Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
ACTUALIZACIÓN
PUNTOS CLAVE
Glomerulopatías Nefropatía diabética. Es una complicación grave
finales de la glucosilación avanzada] como la albúmina) y del diabetes y en caso de la DM tipo 2 en el momento del diag-
estrés oxidativo que favorecen la expresión de colágeno tipo nóstico. Si en ambas condiciones la microalbuminuria es ne-
IV, el filtrado glomerular beta (TGF-beta) y la actividad de gativa, las determinaciones de microalbuminuria pueden
la proteincinasa C (PKC). Todo esto favorece la acumulación hacerse anualmente.
excesiva de la MEC. Debido a la variabilidad en cada individuo, las muestras
Otros mecanismos implicados en la ND son el incre- deben ser determinadas cada 3-6 meses. La microalbuminu-
mento de la actividad de la vía de la aldosa reductasa a nivel ria persistente se confirma si es positiva en al menos 2 de 3
mesangial, la acumulación de sorbitol y de proteínas de la determinaciones continuas en el rango 30-300 mg/24 horas.
PKC-alfa. Estas PKC favorecen la producción de citocinas, Es importante siempre, descartar otras condiciones que
aumento de la MEC y activación de vasoconstrictores como pueden provocar microalbuminuria, como la infección del
la endotelina-1, condicionando un engrosamiento de la tracto urinario, el ejercicio físico intenso, la ingesta proteica
membrana basal glomerular (MBG), oclusión vascular e in- alta, los procesos febriles agudos y la insuficiencia cardíaca
cremento en la permeabilidad de la MBG. congestiva. En estos casos, la determinación de microalbu-
La activación del sistema renina-angiotensina-aldostero- minuria debe ser pospuesta.
na (SRAA) por la alta concentración de glucosa y por altera- La microalbuminuria ya es reconocida como un factor de
ciones hemodinámicas (por ejemplo, flujo sanguíneo reduci- riesgo para la progresión de la ND y de enfermedad cardio-
do secundario a arterias, arteriolas y capilares estrechos) vascular, incluso con rangos “normales”, lo que indica que el
también contribuye a muchos eventos fisiopatológicos, in- riesgo es continuo. Sin embargo, la progresión no es invaria-
cluyendo una acumulación incrementada de la MEC. ble, pues en un 50-70% puede prevenirse con un tratamien-
to estricto de la glucemia y de la tensión arterial, general-
mente con bloqueo del SRAA.
Manifestaciones clínicas Sin tratamiento, la albuminuria progresa a un ritmo
aproximado de 25 ug/minuto al año, y el filtrado glomerular
La ND sigue un curso característico de microalbuminuria empieza a disminuir con niveles de albuminuria superiores a
(definida como albuminuria entre 30-299 mg cada 24 horas 70 ug/min. La persistencia de la microalbuminuria y las ele-
o 20-199 ug/min) a proteinuria clínicamente relevante (≥ vaciones de la tensión arterial favorecen una progresión más
300 mg/24 horas o ≥ 200 ug/min) y deterioro renal progre- rápida de la nefropatía.
sivo. En la ND secundaria a la DM tipo 1 la evolución clíni-
ca está mejor definida y generalmente se presenta como un Estadio 4. Nefropatía clínica
cuadro clínicamente evidente 15-25 años después de diag- La proteinuria definida como una albuminuria superior a
nosticada la diabetes. En el caso de la DM tipo 2, diversos 300 mg cada 24 horas es lo que caracteriza a la ND, usual-
factores como la edad avanzada, la obesidad, la hipertensión mente está acompañada de una tensión arterial elevada y de-
mal controlada y el daño vascular asociado hacen más difícil clinación progresiva del TFG. El TFG generalmente dismi-
precisar el momento de inicio de la nefropatía, y cuando ésta nuye 11-12 ml/minuto al año, y su caída generalmente está
se presenta, generalmente ya hay proteinuria evidente y al- determinada por la presencia de mayor albuminuria, mayo-
gún grado de deterioro de la función renal. res niveles de tensión arterial sistólica y de hemoglobina glu-
Las etapas de progresión de la ND (mejor estudiada en cosilada y la presencia de tabaquismo y retinopatía. En pa-
la DM tipo 1) son las siguientes: cientes con una ND avanzada y deterioro importante de la
función renal, la presencia de retinopatía es casi universal.
Estadio 1. Hiperfiltración glomerular y renomegalia En casos de ausencia de retinopatía, de un deterioro re-
En la DM tipo 1 puede haber filtrados glomerulares (TFG) > lativamente rápido de la función renal o de poca albuminu-
130-140 ml/min y cierta correlación entre el filtrado y la ne- ria, se debe pensar en la coexistencia de otras nefropatías, y
fromegalia. Un 25-40% de los pacientes a pesar de corregir debe llegarse al diagnóstico incluso con biopsia renal.
los niveles de glucemia con tratamiento intensivo a base de En este estadio, los pacientes deben ser evaluados y ma-
insulina, continúa presentando hiperfiltraciones, un hallazgo nejados necesariamente por los nefrólogos y los especialistas
sugerente de iniciar una ND progresiva. En los pacientes con en diabetes, para optimizar las alternativas de tratamiento
DM tipo 2 también se han encontrado hiperfiltraciones. sobre los órganos diana y retardar la progresión a estadios
más avanzados de la enfermedad renal.
Estadio 2. Lesión glomerular precoz o temprana
Se caracteriza por la expansión de la matriz mesangial y el Estadio 5. Enfermedad renal crónica terminal
engrosamiento de la MBG, cambios que se presentan entre En el caso de la DM tipo 1, esta condición se presenta gene-
2 y 5 años después de iniciada la DM tipo 1. Eventualmente ralmente entre 20 y 30 años después del diagnóstico en el
puede presentarse microalbuminuria transitoria y recurren- 30-40% de los pacientes. En el caso de la DM tipo 2, el
te. En casos de euglucemia sostenida por largo tiempo, estos tiempo es más impreciso, y va de 5 a 25 años. En ambos ca-
cambios pueden revertirse. sos, el manejo especializado de los pacientes por el nefrólogo
es clave para la preparación adecuada a las terapias de reem-
Estadio 3. Microalbuminuria plazo renal (diálisis o trasplante).
