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Pensamiento creativo

Lucille Cedercrans

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Contenido
Lección 1 - Identidad...........................................................................................................................4
Lección 2 – Nuestra relación con Dios.................................................................................................7
Lección 3 – Correcta relación.............................................................................................................10
Lección 4 - Creatividad: Mente, emociones y cuerpo.........................................................................13
Lección 5 – El Espíritu de la Verdad..................................................................................................16
Lección 6 - Reencarnación..................................................................................................................19
Lección 7 – El Plan Divino para la Humanidad y La Reaparición de Cristo.....................................22
Lección 8 – Como restaurar el Plan de Dios en la Tierra...................................................................25
Lección 9 – El desplazamiento de la polarización emocional a la mental.........................................28
Lección 10 – Re-evaluando sus objetivos...........................................................................................31
Lección 11 – Conciencia y polarización mental..................................................................................34
Lección 12 – Eligiendo nuestros sentimientos...................................................................................37
Lección 13 – Reconstruyendo el mecanismo de respuesta................................................................40
Lección 14 – Controlando el mecanismo de respuesta emocional.....................................................43
Lección 15 – Conociéndonos a nosotros mismos...............................................................................46
Lección 16 – La cima de la Montaña..................................................................................................50
Lección 17 – Eligiendo y dirigiendo los propios pensamientos.........................................................53
Lección 18 – Por qué la energía sigue al pensamiento.......................................................................56
Lección 19 – La meta del proceso evolutivo.......................................................................................59
Lección 20 – El Mago Blanco.............................................................................................................62
Lección 21 – Autoconciencia..............................................................................................................65
Lección 22 – Relaciones espirituales con la Vida Una.......................................................................68
Lección 23 – Integrando la persona...................................................................................................71
Lección 24 – La Voluntad de Dios......................................................................................................75
Lección 25 – El ciclo de la vida...........................................................................................................79
Lección 26 – La naturaleza de la forma.............................................................................................84
Lección 27 – Construyendo un ideal..................................................................................................87
Lección 28 – Los tres planos de la materia vibrante..........................................................................93
Lección 29 – La meta hacia la que la humanidad se esfuerza............................................................97
Lección 30 – Formulando los anteproyectos de nuestra vida y asuntos ........................................100
Lección 31 – El origen del pensamiento...........................................................................................104
Lección 32 – Aplicación práctica de los Siete Rayos........................................................................107
Lección 33 – La Voluntad Enfocada de Amar..................................................................................110
Lección 34 – Definiciones del Amor.................................................................................................114
Lección 35 – Cómo conocer el Plan Divino para la Humanidad......................................................118
Lección 36 – Redimiendo la sustancia mediante transmutación....................................................122

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Lección 37 – Ciencia y conocimiento concreto.................................................................................125
Lección 38 – Devoción a un Ideal.....................................................................................................129
Lección 39 – La Séptima Ley............................................................................................................133
Lección 40 - El Alma Consciente Encarnada...................................................................................137

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Lección 1 - Identidad
La Trinidad del ser humano: Espíritu, Alma y Cuerpo
Descubriendo donde vives
Conciencia del ser

Hemos titulado este curso de instrucción “Pensamiento correctivo” porque su propósito es corregir
aquellas condiciones en su vida y asuntos fuera de tono con el orden natural de nuestro Cosmos
manifestado.
Los reinos subhumanos de la naturaleza, y los soles y planetas que marcan nuestros cielos noctur-
nos con puntos de luz, transmiten una especie de armonía que la familia humana parece haber per-
dido. Esas vidas, su crecimiento y sus órbitas son dirigidas por una Inteligencia Divina, mientras a
la humanidad se le ha dado la libertad de pensar según su voluntad. Así vemos a los niños de la fa-
milia de Dios perdidos momentáneamente del Reino de los Cielos simplemente porque a estos jó-
venes y crecientes Dioses se les ha dado el poder de la mente. La gente “piensa” y de esta manera
crean su propia vida y asuntos.
Para comprender a una persona como a un joven Dios, a la gente como creadores por derecho pro-
pio, debemos en primer lugar estudiar su constitución. ¿Cómo están construidas que las hace dife-
rentes de los demás animales?
Nuestra Biblia nos dice que fueron creados a imagen y semejanza de Dios. A imagen. Dios nos con-
templó con Su Mente. Nos concibió en el ojo de Su Mente, y nos creó a Semejanza Suya.
La humanidad, como Dios, es una Trinidad. Estamos formados por espíritu, conciencia y un cuerpo
de manifestación o apariencia.
El aspecto espiritual de dios es la Vida de Dios que se vierte a través de nosotros como lo hace a tra-
vés de todas las cosas vivientes. Es ese impulso motivador que mueva a una persona a producir
constantemente experiencia. Es la misma esencia de todas las cosas que es su causa y su razón de
ser.
El espíritu de la humanidad nos pone en sintonía con Dios, porque por su medio, somo parte de la
vida de Dios. Del mismo modo que todas las células en el cuerpo son alimentadas por la corriente
sanguínea, así todas las cosas vivientes son alimentadas por el Espíritu de Dios. Son sostenidas y
mantenidas por Él.
El vehículo de manifestación de Dios es el Comos manifiesto del que no somo sino una parte infini-
tesimal. Vemos es gran Cosmos divinamente ordenado y sabemos que existe un Dios. Este es por
tanto su cuerpo de apariencia. Cuando miramos una estrella, o una hoja de hierba, o cualquiera de
las intrincadas formas que aparecen, yo sé que hay un dios mostrándose a Si Mismo, adoptando
una apariencia.
“En el comienzo fue la Palabra, y la Palabra estaba con dios y la Palabra era Dios.”
Y como Dios, a la humanidad se le dio también un cuerpo de apariencia, un aspecto materia.
Sabemos que el cuerpo denso físico que vemos con los ojos es solo una parte de nuestro vehículo de
manifestación. Ese vehículo o aspecto materia se compone de un cuerpo, una naturaleza emocional
y una mente. En esto la humanidad es de nuevo como Dios cuya aspecto materia está compuesto
por un cuerpo (el cosmos manifestado), una naturaleza emocional (Su amor por nosotros que hace
que Él y nosotros aparezcamos), y una mente (la Mente divina que nos concibió con Su facultad
imaginativa).
Luego, vemos que la humanidad es autoconsciente. Como Dios, sabe que es, y este el aspecto Hijo.
El hijo infante es el alma, el hijo adulto, el Cristo.
Uno puede y de hecho piensa de uno mismo como un yo. Así lo hace Dios. Ambos son conscientes
de Ser.
Una persona es este “yo”, y ese “yo” es un Alma.

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Hemos oído este término muchas veces y nos hemos referido a “tu alma” o “mi alma”, y aún así, tú
y yo no tenemos almas, somos almas.
Si piensas en la historia de la creación, recordarás que Dios creó “su” cuerpo a partir del polvo de la
tierra.
“Y Jehovah dio forma al hombre a partir del barro de la tierra, y exhaló en su nariz el aliento de
la vida; y el se convirtió en el Alma viviente.”
Ese aliento de la vida, que Dios exhaló en la forma que creó a partir del barro, fue el alma, el yo
consciente, que nos hace diferentes de los animales.
Pero ¿qué es el alma, ese aliento de vida que somos? Es conciencia. Es la conciencia dentro del
cuerpo que se vive y se mueve dentro de la forma para producir experiencia. Es aquello que piensa,
y siente, y se identifica como un Yo (Alma). Es el Hijo de Dios.
Párate por un momento y descubre en donde vives. Piensa en “Yo” lenta y cuidadosamente, permi-
tiéndote a ti mismo como conciencia descubrir en donde estás enfocado dentro de tu cuerpo.
Aquí es donde vives.
Esto te da un sentido de identidad, de ser, que está separado de la forma, ¿no es así? Permítete
unos momentos para contemplar en este lugar en donde vives, tu identidad como alma, un Hijo de
Dios.
Si llevas cabo este simple ejercicio cada en un momento particular comenzarás a diferenciar entre
tú mismo como alma (una conciencia creada a imagen y semejanza de dios) y tú mismo como una
forma.
Te capacitará para responder a la cuestión: “Qué es la realidad permanente? ¿El yo inmortal que
habita la forma? ¿O el yo mortal hecho del polvo de la tierra?”
Nos gusta pensar que somo autoconscientes, ¿pero cuanto de autoconscientes somos? ¿Qué consi-
deramos que somos nosotros mismos – un cuerpo hecho de carne y huesos que a su debido tiempo
morirá, se descompondrá y desaparecerá de la faz de la tierra?
¿Piensas que Dios es consciente de Si Mismo siendo Su cuerpo, su Cosmos manifestado?
Y la resurrección – ¿qué es lo que realmente resucita? Es la conciencia desde dentro del cuerpo.
Será elevada un día fuera de su tumba de carne para residir en el Reino de los Cielos. Ese Reino no
es sino la conciencia de quién y qué somos. Es el Reino de las Almas autoconscientes, y un día apa-
recerá sobre la tierra. Cuando esto suceda el Cristo reaparecerá y todos los hombres Le conocerán.
Contemplaremos nuestra relación con Él como sus hermanos más jóvenes.
Demos otro paso en este proceso de autoidentificación. Supón que has muerto. Visualízate a ti mis-
mo como muerto. ¿Qué ves – un cuerpo tumbado de alguna manera de acuerdo al cuadro que tu
cerebro tiene de la muerte?
¿Pero dónde estás? Si está muerto como puedes ver tu cuerpo tirado en su último estado esperando
la descomposición?
Imagina ahora que el cuerpo ha desaparecido completamente. Ha vuelto al polvo del que fuer crea-
do. Nuevamente, ¿dónde estás tú? ¿Has vuelto a las partículas separadas de polvo, sin conciencia?
¿Puedes concebirte no siendo?
Sin importar lo mucho que lo intentes, no puedes concebirte estando sin conciencia de alguna for-
ma, el algún lugar.
Puedes pensar en ti mismo como aprisionado en una roca, o en un planta, o en un perro, o en un
planeta, pero no como siendo nada.
Puedes llevar esto una paso más y visualizar el cuerpo siendo quemado por el fuego, ahogado en el
agua, envenenado por el gas, o enterrado vivo en la tierra, pero no puedes imaginar a ninguno de
estos cuatro elementos destruyendo tu conciencia, porque el alma es indestructible.
Estarás fuera observando la vieja forma en la que has estado viviendo.

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Concluyamos ahora este reconocimiento volviendo nuestro pensamiento a la muerte natural como
resultado de la avanzada edad. Podemos imaginar que hemos vivido hasta tal edad que nuestros
cuerpo han dejado de sernos útiles. ¿Cuál es entonces el orden natural sino que lo descartemos?
Vamos a dejar la vieja casa por una mejor. ¿Deberíamos temer tal acto? ¿Tenemos tan poca fe que
no podemos creer que se creará otra (quizás una mansión) para nosotros?
“En la casa de mi Padre hay muchas mansiones.”
¿Qué es la “casa de mi Padre” sino Su cuerpo de manifestación, el Cosmos manifestado? Y las mu-
chas mansiones – ¿qué podrían ser sino nuevos cuerpos para nosotros?
Y de esta manera la muerte pierde su victoria, pierde su aguijón, y dejamos de tener miedo de ella.
Cuando perdemos nuestro miedo a la muerte alanzamos sabiduría, porque es este miedo lo que nos
convierte de jóvenes Dioses en bestias. El miedo nubla nuestras mentes de manera que cuando
pensamos “yo” es como defensa en lugar de conciencia del Ser. En el miedo, y su análisis final –
miedo a la muerte, negamos lo bueno, lo verdadero y lo hermoso.
No nos es necesario defender nuestra existencia o a nosotros mismos. Existimos y existiremos
mientras Dios exista..
Ni amigo ni enemigo, ni vida en el cuerpo o fuera del mismo, puede tocar mi conciencia para des-
truirla, porque es de Dios.
Según llegamos a reconocer la conciencia del Ser, nuestras mentes se abren de par en par al conoci-
miento y la sabiduría de ese mismo Ser. Comenzamos a comprender los misterios del Padre, y así
comenzamos nuestra educación superior. Los secretos de la vida y de la muerte, de los soles, los
planetas y los universos, de nosotros mismos, se nos revelan, y el Cristo interno madura hasta el es-
tado adulto.
“El que crea en mi, hará también los trabajos que yo hago, y trabajos más grandes que estos
hará, porque voy junto al Padre.”
Esto es una gran promesa. Nos asegura que según creamos en Cristo, según nos identifiquemos con
el Cristo, realizaremos su trabajos e incluso mayores.
¿Cuál es el trabajo de Cristo? ¿No es Él el Salvador de la Humanidad? ¿No significa esto que a me-
dida que nos salvamos a nosotros mismos (nos identificamos con Cristo) compartiremos el trabajo
de restauración para la familia humana?
Así es, pero primero debemos llevar Ley y Orden divino a nuestras propias vidas. Comenzamos por
la identidad.
“Yo soy el Alma, el Hijo de Dios. Yo soy parte de la Vida de Cristo. Yo invoco conscientemente
la Vida del Cristo Interno para llevar Ley y Orden Divino a mi vida y asuntos. Que así sea.”

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Lección 2 – Nuestra relación con Dios
El Padre Divino y Papá Noel
La muerte de la fe infantil
El Dios Cósmico y el Padre
“Yo soy un Alma viviente, Hijo de Dios.”

Ustedes, la conciencia, aprisionada en los confines de una mente, una naturaleza emocional y un
cuerpo físico, son el Hijo de Dios.
¿Cuán a menudo consideran este hecho? ¿Han realizado alguna vez una pausa entre el clamor de
su actividad diaria para pensar seriamente sobre ser el Hijo de Dios? Se preguntan – ¿qué significa
esto para mi personalmente?
Si no lo han hecho, están en compañía de la vasta mayoría de hijos de Dios que aún no se han rela-
cionado conscientemente con su Padre Divino. ¡No es de extrañar que la humanidad encuentre que
unos de sus mayores problemas sea el de las relaciones!
Fueron deliberadamente y a propósito creados por Esa vida Que habita el planeta tierra y todas las
coas del mismo. Fue Él Quién con Su Voluntad los concibió, y a partir de Su Inteligencia les dio na-
cimiento. Fue Su Mente y Su Corazón los que los trajeron al ser como almas vivientes para ir y mul-
tiplicarse, para expandir su conciencia hasta que pudieran compartir su Divinidad.
En esta lección vamos a investigar en nuestra vida de pensamiento para descubrir por qué no nos
hemos relacionado de manera adecuada con el Padre. Para corregir nuestro pensamiento, debemos
primero descubrir lo que pensamos, porque existen pocos de nosotros que sepamos la suma total
de nuestros pensamientos sobre cualquier tema.
Los adultos deben contemplar su infancia para encontrar la base de sus actitudes presentes, en par-
ticular en relación a Dios.
Encontramos en la mente de la masa una forma de pensamiento que es común a todos los niños
pequeños. El primer concepto de Dios le identificó como el padre humano. En la pequeña mente es
el padre quien es responsable de su ser. Papá, padre o papi, es Dios. Es grande y misterioso. Es el
Señor y es el maestro. No solo ha creado al niño, sino ha creado a la madre también. Ha de ser
amado y temido, e incidentalmente, odiado a medida que disminuye su estatura ante los ojos de su
creciente criatura. ¿Qué padre humano puede estar a la altura de tal ideal?
Esta forma de pensamiento del padre humano como Dios es, por supuesto, en su mayor parte una
respuesta inconsciente del niño a su asociación con su padre, pero sin embargo provee la primera
plataforma para la falta general de fe en la relación con Dios como una Realidad.
Los niños van a la escuela dominical y se les enseña que Dios es Espíritu. El concepto es abstracto y
los niños deben comprenderlo lo mejor que pueden. Un Espíritu es algo bastante intangible y difícil
de visualizar, pero la mayoría de los niños visualizan a Dios de una de dos formas. Una, como un
hombre viejo y fiero de pelo blanco y barba (Se les enseña a temer la ira de Dios, que es un discipli-
nario estricto). Y dos, como el dulce y amable Jesús Que vino a esta tierra a salvar a la humanidad,
en particular a salvar los niños pequeños (y a menudo en las mentes de los pequeños, a salvarlos de
los adultos).
Al mismo tiempo a la joven conciencia en crecimiento se le enseña a creer en Papá Noel. Cada Na-
vidad este viejo hombre jovial con su ropa roja y estentórea risa, llega cargado de juguetes para
aquellos niños que han sido buenos.
Al pequeño niño o niña se le recuerda su llegada desde cada anuncia, tienda, radio y televisión por
todo el país. Son sobornados y amenazados con la promesa de Papá Noel y viven en una fiebre de
excitación hasta ese día frío y gris que es el clímax del acontecimiento un año más.
Como acompañamiento de Papá Noel los niños escuchan una y otra vez la hermosa historia del
Cristo Niño, y de alguna manera en la pequeña mente, el austero viejo con barbas, el amable Jesús

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y Papá Noel en su traje rijo con su saco de juguetes se mezclan todos juntos en una imagen sub-
consciente de Dios.
Tal imagen reemplaza a papá y por un tiempo los jóvenes están seguros en su fe. Cualquier duda
que surja la reprimen en el esfuerzo por mantener esa falsa sensación de seguridad.
Y luego llega el día fatídico en el que a la inocencia confiada y creyente de la infancia se le da un
golpe del que apenas logra recobrarse totalmente.
¡No existe Papá Noel! Su primer año en la escuela (que casualmente sus padres esperan y rezan por
que le guste) pone final a este hermoso mito.
Vuelven corriendo a casa a restaurar su fe.
Pero mamá ya no es su amiga! Por su propias palabras y acciones, es una traidora. ¿Cuántos de no-
sotros hemos sido culpables de esto por nuestra bienintencionada estupidez? Esas últimas Navida-
des que marcan el final de la infancia – la alimentamos, la llenamos con todo lo posible para refor-
zar esa fe que pronto debemos destruir. Y lo hacemos para hacer a nuestro jóvenes felices! Quere-
mos que tengan algo maravilloso para recordar!
El niño es humillado, y no importa como intenten los padres justificar sus mentiras, es probable
que el niño lleve esa herida por vida. Algo hermoso ha sido matado, la fe de un niño. La simple y
hermosa fe en sus padres, en las Navidades mismas (porque ¿cómo se acercarán ahora a su signifi-
cado real?) y en Dios.
¿Así que no existe Papá Noel? Ni tampoco existe tal cosa como Jesús o Dios. Estas eran solo histo-
rias que los padres inventaron para hacer que sus hijos fuesen buenos.
¿Cómo de conmocionados estarían sus padres si pudieran contemplar el subconsciente de sus hijos
o hijas ahora? Y lo revelador que sería si pudieran volver años atrás a su propia experiencia similar.
Qué lazo común de comprensión podría desarrollarse entre ellos y su hijo.
¿Cómo hemos podido estar tan ciegos como para cometer esa horrible equivocación? ¿Por qué que-
rría el niño ser bueno después de esto? En primer lugar de su razón para ser bueno era falsa, y el
principio detrás de ella aún peor. A los niños debería enseñárseles a hacer el bien por el bien de los
demás, no por lo que les reporte a ellos mismos. Si de repente nos confrontamos con problemas ta-
les como la delincuencia juvenil, ¿de quién es la culpa?
Cada padre debería ayudar a inaugurar una nueva era de amor y fe si, por sus propias acciones, de-
bilitaran la influencia de esta forma de pensamiento de la mente de la raza.
Enseñemos a los niños el significado real de la Navidad. A cada pequeño niño se le puede dar un re-
galo sin precio en tiempo de Navidad. El reconocimiento como niño en Cristo, como un hijo de
Dios. Podemos regalarles un pequeño regalo material en reconocimiento de su identidad espiritual
en Cristo, y hacerles saber esto. No es necesario sobornar a un niño para que sea bueno. Enseñé-
mosles el bien siendo buenos con ellos. Enseñémosles a hacer cosas por los demás, mediante el
amor de los demás.
¿Y nosotros? Curemos la herida reconociendo la Verdad. Si nuestros padres nos representaron
erróneamente a Dios, lo hacían sin saberlo, y podemos restaurar la fe en Dios a través de una reeva-
luación de nuestra vida de pensamiento.
Con la luz de la razón reeducamos nuestro subconsciente. Dios no es ni fue ninguna de estas for-
mas que tomamos equivocadamente por Él.
Dios es la Santísima Trinidad, las Tres Personas en Uno. Es una Gran Voluntad, una Gran Mente y
una Gran Conciencia. Es Dios el Padre, Dios la Madre y Dios el Hijo.
Habita el Cosmos entero y toda la vida del mismo. Se ha enfocado a Si Mismo en soles y planetas, y
a través de su enfoque en estos, ha creado los cinco reinos de la naturaleza: el mineral, vegetal, ani-
mal, humano y espiritual.
Por tanto Dios ha enfocado Su Paternidad, Su Maternidad y Su Conciencia en un Ser Planetario, a
cuyo cuerpo llamamos Tierra. Aquí dentro de su cuerpo, como una célula en el Gran Dios Cósmico,

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el Ser Planetario ha creado de Si Mismo a los niños que vivimos, nos movemos y tenemos su ser en
Él.
Por tanto aquí esta nuestro Dios Padre-Madre, y Cristo la conciencia en la que todos y cada uno es-
tamos individualizados e identificados.
Este es nuestro acercamiento a Dios, nuestra relación con Él:
Primero como el Alma, ese punto focal individual de conciencia – el Cristo Niño que está creciendo
a la madurez de su Divinidad. “¿No saben que son Dioses?”
Luego, a través del Cristo del que no somos sino una célula de Su cuerpo, con el Padre Divino, enfo-
cado en nuestro planeta.
Vivimos en Él, Él en nosotros. Según nos acercamos a Él, podemos hacerlo con la seguridad de que
existe y de que podemos alcanzarlo con nuestro Amor.
Quédense tranquilos, y cuando se encuentren centrados en ese lugar en el que viven dentro de
su cuerpo, identifíquense como el Alma, el Hijo de Dios.
“Yo soy un Alma viviente, Hijo de Dios.”
Luego, como Alma, aspiren al Cristo, reconociendo que son una parte de la Vida Crística.
“El Cristo mora en mi, así como en todos los miembros de la humanidad.
Somos Uno en Cristo.”
Reconozcan luego que Dios no está muy lejos ni es indefinible. Está aquí con nosotros. Puede
conocerse porque ha creado todo lo que conocemos. Vive en nosotros y fuera de nosotros, en la
conciencia del Cristo. “Yo y el Padre somos Uno”. Alcáncelo entonces a través de Cristo.
Como el Cristo-Niño repitan:
“Padre Nuestro, Yo soy tu hijo. Te amo”, y envíenle su amor.

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Lección 3 – Correcta relación
Un Espíritu en muchos cuerpos
Hagan una pausa y piensen “Yo”
La humanidad, Vida Una
El propósito de la humanidad
Identidad, correcta relación y paz

La familia humana hoy busca sobre todas las cosas el conocimiento de la correcta relación. Este es
un conocimiento que la humanidad debe tener, no solo por su comodidad, sino en aras de su pro-
pia supervivencia. Los seres humanos deben aprender como vivir juntos en hermandad, porque en
nuestro tiempo la paz se ha convertido en mucho más que un sueño o un ideal. Se ha convertido en
una necesidad común.
La familia humana es una familia. Incluye a cada ser humano en una relación más duradera y sus-
tancial que los límites de la carne y la sangre o el acuerdo mutuo podría ser jamás, porque la fami-
lia humana está vinculada en el mismo Espíritu, la misma conciencia y la misma forma naturaleza.
Existe un Espíritu en la apariencia de los muchos cuerpos. Esos cuerpos pueden compararse a la
misma matriz de la materia, el aspecto madre de Dios. La interrelación entre Espíritu y los muchos
cuerpos que habita, resulta en el nacimiento de la conciencia, una conciencia que piensa y siente
por medio de un ego – el “yo” consciente pensante.
Dentro de cada cuerpo, por tanto, ha nacido un unidad de conciencia que se identifica a si mismo
como “yo”. Cada ser humano piensa en si mismo de esta manera. “Yo soy John Doe” o “Yo soy
Mary Doe”. Cada ser humano piensa “Yo soy” porque es.
El “yo” nace de los mismos padres, el mismo Espíritu y la misma naturaleza, aún si el aspecto ma-
teria parece dividido, i.e., compuesto de muchos cuerpos. Si tú y yo nos identificamos mediante el
concepto de “yo”, así lo hacen los demás seres humanos; de este modo, esa nota o sonido se emite
desde cada uno como su identidad.
Hagan una pausa por un momento y cuando piensen “Yo soy” reconozcan que su vecino tiene el
mismo pensamiento, que este concepto de “yo” identifica a cada miembro de la humanidad.
Luego, al pensr de nuevo imaginen a toda la humanidad pensando “Yo soy”. Traten de descubrir
el significado interno de esta forma externa.
Cuando la conciencia del yo nace por primera vez en un cuerpo, es de ese cuerpo. La unidad de con-
ciencia se identifica con la forma naturaleza en la que habita de manera que cuando piensa “Yo”
está afirmando el yo como la forma. Asume las limitaciones de la forma naturaleza y queda separa-
do de los demás mediante el pensamiento, el sentimiento y el cuerpo.
Para comprender esto debemos comprender, de alguna manera, la naturaleza del Espíritu y la ma-
teria. El Espíritu tiende a sintetizar todas las partes en una. Tiene que ver con el Propósito, con la
intención motivadora o la Voluntad Divina que da vida a todas las formas. El Espíritu no puede ser
dividido en muchas partes, aunque puede habitar muchas partes. En otras palabras está en todas
partes presentes por igual. Este es Dios el Padre cuyo Propósito, Poder y Voluntad están dentro y
detrás de todo lo que vive.
La materia, cuya misma esencia es inteligencia (la inteligencia o Mente divina de Dios), divide a la
vida en sus muchas cualidades y características para mostrar cada una por separada. De este modo
las muchas formas nacen a la expresión, siendo cada una el custodio de una cualidad y característi-
ca Divina. La naturaleza de la forma es por tanto identificar de modo separado una expresión Divi-
na.
La humanidad, que es autoconsciente, es en su mayor parte consciente solo como la separación de
la forma naturaleza. Según continúa el Espíritu habitando los muchos cuerpos, la conciencia en
ellos crece hasta que se convierte en algo no solo del cuerpo, sino también del Espíritu.

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A medida que la conciencia del yo evoluciona, se hace consciente de su relación como una parte de
la expresión de la totalidad de la vida. Mientras que es todavía consciente de la separación, es un yo
relacionado, más que un yo separado.
Hagan ahora una pausa por un momento y piensen de nuevo “Yo soy”. Reconozcan que este
mismo “Yo soy” identifica a todo otro ser humano, y luego según se identifican háganlo en rela-
ción a todos los demás. Piensen de si mismos como una parte relacionada de la expresión de la
Vida Una (Dios).
Cuando la conciencia se identifica con el Espíritu, reconociendo que ese cuerpo es una forma cons-
truida a partir de la inteligencia y por la naturaleza de la inteligencia como el Templo del dios vi-
viente, comienza a reconocer dos simples y aún así importantes realidades.
1. Que toda la humanidad es en esencia Una Vida. Ha nacido del mismo Espíritu y de la misma
naturaleza, dividiéndola la naturaleza en muchas partes, pero dándoles el Espíritu el mismo me-
dio de identificación. Los cuerpos son divisiones en la Vida Una, creados por la naturaleza de la
Mente Divina (la madre naturaleza) con el propósito de expresar cada cualidad y característica
de la Divinidad. Cada persona por tanto, siendo del Espíritu Uno, es también una parte relacio-
nada que mantiene dentro de si misma alguna característica y cualidad especial de Dios. Su con-
ciencia, nacida del Espíritu y de la materia, es tanto el Uno y los muchos. Según evoluciona, se
hace más y más consciente del Uno y de los muchos, y de esa Divinidad especial para la que fue
creado.
Este el propósito de una persona y de la humanidad. Las personas fueron creadas individual y
colectivamente para expresar la Divinidad de Dios en la parte relacionada y en la totalidad.
2. Las personas descubren su Propósito Divino al identificarse con el Espíritu Uno, y como par-
tes con las muchas formas. Aprenden su parte, el papel Divino que juegan en drama de la vida.
Descubren sus talentos o dones particulares, que son de dios, y los desarrollan en su expresión
Divina potencial en relación perfecta a toda otra vida.
Es en este momento que el individuo aprende que cada parte es esencial para la expresión perfec-
cionada de Dios, y de que el primer paso hacia la manifestación en la tierra de esa perfección es la
manifestación de la correcta relación.
La correcta relación es “paz en la tierra”, “buena voluntad hacia los hombres” y “hermandad”. Vivi-
mos en un mundo en el que esto parece imposible de alcanzar, tan imposible que la persona media
no hace nada para ayudar a llevarla a la manifestación. Esperan que el mundo cambie, para permi-
tirles conocer la paz, la buena voluntad y la hermandad, recociendo apenas que su Propósito, la
verdadera razón de su ser es contribuir su paz, su buena voluntad y su hermandad a la humanidad.
Antes de que la paz pueda manifestarse en el mundo de la humanidad, debe manifestarse en pri-
mer lugar en los corazones de la humanidad. Debe existir paz dentro de la forma, una paz nacida de
la correcta relación entre el Espíritu, la conciencia y el cuerpo. El “yo” pensante consciente, recono-
ciendo su relación con el Espíritu (Vida) y el Cuerpo (expresión de vida), pone ese cuerpo bajo con-
trol consciente de manera que exprese la vida de Dios.
Las personas hacen esto estableciendo la identidad en Dios como Cristo el Hijo de Dios; “Yo soy el
Cristo Niño, el Hijo (conciencia) de Dios”. Relacionan luego el Espíritu con la materia vertiendo la
Luz y el Amor de Cristo (nuestra percepción de lo bueno, lo verdadero y lo hermoso) en y a través
de la forma, de manera que la naturaleza de esa forma expresará sus características particulares, y
sus cualidades, en la apariencia externa.
Deben luego manifestar paz en su entorno, y esto lo hacen al conducir la Luz y el Amor de Cristo a
través de su cuerpo y hacia el entorno. Cada persona se relaciona con el entorno como una parte a
las muchas partes, reconociendo y aceptando la igual importancia de cada uno para la Vida Una.
De este modo sus relaciones con su entorno expresan la cualidad del Amor, y la hermandad se con-
vierte en la característica que se manifiesta en la paz.
Su siguiente tarea es manifestar correcta relación entre su entorno y esos otros entornos con los
que están en un contacto relacionado. La Luz y el Amor que están vertiendo en y a través de su en-
torno comienza a tener efecto sobre los demás fuera de su esfera de influencia, y la correcta rela-

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ción se mueve en una espiral siempre creciente de efectos según las olas se mueven sobre el agua
después de recibir el impacto de una piedra.
Tu y yo, y todos los demás “yoes” pensantes, son seres humanos con un propósito y objetivo com-
partido. Manifestaremos “paz en la tierra”, “buena voluntad hacia los hombres”, y “hermandad”
porque esta será su contribución a la Vida Una. No se producirá como resultado de una imposición
sobre nosotros por la iglesia, el estado o el gobierno. Se manifestará dentro de estas según se mue-
ve desde el Espíritu Uno a los corazones y mentes de la humanidad en todas partes, para manifes-
tar a través de los muchos cuerpos la conciencia de Cristo, Hijo de Dios.
Queden tranquilos en ese lugar en donde viven dentro del cuerpo, y contemplen su identidad en
la Vida Una.
“Yo soy Cristo, hijo de Dios.”
Contemplen luego la conciencia de la humanidad como el Cristo-Niño de Dios, e identifíquense
con ella.
“Yo soy Ese Yo Soy.”
Luego mediante el Poder de Ese Yo Soy, lleven Luz y Amor a:
su mente,
sus emociones,
y su cuerpo.
Dedicándolos a esa Vida Una, irradien Luz y Amor a su entorno.

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Lección 4 - Creatividad: Mente, emociones y cuerpo
Los tres Aspectos y los Cuatro Reinos de la Naturaleza
Crecimiento espiritual autoiniciado
Visualizando y personificando el Ideal en pensamiento, emoción, y conciencia cerebral.

Porque fueron creados a Imagen y Semejanza de Dios, y son una Trinidad en si mismos, son crea-
dores.
Este es un concepto que parece de lo más difícil de captar y de comprender para la persona media
en sus connotaciones básicas. Todos sabemos que algunas personas son creativas, y algunos d eno-
sotros sabemos que todas las personas están dotadas de un potencial creativo, pero ¿cuántos de us-
tedes se dan cuenta de que viven en un mundo de su propia creación?
Hemos dicho que la humanidad, como Dios, es una Trinidad. La humanidad está compuesta por un
Aspecto Espiritual, una forma naturaleza y una conciencia. La conciencia de la humanidad es el As-
pecto Hijo, que durante su juventud habita y es nutrido por la forma naturaleza, el Aspecto Madre.
El Aspecto Madre en su esencia es sustancia inteligente moldeada en una forma, primero por la In-
tención Divina del Espíritu, y luego por la conciencia nacida dentro de ella. En otras palabras, es la
Intención Divina del Espíritu lo que hizo a la sustancia inteligente asumir la apariencia de los dife-
rentes reinos de la naturaleza. Por ello, vemos en el mundo de los asuntos planetarios cuatro espe-
cias principales de formas; son los reinos mineral, vegetal, animal y humano de la naturaleza, crea-
dos por el Espíritu de nuestra Vida Planetaria según relaciona con Su aspecto materia (la sustancia
inteligente que le da un cuerpo de apariencia).
Los seres humanos parecen y actúan como humanos porque la forma humana es moldeada por el
Espíritu actuando sobre la sustancia.
El Alma autoconsciente nación en esa forma según el Espíritu continuó relacionándose con la sus-
tancia de la que fue hecha. De esta manera la familia de almas, los hijos de Dios, nacieron y comen-
zaron su desarrollo evolutivo hacia la Cristeidad.
Como niños muy jóvenes se identificaron en conciencia con sus formas humanas y el entrono en el
que vivían. El Aspecto Madre tuvo la mayor influencia sobre ellos, porque eran aún inconscientes
del Padre y de la Intención Divina que tenía para ellos, que estaba elaborando su destino. De este
modo comenzó el modelado secundario de sustancia en la forma naturaleza por la conciencia que
no sabía que era un creador.
La conciencia dentro de su cuerpo particular se identificó con ese cuerpo y sus entornos inmedia-
tos. Mediante experiencias producidas por Espíritu y materia, y el hijo habitando la forma construi-
da, el “yo” pensante consciente desarrolló un “estado de conciencia” compuesto de sus muchas per-
cepciones en la forma naturaleza, y gradualmente construyó una serie de coordenadas a las que su
vida y asuntos habían de conformarse.
Ese “estado de conciencia”, que a menudo definimos como la psique o la persona interna y de la
cual la personalidad es una apariencia externa, es un estado condicional de existencia dentro del
que el “yo” consciente se encuentra enfocado. Es este “estado de conciencia” el que condiciona la
sustancia del cuerpo y la vida y asuntos del entorno para ser lo que son. En otras palabras, dios nos
dio la forma humana y nuestro destino Divino, pero no nos dio nuestras personalidades particula-
res, nuestras enfermedades corporales o nuestros éxitos y fracasos. Nos creamos a nosotros mis-
mos mediante nuestros estados particulares de conciencia; y desarrollamos nuestros estados de
conciencia según respondimos a las fuerzas de la evolución, i.e., Espíritu y Materia.
Dios produjo las fuerzas y condiciones primarias necesarias para la evolución, pero todo el mundo
creó su propio sendero evolutivo mediante sus respuestas particulares, y finalmente, mediante su
acción iniciatoria.
La humanidad ha alcanzado ese lugar en su desarrollo evolutivo en donde la iniciación consciente
de un objetivo predeterminado de crecimiento y desarrollo puede tener lugar. Este descubrimiento

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por la humanidad en masa de su potencial creativo está cerca, y todos los seres humanos están res-
pondiendo al mismo de una manera o de otra. La idea de “hágalo usted mismo” y la gran necesidad
de automejora son ejemplos de esa respuesta.
Cuando consideramos la implicaciones de la nueva verdad a ser personificada por toda la humani-
dad son de hecho inspiradoras de asombro. A través de la historia del pasado de la humanidad, su
crecimiento ha sido en gran medida una respuesta inconsciente a su entorno. Aprendió aquellas
lecciones que fueron necesarias para su supervivencia, y vivió dentro del marco de esa necesidad.
Luego la gente comenzó a querer más que sobrevivir. Querían confort y lujo; algunas personas que-
rían poder y control y todo el mundo creció queriendo seguridad de tipo tanto Espiritual como ma-
terial. Hoy la humanidad quiere amor, paz, buena voluntad y hermandad. Un gran número de per-
sonas quiere conocimiento, y unas pocas quieren sabiduría sobre todo lo demás.
Pronto una nueva verdad se desenvolverá dentro de la conciencia de la humanidad. Incluso ahora
es impactante. Esa verdad es crecimiento autoiniciado. Las personas pueden ser, por si mismas,
cualquier cosa que deseen ser. Son su propia causa en lo que se refiere a su vida y asuntos. Iniciar
algo es poner en movimiento la causa que producirá un efecto deseado. Si una persona quiere con-
vertirse en un Cristo, ¡solo tiene que iniciar aquellas experiencias que darán por resultado el creci-
miento hacia el cristo que uno es en potencia!
Consideren la persona que es amonestada a “amar a su prójimo como a si misma”. Apenas conside-
ran una posibilidad para ellos conocer sus propias respuestas incorporadas, que son las limitacio-
nes dentro de las que viven. La nueva verdad les enseñará como iniciar ese crecimiento que les hará
posible amar a su vecino como a si mismos. De este modo la gente puede vencer, mediante un pro-
ceso de crecimiento autoiniciado, las limitaciones del condicionamiento de su entorno temprano.
Para hacer esto deben aprender a cambiar su “estado de conciencia” interno para conformarse a su
ideal.
Hagan una pausa por un momento, y consideren su ideal de si mismos. ¿Qué clase de persona les
gustaría realmente ser? ¿Qué clase de influencia les gustaría ejercer sobre su entorno? Dejen este
ideal venir desde el corazón para revelarse a si mismo en su mente.
Es posible que visualicen el ideal y luego, si son realmente sinceros, personificarlo en esta vida me-
diante un proceso de crecimiento autoiniciado.
El “estado de conciencia” de una persona, como todo lo demás, es de naturaleza triple, i.e., com-
puesto por tres aspectos distintos. Estos son:
1. La vida interna de pensamiento. Este es el aspecto subjetivo de las vidas de las personas
que apenas es revelado a los demás o a si mismos. En realidad, estamos raramente familia-
rizados con la suma total de nuestra vida de pensamiento, aunque orbita a nuestro alrede-
dor y dentro nuestro constantemente, produciendo un efecto sobre todas las cosas que ha-
cemos.
Contiene cada pensamiento que hemos albergado por mucho tiempo, así como muchos pensamien-
tos que nos llegan mediante asociación con otros que aceptamos con poca o ninguna consideración
por su valor como Verdad.
Esta masiva vida de pensamiento determina en un grado muy alto nuestra actitud hacia la gente,
las situaciones y las cosas. Es mayormente de naturaleza emocional dado que hemos vivido en
nuestra naturaleza emocional más que en nuestra mente.
Por lo tanto, es apenas razonable, sino que porta imágenes de conflicto y confusión. Tantos de los
pensamientos de la gente están en conflicto directo unos con otros que no es de extrañar que sus vi-
das sean conflictivas.
2. La vida interna emocional. Aquí de nuevo existe un vasto aspecto subjetivo de la vida de
la persona que apenas se le revela. Es el resultado tanto del pensamiento como de la expe-
riencia externa. Cada pensamiento albergado tiene su correspondiente forma emocional.
Cada experiencia externa construye o se añade a una forma emocional de sentimiento. To-
das estas formas, estas emociones que producen respuestas automáticas dentro de nosotros,
están constantemente presentes, bien actuando o esperando actuar, para producir reaccio-

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nes dentro de nosotros a la vida misma. Dan poder a aquello que pensamos y a lo que hace-
mos. Nos mueven en esta dirección o aquella, de acuerdo a lo que pase que sintamos en el
momento.
3. La conciencia física del cerebro. Este es el aspecto del “estado interno de conciencia” que
es más aparente, estando por encima del umbral de la conciencia, y constituye el actor. Aquí
se encuentra el “yo” pensante consciente con su conciencia cerebral, que cambia de momen-
to en momento de acuerdo a lo que le impacta desde la vida interna de pensamiento, la vida
interna emocional y el sistema sensorial del cuerpo físico. Tiene sus hábitos particulares, su
manera de pensar y sentir y su manera de responder a los diversos estímulos – en particular
a aquellos que le alcanzan desde el sistema sensorial.
¿Cuán a menudo saben por qué reaccionamos así y así a una situación dada? Pocos; pero la res-
puesta reside aquí en nuestro “estado de conciencia”.
La impresión que hacemos sobre el mundo, la manera en que miramos, sentimos y actuamos – to-
das ellas son dictadas por ese “estado de conciencia”. Aquí está nuestra creatividad. Porque la sus-
tancia de nuestros cuerpos, de nuestros entornos y de nuestras experiencia es moldeada por ese
“estado de conciencia” interno en el que vivimos. Para cambiar nuestras vidas, debemos primero
cambiar nuestras vidas internas. Una vez esto es reconocido y aceptado el proceso de crecimiento
autoiniciado puede comenzar; y a uno se le da la oportunidad de decidir el camino del propio desti-
no.
Queden tranquilos en ese lugar en donde viven dentro del cuerpo e identifíquense como el alma,
el Cristo-Niño de Dios.
Consideren luego su creatividad. Contemplen su vida y asuntos y observen los efectos de su cre-
atividad.
Luego abran su corazón y su mente al ideal de Cristo. Dejen que ese ideal tome forma en su con-
ciencia y reconozcan que pueden iniciar el crecimiento necesario para personificar y convertirse
en el ideal.

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Lección 5 – El Espíritu de la Verdad
Imagen del ego de la humanidad y formas de pensamiento en la mente racial:
El dolor del parto
Todos los hombres son pecadores

Existe un Espíritu en la humanidad que moviéndose dentro de toda conciencia, llama a cada “yo”
consciente pensante hacia si mismo. Es el Espíritu de la Verdad, del Amor y del Bien. Cada perso-
na, sin importar las circunstancias externas, sin importar el mecanismo de respuesta incorporado,
quiere amar y ser amado. La persona que roba, la persona que mata, o la persona que se lamenta y
soporta una disposición difícil, cada uno de manera secreta y a menudo desconocida para ellos mis-
mos, anhela ser aceptado por la sociedad. El anhelo de ser bueno y la probabilidad de ser malo son
universales en su manifestación en los corazones de la humanidad.
¿Por qué entonces vive la humanidad en medio de tal hambre Espiritual? ¿Qué es lo que aparta a
las personas del Espíritu que está constantemente llamando y que no los deja ni un momento en
paz?
En su ignorancia de su identidad Espiritual por naturaleza, la humanidad ha creado una imagen de
si misma, y ha dado a esa forma creada el poder de la manifestación.
En esta lección consideraremos las formas de pensamiento que han contribuido a la imagen del ego
de la humanidad, aquellas formas de pensamiento que la han aprisionado dentro de ciertos patro-
nes reactivos y mantenida lejos del Espíritu hacia el que suspira.
La primera forma de pensamiento de la mente racial que forma parte de la vida de pensamiento in-
dividual, en mayor o menor grado, es la creada en respuesta al dolor del nacimiento. La madre su-
fre; a menudo llora de dolor. En algunos casos maldice y se opone al destino que le trae tanta an-
gustia.
Pensamos que el niño es insensible a tal dolor. Que no conoce o comparte el sufrimiento de su ma-
dre. Sus palabras no pueden tener efecto en su conciencia porque es poco más que un animal
Y en esto estamos desafortunadamente equivocados. El infante está muy despierto y sensible en su
conciencia. Esa conciencia, y el cuerpo que habita, sufre un shock en el mismo acto de nacer, y aña-
dido a ese shock está el mayor de ser el culpable de la agonía de otro. Por supuesto, tal culpa no se
formula en un pensamiento en la mente del niño. El pensamiento formulado está a su alrededor,
creado por l amente racial, y acompaña en mayor o menor grado a todo parto. La respuesta de la
conciencia recién nacida al estado emocional de la madre abre una puerta a la entrada de la forma
de pensamiento racial. Establece su residencia en el inconsciente profundo del niño.
Aquí por tanto se encuentra el pensamiento-semilla sobre el que se construye la identidad: la pie-
dra de toque para la construcción de la imagen del ego.
A medida que la conciencia recién nacida crece en el niño muy pequeño, rápidamente queda identi-
ficada con su entorno, en particular con la condición emocional de aquellos con los que está en
constante contacto.
No le lleva mucho tiempo al niño para añadir, una tras otra, muchas formas de pensamiento racia-
les a su imagen del ego. Aunque llevaría volúmenes para clarificarlas todas y no tenemos sino un
corto espacio, podemos sin embargo reconocer las grandes connotaciones de lo que sucede aquí.
Consideren el estado emocional de la mayoría de las personas. Consideren la imagen del ego com-
partida por la mayoría de las familias. ¿Qué piensan de si mismos? ¿Se consideran como hijos de
Dios heredando la Divinidad de Dios? Muchas de las culpas y los llamados “pecados de los padres”
son infligidos sobre los niños de esta manera, mediante la transferencia de la imagen del ego fami-
liar.
Al mismo tiempo, al joven hijo o hija se le está constantemente recordando su culpa original. Ven a
su madre cada día. A menudo al disgustan y tiene que observar el dolor de ese disgusto. Se les dice

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frecuentemente que son malos o malcriados. Algunas veces su madre cae enferma. ¿son también
culpables de esto, también? En lo profundo de su subconsciente, la culpa trabaja para responder sí.
Es de lo más desafortunado para esos niños cuyas madres murieron en el parto o durante los años
tempranos de la vida del niño. Porque muchas de estas culpas se hacen tan grandes que perturban
la apariencia externa o la razón, y más tarde en la vida el hombre o la mujer enferman psíquica-
mente.
La siguiente forma de pensamiento que se construye en la imagen del ego del niño llega de manos
de la religión. Aún cuando todos lo seres humanos tenemos una gran necesidad de religión, en occi-
dente hemos sido lamentablemente negativos al enseñarla.
A la mayoría de los niños cristianos se les enseña que son concebidos y nacidos en el pecado. Sus
pequeñas mentes no entienden lo que tal idea quiere decir, y apenas la mente adulta comprende
exactamente lo que está enseñando; pero el concepto se añade y corrobora el cuadro que ya han
concebido de si mismos. Por lo tanto lo aceptan con facilidad.
Todas las personas son pecadora. Jesús – el amable y amoroso Jesús – murió en la cruz para salvar
a la humanidad de sus pecados.
Ah, así que este pequeño niño, junto con toda la humanidad, es también culpable de la muerte de
Jesús!
A medida que el joven niño de Dios experimenta los deseos naturales y la emociones conflictivas
del crecimiento, se les recuerda en cada paso su naturaleza pecaminosa. Casi todo lo que quieren,
casi todo lo que sienten, y ciertamente sus reacciones (dictadas en su mayor parte por su imagen
del ego), son malas. En el omento que alcanzan la madurez, el cuadro de si mismo y de sus herma-
nos ciertamente recuerda más bien a Satán. Hay poco de cristo en ellas. No es de extrañar que les
sea extremadamente difícil amar y ser amados.
Jesús dijo, “Dejad que los niños se acerquen a mi, porque a ellos pertenece el Reino de los Cielos.
Verdaderamente les digo, quien no reciba el Reino de Dios como un niño pequeño, no podrá en-
trar.”
Pobre humanidad equivocada, equivocada en su interpretación de las enseñanzas que pretenden
ayudarla.
Los pecados y sufrimientos de la humanidad son para que los corazones y las mentes de los adultos
los comprendan y no para cargar a los niños con falsa culpa.
Enseñen a sus hijos la bondad y la belleza de Cristo. Enséñenles que son uno con y en Cristo, y por
lo tanto hijos de Dios. Enséñenles el reino de los cielos al que podrían entrar y de acuerdo al que
podrían conducir sus vidas. Permitan que su imagen del ego comparta la gloria de Cristo, más que
las oscuridad de Satán, que su verdadera naturaleza es Amor.
“Sean perfectos, como su Padre en el cielo.”
Tal perfección surge no de la culpa sino de la comprensión de la ley de Dios; de una comprensión
del Amor, la belleza, la armonía y la bondad. Uno debe tener fe en si mismo como un Cristo-niño
de Dios para conocer y comprender y personificar la naturaleza de la perfección.
¿Por qué odiamos, cuando queremos tan desesperadamente amar? ¿Por qué roba una persona, o
mata? ¿Cuál es la causa del comportamiento criminal?
Es el “estado de conciencia” interno el que conforma la imagen del ego, porque la imagen del ego es
lo que uno piensa de uno mismo. “De acuerdo a lo que un hombre piensa de si mismo, así es”. Han
dado a esa forma construida el poder de la manifestación, así que controla su respuesta. Si en la
profundidad de su corazón piensan que son un asesino, es probable que maten cuando esa podero-
sa forma responde al estímulo externo. Puede qu no lo quieran, pero es lo que piensan que son.
¿Cómo podrían por tanto ser otra cosa?
Pero todas las personas son hijos de Dios, y está escrito que “Brille la Luz en la oscuridad”.

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Que la Luz de la comprensión ilumine tanto las zonas oscuras de su conciencia que la vieja ima-
gen del ego se disuelva en nada. Reemplácenla con la imagen y semejanza de Dios que es el
Cristo, y que brille la Luz en la oscuridad.
“Yo Soy Ese Yo Soy.”

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Lección 6 - Reencarnación
La conciencia y la forma naturaleza: física, emocional y mental
Los tres cuerpos y el proceso de la muerte
Identificación como Alma

A través de edades, la humanidad en su aspiración religiosa ha llegado a ciertos conceptos básicos


que ha tejido en el tapiz de nuestras vidas, usando la tradición, la costumbre y la ceremonia para
dar a estos conceptos un contexto y una autenticidad.
De esto modo hemos visto emerger las grandes religiones y culturas en las que se ha envuelto al
Verdad de acuerdo a la manera, y Luz particular, de las personas implicadas. Dentro de cada una
hay una similitud de principio que, que al ser extraído de las envolturas externas de su ropaje parti-
cular, nos provee con sabiduría clara y hermosa, universal en su comprensión y aplicación.
La controversia de conceptos entre las diversas religiones no merman las verdades que en han en-
carnado, ni les hace menos valiosas para las masas a las que han servido y continúan sirviendo.
Tres quintas partes de la población mundial, aproximadamente, cree en la reencarnación mientras
que las otras dos quintas partes mantienen resueltamente que la gente vive en la tierra solo una
vez. Cada una de las grandes religiones mundiales implicadas enseñan y predican ese amor que da
lugar a la hermandad y la paz en la tierra. En principio, están de acuerdo; en doctrina difieren, y
debido a esa diferencia no se comprenden a menudo unas a otras.
Sería conveniente que todos nos educásemos en cada religión como si fuera la propia, porque esto
es su corazón. Aquí reside la aspiración de la humanidad a Dios, y aunque una se dirige a Él con un
nombre y otra por otro nombre diferente – ¿no están rezando al mismo Ser divino?
Cuando el corazón es sincero en su aspiración, ¿no prestará Dios oídos a esa llamada? ¿Le importa
a Dios si una persona cree en la reencarnación y otra no si ambos buscan y sirven aquellos princ-
pios que son universales en su bien para la humanidad? ¿Escucha Dios con más cuidado y gracia la
confesión en voz alta que a la enunciada en silencio?
No importa cual sea nuestra religión, tenemos mucho que aprender de la Sabiduría antes de que
unamos nuestras manos en hermandad y buena voluntad.
En esta serie de instrucciones el concepto de reencarnación se presenta a la consideración del estu-
diante occidental. Si el estudiante no lo acepta, es su derecho divino. Esto no los desaprueba, ni
tampoco a los principios de verdad con los que esta instrucción trata. Este tema no se presenta para
suscitar la controversia, ni se considera necesario aceptarlo para conocer y vivir la verdad.
Se presenta aquí porque la autora cree sinceramente en su validez, y que su comprensión es el de-
recho divino de toda persona. Después que tal comprensión se haya alcanzado, luego cada uno pue-
de aceptarlo o rechazarlo de acuerdo a su propia luz.
Hemos dicho previamente que existe un Espíritu en muchos cuerpos. El Espíritu es la Voluntad Di-
vina o Intención de dios. La sustancia de los cuerpos es el aspecto materia, la Sustancia Inteligente
de Dios. La interacción entre estos dos, Espíritu y Sustancia, o la Voluntad de Dios y la Inteligencia
de Dios, produce conciencia en la forma.
En el ser humano esa conciencia es el Hijo de Dios, porque es consciente de si mismo. A esto lo lla-
mamos Alma.
Al principio el joven alma se identifica con su cuerpo, y cuando piensa “yo” lo hace como ese cuer-
po. Es, en conciencia, lo que su forma naturaleza es. Si es alto y delgado, entonces, él, el “yo” cons-
ciente pensante dentro de esa forma, es alto y delgado. Si es rico o pobre, él es rico o pobre, etc.
La forma naturaleza con la que este joven Alma se identifica es triple por naturaleza. Se compone
de tres tipos distintos de sustancia que se interpenetran la una a la otra pero que ocupan diferentes
rangos de frecuencia. Estos tipos de sustancia son:

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1. Física: todos somos conscientes de esta clase de sustancia porque tiene la frecuencia vibratoria
más baja. La mayoría del rango de percepción consciente de la persona sintoniza solo con la fre-
cuencia de la sustancia física, de modo que podemos ver, oír, gustar, tocar y oler solo lo que está
constituido por sustancia física.
2. Emocional: somo conscientes de esta sustancia en la medida que crea un efecto en la naturaleza
de sentimientos de nuestra conciencia. Ocupa un rango de frecuencia superior a la de la sustancia
física, por lo que nuestra percepción de la misma como raza es bastante limitada. La percibimos a
través de los sentidos como color y cualidad; reaccionamos a su presencia mediante una naturaleza
de sentimiento emocional que es nuestra cualidad.
En realidad, esa sustancia se define técnicamente como sustancia astral, y se parece a un líquido
porque su frecuencia le da esa apariencia en comparación la física. Es una fuerza que actúa (como
parte de la forma naturaleza) como el poder de llevar aquello que se concibe en la mente a la mani-
festación física. En el ser humano se convierte en impulso o deseo, proveyendo a la humanidad con
ese fuerza intangible con la que lograr aquello que desee.
3. Mental: somos también conscientes de esta sustancia en mayor o menor grado, al formular pen-
samientos. Aquí tenemos esa sustancia de la que se crean los diseños para cada forma que toma
apariencia en la sustancia física densa.
Si vamos a escribir un libro, o pintar un cuadro, o preparar una comida, debemos primero concebir
el plan en sustancia mental. La perfección del producto final dependerá de:
A. La claridad y perfección de nuestro plan formulado en la sustancia mental.
B. El poder de atracción (o impulso interno en la sustancia astral emocional) que podemos dar a
ese plan hacia la manifestación física.
C. La acción del cuerpo físico para reproducir el plan formulado en la sustancia física.
Todos estos tres tipos de acción son la inteligencia necesaria para el éxito de una persona en cual-
quier campo del esfuerzo humano.
La forma naturaleza está constituida por tres cuerpos reales compuestos por estos tres tipos de sus-
tancia. Se interpenetran el uno al otro, como la luz interpenetra el agua, de manera que ocupan el
mismo tiempo y espacio, pero en diferentes rangos de frecuencia.
¿Qué sucede cuando muere una persona?
El Espíritu santo de Dios, que en un sentido es la misma Vida de la forma y que habita los tres cuer-
pos, se retira del físico. Se lleva consigo el “yo” pensante, y el cuerpo físico se desintegra, volviendo
de nuevo al polvo del que fue hecho.
Dependiendo del desarrollo del “yo” consciente pensante, es decir, de su grado de identificación
consciente, el Espíritu Santo permanece en los cuerpos mental y astral, o se retira del astral y viven
en el mental. Si la persona se identifica con sus emociones, “Yo siento así y así”, aquí es donde vivi-
rá después de la muerte. Si se identifican con su naturaleza mental “Yo pienso así y así”, el Espíritu
Santo continuara su retiro desde el astral al mental y aquí es donde la persona vive después de la
muerte.
Por algún tiempo después de la muerte la persona experimenta un cielo o infierno de su propia cre-
ación. Si creen en un infierno de fuego y azufre, experimentarán ese lugar en la frecuencia de la
sustancia astral mediante su formulación del mismo en pensamiento y emoción (miedo y culpa).
Lo mismo se aplica al cielo. La persona experimentará aquello a lo que creen haber llegaos después
de la muerte, hasta que el periodo cíclico para su reencarnación se acerca.
En ese momento el “yo” consciente pensante va a dormir y el Espíritu Santo reentra en el plano físi-
co de la apariencia en un nuevo cuerpo físico esperándole.
El nuevo cuerpo físico reclama la conciencia de manera que a medida que el “yo” consciente pen-
sante crece de la infancia a la madurez se convierte en identidad, en otra personalidad.

