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UNIVERSIDAD AUTONOMA “GABRIEL RENE MORENO”

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS POLÍTICAS Y SOCIALES


CARRERA DE DERECHO

ONTOLOGÍA

Integrantes:
Eva Alejandrina Paredes Mojyano 211048062
Claudia Lorena Flores Ayala 200615432
Tatiana Ayma Ramirez 200877542
Miguel Ángel Mamani Sequeiros 214045307

Asignatura: DER106 – Filosofía General y del Derecho / Grupo I1

Docente: Juan Saucedo Velasco

Santa Cruz – Bolivia


ÍNDICE

1.- ANTECEDENTES............................................................................................................................ 1
2.- JUSTIFICACIÓN .............................................................................................................................. 2
3.- MARCO TEORICO .......................................................................................................................... 5
3.1.- REALISMO FILOSÓFICO ...................................................................................................... 5
3.2.- EL PROBLEMA DE LA ESENCIA DEL SER ...................................................................... 6
3.3.- LA ONTOLOGÍA Y LA METAFÍSICA ................................................................................... 7
3.4.- EL UNIVERSO COMO TOTALIDAD DEL SER................................................................ 10
3.5.- KANT ....................................................................................................................................... 14
3.5.1.- La filosofía de Kant ........................................................................................................ 15
3.5.2.- Líneas principales del pensamiento de Kant ............................................................. 16
3.5.3.- La Crítica de la Razón Pura de Kant........................................................................... 16
3.5.4. Los juicios de la ciencia .................................................................................................. 17
3.5.5.- Contenido de la Crítica de la Razón Pura .................................................................. 18
3.5.6.- El uso práctico de la Razón .......................................................................................... 19
3.5.7.- La Ética formal ................................................................................................................ 19
3.6.- LA MATERIA COMO ENERGÍA Y LAS CATEGORÍAS DE TIEMPO Y ESPACIO .... 20
3.6.1 Cuestiones básicas .......................................................................................................... 20
3.7.- LA ONTOLOGIA EN EL TRANSCURSO DE LA HISTORIA.......................................... 21
3.7.1.- La ontología griega ........................................................................................................ 21
3.7.2.- Ontología medieval ........................................................................................................ 22
3.7.3.- Ontología moderna ........................................................................................................ 24
3.8.- LA ONTOLOGÍA COMO DISCIPLINA DIVERSA DE LA METAFÍSICA EN EL SIGLO
XX ...................................................................................................................................................... 26
Husserl ......................................................................................................................................... 26
Heidegger .................................................................................................................................... 27
Hartmann ..................................................................................................................................... 27
3.9.- LA LÓGICA ARISTOTÉLICA. ............................................................................................. 28
4. CONCLUSION ................................................................................................................................. 30
5. RECOMENDACIÓN ....................................................................................................................... 31
6. BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................................ 31
1.- ANTECEDENTES

Los discípulos de Aristóteles utilizaron el término de metafísica por primera vez


para referirse a lo que su maestro describió como “filosofía primera”,
posteriormente conocida como ontología.

El término ontología tiene su origen en la filosofía, es una disciplina que trata de


dar una explicación semántica de la existencia, es la investigación del ser en tanto
que es, o del ser en general, más allá de cualquier cosa en particular que es o
existe. Algunos filósofos, sobre todo de la escuela de Platón, sostienen que todos
los sustantivos se refieren a entidades existentes. Otros afirman que los
sustantivos no siempre nombran entidades, sino que ofrecen una forma de
referencia a una colección de objetos o sucesos. En este sentido, la mente, en
lugar de referirse a una entidad, se refiere a una colección de sucesos mentales
experimentados por una persona.

Al parecer el primero en usar la expresión “ontología" en sentido filosófico fue el


filósofo alemán Jacob Lorhard en su obra Ogdoas Scholastica (1606) seguido de
Rodolfo Goclenio en su obra Lexicon philosophicum, (Léxico Filosófico, en idioma
castellano), en el año 1613 con caracteres griegos. Se afirma allí que la ontología
es la filosofía del ente.

Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, el matemático y filósofo


alemán Gottfried Leibniz usó la expresión en su libro Introduction Ad
Encyclopaediam Arcanam (1683) y la define como “ciencia de lo que es y de la
nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia y del
accidente”.

Ya como término técnico, es hallada en la obra Ontologia sive de ente in genere


de Jean Le Clerc publicada en 1692 y el filósofo alemán Christian Wolff la
populariza definiéndola como “ciencia del ente en general, en cuanto que ente”.

1
Afirma que usa un método demostrativo o deductivo y analiza los predicados que
corresponden al ente en cuanto ente. Todos estos sentidos contribuyeron a
identificarla en la práctica con la metafísica.

2.- JUSTIFICACIÓN

Desde el comienzo de la filosofía, el problema del ser representó el asunto capital


del pensar. La pregunta por el origen de todas las cosas es la cuestión
fundamental que se plantea el pensamiento griego presocrático: la pregunta por el
arché (principio), por el ser primigenio de donde todo proviene, la cuestión relativa
a la estructura del universo entendido como un todo, las primeras cosmologías, las
concepciones metafísicas iniciales.

El problema central de la ontología fue presentado muy elocuentemente por


Willard Van Orman Quine en su artículo «Sobre lo que hay».
Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad. Puede formularse en
dos monosílabos castellanos: « ¿Qué hay?». Puede además responderse en una
sola palabra: «Todo», y todos aceptarán esta respuesta como verdadera. Sin
embargo, esto es sólo decir que hay lo que hay. Queda lugar para discrepancias
en casos particulares; y así la cuestión ha persistido a través de los siglos.

En general, cada uno de estos "casos particulares" presenta un problema distinto.


Desde la segunda mitad del siglo XX, el naturalismo imperante ha determinado
que los debates metafísicos sean principalmente acerca de la existencia o no de
todo aquello que parece entrar en conflicto con la descripción del mundo provista
por las teorías científicas más exitosas. Esto se refleja en la elección de algunos
de los casos que se mencionan a continuación:

 Las entidades abstractas:


Es ampliamente aceptado que las ideas se conciben según se articulan por
la cognición de cada individuo en una de dos categorías: como entidades

2
abstractas, o como entidades concretas. Los números, los conjuntos y los
conceptos son algunos ejemplos de entidades que intuitivamente
clasificamos como abstractas, mientras que el planeta Venus, este árbol y
aquella persona son ejemplos intuitivos de entidades concretas. Sin
embargo, todavía no existe un criterio aceptado para decidir cuándo una
entidad es abstracta y cuándo concreta, aparte de la intuición. Además,
tampoco existe acuerdo sobre si las entidades abstractas siquiera existen, y
en caso de que existan, sobre cuáles existen.