En pacientes con DM tipo 1 se recomienda realizar una de- Independientemente del estadio de la ND, es importante
tección de microalbuminuria al año del diagnóstico de la remarcar que los pacientes diabéticos tienen un deterioro
vivencia. Existen comunicaciones que indican que el uso de Gammapatía monoclonal idiopática
agentes anti-factor de necrosis tumoral (TNF) alfa utilizados Leucemia linfocítica crónica
Tipo II o mixta + Sí Hepatitis C
para la AR han mejorado la proteinuria y la función renal en
(IgG policlonal, IgM Síndrome de Sjogren
pacientes con AA. Comparada con la AL, la AA es de mejor monoclonal)
pronóstico, progresando lentamente y con una supervivencia Lupus eritematoso sistémico (LES)
de más de 10 años. Leucemia linfocítica crónica
El pronóstico de la AL es malo y depende del órgano Enfermedad linfoproliferativa
comprometido. En caso de neuropatía sin compromiso renal Esencial
ni cardíaco la supervivencia promedio es de 3 años. En casos Tipo III o mixta + No Hepatitis C
de compromiso renal, el tiempo promedio entre el diagnós- (IgG e IgM policlonal) Artritis reumatoidea
tico de AL y el desarrollo de enfermedad renal terminal es de Síndrome de Sjogren
1 año. La supervivencia una vez iniciada la diálisis es inferior LES
a un año. La principal causa de muerte es cardíaca (insufi- Enfermedad linfoproliferativa
ciencia cardiaca congestiva [ICC] y muerte súbita). En caso Esencial
de miocardiopatía restrictiva, la supervivencia del paciente a
un año es inferior al 50%. La relación λ/κ en las células plas-
máticas de la médula ósea en algunos casos es indicador de complejos inmunes, que a su vez pueden explicar el daño
un peor pronóstico. El trasplante de órganos en pacientes renal. El hallazgo de material viral en el glomérulo, pero so-
seleccionados puede prolongar la supervivencia. bre todo de crioglobulinas, sería el responsable del daño glo-
merular en modelos animales experimentales de glomerulo-
nefritis membranoproliferativa (GNMP). Los mecanismos
exactos no se conocen, pero la proliferación excesiva de las
Crioglobulinemia y riñón células B por una estimulación antigénica viral persistente
podría explicar estos hallazgos. Adicionalmente, la formación
Introducción del FR monoclonal en presencia del virus favorece la apari-
ción de la crioglobulinemia tipo II y de una vasculitis sinto-
La crioglobulinemia es una enfermedad caracterizada por la mática.
precipitación a bajas temperaturas de unas inmunoglobulinas
séricas llamadas crioglobulinas. El depósito de estas proteí-
nas en la vasculatura de diversos órganos condiciona un cua- Manifestaciones clínicas
dro de vasculitis de vasos pequeños y medianos, con daño
tisular y disfunción del órgano comprometido. La clasifica- La CM es un cuadro con compromiso multisistémico propio
ción clínica de la crioglobulinemia comprende los tipos I, II de una vasculitis y que se caracteriza por exacerbaciones y
y III y se basa en la característica clonal de la IgM y la pre- remisiones de la enfermedad. La tríada clásicamente descrita de
sencia del factor reumatoide (FR) (tabla 4). El tipo I se cono- púrpura, artralgias y debilidad asociada a glomerulonefritis se pre-
ce como no mixta, pues presenta sólo IgG o IgM monoclo- senta en un porcentaje pequeño.
nal. Los tipos II y III se llaman “mixtas” (contienen tanto La piel es el órgano comprometido con más frecuencia,
IgG e IgM) y se asocian hasta en un 90% a la infección por produciendo una púrpura palpable de predominio en los miem-
el virus de la hepatitis C (VHC). La crioglobulinemia mixta bros inferiores (histológicamente se corresponde con una vas-
(CM) se puede presentar hasta 15 años después de la infec- culitis leucocitoclástica de vasos pequeños). Otras lesiones
ción por el VHC. En esta actualización se hará énfasis en el dérmicas son máculas, pápulas, lesiones urticarianas y vesico-
daño renal asociado a la CM. bullosas a veces con úlceras asociadas.
Otras manifestaciones son artralgias de predominio en las
articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas proximales.
Etiología y patogénesis De haber artritis, esta es no erosiva. El fenómeno de Rayn-
aud y la acrocianosis son manifestaciones marcadas en casos
La prevalencia de la infección crónica por el VHC según de exacerbación clínica.
estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) La neuropatía periférica con predominio sensorial res-
es de aproximadamente 170 a 200 millones a nivel mundial. pecto al motor y la mononeuritis múltiple se presentan por una
La prevalencia de manifestaciones extra-hepáticas del VHC vasculitis a nivel de la vasa nervorum. En el sistema nervioso
se desconoce, pero este virus está implicado en ellas. central (SNC) puede haber manifestaciones asociadas a un
La evasión de la respuesta inmune del huésped por parte síndrome de hiperviscosidad (más frecuente en la tipo I) y
del VHC permite la infección crónica y la formación de con menor frecuencia una verdadera vasculitis del SNC.
La mayoría de casos de CM A B
por el virus C se presentan en el
contexto de una enfermedad hepá-
tica ya establecida, pero no hay una
buena correlación entre la clínica y
la histología.
Con menos frecuencia, la vascu-
litis por CM puede dar cuadros de
abdomen agudo, colecistitis aguda,
vasculitis mesentérica secundaria,
enfermedad pulmonar intersticial,
síndrome sicca sin anticuerpos anti- C D
Ro y anti-La, edema bilateral de
parótidas y linfadenopatías.
