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Santiago, veintitrés de enero de dos mil diecisiete.

En cumplimiento de lo ordenado en el artículo 786 del Código de


Procedimiento Civil y en el veredicto que precede, se dicta la siguiente sentencia
de reemplazo.
Vistos:
Se reproduce el fallo en alzada, con excepción del párrafo final del motivo
sexto, y los basamentos séptimo y octavo, que se eliminan. Asimismo, en el
parágrafo primero del considerando sexto, se reemplaza en su línea octava, la
fórmula gramatical “cuyo dominio aparece a favor de la demandada por haberlo
adquirido por…”, por la frase: “cuya posesión aparece a favor de la demandada,
por medio de la inscripción de la…”
Y se tiene, en su lugar y además, presente:
Primero: Que, como se lee en el libelo pretensor de fojas 9 y siguientes,
comparecen conjuntamente, debidamente representadas, doña Brígida Emelina
Álvarez Méndez y doña Paola Denisse Asenjo Álvarez, indicando ser dueñas del
inmueble ubicado en calle Santa María N° 827 de la ciudad de Valdivia, mediante
el modo de adquirir de la sucesión por causa de muerte, al fallecimiento del marido
y padre, respectivamente, de las actoras, cuya posesión efectiva fue concedida el
10 de mayo de 2013, por resolución exenta N° 1047 del Servicio de Registro Civil
e Identificación. Expresan, que fueron impedidas de realizar las pertinentes
inscripciones en el registro correspondiente del Conservador de Bienes Raíces de
Valdivia, pues la demandada, doña María Lucy Agoni Soto, inscribió respecto del
inmueble referido, la resolución exenta N° 3876, de 31 de diciembre de 2012,
dictada conforme la normativa regularizadora de la propiedad contenida en el
Decreto Ley N° 2.695. En razón de ello, y encontrándose dentro del plazo legal,
deducen la acción reivindicatoria que consagra el artículo 26 del Decreto Ley
mencionado, solicitando, entre otras cosas, se declare que tal inmueble es de
exclusivo dominio de las actoras.
La demandada, al contestar la demanda, solicitó su rechazo, alegando que
el causante referido por las actoras, nunca fue el verídico propietario del bien raíz
de que se trata, pues jamás fue poseedor efectivo del mismo, tratándose de una
inscripción de “papel”, que nunca le fue restituida a su verdadero dueño, el
cónyuge de su madre.
Segundo: Que debe recordarse que la dictación del Decreto Ley Nº 2.695,
tuvo por objeto establecer un procedimiento administrativo que permite regularizar

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la posesión de la pequeña propiedad raíz y la constitución de dominio sobre ella,
dando una fórmula normalizadora práctica de la situación de los poseedores
materiales que carecen de títulos o que los tienen imperfectos.
En efecto, el inciso 1° del artículo 1 del referido cuerpo legal, establece que:
"Los poseedores materiales de bienes raíces rurales o urbanos, cuyo avalúo fiscal
para el pago del impuesto territorial sea inferior a ochocientas o a trescientas
ochenta unidades tributarias, respectivamente, que carezcan de título inscrito,
podrán solicitar de la Dirección de Tierras y Bienes Nacionales que se les
reconozca la calidad de poseedores regulares de dichos bienes a fin de quedar
habilitados para adquirir su dominio por prescripción, de acuerdo con el
procedimiento que se establece en la presente ley" y, por su parte, su artículo 2º
indica las condiciones que debe cumplir el solicitante para obtener el
reconocimiento administrativo de la calidad de poseedor regular del bien,
dejándolo habilitado para ganar su dominio por prescripción. Sus requisitos
esenciales son, por un lado, acreditar la posesión del inmueble, por sí o por otra
persona en su nombre, en forma continua y exclusiva, sin violencia ni
clandestinidad, durante cinco años, a lo menos, y, por otro, demostrar que no
existe juicio pendiente en su contra en que se discuta el dominio o posesión del
inmueble, iniciado con anterioridad a la fecha de presentación de la solicitud.
Tercero: Que, sin embargo, tal estatuto permite una serie de herramientas
procesales para quienes se resistan o les perjudique tal régimen administrativo de
regularización. Así, por un lado, su artículo 19 autoriza a los terceros oponerse
mientras esté en curso el trámite administrativo, fundado en alguna de las
causales que expresamente dispone, a saber: 1°) Ser el oponente poseedor
inscrito del inmueble o de una porción determinada de él; 2°) Tener el oponente
igual o mejor derecho que el solicitante, esto es, reunir en sí los requisitos
señalados en el artículo 2° respecto de todo el inmueble o de una parte de él; 3°)
No cumplir el solicitante todos o algunos de los requisitos establecidos en el
artículo 2°; y 4°) Ser una comunidad de que forme parte el oponente poseedora
inscrita del inmueble o de una porción determinada de él, siempre que aquélla se
encuentre en liquidación, al momento en que fue presentada la solicitud a que se
refiere el artículo 1°.
Por otra parte, tal cuerpo legal también contiene una fórmula para amparar
los derechos de terceros, cuando el trámite administrativo ya ha emitido un acto
terminal acogiendo la petición de regularización. En tal caso, su artículo 26 “sin

