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Reporte de Lectura nº2

Nombre Alumno: Nicole Princic Pérez


Fecha de entrega: 07.09.2017

La entrevista como intervención. Parte I: el diseño de estrategias como una cuarta directriz
para el terapeuta
Autor: Karl Tomm

Ficha Bibliográfica : Tomm, K. (1988). La entrevista como intervención. Parte I. En


(Beyebach, M. y Rodríguez-Arias, J.L., comps.), Terapia Familiar. Lecturas I. Salamanca:
Kadmos.

Las entrevistas clínicas proporcionan muchas oportunidades para actuar


terapéuticamente, de acuerdo con esto es útil para el terapeuta elaborar directrices que
orienten su actividad hacia distintas direcciones para hacer terapia. El objetivo central de
este autor es considerar una cuarta directriz , que de acuerdo al grupo de Milán, se rigen de
3 directrices básicas para la terapia, estas son la generación de hipótesis, circularidad y
neutralidad. Esta cuarta directriz según el autor sería el diseño de estrategias, que supone la
toma de decisiones por parte del terapeuta, esto para hacer más activa la participación del
terapeuta al elegir y conducir las distintas preguntas , para que estas sean terapéuticas.

El tema central es dar cuenta de la cuarta directriz, la cual estaría orientada a dar cuenta
que un terapeuta tiene mucha más influencia sobre lo que surge dentro de una sesión de lo
que se imagina. Habría que empezar a considerar la entrevista en términos de intervención.
Desde esta perspectiva se toma el punto de vista que es imposible para un terapeuta
interactuar con un cliente sin intervenir en la actividad de este. Así mismo el paciente
interviene en las actividades del terapeuta. Aquí el terapeuta debería asumir que todo lo que
dice y hace es potencialmente significativo para el resultado terapéutico final. “La
entrevista como intervención se refiere a una orientación en la que todo lo que un
entrevistar hace y dice y todo lo que no hace y no dice, es considerado una intervención
que podría ser terapéutica, no terapéutica o anti terapéutica”. Es por ello que los
terapeutas debieran aceptar esta cuarta directriz , donde se hace más fácil seguir la terapia,
cuidando las palabras que se dicen , y aprendiendo saber que preguntar y que no preguntar,
que momentos son los adecuados y cuales no.

Una de las ideas centrales del texto, es el proceso de circularidad que poseen las terapias
sistémicas, según el autor, la entrevista circular por si sola puede desencadenar, y
desencadena, cambio terapéutico. Esto afirmándose el uso de la cuarta directriz, el diseño
de estrategias y reconociendo que el hacer preguntas circulares es un tipo de entrevista de
intervención. También se habla de que el proceso resultante luego de aplicar las tres
directrices, no es suficiente para explicar el cómo tomar las distintas decisiones durante la
entrevista, de que acciones realizar y cuales no, que planes serían los adecuados y cuales no
ayudarían a la terapia. Es por ello que resulta adecuado describir una cuarta directriz para
guiar a los terapeutas a la hora de tomar estas decisiones.

Otra idea central seria el de la elección de los terapeutas de distintas posturas , con el
compromiso definido de alcanzar algún objetivo terapéutico. Así habiendo optado por
adoptar una postura determinada, el terapeuta puede centrar su atención sobre otros
detalles, y estar seguro de que la propia postura guiará sus acciones,.

La circularidad se refiere al acoplamiento dinámico entre terapeuta y familia, que permite al


terapeuta establecer distinciones acerca de esta. Hay dos formas diferentes de esta, la
circularidad basada en el afecto; la cual se basa en el amor humano natural, y la
circularidad basada en la obligación; la cual se basa en la coerción. En este sentido la
postura que el terapeuta adopte como prioridad influirá significativamente en la dirección y
el tono de la entrevista.

El texto también nos habla del concepto de neutralidad, como principio rector de la
entrevista es una noción difícil de entender, puesto que en rigor es prácticamente imposible
permanecer absolutamente neutrales. Para lograr un nivel optimo de neutralidad, el
terapeuta se debería mantener abierto a todo lo que suceda, aceptar todo tal y como esta
ocurriendo en el presente y evitar cualquier ataque a o rechazo, a cualquier cosa que el
cliente o los clientes digan o hagan. Aquí se evita tomar partido por alguno de los lados, y
colocar la objetividad entre paréntesis, son algunos de los consejos que nos da el autor para
lograr buenos resultados en la terapia. También se habla de la neutralidad , la cual se basa
en la aceptación de lo que es y el diseño de estrategias que se basa en un compromiso con
lo que debiera ser, nos apunta a no inclinarse demasiado en cualquier de las dos
direcciones, puesto que esto puede llevar a obstruir los objetivos de la terapia.
Se invita también al terapeuta examinar críticamente cuales son sus inclinaciones actuales
y decidir la modificación y/o el refuerzo de áreas especificas.

Personalmente creo que haber ondado más allá de las 3 directrices existentes en la
terapia sistémica, es un muy buen comienzo para dar cuenta de la responsabilidad que se
tiene como terapeuta, ya que en todo momento de la terapia se esta interviniendo con los
pacientes, así como se intenta ayudar , no siempre se logran los resultados esperados. La
creación de esta cuarta directriz , la cual guaría al terapeuta en las distintas elecciones que
debe hacer durante la terapia, me parece crucial para realizar terapias óptimas. Se necesita
saber si las decisiones de actuar terapéuticamente están siendo de hecho terapéuticas o no
en cualquier momento dado de la terapia. También esto ayudaría a desarrollar una
sensibilidad especial, como dice el texto, a reconocer las distintas señales que da el sistema
que sugieran un cambio importante en la postura que se había tomado. Así sería mucho
mejor tanto para el sistema terapéutico como para el terapeuta, a lograr comprender más
profundamente al sistema, y dar las soluciones terapéuticas esperadas.

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