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Seguiremos con este tema en la siguiente lección. Mientras lleven a cabo el siguiente ejercicio dia-
riamente como preparación para una mayor comprensión.
1. Aquiétense en ese lugar en donde viven dentro de su cuerpo y piensen “yo”, identificándose
por el nombre. Piensen por un momento lo que eso significa.
2. Vuelvan su atención a su cuerpo físico y contemplen:
“Yo no soy mi cuerpo físico. Yo lo ocupo, usándolo como un instrumento de contacto
con el mundo en el que vivo. A través del mismo veo, oigo, gusto, toco y huelo, pero no
soy mi cuerpo más de lo que soy esas otras formas que percibo con los sentidos. Yo
soy conciencia.”
3. Vuelvan su atención al cuerpo astral-emocional, visualizándolo como un cuerpo sustancial
que recuerda a un líquido que interpenetra el físico. Contemplen lo siguiente:
“Yo no soy mi naturaleza emocional. Yo ocupo este cuerpo y lo uso para dar poder a
mis planes. Yo puedo elegir mis sentimiento.”
Consideren unos momentos aquellos sentimientos que desean experimentar e irradiar a los de-
más.
4. Vuelvan su atención al cuerpo mental, visualizándolo como un cuerpo sustancial que recuerda
a un gas o energía, que interpenetra el astral y el físico. Contemplen lo siguiente:
“Yo no soy mi naturaleza mental. Yo ocupo este cuerpo y lo uso para formular pensa-
mientos. Con esta sustancia yo creo. Yo puedo elegir mis pensamientos.
Consideren por un momento los pensamientos que desean experimentar y manifestar como una
influencia para el bien en el mundo.
5. Contemplen estos tres cuerpos en los cuales ustedes, el “yo” consciente pensante vive, y el Es-
píritu que los habita. Contemplen unos pocos momentos el siguiente pensamiento semilla:
“Yo soy el Alma, Hijo de Dios.”

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Lección 7 – El Plan Divino para la Humanidad y La Reaparición de Cristo
La falta de un sentido de Propósito Divino
Malas interpretaciones de la Guía Divina
El propósito y el objetivo general de nuestras vidas
Crecimiento y desarrollo conscientemente iniciado

Existe un Plan Divino para la humanidad que incluye el Propósito para cada Alma creada. Los
hombres y mujeres no se crearon a si mismos. Dios lo hizo, y con razón.
Consciente o inconscientemente cada uno de nosotros se mueve hacia una meta ordenada divina-
mente. Podríamos elegir, quizás, el camino que tomaremos hacia esa meta, pero en úlrima instan-
cia, no importa que camino cojamos, nos conducirá allí.
La nueva gran revelación que ha de llegar a la humanidad con la reaparición de Cristo tiene que ver
el propósito y el objetivo. El Cristo revolucionará nuestro pensamiento de nuevo, igual que hizo
veinte siglos atrás cuando habló en contradicción a la doctrina de la iglesia de ese momento.
Encontraremos que Cristo, el Hijo unigénito del Padre, incluye a cada hombre, mujer y niño en el
planeta; y que la salvación no se aplica a unos pocos selectos cuyos entornos les hayan condiciona-
do para cumplir los considerados requisitos de esa salvación en el día del juicio.
La condición más triste e encontrar hoy entre la gente es la espantosa carencia de un sentido del
Propósito Divino. Sin el mismo vive en constante miedo a un final prematuro, y la necesidad de sa-
carle tanto a la vida como sea posible. Es como si tuviera miedo a que le dieran de menos en el
cambio, a que la vida misma sea un enemigo con nada más que la muerte al final.
Existen pocas, entre las vastas masas de personas en la tierra, que vivan en la seguridad del Propó-
sito. Existen pocos que consideren posible conocer por qué nacieron y cooperar de modo conscien-
te con ese por qué. Cada Alma creada fue creada por una razón, y esa razón es su contribución a
Dios y a la humanidad.
¿Qué esta equivocado en nuestro pensamiento como raza como para manifestar esta psicología con
su resultante conducta irracional?
La forma de pensamiento principales que contribuyen a este condición son aquellas malas inter-
pretaciones de la Guía Divina que hemos formulado a partir de la ignorancia y la superstición.
Contemplemos un momento el concepto de la reencarnación como una respuesta a los problemas
que hemos sido hasta ahora incapaces de resolver.
Aunque no sea posible para la humanidad en desarrollo actual conocer la razón última de su ser,
nos es posible conocer aquello que nos concierne ahora.
El crecimiento y desarrollo de la conciencia de la humanidad, como el Hijo de Dios, hasta la Cris-
teidad, es el propósito y la metal general de nuestras vidas ahora. Estamos aquí en estos cuerpos,
para aprender las lecciones de creatividad que eventualmente nos liberarán de la prisión de los ma-
teriales con los que crear, de manera que podamos manejarlos para manifestar la perfección en la
conciencia y en la forma.
La conciencia se identifica con el aspecto materia, la sustancia constructora de forma, de manera
que esta es su prisión, más que el instrumento de su creatividad. Cuando se identifique en concien-
cia con el Cristo, como el Hijo de Dios, el aspecto materia será el sirviente antes que el amo.
Este crecimiento y desarrollo desde el hijo infante hasta el adulto no es ni puede alcanzarse en una
vida, porque hay mucho que aprender.
No vivimos en un cuerpo sino un corto ciclo y durante ese periodo aprendemos, mediante la expe-
riencia, las lecciones que se relacionan con nuestras edad Espiritual. Según manifestamos nuestro
estado interno de conciencia hacia afuera como causa, recogemos sus efectos en la experiencia, y
así gradualmente alteramos o cambiamos ese estado interno de conciencia para producir diferentes
efectos.

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Una persona que muere en la silla eléctrica por asesinato será improbable que cometa el mismo
acto en otro cuerpo, porque el efecto experimentado estará profundamente impreso sobre el estado
interno de conciencia, cambiándolo por tanto. Ese cambio es crecimiento.
Otra persona que muera de manera inocente en la silla eléctrica a menudo paga el precio de un cri-
men cometido en el pasado. Estas son las “misteriosas manera en que Dios se mueve” a través de
esas leyes universales que mantiene el orden a través del Cosmos manifiesto.
Lucas 12:6: “¿No son cinco gorriones vendidos por dos peniques? Y ninguno de ellos es olvidado en
la vista de dios, sino que hasta los mismos pelos de sus cabeza están numerados. No teman: ustedes
son de más valor que muchos gorriones.”
Es la ley que “así como siembras recogerás”, porque así es como aprendemos. Experimentamos en
la repercusión o reacción sobre nosotros mismos, aquellos que demos a los demás en las relaciones.
De las “Escrituras del Mar Muerto” (iii 13-IV, 26) encontramos: “Esto es para el hombre
de manera que pueda entender y enseñar a todos los niños de la Luz la naturaleza real del hombre,
igualando las diferentes variedades de sus temperamentos con los rasgos distintivos correspon-
dientes, igualando sus acciones a través de sus generaciones, e igualando la razón de por qué son
ahora visitados por la aflicción y ahora disfrutan de periodos de bienestar.” (De: Las Escrituras del
Mar Muerto, por Theodor H. Gaster. Copyright 1956 por Theodor H. Gaster, reimpreso con el per-
miso de Doubleday and Company, Inc.)
“Igualando sus acciones a través de sus generaciones”, significa, literalmente, a través de sus encar-
naciones. Todo lo que experimentamos tiene su efecto sobre nosotros para servir a nuestro creci-
miento. Ese crecimiento puede ser inmediatamente aparente o no a los ojos del ser humano, pero
es aparente a los ojos de Dios.
Por muchas generaciones (encarnaciones) el crecimiento y desarrollo de la conciencia humana es
un crecimiento automático e inconsciente producido a través de la experiencia bajo la ley. Los ni-
ños nacen en la pobreza o en la riqueza, en cuerpos fuertes refinados o en cuerpos mutilados o en-
fermos; en un entorno de ladrones o en una familia religiosa temerosa de Dios de acuerdo a sus ac-
ciones pasadas y las lecciones que han de aprender en cualquier momento dado.
Esto es Justicia Divina, sin la que no podría haber orden. ¿Qué otro concepto explica el destino de
un niño? ¿Podría Dios tener tan poco amor como para crear un niño cuyo solo Propósito, cuya úni-
ca oportunidad, debido a la herencia y al entorno, fuese un infierno de fuego y azufre? ¿Que hay de
aquellos que nunca han oído hablar del cristianismo o de la biblia? ¿Están condenados por el Dios
que los creó y situó en donde están a una existencia sin propósito?
¿Hemos realmente como raza interpretado correctamente la Guía Divina que hemos recibido?
En un cierto periodo de desarrollo la conciencia comienza a reconocer por qué está aquí, encarnada
en un cuerpo, y en un particular conjunto de circunstancias. Reconoce, pálidamente al principio,
que está aprendiendo lecciones específicas mediante la experiencia, que está alcanzado un creci-
miento del carácter, un refinamiento de pensamiento y emoción.
Hagan una pausa unos momentos y consideren su propia personalidad. ¿Cuáles son sus caracterís-
ticas? ¿Qué clase de circunstancias manifiesta más frecuentemente?
Si una persona es continuamente frenada con una sensación interna de impaciencia, está apren-
diendo la lección de la paciencia. Ese individuo se está familiarizando mediante la experiencia con
las leyes de Dios, aprendiendo que todo se mueve en ciclos, en estaciones, que todo llega a su debi-
do tiempo después que la concepción y el crecimiento hayan tenido su tiempo.
Si una persona se encuentra con el fracaso o la oposición debido a una voluntad fuerte o una dispo-
sición desagradable, esa persona está aprendiendo la lección del amor, ese amor que da libertad de
elección y de acción a los demás.
Intenten descubrir, mediante la simple observación de sus propias características, y el tipo de cir-
cunstancias con las se encaran repetidamente, las lecciones específicas situadas delante de ustedes
como Hijos de Dios en crecimiento.

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En este punto, una persona comienza a captar la idea de Propósito, y como una iluminación mayor,
uno ve en la propia religión de uno.
Tales personas saben por qué se les predica amar a su enemigo. Tanto ellos como su enemigo están
creciendo en la percepción consciente de su Filiación Divina. A esa percepción le acompaña l he-
rencia Divina de la humanidad como el derecho común de nacimiento de su Alma.
Con este conocimiento y fe la persona se contempla a si misma, descubriendo que lecciones está en
proceso de aprender. Cooperando con esta razón de ser, y con la Ley de Crecimiento, se imponen a
si mismos aquellas disciplinas que les ayudarán en su proceso de crecimiento.
Cuando la humanidad como raza alcance este punto de realización y desarrollo, comenzará a ma-
nejar la Ley de Gracia, llevando un final a la ronda de causa y efecto que le mantiene prisionero so-
bre esta tierra. Hombres y mujeres se saldrán fuera de los efectos del pasado, llevando equilibrio y
ajuste a sus asuntos sirviéndose unos a otros. De este modo cancelarán las viejas deudas y ocupa-
rán si lugar en el Reino de Dios.
Conocer a Dios es amar a Dios, porque es misericordioso, justo y amoroso. Conocer a Dios es cono-
cer a la humanidad, porque “Él la ha creado”. Amar a Dios y a la humanidad es servir a la humani-
dad, contribuir a su salvación como un todo, mediante el crecimiento conscientemente iniciado,
claridad de pensamiento, la enunciación de la Verdad, y la amabilidad amorosa en acción. De est
amanera la humanidad, por medio de la gracia, llegará a andar mano a mano con su hermano ma-
yor en Cristo, Jesús de Nazareth.
Si las personas han de conocer esa Verdad que es Sabiduría, permitámosles preguntar a Dios para
mostrarles el camino. Permitámosles buscar en el silencio de su propio corazón y mente la pura ra-
zón de su existencia.
Queden tranquilos en ese lugar en donde viven dentro del cuerpo, y contemplen su identidad en
Cristo.
Luego, con humildad y amor, sin miedo, pregunten en Su Nombre, Padre Nuestro, ¿por qué he
nacido? ¿Cuál es el Propósito de mi vida?

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Lección 8 – Como restaurar el Plan de Dios en la Tierra
El poder y correcto uso de la opinión pública
Hermandad
Donde vivimos
Creatividad inconsciente y polarización emocional
Creatividad consciente y polarización mental
Donde viven y polarización en la cabeza

Al observar el mundo de los asuntos en el que vivimos, vemos muchas cosas que nos gustaría cam-
biar. Leemos los acontecimientos del día en los periódicos; a veces contemplamos los aconteci-
mientos desde una silla confortable en nuestro salón mientras tienen lugar a miles de kilómetros de
distancia; y escuchamos los comentarios de los expertos en cada fase de las noticias. La humanidad
de hoy es la humanidad mejor informada en toda la historia del mundo, y aún así somo lentos para
tomar una parte activa en los asuntos de nuestro tiempo.
Movemos nuestras cabezas, nos encogemos de hombros y a menudo nos quejamos, a veces amar-
gamente, sobre las cosas que no nos gustan, pero por lo general esto es lo más lejos que llegamos.
Generalmente tomamos las cosas como nos vienen, dejando los cambios a realizar y las soluciones
a encontrar a las personas que han sido elegidas para los cargos públicos.
¿Hemos olvidado que tenemos un poder potencial que apenas manejamos? Ese poder es la opinión
pública. Con ella, correctamente motivados y correctamente dirigidos, podemos hacer este mundo
seguro, sano y hermoso. En el pasado lo hemos usado erróneamente al haber permitido que alguna
poderosa personalidad nos condujera a disturbios vengativos o rebeliones sangrientas. El poder de
los muchos, una vez que es movilizado y dirigido inteligentemente es grande. El descubrimiento de
su potencial para el buen y su correcto uso está ante nosotros, las masas de la humanidad, ahora.
Según reconocemos que este mundo de asuntos en el que vivimos es de nuestra propia factura, re-
conocemos la simple verdad, que podemos cambiarlo. No una persona sola, pero muchos de noso-
tros pensando, sintiendo y actuando juntos como hijos de Dios podemos cambiar un mundo de do-
lor, miedo y ansiedad a uno de paz, amor y armonía.
El propósito de esta serie de instrucciones es mostrar como puede esto hacerse para así restaurar el
plan de Dios en la tierra. Su meta por tanto, es esta, la integración de los seres humanos separados
en una conciencia de grupo dedicada a lo bueno, lo verdadero y lo hermoso para la humanidad.
La hermandad no es algo que pueda imponerse sobre el individuo o el grupo por el estado. La her-
mandad, una relación basada en el amor mutuo, el respeto y el darnos libertad los unos a los otros,
debe venir desde dentro del corazón del individuo si ha de ser una realidad. El compartir de los bie-
nes propios, sean espirituales o materiales, deben ser una respuesta espontánea amorosa de un
hermano hacia otro si el bien ha de resultar para ambos. El gobierno debe ser un reflejo verdadero
de la mente y el corazón de la masa si ha de servir al bien superior. Debe ser la instrumentalidad de
las voluntades de la gente, una voluntad que si es correctamente educada, entrenada y permitido su
ejercicio, se convierte en invocadora de la voluntad de Dios. Cualquier ley humana que fuerce a los
individuos a abandonar lo que es suyo, en contra de su voluntad, está abocado a dejar el horror
como consecuencia, porque el don sin el donante carece de valor.
La hermandad se basa en el Poder de la buena voluntad. La buena voluntad de las masa es el resul-
tado de la voluntad-al-bien individual. El cultivo, crecimiento y florecimiento de esa voluntad-al-
bien individual debería interesar a todo líder en cada campo del esfuerzo humano, en toda locali-
dad del mundo hoy. Tal cualidad y fuerza de voluntad se engendra y crece en el suelo limpio y fres-
co de la dignidad y la libertad humana.
Cada hombre y mujer nace de la Deidad y como tal requiere el derecho Divino a crecer según deci-
dan, en tanto los padres divinos lo permitan, hasta su madurez en Cristo. Por tanto a cada uno
debe dársele (como lo da el Padre) el derecho a cometer errores y aprender de ellos.

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Estos conceptos son básicos. Todos los hombes y mujeres de buena voluntad sin importar la reli-
gión, nacionalidad o ideología los reconocen y aceptan. Tales son las fuerza de luz sobre el planeta.
El poder de tal fuerza, una movilizada y dirigda a la acción correcta, aleja el poder del mal y la igno-
rancia. De este modo, nosotros, la gente, podemos recrear nuestro mundo de asuntos en un verda-
dero reflejo del Reino de Dios en donde sus hijos en Cristo puedan crecer hasta su madurez espiri-
tual.
Dada que el individuo es el primer requerimiento básico de los muchos, comenzamos por nosotros
mismos y nuestro propio mundo individual de asuntos. Comenzamos en donde vivimos en nues-
tros cuerpos.
Hemos ya aprendido que la constitución de la humanidad es triple por naturaleza. Las personas vi-
ven en un cuerpo físico a través del que pueden actuar las fuerzas combinadas de sus mentes y
emociones.
Su respuesta a su entorno ha sido en gran medida emocional. Conducen con sus sentimientos, por
así decirlo, pero la mente y el corazón han sido fundidos en ellos, porque tienden a pensar de
acuerdo a sus sentimientos. Según sienten en su corazón (emociones) así tienden a pensar en su ca-
beza (mente).
En esta condición la humanidad es inconscientemente creativa. Las personas crean de modo in-
consciente con su mente aquellas situaciones y experiencias que representan sus emociones inter-
nas. Si aún llevan el resentimiento, las decepciones y frustraciones de su infancia, profundamente
en el nivel subconsciente de su naturaleza de sentimientos, crearán de modo inconsciente con su
mente aquellas experiencias que permitirán la expresión de esos sentimientos profundos a través
del cuerpo físico. De este modo, las personas, las situaciones y las cosas se convierten en símbolos
que justifican la expresión de una emoción creada hace mucho tiempo mediante una experiencia
pasada.
Si la emoción está presente en nosotros, sin importar lo profundo que pueda estar enterrada, debe-
mos buscar una diana para su liberación. Actúa como un poderoso impulso interior que mueve
nuestra mente y nuestro cuerpo físico en una dirección específica. Así experimentamos una y otra
vez con personas diferentes en diferentes lugares, las mismas situaciones y acontecimientos.
Cuando nos preguntamos “¿por qué me sucede esto a mi?” podemos reconocer que sucede porque
estamos haciendo que suceda de manera inconsciente mediante algún sentimiento interior.
La psicología moderna y la psiquiatría han descubierto varios métodos de liberar y aliviar la pre-
sión de esas poderosas causa emocionales dentro de nosotros, pero hay una manera más directa de
tratar con ellas y es mucho menos dolorosa que la terapia analítica.
Cuando las personas rigen su mente y su cuerpo por sus emociones, decimos que están polarizados
emocionalmente. Es decir, que aunque viven en su cuerpo físico, lo hacen desde el foco de su natu-
raleza emocional de sentimientos en ese cuerpo. Ese foco de emoción dentro del que tales personas
viven se convierte en su polo positivo de atracción magnética y manifestación. La mente es atraída
hacia abajo al corazón; la energía física y las fuerzas son atraídas al corazón, y rigen el mundo de
acuerdo a aquellas poderosas emociones que contiene. Tales personas piensan y actúan luego de
acuerdo a sus sentimientos sin importar su razón o falta de razón. Crean inconscientemente su do-
lor y su placer, su alegría y su pena, su éxito o fracaso, porque son, incluso en su infancia, creativas,
como su Padre en el Cielo.
Para hacer conscientemente creativa, la humanidad debe desplazar su polarización desde su natu-
raleza emocional de sentimientos a su mente en donde puede encontrarse la razón, y utilizarse
como un trampolín para la acción.
Las energía del corazón, que son el facto poder de toda manifestación, deben ser llevadas a la cabe-
za y dirigidas a la acción de acuerdo a un plan inteligentemente creado. El pensamiento de una per-
sona se convertirá por tanto en el resultado del contacto con la verdad, y el creador de los senti-
mientos de esa persona. Tales personas sentirán en sus corazones como piensan en su cabeza, ex-
presando la fuerzas combinadas del corazón y de la cabeza a través del cuerpo físico como actividad
inteligente. De este modo alcanzarán la Sabiduría o la razón pura del Amor.

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Hagan una pausa por un momento y descansen en ese lugar en donde viven dentro de su cuerpo.
Muchos encontrarán que han estado viviendo de modo natural en uno de estos cuatro lugares:
1. En el plexo solar
2. En el corazón
3. En la garganta
4. En la cabeza
Si naturalmente se enfocan en el plexo solar, esto significa que están polarizados en sus emociones;
que sus deseos emociones se basan en su bienestar más que en el bienestar de los demás; y de que a
menudo se encuentren siendo víctimas de las circunstancias.
Si naturalmente se enfocan en en el corazón, esto significa que están polarizados en el aspecto idea-
lista de naturaleza de sentimientos; que sus emociones se basan en las aparentes necesidades de su
familia y amigos; y que a menudo se encuentren siendo en una víctima de sus simpatías. Sienten a
través de las situaciones más que pensándolas, y a menudo descubren que tales sentimientos pue-
den ser bastante engañosos.
Si naturalmente se enfocan en el área de la garganta, se consideren a si mismos como pensadores.
Son algo escépticos de las emociones. Están polarizados en el aspecto más bajo de la mente en don-
de las energías del pensamiento y del sentimiento sen dirigidas en esa mente desde el nivel sub-
consciente de su naturaleza de sentimientos. Han reprimido la mayoría de sus emociones, pero es-
tas les controlan sin su conocimiento consciente.
Si naturalmente se enfocan en la cabeza, son un pensador. Están en proceso de establecer una pola-
rización mental y a menudo encuentran su corazón en guerra con su mente. Experimentan el con-
flicto en el mismo núcleo de su ser, y a menudos están intranquilos, de humor cambiante y reserva-
dos.
La tarea ante cada uno de ustedes es establecer una polarización en la cabeza que de cuenta de la
naturaleza emocional, haciendo correcto uso de la misma al servicio de todo el organismo.
Profundizaremos con más detalle en esto en la próxima lección. Mientras, determinen su propia
polarización a partir de lo anterior, y prepárense para moverse. Como cuando se mudan de una
casa a otra, pongan sus cosas en orden en el lugar en donde viven en el cuerpo. Contemplen aquello
que les es familiar y decidan que se llevarán consigo y que descartarán. Examinen sus pensamien-
tos, sentimientos y hábitos. ¿Vale la pena llevarlos? ¿Deberían algunos de ellos ser dejados atrás?
Hagan una lista de todo lo que deseen llevar con ustedes y de todo lo que consideren que se ha he-
cho viejo y ya no es necesario ni deseable para su bienestar.
En ese lugar donde viven en el cuerpo contemplen su identidad como el Cristo-Niño de Dios.
Contemplen su mudanza arriba a la cabeza, “al lugar sagrado en lo Más Alto”, al templo del Dios
viviente, y agradezcan al Padre que finalmente están dispuestos para estar en un contacto más
estrecho con Él.

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Lección 9 – El desplazamiento de la polarización emocional a la mental
El servicio de los Estados Unidos
Verdad y derechos humanos
Enfocando la conciencia en una nueva dirección
El centro del corazón, la meditación y ejercicios regulares de meditación
El Viaje a la Montaña

Solo hace unos pocos siglos que un grupo de personas se movió desde el viejo mundo a las grandes
llanuras salvajes e inexploradas de América. Afrontaron muchos peligros, con una vasta expansión
de territorio desconocido y sin mapas, y con unas condiciones totalmente diferentes a las que esta-
ban acostumbrados.
Algunas de estas personas estaban motivadas por un gran deseo de libertad, libertad de culto, liber-
tad para vivir y gobernar sus propias vidas. Otras estuvieron motivada simplemente por el espíritu
interno del pionero. Aquí había un desafío que algunos no podían ignorar más de lo que otros po-
drían aceptar.
Pero todos los que vinieron estaban consciente o inconscientemente motivados por la necesidad y
la oportunidad de su tiempo. Una nueva nación iba a fundarse, una nación basada en los principios
de la libertad religiosa, cuya destino la marcaba para ser un poder mundial en tiempos de crisis.
Cómo habría de manejar ese poder habría de determinarse por su conciencia nacional colectiva, al
responder a la necesidad mundial, y al reconocimiento de su propia posición entre las demás nacio-
nes.
Estamos ahora en tiempos de crisis. Los Estados Unidos están despertando en conciencia colectiva
nacional a su posición de poder en el mundo. Apenas somos conscientes todavía de la oportunidad
que se nos presenta para ser de servicio real a la humanidad. ¿En dónde reside ese servicio?
Reside en el área de la Verdad y los derechos humanos. Si nosotros, una gente amante de la liber-
tad con el mayor poder económico hoy en el mundo, podemos hacernos sensibles a las necesidades
de nuestros tiempos, podemos traer una era de paz que toda la humanidad disfrute. Esta es nuestra
oportunidad como una conciencia nacional. Puede solo lograrse por esa conciencia actuando junta
como un grupo dedicado a servir a lo bueno, lo verdadero y lo hermoso para la humanidad, en don-
de quiera que existan seres humanos. Nuestros líderes solos no pueden hacer esto, ni puede hacerlo
un grupo separado de entre nosotros. De hecho, nuestro liderazgo refleja la voluntad de nuestra
gente, y hasta que la voluntad de la gente se oriente en esta dirección, nuestro líderes son incapaces
de lograrlo, incluso queriendo. Nos implicará a todos que nuestra poderosa economía lleve la paz al
mundo.
Tampoco podemos atrapar la oportunidad desde una polarización emocional que reacciona a todos
los estímulos externos desde el mecanismo incorporado de los miedos y deseos egoístas. Tenemos
que movernos a nuestras mentes y adoptar nuestra residencia allí, en donde nos será posible alcan-
zar esa perspectiva desde la que se ve a toda la humanidad más que a unos solo. Aquí seremos ca-
paces de ver los problemas del mundo con la razón, y de elaborar la solución a esos problemas con
la misma razón, sin distorsionar por las nubes de la emoción.
En un sentido somos como los primeros pioneros que crearon una nación a partir de las llanuras
salvajes. Nos estamos moviendo a un nuevo mundo al que solo unos pocos miembros de la familia
humana se aventurado tan lejos. Nos toca a nosotros establecer sus límites, determinar sus leyes y
aprender a hacer correcto uso de sus recursos. Buscaremos y venceremos sus peligros para que los
demás que siguen puedan establecer una residencia sana y salva en este nuevo país.
Lo llamamos el mundo de la mente y nos hace señas con tanta seguridad y persistencia como los
planetas y estrellas hacen señas a aquellos que desean escapar de la gravedad de la tierra y los con-
fines de nuestro sistema solar.
¿Cómo hacer el vieja inicial desde una polarización emocional a una mental? Lo hacemos en nues-
tra conciencia al aprender a enfocar esa conciencia en una dirección dada.

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Queden tranquilos en ese lugar en donde viven dentro del cuerpo y contemplen su identidad
consciente como hijos de Dios.
“Yo, mi nombre, soy un hijo de Dios, habitando este cuerpo por un tiempo para crecer en la
semejanza de mi Padre que está en el cielo.
Luego, sin importar donde en el cuerpo podrían estar, dirijan su atención a un punto como a
ocho cm. fuera del físico, detrás y en medio de sus omóplatos. Recuerden que está en la parte de
atrás del cuerpo, y no en la de adelante.
Llamamos a este área el centro del corazón. Es un foco de energía en una frecuencia superior a la
de la sustancia física que no pueden ver o sentir con la percepción física ordinaria. Pueden imagi-
nar este centro como compuesto de líneas de fuerza eléctrica de color azul-blanco, de forma esféri-
ca, que conducen la energía dorada del amor al cuerpo emocional.
1. Ahora según prestan su atención al centro aprendan a enfocar su conciencia ahí imaginando
que están, en miniatura, dentro del mismo centro, que tiene la apariencia de una caverna. Véan-
se a si mismos, una pequeña réplica dorada de la forma que conocen en la caverna del centro del
corazón e intenten desplazar su conciencia (el yo consciente pensante) de su foco normal a la
imagen que han creado. Esto puede ser difícil al principio; por lo tanto, si no tienen un éxito in-
mediato procedan como si lo hubiesen logrado.
2. Después de haber enfocado la conciencia en la imagen, reflexione sobre el siguiente concepto
durante unos momentos:
“Yo soy el Cristo-Hijo de Dios, nacido en la cueva del corazón de para conocer y experimen-
tar el amor.”
3. Empleen unos momentos irradiando amor a su familia, sus amigos, sus enemigos y sus seme-
jantes donde quiea que estén.
Relajen la atención y vuelvan al foco normal.
Han completado un ejercicio de meditación. La meditación es el vehículo que los moverá desde un
lugar en la conciencia a otro. La caverna en el corazón es la estación, por así decirlo, en donde con-
siguen su billete para el viaje. El billete es amor, que han solicitado del Padre, y por el que han pa-
gado el precio mediante la anterior contemplación.
El mundo de la mente está a una distancia considerable en conciencia del mundo de las emociones,
y no puede alcanzarse en solo unos momentos. Les llevará veintiocho días a partir de la siguiente
luna nueva para completar la primera jornada de su viaje.
Lleven a cabo el siguiente ejercicio cada mañana veintiocho días a partir de ahora siguiendo la si-
guiente luna nueva
Creen la imagen de si mismos en miniatura en la caverna del centro del corazón, recordando que
este centro se sitúa fuera y a la espalda del cuerpo en el área entre los omóplatos.
Sigan los pasos 1 -2 -3 y continúen la meditación como sigue:
4. Dirijan su amor hacia arriba a la cabeza, permaneciendo donde están, pero aspirando con
amor a ir al reino del Padre.
5. Finalmente, imaginen desde su foco en el centro del corazón, un centro similar unos ocho cm.
en frente del entrecejo. Esta es su primera parada en el largo viaje al nuevo mundo. Lo alcanza-
rán aproximadamente veintiocho días después de la luna nueva. Su aspiración les llevará allí,
pero recuerden, esa aspiración debe llevarse a cabo desde un foco de conciencia en la caverma
en el corazón.
6. Relájense y vuelvan al foco normal
Durante su rutina diaria pueden ayudar a su progreso irradiando amor a todas sus actividades.
En añadidura a la meditación anterior que debe establecerse en un periodo regular cada mañana
para ser efectiva, lleven a cabo el siguiente ejercicio antes de ir a la cama.

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Sin establecer ningún foco particular de conciencia, imaginen que tienen ante si una montaña
muy alta que escalar. La mitad superior de la montaña está fuera de la vista debido a una nubes
muy densas y colgantes. Van a alcanzar su cima en exactamente veintiocho días después de la
próxima luna nueva.
Equipados solo con amor, comiencen su escalada, experimentando en la imaginación cada paso
laborioso del camino, viajando solo un poco cada noche, hasta que en tiempo señalado lleguen a
lo alto. Empleen de cinco diez minutos en cada periodo, continuando su viaje a lo alto de la
montaña cada noche desde el lugar que alcanzaron la noche previa.
Por favor dense cuenta de que al llevar a cabo este ejercicio están poniendo en movimiento las leyes
de la mente en movimiento mediante un símbolo de su deseo y voluntad interna. Si imaginación re-
presentará externamente en el ojo de la mente el esfuerzo interno y el progreso realizado. También
ayudarán a ese esfuerzo y progreso estableciendo una profunda terapia espiritual dentro del cuerpo
emocional.
Los obstáculos que se encontrarán sobre la montaña simbolizarán los problemas emocionales que
los confrontarán en su intento de desplazar su conciencia a una polarización mental. Según vencen
estos obstáculos, y proceden con la escalada, la mente misma operará de tal manera como para re-
solver los problemas emocionales correspondientes.
Durante todo el periodo de meditación y el ejercicio nocturno, estarán experimentando una limpie-
za a y una purificación, así como un desplazamiento en conciencia desde lo emocional al comienzo
de una perspectiva mental.
Se les sugiere que lleven un registro escrito diario de la experiencia de la montaña así como de la
meditación matutina. Tal registro les será de un tremendo valor en una fecha posterior.

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Lección 10 – Re-evaluando sus objetivos
El significado interno de su vida: Propósito, objetivo y condición externa
Reconociendo que eres un hijo de Dios
No estás solo

Han iniciado conscientemente cierto grado de crecimiento en el que están intentando hacerse pola-
rizados mentalmente. Han comenzado el largo viaje ascendiendo a su propia montaña, en busca de
una débil sensación de logro.
Pero ¿qué significa todo esto para ustedes más allá de la mera simbología de las palabras usadas
para transmitir el objetivo? ¿Saben realmente a donde están yendo y por qué?
Es ahora el momento, mientras realizan su viaje, reevaluar el objetivo hacia el que se están movien-
do, de captar y absorber con tanta claridad como sea posible el significado interno de la polariza-
ción mental, el control emocional y su propia identidad como Hijo de Dios.
En primer lugar, ¿cuál es el significado de su vida como la han vivido y la están viviendo ahora?
Hagan un pausa y tómense unos momentos para escribir la respuesta a este pregunta en tres par-
tes:
1. ¿Cuál ha sido el propósito de su vida durante la mayor parte de la misma? Aunque este pre-
gunta les parezca difícil a algunos de ustedes, si nunca han formulado conscientemente u propó-
sito antes, sin embargo puede responderse. No tienen sino que reconocer que el propósito es la
razón por la que han hecho las cosas que han hecho. Es la causa consciente o inconsciente que
ha dado a su vida su dirección particular.
2. ¿Cuál ha sido su objetivo principal en la vida? Esta se responde de manera más fácil dado que
concierne más profundamente a la vida de deseos interna que han promovido. Esta vida de de-
seos tiene que ver con la posición y el poder de alguna clase dado que implica el lugar del ego en
el mundo de los asuntos.
3. ¿Cuál es la condición de su vida y asuntos externos? ¿refleja esa condición su propósito y
meta, y si no, en qué manera difiere?
Escriban su respuesta titulada “El significado interno de mi vida” y subtitulada Propósito, Objetivo
y condición externa en una joja aparte de papel. Luego seguirán más instrucciones.
Contemplemos ahora algunas de las respuestas comunes que podrían darse como resultado de las
formas de pensamiento raciales creadas y albergadas por la humanidad enfocada en esta sociedad y
entorno occidental
Ejemple 1.
A. Propósito:
Lograr el máximo placer.
Esto significa que al individuo le gusta más que nada en este mundo ser agradado. Por lo tanto, el
placer personal es la causa motivadora detrás de cada acción suya.
B. Objetivo:
Conseguir una gran riqueza.
La riqueza para este individuo, representa la manera en la que alcanzar el placer que anhela. Piensa
que con una gran riqueza estará en esa posición que le dará el poder para obligar a los demás a
obedecer su voluntad, i.e., darles placer.
C. Condición externa:
Descontento, frustración, infelicidad general tanto si la persona es rica como si no.
En otras palabras, la condición externa podría o no reflejar el objetivo de la persona, pero nunca
podría reflejar este propósito, porque ese propósito no tiene una base real. Presupone que el hom-

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bre o la mujer, cualquier que fuese el caso, es una existencia separada, totalmente cortada e inde-
pendiente de los demás vidas. La vida externa solo podría reflejar entonces el conflicto entre el pro-
pósito consciente o inconsciente y el verdadero propósito de la vida en la que todos vivimos, nos
movemos y tenemos nuestro ser.
Ejemple 2.
A. Propósito:
Escapar del mayor dolor.
Estos individuos no están buscando el placer personal. Han aprendido la lección (quizás incons-
cientemente) de que el placer no va a encontrarse en este mundo. Están tomando deliberadamente
esa dirección que piensan les conducirá lejos del mayor dolor. Esta es la causa motivadora detrás
de cada acción suya.
B. Objetivo:
Lograr una independencia completa de los demás.
Estás personas vuelven su atención hacia adentro, tratan de evitar los líos con las demás personas,
intentan ser autosuficientes en la medida de lo posible, en particular en asuntos financieros, y son
más menudo tipos estudiosos. La independencia representa para ellos el poder de escapar del do-
lor.
C. Condición externa:
Miedo, dolor, e infelicidad general tanto si han logrado como si no alguna medida de su esperada
independencia.
Nuevamente, esta vida externa no podría reflejar su propósito interno, y en este caso tampoco re-
flejar completamente su objetivo, porque las personas no pueden vivir solas.
Podríamos enumerar muchas otras respuesta similares a este pregunta, encontrando en cada una
el mismo problema común. El propósito personal está en contradicción de la ley de la vida. Las per-
sonas no pueden tener un propósito separado y aparte de los propósitos de las demás personas,
porque existe una causa motivadora subyaciendo a la vida y asuntos de la Familia Humana.
Contemplemos un ejemplo más que podría ser la respuesta solo de la persona que ha alcanzado al-
gún grado de polarización mental e identificación con el Alma.
Ejemplo 3.
A. Propósito:
Servicio a la vida una en la que esta persona conscientemente vive, se mueve y tiene su ser.
B. Objetivo:
Ver a la humanidad, como un todo, alcanzar su lugar en el Reino de Dios.
C. condición externa:
Paz, amor y trabajo creativo persistente.
Estas personas, no importa lo que sean en el mundo de los asuntos – profesor, doctor, científico,
etc. – están trabajando persistentemente para crear aquellas condiciones bajo las cuales la humani-
dad puede crecer mejor hasta su herencia divina. Trabajan en el campo para el que están mejor do-
tados, están en paz consigo mismos e irradian un amor que transmite comprensión. Su propósito y
su meta están unificados con la vida que habita todas las formas; por lo tanto sus asuntos externos
reflejan la armonía de esa vida.
Estas personas han aprendido que por si mismo nada pueden hacer, que por si mismo no puede
ser nada. Han abierto, desde su lugar en la mente, sus corazones al Cristo, permitiendo que el Cris-
to se mueva a través de su instrumento (su mente, sus emociones y su cuerpo) para lograr el Propó-
sito Divino y el Objetivo para la familia de los hijos de Dios.
Tales personas reconocen que su sacrificio es el de su identidad separada al Cristo, el Hijo de Dios.

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Esto es lo que significa reconocer que son un Hijo de Dios. Son parte de esa gran conciencia y vida
que habita todo ser humano, que es el Hijo de Dios.
“Yo soy ese Yo soy
Aunque es necesario para cada conciencia crecer desde la semilla hasta la flor completa de la reali-
zación y de la identificación con la vida una, pueden de modo consciente iniciar ese crecimiento
ahora.
“Por mi mismo nada puedo.”
Según continúan su viaje al mundo de la mente, que es solo un medio de entrar al Reino de Dios,
que este enunciado dicte su actitud interna.
“Por mi mismo nada puedo.”
Incluso el viaje mismo no podría realizarse por ustedes solos como un ego autoconsciente separado
y aparte de toda otra vida, porque como tal no tienen existencia en realidad. Háganse tan conscien-
tes como sea posible de esa vida que está dentro de ustedes, que está dentro de toda otra persona, y
reconozcan que su viaje está siendo realizado en compañía de todos sus hermanos, aunque muchos
de ellos no sean conscientes de ello.
Cada noche después de completar el ejercicio de la montaña, cojan su hoja de papel y añadan el
propósito, objetivo, condición externa, cualquier realización que pudieran tener respecto a los mis-
mo. Sean muy honestos consigo mismos y no retraigan de escribir lo que parece no tener valor.
Más tarde van a aprender como cambiar el propósito y el objetivo ilusorio que hasta ahora ha sido
en gran medida inconsciente, por una realización consciente del Propósito y Objetivo Uno de la
vida humana. Al hacerlo, también aprenderán como controlar la condición externa de manera que
refleje la Intención Divina.

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Lección 11 – Conciencia y polarización mental
Aprendiendo a vivir juntos en paz
Amor, polarización mental, controlando sus respuestas
Observando sus cuerpos objetivamente
Haciéndose positivos a su entorno

La polarización mental es un término con el que los estudiantes de la sabiduría quedan bien fami-
liarizados durante los siguientes años. Está evolucionando como resultado de la nueva atención que
se le da a la naturaleza de la mente por la humanidad como un todo, y por ciencia misma. Aunque
la ciencia es lenta para moverse en esta dirección, grandes pasos se han dado en la psicología y la
psiquiatría, y más se realizarán sin duda en el futuro próximo según la humanidad continúe des-
pertando las potencialidades latentes dentro de la mente.
Una nueva era se abre ante nosotros en la que la humanidad se revelará como una unidad de con-
ciencia viviendo con un mente y poseyendo emociones y cuerpo. El peligro más grande en este pe-
riodo transitorio entre lo nuevo y lo viejo, reside en el área de los descubrimientos sin el desarrollo
espiritual consiguiente para asegurar el correcto uso del potencial mental.
Por esta razón, la enseñanza de la sabiduría enfatiza a la humanidad como Hijo de Dios. Las perso-
nas no sus mentes más de lo que son sus cuerpo físicos. Pero existen ya en la existencia aquellos
grupos que enseñan que la humanidad es mente; que son la inteligencia suprema, que responden y
son responsables solo ante si mismos. Aquí reside un peligro, un peligro tan grande para la vida y el
crecimiento de la humanidad en el futuro como el que presenta la bomba en en el presente.
El resto de este siglo determinará el futuro de la humanidad según elijamos el sendero que seguire-
mos en el nuevo dominio que se abre ante nosotros. El futuro puede ser de crecimiento consciente,
de hermandad, de amor, y sobre todo una comprensión y percepción de la vida siempre en expan-
sión; o puede ser una repetición del pasado con guerras, persecuciones, miedo, carencia e ignoran-
cia espiritual. La elección es nuestra. La hacemos cada día con nuestra actitud con respecto a noso-
tros, a los demás y nuestro futuro.
¿Con qué pensamientos y sentimientos particulares, esperanzas y deseos estamos la mayor parte
del tiempo ocupados? ¿Los queremos solo para nosotros, a cualquier costo para los demás, o nues-
tras esperanzas incluyen el bien de los muchos? Esto es una cuestión vitalmente importante porque
su respuesta revela el estado de la humanidad en este tiempo de gran crisis cuando el mundo im-
plora amor, misericordia y un manejo inteligente del mundo de los asuntos.
Aunque hay muchos de nosotros preocupados por nuestros propios problemas a exclusión de los
demás, no es debido a que seamos deliberadamente egoístas, sino solo porque no hemos aprendido
a como ser altruistas. La tensión de nuestros tiempos, el énfasis de la educación y el entorno en
nuestro escenario, la división de la sociedad en clases y la constante presión de las necesidades dia-
rias nos han insensibles a las necesidades del mundo. Hemos aún de aprender que somos todos y
cada uno el guardián del hermano. Hemos de aprender aún cuidar de aquellos que caen dentro de
nuestra esfera inmediata de visión física. Una cosa es oír sobre una guerra distante, escuchar sobre
el hambre y el dolor lejano. Otra cosa es mirarlo, verlo y sentir el impacto de la agonía de otro.
Aún así estamos despertando lentamente al hecho que de alguna manera debemos aprender a vivir
unos con otros en paz. Nuestro despertar llega según reaccionamos con miedo por nuestro propio
bienestar, al impacto de los logros científicos en la arena del conflicto internacional.
¿Qué podemos hacer, tú y yo, la pequeña gente cuya influencia no se extiende más allá de nuestro
entorno inmediato? Aunque parezca tan sin esperanza, podemos aprender ese amor que conlleva
razón, y con la razón, un proceso de razonamiento que solucionará los problemas del mundo. Es
imposible que el prejuicio viva en la misma mente y naturaleza emocional que conoce y practica el
amor.
“Si tengo amor, no puede odiar. Si tengo amor, veo la necesidad de mi hermano en su acto, y cubre
esa necesidad con mi propio acto. Si mi corazón conoce la compasión no puede conocer el prejui-

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cio, y cuando mi mente conoce la razón, que es amor, no puede convertirse en irracional. Por lo
tanto, si tengo amor, soy un amigo y hermano de todos los hombres.”
Escuchamos de la mor que es ambivalente, pero eso no es verdadero amor. La ambivalencia resulta
cuando las personas vuelven su energía del amor hacia si mismos. En tales casos la demostración
externa de cuidado y afecto se da por el propio interés más que por los demás. Por ello, nuestro
amor es demasiado a menudo la necesidad de poseer, de apropiarse y de mandar.
Porque mientras la humanidad viva y dirija su vida y asuntos desde sus emociones, el amor real,
que es una expresión de energía de Dios, no puede llegar a conocer el amor. Las personas que viven
aquí son las víctimas de sus deseos, miedos y resentimientos. Son las víctimas de esas respuestas
automáticas incorporadas en su cuerpo emocional por las circunstancias de entorno y educación
temprana. No pueden elevarse por encima de las mismas más de lo que pueden alterar lo sucedido
en la infancia, porque son un prisionero en los confines de la emoción que no conoce razón.
Es solo desde una polarización en la cabeza que las personas pueden comenzar a ejercer control so-
bre sus propias respuestas. Desde esta perspectiva son capaces de ver a través de aquellas situacio-
nes que habrían producido automáticamente reacciones desagradables e irracionales anteriormen-
te, y de comprender tanto lo que las produjo como lo que constituye la correcta acción para solucio-
narlas. De este modo no dispersan sus energías innecesariamente en reacciones que solo se añaden
a su dificultad. Estas personas conscientemente siguen un proceso de razonamiento que les revela
en plan de acción más inteligente aplicable a la situación dada.
La polarización, tal como la usamos aquí, tiene dos factores:
1. La relación entre ustedes (el “yo” consciente pensante) y sus cuerpos.
Si pueden contemplar su mente, emociones y cuerpo objetivamente, serán capaces de observarlo
como un instrumento de contacto y acción en el mundo en el que viven. Estos tres cuerpo de ener-
gía les proveen de un medio de recepción, percepción y distribución de las fuerzas activas en su
mundo.
A la mente le concierne principalmente el significado o la razón. Está capacitada para conocer el
significado subyacente al objeto o situación a la que da su atención, y redirige ese significado hacia
la manifestación externa mediante actividad inteligente que se enfoca a través del cerebro.
La naturaleza emocional tiene que ver principalmente con aquellas poderosas fuerzas, no vistas
pero sentidas por todos, que dan por resultado la apariencia externa de una forma. La mente puede
observar el significado y como resultado formular un plan, pero sin el poder acompañante del flujo
de poder liberado desde el cuerpo emocional, el plan nunca tomaría forma en el mundo. Permane-
cería como un intangible en la mente del soñador.
El cuerpo físico coordina y conduce estas fuera a la manifestación física externa mediante la activi-
dad final de transformarlas en realidad objetiva.
Puede verse fácilmente que estos cuerpos deben estar integrados y sus actividades negligentemente
dirigidas si el “yo” consciente pensante ha de conseguir sus esperanzas y ambiciones en el mundo
de los asuntos.
Si la conciencia se mantiene como un prisionero por debajo de la mente en la naturaleza emocio-
nal, decimos que alguien está polarizado emocionalmente. Queriendo decir que para esas personas,
tanto su mente como su cuerpo son negativos a su mecanismos de respuesta emocional. Son inca-
paces de manipular la voluntad en cualquier otra área. De este modo, su voluntad está enterrada en
sus emociones, y son víctimas de las mismas.
Si la conciencia está polarizada en la mente y si las personas están al mismo tiempo orientadas es-
piritualmente, entonces están en el camino de convertirse en maestros de su propio destino o for-
ma naturaleza. Están capacitados para ejercer ese control que les hace posible conseguir su propó-
sito.
2. La relación entre ustedes y su entorno.

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La mayoría de nosotros somos más o menos negativos a nuestro entorno y a las fuerzas que nos im-
pactan desde afuera.
Consideren, por ejemplo, el alcohólico que decide con se mejor intención dejar de beber. Nadie en
su entorno le cree, porque piensan que le conocen demasiado bien. De este modo es bombardeado
literalmente día y noche con los pensamientos y sentimientos desde afuera de que no puede o no
llevará acabo su decisión. Debido a que este hombre está emocionalmente polarizado, y porque es
negativo a las fuerzas que impactan sobre él desde el entorno, fracasa miserablemente. Su concien-
cia acepta la dirección del pensamiento y el sentimiento que le bombardea, y su cuerpo físico lleva
esas fuerzas a la manifestación. El hombre bebe.
Nos damos cuenta de que la influencia ambiental no es la causa principal en este caso, porque esa
causa se encuentra profundamente en el estado conciencia del hombre como un sendero creado de
menor resistencia. Sin embargo es una causa secundaria, y en el momento en que el hombre toma
su decisión de cambiar, se convierte en una importante. Su posición es de por sí débil porque tiene
una difícil batalla que pelear dentro. Cuando la oposición interior se fortifica con la ayuda del exte-
rior, no puede evitar ser el perdedor.
Encontramos, cuando dejamos de analizar nuestra acción, que es a menudo resultado de la influen-
cia ambiental, más que de nuestro propio pensamiento claro. Nos convertimos en las herramientas
de la vida de pensamiento y emocional de nuestro entorno diario dando voz y actividad a aquellos
que impacta sobre nosotros desde los pensamientos y sentimientos combinados de nuestros asocia-
dos.
Si un individuo está polarizado positivamente, controla en ambiente, así como su propia acción,
mediante una constante irradiación de su propósito sobre el mismo. La polarización mental hace a
la persona en la mente y en el cerebro positiva a la emociones, cuerpo y entorno de la persona. Con
el tiempo, esas personas se convierten en los líderes de la humanidad, y si están orientadas espiri-
tualmente, se convierten en una poderosa influencia en el mundo para bien.
Esta polarizado mentalmente y orientado espiritualmente es estar identificado positivamente como
Hijo de Dios, con la mente.

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Lección 12 – Eligiendo nuestros sentimientos
El mecanismo de respuesta automático
La energía o fuerza de los sentimientos
Controlando la respuesta

Las emociones son sentimientos que no nos suceden por casualidad. Las creamos conscientemente
o inconscientemente al reaccionar a las situaciones, personas y cosas.
Un niño crea una emoción mediante la voluntad imitadora. La mayoría delas reacciones de los ni-
ños son miméticas, aunque parezcan auténticas. Tienden a responder con amor o con ira, disponi-
bilidad a cooperar o antagonismo, alegría o depresión, de acuerdo a las respuestas de los demás a
los que están sujetos diariamente.
Cuando el pequeño Bobby grita al teléfono cada vez que suena, la madre a menudo se enfada. Re-
prendiéndole con palabras bruscas ensambladas en cortas frases con una voz fuerte que implican
una amenaza temible e inminente a su salud, lo separa del teléfono y habla ella misma. Según se in-
teresa en un selecto surtido de murmuraciones, olvida su ira, y Bobby desaparece para seguir ju-
gando sin ser molestado.
Más tarde, cuando la madre lo retira del cajón de arena para darle su baño de mediodía antes de la
siesta, re responde en alta voz, con tonos amenazadores y trata de empujarla. Algunas veces da pa-
tadas y grita con ira real, para olvidarse de todo el asunto unos pocos momentos más tarde cuando
juega con su barca blanco y rojo en la bañera.
Está imitando las respuestas maternas, que ha tenido una amplia oportunidad de observar. Está
aprendiendo como vivir en el mundo, y aprende bien sus lecciones. Hasta ahora ha descubierto que
cuando alguien se opone a la voluntad propia, uno se pone furioso. Disfruta con cierto sentido de
satisfacción y se va a la cama fácil y rápidamente, porque su ego se ha visto reforzado por su acción.
Está creciendo.
Expandan este ejemplo y verán como toda una nación o raza de personas aprende la violencia como
un modo de vida.
La mayoría de nosotros no se da cuenta de que hay un número de maneras de reaccionar a una si-
tuaciñon dada. Podemos elegir nuestros sentimientos de la misma manera que elegimos nuestra
ropa de acuerdo al efecto que deseamos causar.
Cuando la pequeña Diane de dos años descubrió el misterioso instrumento negro, cuyo timbre
anunciaba la magia de escuchar y ser escuchada por alguien que no podía ver, también gritó de ex-
citación. Gritó en una jerga de sonidos sin sentido que arrancaron una risa del otro lado de la línea.
La madre llegó corriendo. Con amabilidad, separó a su hija del teléfono, pidió a quien llamaba que
esperara unos minutos, y con amorosa comprensión explicó la razón de por qué Diane no debería
gritar al teléfono.
Con un brazo alrededor de la pequeña, le dijo, “Ves querida, cuando suena significa que alguien
quiere hablar con nosotros. Si gritamos, herimos sus oídos y se sentirán mal. No queremos herir a
nadie, ¿no es así?”
Diane asintió con sus grandes ojos con simpatía. “No,”, imitó, “no queremos herir a nadie, ¿no es
así?”
Su madre fue luego capaz de prestar atención a la llamada, mientras Diane se fue a jugar.
Más tarde la madre de Diane le enseño como responder el teléfono, y mientras su interés duró, la
sabia madre dio a Diana esta pequeña tarea como una responsabilidad que construiría la fuerza de
su ego así como de su carácter.
Diane estaba creciendo como su madre. Estaba aprendiendo a responder con amor en lugar de con
ira, con razón en lugar de con emocionalismo.

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Todos los individuos que responde a una instrucción de este tipo lo hacen a partir del reconoci-
miento creciente de mejorarse a si mismos. Existe un vago sentido del potencial divino de la huma-
nidad en contradicción con su actividad, y un gran deseo de poner ambas en equilibrio. Algunos es-
tán interesado en este equilibrio en relación a toda la humanidad, otros solo en relación a si mis-
mos, pero todos deben comenzar por el principio de han de alcanzar su objetivo. Comenzamos por
nosotros mismos como individuos, intentando elevar nuestra ejecución al nivel de nuestras capaci-
dades potenciales. Tratamos primero con el mecanismo de respuesta automático que transmite el
carácter o la falta de carácter que hemos personificado, y que es responsable de nuestra felicidad o
infelicidad – nuestro estado del ser en lo que concierne a los sentimientos en cualquier momento
dado.
Es una revelación maravillosa descubrir que la energía gastada en resentimiento es las misma ener-
gía que usamos cuando amamos. La fuerza dirigida a un sentimiento de depresión es las misma
fuerza que dirigimos a la alegría. No hay diferencia en la energía o fuerza que es la vida de la expre-
sión. La diferencia reside en la forma de pensamiento que se ha construido en nuestro mecanismo
de respuesta como un patrón automático de reacción. Por tanto, reaccionamos casi siempre de
acuerdo a esos patrones que se han establecido en nuestro sistema nervioso y cerebro como una
respuesta habitual.
Si las personas son tratadas con brutalidad, reaccionan de una manera parecida porque piensan
que se supone que deben reaccionar de esta manera. Podrían responder con la misma facilidad con
amor y comprensión con una sabiduría que enseñaría al otro una mejor manera de transmutar su
brutalidad en algo más de acuerdo con la decencia común. No hay nada más efectivo que reaccio-
nar con amor y buena voluntad a quien nos está tratando mal.
Porque la felicidad es tan ilusoria, la mayoría de nosotros no sabemos lo que es. La buscamos en
todo tipo de lugares y tratamos de alcanzarla rodeándonos de cosas. Existen aquellos de nosotros
que piensan que podemos comprarla con dinero o dirigirla con poder. Otro simplemente no creen
en ella y por lo tanto no la buscan.
La fertilidad es un sentimiento general hecho de las muchas pequeñas respuestas a la vida misma.
No puede encontrarse; ha de ser creada. No hay nada en el mundo externo que lleve felicidad a una
persona, porque nace en el corazón del individuo que la concibe en si mismo. Tales personas luego
la irradian como una influencia, dando a los demás el beneficio de lo que han creado.
La felicidad está hechas de una mezcla de comprensión, amor, amabilidad, fe y todas esas expresio-
nes que son el resultado de la auténtica buena voluntad hacia toda la humanidad, más la calmada
aceptación de aquellas cosas de la vida que no pueden cambiarse por medio del esfuerzo humano.
Estas expresiones no son difíciles de alcanzar, ni tienen que esperar por algún destino debido o
coincidencia para proporcionarnos una causa adecuada para experimentarlas.
Cuando alguien les hace algo que por lo general produciría una respuesta negativa, hagan una pau-
sa por un momento y analicen la situación. ¿Les sería de ayuda a ustedes o a la otra persona caer en
la vieja respuesta habitual? ¿O solo añadiría más negatividad a una situación ya de por si desagra-
dable?
Durante esa pausa, usen su mente para descubrir lo que constituye la acción correcta en este caso.
Refrene el mecanismo de respuesta y entrénenlo para hacer su voluntad transmitiendo amor en la
cualidad tonal de la voz, en la expresión facial, en el habla y en la acción del cuerpo.
Cuando hagan esto, sientan realmente el amor tratando de comprender la razón de la actitud o ac-
ción de la otra persona. Por lo general están solo reaccionando a su propio impacto mediante su
propio respuesta ya incorporada. Si afrontan esa reacción mediante un acto creativo de amor y bue-
na voluntad, les darán pausa y sustancia a su pensamiento. Crearán una atmósfera en la que ellos,
al igual que ustedes, pueden descubrir una nueva relación llamada hermandad.
Se sugiere que aquellos de ustedes que deseen verdaderamente controlar sus mecanismos automá-
ticos de respuesta hagan una lista de las respuestas que ocurren con más frecuencia durante el día.
Anótenlas bajo los siguientes encabezados:
Respuesta Positiva: Condición o circunstancia causal

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Respuesta Negativa: Condición o circunstancia causal
Al estudiarlas, familiarícense tanto como sea posible con el tipo, fuerza y cualidad de la respuesta
que dan al impacto externo. De esta manera llegarán a verse más como los demás les ven, y se fa-
miliarizarán también más rápidamente con su propio mecanismo de respuesta automático. Es difí-
cil cambiar o alterar aquello que no vemos y conocemos.