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perjuicio de lo dispuesto en el artículo 19”, les otorga los terceros a que se refiere
tal norma, la posibilidad de, dentro del plazo de un año contado desde la fecha de
la inscripción del inmueble practicada por resolución administrativa o judicial,
deducir las acciones dominicales que procedan, conforme las reglas del juicio
sumario.
Finalmente, y sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 19 y 26 ya
referidos, el 28 les otorga a los mismos terceros que estén fuera de plazo para
ejercer las facultades que los primeros preceptos les confieren, y también a los
que pretendan derechos de comunero o titularidad de algún derecho real sobre el
predio regularizado, la posibilidad de ejercitar la acción de compensación en
dinero de sus derechos.
Cuarto: Que, como se observa, el sistema en estudio, otorga a los terceros
que cumplen con los requisitos del artículo 19, la facultad de oponerse a la gestión
administrativa de regularización, y también, en el caso de haberse dictado e
inscrito la resolución terminal que la otorga –que confiere al solicitante la posesión
del bien–, deducir las acciones reivindicatorias que procedan dentro del plazo de
un año, término necesario, entonces, para que el beneficiado por la regularización,
adquiera por prescripción el predio.
Tales normas, como fluye de su lectura, excluye, entre otros, a los que
tengan sólo la calidad de comuneron, quienes, sin embargo, están amparados por
la acción del artículo 28 ya reseñado.
Quinto: Que del mérito de la prueba rendida en autos, fluye de manera
cierta que las demandantes no sólo son herederas en común del causante señor
Asenjo, a favor de quien se encontraba inscrito el bien raíz de que se trata, antes
de la actual inscripción de la Resolución N° 3876, de 31 de diciembre de 2012,
dictada en el contexto del Decreto Ley N° 2.695 a favor de la demandada, sino
que, además, son las únicas herederas, cuestión que, además de no ser discutida
por las partes, fluye de la documental aparejada en autos, en especial del
certificado de fojas 3, en el cual consta que se les otorgó la posesión efectiva del
bien materia de autos, como de los certificados de matrimonio y nacimiento de
fojas 60, 61 y 62.
Sexto: Que lo anterior resulta coherente con la fórmula mediante la cual las
actoras impetran su demanda, quienes la deducen no en su calidad de comuneras
del bien raíz en cuestión, sino como dueñas del mismo, pues los derechos que
configuran la propiedad recaen en ellas en su totalidad, de manera que no pueden

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entenderse excluidas de la posibilidad de ejercer las acciones del artículo 26 en
referencia, porque no actúan como dueñas pro-indiviso, sino como propietarias.
Séptimo: Que, en efecto, tanto la jurisprudencia como la doctrina estiman
que sobre fundamentos formales y fácticos similares, no corresponde descartar la
posibilidad de impetrar las acciones a que se refiere el artículo 26 señalado, a los
dueños que conjuntamente las ejercen, representando la totalidad del dominio del
predio regularizado. Como ejemplo de ello, puede citarse el trabajo del profesor
Sepúlveda Larrocau, quien, en su obra “El Decreto Ley N° 2695 de 1979 ante la
Jurisprudencia”, expresa a propósito de este asunto, y en específico de la causal
N° 1 del artículo 19, que “no puede invocar esta causal el que solo tenga la
calidad de comunero”, pero “en todo caso, la excepción a la causal de oposición
fundada en la calidad de comunero del oponente, debe aplicarse restrictivamente,
es decir, en el sentido de que solo excluye al comunero – al coposeedor -, al que
solo se opone en protección de su parte alícuota; no excluye la posibilidad de que
la oposición pueda formularse por la totalidad de la inscripción posesoria”. Pues,
“la simple lectura de los N°s 1 y 4 del artículo 19, permiten concluir que el excluido
es “el” comunero que forma parte de una comunidad, es decir, el comunero
individualmente considerado”. (así aparece en la tercera edición de la obra citada,
en sus páginas 12 a 14).
Octavo: Que, conforme se indicó anteriormente, las demandantes no
comparecieron cada una sólo por su cuota, sino por toda la comunidad hereditaria,
en cuanto dueñas en conjunto de la plenitud del inmueble, sin invocar en parte
alguna la cuota o porcentaje que a cada una le correspondería en la referida
comunidad hereditaria, de modo que la limitación del artículo 19 numeral 1° inciso
segundo respecto a quienes tienen la calidad de comunero, no se verifica en la
especie, y por lo tanto, las demandantes no se encuentra en la hipótesis prevista
en dicho precepto.
Noveno: Que despejado tal punto, procede determinar si se verifican en la
especie las exigencias de la acción reivindicatoria que se deduce.
En primer lugar, fluye del mérito de autos, que la demanda que dio inicio a
estos antecedentes, fue presentada el 18 de marzo de 2014, y válidamente
notificada el 1 de abril de ese mismo año, de manera que, habiéndose inscrito la
Resolución Exenta N° 3876 a favor de la demandada, en el registro de propiedad
pertinente, con fecha 3 de mayo de 2013, conforme fluye de la copia de dicha