 Las entidades del sentido común:


Al encontrar una silla, ¿debemos decir que lo que hay en el mundo es una
silla? ¿O sería más correcto decir que lo que hay, estrictamente hablando,
es un montón de moléculas? ¿O quizás un montón de átomos? Y está claro
que este argumento puede extenderse a muchas otras entidades del
sentido común.

 Los universales:
Los universales (también llamados propiedades, atributos o cualidades) son
los supuestos referentes de los predicados como "verde", "áspero", "amigo"
o "insecto". La existencia de los universales se postula para justificar
nuestra manera de hablar acerca de los individuos. Así por ejemplo,
estamos justificados en decir de una planta que "es verde", porque la planta
posee el universal verde, o alternativamente porque el universal verde está
presente en la planta. Además, podemos decir de varias cosas que "son
todas verdes", porque el universal verde, siendo algo distinto de las cosas,
está sin embargo presente en todas ellas. El problema de los universales es
acerca de si los universales existen, y en caso de que así sea, cuál es su
naturaleza: si existen en las cosas (in re), o independientemente de ellas
(ante rem), o en nuestra mente, por mencionar algunas posturas.

3
 La mente y lo mental:
Al abrir una cabeza, lo que vemos no es una mente, con pensamientos,
ideas y recuerdos, sino materia. ¿Será que lo mental es una ilusión, y que
todo lo que hoy describimos en términos mentales puede reducirse a los
procesos físicos que observa la ciencia? ¿O será que lo mental es algo
efectivamente existente, inmaterial e inobservable? Para un poco más de
discusión.

 Los agujeros:
A primera vista, los agujeros están "hechos de nada". ¿Cómo es posible,
pues, referirnos a ellos como si fueran objetos comunes? ¿Cómo es posible
percibirlos? ¿Qué percibimos?

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3.- MARCO TEORICO

3.1.- REALISMO FILOSÓFICO

El Realismo es aquella postura filosófica que manifiesta que los objetos tienen una
existencia independiente al observador. En tal sentido, es opuesto al subjetivismo
trascendental y, en cierta medida, al constructivismo. En su forma extrema,
conocida como realismo ingenuo, se piensa que las cosas percibidas por los
sentidos son en rigor lo que parecen ser. En versiones más complejas, a veces
denominadas como realismo metódico, se da alguna explicación de la relación
entre el objeto y el observador que tiene en cuenta la posibilidad de que tengan
lugar ilusiones, alucinaciones y otros errores de la percepción.

En la filosofía medieval, el término realismo hacía referencia a una posición que


consideraba las formas platónicas, o conceptos universales, como reales. Esta
posición se llama ahora realismo platónico. En la filosofía de Platón, un nombre
común, como cama, se refiere a la naturaleza ideal del objeto, sugerida por su
definición, y esta naturaleza ideal tiene una existencia metafísica independiente de
los objetos particulares de esta clase. Así, la circularidad existe aparte de los
círculos particulares, la justicia, independientemente de los individuos o Estados
justos particulares, y la idea de cama, independientemente de las camas
particulares. En la Edad Media, esta posición fue defendida frente el nominalismo,
que negaba la existencia de tales universales. Los nominalistas afirmaban que los
muchos objetos llamados por un único nombre no comparten nada sino sólo dicho
nombre. El término medio entre estas dos posiciones incluía el realismo
moderado, que afirmaba que los universales existen en los objetos del mismo tipo
pero no independientes de ellos, y el conceptualismo, que mantenía que los
universales podrían existir con independencia de los objetos de un tipo particular,
pero sólo como una idea de la mente, no como una entidad metafísica que existe
en sí misma.

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La razón por la que el término realismo se aplica a corrientes filosóficas muy
diferentes entre sí, es la naturaleza del objeto. Puede ser material, pero también
un objeto espiritual, una creación matemática, una idea, una teoría científica, etc.
Análogamente, las posturas no realistas defienden que el objeto sólo existe en
nuestra mente, o bien que ni siquiera tiene sentido hablar de que dicho objeto
exista. Como posturas no realistas en algún sentido dado encontramos los
idealismos, el instrumentalismo, el nominalismo (como una de las corrientes de la
Escolástica), etc.

3.2.- EL PROBLEMA DE LA ESENCIA DEL SER

El problema de la esencia y destino del ser humano ha preocupado el


pensamiento de todos los tiempos e importantes sistemas contemporáneos han
centrado su interés en la temática antropológica.

El tema del ser humano resulta acuciante en la atmósfera cultural de nuestro


tiempo, cargada de desorientación y de angustia. Una metafísica del ser humano
es el fundamento de todas las disciplinas denominadas Ciencias Humanas.
Existir es experimentar la contingencia y la miseria de nuestro espíritu en su
condición carnal y pre-sentir la plenitud de la subsistencia.

Los vaivenes de la existencia humana se deben al predominio del sentimiento de


nuestro desamparo ontológico o al predominio del presentimiento de nuestra
plenitud existencial. Lo humano es una misteriosa amalgama de precariedad y de
eternidad. Su ser en el mundo transcurre en invisible alianza más bien con el
desamparo que con la plenitud.

Mientras el animal viene definido, el ser humano viene tan sólo bosquejado. Su
desequilibrio proviene de la tensión constante entre su desamparo existencial y su
afán de plenitud subsistencial. Como es un ser que vive siempre en camino, con
una determinación ilimitada, nunca puede gozar de la comodidad animal de

6
“fijarse”. El ser humano, en cambio, por su conciencia, por su interioridad está
permanentemente “abierto” al ser.

Esta característica de ser “abierto”, lo lleva constantemente a perderse en las


cosas exteriores y lo incapacita no sólo para conocerse a sí mismo, sino para ser
él mismo, lo que su auténtica realidad le exige. El mundo exterior se convierte en
un peligro, en una amenaza para esta esencial interioridad en la que se salva su
dignidad.

Nos atraen las cosas exteriores, porque “necesitamos” de ellas y no podemos vivir
sin ellas. El ser humano tiene necesariamente que ocuparse de “sus” cosas: la
familia, la casa, el trabajo, los negocios, el alimento, la vestimenta, las diversiones,
la salud, la política, etc.; y sucede con frecuencia que uno se levanta por la
mañana, se viste, desayuna, sale de la casa, llega a la oficina, despacha los
asuntos, vuelve a casa, almuerza o cena, lee el periódico, conversa con su familia,
se acuesta, etc. Y en todo el día, absorbido en “sus” cosas, no ha tenido tiempo
para pensar ni una sola vez sobre “sí mismo”.

