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Adiós al lenguaje, de Jean-Luc Godard (2014)*

El mundo se resiste a ser interpretado, pero no a ser gozado intensamente. Detente, sueña, si
puedes, también piensa. Su presencia, llama a la invención, al experimento. Responde al misterio
de la creación creando pequeños misterios, películas, cine; arte. Las preguntas se mantiene abiertas,
los temas son los mismos (cero e infinito, sexo y muerte, esta vida y sus sombras) y las formas nuevas
o renovadas nos encantan y asombran o aterrorizan y fascinan por sus posibilidades enormes.
Godard va de lo solemne y grave y oscuro y gutural y sentencioso a lo juguetón, amateur, lírico,
cómico y escatológico y erudito y banal, todo mezclado en cuestión de breves minutos. Una
densidad, y opacidad, atravesada por la figura de un perro, y lo que significa. Un tejido de citas
(cinematográficas, históricas, artísticas, filosóficas, literarias y autorreferenciales) que parecen los
escombros de la gloria de la cultura occidental en muchos sentidos… Hay sonidos y colores y golpes
de luz que a menudo estallan en el ojo y como estímulo directo al cerebro. El ojo de la cámara juega,
con el mundo, y juega con nuevos mundos, y la modernidad de Godard, siempre discutible, es
indiscutible en este punto. Filmada con 6 cámaras distintas, o con 6 interpretaciones pictóricas y
ópticas distintas del mundo; lo intrascendente y lo trascendente suelen ser indiscernibles puestos
en un mismo plano; los encuadres inclinados enfatizan que la pasión de filmar consiste en tener el
mundo entre las manos, ‘manosearlo’, entre las manos del ojo… El ojo del hombre que filma es en
definitiva una mano. La interpretación del mundo, pensándolo de nuevo, es goce sensual, triunfal,
especulación mental, no siempre triunfal, y canto. La narración ‘enturbiada’ exige una hiper
atención a la especificidad de cada fragmento… El perro (Roxy, el perro de Godard y su mujer), el
animal, es el protagonista (queda pensar juntas Al azar Balthazar de Bresson y Adiós al lenguaje), la
conexión perdida o difícil, pero insistentemente presente, con lo esencial, que no puede olvidarse.
La película concluye con altos sonidos salidos de un bebé y de un perro. Una invitación cómica y
jubilosa de un director ocotogenario de ser capaces de volver al principio. Lo que también es un
adiós.

*Película hecha en 3D, lo que ameritaría otro artículo. En cuanto la pueda ver así, o escribiré.

Todo el ciclo:

http://www.limagris.com/cineclub-cayetano-heredia-ciclo-mayo-2017-algunas-nuestras-favoritas-
nuevo-siglo-parte-3/

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