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Universidad Nacional Experimental

Francisco de Miranda
Área de Tecnología
Programa: Ingeniería civil
u.c : Aguas Subterráneas

Aguas Subterráneas

Prof:
Silvio Marzal
Bachiller:
Guerrero Daybo
C.I: 24787038

Santa ana de coro, 20 de noviembre de 2018


INTRODUCCIÓN
El agua subterránea se usa desde la antigüedad. Civilizaciones como
la Mesopotámica, tenían la concepción del uso integrado de agua superficial y
agua subterránea. El acceso no era sencillo y todo se centraba en la
inspección del subálveo (la lámina de agua más cercana a la superficie).
Anteriormente, las técnicas de exploración y explotación del agua subterránea
eran deficientes. Sin embargo, a mediados de los 50, apareció la bomba de
turbina y las técnicas de perforación y exploración se desarrollaron de forma
extraordinaria. Ambos avances facilitaron y abarataron los costes asociados a
la explotación del recurso subterráneo dando lugar a una “revolución silenciosa
del agua subterránea” que se ha manifestado en las regiones áridas y
semiáridas mediante crecimientos locales espectaculares a corto plazo, muy
dinámicos y altamente productivos. Una de las explicaciones a la mayor
rentabilidad de estos sistemas agrícolas estriba en el hecho de que los propios
productores han de asumir los costes asociados a la extracción y explotación
de las aguas subterráneas lo que les obliga a optimizar y maximizar el uso del
agua y buscar cultivos altamente competitivos.
1) Importancia de las aguas subterráneas
En los últimos años se han podido presenciar ciertas evidencias del cambio
climático y de sus impactos en los recursos hídricos. Estos impactos modifican
la tasa de escorrentía superficial y la recarga de los acuíferos. Las aguas
subterráneas son una fuente crítica de agua potable para casi la mitad de la
población mundial, además de suplir necesidades de irrigación en la
agricultura. Por otro lado, éstas son también importantes para el sostenimiento
de corrientes, lagos, humedales y otros ecosistemas asociados.

El flujo subterráneo en acuíferos poco profundos forma parte del ciclo


hidrológico, y resulta afectado por la variabilidad y el cambio climático por
efecto de procesos de recarga y por la intervención humana en numerosos
lugares. Los niveles subterráneos de numerosos acuíferos del mundo han
experimentado una tendencia decreciente durante los últimos años, aunque
ello se debe, por lo general, al bombeo de agua subterránea a un mayor ritmo
que la recarga, y no a una disminución freática relacionada con el clima.

Los impactos directos del cambio climático sobre los procesos naturales
pueden ser exacerbados por las actividades humanas. La extracción en
exceso de aguas subterráneas, por ejemplo, podrían ser necesitadas en áreas
donde hayan recursos hídricos contaminados o insostenibles causado por
sequías o inundaciones. Los efectos del cambio climático sobre los recursos
hídricos subterráneos están, por lo tanto, vinculados a otros cambios globales
que incluyen el crecimiento poblacional, la urbanización, el cambio en el uso
de la tierra, que se juntan a otras tendencias socio-económicas y políticas. La
respuesta de estas aguas subterráneas a los mencionados cambios globales
es una compleja función que depende de la variabilidad del cambio climático,
la topografía, las características propias de los acuíferos, la dinámica de la
vegetación, y de la actividad humana.
2) Origen de las aguas subterráneas

Las aguas subterráneas son las que se encuentran bajo la superficie del terreno
o dentro de los poros o fracturas de las rocas, o dentro de las masas de regolito;
en zonas húmedas a metros de profundidad, en desiertos a cientos de metros.