3.3.- LA ONTOLOGÍA Y LA METAFÍSICA

La ontología es la investigación del ser en tanto que ser, en general, más allá de
cualquier otra cosa en particular, es o existe. Así mismo, también se puede decir
que es el estudio de los seres en la medida en que existen, y no en la medida en
que hechos particulares obtienen de ellos una serie de propiedades particulares.
Más específicamente, la ontología determina qué categorías del ser son
fundamentales, preguntándose si los objetos que se encuentran en esas
categorías puede ser calificados de “seres”, y en qué sentido.

Dicho de otra manera: La ontología estudia la existencia o no existencia de ciertas


entidades y la manera en que se relacionan entre sí en caso de existir. Como se
dijo anteriormente la metafísica es la primera filosofía según Aristóteles, está

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palabra adquirió un carácter que la hace referirse a cosas que transcienden de la
realidad humana, que no pueden ser explicadas por leyes o causas, pues la
metafísica se encarga de estudiar la naturaleza, la estructura, componentes y
principios fundamentales de la realidad.

La metafísica (del latín metaphysica, y este del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más allá
de [la] física») es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura,
componentes y principios fundamentales de la realidad. Esto incluye la
clarificación e investigación de algunas de las nociones fundamentales con las que
entendemos el mundo, como ser, entidad, existencia, objeto, propiedad, relación,
causalidad, tiempo y espacio.

A lo largo de los siglos, muchos filósofos han sostenido de alguna manera u otra,
que la metafísica es imposible. Esta tesis tiene una versión fuerte y una versión
débil. La versión fuerte es que todas las afirmaciones metafísicas carecen de
sentido o significado. Esto depende por supuesto de una teoría del significado.
Ludwig Wittgenstein y los positivistas lógicos fueron defensores explícitos de esta
posición. Por otra parte, la versión débil es que si bien las afirmaciones
metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y cuáles
falsas, pues esto va más allá de las capacidades cognitivas del hombre. Esta
posición es la que sostuvieron, por ejemplo, David Hume e Immanuel Kant. Por
otra parte, algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una
predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de «necesidad
inevitable», y Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como «animal
metafísico».

La metafísica pregunta por los últimos fundamentos del mundo y de todo lo


existente. Su objetivo es lograr una comprensión teórica del mundo y de los
principios últimos generales más elementales de lo que hay, porque tiene como fin
conocer la verdad más profunda de las cosas, por qué son lo que son; y, aún más,
por qué son.

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Tres de las preguntas fundamentales de la metafísica son:
1. ¿Qué es ser?
2. ¿Qué es lo que hay?
3. ¿Por qué hay algo, y no más bien nada?

No sólo se pregunta entonces por lo que hay, sino también por qué hay algo.
Además aspira a encontrar las características más elementales de todo lo que
existe: la cuestión planteada es si hay características tales que se le puedan
atribuir a todo lo que es y si con ello pueden establecerse ciertas propiedades del
ser.

Algunos de los conceptos principales de la metafísica son: ser, nada, existencia,


esencia, mundo, espacio, tiempo, mente, Dios, libertad, cambio, causalidad y fin.

Algunos de los problemas más importantes y tradicionales de la metafísica son: el


problema de los universales, el problema de la estructura categorial del mundo, y
los problemas ligados al espacio y el tiempo.
La ontología es una rama de la metafísica que se encarga de estudiar lo que hay
es decir las entidades que existen y las que no, también estudian como estas
entidades existentes se relacionan en forma diferente que los demás entes
existentes.

La diferencia entre la metafísica y la ontología está en que la primera investiga los


principios de la realidad y como esta realidad es en todos los universos adquiere
un carácter más general y abstracto.

Una diferencia más es que la ontología estudia las divisiones ultimas de este
universo, porque lo que se centra más en la parte física del hombre.

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3.4.- EL UNIVERSO COMO TOTALIDAD DEL SER

Con respecto al Ser, como señala Ortega, el Universo, la misma palabra lo dice,
no puede ser más que Uno. No puede ser de ninguna manera “Multiuniverso”.

Nadie como Ortega para definir este concepto del Universo, con mayúsculas, y su
relación con la Filosofía.

Universo es el nombre del tema, del asunto para cuya investigación ha nacido la
filosofía. Ahora bien, este objeto Universo es tan extraño, tan radicalmente distinto
de todos los demás, que desde luego obliga al filósofo a situarse ante él en una
actitud intelectual completamente diferente de la que las ciencias particulares
adoptan ante los suyos. Entiendo por Universo formalmente, «todo cuanto hay».
Es decir, que al filósofo no le interesa cada una de las cosas que hay por sí, en su
existencia aparte y diríamos privada, sino que, por el contrario, le interesa la
totalidad de cuanto hay y, consecuentemente, de cada cosa lo que ella es frente y
junto a las demás, su puesto, papel y rango en el conjunto de todas las cosas –
diríamos la vida pública de cada cosa, lo que representa y vale en la soberana
publicidad de la existencia universal. Por cosas entenderemos no solo las reales
físicas o anímicas, sino también las irreales, las ideales y fantásticas, las
transreales, si es que las hay. Por eso elijo el verbo «haber»; ni siquiera digo
«todo lo que existe», sino todo lo que «hay». Este «hay» que no es un grito de
dolor, es el círculo más amplio de objetos que cabe trazar, hasta el punto que
incluye cosas, es decir, que hay cosas de las cuales es forzoso decir que las hay,
pero que no existen. Así, por ejemplo, el cuadrado redondo, el cuchillo sin hoja ni
cacha o todos esos seres maravillosos de que nos habla el poeta Mallarmé –como
la hora sublime que es, según él, «la hora ausente del cuadrante», o la mujer
mejor, que es la «mujer ninguna». Del cuadrado redondo solo podemos decir que
no existe, y no por casualidad, sino que su existencia es imposible; pero para
poder dictar sobre el pobre cuadrado redondo tan cruel sentencia es evidente que

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tiene previamente que ser habido por nosotros, es menester que en algún sentido
lo haya. (Ortega. ¿Qué es la filosofía? Lección IV.)

Que en este sentido no haya más que un solo universo ya lo estableció


claramente Parménides en Grecia en el siglo V a. C.: «El Ser es y el no-ser no
es».

Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad. Puede formularse en


dos monosílabos castellanos: « ¿Qué hay?». Puede además responderse en una
sola palabra: «Todo», y todos aceptarán esta respuesta como verdadera. Sin
embargo, esto es sólo decir que hay lo que hay. Queda lugar para discrepancias
en casos particulares; y así la cuestión ha persistido a través de los siglos (Quine.
Desde un punto de vista lógico op. cit. p. 1)

El Universo, así entendido, se enfrenta con la Nada, teniendo en cuenta que la


nada no solo no es, sino que no puede ser pensada. Ni siquiera un concepto, pues
ya sería algo. Y si es algo estaría ya dentro del Ser, como el cuadrado redondo. La
nada ni siquiera la podemos concebir en el pensamiento.
Sin la idea del Ser no podemos siquiera pensar. Por eso Parménides, identifica el
pensar con el ser.