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Lección 13 – Reconstruyendo el mecanismo de respuesta
Reconstrucción versus inhibición
Recapitulando el desarrollo evolutivo
Impresiones de las formas de pensamiento
Construyendo nuevas formas de pensamiento en el mecanismo de respuesta automático

Es extremadamente importante que el estudiante en este pinto distinga entre la reconstrucción del
mecanismo automático de respuesta y la inhibición de sus respuestas automáticas a la vida. Dema-
siados de nosotros inhibimos, aún desde desde nuestra percepción consciente, aquellos sentimien-
tos que se nos ha enseñado que son malos.
Ciertas respuestas de naturaleza negativa son naturales al niño en diversas etapas de su crecimien-
to, porque el proceso de crecimiento en realidad constituye una recapitulación del desarrollo evolu-
tivo alcanzado hasta ahora, No olvidemos que cuando los bebés nacen al mundo, vienen con un pa-
sado. No es su primera experiencia con la vida. Han estado viviendo un largo tiempo, y durante ese
tiempo han desarrollado su propio estado individual de conciencia. Han vivido en muchos cuerpos,
creado y descartado muchas personalidades; pero de cada una de ellas han recogido la esencia de la
experiencia, de manera que cuando nacen en un nuevo cuerpo y un nuevo entorno lo hacen con un
estado de conciencia desarrollado que tiene sus propias tendencias, talentos y aversiones.
Según pasan del periodo del nacimiento a la madurez, recapitulan el crecimiento ya alcanzado para
retomar de nuevo en esta vida donde lo dejaron en la pasada vez. De esta manera se mantiene la
continuidad entre pasado, presente y futuro, aunque esa continuidad sea inconsciente hasta que se
alcanza cierto punto del desarrollo.
Es perfectamente normal y natural que los niños experimenten ciertas emociones en respuesta a
los impactos de su entorno sobre su estado interno de conciencia. Si a esas emociones se les permi-
te la expresión en su momento adecuado, i.e., en el ciclo de crecimiento (a la edad de niños) que es
normal para su recapitulación, no se causa ningún daño. No construyen un patrón de conducta au-
tomático durante ese periodo si se les permite la expresión sin poner indebido énfasis promoviendo
la expresión “por el bien del niño”, o creándoles sentimientos de culpa por haber hecho algo que
está mal.
Es difícil para los padres encontrar la manera correcta y perfecta de hacer crecer a sus hijos en una
etapa en la que tan poco se sabe del proceso de recapitulación, pero debe empezarse por algún sitio.
Un estudio de la literatura actual sobre el tema de la psicología del niño, más la comprensión gana-
da con un estudio de este tipo ayudarán al padre a lograr una perspectiva hasta ahora desconocida.
Encontrarán sin embargo que la manera más efectiva de enseñar a sus hijos la conducta correcta es
transmitir esa acción mediante su propio mecanismo automático de respuesta. No olviden que el
joven niño aprende mediante imitación consciente e inconsciente.
Muy a menudo durante el proceso de recapitulación se nos enseña a inhibir aquellas emociones
consideradas no merecedoras de personas civilizadas. El patrón que produce la respuesta es dejado
libre para actuar mientras que la respuesta misma es inhibida o mantenida en el cuerpo emocional,
Esto es peligroso para la saluda mental, emocional y corporal, porque aunque se inhibe la expre-
sión consciente de la respuesta, mientra sel patrón esté presente la respuesta debe encontrar una
salida. Producirá un efecto en alguna parte del instrumento. Por lo general en alguna forma de en-
fermedad en el cuerpo físico.
El estudiante debe ser muy cuidadoso para distinguir la diferencia entre la inhibición de una emo-
ción y la corrección del mecanismo de respuesta automático que produce la emoción. Demasiados
individuos que están intentando sinceramente seguir el camino de Cristo solo tienen éxito enfer-
mándose a si mismos mediante la inhibición.
La diferencia entre una emoción y una respuesta automática es la diferencia entre el sentimiento y
el pensamiento. Una emoción es un sentimiento producido por una forma de pensamiento. Una
respuesta automática es un patrón de pensamiento al que llamamos una forma de pensamiento.

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Esta forma de pensamiento dicta la respuesta del sentimiento a una situación dada. La respuesta
del sentimiento dicta la acción resultante a menos que se vea inhibido por otra forma de pensa-
miento que diga “no, no, esta no es una forma aceptable de comportamiento”.
Todos sabemos o se nos ha enseñado en algún nivel de nuestra conciencia, que es mejor amar que
odiar, que es mejor perdonar que buscar venganza; pero, ¿se nos ha dicho como manejar esos sen-
timientos que surgen a pesar de todo lo que hacemos para pararlos? Hablando en general, no, y así
naufragamos en un océano nublado de respuestas del sentimiento, culpa y el deseo de conocer la
bondad.
Una patrón automático de respuesta es una forma de pensamiento que hemos aceptado en nuestro
cerebro. La forma de pensamiento en el cerebro es generalmente conocida por nuestra mente cons-
ciente, habiendo sido establecida en nuestra infancia mediante imitación. Tiene acceso directo al
tálamo, y por lo tanto impresiona al tálamo (el gran nervio que termina en la base del cráneo) con
la respuesta emocional que ha de ser llevada a la acción por el sistema nervioso. Luego experimen-
tamos en el aspecto sentimiento de nuestra conciencia una emoción (a menos que otro pensamien-
to inhiba la emoción) y actuamos en consecuencia antes de que tengamos tiempo de evaluar apro-
piadamente la situación.
Ejemplo: Mary espera con alegría una salida nocturna de cena y teatro. Está excitada porque el
obra es una que hace tiempo que quiere ver. Ted, su marido, la sorprendió hace dos semanas con
las entradas y la promesa de unos buenos momentos excepcionales. Todo el día se ha estado prepa-
rando para ello, peinándose y arreglándose las uñas, decidiendo que vestido llevar y pensando en el
marido maravilloso que tiene.
Luego por la tarde, Ted la llama para decirle que alguien ha llegado a la oficina y que no posible-
mente no llegue hasta tarde. Tendrán que olvidarse de la salida hasta otro momento.
Según Mary escucha la explicación de Ted en el teléfono, la noticia se transmite a su cerebro me-
diante una serie de pequeños impulsos que disparan una forma de pensamiento (respuesta auto-
mática) que establece, aunque no en tantas palabras, sino en efecto, “Esto no es justo. Cuando al-
guien hace una promesa, debería cumplirla. Si no lo hacen, me pongo furiosa”.
La forma de pensamiento emite su impulso eléctrico al tálamo que inmediatamente genera el senti-
miento que ha de ser llevado a la acción mediante el sistema nervioso.
Si Mary es desinhibida transmitirá su ira a Ted inmediatamente. Sin embargo, si tiene una forma
de pensamiento más poderosa que no le permita la expresión de la ira, hablará con calma al teléfo-
no aceptando la situación con aparente buena voluntad. Pero al mismo tiempo el pequeño impulso
eléctrico estará viajando desde la primera forma de pensamiento al tálamo, creando un sentimiento
al que no se le permite una expresión activa, pero que sin embargo está presente y debe ser canali-
zado hacia alguna salida del sistema nervioso. En su caso su artritis se volverá probablemente muy
dolorosa o tendrá un dolor de cabeza, etc.
En cualquier caso se incapaz de evaluar adecuadamente la situación antes de tener la reacción. Más
tarde, cuando la razón tenga tiempo para reafirmarse a si misma, perdonará a Ted (al menos en
parte) y la vida seguirá como es usual, pero no sin la cicatriz de esta lesión en su relación.
¿Cómo podría Mary haber manejado esta situación sin cosechar un resultado desafortunado? Cier-
tamente no mediante inhibición. Tendría que haber tratado con la respuesta automática a una si-
tuación de esta clase antes de que tuviera lugar en realidad. En otras palabras, debería haberse fa-
miliarizado con su existencia, reconocido su falacia y haber comenzado al menos a construir otra
respuesta a esta clase de experiencia.
¿Qué otras respuestas hay? Harían bien en preguntar, porque la mayoría de nosotros nos sentimos
perfectamente justificados, en las capas más internas de nuestro estado interno de conciencia, por
las respuestas que damos a la vida. En realidad, a Mary se le ha enseñado que es incorrecto romper
una promesa. Tenía una excusa válida para ponerse furiosa porque se supone las promesas se cum-
plen cuando se hacen. No hay nada en su anterior formación o incluso en entorno social actual que
le enseñe esa comprensión que hubiera visto instantáneamente la decepción de Ted tan bien como
la suya.

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La primera forma de pensamiento que hemos de construir en el mecanismo automático de respues-
ta como parte del proceso de reconstrucción, es el de la pausa y la razón ante el caso de cada expe-
riencia que hubiera producido normalmente una explosión de emociones de naturaleza agradable o
desagradable. Este es un punto importante a recordar. Cualquier emoción violenta sea agradable o
desagradable es indeseable en sus efecto sobre las personas y situaciones y sobre nuestro propio
bienestar. Esto no significa que debamos eliminar la alegría de nuestras vidas porque la alegría no
es hilarante ni delirante.
En una lección posterior consideraremos una técnica para la construcción de la nueva respuesta
arriba descrita. Mientras, estudien la lección bien y háganse a si mismos esta pregunta, respon-
diéndola con completa honestidad. “¿Cuál sería mi respuesta si estuviera en la situación de Mary?”
Luego piensen sobre ello y consideren la conveniencia y posibilidad de construir un mecanismo de
respuesta automático que les diera tiempo para evaluar apropiadamente la situación antes de reac-
cionar.

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Lección 14 – Controlando el mecanismo de respuesta emocional
Forma de pensamiento de la mente racial
Descubriendo las formas de pensamiento
Eliminando las Formas de pensamiento media raz´on y reevaluación
Sustituyendo un nuevo patrón

Cuando nacemos no solo llegamos a un entorno físico de acciones y palabras, sino que entramos
también en un entorno emocional y mental. Los grupos de personas tienden a pensar y sentir de
modo similar en situaciones dadas. Aunque invisibles, esos pensamientos y sentimientos que pro-
veen una atmósfera intangible de condicionamiento, juegan una parte importante en el modelado
de nuestras respuestas a la vida. Están impactando constantemente sobre el subconsciente, produ-
ciendo mediante imitación subconsciente, un pensamiento y un sentimiento similar en nosotros.
Es una falacia depender por entero de un proceso de terapia analítica que cava profundo en el sub-
consciente hasta las raíces de las experiencias olvidadas que pensamos son la causa de muchas de
nuestras reacciones. No importa la profundidad que alcancemos nunca podremos encontrar mu-
chas de esas causas porque no residen en experiencia tangibles que puedan recordarse. Tienen sus
raíces en el entorno mental y emocional en el que hemos crecido como adultos y en el que aún nos
encontramos. Algunas de ellas son formas nacionales o raciales creadas en el mundo del pensa-
miento y sentimiento humano. Llamamos a estos automatismo comúnmente compartidos formas
de pensamiento de la mente racial, y es que ahí a donde tenemos que ir para comprender nuestras
propias respuestas.
Para controlar el mecanismo de respuesta emocional (que es realmente activado por una serie de
patrones impresos sobre el cerebro) hemos de seguir ciertas reglas de procedimiento que resultan
en un curso de acción seguro y sano.
1. Debemos descubrir la forma de pensamiento en el cerebro que dicta la respuesta emocional.
2. Debemos eliminarla mediante la razón y la reevaluación
3. Debemos poner en su lugar un nuevo patrón de dirección.
Estas tres reglas son simples y claras. Cada una se lleva a cabo mediante un proceso específico
como sigue:
1. Descubrimiento de la forma de pensamiento en el cerebro.
Ya hemos discutido el hecho de la que la mayoría de nosotros no conoce conscientemente todo lo
que sabe sobre un tema. Tantos de nuestros pensamientos pasan automáticamente por debajo del
umbral de nuestra conciencia que apenas nos damos cuenta del gran volumen de pensamiento que
albergamos constantemente.
Hay un número de técnicas que puede utilizarse para descubrir las formas de pensamiento que he-
mos aceptado como verdad en nuestra conciencia y cerebro.
a. Escribir el patrón de pensamiento.
Esta es una técnica efectiva y utilizada comúnmente que puede emplearse antes del uso de otras.
El individuo simplemente escribe cada pensamiento que le viene a la mente con respecto a a una
situación dada hasta que el patrón que dicta la respuestas se revela a si mismo.
Ejemplo: Escribe cada pensamiento que llegue a la mente con respecto a una experiencia como
la de Mary descrita en la lección 13.
La escritura continúa durante días hasta que el individuo ha pasado por toda la gama de las ex-
periencias comunes relacionadas. También puede escribir cualquier pensamiento que le viene a
la mente con respecto a varios temas de interés, descubriendo de esta manera muchos patrones
de pensamiento dirigentes.
b. Asociación automática de una emoción a un pensamiento.

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El individuo piensa en una respuesta emocional, como llorar y luego trata de imaginarse todos los
diversos patrones de pensamiento que podrían ser la causa del llanto. Al hacerlo asocian pensa-
miento y emoción previo a la imaginación de la experiencia, saltando por encima de bloqueos que
pueden haber adquirido en relación a ciertos tipos de experiencia.
c. La persona observa las forma de pensamiento de la mente racial que puede estar inconsciente-
mente compartiendo con sus semejantes, y considera cual es el efecto de estas formas de pensa-
miento en su propia vida y asuntos.
Hemos discutido ya algunas de estas formas en otras lecciones. ¿Pueden descubrir algunas más?
Busquen los diversos prejuicios y actitudes separativas de su propio grupo; y busquen en particular
aquellas formas que se aceptan por lo general como verdad establecida.
Es este área de común aceptación en la que la mayoría de nuestro patrones raciales se encuentran,
La humanidad una vez creyó que la tierra era plana, y debido a esta aceptación común, temía nave-
gar demasiado lejos en el océano por miedo a caer por el borde. También se creía que el son y las
estrellas orbitaban alrededor de la tierra; que solo un sacrificio de sangre apaciguaría las iras de los
dioses; y que el átomo era la partícula de sustancia más pequeña e indivisible en el universo.
¿Qué creemos hoy? ¿Cuáles son las ideas y creencias que la conciencia colectiva acepta como una
verdad establecida, aunque sin prueba o razón?
¿Qué piensan sobre la vida después de la muerte? ¿Sobre la vida en otros planetas? ¿Sobre la rela-
ción entre dios y la humanidad? ¿Sobre la muerte y el nacimiento?
Estas son solo unas pocas preguntas entre muchas, muchas otras que deberían considerarse con
cuidado.
Hagan una lista de las formas de pensamiento de la mente racial que pueden descubrir que han in-
fluenciado sus pensamientos, sentimientos y reacciones físicas de alguna manera.
Por ejemplo, cuál es su actitud hacia los ingleses, los alemanes, los negros americanos, los america-
nos blancos, los judíos, los orientales, los rusos, los ricos, los pobres, etc.?
2. Eliminación de formas de pensamiento mediante razón y reevaluación
Esto es algo más difícil para el principiante, porque demanda una comprensión básica de la verdad
universal. La forma de pensamiento se compara con la verdad universal. ¿Transmite la forma de
pensamiento la realidad de la verdad o la ilusión creada por la mente y las emociones de la humani-
dad? Debe recordarse que la realidad en verdad abstracta es aplicable tanto a uno como a otro, y
siempre incluye el mayor bien de los muchos. Esto no debe malinterpretarse como el mayor bien de
los muchos en detrimento de los pocos, porque los muchos incluyen a todos y cada uno.
Si el concepto básico de hermandad (que se deriva del concepto básico de una Paternidad divina)
se acepta y personifica, todas las formas de pensamiento raciales de prejuicios de un grupo en con-
tra de otro deben desaparecer porque no se mantienen a la luz de la razón. Una persona educada en
la verdad no puede condenar a otro como siendo inferior o de una pasta diferente, porque esta per-
sona sabe que todas las personas están unidas en la vida una, siendo esa vida el Hijo de Dios.
Los principiantes deben familiarizarse por completo con aquellos conceptos que son de aplicación
universal de lo bueno, lo verdadero y lo hermoso antes de que puedan completar este segundo
paso. Buscan conocimiento, pero antes que nada buscan el conocimiento de la Sabiduría.
3. Sustitución de un nuevo patrón de dirección en lugar del viejo.
Este es un proceso de crecimiento conscientemente iniciado al que llamamos personificación.
Cuando un concepto de la verdad es finalmente reconocido por el “yo” consciente pensante, ese
“yo” se dispone a personificarlo. Uno se determina a incorporarlo en la propia conciencia e instru-
mento de manera que su opuesto no pueda expresarse a través de uno. Uno lo imprime sobre el ce-
rebro en lugar del viejo patrón habitual de pensamiento, mediante concentración y meditación so-
bre el mismo.
Ejemplo: si un hombre llega al reconocimiento en su propia conciencia de la Paternidad de Dios y
de la Hermandad de la Humanidad, y al mismo tiempo se hace consciente de cierto patrón de pen-

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samiento en su cerebro que dispara respuestas automáticas contrarias a este reconocimiento, se
dispone a reemplazar el viejo patrón con uno nuevo de la siguiente manera:
1. Medita diariamente sobre la Paternidad de Dios y la Hermandad de la Humanidad.
2. Formula un patrón de pensamiento en lugar del viejo y se concentra en el mismo diaria-
mente.
Por ejemplo, si John ha sentido disgusto por Henry durante un número de años debido a un auto-
matismo que afirma que le debería disgustar Henry (no importa lo justificada que parezca la razón
de ese disgusto), formulará entonces el nuevo patrón de pensamiento como sigue:
Henry es un Hijo de Dios. Yo soy su hermano. Él es mi hermano. La relación básica entre los dos es
de hermandad. Su cualidad es amor.
Se concentrará sobre esta nueva forma de pensamiento de tres a cinco minutos cada día hasta que
la vieja respuesta deje de existir.
Esto es una disciplina de entrenamiento positivo que verdaderamente inicia el crecimiento y la ex-
presión de la conciencia de la humanidad a la percepción consciente de uno mismo como Alma,
una expresión creada divinamente de la Vida de Dios.
Las técnicas recién descritas son parte de la nueva Filosofía Aplicada, con la que la toda la humani-
dad transformará su civilización en un verdadero reflejo del Reino de Dios.
Debido a que están entre los pocos en recibirlas por primera vez, suya es una responsabilidad que
debería ser tenida en cuenta y considerada profundamente. Si toda la humanidad, o la mayoría de
las personas, o incluso una minoría en cada nación conocieran y aplicaran las técnicas descritas en
esta lección nuestros miedos y amenazas de los movimientos de fuerzas hacia la guerra podrán vol-
verse en un esfuerzo real por la paz.
No todos los hombres y mujeres están hoy interesados en una enseñanza de este tipo porque no
han despertado aún a sus posibilidades o a la necesidad que le mundo tiene de las mismas. Pueden
ayudar a producir ese despertar discutiendo la Filosofía Aplicada con sus amigos, vecinos y todos
aquellos que se encuentran en su esfera de influencia.

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Lección 15 – Conociéndonos a nosotros mismos
Espíritu, conciencia y materia
El viaje y la identificación
Conciencia, una interacción de fuerza entre Espíritu y Materia
Moviéndose desde el mundo de la emoción al mundo de la mente

Una de las tareas más difíciles que una persona puede emprender es la de conocerse a si mismo.
Nada más en el mundo presenta tanto misterio e interrogantes como el enigma de la identidad o la
realidad interna de la humanidad. Aún así los buscadores de todos los tiempo han sido advertidos
por el sabio y el adepto para conocerse a si mismos.
Buscamos el conocimiento de las estrellas, el átomo y del mundo en que vivimos. Buscamos salud,
posición y poder en ese mundo, o buscamos alguna medida de comodidad y escapar del dolor. Peor
todo eso nos servirá de poco si ignoramos nuestra constitución y naturaleza.
Conocemos nuestro nombre y dirección. Sabemos que pertenecemos a la especie Homo Sapiens.
Tenemos una idea limitada de como parecemos por fuera y como nos sentimos por dentro, pero,
¿qué sabemos verdaderamente de nosotros?
¿De qué estamos constituidos, apare de los elementos de nuestro cuerpo físico? ¿De donde venimos
y adonde estamos yendo? ¿Quién puede comprender el milagro de la conciencia, o de la mente y el
proceso de pensamiento, o de la vida misma?
Estas son unas pocas preguntas de las muchas que la persona se frena de hacerse porque a menudo
suscitan una sensación de inseguridad, de ansiedad por lo que es desconocido. El mismo pregun-
tarse sobre la vida podría traer la muerte que inconscientemente temen, porque la vida es insonda-
ble.
Aunque el misterio parece difícil de resolver puede conocerse y comprenderse a la luz de la verdad.
Se ha dicho que “ la verdad os hará libres”, y así lo hará, pero debe buscarse primero.
La humanidad es antes que nada una chispa de fuego divino. Somos, en el mismo centro de nuestro
ser, un punto focal del Espíritu que es una parte de esa vida en la que vivimos, nos movemos y te-
nemos nuestro ser.
En segundo lugar, la humanidad es una irradiación de conciencia que emana esféricamente de la
chispa, como Alma.
En tercer lugar, la humanidad es un estado de conciencia habitando un cuerpo organizado de ener-
gías y fuerzas en la periferia de la esfera irradiante que llamamos Alma. La apariencia se define
como una personalidad. Ayuda a la comprensión reconocer que la palabra personalidad se deriva
de la raíz latina persona, que significa máscara.

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Cuando la conciencia que es el Alma se identifica con su cuerpo de apariencia está orientada e iden-
tificada con la persona. Se encuentra limitada a la periferia externa de su ser, un prisionero en las
energías y fuerzas que constituyen ese cuerpo, y separativa por naturaleza porque el cuerpo parece
una vida separada de las demás vidas.
La periferia misma es de naturaleza triple dado que en un sentido es un reflejo de la naturaleza tri-
ple de la humanidad, la entidad divina. De este modo, el Espíritu se refleja en la naturaleza mental,
el Alma en la naturaleza emocional y el aspecto sustancial de la materia, que da forma a la chispa
divina, en el cuerpo físico.
Cuando la conciencia comienza su viaje de vuelta al Reino del Padre desde donde vino, se vuelve la-
cia adentro hacia su propio centro del ser. Así su percepción se vuelve de lo puramente físico a la
experiencia del aspecto emocional de su naturaleza. Aquí es donde se encuentra hoy la humanidad.
Con el movimiento interior del aspecto emocional al mental, nos conscientes del proceso. Estamos
ahora capacitados para ayudarlo mediante la manipulación de nuestra voluntad.
En la mente comenzamos a identificarnos con la vida emanante que somos en realidad, el Alma, y a
buscar la chispa divina que es nuestra identidad espiritual en la Vida Una.
Por un tiempo hay un conflicto que resulta de los viejos hábitos arraigados en la naturaleza de la
persona y la identificación con la persona y la Verdad del alma que nos sobrevuela y demanda per-
sonificarse. Estamos desgarrados entre los pares de opuestos según se reflejan desde nuestro senti-
do interno de dualidad. Es decir, atravesamos un periodo en que somos tanto una persona y un
Alma, de manera que nuestra conciencia dual se refleja en nuestra vida y asuntos como los pares de
opuestos. La lucha entre el bien y el mal se hace muy pronunciada, y puede originarse una psicolo-
gía de Dr. Jeckil, Mr. Hide si, mediante un patrón habitual establecido de represión, el conflicto se
mantiene por debajo del umbral de la conciencia.
Es hasta este área de la periferia (la naturaleza mental) que la humanidad se está moviendo hoy.
A medida que la conciencia abstrae su identificación de la forma naturaleza de la periferia, i.e., la
persona, se identifica como Alma y se hace tan consciente de la chispa divina que está en el centro
de su ser que es transformada en el Cristo que es Uno con el Padre y Toda Vida.
La descripción anterior se refiere no solo al individuo sino también a la vida colectiva de la humani-
dad.

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La percepción consciente del yo, dondequiera que pueda encontrarse, es siempre el resultado de
una interacción de fuerza (relación) entre Espíritu y Materia. Es por lo tanto una expresión y evi-
dencia de Dios.
Solo tenemos que elevar nuestra percepción de la forma naturaleza o aspecto materia con el que
nos hemos identificado a través de nuestra percepción sensorial física, al espíritu no visto pero sen-
tido que habita la forma, para conocer a Dios y nuestra relación con Él.
Hemos de desarrollar, mediante crecimiento evolutivo, una percepción espiritual que nos de evi-
dencia de aquello que no podemos percibir con los cinco sentidos físicos. De esta manera nace
nuestra seguridad espiritual para llevarnos el resto del camino al Reino del Padre.
La concentración cíclica y la meditación durante un periodo de días, semanas, meses y años sobre
el símbolo dado en esta lección, y su significado, será de ayuda al estudiante sincero en su búsque-
da de la verdad. Sin embargo, hasta y a menos que estén dispuestos a disciplinar su conciencia para
vivir en la más alta verdad conocida, y a disciplinar la forma naturaleza para personificar esas ver-
dades, tal procedimiento no será seguro. Si no existe sinceridad de propósito y una completa dedi-
cación al Cristo, existe un tremendo peligro siguiendo ese camino.
Una vez que la conciencia alcanza la mente y comienza a identificarse como Alma, entramo simbó-
licamente a la Sala de la Sabiduría. Es decir, hemos entrado en ese área de la mente que guarda el
conocimiento de la verdad espiritual, y ese área de la conciencia que mantiene la sabiduría para
usar la verdad en beneficio de la humanidad. Así, nuestra educación espiritual comienza realmente
y aprendemos a manipular las energías y fuerzas de los tres mundos inferiores (mental, astral emo-
cional y físico) a través de nuestro triple instrumento para crear los efectos deseados en nuestra
vida y asuntos.
Están ahora en el proceso de de moverse desde el mundo de la emoción al mundo de la mente.
¿Qué encontrarán cuando lleguen?
1. Una más fácil identificación como conciencia más que como una combinación de pensa-
mientos, sentimientos y cuerpo. Que ustedes (el ‘yo’ consciente pensante) son el Alma co-
menzará a tener más significado y gradualmente comenzarán a percibir el mundo a través
del ojo recién abierto del alma, como tales, con una mayor comprensión del significado in-
terno detrás de los acontecimientos internos.
2. Que tiene tiene una voluntad y pueden aprender gradualmente a manipular las fuerzas de
sus cuerpos. Comenzarán a entender que la voluntad es una extensión del espíritu en su
mente, y que mediante su correcta orientación y su correcto uso pueden crear consciente-
mente sus propios efectos en el mundo sustancial de las apariencias.
3. Finalmente descubrirán la meditación como el modus operando del Alma, y aprenderán
gradualmente a utilizarla como usan el habla o cualquier otra facultad que hayan desarro-
llado. Aquí se encuentra quizás el más valioso de todos sus hallazgos, porque a través de la
meditación Dios es conocido, el misterio del proceso creativo es desvelado y el yo se perfec-
ciona en el verdadero Hijo e Dios.
Contemplen estos hallazgos como una nueva manera de vida, e imagínense a si mismos viviendo
esa vida. ¿Que significará para ustedes como individuos, y que significará para sus asociados. Con-
sideren sus relaciones e imaginen que efecto producirían sobre ellos como un Hijo de dios cons-
ciente del Alma.
¿Cómo darían la bienvenida a los diversos acontecimientos del días, a la cosecha de las semilla
plantadas en el pasado y finalmente como afrontarían la muerte?
Estas son cuestiones que vale la pena preguntarse al alcanzar lo alto de su montaña. Son preguntas
que llevarán con ustedes al mundo de la mente y allí las responderán según entren en comunión
con la vida y su intrincado diseño.
Vivir cada momento en su plenitud, extrayendo de cada experiencia la esencia de la sabiduría, co-
nociendo esa voluntad al bien que llena el corazón con alegría y la mente con amor, es vivir cons-
cientemente. Hacer lo que debemos despierta y despertamos solo cuando nos movemos sin miedo

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buscando hacia el interior. Atrévanse a preguntar a esa vida en la que vivimos, nos movemos y te-
nemos nuestro ser.

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Lección 16 – La cima de la Montaña
El vacío oscuro más allá
Dios, el Padre, Dios, la Madre y Dios, el Hijo
El centro ajna
El centro en la cabeza
Los hilos plateado y dorado

En estos momentos deberían haber alcanzado la cima de su montaña, esperando solo el paso final
en el comienzo de la polarización mental. Este lección constituye ese paso; por lo tanto, préstenle
especial atención, llevando a cabo las directivas tal cono se dan.
¿Qué encuentran después de la larga escalada? Miren y observen el escenario. Parecería que están
de pie en lo alto del mundo, con las colinas y los valles muy por debajo. En la distancia hay granjas
y pueblos, arroyos y ríos, y más lejos están los océanos y las ciudades. Hay quienes sus hombros es-
tán doblados con la carga de la vida y otros quienes sus canciones reflejan la alegría de vivir. Está el
mundo habitado por millones de seres humanos, solos dentro de si mismos, encerrados en una pri-
sión de carne, pensamiento y emoción, la tumba del espíritu. Aún así, aquí y allá ese espíritu arde
con brillo y una luz irradia desde un punto en la prisión para extenderse y tocar otros puntos. Me-
diante esta luz estamos unidos, paro la mayoría están asustados y se hunden más profundamente
en la masa de oscuridad que les rodea.
Débilmente, a través de las nubes pueden mirar el lugar desde el que han subido y a quienes parece
que han dejado atrás.
Contemplen ahora a través de la vasta expansión del cielo para ver el sol brillando sobre ustedes.
Ven primero su tono dorado, pero a medida que observan perciben un firme centro azul como un
gran ojo que todo lo ve y la corona anaranjada que salta lejos en el espacio a su alrededor. El ojo es
magnético y parece llamarles, y suspiran por ir hacia el sol, pero solo está el espacio y no hay mane-
ra de llegar hasta él.
Se desesperan, porque en su visión hay una promesa de vida eterna y sabiduría. Aquí está la resu-
rrección de su alma de la oscuridad a la Luz, pero están separados de la misma por la brecha del es-
pacio.
Al observar, el espacio se oscurece y retroceden preocupados y temerosos. El sol aún les llama. Es
claramente visible, pero entre ustedes y el espacio hay un oscuro vacío.
En su corazón saben lo que es ese vacío. Es su propio miedo, la oscuridad de su propia ignorancia
que se extiende ante ustedes para impedir la entrada a la luz salvadora del sol.
Sabiendo esto, se afirman fuertemente a si mismo y miran fijamente a través del vacío al ojo azul
del sol. Y desde ese ojo, en el espacio, se forma un sendero hecho de hilos plateados y dorados de
luz. Es tan estrecho que parece el filo de una navaja; y sobre este estrecho puente deben cruzar el
vacío.
De repente, sin conscientemente dar ni un paso, están en lo profundo del corazón del sol y aquí co-
nocen la realidad.
Aquí está la humanidad que pensaban habían dejado atrás. Toda la humanidad es una, porque aquí
está la Vida Una que llega a lo profundo del corazón y la mente de cada cual para formar su alma y
darles sustancia. Es Cristo, que se ha entregado a Si Mismo a la cruz de la carne para que la huma-
nidad pueda vivir.
Aquí estamos nosotros, hermanos en Cristo, y aún así, en este pequeño mundo oscuro, no lo sabe-
mos. Aquí está Dios, el Padre, dios, la Madre, y dios, el Hijo. Aquí está lo bueno, lo verdadero y lo
hermoso, esa vida en la que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, y en la que somos uno.
Igual de repentinamente, están de vuelta sobre la cima de la montaña, de pie al borde del vacío con
el estrecho hilo de luz plateada y dorada extendiéndose antes ustedes, sabiendo que es su tarea cru-
zarlo paso a paso. Más tarde, mucho más tarde, descubrirán un significado más profundo subya-

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ciendo a este delgado sendero de luz, pero por ahora constituye el sendero que va desde su propia
ignorancia espiritual a la sabiduría de su alma.
La cima de la montaña simboliza el centro entre las cejas, que será su primer hogar en el mundo de
la mente. Aquí establecerán su residencia, aprendiendo a vivir de modo consciente en su cabeza.
Llamamos a este centro entre las cejas el centro ajna, y es desde este punto de enfoque desde el que
podemos controlar las fuerzas de nuestro instrumento. Desde aquí contemplamos nuestro mundo
con una visión clara de como es en realidad, libre de las nubes de emoción que ocultan la realidad a
tantos. Con tal visión, el mecanismo de respuesta automático puede ser puesto bajo control de ma-
nera que nuestras respuestas al entorno sean premeditadas para producir el mayor bien para el
mayor número. Es imposible quedar emocionalmente perturbado o fuera de control cuando man-
tiene el equilibrio en este centro.
Cuando las reacciones emocionales amenacen engullirlos, aprendan a permanecer firmemente en
el centro ajna y desde ahí a contemplar la Verdad.
El sol, que brilla por encima de la montaña, simboliza su alma, pero al mismo tiempo, porque su yo
superior no conoce separación, simboliza el alma de todos; de la humanidad, esa vida habitada por
el Cristo.
El centro del alma se parece al sol, pero por supuesto no se encuentra dentro de la frecuencia del
plano de la sustancia física. Se localiza en una frecuencia mucho más alta sobre lo alto de la cabeza
desde donde sobrevuela a la personalidad.
Sin embargo, se refleja en el mismo centro de la cabeza, como una pequeña esfera de luz dorada
que se parece a un pequeño sol dorado, cuando la personalidad comienza a aspirar al Alma. A me-
dida que la personalidad continúa buscando al Alma e intenta aplicar esa Verdad en su vida diaria y
asuntos, el Alma trascendente infunde a la personalidad con sus energías mediante este reflejo de
si mismo en el centro de la cabeza.
Comprendan por favor que este centro no existe verdaderamente hasta que la personalidad, me-
diante su propio esfuerzo comienza a invocar la atención del alma trascendente hacia abajo. Según
comienza a venir a la existencia, la sabiduría del Alma se vierte en la mente y el cerebro de la perso-
nalidad y gradualmente nos vamos iluminando.
La vasta extensión de cielo entre la cima de la montaña y el sol simboliza el área de la mente que
debe ser cubierta mediante la personalidad aspirante antes de que podamos nacer de nuevo en la
conciencia del Alma.
Se convierte en un vacío oscuro al contemplarla, primero porque es desconocida y luego porque la
llenamos con el terror y la ignorancia de nuestro propio subconsciente.
Experimentamos una vislumbre de nuestro yo superior en el Reino de Dios. Conocemos por un
momento electrificante la alegría de la plenitud prometida y luego vemos el oscuro vacío que debe-
mos atravesar.
En medio de nuestra desesperanza, al sostener la vista sobre el Corazón de la Vida Una, del que
proviene nuestro propósito, se forma un sendero. Está hecho de un hilo de luz plateada y dorada
tan estrecho que parece el sendero de una navaja.
La luz plateada en la del Cristo que Él extiende para ayudar al discípulo aspirante. La luz dorada es
la de la propia conciencia del discípulo según avanza para unir su vida a la del Cristo.
Juan 11:25 “Yo soy la resurrección y la vida.”
A lo largo de este estrecho sendero debemos encontrar nuestro camino a través del vacío de nuestra
propia mente hasta la plena conciencia despierta de nuestro yo como Hijo de Dios en el Reino del
Padre.
Notarán que el término “discípulo” se ha empleado en lo anterior. Esto porque la personalidad as-
pirante se ha convertido en discípulo del Cristo desde el momento en que se extiende en su propia
conciencia para cruzar ese vacío.

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El sendero de la mente se refleja externamente en la vida de los discípulos según aplican las técni-
cas del Cristo en su vida diaria. Es un filo estrecho por el que andan en el mundo, pero es tan am-
plio que incluye a todo ser humano como hermano.
Hagan una pausa unos momentos y enfoquen la conciencia en la caverna de centro del corazón
como han estado haciendo cada mañana en su meditación.
Visualicen el centro entre las cejas (similar en apariencia al centro del corazón, con la excepción
de que es de color amarillo dorado), y piensen que es el nuevo centro de residencia dentro de su
cuerpo.
Visualicen luego la pequeña miniatura dorada de si mismos en ese centro y enfoquen su con-
ciencia ahí. En equilibrio en la cabeza, en el centro ajna entre las cejas, contemplen el siguiente
concepto unos momentos:
“Yo, su nombre, un Hijo de Dios, integro las fuerzas de mi cuerpo, emociones y mente para aspi-
rar al Reino de mi Padre. Que haya luz sobre el sendero.”
Luego empleen unos momentos irradiando luz y amor en y a través de su entorno.
Realicen este ejercicio de meditación cada mañana regularmente e intenten manejar sus asuntos
durante el días desde el foco del centro ajna.

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Lección 17 – Eligiendo y dirigiendo los propios pensamientos
La fuerza de voluntad
El plano mental
Trabajando con la causa
Magia Blanca y Negra
El sendero bifurcado de la decisión
Alineándose con las fuerzas de la Luz

La medida de la voluntad propia es la capacidad de elegir y dirigir los propios pensamientos de


acuerdo a un propósito conocido.
Cada persona puede pensar en mayor o menor medida, pero pocas personas hay que hayan desa-
rrollado la fuerza de voluntad necesaria para elegir que pensamientos albergarán en cualquier mo-
mento dado. Estos pocos han reconocido que la vida de pensamiento del individuo es el diseño de
su mundo externo y que las formas creadas en sustancia mental son los patrones sobre los que su
vida diaria es moldeada.
Esta es una verdad difícil de reconocer, porque la vida de pensamiento apenas puede verse con bas-
tante objetividad para relacionarla con los acontecimientos que sus sus efectos naturales. La mente
lucha para comprender sus propias leyes y entrenarse a si misma en el uso correcto de esas leyes.
Este es el problema de la persona que está aprendiendo a vivir desde un foco en su mente. Durante
el pasado, estas personas han sido víctimas de su pensamiento, más sus originadores o manipula-
dores del mismo. Desde su polarización emocional han operado de acuerdo a un conjunto percibi-
do de leyes que funciona y pueden ser aplicadas solo en la frecuencia de las emociones.
Ahora que se encuentran creciendo fuera de su vida emocional en los comienzos de una polariza-
ción mental que es para ellos una tierra sin dueño hasta que aprenden sus leyes. Las viejas con las
que están familiarizados por tanto tiempo, y que han aprendido a manipular en su propio benefi-
cio, más o menos, ya no les están disponibles. Es como los americanos, que en Inglaterra se en-
cuentran de repente conduciendo por el lado equivocado de la calle. Ellos y quienes se encuentran
cerca están peligro extremo porque están violando una ley de tráfico del nuevo país en el que se en-
cuentran.
En otro aspecto son como adolescentes que de repente se encuentran entre dos mundos. Han creci-
do hasta la estatura del adulto mientras que aún son lo bastante niños para sentirse extraños con
los sentimiento y las maneras del adulto. Su situación es dolorosa y muy real, porque aún no perte-
necen a ese mundo. Han de hacerse un sitio para ellos y esto solo pueden hacerlo aprendiendo las
técnicas del mundo adulto.
El plano mental es ese área de sustancia creativa que es causal al plano físico de la manifestación.
Las personas que viven y dirigen sus asuntos desde esta frecuencia de sustancia trabajan con la
causa antes que con los efectos. Esta es la diferencia básica entre la persona que está mentalmente
polarizada y la persona que aún vive con un enfoque emocional. La última se encuentra constante-
mente desafiada por los efectos y debe trabajar en ellos. Las causas les son en su mayor parte des-
conocidas, y son víctimas de las circunstancias. Lo que hacen depende siempre de un ‘si’. Si tal y tal
situación es favorables serán capaces de lograr su objetivo, etc.
El individuo que se han polarizado mentalmente no depende de ese ‘si’ al trabajar con sus asuntos.
Crean aquellas condiciones y circunstancias necesarias para la elaboración de sus planeas y propó-
sitos mediante la manipulación de la causa. Ponen causas en movimiento desde los niveles menta-
les para manifestar aquellos efectos en la sustancia emocional y física que deciden manifestar.
Debe recordarse, sin embargo, que lo hacen porque han aprendido como hacerlo, no porque sim-
plemente hayan crecido mediante un proceso inconsciente de evolución. Una persona se polariza
mentalmente mediante el esfuerzo consciente de hacerlo. Aprenden como manipular las leyes de la
mente a través del estudio consciente de esas leyes, y un periodo de entrenamiento disciplinado au-

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toimpuesto en su aplicación. De este modo inician su propio crecimiento a un nuevo nivel de creci-
miento Espiritual
Trabajar con las causas ha sido etiquetado como magia en todas las edades porque los resultados
parecían producidos por métodos superhumanos o antinaturales. Continuamos usando el término
magia, pero le damos un significado diferente. Para aquellos de nosotros a quienes les es familiar,
define simplemente el proceso creativo como se aplica a la vida y asuntos de la persona.
“Magia es la manipulación de la ley divina para producir una serie ordenada de efectos en tiempo y
espacio.”
Existe, por supuesto, una aplicación de esa actividad positiva y una negativa dado que los pares de
opuestos se manifiestan en la vida y asuntos de los seres humanos. Hay una magia blanca y una
magia negra. Existen magos blancos y magos negros. Según entramos en el sendero del desarrollo
mental elegimos mediante nuestra actitud y nuestras acciones lo que seremos.
“Magia blanca es la manipulación de la ley divina para producir una serie de efectos ordenados en
tiempo y espacio que manifiesten lo bueno, lo verdadero y lo hermoso para la humanidad.”
Al mago blanco le conciernen aquellos efectos que se relacionan con la mejora de la humanidad
como un todo. Son discípulos de Cristo. Su propósito es servir a al Vida Crística que trasciende y a
la vez habita a la humanidad. Han personificado o intentan seriamente personificar el principio de
autodesinterés que da por resultado la inofensividad de la intención y una bondad positiva en la ac-
ción.
“Magia negra es la manipulación de la ley divina para producir una serie de efectos ordenados en
tiempo y espacio que manifiesten loo objetivos separativos del mago.”
El mago negro se preocupa por si mismo y el aumento del propio poder o la acumulación de ganan-
cias materiales. No se preocupan por la humanidad, sino que se apartan tanto de dios como de la
humanidad detrás del escudo de su propio ego.
Las personas que ponen sus pies en el sendero del desarrollo mental se mueven bien hacia la dere-
cha, hacia la magia blanca, o a la izquierda, hacia la magia negra. Están confrontados con el sende-
ro bifurcado de la decisión al hacer esas muchas y pequeñas elecciones que tiene que ver con la ru-
tina de la vida diaria. Están aprendiendo el proceso creativo y estableciendo aquellos patrones en
sustancia mental que dirigen el peso de su creatividad, hacia la fuerzas de la luz para la mejora de
la humanidad o hacia las fuerzas de la oscuridad en pos de lo que piensa que es su beneficio perso-
nal.
La mayor decisión contenida en una vida de pequeñas elecciones afectará su vida y asuntos por
muchas encarnaciones en el futuro, porque están construyendo patrones de acción, tendencias,
gustos y aversiones, etc., en su instrumento, que serán llevado a la siguiente encarnación como par-
te de las llamadas características heredadas. Afectarán al estado interno de conciencia a nacer en la
carne hasta el momento en que la experiencia enseña a esa conciencia que es parte de la Vida de
Cristo.
Puede verse fácilmente, por tanto, que en esta fase particular del desarrollo evolutivo, (el comienzo
de la polarización mental) es el más importante. Aquí en este ciclo de crecimiento una persona
pone en movimiento causas que afectarán a su vida y asuntos por muchas encarnaciones. Tales in-
dividuos ponen sus pies en el sendero que hará de ellos un Cristo o un demonio en lo que concierne
a su influencia sobre el mundo.
Este es un concepto a considerar profundamente. Toda conciencia evoluciona hacia una más per-
fecta expresión de aquello que en Intención. Mientras la Intención Divina de la humanidad es la ex-
presión de Cristo, una persona puede, y muchos lo hacen, rechazar aceptar este destino, cuando eso
sucede, el desarrollo evolutivo está en el lado oscuro, y vemos elevarse al poder a una persona como
Hitler. Tales personas formas su propia Intención separativa y se separan del Propósito de la Vida
Una. ¿Cuán grande y casi inextinguible karma es el de la persona cuya evolución les lleva a este lu-
gar? Haber sido el vehículo para la precipitación del karma doloroso o esclavizador de una masa de
personas, aún habiéndose ganado esa experiencia, conlleva una retribución casi imposible de con-

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templar. Cuanto mejor es haber sido el instrumento a través del cual la gracia salvadora del Cristo
es precipitada en las masas.
Pero debe recordarse que ni uno ni otro es resultado de una vida. Lleva muchas encarnaciones de
progreso evolutivo desarrollar los destino de cada cual. Hitler ganó su elevación al poder y se con-
virtió en un punto focal a través del que las fuerzas oscuras se desataron sobre la humanidad solo
después de muchas encarnaciones de progreso evolutivo. Hace muchos siglos permaneció en donde
la mayoría de ustedes se encuentran ahora en el sendero bifurcado de la decisión. Sus muchas pe-
queñas elecciones se realizaron en favor de si mismo como personalidad, y a pesar de no parecer ---
importantes en ese momento, eventualmente condujeron a esa encarnación en la que su influencia
fue tan grande como precipitar una guerra mundial y el sufrimiento indescriptible de millones.
En las próximas lecciones se les darán los rudimentos de la ciencia de causa y efecto. Aprenderán a
manejar la energía desde un foco de voluntad en sustancia mental. Durante las siguientes encarna-
ciones se volverán conscientemente creativos en un grado imposible de imaginar en este momento,
Sería prudente hacer una pausa durante las próximas semanas y considerar profundamente la deci-
sión que sus actitudes y acciones constituirán el resto de esta vida.
Que se decisión sea consciente, tomada con los ojos abiertos a las eventuales consecuencias que
acarrearán.
Alinéense, mediante la dirección de su pensamiento, con la fuerzas de la Luz como son manejadas
por el Cristo, e invoquen, mediante la oración, esas fuerza para que les guíen en esas pequeñas elec-
ciones que compondrán su decisión mayor. Pongan sus pies firmemente en el sendero dela mano
derecha, dedicando su creatividad a manifestar lo bueno, la verdadero y lo hermoso para todos
aquellos con quienes entren en contacto.

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Lección 18 – Por qué la energía sigue al pensamiento
El proceso creativo
La Ley de la Polaridad, La Ley del Control Magnético, La Ley de la Precipitación
Construcción de formas de pensamiento

Una de las primeras leyes de la mente a captar y comprender por el buscador es una muy simple
que han oído muchas veces. “La energía sigue al pensamiento”. Esta es una verdad fundamental
que tiene muchas connotaciones que deben ser comprendidas por completo antes de que las perso-
nas se conviertan en los maestros de su propia forma naturaleza o de su propio destino.
Antes de que podamos comenzar a comprender esas connotaciones debemos aprender por qué la
energía sigue al pensamiento. ¿Cuáles son las leyes más recónditas detrás de ésta que la hacen un
hecho de la naturaleza? Exactamente, ¿qué proceso tiene lugar cuando la sustancia mental es for-
mulada mediante el pensamiento?
Los pensamientos son intangibles dado que no podemos verlos, oírlos, gustarlos, tocarlos u olerlos.
Solo podemos pensarlos, y para la mayoría de los individuos los pensamientos no tienen funda-
mento en la realidad. Aún así constituyen la causa detrás de todo lo que experimentamos en el
mundo externo de los acontecimientos. Antes de que se produzca la experiencia de una conciencia
formulando pensamientos con un mente que dirija la energía a la forma de la experiencia. Así ve-
mos que toda experiencia o cualquier experiencia es el efecto directo de una vida de pensamiento.
¿Cuál está entonces más cerca de la realidad? El plano mental en el que la causa es puesta en movi-
miento, o el plano físico en donde los efectos del pensamiento cobran apariencia para los sentidos
físicos de de una conciencia encarnada en un cuerpo físico?
Las tres leyes profundas detrás del hecho de que la energía sigue al pensamiento pueden definirse
de la siguiente manera:
1. La Ley de la Polaridad – cuando las fuerzas polares de la Voluntad y al Mente se ponen en
relación entre si, comienza el proceso creativo. Un campo magnético es creado en la mente
por esa polaridad.
2. La Ley del control Magnético – cuando un campo magnético es creado en la mente y mante-
nido ahí, la sustancia mental se ponen en movimiento en un patrón dictado por la voluntad.
Nace un pensamiento mediante el control magnético de la sustancia.
3. La Ley de Precipitación – cuando nace un pensamiento, un triángulo de energía de precipi-
tación ha sido puesto en yuxtaposición con el tiempo y el espacio.
El mago (sin tener en cuenta si está alineado con las fuerzas blancas o negras), debe consciente-
mente apropiarse y manejar estas tres leyes para crear una circunstancia o condición predetermi-
nada en la vida y asuntos del mago. Por favor dense cuenta de que esto no es teoría. Existen hoy en
el mundo, como siempre los ha existido, quienes viven solo mediante el proceso creativo descrito
arriba.
Es una parte del desarrollo evolutivo que todas las personas eventualmente experimentan. Llega el
momento en el que la raza humana al completo demostrará este aspecto de la herencia divina.
“El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios”. Somos por lo tanto creativos a semejanza
del Padre.
Puede añadirse aquí un concepto para posterior meditación y contemplación:
“La Voluntad de Ser, enfocada en la Mente de Dios, creó el primer pensamiento del Ego.
De este modo el “Yo” consciente pensante llegó al ser.”
Las personas que intenta volverse polarizados mentalmente se confrontan con la necesidad de
comprender estas tres leyes mayores que tienen que ver con el proceso creativo. Deben crear. De-
ben comenzar a dominar su forma naturaleza y las circunstancias ambientales de su vida, porque
esto se ha convertido en su naturaleza interior. Ya no pueden aceptar la regla de un destino impre-

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decible, porque la naturaleza de la conciencia polarizada en niveles mentales es crear y controlar su
propio destino.
La conciencia luego busca conocimiento mediante el estudio, la meditación y el experimento. Expe-
rimentarán tanto el éxito como el fracaso, resultados de sus esfuerzos tanto agradables como desa-
gradables, hasta que eventualmente evolucionan hasta el pleno conocimiento de la magia y la capa-
cidad de aplicar ese conocimiento en su propia vida y asuntos. Su influencia será para el bien o
para el mal de acuerdo a su propia motivación, y cosecharán su recompensa de acuerdo a ello.
Debido a que tanto han alcanzado ese lugar en el proceso evolutivo en el que están a las mismas
puertas de este desarrollo, el conocimiento respecto al mismo están estando prontamente disponi-
bles en respuesta a sus demandas conscientes e inconscientes.
Esta serie de instrucciones se suma a muchas otras que está haciendo aparición en todo le mundo
hoy, en el esfuerzo de ayudar a guiar al buscador a lo largo del sendero del esfuerzo Espiritual. Se
espera que de esta manera algunos de los peligros que afrontan al buscador puedan ponerse en
perspectiva, y su decisión con respecto al sendero de la mano derecha o izquierda pueda realizarse
con pleno conocimiento de lo que están haciendo.
El proceso creativo según se aplica al ser humano polarizado se describe aquí con bastante claridad
como para que cualquiera que desee verdaderamente usarlo pueda aprender a hacerlo así. Al mis-
mo tiempo el estudiante es advertido de que hay un uso correcto así como uno incorrecto, como
pasa con todo lo demás.
Las repercusiones de uno u otro son mucho mayores de lo que han conocido en el pasado. La elec-
ción es suya, la responsabilidad de esa elección es suya, y los efectos creados en el futuro por las se-
millas plantadas en el presente también será suyas.
La formulación del pensamiento, que es el primer acto en el proceso creativo, tiene lugar cuando
una conciencia aplica su voluntad sobre la mente. Está maneando la ley de la polaridad. La volun-
tad en uso no es nada más que la intención enfocada. De acuerdo a la capacidad del individuo de
enfocar una intención en su mente determinará el grado de su potencial creativo.
Consideren lo que sucede en la mente cuando las personas comienzan a establecer un control crea-
tivo sobre su vida y asuntos. El primer y más natural esfuerzo será hacia el establecimiento de or-
den en su vida. Por lo general elegirán corregir algo erróneo ( erróneo porque es defectuoso o desa-
gradable) en si mismo so en su entorno. Si tienen enfermedades crónicas, intentarán naturalmente
curarlas. Si no les gusta su trabajo, intentarán crear uno mejor. Si sus relaciones le producen dolor,
intentarán bien mejorarlas o buscar nuevas.
Deben darse cuenta de que las condiciones que los gustan son resultado de su propia vida de pen-
samiento. En el algún lugar en su mente han enfocado la Intención de manifestar la misma situa-
ción o circunstancia que están intentando cambiar. A pesar de que puede que no sean capaces de
llegar a la razón original de enfocar tal Intención, pueden sin embargo reconocer su presencia en su
mente. Cuando hacen esto, mediante un determinado esfuerzo, cancelan la vieja intención con una
nueva.
Ejemplo:
Una mujer que sufre de artritis crónica entra en el sendero del desarrollo mental y decido curarse a
si misma. Según estudia las leyes de la creatividad, se da cuenta de debe estar enfocando la inten-
ción de manifestar esta enfermedad en su cuerpo o no podría estar experimentándola. Tal cosa pa-
rece imposible, porque ciertamente no quiere conscientemente estar enferma. Sin embargo, dado
que realmente no conoce la verdad del concepto, y no puede hasta que lo aplique, decide probarlo o
refutarlo en la práctica.
Si es correctamente guiada, construirá conscientemente una forma de pensamiento de perfecta sa-
lud manifestándose en su cuerpo, enfocando la Intención de manifestar salud en su mente.
La primera respuesta de su mente será contradecir tal pensamiento. Después de todo es una mujer
enferma. Puede sentir el dolor en este mismo momento, Puede mirar sus manos y ver con sus ojos
que están impedidas con artritis. Conoce o piensa que conoce los hechos médicos que niegan que

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pueda estar libre de la enfermedad. ¿Cómo puede ser tan tonta como para sentarse y pensar en la
salud perfecta de su cuerpo?
Para muchos este será el final del esfuerzo. Habrán fracasado antes de empezar.
Para otros la fe emocional en Dios aquietará las dudas y permitirán a la nueva Intención permane-
cer enfocada. Estos son los individuos cuyas naturalezas emociones se entregan a Dios y pueden
aceptar con facilidad Su poder misterioso.
Para unos pocos la contradicción de su mente a la intención recién enfocada será un desafío sir-
viendo para reforzar su determinación de llevar a cabo su Propósito. Se dará cuenta de que las du-
das son el resultado de la vieja intención de estar enferma. No puede saber por qué o como se for-
muló esa intención pero reconocerá su presencia y mediante este reconocimiento tendrá la fuera
para derrotarla.
Ella también demostrará fe en Dios, pero será de una clase diferente que la de su hermano más
emocional. Conocerá no solo el Poder de Dios trascendente, sino también el Poder de dios inma-
nente. Reconocerá que ha heredado las facultades creativas de su Padre con el fin de utilizarlas.
En su mente se volverá una mujer de salud enfocando y manteniendo su intención de ser una.
Emocionalmente se volverá gradualmente una mujer de salud a medida que acepta las energía pre-
cipitadoras de salud de la forma de pensamiento creada en su mente.
La sustancia de su cuerpo físico finalmente responderá al flujo descendente de energía positiva que
se dirige sobre ella y en su cuerpo se convertirá en una mujer de salud.
Esta mujer habrá manejado conscientemente las leyes de la polaridad, el control magnético y la
precipitación para crear un efecto predeterminado en tiempo y espacio.

