Ayude a su corazón.

Pro 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;

Porque de él mana la vida.

Remodelar sus pensamientos puede tener un efecto muy real sobre su cuerpo, comenzando desde su
corazón.
El corazón, contrariamente los demás órganos principales, tiene un tenso sistema de comunicación
con el cerebro y ejerce una influencia única y de gran alcance sobre las emociones y el cuerpo.
El corazón es mucho más que una bomba, también funciona como una glándula hormonal, un órgano
sensorial y un centro de codificación y procesamiento de información.
El corazón también contiene aproximadamente cuarenta mil neuronas o células cerebrales.
Con cada latido, el corazón trasmite al cerebro y a todo el cuerpo complejos patrones de información
neurológicas, hormonal, de presión y electromagnética que juegan un importante papel para
determinar sus emociones o como se siente usted.
El latido de su corazón no es monótona mente regular, sino que varía de momento a momento.
La variabilidad del ritmo cardíaco es la medida de los cambios, latido a latido en el ritmo del corazón a
medida que el corazón se acelera y retarda en diferentes patrones.
Esos cambios se ven especialmente influenciados por las emociones y actitudes de la persona.
Cuando usted experimenta estrés y emociones negativas, (Esto es a manera de ejemplo), como ira,
frustración, temor y ansiedad, la visibilidad de su ritmo cardíaco se vuelve más errática y
desordenada, y envía señales caóticas al cerebro.
Esto hace que su sistema quedé "fuera de sincronismo". El resultado es un estrés con emociones
toxicas, perdidas de energía y un añadido desgaste de su mente y su cuerpo.
Cómo contraste, las emociones positivas sostenidas, como la apreciación, el amor, la alegría y la
compasión, están relacionados con patrones muy ordenados de variabilidad del ritmo cardíaco y una
importante reducción de estrés.
En otras palabras, las emociones toxicas como la ira, el resentimiento, el temor, la ansiedad, la
tristeza y la depresión crean un estrés excesivo, mientras que las emociones positivas como la
gratitud, el gozo, el amor y la paz realmente liberan estrés.
Esto ahora puede medirse con un instrumento llamado "variabilidad de ritmo cardíaco".
El corazón tiene un campo magnético que es aproximadamente cinco mil veces más fuerte que el
cerebro y un campo eléctrico que es de cuarenta a sesenta veces más fuerte que el cerebro.
Para ilustrar este punto, por favor, considere la siguiente historia.
Christian Huygens fue un relojero que vivió en el siglo XVII e inventó el reloj de péndulo.
Una noche, mientras estaba tumbado en la cama admirando su colección de relojes, observo que
todos sus relojes de péndulo se movían al unísono unos con otros.
Él sabía que no los había programado de esta manera, así que se levantó de la cama y reajusto todos
los péndulos a fin de todos estuvieran fuera de sincronismo entre ellos.
Sin embargo, tras un breve periodo de tiempo todos los relojes de péndulo volvieron a moverse al
unísono unos con otros.
El nunca entendió porque. Años después, descubrió que el reloj más grande con el ritmo más fuerte
era capaz de arrastrar a todos los demás péndulos cercanos a sincronizarse con él mismo. Esto se
denominó sincronización.
El mayor reloj de péndulo con el ritmo más fuerte arrastraba a todos los péndulos a sincronizarse con
él mismo.
El corazón, al practicar la gratitud y la acción de gracias, es capaz con su poderoso campo magnético,
cinco mil veces más fuerte que el cerebro, apropiarse de los pensamientos del cerebro y llevarlos al
movimiento de péndulo de la gratitud en lugar de al de las emociones programadas del cerebro de
temor, preocupación, ira, amargura, tristeza, depresión, etc.
Por eso Proverbios 4:23 nos enseña que guardemos nuestro corazón, con todo diligencia, porque de
él maná la vida.
Si mantenemos gratitud, paz, gozo y amor en nuestro corazón, entonces esté es capaz de controlar el
cerebro, y de nuestra boca saldrá gratitud, paz, gozo y amor.
Según el instituto HeartMath, esos sentimientos profundos del corazón de gratitud, gozo, paz y amor
aumentan la sincronización y la coherencia de los patrones del ritmo cardíaco, y estos a su vez,
disminuyen el estrés.
Sin embargo, es mucho más difícil que los pacientes experimenten gozo y amor, en especial si están
ansiosos, deprimidos, enojados o tristes. Pero la gratitud y la acción de gracias son las emociones de
entrada que son más fáciles de experimentar y son potentes desestresantes.