El compromiso renal es raro en los
niños y generalmente se presenta en la
quinta o sexta década de la vida, con
una infección crónica por el virus C y
una enfermedad hepática leve y subclí-
nica. Se presenta hasta en el 20-25%
de los pacientes y las manifestacio-
nes más frecuentes son la hematuria
microscópica asintomática, protei- E F
nuria en diversos grados e insufi-
ciencia renal aguda. Sin embargo,
los pacientes también pueden co-
menzar con cuadros de síndrome
nefrótico (20%) o nefrítico agudo
(25%). La insuficiencia renal (50%)
generalmente es leve. Un porcenta-
je pequeño de pacientes pueden
empezar con una glomerulonefritis
rápidamente progresiva (GNRP),
pero la progresión a una enferme-
dad renal terminal es poco frecuen- Fig. 7. Lesiones renales en la glomerulonefritis membrano proliferativa (GNMP) por crioglobulinemia. (A) Glomé-
te (10-15%), siendo más probable rulo con ovillo hipercelular y aspecto lobulado. Tinción H-E. (B) Acentuada lobulación del ovillo. Tinción con
en varones de edad avanzada. La hi- tricrómico de Masson. (C) Imagen de doble contorno en las paredes de los capilares glomerulares (flecha).
Tinción con metenamina de plata. (D) Patrón lobular y periférico por depósitos subendoteliales. Inmunofluores-
pertensión refractaria es frecuente cencia para C3. (E) Depósitos electrodensos subendoteliales (flecha) e imagen de doble contorno de la pared
en la presentación clínica (80%) y capilar. Microscopía electrónica. (F). Extensión circunferencial del mesangio. Hematíe en el centro (flecha).
podría ser responsable de muchas Microscopía electrónica.
Fotos cortesía del Dr. Antonio Barack de la Fundación Jiménez Díaz.
muertes cardiovasculares. La histo-
logía renal muestra una GNMP que
se describirá con más detalle en la
sección de patología. Las transaminasas hepáticas están elevadas en el 70% de los
pacientes y las crioglobulinas con un manejo apropiado de las
muestras son positivas en el 50-70% de los casos. La electrofore-
Diagnóstico e histología renal sis del suero y la inmunofijación muestran las crioglobulinas mix-
tas del tipo II y el FR (casi siempre una IgM kappa) es un hallaz-
El diagnóstico de la CM requiere la presencia de un síndro- go muy característico de la GNMP por crioglobulinemia. El
me clínico compatible, casi siempre asociado a una vasculitis criocrito es muy variable y se correlaciona poco con la actividad
cutánea de vasos pequeños, el aislamiento de las crioglobuli- clínica, por lo que no debe ser la base de las decisiones terapéu-
nas del suero, la detección de anticuerpos anti-VHC o del ticas. En general, sus valores varían entre el 20-70% (promedio
ARN viral y la biopsia del órgano comprometido con los 30%). Las cadenas ligeras kappa en orina están frecuentemente
hallazgos característicos. Sin embargo, no siempre es estric- presentes. Los niveles del complemento no se asocian a la activi-
tamente necesario que estén presentes las 4 condiciones se- dad clínica de manera persistente, pero característicamente los
ñaladas. En general, la crioglobulinemia sintomática y florida niveles de C4, C1q y CH50 están muy disminuidos, mientras que los de
se presenta en un 1% o menos de los pacientes con VHC y, C3 son normales o están discretamente disminuidos.
en estos casos, frecuentemente está asociada a niveles altos En la histología renal (fig. 7), el patrón encontrado con
del FR y de crioglobulinas. más frecuencia es el de una GNMP o mesangio-capilar y la
Pronóstico
En el LES, el pronóstico, en gene-
ral, ha mejorado de manera signifi-
cativa en las últimas décadas. Los
resultados de una cohorte imortan-
Fig. 10. Imágenes de inmunofluorescencia y tinciones especiales de nefritis lúpica. (A) NL mesangial clase II. te de pacientes lúpicos de diferen-
Depósitos de IgG a nivel mesangial. (B) Glomerulonefritis lúpica proliferativa con depósitos subendoteliales,
subepiteliales y mesangiales. La flecha indica la membrana basal. La inmunofluorescencia es para IgG. tes grupos étnicos en Norteaméri-
(C) NL membranosa clase V. La inmunofluorescencia es para IgG. (D) Glomerulonefritis lúpica proliferativa. La ca, han mostrado que la pobreza es
flecha roja indica depósitos subendoteliales en rojo y la flecha negra trombos hialinos en azul. Tricrómico de un factor clave para el desarrollo
Masson.
del compromiso renal y que la uti-
lización de inhibidores de la enzi-
ma convertidora de la angiotensina
Los estudios más recientes muestran que la clase encon- puede retardar la aparición y la severidad de la NL. Una vez
trada con más frecuencia en la NL es la IV (NL difusa) 60% establecida, la NL representa un factor de morbilidad y de
(IV-G 75%, IV-S 25%), seguida de la III (NL focal) 17% y pronóstico de vida importante. A pesar de ello la experiencia
en el manejo de inmunosupresores potentes, los nuevos Respecto al manejo de la NL, los hallazgos en la biopsia
agentes biológicos, el soporte con antibióticos eficaces y el renal proporcionan las bases para el tratamiento inmusupre-
desarrollo tecnológico en las terapias de sustitución renal sor. Sin embargo, debe enfatizarse en las medidas generales
han mejorado de forma notable la supervivencia, siendo esta, de nefroprotección como control estricto de la tensión arte-
a 10 años del diagnóstico, mayor del 80%. Las complicacio- rial (objetivo < 130/80 mm Hg, si la proteinuria es inferior a
nes del LES como el compromiso cardíaco (miocardiopatía, 1 g al día el objetivo será inferior o igual a 125/75 mm Hg),
endocarditis), compromiso pulmonar (hemorragia alveolar), bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona, evitar
compromiso renal en las formas de NL proliferativas (clases la exposición a agentes nefrotóxicos (sustancias de contraste,
III y IV) con deterioro de la función renal, anemia hemolíti- aminoglucósidos, anfotericina B, antiinflamatorios no este-
ca autoinmune y púrpura trombocitopénica grave y convul- roideos [AINE], etc.), normalización de los niveles de vita-
siones son condiciones que aún comprometen la vida y que mina D, etc.
