‘verse o disolverse si nos consentramos en el papel dels ac-
‘tes sociales en el proces de sestructuracén» (Giddens,
1979, cpitlo 2 ef Bryant y Jay, 1980. La iden de lace
tructuracién como un proces plant I cvestién del eam
‘io soca, que examinaremes en el préxzo capt,
202
En los capiuls enteriores hemes crtzado unay ofa
ver enoques especies, desto ol funeionalisme hasta el
cstructualismo, pos incapacitad para explcar el cam
bio, ,Cémoloexplicamos? Puedo esa tarea dears en ms
‘ns dels historiadoes ys emnonptostradiconles, oles
‘ios sociales tama exténen condiciones de hacer un
porte? (Tenemes hoy a nest dspsicién una teria oal
renos un modelo de! cambio social?
“Ee menetersubrayar desde el principio que la expre-
sx seambio scale ambigua.Aveoes elo utiliza en un
‘sentido restringdo, sm referencia 8 moifcacones en 1a
‘estructura social (el eqlbroentze ls distntas clases so-
cals, por eemplo), pro tarnidn en un seat ennsera-
blemente mis abaradr que incluye la rganizacin pl
tic, la economia ye cltura, Ea eto caftolo pondremos
cl acento en eea denis mis amplia,
‘Como las Slosois dea Pistoia de as cuales no puo-
en dstinguirse del todo, los modales o eorias del cambio
‘socal pueden ordenarse en una eerie de pos principales
_Algunce hacen hincpi en fares interne del eamiioy a
menue desrben It sociedad sobre la base de metéforas
‘orginieas como erecimientor,-eoluciny sdecadencia.
‘Otros destacan faces extarnoey usan términas eam
«prétamor efi ovimitacéns. Algunos models son
Tineaes, coms las fscofiasjudeocristianas de a istria 0
Ja teors dela oderniacifns, mientras qe otros son ef
‘ions: as las eonceyionescsicas de eabiortomadas
‘por Maquisveloy ots pensadores en el Renacimientoo
las ideas subyacentes na cra de Ibn Janel granhis-
‘radar drab del siglo XIV.
‘Ning model de cambio soi] satistar po cmpleto
alee historiadores, debi alinterésprofesionl de estos en
Ja varied ya diferencia, Por ende como cj alguna vex
208«1 socidlogo inglés Ronald Dore, «no ex posible hacer torti-
Jas sociologicas sin romper algtinos huevos histéricos-. De
todos modos, los historiadores tienen algo que aprender del
debate en toro a modelos rivales, dado que el condcimien-
to de la existencia de alternativas es un eetimulo para la
imaginacién,
‘Los dos principales modelos det cambio social 2on el del
conflicto y el de la evolucién o, on aru de la simplicidad,
‘Marx y Spencer.
El modelo de Spencer
Spencer» os una etiqusta conveniente pare destgnar
‘un modelo que pone sl acento en un earabio socal que os
{radual y acumblativo Gn cevelucion opuesta aa saovst
Slom) y eata cuonciimeste detorminade desde adentro
(endagenos en oposisisn& sextgenon), Con recaenesa, ests
Process endogeno se desribe on términos de sdifrercie,
en estactural; on otras palabras, el pase de losimple, no
‘specialisado informal alo complejo, eepeniatizade y for
tal, seguin dice al propo Spencer, dela -homogencidad
incoberentes a la sheteragenead coherentes Gandercon,
1900, pg. 10:35; sabre Spencer, Peel, 1071), Pn linea ge.
nerales, este es el modelo de cambio utizade tanto por
Durkdbeim cono por Weber
Darltelm, quien discrepaba de Spencer en cucstiones
fandamentale, como hemos visto (ae supre, pag 188),
{s wafufa a: doscribr el eumiso on trinings esencatmente
volativos, Hacia hineapi enol setmplazo peulatino dela
‘Selina mecania Simpl ortao lacaldariad dele
similar por una selldaridad ongsnicar nds complefa, le
tolidaridad do lo complementario, mevead a la erecente
Sivision del trabajo ena sacedad Gourtheim, 1800; ef Lee
es, 1973, capitulo, Baciante a Weber, prefriaevtar al
vérmmino cevolucién, per, oom todo, volu la historia dal
shundo como una tandoncia gradual sungue irreversible
Aacia formas do organizacin més complejas 6 imperso:
ales, como la buroerasa (nase supra, pag 59) chem
204
taliamo. Se ha demostrado Ia postbilidad, por lo tanto, de
fincer una sintesisde las ideas de Durkheim y Webor aver-
‘ca del cambio social.
