PERDONAR LAS INJURIAS

«Los felicitaban por no haber padecido como ellos. Les

daban las gracias porque no se vengaban de los agravios
recibidos» (Sab 18, 2) – así es como las Escrituras
cuentan la historia de Israel – el Pueblo elegido que,
saliendo de Egipto, la tierra de la esclavitud, sufrió
muchas dificultades en su camino hacia la Tierra
Prometida. También nosotros –los cristianos del siglo
XXI –somos un pueblo sacerdotal, un pueblo de propiedad
de Dios, y nos vemos reflejados, en cierto modo, en el
destino de nuestros padres en la fe, aunque tengan una
dimensión histórica o sociológica diferente. El sufrimiento,
el daño y nuestra actitud hacia ellos siguen siendo
objeto de muchas discusiones y reflexiones de naturaleza
existencial. ¿Cómo debemos comportarnos ante los
repetidos insultos y daños que nos infligen heridas
profundas? La Iglesia nos llama a perdonar las injurias.
¿Qué significa esto para mí? ¿Debería esconder la cabeza
en la arena, metafóricamente hablando, y permanecer en
silencio ante el mal que me rodea? O tal vez, ¿debería
luchar firmemente con el que me daña, sin cumplir
ninguna norma? Necesitamos contemplar este acto de
misericordia para comprender su significado y
profundidad.
222 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
Espacio y tiempo para el perdón de las injurias
Al darme cuenta de lo amplio que es el espacio cuando
tengo que perdonar las injurias y afrontar sus consecuencias,
las palabras de la Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac, son una
gran fuerza para mí: «El hombre paciente aguanta hasta el
momento oportuno, y al final su paga es la alegría» (Eclo 1,
23). Entonces, ¿qué es una injuria? ¿Significa una acción
deliberada que causa sufrimiento a mi hermano o hermana?
La respuesta no puede ser inequívoca pero esto no significa
que el término sea relativo. Ciertamente, nos debe
acompañar la conciencia de la gran diversidad de caracteres,
temperamentos y condiciones del entorno de cada persona.
Por lo tanto, sucede que lo que es común para una persona,
es insoportable para otra y causa un sentimiento de injuria.
Obviamente, hay normas objetivas que se aplican a todos,
sin embargo en las relaciones cotidianas el hueso de la
discordia suele estar en los detalles. Cada persona es
diferente y mi tarea es respetar la singularidad de cada uno.
A menudo expresar este respeto consiste en hacer la vista
gorda sobre lo que, según mi opinión subjetiva, a veces está
mal. Y esto ya es lo que entendemos por soportar
pacientemente las injurias. No tiene que tratarse
necesariamente de cosas grandes: a veces puede irritarme un
estilo de vida inusual, la forma de expresarse o incluso el
atuendo de la otra persona. Mientras esto no sea un mal
moral, debo aguantar pacientemente a la otra persona,
aunque me parezca una gran injuria para mi egoísmo… E
incluso cuando estas cosas tienen un tono peyorativo, la
invitación a
PERDONAR LAS INJURIAS 223
perdonar las injurias sigue siendo válida, lo que no
significa en absoluto que seamos pasivos con el
causante de los daños.
¿Acepto tal concepto de perdonar las
injurias? ¿Qué es lo que más me cuesta
soportar en mi entorno?
Ante todo, este acto es una «virtud evangélica,
específicamente cristiana, a menos que se practique con
fines personales, sino solo para el cumplimiento del
mandamiento del amor fraterno, porque todos somos hijos
de un mismo Dios que quiere vernos semejantes a Él mismo,
y Él es "clemente y misericordioso" (Sal 145, 8), quiere
también que seamos el reflejo más exacto de su Hijo que dio
su vida en la cruz para salvarnos de la muerte eterna» 141.
Así se confirma la experiencia de la autoría del Diario:
„Kiedy się żegnałam z siostrami i już miałam odjechać,
jedna z sióstr bardzo mnie przepraszała, że mi tak mało
dopomagała w obowiązku i że nie tylko mi nie dopomagała,
ale że się starała zawsze utrudniać. Jednak ja ją w duszy
uważałam za dobrodziejkę wielką, bo wyćwiczyła mnie w
cierpliwości; do tego stopnia mnie ćwiczyła, że jedna ze
starszych sióstr wyraziła się tak – że siostra Faustyna to albo
głupia, albo święta, bo naprawdę przeciętny człowiek nie
zniósłby tego, żeby tak ktoś stale robił na przekór. Ja
141 M. Morgante, La fe y las obras…, pág. 105.
224 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
jednak zawsze zbliżałam się do niej z życzliwością.
Starała się ta pewna siostra tak utrudniać mi pracę w
obowiązku, tak że pomimo mojego wysiłku udało się