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Lección 19 – La meta del proceso evolutivo
Controlando la sustancia
Relación entre Espíritu, Materia y Conciencia
El sendero de desarrollo mental
La redención de la sustancia
El impulso motivador
El Propósito Divino de la Voluntad
La Voluntad desarrollada

Al observar los esfuerzos de la humanidad por sobrepasar siempre lo que ha hecho o dejado de ha-
cer, llegamos a la realización de que el proceso evolutivo se dedica principalmente a un gran logro.
La conciencia humana en cada situación y circunstancia, incluso en la batalla sin fin de la supervi-
vencia lucha por conquistar y controlar la sustancia.
Un ser humano es una criatura sintética, una combinación de Espíritu, materia y conciencia, que
vive primero, como una forma, luego como una conciencia con una forna y finalmente como un jo-
ven Dios en el Reino del Padre de de Espíritu y materia. Estas dos fuerzas, que pueden ser más fá-
cilmente comprendidas cuando se definen como voluntad e inteligencia, constituyen la polaridad
creativa que Dios o el ser humano deben manipular para manifestar cualquier cosa en la aparien-
cia.
Durante un periodo de muchos siglos, en el que una unidad de conciencia encarna una y otra vez, la
conciencia gradualmente reconoce su esfuerzo por controlar la sustancia, para inclinar la sustancia
a su voluntad, para moldearla en aquellas formas que por una razón u otra le producen placer y sa-
tisfacción. Esos individuos se dan cuenta de que su esfuerzo por ganar dinero, por construir una co-
munidad, y para dar respuesta a las demandas de sus responsabilidades aparentes son similares a
la página de problemas con la que un niño se enfrenta en una clase de aritmética. Estos esfuerzos le
enseñan los rudimentos de una ciencia que usarán cuando alcancen la madurez Espiritual.
Entran al sendero del desarrollo mental, buscando conscientemente ese conocimiento que las hará
dominar su propio destino. Buscando la piedra filosofal o los misterios de la creatividad, reconocen
finalmente las fuerzas polares de su ser. Voluntad e inteligencia. Como una luz que ilumina todo lo
que toca, el reconocimiento emerge. La ecuación que buscan, la clave del proceso creativo, reside
en la relación adecuada entre Espíritu, materia y conciencia. Ellos son la conciencia, su voluntad es
una extensión del Espíritu y su mente constituye su cuota de sustancia inteligencia.
Han captado ahora el hilo de sabiduría que devela el misterio, haciendo todo lo que les era obtuso,
oscuro y desconocido algo claro, hermoso y cognoscible. Han entrado en el sendero de la sabiduría
en el que los secretos del Espíritu y la materia se revelan a si mismos a su conciencia. Han probado
el conocimiento y se están volviendo hambrientos de más.
El siguiente paso sobre este nuevo sendero les enseña donde y como encontrar ese conocimiento.
Es su mente resiguen los pasos dados en el pasado, buscando claramente aquellos hecho simples
con las que se han vuelto tan familiares. No pasan ahora nada por alto, ni siquiera los tópicos más
comunes. Porque aquí, en lo profundo de su corazón, puede haber otra pista al misterio. Saben que
cada experiencia y cada forma en el mundo, desde la concepción, vida fetal y nacimiento del niño,
hasta la compra de su propia ropa, es el resultado del proceso creativo. Nada sucede por casuali-
dad. Ni siquiera un accidente es accidental. Todo lo que es algo tuvo que ser creado por el mismo
proceso que llevó al ser humano al ser. Este proceso funciona, sea o no su dueño consciente del
mismo. La tarea entonces es hacerse consciente del mismo, aprender como usarlo deliberadamente
y con propósito. Cuando los seres humanos pueden hacer esto, pueden ayudar a la redención de la
sustancia, redimiendo la forma naturaleza con el crecimiento y desarrollo espiritual de la concien-
cia humana.
Según los buscadores ponen su ojo recién abierto sobre el mundo de la firma utilizan la ley de co-
rrespondencia para desvelar aún más el misterio - “Como es arriba, así es abajo.” La ley creativa
trabaja en todos los niveles, en todos los lugares. Lo descubrimos observándola en funcionamiento.

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El Espíritu Divino, al que llamamos Padre, es el Impulso motivador detrás de todo lo que vive. Es la
vida, escondida por la forma, trabajando dentro de la forma para producir el crecimiento de la con-
ciencia. Se entrega a si mismo a la materia, pero permaneciendo igual a si mismo, en la materia.
Este es Dios, el Padre, el polo positivo de la manifestación.
El aspecto materia, que en su frecuencia superior es la Mente de Dios, es la sustancia constructiva
de formas que se dispone a si misma en el patrón dictado por el Espíritu. El Espíritu entra en la
materia, la Intención Motivadora en la Inteligencia, y nacen los Hijos de Dios, unidades de con-
ciencia nacidas entre el Espíritu y la Materia como la segunda persona de la Santísima Trinidad.
Por ello, concebimos a Dios como Tres Personas en Una. Padre, Hijo y Espíritu santo; o Espíritu,
Cristo y Materia.
“Como es arriba, así es abajo.”
“El hombre ha sido creado a Imagen y Semejanza de Dios.”
El alma humana, el pequeño hijo de Dios, debe por tanto ser una trinidad en si mismo, capaz del
proceso creativo. Es una conciencia poseedora de una Voluntad creativa y una Inteligencia activa
en movimiento; y porque loes, se ha reflejado a si mismo externamente mediante un cuerpo de
apariencia. Este cuerpo es su instrumento de contacto con la frecuencia de la sustancia en la que
está viviendo temporalmente.
Mediante su crecimiento y su contacto con esta frecuencia particular de la sustancia eventualmente
la redimirá para el Reino del Padre.
De acuerdo a su manipulación de su voluntad y su mente, el alma humana crea esas experiencias
que lo harán evolucionar hasta la madurez como el Cristo.
Los buscadores que han llegado hasta tan lejos en el sendero del desarrollo mental examina en el
desarrollo de su voluntad. Si su voluntad es una extensión del Espíritu, y no es solo parte de su pro-
piedad personal, está ya impresa con una Intención divina. Es decir, transmite un Propósito es está
más allá y por encima de su yo personal. Aún así, su yo personal está incluido en ese propósito,
dado que el Propósito es el de la Vida Una e incluye a toda la humanidad.
Mediante su voluntad, los buscadores descubren la voluntad de Dios. Alienan su voluntad con la
Voluntad de Dios.
Hagan un pausa por unos momentos y sitúense con serenidad en el centro entre las cejas.
Contemplen la facultad de su Voluntad. Reconozcan que esta misma facultad es parte de la divi-
na Herencia de la humanidad, que todo ser humano, no importa quien sea, es habitado por el
mismo Espíritu que se manifiesta a si mismo como Voluntad.
Contemplen su Propósito:
“¿Cuál es el Propósito Divino de mi voluntad?”
Alinéenlo con la Voluntad de Dios:
“No mi voluntad, sino la Tuya.”
Cuando llegamos al reconocimiento de que lo que hemos considerado una voluntad personal es
después de todo una extensión del Espíritu, nos damos cuenta que quiere decir libre voluntad. A la
humanidad se le ha concedido el derecho a utilizar la Voluntad de Dios, Su Espíritu de motivación,
el polo positivo del proceso creativo.
Si esa voluntad es usada en aras del yo separada, más que por el bien de la familia humana, es mal
usada. Un error se crea en la naturaleza de la vida, porque la Voluntad, cualquier Voluntad, es la
Voluntad de Dios y concierne a la entera expresión manifiesta de Si Mismo. De ahí la advertencia,
“No mi voluntad sino la Tuya.”
Se sugiere que el estudiante conceda a este concepto mucha reflexión y contemplación porque que
lleva en si la clara luz de la iluminación. Tal iluminación revela el Propósito de la vida misma, de la
humanidad y del individuo.
Intenten familiarizarse con esta facultad. ¿Cómo funciona¿ ¿Cuál es su etapa de desarrollo?

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Una voluntad desarrollada es:
1. directiva – dirige la vida y asuntos de acuerdo a un propósito conocido;
2. creativa – crea las formas que ayudarán a la vida en el logro de sus planes;
3. magnética – atrae a la vida todo lo necesario para llevar a cabo la actividad planeada.
Además de lo anterior, la voluntad, cuando está alineada con su fuente, se convierte en la facultad
de inspiración. Lleva a la mente todo el conocimiento relativo al crecimiento y expansión de la con-
ciencia implicada.

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Lección 20 – El Mago Blanco
Las formas de pensamiento dirigen los sentimientos
Podemos elegir nuestros sentimientos
Eligiendo y creando conscientemente
Creciendo en la expresión del Cristo practicando las técnicas
Apropiándose de la Ley de la Polaridad
Construyendo una forma de pensamiento
La energía sigue al pensamiento

¿Cómo ha sido utilizada la voluntad en el pasado para crear la experiencias que son tan familiares
al estudiante y de las que a menudo está harto?
Si recuerdan, en la lección 13 se afirmó, “Las emociones y los sentimientos no suceden por casuali-
dad. Los creamos conscientemente o inconscientemente al reaccionar a las situaciones, las perso-
nas o las cosas.”
Los seres humanos sentirán lo que que quiera que elijamos sentir. Reaccionan con una emoción
particular a una circunstancia dada, porque en el pasado, con su voluntad crearon en su mente una
forma de pensamiento que dirige sus energías emocionales para expresarse de esta manera.
Para que los estudiantes capten la realidad de este concepto puede llevarse a cabo ciertos experi-
mentos que demostrarán su verdad.
1. Hagan una pausa por unos momentos y elijan sentir cierta emoción. No piensen en la razón
de este sentimiento, sino solo en un tono particular de la emoción misma.
Ahora, con la voluntad enfocada en la mente, produzcan la emoción hasta que experimen-
ten la profundidad de la reacción del sentimiento.
Relajen la atención (simplemente déjenla ir) y calmen la naturaleza emocional.
2. Elijan una emoción diferente, la opuesta de la que acaban de crear y de nuevo con la volun-
tad produzcan su expresión hasta que experimenten la profundidad de la reacción del senti-
miento.
Permitan que desparezca y calmen la naturaleza emocional.
3. Consideren una situación que normalmente les produzca una respuesta emocional específi-
ca en ustedes (preferiblemente de resentimiento o depresión). Permitan que la reacción del
sentimiento surja de su naturaleza emocional al contemplar la situación, hasta que alcance
el máximo.
Ahora, con la voluntad enfocada en la mente, retengan esa respuesta. Reconozcan que las
energías que usan mediante esta respuesta emocional particular son las mismas energías
que utilizarían si su reacción fuera de amor y comprensión. Es la misma energía impresa
con una intención diferente por su voluntad.
Luego háganse las siguientes preguntas:
a. ¿Está esta respuesta emocional añadiendo fuerza a las fuerza de la luz o a las fuerzas de la oscuri-
dad en mi mundo?
b. ¿Son sus efectos de una naturaleza dañina?
c. ¿Quiero realmente reaccionar de esta manera?
Consciente y deliberadamente elijan sentir los sentimientos con los que responderán a esta situa-
ción en el futuro. Enfoquen la nueva intención creando na forma de pensamiento en su mente que
convertirá la emoción en una expresión del Amor de Cristo es respuesta a la misma situación.
Creen la emoción hasta que sientan amor fluyendo de ustedes hacia la situación y a las personas
implicadas. Luego con ese amor pidan al Espíritu de Cristo manifestar correcta relación para todos
los implicados.
Relajen la atención y calmen la naturaleza emocional de sentimientos, inundándola con Paz.

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¿Qué constituye la causa¿ ¿Qué y dónde está la causa? ¿Reside en la experiencia o en la mente que
crea la experiencia?
“Pero existen ciertas experiencias que sé que no he creado”, objetan los estudiantes.
¿Es así, en realidad?
Si un ser humano mantiene en su mente una forma de pensamiento que afirma, “No me gustan las
personas dictatoriales. Las odio y me indignan”, atraerán a esas personas mediante la cualidad
magnética de su voluntad. La voluntad atrae a un persona todo lo necesario para llevar a cabo una
actividad planeada, y la forma de pensamiento es un plan creado inconscientemente – odiar a la
gente dictatorial. Con su voluntad, crean la experiencia necesaria para su crecimiento, en este caso
crecer desde el odio hasta el amor.
Una forma de pensamiento, no importa su naturaleza es una actividad planificada, porque la ener-
gía sigue al pensamiento. Produce una reacción emocional y física.
Se sugiere que los estudiantes usen los tres experimentos en esta lección como una práctica diaria
hasta que se enseñen a si mismos a elegir y crear conscientemente, más que inconscientemente.
Los buscadores adultos a menudo se relajan en la aplicación de lo que se busca y se encuentra. Si
los niños están aprendiendo a leer, son disciplinados a leer cada día en la escuela hasta que se han
vuelto habilidosos en la mecánica de hacerlo.
Cuando los jóvenes adultos entran en la universidad para aprender una profesión, deben discipli-
narse ellos mismo para practicar la mecánica de la misma hasta que se hayan convertido en un téc-
nico habilidoso en el campo elegido. Enseñan a su forma naturaleza a responder de una manera
particular mediante las disciplinas autoimpuestas de un programa de entrenamiento. Una vez que
este entrenamiento se ha convertido en parte de su mecanismo de respuesta incorporado y se hun-
de en el subconsciente, su mente puede después estar libre para adentrarse en los temas mayores
involucrados en su profesión, pero no hasta que hayan adquirido las habilidades necesarias.
Esto se aplica a las técnicas anteriores como a todo lo demás. Si los seres humanos inician una
meta de crecimiento y desarrollo, deben disciplinar su forma naturaleza para realizar ese entrena-
miento mediante práctica y entrenamiento.
Muchas veces un estudiante leerá una serie de instrucciones de esta naturaleza una o dos veces, y
aceptará los conceptos presentado con la alegría del descubrimiento y el reconocimiento, quedando
desilusionados posteriormente cuando no pueden hacerlas funcionar.
Puede que apliquen el tercer experimento dado en esta lección a una respuesta que sinceramente
deseen cambiar, trabajando diez o quince minutos para alterar un patrón que ha llevado años cons-
truir. Cuando reaccionan de acuerdo al viejo patrón se sienten consternados, desilusionados y a ve-
ces amargos. No funcionó.
Por supuesto que no. ¿Toca un hombre Chopin después de practicar sus escalas, uno, dos o tres ve-
ces? ¿Se desarrollaría el genio potencial hasta la expresión de su genio si no se hubiese entrenado
en los fundamentos de la aritmética durante sus años escolares o más tarde en su vida?
De la misma manera, las personas crecen a la expresión del Cristo entrenándose en las técnicas del
Amor y la Luz que se siguen del Principio Crístico.
Un discípulo se convierte en Mago blanco practicando las técnicas de la Magia Blanca.
Los estudiantes establecerán una rutina diaria de práctica en la que apliquen las técnicas que se les
den con una perseverancia que las establezca en su forma naturaleza.
Hemos dicho que existen tres leyes mayores que son inherentes al proceso creativo, y que los estu-
diantes deben aprender a manejar esas leyes para dominar su propio destino.
Para hacer esto deben trabajar con cada una separadamente hasta que mediante la práctica las
comprendan y puedan aplicarlas en correcta relación entre si. Los siguientes tres ejercicios se dan
como parte de un programa de entrenamiento diario a iniciar por el estudiante serio.

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Ejercicio 1 – La Ley de la Polaridad ha de ser apropiada mediante comprensión y un acto de Volun-
tad mediante el proceso creativo.
a. Reconozcan que las fuerzas de Voluntad e Inteligencia son las fuerzas polares de la creatividad.
Son los mismo para el Alma que Espíritu y Materia son para la conciencia de Dios.
b. Reconozcan que han heredado estas dos fuerza de la Vida Una como su herencia divina, y que es
su derecho divino como Hijos de Dios manejarlas.
c. Luego practiquen relacionándolas o uniéndolas para crear un campo magnético de creatividad.
1. Enfoquen la conciencia firmemente en el centro entre las cejas y apliquen la Intención de la
Voluntad sobre la mente (Que su Intención sea la Positiva de manifestar el Principio Crísti-
co en su vida y asuntos).
2. Imaginen estas dos fuerzas, Voluntad y Mente, uniéndose en el centro ajna para crear un
campo magnético de creatividad.
3. Luego sepárenlas, permitiendo a la Voluntad (la Intención enfocada) retirarse hacia el inte-
rior de la cabeza y a la sustancia Inteligente aquietarse.
Hagan este ejercicio tres o cuatro veces al día, haciéndose cada vez conscientes de la Voluntad y de
la mente como dos fuerzas polares, como sea posible. Si persisten en llevar a cabo esta actividad
diaria, comprenderán las fuerzas polares y la Ley de la Polaridad como una realidad.
Ejercicio 2 – Una forma de pensamiento se construye como el campo magnético, creado por la ss
fuerzas Polares de la Voluntad y la Mente, y se mantiene en la mente.
a. Enfoquen la conciencia firmemente en el centro entre las cejas y apliquen la Voluntad sobre la
Mente mediante la Intención enfocada de hacerse conscientemente creativos.
b. Mantengan el campo magnético en la mente manteniendo la Intención firme y observen la cons-
trucción de la forma de pensamiento. No interfieran con la actividad creativa que tiene lugar, sino
observen el pensamiento que nace en el campo magnético como resultado de su Intención.
Ejercicio 3 – La energía sigue al pensamiento.
a. Permitan a una forma de pensamiento que les sea familiar venir a la mente y observen el flujo di-
reccional de precipitación de energía resultante. ¿Qué reacciones hará que aparezcan en tiempo y
espacio? ¿Cómo les hace sentir? ¿Qué les causará si le permiten persistir?
b. Mantengan el pensamiento creado mediante el segundo ejercicio en la mente y observen la reac-
ción de energía que causa. ¿Cómo les hace sentir? ¿Qué hará si la mantienen enfocada firmemente?
c. Consideren los efectos de esta forma de pensamiento sobre su vida y asuntos si se construyera en
el mecanismo automático de respuesta.

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Lección 21 – Autoconciencia
La Vida Una; Soledad; Miedo a la muerte
Los siete reinos de la naturaleza: Mineral, Vegetal, Animal,
Humano, El Reino Espiritual de las Almas Conscientes ,
El Reino de las Mónadas, El Reino de los Logos
Integración de cuerpo, emociones y mente en aspiración al Reino del Padre

La humanidad es una arte integral de la Vida en la vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
Nuestra apariencia es la de una entidad separada, independiente de las demás vidas aunque rela-
cionada con ellas, y debido a esta apariencia apenas percibimos nuestra identidad total o nuestro
campo de relaciones Espirituales.
Los individuos piensan que llegan al mundo solos y se van solos; que la privacidad más internas de
su mente y emociones son peculiarmente suyos, diferentes de alguna manera de la mente y emocio-
nes de cualquier otro.
Una definición personal del hombre, que encontramos en el diccionario de Webster es: “Homo -
hombre – el género de mamíferos que constituye la humanidad, que por lo general se considera
que pertenecen al orden de los primates, que también contiene a monos y lemures.”
La humanidad es hoy un animal autoconsciente cuya percepción está contenida en la concha sepa-
rativa de su ego. Su relación con su mundo se da desde una perspectiva autocentrada. Los hombres
ven desde el yo como centro que todo lo que tiene lugar externamente les sucede a ellos, por ellos y
debido a ellos. Su Dios es situado fuera de si mismos y de su planeta, en algún lugar en la remota
distancia de los cielos. Están separados en conciencia de Dios. El individuo afirma en efecto “Yo soy
yo – mi mismo. Tu eres Dios. Estamos separados, somos diferentes, aparte el uno del otro”.
Perciben a otros seres humanos como formas que se introducen en su conciencia desde fuera, for-
mas que no pueden realmente nunca conocer porque están fuera. A pesar de eso, esos otros les pro-
ducen placer o dolor.
Su sentido de soledad incluso en medio de las multitudes es casi la mayor sensación que tienen.
Domina todo lo demás para producirles la inseguridad interna de lo perdido.
Mantienen esa inseguridad escondida de su propia mente consciente en mayor o meno rmedida,
pero aunque la entierren profundamente en su subconsciente, dicta muchas de sus actitudes y res-
puestas.
Los individuos temen morir porque realmente no creen en la existencia de nada fuera de si mis-
mos. Su “yo” es la forma naturaleza, el cuerpo, los sentimientos y pensamientos. Cuando terminan,
terminan, Dios no está, igual que sus semejantes.
Aún así, la humanidad es una parte integral de esa Vida en la que vivimos, nos movemos y tenemos
nuestro ser, No llegamos a la encarnación solos y sin ayuda, ni salimos de esa manera. Un indivi-
duo no es una pequeña esfera de conciencia separada de todos los demás seres. Los individuos solo
tienen que llegar a la realidad de la Vida Una en su conciencia para experimentar la plenitud de su
ser.
La Vida Una habita todas las formas desde Su centro cósmico de origen, dando a cada una una
identidad y una expresión de si misma. Fluye y se enfoca a Si misma en las muchas estrellas que
constituyen el Cosmos, dando a cada una la apariencia de una vida y asuntos peculiarmente propia.
Desde la estrella la Vida Una fluye y se enfoca a Si misma en los planetas en sus órbitas, de manera
que cada uno de ellos asume la apariencia de una vida y asuntos propia. De esta manera, el sistema
solar y los esquemas planetarios llegan al ser.
La Vida Una enfocada sobre un planeta continúa habitando las formas, enfocándose a Si misma en
siete reinos de la naturaleza. Sobre nuestro planeta cuatro de esos reinos han aparecido en el plano
físico. Son:
1. El Reino Mineral

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2. El Reino Vegetal
3. El Reino Animal
4. El Reino Humano
Los otros tres permanecen aún en la frecuencias superiores de la sustancia, de manera que no los
percibimos con cinco sentidos físicos. Son:
5. El Reino Espiritual de las Almas Conscientes. Este reino de vida se compone de aquellos que han
evolucionado a la conciencia de si mimos como almas y que viven de acuerdo a los preceptos e ide-
ales del Alma. Está en proceso de exteriorización de manera que un nuevo reino de la naturaleza
está naciendo sobre el plano físico del Planeta. Se diferenciará del reino humano no solo por su in-
teligencia superior, resultado de su sabiduría, sino también por su Amor altruista. Tendrá concien-
cia grupal, cada Alma poniendo el bien de la humanidad por encima de su propio placer o dolor
personal. Este Reino está en proceso de exteriorización ahora y llegará a ser reconocido pública-
mente hacia el año 2000. Trae con el nuevas grandes revelaciones con respecto al origen de la hu-
manidad, su destino y la naturaleza de su vida. Trae también la Reaparición del Cristo, ese aconte-
cimiento que estamos esperando y por el que trabajamos.
6. El Reino de las Mónadas, más comúnmente conocidos como los Santos, los Hermanos Mayores
o los Maestros. Estas grandes vidas son aquellas que han evolucionado a través de los Reinos Hu-
mano y del Alma hasta su madurez como Cristo, el Hijo de Dios. Cada uno es un punto focal de
conciencia dentro de la conciencia mayor que es el Cristo, de manera que juntos constituyen la gra-
cia redentora y trascendente de Dios. En otras palabras, su presencia en este planeta, aunque invi-
sible, es su salvación de la ilusión de la forma naturaleza. Vigilan, guían mediante inspiración e in-
terviene cuando se les invoca, sobre la vida y asuntos de la humanidad.
7. El Reino del Logos. Este es el centro de conciencia en el Planeta que incluye en su percepción la
conciencia de todas las vidas en el mismo. Es el Padre Planetario Cuya Voluntad directora gobierna
la vida y asuntos del Planeta de acuerdo a un Propósito y Objetivo conocido. Desde aquí la Volun-
tad de Dios es impresa sobre toda la sustancia dentro del anillo-de-no-pasar planetario.
(Nota. Un anillo-de-no-pasar es esa frecuencia vibratoria de la luz más allá de la cual la conciencia
de una vida organizada no puede para. Mantiene la apariencia de una identidad, separada en la for-
ma de todas las demás formas. Eventualmente, mediante el proceso de evolución, cada vida organi-
zada crea su anillo-de-no-pasar para unirse con la vida con la que se relaciona mediante alinea-
miento vertical y horizontal.)
Los últimos tres reinos de la naturaleza pueden verdaderamente llamarse el Reino del Padre, por-
que cada vida se relaciona conscientemente con el Padre.
Si hacemos una pausa por un momento y consideremos de nuevo el Cosmos con sus Estrellas, Pla-
netas y Reinos de la naturaleza, a la luz de lo anterior, es posible comenzar a percibir con la facul-
tad intuitiva del Alma y responder a la Vida Una. Esa Vida Una creó primero todas las formas se-
gún Su voluntad de Ser impregnó su propio Inteligencia Pura; luego se vertió a Si misma como per-
cepción consciente en las formas, aprisionando un poco de su propia conciencia en cada forma
como alma de la forma. Pero aún así, permanece como si mismo en su propio Centro Cósmico de
Origen. Dios es tanto Inmanente como Trascendente.
La humanidad es hoy un animal autoconsciente. ¿Qué será mañana? Permanecen ante el umbral
de la entrada al quinto reino de la naturaleza según más y más de su especie se hace consciente del
alma. Una persona es un ser humano porque esa persona es autoconsciente. Un ser humano es un
Ser Espiritual cuando y debido a que ese ser humano es consciente del alma. Su conciencia del
Alma es el vehículo de su expresión
Este es un punto crítico en el desarrollo evolutivo de la humanidad y de este modo vemos el mudo
de los asuntos manifestar una crisis tras otra. Esto continuará hasta que la humanidad complete el
siguiente paso de su evolución. Cuando cierto porcentaje de sus miembros sean autoconscientes, su
vida y asuntos reflejarán la motivación altruista del quinto reino y la verdadera paz será disfrutada
por toda la humanidad, como la condición que conduce más directamente a su crecimiento y desa-
rrollo Espiritual.

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Está ahora listos para un nuevo ejercicio de meditación si han utilizado sostenidamente el dado en
la lección 16. Si, y solo si lo han realizado tal como se les instruyó, pueden dejarlo de lado y rempla-
zar con el siguiente.
Visualicen la pequeña miniatura de si mismos en el centro entre las cejas, y enfoque su concien-
cia ahí.
Con equilibrio sereno, en la cabeza, en el centro ajna entre las cejas contemplen el siguiente con-
cepto unos pocos momentos.
“Yo, mi nombre, un Hijo de Dios, integro las fuerzas de mi cuerpo, emociones y mente para as-
pirar al Reino del Padre. Yo integro la conciencia de mi personalidad para hacerla consciente del
Alma.”
Luego intenten reconocer que son un alma, y como Alma contemplen la vida Una de la que son par-
te, trayendo a la memoria los conceptos dados en la lección con respecto a ello.
Luego, empleen unos pocos momentos irradiando luz y amor y su realización de la Vida Una a tra-
vés de su entorno.

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Lección 22 – Relaciones espirituales con la Vida Una
Despertando a la necesidad mundial
Las Naciones Unidas
Encontrando una enseñanza
Alineamiento vertical ascendente
Un resplandor de Amor
Alineamiento vertical descendente
Guiando a los Reinos inferiores
Reorientando al vida y asuntos
Reflejando relaciones espirituales internas
Hermandad
El crecimiento y desarrollo de la conciencia

Cuando un ser humano se hace intuitivamente consciente de la Vida Una en su conciencia gradual-
mente se hace consciente de su campo de relaciones Espirituales con esa Vida.
Antes de esto su reconocimiento de la relación se limita a su círculo inmediato de amigos, parien-
tes, y si los tiene, sus enemigos. Para algunos este círculo es bastante grande, incluyendo factores
como los negocios y los intereses cívico, pero para la mayoría es relativamente pequeño y estrecho,
incluyendo solo a aquellos que tienen importancia personal al individuo concernido.
Sin embargo, gradualmente, estas personas comienzan a despertar y responden a la necesidad
mundial. Leen y escucha las noticias, y comienzan a causar un impacto real sobre ellas. Se están in-
teresando cada vez más con lo que está sucediendo en el mundo de los asuntos.
Puede leer un libro, como la “Primavera silenciosa” de Rachel Carson, y como resultado su concien-
cia se hace consciente, hasta cierto punto del problema de medio ambiente.
Siguen las noticias con respecto al ambiente en sus propios Estados Unidos, e intentan comprender
ambos lados del problema. En sus propias mentes tratando e encontrar una solución y muy a me-
nudo se forma una opinión que puede ser o no una opinión sabia.
Estudian toda la literatura que pueden encontrar sobre las Naciones Unidas, y si son idealistas e in-
tuitivamente receptivos a la necesidad humana, quedan inspirados por este gran organismo inter-
nacional creado para servir a la humanidad. Aquí hay una forma concreta en el mundo de los asun-
tos que refleja en parte el Plan Divino para la humanidad durante esta etapa de la evolución de la
humanidad. Aquí, las mentes líderes de muchos países pueden encontrarse y discutir sus proble-
mas comunes. Aquí, esas discusiones pueden evitar una guerra grande o pequeña. Aquí, la educa-
ción y el cuidado del mundo de los niños, no solo de un grupo de jóvenes, sino del mundo de los ni-
ños, puede ser considerado, panificado y puesto en acción.
Problemas tales como los ajustes sociales y económicos para grupos de personas en cualquiera de
los países que pertenecen a las Naciones Unidad pueden encontrar una voz y una solución median-
te el encuentro de las mentes dedicadas a servir a la humanidad.
Las Naciones Unidas es a menudo una fuente de inspiración para la persona que está despertando
a la Vida Una y a a menudo es una fuente de inquietud, de pensamientos intranquilos cuando tra-
tan de dormir. “¿Dónde encajo yo?”, se preguntan. “¿Dónde puedo ser de ayuda?”
Estos individuos se está moviendo en conciencia fuera de su pequeña esfera de intereses personales
a un nuevo reconocimiento del mundo en el que viven. Quieren convertirse en una parte activa del
mismo.
Eventualmente llegarán a una enseñanza de esta naturaleza, y un día reconocerán intuitivamente
que muchos miembros de la humanidad están íntimamente relacionados entre si. Son, todos y cada
uno, una parte de la vida Una que fluye a través de una estrella, un planeta, un animal o una perso-
na.

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Por primera vez en su memoria consciente conocen el amor, un destello de ese amor que ha hecho
que la Vida Una entregarse a si misma a una forma y una expresión. De repente, toda la vida cobra
una nueva importancia, porque no importa de lo inferior o común de su forma, viene de la Vida
Una. Detrás y dentro de su apariencia existe un Propósito Divino avanzando.
Y si su intuición está suficientemente desarrollada, reconocerán en ese instante la siempre presente
Presencia de Cristo, que es la conciencia de Dios en todas las cosas. Comprenderán las palabras de
Jesús, “Y Yo rezaré a mi Padre, y Él les dará otro Confortador, que habitará entre ustedes para
siempre; incluso el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo
conoce, pero ustedes lo conocen; porque habita entre ustedes y estará con ustedes”.
En el primer momento de reconocimiento, los individuos comienzan a captar las vastas connota-
ciones de la Vida Una. No están solamente relacionados con la humanidad, sino también con todos
los Reinos de la naturaleza, porque donde hay una forma, existe también la Vida Una.
Como parte del Reino Humano están relacionados, mediante un alineamiento vertical ascendente,
con aquellos Reinos en la Naturaleza que les proveen sus ideales y aspiraciones Espirituales. Los
Reinos superiores transfieren el Plan de Dios a la conciencia de la humanidad desde su propia con-
ciencia superior del mismo. La humanidad recibe el Plan en su propia mente y cerebro como los
ideales hacia los que se esfuerza.
Como parte del Reino Humano, el individuo se relaciona íntimamente con la Vida Planetaria de la
que la humanidad es una parte, y así hasta el infinito. Participan de esa Vida que manifiesta el cos-
mos ordenado, esa vida que habita y da significado a la forma, esa Vida que es Dios.
Mediante un alineamiento vertical descendente, como humanidad, están relacionados con los rei-
nos inferiores de la naturaleza. Es responsabilidad de la humanidad guiar su desarrollo evolutivo,
igual como esos reinos superiores de la naturaleza guían la evolución humana.
De este modo, asumen su relación apropiada con la Vida Una en sus muchas partes, siendo recepti-
vos y responsables al flujo descendente de ideas desde arriba, y al mismo tiempo creando su impre-
sión sobre lo reinos de abajo, como los reinos animal y vegetal. De este modo, la Vida Una, en el
que viven, se mueven y tienen su ser, evoluciona.
Tal experiencia demanda un periodo a continuación en el que el individuo reorienta su vida y asun-
tos a la Vida Una, porque conocer a esa Vida es servirla. Este servicio ahora es para la humanidad,
porque es la parte de la Vida Una en la que se encuentran íntimamente relacionados con otros.
Como seres humanos, tienen una obligación que cumplir.
Deben descubrir sus relaciones en Su amplia esfera para conocer y comprender el propósito de su
Alma para la encarnación. ¿Por qué su alma llegó a este cuerpo y entorno? Para crecer en concien-
cia, sí, pero también para servir. Estas personas ya no están satisfechas con su propio crecimiento.
Están interesadas en el crecimiento y desarrollo de toda la conciencia humana a Semejanza de su
Padre. ¿Cómo pueden ayudar a esto?
En primer lugar, ¿qué constituye su campo de relaciones espirituales con el cuerpo de la humani-
dad? No están solo relacionados a los demás mediante forma tales como padre, hijo, marido, espo-
sa, jefe, empleado, etc., sino como conciencia. Es en esta relación de conciencia a conciencia qie el
Propósito es revelado.
Siempre encontrarán en el campo de relaciones a quienes son sus hermanos mayores y a quienes
son sus hermanos menores, más aquellos que comparten con ellos la misma edad de crecimiento.
Nota: La edad espiritual se refiere a la edad del Alma, y no a la edad cronológica de la forma. Tiene
que ver con el número de veces que el Alma ha reencarnado y por lo tanto con el grado de experien-
cia pasado que ha tenido en el mundo de la forma.
Esta relación Espiritual interna no se refleja necesariamente hacia afuera en la vida y asuntos del
individuo. Un joven hermano puede ser su superior inmediato en la vida externa, de igual modo
que un hermano mayor mucho más por delante en conciencia puede ser su hijo o su empleado. Por
lo tanto, deben aprender a reconocer intuitivamente esas relaciones para relacionarse correcta-
mente con la Vida Una.

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Las correctas relaciones humanas son una necesidad y un problema mundial. Es quizás uno de los
problemas más básicos, la base de nuestra pirámide de problemas; por lo tanto, es un tema de gran
interés e importancia para el buscador y el estudiante de la Verdad.
La relación básica entre dos o más individuos o grupos de individuos es la de hermandad. Toda la
humanidad es una gran familia, hermanos en Cristo. La cualidad de esa relación debería ser de
Amor. La forma que asume en el mundo es de naturaleza kármica. Es decir, es el resultado de ac-
ción pasada y/o necesidad mutua de una experiencia que las personas relacionadas se pueden pro-
porcionar la una a la otra debido a sus desarrollos particulares.
Pueden o no pueden haber encarnado en el pasado con asociados actuales, pero ciertamente han
llegado a reunirse a partir de una necesidad mutua de crecimiento común. Cada uno sirve a la evo-
lución del otro mediante la interrelación de sus tendencias, talentos y problemas. Juntos contribu-
yen a los factores que servirán al crecimiento de cada uno, y de esta manera se relacionan externa-
mente mediante esas formas que más conducen a ese crecimiento. Esto es tan cierto de los amigos
como de los enemigos; tan cierto de los que se les oponen como de los que les ayudan.
El propósito entonces, de cualquier y de todas las relaciones, es el crecimiento y desarrollo de cada
conciencia implicada. Con este reconocimiento firmemente mantenido en mente, los seres huma-
nos que recién han despertado se disponen a a descubrir su campo de relaciones espirituales, y me-
diante ese descubrimiento, establecer correctas relaciones en su vida y asuntos.
Al comienzo, utilizarán tres técnicas como sigue:
1. Observarán a sus asociados íntimos bajo una nueva luz.
a. Intentarán desapegar sus observaciones de las connotaciones emocionales de la forma que asu-
me la relación y observarla tan objetivamente como sea posible.
b. ¿Cuáles son las tendencias, talentos y problemas del otro hasta donde conocen?
c. ¿Cómo se relacionan estos con sus tendencias particulares, talentos y problemas?
Ejemplo: los individuos que tienen tendencia a la impaciencia a menudo se encontrarán a si mis-
mos estrechamente asociados a quienes agravan esa tendencia. La relación sirve para enseñarles la
necesidad de paciencia y comprensión amorosa mientras enseña al otro la necesidad de considera-
ción por los demás y comprensión amorosa.
— o—
Una mujer cuya está complicada con el problema de la inseguridad financiera puede encontrarse
en la posición de liderar a otras cuyos problema son similares.
El Propósito de este relación podría ser múltiple:
a. Enseñar al líder a poner su fe y seguridad en Dios para resolver los problemas y servir más
perfectamente en su función.
b. Enseñar a los que la siguen a poner su fe en Dios más que en líder.
c. Enseñar tanto al líder como a los seguidores a trabajar juntos para el bien común del grupo.
2. Ella establecerá esta cualidad del amor en su relaciones, que son de hermandad, sirviendo cons-
cientemente al crecimiento indicado que es el propósito de la relación.
3. Gradualmente averiguará, mediante reconocimiento intuitivo, la edad Espiritual de la conciencia
implicada, e intentará relacionarse en consecuencia mediante los servicios indicados.
Ejemplo: Un hombre que reconoce a otro cuyos ideales y aspiraciones están espiritualmente más
avanzadas que las propias puede elegir servir a la humanidad ayudando a transferir esos ideales y
aspiraciones a quienes son más jóvenes que el mismo, y cuyas necesidades los sitúan en correcta
relación con él para una transferencia de ese tipo.

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Lección 23 – Integrando la persona
Estableciendo correcta relación con el cuerpo, las emociones y la mente
La interrelación de la humanidad
Paz en la Tierra y Buena Voluntad
Reeducación en los conceptos de la verdad
Integrando la fuerzas de la humanidad
El primer acercamiento real al Alma
Probando la Verdad abstracta mediante la aplicación práctica

Todos los esfuerzos del ser humano hacia la auto mejora son hoy una respuesta inconsciente a la
demanda evolutiva de que la persona integre los tres aspectos de su instrumento, mente, emocione
sy cuerpo, en una unidad de personalidad que sea receptiva a su Alma. Tales personas están inten-
tando establecer correcta relación con su propio triple vehículo de expresión para poder usarlo para
cumplir con el Propósito con el que fue diseñado.
La integración de las fuerzas sustanciales de la forma naturaleza del individuo no es tarea fácil,
como se evidencia por la inestabilidad manifiesta en el cuerpo de la humanidad hoy. Todas estas
fuerzas han de llevarse a una relación divina entre si y dirigidas a canales en los que se realice el
trabajo divino. En otras palabras, ha de hacerse que sirvan al Propósito Divino de acuerdo al Plan
divino si los problemas que la humanidad experimenta hoy han de ser resueltos. Ya no es seguro
para las personas perseguir las viejas metas y ambiciones separativas que condujeron al aislamien-
to de un grupo de otro. Las fuerzas de la destrucción se han vuelto demasiado poderosas como para
permitir que el odio y el resentimiento o la rivalidad existan entre hermanos. La humanidad debe
encontrar una manera en la que vivir juntos en paz y buena voluntad. Las evolución nos ha llevado
hasta aquí.
Tampoco es responsabilidad única de alguna persona o grupo de personas establecer la deseada
condición de paz y buena voluntad. Se convierte en la responsabilidad de cada uno hacia si mismo,
su familia, sus hermanos, y su dios contribuir con su parte al esfuerzo que la humanidad debe ha-
cer.
¿Por qué es esto? ¿Por qué ya no es posible a los individuos sentarse en la comodidad de sus casas y
dejar que la humanidad resuelva sus propios problemas?
Porque la humanidad, mediante el rápido desarrollo evolutivo de los últimos cincuenta años, se ha
hecho tan interrelacionada que cada uno de nosotros no solo experimenta los efectos de tales pro-
blemas, sino que contribuye también a su causa.
Si una nación, o grupo, o clase, permanece sin comida, ropa o cobijo adecuados, se convierte en un
peligro potencial para todos. Es presa de cualquier ideología, sistema de pensamiento o regla que le
ofrezca un alivios de la condición que sufre. Por ello los diversos “ismos” encuentran un vehículo a
través del que perturbar la paz del mundo.
Por otro lado, el gran grupo de seres humanos que están bien alimentados, instalados y vestidos,
tienden a volverse complacientes, a descansar en su confort, resintiéndose incluso del impacto que
sobre seguridad que les trae el conocimiento del sufrimiento de los demás. Esta es una condición
deplorable porque quienes siguen el sendero destructivo buscan y encuentran al hambriento a tra-
vés del que trabajar, mientras la mayoría de los hombres y mujeres de paz se aferran a la falsa segu-
ridad del aislamiento intentando disfrutar su paz.
La paz es la causa que demanda la influencia positiva de los que la buscan.
Si hemos de experimentar la paz en la tierra, debemos primer ejercer buena voluntad hacia todo el
mundo. Debe realizarse un esfuerzo unido, por todas las personas amentes de la paz en la tierra,
sin importar sus lealtades nacionales, para distribuir los recursos naturales de la tierra de tal mane-
ra que se eliminen los peligros que conlleva la terrible pobreza en la familia humana. La pobreza es
uno de los primeros problemas que deben ser resueltos si la humanidad ha de conocer una era libre
de la amenaza de la guerra y la destrucción. El comunismo encontró su entrada al cuerpo de la hu-

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manidad a través de esa pobreza, y hoy presente la mayor amenaza a la evolución humana. El prin-
cipio de compartir, que es parte de la enseñanza de Cristo, debe convertirse en práctica cono una
respuesta voluntaria del amor de la humanidad por la humanidad.
Esto nos lleva a otro problema relacionado. Las masas de la humanidad deben eventualmente reci-
bir una reeducación común sobre los conceptos básicos de la Verdad que son universales en su
aplicación a la vida y asuntos de la humanidad. Si un concepto es una verdad básica, debe dar por
resultado un bien común; debe ser aplicable tanto a uno como a otro. No puede ser una verdad bá-
sica si sus resultados son aparentemente buenos para un grupo a costa de la miseria y sufrimiento
de otro grupo.
Los seres humanos son aún niños y reaccionan como tales. Tienden a pensar en los patrones im-
puestos sobre ellos en sus primeros años. Pocos son los prensadores creativos y originales. Pocos
son capaces de ver la verdad a través de los velos del prejuicio, la separatividad y el aislamiento.
Dejemos a una persona idealista por naturaleza, pero con prejuicios en contra de la autoridad ac-
tual, o contra los que poseen riquezas, entrar en contacto con el comunismo, y a menudo se rendi-
rán alegremente a la autoridad de otro mucho más peligroso. Las simpatías equivocadas por las
muchedumbres hambrientas y el resentimiento en contra de los que no pasan hambre alimentan la
revolución y la violencia. Quienes son idealistas y naturalmente almas compasivas deben tener un
ideal que seguir, porque las mayoría de ellos son también seguidores natos. Trabajarán, lucharán,
irá a prisión o morirán por una causa que para ellos sea justa. Si pudiesen ser educados en una filo-
sofía idealista, y entrenar sus respuestas a reconocer ese ideal que lleva el mayor beneficio a cada
miembro de la humanidad, podrían encontrarse verdaderas soluciones que eliminarían las amena-
zas de los diversos “ismos” sin guerra.
Esto presenta una tarea gigantesca porque demanda el esfuerzo de cooperación de aquellos que sir-
ven a la idea y el ideal de la paz, de buscarlo, encarnarlo y de enseñar a las gentes del mundo esos
conceptos básicos de la Verdad que son aplicables a toda la humanidad como hijos de Dios. Si pu-
diéramos experimentar en verdad esta paz mundial de la que constantemente discutimos y busca-
mos mediante medios defensivos militares, reconoceríamos que somos el guardián de nuestro her-
mano, y que servimos al Plan Divino para esos hermanos.
Los asuntos del mundo externo son un reflejo del mundo interno de la humanidad, de la que cada
individuo es parte. Si el mundo interno es de inestabilidad, inseguridad y conflicto, el mundo exter-
no reflejará esas condiciones como su problema. Si los individuos están en güera consigo mismos,
estarán en guerra con los demás. Si muchas personas están guerra consigo mismas, reflejarán su
problema hacia afuera como una condición mundial.
La responsabilidad debe ser por tanto de todos y cada uno de los individuos en el mundo, porque
constituyen el cuerpo de la humanidad.
Los seres humanos deben integrar sus fuerzas en una dirección única antes de que puedan esperar
asumir su parte total de responsabilidad por sus hermanos. La integración de las fuerzas sustancia-
les de la forma naturaleza es la primera responsabilidad del individuo para los muchos. Contribui-
rán su parte a la paz y la buena voluntad según hacen de su propio instrumento una unidad inte-
grada receptiva a este ideal.
Las fuerzas sustanciales de la forma naturaleza son esa fuerzas que actúan para producir los asun-
tos de la humanidad, la vida de pensamiento y emocional que se mueve a través del cerebro físico y
del cuerpo para relacionar a los seres humanos externamente en armonía o en conflicto. Llamamos
a estas fuerzas, en su totalidad, la personalidad, la cara que el alma muestra en el mundo de los
asuntos.
La integración de la personalidad se convierte por tanto en una necesidad, a medida que los indivi-
duos responden a la necesidad mundial durante este periodo de desarrollo evolutivo. Para alanzar
esto deben primero comprender:
1. La forma naturaleza generalmente.
2. La forma naturaleza específicamente.
a) Mental

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b) emocional
c) física
3. La relación entre ellos mismos como conciencia y la forma que habitan.
Adicionalmente, los individuos deben realizar su primer acercamiento real a su alma mediante as-
piración a la Sabiduría y dedicación a la Verdad. Su Alma debe convertirse en su ideal, y es hacia
este ideal al que dirigen todos sus esfuerzos de automejora.
¿Qué es el Alma en relación al individuo en el cerebro.? Esta es siempre la pregunta que preocupa y
a menudo deja perplejo al estudiante. ¿Es el Alma algo que puede probarse como algo práctico en
la vida y asuntos de todos los días? ¿O es simplemente una teoría en la que creemos porque nos
place?
Una verdad no es de valor al individuo a menos y hasta que pueda probarse como algo práctico en
la vida diaria, porque es aquí, en el mundo de los asuntos en donde estamos situados para elaborar
nuestro propio crecimiento y desarrollo. ¿ e que utilidad es el concepto del Alma si es solo algo que
con lo que soñar y teorizar?
Por lo tanto, el primer paso que los buscadores deben dar después de encontrar la teoría abstracta
es trabajar en hechos concretos que sean una prueba viviente, al menos para ellos, de su valor Espi-
ritual. Esto lo hacen mediante experimentación con una verdad formulada, usando la técnica suge-
rida por la misma abstracción.
Ejemplo:
1. Verdad abstracta que puede ser o no ser correcta en lo que se refiere a la personalidad:
El Alma es un cuerpo de conciencia creado por el Padre, del que el “Yo” consciente pensante (el in-
dividuo en el cerebro) es una extensión. La mayor parte del alma, aquello que llamamos la concien-
cia superior, sobrevuela el cuerpo mediante el centro en lo alto de la cabeza. Se mantiene libre y pro
encima de la frecuencia de la forma naturaleza, pero mantiene un pequeño hilo de contacto con el
individuo en el cerebro. Mediante este hilo de contacto el Alma Espiritual trascendente extrae la
Sabiduría ganada de la experiencia del individuo en el mundo de la forma. Mediante el mismo hilo
de contacto, cuando el individuo en el cerebro está buscando hacia arriba hacia la Luz, el Alma Es-
piritual libera al individuo esa Guía Espiritual individua en forma de ideas, reconocimientos de la
Verdad, y esa sabiduría que es aplicable a la situación particular del individuo.
Posteriormente, cuando el individuo ha evolucionado hasta cierto pinto de desarrollo, el individuo
en cerebro retira el foco de la conciencia al centro en la cabeza (justo encima de la glándula pineal)
y el Alma Espiritual trascendente desciende mediante este hilo de contacto al centro de la cabeza.
Aquí en este centro de Luz los dos se fusionan en conciencia. El individuo en el cerebro se convierte
en el Alma Consciente Encarnada, un iniciado en la Gran Hermandad Blanca de Almas conscientes.
2. Hechos concretos a ser probados mediante experimentación:
a. Que los seres humanos son esencialmente un Alma.
b. Que los seres humanos tienen disponible esa sabiduría que les producirá paz, amor y armonía
en su vida diaria.
c. Que esa humanidad es superior en conciencia a la forma naturaleza que habitan, y que pueden
controlarla para responder a sus demandas.
3. Técnicas sugeridas en la misma abstracción:
a. Mediante la meditación, el individuo en el cerebro alinea su conciencia con la del Alma Espiri-
tual trascendente y descubrir su verdadera identidad.
Esta técnica debe ser usada durante un periodo de tiempo para ser efectiva. Estos individuos de-
ben reconocer que han de volverse bastante expertos en meditación para registrar la impresión
del Alma. Si la meditación diaria es llevada a cabo honesta, sinceramente y con perseverancia,
los estudiantes promedio por lo general se resolverán a si mismos su identidad como almas en
tres años.

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b. Mediante meditación, el individuo en el cerebro alinea sus problemas particulares con la Sabi-
duría trascendente de su Alma, y en receptividad positiva (con la mente tranquila, pero alerta y
atenta) espera el descenso del flujo de Sabiduría a su conciencia.
Esto no lleva tanto tiempo alcanzarlo como el reconocimiento de la identidad real. Una medita-
ción usando el mismo problema cada día por lo general trae el reconocimiento de su sabia solu-
ción de uno a tres meses. Según el estudiante se hace más y más experto en el uso de esta técni-
ca, el espacio de tiempo se hace cada vez más corto hasta que pueden reconocer la solución a un
problema particular en una, dos o tres meditaciones.
c. A través de la meditación, el individuo en el cerebro puede invocar la Voluntad Divina del
Alma trascendente paras disciplinar la forma naturaleza en sus respuestas. La forma naturaleza
se alinea con el Alma trascendente en lugar de con la voluntad personal o naturaleza de deseos
de la persona. El éxito del individuo dependerá de la persistencia en mantener el alineamiento
durante las 24 horas del días. De esta manera, la conciencia gradualmente controla el cuerpo
que habita. De este modo el individuo se convierte en el amo de su propio instrumento. Este ya
no les controla con sus patrones reactivos, gustos, aversiones, etc.
Se aconseja al individuo a hacer algo más que hablar de la Sabiduría. A probar o refutar su Valor
Espiritual mediante una seria investigación. A experimentar con las técnicas aplicadas y descubrir
su propio sendero de Luz que lleva fuera de la oscuridad. Es el ideal hacia el que la personalidad in-
tegra sus fuerzas sustanciales.

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Lección 24 – La Voluntad de Dios
Las leyes de la Voluntad de Dios en relación a la sustancia:
La Ley de Economía
La Ley de Relatividad
La Ley de Periodicidad

La forma es siempre transitoria porque esa es su naturaleza. Está hecha de sustancia actuante, vi-
viente e inteligente que responde a la Voluntad de Dios. La Voluntad de Dios se expresa mediante
ciertas leyes que se elaboran como la naturaleza de la vida en la forma. Por ello, cada forma recibe
su naturaleza inherente de la Voluntad enfocada de Dios. La humanidad solo tiene que comprender
esa naturaleza para usarla conscientemente en su propio beneficio.
La Voluntad de Dios en relación a la sustancia se elabora en este planeta mediante tres leyes princi-
pales, las que a su vez, manifiestan una naturaleza básica en todas las formas.
Estas leyes son:
1. La Ley de Economías que establece en efecto —
Que todas las formas sirven a la economía de la Vida Una.
La actividad de la Vida Una, en lo que a este planeta se refiere, es el crecimiento y desarrollo de la
toda conciencia en el mismo hasta una expresión del Amor Sabiduría Divino. Esto significa que
cada forma sobre el planeta, haya sido creada por Dios o por la humanidad, servirá a ese Propósito
Divino. Ayudará de modo consciente o inconsciente, con su propia elección o sin ella, al crecimien-
to y desarrollo de la conciencia hasta una expresión de la Deidad.
Si los seres humanos eligieran oponerse a la manifestación del Plan Divino, o de ley y orden, su for-
ma y la forma de sus actividades aún servirían al Propósito Divino, aunque solo sea como ejemplo.
Pueden sufrir y parecer que hacen a los demás sufrir agonías indescriptibles como resultado de sus
acciones, pero alguna conciencia en alguna parte de sus esfera de influencia será directamente ayu-
dada en su crecimiento.
Al ser humano se le ha dado la libertad de elegir construir cualesquiera formas que puede y quiera
construir, pero este es el alcance de su libre voluntad. La Voluntad de Dios siempre supera las pe-
queñas voluntades de los hombres para hacerlas trabajar hacia algún efecto bueno. Por ello, existe
bien en todas las cosas, aún en una desventura tan grande como una guerra mundial. Hemos dado
tremendos pasos en el desarrollo evolutivo incluso durante los dos últimos amargos conflictos que
han lanzada a gran parte de la humanidad a destruir a miembros de su propia familia. Aún cuando
las mentes y corazones de los hombres y mujeres por doquier estuvieron regidos y dirigidos por la
codicia, el odio, el miedo, y a a menudo la confusión, a matar o ser matados, el crecimiento y desa-
rrollo de la conciencia no cesó. Muchos se dieron cuenta, con total claridad, de la necesidad de una
intervención Divina en la vid ay asuntos de los seres humanos debido a sus experiencias, y buscan
invocar la Presencia de Cristo. De este modo reconocemos que nada es nunca totalmente malo.
Este es un concepto importante para los individuos que intentan transitar el camino superior, por-
que tiene muchas aplicaciones en su vida y asuntos diarios. En cada apariencia de oposición, desi-
lusión o fracaso hay una oportunidad de crecimiento. El individuo que puede aprovechar la oportu-
nidad conscientemente y con Intención está aprendiendo a dominar la forma naturaleza.
2. La Ley de la Relatividad que establece en efecto —
Que todas las formas están interrelacionadas y son interdependientes en la Vida Una.
Recuerde que la forma está compuesta de sustancia actuante, viviente e inteligente. Esta sustancia
en su totalidad el cuerpo sustancia del Dios, el aspecto materia, o la tercera Persona de la santísima
Trinidad. El alma o aspecto conciencia llega al ser como resultado de la interacción de la Voluntad
de Dios y la Inteligencia de Dios, Espíritu y Materia. Los cuerpos de la humanidad están construi-
dos de esta Sustancia Divina en tres rangos de actividad vibratoria. Según atrae la conciencia a es-
tas vidas inteligentes (partículas de Sustancia Divina) a si misma, y refleja su propio Ser sobre ellas,

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se disponen en un patrón, que ante el aparato sensorial asume la apariencia de una forma, de
acuerdo al estado reflejado del Ser (conciencia o Alma) hacia el que han sido atraídas.
Si esto parece difícil, hagan una pausa unos pocos momentos y traten de seguir los conceptos lenta-
mente y con cuidado.
Intenten imaginarse Espíritu y Materia como dos polaridades de la misma energía. El Espíritu es el
polo positivo y se expresa como Voluntad Divina. La Materia es el polo negativo y se expresa como
inteligencia pura, o lo que llamamos sustancia.
Nota. Puede ser de ayuda al estudiante meditar sobre el concepto de inteligencia y sustancia
como sinónimos ocultos o términos espirituales.
Entre esta polaridad y debido a su interacción, nace la conciencia, un Estado del Ser identificado
como Alma, que al principio carece de forma.
Imaginen ese Alma o Conciencia atrayendo a millones de pequeñas vidas inteligentes que llama-
mos sustancia. Vean esas vidas moviéndose hacia el Alma, disponiéndose a si mismas en su campo
magnético de acuerdo a los patrones que Su estado particular del Ser crea mediante irradiación.
Imaginen ahora que las pequeñas vidas se combinan de acuerdo al patrón dictado, para producir la
forma de un cuerpo en tres rangos de actividad vibratoria:
a. mental
b. emocional
c. física
De esta manera, la forma llega a la existencia con el aspecto Alma o conciencia en su mismo centro,
y el Espíritu sobrevolando.
El Alma es tetradimensional, de manera que mientras existe en el mismo centro de la forma, como
el “yo” autoconsciente, también existe fuera de las frecuencias de esa forma, como el Hijo creado de
Dios.
Nota. La humanidad debe volver gradualmente su percepción hacia este centro interior, que está
en la cavidad cerebral justo encima de la glándula pineal, a un reconocimiento del “yo” auto-
consciente, antes de que puede fusionarse en conciencia con la conciencia superior de aquello
que somos en realidad.
La mayoría de la conciencia humana se ha identificado y aprisionado por la forma naturaleza que
habita. Esto significa que su percepción, que procede hacia afuera desde su identidad en dirección
horizontal, ha sido atrapada en el espejismo de la forma. Se identifica con el aspecto materia en el
mundo ilusorio de su reflejo. La humanidad se ha vuelto negativa en su percepción a la forma que
habita; por lo tanto, su naturaleza domina y engulle su Identidad Espiritual en la Vida Una.
La irradiación magnética es parte de la naturaleza de la conciencia; por lo tanto, el “Yo” autocons-
ciente habitando una forma, continúa irradiando su estado de ser consciente en y a través de a for-
ma para crear otro campo magnético. Este segundo campo magnético es el mundo exterior de
asuntos, y dentro del mismo entra el entorno individual inmediato, su esfera personal de influen-
cia.
Las formas del plano físico de los asuntos son, nuevamente, vidas inteligentes atraídas a un patrón
de relación de acuerdo a la irradiación ejercida por la conciencia.
Hagan de nuevo una pausa, y consideren el concepto cuidadosamente.
El individuo en el cerebro es un alma, un estado de conciencia, un estado de estar consciente. Los
individuos irradian esa conciencia a través de sus cuerpos mental, emocional y físico al mundo de
los asuntos como un campo magnético. Aún cuando puede que no percibamos esta irradiación con
los sentidos físicos podemos ver sus efecto en la misma sustancia de nuestro entorno.
La irradiación a magnéticamente atractiva. Atrae la sustancia y las formas del entorno a patrones
específicos de relación que proveen las experiencias necesarias para el crecimiento y el desarrollo
de la conciencia implicada.

