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Curso de Apologética.

Defensa de la Fe Católica - 8/10

Segunda Parte (3): la Biblia, © Iglesia Católica

Material reservado a los que participan del Curso. (Abreviaturas bíblicas según Cat. de la

Igl. Cat.)

La Biblia nace en la Iglesia Católica, es de la Iglesia Católica y expresa la fe de la

Iglesia Católica

1. La postura protestante de la “Sola Scriptura” no tiene verdadero fundamento en las

fuentes de la Revelación. Podría, podría insistimos, basarse “en algo” si hubiesen ocurrido

tres cosas: (a) que la Biblia cayese del cielo ya con todos los libros incluidos sin que pudiese

ni dudarse cuáles incluyen; (b) que desde el inicio del Cristianismo se hubiese tenido

certeza absoluta de cuáles eran los libros de la Biblia, como que en la misma Biblia viniese

el catálogo de los libros que la componían; (c) que desde el inicio del Cristianismo la Biblia

precediese la predicación y ya la Biblia estuviese tan difundida en todo el mundo.

2. La realidad histórica es distinta: (a) la Iglesia es la madre que inspirada por Dios produce

la Biblia ©; (b) los que escriben la Biblia son todos Apóstoles o cercanísimos a ellos, todos
Obispos (c) los sucesores de estos Obispos católicos da autoridad a la Biblia como Palabra

de Dios escrita; (d) como autora de la Biblia, como responsable de ella, la Iglesia siempre

ha sido la responsable de su interpretación.

3. En síntesis: primero, la Iglesia; segundo y como consecuencia, la Biblia. Incluso el

inteligentísimo San Agustín afirmaba que él también dependía en la Iglesia para aceptar lo

que decía la Biblia: “Yo no creería en el Evangelio si a ello no me moviera la autoridad de

la Iglesia Católica” (Contra Maniqueos 5,6).

4. La palabra griega “Biblia” significa “los libros”: ya esto nos dice que la Biblia no es un

libro escrito del principio a fin caído del cielo y que se necesita alguna autoridad fuera de

la Biblia que determine cuáles son los libros que forman parte de “los Libros”.

5. En el primer siglo se escribieron lentamente los libros de la Biblia, y el proceso de ser

aceptados unánimemente por la Iglesia entera como Palabra de Dios es un proceso lento

que cristaliza a fines del siglo IV cuando los obispos africanos y los Papas definen el

canon dejando de lado libros católicos de buena doctrina pero no inspirados por Dios y

dejando libros apócrifos, es decir, falsos por los inventos en ellos incluidos, en los que se

basa el espurio Da Vinci Code.


6. Así “la Biblia” que podríamos traducir la palabra como “la biblioteca” consta de los

libros que el Espíritu Santo ha inspirado a los hagiógrafos (= escritores sagrados): en

concreto son 46 libros del Antiguo Testamento y 27 libros del Nuevo Testamento.

Todo esto en gran armonía con la Tradición.

7. Pero como vivimos influenciados por el fundamentalismo protestante todos tenemos la

tentación de seguir pensando que la Biblia es realidad primera, absoluta, única,

interpretable en sí misma y sencilla, cerrada en sí misma (sin necesidad de ninguna otra

realidad). Agréguese que hablan de “libre interpretación de la Biblia” pero en realidad

aceptarían cualquier interpretación, pero jamás la que siempre ha dado la Iglesia Católica.

Más aún, Lutero se sale de la Iglesia Católica, y “se robó” un ejemplar de la Biblia, y contra

más de 1100 años de aceptación pacífica de cuáles libros eran inspirados, eliminó de la

Biblia 7 libros y partes de otros 2 libros (y contradicción: se atribuyó con la autoridad de

“Iglesia” para hacerlo ¿y la Sola Scriptura?). Obviamente rechazar que la Biblia tuviese

una autoridad porque el Espíritu Santo garantiza en cada caso su inspiración para

interpretarla correctamente llevó a lo que vemos a diario: la constante división del

Protestantismo y hasta en doctrinas contrarias: “sí, sin duda, María fue Virgen según la

Biblia” y “sí, sin duda, María no fue Virgen según la Biblia. ¿Puede Dios inspirar doctrinas

contrarias?
8. Otro problema de Lutero y de los protestantes es que dado que la Biblia está sola no

tienen ellos fundamento algo para explicar quién le da autoridad en la Biblia. Un libro por

sí mismo no es autoridad; un libro por sí mismo no puede dar un mensaje claro, porque

todo texto tiene contexto, las palabras van cambiando de significado, etc.

9. También, la Biblia refuta (a) que cada uno puede interpretarla a su gusto: Hch 8,31; 2P

1,20; 2P 3,16; Lc 24,25; (b) que no necesita de la “Tradición Apostólica” ni de la Iglesia 2Ts

2,15; 2Tm 1,12-14; 1Co 11,2; Jn 20,30. El cristianismo no es “la religión del Libro” sino “de

una Palabra encarnada y viva” (S.Bernardo)

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