Cuadro 1. Origen de las aguas subterráneas

I AGUAS Agua de porosidad,


ESTABLECIDAS infiltración, Fuentes y capas
percolación
a) Aguas ocluidas en Aguas de fisuras, Exsurgencias
los minerales y las de cavernas y de y
rocas abismación resurgencias
b) Aguas de Aguas de fracturas
constitución y de (Nordenskjöld) Capas
cristalización
c) Aguas de hidratación Aguas fósiles Capas
Aguas vadosas o Capas o fuentes
geotermales
II AGUAS LIBRES Aguas termales
juveniles
a) Aguas de Aguas magmáticas
penetración debidas a
la circulación superficial
o la presión de capas
(lagos, mares, etc.)
b) Aguas de Aguas de reacción
condensación (2H 2 + O 2)
procedentes de las
capas superficiales, de
las capas profundas o
del aire superficial
c) Aguas de Aguas volcánicas Vapores o fuentes
profundidad
Félix Trombe. Las aguas subterráneas, Orbis, 1986

PROCEDENCIA DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS

Ellas proceden de la precipitación y la condensación, excepto otras como


las aguas connatas o fósiles (sedimentarias) y las juveniles (magmáticas).

Aguas de precipitación. Las aguas de precipitación debidas al ciclo del


agua, se originan principalmente en la superficie de los mares que poseen 365
millones de km. cúbicos de agua y el 73% de la superficie de la Tierra. Por otro
lado el aporte calorífico de la radiación solar permite convertir en vapor de dos a
tres litros de agua por metro cuadrado y por día, por lo que el agua evaporada
sobre la Tierra en un día alcanza a 10 12 m 3.

Bajo la acción de la radiación solar el agua de mares y continentes se


transforma parcialmente en vapor que se eleva en la atmósfera y que posee en
el aire una presión parcial que está condicionada, principalmente, por la
temperatura de las superficies generadoras. La siguiente gráfica muestra para
una temperatura determinada cuantos gramos de agua carga un metro cúbico
de aire

Curva de rocío: cantidad máxima de agua en gramos por metro cúbico de aire,
a diferentes temperaturas en grados C. I zona de condensación, II zona de
evaporación. Las Aguas Subterráneas, Félix Trombe.
Se ve en la gráfica como el punto de rocío aumenta considerablemente
cuando la temperatura se eleva. No es frecuente que se alcance el máximo de
vapor de agua para una temperatura dada, en el mismo momento en que se
evapora dicha cantidad de agua sobre una superficie líquida. Será solamente a
continuación, cuando el aire se habrá enfriado, que se podrá observar la
precipitación del agua en forma de lluvia o de nieve.

El aire ascendente se descomprime progresivamente, cayendo la


temperatura a causa de la distensión en 1 C por cada 100 metros de ascenso.
Resulta de ello que, por esta simple descompresión la temperatura disminuye lo
suficiente para que la cantidad de agua contenida en el aire se convierta en
excedente. También a veces, las variaciones de presión atmosférica en un lugar
determinado provocan precipitaciones sin que varíe la altitud de la masa de aire,
cuando no corrientes de aire frío que encuentran corrientes de aire cálido
fuertemente cargado de vapor de agua.

- Lluvias artificiales. Conviene además para provocar la formación de masas


líquidas o sólidas la presencia de núcleos de condensación en la atmósfera. No
es raro encontrar a gran altitud nubes sobresaturadas de vapor de agua que,
bajo una acción local de condensación, pueden precipitar enormes cantidades
de agua o de hielo. Este es el principio de las lluvias artificiales en donde decenas
de kilogramos de gas carbónico solidificado aportadas desde un avión dentro de
ciertas nubes sobresaturadas son suficientes para obtener una precipitación
considerable.

Balance hidrológico de una cuenca fluvial.

Conociendo la superficie de la cuenca entera se mide el índice


pluviométrico, el índice de salida de agua y el déficit de salida de agua. El índice
pluviométrico, está dado por la altura de agua en milímetros que cae sobre la
cuenca en un año. El índice de salida del agua está dado por la altura en
milímetros que transportan cada año los ríos y varía con el índice pluviométrico.
La diferencia entre estos dos índices es el déficit de salida de agua y corresponde
exactamente a la cantidad evaporada (evapotranspiración) y a la cantidad
infiltrada en el suelo; éste índice es prácticamente constante pero varía mucho
según la región y el clima.

Denominando d la masa de agua evacuada en el transcurso de un año y


h el total de lluvia caída en la misma cuenca vertiente, la proporción d/h define el
coeficiente de circulación aparente, mientras la diferencia h-d se corresponde
con la suma de la evaporación y de la infiltración, cuyas proporciones son difíciles
de determinar en una cuenca.