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Si esto parece difícil, consideren su propia irradiación. ¿De qué son conscientes? Si su percepción
es de limitación, infelicidad, etc., manifestarán mediante atracción esa misma condición en su vida
y asuntos.
¿Qué es la vida, sino el don de Dios a lo viviente?
¿Qué es el amor, sino el don de dios a lo amante?
¿Y qué es la alegría, sino el don de Dios al gozoso?
Es un buen ejercicio en este punto para los estudiantes definir su estado particular de conciencia
escribiéndolo en un cuaderno, y comparándolo con las formas de experiencia que se encuentran
continuamente en la vida diaria. Esto lleva a uno al reconocimiento claro de la necesidad propia en
la conciencia, la necesidad de expandir la percepción para incluir y encarnar esas Verdades Espiri-
tuales que son de valor real. De este modo, nuestro sentido de los valores experimenta un cambio
rápido, y a veces radical.
Debido a la Ley básica de Relatividad, cada forma desde los cuerpos individuales, sus pensamientos
y sentimientos, a sus experiencias, tienen un efecto específico sobre todas las demás formas y la
conciencia que reside en ellas. Es una vida Una incluso en el nivel más bajo de expresión. Correcta
relación, u Orden Divino, se alcanza cuando la conciencia reconoce este hecho y relaciona esas for-
mas con las que están principalmente involucrados con el Propósito de la Vida Una. De esta mane-
ra entregan la forma naturaleza al servicio del Plan divino, y se convierten en un discípulo cons-
ciente del Cristo. De paso, hay muchos de ellos en nuestro mundo moderno.
Las formas (cuerpos) de la humanidad tienen una función particular con la Vida Organizada de la
que son parte, que es su relación Divina con esa Vida. Las formas que los individuos construyen,
dado que están hechas de sustancia Divina, deberían tener también una función particular que es
su Relación Divina con la Vida Una. Una forma construida con un propósito diferente la Propósito
Divino es un mal uso de energía y sustancia.
3. La Ley de Periodicidad que establece en efecto —
a. Que toda forma tiene su propio ciclo inherente de crecimiento, madurez y decaimiento,
siendo estos ciclos impresos sobre la misma en el momento de cu concepción por la Inten-
ción enfocada de la conciencia implicada.
b. Que la actividad cíclica de cada forma es peculiar a la forma misma, pero sujeta y conte-
nida en los ciclos más poderosos de la Vida organizada de la que es una parte funcional.
Esta ley es algo más difícil que las dos primeras de captar y comprender por el joven estudiante ,
porque es de naturaleza más compleja y cubre un campo más amplio de conocimiento. La tocare-
mos en esta lección y en la siguiente, y para aquellos interesados procederemos a un estudio más
comprehensivo en un trabajo posterior.
Nuestra primera consideración de esta ley para abordar su significado reside en el hecho de que
cada forma porta como parte de su naturaleza inherente sus propios ciclos de actividad. Estos ci-
clos fuero impresos o se impregnó con ellos a la forma en el momento de su concepción por la in-
tención enfocada de la conciencia creadora.
Consideremos al Alma Espiritual contemplando la encarnación, y desde su propio plano, dirigien-
do la construcción de Su nuevo cuerpo de expresión. El Alma mantiene en su propia conciencia un
Propósito y Objetivo definidos, cuya combinación puede definirse como un Plan de crecimiento y
servicio a ser logrados mediante esta encarnación. El Plan es la Intención enfocada, la Voluntad di-
vina del Alma, que actúa como la causa motivadora o impulso para el nuevo ciclo de expresión de la
forma.
Además de esto, el alma tiene una arcilla vieja con la que deba trabajar, la conciencia de la persona-
lidad desarrollada en pasada encarnaciones. La vieja arcilla es moldeada con el impulso motivador
de la Intención enfocada del Alma Espiritual trascendente y una nueva forma es creada.
El Plan del Alma reside en esa forma, como un patrón específico de crecimiento y desarrollo reside
en cualquier semilla. El Plan se manifiesta externamente según procede el patrón a desenvolverse,

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mediante ciclos rítmicos de actividad. Estos ciclos son mucho y variados, mayores y menores.
Constituyen en su suma total las oportunidades, las posibilidades y las imposibilidades con las que
la conciencia encarnante se enfrenta en su vida y asuntos diarios. Estos ciclos son los patrones me-
diante mediante los que el Propósito y Objetivo del Alma Espiritual pueden llevarse a la manifesta-
ción. Son verdaderamente las estaciones, una parte vital e importante de la forma naturaleza a las
que la conciencia encarnante debe adaptarse y con las que debe cooperar para logar el bien supe-
rior en el plano de los asuntos físicos.
Ciertamente a los principiantes debe parecerles casi imposible creer que pueden averiguar y com-
prender sus propios ciclos de actividad. A pesar de ello, no es solo posible, sino parte del desarrollo
evolutivo que todo el mundo alcanzará algún día. Reconozcan que este desarrollo es uno que están
emprendiendo ahora. Espérenlo con ilusión, y mientras intenten captar esas conceptos que son un
acercamiento a la plena comprensión.
El conocimiento de los propios ciclos de actividad es parte de la Sabiduría del Alma, y puede invo-
carse en el cerebro mediante:
1. correcta aspiración
2. correcta meditación
3. correcta aplicación.

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Lección 25 – El ciclo de la vida
El movimiento de la forma en tiempo y espacio
La muerte, liberación de una fase de crecimiento
Los tres ciclo mayores y los nueve menores:
El primer ciclo mayor, el proceso de recapitulación:
El ciclo físico
El ciclo emocional
El ciclo mental
El segundo ciclo mayor, servicio:
Servicio al entorno inmediato
Servicio a la comunidad
Servicio a la humanidad
Los ciclos séptimo, octavo y noveno

La intención enfocada del Alma, al que nos hemos referido anteriormente como el Impulso motiva-
dor para una encarnación particular, produce una actividad planificada (forma) que progresa hasta
su conclusión mediante una alteración cíclica, rítmica, de la forma. La Ley de Periodicidad, que en
conjunción con otras Leyes, gobierna este proceso, puede comprender más fácilmente como la Ley
que gobierna el movimiento de la forma en tiempo y espacio. Es este movimiento el que se traduce
en actividad.
El ciclo mayor en la vida de cualquier forma es la gobierna la duración de la vida, el tiemplo emple-
ado en la apariencia. El Alma viene a la encarnación en un ciclo que es determinado por el Plan Di-
vino de crecimiento para esa vida particular en el mundo de la forma. De este modo, la semilla de la
muerte está presente en la forma en su mismo nacimiento. Uno puede establecer correctamente
que la causa de la muerte es el nacimiento, la iniciación de una actividad planificada. Tal plan debe
llegar a una conclusión. No se equivoquen; cada pequeña vida sirve al Propósito divino en relación
a la Vida Una. Ese propósito es el crecimiento de la conciencia. El Alma planifica desde el final has-
ta el principio; por lo tanto, la conclusión de su Plan, que resulta en la muerte de la forma, es un
hecho predeterminado en la naturaleza.
¿Por qué teme la humanidad a la muerte, que no solo le libera de su prisión, sino que marca la con-
clusión de un plan creado Divinamente? Si la humanidad se diera cuenta de que la muerte, cuando
llega, es su gran oportunidad, su liberación y en un sentido su graduación de una particular fase de
crecimiento, podrían afrontarla con inteligencia, absorbiendo de ella cierta Sabiduría que no puede
alcanzarse de otra manera. En esta Ley Divina hay una expresión de la misericordia de Dios.
No malinterpreten esta instrucción como una condonación del suicidio, porque no es tal. El Alma
Espiritual trascendente abstrae la conciencia encarnada de la forma, de acuerdo a su Plan predeter-
minado, en ese momento cíclico que fue iniciado en el momento del nacimiento.
Más adelante, cuando la Sabiduría del Alma forme parte de la conciencia humana, la humanidad
cooperará con este aspecto de la Ley, preparando su desencarnación con amor y comprensión, para
finalmente salir de la forma en plena conciencia de vigilia de lo que están haciendo y por qué. Evo-
lucionará en el mundo de los asuntos una nueva ciencia del morir, y bajo la guía del Alma, las per-
sonas dejarán sus cuerpos y sus trabajos con una sensación de logro y de culminación. Hasta que
ese momento llegue (otro ciclo en los asuntos humanos) la mejor preparación es la superación del
miedo y el temor mediante la correcta comprensión.
El ciclo potencial de vida de la forma humana, en lo que a la humanidad actual se refiere, es de un
siglo. Los ciclos varían en diferentes individuos por razones peculiares al Alma del individuo; sin
embargo este ciclo es normal o estándar como potencial para la humanidad promedio. El Alma em-
plea aproximadamente de doscientos cuarenta años a trescientos fuera del mundo de los asuntos
entre encarnaciones. Nuevamente este ciclo puede variar en casos particulares, pero puede consi-
derarse estándar o normal para la humanidad promedio.

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En un ciclo de vida hay tres ciclo mayores y nueve ciclos menores que producen el crecimiento, la
madurez y el decaimiento de la forma que resultan en su clímax o conclusión. Se enumeran y defi-
nen como sigue:
El primer ciclo mayor es el que proporciona el crecimiento de los cuerpos, y permite el tiempo para
la recapitulación de lo que ha pasado antes, proveyendo la oportunidad para la integración de la
conciencia en su tiempo y espacio, y la estabilización de la conciencia en su puno de desarrollo evo-
lutivo.
Contiene en si tres ciclos menores y un interludio, cada uno consistiendo de aproximadamente sie-
te años. El énfasis del crecimiento se sitúa en
1. el cuerpo físico durante el primer ciclo de uno a siete años,
2. el cuerpo emocional durante el segundo ciclo de siete a catorce años,
3. y el cuerpo mental durante el tercer ciclo de los catorce a los veintiún años.
Durante el primer ciclo, la conciencia encarnada recapitula mediante la experiencia simbólica el
crecimiento realizado cuando era poco más que una vida animal. Esto incluye el periodo de Indivi-
dualización (cuando la humanidad se dio cuenta de que era un ‘yo’ autoconsciente) y el desarrollo
del foco de la voluntad personal que tuvo lugar durante la batalla por la supervivencia en contra de
las inclemencias de la naturaleza y de los elementos. Los seres humanos tuvieron que encontrar su
lugar en la naturaleza.
Así vemos al niño durante esta etapa recapitular ese crecimiento en el desarrollo de una voluntad
que es principal y normalmente autocentrada, y la batalla por la supervivencia de esa voluntad en
su entorno. Durante este ciclo ciertos ajuste kármicos se realizan de manera que cada vez se añade
más Sabiduría a la ya ganada por el Alma de la experiencia.
Durante el segundo ciclo de la encarnación, la conciencia recapitula mediante experiencia simbóli-
ca el crecimiento adquirido hasta ahora como un ser humano emocional en relación a personas y
cosas. Aquí la conciencia re-experimenta aquella primera necesidad de ajustarse a una sociedad de
individuos, de relacionarse mediante el sentimiento por encima de la necesidad de la persistencia o
existencia física, de manera que la vida emocional se convierte en más importante que la física.
Durante el tercer ciclo la conciencia encarnante recapitula, de nuevo mediante experiencia simbóli-
ca, el crecimiento de la naturaleza mental adquirida hasta ahora. De acuerdo a su desarrollo evolu-
tivo aprende a usar su mente y a disciplinar sus emociones desde un control mental. Se relaciona
con su entorno de acuerdo a interese mentales y a un sentido de la responsabilidad en desarrollo.
Es este momento y lugar, en lo que se refiere a la mayor parte de la humanidad, no hay tanta reca-
pitulación aquí como en los otros dos ciclos. Porque la humanidad en masa está en ese punto de de-
sarrollo que tiene que ver con el crecimiento de la mente, y la construcción de un cuerpo mental
más refinado y claro. La humanidad hoy está en proceso de desplazar su punto focal de atención
del aspecto emocional de su naturaleza al mental. La recapitulación se alcanza en gran medida me-
diante el aprendizaje con libros, el desarrollo de habilidades, y las experiencias emocionales que
demandan control mental. El entrenamiento disciplinario en relación a principios morales y éticos
pronto recibirán un grado mucho mayor de atención durante este periodo de la vida, de los catorce
a los veintiún años, que nunca antes en la historia de la nuestra civilización.
Esto nos lleva al interludio que de nuevo cubre por lo general un periodo de siete años. Un interlu-
dio es una pausa entres dos actividades principales durante el que la conciencia reúne sus fuerzas
en un centro en preparación para un nuevo esfuerzo iniciatorio. Durante este primer interludio en
la vida el individuo integra y estabiliza el crecimiento realizado durante los ciclos precedentes. Se-
gún los individuos se acercan al final del interludio comienzan a alinearse con el Propósito de esta
encarnación particular. Aquí se le presenta a cada individuo una oportunidad de hacerse consciente
del Propósito de su Alma, y el el grado acorde a su desarrollo evolutivo, al Plan de su Alma. No solo
reconocen la responsabilidad sino que la aceptan y se preparan mediante un aprendizaje adicional
para realizarlo. Para el momento en que alcanza los veintiocho años de edad deberían haber alcan-
zado la madurez, i.e., haberse integrado en el tiempo, o adquirido una continuidad con el pasado.

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¿Por qué vemos tan poca evidencia de esta actividad planificada del Alma en el mundo hoy? Porque
la humanidad tiene tan escasa comprensión de sus ciclos de oportunidad. El padre apenas com-
prende que su hijo está recapitulando el crecimiento pasado por la experiencia de cada día. Debido
a esto, el padre apenas comprende al niño. Los padres están impedidos para ayudar en lo que al
crecimiento del joven Alma se refiere. Debido a ello, el niño no logra la deseada continuidad, sino
que carece del crecimiento necesario en aquellas áreas en las los ajustes no se realizaron. Por ello,
somo el hombre o mujer adultos que son inmaduros en ciertas áreas de la conciencia y apenas ca-
paces de sacar provecho de los ciclos de oportunidad. No hemos crecido lo suficiente de nuestro pa-
sado mediante el proceso de recapitulación.
Esta es una de las condiciones que se manifiestan en el mundo como resultado del punto de desa-
rrollo evolutivo. A pesar de ello nos estamos moviendo a una nueva era en la que la Sabiduría del
Alma se hará sentir en la vida y asuntos de todos y cada uno de nosotros. La educación de la nueva
era se dedicará al crecimiento del Alma dentro del niño hacia la madurez que sea la continuidad
con su pasado y el reconocimiento del Propósito del Alma. De este modo, los jóvenes hombres y
mujeres del futuro se moverán al mundo de los asuntos desde un nuevo punto de enfoque, con un
nuevo sentido vital de la dirección y conocimiento del destino (oportunidad cíclica). El crecimiento
del individuo desde la edad de veintiocho años o aproximadamente será un nuevo crecimiento que
produzca nuevas experiencias antes que la incesante repetición de viejas situaciones y circunstan-
cias.
El segundo ciclo mayor es el que a la conciencia madura con la oportunidad de hacer una contribu-
ción a la sociedad y a la civilización en la que vive mediante un esfuerzo iniciatorio.
Contiene en si tres ciclos menores y un interludio, cada uno consistiendo por lo general de nueve
años. El énfasis del esfuerzo iniciatorio residirá en:
1. Servicio al entorno inmediato y la esfera de influencia durante el cuarto ciclo menor de los
veintiocho a los treinta y siete años de edad.
2. Servicio a la comunidad mediante una esfera de influencia en expansión durante el quinto
ciclo menor de los treinta y siete a los cuarenta y seis años de edad.
3. Servicio a la humanidad mediante una siempre en expansión durante el sexto ciclo menor
de los cuarenta y seis a los cincuenta y cinco años de edad.
Durante el cuarto ciclo menor, el hombre o la mujer en el cerebro tienen la oportunidad de asumir
responsabilidades kármicas por la familia y asociados mediante una actividad planificada que ellos
mismos deben iniciar. Aquí se les ofrece la oportunidad de equilibrar viejas deudas kármicas me-
diante un nuevo esfuerzo amoroso. En este ciclo de nueve años pueden, si aprovechan la oportuni-
dad que su Alma les presenta, equilibrar la mayoría del karma precipitado desde el pasado a la en-
carnación presente. Al hacerlo no solo están llevando Ley y Orden a su vida, sino que se reorienta-
rán también a la Vida Una en la que viven, se mueven y tienen su ser. Sintonizan, por así decirlo,
con Dios y cosechan la recompensa de muchas experiencias espirituales en conciencia.
Durante el quinto ciclo menor, la conciencia encarnada vuelve su atención a un número mayor de
sus hermanos, expandiendo su esfera de influencia hasta incluir algún campo de servicio la comu-
nidad dentro de la cual se haya asentado y alimentado. Sus actividades planificadas de servicio re
realizan con el bien de la comunidad o el grupo mayor en mente. De este modo se le ofrece la opor-
tunidad de equilibrar la mayor parte del karma grupal precipitado desde el pasado a la presente en-
carnación. Al aprovechar la oportunidad, crece de modo cada vez más consciente a esa conciencia
que es su alma, y de que como ella, sus hermanos son Almas que necesitan y tienen el derecho divi-
no a la contribución que han de realizar.
Durante el sexto ciclo menor la conciencia encarnada, si acepta la oportunidad situada ante ella,
comienza a pesnar en términos de necesidad humana. Aquí en este ciclo su servicio potencial se ex-
presa y su contribución alcanza un zenit o clímax. De acuerdo a su desarrollo evolutivo el individuo
puede ahora contribuir su parte a la civilización que ha ayudado a construir en anteriores encarna-
ciones. Puede corregir un error antiguo, o aumentar un viejo acierto, lo que tendrá en ambos casos
el efecto de beneficiar a muchos miembros de la humanidad. Su conciencia se enriquece más y más
con valores Espirituales, que expresa en la vida que vive.

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Esto lleva al hombre o la mujer al segundo interludio a la edad aproximada de cincuenta y cinco
años de edad. De nuevo hacen una pausa entre actividades y reúnen lo mejor de sus fuerzas. En
este tiempo, durante los nueve años de interludio afrontan un decisión mayor, el resultado de la
cual es determinado por su desarrollo evolutivo, la necesidad de su tiempo y su relación con esa ne-
cesidad. Deben decidir si permitir al instrumento relajarse en su esfuerzo al comenzar su decai-
miento o so lo forzarán a nuevas alturas de servicio. Sin importar la elección que hagan este es un
interludio esotérico en su vida. Ya no expanden su actividad, aunque si están aprovechando al má-
ximo la oportunidad de este interludio mantendrán la función útil de su actividad de servicio. Inte-
gran y estabilizan su servicio en el nivel alcanzado por el sexto ciclo menor.
El tercer ciclo mayor proporciona a la conciencia encarnada con la oportunidad de iniciar un nuevo
esfuerzo fresco de servicio a la humanidad y la Vida Una, y de poner sus asuntos en orden. En cual-
quier caso el instrumento ha entrado en su ciclo mayor de decaimiento que ofrece a la conciencia
una oportunidad sin paralelo hasta ahora en la vida en forma de crecimiento Espiritual. A la con-
ciencia se le permite funcionar con una creciente libertad de las demandas de la forma naturaleza.
Este ciclo contiene tres ciclos menores y un interludio consistiendo en general de nueve años. El
énfasis del decaimiento cae en:
1. el cuerpo físico durante el séptimo ciclo menor de los sesenta y cuatro a los setenta y tres
años de edad,
2. el cuerpo emocional durante el octavo ciclo menor de los setenta y tres a los ochenta y dos
años de edad,
3. y el cuerpo mental durante el noveno ciclo menor de edad de los ochenta y dos a los noventa
y un años de edad.
Durante el séptimo ciclo el cuerpo físico comienza a relajar sus demandas sensoriales sobre la con-
ciencia encarnada. Su actividad entra en un declive gradual de intensidad, la conciencia del cerebro
gradualmente deja de responder a las mareas emocionales, y el entorno físico mismo relaja su aga-
rre sobre el hombre en el cerebro.
Este puede ser un periodo difícil si no es comprendido correctamente. Es el ciclo más temido por la
conciencia que carece de un sentido de propósito o dirección divina. Se sienten separándose de
todo lo que les es conocido y querido. Si se identifican con y como forma, asusta naturalmente ob-
servar se nacimiento. Se sienten morir, y sin saber lo que el futuro les depara, o ponen una resis-
tencia de última hora al decaimiento, o tienden a limitar su conciencia y su efectividad a las limita-
ciones de su instrumento.
La mala interpretación de lo que está sucediendo y el miedo al futuro causan enfermedades y fallos
del funcionamiento corporal durante este ciclo y la muerte prematura de muchos, La senilidad a
esta edad, o a cualquier edad si vamos a eso, es una condición creada por la humanidad. No es na-
tural ni para la forma ni para la conciencia.
Durante este ciclo de los sesenta y cuatro a los setenta y tres años, la conciencia encarnada puede o
bien iniciar un nuevo esfuerzo de servicio mundial o puede gradualmente retirarse del campo. Si se
retira, es la oportunidad de emprender una vida de estudio superior, meditación y contemplación.
Puede ahora dedicarse a la verdad superior según la forma naturaleza relaja sus demandas sobre
ella.
Durante el octavo ciclo menor la naturaleza emocional relaja sus demandas, y todas las ambiciones
y deseos se apartan del ser humano. La marea emocional cesa y los individuos quedan libres para
funcionar casi por completo en la naturaleza mental.
Si su evolución es tal que han poseen un cuerpo mental altamente desarrollado, aún pueden prestar
un gran servicio a la humanidad. Son capaces de formular la Sabiduría en conceptos de verdad que
son aplicables a su tiempo y localidad. Pueden ser llamados para consejo y asesoramiento.
Si su evolución no ha alcanzado este alto punto de desarrollo se les concede la oportunidad de cre-
cimiento consciente. Tiene el tiempo y la inclinación hacia el estudio superior. Pueden si lo desean,
llegar tan lejos como para prepararse mentalmente para futuras encarnaciones.

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Si han iniciado un nuevo esfuerzo de servicio en el ciclo anterior alcanzará su clímax en el algún
momento durante este y el ser humano se retirará del campo.
Durante el noveno ciclo menor el cuerpo mental entra en su declive y la conciencia encarnada es li-
bre de sus demandas. Cesa su constante actividad creadora de formas de manera que la vida men-
tal gradualmente se aquieta.
Aquí al ser humano se le ofrece la oportunidad de la meditación real, libre de las formas de pensa-
miento que anteriormente se interponían entre si mismos y la realización del puro ser. Pueden aho-
ra funcionar en el reino del alma si han sacado provecho de todos los ciclos anteriores de oportuni-
dad que se les han presentado.
Esto no significa que la mente se vuelva negativa e impotente. Se mantiene quieta, pero alerta,
atenta a las impresiones del Alma, de manera que la luz del Alma puede verterse a través suya para
iluminar la conciencia en espera. Esto presupone un actividad interna intensiva.
Esto lleva al individuo a su noventa y un cumpleaños en el que entran en ese interludio entre vivir
en una forma y vivir fuera de una forma.
El interludio ofrece la oportunidad de una tranquila reflexión sobre el pasado y una reevaluación
de todo lo que ha pasado (en esta encarnación) a la Luz del Alma. Salen en plena conciencia des-
pierta al llegar al fin de su ciclo de encarnación. Pasan con facilidad desde su instrumento y el mun-
do de los asuntos a la vida después de la muerte que les es natural.

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Lección 26 – La naturaleza de la forma
Haciendo correcto uso de la forma naturaleza
Invocado la Voluntad Divina
Dos características del aspecto negativo de la Deidad: Inercia, Actividad
Los movimientos del Espíritu y la Sustancia
Alterando el movimiento mediante integración
El Alma inicia un nuevo movimiento
Estableciendo la residencia en la cabeza

Las tres Leyes Divinas fundamentales de Economía, Relatividad y Periodicidad dan a la forma su
naturaleza. Es dentro de esta naturaleza que la conciencia encarnada se encuentra aprisionada, con
esta naturaleza con la que nos identificamos durante un largo ciclo de crecimiento, y mediante cuyo
control y correcto uso finalmente evolucionamos hasta un Alma consciente encarnada.
El estudiante en este punto debe aprender a llevar hacia abajo y aplicar la teoría a la vida de todos
los días para probar o refutar su valor de Verdad. ¿Cómo puede una teoría como esta ser aplicable a
los asuntos mundanos de todos los días? ¿Cómo podemos relacionar lo abstracto con lo concreto de
manera que construyamos una estructura viviente de la Verdad?
La forma, nuestros cuerpos, nuestro entorno – los pensamientos y sentimientos que albergamos y
los actos que emparedemos, sirven todos a la economía de la Vida Una. Por naturaleza están todos
imbuidos con un Propósito divino, siendo ese Propósito el crecimiento y el desarrollo de la concien-
cia hasta una expresión del amor Sabiduría Divino, o lo que podemos definir como altruismo. Un
ser humano no puede escapar de este inherente hecho de la naturaleza. Este es nuestro Propósito
generalmente, y específicamente en las áreas en donde particularmente carecemos de motivaciones
altruistas. Nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones, directa o indirecta-
mente, a través del sufrimiento o a través del logro, el dolor o el placer, de acuerdo a nuestra elec-
ción consciente o inconsciente como parte de la economía de la Vida Una, haremos evolucionar la
conciencia en nuestra esfera de influencia a un mayor conocimiento del Amor Divino. Los demás
pueden mirar y observar, “Esa no es la manera de comportarse. Esta es la manera”. Así, servimos
sin siquiera pretenderlo. Nosotros mismos sufrimos las repercusiones de nuestras propias accio-
nes, evolucionamos y refinamos gradualmente nuestra expresión hasta legar finalmente al altruis-
mo. Por ello, no podemos escapar a ese Propósito que trabaja como parte de la misma naturaleza
de la forma.
La forma naturaleza no puede evitar relacionarse con otras formas para servir a ese Propósito por-
que la Relatividad, también, es parte de la su naturaleza inherente. Debe relacionarse con aquellas
otras formas que can en su esfera de actividad, y al hacerlo producir una relación consciente de la
conciencia que mora con las demás unidades de conciencia. La humanidad amará u odiará. Atraerá
o repelerá. No puede quedar indiferente y quedar sana. Las formas y unidades de conciencia en una
esfera de actividad se vuelven tan interrelacionadas e interdependientes que sin importar la cuali-
dad de la relación, no pueden vivir unas sin otras.
Esto se ha vuelto cada vez más cierto en nuestro moderno mundo que refleja la evolución interna
de la conciencia humana. Un ser humano puede amar u odiar, gustar o disgustar, ser atraído o re-
pelido por las formas del tendero, el banquero, el comerciante, etc., pero no puede vivir la vida que
ha elegido sin esas formas. Ya no es posible para una persona, familia, o incluso una nación, seguir
siendo una unidad independiente. La economía del mundo no permitirá el continuo aislamiento de
una forma y unidad de conciencia de la vida que es la humanidad. Las interrelación de todas las vi-
das, que refleja la economía de nuestro mundo, señala el camino hacia la reconstrucción de la hu-
manidad de los siglos de dolorosas experiencias a una era de paz y buena voluntad.
Tenemos solo derecho a hacer correcto uso de esta naturaleza en las oportunidades cíclicas o esta-
ciones, que la forma presenta para pasar con éxito a través de este periodo transitorio de una era a
la nueva. Podemos acortar el tiempo de esta transición dando nuestros pasos evolutivos conscien-
temente en cooperación con la ley.

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Reconociendo que somos parte de la Economía de la Vida Una, y que la Economía sirve al Propósi-
to Divino de la Vida Misma, podemos deforma consciente apropiarnos del Propósito divino y del
Poder Divino que la acompaña. Podemos realizar que estamos sirviendo a la evolución de la con-
ciencia o Alma, y aspirar a hacerlo de una manera positiva.
Mediante una aspiración correctamente motivada podemos invocar la Voluntad Divina para ilumi-
nar nuestra conciencia.
Reconociendo que debemos relacionarnos, porque esto es parte de nuestra naturaleza básica y la
naturaleza de la forma, podemos conscientemente elegir relacionarnos con amor de hermano a
hermano en la familia de Dios.
Podemos luego observar los ciclos de oportunidad presentados por la forma, y en esos ciclos o esta-
ciones elaborar nuestro crecimiento y desarrollo Espiritual, creando una nueva civilización cuya
cualidad sea la del altruismo, y cuya actividad provea el mayor bien para el mayor número. No olvi-
den que el mayo bien para los muchos deben incluir y comenzar con el mayor bien para cada indi-
viduo. La Vida Una se haya enfocada en los muchos, y a través de los muchos en el individuo.
Antes de abandonar nuestra consideración de la naturaleza de la forma, existen otras dos caracte-
rísticas de la forma aún más básicas, y por lo tanto más inherente que se derivan del Aspecto Nega-
tivo de la Deidad.
Estas dos características inherentes son de la sustancia misma, antes de que la sustancia se haya
ensamblado en una forma. Son:
1. inercia
2. actividad
Dan por resultado la capacidad creativa de la sustancia para disponerse y mantener a si misma en
cualquier forma impresa sobre ella por una Voluntad enfocada.
El movimiento natural de la sustancia es rotatorio. Una partícula de sustancia rota sobre su eje y
tiende, debido a la inercia, a mantener su movimiento constantemente.
Desde el momento en que el Espíritu entra en el campo de receptividad de la partícula de sustancia,
se crea un nuevo movimiento o actividad. Este es un movimiento circulatorio. La partícula de sus-
tancia orbita alrededor de su polo positivo del Espíritu en un sendero creado por la Intención del
Espíritu. Su inercia básica la mantendrá en el sendero entrado al principio de manera que la órbita
permanece fija.
Cuando la conciencia o Alma nace en el campo magnético creado entre materia y Espíritu, produce
otro nuevo movimiento de la sustancia. La partícula no solo rota sobre su eje y orbita alrededor de
su polo positivo, sino que ahora entra en un patrón de actividad espiral. El Alma, que es el media-
dor entre Espíritu y materia, ejerce una influencia magnética sobre la sustancia que orbita. Esa sus-
tancia comienza a moverse en espiral, acercándose a su polo positivo a medida que el alma ejerce
su atracción cíclica sobre ella. De este modo, la evolución del aspecto materia procede junto a la
evolución del Alma. Las formas son creadas, evolucionan, y finalmente son elevadas en frecuencia
hasta el cielo (la frecuencia del Espíritu) mediante la conciencia en evolución o Alma mediando en-
tre Espíritu y materia.
Se reconoce que mucho de esto es abstracto y difícil de captar de entrada; sin embargo, las caracte-
rísticas básicas que trabajan debajo de la naturaleza de la forma pueden ser relacionadas y aplica-
das al propio crecimiento u desarrollo del individuo así como a su vida y asuntos.
Subyaciendo a la naturaleza de las formas con las que deben trabajar, existe una naturaleza aún
más poderosa de la materia que debe ser tenida en cuenta.
La forma naturalmente tiende a repetir una y otra vez la actividad a la que fue impulsada por pri-
mera vez. De este modo se construye un mecanismo de respuesta automático en el cerebro físico y
el sistema nervioso, se forma los hábitos y se repiten las experiencias en casi una interminable su-
cesión de ciclos. Solo la influencia positiva de la conciencia, mediante reevaluación consciente o in-
consciente, puede alterar el movimiento ya establecido (actividad) de una forma. La forma actuará

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porque debe, porque esta es una de sus características más profundas, pero actuara conforme al pa-
trón establecido por primera vez para ella o hasta que sea conscientemente alterado con uno nuevo.
La forma más fácil y efectiva de alterar el patrón de acción de mediante la atracción de las fuerza
sustanciales de los cuerpos (energía mental, emocional y física) a una aproximación más estrecha al
Alma. Es decir, iniciando conscientemente un movimiento ascendente de esas fuerzas a la luz de la
comprensión, en donde, desde un foco mental, puedan ser redirigidas hacia nuevos patrones de ac-
tividad.
A esto lo llamamos Integración de la Personalidad. Todas las fuerzas sustanciales de la forma, que
constituyen en su suma total la persona (la máscara o cara del Alma) son llevados a una unidad
funcional integrada por aquellos que están conscientemente enfocados en su cabeza. Todo el ser es
luego capacitado para actuar en vez de reaccionar, a la vista del impacto, porque la respuesta al im-
pacto es impulsada desde el Alma mediante la mente, en donde la Luz de la Comprensión permite
la iniciación de la acción correcta. Tal comprensión no se haya nunca disponible a menos que las
fuerzas de los cuerpos se hayan integrado en una personalidad unida.
Consideren estas fuerzas como la vida de pensamiento, la vida emocional y la misma vida física, an-
tes de ser integradas en una unidad. No solo están los tres aspectos a menudo en guerra entre si,
sino que el conflicto entre uno o más aspectos a menudo crea graves dificultades para el ser huma-
no. Si la vida de pensamiento está dividida con respecto a lo que quiere, o cree, o conoce, no solo se
vuelve impotente en lo que se refiere a un logro positivo, sino que se convierte en destructiva con
respecto al resto del instrumento y del entorno. Esto se aplica a la vida emocional también. Y cuan-
do las acciones de los seres humanos en el plano físico se contradicen unas a otras, frustran sus
mismos esfuerzos, a menudo al punto de la enfermedad.
La personalidad se integra en una unidad funcional receptiva al Alama cuando los individuos esta-
blecen su residencia en la cabeza y se identifican como Almas, y como tales, atraen a esta fuerzas
arriba a un foco en donde los patrones que tienden a adoptar pueden ser re-evaluados, y las fuerzas
redirigidas al nuevo patrón creado por la reevaluación.
Recuerden, el aspecto Alma o conciencia inicia un nuevo movimiento o actividad de la sustancia.
Las fuerzas sustanciales del instrumento se componen de millones de partículas de sustancia. A
medida que el Alma ejerce una atracción cíclica y magnética sobre ellas emprende un movimiento
en espiral. A medida que orbitan alrededor del Espíritu, se acercan al mismo, i.e., elevan su fre-
cuencia vibratoria.
De este modo, según adoptamos nuestra residencia en la cabeza (primero en el ajna, entre las ce-
jas) y nos identificamos como Alma, nos estamos estableciendo en esa polarización, que, como un
mediador entre Espíritu y materia, se vuelve positiva a las fuerzas sustanciales del instrumento. Se-
gún ejercemos una atracción cíclica magnética sobre ellas cada mañana en meditación somo eleva-
dos en frecuencia fuera de la oscuridad de los viejos patrones a la luz del la comprensión. La reeva-
luación resultante crea el nuevo patrón de acción hacia el que estas fuerzas pueden fluir según la
conciencia se expresa a si misma hacia afuera en su entorno. La inercia de la materia ha sido venci-
da para producir una nueva actividad.
La vida y asuntos de alguien así cobra un nuevo significado según se conforman a la nueva influen-
cia, y la vida del ser humano se hace obviamente una contribución positiva a la Vida Una.
En la siguiente lección consideraremos una nueva técnica de meditación que aplica el proceso ante-
rior. Mientras traten de entender en la medida de lo posible el contenido de esta lección.

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Lección 27 – Construyendo un ideal
Transmutación o Alquimia Espiritual
Visualizando el núcleo del ideal, la Luz de Cristo
Un triángulo de Fuerza Espiritual y tres características del nuevo ideal:
Voluntad Divina, Amor Sabiduría Divino y Actividad Inteligente
Los cuatro atributos del aura magnética:
Armonía Divina, Ciencia concreta y Conocimiento,
Devoción a un Ideal y Ley y Orden Divino
Usando el ideal como pensamiento semilla en la meditación
Doce meses de meditación

¿Con qué podemos identificarnos si no es con la forma que habitamos? ¿Si no somos nuestros pen-
samientos o nuestras emociones o nuestro cuerpo físico, si no somo ni siquiera nuestro nombre,
entonces, qué somos?
El estudiante sincero de la verdad, en este punto, se identifica con un ideal hecho de un grupo de
ideales. El ideal tiende a ser abstracto y vago al comienzo porque las ideas son de una naturaleza
abstracta. El estudiante principiante aún ha de aprender a pensar abstractamente en forma concre-
ta para crear un ideal adecuado que puede envolverse en sustancia mental, emocional y física.
Cuando podemos hacerlo nuestra nueva identificación deja de dar vueltas a nuestro alrededor
como un sueño en nuestra vida de deseos, y se convierte en una realidad en el mundo de los asun-
tos.
De esta manera, nuestros sueños se convierten en realidad. Crecen desde su forma embriónica has-
ta realidades vivientes porque las hemos impregnado de Espíritu, nuestra cuota de la Voluntad de
Ser universal.
Muchos estudiantes que llegan hasta aquí se sienten frustrados en su intención de construir un ide-
al. Casi todo el mundo quiere ser mejor de lo que son en el presente. Casi todo el mundo consciente
o inconscientemente busca una estatura superior, pero pocos reconocen como efectuar su propio
crecimiento. La meta es difícil de describir en la mente y debido a ello pocos reconocen hacia que
trabajar. El crecimiento Espiritual autoiniciado tiene algo de concepto nuevo para la persona me-
dia, y aún así despierta una respuesta definida desde las mismas profundidades del ser de la perso-
na una vez que su significado es captado. Inmediatamente nos ponemos a formular un ideal como
un objetivo hacia que podamos iniciar nuestro crecimiento y desarrollo. El objetivo es por lo gene-
ral construido a partir de un ideal que es el opuesto polar de que parecemos ser en el momento
dado.
Obviamente, si estamos llenos de resentimiento, celos, codicia, etc., buscamos superar esto de la
mejor manera que podamos. Nuestro primer ideal se construye naturalmente a partir de ideas va-
gas de amor, compasión, amabilidad, desinterés y bondad general. Intentaremos cambiar porque
de manera subconsciente nos damos cuenta de que podemos efectuar cambios en lo profundo de
nuestra psicología.
La persona media inicia este crecimiento particular mediante una acción autoimpuesta de discipli-
na, y proceden en la correcta dirección, pero por lo general con métodos equivocados. Sus discipli-
nas son de una naturaleza negativa. Se disciplinarán a si mismos a no ser resentidos, a no volverse
celoso, a no permitir que la codicia influencie sus acciones, etc., y al hacerlo solo tienen éxito inhi-
biendo las fuerzas generadas por esos patrones. Están iniciando solo frustración creciente, mala sa-
lud, o como mucho una serie de experiencia desagradables, porque las fuerzas inhibidas construye
su poder potencial hasta que eventualmente deben encontrar su camino a la manifestación. Por
ello, la persona por lo general calma y serena explota, entra en pánico o se congela, cuando se en-
frenta con una crisis repentina. O las personas simplemente alcanza un punto de ruptura cuando
las fuerzas inhibidas de repente irrumpen a la acción y son controlados por ellas.
Obviamente debe existir otro método de logro por el cual la humanidad pueda efectuar con seguri-
dad su crecimiento y desarrollo Espiritual. Estas fuerzas negativas enterradas en cada uno deben

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transmutarse en sus opuestos polares más que meramente inhibidas de la expresión. Esa inhibi-
ción no es nada más que un control superficial de un peligroso poder potencial que debe con segu-
ridad llegar a la acción a través del conflicto tanto en el individuo como en el colectivo humano.
Pregúntense a si mismos que hay detrás realmente de la violencia masiva, la conducta criminal o
cualquier acto que destruye el bien común. Un pequeño grupo de la humanidad jugando con la vida
emocional de una masa de personas puede disparar esas fuerzas negativas inhibidas para mover a
la masa a la violencia en contra de su mejor juicio. No se necesita sino una pequeña chispa para
producir una explosión de tal poder potencial. Por ellos, mientras ese potencial esté presente es
una amenaza constante a nuestra paz y seguridad.
La transmutación o Alquimia Espiritual, es una ciencia basada en Hechos Divinos de la Naturaleza,
que como almas conscientes podemos aprender y aplicar a la mejora de nuestro mundo. En un sen-
tido muy real, estamos tratando en esta serie de instrucciones con el proceso de transmutación.
¿Cómo comienzan los estudiantes sinceros a construir un ideal adecuado y acabado?
Comenzamos primero por el mismo núcleo del ideal – la identificación, ¿Cuál es la identidad de
este nuevo ser en el que tratamos de convertirnos? ¿Cuál es su nombre y su lugar en el esquema de
las cosas?
Su nombre es Cristo, Hijo de Dios. Es un Cristo niño, aun joven alma nacida como una unidad en la
Vida Una, nacida del Espíritu y la materia en la familia humana.
Este núcleo es visualizado como un pequeño punto de Luz brillante, en lo profundo del yo, que se-
gún crece, se desarrolla y madura, infundirá la triple personalidad con su radiante Luz. Mediante
esta Luz, la Luz de Cristo enfocada en el corazón de cada Alma, las fuerzas negativas de la persona-
lidad, del entorno, y finalmente del mundo son transmutadas en su polo opuesto.
Por ello, cuando quiera que el estudiante piense en la identidad lo hará de esta manera. Se recono-
ce a si mismo en esencia como un punto focal de la Vida y la Luz azul-blanca del Cristo en una esfe-
ra de conciencia llamada Alma. El crecimiento de este punto de Luz y Vida hasta un sol radiante
azul-blanco que infunde y finalmente consume la personalidad, simboliza el crecimiento Espiritual
que uno está iniciando.
De este modo, el núcleo del ideal se establece y asume una forma comprensible. Se puede trabajar
hacia esto como una meta de logro Espiritual.
El siguiente paso en la construcción del ideal es la formulación de una naturaleza fundacional bási-
ca para la nueva identidad. Han de formularse nuevas ideas que servirán como diseño a partir del
cual se modele un programa positivo de disciplina para la persona.
¿Cuáles son las características básicas de este ser Espiritual en que el estudiante está intentando
convertirse?
Son tres características que forman un triángulo de fuera Espiritual alrededor del corazón central
de Luz Crística.

Son:
1. Voluntad Divina. Este es el primer punto del triángulo. La Voluntad Divina es heredada por el
Hijo del Padre. Le sobrevuela y le infunde desde arriba y la alinea directamente con el Padre.
La Voluntad Divina se elabora en el ser interno de la persona según infunde a la triple naturaleza
de esa persona (mental, emocional y física) como la Voluntad al Bien.
Se expresa externamente en el mundo de los asuntos como buena voluntad hacia todos los miem-
bros de las familia humana.

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2. Amor-Sabiduría Divino. Este es el segundo punto del triángulo, situado abajo y a la derechas
del primer punto.

El Amor Divino es la naturaleza básica y por lo tanto la característica esencial del Hijo Mismo, cre-
ado por la interacción de la fuerza Divina entre sus Padres Divinos. Constituye Su unificación con
toda otra vida humana.
El Amor Sabiduría Divino se elabora como Correcta Comprensión o Empatía o Altruismo en la na-
turaleza más interior de la persona según infunde a la persona.
Se expresa externamente como hermandad, y constituye la cualidad de sus acciones así como su ra-
zón para ellas.
3. Actividad Inteligente. Este es el tercer punto del triángulo, situado abajo y ligeramente a la iz-
quierda de los dos primeros puntos.

La Actividad Inteligente es heredada pro el Hijo de la Madre. Le subyace y sustancia, dándole una
apariencia o forma.
La Actividad Inteligente se elabora como la imaginación creativa (la capacidad para formular ideas
en planes) en la naturaleza más interna de la persona según infunde a la persona.
Se expresa externamente como la acción correcta en la vida y asuntos de la persona.
Tenemos ahora la estructura básica del ideal – un punto de Luz y Vida Crística en un triángulo de
fuerza Espiritual, constituyendo ese triángulo las características básicas del ideal.
El siguiente paso es el acabado de esa identidad esencial y sus características en un ser total. Para
hacer esto tenemos que añadir los cuatro atributos que formas el aura magnética del Alma Espiri-
tual o ideal. Estos atributos son:
1. Armonía Divina. Todos los tonos de la persona han sido ajustados con el tomo puro del
Cristo, y la armonía prevalece en la influencia áurica de todo el ser. Están en sintonía con la
Vida Una. Los efectos que crean en el mundo de los asuntos están en armonía con el creci-
miento y desarrollo Espiritual (el Plan Divino) de la humanidad.
2. Ciencia Concreta y conocimiento. Las formas en el aura magnética están modeladas según
los Hechos Divinos de la Naturaleza. Son racionales, razonables, positivos y constructivos.
Son la aplicación de las características básicas, que se encuentran en el triángulo de fuerza
Espiritual, a los asuntos diarios de la persona.
3. Devoción a un Ideal. El aura magnética es de naturaleza aspiracional. Dedica su fuerza
atractiva a aquello que es de Significado Espiritual, y está por tanto constantemente llenada
a rebosar con la Vida del Espíritu.
4. Ley y Orden Divino. Todas las formas en el aura magnética son atraídas a una correcta rela-
ción entre si y con la Vida Una de manera que el orden prevalece a través del sistema de
toda la entidad. El Hijo de Dios vive de acuerdo a la Ley Divina, manifestando por lo tanto
mediante su influencia áurica, Orden Divino en la vida y asuntos de aquellos con los que en-
tra en contacto.

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El ideal está ahora formulado. Los estudiantes sinceros como es aquello en que desean convertirse.
Comprenden el objetivo de crecimiento y desarrollo que están iniciando. Tienen solo que relacionar
el ideal abstracto con la forma concreta, hacerlo descender a una actividad planificada que les per-
mita encarnarlo. Esto lo hacen mediante meditación, aplicación y reflexión.
El ideal es utilizado como un pensamiento semilla en la meditación. Los estudiantes reflexionan so-
bre el mismo, intentando fijarlo firmemente en sus mentes hasta que se haga positivo con respecto
a todas las demás formas de pensamiento que han albergado con respecto a si mismos.
De esta manera las fuerzas sustanciales de la persona se elevan hasta una frecuencia superior, por-
que el pensamiento semilla, al polarizarse positivamente, ejerce una influencia magnética sobre
ellas. Según se elevan fuera de las frecuencias de los viejos patrones negativos, son impresas con los
nuevos patrones dictados por la nueva identidad polarizada y las viejas formas mueren por falta de
uso. De este modo, el proceso de transmutación o alquimia espiritual de la personalidad, la forma
naturaleza y el ser total, es efectuada, y renacen a la Vida divina. Las fuerzas negativas dejan de ser
inhibidas como un peligroso poder potencial para la destrucción, sino son limpiadas y transforma-
das en poder para el bien.
La nueva meditación, que debería usarse durante al menos doce meses, con un nuevo pensamiento
semilla cada mes, es como sigue:
1. Quedar relajados y confortables físicamente (en posición sentada).
2. Quedar calmados y serenos emocionalmente.
3. Quedar en equilibrio y alertas mentalmente.
4. Enfocar la conciencia en el centro ajna entre las cejas y concentrarse por unos pocos mo-
mentos sobre lo siguiente:
“Yo estoy mentalmente polarizado. Yo estoy integrando las fuerzas sustanciales de
mi triple personalidad en aspiración a mi ideal de Hijo de Dios.”
5. Vuelvan la atención (visualicen) a un punto de Luz azul-blanca en el mismo centro de la ca-
beza rodeado por un triángulo de fuerza espiritual. (El punto superior del triángulo situado
en lo alto de la cabeza, el segundo punto en el centro ajna entre las cejas y el tercer punto si-
tuado fuera y en la parte posterior del cuello). Visualicen una esfera radiante de luz dorada
desde el punto central que es el aura magnética en el mundo de los asuntos.
Contemplen de tres a cinco minutos el significado de este símbolo como sigue:
“El Hijo de Dios es un punto focal de la Vida de Cristo. Esa vida se caracteriza por
la Voluntad Divina, el Amor Sabiduría Divino y Actividad Inteligente. Sus atribu-
tos áuricos son Armonía, Ciencia y Conocimiento Concreto, Devoción a un Ideal
Espiritual y Ley y Orden Divino. Yo soy esa Vida.”
6. Luego mediten sobre unos de los pensamientos semilla formulados al final de esta lección
de cinco a diez minutos. Según contemplan el pensamiento semilla, intenten relacionarlo
con vida y asuntos inmediatos, como correcta acción planificada.
7. Vuelvan su atención a la naturaleza mental y repitan (si es posible en voz alta)
“Mi mente está infundida con la Luz de Cristo, aclarada y vívida por esa Luz y
transmutada en un instrumento de servicio a la Vida Una.”
8. Vuelvan su atención a la naturaleza emocional y repitan (si es posible en voz alta)
“Mi naturaleza emocional está infundida por el Amor de Cristo, calmada y aquieta
da por ese Amor y transmutada en un instrumento de paz en la Vida Una.”
9. Vuelvan su atención al instrumento físico mediante al cerebro y el sistema nervioso y repi-
tan (si es posible en voz alta)
“Mi cerebro físico está infundido con la imaginación creativa del Cristo, toda la
vida del físico está infundida con la acción correcta de Cristo y transmutada en el
el templo de la Vida Una.”

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10. Vuelvan su atención a su entorno inmediato y repitan (si es posible en voz alta)
“Mi entorno está infundido con los Atributos Divinos del Cristo para manifestar ajuste divi-
no en mi vida y asuntos al Plan Divino para la humanidad.”
11. Escriban un informe con los resultados de su meditación.
Durante el día intenten personificar sus realizaciones mediante la aplicación de los mismos a la ru-
tina diaria.
Al final del día relean su informe de meditación matutina y reflexionen sobre su día. ¿Cuánto de su
ideal personificaron? ¿Dónde fallaron? Mantengan in registro de esas reflexiones así como de las
meditaciones, y en su Diario Espiritual tendrán un registro de su crecimiento, que puede ser de un
tremendo valor en una fecha posterior.
Pensamientos semilla para los doce meses
Utilicen cada pensamiento semilla, comenzando pro el primero, durante el periodo de un mes.
1er mes:
“Yo, el Alma, tengo Propósito, Poder y Voluntad. Infundo mi personalidad con la voluntad al
bien. Yo expreso esa Voluntad al Bien externamente como buena voluntad hacia mis herma-
nos.”
2º mes:
“Yo, el Alma, tengo Sabiduría, Compasión y Amor. Yo infundo mi personalidad con Correcta
comprensión. Yo expreso esa compresión externamente como hermandad.
3er mes:
“Yo, el Alma, conozco la Acción Correcta. Yo infundo a mi personalidad con ese conocimiento y
lo expreso externamente como una actividad vital planificada inteligentemente. Yo soy Creati-
vo.”
4º mes:
“Yo, el Alma, hago sonar la nota de la armonía a través de mi personalidad y su entorno. Esa
nota transmuta todo los conflictos que toca en armonía con el Plan de Dios en la Tierra.”
5º mes:
“Yo, el alma, soy la ecuación entre Espíritu y Materia. Yo infundo mi personalidad y su entor-
no con los Hechos Divinos de la Naturaleza, y transmuto la forma naturaleza en un vehículo
de servicio.”
6º mes:
“Yo, el Alma, me dedico a la Vida Una. Yo infundo mi personalidad con amor por la humani-
dad, y expreso ese amor en mi entorno.”
7º mes:
“Yo, el Alma, conozco y vivo bajo la Ley de Dios. Mediante esa Ley restauro el orden a partir
del caos.”
8º mes:
“Yo, el alma, disciplino mi forma naturaleza para reflejar la Luz, el Amor y la correcta acción
del Cristo.”
9º mes:
“Yo, el Alma, abro la puerta de la iniciación y llevo la personalidad a presencia de Cristo.
10º mes:
“Yo, el Alma, sacrifico las demandas de la personalidad sobre mi triple instrumento al Poder
de Dios y aprendo los Caminos de Cristo.”

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11º mes:
“Yo, el Alma, subo a la cruz y ocupo mi lugar sobre el sendero del discipulado.”
12º mes:
“Yo soy el alma aquí y ahora.”