jej nieraz coś zepsuć z tego, co było dobrze zrobione –
jako mi sama przy pożegnaniu zeznała, przepraszając
mnie bardzo. Nie chciałam wnikać w intencje jej, ale
brałam to jako doświadczenie Boże” (Dz. 632).
En el entorno familiar nos encontramos con diferentes
puntos de vista, necesidades y formas de reaccionar. A veces
es difícil entenderse y comunicarse de forma clara, porque
los sentimientos oscurecen a la mirada sobria de la situación
y todos quieren tener la razón, de ahí que sea tan fácil
hacerse daño durante años, aparentemente sin cesar, porque
vivir juntos bajo el mismo techo proporciona nuevas
oportunidades para ello todo el tiempo. Las heridas causadas
como resultado de ello suelen ser profundas porque son
causadas por las personas más cercanas: el padre, la madre,
los hermanos o los hijos. Otro lugar donde una persona
puede experimentar daños es el entorno laboral. Hoy en día
hablamos mucho del acoso laboral (mobbing). Todas las
situaciones estresantes prolongadas resultan a veces en
consecuencias dramáticas para las vidas de los empleados.
Si en el entorno hay carencias de disposición para entender y
respetar los puntos de vista a menudo divergentes, el trabajo
se convierte en una angustia para muchos. En cada entorno
existen relaciones difíciles que tenemos que enfrentar.
¿Cuál es mi experiencia al respecto? ¿Cargo
sobre mis hombros alguna injuria que me
pesa?
PERDONAR LAS INJURIAS 225
En cambio, en la amistad, si percibimos a los demás
solo a partir de los beneficios que podamos obtener de
esta relación, pronto se acabará. Resultará que no era
realmente una amistad sino que eran negocios, porque
una verdadera relación acepta o incluso presupone el
sufrimiento que puede surgir como resultado de las
diferencias entre dos personas cercanas 142. Una
amistad requiere tolerancia mutua y pasar juntos por
muchas cosas, tanto buenas como malas.
Jesús decía: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que
se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga» (Mt 16,
24). A menudo esta cruz puede significar tener que
aguantar y perdonar las injurias que vienen de los demás.
Se trata de dejar de esperar que los demás cambien, y de
insistir en exigirles que cambien, engañándonos a
nosotros mismos de que ésta es la visión de una vida feliz 
143. Exigir de los demás que sean como nosotros
creemos que deban ser es una actitud que no viene del
espíritu de Jesús, sino de las ilusiones del mundo y no
lleva a ninguna parte. El primer paso para una vida mejor
es cambiarse a uno mismo. Es mejor renunciar a juzgar a
los demás porque solo cuando tomamos la molestia de
trabajar sobre nosotros mismos, seremos capaces de
comprender mejor a los prójimos y perdonar las injurias
que nos causan. Solo entonces podremos experimentar y
aguantar daños reales y no los imaginarios, que se puedan
crear en nuestra mente.
142 Cf. M. Morgante, op. cit., pág. 106–107.
143 Cf. E. Staniek, Sekrety Siostry Faustyny…, pág. 175.
226 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
Formas y frutos de perdonar pacientemente las injurias
El autor de la Carta a los Hebreos explicó que Moisés, que
había sufrido mucho, hizo las cosas: «estimando que la
afrenta de Cristo valía más que los tesoros de Egipto, y
atendiendo a la recompensa» (Heb 11, 26). Gracias a su fe
en el poder de Dios, logró sacar al pueblo de la esclavitud
egipcia y soportar muchas molestias. Justo cuando vivo con
una profunda conciencia de que pase lo que pase el Señor
está conmigo y Él es el único que siempre se pone del lado
de los justos, soy capaz de soportar pacientemente las
injurias que se me infligen. No se trata de callarse ante todo
el mal que a menudo afecta a naciones enteras o de no
reaccionar, porque esto llevaría a menudo a la
autodestrucción. Aquí necesitamos una sabiduría increíble
para poder discernir nuestra actitud en la dimensión
individual o comunitaria. Siempre tomamos una decisión:
podemos protestar o perdonar pacientemente las injurias 144.
Cuando sé que el mismo Dios es para mí una fuente de
fuerza y que en Sus brazos puedo esconderme, entonces no
hay tormenta humana que me quebrante. Sé quién me creó,
quién es la roca sobre la que puedo apoyarme, por lo tanto
nada ni nadie puede matarme y aunque me derribe,
resucitaré por el poder del Resucitado.
„W cierpieniach nie szukam pomocy u stworzeń, ale Bóg
mi jest wszystkim – escribe Santa Sor Faustina – chociaż
144 Cf. A. Grün, Las obras de misericordia…, pág. 96.