Esta identificación del pensar con el ser produce extrañeza al pensamiento no


crítico, pero ha sido una constante en la Historia del pensamiento.
No basta, por tanto con decir que la Nada no existe. «No hay la Nada», habría que
decir. Cosa bastante diferente a decir «no hay nada».
Este es el modo de entender «todo lo que hay», porque lo que pensamos, por el
mero hecho de ser pensado, ya es ser, un elemento más del universo, junto con
todo lo que sea independiente de nuestro pensamiento, lo conozcamos o no.
Esta diferencia tiene gran importancia en Filosofía y en el uso del lenguaje. Todas
nuestras referencias lingüísticas vienen condicionadas al verbo ser, incluso
cuando no estamos tratando de existencias.

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Pegaso, «es» un caballo con alas. Le damos existencia en nuestro pensamiento y
lenguaje, puesto que lo pensamos y le ponemos un nombre. Pero no existe.
El Ser, entonces puede ser un pensamiento y una palabra. Lo que vendría a
representar la paradoja de que el Ser como un Todo no «existe», sino que es una
referencia conceptual, una representación de nuestro modo de entender y
expresar la realidad dependa o no de nuestro pensamiento.

Lo que plantea el problema de la analogía del Ser, tratado ya desde antiguo por la
Filosofía, y el uso del lenguaje.

La filosofía actual no admite el argumento ontológico como prueba o demostración


de la existencia del Ser en cuanto tal, ya se entienda éste como Dios o cualquier
otra forma de concepción trascendente. Lo que quiere decir que el Ser, como
concepto y como expresión en el lenguaje tiene una existencia, pero no podemos
afirmar su existencia independiente de nuestro pensamiento.

Existen las cosas. Pero el Ser es un vacío porque no es más que pensamiento.
La pretensión de una Ciencia del «Ser en cuanto tal», la Metafísica, no es admitida
como ciencia.

Ni la Ciencia ni la Filosofía en cuanto conocimiento pueden afirmar la existencia


del Ser. Pero asumen que no corresponde a su ámbito de conocimiento su
negación.

Por eso existen y seguirán existiendo las filosofías que pretenden ser
trascendentes, lo mismo que las ideologías trascendentales y las religiones. La
acción y la moral abren ámbitos y horizontes que no son dependientes del
conocimiento científico, aunque sí entran dentro de la reflexión filosófica respecto
al universo.

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Si la física es todo lo que se puede medir, la Filosofía es todo lo que se puede
decir del Universo (Ortega. ¿Qué es la filosofía? Lección IV)

La reflexión crítica y el estudio del lenguaje, por su parte, nos revela que es el uso
del lenguaje el que encierra en sí su propio significado y establece sus propias
reglas en multitud de juegos de lenguaje, como señala Wittgenstein.
Nuestro conocer la realidad no puede dejar de ser una interpretación del mundo
expresada mediante el lenguaje.

La Filosofía pretende abarcar el Todo, pero no lo puede conocer tal cual «es».
Pero el ser humano se abre a horizontes cada vez más amplios y complejos que
constituyen el devenir de su existencia y se abre a lo trascendente, al misterioso
más allá en un Universo de horizonte cada vez más amplio según el desarrollo de
lo humano, en el conocimiento de la ciencia, la moral y el arte.

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3.5.- KANT

Immanuel Kant (Königsberg, hoy Kaliningrado,


actual Rusia, 1724 - id., 1804) Filósofo alemán. Hijo
de un modesto guarnicionero, fue educado en el
pietismo. En 1740 ingresó en la Universidad de
Königsberg como estudiante de teología y fue alumno
de Martin Knutzen, quien lo introdujo en la filosofía
racionalista de Leibniz y Christian Wolff, y le imbuyó
así mismo el interés por la ciencia natural, en
particular, por la mecánica de Newton.
Su existencia transcurrió prácticamente por entero en su ciudad natal, de la que no
llegó a alejarse más que un centenar de kilómetros cuando residió por unos meses
en Arnsdorf como preceptor, actividad a la cual se dedicó para ganarse el sustento
luego de la muerte de su padre, en 1746. Tras doctorarse en la Universidad de
Königsberg a los treinta y un años, ejerció en ella la docencia y en 1770, después
de fracasar dos veces en el intento de obtener una cátedra y de haber rechazado
ofrecimientos de otras universidades, fue nombrado por último profesor ordinario
de lógica y metafísica.

La vida que llevó ha pasado a la historia como paradigma de existencia metódica y


rutinaria. Es conocida su costumbre de dar un paseo vespertino a diario, a la
misma hora y con idéntico recorrido, hasta el punto de que llegó a convertirse en
una especie de señal horaria para sus conciudadanos; se cuenta que la única
excepción se produjo el día en que la lectura de Emilio o De la educación, de
Jean-Jacques Rousseau, lo absorbió tanto como para hacerle olvidar su paseo,
hecho que suscitó la alarma de sus conocidos.

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3.5.1.- La filosofía de Kant

En el pensamiento de Kant suele distinguirse un período inicial, denominado pre


crítico, caracterizado por su apego a la metafísica racionalista de Wolff y su interés
por la física de Newton. En 1770, tras la obtención de la cátedra, se abrió un lapso
de diez años de silencio durante los que acometió la tarea de construir su nueva
filosofía crítica, después de que el contacto con el empirismo escéptico de David
Hume le permitiera, según sus propias palabras, «despertar del sueño
dogmático».

En 1781 se abrió el segundo período en la obra kantiana, al aparecer finalmente la


Crítica de la razón pura, en la que trata de fundamentar el conocimiento humano y
fijar asimismo sus límites; el giro copernicano que pretendía imprimir a la filosofía
consistía en concebir el conocimiento como trascendental, es decir, estructurado a
partir de una serie de principios a priori impuestos por el sujeto que permiten
ordenar la experiencia procedente de los sentidos; resultado de la intervención del
entendimiento humano son los fenómenos, mientras que la cosa en sí (el
nóumeno) es por definición incognoscible.

Pregunta fundamental en su Crítica es la posibilidad de establecer juicios


sintéticos (es decir, que añadan información, a diferencia de los analíticos) y a
priori (con valor universal, no contingente), cuya posibilidad para las matemáticas
y la física alcanzó a demostrar, pero no para la metafísica, pues ésta no aplica las
estructuras trascendentales a la experiencia, de modo que sus conclusiones
quedan sin fundamento; así, el filósofo puede demostrar a la vez la existencia y la
no existencia de Dios, o de la libertad, con razones válidas por igual.

