierno brasileño por intermedio de sus embajadas.

El 10 de julio de 1944, a Dom Carlos le fue prohibido de predicar el Evangelio de


Cristo y confesar a los fieles, decisión proferida por la Cámara Eclesiástica en
represalia por los pronunciamientos proferidos por el Obispo de Maura.

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Varias fueron las advertencias hechas a Dom Carlos por la administración
Apostólica Romana. Pero cuanto más era advertido, más defendía la fe cristiana, a
los obreros, y la patria contra los fascistas y nazis existentes en la Iglesia y su
jerarquía. En 1945 Dom Carlos denunció la Operación Odessa, que afirmó haber
sido organizada por el Vaticano para permitir la huida de oficiales nazis.

EXCOMUNIÓN Y FUNDACIÓN JURIDICA DE LA ICAB.

Agotadas las posibilidades de sumisión


con Dom Carlos, el mismo fue
excomulgado. Al conocer la
excomunión por los diarios, Dom
Carlos funda la Iglesia Católica
Apostólica Brasileña el 6 de julio de
1945. Sólo 12 días después ordena
sacerdote al Reverendo Salomao
Ferraz, el cual venía después de ser
pastor presbiteriano, con el deseo de
convertirse en católico y así en
15/08/1945 es consagrado Obispo de
Sao Paulo.
La noticia de la excomunión de Dom Carlos Duarte
Tres días después (18/08/1945) en su
maravilloso "Manifiesto a la Nación", Dom Carlos critica a la Iglesia Católica Romana
y pone los principios evangélicos en centro de la Iglesia Católica Apostólica
Brasileña.

El 02/02/1946 consagra a Dom Jorge Alves de Sousa.

A pesar de que Dom Carlos ya había sido expulsado como obispo miembro de la
Iglesia Católica Romana y de no ejercer ningún cargo o función en ella, el 24 de julio
de 1946, Dom Carlos fue nuevamente "excomulgado vitando", es decir, un
excomulgado a ser evitado por cualquier católico romano, notifica que recibió con
alegría porque deseaba ardientemente ser olvidado y también olvidar que un día
había pertenecido a la iglesia que más contribuyó a la explotación de los negros y
obreros brasileños.

Mons. Antídio José Vargas, que era sacerdote romano de la diócesis de Lages SC,
viene a unirse a Dom Carlos y es el responsable de la construcción del primero
templo edificado para la ICAB. En 08/12/1946 fue consagrado en Río de Janeiro.

En Venezuela, un joven sacerdote, Luis Fernando Castillo Mendez, suspendido de


sus órdenes, junto con otro colega, el Padre Verde toman conocimiento del
movimiento en Brasil y así en 18/10/1947, nace la Iglesia Venezolana. Pero sólo en

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el 3/05/1948, en Balboa, en la Zona
del Canal de Panamá es que Dom Luis
puede ser consagrado. El 21 de junio
de 1950, es expulsado de su país y
viene residir en Brasil. En 18 de julio
de 1960 Dom Luis es nombrado
Obispo de la nueva Capital Federal.

Dom Diamantino Augusto Pereira da


Costa era un laico, casado y con hijos.
Fue ordenado sacerdote y el
15/08/1954 fue consagrado como 1º. Consagración de Dom Salomao Ferraz
Obispo de Recife.

El 29 de junio de 1955, el sacerdote boliviano Pedro Luiz Hernández es sagrado


Obispo.

Se siguen otras consagraciones: Dom Pedro Santos Silva el 04/11/1956 y Mons.


Orlando Arce Moya, el 30/11/56 (Chile)

Dom Carlos falleció en Río de Janeiro a 26 de marzo de 1961, 16 años después la


fundación de la Iglesia Católica Apostólica Brasileña, la misma que nació en la
regencia Trina del Padre Diogo Feijó, bañada con el martirio de Frei Caneca, que fue
pregonada por el sabio Rui Barbosa y exterminada criminalmente con el asesinato
del canónigo Manoel Amorim de Itapira - SP.

El 10 de mayo de 1963, ingresa en la Iglesia Romana Mons. Salomón Ferraz. Antes


había consagrado en 1951 a Dom Manuel Ceia Laranjeira.

Cámara Ardiente de San Carlos Duarte


Consagración de Dom Luis F.

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