PERDONAR LAS INJURIAS 227
mi nieraz się zdaje, że i Pan mnie nie słyszy; uzbrajam się
w cierpliwość i milczenie, jako gołąb nie skarży [się] ani
ma żal, kiedy mu dzieci biorą. Chcę szybować w sam żar
słońca i nie chcę się zatrzymywać na oparach. Nie
ustanę, bo na Tobie oparłam się – Mocy moja” (Dz.
209). Mi centro está en Dios que vive en mi corazón, por
lo tanto esta obra de misericordia requiere una asistencia
especial del Espíritu Santo, porque solo Él puede
capacitarme para perdonar pacientemente las injurias. De
todos modos hay esperanza de que aquel que nos causaba
problemas y nos atacaba, un día también se vuelva hacia
Dios y se convierta con el poder de la gracia divina. Esta
esperanza, profundamente arraigada en el corazón, junto
con el recuerdo de la presencia de Dios en cada momento
de nuestras vidas, son los fundamentos para perdonar
pacientemente las injurias. Es más, ser consciente de mi
propia pecaminosidad y de cuánto me ha dado el Señor
me hace más humilde y menos exigente con los demás,
porque al final fue Dios quien me perdonó primero… y
eso es mucho.
¿Estoy profundamente convencido de que
solo Dios puede capacitarme para perdonar
pacientemente las injurias?
El siguiente paso es ser capaz de defenderse o incluso
evitar los ataques injustos de otras personas. Sin
embargo, no se trata de huir de los enfrentamientos ni de
exponerse a los ataques. Gracias a la valentía, nacerá en
nosotros la paciencia que –teniendo sus raíces en Dios –
fortalezca nuestra resistencia. Jesús
228 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
nos dio un ejemplo perfecto de ello. «Le atacaban
duramente, pero respondía de tal forma que temían
hacerle preguntas. Desacreditaba a sus enemigos. Aceptó
voluntariamente un golpe mortal para derribar a sus
enemigos tres días después con el golpe de su
resurrección y la de todos los salvados» 145. Como
podemos ver, la valentía y la virtud del valor son como
espaldas afiladas en la lucha contra los que nos hacen
daño, porque no somos nosotros los que debemos temer a
nuestros enemigos, sino ellos a nosotros. En todo ello no
se trata de luchar por luchar ni de nuestra vanagloria, sino
de reconocer la situación y la voluntad de Jesús.
San Pablo escribe en su Epístola a los Romanos: «Que la
esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la
tribulación» (Rom 12, 12), y Sirácides exhorta: «Endereza tu
corazón, mantente firme y no te angusties en tiempo de
adversidad» (Eclo 2, 2). Cuando recordamos el momento en
el que sufrimos injurias y nuestros sentimientos y
pensamientos de entonces, creemos que es incluso imposible
mantener la paz y la paciencia que se nos piden. Sin
embargo, gracias a esta actitud, somos capaces de asumir
este sufrimiento. Puesto que en el perdón de las injurias se
trata de «no responder con agresividad a un comportamiento
pesado, arrogante y agotador hacia nosotros» 146. El
significado de la palabra «paciencia», del griego hypomone,
literalmente significa «permanecer abajo», pero a la vez
significa también: «demostrar
PERDONAR LAS INJURIAS 229
durabilidad, repeler un ataque» 147, que muestra la
esencia de este acto. Después de todo, no se trata de
permanecer pasivo frente a los daños, de dejar que te
insulten y que te hieran. En general, se pueden adoptar
tres actitudes:
––conversar con la persona que nos daña,
reprenderla en el espíritu de Jesucristo
––establecer los límites, mantener distancias
externas e internas
––aceptar a la otra persona tal y como es.
Es necesario averiguar bien cuál de estas actitudes debe
adoptarse. En algunos casos la conversación será la mejor
manera de salir de una situación de tensión. Una
conversación en la que haremos entender a la otra
persona, con sutileza y amor, que es una carga para
nosotros y nos hace sufrir. Que de esta manera les
dificulta la vida a los demás. Este amable toque de
atención irá acompañado con la esperanza de que la otra
persona sea capaz de cambiarse y mejorar su vida. En
otras ocasiones, solo el distanciamiento nos permitirá
funcionar de una manera normal. Esta solución será
necesaria especialmente en el caso de personas que no
respetan ningún límite. Es cuando tenemos que establecer
nuestros propios límites y defenderlos firmemente para
que, distanciándonos de aquellos que nos hieren, no
permitamos que nos dañen. Hay también circunstancias
en las que veremos que esa persona puede ni siquiera