La relación d/h varía mucho y su valor se aproxima a cero para los ríos
que se agotan totalmente durante su trayectoria; su valor es 27/1000 para el Nilo,
625/100 para el Ródano y 750/1000 para el Po. Mientras la infiltración, que es la
que interesa acá, depende de las condiciones de precipitación (las lluvias finas y
prolongadas se infiltran más que las de tempestad), de la naturaleza del terreno
(en una red cárstica será total), de la cobertura vegetal del suelo (que favorece
la evaporación y la infiltración a expensas de la escorrentía) y de otras
circunstancias como ocurre con el agua de fusión de las nieves y de los hielos
que se infiltra más cuando la fusión es lenta (invierno) que en verano, cuando los
caudales aumentan bajo la acción de una radiación solar intensa

Las aguas de condensación

Para muchos hidrólogos la condensación del vapor de agua en el interior


del suelo desempeña una función poco importante en la formación de las aguas
subterráneas, incluso consideran que los rocíos internos no deben intervenir en
los caudales. Pero esta participación, la de las aguas de condensación internas
y externas presenta características diferentes e importantes según se trate de un
terreno abundantemente permeable (calizas fisuradas, por ejemplo) o de un
terreno de escasa permeabilidad (arenas) o compuesto de capas porosas
impregnadas de arcilla coloidal cuya naturaleza permite la fijación de agua,
incluso cuando el aire superficial no alcanza un 100% de humedad.

El aire exterior más o menos cargado de vapor de agua, pero conteniendo


a menudo una gran parte de la totalidad del vapor que podría evaporar a una
temperatura determinada, cuando penetra el suelo, puede encontrar en verano
una temperatura inferior a la que posee en superficie. Si el enfriamiento es
suficiente la temperatura alcanzada corresponde a un contenido máximo en
vapor de agua por metro cúbico, menor que el del aire, dándose la condensación
interna del vapor excedente.

También las nieblas en las regiones húmedas y los rocíos en las regiones
secas y cálidas donde las noches son frías, desempeñan un papel en la
alimentación en agua de los terrenos superficiales. Cuando los terrenos por su
naturaleza permiten a bastante profundidad la circulación del aire, se provoca el
aporte de agua interna, generalmente por condensación y no por adsorción. En
los macizos fisurados, numerosos metros cúbicos de aire aportan en las zonas
superficiales y profundas un agua de condensación que conviene tener en
cuenta.

Cuando la permeabilidad de la roca es grande como en los terrenos


fisurados de las calizas, se establecen a veces circulaciones de aire profundas
de gran intensidad, a causa del gradiente térmico entre orificios interconectados
con salidas a diferente altitud. Entre verano e invierno o entre día y noche se
invierte el flujo de la corriente de aire, pues la presión motriz en uno u otro sentido
está dada por la diferencia de masa para igual sección de las columnas de aire
interior y exterior. En invierno el aire de las cavidades será por lo general más
cálido y menos denso que el del exterior, dándose un flujo ascendente; en verano
será lo contrario.

Otros orígenes de las aguas subterráneas.

Después de los dos principales e indiscutibles procesos de formación de las


aguas subterráneas que se acaban de señalar conviene señalar algunos otros.

Entre las aguas termales están las aguas juveniles que se habrán formado
en profundidad sin haber estado antes en superficie. Estas representan el
residuo de la consolidación de los magmas eruptivos próximos a la superficie,
cuya exhalación sería una solución hidratada caliente, conteniendo gases a alta
presión que contribuirían al rápido ascenso de las aguas.

Se ha calculado que una intrusión magmática potente de 1000 metros,


conteniendo en peso un 5% de agua y enfriándose lentamente, producirá
durante un período de un millón de años un caudal de 23,8 litros de agua juvenil
por minuto y por kilómetro cuadrado de superficie de la tierra.

Las aguas de los pozos Nordenskjöld son aguas de destilación


procedentes de las fisuras superficiales de rocas compactas (granitos y gneises)
o bien de las profundidades, donde las fisuras superficiales de los pozos
Nordenskjöld, alimentadas con agua dulce actúan como condensadores de
vapor procedentes ya sea de zonas superiores o bien de zonas inferiores. El
agua de mar participaría incluso en la alimentación de los vapores formados
desde abajo hacia arriba.