requieren inmunosupresión en dosis altas. Los objetivos generales de tratamiento para las formas
A largo plazo, la enfermedad cardiovascular, la ateroes- proliferativas graves están dirigidos en la fase de inducción
clerosis acelerada, así como la aparición de infecciones opor- a lograr la remisión de la nefritis en el menor tiempo posi-
tunistas y de neoplasias asociadas a la inmunosupresión son ble y, durante la fase de mantenimiento, a prevenir las re-
causas importantes de muerte. caídas, evitar la progresión de la enfermedad renal crónica
En el contexto del paciente con NL se han descrito múl- y prolongar la supervivencia renal, siempre tratando de
tiples factores de mal pronóstico para la evolución de la superviven- minimizar la toxicidad asociada al tratamiento inmunosu-
cia renal y del paciente, aunque no todos confirmados en todos presor.
los estudios. Entre estos factores están: la aparición de la en- Recientemente se han desarrollado las guías clínicas de
fermedad a edades extremas de la vida, la raza negra, el esta- tratamiento de las glomerulonefritis por la KDIGO, en la
do socio-económico de pobreza, la anemia (hemoglobina que expertos sobre el daño renal por LES dan las recomen-
[Hb] < 8 g/dl), niveles persistentemente disminuidos del daciones en base a la mejor evidencia clínica disponible. La
complemento, deterioro de la función renal y SN en el mo- aproximación al manejo integral y según la histología de la
mento del diagnóstico, sin mejoría de la función renal ni de NL se muestra esquemáticamente en la figura 11. De mane-
la proteinuria a los 6 meses de iniciado el tratamiento inmu- ra general, las recomendaciones según los hallazgos histoló-
nosupresor, recaídas frecuentes, presencia de AAF (principal- gicos son las siguientes:
mente anticoagulante lúpico) y hallazgos en la biopsia renal
en el momento del diagnóstico de clases histológicas III y IV Clase I (nefritis lúpica mesangial mínima)
(clase IV-G) con esclerosis glomerular, atrofia tubular y fi- Corticoides orales e inmunosupresores sólo en caso de ma-
brosis intersticial. nifestaciones extra-renales graves de LES. El pronóstico de
la enfermedad renal es excelente.
Tratamiento del lupus eritematoso sistémico Clase II (nefritis lúpica mesangial proliferativa)
y de la nefritis lúpica En caso de una proteinuria < 3 g/día, corticoides orales e
inmunosupresores sólo si existen manifestaciones extra-re-
El tratamiento del LES debe individualizarse y estar dirigido nales de LES.
a la gravedad del órgano afectado. Si la proteinuria es > 3 g/día se recomiendan corticoides
Las medidas generales implican cambios en los hábitos orales o inhibidores de la calcineurina.
de vida y manejo de los factores de riesgo cardiovascular
como la hipertensión, la dislipidemia y el tabaquismo. Asi- Clase III (nefritis lúpica focal) y clase IV (nefritis lúpica
mismo, el manejo de la salud ósea para la prevención de la difusa)
osteoporosis con suplementos de calcio y vitamina D y bifos- Fase de inducción de remisión. Se recomienda iniciar el
fonatos cuando se requiera. Las vacunaciones y la profilaxis tratamiento con corticoides asociado a mofetilmicofenolato
antibiótica para ciertos gérmenes oportunistas también son (MMF) vía oral o a ciclofosfamida (CFA) en pulsos mensua-
una prioridad dado el contexto de inmunosupresión por el les intravenosos por 6 meses. Si durante esta fase del trata-
tratamiento de fondo. La protección de la exposición a la luz miento se ve un incremento de la proteinuria o un deterioro
solar y el tamizaje para neoplasias por el riesgo de cáncer son progresivo y sostenido de la función renal se puede cambiar
también estrategias que deben realizarse. el MMF por la CFA o viceversa.
Las manifestaciones articulares y dérmicas de leves a mo-
deradas generalmente responden a cursos de corticoides ora- Fase de mantenimiento. Después de completada la terapia
les y agentes antimaláricos. Hay algunos estudios que han inicial, se recomienda que los pacientes reciban como man-
comunicado el beneficio de la terapia con antimaláricos en la tenimiento azatioprina (AZA) (1,5-2,5 mg/kg/día) o MMF
supervivencia de los pacientes lúpicos, independientemente (1-3 g/día en dosis divididas), y dosis bajas vía oral de corti-
de la presencia o no de nefritis. Sin embargo, hay manifesta- coides (inferiores o iguales a 10 mg/día de prednisona o su
ciones extra-renales graves, ya mencionadas anteriormente, equivalente. Para los pacientes con intolerancia al MMF o a
que pueden requerir una inmunosupresión intensa con agen- la AZA se recomienda anticalcineurínicos.
