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I. Introducción
Juan el bautista había muerto a manos de Herodes después de la promesa que éste
hiciera a Herodías, quien pidió como premio la cabeza de Juan
Recordemos que Herodes era un personaje lascivo, borracho y hasta influenciable.
Después de estos acontecimientos, Jesús se retiró de allí al oír esto, pero la multitud
le seguía, sanó entonces a los enfermos que habían llevado, y dio de comer a 5 mil
hombres sin contar mujeres y niños, haciéndolo de manera milagrosa.
Mateo 14:22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de
él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
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a. La expresión "en seguida" muestra urgencia y movimientos rápidos. El relato
de Mateo no enfatiza la conclusión del milagro de la alimentación de los 5.000, a
diferencia de los otros Evangelios. Mateo destacó la urgencia con la que Jesús
despidió a la multitud y la prisa con que envió a Sus discípulos a la barca para
cruzar el mar sin entrar en detalles. Pero el evangelista Juan da la explicación de
la razón:
Juan 6:15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y
hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.
b. Considerando el hecho de que Mateo estaba presentando la fase del ministerio
de Jesús que tenía que ver con su realeza, a primera vista podría parecer extraño
que él ignorase este intento de convertir a Jesús en rey. Pero ésta es otra
evidencia del carácter extraordinario del derecho de Jesús a ser Rey. Él es Rey
por derecho, y por título, Él no se convertiría en Rey por medio de un proceso
democrático. El no sería "elegido" Rey por la voluntad de la gente. Es Rey por la
voluntad de Dios. Y finalmente se convertirá en Rey por la fuerza, como puede
verse en el Salmo 2:8 y 9.
c. Él despide a la multitud. A pesar de los acontecimientos que estaban pasando,
Jesús no la despidió cuando los apóstoles lo dijeron
Mateo 14:14 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es
desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y
compren de comer.
Ahora sí la despide después de alimentarles. Esto nos habla de del amor de Dios a
nosotros, que no nos deja sin sus palabras, sin el alimento espiritual, sin embargo, el
podrá de comer al hambriento (aquel que anhela su Palabra), pero aquellos que
rechazan su Palabra, no podrán recibir dicho alimento.
II. Dios se alejó?
a. 1. Siento a Dios lejos de mí. «Parece que esté hablando solo», «es como si
le orara a la pared», «Dios me parece muy lejano». Esta dificultad para sentir
a Dios es una de las quejas más frecuentes en la vida cristiana y terreno
propicio para las dudas e incluso las crisis de fe.
b. 1. Todos hemos sentido a Dios lejos en algún momento. A algunos les
ocurre en la conversión, cuando esperan un sentimiento intenso de la
presencia de Dios y se sienten frustrados «porque no me ha ocurrido nada
especial». Por cierto, esta sensación es frecuente en los hijos de creyentes
porque su conversión es progresiva, un proceso en el tiempo que hace más
improbable la espectacularidad de una conversión repentina como la de Saulo
en el camino de Damasco o la del ladrón en la cruz. Por esta razón, algunos
jóvenes llegan a «convertirse» hasta media docena de veces (¡esta fue mi
propia experiencia siendo adolescente!) buscando la seguridad de su salvación
en unos sentimientos que no llegan. De ahí la importancia de clarificar el papel
y la naturaleza de los sentimientos en la vida cristiana, en especial para los
jóvenes en la fe. Otras veces nos ocurre en el período devocional cuando
buscamos la comunión con el Señor o incluso estando en la iglesia.
Descubrimos como una frialdad, como si la oración fuera un monólogo con uno
mismo o como si estuviéramos totalmente solos.
c. 1. ¿A quién afecta este problema? Empecemos por decir que esta
experiencia es universal, afecta a todos los creyentes, incluso a los más
maduros y santos. Por ejemplo, los salmistas nos han dejado escrito el
testimonio de momentos espirituales cuando Dios les parece un ser lejano e
irreal. Al estudiar los Salmos sorprende las veces en las que aparece el
adverbio «lejos» referido a Dios.
d. ¿Cuáles son las causas? Cuando Dios parece muy distante la causa del
problema no está, desde luego, en Él. Su proximidad a nosotros no depende
de si lo sentimos o no.