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Lección 28 – Los tres planos de la materia vibrante
El Tercer Plano o el Plano Etérico
La superficie de reflexión del tiempo y el espacio
La falsa luz y la identidad perdida
El Alma Trascendente aprende a través de la experiencia en la forma
Contemplando la sustancia etérica
Visualizando la red etérica

En lecciones anteriores hemos considerado con alguna amplitud la naturaleza general de la forma.
La consideremos ahora específicamente en aquellas frecuencias vibratorias que constituyen los tres
mundos del esfuerzo humano.
Cuando la persona media piensa en su entorno, piensa solo en la apariencia sólida de estos tres pla-
nos interrelacionados e interdependientes de materia vibrante, apenas tomándolos en cuenta como
realidades. En percepción consciente viven y trabajan en el plano físico de las apariencias. Cuando
piensan y sienten sobre ellos mismos apenas se dan cuenta de que viven en un mundo de pensa-
mientos y en un mundo de emociones. Por ello solo conocen una tercera parte de su entorno real, la
qu adopta una apariencia sólida ante sus ojos, mientras que los otros dos tercios quedan fuer de su
rango de percepción y consideración.
Gradualmente esto será remediado a medida que la ciencia irrumpa a través de la barrera vibrato-
ria del plano físico y explore los demás planos de la existencia. La parapsicología está realizando
una contribución a la expansión del conocimiento humano en su estudio de loa percepción extra-
sensorial y los llamados fenómenos psíquicos. La humanidad no ha de esperar mucho tiempo antes
de que nuestros horizontes se expandan considerablemente, y no solo en nuestra expansión hacia
el espacio exterior. De hecho, nuestra continua exploración y creciente conocimiento del mundo fí-
sico en el que vivimos se convertirá en un peligro si no se equilibra de una manera adecuada por un
interés paralelo en los muy reales mundos del pensamiento y la emoción.
Sin embargo, mientras la ciencia establecida se mueve algo lentamente en estas dos áreas, sin ha-
ber formulado metodologías para una adecuada exploración, los estudiante de una nueva ciencia
llamada Filosofía Aplicada, en proceso de emerger en las mentes de la humanidad, da pasos defini-
dos en esa dirección. Al hacerlo no solo estará preparando el camino para la entrada de la ciencia,
sino que precipitará la necesidad de tal entrada en las mentes y cerebros científicos. De esta mane-
ra, quienes buscan y estudian, también sirven.
El mundo de los objetos sólidos en los que viven diariamente, se mueven y trabajan no es sino la
apariencia exterior de tres planos interrelacionados e interdependientes de materia vibrante. Nos
hemos referido a ellos en el posado como mental, emocional y físico para evitar la confusión en las
mentes de los principiantes. Seamos ahora más claros.
El plano físico es en realidad, la objetivización de los tres, más que uno de ellos. En realidad no es
un principio, sino una apariencia o reflejo sobre el tiempo y el espacio de los tres principios, llama-
dos energía, fuerza y sustancia.
Los tres planos de la materia vibrante son:
1. el plano mental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . o energía
2. el plano emocional, a veces llamado astral o fuerza
3. el plano etérico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . o sustancia
En esta lección consideraremos el tercer plano de la materia vibrante, contando en frecuencia des-
de arriba hacia abajo, el plano etérico o el de la forma sustancial.
El plano etérico para el individuo medio sería considerado como un plano de energía porque está
en un rango superior de frecuencia de la llamada sustancia sólida. Subyace y sustancia, vitaliza y
anima esa apariencia que llamamos el mundo físico. Es la sustancia básica a partir de la cual todas
las cosas finalmente están hechas, el siempre presente Cuerpo de Dios sustancial, omni penetrante

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e impregnante. En él se encuentran las formas etéricas (los cuerpos vitales) cuya apariencia se re-
fleja en tiempo y espacio como los objetos sólidos de nuestro mundo.
Su barrera vibratoria ha sido penetrada, lo reconozca la ciencia o no, porque la electricidad se ex-
trae del mismo.
El universo, y cada forma en el universo, tiene una contraparte superior en sustancia etérica y ha
adoptado una apariencia debido a esa contraparte. Sin ese cuerpo vital sustancial una realidad no
podría reflejarse en tiempo y espacio.
Todo lo que es llega a la objetividad sólida poniéndose la ropa, por así decirlo, de un cuerpo de sus-
tancia etérica.
La condición de la superficie de reflexión del tiempo y el espacio hace que la forma reflejada se se
distorsione algo de manera que la percibimos no como es en realidad sino como se refleja en nues-
tros sentidos físicos y conciencia cerebral. Por lo tanto es muy poco lo que sabemos de la realidad.
No percibimos, por ejemplo, a la familia humana como una vida porque vemos en el mundo mu-
chas formas separadas sin ver las corrientes más sutiles de energía, realmente de sustancia, que los
vinculan entre si como miembros de un cuerpo. Esta apariencia de formas separadas es una distor-
sión que ayuda a crear nuestro sentido de separatividad.
De igual modo, no percibimos a los Reinos Animal y Vegetal de la Naturaleza como Entidades en
las que las muchas plantas y animales se mantienen en relación como miembros de un cuerpo.
No podemos normalmente percibir la interacción de energía, fuerza y sustancia entre los muchos
miembros de la Vida Una y por lo tanto no comprendemos sus relaciones entre si. Por ello manifes-
tamos en este mundo de apariencias erróneas relaciones en casi todos los departamentos del vivir
humano. No manifestamos orden porque no conocemos la Vida ordenada del Uno en el que vivi-
mos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
No percibimos que es mediante estos canales etéricos saliendo de cada forma para conectar a la hu-
manidad mediante arterias principales con cada otra forma, que la energía del pensamiento, la
fuerza de la emoción y la actividad vital de la sustancia es llevada a la objetividad. Ni percibimos
nuestro entorno tal como es.
¿Cómo y por qué como conciencia nos hemos perdido en el reflejo y así perdido la realidad?
Primero tenemos que responder a la pregunta ¿Qué es la superficie de reflexión a la que llamamos
tiempo y espacio? ¿Qué la causa? Esta es una pregunta difícil de evaluar por el principiante, peros
se puede dar una respuesta que ilumine gradualmente la conciencia si es contemplado durante el
suficiente periodo de tiempo.
El tiempo y el espacio son creados mediante el movimiento de la energía, fuerza y sustancia al fun-
dirse en una forma. Tal movimiento (acontecimientos teniendo lugar fuera del tiempo y del espacio
en la conciencia) crean aquello a lo que solo podemos referirnos como una falsa luz, i.e., una luz re-
flejada en la que tal movimiento es aminorado como acontecimiento secuenciales.
Consideren al Alma, una unidad individual de conciencia en la Vida de un Ser Planetario, mirando
hacia abajo a su propio reflejo en tiempo y espacio, igual que si mirasen su reflejo en un espejo o
una superficie de agua. ¿Qué pasaría si perdieran su identidad como ser humano en la forma que se
refleja sobre la superficie? Estarían limitados en su conciencia a las limitaciones de la superficie re-
flectante – sus dimensiones serían las suyas, su sensibilidad sería la suya. Perderían el conocimien-
to de si mismos (durante un periodo de tiempo) tal como son ahora, y perderían la realidad de si
mismos como seres humanos en el mundo de los seres humanos.
En un sentido muy real esto es lo que ha sucedido a su conciencia del Alma, pero solo en parte. No
ha extendido sino una parte de si misma en el reflejo, esa parte que su conciencia del “Yo” y esa ex-
tensión ha perdido su verdadera identidad. Ha perdido la conciencia de si mismo como alma en un
mundo de Almas.
Pero esto ha sido por una razón, con un Propósito Divino. El Alma Trascendente aprende, a través
de las experiencias de su extensión en la forma, a como controlar y dominar la sustancia y la forma

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naturaleza, de manera que en su propio nivel pueda crear con Sabiduría las formas que dieron al
Alma expresión. A medida que la extensión cumple su propósito, evoluciona de vuelta al reconoci-
miento de Dios y la expresión Divina más la Sabiduría ganada de la experiencia, volviéndose com-
pleta, i.e., dejando de ser la extensión meramente la extensión y convirtiéndose en un Alma Cons-
ciente Encarnada.
Es difícil averiguar la naturaleza real de la sustancia etérica, porque la humanidad es tan limitada
en su percepción.
Es materia vibrando en su rango inferior de frecuencia, un aspecto de la sustancia inteligente de
Dios. Es en última instancia esa sustancia vital que se fusiona alrededor de la energía y la fuerza
para producir una forma sustancial. Su naturaleza es dar forma a la dirección que la energía y la
fuerza imprimen o vierten sobre ella.
¿Cómo capta y percibe la personalidad enfocada en el reflejo distorsionado de su verdadera forma
en tiempo y espacio la naturaleza del etérico que es lo más cercano en frecuencia a nosotros? ¿Nos
es posible sintonizar nuestra mecanismo sensorial a esa banda de frecuencia, y si es así, cómo?
Es posible percibir el plano etérico mediante la mente, el cerebro y el mecanismo sensorial, pero un
proceso evolutivo lento y largo que se producirá para todos los seres humanos en le curso del tiem-
po. Mientras, los estudiantes sinceros de estas materias pueden acelerar en algo su desarrollo evo-
lutivo contemplando y experimentando con los siguientes hechos de la naturaleza.
1. La sustancia etérica es lo que se piensa comúnmente como la energía o fuerza de la acción. En re-
alidad la sustancia de la acción. Este es un término sobre el que meditar y reflexionar.
Cometemos un acto, aún como reacción impulsiva temeraria, segundos antes de que tome forma
ante nuestros ojos. Realmente llegamos al acto en la sustancia etérica, mediante la mente y las
emociones, antes de que impacte sobre el cerebro para producir un reflejo de si misma en tiempo y
espacio que pueda ser percibida por el mecanismo sensorial.
El ser humano medio, por ahora, viven en el momento, sino unos pocos segundos después que el
momento. No nos hemos cogido a nosotros mismos, por así decirlo, sino que vivimos por detrás de
nuestras acciones en el reflejo externo de las mismas.
¿Han recordado de repente vivir un momento exacto en el tiempo antes de ese momento? ¿Han ex-
perimentado alguna vez la desconcertante sensación de una exacta repetición de la escena que tie-
ne lugar ante ustedes? Si es así, en esos raros momentos estaban más cerca del acto real que en
cualquier otro momento.
La acción inicial de la humanidad es en gran medida inconsciente, es casi por entero el resultado de
la respuesta automática que un enfoque deliberado de la intención. Para actuar conscientemente
uno debe conscientemente enfocar la intención en una pausa entre dos reflejos externos de la acti-
vidad.
Un punto importante a traer aquí. El cerebro es la estación para transmitir fenómenos etéricos a la
objetivación física. Esto es difícil de comprender en tanto uno está impedido por el cerebro. No es
el originador o el verdadero formulador del pensamiento, es un receptor y un transmisor de esa
pensamiento y sentimiento a que les dada una forma en sustancia etérica (el acto inicial) por la
conciencia encarnada.
Por ejemplo, percibimos primero un árbol en su forma etérica mediante nuestro propio cuerpo eté-
rico antes que su reflejo en tiempo y espacio pueda ser percibido por los sentido mediante el cere-
bro y retransmitido al cerebro como un árbol. Este es un acto inconsciente y constituye una parte
de nuestro conocimiento inconsciente, pero es un hecho de la naturaleza.
Se puede experimentar con este hecho:
a. contemplándolo hasta que comience a tomar un aspecto de realidad.
b. Intentando elevar el nivel de la percepción intentando cogerse a uno mismo, por así decirlo,
en el acto inicial antes de que suceda en el reflejo externo en tiempo y espacio.

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c. Haciendo una pausa entre actos lo bastante larga como para producir un enfoque interno de la
intención o la voluntad.
2. La sustancia etérica es el verdadero vehículo de la conciencia y la expresión. Es el medio en el
que la conciencia de todas las vidas está verdaderamente enfocada, y el medio a través del cual ex-
presan sus características, atributos y cualidades peculiares.
Nuestra conciencia en realidad vive en la contraparte etérica del físico. Esta contraparte habita y
anima al físico, pero es independiente del mismo. Puede retirarse del contacto con la superficie re-
flectante a instancias del Alma Trascendente, y eso es exactamente lo que sucede en la transición
conocida como muerte. Cuando se retira, los elementos del físico se re-arreglan a si mismos de
vuelta a un reflejo en las diversas frecuencias de la sustancia etérica. El cuerpo físico se desintegra
en un reflejo del plano etérico porque la forma animadora de ese sistema organizado de vida (el in-
dividuo particular) ha dejado de yuxtaponerse en tiempo y espacio.
El cuerpo etérico de un individuo subyace al cerebro y el sistema nervioso, asemejándose a una vas-
ta red de pequeños tubos o canales que llevan la vitalidad del sistema, más la energía, fuerza y sus-
tancia a la objetividad mediante un sistema de centros etéricos, el sistema cerebro nervioso, las
glándulas, el sistema respiratorio y la corriente sanguínea.
Extendiéndose de cada forma física, la red etérica une a la red principal que subyace a la
a. familia (entorno inmediato)
b. comunidad o grupo (entorno de influencia)
c. nación
d. raza
e. humanidad
mediante arterias principales que conectan todas las partes de la Vida Una en un todo interrelacio-
nado.
Cada aspecto del etérico está condicionado por la conciencia colectiva que lo habita según responde
esa conciencia a los estímulos con pensamiento, sentimiento y acción.
En otras palabras, la red etérica de la familia (entorno inmediato) está condicionada por la con-
ciencia colectiva de la familia según responde mediante pensamiento, sentimiento y acción al im-
pacto de los estímulos.
Por ello, la vida y asuntos de todos los seres están interrelacionadas y afectadas por las de los de-
más-
Uno puede experimentar con este hecho de la naturaleza:
1. Visualizando la red etérica que subyace al cuerpo mismo y, mediante esa red, revitalizándolo y
dando energía al sistema con energía vital extrayéndola de la fuente universal de vida y distribu-
yéndola por toda la red. Se reflejará en el físico como más energía y un mayor tono en la salud ge-
neral.
2. Visualizando la red etérica que conecta a los hermanos entre si, y proyectando corrientes de pen-
samiento y sentimiento amorosos y de ayuda a quienes están en el entorno. Una estrecha observa-
ción de tal acción revelará la presencia del etérico como medio de contacto, comunicación y expre-
sión.
3. Intentando reconocer que como conciencia habitan realmente en el etérico, el cuerpo sustancial
de Dios y que, mediante este cuerpo, afectan a todas las vidas del mismo.
Posteriormente, en otra serie de instrucciones se les dará información adicional y sugerirá experi-
mentos con respecto al etérico para los interesados. Mientras, intenten expandir su concepto de la
sustancia para incluir esta realidad.

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Lección 29 – La meta hacia la que la humanidad se esfuerza
Aprendiendo a hacer correcto uso del tiempo y la forma
El plano emocional o plano astral
El campo de fuerza alrededor de un pensamiento
El factor poder de la manifestación
Poder astral separativo, atrae y repele

Un tercio del entorno real de la humanidad es emocional. No solo vivimos y somos influenciados
por la actividad en el mundo de la apariencia física, sino también por las frecuencias emocionales y
mentales de la materia. Porque no vemos las emociones y los pensamientos como tales, escasamen-
te las tomamos en cuenta excepto al manifestarse en la apariencia física antes nuestros ojos. Por
ello, solo somos conscientes de la emoción y del pensamiento después da haber creado un efecto en
tiempo y espacio. Somo víctimas de las circunstancias porque no hemos aprendido como empren-
der la acción en todas las frecuencias de nuestro entorno real.
La conciencia es por naturaleza atemporal. Tiene su ser fuera el tiempo y del espacio, por encima y
más allá dela frecuencia de la sustancia en lo que nos referimos como el plano natural del Alma
(por falta de una terminología más apropiada). La conciencia, como se ha dicho antes, es el Alma.
El alma es conciencia. La conciencia de cualquier vida, sea la de una planta, un animal, un ser hu-
mano o un sistema solar, es el alma de la Vida – el Aspecto Hijo creado de la Vida en que vivimos,
nos movemos y tenemos nuestro ser.
Las almas de todas las vidas están en proceso de evolución o crecimiento. Están creciendo a seme-
janza del Divino Padre Hermafrodita Que, a partir de si mismo, les dio el Ser.
La conciencia de la humanidad o Alma, está en proceso de desarrollarse hasta el Hijo de Dios cons-
ciente del alma. Estamos a medio camino en la gran conciencia que evoluciona entre el reino mine-
ral u el sol de nuestro sistema solar.
Aún cuando estamos, durante un ciclo, cogidos y aprisionados en la superficie reflectante del tiem-
po y el espacio, somos en nuestro propio ser, atemporales. Podemos identificarnos con una forma y
su tiempo, durante un ciclo, pero debemos escapar eventualmente de la ilusión del tiempo porque
no es una realidad (no natural) a nuestra conciencia. Esto no significa que el tiempo no exista, sino
que el tiempo pertenece a la forma y no a la conciencia. Hemos de aprender a hacer uso correcto
tanto del tiempo como de la forma. Tenemos ante nosotros la tarea de controlarlos a ambos para
ocupar nuestro lugar correcto en el esquema de las cosas.
Lo hacemos así gradualmente, elevando nuestra conciencia por encima del reflejo de nuestro en-
torno al del entorno real en donde tiene lugar la acción en las frecuencias de la energía, la fuerza y
la sustancia. Lenta y cuidadosamente, aprendemos a crear nuestros propios efectos en tiempo y es-
pacio. De este modo, en un sentido muy real, aprendemos a crear nuestro propio tiempo. Trabaja-
mos con la energía del pensamiento, la fuerza de la emoción y la sustancia de la acción en el entor-
no real para producir el efecto, o el reflejo, en tiempo y espacio que deseamos producir.
Esta es la meta, durante este ciclo particular de la evolución humana, hacia la que le humanidad de
manera inconsciente se esfuerza. Se convierte, en esta era de logros técnicos y científicos, la necesi-
dad común. Hemos evolucionado hasta la gran crisis de oportunidad en la que la familia humana
elige un sendero superior de conocimiento y acción. Ese sendero conduce a la sabiduría.
Debemos elevar nuestra percepción hacia esas frecuencias de la acción causal si hemos de sobrevi-
vir a nuestros propios logros y conocimientos científicos.
Hemos afirmado hasta ahora que el plano etérico está compuesto de esa frecuencia de la sustancia
que se fusiona en la forma sustancial. Este es el plano de la actividad inteligente en donde la ener-
gía la fuerza se dirigen a patrones específicos de relación, creando así efectos específicos entre los
cuerpos en tiempo y espacio. En el etérico, la energía del pensamiento y el efecto de la emoción se
hacen tangibles u sustanciales. Adoptan un cuerpo integrado de sustancia al que llamamos forma, y
que percibimos con nuestros sentidos físicos según se refleja en tiempo y espacio.

97
El plano emocional, que se define técnicamente como el plano astral, tiene una forma fluida. Está
compuesto de esa frecuencia de la sustancia que da a una forma de pensamiento fuerza suficiente
para manifestarse en la actividad etérica.
¿Qué es un sentimiento? ¿Qué queremos decir cuando decimos “yo amo”, “yo odio” o “yo tengo
miedo”? ¿Qué estamos haciendo exactamente?
Estamos reaccionando en el aspecto sentimiento de nuestra conciencia al campo de fuerza alrede-
dor de un pensamiento de amor, odio o miedo. Este campo de fuerza es la forma astral que adopta
un pensamiento según desciende en la escala de frecuencias de la materia.
El plano astral es otra frecuencia del tercer aspecto de la Santísima Trinidad, una frecuencia de sus-
tancia que se encuentra en el Polo Negativo de la Manifestación. Se compone de un incontable nú-
mero de pequeñas vidas inteligentes que se disponen a si mismas como líneas magnéticas de fuerza
alrededor de un pensamiento claramente formado con fuerza suficiente para atraer las vidas etéri-
cas necesarias que a su vez darán al pensamiento actividad en la sustancia.
El plano astral puede verse en este momento como una de las fuerzas en conflicto creadas según la
mente racial reacciona al aspecto sentimiento de su conciencia a sus muchas experiencias.
Este tremendo cuerpo de poder tiene un asombroso efecto sobre la humanidad, individual y colec-
tivamente. Hay una constante intercambio de acción y reacción entre todos los aspectos del instru-
mento (mental, emocional y físico-etérico) y los del entorno real, con el plano astral-emocional y
los cuerpos implicados ocupando el centro del escenario, por así decirlo. La humanidad como un
todo es en gran medida emocional en conciencia. Es decir, la humanidad reacciona en su conjunto
con fuerza en el aspecto sentimiento de la conciencia. En lugar de pensar sobre un problema o una
actividad, la humanidad lo siente. Reaccionan al campo de fuerza alrededor de un pensamiento e
incidentalmente al campo de fuerza alrededor de un acto, con una reacción de fuerza, en vez de res-
ponder al pensamiento o al acto mismo con un plan de acción cuidadosamente concebido y dirigi-
do.
Hagan una pausa para considerar por un momento su entorno físico.
Imaginen el plano etérico que interpenetra al físico como compuesto de pequeñas partículas de
sustancia que se asemejan a partículas de luz que se relacionan constantemente con actividad inte-
ligente para producir las formas de su entorno y su experiencia.
Empleen unos pocos momentos para visualizar con la imaginación creativa esta frecuencia de cons-
tante actividad que interpenetra su entorno físico.
Luego imaginen en una frecuencia superior a la del etérico, el plano astral ocupando el mismo
tiempo y espacio que el etérico y el físico. Imagínenlo compuesto de pequeñas partículas de sustan-
cia asemejándose a partículas de agua coloreada que están asumiendo constantemente relaciones
para formar campo de fuerza alrededor de cualquier pensamiento y acción teniendo lugar en el en-
torno.
Consideren un pensamiento común para ustedes e imaginen el campo de fuerza a su alrededor.
Luego imaginen ese campo de fuerza y el pensamiento siendo llevados por la red etérica al contacto
con otro individuo del entorno, Vean como el pensamiento, y en particular el campo de fuerza,ha-
cen un impacto sobre el aspecto sentimiento de la conciencia del otro.
Imaginen su reacción, primero en el entorno real, y luego en entorno físico.
Hagan esto con tantos pensamiento como puedan recordar que albergan durante un días común y
luego háganse a si mismos las siguientes preguntas:
1. ¿Qué clase de impacto creo más a menudo sobre el aspecto sentimiento de los demás?
2. ¿Qué clase de reacción produzco más a menudo en los demás?
3. ¿Necesito corregir mis hábitos de pensamiento y sentimiento?
¿Cuál es la naturaleza de la sustancia astral-emocional?

98
1. Es el factor poder de la manifestación. Cualquier pensamiento al que se le haya dado una
forma astral (un campo de fuerza) se manifestará en la sustancia de la acción. Producirá un
efecto para el bien o para el mal en tiempo y espacio.
Cualquier acto en la sustancia produce una reacción en el astral, creando otro o añadiéndose a un
campo ya creado de fuerza.
Debido a que la frecuencia astral-emocional de la materia es el factor poder de la manifestación, y
debido a que la humanidad reacciona en el nivel sentimiento de la conciencia más que en el nivel
de pensamiento, la fuerza astral tiene un gran efecto sobre los seres humanos en este momento
más que cualquier otro simple factor. Si un ser humano ama u odia a otro, esta fuerza creada tiene
un mayor efecto sobre ambos que cualquier pensamiento o acción teniendo lugar en el entorno real
o reflejado. Esa fuerza puede curar o causar enfermedad. Puede producir paz o guerra, estabilidad
o inestabilidad, cordura o locura, como ya ha sido demostrado en experimentos de la universidad,
puede producir salud y crecimiento en las plantas o hacer que marchiten y mueran. Puede ser usa-
do conscientemente para elevar el cociente intelectual y los niveles de ejecución de un niño retarda-
do.
Esencialmente, la fuerza astral es poder, un poder que la humanidad ha de aprender a sujetar y
usar para su propio crecimiento y bienestar.
2. Cualifica y condiciona la forma con una nota y circunstancia peculiar a la forma particular.
La suma total de fuerza astral en cualquier sistema individual (el triple cuerpo de manifes-
tación) da a tal individuo su cualidad particular y condición o circunstancia manifiesta,
identificándose y diferenciándose de este modo de todos los demás individuos. La suma to-
tal de fuerza astral en cualquier entorno da a ese entorno su cualidad y condición manifies-
ta, identificándolo y diferenciándolo de todos los demás entornos.
Es por tanto por naturaleza separativo, intentando separar en colo o tono (cualidad) y condición a
un cuerpo de otro.
Tanto atrae como repele, de acuerdo a su nota dominante. Si la cualidad tonal de una fuerza am-
biental es de miedo, tiende a atraer a la forma sustancial lo que se teme, de manera que la concien-
cia encarnada experimenta una y otra vez esa condiciones y circunstancias que tema. Se alimenta a
si mismo, por así decirlo, produciendo el campo de fuerza (miedo) acción en la sustancia que se
añade al campo original mediante reacción. Al mismo tiempo tal nota repelerá aquellas experien-
cias que normalmente eliminaría o disminuirían ese miedo. Por ello, un individuo o grupo es atra-
pado en una prisión astral de la que es imposible escapar a menos y hasta que la luz de la razón
puede aplicarse desde la mente para dispersar la nube de miedo que les está cegando a la realidad.
Vemos que el entorno astral no solo tiende a separar a un individuo y a un grupo de otro, sino que
tiende a aprisionar a las personalidades en patrones repetitivos de experiencia. Es por lo tanto, una
rémora en contra del proceso evolutivo aún siendo necesario para ese proceso.
¿Cuánto es el ser humano medio influido por los sentimientos de los demás? Esta es una cuestión
de gran importancia para todo el mundo que busque la auto mejora de cualquier tipo. Lo que otras
personas piensen y crean con sentimiento sobre nosotros puede tener un tremendo efecto sobre
nuestra capacidad de hacer o de convertirnos en lo que pretendemos. Estamos constantemente re-
accionando con la conciencia interna al impacto de varios campos de fuerza sobre nuestros campos
astrales. Nuestras depresiones, nuestras esperanzas, ambiciones, amores y miedos son demasiado
a menudo no propios, sino el resultado de poderosas corrientes de fuerza impactando sobre noso-
tros desde fuera.
En lecciones posteriores deberemos considerar como el individuo se hace positivo dentro de uno
mismo a estos impactos, de manera que gradualmente se convierte en maestro de su propio desti-
no. Mientras, intenten reconocer su entorno astral-emocional. ¿Qué clases de impacto reciben más
a menudo? ¿Qué tipo de impacto crean más a menudo sobre los demás? ¿Cuál es la nota o color do-
minante (cualidad) de si mismos y su entorno? ¿Son víctimas de las circunstancias?

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Lección 30 – Formulando los anteproyectos de nuestra vida y asuntos
La mente y el plano mental
El Alma Trascendente en la Esfera Búdica
La nube de cosas cognoscibles
Formas de pensamiento y personalidad
El entorno mental, consistiendo en:
Las formas de pensamiento con las que crecimos
La evaluación de nuestra experiencia
Las formas de pensamiento que nos impactan desde los demás
Nacer de nuevo en la mente formulando la intención en pensamiento causal

La mente es esa frecuencia de la materia que está en oposición directa (es completamente recepti-
va) a la voluntad. A través de la manipulación de voluntad y mente, la humanidad, como una unida
de conciencia en la Vida Una, formula los anteproyectos según los cuales se modelan nuestra vida y
asuntos. Aquí somos más creativos que en ningún otro momento, porque de acuerdo a nuestra for-
mulación de energía mental en pensamientos, y en el ensamblaje de pensamientos en forma de
pensamiento irán nuestra vida y asuntos.
El plano mental es el más cercano en frecuencia al hogar natural del Alma Trascendente. El alma
Trascendente en su propio plano, que se define como el Búdico, extiende un hilo de conciencia has-
ta los tres mundos del esfuerzo humano, mental, astral y etérico, que finalmente se ancla en el cere-
bro físico mediante reflexión como la personalidad consciente del Yo. A medida que la conciencia
de la personalidad evoluciona en percepción a través de la experiencia en los tres planos de la ma-
teria vibrante, el hilo de conciencia se expande para convertirse en una esfera de Luz Espiritual,
con la conciencia del “Yo” residiendo en la mente para dominar la vida y asuntos mediante el con-
trol del triple instrumento de contacto (nuestros propios cuerpos mental, astral y etérico) con el
cuerpo de la humanidad. En otras palabras, la conciencia del “Yo”, anteriormente limitada al cere-
bro físico, desplaza su punto de enfoque desde el cerebro hasta la mente. Mantienen un hilo de
contacto con el cerebro, pero deja de estar limitada en conciencia a sus limitaciones físicas.
Hemos afirmado muchas veces que el Alma en cualquier nivel es conciencia en ese nivel. La con-
ciencia es percepción del ser, que a través de debido proceso de evolución eventualmente se con-
vierte en puro Ser.
Hemos dicho que el Alma Trascendente es ese aspecto de la conciencia que se ha mantenido por
encima y libre de la dominante forma naturaleza. Es esa parte de la conciencia que se identifica Es-
piritualmente con la Vida de Cristo. Es percepción del Ser Espiritual o Divino.
La mente por tanto es directamente sobrevolada por un cuerpo de conciencia que es Divino por na-
turaleza, y cuya percepción incluye una vasta área de Verdad que no es aún percibida, en este pe-
riodo de la evolución humana, por la conciencia de la personalidad. Buscamos conocimiento fuera
mediante el estudio, la investigación experimental, etc., cuando directamente sobre nuestras cabe-
zas nos está disponible la Sabiduría del Alma.
A medida que el ser humano en el cerebro eleva su atención en frecuencia, i.e., comienza a pensar
en términos de Sabiduría, a buscar Sabiduría, la persona atrae un flujo de ideas Divinas desde el
Alma Trascendente a la conciencia del cerebro. Se crea en la mente entre el Alma Trascendente y el
cerebro un campo de luz magnética, a menudo referido como la “nube de cosas cognoscibles”, en la
que el alma precipita su Sabiduría en forma de ideas. Según meditamos hacemos a nuestra con-
ciencia receptiva a estas ideas, las conocemos y las formulamos en conocimiento, evaluaciones y
planes.
De esta manera, de acuerdo a la capacidad de un individuo para personificar mediante aplicación
esas Verdades o Ideas percibidas, el Alma Trascendente gradualmente encarna en plena conciencia
y el individuo deja de ser una personalidad identificada como ser humano. El individuo se ha con-
vertido en un Alma Consciente Encarnada identificada en el Reino Espiritual como un Hijo de
Dios. Intenten captar aquí el concepto de la transferencia de Sabiduría (la percepción del Alma

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Trascendente) desde la esfera Búdica a la conciencia de la personalidad enfocada en la naturaleza
mental de su cuerpo de manifestación. La transferencia de Sabiduría dese arriba hacia abajo es la
encarnación del Alma Espiritual Trascendente en el mundo de los asuntos – el nacimiento real y fi-
nal de un Hijo de Dios en la tierra.
¿Cuál es la naturaleza de la energía mental? Es el material creativo del universo. Es esa frecuencia
de vida actuante, viviente e inteligente a partir de la cual se concibe una forma según la conciencia
aplica su voluntad, la Intención enfocada, sobre la misma. Un tercio del entorno real del individuo
está hecho de esta frecuencia de la materia vibrante.
Este aspecto del entorno real del individuo es de gran importancia para ellos, y aún así uno del cual
son lo menos conscientes. Contenida en el mismo está la suma total de vida de pensamiento que
han albergado durante su vida, totalidad que está atrayendo, creando, dirigiendo y controlando sus
experiencias externas cada momento de cada día.
El entorno mental de un ser humano consiste de lo siguiente:
1. Su interpretación y evaluación de aquellas formas de pensamiento con las que crecieron cuando
niños.
a. concernientes a comida, cobijo y ropa,
b. concernientes a la religión,
c. concernientes al dinero,
d. concernientes a la conducta,
e. concernientes al sexo,
f. concernientes al lugar de su familia en la sociedad,
g. concernientes al mundo en el que viven (guerra, paz, etc.),
h. concernientes a su propia imagen del ego, etc.
Durante los pasados cien años la humanidad ha pasado a través de la convulsión de dos grandes
guerras y las consecuencias de cada una, rápidos cambios en la civilización como resultado del pro-
greso científico, inestabilidad económica incluyendo una gran depresión y una gran inflación, rebe-
liones religiosas y sociales y la rápida integración de muchos pueblos, razas y naciones en un mun-
do (con disponibilidad o sin ella de participar en la Vida Una). Incluso aquellos que se repliegan so-
bre si mismos e intentan vivir en grupos aislados, como los países comunistas, se encuentran a pe-
sar de ello en contacto y afectados pro las vidas de aquellos de quienes intentan apartarse.
De acuerdo a la reacción de los adultos en sus ambientes particulares a todos estos experimentos,
los patrones de pensamiento de los niños de los pasados cien años han sido establecidos.
Si los padres de una chica estaban entre los más pobres, y estaban resentidos contra los ricos, este
resentimiento estaba naturalmente construido en su pensamiento. Si los padres eran ricos y esta-
ban avergonzados, culpables, resentidos, indiferentes o eran protectores de los pobres, así lo era
ella.
Si eran católicos, protestantes, budistas, mahometanos o ateso, esta era su fe.
Si los padres de un muchacho era intensamente patriotas, resentidos, miedosos o esperanzados du-
rante la guerra, así lo era él. Si odiaban a los alemanes, los ingleses, los japoneses o los americanos,
él compartía su odio. A menudo motivaban y modelaban su papel. Mientras su padre mataba en el
frente, él mataba en su imaginación.
Si los padres de ella eran protestantes y odiaban a los católicos, ella odiaba a los católicos. Si des-
preciaban a loa judíos o a los negros, o a los ricos o a los pobres, o a los criminales o a los enfermos,
ella también los despreciaba. Si amaban a todo el mundo, crecía amando y comprendiendo a sus
hermanos. Si estaban en conflicto con respecto a sus amores y odios, sus gustos y aversiones, sus
ambiciones y deseos, tales conflictos se convertían en parte de ella.

101
¿Y que pensaban los adultos, los más cercanos a los niños y sus dictadores, de ellos? ¿Eran los ni-
ños buenos o malos? ¿Pensaban que era inteligentes y rápidos para aprender? ¿Les gustaban? ¿Los
aceptaban como Hijos de Dios?
Lo que quiera que pensaran de ellos se convirtió en parte de su imagen del ego, la forma de pensa-
miento que construyeron de si mismos. Esa forma de pensamiento más que ninguna otra modeló
su personalidad; la cara que se presenta al mundo.
2. La evaluación de sus propias experiencias como:
a. un niño pequeño,
b. un adolescente,
c. un quinceañero,
d. un hombre o mujer joven,
e. un marido y padre, una esposa y madre, etc.
La humanidad nacida en el siglo veinte ha tenido que relacionar, mediante la experiencia, el colap-
so repentino de una falsa prosperidad y los dolorosos años de la depresión, la guerra y la desilusión
de la guerra, sus consecuencias, y la construcción de otra burbuja económica (una economía de
tiempos de guerra en nombre de la paz). Sus asuntos personales has sido conducidos dentro de este
esquema del que no podían escapar.
Sus mayores problemas hoy son todavía los de la economía y las relaciones, más el miedo casi in-
consciente a la aniquilación de la raza. Sus ansiedades se hecho tan grandes y han durado tanto
tiempo que la conciencia se ha anestesiado a ellas. La humanidad las ha aceptado como parte de su
vida, tan necesarias como el aire que respiran. Por ello, en un sentido, han perdido la esperanza. Se
ha movido con la marea, haciendo apenas el esfuerzo por cambiarla porque se ha convertido en su
subconsciente en la marea decretada de sus asuntos.
¿Cómo hemos evaluado todas estas experiencias? ¿Cuáles son nuestras evaluaciones de toda la vida
y asuntos desde la infancia hasta este momento? Cualesquiera que sean, constituyen la parte prin-
cipal de nuestra vida de pensamiento.
3. Las formas de pensamiento que nos impactan constantemente desde afuera mediante:
a. la música que escuchamos,
b. las películas y entretenimientos que vemos,
c. la publicidad que constantemente inunda nuestra conciencia de la radio, la TV, los anuncios,
etc.
d. nuestro líder Espiritual, si tenemos uno,
e. los líderes políticos, etc.
4. Las formas de pensamiento que nos impactan constantemente desde nuestro entorno real me-
diante:
a. lo que los demás piensan.
¿Son propios nuestros pensamientos? ¿Podemos pensar por nosotros mismos? ¿O van según va la
masa?
Esta es una cuestión que todos los individuos deben responder eventualmente por si mismos. Una
de las mayores necesidades espirituales en el cuerpo de la humanidad hoy es la de una reevaluación
individual y colectiva de la vida de pensamiento común. Nuestro mundo es un reflejo, demasiado
exacto, de lo que estamos pensando. ¿dónde hemos fallado? ?En nuestro pensamiento, en nuestra
vida de pensamiento de cada días, minuto a minuto? Porque eso modela nuestro destino.
Nos hemos referido a la materia mental como energía, diferenciándola como tal de la fuerza astral y
la sustancia etérica. Es negativa a la intención o voluntad y causal y positiva a la fuerza astral y la
sustancia etérica. De este modo, mediante la manipulación de voluntad y mente, la humanidad for-

102
mula su Intención de Ser en una serie de actos que llamamos experiencia. En realidad, tales actos
vienen relajados de vuelta desde la superficie reflectante del tiempo y el espacio como experiencia,
pero consideremos por el momento que tienen lugar en el plano físico de la apariencia.
La energía, en nuestro uso del término, es un potencial, un punto focal causal. Una forma de pensa-
miento, cualquier forma de pensamiento, es una experiencia potencial en tiempo y espacio.
Consideren esto en relación a la imagen del ego. La imagen del ego es la forma de pensamiento que
los seres humanos construyen de si mismos. Es construida según su Voluntad de Ser es aplicada
sobre su mente en la creación de una forma (persona) en la que habitar.
Consideren el mismo concepto en relación al ideal (la nueva imagen del ego) que está ahora cons-
truyendo.
Intenten ahora captar la realidad, la Verdad que subyace la concepto de crecimiento y desarrollo
autoiniciado. La iniciación tiene que ver con un nuevo nacimiento o renacimiento. Tal comienzo o
renacimiento tiene lugar en la sustancia mental. Nacemos de nuevo en nuestra mente mediante la
formulación de una Intención en pensamiento causal.
¿Cuál es la naturaleza de la materia mental? Es creativa, formativa, causal cuando se relaciona con
su polo positivo, la voluntad.
Por si misma, aparte y sin relacionar con la voluntad, es inerte, inactiva, pasiva.
La conciencia en el centro de su ser, vive entre ambas y participa de las dos. La conciencia (Alma)
es el mediador y el manipulador de Voluntad e Inteligencia, o voluntad y Mente.
La conciencia dela personalidad, aquella que está encarnada y se identifica con la forma, vive en su
entorno real, mental, emocional y etérico, y desde aquí enfoca su creatividad hacia afuera en la ex-
periencia reflejada.
Cuando la conciencia de la personalidad expande su percepción para incluir su entorno real y esta-
blece su residencia consciente en el mundo del pensamiento, puede entonces crear esa experiencia
que no solo inicia su crecimiento y desarrollo como alma, sino que ayudará al crecimiento y desa-
rrollo del Alma de quienes se encuentran en su esfera de influencia.

103
Lección 31 – El origen del pensamiento
El proceso de construcción de formas de pensamiento
La diferencia entre Voluntad y Espíritu
La Voluntad es el Espíritu motivador; La voluntad de Ser
El Alma Trascendente y el mundo del significado abstracto
El Alma como mediador
Llevando la Voluntad a la Mente:
La Voluntad es magnética
La Voluntad en la mente es creativa
La Voluntad es un Iniciador

¿Cómo formula la humanidad el pensamiento? ¿Qué es el proceso que llamamos pensamiento?


¿Puede ser verdaderamente conocido y comprendido?
Hemos dicho que una forma se concibe según la conciencia aplica su voluntad, su intención enfoca-
da sonre la materia mental. Pero, ¿no es la intención enfocada ya un pensamiento? ¿Cuál es la dife-
rencia entre voluntad y pensamiento? ¿No presupone el uno al otro?
Es verdad que la humanidad no puede originar un pensamiento, no más de lo que puede apropiar-
se de la voluntad pura, porque vivimos muy por debajo de esas frecuencias del Espíritu y la Materia
en donde los pensamientos son por primera vez concebidos, y la voluntad es indiferencia por la In-
tención Divina. Pero existe una diferencia entre lo que llamamos un pensamiento o una forma de
pensamiento y la voluntad, igual que existe una diferencia entre el poder de la voluntad y la mente
misma.
La voluntad es el Espíritu motivador en la conciencia del ser humano que nos hace existir. Se en-
cuentra en el mismo centro del Alma (conciencia) y es una extensión del Espíritu, el aspecto Padre
de la Deidad. Es el núcleo del Espíritu que según se despliega en una llama, se convierte en la Vida
de Cristo. Aquí por tanto, enterrada en lo profundo del Alma está la Semilla de Dios en la humani-
dad, el Cristo interno del que el ser humano deriva su Voluntad.
Emanando de esta Semilla Divina en y a través del cuerpo envolvente del Alma o conciencia está el
Poder de Ser que produce la evolución mediante la experiencia.
Este Poder de ser es la Intención consciente o inconsciente del individuo, su Voluntad de Ser, que
es dirigida por su ideal consciente o inconsciente. En otras palabras, su ideal es su Intención enfo-
cado, hacia el que aspira y para el que trabaja. Todas sus energías y fuerzas se dirigen a la actividad
por el ideal que constituye su Aspecto Voluntad enfocado. En otras palabras, es la interpretación
que su conciencia da a su Voluntad Espiritual y Poder de Ser.
¿De dónde se originan el pensamiento? En lo que a la humanidad concierne, es decir, en relación a
los seres humanos, el pensamiento se origina en el plano del Alma Trascendente como idea. Este
mundo de ideas es un mundo de significado abstracto en donde un significado (y este es un buen
término a explorar mediante meditación) se formula en una idea que tiene relación directa con el
mundo de la humanidad. En otras palabras, aquí el significado de un Principio Cósmico se aliena y
se relaciona con al humanidad mediante el vehículo o el medio de una idea.
El alma misma actuando como mediador entre la Vida Una y la parte, idea el Principio Cósmico en
la forma de acuerdo a su propio punto de desarrollo evolutivo según relaciona aquello hacia lo que
está evolucionando con lo que constituye su yo inferior o vehículo de apariencia.
Esas ideas ideas que son, recuerden, el punto de origen de los pensamientos de un ser humano, so-
brevuelan directamente el mundo de la mente, que es el plano superior de la persona encarnada.
¿Cómo se convierten en forma de pensamiento en esa mente?
A medida que los seres humanos comienzan a usar su cuerpo mental, desarrollan lo que podemos
llamar facultad intuitiva. Su propia conciencia tiende el puente entre el plano mental y el mundo de
ideas que le sobrevuela según esa conciencia responde a la Voluntad de Ser.

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El poder de la Voluntad, emanando siempre del núcleo central del Espíritu, es apropiado por los
seres humanos según su conciencia responde a su ímpetu evolutivo.
Se apropian de este Poder y establecen en efecto “Yo tengo la intención de ser” (“I will be”).
Luego, de acuerdo a su ideal del ser, esa voluntad es llevada a un foco en la mente, en cuyo momen-
to tres cosas ocurren de manera simultánea:
1. La Voluntad es magnética. Atrae a la periferia de su actividad aquellas ideas trascendentes
que tienen relación directa con ese ideal. La conciencia intuye la idea y la interpreta de
acuerdo a su propia capacidad de hacer y a su motivación personal.
Este es un concepto importante; todas las ideas no son sino los vehículo del Principio Cósmico o
significado. No pueden ser malas, pero la interpretación que las da la conciencia puede estar distor-
sionada pro el desarrollo evolutivo y la motivación personal, y están siempre coloreadas por el esta-
do de conciencia que las intuye. El color dado puede ayudar a transmitir perfectamente o a distor-
sionar el significado pretendido pero siempre velará en algún grado la verdad. La Verdad o Reali-
dad siempre pierde algo de si misma al tomar una envoltura, sea esa envoltura una idea, un pensa-
miento, un sentimiento o una acción.
La Voluntad atrae en un nivel horizontal así como en el vertical, de manera que los pensamientos
ya formados en el mundo de la mente por otras mentes, que tiene relación con ese ideal, son tam-
bién atraídas a la esfera de actividad.
Otros pensamientos y evaluaciones en el subconsciente son atraídos hacia arriba, de este modo el
foco de voluntad ha iniciado la actividad constructiva de forma mediante su fuerza magnética.
2. La Voluntad en la Mente es creativa. Capacita a la conciencia a ensamblar todos esos pensa-
mientos relacionados en una forma de pensamiento. Muchos de ellos son automáticamente
descartados, muchos son aceptados y algunos son puestos de lado para futuras considera-
ciones. Eventualmente, una forma de pensamiento completa o incompleta, buena o mala,
emerge en la forma del pensador. Tienen un pensamiento, o si están bien desarrollados
mentalmente, puede que tengan un plan.
3. La Voluntad es un iniciador al dirigir la energía hacia la fuerza, la sustancia y finalmente a
un reflejo en tiempo y espacio. La energía sigue al pensamiento. Un pensamiento es un sen-
timiento potencial, y un efecto en la apariencia.
Desde el momento en que la Voluntad es llevada a un foco en la mente, y la actividad constructora
de formas comienza, la energía se convierte en fuerza en los niveles astrales y en sustancia en los
niveles etéricos. El ser humano posee una reacción emocional y sustancial a la actividad construc-
tora de formas. Esas reacciones puede ayudar o impedir la manifestación con éxito de su intención
conocida, de acuerdo a su relación con ella. Si están en conflicto, tienden a negar la forma, de ma-
nera que la forma se manifiesta como conflicto, o en el mejor de los casos como un aborto.
Este es el proceso de construcción de formas de pensamiento, que actualmente es llevado a cabo
por muy pocos en el mundo de la humanidad. Son los pensadores, los líderes cuyas formulaciones
de pensamiento son seguidas por las masas.
La mayoría de las personas hoy reciben sus pensamientos, incluso aquellos que piensan que los ori-
ginan, de la mente racial mediante el aspecto mental de su entorno real. Aceptan esos pensamien-
tos ya formulados, los colorean de acuerdo a sus estados de conciencia, y los usan como propios,
dándose cuenta apenas que están siendo conducidos y dirigidos por otras mentes, o apenas cuestio-
nando el valor de Verdad de los mismos.
Pero la humanidad está hoy en proceso de construir un cuerpo mental en el que puedan funcionar
conscientemente. El punto de la evolución humana, y el empinado ímpetu evolutivo, ha llevado a la
humanidad a la misa puerta de entrada del plano mental. El mundo del pensamiento está impac-
tando como nunca antes el cerebro físico de la humanidad, y el mundo de las ideas está impactando
como nunca antes los cuerpos mentales de los pensadores del mundo.

105
El espacio mismo ha sido superado por el tiempo. Los seres humanos pueden cruzar un océano en
un día, considerar alcanzar las estrellas e incluso ahora tienen numerosos satélites en órbita alrede-
dor del planeta.
No es estamos moviendo. Las formas de nuestro mundo y nuestras creencias están constantemente
cambiando con una rapidez que nunca antes habíamos experimentado. La conciencia de la huma-
nidad, en gran medida emocional, está confundida, perpleja y alarmada. ¿Qué significa todo esto?
Antes que nada, es bueno. Es la elaboración del Plan de Dios para nosotros – el crecimiento y desa-
rrollo de nuestra conciencia desde los estrechos confines del yo a la expansión del Alma. Estamos
creciendo, y en el proceso, estamos siendo confrontados con los cambios necesarios en nuestra ma-
nera de vida.
Se nos está enseñando que el emocionalismo campante es peligroso, que nuestros odios y miedos,
ambiciones y deseos separativos podrían destruirnos. Estamos aprendiendo que la emoción es un
poder que puede ser utilizado con propósitos constructivos o destructivos. Afrontamos una crisis
de impacto evolutivo con la necesidad de controlar la naturaleza de sentimientos con la razón.
No podemos dar marcha atrás al reloj, ni detener la marcha hacia adelante de la evolución. El re-
surgimiento de viejas canciones, historias, esperanzas y recuerdos no negarán ni pararán el progre-
so científico.
Estamos aquí en este momento y lugar, en este punto del desarrollo evolutivo para aprender algu-
nas lecciones muy necesarias y discutidas desde hace mucho. Todos los seres humanos pueden en-
contrar éstas, que se resumen en la regla dorada, en su propia religión, y en su propio corazón y
mente.
¿Podemos aplicarlas? Si, pero par hacerlo debemos situarnos a nosotros mismos en la mente y apli-
car aquellas técnicas que nos permitirán encarnar el amor. Debemos aprender a pensar correcta y
creativamente. Tenemos ahora que hacer algo más que rezar, o acatar a un salvador con los labios,
o ir a la iglesia. Nuestra tares es personificar, llevar las ideas que nos sobrevuelan a nuestra mente y
ahí formular una actividad planificada que podamos llevar a la manifestación.
Este es el siguiente paso para la humanidad, nuestra necesidad inmediata, suplantar la difícil situa-
ción del mundo con Amor.

106
Lección 32 – Aplicación práctica de los Siete Rayos
Promoviendo la paz manifestando hermandad
Las siete Leyes y Energías Divinas del Amor Cósmico
Apropiándose de la siete energías
La energía responde a la Voluntad enfocada de la conciencia
Conociendo el amor convirtiéndose en un Mago Blanco
El Amor como Energía Divina
Apropiándose con seguridad de un potencial de energía
identificándose como el Alma en la Vida Una

En nuestro sistema solar existen siete Leyes Divina y Energías Divina que son las interpretaciones y
expresiones que nuestra Vida Solar da al Amor Cósmico o Razón Pura. Se conocen también como
los siete rayos y mucho se ha dado escrito sobre ellos en otros trabajos por este y otros escritores
esotéricos. En esta serie, los consideraremos con un enfoque algo diferente, formulando sus aplica-
ciones prácticas como técnicas mediante las cuales el estudiante sincero puede comenzar a encar-
nar el amor.
En realidad este tema, que será cubierto más extensamente en otro trabajo titulado “Hermandad,
el Orden Divino del ser humano”, es un acercamiento de la nueva era al problema de la vieja era de
como amar.
La mayoría de nosotros intuye y reconoce la necesidad de Amor como el tema de la vida, pero po-
cos de nosotros saben como amar a la vista de nuestras respuestas incorporadas. Hombres y muje-
res en todas partes necesitan con urgencia técnicas que puedan ser aplicadas por el principiante y
los más avanzados por igual. Por lo tanto, las siguientes lecciones se ofrecen con un espíritu de
amor y con la esperanza y el ruego de que las diferencias de opinión que podrían existir en las men-
tes de los estudiantes sobre temas tan controvertidos como la reencarnación, el karma, etc. no nie-
guen el uso que se pueda hacer de esta técnicas. En otras palabras, existe o no acuerdo entre noso-
tros con respecto a estos temas particulares, las técnicas son tan aplicables a una persona en sus es-
fuerzos por personificar el amor como lo son para otra en sus esfuerzo de hacer lo mismo.
Por lo tanto, aquí hay un terreno común sobre el que podemos encontrarnos en nuestro esfuerzo
por establecer esa correcta relación conocida como Hermandad. Dado que la hermandad es un re-
quisito para la verdadera paz y dado que la paz se ha convertido en una necesidad común, podemos
encontrarnos todos en este espacio con un propósito en mente.
Buscamos promover “paz en la tierra y buena voluntad hacia los hombres” mediante la manifesta-
ción de Hermandad en nuestras vidas y asuntos diarios.
Las siete Leyes y Energías Divinas del Amor Cósmico como pueden ser elaboradas en la manifesta-
ción por la humanidad se enumeran como sigue:
1. La Ley de la Voluntad Enfocada de Amar, que establece en efecto que,
“El Poder de Dios puede ser invocado a la manifestación mediante la Voluntad enfoca-
da de Amar”.
2. La Ley de la Comprensión Amorosa, que establece en efecto que,
“La energía del Amor en la Mente produce correcta comprensión o Sabiduría.”
3. La Ley del Servicio, que establece en efecto que,
“Una actividad planificada de servicio impulsada por el amor y llevada a cabo con Amor da
por resultado la manifestación de algún fragmento del Plan Divino para la Humanidad.”
4. La Ley de Transmutación, que establece en efecto que,
“La irradiación de Amor en los tres planos del esfuerzo humano transmuta la oscuridad en
Luz, la ignorancia en Sabiduría, y la discordia en armonía.”
5. La Ley del Conocimiento Formulado, que establece en efecto que,

107
“Cuando el Amor divino es formulado en ciencia y conocimiento concreto, un nuevo cielo
y una nueva tierra llegarán al ser.”
6. La Ley del Ideal Enfocado de Cristo, que establece en efecto que,
“El Cristo reaparecerá cuando la humanidad reconozca el Principio Crístico habitando en
todos.
7. La Ley del Crecimiento Iniciado, que establece en efecto que,
“A través de la iniciación de una actividad planificada de crecimiento, los seres humanos
pueden cooperar con la Ley de la Evolución para alcanzar un objetivo deseado de desarro-
llo espiritual.”
Como energías, estas siete son potencias que puede ser apropiadas por todo aquel que busque usar-
las en servicio a la humanidad. No pueden ser usadas con seguridad por quien busque utilizarlas
por cualquier razón separativa, porque conllevan una poderosa retribución cuando se hace mal uso
de ellas.
Una energía potencial es apropiada cuando un ser humano maneja la ley que hace descender esa
energía desde su frecuencia superior en los niveles Espirituales a la frecuencia inferior que le da
presencia en los tres mundos del esfuerzo humano. Muchas de esas energías de frecuencia superior
sobrevuelan a la humanidad como Potenciales divinos. Existen como soluciones a los problemas
mundiales, etc., pero deben ser llevadas a la manifestación por hombres y mujeres que se identifi-
can conscientemente como Almas más que como personas.
Esta ciencia de apropiación oculta hace tiempo que la conocen unos pocos y durante esta nueva era
emergerá en las mentes de aquellos en el mundo que están polarizados mentalmente como Almas
encarnantes. Posteriormente, mucho más tarde en el desarrollo evolutivo de la raza, esta ciencia se
convertirá en conocimiento y practica pública, cambiando radicalmente al hacerlo el modo de civi-
lización.
La humanidad puede comenzar sin embargo a aprender los rudimentos de la aproximación oculta
ahora, y a practicar ese conocimiento rudimentario en el esfuerzo de elevar a la humanidad a una
vuelta más de la espiral evolutiva. De hecho, tal oportunidad es la crisis de nuestros tiempo, porque
solo a través de lo que parece un esfuerzo sobrehumano para resolver los problemas de la humani-
dad puede que se eleve la marea de los asuntos humanos del oscuro giro que han tomado.
Reconocemos nuestra necesidad Espiritual de amor, un amor que es Divino, como la respuesta a
toda necesidad humana. A medida que desvelamos los misterios descubrimos que el Amor Divino
es una energía y que tiene siete expresiones potenciales que puede llevar a nuestras vidas y asuntos.
Además aprendemos que ese energía debe ser apropiada antes de que pueda hacerse uso efectivo
de ella, y que debe ser dirigida hacia la manifestación exterior mediante un proceso técnico por la
conciencia centrada en el Alma. La energía no salta de una frecuencia a otra simplemente porque lo
deseemos, ni sale a la manifestación exterior sin que se le pida. La energía responde a la dirección
(voluntad enfocada) de la conciencia, según esa conciencia provee un patrón o forma en la que pue-
da asumir una apariencia.
Existe un punto de gran importancia aquí que debe ser claramente comprendido antes de que po-
damos proceder con nuestro tema. Nos hemos referido antes en esta serie a la energía, fuerza y sus-
tancia. Démonos cuenta ahora tanto como sea posible de que cada manifestación en tiempo y espa-
cio es una combinación de estas tres en un triángulo de relación Espiritual que se refleja a si mismo
en el mundo de externo de las apariencias como una forma. Esto es cierto con respecto a lo bueno y
a lo malo. Esa combinación debe formar un triángulo de relaciones Espirituales porque toda ener-
gía es Divina, toda fuerza, como tal, es Divina y toda sustancia es divina. El uso que se hace de ellas
determina su buenos o malos efectos en el plano físico de los asuntos.
Los seres humanos no pueden conocer el amor, no pueden comprender que es y que no, hasta que
llevado su energía, en una de sus siete expresiones potenciales a su instrumentalidad mediante la
ciencia de la apropiación, y dirigida hacia la fuerza y la sustancia mediante una técnica de aplica-
ción. Cuando aplican esa técnica con un Propósito Divino, se han convertido en lo que los ocultista

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definen como un Mago Blanco. Están actuando como Almas, apropiándose y manejando la riqueza
de su herencia Espiritual para el bien común de la humanidad.
Así comenzamos a ver por qué nos es tan difícil verdaderamente amar a nuestros enemigos, o in-
cluso a nuestro semejante. La mayoría de nosotros no han buscado ni han sido impresos por la Di-
vina energía del Amor. ¿Cómo esperamos aplicarla a nuestra actividad diaria?
El amor no es una emoción. No es un sentimiento, ni siquiera simpatía. El Amor es una energía Di-
vina con la que podemos hacer contacto primero como una Ley divina y finalmente apropiada
como una energía potencial mediante el manejo de esa Ley en nuestra vida y asuntos diarios. Una
vez apropiada, la energía, fuerza sustancia del Amor se convierte en parte de la misma naturaleza
de la forma, demostrando así en la naturaleza humana la verdad del mensaje de Amor que impacta
sobre la mente de cada buscador Espiritual en el mundo.
Traten de captar, con la mente y el corazón, la realidad de esas energía potenciales trascendentes
que son las siete expresiones Divinas del Amor, que nos están disponibles como Hijos de Dios.
Contemplen su presencia sobrevolando hasta que se conviertan en algo ten real y tangible como la
existencia del Comos en el que viven. Aún cuando la humanidad no comprende totalmente el Cos-
mos, sin embargo sabemos que está ahí, y que de alguna manera misteriosa somo parte del mismo.
De igual manera sucede con estas energías. Les sobrevuelan con sus potenciales, y en sus frecuen-
cias inferiores, son el ‘material’ del que sus cuerpos, su entorno y sus experiencias están hechas.
Pueden llegar a conocerlas y finalmente apropiárselas y manejarlas en beneficio de la humanidad.
Para poder apropiarse con seguridad de cualquier energía potencial, la conciencia debe haber pri-
mero establecido una identificación segura como Alma en la Vida Una.
Luego, en equilibrio y alertas en los cuerpos, y con una percepción positivamente receptiva, la con-
ciencia busca mediante meditación ser impresionada por el potencial que sobrevuela como una Ley
Divina que puedan aplicar en su vida diaria. En otras palabras, deben primero captar y comprender
la expresión Divina de la energía que intentan apropiarse y encarnar. Su formulación en una Ley
que puedan manear con comprensión establece un alineamiento, un sendero de menor resistencia
para el flujo de una energía hasta la fuerza y la sustancia a través de sus propios cuerpos y hacia
afuera a la apariencia reflejada como una forma manifiesta en nuestro entorno.
Si verdaderamente hemos de amar a nuestro semejante, debemos comprender y manejar la ley que
pone la energía, la fuerza y la sustancia de esa cualidad de las relaciones en yuxtaposición con nues-
tros propios cuerpos para se reflejen externamente en nuestra vida y asuntos mediante nuestro me-
canismo de respuesta automático.
Esta no es tarea fácil. Ni puede lograrse rápidamente. Requerirá mucho pensamiento, esfuerzo per-
sistente y una creciente expansión de conciencia por parte del estudiante. Deben verdaderamente
querer amar a su semejante para hacerlo. Su naturaleza de deseos debe ser estimulada y entrenada
por la intención enfocada (voluntad) de la conciencia, para generar el poder en los niveles astrales
emocionales para manifestar esta verdad externamente.
Retomaremos esto en nuestra próxima lección al estudiar la Ley de a voluntad Enfocada de Amar.
Mientras, presten a esta lección una profunda consideración, intentando comprender su significa-
do para ustedes, su asociados íntimos y el mundo en el que viven.