tes citostáticos, agentes biológicos que disminuyen las células La terapia de mantenimiento debe continuarse hasta
B e incluso plasmaféresis. 1 año después de lograr la remisión completa, y luego
Evaluar remisión
Fase de inducción
(6-9 m)
Fase de mantenimiento
dosis PRD (0,25 mg/k, c/48 h) 1-2a ↑Dosis IS
MMF 0,5-2 g/d o AZA 1-2 (repetir
mg/k/d Re-Bx
inducción) Viraje Hx
Monitoreo NFL
Continuar manejo ERC/ECV APSN
GESc/FI/AT
3-5a
Fig. 11. Algoritmo de tratamiento para la nefritis lúpica. (a) Se muestra el tratamiento inicial para la inducción de la remisión de la nefritis. (b) Se evalúa la remisión a
los 6 meses para valorar el tratamiento de mantenimiento, las recaídas o “flares” y la resistencia. APSN: nefropatía asociada a síndrome antifosfolípido; ARA: Ameri-
can Rheumatism Association; AT: atrofia tubular; AZA: azatioprina; Bx: biopsia; CFA: ciclofosfamida; CsA: ciclosporina; CV: cardiovascular; ECV: enfermedad cardio-
vascular; ERC: enfermedad renal crónica; EV: endovenosos; FI: fibrosis intersticial; GESc: glomeruloesclerosis, Hx: histología, IS: inmunosupresión; IV: intravenoso;
MMF: mofetilmicofenolato; MP: metilprednisolona; OP: osteoporosis; PRD: prednisona; RTX: rituximab; tacro: tacrolimus; TRR: terapia de reemplazo renal; vo: vía
oral.
*En la clase V si la proteinuria nefrótica es persistente podría intentarse la inmunosupresión. En la figura 3a, en el cuadro del tratamiento de la fase de inducción,
entre paréntesis se menciona el estudio que lo respalda.
comenzar a disminuir las dosis. Si la remisión completa sarse a la dosis previa con la que se logró la remisión de
no se lograra después de 12 meses de terapia de manteni- la NL.
miento debería considerarse repetir la biopsia renal para
valorar si se debe cambiar el tratamiento. Durante la fase Clase V (nefritis lúpica membranosa)
de disminución de dosis de la terapia de mantenimiento, si Se recomienda que los pacientes con proteinuria no nefróti-
empeora la proteinuria o la función renal, debería regre- ca sólo reciban agentes antihipertensivos y antiproteinúricos.
Tratamiento de la enfermedad resistente ✔ •• Bao H, Liu ZH, Xie HL, Hu WX, Zhang HT, Li LS. Successful
treatment of class V+IV lupus nephritis with multitarget therapy. J
Am Soc Nephrol. 2008;19:2001-10.
y si se ha fallado a más de una terapia de inducción, podría ✔• Beck LH Jr, Salant DJ. Membranous nephropathy: recent travels
and new roads ahead. Kidney Int. 2010;77(9):765-70.
intentarse con anticalcineurínicos, rituximab o inmunog- ✔ Bhat P, Radhakrishnan J. B lymphocytes: new insights into pathogenesis
and targeted therapies. Kidney Int. 2008;73:261-8.
lobulina.
✔• Boomsma MM, Stegeman CA, Van der Leij, Oost W, Hermans J,
Kallenberg CG, et al. Prediction of relapses in Wegener’s granulo-
matosis by measurement of antineutrophil cytoplasmic antibody
Lupus eritematoso sistémico y microangiopatía trombótica levels: a prospective study. Arthritis Rheum. 2000;43:2025-33.
Se recomienda que el SAF con compromiso renal en el LES, ✔ Burstein DM, Korbet SM, Schwartz MM. Membranous glomerulone-
phritis and malignancy. Am J Kidney Dis. 1993;22:5.
haya o no NL, debería tratarse con anticoagulación sistémica
(INR objetivo: 2-3).
✔ Cairns SA, Acheson EJ, Corbett CL, Dosa S, Mallick NP, Lawler W, et al.
The delayed appearance of an antinuclear factor and the diagnosis of
systemic lupus erythematosus in glomerulonephritis. Postgrad Med.
En caso de púrpura trombótica trombocitopénica (PTT) 1975;55:723-7.
en el LES, debería ser tratada como la PTT sin LES. ✔ •• Cameron JS. Lupus Nephritis. J Am Soc Nephrol. 1999;10:413-
24.
Lupus eritematoso sistémico y embarazo ✔• Cattran DC, Alexopoulos E, Heering P, Hoyer PF, Johnston A,
Meyrier A, et al. Cyclosporin in idiopathic glomerular disease asso-
Se debe recomendar postergar el embarazo hasta que se lo- ciated with the nephrotic syndrome: workshop recommendations.
Kidney Int. 2007;72(12):1429-47.
gre la remisión completa de la NL. ✔ •• Cervera R, Khamashla MA, Font J, Sebastiani GD, GVA, Lavilla
P, et al. From the European working Party on Systemic Lupus Erythe-
Durante el embarazo, no se recomienda el uso de CFA,
matosus. Morbidity and mortality in systemic lupus erythematosus
MMF, inhibidores de la enzima de conversión de la angio- during a 10 year period: a comparison of early on the rate manifesta-
tensina (IECA) ni antagonistas de los receptores de la angio- tions in a cohort of 1,000 patients. Medicine. 2003;82:299-308.
tensina II (ARA II), pero sí continuar con la hidroxicloroqui- ✔ •• Chan TM, Tse KC, Tang CS, Mok MY, Li FK; Hong Kong Ne-
phrology Study Group. Long-term study of mycophenolate mofetil
na o iniciarla. Si la paciente estaba recibiendo MMF y queda as continuous induction and maintenance treatment for diffuse pro-
liferative lupus nephritis. J Am Soc Nephrol. 2005;16:1076-84.
embarazada debería sustituirse por AZA. Si se presenta una
recaída durante el embarazo, se recomiendan corticoides y,
✔ •• Cohen P, Pagnoux C, Mahr A, Arène JP, Mouthon L, Le Guern
V, et al. Churg-Strauss syndrome with poor-prognosis factors: a
prospective multicenter trial comparing glucocorticoids and six or
Sticoides y AZA durante el embarazo, no se deben disminuir twelve cyclophosphamide pulses in forty-eight patients. Arthritis
las dosis hasta 3 meses después del parto. Se recomienda áci- Rheum. 2007;57:686-93.