{El resultado es lo que conocemes como el modelo de ta
smodernizaciéne, que considera el proceso de cambio, en
Geoncia, como un desarrollo desde adentro, on e} cual el
Snundo externo aélo participa para dar un ostimulo ata
Tadaptacions, La -sociedad tradicionals y la sociedad mo-
Gernae se presentan como tipos antitéticos, de acuerdo eon
los siguientes Lineamnientos:
4 Eater ean rin coed
cect oe ieee
a eee al
Se eae
Lage ner topent nore peers
Cen eae oe
See ee renee
Ce en ee ee,
Sea ee melas
Fela pte ee Sonya Sah
Ce ne ee ee hear i
SE ei
See ee eentes
Se ee ar tr
eet acre
een cesarean
Te cee
ppp maeet meer
estate names oleae a
saute berms sae
ee eee aera
Cn ae
‘een mae
ea crtoaain i en
eee
Se eat mace
see Se rere aacuee
Se a enone
Sian ema
205£6, o8 membros de is socidades modernas, on as que et
saimblo 8 rpido y constant, son bien constontes Se
prosencia do ote, lo experan y lo aprusban, Bi sig
seciones se jastifcan en nombre dela stgjorns oo) oe
reso», mientras quo inattacioneso sens son coders
Por «ahticuadas» y se deadena el satrasos do socetnnas
sis tradiionaon Se pasa do una atncén en us sne,
Yor oom inrulto a otrd en In que ae recomienda por sfecis
Bl futuro no we pereibe como una mera reproduces acl
resent, sino como un espacio para el dosarello de poe,
yectos y tendencias (Koselleck, 1985, pégs. 3-20).
2. Acstoscontranies basics pueden agroparee Varios
otros, Ea cultura de as sociedad tradicionales cathe ion,
exipto a menudo como rligiosa, magica y hasta eracfonal,
alentras Ia cultura dels sociedades moderaas soca:
za como secular racional ycentifien, Weber por qeavla,
ese) y ol sdesencantamiento del mundor (Entsauberiung,
der Wet) en el ascenso dal eapitalismo, También supers,
Quo la burocracia era una forma de onganizacién politics
zs racional que la reemplazada por ella, ale la pena seta.
lar quo su empleo del término wracionaly no irplieaba une
aprobacién entusiasta de la burocratizacion. Weber tenia
Jo que amaba sjauta de hierro» del mundo moderno, en el
‘que los individuos deben someterse a reglas inflexibles.
El paral entre este modato de eamtiosoceu
exon modelos concen de eresimiante oateeee ene,
sarrolo politico ha de advertzee con tod evsiong ee
tiem, tetcon de recite econusce as noses
inenpiéen el sdeapeguer, en virad del ona eons
sa sciedad peinductral vista come cotstcn a meets
dad industrial on ia quel crocimionto esa steaciin ee
‘al “Enters compacst se interpre, por hat dese a
us hdbtosy nu eatrocara instituconals (Rocio toss
De manora similar, oe tedvios del dsazrais patics ey
dsstacado a uifesian dem parscipacion pallens
1 sorgilento dela burocaci, y han seaalade se
206
ae
7
cién de movimientos sociales en Ocsidente desde finas dat
siglo XVIII en adelante (Lerner, 1958; Tilly, 2004).
‘El contraste entre les socedades tradicionales y las so-
Gedades modernas se ha acentusdo con el sporte de otras
disciplinas. Los ge6grafos, por ejemplo, han sugerido que
Ia modernidad ee asocia a cambios en Ins concepeiones del
‘eepacio, que Mega a considerarse abstracto 0 waciablow, en
‘cuanto esta disponible para una diversidad de propésitos,
fen vez de permanecer atado a una fimeidn determinada
(Gack, 1986). Los psicslogos eociales describieron el des:
rrollo de una persenalidad «moderna, caraeterizada por
tun creciente autocontrel y también por la eapacicad de era-
patia con otros. Los antropéiogos socisles han contrastado
os modes tradicionales de pensamicnto, relativamente
coneretos cerrados, oon los modernos, més abstractos y
sabiertos» (en otras palabras, conscientes de la existen:
de ideas alternativas) (Horton, 1967, 1982).
Durante los ditimos treinta afos, los tedricos sociales 5e
hhan sentido cada ver mds insatisfechos con los supuestos
subyacentes a este modelo, como la idea de atraso y Ia ine
\itabilidad y los benoficios de cierto tipo de cambio social
(tipps, 1973; Kasbl, 2003). Aun en el campo de la historia,
‘econdmica se ha puesto en tela de julio la idea de progreso
Jhacia una sociedad cada vez mds rica, y se ha propuesto un
modelo ecologico alternative, eegin ol cual la innovacién
‘econémica se explica, en esencia, como una respuesta a 1a
‘desaparicidn de un recurso especifico y la necesidad consi-
‘gulente de encontrarle un austituto (Wilkinson, 1973). En
‘cuanto a los historiadores culturales, objetan la nocién de
‘tradicién como un coneepto residual, definido como le que
xno es moderno; un concepto consensual, que ignora los con-
Aictos dentro delas tradiciones, yun concepto estatico, que
hhace caso omiso de as ajustes de las tradiciones a las ca
Diantes circunstancias, aun cuando la gente no siempre
reconorca la existencia de esas adaptaciones (Rudolph,
1967; Hobebawm y Ranger, 1983; Heesterman, 1985, page.
10-25).
‘decir verdad, el modelo evalutivo ha side objeto de o
ticas tan severas en los ultimos afioe que lo més justo ser
‘empezar por sofalar sus mérites. La idea de una secuencla
207