El sistema fue desarrollado por Kant en su Crítica de la razón práctica, donde


establece la necesidad de un principio moral a priori, el llamado imperativo
categórico, derivado de la razón humana en su vertiente práctica; en la moral, el
hombre debe actuar como si fuese libre, aunque no sea posible demostrar

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teóricamente la existencia de esa libertad. El fundamento último de la moral
procede de la tendencia humana hacia ella, y tiene su origen en el carácter a su
vez nouménico del hombre.

Kant trató de unificar ambas "Críticas" con una tercera, la Crítica del juicio, que
estudia el llamado goce estético y la finalidad en el campo de la naturaleza.
Cuando en la posición de fin interviene el hombre, el juicio es estético; cuando el
fin está en función de la naturaleza y su orden peculiar, el juicio es teleológico. En
ambos casos cabe hablar de una desconocida raíz común, vinculada a la idea de
libertad. A pesar de su carácter oscuro y hermético, los textos de Kant operaron
una verdadera revolución en la filosofía posterior, cuyos efectos llegan hasta la
actualidad.

3.5.2.- Líneas principales del pensamiento de Kant

Es, quizá, el filósofo más importante del periodo moderno y probablemente unos
de los más reconocidos a nivel universal. Planteó tres preguntas: ¿Qué puedo
conocer?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar?, que se pueden
resumir en la pregunta ¿Qué es el hombre? Para responder a cada pregunta,
hizo tres libros: Crítica de la Razón pura, Crítica de la Razón práctica y Crítica del
Juicio.

3.5.3.- La Crítica de la Razón Pura de Kant

Lo que intentó el prusiano fue una especie de resumen de la filosofía moderna


anterior a sí mismo, replanteando los problemas del racionalismo y del empirismo.
Su conclusión fue clara: el racionalismo terminaba en el dogmatismo y el
empirismo en el escepticismo. El camino que debía seguir la filosofía es el de la
ciencia matemática por un lado y específicamente en el conocimiento que Newton
había dado al mundo. La filosofía tenía que llevar a una crítica de la razón por la
razón misma, someter a esta a juicio para poder valorar sus derechos,

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posibilidades y límites. Kant distingue entre un uso teórico y práctico de la razón,
el primero lleva al conocimiento de los objetos mientras que el segundo orienta las
acciones del hombre, y lo que hizo en la primera de sus grandes obras fue
distinguir los límites de la razón en su uso teórico. Se pregunta por qué la
metafísica, si ha sido el saber que más ha preocupado al hombre, no ha entrado
en el camino seguro de la ciencia y trata de examinar el dilema de que, o es un
problema de método porque no ha encontrado el enfoque adecuado a los objetos
y al mundo, o es porque la estructura de la razón hace imposible que lo que está
más allá de la física pueda ser una ciencia ya que traspasa algún límite de la
razón humana. Intenta resolver esto mediante las leyes newtonianas de la física,
algo que es un error pues al demostrar la invalidez de estas leyes en el universo
hace que el planteamiento del filósofo se tambalee y caiga.

3.5.4. Los juicios de la ciencia

La física y las matemáticas representan el ideal de conocimiento humano para


Kant porque representa un saber acumulativo y que avanza, dispone de
procedimientos para finalizar con polémicas entre teorías rivales: a esto se refiere
con el factum de la ciencia. Para el filósofo representa un sistema de juicios,
estos últimos pueden ser analíticos (el predicado está contenido en el sujeto, la
relación S-P se debe a la clasificación seguida por Hume y Leibniz) o sintéticos (el
P no está contenido en el S). Los primeros son los de las ciencias formales y se
rigen por el principio de no contradicción. Dependiendo del modo en que se
conoce la verdad del juicio pueden ser juicios a priori (la verdad del juicio se
establece mediante la razón sin recurrir a la experiencia) o a posteriori (la verdad
depende de la experiencia). Los juicios analíticos a priori no amplían el
conocimiento y los sintéticos a posteriori sí, pero estos no son ni universales ni
necesarios como los otros. La ciencia necesita juicios que sean ampliadores de
conocimiento y universales y necesarios, con lo cual buscará los juicios sintéticos
a priori.

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3.5.5.- Contenido de la Crítica de la Razón Pura

Se destacan tres partes que son:


1. Estética trascendental
2. Analítica trascendental
3. Dialéctica trascendental
En todas responde una serie de preguntas que se plantea, qué es la sensibilidad,
cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en matemáticas, qué es el
entendimiento, cómo son posibles los mismos juicios en física, qué es la razón y
cómo son posibles esos juicios en metafísica. No puede responder a la existencia
de tales juicios debido a que la metafísica no se ha hecho ciencia.

1. Estética trascendental

Aquí responde a las dos primeras preguntas. Con la sensibilidad podemos tener
representaciones ya que somos afectados por los objetos, es la facultad pasiva
que recibe el objeto como intuición. Lo que resulta de este se llama fenómeno y se
distingue en él la materia, que es la sensación que proporciona el objeto y la forma
a priori que aporta el sujeto. La forma del fenómeno es el espacio y el tiempo que
son condiciones a priori de la sensibilidad, no tienen experiencia estas intuiciones.
Los juicios sintéticos a priori se estudian en matemáticas porque el espacio y el
tiempo son componentes a priori de los que se ocupan la geometría y la
aritmética.

2. Analítica trascendental

Distingue dos tipos de conceptos, EMPIRICOS, que proceden de la experiencia y


son a posteriori y CONCEPTOS PUROS O CATEGORIAS, que no proceden de la
experiencia y son a priori: las categorías (sustancias, causalidad, unidad) son

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nociones que no se refieren a datos empíricos pero tampoco son construidas
empíricamente por el hombre, pues permanecen a la estructura del entendimiento.

3. Dialéctica trascendental

Para Kant es una crítica del entendimiento y de la razón en su pretensión de


alcanzar el conocimiento de las cosas en sí, en pocas palabras el filósofo no es un
empírico como Hume, es un racionalista.

3.5.6.- El uso práctico de la Razón

El imperativo categórico (alemán: kategorischer Imperativ) es el concepto filosófico


central en la filosofía moral de Immanuel Kant. Introducido en "Bases de la
Metafísica de la Moral" de 1785, un imperativo hipotético puede definirse como
una forma de evaluar las motivaciones para una acción.
Un imperativo categórico, denota un requisito absoluto e incondicional que debe
ser obedecido en todas las circunstancias y se justifica como un fin en sí mismo.
Por ejemplo: Actúe de tal manera que trate a la humanidad, ya sea en su propia
persona o en cualquier otra, nunca como un medio para un fin, siempre como un
fin. Kant.