darse cuenta de una situación de conflicto, y mientras que
su
145 E. Staniek, Sekrety Siostry Faustyny…, pág. 176–177.
146 M. Morgante, op. cit., pág. 105. 147 Cf. A. Grün, op. cit., pág. 99.
230 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
comportamiento no cause un daño grave a nuestras vidas,
trataremos de aceptarla en su diversidad. Aceptar a la otra
persona tal y como es, da testimonio de nuestra fuerza
interior: «Quien tolera y acepta a la otra persona muestra
su fuerza; en cambio quien es débil y enfermizo, debe ser
tratado con cuidado y delicadeza» 148. ¿Cuál de las
actitudes mencionadas es la más cercana a mí?
Todo esto es posible solo gracias a la paciencia que
está estrechamente relacionada con este acto de
misericordia. La paciencia es una virtud que significa
perseverar en la adversidad debido a la ayuda que
viene solo de Dios. Solo podemos perseverar en Dios,
Él nos da fuerzas para aguantar las injurias 149.
Supone, por lo tanto, la decisión de soportar
voluntariamente, a menudo durante mucho tiempo y
con un equilibrio espiritual cosas difíciles, teniendo en
cuenta el bien específico por el que el hombre se
esfuerza. Los obstáculos que pueden aparecer en el
camino para obtener este bien, son los sentimientos
que nacen en nosotros, especialmente el dolor y la
tristeza. Santa Sor Faustina se quejaba a Jesús: „O mój
Jezu, jak trudno jest znosić tego rodzaju cierpienie:
gdy ktoś jest dla nas nieżyczliwy i zrobi nam jakąś
przykrość, mniej mnie boli, ale unieść nie mogę tego,
jeżeli ktoś okazuje mi swą życzliwość, a rzuca kłody
pod nogi na każdym kroku. Jak wielkiej potrzeba siły
woli, aby taką duszę kochać dla Boga. Nieraz dusza
musi się posunąć aż do heroizmu,
148 Ídem.
149 Cf. Vocabulario práctico de la Biblia, pág. 194.
PERDONAR LAS INJURIAS 231
aby taką duszę kochać tak, jak Bóg tego żąda. Gdyby się
z nią miało rzadki stosunek, to łatwiej by się to zniosło,
ale jeżeli się żyje razem i doświadcza się tego na każ-
dym kroku, wymaga to wielkiego wysiłku” (Dz. 1241).
Aunque, como hemos oído, fue necesario un gran
esfuerzo por su parte para no escapar de aquellos que le
hacían daño, ella no se desanimaba, y después de un
tiempo escribió: „Poznałam, że największa potęga jest
ukryta w cierpliwości. Widzę, że cierpliwość zawsze
wiedzie do zwycięstwa, choć nie zaraz, ale to zwycięstwo
pokaże się po latach” (Dz. 1514).
Así pues, la dificultad de soportar pacientemente las
injurias da frutos que son de gran importancia para el
desarrollo de nuestra humanidad: la perseverancia, la
paciencia, la distancia a la dificultad. También nos ayuda
a profundizar nuestra relación con Jesús porque solo Él es
nuestra fuerza en las dificultades y es Su Espíritu el que
nos hace capaces de embarcar en el camino, a veces
doloroso, de la creación relaciones interpersonales. Estas
relaciones implican desafíos que nos movilizan a hacer
actos de misericordia para perdonar las injurias,
asemejándonos así a Jesús Misericordioso.
Con gratitud por cada injuria perdonada recemos
con las palabras del Papa Francisco: «Jesucristo,
paciente y de gran misericordia, ¡permítanos que
descubramos la paciencia como un acto de gran
misericordia! Pon tu dedo en nuestros labios cuando
queramos explotar con amargura y resentimiento,
agresividad y quejas. Enséñanos a orar por nuestros
enemigos. ¡No
 Lucha �

232 OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES

resistir al mal! Poner la otra mejilla. Dejar la

túnica a quien nos quita el abrigo. Ir dos mil
pasos con aquel que nos obliga a ir mil con él. La insensatez que rompe hasta
No permitas que nos derrote el mal, sino véncelo Las razones más creíbles
Como una piedra se asentó
con el bien. Cordero Silencioso, llevado a la
En el fondo del corazón
matanza, como una oveja muda ante sus
esquiladores - revélate en nosotros con tu A veces cada palabra y cada gesto duele
paciencia» 150. Y quieres gritar y llorar
Lo que no tiene palabras

Los pensamientos, los sentimientos son una lucha

A vida o muerte
Me gustaría que haya
Cada vez menos de esos momentos
Que deje de doler
Acordarme de una vez por todas
Que el amor ha sido crucificado

Que hay Alguien que me ama incuestionablemente

Jesús, Tú que sufriste en Getsemaní

Recibe también mis gotas sangrientas de sudor
De la lucha por ser o no ser
Recibe mi gemido, mi dolor
Recibe y sana, y abraza con el corazón
Al niño que llora sin cesar
150 Contemplación del Vía
Crucis con el Papa
Francisco en la 31. JMJ
en Cracovia…