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Lección 33 – La Voluntad Enfocada de Amar
El Propósito Divino de la energía de la Voluntad es conocer el Amor
Libre voluntad
Cooperando con el Propósito Divino
Viviendo en el cuerpo, las emociones y la mente
Dirigiendo la propia vida y asuntos con un Plan Predeterminado
Aprendiendo a responder mentalmente:
Formular una intención
Trasladar la intención a la acción
Observar sus reacciones emocionales
Ayudas a la polarización mental

“El Poder de Dios puede ser invocado a la manifestación mediante la Voluntad Enfocada de Amar.”
La Voluntad Enfocada de Amar es una ley y una energía que alcanza a la humanidad mediante un
punto focal de entrada en la Vida Planetaria, desde la Vida Solar misma según esa Vida Solar dife-
rencia la gran ley y la energía del Amor Cósmico en siete expresiones divinas en su propio sistema.
El Poder de Dios es inherente a esta energía de la Voluntad divina y entra en juego mediante su co-
rrecto uso.
La Intención divina con la que la energía está impresa, i.e., su Propósito Divino en esta vasta Vida
organizada, es enfocar e interpretar el Amor Cósmico o la Razón Pura. Por ello, decimos que el Pro-
pósito Divino de la energía de la voluntad o de la fuerza de la voluntad es conocer el Amor.
Esto da al estudiante un concepto muy diferente de la voluntad del que tenían en el pasado. Los
hace hacer una pausa y reevaluar las connotaciones que han dado al término en la conciencia de la
mente racial. De este modo encuentran que su comprensión del mismo se ha construido sobre una
base de significado falso, y que el uso que han hecho de la Voluntad ha sido a menudo carente de
sabiduría. Ciertamente han hecho poco hasta ahora para desplegar el Propósito divino que subyace
a esta energía de dios, que se ejerce en los seres humanos como una Facultad Creativa.
La voluntad es esencialmente creativa. Crea en la sustancia sobre la que se enfoca una impresión de
la realidad superior trascendente de la que es un foco.

Para comprender claramente lo trasmitido arriba, es necesario observar su elaboración en diversas


áreas de la vida manifiesta.
Por ejemplo, el Propósito Divino impreso sobre toda la energía de voluntad en la Vida Planetaria
por la Vida solar es una Ley que controla desde comienzo a fin el uso que se hace de la voluntad por
cada ser sobre el planeta.
A primero vista, esto podría parecer un enunciado falso. Sin embargo, después de una estrecha ob-
servación de la vida y asuntos de la humanidad, veremos su verdad.
A la humanidad se le ha dado libre voluntad, o así lo parece. Nuestra voluntad es libre hasta un
punto, podemos usarla para el bien o para el mal, la pérdida o la ganancia, pero no podemos evitar
los efectos de tal uso. Según eligen los individuos acciones contrarias al Propósito Divino de la
energía de la voluntad, ese Propósito divino trabará de forma que eventualmente les muestre el

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error de sus acciones. De este modo aprenden de una manera ciega e inconsciente el Propósito divi-
no que subyace a la llamada libre voluntad otorgada por Dios.
Este mismo Propósito divino puede ser observado como una impresión creada en la sustancia de la
vida y asuntos humanos, como los principios de amor formulados a los que todos los aspirantes re-
ligiosos se adhieren, y a los diversos códigos éticos y morales de conducta a los que todos los grupos
aspiran.
La humanidad no siempre encarna el Propósito Divino, pero consciente o inconscientemente son
siempre conscientes del mismo como una impresión creada en la sustancia de sus vidas y asuntos.
No podemos escapar del mismo. Regula, mediante retribución, todo lo que pensamos, hacemos y
sentimos; y hasta que lo reconozcamos, aceptemos y cooperemos con él, seremos los más infelices
de todos los seres.
Tal cooperación depende de que averigüemos cierto conocimiento sobre nosotros mismos. Debe-
mos reconocer que esencialmente somos triples por naturaleza, teniendo un amente, una naturale-
za emocional y un cuerpo de manifestación. Nuestra conciencia puede funcionar en cualquiera de
los tres aspectos de acuerdo nuestro desarrollo evolutivo y nuestros intereses, y desde ese foco en
uno de los aspectos, dirigimos, más o menos, el curso de nuestra vida y asuntos.
El hombre que vive estrictamente en el cuerpo y dirige sus asuntos desde ahí está interesado total-
mente con los aspectos físicos de su vida. Su atención se dirige a la supervivencia, la propagación y
cualquier comodidad física que pueda alcanzarse. No hace falta decir que existen pocos de estos en
el mundo civilizado, porque esta etapa de experiencia denota un punto muy bajo de desarrollo evo-
lutivo. Los mecanismos de respuesta emocional y mental no han sido construidos y están presentes
solo en estado rudimentario. Un hombre así evoluciona gradualmente según evoluciona el hombre
mismo y comienza a elevar su atención desde lo que es totalmente físico a las realidades más sutiles
de la vida.
La mujer que vive en la naturaleza emocional dirige los asuntos de su vida y el cuerpo físico de
acuerdo a sus deseos. Experimente y evalúa con sus emociones y usa su mente para este propósito.
Debido a que su cuerpo emocional se compone de muchas fuerzas – amor, odio, miedo, coraje, etc.
– a menudo es víctima de intereses y deseos en conflicto y a está a merced de las corrientes cruza-
das de fuerza generadas en su propia instrumentalidad.
Según evoluciona este aspecto de su naturaleza, se vuelve en alguien que aspira más que desea, cul-
ta y civilizada más que salvaje, y de enfoque unilateral más que dividida por intereses en conflicto.
Cuando llega a cierto grado de foco unilateral, eleva su atención a la mente y comienza a dirigir su
vida y asuntos desde ese ventajoso punto.
El hombre que vive en la mente está intentando vivir de acuerdo a la razón. La razón le dice prime-
ro que debe integrar los tres aspectos de su naturaleza en una unidad funcional antes de que pueda
esperar encontrar la paz de la mente o la felicidad. La razón también le dice que su problemas son
los problemas de la humanidad y solo pueden resolverse mediante servicio al mejor interés de la
humanidad. Por ello se hace consciente en una escala de percepción mucho más amplia que antes y
expande su esfera de influencia en consecuencia.
Al mismo tiempo este hombre reconoce que antes de que pueda esperar servir efectivamente debe
convertirse en la voluntad central de sus propios asuntos en cooperación con la Voluntad Central
Dirigente Divina de la Vida Una.
Solo desde la mente es posible dirigir la propia vid ay asuntos de acuerdo a un plan determinado.
Por ello la polarización mental es el primer objetivo hacia el que se esfuerza el estudiante.
Aún cuando hemos discutido este asunto particular con cierta extensión en lecciones anteriores,
démosle sin embargo una atención concentrada nuevamente.
¿Qué es o que distrae al hombre o la mujer de la polarización mental? Su naturaleza emocional, por
supuesto – aquello que constituye la suma total de sus deseos, sus sentimiento básicos y las evalua-
ciones basadas en esos sentimientos, y su mecanismo de respuesta emocional incorporado.

111
Los estudiantes establecen su residencia en la cabeza y se determinan a vivir ahí, dirigiendo cons-
cientemente sus asuntos desde la mente de acuerdo a un propósito y una meta comprendida con
esa mente. De este modo, intentan cooperar con los conceptos e ideales más altos a los que pueden
responder mentalmente.
Luego algún pequeño acontecimiento en su entorno crea un impacto sobre su cuerpo emocional y
son engullidos inmediatamente en una reacción en total contradicción de sus planes recién hechos.
Una vez más, han sido víctimas de las fuerzas de su propia instrumentalidad e incluso caen desde el
lugar de residencia anhelado a las misma profundidades de la polarización emocional; están total y
completamente desalentados.
¿Qué remedio hay para esto? ¿Cómo pueden convertirse en su propio maestro?
El estudiante ha de aprender a responder mentalmente más que a reaccionar emocionalmente.
Han de plantar el deseo de cooperar, dentro de sus propias emociones, para responder a su nuevo
conjunto de demandas mentales.
Hemos afirmado en la lección 32 que “Deben querer amar verdaderamente a su semejante para ha-
cerlo así. Su naturaleza de deseos debe ser estimulada y entrenada por la intención enfocada (vo-
luntad) de la conciencia para generar el poder en los niveles astrales emocionales para manifestar
esta verdad externamente.”
El estudiante consigue este paso mediante una triple actividad mental, recordando que solo desde
la mente puede enfocare la fuerza de voluntad como intención consciente.
1. El estudiante formula su intención (amar a su semejante) en un pensamiento semilla que pue-
de usarse en la meditación o referirse al mismo como fórmula mágica en tiempos de necesidad:
“Yo, el Alma, amo, comprendo y sirvo.”
Intentan mantener esta intención enfocada firmemente en la mente en todo momento. Comienzan
su mañana con él, como pensamiento semilla para la meditación y se refieren al mismo durante
todo el día.
2. Trasladan la intención en un cuadro de acción que pueda ser rápidamente comprendido por
su naturaleza emocional, y transfieren ese cuadro a su cuerpo astral.
Por ejemplo, si tienen el patrón habitual de responder con irritación a alguna persona particular,
crean una imagen de si mismos haciendo lo opuesto. Se ven y oyen a si mismos respondiendo con
comprensión amorosa y un deseo real de servir al ien superior de la persona. Mediante la imagina-
ción creativa, juegan el nuevo papel y dirigen la imagen (como medio de comunicar la intención en-
focada) al cuerpo astral.
Si es difícil comprender esta transferencia de mente a emoción, el estudiante puede visualizar la
imagen moviéndose como un pequeño sol dorado mediante un rayo de luz a un claro estanque re-
flectante de agua tranquila. Sin embargo, esto no es una parte necesaria de la técnica, y debería
usarse solo para aquellos a los que la transferencia le parezca difícil.
Este ejercicio es más efectivo si es llevado a cabo cuando el estudiante esté en proceso de dormirse.
3. Durante la rutina diaria, los estudiantes observan sus reacciones emocionales desde su punto
de enfoque en la mente, y gradualmente establecen su control mediante un proceso de transmu-
tación como sigue.
a. Cuando se afrontado con un impacto emocional negativo, el estudiante trata de atraparlo
antes de que se haya producido la reacción. Desde el momento en que se hagan conscientes
de un sentimiento de resentimiento o de irritación hacia alguna persona o situación inmedia-
tamente re-evalúan su propia respuesta de acuerdo a la verdad que están tratando de encar-
nar. Luego, mediante su voluntad enfocada de amar, transmiten su propia reacción, dando a
la fuerza de la emoción una nueva carga – una nueva orden de amar.
4. Además de lo anterior, los estudiantes formula una actividad planificada que exprese adecua-
damente su intención enfocada y pone esa actividad en movimiento, i.e., se salen de su camino,
fuera de las demandas de su rutina diaria, para realizar algún pequeño acto de amor por otro.

112
De esta manera la voluntad es entrenada, el mecanismo de respuesta es entrenado y el Poder de
Dios para manifestar lo bueno, lo verdadero y lo hermoso en invocado en la naturaleza emocional
de la humanidad como una fuerza en movimiento dentro de nosotros.
Ayudas sugeridas a la polarización mental
1. Aprendan a razonar – a ver todos los lados de una situación, más que el suyo propio. Pón-
ganse deliberadamente en el lugar de los demás implicados, uno por uno, e intenten com-
prender la reacción de cada uno desde su perspectiva particular.
2. Desarrollen su fuerza mental pensando conscientemente antes de sentir. Los seres huma-
nos medios conducen con sus emociones antes que con su mente. Hagan justo lo contrario
– conduzcan desde la cabeza con el pensamiento – luego sientan lo que decidan consciente-
mente sentir.
3. Encuentren o creen alguna afición que saque partido a la mente consciente más que a las
emociones o el cuerpo físico, y empleen algún tiempo en ella cada día.
4. Lean con la mente más que con las emociones.
5. Hablen con la mente más que con las emociones.
6. Actúen con la mente más que con las emociones.
7. Combinen la energía de la mente y la fuerza de la naturaleza emocional de sentimiento para
producir una vida de servicio amoroso e inteligentemente planificado a aquellos en su esfe-
ra de influencia.

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Lección 34 – Definiciones del Amor
El movimiento del Amor: hacia adentro y hacia afuera
El verdadero Amor fluye hacia afuera
La naturaleza del Cristo
El amor produce correcta comprensión o Sabiduría
Las tres leyes mayores del Alma:
La Ley de Atracción
La Ley de Repulsión
La Ley de Integración
Ayudas para la encarnación del Amor

“La energía del Amor en la Mente produce Correcta Comprensión o Sabiduría.”


El diccionario Webster define el amor de las siguientes maneras:
1. Un sentimiento de fuerte apego personal inducido por la comprensión compasiva, o por la-
zos de afinidad; afecto ardiente.
2. La benevolencia atribuida a Dios como el afecto de un padre por sus hijos; también la ado-
ración del hombre hacia Dios.
3. Fuertes gustos, aprecios; como amor por aprender, amor por el país.
4. Afecto tierno y apasionado por alguien del sexo opuesto.
5. El objeto del afecto, la persona amada.
6. Cupido o Eros, como Dios del Amor, a veces Venus.
Esta son las interpretaciones que la humanidad ha dado a la energía Divina. A medida que los seres
humanos comienzan a transitar los senderos del aprendizaje superior, buscan un nuevo y más pro-
fundo significado del amor, una realidad que puedan aplicar a sus vidas y asuntos de un amanera
beneficiosa.
¿Qué es el amor?
El amr es una energía divina que constituye parte de la Vida Una. Es el Aspecto Hijo magnético, co-
hesivo, dador de forma y cualificador, o Principio Crístico de Aquel en Quien vivimos, nos move-
mos y tenemos nuestro ser. Es la energía esencial de la que la conciencia está hecha; la realidad de-
trás, subyacente, que informa, sostiene y cualifica al “Yo”. Es por naturaleza irradiatoria y altruista,
de propósito constructivo y es la ley básica del Universo.
Las definiciones de Webster solo definen algunos de los efectos producidos en la vida y asuntos de
la humanidad por el amor. No es ni un sentimiento ni una emoción, ni es el resultado de la com-
prensión compasiva. El Amor es causal en si mismo, siendo el segundo aspecto de la Santísima Tri-
nidad.
Si los estudiantes reajustaran su pensamiento de tal manera que vieran el amor en su verdadero lu-
gar en el esquema de las cosas, se produciría mucha luz nueva sobre el tema. Ha estado tan limita-
do a las connotaciones de la naturaleza astral-emocional de sentimientos de la humanidad que se
ha perdido mucho de su significado.
Hagan una pausa por un momento y consideren el sentimiento que conocen como amor. Visualicen
a alguien muy próximo a su corazón y traten de analizar este así llamado amor que experimentan
en relación con él. Luego háganse a si mismos esta preguntas:
1. ¿Qué motiva este sentimiento?
2. ¿Es un flujo de energía entrante o saliente?
3. ¿Qué clase de efecto crea en la persona amada?

114
A menos que los estudiantes sean muy honestos consigo mismos, esta preguntas pueden ser muy
difíciles de responder. Las personas medias aman lo que les agrada. Su motivación es siempre pro-
pia. Algunos de los ejemplos más comunes de esta auto motivación dela amor se ilustran mejor
como sigue:
1. Tom ama a Mary porque agrada a su vanidad. Ella es hermosas, cortés y halagadora. Su
amor y posesión sustancia la alta estima de si mismo.
2. Bill ama a Louise porque ella le nutre. Ella satisface su necesidad de ser cuidado y protegido
de las tragedias del mundo. Ella le permite seguir siendo un niño.
3. Geroge ama a Isabell porque elle le crucifica. Ella le amenaza, abusa de él y hiere su ego, sa-
tisfaciendo su terrible necesidad de castigo. Sin Isabell, George viviría en el miedo constante
a una retribución desconocida (usualmente por un crimen desconocido cometido en un os-
curo y lejano pasado).
4. Mary ama a Tom porque él aprecia su belleza y porque la provee con una contraparte mas-
culina adecuada. Es bien parecido y tiene éxito. Al poseerlo, su vanidad está servida.
5. Louise ama a Bill porque le necesita. Sus maneras de muchacho pequeño son adorables por-
que en comparación ella es fuerte y capaz. Satisface su necesidad de ser necesitada.
6. Isabell ama a George porque le proporciona una diana para su hostilidad en contra de los
que le causaron daño en el pasado. El necesita castigo, ella necesita castigar y así se quieren.
7. Todos ellos aman a sus hijos en mayor o menor medida porque sus hijos son suyos, sangre
de su sangre y carne de su carne.
Debido a que es imposible a nadie agradar a una persona todo el tiempo, este amor es un compañe-
ro del odio; porque de igual manera que las personas aman lo que les agrada, también odian lo que
les desagrada. Puede llamarlo resentimiento, celos o ira; pero sin embargo, en cualquiera de sus
disfraces, es el polo opuesto del amor.
Multipliquen nuestros ejemplos por más las seis mil millones de unidades de conciencia humana y
comenzarán a comprender que lo que está detrás de la presente crisis en la que la humanidad se
encuentra si misma. Las fuerzas del emocionalismo, de los sentimientos de todos los días que ali-
mentan constantemente el mundo de los asuntos desde hombre y mujeres poco conscientes debe
producir sus efecto sen tiempo y espacio. Aquí está la base de la psicología humana; el fundamento
sobre el que la mayoría de las personas se relacionan, se comunican y viven el todo organizado. La
humanidad busca paz, pero en su vida diaria perpetran la güera. ¿cómo podría ser de otra manera?
¿Cómo puede ser el movimiento del así llamado amor otra cosa que hacia adentro?
Su único movimiento hacia afuera es traer de vuelta a posesión del amado aquello que parece ser
amado.
El verdadero amor, qué es una energía saliente, es dado libremente. Libera, más que ata; no hace
demandas sobre otro; nunca decrece en cantidad o cualidad debido a los fallos, vicios o conducta
del otro.
Es de esta clase de amor de la que Jesús hablaba cuando dijo:
“Han oído que fue dicho, ojo por ojo y diente por diente, pero yo les digo no se resistan al mal; sino
al que les golpee en la mejilla, vuélvanle también la otra. Y si un hombre acude a la ley, y se queda
con tu túnica, denles también su capa. Y a quienquiera que les pida llevar su carga una milla, vayan
dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
“Han oído que fue dicho, amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo; pero yo les digo, amen a sus
enemigos y recen por los que los persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cie-
los; porque hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.” (Mateo
5:38 45)
Esta es la enseñanza del Amor. ¿Qué ha pasado con ella?

115
El estudiante (en este punto de reconocimiento), eleva la atención al amor del plano astral-emocio-
nal de la vida al Mundo Espiritual del Cristo, y lo ve como una causa. El Amor es esa causa para la
cual y por la cual fueron creados. Está por tanto por encima de su instrumentalidad en frecuencia,
por encima de su propia alma, aunque es la materia de la que su alma está hecha. Lo reconocen
como la Naturaleza de Cristo, el principio Crístico que les sobrevuela y les habita. Lo invocan hacia
abajo y hacia afuera: primero hacia su mente, luego hacia su naturaleza emocional de sentimientos,
y finalmente a su vida y asuntos físicos (como un energía divina que revela, purifica y transmuta,
clarifica y hace completo). La llaman como una causa, piden que se les muestre el camino del amor,
e intentan encarnar ese camino, recreando esos efectos que han definido como amor para transmi-
tir y expresar más perfectamente la verdad.
Están llevando la energía desde arriba hacia abajo y hacia afuera. Están finalmente libres de las li-
mitaciones astrales del viejo concepto erróneo de “caer enamorados”. No caen. Se elevan, y al ha-
cerlo elevan su tierra a la frecuencia del cielo, y llevan la frecuencia del cielo a la tierra.
En La Naturaleza del Alma, lección siete, se afirma, “El Amor, por tanto, produce comprensión, es
la energía que relaciona muchas experiencias de tal manera que produce un patrón, una evolución,
y finalmente un pensamiento inteligente y productivo”.
Es esta relación básica (entre el Amor como una energía divina y la capacidad mental de conocer,
de comprender, y de iniciar el acto creativo que produce armonía a partir del conflicto u orden a
parir del caos) la que debe ser captada con claridad por el estudiante que quiera manejar la Ley del
Amor.
¿Qué ser humano, consciente o inconscientemente, aspira a una mayor mentalidad? El deseo y la
aspiración por la mente rápida y clara del intelectual es tipificada en su formulación del test de co-
ciente intelectual, los programas de pruebas de la televisión, y por la reverencia casi sagrada en
todo el mundo, por aquellos logros mentales que son sobresalientes. En cada nación se establecen
elaborados sistemas educativos para entrenar a las jóvenes mentes de la humanidad, pero lo que
hace nacer la comprensión y evolucionar la sabiduría es pasado por alto.
La raza humana entrena a sus niños a temer, resentirse y odia a aquellos de su misma especia que
son diferentes. Grupos de individuos son entrenados para odiar a otros grupos debido a diferencias
de color, ideología, clase o secta. Ese odio, cubierto con el término “prejuicio”, impide cualquier po-
sibilidad de correcta relación entre los diversos grupos de personas. Por ello, la raza humana está
constantemente dividida en toda clase de campos incapaces de relacionarse para el bien común o
de vivir juntos en paz. Si no fuera tan trágico, parecería al observador casual un obra de comedia
creada con el solo propósito de poner de relieve qué no hacer.
Pero no es una comedia. Hombres y mujeres dedican sus vidas a matarse unos a otros, a promover
el miedo, a crear un mundo en el que la evolución sin miedo y dolor indebidos es imposible. Y en la
mayoría de estas situaciones la persona media cree, con un fanatismo típico de las viejas inquisicio-
nes y las guerras sagradas, que están en su derecho, que su inhumanidad hacia su hermano está
justificada. Un ruego por la paz, por la comprensión o por la práctica de la Regla Dorada conlleva la
rápida acusación de “subversiva” en los muchos idiomas de la humanidad, y la voz del amor es rá-
pidamente aminorada alrededor del mundo.
A pesar de ello, todos estos seres humanos, en verdad hermanos en la familia de Dios, aspiran a
una mayor inteligencia.
Reiteremos: “La energía del amor en la mente produce correcta comprensión o sabiduría”.
La comprensión de esta ley pueden enfocarse mejor con el estudio de las tres leyes principales del
Alma que son su causa esencial:
1. La Ley de Atracción
El Amor, como la voluntad enfocada, es magnético, solo que de una manera algo diferente que la
energía anterior. La Voluntad de Ser enfocada atrae todo relacionado con la Intención – bueno y
malo, deseable e indeseable. La conciencia implicada debe tratar con aquello que es atraído. Ese
“tratar con” que es un acto de discriminación entre lo importante y lo no importante, entre lo esen-

116
cial y lo no esencial, entre lo correcto y lo erróneo, se logra fácilmente sin indebido estrés mediante
la energía del amor en la mente.
Cuando los estudiantes relajan sus esfuerzo constantes para elegir entre caminos en conflicto, to-
dos los cuales son vagos e inciertos en propósito, objetivo y detalle, e inundan su mente con amor,
verán, y al ver conocerán, y al conocer discriminarán de manera instantánea aquello que constituye
su acción correcta.
Este es un concepto algo difícil; por lo tanto piensen profundamente sobre el mismo. La Voluntad
de Ser enfocada atrae todo lo que se relaciona con la Intención. Esto es necesario, porque la huma-
nidad de ver los pares de opuestos antes de que pueda equilibrarlos en su propia vida y asuntos.
Por ello, la voluntad inicia y mantiene la actividad constructora de formas, pero el amor completa
esa actividad en la mente y las emociones de la humanidad. El amor atrae en una relación ordena-
da todo lo que es armónicamente necesario para completar una totalidad.
En los niveles del alma, esta ley simplemente significa que el alma, que es una conciencia del amor
e evolución atrae hacia si misma todo aquello que es necesario para completar un cuadro de lo que
quiera que sea el objeto de su atención.
2. La Ley de Repulsión
El Amor repele del mismo modo que atrae. En los niveles del Alma mantiene lejos de la actividad
constructora de formas todo lo que no esté en armonía con la actividad o con su propósito. Desde el
momento en que la energía del amor entra en la mente arroja fuera de ella todos los pensamientos
que están fuera de armonía con el propósito y objetivo albergado en esa mente.
3. La Ley de Integración
La energía del amor es cohesiva. No solo atrae en correcta relación las muchas partes del todo sino
que también hace que esas partes se adhieran unas a otras. Ese plan que e concebido en amor se
convertirá en una realidad integrada y viviente sobre la que un ser humano puede actuar.
La verdad no solo es vista y comprendida en un flash iluminador repentino o gradual de visión,
sino que se integra en la materia mental y eventualmente en el subconsciente del individuo de ma-
nera que se convierte en una parte viviente del individuo.
Puede verse desde la observación de estas tres Leyes del alma que cuando el amor domina la cuali-
dad de la vida de pensamiento de un ser humano, esa vida de pensamiento asume armonía, orden,
claridad y la correcta comprensión nace como una luz en el cerebro que ilumina todo concepto,
problema o situación con el que la persona se afronte.
Ayudas sugeridas para la encarnación del Amor
1. Practiquen invocando la energía del amor desde su punto de entrada sobre este planeta, El Cris-
to, a través de su propia conciencia superior y en su mente. Inunden su mente con esta energía, de
color azul-blanco y dorado, y recuerden hacerlo tan a menudo como puedan.
2. Visualicen a quienes amas, y a quienes no aman, y dirijan con la mente y mediante la mente, la
energía del amor hacia ellos con un movimiento hacia afuera que no vuelve hacia ustedes.
3. Utilicen la energía del amor en la mente como la energía básica de todo relación en el mundo ex-
terno. Véanla siempre moviéndose hacia afuera desde ustedes, nunca volviendo, a lo largo del hilo
de sus relaciones, actuando detrás de la escena como una fuente desconocida de fuerza, estabilidad,
curación y transmutación de los demás.
4. Con amor en la mente, controlen todas las repuestas emocionales que se relacionan con el amor
como efectos en la conciencia de la mente racial, de manera que reflejen amor como causa en la
mente.
5. Adquieran un punto de vista amplio y sabio dirigiendo la energía del amor a la mente de todas
aquellas situaciones y circunstancias o problemas que confundan a la humanidad en este tiempo y
lugar.

117
Lección 35 – Cómo conocer el Plan Divino para la Humanidad
La vida grupal
La Mente de Cristo
El triple método de conocer el Plan:
Concentración, Meditación y Contemplación
Cualquier actividad puede ser un vehículo de servicio:
Observando las oportunidades kármicas
Observando los polos opuestos
Reconociendo el campo de relaciones Espirituales

“Una actividad planificada de servicio impulsada por el Amor, y llevada a cabo con Amor, da
por resultado la manifestación de algún fragmento del Plan Divino para la Humanidad.”
Para aquellos de ustedes que buscan servir al Plan divino para la humanidad, existe una gran nece-
sidad de conocer ese Plan. Deberíamos buscar no solo servir, sino conocer y clarificarlo, de manera
que podamos trabajar de manera tan inteligente como aquellos que sirven a un propósito más orto-
doxo.
A muchos estudiantes les sorprende cuando descubren que el Plan puede llegar conocerse tan cla-
ramente como cualquier forma de pensamiento creada por una mente. Aún cuando no podamos
encontrarlo en su totalidad en cualquier escrito particular, o llegar a su comprensión mediante los
métodos usuales de aprendizaje, es sin embargo tangible y sustancial, una realidad que podemos
alcanzar con el corazón y la mente combinados , y con el que podemos cooperar conscientemente si
así lo elegimos.
Existen muchos en el mundo que deploran el presente estado de los asuntos, que en la privacidad
de sus propios pensamientos se levantarían para trabajar por una causa que tenga la mejora de la
humanidad como su propósito – pero ¿dónde está esa causa? ¿Con quién o con qué alinearán sus
esfuerzos estas personas insatisfechas? Un desilusionamiento tras otro de por resultado un especie
de apatía, una condición de futilidad en la que la acción constructiva no es ni buscada ni emprendi-
da. Y el hombre o la mujer sin posición ni influencia considera que sus esperanzas, aspiraciones y
miedos no son sino una voz perdida en el espacio. No se da cuenta de que en compañía de muchos
otros que comparten sus pensamientos y sentimientos son una vida de grupo con un poder poten-
cial para el bien sin paragón.
¿Cómo puede esta vida grupal con su tremendo potencial para la acción constructiva despertarse y
llevado a la acción? Puede hacerse por unos pocos que intenten conocer el Plan Divino para la hu-
manidad, y que después de conocerlo dediquen sus vidas a su enunciado, y a su manifestación en
su propia vida y asuntos. El conocimiento tiene su manera de comunicarse a si mismo alrededor
del mundo, en y a través del cuerpo de la humanidad. Reflexionen sobre una idea el suficiente
tiempo y se les comunicará desde muchas fuentes. Los seres humanos son mucho más telepáticos
de lo que se dan cuanta actualmente. También son intuitivos. La mayoría necesita solo de liderazgo
para lograr grandes hazañas para el bien o para el mal. Desafortunadamente, el individuo que se
alza con el poder y asume la posición de liderazgo es la persona cuyas metas se identifican consigo
mismo. Sus ambiciones separativas les impulsan a lograr aquello que a menudo parece imposible,
mientras que la persona sin esa motivación centrada en el ego encuentra fácil reposar en una espe-
cie de pasividad descontenta. La necesidad de nuestros tiempo llama, de hecho demanda, liderazgo
por parte de aquellos que no buscan nada para si mismos. Requiere una acción tan poderosa de
aquellos que no son ambiciosos como las que hemos tendido de los que lo son. Cuando la ambición
y el deseo han perdido su atractivo y se ha renunciado a ellos, se puede hacer correcto uso de la po-
sición y del poder.
El Plan Divino para la humanidad en lo que a la humanidad se refiere encuentra su punto de for-
mulación en la Mente de Cristo, ese gran Ser en el que toda la conciencia humana vive sabiéndolo o
sin saberlo. Aquí, en el reino de la creatividad pura sobre este planeta, el plan de la conciencia hu-
mana en evolución es formulado y mantenido en foco por quienes pueden, mediante una vida dedi-

118
cada, alcanzar su frecuencia abstracta, conocer su realidad abstracta, e interpretar su significado en
relación al tiempo y la condición actual de la humanidad.
En otras palabras, el Plan divino existe, tanto en el Ser de Cristo como el objetivo evolutivo hacia el
que todos nosotros nos estamos moviendo, y como una realidad abstracta en la Mente de Cristo
que tiene relación con cada fase de la experiencia evolutiva. Este Plan divino para humanidad es
por tanto, es su aspecto superior, el Cristo, y en la interpretación más inmediata es la naturaleza del
alma que de despliega tan gradualmente en la conciencia de la humanidad.
¿Cómo podemos conocerlo?
Hay un método de aprendizaje que, sin ser de uso general, sin embargo ha sido conocido y utilizado
por individuo y grupos a lo largo de la historia de la búsqueda de conocimiento de la humanidad.
Ha sido llamado por muchos nombres en muchos idiomas, pero los tres términos que mejor descri-
ben su triple técnica en el momento y fase evolutiva actual son: concentración, meditación y con-
templación. Aquí tenemos un triple método de percibir con la mente aquello a lo que se ha dado
forma mental sin la ayuda de herramientas físicas como libros de texto, etc. Solo la mente que ha
sido entrenada para responder a órdenes conscientes puede usar esté técnicas con éxito, pero don-
de existe un desarrollo evolutivo adecuado y la voluntad de aprender, la mente puede entrenarse
para funcionar de esta manera particular mucho más fácilmente de lo uno se podría imaginar. Este
es un nuevo campo de investigación científica que cuando se realice ofrecerá resultados sorpren-
dentes.
En esta lección consideraremos brevemente el significado de estos tres términos, y algunas técnicas
que el estudiante sincero puede usar como un entrenamiento preparatorio de la mente en esta di-
rección. Algunos pocos más tarde realizarán un estudio más serio de todo el tema para beneficio de
ellos mimos y de la humanidad.
1. Concentración
La concentración es el enfoque de la atención sobre un objeto o problema concreto (específico)
para ser clarificado por la conciencia y la mente subconsciente. Se crea un punto de tensión (aten-
ción) en la conciencia del cerebro que a su vez crea un campo magnético en la mente, al que es atra-
ído, desde el dominio de la experiencia pasada, todo lo que se relaciona con el objeto de atención.
Ejemplo: si uno desea comprender los sentimientos y reacciones de un niño de dos años, la concen-
tración apropiada sobre esta edad particular eventualmente producirán la percepción consciente de
todo le conocimiento alcanzado mediante la experiencia pasada en relación a este tema. Esto no
significa los individuos que se concentran recordarán incidente por incidente lo que les sucedió en
en ese tiempo de su vida, sino que el estado de conciencia – el estado de sentimiento y acción –
más todo lo que se ha aprendido sobre la edad de los dos años, vendrá a la percepción de manera
que se logra una unificación en el momento presente.
Este es un método mediante el que el recuerdo del aprendizaje pasado con el propósito de re-eva-
luarlo o ensamblarlo en nuevas relaciones puede lograrse.
Todo el mundo que ha aprendido a leer ha aprendido a concentrarse hasta cierto punto, porque la
lectura si se lleva a cabo de manera apropiada, relaciona todo lo que ha sido aprendido mediante la
experiencia en el pasado con el estado actual del conocimiento.
Todas aquellas personas atraídas a esta serie de lecciones tienen ahora una buena base desde la que
proceder con el entrenamiento de concentración de la mente. El conocimiento, e incidentalmente
el conocimiento erróneo, ya adquirido mediante la experiencia pasada se almacena en la mente
subconsciente. El acto de concentración lo llevará a la superficie para clarificación y re-evaluación.
Uno de los mejores ejercicios en preparación para este entrenamiento en concentración es enfocar
la atención sin la ayuda de libros sobre unos de los diversos temas estudiados en la escuela. Co-
miencen con un periodo diario de cinco minutos cada día, incrementando gradualmente el tiemplo
empleado en la concentración hasta un periodo de al menos treinta minutos.
2. Meditación

119
La meditación es el enfoque de la atención en la mente sobre un tema particular sobre el que se de-
sea un conocimiento adicional. Aquí el punto de tensión (la atención) crea un campo magnético en
la mente que atrae desde todo el rango de frecuencia en el que un individuo piensa, conocimiento
adicional de otras mentes. Aquí tenemos el área de la verdadera sintonización telepática. Uno no
entra en tal sintonía telepática mediante concentración sino mediante la meditación, que le pone
en relación, dentro de nuestra frecuencia mental, con mentes que están en armonía con la propia.
Ejemplo: los científicos pueden aprender todo el conocimiento que ha sido formulado en su propio
rango de frecuencia de pensamiento, con respecto al tema de su interés, meditando sobre el mismo.
Atraen a su propio campo magnético de la mente los pensamientos e ideas formuladas a través de
las edades por aquellos de similares intereses y desarrollo evolutivo armónico.
En el mundo de la mente existen vastos cuerpos de conocimiento elaborados por los “pensadores”
de la humanidad. Mediante meditación, estos depósitos de aprendizaje pueden ser abiertos y utili-
zados aún después de que la evidencia física de tal conocimiento haya sido destruida.
No pueden darse en esta lección técnicas de meditación relativas a lo anterior, pero están disponi-
bles un trabajo más avanzado.
3. Contemplación
La contemplación es la comunión con, y la formulación de, aquello que es abstracto (que sobrevue-
la), en relación concreta con los acontecimientos humanos en tiempo y espacio. En la contempla-
ción uno se extiende fuera de la propia frecuencia de pensamiento para contactar con la mente su-
perior de la Deidad. Aquí uno supera el mundo del yo en todos los sentidos de la palabra, para po-
ner un nuevo concepto en relación con la humanidad.
A todas esta tres técnicas se refiere a menudo como meditación. Pueden ser correctamente defini-
das de esta manera cuando se usan juntas en una secuencia relacionada, o en movimiento sincroni-
zado como un acto de servicio a la Vida Una.
Sin embargo, uno debe primero aprender a concentrarse, antes de que pueda verdaderamente me-
ditar, y meditar antes de uno pueda verdaderamente contemplar aquello que está más allá del ran-
go de la propia experiencia. Mientras, es posible manejar la Ley de Servicio, y manifestar el Plan
desde el punto de vista del desarrollo actual.
Para los estudiantes de estas lecciones, el Plan divino para la humanidad es todo lo que conocen de
la verdad. Es la Luz y el amor de la Hermandad, el intercambio de energías entre dos o mas perso-
nas, que transmite el Propósito y la Intención de la Vida organizada de la humanidad un poco más
allá a la manifestación.
Cualquier actividad en la un estudiante honesto y a la que aspire verdaderamente, puede convertir-
se en un vehículo de servicio si es así planificado. Esa planificación se basa sobre lo siguiente:
1. Una observación de las oportunidades kármicas presentes en cualquier situación o circunstancia
dada. El hombre o la mujer miran la actividad en la que están involucrados para encontrar esa pre-
cipitación kármica del pasado en el presente que pueden equilibrar mediante la acción correcta.
Solo ellos pueden averiguar la oportunidad espiritual para equilibrar o ajustar karma mediante la
rutina de la vida diaria, al mirarla con este propósito en mente. Todos los estudiantes saben que se
han ganado lo que les llega, sea agradable o desagradable. Todos los estudiantes saben que las acti-
vidades en las que se encuentran son una representación de su estado de conciencia, y que como ta-
les son de naturaleza kármica. Uno puede aceptar pasivamente el karma, dejando que se elabore a
si mismo durante un periodo de tiempo, o puede adaptarlo positivamente, intentando reconocerlo
y cooperar con el mismo, para equilibrar los platos de tal manera que conlleven el mayor creci-
miento para todos los implicados, y de esta manera servir al Plan Divino.
Ejemplo: consideren la oportunidad kármica ofrecida a una madre en la actividad diaria de cuidar
un hogar, a sus hijos y a su marido. Hablando generalmente, la mayor oportunidad aquí, sin impor-
tar el tono o colo individual, es el desarrollo de esas cualidades y características demandadas por la
finalización con éxito del trabajo.

120
Esto es verdad de cada situación y circunstancia de trabajo en la que uno se encuentre. El padre, la
madre, el jefe, el empleado, a todos se les presenta la oportunidad kármica de desarrollar en ellos
mismo las cualidades y características que les harán tener éxito en la ejecución de su responsabili-
dad.
Añadan a esto los factores personales implicados, y las obligaciones y responsabilidades kármicas
se vuelven claras.
Consideren al hombre que se encuentra con el trabajo de administrar la tienda de comestibles de su
padre, cuando lo que siempre quiso fue ser médico. Circunstancias más allá de su control (precipi-
taciones kármicas desde el pasado) lo situaron en esta posición no querida. Algunos hombres
afrontarían esta clase de karma pasivamente, y algunas veces negativamente, haciendo el trabajo
porque tiene que hacerse, sin amor y sin entusiasmo. Si desarrollo amargura en su naturaleza, crea
más karma desagradable que tendrá que afrontar alguna vez más adelante. Cuánto más sabio y que
más productivo para todos los implicados si pudiera reconocer su oportunidad e intentara cooperar
con ella. Alguien así reconocería que está obligado kármicamente a ganarse la vida en el momento
actual trabajando con comida, y en el momento del reconocimiento elegirá servir a sus clientes y
colaboradores mediante esta misma obligación kármica que tiene hacia ellos. De esta manera está
sirviendo al Plan Divino para la humanidad, y al mismo tiempo ajustando su karma de manera que
en un momento posterior, pueda ser liberado al campo de servicio al que se siente llamado.
2. Una observación de los opuestos polares implicados en una situación o circunstancia dada. Aquí
uno busca un principio. Si el trabajo del individuo presenta tales problemas como prácticas de ne-
gocios aceptadas que violan los principios que quieren defender, se les presenta la oportunidad de
enunciar y vivir. De este modo se convierten en transmisores del Plan para los demás mediante la
acción correcta.
Tal oportunidad se presenta, en mayor o menor grado, en cada fase de la actividad diaria,en cada
departamento del vivir humano, de manera que a cada hombre y a cada mujer se le da este derecho
divino como alma para servir al Plan Divino. Todos consciente o inconscientemente hacen sus elec-
ciones muchas veces al día.
3. Reconocimiento del campo de relaciones Espirituales inherente al patrón de una situación o cir-
cunstancia dada. Todos los hombres y mujeres son almas, y como tal son hermanos. La actividad,
cualquiera que sea su clase, tiende a poner a los seres humanos en relación entre si. Cada relación,
cualquiera que sea la forma que adopte en el mundo de los asuntos, es divina. De este modo se nos
presentan constante y persistentemente oportunidades para manifestar el Plan Divino para la hu-
manidad mediante el intercambio de amorosa amabilidad entre nosotros.
Que todos los estudiantes se pregunten diariamente a si mismos con respecto a cada relación que
conozcan:
¿Qué expresión divina demanda de mi esta relación divina en servicio al Plan Divino para la hu-
manidad?
A la luz de la instrucción precedente, diseñen una actividad planificada de servicio que haga correc-
to uso de su rutina diaria.

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Lección 36 – Redimiendo la sustancia mediante transmutación
Alterando el vehículo y el entorno
Aplicando Armonía a la forma
El proceso de Iniciación se ha hecho descender
Aplicando transmutación en el Sendero y agotando la fuerza del Morador
Aprovechando la oportunidad
Armonía alcanzada a través del conflicto

“La irradiación del Amor en los tres planos del esfuerzo humano transmuta la oscuridad en
luz, la ignorancia en sabiduría, y la discordia en armonía.”
En los tiempos antiguos a la transmutación se le dio el significado de “la conversión de metales gro-
seros en plata y oro”. Hoy el estudiante ve este concepto desde una perspectiva diferente y ve su
significado aplicándose a la humanidad misma. La definimos como la conversión de la naturaleza
grosera de la humanidad en la naturaleza del alma.
La naturaleza grosera de la humanidad consiste en esas formas sólidas de conducta y respuesta en
las que hemos moldeado la sustancia inteligente de nuestro mundo. Que sea correcto y natural “de-
volver el golpe” es un ejemplo de una forma sólida tal (siendo uno de los moldes en las que la sus-
tancia inteligente de la respuesta ha sudo arrojada). Por ello esta respuesta se ha convertido en una
de las “normas” de comportamiento, y si los seres no experimentan al menos el deseo consciente de
“devolver el golpe”, lo han inhibido o reprimido en sus respuestas naturales. Tal inhibición cons-
truye una acumulación de perturbaciones emocionales en el subconsciente que intentan constante-
mente alguna forma externa de expresión. De este modo lo seres humanos son impulsados por una
fuerza desconocida e invisible dentro de si mismos a actuar de forma contraria de la de su dirección
consciente. Si la presión del conflicto se hace demasiado grande, tal persona pierde el sentido del
equilibrio y pasa la línea que separa la cordura de la locura.
Vemos entonces que estas llamadas respuestas normales se han convertido en forma sólidas (pa-
trones establecidos) creados por la humanidad al evaluarse a si misma. La sustancia inteligente de
nuestro mundo refleja constantemente esta evaluación, asumiendo el tono, colo y frecuencia de lo
que la humanidad (en masa) piensa de si misma.
Esto es llevado aún más lejos en el tono, colo y frecuencia de nuestros cuerpos según, en su sustan-
cia reflejan tal condicionamiento.
El proceso de transmutación introduce un nuevo concepto y por lo tanto un nuevo tono, color y fre-
cuencia en el mundo de la sustancia inteligente, que la eleva fuera de la vieja forma a una nueva y
más perfecta forma.
Para la conciencia del iniciado, la transmutación es la redención de la sustancia, la conversión de
una forma sólida en un cuerpo de energía estable fluida que es receptiva a la voluntad del Alma.
Por ejemplo, los cuerpos del iniciado por encima de cierto grado de logro han sido alterados desde
una mera prisión o el vehículo de la conciencia encarnada en una instrumentalidad sensible a su
voluntad. Se han convertido en una herramienta que hace su propia contribución a la evolución de
sus hermanos. Nunca dependen de la condición de sus cuerpos, no se ven obstaculizados en su es-
fuerzo por ellos. La llamada norma no es una norma para ellos; por ello su cuota de sustancia inte-
ligente no está condicionada o controlada por las leyes psicológicas que gobiernan a la mayoría.
Una vez que la sustancia de los propios cuerpos de un ser humano han sido redimidos en uso divi-
no, las personas se disponen a redimir la sustancia del entorno, reconociendo que ese entorno no
es sino una extensión de su instrumentalidad en servicio a la Vida Una en la que en su percepción
viven,, se mueven y tienen si ser. Se convierte en su obligación controlar y hacer correcto uso de la
sustancia inteligente atraída hacia ellos.
La transmutación se alcanza cuando la nota divina de la armonía inherente al amor se aplica a las
frecuencias inferiores de la forma. Esa nota hace sonar la verdadera nota de la forma, evocando

122
desde su muchas partes una respuesta armónica. De este modo se armonizan las muchas partes de
la forma entre si, y su totalidad con el Propósito Divino con el que fue creada.
Lo anterior presupone una técnica que puede ser aplicada solo por el iniciado o el aspirante a la ini-
ciación después de haber alcanzado cierto grado de logro, y esto fue una vez la ley. Ahora, sin em-
bargo (según se acelera el proceso evolutivo y la humanidad como un todo entra en un nuevo domi-
nio de acercamiento y respuesta), tales técnicas pueden hacerse descender para ser usadas por
cualquiera cuya correcta motivación atraiga la nueva presentación de la Sabiduría en su conciencia.
De este modo, aquellos que lean y apliquen esta serie de instrucciones, sin importar el grado de de-
sarrollo previo, pueden usar con éxito técnicas que una vez estuvieron reservadas para los aspiran-
tes más avanzados a la iniciación. Tal es la evolución y el momento evolutivo actual de oportunidad
en el que la humanidad vive hoy.
Todo el proceso de la iniciación, o el crecimiento y desarrollo del alma consciente está experimen-
tando un vasto cambio según la humanidad pone el Plan divino del Alma en relación con sus mu-
chos estados de conciencia. Durante el culmen de la era en la que ahora hemos entrado el aspirante
avanzado se acercará al portal de la iniciación desde un fundamento de experiencia Espiritual mu-
cho más seguro y con un campo de conocimiento Espiritual mucho mayor que nunca antes. Lleva-
rán con ellos una conciencia ya expandida de manera que pueden liberarse nuevos dominios de sa-
biduría de mucho mayor alcance que los siquiera tocados por los aspirantes de ayer.
Hoy se urge a todos los estudiantes a entregarse a la nueva técnica, i.e., a expandir tan lejos como
puedan su percepción en las áreas de la conciencia del Alma, y a personificar esa expansión me-
diante acción en los tres mundos de manera que una era por completo nueva y un nuevo espacio de
crecimiento y desarrollo Espiritual se elabore en la apariencia en la vida y asuntos de las humani-
dad. Este es en si mismo un servicio principal a la Vida Una, porque ayuda, de manera más drástica
de lo que cualquier estudiante puede darse cuenta hoy a la evolución de esa Vida en su muchos Rei-
nos y departamentos.
La técnica de transmutación se hace descender para el estudiante de manera que le proporcione un
método por el cual pueda aplicarse el proceso en todo el sendero, aliviando la carga final y el es-
fuerzo cuando al final es aspirante se enfrente con el morados. En terminología oculta, el morados
constituye esa identidad integrada del ego que se interpone entre el aspirante a la iniciación y el
portal de la iniciación. Es a veces denominado como el no-yo o el anti-Cristo. Se interpone cono esa
parte del yo separado que debe sacrificarse al dar el paso final de liberación de la forma.
Por esto, vemos que mediante la aplicación de la nueva técnica el estudiante puede restar gradual-
mente mucha de la fuerza del morador de manera que en el momento final no solo presente menos
amenaza para el aspirante, sino que llegue antes al aspirante en ciclos de tiempo .
Inherente al tono total de la energía del Amor está ese tono particular que hace sonar la armonía
del cosmos manifiesto de acuerdo a su Propósito Divino. Por ello, la armonía es una parte integral
del Amor.
El iniciado en su técnica de transmutación debe ser capaz de extraer ese tono particular de la ener-
gía del amor, y en un movimiento dinámico aplicarlo a lo que demanda transmutación.
Los estudiantes sin embargo no están listos para realizar este tipo de acción. La suya es una manera
más lenta, más metódica, que gradualmente transmuta su naturaleza inferior en una expresión más
perfecta del Amor Divino.
Han de captar primero con claridad que están tratando de hacer, y aún esto no llega de repente.
Los estudiantes poco a poco consiguen alguna vislumbre de su propia naturaleza hasta que después
de meses o años, cualquiera que pueda ser el caso, piensan que se comprenden a si mismos. Han
entrado en las áreas de motivación incorrecta e incorrecta respuesta. Si son sinceros, han trabajado
con ellas tratando de efectuar esos cambios que parecen indicados. Finalmente llegan a un punto
de confianza interna en el que piensan que tienen la forma naturaleza bajo control. No son resenti-
dos, celosos o codiciosos. Son amorosos, dando libremente aquello que tienen para dar e intentan
servir al Plan. Ha alcanzado un crisis evolutiva real, una crisis tremenda de oportunidad Espiritual,
porque a menos que hayan alcanzado la Maestría (la quinta iniciación) están ahora listos para
afrontar y vencer otro aspecto o fase de su morador.

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Los estudiantes han reaccionado siempre de dos maneras a esta aparición cíclica de la oportunidad.
O bien rehúsan mirar mas lejos en la forma naturaleza, disfrutando un tiempo de la planicie del lo-
gro, reuniendo tranquilamente fuerza para la siguiente ronda de crecimiento, o aprovechan la
oportunidad en el momento en que aparece, forzando al morador a salir de sus oscuros lugares de
ocultamiento a la Luz del Alma. Estos últimos estudiantes no se contentan con descansar sobre lo
que ya han conseguido. Saben que el camino es largo, y que tienen mucho que recorrer; y también
saben que a medida que persiguen su camino sirven a quienes siguen su luz.
Sabiendo que la armonía se consigue a través del conflicto, intentan aplicar esta ley de la transmu-
tación. Su captación de la Intención Divina en los momentos de éxito atrae de los oscuros nichos de
su naturaleza inferior otro aspecto del morador, y el conflicto nace de nuevo a la luz.
Ven donde aún son menos que divinos, en donde pueden iniciar una nueva ronda de crecimiento y
desarrollo Espiritual, y con la alegría del Alma aplican la nueva técnica.
El estudiante reconoce la presencia de esa nota particular de armonía en el tono total del Amor; y a
medida que irradian la energía del amor a través de sus vehículos y entorno desde un punto de en-
foque en la mente, reconocen que la nota de armonía transmitida en el mismo está alcanzando to-
das las partes del total, invocando, según sintoniza esas partes con el Plan, a la armonía del perfec-
to equilibrio.
Consideran esta acción, tanto en meditación como en la vida de pensamiento diaria, y buscan por
los efectos en la forma que denoten su respuesta.

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Lección 37 – Ciencia y conocimiento concreto
El Alma Trascendente y los estudiantes de la Sabiduría
Precipitando realizaciones internas en la apariencia externa
Resolviendo los pares de opuestos en polo de opuestos
Construcción oculta del puente
La mente concreta inferior y la mente abstracta
El hilo de la conciencia
Autoconciencia plena
El sendero bifurcado de la decisión
Pensando antes de actuar
Traduciendo la Sabiduría a una técnica

“Cuando el Amor Divino se formule en ciencia y conocimiento concreto, un nuevo cielo y una
nueva tierra vendrán al ser.”
El estudiante de la Sabiduría vive principalmente en dos mundos: el mundo de las ideas, de la reali-
dad abstracta y el mundo fenoménico de las apariencias. Tienden a enfocar la atención de su mente
en el mundo trascendente de las ideas en donde la realidad consiste de muchas abstracciones que
constituyen sus ideales y están por lo tanto en contradicción con la apariencia de las cosas contac-
tadas por sus sentidos físicos. Están constantemente confrontados con la dualidad durante un
tiempo en el que intentan establecer un punto de enfoque unilateral de polarización positiva en la
conciencia. Están forzados a recibir y a responder a aquello que les llega mediante el mecanismo
sensorial, pero al mimo tiempo, dado que son amantes de la verdad, se extienden hacia arriba con
su mente para ser impresionados por aquellas ideas más puras en su valor de verdad. Participan
gustosamente de uno y toleran el otro porque no pueden escapar del mismo. Son prisioneros, atra-
pados entre los pares de opuestos hasta el momento en que puedan encontrar una manera de fusio-
narlos en un camino que conduzca a la libertad.
Este es un periodo de crecimiento de los más difícil porque es de naturaleza transitoria. Los estu-
diantes están tratando de de desplazarse de un conjunto de valores a otro, están tratando de cruzar
desde la manera de vivir que han conocido durante incontables encarnaciones a una manera de
vida completamente desconocida. Sus cuerpos y conciencias han sido condicionadas por la prime-
ra, y construidos para responder o reaccionar de una manera dada. Viven según un conjunto de le-
yes y valores tan bien conocidos que la respuesta a los mismos se ha vuelto automática. La supervi-
vencia e incluso el progreso en sentido material son el resultado en gran medida de la motivación y
reacción subconsciente.
Desde este punto de logro evolutivo, el Alma Trascendente emite una nueva nota, y la conciencia
encarnada es impulsada a buscar la verdad. En ese momento se inicia un periodo transitorio de
crecimiento. Los seres humanos se convierten en estudiantes de la Sabiduría y acometen la necesi-
dad de construir un puente en su conciencia desde el mundo de la persona al mundo del Alma.
Cada paso que dan lejos de lo que es conocido debe darse directamente hacia lo desconocido. Lite-
ralmente cruzan un vacío, una brecha en su propio ser entre la el foco encarnado de la conciencia
de la personalidad y el foco Trascendente de la conciencia del Alma.
El vacío es atravesado o cruzado en la percepción de estos estudiantes mediante aquellas experien-
cias de verdad en la conciencia que pueden manifestar como experiencia en el mundo material de
los sentidos físicos. En otras palabras, si reconocen en su meditación el verdadero significado del
amor, deben precipitar ese significado en la apariencia física, y experimentarlo en su propia vida y
asuntos, dando y recibiendo ese amor en sus relaciones con los demás.
Aquí hay un concepto que muchos estudiantes evitan. Si son maltratados, es mucho más fácil acep-
tar esa experiencia como kármica, lo que sin duda es, antes que tratar de cambiar la relación a un
reflejo más cercano a la verdad. Los estudiantes que dan una cualidad cada vez mayor de amor en
sus relaciones eventualmente se encontrarán a si mismos recipientes de la misma cualidad de los
demás. Esa es la ley.