Existen también las aguas llamadas fósiles que se encuentran


actualmente en los pozos artesianos del Sahara, en regiones donde
prácticamente no llueve, estas aguas, se habrían infiltrado y conservado desde
largo tiempo dentro de los sedimentos. Puede también suponerse que su origen
fuera debido a fenómenos de condensación vinculados con variaciones de
temperatura y con variaciones de presión atmosférica.

Entre las aguas profundas se encuentran las aguas geotermales, cuyo


origen no presenta ningún carácter hipotético. Las aguas superficiales que
descienden, con la profundidad se recalientan y reascienden rápidamente a favor
de accidentes tectónicos. A veces, esas aguas, atravesando a temperaturas
relativamente elevada unos terrenos que ellas son susceptibles de atacar, se
cargan con diferentes sales; son las aguas termales que se diferencian de las
aguas subterráneas propiamente dichas por unas temperaturas y unas
propiedades químicas características.

Los primeros 50 cm del volumen de tierra almacenan más humedad que


la almacenada por la atmósfera sobre la misma porción de terreno. Después de
las fuertes precipitaciones es posible, de existir bosques, que la cobertura
vegetal retenga el agua y le permita al suelo abastecerse. De esta manera por la
absorción del terreno, el tiempo de concentración de las aguas lluvias sobre las
vaguadas de los ríos, se dilata ostensiblemente.

De existir bosques reguladores de agua, el caudal de los ríos puede ser


relativamente constante en invierno y en verano. En Colombia, por la tala
acelerada de bosques se han disminuido los volúmenes de agua disponible en
los ríos. El río Sabandija, en el norte del Tolima, muestra unos caudales que
varían de 2 a 200 m3 por segundo, y el río Barbas en el Risaralda, muestra hoy
sus aguas disponibles disminuidas al 30%. Si las corrientes de agua resultan
descontroladas es por el estado de las cuencas. Podría advertirse que en tales
circunstancias los acuíferos no están siendo alimentados por las aguas de
escorrentía, pues no hay superficie vegetal de retención.

No existe agua subterránea a más de 16 km. de profundidad porque allí las rocas
fluyen debido a la presión; a 6 Km. es escasa, pues los poros son pequeños y
los intersticios no siempre están intercomunicados, razón por la cual no se
establece el flujo; a 600 m de profundidad el agua ya resulta susceptible de
recuperarse.

Se denomina agua freática el agua subterránea de la capa más cercana a la


superficie, lo suficientemente próxima a ésta, para que sea posible hallarla con
un pozo ordinario y extraerla manualmente, lo que supone una profundidad
máxima de 30 metros.
3) características de acuíferos

La propiedad de los acuíferos de contener agua, está gobernada por varios


factores: Porosidad, Permeabilidad, Transmisibilidad Especifica y Coeficiente
de Almacenamiento.

Conocer estas características permite evaluar la magnitud del recurso y su


aprovechamiento racional sin peligro a agotarlo (Arocha, 1980).

Porosidad (n)

Como las rocas no son completamente sólidas (poseen grietas o espacios


intergranulares), y al conjunto de estas aberturas o intersticios se le llama
porosidad. La porosidad no define la existencia del acuífero, sino que además
se requiere de estos estén interconectados; característica que se ve afectada
por los factores siguientes:

Grado de comparación del material, forma y arreglo de las partícula y su


gradación, las cuales son independientes del tamaño de las mismas. El valor
de “n”, varía de 0 a 50%, dependiendo de los factores mencionados.

Permeabilidad (K)

Es la propiedad de las rocas de permitir o no el flujo del agua; es decir, un


estrato geológico siendo poroso puede contener agua, pero si los espacios
vacíos no se interconectan, el agua no circula.

Esta libertad de movimiento depende de: Tamaño y forma de las partículas,


gradación del material y viscosidad del agua. El coeficiente de per-meabilidad
de un material, se define como el volumen de agua que asa por unidad de
tiempo, a través de una sección de acuífero de área unitaria (1 m 2), cuando
el gradiente hidráulico es unitario y la temperatura este en promedio de 15°C.
La Permeabilidad tiene dimensiones de velocidad m/día ó m3/día/m2 (Arocha,
1980).