Conrad K, Schobler W, Hiepe F, Fritzler MJ. Autoantibodies in systemic
do acetilsalicílico en dosis bajas para disminuir el riego de autoimmune diseases. A diagnostic reference. vol 2. 2nd ed. Dresden: Pabst
pérdida fetal. Science Publishers; 2007.
✔•
renal outcomes in diabetes. Nat Rev Nephrol. 2010;6:371.
Della Rossa A, Tavoni A, Baldini C, Bombardieri S. Treatment of ✔ •• Illei GG, Austin III HA, Crane M, Collins L, Gourley MF, Yar-
boro CH, et al. Combination therapy with pulse cycloposphamide
chronic hepatitis C infection with cryoglobulinemia. Curr Opin plus pulse metylprednisolone improves long-term renal outcome
Rheumatol. 2002;14:231. without adding toxicity in patients with lupus nephritis. Ann Intern
✔• De Lind Van Wijngaarden RA, Hauer HA, Wolterbeek R, Jayne Med. 2001;135:248-57.
DR, Gaskin G, Rasmussen N, et al. Clinical and histological deter-
minants of renal outcome in ANCA-associated vasculitis: a prospec- ✔• Jaccard A, Moreau P, Leblond V, Leleu X, Benboubker L, Hermi-
ne O, et al. High-dose melphalan versus melphalan plus dexameta-
tive analysis of 100 patients with severe renal involvement. J Am Soc sone for AL amyloidosis. N Eng J Med. 2007;357:1083-93.
Nephrol. 2006;17:2264-74. Jayne D. ANCA-associated vasculitis: clinical features and treatment. En:
Dooley MA. Clinical manifestations of lupus nephritis. En: Lewis JL, Mason J, Pusey C, editors. The kidney in systemic autoinmune diseases,
Schwartz MM, Korbet SM, Tak Mao Chan. Lupus nephritis. 2nd ed. New handbook of systemic autoinmune diseases. 1.a ed. The Netherlands: El-
York: Oxford New York; 2011. sevier; 2008. p. 139-57. The European Vasculitis Study Group. Disponi-
✔ •• Durán-Barragán S, McGwin G, Vilá LM, Reveille JV, Alarcón ble en: www.vasculitis.org
GS. Angiotensin-converting enzime inhibitors delay the ocurrence
of renal involvement and are associated with a decreased risk of di- ✔ •• Jayne DR, Gaskin G, Rasmussen N, Abramowicz D, Ferrario F,
Guillevin L, et al. Randomized trial of plasma exchange or high-
sease activity in patients with systemic lupus erythematosus: result dosage methylprednisolone as adjuntive therapy for severe renal
from LUMINA (LIX): a multiclinic US cohort. Reumatology vasculitis. J Am Soc Nephrol. 2007;20:20.
✔
(Oxford). 2008;47:1093-6.
Fairhead T, Knoll G. Recurrent glomerular disease after kidney trans-
✔ Jayne DR, Marshall PD, Jones SJ, Lockwood CM. Autoantibodies to
GBM and neutrophil cytoplasm in rapidly progressive glomerulonephri-
plantation. Curr Opin Nephrol Hypertens. 2010;19(6):578-85. tis. Kidney Int. 1990;37:965-70.0
• Falk RJ, Jennette JC. Anti-neutrophil cytoplasmic autoantibodies
with specificity for myeloperoxidase in patients with systemic vascu-
✔ •• Jayne D, Rasmussen N, Andrassy K, Bacon P, Tervaert JW, Da-
doniené J, et al. A randomized trial of maintenance therapy for vas-
litis and idiopathic necrotizing and crescentic glomerulonephritis. culitis associated with antineutrophil cytoplasmic autoantibodies. N
N Eng J Med. 1988;318:1651-7. Eng J Med. 2003;349:36-44.
✔• Falk RJ, Nachman PH, Hogan SL, Jennette JC. ANCA glomeru-
lonephritis and vasculitis: a Chapell Hill perspective. Semin Ne-
✔• Jennette JC, Falk RJ, Andrassy K, Bacon PA, Churg J, Gross WL,
et al. Nomenclature of systemic vasculitides. Proposal of an interna-
phrol. 2000;20:233-43. tional consensus conference. Arthritis Rheum. 1994;37:187.
✔• Fernández-Nebro A, Tomero E, Ortiz-Santamaría V, Castro MC,
Olivé A, de Haro M, et al. Tretament of rheumatic inflammatory
✔• KDIGO Guidelines for hepatitis C in CKD. Disponible en: www.
kdigo.org.
disease in 25 patients with secondary amyloidosis using tumor ne- • KDIGO guidelines. Disponible en: www.kdigo.org/publications.php.
✔•
crosis factor alpha antagonist. Am J Med. 2005;118:552.
Ferri C, Sebastiani M, Giuggioli D, Cazzato M, Longombardo G,
✔ Kewalramani R, Singh A. Inmunopathogenesis of lupus nephritis. Cu-
rrent Opinion Nephrol Hypert. 2002;11(3):273-7.
Antonelli A, et al. Mixed cryoglobulinemia: demographic, clinical
and serological features and survival in 231 patients. Semin Arthritis
✔• Kjaergard LL, Krogsgaard K, Gluud C. Interferon alpha with or
without ribavirin for chronic hepatitis C: systematic review of the
Rheum. 2004;33:355. randomized trials. Brit Med J. 2001;323:1151.
✔ Fioretto P, Solini A. Antihypertensive treatment and multifactorial appro-
ach for renal protection in diabetes. J Am Soc Nephrol. 2005;16:S18.
✔ Koukoulaki M, Goumenos DS. The accumulated experience with the use
of mycophenolate mofetil in primary glomerulonephritis. Expert Opin
✔ Flesher DL, Sun X, Behrens TW, Graham RR, Criswell LA. Recent ad- Investig Drugs. 2010;19(5):673-87.
vances in the genetics of the systemic lupus erythematosus. Expert Rev
Clin Immunol. 2010;6:461-79.