3.5.7.- La Ética formal

Kant no está de acuerdo con la ética que se venía practicando hasta ahora, la
ética material. La ética material le dice al hombre lo que tiene que hacer y se le
dice al hombre cómo tiene que hacerlo. En concreto Kant cree que la ética
material es:
Empírica: el conocimiento se basa en la experiencia.
Hipotética: formula hipótesis, no es clara con lo que dice, no es categórica.
Heterónoma: recibe las leyes desde fuera del ser humano, el ser humano no es
autónomo.

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Por ello Kant plantea una nueva ética, la ética formal. Es una ética vacía de
contenido, no nos dice qué tenemos que hacer ni cómo debemos actuar. Su ética
formal es:
A priori: universal y necesaria para todos los hombres, no basada en la
experiencia.
Categórica: los juicios deben ser absolutos, sin condición alguna.
Autónoma: el propio sujeto se determina a sí mismo cómo debe obrar, no le debe
ser impuesta la ley.

3.6.- LA MATERIA COMO ENERGÍA Y LAS CATEGORÍAS DE TIEMPO Y


ESPACIO

La filosofía del espacio y el tiempo es la rama de la filosofía que trata de los


aspectos referidos a la ontología, la epistemología y la naturaleza del espacio y el
tiempo, lo que se conoce también como cosmología filosófica. Si los problemas
vinculados al espacio y al tiempo tradicionalmente han sido centrales en los
sistemas filosóficos, desde los presocráticos hasta Bergson y Heidegger, la
llamada filosofía analítica o positivismo lógico, en ejercicio de su crítica del método
científico y la metafísica tradicional, los ha estudiado con particular interés desde
sus comienzos.

3.6.1 Cuestiones básicas

Aunque no se limita a ellas, la filosofía del espacio y el tiempo se ocupa de las


siguientes cuestiones:
 La posibilidad de que espacio y tiempo existan independientemente de la
mente.
 La posibilidad de que existan independientemente uno del otro.
 Cómo se explica el flujo incesante y unidireccional del tiempo (la flecha del
tiempo).
 Si existen otros tiempos aparte del momento actual.

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 Cuestiones sobre la identidad, particularmente relacionada con el tiempo.

3.7.- LA ONTOLOGIA EN EL TRANSCURSO DE LA HISTORIA

3.7.1.- La ontología griega

Los primeros paradigmas fueron la pregunta por el cosmos, es decir comprender


el principio del arché (de donde nacen las cosas y a adonde revierten cuando
mueren), y el de esta totalidad que nace y muere a la cual denominaron Physis
(naturaleza) Estas preguntas fueron planteadas por los presocráticos a quien
Aristóteles denomino “fisiólogos”. La pregunta sobre ¿Qué es lo que es?, brota del
principio del Physis. Las sustancias que tienen un ciclo y que son el modo
primerísimo del ser y conforman esta naturaleza. A su vez el arché es el principio
generador de la Physis de donde vienen y a donde llegan esas sustancias, donde
las cosas se reducen a él aunque él no se reduzca a ninguna. Respecto al arché
se dieron distintas propuestas, de las cuales se distinguen dos clases; los
principios Físicos como principios que son elementos materiales, de la naturaleza,
y los principios lógicos, cuando el arché era indeterminado, un producto del
pensamiento, es decir, no era natural ni material.

Tales y Anaxímedes, destacaron cada uno con el agua y el aire como el arché.
Después surgió el Apeiron, planteado por Anaximandro, que contenía toda causa
de nacimiento y destrucción del mundo, pero el mismo era inmutable. También
está el ser como principio, que fue planteado por Parménides de Elea quien lo
explico como el ente que constituía todas las cosas y les daba su existencia, pero
es perceptible nada más que por la razón. Este ser es lo permanente e inmóvil que
puede ser captado por nuestra razón, a diferencia de la realidad o el devenir que
es captada por los sentidos y es la apariencia mudable y cambiante de este.

Platón en cambio dividió la realidad en dos esferas. La esfera o mundo inteligible,


de la ideas o formas perfectas, eternas o indivisibles y el mundo sensible, es

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decir el devenir, lo material y lo conocido través de los sentidos. Para platón la
verdadera y necesaria realidad se encontraba en el mundo de las ideas, pues no
está sujeto a cambios ni a corrupción, sino que están descritas siempre sin
contradicciones, el mundo real era en cambio sombrío y cambiante a los sentidos,
son la sombra de las ideas. Para ejemplificar esto Platón expuso el mito de la
caverna, en el cual muestra la humanidad prisionera de una caverna que contunde
las sombras proyectadas en una sombra con la realidad y considera al filósofo
como una persona que penetra el universo fuera de la caverna de la ignorancia y
alcanza una visión de la verdadera realidad, el mundo de las ideas.

Sin embargo existe aún un problema pues era difícil separar las cosas de las ideas
ya que estas eran Las causantes de las otras, esta cuestión fue tratada de
resolver con la postulación del Demiurgo, un ser creador que relacionaba los dos
mundos sin embargo esta respuesta no fue totalmente satisfactoria por lo que
Aristóteles presento otra en el que el ser es Sustancia. Esta sustancia es una
combinación entre potencia y acto entre aquello que puede ser (pero todavía no
es) y aquello que ya es (también conocido como materia y forma). Las cosas eran
un compuesto de materia y forma, y lo que distinguía una cosa de otra eran los
accidentes que caracterizaban su forma. Estos eran percibidos por los sentidos
pero no eran estos las sustancias sino solo la diferencia.

3.7.2.- Ontología medieval

La época medieval se caracterizó por el surgimiento de filósofos cristianos quienes


intentaron acomodar la idea de physis a la de Dios. Es decir que para ellos la
physis es la creación. La doctrina cristiana se construyó por dos dogmas
principales, el dogma trinitario, en el cual en Dios hay una sola sustancia en tres
personas distintas y el dogma cristológico que distingue una sola persona, cristo
como hombre y dios perfecto, unión de las dos naturalezas divina y humana.