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inscripción, acompañada a fojas 5, aparece que la acción se enmarca dentro del
plazo que establece el artículo 26 ya tantas veces referido.
Por otra parte, el artículo 889 del Código Civil señala que “La reivindicación
o acción de dominio es la que tiene el dueño de una cosa singular, de que no está
en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela”, de
manera que, para que prospere, debe acreditarse: primero, el dominio sobre la
cosa; segundo, que la misma sea singular; y, finalmente, que la cosa sea poseída
por un tercero.
Décimo: Que conforme se desprende de los presupuestos fácticos
referidos en el motivo quinto de esta sentencia de reemplazo, que reproduce
aquellos fijados en el motivo sexto del fallo en alzada, los que no han sido
cuestionados, debe tenerse por establecido que las actoras son propietarias pro
indiviso de la totalidad del inmueble que reivindican, lo que fluye especialmente del
hecho de ser herederas de su anterior dueño, y asistirles la declaración de
posesión efectiva dictada a su favor, y que la cosa respecto la cual se impetra la
acción es de carácter singular, cumpliéndose de esta manera con dos de los
presupuestos de la acción de dominio determinados en el artículo 889 del Código
Civil.
Undécimo: Que en relación al tercer elemento de procedencia de la acción
que interesa –que la cosa sea poseída por un tercero–,también se encuentra
acreditado con el mérito de la inscripción registral de la resolución que concedió a
la demandada la regularización del bien materia de autos. Tal acto administrativo,
como expresamente lo señala el artículo 15 del Decreto Ley N° 2.695, constituye
un título de posesión, por lo que una vez inscrito otorga a su beneficiario la calidad
de poseedor regular del inmueble para todos los efectos legales.
Duodécimo: Que en tal entendido, aparecen concurrentes todas la
exigencias de procedencia de la acción de dominio impetrada, por lo que se
acogerá la demanda, sólo en cuanto se declare que el derecho de propiedad le
corresponde a las actoras, ordenando las cancelaciones, inscripciones y
subinscripciones que correspondan, conforme el título que les asiste, y la condena
de restitución del inmueble, rechazándose en lo demás, por no haberse acreditado
los presupuestos de las otras pretensiones solicitadas.
Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo preceptuado en
los artículos 186, 223 y 227 del Código de Procedimiento Civil, se revoca la
sentencia apelada de dieciséis de enero de dos mil quince, que se lee a partir de

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fojas 77, en cuanto rechaza la demanda y, en su lugar, se la acoge, sólo en
cuanto se da lugar a las pretensiones signadas en los puntos 1 y 2 de su petitorio,
rechazándose en lo demás, por no haberse probado sus fundamentos.
Cada parte pagará sus costas.
Redacción a cargo del ministro señor Ricardo Blanco H.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
N°14.303-16
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Ricardo Blanco H., señora Gloria Ana Chevesich R., señor Carlos Cerda F.,
y los Abogados Integrantes señores Álvaro Quintanilla P., y Juan Figueroa V. No
firma el Abogado Integrante señor Figueroa, no obstante haber concurrido a la
vista y al acuerdo de la causa, por estar ausente. Santiago, veintitrés de enero de
dos mil diecisiete.

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Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

En Santiago, a veintitrés de enero de dos mil diecisiete, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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