✔ Koukoulaki M, Jayne DR. Mycophenolate mofetil in anti-neutrophil
cytoplasm antibodies-associated systemic vasculitis. Nephron Clin Pract.
Floege J, Ketteler M. Beta 2-microglobulin-derived amyloidosis: an up- 2006;102:c100-7.
date. Kidney Int. 2001;78:S164. Kouroedov A, Eto M, Joch H, Volpe M, Lüscher TF, Cosentino F. Selec-
Fogo AB, Cohen AH, Jennette JC, Bruijn JA, Colvin RB, editors. Funda- tive inhibiton of protein kinase C beta 2 prevents acute effects of high
mentals of renal pathology. New York: Springer Science; 2006. glucose on vascular cell adhesion molecule-1 expression in human endo-
Frampton G, Jayne DR, Perry GJ, Lockwood CM, Cameron JS. Auto- thelial cells. Circulation. 2004;110(1):91.
antibodies to endothelial cells and neutrophil cytoplasmic antigens in Lachmann HJ, Booth DR, Booth SE, Bybee A, Gilbertson JA, Gillmore
systemic vasculitis. Clin Exp Immunol. 1990;82:227-32. JD, et al. Misdiagnosis of hereditary amyloidosis as AL (primary)
✔ Gallagher H, Kwan JT, Jayne DR. Pulmonary renal syndrome: a 4-year,
single-center experience. Am J Kidney Dis. 2002;39:42-7.
amyloidosis. N Eng J Med. 2002;346:1786.
Little MA, Bhangal G, Smyth CL, Nakada MT, Cook HT, Nourshargh
✔• Guillevin L, Cohen P, Mahr A, Arène JP, Mouthon L, Puéchal X,
et al. Treatment of polyarteritis nodosa and microscopic polyangiitis
S, et al. Therapeutic effect of anti-TNF-alpha antibodies in an experi-
mental model of anti-neutrophil cytoplasm antibody-associated systemic
with poor prognosis factors: a prospective trial comparing glucocor- vasculitis. J Am Soc Nephrol. 2006;17:160-9.
ticoids and six or twelve cyclophosphamide pulses in sixty-five pa-
tients Arthritis Rheum. 2003;49:93-100.
✔ Mahajan SK, Ordoñez NG, Feitelson PJ, Lim VS, Spargo BH, Katz AI.
Lupus nephropathy without clinical renal involvement. Medicine (Balti-
✔ Gur H, Kopolovic Y, Gross DJ. Chronic predominant interstitial nephri- more). 1977;56:493-501.
tis in patients with systemic lupus erythematosus. A follow-up of three
years and review of the literature. Ann Rheum Dis. 1987;46:617-23.
✔ Markowitz GS, D’Agati VD. The ISN/RPS 2003 Classification of Lupus
Nephritis: An assessment at 3 years. Kidney Int. 2007;71:491-5.
✔ •• Hadziyannis SJ, Sette H Jr, Morgan TR, Balan V, Diago M, Mar-
cellin P, et al. Peginterferon alpha2a and ribavirin combination the-
✔ Mauer SM, Steffes MW, Ellis EN, Sutherland DE, Brown DM, Goetz
FC. Structural-functional relationships in diabetic nephropathy. J Clin
rapy in chronic hepatitis C: a randomized study of treatment dura- Invest. 1984;74:1143.
tion and ribavirin dose. Ann Inter Med. 2004;140:346. Merlini G, Westermark P. The systemic amyloidoses: clearer understan-
✔• Hauer HA, Bajema IM, Van Houwelingen HC. Determinants of
outcome in ANCA-associated glomerulonephritis: a prospective
ding of the molecular mechanisms offers hope for more effective thera-
pies. J Int Med. 2004;255:159.
• MetzlerB,C,etMiehle
✔ Hellmich N, Manger K, Iking-Konert C, de Groot K,
al. Elevated relapse rate under oral methotrexate
✔ Sansonno D, Dammacco F. Hepatitis C virus, cryoglobulinemia, vasculi-
tis: immune complex relations. Lancet Infect Dis. 2005;5:227.
versus leflunomide for maintenance of remission in Wegener’s
granulomatosis. Rheumatology (Oxford). 2007;46:1087-91.
• Segarra
✔ Solis A, Praga M, Ramos N, Polanco N, Cargol I, Gutiérrez-
E,et al. Successful treatment of membranous glomerulone-
✔• Mok CC, Ying KY, Tang S, Leung CY, Lee KW, Ng WL, et al.
Predictors and outcome of renal flares after successful cyclo-
phritis with rituximab in calcineurin inhibitor-dependent patients.
Clin J Am Soc Nephrol. 2009;4(6):1083-8.
phosphamide treatment for diffuse proliferative lupus glomerulone-
phritis. Arthritis Rheum. 2004;50(8):2559-68.
✔ Smith K. Lupus nephritis: toll the trigger! J Am Soc Nephrol. 2006;
17:3273-5.
✔ Nangaku M, Shankland SJ, Couser WG. Cellular response to injury in
membranous nephropathy. J Am Soc Nephrol. 2005;16:1195.
✔ Smith KG, Jones RB, Burns SM, Jayne DR. Long-term comparison of
rituximab treatment for refractory systemic lupus erythematosus and vas-
✔ Neumann I, Regele H, Kain R, Birck R, Meisl FT. Glomerular immune
deposits are associated with increased proteinuria in patients with ANCA-
culitis: remission, relapse, and re-treatment. Arthritis Rheum. 2006;54:
2970-82.
associated crescentic nephritis. Nephrol Dial Transplant. 2003;18:524-31. ✔ Schmitt WH, Birck R, Heinzel PA, Göbel U, Choi M, Warnatz K, et al.
✔• Novak L, Cook WJ, Herrera GA, Sanders PW. AL-amyloidosis is
underdiagnosed in renal biopsies. Nephrol Dial Transplant.