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En esta época se tomaron las mismas categorías metafísicas griegas y se
adecuaron al cristianismo por lo que es criticada por ser una época oscura para la
filosofía sin embargo, respecto a esto Zubiri escribe:

“El cristianismo tiene una idea del mundo distinta a la de los griegos. La idea
de mundo fue uno de los más importantes puntos de encuentro del
cristianismo con la filosofía, y lo que forzó a los pensadores cristianos a
elaborar un pensamiento filosófico propio, puede decirse que
originariamente toda la radical innovación que el cristianismo introduce en la
filosofía es una nueva idea del mundo. Mientras los metafísicos cristianos
salvo en puntos concretos absorben depuran y elevan la metafísica griega
en cambio rompen con esta por su idea del mundo. Y ante todo por la raíz de
este: el mundo está “creado”. Este es su carácter último y para muchos
pensadores un carácter formal e intrínseco del mundo. Mundo es entonces la
totalidad del ente creado. Con ello l metafísica se convierte en teoría de la
creación”

Para los escolásticos medievales del objeto propio de la metafísica fue un motivo
de gran preocupación y se ocuparon en cran medida de las relaciones entre la
metafísica y la teología. Agustín de Hipona reconcilia el pensamiento platónico con
el dogma cristiano esta obra se resume en la sentencia de “cree para entender”
pues la verdad buscada por la filosofía era dios, y su acción intelectual quien es
Cristo. En ontología san Agustín identifico a dios con ser, por ser el la identidad, la
esencia. Dios es para él la inteligencia que contiene las ideas de las cosas del
mundo sensible, esto significa que todas las cosas son obra e inspiración de él.
En esta época se manifestó el problema de los universales, que es la pregunta
sobre el tipo y el conjunto de todo aquello que se asume como existente, es el
nombre que se le da a un conjunto de cosas que comparten alguna característica,
por ejemplo hombre (cuando nos referimos a todos los hombres), caballos, libros,
etc. El problema surge cuando no se sabe real la existencia de estos términos.
Boecio expreso respecto a esto que lo universal no podía ser sustancia pues esta

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es singular (las cosas son singulares) y que lo universal era inmaterial y existía
unido y confuso a los accidentes de las cosas (las cosas son universales, sin
embargo esta proposición resultaba problemática para los filósofos a la hora de
explicar la trinidad la unidad de tres sustancias en una sola.

En la época medieval cabe destacar dos corrientes contrarias, el realismo y


normalismo, que intentaban dar respuesta a la pregunta sobre los universales.
Los realistas pensaban que lo universal existe como una sola cosa y que la
existencia de las cosas estaba premeditada por la existencia de los universales. El
más importante realista fue santo Tomás de Aquino. El describió la metafísica
como “la ciencia de la verdad, no de cualquier verdad, sino de aquella verdad, esto
es, que pertenece al primer principio por el cual las cosas son. La verdad que
pertenece a tal principio es, evidentemente la fuente de toda la verdad” esto da
como resultado que dios sea el objeto de la metafísica y a la vez sea el estudio del
ser o el ente, lo que da a pensar en una subordinación ante la teología por parte
de la física que es justificada por santo Tomás el propósito de la metafísica era el
conocimiento de Dios a través de los seres finitos sensibles.
Los nominalistas al contrario consideraban los universales como irreales y
abstracciones del pensamiento, pues para ellos pensar en la realidad de los
universales era limitar la inteligencia y el poder de dios.

El principal nominalista fue Guillermo de Ockhman, quien considero a los


universales como meros instrumentos del lenguaje que tomaban el lugar de las
cosas cuándo se hablaba de ellas. Lo universal eran simples términos para
designar las cosas.

3.7.3.- Ontología moderna

Los filósofos modernos fueron muy influidos por los avances de la ciencia
experimental y matemática. Por lo que intentaron desarrollar ideas que

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condecoran con esos conocimientos. Esta búsqueda planteo la postulación del
sujeto cognoscente, como el fundamento de la realidad.

El conocimiento de la metafísica en la época moderna se caracterizó por ser a


priori, es decir que deriva de la razón, para que se diferenciara de conocimiento a
posteriori, que lo hace solo de la experiencia.
Con descartes se inicia este periodo y se inaugura la subjetividad, que planteaba
la necesidad de postular un principio de verdad para postular una verdad. El yo-
pienso en el primer principio indudable de la nueva filosofía. La metafísica dará
teórica crítica del conocimiento, y la ontología no tratara el ser, si no la idea del
ser.

El racionalismo será la primera corriente filosófica que se desarrolla en este siglo y


a su vez esta desencadenada otras corrientes que se serán muy importante en el
pensamiento moderno y que culminaran con el pensamiento de Kant, Hegel y
Comte, este trata acera del conocimiento a priori, principios derivados del
conocimiento de la razón. Se subdividirá en el monismo y el dualismo. El monismo
será una corriente que creía que solo existía en una sustancia básica, el “monismo
idealista” sostenido por el irlandés George Berkeley decía que la sustancia es
mental. “El monismo materialista” aseguraba que solo es física y era seguido por
el inglés tomas Hobbes, y el “monismo neutro” afirmaba que las sustancia no solo
es mental ni solo física, y era seguido por el holandés Baruch Spinoza, este último
filosofo expuso una visión panteísta de la realidad en la que universo es similar a
dios y cada lo contiene a él.

El dualismo será la corriente liderada por descartes. Según el cual el cuerpo y


alma son unidades diferentes (substancialmente unidas en el hombre) y
constituyen la única sustancia del universo, para descartes, la metafísica es una
prima philosophia, que trata de la existencia de dios y la distinción real entre el
alma y el cuerpo del hombre.

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Todas las corrientes racionales creían que la realidad es de carácter racional y
que el criterio para llegar a la verdad estaba en la conciencia.

De esta época al principio de la modernidad, muchos autores rechazaron la


metafísica la ciencia por ser una realidad trascendente y que contrariaba los
principios de la realidad objetiva que caracterizaban a esta época. Se destaca el
caso de hume, quien dijo que todo conocimiento de hechos o de relaciones de
ideas deja sin bases el conocimiento de objeto metafísico y que por lo tanto la
metafísica no existe. Augusto Comte, también escribió la metafísica como la
teología trata sobre todo de explicar la naturaleza intima de los seres, del origen
destino de las cosas, pero en lugar de operar con los agentes sobre naturales
propiamente dichos, los reemplazara cada vez más por esas entidades o
abstracciones personificadas cuyo uso verdaderamente característico ha permitido
designarla con el nombre de ontología.

3.8.- LA ONTOLOGÍA COMO DISCIPLINA DIVERSA DE LA METAFÍSICA EN


EL SIGLO XX

Dada la acepción cada vez más restringida que la ontología iba tomando, dentro
de la Neo escolástica quedó como una investigación de las propiedades estáticas,
y en algunos casos las propiedades trascendentales. De ahí que Kant pueda
afirmar –trasladando esta noción a su propia filosofía–, que la ontología es el
estudio de los conceptos a priori que residen en el entendimiento y tienen su uso
en la experiencia, llevando la noción hacia un sentido más inmanente.

Husserl

Según Husserl la ontología es una ciencia de las esencias que puede ser formal o
material. La primera se dedica a las esencias formales, es decir, a las propiedades
de todas las esencias. Las ontologías materiales tratan de esencias materiales y

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se restringen según los modos de sus objetos. Por tanto, son llamadas también
“ontologías regionales”.16 Obviamente la ontología formal abarca todas las
materiales e incluso las del ser.