La sencilla ilustración del sol y la nube es muy útil para entender esta realidad.
¿Brilla el sol en un día nublado? La respuesta es sí. El sol está brillando, pero
por encima de las nubes. Se ha interpuesto una nube que me impide verlo y
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sentirlo, pero la distancia entre el sol y nosotros no ha variado un ápice. La
realidad subjetiva, tal como la veo yo, es que el sol ha dejado de brillar. La
realidad objetiva, no obstante, es que el sol sigue brillando exactamente igual
que siempre. Si pudiéramos remontarnos hacia arriba, por encima de las
nubes, nuestra visión subjetiva cambiaría por completo.
¿Cuáles son estas nubes? ¿Qué causas producen la dificultad para sentir? A
veces son causas pasajeras, duran unas pocas horas o días y, luego,
desaparecen. Entre ellas destacan el cansancio y el stress. Ambas actúan
sobre nuestra capacidad de sentir en general, no sólo espiritual. El
agotamiento, físico o emocional, va a secar nuestros sentimientos. Mientras
dure este estado, no podemos esperar otra cosa que dificultades para sentir a
Dios. Por tanto, si empiezas a orar y Dios te parece lejano, la primera pregunta
que debes hacerte no es: «¿Hay pecado en mí? ¿Me ha olvidado Dios?», sino
«¿Estoy cansado?, ¿necesito dormir o comer?».
El stress también afecta mucho la vida espiritual, sobre todo si se asocia con
depresión. Ello es así porque altera nuestra percepción de la realidad, nos hace
ver las cosas de forma distorsionada, como unas gafas mal graduadas.
Veamos dos ejemplos de la Biblia: Moisés, en un momento de su ministerio,
estaba profundamente deprimido (Nm. 11:10-17). Incluso llega a tener ideas
de muerte: «yo te ruego que me des muerte» (Nm. 11:15) le suplica a Dios.
La causa de esta depresión severa era su agotamiento emocional: «No puedo
yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía»
(Nm. 11:14). Observemos que Dios no responde a Moisés con reprensión, no
hay ni una sola palabra de condena o rechazo. Por el contrario, le proporciona
una salida: «Reúneme setenta varones... y llevarán contigo la carga del
pueblo, y no la llevarás tú solo» (Nm. 11:16-17). La depresión no es en sí
misma un pecado, de ahí la actitud comprensiva del Señor. Moisés se sentía
agotado y deprimido y ello le impedía ver la realidad tal como era; veía las
cosas peor, más negras, llenas de oscuridad.
En este pasaje del Nuevo testamento, se nos muestra a los apóstoles en una
situación emocionalmente parecida a la de Moisés: estaban luchando contra
las olas, «remando con gran fatiga», en medio de una fuerte tormenta en el
mar de Galilea. Era un momento de gran stress porque el oleaje les impedía
avanzar y sus vidas corrían peligro.
Así pues, nos costará a veces sentir a Dios cerca porque estamos muy tensos
o cansados. Un efecto muy parecido produce la depresión. Uno de sus
síntomas principales es la dificultad para sentir ilusión o placer. Los
sentimientos parecen anestesiados y la persona está desinteresada, apática.
Por ello, el deprimido puede confundir la causa de su problema -la depresión-
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con sus consecuencias, la aridez espiritual. Es importante diferenciar entre
ambos a fin de no acumular falsos sentimientos de culpa.
Mateo 14:25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre
el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un
fantasma! Y dieron voces de miedo.
A veces tenemos dificultades por un largo tiempo, y pensamos, ¿Por qué Dios
tarda tanto?