Para su determinación, en forma práctica, se indica a continuación los


materiales y procedimientos siguientes:

 Una lata con capacidad de 1,5 litros o más, sin tapa ni base
 Un martillo
 Una tabla de madera
 Una regla
 Un balde, un frasco o una botella para colocar de 1 a 2 litros de agua
 Un reloj
 Un trozo de 10 cm de cinta adhesiva o cinta aisladora
 Un lápiz y papel o una computadora portátil para anotar tus observaciones y
los resultados.

Con estos materiales e procede a realizar la prueba para la determinación


dela permeabilidad de la manera siguiente:

Primero describir la zona, donde se realizara a prueba, teniendo en


consideración: La ubicación (si es una pradera, rivera de un río y otras), la
cobertura vegetal existente en la zona (pastos, musgos, hojas secas y otras)
y la condición del suelo (seco, húmedo, arenoso, granulado, suelto, arcilla dura
y otras).

 Colocar la lata en el suelo y luego encima de la misma, poner el trozo de


madera, con el fin de proceder a golpear con un martillo para la lata se hunda
en el suelo entre unos 5 a 10 centímetros.
 Colocar un trozo de cinta en la parte interna de la lata, cerca del borde
superior, en forma paralela.
 Medir la distancia que existe entre la parte inferior de la cinta hasta el
suelo y anótala.
 Vierta el agua dentro de la lata hasta que llegue al borde inferior de la
cinta, que se encuentra ubicada en el interior del recipiente.
 Proceda a registrar el tiempo, que demora el agua en ingresar al suelo, en
forma tabular que permita tener los pares de valores de las variables tiempo
y distancia.

Si el agua es absorbida durante el curso del experimento, llena la lata


nuevamente de inmediato hasta la marca de la cinta. Las mediciones que
hagas a partir de este momento deberán anotarse como la distancia total
desde el suelo hasta la cinta más la distancia que hay desde el nivel del agua
hasta la cinta.
Si tienes que llenar nuevamente la lata, asegúrate de agregar la distancia
que hay desde el suelo a la cinta en tus mediciones nuevamente.
Divide la cantidad de agua absorbida en una hora por 60 para obtener la
permeabilidad en centímetros por minuto en una hora.
Divide la cantidad de agua absorbida en 30 minutos por 30 para obtener la
permeabilidad en centímetros por minuto para la primera media hora. ¿Es la
misma velocidad que para una hora completa?.

Transmisibilidad o Transmisividad (T)

Es una medida de la capacidad de un acuífero para conducir agua o transmitir


agua, definiéndose como el volumen de agua que pasa por unidad de tiempo,
a través de una franja vertical de acuífero de ancho unitario, extendida en todo
el espesor saturado, cuando el gradiente hi-dráulico es unitario y a una
temperatura de 15°C (Arocha 1980).

La transmisividad es el producto de la conductividad hidráulica y el espesor


saturado del acuífero:

T=b*K (1)
Donde:
T —> Transmisividad (L2/T),
b —> Espesor saturado del acuífero (L)
K —> Conductividad hidráulica (L/T).

Para un acuífero compuesto de muchos estratos la transmisividad total es la


suma de las transmisividades de cada estrato:

T = Σ TI (2)
Donde:
n —> Número total de estratos y
Ti —> Transmisividad del estrato i.

La transmisividad de un acuífero es un concepto que asume que flujo a través


de él es horizontal. En algunos casos este supuesto es válido, pero en otros
no. También nos indica la posibilidad que ofrece un acuífero de cara a su
explotación.

Coeficiente de Almacenamiento (S)

Es adimensional. Se refiere al volumen que es capaz de liberar el acuífero


al descender en una unidad el nivel piezométrico ( o la presión) . Se define
como el volumen de agua que puede ser liberado por un prisma vertical del
acuífero, de sección igual a la unidad y altura la del espesor saturado, si se
produce un descenso unidad del nivel piezométrico.