Heidegger

Heidegger, quien estudiaría con Husserl en sus inicios, retoma la pregunta por el
ser presente en la Metafísica aristotélica, realizando una crítica a la ontología de la
tradición como "onto-teología", e intentando acercarse al ser por medio del ente
que existe, el Ser-ahí, el cual podría entenderse como el ser humano. Desarrolla
así una ontología originaria llamada “analítica de la existencia” que se encarga de
descubrir “la constitución del ser de la existencia”. La ontología se refiere entonces
a las condiciones de posibilidad de las existencias o al ser mismo en su apertura
originaria.

Además, insiste en diferenciar la metafísica de la ontología, alegando que son


radicalmente distintas, pues la primera confunde ser con ente; mientras que la
segunda, parte precisamente del hecho de que son diferentes.
Hartmann
Partiendo de una crítica de la noción de ontología como metafísica y con ella de
toda la escolástica, Hartmann afirma que la ontología es en realidad la crítica que
permite descubrir los límites de la metafísica y qué contenidos pueden ser
considerados racionales o inteligibles.

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3.9.- LA LÓGICA ARISTOTÉLICA.

Aristóteles espíritu científico de gran capacidad, considera que lo fundamental es


la lógica, la ciencia instrumental con la que el hombre ha de investigar la
naturaleza y sus fenómenos. Su lógica es deductiva. El paso de lo conocido a los
desconocidos, de lo ya dado a lo nuevo, se realiza a través del silogismo,
razonamiento al que Aristóteles le da su forma casi definitiva.
Se dice de la “lógica” que es el arte de pensar bien, pensar conforme a la verdad
es pensar según las reglas de la lógica.

¿Cuáles son las reglas? Hay tres grandes reglas principales que son:

 El principio de identidad: Consiste en que una cosa es idéntica a sí


misma, no cambia. (El caballo es caballo).
 El principio de no contradicción: Una cosa puede ser al mismo tiempo
ella y su contrario. Hay que elegir (la vida no puede ser la vida y la muerte).
 Principio del tercero excluido: O exclusión del tercer caso, lo que quiere
decir: entre dos posibilidades contradictorias no hay lugar para una tercera
posibilidad.

Así pues ser lógico es pensar bien.

Lógica y metafísica están, por consiguiente intimidante vinculadas. La lógica es un


instrumento, un método de razonamiento que procede clasificado cada cosa de
una manera bien determinada, que obliga, por lo tanto, a ver las cosas como
idénticas a ellas mismas, que en seguida se ponen en la obligación de elegir, de
decir sí o no y en conclusión, que excluye, entre dos casos, la vida y la muerte por
ejemplo.

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Cuando se dice: “todos los hombres son mortales: este camarada es un hombre;
por lo tanto es mortal”, tenemos lo que se llama un silogismo razonando así
hemos determinado el lugar del camarada, hemos hecho una clasificación.

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4. CONCLUSION

Como conclusión podemos decir que la ontología ha sufrido diversas


metamorfosis en su manera de ser vista a través de la historia y de cada una de
las épocas podemos sacar una conclusión que resume su pensamiento, de los
cuales podemos decir:

La ontología griega juzgaba al ser como una composición de cuerpo y alma, y de


cada una de estas partes distintos filósofos griegos plantearon distintas hipótesis,
se destacaron la definición de Platón, que decía que las ideas eran verdadero ser
y que lo material era solo la cárcel de estas, y Aristóteles, que decía que el ser era
una sustancia compuesta por alma y cuerpo.

La ontología medieval consideraba al ser como Dios, que era el ser supremo de
toda la creación y a quién el hombre debe fidelidad y obediencia, en esta época se
destacaron San Agustín con el realismo y Santo Tomás con el normalismo.

La ontología moderna se destaca por la influencia que tuvo en ellas las ciencias y
los conocimientos empíricos, la metafísica será tratada después de la razón y no
será tan importante el que es el ser sino más bien cuál es la idea del ser.

De esta época se destacan muchos filósofos pero el más importante en la


metafísica será Immanuel Kant con sus ideas acerca del ser libre.

La ontología contemporánea habrá casi desaparecido pues se considera que la


metafísica por tratar asuntos que son trascendentes y subjetivos no se puede
estudiar y saber cuál es su esencias en verdad, sin embargo se destacan autores
como Heidegger, Nietzsche y Zubiri, cada cual tratando de ver al ser como parte
del racionamiento humano y como ser existente que posee una razón para existir,
así sea solo ser arrojado al mundo para morir.

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5. RECOMENDACIÓN

• Se recomienda leerlo detenidamente y racionalizarlo.


• Así como averiguar la ontología a lo largo de la historia y sus
modificaciones.
• Se aclara el problema de la esencia de ser.
• Se recomienda investigar el origen de la ontología.
• Se realiza el método demostrativo o deductivo.
• En esta investigación se observa los cambios que fue adquiriendo la
ontología en cada periodo histórico.
• La ontología nos ayuda a entender como se relacionan las entidades que
existen.
• Diferenciar la metafísica de la ontología
• Con los conocimientos adquiridos y el estudio realizado sobre la
odontología se puede
• Permiten contextualizar las diferentes corrientes que nacieron en la historia
de la filosofía.
• Proporciona información de las posturas adquiridas de los filósofos.
• La ontología griega nos presenta los primeros paradigmas sobre el origen
del universo
• Es importante estudiar las diferentes corrientes filosóficas para entender el
pensamiento que tenían la sociedad sobre el universo.
• La investigación realizada nos permite analizar los pensamientos del ser
humano sobre el universo.

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6. BIBLIOGRAFÍA

Álvarez G. Mamerto, Problemas de filosofía, Universidad Autónoma Tomás Frías,


Potosí.
Barja Ortega y Gasset (en los libros y autores contemporáneos, 1935)
Flores Choque Vicente, 21 temas de filosofía jurídica 2004.
Julián Marías, Historias de la filosofía, Edit. Revista del Occidente, Madrid, 1980.
Giorgio del Vecchio, Filosofía del derecho, Edit. Bosch, Barcelona, 1974.
Fernández de Córdova, Pedro, Apuntes de filosofía del derecho, Edit. Talleres
gráficos de la Universidad de Cuenca, Ecuador, 1998.
https://es.wikipedia.org/wiki/Realismo_filos%C3%B3fico
http://www.eltiempo.com.ec/noticias/columnistas/1/396231/el-problema-de-la-
esencia-del-ser-humano
http://www.joanmaragall.com/fronesis/11/letrasup/seresproblema.htm
https://historiaybiografias.com/la_cultura08bis/

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