Prolonged treatment of refractory Wegener’s granulomatosis with
15-deoxyspergualin: an open study in seven patients. Nephrol Dial Trans-
2004;19:3050. plant. 2005;20:1083-92.
Osterby R, Gall MA, Schmitz A, Nielsen FS, Nyberg G, Parving HH.
Glomerular structure and function in proteinuric type-2 (non-insulin-
✔ Schmitt WH, Hagen EC, Neumann I, Nowack R, Flores-Suárez LF, van
der Woude FJ; European Vasculitis Study Group. Treatment of refractory
dependent) diabetic patients. Diabetologia. 1993;36:1064. Wegener’s granulomatosis with antithymocite globulin (ATG): an open
Osterby R, Hartmann A, Bangstad HJ. Structural changes in renal arte- study in 15 patients. Kidney Int. 2004;65:1440-8.
rioles in type 1 diabetic patients. Diabetologia. 2002;45:542. ✔ Specks U. Diffuse alveolar hemorrhage syndromes. Curr Opin Rheuma-
✔• Polanco N, Gutiérrez E, Covarsí A, Ariza F, Carreño A, Vigil A, et tol. 2001;13:12-7.
al; Grupo de Estudio de las Enfermedades Glomerulares de la So-
ciedad Española de Nefrología. Spontaneous remission of nephrotic
✔ Tan EM, Cohen AS, Fries JF, Masi AT, McShane DJ, Rothfield NF, et al.
The 1982 revised criteria for the classification of systemic lupus erythe-
syndrome in idiopathic membranous nephropathy. J Am Soc Ne- matosus. Arthritis Rheum. 1982;25:1271-7.
phrol. 2010;21(4):697-704. Tsugawa T, Shinohara R, Nagasaka A, Nakano I, Takeda F, Nagata M, et
✔ Ponticelli C, Passerini P. Management of idiopathic membranous ne-
phropathy. Expert Opin Pharmacother. 2010;11(13):2163-75.
al. Alteration of urinary sorbitol expression in WBN-kob diabetic rats-
treatment with an aldose reductase inhibitor. J Endocrinol. 2004;181:
✔ Ponticelli C, Passerini P. Can prognostic factors assist therapeutic decisions 429.
in idiopathic membranous nephropathy? J Nephrol. 2010;23(2):156-63.
Popa ER, Stegeman CA, Abdulahad WH. Staphylococcal toxic-shock-
✔ Uchiyama-Tanaka Y, Mori Y, Kishimoto N, Nose A, Kijima Y, Nagata T,
et al. Membranous glomerulonephritis associated with hepatitis C
syndrome-toxin-1 as a risk factor for disease relapse in Wegener’s granu- virus infection: case report and literature review. Clin Nephrol.
lomatosis. Rheumatology (Oxford). 2007;46:1029-33. 2004;61:144.
✔• Praga M, Barrio V, Juárez GF, Luño J; Grupo Español de Estudio
de la Nefropatía Membranosa. Tacrolimus monotherapy in mem-
✔ US Renal Data System: USRD 2010 Annual data report: Bethesda, MD,
National Institute of Health, NDDKD, 2010.
branous nephropathy: a randomized controlled trial. Kidney Int.
2007;71(9):924-30.
✔ Ward MM. Changes in the incidence of endstage renal disease due to
lupus nephritis in the United States, 1996-2004. J Rheumatol. 2009;36:63-
✔• Roccatello D, Baldovino S, Rossi D, Mansouri M, Naretto C, 7.
Gennaro M, et al. Long-term effects of anti-CD20 monoclonal an-
tibody treatment of cryoglobulinemic glomerulonephritis. Nephrol
✔ •• Weening JJ, D’Agati D, Schwartz MM, Seshan SV, Alpers CE,
Appel GB, et al. The classification of glomerulonephritis in systemic
Dial Trasplant. 2004;19:3054. lupus erythematosus revisited. International Society of Nephrology
✔ Rojas J, Fiestas L, Hurtado A. Nefritis lúpica en el Perú: un estudio clíni-
co-epidemiológico de 20 años. Nefrología. 2006;26:14.
and Renal Pathology Society Working Group on the Classification
of Lupus Nephritis. Kidney Int. 2004;65:521-30.
✔ Rojas J, Roldan J, Saavedra R, Hurtado A. Prognostic factors of renal
survival in Peruvians patients with proliferative lupus rephritis. J Am Soc
Westermark P, Benson MD, Buxbaum JN, Cohen AS, Frangione B, Ikeda
S, et al. Amyloid fibril protein nomenclature 2002. Amyloid. 2002;9:197-
Nephrol. 2009;20 (PUB611). 200.
✔• Rossing K, Christensen PK, Hovind P, Tarnow L, Rossing P, Par-
ving HH. Progression of nephropathy in type 2 diabetic patients.
✔ Wilson JG, fearon DT. Altered expression of complement receptors as a
pathogenic factor in systemic lupus erythematosus. Arthritis Rheum.
Kidney Int. 2004;66:1596. 1984;27:1321-8.
✔• Ruggenenti P, Cravedi P, Remuzzi G; Medscape. The RAAS in
the patogenesis and treatment of diabetic nephropathy. Nat Rev
Woredekal Y, Friedman EA. Diabetic nephropathy in current diagnosis
and treatment. En: Lerma E, Berns J, Nissenson A, editors. Nephrology
Nephrol. 2010;6:319. and hypertension. Lange: McGraw Hill; 2009.
✔ Salifu MO, Nicastri AD, Markell MS, Ghali H, Sommer BG, Friedman
EA. Allograft diabetic nephropathy may progress to end-stage renal di-
Xiao H, Heeringa P, Hu P, Liu Z, Zhao M, Aratani Y, et al. Antineutrophil
cytoplasmic antibodies specific for myeloperoxidase cause glomerulone-
sease. Pediatr Transplant. 2004;8:351. phritis and vasculitis in mice. J Clin Invest. 2002;110:955-63