En acuíferos confinados los valores típicos se encuentran entre 0.00005


y 0.005, mucho menores que la porosidad eficaz de un acuífero libre (ver
abajo). Esto se debe a que en un acuífero confinado el agua no es liberada
por el drenaje de los intersticios sino por la compresión del acuífero, en
particular de las capas de arcillas y limos intercaladas, (por eso también
denominado coeficiente de almacenamiento elástico), y todo el material
acuífero permanece saturado.
4) Ciclos del agua subterránea

Ciclo Hidrológico del Agua


El agua no permanece estacionaria sobre la Tierra sino que se
establece una circulación del agua entre los océanos, la atmósfera y la
litosfera-biosfera de forma permanente. Es lo que se conoce como ciclo
hidrológico.

El ciclo hidrológico se podría definir como el “proceso que describe la


ubicación y el movimiento del agua en nuestro planeta". Es un proceso
continuo en el que una partícula de agua evaporada del océano vuelve al
océano después de pasar por las etapas de precipitación, escorrentía
superficial y/o escorrentía subterránea.

El concepto de ciclo se basa en el permanente movimiento o


transferencia de las masas de agua, tanto de un punto del planeta a otro, como
entre sus diferentes estados (líquido, gaseoso y sólido). Este flujo de agua se
produce por dos causas principales: la energía Solar y la gravedad.

FASES DEL CICLO HIDROLÓGICO

Evaporación:

El ciclo se inicia sobre todo en las grandes superficies líquidas (lagos,


mares y océanos) donde la radiación solar favorece que continuamente se
forme vapor de agua. El vapor de agua, menos denso que el aire, asciende a
capas más altas de la atmósfera, donde se enfría y se condensa formando
nubes.

Precipitación
Cuando por condensación las partículas de agua que forman las nubes
alcanzan un tamaño superior a 0,1 mm comienza a formarse gotas, gotas que
caen por gravedad dando lugar a las precipitaciones.

Retención
Pero no toda el agua que precipita llega a alcanzar la superficie del terreno.
Una parte del agua de precipitación vuelve a evaporarse en su caída y otra
parte es retenida (“agua de intercepción”) por la vegetación, edificios,
carreteras, etc., y luego se evaporada del agua que alcanza la superficie del
terreno y la otra parte se encharca en lagos y embalses (“almacenamiento
superficial”) volviendo una gran parte de nuevo a la atmósfera.
Escorrentía superficial: Circula sobre la superficie y luego se reúnen en
arroyos y más tarde desembocan en los ríos (“escorrentía superficial”). Esta
agua que circula superficialmente irá a parar a lagos o al mar, donde una parte
se evaporará y otra se infiltrará en el terreno.

Infiltración

Pero también una parte de la precipitación llega a penetrar la superficie del


terreno (“infiltración”) a través de los poros y fisuras del suelo o las rocas,
rellenando de agua el medio poroso.

Evapotranspiración

En casi todas las formaciones geológicas existe una parte superficial cuyos
poros no están saturados en agua, que se denomina “zona no saturada”, y una
parte inferior saturada en agua, y denominada “zona saturada”. Una buena
parte del agua infiltrada nunca llega a la zona saturada sino que es
interceptada en la zona no saturada. En la zona no saturada una parte de esta
agua se evapora y vuelve a la atmósfera en forma de vapor, y otra parte,
mucho más importante cuantitativamente, se consume en la “transpiración” de
las plantas. Los fenómenos de evaporación y transpiración en la zona no
saturada son difíciles de separar, y es por ello por lo que se utiliza el término
“evapotranspiración” para englobar ambos términos.

Escorrentía subterránea
El agua que desciende, por gravedad-percolación y alcanza la zona saturada
constituye la “recarga de agua subterránea.

El agua subterránea puede volver a la atmósfera por evapotranspiración


cuando el nivel saturado queda próximo a la superficie del terreno. Otras
veces, se produce la descarga de las aguas subterráneas, la cual pasará a
engrosar el caudal de los ríos, rezumando directamente en el cauce o a través
de manantiales, o descarga directamente en el mar, u otras grandes
superficies de agua, cerrándose así el ciclo hidrológico.

El ciclo hidrológico es un proceso continuo pero irregular en el espacio y en


el tiempo. Una gota de lluvia puede recorrer todo el ciclo o una parte de él.
Cualquier acción del hombre en una parte del ciclo, alterará el ciclo entero
para una determinada región. El hombre actúa introduciendo cambios
importantes en el ciclo hidrológico de algunas regiones de manera
progresiva al desecar zonas pantanosas, modificar el régimen de los ríos,
construir embalses, etc.