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Cualquier concepto o idea que los estudiantes puedan alcanzar mediante la meditación como resul-
tado del alineamiento vertical con su yo superior deben manifestarlo en la sustancia física, cerran-
do así la brecha entre lo conocido y lo desconocido, o entre la persona y el alma. La realidad debe
convertirse en hechos.
Cuantos estudiantes hay que fallan en hacer este reconocimiento; que leen, discuten y meditan so-
bre la Sabiduría del Alma, y a pesar de lo cual fracasan en precipitar esa Sabiduría a sus experien-
cias físicas diarias. Enunciar una verdad, o leer volúmenes de palabras escritas sobre un tema, o in-
cluso meditar no constituyen la transición del efecto a la causa, o en otras palabras de la persona al
Alma.
Los pares de opuestos deben ser resueltos en opuesto polares, y de esta manera reflejar el Plan. La
contradicción entre la idea y la apariencia ha de ser eliminada de manera que en un sentido supe-
rior causa y efecto sean uno.
Los estudiantes que captan esta realización y se disponen a iniciar el crecimiento indicado se ven
asaltados por muchas dificultades hasta que encuentran aquellas llaves que les abren la puerta de
la iniciación. Esta son las siete leyes que estamos considerando en esta serie de instrucciones, y en
particular esta quinta ley se aplica al proceso real de construcción oculta del puente que están em-
prendiendo.
En este punto están involucrados con dualidades como nunca antes en su experiencia. Miran hacia
arriba y ven el mundo de la realidad. Son inspirados por ella y se emocionan con las nuevas cimas
de éxtasis. Luego, según se desplaza el péndulo, deben arrojar de nuevo su atención al mundo de
los hechos de los que sus propios cuerpos y su conciencia cerebral son una parte viral. Ven lo
opuesto del amor manifestándose no solo en el mundo externo, sino dentro de su mismo ser, y para
su desaliento la brecha se amplía. ¿Qué es la verdad? ¿Donde está ese Amor que conocieron en el
mismo núcleo de su ser? ¿Qué significa “como arriba así es abajo” en relación a ellos? ¿Y en rela-
ción con la humanidad? No puede significar lo que parece querer decir porque ¡el mundo de abajo
no es como el de arriba! Solo pueden ver los pares de opuestos y el conflicto resultante entre ellos.
Por ejemplo, las personas amantes de la verdad en su naturaleza aspirante pueden ser mentirosos
en el mundo de la humanidad. ¿Alteran deliberadamente la verdad en sus tratos de negocios con
los demás?
Después de descubrir esta contradicción en si mismos, a menudo se retirarán de la vida en sentido
material. Finalmente se abstendrán, desilusionados y amargos, del mundo de los asuntos para vivir
una vida solitaria de meditación, entrando en la vida y asuntos de la humanidad solo lo que es ab-
solutamente necesario para su supervivencia física. Apenas se dan cuenta de que ese no es el sende-
ro de la liberación. El retiro no trae la libertad. Solo los ata con mayor intensidad a lo que aborre-
cen, y vuelven encarnación tras encarnación a las condiciones en las que rehúsan entrar y corregir
conscientemente. Les está pendiente hacer la transición – crear abajo – como es arriba.
Aún hay otros que, percibiendo todavía esas contradicciones, persistirán en su contribución a las
mismas. “Los negocios son los negocios”, se excusan a si mismos, y deliberadamente cegando su vi-
sión Espiritual, aspiran con una parte de su ser a una manera superior de vida mientras viven de
acuerdo a la vieja manera. De este modo se origina de nuevo una brecha en la conciencia que re-
quiere muchas encarnaciones corregir.
Que todos los estudiantes se den cuenta en este punto que están llamados a hacer una de sus pri-
meras elecciones entre el sendero de la mano derecha y el de la mano izquierda. Cada Alma, con
identificación humana o con el Alma, es kármicamente responsable de la manifestación en la sus-
tancia física de esa verdad que están capacitados para captar y comprender. Su grado de responsa-
bilidad al Plan de amor y Luz para la humanidad se base en la profundidad, amplitud y claridad de
su visión. Esto es karma de servicio.
En esta lección, nos hemos referido al proceso conocido como “construcción oculta de puentes”. Es
importante ahora comprender el proceso como una técnica, y la razón del mismo. De igual modo
que el alma en su propio nivel debe cruzar un vacío en conciencia para extenderse y hacerse una
con el Cristo, así debe la conciencia encarnada (identificada con la persona) cruzar un vacío en la
percepción para obtener conciencia del Alma.

126
Por favor anoten el término “vacío en conciencia” porque esto es exactamente lo que es. En los ni-
veles mentales entre dos estados de conciencia, el Alma Trascendente y el alma encarnada, existe
ese espacio vacío de luz, y en que deber ser creado un puente en la conciencia por el casamiento de
estos polos opuestos.
En la cima de su desarrollo, la conciencia encarnante identificada con la persona se polariza en lo
que llamamos la mente concreta inferior. Este es el área del cuerpo mental en donde las ideas to-
man forma concretas como pensamientos, y se ensamblan en actividades planificadas por la perso-
na. Es con esta frecuencia de la materia mental con la que el individuo en el cerebro funciona en la
cima de ese desarrollo evolutivo individual como ser humano.
Siete octavas por encima de esta frecuencia, en el centro que se define como la mente abstracta, el
alma Espiritual sobrevuela a la conciencia encarnada.
Debería ser percibido aquí, para llevar a cabo la correspondencia superior, que la conciencia Moná-
dica o Crística encuentra su centro trascendente siete octavas por encima del centro del Alma en el
corazón de lo que llamamos la Mente Divina.
El alma Trascendente está conectada a su extensión en los cuerpos (la persona enfocada) mediante
un hilo de conciencia en el que no existe percepción hasta que se alcanza la continuidad. En otras
palabras, el hilo de conciencia está ahí en un sentido oculto, pero su conciencia está latente – inac-
tivo entre Alma y persona. La mente abstracta a través de la que el hilo pasa es un oscuro vacío
dado que requiere la Luz de la percepción consciente para activar cualquier frecuencia de la sustan-
cia mental.
Durante un periodo de muchas encarnaciones, la persona enfocada es positiva al Alma Trascenden-
te, extrayendo de ello solo las energías necesarias para su experiencia vital, y dado que no tiene in-
terés en el depósito de Sabiduría mantenido por su alma, ni busca ni recibe Sabiduría.
Finalmente se alcanza una encarnación en la que la persona ha evolucionado hasta la etapa crítica
de plena autoconciencia. En este punto el Alma Trascendente emite una nueva nota. Se hace positi-
va con respecto a la persona, adoptando un interés activo en la vida y asuntos de su extensión.
La persona responde a la nueva nota, eleva su atención de lo inferior a lo superior, y comienza a
buscar la respuesta al enigma de su identidad. ¿Quién es? ¿Y por qué? ¿Cuál fue su comienzo? ¿Y
cuál será su fin? Mediante el pequeño hilo de conciencia en el que aún no existe ninguna percep-
ción, la vibración de su Alma ha alcanzado a su persona, y la persona ha respondido. El vacío de la
mente abstracta ha de ser cruzado. El viaje oculto a lo largo del sendero de iniciación ha tenido fi-
nalmente su comienzo, y sobreviene un cortejo divino.
El Alma Trascendente corteja a su opuesto polar, la persona enfocada, con su Amor y su Sabiduría,
y la persona responde a la llamada mediante su inteligencia. El hilo de la conciencia entra ahora en
uso, porque por el mismo los opuestos polares pueden sintonizarse el uno con el otro y finalmente
unificarse.
La persona busca, primero en la meditación. El Alma da de su Sabiduría – ideas, conceptos de ver-
dad, soluciones divinas a sus problemas. Todas estas se pasan hacia abajo a la persona en espera
mediante el hilo consciente que comienza a vibrar con Luz – la Luz de la Conciencia-
La persona gradualmente eleva su frecuencia a la primera octava de la mente abstracta y en esa
área de la realidad se hace consciente. Hace esto mediante personificación – mediante la aplicación
en su propia vida y asuntos de aquellos ideales superiores hacia los que ha aspirado. El primer paso
a lo largo del sendero de iniciación ha sido dado. Finalmente se ha alcanzado un punto de crisis, y
la persona debe realizar una elección principal.
La elección tendrá que ver con el sendero de la mano derecha y el de la mano izquierda, en esta eta-
pa llamado el sendero bifurcado de la decisión. Se manifestará en el camino de la personalidad una
oportunidad para satisfacer una ambición o deseo largamente querido, pero solo a expensas de al-
gún principio o ideal que la persona ha buscado y encontrado. Una elección debe hacerse. La pri-
mera prueba mayor de la iniciación ha sido precipitada por el Alma Trascendente y las fuerzas de la
evolución.

127
Muchos no están dispuestos a continuar y vuelven al sendero dela experiencia por otro ciclo de en-
carnaciones. Algunos, un número relativamente pequeño en comparación con los que alcanzan este
punto, aprovechan la ventaja ofrecida por la crisis de oportunidad y pasan a través de la primera
puerta de la iniciación en donde tiene lugar el entrenamiento y la prueba real, la construcción real
del puente.
Sería buen que este aspecto del camino pudiese estar más claro, porque consiste en las pequeñas
elecciones, aparentemente sin importancia que uno debe hacer muchas veces diariamente: los pen-
samientos que uno elige pensar, los sentimientos que uno elige irradiar, las palabras con las que
uno elige envolver y expresar un pensamiento, y las muchas acciones emprendidas momento a mo-
mento, hora a hora, día a día. La completa actitud de la persona hacia la vida es alterada aquí. Las
actitudes de las persona y por tanto de sus mismas vidas experimentan un tremendo cambio, y
todo debido a su atención a lo que parece como mundano.
Todo esto es logrado porque el ser humano ha captado la idea de trasladar la Sabiduría del Alma a
la a esa ciencia y conocimiento concreto que es aplicable a su vida y asuntos. Comienzan a fusionar
los aspectos concreto y abstracto de cuerpo mental. Aprenden a pensar de manera abstracta en for-
ma concreta, llenando así el oscuro vacío que les separa de su Alma trascendente con Luz, la Luz de
la comprensión, de la percepción Espiritual consciente.
¿Cómo piensa uno de manera abstracta en la forma concreta? Poniendo principios en aplicación
práctica. Relacionando la Verdad a la experiencia, la realidad a los hechos, y completándolo con el
pensamiento precipitado en acción.
¿Cuál es la técnica? Es tan simple que se pasa por alto. Consiste en pensar antes de actuar, en pen-
sar sobre el principio antes que el pensamiento mismo. Es esa pausa en la percepción Espiritual
que permite que tenga lugar la traducción de la Sabiduría en conocimiento, de la Verdad a la técni-
ca. Es la disciplina de la mente de atender a la Sabiduría del Alma, más que a los impulsos y res-
puestas automáticas dela forma naturaleza.
A través de estas lecciones se han dado técnicas de aplicación, pero cada estudiante encontrará que
en si mismas no son suficientes. Todos los estudiantes son su propio camino, su propio maestro y
su propio enemigo. Aunque siempre existe ayuda que les está disponible, todos deben encontrar su
propio camino. Todos deben trabajar sus propios problemas y su propia salvación. Esa es la ley.
Por lo tanto, cuando los estudiantes se enfrenten con un problema para el cual no hay disponible
una solución escrita, que busquen mediante su propio alineamiento vertical esa Sabiduría que tiene
relación con el mismo y que trasladen luego esa Sabiduría en una técnica que pueda usarse como
un medio de Personificación Espiritual.
Ejemplo: Una vez conocí a un sincero estudiante que encontró que el orgullo era una de sus mayo-
res dificultades, haciéndose casi un problema vital. Por muchos años se debatió con este aspecto de
su forma naturaleza hasta que finalmente, habiendo captado el concepto de igualdad Espiritual sin
importar la posición externa, trasladó la idea a lo que fue para él una técnica aplicable.
Se consiguió un trabajo de portero en un hotel elegante en el que antes había vivido periódicamen-
te como huésped de pago, y allí en medio de la rutina de las fregonas y músculos doloridos apren-
dió humildad. Después de varios años de tal aplicación, este estudiante no solo comprendió el con-
cepto de la verdad en teoría, sino también en la práctica; y así lo hizo todo el que entró en contacto
con él, porque se lo pasó a los demás por el mismo hecho de su presencia.
Los estudiantes deben ir más allá del libro. Suya es la tarea de enseñarse a si mismo, de ordenar su
vida, por así decirlo. De esta manera purifican su naturaleza inferior y se acercan a la segunda
puerta de la iniciación. De esta manera cruzan el oscuro vacío, convirtiéndose en su propia Luz.

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Lección 38 – Devoción a un Ideal
Un ideal es una forma de pensamiento que transmite una idea de perfección
La crisis evolutiva de la humanidad
Las fuerzas en oposición de la Luz y la Oscuridad
La crisis de decisión
La relación adecuada de Alma con la persona
El ideal enfocado del Cristo

“El Cristo reaparecerá cuando la humanidad reconozca el principio Crístico que habita en
todos.”
Es la naturaleza de la conciencia humana dedicarse a un ideal y manifestar individual y colectiva-
mente la representación externa de ese ideal como experiencia. La evidencia de esto puede verse en
el tono general, la vida y asuntos de cada individuo y grupo encarnado sobre el planeta. El ideal
puede bueno o malo. Puede ser beneficioso y humanitario, o puede ser destructivo y dañino en sus
efectos sobre los demás, pero está siempre presente como una imagen causal a aquello que cobre
apariencia. Pro ejemplo, un ladrón está entregado a un ideal con tanto seguridad como un filántro-
po, y en cualquier caso el impulso motivador detrás del ideal puede no diferir tanto como podría
parecer. Ambos pueden estar luchando por un lugar de importancia en el mundo, dedicado al yo,
aunque cada uno utiliza el único método de logro que conoce. Uno dedica sus esfuerzos a robar, el
otro a dar, y muy a menudo por la misma razón.
Un niño que nace en una sociedad de ladrones con mucha probabilidad intente ser el más grande y
el más importante a medida que se hace adulto. El ideal del individuo puede cambiar si su grado de
desarrollo evolutivo está por encima y más allá de su inmediato círculo de hermanos, pero el ideal
constituirá su idea de la perfección. Por ello, cada ser humano, sin tener en cuenta lo que esté ma-
nifestando, no está sino expresando su natural deseo y necesidad de ser perfecto. Están intentando
evolucionar más allá de lo que están manifestando actualmente.
Un ideal es una forma de pensamiento que transmite la idea de perfección de acuerdo a la interpre-
tación de la conciencia implicada. Esa forma de pensamiento es una influencia todo poderosa en
las mentes y emociones de quienes la encarnan. Vemos manifestándose en el mundo hoy la in-
fluencia de una forma de pensamiento de esta clase según se esfuerzan las naciones en superarse
unas a otras social, económica y científicamente. Cada una quiere ser la primera. Cada una quiere
dominar las acciones de las demás con su propia ideología o manera de vida. Cada una cree, en lo
profundo de su propia conciencia nacional, que si puede dominar, controlar y regular las vidas de
los demás, alcanzará y demostrará su perfección. Cada una se dedica a su ideal con un fanatismo
tan poderoso que el mundo se mantiene en constante agitación durante esta crisis mayor de la evo-
lución humana.
Una crisis evolutiva es un interludio cíclico entre el pasado y el futuro en el que la conciencia impli-
cada tiene la oportunidad de elegir el camino que seguirá su crecimiento. Es una pausa decisiva en-
tre el final de una fase particular de desarrollo evolutivo y el comienzo de una nueva.
Hoy la humanidad se encuentra en un momento así. Hemos evolucionado hasta un foco egoico de
autopercepción con instrumento de creatividad bien desarrollado y parcialmente integrado. Duran-
te los pasados cien años aproximadamente hemos conquistado el mundo material, al menos hasta
cierto grado, y hemos logrado mucho mejor control mental y emocional sobre nuestro entorno.
Nuestra mente es rápida y capaz de comprender. Nuestra naturaleza emocional se ha convertido en
una fuerza poderosa para bien o para mal de acuerdo a nuestra dirección, y la red etérica en la que
vivimos responde a nuestras demandas. La humanidad es una unidad de autoconciencia en pose-
sión de las herramientas con las que modelar nuestro propio destino. ¿Cuál será ese destino?
Dos gran fuerzas en oposición proveen a la humanidad con el conflicto que caracteriza nuestra cri-
sis de oportunidad actual. Son:
1. Las Fuerzas de la Luz – del Superalma de la humanidad, a medida que busca su crecimiento y de-
sarrollo, y

129
2. Las fuerzas del materialismo – del yo separado a medida que cada yo separado busca su propio
beneficio en el mundo de las apariencias.
Entres estas dos cada individuo y grupo de individuos debe decidir, y la elección que cada uno haga
determinará el sendero de desarrollo para varias encarnaciones o más. La elección de la mayoría
determinará el el sendero que tomará la humanidad durante los próximos 2500 años. ¿Desarrolla-
rá ese camino el carácter Espiritual de la humanidad o acentuará el lado forma de nuestra naturale-
za? ¿En qué dirección se moverá nuestro foco de autoconciencia? ¿Hacia el domino de la forma
como Alma consciente encarnada o hacia el aprisionamiento en la forma como un ego separado?
¿Cuál es nuestra idea de perfección? ¿Qué constituirá nuestro ideal enfocado?
Esta no es la primera vez en la historia de la humanidad que nos hemos encontrado en este lugar
particular de la evolución, ni es la primera vez que hemos afrontado esta lección particular. En la
cima de la civilización atlante, la humanidad se movió desde ese interludio cíclico al sendero de
lego separado, prefiriendo los beneficios materiales al crecimiento Espiritual, iniciando la subida y
caída de una civilización tras otras según nosotros, la humanidad, construimos nuestra vida y asun-
tos sobre un fundamento falso. No solo impedimos y retrasamos nuestro crecimiento divinamente
planificado, sino que cogimos un desvío que nos condujo a la caída desde el alto lugar que había-
mos alcanzado.
Hoy la humanidad es puesta nuevamente a prueba. ¿Hemos aprendido la lección de nuestros fraca-
sos creados egoístamente y experimentado dolorosamente? Conoceremos la respuesta a esta cues-
tión en el siglo veintiuno, porque la decisión se tomará en los últimos años del veinte.
Cada individuo contribuye con su propia decisión a la de la humanidad como un todo. Por ello,
cada uno es llamada diariamente a elegir entre el crecimiento Espiritual y la ganancia personal. El
mundo exterior de los asuntos refleja las elecciones tomadas, y el conflicto aparece como la nota de
los tiempos.
En el mundo existen aquellos que comprenden, aunque sea en parte, el tema real implicado en el
conflicto actual de energías y fuerzas. Saben que estos asuntos no son siempre lo que parecen, que
tienen que ver con la oposición entre el Espíritu o la voluntad de Dios y la naturaleza de la forma tal
como esa naturaleza ha sido impresa sobre la sustancia por la humanidad en el curso de la evolu-
ción. Se dan cuanta de ninguna persona, grupo o nación tiene toda la razón o está totalmente equi-
vocada, sino que el conflicto real es el foco de ambas en cada vida organizada. El equilibrio externo
del poder debe mantenerse para permitir que el conflicto de manifieste en cada vida organizada
hasta que la vida alcance una solución de un amanera o de otra y resuelva su conflicto. El equilibrio
externo de poder meramente preserva el campo de batalla para que cada ser humano, y cada grupo
o nación de seres humanos sea libre dentro de sus propia limitaciones kármicas para emprende su
propi alucha y tomar su propia decisión.
La lucha exterior, en sentido mundial, con sus pérdidas y ganancias aparentes simplemente refleja
los problemas internos de la humanidad durante esta crisis de oportunidad.
Debe comprenderse que mucho de lo que se alza como oposición al progreso planificado de la hu-
manidad en este día, fue parte del crecimiento y el desarrollo evolutivo de los tiempos recién pasa-
dos. Para que los seres humanos desarrollaran un foco de autoconciencia fue necesario volver su
atención sobre si mismos como egos separados. La humanidad tuvo que pensar en términos de su
propia ganancia para construir las herramientas con las que crear formas a partir de la sustancia
inteligente. Tenía que ser egoísta, tenía que encarnar la ambición y el deseo o nunca hubiera podi-
do hacer evolucionar la percepción de si misma al poderoso foco de la persona que ahora es.
No infravaloren la importancia de la persona en su apropiada relación con el Alma. Es el medio por
el cual el Alma Trascendente:
1. entra en contacto con las tres frecuencias inferiores de la materia vibrante en el cuerpo Planeta-
rio, físico-etérico, astral-emocional y mental;
2. aprende las características y la naturaleza de esas frecuencias

130
3. y finalmente, a través del dominio de las formas creadas en las tres frecuencias de la materia, las
eleva a una frecuencia superior, ayudando de este modo al Logos Planetario en la elaboración de Su
evolución.
No solo es mediante la persona que el Alma evoluciona, sino que cuando la persona misma es refi-
nada, ajustada apropiadamente y dedicada, es el instrumento mediante el cual el alma sirve al Plan
divino.
Contemplamos a hora a la persona en la cumbre de su desarrollo como ego separado. Ha alcanzado
ese lugar desde puede, finalmente, ser de utilidad real para el Alma. Puede comenzar a cumplir el
Propósito para el que fue creada. Puede ahora hacerse con su propia función, pero antes el Alma
tiene una última tarea principal en relación con ella. Debe subyugar la extensión de si misma iden-
tificada con el ego a su propia Voluntad superior, y finalmente fusionarse con ella.
En realidad la persona no es sino un agregado de energías y fuerzas con las que la conciencia encar-
nante se ha identificado. Ha sido temporalmente imbuida de una naturaleza de deseo-voluntad
para desarrollarse como un instrumento adecuado. En otras palabras, a la conciencia encarnada se
le ha permitido imprimir sobre la personas ciertos gustos y aversiones, ciertos deseos y ambiciones.
Ahora sin embargo, dado que la persona está completa, y el Alma Trascendente ha aprendido todo
lo que necesitaba saber de naturaleza de sus sustancia, la naturaleza de deseo-voluntad está siendo
abstraída de la misma, de vuelta a la conciencia misma.
Esta es la crisis real de la evolución humana, la batalla entre la persona y el Alma trascendente. Es
como si la Realidad y Su forma de apariencia estuvieran batallando por el control de la conciencia
moradora.
Por ello vemos que aquello que parte del Orden Divino del crecimiento durante la pasada era se he
vuelto ahora obsoleto. Ya no es más el camino superior. La hermandad, construida sobre la buena
voluntad, amor y sacrificio se han convertido en el Orden divino de nuestros tiempos. Deben cobrar
precedencia sobre la ambición por uno mismo y la propia familia, las simpatías, lealtades y patrio-
tismos erróneos, etc., si la humanidad ha de corregir los errores de la era atlante. Esto no de de nin-
guna manera fácil en un mundo en el que los temas reales están tan confusos como lo están ahora.
El emocionalismo debe dar paso a la comprensión mental del Plan de Dios para la humanidad, tan-
to individual como colectivamente, si hemos de evitar otro desastre.
Los ideales de la persona han de ser cambiados por los ideales del Alma. La última puede invocarse
en una visión: el Ideal enfocado del Cristo.
Este es un ideal que la humanidad no tiene que crear, porque ya ha sido creado en la Mente divina,
y se ha impreso sobre la sustancia como el objetivo hacia el que oda la evolución se mueve.
Se ha afirmado muchas veces en diversas lecciones de esta presentación en forma de pensamiento
de la Sabiduría sin Edad que la conciencia nace de la interacción entre Espíritu y materia, entre vo-
luntad e Inteligencia. Consideremos ahora cual es esa interacción esencial.
Es una triple energía que definimos, a falta de una mejor terminología, como al esencia de Dios. Es
la energía del Propósito, Cualidad y Actividad que juntos manifiestan todo lo que es.
A partir del Amor, el Espíritu impregnan la materia con Si Mismo (la Voluntad de Dios, o en esen-
cia, el potencial Crístico) que produce en la materia una actividad dadora de forma. Esa actividad,
desde el mismo comienzo es dirigida hacia la construcción de un vehículo último de encarnación
(el cuerpo de Cristo). El Alma, que nace de esta interacción, es en esencia el principio habitante de
Cristo. Este principio habita tanto la conciencia como la misma sustancia de sus cuerpos asegura y
guía el desarrollo evolutivo de la humanidad para que pueda llegar eventualmente a su destino di-
vino. La libre voluntad de la humanidad nos permite solo elegir la manera en que evolucionaremos
(si es a través del dolor y la pérdida o a través de la alegría y la comprensión), pero debemos evolu-
cionar, y manifestar eventualmente la aparición de Cristo.
Jesús apareció en el mundo de los asuntos como un precursor del siguiente acontecimiento en la
conciencia de la humanidad. Representó no solo lo que cada ser humano es en realidad, sino el sen-
dero evolutivo de la iniciación mismo, la manera en que la humanidad conscientemente se convier-
te en apariencia aquello que es en realidad. Demostró, desde el nacimiento de una persona y su

131
muerte a la reaparición (resurrección) de Cristo, el Plan Divino para la humanidad durante la era
venidera. El significado real de su victoria sobre la muerte, que fue en realidad la reaparición de
Cristo después del sacrificio final del yo separado, ha perdido su fuerza con la forma que el aconte-
cimiento tomó en la sustancia. Este final a la Historia de Cristo es su mayor lección sobre la verdad,
el destino divino de la humanidad.
Vemos que el ideal enfocado de Cristo es la realización en la conciencia del Principio Crístico habi-
tando en cada ser humano. Una vez que esto es captado y comprendo como una realidad, el indivi-
duo ordinario se convierte en un discípulo dedicado a servir este plan para sus hermanos. Ven este
Principio habitante en cada caso, sin importar las apariencias y condiciones externas, y a través de
su concentración y meditación sobre el mismo, ayudan a su crecimiento hasta su Reaparición final
como un Maestro de la forma naturaleza.
Como tarea, por favor relacionen este concepto, la realidad trascendente, a su propia vida y asun-
tos; trasladando su Sabiduría a ciencia y conocimiento concreto como una técnica que aplicable en
servicio al Plan. Entreguen el escrito a su profesor antes de seguir con la siguiente lección.

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Lección 39 – La Séptima Ley
Los tres tipos principales de entrenamiento disciplinario
Entrenamiento disciplinario impuesto por el Alma
El tipo de persona es determinado por el Alma
Sirviendo a la Vida Una mediante crecimiento Espiritual
El sistemas de chequeos y balances
Estableciendo una meditación matutina regular
Disciplinando la mente
Reflexión nocturna

“A través de la iniciación de una actividad planificada de crecimiento, la humanidad puede


cooperar con la Ley de Evolución para alcanzar un objetivo deseado de desarrollo Espiritual.”
Nuestro Logos Planetario tiene un lugar único en el esquema cósmico de las cosas, porque Él es
quien provee el campo de entrenamiento para aquellas vidas que están fuera de armonía con el or-
den cósmico. Aquellos que son testarudos y deliberados, cogen un sendero de oposición; los rezaga-
dos de cualquier evolución particular, y quienes mediante malas interpretaciones serias son res-
ponsables de fracasos mayores encuentran su camino hasta este planeta. Constituyen nuestra hu-
manidad. Todos y cada uno de nosotros estamos aquí para reconstruir nuestras naturalezas inter-
nas en una relación armoniosa con la Vida Una. Incluso los que llegan desde fuera del sistema a
servir en el mismo con gran sacrificio, lo hacen por necesidad kármica – una relación kármica con
nuestro Logos.
En cooperación con Saturno y Sirio nuestro Logos Planetario equilibra cierto aspecto del karma
cósmico.
De este modo vislumbramos algos del Propósito Planetario y nuestra relación con el mismo. Llega-
mos a comprender con mayor claridad el significado subyacente a las experiencias de dolor y pérdi-
da tan características aquí, porque toda la vida del planeta es realmente un entrenamiento discipli-
nario. Este entrenamiento cae en tres categorías principales:
1. impuesto Logoicamente.
2. impuesto por el Alma.
3. autoimpuesto
El hecho de que toda la vida debe servir con su propia vida es una parte del entrenamiento discipli-
nario impuesto por el Logos. Cada reino de la naturaleza, y cada vida dentro de cada reino, está su-
jeto a esta ley. Desde la conciencia mineral a la conciencia del Alma, cada vida organizada se con-
vierte en comida, bebida o albergue, i.e., sustento, para lo que es superior, y en verdad sacrificado
mediante evolución de manera que lo superior pueda vivir y encuentre su expresión en la tierra.
La división de la humanidad en razas, las tribulaciones de la enfermedad sobre los diversos reinos,
la violentas explosiones de la naturaleza que causan desastres; estas y muchas otras manifestacio-
nes son todas parte del entrenamiento disciplinario impuesto sobre la vida del planeta por el Logos
Mismo. Esa vida es gradualmente limpiada y purificada mediante la experiencia de vivir y trabajar
a través de estas diversas condiciones. Es templada, por así decirlo, para soportar el crecimiento
del proceso evolutivo.
El crecimiento sin esta clase de temple sería un proceso peligroso, porque el conocimiento debe ca-
sarse con la Sabiduría si ha de servir al bien de la Vida Una. Puede decirse que ciencia sin una filo-
sofía idealista y creativa es un peligro, so solo para al humanidad sino para toda la vida en nuestra
esfera de influencia. Si no fuera por la protección de ciertos Seres cósmicos y de la ley cósmica, tal
cosa podría ser una amenaza para la evolución misma, porque es el corazón, no la mente, lo que
mantiene la relación de la humanidad con Dios. Aunque la cabeza deba regir las emociones y el
cuerpo, así mismo debe el verdadero corazón del ser regir la cabeza.

133
El correcto crecimiento por tanto es una expansión equilibrada de conciencia, y una personifica-
ción equilibrada de esa expansión. Debe incluir tanto teoría y hechos trabajando desde la verdad
trascendente a la relación específica con la vida en tiempo y espacio. El principio es captado y com-
prendido por la mentalidad como un concepto. Debe ser aplicado a la vida y asuntos diarios antes
de que pueda ser aceptado como real. El ideal debe asumir una experiencia tangible.
El entrenamiento disciplinario impuesto por el Alma es de dos clases:
1. La imposición sobre la persona y su entorno de aquellas cualidades, característica y condi-
ciones que más conducen al crecimiento de la conciencia encarnante en cualquier momento
dado.
2. La aplicación, por el Alma Trascendente, de la ley del karma a su personalidad en los tres
mundos inferiores.
El tipo de entorno en el que la conciencia encarnante nace es determinada por el Alma Trascenden-
te de acuerdo a las necesidades kármicas de la vida actual, el crecimiento particular deseado, y el
grado de desarrollo evolutivo ya alcanzado. Debería recordarse que cada encarnación de la concien-
cia inferior es realmente una actividad planificada del Alma en lo que concierne a su crecimiento y
desarrollo, y eventualmente a su servicio. Por tanto, el Alma Trascendente determina, de acuerdo a
su Plan, las condiciones en las que la conciencia encarnante debe nacer. No hay accidentes ni en el
nacimiento ni en la muerte.
El tipo particular de persona mismo es determinada por el Alma Trascendente. Sus cualidades y ca-
racterísticas, sus tendencias y talentos, son todos construidos en la persona por el Alma Trascen-
dente como parte del entrenamiento disciplinario a imponerse a la conciencia encarnada.
Por ejemplo, si un ser humano en el cerebro comienza a desarrollar un sentimiento de superioridad
en respuesta a la precipitación de un karma afortunado, incluso controlado e inexpresado en la ac-
tualidad, en la próxima encarnación ese sentimiento podría muy bien ser exagerado por el Alma
como una tendencia de la personalidad a un complejo de superioridad. Esta vez la persona expresa-
ría un concepto separativo de su propio ego, pero sin la justificación externa de karma afortunado
como base. En una vida la persona podría haber sido agraciada con una personalidad atractiva y
agradable que diera lugar a su sentimiento de superioridad sobre los demás. Si su entrenamiento
fuese tal que no expresara abiertamente su superioridad sobre los demás, sin embargo se arraigaría
en su subconsciente, y si no se controlase crecería en fuerza, hasta que en alguna vida pudiera ma-
nifestarse como un bloqueo real para un crecimiento adicional en la dirección deseada. Para des-
cartar tal posibilidad, el Alma muy probablemente daría al individuo una personalidad desagrada-
ble la siguiente vez, exagerando al mismo tiempo el sentimiento de superioridad hasta una vanidad
injustificable. Des ta manera el hombre en el cerebro aprendería inconscientemente la falacia de tal
actitud en relación a los demás, al ser repelidos los demás de la persona por esa actitud. Y en un ni-
vel más profundo de su subconsciente esta persona estaría aprendiendo una lección más sutil: que
la apariencia externa no es la realidad, que las cosas no son siempre lo que parecen, y que no puede
basar sus evaluaciones solo sobre la forma.
Este es uno de les medio comunes por los que el Alma Trascendente desvía el comienzo de un desa-
rrollo indeseable a uno más deseable.
Cualquier encarnación o serie de ellas, es planificada por el alma desde su propia perspectiva con
un propósito principal: que a través del crecimiento y desarrollo de la conciencia encarnante, el
plan evolutivo de la Vida Una sea servido.
Otro ejemplo puede dar que es una experiencia común en le crecimiento de muchos.
John Doe nació en una rica familia y se le dieron todas las oportunidades que el entorno más refi-
nado puede dar para desarrollar sus potenciales en un servicio real a la humanidad. No solo está
equipado con las tendencias y talentos necesarios para hacer una contribución mayor al mundo en
el que vive, sino que las circunstancias externas la facilitaron el camino.
Este hombre, sin embargo, como muchos de sus hermanos, fracasó en aprender a hacer correcto
uso de lo que tenía. No saca provecho de la oportunidad, sino que en vez de eso se vuelve hacia el

134
placer. Satisface los deseos sensuales del instrumento y permite deslizarse a su karma afortunado
sin haber ganado ni dado ningún bien Espiritual del mismo.
En su próxima encarnación, nacerá en la situación inversa a la anterior. Sin las ventajas materiales
de la vida pasada, estará equipado con los mismos talentos, más el deseo de logro o de servicio (de
acuerdo a su grado de desarrollo evolutivo) que será atizado hasta una llama por el foco de su Alma
Trascendente. Cada pequeña porción de crecimiento, desarrollo y éxito que logre será en contra de
tremendas adversidades, según el Alma impone las disciplinas necesarias sobre esta conciencia. Tal
será su vida o vidas hasta que alcance el punto de crecimiento o servicio que le fue posible en la en-
carnación de la oportunidad.
Esta condición es particularmente común entre muchos de las personas superiormente desarrolla-
das del mundo en este ciclo. Vienen a la encarnación con los dones de diversos talentos e inteligen-
cia superior, pero las circunstancias en las que nacen y deben vivir les presentan obstáculo tras obs-
táculo a la contribución que harían. Muchos discípulos mismos están continuamente obstaculiza-
dos en sus actividades de servicio por las mismas circunstancias y condiciones. Su motivación, de-
dicación y capacidad interna para servir en campos dados no pueden cuestionarse, pero la indife-
rencia pasada, el derroche y el mal uso se levantan ahora para derrotarles.
La respuesta a este problema es disciplina: entrenamiento disciplinar auto impuesto hasta que las
lecciones del pasado se hayan equilibrado y tenido en cuenta.
De este modo, vemos que los ciclos de oportunidad son determinados por el Alma Trascendente de
acuerdo al grado de evolución de la conciencia encarnada y las disciplinas necesarias para una evo-
lución adicional sobre las líneas correctas. Un ser humano puede haber acumulado en reserva mu-
cho karma afortunado que el Alma no precipita como oportunidad hasta que se alcanza cierto pun-
to o nivel de desarrollo. Por otro lado una oportunidad puede precipitarse antes de que el ser hu-
mano en el cerebro pueda probablemente hacer correcto uso de la misma, para redirigir la evolu-
ción de la persona desde un sendero a otro más deseable. En ese caso, el Alma sabe que nada se ga-
nará de la oportunidad excepto varias encarnaciones de severo entrenamiento disciplinar, sin em-
bargo, un desarrollo fuera de juego – como el de crecer odiando a los que tiene riqueza, posición o
estatus como resultado de varias vidas pasadas en la pobreza y la opresión – puede ser desalentado
por esa experiencia. Adquirir y experimentar lo que uno anhela tiende a elevar el tono emocional.
De este modo, el Alma trascendente usa un sistema de chequeos y balances para guiar la evolución
de su yo inferior hasta que el yo sea conocedor de las leyes superiores y pueda comenzar a trabajar
con ellas. Más pronto o más temprano, el ser humano en el cerebro despierta a los hechos Espiri-
tuales de la vida, su conciencia es gradualmente iluminada con la Luz de la Verdad, y el poder de
esa Verdad comienza a hacer sentir en su vida y asuntos. Esas personas comienzan a captar el con-
cepto y la ley del crecimiento autoiniciado. Desde este momento, no importan lo lentamente que su
vida y asuntos externos parezca cambiar, viven en un dominio diferente. Son una conciencia altera-
da, y para ellos nada será nunca igual. Este podría decirse que es el momento en que el gran despla-
zamiento de la identificación de la persona a la del Alma ha comenzado realmente. Aún si estos se-
res humanos no se dan cuenta plenamente de que son un Alma, han vislumbrado la conciencia su-
perior, captado el concepto de crecimiento autoiniciado y se han identificado inconscientemente
con el mismo. De este modo literalmente han golpeado a las puertas de la iniciación, han vuelto sus
pasos hacia un nuevo y diferente sendero en el que la experiencia es creada de forma consciente
con un objetivo definido en la mente.
Esta séptima ley, que hemos reformulado al comienzo de la lección, pone en movimiento un nuevo
ritmo en la vida y asuntos del que la maneja. La iniciación es la imposición de un nuevo ritmo enci-
ma de uno viejo. Es la alteración de la forma para permitir una nueva expresión de la conciencia, en
este caso la expresión de cierto grado de conciencia del Alma.
Ese grado, que es realmente la iniciación particular que el ser humano está solicitando, y que indica
su punto de desarrollo evolutivo, se determina por su conocimiento de la Verdad, su frecuencia y la
claridad con la que son capaces de formularla en un objetivo de crecimiento y desarrollo Espiritual.
La Verdad a la que los seres humanos están aspirando es antes que nada la verdad de su propio ser.
Consiste en las realidades Espirituales Trascendentes que son los opuestos polares de la notas dis-

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cordantes en su naturaleza inferior. Deben llegar a conocerse a si mimos, tanto lo superior como lo
inferior. No es bastante buscar lo bueno, lo verdadero y lo hermoso. Uno debe también arrojar la
mirada a la esfera de las motivaciones conscientes y subconscientes para encontrar qué se interpo-
ne en el camino de la manifestación del Plan del Alma. Porque por cada evaluación negativa y res-
puesta negativa en el dominio de la persona, existe esa Verdad trascendente en el reino del Alma
que constituye el sendero de iniciación o de retorno para el ser humano en el cerebro. Estas consti-
tuyen su objetivo, su ley y su sendero.
Puede verse entonces que los verdaderos aspirantes buscan en si mismos aquello que reside por en-
cima y por debajo del umbral de su conciencia, y que formulan su objetivo de crecimiento y desa-
rrollo Espiritual a partir de lo que encuentran en las dos mitades de su esfera de conciencia. En
donde descubren resentimiento, construyen una respuesta amorosa como parte de su objetivo;
donde descubren voluntad de ganancia personal, deseo de sensaciones, etc., construyen la voluntad
hacia lo bueno, aspiración al plan, etc. De este modo formulan si objetivo a partir de la verdad que
encuentran dentro de si mismos.
Después de haber formulado el objetivo, se disponen a crear la experiencia que producirá el creci-
miento interno necesario para su cumplimiento. Cooperan con la ley de evolución sobre este plane-
ta, imponiendo sobre si mismos aquellas disciplinas que llevan a su vida y asuntos un nuevo ritmo.
En primer lugar, establecen un periodo regular cada día para una meditación matutina en la que
contemplan su objetivo, faceta por faceta, llegando a comprender los conceptos superiores con los
que lo han moldeado con mayor claridad. De esta manera se apropian y llevan a su instrumento la
energía de esos conceptos, de manera que durante el día les permitirá personificarlos mediante ac-
ción.
En segundo lugar disciplinan su mente para pensar en aquellos pensamientos que escogen; sus
emociones para dar las respuestas que ellos dictan; y las acciones de su cuerpo físico ara servir a las
necesidades de su Alma más que a las de la persona.
En tercer lugar, establecen un periodo regular cada día para una reflexión nocturna en la que repa-
san los acontecimiento del días, determinando en donde han tendió éxito – y donde han fallado –
para llevar a cabo el programa de disciplina que han creado. De esta manera recogen tanta com-
prensión de su naturaleza inferior como les es posible en cualquier momento dado.
Tal programa rítmica de actividad planificada dará por resultado aquellas experiencias necesarias
para producir el crecimiento deseado. Ese crecimiento no tendrá lugar de un día para otro, sino que
procederá de manera natural y estable si estos estudiantes son persistentes y honestos en sus es-
fuerzos. Esta es una ley que funcionará para cualquier hombre o mujer que la aplique sinceramen-
te, sin tener en cuenta el actual grado de desarrollo o las circunstancias externas implicadas.

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Lección 40 - El Alma Consciente Encarnada
El alma humana
El campo magnético de percepción entre espíritu y materia
Verdad Universal
Las dos necesidades básicas del Alma en evolución: creatividad, servicio a la humanidad
No hay atajos
Los discípulos aceptados inspiran y son inspirados

Hemos dicho previamente que el Alma es conciencia, el campo magnético de percepción entre Es-
píritu y Materia. Es conciencia del Ser, grado tras grado, hasta que todo el campo entre Espíritu y
Materia que es capaz de tal percepción se conoce a si mismo como existiendo.
Comenzamos siendo poco más que un animal en un grado muy abajo de autopercepción. Somo
solo capaces de identificarnos, y esta primera identificación es con la forma. Según se extiende
nuestra percepción hacia adentro y hacia arriba desde la Materia y las formas creadas a partir de
ella, hacia el Espíritu, deslazamos nuestra identificación de una forma a las muchas y así no con-
vertimos sen especie, un miembro de la familia humana. Definimos este grado de conciencia como
el alma humana. Una persona se conoce a si misma como un ser humano, uno entre muchos.
El alma humana es característicamente egoísta, porque su conciencia es más la del yo separado por
su forma de todas las demás vidas que la de la vida Una de la que es una expresión. Manifiesta este
egoísmo de muchas formas, todas las cuales les son normales y naturales, y que constituyen su sen-
dero evolutivo de desarrollo. El alma humana es por naturaleza posesiva, tanto de las cosas como
de las personas. Deses naturalmente su propio bien o beneficio y el de sus asociados estrechos, por
encima y más allá de los demás de su clase, porque su identificación y por tanto su percepción, es la
del yo separado. Esta percepción de separación origina todas las emociones, buenas o malas que el
alma humana es capaz de conocer y por ello se manifiesta como los muchos conflictos que caracte-
rizan el mundo de las asuntos hasta ahora en el proceso evolutivo del planeta.
La conciencia evoluciona más allá de este punto de desarrollo, sin embargo, hasta ese grado en que
es conciencia del Ser. Se hace consciente de si misma como la conciencia (Alma) que reside en y de-
trás de la forma en el dominio subjetivo de la realidad. El término realidad se utiliza para definir
ese áreas de causa que produce la apariencia de la forma. El campo magnético de percepción que la
conciencia o Alma habita en realidad entre Espíritu y Materia es causal a la apariencia de las cosas
como son. Este área relaciona Espíritu y Materia de tal manera que produce las dos polaridades en
la apariencia de la forma. Cuando hablamos de este campo de percepción, nos estamos refiriendo a
este campo magnético entre Espíritu y Materia dentro del cual es posible la percepción. Todas las
verdades, ideas, conceptos, expresiones potenciales, etc., están aquí, preexistentes tanto a la forma
como a la conciencia según las dos polaridades de Espíritu y Materia se relacionan en grados de
frecuencia variable. A medida que la conciencia, que nace en la Materia, se mueve o evoluciona a
través de este campo magnético de percepción, da Vida y Alma ahí a la realidad subjetiva, causando
que esa realidad de la que se ha hecho consciente tome una apariencia.
Puede verse de lo anterior que la evolución procede según la conciencia encarnante responde a la
realidad trascendente y al reflejo exterior (su propia experiencia en el mundo de la forma) de esa
realidad en la que ya se ha convertido. Los estudiantes meditan porque al hacerlo se capacitan para
retirar su conciencia hacia dentro y enfocarla hacia arriba, haciéndose de este modo conocedores
de aquello que inmediatamente les sobrevuela en el campo magnético de percepción entre Espíritu
y Materia. Se convierten en aquello que conocen al encarnarlo (darle forma) y reflejarlo externa-
mente en tiempo y espacio como experiencia. Cuando los estudiantes aprenden a hacer esto, y sa-
ben lo que están haciendo, pueden resolver cualquier problema mediante la meditación resolvien-
do la condición o situación manifiesta de vuelta a su realidad esencial. Por supuesto, esto no quiere
decir que siempre apreciarán la solución obvia, sino que está esperando allí su reconocimiento en
el dominio subjetivo de la realidad.
El Alma Consciente Encarnada en el cerebro es tan diferente en naturaleza del alma humana como
la humanidad es diferente del animal. Su identificación es con la conciencia más que con la forma

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de manea que aún cuando se enfoca y funciona a través de un cerebro físico, no se identifica con él.
Es consciente del Ser; la propia conciencia de identificación se produce dentro del campo magnéti-
co de percepción detrás de la forma en cualquier grado de desarrollo que la propia evolución per-
mita, de manera que en este grado se es conscientemente causal a la forma; es decir, causal a los
propios cuerpo y entorno. Así, como conciencia, se es consciente de ser causal a la propia experien-
cia. Encarna la realidad trascendente que se dese experimentar externamente en la vida y asuntos
propios. Si uno deseo experimentar Amor, encarna esa realidad esencial del Amor y la refleja en la
sustancia del propio mundo.
Alguien así se ha centrado en la realidad del Alma, no se identifica como un ser separado, sino
como el Ser mismo. Sabe que el yo es un punto focal de conciencia en un campo mucho más vasto
de conciencia del Ser, por lo tanto, una expresión de la Vida Una. En la Vida Una, está relacionado
con todas las demás partes, y no puede por su propia naturaleza actuar en contra del Propósito uno
que gobierna y mantiene esas partes unidas en una relación Divina. Simplemente no puede ser ego-
ísta porque su naturaleza no es egoísta.
Los seres humanos que se están volviendo conscientes del alma comparten la naturaleza del Alma
Espiritual de acuerdo a su grado de conciencia de la misma, de manera que la naturaleza divina
está siempre evolucionando dentro de ellos.
Para muchos estudiantes el concepto mismo de conciencia del Alma es difícil porque su crecimien-
to es ostensiblemente lento, y de muchas maneras su presencia es sutil y difícil de discernir en sus
comienzos. Muchos estudiantes dirán “Si solo pudiera separar el Alma Espiritual del alma humana
y decir definitivamente ‘esta es una y esta es la otra’.”
Esto puede hacerlo quien al alcanzado la identificación con el Alma. Alguien así conoce la diferen-
cia con un conocimiento instantáneo y seguro, pero es casi imposible de transferir ese conocimien-
to a quien está aún centrado e identificado con la forma de la apariencia.
Si está presente en el cerebro una motivación consciente para servir a la mejora de la humanidad
sin tener en cuenta el efecto sobre el yo, los seres humanos con conscientes del Alma en este grado
aunque no se den cuenta. El alma humana no puede desear verdaderamente servir al bien del todo
porque se identifica como un ser separado, y puede estar motivado solo a partir de esta identifica-
ción separada. Lo que el alma humana hace, lo hace para si misma.
Existen muchos hombres y mujeres en el mundo que han sacrificado y muchos más que sacrifica-
rán el bien aparente de la persona para el bien del todo. Notarán que el término usado indica toda
la humanidad y no una parte de ella. Ciertamente la mayoría de las personas, dado el conjunto co-
rrecto de circunstancias, se sacrificarán por su esposa, su marido, sus hijos, etc., pero estamos ha-
blando aquí de servicio a la humanidad como un todo.
Esta motivación es impulsada por el Alma Espiritual Trascendente, y es la primera indicación de la
conciencia del Alma evolucionando en la persona. Algunos lo llaman la Voluntad al Bien, otros
amor por la humanidad y aún otros lo definen como discipulado probacionista.
Aparte de esta motivación, cada concepto de verdad universal hacia el que los seres humanos pue-
den aspirar es parte de la realidad trascendente de su ser superior. Una verdad universal es esa ver-
dad que se aplica por igual a todo el mundo, sin tener en cuenta su raza, credo, color o etapa en la
vida. Por ejemplo, el concepto de amar al hermano se aplica a toda la humanidad. El concepto de
poner la otra mejilla no queda obsoleto cuando hay una razón aparentemente justificable para la
violencia. Existen verdades y leyes tras esos conceptos que son una parte de la conciencia del Alma
Espiritual, y hasta que la humanidad logre una comprensión y personificación de las mismas no
podemos conocer la paz. La violencia es un círculo vicioso al que solo se puede poner final cuando
la humanidad acepte el karma generado por la violencia del pasado con una actitud de paz amoro-
sa. De este modo la paz se vuelve una causa, más que un efecto a buscar. Es difícil para el alma hu-
mana concebir siquiera tal actitud.
Cuando un concepto de la verdad así se capta, en ese grado ilumina la mente con su Luz, causando
una reevaluación Espiritual de lo que la persona piensa que sabe, en ese grado están en contacto
con el Alma Espiritual Trascendente. Cuando este concepto de la verdad es el fundamente de la res-
puesta de los seres humanos a su experiencia, en ese grado han personificado y convertido en el

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Alma Espiritual. Cuando los individuos son capaces de responder y lo hacen naturalmente, a cada
situación, persona o grupo de personas con un amor que no busca nada a cambio, son el Alma
Consciente Encarnada.
Todos les estudiantes deberían cíclicamente hacer una pausa para descubrir en donde su concien-
cia se ha desplazado de las limitaciones de su personalidad a la realidad del Alma Espiritual. Cada
uno está intentando, mediante meditación y actividad inteligente, identificarse como alma. Debido
a que tal identificación produce una evolución de la conciencia del Alma, sería de ayuda en este
proceso si los estudiantes pudieran aprender a buscar y localizar ese grado del Alma que son como
un foco encarnado del Ser, ese grado del Alma siempre en evolución y en expansión que el ser hu-
mano en el cerebro ha de convertirse.
Cualquiera que se el grado de motivación correcta que posean, y cualquier verdad o verdades que
hayan personificado verdaderamente, en ese grado son un Alma Consciente Encarnada. La con-
ciencia del Alma en evolución en la persona más o menos integrada tiene dos necesidades funda-
mentales que, cuando se les da respuesta, ayudan a la evolución y estabilizan la expresión de su
punto actual de desarrollo. Son:
1. La necesidad de creatividad.
2. La necesidad de servir a la humanidad.
El Alma Espiritual es esencialmente creativa. Según llega a la encarnación, necesita emprender una
actividad creativa para promover si propio crecimiento Espiritual, de igual modo que el niño em-
prende la actividad física para promover su crecimiento físico.
Debido a que el Alma Espiritual se identifica naturalmente con la Vida Una, evoluciona más rápida
y fácilmente al servir al aspecto de la Vida Una en el que está enfocada. Necesita, del mismo modo
que un ser humano necesita comida y bebida, servir a la humanidad.
Estas dos necesidades pueden ser integradas y respondidas en una, llamada servicio creativo, que
es en realidad el sendero del discipulado.
Definimos la creatividad como la actividad que produce un vehículo adecuado a la Verdad, o a la
pureza de expresión. Cualquiera que se el tipo de vehículo producido, sea un libro, un cuadro, una
sinfonía, una máquina eléctrica, un hogar o una palabra, si transmite de modo adecuado una Ver-
dad, es puro en su expresión, y por ello es una obra maestra creativa.
Los estudiantes intentando hacerse conscientes del alma mediante meditación y actividad inteli-
gente utilizan estos dos métodos para crear aquellos vehículos de la Verdad que, en su pureza de
expresión, sirven al crecimiento y desarrollo de la conciencia humana. Por lo tanto dan a su Alma
Espiritual Trascendente una oportunidad de encarnar, y al mismo tiempo, estabilizan ese grado de
Alma que ya ha llegado al cerebro y con el que están en proceso de fusionarse.
Obviamente, los primeros vehículos que les conciernen son su propios cuerpos y su entorno. Sus
cuerpos y su persona son recreados a imagen de su ideal (su visión y comprensión de su Alma) y su
entrono es recreado como un templo de ese ideal; haciendo de esto modo visible a sus asociados la
influencia del alma Espiritual, o su verdad. Recrean esas formas en instrumentos del plan divino o
crecimiento para la humanidad, y de esta manera emprenden ese servicio creativo que es el sende-
ro del discipulado.
Aprenden a hacer esto mediante disciplina. Para cambiar la apariencia de las cosas han de discipli-
nar su instrumento para que transmita la realidad que conocen. Recrean sus pensamientos, sus
sentimientos, sus palabras y su acciones en puras expresiones de su Alma Espiritual Trascendente
hasta que se convierten en eso en realidad.
No hay grandes atajos en el proceso evolutivo, ninguna manera en que los estudiantes sinceros
puedan evitar este entrenamiento disciplinario en su intención de alcanzar su meta Espiritual. Es-
tán aprendiendo a servir creativamente en el mundo de los asuntos. Si piensan que han ido más
allá de esta necesidad, y fracasan en sus intentos de servir a sus hermanos, harían mejor en repasar
los comienzos del sendero. Los discípulos son capaces de servir solo desde la capacidad para perso-
nificar y en el grado de la misma. Sin importar el grado de reconocimiento mental de la Verdad, o

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de su facilidad con las palabras, se enfrentará con esta necesidad una y otra vez en la apariencia de
las cosas, hasta que su propia instrumentalidad sea un reflejo de esa Verdad, y un conductor de sus
energías (influencia) en la vida y asuntos externos. Solo entonces las apariencias estarán en armo-
nía con el Plan que les sobrevuela, porque el único puente de la subjetividad a la objetividad que el
Plan puede cruzar es el propio instrumento de contacto del discípulo tanto con la realidad trascen-
dente y el plano físico de las apariencias.
Cuando los estudiantes han perfeccionado su instrumento de creatividad de manera que responda
a su voluntad en cualquier momento dado, este servicio creativo puede ser inspirado, i.e., inspirado
desde arriba a inspirador para aquellos estados de conciencia que no han alcanzado su grado de Sa-
biduría. De este modo, el discípulo probacionista se convierte en discípulo aceptado, un verdadero
sirviente del Plan Divino en el cuerpo de la humanidad.

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