Santiago 1:2-4 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales,
c. Vemos aquí que Asaf también sentía a Dios lejano, clamaba a Dios, confiaba
en Él, pero se preguntaba incluso si su misericordia se había agotado, Pero
notamos también cuál fue el remedio que Asaf usó para no sentir su espíritu
acongojado. Recordar, meditar y hablar de lo que Dios ha hecho. ¿Qué
haríamos nosotros si estuviéramos pasando por una situación similar?
c. Recuerde que la Biblia nos dice acerca de que nuestra manera de pensar
es mucho mas pequeña que la manera de pensar de nuestro Omnipotente
Dios.
e. Así que hay una razón para esto, se nos muestra en la Biblia también:
Santiago 1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis
perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
g. ¿Estamos listos para ver las maravillas de Dios y atribuírselas a Él? A veces
atribuimos a otras cosas los mismos milagros de Dios. Pensamos que es “la
suerte”, nuestras “capacidades” etc.
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VIII. Jesús nos anima
Mateo 14:27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no
temáis!
IX. Pasos de Fe
Mateo 14:28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo
vaya a ti sobre las aguas.
a. “Si eres tú” El stress altera nuestra capacidad para percibir a Dios, y, como
los apóstoles, a veces somos incapaces de reconocer al Señor en medio de
las tormentas de la vida.
b. Para poder reconocer a Jesús en estas circunstancias, se necesita fe
c. Pedro conocía el poder de Dios, lo había visto a Jesús hacer milagros
constantemente, por lo tanto, sabía que Jesús podía hacerle caminar
también sobre el agua. ¿Tiene Ud. la misma confianza en que Dios puede
hacerlo?
d. Caminar sobre las aguas es imposible, lo que hizo Jesús fue desafiar las
leyes de la naturaleza, sin embargo, Pedro también fue capaz de hacer lo
imposible, aunque sea por unos instantes.
e. Es interesante observar que los discípulos entraron a la barca originalmente
por órdenes de Jesús. Tenían que aprender, al igual que nosotros, que la
obediencia no es garantía para evitar la adversidad. Y en el instante en que
la tormenta captó toda su atención, Jesús decidió que era el momento en
el que los discípulos tenían que aprender un poquito más acerca de Él.
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Mateo 14: 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas
para ir a Jesús.
a. Un llamado a dar un paso de fe. ¿Se atrevería Ud. a bajar de la barca?
b. Pedro es quien había dicho: Señor, en tu Palabra echaré la red (pesca
milagrosa) así lo que esperaba era que Jesús enviara Su Palabra. Eso es fe
c. Este no solo es un paso de fe, sino un paso de obediencia.
Mateo 14: 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio
voces, diciendo: !!Señor, sálvame!
a. Lo mismo pasa con nosotros cuando somos distraídos por los peligros o los afanes
del mundo. La tremenda fuerza de la tormenta hizo que Pedro dudara y comenzó
a hundirse. Cuando nuestros ojos no están puestos en Jesús, en las cosas de
arriba, son en el problema, entonces nos hundimos en el miedo y esto nos hace
actuar equivocadamente.
b. Al leer estos versículos, tal vez es fácil burlarse de Pedro o criticarlo por su falta
de fe, pero hasta ese momento ningún humano había caminado sobe las aguas.
X. Llegó la ayuda!
Mateo 14: 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre
de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el
viento.
a. Jesús no deja caer a Pedro, lo dejó caminar, lo dejó dudar, pero no lo dejó caer
b. La duda en este caso, fue debido al temor, pues éste nos infunde dudas. La fe es
lo contrario a las dudas y a la incredulidad, si tienes fe, no tienes temor.
XI. Adoración
Mateo 14: 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo:
verdaderamente eres Hijo de Dios.
a. La reacción después de ver algo que Dios hace, adoración, pero no por lo que
hace, son por lo que Él es, el Hijo de Dios
XII. Conclusión
f. Adora