El ciclo hidrológico no sólo transfiere vapor de agua desde la superficie de


la Tierra a la atmósfera sino que colabora a mantener la superficie de la
Tierra más fría y la atmósfera más caliente. Además juega un papel de vital
importancia: permite dulcificar las temperaturas y precipitaciones de
diferentes zonas del planeta, intercambiando calor y humedad entre puntos
en ocasiones muy alejados.

Las tasas de renovación del agua, o tiempo de residencia medio, en cada una
de las fases del ciclo hidrológico no son iguales. Por ejemplo, el agua de los
océanos se renueva lentamente, una vez cada 3.000 años, en cambio el vapor
atmosférico lo hace rápidamente, cada 10 días aproximadamente

5) Prueba de bombeo

 Bombeo por emulsor de aire comprimido:

Es un buen medio para efectuar los ensayos de bombeo de corta duración,


tanto más cuanto que se pueda utilizar las varillas de perforación para inyectar
el aire comprimido, sirviendo el entubado para la evacuación de la mezcla aire
agua. Permite alcanzar los mejores diámetros interiores con un límite inferior
de 3 pulgadas. El emulsor puede adaptarse sobre el terreno. Funciona con un
compresor de cantera a 7 bares de presión.
 MEDIOS DE BOMBEO PARA EXPLOTACIÓN

o Bombas Alternativa: el cuerpo de bomba se halla sumergido y accionado


desde la superficie por barras a 20 _ 45 golpes por minuto. Convienen para
sondeos de débil caudal y se utilizan esencialmente para las necesidades
domésticas y las eólicas. Su caudal varía de 0.4 a 0.5m 3/h para profundidades
de 15 a 125m.

o Bombas Rotativas: Las bombas rotativas representan los principales medios


de bombeo industriales de instalación permanente y de bombeo continuo. El
cuerpo de bomba, compuesto de pisos sucesivos de turbinas cuyo número
permite asegurar la altura buscada, sumergido es accionado desde la
superficie por un árbol de rotación. La de árbol, mantenida en su lugar por
medio de paliers, debe ser perfectamente rectilínea, de donde la necesidad de
entubados de gran diámetro para compensar las irregularidades del taladro de
sonda y asegurar una verticalidad perfecta. El filtro es la base del dispositivo.
Su caudal varía de 2 a 900m3/h con alturas de 25 a 300m.

 Bombas Eléctricas Sumergidas: El motor y la bomba forman con la rejilla,


colocada en general entre los dos. Un bloque sumergido. El cable eléctrico
desciende a lo largo del tubo. Es el medio de bombeo más potente
recomendado para los ensayos de caudales preliminares. Puede instalarse en
sondeos desviados e irregulares. Llamaremos la atención sobre la altura de
inmersión que necesita a veces una perforación más profunda sobre todo para
las bombas. Su caudal es de 1 a 300 m3/h para alturas de 25 a 300m
CONCLUSIÓN

En el subsuelo se encuentran formaciones geológicas consistentes a


veces en rocas porosas o fracturadas que pueden contener agua en sus
huecos. Éste agua se denomina subterránea y los terrenos que la contienen y
la pueden ceder se denominan acuíferos.

Los terrenos acuíferos del subsuelo pueden tener una extensión


horizontal pequeña constituyendo los acuíferos locales o puntuales o bien
alcanzar millones de kilómetros cuadrados, formando extensos acuíferos
regionales. Asimismo, el espesor de los acuíferos puede también variar desde
centímetros hasta más de mil metros.

El agua subterránea tiene su origen en la lluvia, parte de la cual se


infiltra directamente a través del suelo, o desde ríos y lagos, por grietas y poros
de la roca hasta alcanzar un nivel impermeable que no le deja descender más.
El agua se va acumulando con el paso de los años llenando, de esta forma,
los acuíferos. Estas aguas subterráneas van circulando a favor de gradiente
hasta alcanzar puntos de salida a la superficie que se convierten en
manantiales o fuentes o en áreas difusas como los lechos de los ríos, cuyo
caudal es mantenido por las aguas subterráneas.
Anexos
Ciclo hidrológico del agua

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